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3 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS GRADOS DE LITERALIDAD EN LA TRADUCCIÓN DE SIETE FRAGMENTOS DE AMBARABÀ DE GIUSEPPE CULICCHIA QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADA EN LENGUA Y LITERATURAS MODERNAS (LETRAS ITALIANAS) PRESENTA: BRENDA OLIMPIA MORA SANTANA CON NÚMERO DE CUENTA: 402030045 ASESOR: LIC. TOMÁS SERRANO CORONADO MÉXICO, D. F. 2014 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 4 ÍNDICE AGRADECIMIENTOS………………………………………………………………........6 INTRODUCCIÓN………………………….……………………………………...……….7 CAPÍTULO I. Giuseppe Culicchia……………………………………........…………....11 1.1.Vida e influencias …………………………………...………………………..11 1.2. Ambarabà……………...………………………………………………………12 1.2.1. Sinopsis de la obra y de los textos traducidos………...……………….12 CAPÍTULO II. Análisis de los textos objeto de traducción……………………………15 2.1. Perspectiva narratológica……………………………………………………...15 2.1.1. Modos del discurso…………………………………………………….21 2.2. Aspectos formales…………………...………………………………………...22 2.2.1. Sintaxis y puntuación…. ………………………………………………22 2.2.2. Léxico………………………………………………………………….25 2.2.3. Grados de oralidad ……………………………………………………27 CAPÍTULO III. Literalidad y problemas de traducción, soluciones…………….........29 3.1. Concepto de traducción…………………………………...…………………..29 3.2. Literalidad. El concepto y nuestro concepto……………...…………………..29 3.3. Algunas estructuras sintácticas en contraste entre el italiano y el español…...35 3.3.1. El imperativo………………………………………………....................35 3.3.2. Los clíticos………………………………………………………...........37 a) La forma impersonal con el uso de clíticos 3.3.3. Los artículos indefinidos………………………………………………..39 3.3.4. Las oraciones subordinadas consecutivas………………………………39 3.3.5. El participio……………………………………………………………..40 a) El participio pasado como núcleo de oraciones subordinadas temporales b) El participio absoluto c) El uso de participio con valor modal condicional 3.3.6. El futuro…………………………………………………………………42 5 3.3.7. El pronombre ne…………………………………………………………43 a) Ne en sustitución de complementos del verbos prepositivos con di b) Ne partitivo c) Ne en verbos de moto da luogo 3.3.8. El infinitivo……………………………………………………………...45 a) En la construcción de perífrasis b) En verbos transitivos c) En perífrasis factitivas 3.3.9. El antepospretérito……….……………………..………………………47 3.3.10. Recursos de focalización………...………………….…………………48 a) La frase scissa b) Focalización y dislocación 3.3.11. El pronombre ci………………………………………………………..51 a) Como elemento de coherencia textual b) Como recurso epentético 3.3.12. El gerundio……………………………………………………………51 a) Con valor temporal b) Con valor modal / causal 3.3.13. El subjuntivo……………………………………………………….....53 CONCLUSIONES………………………………………………………………………...54 BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………….....56 BIBLIOGRAFÍA INFORMÁTICA……………………………………………………..57 APÉNDICE……………………………………………………………………………......58 - Texto de partida - Propuesta de traducción 6 AGRADECIMIENTOS Quiero agradecer infinitamente a Tomás Serrano, quien, desde el inicio y hasta el final de este proyecto, fue muy paciente al momento de transmitirme sus grandes conocimientos e incalculable experiencia como traductor, profesor y ser humano. A mi madre que me ha demostrado que todo es posible siempre y cuando se tenga la decisión de hacerlo. También agradezco a Brenda Jaimes por haber insistido en que terminara este proyecto y por su apoyo moral e incondicional. A Mary por todo lo que me ha dado y enseñado. A Osiris por su apoyo técnico. A todos mis alumnos, exalumnos y amigos porque, al momento de externar sus dudas, me obligaron a ampliar mi conocimiento. 7 INTRODUCCIÓN La realidad social se construye, se (re)crea, se mantiene y se cambia a través de las interacciones en que las personas se involucran en el día a día. Tuson y Calsamiglia ¿Podemos hacer “de tin marín de do pingüé”, o ambarabà ciccì coccò, al momento de decidir qué palabra se acerca más a lo que nosotros, traductores, interpretamos del texto original? Nuestro primer acercamiento a la lengua extranjera nos haría titubear; tal vez nos diría que no es posible hacer “de tin marín…”, porque ya contamos con los elementos gramaticales necesarios para resolver un ejercicio de traducción. Sin embargo, una vez que vamos adquiriendo conciencia de la sintaxis de la lengua extranjera, resulta evidente que nuestro primer acercamiento fue muy lejano al uso real de los elementos de esa nueva cultura. Entonces, es imprescindible desarrollar, poco a poco, un proceso desde el momento en que empezamos a estudiar una lengua extranjera para, posteriormente, atrevernos a hacer una propuesta de traducción. Aunque es importante hacer notar que el objetivo de aprender una lengua no es necesariamente el de traducir. Nuestro incremento en el reconocimiento de la aplicación de la lengua extranjera nos hace adquirir, implícitamente, una conciencia de nuestra propia lengua. Por tanto, nuestro aprendizaje teórico-práctico se va consolidando en la práctica. Es así como el proceso de elaborar una tesis constituye el último eslabón de ese proceso formativo. Al momento de estudiar o trabajar con una lengua extranjera, resulta necesario reflexionar sobre el uso de la misma con la intención de transmitir lo que se dice en ésta en el sistema lingüístico de nuestra propia lengua. En una formación escolarizada, como estudiantes, recibimos reglas gramaticales para posteriormente aplicarlas al momento de comunicarnos en la lengua de la que recibimos dicha formación. Es entonces cuando el hablante “extranjero” se da cuenta de que los matices necesarios para lograr comunicar los “efectos expresivos” 1 no están presentes en las reglas que se adquieren durante la clase de 1 Francisco Matte, p. IX. 8 lengua. De este modo, surge la necesidad de hacer un análisis minucioso sobre el uso y normas de la estructura de ambas lenguas: lengua materna y lengua extranjera. Es frecuente