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Crecer-nuestra-conversacion-de-sombra-y-lienzo-blanco--bajo-este-cien-la-materialidad-del-poema

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
MAESTRÍA EN LETRAS, 
ORIENTACIÓN EN LETRAS LATINOAMERICANAS 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
 
 
 
Crecer nuestra conversación de sombra y 
lienzo blanco: Bajo este cien, la materialidad 
del poema 
 
 
 
TESIS 
QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE 
MAESTRA EN LETRAS (LETRAS LATINOAMERICANAS) 
 
 
 
PRESENTA: 
MARICELA GUERRERO REYES 
 
 
TUTOR 
DR. PEDRO FRANCISCO SERRANO CARRETO 
 
PROSGRADO EN LETRAS, UNAM 
 
 
 
 
CIUDAD DE MÉXICO, JUNIO DE 2018 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
1 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para Eliseo Antonio y Marisa Sofía, 
que habitan hermosamente este 
universo. 
Para Maricela Reyes y Roberto 
Guerrero que me brindaron el habitar. 
 
2 
 
 
3 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
A la Universidad Nacional Autónoma de México y al Posgrado en Letras por la formación 
tan valiosa y paciente. 
A Pedro Serrano, quien guio este trabajo. A los lectores, Yanna Hadatty, Israel Ramírez, 
Susana González y Jorge Aguilera. 
A la memoria de Luis Alberto Arellano y de Sergio Loo, quienes escucharon y alentaron la 
escritura de estos materiales desde antes que supiéramos qué forma debían tomar. 
A Yolanda Segura, quien estuvo al cuidado de esta escritura. 
A Paula Abramo, Sisi Rodríguez y Nadia Escalante por su cercanía y amistad. 
A Rodrigo Romero y Tania Espinosa. 
Al Archivo Cacique. 
A las Nosotras de Canarias. 
A todos los colegas y amigos que directa o indirectamente me escucharon hablar de la tesis. 
 
4 
 
 
Contenido 
Introducción. Crecer nuestra conversación de sombra y lienzo blanco .................. 7 
Capítulo 1. Bajo este cien, materialidad del poema .................................................. 11 
1.1 Conversación de sombra y lienzo blanco, la materialidad del poema ............ 11 
1.2 Cierto que está a la merced de la literatura, pero quién no: Bajo este cien .... 16 
1.3 José Kozer: y mi padre saluda a Trotsky clandestinamente, y mi madre se deja 
llevar en su traje correctamente 1940 ............................................................................... 24 
1.4 Ojo de águila con los editores, contexto de publicación ................................ 30 
1.5 Los percherones en su surco: neobarroco ....................................................... 35 
1.6 Todas las puertas dan al comedor de casa: Bajo este cien .............................. 40 
Capítulo 2. Álbum de familia ................................................................................... 46 
2.1 Algún resuello gramatical entre mamá y papá en la alcoba: la identidad....... 51 
2.1.1 Gaudeamus .............................................................................................. 52 
2.1.2 Retrato de JK a los 40 .............................................................................. 57 
2.2 Está el tintero, un memorial: la casa ............................................................... 60 
2.2.1 Sagrada familia ........................................................................................ 61 
2.2.2 Te acuerdas, Sylvia .................................................................................. 64 
2.3 A refunfuñar sobre saldos y una quimera de frutales: la herencia .................. 68 
2.3.1 Testamento ............................................................................................... 68 
5 
 
2.3.2 Presentación de la niña Mía Kozer en la mirada de su padre .................. 70 
2.3.3 Susana entre unos lápices ........................................................................ 71 
2.4 Un nimbo a cada cual: recapitulación ............................................................. 73 
CAPÍTULO 3. TUMBA (FÉNIX) DE AMOR ........................................................ 75 
3.1 Postreras lamentadas: amor y muerte ............................................................. 82 
3.1.1 Tres glorias .............................................................................................. 83 
3.1.2 Impostación .............................................................................................. 88 
3.1.3 Tumba (fénix) de amor y Lápida ............................................................. 91 
3.2 Queda, muchacha, de nuestro gran amor ........................................................ 94 
3.2.1 Gastas el dinero como una chiquilla ........................................................ 94 
3.3 Besaré en efigie: salud, dinero y amor ............................................................ 95 
3.3.1 Acta matrimonial ..................................................................................... 96 
3.3.2 Apología de la fiesta ................................................................................ 99 
3.4 Su centeno en mi boca: recapitulación ......................................................... 100 
Capítulo 4. Trípticos ............................................................................................... 103 
4.1 Tríptico de Franz Kakfa ................................................................................ 107 
4.1.1 Naturaleza muerta .................................................................................. 109 
4.1.2 Bodas ..................................................................................................... 117 
4.1.3 Rebrote ................................................................................................... 123 
4.2 En soledad de siena venera los bicharracos: recapitulación ......................... 125 
6 
 
5. Crecer nuestra conversación de sombra y lienzo blanco: conclusiones ............. 128 
Bibliografía ............................................................................................................. 132 
Anexos .................................................................................................................... 137 
NULLA DIES SINE LINEA .............................................................................. 138 
Dedicatorias en los poemas de la sección “Tripticos” de Bajo este cien ................ 0 
 
 
7 
 
INTRODUCCIÓN. CRECER NUESTRA CONVERSACIÓN DE 
SOMBRA Y LIENZO BLANCO 
En el título de este trabajo recupero un verso del primer poema del libro en cuestión, "Junio, 
una remembranza", donde se relata una conversación entre José Kozer y Guadalupe, su 
esposa, que transcurre en un jardín donde levantan las copas para brindar mientras conversan 
sobre la vida asediada por el azul prusia “con que la muerte sella en toda su mayoría los 
organismos”, sin embargo, así mismo, hace crecer las palabras en las enredaderas. Considero 
que estos versos describen la atmósfera que se seguirá en los cien poemas que componen el 
libro aquí estudiado; y además materializan dos aspectos relevantes para este análisis, la 
conversación de sombra, como el sentido por descubrir mediante el diálogo, y el lienzo 
blanco como el espacio que el lenguaje ocupa con todas las dimensiones materiales posibles. 
El objetivo de la presente investigación es analizar la antología Bajo este cien, del 
poeta de origen cubano, José Kozer, mediante el concepto materialidad del poema para 
exponer una aproximación a la poética del autor, que se caracteriza por una proliferación de 
motivos en lospoemas, sin que esta proliferación rompa con la comunicabilidad. A partir de 
este análisis, además se identifican temáticas específicas que exploran lo doméstico, lo 
amoroso y la comunidad poética, desde una perspectiva que permite considerar en ellos la 
presencia de una actitud de resistencia mediante el lenguaje poético ante ciertos valores 
económicos; pues frente a ideas como la productividad y el individualismo, en los materiales 
con que se componen estos poemas se recuperan motivos como el solaz, la contemplación, 
la charla, el goce en el detalle, la familia, la comunidad y la camaradería. 
Por otro lado, con el estudio de este libro se reconoce la importancia de algunas 
estrategias escriturales tanto para el resto de la producción kozeriana como para la posterior 
8 
 
configuración del movimiento neobarroco, en la cual José Kozer estuvo activamente 
involucrado. 
He elegido este libro porque fue publicado en México, en una editorial institucional 
de alcance iberoamericano, el Fondo de Cultura Económica; con un tiraje de 3000 ejemplares 
numerados; además la edición estuvo al cuidado del autor1. Por otro lado, este libro es un 
antecedente importante para el movimiento Neobarroco latinoamericano que emergerá en la 
última década del siglo XX y será sumamente generoso en la diversidad de sus producciones 
y apuestas escriturales. Por otro lado, considero que la constelación de temas presentes en 
estos poemas me permite identificar una serie de condiciones novedosas de lo que el poeta 
realiza en la sociedad alrededor de su práctica principal, que será escribir poemas. 
Si bien el estudio versa sobre Bajo este cien, expondré en el análisis una selección de 
poemas de cada sección para poder concentrar la atención en tres estrategias materiales que 
Kozer experimenta con esta antología, tanto a nivel de composición de libro como a nivel de 
poema. Primeramente, la reunión de poemas alrededor de un concepto; una segunda 
estrategia es la puesta en página del poema para establecer un espacio visual significativo 
que a su vez es soporte de una determinada sonoridad y por último, una tercera estrategia que 
consiste en trabajar la materia lingüística complejizando en los niveles sintáctico y semántico. 
Con un acercamiento puntual a los poemas a partir de estos tres elementos materiales se 
 
1 Como afirma Rojas, Bajo este cien está compuesto a partir de poemas publicados previamente en otros volúmenes: “Los 
primeros poemarios de Kozer —Padres y otras profesiones (1972), Poemas de Guadalupe (1973), Por la libre (1973), De 
Chepén a La Habana (1973), Este judío de números y letras (1975), Y así tomaron posesión de las ciudades (1978), La rueca 
de los semblantes (1980), Jarrón de las abreviaturas (1980)...-—reunidos, en lo fundamental en la antología Bajo este cien 
(FCE, México, 1983), describen aquel encuentro con la lengua, en medio de un entorno anglófono, aunque marcado por el 
diálogo con otros poetas latinoamericanos, de su misma generación, residentes por entonces en Nueva York. En la formación 
poética de Kozer se produjeron dos desplazamientos simultáneos y decisivos: la vuelta a la lengua habanera y la inscripción 
en un espacio transnacional.” (Rojas 160) Ese encuentro con la lengua y sus particularidades se irá consolidando en los más 
de sesenta libros que prosiguieron al analizado en este trabajo. 
9 
 
puede configurar una poética kozeriana. 
La estructura de este estudio se presenta en cuatro capítulos, las conclusiones y un 
anexo en el que se incluye la bibliografía del autor actualizada. 
En el Capítulo 1. Bajo este cien, materialidad del poema, desarrollo el concepto de 
materialidad a partir de las teorías propuestas por Terry Eagleton y Meschonnic.2, entre otros 
autores, en los que el lenguaje poético implica a la esfera de lo ético y lo político. Los 
materiales que utiliza Kozer en este libro son: la organización en tres secciones, una que 
simula la revisión de un álbum familiar, una que expone el paso del amor vinculado a la 
muerte hacia el amor vinculado al bienestar, la vida y la escritura; y una final donde se solaza 
en el regalo de poemas en triadas a diversas personalidades de la vida literaria y académica. 
En ese capítulo también expongo el campo cultural en el que emergió este libro, e 
identifico momentos relevantes de la trayectoria vital y escritural de José Kozer, que son 
precisos como materia del libro y los poemas estudiados. Al final presento las premisas desde 
las cuales se analizarán los poemas con la finalidad de buscar una poética kozeriana. 
En el Capítulo 2, Álbum de familia, reviso desde el concepto álbum familiar la 
 
