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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales 
Centro de Estudios Sociológicos 
 
 
La marginalidad social: 
De las relaciones económicas a la estructuración de la sociedad. 
 
 
TESIS 
Que para obtener el título de 
Licenciado en Sociología 
 
 
Presenta: 
Amarildo Figueroa Valencia 
 
Asesora: 
Ana Patricia Sosa Ferreira 
 
 
Ciudad Universitaria, Ciudad de México. Septiembre, 2017. 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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Agradezco al Sistema de Becas para Estudiantes Indígenas del Programa 
Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural e Interculturalidad, UNAM 
(Antes PUMC, UNAM) 
 
 
 
 
 
Na’ huiz ndanaa diuus lo’ Ndan tac mblio compay loona’, mbroansoba, 
mbroa tae, reta’ juan mblovinaa nday juan guana diblinn. 
 
 
 
 
 
A.M.D.G 
 
 
 
 
 
 
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Fruto de compromisos y solidaridades sin descanso: 
Dra. Ana Patricia Sosa, Dr. Boris Marañon, Dr. José Gandarilla, Dr. Danilo de 
Assis, Dra. Veronica Lopez y Dr. Juan Estrella, por la esperanza que crece en sus 
salones de clase. 
Tere Santillán IJ, Hernan Quezada SJ, Karl, Paty, Cynthia y Chantal, por sus 
brazos abiertos. 
Félix Figueroa, Caritina Valencia, Aniki y Viry, por tanto y por todo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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ÍNDICE 
 Páginas 
Introducción 5
 
Primera parte: El ámbito de las relaciones económicas 9 
Capítulo 1 Formaciones socio-económicas en América Latina 10 
1.1 Introducción 10 
1.2 Antecedentes 11 
1.3 El enfoque de la modernización y el desarrollo 14 
1.4 El enfoque del desarrollismo cepalino 21 
1.5 El debate en torno a la dependencia 32 
 
Capítulo 2 La marginalidad 46 
2.1 Introducción 46 
2.2 El debate en torno a la marginalidad 47 
2.3 Tendencias en las relaciones del trabajo asalariado 62 
 
Segunda parte: La estructuración de la sociedad 74 
Capítulo 3 La marginalidad social 75 
3.1 Introducción 75 
3.2 La marginalidad social 76 
3.3 La totalidad social 83 
3.4 Procesos constitutivos de la sociedad 89 
 
Conclusiones 96 
 
Bibliografía 100 
5 
 
Introducción 
Guiado por mi referencia biográfica sobre la experiencia de las múltiples prácticas 
comunitarias de los pueblos diste’, cha’ jna’a, afrodescendiente y mestizo/criollo, 
que manifiestan una malla de relaciones sociales orientadas a la colectividad y 
según sus casos privilegian las relaciones de reciprocidad-solidaridad, estas 
actúan de modos específicos al ir procesando las relaciones de dominación y 
explotación que se presentan bajo el capitalismo, y en el mayor de los casos sus 
reproducciones son consideradas como fragmentarias y de poca consistencia 
llegando a minimizarse en las consecuencias sociales de estas. 
Son esas prácticas sociales de esas mallas comunitarias que actúan en 
tensión con las prácticas de dominación/explotación, que sostienen una propuesta 
de sociedad, las que centran mi interés y perfilan la motivación primordial de 
comprender y explicar qué sucede en esos ámbitos de configuración de la malla 
histórico-social, pues se presentan prácticas dominantes desde el trabajo 
asalariado que logran llevar a poblaciones a una desfragmentación de sus 
subsistencias en razón de lo que supone tener ingresos salariales. Pero en 
concomitancia operan prácticas comunitarias que re-organizan sus actividades de 
trabajo y controlan desde otros esquemas las relaciones sociales. Se despliega 
una variedad de prácticas sociales que muestran la prevalencia de propuestas 
sociales particulares que estructuran todo un conjunto social. 
 Así pues, este trabajo de investigación tiene por objetivo realizar un análisis 
sociológico sobre el tipo específico de estructuración social, que sostiene 
relaciones sociales en el ensamblaje de múltiples asociaciones de sentido. 
 Por sus consecuencias sociológicas, centro el análisis en los presupuestos 
de la marginalidad social y su conceptualización1, con el fin de comprender los 
grados de significación y las consecuencias analíticas que lo constituyen, que 
como se verá conforman una propuesta teórica-metodológica definida. 
 
1 En el despliegue del argumento de la marginalidad/marginalidad social, es observable la condición 
estructural que asume, siendo primordial en todo momento la problematización de la estructuración de la 
sociedad. 
 
6 
 
La constitución del problema sociológico que se asume, acude al uso 
exclusivo del enfoque de Aníbal Quijano, autor que lleva a cabo una propuesta 
teórica-conceptual respecto de la constitución de la sociedad o como refiere, una 
propuesta histórico-social de la existencia social. La particularidad de la 
marginalidad social se basa en dos momentos metodológicos, uno en la 
exploración del fenómeno, y el otro en la traducción conceptual. La exploración del 
fenómeno consiste en dar cuenta de la relación capital-trabajo asalariado, en la 
que se observan la estructuración de relaciones sociales que manifiestan modos 
específicos de asociación respecto del capital, mientras que la traducción 
conceptual acude al ejercicio semántico sobre las connotaciones respecto de la 
existencia social. 
De modo de genealógico, se plantea acudir a la propuesta de la 
marginalidad social y desvelar las dinámicas que la constituyen y van dando forma 
a la operatividad conceptual y analítica de lo que después se define como totalidad 
social, que alberga un gran debate teórico dentro de las interpretaciones 
sociológicas de corte sistémico, funcionalista y estructuralista, por las 
consecuencias de lo que supone establecer modos específicos de articulación 
estructural. 
La tesis está estructurada en dos partes. La primera acude a la observación 
económica respecto de la relación capital-trabajo asalariado, sosteniendo que el 
capitalismo como dispositivo de estructuración mundial va teniendo implicaciones 
y consecuencias de modos diversos, y usa para tal efecto dos capítulos para el 
acometido, pues se precisa mostrar el significado de lo que ocurre a nivel de las 
gentes. Asimismo, quedan descritas las variaciones contemporáneas en las que 
actúan modos ya ubicados del capital en el trabajo asalariado y la tendencia que 
manifiestan las prácticas que resultan de ellas. La segunda, elabora un capítulo 
para referir a la constitución de la sociedad, analiza las implicaciones de los 
procesos de estructuración social haciendo un contrapunto entre los discursos 
sociológicos dominantes (sistémico, funcionalismo y estructuralismo) y su 
comprensión de lo que da cuenta “lo marginal” en la estructuración de la sociedad, 
7 
 
y la perspectiva de Aníbal Quijano, que elabora de las mismas limitaciones de “lo 
marginal”, supuestos básicos que actúan en los procesos constitutivos que van 
definiendo la existencia social y que define en su propuesta teórica. Luego se 
ensayan algunas conclusiones que dotan significado en las consecuencias 
teóricas-conceptuales de lo que aquí se investiga desde la totalidad social,respecto de las específicas articulaciones estructurales. 
En términos metodológicos este estudio se caracteriza por ser cualitativo, 
teórico y conceptual. Las fuentes bibliográficas consultadas refieren a la 
problemática de la marginalidad social y la estructuración de la sociedad, 
destacando los aportes de autores de la sociología latinoamericana, con énfasis 
en la propuesta teórica de Aníbal Quijano, se elige dicha propuesta analítica por 
manifestar una sólida traducción sociológica respecto del significado que llega a 
tener la estructuración de múltiples esquemas societales y su procesamiento de la 
existencia social. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
8 
 
 
 
 
 
 
 
NUESTRA HORA 
Es tarde 
pero es nuestra hora. 
Es tarde 
pero es todo el tiempo 
que tenemos a mano 
para hacer futuro. 
Es tarde 
pero somos nosotros 
esta hora tardía. 
Es tarde 
pero es madrugada 
si insistimos un poco. 
Pedro Casaldáliga 
 
 
 
 
 
 
 
 
9 
 
Primera parte: El ámbito de las relaciones económicas 
En este apartado, la centralidad del argumento es metodológico y el tipo de 
análisis que lleva a cabo es económico. Desarrolla en dos capítulos 
cuestionamientos asociados al trabajo asalariado, buscando delimitar las 
condiciones que permitieron establecer los supuestos del fenómeno de la 
marginalidad y su connotación teórica. 
Asimismo, se evalúa la propuesta de la marginalidad desde los cambios y 
modificaciones al interior del trabajo asalariado, para advertir sus límites y 
alcances operativos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
10 
 
Capítulo1 Formaciones socio-económicas en América Latina 
1.1 Introducción 
Se trata de responder aquí sobre las características socio-económicas que 
permitieron establecer el estudio de la marginalidad. Se acude a su referencia 
socio-histórica para determinar desde el ámbito económico ¿Qué tipo de relación 
ocurre entre el capital y el trabajo asalariado? y ¿Cómo se estructuran las 
relaciones económicas en América Latina? 
Habrá en este capítulo el preámbulo metodológico para entender el tipo 
específico de relaciones en el trabajo asalariado que dieron significado al 
fenómeno de la marginalidad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
11 
 
