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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA PSICOLOGÍA A DISTANCIA - SUAYED “PLANTEAMIENTO DE LA INTERVENCIÓN” UNIDAD II. ACTIVIDAD 2. MARCO TEÓRICO, OBJETIVOS, POBLACIÓN E HIPÓTESIS DE LA PROPUESTA DE INVESTIGACIÓN DOCENTE: MTRO. RICARDO GALGUERA ROSALES MÓDULO: 0803 –SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN II: INTERVENCIÓN EN EDUCACIÓN MEDIA GRUPO: 9831 FECHA: 25-OCTUBRE-2020 ALUMNAS: VERENICE RAMÍREZ MONTES [417126926] MARÍA DE LOURDES ARTHUR RAMÍREZ [416140006] ESTRATEGIAS PARA MEJORAR EL PENSAMIENTO CRÍTICO EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS TEMA DE INVESTIGACIÓN 2 Índice Marco teórico ......................................................................................................................... 3 Introducción ........................................................................................................................ 3 Planteamiento del problema ............................................................................................... 5 Justificación del estudio ................................................................................................... 11 Objetivos de la intervención ................................................................................................ 13 Objetivo general ............................................................................................................... 13 Objetivos específicos ........................................................................................................ 13 Población .............................................................................................................................. 13 Hipótesis ............................................................................................................................... 14 Referencias ........................................................................................................................... 14 3 Marco teórico Introducción A lo largo de la historia, disciplinas como la filosofía, la pedagogía y la psicología han reunido esfuerzos para encontrar la metodología didáctica que, de acuerdo con las características diferenciales de los estudiantes, consiga enseñarlos a aprender. Los retos actuales que enfrenta la sociedad global demandan la necesidad que todos los individuos tenemos de emplear soluciones creativas e innovadoras y es evidente que las instituciones escolares adquieren una mayor responsabilidad en cuanto a su función académica, pero, sobre todo, en su papel como creadoras de puentes entre el contexto sociocultural y el educando, con el fin último de que los jóvenes profesionistas puedan insertarse con éxito en el mundo real. La intención es que, en el contexto escolar, los alumnos desarrollen las habilidades cognitivas para pensar críticamente y las metacognitivas para reconocer sus propios procesos y estrategias de aprendizaje; de modo que sean capaces de aplicarlas en forma autónoma para discernir la información y tomar decisiones a lo largo de su vida. Encontramos antecedentes de la enseñanza del pensamiento crítico desde la antigua Grecia cuando Sócrates, en oposición al método de los sofistas, concentró sus esfuerzos en incentivar en los ciudadanos el deseo por conocer la verdad a partir de la conversación, exponiendo argumentos desde lo particular hacia lo general hasta llegar a un consenso. El método socrático o dialéctico comenzaba con una pregunta, que se desarrollaba mediante el diálogo y concluía con la conversación (Marciales, 2003). Otros pensadores como Platón y Aristóteles continuaron el ejercicio de la dialéctica. De hecho, el pensamiento medieval estuvo influido en gran medida por el neoplatonismo, pero Santo Tomás de Aquino retomó el sistema aristotélico para desarrollar el pensamiento crítico sistemático básicamente para defender que el intelecto humano puede generar el conocimiento sin intervención divina (Marciales, 2003). La técnica que este teólogo y filósofo empleó, según describe Campos (2007), consistía en prever todas las críticas posibles a la idea propia e irlas respondiendo una a una. En la época renacentista, caracterizada por el surgimiento de un sinnúmero de escuelas de pensamiento, destacó la figura de Francis Bacon, un filósofo francés que abogaba por el método inductivo, es decir, pretendía guiar a las personas a construir un pensamiento crítico a partir de la percepción individual y hasta la generalización del conocimiento, pero siempre con el fundamento de las leyes científicas