2 Señala Eagleton que “El término discurso implica la consideración del lenguaje en toda su densidad material, mientras que 
la mayoría de las aproximaciones al lenguaje poético tienden a negar su corporeidad. No es posible oír lenguaje simple y 
puro. En su lugar oímos enunciados que son agudos o sardónicos, afligidos o despreocupados, empalagosos o agresivos, 
iracundos o histriónicos. Y como veremos, todo esto forma parte de lo que queremos decir con el término forma. A veces 
se habla de mostrar las ideas que hay detrás del lenguaje del poema, pero tal metáfora espacial es engañosa. Porque en 
absoluto el lenguaje es como un envoltorio de celofán en el que las ideas vienen empaquetadas. Todo lo contrario: el lenguaje 
de un poema es constitutivo de sus ideas”. (Eagleton, Leer poema 10). En ese sentido, Henri Meschonnic también concibe 
al poema como un todo material que no puede apartarse de sus resonancias lingüísticas, políticas: “Llamo poética a esa 
revolución del pensamiento del lenguaje que es el reconocimiento de lo continuo. Donde no hay más que una homonimia 
con la poética como confusión con la retórica, con la estilística o con la psicología o la sociología. Es la interacción entre el 
pensamiento del lenguaje, el pensamiento del poema, el pensamiento de la ética y el pensamiento de lo político. De tal 
suerte que toda la teoría del lenguaje sea la poética, una poética de la ética, una poética de lo político, una poética de la 
sociedad. Una poética de la historización radical de los valores”. (Meschonnic, La poética como crítica del sentido 54) 
Hablar de poética no será aquí, entonces, una reducción a las posibilidades sintácticas y semánticas del lenguaje empleado 
por Kozer, sino la imbricación de esa forma con una serie de argumentaciones relacionadas al momento y lugar en que estos 
mismos poemas son producidos y puestos en circulación. 
10 
 
colección de estos poemas en los que se presentan temas de identidad, herencia y familia, 
pues considero que a partir de estos tres temas que puede reconocerse una poética que enlaza 
lo público con lo íntimo como un posicionamiento que ofrece resistencia frente a l como el 
productivismo y el individualismo. En el análisis de esta selección interpreto los poemas a 
partir de sus siguientes elementos materiales: la disposición del poema en la página y que 
está vinculada a la enunciación del poeta; un uso muy particular de los signos de puntuación 
en especial de los paréntesis, y una serie de propuestas de lectura en las que se realizan 
parodias, y simulaciones. Por otro lado, estas estrategias corresponden con temáticas en las 
que Kozer pone en crisis un tema y lo recupera renovado —desterritorialización y 
reterritorialización. 
En el Capítulo 3. Tumba (fénix) de amor, continúo el análisis material de una 
selección de poemas que se planea como una disertación en tres estadios: que en la parte I 
comienza en la Tumba del amor; en la parte II, transita por un renacimiento que se coloca 
entre paréntesis (fénix); y que en la tercera parte se establece en la plenitud. 
En el Capítulo 4, Trípticos, presento un análisis del “Tríptico de Franz Kafka” en el 
que identifico la postura de Kozer frenteal campo literario, la crítica y la propia figura del 
escritor checo que puede funcionar como una imagen de otros escritores y las relaciones que 
establecen con diversos agentes. 
En las conclusiones, recupero las premisas con las que inicié la lectura de Bajo este cien para 
dar cuenta de los procesos que hacen que el libro que analizo sea, desde mi perspectiva, una 
propuesta poética disconforme con ciertas estructuras literarias y socioeconómicas. 
 
11 
 
CAPÍTULO 1. BAJO ESTE CIEN, MATERIALIDAD DEL POEMA 
1.1 Conversación de sombra y lienzo blanco, la materialidad del 
poema 
En este apartado explicaré el concepto materialidad del poema y cómo es que esta 
materialidad se manifiesta en la composición del libro y los poemas de Bajo este cien. Así 
mismo, expondré una aproximación al campo cultural y contextual en que esta obra emergió; 
también revisaré qué elementos se materializan como estrategias escriturales; puesto que 
considero a los poemas, no como objetos aislados de su creador ni del contexto sociocultural 
en que se encuentran inmersos, sino como un discurso continuado que propone formas 
distintas de posicionarse ante una serie de sistemas establecidos. 
Para explicar el concepto de materialidad recurro a dos autores3; por un lado, Henri 
Meschonic, quien concibe una poética del ritmo en la que lo ético y lo político convergen en 
los sujetos durante la enunciación-entonación de los poemas, cuando afirma: 
Ya no se puede pensar el lenguaje sin pensar eso que hace un poema, que ya no 
se puede pensar eso que hace un poema sin pensar los sujetos, es decir que el 
pensamiento del lenguaje y la poética son un solo y mismo pensamiento. Pero 
entonces la poética es ella misma una ética en acto de lenguaje. Y si pone en juego 
la función y la situación histórica y social de los sujetos, ella es en el mismo 
movimiento político. Una política del sujeto. De los sujetos. (Meschonnic, La 
poética como crítica del sentido 33) 
Es decir, el poema y la poética desde esta perspectiva se conciben como un espacio 
de negociación y crítica de los poderes y lugares de enunciación; así mismo el lenguaje sería 
cuerpo, materia sonora, en la enunciación y en la entonación de quien lo pronuncia; lo cual 
 
3 Si bien, Meschonnic y Eagleton parten de definir lo material en un poema para vincularlo con lo ético y lo político, entre 
ellos disienten en el hecho de que la teoría meschonniana con respecto del lenguaje poético deriva en un plano teológico, al 
que en este análisis no recurriré. 
12 
 
implica plantearnos los espacios del poema más allá de los libros, una lectura poética sería 
también una concreción política de los sujetos. De esta manera, considera Meschonnic una 
serie de paradigmas o sistemas que van más allá de lo lingüístico y la concreción del lenguaje 
en los poemas: 
En lo cual el pensamiento del lenguaje trae consigo inevitablemente seis 
paradigmas, un paradigma lingüístico, un paradigma antropológico, un paradigma 
filosófico, un paradigma teológico, un paradigma social y un paradigma político. 
Toda reducción del pensamiento del lenguaje a un único paradigma lingüístico 
participa de una tecnologización del pensamiento que juega su 
compartimentación y su autonomía con el encadenamiento de las razones que 
hacen la fuerza del pensamiento sistemático del sistema del pensamiento y de las 
prácticas de las actividades humanas, lenguajeras, artísticas, éticas y políticas. 
Toda autonomización del pensamiento del lenguaje es entonces un pensamiento 
débil. Es lo propio de las doctrinas lingüísticas. (Meschonnic, La poética como 
crítica del sentido 40) 
La resistencia está colocada, pues, contra la tecnologización del pensamiento, contra 
la autonomía de las obras literarias, entendida así por principio de cuentas desde cierta crítica 
inmanentista que dejaría de asumir al lenguaje poético como una práctica social, enlazada 
con otros procesos de interacción e intercambio, y abandonaría, entre otros elementos, su 
contenido político. En términos muy cercanos, Terry Egleaton ofrece una perspectiva en la 
que el poema es considerado desde sus dimensiones sonora, sintáctica, semántica, sistémica 
y contextual, en un marco de lo político y lo ético: 
Un texto poético es rico en información porque cada uno de sus elementos, como 
ya hemos visto, se halla en la intersección de varios sistemas superpuestos. Cada 
unidad, si se quiere decir así, es como un mecanismo conmutador entre una 
pléyade de sistemas y subsistemas. Participa en varios sistemas diferentes 
simultáneamente; y lo hace más complejo aún el hecho de que cada elemento de 
un poema lleva una doble vida como «paradigmático» y «sintagmático». (El 
primer término se refiere a la estructura total del texto, considerado como un todo 
espacial, mientras que el segundo se refiere a las relaciones establecidas 
«lateralmente», conforme el poema avanza por el tiempo verso tras verso.) Cada 
uno de estos sistemas representa una norma de la que los otros se desvían. Cada 
sistema «desfamiliariza» a los otros, rompiendo su regularidad, poniéndolos más 
vívidamente de relieve. Cuando un sistema amenaza con volverse rutinario y 
monótono, otro sistema lo atraviesa perturbándolo y volviendo así su presencia 
13 
 
