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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES LOS ORÍGENES DE LA SOCIALDEMOCRACIA ALEMANA EL SOCIALISMO EVOLUTIVO DE EDUARD BERNSTEIN Y SU RUPTURA TEÓRICA CON EL MARXISMO. TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE LICENCIADO EN CIENCIA POLÍTICA Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA PRESENTA JOSÉ LUIS GALLEGOS QUEZADA DIRECTOR DE TESIS DR. ISAAC JOSÉ WOLDENBERG KARAKOWSKY TESIS PARA LA LICENCIATURA EN CIENCIA POLÍTICA Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Ciudad Universitaria, CDMX 2017 usuario Texto escrito a máquina Ciudad Universitaria, CDMX usuario Texto escrito a máquina 2017 usuario Texto escrito a máquina UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. El origen de la socialdemocracia alemana 1 ÍNDICE INTRODUCCIÓN -------------------------------------------------------------------------------- 4 CAPÍTULO 1. APROXIMACIÓN TEÓRICO-METODOLÓGICA 1.1 PLANTEAMIENTO ANALÍTICO-METODOLÓGICO 1.1.1 Revisitando el Revisionismo ----------------------------------------------- 10 1.1.1 Mapa metodológico ----------------------------------------------------------- 16 1.1.2 Hipótesis: Bernstein ¿Revisionismo o ruptura? ------------------------ 19 1.2 EL INSTITUCIONALISMO HISTÓRICO Y LAS NARRATIVAS ANALÍTICAS 1.2.1 El neoinstitucionalismo ------------------------------------------------------ 20 1.2.2 El institucionalismo histórico ----------------------------------------------- 22 1.2.3 Las narrativas analíticas ----------------------------------------------------- 24 1.2.4 Principios del path dependence ------------------------------------------- 27 �Mecanismos y herramientas del path dependence ------------------- 31 1.3 EL PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA DE LAKATOS 1.3.1 Antecedentes: Modelos epistemológicos de Popper y Kuhn -------- 33 1.3.2 El falsacionismo sofisticado de Lakatos --------------------------------- 35 1.3.3 Los programas de investigación ------------------------------------------- 37 1.4 EL MARXISMO COMO PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN 1.4.1 Problematización conceptual sobre el “marxismo” -------------------- 39 1.4.2 El núcleo de la teoría marxista --------------------------------------------- 42 1.4.3 Modelos de núcleo marxista ------------------------------------------------ 48 �(A) Modelo Burawoy ---------------------------------------------------------- 48 �(B) Modelo Paramio ----------------------------------------------------------- 50 �(C) Síntesis o Tercer Modelo ----------------------------------------------- 51 CAPÍTULO 2. LA PRIMERA SOCIALDEMOCRACIA ALEMANA 2.1 ORIGEN DEL PARTIDO SOCIALDEMÓCRATA 2.1.1 Industrialización y unificación alemana ---------------------------------- 54 2.1.2 Inicios del movimientos obrero alemán ---------------------------------- 55 2.1.3 Influencia del pensamiento de Ferdinand Lassalle ------------------- 58 2.1.4 La hegemonía teórica del marxismo -------------------------------------- 60 José Luis Gallegos Quezada 2 2.2 FUNDACIÓN Y PERSECUCIÓN DEL PARTIDO SOCIALDEMÓCRATA 2.2.1 La conferencia de Gotha y la fundación del SPD --------------------- 64 2.2.2 Bismarck: leyes antisocialistas y reformas sociales ------------------ 68 2.3 EL CAMINO HACIA EL REFORMISMO 2.3.1 Impronta parlamentaria del SPD ------------------------------------------ 71 2.3.2 El programa de Erfurt --------------------------------------------------------- 76 � Contenido marxista del Programa de Erfurt ---------------------------- 82 2.3.3 El reformismo sindical -------------------------------------------------------- 84 2.3.4 El reformismo agrario --------------------------------------------------------- 94 2.3.5 Incentivos electorales hacia el reformismo ---------------------------- 100 2.3.6 El reformismo de la Segunda Internacional --------------------------- 115 � El caso Millerand y el Congreso de París ----------------------------- 118 � El Congreso de Ámsterdam y la condena al revisionismo -------- 120 � Sobre la huelga general ---------------------------------------------------- 124 CAPÍTULO 3. EL SOCIALISMO EVOLUTIVO DE EDUARD BERNSTEIN 3.1 BERNSTEIN Y LOS ORÍGENES DEL REVISIONISMO 3.1.1 Contexto biográfico ---------------------------------------------------------- 126 3.1.2 La influencia del liberalismo inglés -------------------------------------- 130 3.1.3 Precedentes revisionistas de Bernstein -------------------------------- 132 3.1.4 Bernstein y Kautsky dos rostros de la socialdemocracia ---------- 134 �(a) Kautsky: el nuevo líder teórico de la socialdemocracia -------- 139 �(b) Bernstein y la duda metódica ---------------------------------------- 143 3.2 CRÍTICA FILOSÓFICA 3.2.1 Crítica al materialismo histórico ------------------------------------------ 147 3.2.2 Crítica epistemológica ------------------------------------------------------ 155 �(a) Crítica en su método deductivo (dialéctico) ---------------------- 157 �(b) Crítica a unidad teoría-praxis ----------------------------------------- 158 �(c) Crítica a su naturaleza ideológica ----------------------------------- 160 3.2.3 Crítica ética -------------------------------------------------------------------- 163 �Socialismo como deber ético --------------------------------------------- 164 �La primacía de lo colectivo ------------------------------------------------ 166 El origen de la socialdemocracia alemana 3 3.3 CRÍTICA ECONÓMICA 3.3.1 Crítica a la teoría del derrumbe ------------------------------------------ 169 � Refutación a la teoría de la pauperización del obrero -------------- 173 3.3.2 Crítica a la teoría del valor ------------------------------------------------- 175 � Crítica a la plusvalía --------------------------------------------------------- 178 3.3.3 Concentración y centralización del capital ---------------------------- 181 � Crítica a la centralización -------------------------------------------------- 182 � Crítica a la concentración -------------------------------------------------- 184 3.3.4 Crítica a la expropiación de los medios de producción ------------ 186 � (a) Problemas técnicos/organizacionales ------------------------------ 187 � (b) Problemas de la administración del Estado ---------------------- 189 � Las cooperativas como alternativa económica ----------------------- 191 3.4 CRÍTICA POLÍTICA 3.4.1 Crítica al método revolucionario --------------------------------------------- 194 � Concepción revolucionaria en Marx ---------------------------------------- 194 � Bernstein y la vía parlamentaria --------------------------------------------- 197 3.4.2 Estado, clases sociales y pluralismo político ----------------------------- 200 � Pluralismo político y minorías ------------------------------------------------ 202 � El papel del proletariado en el socialismo evolutivo -------------------- 205 � Burguesía y sociedad civil ----------------------------------------------------208 3.4.3 Revalorización de la democracia -------------------------------------------- 209 � Democracia y liberalismo ------------------------------------------------------ 211 � Democracia económica -------------------------------------------------------- 213 � Crítica a la dictadura del proletariado -------------------------------------- 215 CONCLUSIONES ---------------------------------------------------------------------------- 217 EPÍLOGO: ¿SOCIALDEMOCRACIA O POPULISMO? -------------------------- 226 ANEXO. LÍNEA DEL TIEMPO ------------------------------------------------------------ 234 FUENTES CONSULTADAS -------------------------------------------------------------- 236 José Luis Gallegos Quezada 4 INTRODUCCIÓN En 1875 los integrantes de la Asociación General de Trabajadores Alemanes y los disidentes del grupo Eisenach se daban cita en la ciudad de Gotha con el objeto de unificar sus fuerzas en torno al Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Su motivación inicial era disputar el poder político a los partidos terratenientes y burgueses del Reichstag, adelantando una impronta electoral que resultaría decisiva para el futuro de la naciente socialdemocracia. Marx celebró la unificación al afirmar que “cada paso de movimiento real vale más que una docena de programas”, lo cual, sin embargo, no le contuvo de hacer una crítica descorazonada al eclecticismo teórico del programa de Gotha. Ciertamente, ni Liebknecht ni Bebel lograron que el SPD gozara de una pureza ideológica en su origen, pues tuvieron que negociar, reconocer y suscribir ciertos postulados lassalleanos, en aras de consolidar la unidad política. Mas el estrecho apego político hacia Marx y Engels logró, eventualmente, que el “socialismo científico” se erigiera como la doctrina hegemónica del partido. Las