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3 diapositivas Victimologia_ee5614a1b57c0f8e6b94dd5a824bd81b - Elizabeth Hernández

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TEORIAS 
EXPLICATIVAS O 
DESCRIPTIVAS DE 
LA VICTIMIZACIÓN
Teorías explicativas o descriptivas de la
victimización
Del mismo modo que durante siglos el ser humano se ha
preguntado cuáles son las razones por las que alguien
transgrede las normas y comete delitos, la victimología
ofrece explicaciones acerca de las causas por las que hay
personas que presentan una mayor probabilidad de ser
víctimas de delitos que otras .
Teoría del estilo de vida
Uno de los primeros autores que se planteó el estudio
empírico de la víctima fue Wolfgang. A raíz de un análisis
pormenorizado de 550 homicidios ocurridos en Filadelfia
durante cinco años (1948 a 1952,)óicelbatseeuqsal
samitcívysolsadicimohneleusrenetsohcumserotcafne
númoc.
Este resultado causó un gran impacto en una sociedad que
consideraba que la mayor parte de las víctimas de homicidios
desconocían a su agresor.
Basándose en este estudio, Hindelang amplió este razonamiento
en 1978 al estudiar otro tipo de delitos más allá de los homicidios
en los que encontró datos de concordancia similares entre víctima
y victimario.
A partir de este conocimiento y de una férrea base
estadística victimológica formuló la teoría del estilo de
vida. Se trata de un modelo de oportunidad en el que tiene
en cuenta factores exógenos y endógenos.
Teoría de las actividades 
cotidianas 
Basada en el modelo de oportunidad, esta teoría apunta a que
son los factores espacio-temporales los que contribuyen a
explicar por qué se produce una victimización. Sus postulados
se basan en la comprobación empírica de que la victimización
no se distribuye al azar sobre el tiempo y el espacio, sino que
hay espacios y momentos de alto riesgo.
Cohen y Felson explican que el momento histórico en el que nos
encontramos da lugar a que todos llevemos a cabo actividades
cotidianas, esto es, actividades recurrentes y frecuentes que
satisfacen las necesidades básicas de los individuos,
cualesquiera que sean su origen biológico o cultural, tales como
los continuos desplazamientos, muchas horas fuera del hogar
por razones de ocio y el movimiento de capital, propiedades y
mercancías. Ese ritmo de vida aumenta las oportunidades de
delinquir, por lo que podría explicar las tasas altas de
delincuencia.
El enfoque de Cohen y Felson se centra principalmente en la
victimización como área espacial y temporal de convergencia de
tres factores identificables:
1.- Delincuentes motivados
2.- Presencia de blancos preferentes de victimización
3.- La ausencia o escasez de protectores eficaces 
El modelo de oportunidad y el 
modelo holandés 
El modelo de oportunidad incorpora elementos de los dos
anteriores y postula que el riesgo de victimización delictiva
depende en gran medida del estilo de vida de las personas y
actividades cotidianas que les ponen a ellos y/o sus bienes en
contacto directo con los posibles infractores en ausencia de
vigilancia adecuada.
El modelo holandés fue desarrollado por Van Dijk y Steinmetz.
Sugiere que son tres los factores principales determinantes de los
riesgos diferenciales de victimización, a saber, la proximidad, el
atractivo y la exposición.
La victimología crítica o la versión 
victimológica de la teoría del etiquetamiento 
Las teorías del etiquetamiento tienen también una
vertiente aplicativa en el seno de la victimología.
Parten de la idea de que la victimización potencia una
nueva victimización debido a la estigmatización o
marginación de determinados colectivos.
Además de explicar las causas de determinados
procesos de victimización y revictimización, esta teoría
persigue denunciar los estereotipos y efectos negativos
derivados de la atribución de la condición de víctimas.
El modelo del enfrentamiento social
El modelo de enfrentamiento social (Dussich, 1988) se
esfuerza en explicar la dinámica por la que los
individuos se enfrentan con los problemas en su
entorno. Es una teoría que parte de la perspectiva de la
comprensión de la victimización y de su afrontamiento.
El autor identifica cuatro fases del proceso de
enfrentamiento aplicado a la victimización.
Fase preventiva: conciencia de
la posibilidad de un problema.
Será vulnerable quien no se sepa
anticipar razonablemente a un
problema.
Fase de preparación:
conciencia y definición de un
problema real. Será vulnerable
quien no realice esfuerzos de
preparación ante el problema
inminente, valorando sus
recursos y ensayando el
enfrentamiento.
Fase de acción: ocurrencia del
evento. Será vulnerable la
persona inhábil para el
enfrentamiento. Se incorporan
aspectos de desamparo
aprendido y carencia de control.
