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BILL_EGLINTON_FLORES_MARICAHUA_PROVA_ESCRITA_DE_ADM0128

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MINISTÉRIO DA EDUCAÇÃO 
UNIVERSIDADE FEDERAL DA 
INTEGRAÇÃO LATINO-AMERICANA 
 
 
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PROVA ESCRITA DE ADM0128-TEORIA DO ESTADO-T01 (2020.7) 
Prof. Cintia Pinheiro Ribeiro de Souza 
Aluno: Bill Eglinton Flores Maricahua 
 
1) Quais argumentos Michels e Schumpeter nos trazem para a crítica da concepção clássica de 
democracia? 
Michels al analizar la vieja casta política de la sociedad y asimismo su estructura 
propia apela a una concepción de Estado que se ve obligado a proceder a través de una 
revisión de los valores constitutivos de la sociedad, tales como la “importancia que es 
atribuida a las masas aumenta, mismo que ellas sean guiadas por demagogos, los órganos de 
la legislación y de la administración se habitúan a ceder, no es más apenas a las pretensiones 
venidas de arriba, pero también a las exigencias venidas abajo” (MICHELS, 1914, p. 219). 
En este sentido, la organización política conduce al poder, debido a que este es 
conservado a lo largo del tiempo; puesto que, la influencia vital que ejerce sobre el Estado 
por un partido de oposición enérgica no pasará de lenta, “frecuentemente interrumpida, y 
encontrará sus límites en los propios límites que la naturaleza de la oligarquía le irá a 
colocar” (MICHELS, 1914, p. 219). Por ello, se configura un contexto en que las élites 
contraponen sus intereses y los de la masa. Así, nace una organización en donde se observa 
dirigentes y gobernados. Por consiguiente, para que esto sea posible es importante la 
circulación de las élites provocado por un proceso democrático de apropiación del poder. 
Tenemos así, una élite democrática, élite aristocrática y élite burguesa. Pero que está 
condicionada por la ley de fierro de la oligarquía. 
Por otro lado, dentro de los partidos políticos existe un distanciamiento entre la masa 
de partidarios y jefes partidarios que concatenan la diferenciación, división de trabajo y 
burocracia, donde los sistemas asociados a las personas, movimientos, partidos y parlamento 
conforman las interacciones sociopolíticas en un Estado. 
De esta manera, “es un hecho notorio que, en los partidos democráticos actuales, los 
bastos conflictos de opiniones se desenvuelven cada vez menos sobre el terreno de las ideas y 
con las armas puras de la teoría y se degeneran rápidamente en diatribas y ataques 
personales” (MICHELS, 1914, p. 220). Lo que provoca un enfrentamiento moral entre los 
que se suponen que deben indicar el trayecto de desarrollo de las exigencias ciudadanas: los 
representantes políticos. 
Por otro lado, “el partido amenazado continuamente por el Estado y del cual 
depende a su existencia, se empeña conscientemente para evitar todo que puede irritar al 
mismo” (MICHELS, 1914, p. 220). Una situación que contrapone a la idea clásica de que 
todos los partidos en democracia se “soportan” porque desean ganar el poder a cuestas de la 
debacle de los competidores; puesto que, para que los partidos políticos asuman el poder 
 
