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Representaciones corporales en la construcción del proceso civilizatorio argentino en la obra de Sarmiento - Ivan Torres

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Representaciones corporales en la construcción del proceso civilizatorio argentino en la obra de 
Sarmiento 
Universidad Nacional de Río Cuarto 
Provincia de Córdoba (Argentina) 
Prof. Dr. Esteban Manuel Barcelona 
emanubarcelona@hum.unrc.edu.ar 
Resumen 
 
 Sarmiento, personalidad combativa, fue y es aún una figura conflictiva en la historia y en la 
historiografía. Mucho se ha escrito y debatido en torno a la figura de Domingo Faustino Sarmiento 
(1811-1888) y su papel en la conformación del sistema educativo argentino que muchas veces se 
la vinculó a una formación netamente intelectual. Sin embargo, Sarmiento defendía una 
concepción de educación integral, entendida como la formación intelectual, física y moral. Por eso, 
el objetivo de la presente comunicación es presentar un proyecto de investigación en Historia de 
la Educación Física, a partir de los escritos de Sarmiento. 
 
 Palabras clave: Historia. Educación Física. Educación Integral (Intelectual, Moral y Física). 
Prefacio 
 El proyecto que aquí se publica mantiene la propuesta inicial elaborada en 2006 -sin 
alteraciones- para el ingreso al doctorado de la Universidade Gama Filho, UGF/RJ/Brasil. El mismo 
pretendía dar continuidad y profundizar la concepción de Educación Integral del polémico e 
inagotable personaje Sarmiento; trabajado anteriormente en el artículo “Higienismo, disciplina y 
civilización: Sarmiento y la nueva práctica corporal para la ciudadanía” (BARCELONA, 2006). No 
obstante, el programa del doctorado llevó a incursionar otra problemática de investigación1. 
Posteriormente, fue a partir de la vinculación con la cátedra Historia de la Educación Física (UNRC) 
desde 2012 que surgió el interés por difundir este escrito con el fin de socializarlo. El texto permite 
mostrar un recorrido metodológico posible de elaboración de un proyecto de investigación en 
Historia de la Educación Física y deja abierta la posibilidad de continuar esta perspectiva de análisis. 
1. Introducción 
 La valorización del cuerpo en la formación de los individuos tuvo en el transcurso del siglo XIX 
un renovado impulso. Para el historiador Mario Manacorda, fue en este período que se dio “el 
renacimiento de la educación física”, considerando a ese incentivo como “un gran hecho innovador, 
laico en cuanto revaloriza lo físico, y democrático en cuanto marca la disponibilidad del hombre 
para sí mismo” (1987: 252). Esta preocupación democrática que hace alusión el autor es entendible 
en el contexto de conformación del Estado Moderno como ordenamiento político que fuera al 
mismo tiempo acompañado con la consolidación capitalismo como sistema económico. En dicho 
entorno el comportamiento corporal, pareciera a decir de Goellner (1997) preocupaba una mejoría 
de la condición de salud de las personas con cuerpos fuertes y ágiles, la preparación de los 
soldados combatientes para actuar en las delimitaciones territoriales entre los propios estados. A 
partir de ello se inicia la sistematización de las actividades físicas por parte de los distintos Estados 
Modernos como lo plantea, entre otros autores, Grifi (1989). 
 En ese ámbito también, los pedagogos de la Ilustración como sus continuadores en el siglo XIX 
plantearon la importancia de la formación corporal y del cuidado del cuerpo en la educación, entre 
los que es posible mencionar a Jean Jacques Rousseau (1712-1778)2, Johann Bernhard Basedow 
(1723-1790), Juan Enrique Pestalozzi (1746-1827), Federico Froebel (1728-1852), Hebert Spencer 
(1820-1903) entre otros. Pero sería fundamentalmente en el transcurso del siglo XIX que se 
gestarían movimientos gimnásticos desde el centro europeo que luego darían origen a las distintas 
escuelas con la elaboración de metodologías educativas a través de la gimnasia y que fueron la 
base de la educación física actual. Algunas hacia el movimiento corporal y otras hacia posturas 
políticas militaristas (Pedrás, 1988). Para este período de la sistematización de la Educación Física 
Estatal se consideran aportes significativos a autores como Johann Christoph Guts Muths (1754-
1839), Francisco Amorós (1770-1848), Franz Nachtegall (1774-1844) Henrik Ling (1776-1839), 
Pierre Coubertin (1863-1937) y Georges Hébert, (1875-1957). Cada uno de ellos tuvo importancia 
fundamental en su país en la etapa fundacional de la Educación Física (ver Pedrás, 1988; Grifi, 
1989; Barrow y Brown, 1992). 
 En Argentina, Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888), personalidad combativa que se 
involucró en el accionar de la construcción de la nueva hegemonía liberal fomentó la revalorización 
del cuerpo. Sobre él se ha estudiado y analizado sus obras y sus acciones, que acompañaron a la 
formación del Estado y sus discursos acerca de la importancia que le dio a la educación estatal, 
pero poco se conoce sobre su entendimiento propuesta sobre la educación corporal y las 
representaciones corporales que asocia al mundo bárbaro y al mundo civilizado. 
 Tal como los educadores europeos de su época –él viajó a diferentes países para “reconocer los 
métodos educativos avanzados” en 1848-, también es posible identificar la preocupación por la 
educación corporal. Así en sus escritos se puede reconocer influencias de Spencer comentarios 
sobre Amorós y críticas a gimnasia alemana (Barcelona, 2001). 
2. El Problema y su importancia 
 Uno de los primeros textos que se localizó acerca de la formación corporal en la propuesta de 
Sarmiento, fue el de Guillermo Canessa3, constituyéndose en la principal referencia para indagar 
esta temática. Canessa publicó el artículo “Sarmiento y la Educación Física” en el Monitor de la 
Educación Común Nº 909, año 1948. Para esa fecha la tendencia nacionalista militarista en 
Argentina gozaba de cierto apoyo del proyecto peronista (1945-55) por lo que se evidencia el 
rescate y revalorización de esta concepción en el autor del artículo. Treinta y siete años después, 
Jorge Saraví Riviere (1923-...) lo reproducía “íntegramente”considerándolo “un trabajo difícil de 
superar” (1985: 26). Esta fue la primera aproximación al tema que llevaron a indagar sobre los 
distintos discursos de Sarmiento para identificar sobre su representación cultural del cuerpo y su 
propuesta educativa corporal (Barcelona, 2001). 
