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2BACH_07-Riesgos geológicos y recursos de la geosfera - José Santiago Alvarez Gonzalez

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2º Bachillerato
Geología
Unidad 7
Riesgos geológicos y recursos 
de la geosfera
El crecimiento exponencial de la 
población humana, que se esti-
ma alcanzará los nueve mil sete-
cientos millones de habitantes en 
2050 y superará los 11.200 millo-
nes en 2100 (contador en tiempo 
real: http://www.worldometers.
info/es/), pone en evidencia la 
posibilidad de que los recursos 
naturales sean insuficientes para 
producir alimentos, energía, ma-
teriales, etc. para sustentar esa 
población. Al mismo tiempo, el 
crecimiento demográfico obliga a 
ocupar territorios que no siempre 
son adecuados, ni siquiera aptos, 
para sustentar la expansión de las 
ciudades de modo que cada vez 
un mayor número de personas 
están expuestos a procesos que 
pueden suponer un riesgo para 
sus bienes o sus vidas. Así, se ha 
incrementado de forma notable la 
gravedad de los daños y el núme-
ro de víctimas de catástrofes que 
ya no es del todo preciso calificar 
como naturales.
Ilustración 7.1. La superpoblación lleva a ocupar terrenos 
inadecuados que pueden suponer un peligro para las personas y 
sus bienes (by Zimbres (Own work) [CC BY-SA 3.0 (http://creati-
vecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons).
Índice
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
 1. Riesgos geológicos 196
 1.1. Clasificación de los riesgos 198
 Actividades 201
 1.2. Riesgos meteorológicos 202
 1.3. El riesgo volcánico 204
 1.4. El riesgo sísmico 205
 1.5. Riesgos provocados por los procesos externos 208
 Actividades 216
 2. Recursos de la geosfera 218
 2.1. Características de los recursos 218
 2.2. Clasificación de los recursos 219
 2.3. Recursos hídricos: el agua como recurso 220
 2.4. Recursos minerales 226
 2.5. Recursos energéticos 237
 Actividades 238
 Solucionario 239
 Glosario 
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
195
Con el estudio de esta Unidad nos proponemos alcanzar los siguientes objetivos:
1. Distinguir los diferentes tipos de riesgos según el grado de intervención humana.
2. Comprender los factores que determinan la magnitud de un riesgo natural.
3. Distinguir los diferentes tipos de procesos geológicos que pueden ser origen de riesgo.
4. Conocer qué medidas se pueden adoptar para predecir, prevenir o mitigar las consecuen-
cias de los riesgos geológicos.
5. Comprender el papel de la geosfera como fuente de recursos minerales.
6. Entender cómo los diferentes procesos geológicos pueden originar yacimientos de interés 
económico.
7. Conocer ejemplos de yacimientos de minerales, rocas o recursos energéticos.
8. Apreciar la situación actual de la minería en España y conocer qué recursos geológicos 
posee el país.
9. Conocer la problemática que plantea la extracción de combustibles fósiles y la utilización 
de los mismos como recursos no renovables.
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
196
1. Riesgos geológicos
Desde sus orígenes la humanidad ha establecido una relación 
con su medio natural del que extraía recursos para su subsisten-
cia y hacia el que eliminaba los residuos de sus actividades, pero 
sufriendo también las consecuencias de algunos fenómenos y 
procesos potencialmente peligrosos. Esta relación ha ido cam-
biando a lo largo de la historia a medida que se desarrollaba el 
conocimiento científico y la tecnología e iba aumentando la po-
blación a la vez que cambiaba su modo de vida. Este cambio ha 
visto su culminación a lo largo del pasado siglo XX, en el que he-
mos adquirido conciencia de la capacidad del ser humano para 
modificar su entorno hasta llegar a provocar alteraciones a es-
cala global. En esta unidad nos ocuparemos de esas relaciones 
desde el punto de vista de la Geología, es decir de los recursos 
cuya fuente es la geosfera e hidrosfera y de los procesos geoló-
gicos que pueden representar un peligro para las personas, sus 
actividades o sus bienes.
Una situación de riesgo es aquella en la que la vida, las activi-
dades o los bienes de las personas están expuestos a un peligro.
El riesgo geológico es cualquier condición del terreno o pro-
ceso geológico que puede ser causante de un daño económico 
o social para la población humana.
Ilustración 7.2. En la costa 
pacífica de Sudamérica el pe-
ligro de terremotos es elevado. 
Arriba: terremoto de Valpa-
raíso, 1906 (Dominio público). 
Abajo: terremoto en Chile, 
2010 (By Vladimir Platonow 
(Agência Brasil) [CC BY 3.0 
br], via Wikimedia Commons).
PELIGRO NATURAL
CONDICIÓN DEL TERRITORIO, PROCESO o SUCESO QUE PUEDE 
OCASIONAR DAÑOS A LA SALUD, LA SEGURIDAD, LAS POSESIONES 
o LAS ACTIVIDADES DE LOS HABITANTES DE UNA REGIÓN
PELIGRO NATURAL
CONDICIONES LOCALES
Fallas
Volcanes
Pendientes metaestables
Rocas solubles
Arenas muy seleccionadas 
y saturadas de agua
Llanuras de inundación
Llanuras costeras
Minas abandonadas
PROCESOS
Deformación cortical
Emplazamiento de magma
Cambio en el régimes de 
aguas subterráneas
Disolución de rocas
Génesis de tormentas
Génesis de tormentas
Fracturas
SUCESOS
Terremotos
Erupción
Deslizamientos
Colapso
Licuefacción
Avenida
Inundación
Subsidencia
PrevenciónIdentificar y cuantificar el 
proceso
Conocimiento de su situación
AREAS DE RIESGO
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
197
Ilustración 7.3. Las megaciu-
dades suponen un alto grado 
de exposición (Tokyo by Morio 
[Own work] [CC BY-SA 3.0], 
via Wikimedia Commons.
Antes de describir los diferentes tipos de riesgos de origen 
geológico es importante definir una serie de conceptos comunes 
que permitirán comprenderlos y valorarlos correctamente. Así, es 
preciso no confundir los términos peligro y riesgo:
 ● Peligrosidad es la probabilidad de que un fenómeno o suceso 
de una determinada magnitud ocurra en un período de tiempo 
y depende de la situación y características propias de un terri-
torio. Por ejemplo, en las regiones tectónicamente estables el 
peligro de ocurrencia de terremotos es bajo mientras que es 
muy elevado en las zonas de límites entre placas. Igualmente, 
el peligro de huracanes es elevado en los márgenes occiden-
tales de los océanos tropicales y bajo en sus márgenes orien-
tales.
 ● Riesgo es un concepto que al peligro añade el coste de los 
daños causados si ocurre el suceso. Es decir, que tiene en 
cuenta no sólo la probabilidad de que ocurra sino además la 
evaluación de los daños humanos y materiales que ocasiona-
ría, de manera que una zona volcánica muy activa (elevada pe-
ligrosidad) supondría un riesgo bajo si no existen poblaciones 
próximas que puedan ser afectadas.
Para evaluar los daños posibles se tienen en cuenta dos va-
riables:
1. Exposición o cantidad de personas y bienes (y su valor) 
que pueden ser afectados por el suceso peligroso. La su-
perpoblación incrementa este factor (ilustración 7.3).
2. Vulnerabilidad o susceptibilidad de sufrir daños por causa 
del suceso. Está muy relacionada con la disponibilidad de 
medios tanto preventivos como paliativos frente a los da-
ños y, en consecuencia, con el nivel económico (ilustración 
7.4).
En resumen, el riesgo se puede entender como el producto:
Riesgo = peligro x exposición x vulnerabilidad
Como se puede ver en el cuadro de la página anterior, el co-
nocimiento de las condiciones locales potencialmente peligrosas 
permite determinar las áreas de riesgo en un territorio. El de los 
procesos permite identificar y cuantificar el peligro y, por último, 
determinar la magnitud de los sucesos que pueden llegar a ocu-
rrir permite establecer medidas preventivas frente a ellos.
En general, existe una relación inversa entre la probabilidad 
de ocurrencia de un suceso y su magnitud. Dicho de otro modo, 
los sucesos de mayor magnitud son menos probables (y menos 
frecuentes). Por ello, se deben establecer medidas preventivas 
para cada situación de riesgo posible.
Ilustración 7.4. El tipo de 
construcción y la ausencia de 
medidas preventivas incrementa 
la vulnerabilidad ante los ries-
gos. Arriba la ciudad de Bam 
antes del terremoto de 2003 (By 
Benutzer:The194.231.230.60 - 
Own work BY-SA 3.0). Abajo, 
tras el terremoto (By Marty 
Bahamonde - Public Domain)
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
198
Para evitar las consecuencias de un suceso destructivo lo 
ideal sería saber dónde y cuándo va a ocurrir con la suficiente 
antelación, y cuál va a ser la magnitud del mismo, es decir po-
der hacer predecir el suceso. La predicción es muy compleja y 
rara vez posible. Actualmente se está avanzando mucho en este 
campo gracias a la identificación de ciertas señales que pueden 
indicar una variación en las condiciones del medio que pueden 
originar procesos peligrosos (predicción meteorológica, vigilancia 
de pendientes, detección de precursores,...).
La predicción rara vez es posible y la ocurrencia de la mayoría 
de eventos naturales peligrosos no se puede evitar (terremotos, 
erupciones volcánicas, colapsos,...). Por tanto, es importante to-
mar medidas destinadas a reducir, en la medida de lo posible, los 
daños ocasionados. Estas medidas pueden ser de varios tipos:
 ● Preventivas, destinadas a evitar los daños o la exposición al 
riesgo, como la elaboración de mapas de riesgo, monitoriza-
ción de procesos, evitar la construcción en áreas peligrosas 
(riberas fluviales, pendientes inestables,...), implantar normas 
de construcción antisísmica,...
 ● Correctoras, que intentan reducir los efectos del riesgo, como 
construir barreras y drenajes frente a deslizamientos, colocar 
mallas antidesprendimientos, barreras anti-tsunami,...
 ● Paliativas, cuyo fin es reparar los daños o las pérdidas causa-
das: disponer de sistemas de alerta y emergencia, planes de 
evacuación, infraestructuras sanitarias, suscripción de segu-
ros, fondos de catástrofes, subsidios,...
