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GOBIERNO ELECTRÓNICO: ¿MITO O REALIDAD? 
ANÁLISIS, DESCRIPCIÓN Y EVALUACIÓN DE LOS 
SITIOS WEB GUBERNAMENTALES DE LAS 
32 ENTIDADES FEDERATIVAS 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
L I C E N C I A D O E N C I E N C I A S 
D E L A C O M U N I C A C I Ó N 
E S P E C I A L I D A D E N 
C O M U N I C A C I Ó N P O L Í T I C A 
P R E S E N T A 
JESÚS EDUARDO ÁLVAREZ BARRIOS 
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES 
 
ASESOR: DR. GERARDO DORANTES AGUILAR 
 
MÉXICO, CIUDAD UNIVERSITARIA, 2012 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
2 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
A mi familia, por su incansable apoyo. 
 
A mis hermanos, Oscar Mauricio Rodríguez López de Lara y José Eduardo 
Cabrero Castro, por su ímpetu inquebrantable e inagotable compañía. 
 
A Jorge Islas Herrera, hombre de alto destino a quien le debo el aprendizaje de 
profusas e interesantes conversaciones. 
 
A mis sinodales, Patricia Martínez Torreblanca, Leonardo Figuerias Tapia, 
Fernando Martínez Elorriaga y Valeriano Ramírez Medina. 
 
A la Mtra. María Luisa Barnés Regueiro, quien gracias a su apoyo y confianza 
me ha dado la generosa oportunidad de crecer junto con la Filmoteca de la 
UNAM. 
 
Y, por supuesto, al Dr. Gerardo Dorantes, extraordinario maestro y avezado 
compañero de viaje; en especial, por las memorias que compartimos en 
Turquía —al sobrevolar en globo el valle de Göreme o al deleitar un baklava a 
las orillas del Bósforo— y las innumerables enseñanzas que me han forjado un 
innovado carácter, al linde de las fundamentales decisiones que devienen a 
posteriori de la Universidad. 
 
Teşekkür ederim! 
Jesús Eduardo Álvarez Barrios 
 
3 
GOBIERNO ELECTRÓNICO: ¿MITO O REALIDAD? 
ANÁLISIS, DESCRIPCIÓN Y EVALUACIÓN DE LOS SITIOS WEB GUBERNAMENTALES 
DE LAS 32 ENTIDADES FEDERATIVAS 
 
Introducción………………………………………………………………………….... 6 
a) Marco teórico y perspectiva metodológica……………………………….. 8 
b) Objetivos……………………………………………………………………... 11 
c) Hipótesis de trabajo…………………………………………………………. 11 
 
Capítulo 1 
I. El Contexto Digital 
 1.- Reinventar el gobierno……………………………………………………... 12 
2.- Internet……………………………………………………………………….. 17 
3.- Autorutas de la información………………………………………………... 22 
4.- Nuevas tecnologías de información y comunicación: el debate………. 25 
5.- Exceptuados del progreso: la fisura ciberespacial…………………….... 28 
 
Capítulo 2 
II. Marco Teórico 
1.- Aproximación al debate teorético sobre el E-Gobierno………………… 37 
1.1- Gobernabilidad…………………………………………………….. 37 
2.- Gobernabilidad electrónica: conceptos y definiciones………………….. 39 
3.- Déficits del e-gobierno……………………………………………………… 50 
4.- Consecuencias del establecimiento del e-gobierno……………………. 52 
5.- El modelo de las cuatro etapas del e-gobierno………………………….. 59 
 
Capítulo 3 
III. E-Gobierno en México 
1.- Antecedentes……………………………………………………………….. 64 
2.- Método……………………………………………………………………….. 67 
3.- Evaluación…………………………………………………………………… 69 
a.- Diferencias entre regiones socioeconómicas de México………. 69 
b.- Información en Línea……………………………………………….. 70 
c.- Servicios electrónicos………………………………………………. 71 
d.- Privacidad y seguridad……………………………………………... 72 
e.- Acceso para personas con discapacidades……………………... 73 
f.- Acceso en lenguas extranjeras…………………………………….. 74 
g.- Anuncios, tarifas de usuarios y cuotas de socio………………… 74 
h.- Interacción con el público………………………………………..... 75 
4.- Resultados…………………………………………………………….......... 76 
 
IV. Conclusiones…………………………………………………………………….... 83 
 
Bibliografía………………………………………………………………………...........86 
ANEXO I.................................................................................................................................92 
ANEXO II................................................................................................................................94 
ANEXO III.............................................................................................................................104 
ANEXO IV.............................................................................................................................111 
4 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
NOTA PRELIMINAR: 
 
En julio de 2011, los resultados de esta tesis fueron presentados en la 
International Association for Media and Communication Research (IAMCR) en la 
Universidad de Kadir Has, campus Cibali, en Estambul, Turquía, con la ponencia: 
Description, Analysis and Evaluation of Digital Government in Mexico: 2011. 
 
En el mes de mayo del 2012, se expusieron en el XI Congreso Latinoamericano de 
Investigadores de la Comunicación de la Asociación Latinoamericana de 
Investigadores de la Comunicación (ALAIC) en la Universidad de la República, en 
Montevideo, Uruguay, con la ponencia: E-democracia: ¿Mito o realidad? 
Descripción, análisis y evaluación del Gobierno Digital en México. 
 
Las copias de ambos certificados de participación se encuentran en los anexos del 
presente trabajo de investigación. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
“Cyberspace. A consensual hallucination experienced daily by billions of legitimate 
operators, in every nation, by children being taught mathematical concepts… A 
graphic representation of data abstracted from the banks of every computer in the 
human system. Unthinkable complexity. Lines of light ranged in the non space of 
the mind, clusters and constellations of data. Like city lights, receding”.1 
 
William Gibson 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1 “Ciberespacio. Una alucinación consensual experimentada diariamente, en cada nación, por 
billones de operadores legítimos y niños que aprenden conceptos matemáticos. Una 
representación gráfica de datos extraídos de los bancos de todos los ordenadores del sistema 
humano. Complejidad impensable. Líneas de luz que se extienden en el no-espacio de la mente, 
los conglomerados y los racimos de datos. Como luces de la ciudad retrocediendo”, William 
Gibson. 
6 
Introducción 
Esta propuesta de investigación se enfoca en los aspectos políticos de la 
evolución tecnológica en materia de comunicación política a nivel local; de manera 
particular, en la política de comunicación gubernamental en materia digital en 
México representada por el llamado gobierno electrónico (E-Government en 
inglés). 
El protocolo que la sustenta pretende medir, analizar y evaluar la 
experiencia mexicana en el uso de las nuevas tecnologías de información y 
comunicación (TIC) como instrumentos para mejorar la gobernanza y, por ende, 
enriquecer la democracia en este país. Vincula, en última instancia, los estudios 
teóricos y metodológicos, con el estudio de los sitios web de las 32 entidades 
federativas en México. 
La pregunta básica a responder es si el e-gobierno es un instrumento 
operativo para el empoderamiento de la sociedad civil y, por ende, de las prácticas 
democráticas como se pregonaba —y suele reiterarse en algunos círculos 
académicos, empresariales y gubernamentales—, o si solo sirve a los gobiernos 
como un instrumento más, si bien novedoso, para hacer más eficientela 
administración pública. Es decir, para ejercer la política en los términos habituales 
(politics as usual). 
A partir del análisis de la política pública en México en materia digital y su 
reflejo en la normatividad correspondiente, este trabajo pretende estudiar los 
esfuerzos realizados por el gobierno mexicano para ampliar su grado de 
gobernabilidad. 
La investigación se basa en el esquema metodológico de Darrell M. West, 
doctor en ciencia política y director de estudios en gobernanza por el Instituto 
Brookings en Washington D.C., aplicado, en esta pesquisa, para describir y 
comparar los servicios del gobierno electrónico mexicano, mediante sus sitios web 
de las 32 entidades federativas. 
Las categorías analizadas para evaluar el objeto de estudio son: 
publicaciones, clips de de audio, clips de video, acceso a idiomas extranjeros, 
ausencia de publicidad, gratuidad en el acceso, ausencia de cobro de inscripción 
7 
para ciertos contenidos, acceso para personas con capacidades diferentes, 
existencia de políticas de privacidad y de seguridad, uso de firmas digitales para 
transacciones, opción para pagar con tarjeta de crédito, contactos vía correo 
electrónico, áreas para subir comentarios, opción para actualizaciones vía correo 
electrónico, opción para la personalización de la página y accesibilidad vía PDA 
(personal digital assistant en inglés). 
 Por lo anterior, este proyecto de investigación busca elaborar un análisis de 
contenido de las temáticas, uso e información del e-gobierno en México, dentro de 
los portales gubernamentales de internet de las 32 entidades federativas. 
La realización de este estudio es relevante porque permitirá conocer los 
contenidos y temáticas de los sitios web a analizar, cuyos objetivos principales se 
basan en “la eficiencia, la transparencia, la accesibilidad y la capacidad de 
respuesta a las demandas de los ciudadanos y las organizaciones”2 que plantea el 
gobierno mexicano dentro de su plataforma virtual en Internet. 
Se eligieron las 32 páginas electrónicas (también llamadas portales 
gubernamentales o sitios web)3 de la federación mexicana para su investigación y 
análisis, porque son la redes actuales de cada uno de los gobiernos estatales, 
junto con el Distrito Federal; además, actualmente Internet se ha posicionado 
como uno de los canales para informar las funciones, logros, avances y gestiones 
de los representantes y funcionarios del mismo; todo lo anterior implica que la 
información se tenga que dar a conocer por la Red, a través de una plataforma de 
gobierno electrónico, dentro del marco de la democracia electrónica (E-Democracy 
en inglés). 
Efectivamente, el concepto de gobierno electrónico “incluye todas aquellas 
actividades basadas en las nuevas tecnologías informáticas, en particular Internet, 
que el Estado desarrolla para aumentar la eficiencia de la gestión pública, mejorar 
 
2
 Ramón Gil-García; Judith Mariscal; Fernando Ramírez, Gobierno electrónico en México, México, 
Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), 2008, p. 1. 
3
 Cfr. Octavio Islas, “Análisis de la infraestructura que presentan 22 portales gubernamentales de 
los países ubicados en la plataforma continental de América”, Comunicação, Mídia e Consumo, 
São Paulo, núm. 11, vol. 4, Brasil, noviembre, 2007, p. 95-113. 
 