 En una primera instancia, para comprender la propuesta sarmientina se buscó relacionarla con 
las categorías sobre concepción de Educación Física que realizara Ghirardelli. Junior Ghirardelli en 
su libro Educação Física Progressista. A pedagogía crítica-social dos conteúdos e a Educação Física 
Brasilera4, elabora una periodización teniendo en cuenta las tendencias principales de la Educación 
Física en Brasil. Interesa particularmente, de este trabajo las definiciones que el autor considera 
sobre educación física higienista y educación física militarista, intuyendo que en la representación 
corporal de Sarmiento se encontrarían las dos interrelacionadas, dado que no serían excluyentes y 
estarían en la conformación del Estado Moderno así como en la constitución del proyecto 
civilizatorio. Estas concepciones asimismo incorporan “saberes médicos y militares”, a decir de 
Raumar Rodríguez Jiménez (2000), necesarios al Estado Moderno. 
 La concepción higienista insiste en la tesis de la Educación Física como actividad capaz de 
garantizar la adquisición y manutención de la salud y estaría vinculada al lema “mente sana en 
cuerpo sano”. Cabría, entonces, a la Educación Física un papel fundamental en la formación de 
hombres y mujeres sanos y fuertes. Así la Educación Física es un agente de saneamiento público, 
en busca de una “sociedad libre de enfermedades infecciosas y de los vicios deteriorados de la 
salud y del carácter del hombre del pueblo”. 
 Respecto a la concepción militarista, Ghirardelli plantea que el objetivo es la obtención de una 
juventud capaz de soportar el combate, la lucha, la guerra. La EducaciónFísica debe ser 
suficientemente rígida para “elevar la Nación”, a la condición de “servidora y defensora de la 
Patria”. En tal perspectiva, la Educación Física funciona más como seleccionadora de “elites 
conductoras”, capaz de distribuir mejor los hombres y mujeres en las actividades sociales y 
profesionales. En la Educación Física Militarista, la gimnasia, el deporte, los juegos recreativos, etc. 
solo tienen utilidad si buscan la eliminación de los “incapacitados físicos”, contribuyendo para una 
“maximización de la fuerza y poderío de la población”. El coraje, la vitalidad, el heroísmo, la 
disciplina exacerbada componen la plataforma básica de la Educación Física Militarista. 
 Asimismo, Adriana Puiggrós (1990: 43) hace mención a que Sarmiento creía en el “poder 
redentor” de la educación a la humanidad, dándole impulso a la educación física basada en la 
doctrina de Herbert Spencer (1820-1903) que apuntaba a la formación integral del hombre (física, 
intelectual y moral), las leyes del positivismo y los conceptos difundidos por el darwinismo y la 
escuela antropológica de él derivada, que servia para estudiar al niño. 
 En la propuesta de Sarmiento de formación integral, entonces, se podría preguntar ¿estarían 
incluidas en una concepción higienista y militarista de la educación física? Si el programa de 
Sarmiento consistía en transformar la sociedad a partir de la educación del pueblo ¿qué correlatos 
tendrían en la conducta corporal en la mirada sarmientina? “Educar al soberano”, es decir, convertir 
al gaucho “bárbaro” en un hombre “civilizado” ¿implicaba una nueva conducta corporal? 
 Si formación integral (en la que se incluía salud, robustecimiento del cuerpo y deber moral), era 
la base educativa de Sarmiento ¿Porqué su programa educativo se lo relaciona prácticamente con 
la educación intelectual? ¿Qué implicancias ha tenido en la construcción histórica de la educación 
física argentina? La propuesta de formación integral: ¿Se corresponde al “proceso civilizador” que 
implica cambios en la estructura de comportamiento y en la constitución de una nueva psíquica tal 
como la entiende el sociólogo Norbert Elías (1990)? 
 Precisamente, la dicotomía “civilización o barbarie” instalada por Sarmiento y latente en sus 
diferentes conceptualizaciones (progreso o retroceso, tradicional o moderno; desarrollo, 
subdesarrollo; etc.) aún vigentes -reactualizadas y resignificadas junto a los juicios que tal 
dicotomía ha ocasionado-, invitan a reflexionar y a tratar de rescatar una mirada sobre la conducta 
corporal que va más allá de un modelo educativo intelectual que se pretendía imponer. 
 Esta lectura de Sarmiento permitirá reconocer representaciones corporales que se definen por 
ausencias de intelectualidad pero que a la vez se admiran (destrezas corporales expresadas en los 
hábitos, costumbres y habilidades físicas de la campaña). El hombre campestre es “fuerte, altivo, 
enérgico” mientras que “el hombre sedentario de las ciudades (...) puede haber leído muchos 
libros, pero... no sabe aterrar un toro bravío y darle muerte” ni “resiste a un par de corcovos del 
caballo (Sarmiento, [1845] 1971: 83). El peligro o el lado oscuro de la civilización es que no eduque 
hombres sino “literatos o profesores” (Sarmiento, en Canessa, 1985: 29). Así, desea para las 
“clases cultas” el vigor y las “destrezas físicas” de la “montonera anárquica”, ecuación casi perfecta 
para el esquema civilizatorio incluida en su perspectiva de educación integral. Por lo que su 
propuesta no rechaza la barbarie sino la incorpora civilizándola, es decir pretendía “...desarrollar el 
hombre de manera que se encuentre en un justo equilibrio... la vida física con la intelectual para 
que la humanidad no produzca ni enanos ni sabios, ni atletas sanguinarios o idiotas” (Sarmiento, en 
Canessa, 1985: 29). 
 En este contexto ¿cuanto hay de apropiación de Sarmiento sobre las teorías pedagógicas que 
circulan en el siglo XIX? ¿Cuáles son los componentes “civilizatorios” extraídos del considerado 
mundo civilizado? ¿Qué acomodaciones, traslaciones, resignificaciones realiza en su propuesta 
“civilizatoria”? 
3. Presupuesto de trabajo 
 La metamorfosis del “proceso civilizatorio" que postulaba Sarmiento estaba basada en los 
siguientes componentes: una perspectiva de educación integral: intelectual, moral y física. A la vez 
la visión de Educación Física incluía una concepción higienista (cuerpos sanos para mentes sanas) y 
una concepción militarista (cuerpos vigorosos y disciplinados), dos requisitos básicos en la 
conformación del Estado Moderno y consolidación del capitalismo. En su propuesta discursiva de 
producción de un nuevo sentido para la civilidad es posible observar que muchas de las prácticas 
corporales referenciadas, entre ellas las “bárbaras”, no deberían ser abandonadas, sino 
disciplinadas y complementadas. Pero al mismo tiempo, en su propuesta, advierte que las prácticas 
corporales civilizadas eran limitadas, por ser carentes de “fuerza y destreza”, por lo que con ello 
justificaría la complementariedad. Es decir en la propuesta sarmientina de educación corporal lo 
“bárbaro” y “civilizado” no son antinomias sino componentes necesarios para una educación 
integral. 