1.2 Antecedentes 
Analizar las relaciones económicas en América Latina, sugiere tener una base 
comprensiva del despliegue del capital y su formación como sistema capitalista en 
la región. Esto supone situarse en el momento inicial en que los procesos 
económicos dieron forma a un tipo específico de relación entre el capital y el 
trabajo asalariado y sobre todo a un debate puntual en el tema. 
La constitución de la malla de intercambios económicos en la región, experimentó 
la codificación de las relaciones de dominación a través de dos procesos 
históricos, que fueron convergiendo en un modo específico de participación. 
Establecida así, 
“de una parte, la codificación de las diferencias entre conquistadores y 
conquistados en la idea de raza, es decir, una supuesta diferente 
estructura biológica que ubicaba a los unos en situación natural de 
inferioridad respecto de los otros. Esa idea fue asumida por los 
conquistadores como el principal elemento constitutivo, fundante, de 
las relaciones de dominación que la conquista imponía. […] De otra 
parte, la articulación de todas las formas históricas de control del 
trabajo, de sus recursos y de sus productos, en torno del capital”2. 
Ambas, “raza y división del trabajo, quedaron estructuralmente asociados y 
reforzándose mutuamente, a pesar de que ninguno de los dos era 
necesariamente dependiente el uno del otro para existir o para cambiar”3, pero 
que ponía en función un dispositivo racial en la división del trabajo que se 
reproducía desde sus orígenes como fundante. Y conformaba, en su despliegue 
una economía dispuesta de mano de obra e inserta en mecanismos de 
reproducción del trabajo asalariado, que tenía como fin la formación de un 
mercado externo. 
 
2 Aníbal Quijano, “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”, en La colonialidad del saber: 
eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas Latinoamericanas, CLACSO, Buenos Aires, Argentina, 2000, p. 
202. 
3 Ibid., p. 204 
12 
 
Por tales características socio-históricas, desde sus comienzos fue 
asociada a una economía de tipo colonial, referida por Sergio Bagú como el 
establecimiento de un capitalismo colonial, que utilizó como forma típica de 
acumulación de capital el trabajo esclavo principalmente, es decir, la “mano de 
obra esclava para producir mercancías en grandes cantidades con destino al 
mercado internacional”4, y también para los mismos fines el trabajo asalariado, 
cuyo significado adquirido era el de una mano de obra no esclava, establecida a 
partir de un salario que permitía a los trabajadores disponer de la venta de su 
mano de obra. Ambos sistemas de trabajo, funcionaron como sistemas de 
explotación de mano de obra para asegurar la acumulación del capital y definieron 
el capitalismo colonial, permitiendo ingresar al ciclo económico del capitalismo 
comercial. 
La economía capitalista mundial, se fortaleció a partir del eje de 
acumulación del capital y del comercio mundial. La participación en esta 
conformación económica mundial para el caso de América Latina, en un primer 
momento, dotada de minerales y materias primas; su incursión en el mercado 
internacional fue la de proveedora de insumos, caracterizada por una economía 
que realizaba una transferencia de excedentes hacia afuera principalmente, 
conocida como sistema económico de producción agro-primario exportador. La 
reproducción de este sistema de extracción de excedentes sobrevivió hasta ya 
iniciado el siglo XX, dando paso al segundo momento de la economía mundial en 
la región, y esto debido a las transformaciones de los procesos de industrialización 
que en las relaciones del control y explotación del trabajo asalariado se iban 
presentando, ya que sólo se hizo dominante la extracción de plusvalor a través del 
trabajo asalariado. 
Las consecuencias de las transformaciones en el trabajo asalariado a 
través de los procesos de industrialización, encuentran determinante la década de 
1930 a 1950, pues mostró los momentos más álgidos y críticos en temas 
económicos y sus repercusiones sociales en el mundo. Los países 
 
4 Sergio Bagú, Economía de la sociedad colonial. Ensayo de historia comparada de América Latina, Grijalbo, 
México, 1992, p. 115. 
13 
 
latinoamericanos hasta antes de la crisis de 1930, habían sostenido su 
intercambio económico en la “especialización del modelo primario exportador”5. 
Después de 1930 se experimenta la transformación de la producción primario 
exportadora por modificaciones en el sistema internacional de comercio e 
inversiones, esto llevó a optar por reorientar las “actividades económicas en 
América Latina a una actividad industrial”6. 
Este viraje hacia el relevo industrial se fortaleció con la llegada de la 
Segunda Guerra Mundial (1939-1945), pues aumentó el crecimiento de una 
industrialización sustitutiva de importaciones en América Latina, y trajo consigo un 
cambio súbito en los comportamientos demográficos, una hiperurbanización y un 
aumento de intervencionismo estatal. El despliegue de esta industria tuvo efectos 
visibles en sus economías, caracterizadas por el aumento de la deuda externa; 
mecanismo por el cual las naciones pudieron tecnificar sus sectores productivos, y 
al mismo tiempo se veían en el “agravamiento de las insuficiencias en las 
infraestructuras”7. 
La década de 1950 ofrece una situación inédita para América Latina, si bien 
salía menos golpeada de la Segunda Guerra Mundial, le daba cierto margen de 
búsqueda para posicionarse en la economía mundial, pero las condicionesdel 
agravamiento de su situación interna en la crisis del modelo primario exportador y 
la insostenibilidad de la urbanización como paradigma del modelo industrial 
suspendían toda posibilidad. El escenario que se presentaba, fue oportuno para 
plantear salidas, y entre ellas figuró la de dirigir un crecimiento económico 
sostenido en la región, como principal línea de trabajo. Así como enfrentar los 
problemas de desempleo y mejorar las condiciones de vida del mercado de trabajo 
asalariado. 
 
 
5 Véase Tulio Halperin Donghi, “Capítula 6: La búsqueda de un nuevo equilibrio (1930-1960)” en Historia 
contemporánea de América Latina, Alianza Editorial, Madrid, 1993. 
6 Marcos Kaplan, “Capítulo 2: Estado y sociedad en la América Latina contemporánea” en Aspectos del 
Estado en América Latina, UNAM, México, 1981. 
7Ibidem. 
14 
 
1.3 El enfoque de la modernización y el desarrollo. 
El periodo de la segunda posguerra, en 1950 tuvo entre sus consecuencias, el 
establecimiento de un escenario político internacional definido por Estados Unidos, 
que al momento de re-estructurar la economía mundial admitió sus propios 
parámetros de resolución de problemas sociales y salida a crisis económicas. 
Fue así que el estructural-funcionalismo, como principal teoría social que 
prevalecía en las escuelas norteamericanas, adquirió mayor hegemonía y validez 
al momento de re-definir la esfera de lo social. El principal planteamiento a 
resolver fue el reajuste económico mundial en torno a un centro hegemónico, que 
para el caso asumía la directriz de Estado Unidos. Y, el principal reto fue el de 
integrar zonas que carecían de instrumentos para reproducir el esquema 
económico que los llevara al crecimiento, lo que suponía homogenizar criterios y 
orientarlos en una sola dirección, asociado a la construcción de modelos 
principalmente8. 
La principal propuesta se definió en establecer modelos económicos y 
sociales en torno a lo que se denominó la modernización y el desarrollo. Uno de 
sus principales exponentes y que mayor influencia tuvo fue Walter Rostow, que 
sobre la base del establecimiento de una serie de etapas de crecimiento, inmersos 
en un proceso definido como historia moderna, por la cual las sociedades deben 
avanzar y alcanzar un telos en la economía Norteamericana9. 
La exposición de las ideas de Rostow, se encuentran en su obra principal 
Las etapas del crecimiento económico. Un manifiesto no comunista, en ella 
analiza el proceso de industrialización en las sociedades y elabora una propuesta 
acerca de un tipo de sociedad. La construcción analítica que realiza Rostow, parte 
de la reproducción lineal de los procesos históricos, seguida de la formalización de 
la historia como una historia moderna, a la que todas las sociedades aspiran, y 
 
8 El uso de esquemas en la sociología estructural-funcionalista es el principal parámetro de sistematización 
social. Véase en Talcott Parsons, El sistema social, Alianza, Madrid, 1999. 
9 La referencia a la sociedad Norteamericana y Europea como modelos de sociedad, tiene como fundamento 
la correlación política y económica internacional de la posguerra, la cual situó a Estados Unidos como centro 
hegemónico mundial. 
15 
 
concluye en establecer “una teoría sobre el crecimiento económico como una 
teoría más general”10, a partir del carácter sui generis de la experiencia de cada 
nación. 
La proposición sobre un tipo de sociedad, es definida a partir de una 
cronología de cinco etapas de crecimiento, en las cuales se explica a cada 
sociedad en sus dimensiones económicas: 1) Sociedad tradicional, 2) Las 
condiciones previas para el impulso inicial, 3) El impulso inicial, 4) La marcha 
hacia la madurez y 5) La era del gran consumo en masa. Esta sucesión de etapas 
plasma el proyecto de una sociedad modernizada, que se ve reflejada en 
sociedades como Estados Unidos, es decir, es la evidencia empírica pues ofrece 
elementos objetivos del modelo para aplicarse. 
El principal criterio que se establece para pensar un tipo de sociedad, es un 
criterio lineal y reduccionista, que apela a la dicotomía sociedad 
tradicional/sociedad moderna para sostener el paradigma de desarrollo, donde 
toda aspiración de las sociedades no desarrolladas sería la de ser desarrollada. 
Rostow señala que el fundamento analítico de las etapas de desarrollo de 
las sociedades modernas, se encuentran en lo que él denomina como teoría 
dinámica de la producción, formulado con supuestos esencialmente estáticos que 
se congelan en las variables más adecuadas para el proceso del crecimiento 
económico11, es decir, atribuye selectivamente criterios de elementos que perfilan 
un tipo de crecimiento. Dicha teorización pone énfasis en la composición de la 
inversión y el desarrollo propios de sectores particulares de la economía, con el fin 
de lograr llegar a la última etapa de crecimiento. 
La construcción del modelo de sociedad modernizada y desarrollada que 
expone Rostow, se convirtió en el referente metodológico usado por los teóricos 
 