a fin de rechazar falsas creencias. En esta misma línea de trabajo, durante la Revolución Científica del siglo XVII, Descartes implementó un método de pensamiento crítico que conllevaba una serie de reglas para descubrir la verdad mediante la lógica y el razonamiento: en primer lugar debía dudarse de todo aquello que no estuviera sustentado en la evidencia, aún si provenía de la percepción de los sentidos; debían 4 considerarse los argumentos externos y se aplicaría la inducción a partir de los hechos conocidos y comprobados (Marciales, 2003). Como bien apunta Monroy (2009), en el racionalismo de Descartes, Spinoza y Leibniz se sustenta teórica y filosóficamente el paradigma cognitivo o cognoscitivo porque atiende a las representaciones mentales de cada individuo, es decir, que a partir del contraste entre la experiencia propia y la realidad se generan tanto el pensamiento como la conducta. De ahí que se utilicen estrategias metodológicas como: la investigación empírica, que busca responder una pregunta o comprobar una hipótesis a partir de la observación y la experimentación, y la simulación, que facilita la práctica de las habilidades en entornos reales. La llamada “revolución cognitiva” expandió el concepto de los esquemas mentales hacia el ámbito de la educación, de tal que la pedagogía cognitiva comenzó a considerar que el aprendizaje es el resultado de combinar los antecedentes, las percepciones y las actitudes disposicionales de los estudiantes; por lo que éstos adoptan un rol activo en el proceso de su propio aprendizaje cuando asimilan la información, la clasifican y la estructuran mentalmente y por último, la comparan contra lo que ya saben (Colegiado Nacional de Desarrollo Educativo, Cultural y Superación Profesional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, 2013). En concordancia con el paradigma cognitivo, desde la filosofía de la educación, se considera que el artículo “A concept of critical thinking” de Robert Ennis publicado en 1962, dio pie a la generalización del interés por la enseñanza del pensamiento crítico (Martín y Barrientos, 2009; Difabio, 2005). En términos simples, Martín y Barrientos (2009) explican la definición de Ennis: “pensar críticamente es decidir en forma razonada y reflexiva qué creer o qué hacer” (p. 41). Dado que el pensamiento crítico puede abordarse desde diferentes perspectivas, son varias las definiciones que los autores han pronunciado, conviene destacar a Richard Paul quien considera al pensamiento crítico como un proceso de análisis y de evaluación de las propias ideas y creencias (Paul & Elder, 2005, en Standish y Thoilliez, 2018). Para Peter Facione, desde un enfoque cognitivo, el pensamiento crítico se refleja en el proceso de toma de decisiones cuando las personas nos informamos, valoramos las opciones disponibles, exploramos las posibilidades y emitimos un juicio (Facione, P. 2011). En un intento por consensuar las múltiples descripciones, expertos estadounidenses y canadienses de las áreas de humanidades, ciencias sociales y educativas se reunieron en la American Philosophical Association en 1990 para determinar, con base en el método Delphi, que el pensamiento crítico es el proceso que permite emitir juicios de manera decidida yautorregulada (Facione, N. & Facione, P.; 2008; Facione, P., 2011). A pesar de las variaciones que cada autor aporta, está claro que el pensamiento crítico es un proceso mental y, por lo tanto, individual; que depende de las habilidades cognitivas superiores y que requiere un motivo, o bien, la intención de la persona para llevarlo a cabo. En tal sentido, y estrictamente en el terreno de la educación, no es aventurado afirmar que los estudiantes necesitan desarrollar el pensamiento crítico para alcanzar un aprendizaje 5 significativo. De acuerdo con los planteamientos de Ausubel (1978), el aprendizaje es significativo cuando el estudiante está dispuesto a alcanzarlo, cuando el material que se enseña está estructurado de manera lógica y además coincide con su experiencia previa y cuando es capaz de aplicar el conocimiento en otros ámbitos de la vida (Monroy, 2009); en suma, cuando el alumno sabe elegir de entre la información disponible cuál es la que necesita aprehender para conseguir un objetivo determinado (Chrobak, 2017). Los autores mencionados: Ennis, Paul y Facione, al igual que el informe APA-Delphi de 1990, y el aprendizaje significativo de Ausubel, coinciden en que para desarrollar el pensamiento crítico se requiere una combinación de habilidades cognitivas y disposiciones (Alvarado, 2018; Canese, 2015; Viera, 2003). En