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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ARAGÓN 
DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES 
LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA 
 
 
 
 
TESIS: 
LAS MASCULINIDADES DE LOS ADOLESCENTES COMO 
VIOLENCIA SIMBOLICA EN LA ESCUELA 
 
 
 
 
QUE PRESENTA: 
OSCAR ISMAEL VILLAR MUÑOZ 
 
 
ASESOR: 
MTRA.ELODIA DEL SOCORRO FERNÁNDEZ CACHO 
 
 
 
 
 
 
Nezahualcóyotl, Estado de México, Enero,2017 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
2 
 Índice 
 Introducción. Página 
 ..……………………………………………………………………. 4 
 CAPÍTULO 1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS 16 
 I. La Europeización ……………………………………………………………... 22 
 1.1. El Machismo en América Latina …………………………………………. 27 
 1.1.1. Machismo ………………………………………………………………… 30 
 1.1.2 Nacionalismo ……………………………………………………………… 36 
 CAPÍTULO 2.CONSTRUCCIONES SIMBÓLICAS DE GÉNERO …………. 38 
 II. Antecedentes sobre la educación en México …………………………… 38 
 2.1 Las políticas Neoliberales y la educación ……………………………… 39 
 2.1. La Reforma educativa: Sus objetivos y lineamientos principales …… 48 
 2.1.1 El hombre ………………………………………………………………….. 55 
 2.1.2 Las Mujeres en la Economía de los Bienes Simbólico ……………….. 59 
 2.1.2 Hombre Manipulables por mujeres ……………………………………… 63 
 2.3. Las Transformaciones en el concepto de familia ……………………… 64 
 CAPÍTULO 3.LAS NUEVAS MASCULINIDADES ……………………………. 72 
 III. Como se vive ……………………………………………………………….. 74 
 3.1 Que se puede Entender ………………………………………………….. 76 
 3.1.1 Vida Cotidiana y Sexualidad …………………………………………….... 78 
 3.1.2 Violencia y Discriminación a la Mujer ……………………………………. 79 
 3.2. Mujeres y repercusión hacia los hombres ………………………………. 80 
 3.2.1 Las Generaciones y sus cambios ……………………………………….. 78 
 3.2.2 La Escuela y los Alumnos ………………………………………………… 80 
 3.2.3 El hombre y la Mujer ………………………………………………………. 81 
 
3 
 3.2.4 Adolescencia Masculinidad y Sexualidad ………………………………... 83 
 4. Masculinidad y reproducción ……………………………………………… . 86 
 4.1 Algunas consecuencias para el Cambio …………………………………. 94 
 4.1.1 Reproducción de la Violencia …………………………………………… … 96 
 
 Conclusiones ………………………………………………… ………………….. 102 
 Fuentes de consulta ………………………………………………………… …... 104 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
Agradecimientos 
 A mis padres y hermanos por su amor, apoyo y confianza. 
 Este logro también les pertenece. 
Por alentarme a seguir siempre. 
Por que soy mejor persona, los quiero mucho. 
A mis maestros por sus sabios consejos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5 
Introducción. 
 En realidad la historia lo eterno sólo puede ser el producto de un trabajo 
histórico de eternización, es preciso reconstruir la historia del trabajo histórico de 
deshistorización o, si se prefiere, la historia de la (re)creación continuada de las 
estructuras objetivas y subjetivas de la dominación masculina que se está 
realizando permanentemente, desde que existen hombres y mujeres, y a través de 
la cual el orden masculino se ve reproducido de época en época. En otras 
palabras, una historia de las mujeres que intente demostrar, aunque sea a pesar 
suyo, una gran parte de las constantes y las permanencias, está obligada, si 
quiere ser consecuente, a dejar un espacio, y sin duda el más importante, a la 
historia de los agentes y de las instituciones que concurren permanentemente a 
asegurar esas permanencias, Iglesia, Estado, Escuela, etc., y que pueden ser 
diferentes, a lo largo de las diferentes épocas, en su peso relativo y sus funciones. 
 La investigación histórica no puede limitarse a describir las transformaciones en el 
transcurso del tiempo de la condición de las mujeres, ni siquiera la relación entre 
los sexos en las diferentes épocas; tiene que dedicarse a establecer, en cada 
período, el estado del sistema de los agentes y de las instituciones, Familia, 
Iglesia, Estado, Escuela, etc., que con pesos y medios diferentes en los distintos 
momentos, han contribuido a aislar más o menos completamente de la historia las 
relaciones de dominación masculina, por tanto, la historia de las combinaciones 
sucesivas (diferentes en la Edad Media y en siglo XVIII, bajo Pétain al comienzo 
de los años cuarenta, y bajo De Gaulle después de 1945) de mecanismos 
estructurales (como los que aseguran la reproducción de la división sexual del 
 
6 
trabajo) y de las estrategias que, a través de las instituciones y de los agentes 
singulares han perpetuado, en el transcurso de una larguísima historia, y a veces 
a costa de cambios reales o aparentes, la estructura de las relaciones de 
dominación entre los sexos. 
La decadencia del peso económico de las mujeres de la burguesía, condenadas a 
partir de ese momento por la mojigatería victoriana al culto de la castidad y de las 
artes domésticas, acuarela y piano, así como, por lo menos en los países de 
tradición católica, a la práctica religiosa, cada vez más exclusivamente femenina. 
Debería dedicarse sobre todo a describir y analizar la reconstrucción social 
siempre recomenzada de los principios de visión y división generadores de los 
géneros y, más ampliamente, de las diferentes categorías de prácticas sexuales 
(heterosexuales y homosexuales en particular, al ser la heterosexualidad 
construida socialmente y socialmente constituida en patrón universal de cualquier 
práctica sexual normal, es decir, desgajada de la ignominia de lo contra natura.1 
Una auténtica comprensión de los cambios sobrevenidos tanto en la condición de 
las mujeres como en las relaciones entre los sexos sólo puede alcanzarse, 
paradójicamente, a partir de un análisis de las transformaciones de los 
 
1
 Sabemos, especialmente por el libro de George Chauncey, Gay New York, que la oposición entre 
homosexuales y heterosexuales es algo muy reciente y que es indudable que sólo después de la 
Segunda Guerra Mundial la heterosexualidad o la homosexualidad se imponen como opción 
exclusiva. 
Hasta entonces, eran muchos los que pasaban de una pareja masculina a una pareja femenina, los 
hombres llamados normales podían acostarse con un marica, siempre que se limitaran al aspecto 
llamado masculino de la relación. Los invertidos, es decir, los hombres que deseaban a los 
hombres, adoptaban unas maneras y unas formas afeminadas, que comenzaron a disminuir 
cuando la distinción entre homosexuales y heterosexuales se afirmó con mayor claridad. 
 
7 
mecanismos y de las instituciones encargadas de garantizar la perpetuación del 
orden de los sexos. 
 El trabajo de reproducción quedó asegurado, hasta una época reciente, por 
tres instancias principales, La Familia, La Iglesiay la Escuela, que, objetivamente 
orquestadas, tenían que actuar conjuntamente sobre las estructuras 
inconscientes. La Familia es la que asume sin duda el papel principal en la 
reproducción de la dominación y de la visión masculina: en la Familia se impone la 
experiencia precoz de la división sexual del trabajo y de la representación legítima 
de esa división, asegurada por el derecho e inscrita en el lenguaje. La Iglesia, por 
su parte, habitada por el profundo antifeminismo de un clero dispuesto a condenar 
todas las faltas femeninas a la decencia, especialmente en materia de 
indumentaria, y notoria reproductora de una visión pesimista de las mujeres y de la 
feminidad; actúa además, de manera más indirecta, sobre la estructura histórica 
del inconsciente, a través especialmente del simbolismo de los textos sagrados, 
de la liturgia e incluso del espacio y del tiempo religiosos (señalando por la 
correspondencia entre la estructura del año litúrgico y la del año agrario). 
La Escuela, finalmente, está liberada del poder de la Iglesia, sigue transmitiendo 
los presupuestos de la representación patriarcal (basada en la homología entre la 
relación hombre/mujer y la relación adulto/niño), y sobre todo, quizás, los inscritos 
en sus propias estructuras jerárquicas, todas ellas con connotaciones sexuales, 
entre las diferentes escuelas o las distintas facultades, entre las disciplinas 
blandas o duras o, más cerca de la intuición mítica originaria, desencantada, entre 
los especialistas, o sea, entre unas maneras de ser y unas maneras de ver, de 
 
8 
verse, de representarse sus aptitudes y sus inclinaciones, en suma, todo lo que 
contribuye a hacer no únicamente los destinos sociales sino también la intimidad 
de las imágenes de uno mismo.2Hasta el siglo XIX, la medicina ofrece unas 
justificaciones anatómicas y fisiológicas del estatuto de la mujer (especialmente de 
su función reproductora). 
Para completar el censo de los factores institucionales de la reproducción de la 
división de los sexos, convendría tomar en consideración el papel del Estado, que 
ha acudido a ratificar e incrementar las prescripciones y las proscripciones del 
patriarcado privado con las de un patriarcado público, inscrito en todas las 
instituciones encargadas de gestionar y de regular la existencia cotidiana de la 
unidad doméstica. Sin alcanzar el grado de los Estados paternalistas y autoritarios 
(como la Francia de Pétain o la España de Franco), realizaciones perfectas de la 
división ultraconservadora que convierte a la familia patriarcal en el principio y en 
el modelo del orden social como orden moral. Los Estados modernos han inscrito 
en el derecho de la familia, y muy especialmente en las reglas que regulan el 
estado civil de los ciudadanos, todos los principios fundamentales de la división 
androcéntrica. Convendría citar en detalle las políticas de gestión de los cuerpos 
propios en los diferentes regímenes políticos. En los regímenes autoritarios en 
primer lugar, con los grandes desfiles militares o las grandes exhibiciones 
 
 
2
 Podríamos quitar a esta evocación de las formas específicas que toma la dominación masculina 
en la institución escolar lo que puede tener de aparentemente abstracto, siguiendo a Toril Moi en 
su análisis de las representaciones y de las clasificaciones escolares a través de las cuales el 
poder de Sartre se ha impuesto a Simone de Beauvoir (cf. T. Moi, Simone de Beauvoir, The Making 
of an Intellectual Woman, Cambridge, Blackwell, 1994; y P Bourdieu, Apologie pour une Femme 
rangée, prefacio a T. Moi, Simone de Beauvoir . Conflits d´une intellectuelle, París, Diderot Éditeur, 
1991, pp. VI-X). 
 