nuevamente palpable. (Eagleton 72) 
En este estudio me interesa colocarme en el sitio de la intersección de la que habla 
Eagleton: leer un poema en estos términos para reconocer la pléyade de sistemas que 
atraviesan su enunciación y su escritura; y comprender una serie de acontecimientos y 
negociaciones de esos significados en su historicidad, tal y como lo plantea Meschonnic, lo 
cual permite además revalorar una ética de los sujetos, una apuesta del mundo mediante el 
lenguaje en la que lo ético y lo político se encuentran latentes. El poema en estos términos es 
una posibilidad crítica y creativa de concebir la complejidad de estar en el mundo; por lo 
tanto, es también una forma de resistencia ante los valores del capital que pretenden 
simplificar cualquier acto lingüístico. Al respecto, continua Meschonnic: 
Pero funciona porque no es solamente una teoría lingüística del signo. Es también 
una pragmática y una política del signo. Las del instrumentalismo. Del Estado. 
De la razón y de la razón de Estado. Que refuerzan las políticas centralizadoras 
de la lengua. El Estado no puede tener otra teoría del lenguaje más que el 
instrumentalismo. En esto el estructuralismo ha sido la buena conciencia de la 
teoría del signo. Ésta no puede más que excluir el poema, como desvío, o anti-
arbitrario. Esta exclusión –que también es la adoración, el lujo, la fiesta–, muestra 
que el ritmo, el sujeto, el poema tienen una misma apuesta, la de una antropología 
histórica del lenguaje, que tiene también un sentido político, por la primacía del 
discurso, es decir de lo múltiple, en lo empírico, de la dialéctica indefinida de los 
sujetos y del Estado. Historicidad, pluralidad son solidarias. (Meschonnic, La 
poética como crítica del sentido 74) 
Pluralidad e historicidad que disienten frente a los discursos hegemónicos que 
apuntalan la concreción de un sujeto ideal o paradigmático —cuya subjetividad ha sido 
moldeada por una serie de lugares comunes sobre el deber ser— con el que el sistema 
económico, político y social de ultraproductividad estará de acuerdo. La posibilidad de 
disentimiento que los poemas y la poesía generan desde la diversificación de posturas, la 
singularización de la experiencia y la creación de comunidades en resistencia es sumamente 
valiosa y necesaria; en primera instancia, porque pone en crisis de los valores del capital, y 
en segunda, porque plantea la posibilidad de vislumbrar otros horizontes con los cuales decir 
14 
 
y crear participando políticamente. 
En ese sentido es que la lectura de un poema no puede quedarse en sólo uno de los 
sistemas que lo integran (por ejemplo, el lingüístico)sino que debe atender desde lo 
pluridimensional y propiciar espacios que se permitan plurisemánticos.4 Es importante 
reconocer la materialidad del poema desde esta perspectiva para identificar la toma de postura 
del autor ante el mundo, la forma en que disiente o no de los valores hegemónicos mediante 
la particular y específica forma de articular un discurso en versos. 
En una entrevista realizada por Denise León en marzo de 2017, José Kozer valora las 
varias funciones que tuvo la antología Medusario en la comunidad poética de los años 
noventa y señala que la más importante es aquella que permite una perspectiva distinta a la 
idea romántica del poeta atormentado: 
[Medusario] tuvo otra función, que es quizás la que más me interesa: el poeta deja 
de ser el diosecillo que vive supeditado al dictado de las musas, zarandeado por 
el numen y lo sibilino, a la merced de la llamada inspiración, y se convierte en el 
ciudadano de a pie que funge de poeta unos momentos si se quiere deleitables, 
extraños, exquisitos, pero que no consumen la totalidad del individuo, y lo 
vuelven poeta día y noche, en el sueño y en la vigilia, digamos, veinticuatro horas 
al día, de lunes a lunes, año tras año. Por el contrario, el ejercicio poético ocurre, 
cuando ocurre, se trabaja, se corrige y rectifica, se almacena y se saca a la luz, se 
comparte y se publica o se oculta y deja para otro momento futuro o sin futuro, 
pero no ocupa sino uno de numerosos espacios de la vida de la persona que 
además de persona, es poeta o practica como artesano, casi como ceramista y 
alfarero, el oficio poético.[…] En este sentido el poeta no tiene nada de particular: 
lo único que lo distingue del común de los mortales, y en su momento, es que en 
ciertos momentos, repito, escribe un poema. Esa manera de ser, ese 
comportamiento vital es nuevo en la historia de la poesía, y creo separa de manera 
tajante lo anterior, sea parnasiano, simbolista, romántico o neoclásico, de lo 
actual, que si bien se piensa resulta menos clasificable dada la capacidad de 
simbiosis, de mezcla continua, y de amalgama que contiene hoy por hoy la vida 
 
4 En ese sentido la crítica que se pretende apolítica, no es tal en realidad. Señala Eagleton: “Toda teoría literaria presume 
cierto aprovechamiento de la literatura, aun cuando sea totalmente inútil el provecho que se saque. La crítica humanista 
liberal no se equivoca cuando aprovecha la literatura, pero se equivoca engañándose al decir que no la aprovecha.[…] La 
idea de que hay formas de crítica “no política” es sencillamente un mito que promueve con gran eficacia cierto 
aprovechamiento de la literatura. La diferencia entre la crítica “política” y la “no política” es la diferencia que existe entre 
el primer ministro y el monarca: este último favorece ciertos fines políticos fingiendo no hacerlo; y aquél los favorece sin 
ocultarlo.” (Eagleton, Una introduccción a la teoría literaria 247) 
15 
 
del poeta, ese híbrido, y su poesía, ese otro híbrido multirreferencial. (José Kozer: 
el tejido poético impide a las palabras escapar) 
Esta propuesta de una nueva configuración de la persona poeta que presenta Kozer 
en esta entrevista es muy relevante pues permite confirmar una posible idea de la escritura y 
la definición de la poética kozeriana que ya se encuentra presente en el libro del que parte 
este trabajo, Bajo este cien5. Mediante tal posición se identificarán los elementos de esa 
poética kozeriana y su particularidad en el ámbito de las escrituras latinoamericanas de 
finales del siglo XX. Por lo que es necesario señalar que la unidad mínima de análisis en este 
ejercicio será el poema considerado desde la perspectiva de Eagleton: 
Un poema es, pues, una acción retórica, pero (al contrario que la mayoría de las 
prácticas retóricas) no es típicamente instrumental. Lleva a cabo sus acciones para 
nosotros, pero no para que podamos lograr algo con ellas. A pesar de esto, hay 
diversas formas de poesía que se escriben con la clara intención de elogiar, 
maldecir, consolar, animar, bendecir, conmemorar, denunciar, ofrecer consejo 
moral y otros muchos fines. Puesto que la era moderna desconfía neuróticamente 
de lo didáctico, al asumir que el hecho de que a uno le enseñen debe de ser 
invariablemente desagradable, tiende a creer que aquellos poemas que pretenden 
precisamente eso son modos inferiores de escritura. 
(Eagleton, Leer poema 110) 
Si por esa negación de instrumentalización de la acción retórica del poema, se le 
concibe como una forma menor de la escritura, es preciso reconsiderarlo desde la concepción 
de Deleuze y Guattari cuando definen a las escrituras menores como aquellas en las que son 
las minorías quienes proponen formas revolucionarias del lenguaje y de los sujetos: “Una 
 
5 Por otro lado, se encuentra la figura del poeta de la modernidad que a diferencia del imaginario romántico al que alude 
Kozer, opta por la creación de una voz poética en la que escinde—desde mi punto de vista aparentemente—la identificación 
entre sus poemas y su vida personal: al respecto Pedro Serrano escribe: “El poeta moderno, en su defensa de la voz poética, 
y para preservar el poder argumentativo de su poesía, se vio obligado a dejar de lado cualquier identificación posible entre 
sus poemas y su propia vida y realidad personal; construyó una voz impersonal como sustitución metonímica de su yo 
poético e hizo que esta voz representara su personalidad para así recobrar una posición dentro del debate moderno. Esto se 
debe en varias razones: primero, una voz, a diferencia de la persona, no puede ser encasillada en ninguna racionalidad social; 
tampoco puede ser atacada con argumentos económicos o sociales; no puede ser dañada en un encuentro intersubjetivo; y 
finalmente, aún en los discursos racionales, directamente relacionados con la verdad, la voz es, una representación del yo 
menos dañina y al mismo tiempo más real que el propio cuerpo”. (Serrano 25) 
16 
 
literatura menor no es la literatura de un idioma menor, sino la literatura que una minoría 
hace dentro de una lengua mayor” (Deleuze y Guattari 28). Como explicaré más adelante, es 
la escritura de Kozer una puesta en práctica de lo que una literatura menor puede ejercer 
mediante sus estrategias y dispositivos escriturales. Interpreto la poética de José Kozer desde 
el concepto de literatura menor para relacionar espacio y tiempo y campo cultural y así 
explicar las estrategias de territorizalización, desterritorialización y reterritorialización6 en 
los poemas kozerianos. 
1.2 Cierto que está a la merced de la literatura, pero quién no: Bajo 
este cien 
En Bajo este cien el autor integra un volumen con poemas de otros poemarios; no es un libro 
temprano sino la meditada organización de un camino andado, por lo que puede entenderse 
como la declaración de una poética. 
Respecto a los diversos materiales que el poema concentra para su expresión, incluido 
el silencio, la supresión o el espacio en blanco, señala Alicia Genovese que “la poesía 
insistentemente se sitúa en el descontrol que generan los discursos transparentes, más allá de 
esa prolijidad que borra lo ilegible” (Genovese 17); opuesta a la transparencia, es 
precisamente en esa falta de prolijidad que puede ubicarse la poesía de Kozer; son los sitios 
no legibles los que generan un sentido desconcertante que descoloca la estabilidad de lo 
conocido. Continúa Genovese aclarando que la poesía: 
 