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deben crear mecanismos de competencia directa sin caer en la disminución moral. Por ello, la 
organización se torna el único nervio vital del partido. 
En suma, el argumento de Michels considera los siguientes aspectos: 
La existencia de jefes es un fenómeno intrínseco de todas las formas de la vida 
social, así como la ley de la necesidad histórica de la oligarquía que se funda en una serie de 
hechos establecidos por la experiencia, los fenómenos oligárquicos se manifiestan en el seno 
de los partidos democráticos, la diferenciación de las funciones del partido concluyó con la 
ayuda de un sistema de cualidades que los jefes adquirieron tras separarse de la masa. En 
suma, toda organización de partido representa una potencia oligárquica ideológica que se 
basa en una interacción democrática. 
Por otro lado, Shumpeter menciona que es “mucho más conveniente consultar al 
ciudadano apenas sobre las decisiones más importantes y resolver a las otras cuestiones por 
intermedio de un comité por él nominado, una asamblea o parlamento, cuyos miembros serías 
elegidos por voto popular” (SHUMPETER, 1961, p. 301). En adición, desde una mirada del 
máximo de satisfacción económica del utilitarista, que siendo aceptable, aún no tendría las 
soluciones igualmente definidas para los casos individuales. 
También, las concepciones clásicas de democracia se desvanecen debido a que “el 
concepto de voluntad del pueblo o de la volontê gênêrale, adoptado por los utilitaristas” 
(SHUMPETER, 1961, p. 302) es un concepto que pretenden dar como argumento que 
inequívocamente determine la participación de todos; puesto que, la esencia utilitarista 
unifica las voluntades individuales e intenta configurar a través de la discusión racional la 
voluntad del pueblo, pero “tanto la existencia como la dignidad de esa voloniê gênêrale 
desaparecen luego que falla la idea del bien común. Y amabas, como pilares de la doctrina 
clásica, inevitablemente se reduce a polvo” (SHUMPETER, 1961, p. 303). 
Ahora bien, los grupos políticos intentan influenciar al ciudadano, pero este tendería 
a ceder a los prejuicios o impulsos irracionales o extrarracionales que contrasta con la idea 
inicial de la doctrina clásica por considerar al elector un agente racional y vinculado a un 
limitado número de posibilidades. Por consiguiente, Shumpeter menciona que “los hechos se 
contradicen; puesto que, todos admiten con una total, y a veces cínica, franqueza, que la base 
teórica, el racionalismo utilitario está muerto” (SHUMPETER, 1961, p. 316). 
En síntesis, Shumpeter afirma que la democracia es un elemento complejo que se 
aleja de la idea de considerarla como un simple método que puede ser “discutido 
racionalmente, como un motor a vapor o un desinfectante” (SHUMPETER, 1961, p. 318); 
puesto que, las relaciones sociales, políticas, tienden a ser intrincadas y característicamente 
disputadas por varios grupos de poder e integradas por grupos concatenados o 
desestructurados dependiendo de las condiciones de elección en un esquema democrático. 
 
 
 
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2) Quais as diferentes respostas dadas pelo Estado de bem estar à questão social e qual a causa para essas 
diferentes respostas segundo Esping-Andersen? 
En la concepción del Estado de bienestar existen dos cuestiones cruciales para 
entender las diferentes respuestas según Esping-Andersen: “el Estado de bienestar puede 
transformar fundamentalmente la sociedad capitalista? ¿Cuáles son las fuerzas causales por 
detrás del desarrollo del Estado de bienestar?” (ESPING-ANDERSEN, 1991, p. 85). En este 
sentido, ya desde la concepción de los políticos clásicos se preocuparon por la relación entre 
capitalismo y bienestar social; es decir, el vínculo entre mercado y Estado. 
Así, el neoliberalismo contemporáneo se comprende como un eco de la economía 
política liberal clásica que apela por la intervención mínima del Estado en asuntos 
económicos y brindar los elementos básicos para la sociedad, debido a que “el Estado solo 
asfixiaría el proceso igualador del comercio competitivo y crearía monopolios, 
proteccionismo e ineficiente: El Estado sustenta la clase, el mercado tiene el potencial de 
destruir la sociedad de clases” (ESPING-ANDERSEN, 1991, p. 86). Por otro lado, un estado 
de bienestar monárquico que tienda al bienestar social debe priorizar la armonía entre las 
clases, lealtad y productividad, a través de un sistema eficiente de producción disciplinado. 
En adición, desde la concepción marxista, la sociedad debe ser capaz de apropiarse 
del excedente del trabajo para confrontar “la acumulación de capital que despoja al pueblo de 
la propiedad, el resultado final será divisiones de clase cada vez más profundas” (ESPING-
ANDERSEN, 1991, p. 88). Por su parte, el modelo social-demócrata argumentauna solución 
de igualdad fundamental en la sociedad por medio de una socialización económica aunque 
“la experiencia histórica demostró que la socialización era un objetivo que no podría ser 
tentado por medio de la democracia parlamentaria en una base realista” (ESPING-
ANDERSEN, 1991, p. 89). En suma, si existe el Estado de bienestar, existe un aumento de 
las capacidades políticas y “reduce las divisiones sociales que son las barreras para la unidad 
política de los trabajadores” (ESPING-ANDERSEN, 1991, p. 90). 
En este sentido, aunando el modelo social-demócrata, se configura la hipótesis 
central contemporáneo sobre el Estado de bienestar: “la movilización de clase en el sistema 
parlamentario es un medio para la realización de los ideales socialistas de igualdad, justicia, 
libertad y solidaridad” (ESPING-ANDERSEN, 1991, p. 90). De esta forma, cuando se aborda 
el Estado de bienestar en términos sociales, se tienen dos abordajes: estructuras y sistemas 
globales e instituciones y actores. Además, “los derechos sociales pueden hacer las fronteras 
del poder capitalista retrocedan” (ESPING-ANDERSEN, 1991, p. 95) 
Ahora bien, la causa para las diferentes respuestas del Estado de bienestar subyace a 
la idea de que la función de bienestar social es apropiada para el Estado-nación. Así, antes de 
indicar las causas de los regímenes del Estado de bienestar, cabe indicar los tipos de Estado 
de bienestar. El liberal apela a la interacción residual a través de asistencia a solo aquellos 
que precisen, tales como Pensión 65, Becas de estudios a estudiantes pobres, etc.; lo que lleva 
 