1.1. Clasificación de los riesgos
Los riesgos se pueden clasificar según diferentes criterios, 
siendo los más habituales: el grado de intervención humana en 
la génesis del riesgo y el agente natural que interviene. También 
se hace una clasificación holística (del griego “öλος” = todo), que 
integra ambos factores.
Según el papel del ser humano en el origen del riesgo, dis-
tinguimos: riesgos naturales, mixtos, inducidos y tecnológicos.
RIESGO NATURALRIESGO NATURAL
EL GRADO DE 
INTERVENCIÓN HUMANA
AGENTES NATURALES 
QUE INTERVIENEN
CLASIFICACIÓN 
HOLÍSTICA
los riesgos naturales
se pueden clasificar según
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
199
 ● Naturales son los que tienen su origen en la dinámica de pro-
cesos naturales sin intervención humana, como los terremo-
tos, huracanes o erupciones volcánicas.
 ● Mixtos e inducidos son riesgos de origen natural pero influen-
ciados en magnitud, extensión o probabilidad por actividades 
humanas. Aunque se suelen estudiar en conjunto, son diferen-
tes conceptos:
• Mixtos se denomina a los que ocurren por una incorrecta 
evaluación del riesgo natural: ocupación de una zona inun-
dable, construcción en áreas de riesgo sísmico,...
• Inducidos son aquellos provocados por una modificación de 
las condiciones o procesos que constituyen un riesgo na-
tural: erosión inducida por deforestación o malas prácticas 
agrícolas, sismicidad inducida por embalses, excavación al 
pie de laderas que provoca deslizamientos,...
 ● Tecnológicos son aquellos cuya génesis depende exclusiva-
mente de actividades humanas: subsidencia en áreas mineras 
o por sobreexplotación de acuíferos, hundimiento de estructu-
ras (puentes, presas), escape de productos tóxicos o radiacti-
vos, accidentes en industrias o centrales nucleares,...
RELACIÓN CON LA GEOLOGÍAPROCESO o SUCESOTIPO DE RIESGO
Puramente geológico
Puramente geológico
Geología y clima
Geomorfología y clima
Geomorfología y clima
Geomorfología y clima
Clima y geomorfología
Climático y geológico
Puramente climático
Terremoto
Vulcanismo
Subsidencia kárstica
Avenidas fluviales
Inundaciones costeras
Movimientos en masa
Erosión
Cambió climático*
Fenómeno meteorológico
Posible intervención en la 
prevención.
Intervención en el emplazamiento de 
almacenes.
Procesos externos como la 
erosión o deslizamientos pueden 
ser importantes.
Subsidencia en áreas mineras
Escape de residuos tóxicos
Colapso de estructuras: puentes, 
presas o edificios
Accidentes en plantas 
nucleares,...
Cualquiera de los anteriores 
puede iniciarse o aumentar su 
valor:
-Microsismicidad inducida por 
embalses
-Movimientos en masa inducidos
-Avenidas inducidas
-Erosión inducida de suelos
-Contaminación de aguas
-Contaminación y salinización de 
suelos
-Agotamiento de recursos
La respuesta de los medios 
naturales depende de sus 
características geológicas, 
geomorfológicas, climáticas y 
biológicas que conforman su 
sensibilidad y fragilidad frente a 
la actividad humana.
NATURALNATURAL
INDUCIDOINDUCIDO
MIXTOMIXTO
TECNOLÓGICOTECNOLÓGICO
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
200
– Riesgos físicos: radiaciones.
– Riesgos químicos: sustancias en el aire o en el agua.
– Riesgos geoclimáticos: huracanes.
– Riesgos geológicos: terremotos.
– Riesgos biológicos: plagas, epidemias.
SEGÚN LOS AGENTES QUE INTERVIENEN
BIOLÓGICOS Plagas, epidemias, mutaciones,...
Cósmicos
Caída de asteroides y meteoritos
Alteraciones del campo magnético
Tormentas solares
Huracán
Cambio climático
Inundación
Erosión fluvial
Erosión costera
Terrenos expansivos
Deslizamiento
Volcán
Terremoto
Geoclimáticos
 ↑
	 ↓
Geológicos
FÍSICOS
CLASIFICACIÓN HOLÍSTICA
TECNOLÓGICOS
MIXTOS e INDUCIDOS
NATURALES
El cambio climático
El cambio climático es una consecuencia del aumento de temperatura de la atmósfera y los 
océanos (o calentamiento global) provocada por el incremento en las emisiones de gases de 
efecto invernadero que produce la actividad humana. Por tanto, sus consecuencias negativas 
¿se deben considerar como un riesgo inducido?
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
201
 Actividades
1. Existen varios casos documentados de zonas con una sismicidad histórica leve en las que, 
tras la construcción de un gran embalse, esa sismicidad se ha intensificado, multiplicán-
dose el número de terremotos y aumentando la magnitud de los mismos (lago Mead en 
Estados Unidos, lago Kariba en Zambia, lago Koyna en India y otros).
a. La construcción de la presa, ¿modifica el tipo de riesgo?
b. Valora los factores del riesgo antes y después de la puesta en servicio del embalse.
2. Compara los factores que se consideran para valorar la gravedad de del riesgo sísmico en 
los dos ejemplos siguientes:
a. Terremoto de San Salvador de octubre de 1986 (magnitud 5,7): provocó la destrucción 
casi total de San Salvador, dejando 200.000 damnificados, 10.000 heridos y 1.500 
víctimas mortales. Cayeron muchos edificios que no habían sido reparados tras terre-
motos anteriores y otros construidos en adobe. Muchos fallecidos fueron víctimas de 
deslizamientos.
b. Terremoto de Tottori (Honshu, Japón) de octubre de 2016 (magnitud 6,6) sin daños per-
sonales ni materiales significativos.
3. Tras el paso de continuado de huracanes cada año, las autoridades de una determinada 
localidad centroamericana emprendieron una serie de medidas de planificación como, por 
ejemplo, la prohibición de construir en zonas inundables y en laderas, reforestación de la-
deras, limpieza del cauce de los ríos, refuerzo de puentes y otras infraestructuras, desarro-
llo de un plan de emergencia y evacuación, habilitación de refugios para los desplazados.
a. Indica a qué tipo (preventiva, paliativa, correctora) corresponde cada una de las medi-
das citadas en el enunciado.
b. Explica como puede contribuir cada una de esas medidas a la reducción del riesgo y a 
qué factor o factores del riesgo afecta.
4. Explica si el nivel económico y de desarrollo de un país puede modificar o afectar de algu-
na manera a los factores del riesgo
5. El 11 de marzo de 2011 un tsunami asoló las costas de la región de Fukushima en Japón 
provocando una enorme cantidad de pérdidas humanas y materiales. Además, ocasionó 
gravísimos daños enuna central nuclear que dieron lugar a la contaminación radiactiva 
en la zona. Explica razonadamente a qué tipo de riesgo correspondería (1) el tsunami, (2) 
los daños sufridos por la central nuclear y (3) la radiación nuclear.
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
202
1.2. Riesgos meteorológicos
Los principales riesgos meteorológicos están asociados a si-
tuaciones de fuerte inestabilidad atmosférica, con aire muy cáli-
do y húmedo en superficie y aire muy frío en las capas altas de la 
troposfera. Cuanto mayor es la diferencia de temperatura entre el 
aire cálido superficial y el aire frío en altura, y cuanto mayor sea 
la humedad que contiene el aire superficial, más enérgica es la 
convección y mayor es la violencia del proceso que se activa. Por 
ello los procesos más destructivos son los que se producen sobre 
el mar en latitudes tropicales, en las épocas en que el mar ha 
estado expuesto durante varios meses a una fuerte insolación.
Ilustración 7.6. Huracán Earl el 3 
de agosto de 2016 (by Naval Research 
Laboratory Monterrey, NASA [Public 
domain], via Wikimedia Commons).
Ilustración 7.5. Tormenta (by 
Unplas en Pixabay. Dominio 
Público).
Ilustración 7.7. Tornado en Manitoba.Justin1569 at 
English Wikipedia [GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/
fdl.html), CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/
licenses/by-sa/3.0/) or CC BY-SA 2.5-2.0-1.0 (http://creati-
vecommons.org/licenses/by-sa/2.5-2.0-1.0)], via Wikimedia 
Commons
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
203
Interacción atmósfera-océano. El fenómeno “El Niño”
En el apartado anterior ya se indicó que la temperatura del 
agua marina es un factor inductor de inestabilidad atmosférica. 
Este hecho ilustra la transferencia de energía en forma de calor 
entre el océano y la atmósfera. Una manifestación de gran impor-
tancia de este hecho es el fenómeno conocido como Oscilación 
del Sur El Niño (o ENSO, de “El Niño Southern Oscillation”), que 
se repite cada pocos años en latitudes tropicales del Pacífico sur.
En condiciones normales (ilustración 7.8), en la costa de Perú 
se produce a finales de diciembre el ascenso de la termoclina 
hasta la superficie y el afloramiento de aguas frías, lo que pro-
duce una gran producción pesquera. La baja temperatura de la 
superficie del océano hace que predomine el tiempo despejado, 
ya que no se aporta calor ni humedad a la atmósfera. Al otro lado 
del Pacífico, en Australia y el sudeste asiático, la termoclina se 
hunde y la superficie del océano es ocupada por aguas cálidas 
que aportan calor y humedad al aire y producen lluvias (ilustra-
ción 7.9, izquierda).
En la situación de El Niño no se produce ese ascenso de la 
termoclina en la costa sudamericana ni el afloramiento de las 
aguas profundas, por lo que escasea la pesca, a la vez que la 
temperatura anormalmente alta de la superficie del océano pro-
duce lluvias torrenciales. En Australia la superficie oceánica no 
se calienta; el aire deja de recibir calor y humedad, y se producen 
graves sequías (ilustración 7.9).
La situación de La Niña es la inversa de la de El Niño: se acen-
túa el ascenso de la termoclina en Perú, la superficie del océa-
no se encuentra anormalmente fría y da lugar a una prolongada 
sequía. En Australia, la superficie del océano está ocupada por 
aguas anormalmente cálidas que, al aportar mucho calor y hu-
medad al aire, producen lluvias torrenciales.
