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1
Clavería, un patrimonio del siglo XX
Historia de ciudad & vivienda.
Arq. Ana Paul ina Matamoros Vences.
Dr. en Arq. Ernesto R. Alva Mart ínez.
PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN ARQUITECTURA
PRESENTA
TUTOR
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN ARQUITECTURA
FACULTAD DE ARQUITECTURA
Dr. en Arq. Víctor M. Delgadi l lo Polanco.
Arq. Alejandro E. Suárez Pareyón.
PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN ARQUITECTURA
Dr. en Arq. El isa T. Drago Quagl ia.
Dr. en Arq. Ramón Vargas Salguero.
CENTRO DE INVESTIGACIONES EN ARQUITECTURA, PAISAJE Y URBANISMO
SINODALES
tesis que para optar por el grado de Maestro en Arquitectura,
Margarita
Texto escrito a máquina
CIUDAD UNIVERSITARIA, CD. MX. NOVIEMBRE, 2017
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
2
Clavería, un patrimonio del siglo XX
Historia de ciudad & vivienda.
SINODALES:
Arq. Ana Paul ina Matamoros Vences.
Dr. en Arq. Ernesto R. Alva Mart ínez.
PRESENTA:
TUTOR:
Dr. en Arq. Víctor M. Delgadi l lo Polanco.
Arq. Alejandro E. Suárez Pareyón.
Dr. en Arq. El isa T. Drago Quagl ia.
Dr. en Arq. Ramón Vargas Salguero.
TESIS:
FES Aragón 
3
Dr. en Arq. Ernesto R. Alva Mart ínez.
un patrimonio del siglo XX
Clavería
4
5
Gracias al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, a 
la Universidad Nacional Autónoma de México, al Programa de 
Maestría y Doctorado en Arquitectura y al Campo de Conocimiento 
Arquitectura, Ciudad y Territorio, a todos ellos, por brindarme el 
espacio, los recursos y el tiempo para la realización del presente 
trabajo.
A mi tutor Ernesto Alva, y los miembros del sínodo, 
Víctor Delgadillo, Elisa Drago, Alejandro Suárez y Ramón 
Vargas por compartirme su infinito conocimiento junto a sus 
experiencias, pero principalmente, por sus atinadas críticas, su 
paciencia y su tiempo dedicado durante la realización de este 
trabajo.
A todos los miembros del Seminario de la Historia de la 
Construcción en México, en especial a Gabriela Sánchez,Omar 
Escamilla, Lucero Morelos y Leopoldo Rodríguez, por compartir 
su pasión por la historia, la investigación y, por supuesto, la 
construcción. 
A mis colegas del Campo y de la Facultad de Arquitectura, 
Adrián Baltierra, Blanca Peña, Camilo Moreno, Eduardo Hurtado, 
Irving Soria, Isabel Briuolo, Johanna Lozoya, Jorge Duarte, Leonardo 
Soria y Víctor Ponce, por todos los incontables momentos que 
hemos pasado juntos, entre debate de ideas y risas; y aunque 
no coincidiéramos, siempre quedó la admiración y el aliento del 
uno al otro.
A mi familia, mis padres y mis hermanos por estar en las buenas 
y en las malas. En particular, a mi padre, Francisco Matamoros por 
alentar mi espírtu de búsqueda por el conocimiento y a mi hermano 
Moisés Matamoros, por su tiempo y paciencia al enseñarme más 
sobre la ciencia de la Historia.
En especial, los que estuvieron a mi lado en la línea de fuego, 
Guillermo Boils, quien desde el primer momento, siempre tuvo 
más que palabras de aliento para compartir conmigo y, por 
sobre todo, su inconmensurable compañía a cada paso dentro 
de esta maravillosa experiencia. Y, a Ruth Pineda, por su valiosa 
amistad todos estos años, enseñarme que no hay imposibles 
en la vida, pero especialmente, por ser la responsable de 
presentarme a la colonia Clavería.
A ustedes, todo el cariño.
6
AGRADECIMIENTOS
INDICE
PRESENTACIÓN
I
LA CIUDAD Y EL TIEMPO
13
II
EL PROCESO DE UN ESPACIO
El IMPARCIAL
35
La casa de verano.
La expansión.
7
CLAVERÍA
75
La economía de un Estado Naciente.
El proyecto de la colonia Clavería.
AMPLIACIÓN CLAVERÍA
99
La nueva cada de la ciudad.
El vivir en la colonia Clavería.
III
UN PATRIMONIO
127
Continuum de un espacio.
(A modo de conclusión)
BIBLIOGRAFÍA
145
8
Casa sobre la avenida Azcapotzalco, marzo 2016. Fotografía: Ana Paulina Matamoros.
9
La arquitectura es el testigo insobornable 
de la historia, porque no se puede hablar de 
un gran edificio sin reconocer en él el testigo de 
una época, su cultura, su sociedad, sus intenciones...
Octavio Paz, 1950.
El Laberinto de la Soledad.
10
Casa sobre la avenida Azcapotzalco, circa 1930. Fuente: Caja Roja, Fototeca Constantino 
Reyes - Valerio de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, Instituto Nacional 
de Antropología e Historia. Febrero de 2016.
11
Clavería, un patrimonio del siglo XX. Historia de ciudad y vivienda 
es una investigación desarrollada a lo largo de mi estadía dentro de la 
Maestría en Arquitectura en el Campo de Conocimiento de Arquitectura, 
Ciudad y Territorio; donde se busca reconocer en la historia del lugar, los 
valores arquitectónicos, urbanos y sociales que componen el tejido de 
la colonia Clavería. 
Hablar de ciudad es complejo, puesto que inmediatamente nos re-
fiere a preguntarnos - ¿Qué es la ciudad? Una pregunta que desde las 
muchas voces y disciplinas se le ha tratado de dar una sola definición. 
Sin embargo, la ciudad como tal, es un todo inabarcable; ¿por qué? La 
ciudad no es un sistema estático, es una estructura dinámica, con una 
serie de relaciones donde la colectividad va asignando valores de acuer-
do con tiempos específicos.
Para realizar este estudio fue necesario comenzar con la pregunta 
-homónima al libro de Kevin Lynch- ¿De qué tiempo es este lugar?, esto 
me llevo a una búsqueda exhaustiva en archivos y hemerografía para dar 
con el punto primigenio. Sin embargo, descubrí que ese punto de inicio 
tenía tres diferentes tiempos que generaron la Clavería que conocemos 
hoy. 
En la Carta de Venecia (1964) se reconoce como acción primigenea 
de la conservación, es la documentación. Por ello, antes de especular 
con el futuro, es necesario recapitular las etapas anteriores, siendo el 
rescate documental el pilar de la conservación. Dicho esto, mi principal 
preocupación es presentar la historia de un espacio, contada através de 
una serie de documentos dispersos en una secuencia del tiempo.
La primera parte esta dedicada a reflexionar el estudio del espacio 
y del tiempo en las ciudades, la segunda parte cuenta los resultados de 
aquella búsqueda, la secuencia de hechos, y sobre todo, las razones 
de la existencia de los diferentes tiempos; y la última parte, cuenta los 
retos a los que se enfrenta el patrimonio en la Ciudad de México.
12
Pavimentación de las calles en la Colonia Clavería, ca. 
Finales de la década de 1940. 
Gobierno del Distrito Federal, Secretaría de Cultura, 
Museo Archivo de la Fotografía. Abril, 2016.
13
LA CIUDAD 
Y
EL TIEMPO
14
“Somos el resultado de generaciones 
anteriores, somos además el resultado de 
sus aberraciones, pasiones y errores y, 
también, sí, de sus delitos”. 
Friedrich Nietzsche, 1874.
Sobre la utilidad y los prejuicios de la historia para la vida.
15
El estudio de una ciudad, como la Ciudad 
de México, no puede ser ajena a entender el 
espacio y sus diferentes interpretaciones 
en el tiempo y con el tiempo. Es decir, la 
ciudad a través de su historia específica 
y la ciudad construida en tiempos especí-
ficos nos pueden dar a entender los fac-
tores políticos y sociales que un espacio 
en singular tiene con respecto a otro.
La expansión urbana de la Ciudad de Mé-
xico en los siglos XIX y XX nos dio como 
resultado una ciudad constituida a base 
de fragmentos y recortes de espacios, que 
crecieron directamenteproporcional a la 
inestabilidad del propio gobierno central 
y local. Inversionistas y banqueros tu-
vieron su oportunidad antes del conflic-
to armado de la Revolución e incluso en 
16
sus años posteriores. En el siglo XXI, 
la ciudad de México está experimentado la 
redensificación de las zonas centrales – 
que comenzaron como la periferia de la 
ciudad- y a causa de ello, la segregación 
de la población causada por la especula-
ción entorno al valor del suelo urbano.
Hablar del siglo XX es hablar de un pe-
riodo de tiempo en el que el hombre cono-
ció límites de sus capacidades. La ciudad 
es en su historia y esto va variando de 
acuerdo a la memoria de las colectividades 
del sitio, el estudio de los hechos urba-
nos. Es comprender en qué medida la ciudad 
– calle – casa son la representación de la 
condición humana de un espacio específico, 
sin olvidar la experiencia del individuo o 
del colectivo va dependiendo de quien la 
vive o la ha vivido. Se trata de entender 
la vivienda, y por supuesto, la ciudad como 
un proceso y no en una totalidad espacial 
inmutable e inconmutable con la sociedad.
Los estudios de la vivienda, y en general 
de la arquitectura y la ciudad, en su mayo-
ría, parten de las herramientas de la his-
toria del arte para acercarse a conocerlos. 
Sin embargo para efectos del presente tra-
bajo, es entender el proceso de la vivienda 
como una evolución en el tiempo, es decir, 
la arquitectura “es una creación insepa-
rable de la vida civil” (Rossi 1981.60). 
17
Nuestro primer cuestionamiento es ¿cómo 
una de las haciendas de alta producción 
agrícola del siglo XIX comienza a con-
vertirse en un proyecto urbano de esca-
la habitacional? Para dar respuesta es 
necesario ubicar el espacio urbano: La 
Hacienda de San Antonio Clavería (figu-
ra 1), que se encontraba al norte de la 
Ciudad de México, para después, enten-
der cómo el espacio se transformó, iden-
tificando las condiciones del momento.