Fase de revalorización: Dussich
recomienda guiar a la víctima en la
necesidad de revalorizar el
enfrentamiento, una vez que este ha
finalizado. La función de
revalorización sirve para revivir la
victimización de forma fiel y segura,
para comprender su ocurrencia y
considerar constructivamente las
opciones preventivas.
Conforme a este planteamiento, la victimización
depende de dos factores: la vulnerabilidad de la víctima
por la naturaleza objetiva del problema y la
vulnerabilidad de la víctima por la incapacidad de
enfrentar un evento amenazante debido a una falta de
recursos adecuados.
Teoría del uso legitimador de la víctima
A partir de la teoría de la neutralización de Sykes y
Matza (1957), Fattah en 1976 llevó esta idea al plano
victimológico. Se destacan aquellas justificaciones en
las que la víctima es el eje central de las técnicas
legítimamente identificadas, en las que es el recurso de
auto legitimación más utilizado del hecho delictivo
cometido.
De este modo, se identifican cuatro estrategias comúnmente
empleadas por los delincuentes para justificar el delito cometido
basándose en la figura de la victima:
La devaluación del valor
personal de la víctima. La
imagen despreciada de la
víctima que tiene el victimario
hace que esta quede en
condiciones ideales para ser
objeto de victimización.
La negación o minimización
del daño. El delincuente insiste
en que sus acciones no causan
ningún daño o perjuicio. Se
trata de una técnica empleada
con frecuencia ante las victimas
anónimas o adquisitivas.
La victimo-incriminación o
negación de responsabilidad
también actúa como
herramienta psicológica al
servicio del victimario. El
victimario opera sobre la base
del supuesto merecimiento de la
víctima.
El acto justiciero contra
determinados colectivos
implica en el área de la
victimización un proceso algo
más elaborado y que requiere
un especial condicionamiento
psicológico del autor.
Tipologías victimológicas
“Por tipología entenderemos el estudio de los tipos. Las tipologías
victímales son clasificaciones desarrolladas por diversos autores
para estudiar el rol de la víctima en el hecho conflictivo. Se
considera importante reconocer en materia de victimología, los tipos
de clasificaciones de víctima elaboradas por distintos autores y
tratadistas que permitieron el interés por el estudio de la víctima y
sus caracterizaciones. Las tipologías sirven para agrupar aquellas
características más significativas de las personas victimizadas”
(Sotelo, 2008, p. 39)
“Las primeras tipologías fueron elaboradas por los
fundadores de la victimología; a raíz de estas los
tratadistas que les tienen han tenido como referencia
obligada sus modelos. Se puede decir que todo tratadista
en esta materia tiene su propia tipología, lo que conlleva
a su especial y propia justificación al elaborar su listado”
(Barba, 2002 citado por Sotelo, 2008, p. 39)
“Victima completamente inocente o víctima ideal: es
aquella víctima que nada ha hecho o nada ha aportado
para desencadenar la situación criminal por la que se ve
victimizada. Es la victima inconsciente que se ubicaría
en el 0 por 100 absolutos en la escala de Mendelshon”
(Sotelo, 2008, p. 39)
“Victima de culpabilidad menor
o víctima por ignorancia: Es
aquel tipo de víctima que por cierto
gradode culpa o por medio de un
acto reflexivo causa su propia
victimización. En este caso se da
un cierto impulso no voluntario al
delito” (Sotelo, 2008, p.39)
“Victima por imprudencia: Es
aquella victima que determina
su victimización por falta de
control. Ejemplo, quien deja el
automóvil mal cerrado con las
llaves puestas” (Sotelo, 2008,
p.40)
“Victima más culpable que el
infractor o víctima provocadora:
Es aquel tipo de víctima que, por su
propia conducta, incita a cometer la
infracción. Tal incitación crea y
favorece la explosión previa a la
descarga que significa el crimen”
(Sotelo, 2008, p.40)
“La participación de la víctima no debe
de ser entendida como algo inmóvil,
estancado en la situación delictiva.
Cada hecho debe ser analizado en
forma individual de acuerdo a las
especiales y particulares características
del delito, por lo tanto, Mendelsohn,
realiza una segunda hipótesis basada en
la correlación entre la víctima y el
criminal” (Sotelo, 2008, p. 40).
Hans Von Hentig. “Por su parte, proponía cinco categorías de
clases generales y seis de tipo psicológicos sin pretender hacer una
clasificación de todas las víctimas, sino de categorizar a las más
frecuentes o mayormente victimizables. En sus primeras obras
intenta una clasificación en la que se aparta de criterios jurídicos.
Que permiten la interpretación de caracterizaciones victímales que
pueden ser abordadas para su estudio por parte de la criminología.
