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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE QUÍMICA “DIAGNÓSTICO DE PNEUMOCYSTIS EN UN HOSPITAL DE TERCER NIVEL CON UN SISTEMA DE GESTIÓN DE CALIDAD” TESIS QUE PARA OBTENER TÍTULO DE: QUÍMICO FARMACÉUTICO BIÓLOGO PRESENTA: DANIEL ARIAS BARRERA MÉXICO, D.F. 2015 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. JURADO ASIGNADO PRESIDENTE: ABEL GUTIERREZ RAMOS VOCAL: MISAEL GONZALES IBARRA SECRETARIO: GERARDO GARCIA CAMACHO 1er. SUPLENTE: MARIA DEL CARMEN URZUA HERNANDEZ 2er. SUPLENTE: BEATRIZ RUIZ VILLAFAN SITIO DONDE SE DESARROLLO EL TEMA LABORATORIO DE PARASITOLOGÍA Y MICOLOGÍA DEL INSTITUTO NACIONAL DE PEDIATRÍA ASESOR DEL TEMA: M. en A. GERARDO GARCIA CAMACHO ____________________________________ SUPERVISOR TECNICO Q.F.B. ELENA CRUZ GARDUÑO ______________________________________ SUSTENTANTE DANIEL ARIAS BARRERA _________________________________________ Índice 1. Resumen………………………………………………………………………………………….1 2. Introducción…………………………………………………………………………………….4 2.1 Justificación………………………………………………………………………….10 3. Marco teórico…………………………………………………………………………………..12 3.1 Pneumocistosis…………………………………………………………………….12 3.2 Organismo……………………………………………………………………………12 3.3 Morfología y Ciclo biológico………………………………………………..14 3.4 Reservorio………………………………………………………………………….17 3.5 Distribución geográfica……………………………………………………..18 3.6 Prevalencia de P. jirovecii a nivel mundial…………………………………………………………………………………….18 3.7 Prevalencia de P. jirovecii en México en pacientes VIH……………….…………………………………………………………………………..20 3.8 Origen de la infección……………………………………………………….21 3.9 Modo de transmisión………………………………………………………….22 3.10 Interacción de P. jirovecii con las células del hospedero…………………………………………………………………………………23 3.11 Factores predisponentes………………………………………………….25 3.12 Poblaciones en riesgo………………………………………………………26 3.13 Respuesta inmune a la neumonía por Pneumocystis jirovecii (PCP)…………………………………………………………………………………………31 3.14 Manifestaciones clínicas………………………………………………….33 3.15 Profilaxis………………………………………………………………………….38 3.16 Toma de muestra……………………………………………………………40 3.17 Diagnóstico……………………………………………………………………….44 3.18 Tratamiento………………………………………………………………………55 3.19 Control de calidad…………………………………………………………….59 3.19.1 Control de calidad fase pre-examen………………….60 3.19.2 Control de calidad fase examen…………………………65 3.19.3 Control de calidad fase post-examen………………..67 3.20 Manejo de residuos clínicos……………………………………………..67 3.20.1 Manejo de los RPBI………………………………………………69 3.20.2 Manejo de residuos peligrosos CRETI………………….76 4 Hipótesis…………………………………………………………………………………………….84 5 Problema……………………………………………………………………………………………85 6 Objetivos……………………………………………………………………………………………86 7 Materiales y Métodos………………………………………………………………………..87 7.1 Diseño del estudio………………………………………………………………..87 7.2 Definiciones operacionales………………………………………………….87 7.3 Población………………………………………………………………………………87 7.4 Criterios de inclusión……………………………………………………………87 7.5 Criterios de exclusión………………………………………………………….88 7.6 Variables………………………………………………………………………………88 7.7 Construcción de base de datos………………………………………….90 7.8 Fase pre-examen……………………………………………………………….91 7.9 Fase examen……………………..………………………………………………91 7.9.1 Diagrama 1. Preparación de muestras para IFD y ATO………………………………………………………………………………….92 7.9.2 Diagrama 2. Tinción de Inmunofluorescencia directa……………………………………………………………………………..93 7.9.3 Diagrama 3. Tinción con azul de O- toluidina………..………………………………………………………………..94 7.10 Interpretación de resultados………………………………………….95 7.10.1 Inmunofluorescencia directa (IFD)…………………….95 7.10.2 Tinción con azul de O-toluidina………………………….96 8 Resultados……………………………………………………………………………………….97 8.1 Disposición de los residuos de la IFD……………………………….114 8.2 Disposición de los residuos de la tinción de azul de O- toluidina……………………………………………………………………………………..114 9 Discusión…………………………………………………………………………………………..116 10 Conclusiones………………………………………………………………………………….138 11 Anexo…………………………………………………………………………………………….141 11.1 Anexo A.1 Tabla de criterio de recepción de muestras para pacientes hospitalizados. Laboratorio de Parasitología y Micología (Criterios para tinción de azul de O- toluidina)………………………………………………………………………..………….142 11.2 Anexo A.2 Tabla de criterio de recepción de muestras para pacientes hospitalizados. Laboratorio de Parasitología y Micología (Criterios para inmunofluorescencia directa)……………………………………………………………………….……………..143 11.2 Anexo B Tabla de validación de muestras de pacientes hospitalizados…………………………………………………………………………….144 11.3 Anexo C Hoja de reporte del sistema electrónico del laboratorio………………………………………………………………………………….145 11.4 Anexo D Tinción con blanco de calcoflur………………………….146 11.5 Anexo E Tinción de Giemsa……………………………………………….147 11.6 Anexo F Tinción de Papanicolaou……………………………………….148 11.7 Anexo G PCR para detección de P. jirovecii……………………….150 11.8 Anexo H Tinción de Gomori-Grocott (metenamina de plata)…………………………………………………………………………………………….152 11.9 Anexo I Preparación de reactivos……………………………………….154 11.10 Anexo J Glosario……………………………………………………………….157 11.11 Anexo K. Morfologia de P. jirovecii observada en base al metodo de deteccion …………………………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………162 12 Referencias…………………………………………………………………………………….166 1 Resumen Pneumocystis jirovecii, es el microorganismo fúngico oportunista considerado como la causa más importante de neumonía con un alto índice de morbi-mortalidad que afecta a individuos con inmunodepresión severa. El tratamiento depende de su diagnóstico oportuno, ya que es difícil de cultivar en medios de cultivo microbiológicos y es necesario utilizar otros métodos de detección como son la inmunofluorescencia directa (IFD) y la técnica de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) que a pesar de ser métodos costosos permiten detectar bajas cargas micóticas que empleando otras técnicas pudieran no ser detectadas. En México la información epidemiológica reportada en la literatura sobre esta patología se encuentra desactualizada o enfocada solo a un grupo de la población inmunodeprimida, por tal motivo se realizó un análisis descriptivo a partir de los datos recopilados de muestras de tracto respiratorio referidas al Laboratorio de Parasitología y Micología, procedentes de 222 pacientes con diagnóstico clínico confirmado de alguna patología que con lleve algún grado de inmunodepresión que acudieron al Instituto Nacional de Pediatría entre el periodo de 2004 a 2013. La descripción contempló el perfil poblacional de pacientes, la técnica de diagnóstico empleada y el número de casos positivos. De los 222 pacientes evaluados 24 pacientes dieron positivo a la prueba de detección de P. jirovecii identificándose los siguientes factores epidemiológicos en la población evaluada: en relación al género no se observó predisposición, en relación a la edad los grupos en los que se presentó con mayor frecuencia son de 0-3 años, los pacientescon diagnóstico de leucemia aguda linfoblastica (LAL) son los más susceptibles a padecer neumonía por Pneumocystis jirovecii (PCP) y en 2 relación a la temporada se identificó que en Invierno se presentó el mayor número de casos positivos de PCP. En base a los resultados se recomienda la implementación de un protocolo de diagnóstico que se aplique a cualquier paciente que tenga algún grado de inmunodepresión y que presente un cuadro clínico de neumonía (fiebre, disnea, tos, pérdida de peso e insuficiencia respiratoria) además de que cuenten con los siguientes factores predisponentes cuenta de CD4 + inferior a 200 células/mL, LDH sérica elevada, gasometría arterial que muestre hipoxemia o hipocapnia y en la radiografía de tórax se observe un infiltrado pulmonar intersticial que afecta a campos medios. En relación a las condiciones de la muestra se recomienda utilizar tanto muestras de lavado broncoalveolar (LBA) como de esputo inducido evaluando la celularidad para asegurar que sea una muestra de calidad y en relación a las pruebas de diagnóstico se recomienda la implementación de técnicas como el PCR que a pesar de ser costosa permite evaluar el avance de la pneumocistosis ya que puede detectar diferentes niveles de cargas micóticas que pueden pasar desapercibidos por otras técnicas. Finalmente para optimizar las técnicas empleadas actualmente en el laboratorio se recomienda controlar los siguientes puntos críticos: asegurar la competencia tanto del personal del laboratorio como del personal médico de primer ingreso, asegurar que la muestra enviada al laboratorio sea de calidad (revisión macro y microscópica), en caso de no poder completar la serie de 3 muestras de LBA sustituir las muestras restantes por muestras de esputo inducido (asegurando su calidad microbiológica) para evitar reducción de la especificidad y sensibilidad de las técnicas de diagnóstico, tiempo de acción del hidróxido de potasio 3 (KOH) suficiente para mucolizar la muestra sin dañar las estructuras, procesamiento de la muestra en una campana de flujo laminar para reducir las fuentes de contaminación, manejo de controles positivos comerciales o caseros, modificación del área de trabajo para reducir la exposición luminosa de las muestras para IFD, revisión periódica de reactivos como el KOH, reactivo de sulfatación y colorante de azul de O- toluidina. 