6 Originariamente, el término desterritorialización fue usado por los filósofos franceses Gilles Deleuze y Félix Guattari. En 
Mil Mesetas afirman: “Todo agenciamiento es en primer lugar territorial. La primera regla concreta de los agenciamientos 
es descubrir la territorialidad que engloban, pues siempre hay una. El territorio crea el agenciamiento. El territorio excede a 
la vez elorganismo y el medio, y la relación entre ambos; por eso el agenciamiento va más allá también del simple 
‘comportamiento’”. (513) En la conversación que Félix Guattari y Suely Rolnik sostienen en 1997 en el libro Micropolítica. 
Cartografía del deseo, afirman que “El territorio puede desterritorializarse, esto es, abrirse y emprender líneas de fuga e 
incluso desmoronarse y destruirse. La desterritorialización consistirá en un intento de recomposición de un territorio 
empeñado en un proceso de reterritorialización.” (Rolnik y Guattari 41) Más adelante volveré con atención a estas nociones. 
17 
 
Se sitúa en todo lo que los discursos dejan fuera y que persiste con lo no dicho, 
como un silencio que es tachadura que es ausencia. En esa tachadura, la llaga 
sobre la que insiste el poema. Frente a la cohesión asociativa que es exigencia de 
los discursos transparentes, la poesía quiebra y yuxtapone, deja hablar al espacio 
en blanco. Frente al horror vacui de la explicación y la justificación, la poesía 
utiliza la elisión, deja que los sentidos armen con el gesto silencioso de las 
palabras obviadas. El poema no se preocupa por explicar lo percibido, lo tensa. 
(Genovese 17) 
Esa tensión de lo no explicado, ni explicitado, me parece uno de los elementos 
centrales para reflexionar sobre los poemas de este libro. Los elementos de los que habla 
Genovese —el borrón, lo no dicho, el silencio que es tachadura y ausencia— están totalmente 
dispuestos a expresar la ajenidad frente a lo transparente y legible, y serán fundamentales 
para rodear la palabra nunca pronunciada en el libro: Cuba. Es decir, la expulsión y el exilio 
serán algunos de los temas recurrentes al analizar la obra de Kozer; pues desde diversas 
aristas el exilio, la diáspora y la migración son expuestos por la crítica kozeriana como 
fundamentales al leer “lo no dicho”. Por lo que la posición del poeta se muestra ajena al lugar 
común cuando se trata de esos temas, toda vez que su escritura no es la respuesta inmediata, 
referencial, a esa temática que parece exigírsele en tanto cubano desplazado. No nombrar la 
isla es en algún sentido una forma de impregnar con ella toda su obra, a partir de su ausencia 
y del rodeo a su contorno. 
Al exponer el tema del exilio, los críticos y estudiosos de la obra kozeriana sitúan el 
tema partiendo muy específicamente de la raigambre judía del escritor nacido en La Habana 
en 1940. Aída L. Heredia describe la recreación de una experiencia atribuible a José Kozer, 
además de atender el traslado del yiddish paterno a tierras cubanas, como un exilio lingüístico 
de la generación anterior, para determinar dos ánimos en la obra kozeriana: 
En la intimidad del hogar dos experiencias dan forma a la intuición poética de 
nuestro autor: el exilio y la metamorfosis por la que atraviesa la lengua de sus 
progenitores. El primero tiene como punto de partida la emigración de estos a 
18 
 
Cuba. Fuertemente ligado al exilio geográfico de los padres de Kozer hay un 
exilio lingüístico, representado por los dos idiomas hablados en la casa original 
del poeta: el yiddish, lengua nativa del padre, y el "esmerado castellano" de la 
madre ("Gramática de mamá," Bajo este cien, 37). Esta diferencia lingüística 
signa dos estados anímicos: uno resignado a la muerte y otro que ansía la vida. El 
estado de muerte que comunica el idioma del padre tiene que ver con un doble 
proceso histórico. (Heredia 12) 
Considera Heredia dos estados anímicos que pulsan en la obra kozeriana a partir de 
la recreación de una experiencia: uno que se dirige hacia la vida, y otro hacia la muerte, 
vinculado al padre; no obstante, y como lo señalará Kozer en diferentes ocasiones, lo suyo 
será ir hacia lo vital, siendo la muerte parte de esa vitalidad material sólo posible con el 
cuerpo. En ese sentido es que el exilio en Kozer adquiere una idea de enriquecimiento, tal 
como lo señalará Angelina Muñiz-Huberman, quien analiza particularmente el tema en el 
ensayo “La poética del exilio en José Kozer”. Dice la poeta mexicana de origen español-
sefardí: 
La poesía de José Kozer es de pérdida y de recuperación armónica matizada por 
una dolorosa recreación de memoria. Poesía entre lo cruel cotidiano, el cinismo 
hiriente y una sacralización de la realidad. 
Entre sus temas queridos, que podrían ser muchos, hay uno recurrente y, a veces, 
disfrazado que es el exilio. Exilio como reflejo del modo existencial y del modo 
metafórico. Y, claro, del modo lingüístico. 
Si hay un estado vital relacionado con el ser del judaísmo que más lo define es el 
del tránsito, transmigración o éxodo. En este caso, la poesía de Kozer es de índole 
itinerante. Se escribe a lo largo del camino y se convierte en un reflejo de vacíos 
y desiertos que deben llenarse. La experiencia del exilio es, así una experiencia 
acumulativa y no tanto de pérdidas. (Huberman Muñiz 244) 
Si bien el exilio, de acuerdo con la caracterización de Angelina Muñiz, es el éxodo y 
la itinerancia por el desierto, acontece sobre todo la posibilidad de acumular experiencias y 
en ese sentido la creación y recreación de Kozer no estará signada como pérdida sino como 
acumulación. Con esta idea de acumulación provocada por la condición diaspórica se 
comienza a perfilar una especie de enriquecimiento a partir de las condiciones materiales a 
19 
 
las que se enfrentan los migrantes en determinadas condiciones; en la misma línea de 
pensamiento que Muñiz-Huberman se encuentra el análisis de Lydia M. Gil, quien además 
se pregunta qué de esta condición de exilio es de exclusiva raigambre judía: 
¿Qué es entonces lo judío en la poesía de Kozer si ésta logra desprenderse de la 
iconografía y autorreferencialidad tradicionales del judaísmo, y de aquellos 
idiomas que legitiman la temática secular por ser per se medios exclusivamente 
judíos (como el yidish o el ladino, o el hebreo antes de 1948)? La respuesta es una 
poesía que no solamente parte del exilio, sino que lo exige: una escritura que 
reclama un retorno al Desierto. (Gil 266) 
Y en ese exigir exilio y yerro, es que las condiciones políticas que expulsan a Kozer 
de Cuba y que lo obligan a vivir en un mundo anglófono, serán las mismas condiciones que 
lo obliguen a reconocer y a enriquecer su español recuperando el habla iberoamericana y no 
especificándose cubano sino diseminándose; no especializándose judío sino deviniendo en 
identidades que podríamos caracterizar intermitentes, simultáneas, dinámicas. Muy 
particularmente, el crítico Rafael Rojas de origen cubano, sitúa a Kozer en esa tradición de 
escritores cubanos: 
Esta apertura hacia lo leído en otras lenguas confiere a la poesía de Kozer un 
sentido cosmopolita y diaspórico, que no tiene antecedente en la literatura cubana. 
Un desbordamiento hacia otras tradiciones poéticas y otras lenguas literarias que, 
en todo caso, habría que relacionar con el cosmopolitismo literario de José 
Lezama Lima o Severo Sarduy, aunque con una más notable afirmación de la 
errancia, que proviene, naturalmente, de la identidad judía. (Rojas 167) 
Al introducir Kozer su errancia judía —con toda la inexactitud que este concepto 
abarca en la idea del exilio ancestral metafórico y de capital simbólico que representó en el 
siglo XX— propició una escritura cubana-iberoamericana muy particular que consideró la 
Revolución Cubana hacia la escritura en español durante la segunda mitad del siglo XX en 
Estados Unidos. Al respecto, concluye Rojas: 
José Kozer, hijo de un sastre judío y comunista, exiliado de la Revolución 
Cubana, vendría siendo esa encarnación del neobarroco poscomunista en la 
20 
 
literatura latinoamericana. La poesía como testimonio incesante del paso del poeta 
por el mundo, como plataforma para la memoria de una familia, una comunidad 
y una lengua perdidas y como oficio de tejido y bordado en los límites del 
lenguaje, hacen de este escritor cubano uno de los ejemplos más distinguibles de 
una vanguardia literaria,distante de las traducciones políticas convencionales de 
la izquierda regional. (Rojas 177) 
De la misma manera en que Rojas atribuye a la obra kozeriana diversas posibilidades 
como testimonio del paso del poeta por el mundo que la configuran como una vanguardia 
literaria; Denise León, crítica argentina, enumera una serie de características de la obra 
kozeriana que no la circunscriben a lo puramente cubano sino que lo traspasan y expanden 
latinoamericano: 
El registro poético de Kozer genera una poesía mestiza, diaspórica, donde 
reverberan múltiples tradiciones; múltiples exilios que el poeta “criba, trilla, 
tritura, machaca, reconvierte y respira”. Considero que la irreductible 
singularidad del habla poética kozeriana tiene que ver sobre todo con su 
permanente condición de extranjería. Sólo luego de perder el español como 
lengua de expresión cotidiana, el poeta podrá recuperarlo desde la entonación 
nostálgica en un paisaje idiomático completamente diferente. (León 146) 
Considera León que la recuperación del español sucederá desde la entonación 
nostálgica en un paisaje idiomático completamente diferente; que nos ofrecerá un español 
sumamente denso en cada una de sus capas, un español barroquizado donde no se puede decir 
que hay cubanidad, porque no identificamos giros particularmente habaneros; tampoco hay 
una hibridación, pese al contacto del español cubano con el inglés de Nueva York —como el 
pocho de los mexicanos migrantes o el niuyorican de los dominicanos)—7 hay un español 
recuperado, enriquecido y con un ánimo muy vital de expandir y proponer una lengua y una 
poética en vanguardia a partir de apostar diversos temas. La extranjería se vuelve una casa 
en que su lengua poética, colmada de particularidades, resulta extraña y proliferante, a la 
 