Por representar aquella categoría clases de víctimas más frecuentes
o mayormente victimizables” (Sotelo, 2008, p. 41).
Esas clases generales de víctimas serían las siguientes según Heting
(s.f.) citado por Sotelo, (2008):
✓El joven, que por su debilidad en el reino animal y en especie
humana, es el más propenso a sufrir un ataque.
✓La mujer, cuya debilidad es reconocida aún por la ley.
✓El anciano, que está incapacitado en diferentes formas.
✓Los débiles y enfermos mentales, entre los que sitúa al drogadicto,
al alcohólico y a otras víctimas potenciales por problemas mentales.
✓Los inmigrantes, las minorías y los tontos (dull normals), pues
tienen una desventaja frente al resto de la población. (p. 41).
✓ El deprimido, en el que esta abatido el instinto de conservación por lo que se pone constantemente en
peligro.
✓ El ambicioso (adquisitive) cuyo deseo de lucro y avaricia lo hace fácilmente victimizable.
✓ El lascivo (wanton) aplicado principalmente a mujeres víctimas de delitos sexuales que han provocado o
seducido.
✓ El solitario y el acongojado (heart broken) que bajan sus defensas en busca de compañía y de consuelo.
✓ El atormentador que ha martirizado a otros hasta provocar su victimización.
✓ El bloqueado, el excluido y el agresivo (fighting) que por su imposibilidad de defensa, su marginación o
su provocación son fáciles víctimas. (p. 41).
“Los tipos psicológicos, por su parte serían los siguientes” según
Heting (s.f.) citado por Sotelo, (2008):
Hans Von Hentig, “recurre a categorizar otra descripción de víctimas.
En su obra El delito, encontramos cuatro criterios de situación víctimal
para ordenar los tipos y dar categoría a la intervención de factores
biológicos, psicológicos y sociales. Es ahí donde el autor llega a dividir
a las víctimas según la situación de los impulsos, la eliminación de
inhibiciones, la capacidad de resistencia y debilidad a ser víctima”
(Sotelo, 2008, p. 42)..
Jiménez De Azúa. “Elabora una tipología partiendo del plano
y la óptica en los que se mueve el delincuente, ubicando a las
víctimas en dos categorías sustanciales: Víctimas indiferentes y
Víctimas determinadas” (Sotelo, 2008, p. 44).
“Víctimas indiferentes: Son
elegidas por el victimario, a este
le es indiferente la víctima
contra la cual ejerce violencia, y
fueron escogidas al azar.
Ejemplo, caso típico es el
arrebato” (Sotelo, 2008, p. 44).
“Víctimas determinadas: El
victimario dirige sus actos contra
una persona determinada. Ejemplo,
en el crimen pasional el hombre que
mata a la mujer que le ha sido infiel,
y no le da lo mismo matar otra que
aquella mujer, tiene que ser
determinada, concretamente esa
mujer infiel” (Sotelo, 2008, p. 44).
Dentro de éstas hay víctimas resistentes y 
coadyuvantes.
“Víctimas resistentes: Es el tipo
de víctima que se defiende de
manera efectiva. Ejemplo, ante
un ataque con cualquier agente o
instrumento vulnerante, se
defiende de tal manera que puede
llegar a victimar en legítima
defensa” (Sotelo, 2008, p. 44).
“Víctima coadyuvante: Es aquel
tipo de víctima que participa
activamente en el delito, aquella
que colabora a su propia
victimización. Ejemplo, en el
delito de homicidio, riña, delitos
sexuales, delitos contra la
propiedad, etc.” (Manzanera (s.f.)
citado por Sotelo, 2008, p. 44).
Factores victimogenos
Se ha trabajado algo (no aún lo suficiente) sobre “cómo elige el
criminal a su víctima”, es decir desde el enfoque criminológico;
debemos ahora tomar la perspectiva victimológica y preguntarnos
¿Cómo y por qué la víctima es elegida?. Esto nos lleva a una serie
de preguntas: ¿realmente el criminal escoge a su víctima?; ¿todas
las víctimas son “elegidas”?; ¿todas son elegibles?; ¿la víctima tiene
que ver en su elección?; ¿pudo una víctima evitar ser elegida?. En
la posición victimológica, la víctima es la figura central, elegible y
elegida, siempre con miras a su protección y atención en el caso
particular y a la prevención de la victimización en lo general.
Victima y victimario
Cuando se menciona víctima y victimario viene a la mente la idea de dos
opuestos, de dos entes contradictorios, del bien y el mal, del culpable y del
inocente, de Caín y Abel. Pero la situación no es tan sencilla, la
Victimología nos ha venido a demostrar que en ocasiones víctima y
victimario podrían no ser tan diferentes, y que pueden tener más
semejanzas que diferencias (por ejemplo, los estudios de violencia entre
adolescentes nos hacen ver perfiles muy similares para ambos actores).