8 
los servicios ofrecidos a los ciudadanos y proveer a las acciones del gobierno de 
un marco mucho más transparente que el actual.”4 
De esta manera, la importancia de este análisis cobra sentido para 
identificar las temáticas, procedimientos y los servicios desarrollados por el 
gobierno mexicano correspondiente a las 32 entidades federativas y que 
conforman las páginas electrónicas a estudiar. 
Igualmente, recordemos que en una estrategia de comunicación política en 
línea “los gobernantes deben comunicarse de manera permanente con los 
ciudadanos para explicar sus propuestas y demandar su apoyo”.5 
En este sentido, las funciones del e-gobierno son consideradas como 
herramientas esenciales en materia de gobernanza —sobre este concepto se ha 
profundizado en el capítulo 2—, al punto que ha obligado “a repensar 
organizaciones, responsabilidades, procesos de negocios y acuerdos de 
colaboración y de cooperación dentro y entre los niveles de gobierno”.6 
Asimismo, este trabajo se realizó mediante la revisión de apuntes, entre 
otros, de Krippendorff, y Bardin y, específicamente, el modelo de análisis de 
Darrell M. West, con el objetivo de analizar el contenido y conocer la composición 
del e-gobierno en México. El periodo de análisis del estudio se ha realizado en al 
año 2011 en los meses de febrero, marzo y abril; cabe señalar que se analizaron 
los sitios web directamente de Internet y se recogieron muestras todos los días. 
A) Marco teórico y perspectiva metodológica 
Hay, entonces, tres preguntas aún no contestadas que forman el quid de la 
cuestión de esta investigación. Primero, ¿qué tipo de servicios provee el gobierno 
digital en México?; segundo, ¿de qué manera el gobierno electrónico mexicano 
 
4
 Roberto Izurieta, et al., Estrategias de comunicación para gobiernos, Argentina, La Crujía, 2002, 
p. 164. 
5
 Ibid., p. 35. 
6 OECD e-Government Studies, Future of e-government: Agenda 2020, [en línea], p. 9., E-Leaders 
Conference 2008 Main Conclusions, 2008, Dirección URL: 
http://www.oecd.org/dataoecd/41/40/43340370.pdf, [consulta: 7 de mayo de 2011]. 
http://www.oecd.org/dataoecd/41/40/43340370.pdf
9 
está aprovechando al máximo los beneficios de Internet?; tercero, ¿cómo funciona 
Internet en el servicio público en nuestro país? 
Con ello, el objetivo de nuestra pesquisa toma cuerpo para así describir, 
con la perspectiva del modelo teórico de análisis de Darrell M. West, al e-gobierno 
mexicano a nivel de las entidades federativas y detallar cuál es el estado actual 
del mismo. 
Por un lado, es necesario examinar teóricamente el alcance del e-gobierno, 
las fases a través por las cuales se va fortaleciendo y transformando, así como las 
causas y consecuencias de su establecimiento; por otro, el método y los datos 
utilizados para el análisis de los sitios web a nivel ejecutivo en México. 
Lo anterior se enmarca en la definición de la comunicación política 
entendida como “el campo de estudio que comprende la actividad de 
determinadas personas e instituciones (políticos, comunicadores, periodistas y 
ciudadanos) en la que se produce un intercambio de información, ideas y actitudes 
en torno a los asuntos públicos”7. 
Por lo tanto, al impulsarse en Internet el intercambio informativo de las 
instituciones políticas, a través de sus redes de difusión y recibimiento de 
mensajes, el propósito de la presente investigación es analizar y conocer qué 
información se transmite desde el ámbito del gobierno digital. 
Por lo que respecta a la perspectiva metodológica de investigación, se ha 
optado por el análisis de contenido, el cual es “un conjunto de técnicas de análisis 
de comunicaciones tendente a obtener indicadores (cuantitativos o no) por 
procedimientos sistemáticos y objetivos de descripción del contenido de los 
mensajes, permitiendo la inferencia de conocimientos relativos a las condiciones 
de producción/recepción (variables inferidas) de estos mensajes”.8 
Dicha metodología es la más adecuada para aportar información sobre el 
problema planteado porque “es un método muy empírico, dependiente del tipo de 
 
7
 María José Canel, Comunicación política: técnicas y estrategias para la sociedad de la 
información, Tecnos, España, 1999, p. 23. 
8
 Laurence Bardin, Análisis de contenido, España, Ed. Akal, 1986, p. 32. 
10 
discurso en que se centre y del tipo de interpretación que se persiga [en el cual] no 
existen plantillasya confeccionadas y listas para ser usadas, simplemente se 
cuenta con algunos patrones base, a veces difícilmente traspasables”.9 
Siguiendo este argumento, el método de análisis de la estructura del 
gobierno electrónico planteado por Darrell M. West funcionará, entonces, como 
guía para confeccionar nuestra plantilla y adaptarla al presente estudio. 
Como se ha mencionado, la muestra en la que se basan los resultados de 
esta tesis son los 32 sitios web de las entidades federativas en México. La forma 
en que se han recabado los datos ha sido mediante “la señalización de los índices 
y la elaboración de los indicadores”10 de los estudios sobre la materia de West y 
que se han adaptado al corpus de datos que resultaron del análisis a presentar. 
A partir de esta organización, el instrumento que se ha utilizado para la 
recolección de datos es la plantilla de análisis, con sus respectivas categorías, 
propuesta en los estudios de gobierno electrónico de Darrell M. West, con la cual 
hemos medido la presencia o ausencia de elementos que han funcionado como 
indicadores y le han otorgado sentido a nuestro análisis. Cabe resaltar que la 
justificación en utilizar la construcción analítica de West corresponde a lo que 
Krippendorff explica como fuente de certidumbre de éxitos obtenidos en el 
pasado.11 
Y como lo indica Bardin, es importante comprender que “para los analistas, 
lo ideal sería no tener que reinventar una plantilla de categorías para cada material 
y cada objetivo de análisis. Esto no es posible, salvo para materiales muy 
similares y con una finalidad idéntica”12 y ante ello los resultados a conseguir en el 
presente trabajo jugarán “el papel de normas de diferencia”.13 
De esta forma verificaremos la fiabilidad y validez del método de West, 
puesto que “la reproducibilidad de un proceso es el grado en que puede recrearse 
 
9
 Ibid., p. 23. 
10 Ibid., p. 72. 
11
 Klaus Krippendorff, Metodología de análisis de contenido, Paidós, España, 1990, p. 150. 
12
 Laurence Bardin, op. cit., p. 97. 
13
 Idem. 
11 
en circunstancias diferentes, en otros lugares y con la intervención de 
codificadores distintos”.14 
B) Objetivos 
El objetivo general de esta pesquisa es analizar, describir y evaluar los mensajes 
de gobierno de las 32 páginas electrónicas de las entidades federativas que 
presenta el e-gobierno mexicano, a partir del modelo analítico y teórico de Darrell 
M. West; por su parte, los objetivos particulares son: 
 Describir las características de los portales gubernamentales de las 32 
entidades federativas. 
 Analizar el tipo de servicios que provee el gobierno digital en México. 
 Explicar cómo el e-gobierno mexicano aprovecha al máximo los beneficios 
de Internet. 
 Describir cómo funciona Internet en el servicio público en nuestro país. 
c) Hipótesis de trabajo 
El e-gobierno en los portales gubernamentales de las 32 entidades federativas 
analizadas contribuye a ampliar la comunicación política en línea, principalmente, 
en materia de servicios electrónicos. El gobierno electrónico podrá distar mucho 
de promover la participación política de la ciudadanía en los términos en que 
numerosos pensadores tecno-deterministas suelen idealizar. 
En resumidas cuentas, tratándose de interpretar el gobierno electrónico en 
México en términos de su capacidad de ampliar la democracia, el concepto e-
gobierno es más un mito que una realidad. Al profundizar y avanzar en el propio 
estudio, habrán de explorarse nuevos elementos analíticos, y encontrarse nuevos 
resultados que permitan o no ratificar nuestras hipótesis. 
 