leyes anti-socialistas de Bismarck, al prohibir la existencia del SPD, consolidaron en los socialdemócratas un ethos de resistencia, una retórica revolucionaria y una política de intransigencia que fue reivindicada teóricamente por Engels. Sin embargo, cuando el nuevo Káiser abolió las leyes de excepción, el SPD tardó poco en adaptarse a las reglas democráticas del Reichstag, logrando sorpresivamente aventajar en votos a los partidos del orden. A la par de sus postulados ideológicos, el SPD desarrolló una agenda de protección social, legislación laboral, promoción del voto universal e igualdad entre sexos, que le granjeó el apoyo de gran parte de la clase obrera y de ciertos sectores burgueses. No obstante, al igual que la mayoría de los partidos de la Segunda Internacional, la socialdemocracia alemana seguía profetizando el inexorable advenimiento de una revolución socialista, originada por la polarización de las clases y el colapso inevitable del capitalismo. De forma que los partidos socialdemócratas, aunque reformistas en la práctica, mantuvieron un marxismo ortodoxo en su núcleo teórico y una postura ambivalente respecto de su participación parlamentaria. No estaban dispuestos a abandonar la promesa revolucionaria ni a atarse a las reglas de la “democracia burguesa”. El origen de la socialdemocracia alemana 5 Ante dicho fenómeno es preciso preguntar: ¿en qué momento y bajo qué factores la socialdemocracia se hace verdaderamente socialdemócrata? Aunque a simple vista la cuestión pudiera parecer un juego de palabras, lo cierto es que con el paso del tiempo la socialdemocracia se separa y diferencia del marxismo ortodoxo (en lo teórico) y del bolvechismo soviético (en lo práctico), dando lugar a una “tercera vía” que, desde entonces, reivindica un reformismo capaz de reconciliar los valores de la tradición liberal con un programa socialista. No obstante, hay que reconocer que éste no fue su cuño originario. En el caso específico de Alemania, el SPD alcanzó diversos puntos de equilibrio entre una oferta electoral y programática de cambios graduales para el beneficio de la clase obrera, yuxtapuesta a una “doctrina revolucionaria” que continuaba derivando su unidad ideológica y coherencia teórica de una interpretación ortodoxa del marxismo. Bernstein se da cuenta de la creciente escisión entre teoría y praxis, pero a diferencia de otros reformistas no está dispuesto a preservar el estado de las cosas; comienza así su proyecto revisionista. En su obra: Las premisas de la socialdemocracia, Bernstein desarrolla una triple crítica a la vigencia del marxismo. La primera se dirige contra el materialismo histórico y la dialéctica hegeliana, en la que Bernstein admite que es inexacto pensar que los factores económicos tienen una influencia determinante y unilateral en la formación de la conciencia de los hombres. En el sentido económico, Bernstein recusa las concepciones marxistas sobre el valor y la plusvalía e introduce en su análisis la noción de utilidad. Concluye que el precio de la mercancía, ni se puede medir por el trabajo, ni éste es la única fuente de su valor. Asimismo se rehúsa a suscribir una evolución catastrófica de la economía, afirmando que las crisis pierden progresivamente su periodicidad y gravedad, mientras la clase media tiende a aumentar. Por último, en el terreno de lo político afirma que es un error hablar sobre la intensificación de la lucha de clases y rechaza la noción de la dictadura del proletariado. Finaliza reivindicando a la democracia liberal como el medio idóneo de tránsito hacia el socialismo, donde lo importante no es la meta, sino el movimiento que lo es todo. Durante mucho tiempo y aún hoy en los círculos políticos de izquierda, el calificativo “revisionista” supone un insulto equivalente a traidor a las ideas de Marx. Este prejuicio se origina desde finales del siglo XIX, a partir de la vituperante acogida que, desde los líderes del SPD hasta Lenin, Plejanov y Luxemburg, dan a la obra de Bernstein. Esta carga peyorativa se ha mantenido con el paso del tiempo. Hoy todavía es posible encontrar artículos de propaganda política que afirman maniqueamente que: “el marxismo defiende los intereses de los José Luis Gallegos Quezada 6 trabajadores y el revisionismo representa los intereses de la burguesía”1. Lo cierto es que si la obra de Marx ha estado sometida a una constante revisión, ésta ha sido realizada no sólo por Bernstein y el “ala moderada”, sino también por quienes se identifican como la tendencia revolucionaria 2 . Lenin, como el caso más prototípico, hace una revisión integral al marxismo para desarrollar una teoría que justifique una revolución socialista en un país atrasado y semifeudal, como lo es Rusia en 1917. Siguiendo esta línea de argumentación, se puede mencionar el revisionismo realizado por Mao, al convertir al campesinado en la punta de lanza del proceso revolucionario en China a partir de 1927. En la misma lógica, Mariátegui con su marxismo indigenista o el Che Guevara con su teoría del foquismo, no serían sólo adaptaciones de la obra de Marx a un contexto geográfico y temporal completamente distinto, sino –de hecho–una revisión y actualización de la teoría marxista. Por ello vale la pena preguntar: ¿quién es el revisionista?, ¿quién construye un nuevo modelo político-económico-filosófico contrariando ciertas premisas de Marx, o quién, “salvando” su espíritu revolucionario reinterpreta sus postulados, los adapta y les concede continuidad explicativa? Lo más acertado sea quizás afirmar que cualquier marxista, después de Marx, ha realizado un revisionismo a la doctrina que sólo podría juzgarse en el grado en que se aleja o acerca del canon establecido, es decir, bajo un eje ortodoxia-heterodoxia. Pero si el término revisionista busca problematizarse, no es en lo absoluto para absolver a Bernstein de ninguna carga. Al contrario, esta investigación plantea caracterizar a Bernstein como un rupturistaquien, en su búsqueda por corregir, revisar y actualizar a Marx, termina por romper teóricamente con el programa de investigación marxista. La obra de Bernstein no puede ser considerada como una simple revisión, su labor teórica –como se expone en esta tesis– representa una ruptura ideológica. Una ruptura con la tradición, tal como ocurre con las vanguardias literarias que se nutren del canon predecesor sólo para cuestionarlo y refutarlo posteriormente. Hacer evidente que el socialismo evolutivo de Bernstein conjuga un programa de investigación propio, es una forma de restaurar a la socialdemocracia su legitimidad perdida; es decir, de colocarla entre el marxismo y el liberalismo como una corriente ideológica independiente, capaz de sostenerse teóricamente por sí misma. Bajo esta reformulación, ¿quién se atreverá a seguir 1 María Linares, “¿Serán los marxistas, o los revisionistas los amigos del pueblo venezolano?”, Lucha de clases. Voz de trabajadores y jóvenes marxistas del PSUV, 11 de Junio de 2013, http://www.luchadeclases.org.ve/venezuela/psuv/7405-‐marixmo-‐o-‐revisionismo 2Para el teórico español José Laín era necesario hacer un doble rechazo: “Hay que rechazar el revisionismo […] Pero tengamos en cuenta que el marxismo se ha visto revisado no sólo por los situados a su derecha, sino también por algunos que se creen a su izquierda. No son los únicos revisionistas von Wollmar y Bernstein, sino también Lenin y Trotski. Contra todos nos alzamos conjuntamente.” [Renovación, p.1] El origen de la socialdemocracia alemana 7 calificando al revisionista, corruptor y traidores de Marx? Habrá, claro, en todo momento, quien considere al socialdemócrata como un “izquierdista descafeinado”, mas la validez de dicho juicio partirá de la comparación del socialdemócrata de ahora con el de ayer (o con su ideal), pero no del contraste con el marxista revolucionario. Pues un enjuiciamiento de tal naturaleza equivale a condenar a un protestante por no ser lo suficientemente litúrgico o por no ser devoto de la parusía. Hasta aquí el propósito de esta tesis puede parecer imbuido de cierta obsesión analítica, pero si se observa en perspectiva, hoy más que en ningún otro momento resulta fundamental volver a los orígenes de la socialdemocracia, especialmente cuando dicha corriente política atraviesa una de sus peores crisis. Hace casi tres décadas la caída del régimen soviético dejó a la socialdemocracia sin referente ideológico a su izquierda. Poco a poco ésta comenzó a correrse hacia la derecha, aceptando los postulados del nuevo consenso económico neoliberal. Su carta de diferenciación se ha visto reducida a una agenda post-material que prioriza la dicotomía liberal/conservador a la de socialista/capitalista. La protección de la libertad individual se convirtió así en su nueva bandera: aborto, libertad sexual, matrimonio