Educación Integral en el proceso civilizatorio y el nuevo comportamiento corporal 
 
4.1. Objetivo general 
 El objetivo de la presente investigación es analizar en los escritos de Sarmiento, las 
representaciones corporales y el programa educativo implícitas en la propuesta civilizatoria para la 
construcción social de un nuevo comportamiento corporal, es decir, para la preparación de cuerpos 
sanos y disciplinados al servicio tanto de la patria como de la “civilidad”. 
4.2. Objetivos específicos 
 Reconocer la trayectoria de vida de Sarmiento en el contexto de época, transición hacia la 
formación el Estado moderno. 
 Identificar los principales referentes de pedagogos y teóricos en que basa su propuesta de 
educación integral. 
 Analizar, a través de las obras escritas por Sarmiento, la práctica discursiva sobre las 
distintas prácticas corporales: campo, ciudad. 
 Identificar las concepciones higienista y militarista de Educación Física en el Programa 
sarmientino como formas de inculcación del “habitus” civilizatorio. 
 Analizar las representaciones corporales de la época en los escritos de Sarmiento, 
fundamentalmente en la obra Facundo. 
5. Fundamentación 
 La búsqueda por este recorrido indagando a uno de los hombres más discutidos de nuestra 
historia pretende sensibilizar cómo la disciplina que nuclea a los profesionales de la Educación Física 
tiene un largo recorrido y extensas páginas escritas. Conocer el pasado posibilita entender un poco 
más en el presente para volver a preguntar y replantear sobre las actuales prácticas corporales, 
sobre las bases de los saberes médicos y militares. En síntesis, en este caso, sobre las prácticas 
corporales fundacionales de la Educación Física. Cómo sostiene Ángela Aisenstein “resulta difícil 
negar la tarea ordenadora, moralizante e higienista en el modelo fundacional”, por lo que se 
reconoce que se apela a la actividad física “en nombre del orden social o de la salud pública”. 
 Dentro de esa propuesta de homogeneizar la sociedad y orientar mentes y cuerpos se 
encontraba el Proyecto del Estado Moderno. Basado en los principios de la modernidad, un estado 
que se construía y que a la vez construía a sus ciudadanos para que actuaran dentro del mismo, 
para potenciarlo, para defenderlo, para glorificarlo, basado en la razón, la razón del Estado. 
 En ese planteo, Sarmiento fue, y es aún, una figura emblemática para la historia de la Argentina, 
pero dado su accionar se lo ha relacionado mucho más al mundo de la cultura intelectual que a la 
cultura corporal, sin que en ello pueda observarse la íntima vinculación que en su programa 
civilizatoriohabría entre formación intelectual y corporal basado en el concepto de educación 
integral. Quizás por su mayor actuación en el ámbito político y básicamente comprometido con la 
instrucción pública, con marcado carácter enciclopedista, minimiza la preocupación por un nuevo 
modelo corporal que postula Sarmiento. 
 En este contexto, se hace necesario situar la trayectoria de Domingo Sarmiento en su época, sus 
preocupaciones; de manera que ello permitirá una mejor comprensión de la problemática que se 
pretende desarrollar. 
Sarmiento y su biografía. Un recorrido necesario 
 La vida de Sarmiento (1811-1888) se entronca en el propio proceso civilizatorio y su biografía es 
una historia de vida paradigmática. La vida de Sarmiento transcurrió en un contexto normativo 
contradictorio y su elección forma parte de un proyecto individual que transfiere a lo colectivo como 
única salida, sin reconocer otras alternativas. Había nacido en San Juan en 1811, en una de las 
ciudades del interior más importante de la región cuyana de lo que será la República Argentina. Al 
año siguiente de haberse iniciado, desde la ciudad portuaria de Bs. As., el proceso revolucionario 
que rompió con los lazos coloniales que se mantenían con España. Su figura surgía del seno de un 
hogar pobre, según comenta Halperín Donghi. Su padre era un arriero de mula con una presencia 
fugaz en la casa y su madre era descendiente de una ilustre familia colonial en decadencia. La 
ciudad andina se basaba en una cultura mediterránea de viñedos y olivares y tenía la característica 
de un centro colonial “con artesanos, muleteros y viñadores, presidida por iglesias y conventos” 
que, a decir de Halperín Donghi, “no crecían junto a la Argentina de las pampas ricas en 
ganado” (1997: 9). 
 Sarmiento vivió, entonces, el siglo de los cambios radicales del orden colonial al nuevo orden 
moderno. Es decir de la crisis de hegemonía colonial a la lucha por el control del territorio entre dos 
visiones de mundo diferentes representadas por los conservadores y liberales, o los que también se 
consideraban como federales y unitarios. Estas visiones de mundo implicaban también conductas 
corporales disímiles. 
“La niñez”5 
 Con una infancia “pobre”, según su propio relato en “Recuerdos de Provincia” (1850), se 
reconocía como autodidacta (bajo la guía de sus tíos clérigos) y diferente. El mismo se 
describía: “no supe nunca hacer bailar un trompo, rebotar la pelota, encumbrar una cometa, ni uno 
solo de los juegos infantiles”(Sarmiento, 1850:161). Ingresó a una de las “Escuelas de la Patria”. 
Estas formaban parte del nuevo programa revolucionario que pretendía reemplazar a las suprimidas 
“Escuelas del Rey” con el fin de inculcar los principios de la ilustración y del catecismo laico en 
oposición al colonialismo católico. Su experiencia educativa la dejó registrada en “Mi defensa” 
(1843). Allí relató el entusiasmo pedagógico y patriótico de los hermanos Rodríguez que llegados 
de Bs. As. eran los encargados de difundir el programa de Mayo (Matsushita, 2000). Sin embargo, 
a pesar de haberse iniciado en los principios revolucionarios, en su adolescencia acompañó al 
destierro a su tío don José de Oro, eclesiástico opositor a las reformas liberales. Regresaba luego a 
San Juan pero vio frustrada su intención de arribar a Bs. As. a través del otorgamiento de una beca 
de estudios. A mediados de la década del 1820, cuando los adversarios de las reformas liberales 
ocuparon el poder en diferentes espacios regionales, la situación política cambiaba 
significativamente. En La Rioja -ciudad de la región cuyana- el control político quedaba bajo una 
milicia rústica y rural y Facundo Quiroga (1790-1835), el caudillo que había surgido entre los 
pastores “bárbaros” del Llano, se transformaba en el jefe político y militar que pasaba a dominar la 
ciudad. 