 
 
 
 
14
 Klaus Krippendorff, op. cit., p. 194. 
12 
Capítulo I.- El Contexto Digital 
1. Reinventar el gobierno 
En 1993, el presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, propuso reinventar el 
gobierno norteamericano mediante la creación de una administración más 
eficiente, con un presupuesto menos costoso y resultados significativos.15 
Una de las prioridades durante su gestión fue tratar de vincular a los 
ciudadanos con los diversos órganos del gobierno para que pudiesen obtener 
servicios automatizados; por la otra, que el gobierno redujera costos, mejorara su 
rendimiento y aumentara su velocidad en la entrega de servicios mediante la 
implementación y conexión a través de redes de información y comunicación.16 
El concepto “reinvención del gobierno”, acuñado por David Osborne y Ted 
Gaebler,17 se basa en la implementación de una estrategia que abarque tanto a 
las instituciones de gobierno como a la sociedad en su conjunto, utilizando los 
mecanismos disponibles para cambiar la dinámica subyacente y el 
comportamiento de los integrantes de un sistema político18 y, en particular, dentro 
de una visión descrita como optimista, que logre finiquitar el modelo jerárquico de 
la burocracia, donde “los ciudadanos pueden ver la información, pero no 
modificarla para sus propios fines”.19 
 
15
 John Kamensky, National Parternship for Reinventing Government: A Brief History, [en línea], 
Sociedad Nacional para la Reinvención del Gobierno del Vicepresidente Al Gore, Washington, 
D.C., 1999, Dirección URL: http://govinfo.library.unt.edu/npr/whoweare/history2.html, [consulta: 12 
de mayo de 2011]. 
16
 Tamara Almarabeh y Amer AbuAli, A General Framework for E-Government: Definition, Maturity 
Challenges, Opportunities, and Success, [en línea], European Journal of Scientific Research, Vol. 
39, Núm. 1, 2010, Dirección URL: http://www.eurojournals.com/ejsr_39_1_03.pdf, [consulta: 12 de 
mayo de 2011]. 
17
 Cfr. David Osborne y Ted Gaebler, Reinventing Government: How the Entrepreneurial Spirit is 
Transforming the Public Sector, Estados Unidos, Plume Penguin Books, 1993, 432 pp. 
18
 David Osborne, Reinventing Government: What Difference a Strategy Makes, [en línea], 21 pp., 
7
th
 Global Forum on Reinventing Government: Building Trust in Government, Organización de las 
Naciones Unidas, 2007, Dirección URL: 
http://unpan1.un.org/intradoc/groups/public/documents/un/unpan025253.pdf, [consulta: 15 de mayo 
de 2011]. 
19
 Darrell M. West, Digital Government: Technology and Public Sector Performance, Estados 
Unidos, Princeton University Press, 2007, p. 9. 
http://govinfo.library.unt.edu/npr/whoweare/history2.html
http://www.eurojournals.com/ejsr_39_1_03.pdf
http://unpan1.un.org/intradoc/groups/public/documents/un/unpan025253.pdf
13 
Robert P. Hillman20 asegura que este concepto es conocido, en los 
procesos de negocios, como el de reingeniería, el cual adquiere el nombre de 
reinvención para hacer referencia a los cambios estratégicos necesarios a nivel 
gubernamental. 
Para lograr una transformación significativa en la dinámica a nivel gobierno, 
resultaba imprescindible el uso selectivo de las TIC y, de manera particular, 
Internet. La amplia aceptación de la idea clintoniana, aunada a la rápida expansión 
del World Wide Web en los primeros años de la década de los noventa, dio lugar a 
los orígenes de lo que hoy conocemos como gobierno electrónico o e-gobierno.21 
En los albores de su implementación, sus funciones esenciales —las cuales 
se mantienen hoy en día, en conjunción con algunas otras que devienen del 
desarrollo tecnológico constante— consistían en establecer mayor contacto con el 
público, hacer más rápida la entrega de servicios y dar a conocer información 
fundamental de lo que acontecía en las diversas instancias gubernamentales, 
cuyo objetivo primordial era restaurar y mejorar la confianza que se da a partir del 
binomio gobierno-ciudadano.22 
Algunas de las ventajas de la implementación del gobierno digital fueron la 
supresión de visitas a oficinas de gobierno por parte de los ciudadanos para 
realizar pagos; la realización de algún registro presencialy la posibilidad de llevar 
a cabo llamadas telefónicas para conocer alguna información específica. 
 
 
 
 
20
 Cfr. Robert P. Hillmann, Reinventing Government: Fast Bullets and Cultural Changes, Murchison 
Chair of Free Enterprise, Estados Unidos, Universidad de Texas, 2001, 105 pp. 
21
 “El empleo de la letra ‘e’ seguida de una guión y precediendo a un sustantivo se usa en los 
últimos años para referirse a la incorporación de las tecnologías de la Sociedad de la Información 
al ámbito delimitado por dicho sustantivo. En concreto dicha ‘e’ es la inicial de la palabra inglesa 
‘electronic’. Estas tecnologías suelen recogerse en el acrónimo TIC, que alude a las Tecnologías 
de la Información y de la Comunicación” en José Julio Fernández Rodríguez, Gobierno electrónico, 
un desafío en Internet (Implicaciones Jurídicas), México, Fundap, 2004, p. 25. 
22
 Al Gore, Vice President’s Reinvention Initiatives: Reinventing Government, [en línea], Página 
web de la Casa Blanca, Estados Unidos, Dirección URL: 
http://clinton4.nara.gov/WH/EOP/OVP/initiatives/reinventing_government.html, [consulta: 12 de julio 
de 2011]. 
http://clinton4.nara.gov/WH/EOP/OVP/initiatives/reinventing_government.html
14 
Por su parte, el uso de servicios electrónicos para pagar impuestos o la 
inclusión de la participación ciudadana a través de foros para incidir en la agenda 
política, junto con otras particularidades del e-gobierno que pueden ser 
aprovechadas a través de los sitios web, pueden marcar progreso, en una primera 
instancia, para hacer más eficiente el modelo burocrático, engranaje primordial en 
el funcionamiento de la democracia. 
Por ello, para entender el gobierno electrónico es necesario remontarse al 
origen de Internet en la década de los sesenta cuando el Departamento de 
Defensa de los Estados Unidos comenzó el proyecto ARPANET, “un sistema de 
conexión digital que conectaba a varias computadoras en diferentes ubicaciones 
geográficas”.23 
Sin embargo, no fue sino hasta 1991, con la formación de la World Wide 
Web, interface integrada por el uso, envío y manipulación de textos, imágenes y 
sonidos, que Internet se estableció como un medio de comunicación entre el 
público en general. 
Años más tarde, las agencias de gobierno descubrirían que Internet era un 
útil medio para comunicarse con ciudadanos, empresas y otros organismos 
sociales, debido a que podían publicar y amplificar su información, ofrecer en línea 
algunos servicios y, de esta manera, ampliar y poner a disposición sus contenidos 
a un amplio grupo de personas. 
Tradicionalmente, las agencias de gobierno se han caracterizado por tener 
una estructura de comunicación jerárquica y lineal; en cambio, la característica 
fundamental de los servicios de distribución digital consiste en transmitir una 
comunicación no jerárquica, no lineal, interactiva y disponible las veinticuatro 
horas al día, los siete días de la semana. 
Los aspectos interactivos del gobierno electrónico permiten que tanto los 
ciudadanos como los funcionarios públicos se puedan beneficiar de las ventajas 
de Internet, como el envío o recepción de información. Así, la ventaja competitiva 
de este medio a favor de los ciudadanos consiste en la capacidad para acceder a 
 
23
 Darrell M. West, op. cit., p. 2. 
15 
información pública y hacer uso de servicios en línea de manera permanente e 
ininterrumpida. 
Es posible, entonces, afirmar que el uso del e-gobierno facilita, en su 
perspectiva del deber ser, la interacción de doble vía entre gobierno y público: la 
mejora en la prestación de servicios públicos y la capacidad de respuesta a los 
ciudadanos. Asimismo, potencialmente puede transformar la eficiencia y 
trasparencia gubernamental, mejorar el nivel de confianza de los ciudadanos e 
incluir su participación en asuntos políticos, pues como lo explica Darrell M. West: 
Las nuevas tecnologías mejoran la comunicación mediante la superación de 
la distancia geográfica, la promoción de la variedad ideológica, la apertura a 
los ciudadanos a una mayor diversidad de puntos de vista y el fomento a la 
deliberación. Estos beneficios forman parte de de la gran e inusual promesa 
de Internet como herramienta para la democracia.24 
El anhelo para mejorar la democracia a través del uso de Internet forma 
parte de una perspectiva que incluye también la mejora burocrática. Las TIC 
alteran las características de las burocracias tradicionales y en el momento en que 
se alienta y se fomenta el trabajo y el desarrollo conjunto entre agencias de sitios 
web que integran información y brindan servicios, el gobierno electrónico posibilita 
al “sector público […] lograr un cambio significativo”.25 
Este cambio va acompañado de las decisiones que se realicen en el mismo 
sector, las cuales limitan, de cierta forma, la velocidad y adaptación de las nuevas 
tecnologías en el proceso gubernamental. 
La entrada de una nueva tecnología en determinada sociedad y en 
determinada época, presupone, por su carácter novedoso, una modificación a 
gran escala de los diversos procesos sociales. Además, si bien contienen un 
carácter revolucionario, su adaptación se da incrementalmente, siendo la norma 
común, a raíz de su establecimiento, su evolución dentro de una organización 
social. 
En cuanto a las tecnologías computacionales y su acomodo en la 
organización del gobierno, la tendencia de cambio y sus acciones sólo se dan en 
 
24
 Ibid, p. 5. 
25
 Ibid, p. 123. 
16 
pequeña escala y de manera gradual, por lo que debemos tomar en consideración 
factores internos de organización en el gobierno y su visión tecnocrática, los 
cuales, en algunos casos, limitan y restringen la habilidad de esta tecnología para 
transformar a la sociedad y a la política. 
La falta de presupuesto, los conflictos e intereses de la oposición, las 
normas culturales y los patrones en el comportamiento de gobierno, enumera 
West, son algunos de los factores que dificultan el establecimiento de cambios a 
gran escala que podría producir el gobierno electrónico, a pesar de los beneficios 
que éste produzca tanto para la burocracia como para el ciudadano. 
Además de los factores anteriores, West afirma que el nivel de desarrollo 
del gobierno electrónico se ha dado de manera lenta, debido a la visión 
predominantemente tecnocrática y orientada a servicios por parte del gobierno, en 
vez de ser utilizada “como una herramienta para el empoderamiento ciudadano”.26 
Al respecto, algunos autores27 han predicho que la tecnología derivada de 
Internet no transformará a la democracia. Por su parte, West añade que: 
La tecnología refuerza las pautas sociales y políticas existentes, en vez de 
crear nuevas realidades […] Los sitios web de las agencias de gobierno 
sirven para perpetuar su propia misión y hacen muy poco para reforzar la 
participación ciudadana y la capacidad de respuesta.28 
Por lo anterior, es difícil tener certeza en afirmar que el gobierno electrónico 
dará origen a un cambio profundo a largo plazo en el actuar democrático. Por tal 
motivo, es conveniente el enfoque de investigación a corto plazo y el análisis de 
las causas y consecuencias del e-gobierno; de esta manera es posible describir 
cuán sustanciosa es la modificación y posible transformación de las actividades 
del gobierno electrónico. Este hecho lleva a West a afirmar que: 
La virtud del estudio de cambio a corto plazo […] proporciona pistas 
sobre los cambios a largo plazo [y] ayudan a dirigir el impacto futuro de 
tecnologías específicas. De esta manera, entonces, las políticas 
 