10Walter Rostow, Las etapas del crecimiento económico. Un manifiesto no comunista, FCE, México, 1953, 
p.13. 
11 Es importante señalar que, para Rostow la segunda etapa de crecimiento es crucial, ya que está 
caracterizada por el aumento de tecnología y el cambio de los valores sociales necesarios para el impulso 
inicial, y de la que depende todo el modelo de desarrollo. Es por eso que en la teoría dinámica de la 
producción se permite señalar la estatización de una etapa, para asegurar la continuidad adecuada. 
16 
 
de América Latina, que encontraban en este elementos objetivos para integrar y 
resolver los problemas sociales que se habían estado agudizando en la región, 
como el desempleo y el aumento de la desigualdad social. De ahí que las futuras 
traducciones de la problemática social tenían como fundamento de análisis la 
focalización de un problema, y este se remitía a que la región era atrasada e 
irracional. 
Para efectos de comparación metodológica y de constatación de la 
inserción del discurso de la modernización y el desarrollo en América Latina, me 
apoyo en dos autores que trabajaron estos planteamientos, el primero desde una 
enunciación sociológica weberiana y el segundo desde una traducción de la 
sociología parsoniana. El primero es el sociólogo José Medina Echavarría y el 
segundo Gino Germani, ambos permitieron reflexiones desde sus propias 
elaboraciones sociológicas, teniendo como referente la modernización. 
José Medina Echavarría se coloca como unos de los principales sociólogos 
que reflexionan sobre la condición del desarrollo económico en América Latina, si 
bien su aparato conceptual abreva en la sociología comprensiva de Max Weber, 
su análisis sobre el desarrollo económico lo hará con el referente de la 
modernización de Rostow, utilizando de éste la idea de la historia moderna y la 
dicotomía de lo tradicional/moderno como parámetro de las sociedades. 
En su trabajo académico más importante, Consideraciones sociológicas 
sobre el desarrollo económico en América Latina, parte de la premisa de la 
relación sociedad y desarrollo económico12, idea articulada que se concreta en 
que, “todo desarrollo económico supone un proceso de continuadas y sucesivas 
inversiones”13, como ha sucedido en otros países, y que ofrece la modernización 
como tipo de racionalidad. 
 
 
12 Referencia que usa a partir de la reflexión de Max Weber y su relación entre Economía y Sociedad. 
13 José Medina Echavarría, Consideraciones sociológicas sobre el desarrollo económico en América Latina, 
Editorial EDUCA, Centroamérica, 1976, p. 29. 
17 
 
Intentando responder a la problemática que enfrentaba AméricaLatina en 
1950, Medina Echavarría intuye dos ejes para abordar la situación, que nombra 
como las exigencias de la praxis y las exigencias del conocimiento. Éstas son 
pertinentes intervenciones sobre problemas a resolver y pertinentes análisis 
teóricos a considerar, pues suponen, la urgencia de resolver “las insuficiencias y 
desajustes de su estructura: reforma social, asistencia social, política social”14 y 
solucionarlos desde los esfuerzos que la sociología y economía han construido 
sobre el tema, es decir, las recomendaciones que ofrece el conocimiento, las 
cuales versan en la elaboración de una teoría del desarrollo. 
Sobre dos cuestionamientos Medina Echavarría propone el acercamiento a 
la problemática: ¿Cuáles son los soportes de la nueva estructura social? Y ¿desde 
dónde se piensa –desde qué teoría- al nuevo orden económico?15 , preguntas que 
sostiene abiertas y que responde subrayando el carácter objetivo que deben tener 
las propuestas de solución, pues ante todo, la solución remite al cientista y a sus 
decisiones, ya que “los valores elegidos han de acordar entre sí, los fines 
armonizar con los medios y preverse las consecuencias secundarias de la acción 
hasta donde sea posible”16, pues el desarrollo postula en todo caso la exigencia de 
una programación, de una clara ordenación, en una palabra, de fines y medios, de 
metas e instrumentos. 
El discurso científico que configura, admite procurar “la integración social 
por la vía del desarrollo económico, a través de la incorporación de regiones que 
se han ido quedando atrás en el proceso, y tener en cuenta que un acento 
exagerado en una política de equidad regional, podría ser incompatible con la 
aceleración del conjunto de la economía”17, apuesta a una continua evaluación de 
los países para lograr consensos sobre sus cambios económicos, porque es claro 
que “todo desarrollo económico –quiérase o no- arrastra el peso de penosos 
 
14Ibid., pp. 28-29 
15 Cabe mencionar que los cuestionamientos de Medina Echavarría no evaden la proposición de la 
modernización, de ahí que lo central es presuponer elementos que per se dispongan respuestas anticipadas. 
16Ibid., p. 144. 
17Ibid., p. 148. 
18 
 
sacrificios”18, aunque el sereno análisis muestre que esa distribución de sacrificios 
puede intentarse en forma relativamente equitativa. Además de una búsqueda de 
una nueva clase política, compuesta por auténticos hombres de Estado, esos que 
toman buenas decisiones; aspiraciones del tipo ideal weberiano, y finalmente, la 
ideología del desarrollo económico, están fundamentadas en la formula 
democrática, única capaz de llevarla a cabo. 
En concomitancia, Gino Germani asume como tema de interés la 
modernización y el desarrollo, y su producción sociológica al respecto establece 
como objetivo la construcción de una propuesta teórico-metodológica que permita 
integrar la economía de los países atrasados a una economía global. La reflexión 
que suscita abreva en el estructural-funcionalismo de Talcott Parsons y sigue el 
marco interpretativo que sobre la modernización había establecido W. Rostow a 
través del esquema de etapas. 
La sociología de la modernización de Gino Germani, hace suyo el análisis 
estructural de la sociedad parsoniano como premisa metodológica, pues para sus 
fines es de importancia establecer un tipo de sociología que piensa un problema 
real pero con sus propios referentes metodológicos de sociedad, o como lo 
subraya, una sociología frente a un hecho social, al cual hay que disponer 
recursos analíticos y herramientas conceptuales, con el fin de responder 
objetivamente y desde un carácter científico19. 
Una de las ideas centrales en Germani, fue la de disponer una sociología 
que permita adecuar a las sociedades un referente de mundo moderno, 
caracterizado por su nivel de secularización de la sociedad, donde la 
secularización supone un nivel mínimo de normatividad, “en la que existe un 
núcleo básico común de normas compartidas por todos los miembros, adoptando 
una definición de normas suficientemente amplias, esto es, que el núcleo común 
 
18Ibid., p. 150. 
19 Es necesario señalar la intención sobre los parámetros objetivos y de cientificidad, ya que van 
acompañados de presupuestos que definen la modernización con base en intencionalidades sobre un tipo 
de sociedad. 
 
19 
 
debe incluir a la vez elementos cognitivos, valorativos y regulativos”20, en la que 
sólo la sociedad industrial moderna reúne esos requisitos básicos. La 
secularización en la sociedad moderna industrial presenta las siguientes 
características: a) presenta cambios en la estructura normativa predominante, b) 
especialización creciente de las instituciones y surgimiento de sistemas 
valorativos específicos y relativamente autónomos y c) presenta una 
institucionalización creciente del cambio, es decir, está constituido por un proceso 
de integración constante, que permite que otras sociedades no modernas sean 
integradas al proceso de secularización para llegar a constituirse en una sociedad 
moderna. 
La reflexión de una sociedad moderna y secularizada traza un examen del 
estado de la sociedad latinoamericana, a partir de distinguir el hecho social21 
latinoamericano, conformado por tres dimensiones22: la dimensión cultural, la 
social y la motivacional, donde el hecho social debe ser sometido al proceso 
planetario. Siguiendo el esquema etapista elaborado por Rostow, expone la idea 
dicotómica de sociedad tradicional/sociedad industrial, en la que ésta última 
supone definirse como una sociedad avanzada, representada por Estados Unidos, 
Inglaterra y Japón. 
El planteamiento de solución a los problemas de América Latina está 
centrado en la idea de una sociedad moderna, para llevar a cabo esta aspiración 
propone la modelación de un periodo de transición, que permita preparar a las 
sociedades no modernas para el cambio, en este periodo convergen tres 
elementos que permiten conformar la idea de sociedad secularizada, estos son: 
“a) Desarrollo económico: refiere a la transformación estructural de la 
economía, que supone un crecimiento autosostenido. Definido como la 
 