afirmar que el acto de traducir entre dos sistemas lingüísticos muy emparentados, como es el caso entre el italiano y el español, es casi automático. Si bien es cierto que hay una gran correspondencia entre las lenguas de trabajo, lo cual hace posible una traducción literal, por detrás de esa gran transparencia existente entre ellas se ocultan muchas estructuras y formas de decir que son la verdadera fuente de errores que, en el caso de estas lenguas de trabajo, se conocen como italianismos, y que no son más que calcos sintácticosque, si bien, en el mejor de los casos, no afectan el sentido del mensaje, sí atentan, en cambio, contra la naturaleza de la lengua de llegada. Estas formas de decir pueden presentarse con matices muy variados: un ejemplo de ello es la frase scissa de la morfosintaxis italiana, cuya estructura es totalmente imposible respetar en la lengua de llegada, por lo tanto, debemos optar por una reelaboración sintáctica que, en este caso específico, es obligatoria. Si tomamos en cuenta otros aspectos de las estructuras lingüísticas, notamos que ambas lenguas, al estar emparentadas, como ya lo señalamos anteriormente, comparten un alto porcentaje de estructuras en las que a veces será posible ser literales – como es el caso del empleo del passato prossimo cuando éste corresponde al antepresente en español. Sin embargo, esta misma estructura tiene un uso más vasto en la lengua de partida que en español, por lo que en este caso no será posible la literalidad y habrá que optar por una estructura distinta: el pretérito perfecto simple. Por otro lado, hay estructuras que, si bien comparten usos, conservan otros muy distintos en una y otra lengua – como es el caso del subjuntivo. También aquí estaremos frente a posibilidades de una traducción literal que, no obstante, nos puede hacer cometer errores si no tenemos claro en qué medida ésta es posible y aconsejable. Un conocimiento profundo del funcionamiento morfosintáctico de los dos sistemas lingüísticos es la única garantía de sortear este tipo de problemas que muy a menudo engaña a traductores con mucha experiencia. Desde nuestro concepto de literalidad, así como lo tratamos a lo largo de este trabajo, ésta no es una prerrogativa del traductor; antes bien, está determinada por la equivalencia formal entre ambas lenguas de trabajo, es decir lengua de partida (lengua que se traduce o lengua original) y lengua de llegada (lengua a la que se traduce). Contrastar el 9 funcionamiento de estas estructuras es el objeto central de nuestros comentarios a la traducción que proponemos. Ahora bien, el proceso de traducir se constituye de dos grandes fases: la apropiación del texto de partida (texto original) y la formulación del texto de llegada (texto traducido). La calidad de esta última está condicionada por la agudeza analítica de la primera fase. Por ello, en este trabajo proponemos varias perspectivas desde las cuales podemos acercarnos mejor al texto de partida; entre otras, la perspectiva narratológica, que si bien no es objeto de comentario alguno, fue de gran utilidad en la formulación de nuestra propuesta de traducción, toda vez que, entre otras cosas, permite tener cuenta de las voces presentes en cada relato y, en consecuencia, de los respectivos niveles de lengua. También nos permitió darnos cuenta de la mirada que existe entre el narrador y los personajes y, de este modo, tratar de mantener los matices más sutiles que dan cuenta de esta relación. Si consideramos que una de las circunstancias que garantizan la calidad de una traducción es aquella en la cual un traductor se especializa en un autor particular, resulta importante tener un amplio conocimiento de éste. Por ello, consideramos que para elaborar una propuesta de traducción decorosa, es necesario analizar la obra desde varios ángulos. En este trabajo, decidimos indagar sobre la vida y obra del autor –esta información se encuentra en el primer capítulo– con la finalidad de reconocer los elementos característicos de su estilo –si no de su obra completa, por lo menos sí de áquella de la que seleccionamos los relatos objeto de este proyecto– para, posteriormente, tomar las decisiones que mejor den cuenta de estos rasgos formales en nuestra traducción. Pensamos, también, que otro aspecto imprescindible a considerar para lograr una adecuada traducción es la historia de las lenguas que están en juego que, si bien en algún momento mantuvieron una semejanza mayor, cada una de ellas evolucionó de manera distinta: en el caso particular del español de México, con una fuerte influencia de lenguas indígenas, por ejemplo; en el caso del italiano que, al haber permanecido en el lugar de origen de la lengua madre, ha conservado de ésta ciertas estructuras que en sus lenguas hermanas resultan o arcaicas o fuera de uso, amén de la enorme flexibilidad sintáctica tan característica. Esta información resulta necesaria y básica para el traductor ya que, como se verá en el análisis de este trabajo, no basta con conocer, separadamente, las estructuras gramaticales de las lenguas con las que trabaja. Será el análisis contrastivo de éstas lo que 10 le dará al traductor una conciencia analítica para formular su propuesta y, por otro lado, le evitará caer en errores causados por la transparencia parcial o falsa transparencia existente entre los sistemas lingüísticos con los que opera. El último aspecto tratado en este proyecto, pero no por ello menos importante, resulta del estudio de las lenguas: la literalidad y los problemas a los que nos enfrentamos al momento de proponer la traducción de siete fragmentos de Ambarabà. Estos temas se tratan en el tercero y último capítulos de este trabajo. En la parte final se puede revisar un apéndice en el que es posible comparar el texto de partida con nuestra propuesta de traducción. Con este análisis pretendemos dar pie a una serie de elementos necesarios que deben ser tomados en cuenta por todo traductor. Consideramos que este estudio puede ser objeto de extensión debido a que una traducción siempre es perfectible y, por tanto, está en cambio continuamente. 