9 
gimnásticas en las que se expresa la filosofía ultramasculina de la revolución 
conservadora, basada en el culto del macho soldado, de la comunidad masculina 
y de la moral heroica de la ascesis de la tensión o, el folclore paternalista y 
regresivo del gobierno de Vichy. Así como los regímenes democráticos 
concretamente con la política de la familia, y en especial lo que Rémi Lenoir llama 
familiarísimo, así como toda la acción educativa. 
 Recordar la función del Estado como instrumento de un ejercicio mediato del 
poder significa escapar a la tendencia a hacer del poder masculino sobre las 
mujeres (y los niños) en la familia el lugar primordial de la dominación masculina; 
recordar la diferenciación de esa función es alejar el falso debate que ha 
enfrentado a algunas feministas sobre las cuestión de saber si el Estado es 
opresor o liberador para las mujeres. Esta relación del conjunto de las instancias 
que contribuye a la reproducción de la jerarquía de los sexos debería permitir 
dibujar el programa de un análisis histórico de las constantes y de las 
transformaciones de esas instancias, factor que, evidentemente, es muy digno de 
tomarse en cuenta y que actúa a través de la agregación de las acciones 
individuales, tanto en el interior de las unidades domésticas como en el mundo del 
trabajo, y también a través de las acciones simbólicas semiconcertadas como las 
del neomachismo o alguna crítica de lo políticamente correcto. 
 Hay quienes pueden definir a un amigo o pariente como ¨un típico macho¨ 
aunque con frecuencia el mismo hombre puede rechazar dicha etiqueta, 
enumerando todas las actividades que realiza en casa para ayudar a su mujer y 
señalando que no la golpea. Lo que resulta más significativo no es sólo que los 
 
10 
términos macho, machismo y machista tengan varias definiciones- pues hay poco 
consenso sobre su significado.-sino que hoy en día los hombres consideran 
términos peyorativos y no se pueden tomar como modelos a seguir. ¿Somos tan 
machistas como dicen que éramos antes? Es común escuchar a mujeres y 
hombres que dicen que, aunque en el pasado solía haber muchos machos, ya no 
son tan usuales en la actualidad. 
Algunos de los que hacen ese tipo de comentarios son muy jóvenes como para 
conocer de primera mano sobre los machos de antaño, pero aun así están 
convencidos de que había más machismo en el pasado. 
Objetivos generales: 
1. Describir cómo a través de las relaciones escolares, la institución de enseñanza 
contribuye a la estructuración de los modelos masculinos entre los jóvenes. 
2. Identificar los principales valores representativos sociales que aportan en las 
identidades masculinas los jóvenes y su relación con los modelos de 
masculinidad. 
Hipótesis: Partiendo de que la masculinidad es entendida como un proceso 
sometido constantemente a prueba ante la sociedad y costo emocional para los 
hombres concretos que lo viven, la masculinidad no es un significado, único es 
una categoría relacional, describe un proceso histórico tanto colectivo como 
individual, y cuenta con un significado maleable y cambiante. 
Debe ser entendida como una dinámica que se construye permanentemente a 
través de la interacción social y la experiencia individual, es decir a través del 
individuo como agente constructor, social y culturalmente inscrito. 
 
11 
Lo que resulta más significativo no es sólo que términos macho, machismo y 
machista tengan varias definiciones- pues hay poco consenso sobre su 
significado-sino que hoy en día los hombres consideran términos peyorativos y no 
se pueden tomar como modelos a seguir. 
Metodología: Utilizaremos el concepto de violencia, actualmente la vida de 
muchos jóvenes latinoamericanos está marcada por conflictos violentos. La 
violencia económica con la imposición de la economía neoliberal y todos los 
cambios sociales que está provocando eso, sobre todo frustración ante una 
sociedad de consumo excluyente para muchos. 
En México y en Latinoamérica, en los últimos años se han aprobado nuevas leyes 
de violencia intrafamiliar que intentan modernizar el derecho civil y penal; sin 
embargo, las estructuras policiales y procuración de justicia noavanzan de la 
misma manera y hay todavía muchos rezagos para proveer de seguridad y juicios 
justos. 
Las creencias por las cuales se justifica la violencia entre los hombres refuerzan 
constantemente en los medios de comunicación como la prensa y la televisión. 
Por lo tanto, al mismo tiempo que conseguir cambios y conductas individuales, 
necesitamos también hacer cambios culturales, que quiten el apoyo a la violencia 
y les den apoyo a los hombres para que construyan formas no violentas de 
relacionarse. 
 
12 
No es lo mismo la violencia que cometemos los hombres contra otros hombres, 
que la violencia que cometemos contra la mujer, y en este caso contra la pareja; 
aquí hay cuestión de poder y desigualdad entre los géneros. 
Las creencias de autoridad de los hombres en Latinoamérica están respaldadas 
en el complejo cultural llamado machismo que en su base tiene la creencia 
internalizada de valorar a los hombres por su masculinidad. 
La sociedad actual tiene una realidad de existencia, que en nuestra cotidianeidad 
capitalista genera desigualdades sociales, distancias existentes que tiene un 
agente con respecto a otro en acumulación de capitales y con diferencias que 
contradictoriamente articulan el diálogo entre las estructuras. 
La infancia, adolescencia y la juventud son etapas trascendentales en la identidad 
de cada individuo, colectivamente y con dimensiones de género para construir al 
hombre y a la mujer. 
Por eso en este capítulo existiendo en la práctica modelos masculinos; también se 
habla de cómo se enseña el modelo educativo a mujeres jóvenes, con 
expectativas socio-familiares identificándose con mecanismos igualitarios para 
recomponer la dominación de género, sus estereotipos o normas. 
En américa latina es necesario poner los instrumentos de evaluación de la 
educación debido a la brecha entre ricos y pobres, su calidad y la inversión que 
se realiza. 
 
13 
En el caso México se cubre en instancias estatal y federal, pero comparativamente 
lo hace de manera muy irracional en el sector privado; con el consentimiento que 
no debiera ser solo en educación. Porque debiera ser más extendido en los 
ejemplos; mercado laboral, la cultura, la vivienda y la salud. Permitiendo hacer 
frente a los nuevos retos de la inserción internacional a partir de mayor 
productividad y competitividad para los individuos. El objetivo es estar mejor 
capacitados para responder al modelo económico neoliberal habilitador-
competitivo para integrarse a los desafíos del primer mundo, requiriendo la 
intervención de los recursos. 
También en los sectores populares como en los más acomodados la interacción y 
comportamiento de las mujeres hace frente a las problemáticas; como a los 
modelos de masculinidad. 
Cuando las niñas tienen un comportamiento malo, es que se entrecruzan con la 
cultura de los adolescentes y sufre rechazo directamente en la familia o no logos 
en la escuela. 
Tanto en México como en el mundo entero estas reflexiones respecto a la 
educación es obvio que es bueno orientarlas a las oportunidades entre los 
géneros y sociedades sin diferencias y más protagonistas las mujeres en la vida. 
La complementariedad de lo conyugal se da en el espacio doméstico y los 
espacios masculinos que a veces se opone al mundo externo, pero enfatiza la 
identidad masculina. Por lo que su mundo es un proceso de construcción y 
deconstrucción dinámico. En el capítulo se menciona que género se refiere a las 
 
14 
diferencias sociales y culturales construidas sexualmente y estas son 
interiorizadas por los géneros a través de la educación dado en la familia y 
reforzada por la educación en la escuela. 
Las masculinidades también tienen sus aristas como la ausencia del espacio 
político, reivindicativo con el que cuentan los estudios de las mujeres y posterior 
las teorías de género contribuyendo a una visión integral por lo masculino y lo 
femenino con la mira a superar las práctica sociales, motivando a cuestionarlas y 
transformarlas dando pauta a estudios y grupos de reflexión sobre lo que hoy es 
conocido como nuevas masculinidades que no es única es decir inmutable. 
La mujer y sus desigualdades es asociada a su cuerpo, que es el que reproduce y 
se reduce a ese rol función fisiológica que determina sus prácticas sociales, 
enfatizando que la mayoría de las sociedades se estructura a partir de las 
divisiones entre lo natural y lo cultural. Desde el marxismo o la opresión dada por 
el orden económico; no refiero únicamente a la mujer sino a la relación que define 
lo femenino y masculino como partes de una construcción de poder, multiplicidad 
de categorías que construyen las etnias, campos sociales, las edades etc. 
La hegemonía se vincula a la educación siempre que se comprende es hablar de 
consenso y se apoya con un conjunto de prácticas y legitimidad de las políticas y 
las instituciones. 
El neoliberalismo en su discurso no consensual, no logra en la práctica ser 
hegemónico, puesto que la realidad es que los sectores oprimidos; cada vez se 
encuentran más alejados del modelo. 
 