4 Introducción Las complicaciones pulmonares constituyen la principal causa de morbilidad y mortalidad en pacientes con inmunodeficiencias primarias y secundarias1. Entre estas complicaciones encontramos a las enfermedades fúngicas invasoras (EFI) las cuales son causadas en su mayoría por Candida albicans y Aspergillus fumigatus. Dentro de las EFI la infección por Pneumocystis jirovecii son mucho menos frecuentes, pero la mortalidad es mayor, bien porque se realiza un diagnóstico de certeza tardío, el tratamiento se instaura cuando los daños orgánicos son irreversibles o porque el tratamiento no es suficientemente eficaz2. Los microorganismos que hoy se conocen como Pneumocystis se observaron por primera vez en 1909 por Carlos Chagas, mientras investigaba una nueva enfermedad que afectaba a los trabajadores que estaban tendiendo las vías del ferrocarril central en el estado brasileño de Minas Gerais. Chagas observó en los pulmones de cobayos que fallecían a los 5 días de ser inoculados con sangre que contenía un nuevo "tripanosoma" humano, la presencia de numerosas formas esquizogónicas que interpretó de modo erróneo como una parte del ciclo vital del Trypanosoma cruzi, que él denominó por ello Schizotrypanum cruzi. Antonio Carini director en ese momento del Instituto Pasteur de São Paulo, un año después hizo una descripción similar de quistes en el pulmón de ratas infectadas con Trypanosoma lewisi. Sin embargo, quizás ante la sospecha de que los quistes pertenecieran a un organismo desconocido, envió muestras histológicas a su colega del Instituto Pasteur de París, Charles Louis Alphonse Laveran, uno de los parasitólogos de mayor prestigio mundial que había recibido el Premio Nobel en 1907 por sus estudios sobre paludismo.3 5 En el Instituto Pasteur dos discípulos de Laveran, el matrimonio Delanöe, investigando en ratas de las cloacas de París que no estaban infectadas por tripanosomas, observaron quistes similares en los pulmones de estos animales. De esta forma en 1912 revisando las publicaciones previas y las preparaciones de Carini, que esos peculiares quistes observados por Chagas y Carini correspondían en realidad a un nuevo género y especie desconocidos sin relación con los tripanosomas. El matrimonio Delanöe sugirió para el nuevo microorganismo el nombre de Pneumocystis carinii. Pneumo- por su tropismo por el pulmón; -cystis por su morfología característica, y carinii en honor del Dr. Antonio Carini que les había facilitado sus preparaciones histológicas. El matrimonio continuó sus investigaciones y realizaron numerosos experimentos, los cuales revelaron que el nuevo organismo se transmitía por vía aérea; confirmaron su tropismo por el pulmón y sugirieron su afinidad con la familia de las Coccidias, organismos del orden de los esporozoos. 3 En 1938 Ammich y Benecke reconocieron una forma de neumonía de origen desconocido que afectaba típicamente a niños prematuros y(o) malnutridos, la cual se denominó neumonía intersticial de células plasmáticas y adquirió proporciones epidémicas en Europa Central en el preludio de la Segunda Guerra Mundial y en los años inmediatamente posteriores. En pleno apogeo de la guerra, dos científicos holandeses, van der Meer y Brug demuestran por primera vez una asociación histológica entre la neumonía intersticial de células plasmáticas y Pneumocystis, aunque su descubrimiento pasó casi inadvertido. Una década después, tres investigadores checos, Vanêk, Jírovec y Lukes hallaron la etiología de esta forma de neumonía, por lo que son considerados con frecuencia como sus primeros descubridores3. En ese momento se pensaba que Pneumocystis solo afectaba a niños y no es hasta el inicio de la década de los sesenta cuando comienzan a 6 describirse en EUA los primeros casos de neumonía por Pneumocystis jirovecii (PCP) en pacientes adultos sometidos a quimioterapia o radioterapia por procesos neoplásicos, así como sujetos con defectos congénitos de la inmunidad4. Entonces no se disponía de estudios que evaluaran el impacto real de la PCP. Sería en 1974, cuando Peter Walzer realizó el primer estudio amplio, al recopilar datos de 194 casos confirmados de PCP. Esta investigación arrojó que la malnutrición era un factor de riesgo para desarrollar la enfermedad y demostró además que esta podía presentarse en los pacientes con leucemias, linfomas, tumores sólidos y con trasplantes, lo que abrió las puertas a la investigación en esos grupos poblacionales5. Entre los años 1970 y 1980 resultaron muy importantes los estudios sobre Pneumocystis, porque unido al conocimiento alcanzado mediante la microscopia electrónica y los métodos de tinción existentes (plata metenamina de Gomori y Giemsa), aparecieron los primeros estudios con anticuerpos aislados de sueros de ratas. Los resultados fueron realmente sorprendentes, porque los anticuerpos procedentes de los sueros de ratas no reaccionaban con Pneumocystis obtenidos de humanos, pero sí lo hacían con otros procedentes de ratas. Estas diferencias inmunológicas condujeron a Frenkel en 1976, a plantear la hipótesis de que la especie de Pneumocystis que afectaba al hombre era diferente de la que infectaba a las ratas, a pesar de no poseer diferencias morfológicas distinguibles. El nuevo nombre propuesto sería Pneumocystis jirovecii en honor al científico checo Otto Jirovec, quien en 1951 relacionarael patógeno con la neumonía que aparecía en los niños prematuros y malnutridos6. El nombre no fue aceptado al inicio. La primera evidencia de diferencias moleculares entre los organismos de Pneumocystis en humanos y animales de laboratorio provino del análisis del tamaño de las proteínas. 7 Sin embargo, la variabilidad inter-especies en el tamaño de las proteínas dificultó la diferenciación de estas, posiblemente por la modificación proteica mediada por el hospedero, presencia de microorganismos muertos o contaminación con patógenos diferentes.7 Los análisis del ADN proporcionaron la evidencia de la divergencia genética entre las especies de Pneumocystis. Las secuencias de mARN de la subunidad 18S de Pneumocystis obtenido del humano y el obtenido de la rata difieren en 5%. Muchos otros genes o fragmentos de éstos han sido analizados. En todos los casos, la secuencia de los genes difiere entre especies. Más aún, experimentos en ratas, ratones y primates han demostrado la especificidad de especies de Pneumocystis para su hospedero.7 En el año 2001, en el Taller Internacional sobre Parásitos Oportunistas, el grupo de expertos discutieron la nomenclatura de Pneumocystis y propusieron renombrar al microorganismo P.carinii como una especie dentro del género Pneumocystis, y abrieron las guías de creación de nuevos nombres para especies. Pneumocystis jirovecii fue elegido para designar a la especie que infecta a los humanos y Pneumocystis carinii para una de las dos especies que infectan a las ratas.7 La clasificación taxonómica de Pneumocystis ha sido problemática desde su descubrimiento y ha cambiado a lo largo de los años. Como se ha comentado, tras su identificación y durante muchos años Pneumocystis fue considerado como un protozoo, debido a sus características morfológicas, su resistencia a los antifúngicos clásicos y su respuesta al tratamiento con pentamidina. Sin embargo, en 1970, Varva y Kucera sugieren, basados en estudios ultraestructurales, que Pneumocystis puede ser un hongo. Ellos plantearon un prolongado debate sobre la 8 naturaleza de este microorganismo que se vería esclarecido con el advenimiento de las técnicas de biología molecular.8 La primera evidencia molecular de que este microrganismo es un hongo fue aportada por Edman y otros en 1988. Estos investigadores encontraron que la secuencia nucleotídica del gen 16S del ARN ribosómico de Pneumocystis presentaba mayor similitud con la de los hongos que con la de los protozoos.8 Además, otros genes importantes como la subunidad mayor del ARN del ribosoma mitocondrial (mt Lsu rRNA, siglas en ingles) y otros 7 genes contiguos mostraron una significativa homología con sus respectivos genes en los hongos. Otras evidencias importantes se identificaron; entre otras, se destaca la presencia de un tercer factor de elongación en la síntesis proteica, elemento necesario para realizar este proceso en los hongos, que se encuentra ausente en el resto de los organismos eucariotas. Finalmente, la timidilato sintasa (TS) y la dihidrofolato reductosa (DHFR) en Pneumocystis son dos enzimas diferentes, mientras que en los protozoos es una proteína con doble función.8 Actualmente las especies de Pneumocystis están clasificadas dentro del Phylum Ascomicota, en una única clase, orden y familia (Pneumocystidomicetos, Pneumocystidales y Pneumocystidae, respectivamente).7 Se han descrito extensamente las características clínicas de la neumonía producida por este (dificultad para respirar, fiebre y tos no productiva) agente en pacientes VIH positivos de todas las edades, sin embargo, hay poca información acerca de los cuadros presentados en el escenario 9 de otro tipo de enfermedades que producen inmunocompromiso en el paciente pediátrico.9 Es debido a esta variedad de presentaciones clínicas que el diagnóstico de neumonía por Pneumocystis puede resultar difícil de identificar y un verdadero reto si se pretende diagnosticarla solo por la clínica del paciente, porque diferentes infecciones comparten signos y síntomas similares.3 Por estas razones su diagnóstico definitivo se basa en la detección microscópica del microorganismo en una gran variedad de muestras del tracto