gay, adopción homoparental, legalización de la mariguana, eutanasia, etc. A pesar de lo importante de estos temas, al abandonar el plano económico como lucha central, los socialdemócratas se mimetizaron paulatinamente con la oferta de los demás partidos; mientras que en el campo político, sus escándalos de corrupción y malos manejos los emparentaron con el establishment. Dicho fenómeno, ha dado origen a una narrativa de la desviación que sugiere que la etapa actual de la socialdemocracia [la tercera socialdemocracia en términos de Agustín Basave] se ha desviado o ha traicionado su propósito original. Los teóricos de la desviación3 proponen como alternativa una socialdemocracia más radical, es decir, una socialdemocracia que vuelva a la raíz, que recupere sus orígenes y se corra nuevamente a la izquierda, sobre todo en el campo económico. Por lo que la necesidad de definir un programa en torno al origen de la socialdemocracia y hacia una nueva socialdemocracia, exige tener claridad sobre las características teóricas y prácticas que caracterizaron su comienzo. Esta búsqueda justifica el volver a Eduard Bernstein, una figura hoy relativamente olvidada, pero que resulta imprescindible para comprender los primeros pasos de la socialdemocracia. A partir de ello, esta investigación plantea 3 Algunos de los teóricos que mantienen dicha narrativa son Ludolfo Paramio, Fernando Silva Triste, Octavio Rodríguez Araujo, Agustín Basave, César Rendueles y Jorge Sola. Asimismo diversos textos en revistas especializadas sobre las nuevas tendencias de la izquierda como Nueva Sociedad y New Left Review exponen una narrativa similar. José Luis Gallegos Quezada 8 analizar desde el marco teórico de los programas de investigación de Imre Lakatos, en qué grado el revisionismo de Bernstein rompe con el marxismo. Además, plantea una reconstrucción histórica, a partir del método de analíticas narrativas, con el fin de exponer en qué grado las ideas de Bernstein son consecuencia de los cambios económicos, sociales y políticos de la Alemania a finales del siglo diecinueve y, en qué grado, lo son de los eventos propios de su biografía: su formación bajo la tutela de Engels, su estancia en Inglaterra, su relación con los fabianos y neokantianos, etc. Actualmente es difícil concebir el grado en que Bernstein sacudió el universo teórico de su tiempo, pero imaginemos que el marxismo, que durante varias décadas brindó coherencia y unidad ideológica al movimiento obrero en Alemania y en diversos países alrededor del mundo, fue contrariado en sus principios nucleares. Tal como Rosa Luxemburg lo manifestó: “en la controversia con Bernstein y sus correligionarios, todo el partido debe comprender claramente que no se trata de tal o cual método de lucha, del empleo de tal o cual táctica, sino de la existencia misma del movimiento socialdemócrata”.4 Kautsky era de la misma opinión al declarar, bajo un elogio condenatorio, que “el libro de Bernstein es la primera obra sensacional en la literatura socialista alemana”, pues “en efecto, ninguna sensación produce que un socialista escriba un libro socialista. Es cosa muy distinta el que un socialista eminente, uno de los marxistas más ortodoxos escriba un libro en el que prende fuego a lo que ha adorado hasta entonces y adora lo que antes quemó”5. Mientras escribo estas líneas se conmemoran veintisiete años de la caída del muro de Berlín y se da a conocer a los medios la muerte del comandante Fidel Castro. El mundo ha cambiado radicalmente a más de un siglo de la obra de Bernstein. Hoy nos encontramos al filo de una posmodernidad que, a diferencia del siglo XIX y XX, poco se interesa por los debates ideológicos. Por mucho tiempo se sostuvo la existencia de un mundo unipolar, pero hoy, frente al giro de tuerca que representa el resurgimiento del populismo en diferentes latitudes, es fundamental revivir también la discusión sobre el futuro del proyecto socialista. La necesidad de recuperar lo mejor de su herencia, que es la socialdemocracia, no tiene por finalidad la de erigir museos ni la de hacer arqueología de viejas nostalgias,sino de pensar los desafíos de nuestro presente y de nuestro futuro. Para ello, nada mejor que adentrarnos en la obra de un teórico vilipendiado al unísono por la ortodoxia. Volver a repensar sus preguntas, sus interrogantes, sus inquietudes como una tarea impostergable, no sólo para quienes se asumen 4 Rosa Luxemburgo, Reforma o revolución, p. 5 5K. Kautsky, “La teoría socialista” p.12 El origen de la socialdemocracia alemana 9 herederos de la tradición socialdemócrata, sino también para quienes reniegan de ella por “su vulgar reformismo”. También en tales segmentos de la izquierda hace falta una nueva lectura de Bernstein, para evitar la tentación de la condena a priori, de aquello que no se conoce en detalle, ni se ha leído a fondo. José Luis Gallegos Quezada 10 CAPÍTULO 1. APROXIMACIÓN TEÓRICO METODOLÓGICA 1.1 PLANTEAMIENTO ANALÍTICO-METODOLÓGICO 1.1.1 REVISITANDO EL CONCEPTO DE REVISIONISMO En sus Ficciones, Borges imagina la historia de Pierre Menard, un escritor que emprende una empresa presumiblemente absurda: rescribir El Quijote. Pero Menard “no quería componer otro Quijote –lo cual es fácil- sino el Quijote... Su admirable ambición era producir unas páginas que coincidieran –palabra por palabra y línea por línea- con las de Miguel de Cervantes.”6Al cotejar el Quijote original con el escrito por Pierre Menard, Borges advierte que ambos son “son verbalmente idénticos, pero el segundo [el de Menard] es casi infinitamente más rico.”7 A pesar de que ambos contaban con las mismas palabras, ubicadas en el mismo orden, podían leerse libros totalmente distintos. En el Quijote de Cervantes podía pensarse la historia de una época que sucumbía, donde la tensión entre la ficción caballeresca y la realidad picaresca de la España del momento, jugaba todavía un papel decisivo. El Quijote de Menard, en cambio, evocaba un extraño placer por escribir sobre cosas muertas y una incapacidad por escapar los artilugios meta-narrativos. “Componer el Quijote a principios del siglo diecisiete era una empresa razonable, necesaria, acaso fatal; a principios del veinte, es casi imposible. No en vano han transcurrido trescientos años, cargados de complejísimos hechos. Entre ellos, para mencionar uno solo: el mismo Quijote.”8 El ejercicio de Menard nos permite apreciar la naturaleza del revisionismo, en especial del revisionismo marxista. En su acepción más laxa, éste consiste en plantear una continuación o reescritura de las tesis y axiomas de un cuerpo teórico canónicamente aceptado, bajo la luz de un nuevo contexto. El revisionismo no 6Jorge Luis Borges, “Pierre Menard, autor del Quijote”, Ficciones, p.39 [Las cursivas son mías] 7Ibíd., p. 44 8Ibíd., p. 42 El origen de la socialdemocracia alemana 11 busca escribir un nuevo “Quijote” o un nuevo “Marx”, su proyecto es más modesto, aspira a actualizar su lectura y escritura y hacer que coincida con las nuevas condiciones sociopolíticas del momento. La labor revisionista, sea en la historia9 o en la teoría política, corre siempre el riesgo de las simplificaciones, el reduccionismo, las tergiversaciones y estiramientos conceptuales; pero también – al igual que el Quijote de Menard– abre la posibilidad de erigir una obra “infinitamente más rica” a partir de las innumerables reinterpretaciones y exégesis posibles. El verdadero problema del revisionismo marxista fue su incapacidad de superar su anacronismo. Componer el Manifiesto Comunista a mitad del siglo diecinueve era una empresa razonable, necesaria, acaso fatal; a principios del veinte, mantener intactas sus predicciones, al fin del siglo, resultaba simplemente insostenible. Cuando las tesis de Marx fueron sujetas a revisión, los más prominentes teóricos del marxismo asumieron un revisionismo ortodoxo, aferrándose a ciertas premisas que hicieron parte de su núcleo duro, entre ellas: la idea de la revolución armada, la pauperización del proletariado y la crisis inmanente del capitalismo. En lugar de ajustar la teoría al nuevo contexto, ajustaron los nuevos sucesos históricos y condiciones sociopolíticas a la teoría, sin importar el detrimento de su contenido empírico, es decir, su capacidad para predecir e interpretar nuevos sucesos. La “realidad” por ellos analizada, no correspondía al pujante desarrollo económico que experimentaba la Europa finisecular, ni al mejoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores, ni al espíritu cada vez más reformista de los partidos socialdemócratas. Cuando Pierre Menard se plantea la rescritura del Quijote, encuentra para ello dos métodos posibles. El primero, convertirse en Miguel de Cervantes y Saavedra: “conocer bien el español, recuperar la fe católica, guerrear contra los moros o contra el turco, olvidar la historia de Europa entre los años de 1602 y de 1918”10. El segundo, más difícil, “seguir siendo Pierre Menard y llegar al Quijote, a través de las experiencias de Pierre Menard”. El revisionismo marxista contó con esos mismos cauces. El revisionismo de continuidad es el de Kautsky, quien se asume como la voz misma de Marx, la “correcta interpretación” de sus tesis. 