 Desde ese momento, la causa de Sarmiento fue “la causa de las ciudades” a decir de Halperín 
Donghi (1997:11). De esta manera, asimilando la propuesta revolucionaria de la ilustración, 
concibió la idea de transformar la “barbarie” del mundo rural a partir de la instrucción estatal. Fue 
entonces que concibió la Causa Unitaria como la única redención posible para América. 
“Tu ilusión y tu contento” 
 Se convertía así en un opositor a los poderes de las oligarquías regionales. Estas oligarquías eran 
representadas en formas anárquicas, con intereses particulares y sustentadas en el mundo rural. A 
inicios de la década de 1830 cuando Facundo Quiroga controlaba la Gobernación de La Rioja, 
Sarmiento con veinte años, se encontraba desterrado en Chile. A mediados de esa década, cuando 
Quiroga fue asesinado, por una intriga de caudillos rivales, regresaba a San Juan y todas sus 
estrategias y acciones apuntaban al cambio radical de la América Colonial. Actitud que se 
concretizaba en dos planos: en lo educativo y en lo político. En lo educativo, con la fundación del 
“Colegio de Señoritas de la Advocación de Santa Rosa de Lima”, ponía en práctica sus ideas en 
favor de la extensión y mejoramiento de la educación popular. En lo político, con la creación del 
periódico denominado El Zonda (1839), imaginándolo como el órgano difusor de la nueva cultura 
política, criticaba el régimen de gobierno. Esta acción en la construcción de una contra-hegemonía 
al gobierno provincial le implicaría la censura y nuevamente el exilio. 
 De nuevo en el destierro se dedicó a embestir los regímenes considerados “bárbaros” y a 
proponer formas de eliminarlos. Escribía así “Civilización y barbarie - Vida de Juan Facundo 
Quiroga. Y aspecto físico, costumbres y hábitos de la República Argentina.” (1845) y “Educación 
Popular, Métodos de lectura y manuales para maestros” (1849). La primera obra era una denuncia 
a las prácticas existentes en las provincias unidas que debían ser transformadas. Obra que habría 
de perdurar en el tiempo y que planteaba la dicotomía de la Argentina. La segunda proponía el 
programa educativo para ingresar a la modernidad. La misma había sido escrita a pedido del 
Ministro chileno de Instrucción Pública don Manuel Montt (1809-1880), publicado entre 1848-1849, 
a su regreso de recorrer otras ciudades y países que le llevarían a construir un modelo parámetro 
por el cual Argentina debía delinearse. En sus distintas reseñas biográficas se mencionan los 
diferentes lugares que Sarmiento conoció y que fueron posteriormente parte de sus referentes, por 
ejemplo pasa por Montevideo, Madrid, Barcelona, Argel Marsella, Roma, Florencia Venecia, Milán, 
Zurich, Munich, Nuremberg, Dresde, Leipzig, Berlín, ciudades de Países Bajos, Londres, Liverpool, 
Birmingham, Nueva York, La Habana y Santiago de Cuba). 
 El recambio político y la constitución del Estado de la Confederación Argentina (1852) hicieron 
que Sarmiento pasara de la resistencia a la acción y a la participación en la construcción de la 
nueva hegemonía poniendo en práctica su modelo de transformar la “barbarie” y lo “bárbaro” para 
instalar los dispositivos de la Civilización. Sin embargo, las desavenencias con Urquiza, como la 
persistencia de ciertas prácticas culturales federales y la continuación de algunos caudillos en el 
poder, lo llevaron nuevamente a apartarse de la política y de nuevo partir a Chile. 
“Con la luz de tu ingenio iluminaste” 
 En 1855, regresaba a Argentina dirigiéndose al Estado de Bs. As. para participar, a partir de 
entonces, en distintas instancias políticas. Se observa así que los cargos públicos que desempeñaría 
y todas las estrategias que utilizaría en sus discursos estaban modelados por un solo objetivo: la 
civilización, la inculcación de la modernidad y la aniquilación del pasado colonial. Cuando llega al 
máximo cargo de ejercicio de poder, es decir desde la presidencia de la Nación (1868-1874), se 
planteó introducir los vehículos de la modernización material: ferrocarril, correo, telégrafo. En elcampo del área de la cultura: escuelas públicas, escuelas normales, bibliotecas, academias 
científicas y en 1870, por su iniciativa, el Colegio Militar y, dos años más tarde, la Escuela Naval. 
 Maestro, escritor, político, militar. Cualquier cargo era pertinente para poner en práctica las 
estrategias de acción política bajo la intencionalidad civilizadora. Tal vez por eso, sus escritos - 
libros, artículos, discursos – fueron reunidos con el título de Obras Completas, en 52 volúmenes y 
pasaron a formar parte de los estantes de distintas bibliotecas públicas como irradiación continua 
de la puesta en marcha del proceso civilizatorio que pretendiera. Negaba la tradición colonial y 
pretendía dar nuevas formas de vida a la América Española. Así la educación era la herramienta 
necesaria para la libertad y la democracia en América. Atacó todo cuanto representaba el “atraso” y 
la “barbarie” (caudillismo) y apoyó lo que representaba la civilización a partir de la formula creada 
en la dicotomía civilización o barbarie, procurando la eliminación de las costumbres propias y la 
inculcación de hábitos de los países que admiraba. 
 Murió en el año 1888 en Asunción del Paraguay, a ocho años después de la consolidación 
definitiva del Estado Argentino. Por eso, para comprender su programa es necesario reconocer que 
su vida transcurrió en la crisis de transición entre el viejo orden colonial y la modernidad. Sus 
discursos apuntaban de derrumbar lo viejo e impulsar nuevas prácticas culturales y por ende 
prácticas corporales que posibilitaran la construcción del orden moderno y civilizado. 
Sarmiento después de Sarmiento 
 Los cuestionamientos al modelo liberal surgidos desde el centenario (1910) implicaron la revisión 
de la propuesta liberal y surgirán biografían que intenten resignificar su propuesta. Biógrafos de 
Sarmiento, como Leopoldo Lugones (1874-1936)6 y Ricardo Rojas (1882-1957), lo interpretaron 
bajo una perspectiva netamente nacionalista y ello tendrá sus implicancias en la connotación de 
educación integral. Según Lugones, el programa educativo de Sarmiento se ubica dentro del 
pensamiento integralista7, en que “la educación intelectual esta fundada en la educación física”. Y 
agrega “es como se ve todo el integralismo: educación física, estética e intelectual (Citado por 
Canessa, en Saraví Riviere [1948] 1983: 27). 
 En síntesis, Sarmiento fue y es una figura polémica, una sombra que atraviesa la historia de la 
Argentina. Por eso, para comprender su programa de formación corporal, es fundamental 
considerar además los escritos sobre educación sino aquellas referencias que quedaron plasmadas 
en “Facundo”... 
 La preocupación de incluir a la Argentina como parte del “proceso civilizatorio occidental” 
renegando de todas prácticas anárquicas e “incivilizadas” y la inculcación de comportamientos 
culturales acordes a nuevas representaciones sociales están presentes en Sarmiento. Recordando 
las representaciones del mundo social construidas, que si bien aspiran a la universalidad, son 
siempre determinada por los intereses de grupos de lo constituyen (Chartier, 1990: 17), es 
necesario indagar a que intereses de grupo respondía Sarmiento y que “habitus” pretendía inculcar 
(Bordieu, 1992). 
6. Metodología 
 A partir de la problemática planteada, primeramente se comenzará con la lectura de los textos 
escritos por Sarmiento que permitan identificar categorías y razonamientos a tener en cuenta 
respecto a la representación cultural del cuerpo y programa civilizatorio sobre moldeamiento de los 
cuerpos. En una segunda lectura atenta y minuciosa se seleccionarán párrafos significativos en 
relación a las categorías propuestas. 
 La índole del trabajo requiere una metodología cualitativa y de análisis de contenido. En ese 
sentido se enfatizará el análisis interpretativo, buscando identificar los modos expresos en la nueva 
concepción civilizatoria como transformación de los comportamientos (Elías, 1990) y como 
transformación de las representaciones sociales y culturales (Chartier, 1990). Un recorrido 
exploratorio del corpus documental permitió reconocer estas categorías a profundizar y analizar: 
 Formación Integral (Intelectual, moral y física); 
 Concepción higienista y concepción militarista o saberes médicos y militares; 
 Saneamiento de los cuerpos; 
 Disciplinamiento pedagógico del cuerpo; 
 Disciplinamiento militar; 
 Disciplinamiento civilizatorio; 
 Destrezas bárbaras; y 
 Las antinomias de Sarmiento 
 Estas posibles categorías serán consideradas dentro de conceptualizaciones de “proceso 
civilizatorio”, “representaciones culturales” e “inculcación de hábitus”. 
 Se presenta, a continuación -como modelo de trabajo- las categorías sobre Higienismo y 
Militarismo en las que se exploran las concepciones militaristas e higienistas en Sarmiento. 
 A modo de ejemplo se transcribe un escrito de Sarmiento al final del proyecto, que permite 
identificar las concepciones planteadas (ver Discurso Inaugural del Gimnasio Científico 1885). 
a. Higienismo en Sarmiento 
 La concepción higienista el cuerpo, muy presente en la Argentina de fines del siglo XIX, estaba 
vinculado con el proceso de modernización: limpieza y desinfección de las ciudades, saneamiento 
del cuerpo y por tanto control del Estado sobre la Salud Pública. Los cuerpos enfermos eran 
considerados un peligro para la salud de la población. La Higiene, parte de la medicina que se 
preocupa en evitar enfermedades y mantener la salud, comenzó a cobrar importancia estatal en 
Buenos Aires, a partir de 1870 (Recalde, 1989: 9). Esta preocupación acompañaba al proceso de 
secularización sobre el control de los cuerpos que hasta entonces había permanecido en manos de 
la Iglesia: desplazamiento de cementerios, mayor limpieza en los centros urbanos. 
 En ese sentido, para la Educación Física Higienista8, la salud estaba en primer plano y la 
educación del cuerpo tenía un papel fundamental para la formación de hombres y mujeres sanos, 
fuertes y dispuestos a la acción, que actuaran como protagonistas en un proyecto de “asepsia 
social”. A decir de Recalde, “Educando el cuerpo por medio del ejercicio metódico y de la gimnasia, 
se lo fortalece; educando la inteligencia y dirigiendo por buen camino la conducta, se robustece en 
general las aptitudes morales y se prepara una sociedad civilizada”(1989: 9). De esta forma, para 
tal concepción, la gimnasia, el deporte, los juegos recreativos, etc., debían fundamentalmente 
disciplinar los hábitos de las personas en el sentido de llevarlas a que se alejen de prácticas 
capaces de provocar el deterioro de la salud y de la moral. Por lo cual la formación de la educación 
física o preocupación por el cuerpo estuvo presente en esta etapa imbuida de conformación de la 
Nación. 
 Esta visión de la educación del cuerpo estaba presente en Sarmiento. Para él, la Escuela tenía 
una función importante tanto en la civilización de las mentes como en la de los cuerpos y en el 
desarrollo de un carácter controlado. Al respecto, escribía: “La escuela debe ser el primer correctivo 
de nuestras costumbres, pasadas de moda ya en el mundo”, por ello era fundamental “la limpieza 
de las escuelas, así como la higiene individual y desarrollo físico de los niños” (Sarmiento, Obras 
Completas tomo XXVIII, Ideas Pedagógicas. Limpieza de las Escuelas, 1952: 348). 
 El modelo civilizatorio en el que es posible identificar las concepciones higienistas y militaristas 
se materializaron también en el Proyecto de la Generación del 80 con la Ley 1420/1884. Ley de 
Educación Común que comenzó a regir la educación elemental, primero en la Capital de la nación y 
territorios nacionales para luego, por Ley Lainez (1905), extenderse a todas las escuelas primarias 
nacionales que se crearon en las provincias. En los articulados de esta legislación se manifiesta la 
orientación yrol de la Educación Física en la formación de los niños: 
 “desarrollo moral, intelectual y físico9 del niño de 6 a 14 años”, (Art. 1); “la instrucción primaria 
debe ser obligatoria, gratuita, gradual y dada conforme a los preceptos de la higiene”, (Art. 2); 
En “El mínimun de instrucción obligatoria” se comprende “gimnástica”, (...) y para los varones 
será obligatorio, además el conocimiento de ejercicios y evoluciones militares más sencillas”, 
(Art. 6); y “las clases diarias de las escuelas públicas serán alternadas con intervalos de 
descanso, ejercicio físico y canto”(Art. 14). 