respiratorio, mediante coloraciones (Giemsa, azul de toluidina, Gomori-Grocott) o inmunofluorescencia directa (IFD), esta última considerada la técnica de preferencia para el diagnóstico de la enfermedad4,5. Debido a que este hongo no es cultivable, es necesaria la implementación de nuevos métodos como son las técnicas de biología molecular (PCR) para la detección del mismo, que en conjunto con los métodos actuales, proporcionen un diagnóstico precoz de la enfermedad 9. Desde ese momento hasta la actualidad Pneumocystis jirovecii continúa siendo uno de los patógenos oportunistas más importantes que afectan a individuos con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y pacientes con inmunosupresión debida a otras causas, en los que produce una neumonía grave con una alta tasa de morbilidad y mortalidad.8 10 Justificación La infección por P. jirovecii es una micosis oportunista que se presenta en pacientes con algún tipo de inmunosupresión. En el laboratorio de Parasitología y Micología del Instituto Nacional de Pediatría se realiza su detección a través de pruebas de inmunofluorescencia directa y de tinción con azul de O-toluidina, pero la búsqueda del hongo solo es realizada cuando el médico tratante solicita su búsqueda intencionada. Sin embargo la solicitud de este estudio ha ido decreciendo a pesar de que en los datos estadísticos reportados por el instituto en el año 2012 muestran lo siguiente10: Entre las principales causas de consulta por primera vez se encuentran los Tumores (Neoplasias) con 1029 casos y Enfermedades del sistema respiratorio con 490 casos.10 Neumonía no especificada con 1060 casos, Leucemia linfoblástica aguda con 396 casos cuadran en las principales causas de urgencias calificadas.10 La realización de 39 procedimientos de trasplante (16 trasplantes renales y 23 de medula ósea).10 Como principales causas de mortalidad encontramos los Tumores (neoplasias) con 48 defunciones, Enfermedades del sistema respiratorio con 23 defunciones y Enfermedades de la sangre y de los órganos que afectan el mecanismo de inmunidad con 9 casos.10 Lo que indican en estos datos es que la gran parte de la población del Instituto presenta un grado de susceptibilidad a ser infectado ya que los pacientes con tumores (Neoplasias), enfermedades autoinmunes, leucemia linfoblástica aguda y aquellos con procedimientos de trasplante de cualquier órgano son sometidos a tratamientos (quimioterapia e 11 inmunosupresores) que ocasionan algún grado de inmunosupresión convirtiéndolos en posibles candidatos a ser infectados por P. jirovecii. Además el cuadro clínico que presentan los pacientes con pneumocistosis es poco específico y al ser poco frecuente comparado con otras infecciones oportunistas es fácil que pase desapercibido o sea subdiagnosticado. Por tales motivos es necesario en primer lugar informar a los médicos la existencia de esta patología, en segundo lugar identificar si es que existen los criterios utilizados por los médicos para seleccionar a los pacientes a los que se les solicita el estudio y en caso de que no sean los adecuados corregirlos o completarlos y en tercer lugar identificar puntos críticos de las técnicas de detección de P. jirovecii para que el resultado obtenido sea rápido y confiable. 12 Marco Teórico Pneumocistosis La pneumocistosis o neumonía causada por el hongo microscópico Pneumocystis jirovecii (“Pneumocystis pneumonia” = PCP), es una enfermedad respiratoria cosmopolita que afecta a pacientes que atraviesansituaciones de inmunosupresión intensa. Es probablemente, la afección respiratoria más grave que se observa con mayor frecuencia en este tipo de pacientes en el mundo. Con gran impacto en los primeros años de la pandemia de SIDA, la PCP plantea aún importantes problemas diagnósticos, terapéuticos y preventivos.8,11 Organismo Pneumocystis jirovecii es un hongo atípico, extracelular, ubicuo, unicelular, no cultivable y con marcado estenoxenismo. Usualmente se encuentra restringido a los pulmones, aunque se ha demostrado su presencia en otras regiones del cuerpo. En la actualidad se han Figura 1: Pulmones de conejo infectado con Pneumocystis en donde se observan focos hemorrágicos rojo oscuro (flechas) tomada de Préma Rahagopalan- Levasseur et al., 19989 13 registrado casos de PCP en todos los continentes del mundo, excepto en la Antártica12. Debido a que este microorganismo no es cultivable en medios de rutina y solo se ha podido cultivar por periodos cortos de tiempo en líneas celulares no se ha podido estudiar a profundidad sus características, sin embargo, de las investigaciones que se han realizado hasta ahora permitieron identificar algunas de las características de P. jirovecii como son8 : El principal componente de la membrana es colesterol.8 Presenta resistencia a la Anfotericina B (Debido a la carencia de ergosterol en la membrana).8 La MSG (Glicoproteína Mayor de Superficie) es la más abundante en el organismo.8 Figura 2: Quistes de P. jirovecii en el tejido pulmonar teñidos con plata metanamina y hematoxilina y eosina. Las paredes de los quistes están manchadas de negro; los cuerpos intraquísticos no son visibles con esta mancha. Tomada de ttp://www.cdc.gov/dpdx/pneumocystis/gallery.html13 14 La MSG desempeña un papel en la evasión de la respuesta inmune debido a que presenta gran variedad antigénica.8 Las proteínas PCSTE20 y la PCMAPK son otras proteínas importantes en el patógeno, ya que participan en los cambios morfológicos, el ciclo sexual y en la unión del hongo a las células del epitelio alveolar.8 La proteína PRT1 desempeña una función relevante relacionada con la degradación de moléculas exógenas y con los procesos de variación antigénica.8 La proteína de choque térmico 70 (hsp 70) es otra de las proteínas más abundantes, se involucra en procesos relacionados con el estrés, con un papel esencial en el metabolismo del hongo.8 Se sospecha que la DHPS (Dihidropteroato sintetasa) brinda resistencia a las sulfamidas.8 Tiene alrededor de 15 cromosomas lineales con un tamaño aproximado entre los 300 y 700 Kb.8 Morfología y Ciclo Biológico Pneumocystis jirovecii posee los organelos típicos de una célula eucariota que son: un núcleo verdadero rodeado por una membrana, mitocondrias y un sistema endomembranoso bien desarrollado que comprende un retículo endoplásmico complejo con sáculos especializados, lisosomas y un aparato de Golgi.14 15 Las formas tróficas (2 a 8 µm de diámetro), mononucleadas, ameboides, con pared celular fina y presencia de filópodos se transforman en esporocitos redondeados (3 a 6 µm) y luego en ascas (4 a 6 µm) que cuando maduran, contienen ocho esporas o ascosporas y abandonan el quiste por un orificio preformado. Los esporocitos presentan tres estadios de desarrollo (precoz, intermedio y tardío) en función del número de núcleos (hasta 8 núcleos) y de la estructura de la pared celular. La primera división es haploide y ocurre en el esporocito precoz, en el que se observan complejos sinaptonemales lo cual demuestra que esta división es reduccional o meiótica. En el esporocito intermedio se agrega una capa media poco densa rica en β-glucanos y una membrana plasmática que perdurara en el quiste maduro o asca.14 Figura 3: Vista esquemática de una forma trófica de P. jirovecii tomado de Wanderley de Souzal et al., 200515 16 Las formas tróficas jóvenes emergen del asca y se adhieren a los neumocitos tipo 1 y reinician el ciclo. En ellas ocurre el proceso de fusión nuclear por conjugación y se restituye la diploidía.14 Figura 4: Ciclo biológico de P. jirovecii tomado de www.cdc.gov/dpdx/pneumocystis/13 17 Reservorio Algunos estudios han demostrado la presencia de fragmentos de ADN de Pneumocystis en muestras de agua de diferentes procedencias así como en el aire, pero no se ha podido comprobar que estos medios sean reservorios o fuentes de infección para este patógeno. Los pacientes con PCP pueden actuar como fuente de infección, así como los niños en los que los estudios seroepidemiológicos han demostrado altas tasas de exposición desde edades muy tempranas. Se evidencia, además la presencia de genotipos similares en ambas poblaciones. Sin embargo en los últimos años muchas pruebas han revelado que P. jirovecii está presente de forma más extendida entre los seres humanos.11, 17 Figura 5: Ciclo biológico de P. jirovecii tomado FEMS Yeast Res 11 (2011) 2-1716 18 Distribución Geográfica La pneumocistosis es una enfermedad fúngica cosmopolita. Hace algunos años se creía que era menos frecuente en regiones tropicales que en regiones templadas o frías. Sin embargo, trabajos más recientes han demostrado que cuando se usan los medios adecuados para el diagnóstico la prevalencia de la PCP en países tropicales es comparable a la observada en otras regiones. 