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1 Clavería, un patrimonio del siglo XX Historia de ciudad & vivienda. Arq. Ana Paul ina Matamoros Vences. Dr. en Arq. Ernesto R. Alva Mart ínez. PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN ARQUITECTURA PRESENTA TUTOR UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN ARQUITECTURA FACULTAD DE ARQUITECTURA Dr. en Arq. Víctor M. Delgadi l lo Polanco. Arq. Alejandro E. Suárez Pareyón. PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN ARQUITECTURA Dr. en Arq. El isa T. Drago Quagl ia. Dr. en Arq. Ramón Vargas Salguero. CENTRO DE INVESTIGACIONES EN ARQUITECTURA, PAISAJE Y URBANISMO SINODALES tesis que para optar por el grado de Maestro en Arquitectura, Margarita Texto escrito a máquina CIUDAD UNIVERSITARIA, CD. MX. NOVIEMBRE, 2017 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 Clavería, un patrimonio del siglo XX Historia de ciudad & vivienda. SINODALES: Arq. Ana Paul ina Matamoros Vences. Dr. en Arq. Ernesto R. Alva Mart ínez. PRESENTA: TUTOR: Dr. en Arq. Víctor M. Delgadi l lo Polanco. Arq. Alejandro E. Suárez Pareyón. Dr. en Arq. El isa T. Drago Quagl ia. Dr. en Arq. Ramón Vargas Salguero. TESIS: FES Aragón 3 Dr. en Arq. Ernesto R. Alva Mart ínez. un patrimonio del siglo XX Clavería 4 5 Gracias al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, a la Universidad Nacional Autónoma de México, al Programa de Maestría y Doctorado en Arquitectura y al Campo de Conocimiento Arquitectura, Ciudad y Territorio, a todos ellos, por brindarme el espacio, los recursos y el tiempo para la realización del presente trabajo. A mi tutor Ernesto Alva, y los miembros del sínodo, Víctor Delgadillo, Elisa Drago, Alejandro Suárez y Ramón Vargas por compartirme su infinito conocimiento junto a sus experiencias, pero principalmente, por sus atinadas críticas, su paciencia y su tiempo dedicado durante la realización de este trabajo. A todos los miembros del Seminario de la Historia de la Construcción en México, en especial a Gabriela Sánchez,Omar Escamilla, Lucero Morelos y Leopoldo Rodríguez, por compartir su pasión por la historia, la investigación y, por supuesto, la construcción. A mis colegas del Campo y de la Facultad de Arquitectura, Adrián Baltierra, Blanca Peña, Camilo Moreno, Eduardo Hurtado, Irving Soria, Isabel Briuolo, Johanna Lozoya, Jorge Duarte, Leonardo Soria y Víctor Ponce, por todos los incontables momentos que hemos pasado juntos, entre debate de ideas y risas; y aunque no coincidiéramos, siempre quedó la admiración y el aliento del uno al otro. A mi familia, mis padres y mis hermanos por estar en las buenas y en las malas. En particular, a mi padre, Francisco Matamoros por alentar mi espírtu de búsqueda por el conocimiento y a mi hermano Moisés Matamoros, por su tiempo y paciencia al enseñarme más sobre la ciencia de la Historia. En especial, los que estuvieron a mi lado en la línea de fuego, Guillermo Boils, quien desde el primer momento, siempre tuvo más que palabras de aliento para compartir conmigo y, por sobre todo, su inconmensurable compañía a cada paso dentro de esta maravillosa experiencia. Y, a Ruth Pineda, por su valiosa amistad todos estos años, enseñarme que no hay imposibles en la vida, pero especialmente, por ser la responsable de presentarme a la colonia Clavería. A ustedes, todo el cariño. 6 AGRADECIMIENTOS INDICE PRESENTACIÓN I LA CIUDAD Y EL TIEMPO 13 II EL PROCESO DE UN ESPACIO El IMPARCIAL 35 La casa de verano. La expansión. 7 CLAVERÍA 75 La economía de un Estado Naciente. El proyecto de la colonia Clavería. AMPLIACIÓN CLAVERÍA 99 La nueva cada de la ciudad. El vivir en la colonia Clavería. III UN PATRIMONIO 127 Continuum de un espacio. (A modo de conclusión) BIBLIOGRAFÍA 145 8 Casa sobre la avenida Azcapotzalco, marzo 2016. Fotografía: Ana Paulina Matamoros. 9 La arquitectura es el testigo insobornable de la historia, porque no se puede hablar de un gran edificio sin reconocer en él el testigo de una época, su cultura, su sociedad, sus intenciones... Octavio Paz, 1950. El Laberinto de la Soledad. 10 Casa sobre la avenida Azcapotzalco, circa 1930. Fuente: Caja Roja, Fototeca Constantino Reyes - Valerio de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, Instituto Nacional de Antropología e Historia. Febrero de 2016. 11 Clavería, un patrimonio del siglo XX. Historia de ciudad y vivienda es una investigación desarrollada a lo largo de mi estadía dentro de la Maestría en Arquitectura en el Campo de Conocimiento de Arquitectura, Ciudad y Territorio; donde se busca reconocer en la historia del lugar, los valores arquitectónicos, urbanos y sociales que componen el tejido de la colonia Clavería. Hablar de ciudad es complejo, puesto que inmediatamente nos re- fiere a preguntarnos - ¿Qué es la ciudad? Una pregunta que desde las muchas voces y disciplinas se le ha tratado de dar una sola definición. Sin embargo, la ciudad como tal, es un todo inabarcable; ¿por qué? La ciudad no es un sistema estático, es una estructura dinámica, con una serie de relaciones donde la colectividad va asignando valores de acuer- do con tiempos específicos. Para realizar este estudio fue necesario comenzar con la pregunta -homónima al libro de Kevin Lynch- ¿De qué tiempo es este lugar?, esto me llevo a una búsqueda exhaustiva en archivos y hemerografía para dar con el punto primigenio. Sin embargo, descubrí que ese punto de inicio tenía tres diferentes tiempos que generaron la Clavería que conocemos hoy. En la Carta de Venecia (1964) se reconoce como acción primigenea de la conservación, es la documentación. Por ello, antes de especular con el futuro, es necesario recapitular las etapas anteriores, siendo el rescate documental el pilar de la conservación. Dicho esto, mi principal preocupación es presentar la historia de un espacio, contada através de una serie de documentos dispersos en una secuencia del tiempo. La primera parte esta dedicada a reflexionar el estudio del espacio y del tiempo en las ciudades, la segunda parte cuenta los resultados de aquella búsqueda, la secuencia de hechos, y sobre todo, las razones de la existencia de los diferentes tiempos; y la última parte, cuenta los retos a los que se enfrenta el patrimonio en la Ciudad de México. 12 Pavimentación de las calles en la Colonia Clavería, ca. Finales de la década de 1940. Gobierno del Distrito Federal, Secretaría de Cultura, Museo Archivo de la Fotografía. Abril, 2016. 13 LA CIUDAD Y EL TIEMPO 14 “Somos el resultado de generaciones anteriores, somos además el resultado de sus aberraciones, pasiones y errores y, también, sí, de sus delitos”. Friedrich Nietzsche, 1874. Sobre la utilidad y los prejuicios de la historia para la vida. 15 El estudio de una ciudad, como la Ciudad de México, no puede ser ajena a entender el espacio y sus diferentes interpretaciones en el tiempo y con el tiempo. Es decir, la ciudad a través de su historia específica y la ciudad construida en tiempos especí- ficos nos pueden dar a entender los fac- tores políticos y sociales que un espacio en singular tiene con respecto a otro. La expansión urbana de la Ciudad de Mé- xico en los siglos XIX y XX nos dio como resultado una ciudad constituida a base de fragmentos y recortes de espacios, que crecieron directamenteproporcional a la inestabilidad del propio gobierno central y local. Inversionistas y banqueros tu- vieron su oportunidad antes del conflic- to armado de la Revolución e incluso en 16 sus años posteriores. En el siglo XXI, la ciudad de México está experimentado la redensificación de las zonas centrales – que comenzaron como la periferia de la ciudad- y a causa de ello, la segregación de la población causada por la especula- ción entorno al valor del suelo urbano. Hablar del siglo XX es hablar de un pe- riodo de tiempo en el que el hombre cono- ció límites de sus capacidades. La ciudad es en su historia y esto va variando de acuerdo a la memoria de las colectividades del sitio, el estudio de los hechos urba- nos. Es comprender en qué medida la ciudad – calle – casa son la representación de la condición humana de un espacio específico, sin olvidar la experiencia del individuo o del colectivo va dependiendo de quien la vive o la ha vivido. Se trata de entender la vivienda, y por supuesto, la ciudad como un proceso y no en una totalidad espacial inmutable e inconmutable con la sociedad. Los estudios de la vivienda, y en general de la arquitectura y la ciudad, en su mayo- ría, parten de las herramientas de la his- toria del arte para acercarse a conocerlos. Sin embargo para efectos del presente tra- bajo, es entender el proceso de la vivienda como una evolución en el tiempo, es decir, la arquitectura “es una creación insepa- rable de la vida civil” (Rossi 1981.60). 17 Nuestro primer cuestionamiento es ¿cómo una de las haciendas de alta producción agrícola del siglo XIX comienza a con- vertirse en un proyecto urbano de esca- la habitacional? Para dar respuesta es necesario ubicar el espacio urbano: La Hacienda de San Antonio Clavería (figu- ra 1), que se encontraba al norte de la Ciudad de México, para después, enten- der cómo el espacio se transformó, iden- tificando las condiciones del momento. Estas transformaciones no ocurren en lo abstracto pues mucho de ello puede enten- derse al estudiar las condiciones socio – político – económicas en la producción arquitectónica del siglo XX, nos brinda una variedad de modelos de espacios que se multiplican y constituyen una respuesta directa ante las exigencias de la sociedad, invariablemente el paradigma de la vivienda afectaría el propio hecho de hacer ciudad, y viceversa. “¿Cómo podemos, entonces, en- tender el espacio?” se pregunta Bruno Zevi en su libro Saber ver la Arquitectura y se responde a sí mismo, como línea de aper- tura: “la arquitectura se mide en espa- cio, el cual se mide en tiempo, materia, recorrido y la experiencia propia” (Zevi 1945, 20). Pero, a ello, es válido pre- guntarse: ¿Qué tiempo? ¿Qué materia? ¿Qué recorridos? Para responder daremos paso a plantear las siguientes categorías que nos ayudarán a comprender las partes, las cua- 18 Figura1. Extensión y ubicación de la Hacienda de San Antonio Clavería Plano topográfico del Distrito de México, Autor Díaz Francisco. Colección Orozco y Berra. 1867. Mapoteca Orozco y Berra. Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, SAGARPA, Septiembre 2015. 19 les permiten una valoración de las etapas a estudiar en los siguientes capítulos. Para entender cada uno de los fragmen- tos urbanos, es preciso entender en el ambiente en que se desarrollaron, de ahí que cada espacio de la ciudad tiene un por qué especifico; de ello depende lo que sucedería en diferentes escalas. Haciendo una retrospectiva sobre el estudio de la arquitectura, Bruno Zevi explica que al espacio ha adquirido la función de la arquitectura ha tomado di- ferentes magnitudes como herramienta de la sociedad y las instituciones, explicando esta relación intrínseca e innegable, don- de los arquitectos deberíamos de reflexio- nar el espacio creado y el existente. En la producción del espacio es po- sible construir líneas de continuidad en el tiempo, como los hábitos y las ideas, como lo afirma Marina Waisman: Esta dimensión del tiempo en el espa- cio, coincide Bruno Zevi, va en función Una unidad histórica se basa en una serie de características que alcanzan para diferenciarla netamente de otras; y, por otro lado, sus límites han de fijarse en los momentos - más o menos precisos - en que puedan detectarse los cambios y las causas que los han provocado ... el análisis de los comienzos de la formación del código,… y en las posibles causas de esas transformaciones. (Waisman 1900,47) 20 de qué tan válido y vigente se vuelve un espacio al poder dar contenido a diferen- tes actos en diferentes tiempos, siendo el soporte en función de dos puntos, el primero tiene que ver con el tiempo de los espacios, es decir, el momento de su aparición; y el otro, es el tiempo des- de donde están siendo contados, es de- cir, el inicio del proyecto Clavería y cómo se está viendo cien años después. El tiempo en la arquitectura es un va- lor y una dimensión reflejada en el es- pacio, una estrecha relación con el ser humano, quien es a fin a una serie de valores culturales que la sociedad y un tiempo específico otorgan. El ejercicio de edificar es resultado del conocimiento de la trascendencia del hombre y sus rela- ciones en el espacio, acentuando que el espacio es, en esencia, un devenir de la historia de la civilización y se van con- figurando con el pensamiento a la par. La forma, el contenido y el uso se confirman en el espacio, y es a partir de esta lectura integral de sus elemen- tos que la componen, lo que será el pi- lar del presente texto, pues para entender el espacio que experimentamos es nece- sario entender a la sociedad que le es útil, y por igual, los cambios en ella. 21 Las categorías previamente mencionadas tienen un particular en la puesta de re- flexionar la noción de este concepto, ya que ontológicamente hablando, componen una parte sustancial de las reflexiones teó- ricas de la arquitectura / urbanismo, así como la parte de la tecnológica de ella. La Ciudad de México, en la primera mi- tad del siglo XX, cambió radicalmente su imagen dejando sus huellas en diferentes polos de la propia ciudad. Históricamen- te, estos dos elementos han sido unidos bajo la constante idea de la modernidad, idea que ha sido el motor de diferentes ideales sobre cómo transformar y ver el mundo de nos rodea; mismos que han sido cambiados gracias a los diferentes cam- bios de época que la historia ha tenido. Tomaremos como un punto de partida la hipótesis de Silvia Arango (2012) en su trabajo Ciudad y Arquitectura: Seis ge- neraciones que construyeron la Améri- ca Latina moderna que la autora identi- fica como modernas1 , indica la ruptura con el tiempo anterior y los procesos que se manifestaron y que vistas en re- trospectiva, conforman una estructura. El método de estudio presentando por Silvia Arango se basa en la identifica- ción de generaciones y funciona como una interpretación del mundo, útil para en- 1. Moderno, es un adjetivo al que se ha apelado en diferentes sociedades y a lo largo de la historia. Para ver más: “Las aventuras de la Razón Moderna” por Víctor Flores Olea. 22 Figura 2. Línea del tiem po. A utor: A na Paulina M atam oros. 896. FEriXJbJ El ITp:rm bs 2fmrnDs El MrrbyEl ~ Wra:b Se pier~~ la del perlcDdlco 1867. Paseo de la Reforma 1868. Tranvía Tacubaya - Popotla 1881. Instalación electrica en la ciudad 1896. Instalación del gasómetro en Reforma 1897. ~ Colonia San Alvaro 1"898. I . ~ d I Limites del naguraClon e. 1900. -nistrito Ferler.al Centro Mercantil Bases Generales de I raza e Hglene ~1903. ..~ I~' g I Y de o. an Z CI . po Itl e unlclpa~§a~ 8el COIstrlto?e eraf ~~~atQ ne la , 1906. cOlonia t::llmparClal 907 §e aea la cornpa~-~a Bancaria • \..l8 DI n s Ra ces ' , ~panslOn ~e1a colonia ImparCial 23 19220 Escuela Técnica de Constructores 19250 Estabilización de la Banca 19270 Plan Regulador de Carlos Contreras Le¡c8Palf~oy Zaifta::jj'l 19330 lnaguración del monumento a la Revolución 19490 19330 Pláticas del 33' 19340 11921 dO I o ~ o o ~ nielO e <;I.S secClone9 e qcqUI!ectura,PLJonstrucc/on e IngenHla en elt en ICO cxcelslOr y e nlversal prOY~Cto Colonia Clavería 111 9250 d H O o ~ o S o o P I IIO~tltUto Je UQl8 1 ne v ranJa anltana en opot a Uura de osevlllagran 19200 Dirección General de Pensiones ~I; I l21s da lariSecretaría deS Salud 'lo I ueadón. del CBmrtarmnto ~ ue Ga os Ubregon antaClla oel Ulstntü- Feoeral In orlme de colonias del DDF, 1 930 inaguración del Palacio de Bellas Artes 19370 19360 o, el ' AmpTIaClon avena Ar;:ertura del IPN 19400 Monumento a la Raza 19430 Zona Industrial Vallejo Revista Construcción Modema 19540 Ciudad Universitaria 24 tender aspectos que relacionan la arqui- tectura y la ciudad. Aunque, muestra una historiografía general enlazando los pro- cesos de las ciudades y sociedades lati- noamericanas. En México, los momentos ocu- rrieron de forma discontinua dependiendo las regiones del país. Una de las conse- cuencias del método histórico de las ge- neraciones es una periodización que, si bien tiene una línea cronológica direc- cionada, avanza en zigzag; en vez de te- ner nítidos cortes temporales, cada perio- do debe retroceder y avanzar puesto que está teñido de las vigencias de las tres generaciones superpuestas. Y en la mor- fología de la ciudad se puede rastrear. Las creencias colectivas predominan- tes en una generación son muy variadas, pero todas se levantan sobre el supues- to de ciertas creencias y actitudes bá- sicas, que son condiciones de las demás y que, por ende, no se ponen en cuestión.La amplitud de los cambios en las distintas esferas de la sociedad provocó crisis de todo tipo: económicas, sociales, políticas y religiosas, éste concepto, la construc- ción y el funcionamiento de las ciudades no escaparon a estas transformaciones y sus propias crisis (Asher 2011:23- 25). La periodización que la ciudad ha teni- do en el tiempo nos da un punto de parti- da para la clasificación de sus procesos. 25 (Figura 2) La necesidad de la sociedad va adaptando conforme a su medio, pue- den ser adaptadas, modificadas o altera- das conforme lo marque la esencia de la época. La línea del tiempo que marca los aspectos mayores de las esferas políticas y económicas que se ven reflejados en el espacio. Las fechas marcadas en la línea del tiempo tienen un origen de doble na- turaleza, por una parte el trabajo de in- vestigación documental y la segunda, el análisis de la arquitectura como testi- go del tiempo y del lugar, componen a la par las diferentes extensiones que tuvo el proyecto habitacional (Figura 3 & 4). 1904 – 1911. El Imparcial, bajo el go- bierno de Porfirio Díaz. La primera par- te del proyecto de la colonia comienza dentro del último periodo del Porfi- riato, los años 1900 a 1911, abarca el apogeo final de la economía porfiria- na misma que daría su reflejo en la va- riedad de proyectos de escala habitacio- nal que fueron surgiendo en la época. 1922 a 1934. Clavería, en el régimen de Álvaro Obregón. La segunda etapa toma lugar al término de la lucha armada, la cual, trajo consigo una nueva organiza- ción del Estado, teniendo a su favor el respaldo de las promesas plasmadas dentro de la Constitución de 1917, pero el cre- cimiento urbano tomaría su tiempo ya que 26 Figura 3. Composición de la colonia Clavería, traza urbana y lotificación, de acuerdo con los diferentes proyectos. El color magenta corresponde a colonia El Impacial: 1904-1911, el amarillo representa la extensión de la Colonia Clavería: 1922-1930 y el color naranja abarca la Ampliación Clavería: 1936 - 1947. Autor: Ana Paulina Matamoros. Heliópolis Saló nica Camarones Egipto Az ca po tz al co Cu it lá hu ac I I ._- 27 la ciudad había quedado en el medio de una lucha entre la nueva organización del Estado y los bancos e inversionistas. La estabilidad tomaría gran parte de la dé- cada de los años 20’s registrando en el espacio de la Ciudad de México un vaivén de ideas y proyectos a medio consolidar. 