términos simples, no basta con poseer la estructura cognitiva para pensar y generar ideas, sino que también hace falta tener la motivación para evaluar tales pensamientos. Hasta aquí hemos dicho que los pensadores críticos presentan características en común que, aunque varían en función de los planteamientos teóricos de los expertos, en las fuentes consultadas sobresalen con frecuencia las seis habilidades intelectuales propuestas por el informe APA-Delphi de 1990: interpretación, análisis, evaluación, inferencia, explicación y autorregulación (Vélez, 2013; Martín y Barrientos, 2009; Difabio, 2005; Canese, 2015). En Vélez (2013) y Canese (2015) encontramos las evidencias que los pensadores críticos deben demostrar de acuerdo con cada habilidad intelectual: • Para interpretar, serán capaces de comprender, categorizar y expresar el significado de los contenidos. • Para analizar, podrán examinar ideas, relacionar los conceptos y discernir entre los argumentos. • Para evaluar, emitirán juicios valorativos con respecto a la credibilidad de las afirmaciones y los argumentos. • Para inferir, cuestionarán las evidencias, formularán conjeturas e hipótesis y extraerán conclusiones. • Para explicar, tendrá la capacidad de exponer sus conclusiones y justificar sus procedimientos de manera coherente. • Para autorregularse, los pensadores críticos se examinarán frecuentemente, detectarán sus errores y de ser necesario podrán autocorregirse. Planteamiento del problema De acuerdo con el reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, 2019) acerca de los retos que enfrenta la educación superior en México con respecto a su desempeño en el mercado laboral, el 83% de los empleadores han manifestado su preocupación por mejorar la calidad de la formación educativa ya que el 43% considera que las competencias demostradas por los jóvenes profesionistas son deficientes (Hays, 2018, citado en OCDE, 2019) y los resultados de los Exámenes Generales para el 6 Egreso de Licenciatura (EGEL) demuestran que están en lo correcto, pues en el periodo que va del 2005 al 2016, menos de la mitad de los estudiantes ha aprobado. Además, los datos arrojados por una encuesta del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC) en 2014 expusieron que nuestros jóvenes carecen de habilidades para la comunicación oral y escrita tanto en el idioma inglés como en el español; y los centros de trabajo declararon que a los egresados les falta desarrollar la capacidad de síntesis de la información y de razonamiento lógico. Es imperativo, entonces, incrementar el nivel de la calidad de la enseñanza y propiciar el uso de prácticas innovadoras para el aprendizaje pues en el mismo reporte de la OCDE (2019) se hace hincapié de la importancia que tiene la capacitación continua de los docentes, ya que aún se emplean métodos didácticos tradicionales que no promueven el desempeño autónomo de los estudiantes. Según el trabajo de investigación de López (2012), entre los actores educativos aún no hay un consenso acerca de por qué debería enseñarse el pensamiento crítico y de hecho, prevalecen ciertas ideas erróneas: algunos consideran que el dominio de los contenidos curriculares es suficiente para amplificar las habilidades cognitivas (Glaser, 1984; Perkings, 1985; Whimbey, 1985, citados en López, 2012), otros suponen que no debe enseñarse a pensar críticamente porque puede representar actitudes de mera oposición y otros consideran que sí, sólo que no saben cuáles estrategias utilizar (Díaz-Barriga y Hernández, 2002). Considerando las aportaciones de Diaz-Barriga y Hernández (2002) acerca de que la enseñanza “es una construcción conjunta (como) producto de los continuos y complejos intercambios con los alumnos y el contexto instruccional” (p. 140), y las estrategias son recursos para conseguir el aprendizaje significativo, entonces es necesario que tanto alumnos como docentes cuenten con un repertorio de medios disponibles en función de lo que se espera aprender y de los factores contextuales. De hecho, aunque la producción académica consultada menciona que para la enseñanza y el aprendizaje del pensamiento crítico pueden emplearse estrategias como: la mayéutica socrática (o indagación), las simulaciones, los estudios de casos, la lectura crítica, el aprendizaje basado en problemas (en Hawes, 2003); el aprendizaje basado en proyectos (en Rodríguez, 2018) y el trabajo cooperativo (en Reyes, 2019); en el diseño didáctico de los programas de intervención encontramos que dado el tiempo disponible y las características de la población escolar, también se han empleado: el análisis de argumentos (en Gordón, 1994), la toma de decisiones (Nieto y Valenzuela, 2013) y la elaboración de mapas mentales o conceptuales (en Kainz, 2012 y Chrobak, 2017). En el siguiente cuadro se resumen la muestra, el objetivo, las estrategias empleadas y los resultados de los proyectos arriba mencionados: Proyecto Muestra Objetivo Estrategias empleadas Resultados Taller para enseñar pensamiento 30 estudiantes de bachillerato de entre los 17 Diseñar y evaluar una propuesta de Análisis de argumentos, lectura crítica. Se obtuvo un desarrollo positivo en las habilidades 7 crítico en alumnos del bachillerato. Reporte de una experiencia (Reyes, 2019). y los 19 años de edad. intervención para desarrollar el pensamiento crítico. para evaluar los contenidos y analizar los argumentos, sin embargo, hubo deficiencia en la comprensión lectora. Pensamiento crítico, lectura crítica y aprendizaje basado en problemas en estudiantes de medicina. Un estudio comparativo (Rosales y Gómez, 2015). 42 alumnos del tercer semestre de la licenciatura de medicina. Comparar los efectos de la lectura crítica y el aprendizaje basado en problemas en el desarrollo del pensamiento crítico. Lectura crítica y aprendizaje basado en problemas. Se concluye que ambas estrategias mejoran el nivel de desarrollo del pensamiento critico en los estudiantes. El efecto de enseñar las destrezas del pensamiento crítico en un curso introductorio de enfermería (Gordón, 1994). 70 estudiantes del segundo semestre de enfermería. Evaluar el impacto de un modelo de enseñanza para el desarrollo del pensamiento crítico. Análisis de argumentos, lectura crítica y toma de decisiones. Se consideró que el métodoutilizado es efectivo. Condiciones intelectuales en la mejora del pensamiento crítico (Nieto y Valenzuela, 2013). 115 estudiantes de cuarto año de psicología de una universidad estatal española. Determinar si la inteligencia guarda relación con el pensamiento crítico y con su aprendizaje. Análisis de argumentos y toma de decisiones. Tras la implementación del programa de instrucción se incrementó la relación entre la inteligencia y el pensamiento crítico. El desarrollo del pensamiento crítico en estudiantes universitarios por medio del aprendizaje basado en problemas (Núñez, Ávila y Olivares, 2017). 27 estudiantes de primer cuatrimestre de la licenciatura en Nutrición. Determinar si el uso de la estrategia del aprendizaje basado en problemas mejora el desarrollo del pensamiento crítico. Aprendizaje basado en problemas. Se presentó un resultado positivo en las habilidades relacionadas al juicio de una situación específica, con datos objetivos y subjetivos. 8 Pensamiento crítico y aprendizaje basado en problemas (Saiz y Fernández, 2012). 68 estudiantes de cuarto semestre de Psicología de la Universidad de Salamanca. Confirmar que el rendimiento académico puede aumentar mediante el uso del aprendizaje basado en problemas para desarrollar el pensamiento crítico. Aprendizaje basado en problemas. Se encontraron diferencias significativas positivas con respecto al desarrollo de las habilidades de deducción, inducción, razonamiento práctico, toma de decisiones y solución de problemas. El aprendizaje basado en problemas como propuesta para el desarrollo del pensamiento crítico, en los estudiantes de medicina de la Universidad César Vallejo (Zavaleta y Matos, 2013). 80 estudiantes de ciencias básicas de la escuela de medicina de la Universidad César Vallejo. Demostrar la influencia del método de aprendizaje basado en problemas en el desarrollo del pensamiento crítico. Aprendizaje basado en problemas. El grupo experimental obtuvo puntajes más altos en todas las habilidades del pensamiento crítico (inferencia, identificación, deducción e interpretación), excepto en la evaluación de argumentos. El sistema de enseñanza y su relación con el desarrollo de capacidades cognitivas, en los estudiantes del primer año de la Facultad de Derecho de la Universidad Privada San Juan Bautista-Chincha (Gonzales, 2016). 