17 Prevalencia de P. jirovecii a nivel mundial Antes de la década de 1980 y la aparición de la pandemia de VIH, eran reportados menos de 100 casos de neumonía por Pneumocystis jirovecii anualmente en los Estados unidos, principalmente en pacientes inmunosuprimidos, como los oncológicos que recibían quimioterapia, pacientes que recibían inmunosupresores y desnutridos severos.18 Pneumocistosis Figura 6: Mapa de distribución de P. jirovecii a nivel mundial (Infección cosmopolita) 19 Tras la aparición del VIH y previamente al uso de terapia antiretroviral altamente activa, se presentaba con una elevada frecuencia. Específicamente, la neumonía por Pneumocystis ocurría en 12 al 40% de estos pacientes, los cuales llegaron a sumar de 20,000 a 50,000 casos al año.18 En la actualidad, con las nuevas terapias antirretrovirales, cada año la neumonía por Pneumocystis jirovecii afecta de 15 a 28% de los individuos con SIDA de todas las edades, según la Centers for Disease Control and Prevention (CDC).18 Asimismo, desde 1990, los programas de antibioticoterapia preventiva o profilaxis con Trimetroprima-Sulfametoxazol han disminuido significativamente la prevalencia de PCP en los más de 886 575 sujetos infectados por SIDA en Estados Unidos.18 Poco se sabe de la epidemiologia de este tipo de neumonía en países en desarrollo.18 Los estudios en población pediátrica solo incluyen pacientes VIH- positivos. En niños africanos menores de 6 meses que fallecen por SIDA, Pneumocystis jirovecii se encuentra en 51%. La prevalencia reportada en Sudáfrica por Zar y cols, es de 9.9%, en este estudio se observó que los niños que desarrollan neumonía por P. jirovecii no recibían profilaxis con Trimetroprima-Sulfametoxazol, y se observó además en este grupo una elevada morbimortalidad.18 Debido a que este cuadro es clínicamente inespecífico, la infección es subdiagnosticada en los países en desarrollo.18 En la población general, la incidencia de neumonía por Pneumocystis jirovecii es de 0.3 por un millón por año.18 20 En Europa, la PCP continúa siendo la enfermedad indicativa de SIDA más frecuente. El estudio EuroSIDA revelo que la PCP se mantuvo, como tal, entre 1994 y 1998.19 Sin embargo, en este estudio que incluyo 7300 pacientes VIH-positivos de 52 centros europeos, se demostró que el número de casos nuevos aparecidos entre estos años descendióde 49 en 1994, a 10 en 1998.20 Prevalencia de P. jirovecii en México en pacientes VIH positivos La recopilación de Casanova en 2006, incluye: En 1989, en el centro Médico “La Raza” del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se analizó una serie de 131 casos de pacientes con SIDA en el Hospital de Infectología y reportando el diagnóstico de Pneumocystis jirovecii en un 13% sin especificar metodología diagnóstica. Para 1992, el mismo Centro Medico, realizó otro estudio prospectivo de pacientes con diagnóstico de SIDA y neumonía intersticial que demostró a Pneumocystis jirovecii en 51% de 128 pacientes en un periodo de 18 meses.14 Durante el Congreso Internacional del SIDA celebrado por la CDC en Roma en 1991, se describieron 177 defunciones en cuatro hospitales de la Ciudad de México, cuyas autopsias demostraron a Pneumocystis jirovecii en el 24% de los casos.14 El Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (INDRE) informó en su boletín mensual que para el 31 de diciembre de 1991 existían 844 casos de PCP en 6914 pacientes con SIDA, lo que representa el 12.21%.14 El Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), institución de alta especialidad perteneciente a la Secretaria de Salud (SS), enfatizó en 1998 la importancia que reflejó el desplazamiento en la atención médica para pacientes con SIDA en relación con 21 manifestaciones respiratorias por neumonía o enfermedad pulmonar obstructiva (EPOC); y para 1999, consideró al SIDA como la primera causa de morbilidad por enfermedad infecciosa y la segunda causa de mortalidad general detrás del cáncer pulmonar, siendo la neumonía la causa principal de morbilidad y mortalidad en los pacientes infectados con el VIH.14 Otro estudio retrospectivo sobre la frecuencia de las diferentes infecciones oportunistas pulmonares de pacientes con manifestaciones respiratorias diagnosticados con SIDA ingresados en el INER entre 1991 y 2001, resaltó las tres primeras causas de hospitalización: neumonía por Pneumocystis jirovecii como la más frecuente, en segundo lugar la tuberculosis pulmonar y finalmente las neumonías causadas por diversos agentes etiológicos como bacterias y otras micosis.14 Origen de la infección Durante varios años se consideró que la PCP se producía por la reactivación de una infección latente ante una situación de inmunosupresión en el hospedero. Esta hipótesis se apoyaba en la alta seroprevalencia encontrada en niños. No obstante, otros trabajos que utilizaron técnicas moleculares permitieron evidenciar que las recurrencias de PCP en pacientes con SIDA se producían por subtipos diferentes de P. jirovecii como lo demostraba el hecho de que sus genotipos no fueran iguales, al analizar tanto el gen mitocondrial como las regiones ITS (internal transcribed spacer ´espaciador transcrito interno´) del ácido ribonucleico ribosómico nuclear; esto apoya la existencia de infecciones de novo. En esta misma línea, la hipótesis de una latencia prolongada también se cuestionó luego de que se observara en modelos animales que el microorganismo desaparecía de los pulmones tras la curación de una neumonía. Así, en un estudio realizado 22 en 5 ciudades de EE.UU. se encontró relación entre el genotipo de Pneumocystis y el lugar de residencia, pero no con el lugar de nacimiento de los sujetos con PCP, lo que apoya la idea de una transmisión de persona a persona en contra de la hipótesis de una reactivación latente. 17 Modo de transmisión El modo exacto de transmisión de Pneumocystis no ha sido del todo esclarecido y la forma infectiva aún no se identifica por lo que se ha propuesto un modelo similar al de Mycobacterium tuberculosis. Se plantea la vía aérea como vehículo, considerando que las formas tróficas del hongo con un tamaño de 2 a 4 µm, similar al bacilo tuberculoso (1- 3 µm), pueden ser expectorados por el paciente infectado y mediante el aerosol son adquiridas por los sujetos susceptibles19. Figura 7: Modo de transmisión de P. jirovecii Modificada de http://informacionprehospitalaria.blogspot.mx/2013/06/tuberculosis- pulmonar.html21 23 Interacción de P. jirovecii con las células del hospedero En un hospedero infectado, Pneumocystis existe casi siempre en los alveolos pulmonares. Los trofozoítos se unen a las membranas plasmáticas de las células del epitelio alveolar, a través de interdigitación de sus membranas celulares. El análisis ultraestructural muestra que la adherencia es por aposición estrecha de las superficies celulares sin fusión de las membranas o cambios en las partículas intra- membranosas. Estudios realizados con células epiteliales muestran que la adherencia de Pneumocystis no altera a la célula epitelial alveolar ni su función de barrera.7 Pneumocystis mantiene vida extracelular dentro de los alveolos pulmonares, probablemente obteniendo nutrientes esenciales del fluido alveolar o de otras células.7 Figura 8: Ilustración de micrografía electrónica de la relación entre el alveolo y P. jirovecii (T= trofozoítos, AL= Lumen alveolar y EI célula epitelial tipo I). Tomado de Kun Young Kwon et al ., 199822 24 La unión de Pneumocystis a la célula epitelial alveolar es facilitada por la fibronectina y la vitronectina, presentes en el fluido alveolar. Estas proteínas cubren a la superficie del hongo y posteriormente median su unión, probablemente a través de integrinas, así como de receptores epiteliales fijadores de manosa. La interacción de Pneumocystis con la célula epitelial alveolar y macrófagos alveolares desencadena una respuesta celular tanto en el hongo como en las células del hospedero. Está demostrado que la unión del hongo a la célula epitelial alveolar aumenta la proliferación, a través de la activación de vías de señalización mediadas por cinasas. La adherencia del hongo también inhibe el crecimiento de las células epiteliales pulmonares a través de vías de regulación dependientes de ciclinas.7 Los macrófagos alveolares son fagocitos residentes que median la eliminación del hongo del pulmón. Los macrófagos alveolares cultivados de roedores pueden fijar y captar al hongo, a través de la interacción de sus receptores de manosa con la glicoproteína mayor de superficie de Pneumocystis, así como a través de la interacción de los receptores de dictina-1 del macrófago y el β-glucano del hongo. Las IgG pueden facilitar esta interacción célula-hongo a través de la opsonización del hongo. El papel esencial de los macrófagos en el control de la PCP ha sido demostrado en modelos animales. La eliminación del hongo está alterada significativamente en animales depletados de macrófagos. Al bloquear la apoptosis de los macrófagos inducida por Pneumocystis se aumenta la resistencia del hospedero a la infección al permitir que los macrófagos eliminen al hongo prolongando la supervivencia en el modelo animal. La fagocitosis, el estallido respiratorio y la activación de los macrófagos alveolares están alterados en los individuos infectados por el VIH.7 25 El control inmunológico de Pneumocystis también involucra la producción de quimiocinas y citosinas inflamatorias producidas por los macrófagos alveolares y las células epiteliales. La evidencia muestra que las moléculas de β-glucano de la pared celular de Pneumocystis son componentes importantes que conducen al inicio de la respuesta inflamatoria en la PCP. Los macrófagos expresan receptores a β- glucano, incluyendo a la dictina-1, al TLR-2 y a CD11b/CD18 (CR3) cuya unión inicia una cascada de señalización que resulta en la activación de NF-Кb y la subsecuente estimulación de la expresión de genes de la respuesta inflamatoria, como el del TNF y la IL-8. Los receptores de dictina-1 y de CR3 están ausentes en las células epiteliales y los que participan en dichascélulas son