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a una estigmatización de los atendidos por el Estado por el éxito de aquellos que consiguen 
eliminar sus necesidades dado el contexto de mercado. Por su parte, el 
conservador/corporativista supone un estatus donde existen recompensas para quien es leal o 
para quien contribuye en el mercado, así como el fondo de pensiones: ONP
1
 o AFP
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; sin 
embargo, una consecuencia inmediata es la jerarquización: funcionalismo, clase media, 
trabajadores, y no contribuyentes. Y la social-demócrata se sustenta en un universalismo que 
promueve programas como el SIS (Sistema Integral de Salud) lo que intenta configurar un 
igualitarismo. Así, tenemos que las causas se asocian a una teoría del desarrollo del Estado de 
bienestar que reconsidera sus hipótesis causales para explicar las interacciones sociales. 
Por ello, tres factores son importantes: la naturaleza de la movilización de clase, las 
estructuras de coalición política de clase, y el legado histórico de la institucionalización del 
régimen. En suma, la estructura del sindicalismo, dada la formación histórica, puede o no 
reflejarse en la formación de un partido de trabajadores. Sin embargo, “en las primeras fases 
de la industrialización, las clases rurales en general constituyen aisladamente el mayor grupo 
del electorado” (ESPING-ANDERSEN, 1991, p.112) lo que contrasta con el papel de los 
propietarios en la formación de coaliciones que permite el desarrollo del Estado de bienestar. 
En síntesis, el modelo escandinavo al expandir los servicios sociales y el empleo 
público, participa de forma directa en la “constitución de una clase media instrumentalmente 
dedicada a la socialdemocracia” (ESPING-ANDERSEN, 1991, p.114). En contraste, el 
modelo norteamericano se preocupa por atender especialmente a la clase trabajadora y a los 
pobres. Por ello, los fondos previsionales privados y los beneficios ocupacionales adicionales 
responden a las necesidades de las clases medias. Por consiguiente, “es lógico que existió una 
resistencia a mayores extensiones de las actividades del Estado de bienestar” (ESPING-
ANDERSEN, 1991, p.114). Finalmente, el modelo de Europa Continental (Italia y Alemania) 
fueron marcados por las nuevas clases medias, debido a que ·”desarrollados por fuerzas 
políticas conservadoras, esos regímenes institucionalizaron la lealtad de la clase media a la 
preservación tanto de programas de previsión social segregados ocupacionalmente en cuanto, 
en última instancia, de las fuerzas políticas que la generan” (ESPING-ANDERSEN, 1991, 
p.114-115). Estos son los elementos abordados en el trabajo de Esping-Andersen. 
Referencias 
ESPING-ANDERSEN, Gosta. As três economias políticas do welfare state. Lua Nova, São 
Paulo , n. 24, p. 85-116, Sept. 1991. 
MICHELS, R. Sociologia dos Partidos Políticos. Editora Universidade de Brasilia: Brasil, 
1914. 
SCHUMPETER, J. Capitalismo, socialismo e democracia. Rio de Janeiro: Editora Fundo de 
Cultura, 1961. 
 
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 Oficina de Normalización Previsional (ONP)- Perú 
2
 Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP)