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Facultad de Química Universidad Nacional Autónoma de México Efecto sobre la estructura celular de Helicobacter pylori presente en agua por acción de cloro y ozono Tesis Para obtener el título de: Química P R E S E N T A: Priscila Ivette Román Román México, D.F. Abril 2013 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. JURADO ASIGNADO: PRESIDENTE: Profesor: Miguel Trejo Candelas VOCAL: Profesor: Eduardo Bonilla Espinosa SECRETARIO: Profesor: M. en C. Isaura Yáñez Noguez 1er. SUPLENTE: Profesor: Luis Orlando Abrajan Villaseñor 2° SUPLENTE: Profesor: Martha Giles Gómez SITIO DONDE SE DESARROLLÓ EL TEMA: INSTITUTO DE INGENIERÍA DE LA UNAM ASESOR DEL TEMA: M. en C. Isaura Yáñez Noguez SUPERVISOR TÉCNICO: Dra. María Teresa Orta Ledesma SUSTENTANTE: Priscila Ivette Román Román Resumen En la presente tesis se estudiaron los efectos causados sobre la estructura celular de Helicobacter pylori en forma cocoide presente en agua, mediante microscopía electrónica de barrido de emisión de campo (FESEM, field emission scanning electron microscope), después de su exposición tanto al cloro como al ozono. Se llevaron a cabo experimentos de desinfección en agua inoculada con esta bacteria; aplicando las dosis establecidas por la NOM-127-SSA1-1994 para el caso del cloro y la norma europea EN- 1278:2010 para el caso del ozono, en ambos se mantuvieron los residuales especificados en dichas normatividades. Este trabajo se enfocó en estudiar la forma cocoide de la bacteria, debido a la potencial resistencia que tiene esta morfología frente a condiciones desfavorables de su entorno. El cambio de morfología de H. pylori de forma bacilar a cocoide se da bajo condiciones ambientales adversas que activan este cambio de forma como un mecanismo de defensa, ya que la forma cocoide es más resistente a entornos estresantes, por lo que estas le permiten la supervivencia. La forma cocoide es considerada como un estado viable pero no cultivable (VNC) de la bacteria, debido a que reduce sus actividades metabólicas; esto podría ser la causa de la deficiencia de los tratamientos comunes de desinfección como el cloro, para la erradicación de este microorganismo en los suministros de agua potable. Los estudios realizados en este trabajo de investigación demostraron que H. pylori en forma cocoide, es resistente a los niveles habituales de cloro que se encuentran en los sistemas de distribución de agua potable, debido a que los límites de cloro libre residual establecidos por la norma mexicana no fueron suficientes para la inactivación de este microorganismo, por ello no se observó ningún efecto adverso en la estructura celular, pues se visualizaron células íntegras formando aglomerados soportados por fibrillas de adhesión. De tal manera que el resultado más relevante definido en esta tesis, fue la aplicación de un desinfectante de mayor eficacia como el ozono para la eliminación de este agente patógeno presente en agua. El tratamiento con ozono demostró ser una tecnología factible para la inactivación de H. pylori en forma cocoide presente en agua, debido a que con una dosis de 0.8 mg/L y 10 min de tiempo de contacto se logró conservar un residual de ozono 0.51 mg/L, con lo cual se pudo inducir la formación de vesículas, permeabilidad y degradación de la membrana y la consecuente muerte celular, contrariamente a lo que se determinó con el proceso de desinfección con cloro. Índice 1. MARCO TEÓRICO 10 1.1 Helicobacter pylori 10 Características generales 11 Aislamiento y cultivo 12 Posibles vías de transmisión 13 El agua como vía de transmisión 15 1.2 Aspectos generales en desinfección de agua 17 Parámetros Microbiológicos 17 Factor Ct (concentración-tiempo de contacto) 18 Parámetros Físicos 18 Parámetros Químicos 19 Parámetros Radioactivos 19 1.3 Métodos de desinfección 20 Métodos Físicos 21 Métodos Químicos 29 1.4 Métodos de medición de ozono y cloro 30 Yodométrico 30 Absorción de luz UV 31 Amperométrico 31 Colorimetría 31 Índigo carmín 32 1.5 Principios generales de la microscopía electrónica de barrido 32 Índice Interacción electrón-muestra 34 Técnica de microscopía electrónica 35 El Microscopio SEM con cañón de emisión de campo (FESEM) 36 2. ANTECEDENTES 38 3. OBJETIVO 42 4. JUSTIFICACIÓN 43 5. METODOLOGÍA 44 5.1 Efecto de cloro y ozono sobre la estructura celular de H. pylori 44 5.2 Preparación del inóculo de H. pylori 44 Inducción de las formas cocoides 45 Preparación de la suspensión bacteriana para la desinfección con cloro y ozono 45 5.3 Desinfección con Cloro 46 Condiciones para la desinfección con cloro 46 Determinación de cloro activo 47 Demanda inmediata de cloro para una suspensión de H. pylori en forma cocoide 47 Desinfección con cloro de una suspensión de formas cocoides de H. pylori 47 5.4 Desinfección con ozono 48 Condiciones experimentales 48 Estabilidad y vida media del ozono en agua 49 Índice Demanda inmediata de ozono de una suspensión de formas cocoides de H. pylori 50 Desinfección de una suspensión de formas cocoides de H. pylori a diferentes concentraciones de ozono 50 5.5 Observación de H. pylori por microscopía electrónica de barrido de emisión de campo 51 6. RESULTADOS Y ANÁLISIS DE RESUTADOS 53 6.1 Inducción de formas cocoides y seguimiento de cambio de morfología de H. pylori 53 6.2 Desinfección con cloro 55 6.3 Desinfección con ozono 60 Dosis necesaria para la inactivación de H. pylori en forma de cocoide 61 6.4 Daño en estructura de H. pylori por acción de ozono y cloro 66 7. CONCLUSIONES 74 8. REFERENCIAS 75 Índice de figuras Figura 1. a) Campylobacter jejuni Figura 1. b) Helicobacter pylori 10 Figura 2. Formación de ozono por descarga corona 27 Esquema 1. Principales especies de la descomposición del ozono en el agua 28 Figura 3. Principales componentes del microscopio electrónico de barrido 33 Figura 4. Diagrama de un generador de ozono 49 Figura 5. Morfología de H. pylori. Tinción de Gram y safranina como 2° colorante al séptimo día después de iniciada la inducción, hacia la forma cocoide, observada en el microscopio óptico a 100x aumentos con aceite de inmersión. 1) Bacilo, 2) forma “U”, 3) forma de “U” elongada, 4) forma anillada y 5) forma cocoide. 53 Figura 6. Seguimiento de cambio de morfología de H. pylori, por medio de FESEM a) Forma bacilar; b) Se observan en su gran mayoría formas de “U”, c) forma anillada, d) forma cocoide, donde incluso conserva sus flagelos (flecha amarilla). 54 Gráfica 1. Consumo de cloro en una suspensión de H. pylori en forma cocoide con una concentración de UFC/mL. 55 Figura 7. Formación de cúmulos de H. pylori en forma cocoide mediante FESEM por exposición a diferentes concentraciones de cloro (A y B a 1.0 mg/L; C y D a 1.5 mg/L; E y F a 2.0 mg/L) durante 5 min. 57 Figura 8. Formación de cúmulos de H. pylori en forma cocoide mediante FESEM por exposición a diferentes concentraciones de cloro (A y B a 1.0 mg/L; C y D a 1.5 mg/L; E y F a 2.0 mg/L) durante10 min, en las cuales las flechas señalan las fibrillas (FB) de adhesión que se generan 58 Gráfica 2. Curva de decaimiento del ozono, en agua destilada utilizada para preparar la suspensión bacteriana de H. pylori. 60 Gráfica 3. Determinación de la demanda inmediata de para una suspensión de H. pylori en forma cocoide con una concentración de UFC/mL 61 Índice de figuras Figura 9. H. pylori en forma cocoide mediante FESEM expuesta a diferentes concentraciones de ozono (A y B, 0.6 mg/L; C y D, 0.8 mg/L y E y F, 1.0 mg/L) durante 5 min. VME vesículas de membrana externa, CV cavidades y FB fibrillas de adhesión. 63 Figura 10. H. pylori en forma cocoide mediante FESEM expuesta a diferentes concentraciones de ozono (A y B, 0.6 mg/L; C y D, 0.8 mg/L y E y F, 1.0 mg/L) durante 10 min. VME vesículas de membrana externa, CV cavidades y FB fibrillas de adhesión. 64 Figura 11. H. pylori en forma cocoide mediante FESEM antes (A) y después de la exposición a 1.0 mg/L de cloro y tiempos de contacto de 5 min y 10 min respectivamente (B y D) y a 0.6 mg/L de ozono con tiempos de contacto de 5 min y 10 min respectivamente (C y E). TD tétradas, AG agregados, FB fibrillas de adhesión, MD membrana deforme, VME vesículas de membrana externa y CV cavidades. 67 Figura 12. H. pylori en forma cocoide mediante FESEM antes (A) y después de la exposición a 1.5 mg/L de cloro y tiempos de contacto de 5 min y 10 min respectivamente (B y D) y 0.8 mg/L de ozono con 5 min y 10 min de tiempo de contacto respectivamente (C y E). TD tétradas, AG agregados, FB fibrillas de adhesión, MD membrana deforme, VME vesículas de membrana externa y CV cavidades. 69 Figura 13. H. pylori en forma cocoide mediante FESEM antes (A) y después de la exposición a 2.0 mg/L de cloro y tiempos de contacto de 5 min y 10 min respectivamente (B y D) y a 1.0 mg/L de ozono con 5 min y 10 min de tiempo de contacto respectivamente (C y E). TD tétradas, AG agregados, FB fibrillas de adhesión, MD membrana deforme, VME vesículas de membrana externa y CV cavidades. 71 Índice de tablas Tabla 1. Condiciones de desinfección con cloro para la potencial eliminación de H. pylori en agua 49 Tabla 2. Condiciones de desinfección con ozono para la eliminación de H. pylori en agua 52 Tabla 3. Demanda inmediata de cloro para una suspensión de H. pylori en forma cocoide con una densidad de UFC/mL 57 Tabla 4. Demanda inmediata de ozono para una suspensión de H. pylori en forma cocoide con una densidad de UFC/mL 63 Marco Teórico 10 Helicobacter pylori Helicobacter pylori fue descubierta en el año 1892 a partir de biopsias de tejidos gástricos por los médicos australianos Barry Marshall y Robin Warren, originalmente se describió como un organismo similar a Campylobacter, pero las diferencias morfológicas y genéticas ponía en duda su inclusión en este género, lo que llevó a la propuesta de un nuevo género llamado Helicobacter. Actualmente el este género alberga a más de 15 especies, la mayoría aisladas a partir de mucosa gástrica de diferentes mamíferos; sin embargo, las especies descritas más recientemente se han aislado de vías hepáticas e intestinales de diversos animales (Rivas, 2000). Morfológicamente el género Campylobacter presenta extremos puntiagudos con uno o dos flagelos en cada extremo, a diferencia de Helicobacter que presenta extremos redondeados y en uno de ellos exhibe un mechón de 3 a 8 flagelos recubiertos por una vaina de estructura lipídica, al igual que la membrana externa, que tiene como función proteger de la degradación que puede causar la acidez del medio (figura 1), (Cervantes, 2006). Figura 1. a) Campylobacter jejuni (http://www.turbosquid.com) b) Helicobacter pylori (http://fauquierent.blogspot.mx) a) Campylobacter jejuni b) Helicobacter pylori http://www.turbosquid.com/ http://fauquierent.blogspot.mx/ Marco Teórico 11 Características generales H. pylori es un bacilo Gram negativo, helicoidal que mide aproximadamente de 0.5 a 3.5 µm, posee múltiples flagelos en uno de sus polos lo que le permite gran movilidad, la cual es de naturaleza en espiral. Es microaerofílico y coloniza la capa de moco que cubre el epitelio gástrico (Majalca, 2001), tanto in vitro como in vivo, puede encontrarse en forma cocoide o bacilar y en algunos casos se han reportado formas en “U” (Chan, 1994 y Kusters et al., 2006). Existen varios procedimientos diagnósticos para detectar la presencia de H. pylori de la mucosa gástrica humana. Los métodos empleados son de alta especificidad y sensibilidad. Estos se dividen en 2 grupos: Métodos invasivos que necesitan endoscopía (biopsias); y métodos no invasivos, los cuales no necesitan endoscopía. El método más específico de diagnóstico de este microorganismo es sin duda el cultivo. No obstante su sensibilidad varía notablemente en relación con diferentes variables, ya sea la colección, el transporte, el almacenamiento de la muestra; los medios de cultivo utilizados y las condiciones de incubación a las que se someta (Majalca, 2001). H. pylori tiene la capacidad de cambiar su morfología, en este proceso la conversión morfológica de H. pylori ocurre a través de una etapa intermedia en la que la bacteria pasa de una forma bacilar a una forma de "U" para finalmente terminar como forma cocoide no cultivable (Nilius, 1993). Las primeras etapas de las formas cocoides conservan características similares a la forma bacilar, como flagelos polares y movilidad, a los tres meses tienen membrana celular, citoplasma y pared celular completa. Son capaces de mantener un metabolismo oxidativo en el mismo nivel que las formas en espiral durante varios meses (Mobley, 2001). Estas formas son capaces de sintetizar ácido desoxirribonucleico (ADN), la preservación de estructuras celulares y ciertas enzimas han confirmado que estas formas cocoides son viables pero no cultivables (VNC) (Sisto, 2000).Un estudio realizado en el 2000 por Heczko, et al., mostró que el cambio de morfología no sólo se da por incubación prolongada, sino también se produce en respuesta a condiciones de inanición, tales como estrés ácido o la falta de glucosa. Marco Teórico 12 La cuestión sobre si las formas cocoides son un mecanismo de supervivencia es crucial para entender la epidemiología y las rutas de transmisión de este patógeno. Sin embargo, el papel biológico que desempeñan estas formas cocoides de H. pylori es un punto bastante controversial, ya que se ha sugerido que este cambio de forma se da en respuesta a la exposición a ambientes adversos, tales como el tratamiento con antibióticos, aerobiosis, pH alcalino y cambios bruscos de temperatura, sin embargo algunos investigadores sugieren que son formas degenerativas o muerte del microorganismo (Narikawa, 1997, Nilson, 2002, Adams, 2003 y Parker, 2012). Aislamiento y cultivo Teniendo presente que el diagnóstico de la infección por H. pylori se realiza en biopsias tomadas por endoscopia, se recomienda utilizar medios de cultivo selectivos para recuperar la bacteria y el uso de medios no selectivos para el mantenimiento de las cepas recuperadas. Los raspados de mucosa gástrica o el jugo gástrico no son recomendables para el aislamiento de esta bacteria, pues su nicho ecológico son los espacios intercelulares (Hernández, 1989 y Navarro, 2007). Para su desarrollo en medios de cultivo se requiere de medios complejos, ya sea sólidos o líquidos, con suplementos como: sangre de caballo, hemoglobina, suero fetal bovino, carbón vegetal o emulsión de yema, además de nutrientes como peptona, triptona, extracto de levadura, glucosa, cloruro de sodio y bisulfito de sodio. Para una buena recuperación del microorganismo se adicionan antibióticos que minimizan la colonización de otras bacterias como: vancomicina,trimetropim, polimixina y anfotericina. Este microorganismo es de lento crecimiento, requiere de una temperatura de 35°C a 37°C en condiciones de microaerobiosis (5%-10% de O2, 5%-10% de CO2 y 80%-90% de N2), una humedad del 95%, un pH de 5,5 a 8,0 y un periodo de incubación de 3 a 10 días. (Bruce, 1997 y Kusters et al., 2006). Las colonias a los 5 días de incubación, miden aproximadamente 1 mm de diámetro, son convexas, trasparentes, ligeramente beta hemolíticas, catalasa, oxidasa y ureasa positivas. El aislamiento se Marco Teórico 13 corrobora mediante un frotis con tinción de Gram, utilizando carbol fucsina recién filtrada en vez de safranina, la bacteria se observa como un bacilo Gram negativo de aspecto curvado en forma de “C”, con extremos redondeados. Al microscopio electrónico se aprecia un mechón de 3 a 6 flagelos envainados en uno de los extremos del bacilo (Hernández, 1989). La identificación del microorganismo se realizó por mucho tiempo por medio de la morfología de la colonia, tinción de Gram y características bioquímicas, en donde la prueba de la catalasa, oxidasa y ureasa dan positivas (Navarro, 2007). Sin embargo esta identificación no era del todo confiable debido a que la recuperación y el aislamiento de la bacteria mediante cultivo a partir de muestras ambientales no se ha logrado, esto se atribuye a la transformación de la bacteria al estado cocoide (Kusters et al., 2006), como resultado de esto, en la actualidad un gran número de investigadores han propuesto que la técnica de reacción en cadena de la polimerasa (PCR por sus siglas en inglés, Polymerase Chain Reaction) es el método más viable para la detección de microorganismos de difícil cultivo como H. pylori (McDaniels et al., 2005 y Yañez et al., 2008). Dada la a gran especificidad y sensibilidad de la técnica de PCR, muchos autores han evaluado diversas variantes para detectar la presencia de H. pylori en diferentes tipos de muestra, que van desde el interés clínico hasta el interés ambiental; de igual forma se han utilizado bacterias en forma de espiral y forma cocoide dependiendo del enfoque del estudio. Estos autores concluyen que la técnica de PCR es un método rápido para evaluar la contaminación del agua por esta bacteria, sin importar el tipo de morfología en la que se encuentre (Mazari et al., 2001, Benson et al., 2004, Shahamat et al., 2004, Watson et al., 2004). Posibles vías de transmisión Diferentes estudios reportan que la persistencia de infección por H. pylori en personas asintomáticas aumenta la presencia de gastritis, que a su vez se incrementa a medida en que Marco Teórico 14 avanza la edad. La prevalecía del microorganismo depende en gran parte del nivel socio-económico y las condiciones higiénico-sanitarias (Jiménez, 2005). El mecanismo exacto mediante el cual H. pylori se adquiere, es en gran medida desconocido. Aunque rara vez se ha podido aislar de mascotas, se ha observado que sólo los humanos y primates pueden ser infectados por esta bacteria, por lo que se ha concluido que la infección por H. pylori es la consecuencia de la transmisión directa de humano a humano. En tal sentido se han propuesto por lo menos tres opciones: transmisión oral-oral, gastro-oral y fecal-oral (Rivas, 2000; Ortega, 2008 y Kusters et al, 2006) Oral-oral La base de tal propuesta de transmisión se debe al hallazgo de H. pylori en placa dental, así como a las reacciones positivas de ureasa en muestras de saliva; pero otras bacterias de la flora oral podrían dar esta prueba positiva, por lo que tal prueba no es muy aceptada (Ortega, 2008 y Kusters et al, 2006). Gastro-oral Esta posibilidad se apoya en la ocurrencia de algunos brotes asociados con manejo y desinfección inadecuada de gastroscopios. Tal posibilidad llevaría también a relacionarle con el vómito, lo que en cierta medida podría explicar las altas tasas de infección en niños, ya que estos vomitan más frecuentemente que los adultos, además de que comúnmente se llevan objetos a la boca (Rivas, 2000 y Ortega, 2008). Fecal-oral Esta vía explica más fácilmente la marcada diferencia en la prevalencia de H. pylori en países en desarrollo comparada con países desarrollados. La dificultad de aislar Helicobacter a partir de heces se relaciona con su alta susceptibilidad in vitro a los antimicrobianos empleados en medios Marco Teórico 15 de cultivo selectivos. Por otra parte, los métodos de PCR han permitido su identificación en heces; no obstante, estas técnicas han enfrentado limitaciones debido a metabolitos como polisacáridos ácidos que han llevado a resultados erráticos. Sin embargo, la identificación del genoma de esta bacteria en agua potable, apoya la transmisión fecal de este agente (Rivas, 2000; Ortega, 2008 y Kusters et al, 2006). El agua como vía de transmisión Las evidencias epidemiológicas y microbiológicas nos permite proponer que el agua actúa como un reservorio en la transmisión fecal-oral de H. pylori. La detección de este microorganismo en muestras de agua ha sido motivo de controversia, debido a que no existe una técnica estándar para su estudio (Fernández, 2008). Aunque las vías de adquisición de la infección por H. pylori no se conocen a profundidad, se ha demostrado que este microorganismo sobrevive bastante bien en el medio acuático. Estudios publicados recientemente realizados por técnicas de ADN, detectan fundamentalmente H. pylori en ambientes marinos, aguas superficiales y subterráneas, así como en agua para el consumo humano en países con diferentes niveles socioeconómicos (Mazari et al., 2001). Diferentes estudio describen que H. pylori es más resistente a los desinfectantes utilizados en los sistemas de distribución y abastecimiento de agua. Estos datos sugieren que el agua es un reservorio natural para este microorganismo y una posible fuente de infección, lo que también plantea un problema en las poblaciones rurales donde usualmente la población se abastece de pozos someros y fuentes superficiales con un tratamiento de desinfección mínimo o inexistente (Baker, 2002; Adams, 2003 y Park et al., 2001). Las primeras evidencias sobre la ruta de transmisión acuática de este microorganismo a humanos fueron aportadas por estudios epidemiológicos realizados en algunos países en vías de desarrollo, los cuales revelaron la presencia de esta bacteria en un 16 % de las muestras analizadas; lo que Marco Teórico 16 sugiere que el agua usada para consumo humano y riego puede jugar un papel importante como vehículo en la transmisión de H. pylori así como la infección causada por otras enterobacterias (Mazari, 2001). Existen varias hipótesis para explicar las estrategias de supervivencia de las bacterias patógenas como H. pylori en ambientes acuáticos como, la formación de biopelículas y el estado VNC. Las biopelículas son comunidades complejas de microorganismos adheridas a superficies o asociadas a interfases aire-líquido (Davey, 2000). La supervivencia del patógeno en agua puede ser prolongada por la colonización activa de las biopelículas, que permiten la multiplicación de la microbiota asociada un sustrato, la adquisición de nutrientes, el mantenimiento de un ambiente fisicoquímico apropiado y la resistencia a agentes antimicrobianos (Fernández, 2008). En respuesta a condiciones de estrés ambiental, algunas bacterias adoptan un estado que se ha definido como VNC, viable porque mantiene la capacidad de realizar funciones metabólicas y no cultivable porque no puede aislarse mediante métodos de cultivo en el laboratorio. Si las condiciones ambientales vuelven a ser favorables el microorganismo puede retornar al estado cultivable (Azevedo, 2007). Al entrar en contacto con el agua H. pylori es capaz de adoptar el estado VNC, transformándose de la forma típica de espiral a una forma cocoide (Oliver, 2005 y Bellack, 2006). Lasprimeras investigaciones específicas sobre las formas cocoides de H. pylori estudiaron el mecanismo por el cual se induce el paso de forma espiral o bacilar a la forma cocoide, esta conversión se puede dar tanto in vivo como in vitro, la causa se puede dar por diversos motivos, como estrés físico y químico, cultivos prolongados, y agentes antimicrobianos. Se especula que este cambio morfológico pudiera ser clave en su ciclo de transmisión y por tanto responsable de la reinfección (Cava, 2003 y Nilson, 2002). Azevedo (2007), evaluó la viabilidad de diferentes especies de Helicobacter en agua en condiciones in vitro mediante técnicas de cultivo y de integridad de la membrana. Este autor demostró que Marco Teórico 17 diferentes cepas de Helicobacter pueden sobrevivir en agua por periodos prolongados, observando que este patógeno posee el mayor tiempo de supervivencia, sin encontrar diferencias entre las especies gástricas y enterohepáticas. La determinación de la viabilidad de H. pylori en el agua ha sido difícil, debido a que los métodos usados no distinguen entre células vivas y muertas (Bellack, 2006 y Queralt, 2007). Aspectos Generales en desinfección de agua La desinfección de agua de abastecimiento se define como el proceso integrante de una estación de tratamiento de agua que tiene como objetivo la destrucción o inactivación de diversos organismos patógenos presentes en el medio, minimizando la probabilidad de transmisión de enfermedades hídricas. El objetivo del tratamiento del agua es producir un adecuado y continuo suministro del agua, la cual es química, bacteriológica y estéticamente agradable (Witt, 1993). Los criterios que establecen los límites permisibles de calidad y tratamientos a los que debe someterse el agua para potabilizarla, se encuentran definidos en la norma oficial mexicana de salud ambiental, NOM-127-SSA1-1994, modificada en el año 2000, la cual define como agua potable aquella que no tiene contaminantes objetables, ya sean químicos o agentes infecciosos y que no causa efectos nocivos para la salud. El agua potable debe cumplir con los índices de calidad establecidos en dicha norma, la cual establece 46 indicadores y los límites máximos permitidos para que pueda ser considerada apta para consumo humano; dichos índices se dividen en cuatro grupos: microbiológicos, físicos, químicos y radiactivos. Cabe hacer mención que esta NOM sólo incluye los límites máximos permisibles para coliformes fecales y coliformes totales. Parámetros Microbiológicos Los parámetros microbiológicos para análisis de calidad del agua, se centran en valorar sólo algunos agentes microbianos denominados indicadores de contaminación fecal, ya que su presencia revela la contaminación por heces fecales, por tanto la existencia de patógenos que viven Marco Teórico 18 en el intestino de animales de sangre caliente. Esto significa que habrá que practicar varias técnicas para su eliminación, por lo que cualquier agente microbiano de transmisión fecal, puede llegar al organismo alojándose principalmente en los intestinos del consumidor y provoca enfermedades gastrointestinales como el cólera, salmonella, tifoidea, etc. Factor Ct (concentración-tiempo de contacto) El factor Ct es uno de los parámetros más importantes para determinar o predecir la eficiencia germicida de cualquier desinfectante, está definido como el producto de la concentración (C) del desinfectante en mg/L y el tiempo de contacto (t) en minutos, requerido para inactivar cierto porcentaje de la población bajo condiciones específicas de pH y temperatura (Martínez, 2009). Parámetros Físicos Dentro de estos parámetros, los más relevantes para llevar a cabo una adecuada desinfección se encuentran: conductividad eléctrica, pH, temperatura, sólidos suspendidos totales (SST) y los parámetros organolépticos, que son: sabor, olor, color y turbidez. La conductividad eléctrica se refiere a la cantidad de sales disueltas presentes en el agua, el pH nos indica si existen residuos industriales o disociaciones de metales pesados, ya que el pH en agua natural es neutro. La temperatura influye tanto en la solvatación de sales y gases, como en los procesos de depuración natural, un ejemplo de ello sería la degradación de materia orgánica, por lo tanto es un factor importante para la determinación de la dosis inicial y la concentración del residual en la aplicación de algún desinfectante químico. Los SST se clasifican en: sólidos disueltos (SD) y sólidos en suspensión o coloides (SS), que a su vez se clasifican en sólidos sedimentables y sólidos no sedimentables, estos parámetros nos permiten determinar la turbidez, la cual es una indicador de la presencia de materia orgánica y microorganismos que van a aumentar la cantidad de consumo de cloro u ozono que se utilizan para la desinfección de las aguas para abastecimiento de agua potable. Marco Teórico 19 Los parámetros organolépticos como el sabor puede detectar la presencia de sustancias inorgánicas. El olor se genera principalmente por materia orgánica, así como el desarrollo de microorganismos. Su presencia indica algún tipo de contaminación en el agua. El color puede deberse a diferentes sustancias, generalmente se da por la descomposición de materia orgánica, aunque a veces proviene de sales metálicas de hierro, cobre o manganeso. Un aspecto importante de estas características es que pueden inferir en el análisis químico de ciertos constituyentes del agua. La turbidez es la capacidad de absorber o dispersar la luz, esto se debe a las partículas que pueden estar suspendidas en el agua, las cuales pueden ser sólidos disueltos inorgánicos, o bien, materia orgánica (Cruz, 2007). Parámetros Químicos Se clasifican en dos grupos los contaminantes y los no contaminantes, estos últimos son aquellos que forman parte del agua de forma natural, como iones o sales disueltas, dentro de estos podemos encontrar Ca2+ y Mg2+, que nos indican el nivel de dureza del agua. En los compuestos contaminantes se incluyen orgánicos e inorgánicos, en general, ambos se clasifican en macrocontaminantes y microcontaminantes, esta clasificación depende de los niveles de toxicidad que pueda tener las especies químicas en cuestión (NOM-127-SSA1-1994). Parámetros Radiactivos El riesgo y las consecuencias perjudiciales para salud que trae consigo la exposición a las radiaciones está en función de la dosis total recibida. El nivel de referencia recomendado para la dosis efectiva concertada es de 0.1 mSv (La dosis efectiva concertada se expresa en sieverts, Sv) en el agua consumida durante un año, por debajo de este nivel de referencia el agua es apta para consumo humano. Para efectos prácticos se determina la dosis en Becquerel por litro (Bq/L) la concentración máxima es de 0.1 Bq/L para la radiactividad alfa global y 1 Bq/L para la radiactividad beta global (Cruz, 2007 y NOM-127-SSA1-1994). Marco Teórico 20 Métodos de desinfección El proceso de desinfección se elige de acuerdo al tipo de agua, uso destinado y al volumen que se requiere. Los métodos para la desinfección de agua son variados y se pueden clasificar en métodos físicos y métodos químicos (NOM-127-SSA1-1994). Métodos Físicos Tienen la ventaja de que no promueven la formación de subproductos (SPD) tóxicos, mutagénicos ni cancerígenos, no ocasionan sabores ni olores desagradables, en caso de sobredosis no produce ningún impacto negativo en la calidad del agua y su empleo es más económico en comparación con los tratamientos químicos. Sin embargo no generan algún tipo de residual, por lo que no previene futuras contaminaciones. Algunos de estos métodos son: filtración, ósmosis inversa o radiación por rayos ultravioleta (Cruz, 2007 y NOM-127-SSA1-1994). Filtración Consiste en separar los sólidos suspendidos y la materia coloidal de la fase líquida por mediode un material poroso, por lo general se utiliza después del uso de coagulantes para facilitar la separación de impurezas presentes en el agua. Los filtros más utilizados son los de cerámica y carbón activado (Cruz, 2007). Ósmosis inversa Es el paso espontáneo del agua a través de una membrana semipermeable, desde una solución menos concentrada a una solución más concentrada hasta alcanzar un equilibrio, ésta técnica permite separar y eliminar sólidos, sustancias orgánicas, virus y bacterias que se encuentren presentes en el agua. Puede eliminar alrededor de 95% de los sólidos disueltos totales (SDT) y 99% de bacterias. Por cada litro de agua que entra a un sistema de ósmosis inversa se obtienen Marco Teórico 21 500 mL de agua de la más alta calidad, sin embargo, deben desecharse los otros 500 mL que contienen los SDT (Cruz, 2007). Rayos ultravioleta La inactivación de microorganismos por irradiación se debe a la absorción de rayos ultravioleta (UV) de alta energía, que causa reacciones fotoquímicas de los componentes fundamentales de las células, perjudicando su funcionamiento (Guimarães, 2001). Los rayos UV absorbidos promueven la formación de enlaces entre nucleótidos adyacentes, con lo que se crean dímeros (Jagger, 1967). La formación de un número suficiente de dímeros dentro de un agente patógeno impide que se replique su ADN y ARN (ácido ribonucleico) dificultando su reproducción. Está demostrado que independientemente de la duración y la intensidad de la dosificación, si se suministra la misma energía total, se obtiene el mismo resultado. Métodos químicos Estos métodos son más eficientes y rápidos, algunos de ellos generan residuales que nos permiten la prevención de futuras contaminaciones y el costo de aplicación es relativamente bajo. Aunque muchos son tóxicos a altas concentraciones y suelen generar SPD indeseables. Existen varios tipos de agentes desinfectantes, los más utilizados son: la plata coloidal, el cloro, derivados del mismo y el ozono, donde los más destacables son el cloro y el ozono (Cruz, 2007). Plata coloidal El término coloide se refiere a una sustancia que consta de partículas ultrafinas que permanecen suspendidas en el medio; estas partículas son más grandes que la mayoría de las moléculas, pero tan pequeñas que no son visibles a simple vista, y en el caso de la plata esta cualidad le permite cargarse eléctricamente con mucha facilidad. En ese estado no sólo se le conoce como plata coloidal, sino también como sales de plata, proteína de plata ligera y proteína de plata fuerte. Las Marco Teórico 22 sales que se utilizan son: cloruro de plata y yoduro de plata. En su forma coloidal, la plata sólo tiene propiedades bactericidas, no elimina a los virus (Luna, 2006). Cloración La cloración es el método más frecuente para la desinfección de agua potable debido a su potencia germicida, bajo costo y eficiencia. El alto poder oxidante del cloro y algunos de sus derivados lo hace altamente tóxico y nocivo para la gran mayoría de las bacterias y otros agentes patógenos (Adams, 2003), ya que causa alteraciones físicas, químicas y bioquímicas en la pared celular (Fuentes, 2006). Este método puede llevarse a cabo usando tres diferentes fuentes de cloro: Cloro gas ( ): es un gas irritante, tóxico, más denso que el aire, de color verde amarillento. En presencia de humedad es extremadamente corrosivo y por esta razón los conductos y los materiales que están en contacto con él tienen que ser de aleaciones especiales. Para ser usado en el equipo de alimentación, es necesario que en el punto de aplicación la presión sea mucho menor que la del contenedor, lo que permite que el cloro se pueda trasformar a su estado gaseoso. Cuando el entra en contacto con el agua se hidroliza rápidamente formado ácido hipocloroso ( ) y ácido clorhídrico ( ), en teoría, ya que los ácidos producidos se disocian casi por completo en medio acuoso, como se muestra en las reacciones 1, 2 y 3 (Fuentes, 2006). (1) (2) (3) Reacción 1. Hidrólisis de Cl2 Reacción 2 y 3. Disociación de los ácidos formados en la reacción 1 Marco Teórico 23 Hipoclorito de sodio ( ): Popularmente se conoce como lejía, en solución es un buen desinfectante. A nivel industrial se obtiene por reacción del cloro gas con una solución de hidróxido de sodio ( ) y da como resultado soluciones acuosas de color amarillo verdoso, que tienen una concentración determinada de cloro activo por litro. Está comercialmente disponible en disoluciones de concentraciones que oscila entre 12% a 18% de cloro libre. La reacción entre el y el agua produce ácido al que se obtiene en la hidrólisis del . Sin embargo, la adición de en agua genera iones hidroxilo ( ) que incrementa el pH, caso contrario a la hidrólisis del (reacción 4) (Fuentes, 2006). Hipoclorito granular: Normalmente estos son disueltos antes de ser aplicados. Las formas comerciales disponibles son el hipoclorito de litio ( ) y el hipoclorito de calcio ( ), este último es el más común, contienen de 20% a 70% de cloro activo, es más estable que el pero es sumamente corrosivo, puede inflamarse al entrar en contacto con algunos compuestos ácidos, y producir precipitados que pueden dañan los equipos. El no produce precipitados, pero es menos empleado. Como se puede observar en las reacciones 5 y 6 el y también producen , lo que explica su poder germicida y al igual que el incrementa el pH del agua debido a la producción de (Fuentes, 2006). Las especies del cloro libre pueden reaccionar de dos maneras: 1. Reacciones de oxidación, donde el cloro forma cloruros. 2. Reacciones de sustitución, el cloro conserva su estado de oxidación (1+) y sustituye a otros elementos químicos. Reacción 4. Hidrólisis del hipoclorito de sodio Reacción 5 y 6 Hidrólisis de hipoclorito y formación del ácido hipocloroso (5) (6) Marco Teórico 24 Un ejemplo de estas últimas reacciones son las que se dan entre el cloro y el amoniaco disuelto en el agua, lo que da como resultado las cloraminas que tienen también poder desinfectante aunque son aproximadamente 25 veces menos eficaces que el cloro libre; su tiempo de permanencia en el agua es largo por lo que se han usado como reserva de cloro residual. Pueden dar lugar a olores y sabores desagradables y son potencialmente tóxicas si se consumen en forma prolongada. Las especies predominantes en la mayoría de los casos son las aminas monocloradas ( ) y las dicloradas ( ), compuestos que en conjunto se denominan cloro residual combinado (Metcalf, 1996). Las desventajas del uso de cloro y derivados es que reacciona con materia orgánica y da lugar a trihalometanos (THM) muchos de los cuales se ha demostrado son tóxicos y carcinogénicos, otro inconveniente es la formación de clorofenoles en aguas que contienen fenoles, lo que daría lugar a malos olores (Fuentes, 2006 y Martínez, 2009). Demanda de Cloro Para lograr la desinfección, se dosifica a niveles conocidos de cloro activo, en cualquiera de sus diferentes formas, los cuales decrecen luego de un período de contacto, por este motivo es necesario adicionar una cantidad adecuada de cloro activo para cubrir el consumo de las reacciones que se llevan a cabo durante el tiempo de contacto y permitiendo que quede un residual para prevenir futuras contaminaciones. Cabe mencionar que para producir el efecto desinfectante, el cloro dosificado sólo debe ser consumido parcialmente, es decir, luego de un periodo de contacto debe mantenerse un nivel adecuado de cloro residual. A esta variación de clorodosificado y cloro residual, se le denomina “demanda de cloro” (Martínez, 2009), para su determinación es necesario tomar encuentra los factores que se enlistan a continuación después de que el cloro haya reaccionado con las sustancias presentes (CONAGUA, 2007): Organismos que se desea inactivar Marco Teórico 25 Tiempo disponible entre el punto de cloración y el abastecimiento a los consumidores Tipos de desinfectante a formar en el agua Fuentes de abastecimiento Condiciones del agua a desinfectar (pH, temperatura, turbiedad, contenido de especies reductoras, contenido de nitrógeno y materia orgánica) Para determinar la dosis óptima de cloro se deben realizar pruebas de laboratorio agregando diferentes dosis de una muestra de agua a desinfectar y midiendo su concentración a través del tiempo, de los resultados obtenidos la dosis óptima será la que produzca un residual de cloro libre de 0,2 mg/L a 1,5 mg/L en el caso de agua para consumo humano (NOM-127-SSA1-1994). El cloro residual está definido como la cantidad de cloro remanente después de que la demanda haya sido cubierta. Ozonación El ozono ( ) es el estado alótropo del oxígeno en el que cada molécula se compone de tres átomos del mismo es un gas de olor picante e incoloro, que en grandes concentraciones puede volverse azulado. El nombre de ozono proviene del griego “ozein”, que significa oler o heder (Ayala, 2007). A la temperatura y presión del ambiente es un gas inestable que se descompone rápidamente para volver a la molécula de oxígeno ( ). Debido a esta característica, no se puede almacenar o envasar, sino que debe generarse in situ y usarse inmediatamente, el ozono se utiliza cuando se requiere de su elevado potencial oxidante para eliminar los compuestos orgánicos que dan color, sabor u olor desagradables al agua. Una característica importante de la ozonación es la ausencia de efecto residual, lo cual es una desventaja ya que es necesario asegurar la calidad del agua hasta que llegue al consumidor mediante algún efecto residual (Solsona, 2002). El mecanismo germicida de la ozonación se basa en el alto poder oxidante del ozono. La destrucción de agentes patógenos se produce directamente por la desintegración de la pared Marco Teórico 26 celular, debido a la generación de radicales libres, (Fuentes, 2006). Esta condición convierte al ozono en un eficiente destructor de bacterias, quistes resistentes de bacterias, esporas, hongos, y posiblemente sea igual de efectivo para la eliminación virus (Ponce, 2005). A diferencia del cloro, la capacidad desinfectante del ozono no depende tanto de su período de retención en el agua, sino más bien de la dosis suministrada. Esto se debe a que su alto poder oxidante produce gran inestabilidad del ozono, incluso en el agua destilada, lo que quiere decir que quedará ozono remanente por un corto tiempo, solo cuando toda la materia con alta capacidad de oxidación haya reaccionado por completo. Dada su escasa permanencia, es importante determinar la demanda de ozono adecuadamente (Solsona, 2002). Hasta la fecha no se conoce ningún efecto adverso directo sobre la salud del consumidor. Sin embargo, al igual que el cloro, el ozono puede producir SPD como los bromatos, aldehídos, cetonas y ácidos carboxílicos. Entre ellos, los aldehídos son probablemente los de mayor efecto adverso para la salud humana, pero la información aún es insuficiente para evaluar los riesgos de la exposición a los mismos en el agua potable. Tal como en el caso del cloro, se deben considerar los riesgos para la salud por la ausencia de residuales germicidas y los riesgos para la salud por la presencia de SPD (Solsona, 2002 y Ponce, 2005). Para métodos de desinfección secundaria se recomienda que la cloración sea inmediata a la ozonación, lo cual permitirá una reducción en la formación de trihalometanos (THM) y la generación de un residual, que nos permita mantener la calidad del agua durante su distribución. Demanda de ozono La demanda inmediata de ozono en el agua permite estimar la cantidad de ozono que se debe aplicar al agua para conseguir una concentración de ozono residual. La cinética de consumo de ozono en el agua es un parámetro que depende de múltiples factores. Tales como, las pérdidas de ozono por oxidación de materia orgánica contenida en el agua, la temperatura y el pH del agua, la Marco Teórico 27 presión parcial del gas sobre el líquido, la difusión del ozono en el agua, la técnica de aplicación del ozono, entre otros. Todos estos factores hacen imposible un cálculo de solubilidad (Langlais, 1991). Bataller et al. (2002), recomiendan encontrar la cinética de consumo de ozono mediante la experimentación de cada caso en particular. Generalmente una dosis de 1 a 2 mg de ozono por litro de agua potable aplicado de 4 a 10 minutos producirá el residual de 0.1 a 0.4 mg/L necesarios para la desinfección de agua. Química del Ozono Existen diversas formas para la producción de ozono, como la irradiación por rayos ultravioleta, métodos electroquímicos y por medio de descargas eléctricas, este último se le conoce como efecto corona o descarga corona, el cual es uno de los métodos que tiene mayor importancia en la industria, ya que es la técnica por la cual se puede obtener altas concentraciones de ozono a un bajo costo. El efecto corona se basa en la producción de una descarga eléctrica en un campo eléctrico de alta energía con un gas de oxígeno puro o bien aire seco. La reacción se inicia cuando los electrones libres de la corona disocian a las moléculas de oxígeno formando iones; el choque de tres de estos iones da como resultado una molécula de ozono (figura 2), (Mohammad, 2007). El ozono es poco soluble en agua, debido a esto es capaz de oxidar gran cantidad de compuestos orgánicos e inorgánicos presentes en el agua, esta solubilidad está en función de la concentración de ozono en fase gas, la presión y flujo del mismo, la eficiencia de transferencia gas/líquido y la Figura 2 Formación de ozono por descarga corona Imagen tomada de http://www.arqhys.com/contenidos/industrial-refrigeracion.html http://www.arqhys.com/contenidos/industrial-refrigeracion.html Marco Teórico 28 temperatura del agua, una vez que el ozono entra en contacto con el agua se descompone con cierta facilidad en oxígeno molecular ( ) y oxígeno naciente ( ), el cual es el que actúa como desinfectante debido a su gran poder oxidante, en el esquema 1 se representan las principales especies de la descomposición de ozono en agua. El ozono forma, radicales libres que son altamente reactivos, por lo cual su función como microbicida es bastante mayor que la del cloro, requiriendo tiempos de contacto bastante cortos. Esquema 1. Principales especies de la descomposición del ozono en el agua, iniciada por iones hidroxilo. Adaptado de (Glaze, 1987). Mecanismo de acción del ozono sobre microorganismos Bacterias.- La inactivación de bacterias con ozono es considerada como una reacción de oxidación. La membrana de la bacteria es el primer lugar de ataque de ozono, las vías de acceso pueden ser dos (Yannuzzi, 1991): 1. Por el camino de las glicoproteínas o glicolípidos 2. A través de los aminoácidos Marco Teórico 29 El ozono también rompe la actividad enzimática de la bacteria al actuar sobre los grupos de sulfhidrilos en ciertas enzimas. En este momento la bacteria pierde su capacidad de degradar azúcares y producir gases. La muerte de la bacteria puede ser debido alos cambios en la permeabilidad celular, posiblemente seguido de una lisis celular (Beutelspacher, 2005). Efectos sobre virus.- Los virus son microorganismos acelulares, compuestos solamente de ácido nucleico y una proteína que lo encierra, llamada cápside. Los virus son organismos parásitos que solo pueden reproducirse dentro de una célula huésped. El primer objetivo de ataque del ozono sobre el virus es la ruptura de la cápside, sí las concentraciones de ozono son lo suficientemente altas atacará al ácido nucleico liberado ((Yannuzzi, 1991 y Beutelspacher, 2005). Efectos sobre otros organismos.- Existen reportes de que el ozono tiene capacidad de inactivar a las esporas bajo condiciones de esterilización clínica. Sin embargo, no se reporta exactamente el mecanismo de acción sobre ellas (Langlais, 1991). Métodos de medición de ozono y cloro A la concentración del desinfectante disuelto en un líquido después de un proceso de desinfección se le conoce como residual. La medición de ozono y cloro consiste en determinar la concentración a la que se encuentra diluido. Existen varias técnicas de medición de concentración de cloro y ozono, tanto para fase gaseosa como para fase líquida. A continuación se presentan algunas de ellas. Marco Teórico 30 Yodométrico Este método se usa para medir concentraciones de cloro y ozono, en fase líquida, o en fase gas para el caso del ozono. Para la medición del residual en fase líquida, simplemente se mezcla una muestra del líquido a medir con la solución de yoduro de potasio (KI). Para la medición de la concentración de ozono en fase gas primero se hace burbujear un volumen conocido de un gas con ozono dentro de una solución de KI. La reacción, para cualquier fase, producirá yodo (1:1), el cual se titula con algún agente reductor en concentraciones conocidas, por ejemplo tiosulfato de sodio (Na2S2O3), este reacciona visiblemente con el yodo producido, haciendo que la solución pase de un color café obscuro a un color amarillo pálido. La concentración del desinfectante puede ser calculada por el consumo de tiosulfato de sodio (Gottchalk, 2002). Absorción de luz UV El método de absorción de luz UV también conocido como método de fotometría UV, puede ser utilizado para medir la concentración de ozono en un gas o líquido. Esta técnica consiste en medir la atenuación de un haz de luz UV con longitud de onda de 254 nanómetros (1nm = 10-9 m) en una celda de absorción, la cual contiene una muestra del gas o líquido que se desea medir. La atenuación del haz de luz es determinada mediante la comparación de la señal proveniente del sensor de muestra y la proveniente del sensor de referencia (Langlais, 1991 y Gottchalk, 2002). La magnitud de la atenuación del haz es proporcional a la concentración de ozono presente en la muestra. El método de absorción de luz UV presenta interferencias positivas con cualquier contaminante contenido en la muestra que absorba luz a 254 nanómetros. Dentro de estos compuestos se encuentran los hidrocarburos aromáticos, el vapor de mercurio y el dióxido de azufre. Con esta técnica se pueden medir concentraciones hasta de 600 g/m3 de ozono en fase gas y hasta 150 g/m3 de ozono residual en el agua (Langlais, 1991). Marco Teórico 31 Amperométrico El método amperométrico tiene la posibilidad de ser empleado para mediciones continuas y automatizadas de ozono residual en el agua. El electrodo de membrana para medición de ozono residual está compuesto de un cátodo de oro, un ánodo de plata, un electrolito y una membrana de Teflón. Varias compañías ofrecen tales electrodos en diferentes configuraciones. Los rangos de aplicación y la exactitud varían dependiendo del tipo de electrodo empleado. La operación de este tipo de dispositivos puede resumirse de la siguiente manera: El ozono disuelto en agua atraviesa la membrana y el electrolito hasta colocarse en la superficie del cátodo. Al aplicarle una diferencia de potencial eléctrico a las terminales del cátodo y ánodo, el ánodo liberará electrones al electrolito, dichos electrones atravesarán el electrolito hasta el cátodo en donde al encontrar una molécula de ozono la reducirán a oxígeno. El resultado es una conducción de corriente eléctrica la cual será proporcional a la concentración del ozono disuelto en el agua (Gottchalk, 2002). Colorimetría Consiste en hacer reaccionar la muestra de agua ozonada o clorada con el compuesto N'N-Dietil- pfenilendiamina (DPD). Al reaccionar el DPD con el agente oxidante contenido en la muestra de agua, el agua tomará una coloración rosa. La tonalidad adquirida será proporcional a la concentración del residual en la muestra (Fernández et al., 2001). Índigo carmín El índigo carmín (C16H8N2Na2O8S2) es un colorante ampliamente usado. El método de medición consiste en titular la muestra del agua ozonada con una solución de índigo carmín hasta que el agua tome la coloración azul de la solución. El agua tomará color azul hasta que todo el ozono contenido en el agua sea consumido al oxidar el colorante, es decir, la concentración de ozono será proporcional a la cantidad de índigo carmín oxidado. Según el manual de procedimientos, la solución de índigo carmín se prepara agregando 1.6 gramos de índigo carmín a 400 mL de agua Marco Teórico 32 destilada, se mezcla y se filtra. La solución preparada debe mantenerse en refrigeración. Cada 0.05 mL de esta solución que sea oxidada por el ozono contenido en 200 mL de muestra de agua ozonada, equivaldrá a 0.06 mg/L de concentración de ozono residual (Standard Methods, 1992 y Great Ships Initiative, procedimiento No. GSI/SHOP/BS/C/1, 2009). Principios generales de la microscopía electrónica de barrido El microscopio electrónico de barrido (SEM, scanning electron microscopy) es un instrumento que permite la observación y caracterización superficial de diversos materiales (Grágeda, 2011). A partir de él se producen distintos tipos de señal que se generan desde la muestra y se utilizan para examinar muchas de sus características. Las principales utilidades del SEM son la alta resolución, la gran profundidad de campo que le da apariencia tridimensional a las imágenes y la sencilla preparación de las muestras, es el mejor método adaptado al estudio de la morfología de las superficies. La imagen de SEM se genera por medio de un campo magnético que permite enfocar los rayos catódicos (electrones) hacía un área determinada sobre la superficie de la muestra, permitiendo la observación y la caracterización de materiales orgánicos e inorgánicos, hasta aumentos de 200, 000 diámetros, a diferencia de un microscopio óptico que utiliza fotones del espectro visible (Hafner, 2007). El microscopio electrónico de barrido es un aparato diseñado para que un fino haz de electrones haga una exploración sistemática de la muestra en observación, produciéndose así electrones secundarios que una vez recogidos por un detector son empleados como una señal a partir de la cual se obtiene una imagen tridimensional aumentada de la superficie de la muestra (Ojeda, 1997). En la figura 3, se presenta un esquema donde se visualiza los principales componentes de un microscopio electrónico de barrido, la denominada columna de electrones, la cual lleva alojados en su interior un cañón de electrones con un filamento que actúa como emisor o fuente de iluminación, por analogía con un sistema óptico. Otros componentes son (Hafner, 2007): Marco Teórico 33 1. Un sistema de lentes electromagnéticas encargado de focalizar y reducir a un diámetro muy pequeño el haz de electrones producido por el filamento 2. Un sistema de barrido que hace recorrer el haz de electrones ya focalizado por la superficie de la muestra. 3. Uno o varios sistemas de detección que permiten captar el resultado de la interacción del haz de electrones con la muestra y transformarloen una señal eléctrica. 4. Una salida conectada a una o varias bombas que producen el vacío necesario para que el conjunto funcione adecuadamente. Figura 3. Principales componentes del microscopio electrónico de barrido adaptado de http://media.web.britannica.com http://media.web.britannica.com/ Marco Teórico 34 Interacción electrón-muestra El resultado de la interacción de los electrones de energía primaria con la materia da lugar a una distribución de electrones desde de la energía del vacío a la energía primaria. Esta distribución se divide en varias áreas de interés que incluyen: Dispersión elástica La dispersión elástica de electrones es afectada por la carga positiva del núcleo y las cargas negativas de los electrones atómicos, en este proceso, la energía cinética de los electrones incidentes se conserva, sólo su dirección de propagación se modifica, por lo tanto la dispersión elástica es responsable del fenómeno de retrodispersión, lo que permite algunas ténicas de observación en SEM. Durante la dispersión elástica de partículas de alta energía atómica, la transferencia lineal de energía se lleva a cabo hasta que la energía de la partícula incidente y la velocidad se ha reducido a lo mismo que sus alrededores (UAM, 2009 y Jiménez, 2009). Dispersión inelástica La dispersión inelástica puede ser descrita de una permisividad compleja dependiendo de la pulsación y de la transferencia de momento q. Cuando q = 0, la permisividad se relaciona a las constantes ópticas, al índice de refracción y al coeficiente de extinción (Jiménez, 2009); dan como origen diferentes tipos de señales, como resultado de la pérdida o transferencia de energía a los átomos de la muestral las cuales conducen a la generación de electrones secundarios, electrones Auger, rayos X característicos, radiación electromagnética de longitud de onda larga en el visible, radiaciones ultravioleta e infrarroja del espectro, vibraciones de la red y oscilaciones colectivas de los electrones en los metales (UAM, 2009). Marco Teórico 35 Técnica de microscopía electrónica La técnica esencialmente consiste en hacer incidir en la muestra un haz de electrones, esto provoca la aparición de diferentes señales que, captadas con detectores adecuados, nos proporcionan información acerca de la naturaleza de la muestra. La señal de electrones secundarios proporciona una imagen de la morfología superficial de la muestra. La señal de electrones retrodispersados muestra una imagen cualitativa de zonas con distinto número atómico medio y la señal de rayos X da espectros e imágenes acerca de la composición de elementos químicos en la muestra (Grágeda, 2011). Electrones Secundarios Los electrones secundarios se caracterizan por tener una energía menor a 50 eV, por lo que sólo pueden escapar de la muestra si se dan en la parte más superficial, dispersándose en diferentes direcciones y siendo recolectados para formar una imagen 3D de la superficie de la muestra. La probabilidad de que los electrones secundarios escapen disminuye exponencialmente a medida que el punto donde se generan se aleja de la superficie (Ojeda, 1997). El barrido de la muestra por el haz de electrones está sincronizado con el barrido de la pantalla por el haz de rayos catódicos, de tal manera que existe una correspondencia punto a punto entre la posición del haz sobre la muestra y la posición del haz catódico sobre la pantalla. La intensidad del haz de rayos catódicos en cada punto de la pantalla es controlada por la intensidad de la señal del detector, lo que su vez depende del número de electrones liberados en cada punto de la muestra. De esta manera los puntos de la muestra donde se liberan pocos electrones secundarios aparecen negros en la pantalla, mientras que los puntos en los que se liberan un gran número de electrones aparecen blancos. Así, la formación de la imagen en el microscopio se produce por una operación de mapeo electrónico que transporta la información del espacio de la muestra, al espacio de la pantalla del tubo de rayos catódicos. El brillo de la imagen de un punto de la muestra en la pantalla Marco Teórico 36 depende del número de electrones procedentes de ese punto