Estas transformaciones no ocurren en lo 
abstracto pues mucho de ello puede enten-
derse al estudiar las condiciones socio 
– político – económicas en la producción 
arquitectónica del siglo XX, nos brinda 
una variedad de modelos de espacios que 
se multiplican y constituyen una respuesta 
directa ante las exigencias de la sociedad, 
invariablemente el paradigma de la vivienda 
afectaría el propio hecho de hacer ciudad, 
y viceversa. “¿Cómo podemos, entonces, en-
tender el espacio?” se pregunta Bruno Zevi 
en su libro Saber ver la Arquitectura y se 
responde a sí mismo, como línea de aper-
tura: “la arquitectura se mide en espa-
cio, el cual se mide en tiempo, materia, 
recorrido y la experiencia propia” (Zevi 
1945, 20). Pero, a ello, es válido pre-
guntarse: ¿Qué tiempo? ¿Qué materia? ¿Qué 
recorridos? Para responder daremos paso a 
plantear las siguientes categorías que nos 
ayudarán a comprender las partes, las cua-
18
Figura1. Extensión y ubicación de la Hacienda de San Antonio Clavería Plano topográfico del Distrito de México, Autor 
Díaz Francisco. Colección Orozco y Berra. 1867. Mapoteca Orozco y Berra. Servicio de Información Agroalimentaria y 
Pesquera, SAGARPA, Septiembre 2015.
19
les permiten una valoración de las etapas 
a estudiar en los siguientes capítulos.
Para entender cada uno de los fragmen-
tos urbanos, es preciso entender en el 
ambiente en que se desarrollaron, de ahí 
que cada espacio de la ciudad tiene un 
por qué especifico; de ello depende lo 
que sucedería en diferentes escalas.
Haciendo una retrospectiva sobre el 
estudio de la arquitectura, Bruno Zevi 
explica que al espacio ha adquirido la 
función de la arquitectura ha tomado di-
ferentes magnitudes como herramienta de la 
sociedad y las instituciones, explicando 
esta relación intrínseca e innegable, don-
de los arquitectos deberíamos de reflexio-
nar el espacio creado y el existente. 
En la producción del espacio es po-
sible construir líneas de continuidad 
en el tiempo, como los hábitos y las 
ideas, como lo afirma Marina Waisman: 
 
Esta dimensión del tiempo en el espa-
cio, coincide Bruno Zevi, va en función 
Una unidad histórica se basa en una serie de
características que alcanzan para diferenciarla 
netamente de otras; y, por otro lado, 
sus límites han de fijarse en los momentos 
- más o menos precisos - 
en que puedan detectarse los cambios 
y las causas que los han provocado
... el análisis de los comienzos de la formación 
del código,… 
y en las posibles causas de esas transformaciones. 
(Waisman 1900,47)
20
de qué tan válido y vigente se vuelve un 
espacio al poder dar contenido a diferen-
tes actos en diferentes tiempos, siendo 
el soporte en función de dos puntos, el 
primero tiene que ver con el tiempo de 
los espacios, es decir, el momento de su 
aparición; y el otro, es el tiempo des-
de donde están siendo contados, es de-
cir, el inicio del proyecto Clavería y 
cómo se está viendo cien años después.
El tiempo en la arquitectura es un va-
lor y una dimensión reflejada en el es-
pacio, una estrecha relación con el ser 
humano, quien es a fin a una serie de 
valores culturales que la sociedad y un 
tiempo específico otorgan. El ejercicio de 
edificar es resultado del conocimiento de 
la trascendencia del hombre y sus rela-
ciones en el espacio, acentuando que el 
espacio es, en esencia, un devenir de la 
historia de la civilización y se van con-
figurando con el pensamiento a la par.
La forma, el contenido y el uso se 
confirman en el espacio, y es a partir 
de esta lectura integral de sus elemen-
tos que la componen, lo que será el pi-
lar del presente texto, pues para entender 
el espacio que experimentamos es nece-
sario entender a la sociedad que le es 
útil, y por igual, los cambios en ella.
21
Las categorías previamente mencionadas 
tienen un particular en la puesta de re-
flexionar la noción de este concepto, ya 
que ontológicamente hablando, componen una 
parte sustancial de las reflexiones teó-
ricas de la arquitectura / urbanismo, así 
como la parte de la tecnológica de ella. 
La Ciudad de México, en la primera mi-
tad del siglo XX, cambió radicalmente su 
imagen dejando sus huellas en diferentes 
polos de la propia ciudad. Históricamen-
te, estos dos elementos han sido unidos 
bajo la constante idea de la modernidad, 
idea que ha sido el motor de diferentes 
ideales sobre cómo transformar y ver el 
mundo de nos rodea; mismos que han sido 
cambiados gracias a los diferentes cam-
bios de época que la historia ha tenido. 
Tomaremos como un punto de partida la 
hipótesis de Silvia Arango (2012) en su 
trabajo Ciudad y Arquitectura: Seis ge-
neraciones que construyeron la Améri-
ca Latina moderna que la autora identi-
fica como modernas1 , indica la ruptura 
con el tiempo anterior y los procesos 
que se manifestaron y que vistas en re-
trospectiva, conforman una estructura. 
El método de estudio presentando por 
Silvia Arango se basa en la identifica-
ción de generaciones y funciona como una 
interpretación del mundo, útil para en-
 1. Moderno, es un 
adjetivo al que se ha 
apelado en diferentes 
sociedades y a lo largo 
de la historia. Para ver 
más: “Las aventuras de 
la Razón Moderna” por 
Víctor Flores Olea.
22
Figura 2. Línea del tiem
po. A
utor: A
na Paulina M
atam
oros. 896. FEriXJbJ El ITp:rm bs 2fmrnDs 
El MrrbyEl ~ Wra:b 
Se pier~~ la 
del perlcDdlco 
1867. 
Paseo de la Reforma 
1868. 
Tranvía Tacubaya - Popotla 
1881. 
Instalación electrica en la ciudad 
1896. 
Instalación del gasómetro en Reforma 
1897. ~ 
Colonia San Alvaro 
1"898. I . ~ d I Limites del naguraClon e. 
1900. -nistrito Ferler.al Centro Mercantil 
Bases Generales de I raza e Hglene 
~1903. ..~ I~' g I Y de o. an Z CI . po Itl e unlclpa~§a~ 8el COIstrlto?e eraf 
~~~atQ ne la , 
1906. cOlonia t::llmparClal 
907 
§e aea la cornpa~-~a Bancaria 
• \..l8 DI n s Ra ces ' , ~panslOn ~e1a colonia ImparCial 
23
19220 
Escuela Técnica 
de Constructores 
19250 
Estabilización 
de la Banca 
19270 
Plan Regulador 
de Carlos Contreras 
Le¡c8Palf~oy Zaifta::jj'l 
19330 
lnaguración 
del monumento 
a la Revolución 
19490 
19330 
Pláticas del 33' 
19340 
11921 dO I o ~ o o ~ nielO e <;I.S secClone9 e qcqUI!ectura,PLJonstrucc/on 
e IngenHla en elt en ICO cxcelslOr y e nlversal 
prOY~Cto Colonia Clavería 
111 9250 d H
O o ~ o S o o P I IIO~tltUto Je UQl8
1
ne v ranJa anltana en opot a 
Uura de osevlllagran 
19200 
Dirección General de Pensiones 
~I; I l21s da lariSecretaría deS Salud 'lo I ueadón. del CBmrtarmnto 
~ ue Ga os Ubregon antaClla oel Ulstntü- Feoeral 
In orlme de colonias del DDF, 1 930 
inaguración del Palacio de Bellas Artes 
19370 
19360 o, el ' AmpTIaClon avena 
Ar;:ertura del IPN 
19400 
Monumento a la Raza 
19430 
Zona Industrial Vallejo 
Revista Construcción Modema 
19540 
Ciudad Universitaria 
24
tender aspectos que relacionan la arqui-
tectura y la ciudad. Aunque, muestra una 
historiografía general enlazando los pro-
cesos de las ciudades y sociedades lati-
noamericanas. En México, los momentos ocu-
rrieron de forma discontinua dependiendo 
las regiones del país. Una de las conse-
cuencias del método histórico de las ge-
neraciones es una periodización que, si 
bien tiene una línea cronológica direc-
cionada, avanza en zigzag; en vez de te-
ner nítidos cortes temporales, cada perio-
do debe retroceder y avanzar puesto que 
está teñido de las vigencias de las tres 
generaciones superpuestas. Y en la mor-
fología de la ciudad se puede rastrear.
Las creencias colectivas predominan-
tes en una generación son muy variadas, 
pero todas se levantan sobre el supues-
to de ciertas creencias y actitudes bá-
sicas, que son condiciones de las demás y 
que, por ende, no se ponen en cuestión.La 
amplitud de los cambios en las distintas 
esferas de la sociedad provocó crisis de 
todo tipo: económicas, sociales, políticas 
y religiosas, éste concepto, la construc-
ción y el funcionamiento de las ciudades 
no escaparon a estas transformaciones y 
sus propias crisis (Asher 2011:23- 25).
La periodización que la ciudad ha teni-
do en el tiempo nos da un punto de parti-
da para la clasificación de sus procesos. 
25
(Figura 2) La necesidad de la sociedad 
va adaptando conforme a su medio, pue-
den ser adaptadas, modificadas o altera-
das conforme lo marque la esencia de la 
época. La línea del tiempo que marca los 
aspectos mayores de las esferas políticas 
y económicas que se ven reflejados en el 
espacio. Las fechas marcadas en la línea 
del tiempo tienen un origen de doble na-
turaleza, por una parte el trabajo de in-
vestigación documental y la segunda, el 
análisis de la arquitectura como testi-
go del tiempo y del lugar, componen a la 
par las diferentes extensiones que tuvo 
el proyecto habitacional (Figura 3 & 4).
1904 – 1911. El Imparcial, bajo el go-
bierno de Porfirio Díaz. La primera par-
te del proyecto de la colonia comienza 
dentro del último periodo del Porfi-
riato, los años 1900 a 1911, abarca el 
apogeo final de la economía porfiria-
na misma que daría su reflejo en la va-
riedad de proyectos de escala habitacio-
nal que fueron surgiendo en la época.
1922 a 1934. Clavería, en el régimen 
de Álvaro Obregón. La segunda etapa toma 
lugar al término de la lucha armada, la 
cual, trajo consigo una nueva organiza-
ción del Estado, teniendo a su favor el 
respaldo de las promesas plasmadas dentro 
de la Constitución de 1917, pero el cre-
cimiento urbano tomaría su tiempo ya que 
26
Figura 3. Composición de la colonia Clavería, traza urbana y lotificación, de acuerdo 
con los diferentes proyectos. El color magenta corresponde a colonia El Impacial: 
1904-1911, el amarillo representa la extensión de la Colonia Clavería: 1922-1930 y el 
color naranja abarca la Ampliación Clavería: 1936 - 1947. Autor: Ana Paulina Matamoros.
Heliópolis
Saló
nica
Camarones
Egipto
Az
ca
po
tz
al
co
Cu
it
lá
hu
ac
I 
I ._-
27
la ciudad había quedado en el medio de 
una lucha entre la nueva organización del 
Estado y los bancos e inversionistas. La 
estabilidad tomaría gran parte de la dé-
cada de los años 20’s registrando en el 
espacio de la Ciudad de México un vaivén 
de ideas y proyectos a medio consolidar.
1934 a 1945. Ampliación Clavería, den-
tro del periodo del Cardenismo. Este mo-
mento es visto como el comienzo de la es-
tabilidad del estado mexicano y con un 
proyecto de nación consolidado, mis-
mo que daría un impulso significativo 
para concretar los espacios de la ciu-
dad, desde espacios habitacionales, has-
ta escuelas, hospitales y la industria.
A cada una de estas épocas ha corres-
pondido su forma dev pensamiento y de 
creación, figuras dominantes e ideas del 
poder, formas de organización y, por su-
puesto, principios y modos de concepción y 
organización del territorio, como lo de-
muestra los diferentes trazos que componen 
la colonia Clavería. La ciudad por simple 
relación de escala lo es la extensión de 
nuestra casa, y de acuerdo a las líneas 
anteriores, cada casa tiene un interior de 
ciudad, siendo un algoritmo de relaciones: 
casa – calle – ciudad, entendiendo la ciu-
dad como un sistema de relaciones en amplia 
magnitud, es decir, no sólo encontrarnos 
dentro de un rango de características. 
Camarones
28
tiempo: 1904.
sección: El Imparcial.
distribución espacial: casa isla, rodeada de jardines.
materiales & sistemas constructivos: concreto armado.
acabados: ladrillos o elementos prefabricados de concreto.
tiempo: 1922 - 1934.
sección: Clavería.
distribución espacial: Casa adosada a un lado del predio o en medio de él.
materiales & sistemas constructivos: Ladrillos de concreto armado.
acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado.
tiempo: 1922 - 1934.
sección: Clavería.
distribución espacial: Casa adosada a un lado del predio o en medio de él.
materiales & sistemas constructivos: Ladrillos de concreto armado.
acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado.
tipo B tipo Cplanta altatipo A
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tiempo: 1904.
sección: El Imparcial.
distribución espacial: casa isla, rodeada de jardines.
materiales & sistemas constructivos: concreto armado.
acabados: ladrillos o elementos prefabricados de concreto.
tiempo: 1922 - 1934.
sección: Clavería.
distribución espacial: Casa adosada a un lado del predio o en medio de él.
materiales & sistemas constructivos: Ladrillos de concreto armado.
acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado.
tiempo: 1922 - 1934.
sección: Clavería.
distribución espacial: Casa adosada a un lado del predio o en medio de él.
materiales & sistemas constructivos: Ladrillos de concreto armado.
acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado.
tipo B tipo Cplanta altatipo A
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Figura 4. Tipos de vivien-
das estudiadas dentro del 
lapso del tiempo. Autor: Ana 
Paulina Matamoros. 
30
planta altatipo D planta altatipo E
tiempo: 1934 - 1950.
sección: Ampliación Clavería.
distribución espacial: Vivienda que abarca el lado corto del predio.
materiales & sistemas constructivos: Ladrillos recosidos / concreto armado.
acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado.
tiempo: 1934 - 1950.
sección: Ampliación Clavería.
distribución espacial: Construcción adosada a un lado del predio.
materiales & sistemas constructivos: Ladrillos recosidos / concreto armado.
acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado.
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planta altatipo D planta altatipo E
tiempo: 1934 - 1950.
sección: Ampliación Clavería.
distribución espacial: Vivienda que abarca el lado corto del predio.
materiales & sistemas constructivos: Ladrillos recosidos / concreto armado.
acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado.
tiempo:1934 - 1950.
sección: Ampliación Clavería.
distribución espacial: Construcción adosada a un lado del predio.
materiales & sistemas constructivos: Ladrillos recosidos / concreto armado.
acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado.
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3. SALON
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5. ESTACIONAMIENTO
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33
EL 
PROCESO 
DE 
UN 
ESPACIO
34
Chalet de la Familia Manterola sobre la avenida Azcapotzalco, desaparecido ca 1970. 
35
EL IMPARCIAL
36
“De Popotla a Tacuba no hay más que 
una separación virtual, viene enseguida la 
espléndida colonia de El Imparcial, con su 
bellísima calzada y sus innumerables villas”
Amado Nervo, 1910.
37
Gran parte del siglo XIX, en México y 
sus ciudades más importantes, los cons-
tantes conflictos políticos internos, dos 
invasiones extranjeras y una guerra civil, 
dejó un Estado inestable económicamente, 
impidiendo ser motivo de inversión. En 
1824, con la creación del Distrito Fede-
ral, quedaron concentrados los tres poderes 
del gobierno, situación satírica, dado que 
el naciente Estado Independiente batalla-
ba para mantener los límites de su propio 
territorio; estas batallas desembocaron en 
la consolidación de dos grupos políticos: 
conservadores y liberales, abriendo el ca-
mino para la lluvia de ideas para moldear 
la ciudad de la nación independiente. 
38
 2. Fue importante 
el impulso que se le dio a la 
educación en el Porfiriato, 
en función de fortalecer la 
relación de los egresados 
con los puestos del go-
bierno, desde estructurar 
planes de estudios y otor-
gar becas a connacionales 
hasta la inauguración de 
escuelas e institutos para 
el estudio, siendo funda-
mental el apoyo de la 
Secretaría de Relaciones 
Exteriores para la relación 
con otros académicos y 
centros de estudios.
La última mitad del siglo XIX, ideo-
lógicamente hablando, estuvo regido por 
un oleaje continuo de doctrinas y pensa-
mientos de raíz europeos, estas ideas se 
habían posicionado en el corazón y men-
te tanto de los conservadores como de 
los liberales. Y, sin duda, serían ellos 
quienes tratarán de darle a la urbe una 
recomposición en pro de un progreso de 
civilización, aun a pesar de una socie-
dad que aún gestaba sus primeros pasos. 
Con la llegada de la administración de 
Porfirio Díaz se dieron cambios políti-
cos dentro del gobierno de la Ciudad Cen-
tral, lo que propicio el ambiente necesa-
rio para la tan esperada experimentación 
arquitectónica y la expansión urbana de la 
capital. Se tuvo por cánones una construc-
ción de estilos arquitectónicos, que se 
enseñaban en las Academias2, sin dejar de 
lado, la experimentación e integración del 
concreto armado en el lenguaje cotidiano 
de la construcción como lo expresa Vicen-
te Quirarte “terminaban cuatro siglos de 
tezontle y se incorporan materiales como 
el mármol y el acero a las nuevas forta-
lezas de la modernidad”(Quirarte, 2001). 
Esta imagen fue fortalecida en el invierno 
de 1898, cuando el Centro Mercantil abrió 
sus puertas. Un edificio que fue el es-
tandarte porfiriano de la elegancia para 
las damas y el estatus de los caballeros, 
a su vez también fue el primer edificio 
39
3. En agosto de 
1898 se aprobaron los 
convenios de límites en-
tre el Distrito Federal y 
los estados de Morelos 
y México. Dichos do-
cumentos los ratificó el 
Congreso de la Unión el 
15 y 17 de diciembre de 
ese año y se publicaron 
en el Diario Oficial de la 
Federación (DOF) en 
el día 23 del dicho mes. 
Álvarez, José Rogelio, 
La creación del Distrito 
Federal se fundó dentro 
de la Constitución Fede-
ral de los Estados Unidos 
Mexicanos de 1824, eli-
giendo un lugar que sirva 
de residencia a los supre-
mos poderes de la federa-
ción y quedo establecido 
en la Ciudad de México. Y 
para 1827 quedó sentado 
como Capital de la fede-
ración. Ver más: Hira de 
Gortari, Hernández Fran-
yuti. (1998) La Ciudad de 
México y el Distrito Fe-
deral: Una historia com-
partida. Cabe mencionar 
que administrativamente 
existió una confusión de 
la delimitación de la Ciu-
dad de México, la capital 
y los estados colindantes 
que quedarían asenta-
dos en 1898. Con la Ley 
de 1903 quedarían esta-
blecidos los límites de las 
municipalidades de Mé-
xico, Guadalupe Hidalgo, 
Azcapotzalco, Tacuba, 
Tacubaya, Mixcoac, Cuaji-
malpa, San Ángel, Coyoa-
cán, Tlalpan, Xochimilco, 
Milpa Alta e Iztapalapa. 
con cimentación de concreto reforzado. Un 
proyecto de Daniel Garza y Gonzalo Gari-
ta, personajes icónicos en el mundo de 
la construcción del momento (Figura 5). 
A inicio del siglo XX, la Ciudad de Mé-
xico comenzó a tener un nuevo aspecto, a 
diferencia del siglo XIX donde debido a la 
inestabilidad política y social, la ciudad 
tuvo lentos logros urbanos, como la aper-
tura del Paseo Bucareli (1778), el Paseo 
de la Reforma (1867) y el primer fraccio-
namiento en la ciudad, la colonia de los 
Arquitectos (1859) representó un nuevo mo-
delo para el crecimiento de la joven urbe 
al momento. La vivienda a las afueras de la 
ciudad como nuevo símbolo de status, y con 
ello, se comenzó a gestar una nueva cara 
para la capital de un México moderno. 
Para comenzar el laboratorio urbano, 
se tuvo que disponer leyes y reglamentos 
que financiaran y regularan los proyectos. 
En primera instancia, con la Declaratoria 
del Distrito Federal3 (1898) se otorgaron 
ciertos privilegios a la capital, uno de 
ellos fue la libre regencia de su adminis-
tración, y por ende, la disposición de la 
mayor parte del presupuesto. Este consen-
timiento permitió el financiamiento de la 
urbanización que abarcaba los terrenos en-
tre los pueblos que se encontraban dentro 
del Distrito Federal, además de las obras 
del desagüe y la red del ferrocarril, pos-
40
Figura 5. La nueva imagen de la ciudad. El Centro Mercantil fue uno de los edificios icónicos que represento el creci-
miento de la ciudad, tanto socialmente como uno de los primeros Centros Comerciales al igual que su propuesta tecno-
lógica, el uso del acero y del concreto armado como sistema constructivo y estructural. Fotografía tomada de Figueroa 
Doménêch, J. 1899. Guía General Descriptiva de la República Mexicana Historia, Geografía, Estadística con Directorio 
del Comercio y la Industria. Tomo I. México.
41
4. En el periodo 
que nos interesa, de 
1900 a 1911, quedarían 
al mando del Gobier-
no del Distrito: Guiller-
mo Landa y Escandón 
(1903 – 1911); del Consejo 
de Salubridad: Eduardo 
Liceaga (1903 – 1911); y 
Obras Públicas, Ingenie-
ro Roberto Gayol, 1904 
– 1906, Guillermo Bel-
trán y Puga, 1906 – 1911.
teriormente, la instalación, la mejora 
o la ampliación de la red del tranvía. 
En 1903, se expidió una Ley que reorga-
nizó y centralizó el gobierno y adminis-
tración del Distrito Federal, llamada la 
Ley de Organización política y municipal 
del Distrito Federal. Esta ley otorgó car-
tera abierta para subsidiar inversiones, 
sobre todo en materia urbana, y protegían 
a quienes invirtieran. Sin embargo, esta 
nueva estructura necesitaba un financia-
miento de base que le permitiera dar aval 
a los inversionistas, y ello, incrementó 
los impuestos en una ciudad que carecía 
de los mínimos servicios básicos. En la 
realidad, el Ayuntamiento estaba más pre-
ocupado por atraer inversión para fines 
específico que establecer el abasto míni-
mo de recursos y servicios a la población 
existente en el casco viejo de la ciudad o 
de los pueblos aledaños. La colonia de los 
Arquitectos sería un ejemplo a seguir para 
la apertura de los nuevos espacios para 
la vivienda, los cuales buscarían seguir 
con las pautas del estandarte porfiriano 
de “Orden y Progreso”, siendo la tendencia 
del crecimiento de la Ciudad de México. 
Esta Ley permitió una estructura de go-
bierno dividida en una Secretaría del Es-
tado (Federal), la cual regía el trinomio 
de agencias que constituían el “Consejo 
Superior del Gobierno del Distrito Fede-
ral”4 siendo éstas: el Gobiernodel D.F., 
42
un presidente del Consejo Superior de Sa-
lubridad y un Director de Obra Pública, 
quedando así el organismo del Ayuntamiento 
de México. A la par, quienes no sólo im-
pulsaron una flexibilidad en legislacio-
nes, con motivo de fraccionar nuevas co-
lonias, sino también se asociaron bajo el 
nombre de Compañía Bancaria de Obras y 
Bienes Raíces S.A . De tal modo que, to-
maron control de los créditos para inver-
sionistas y propietarios para construcción 
y venta. Esta organización administrativa, 
bancaria y política dio un impulso rápido 
a la urbanización, inaugurando 28 colo-
nias entre 1903 a 1911 (Jiménez 1903,22). 
Las reformas financieras que se lleva-
ron a cabo, gracias a esta ley, dieron ori-
gen a un moderno sistema bancario, mismo 
que serviría no sólo al gobierno federal 
sino al Distrito Federal como puente entre 
los intereses nacionales y los extranjeros 
para aumentar el crédito público. La ex-
plotación inmobiliaria tenía sus motivos, 
por un lado, las familias de los inversio-
nistas buscaban un lugar para vivir lejos 
del escenario de miseria y carencias que 
era la ciudad y que no mostraban la moder-
nidad de la cual aspiraban a formar parte. 
Y por otro lado, los inversionistas que al 
comprar tierras a precios bajos buscaban un 
retroactivo generoso y seguro. Para tener 
una imagen clara de esta aceleración basta 
considerar el alza en el precio del metro 
43
5 AHDF. Boletín 
Oficial de la Federación, 
13 de marzo de 1900. 
Cabe mencionar la 
diferencia entre Colo-
nia y Fraccionamiento 
para la época. La ven-
ta de vivienda dentro 
de colonias fue a través 
de casas edificadas, 
con ciertas similitudes 
mientras que el frac-
cionamiento, se hace 
al gusto de los propie-
tarios. Sin embargo, la 
compañía fraccionado-
ra (o el fraccionador) 
daba recomendacio-
nes a los propietarios a 
despachos de arquitec-
tos o ingenieros (porta-
folieros) que la Compa-
ñía Bancaría de Obras 
y Bienes Raíces S.A tu-
viera registrados. Dicha 
compañía también te-
nía en sus registros mi-
nas de arena, cal, cante-
ra y hornos de ladrillos, 
además de tener sub 
- compañías dedicadas 
a la pavimentación de 
calles y carreteras. 
cuadrado a lo largo del Paseo de la Reforma, 
en 1872 valía $1.50 mientras que para 1903 
se cotizaban en $25.00. (Quirarte, 2001) 
La ciudad era un lienzo en blanco para 
las nuevas ideas, y con el auge inmobi-
liario, la urbe creció descontroladamente, 
lo cual convocó a promulgar un reglamento 
para las colonias, llamado “Las Bases Ge-
nerales de Trazo e Higiene”5. Anterior a 
este reglamento, las reglas marcadas por 
el Ayuntamiento dejaban la responsabili-
dad a los inversionistas y propietarios 
de adaptarse a la paupérrima infraestruc-
tura que tenía la ciudad, de carácter ur-
bano, sólo bastaba con asegurar calles 
amplias y con vegetación, además de que 
la existencia y calidad de ello estu-
vo fuertemente ligado a las capacidades 
económicas de los futuros propietarios. 
Las Bases Generales de Trazo e Higiene 
tuvo quince puntos que como su nombre lo 
dice, que marcaron los requerimientos in-
dispensables para las lotificación que co-
menzaban a promoverse. Las primeras cinco 
directrices tienen que ver con la compo-
sición de la retícula del proyecto ur-
bano. Los siguientes puntos, del 7to al 
12vo, tienen que ver con el equipamiento 
de la colonia, que contemplen las acti-
vidades de placer de los futuros habi-
tantes así como velen por su seguridad. 
44
1°. La mayor parte de las calles de la 
colonia deberán ser de veinte metros de an-
cho, en ningún caso tendrán menos, pero en 
las líneas en donde se provee que la circu-
lación sea mayor tendrán treinta metros.
2°. Las cuales tendrán por re-
gla general 100 metros de longitud.
3°. Todas las esquinas estarán cor-
tadas en pan – coupé que se traza-
rá, marcando un punto sobre cada uno de 
los dos alineamientos. La línea que une 
los dos puntos así marcados, será la 
que límite las fachadas en pan-coupé. 
4°. Se trazarán dos o más calles dia-
gonales de treinta metros de amplitud, que 
sigan una distancia de 45° aproximadamen-
te, sobre la dirección general de las ca-
lles. El objetivo de las calles diagonales 
era acortar las distancias entre dos pun-
tos lejanos y por esto, el trazo de dichas 
calles se realizó, teniendo en cuenta las 
circunstancias de favorecer más el acce-
so a los sitios que, como mercados, tem-
plos, oficinas públicas, estaciones de fe-
rrocarril u otras, son puntos de reunión.
5°. En el punto de intersección de dos 
calles diagonales con las normales, se pro-
yectará una simple plaza, cuya extensión 
superficial sea por lo menos igual a la de 
dos manzanas con sus calles adyacentes.
6°. Por cada 10 manzanas que haya en la 
colonia, se dejará libre para plazuela desti-
nada a jardín, una extensión de terreno igual 
a la de la manzana con sus calles adyacentes.
7°. Por cada 30 manzanas se dejará también 
otra plazuela igual, destinada a mercado.
8°. Por cada 5 manzanas, el propietario 
deberá a las autoridades un lote para escuela 
que estará situado precisamente en esquina y 
que no tenga menos de 25 metros de cada lado. 
45
9°. En el punto que las autori-
dades elijan, el propietario cede 
un lote para estación de bomberos.
10°. Por cada 10 manzanas o menos, el 
propietario cederá otro lote para estación 
de policía y situado en el punto que las 
mismas autoridades juzguen conveniente.
11°. Si las autoridades lo juzgan convenien-
te, el propietario cede un lote para teatro.
12. Los lotes y terrenos que se acaban de 
citar, podrán destinarse a los objetos para 
los cuales el propietario los ceda, en nin-
gún caso se les dará otra aplicación, porque 
si esto se intentara alguna vez, el propie-
tario tendrá derecho a exigir la devolución 
del terreno, con las construcciones que 
tengan o que levantan en cualquier tiempo. 
13°. En la parte expositiva del pro-
yecto de la Colonia se desarrollarán los 
elementos con que se cuente para proveer 
de agua a las personas que edifiquen en 
los terrenos que se trata de fraccionar. 
14°. En la misma parte expositiva, se 
detallarán los estudios que se hayan he-
cho, y a los elementos con que se cuen-
ta para el desagüe de los terrenos y para 
la expulsión de las deyecciones humanas.
15°. Nadie tendrá derecho a abrir ca-
lles privadas, sino el propietario de 
unos terrenos que los fraccione y venda 
sin previa autorización, estará obliga-
do a cercarlo todo, sin establecer comu-
nicación con la ciudad o población, sino 
por medio de zaguanes convenientemen-
te vigilados y que no podrán permanecer 
nunca abiertos durante la noche. 
46
Dentro de la Reglamentación puede apre-
ciarse la exigencia del Ayuntamiento para 
tener mejor control sobre la imagen urba-
na que se aspiraba a tener en la capital y 
en sus poblaciones cercanas gracias a la 
apertura de las nuevas colonias y fraccio-
namientos. El reglamento fue un instrumen-
to que permitió resumir los ideales que 
se tuvieron sobre la ciudad, en el trazos 
de avenidas y calles (los artículos 1° 
al 5°); en cuanto a equipamiento urbano 
como iglesias, jardines, mercados, par-
ques, policía y teatros (artículos 6° al 
12°) presentaron las disposiciones gene-
rales para ofrecer un entretenimiento le-
jos de un Centro Histórico que combatía su 
colonial esencia contra las nuevas obras; 
los últimos artículos del Reglamento (ar-
tículos 13° al 15°) explican propiamente 
la infraestructura para el fraccionamien-
to, como la conexión de agua y saneamien-
to, y la apertura y la expansión de las ca-
lles privadas dentro del fraccionamiento. 
En la colonia de El Imparcial, en su 
primera etapa, estás reglas tuvieron un bajo 
impacto dado que se centraron en “estilizar” 
la avenida Azcapotzalco. Sin embargo, como 
lo veremos más adelante, al proyectar la 
expansión de la colonia se daría lugar 
a estos lineamientos, ofreciendo una vida 
social yuxtapuesta al espacio generado. 
47
La casa de verano.
A comienzos del siglo XX, Azcapotzalco 
se comenzóa integrar dentro del tejido de 
la ciudad. La inauguración de una segun-
da línea de tranvía de la ruta a Tacubaya 
hacia Popotla que pasaba sobre la calzada 
México –Tacuba (1868), comenzó atraer la 
atención de la ciudad y las grandes exten-
siones de tierra que se tenían. 
Un año más tarde, en 1869, con la parti-
cipación de la Marquesa de Morante y la fa-
milia Maldonado, se fraccionaron los terre-
nos al sur de la Hacienda que dieron origen 
a la colonia de San Álvaro (1897); además 
de que esta expropiación propiciaría que el 
gobierno abriera la línea del Ferrocarril 
de Buenavista a Tacubaya (1899). El Plano 
del recorrido del Ferrocarril de 1870 cuen-
ta la condición de la Calzada Azcapotzal-
co – Tacuba y de las poblaciones aledañas 
entre los poblados de Tacuba y Azcapotzal-
co, se observa la ubicación de la hacienda 
y la extensión de las tierras agrícolas. 
En 1903, la extensión de la línea del 
tranvía eléctrico de Tacuba hacia Tlalne-
pantla se llevó a cabo sobre la calzada de 
Azcapotzalco65, conectando a la población 
que trabajaba en el centro de la villa de 
48
Figura 6. Tramo Azcapotzalco – Tacuba, la hacienda ocupaba un tramo considerable sobre la calzada Azcapotzalco. 
Plano del Recorrido del Ferrocarril. Colección General. 1870. Mapoteca Orozco y Berra. Servicio de Información Agro-
alimentaria y Pesquera, SAGARPA, Septiembre 2015.
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50
Azcapotzalco hasta el centro de la ciudad, 
pasando por las poblaciones aledañas. Este 
nuevo medio de transporte sería un factor 
determinante para la comenzar un proceso 
de especulación, en una zona que estaba 
abierta a las ideas de los inversionistas. 
La lotificación de los terrenos de la 
hacienda de San Antonio Clavería fue fun-
damental dentro la urbanización de la muni-
cipalidad de Azcapotzalco en las primeras 
décadas del siglo XX. Bajo este escenario, 
y con un terreno fértil para las ideas y con 
una estructura de gobierno que apoyaba los 
negocios inmobiliarios, comenzó a gestarse 
el proyecto de la colonia de El Imparcial. 
En la Ciudad de México, en aquellos años, 
la sociedad se regía por los titulares de 
las páginas del periódico El Imparcial, 
donde se podía leer los logros del Por-
firiato en el territorio nacional, la paz 
y la prosperidad era la imagen promovida, 
llegando a ser el periódico favorito del 
régimen, dadas las buenas relaciones públi-
cas de su creador Rafael Reyes Spíndola6.
Una de las secciones más gustadas para 
leer fue la sección de sociales, donde se 
podía ver las grandes obras de la modernidad 
en contraste con la realidad del país. La 
sociedad se media entre los que podían cos-
tear sus tardes en largos paseos y quienes 
tenían que trabajar más de diez horas al día. 
6 Nació en Tlaxiaco 
en Oaxca el 24 de octu-
bre de 1860 y murió en la 
Ciudad de México el 13 
de enero de 1922. Desde 
1885 comenzó a desarro-
llarse dentro de los círcu-
los internos del gobierno 
Porfirista, como secre-
tario particular de Go-
bernadores, a la par de 
consolidar sus periódicos 
a lo largo del país: El Uni-
versal (1888) en la Ciudad 
de México, que después 
vendería; El mundo Ilus-
trado, al cual se le ha 
atribuido la primera foto 
noticiosa de México y 
más tarde El Imparcial 
(1896) recibiendo una 
subvención del gobierno 
por ciento mil pesos. 
51
Figura 7. Primer artículo del Seminario El Mundo Ilustrado, 1900 ca, donde se promueven los beneficios de vivir en la 
zona de Azcapotzalco.
EL PROBLEMA DE LAS HABITACIONES 
5I!IJIUIifII' ............. -JU"," 'UI fI-. 
1.11 (1_ -*'tII. 
52
Eventualmente, la sección de sociales 
tuvo su impacto en el desarrollo urba-
no. Las clases acomodadas se establecie-
ron dentro de los florecientes negocios y 
obras dentro de la capital, en menos de 
dos décadas en el paisaje de la vida co-
tidiana, tanto de la vivienda como de las 
colonias había cambiado: La instalación de 
la energía eléctrica (1881), el Gasóme-
tro sobre la Avenida Reforma (1896) y el 
sistema de atarjeas que desembocan en el 
Gran Canal (1897) cambiarían el día a día 
de las dinámicas domésticas, y el sistema 
de tranvía (1900), modernizará las formas 
de transportarse, pues esta red, llegaba a 
las nuevas colonias y fraccionamientos.
La ciudad dio accesos a los inversionis-
tas que encontrarían en la capital mexi-
cana, un nicho para la ejecución de sus 
proyectos. Ello, trajo una movilización de 
la población: los habitantes de los ba-
rrios bajos comenzaban a repoblar las ca-
sonas novohispanas en centro de la ciudad 
que fueron quedando vacías a la par de que 
los propietarios comenzaron a poblar los 
nuevos fraccionamientos(Stoppa, 1981). La 
vivienda promocionada en la prensa tuvo 
un carácter ostentoso, las nuevas formas 
de habitar los espacios cambió con la in-
troducción de la electricidad y el gas.
La urbanización se expandía a todos los 
polos de la capital y la inauguración del 
53
tranvía hacia el poblado de Tacuba comen-
zó una especulación en sus alrededores, en 
especial sobre la Calzada que conducía al 
poblado de Azcapotzalco, donde se situa-
ba la Hacienda de San Antonio Clavería. 
Su propietario el Ingeniero Militar Manuel 
Manterola, en asociación con el empresario 
y periodista Rafael Reyes Spíndola y el ex 
Secretario General del Distrito Federal, 
Ángel Zimbrón, quien era propietario de 
los terrenos del Rancho de la Naranja, el 
cual, se localiza al poniente de la hacien-
da, emprendieron el proyecto de la colonia 
de El Imparcial, homónima al periódico que 
otorgó la inversión. El proyecto compren-
dida de una “estilización de la calzada Az-
capotzalco” con los proyectos de vivienda 
del ingeniero militar Daniel Garza, compa-
ñero de la Academia Militar de Manterola.
 En 1903, Rafael Reyes Spíndola firmó el 
contrato con el Ayuntamiento para comenzar 
el proyecto de la colonia El Imparcial, 
comenzando por la Avenida El Imparcial. 
Fue responsabilidad del fraccionador el 
saneamiento así como también las banquetas 
y proveer la instalación de agua y bajo la 
vigilancia de la Dirección de Obra Públi-
ca. La propuesta urbana constó en conver-
tir la Calzada Azcapotzalco – Tacuba en un 
paseo, el cual dio un aspecto moderno a 
la colonia y sus alrededores, los cuales, 
continuaban siendo de naturaleza agríco-
la. Éste paseo estaría compuesto por 4 
54
55
Figura 8. Propuesta de urbaniza-
ción de la calzada Azcapotzalco 
que Rafael Reyes Spíndola que 
presentó al Ayuntamiento, para 
la autorización de la colonia El 
Imparcial. Plano de la Colonia de 
“El Imparcial”. AHDF Gobierno 
del Distrito Federal. Serie: Obra 
Pública, Contratos. Año Vol. 1196, 
exp. 75. Fojas 6. Año1905.
56
manzanas, de 55m por 200m y cada manzana 
estaría subdividida en 6 lotes, desde 16m 
de frente por 27m de fondo (Figura 8). 
La vivienda construida, proyecto del in-
geniero Daniel Garza, estuvo inspirada en 
las casas de campo de la campiña europea; 
tiene un juego compositivo entorno a gran-
des salones y un vasto jardín, tanto al 
frente de la vivienda como atrás, lo cual 
fue un beneficio para los futuros vecinos. 
El terreno total del lote variaba de 400 m2 
a 500 m2, con un costo de $0.75 centavos por 
metro cuadrado, sin construir (s/a: 1907) 
mientras que la venta de los Chalets se 
vendían en $8 000 dando $2 000 de contandocon pagos mensuales de $80 (García: 2003).
La vivienda que se vendió contendría 
las nuevas tecnologías domésticas como el 
baño o el salón con iluminación eléctrica, 
los cuales, vendrían acompañado un espacio 
de ornamento que serían los jardines alre-
dedor de la casa, pero el corazón de esta, 
se fundió en los salones íntimos privi-
legiando así la individualidad de la vi-
vienda como parte de una distinción entre 
los sectores sociales de la propia clase 
aristócrata (ver Figura 4, tipo A) Pero 
estas nuevas formas de habitar no vinieron 
solas, trayendo consigo nuevos materiales: 
el tabique rojo por su rapidez y costo, 
el acero como parte de una moda como par-
te de la popularidad que fue adquiriendo 
57
en las obras públicas del Porfiriato, el 
mármol en los salones íntimos y las ma-
deras finas, desde pisos hasta detalles, 
en todos los cuartos de tinte familiar. 
En los titulares de los periódicos de 
la época se podía leer “Sin casas higié-
nicas no hay higiene posible” y en una so-
ciedad que se dejaba influir por los me-
dios de comunicación comenzó a dictar un 
nuevo modo de vida, que sólo fue accesible 
a unos cuantos dada la infortunio insalu-
bre en que se vivía en la creciente ciu-
dad. La vivienda promocionada en la prensa 
tenía un carácter ostentoso, las nuevas 
formas de habitar los espacios cambió con 
la introducción de la electricidad y el 
gas: el día duraría otorgando una nue-
va etiqueta para las actividades noctur-
nas y la higiene con llevaría nuevo esta-
tus con la rapidez de un baño caliente. 
Los cambios en el paisaje representaron 
un cambio en la vida cotidiana, (Figura 
9) no sólo fueron las nuevas atracciones 
en el interior lo que revolucionó la pre-
sa y sus imágenes sino fueron también el 
entretenimiento en el exterior de la mis-
ma casa. Al interior existieron bibliote-
ca así como también terrazas con vistas a 
jardines propios de la casa y al exterior, 
los jardines. La relación del interior con 
el exterior era clave en el partido arqui-
tectónico del momento, pues más allá de 
una buena imagen, fue un modo de vida.
58
El avance logrado, como lo mencionamos 
anteriormente, con la inauguración del ga-
sómetro y la apertura de la red de agua po-
table, otorgó a la vivienda la oportunidad 
de tener el sistema de instalaciones más 
complejo que se conocía en el siglo XIX, 
ya que para el momento era una cuestión aún 
manual. Uno de los avances fue la confi-
guración del cuarto de baño, el cual para 
antes de esta fecha no existía como tal, 
siendo no sólo un cambio espacial sino de 
una dinámica de la intimidad familiar pues 
se había acostumbrado a tener un espacio 
dentro del dormitorio. El cuarto de baño, 
de inicios del siglo XX, tenía tres funcio-
nes básicas: bañarse, evacuar y lavarse. 
Además de incorporar el hito paradig-
mático, en materia de tecnología que fue 
el cuarto de baño, un espacio que sólo 
las familias pudientes podían costar den-
tro de la adquisición o la construcción 
de sus casas modernas, claro que este es-
pacio sólo era accesible para las colo-
nias o fraccionamientos contaban con el 
servicio dentro de su infraestructura. 
La bañera, con sus medidas definió el 
espacio del baño, como medida estándar 1m 
x 1.5m de hierro fundido, al igual para 
lavarse se usaba un lavabo del mismo ma-
terial y para evacuar se usaron excusa-
dos de porcelana. Este nuevo espacio fue 
economizando su espacio conforme fue lle-
59
gando la producción industrial revolucio-
nando al objeto al usar la porcelana para 
su producción. El baño caliente, un acto 
ahora muy natural, representaba a la per-
fección la idea de modernidad a inicios 
del siglo XX, fue un acto para sólo un 
sector de la ciudad. Para llevar a cabo 
ésta actividad, se logró la incorporación 
de calderas y calentadores independientes 
a los fogones de la cocina y la entra-
da y salida de agua, eventualmente ayu-
dó a desprender el espacio de la coci-
na del baño, permitiendo que la cocina 
como tal tuviese nueva forma espacial. 
Mientras, que la cocina moderna se defi-
niría por irse comportándose poco a poco, 
la aparición de la estufa de gas y petróleo 
dejando de lado a las calderas de carbón y 
leña, ello contribuyó por su parte a redu-
cir el trabajo para conseguir el combusti-
ble con la apertura de las redes urbanas 
de suministro. El espacio de almacenaje 
también tuvo un cambio significativo cuan-
do comenzaron a llegar las primeras neve-
ras que funcionan a base de un sistema de 
absorción de gas disuelto en agua lo cual 
provocaba un efecto de licuefacción permi-
tiendo una temperatura continua que ayu-
daba a preservar los alimentos. Por otro 
lado, también el espacio de almacenaje se 
vería transformado al ir mejorando el pro-
ceso industrial de las materias primas.
60
61
Figura 9. El logro de la colo-
nia “El Imparcial” fue crear 
un paseo sobre la Aveni-
da Azcapotzalco, perfila-
do con árboles y vivienda 
reprensentando la vida 
moderna con base en los 
ideales que el periodico 
homonimo vendió. Colonia 
“El Imparcial”, 1910ca. Foto-
grafía de Félix Miret, Mé-
xico. Fuente sin identificar, 
tomada de Pinterest, 2016. 
Felix Miret fue un retratista 
del Porfiriato, famoso por 
postales y fotografíar las 
fiestas del Centenario.
62
El Chalet de “El Imparcial” tuvo un 
aporte en materia de construcción muy im-
portante para la época, siendo una de las 
primeras viviendas que se construían bajo 
la experimentación del concreto armado 
(Figura 10) Para entender un poco más 
es necesario entender el impulso que tu-
vieron la ingeniería y los ingenieros, 
en el caso espacial del ingeniero Daniel 
Garza7, durante el Porfiriato y el lega-
do que dejaron. El concreto y sus proe-
zas compartieron espacio en los mismos 
medios siendo el material para resolver 
la vivienda, además de que los propie-
tarios comenzaron a apreciar la ventaja 
económica que ello les brindaba a dife-
rencia de otros materiales (Garza, 1905). 
Los proyectos del ingeniero Daniel Garza 
se habían caracterizado por tener una pe-
culiar experimentación con las estructu-
ras metálicas y el fomento que le dio al 
uso del concreto armado, como integran-
te de la Sociedad Científica Militar. 
El Sistema Garza consiste en armar una 
estructura a través de una serie de mar-
cos que se entrelazan y soportan entre sí, 
con apoyo de una malla metálica de alam-
bre que hace una liga desde los cimientos, 
los muros, los tabiques, los pisos, los 
techos y las escaleras; sobre todo en los 
techos donde puede conseguirse una imper-
meabilidad absoluta y evitar goteras. El 
Chalet de “El Imparcial” está compuesto 
7. En los planes de 
estudio, tanto del Co-
legio Militar como del 
Colegio de Minería el 
aprendizaje de alemán 
y francés fue obligatorio 
antes de pasar a la prác-
tica. Del ingeniero mili-
tar Daniel Garza poco 
se sabe, nació en Etla, 
Estado de Oaxaca, el 
19 de noviembre de 
1865. A sus quince años 
ingresó al Colegio Mili-
tar de Chapultepec, y 
en 1885 fue nombrado 
ayudante, dictó cursos 
de Historia y Esgrima 
y posteriormente fue 
profesor de Composi-
ción Arquitectura Mili-
tar, hasta que en 1887 
se dio de baja para co-
menzar una práctica ci-
vil (Figueroa, 1899:98).
63
Figura 10. Chalets de la colonia El Imparcial en los años 30's, parte del levantamiento para el catálogo de patrimonio 
en Azcapotzalco. Azcapotzalco, Caja Roja, Fototeca Constantino Reyes - Valerio de la Coordinación Nacional de 
Monumentos Históricos, Instituto Nacional de Antropología e Historia. Febrero de 2016.
64
por una estructura de marcos con altura de 
6m, compuesta por un sótano de 1m, un en-
trepiso a 3m y, dependiendo, un ático de 
0.50m, con una separación de 5m entre cada 
apoyo. (Garza, 1905) La existencia del só-
tano no fue necesariamente una situación 
constructiva, sino más bien, daba una res-
puesta para evitar los problemas de inun-
daciones que eran un mal continuó en la 
ciudad durante la época; así como también 
lo fue la solución del ático, ya que en al-
gunasviviendas no lo tienen incorporado. 
Esa característica, la diversidad de 
terminados, fue gracias a la forma en que 
el Sistema Garza le da prioridad en armar 
un esqueleto de marcos de concreto, y deja 
abierta la posibilidad a que los muros, 
entrepisos y techos pueden ser de diferen-
tes formas y materialidad. Las viviendas 
que podemos observar sobre la avenida Az-
capotzalco tienen muros de concreto, si-
llares de cantera y tabique mientras que 
tienen techos a dos aguas o de una sola. 
Este tipo de construcciones dejaron una 
marca icónica en la avenida Azcapotzal-
co pero el logro a nivel del gremio de la 
construcción fue la demostración de las 
propiedades del concreto armado en esca-
las habitacionales, que iban desde el sis-
tema en sí hasta la posibilidad de tener 
muros menos a .40m, que era el estándar 
en las viviendas construidas con cante-
65
Figura 11. El sistema Garza del Chalet, elaboración propia con base en los bocetos de Daniel Garza. 
NPT. 0.00
N.PT. +4.00
N.P.T. + 7.00
A B
4.50
N.P.T. +1.00
-6- -6-
I I 
...................................................... ················IT~~~~~~~~~~~~~~ 
•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• ~~~~~~::::::-:::::-::~~~~~~~~"::":::"::::== 
...................................................................... 'ra' I ~;======+~============+~======~==========:::J 
66
ra (Figura 11). La aplicación del con-
creto armado para las construcciones de 
las casas habitaciones tomó un gran im-
pulso, siendo un ahorro de tiempo como 
de dinero, ya que el costo de la cons-
trucción del metro cuadrado de cantera de 
Chiluca era de $1,39 mientras que por la 
misma cantidad con el Sistema Garza, se 
pueden construir poco más de 4m2, siendo 
$19, 32 el costo de 1m2 (Garza, 1905). 
67
Figura 12. Promocional de 
la expansión de la colonia 
El Imparcial, donde se expo-
ne la propuesta que abarca 
la extensión de la hacien-
da. En el anuncio se puede 
apreciar el nombre del <<Ing. 
Pedro García Galán>> quien 
fuere gerente dentro de la 
Compañía Bancaría y de 
Bienes Raíces, tomado del 
periódico El Imparcial, 1907 
ca. 
:OlONIA DE "El 
VUII te lOles, II CtlladO, ea A .... S. 
Nurltrl Colonl. n 1, ",eJor .ltu.~. en lo~. el Dill.Ho , ..... , 
m', IInl, 1, mdl III.lhlu y r. m' l h,.mol •. 
GDllDlcrOHES MUY UIERAlES PARA NUESTRAS YUmS, 
Pr4'III,.,OI para ~onltrixeionn en c .. o •• 'PI,O .", .~i:~::::!l 
I 10!I, hu m~1I detaU .. vuml en mI oUelno, 2 • . d. la 
miro 4, primer pi ... da 10 11 n l. m. y d. 5 • 1 p. m, 
" 
68
La expansión.
La propaganda de la segunda etapa se co-
menzó a ofertar con la publicidad de las 
ventajas de vivir en una colonia como El 
Imparcial. La vivienda continuaría siendo 
propiedad del negocio del ingeniero Garza, 
aunque el folleto publicitario le daba la 
oportunidad al futuro habitante de escoger 
entre la vivienda opulenta del gusto de 
Garza o una obra del arquitecto de su pre-
ferencia. A diferencia de la primera etapa, 
la colonia de El Imparcial, sólo fue una 
inversión sobre la calzada Azcapotzalco. 
La segunda etapa siguió las reglas de es-
tética urbana del Reglamento para colonias 
de 1900, como se puede apreciar en el promo-
cional, los trazos de las calles se resol-
vieron con esquinas ochavadas, la extensión 
de las manzanas sería de 100m por 200m y se 
tendrían jardines centrales, dado que el 
proyecto quedó sólo en papel, se descono-
ce la extensión de los lotes (Figura 12). 
Vivir en la colonia El Imparcial fue un 
símbolo de estatus, basta con revisar el 
aumento del valor del suelo pasando de $0.75 
a $4.75 el metro cuadrado, y la insistencia 
de mantener la imagen urbana, pues a los 
nuevos vecinos se les pidió seguir el pro-
totipo del Chalet del ingeniero Daniel Gar-
za, aun si ellos construían por su cuenta.
69
Otra de las ventajas que promociona-
ron la ampliación fue la vida social que 
se tendría, gracias a los personajes que 
eran vecinos de la zona: la familia Re-
yes Spíndola y la familia Manterola. De 
acuerdo, con el promocional de la expan-
sión de la colonia se ofrece un lista-
do de los vecinos de la primera sección, 
no es de sorprenderse que estos mismos 
nombres aparecieran también en las ac-
tas de los más grandes negocios de compa-
ñías agrícolas, petroleras y hoteleras.
Sr. Manuel Manterola.
Sr. Enrique F. Martínez.
Dr. Rafael López.