48 alumnos del primer año de la facultad de derecho. Correlacionar el sistema de enseñanza con el desarrollo de capacidades cognitivas de los alumnos. Aprendizaje basado en problemas y análisis de casos. La correlación entre el sistema de enseñanza y el desarrollo de las capacidades cognitivas fue positiva y se encontró que tanto la estrategia del aprendizaje basado en problemas como la de análisis de casos mejoran el pensamiento crítico de los estudiantes. Intervención educativa con la estrategia didáctica de la indagación para la contribución del 34 estudiantes del segundo semestre de la Escuela Profesional de Psicología Demostrar si la estrategia de la indagación puede mejorar el desarrollo del Indagación. Los resultados demostraron que en efecto la estrategia didáctica de la indagación contribuye a 9 pensamiento crítico en estudiantes del VII ciclo II semestre de psicología ULADECH Católica filial Ayacucho-2018 (Flores, 2019). ULADECH Católica Filial Ayacucho pensamiento crítico. incrementar el pensamiento crítico en los estudiantes. ¿Por qué enseñar ciencia a través de la indagación? Un caso en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) (Chernicoff y Echeverría, 2012). Estudiantes de los cursos básicos de física en el primer semestre de las ingenierías y de la carrera de promoción de la salud. Comprobar los efectos de un programa de integración en el desarrollo de habilidades de razonamiento y pensamiento científico. Indagación guiada. Incrementó el número de estudiantes que aprueban la materia de física, mejoró el pensamiento crítico de los estudiantes, se desarrollaron mejores hábitos de estudio y además, el programa ha mejorado la didáctica y la formación de profesores. Propuesta de un taller de estrategias para incrementar el pensamiento analítico, crítico y creativo para público en general en Extensión Universitaria del ITAM (Kainz, 2012). El taller se ha impartido a docentes de primaria y secundaria, a padres de familia, a trabajadores y a alumnos universitarios. Difundir el uso y enseñar a elaborar mapas mentales y otros organizadores gráficos para análisis y sintetizar la información. Mapas mentales y conceptuales. Se demostró que los organizadores gráficos ayudan a desarrollar las habilidades de análisis y síntesis y también de metacognición. Mapas mentales, mapas conceptuales y escritos científicos, como estrategias didácticas desde las ciencias básicas para el desarrollo de habilidades 48 estudiantes del primer semestre de tecnología en radiología e imágenes diagnósticas de la Fundación Universitaria del Área Andina. Determinar el impacto de una estrategia de intervención didáctica para desarrollar habilidades metacognitivas Aprendizaje basado en problemas, mapas mentales, mapas conceptuales y escritos científicos. Los estudiantes lograron utilizar los organizadores gráficos de manera efectiva mejorando sus habilidades metacognitivas y su desempeño académico. 10 metacognitivas en la enseñanza- aprendizaje de la radiología (Adame y Arboleda, 2017). Podemos entonces concluir lo siguiente: primero, que en términos generales cualquier estrategia que propicie el aprendizaje significativo será útil también para promover el pensamiento crítico; segundo, que no hay una clara definición entre las estrategias empleadas por los docentes y las que pueden poner en práctica los estudiantes a fin de mejorar sus destrezas y habilidades cognitivas; y tercero, que algunas estrategias podrían resultar efectivas sólo para disciplinas específicas y en determinados contextos académicos. El aprendizaje cooperativo, por ejemplo, Benito y Cruz (2007, citado en Reyes, 2019) lo describen como un método empleado por el docente en el aula y que consiste en organizar pequeños grupos de trabajo para fomentar el intercambio de ideas y las habilidades sociales, de modo que si un estudiante optara por utilizar esta estrategia necesitaría del apoyo de sus compañeros. Asimismo, como explican Núñez, Ávila y Olivares (2017), el aprendizaje basado en problemas es una estrategia que requiere practicar los conocimientos adquiridos en el aula en situaciones de la vida real, en tal sentido, este método es aplicable a las ciencias exactas y a aquellas disciplinas que abordan el desarrollo de competencias prácticas específicas, sin embargo, resulta difícil imaginar su uso en el contexto de las asignaturas teóricas como la historia o la literatura, por ejemplo; algo similar ocurre con las simulaciones y el estudio de casos, que en menor o mayor medida requieren de apoyos externos a la institución educativa. En tal orden de ideas y atendiendo al informe de la OCDE (2019), sabemos que los estudiantes del nivel superior requieren aprender estrategias que permitan manejar grandes volúmenes de información, a analizar y comprender los contenidos y a tomar decisiones bajo criterios de razonamiento lógico, porlo que consideramos que son tres las estrategias que pueden adaptarse con mayor facilidad al diseño curricular de cualquier disciplina y, por supuesto, a las necesidades inmediatas de los estudiantes universitarios y de los futuros profesionistas en el mercado laboral: la lectura crítica, la indagación