20Gino Germani, Política y sociedad en una época de transición. De la sociedad tradicional a la sociedad de 
masas, Paidós, Argentina, 1965, p. 81. 
21Ibid., p.16. 
22 Para Germani los tres elementos están articulados y lo que presenta la sociedad latinoamericana es una 
disfunción en la articulación de sus dimensiones, por eso hay que articularlos respecto a un eje que los 
oriente, este eje lo forma la sociedad que ya había señalado Rostow, la sociedad modernizada y 
desarrollada. 
20 
 
transición hacia una estructura económica empírica, próxima al tipo 
ideal; 
b) Desarrollo político: supone tres características principales, la 
organización racional del Estado, la capacidad para originar y absorber 
los cambios estructurales en las esferas económica, política y social y 
el tipo de participación política; 
c) Modernización social: se concibe como una categoría residual, 
ilustrada de los procesos que la componen, ya que implica 
mecanismos de cambio social autosostenido”23. 
Considerados como procesos parciales o subprocesos relacionados entre sí 
que constituyen el proceso de cambio estructural, Germani señala que el futuro de 
la modernización o el progreso hacia grados de modernización política o social y 
de desarrollo económico, incluidos comportamientos más elevados y 
estancamiento o interrupción, suceden según la estructura interna de cada 
sociedad y la situación externa e internacional. 
Las producciones sociológicas de Medina Echavarría y Germani dan 
muestra de los primeros ejercicios de las ciencias sociales en la región por 
encontrar posibles rutasde trabajo para resolver problemas sociales y 
económicos. En sus casos24, fieles al modo en que se iba gestando el discurso 
sociológico en América Latina, sus referentes inmediatos fueron los de la escuela 
estadounidense, si bien hicieron intervenciones y traducciones propias, de modo 
que respondieran a los problemas locales, la constante de criterios generales 
permanecieron. Resultado de ello es su admisión metodológica sobre la 
modernización y el desarrollo como único modo de estructuración funcional de la 
sociedad. 
 
 
23Gino Germani,Sociología de la modernización. Estudios teóricos, metodológicos y aplicados a América 
Latina, Editorial Paidos, Argentina, 1969, pp. 19-20. 
24 Sus participaciones como traductores de las obras clásicas en sociología, como son Talcott Parsons y Max 
Weber, determinaron el modo en que teorizaron, pues ante todo, la premisa fue la de una sociedad que 
funcional y que es racional en sus criterios selectivos para funcionar. 
21 
 
1.4 El enfoque del desarrollismo cepalino 
El proceso de posguerra de 1945 estableció una dinámica de reacomodo del 
orden mundial, que suponía cambios de políticas económicas principalmente, 
situadas en el seno de la Organización de las Naciones Unidas. En ese marco, se 
crearon organismos regionales destinados al estudio y elaboración de propuestas 
de solución a los problemas económicos y desigualdades que ocurrían entre los 
denominados países atrasados y el mundo industrializado. Estos organismos se 
encargaron de difundir y aplicar las denominadas teorías del desarrollo, que tenían 
su anclaje en la propuesta de Walter Rostow sobre desarrollo y modernización de 
la sociedad. En ese contexto fueron creadas en 1946 las Comisiones Económicas 
para Europa, Asia y el Lejano Oriente, y en junio de 1948 se celebró la reunión 
constitutiva de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), subordinada 
al Concejo Económico y Social de las Naciones Unidas. 
La CEPAL asumió la organización de las recomendaciones sobre el modelo 
desarrollista, que suponía integrar a la región hacia la modernización y el 
desarrollo económico. La disposición de un modelo desarrollista que estructurara a 
todos los continentes fue el objetivo, la idea era seguir el método sugerido por 
Rostow y su esquema de etapas, donde Estados Unidos era la sociedad modelo. 
Los estudios de la CEPAL con perfiles definidos, fueron adquiriendo 
reflexiones propias y fueron intensificándose en la medida del alcance de sus 
debates. Para 1950 definió su marco metodológico que orientó su análisis, 
acotando la reflexión de la teoría del desarrollo a los problemas de América Latina, 
distanciándose del dictado de las demás Comisiones, como extensiones de 
aplicación de políticas económicas. Bajo la dirección de Raúl Prebisch y teniendo 
como participantes a Celso Furtado y Anibal Pinto, la CEPAL re-estructuró su 
discurso en lo que denominó como desarrollismo cepalino, en conjunto 
evidenciaron la construcción discursiva y disuasiva de las políticas económicas 
exportadas para América Latina. Asimismo fortalecieron su eje de análisis 
desarrollista, que apelaba a la condición de la productividad como elemento del 
bienestar social. 
22 
 
Para dar un seguimiento oportuno a las ideas del desarrollismo cepalino, se 
analizarán los discursos de los tres principales autores de esta corriente: Raul 
Prebisch, Celso Furtado y Aníbal Pinto, en ellos, se evaluarán los aportes de esta 
escuela cepalina, como reflexión teórica latinoamericana. 
 
Raul Prebisch 
La incursión de Raúl Prebisch en la CEPAL se da en 1950 como Secretario 
Ejecutivo. La importancia de sus aportes subyace en el uso metodológico 
desarrollista que hace para aplicarlo en América Latina, previo a cualquier puesta 
en marcha de modelos económicos, permite una breve caracterización de los 
problemas de la región después de la posguerra y a partir de esa referencia 
genera aportes del desarrollismo para establecer líneas de solución. 
Una evaluación generalizada sobre la región lo lleva a plantear el estado de 
la problemática, caracterizada por una crisis en la división internacional del trabajo 
presente en el sistema económico mundial, que fue agudizada en el proceso de la 
posguerra. Esa división internacional del trabajo estableció relaciones económicas 
en los países del mundo, a partir de la dicotomía centros industriales y periferia. 
Asignando a la periferia, “el papel especifico de producir alimentos y materias 
primas para los grandes centros industriales”25, en esta relación a América Latina 
le corresponde situarse en la periferia. Es sobre la relación centro-periferia que 
dirige su crítica, pues argumenta que al menos a la periferia aún no han llegado 
las ventajas del desarrollo de la productividad, presentes en los centros 
industriales, y al contrario en las zonas periféricas se establecieron acentuadas 
diferencias en los niveles de vida. 
Prebisch propone resolver las desigualdades que ha producido en América 
Latina la relación centro-periferia, pues los avances del progreso técnico solo han 
beneficiado al primero en detrimento del segundo, además que se han establecido 
 
25 Raúl Prebisch, “El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus principales problemas”, La 
obra de Prebisch en la CEPAL, Fondo de Cultura Económica, México, 1982, p. 99. 
23 
 
relaciones dispares que asignan funciones a ciertas regiones y no les permiten 
desarrollarse. La puntualización sobre destrabar el mecanismo de la relación 
centro-periferia que opera generando desigualdad, pasa por habilitar a la periferia 
de los recursos del progreso técnico, es decir, industrializar la periferia. La 
industrialización de los países de América Latina se convierte en el eje 
fundamental para poner fin al desequilibrio económico en que se encuentra la 
región, la industrialización de la periferia señala, “no es un fin en sí misma sino el 
único medio de que disponen estos para ir captando una parte del fruto del 
progreso técnico y elevando progresivamente el nivel de vida de las masas”26. 
Aprovechar el progreso técnico para lograr “aumentar la eficacia productora, por 
un lado, y si la industrialización y una adecuada legislación social va elevando el 
nivel del salario real, por otro, se podrá corregir gradualmente el desequilibrio de 
ingresos entre los centros y la periferia sin desmedro de la actividad económica”27. 
Si bien Prebisch recurre a la industrialización como elemento de desarrollo de la 
región, reconoce que en alto grado depende de varios elementos, que refieren a 
factores externos, es decir, inversiones y el patrón financiero. Pero al mismo 
tiempo ve oportuno aprovechar la estructura de ocupación de América Latina, para 
orientarla a ocupaciones que favorezcan el desarrollo. 
Es pertinente señalar que las premisas de análisis en Prebisch parten de 
reconocer al trabajo asalariado como estructurador de las relaciones sociales, y 
que para América Latina no se han realizado lecturas adecuadas sobre cómo 
establecer las relaciones en materia del trabajo asalariado, es decir, los países 
carecen de métodos factibles para desarrollarse, eso ha hecho que se encuentren 
aun no desarrollados. De ahí que en la idea del trabajo asalariado, sostiene viable 
el establecimiento de un esquema de productividad, muy parecido a la teoría 
dinámica de la producción rostowniana. Con esto quiero señalar que es sobre la 
idea de la acumulación a través del trabajo asalariado, que Prebisch establece su 
propuesta de solución para América Latina. 
 