Para hacer el análisis de la pareja penal, debe tomarse en cuenta tres
variables, que son el conocimiento o desconocimiento entre ambos, las
actitudes mutuas y la percepción que se tiene de la contraparte.
Relación y conocimiento
La relación previa de víctima y criminal es un hecho de gran
trascendencia que puede aclararnos gran parte de la dinámica, ya
que hay casos en los que se elige a una víctima por ser conocida y
en otros se selecciona exactamente por ser desconocida. En la
misma tónica, hay delitos que nunca se cometerían a un conocido y,
por el contrario, hay ilícitos que es imposible cometer si no se
conoce a la víctima (estupro, incesto, abuso de confianza, violencia
intrafamiliar).
Actitudes
Una vez detallado el hecho del conocimiento previo entre víctima y
victimario, se debe proceder a analizar las actitudes que pudieran
encontrarse entre ellos. La actitud es la disposición mental
específica de un sujeto hacia una experiencia concreta (en nuestro
caso la contraparte en la relación victimal), que puede ser positiva,
negativa o neutra.
Percepción
De la percepción que el criminal tenga de su víctima depende en
mucho la elección de ésta y no sólo eso, sino el mismo paso al acto.
Consciente o inconscientemente el victimario debe cambiar su
percepción si esta es favorable, y tomar distancia afectiva de su
víctima, de lo contrario puede arrepentirse al percibir a la víctima
con respeto, piedad, compasión, o temor.
Factores victimógenos
Por factor victimógeno entendemos todo aquello que favorece la
victimización, o sea las circunstancias, condiciones o situaciones de
un individuo que lo hacen proclive a ser elegido como víctima. Hay
diversas formas de clasificar los factores victimógenos, así, si
consideramos a la víctima como un ente biopsicosocial, los factores
pueden ser biológicos, psicológicos y sociológicos; otra forma es
considerarlos como endógenos y exógenos, o de manera más
dinámica como predisponentes, preparanteso desencadenantes;
puede también hablarse de factores víctimo-impelentes y víctimo-
repelentes
Factores biológicos
Es poco lo que se ha investigado en cuanto a factores biológicos de
corte genético en cuestión victimológica, no sabemos las sorpresas
que pueda darnos la genética en el futuro. Lo que sí sabemos es
que, para vergüenza de nuestra especie, hay criminales que escogen
a sus víctimas exactamente por su debilidad biológica, igual que los
más feroces depredadores del reino animal, que eligen al débil, el
enfermo, al pequeño, al cachorro, al viejo, a aquel que no puede
defenderse.
Factores psicológicos
Los factores victimógenos de orden psicológico han sido poco
estudiados, quizá porque los esfuerzos científicos se han centrado
más en el victimario y en los factores criminógenos, o porque nos
hemos dedicado con mayor empeño en conocer las secuelas
psicológicas que deja la victimización, con fines de atención y
tratamiento.
Factores sociales
Los factores exógenos, aquellos que vienen del exterior del
individuo, pueden ser de la más diversa especie, así desde los
fenómenos naturales (temperatura, lluvia, desastres, etc.) hasta toda
la estructura social, desde la familia hasta el Estado.
La dinámica
Una vez mencionados los factores victimógenos, lo que se
denomina victimogénesis, es necesario dar una idea de la
victimodinámica, ya que la relación victimal no es estática, por el
contrario, consiste en una serie de momentos que se van
concatenando, que dependen unos de otros, que representan un
antes, un ahora y un después. Por un lado, tenemos el iter criminis,
el camino del criminal, que corre desde que surge la idea del delito
(facies interna) hasta los actos preparatorios (comprar armas,
conseguir cómplices, preparar la coartada) y la comisión de los
hechos (facies externa).
La victimización sexual
La victimización calificada comúnmente como “sexual”, representa
en realidad una gran variedad de conductas y una notable
complejidad psicosocial. La característica más notable de los delitos
de agresión sexual es que son delitos de contacto; por lo menos en
sus formas más graves víctima y victimario están en la máxima
cercanía física posible.
Edad, género y voluntad
La edad del ofendido es fundamental, ya que puede cambiar el tipo
de delito, agravarlo o desaparecerlo; pero fuera de lo jurídico,
debemos distinguir al menos la infancia, la adolescencia, la
juventud, la madurez y la ancianidad, y es que en materia sexual,
muchas víctimas son elegidas exactamente por la edad (paidofilia,
efebofilia, gerontofilia).

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