Lic. José Reyes Spíndola.
Sr. Luis G. Padilla.
Sra. Mercedes S. de Parlange.
Sr. Notario Humberto M.
Lic. Rodolfo Araujo
Sr. Carlos Díaz Dufoo
Ing. Rafael García y Sánchez Facio.
Srtas. Isabel y Delana García.
G. Cortina Asadre.
Sra. Isabel Bedola de Alducin, 
Sr. D. León Martínez.
Sr. Antonio Enríquez y M. Fernández Ortigosa.
Sr. N. Pheffer.
Sr. Felipe Ortega.
Sr. Luis Lahera.
Sr. Pablo Tamayo.
Sr. Peccio Florio, propietario de dos 
viviendas.
70
Para 1910, de acuerdo con Julio Ses-
to en su Guía de México, la colonia “El 
Imparcial” se situaba en el quinto lugar 
dentro de los fraccionamientos más lujo-
sos, asentándose como un lugar privile-
giado a vivir. Sin embargo, el destino de 
la fascinante ampliación caería en deriva 
por diversas situaciones. La primera, con 
el gobierno Maderista desmantelará el pe-
riódico El Imparcial y sus complementos, 
presentando una inestabilidad política y 
financiera. Al perder el subsidio del go-
bierno, dejó a Rafael Reyes Spíndola en 
fuertes problemas económicos que lo impul-
saron a vender sus negocios editoriales. 
La segunda llegaría con la muerte de 
Manuel Manterola, en 1912. El proyec-
to cayó en problemas con la demanda de 
Ángel Zimbrón contra Rafael Reyes Spín-
dola , albacea de la familia Manterola, 
por la autoría del proyecto y un repar-
to de las ganancias, la batalla duró más 
de cinco años. Los herederos de la ha-
cienda ganaron el fallo y Ángel Zimbrón, 
en los terrenos de su propiedad, al po-
niente de la colonia El Imparcial, fun-
do la colonia de la Compañía Eléctrica, 
misma que, actualmente lleva su nombre. 
La última situación fue el destino que 
sufrió el ingeniero Daniel Garza, quien 
después de la construcción de los Chalets 
se dedicó a una discreta práctica como ar-
71
quitecto, contratado por la Secretaría de 
Obras Públicas y tuvo a su cargo obras para 
embellecer parques. Paralelamente conti-
nuó con la lotificación de la colonia que 
lleva su nombre, a lado de la colonia Es-
candón, en los terrenos de las minas de 
arena de su propiedad. Durante el periodo 
presidencial de Venustiano Carranza, cayó 
como refugiado político en New Orleans, a 
raíz de su postura opositora. En aquella 
ciudad encontraría un nicho fresco para la 
construcción y continuo aplicando el Sis-
tema Garza, mismo que patento en el verano 
de 1921. En 1926, solicitó su inscripción 
para ser miembro de la Asociación de Arqui-
tectos de Luisiana, poco después murió. 
Hablar de la influencia del Chalet en 
los años posteriores de desarrollo de la 
colonia, tanto en la magnitud de su ti-
pología como técnica bajo la que fue de-
sarrollada, es difícil de situar pues en 
la historia de la ciudad (figura 13). En 
la época Porfiriana se desarrollaron mo-
delos similares; sin embargo, el aporte 
sustancial estuvo en la experimentación 
tecnológica de los materiales que dejó 
el Sistema Garza, ya que fue uno de los 
pioneros de introducir el concreto arma-
do en la edificación de pequeña escala.
Si bien no fue un modelo que marcará una 
permanencia más allá de la colonia, conti-
núa siendo un referente para la zona y un 
72
Figura 13. Chalet sobre Avenida Azcapotzalco. Marzo, 2017. 
Fotografía: Ana Paulina Matamoros
73
esquema que poco a poco va perdiendo. La 
calzada Azcapotzalco consolidó una imagen 
sólida durante la primera mitad del siglo 
XX, durante la siguiente mitad comenzaron 
los cambios en su morfología, debido a la 
subdivisión de los lotes, tanto para la 
apertura de privadas en los jardines como 
para la edificación de nueva vivienda. 
Actualmente enfrenta los retos de la espe-
culación del suelo, en principiopor las 
generosas extensiones de las viviendas y 
debido al costo de manteamiento, poco a poco 
han ido entrando al mercado inmobiliario. 
74
Cruce de las callles Av Clavería y la calle de Nubia. Marzo, 2017. 
Fotografía: Ana Paulina Matamoros
75
CLAVERÍA
76
“Al cruzar por la que fue la colonia El 
Imparcial, y ver que no es ni la sombra de 
lo que fue... pues la Revolución acabó con 
el periódico y el periódico al morir acabo, 
quizás, con la colonia”
Salvador Novo, 1920
77
 De 1910 a 1920 ocurrió la Revolu-
ción Mexicana, una lucha armada que sacu-
dió todo rincón del territorio y trajo un 
cambio político y, fundamentalmente, so-
cial. En 1917, los ideales de los comba-
tientes quedarían establecidos en la Cons-
titución: una educación de libre acceso 
para todas las clases sociales, el reparto 
de tierras para quienes laboran en ella 
y la garantía sociales para los trabaja-
dores, siendo los más significativos que 
definirían las acciones inmediatas dentro 
de los cambios de la ciudad. Durante el 
tiempo que duró la Revolución la colonia 
El Imparcial no presentó cambio alguno, al 
menos no en la morfología del espacio, sin 
78
embargo la avenida de El Imparcial (calzada 
Azcapotzalco) sufrió cambios de nombres, 
el primero fue Avenida Francisco I. Made-
ro (1911-1914), posteriormente pasaría a 
llamarse Avenida Reforma (1915-1917) has-
ta regresar a llamarse avenida Azcapotzal-
co, estos cambios reflejan las tensiones 
políticas del momento en la capital10 .
 Porfirio Díaz tuvó el poder los últimos 
treinta años pero después de la primera 
década del siglo XX, el régimen era sólo 
un recuerdo. Sin embargo fueron las cla-
ses altas de las regiones externas que co-
menzaron las voces de protesta. Todo ello 
dejaría su huella en la morfología del es-
pacio urbano de la capital, aunque la lu-
cha armada tomó sitio en diferentes puntos 
del territorio. La instauración del nue-
vo Estado tomaría su forma y su fuerza al 
continuar la traza de la propia capital.
 El cumplir con las promesas de la re-
volución fue el cimiento para las Insti-
tuciones que nacieron después. Sin dejar 
de lado, que estas instancias serían la 
nueva cara del gobierno, la arquitectura 
tendría que encontrar una manera de dejar 
de lado el paso de inspiración europea y 
enfocarse en la prospectiva de un proyecto 
de Estado. Una de las principales institu-
ciones posrevolucionarias que se instauró 
fue la Secretaría de Educación Pública, 
dentro del periodo presidencial de Álvaro 
79
Obregón, en 1921, comenzó la ardua tarea 
de educar a las masas del territorio, a 
la par, de conocer el territorio en sí.
La segunda Institución importante en 
la vida posrevolucionaria fue la apertu-
ra de la Secretaría de Salud, la cual, 
para la década de 1920 a 1930, tras el 
armisticio y los primeros gobiernos cua-
trienales. Y, fue la primera en ofrecer 
un nuevo lenguaje a la urbe la construc-
ción del Instituto de Higiene en Popot-
la, y, poco después, los dispensarios 
antituberculosos, constituyeron los pri-
meros ejemplos que sembraron confianza en 
el nuevo gobierno, aplaudiendo, los lo-
gros tecnológicos del concreto armado. 
Los grandes programas de construcción 
de escuelas, hospitales y vivienda, así 
como la electrificación, construcción de 
calles pavimentadas y asfaltadas, empren-
didos por los gobiernos, fueron aspectos 
posibles gracias a soluciones venidas des-
de la practicidad de la ingeniería. (Dra-
go, 2016:91). A la renuncia de Porfirio 
Díaz, en 1911, la demanda de cemento se 
había elevado a 75 000 toneladas por año, 
impulsada por el abaratamiento de esta ma-
teria, así como por la industria de la 
construcción. Aunque el Comité para la 
promoción del Cemento Portland tenía un 
buen subsidio, muchos de los inversionis-
tas y fraccionadores estuvieron fuertemen-
80
Figura 14.. <<Techos eternos 
al precio de los temporales>> 
aunque el Comite del uso 
del Cemento Portland con-
taba con su propia revista, 
hay que resaltar la importn-
cia que la promoción del ma-
terial tuvo en la publicidad 
del automóvil y de la urba-
nización. Anuncio tomado 
de “El automovil en México”, 
octubre 1921.
Techos eternos al precio de los temporales 
EL 
Loo lech<>." p;JQ' inte,,,,.dios el. «_nlo no.., derrumban 
jamás n I con lo. ' emblor .. ni «lB la .d.d, d_ "'OnO .. que of .. • 
cen , lBl.d "I,,,;d,d pe'lOno l y .• dom'" 1,0nq"i lid,d ,""onó-
mico, porque Oon .t.rnoo y no hoy que repone.lo. pe,iO<li<o. 
mente. 
Lo máa rxt,..,rdin.rio •• '1'" ,1>0<_ lo.tKh"o de «menlo CUto· 
Ian Lo ..u.n>o '1'" loo ... la onl;';uada .;.0 do mod ...... 
~ .... teoI .... ,oJk ..... _Im."' ... ...,. o""rito, I.~ ...... 
-.bo poto ... ..m,k. 
CONCRETO ES PARA SIEMPRE 
co_lIé para Propagar el Uso del Cemento Portlood 
"'" MEXICO, O . F. GANTE ' ·Z ll~ 
81
te vinculados con los proyectos urbanos 
que se llevaron a cabo de los años 20’s. 
Hasta la consolidación del Banco de Méxi-
co, quien absorbió las facultades de la 
Compañía Bancaria y recortó las inversio-
nes para las fábricas de materiales ofre-
ciendo tasas de intereses (Figura 14) 
 En los años 20’s del siglo pasado, las 
reformas bancarias tendrían un giro para-
digmático, la compañía Bancaria de Fomento 
y Bienes Raíces de México, S.A. que había 
urbanizado la ciudad desde el Porfiria-
to, se había expandido también en materia 
de obra pública: instalación de cableado 
para la energía eléctrica, infraestructu-
ra para el saneamiento y abastecimiento de 
agua potable, y sobre todo, el impulso a 
las fábricas de materiales y las minas. 