26Ibid., p. 100. 
27Ibid., p. 105. 
24 
 
Un adecuado esquema industrial, supone en Prebisch una adecuada 
planeación del proceso productivo. Su esquema de productividad, forma partedel 
planteamiento del desarrollismo rostowniano, que supone que al 
“aumentar la productividad, hará subir los salarios y encarecerá 
relativamente el precio de los productos primarios. De este modo, al 
subir sus ingresos, la producción primaria irá captando en forma 
gradual aquella parte del fruto del progreso técnico que le hubiera 
correspondido por la baja de precios”28, 
es decir, hay que armonizar la relación conjunta de productividad e ingreso, pues 
una alta productividad permitiría un alto grado de ocupación, lo que favorecería el 
comportamiento económico de crecimiento. 
Para industrializar América Latina y sobre todo llevar a cabo sus procesos 
de aumento de productividad, señala Prebisch, es necesario recurrir al capital 
extranjero para contar con inversiones que permitan inyectar capitales, pues la 
región no cuenta con solvencia para industrializarse, es por ello que debe recurrir 
a préstamos internacionales. Además contar con capitales para industrializar la 
región exige el buen uso de estos para aprovecharlos al máximo, esto supone la 
búsqueda de un adecuado método de ahorro, que permitirá aumentar la 
productividad y a su vez reducir la necesidad del capital extranjero. Un método 
que se traduce en una estrategia política de fomento del ahorro, pues esto 
asegurará que el desarrollo a través de la industrialización logre concentrarse. 
Este método ponderará la formación de capitales en sectores claves, permitiendo 
disponer de una alta ocupación en los procesos industriales que se forman y con 
ello llevar la productividad adecuada a niveles altos. 
Finalmente, es necesario tomar en consideración los elementos y el modo 
armónico en que deben interactuar para permitir el adecuado desarrollo de la 
región: El primero es el aumento de la productividad, como elemento de 
disposición de capitales, pero también como elemento que no está determinado 
 
28Ibid., p.119. 
25 
 
por la economía interna, la disposición de importaciones y exportaciones de la 
región depende de las relaciones económicas con Europa y Estados Unidos. El 
otro elemento es el aumento de los ingresos en la producción primaria, teniendo 
impacto principalmente en corregir la disparidad de la distribución de los ingresos 
entre el capital y la producción. Es por eso importante armonizar ambos 
elementos, pues si se aumenta la sustitución de importaciones como resultado de 
una alta productividad y no se considera la relación de exportación con países 
como EU, estos países podrían frenar su comportamiento de consumo e 
importación de productos, teniendo como resultado frenar el incremento del 
ingreso real. Por ello es necesario señalar, que “cuanto mayores sean las 
exportaciones de América Latina, tanto más intenso podrá ser el ritmo de su 
desarrollo”29, considerando que tales exportaciones dependen de las políticas 
proteccionistas de los países compradores-consumidores, es decir, es necesario 
cultivar un campo propicio de colaboración económica internacional. 
La disposición de un modelo de desarrollo para América Latina debe tomar 
en consideración un adecuado ritmo, que pondere los factores externos que le son 
determinantes, pero también el adecuado uso de las recomendaciones para su 
industrialización, para lograr así un mayor impacto en el aumento del ingreso real 
y el nivel de vida. 
 
Celso Furtado 
La participación de Celso Furtado en el desarrollismo cepalino, se realizó con la 
exploración de las características del comportamiento económico de América 
Latina. Esto con el fin de entender las causas del estancamiento y su resistencia al 
crecimiento. Desde un análisis estructuralista compartido con los principales 
integrantes de la CEPAL, centró su esfuerzo en llevar a cabo una evaluación 
sobre las condiciones socio-econonómicas de la región, que permitieran hacer el 
esbozo de un adecuado modelo de desarrollo. 
 
29Ibid., p.142. 
26 
 
 El fenómeno de crecimiento y estancamiento en América Latina fue la 
premisa de investigación del desarrollismo cepalino. Esta disposición de 
problematización suponía que el estudio de estas permitiría el despliegue de un 
marco más amplio en la conformación de modelos de desarrollo. Seguirle la pista 
a esta relación resultó fácil, pues el grupo cepalino, suscribía la prevalencia de un 
esquema económico dualista latinoamericano, que se había establecido hasta la 
conformación del sistema económico mundial, ese dualismo hace referencia a la 
convivencia de dos sistemas económicos: el pre-capitalista y el capitalista. Para 
Furtado era claro que ese dualismo de sistemas económicos, era resultado del 
despliegue de “nuevos procesos de producción y su orientación se organizó al 
margen de la estructura económica tradicional”30, esto hacía necesario tenerlo en 
cuenta al considerar las características de la economía pre-capitalista. 
El diagnóstico de Furtado indica que en América Latina los procesos de 
acumulación a través de la formación de capital y cambio tecnológico se dieron 
paulatinamente, los procesos de formación de capital se constituyeron en torno al 
trabajo asalariado, y a través de este se establecía un mecanismo de extracción 
de plusvalor. Reproducido el esquema dualista precapitalismo/capitalismo, el 
comportamiento económico asumido hasta antes de 1929 era de la siguiente 
manera: P1 (P2-P3)31, esta ecuación económica señala la disposición de una 
economía agro-exportadora, que encuentra su límite en la sobreproducción en los 
países centrales y principalmente en Estados Unidos, y en la conducta del 
consumo que trajo cambios en el sistema internacional del trabajo y su relación 
con los países periféricos. Estos límites traducidos en crisis, trajo consigo la 
declinación de la relación económica producto-capital y la tasa de lucro en la 
agricultura capitalista, es decir, el proceso de formación y acumulación del capital 
a través del trabajo asalariado tuvo que buscar asegurar su continuidad. 
 
30 Celso Furtado, “Factores estructurales del estancamiento latinoamericano”, La Teoría Social 
Latinoamericana, UNAM, México, 1994, p. 260. 
31 El significado de las variables enunciadas se definen de la siguiente manera: Considera a P1 como todo 
modo de producción agrícola pre-capitalista, donde P1=Agricultura precapitalista, P2 es entendido como la 
disposición de la economía latinoamericana a exportar, P2=actividades que producen para la exportación, y 
P3 indica la intención de tecnificar un parte de la producción, P3= Insumos de tecnología. 
27 
 
El relevo del mecanismo que pudiera asegurar la acumulación de capital se 
presentó en América Latina como “sustitución de importaciones”, que permitió 
fortalecer la relación producto-capital. La ecuación primera se presentaba poco 
funcional, debido a los cambios de la industrialización, y se adherían como 
resultado de esta dos nuevos elementos: P4 y P532 . Este mecanismo de 
reproducción de la acumulación de capital tenía como objetivo la concentración 
del ingreso y además establecer una relación más fuerte entre las relaciones de 
producción y su tecnificación a través de las nuevas tecnologías, según esto el 
“adelanto de la tecnología abre oportunidades a los capitalistas en permanente 
acumulación para reincorporarse al proceso productivo”33. 
El tipo de desarrollo latinoamericano que se estableció en las fases de 
crecimiento de exportaciones y de industrialización, generó gran estancamiento 
con pocas posibilidades de crecimiento. Sobre este estancamiento, Furtado 
puntualiza la adecuación necesaria de un tipo de desarrollo desde América Latina, 
que entienda su especificidad dualista y que afirme el modelo desarrollista del 
esquema cepalino. Según Furtado el apego a estas orientaciones garantizapolíticas que aseguran la estabilidad económica, así como prevén mantener el 
nivel de ingreso. 
Las recomendaciones del desarrollo cepalino, implican “mantener un 
modelo adecuado de empleo, sosteniendo un comportamiento al aumento de la 
participación del ingreso y compatibilidad con el logro máximo de bienestar social, 
los cuales cuentan con marcos regulatorios que registran tensiones 
estructurales”34, afín a esta postura, Furtado ve factible introducir en el marco 
institucional correcciones capaces de asegurar la referida compatibilidad, entre el 
desarrollo cepalino y las características de la región. Aunque encuentra que la 
aplicación de políticas institucionalizadas de desarrollo para América Latina 
guarda un interés particular, ya que tienen que lidiar con los conflictos de grupos 
 
32 Como resultado de la industrialización de los procesos productivos, se agregaron dos elementos, signados 
de la siguiente manera: P4=Sector manufactureros y P5=Sustitución de bienes duraderos. 
33 Celso Furtado, El subdesarrollo latinoamericano, Fondo de Cultura Económica, México, 1982, Pág. 148. 
34Ibid., p. 286. 
28 
 
que controlan el proceso de formación de capital (parte de ahí el estancamiento) y 
los de la colectividad como un todo, donde los últimos aspiran al bienestar social 
(aunque para el desarrollismo cepalino bienestar social no es lo mismo que 
igualdad social). Finalmente, la “búsqueda de creación de una política capaz para 
detener la tendencia al estancamiento”35 y de asumir la forma de acción 
“consciente y deliberada tendiente a crear relaciones estructurales, y condicionar 
formas de comportamiento capaces de engendrar un proceso social del cual el 
desarrollo económico sea un componente necesario”36 será la finalidad de la 
propuesta que busca Furtado en el desarrollo cepalino. 
 