7 En sentido contrario al mecanismo kozeriano de densificar el español hasta latinoamericanizarlo se encuentra, por ejemplo, 
el trabajo de Josefina Baez, poeta dominicana, quien en Dominicanish, explota la hibridación de la lengua inglesa con el 
español trasplantado de La Romana a Nueva York. 
21 
 
manera de signos dentro de los cuales implotan significantes y significados, una lengua 
estallada y excedida, desbordante. 
Si bien una de las principales temáticas de este libro es La Habana, como sitio idílico; 
también lo serán las redes familiares, el amor y la propia escritura en relación con la 
comunidad en la que escribe. 
Nicole Brossard enumera una serie de elementos útiles para atender a una obra 
poética: temas, perspectiva, postura y estilo8. Desde este esquema, abordo la poética 
kozeriana mostrando cómo estos cinco aspectos se entretejen en los poemas. Considero que 
Kozer genera una visión rizomática de desterritorialización- reterritorialización9, en la que se 
pone en cuestión o extrañamiento un tema para luego reasumirlo o recuperarlo con otro 
sentido, que además no es estable ni unívoco sino diverso y mutable, no exento de 
contradicción.10 En ese sentido, la perspectiva desde donde Kozer aborda temas como el 
exilio, la diáspora y la migración se encuentra en consonancia con las apuestas neobarrocas 
latinoamericanas que desde diversos estilos asumen el cuestionamiento del sujeto ante su 
 
8 Acerca de la política del poema explica Nicole Brossard: “No es en la escritura donde un texto poético es político, es en 
la lectura donde se convierte en político. Sabía que había algo verdadero y equivocado a la vez en este enunciado, y por lo 
tanto decidí dividirlo en dos afirmaciones que son: 
A- En la escritura, un texto muestra su política. 
B- En la lectura, el texto tiene un aura política. 
Creo que un texto proporciona información subliminal por la manera en que quiere ser leído. Su estructura es en sí un 
enunciado, no importa lo que diga el texto. Por supuesto, lo que dice el texto es importante, pero es como el cuerpo del 
lenguaje, que dice más sobre ti y sobre cómo quieres contar con algo más que con tus palabras. Me gustaría señalar tres 
aspectos en el que un texto muestra su política: su perspectiva, sus temas y su estilo.” (Brossard 56) Ambos momentos del 
texto literario, entonces, generan una articulación en la que pueden percibirse los vínculos del lenguaje con el sitio donde 
son preferidos y la persona que los enuncia. 
9 Con visión rizomática nos referiremos al concepto que Deleuze y Guattari desarrollan que se sirve del término proveniente 
de la botánica para definir un modelo de conocimiento que se caracteriza por su multiplicidad o anti-genealogía, 
oponiéndose a la figura del árbol, “Contrariamente a los sistemas centrados (incluso policentrados), de comunicación 
jerárquica y de uniones preestablecidas, el rizoma es un sistema acentrado, no jerárquico y no significante, sin General, sin 
memoria organizadora o autómata central, definido únicamente por una circulación de estados.” (Deleuze, Gilles y Guattari, 
Félix 26) 
10 La propuesta brossardiana corresponde con la kozeriana no solamente en su contemporaneidad sino en la necesidad de 
partir del cuestionamiento y construcción de la identidad a partir de reconocer claramente el lugar desde donde se escribe y 
con qué intenciones e intensidades. 
22 
 
contexto, volviéndolo colectivo11. Al analizar la obra kozeriana, señala De Cuba sobre los 
temas kozerianos y el estilo de construirlos: “Le obsede remendar los pedazos dispersos, y 
entonces construye sobre la oquedad. Esta ausencia o presencia de confusiones (laberinto 
genealógico, embrollos, y palimpsestos idiomáticos) devendrán catarsis en Kozer en sus 
poemas” (De Cuba 82). Es posible entender esta catarsis como una de las diversas funciones 
que el barroco ofreció como estrategia escritural y compositiva que luego retomaría el 
programa neobarroco. En Kozer podemos vincular esa tendencia muy particularmente con 
su multiculturalismo. Lydia M. Gil se pregunta con respecto del origen judío de la poética 
kozeriana: “¿Qué es entonces lo judío en la poesía de Kozer si esta logra desprenderse de la 
iconografía y autorreferencialidad tradicionales del judaísmo […]?”12, y para hacerlo indaga 
en lo que nos permitiría identificar o no al sujeto: 
Identificar a José Kozer es una tarea que generalmente presenta la necesidad de 
una larga sarta de palabras encadenadas por guiones que insistimos en imponer 
con el fin de descubrir algún significado místicamente encubierto en sus poemas. 
Confrontados con la vastísima obra poética de Kozer, buscamos un compás, un 
mapa, algún punto de referencia que nos permita situarnos en su universo poético. 
Emprendemos la lectura escuetamente provistos de todos esos pedacitos que se 
desprenden de la persona que el poeta mismo nos ha ido esbozando: polaco-
cubano (y postalita) -judío-askenazí -exiliado-neoyorkino- ¿español? - 
corresponsal (en tinta) -crítico-profesor-¿heterosexual? Y después de todo, ¿a 
quién le importa que su color favorito sea el rojo? (¿y si no lo fuera?). Esa 
indefinible lista de afiliaciones resulta, al fin y al cabo, irrelevante para la 
interpretación en incluso perjudicial para la crítica. (Gil 263) 
Propone Gil que la lista de afiliaciones puede tornarse indefinible y hasta irrelevante 
para una interpretación, no obstante, nos avisa de que hay en la poética de Kozer una vocación 
de errancia. Habrá que pensar entonces el exilio, la errancia y el multiculturalismo como 
 
11 Escribe Perlongher: “Poética de la desterritorialización, el barroco siempre choca y corre un límite preconcebido y 
sujetante. Al sujetar, desubjetiva. Es el deshacimiento o desasimiento de los místicos. No es una poesía del yo, sino de la 
aniquilación del yo.” (Medusario 20) 
12 El método de Lydia M. Gil me parece acertado en lo que respecta a identificar las diversas identidades históricas y 
superpuestas en la obra de Kozer, puesto que nos alerta sobre la diversidadde textos que se pondrán en juego al reconocer 
lo que acontece en los poemas kozerianos, así como la mutabilidad con que las señas de identidad y su territorialización-
desterritorialización-reterritorialización propiciarán en el libro objeto de este análisis. 
23 
 
diversas tangentes desde las cuales atender la poética kozeriana para concebir un sentido o 
una serie de sentidos posibles, diversos e intermitentes. El poeta asume una postura crítica e 
incómoda frente a una condición que míticamente es signo del pueblo judío pero que es 
condición actual de diversos grupos humanos en condiciones determinadas por un modelo 
económico global: la migración. Abundará Lydia M. Gil: 
Es una poesía que no solamente parte del exilio, sino que lo exige: una escritura que reclama 
un retorno al Desierto. Aquí está su eslabón al judaísmo de la diáspora: un errar (en su doble 
y ambiguo significado) voluntario en el Desierto, que en la poesía de Kozer se extiende desde 
Chepén a La Habana y de Nueva York a Jerusalén”. (Gil 266) 13. 
Para esta investigación, retomo el tema que plantea la identidad nómada y el 
multiculturalismo en Kozer, desde una perspectiva que proviene de los estudios culturales, 
con eso vincularé los aspectos materiales del poema con el contexto histórico y social en que 
fueron concebidos. Aunque es importante recalcar que el poema es el punto de partida y de 
llegada de este análisis, siguiendo lo que Genovese expone acerca de la poesía en el mundo 
actual: 
El discurso poético a través de esa mirada, muchas veces sobre los mismos 
objetos, sobre los mismos temas, pero siempre tratando de alejarse de 
preconceptos, posee un enorme poder de negación de lo convencional. Algo que 
ha sido tomado y profundizado por las vanguardias. Pero el discurso poético no 
se conforma con ser sólo negatividad y ruptura. En su afirmación verbal y 
discursiva, la poesía posibilita un posicionamiento del yo, de la subjetividad, 
restablece relaciones perdidas entre subjetividad y objetividad, reacomoda el 
mundo con una percepción reactualizada. La palabra poética, por más radical que 
sea el descondicionamiento del lenguaje que su autor persiga, no deja de ser 
comunicante; una comunicación que es resonancia de la lengua instrumentalizada 
(objetiva) y también, o sobre todo, eco de un ensimismamiento, de un diálogo 
interno, de un exilio. (Genovese 19) 
 
13 En ese sentido, la obra del fotógrafo Sebastião Salgado, Migrations, Aperture, 2005, documenta durante siete años en 
más de 35 países el desplazamiento épico de la gente del mundo al final del siglo XX. El tema que en Salgado es propuesto 
desde la fotografía de los migrantes, en el caso de Kozer es enfocado desde la elisión y desde la reelaboración de la 
experiencia y la búsqueda de una lengua personal para mostrarlo. En ambos casos, el tema es asumido como una propuesta 
política que pone en cuestión la desigualdad de los sujetos en una economía global, en el caso del economista fotógrafo 
desde un punto de vista de la otredad y la comunidad, en el caso del poeta desde una visión sumamente personal y singular 
que, no obstante, se articula con las colectividades. 
24 
 