Ilustración 7.8. Situación nor-
mal de la atmósfera y la termo-
clina del Pacífico frente a la costa 
occidental de sudamérica (cmm).
Ilustración 7.9. Representación 
de la oscilación meridional El 
Niño (cmm).
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
204
1.3. El riesgo volcánico
La actividad volcánica trae asociados diversos riesgos:
 ● Temblores de tierra, que pueden producir co-
rrimientos de tierras y colapsos de parte del 
edificio volcánico.
 ● Explosiones, cuya onda expansiva es muy 
destructiva.
 ● Coladas de lava, que cuando son fluidas se 
extienden con rapidez y sepultan construccio-
nes e infraestructuras.
 ● Flujos piroclásticos, por el colapso de la co-
lumna eruptiva o de un domo de lava.
 ● Lahares, corrientes de barro que se producen 
cuando la lava funde súbitamente un glaciar, 
invade un cauce fluvial o desborda un lago. 
Son muy destructivos.
 ● Caída de piroclastos y lluvia de cenizas vol-
cánicas. Las cenizas representan también un 
riesgo para los vuelos comerciales, ya que 
causan averías en los motores de los aviones.
 ● Emanaciones de gases tóxicos, o contaminación atmosférica 
que puede originar lluvia ácida.
Prevención y predicción de riesgos volcánicos
Las medidas de prevención de los riesgos volcánicos son de 
tres tipos:
 ● Monitorización de la actividad volcánica: se instalan disposi-
tivos que permiten una vigilancia continuada del volcán, como 
cámaras web cerca del cráter y en lugares estratégicos, incli-
nómetros que detectan deformaciones del terreno, microsis-
mómetros, detectores de gases, termómetros en el agua de 
pozos, etc. Los datos recogidos se introducen en un programa 
de simulación numérica que realiza las predicciones.
 ● Realización de infraestructuras de protección, como cauces 
artificiales para dirigir las coladas de lava, refugios, techos re-
sistentes a la caída de piroclastos, rutas de evacuación prote-
gidas, etc.
 ● Educación de la población para que sepan qué tiene que ha-
cer, elaboración de planes de emergencia, adiestramiento de 
la policía, el ejército, protección civil, bomberos, etc., para que 
puedan actuar de forma eficaz y resolutiva en caso de desastre.
Ilustración 7.10. Riesgos aso-
ciados a la actividad volcánica 
(Wikimedia Commons).
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
205
1.4. El riesgo sísmico
Magnitud e intensidad sísmicas
 ● La magnitud de un terremoto mide la cantidad de energía libe-
rada. Antiguamente se medía con la escala de Richter. Actual-
mente se utiliza la escala sísmica de magnitud de momento, 
que es más precisa, sobre todo para los terremotos de mayor 
magnitud en que la Richter se satura.
Las escalas de magnitud son logarítmicas y, por tanto, 
abiertas, es decir sin límite, la escala Richter no tiene 10 gra-
dos, como a veces se dice (véase el recuadro al margen). Cada 
valor de magnitud Richter supone una liberación de energía 
que es unas 33 veces mayor que el anterior; un terremoto de 
magnitud 6 libera casi 36.000 veces más energía que uno de 
magnitud 3 y no el doble como se podría pensar.
 ● La intensidad de un terremoto es una estimación de los daños 
producidos o los cambios percibidos en el medio. Tiene interés 
para determinar la vulnerabilidad en función de la peligrosi-
dad de un territorio y así establecer la normativa antisísmica. 
La escala de intensidad más conocida es la de Mercalli que 
data de principios del siglo XX. Posteriormente se han desa-
rrollado escalas más modernas basadas en ella como la MSK 
(de Medvédev-Sponheuer-Kárník) que es la base de la actual 
Escala Macrosísmica Europea (EMS-98) que comprende tam-
bién doce grados numerados de I a XII.
Mientras que a un terremoto le corresponde un valor con-
creto de magnitud en función de la cantidad de energía libera-
da, la intensidad varía con la distancia al epicentro, ya que los 
efectos son menores al aumentar la distancia al mismo. Así, 
en los mapas se trazan isosistas o líneas que unen los puntos 
de igual intensidad.
La magnitud sísmica se deter-
mina a partir de la amplitud 
de las ondas registradas por 
un sismógrafo. y es adimen-
sional, no tiene unidades. Así, 
el tamaño de un terremoto se 
debe expresar como “magnitud 
5” por ejemplo y no como “5 
grados en la escala Richter”.
Ilustración 7.12. Mapa de isosis-
tas del terremoto de Lisboa del 1 
de noviembre de 1755 con epicentro 
frente al cabo de San Vicente. La 
intensidad decrece con la distancia 
al mismo (IGN9.
Ilustración 7.11. La magnitud 
se determina a partir de la am-
plitud A del registro (by Fran-
cisco Javier Blanco González(Own work) [Public domain], via 
Wikimedia Commons).
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
206
El riesgo sísmico en la península Ibérica
En la península Ibérica el riesgo sísmico está asociado a tres 
grandes fallas: la Falla Norpirenaica, que recorre el borde de coli-
sión de la península contra Europa; la Falla de las Béticas o Falla 
de Crevillente, que marca la colisión de la microplaca de Alborán 
contra la península, y la Falla de Azores-Gibraltar, que separa la 
placa Euroasíatica de la Africana
Prevención sísmica
La peligrosidad sísmica de una zona no puede disminuirse, 
y en muchos casos la exposición tampoco puede modificarse 
sustancialmente, ya que no es fácil llevar las propiedades, las 
edificaciones, las infraestructuras, etc., que ya se encuentran 
ocupando una zona de riesgo sísmico a otro lugar más seguro; 
pero sí puede actuarse disminuyendo la vulnerabilidad. En ello 
se basa la prevención sísmica, para lo que se adoptan medidas 
como las siguientes:
 ● Ordenación del territorio, prohibiendo la ocupación de zonas 
peligrosas, fijando los espacios mínimos entre edificios, su al-
tura máxima, etc.
 ● Legislación que obligue a seguir medidas antisísmicas en la 
construcción. 
 ● Entrenamiento de bomberos, policía, protección civil, ejército, 
etc., para realizar intervenciones rápidas y eficaces en caso de 
desastre.
 ● Información a la población sobre cómo actuar en caso de un 
terremoto destructivo, y señalización adecuada de las zonas 
de riesgo (ilustración 7.14).
 ● Construcción de infraestructuras de protección frente a pro-
cesos derivados de un terremoto, como deslizamientos de tie-
rras, tsunamis, etc.
Ilustración 7.14. Señaliza-
ción de riesgo de tsunami (by 
Joancharmant (Own work) 
[CC BY-SA 3.0], via Wikimedia 
Commons).
Ilustración 7.13. Mapa de peli-
grosidad sísmica en España para 
un período de retorno de 500 
años. Al superponer este mapa con 
la densidad de población se puede 
calcular la exposición al riesgo. 
(Instituto Geográfico Nacional)
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
207
Predicción sísmica
La predicción sísmica consiste en saber dónde y en qué mo-
mento va a ocurrir un terremoto, así como su magnitud y su 
profundidad. Aunque se han investigado varios métodos, actual-
mente no hay ninguno que haya demostrado ser fiable.
En las últimas décadas, sin embargo, se han desarrollado di-
versos Sistemas de Alerta Temprana (SAT). Un SAT es un dispo-
sitivo consistente en una red de sensores que recogen informa-
ción sobre el tipo de evento que se quiere predecir (sismógrafos 
en el caso de los terremotos, inclinómetros y otros aparatos en 
el caso de los volcanes, sensores de presión hidrostática en el 
caso de los tsunamis, etc.), y que la envían instantáneamente por 
satélite a los laboratorios que disponen de los programas infor-
máticos que pueden realizar una predicción.
De esta forma, aunque no es posible realizar una predicción 
en el mismo epicentro del sismo, sí es posible alertar con ante-
lación a las poblaciones próximas, y desde luego a las más ale-
jadas del epicentro, cuyos habitantes pueden disponer de unos 
valiosos minutos para adoptar medidas de seguridad, activar los 
planes de emergencia, etc.
Riesgos asociados a la actividad sísmica
Los terremotos de magnitud superior a 6,5 grados de mag-
nitud suelen ser destructivos cuando afectan a zonas pobladas. 
Incluso en las zonas mejor preparadas para resistirlos se suelen 
producir desperfectos como rotura de cristales, caída de corni-
sas, etc., que pueden causar daños a las personas. Pero, ade-
más de los daños producidos directamente por las ondas sísmi-
cas, se pueden desencadenar otros procesos:
 ● Licuefacción de suelos. Los suelos arcillosos reaccionan per-
diendo su coherencia y resistencia mecánica ante el paso de 
las ondas sísmicas, y los edificios asentados sobre ellos se 
derrumban con facilidad (ilustración 7.15).
 ● Movimientos en masa: deslizamientos, avalanchas, despren-
dimientos, etc. Cuando una pendiente o un talud tienen una 
configuración inestable, la sacudida sísmica puede aportar la 
energía de disparo necesaria para producir estos fenómenos 
de ladera (ilustración 7.16).
 ● Tsunamis. Cuando el epicentro está situado bajo el mar, la 
sacudida se transmite a la masa de agua produciendo varias 
olas que viajan a gran velocidad, tienen poca altura y una gran 
longitud de onda. No son olas como las producidas por el vien-
to, sino que es toda la columna de agua la que está implicada 
en el movimiento. Cuando la onda alcanza un fondo menos 
profundo aumenta su amplitud (su altura) originando una mu-
ralla de agua que se adentra en la costa.
Ilustración 7.16. Deslizamien-
to causado por el terremoto de 
El Salvador de enero de 2001 
que causó 585 víctimas (Public 
Domain).
Ilustración 7.15. Licuefacción 
de sueloen el terremoto de Nii-
gata en 1964 (By The original 
uploader was Ungtss at English 
Wikipedia, Public Domain).
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
208
 ● Rotura de presas, desbordamiento de lagos, desestabilización 
de glaciares, y otros procesos que pueden liberar bruscamente 
una gran masa de agua, con resultados muy destructivos.
 ● Embalsamiento de ríos. Un deslizamiento de tierras puede ce-
gar un valle como una presa natural y hacer que el agua del río 
se embalse, anegando grandes extensiones de terreno.