Aníbal Pinto 
Aníbal Pinto participa finalmente en la conformación del proyecto del desarrollismo 
cepalino, como los otros autores, se suscribe a la idea y eje principal que había 
sido motivo de interés en el caso de América Latina, el cual se articulaba sobre la 
idea de cómo salir del estancamiento e integrar la región al desarrollo, en general, 
se apelaba a la construcción de un modelo de desarrollo sui generis, adecuado a 
las causas de la problemática. Se reconoce colectivamente que una de las causas 
del estancamiento en la región, se debía a “la retención por parte de los países 
industrializados de los beneficios de la productividad creciente”37, por lo que 
producía una distribución desigual de los beneficios, solo posible a través de la 
relación de precios del intercambio. Asimismo la interpretación cepalina atribuía 
esta “retención de los beneficios al esquema de división internacional de trabajo”38, 
que se había sostenido desde la relación del sistema centro-periferia. 
Afirmando la postura cepalina y continuando con la interpretación 
estructuralista que esta asumía, Pinto establece su propia unidad de análisis, 
definida como heterogeneidad estructural. Desde ese marco analítico intenta 
 
35Ibid., p. 287. 
36Ibidem. 
37 Oscar Soberón, Inflación: Raíces estructurales. Ensayos de Aníbal Pinto, Fondo de Cultura Económica, 
México, 1973, p. 38. 
38Ibid., p. 291. 
29 
 
tomar distancia de las visiones dualistas que prevalecían en la escuela Cepalina, 
ya que establecían una relación directa entre modernización/desarrollo y el 
subdesarrollo; reminiscencias del desarrollismo rostowniano, que continuaban 
apareciendo en sus autores. Al definirse desde su propia unidad de análisis tenía 
la intención de reinterpretar el estancamiento latinoamericano o mejor dicho 
explorar las causas de la retención de los beneficios de la productividad. 
La heterogeneidad estructural es asumida como categoría básica de su 
análisis, suponía “la coexistencia de formas productivas y relaciones sociales 
correspondientes a diferentes fases y modalidades en el desarrollo de la región 
pero interdependientes en su dinámica dentro de los límites de los estados 
unificados”39. Sobre esta base y considerando la retención de los beneficios de la 
productividad, orienta su estudio sobre la dinámica que había posibilitado la 
reproducción de ese esquema de concentración de capital y el progreso técnico. 
Para la heterogeneidad estructural gran parte de las causas de la 
distribución desigual responde a la disposición de las zonas productivas en áreas 
focalizadas, es decir, hubo una concentración exclusiva de áreas. La selección de 
los procesos productivos tecnificados en zonas específicas, trajo como 
consecuencia la creación de polos de capital, que actuaron como sectores de 
absorción de mano de obra y posibilitaron el aumento de la productividad. Esta 
dinámica “partía de la base de que el nuevo polo establecido alrededor de la 
industria y proyectado hacia dentro iba a cumplir una misión homogeneizadora 
similar a la registrada en el centro”40, pero el crecimiento de los polos generó 
volúmenes elevados de mano de obra que no pudo absorberlas y que 
rápidamente se convirtieron en sobrepoblación, teniendo como consecuencia un 
crecimiento urbano desbordado, que acentuó la disociación entre el ritmo de la 
urbanización y del empleo de sectores dinámicos, el cual exigía patrones de 
consumo y niveles de vida. 
 
39 Aníbal Pinto, América Latina: Una visión estructuralista, UNAM, México, 1991, pp. 564-565. 
40 Oscar Soberón, op. cit., p. 108. 
30 
 
La orientación del esquema de producción tuvo desde sus inicios un modelo 
de desarrollo establecido en dos fases: la primario-exportadora y la de sustitución 
de importaciones, en ambas fases el desarrollo suponía la concentración del 
progreso técnico como principal elemento para el aumento de la productividad. La 
primera dispuso de zonas especializadas de producción y la segunda hizo 
aumentar su productividad a través de incrementar la inversión interna focalizando 
sectores industriales. Esta última debido a la constante oscilación de los precios 
del mercado, no pudo equilibrar el ritmo de urbanización y la productividad por 
sectores. 
La crisis de ambas fases y por lo tanto del modelo de desarrollo, la explicó 
Aníbal Pinto a través de la heterogeneidad estructural exponiendo su modelo 
latinoamericano de desarrollo, el cual toma en consideración dos problemáticas 
que debían equilibrarse: el ritmo de urbanización y la productividad por sectores, 
donde se pone énfasis en establecer una concentración sectorial del progreso 
técnico ya que este repercute en “otro aspecto básico, el de la asignación social 
de sus frutos”41, y que precisamente para el caso de América Latina, ofrece 
solución al desequilibrio. 
Finalmente, El nuevo modelo de desarrollo que Pinto ve factible presenta 
dos directrices: la redistribución del ingreso, que supone el “equilibrio de precios 
de los bienes y servicios para cada sector”42 y la diseminación del progreso 
técnico, que tiene como “base la gestión de la redistribución monetaria del 
ingreso”43, posible a través de la inversión pública productiva, pública social y la 
inversión privada, donde el Estado debe asignar gastos de capital en favor de 
sectores rezagados, pues tiene efectos en el aumento de ocupación y en el 
aumento de la productividad. Siguiendo el argumento de Pinto, las directrices 
constituyen la base del modelo latinoamericano de desarrollo, pues estas han 
demostrado dar impulso al sector capitalista, como foco dinámico del sistema. 
 
41Ibid., pp. 49-50. 
42Ibid., p. 96. 
43Ibid., p. 99. 
31 
 
Asimismo optar por ellas permitiría “acumular energías para desatar nuevos 
impulsos para el desarrollo en un marco o modelo más expansivo”.44 
El discurso del enfoque del desarrollismocepalino confirma la participación 
de diversas propuestas para resolver problemas económicos y sociales desde 
propuestas cercanas a la región, hay en sus autores el esfuerzo de concentrarse 
en elementos analíticos que permitan dar mayor comprensión a los problemas del 
estancamiento y el crecimiento, pero no elude el sesgo desarrollista que sobre las 
propuestas manifiesta, la recurrente caracterización de modelos que per se 
suponen ofrecer salidas sin tocar el tema del problema de la explotación del 
trabajo asalariado, sino sólo concentrándose en regulaciones y en las mejoras de 
la comunicación con el Estado , como es el caso del problema en la relación 
ingreso-productividad que provoca tensiones sociales. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
44Ibid., p. 103. 
32 
 
1.5 El debate en torno a la dependencia. 
La producción teórica en América Latina sobre la construcción de modelos de 
desarrollo propios para la región, tuvieron sus resultados en lo que se denominó el 
desarrollismo cepalino en la década de 1950 y 1960. Ciertos estudios ponderaron 
reflexiones desde la teoría del desarrollo rowstoniana, modelos que permitían 
adecuar un tipo de desarrollo sui generis. Como se mencionó en el apartado 
anterior, las propuestas del desarrollo cepalino enunciadas en sus autores, 
residían en orientar un tipo de desarrollo para la región, ya que su condición de 
subdesarrolladas, las imposibilitaba para integrarse al sistema económico mundial. 
Los supuestos teóricos de desarrollo/subdesarrollo y centro-periferia usados 
por la escuela cepalina, para referir a la situación de América Latina, encontraron 
a partir de 1960 un férreo debate, que perfiló su crítica sobre la condición 
dependiente de la región. El debate criticó los planteamientos de la teoría 
desarrollista cepalina y fue más allá. Pues re-definió la noción de subdesarrollo y 
fijó todo su análisis sobre lo que se denominó como teoría de la dependencia o 
análisis de la situación dependiente, en la que estaban inscritos autores como Ruy 
Mauro Marini, André Gunder Frank, Theotonio Dos Santos, Vania Bambirra, 
Aníbal Quijano, F.H. Cardoso y Enzo Faletto, como los principales referentes. Es 
pertinente indicar que la diversidad de posturas en el debate en torno la 
dependencia refería más que nada a un marco metodológico45, pues compartían 
un eje analítico del que la mayoría se vio inmerso y del que participaban. 
El debate se abrió al cuestionar las nociones de subdesarrollo que ya había 
criticado la escuela cepalina46, sobre esta noción es que los denominados 
dependentistas orientaron su crítica. Una de ellas cobró forma en la enunciación 
de André Gunder Frank. Bajo un argumento de corte histórico, sitúa el despliegue 
 