11 CAPÍTULO I Giuseppe Culicchia 2 1.1.Vida e influencias Giuseppe Culicchia nació el 30 de abril de 1965, en Turín, Piamonte. Hijo de un barbero siciliano y de una obrera piemontesa, sus primeras lecturas no fueron más allá de la enciclopedia italiana Conoscere, obra de los años 50 dedicada a los jóvenes. Durante sus estudios universitarios escribió los primeros esbozos de sus historias en una biblioteca de Palazzo Nuovo y en las salas de Caffè Fiorio, en Turín. Trabajó como ayudante de bibliotecario en Londres, donde escribió los cuentos que después publicara el escritor Pier Vittorio Tondelli – reconocido autor de la novela Altri libertini que fue censurada por su obscenidad. Fue él quien le brindó a Giuseppe Culicchia la oportunidad de publicar algunos de sus cuentos en la antología Papergang-Under 25, en 1990. En esta antología, Tondelli abrió camino a los escritores de la nueva narrativa italiana. Posteriormente, Culicchia regresó a Turín y, como deseaba continuar escribiendo, buscó trabajo en una librería. En ésta descubrió que Thomas Bernhard – novelista, dramaturgo y poeta austriaco – había publicado una novela de casi quinientas páginas con únicamente un punto y a parte (el cual se encontraba más o menos hasta la mitad del texto); de él recibe una clara y evidente influencia tanto en su estilística como en su temática. La primera novela de Giuseppe Culicchia, Tutti giù per terra, se publicó en 1994 y por ella recibió el Premio Montblanc y Grinzane Cavour en 1995 – la cual sería llevada al cine dos años más tarde por el director Davide Ferrario. Al año siguiente, publicó la novela Paso doble, continuación del libro precedente, y, en 1997, Bla bla bla. En el 2000 dio a conocer su obra literaria Ambarabà, una serie de relatos que suceden al interior de una estación del metro en una gran metrópoli. En 2001, publicó la novela A spasso con Anselm y al año siguiente Liberi tutti, quasi, continuación de la anterior. Dos años más tarde sale a la luz su novela Il paese delle meraviglie, por la que recibió el Premio Grinzane Cavour Francia. En 2005, el autor publicó Torino è casa mia, donde hace una descripción narrativa de su ciudad natal. Muri & duri. Analisi,esegesi, fenomenologia comparata e storia dei reperti vandalici in Torino se publicó en 2006, y en el mismo año también Ecce Toro. En 2 Todos los datos biográficos se tomaron de: http://www.giuseppeculicchia.it/biografia/ y de http://www.zam.it/biografia_Giuseppe_Culicchia http://www.giuseppeculicchia.it/biografia/ http://www.zam.it/biografia_Giuseppe_Culicchia 12 2007, publicó dos obras: Ritorno a Torino dei Signori Tornio. Atto unico y Un’estate al mare. En 2008, vuelve a publicar Torino è casa mia, pero esta vez en una edición que contiene cuatro audiolibros. Brucia la città se publicó en 2009. En 2010, Sicilia, o cara – Un viaggio sentimentale y, en 2011, Ameni inganni. En 2012, publicó Venere in metrò y, su última novela, Ba-da-bum! (Ma la Mole no), donde una vez más hace un homenaje a su ciudad natal, publicada en mayo del mismo año. Algunas de las editoriales en las que han publicado sus obras son: Laterza, Einaudi, Feltrinelli y Mondadori. También es necesario mencionar que ha sido traductor de Mark Twain, Francis Scott Fitzgerald y Bred Easton Ellis. En la obra narrativa de Giuseppe Culicchia podemos encontrar influencias de Ernest Hemingway, quien participó en ambas Guerras Mundiales y quien posee un estilo característico del empleo de elementos trágicos y reales del momento que representa. 1.2. Ambarabà 3 1.2.1. Sinopsis de la obra y de los textos traducidos A continuación, describiremos de manera breve cada uno de los relatos de la obra literaria, pero nos extenderemos más cuando hablemos de los textos que fueron objeto de traducción. Cabe mencionar que la elección de éstos se debió a que dieron pie a una amplia argumentación en la propuesta de traducción, así como también a una confrontación entre los dos sistemas lingüísticos en juego. Ambarabà es un compendio de veintiún relatos que se desarrollan en una ciudad, en una estación del metro. Mientras veintiún personas se encuentran esperando la llegada del metro en una estación subterránea, una de ellas se encarga de echar a volar su imaginación. Este “vuelo” consiste tanto en hacer especulaciones sobre la vida de las demás personas como también en formar parte del mundo de éstas. Cada uno de los personajes descritos refleja la sociedad urbana de nuestros días; la cual se plasma con un cierto pesimismo y se permea de un sinfín de precariedades típicas de una metrópoli considerando temas tales como la soledad, la nostalgia, la depresión, la pobreza, la paranoia, el racismo, la intolerancia, el egoísmo, la neurosis, la torpeza, etc. 3 Giuseppe Culicchia, Ambarabà, Garzanti, 2002. 13 La imagen de un hombre con los ojos cerrados es la que podemos percibir en el primer relato traducido. Mientras los mantiene de ese modo recuerda su infancia, una infancia difícil transcurrida con su padre, un hombre muy severo, pero, al mismo tiempo, al lado de un abuelo amigable con quien pasaba tardes y momentos maravillosos. En este relato podemos notar la soledad que se vive en la época actual, el ensimismamiento que cada vez se convierte en algo más común y cotidiano. El segundo relato nos hace ver la vida que lleva una chica que empieza a formar parte del difícil mundo laboral actual; una chica que, mientas espera la llegada del metro, fija su mirada ante la imagen de un anuncio con un campo de trigo y éste la hace recordar el primer trabajo que tuvo que aceptar por necesidad. Un vagabundo que anteriormente contaba con trabajo y familia es el protagonista del tercer relato. Él se encarga de detallar el paisaje vivido por alguien que, después de tenerlo todo en la vida, por causas del destino y al mismo tiempo por su propia elección, se queda sin nada, y ahora que no cuenta con nada se da cuenta del mundo tan superficial en el que vivía, al mismo tiempo que percibe la indiferencia de quienes lo rodean. La paranoia es el tema principal del cuarto relato. Una chica que se encuentra en un supermercado comienza a sentirse amenazada por todas las personas que están en el lugar: clientes, vigilantes, cajeras, etcétera, y lo único que desea por el momento, con la esperanza y necesidad de sentirse tranquila, es llegar a su casa. Un chico lleno de problemas existenciales y familiares es el protagonista del quinto relato. La protagonista del sexto relato es una fotógrafa poco relacionada con la nueva vida que ha decidido empezar. Un trabajador con empleos precarios y temporales es la figura principal del séptimo relato. El octavo relato trata de una adolescente que quiere convertirse en modelo famosa, lo cual le acarrea una serie de trastornos alimenticios. El protagonista del noveno cuento es un racista mimado por su madre. Un hombre extranjero y solitario, rodeado sólo por sus tres perros, ajeno a la sociedad en que vive, es la figura central del décimo cuento. Una mujer de cuarenta y dos años, engañada por su marido, que está en busca de una nueva relación sentimental, es la protagonista del décimo primer relato. En el relato número doce, el protagonista nos muestra la experiencia vivida por un chico que, en una noche de diversión en una discoteca llena de gente y de música a todo volumen, conoce a una chica con quien vive una serie de situaciones en ese momento; por 14 lo que se dan cita para encontrarse al día siguiente, pero, debido a su estado anímico de la noche anterior, el chico no sabe exactamente a quién debe buscar. La descripción de la difícil vida de un repartidor de carnes es el elemento distintivo del décimo tercer relato. La relación tan deficiente entre una madre y su hija es característica del décimo cuarto relato. El décimo quinto trata de un hombre que se da masajes en un pie mientras espera la llegada del metro sin importarle la gente que lo rodea y lo mira. Un joven de treinta y nueve años, quien vive en casa de sus padres y que se prepara para una cita a ciegas, es el protagonista del décimo sexto relato. La ineptitud para realizar un robo con una pistola de juguete es el tema que surge en el décimo séptimo relato traducido. Un chico que pretende asaltar un negocio de quesos lujosos es sorprendido por la empleada de la tienda al notar que su arma es de juguete. No obstante, lo ataca y arma un alboroto en el establecimiento. Un amor enfermizo y ciego es lo que siente la protagonista del décimo octavo relato por su dentista. Un joven de veinticinco años de edad que se ve obligado a trabajar como mecánico es el protagonista del décimo noveno relato. El protagonista del vigésimo es un hombre que hojea el periódico mientras espera la llegada del metro con la finalidad de evitar cualquier tipo de contacto con quienes lo rodean. En el vigésimo primero y último relato de Ambarabà vemos a él, al “observador”, el encargado de decidir el destino de una de las personas ahí presentes. 15 CAPÍTULO II Análisis de los textos objeto de traducción 2.1. Perspectiva narratológica En el acto de construir un relato, un autor instaura una situación narrativa en la cual es necesario configurar a un narrador y a un narratario, a este proceso se le llama narratología. Sobre este término, Luz Aurora Pimentel nos dice en su libro El relato en perspectiva que: “Los aspectos de los que se ocupa la narratología son … la situación de enunciación, las estructuras temporales, la perspectiva que orienta al relato, así como la indagación sobre sus modos de significación y de articulación discursiva” 4 . Dicho lo anterior, en la construcción del relato, resulta necesario tener presente al narratario –esa figura a la cual se le cuenta una historia y que puede aparecer de manera explícita o, más comúnmente, de manera implícita– y al narrador –que puede reflejar toda esa variedad dela que habla Luz Aurora Pimentel. En el caso de Giuseppe Culicchia, en la obra Ambarabà podemos notar una variedad de narradores por los juegos de voces con los que el autor va describiendo el desarrollo de los diferentes relatos. En él resulta muy evidente la intervención y alternancia constantes entre la primera y tercera personas de singular en los narradores. Comenzando con el análisis narratológico de la introducción de Ambarabà encontramos, primeramente, un narrador extradiegético, que sólo toma la voz de un testimonio de la historia, mas nunca la de un participante de la misma: La città è una città. Solida. Liquida. Gassosa. Sopra arterie d‟asfalto sezionano pietra, vetro, cemento, acciaio. Sotto vene di plastica pulsano acqua, feci, energia, informazioni. Intorno aria: condizionata dentro, addizionata fuori. Dappertutto un continuo viavai di corpi. Lungo strade e attraverso stanze su e giù per corridoi, ascensori e scale mobili. Seguendo queste sino in fondo ci si inoltra nel buio. Nel buio rotto dagli squarci al neon delle stazioni. Nel buio dove treni corrono veloci. All‟interno di una pausa luminosa, in ventuno aspettano il prossimo convoglio. Nessuno conosce nessuno e perciò nessuno parla. Tutti aspettano soltanto. Il primo tiene gli occhi chiusi [...] Il ventunesimo 4 Luz Aurora Pimentel, El relato en perspectiva, p. 8. 16 è lui. Caratteri elettronici segnalano quanto resta da aspettare. Mancano meno di dieci minuti. Poi il treno arriverà. 5 En este ejemplo, es evidente el uso de la tercera persona, lo cual hace que el narrador no forme parte de la diégesis: “un mundo poblado de seres y objetos inscritos en un espacio y un tiempo cuantificables, … un mundo animado por acontecimientos interrelacionados que lo orientan y le dan su identidad al proponerlo como una <<historia>>”. 6 En el primer relato encontramos un narrador del tipo omnisciente al momento de iniciar la descripción: Il primo tiene gli occhi chiusi. Sposato. Due figli. Lavora in borsa. La sua vita consiste da anni nella declinazione del verbo urlare. Io urlo tu urli lei urla. Noi urleremo voi urlerete e loro pure. Gli unici momenti della giornata in cui riesce a sottrarsi alle urla proprie e altrui corrispondono ai suoi brevi viaggi in metropolitana. Allora chiude gli occhi e dato che non è più capace di sognare ricorda. Oggi, ad esempio, il nonno. Il nonno non parlava granché, ma certe volte dopo un paio di bicchieri diventava allegro. Cantava. (A, p. 13). Pero, inmediatamente después, este narrador se vuelve metadiegético, por lo que la narración pasa a ser de segundo grado y, por lo tanto, se convierte en una metadiégesis, es decir el personaje de la historia narrada narra, a su vez, en primera persona, otra historia que le ocurrió, en otra dimensión espacio/temporal con otros o con los mismos personajes: Mi aveva insegnato un mucchio di canzoni in voga quando lui e la nonna si erano conosciuti. L‟estate era vicina. La fine della scuola anche. Non vedevo l‟ora di tornare a casa per cantare con lui. Ci facevamo delle grandi cantate. (A, p. 13). El relato avanza así en un alternarse de narrador diegético y extradiegético. Al inicio del segundo relato, una vez más, se puede notar la alternancia de un narrador diegético –La seconda si ascolta respirare– con un narrador extradiegético: Mentre respira non pensa ai minuti che mancano al prossimo treno. Mentre respira non bada alle altre persone in attesa nello squarcio illuminato. Mentre respira riesce soltanto a osservare un manifesto. Come ipnotizzata. Immobile. 5 Giuseppe Culicchia, Ambarabà; en adelante, A. p. 11. 6 Luz Aurora Pimentel, op. cit., p. 11. 17 Sul manifesto c‟è un campo di grano. Centinaia, migliaia, milioni di spighe. Tutte uguali. Una accanto all‟altra. Non si capisce se manipolate graficamente oppure geneticamente. In ogni caso, lei non le vede. (A, p. 19). Nótese aquí la participación de un segundo narrador, que es también personaje, la protagonista, quien habla para referirse a lo que piensa, recuerda, considera: Quando i peli hanno tanta parte in quello che fai, ti ci devi abituare. Fingerti indifferente. Cercare di ignorarli. Se cominci a pensare ai peli sei fregata. La tua lingua smette di obbedirti. E dato che non te lo puoi permettere, concentrati su ciò che ti pare, tranne che sui peli. Anche perché mentre lo fai non puoi mica sciacquarti la bocca. Al cliente non piacerebbe. Oltretutto, la cosa si regge sulla saliva. La tua materia prima. Che in teoria separa la tua lingua dalla superficie da leccare. (A, p. 19). En el tercer relato, al inicio del mismo, el tipo de narrador es extradiegético, al momento de introducir al protagonista: “Il terzo si gratta la barba”. Pero de inmediato se puede notar que su conocimiento del personaje es mucho más amplio y, por lo tanto, se convierte en un narrador omnisciente: “A differenza delle altre persone in attesa sul marciapiede, non sta aspettando il prossimo treno. Al suo arrivo potrebbe anche decidere di salirci sopra, naturalmente, ma ciò non significa nulla”(A, p. 25); pero después de hacer la descripción del personaje se convierte en un narrador homodiegético. El discurso es figural directo, es decir que “el personaje pronuncia sus propias palabras, sin intermediación alguna. El discurso del personaje puede aparecer en diálogo con otro, en forma de soliloquio, en voz alta, o de monólogo interior ... el discurso figural queda referido tal y como supuestamente lo pronunció el personaje en cuestión” 7 : “Un lumacone nero, ecco che cosa sono ormai, un lumacone nero” (A, p. 25). A pesar de que esperaríamos un cambio de tipografía el momento de pasar a discurso directo (comillas, guiones, cambios de tipo o de línea), Culicchia decide no hacer uso de ésta y es así como el lector/traductor debe contar con la agudeza necesaria para notar el cambio de voces. En el cuarto relato podemos notar una alternancia de voces, las cuales hacen que haya un narrador omnisciente: “La quarta stringe un sacchetto di nylon. Dentro il sacchetto ci sono delle ciabatte rosse. Le ha appena acquistate” (A, p. 31). Posteriormente comienza 7 ibidem, p. 86. 18 un discurso directo con la primera persona del singular, lo cual hace que intervenga un narrador homodiegético protagonista: “Dio mio quanta gente. Non mi piace questo posto” (A, p. 31). Más adelante, cuando la protagonista del relato está de regreso en su casa, recuerda cómo logra hablar con personas desconocidas sin que ello le cause problemas: “Buongiorno, signore, mi scusi se la disturbo, lei che tipo di pelle ha: delicata, molto delicata o ultradelicata?” (A, p. 34), por lo que el narrador es metadiegético. En el relato número doce, como en todos los relatos anteriores, hay una alternancia de voces narradoras; primeramente está la voz de un narrador extradiegético: “Il dodicesimo ascolta musica da un walkman” (A, p. 79), pero inmediatamente después surge la voz de un narrador homodiegético protagonista: “E mentre cerco di disincagliarmi dall’incredibile intreccio di corpi sudati che intasa l’asfalto senza interruzioni” (A, p. 79). Del relato décimo séptimo, una vez más, resulta evidente la intervención de un narrador omnisciente: Il diciassettesimo controlla l‟orologio. E, con l‟orologio, l‟ingresso alla sua destra. L‟idea che all‟arrivo del prossimo treno manchino circa dieci minuti lo innervoscisce parecchio. Scendendo le scale di corsa, poco fa, sperava proprio di riuscire a salire su quello precedente. Ma quando si è affacciato sul marciapiede le porte del convoglio si erano appena chiuse, e le sue urla non sono servite a niente. (A, p. 109). Posteriormente,el resto del relato cambia a la voz de un narrador protagonista, por lo que el relato se describe en primera persona. Sin embargo, es importante señalar que el relato se forma de una pausa digresiva, de la cual Pimentel explica que: se definen como aquellas interrupciones en el discruso narrativo para dar paso al discurso del narrador en su propia voz … Son pausas de naturaleza extradiegética y pertenecen al dominio de la reflexión más que al de la narración … no modifica la relación temporal entre historia y discurso, debido a que en la digresión lo que se interrumpe es precisamente el discurso narrativo para dar paso a otro tipo de discurso, el doxal, y por tanto eso significa acceder a una dimensión de discurso extradiegética. 8 8 ibidem, p. 52. 19 Esto se ejemplifica con el siguiente texto, en el que el protagnista da cuenta de la desesperación por la que está atravesando: Merda che sfiga quel cazzo di treno perché non si è fermato ad aspettarmi sono nella merda più totale un mare di merda un oceano di merda sprizzo merda da tutti i pori sono state quelle anfetamine a friggermi il cervello e mentre scappavo a razzo devo anche aver pestato una merda vera perché sento una puzza di merda pazzesca porca puttana quanto ci mette ad arrivare quest‟altro treno del cazzo […] mi sono buttato qua sotto sperando di riuscire ad acchiappare il primo treno e invece quel vermone è partito senza darmi il tempo di zompargli dentro ora però manca davvero poco mi basta ancora solo più un minimo di culo su su su avanti cazzo muoviti che quelli possono piombarmi addosso da un momento all‟altro giuro che se ne vengo fuori per un po‟ me ne starò tranquo. (A, p. 109). Como el resto de los relatos, éste cierra con la voz de un narrador omnisciente: “Dal buio della galleria giunge l’eco di un boato. Di lui non si accorge nessuno. Il treno sta arrivando”. El último relato de Ambarabà inicia con la voz de un narrador omnisciente en las primeras tres líneas: “Il ventunesimo è lui. Nella stazione è sceso per ultimo, pochi secondi dopo gli altri. Ora se ne sta all’ingresso del marciapiede, alle spalle di tutti. Oggi è particularmente di buon umore: sotto la doccia, questa mattina, si è persino messo a fischiettare una canzone che odia...” (A, p. 133). Posteriormente, el narrador va alternándose entre protagonista y segunda persona: Così, eccovi qua. Vediamo un po‟ quanti siete: uno, due, tre, quattro, cinque, sei, sette, otto, nove, dieci, undici, dodici, tredici, quattordici, quindici, sedici, diciassette, diciotto, diciannove, venti. Con me, ventuno. Ma io non conto. È come se non ci fossi. Quanto manca? Meno di dieci minuti. Giusto il tempo di scoprire a chi tocca. Non sarà facile. Come scegliere? Che fare? Ambarabà ciccì coccò venti civette sul comò, che facevano l‟amore con la figlia del dottore... Sempre che non arrivi qualcun altro, naturalmente. (A, p. 133). Más adelante, retoma la voz del narrador de segunda persona: 20 Scommetto che vi sembra tutto normale, qua sotto: niente che vi aspettaste di trovare, non è vero? Le luci aritificiali che piovono dall‟alto. Le scritte pubblicitarie alle pareti. Il budello nero nel quale contate di infilarvi sotto la città. Donne e uomini. Giovani e vecchi. … Nessuno di voi vuole aiutarmi producendosi in qualcosa di straordinario? Chessò, mettendosi a camminare sulle mani a testa in giù o esibendosi come mangiafuoco davanti alle telecamere di sorveglianza? No, pare di no. (A, p. 133). Después, recurre a la voz de un narrador observador –“Uno tiene gli occhi chiusi. Una accarezza una macchina fotografica. Uno si pettina. Una stringe un sacchetto di nylon. Chi si tasta il cranio, chi fissa il pavimento.” (A, p. 135)–, para posteriormente recurrir al punto de vista de un narrador omnisciente –“Nessuno conosce nessuno e perciò nessuno parla.” (A, p. 135)– y alternar, una vez más, con el narrador de segunda persona – : Può anche darsi che stiate tutti ripensando al vostro primo giorno di scuola, e agli estranei che allora vi stavano intorno, come adesso quaggiù nella metropolitana. Soltanto che a quel tempo eravate bambini, mentre questo è il mondo dei grandi. … Su, allora, a chi tocca? A quello che si gratta la barba? O a questo che controlla l‟orologio? A te, che dormi con tre cani al guinzaglio? O a te, che giochi con un pacchetto di Marlboro? O magari a te, che ti infili le dita nel naso? A me basta stare attento alle telecamere. Scegliere la giusta angolazione. Mantenermi a distanza di sicurezza. Poi, una spinta. E il gioco è fatto. (A, p. 137). Finalmente, el relato termina como los demás. Dado que el traductor es el lector por excelencia, es obvio que un conocimiento consciente de lo que es la perspectiva narratológica le proporcionará elementos de análisis que, sin duda, redundarán en una mayor apropiación del texto de partida y, en consecuencia, se logrará una traducción más fiel al original. 2.1.1. Modos del discurso Según Adam (citado por Tusón y Calsamiglia en Las cosas del decir), los modos de organización del discurso son cinco: narración, descripción, explicación, diálogo y argumentación. Resulta necesario señalar que en Ambarabà los modos discursivos más 21 frecuentes son la narración y la descripción, por lo que nos enfocaremos solamente en el análisis de estos modos discursivos. La narración es una de las formas de expresión que más usan las personas; un elemento básico y fundamental en la trasmisión cultural. Puede combinarse con cualquier otro de los modos: en el diálogo, en forma de anécdota, chiste, comentario, etcétera. En la descripción, adquiere a veces la forma de relato. En cuanto a su estructura interna, ésta cuenta con cinco constituyentes básicos: - Temporalidad: existe una sucesión de acontecimientos en un tiempo que transcurre, que avanza. - Unidad temática: se garantiza cuando menos por un sujeto-actor, animado o inanimado, individual o colectivo, agente o paciente. - Transformación: los estados o predicados cambian, por ejemplo, de tristeza a alegría, de degracia a felicidad, de plenitud a vacío, de pobreza a riqueza, etc. - Unidad de acción: a partir de una situación inicial se llega a