Los riesgos inducidos, debidos a una actividad humana in-
adecuada en una zona expuesta a un riesgo natural, son es-
pecialmente graves en el caso de los terremotos: las construc-
ciones aguas abajo de una presa, los asentamientos al pie de 
taludes inestables, las construcciones sobre terrenos arcillosos, 
las edificaciones incapaces de soportar una sacudida sísmica, 
la ocupación de zonas expuestas a tsunamis, etc., aumentan la 
exposición y la vulnerabilidad, elevando enormemente el valor 
del riesgo sísmico y haciendo que el número de víctimas se mul-
tiplique en caso de desastre 
1.5. Riesgos provocados por los procesos 
externos
Tal como se ha visto en la unidad anterior, en Geología se 
denomina procesos externos a los que ocurren sobre la super-
ficie de la Tierra como resultado de la dinámica de los agentes 
geológicos externos gracias a la energía de la radiación solar y el 
efecto de la gravedad terrestre. En esa unidad se estudiaron los 
diferentes agentes desde el punto de vista de los procesos geoló-
gicos que llevan a cabo (meteorización, erosión, transporte y se-
dimentación) y sus consecuencias en el modelado del relieve. En 
esta unidad veremos qué situaciones de riesgo pueden derivarse 
de la dinámica de aquellos agentes, que iremos analizando en el 
mismo orden que se describieron en la unidad anterior.
1.5.1. Riesgos derivados de la acción del viento
La acción eólica sólo tiene relevancia en zonas áridas donde 
la ausencia de agua y escasez de vegetación favorece la presen-
cia de partículas sueltas que pueden ser arrastradas por el vien-
to. Esta situación se da en regiones desérticas y subdesérticas, 
así como en algunas zonas costeras.
Como sabemos, en las zonas áridas predomina la meteoriza-
ción mecánica que produce la disgregación de las rocas generan-
do partículas de diverso tamaño, incluso muy finas y la ausencia 
de agua evita la cohesión entre esas partículas.
Por otra parte, en las zonas costeras en las que hay un viento 
dominante procedente del mar y en las que hay un importante 
aporte de arena (normalmente traída por los ríos y redistribuida 
a lo largo de la costa por el oleaje) se forman también sistemas 
de dunas litorales.
Ilustración 7.17. La deflación 
elimina las partículas más finas 
del suelo haciendo irreversible la 
desertificación. Reg de Adrar en 
Mauritania (Wikimedia Com-
mons).
Ilustración 7.18. Las dunas 
litorales móviles de Santa Pola 
(Alicante) representaron y aún 
representan un riesgo para 
algunas poblaciones costeras 
como Guardamar de Segura, 
cuyas huertas y edificaciones 
tienden a ser cubiertaspor la 
arena. (I.M.H.)
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
209
El viento, considerado como agente atmosférico y meteoroló-
gico conlleva diferentes riesgos susceptibles de predicción, pero 
como agente geológico también es causante de riesgos:
 ● La deflación elimina los materiales más finos del suelo, dificultan-
do la recuperación de las zonas desertificadas (ilustración 7.17).
 ● Las dunas móviles representan una amenaza para las cons-
trucciones, bosques, cultivos, etc., que son tapados por la are-
na (ilustración 7.18).
1.5.2. Riesgos derivados de los procesos 
gravitatorios
Los procesos de modelado en vertientes (laderas o interfluios) 
se deben fundamentalmente a desplazamientos del material 
presente en la ladera por efecto de la gravedad y que se desenca-
denan tanto por causas propias del material implicado (cohesión, 
estructura, disposición,...) como externas al material.
El material susceptible de desplazamiento suele correspon-
der al resultado de procesos de meteorización que disgregan las 
rocas liberando fragmentos e incluso forman un manto de alte-
ración. En ambos casos, el material suelto puede caer por efecto 
de la gravedad como único agente operante.
Entre las causas externas que afectan a las fuerzas o impulso 
que ocasiona el movimiento, tenemos:
– Variaciones morfológicas que afectan a la pendiente o forma 
de la ladera, sean naturales o consecuencia de la intervención 
humana, como la creación de taludes artificiales para edifica-
ción o construcción de obras públicas (lo que entraría en la 
categoría de riesgo inducido. Ilustración 7.19).
– Variaciones en la capacidad de carga o cohesión de los mate-
riales implicados, como las provocadas por la saturación de 
agua en material detrítico que reduce su coeficiente de roza-
miento interno o lubrica el deslizamiento a favor de planos de 
fractura, foliación o estratificación.
– Vibraciones, como las asociadas a movimientos sísmicos, que 
pueden desencadenar el desplazamiento de masas rocosas o 
de derrubios a favor de pendiente (ilustración 7.20).
– Licuefacción de material saturado.
– Variaciones de tipo humectación-desecación, generalmente de 
tipo estacional y, por tanto, estrechamente relacionadas con el 
clima, que hacen variar el volumen del material.
– Actividad biológica que puede desestabilizar masas de roca o 
derrubios por acción de raíces o actividad excavadora.
Ilustración 7.19. Estabiliza-
ción del talud en la trinchera 
de la vía del AVE Madrid-Za-
ragoza mediante gaviones
o jaulas de grava (cmm).
Ilustración 7.20. Caída de 
bloques sobre el Tajo causa-
da por el terremoto de Lisboa 
(1755) en el Hundido de Arma-
llones, Guadalajara (cmm).
Ilustración 7.22. 
a, aspecto de un 
canchal; b, despren-
dimiento; c, inicio de 
un vuelco (cmm).
Ilustración 7.23. Tipos 
de deslizamientos y 
ejemplo provocado por 
descalce del pie de una 
vertiente en Comillas, 
Cantabria (cmm).
Ilustración 7.24. 
Izquierda: lóbu-
los de solifluxión. 
Derecha: troncos 
curvados por la 
reptación del suelo 
(cmm).
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
210
Las causas internas más importantes están relacionadas con 
los procesos de meteorización que afectan a las rocas, disgre-
gándolas en fragmentos que, separados de la masas rocosa, 
pueden caer por efecto de la gravedad, y creando o ensanchando 
fracturas, fisuras y discontinuidades que favorecen el desplaza-
miento de sectores de la vertiente.
D
ES
PR
EN
D
IM
IE
N
TO
S
D
ES
LI
ZA
M
IE
N
TO
S
FL
U
JO
 Y
 R
EP
TA
CI
Ó
N
Hay caída libre del material, con pérdida de contacto con el sustrato, ya sea 
en masa o afectando a partículas, en material consolidado o no.
Ilustración 7.21. 
Tipos de caída 
libre. a, desprendi-
miento; b, derrum-
be; c, desplome; d, 
vuelco (cmm).
Se trata de un movimiento en masa de un conjunto de materiales por res-
balamiento a favor de una superficie de debilidad relacionada con la propia 
estructura del terreno. Esa superficie suele estar relacionada con planos de 
estratificación, esquistosidad, diaclasado o fallas. La orientación de esos 
planos, sobre todo el buzamiento en relación con el sentido de la pendiente, 
es determinante de la estabilidad de la ladera.
Deslizamiento planar.
Deslizamiento rotacional o slump.
La presencia de material fino y un alto contenido en agua intersticial puede 
dar lugar a flujo viscoso o solifluxión y la formación de coladas de barro (a). La 
reptación (b) es un movimiento muy lento que ocurre por el desplazamiento 
individual de las partículas cuando el manto de alteración sufre cambios de 
volumen periódicos por congelación-deshielo o humectación-desecación.
a
b
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
211
En zonas con afloramientos rocosos y pendientes acusadas, 
donde predomina la meteorización física, como las montañas, la 
caída continuada de material fragmentario tiene como resultado 
la formación a pie de ladera de un talud de derrubios también 
llamado canchal o pedrera (ilustración 7.25).
Los desprendimientos pueden constituir además un riesgo 
para las personas o sus bienes pues con frecuencia encontra-
mos asentamientos al pie de acantilados y abruptos relieves ro-
cosos desde los que ocurren caídas de fragmentos con mayor o 
menor frecuencia, pudiendo llegar a obligar al abandono de las 
construcciones o viviendas (ilustración 7.26).
1.5.3. Riesgos derivados de la dinámica de aguas 
superficiales
El desbordamiento de los ríos y las avenidas por arroyada en 
momentos de importantes precipitaciones o deshielos repenti-
nos son los fenómenos geológicos causantes de mayores pérdi-
das económicas y, en algunos casos, también humanas.
Algunos de estos riesgos son puramente naturales, mientras 
que en otros casos tiene un papel relevante la intervención hu-
mana (véase el cuadro de la página 199) por la gestión incorrecta 
del territorio, ocupación de llanuras de inundación, deforestación 
de vertientes, canalizaciones inadecuadas, rotura de presas, etc.
Por las diferencias en su comportamiento y consecuencias 
distinguiremos entre los riesgos asociados a los ríos y los relacio-
nados con las aguas de arroyada.
Riesgos asociados a la dinámica fluvial
El principal riesgo son las inundaciones o avenidas (ilustra-
ción 7.27). Son desbordamientos del río, que pasa a ocupar tam-
bién la llanura de inundación, debidos a fuertes lluvias, o bien a 
deshielos súbitos, a rotura de presas, etc.
La previsión se realiza elaborando mapas de riesgo que con-
sideran factores como la topografía del terreno, destacando las 
zonas inundables, y el régimen pluviométrico, señalando las zo-
nas expuestas a fuertes lluvias. Conocidas las zonas de riesgo, 
es posible establecer medidas preventivas como:
 ● Realizar una ordenación del territorio, prohibiendo o restrin-
giendo el uso de las zonas inundables.
 ● Realizar construcciones de protección, como diques, cauces 
alternativos, etc.
 ● Establecer planes de evacuación y entrenar a los bomberos, 
ejército, etc., para poder realizar una intervención eficaz en 
caso de inundación.
Ilustración 7.25. Canchales 
al pie de un roquedo en los 
Picos de Europa (cmm).
Ilustración 7.26. Mallas de 
protección y viviendas aban-
donadas en Cervera del Río 
Alhama, La Rioja (cmm).
Ilustración 7.27. Desborda-
miento del río Berounka, Repú-
blica Checa (by che - CC BY-SA 
2.5)..