Es tarea de este análisis reconocer en el discurso poético ese diálogo interno como 
trabajo necesario para recuperar el pulso de una lengua que dilata y precisa la experiencia 
particular de lo inteligible —y al hacerlo, la vuelve común, la comunica y la comparte—; y 
que oscila de la dificultad al placer, de ahí a cierto dolor y goce, lo que propicia reconocer 
los generosos márgenes que la lengua puede desbordar mediante el poema. En una entrevista 
que realiza Jacobo Sefamí a José Kozer, en 1997, el judío cubano norteamericano explica 
estos dos conceptos sumamente relevantes para su poética y para el pensamiento 
contemporáneo: placer y dificultad. A partir de narrar diversas experiencias en las que están 
involucrados motivos escatológicos y el tema del lector, Kozer discurre acerca de cómo 
ambas situaciones lo seducen: 
Pero más allá de eso, encuentro en la lectura, más que un placer, una dificultad. 
Empiezo a vivir una doble vida: la del placer y la de la dificultad; las dos cosas 
me atraen profundamente. Me atrae lo que no entiendo; y me atrae aquello de lo 
que disfruto: la caca que comí de niño, la sexualidad de la sirvienta y el Robinson 
Crusoe que me dio mi mamá. Fíjate que hay un aspecto femenino: madre/caca, 
sirvienta/sexualidad, madre/libro; y hay un aspecto masculino: soledad, azar, 
mundo, salir al exterior donde están los hombres, coger un libro y ese libro no se 
entiende. Leo, después, Los cazadores de ballenas, que me emocionó muchísimo 
y debo de haber leído ya una serie de libros de niños. Empecé a leer cosas que 
leen los niños. En un momento dado, el tío Max, con el que nunca me he llevado 
bien, me dice: "Te voy a dar un buen libro, sobrino". Debo tener unos trece años. 
Me da un libro que se llama Moisés, de Martín Buber. No entiendo una palabra, 
una oración, y me lo leo de cabo a rabo. Es la experiencia más dolorosa que te 
puedas imaginar. El texto se me resiste, la página se me opone, palabra a palabra, 
pero yo sigo adelante. Imagínate el estado de frustración. Por analogía, podría 
decir ahora que he escrito un par de miles de poemas y no he escrito ningún 
poema. Esa experiencia de lectura ininteligible deja un pozo doloroso en mí que 
hasta la fecha orienta mi relación con la literatura. (Sefamí, Máscara) 
Esa experiencia de lo inteligible que oscila de la dificultad al placer y de ahí a cierto 
dolor y goce, es uno de los centros de la poética kozeriana en los mismos términos de 
enriquecimiento con que asume el exilio. 
1.3 José Kozer: y mi padre saluda a Trotsky clandestinamente, y mi 
madre se deja llevar en su traje correctamente 1940 
José Kozer nació en la Habana en 1940, es hijo migrantes judíos llegados a Cuba en diferentes 
momentos y circunstancias durante el primer cuarto del siglo XX; de ello da cuenta en 
numerosos poemas —dos de ellos emblemáticos— que forman parte de Bajo este cien: 
25 
 
“Gramática de papá”, y “Gramática de mamá” 14, en ellos el poeta expone la lengua de sus 
padres al imbricarla con esa historia de traslados que será signo de su poesía. Para narrar la 
historia de la lengua que hereda realiza un par de biografías en el texto “Esto es Cuba, 
changuito”. La primera de las biografías corresponde a la llegada de su padre a la isla, la 
segunda narra la llegada de su abuelo materno y sirve para contar de soslayo la biografía de 
su madre: 
Biografía: David, Davidl, Duftche. Judío polaco, veinte años de 
edad, llega a la Habana, 1927. Idealista apoya al Bund, luego a 
Trotsky, a los bolcheviques. Padece cárcel, por ideólogo, por 
revoltoso, por rebelde y revolucionario. En la cárcel estudia, dedica 
horas a aprender a escribir polaco (en su shtetl sólo se enseña a los 
chiquilllos a leer y escribir en yiddish; el jeder es la única escuela, 
escuela de religión). Se considera, luego de ciertas experiencias, de 
ciertas lecturas, marxista. Un marxista de primera época, anterior a 
Stalin, demócrata, libre y libérrimo abierto. Una sociedad abierta. 
Una sociedad justa. La Utopía. (J. Kozer, "Esto (también) es Cuba, 
Changuito" 18) 
De ese origen comunista, así como de esa visión y revisión de la historia partir de la 
figura del padre, José Kozer desarrolla una poética que se plantea desde una perspectiva 
latinoamericana fuertemente anclada en Vallejo, Parra, García Lorca15. Si bien los poemas 
kozerianos de Bajo este cien parten de una recuperación de temas con asuntos familiares y 
genealógicos, lo hacen desde una postura no sólo rememorativa sino valorativa: hay una 
mirada crítica que acompaña y presenta a estos personajes mediante ellos expone la 
complejidad de la historia y la multidimensionalidad espacial, temática y cronológica en la 
recuperación en el recuerdo; es decir, la memoria como posibilidadde recuperación y 
valoración, no sólo como testimonio sino también como elucubración y recreación en 
 
14 Escribe De Cuba, “Hijo de padres judíos —padre polaco y madre checoslovaca — exiliados en La Habana durante las 
postrimerías de la década de 1920, José Kozer (Cuba, 1940) creció, como testimonia uno de sus poemas, escuchando 
balbucear «verbos de /yiddish a español». Esto es, justo en ese espacio de lindes, donde ni siquiera el idioma materno se 
muestra estable o definido. Luego de una niñez y primera juventud vividas también en las lindes: entre el castellano insular 
y la ascendencia judía-centroeuropea legada por los padres (“Yo me presento colérico y arrollador ante /este libro anguloso, 
/yo me presento como un rabino a bailar una /polca soberana” 49), la familia Kozer se tiene que exiliar en 1960 nuevamente 
a raíz del triunfo de la “Revolución” cubana de 1959, esta vez en los Estados Unidos. Los padres y hermana se radicaron en 
Miami —con intervalo de unos pocos años en México—, y en el caso de José, en la ciudad de Nueva York. (De Cuba 80) 
15 Si bien señala Kozer que su primer libro es malo por ser altamente vallejiano, reconoce también que esa fue su primera 
entrada en la escritura y la posibilidad de pensar el poema desde una postura propia. 
26 
 
múltiples dimensiones. Como sucede en este ejercicio en el que para narrar la historia de su 
madre debe hablar de la historia de su abuelo y la familia de su madre: 
Y se casó con mi madre. Se casó con Ana, Jana, Janele, la mayor del abuelo 
Katz, el de La Bodega Cubana, socio fundador de Adath Israel, primera 
sinagoga que hubo en Cuba. El bondadoso abuelo cuyos huesos reposan en 
el viejo cementerio judío de Guanabacoa, uno de cinco cementerios judíos 
de Cuba. 
Biografía: el abuelo materno llega a Cuba (1919), cinco años después trae 
al familión. Tres hembras y un varón. Las pequeñas (Perla Perel tía Perica 
y Esther Reina Esther Esther Amalque) descendieron por la pasarela eterna 
de los emigrantes, la pasarela del SS Hamburgo surto (eternamente) en el 
viejo muelle de La Habana, azoradas se acercaron (edad: tres y cinco años, 
respectivamente) a un negro (¿viandero? ¿estibador?) y trataron de quitarle 
el tizne ese tan extraño que tenía en la piel, trataron de quitarle ese raro betún 
nunca visto. Sentimiento de extrañeza del emigrado: otra cultura, otro 
idioma, otra arquitectura, otra alimentación. Emoción de tanta extrañeza. 
(Voracidad 22) 
Extrañeza de las tías y la madre ante la negritud: tizne lo llama: emoción que se cuela 
en los poemas, acumulación de palabras y experiencias que rezumarán a borbotones en miles 
de versos en los que las lenguas de sus padres ajenas al español serán terreno fértil para la 
proliferación de una utopía crítica y de una emoción ante tanta natural extrañeza; es decir, lo 
natural barroco es la percepción de una multidimensionalidad, como en las crónicas de Indias 
en las que era preciso inventar nuevos modos para nuevas experiencias; la recuperación de 
esa postura frente a la lengua y al mundo es precisa para que en los poemas aparezcan 
múltiples capas significativas y multiplicidad de sentidos en los que la dimensión sintáctica 
sea a la vez significado y sentido: extrañar con lo que conocemos acerca de lo que podríamos 
conocer es la posible estrategia a la que nos enfrentamos cuando atendemos un poema 
kozeriano; que si bien parte de la historia de la familia del poeta, es también una historia de 
Latinoamérica. Con respecto de la vinculación de la lengua de sus padres y la poesía en 
Kozer, escribe Rafael Rojas: 
Kozer recuerda que en su casa habanera se hablaba un castellano limitado 
y, a la vez, selectivo. Su padre, Kozer, sastre y comunista, nunca llegó a 
escribir español y su madre, Katz, aunque más cubanizada, desarrolló un 
vocabulario más bien doméstico. El rescate de la lengua por medio de la 
poesía, en el joven Kozer, implicó por tanto un ejercicio de memoria en 
el que palabras domésticas de la casa familiar y giros urbanos de La 
27 
 