que llegan al detector, de tal manera que: sí el número es elevado la imagen será muy luminosa y por el contrario sí es bajo será poco brillante (Fournelle, 2012). Electrones Retrodispersados Dentro de la compleja sucesión de interacciones que los electrones incidentes tienen en el interior de la muestra, existe una razonable posibilidad de que alguno de ellos, mediante sucesivas interacciones elásticas, sufra una desviación respecto de la dirección incidente y sean por tanto reflejados hacia atrás. Parte de estos electrones serán capaces de alcanzar nuevamente la superficie de la muestra antes de haber perdido totalmente su energía y podrán salir al exterior (Jiménez, 2009). La señal de electrones retrodispersados está compuesta por aquellos electrones que emergen de la muestra con una energía superior a 50 eV (electronvoltios). Estos electrones proceden en su mayoría del haz incidente que rebota en el material después de diferentes interacciones, la intensidad de la señal para una energía dada del haz, depende del número atómico del material (a mayor numero atómico, mayor intensidad). Este hecho permite distinguir fases de un material de diferente composición química. Las zonas con menor número atómico se verán más oscuras que las zonas que tienen mayor número atómico. Esta es la aplicación principal de la señal de electrones retrodispersados (Fournelle, 2012). El microscopio SEM con cañón de emisión de campo (FESEM) Los microscopios electrónicos de barrido de emisión de campo (FESEM, Fiel Emission Scanning Electron Microscope) trabajan utilizando como fuente de electrones un cañón de emisión de campo que proporcionan haces de electrones de alta y baja energía más focalizados, lo que permite mejorar la resolución espacial, minimizar cargas sobre la muestra a observar, causando además menos daños en muestras sensibles. El fundamento de la técnica consiste en la posibilidad de Marco Teórico 37 extraer y acelerar electrones mediante una fuente “termoiónica” o de “emisión de campo” (UAM, 2009). El efecto termoiónico o de emisión de campo consiste en la emisión de electrones por una superficie metálica caliente. Al suministrar energía térmica a un material, sus electrones adquieren cierta cantidad de energía cinética, sí la energía adquirida por estos electrones es suficiente para superar la barrera de potencial característica de la superficie del material serán emitidos. La corriente electrónica, emitida por el material, depende de las características del mismo material, así como de su temperatura de calentamiento (Sarmiento, 2008). Antecedentes 38 Helicobacter pylori en el ambiente H. pylori es un patógeno que coloniza la capa de moco y moco epitelial del estómago en aproximadamente el 50% de los seres humanos en todo el mundo (Percival, 2004). A pesar de la alta incidencia de infección, el reservorio bacteriano y el modo de transmisión permanecen indefinidos. Una propuesta a la ruta de transmisión de células viables de esta bacteria, es a través de materia fecal que causa la contaminación de agua destinada al consumo humano (Park, 2001). Baker et al, en 2002 sugieren que H. pylori puede ser transmitida por el agua contaminada, con dicha bacteria. Así también mediante métodos moleculares se ha reportado la detección de la misma en agua de río, agua de pozo, agua residual, así como en aguas superficiales y subterráneas (Adams, 2003). Inclusive, estudios realizados en el área metropolitana de la Ciudad de México para diferentes sistemas de aguas, incluyendo agua superficial antes y después de tratamiento, agua residual tratada usada para riego, y agua residualsin tratamiento revelaron la presencia de esta bacteria en un 16 % de las muestras analizadas; lo que sugiere que el agua usada para consumo humano y riego puede jugar un papel importante como vehículo en la transmisión de H. pylori (Mazari, 2001). En este contexto Baker en el 2002, menciona que la posible presencia de H. pylori en el agua requiere estudios respecto a la eficacia de los procesos de potabilización; lo cual hasta el momento sólo ha sido abordado en estudios recientes realizados por el grupo de investigación que dirige la Dra. María Teresa Orta en el Instituto de Ingeniería de la UNAM; en el cual se desarrolló la presente tesis. Aunado a lo anterior, es preciso mencionar que H. pylori, obtenido a partir de cultivos frescos, presenta bacilos en forma espiral, sin embargo, en diversas condiciones ambientales, tales como aerobiosis, largos periodos de incubación y tratamiento con antibióticos; los microorganismos se transforman a una forma cocoide (Tsugawa et al, 2008). Se ha postulado que estas formas son un Antecedentes 39 estado VNC de la bacteria, la cual reduce sus actividades metabólicas como respuesta a condiciones adversas en el ambiente, tales como disminución de la temperatura o inanición (Velázquez et al, 1999 y She et al., 2003). Lo anterior sugiere, que en el ambiente H. pylori estará presente en su forma VNC, lo que dificulta su aislamiento por métodos tradicionales. La presencia de ésta en agua y en alimentos sólo ha sido comprobada por evidencia indirecta, como la presencia de ADN, estudios de supervivencia o por técnicas inmunológicas como la inmuno-separación (IMS), las cuales son una limitante en la atribución del papel que juega en el agua y los alimentos como vehículos de transmisión (Velázquez, 1999 y Vale, 2010). Diversos estudios han demostrado que la forma cocoide es una de las etapas propias del ciclo de vida biológico de H. pylori, ya que mantiene las estructuras celulares compatibles con la viabilidad, así como polifosfatos para las reservas de energía (Oliver, 2005 y Bellack, 2006), algunos otros han indicado que la forma cocoide podría estar implicado en la patogenicidad de este organismo, y también en la transmisión de esta infección (Tsugawa et al., 2008, Vale, 2010). Aunque usualmente la forma es de espiral, la bacteria se puede presentar como un bacilo, mientras que las formas cocoides aparecen después de cultivos prolongados in vitro, largos periodos de inoculación en muestras de agua o leche, o bien por tratamientos con antibióticos (Kusters et al., 2006). A este respecto Citterio, 2004 sugiere que los cambios estructurales asociados con la membrana externa y con la transformación cocoide, representan una respuesta típica que puede constituir una estrategia de supervivencia en condiciones ambientales adversas. Diversos estudios, apoyan firmemente la posibilidad de que después de acceder a los sistemas de distribución de agua, H. pylori puede permanecer viable el tiempo suficiente para llegar a la población (Jhonson, 1997, Baker, 2002, Bellack, 2006 y Moreno, 2007). La presencia de cepas de este microorganismo en estado VNC en el ambiente, podría ser la causa de la insuficiencia de los tratamientos comunes de desinfección como el cloro, para la erradicación de esta bacteria en los Antecedentes 40 suministros de agua potable. Otras investigaciones realizadas por She, FF et al., en el 2003 mostraron evidencias de estudios histopatológicos en los que se observan lesiones en la mucosa intestinal de ratones inoculados con muestras de agua, en las que fue inducida la forma cocoide. Estos autores afirman que estos hallazgos revelan la capacidad de agua infectada con H. pylori en su forma cocoide para colonizar la pared gástrica en ratones y su lesión en los tejidos de las mucosas. Es por ello la importancia de explorar estrategias eficaces como la desinfección con ozono, que permitan la eliminación de este agente patógeno en el agua de suministro. La cloración es el método más frecuente para la desinfección de agua potable debido a su potencia germicida, bajo costo y eficiencia. El alto poder oxidante del Cl2 y algunos de sus derivados lo hace altamente tóxico y nocivo para la gran mayoría de las bacterias y gérmenes (Adams, 2003). No obstante, algunos estudios han analizado la resistencia de H. pylori a los niveles habituales de cloro en los sistemas de distribución de aguas (Baker, 2002), lo que demuestra que esta bacteria es más resistente que Escherichia coli y puede ser detectada en la distribución de aguas municipales después de la cloración. Moreno en 2007, encontró que el número promedio de células VNC después de 3h a la exposición con cloro (1.16 mg/L de cloro total y 0.96 mg/L de cloro libre) fue de células/mL, mientras que el número total de células expuestas fue prácticamente el mismo que al inicio del experimento, mostrando poca lisis celular. Por todo lo anterior se planteó resolver la eliminación de H. pylori en agua potable utilizando sistemas de desinfección adecuados. Considerando incluso que la información recabada en relación al efecto del ozono para erradicar esta bacteria son muy escasos, siendo Baker, 2002 el único artículo publicado, en el cual concluye que H. pylori es más resistente que E. coli al cloro y al ozono en concentraciones normalmente encontradas dentro de los sistemas de distribución. En consecuencia las células de H. pylori que entran a un sistema de distribución de fuentes externas o provenientes de las biopelículas que se forman dentro del sistema, pueden ser capaces de persistir sin ser detectadas. Antecedentes 41 Recientemente Casasola 2012, concluye que el ozono utilizado para la desinfección del agua potable puede causar daños irreversibles sobre la membrana y el DNA de H. pylori, lo que provoca la muerte celular, esto se logró determinar a través de una técnica con una combinación novedosa de PCR con el marcador de