9 Cuando el término revisionismo es empleado dentro de la Historia, presupone que entre los historiadores o el público general, existe una forma generalmente aceptada de entender un acontecimiento o un proceso histórico y que hay razones para ponerla en duda. Estas razones pueden ser de distinto tipo: la puesta en valor de nuevos documentos, el cambio de paradigma historiográfico o también el cambio de los valores desde los que se observa el pasado. En los casos de revisionismo no académico o pseudocientífico suele acusarse a quien lo practica de dedicarse al uso político de la historia y de no respetar la neutralidad y el espíritu crítico en la relación con las fuentes considerados básicos en el trabajo del historiador. En cualquiera de los casos, hay una intencionalidad notoria de no separarse del “texto fuente”, sino de “revisar”, es decir, reinterpretar, reescribir, re-‐significar lo que ya está dicho, lo que ya está escrito 10 Jorge Luis Borges, Ibid., p.40 José Luis Gallegos Quezada 12 Kautsky llega a nuevas conclusiones a través del propio Marx, es decir, de una rígida escolástica y de una ortodoxia legitimada por las enseñanzas directas de los fundadores a la socialdemocracia alemana. A ése revisionismo perteneció en su momento Eduard Bernstein. En la segunda categoría se encuentra el revisionismo de transferencia: es el marxismo de Lenin. Lenin quiere llegaral marxismo a través de su propia figura, quiere llegar a la misma conclusión revolucionaria que Marx, pero desde las experiencias de un ruso del siglo veinte. Por ello cuenta con mayor flexibilidad de interpretación sobre los postulados marxistas y con un sentido mucho más pragmático de su aplicación a la realpolitik.11 A finales del siglo diecinueve, dentro del círculo socialista, ser “revisionista” tenía una implicación peyorativa. Acusaba a quien en revisión de las ideas de Marx se había alejado lo suficiente de su núcleo teórico como para dejar de ser reconocido como marxista. El revisionismo era en esencia apostasía; y encabezando dicho movimiento se encontraba nuestro hombre: Eduard Bernstein. En una conferencia de 1909 bajo el título Der Revisionismus in der Sozialdemokratie12, Bernstein mismo se identifica como revisionista y, aunque reconoce que es “un nombre creado e impuesto por terceros, no un calificativo libremente elegido” 13 , busca apropiarse del término y dotarle de un nuevo significado. Lo primero que Bernstein identifica es el vacío conceptual del epíteto “revisionista”, pues su empleo cumple una función referencial que no guarda un significado específico, sino que indica el nivel de distanciamiento que un integrante de una comunidad teórica mantiene respecto del canon aceptado: mientras más alejado de Marx, más revisionista. El mismo Bernstein nos ofrece un ejemplo de la referencialidad que guarda la acusación peyorativa de ser “revisionista”, en el caso de las teorías de Plejánov: “…aquéllos que sostenían la teoría marxista en la forma en que yo la he esbozado brevemente fueron atacados por los populistas y por los socialistas revolucionarios de orientación especulativa como ayudantes o servidores voluntarios del capital, porque acentuaban la necesidad del desarrollo capitalista para el desarrollo de la clase obrera, como también lo había hecho Marx. Pero lo que entonces sucedió en Rusia ha sucedido también en otros muchos lugares. Una cosa es característica en todo ello. Cuando yo publiqué 11 Esta primer categorización será considerada como revisionismo positivo, el cual, afirmando la teoría aspira a su actualización, en contraste con el revisionismo negativo, que abandona el campo de la ortodoxia hasta llegar a una ruptura teórica. 12Traducción del texto en: E. Bernstein, “El revisionismo en la socialdemocracia” Socialismo Democrático, p. 75-‐129 13 Ibid. p.77 El origen de la socialdemocracia alemana 13 mi frase sobre la meta final [‘la meta final del socialismo no es nada para mí; el movimiento lo es todo’], el mismo Plejánov me atacó muy violentamente, pero el destino no le salvó de ser calificado él mismo como ‘el Bernstein ruso’ por los revolucionarios rusos”. Bernstein se dispone a combatir la idea de que “un revisionista es necesariamente un antimarxista”, enfatizando que él no conoce “a ningún revisionista a quien se pueda aplicar esta determinación”14. Para sostener su dicho, pasa a identificar a los miembros de esta corriente, “quienes toleran el nombre [de revisionistas] con toda tranquilidad” y quienes al mismo tiempo se consideran marxistas. En primer orden nombra a Eduard David, autor de El socialismo y la agricultura, posteriormente enlista a otros destacados socialdemócratas: “Dr. Joseph Bloch, redactor de la revista Socialistische Monatschefte; Adolf von Elm, un hombre extraordinariamente activo, salido de la clase obrera, que fue durante mucho tiempo diputado del Reichstag, pero que resultó derrotado la última vez; Edmund Fischer, surgido asimismo de la clase obrera y hasta hora diputado del Reichstag; Paul Kampfmeyer, actual redactor del Münchener Post y escritor muy fecundo; Paul Löbe, redactor de Breslau; Heinrich Peus, redactor de Dessau; Robert Schmildt, redactor y diputado del Reichstag, secretario de trabajo de la Unión de los Sindicatos Alemanes y muchos otros”15 “¿Qué defienden estas personas que acabo de mencionar?”, se pregunta Bernstein. A pesar de no contar con un programa mínimo e incluso mantener grandes diferencias teóricas entre ellos mismos, los revisionistas, bajo la concepción de Bernstein, serán aquellos que profesen un socialismo evolutivo de carácter inductivo. Es decir, que partiendo de las necesidades y exigencias “reales” de los trabajadores, el revisionismo define los objetivos a alcanzar. En contraste con el marxismo ortodoxo, que impone de manera deductiva a los trabajadores y militantes un objetivo revolucionario “especulativo” e independiente a las condiciones materiales de la sociedad. En palabras de Eduard: “…los medios y los fines del socialismo no tienen que ser inventados, tienen que ser encontrados, es decir, tienen que ser descubiertos en las necesidades materiales y jurídicas de esta gran clase obrera, que cada vez 14Ibid. p.82 15Ibíd., p. 80-‐81 José Luis Gallegos Quezada 14 se desarrolla más; tienen que existir básicamente en las condiciones del desarrollo real de esta clase.”16 Bernstein reconoce que ciertos escritos de Marx –en especial el Manifiesto Comunista–cuentan con una imagen preconcebida del futuro, desde la cual los marxistas más ortodoxos han derivado su “fin revolucionario”. Sin embargo, aclara sobre el Manifiesto que “por muy genial que sea en algunos detalles y por mucho que desarrolle la teoría marxista de la sociedad, no puede considerarse como la obra de Marx que sitúe a éste en su máxima altura intelectual”17. El verdadero Marx –o el Marx de los revisionistas– debe ser buscado en sus escritos maduros, después de sus estudios en Inglaterra “el país económicamente más desarrollado de aquel entonces”; debe ser encontrado en la Critica de la economía política así como en El Capital18. Textos en los cuales, de acuerdo a Bernstein, se vislumbra un “evolucionismo orgánico”, en el que Marx reconoce que las sociedades son organismos capaces de transformarse y que deben ser analizadas en su continuo proceso de transformación, sin pretender “saltarse las fases naturales de su evolución ni abolirlas por decreto”.19 Frente al ejercicio revisionista que al “reconocer la evolución real, se separa del desarrollo pronosticado”, Bernstein contrapone a los marxistas ortodoxos, quienes “se mantienen agarrados a aquellas fórmulas [pronosticadas por Marx] y pretenden conservarlas con medios que son puros artificios interpretativos y totalmente indignos de una auténtica teoría científica”20. Esta corriente ortodoxa, que tiene en Karl Kautsky a su principal representante, es caricaturizada por Bernstein como una “secta dentro del marxismo” que ha “recaído paulatinamente en diversas ideas y frases del Manifiesto comunista que el propio Marx corrigió”, prefiriendo remitirse a éste antes que a los “escritos que Marx compuso en la cima de su desarrollo”21. La crítica de Bernstein a la ortodoxia y a su “interpretación unilateral” se sintetiza en el siguiente párrafo: “Se ha podido exagerar el poder determinante de los factores técnico- económicos; se ha podido olvidar que los hombres tienen cabezas