26
 Ibid, p. 174. 
27
 Cfr. Michael Margolis y Gerson Moreno-Riaño, The Prospect of Internet Democracy, Estados 
Unidos, Ashgate, 2009,200 pp. 
28
 Darrell M. West, op. cit., p. 6-7. 
17 
públicas pueden ver […] qué alteraciones a mitad de camino son necesarias 
para atajar consecuencias negativas.29 
De este modo, es necesario saber que las propuestas políticas y 
ciudadanas a través del e-gobierno pueden dar paso, entre otros beneficios, a una 
democracia más participativa, a un probable empoderamiento ciudadano o a la 
reproducción de la tecnocracia del gobierno en Internet. 
Luego entonces, la aportación de esta tesis es significativa para conocer la 
evolución y mejoramiento de los contenidos del e-gobierno en México, y, en 
general, de los estudios relacionados a las TIC. De hecho, Del Rey Morató señala 
que: 
[…] en las universidades de varios países del mundo hay foros de debate 
sobre el futuro de la red, en los que se habla de e-democracia, de prácticas 
de e-Gobierno, se ensayan mecanismos de participación ciudadana a través 
de la red, se estudian las redes ciudadanas, y se reflexiona sobre la 
comunicación digital para el desarrollo de políticas y Gobierno electrónico.30 
Bajo este tenor, nuestra pesquisa, que obedece a un análisis descriptivo del 
gobierno digital es, al mismo tiempo, un documento de análisis de contenido para 
futuras investigaciones cuyo fin persigan, de una u otra forma, el hacer más 
perfectible las propuestas políticas basadas en el intercambio de la información a 
través de Internet. 
2.- Internet 
El surgimiento y el desarrollo de Internet se dan a partir de la investigación 
tecnológica, académica y militar, principalmente, para la transmisión de datos a 
través de redes de comunicaciones veloces, inmediatas y seguras, a finales de los 
años sesenta del siglo XX. 
Diversos estímulos propiciaron consecuentemente su evolución: la 
necesidad de una comunicación mundial que nace en el campo académico 
apoyado con fondos del Departamento de Defensa de los Estados Unidos; el 
progreso y perfeccionamiento de la informática, con la invención de transistores, 
 
29
 Ibid, p. 8. 
30
 Del Rey Morató, Javier, Comunicación política, internet y campañas electorales: de la 
democracia a la ciberdemocr@cia, España, Tecnos, 2008, p. 303. 
18 
chips y microprocesadores, y, en el contexto de la Guerra Fría, la obligación y 
exigencia de posicionar la hegemonía tecnológica estadounidense sobre la de 
otros países, especialmente, sobre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas 
(URSS). 
Su origen se remonta a 1957, “año en que la Unión Soviética lanzó con 
éxito el primer satélite artificial, el Sputnik, demostrando así que los Estados 
Unidos se encontraban en segundo lugar con relación a la tecnología”.31 
Para Estados Unidos, este hecho significó estar un paso atrás en 
investigación tecnológica a nivel mundial, por lo que el presidente de los Estados 
Unidos, Dwight D. Eisenhower, creó, el 7 de febrero de 1958, bajo la dirección del 
Departamento de Defensa de los Estados Unidos, la red de computadoras 
Advanced Research Project Agency Network (ARPANET), “para promover y 
financiar la investigación científica en todas las disciplinas, y fomentar el avance 
tecnológico en todos los frentes que podrían estar relacionados con la defensa”.32 
En efecto, fue así que Internet se fundó “como parte de la respuesta 
gubernamental al Sputnik”33 y, al mismo tiempo de la aparición de ARPANET, se 
estableció la Corporación RAND, una organización norteamericana de análisis e 
investigación para la mejora de políticas públicas, que estableció un proyecto 
destinado a desarrollar una red de comunicaciones para el teléfono de voz que 
utilizaba la tecnología de envío de mensajes en paquete. 
La intención de este proyecto era crear una red que pudiese funcionar 
si algunos de sus vínculos fueran eliminados, como por algún ataque nuclear34; 
por lo anterior, se ha escrito que el propósito inicial de Internet se enfocaba en 
tejer una inexpugnable red de comunicaciones en caso de algún ataque de 
dimensiones atómicas. 
En realidad, este departamento comienza, por un lado, como una red para 
compartir información entre universidades e instituciones de investigación; por 
 
31
 Michael Banks A., On the way to the web: the secret history of the internet and its founders, 
Estados Unidos, Apress, 2008, p 2. 
32
 Ibidem. 
33
 Asa Briggs, De Gutenberg a Internet: una historia social de los medios de comunicación, Madrid, 
Taurus, 2002, p. 344. 
34
 Michael Banks A., op cit., p. 4. 
19 
otro, como una red que “pudiera sobrevivir a la eliminación o destrucción de 
cualquiera de los ordenadores que formaban parte de ella e incluso a la 
destrucción nuclear de todas las ‘infraestructuras’”35. 
Incluso Del Rey Morató encuentra en la perspectiva militar el incentivo para 
el desarrollo de Internet, que se da “cuando el Departamento de Defensa de los 
Estados Unidos ideó un plan para evitar la toma o destrucción soviética de las 
comunicaciones norteamericanas en caso de estallar la guerra nuclear”36. 
Como fruto de esta óptica, señala que “el resultado fue una arquitectura de 
red compuesta por miles de redes informáticas autónomas, que no podía ser 
contralada desde ningún centro”37. 
Sin embargo, esta visión de la descentralización de las comunicaciones 
para distribuir su manejo y operación con diversas redes en caso de alguna 
situación de ataque nuclear, sólo forma parte de una compleja trabazón en la que 
surgió y se desenvolvió lo que a la postre se llamaría Internet, una “red constituida 
por las diferentes redes interconectadas en el mundo”.38 
En este sentido, y en una línea disímil a la Del Rey Morató, Castells explica 
que al localizarse los principales nodos de ARPANET en las universidades, el 
acceso a ellos se dio “por parte de profesores y estudiantes de doctorado, 
eliminando toda posibilidad de control militar estricto”.39 Asimismo, añade que: 
La razón oficial para el desarrollo de ARPANET fue facilitar la comunicación 
entre los distintos grupos universitarios de informática financiados por el 
Departamento de Defensa y, en especial, permitir que compartieran tiempo 
de ordenador en las potentes máquinas que existían tan sólo en algunos 
centros.40 
Además de que la creación de Internet surge por cuestiones tanto 
académicas como militares, básicamente la función de esta red se basaba en el 
 
35 Asa Briggs, op cit., p. 4. 
36 Javier Del Rey Morató, op cit., p. 301. 
37 Ibidem. 
38 Dominique Wolton, Internet ¿Y después?, España, Gedisa, 2008, p. 28. 
39
 Manuel Castells, Internet, libertad y sociedad: una perspectiva analítica [en línea], Barcelona, 
Univesitat Oberta de Catalunya, 2001, Dirección URL: 
http://www.uoc.edu/web/esp/launiversidad/inaugural01/intro_conc.html, [consulta: 25 de mayo de 
2011]. 
40
 Ibidem. 
http://www.uoc.edu/web/esp/launiversidad/inaugural01/intro_conc.html
20 
intercambio de información, con lo que nace “el primer sistema de datos en 
paquetes de la historia”.41 
De esta manera, se creó un sistema en red que vinculó archivos ubicados 
en ordenadores conectados e nivel mundial. Además del hipertexto o el 
hipervínculo para conducir al usuario a múltiples contenidos, se añadió la función 
multimedia, la cual se basa en poner en línea imágenes, audio y vídeo.42 
En los orígenes de Internet, también podemos encontrar la perspectiva 
optimista del uso de la red como herramienta que “liberaba y potenciaba a los 
individuos y ofrecía ventajas sin precedentes a la sociedad”.43 
Desde esta visión, algunos lo consideran como un instrumento que 
“solucionará la mayoría de los males de la humanidad”44 o que “podrá crear una 
suerte de democracia directa, que encontrará un alivio al nuevo déficit democrático 
actual en la actividad de la comunicación que pueda generarse en torno al nuevo 
espaciocreado por ella”.45 
William Winston destaca en esta corriente al mencionar que “a través de la 
convergencia tecnológica viajaríamos hacia ‘una libertad más humana’, ‘más 
poder para el pueblo’ y más cooperación internacional’”.46 
Con las consideraciones anteriores, es significativo señalar las fechas que 
destacan en la evolución de Internet: 
1. En 1975, ARPANET es rebautizada como DARPA. Con 2 mil usuarios, los 
mensajes de correo electrónico eran la materia prima de su modo de 
comunicación y no todos tenían que ver con cuestiones de defensa. 
2. En 1979 se crea el grupo, Computer Science Research Network (CSNET), 
con asistencia financiera de la National Science Foundation (NSF); más 
tarde, en 1985, DARPA se vinculó a él. 
3. En 1986 se introdujeron las abreviaturas “com” para comercio, “mil” para 
militar y “ed” para educación. 
 