1934 a 1945. Ampliación Clavería, den- tro del periodo del Cardenismo. Este mo- mento es visto como el comienzo de la es- tabilidad del estado mexicano y con un proyecto de nación consolidado, mis- mo que daría un impulso significativo para concretar los espacios de la ciu- dad, desde espacios habitacionales, has- ta escuelas, hospitales y la industria. A cada una de estas épocas ha corres- pondido su forma dev pensamiento y de creación, figuras dominantes e ideas del poder, formas de organización y, por su- puesto, principios y modos de concepción y organización del territorio, como lo de- muestra los diferentes trazos que componen la colonia Clavería. La ciudad por simple relación de escala lo es la extensión de nuestra casa, y de acuerdo a las líneas anteriores, cada casa tiene un interior de ciudad, siendo un algoritmo de relaciones: casa – calle – ciudad, entendiendo la ciu- dad como un sistema de relaciones en amplia magnitud, es decir, no sólo encontrarnos dentro de un rango de características. Camarones 28 tiempo: 1904. sección: El Imparcial. distribución espacial: casa isla, rodeada de jardines. materiales & sistemas constructivos: concreto armado. acabados: ladrillos o elementos prefabricados de concreto. tiempo: 1922 - 1934. sección: Clavería. distribución espacial: Casa adosada a un lado del predio o en medio de él. materiales & sistemas constructivos: Ladrillos de concreto armado. acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado. tiempo: 1922 - 1934. sección: Clavería. distribución espacial: Casa adosada a un lado del predio o en medio de él. materiales & sistemas constructivos: Ladrillos de concreto armado. acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado. tipo B tipo Cplanta altatipo A 1. COCINA 2. BAÑO 3. SALON 4. JARDIN 1. COCINA 2. BAÑO 3. SALON 4. JARDIN 1 1 1 2 2 2 3 3 3 4 4 4 4 29 tiempo: 1904. sección: El Imparcial. distribución espacial: casa isla, rodeada de jardines. materiales & sistemas constructivos: concreto armado. acabados: ladrillos o elementos prefabricados de concreto. tiempo: 1922 - 1934. sección: Clavería. distribución espacial: Casa adosada a un lado del predio o en medio de él. materiales & sistemas constructivos: Ladrillos de concreto armado. acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado. tiempo: 1922 - 1934. sección: Clavería. distribución espacial: Casa adosada a un lado del predio o en medio de él. materiales & sistemas constructivos: Ladrillos de concreto armado. acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado. tipo B tipo Cplanta altatipo A 1. COCINA 2. BAÑO 3. SALON 4. JARDIN 1. COCINA 2. BAÑO 3. SALON 4. JARDIN 1 1 1 2 2 2 3 3 3 4 4 4 4 Figura 4. Tipos de vivien- das estudiadas dentro del lapso del tiempo. Autor: Ana Paulina Matamoros. 30 planta altatipo D planta altatipo E tiempo: 1934 - 1950. sección: Ampliación Clavería. distribución espacial: Vivienda que abarca el lado corto del predio. materiales & sistemas constructivos: Ladrillos recosidos / concreto armado. acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado. tiempo: 1934 - 1950. sección: Ampliación Clavería. distribución espacial: Construcción adosada a un lado del predio. materiales & sistemas constructivos: Ladrillos recosidos / concreto armado. acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado. 1. COCINA 2. BAÑO 3. SALON 4. JARDIN 5. ESTACIONAMIENTO 1. COCINA 2. BAÑO 3. SALON 4. JARDIN 5. ESTACIONAMIENTO 1 1 1 2 2 2 3 3 4 5 5 4 31 planta altatipo D planta altatipo E tiempo: 1934 - 1950. sección: Ampliación Clavería. distribución espacial: Vivienda que abarca el lado corto del predio. materiales & sistemas constructivos: Ladrillos recosidos / concreto armado. acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado. tiempo:1934 - 1950. sección: Ampliación Clavería. distribución espacial: Construcción adosada a un lado del predio. materiales & sistemas constructivos: Ladrillos recosidos / concreto armado. acabados: elementos decorativos de concreto armado o aplanado. 1. COCINA 2. BAÑO 3. SALON 4. JARDIN 5. ESTACIONAMIENTO 1. COCINA 2. BAÑO 3. SALON 4. JARDIN 5. ESTACIONAMIENTO 1 1 1 2 2 2 3 3 4 5 5 4 32 33 EL PROCESO DE UN ESPACIO 34 Chalet de la Familia Manterola sobre la avenida Azcapotzalco, desaparecido ca 1970. 35 EL IMPARCIAL 36 “De Popotla a Tacuba no hay más que una separación virtual, viene enseguida la espléndida colonia de El Imparcial, con su bellísima calzada y sus innumerables villas” Amado Nervo, 1910. 37 Gran parte del siglo XIX, en México y sus ciudades más importantes, los cons- tantes conflictos políticos internos, dos invasiones extranjeras y una guerra civil, dejó un Estado inestable económicamente, impidiendo ser motivo de inversión. En 1824, con la creación del Distrito Fede- ral, quedaron concentrados los tres poderes del gobierno, situación satírica, dado que el naciente Estado Independiente batalla- ba para mantener los límites de su propio territorio; estas batallas desembocaron en la consolidación de dos grupos políticos: conservadores y liberales, abriendo el ca- mino para la lluvia de ideas para moldear la ciudad de la nación independiente. 38 2. Fue importante el impulso que se le dio a la educación en el Porfiriato, en función de fortalecer la relación de los egresados con los puestos del go- bierno, desde estructurar planes de estudios y otor- gar becas a connacionales hasta la inauguración de escuelas e institutos para el estudio, siendo funda- mental el apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores para la relación con otros académicos y centros de estudios. La última mitad del siglo XIX, ideo- lógicamente hablando, estuvo regido por un oleaje continuo de doctrinas y pensa- mientos de raíz europeos, estas ideas se habían posicionado en el corazón y men- te tanto de los conservadores como de los liberales. Y, sin duda, serían ellos quienes tratarán de darle a la urbe una recomposición en pro de un progreso de civilización, aun a pesar de una socie- dad que aún gestaba sus primeros pasos. Con la llegada de la administración de Porfirio Díaz se dieron cambios políti- cos dentro del gobierno de la Ciudad Cen- tral, lo que propicio el ambiente necesa- rio para la tan esperada experimentación arquitectónica y la expansión urbana de la capital. Se tuvo por cánones una construc- ción de estilos arquitectónicos, que se enseñaban en las Academias2, sin dejar de lado, la experimentación e integración del concreto armado en el lenguaje cotidiano de la construcción como lo expresa Vicen- te Quirarte “terminaban cuatro siglos de tezontle y se incorporan materiales como el mármol y el acero a las nuevas forta- lezas de la modernidad”(Quirarte, 2001). Esta imagen fue fortalecida en el invierno de 1898, cuando el Centro Mercantil abrió sus puertas. Un edificio que fue el es- tandarte porfiriano de la elegancia para las damas y el estatus de los caballeros, a su vez también fue el primer edificio 39 3. En agosto de 1898 se aprobaron los convenios de límites en- tre el Distrito Federal y los estados de Morelos y México. Dichos do- cumentos los ratificó el Congreso de la Unión el 15 y 17 de diciembre de ese año y se publicaron en el Diario Oficial de la Federación (DOF) en el día 23 del dicho mes. Álvarez, José Rogelio, La creación del Distrito Federal se fundó dentro de la Constitución Fede- ral de los Estados Unidos Mexicanos de 1824, eli- giendo un lugar que sirva de residencia a los supre- mos poderes de la federa- ción y quedo establecido en la Ciudad de México. Y para 1827 quedó sentado como Capital de la fede- ración. Ver más: Hira de Gortari, Hernández Fran- yuti. (1998) La Ciudad de México y el Distrito Fe- deral: Una historia com- partida. Cabe mencionar que administrativamente existió una confusión de la delimitación de la Ciu- dad de México, la capital y los estados colindantes que quedarían asenta- dos en 1898. Con la Ley de 1903 quedarían esta- blecidos los límites de las municipalidades de Mé- xico, Guadalupe Hidalgo, Azcapotzalco, Tacuba, Tacubaya, Mixcoac, Cuaji- malpa, San Ángel, Coyoa- cán, Tlalpan, Xochimilco, Milpa Alta e Iztapalapa. con cimentación de concreto reforzado. Un proyecto de Daniel Garza y Gonzalo Gari- ta, personajes icónicos en el mundo de la construcción del momento (Figura 5). A inicio del siglo XX, la Ciudad de Mé- xico comenzó a tener un nuevo aspecto, a diferencia del siglo XIX donde debido a la inestabilidad política y social, la ciudad tuvo lentos logros urbanos, como la aper- tura del Paseo Bucareli (1778), el Paseo de la Reforma (1867) y el primer fraccio- namiento en la ciudad, la colonia de los Arquitectos (1859) representó un nuevo mo- delo para el crecimiento de la joven urbe al momento. La vivienda a las afueras de la ciudad como nuevo símbolo de status, y con ello, se comenzó a gestar una nueva cara para la capital de un México moderno. Para comenzar el laboratorio urbano, se tuvo que disponer leyes y reglamentos que financiaran y regularan los proyectos. En primera instancia, con la Declaratoria del Distrito Federal3 (1898) se otorgaron ciertos privilegios a la capital, uno de ellos fue la libre regencia de su adminis- tración, y por ende, la disposición de la mayor parte del presupuesto. Este consen- timiento permitió el financiamiento de la urbanización que abarcaba los terrenos en- tre los pueblos que se encontraban dentro del Distrito Federal, además de las obras del desagüe y la red del ferrocarril, pos- 40 Figura 5. La nueva imagen de la ciudad. El Centro Mercantil fue uno de los edificios icónicos que represento el creci- miento de la ciudad, tanto socialmente como uno de los primeros Centros Comerciales al igual que su propuesta tecno- lógica, el uso del acero y del concreto armado como sistema constructivo y estructural. Fotografía tomada de Figueroa Doménêch, J. 1899. Guía General Descriptiva de la República Mexicana Historia, Geografía, Estadística con Directorio del Comercio y la Industria. Tomo I. México. 