que piensan, que las ideas y las ideologías, la moral y conceptos jurídicos tienen, hasta un cierto grado, su propia evolución, que son ellos mismos factores codeterminantes del desarrollo de lacultura, del desarrollo de la producción. Se ha podido concebir el concepto de modo de producción de una manera 16Ibíd., p. 90 17Ibíd., p. 92 18Ibíd. 19Prólogo al Capital 20 Ibid., p. 93 21 Ibid., p. 94 El origen de la socialdemocracia alemana 15 muy unilateral o se ha podido exagerar la influencia del factor económico. Se ha podido asimismo diluir, desde otro lado, la concepción marxista de la historia y se ha podido atribuir demasiado poder determinante a las ideología y demasiado poco a los factores económicos”. La propuesta metódica de Bernstein es corregir los textos menores de Marx y las interpretaciones “unilaterales” que de sus textos se han realizado, sin trastocar las premisas básicas del marxismo. En términos de la teoría de Lakatos, Bernstein se dispone a revisar las hipótesis auxiliares del cinturón de protección sin tocar el núcleo central, con la finalidad de añadir elementos a su heurística positiva que actualicen al marxismo como un programa de investigación progresivo, es decir, capaz de formular con acierto nuevas predicciones y explicar válidamente nuevos fenómenos sociales. Pero, ¿realmente logra Bernstein su cometido? Hay que reconocer que su pensamiento, como el de todo gran intelectual, no se mantuvo monolítico; por el contrario, madura, evoluciona y se transforma a lo largo de las décadas. Como afirma Agustín Basave, la trayectoria intelectual de Bernstein “puede dividirse en las mismas tres etapas que recorrió el Partido Socialdemócrata de Alemania: búsqueda, ortodoxia y revisionismo”22. Su búsqueda (como se aprecia en el Capítulo II de esta tesis) recibe las influencias de Dühring, Karl Höchberg y Lange, aunque al final la ascendencia teórica de sus mentores: Marx, Engels, Bebel y Liebknecht, consolidan su preeminencia marxista. Bernstein llega a convertirse en uno de los principales teóricos de la socialdemocracia y defensor de la ortodoxia marxista, paulatinamente toma distancia de las interpretaciones canónicas de Kautsky, así como del radicalismo de Rosa Luxemburg y Lenin, proponiendo su propia ruta de revisión y actualización teórica. Pero, ¿hasta qué grado Bernstein sigue situándose dentro de la tradición marxista?, ¿puede considerarse su revisionismo la base de una nueva corriente de pensamiento (i.e. la socialdemocracia)? Esta precisamente es la interrogante que acompaña el proceso de investigación de esta tesis, definir: (1)si Bernstein logra actualizar la corriente marxista [la cual seguiría vigente ante sus ojos] o (2)si inaugura un nuevo programa de investigación en competencia con el marxismo. De demostrarse lo segundo, el reformismo de Bernstein podría representar el momento en el que la socialdemocracia se independiza teóricamente del marxismo y nace como una corriente política propia; sin que ello signifique relegar la gran influencia de Marx y Engels sobre los orígenes del pensamiento socialdemócrata. 22 Agustín Basave, La cuarta socialdemocracia. Dos crisis y una esperanza, p. 32 José Luis Gallegos Quezada 16 1.1.2 MAPA METODOLÓGICO La Ciencia Política contemporánea parece haber hecho a un lado el estudio de las ideas políticas. Su principal razón: las dificultades de realizar un análisis riguroso sin caer en el lugar común de la reseña histórica, la filosofía política o de ciertos productos ideológicos de poca validez teórica. Por el contrario, es cada vez más común que se prefiera trabajar con elementos empíricos que, relativamente, son de fácil observación y cuantificación. Tanto para la escuela neomarxista como para el rational choice, los elementos ideológicos23 han quedado reducidos a meros epifenómenos surgidos de los cambios en intereses económicos o condiciones materiales sin una clara autonomía en su evolución. A lo más, el nivel superestructural es referido como marco para justificar o racionalizar los intereses individuales o de grupo. Sin embargo, las ideas políticas cuando se convierten en patrones y se consolidan en instituciones, llegan a alcanzar un rol trascendental en la conducción de eventos históricos y en evitar otros tantos posibles desenlaces. Por ello, resulta fundamental explicar, por un lado, el rol que las ideas políticas juegan a la par de estructuras económicas y políticas, para definir los comportamientos de actores políticos dentro de un contexto determinado. Por el otro, es también necesario preguntarnos, bajo qué incentivos estas ideas institucionalizadas se consolidan, se cuestionan, se transforman y llegan a ser sustituidas por nuevos sistemas de pensamientos. Es bajo estas dos rutas, que podremos generar un recuento coherente capaz de explicar cuáles fueron los incentivos de un actor específico –en este caso Eduard Bernstein– para cuestionar el paradigma ideológico de su época, para oponerse a la inercia de una doctrina institucionalizada –en este caso el marxismo–, aun cuando los incentivos y su propia formación favorecían su acatamiento y reproducción. ¿Por qué atreverse a proponer una nueva ruta ideológica aun con los altos costos políticos y el paulatino aislamiento teórico que esto implica? Tal como se ha detallado anteriormente, esta tesis tiene como finalidad última rastrear los orígenes de la socialdemocracia como una corriente de pensamiento independiente al marxismo o, en otras palabras, responder a la pregunta: ¿en qué punto la socialdemocracia alemana [en tanto partido] comienza a ser socialdemócrata [en tanto ideología]? Para ello esta tesis se divide en dos 23 En el díselo metodológico de esta tesis, se llegó a plantear el desarrollo de un apartado sobre un marco teórico sobre el estudio de las ideologías; sin embargo, se concluyó que no era necesario, al considerar que el apartado 2.2 El programa de investigación científica de Lakatos de esta tesis, ofrecía ya el marco a partir del cual se iba a estudiar el distanciamiento ideológico de Bernstein respecto del marxismo. El origen de la socialdemocracia alemana 17 partes. La primera constituye un estudio de caso desde el enfoque del institucionalismo histórico, que analizará la evolución de las ideas políticas y prácticas que dieron fundamento a la socialdemocracia alemana en sus orígenes, entre finales del siglo XIX y antes de la Primera Guerra Mundial. Este recuento tiene el objetivo de comprender de qué manera la evolución del Partido Socialdemócrata Alemán y su contexto histórico, influyeron recíprocamente en la obra revisionista de Bernstein. Para ello se empleará la metodología de narrativas analíticas, una narración de acciones históricas estructuradas en función de un marco de elección racional24. Esta reconstrucción cronológica explica la lógica desplegada por los actores en un contexto determinado, de acuerdo a sus deseos, creencias, preferencias, estrategias y de la información de la que disponen. La exposición de una secuencia históricabajo un modelo de racionalidad, es lo que hace de esta metodología una propuesta valiosa para su aplicación en los estudios de caso. En la situación particular de la presente investigación, la teoría de narrativas analíticas nos permitirá ofrecer un recuento comprensivo del path-dependence del Partido Socialdemócrata Alemán que, bajo ciertos incentivos electorales, ideológicos y sociológicos, fue impulsado a asumir una postura cada vez más reformista. Asimismo, al conocer el contexto de la Alemania finisecular del siglo XIX, podremos elucidar los incentivos que guiaron a Eduard Bernstein a un replanteamiento de la teoría socialista para, finalmente, evaluar en qué medida su revisionismo es producto del contexto histórico y en qué grado su revisionismo se explica a partir de elementos de su propia biografía. Para ello, esta tesis se vale tanto de fuentes primarias como secundarias que permiten analizar comprensivamente los textos y discursos de Bernstein, así como de otros actores políticos clave de acuerdo al marco histórico que definimos como objeto de estudio. La segunda parte de nuestra investigación comprende el análisis de las ideas de Eduard Bernstein y la evaluación sobre el nivel en que éstas se separan del proyecto de investigación marxista, con la finalidad de determinar si el socialismo evolucionista de Bernstein es revisión o ruptura del marxismo. Para responder a esta cuestión se han expuesto dos definiciones comprensivas sobre el revisionismo. A. Revisionismo positivo: afirmación y actualización de la teoría B. Revisionismo negativo: negación y refutación de la teoría 24 Vid. Bates, R., Greif, A., Levi, M. Rosenthal, J-‐L., &Weingast, B., Analytic Narratives José Luis Gallegos Quezada 18 A lo largo de esta tesis, al emplear el término