41
 Asa Briggs, op cit., p. 344. 
42
 Janet Abbate, Inventing the Internet, Estados Unidos, Massachusetts Institute of Technology, 
1999, p. 214. 
43 Asa Briggs, op cit., p. 346. 
44
 Dominique Wolton, op cit., p. 4. 
45 Javier Del Rey Morató, op cit., p. 305. 
46
 Asa Briggs, op cit., p. 347. 
21 
4. En 1993 se desarrolla el navegador Mosaic, el primer sistema web que 
incluyó imágenes a color como parte de las páginas que, al igual que las 
palabras del texto, se comenzaron a utilizar como enlaces o hipervínculos; 
asimismo, con esta interface de navegación en Red, los términos Web en 
Internet se popularizaron a principios de los años noventa.47 
5. En 1995, Sun Microsystems introdujo un nuevo lenguaje programático, 
Java, que en teoría hizo posible que una página web se utilizara con 
cualquier finalidad. 
Ante este veloz desarrollo tecnológico, la popularización de Internet se fue a 
la alza y así se “continuó la tradición de participación descentralizada en la 
creación del sistema, alentado a los usuarios individuales para añadir nuevos 
contenidos y herramientas”.48 
De este modo, las múltiples interconexiones establecidas por esta red han 
permitido, desde finales del siglo XX, el intercambio de información entre equipos 
de trabajo, individuos y gobiernos; por ello, con Internet se han abierto nuevas 
formas de conexión entre sus usuarios, mientras que con su implementación en la 
administración pública ha sido posible superar límites territoriales físicos de cada 
estado, lo cual conlleva una frecuente desterritorialización y el fortalecimiento de la 
presencia ciudadana.49 
Esta conectividad es entendida como “el instrumento necesario para que los 
seres humanos puedan comunicarse a distancia entre sí obtener información y 
conocimiento disponible en la red mundial Internet”50, capacidad natural que 
deviene de Internet y que, al mismo tiempo, en teoría, le provee el acceso a 
millones de personas en el mundo para el intercambio de información y la 
utilización de servicios en línea. 
Con ello, en Internet hay una apertura para la confrontación y la discusión 
de diversos puntos de vista, lo que puede ayudar al gobierno, en parte, a captar 
 
47 Janet Abbate, op cit., p. 216-218. 
48 Ibid, p. 219-220. 
49
 José Julio Fernández Rodríguez, Gobierno electrónico, un desafío en Internet (Implicaciones 
Jurídicas), México, Fundap, 2004, p. 22. 
50
 Abraham Sotelo Nava, México: un gobierno digital en expansión, México, Diseño Editorial, 2006, 
p. 19. 
22 
ópticas divergentes para la solución de problemas, estar enterado de la calidad de 
sus servicios o impulsar nuevas vías de participación de los ciudadanos. 
Con su advenimiento y utilización en la comunicación política, la cualidad de 
Internet de facilitar la conectividad comenzó a formar parte de la visión de un 
gobierno integral que pudiera extender a la ciudadanía, además de sus contenidos 
y servicios, la participación e inclusión en asuntos propios al ejercicio 
gubernamental. 
Aquí es donde toma importancia la premisa de la participación del usuario 
que puede potencializar y mejorar los contenidos en la interface digital. Bien 
mencionó Abbate a finales del siglo XX que “si la Internet va a continuar como un 
medio innovador de colaboración, descubrimiento e interacción social, ésta tendrá 
que recurrir a su capacidad de adaptación y de diseño participativo”51, pues la 
cualidad de conexión en el diseño original de Internet puso en la balanza, 
inherentemente, la idea de la inclusión y la condición de la participación para la 
interacción, como motor principal del funcionamiento de la red de redes. 
3.- Autorutas de la información 
En el mes de febrero de 1996 tuvo lugar la firma, por parte del Presidente William 
Clinton, del “Acta sobre las Telecomunicaciones” (Telecommunications Act), en el 
Salón Principal de Lectura del la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. 
El objetivo central de este documento versaba en promover la competencia 
y reducir la reglamentación con objeto de asegurar precios bajos y alta calidad en 
los servicios a los consumidores de las telecomunicaciones americanas y alentar 
el rápido desarrollo de nuevas tecnologías de las telecomunicaciones.52 
Desde su arribo a la Casa Blanca en 1993, la administración Clintoniana 
desarrolló lo que se denominó la “Infraestructura Nacional de Información” (NII por 
sus siglas en inglés), conocida como Las autopistas de la Información, paquete 
legislativo y administrativo, en materia de telecomunicaciones, que el entonces 
Vicepresidente Al Gore, líder del proyecto, calificó como una “revolución de las 
 
51
 Janet Abbate, op cit., p. 219-220. 
52
 Comisión Federal de Telecomunicaciones, Telecommunications Act of 1996, [en línea], CIV 
Congreso de los Estados Unidos de America, Washington, D.C, 1996, Dirección URL: 
http://transition.fcc.gov/Reports/tcom1996.pdf, [consulta: 9 de agosto de 2011]. 
http://transition.fcc.gov/Reports/tcom1996.pdf
23 
comunicaciones”, donde se reconocía al individuo como una fuente de información 
que agrega valor a la comunidad y a la economía, además de tornar a cada 
persona, de consumidor, a productor de mensajes.53 
 Así, el Presidente norteamericano anunció que este proyecto, además de 
expresar los mejores valores de Estados Unidos, habría de reforzar la democracia 
estadounidense; sin embargo, el teórico de las comunicaciones, Jeff Chester, 
afirma que la ley hizo poco para asegurar que Internet pudiera mejorar la vida de 
los americanos, en tanto que “fue redactada para enriquecer aún más a los 
conglomerados mediáticos y de las telecomunicaciones de la nación, junto con la 
impía trinidad del poder de Washington: políticos, cabilderos y abogados”.54 
En otras palabras, el catedrático de la UNAM y especialista en internet y 
política, Gerardo L. Dorantes, apunta que “de lo que se trató fue que las fuerzas 
monopólicas del mercado determinaran el futuro de Internet; es decir, se oficializó 
al ciberespacio como un universo abierto a los negocios”.55 
 En este mismo sentido, cuando el binomio economía-internet comienza a 
tomar forma, Colin Sparks, profesor de la Universidad de Westminster, afirmó que 
“la mayoría de los esfuerzos que se realizan para desarrollar Internet son para 
convertirla en un instrumento perfeccionado de negocios”56; es decir, la red de 
redes es el discurso de los negocios que domina en el eco-sistema 
hipermediático.57 
 Y pesar de la creciente expansión de las TIC desde los noventa del siglo 
XX, —como la WWW o Internet—, Cynthia Alexander, profesora de la Universidad 
de Acadia, y Leslie Pal, docente de la Universidad de Carleton, apuntan que “se 
 
53
 Gore, Al, Remarks by Vice President Al Gore at National Press Club, [en línea], Club Nacional de 
Prensa, Estados Unidos, 21 de diciembre de 1993, Dirección URL:http://www.ibiblio.org/nii/goremarks.html, [consulta: 9 de agosto de 2011]. 
54
 Jeff Chester, Digital Destiny: new media and the future of democracy, Nueva York-Londres, The 
New Press, 2007, p. 16. 
55
 Gerardo L. Dorantes, Grupos de poder y construcción de agenda en la institucionalidad del 
Estado, México, Universidad Autónoma del Estado de México, 2011, (en prensa). 
56
 Colin Sparks, “The Internet and the Global Public Sphere”, en Mediated Politics: Communication 
in the future of democracy, por W. Lance Bennett y Robert M. Entman, Reino Unido, Cambridge 
University Press, 2001, p.92 
57
 Gerardo L. Dorantes, op. cit., (en prensa). 
http://www.ibiblio.org/nii/goremarks.html
24 
debe tener claro que el escenario actual no es el de una revolución como lo 
profetizó Clinton en 1996”.58 
De lo anterior se desprende que más que analizar si Internet ha modificado 
de manera substancial la estructura socioeconómica a nivel mundial, en términos 
revolucionarios, estas autoras canadienses señalan que “lo relevante es examinar 
de cerca las consecuencias de las nuevas formas de recolección, transformación y 
transmisión de las comunicaciones, especiales y de élite, así como las 
implicaciones de la fascinación vigente con las tecnologías digitales para el 
sistema de gobernanza”.59 
 Con relación a este mismo impacto que podrían tener las TIC, W. Russell 
Neuman, profesor de la Universidad Pennsylvania, ha realizado un esfuerzo para 
sintetizar, a partir de reportes recientes, algunas tendencias que los nuevos 
medios generan o refuerzan.60 Entre ellas destacan las que afirman que: 
 Debilitan los sistemas políticos de partidos. 
 Ofrecen una plataforma para el discurso del odio. 
 Estimulan una nueva capacidad para la democracia de base. 
 Permiten al “tercer mundo” saltar estados dolorosos de industrialización en 
una economía de la información. 
 Roban la infancia a los niños y sustraen el sentido de lugar de los demás. 
 Aceleran el proceso de respuestas del gobierno a las crisis internacionales 
sin permitir la adecuada deliberación. 
 Aíslan entre sí a los miembros de la familia. 
 Estabilizan de manera permanente el ciclo de los negocios. 
 Exacerba la brecha entre los que tienen información y los que no la tienen 
(Information haves and have-not). 
 Limitan la capacidad de los regímenes autoritarios para controlar el flujo de 
información dentro y fuera de su reino. 
 