41 4. En el periodo que nos interesa, de 1900 a 1911, quedarían al mando del Gobier- no del Distrito: Guiller- mo Landa y Escandón (1903 – 1911); del Consejo de Salubridad: Eduardo Liceaga (1903 – 1911); y Obras Públicas, Ingenie- ro Roberto Gayol, 1904 – 1906, Guillermo Bel- trán y Puga, 1906 – 1911. teriormente, la instalación, la mejora o la ampliación de la red del tranvía. En 1903, se expidió una Ley que reorga- nizó y centralizó el gobierno y adminis- tración del Distrito Federal, llamada la Ley de Organización política y municipal del Distrito Federal. Esta ley otorgó car- tera abierta para subsidiar inversiones, sobre todo en materia urbana, y protegían a quienes invirtieran. Sin embargo, esta nueva estructura necesitaba un financia- miento de base que le permitiera dar aval a los inversionistas, y ello, incrementó los impuestos en una ciudad que carecía de los mínimos servicios básicos. En la realidad, el Ayuntamiento estaba más pre- ocupado por atraer inversión para fines específico que establecer el abasto míni- mo de recursos y servicios a la población existente en el casco viejo de la ciudad o de los pueblos aledaños. La colonia de los Arquitectos sería un ejemplo a seguir para la apertura de los nuevos espacios para la vivienda, los cuales buscarían seguir con las pautas del estandarte porfiriano de “Orden y Progreso”, siendo la tendencia del crecimiento de la Ciudad de México. Esta Ley permitió una estructura de go- bierno dividida en una Secretaría del Es- tado (Federal), la cual regía el trinomio de agencias que constituían el “Consejo Superior del Gobierno del Distrito Fede- ral”4 siendo éstas: el Gobiernodel D.F., 42 un presidente del Consejo Superior de Sa- lubridad y un Director de Obra Pública, quedando así el organismo del Ayuntamiento de México. A la par, quienes no sólo im- pulsaron una flexibilidad en legislacio- nes, con motivo de fraccionar nuevas co- lonias, sino también se asociaron bajo el nombre de Compañía Bancaria de Obras y Bienes Raíces S.A . De tal modo que, to- maron control de los créditos para inver- sionistas y propietarios para construcción y venta. Esta organización administrativa, bancaria y política dio un impulso rápido a la urbanización, inaugurando 28 colo- nias entre 1903 a 1911 (Jiménez 1903,22). Las reformas financieras que se lleva- ron a cabo, gracias a esta ley, dieron ori- gen a un moderno sistema bancario, mismo que serviría no sólo al gobierno federal sino al Distrito Federal como puente entre los intereses nacionales y los extranjeros para aumentar el crédito público. La ex- plotación inmobiliaria tenía sus motivos, por un lado, las familias de los inversio- nistas buscaban un lugar para vivir lejos del escenario de miseria y carencias que era la ciudad y que no mostraban la moder- nidad de la cual aspiraban a formar parte. Y por otro lado, los inversionistas que al comprar tierras a precios bajos buscaban un retroactivo generoso y seguro. Para tener una imagen clara de esta aceleración basta considerar el alza en el precio del metro 43 5 AHDF. Boletín Oficial de la Federación, 13 de marzo de 1900. Cabe mencionar la diferencia entre Colo- nia y Fraccionamiento para la época. La ven- ta de vivienda dentro de colonias fue a través de casas edificadas, con ciertas similitudes mientras que el frac- cionamiento, se hace al gusto de los propie- tarios. Sin embargo, la compañía fraccionado- ra (o el fraccionador) daba recomendacio- nes a los propietarios a despachos de arquitec- tos o ingenieros (porta- folieros) que la Compa- ñía Bancaría de Obras y Bienes Raíces S.A tu- viera registrados. Dicha compañía también te- nía en sus registros mi- nas de arena, cal, cante- ra y hornos de ladrillos, además de tener sub - compañías dedicadas a la pavimentación de calles y carreteras. cuadrado a lo largo del Paseo de la Reforma, en 1872 valía $1.50 mientras que para 1903 se cotizaban en $25.00. (Quirarte, 2001) La ciudad era un lienzo en blanco para las nuevas ideas, y con el auge inmobi- liario, la urbe creció descontroladamente, lo cual convocó a promulgar un reglamento para las colonias, llamado “Las Bases Ge- nerales de Trazo e Higiene”5. Anterior a este reglamento, las reglas marcadas por el Ayuntamiento dejaban la responsabili- dad a los inversionistas y propietarios de adaptarse a la paupérrima infraestruc- tura que tenía la ciudad, de carácter ur- bano, sólo bastaba con asegurar calles amplias y con vegetación, además de que la existencia y calidad de ello estu- vo fuertemente ligado a las capacidades económicas de los futuros propietarios. Las Bases Generales de Trazo e Higiene tuvo quince puntos que como su nombre lo dice, que marcaron los requerimientos in- dispensables para las lotificación que co- menzaban a promoverse. Las primeras cinco directrices tienen que ver con la compo- sición de la retícula del proyecto ur- bano. Los siguientes puntos, del 7to al 12vo, tienen que ver con el equipamiento de la colonia, que contemplen las acti- vidades de placer de los futuros habi- tantes así como velen por su seguridad. 44 1°. La mayor parte de las calles de la colonia deberán ser de veinte metros de an- cho, en ningún caso tendrán menos, pero en las líneas en donde se provee que la circu- lación sea mayor tendrán treinta metros. 2°. Las cuales tendrán por re- gla general 100 metros de longitud. 3°. Todas las esquinas estarán cor- tadas en pan – coupé que se traza- rá, marcando un punto sobre cada uno de los dos alineamientos. La línea que une los dos puntos así marcados, será la que límite las fachadas en pan-coupé. 4°. Se trazarán dos o más calles dia- gonales de treinta metros de amplitud, que sigan una distancia de 45° aproximadamen- te, sobre la dirección general de las ca- lles. El objetivo de las calles diagonales era acortar las distancias entre dos pun- tos lejanos y por esto, el trazo de dichas calles se realizó, teniendo en cuenta las circunstancias de favorecer más el acce- so a los sitios que, como mercados, tem- plos, oficinas públicas, estaciones de fe- rrocarril u otras, son puntos de reunión. 5°. En el punto de intersección de dos calles diagonales con las normales, se pro- yectará una simple plaza, cuya extensión superficial sea por lo menos igual a la de dos manzanas con sus calles adyacentes. 6°. Por cada 10 manzanas que haya en la colonia, se dejará libre para plazuela desti- nada a jardín, una extensión de terreno igual a la de la manzana con sus calles adyacentes. 7°. Por cada 30 manzanas se dejará también otra plazuela igual, destinada a mercado. 8°. Por cada 5 manzanas, el propietario deberá a las autoridades un lote para escuela que estará situado precisamente en esquina y que no tenga menos de 25 metros de cada lado. 45 9°. En el punto que las autori- dades elijan, el propietario cede un lote para estación de bomberos. 10°. Por cada 10 manzanas o menos, el propietario cederá otro lote para estación de policía y situado en el punto que las mismas autoridades juzguen conveniente. 11°. Si las autoridades lo juzgan convenien- te, el propietario cede un lote para teatro. 12. Los lotes y terrenos que se acaban de citar, podrán destinarse a los objetos para los cuales el propietario los ceda, en nin- gún caso se les dará otra aplicación, porque si esto se intentara alguna vez, el propie- tario tendrá derecho a exigir la devolución del terreno, con las construcciones que tengan o que levantan en cualquier tiempo. 13°. En la parte expositiva del pro- yecto de la Colonia se desarrollarán los elementos con que se cuente para proveer de agua a las personas que edifiquen en los terrenos que se trata de fraccionar. 14°. En la misma parte expositiva, se detallarán los estudios que se hayan he- cho, y a los elementos con que se cuen- ta para el desagüe de los terrenos y para la expulsión de las deyecciones humanas. 15°. Nadie tendrá derecho a abrir ca- lles privadas, sino el propietario de unos terrenos que los fraccione y venda sin previa autorización, estará obliga- do a cercarlo todo, sin establecer comu- nicación con la ciudad o población, sino por medio de zaguanes convenientemen- te vigilados y que no podrán permanecer nunca abiertos durante la noche. 46 Dentro de la Reglamentación puede apre- ciarse la exigencia del Ayuntamiento para tener mejor control sobre la imagen urba- na que se aspiraba a tener en la capital y en sus poblaciones cercanas gracias a la apertura de las nuevas colonias y fraccio- namientos. El reglamento fue un instrumen- to que permitió resumir los ideales que se tuvieron sobre la ciudad, en el trazos de avenidas y calles (los artículos 1° al 5°); en cuanto a equipamiento urbano como iglesias, jardines, mercados, par- ques, policía y teatros (artículos 6° al 12°) presentaron las disposiciones gene- rales para ofrecer un entretenimiento le- jos de un Centro Histórico que combatía su colonial esencia contra las nuevas obras; los últimos artículos del Reglamento (ar- tículos 13° al 15°) explican propiamente la infraestructura para el fraccionamien- to, como la conexión de agua y saneamien- to, y la apertura y la expansión de las ca- lles privadas dentro del fraccionamiento. En la colonia de El Imparcial, en su primera etapa, estás reglas tuvieron un bajo impacto dado que se centraron en “estilizar” la avenida Azcapotzalco. Sin embargo, como lo veremos más adelante, al proyectar la expansión de la colonia se daría lugar a estos lineamientos, ofreciendo una vida social yuxtapuesta al espacio generado. 