Habana de la década de 1950 eran convocados en un mismo poema. 
(Rojas 161) 
Ese rescate no se da en La Habana, no era preciso rescatar lo que era presencia. José 
Kozer deja por primera vez Cuba entre 1957 y 1958, su padre lo envía a Nueva York para 
que no se siga involucrando en actividades revolucionarias, “En un momento dado, 
decididamente, me quise ir a Sierra Maestra a luchar por la libertad de mi país contra la tiranía 
de Batista”. (Voracidad 47) José Kozer regresó a Cuba en mayo de 1959. “Aquello era un 
momento esperanzador, de una gran fe. Fueron pasando los meses y desde mi propio espíritu 
de contradicción (tengo que achacarme la culpa de muchas cosas), empiezo a reaccionar 
contra aquello” (Voracidad 47). Después de eso su padre le pidió que se fuera. Regresó a 
Nueva York, donde trabajó en Wall Street, estudió en New York University, se casó en 1962 
con Sheila Kozer16, y en 1965 obtuvo la titularidad como profesor en Queen´s College. 
Será en Nueva York donde requerirá recuperar el español, será necesario concentrar 
materiales lingüísticos, histórico-culturales y familiares para abigarrarlos en los poemas, 
desde una visión material de la lengua, que aflora justo cuando más lejos la percibe el poeta. 
Señala él mismo que a partir de la mezcla genera una lengua con la cual trabajar. Sucede en 
esta poética lo que Deleuze y Guattari elaboran a partir de la escritura kafkiana y que 
podremos reconocer en diferentes apuestas escriturales en las que se hace un uso intensivo 
de la lengua: se establece una literatura menor en el seno de una literatura mayor. Es decir, 
la concreción de una escritura consciente de su espacio de enunciación y su apuesta como 
escritura escindida de una literatura mayor o mediática —de transacción—. De acuerdo con 
 
16 Quien será llamada Graciela Kozer en el poema “impostación” que analizaremos más adelante, en información 
proporcionada por el poeta en un correo: “la ex se llama Sheila Kozer, Isaac, hasta la fecha que yo sepa mantiene el apellido 
Kozer”, señala el autor. 
28 
 
Deleuze es preciso reconocer en este tipo de escrituras tres características fundamentales: 
1. En ellas hay un fuerte coeficiente de desterritorialización. Esto es, se escribe con 
una lengua que se ajena a su contexto, en este caso particular se lleva un español cubano a 
alejarse de la lengua anglófona y de la misma cubanidad, se expande hasta volverlo 
translatinoamericano en los diversos estratos y posibilidades léxicas no sólo regionales sino 
temporales y sociales. 
2. Todo en ellas es político. Su espacio reducido hace que inmediatamente cada 
problema individual conecte con la política, en este sentido: cada apuesta kozeriana por el 
tema de la familia, el amor, los alimentos nos permitirán considerarlos desde el ámbito de la 
comunidad latinomericana en la migración a Estados Unidos tanto por razones políticas como 
económicas. 
3. Todo adquiere un valor colectivo.17 En ese sentido la escritura es una apuesta 
revolucionaria, no necesariamente de manera ideológica explícita, lo es en tanto echa a andar 
mecanismos para pensar en lo común y en la forma en que esos temas se entreveran en las 
condiciones colectivas de las diversidades latinoamericanas. 
No es la lengua poética un espacio utópico o ilusorio sino la materialización de una 
visión del mundo en la que es preciso señalar el desplazamiento y la transformación de esa 
partida/pérdida en recuperación y concreción de un nuevo ordenamiento que concebiremos 
como reterritorialización. Expone Kozer con respecto de la recuperación del español en 
 
17 “Las tres características de la literatura menor son la desterritorialización de la lengua, la articulación de lo individual en 
lo inmediato político, el dispositivo colectivo de enunciación.Lo que equivale a decir que “menor” no califica ya a ciertas 
literaturas, sino las condiciones revolucionarias de cualquier literatura en el seno de la llamada mayor o establecida.” 
(Deleuze y Guattari 31) 
29 
 
Nueva York: 
Ese idioma vuelve a surgir, aflora: está tocado de muerte, enfermizo, pero si lo 
cuido, brasa viva, si lo nutro como es debido (como merece) volverá a 
acompañarme. De ahí en adelante leo en español, procuro amistades que hablen 
el idioma de la casa primera, me sumerjo en el habla latinoamericana que 
comienza a pulular por las calles de aquel Nueva York de los 60. 
Mi español acubanado, más bien habanero, se mezcla ahora con los tonos, el 
vocabulario, los giros dominicanos, puertorriqueños, y luego con los de los 
peruanos, los chilenos, los argentinos: estoy salvado, puedo escribir poesía, he 
recuperado mi instrumento (único) de trabajo. 
Más: leo a Parra, descubro a Vallejo, leo Poeta en Nueva York de Lorca, me 
adentro en la lectura de los dos Machado (con el tiempo serán los tres Machado, 
al incluir a Machado de Assis). Ante mis atónitos ojos, mi oído atento y 
resucitado, veo pasar el ingente vocabulario de las hablas diversas del español: 
peninsular, latinoamericano, local. Con el tiempo me adentraré, sumiso, oyente, 
en hablas andaluzas, chilenas, mexicanas, y mezclaré lo castizo con lo vulgar, lo 
populachero con lo ideal caballeresco. (Barraza Rizo) 
Estas mezclas y contradicciones, que son una reconquista en Nueva York y establecen 
una reterritorialización del español, se materializan en los poemas de Bajo este cien como 
una poética en la que se recupera no sólo el español para los migrantes en Estados Unidos, 
sino para la migración eterna de diversos pueblos: la migración es condición natural de las 
personas. Dinamización de los espacios y lugares desde la experiencia del exilio, la ajenidad, 
y la extrañeza signadas por las migraciones y desplazamientos que la historia política y 
económica imponen a las personas. 
Por otro lado, es preciso considerar la condición de migración sospechosa que pesó 
sobre los cubanos que dejaron la isla después de la Revolución. Expone Rojas: 
La condición de exiliados de la Revolución Cubana demandó de aquellos 
escritores un complejo posicionamiento público. A la vez que compartían el 
lenguaje y la mentalidad de las nuevas izquierdas, rechazaban el sistema político 
y la ideología oficial cubanas. La zona antisoviética de la izquierda intelectual de 
Occidente comprendía sus críticas al totalitarismo, pero mayoritariamente, no 
respaldaba su oposición al gobierno cubano. (Rojas 17) 
En ese sentido, la poética que expresa José Kozer en diversos libros y en miles poemas 
30 
 
complejiza totalmente su postura de cubano que salió del régimen de Castro18. La lengua en 
que se componen esos poemas será una lengua que en su desterritorialización, 
reterritorializará todo el material lingüístico posible para construir una nueva casa, un nuevo 
espacio mediante una lengua recuperada latinoamericana en Nueva York. Mediante el 
abigarramiento de los diversos elementos de la palabra, en el poema se concretarán visiones 
del mundo más complejas; señala Echevarren: “el furor constructivo del barroco rompe el 
engaño de una hipótesis «natural» de las palabras y las cosas. Constriñe hasta el dolor. La 
acumulación de materiales hace que se pierda el hilo, causa risa o vértigo al exhibir los 
procedimientos retóricos y las ambiguas resonancias de la lengua” (Medusario 15). Esas 
ambiguas resonancias son las que en algunos poemas kozerianos permiten percibir mediante 
diversos referentes las múltiples migraciones del español hasta las comunidades de 
latinoamericanos en Nueva York y una serie de tensiones en los diversos territorios del 
español, la salida y la recuperación de otros. 
1.4 Ojo de águila con los editores, contexto de publicación 
Como el mismo Kozer señala, sus primeros poemas fueron publicados por Elena Jordana en 
una de las primeras cartoneras latinoamericanas. Sobre esa publicación Kozer afirma: 
 
18 Cuenta Kozer que en una ocasión, al presentarse en la FFYL de la UNAM, en el cartel donde se anunciaba su presentación, 
alguien escribió «GUSANO», que es la forma despectiva de referirse a los cubanos no afines al régimen de Castro y que 
salieron de la isla. La respuesta del poeta fue escribir debajo de la ofensa, «DE SEDA». Gusano sí, pero de seda, afirma el 
escritor que en otra entrevista señala: “Mi exilio me dio un modo de existir y subsistir para mí inédito y que en mi país, que 
no es el mundo, hubiera sido inconcebible. Así, pude hacer una carrera que entroncó en la enseñanza universitaria, a la vez 
vivir una desaforada y bastante desfachatada bohemia, trabajar en Wall Street o en una Universidad del Estado, y a la vez 
vivir entre pintores, compositores, poetas, novelistas, zánganos, chupatintas, fracasados, soñadores de quienes mucho 
aprendí, amén de tener acceso cotidiano y constante a magníficas bibliotecas, libros (en inglés) de toda índole, en ediciones 
de bolsillo baratas y maravillosamente bien prologadas y traducidas, todo lo cual me abrió puertas y más puertas en un 
campo, y campos, inusitados: leí, estudié, me adentré en las literaturas europeas de todos los países, en la rusa, la eslava y 
la oriental (china, japonesa, y ya tardíamente en la coreana) y paso a paso, del modo más natural, mi mundo interior se llenó 
de vida ajena, cultura otra, y mi idiosincrática voracidad se vio recompensada, día a día, que es donde cuenta. En este sentido 
no sólo no tengo quejas sino que agradezco la patada por el trasero que me dio mi país en 1960, cerrándome sus puertas, 
acusándome de «gusano» y echándome tierra que, ellos no lo veían, contenía todo lo necesario para rebrotar, crecer, dar 
frutos: rico mantillo fue y es para mí el exilio. Y en vez de gusano siempre he sido o gusano de seda o lombriz de tierra, esa 
que airea, que ventila los campos” (Benítez). 
31 
 