receptores para lactoseramida y otros más, que incluyen a los TLRs, y que inician la señalización inflamatoria en respuesta a los β-glucanos.7 Factores Predisponentes La mayoría de caso de pneumocistosis está relacionado con pacientes portadores de VIH-SIDA. Hay reportes de que en los pacientes que no recibe profilaxis, la infección puede estar presente en un 80% de los casos.11 Con el advenimiento de la terapia HAART (Higly active antiretroviral therapy), el número de casos de pneumocistosis ha disminuido de modo considerable, así como con la quimioprofilaxis a base de pentamidina y sulfonamidas. Hoy en día se considera que en pacientes sin diagnóstico confirmatorio de VIH positivos, la infección se presenta entre 20-30%.11 El segundo grupo de importancia es el de los inmunocomprometidos por diversas causas como: neoplasias hematológicas (leucemias y linfomas), otros tipos de cáncer, pacientes trasplantados, alcoholismo crónico, desnutrición severa y pacientes debilitados con largas estancias 26 hospitalarias. En este grupo de enfermos el porcentaje de pneumocistosis es mayor que en el VIH-SIDA, se calcula entre 40-50% y su pronóstico es peor.11 Poblaciones de Riesgo La identificación de Pneumocystis con un método sensible como es la PCR ha permitido demostrar la presencia de este microorganismo en diferentes muestras biológicas tales como lavado broncoalveolar, esputo, lavado orofaríngeo o material nasofaríngeo en sujetos sin manifestaciones clínicas ni radiológicas de neumonía. Esta situación ha sido denominada con diferentes términos como colonización, estado de portador asintomático (carrier) o infección subclínica y se ha observado en distintos grupos poblacionales17: I. Pacientes VIH: Un estudio realizado en una cohorte de 172 sujetos infectados por el virus se encontró una prevalencia de colonización del 68% y se identificaron como factores de riesgo las concentraciones de linfocitos CD4 inferiores a 50 x106/L y la ausencia de quimioprofilaxis con cotrimoxazol. En otro estudio que incluyo a 91 pacientes con infección por VIH, tabaquismo y la ciudad de residencia fueron los factores asociados a la colonización por Pneumocystis que apareció en el 46% de los casos. El periodo durante el que los pacientes con infección por VIH pueden permanecer colonizados se desconoce en la actualidad, pero se sospecha que puede ser prolongado. Este hecho, junto con la alta prevalencia de colonización, convierte a estos pacientes en un grupo importante como posible reservorio y fuente de transmisión para otros sujetos susceptibles.17 27 II. III. Pacientes con enfermedades pulmonares crónicas: Algunos de estos, al ser expectoradores crónicos habituales, podrían ser un eslabón importante en la transmisión de P. jirovecii a otros individuos. De hecho, se han identificado genotipos similares del hongo entre pacientes con enfermedades pulmonares crónicas se ha descrito una prevalencia de colonización del 40.5% en los casos con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y del 21.5% en los casos de fibrosis quística. En pacientes con enfermedad intersticial pulmonar la colonización observada es del 33.8% en la neumopatÍa intersticial idiopática; el 19.8% en la sarcoidosis, y el 37% en otras enfermedades intersticiales pulmonares. Se considera que el uso de corticoides puede ser un factor de riesgo independiente para la colonización de estos Figura 9: Interacción entre células T CD4+ y virus de VIH. Tomada de http://www.thebody.com/content/art30304.html23 28 sujetos. Está bien establecido que la PCP desencadena una intensa respuesta inflamatoria, de tal forma que la gravedad del cuadro clínico es independiente de la cantidad de hongo en los pulmones. En esta misma línea, se ha observado en modelos animales que la colonización produce respuesta inflamatoria, que sucede desde etapas muy iniciales de la infección. En los monos portadores del virus de la inmunodeficiencia del simio, la colonización por Pneumocystis provoca inflamación de las vías aéreas, con aumento de citosinas pro inflamatorias y neutrófilos en el lavado broncoalveolar, así como deterioro de la función pulmonar. En pacientes con EPOC se ha descrito una prevalencia de colonización más elevada entre aquellos con estadios más avanzados de la enfermedad. Así, la prevalencia de colonización fue del 36.7%, en pacientes en estadio IV de la clasificación GOLD (Global Initiative for Chronic Obstructive Lung Disease) frente al 10% en los estadios II o III de la clasificación GOLD. Estos datos demuestran un papel de la colonización por P. jirovecii como cofactor en la progresión de la EPOC17 IV. Figura 10: Comparación de un pulmón sano contra un pulmón con bronquitis crónica. Tomada de http://www.galenusrevista.com/Terapias-farmacologicas- para-la.html24 29 V. Personal sanitario: Uno de los primeros trabajos descritos en la literatura sobre este tema no logro detectar la presencia de P. jirovecii en el lavado orofaríngeo de una pequeña muestra de profesionales en contacto con pacientes con PCP. Sin embargo, estudios posteriores en los que se utilizaron frotis nasal y aspirado nasal o esputo inducido comprobaron la existencia de colonización transitoria en profesionales sanitarios, como médicos y enfermeras que atendían a pacientes con PCP. Un amplio estudio que evaluó la presencia de colonización mediante la utilización de muestras de enjuague orofaríngeo de 164 profesionales sanitarios que desarrollaban su trabajo en diferentes áreas de un hospital universitario encontró una alta prevalencia de colonización del 8% entre los trabajadores que atendían pacientes inmunodeprimidos y niños, los que podrían ser la fuente de infección para estos profesionales. A su vez, el personal sanitario colonizado puede convertirse también en una fuente de transmisión para individuos susceptibles dentro del ambiente hospitalario, como indica la reciente demostración de la capacidad de transmisión de Pneumocystis desde sujetos inmunocompetentes colonizados.17 Figura 11: Personal médico en contacto con pacientes. Tomada de http://medicablogs.diariomedico.com/diariomedico/2011/01 /19/la-gripe-a-h1n1-ya-esta-en-las-uci/ 30 VI. Mujeres embarazadas: se ha estudiado la colonización por P. jirovecii y se ha descrito una prevalencia del 15% en un estudio que evaluó a 33 gestantes en el tercer trimestre del embarazo. La colonización en esta población se ha relacionado con las alteraciones de la inmunidad celular y humoral que ocurren durante el embarazo y que podrían provocar algún grado de << leve de deficiencia del sistema inmune>>. Un punto importante para resaltar es que la colonización en las mujeres gestantes puede representar un reservorio con especial riesgo para transmisión al recién nacido. En este sentido, se demostró en un modelo animal que Pneumocystis podía detectarse en frotis oral del 80% de los ratones 2 h después de su nacimiento y prácticamente en todos a las 48h. En los seres humanos se han descrito genotipos iguales del hongo en cuadros concomitantes de PCP de una madre y de su hijo de un mes de edad, lo que apoya la hipótesis de la transmisión maternofilial.17 Figura 12: Madre e hijo con baja respuesta inmune. Tomada de http://www.mediosrioja.com.ar/test/articulo.php?nid=1 762226 31 Los datos de estudios recientes demuestran que los individuos sanos pueden ser colonizados y servir como reservorio para el hongo. En el modelo animal se demostró mediante PCR y estudios histológicos que Pneumocystis puede proliferar en el pulmón de ratones inmunocompetentes que actúan como reservorios y fuentes de infección. En seres humanos, un único estudio ha detectado la presencia de ADN de P. jirovecii en el20% de los lavados orofaríngeos de una muestra de 50 individuos sanos. Se necesitan estudios más amplios que establezcan la prevalencia de la colonización por Pneumocystis en la población general y sus implicaciones epidemiológicas.17 Respuesta inmune a la neumonía por Pneumocystis jirovecii (PCP) Los patrones de reconocimiento estimulan la liberación de quimiocinas y citosinas inflamatorias, las cuales promueven el reclutamiento y activación de neutrófilos y linfocitos.7 Los linfocitos “T” CD4+ son esenciales para el control de la infección por P. jirovecii. La depleción de los linfocitos “T” CD4+ en ratones aumenta la susceptibilidad a la infección y la cual se resuelve cuando dichos ratones son repoblados con linfocitos “T” CD4+ esplénicos. La reconstitución de los linfocitos “T” CD4+ coordina la respuesta inflamatoria del hospedero al reclutar y activar a células efectoras adicionales como los monocitos y los macrófagos, las cuales son responsables de la eliminación del hongo. En contraste a los linfocitos “T” CD4+, los linfocitos “T” CD8+ tienen un papel más controversial en la defensa contra Pneumocystis. La reconstitución de los linfocitos “T” CD8+ en ratones con inmunodeficiencia combinada severa no protege contra la infección, y los ratones silvestres depletados de linfocitos “T” CD8+ son resistentes.7 32 Sin embargo los linfocitos “T” CD8+ pueden proporcionar un efecto benéfico, particularmente en la deficiencia crónica de los linfocitos “T” CD4+. Por ejemplo en estudio de ratones depletados de linfocitos “T” CD4+ y “T” CD8+ desarrollan una infección más severa en comparación de aquella que desarrollan los ratones depletados únicamente de linfocitos “T” CD4+.7 La respuesta inflamatoria puede ir en detrimento del