47 La casa de verano. A comienzos del siglo XX, Azcapotzalco se comenzóa integrar dentro del tejido de la ciudad. La inauguración de una segun- da línea de tranvía de la ruta a Tacubaya hacia Popotla que pasaba sobre la calzada México –Tacuba (1868), comenzó atraer la atención de la ciudad y las grandes exten- siones de tierra que se tenían. Un año más tarde, en 1869, con la parti- cipación de la Marquesa de Morante y la fa- milia Maldonado, se fraccionaron los terre- nos al sur de la Hacienda que dieron origen a la colonia de San Álvaro (1897); además de que esta expropiación propiciaría que el gobierno abriera la línea del Ferrocarril de Buenavista a Tacubaya (1899). El Plano del recorrido del Ferrocarril de 1870 cuen- ta la condición de la Calzada Azcapotzal- co – Tacuba y de las poblaciones aledañas entre los poblados de Tacuba y Azcapotzal- co, se observa la ubicación de la hacienda y la extensión de las tierras agrícolas. En 1903, la extensión de la línea del tranvía eléctrico de Tacuba hacia Tlalne- pantla se llevó a cabo sobre la calzada de Azcapotzalco65, conectando a la población que trabajaba en el centro de la villa de 48 Figura 6. Tramo Azcapotzalco – Tacuba, la hacienda ocupaba un tramo considerable sobre la calzada Azcapotzalco. Plano del Recorrido del Ferrocarril. Colección General. 1870. Mapoteca Orozco y Berra. Servicio de Información Agro- alimentaria y Pesquera, SAGARPA, Septiembre 2015. \ ",---- " , .- -----;'- , - - .. ~ ........ . _~. . . - , i~ 'L' . , 7;"" "'/'Ol L , l.~l ./1 .r l.' '~"', ',_ .. ' ____ . __ .- __ ,~¡t:~· l. ... -.- - ..... -.: , . -+- 1- " , ," I 1" '1 - • , -." '" . ~- r~ " ", ,. ,. " . \ " / ' \ . , " I 1 '1 ' \ '. \ \ , \ \ ~ \ I \ \ \- ~, , 1 1 , m ' . -::-'S>, ': '- . _. - -- "-~._. ~ - ' _ _ ... .11:_ • , ' \ ' . . l· : 1 \ "11 L t' : I !, I , t , . ...--:'-l, - 1-' '" . I -.,...,. ~. .- ~ " ¡ J.LL ... ~~~.l" '~' '.i··-~s- :»0 ',,,,, .. ft-~·' I '1 'i' !u ... . .. . r; I l " __ -IIiii-~ 49 , ' l •• ,1 ., -~ ' . ~':. , ,~ :pu~ ~:" I , .':1 , -'-----~ , ,. :.' _./_,~., 11" J','. ~, ~' 50 Azcapotzalco hasta el centro de la ciudad, pasando por las poblaciones aledañas. Este nuevo medio de transporte sería un factor determinante para la comenzar un proceso de especulación, en una zona que estaba abierta a las ideas de los inversionistas. La lotificación de los terrenos de la hacienda de San Antonio Clavería fue fun- damental dentro la urbanización de la muni- cipalidad de Azcapotzalco en las primeras décadas del siglo XX. Bajo este escenario, y con un terreno fértil para las ideas y con una estructura de gobierno que apoyaba los negocios inmobiliarios, comenzó a gestarse el proyecto de la colonia de El Imparcial. En la Ciudad de México, en aquellos años, la sociedad se regía por los titulares de las páginas del periódico El Imparcial, donde se podía leer los logros del Por- firiato en el territorio nacional, la paz y la prosperidad era la imagen promovida, llegando a ser el periódico favorito del régimen, dadas las buenas relaciones públi- cas de su creador Rafael Reyes Spíndola6. Una de las secciones más gustadas para leer fue la sección de sociales, donde se podía ver las grandes obras de la modernidad en contraste con la realidad del país. La sociedad se media entre los que podían cos- tear sus tardes en largos paseos y quienes tenían que trabajar más de diez horas al día. 6 Nació en Tlaxiaco en Oaxca el 24 de octu- bre de 1860 y murió en la Ciudad de México el 13 de enero de 1922. Desde 1885 comenzó a desarro- llarse dentro de los círcu- los internos del gobierno Porfirista, como secre- tario particular de Go- bernadores, a la par de consolidar sus periódicos a lo largo del país: El Uni- versal (1888) en la Ciudad de México, que después vendería; El mundo Ilus- trado, al cual se le ha atribuido la primera foto noticiosa de México y más tarde El Imparcial (1896) recibiendo una subvención del gobierno por ciento mil pesos. 51 Figura 7. Primer artículo del Seminario El Mundo Ilustrado, 1900 ca, donde se promueven los beneficios de vivir en la zona de Azcapotzalco. EL PROBLEMA DE LAS HABITACIONES 5I!IJIUIifII' ............. -JU"," 'UI fI-. 1.11 (1_ -*'tII. 52 Eventualmente, la sección de sociales tuvo su impacto en el desarrollo urba- no. Las clases acomodadas se establecie- ron dentro de los florecientes negocios y obras dentro de la capital, en menos de dos décadas en el paisaje de la vida co- tidiana, tanto de la vivienda como de las colonias había cambiado: La instalación de la energía eléctrica (1881), el Gasóme- tro sobre la Avenida Reforma (1896) y el sistema de atarjeas que desembocan en el Gran Canal (1897) cambiarían el día a día de las dinámicas domésticas, y el sistema de tranvía (1900), modernizará las formas de transportarse, pues esta red, llegaba a las nuevas colonias y fraccionamientos. La ciudad dio accesos a los inversionis- tas que encontrarían en la capital mexi- cana, un nicho para la ejecución de sus proyectos. Ello, trajo una movilización de la población: los habitantes de los ba- rrios bajos comenzaban a repoblar las ca- sonas novohispanas en centro de la ciudad que fueron quedando vacías a la par de que los propietarios comenzaron a poblar los nuevos fraccionamientos(Stoppa, 1981). La vivienda promocionada en la prensa tuvo un carácter ostentoso, las nuevas formas de habitar los espacios cambió con la in- troducción de la electricidad y el gas. La urbanización se expandía a todos los polos de la capital y la inauguración del 53 tranvía hacia el poblado de Tacuba comen- zó una especulación en sus alrededores, en especial sobre la Calzada que conducía al poblado de Azcapotzalco, donde se situa- ba la Hacienda de San Antonio Clavería. Su propietario el Ingeniero Militar Manuel Manterola, en asociación con el empresario y periodista Rafael Reyes Spíndola y el ex Secretario General del Distrito Federal, Ángel Zimbrón, quien era propietario de los terrenos del Rancho de la Naranja, el cual, se localiza al poniente de la hacien- da, emprendieron el proyecto de la colonia de El Imparcial, homónima al periódico que otorgó la inversión. El proyecto compren- dida de una “estilización de la calzada Az- capotzalco” con los proyectos de vivienda del ingeniero militar Daniel Garza, compa- ñero de la Academia Militar de Manterola. En 1903, Rafael Reyes Spíndola firmó el contrato con el Ayuntamiento para comenzar el proyecto de la colonia El Imparcial, comenzando por la Avenida El Imparcial. Fue responsabilidad del fraccionador el saneamiento así como también las banquetas y proveer la instalación de agua y bajo la vigilancia de la Dirección de Obra Públi- ca. La propuesta urbana constó en conver- tir la Calzada Azcapotzalco – Tacuba en un paseo, el cual dio un aspecto moderno a la colonia y sus alrededores, los cuales, continuaban siendo de naturaleza agríco- la. Éste paseo estaría compuesto por 4 54 55 Figura 8. Propuesta de urbaniza- ción de la calzada Azcapotzalco que Rafael Reyes Spíndola que presentó al Ayuntamiento, para la autorización de la colonia El Imparcial. Plano de la Colonia de “El Imparcial”. AHDF Gobierno del Distrito Federal. Serie: Obra Pública, Contratos. Año Vol. 1196, exp. 75. Fojas 6. Año1905. 56 manzanas, de 55m por 200m y cada manzana estaría subdividida en 6 lotes, desde 16m de frente por 27m de fondo (Figura 8). La vivienda construida, proyecto del in- geniero Daniel Garza, estuvo inspirada en las casas de campo de la campiña europea; tiene un juego compositivo entorno a gran- des salones y un vasto jardín, tanto al frente de la vivienda como atrás, lo cual fue un beneficio para los futuros vecinos. El terreno total del lote variaba de 400 m2 a 500 m2, con un costo de $0.75 centavos por metro cuadrado, sin construir (s/a: 1907) mientras que la venta de los Chalets se vendían en $8 000 dando $2 000 de contandocon pagos mensuales de $80 (García: 2003). La vivienda que se vendió contendría las nuevas tecnologías domésticas como el baño o el salón con iluminación eléctrica, los cuales, vendrían acompañado un espacio de ornamento que serían los jardines alre- dedor de la casa, pero el corazón de esta, se fundió en los salones íntimos privi- legiando así la individualidad de la vi- vienda como parte de una distinción entre los sectores sociales de la propia clase aristócrata (ver Figura 4, tipo A) Pero estas nuevas formas de habitar no vinieron solas, trayendo consigo nuevos materiales: el tabique rojo por su rapidez y costo, el acero como parte de una moda como par- te de la popularidad que fue adquiriendo 57 en las obras públicas del Porfiriato, el mármol en los salones íntimos y las ma- deras finas, desde pisos hasta detalles, en todos los cuartos de tinte familiar. En los titulares de los periódicos de la época se podía leer “Sin casas higié- nicas no hay higiene posible” y en una so- ciedad que se dejaba influir por los me- dios de comunicación comenzó a dictar un nuevo modo de vida, que sólo fue accesible a unos cuantos dada la infortunio insalu- bre en que se vivía en la creciente ciu- dad. La vivienda promocionada en la prensa tenía un carácter ostentoso, las nuevas formas de habitar los espacios cambió con la introducción de la electricidad y el gas: el día duraría otorgando una nue- va etiqueta para las actividades noctur- nas y la higiene con llevaría nuevo esta- tus con la rapidez de un baño caliente. Los cambios en el paisaje representaron un cambio en la vida cotidiana, (Figura 9) no sólo fueron las nuevas atracciones en el interior lo que revolucionó la pre- sa y sus imágenes sino fueron también el entretenimiento en el exterior de la mis- ma casa. Al interior existieron bibliote- ca así como también terrazas con vistas a jardines propios de la casa y al exterior, los jardines. La relación del interior con el exterior era clave en el partido arqui- tectónico del momento, pues más allá de una buena imagen, fue un modo de vida. 58 El avance logrado, como lo mencionamos anteriormente, con la inauguración del ga- sómetro y la apertura de la red de agua po- table, otorgó a la vivienda la oportunidad de tener el sistema de instalaciones más complejo que se conocía en el siglo XIX, ya que para el momento era una cuestión aún manual. Uno de los avances fue la confi- guración del cuarto de baño, el cual para antes de esta fecha no existía como tal, siendo no sólo un cambio espacial sino de una dinámica de la intimidad familiar pues se había acostumbrado a tener un espacio dentro del dormitorio. El cuarto de baño, de inicios del siglo XX, tenía tres funcio- nes básicas: bañarse, evacuar y lavarse. Además de incorporar el hito paradig- mático, en materia de tecnología que fue el cuarto de baño, un espacio que sólo las familias pudientes podían costar den- tro de la adquisición o la construcción de sus casas modernas, claro que este es- pacio sólo era accesible para las colo- nias o fraccionamientos contaban con el servicio dentro de su infraestructura. La bañera, con sus medidas definió el espacio del baño, como medida estándar 1m x 1.5m de hierro fundido, al igual para lavarse se usaba un lavabo del mismo ma- terial y para evacuar se usaron excusa- dos de porcelana. Este nuevo espacio fue economizando su espacio conforme fue lle- 59 gando la producción industrial revolucio- nando al objeto al usar la porcelana para su producción. El baño caliente, un acto ahora muy natural, representaba a la per- fección la idea de modernidad a inicios del siglo XX, fue un acto para sólo un sector de la ciudad. Para llevar a cabo ésta actividad, se logró la incorporación de calderas y calentadores independientes a los fogones de la cocina y la entra- da y salida de agua, eventualmente ayu- dó a desprender el espacio de la coci- na del baño, permitiendo que la cocina como tal tuviese nueva forma espacial. Mientras, que la cocina moderna se defi- niría por irse comportándose poco a poco, la aparición de la estufa de gas y petróleo dejando de lado a las calderas de carbón y leña, ello contribuyó por su parte a redu- cir el trabajo para conseguir el combusti- ble con la apertura de las redes urbanas de suministro. El espacio de almacenaje también tuvo un cambio significativo cuan- do comenzaron a llegar las primeras neve- ras que funcionan a base de un sistema de absorción de gas disuelto en agua lo cual provocaba un efecto de licuefacción permi- tiendo una temperatura continua que ayu- daba a preservar los alimentos. Por otro lado, también el espacio de almacenaje se vería transformado al ir mejorando el pro- ceso industrial de las materias primas. 60 61 Figura 9. El logro de la colo- nia “El Imparcial” fue crear un paseo sobre la Aveni- da Azcapotzalco, perfila- do con árboles y vivienda reprensentando la vida moderna con base en los ideales que el periodico homonimo vendió. Colonia “El Imparcial”, 1910ca. Foto- grafía de Félix Miret, Mé- xico. Fuente sin identificar, tomada de Pinterest, 2016. Felix Miret fue un retratista del Porfiriato, famoso por postales y fotografíar las fiestas del Centenario. 62 El Chalet de “El Imparcial” tuvo un aporte en materia de construcción muy im- portante para la época, siendo una de las primeras viviendas que se construían bajo la experimentación del concreto armado (Figura 10) Para entender un poco más es necesario entender el impulso que tu- vieron la ingeniería y los ingenieros, en el caso espacial del ingeniero Daniel Garza7, durante el Porfiriato y el lega- do que dejaron. El concreto y sus proe- zas compartieron espacio en los mismos medios siendo el material para resolver la vivienda, además de que los propie- tarios comenzaron a apreciar la ventaja económica que ello les brindaba a dife- rencia de otros materiales (Garza, 1905). Los proyectos del ingeniero Daniel Garza se habían caracterizado por tener una pe- culiar experimentación con las estructu- ras metálicas y el fomento que le dio al uso del concreto armado, como integran- te de la Sociedad Científica Militar. El Sistema Garza consiste en armar una estructura a través de una serie de mar- cos que se entrelazan y soportan entre sí, con apoyo de una malla metálica de alam- bre que hace una liga desde los cimientos, los muros, los tabiques, los pisos, los techos y las escaleras; sobre todo en los techos donde puede conseguirse una imper- meabilidad absoluta y evitar goteras. El Chalet de “El Imparcial” está compuesto 7. En los planes de estudio, tanto del Co- legio Militar como del Colegio de Minería el aprendizaje de alemán y francés fue obligatorio antes de pasar a la prác- tica. Del ingeniero mili- tar Daniel Garza poco se sabe, nació en Etla, Estado de Oaxaca, el 19 de noviembre de 1865. A sus quince años ingresó al Colegio Mili- tar de Chapultepec, y en 1885 fue nombrado ayudante, dictó cursos de Historia y Esgrima y posteriormente fue profesor de Composi- ción Arquitectura Mili- tar, hasta que en 1887 se dio de baja para co- menzar una práctica ci- vil (Figueroa, 1899:98). 63 Figura 10. Chalets de la colonia El Imparcial en los años 30's, parte del levantamiento para el catálogo de patrimonio en Azcapotzalco. Azcapotzalco, Caja Roja, Fototeca Constantino Reyes - Valerio de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, Instituto Nacional de Antropología e Historia. Febrero de 2016. 64 por una estructura de marcos con altura de 6m, compuesta por un sótano de 1m, un en- trepiso a 3m y, dependiendo, un ático de 0.50m, con una separación de 5m entre cada apoyo. (Garza, 1905) La existencia del só- tano no fue necesariamente una situación constructiva, sino más bien, daba una res- puesta para evitar los problemas de inun- daciones que eran un mal continuó en la ciudad durante la época; así como también lo fue la solución del ático, ya que en al- gunasviviendas no lo tienen incorporado. Esa característica, la diversidad de terminados, fue gracias a la forma en que el Sistema Garza le da prioridad en armar un esqueleto de marcos de concreto, y deja abierta la posibilidad a que los muros, entrepisos y techos pueden ser de diferen- tes formas y materialidad. Las viviendas que podemos observar sobre la avenida Az- capotzalco tienen muros de concreto, si- llares de cantera y tabique mientras que tienen techos a dos aguas o de una sola. Este tipo de construcciones dejaron una marca icónica en la avenida Azcapotzal- co pero el logro a nivel del gremio de la construcción fue la demostración de las propiedades del concreto armado en esca- las habitacionales, que iban desde el sis- tema en sí hasta la posibilidad de tener muros menos a .40m, que era el estándar en las viviendas construidas con cante- 65 Figura 11. El sistema Garza del Chalet, elaboración propia con base en los bocetos de Daniel Garza. NPT. 0.00 N.PT. +4.00 N.P.T. + 7.00 A B 4.50 N.P.T. +1.00 -6- -6- I I ...................................................... ················IT~~~~~~~~~~~~~~ •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• ~~~~~~::::::-:::::-::~~~~~~~~"::":::"::::== ...................................................................... 'ra' I ~;======+~============+~======~==========:::J 66 ra (Figura 11). La aplicación del con- creto armado para las construcciones de las casas habitaciones tomó un gran im- pulso, siendo un ahorro de tiempo como de dinero, ya que el costo de la cons- trucción del metro cuadrado de cantera de Chiluca era de $1,39 mientras que por la misma cantidad con el Sistema Garza, se pueden construir poco más de 4m2, siendo $19, 32 el costo de 1m2 (Garza, 1905). 67 Figura 12. Promocional de la expansión de la colonia El Imparcial, donde se expo- ne la propuesta que abarca la extensión de la hacien- da. En el anuncio se puede apreciar el nombre del <<Ing. Pedro García Galán>> quien fuere gerente dentro de la Compañía Bancaría y de Bienes Raíces, tomado del periódico El Imparcial, 1907 ca. :OlONIA DE "El VUII te lOles, II CtlladO, ea A .... S. Nurltrl Colonl. n 1, ",eJor .ltu.~. en lo~. el Dill.Ho , ..... , m', IInl, 1, mdl III.lhlu y r. m' l h,.mol •. GDllDlcrOHES MUY UIERAlES PARA NUESTRAS YUmS, Pr4'III,.,OI para ~onltrixeionn en c .. o •• 'PI,O .", .~i:~::::!l I 10!I, hu m~1I detaU .. vuml en mI oUelno, 2 • . d. la miro 4, primer pi ... da 10 11 n l. m. y d. 5 • 1 p. m, " 68 La expansión. La propaganda de la segunda etapa se co- menzó a ofertar con la publicidad de las ventajas de vivir en una colonia como El Imparcial. La vivienda continuaría siendo propiedad del negocio del ingeniero Garza, aunque el folleto publicitario le daba la oportunidad al futuro habitante de escoger entre la vivienda opulenta del gusto de Garza o una obra del arquitecto de su pre- ferencia. A diferencia de la primera etapa, la colonia de El Imparcial, sólo fue una inversión sobre la calzada Azcapotzalco. La segunda etapa siguió las reglas de es- tética urbana del Reglamento para colonias de 1900, como se puede apreciar en el promo- cional, los trazos de las calles se resol- vieron con esquinas ochavadas, la extensión de las manzanas sería de 100m por 200m y se tendrían jardines centrales, dado que el proyecto quedó sólo en papel, se descono- ce la extensión de los lotes (Figura 12). Vivir en la colonia El Imparcial fue un símbolo de estatus, basta con revisar el aumento del valor del suelo pasando de $0.75 a $4.75 el metro cuadrado, y la insistencia de mantener la imagen urbana, pues a los nuevos vecinos se les pidió seguir el pro- totipo del Chalet del ingeniero Daniel Gar- za, aun si ellos construían por su cuenta. 