58
 Cynthia Alexander y Leslie Pal, Digital Democracy: Policy and Politics in the Wired World, 
Canada, Oxford University Press, 1998, p. 13. 
59
 Ibidem. 
60
 W. Russell Neuman, “The Impact of the New Media”, en Mediated Politics: Communication in the 
future of democracy, por W. Lance Bennett y Robert M. Entman, Reino Unido, Cambridge 
University Press, 2001, p. 299. 
25 
Por lo anterior, todo parece indicar que a Philipe Breton le asiste la razón 
cuando escribe, en referencia a la llamada por Al Gore, Revolución de las 
comunicaciones, que “ahora hay computadoras por todas partes, pero no se ve 
ninguna revolución social”.61 
 Por lo comentado anteriormente, Dorantes explica que es posible y 
deseable adelantar hipótesis y realizar más estudios empíricos en torno a los 
influjos de los nuevos medios e, incluso, recopilar más anécdotas al respecto, para 
así reconocer “que aún falta un largo trecho para estar en posibilidades de 
distinguir entre los impactos sociales reales de las TIC de otras tendencias y ciclos 
históricos sobre la tecnología”.62 
4.- Nuevas tecnologías de información y comunicación: el debate 
A finales del siglo XX, el debate en torno a Internet se inscribía en lo que Sarah 
Oates, profesora de la Universidad de Glasgow, llama ciber-optimismo, que 
corresponde a la sugerencia de que Internet “provee únicas y excelentes 
oportunidades para el mejoramiento de la sociedad y la democracia, al empoderar 
a la ciudadanía promoviendo su capacidad de reacción inmediata y 
movilización”.63 Entre otras posturas, Dorantes afirma que con Internet se pensaba 
que: 
[…] podría básicamente desafiar a los monopolios mediáticos de 
radiodifusión, ayudando a contener los impactos dañinos de la 
concentración de los medios de comunicación. Incluso se creía que la Red 
habría de vitalizar el periodismo que había sido acosado por las fusiones y 
las reducciones de costos en las salas de redacción. Internet, se aseguraba, 
al dar lugar a la integración de audio, video y texto, habría de generar un 
medio sumamente potente, diverso y plural, libre de los intereses de las 
corporaciones tradicionales y de las restricciones del poder público.64 
 
61
 Gilles Gauthier, André Gosselin y Jean Mouchon, Comunicación y política, Barcelona, Gedisa, p. 
12. 
62
 Gerardo L. Dorantes, op. cit., (en prensa). 
63
 Sarah Oates, Introduction to media and politics, Sage Publications Inc., California, 2008, p. 161. 
64
 Gerardo L. Dorantes, op. cit., (en prensa). 
26 
Por ello, podemos aseverar que gracias a Internet se abolió la participación 
limitada y, por ende, como lo asegura el consultor de mercadeo político, Dick 
Morris, “restringir el poder de la gente ya no es una opción viable”.65 
Por otro lado, siguiendo la tesis de la profesora Oates, existen otros 
investigadores sobre la materia reconocidos como ciber-escépticos, debido a su 
falta de convencimiento en el supuesto potencial democrático de la red, pues esta 
afirmación es considerada excesiva y determinista, en tanto que es producto de 
una tecnología que ha sido sobrevalorada. Dorantes desarrolla esta idea y 
menciona que: 
[…] las TIC´s solamente sirven para reforzar el statu quo, debido, entre otros 
aspectos, a las diferencias económicas y socio-culturales entre las 
audiencias. También, porque entienden que los grandes monopolios 
mediáticos y de telecomunicaciones no tenían la intención de perder su 
influencia ni ver disminuido su enorme poder y sus ganancias, en aras de una 
mayor participación social en sus espacios escriturados. Asimismo, en virtud 
de su gran capacidad para extender sus actividades al mundo de la 
interactividad.66 
Finalmente, los ciber-pesimistas consideran que este nuevo medio solamente 
acarrea males para la democracia, puesto que aleja a la sociedad de la 
participación política activa, además de que no pasan por alto la gran capacidad 
de la industria mediática —ampliamente demostrada en el pasado— para 
determinar, en este caso, el futuro de Internet.67 
Por su parte, dentro de una perspectiva más moderada, Stephen Coleman y 
Jay Blumer, profesores de la Universidad de Leeds, exponen que, más que 
convenir con cualquiera de esas perspectivas, corresponde tomar en cuenta que 
la Interred “es un espacio vacío de poder vulnerable tanto a las estrategias 
centradas en el estado —y por lo mismo, corporativistas— y abierto a su 
 
65
 Dick Morris, notado por Stephen Coleman y Jay Blumer, The Internet and Democratic 
Citizenship: Theory, Practice and policy, New York, Cambridge University Press, 2009, p.9 
66 Gerardo L. Dorantes, op. cit., (en prensa). 
67
 Ibid, (en prensa). 
27 
ocupación por ciudadanos que cuentan con pocos ámbitos disponibles para poder 
expresarse en vías democráticas constructivas”.68 
En torno a la Red, Diana Saco, profesora independiente ubicada en el 
estado norteamericano de Florida, escribe que estas discusiones han tendido a 
caer en dos amplias corrientes: la de los tecnológicamente Utópicos y los 
tecnológicamente Distópicos.69 
Los primeros consideran la llamada revolución tecnológica como positiva, 
en términos sociales, en la medida que la Interred democratiza la información, al 
simplificar la creación, duplicación, almacenamiento y distribución de datos; dentro 
de esta perspectiva, la opinión socialtiene la posibilidad de ser escuchada en todo 
el orbe, en términos de la “Nueva Ágora Ateniense”, como la profetizó Al Gore a 
mediados de los años noventa. 
En cuanto a los Distópicos, éstos argumentan, de manera crítica y radical 
—además de los impactos descritos anteriormente por Neuman— que las nuevas 
TIC enajenan a la sociedad, no sólo de sus congéneres, sino de los propios 
individuos en sí mismos.70 Por su parte, Dorantes explica que “el tema 
subyacente entre estas dos posiciones extremas es si la democracia digital puede 
o no existir”.71 
Por su parte, Saco continúa su definición del ciberespacio, el cual no es 
exactamente igual a otros espacios sociales, pues se constituye como una 
heterotopía con su propia especificidad.72 
En este, ciberespacio heterotópico los cuerpos humanos no pueden, por su 
carácter cibernético, encontrarse cara a cara, por lo que de esta manera “parece 
ser que no existe ninguna compatibilidad con la profecía utópica en el sentido de 
que Internet habría de generar una democracia de tipo ateniense”.73 
Con los anteriores planteamientos teóricos, Dorantes puntualiza que el 
ciberespacio es un nuevo ámbito interactivo-incorpóreo que opera con base en 
 
68
 Stephen Coleman y Jay Blumer, op. cit., p. 9. 
69
 Diana Saco, Cybering Democracy: Public Space and Internet, Estados Unidos, University of 
Minnesota Press, 2002, p. XV. 
70
 Ibid, p. XVI. 
71
 Gerardo L. Dorantes, op. cit., (en prensa). 
72
 Diana Saco, op. cit., p. XXV 
73
 Ibid, p. XXVI. 
28 
sus propias y específicas leyes físicas, cuya paradójica naturaleza le otorga la 
“capacidad de, por un lado, promover y, por el otro, inhibir la comunicación 
interactiva entre muchos con otros muchos en el ciberespacio social”.74 
De acuerdo a los comentarios anteriores se desprende el planteamiento de 
una comunicación política en línea más alejada de la utopía de la Red, con lo que 
Dorantes argumenta que “la investigación y la discusión sobre la materia deben 
abordarse, entre otros aspectos, a partir del papel que las múltiples herramientas 
de comunicación que componen la Interred representan, ya sea para mejorar o 
dañar la democracia”.75 
 Por ello, Dominique Wolton, Director de Investigaciones del Centro Nacional 
de Investigación Científica (CNRS) de Francia, asegura que Internet “realmente no 
es el Big Brother, pero tampoco es la utopía fraternal con la que muchos 
sueñan”.76 
5.- Exceptuados del progreso: la fisura ciberespacial 
Al igual que en el espacio social físico, en el ciberespacio existe la desigualdad 
social que deviene de “las inequidades en el acceso a las nuevas tecnologías de 
información y comunicación, de manera particular Internet, y su utilización”77 , con 
lo que damos paso a la noción de la Sociedad de la Información y el Conocimiento 
(SIC). 
 De acuerdo con Crovi, la SIC se presenta como “una sociedad cuyo capital 
básico es la inteligencia colectiva y la información distribuida en todos lados, 
continuamente valorizada y puesta en sinergia en tiempo real”.78 
Para la autora, la “información es una suerte de materia prima, de dato o 
suceso, que puede ser transmitida socialmente por medio de procesos de 
comunicación, o sea, a través del intercambio simbólico de significados”.79 
Incluso para el jurista español, José Julio Fernández, catedrático de la 
Universidad de Santiago de Compostela en España, entre las diversas TIC 
 