hospedero, como lo muestra el modelo de ratones con inmunodeficiencia combinada severa infectados con Pneumocystis que tienen preservada la función pulmonar hasta que la enfermedad alcanza un estadio tardío y que son reconstituidos con células esplénicas intactas y desarrollan una respuesta inflamatoria intensa mediada por linfocitos “T” CD4+ y “T” CD8+, ocasionando alteraciones en el intercambio gaseoso y de la función pulmonar. Tanto los linfocitos “T” CD4+ y “T” CD8+ pueden ocasionar una respuesta inflamatoria deletérea en el hospedero. La reconstitución de linfocitos “T” CD4+ en ratones con inmunodeficiencia combinada severa puede resultar en una respuesta inflamatoria exagerada que conduce a la muerte del hospedero. Otras investigaciones demuestran que la hipoxia y el daño pulmonar en ratones dependen de la presencia de linfocitos “T” CD8+ en el pulmón.7 Además de los linfocitos T, los neutrófilos también participan en la inflamación pulmonar durante la PCP. El reclutamiento de neutrófilos está estrechamente relacionado con la lesión pulmonar en humanos. La IL-8 está relacionada con la infiltración de neutrófilos y alteraciones del intercambio gaseoso durante la PCP severa en humanos. Los niveles de IL-8 en lavados bronquioalveolares pueden ser predictor de la falla pulmonar y la muerte por PCP. Los neutrófilos reclutados liberan proteasas y especies reactivas del oxígeno (ERO), que lesionan directamente a las células epiteliales y a las células del endotelio 33 capilar. Sin embargo, en ratones depletados de linfocitos “T” CD4+, Pneumocystis induce una lesión pulmonar similar en ratones con función fagocítica normal o alterada, sugiriendo que la inflamación mediada por los linfocitos “T” CD8+ puede ser la responsable directa de la lesión pulmonar, más que la inflamación mediada por los neutrófilos durante la PCP en modelos de ratón.7 Manifestaciones clínicas La pneumocistosis afecta típicamente a sujetos con intensa inmunodepresión causada por alteraciones importantes en los mecanismos humorales y celulares de la respuesta inmune. La enfermedad se manifiesta por lo general como una neumonitis bilateral con infiltración intersticial difusa. La taquipnea con disnea progresiva, la tos en general seca y la cianosis son los síntomas habituales. A pesar de la sintomatología funcional con frecuencia, los signos físicos pueden ser discretos. De la misma manera, la radiografía torácica puede ser prácticamente normal en casi un tercio de los pacientes con SIDA que presentan pneumocistosis. La presión parcial arterial de oxigeno (PaO2) esta disminuida y se considera que cuando es inferior a 50 mm de Hg es Figura 13: Quistes de P. jirovecii (flecha) pegados a un macrófago. Tomado de Préma Rajagopalan- Levasseur., 199822 34 un signo de mal pronóstico. La PaCO2 con frecuencia es normal en el primer episodio, pudiendo a veces estar ligeramente disminuida, asociada, al comienzo del cuadro, con una tendencia a la alcalosis respiratoria. La actividad láctico-deshidrogenasa (LDH) sérica está por lo general aumentada.8, 27,28 El cuadro clínico descrito varía en función de la forma clínico- epidemiológica. En efecto, la edad, el contexto epidemiológico y las patologías subyacentes responsables de la depresión inmunitaria, condicionarán la expresión clínica de la infección por Pneumocystis, lo que permite distinguir cuatro formas clínico-epidemiológicas principales de esta enfermedad8, 27,28: 1) Forma asintomática: Este grupo de formas clínicas se encuentra aún mal definido. Se acepta en general que la primoinfección por Pneumocystis puede considerarse como una colonización subclínica. Sin embargo, el hongo podría ser responsable, al menos en parte, de algunos cuadros respiratorios conocidos como muerte súbita y la apnea del lactante. En realidad la primoinfección que se detecta por la aparición de anticuerpos séricos frente a Pneumocystis, ha sido poco investigada. Al mismo tiempo, durante largo tiempo se consideró que los sujetos inmunocompetentes, en los que frecuentemente se constata la presencia de anticuerpos frente a Pneumocystis, son “portadores sanos” del parasito pudiendo, en casos de inmunosupresión, desarrollar pneumocistosis a partir de hipotéticas formas parasitarias latentes. Sin embargo varias observaciones recientes contradicen esta hipótesis8, 27,28: a) Los métodos de detección molecular del hongo (PCR) han demostrado que los sujetos inmunocompetentes son raramente portadores de Pneumocystis. 8, 27,28 35 b) Los hospederos inmunocompetentes en contacto estrecho con pacientes con PCP pueden infectarse transitoriamente con Pneumocystis por vía aérea, pero al cabo de algunas semanas eliminan totalmente al hongo. 8, 27,28 c) Los hospederos experimentales “convalecientes” (=roedores de laboratorio con PCP cortico-inducida a los que se les interrumpe la administración de corticoesteroides) eliminan totalmente la infección con la recuperación de sus defensas inmunitarias. 8, 27,28 d) La identificación con técnicas moleculares de líneas fúngicas genéticamente diferentes responsables de episodios sucesivos de pneumocistosis en un mismo paciente, sugieren que esta enfermedad resulta con más frecuencia de infecciones de novo (origen exógeno), que de la reactivación de hipotéticas formas latentes (origen endógeno). 8, 27,28 En cambio, los pacientes inmunodeprimidos pueden ser portadores de Pneumocystis (“colonizados”) sin desarrollar obligatoriamente una pneumocistosis, del mismo modo que los pacientes inmunocompetentes que presentan patologías pulmonares crónicas (enfermedad pulmonar obstructiva crónica, lesiones tuberculosas residuales, etc.). En estos pacientes, la intensificación de la depresión inmunitaria y la influencia de otros factores, por ejemplo, alteraciones de la composición del surfactante pulmonar, podrían facilitar la proliferación fúngica posibilitando el desarrollo de una pneumocistosis de origen endógeno. 8, 27,28 2) Pneumocistosis infantil epidémica o neumonía intersticialplasmocitaria: Esta forma clínica se observó durante y después de la Segunda Guerra Mundial, sobre todo en los países 36 centroeuropeos. Entre las décadas de 1950 y 1960, se aparecieron también brotes epidémicos infantiles de pneumocistosis en Irán, Vietnam y Chile. Esta neumonitis, que afectaba a niños prematuros o con malnutrición proteico energéticas. Estos pacientes presentaban taquipnea, disnea progresiva y cianosis típicamente periorbital y perioral, que se instauraba gradualmente. A este cuadro, que podía evolucionar sin fiebre ni tos, se asociaba diarrea y alteraciones del estado general con anorexia y adelgazamiento. En los niños no tratados la mortalidad de esta neumonitis se situaba alrededor de 25%, y se desarrollaron algunas formas graves de evolución aguda que conducían a la muerte en pocos días. 8, 27,28 3) Pneumocistosis esporádica del paciente inmunodeprimido: Esta forma, que se observa en pacientes de cualquier edad con intensa inmunodepresión, es la más frecuente en la actualidad. La inmunodepresión puede ser causada por afecciones congénitas (disgammaglobulinemias, síndrome de inmunodeficiencia combinada grave o SCID del inglés Severe Combined Immunodeficiency Disease), adquirida (SIDA, neoplasias, enfermedades inflamatorias crónicas o granulomatosas que precisan corticoterapia intensa y prolongada), o de terapias inmunodepresoras usadas para inhibir el rechazo de órganos trasplantados o para tratar canceres (leucemias, linfomas, tumores sólidos). Entre 1981 y 1989, la mayoría de los pacientes con SIDA desarrollaban pneumocistosis graves, fatales sin tratamiento específico. La incidencia de la pneumocistosis asociada al SIDA disminuyó considerablemente con la introducción de protocolos quimioprofilácticos basados principalmente en la administración sistemática de TMP/SMX. 8, 27,28 37 Sin embargo, aun hoy, esta enfermedad es la afección pulmonar grave más frecuente en los pacientes con infección VIH y con menos de 200 linfocitos CD4+/µL. Aunque existen reportes de niños infectados por ese virus pueden desarrollar la enfermedad con 400 linfocitos CD4+/µL. 8, 27,28 Clínicamente, en los pacientes inmunodeprimidos por el SIDA u otras causas, la disnea progresiva y la cianosis se asocian con fiebre y tos. El periodo entre el inicio de los síntomas y el diagnóstico etiológico es más breve en los pacientes infectados por el VIH (5 a 10 días) que en los enfermos con SIDA (más de 25 días). La radiografía torácica suele mostrar los típicos infiltrados intersticiales difusos bilaterales, pero las imágenes atípicas (infiltrados unilaterales o localizados, lesiones nodulares o cavitarias) son raras en estos pacientes. 8, 27,28 4) Pneumocistosis extrapulmonar: Pneumocystis puede diseminarse desde el pulmón a otros órganos induciendo lesiones secundarias en los órganos de la economía. Las lesiones pulmonares pueden ser indetectables cuando las localizaciones extrapulmonares son diagnosticadas, como ocurre en la histoplasmosis diseminada y en otras micosis respiratorias causadas por hongos dimorfos. 