69 Otra de las ventajas que promociona- ron la ampliación fue la vida social que se tendría, gracias a los personajes que eran vecinos de la zona: la familia Re- yes Spíndola y la familia Manterola. De acuerdo, con el promocional de la expan- sión de la colonia se ofrece un lista- do de los vecinos de la primera sección, no es de sorprenderse que estos mismos nombres aparecieran también en las ac- tas de los más grandes negocios de compa- ñías agrícolas, petroleras y hoteleras. Sr. Manuel Manterola. Sr. Enrique F. Martínez. Dr. Rafael López. Lic. José Reyes Spíndola. Sr. Luis G. Padilla. Sra. Mercedes S. de Parlange. Sr. Notario Humberto M. Lic. Rodolfo Araujo Sr. Carlos Díaz Dufoo Ing. Rafael García y Sánchez Facio. Srtas. Isabel y Delana García. G. Cortina Asadre. Sra. Isabel Bedola de Alducin, Sr. D. León Martínez. Sr. Antonio Enríquez y M. Fernández Ortigosa. Sr. N. Pheffer. Sr. Felipe Ortega. Sr. Luis Lahera. Sr. Pablo Tamayo. Sr. Peccio Florio, propietario de dos viviendas. 70 Para 1910, de acuerdo con Julio Ses- to en su Guía de México, la colonia “El Imparcial” se situaba en el quinto lugar dentro de los fraccionamientos más lujo- sos, asentándose como un lugar privile- giado a vivir. Sin embargo, el destino de la fascinante ampliación caería en deriva por diversas situaciones. La primera, con el gobierno Maderista desmantelará el pe- riódico El Imparcial y sus complementos, presentando una inestabilidad política y financiera. Al perder el subsidio del go- bierno, dejó a Rafael Reyes Spíndola en fuertes problemas económicos que lo impul- saron a vender sus negocios editoriales. La segunda llegaría con la muerte de Manuel Manterola, en 1912. El proyec- to cayó en problemas con la demanda de Ángel Zimbrón contra Rafael Reyes Spín- dola , albacea de la familia Manterola, por la autoría del proyecto y un repar- to de las ganancias, la batalla duró más de cinco años. Los herederos de la ha- cienda ganaron el fallo y Ángel Zimbrón, en los terrenos de su propiedad, al po- niente de la colonia El Imparcial, fun- do la colonia de la Compañía Eléctrica, misma que, actualmente lleva su nombre. La última situación fue el destino que sufrió el ingeniero Daniel Garza, quien después de la construcción de los Chalets se dedicó a una discreta práctica como ar- 71 quitecto, contratado por la Secretaría de Obras Públicas y tuvo a su cargo obras para embellecer parques. Paralelamente conti- nuó con la lotificación de la colonia que lleva su nombre, a lado de la colonia Es- candón, en los terrenos de las minas de arena de su propiedad. Durante el periodo presidencial de Venustiano Carranza, cayó como refugiado político en New Orleans, a raíz de su postura opositora. En aquella ciudad encontraría un nicho fresco para la construcción y continuo aplicando el Sis- tema Garza, mismo que patento en el verano de 1921. En 1926, solicitó su inscripción para ser miembro de la Asociación de Arqui- tectos de Luisiana, poco después murió. Hablar de la influencia del Chalet en los años posteriores de desarrollo de la colonia, tanto en la magnitud de su ti- pología como técnica bajo la que fue de- sarrollada, es difícil de situar pues en la historia de la ciudad (figura 13). En la época Porfiriana se desarrollaron mo- delos similares; sin embargo, el aporte sustancial estuvo en la experimentación tecnológica de los materiales que dejó el Sistema Garza, ya que fue uno de los pioneros de introducir el concreto arma- do en la edificación de pequeña escala. Si bien no fue un modelo que marcará una permanencia más allá de la colonia, conti- núa siendo un referente para la zona y un 72 Figura 13. Chalet sobre Avenida Azcapotzalco. Marzo, 2017. Fotografía: Ana Paulina Matamoros 73 esquema que poco a poco va perdiendo. La calzada Azcapotzalco consolidó una imagen sólida durante la primera mitad del siglo XX, durante la siguiente mitad comenzaron los cambios en su morfología, debido a la subdivisión de los lotes, tanto para la apertura de privadas en los jardines como para la edificación de nueva vivienda. Actualmente enfrenta los retos de la espe- culación del suelo, en principiopor las generosas extensiones de las viviendas y debido al costo de manteamiento, poco a poco han ido entrando al mercado inmobiliario. 74 Cruce de las callles Av Clavería y la calle de Nubia. Marzo, 2017. Fotografía: Ana Paulina Matamoros 75 CLAVERÍA 76 “Al cruzar por la que fue la colonia El Imparcial, y ver que no es ni la sombra de lo que fue... pues la Revolución acabó con el periódico y el periódico al morir acabo, quizás, con la colonia” Salvador Novo, 1920 77 De 1910 a 1920 ocurrió la Revolu- ción Mexicana, una lucha armada que sacu- dió todo rincón del territorio y trajo un cambio político y, fundamentalmente, so- cial. En 1917, los ideales de los comba- tientes quedarían establecidos en la Cons- titución: una educación de libre acceso para todas las clases sociales, el reparto de tierras para quienes laboran en ella y la garantía sociales para los trabaja- dores, siendo los más significativos que definirían las acciones inmediatas dentro de los cambios de la ciudad. Durante el tiempo que duró la Revolución la colonia El Imparcial no presentó cambio alguno, al menos no en la morfología del espacio, sin 78 embargo la avenida de El Imparcial (calzada Azcapotzalco) sufrió cambios de nombres, el primero fue Avenida Francisco I. Made- ro (1911-1914), posteriormente pasaría a llamarse Avenida Reforma (1915-1917) has- ta regresar a llamarse avenida Azcapotzal- co, estos cambios reflejan las tensiones políticas del momento en la capital10 . Porfirio Díaz tuvó el poder los últimos treinta años pero después de la primera década del siglo XX, el régimen era sólo un recuerdo. Sin embargo fueron las cla- ses altas de las regiones externas que co- menzaron las voces de protesta. Todo ello dejaría su huella en la morfología del es- pacio urbano de la capital, aunque la lu- cha armada tomó sitio en diferentes puntos del territorio. La instauración del nue- vo Estado tomaría su forma y su fuerza al continuar la traza de la propia capital. El cumplir con las promesas de la re- volución fue el cimiento para las Insti- tuciones que nacieron después. Sin dejar de lado, que estas instancias serían la nueva cara del gobierno, la arquitectura tendría que encontrar una manera de dejar de lado el paso de inspiración europea y enfocarse en la prospectiva de un proyecto de Estado. Una de las principales institu- ciones posrevolucionarias que se instauró fue la Secretaría de Educación Pública, dentro del periodo presidencial de Álvaro 79 Obregón, en 1921, comenzó la ardua tarea de educar a las masas del territorio, a la par, de conocer el territorio en sí. La segunda Institución importante en la vida posrevolucionaria fue la apertu- ra de la Secretaría de Salud, la cual, para la década de 1920 a 1930, tras el armisticio y los primeros gobiernos cua- trienales. Y, fue la primera en ofrecer un nuevo lenguaje a la urbe la construc- ción del Instituto de Higiene en Popot- la, y, poco después, los dispensarios antituberculosos, constituyeron los pri- meros ejemplos que sembraron confianza en el nuevo gobierno, aplaudiendo, los lo- gros tecnológicos del concreto armado. Los grandes programas de construcción de escuelas, hospitales y vivienda, así como la electrificación, construcción de calles pavimentadas y asfaltadas, empren- didos por los gobiernos, fueron aspectos posibles gracias a soluciones venidas des- de la practicidad de la ingeniería. (Dra- go, 2016:91). A la renuncia de Porfirio Díaz, en 1911, la demanda de cemento se había elevado a 75 000 toneladas por año, impulsada por el abaratamiento de esta ma- teria, así como por la industria de la construcción. Aunque el Comité para la promoción del Cemento Portland tenía un buen subsidio, muchos de los inversionis- tas y fraccionadores estuvieron fuertemen- 80 Figura 14.. <<Techos eternos al precio de los temporales>> aunque el Comite del uso del Cemento Portland con- taba con su propia revista, hay que resaltar la importn- cia que la promoción del ma- terial tuvo en la publicidad del automóvil y de la urba- nización. Anuncio tomado de “El automovil en México”, octubre 1921. Techos eternos al precio de los temporales EL Loo lech<>." p;JQ' inte,,,,.dios el. «_nlo no.., derrumban jamás n I con lo. ' emblor .. ni «lB la .d.d, d_ "'OnO .. que of .. • cen , lBl.d "I,,,;d,d pe'lOno l y .• dom'" 1,0nq"i lid,d ,""onó- mico, porque Oon .t.rnoo y no hoy que repone.lo. pe,iO<li<o. mente. Lo máa rxt,..,rdin.rio •• '1'" ,1>0<_ lo.tKh"o de «menlo CUto· Ian Lo ..u.n>o '1'" loo ... la onl;';uada .;.0 do mod ...... ~ .... teoI .... ,oJk ..... _Im."' ... ...,. o""rito, I.~ ...... -.bo poto ... ..m,k. CONCRETO ES PARA SIEMPRE co_lIé para Propagar el Uso del Cemento Portlood "'" MEXICO, O . F. GANTE ' ·Z ll~ 81 te vinculados con los proyectos urbanos que se llevaron a cabo de los años 20’s. Hasta la consolidación del Banco de Méxi- co, quien absorbió las facultades de la Compañía Bancaria y recortó las inversio- nes para las fábricas de materiales ofre- ciendo tasas de intereses (Figura 14) En los años 20’s del siglo pasado, las reformas bancarias tendrían un giro para- digmático, la compañía Bancaria de Fomento y Bienes Raíces de México, S.A. que había urbanizado la ciudad desde el Porfiria- to, se había expandido también en materia de obra pública: instalación de cableado para la energía eléctrica, infraestructu- ra para el saneamiento y abastecimiento de agua potable, y sobre todo, el impulso a las fábricas de materiales y las minas. Estos cambios, como menciona Manuel Perló, ejercerán una enorme influencia sobre el carácter social y económico de la propie- dad urbana inmueble a corto y largo plaza, ya que la dejará a salvo de todo el pro- grama de transformaciones emprendidas por el gobierno en materia de riqueza social (reparto agrario, nacionalizaciones, etc) y la consagrará desde el punto de vista económico como uno de los pilares más só- lidos e importantes de la acumulación ca- pitalista en el país (Perló, 1970:776). 