y la elaboración de mapas mentales y conceptuales. Hablamos de un buen lector crítico cuando se tiene la habilidad de comprender el sentido literal y el connotativo, es decir, cuando se comprenden los contenidos escritos. La comprensión de la lectura implica emplear habilidades psicolingüísticas, crear conexiones entre los esquemas y la información que se presenta, tener disposición e interés por el contenido y usar estrategias metacognitivas y autorreguladoras (Díaz-Barriga y Hernández, 2002). López (2012) enfatiza el papel indispensable que juega la estrategia de la indagación en todo proceso de enseñanza-aprendizaje pues cualquier idea o pensamiento se origina con una pregunta, por lo tanto, el uso de la mayéutica incrementa las habilidades de pensamiento, 11 ayuda a clarificar los contenidos, mantiene la evaluación y la retroalimentación del aprendizaje de forma continua y tal vez lo más importante, fomenta la curiosidad. Ausubel, en colaboración con Novak y Gowin elaboraron la teoría ANG de la cual se desprenden los mapas conceptuales como herramientas metacognitivas (Novak & Gowin, 1981, citados en Chrobak, 2017) que potencializan el pensamiento crítico porque facilitan organizar la información aprendida de manera gráfica a partir de la categorización de los conceptos e ideas principales y del establecimiento de relaciones causales entre ellos (Chrobak, 2017), además favorecen el desarrollo de habilidades de síntesis y la asimilación de contenidos nuevos (Kainz, 2012). Con base en lo expuesto, nace la pregunta que motiva la presente investigación: ¿Aprender las estrategias de lectura crítica, indagación y mapas mentales o conceptuales mejorará el pensamiento crítico de los estudiantes universitarios? Justificación del estudio Es una realidad por demás conocida que el Sistema Educativo Mexicano requiere mejorar sus estándares de calidad a fin de mejorar las competencias profesionales de nuestros egresados y, por ende, contribuir a contrarrestar el impacto de la recesión económica global. Esta es una preocupación compartida en el mundo, pues como se puso de relieve en la Declaración sobre la Educación Superior en América Latina y el Caribe (La Habana), todos somos responsables en mayor o menor medida de los niveles educativos deficientes. Por lo que se plantearon como posibles líneas de acción la formación de profesores, la participación activa de los estudiantes, la promoción de la investigación socioeducativa y un mejor diseño de las políticas gubernamentales en materia educativa (UNESCO, 1998a, citado en López, S., 2012). Algunos de los autores consultados concuerdan con tales objetivos de trabajo. Kember (1997) considera que el diseño de los currículos debería renovarse y evaluarse de forma continua a fin de evitar que los docentes se enfoquen más en la simple transmisión de los contenidos provocando que los alumnos adopten un rol pasivo; Andrei Fëdorov (2006) menciona que para que los estudiantes aprendan a desarrollar el pensamiento crítico es necesario seleccionar la metodología educativa adecuada, que los docentes demuestren dominio de sus disciplinas y que promuevan la labor intelectual de sus estudiantes; Díaz- Barriga y Hernández (2002) señalan la importancia de conseguir que los alumnos aprendan a ser autónomos y autorregulados, al contrario de lo que propone el sistema tradicional de enseñanza que se limita a la exposición de conocimientos conceptuales que brindan pocas herramientas cognitivas para enfrentar los problemas de la vida cotidiana; y Marín y Gómez (2015) agregan que no es que los estudiantes no cuenten con las habilidades cognitivas, sino que los profesores no las han fomentado debido a la falta de materiales y herramientas educativas por lo que recomiendan la implementación de la lectura crítica para el desarrollo 12 de habilidades del pensamiento lo cual requiere profesores dinámicos y que transmitan motivación al alumnado. Es importante señalar que elegir una buena estrategia didáctica no es suficiente, además se debe saber implementarla, de tal forma que los estudiantes elaboren esquemas a partir de la asimilación de la información aprendida y de su propia experiencia y estructuras cognitivas. Parafraseando a Díaz-Barriga y Hernández (2002), entre más se involucre cognitiva y afectivamente a los estudiantes, mayores serán los niveles de comprensión y de retención de los contenidos curriculares. Los proyectos enlistados en el cuadro comparativo anterior demuestran que los programas para la enseñanza del pensamiento crítico sí funcionan e incluso son viables en diferentes contextos