15 
La enseñanza sostiene que el discurso es equitativo y neutro, tratando de iguales 
a los agentes que en realidad no lo son, ejemplo a los padres los trata como 
iguales, el padre machista y la madre sumisa, desconociendo las expectativas de 
los agentes culturalmente. En este análisis se observa que hay quienes ocupan 
posiciones sociales, su capital cultural y prácticas sociales que también hacen sus 
diferencias. 
La escuela es un espacio de permanente poder, de fuerzas de grupos sociales 
heterogéneos, en dónde unos son privilegiados y otros transformadores de su 
subordinación abriéndose espacios de debate y condición en la que se refleja, la 
actualidad en que vivimos la cual puede ser innovada. 
Existen también resistencias erráticas y desorganizadas, que es bueno hacer 
alusión, en realidad no afectan a la dominación o poder; puesto que no sugieren 
alternativas. 
Esto es un proceso de transformación del modelo tradicional y hegemónico de 
género así como el concepto y reinterpretación por parte de los alumnos que la 
sociología de la educación avala. 
Los jóvenes y las jóvenes son dinámicos, buscan su identidad y es muy 
enriquecedor observar sus expresiones culturales. 
En la condición de que serán adultos tienen una posición de subordinados. Ya que 
son participes de la socialización con sus padres y sus maestros; desde que el uso 
de su cuerpo como condición de relacionarse como los adultos dando significación 
 
16 
a la cultura escolar fortaleciendo su inculcación a: consumir instrucción y lo juvenil 
puede ser aceptado y censurado en los intentos por superar la problemática entre 
la cultura juvenil y cultura escolar, pues no resulta fácil, la tensión entre ambos, ya 
que se desbordan límites institucionales pero, se aumentan los mecanismos de 
vigilancia en dónde el joven es asumido como unidimensional de esta forma la 
cultura escolar o juvenil se traduce en el aprovechamiento del tiempo por los 
jóvenes; al respecto la necesidad de incorporarlos a estrategias institucionales y 
hacerse cargo de la existencia juvenil propia transmitiendo los saberes públicos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
17 
 CAPÍTULO 1. Antecedentes Históricos. 
 Lo que afecta la posición social de los hombres inevitablemente también afecta 
la posición social de las mujeres y los niños. 
La preocupación por estos temas se ha difundido más allá de las metrópolis de 
América del Norte y Europa Occidental la UNESCO Naciones Unidas Ciencia 
Educación y Organización Cultural auspicio una conferencia sobre masculinidad, 
violencia pacificación que convoca a participantes de Rusia, Europa Oriental y 
otras partes del mundo y, además, se creó una asociación internacional dedicada 
a realizar estudios sobre los hombres. 
Las relaciones de géneroforman parte de la estructura de la sociedad mundial y 
es necesario considerar muchos temas a la luz de este hecho la masculinidad no 
es una característica inmutable de los hombres sino que se construye socialmente 
y que cambia a lo largo de la historia el rol sexual del hombre, hace hincapié en el 
aprendizaje de normas de conducta y han tenido gran popularidad en áreas 
aplicadas, tales como la educación y la salud pero, la teoría de los roles sexuales 
no permite comprender la masculinidad ni tampoco el poder o la dimensión 
económica de género. En consecuencia las investigaciones han avanzado más 
allá de las abstracciones de los “roles sexuales” 
Es probable que en las sociedades multiculturales existan varias definiciones de la 
masculinidad. Relaciones sociales definidas, habitualmente jerárquicas y 
excluyentes, no solo son generadas y sustentadas por los individuos sino también 
por los grupos y las instituciones que pueden producir y sustentar múltiples 
manifestaciones de masculinidad. 
 
18 
 La construcción activa se genera a partir de los recursos y las estrategias que 
están disponibles en un contexto determinado, las diferentes masculinidades se 
crean en circunstancias históricas y pueden ser objeto de reconstrucción, 
controversia o substitución. 
Los hombres se comportan de una determinada manera gracias a la testosterona, 
o porque tienen músculos grandes, o bien porque tienen un cerebro masculino al 
menos en el mundo anglófono o la ideología popular se cree que la masculinidad 
es una consecuencia biológica del hombre. Difiere de una cultura a otra, incluso 
que la relación entre homosexualidad y heterosexualidad es significativamente 
distinta de una cultura a otra. 
La sociología del cuerpo influida por Foucault y que en el feminismo, han 
desarrollado una descripción sofisticada de la integración de los cuerpos a los 
procesos sociales e históricos. 
La sociedad tiene una serie de “practicas corporales” qué sirven para abordar, 
clasificar y modificar a los cuerpos – prácticas que van desde los deportes, la 
sexualidad y la cirugía hasta el comportamiento y la vestimenta. 
Estos procedimientos y conceptos proporcionan una explicación compleja de la 
formación de los cuerpos determinados por el género y sus jerarquías y de cómo 
se materializan en el ámbito de los deportes. 
La sociología del cuerpo presenta una dificultad en parte por la influencia de 
Foucault con la tendencia a considerar el cuerpo como un portador pasivo de 
sellos culturales. 
 
19 
En los procesos de género, la vida cotidiana se ordena en relación con la 
reproducción, definida por las estructuras corporales y los procesos de 
reproducción humana. 
 El punto esencial es que este plano es el medio en el que se realiza la práctica 
social; no siendo una “base biológica”. La encarnación de género, es desde un 
principio, una encarnación social. 
Cada una de las grandes estructuras del orden de género está vinculada al ámbito 
reproductivo a través de las prácticas que reflejan los cuerpos tales como el 
trabajo, la violencia, la sexualidad y auto interpretación. Por ejemplo las prácticas 
que reflejan que el cuerpo del atleta profesional, se ramifica a través de los clubes 
de salvavidas voluntarios, las instituciones deportivas, los anuncios de las grandes 
empresas y los medios masivos de comunicación. 
La reproducción biológica no es la causa y ni siquiera proporciona una plantilla de 
género como práctica. Por ejemplo, la sexualidad lesbiana y gay son prácticas de 
género, igual que la heterosexualidad, es decir, son manifestaciones de la 
sexualidad organizadas en relación con cuerpos femeninos y masculinos en tanto 
pareja. 
La materialidad del cuerpo masculino tiene importancia, no como modelo de 
masculinidades sociales, sino como referente para la configuración de prácticas 
sociales que han sido definidas como masculinidad. Estas prácticas se vinculan 
con secuencias de interacción social que involucran instituciones y estructuras, 
proporcionan una forma de pensar acerca de los vínculos entre el cuerpo y el 
género en mayor escala, es decir, la escala de la sociedad global. 
 
20 
La historia de género y la sexualidad son unilineales y notablemente 
eurocéntricas. El grado de unidad que se ha logrado imponer no se debe a una 
evolución abstracta hacia la modernidad, sino precisamente a la discontinuidad 
global muy concreta del imperialismo. En el transcurso de estos acontecimientos, 
fueron eliminadas algunas formas de masculinidad como el patriarcado mandarín 
de la China de Confucio y la masculinidad aristocrática de la polinesia. 
También desde un principio, el imperialismo estuvo marcado por el género. 
Estamos acostumbrados a pensar acerca del imperialismo solamente en términos 
de clases sociales, como una etapa histórica del capitalismo. 
En las primeras épocas del colonialismo eran hombres y los estados imperialistas 
fueron instituciones patriarcales que dieron origen, en las colonias, a versiones 
modificadas del patriarcado. La llegada de las mujeres desde la metrópolis 
generalmente representaba la consolidación de una colonia. En el siglo XIX este 
proceso estuvo acompañado de un endurecimiento de las ideologías racistas y la 
segregación en muchas partes del mundo. 
La subsunción en que las prácticas locales de género quedaban incorporadas a la 
estructura del mundo de los colonizadores por ejemplo, el sistema de la 
encomienda en México durante, la colonia; más recientemente la masculinización 
del transporte motorizado a distancia y el reclutamiento de los hombres fueron 
incorporados a ejércitos de tipo europeo; la hibridación, en que las estructuras 
locales se sintetizaban con la las sociedad de los colonizadores. 
Las formas de economía colonial implica la migración de fuerzas de trabajo, la 
migración “libre” desde la metrópolis; además de una amplia gama de 
 