una situación final por el proceso de transformación. - Causalidad: hay una intriga, que se crea por las relaciones causales entre los acontecimientos. He aquí los elementos morfosintácticos y discursivos más característicos de este modo del discurso: - El tiempo verbal por excelencia en la narración es el pretérito indefinido, en alternancia con el antepresente y el antecopretérito 9 . Sin embargo, también el uso del presente, sobre todo en las narraciones históricas, en los resúmenes del relato, etc. - Los conectores y marcadores más usados se dan en relación con las diferentes partes de la narración. En la parte dedicada a la acción y a las transformaciones, suelen ser más frecuentes los de carácter temporal, causal y consecutivo. - El punto de vista: un relato se puede narrar en primera o tercera personas; puede contarse desde dentro de la propia narración, por uno de los actores mismos, o desde fuera. 9 Conviene señalar que esta nomenclatura de tiempos verbales pertenece a la convención americana. 22 Con la descripción, expresamos la manera de percibir el mundo por los sentidos y por la mente que recuerda, asocia, imagina e interpreta. La descripción se aplica tanto a estados como a procesos, y se realiza según una perspectiva o punto de vista determinados, desde el ángulo más objetivo al más subjetivo. Así, la descripción dependerá del propósito que se pretende, ya sea informar, expresar, argumentar o dirigir. En el ámbito literario, la secuencia descriptiva es partesustancial de los relatos puesto que, junto con la narración y el diálogo, representa el mundo de la ficción. Los elementos lingüísticos-discursivos característicos de la descripción son: - El léxico nominal (sustantivos y adjetivos). - El despliegue sintáctico nominal (oraciones adjetivas y complementación). - Los tiempos verbales de presente o imperfecto de indicativo. Éstos dependerán de la actitud y de la posición del hablante. - Los deícticos de tiempo y de espacio. Como procedimiento discursivo de la descripción existe la enumeración. 2.2. Aspectos formales 2.2.1. Sintaxis y puntuación En los textos traducidos, podemos encontrar construcciones sintácticas de distinto tipo, como la que se observa en la introducción de Ambarabà: La città è una città. Solida. Liquida. Gassosa. Sopra arterie d‟asfalto sezionano pietra, vetro, cemento, acciaio. Sotto vene di plastica pulsano acqua, feci, energia, informazioni. Intorno aria: condizionata dentro, addizionata fuori. Dappertutto un continuo viavai di corpi. Lungo strade e attraverso stanze su e giù per corridoi, ascensori e scale mobili. (A, p. 11). En este ejemplo encontramos no sólo frases simples constituidas por un solo núcleo verbal, sino incluso elementos sintácticos aislados, pero que no son otra cosa más que constituyentes de esas frases simples. Asimismo, podemos notar frases con el verbo elidido dada la obviedad de éste a nivel semántico. El siguiente fragmento, correspondiente al relato número doce, sirve para ejemplificar una sintaxis de estilo paratáctico, es decir, una unión de frases sin conjunciones: 23 E mentre cerco di disincagliarmi dall‟incredibile intreccio di corpi sudati che intasa l‟asfalto senza interruzioni centimetro quadrato dopo centimetro quadrato [...] lei un varano femmina davvero stupendo, coperta di squame verdi di plastica incollate su tutta l‟epidermide, che mi diceva LO SAI CHE C‟ERA PERFINO SCRITTO SULL‟OROSCOPO CHE QUESTA SERA AVREI INCONTRATO L‟UOMO DELLA MIA VITA?, oppure DOMANI ALLA STREET PARADE VOGLIO PROPRIO SDARE, METTI CHE IL PROSSIMO ANNO NON LA FANNO PIÙ PERCHÉ LA TERRA È STATA COLPITA DA UNA COMETA GIGANTESCA, e anche SECONDO TE I TURCHI HANNO GIÀ INVENTATO IL KEBAB TRANSGENICO 10 ?, e io non sapevo che cosa risponderle... (A, p. 79). Basten estos dos ejemplos para dar cuenta de los dos extremos del péndulo entre los que oscila el estilo de Giuseppe Culicchia. Como puede notarse leyendo al autor, lo mismo podemos encontrar un estilo paratáctico, es decir una sobreabundancia de relaciones sintácticas por coordinación; como un estilo hipotáctico, o sea, una abundancia de relaciones por subordinación. Esta sintaxis aparece de manera explícita mediante los signos de puntuación más frecuentes en el autor (puntos y comas). El uso de la puntuación en esta obra de Culicchia puede ser muy canónica, es decir, en el caso del punto y seguido, empleada después de oraciones que se constituyen por un sujeto, verbo y complemento, como en el ejemplo siguiente: Il primo tiene gli occhi chiusi. La seconda si ascolta respirare. Il terzo si gratta la barba. La quarta stringe un sacchetto di nylon. Il quinto gioca con un pacchetto di Marlboro. La sesta accarezza una macchina fotografica. Il settimo si infila le dita nel naso. L‟ottava non stacca gli occhi da un paio di gambe. Il nono si tasta il cranio. Il decimo porta tre cani al guinzaglio. L‟undicesima si colora le labbra. Il dodicesimo ascolta musica da un walkman. Il tredicesimo puzza di sudore. La quattordicesima fissa il pavimento. Il quindicesimo si massaggia un piede. Il sedicesimo si pettina. Il diciassettesimo controlla l‟orologio. La diciottesima guarda un tipo dal sorriso strano. Il diciannovesimo sorride strano. Il ventesimo legge il giornale. Il ventunesimo è lui. (A, p. 11). 10 El uso de mayúsculas pertenece al texto original. 