74
 Gerardo L. Dorantes, op. cit., (en prensa). 
75
 Ibid, (en prensa). 
76
 Dominique Wolton, Internet ¿y después?, Gedisa Editorial, Barcelona, 2000, p. 99. 
77
 Gerardo L. Dorantes, op. cit., (en prensa). 
78
 Delia Crovi Druetta, et al., Sociedad de la información y el conocimiento: entre lo falaz y lo 
posible, Argentina, La Crujía Ediciones, 2004, p. 43. 
79
 Ibid, p. 44. 
29 
destaca que el “saber aprovechar Internet para eliminar barreras que impidan la 
participación ciudadana y, con ello, involucrar en la vida pública a los grupos que 
históricamente han sido marginados o que han mostrado desinterés por participar 
en los capítulos de la vida democrática del país”80, es fundamental hoy en día por 
parte del ejercicio de gobierno. 
 Sin embargo, la idea de un conocimiento compartido por todos y fortalecido 
por las TIC se limita en el momento en que: 
[…] la mayor parte de los desarrollos tecnológicos de las SIC (tanto su parte 
dura, hardware, como su parte blanda o lógica, software) se producen en los 
países del primer mundo. En ese contexto de acceso tecnológico y 
producción desigual, el discurso oficial avala un concepto de brecha digital 
identificado con una promesa de desarrollo o desafío para los países 
periféricos, quienes deben instrumentar programas tendientes a superarla.81 
Asimismo, “no se puede pasar por alto que las nuevas tecnologías 
mediáticas no son universales; es decir, no operan igual en todos los ámbitos 
geográficos, no son usufructuadas por todas las personas, ni en todos los casos 
generan los mismos efectos”.82 
Por ello, la brecha digital o división digital (digital divide) es entendida como 
la “separación que existe entre las personas (comunidades, estados, países…) 
que utilizan las nuevas tecnologías de la información como una parte rutinaria de 
su vida diaria y aquellas que no tienen acceso a las mismas y que aunque las 
tengan no saben cómo utilizarlas”.83 
En este mismo sentido, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo 
Económico define este término como la “brecha entre individuos, hogares, 
empresas y áreas geográficas en los diferentes niveles socioeconómicos, con 
relación a las oportunidades de acceso a las TIC y el uso de internet para una 
amplia variedad de actividades”.84 
 
80
 José Julio Fernández Rodríguez, op cit., p. 13. 
81
 Delia Crovi Druetta, op cit., p. 43. 
82
 Gerardo L. Dorantes, op. cit., (en prensa). 
83
 Serrano Santoyo, Arturo y Martínez Martínez, Evelio, La brecha digital: mitos y realidades, 
México, Universidad de Baja California, 2003, p. 17. 
84
 Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Understanding the digital 
divide, [en línea], p. 5, Dirección de Ciencia, Tecnología e Industria, 2001, Dirección URL: 
30 
En efecto, la brecha digital también depende de la capacidad económica, el 
capital cultural y tecnológico, los antecedentes de adopción de los nuevos medios, 
edad, actitudes, hábitos y costumbres de los usuarios, entre otros aspectos, pues 
estas variables plantean enormes diferencias para su usufructo, tanto entre 
países, sociedades e individuos.85 
Dorantes explica que el concepto conocido como brecha digital aparece al 
mismo tiempo en que se iniciaba el proyecto Minitel en Francia, a finales de la 
década de los 70 y principios de los 80, que hace referencia a la diferencia 
socioeconómica entre aquellas comunidades que tienen accesibilidad a las nuevas 
TIC, particularmente Internet. Su importancia es tema de análisis relevante: 
[…] no solo en razón de que el acceso al conocimiento e información, 
incluso al entretenimiento, es una garantía social; sino que este servicio 
debe ser proveído de manera igualitaria a todos los ciudadanos con objeto 
de aumentar la movilidad social, la participación política y la gobernabilidad, 
en los estados democráticos.86 
Por ello, partamos del hecho de que la brecha digital está ligada, no sólo al 
suministro y entrega de software y hardware o al acercamiento físico con las 
computadoras, sino al sistema social en el que la tecnología es utilizada y que 
puede marcar una diferencia para la ejecución y mejoramiento de procesos y 
trabajos; por ende, los factores a los que se avoca son, además de tecnológicos, 
una interrelación entre el “lenguaje, alfabetización y educación, y las estructurasinstitucionales de la comunidad [para lograr] un significativo acceso a la 
tecnología”87 cuando ésta es proporcionada. 
A su vez, el rezago al acceso a las TIC se da a nivel de poseer dispositivos 
electrónicos, conductores de electricidad y tener cierto grado de alfabetización; en 
cuanto al primer término, Warschauer apunta que, en una visión estrecha, el 
pensar en las TIC es pensar, per se, en el acceso que se puede tener a través de 
dispositivos electrónicos; sin embargo, este acceso también se conforma por las 
 
http://www.oecd.org/document/51/0,3746,en_2649_33757_1814131_1_1_1_1,00.html, [consulta: 
12 de julio de 2011]. 
85
 Gerardo L. Dorantes, op. cit., (en prensa). 
86
 Ibid, (en prensa). 
87
 Mark Warschauer, Technology and Social Inclusion: Rethinking the Digital Divide, Estados 
Unidos, Instituto de Tecnología de Massachusetts, 2003, p. 6. 
http://www.oecd.org/document/51/0,3746,en_2649_33757_1814131_1_1_1_1,00.html
31 
habilidades personales de los individuos, las conexión eléctricas disponibles y la 
comprensión del uso de Internet en el campo social. 
Por lo tanto, la presencia de la computadora en países desarrollados o no, 
sólo se convierte en un factor técnico para la reducción de la brecha digital en 
cuestión material, pero que desdeña los factores de educación y capacitación para 
su uso. En este sentido: 
Lo que está en juego no es el acceso a las TIC en el sentido estricto de 
tener un equipo en algún establecimiento, sino más bien el acceso en un 
sentido mucho más amplio, de ser capaces de utilizar las TIC para fines 
significativos personales o sociales.88 
Por otro lado, el factor de posesión de conductores se refiere al 
requerimiento de conexión a una línea de suministro que precisa de pagos 
constantes para su funcionamiento; la electricidad, el servicio telefónico y la 
televisión por cable, son ejemplo de ellos. 
Al mismo tiempo, un tercer factor va de la mano a la posesión de 
dispositivos y conductores: la alfabetización; esta última característica, definida por 
la RAE como el “conocimiento básico de la lectura y la escritura”,89 se desarrolla 
sólo si existe una codificación de la información a través de habilidades 
individuales y el desarrollo del lenguaje, el cual se da en una estructura social 
organizada con oportunidades de educación y recursos para el sistema educativo, 
para que el individuo pueda sacar un provecho integral de las TIC. 
De hecho, Warschauer hace hincapié en que estos factores “contribuyen a 
un efectivo uso de las TIC […] pues la presencia de estos recursos ayuda a 
asegurar que puedan ser bien utilizadas y explotadas”90 para la promoción del 
desarrollo y la inclusión social. 
No obstante, Dorantes apunta que lo que se cuestiona es si las TIC han 
impactado en la reducción de las desigualdades entre las sociedades que se 
encuentran a uno y otro lado de la globalización. 
 
88
 Ibid, p. 32. 
89
 Cfr. Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, Madrid, 2001, 2368 pp. 
90
 Mark Warschauer, op cit., p. 48. 
32 
Como se ha mencionado anteriormente, este autor recapitula que el 
aprovechamiento de las TIC se encuentra condicionado, entre otros aspectos, por 
la existencia y disponibilidad de una infraestructura de telecomunicaciones y 
redes, por la accesibilidad general a los servicios que ofrece la tecnología y por el 
capital cultural disponible; esto es, por las habilidades y conocimientos para hacer 
un uso adecuado de ella. La ausencia de esta última circunstancia suele 
llamársele analfabetismo o exclusión digital. Al término opuesto se le llama 
inclusión digital. 
Cabe señalar que el vocablo de la brecha digital suele ser aplicado tanto a 
niveles locales, regionales y globales, en términos de la dicotomía entre incluidos y 
excluidos del espacio digital.91 
Otra explicación del concepto de la inclusión social digital-tecnológica se 
refiere a la “habilidad para acceder, adaptar y crear nuevo conocimiento”92, a partir 
de la información emanada de las tecnologías de comunicación, las cuales pueden 
“contribuir a mejorar la educación, el gobierno y el cuidado de la salud”.93 
De igual manera, Dorantes añade que el concepto se emplea para indicar 
las diferencias entre aquellos grupos que tienen acceso a contenidos digitales de 
calidad y aquellos que no lo poseen. 
Aunado a lo anterior, Chadwick escribe que la brecha digital “define un 
mundo binario de bienestar, sociedades posindustriales informatizadas, por un 
lado, y sociedades pobres, semi industrializadas o industrializadas, por el otro.”94 
Este es uno de los primeros conceptos con que se inicia la reflexión alrededor del 
tema del impacto social de las TIC. 
Desde entonces, escribe Kemly Camacho, investigadora de la Fundación 
Acceso y profesora de la Universidad de Costa Rica, “se percibe que estas 
tecnologías van a producir diferencias en las oportunidades de desarrollo de las 
 
91
 Gerardo L. Dorantes, op. cit., (en prensa). 
92
 Mark Warschauer, op cit., p. 9. 
93
 Ibid, p. 32. 
94
 Chadwick, Andrew, Internet Politics: States, Citizens, and New Communication Technologies, 
Oxford University Press, Nueva York, 2006, p. 51. 
33 
poblaciones, lo que provocará una distancia entre aquellas que tienen acceso a 
las mismas y las que no lo poseen”.95 
Esto da pie a un fenómeno dicotómico del participante incluido-excluido en 
el ciberespacio —producto de la limitación de los “inmunes al progreso”96—, para 
acceder a los medios y participar en la esfera pública virtual. 
En un análisis más amplio, la brecha del ciberespacio se relaciona, entre 
otros aspectos, con el acceso a Internet; en este sentido, de acuerdo con Natalia 
Volkow, especialista de la London School of Economics and Political Science, 
también es necesario concebir el desarrollo de las TIC enmarcadas dentro de 
cuatro dimensiones aplicativas, con el objeto de evaluar la brecha digital en un 
país: el comercio electrónico, la Sociedad de la Información, el gobierno 
electrónico y la Sociedad del Conocimiento, donde se identifica a Internet como “la 
biblioteca universal virtual”.97 
Por otro lado, las principales barreras de los individuos para acceder a 
Internet, según Jan Van Dijk y Kenneth Haacker, profesores de la Universidad de 
Twente, son la mental, la material, la educativa y la de las oportunidades98; de 
igual manera, Karen Mossbergery, profesora de la Universidad de Illinois, junto 
con otros teóricos, distingue cuatro brechas de orden digital: acceso desigual, 
capacidades disímiles, oportunidades económicas inequitativas y divisiones 
democráticas entre los calificados para utilizar la Red e incrementar así su 
participación política y su influencia. 99 
 