Y tras estos tumbos, tras rasgar mucho papel escrito con poemas que 
descarto, reúno, ya con 31 años de edad (edad provecta para un poeta) mi 
primer fajo de poemas “dignos” de ver la luz. Y al año siguiente (1972) saco 
con una amiga argentina, Elena Jordana, en una editorial llamada 
Antiediciones Villa Miseria (donde luego publicaría a Parra, a Paz) mi 
primera obra, Padres y otras profesiones (tirada de 300 ejemplares, precio 
de venta al público, $1): libro violento, libro malo y derivativo (mucho Parra 
y mucho Vallejo) pero del que no me arrepiento: por qué arrepentirme si me 
sirvió de rompehielos, de paso primero: el hombre no tiene por qué renegar 
del momento cuando gateó. 
Un libro que anticipó a todas las cartoneras de hoy, la primera editorial 
pequeña y pobre, en verdad pobre, que hizo del libro artesanal, casero y 
paupérrimo, en todos los aspectos, un auténtico estandarte, un grito de 
alarma ante el mercantilismo editorial, la basura de los engranajes 
editoriales, que como en tantos otros aspectos de la vida contemporánea, 
enriquece a unos pocos a costillas de hacer reventar, o al menos marginar, a 
la mejor literatura de una época. (Barraza Rizo) 
Si bien aquel primer libro de José Kozer fue publicado en esas condiciones; Bajo este 
cien se publicó ya en una editorial institucional mexicana de carácter internacional, el Fondo 
de Cultura Económica, que en aquel entonces estaba dirigido por Jaime García Terrés. El 
libro forma parte de la Colección Tierra Firme, en la que se tiraron tres mil ejemplares y la 
edición estuvo al cuidado del autor. 
Hoy en día, el libro está agotado y como podemos revisar en el anexo “Nulla dies sine 
línea”, que recopila la obra kozerina desde 1972 hasta 201719, la mayoría de esos libros han 
sido publicados por editoriales independientes (88%) 20; otros en editoriales universitarias 
(7%), todas mexicanas; además de los publicados por editoriales institucionales: el FCE,19 El anexo “Nulla dies sine línea”, que se encuentra al final de este trabajo, enlista las publicaciones del autor de 1972 a 
2017, que puede completarse; no obstante nos da indicios de cuáles son los espacios de publicación que la poesía 
latinoamericana ofrece a sus poetas, lectores, críticos e investigadores. 
20 Charles Bernstein considera al respecto de la no aparición de la poesía en espacios de mayor alcance: “La verdad[…] es 
que la escritura de gran aliento y hondura, y de enorme significado para el público, florece, pero las instituciones mediáticas 
dominantes—televisión y radio comerciales, las editoriales industriales y las revistas de circulación nacional (incluyendo 
los selectivos suplementos culturales)—han puesto en su lista negra a estos materiales. Intelectuales y artistas 
comprometidoscon los intereses públicos existen en cantidades sustanciales. Su crimen no es falta de accesibilidad sino el 
rechazo a someterse a las agendas del mercado: las simplificaciones reductivas de formas convencionales de representación; 
evitar la complejidad formal y temática; y el ethos de la moda en que se mide el éxito por las ventas y el valor por la 
celebridad”. (Bernstein 282) 
32 
 
Letras Cubanas y El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes chileno (5%), que publicó su 
obra posterior al Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, otorgado en 201321. La 
mayoría de las editoriales “independientes” o alternativas que ha publicado a Kozer cuentan 
mucho prestigio entre el público que lee poesía; no obstante, sus tirajes cortos, sus pocos 
canales de distribución y la poca recepción que estos materiales tienen en la crítica 
especializada o académica; lo que contrasta con las publicaciones del Fondo de Cultura 
Económica, que ofrecerá el alcance más amplio posible en Iberomérica, para un material 
poético como el que estamos analizando, además del prestigio que sustentan sus ediciones 
por no perseguir únicamente fines comerciales. 
 
 
 
21 Con respecto al premio, Margo Glantz escribió la nota “El poeta laureado” donde entre otras cosas destaca que la prolífica 
obra de Kozer había sido poco premiada hasta entonces. Reseña Glantz: “Es curiosa su trayectoria: es uno de los poetas más 
interesantes, prolíficos y hasta hace poco menos premiados de la lengua castellana, es más, cuando se le anunció que había 
ganado el premio, uno de sus comentarios fue que este era el primer premio que había recibido.” Más adelante, habla de lo 
prolífico que es: “Sus publicaciones son tan numerosas que en una ocasión confesó: Si cuento el poema que hice esta mañana 
y que corregiré mañana por la mañana, según acostumbro, el cómputo asciende, hoy 25 de mayo de 2007, a 6 mil 786 
poemas .¿Qué decir? aunque me gusta el número ascendente, sé que no es cuestión de números, en todo caso la condena 
procede de la letra y no del número, y al respecto... desde hace tiempo, tal vez décadas, no me identifico para nada con el 
concepto de la página en blanco, por demás tan cacareado, sino con el de la página en lleno. (Glantz) 
5%
7%
88%
EDITORIALES 
Estatal
Universitaria
Independiente
33 
 
Otro dato que revela esta lista, es el hecho de que México es el país en el que más 
libros de José Kozer han sido publicados, con 23 títulos publicados, el primero en 1979, Y 
así tomaron posesión de las ciudades, editado por la UNAM. Lo cual resulta signficativo, 
pues en esta lista de editoriales, México parece de ser el único país que publica poesía 
mediante los programas editoriales de sus universidades. El siguiente país que más obra de 
Kozer ha publicado es España con 12 títulos, todos en editoriales independientes. 
 
Al revisar el listado con respecto de los libros publicados por año, encontramos una 
tendencia exponencial en la que en los primeros años—de 1972 a 1998—, José Kozer 
publicaba un libro o máximo dos por año; mientras que en los años posteriores a 1998 
comienza a publicar más de un libro por año, llegando a publicar hasta 10 libros en 2016. Si 
bien, esta tendencia es visible debido a lo prolífico de la obra kozeriana, es pertinente 
considerar que pese a los pocos espacios comerciales o mediáticos que la poesía tiene, hay 
editoriales en Iberoamérica dispuestas a arriesgarse en la publicación de estas propuestas; en 
ese sentido la afirmación de Charles Bernstein es pertinente también para considerar el 
0
10
20
30
1
PAÍSES DE PUBLICACIÓN
Argentina Brasil Chile Cuba
Ecuador España EU Guatemala
Holanda Inglaterra México Paraguay
Perú Puerto Rico Santo Domingo Suiza
Venezuela
34 
 
ámbito iberomericano: “Hay un mundo más allá de este semblante de la cultura [refiriéndose 
a la cultura más comercial]. En la poesía, estas instituciones tienen el nombre las pequeñas 
editoriales y las series de lecturas” (Bernstein 285).22 
Esta revisión de los libros de José Kozer, por el tipo de editorial, el año y el país de 
publicación ha tenido la finalidad de mostrar las condiciones de publicación del material aquí 
estudiado, Bajo este cien, para afirmar que es una obra que culmina una primera etapa en la 
obra kozeriana y abre una etapa en la que el poeta comenzará su vinculación con otros 
espacios que prepararán el terreno para la concreción del neobarroco latinoamericano. Como 
veremos en el siguiente apartado, el libro aquí estudiado está vinculado con Medusario. 
Muestra de poesía latinoamericana, no sólo por uno de sus autores —esta reunión de textos 
alrededor del movimiento neobarroco tendrá la autoría de Roberto Echevarren, Jacobo 
Sefamí y Kozer— si no porque además ambos materiales fueron publicados por el Fondo de 
Cultura Económica en México, con trece años de diferencia. 
 
22 No obstante, los datos que este listado arroja sobre las publicaciones de José Kozer, sería preciso hacer una investigación 
más robusta sobre los tipos de editoriales y canales de distribución de la poesía en lengua española que no es motivo de este 
estudio. 
0
2
4
6
8
10
12
1
Libros publicados de 1972 a 2017
1972 1973 1975 1978 1979 1980 1981 1983 1985 1987 1988
1990 1995 1997 1998 1999 2001 2002 2003 2004 2005 2006
2007 2008 2009 2011 2013 2014 2015 2016 2017
35 
 
 
1.5 Los percherones en su surco: neobarroco 
Bajo este cien es un conjunto de poemas relevante porque permite valorar las relaciones, 
tanto con el ámbito literario, como con el ámbito histórico y social en que surgió. Este libro, 
junto con los de otros poetas latinoamericanos, entre ellos: Anteparaíso de Raúl Zurita 
(Editores Asociados, 1982); La casa grande de Tamara Kamenszain (Editorial 
Sudamericana, 1986); y Alambres de Néstor Perlongher (Último Reino, 1987), es 
antecedente de la construcción del movimiento latinoamericano Neobarroco o Neobarroso 
que Néstor Perlongher consolidara en el año 1992 en la editorial Iluminuras de São Paulo 
con la muestra Caribe transplantino. Poesía neobarroca cubana e rioplatense. Y que 
posteriormente, Claudio Daniel reformulara en Jardim de camaleões, en 2004, con un ensayo 
de Kozer “El neobarroco: una convergencia en la poesía latinoamericana”, donde expone 
desde una perspectiva distinta y divergente a la de Perlongher, Echevarren y Kamenszain lo 
que considera del neobarroco: 
El neobarroco no conforma un grupo en el sentido que la generación del 98 o la 
generación del 27 en España conformaban un grupo, aunque estos poetas tienen 
un aire familiar, una homogeneidad congruente en la disparidad. Sus épocas 
varían desde Gerardo Deniz, Rodolfo Hinostroza, José Carlos Becerra, Paulo 
Leminski, Roberto Echavarren y yo estando en nuestros 60’s, a una generación 
más joven de poetas en sus 40’s, entre los cuales conozco y disfruto los trabajos 
de los mexicanos David Huerta, Coral Bracho y José Javier Villarreal, los 
uruguayos Eduardo Espina, Eduardo Milán, Silvia Guerra y Víctor Sosa, los 
brasileños Claudio Daniel, Josely

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