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
212
 ● Regular el caudal fluvial mediante la construcción de presas.
La predicción en el caso de las avenidas es perfectamente 
posible si se cuenta con un Sistema de Alerta Temprana que de-
tecte el aumento de caudal, las lluvias torrenciales en el curso 
alto y otras variables que avisan de que la avenida es inminente.
Torrentes y aguas de arroyada
El agua que discurre como una lámina por el suelo durante 
un aguacero constituye un flujo de arroyada difusa. Cuando va 
a parar al cauce de un arroyo pasa a ser un flujo torrencial o 
canalizado.
Las aguasde arroyada y torrenciales tienen una gran capaci-
dad erosiva y de transporte, especialmente en zonas desprovis-
tas de vegetación, de clima árido, de suelos poco coherentes y 
de fuerte pendiente.
La dinámica torrencial presenta dos riesgos importantes:
 ● Erosión remontante. Es el proceso causante del retroceso de 
la cabecera de los arroyos, a medida que su cuenca de recep-
ción se va haciendo cada vez más amplia. Las cuencas de re-
cepción son también zonas muy propicias para los fenómenos 
de ladera, debido a su fuerte pendiente que las hace inesta-
bles.
 ● Flujos detríticos. Cuando en la cuenca de recepción hay ma-
teriales sueltos disponibles de gran tamaño y se produce un 
aguacero especialmente intenso, se puede formar un flujo de-
trítico, formado por agua, barro, restos de vegetación y clastos 
de todos los tamaños, incluidos grandes bloques, que discurre 
pendiente abajo a gran velocidad con una gran capacidad des-
tructiva.
Ilustración 7.28. Cabecera de un torrente cerca de 
Valdepeñas de la Sierra, Madrid (I.M.H.).
Ilustración 7.29. Materiales movilizados por flu-
jos detríticos. El bloque señalado tiene 2 m de alto 
y 5 m de largo. Barranco de las Angustias (isla de 
La Palma (I.M.H.).
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
213
Prevención y predicción de los riesgos derivados de la 
dinámica torrencial
Para la prevención de los riesgos torrenciales se toman medi-
das como las siguientes:
 ● Realizar obras de laminación del cauce para disminuir la velo-
cidad y la capacidad de transporte de los flujos detríticos.
 ● Reforestar las cuencas de recepción y los abanicos aluviales 
para facilitar la infiltración del agua y disminuir su capacidad 
erosiva y de transporte.
La predicción del riesgo de flujos detríticos está ligada a la 
predicción meteorológica de situaciones propicias para las tor-
mentas.
1.5.4. Riesgos derivados de la acción de aguas 
subterráneas
Entre estos riesgos cabe resaltar dos situaciones por su fre-
cuencia e importancia: la subsidencia por sobreexplotación de 
acuíferos y los riesgos generados por la carstificación en rocas 
carbonatadas.
Subsidencia en acuíferos
El agua subterránea es agua intersticial que se encuentra 
ocupando la porosidad de la roca. Sobre todo en materiales detrí-
ticos, la extracción de aguas subterráneas por encima de la tasa 
de recarga puede ocasionar una compactación progresiva de los 
granos que los componen provocando el hundimiento o subsi-
dencia progresiva del terreno. Son casos bien documentados los 
de algunas zonas de California (ilustración 7.30) o de ciudad de 
México, que se asienta sobre el fondo de un antiguo lago.
El efecto es aún mayor si se trata de una zona sísmica en 
que las vibraciones favorecen la compactación reduciendo el vo-
lumen, de la misma manera que lo hace un material granular al 
agitar el recipiente que lo contiene (ilustración 7.31).
Ilustración 7.30. Subsidencia 
del terreno en el valle de San 
Joaquín, California (by Un-
credited US Geological Survey 
photographer (USGS photo via 
[1]) [Public domain], via Wiki-
media Commons.
Ilustración 7.31. Si se agita un material granular las partículas se 
reacomodan y se reduce el volumen intersticial (by Gsrdzl (Own work) 
CC BY-SA 3.0 or GFDL, via Wikimedia Commons).
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
214
El sistema cárstico
Los sistemas cársticos se desarrollan en las zonas en que las 
rocas como las calizas, los yesos u otras sales son disueltas por 
el agua de lluvia, proceso que es especialmente efectivo cuando 
el agua es ácida. Se forma así un modelado cárstico que puede 
presentar formas subaéreas y subterráneas. Los principales ries-
gos asociados a la dinámica cárstica son:
 ● Subsidencia cárstica. La disolución de las rocas del subsuelo 
produce con frecuencia un lento hundimiento de la superficie, 
lo que afecta a las construcciones e infraestructuras que se 
asientan sobre ella. Este proceso es especialmente activo en 
zonas de rocas solubles y fácilmente deformables, como los 
yesos y las sales.
 ● Colapsos. Se producen por el hundimiento del techo de una 
cavidad subterránea, lo que causa la brusca formación de una 
dolina o socavón en la superficie del terreno.
 ● Inundación súbita de galerías subterráneas. Es lo que se de-
nomina entrada en carga de un sistema endocárstico, y puede 
deberse a lluvias torrenciales, al aumento súbito del caudal de 
un río que aporta agua al sistema (por ejemplo por descarga 
de una presa), etc.
La previsión de los riesgos cársticos se basa en una carto-
grafía geológica detallada, prestando especial atención a la 
presencia de rocas solubles en el subsuelo. Es frecuente por 
ejemplo que estas rocas solubles se encuentren recubiertas por 
sedimentos actuales y no sean visibles en superficie; este es el 
caso de muchos puntos del valle del Ebro, cuyo subsuelo tiene 
formaciones yesíferas de gran espesor recubiertas por una fina 
capa de sedimentos fluviales recientes. El asentamiento de in-
fraestructuras (como el tendido del tren de alta velocidad) sobre 
este tipo de terreno presenta una elevada vulnerabilidad.
La prevención se basa en una ordenación adecuada del te-
rritorio, asumiendo que la subsidencia y los colapsos pueden no 
presentarse durante siglos en una zona carstificada, pero que 
cuando se producen, las construcciones asentadas en la zona 
están expuestas a un hundimiento catastrófico.
1.5.5. Riesgos asociados a la presencia de agua en 
estado sólido
La distribución se circunscribe a climas glaciales, sea en las 
regiones polares y circumpolares o en las altas montañas.
En esas zonas, los cambios de estado del agua tienen impor-
tancia como agente de la meteorización física de las rocas, fa-
voreciendo los desprendimientos, y como factor que contribuye 
de la solifluxión del manto de alteración.
Ilustración 7.32. Cavidad o 
sala en un carst subterráneo. 
Cueva de Lechuguilla, Nuevo 
Méjico (Wikimedia Commons).
Ilustración 7.33. Modelado 
cárstico subaéreo. Restos de 
un carst. Torcal de Antequera, 
Málaga (cmm).
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
215
La presencia de hielo o nieve es causa de otros riesgos:
 ● Aludes y avalanchas de nieve y hielo. Se producen por la caída 
brusca de masas de nieve y hielo acumuladas en una situa-
ción inestable en zonas de fuerte pendiente, al sobrepasarse 
la resistencia del hielo, por su acumulación durante una neva-
da o por el comienzo del deshielo.
 ● Lahares, producidos por la fusión brusca del hielo o la nieve 
situados en la parte alta de un volcán, al entrar este en erup-
ción.
 ● Avenidas torrenciales de deshielo, producidas por el vertido 
brusco de masas de agua represadas por diques de hielo, por 
sedimentos morrénicos, etc.
 ● Otros riesgos inducidos, debidos a la ocupación de zonas de 
riesgo, a la realización de actividades deportivas en glaciares, 
a la navegación en zonas de icebergs, etc.
Para evitar o minimizar los daños derivados de los riesgos gla-
ciares se adoptan medidas como: 
— Señalización adecuada de las zonas de riesgo para evitar o 
limitar el acceso.
— Ordenación del territorio para evitar la ocupación de zonas 
peligrosas.
— Realizar voladuras controladas de masas de hielo o nieve 
inestables, o de diques que retienen volúmenes inestables de 
agua.
— Informar a las personas de qué precauciones deben tomar en 
las zonas de riesgo.
1.5.6. Riesgos derivados de la dinámica litoral
En cuanto a la dinámica de las aguas marinas podemos dis-
tinguir entre los efectos ocasionados por las olas, mareas y co-
rrientes. Como en el caso de los otros agentes de modelado, 
estos movimientos ejercen las acciones de erosión, transporte y 
sedimentación, cada una de las cuales puede ser causa de dife-
rentes tipos de riesgos:
 ● La erosión que producen las olas (cuyo rango es ampliado por 
la oscilación de las mareas) socava la base de los acantilados 
produciendo caída de bloques y deslizamientos (ilustraciones 
7.36 y 7.37) y hace que aquéllosretrocedan elaborando una 
superficie erosiva llamada plataforma de abrasión.
La erosión también puede afectar directamente a cons-
trucciones e infraestructuras, durante los temporales.
Ilustración 7.34. Alud en 
el monte Everest (Wikimedia 
Commons)..
Ilustración 7.35. Señaliza-
ción del riesgo de aludes en 
una carretera de los Apalaches 
(Washington, EEUU) .
Ilustración 7.36. Desliza-
mientos en los acantilados de 
La Vega (Asturias) por socava-
miento de su base (cmm)..
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
216
 ● El transporte y la sedimentación de arena a lo lar-
go de la costa da lugar a acumulaciones como las 
playas, los cordones litorales, los tómbolos, etc.
El transporte de arena a lo largo de la línea 
de costa se produce por las corrientes de deriva, 
que se originan cuando el viento dominante incide 
desde el mar y oblicuamente a la costa. Por ello 
es frecuente que, si se modifican esas corrientes 
costeras con la construcción de puertos, espigo-
nes u otras estructuras, resulte modificado ese 
transporte y se produzcan efectos como la des-
aparición de playas, el anegamiento de un puerto
La previsión de los riesgos derivados de la acción 
del oleaje consiste en realizar mapas de peligrosi-
dad, tarea relativamente sencilla porque en la ma-
yoría de los casos, si un acantilado presenta inesta-
bilidad es muy evidente, siempre que se tengan en 
cuenta factores litológicos (presencia de materiales 
arcillosos que puedan facilitar los deslizamientos) y 
estructurales (como la existencia de fallas y diacla-
sas que puedan actuar de zonas de fácil fractura, o 
la inclinación de los estratos hacia el mar).