 De esta manera, en esa normativa del sistema educativo elemental, la educación corporal estaba 
presente en la tríada de formación moral, intelectual y física, sea a través de los conceptos de 
higiene y salud, sea a través de la gimnástica, formando parte de los contenidos mínimos del 
currículo escolar o alternando las actividades intelectuales con ejercicios físicos; posibilitando así, el 
modelado de los cuerpos civilizados. 
 Esta ley posibilitaba homogeneizar a la población y modelar los cuerpos tanto en la “campaña” 
como en la ciudad. Tanto para los gauchos como para los inmigrantes, procurando forjar así la 
identidad nacional con cuerpos dóciles, disciplinados e higiénicos, pero cuerpos fuertes y vigorosos 
para la defensa de la propia nación. Y estos habían sido los idearios de Sarmiento. 
 Y, si bien Sarmiento difirió del modelo liberal, oligárquico y agro-exportador que se materializaba 
definitivamente en Argentina en la década de los 80 del siglo XIX, él había tenido una participación 
activa junto a quienes lucharon para otorgar una presencia activa al Estado en su función 
civilizatoria de las costumbres imponiendo una nueva cultura del cuerpo. 
 Posteriormente el programa de educación integral se iría desvaneciendo dentro de una 
enseñanza enciclopedista e intelectual acorde a la función política que el Estado Oligárquico 
pretendía dar a la política educativa. Así se fue disociando la educación entre educación física y 
educación intelectual. Y Sarmiento quedaba asociado a la formación intelectual del ciudadano y 
poco se comentaría sobre su programa de formación integral. La figura de Sarmiento en su perfil 
intelectual sería posteriormente desplazada cuando se planteó la crítica a la visión civilizatoria 
según modelo europeo que colocara la raíz del dilema sarmientino de civilización o barbarie y que 
seguirá rigiendo a los intelectuales que pretendían a decir de Jauretche (1900-1974) “crear Europa 
en América trasplantando el árbol y destruyendo al indígena que podía ser obstáculo al mismo para 
su crecimiento según Europa y no según América” ([1968] 1982: 47). 
 A fines del siglo XX, cuando se plantea la crisis del proyecto de la modernidad y se denuncia la 
razón instrumental de dominio del Estado sobre toda la sociedad civil nuevamente se cuestiona a 
Sarmiento porque no reconoció el propio proceso civilizatorio no-occidental. (Fernández Retamar, 
1989). En esta nueva perspectiva Sarmiento es considerado como constructor de la “barbarie 
liberal”. En ese sentido, Fernández Retamar parafraseando El Facundo inicia su articulo 
diciendo “Sombra terrible de Sarmiento: voy a evocarte” (1989:173). 
 Retomando al modelo higienista, se podría afirmar decir que Romero Brest tendría una 
continuidad en el proyecto racionalista de Sarmiento. Sin embargo, en el centenario de la 
independencia (1910) se reconocería el aporte de Sarmiento básicamente en su posición militarista 
y nacionalista, por lo que minimiza o se ocultan sus preocupaciones higienistas. 
b. Militarismo en Sarmiento 
 La militarización también fue una inquietud sarmientina. Junto al discurso preventivo para el 
saneamiento de los cuerpos relacionado con las propuestas higienistas de la civilización moderna, 
estaba también el interés por la formación de un Estado fuerte defendido por los propios 
ciudadanos. 
 Para Sarmiento la preparación de los futuros “ciudadanos-soldados” era el reaseguro y defensa 
de la Nación. En ese sentido, Canessa10 ha extraído varios expresiones que reflejan la preocupación 
militarista de Sarmiento, por ejemplo que la gimnasia militar “ahorra tiempo, perdido en aprenderla 
en edad adulta y desenvuelve en el niño cualidades artísticas de que carece naturalmente: tenerse 
erecto (...), marchar con aplomo, sacar el pie con gracia, mover brazos y cuello con elegancia y 
llevar la cabeza erguida y la vista al frente” (Citado por Canessa, en Saraví Riviere [1948] 1983: 
34). 
 Aquí se observa la intención de modelar los cuerpos en una perspectiva armónica tanto 
civilizatoria como disciplinadora. Para Canessa, esa fuerza disciplinadora de la gimnasia fue 
reconocida por Sarmiento cuando planteaba que los niños necesitaban “aprender a obrar de 
concierto a ejecutar una idea, a hacer que sus piernas aprendan a medir el largo preciso, inefable, 
de manera que marchando al galope, lleguen a su destino de alto, en la misma cantidad de 
segundos que trescientos compañeros que forman la línea y que han empleado la misma cantidad 
de segundos en dar cien pasos a la carrera” (Citado por Canessa, en Saraví Riviere [1948] 1983: 
34). 
 Así, los batallones escolares y la gimnasia militar que fueron la preocupación de Sarmiento 
pasarían a tener “aplicaciones muy útiles y específicas en el adiestramiento del hombre para la 
defensa armada de la nación” (Citado por Canessa, en Saraví Riviere [1948] 1983: 34). 
 Sarmiento reconocía que se requería tiempo para “aprender a ser una nación armada”, por lo 
que era necesario “tomar a la niñez años economizados a la edad adulta”. Para él, “la escuela 
requiere orden, y el niño movimiento. Pueden hacer un convenio entre maestro y discípulo. 
Moverse en orden” (Citado por Canessa, en Saraví Riviere [1948] 1983: 34). En ese sentido 
considera que los ejercicios militares de la escuela de la Patria eran el “germen de la institución del 
porvenir” (Citado por Canessa, en Saraví Riviere [1948] 1983: 33). 
 Asimismo, se refería a la importancia de la preparación del soldado en las escuelas, afirmando 
que “La guerra moderna con sus armas científicas y perfeccionadas, requieren gran tiempo de 
preparación del soldado, y en muchos Estados las Escuelas y Colegios enseñan como gimnástica los 
ejercicios militares (Sarmiento, [s/f] 1951: 209-210). 