21 
modalidades intermedias, tales como el trabajo bajo contrato forzoso en el sistema 
de minería colonial y la agricultura de las plantaciones. 
El estudio realizado sobre la fuerza de trabajo negra en la minería de oro en 
Sudáfrica. 
Es una demostración clásica. Fuerza de trabajo formada por negros bajo la 
supervisión de blancos. Los trabajadores migrantes compartían la autoridad con 
sus esposas, que permanecían en el lugar de origen, como socioeconómicos, y la 
costumbre permitía la existencia de esposas mineras es decir, relaciones 
homosexuales y domesticas provisionales entre mineros de mayor y menor edad. 
La antigua forma de masculinidad fue desplazada por otra asociada al proceso 
proletarización, fuertemente heterosexuales, con mayor tendencia a la violencia, 
que trataba a las mujeres como económicamente dependientes junto con una 
mayor insistencia en la masculinidad como superioridad corporal. Por lo tanto, las 
barreras del racismo colonial tardío no sólo tenían por objeto impedir la 
contaminación desde abajo sino también prevenir la adopción de costumbres 
indígenas, una posibilidad que era ampliamente reconocida, particularmente entre 
los hombres. 
 La formación de las distintas expresiones de masculinidad y el significado del 
cuerpo de los hombres, está tenazmente relacionada con la división racial de la 
sociedad global. 
Circunstancialmente, esto ha implicado la ¨feminización¨ de los hombres 
colonizados. En varias partes del mundo indígena colonizado se acostumbra a 
denominar ¨muchachos a los hombres indígenas por ejemplo, en Zimbabwe, 
mientras que en otras partes eran definidos como afeminados dados su debilidad 
 
22 
y falta de confiabilidad por ejemplo en Bengala. Pero en otros grupos colonizados, 
los hombres eran considerados fuertemente masculinos, como los skin en India. 
Actualmente, en Estados Unidos la población denominada afro- americana se ha 
convertido en una fuente de reclutamientode modelos de masculinidad heroica 
para los deportes, particularmente en calidad de boxeadores, jugadores de futbol y 
de basquetbol. 
 En las primeras colonias europeas de Australia, era frecuente que los hombres 
indígenas fueran considerados como especímenes ejemplares de hombría; sin 
embargo a medida que los colonizadores comenzaron a apropiarse de la tierra de 
los aborígenes, con la consiguiente intensificación de los conflictos, los 
colonizadores redefinieron a los hombres indígenas como seres traicioneros y 
libertinos. 
 En el imperialismo, se desplazan los cuerpos de los hombres alrededor del 
mundo, se los entrena y controla con nuevos métodos, se los clasifica y simboliza 
de acuerdo con diferentes principios. Se convierte en un ámbito de formación de 
género y de políticas de género, en las cuales emergen nuevas modalidades de 
masculinidad en un escenario global y están orientadas a un orden global de 
género. (Conell 1998b) y en, este caso, me concentraré en la etapa más reciente, 
a saber, las formas de masculinidad del orden mundial neoliberal, el mundo de la 
globalización. 
 
 
 
23 
 I. La Europeización. 
 La masculinidad como construcción enclavada en las relaciones de poder es a 
menudo invisible para los hombres el orden de género es más visible para quienes 
no gozan de sus privilegios que para los que disfrutan de las prerrogativas que 
implica, Seguimos actuando como si el género se aplicara solamente a las 
mujeres. Ahora debemos hacer que el género sea visible para los hombres. 
 Se puede encontrar con la noción de que el género es un fenómeno invisible 
para los hombres y además, todas las mujeres eran sometidas a la misma 
opresión de parte de los hombres. 
La invisibilidad implica un privilegio en dos sentidos: por una parte, describe las 
relaciones de poder que se mantienen, precisamente, gracias a la dinámica de la 
invisibilidad, y por otra, el lujo que sólo la gente blanca de nuestra sociedad tiene, 
no pensar en la raza en cada minuto de sus vidas. Fingir que el género no importa 
es un lujo que sólo los hombres de nuestra sociedad se pueden permitir. 
Cuando estás “en el poder”, no necesitas llamar la atención como entidad 
específica, sino que puedes fingir que eres lo genérico, universal, generalizable. 
La invisibilidad del privilegio significa que muchos hombres, al igual que mucha 
gente blanca, se ponen a la defensiva y se enojan cuando se los enfrenta a las 
realidades estadísticas o las consecuencias humanas del racismo y el sexismo, 
entendemos que en cualquier sociedad dada, en un momento determinado 
coexisten múltiples significados de la hombría. En términos sencillos, no todos los 
hombres europeos son iguales. Nuestras experiencias dependen de factores tales 
 
24 
como clase social, raza, grupo étnico, edad, región, del país. Cada uno de estos 
ejes modifica a los otros. Por ejemplo, es probable que ser un viejo, negro y gay 
en Francia sea totalmente diferente de los que significa ser un joven blanco, 
campesino heterosexual en Inglaterra. 
 Por lo tanto, los significados de masculinidad varían en las distintas culturas, a 
lo largo de la historia, entre los hombres de una misma cultura, y en el transcurso 
de la vida, no podemos hablar de masculinidad como si fuera una constante 
cambio, una esencia universal, sino más bien como una articulación fluida y en 
constante cambio de significados y comportamientos. Así es como aprendemos lo 
que significa ser hombre en nuestra cultura, al precisar nuestras definiciones por 
oposición a un conjunto de “otros”-las minorías raciales, las minorías sexuales y, 
sobre todo, las mujeres. 
 Actualmente las formas en que la versión estadounidense de la masculinidad 
hegemónica se articuló con una visión más global que simultáneamente estaba 
surgiendo en Europa y en cierta medida, por extensión, en el resto del mundo. En 
mi opinión, las afirmaciones clásicas de la teoría política y social del siglo XIX y 
principios del siglo XX ejemplifican esfuerzos por hacer frente precisamente a esta 
definición hegemónica de la masculinidad. Esto es lo que afirma (Jean-
Jaques1755) Rousseau en su discurso sobre el origen de la desigualdad 
El hombre salvaje está pletórico de paz y libertad; sólo quiere vivir y permanece 
inactivo. En cambio, el hombre civilizado siempre está activo e inquieto, 
 
25 
esforzándose incesantemente y atormentándose por encontrar ocupaciones aún 
más laboriosas. 
 A fines del siglo XVIII, coexistían dos modelos de masculinidad en Estados 
Unidos, también en Europa occidental y constituyen la base de las identidades de 
género de las luchas políticas de los siglos XVII y XVIII. El primero es denominado 
el Patriarca Gentil, quien deriva su identidad de la propiedad de la tierra. Era un 
padre afectuoso y dedicado, que pasaba gran parte de su tiempo con la familia o 
supervisando sus propiedades. El Artesano Heroico representaba la fuerza física y 
la virtud republicana del pequeño agricultor, el propietario independiente de una 
tienda que también era padre dedicado, enseñaba su oficio a su propio hijo, 
llevándolo desde la etapa ritual de aprendiz de maestro artesano. En Medio 
Oriente, los bazarris; en el mundo históricamente subdesarrollado son los 
pequeños comerciantes del mercado, el campesino independiente, el artesano 
talentoso. Sin embargo, a principios del siglo XIX, surgió una nueva versión de la 
masculinidad la de los hombres que triunfaban gracias a su propio esfuerzo el 
Self-Made Man. La masculinidad de estos hombres quedaba demostrada y se 
comprobaba en el mercado. Estos hombres triunfadores eran terratenientes 
ausentes del hogar, alejados cada vez más de sus propios hijos, dedicados a su 
trabajo en un ambiente laboral homosocial. 
 Esta definición de la masculinidad era esencialmente inestable y requería ser 
demostrada en forma constante, quedando siempre expuesta al fracaso, La 
masculinidad se debe demostrar y ni bien se ha comprobado, se debe demostrar 
nuevamente, en forma constante, inexorable, inalcanzable hasta que finalmente, la 
 
26 
búsqueda de la evidencia se vuelve tan insensata. Desde los reformistas de la 
salud del siglo XIX que aconsejaban la abstinencia sexual para los hombres, 
pasando por los deportes de fines de siglo pasado hasta la obsesión actual con el 
desarrollo corporal, los hombres que parecían ser rudos y fuertes podían tratar y 
aliviar así la ansiedad que les producía el hecho que se descubriera que eran 
blandos y débiles. La hombría se podía demostrar yéndose al bosque, ingresando 
al ejército, haciéndose a la mar, lugares donde los hombres podían demostrar su 
masculinidad frente a la naturaleza y los demás hombres, alejados de influencias 
feminizantes de la civilización. Los que somos originarios de América Latina, 
Australia, y otros lugares de la periferia de los antiguos imperios, podemos 
indudablemente seguir la trayectoria de los discursos “generalizados” de género 
de los colonizadores. 
 Pero la principal forma en la cual los hombres intentaban demostrar que habían 
tenido éxito en lograr la masculinidad era mediante la problematización de otras 
formas de masculinidad, el posicionamiento de lo hegemónico contra lo 
subalterno, la creación de otro. El Patriarca Gentil fue definido como el fauto 
petimetre europeo, un afeminado del siglo XIX. En el transcurso del siglo XIX, el 
Artesano Heroico se convirtió en el obrero común, el trabajador, una pieza 
secundaria de la maquinaría. Había desaparecido su autonomía, el orgullo por su 
oficio y ahora era dependiente y desvalido, difícilmente podría ser considerado un 
hombre. Hacia mediados del siglo XIX, al obrero se unieron una serie de “otros” 
cuya masculinidad se había problematizado. Esto quiere decir que sumasculinidad era vista como un problema. Una forma era considerada demasiado 
 
27 
masculina, es decir, era sexualmente voraz, tremendamente violenta, incapaz de 
controlar los deseos carnales, y la otra no era “suficientemente masculina”, es 
decir, era desvalida, dependiente, pasiva y feminizada. Y, por supuesto, desde 
fines de siglo hasta la actualidad, han sido las mujeres y los hombres 
homosexuales los que han servido como ejemplo visión es dependiente de 
identidad de género. Pantalla contra la cual los hombres blancos heterosexuales 
proyectan sus ansiedades de género y a partir de cuya castración los hombres 
construyen definiciones hegemónicas. Pero la masculinidad hegemónica es 
invisible para quienes intentan lograrla como un ideal de género, es más visible 
precisamente para aquellos que se ven más afectados por la violencia que 
conlleva. 
 Para que un hombre se sienta cómodo en las principales ciudades del mundo- 
no necesita buscar más allá de aquellos grupos que han quedado excluidos de 
ese mundo-las mujeres, los hombres gay, los hombres negros, los hombres de 
edad. Cuando se aporta visibilidad es claro que lo hace con claridad el subalterno. 
 