La prevención más eficaz es una correcta ordenación del te-
rritorio, prohibiendo la ocupación de las zonas de riesgo, limitan-
do el acceso a ellas y señalizándolas adecuadamente.
Ilustración 7.37. Avalancha en el acantilado 
de los Gigantes (Tenerife) que causó la muerte 
de dos personas en 2009. Presenta numerosos 
indicios de que el riesgo es alto (I.M.H.)..
 Actividades
6. Teniendo en cuenta la descripción del fenómeno de El Niño, explica por qué la ausencia 
de lluvias en el sudeste asiático y Australia se considera una situación negativa mientras 
que las lluvias abundantes lo son en Sudamérica. 
7. La fotografía adjunta muestra una zona poblada de El Salvador 
asolada por una catástrofe natural:
a. ¿Qué tipo de fenómeno geológico ha desencadenado la ca-
tástrofe?
b. ¿Qué factores, tanto naturales como de origen antrópico, 
pueden favorecer esta dinámica?
c. ¿Qué medidas se podrían tomar para evitar o reducir los 
daños?
8. ¿Por qué en el trazado de autovías, tendidos ferroviarios y otras obras públicas de gran 
envergadura, una gran parte de los riesgos que hay que prevenir están relacionados con 
los fenómenos de ladera?
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
217
9. En la imagen se ve una zona de la llamada huerta valenciana, regada por el río Júcar. Las 
márgenes del río están pobladas por cañaverales espontáneos y el resto son tierras de 
cultivo.
a. Teniendo en cuenta las caracte-
rísticas del clima mediterráneo, 
explica a qué riesgo natural está 
más expuesta la zona de la foto-
grafía y qué factores determinan 
ese riesgo.
b. ¿Qué medidas se pueden tomar 
para minimizar el riesgo?
10. ¿Puede haber alguna relación entre la intensidad en el epicentro de un terremoto y la 
profundidad del hipocentro? ¿Y entre la intensidad y las características de las rocas del 
subsuelo?
11. Define magnitud e intensidad de un terremoto. Para un mismo terremoto, ¿magnitud e 
intensidad varían de alguna manera o son valores constantes para ese terremoto?
12. La gran erupción del Vesubio del año 79 destruyó las ciudades de Pompeya y Herculano. 
Sin embargo, actualmente continúa siendo una región densamente poblada. Responde:
a. Valora los factores del riesgo en la zona.
b. ¿Puedes explicar por qué continúa siendo una zona ocupada por una gran población a 
pesar del historial de peligro del volcán?
c. ¿Qué medidas se pueden tomar para reducir los daños?
13. La imagen A, más abajo, ilustra un fenómeno geológico frecuente en el estado de Florida. 
Sabiendo que el terreno está formado básicamente por rocas calizas, explica qué fenóme-
no es responsable de este riesgo.
14. Observa la fotografía B y explica todos los riesgos posibles que se aprecian en ella. Propón 
medidas correctoras.
A B
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
218
2. Recursos de la geosfera
Un recurso es todo aquello de lo que la humanidad puede 
obtener un beneficio o utiliza para cubrir sus necesidades. Los 
recursos naturales son los que proporciona la naturaleza, como 
materias primas, alimentos, fuentes de energía, agua para con-
sumo directo, regadío o industria, etc. Entre estos, los recursos 
de la geosfera son aquellos que derivan de los materiales de la 
geosfera o de los procesos que en ella ocurren.
Hay que diferenciar el concepto de recur-
so del de reserva. Las reservas se corres-
ponden con la parte del recurso que pue-
de ser explotado obteniendo un beneficio 
económico. Por ejemplo, se calcula que la 
cantidad total de oro en el agua marina re-
basa los 9 millones de toneladas métricas. 
Pero aquí, el recurso oro no es una reser-
va, porque la extracción de estas toneladas 
tendría un coste superior al dinero que se 
obtendría vendiéndolas.
Hay que tener en cuenta que lo que en 
un momento dado no se considera reserva 
puede llegar a serlo, y al revés. Sería el caso 
de un yacimiento en el que un determinado 
mineral se encuentra en muy baja concen-
tración. Tanto si el precio de ese mineral aumenta como si se de-
sarrollan técnicas que abaraten los procesos de extracción, el ya-
cimiento podría pasar de ser solo recurso a ser también reserva.
2.1. Características de los recursos
Para cualquier tipo de recurso podemos definir cuatro carac-
teristicas que determinan la posibilidad de su aprovechamien-
to (en general se suele valorar este aprovechamiento desde un 
punto de vista económico, aunque no en todos los casos es fácil 
determinar este valor, como es el caso del aire):
 ● Fragilidad. Se refiere a la pérdida de valor o calidad de un re-
curso como puede ser la pérdida de valor del suelo para su uso 
agrícol o del agua de un río por contaminación. Los recursos 
minerales sin embargo no se degradan fácilmente aunque su 
extracción puede afectar a otros (a aguas subterráneas, sue-
los, paisaje, atmósfera,...). En la fragilidad influye si el recurso 
se regenera con facilidad (véase renovabilidad más adelante); 
por ejemplo, el agua de un río lo hace de manera natural si 
desaparece el foco de contaminación, pero un suelo lo hace 
más difícilmente.
Ilustración 7.38. El agua es un recurso de la máxima 
importancia pero su almacenamiento en embalses es in-
compatible con otros usos. Embalse de El Atazar, Madrid 
(cmm)..
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
219
 ● Compatibilidad. El aprovechamiento de un recurso puede ser 
incompatible con otro. Así, no se puede utilizar un terreno al 
mismo tiempo para construir y para cultivar. Si se quiere ex-
traer un recurso mineral, esta actividad es incompatible con 
otros usos.
 ● Importabilidad. Algunos recursos se pueden importar desde 
su área de origen, como ocurre con algunos recursos ener-
géticos o minerales (petróleo, gas, carbón, metales) mientras 
que otros han de encontrarse donde se necesitan, como el 
suelo para la agricultura. Por otra parte, también hay que te-
ner en cuenta si su valor económico compensa la inversión en 
el transporte pues en algunos casos dejaría de ser rentable 
hacerlo.
 ● Renovabilidad. Es la capacidad de producción o regeneración 
del recurso de forma natural. La renovabilidad depende ade-
más de la tasa de reciclado y de consumo por parte de la so-
ciedad.
La producción, regeneración y reciclado incrementan la can-
tidad del recurso, mientras que el ritmo de consumo lo reduce. 
El petróleo se produce a una tasa despreciabley no se regenera 
por lo que el consumo creciente tarde o temprano conducirá a su 
agotamiento.
2.2. Clasificación de los recursos
Aunque se pueden clasificar los recursos atendiendo a dife-
rentes criterios, como su origen (véase la tabla de la página si-
guiente), la clasificación más común se basa en su renovabilidad:
 ● Recursos no renovables. Son aquellos que se forman median-
te procesos que tienen lugar a lo largo de cientos, miles o mi-
llones de años. Son recursos destinados a la desaparición, si 
tenemos en cuenta que su ritmo de consumo por la especie 
humana es superior a su ritmo de regeneración. Se encuen-
tran en esta categoría los combustibles fósiles (carbones, pe-
tróleo y gas natural) y los recursos minerales.
 ● Recursos renovables. Son los que se forman a un ritmo com-
patible con el de su consumo. Gracias a esto no se agotan, 
sino que van siendo reemplazados a medida que se consumen 
o bien no se consumen en cantidad apreciable respecto a su 
disponibilidad. Es el caso de la energía solar. Es sabido que 
la energía solar procede de la fusión nuclear que se produce 
en el núcleo del Sol. El combustible de estas reacciones es el 
hidrógeno, del que hay una cantidad grande, pero finita, por 
lo que terminará agotándose. Pero como se estima que esto 
podría ocurrir dentro de 5000 millones de años, no tenemos 
por qué preocuparnos. Otros ejemplos serían la energía eólica 
y la hidroeléctrica.
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
220
 ● Recursos potencialmente renovables. En este caso, los rit-
mos de formación pueden ser –o no– compatibles con su con-
sumo. A esta categoría pertenecen los recursos de la biosfera 
(animales salvajes, silvicultura, recursos agrícolas,...). Entre 
los recursos de la geosfera, son potencialmente renovables el 
suelo e hídricos, cuyo consumo sostenible permite la regene-
ración sin llegar a su degradación o agotamiento.
2.3. Recursos hídricos: el agua como
recurso
Los recursos hídricos comprenden toda el agua disponible 
para el consumo. El agua es un recurso básico para la subsisten-
cia, por lo que debería ser accesible a todas las poblaciones hu-
manas. En España el 72% del agua que se consume se destina 
a usos agrícolas y ganaderos; el 21% se utiliza en las industrias, 
y el 7% es agua que se destina al consumo humano, a usos do-
mésticos y urbanos, y es por lo tanto agua que ha sido sometida 
a un proceso para convertirla en agua potable.
La distribución de los recursos hídricos tampoco es uniforme 
debido a la irregularidad en el reparto de las precipitaciones y la 
cuantía de las pérdidas por evapotranspiración (suma de la can-
tidad de agua que se evapora directamente y la que es enviada 
a la atmósfera por la transpiración vegetal) entre diferentes re-
giones. Por otra parte, la demanda tampoco es uniforme ya que 
la población humana tiende a concentrarse en grandes núcleos 
urbanos o habita en regiones con escasa precipitación. Y ade-
más, la población humana crece exponencialmente augurando 
un futuro aún más preocupante.
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
221
Balance hídrico
Es el resumen de todas las entradas y salidas en el sistema 
hídrico de una región y sirve para conocer la disponibilidad de 
agua. Depende de:
— Precipitación: cantidad de agua que cae en forma de lluvia, 
granizo o nieve.
— Evapotranspiración: suma de evaporación directa en masas 
de agua o del suelo y de la transpiración vegetal. Depende de 
la temperatura, humedad, viento,...
— Escorrentía subterránea: agua que circula por el subsuelo.De-
pende de factores como la porosidad de las rocas. Se conside-
ra agua disponible para consumo. 