8, 27,28 Ganglios linfáticos, bazo, hígado, corazón y medula ósea son los órganos afectados con más frecuencia aunque Pneumocystis se ha encontrado también en cerebro, páncreas, timo, tiroides, retina, coroides, oído externo y medio, apéndice, piel y otros órganos. Las lesiones extrapulmonares son en general nodulares, evolucionando hacia la necrosis y la calcificación. Entre 2-3% de los pacientes con infección VIH y pneumocistosis podrían 38 desarrollar esta forma clínica que por otra parte, resulta excepcional en niño. 8, 27,28 Profilaxis En 1989, la quimioprofilaxis con dosis bajas de Trimetroprima- Sulfametoxazol demostró ser efectiva al reducir el riesgo de neumonía por Pneumocystis jirovecii en los pacientes vulnerables. El beneficio de la misma se ha demostrado ampliamente en estudios aleatorizados.18 La dosis recomendada es de 150 mg/m2 de superficie corporal por día, durante 3 días consecutivos a la semana.18 La profilaxis primaria es aquella que se inicia en pacientes que ya han presentado un episodio de pneumocistosis, la secundaria se refiere a la profilaxis en pacientes con historia de episodios recurrentes.18 En los pacientes con pneumocistosis que no reciben este esquema de profilaxis, puede presentarse recaída en el 50% de los casos.18 La quimioprofilaxis primaria y secundaria se recomienda en todos aquellos pacientes portadores de infección con VIH con conteo de CD4 inferior al umbral ajustado para la edad o con un porcentaje de células CD4+ de 20% o menos del total de los linfocitos en sangre periférica. Es seguro suspenderla cuando este conteo se normalice como resultado de la terapia antirretroviral. Antes de la aparición de la terapia antirretroviral combinada la quimioprofilaxis eran prolongadas y el paciente comenzaba a presentar efectos secundarios, como rash.18 La profilaxis también ha sido eficaz en niños inmunosuprimidos que padecen cáncer, síndromes de inmunodeficiencia congénita y receptores de trasplantes de órganos.18 39 Se administra a la misma dosis que en los pacientes VIH-positivos tres días consecutivos a la semana.18 Aunque hay una variación considerable en las fallas de la quimioprofilaxis reportadas, las infecciones severas y decesos por pneumocistosis en pacientes con esquemas profilácticos son infrecuentes.18 En los pacientes con hipersensibilidad al TMP-SMX la alternativa es la diamino-difenil-sulfona (DDS).18 Tabla 1: Régimen profiláctico en contra de la PCP29 Tratamiento Medicamento Dosis y Vía de administración Comentarios Primera elección Trimetroprima- Sulfametoxazol Trimetroprima- Sulfametoxazol 80-160 mg diarios 400-800 mg diarios Vía oral o intravenosa. 160 mg 3 veces a la semana. 800 mg 3 veces a la semana. Vía oral o intravenosa. Contraindicación en los casos de alergia a sulfamidas. Opción alternativo DDS DDS + pirimetamina 100 mg diarios vía Oral. 50 mg diarios vía oral 50 mg por semana Contraindicación en los casos de deficiencia de G6PD Posible reacción cruzada con alergia a sulfas. Contraindicación en los casos de deficiencia de G6PD 40 Atovacuona Pentamidina + 25 mg de leucovorin por semana. 750 mg 2 veces al día por vía oral. 300 mg al mes. Posible reacción cruzada con alergia a sulfas. Biodisponibilidad incrementada con dieta alta en grasas. Administrar en decúbito para optimizar la distribución en pulmón. Toma de Muestra Las muestras empleadas para el diagnóstico de la pneumocistosis son muestras del tracto respiratorio bajo como son: Esputo espontaneo o inducido y Lavado Broncoalveolar. A continuación se menciona el modo de recolección y recomendaciones para que la muestra sea representativa30: 1) Esputo: Instruir al paciente para que tosa con fuerza y profundamente, con el fin de obtener una muestra que provenga del tracto respiratorio inferior la cual debe expectorar directamente en un recipiente estéril de boca ancha de tapa de rosca. Es importante evitar que la muestra consista únicamente de saliva contenida en la cavidad oral.30 Después de la obtención de la muestra se recomienda llevar la muestra al laboratorio en los primeros 15 minutos después de la recolección, no exceder de dos horas y mantenerla a temperatura ambiente.30 Tabla 1: Régimen profiláctico en contra de la PCP continuación…29 41 Las recomendaciones para que sea una muestra de calidad son: Recoger los esputos matinales, en ayunas, pues son los más concentrados y representativos.30 Instruir al paciente para realizar cepillado de dientes y lavado de lengua solo con agua.30 Realizarnebulización con solución salina normal.30 Para pacientes pediátricos incapaces de producir un esputo, la terapeuta respiratoria debe obtener la muestra a través de succión.30 Evitar que solo sea saliva o suero fisiológico.30 2) Lavado Bronco-Alveolar (LBA): Es un método desarrollado en 1960 como medio para extraer el exceso de secreciones en algunas patologías pulmonares, como las bronquiectasias y la fibrosis quística. Su aplicación diagnóstica comenzó en la década de los 70. Tiene la ventaja de explorar un territorio pulmonar mucho mayor que la técnica con catéter protegido. Utilizando cultivos cuantitativos, tiene una sensibilidad del 60 al 100% y una especificidad del 66 al 100%.31 Para obtener la muestra se enclava el broncoscopio en el bronquio del segmento pulmonar radiográficamente afectado y se instilan volúmenes variables de suero fisiológico estéril en cantidades que oscilan entre 20 y 100 mL. Después de cada instilación se hace una aspiración para recuperar el máximo volumen del líquido posible. El procedimiento no está estandarizado, en el sentido de que no está establecida la cantidad de suero fisiológico a instilar ni el número de alícuotas necesarias. El volumen de muestra obtenido depende del volumen instilado y puede variar entre 10 y 100 mL.32 42 Se considera que para tener una buena eficacia diagnostica el volumen de líquido recuperado debe ser superior al 30% del introducido e idealmente no inferior a 60mL. Se considera que el suero instilado lava y obtiene material de alrededor de un millón de alveolos (el 1% de la superficie pulmonar). La primera porción de líquido aspirado debe descartarse para el estudio microbiológico ya que suele contener un exceso de células escamosas y ciliadas. El último líquido aspirado es el que mejor representa el contenido alveolar.32 Figura 14: Procedimiento de toma de LBA tomada http://www.biosino.org/bodyfluid/fluid.jsp?bf=Bronchoal veolar%20lavage%20fluid33 43 Las recomendaciones para que la muestra de LBA sea útil para el diagnóstico son: Realizar exploraciones previas (Radiografías de tórax correctas, TAC) para decidir el segmento más idóneo para practicar el LBA.31,32 Para prevenir posibles complicaciones, es aconsejable que al enfermo se le hayan practicado: gasometría, espirometría, función renal y estudios de coagulación.31,32 Realizar el LBA durante el curso de una broncofibroscopía.31,32 Como liquido de lavado, emplear suero salino isotónico a temperatura ambiente.31,32 En el caso de pacientes pediátricos el volumen instilado debe adaptarse a la edad y el peso; se recomienda de 1-2 mL por Kg en tres alícuotas. 31,32 Se recomienda el aporte sistemático de oxígeno; en todo caso, es necesario, como mínimo, el control de la SaO2. 31,32 La broncoscopia se practica con la pre medicación, anestesia y técnicas habituales31, 32. La posición del enfermo puede ser sentado o en decúbito, excepto si se pretende hacer un diagnóstico bacteriológico, en cuyo caso es preferible el decúbito para disminuir el flujo de secreciones orofaríngeas al árbol bronquial. 31,32 El LBA puede realizarse en cualquier territorio. Si la afectación es pulmonar difusa, se suele elegir el lóbulo medio o la língula por una más fácil recuperación de líquido y una menor repercusión sobre la PaO2. En caso contrario debe escogerse el segmento de mayor afectación o de previsible mayor rendimiento. 31,32 44 El LBA se hace antes que otras técnicas (biopsia, cepillado o punción) que pueden provocar hemorragias y falsear los resultados del LBA. 31,32 Si se pretenden realizar estudios bacteriológicos, el LBA debe practicarse directamente, antes de explorar todo el árbol traqueo bronquial y, a ser posible sin haber aspirado secreciones, para mantener limpio el canal interno del fibroscopio. 31,32 Diagnóstico El diagnóstico se debe sospechar en todo paciente con alguna inmunosupresión y dificultad respiratoria, infiltrado intersticial e hipoxemia. La radiografía de tórax generalmente muestra un infiltrado bilateral intersticial; sin embargo, puede presentarse formas atípicas como infiltrado unilateral, cavitación, derrames y nódulos. La radiografiar de tórax tiene una sensibilidad de 61 a 100% y esta puede ser normal en 11 a 39% de los casos. La combinación de la radiografía de tórax y la medición de la capacidad de difusión pulmonar para el monóxido de carbono tiene un valor predictivo del 97.5%. Otro método de diagnóstico lo constituye el rastreo con galio que ofrece una mayor sensibilidad y especificidad diagnóstica que los estudios radiográficos convencionales; sin embargo, se requieren de más estudios para establecer su utilidad real. El estudio de los gases arteriales revela hipoxemia (con gradiente alvéolo-arterial de oxigeno mayor de 30 mmHg) y elevación de la deshidrogenasa láctica (DHL) sérica mayor a 1000-2000 Ul/dL, aunque este hallazgo no es especifico de PCP.8 El diagnóstico definitivo requiere de la identificación del microorganismo obtenido de tejido pulmonar o de secreciones de tracto respiratorio. La biopsia transbronquial de pulmón y la biopsia a cielo abierto son los 45 métodos de diagnóstico más sensibles y específicos; sin embargo al ser procedimientos que implican un mayor número de complicaciones se prefiere trabajar con muestras de lavado bronquio-alveolares, que son menos