 
 
 
 
 
 
28 
 1.2 El Machismo en América Latina. 
 Estructuralmente está inserto en un sistema patrilineal de parentesco y se 
apoya en un sistema legal que apoya el poder masculino dentro del hogar y en la 
división sexual del trabajo que restringe a la mujer a la esfera privada. Es 
importante tomar en cuenta algunas características de los sistemas de género 
mediterráneos que guardan similitudes con el caso latinoamericano: la doble moral 
sexual y la importancia concedida al control de la sexualidad femenina, en 
contraste con el énfasis de la virilidad, la fuerza y el desinterés respecto a los 
asuntos domésticos que caracterizarían a los varones. Las sociedades 
latinoamericanas actuales han sido fuertemente influidas por tres siglos de 
dominación portuguesa y española, por ello es procedente establecer la 
comparación. Dar pistas sobre el complejo y multifacético proceso a través del 
cual el machismo se asumió como un rasgo propio de la versión de masculinidad 
de los varones latinoamericanos y cómo esta imagen resume y dramatiza cambios 
en curso de las relaciones entre los géneros en estas sociedades. 
 La mujer puede deshonrar a un hombre, porque si es seducida por otros 
varones la afrenta cae sobre aquél que no supo protegerla, que no fue lo 
suficientemente viril. Por ello al varón se le arranca su virilidad. El adulterio de la 
esposa o novia representa, no sólo una violación de los derechos del esposo o 
prometido, sino también una demostración de su fracaso en el cumplimiento de su 
deber. Ello explica porque los varones encuentran lógico ser extremadamente 
posesivos respecto a sus mujeres, mientras que se vanaglorian de sus propias 
conquistas. Esta concepción de masculino y femenino no tiene cabida para la 
 
29 
igualdad, supone jerarquía y diferencia por definición, por ello choca con los 
principios democráticos e igualitarios propugnados por los ideales modernos. 
 Identidad masculina que pasa por etapas marcadamente diferentes según el 
momento del ciclo vital, existiendo aspectos del ideal de virtud masculina que sólo 
pueden ser alcanzados por algunos individuos como los sacerdotes o los santos. 
Por ejemplo, en un estudio hecho entre un grupo de pastores griegos, encuentran 
que durante la juventud el varón pallikari se identifica con el héroe guerrero con 
vigor físico y coraje afirmativo, dispuesto a morir si es necesario, por el honor a la 
familia. Difícilmente honor y convivencia deben contraponerse de modo que no 
pongan en peligro la reputación, al alcanzar la edad de retiro, cuando su 
reputación está definitivamente establecida, entra el hombre en el período de su 
vida en que está definitivamente establecida y, puede convertirse en el hombre 
sabio de ciertas comunidades griegas, cualidades que el hombre joven o el padre 
de familia no pueden encarnar debido a las exigencias de sus roles públicos. 
 No se puede aplicar una única medida para medir el comportamiento de las 
personas; éstas actúan con códigos diferentes según estén moviéndose en el 
ámbito familiar, comunal, nacional. etc. Son similares al período adolescente de 
las sociedades latinoamericanas, en las que el varón debe probar que es 
sexualmente activo y fuerte delante del grupo de pares. La similitud de esta 
descripción del joven griego con el macho latinoamericano sugiere que algunas de 
las características de éste último pueden ser entendidas como los rasgos propios 
de un momento en la vida del varón en sociedades patriarcales que dividen 
netamente la esfera femenina y masculina. 
 
30 
 La concepción de la sexualidad propia de la cultura andaluza se caracteriza por 
el énfasis en la representación y en la búsqueda activa casi agresiva. Inclusive las 
conquistas que caracterizan al llamado macho corresponden a un período en la 
vida del joven, a las pruebas que debe pasar para madurar y probar su virilidad. La 
verdadera masculinidad en el aspecto sexual se prueba por la capacidad de 
fertilizar a la esposa. Después, el auténtico hombre es aquél capaz de fundar una 
familia y protegerla. Así, el padre suplanta al joven conquistador mientras que el 
macho representa sólo un momento en el ciclo vital del varón, el análisis del 
código moral, como expresión simbólica de esta dinámica de relaciones, y su 
énfasis en la ambigüedad inherente a una identidad que se mueve dentro de dos 
espacios previamente definidos como opuestos. Esto explican la lógica interna de 
la llamada doble moral y del machismo, el conjunto de la organización social y 
moral de cada sociedad en que se encuentra la persona y sugiere que el 
machismo corresponde al periodo juvenil del varón y señala también que la 
masculinidad cambia de valores según el momento. 
 
 
 
 
 
 
 
31 
 1.2.3 Machismo. 
En los periódicos históricos mexicanos, en la literatura académica y en las 
entradas de diccionario, los términos macho y machismo se han empleado 
contradictoriamente. Las definiciones implícitas o utilizadas en dichos círculos 
oficiales no sólo revelan una diversidad de opiniones en cuanto al contenido de los 
términos. Resaltando la sexualidad Stevens (1973) denomina machismo al ¨culto 
de la virilidad y agrega que ¨las principales características de ese culto son una 
exagerada agresividad e intransigencia en las relaciones interpersonales de 
hombre a hombre y arrogancia y agresión sexual en las relaciones entre hombre y 
mujer. 
Los diccionarios disienten en cuanto a las raíces etimológicas de macho: algunas 
veces las rastrean a las palabras latinas y portuguesas para ¨masculino y ¨mula¨ y 
en otras ocasiones encuentran los antecedentes culturales de macho en los 
soldados andaluces de la Conquista, en ciertos pueblos indígenas de las Américas 
o en los invasores yaquis de principios del siglo XX. Sobre la etimología de macho, 
véase Gómez de Silva (1988) y Moliner (1991). Sobre los aspectos, diversos y 
contradictorios de la historia cultural de macho y machismo, véase Mendoza 1962, 
Santamaría 1942, 1959; y Hodges 1986 
Sin embargo, no es lo mismo establecer una relación entre el valor y los hombres 
en tiempos de guerra en México cuando los hombres han sido los principales, 
aunque ciertamente no los únicos, combatientes que resaltar el ¨síndrome del 
machismo¨ como suele llamársele. Recordando a (Samuel Ramos 1934) por su 
 
32 
contundente diagnóstico del “sentimiento de inferioridad”como crítico original del 
machismo; el pelado, el que es un obrero, vulgar y con poca educación que 
“asocia su concepto de hombría con el de nacionalidad, creando el error de que la 
valentía es la nota peculiar del mexicano” El androcentrismo de la moderna 
imaginería nacional en América Latina varios intelectuales lo vinculan sobre todo 
al machismo con las clases medias de México y, en lo que se refiere a los machos 
pelados. De hecho, para mucha gente de la clase trabajadora, en el México de los 
noventa ya no se pueden confiar en las élites (blancas) mexicanas porque han 
vendido al país para su propio beneficio económico. Por tanto, las mayorías 
mestizas de las ciudades son las que deben, irónicamente, mantener en alto el 
estandarte de la identidad nacional mexicana, incluyendo los aspectos que 
conllevan intrínsecamente género (masculino) Así los sujetos de la clase 
trabajadora y el mestizaje se igualan con la masculinidad y los dos conceptos, a su 
vez, son cómplices en la constitución de la mexicanidad misma. Además, aunque 
el machismo en México puede adoptar formas bastante exageradas, no es un 
fenómeno exclusivo de este país. 
En sus inicios, el comercio entre los dos países incluía la exportación del vaquero-
cowboy mexicano a Estados Unidos. 
A principios del siglo XIX, los pioneros de Texas y las áreas más occidentales 
constituían la punta de lanza del creciente imperio del presidente Jackson, y su 
combinación de individualismo y sacrificio por el bien nacional encarnó la visión 
del machismo, “elemento que en la actualidad delata un elemento de nostalgia y 
es cultivado por quienes sienten que han nacido demasiado tarde”. 
 