— Escorrentía directa o superficial: es el agua que circula por 
la superficie en los cauces fluviales. Se determina mediante 
estaciones de aforo en los ríos y también es agua disponible 
para consumo.
Además del valor total del balance hídrico, interesa conocer la 
disponibilidad o déficit de agua a lo largo del año puesto que tie-
ne una estrecha relación con el período vegetativo de las plantas 
y, en consecuencia, influye sobre el aprovechamiento agrícola. 
Para ello se representan los datos de precipitación de cada mes 
y los valores de temperatura o de evapotranspiración potencial 
(estrechamente relacionada con la temperatura), obteniendo así 
una representación que se conoce como climograma o diagrama 
ombrotérmico, respectivamente (ilustración 7.39).
A lo largo del año vemos que hay momentos de superávit hídri-
co, entre noviembre y abril, mientras que hay un perído estival de 
déficit acusado y estrés hídrico para la vegetación.
Ilustración 7.39. Diagrama ombro-
térmico de Huétor-Tajar. Juan Pedro 
Ruiz Castellano (self-made a partir de 
datos del I.N.M.) [GFDL or CC-BY-
SA-3.0 ], via Wikimedia Commons)..
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
222
Las aguas subterráneas
Las aguas subterráneas constituyen la principal reserva de 
agua dulce por lo que es importante recordar algunas de la ca-
racterísticas de su dinámica que tienen influencia sobre la dispo-
nibilidad como recurso. Como vimo en la unidad anterior, el agua 
subterránea se encuentra ocupando la porosidad de la roca, es 
decir los espacios intersticiales entre los granos, en el caso de 
las rocas detríticas, o las fracturas y diaclasas en cualquier tipo 
de roca. Para su explotación, es importante que el agua pueda 
fluir en el seno de la formación geológica facilitando su recarga 
y extracción. Para que esto sea posible es preciso que los poros 
de la roca estén conectados entre sí, es decir que posea elevada 
porosidad eficaz, constituyendo así un acuífero1. Los acuíferos 
pueden ser de varios tipos:
● Acuíferos libres. Entre su nivel freático y la superficie del terre-
no no hay ninguna formación impermeable, por lo que pueden 
recargarse de agua en toda su extensión. Cuando la superficie 
corta el nivel freático se forma un manantial, una zona húme-
da, una laguna o un curso de agua.
● Acuíferos confinados. Están limitados en su base y en su techo 
por formaciones impermeables, por lo que puede ocurrir que 
su nivel piezométrico se encuentre por encima de la superficie 
del terreno. Su zona de recarga no abarca toda la extensión 
del acuífero.
Las aguas subterráneas poseen una problemática especial 
en cuanto a su uso como recurso:
1. Suele ser más difícil que se contaminen pero si ocurre es 
también muy difícil que se recuperen ya que su ritmo de re-
novación es muy lento (incluso existen acuíferos fósiles, así 
llamados porque el agua lleva miles o millones de años alma-
cenada en ellos) y no siempre hay procesos de autodepura-
ción eficaces.
1 Las formaciones geológicas que no poseen capacidad de retener agua se llaman acuifugos, si pueden contener agua 
pero la transmiten muy lentamente son acuitardos y si contienen agua pero no la transmites son acuicludos.
Ilustración 7.40. Tipos de acuí-
feros. El nivel piezométrico de un 
acuífero confinado es la altura a la 
que llegaría el agua si se perforara 
un pozo que llegara hasta él. Cuan-
do la superficie del terreno está por 
debajo del nivel piezométrico y se 
perfora un pozo que llega hasta el 
acuífero confinado, el agua asciende 
hasta rebosar, formando un pozo 
surgente. (I.M.H.)
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
223
2. Tanto la contaminación como la sobreexplotación de un 
acuífero pueden no reconocerse a tiempo por no estar a la 
vista, agravando así el problema.
3. El ritmo de recarga del acuífero puede ser muy lento si las 
precipitaciones son escasas y si el volumen de extracción es 
importante, por encima de la recarga, el acuífero puede llegar 
a agotarse.
4. En acuíferos litorales, próximos a la línea de costa, el descen-
so en el nivel freático puede favorecer la invasión por agua 
marina (intrusión) haciendo que el agua del acuífero deje de 
ser aprovechable.
5. Las aguas subterráneas también pueden verse afectadas por 
contaminación procedente de:
• Lixiviados de vertederosde residuos sólidos urbanos, in-
dustriales, mineros, depósitos de combustible y otras ins-
talaciones.
• Fugas en conducciones de aguas residuales y fosas sépti-
cas.
• Purines y otros residuos de explotaciones ganaderas.
• Pesticidas y fertilizantes usados en agricultura o silvicultura.
Usos del agua
Los usos que damos al agua pueden ser de dos tipos:
 ● Consuntivos tras los que el agua ya no puede ser reutilizada 
porque se consume o pierde su calidad, como la que se desti-
na a agricultura, ganadería, bebida, muchos usos industriales 
(materia prima, disolvente, limpieza,...).
 ● No consuntivos, en que no se consume el agua, como en la 
producción de energía hidráulica, usos ecológicos, navegación 
y ocio.
EN LA RED...
Intrusión marina
Puedes ver esquemas expli-
cativos en este enlace:
http://www.lenntech.com/
groundwater/seawater-intru-
sions.htm
Ilustración 7.41. Principales usos del agua 
en España (Wikimedia Commons y MLB)
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
224
Gestión del agua
Siendo el agua un recurso a la vez tan importante como es-
caso, se impone establecer medidas dirigidas hacia una gestión 
sostenible que asegure la disponibilidad suficiente de agua de 
buena calidad. Al igual que vimos en el apartado dedicado a ries-
gos en la primera parte de esta unidad, hay medidas tanto pre-
ventivas como correctoras.
 ● Generales. Dirigidas a conseguir un uso eficiente del agua evi-
tando el despilfarro y la contaminación e incentivando el reci-
clado del agua:
• Cultivos adecuados al clima regional. Los regadíos en cli-
mas secos, como el levante español, implican unas nece-
sidades de agua que, siendo insuficiente el abastecimiento 
que proporcionan las cuencas fluviales, ha llevado a la so-
breexplotación de los acuíferos. Si esto ocurre en acuífe-
ros litorales, próximos a la costa, la pérdida de nivel en los 
mismos favorece la intrusión marina, es decir la entrada de 
agua al acuífero, que se saliniza y el agua puede llegar a ser 
inservible para cualquier uso.
• Técnicas de riego eficaces, como el riego por goteo (ilustra-
ción 7.42).
Además, el riego intensivo puede conducir también a la 
salinización de los suelos y de las aguas subterráneas ya 
que el agua se evapora en superficie pero se van acumulan-
do las sales disueltas. A esto también contribuye el empleo 
masivo de fertilizantes químicos en agricultura.
• Fomento del uso de tecnologías ahorradoras de agua y del 
reciclado en la industria además de establecer la obliga-
ción de depurar las aguas que se devuelven al medio.
• Medidas de ahorro en el sector urbano, empezando por un 
mantenimiento cuidadoso de las redes de abastecimiento 
para evitar las fugas que suponen pérdidas cuantiosas. 
También las campañas de concienciación ciudadana en 
el ahorro de agua en las actividades cotidianas y el uso 
de electrodomésticos de bajo consumo o la utilización de 
aguas residuales depuradas en limpieza viaria y riego el rie-
go de parques y jardines pueden suponer un ahorro impor-
tante de agua.
 ● Técnicas. Como la construcción de embalses para incremen-
tar las reservas, trasvases entre cuencas (esta medida tiene 
graves inconvenientes tanto para la cuenca cedente como 
también para la que recibe, en la que la disponibilidad puede 
conducir a un incremento en la demanda entrando en un bu-
cle que no da solución al problema).
Ilustración 7.42. El riego 
por inundación (izquierda) es 
el método más utilizado en el 
mundo y el menos eficaz por la 
elevada pérdida de agua, tam-
bién favorece la salinización 
del suelo. El uso de aspersores 
(centro) consume menos agua 
que el método anterior pero aún 
es menos eficaz que el riego por 
goteo (derecha) en que se pro-
porciona a las plantas el agua 
que necesitan minimizando 
las pérdidas por evaporación, 
aunque la instalación es costosa 
(Wikimedia Commons).
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
225
• La construcción de desaladoras es una posibilidad muy in-
teresante aunque económicamente costosa pues la desa-
lación de agua marina exige una enorme inversión energé-
tica (véase el recuadro “Desalación por ósmosis inversa”, a 
continuación).
 ● Políticas. Incluyen la legislación encaminada a racionalizar la 
gestión del agua y la protección del recurso, regular la explo-
tación de los acuíferos, fomentar el uso de técnicas de riego 
eficaces, reducir las pérdidas en las redes de distribución, con-
trol de la contaminación,...
http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/energia_y_ciencia/2009/09/27/188235.php
http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/urbano/2006/05/25/152370.php
 
EN LA RED…
Puedes ver infografías explicando tanto el funcionamiento de una planta desaladora como el 
propio proceso de ósmosis inversa en los siguientes enlaces:
Desalación por ósmosis inversa
Como se vió en el curso pasado, la ósmosis es un fenómeno de difusión pasiva de agua 
a través de una membrana semipermeable que impide el paso del soluto, en este caso las 
sales del agua de mar. El agua tiende a pasar de la disolución menos concentrada hacia la 
más concentrada hasta igualar las concentraciones provocando una diferencia de presión 
hidrostática que es la presión osmótica (ilustración 7.44).
Si se consigue invertir el proceso forzan-
do el paso de agua en contra de la presión 
osmótica, se obtiene agua libre de las sales 
que contenía. Este proceso recibe el nom-
bre de ósmosis inversa y es el que permite 
la desalación de agua de mar. Para conse-
guir el paso de agua a través de la membra-
na semipermeable es necesario bombearla 
a gran presión con el consiguiente consumo 
de energía por lo que el proceso es energé-
ticamente costoso al igual que el manteni-
miento de las instalaciones.
Además, tras la desalación queda un re-
siduo de agua con elevada concentración 
de sales (salmuera) que es devuelta al mar y que puede provocar problemas ecológicos en 
el entorno de emisión al modificar las condiciones locales de salinidad.