Estos cambios, como menciona Manuel Perló, 
ejercerán una enorme influencia sobre el 
carácter social y económico de la propie-
dad urbana inmueble a corto y largo plaza, 
ya que la dejará a salvo de todo el pro-
grama de transformaciones emprendidas por 
el gobierno en materia de riqueza social 
(reparto agrario, nacionalizaciones, etc) 
y la consagrará desde el punto de vista 
económico como uno de los pilares más só-
lidos e importantes de la acumulación ca-
pitalista en el país (Perló, 1970:776).
82
La economía de un Estado naciente. 
 En 1914 el sistema bancario se había de-
rrumbado. De 1915 a 1916 no existió autori-
dad financiera, lo cual obligó a improvi-
sar en materia de créditos y permitió que 
los constitucionalistas, por su control de 
los más grandes centros comerciales, li-
braran sus más duras campañas militares a 
poco costo. La nacionalización de la Banca 
permitió que nuevas (y las heredadas del 
Porfiriato) compañías en el ámbito de la 
construcción continuar con el desarrollo 
urbano para la clase media y la espe-
culaciones con bienes raíces, renovación 
de sistemas viales y mejoramiento de los 
servicios públicos, pero también creciente 
desigualdad y agudización de las contra-
dicciones urbanas, entre ellas la habita-
cional, fueron algunas de las expresiones 
de la nueva etapa. (Perló, 1970:782)
 El haber logrado la consolidación de la 
clase trabajadora fue uno de los mayores 
logros de la revolución que se persiguió du-
rante la década. Sin embargo, se logró gra-
cias al cumplimiento de los ideales que se 
habían prometido y ello, incluye el acceso 
a la vivienda. Esto desprendió una cruzada 
por continuar la urbanización y después de 
diez años de violencia revolucionaria y de 
83
un gobierno inestable, el paisaje citadi-
no había cambiado y vendrían una serie de 
leyes que ayudarían a darle nueva forma. 
En el año 1926 se creó la Dirección de 
Pensiones Civiles, primer organismo de se-
guridad social creado desde la revolución, 
el cual incluía dentro de sus variadas 
funciones la de otorgar créditos a sus de-
rechohabientes para la construcción o ad-
quisición de vivienda, entre 1925 y 1947 
concedió 9600 créditos para el financia-
miento habitacional. Ciertamente no fueron 
muchos, pero dentro de ese periodo, debe 
recordarse que la Dirección de Pensiones 
Civiles fue la única institución estatal 
que financia viviendas (Perló, 1970: 784)
 Para principios de ladécada de los 
1920s, las familias aristócratas del Por-
firiato regresarán a la Ciudad, serían sus 
hijos quienes continuarán con los proyec-
tos visionarios inmobiliarios. La pobla-
ción urbana había aumentado de 11.7% en 
1910 a 14% en 1921, es decir, mientras 
que en los inicio de la revolución la po-
blación en el Distrito Federal era de 721 
000, esta había aumentado a 906 000 en el 
último año (Marcial A, 2004: 334). Las 
clases de mayores recursos siguieron con 
la dinámica heredada del Porfiriato, y co-
menzó a instalar en los nuevos fraccio-
namientos que continuaron abriendo o am-
pliando, como fue el caso de la colonia 
84
de “El Imparcial” convertida a la Colonia 
Clavería. Mientras que el centro de la 
ciudad continuaba desplazándose, sus pa-
lacios gradualmente se fueron convirtiendo 
en refugio de las clases obreras y popu-
lares que habían migrado a la capital.
 El gobierno obregonista de los años 20’s 
continuo con el mismo modelo de fraccio-
namientos para la gente con posibilidades 
económicas se localizan al poniente. La pu-
jante demanda de casa habitación generada 
durante la década de los veinte modificó el 
uso del suelo, de agrícola a habitacional, 
en un modelo de segregación de corte total-
mente elitista de acuerdo con sus posibi-
lidades económicas. Había una determinada 
fuerza por urbanizar, el reparto de tierra 
hizo que se acelera los proyectos urbanos 
que ocupaban ex haciendo. Previamente en 
el gobierno de Venustiano Carranza, rea-
lizó un pacto con la iniciativa privada; 
es decir, con buena parte de los antiguos 
aliados de la dictadura de Porfirio Díaz 
(banqueros, industriales, comerciantes), 
al cual se sumaron nuevos negociantes, al-
gunos de ellos surgidos de las filas re-
volucionarias y otros más que brotaron al 
amparo de los nuevos amos del poder dando 
un nuevo impulso a nuevos negocios y conti-
nuar los que se habían quedado pausados.
 En 1921, se otorgó extensiones al im-
puesto predial y reducciones a las con-
85
tribuciones por agua, pavimento drena-
je, servicios sanitarios y licencias de 
construcción a quienes construyeran ca-
sas con un capital menor a los 100 000 
pesos (Collado, 2004). Al año siguiente, 
un nuevo decreto intentó incrementar la 
construcción de vivienda barata de alqui-
ler reduciendo los impuestos y derechos 
del Distrito Federal para todos aquellos 
que fincaran habitaciones para este fin, 
los cuales descendían favoreciendo a los 
de renta más baja, con la condición de 
que las construcciones fueran finaliza-
das en seis meses y sus planos aprobados 
por el Ayuntamiento de la ciudad de Méxi-
co, se trataba de medidas encaminadas a 
solucionar el problema de la vivienda. 
 John Womack menciona, en su ensayo “La 
economía en la Revolución (1910 – 1920)”, una 
serie de argumentos para entender la com-
pleja economía del periodo pues tuvo una es-
trecha relación con el manejo y costo de la 
tierra. Él argumenta cómo el cambio de manos 
de la propiedad de algunos bienes urbanos 
y rurales por el reparto de tierras, y cómo 
ello tuvo repercusiones en las relaciones 
de producción en materia de agricultura; 
debido a esta situación, la lotificación de 
las haciendas fue un suceso inevitable. 
 Con la Ley de Hacienda del Distrito 
Federal de 1921, aunque la medida, en su 
momento, pudiese haber alentado la urbani-
86
zación, por el contrario, aumentó el im-
puesto a los terrenos y disminuyendo el 
que recae sobre las casas, con el fin de 
aumentar la inversión en fraccionamientos. 
Ello, llevó a disputas por los terrenos, 
entre los albaceas, los propietarios en 
exilio y los inversionistas. Con la Co-
lonia “El Imparcial”, el escenario sería 
similar, entre la familia Manterola y el 
político Ángel Zimbrón, la disputa con-
cluiría quedando en propiedad del político 
la parte poniente de la Calzada Azcapot-
zalco. Este hecho, aceleraría la urbani-
zación de los terrenos de la Hacienda de 
Clavería. En 1922, con más de diez años 
después de las últimas obras en la colo-
nia, y con un Ayuntamiento en búsqueda de 
nuevos inversionistas, se le daría con-
tinuidad al proyecto de “El Imparcial”. 
Superficialmente el Ayuntamiento de la 
ciudad parecía estar estable, sin embargo, 
esto dista de la realidad, los conflictos 
heredados de la nueva administración toma-
ron batalla dentro de la urbanización de 
la Ciudad de México, ya que sus condiciones 
políticas impidieron mejorar la salubridad 
y la urbanización de la ciudad de México 
(Marcial 2004,345). En tiempos del presi-
dente Obregón, el gobierno del Distrito 
Federal y el del Ayuntamiento estuvieron 
en manos de ideología política diferente, 
lo cual disto de lograr algún acuerdo. 
87
Figura 15. Promocional de la Colonia Clavería, 1922 ca. tomado del periodico “El Universal”
Se puede apreciar la única imagen de los años 20’s que da una prefiguración de la colonia y las aspiraciones arqui-
tectónico formales que se pretendian. 
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DE LA COLONIA DEL IMPARCIAL 
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88
Clavería.
 La creciente industria ameritaba espa-
cios para sus trabajadores y fue motivo 
para que la oferta inmobiliaria creciera a 
todos los polos de la ciudad donde se ins-
talará. La recién inaugurada Refinería de 
la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila 
S.A. dio un golpe de ímpetu en la venta de 
los lotes y la construcción de vivienda en 
Clavería, dado que se localizaba a menos 
de 500 m de la Calzada Azcapotzalco; auna-
do al establecimiento del Sindicato de los 
Ferrocarrileros en la zona de Pantaco y la 
Compañía Eléctrica (la cual se estableció 
al poniente de la Calzada Azcapotzalco).
Para el proyecto de la expansión de la 
colonia El Imparcial, estaría a cargo de 
la Compañía Bancaria de Obras y Bienes 
Raíces S.A. que continuaba en operación 
y las tareas de lotificación, promoción 
y venta estuvieron en manos de la inmobi-
liaria Carrera y Zavalza , formada por la 
propia familia Manterola asociada con Juan 
Lene - inversionista de origen francés. 
Los lineamientos de la nueva traza se-
rían los mismos que dictó el Reglamento de 
1900: Manzanas que miden 100m por 70m con 
esquinas ochavadas, camellones y jardines 
sobre la avenida principal (Figura 15). A 
89
diferencia del proyecto anterior, en esta 
segunda etapa, se tuvo pensando espacios 
para el equipamiento: una iglesia y un mer-
cado, aunque los proyectos para su cons-
trucción llegaron una década más tarde.
El Ingeniero Miguel Velázquez de León, 
quien firmó el primer boceto , proyectó el 
trazo de la colonia Clavería, contó con 
26 manzanas, con lotes que variaban entre 
650m2 hasta 900m2, las medidas de estos 
lotes, en promedio, iban de 15 m de fren-
te por 42 a 50 m de fondo. La distribución 
de los lotes fue arbitraria y tuvo más 
relación con lo que los propietarios pu-
dieran acceder y pagar (Figura 16). Estos 
predios estuvieron distribuidos al oriente 
de la Calzada Azcapotzalco, dando un as-
pecto un terreno próspero para un habitar 
de la creciente clase media. Habían pasado 
ya diez años desde la construcción de los 
Chalets, en los cuales, las tecnologías 
domésticas demostrarían sus innovaciones: 
la cocina se reduciría, al dejar el carbón 
o el petróleo, y usar primordialmente gas. 
El cuarto de baño tendría mejoras en cuan-
to al uso de materiales en las tuberías 
para el transporte del agua caliente. 
La vivienda que comenzó a construir-
se en Clavería tuvo ciertas variedades, 
en primer plano, las revistas continuaron 
siendo una fuente de inspiración y quie-
nes la construyeron no pretendieron cons-
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Figura 16. Proyecto para la traza de la colonia Clavería y la regularización de sus calles, se puede apreciar la aparición 
de camellones centrales y glorietas en los cruces perpendiculares. Colonia Clavería Atzcapotzalco. AHDF, Planoteca. 
Módulo 3. Planero 7. Fajilla 37. Clasificación 401 (073) Año 1939. Septiembre 2015.
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