33 
En las cantinas rurales, esos tempos masculinos de la edad de oro del cine 
mexicano, se forjó el talante del macho. 
México aparecía en la pantalla como una sola entidad, aunque internamente fuera 
incongruente, mientras que dentro de la nación las figuras hombre Mexicano y la 
mujer Mexicana cobraban importancia, el primero, bravío, generoso, cruel, 
mujeriego, romántico, obsceno, muy de su familia y de sus amigos, sometido y 
levantisco. Y la mexicana es obediente, seductora, resignada, servicial, devota de 
los suyos y esclava de su marido, de su amante, de sus hijos y de su fracaso 
esencial. (Monsiváis 1992:18). 
Posteriormente, afines de la década de los cuarenta, Octavio Paz realizó una 
refinada disección del machismo mexicano en El laberinto de la soledad (1950). A 
pesar de los deseos de Paz de sólo dirigirse a un pequeño grupo “constituido por 
esos, que, por razones diversas, tienen conciencia de su ser en tanto que 
mexicanos” más que cualquier otra cosa, esa obra llegado a convertirse en la 
opinión autorizada de los atributos mexicanos esenciales como el machismo, la 
soledad y la adoración a la madre. Es un libro magníficamente escrito y parte de la 
razón de su elegancia se debe a que Paz estaba creando cualidades de la 
mexicanidad a la vez que reflexiona sobre ellas. Como dice en su “Regreso al 
laberinto de la soledad”, el libro es parte del intento de los países literalmente 
marginales por recobrar la conciencia: convertirse de nuevo en sujetos. En 
México, ¨hacen invulnerable a la mujer. Tanto por la fatalidad de su autonomía 
“abierta” como por su situación social-depositaria de la honra, a la española-está 
expuesta a toda clase de peligros…” ¿Biología como destino? No hay nada 
 
34 
inherentemente pasivo, o privado como las vaginas. Por tanto, la mexicanidad, nos 
dice se concentra en las formas machistas de ¨caciques, señores feudales, 
hacendados, políticos, generales, capitanes de la industria. 
En muchas obras del nacionalismo cultural de México en décadas recientes, el 
problema de la identidad masculina y los que debatían sobre sus defectos y 
psicoanalizaban la nación son autores hombres. En las alegorías nacionales, las 
mujeres se convirtieron en el territorio en el que se daba la búsqueda de la 
identidad nacional (masculina) o, en el mejor de los casos, como el de Pedro 
Páramo de Juan Rulfo, (1995), el espacio de pérdida y de todo lo que radica fuera 
de los juegos masculinos de rivalidad y la venganza. 
En las ciencias sociales, en lo que se refiere a las conclusiones sobre la moderna 
masculinidad mexicana, Oscar Lewis continúa siendo la referencia más citada. La 
afinidad que tienen los antropólogos y otros científicos sociales con los 
estereotipos del machismo mexicano ejemplifica el punto elaborado por Giddens 
(1993) en el sentido de que “es enorme el efecto práctico de las ciencias sociales 
y las teorías sociológicas, y los conceptos de descubrimientos sociológicos están 
constitutivamente inmiscuidos en lo que es la modernidad”. 
Se emplean con sorprendente frecuencia en textos antropológicos para describir el 
pasado, presente y futuro de todos los hombres mexicanos: ¨En un pleito en 
ningún momento voy a pedir tregua, aun cuando me estén medio matando voy a 
morir riendo. Esto es ser muy macho¨ Este pasaje específico aparece citado, por 
ejemplo, en el estudio sobre el machismo en Micronesia realizado por Marshall 
 
35 
(1979:89) en un ensayo sobre el consumo del alcohol en México por Madsen 
(1969:712) y en el estudio comparado de imágenes de la masculinidad de 
Gilmore(1990:16) Dos oraciones de Los hijos de Sánchez (1964)cargan con una 
inmensa responsabilidad en la antropología: proporcionar una imagen sólida y 
citable que defina con tino la masculinidad/el machismo mexicano; cada alma 
masculina que se encontrara al sur del río bravo y al norte de las montañas de 
Guatemala tendría, como por decreto etnográfico, que intentar al menos dirigirse a 
la muerte sonriendo si se deseara retener su acreditación como hombre. Quizá lo 
que resulte más sorprendente sea que las oraciones ni siquiera pertenecen a 
Lewis, sino que constituyen una parte del monólogo de Manuel Sánchez, uno de 
los hijos de Sánchez. No obstante, los comentarios, cargados ideológicamente, 
que Manuel le hizo a Lewis un día a mediados de la década de los cincuenta, se 
han convertido con frecuencia en la voz de todos los mexicanos desde esa época. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
36 
 1.2.4 Nacionalismo. 
 El macho se convirtió en “el mexicano”, lo que resulta irónico pues representa 
el producto de una invención cultural nacionalista: uno se da cuenta de algo (el 
machismo) existe y en el proceso, ayuda a fomentar su existencia. En este 
sentido, se declaró parcialmente la existencia del machismo mexicano como 
artefacto nacional. En todas las versiones, la masculinidad mexicana se ha situado 
en el centro de la definición de una nación mexicana, tanto en términos de su 
pasado, como de su futuro.3 Al igual que la religiosidad, el individualismo, la 
modernidad y otros conceptos convenientes, el machismo se emplea y se 
comprende de diversas maneras. Y la historia en la forma del nacionalismo, el 
feminismo y las coyunturas socioeconómicas afecta directamente las identidades 
de género en México, incluyendo las identidades de masculinidad y el machismo y 
cómo se les considera.4 Al igual que cualquier identidad, las identidades 
masculinas en la ciudad de México no revelan nada intrínseco sobre los hombres 
en ese lugar. La conciencia contradictoria de muchos hombres sobre sus propias 
identidades género, su sentido y experiencia de ser hombres y machos, forma 
parte del caos reinante de sus vidas, al menos de la misma manera que la 
coherencia nacional imaginada, impuesta desde el exterior. 
 
3
 Véase Stern 1995, quien sostiene que los arquetipos de masculinidad y feminidad también son 
fundamentales para lasautodefiniciones nacionales en el tardío período colonial. 
4
 Por un estudio detallado del nacionalismo en la Europa moderna y de su relación con la identidad 
masculina, la homosexualidad, el homoerotismo y la dominación masculina de las mujeres, véase 
Mosse 1985. 
 
37 
Podemos aceptar que haya múltiples y cambiantes significados de macho y 
machismo, o bien podemos hacer que las generalizaciones reificadas sobre los 
hombres mexicanos se tornen esenciales. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
38 
 CAPÍTULO 2. CONSTRUCCIONES SÍMBOLICAS DE GÉNERO 
II. Antecedentes sobre la educación en México. 
 Desde la época de los años noventa del siglo XX se ha dado crecimiento en las 
economías regionales. Esto acontecido cuando el gobierno lo heredo el PAN, 
aunado a las diferencias entre ricos y pobres. 
En las últimas décadas en América Latina ha impactado en las políticas 
neoliberales y en la educación básica representando avances, como también 
curso a mejorar el nivel medio y superior. 
La educación en México resulta ser una acción de suma importancia para el 
Estado, pues permite instrumentar una serie de medidas, en el marco de la política 
pública, que garantiza la reproducción de valores sociales y prepara al educando 
para su posterior incorporación a la vida laboral por tanto desde temprana edad, 
los jóvenes aprenden que la masculinidad y lo femenino lo constituyen lealtad, 
solidaridad, y como tal, tiene un componente nutricio para fuerte construcción de 
fuerte construcción de convivencia entre los hombres y mujeres para dar como 
resultado; una fuerte y sólida masculinidad que depende ampliamente del logro 
de un equilibrio entre estos tipos de valores 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
39 
 2.1 Las políticas neoliberales y la educación. 
El modelo de desarrollo de los países latinoamericanos no puede desentenderse 
de los procesos de democratización y reordenamiento social y cultural. Desde la 
década de los años ochenta del siglo XX, América Latina viene realizando ajustes 
estructurales y reformas económicas para su mejor inmersión en el orden 
económico mundial, que cambian los modelos de acumulación de capitales, 
basados en la industrialización y la sustitución de importaciones 5. 
 
La orientación general de las políticas neoliberales para América Latina, 
lidereada por el llamado Consenso de Washington (Almeras Diane, 1997, pág 
6) , el cual fue escasamente democrático, pues involucra sólo a funcionarios 
estatales de los Estados Unidos, junto con las instituciones internacionales del 
Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), realizado en el 
año de 1989 en Washington), definiendo diez puntos que marcan los cambios 
del mundo para enfrentar el siglo XXI y que buscan consolidar el modelo 
neoliberal a nivel global. Tales reformas estructurales, impulsadas por los 
gobiernos latinoamericanos son defendidas desde tres grandes ejes: a) la 
apertura externa, b) desregulación y flexibilización de los mercados, y c) la 
reforma del Estado para reducir su intervención en la economía. 
 
 
5
 Véase por ejemplo:.”La economía política de la Industrialización por Sustitución de 
Importaciones”, Hirschman Albert, El trimestre económico, Vol. LXIII, 2, núm. 250, México, 1996. 
"De la sustitución de importaciones a la globalización. Las empresas transnacionales en la industria 
argentina". Kissacoff, B. y Bezchinzky, G.,1993, CEPAL. Documento de Trabajo nº 52. 
"México: de la sustitución de importaciones al nuevo modelo económico", Guillén Romo Héctor, 
Revista Comercio Exterior, Volumen 63, Número 4, Julio y Agosto del 2013. 
 
40 
No son pocas las voces que destacan los grandes costos sociales que 
provoca el modelo neoliberal, que para América Latina se refleja en la enorme 
desigualdad y el aumento sostenido de la brecha entre ricos y pobres, con una 
cada vez peor distribución de la riqueza económica, la cual cada vez está más 
concentrada en grupos muy pequeños y elitistas. 
 
En el año 2002, de acuerdo al Panorama Social de América Latina 
realizado por la CEPAL , de su Comisión Económica para América Latina y El 
Caribe, el número de latinoamericanos que vivía en la pobreza alcanzó los 220 
millones de personas, de ellos, 95 millones son indigentes (Arriagada, 2002). En 
otros términos, existía al año 2002 un 43.4% de población pobre y un 18.8% de 
indigentes en América Latina. El proceso de superación de la pobreza para esta 
región se ha estancado durante los últimos años, con tasas de pobreza e 
indigencia que se mantienen prácticamente constantes desde el año 1997. 
 