invasivas y son obtenidas mediante broncoscopia flexible debido a que los pacientes producen poca secreción y esta generalmente contiene un bajo número de microorganismos.8 Las técnicas de laboratorio empleadas para la detección de Pneumocystis en muestras de lavado bronquial, lavado bronquio- alveolar, esputo inducido o esputo espontaneo son (ver anexo J): Examen directo al fresco sin tinción: La observación de los exudados espumosos provenientes de alvéolo pulmonar de pacientes con PCP, que muestran una morfología microscópica de “panal de abejas”, permitiendo un diagnostico fiable de la infección por P. jirovecii. Esta metodología de bajo coste y de rápido empleo es de suma importancia para los laboratorios con escasos recursos económicos y que atienden a pacientes con SIDA en situaciones de inmunosupresión avanzada.8 Su sensibilidad depende del tipo y la cantidad de muestra utilizada, así como del número de microorganismos presentes.8 Tinciones (ver anexo del D al F): En la tabla se presentan las ventajas y desventajas de las tinciones empleadas en la detección de P. jirovecii 8 46 Tabla 2: Ventajas y Desventajas de las técnicas de detección de Pneumocystis jirovecii Técnica Estructura que detecta Ventajas Desventajas Inmunofluorescencia34 (ver diagrama 2) Quistes y Trofozoítos Se pueden obtener resultados rápidos. Costos en reactivos y equipo. No es necesario realizar cultivos. Debe ser realizado por personal muy especializado. Se puede identificar microorganismos específicos en un grupo mixto. Los resultados no son 100% específicos. Determina la identidad de un organismo muerto. No es cuantitativa (IFD). Es sensible. El tiempo de lectura es corto. Permite la detección in situ de los reactantes (IFD). No se puede conservar la laminilla para futuras observaciones. Tinción de Giemsa35 (ver anexo E) Trofozoítos Permite la detección de múltiples microorganismos e inclusiones virales. No es especifica Facilita la observación de No permite determinar la afinidad tintorial de 47 los elementos celulares de la respuesta inflamatoria. las paredes de las bacterias, por lo que debe ser usada con otros procedimientos de coloración. Con menos artificios de técnica debidoa la fijación química. Tinción de Papanicolaou32,36 (ver anexo F) Trofozoítos Una buena definición del detalle nuclear, evidenciando el patrón de cromatina de las células. Es una técnica laboriosa. Un aspecto transparente de los citoplasmas y una diferenciación celular, que permite apreciar grados de maduración celular y actividad metabólica. Menor estimación de neutrófilos. Poco sensible e inespecífico. Utiliza gran cantidad de reactivos. Genera muchos desechos. Tabla 2: Ventajas y Desventajas de las técnicas de detección de Pneumocystis jirovecii continuación… 48 Blanco de calcoflúor37 (ver anexo D) Quistes y Trofozoítos Técnica sencilla. Costos en reactivos y equipo. Permite la observación inmediata de las muestras clínicas. Su utilidad en el diagnóstico de las micosis superficiales y como orientación diagnóstica en las micosis profunda es elevada. Su alta afinidad por la quitina, glucano y celulosa lo convierte en marcadores ideales de la estructura fúngica ya sea en la muestra clínica como en el cultivo posterior. Se trata de un método diagnostico en tiempo real (1-2 min). Falsos positivos con fibras vegetales. La alta intensidad de la fluorescencia del blanco de calcoflúor y su Tabla 2: Ventajas y Desventajas de las técnicas de detección de Pneumocystis jirovecii continuación… 49 escaso fading (escasa perdida de intensidad de fluorescencia) permite la detección fúngica, desde mínimos aumentos y a plena luz del día. Es una técnica de aprendizaje rápido que no requiere de gran experiencia, pues los artefactos son fácilmente reconocidos. Tinción de Azul de Toluidina O38 (ver diagrama 3) Quistes Las muestras se pueden conservar por mucho tiempo. La vida del reactivo de sulfatación. Es un método rápido, sencillo e indoloro. Es difícil detectar las estructuras cuando la carga micótica es baja (en los pacientes inmunocomprometidos por causas diferentes al SIDA). El costo y el tiempo utilizados son mínimos. La presencia de infecciones mixtas, en las que otros patógenos pudieran enmascarar el hongo. Tabla 2: Ventajas y Desventajas de las técnicas de detección de Pneumocystis jirovecii continuación… 50 Tiñe selectivamente tejidos bucales cancerosos. Puede reportar falsos negativos por errores en la técnica. Selecciona el sitio ideal para la toma de biopsia. Utiliza reactivos corrosivos (ácido sulfúrico) e irritantes (ácido acético). Delimita los márgenes tumorales y la presencia de tumores satelitales. Menor sensibilidad al ser comparada con IFD o PCR. Detección de carcinima in situ y pequeñas lesiones invasivas. Necesita de un monitoreo periódico de los reactivos para evitar fallas en los mismos. Localización de lesiones posteriores a la cirugía e irradiaciones. No tiñe mucosas normales, con excepción del dorso de la lengua y surcos gingivales. Es un método que no sustituye a la biopsia. No tiñe lesiones queratósicas, porque el colorante no penetra. Tabla 2: Ventajas y Desventajas de las técnicas de detección de Pneumocystis jirovecii continuación… 51 PCR (ver anexo G)8,39,40 Detección de ácidos nucleicos Permite la detección del microorganismo a pesar de estar en baja concentración. Se puede reproducir solamente partes del genoma en donde se conoce por lo menos una mínima secuencia de 20-40 pb A partir de una muestra pequeña se puede obtener una cantidad considerable para el estudio que se vaya a realizar. Se necesitan “primers” específicos que sean complementarios al fragmento que desea sintetizar. El producto se puede utilizar para clonar, secuenciar y análisis. La polimerización puede tener errores al sintetizar el ADN. Se puede amplificar ADN de cualquier organismo vivo o muerto. Puede contaminarse con otro ADN (puede ser del mismo investigador o de cualquier otro). Sus aplicaciones son múltiples: medicina forense, diagnósticos, análisis prenatales, etc. Costosas. Tiene una gran sensibilidad y especificidad. No es de fácil acceso a laboratorios de rutina. Es necesario exportar el Kit. Tabla 2: Ventajas y Desventajas de las técnicas de detección de Pneumocystis jirovecii continuación… 52 Inmunofluorescencia directa (IFD): Esta técnica utiliza anticuerpos monoclonales específicos contra determinantes antigénicos de la pared de los quistes y trofozoítos de P. jirovecii.8,40,41 El procedimiento suma la especificidad de la unión antígeno- anticuerpo a la sensibilidad de un marcador fluorescente ligado químicamente al anticuerpo sin alterar su reactividad inmunológica.42Tiene una sensibilidad cercana a 100% y una especificidad alrededor de 96%. Los anticuerpos monoclonales tienen mayor sensibilidad y especificidad en las muestras de esputo inducido que las técnicas de tinción convencionales, pero esta diferencia es mucho menor cuando se emplean muestras de LBA.41 Hay que señalar que la IFD es más cara y consume más tiempo para brindar un resultado que las técnicas de tinción convencionales. Además, pueden existir reacciones cruzadas de antígenos de Pneumocystis con antígenos de Aspergillus sp. Y publicaciones recientes constatan un alto porcentaje de falsos positivos con esta metodología.40 Otro punto importante es que el personal que trabaja este tipo de muestras debe contar con una capacitación adecuada tanto para la preparación como su lectura para reducir las posibles fuentes de error. Actualmente los anticuerpos disponibles para la detección de P. jirovecii están dirigidos a la MSG (Glicoproteína mayor de superficie) 9. PCR (ver anexo G): Estos métodos pueden ser aplicados a cualquier tipo de muestra, alcanzando una sensibilidad y una especificidad diagnostica cercana al 100% cuando son utilizados 53 en muestras de LBA. Los mejores resultados se obtienen amplificando un fragmento del gen de la gran subunidad del ARN del ribosoma mitocondrial (lsu rRNA mt). La PCR puede ser positiva en pacientes inmunodeprimidos sin PCP. Estos sujetos, microscópicamente negativos son en general considerados como portadores o pacientes “colonizados”. Sin embargo, un resultado positivo de la PCR asociado a un resultado negativo puede también revelar una autentica pneumocistosis, sobre todo en pacientes sin infección de VIH. En efecto, estos pacientes suelen hacer episodios de PCP con un número reducido de estructuras fúngicas, indetectables microscópicamente. 8, 39,40 Probamente el principal interés de los métodos moleculares es que permiten detectar la presencia del hongo en muestras obtenidas de forma menos invasivas que el LBA. En efecto, una técnica de PCR anidada detecta el ADN de Pneumocystis en muestras obtenidas de forma no invasiva, como el líquido del lavado orofaríngeo (LOF). Este tipo de muestras se obtienen por la mañana en ayunas antes de que los pacientes procedan a su lavado de dientes. Consiste en gargarizar profundamente 10mL de solución fisiológica estéril durante 30 a 90 segundos y recoger el líquido en un recipiente estéril, llevándolo al laboratorio en menos de 1 hora. La especificidad diagnóstica de la detección por PCR es de 100%, pero la sensibilidad es inferior comparado con la muestra de LBA, aunque puede superar el 75%. Además, la disminución de sensibilidad se puede compensar con la repetición de la prueba que es bien tolerada por
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