revisionismo nos referiremos específicamente al revisionismo positivo, mientras que al emplear el término ruptura nos referiremos al revisionismo negativo. Ambos términos se operacionalizan a partir del modelo de Imer Lakatos sobre los programas de investigación científica (apartado 2.2). Este modelo señala que los programas de investigación cuentan con un núcleo duro que sostiene las premisas fundamentales (heurística negativa) y un cinturón protector con hipótesis auxiliares (heurística positiva). El revisionismo será aquel que afirmando el núcleo duro, busque actualizar la heurística positiva. En cambio, la ruptura teórica, buscará refutar tanto las hipótesis auxiliares, como el contenido teórico del núcleo. El núcleo marxista será definido a partir de seis premisas fundamentales: C1 Fundamento material de la historia. C2 Condicionamiento de la superestructura por la estructura C3 A cada modo de producción corresponde una clase social dominante. C4 Lucha de clases motor de la historia. C5 La revolución resultado de las contradicciones inminentes entre fuerzas productivas y relaciones de producción. C6 Comunismo etapa final del capitalismo. De forma operacionalizada, el concepto de ruptura se entenderá como la refutación o contradicción de al menos la mitad más uno de las premisas fundamentales del núcleo. Para el caso específico de esta investigación, un proceso de ruptura teórica con el marxismo sucederá cuando por lo menos tres de las seis premisas fundamentales del marxismo sean contradichas. De esta manera, la ruta metodológica de esta investigación consiste en evaluar analíticamente los componentes del revisionismo de Bernstein para contrastarlos con los fundamentos marxistas del Partido Socialdemócrata Alemán. Para lo cual, la pregunta guía de esta investigación, será: (1)¿Es la crítica de Bernstein un ejercicio de revisionismo o uno de ruptura respecto del núcleo teórico del marxismo? Para llegar a una respuesta conclusiva, construiremos primero una narrativa analítica, que nos permita responder a dos preguntas auxiliares en la investigación: (2)¿Qué cambios económicos, sociales y políticos influyeron en la transición reformista del SPD? (3)¿Y en qué grado las ideas de Bernstein son la racionalización de un reformismo preexistente en el Partido Socialdemócrata Alemán? � e� amr Ed� E� e� � 1a� r� e En a� m� � r� � � eEn � d� � � � NR� Fig. 1. Esquema metodológico de la investigación. 1.1.3 HIPÓTESIS DE TRABAJO De tipo analítico-interpretativa, la hipótesis de esta tesis sostiene que el revisionismo de Bernstein no es sólo una revisión, sino una ruptura con el marxismo, es decir un verdadero cambio de paradigma o, en términos de Imre Lakatos, un programa de investigación en competencia. Un indicio que lleva a sugerir esto, es que algunos de sus propios críticos parecen identificar esta ruptura teórica. Por poner un ejemplo, George Plekhanov expresó su preocupación en una confesión epistolar: “si Bernstein está en lo correcto en sus tareas críticas, uno puede preguntarse, ¿qué queda de las ideas filosóficas y socialistas de nuestros maestros? Y en verdad, uno tendrá que responder: ¡no mucho!” 25. Sostengo pues, que Bernstein no actualizó y corrigió los textos de Marx, como por algún tiempo él mismo creyó hacer, sino que dio pauta a una � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � � úT� � � dlmE � � 0� � JE Emb� � VC� � arCb� RC0� José Luis Gallegos Quezada 20 nueva corriente de pensamiento, “abriendo con él” –como afirma Agustín Basave– “una creciente grieta ideológica que a querer o no despegaba a la naciente socialdemocracia del marxismo”26. De manera formal, la hipótesis antes planteada se traduce a la siguiente sentencia formal, de una hipótesis nula: H0: Los escritos donde Bernstein expone su socialismo evolutivo no contradicen cuatro o más de las seis premisas fundamentales del núcleo marxista. Ergo. El socialismo evolutivo de Bernstein es un revisionismo que continúa con el programa de investigación marxista. Hipótesis alternativa. H1: Los escritos donde Bernstein expone su socialismo evolutivo contradicen cuatro o más de las seis premisas fundamentales del núcleo marxista. Ergo. El socialismo evolutivo de Bernstein no es revisionismo, es una ruptura teórica, es decir un programa de investigación en competencia con el marxista. Para resolver si el revisionismo de Bernstein puede ser considerado como ruptura teórica: (a)se clasificarán los elementos que componen el núcleo duro de la teoría marxista; (b) se expondrá el contexto histórico y biográfico en que se conforma el llamado “revisionismo” de Eduard Bernstein; (c) a partir de contrastar las premisas del “socialismo evolutivo” de Bernstein con el corpus de la teoría marxista se deducirá analíticamente si el primero es (o no) parte del programa de investigación del segundo. 1.2 EL INSTITUCIONALISMO HISTÓRICO Y LAS NARRATIVAS ANALÍTICAS 1.2.1 EL NEOINSTITUCIONALISMO Desarrollado a partir de la década de los cincuenta, el neoinsitucionalismo se fundamenta en teorías del conductismo y la elección racional que asumen que el sujeto actúa con relativa autonomía, basándose en características socio- psicológicas y en el cálculo de posibles beneficios individuales. A diferencia del viejo institucionalismo, que bajo una mirada reduccionista concebía a las instituciones meramente como entramados legislativos y suponía que el poder de las estructuras sobre los actores era determinante, el neoinstitucionalismo26 Agustín Basave, La cuarta socialdemocracia. Dos crisis y una esperanza, p. 35 El origen de la socialdemocracia alemana 21 comprende a las instituciones en un sentido lato como organizaciones, reglas y procedimientos formales e informales que influyen en el comportamiento de los actores políticos, cuya acción es recíprocamente capaz de modificar a las instituciones y consigo las estrategias y decisiones de otros actores. De acuerdo al neoinstitucionalismo, el cálculo racional de un sujeto se encuentra moldeado por restricciones e incentivos que parten de un contexto social específico. Sin embargo, dado que éste desconoce lo que será beneficioso para él en el futuro, su toma de decisiones parte de un modelo prospectivo que tiende a apoyarse en criterios institucionales, con la expectativa de maximizar su bienestar. De forma que, mientras más estables sean las instituciones, permitirán predecir con mayor precisión el comportamiento racional del individuo. En este sentido, las instituciones son capaces no sólo de establecer parámetros de comportamiento, sino también de influir en la determinación de preferencias individuales, de acuerdo a un marco institucional expresado en reglas del juego, costumbres, rutinas y organizaciones. A partir de los trabajos de James March y Johan P. Olsen27 se constata la influencia recíproca de las instituciones en el orden social y económico, pues estos autores ejemplifican la manera en que las instituciones proveen sistemas de significación de la vida social, y al hacerlo enmarcan las acciones y preferencias de los individuos, en tanto formulaciones normativas que establecen la lógica de lo adecuado28. Sin embargo, de acuerdo a Thelen y Steinmo29, los individuos tampoco son meros espectadores de los cambios que sufren las instituciones para favorecerlos o penalizarlos sino que, en ciertas condiciones, son agentes estratégicos capaces de modificarlas para mejorar sus condiciones de poder. Lo que distingue a los fenómenos políticos de los naturales, es que los humanos pueden operar “conscientemente” sobre su ambiente. Esta capacidad enfoca al actor político como un agente racional que, a pesar de contar con información limitada y con influencia de su ambiente, puede diseñar estrategias para transformar a las instituciones, las cuales, a su vez, restringen e influyen en el comportamiento de los sujetos. De forma que puede decirse que el actor político es, al mismo tiempo, sujeto y objeto de la historia. En el mismo sentido, puede afirmarse que las instituciones, al tiempo que son producto del conflicto político y de elecciones tomadas en un momento específico, son también el marco a partir del cual los actores forman sus 27 March, J.G. y Olsen, J. P., El Redescubrimiento de las Instituciones. La base Organizativa de la Política 28 Ver. Juan Manuel Herrera, “Las instituciones, su diseño y cambio en las organizaciones” 29K.Thelen & S. Steinmo, “Historical institucionalism in comparative politics”, Estructuring Politics José Luis Gallegos Quezada 22 estrategias políticas30. Por tanto, resulta fundamental identificar cuáles son las pautas históricas capaces de influir en la evolución propia de cada institución. Dicho de otra manera, si los eventos de un pasado distante pueden iniciar cadenas de causalidad con efectos en la realidad institucional del presente, entonces identificar bajo qué secuencia e incentivos las acciones pasadas de los actores preservan o generan nuevos arreglos institucionales nos permitirá explicar la lógica de las instituciones. Por tanto, el institucionalismo histórico entiende a la acción pública no sólo como el reflejo de los intereses y las preferencias de los actores, sino como arreglos institucionales influenciados necesariamente por la inercia del pasado. 