45 Sobre la diversidad metodológica del debate, revisar el esquema que presenta Theotonio Dos Santos, 
donde incluye en la clasificación dependentista a las siguientes posturas: Reformistas, No marxistas, 
marxistas y neomarxistas. Véase en Theotonio Dos Santos, La teoría de la dependencia: balance y 
perspectivas, Plaza & Janés, Mèxico, 2002, p. 15. 
46 Véase Celso Furtado, El subdesarrollo latinoamericano, Fondo de Cultura Económica, México, 1982. 
33 
 
del sistema capitalista en los países subdesarrollados a partir de la estructura 
metrópoli-satélite, donde los satélites sirven 
“como instrumento para extraer capitales o sobrantes económicos de 
sus propios satélites y encaminar parte de estos sobrantes a la 
metrópoli extranjera de la cual todos son satélites. Cada metrópoli 
nacional o local sirve para imponer o mantener la estructura 
monopolística y las relaciones de explotación de ese sistema”47. 
La estructura y condición de metrópoli-satélite, lleva a los países satélites a asumir 
su característica de países subdesarrollados. Para Gunder Frank, el subdesarrollo 
“no es consecuencia de la supervivencia de instituciones arcaicas o de 
falta de capital en las regiones que se han mantenido aisladas del 
torrente de la historia del mundo. Por el contrario, el subdesarrollo ha 
sido y es aún generado por el mismo proceso histórico que genera 
también el desarrollo económico, el desarrollo propio del capitalismo”48, 
este argumento lo perfila a los teóricos del desarrollo que, como Rostow, afirman 
la naturalidad de estadios subdesarrollados, del cual América Latina forma parte y 
que debe esperar a fortalecer su economía para orientarla al desarrollo. 
La perspectiva sobre el subdesarrollo es ampliada, conforme se integran al 
debate más autores. Para Cardoso y Faletto es claro que la situación del 
subdesarrollo, fue resultado del despliegue del capitalismo industrial y su 
vinculación de economías, que presentaban grados diversos de su sistema 
productivo a un mismo mercado. El señalamiento de Cardoso y Faletto se orienta 
a la existencia de una estructura económica internacional de producción y 
distribución, pues eso supone una estructura definida de relaciones de 
dominación. La noción de subdesarrollo en ellos “caracteriza a un estado o grado 
de diferenciación del sistema productivo sin acentuar las pautas de control de las 
decisiones de producción y consumo, ya sea internamente o externamente”49. Es 
 
47 André Gunder Frank, América Latina: subdesarrollo o revolución, Ediciones Era, México, 1973, p. 24. 
48Ibid., p. 26. 
49F.H.Cardoso y Enzo Faletto, Desarrollo y dependencia en América Latina, Siglo XXI, México, 1978, p. 25. 
34 
 
importante el señalamiento de la estructura económica internacional como relación 
de dominación entre el “centro y la periferia”50, ya que permite ampliar el debate 
entre sus participantes. 
Para Theotonio Dos Santos siguiendo el consenso aceptado entre los 
dependentistas, sostiene que el subdesarrollo no le parece un estadio atrasado y 
anterior al capitalismo, sino una consecuencia de él y una forma particular de su 
desarrollo. Respecto a lo que Frank denomina satelización; como elemento de 
sujeción de la reproducción del subdesarrollo, Dos Santos afirma que no se trata 
de “una satelización, sino de la conformación de un cierto tipo de estructuras 
internas que están condicionadas por la situación internacional de dependencia”51. 
Es decir, el subdesarrollo supone ser consecuencia del capitalismo, entendido 
como la reproducción de cierto tipo de estructuras internacionales que se 
establecen dominantes. 
Aníbal Quijano cercano en la caracterización de Dos Santos, argumenta 
que, el subdesarrollo “es una función históricamente necesaria del carácter 
dependiente de la estructura de dominación interna de los países, y del carácter 
desigual y combinado de su composición estructural”52, donde el carácter 
subdesarrollado expresa la sujeción de las sociedades dependientes a “las 
necesidades de dominación de los países hegemónicos, o mejor, de los grupos 
burgueses dominantes en estos países en cada momento”53. 
La revisión sobre la denominación de subdesarrollo, que llevan a cabo los 
dependentistas dadas las apreciaciones particulares, y la obtención de un eje 
analítico, permitió usar el argumento sobre lo subdesarrollado, para dar una 
configuración sobre la condición económico-social de América Latina, condición 
que asumirán como dependiente. 
 
50 Para Cardoso y Faletto, las nociones de “centro” y periferia”, subrayan las funciones que cumplen las 
economías subdesarrolladas en el mercado mundial, sin destacar para nada los factores políticos-sociales 
implicados en la situación de dependencia. 
51Theotonio Dos Santos, Imperialismo y dependencia, Ediciones Era, México, 1980, p. 305. 
52Francisco Weffort y Aníbal Quijano, Populismo, marginalización y dependencia. Ensayos de interpretación 
sociológica, Editorial UniversitariaCentroamericana, Costa Rica, 1963, p. 212. 
53Ibidem. 
35 
 
La diversidad de posturas metodológicas sobre la condición dependiente, 
se evidenció en las afirmaciones que cada integrante llevó a cabo en sus aportes, 
si bien algunas conceptualizaciones distan de otras, ello no significó oposición, 
sino al contrario ampliaron el debate. A continuación se revisarán las principales 
discusiones del debate en torno a la dependencia, donde se resaltan las 
principales formulaciones. 
Ruy Mauro Marini 
Los aportes de Ruy Mauro Marini en el debate en torno a la dependencia se 
presentan como uno de los principales. Su propuesta se sitúa en el uso de 
categorías marxistas para el análisis de la situación de América Latina, de ahí que 
él mismo define a esta producción intelectual como teoría marxista de la 
dependencia. 
Las reflexiones de Marini asumen la participación de América Latina en la 
conformación de la dinámica internacional de la colonia y señalan que a partir del 
siglo XX, la revolución industrial estableció un aumento de flujo de mercancías y 
capitales, que permitió establecer una estructura relaciones con Europa, definida 
en la división internacional del trabajo, que a su vez determinó el curso de la 
región. Ya que configuró una reproducción de relaciones de dependencia, que se 
establecieron como “relaciones de subordinación entre naciones formalmente 
independientes, en cuyo marco las relaciones de producción de las naciones 
subordinadas son modificadas o recreadas para asegurar la reproducción 
ampliada de la dependencia”54. Es la gran industria, que establece las bases para 
la división internacional de trabajo, situada a partir de la especialización 
productiva en las metrópolis europeas y que para ser posible, necesitaba de 
países con los medios de subsistencia de origen agropecuario proporcionado por 
los países dependientes. 
La situación para América latina se complejizó al establecer la relación de 
dependencia con las metrópolis europeas, pues su función se amplió en definirse 
 
54 Ruy Mauro Marini, Dialéctica de la Dependencia, Ediciones Era, México, 1974, p.18 
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como oferta de alimentos, necesaria en su caso para insertarse en el mercado 
internacional capitalista y establecerse como mercado de materias primas 
industriales. Esta participación en el mercado mundial es para Marini fundamental 
pues contribuyó a desarrollar el modo de producción específicamente capitalista, 
que se basa en la plusvalía relativa55, y a través de ésta el mercado mundial 
alcanzó formas más desarrolladas. 
El resultado de las relaciones de mercado, es decir, el intercambio desigual 
de mercancías, fue el mecanismo para que el mercado mundial estableciera su 
modo de operación entre naciones industriales y no industriales, pues es ahí 
donde se “observan diferentes mecanismos que permiten realizar transferencias 
de valor, pasando por encima de las leyes del intercambio, que se expresan en la 
manera como se fijan los precios del mercado y los precios de producción de las 
mercancías”56. Se hace necesario, distinguir los mecanismos que operan en el 
interior de la esfera de producción y los que actúan en el marco de distintas 
esferas que se interrelacionan, pues es la forma en que opera la reproducción del 
carácter dependiente. 
Marini ubica dos casos que muestran esta relación, en el primer caso las 
transferencias corresponden a aplicaciones específicas de las leyes del 
intercambio, aquí se ejercen las leyes capitalistas del intercambio, pues se 
expresa a partir de una ganancia extraordinaria por parte de las naciones 
industriales, ya que establece precios de mercado definidos, aun cuando las 
naciones no industriales tengan precios bajos de producción como resultado de un 
aumento de producción, en el segundo caso adoptan el carácter de transgresión 
de ellas, a partir de la producción exclusiva de bienes a las naciones industriales 
se les permite eludir la ley del valor, es decir, venden sus productos a precios 
superiores a su valor, configurando así un intercambio desigual, donde las 
naciones desfavorecidas ceden gratuitamente parte de su valor que producen. 
 
55 Para Ruy Mauro Marini, la plusvalía Relativa es entendida como forma de explotación del trabajo 
asalariado que, fundamentalmente con base en la transformación de las condiciones técnicas de 
producción, resulta de la desvalorización real de la fuerza de trabajo. 
56Ibid., p. 33. 
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Frente a esos mecanismos de intercambio desigual, establecidos a través 
de las transferencias de valor y fundados en la “productividad y el monopolio de 
producción”57, se disponen mecanismos de compensación, que no impiden la 
transferencia operada por los mecanismo descritos, sino que se orientan a 
neutralizar el aumento del valor realizado, a través del incremento de la masa de 
valor producida. Esta acción de compensación sólo es posible a partir de una 
“mayor explotación del trabajo, a través del aumento de su intensidad. Pues le 
permite la creación de más valor en el mismo tiempo de trabajo”58, es decir, en el 
marco de ese intercambio, la apropiación del valor realizado “encubre la 
apropiación de una plusvalía que se genera mediante la explotación del trabajo en 
el interior de cada nación”59, y que sólo es posible la compensación al nivel de la 
producción interna de cada país. 
Marini señala que el fundamento de la dependencia en América Latina, 
parte de establecerla como un centro productor de capital, que supone una 
vinculación al mercado mundial y su impacto que acarrea sobre la organización 
interna del trabajo. Ya que el ciclo de capital en la economía dependiente 
latinoamericana tiene su fundamento en relación al mercado mundial. El modo de 
producción capitalista irá subordinando al conjunto de la economía, entonces la 
economía latinoamericana atiende las exigencias de la circulación capitalista, cuyo 
eje de articulación está constituido por los países industriales, y centrada pues 
sobre el mercado mundial. En los dos casos más paradigmáticos de la economía 
de la región: la economía exportadora y en la industrialización, Marini señala que 
el esquema que se reproduce es el de la dependencia, pues la segunda es posible 
solo a partir de las bases específicas creadas. Pues la economía industrial 
dependiente “reproduce, en forma específica, la acumulación de capital basada en 
la superexplotación del trabajador”60, ya que imposibilita al trabajador para 
reponer el desgaste de la fuerza de trabajo y su remuneración está por debajo de 
su valor. La tesis central de la propuesta es que el fundamento de la dependencia 
 
57Ibid., p. 35. 
58Ibid.,p. 36. 
59Ibid., p. 37. 
60Ibid., p.60. 
38 
 
es la superexplotación, pues no se trata de una disposición de estadios, sino más 
bien una estructuración de mecanismos del capitalismo, para asegurar la 
acumulación del capital. 
 