 La preparación del futuro soldado en la escuela elemental fue acompañada con la creación del 
Colegio Militar cuando Sarmiento asumía la presidencia. Precisamente el Colegio Militar buscaba 
transformar el “viejo ejército” en un ejercito moderno profesional y disciplinado, capaz de 
contrarrestar a los caudillos del interior e imponer el centralismo estatal (Rouquier, 1978). 
Fuentes a ser consultadas 
 Los escritos y discursos de Sarmiento fueron reunidos en 52 Tomos. Estos textos constituyen 
el corpus documental a ser analizado (se toma como referencia el año de su primera publicación). 
 1843 Mi Defensa / 1844 Memoria / 1844 Método de Lectura Gradual / 1845 Vida del General 
Fray Félix Aldao / 1845 Facundo. Civilización y Barbarie / 1849 Viajes por Europa, África y América / 
1849 De la Educación Popular / 1850 Recuerdos de Provincia, en Febrero / 1850 Argiópolis, Marzo / 
1852 Campaña en el Ejército Grande. Aliado de Sud América / 1853 Las Ciento Una / 1853 
Comentarios a la constitución de la Confederación Argentina / 1855 Educación Común / 1858 
Espíritu y condiciones de la historia en América/ 1858 Anales de la Educación Común / 1865 Vida 
de Lincoln, Escuelas, bases de la prosperidad de la República de los Estados Unidos / 1866 Vida de 
Chacho / 1876 Funda Revista Educación Común en la Provincia de Bs. As. / 1881 Funda Monitor de 
la Educación Común / 1883 Conflictos y Armonía de las razas en América / 1885 Vida y Escritos del 
Doctor Coronel Francisco Javier Muñiz / 1885 Vida de Dominguito / 1888Condiciones del Extranjero 
en América. Aclaración: esta documentación ya ha sido consultada parcialmente. 
7. Cronograma de ejecución según actividades propuestas 
 
Discurso inaugural del Gimnasio Científico. 04/05/1885 (Pág. 266-269, XXII seg. Vol.) 
 “Señoras y señores: Me encontrarán algunos un poco depaysé en este recinto, desde que se 
sabe que todas estas máquinas, correas, ruedas y los manubrios que las mueven, son remedios, 
como los indios del Norte de América llaman medicina a todo lo que les es desconocido por sus 
causas, como el rayo, y sus efectos, la muerte. Pero hace tiempo que estoy en contacto con muy 
afamados médicos: y sin duda que no es este el caso de decir, que ando entre la miel, etc., pues al 
contrario, creo que desde que trato con médicos, he dado en enfermarme. 
 Había sido invitado por mi antiguo amigo el Dr. Aberg, para exponer el propósito y el alcance 
benéfico del establecimiento que abre hoy día, y me excusé como ya lo había hecho de presidir el 
Círculo Médico, en el arte de repartir los premios acordados a los mejores trabajos de sus 
miembros, fundándome en mi absoluta incompetencia en materias científicas de este carácter, 
admitiendo sólo el honroso título de padrino cuyas funciones vosotros lo sabéis, se reducen a tener 
fe en la religión o en la ciencia y a desear al ahijado toda clase de prosperidades, incluso que Dios 
lo haga un santo. A la Gimnasia Mecánica le desearemos que sea eficaz para curar las 
enfermedades y a sus padres aquí presentes que llene los propósitos y les atraiga las bendiciones 
de los beneficiados. A más no puedo extenderme; pudiendo felizmente contar con el saber 
profesional de médicos notables que se encargan de satisfacer la curiosidad de los presentes, sobre 
el nuevo sistema de tratar las enfermedades. Un hecho que se viene produciendo y verificando en 
la última parte de este siglo, llega hasta modificar creencias que pertenecían a la humanidad. Los 
médicos y naturalistas empiezan a estar de acuerdo en que la vida del hombre es de cien años, 
poniendo en fe erratas la antigua noción de que era de sólo setenta. Fuera de controversia está 
que las poblaciones en masa viven en término medio más de cuarenta años, de ocho que vivía la 
de Ginebra hace tres siglos, tal era la rudeza, miseria, desabrigo e ignorancia de las 
muchedumbres, con las hambrunas que los errores económicos favorecían o creaban. En Londres, 
el término medio de la vida es de 43 años, y un médico prusiano que recorría la América con el fin 
de estudiar enfermedades endémicas, me aseguró oficialmente (siendo yo ministro del Estado de 
Bs. As.) que esta ciudad seguiría a Londres en salubridad, con diferencia de medio año. No había 
ocurrido entonces caso de cólera morbus, ni fiebre amarilla, ni había tantos médicos como ahora, 
que los hay hasta en la política. Nos contentábamos por entonces con nuestra enfermedad casera, 
las viruelas, que despueblan callandito un barrio o un partido, o una provincia entera. Pero se ha 
llegado a resultados positivos todavía. Sábense las personas que mueren en al año por cada mil 
habitantes, con poca diferencia de un país a otro, lo que sirve para los cálculos en las compañías de 
seguros sobre la vida. En Londres han omitido las cuarentenas. En cambio hay las comisiones 
parroquiales, que sabido por el censo cuántos habitantes tiene la parroquia, saben cuántos han de 
morir cada semana, y comparara una de este año con la de la misma fecha del anterior, se nota la 
diferencia; y si es mayor la mortalidad se procede a buscar la causa en algún desarreglo, en las 
condiciones higiénicas del barrio, pantanos, falta de ventilación en las casas, etc., etc.; con lo que 
se restablece el equilibrio. 
 Un hecho más, y llegaré a las maquinitas estas que nos rodean, y solicitan. En Inglaterra hay 
muchos hospitales de marina y otros en que la dirección por ser del Estado ejerce mucha 
influencia. Suponed veteranos inválidos, acostumbrados a la disciplina. Se les prescribe un régimen 
de vida: levantarse temprano, lavarse, frotarse con la crueldad que lo hacen los ingleses, caminar, 
leer, escribir, ejercer una profesión, dormir, etcétera; todo en proporciones acordadas con baño, 
abrigo, sol y demás. Pues bien, si en la sociedad ocurre un número de defunciones por cada mil 
habitantes, en el hospicio de inválidos ocurren menos y cada vez menos, según la vida metódica, 
ejercitada, física y moralmente, se establece y se hace normal. Luego puede prolongarse la vida 
por sistemas higiénicos por el ejercicio y el orden, y como las enfermedades, si no son hereditarias 
o endémicas, proceden de una causa conocidas, un resfriado, una indigestión, una herida, puede 
esperarse que removiendo las causas cesen los efectos. Para las enfermedades endémicas el Mr. 