universitarios, además de en la docencia y en la psicología, se han aplicado en medicina, enfermería, ingeniería, derecho y nutrición y eventualmente también podrían serlo en el campo profesional y en la sociedad general. Está claro que para propiciar el desarrollo del pensamiento crítico podemos comenzar con la estrategia de la indagación ya que la curiosidad es inherente a la raza humana y todo descubrimiento tiene como base una pregunta de investigación. Podemos afirmar que el método de la mayéutica es aplicable a cualquier área del conocimiento: en la propuesta de Chernicoff y Echeverría (2012) está orientada a las ciencias exactas y en la de Flores (2019) a las disciplinas teóricas; y en ambos casos se obtuvieron resultados positivos e incluso reproducibles. Resultados similares pueden observarse en la enseñanza de destrezas lectoras. En la lectura crítica, el estudiante debe de conocer el significado del vocabulario, dominar el lenguaje y también contar con motivación, ya que si no encuentra sentido a la lectura jamás la podrá disfrutar. Para las investigaciones de Gordón (1994) y de Rosales y Gómez (2015) fue muy importante que los alumnos estuvieran familiarizados con los textos que sirvieron de base para el entrenamiento de la lectura crítica, para después enfatizar poco a poco el análisis de los argumentos a partir de la propuesta del autor y los objetivos curriculares. Una vez que los alumnos son capaces de elaborar las preguntas esenciales en cuanto a por qué, para qué y cómo aprender, y que han desarrollado la habilidad para analizar el contenido y los argumentos de las lecturas, el siguiente paso es aprender a sintetizar la información, identificar las ideas relevantes y enlazar los conceptos de manera funcional y los organizadores gráficos representan una excelente técnica didáctica para tales objetivos. Con la elaboración de mapas mentales y conceptuales, Adame y Arboleda (2017) consiguieron que los alumnos interpretaran textos científicos y Kainz (2012) reporta que los participantes alcanzaron un aprendizaje significativo porque pudieron comprender y relacionar los conocimientos y, además, aplicar la técnica en situaciones externas a la institución escolar. En suma, cada uno de los trabajos académicos aquí citados proporcionan evidencia tangible de que las personas podemos llegar a ser buenos pensadores críticos si aprendemos con las estrategias adecuadas a relacionar la teoría con la práctica, a plantearnos las preguntas 13 pertinentes, a explorar los contenidos y analizar sus argumentos y finalmente, a generar esquemas renovados desde nuestra propia experiencia dentro y fuera del aula. Objetivos de la intervención Objetivo general El objetivo principal de este proyecto consiste en evaluar los efectos de un taller de estrategias para la comprensión lectora, la indagación y la elaboración de mapas mentales o conceptuales en el pensamiento crítico delos estudiantes universitarios. Objetivos específicos Los objetivos secundarios, derivados de la investigación y de la información recabada, son: 1. Diseñar y aplicar un taller de estrategias de aprendizaje basadas en la lectura crítica, la indagación y la elaboración de mapas mentales o conceptuales. 2. Evaluar los efectos de cada una de las estrategias de aprendizaje: • Lectura crítica • Indagación • Mapas mentales o conceptuales 3. Diseñar un instrumento que permita evaluar el desempeño de los participantes con respecto a los contenidos del taller. 4. Conocer la opinión valorativa de los participantes acerca de los contenidos del taller. Población La investigación está dirigida solamente a estudiantes mexicanos de cualquier género, mayores de 18 años, que actualmente cursan los primeros semestres del nivel educativo superior independientemente del programa académico en el que estén inscritos y que manifiestan el deseo de mejorar sus habilidades intelectuales por medio de estrategias de aprendizaje. 14 Hipótesis Dado que el interés principal de esta investigación es proporcionar a los estudiantes universitarios herramientas adicionales para activar las habilidades intelectuales superiores y de ese modo contribuir a la producción de egresados con competencias profesionales suficientes para desempeñarse con éxito en la sociedad, contribuir a la dinámica cultural y satisfacer las demandas de los mercados laborales, nuestra hipótesis es la siguiente: Si el estudiante aprende las estrategias de la lectura crítica, la indagación y los mapas mentales o conceptuales, entonces mejorará su pensamiento crítico. 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