1.2.2 EL INSTITUCIONALISMO HISTÓRICO Que la Historia importa, es un hecho que se puso de relieve en la década de 1960, momento en el que surge en Estados Unidos el institucionalismo histórico, el cual busca explicar el desarrollo de ciertos procesos políticos a partir de la evolución de las instituciones. Este enfoque plantea que las instituciones cargan cierta inercia en su trayecto histórico, por lo que el pasado guarda una determinación significativa en su desenvolvimiento posterior. De acuerdo a Paul Pierson, el empleo de la historia permite contextualizar el análisis institucional y “ubicar la política en el tiempo –identificando momentos particulares en una secuencia temporal de eventos y procesos– [que] pueden enriquecer considerablemente nuestra comprensión de una dinámica social compleja”31. Sven Steinmo sostiene que el institucionalismo histórico es un enfoque que “se distingue […] por su atención a cuestiones empíricas del mundo real, su orientación histórica y su atención a las formas en que las instituciones estructuran y forman el comportamiento y los resultados”32. El institucionalismo histórico surge como una crítica al racionalismo y al conductismo, sobre todo hacia los supuestos que conciben al actor político, como un sujeto con plena capacidad para diseñar y llevar a cabo soluciones óptimas en función de los problemas que se le plantean. Para racionalistas como Shepsle o Tsebelis, las instituciones interesan en tanto que factores del contexto estratégico de los actores, mientras que para institucionalistas históricos como T. Skocpol o 30 Ibid., p. 28 31Paul Pierson, “Not Just What, but When: Timing and Sequence in Political Processes”, Studies in American Political Development, p. 72. 32 Sven Steinmo, “Historical Institutionalism”, Approaches and Methodologies in the Social Sciences, p. 127-‐ 128. El origen de la socialdemocracia alemana 23 Asford, las instituciones juegan un papel mucho más relevante en el desarrollo de los procesos políticos33. El institucionalismo histórico considera que los actores son sujetos con un conocimiento incompleto, limitado o asimétrico que les impide tomar decisiones óptimas con las que maximicen el alcance de sus objetivos. Por el contrario, su comportamiento se circunscribe en gran medida al seguimiento de patrones, normas e ideologías establecidas por la evolución propia de las instituciones. De acuerdo a Sven Steinmo 34 la historia es importante para el institucionalismo, porque los acontecimientos políticos ocurren dentro de un contexto histórico determinado. Esto significa que, aunque la acción de un individuo se encuentre situada en la interacción con otros –plano micro– su acción social en conjunto estará circunscrita a un contexto que constriñe sus decisiones. A partir de este nivel contextual –plano macro– el institucionalismo histórico busca responder a la pregunta: ¿cómo lo macro incide en lo micro? El contexto histórico permite explicar la forma en que las decisiones del individuo (basadas en deseos y creencias) están enmarcadas por elementos “externos” a él, como las acciones de otros individuos y estructuras sociales (normas, convenciones, redes sociales, instituciones formales, etc.) que definen su conjunto de oportunidad35, al tener influencia causal sobre sus deseos y creencias.Mientras que los deseos pueden describirse como “una volición o voluntad de que algo suceda (o no suceda)36” las creencias son una proposición sobre el mundo que se considera cierta, sin importar si es o no deseada. Las creencias también engloban aquellos deseos, oportunidades y expectativas que el sujeto presupone en los otros, es decir, también engloban las motivaciones que se creen ciertas sobre los otros. Por último, debe también considerarse como creencia las consecuencias que el sujeto prevé de sus acciones, calculando las formas en que éstas, a su vez, podrían afectar las acciones de otros. Otra razón de porqué la historia importa es que las expectativas son moldeadas por acciones del pasado y los actores o agentes pueden aprender de la experiencia. Por ello, los institucionalistas históricos están igual de preocupados por los orígenes de las instituciones que por las funciones que éstas cumplen. Las instituciones interesan en tanto que son el legado de un proceso histórico, lo cual 33Manuel Sánchez de Dios, “Estudio comparado de path dependence del Estado de bienestar en los casos de USA, Suecia y España”, Revista de Estudios Políticos, P.97 34 Sven Steinmo, “Historical Institutionalism”, Approaches and Methodologies in the Social Sciences, p. 118. 35Hedström & Ylikoski definen a las oportunidades como “el menú de alternativas de acción disponibles para el actor, es decir, el conjunto real de alternativas de acción que existe independientemente de las creencias del actor sobre las mismas”. [P. Hedström, “La explicación del cambio social: un enfoque analítico”, p.213] 36 Hedström, Ibid. José Luis Gallegos Quezada 24 supone buscar los momentos originarios de determinadas pautas que se reproducen desde entonces, como un camino o path para el desarrollo institucional (la teoría de path dependence se explica más adelante). El institucionalismo histórico también se ha preocupado por exponer los mecanismos con los que las instituciones otorgan mayor poder en la toma de decisiones a ciertos grupos, distribuyendo intereses u objetivos de forma desigual. El análisis sobre la distribución del poder ha producido que el institucionalismo histórico se interese en el estudio del papel que las instituciones representan en la política, así como en el desarrollo socioeconómico y en la difusión de ideas. Desde este enfoque, las instituciones importan porque es en ellas donde se estructuran los intereses y objetivos de la política. 1.2.3 LAS NARRATIVAS ANALÍTICAS Una narrativa analítica es un método que, bajo el enfoque del institucionalismo histórico, busca formular una explicación cualitativa sobre ciertos sucesos acontecidos desde la comprensión del contexto en el que se generan y de la lógica de acciones individuales37. A partir de la dificultad de señalar todas las causas que gobiernan un fenómeno político, las narrativas analíticas se proponen mirar retrospectivamente y seleccionar lo que es esencial de la historia bajo un esqueleto de racionalidad que de inteligibilidad a las decisiones y motivaciones de los actores. De esta manera, los investigadores estructuran la secuencia de ciertos eventos históricos para dar forma a una narrativa coherente, capaz de revelar las líneas de acción o lógica que siguieron los actores implicados. A diferencia del método comparado, quizás el más adecuado para realizar generalizaciones teóricas, la narrativa analítica es una modalidad del estudio de caso. Se vale de un explanans (causa) y un explanandum (efecto). El método comparado se basa en un estudio transversal dentro de un periodo de tiempo específico. Es decir, evalúa una misma unidad en diferentes sistemas (económicos, políticos, sociales, comunicacionales, etc.) de manera sincrónica. Por el contrario, la narrativa analítica se fundamenta en la diacronía: explica la trayectoria de eventos que se desencadenan a lo largo del tiempo, permitiendo inferir relaciones causales entre ellos. 