Ello a pesar de que la década de los años noventa del siglo XX ha sido 
para la economía latinoamericana la del retorno al crecimiento; después de la 
década perdida de los ochenta, nombrada así por la misma CEPAL, con un 
balance general para la década de un -1% de crecimiento en el PIB (Producto 
Interno Bruto) por habitante; la economía de la región ha retomado desde los 
años 90’s sus tasas de crecimiento del PIB per capital, marcadas por un 
carácter más que moderado, que no llega siquiera al 1.5%. El crecimiento de 
 
41 
las economías regionales es acompañado de una acelerada profundización de 
la brecha entre ricos y pobres en América Latina, donde el 20% más ricos 
recibe 19 veces más ingresos que los más pobres (Arriagada, 2002). 
 
Por su parte, junto con estos indicadores, que pudieran parecer 
auspiciosos, México cuenta también con una de las peores distribuciones del 
ingreso entre sus habitantes del mundo. El informe Mundial sobre Desarrollo 
Humano 2004, elaborado por el programa de Desarrollo de las Naciones Unidas 
(PNUD), ubica a México entre las veinte economías con mayor desigualdad del 
planeta6, esto de acuerdo a la comparación de sus correspondientes 
coeficientes de Gini7, siendo superada sólo por Brasil, Colombia, Chile y países 
muy pobres de África y Asia; mientras el 20% de la población mexicana con 
menores recursos obtiene sólo el 3.3% de los ingresos, el 20% con mayores 
recursos obtiene cerca del 62% del ingreso nacional. 
 
Para nadie es secreto que en nuestro país los ricos se hacen cada vez 
más ricos y los pobres cada vez más pobres, como ejemplo, y como lo refleja el 
Informe del Desarrollo Humano del PNUD, hoy el 5% más rico de la población 
recibe hoy ingresos 209% más altos que el 5% más pobre, mientras que en el 
año 1990 esta diferencia era de 130 veces. (Programa de la ONU 2004). 
 
6
 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2004). Informe sobre el desarrollo humano: La libertad 
cultural en el mundo diverso de hoy. Mundi Prensa, pág.236) 
 
7
 El coeficiente de Gini mide la desigualdad de manera cuantitativa, en una escala del cero al cien, siendo 
cero equivalente a perfecta igualdad y cien a desigualdad máxima. 
 
42 
 
Durante los últimos 20 años, el área de la educación en América Latina 
ha sido fuertemente impactada por las políticas neoliberales que consolidan al 
mercado como rector de las relaciones sociales a nivel local, nacional e 
internacional, y que consagran como rector hegemónico al libre mercado en el 
nombre de la globalización y en detrimento del poder de los Estados. 
 
En México, las políticas de educación de los últimos treinta años, han 
estado fuertemente orientadas en dos sentidos: a) la cobertura de acceso a la 
educación, y b) la dependencia y responsabilidad organizacional y 
administrativa de las instituciones educacionales. 
 
Hoy se observa cómo se ha avanzado en términos de cobertura para la 
educación básica, siendo todavía una tarea en curso mejorar el accesode los 
niveles medio y superior. Por otra parte, numerosos indicadores, tales como el 
Examen de Enlace de la SEP (Secretaria de Educación Pública), expresan la 
existencia en nuestro país de una educación fragmentada de acuerdo a su 
dependencia, sea esta municipal o estatal, federal o privada. 
Las cuotas no son auspiciosas, por una parte se considera que es 
proporcional la incorporación de más niños y jóvenes en edad escolar a la 
estructura educacional, conforme aumenta la población total del país, y por otra 
 
43 
parte, la calidad de la educación que hoy se entrega en todo el sistema 
educativo, y por supuesto, más drásticamente aún en el sector público, es 
altamente deficiente, mientras que la educación privada lo importante es que el 
agente intercambie capital económico para obtener capital cultural, al parecer lo 
importante en la educación pública es mantener protegidos los privilegios 
burocráticos del profesorado, por ejemplo, las largas huelgas de los profesores 
en Oaxaca, las cuales que duran meses y aparentemente se han hecho una 
tradición realizarlas anualmente, por lo que a nadie sorprende que en el 
Examen de Enlace 2006 dicho Estado de la República haya obtenido el último 
lugar a nivel nacional. 
 
En concreto, la crisis educativa mexicana se expresa, por ejemplo, en las 
estadísticas relacionadas al analfabetismo en el país. Para 2012, había cerca 
de 5.4 millones de personas mayores de quince años que no sabían leer ni 
escribir. También, está el problema de los llamados analfabetos funcionales, 
calculados en cerca de 3.4 millones; estos son aquellos que no completaron su 
educación primaria y por lo tanto, ven mermada su capacidad de comprender lo 
que leen. Si juntamos ambas cifras, tendríamos un alarmante total de 8.8 
millones de analfabetos.8 
 
 
8
 "Analfabetismo en México: una deuda social", Narro Robles José y Moctezuma Navarro David, 
encontrado en: Revista internacional de Estadística y geografía, Vol.3 septiembre-diciembre 2012 
(consultada por internet). 
 
44 
También, se ha hecho patente la forma en que las condiciones de 
marginación han afectado la educación en el país. La misma SEP ha declarado 
su intención de monitorear el desempeño de los centros educativos con peores 
resultados en la prueba ENLACE en los que además se haya observado una 
fuerte correlación con indicadores de pobreza y violencia.9 
 
Por su parte, resulta revelador el antecedente del gasto público que 
realiza nuestro país actualmente, a la luz del comportamiento histórico de este 
en los últimos treinta años10: 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
9
 Véase: "Malos resultados en ENLACE por pobreza e inseguridad", Diario Milenio 23/10/13 
(consulta en línea) 
10
 Tabla encontrada en: "Panorama educativo de México: Indicadores del sistema educativo 
nacional", Instituto nacional de evaluación educativa, Año 2010, Pág. 188 
 
 
45 
Gasto Público de los últimos 34 Años. Tabla 1. 
 
Año 
Gasto 
educativo 
nacional 
por alumno 
Gasto 
educativo 
público por 
alumno 
Preescolar Primaria Secundaria 
Profesional 
 técnico 
Bachillerato Superior 
1980 102 106 8 6 10 43 24 89 
1985 774 778 54 35 67 161 195 295 
1990 1,200 1,200 600 500 1,000 1,700 2,200 4,600 
1991 1,600 1,700 900 800 1,400 2,100 3,000 6,200 
1992 2,100 2,200 1,200 1,100 2,000 2,800 2,900 8,800 
1993 2,600 2,700 1,700 1,500 2,400 3,400 4,200 10,700 
1994 2,935 3,081 1,800 1,700 3,100 3,300 5,700 12,700 
1995 3,348 3,525 2,200 2,300 3,500 4,400 6,600 15,600 
1996 5,382 4,935 3,500 3,200 4,700 5,900 8,300 18,800 
1997 6,697 6,194 4,400 3,900 6,300 6,800 9,800 21,300 
1998 8,616 7,552 5,600 5,000 8,000 7,900 11,500 26,300 
1999 9,958 8,848 6,800 6,200 9,400 9,500 13,600 28,500 
2000 11,900 10,633 7,600 6,900 10,600 10,700 15,300 34,100 
2001 13,108 11,822 8,400 7,700 11,700 11,800 16,900 37,700 
2002 13,999 12,775 8,900 8,100 12,400 12,600 18,000 40,300 
2003 15,829 14,157 9,390 8,546 13,082 13,142 18,774 42,033 
2004 16,737 14,953 9,870 8,925 13,755 13,598 19,514 43,596 
2005 17,900 15,900 10,400 9,400 14,500 14,200 20,400 45,600 
2006 17,900 16,000 11,100 10,100 15,500 15,200 21,800 48,800 
2007 19,200 17,100 11,900 10,800 16,600 16,000 22,900 51,300 
2008 20,300 18,100 12,600 11,400 17,600 16,800 24,000 53,900 
2009 21,600 19,300 13,400 12,200 18,700 17,900 25,700 57,600 
2010
e
 22,900 20,500 14,200 12,900 19,900 17,100 24,500 54,800 
e
Estimado. 
 Fuente: Anexo estadístico del Cuarto Informe de Labores 2009-2010, SEP (2010). 
 