viabilidad monoazida de propidio (PMA, por sus siglas en inglés), en la cual este marcador permea sólo en las células que tengan la membrana comprometida, (células en proceso de apoptosis o necrosis). Tomando en cuenta que la inactivación de bacterias con ozono es un proceso eficaz; debido a que los radicales libres generados durante la reacción tienen un gran poder oxidante, el cual actúa directamente en los constituyentes celulares: proteínas, lípidos insaturables, enzimas, peptidoglicano, ácidos nucleicos y cápside de virus (Khadre, 2001 y Thanomusub, 2002). El presente trabajo de investigación expone el efecto de cloro y ozono sobre la estructura celular de H. pylori en forma cocoide presente en agua, mediante FESEM; a través de esta técnica fue posible producir imágenes de alta resolución que permitieron examinar los posibles cambios estructurales y daños en la superficie morfológica de la bacteria con una alta magnificación. Con el aporte adicional de trabajar con la forma cocoide de la bacteria, que es como se encuentra en el ambiente; con fundamento en lo expuesto se plantean los siguientes objetivos. Objetivos 42 General Determinar el efecto sobre la estructura celular de Helicobacter pylori en forma cocoide presente en agua, después de la desinfección con cloro y ozono por medio de microscopia electrónica de barrido de emisión de campo (FESEM por sus siglas en inglés). Particular Determinar el efecto de cloro en la estructura celular de H. pylori presente en agua, mediante FESEM, aplicando las dosis permitidas por la NOM-127-SSA1-1994. Establecer dosis y tiempo de contacto de ozono necesarios para inactivar H. pylori presente en agua. Determinar el efecto causado por cloro y ozono en la estructura celular de H. pylori presente en agua, mediante FESEM, aplicando las dosis y tiempos de contacto establecidos. Justificación 43 La problemática principal a resolver, es la erradicaciónH. pylori en forma cocoide presente en agua para uso y consumo humano; es por ello que la presente tesis contribuye a buscar alternativas efectivas para la eliminación de esta bacteria patógena y para la cual se ha reportado su presencia en agua subterránea utilizada para suministro en redes de distribución en México. La contribución de esta investigación se enfoca principalmente a esclarecer el efecto en la estructura celular de H. pylori por acción de cloro y ozono y por ende la inactivación de la misma en medio acuoso. De tal manera que se fundamenta la necesidad de la aplicación de un desinfectante eficaz en los procesos de tratamiento para la eliminación de H. pylori; lo que también contribuye a resolver un problema de importancia epidemiológica. Metodología 44 Efecto de cloro y ozono sobre la estructura celular de H. pylori Para determinar el efecto de los desinfectantes sobre la estructura celular de H. pylori fue necesario realizar pruebas preliminares que me permitieran obtener las dosis y tiempos de contacto de cloro y ozono necesarios para inactivar las células de ésta bacteria en su forma cocoide en medio acuoso; de acuerdo con las normas ambientales establecidas para cada desinfectante, NOM-127-SSA1-1994, modificada en el año 2000 para cloro y norma Europea EN-1278:2010 para ozono. Estas pruebas consistieron inicialmente en la preparación de un inóculo y la inducción a la forma cocoide de H. pylori donde se establecieron las dosis y tiempos de contacto necesarios para la erradicación de esta bacteria de los sistemas de agua de distribución. Posteriormente se obtuvieron imágenes de esta bacteria mediante FESEM, antes y después de la exposición a los desinfectantes. Preparación del inóculo de H. pylori La suspensión de H. pylori fue proporcionada por el departamento de infectología del Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INNSZ), donde se obtuvo la cepa a partir de biopsias de pacientes con cáncer gastrointestinal. Se aislaron colonias de H. pylori para su posterior proliferación en medio de cultivo Agar Brain Heart Infusion (BHI) suplementado con polienriquecimiento al 1%, sangre de caballo al 5%, anfotericina y vancomicina (6 mg/L). Los cultivos se incubaron a 37°C en condiciones microaerofilicas (5%-10% de O2, 5%-10% de CO2 y 80%-90% de N2) en una cámara de incubación. El cultivo se resembró cada 72 h bajo las mismas condiciones. Para la preparación de inóculo, se cosecharon las bacterias y se resuspendieron en solución salina isotónica (SSI) estéril, hasta obtener una densidad bacteriana de UFC/mL (de acuerdo al tubo No. 3 de la escala nefelométrica de Mc Farland), la cual fue determinada por densidad óptica. Metodología 45 Inducción de las formas cocoides Para realizar la inducción de las formas cocoides, la suspensión inicial de H. pylori ( UFC/mL) se mantuvo a temperatura ambiente protegida de la luz durante 10 días. Para determinar el tiempo de transformación de la forma bacilar a la forma cocoide se dio seguimiento mediante tinciones de Gram, observadas en un microscopio óptico (Leitz labor luxs, S513558) a los 0, 3, 5, 7 y 10 días, posteriores a la preparación de la suspensión. El cambio morfológico se da naturalmente y se cree que es un mecanismo de defensa propio de la bacteria (Cole et. al., 1997) para la cual se observaron diferentes estadios. Estos estadios también fueron observados por medio de FESEM. Preparación de la suspensión bacteriana para la desinfección con cloro y ozono Para la preparación de las suspensiones bacterianas que se utilizaron en los experimentos de desinfección tanto con cloro como con ozono, se partió de la suspensión inicial de UFC/mL de H. pylori en forma cocoide, de la cual se tomó una alícuota de 7 µL que se inoculó en 20 mL de SSI estéril, obteniendo una densidad celular de UFC/mL, correspondiente a la dosis infectiva de la bacteria (Morris, 1987). Desinfección con Cloro Para establecer las condiciones de desinfección con cloro fue necesario realizar diversas pruebas preliminares, las cuales consistieron en determinar tanto la demanda inmediata del desinfectante conforme a la dosis infectiva ( UFC/mL) como la concentración del cloro activo presente en la solución utilizada. Metodología 46 Condiciones para la desinfección con cloro Los experimentos para la desinfección con cloro, se llevaron a cabo en material previamente esterilizado. Se utilizó una solución comercial de al 13% (hipoclorito de sodio, HYCEL, cat 570, lote 159120). La determinación de cloro libre residual se hizo con un equipo colorimétrico portátil (HACH pocket colorimeter cat. 46700-00) que mide concentraciones de 0 mg/L a 2 mg/L en una longitud de onda de 528 nm, para cuantificar este parámetro se utilizó el reactivo de (dietil-p-fenilendiamina; cat 21055-69, lote HA211055-69), el cual da un color rosado en presencia de cloro libre residual. Determinación de cloro activo La determinación de cloro activo se realizó para comprobar la concentración inicial de cloro activo presente en la solución, esta se basa en un método analítico conocido como yodometria. El método consiste en reducir al con un exceso de (yoduro de potasio; J. T. Baker cat. 3162-01; lote H19465), siendo un anión extremadamente oxidante. Durante la reacción se libera yodo molecular de los yoduros estequiometricamente equivalentes al cloro activo presente, este yodo es determinado mediante titulación por retroceso con una solución patrón de (tiosulfato de sodio; HYCEL, cat. 1414; lote 193478), utilizando almidón (J. T. Baker, cat 4006, lote 604188) como indicador (Álvarez, 2007). En un matraz Erlenmeyer con capacidad de 250 mL se depositó una alícuota de 1 mL de la solución de al 13% y se tapó inmediatamente, ya que la pérdida de cloro activo en disolución se puede dar rápidamente debido a la alta concentración y el poco volumen que se utilizó. Posteriormente se agregaron cantidades entre 2g a 3g de y se aciduló con 3 mL de ácido acético glacial (J.T Baker, cat. 9508-02, lote J20C60) concentrado, ya que este tipo de titulaciones no pueden efectuarse en medio alcalino, debido a las reacciones de dismutación que lleva a cabo el yodo en pH alto, la mezcla se dejó reposar por 5 min protegida de la luz (Torres, et. al., 2007): Metodología 47 El yodo en presencia de yoduro genera triyoduro, el cual fue titulado con una solución patrón de Na2S2O3 0.1 N, hasta obtener una coloración amarilla paja, en este punto se le adicionaron 3 mL de almidón en solución, como indicador formandose un complejo de yodo-amilosa que da el tono azul a la disolución, se continuó la titulación hasta que la solución se tornó transparente. Las reacciones que se llevan a cabo, se representan a continuación: Demanda inmediata de cloro para una suspensión de H. pylori en forma cocoide La demanda inmediata de cloro en una suspensión de H. pylori en forma cocoide, se determinó en una suspensión con una densidad bacteriana de UFC/mL. Se añadieron alícuotas de en solución, para obtener una dosis aplicada de 1.0 mg/L a 2.0 mg/L. Se tapó el tubo de reacción y se agitó cuidadosamente unos segundos, a partir de esta mezcla, se tomaron alícuotas de 1 mL en múltiples tiempos (2, 5, 8, 12, 15, 20 y 30 min). Se determinó la concentración de cloro libre residual, por medio del método colorimétrico de . Desinfección con cloro de una suspensión de formas cocoides de H. pylori En una suspensión de 20 mL con una densidad de UFC/mL de H. pylori en forma cocoide se adicionaron alícuotas de una disolución de , necesarias para aplicar las dosis (Tabla 1) Metodología 48
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