Pasteur halla cada día un microbio a quién echarle la culpa de cada una de ellas, pero no siempre 
hay a quien culpar si no es a sí mismo, de haber comido cosas malsanas o expuéstose acalorado a 
la acción de un aire glaciar. 
 Otra causa de enfermedades es la débil constitución orgánica en que venimos al mundo, y hace 
precaria y enfermiza la existencia. El sistema no bastaría si no se aplicasen medios de corregir y 
robustecer la naturaleza. He visitado en Massachusetts un Colegio de señoritas en que la educación 
era del cuerpo, más que del alma, sometiendo a las pensionistas a ejercicios corporales que iban 
subiendo de punto a medida que el tiempo y las fuerzas adquiridas lo permitían. La primera clase 
de neófitas, por ejemplo, andaba cinco cuadras antes de almorzar; la segunda una milla; la tercera 
cinco millas y las de mayores diez millas, y aun volvían al Colegio a pié. Pocos entre nosotros lo 
hacen, siendo sanos. Muchas enfermedades del pecho, del pulmón, provienen de que la caja que 
contiene los instrumentos respiratorios es estrecha y por que la clavícula es corta, y en los 
esqueletos franceses parisienes se nota que es mas larga que en los de las mujeres de Inglaterra, 
efectos de la fuerza del corsé, el cual engendra otras enfermedades, deteniendo el curso de la 
sangre. 
 He concluido, señores, de decir lo que se me alcanza sobre este establecimiento de gimnasia 
higiénica con que ya me viene amenazando un grupo de médicos amigos, que se encargan de 
conducirme a la muerte por el camino mas largo posible, lo que yo acepto con tal que no sea muy 
escabroso. Mis piernas, por ejemplo, no se prestan como antes a las largas marchas y bruscas 
evoluciones; pero he aquí que el doctor Aberg nos trae una máquina de caminar, sin movernos de 
la silla en que nos sentamos, acaso leyendo un buen libro, como el viejo Catón iba por las calles de 
Roma cuando sus esclavos lo llevaban en silla de manos. Aquí el esclavo es aquella maquinita que 
se apodera de sus piernas de usted después de preguntar al director cuántas leguas, y hace 
marchar velis nolis, hasta que el propietario, extraño a estos movimientos, suda a mares, y le pide 
le devuelvan sus piernas por sentirse fatigado de tanto andar. Con seis meses de este ejercicio 
diario, el doctor Aberg promete hacer bailar valses a los ancianos mas deteriorados. Todos los 
órganos tienen aquí un aparato para que los haga entrar en ejercicio y robustecer sus fuerzas; se 
enderezan espinazos que tienen a encorvarse y con el ejercicio disminuye el embonpoint y la fatiga, 
y se acelera la falta de circulación de la sangre. Para comprender esto no se necesita haber 
estudiado medicina, pues el buen sentido nos lo enseña, como es lástima malograr los médicos sus 
raros conocimientos metiéndose en política donde no hacen de ordinario sino disparates. 
 Pero como hay aquí un mundo científico que no se contenta con explicaciones dadas por un 
profano, yo he obtenido de la deferencia de mi amigo el doctor Gil, llene el vacío que yo dejo y 
satisfaga la expectación de sus concolegas, sobre la importancia y trascendencia de la bellaimportación que ha hecho el doctor Aberg trayendo de su antigua patria, la Suecia, un don con que 
reconocer a esta provincia y ciudad el haberle dado una familia muy distinguida, y una esposa que 
se encontraba entre las estrellas de nuestro firmamento. A los señores Ayerza y Aberg mis 
concordiales felicitaciones. Tiene la palabra el doctor don Juan B. Gil. 
e dicho.” DFS 
Notas 
1. Representações sociais de jornalistas argentinos e brasileiros sobre Maradona e Romário. Movimento. UFRGS, v. 18, n. 2, 
2012. 
2. Para este caso, ver el estudio de Goellner (1997), quién a través de la obra Emilio o la Educación, realiza un análisis del 
pensamiento de Rousseau identificando sus principales ideas acerca de la educación en el cuerpo del niño. 
3. Guillermo Canessa (27/5/1906-14/9/1984) fue profesor del Instituto Nacional de Educación Física nº 1 Enrique Romero 
Brest durante 30 años, desde 1929 hasta 1959. 
4. GHIRALDELLI, Junior (1988). Capítulo I. Introducción pp. 15 a 21. Trabajo realizado a partir de una investigación que 
consistió en la lectura de libros de época entre los años 20 y 30 y en el análisis de 1.863 artículos publicados en las 
principales revistas de Educación Física de los años 30 hasta el momento que escribe. 
5. El presente título como los siguientes fueron extraídos del Himno a DFS, compuesto por Eduardo María de Ocampo en 
homenaje al cincuentenario de su fallecimiento (Bs. As., 1938) y que fuera impuesto para su canto en las escuelas 
argentinas. Este apartado se corresponde a al texto publicado anteriormente (Barcelona, 2006). 
6. La biografía de Sarmiento escrita por Lugones fue encargada por el presidente del Consejo Nacional de Ed., Dr. José 
Ramos Mejía (Leopoldo Lugones, Historia de Sarmiento, Bs. As., Comisión Arg. de Fomento Interamericano, 1911). 
7. Lugones, simpatizaba con el movimiento integralista europeo que criticaba las democracias liberales en la década de 1930 
(Cantón, Moreno y Cia. Historia Arg., Vol. 6. La democracia constitucional y su crisis. 1980: 109). La concepción “integral” 
de DFS de fines del siglo XIX, no se corresponde a la corriente integralista que surgió en la década de 1930. 
8. El médico higienista Enrique Romero Brest (1873-196X), cuyo tema de tesis doctoral trata El ejercicio físico en la escuela 
desde el punto de vista higiénico (1900), fue “creador del que se llamó Sistema Argentino de EF; y del juego de Pelota al 
Cesto” (Saraví Riviere, 1985: 61). Y se lo reconoce como el fundador de la Educación Física en la Argentina a partir crear 
y dirigir el “1° Curso de Educación Física de Vacaciones” entre el 20/12/1901 hasta el 20/02/1902 (Saraví Riviere, 1985: 
49). 
9. En negrita destaque del autor. 
10. Cabe aclarar que Canessa no presenta en su texto citas de referencia directa, por lo que no se pudieron localizar dichos 
discursos en los propios escritos de Sarmiento. Tarea esta que se realizará con una minuciosa lectura de la propia fuente. 
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