Ilustración 7.44. Representación del fenómeno de 
ósmosis (cmm).
Ilustración 7.43. Planta 
desaladora Rambla Morales, 
Almería (por David Martínez 
[CC BY 2.0] - flickr.
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
226
2.4. Recursos minerales
Los materiales extraídos de la corteza sólida de la Tierra nos 
proporcionan tanto materias primas como fuentes de energía 
que permiten mantener el estado de bienestar de las sociedades 
más desarrolladas. El ser humano se ha convertido en un ávido 
consumidor de energía y de su disponibilidad depende no sólo 
la capacidad de modificar el medio, ocupar nuevos territorios o 
mantener un cierto nivel de confort, también influye en la salud 
de la población e incluso en su esperanza de vida (también per-
mite obtener agua potable del mar, como acabamos de ver en el 
apartado anterior). Todo ello confiere a los recursos de la geosfe-
ra una gran importancia.
2.4.1. Yacimientos minerales
Casi el 80% de la corteza lo componen SiO2 y Al2O3. El resto de 
elementos químicos se encuentran dispersos en muy pequeñas 
cantidades formando parte de numerosos minerales (ilustración 
7.45). Bajo determinadas condiciones es posible que se formen 
concentraciones anómalas de algunos compuestos tales que su 
explotación resulte viable.
Un yacimiento mineral es una concentración natural de uno 
o más minerales y que es susceptible de explotación económi-
camente rentable.
En un yacimiento hay que distinguir la mena, que es el mineral 
o roca del que se extrae el elemento deseado, de la ganga, que 
es el resto de minerales del yacimiento no objeto de explotación. 
Además, para acceder a la mena generalmente es necesario ex-
cavar o extraer materiales que constituyen los estériles.
La concentración del elemento que se beneficia se denomina 
ley del yacimiento. Al contenido medio de un yacimiento mineral 
se le denomina ley media, mientras que la ley mínima o ley de 
corte es el contenido mínimo por debajo del cual el yacimiento 
deja de ser rentable en la situacióneconómica del momento. La 
ley mínima es un valor propio de cada elemento según su valor 
en el mercado y también depende de condicionantes de índole 
técnica, económica e incluso política.
La extracción de minerales en los yacimientos se lleva a cabo 
mediante excavaciones o minas que pueden ser subterráneas, 
perforando galerías a través de las rocas del subsuelo, o a cielo 
abierto, es decir sobre la superficie del terreno, lo que resulta 
más barato y más seguro que la subterránea. La denominación 
minería a cielo abierto suele reservarse para las minas en que se 
extraen menas metalíferas (ilustración 7.47), mientras que las ex-
plotaciones de rocas para construcción se denominan canteras 
y, si se trata de áridos para construcción (gravas y arenas), se 
habla de graveras, generalmente instaladas en las llanuras alu-
viales de los ríos, cuyo sedimentos se explotan (ilustración 7.49).
Ilustración 7.47. Mina a cielo 
abierto (Corta Atalaya en Rio-
tinto (cmm).
Ilustración 7.48. Cantera 
de mármol en Fuenteheridos, 
Huelva (cmm).
Ilustración 7.46. Minería 
subterránea. By Sven Teschke, 
Büdingen - Own work, CC 
BY-SA 3.0, https://commons.
wikimedia.org/w/index.
php?curid=1106539
Ilustración 7.45. Estimación 
de la concentración de los meta-
les en la corteza, en comparación 
con el oxígeno y el silicio.
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
227
Para su estudio, los yacimientos minerales se pueden clasifi-
car atendiendo a diferentes criterios: por su origen, es decir se-
gún el tipo de proceso geológico que produce la concentración 
mineral, o por el tipo de material geológico que se extrae. Según 
el primero, hay yacimientos magmáticos, metamórficos, de me-
teorización y sedimentarios
2.4.2. Yacimientos magmáticos
Los procesos magmáticos, además de originar yacimientos 
propios, son la fuente primaria de los formados en otros proce-
sos: metamorfismo, meteorización y sedimentación. A lo largo de 
las distintas etapas de consolidación magmática pueden tener 
lugar procesos que den lugar a yacimientos económicamente ex-
plotables.
Yacimientos de origen ortomagmático
Durante las primeras fases de la consolidación magmática, 
pueden darse diversas situaciones:
 ● La cristalización fraccionada seguida de un depósito por den-
sidades en el fondo de la cámara magmática o segregación 
magmática (ilustración 7.50). De esta manera se forman yaci-
mientos de cromita que en ocasiones tienen concentraciones 
interesantes de elementos del grupo del platino.
 ● También se puede producir cristalización, acumulación e in-
yección de una parte del magma en grietas como es el caso de 
los yacimientos de magnetita (frecuentemente acompañada 
de apatito).
 ● En otras ocasiones, al bajar la temperatura de la mezcla, y si 
la cantidad del líquido sulfurado es suficientemente grande, 
se puede formar una bolsada capaz de migrar independien-
temente del resto del residuo magmática, por ser inmiscible 
en él, y cristalizar aparte, dando origen a yacimientos de sul-
furos de hierro (pirita, pirrotina), níquel (pentlandita), cobalto 
(cobaltina) y cobre (calcopirita, bornita), como minerales más 
abundantes, a menudos acompañados también de magnetita. 
A veces hay elementos del grupo del platino, lo que aumenta 
el interés económico de estas mineralizaciones. Este tipo de 
yacimientos aparecen siempre en relación con rocas intrusi-
vas máficas o ultramáficas, de tipo gabro o peridotita.
Recientemente se han hallado nuevos yacimientos de este 
tipo en Aguas Blancas (Badajoz) del que se extrae níquel, co-
bre, platino y paladio.
En algunos casos se produce una cristalización de deter-
minados minerales sin que se produzca segregación, como 
sucede con los diamantes que quedan incluidos en las ro-
cas. Dado el valor del mineral, es rentable su extracción. 
Ilustración 7.50. Formación de 
un yacimiento de segregación.
Ilustración 7.49. Explotación 
de gravas en al aluvial del 
Jarama. Obsérvese la forma-
ción de lagunas al aflorar el 
nivel freático (Velilla de San 
Antonio, Madrid. Foto cmm).
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
228
Filones neumatolíticos
El residuo magmático que no ha solidificado en la fase orto-
magmática puede inyectarse en grietas, planos de estratificación 
y cavidades de las rocas cercanas al magma.
A temperaturas superiores a 600 ºC, el magma residual con-
tiene bastantes compuestos volátiles (F, Cl, B, S, C, OH– y H2O). 
Estos gases poco densos se desplazan fuera de la masa magmá-
tica arrastrando metales que no han entrado en las redes de los 
silicatos por diversas causas: por tamaño iónico (muy grande o 
muy pequeño), por carecer de afinidades químicas, etcétera.
A medida que se alejan del magma, la temperatura de la mez-
cla desciende y se pueden producir reacciones con las rocas cir-
cundantes, principalmente reemplazamiento metasomático, o el 
depósito de los metales en grietas dando origen a los filones. 
Entre los 600 ºC y 500 ºC se forman los pegmatítico-neumatolí-
ticos, y entre los 500 ºC y 372 ºC, los neumatolíticos.
En estos casos, es la alta presión de gases la que permite el 
transporte de metales y el crecimiento de los cristales que pue-
den llegar a alcanzar un notable tamaño.
Los yacimientos más interesantes son los denominados 
skarns que, como ya vimos anteriormente, se forman por interac-
ción de los fluidos derivados de los granitos y rocas carbonatadas 
(calizas y dolomías) dando lugar a silicatos cálcicos que en oca-
siones contienen concentraciones de minerales de interés econó-
mico (scheelita, blenda, galena, magnetita, casiterita, etcétera). 
En el skarn de Santa Olalla del Cala (Huelva) se extrae magnetita 
(mena del hierro); en Los Santos (Salamanca) es extrae scheelita 
(mena del wolframio) de gran valor estratégico porque se emplea 
en la industria bélica…
Ilustración 7.53. Filón o dique 
de pegmatita (By arlette1 [docu-
ment personnel)]CC-BY-SA-3.0 
via Wikimedia Commons).
Ilustración 7.52. Formación de 
un yacimiento de neumatolítico.
Ilustración 7.51. Procesos de formación de yacimientos 
ortomagmáticos..
Unidad 7 Riesgos geológicos y recursos de la geosfera
229
En este tipo de yacimientos también se pueden encontrar mi-
nerales aprovechables no metalíferos, como el cuarzo (cuarzos 
piezoeléctricos para radiotecnia), micas (para aislantes), mine-
rales tipo gemas (esmeraldas, aguamarinas, topacios, rubíes), 
elementos raros (Li, U, Th, Tierras Raras…).
Filones hidrotermales
Por encima de los 372 ºC el agua se encuentra en estado de 
vapor, aunque esté sometida a una gran presión. Por lo tanto, los 
vapores neumatolíticos al descender de esta temperatura dejan 
un residuo de aguas calientes con gases y metales disueltos. A 
medida que va perdiendo calor se van formando filones hidroter-
males.
Estos filones presentan menos abundancia de silicatos que 
los neumatolíticos (el cuarzo es un mineral más abundante a al-
tas temperaturas, y la calcita es el mineral más abundantes a 
bajas). Los metales que aparecen en estos filones son los que 
presentan afinidad por el S, As y Te, como el Cu, Pb, Zn, Hg, Bi, Ag 
y otros con menos afinidad, como el Fe, Ni, Co; también aparecen 
óxidos y metales libres.
Yacimientos de origen volcánico
La separación de los fluidos del resto del magma se produce 
en las formaciones volcánicas a poca profundidad y, por lo tanto, 
se concentran los metales transportados en un corto espacio. El 
volcanismo aporta elementos químicos, entre ellos metales pe-
sados, que se liberan al medio. En emisiones gaseosas y poste-
riormente por diversos mecanismos geoquímicos se concentran 
los metales y se forma un yacimiento.
En las fumarolas negras de los fondos oceánicos se pueden 
observar la generación de estas concentraciones —las emisiones 
volcánicas submarinas pueden aportar FeCl3, que reacciona con 
el oxígeno del agua precipitando Fe(OH)3—.
Ilustración 7.54. Proceso de formación de un skarn (izquierda) y su relación 
con los filones hidrotermales (derecha).
Unidad

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