95
 Kemly Camacho, La brecha digital, [en línea], Vecam, Francia, Dirección URL: 
http://vecam.org/article550.html, [consulta: 23 de septiembre de 2010]. 
96
 Michael Harrington, The Other America: Poverty in the United States, Touchstone, Nueva York, 
1997, p. 13. 
97
 Natalia Volkow, “La brecha digital, un concepto con cuatro dimensiones”, [en línea], p. 2., Boletín 
de Política Informática, N. 6, 2003, Dirección URL: 
http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/contenidos/articulos/tecnologia/brecha.pdf 
[consulta: 17 de octubre de 2010]. 
98
 Jan Van Dijk y Ken Hacker, “The Digital Divide as a Complex and Dynamic Phenomenon”, 
Ponencia presentada en la Conferencia Número 50 de la Asociación Internacional de 
Comunicación, México, 15 de junio de 2000, p. 1. Dirección URL: 
http://www.utwente.nl/gw/vandijk/research/digital_divide/Digital_Divide_overigen/pdf_digitaldivide_website.pdf [consulta: 8 de noviembre de 2010]. 
99
 Cfr. Karen Mossberger, et al., Virtual Inequality: Beyond the Digital Divide, Washington, D.C., 
Georgetown University Press, 2003, pp. 192. 
http://vecam.org/article550.html
http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/contenidos/articulos/tecnologia/brecha.pdf
http://www.utwente.nl/gw/vandijk/research/digital_divide/Digital_Divide_overigen/pdf_digitaldivide_website.pdf
http://www.utwente.nl/gw/vandijk/research/digital_divide/Digital_Divide_overigen/pdf_digitaldivide_website.pdf
34 
Algunos autores critican el concepto de brecha digital argumentando que su 
aparición y debate ha dado lugar a una manipulación de parte de los países 
desarrollados para justificar y expandir sus mercados digitales a nivel global.100 
Asimismo, Nicholas Garnham, profesor de la Universidad de Westminster, 
reprueba la conceptualización del fetichismo tecnológico, el cual sostiene que la 
apropiación de tecnología novedosa habrá de superar, per se, los problemas que 
se derivan del acceso inequitativo; también reprocha que la accesibilidad a la Red 
está configurada por las relaciones de poder en el sistema social.101 
Por su parte, Wilhem avanza sobre el terreno común descrito por las 
definiciones tradicionales de brecha digital, al señalar que, debido a su carácter 
heterogéneo y dinámico, debe distinguirse como un espacio donde “la 
marginalidad posee diversos grados de magnitud”.102 
La perspectiva anterior se suma al Reporte Global de Tecnología en 
Información 2010-2011 del Foro Económico Mundial, el cual “estudia el impacto de 
la innovación y las nuevas tecnologías en la productividad y el desarrollo”103, así 
como la factibilidad de las ventajas que devienen de la incorporación de las TIC en 
138 países. 
Mediante el índice conocido como NRI (Networked Readiness Index) se 
identifican los factores que permiten que los países analizados “se beneficien 
plenamente de las nuevas tecnologías en sus estrategias de competitividad y la 
vida diaria de sus ciudadanos”104 y se compone por tres categorías: 
1. Las condiciones favorables de los entornos nacionales para el desarrollo de 
las TIC y la difusión, entre ellos, del clima empresarial general, algunos 
aspectos regulatorios y la infraestructura humana y material necesaria 
para las TIC. 
 
100
 Cfr. Benjamin M. Compaine, The Digital Divide: Facing a crisis or creating a myth?, 
Massachusetts, The MIT Press, 2001, pp. 357. 
101
 Nicholas Garnham, Capitalism and Communication: Global Culture and the Economics of 
Information, Londres, Sage, 1990, pp. 224, notado en Andrew Chadwick, Op. Cit., p. 51. 
102
 Anthony Wilhem, Democracy in the Digital Age: Challenges to Political Life in Cyberspace, 
Nueva York, Routledge, 2000, p. 69. 
103
 Foro Económico Mundial, The Global Information Technology Report 2010-2011: 
Transformations 2.0, [en línea], p. 3., Ginebra, SRO-Kundig, Dirección URL: 
http://www3.weforum.org/docs/WEF_GITR_Report_2011.pdf [consulta: 14 de enero de 2012]. 
104
 Ibid, p. IX. 
http://www3.weforum.org/docs/WEF_GITR_Report_2011.pdf
35 
2. El grado de preparación e interés en el uso de las TIC por parte de los 
tres principales grupos de interés nacionales en una sociedad —los 
individuos, el sector empresarial y el gobierno— en sus operaciones y 
actividades diarias. 
3. El uso efectivo de las TIC por las tres partes interesadas.105 
Para los años 2010-2011, los cinco países con mayor nivel en el NRI eran: 
Suecia (5.6); Singapur (5.59); Finlandia (5.43); Suiza (5.33) y Estados Unidos 
(5.33); por su parte, México ocupaba el lugar número 78 con un puntaje igual a 
3.69.106 
Por otro lado, bajo la perspectiva de la Unión Internacional de 
Telecomunicaciones (ITU, por sus siglas en inglés), el acceso a las TIC son un 
requisito necesario para una SIC incluyente; por ello, para evaluar y medir la 
capacidad de los ciudadanos de un país en materia de acceso y utilización de las 
TIC, en el año 2003 esta organización global generó el Índice de Acceso Digital 
(IAD), como indicador que se ha conformado a partir de ocho variables 
clasificadas en cinco categorías: calidad, infraestructura, conocimiento, 
asequibilidad y utilización.107 
Con base en estos indicadores, según datos publicados por Internet World 
Stats, sitio en red que mide el uso internacional de Internet, en México hay una 
penetración del Internet de 30.7%,108 mientras que el Banco Mundial menciona 
que por cada 100 habitantes el 31%109 son usuarios con acceso a la red; para 
ambas organizaciones, nuestro país está conformado, grosso modo, por poco más 
de 113 millones de habitantes, por lo que estaríamos hablando, en promedio, del 
30.8% de internautas, es decir, de aproximadamente 34.8 millones de usuarios de 
 
105
 Ibid, p. X. 
106
 Ibid, p. XIX. 
107
 Unión Internacional de Telecomunicaciones, Nuevo índice de acceso digital: evaluar el potencial 
de las TIC en el mundo, [en línea], Organización de las Naciones Unidas (ONU), 2003, Dirección 
URL:http://www.itu.int/itunews/manager/display.asp?lang=es&year=2003&issue=10&ipage=digitalA
ccess&ext=html#1 [consulta: 21 de octubre de 2011]. 
108
 Internet World Stats, Mexico and Central America, [en línea], 2012, Dirección URL: 
http://www.internetworldstats.com/central.htm#mx, [consulta: 18 de enero de 2012]. 
109
 Banco Mundial, Data: Internet Users (per 100 people), [en línea], Organización de las Naciones 
Unidas (ONU), 2007-2011, Dirección URL: http://data.worldbank.org/indicator/IT.NET.USER.P2, 
[consulta: 9 de enero de 2012]. 
http://www.itu.int/itunews/manager/display.asp?lang=es&year=2003&issue=10&ipage=digitalAccess&ext=html#1
http://www.itu.int/itunews/manager/display.asp?lang=es&year=2003&issue=10&ipage=digitalAccess&ext=html#1
http://www.internetworldstats.com/central.htm#mx
http://data.worldbank.org/indicator/IT.NET.USER.P2
36 
Internet en nuestro país. Luego entonces, con estos datos podemos inferir que la 
brecha digital se conformaría, aproximadamente, por 78.2 millones de mexicanos 
sin acceso a la red. 
La cifra anterior se inserta en el panorama global de la penetración de 
Internet en las grandes regiones económicas mundiales que, de acuerdo con 
Internet World Stats, para diciembre de 2011 presentaba los siguientes valores 
relativos: EUA/Canadá (78.6%); Oceanía/Australia (67.8%); Europa (61.3%); 
Latinoamérica (39.5%); Middle East (35.6%); Asia (26.2%) y África (13.5%).110 
En cuanto al total de la población mundial estimada en 6, 930, 055, 154 
personas, la penetración alcanzaba en esa fecha el 32.7%111, y México, en 
relación con Latinoamérica, el 30.7%, ocupando así el onceavo lugar en la región, 
superado por Perú, cuya penetración alcanzó el 31.3%112. 
Tomando como punto de partida los datos anteriores y las definiciones 
esbozadas de brecha digital, el especialista en comunicación política digital, 
Gerardo L. Dorantes,113 concluye que la diferenciación tradicional y maniquea 
entre quienes tienen y quienes no (have y have not) ha dejado de ser útil para el 
análisis sobre la materia, ya que no considera el más amplio contexto cultural, 
educativo e informacional en que la persona se encuentra inmersa, así como las 
variables independientes para determinar sus diversas posibilidades de acceso y 
participación en red. 
 
 
 
 
 
 
 
110
 Internet World Stats, Internet Usage Statistics, [en línea], 2012, Dirección URL: 
http://www.internetworldstats.com/stats.htm, [consulta: 19 de enero de 2012]. 
111
 Idem. 
112
 Ibid, Latin American Internet Usage Statistics, [en línea], 2012, Dirección URL: 
http://www.internetworldstats.com/stats10.htm, [consulta: 19 de enero de 2012]. 
113
 Gerardo L. Dorantes, op. cit., (en prensa). 
http://www.internetworldstats.com/stats.htm
http://www.internetworldstats.com/stats10.htm

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