F.H. Cardoso y Enzo Faleto 
La participación de ambos autores se ve reflejada en su obra conjunta Desarrollo y 
dependencia en América Latina, como ya se había señalado acerca de su 
reflexión sobre la condición del subdesarrollo y sus posturas con relación a las 
teorías desarrollistas, al considerarlas como reduccionistas y limitadas en el 
análisis económico, ya que disponían de modelos desfasados de la realidad de 
América Latina. Respecto a la dependencia argumentan que ésta “alude 
directamente a las condiciones de existencia y funcionamiento del sistema 
económico y del sistema político, mostrando las vinculaciones entre ambos, tanto 
lo que se refiere al plano interno como al externo”61, es decir, la reflexión 
sociológica que se establece, considera el proceso sociopolítico como 
fundamental, pues condiciona los modos de producción propiosa establecer, pues 
si bien el mercado mundial condiciona la estructura de cada país, hay posibilidad 
para la acción política de cada país para condicionar y determinar finalmente esta 
reproducción dependiente. En ambos autores, se observa un análisis de la 
“dependencia” cercano a los participantes del debate, pero existe, a diferencia de 
los demás, un señalamiento en atribuir a las condiciones políticas62 propias de la 
región posibilidades para cambiar el esquema reproductor dependiente. 
 
Vania Bambirra 
Las reflexiones de Vania Bambirra sobre la teoría de la dependencia se suman al 
debate inaugurado por algunos autores antes mencionados. Cercana a la 
propuesta de Theotonio Dos Santos, por el análisis estructural usado para referir a 
 
61 F.H. Cardoso y Enzo Faletto, op. cit., pp. 24-25. 
62 La intención de subrayar el énfasis que pone Cardoso y Faletto a las condiciones políticas, subyace en 
reconocer en su metodología la búsqueda del tipo ideal de político que usa Max Weber. 
39 
 
dicha teorización, Bambirra admite considerar a los estudios de la dependencia 
como estudios con status de teoría, pues señala que se parte de considerarlos 
como “estudio de las formaciones económico-sociales capitalista dependiente, 
capaz de captar la combinación específica de los modos de producción que han 
coexistido en América Latina bajo la hegemonía del capital”63. De ahí que la teoría 
de la dependencia en Bambirra, supone el análisis de las leyes de movimiento del 
modo de producción capitalista en países como los latinoamericanos, cuyos 
procesos económicos son redefinidos en función de las posibilidades estructurales 
internas. 
La especificidad de la reproducción dependiente del sistema capitalista, 
según la teorización de Bambirra, se da cuando 
“la acumulación de capitales pasa por el exterior a través de la 
importanción de maquinaria; luego, cuando empieza a ser producida 
internamente –solo en algunos países y con muchas limitaciones pues 
los sectores de punta, como electrónica, energía nuclear, son 
monopolios de los países más desarrollados-, está controlada 
directamente por grupos extranjeros, y si bien ya empieza a suplir las 
necesidades de las maquinas del sector II (bienes de consumo 
manufacturado)- que por cierto pasa a ser controlado en gran parte por 
el capital extranjero- sigue dependiendo de la maquinaria-capital del 
sector I (bienes de producción) de los países capitalistas 
desarrollados”64. 
Esta evaluación de la reproducción estructural de la economía latinoamericana, 
muestra las determinantes y sus funciones, que para el caso habría que 
considerar para salir de ese esquema. 
 
 
 
63VaniaBambirra, Teoría de la dependencia: una anticrítica, Ediciones Era, México, 1978, p. 26. 
64Ibid., p. 29. El contenido en cursivas es mío, lo use para hacer más clara la idea y no referir solo a sectores. 
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Theotonio Dos Santos 
Theotonio Dos Santos quién participó con Bambirra en la construcción de lo que 
denominaron teoría de la dependencia, es otro de los autores que abonó al debate 
construido. De metodología estructuralista y afirmando el carácter científico de los 
estudios sobre la dependencia, sostiene que es la división internacional del trabajo 
la base sobre la cual está fundada la dependencia. Dos Santos define la 
dependencia como “una situación histórica que configura una cierta estructura de 
la economía mundial que favorece el desarrollo económico de algunos países en 
detrimentos de otros y que determina las posibilidades de desarrollo de las 
economías internas, constituyéndolas como realidades económico-sociales”65. 
La pista que sigue Dos Santos sobre la dependencia es, precisamente la de 
una situación condicionante, que se establece como límite, como configuración de 
ciertas realidades más complejas con las cuales forman la realidad total que son 
las estructuras nacionales. Esta situación de dependencia, está condicionada por 
tres formas históricas de dependencia: 
“las formas básicas de la economía mundial, que tiene sus propias 
leyes de desarrollo; el tipo de relaciones económicas dominantes en los 
centros capitalistas y los modos como se expanden hacia el exterior; 
los tipos de relaciones económicas existentes en el interior de los 
pases que se articularon en la condición dependiente, en el seno de las 
relaciones económicas internacionales generadas por la expansión 
capitalista”66. 
Señala Dos Santos que la estructura reproductora de dependencia, tiene efectos 
directos sobre la estructura del sistema productivo de los países dependientes, 
pues condiciona un tipo específico de desarrollo que se caracteriza por su carácter 
dependiente. Los efectos sobre la estructura productiva dependiente son: “a) el 
sistema productivo que se monta en estos países está esencialmente 
condicionado por las relaciones internacionales mencionadas, b) la acumulación 
 
65Theotonio Dos Santos,op. cit., p. 308. 
66Ibid., p.310. 
41 
 
de capitales, en tales circunstancias asume características muy propias y c) los 
límites que el sistema productivo impone al crecimiento de estos países”67. 
La estructura y los efectos en el sistema de producción dependiente es en Dos 
Santos la parte toral de su enunciación en torno al debate. Pues subraya que 
éstas para operar necesitan de un sistema económico mundial que controle el 
monopolio de capital, pues para poder realizarse, el sistema se reproduce como 
dependiente, “al reproducir un sistema productivo cuyo desarrollo está limitado por 
esas relaciones internacionales, sistema que desarrolla necesariamente solo 
algunos sectores económicos y que está obligado a intercambiar en condiciones 
desiguales”68, lo que tiene como resultado la reproducción de atraso, miseria y 
marginalización social al interior de las sociedades latinoamericanas 
dependientes. 
 
Aníbal Quijano 
Aníbal Quijano es otro autor que ingresa al debate en torno a la dependencia, 
cercano a la reflexión de Dos Santos y Bambirra, asume que la situación de las 
sociedades nacionales latinoamericanas pasa por un sistema de relaciones de 
interdependencias formado por los países capitalistas. Tal situación de relaciones 
es posible a partir de la prevalencia de los intereses de un sector dominante sobre 
los demás, intereses que en las sociedades dependientes corresponden a “los 
intereses de un sistema total de relaciones de dependencia y del sistema de 
producción y de mercado, en su conjunto”69, donde dicho sistema de relaciones de 
dependencia se originó desde la constitución de las sociedades nacionales 
latinoamericanas. 
 
 
67Ibid., p. 318. 
68Ibid., p. 320. 
69 Aníbal Quijano, “Dependencia, cambio social y urbanización en América Latina”, Revista Mexicana de 
Sociología, Vol. 30, No. 3, Julio-Septiembre 1968. p. 526. 
42 
 
El análisis de Aníbal Quijano, a diferencia de los primeros participantes del 
debate, donde la subordinación económica es preponderante para entender las 
relaciones de dependencia, parte de entender el análisis económico como 
decisivo, pero no único para entender las relaciones de dependencia en las 
sociedades nacionales latinoamericanas. La propuesta de Quijano señala a esta 
dependencia como una dependencia histórica, “que afecta a todos los demás 
órdenes institucionales y al entero proceso histórico de nuestras sociedades”70, de 
ahí que todos los procesos históricos determinados por la estructura interna del 
poder estarán subordinados y se establece una relación de dominación a través 
del sistema internacional capitalista en su conjunto. 
La dependencia en Quijano es un concepto que, 
“da cuenta, al mismo tiempo, del cambiante sistema de relaciones entre

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