82 La economía de un Estado naciente. En 1914 el sistema bancario se había de- rrumbado. De 1915 a 1916 no existió autori- dad financiera, lo cual obligó a improvi- sar en materia de créditos y permitió que los constitucionalistas, por su control de los más grandes centros comerciales, li- braran sus más duras campañas militares a poco costo. La nacionalización de la Banca permitió que nuevas (y las heredadas del Porfiriato) compañías en el ámbito de la construcción continuar con el desarrollo urbano para la clase media y la espe- culaciones con bienes raíces, renovación de sistemas viales y mejoramiento de los servicios públicos, pero también creciente desigualdad y agudización de las contra- dicciones urbanas, entre ellas la habita- cional, fueron algunas de las expresiones de la nueva etapa. (Perló, 1970:782) El haber logrado la consolidación de la clase trabajadora fue uno de los mayores logros de la revolución que se persiguió du- rante la década. Sin embargo, se logró gra- cias al cumplimiento de los ideales que se habían prometido y ello, incluye el acceso a la vivienda. Esto desprendió una cruzada por continuar la urbanización y después de diez años de violencia revolucionaria y de 83 un gobierno inestable, el paisaje citadi- no había cambiado y vendrían una serie de leyes que ayudarían a darle nueva forma. En el año 1926 se creó la Dirección de Pensiones Civiles, primer organismo de se- guridad social creado desde la revolución, el cual incluía dentro de sus variadas funciones la de otorgar créditos a sus de- rechohabientes para la construcción o ad- quisición de vivienda, entre 1925 y 1947 concedió 9600 créditos para el financia- miento habitacional. Ciertamente no fueron muchos, pero dentro de ese periodo, debe recordarse que la Dirección de Pensiones Civiles fue la única institución estatal que financia viviendas (Perló, 1970: 784) Para principios de ladécada de los 1920s, las familias aristócratas del Por- firiato regresarán a la Ciudad, serían sus hijos quienes continuarán con los proyec- tos visionarios inmobiliarios. La pobla- ción urbana había aumentado de 11.7% en 1910 a 14% en 1921, es decir, mientras que en los inicio de la revolución la po- blación en el Distrito Federal era de 721 000, esta había aumentado a 906 000 en el último año (Marcial A, 2004: 334). Las clases de mayores recursos siguieron con la dinámica heredada del Porfiriato, y co- menzó a instalar en los nuevos fraccio- namientos que continuaron abriendo o am- pliando, como fue el caso de la colonia 84 de “El Imparcial” convertida a la Colonia Clavería. Mientras que el centro de la ciudad continuaba desplazándose, sus pa- lacios gradualmente se fueron convirtiendo en refugio de las clases obreras y popu- lares que habían migrado a la capital. El gobierno obregonista de los años 20’s continuo con el mismo modelo de fraccio- namientos para la gente con posibilidades económicas se localizan al poniente. La pu- jante demanda de casa habitación generada durante la década de los veinte modificó el uso del suelo, de agrícola a habitacional, en un modelo de segregación de corte total- mente elitista de acuerdo con sus posibi- lidades económicas. Había una determinada fuerza por urbanizar, el reparto de tierra hizo que se acelera los proyectos urbanos que ocupaban ex haciendo. Previamente en el gobierno de Venustiano Carranza, rea- lizó un pacto con la iniciativa privada; es decir, con buena parte de los antiguos aliados de la dictadura de Porfirio Díaz (banqueros, industriales, comerciantes), al cual se sumaron nuevos negociantes, al- gunos de ellos surgidos de las filas re- volucionarias y otros más que brotaron al amparo de los nuevos amos del poder dando un nuevo impulso a nuevos negocios y conti- nuar los que se habían quedado pausados. En 1921, se otorgó extensiones al im- puesto predial y reducciones a las con- 85 tribuciones por agua, pavimento drena- je, servicios sanitarios y licencias de construcción a quienes construyeran ca- sas con un capital menor a los 100 000 pesos (Collado, 2004). Al año siguiente, un nuevo decreto intentó incrementar la construcción de vivienda barata de alqui- ler reduciendo los impuestos y derechos del Distrito Federal para todos aquellos que fincaran habitaciones para este fin, los cuales descendían favoreciendo a los de renta más baja, con la condición de que las construcciones fueran finaliza- das en seis meses y sus planos aprobados por el Ayuntamiento de la ciudad de Méxi- co, se trataba de medidas encaminadas a solucionar el problema de la vivienda. John Womack menciona, en su ensayo “La economía en la Revolución (1910 – 1920)”, una serie de argumentos para entender la com- pleja economía del periodo pues tuvo una es- trecha relación con el manejo y costo de la tierra. Él argumenta cómo el cambio de manos de la propiedad de algunos bienes urbanos y rurales por el reparto de tierras, y cómo ello tuvo repercusiones en las relaciones de producción en materia de agricultura; debido a esta situación, la lotificación de las haciendas fue un suceso inevitable. Con la Ley de Hacienda del Distrito Federal de 1921, aunque la medida, en su momento, pudiese haber alentado la urbani- 86 zación, por el contrario, aumentó el im- puesto a los terrenos y disminuyendo el que recae sobre las casas, con el fin de aumentar la inversión en fraccionamientos. Ello, llevó a disputas por los terrenos, entre los albaceas, los propietarios en exilio y los inversionistas. Con la Co- lonia “El Imparcial”, el escenario sería similar, entre la familia Manterola y el político Ángel Zimbrón, la disputa con- cluiría quedando en propiedad del político la parte poniente de la Calzada Azcapot- zalco. Este hecho, aceleraría la urbani- zación de los terrenos de la Hacienda de Clavería. En 1922, con más de diez años después de las últimas obras en la colo- nia, y con un Ayuntamiento en búsqueda de nuevos inversionistas, se le daría con- tinuidad al proyecto de “El Imparcial”. Superficialmente el Ayuntamiento de la ciudad parecía estar estable, sin embargo, esto dista de la realidad, los conflictos heredados de la nueva administración toma- ron batalla dentro de la urbanización de la Ciudad de México, ya que sus condiciones políticas impidieron mejorar la salubridad y la urbanización de la ciudad de México (Marcial 2004,345). En tiempos del presi- dente Obregón, el gobierno del Distrito Federal y el del Ayuntamiento estuvieron en manos de ideología política diferente, lo cual disto de lograr algún acuerdo. 87 Figura 15. Promocional de la Colonia Clavería, 1922 ca. tomado del periodico “El Universal” Se puede apreciar la única imagen de los años 20’s que da una prefiguración de la colonia y las aspiraciones arqui- tectónico formales que se pretendian. , , 'COLON IA " CLAVERIA L DE LA COLONIA DEL IMPARCIAL '-D'D CON TACUB" y POPOTLA " 88 Clavería. La creciente industria ameritaba espa- cios para sus trabajadores y fue motivo para que la oferta inmobiliaria creciera a todos los polos de la ciudad donde se ins- talará. La recién inaugurada Refinería de la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila S.A. dio un golpe de ímpetu en la venta de los lotes y la construcción de vivienda en Clavería, dado que se localizaba a menos de 500 m de la Calzada Azcapotzalco; auna- do al establecimiento del Sindicato de los Ferrocarrileros en la zona de Pantaco y la Compañía Eléctrica (la cual se estableció al poniente de la Calzada Azcapotzalco). Para el proyecto de la expansión de la colonia El Imparcial, estaría a cargo de la Compañía Bancaria de Obras y Bienes Raíces S.A. que continuaba en operación y las tareas de lotificación, promoción y venta estuvieron en manos de la inmobi- liaria Carrera y Zavalza , formada por la propia familia Manterola asociada con Juan Lene - inversionista de origen francés. Los lineamientos de la nueva traza se- rían los mismos que dictó el Reglamento de 1900: Manzanas que miden 100m por 70m con esquinas ochavadas, camellones y jardines sobre la avenida principal (Figura 15). A 89 diferencia del proyecto anterior, en esta segunda etapa, se tuvo pensando espacios para el equipamiento: una iglesia y un mer- cado, aunque los proyectos para su cons- trucción llegaron una década más tarde. El Ingeniero Miguel Velázquez de León, quien firmó el primer boceto , proyectó el trazo de la colonia Clavería, contó con 26 manzanas, con lotes que variaban entre 650m2 hasta 900m2, las medidas de estos lotes, en promedio, iban de 15 m de fren- te por 42 a 50 m de fondo. La distribución de los lotes fue arbitraria y tuvo más relación con lo que los propietarios pu- dieran acceder y pagar (Figura 16). Estos predios estuvieron distribuidos al oriente de la Calzada Azcapotzalco, dando un as- pecto un terreno próspero para un habitar de la creciente clase media. Habían pasado ya diez años desde la construcción de los Chalets, en los cuales, las tecnologías domésticas demostrarían sus innovaciones: la cocina se reduciría, al dejar el carbón o el petróleo, y usar primordialmente gas. El cuarto de baño tendría mejoras en cuan- to al uso de materiales en las tuberías para el transporte del agua caliente. La vivienda que comenzó a construir- se en Clavería tuvo ciertas variedades, en primer plano, las revistas continuaron siendo una fuente de inspiración y quie- nes la construyeron no pretendieron cons- 90 Figura 16. Proyecto para la traza de la colonia Clavería y la regularización de sus calles, se puede apreciar la aparición de camellones centrales y glorietas en los cruces perpendiculares. Colonia Clavería Atzcapotzalco. AHDF, Planoteca. Módulo 3. Planero 7. Fajilla 37. Clasificación 401 (073) Año 1939. Septiembre 2015. ., ¡ I '" '" :! r il / I • I o z. b .... ( '. . " . ~ ~~ 10 ' " 1 ~ 1
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