 
 
46 
 
 
Desde el discurso oficial, se habla mucho del mayor gasto público en educación, y 
en realidad las cifras van tímidamente en aumento, sin embargo aún queda mucho 
por hacer, y es necesario tener presente el incremento de la inversión en 
educación por parte del sector privado11. En efecto, si la educación se privatiza, el 
comportamiento de este servicio es como una mercancía: algunos invierten para 
acumular capital económico, otros invierten para acumular capital cultural. 
En síntesis, nuestro país tiene un crecimiento macroeconómico sostenido, que se 
observa también durante los últimos 15 años en el resto de América Latina, que ha 
venido de la mano de políticas de privatización en distintas áreas sociales. Los 
indicadores de pobreza, indigencia, PIB y de gasto público en educación son 
bastante más positivos que a inicios de la 1er década del S XXI, cuando recibieran 
los gobiernos panistas el poder heredado de la dictadura priísta, sin embargo, 
estos avances reales tienen serios límites sociales, que impactan en los sectores 
más pobres del país. Una de las principales debilidades del crecimiento 
emprendido por los gobiernos neoliberales y de derecha, como ya se ha expuesto, 
la profundización de la desigualdad que le ha acompañado, reflejada cada vez 
más irracional distribución de ingresos, así como también en los temas de 
protección social como la salud, la educación, el mercado laboral, la vivienda, la 
cultura, etc., que bajo la dictadura del mercado y la mercantilización de estas 
 
11
 "Gasto en educación privada creció 35% en una década", El financiero, 14/05/2014 (consultado 
en línea) 
 
47 
necesidades, deja a quienes no pueden adquirir en condiciones de inestabilidad y 
exclusión social no del todo reflejadas en las cifras macroeconómicas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
48 
 2.2.2 La Reforma Educativa: Sus objetivos y lineamientos principales. 
 El informe de la Comisión Nacional para la Modernización de la Educación, 
emanado en el año 1992, y que sirve de sustento para argumentar la Reforma 
Educativa, señala que la educación es la base común del aprendizaje y ejercicio 
de la ciudadanía, y es también una condición imprescindible para la actual 
economía mexicana, permitiéndole hacer frente a los nuevos retos de la inserción 
internacional a partir de mayor productividad y competitividad que como sabemos 
“… dependen, antes que todo de la calidad de los recursos humanos del país.” 
(Informe de la Comisión Nacional para la modernización de la educación, 1992, p, 
62) 
Tales ideas vinculan estrechamente la educación a los requerimientos económicos 
del papel mexicano en el concierto del mercado mundial. Quizás hoy en día, como 
nunca antes, el mercado del trabajo y la educación formal se encuentran sólida y 
firmemente relacionados. El sistema educativo mexicano debe de responder al 
modelo económico neoliberal, por lo que su política modernizadora está 
caracterizada por ser habilitadora-competitiva, para contar con agentes apropiados 
para los desafíos del país de integrarse a mediano plazo al primer mundo, de este 
modo, la educación actualmente estaría orientada a la acumulación de capital 
cultural en los agentes con habilidades para participar de un mercadolaboral cada 
vez más competitivo, desregulado y globalizado, al mismo tiempo que se orienta la 
fuerza de trabajo hacia los requerimientos de la inserción internacional que intenta 
preparar a los agentes bajo una lógica de conocimiento de tecné (Tecnologías que 
evolucionan el contenido, es un modelo educativo). 
 
49 
Esta situación se convirtió en una de las prioridades de los gobiernos neoliberales 
en México, especialmente a partir del Presidente Salinas de Gortari. Bajo el 
diagnóstico de una crisis global del sistema educativo mexicano heredada de los 
gobiernos populistas, se determina como eje central en política educativa el de la 
calidad de la educación, basados en los bajos resultados del aprendizaje 
producido en la mayoría de los alumnos, y siendo central el plantearse qué se 
aprende, cómo y cuánto. Desde el Estado, se postula una educación de pobre 
calidad que limita fuertemente las posibilidades de lograr un orden social 
integrado, poniéndose en riesgo una democracia estable y un crecimiento 
económico con bases sólidas. 
El otro eje central que ha sido definido es el de la equidad; la oferta real de 
igualdad de oportunidades para los grupos que son distintos en relación a su 
capital cultural, que hace que se amplíen los espacios entre los campos sociales 
de posicionamiento de los agentes, requiere de una intervención estatal que 
asigne más atención y recursos a los sectores más pobres. La fuerte privatización 
sufrida por el sistema educativo ha significado la profundización de la desigualdad, 
a través de procesos de diferenciación paulatina, existiendo actualmente una 
educación claramente desigual para estudiantes de sectores más acomodados, 
colegios particulares, y para aquellos de menor capital, escuelas públicas, es 
decir, la escuela se presenta como un espacio de reproducción sociocultural y 
económica entre agentes con características de (habitus; que consumen que 
aprenden que costumbres semejantes se obtienen). 
 
 
50 
Bajo este diagnóstico de crisis de la educación mexicana y bajo estos conceptos, 
calidad y equidad, como pilares de acción, se inicia en 1992 la Reforma Educativa 
en México, un proceso de grandes dimensiones que busca alcanzar las 
necesidades por el sistema: calidad y equidad. El proceso toma impulso con la 
aprobación de cambios constitucionales al artículo 3 en el año 2013 y las 
posteriores leyes secundarias (como la ley general del servicio profesional 
docente; además las normas orgánicas para el funcionamiento del Instituto 
nacional para la evaluación de la educación). 
Entonces, el gobierno de la República ha definido lo que llama los principales 
objetivos de la reforma educativa, del Instituto; siendo guías para todos los niveles 
educativos, y en los distintos ámbitos en que este proceso se desarrolla, las 
cuales son: 
• Responder a una exigencia social para fortalecer a la educación 
pública, laica y gratuita. 
 • Asegurar una mayor equidad en el acceso a una educación de 
calidad. 
• Fortalecer las capacidades de gestión de la escuela. 
 •Establecer un servicio profesional docente con reglas transparentes 
que respetan los derechos laborales de los maestros. 
• Propiciar nuevas oportunidades para el desarrollo profesional de 
docentes y directivos. 
 
51 
 • Sentar las bases para que los elementos del Sistema Educativo 
Nacional sean evaluados de manera imparcial, objetiva y 
transparente12. 
Los modelos de masculinidad debe ser contextualizada, para esta tesina, a partir 
del sexenio priísta de Salinas de Gortari; de ello adquiere especial interés atender, 
por un lado al marco de la concretización de la Reforma en el nivel de la 
Educación Básica, y por otro lado a los aspectos que tienen relación básicamente 
con los contenidos y objetivos en relación a los ideales de una sociedad menos 
discriminatoria, más integradora y democrática, las cuales pretenden mantener y 
sustentar la ilusión de participación e integración sociales entre los diversos 
sectores de la población para mantener un cierto grado de coerción en la 
estructuración de la sociedad. 
 
Entre los objetivos fundamentales de la Reforma Educativa en México, se 
pueden observar y distinguir dos tipos: 
 
1. Objetivos generales, que son definidos como aquellos que miran a la 
formación general del agente estudiante y, por su propia naturaleza, 
trascienden a un sector específico de la población, haciendo 
referencia a las finalidades generales de la enseñanza y son 
 
12
 Fuente: "Explicación ampliada reforma educativa", Gobierno de la república (consultado en línea 
en: http://reformas.gob.mx/reforma-educativa/que-es) 
 
52 
sumidos por el establecimiento en la definición de un proyecto 
educativo reflejado en sus planes y programas de estudio. 
 
2. Objetivos específicos, los cuales se pueden denominar por aquellos 
que se orientan al logro de competencias para la acumulación de 
capital cultural y simbólico en determinados dominios del saber y del 
desarrollo personal de los agentes, aplicándose a determinados 
cursos y niveles, y cuyo logro demanda el aprendizaje de 
conocimiento en el área de la tecné vinculado a ámbitos 
disciplinarios específicos necesarios para el proceso productivo. 
Los contenidos ideológicos de la educación básica mexicana son objetivos 
pertinentes en la reforma de la educación. En este sentido, vale la pena destacar 
que la SEP plantee que estos objetivos tienen un carácter comprensivo y general 
orientado al desarrollo personal, y a la conducta moral y social de los agentes, y 
deben perseguirse en las actividades educativas realizadas durante el proceso de 
la educación básica. 
Se trata entonces de las líneas principales de carácter valorico y ético, en otras 
palabras, ideológicos que deben orientar la incorporación del agente por su paso 
en la enseñanza básica, generando con esto estructuras estructuradas, como la 
ideología dominante en la escuela, y estructuras estructurantes, como la ideología 
que el agente transmite posteriormente. A partir de la concepción de persona y 
desarrollo humano que se promueve desde la SEP, puede afirmarse, que dichos 
 
53 
objetivos de la educación básica deben estar en relación con las siguientes 
dimensiones individuales y sociales: 
1. En relación con la formación ética, que el agente desarrolle 
capacidad y voluntad para autorregular su conducta, en función de 
una conciencia éticamente formada en el sentido de su 
trascendencia, su vocación por la verdad, la justicia, la belleza, el 
espíritu de servicio y el respeto por otros agentes. 
2. En relación con el crecimiento y autoafirmación personal, es el de 
estimular rasgos y cualidades potenciales de los agentes que 
conformen y afirmen su identidad personal, favorezcan su equilibrio 
emocional y estimulen su interés por la educación permanente. 
3. En relación con el agente y su entorno, estos objetivos tienden a 
favorecer una calidad de interacción personal y familiar regida por el 
respeto mutuo, el ejercicio de una ciudadanía activa y la valoración 
de la identidad nacional y la convivencia democrática. 
 
Por otra parte, de acuerdo a los nuevos lineamientos de la SEP, los 
contenidos mínimos obligatorios para la educación básica son definidos como los 
conocimientos específicos y prácticas para lograr destrezas y actitudes que las 
escuelas deben obligatoriamente inculcar en los agentes. 
 
 
54 
Las intenciones de reformar la educación, entre otras cosas para la profundización 
de la democracia y una formación social y ética en los agentes, tiene relación 
directa con la necesidad de educar para la construcción de una identidad social e 
individual, educar para el ejercicio de una ciudadanía activa y para la 
incorporación de los agentes a la vida social que nuestro país requiere en el marco 
de la globalización neoliberal. 
Estos grandes desafíos

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