37 Mauricio García Ojeda, “Narrativas analíticas y sociología analítica. Evidencia cualitativa para la generación de explicaciones macro-‐ micro y micro-‐micro” El origen de la socialdemocracia alemana 25 Las narrativas analíticas entienden a los proceso políticos como fenómenos sujetos a su propia historicidad. A diferencia del método estadístico cuyo interés se encuentra en la probabilidad o propensión (likelihood) de que un evento suceda, la narrativa analítica está interesada en el proceso y en el contexto a través de los cuales el fenómeno político sucede. Éste método realiza un rastreo (process-tracing) con el que desarrolla una explicación o narrativa del proceso histórico que ha conducido a un determinado fenómeno. De este modo se infiere (causalmente) los elementos que lo desencadenaron38. Su interés no se encuentra en la correlación de datos, sino en un conocimiento exhaustivo de los mecanismos causales intervinientes. El referente central de las narrativas analíticas es el libro Analytic Narratives39 que reúne a cinco académicos de la escuela del neoinstitucionalismo económico, quienes influidos por los trabajos de Douglass North, estudian fenómenos políticos bajo la perspectiva de que las instituciones, en tanto reglas formales e informales, influyen a través de constreñimientos e incentivos en el comportamiento de los actores políticos40. En este sentido, vale señalar que las narrativas analíticas no se limitan a un plano descriptivo de los hechos históricos. Si son analíticas es porque utilizan un marco teórico para el análisis, mismo que aspira a dar cuenta de la acción de los individuos a partir de sus creencias, deseos, preferencias y oportunidades; asimismo, buscan identificar los puntos de equilibrio que limitan algunas acciones y facilitan otras41. Por otro lado, una narrativa es analítica en tanto se desarrolla bajo un talante analítico42, esto es, precisión en las definiciones, rigor lógico de la argumentación y el empleo de modelos formales elaborados desde la teoría de juegos. Respecto a la cualidad de narrativa, esta consiste en generar una secuencia ordenada que provea una cronología coherente de las situaciones o eventos analizados 43 , con especial énfasis en los elementos detonantes y momentos críticos. Como se ha mencionado antes, el proceso narrativo debe encajar dentro de una hipótesis de trabajo. En torno a esta hipótesis el caso se construye bajo un modelo formal en el que se describen y analizan las interacciones estratégicas que conducen al equilibrio 44 . El proceso narrativo 38 Joan Pere Plaza, “Tomando en serio. El uso de narrativas analíticas en Ciencia Política” Working Papers Online Series 39 Vid. Bates, R., Greif, A., Levi, M. Rosenthal, J-‐L., &Weingast, B., Analytic Narratives 40 MargaretLevi, “Modelando procesos históricos complejos con narrativas analíticas”, Revista Uruguaya de Ciencia Política, p. 11 41 Ibid, p. 14 42 F. Aguiar, F., A. De Francisco & F. Noguera, “Por un giro analítico en sociología”, Revista internacional de sociología. 43 P. Abell, “Narratives, Bayesian Narratives and Narrative Actions”, Sociologica, pp. 1-‐21. 44 Mauricio García Ojeda, Opus. Cit. José Luis Gallegos Quezada 26 identifica temporalmente a los actores involucrados, la evaluación de sus alternativas, así como las reglas del juego que constriñeron sus decisiones y acciones. El análisis de los puntos de equilibrio es un elemento crucial para las narrativas analíticas. Esta visión deriva de la teoría de juegos, y concibe a las instituciones como equilibrios autogenerados que coordinan el comportamiento de los diferentes actores. Un equilibrio se genera (no se impone) a partir de que las decisiones guardan cierta regularidad, estabilidad y generan patrones de comportamiento; es decir, a partir de que se institucionalizan. Sin embargo, variaciones en la distribución del poder de negociación y de los recursos entre los actores participantes, influyen sobre cuál de los muchos equilibrios institucionales emerge como posible45. Más aun, existe la posibilidad de equilibrios múltiple, por lo que un modelo analítico robusto debería analizar las posibles rutas alternativas fuera del equilibrio. Esto significa no sólo generar una explicación plausible sobre las razones por las cuales los actores tomaron un camino específico, sino también señalar las otras potenciales opciones (oportunidades) que tenían. Para ello, se requiere establecer o rechazar una o varias hipótesis, sobre lo que pudo haber pasado bajo condiciones diferentes. Esto permite comprender y explicar las razones de los actores por optar determinadas estrategias y no otras, las cuales, finalmente, conducen al equilibrio producido. Con este fin, la narrativa analítica privilegia modelos donde el número de factores exógenos es suficientemente manejable como para que sea posible saber de qué manera los cambios en sus valores internos pueden afectar el equilibrio institucional46. Toda narrativa analítica parte de una incógnita histórica que busca resolver. En Analytical Narratives, Jean-Laurent Rosenthal analiza cómo el potencial nacimiento de un heredero católico para Jacobo II afecta los cálculos, tanto de los monarcas como de las elites. La importancia de este nacimiento reside en cómo cambian las estrategias de las élites hasta el punto de llegar a una revolución47. ¿Por qué tenían que recurrir a la revolución y no a un cambio institucional pacífico? Esta es la incógnita que Rosenthal se plantea en su estudio. En nuestro caso, al estudiar el desarrollo de la socialdemocracia a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, la pregunta que nos planteamos es ¿por qué prefirieron los socialdemócratas apostar a un cambio institucional reformista de régimen abandonando la idea marxista de la revolución? ¿Por qué el Partido 45Ver. Levi, Margaret, “A Logic of Institutional Change”, en The Limits of Rationality. 46 Margaret Levi, “Modelando procesos históricos complejos con narrativas analíticas” 47 Rosenthal 1998, p. 92 El origen de la socialdemocracia alemana 27 Socialdemócrata Alemán (SPD) pasa de una estrategia revolucionaria a una estrategia parlamentaria? El institucionalismo histórico es retomado dentro de esta investigación como enfoque metodológico, por su idoneidad para analizar la evolución de estructuras y procesos políticos de largo plazo, donde las instituciones y las ideas que las sustentan son arenas de lucha y materia de disputa entre los diversos actores48. Para el caso específico de esta investigación, será de nuestro interés demostrar la manera en que el SPD comienza un path marxista que, a pesar de alcanzar una hegemonía teórica dentro del partido, tiene que generar diversos puntos de equilibrio y arreglos institucionales para coexistir con el reformismo latente desde su fundación. De igual forma es del interés de esta investigación demostrar la manera en que la socialdemocracia comienza a adaptarse a los cambios del ambiente institucional derivados de las transformaciones político-económicas de finales del siglo XIX en Alemania y las reformas electorales y sociales impulsadas por Bismarck. En la presente investigación, el estudio de caso como metodología y las narrativas analíticas como técnica, nos permitirán realizar un recuento comprensivo de los incentivos electorales, ideológicos y sociológicos que impulsaron al Partido Socialdemócrata Alemán a asumir una postura cada vez más reformista. Asimismo, al dar un recuento del desarrollo histórico institucional de la Alemania finisecular del Siglo XIX, se podrá explicar los incentivos que guiaron a Eduard Bernstein a un replanteamiento de la teoría socialista para, finalmente, evaluar si su revisionismo rompe o no con el marxismo. 1.2.4 PRINCIPIOS DEL PATH DEPENDENCE El razonamiento del institucionalismo histórico no es un determinismo simple sino que se guía por patrones de dependencia o dependency paths, a partir de los cuales se fundamenta la manera y el grado en que decisiones adoptadas en el pasado influyen en decisiones posteriores. Para las narrativas analíticas es importante la noción de path-dependence pues ofrece las herramientas conceptuales necesarias para explicar de qué manera se arriba a un equilibrio institucional, a partir de un entramado complejo entre relaciones de necesidad y contingencia. 48 Ver. Pierson, P. y T Skocpol, Historical institutionalism in contemporary political science José Luis Gallegos Quezada 28 El origen de la teoría de path dependence se remite a los estudios desarrollados en la década de 1980 por Richard R. Nelson y Sidney G. Winter, sobre la economía evolucionista en las empresas. Al tratar de explicar el proceso del desarrollo tecnológico, estos investigadores llegaron a la conclusión de que pequeñas ventajas de un producto sobre otro, que en principio podían ser incluso azarosas, recibían una retroalimentación positiva, generando un patrón de consumo que, al afianzarse, podía alcanzar un impacto definitorio en el desarrollo posterior de la industria. La Ciencia Política retoma de esta teoría la idea de que, al igual que en la tecnología, en la política hay elementos de azar y situaciones incontroladas; pero una vez que se adopta una pauta, ésta acaba siendo un camino cerrado o una trayectoria dependiente que incentiva a los actores a ajustar sus estrategias al esquema establecido y prevaleciente.49 James Mahoney, uno de los principales exponentes sobre la literatura del path-dependence, caracteriza a esta técnica de análisis a partir de tres principios generales. El primero de ellos lo denominaremos preponderancia de la génesis. Este principio refiere a que en el estudio de cualquier fenómeno institucional, los procesos causales son altamente sensibles a los acontecimientos que tienen lugar en las primeras etapas de una secuencia histórica. En palabras de Paul Pierson50,
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