24 Estas oraciones, ordenadas de manera canónica (sujeto, verbo, objeto), constituyen un fuerte paralelismo sintáctico en el autor. Pero, igualmente, como resulta en el ejemplo de hipotaxis, la puntuación puede ser arbitraria. Aunque también hay casos en que existe un uso exagerado de puntuación: Il primo tiene gli occhi chiusi. Sposato. Due figli. Lavora in borsa. La sua vita consiste da anni nella declinazione del verbo urlare. Io urlo tu urli lei urla. Noi urleremo voi urlerete e loro pure. (A, p. 13). Mucho más evidentes resultan los paralelismos en el fragmento siguiente: La seconda si ascolta respirare. Mentre respira non pensa ai minuti che mancano al prossimo treno. Mentre respira non bada alle altre persone in attesa nello squarcio illuminato. Mentre respira riesce soltanto a osservare un manifesto. Come ipnotizzata. Immobile. Sul manifesto c‟è un campo di grano. Centinaia, migliaia, milioni di spighe. Tutte uguali. Una accanto all‟altra. Non si capisce se manipolate graficamente oppure geneticamente. In ogni caso, lei non le vede. Al posto delle spighe i suoi occhi vedono peli. Centinaia, migliaia, milioni di peli. (A, p. 19). En el relato décimo séptimo es notoria la ausencia de puntuación, esto con la intención de hacer notar en el lector el estado anímico del personaje, quien se encuentra desesperado después de su plan fallido: Merda che sfiga quel cazzo di treno perché non si è fermato ad aspettarmi sono nella merda più totale un mare di merda un oceano di merda sprizzo merda da tutti i pori sono state quelle anfetamine a friggermi il cervello e mentre scappavo a razzo devo anche aver pestato una merda vera perché sento una puzza di merda pazzesca porca puttana quanto ci mette ad arrivare quest‟altro treno del cazzo tutto colpa di quella troia di una commessa gnoma che per mia suprema sfiga personale non è stata partorita da sua madre sotto forma di aborto no la stronza è nata sana e con l‟hobby della commessa... (A, p. 109). Uno de los empleos que da Giuseppe Culicchia a las mayúsculas es referir diálogos imaginados o recordados por los personajes: 25 Ma non si può avere tutto. Infatti, niente rose né cravatte. Non resta che la banalità: alzarsi in piedi e urlare ANDATE A PRENDERVELO NEL CULO, STRONZI. Ma c‟è tempo. Non ho fretta. (A, p. 26). 2.2.2. Léxico Si bien prevalece en Culicchia un léxico común, no es sorprendente encontrar una amplia diversidad de niveles de lengua. Así, por ejemplo, es posible encontrar anomalías en el léxico, justificadas por la intención del autor de imitar el habla de los personajes. Véase el ejemplo siguiente: Mi venivano bene le voci di Stan Laurel e Oliver Hardy. Onlio, ho paiùra, esclamavo, convinto di avere i capelli dritti e la stessa faccia di Laurel. Non ti preocchiupàre, stupìdo, mi rispondevo, certo di essere ingrassato all‟istante quanto Hardy. (A, p. 13). En este ejemplo, la intención es hacer evidente la imitación del acento inglés por parte del protagonista del relato. En el segundo relato el autor recurre al léxico del aparato digestivo, dada la experiencia por la que está atravesando la protagonista del mismo: Così ciò che stai leccando finisce per aderire alla tua lingua. E nel momento in cui smetti di leccare ti rendi conto di come quell‟organo indolenzito al centro della tua bocca si sia ricoperto di peli. Allo stesso modo del tuo palato, d‟altronde. E della tua gola, del tuo esofago, del tuo stomaco. Tenue, crasso e retto compresi. (A, p. 19). 11 Por otro lado, es notable también en el autor la alternancia de un léxico obsceno con un léxico culto al que recurre para caracterizar a su personaje del tercer cuento: Un lumacone nero, ecco che cosa sono ormai, un lumacone nero. Ho sempre saputo che lo sarei diventato. Ma è stata una libera scelta, la mia. La sola che abbia mai fatto. I presenti non gradiscono: lo si intuisce da come evitanoanche solo di guardarmi. Be‟, è comprensibile. Sono trentasei mesi che non faccio un bagno. La mia vista provoca un certo ribrezzo persino a me, quando mi 11 A partir de esta nota y a lo largo de las restantes de este apartado, empleo cursivas para dar cuenta del léxico que usa el autor. 26 specchio nelle vetrine dei negozi o nei finestrini delle auto. Però adesso che ci penso potrebbero pure andare a prenderselo nel culo, questi stronzi. Anzi, quasi quasi mi alzo in piedi e glielo urlo in faccia: ANDATE A PRENDERVELO NEL CULO, SE NON VI VADO A GENIO. Temo sarebbe fiato sprecato, comunque. Un‟idea dell‟Universo a quest‟ora se la saranno fatta. Io finirei semplicemente per confermargliela. Il solito barbone rompicazzo, sospirerebbero. Meglio spiazzarli allora. Regalare una rosa profumata alle signore, e una bella cravatta ai signori. Forse però al momento sono sprovvisto di omaggi e beni voluttuari. (A, p. 25). En el cuarto relato se usa un tipo de léxico especializado relativo a ingredientes químicos de alimentos: I biscotti Bahlsen costavano quanto costano di solito. Contenevano farina di grano tenero tipo 0, zucchero, burro, sciroppo di zucchero invertito, derivati di siero di latte, agenti lievitanti, bicarbonato di sodio, bicarbonato di’ammonio e acido citrico, siero di latte in polvere, sale, latte intero in polvere, emulsionante, lecitine, latte scremato sempre in polvere, lattosio, aromi. (A, p. 32). En el décimo segundo relato, debido a que la historia se desarrolla en medio de la muchedumbre y en un lugar lleno de música electrónica a alto volumen, el léxico empleado por al autor hace que el lector se adentre en un ambiente juvenil: tutto sembra accadergli tale e quale lì e ora, al suono di quelle note. ... Anche per il rumore che fuoriesce dalle cuffie ... cerco di disincagliarmi dall‟incredibile intreccio di corpi sudati ... HAI MICA, UNA PASTIGLIA, AMICO ... ballavamo fianco a fianco l‟ultimo singolo dei Chemical Brothers che il dj suonava senza interruzione da quelle che sembravano almeno ventiaquttr‟ore... (A, p.79). En el relato número diecisiete, el registro que se emplea es el de un chico en estado de desesperación, ya que debe escapar de una situación que está fuera de su control, a pesar de haber sido él quien propició la misma. Es así como el léxico empleado está plagado de insultos y blasfemias: 27 Merda che sfiga quel cazzo di treno perché non si è fermato ad aspettarmi sono nella merda più totale di merda un oceano di merda … porca puttana quanto ci mette ad arrivare quest‟altro treno del cazzo … no la stronza è nata sana e con l‟hobby della commessa … nel paradiso delle commesse cagacazzo e cagherebbe il cazzo a nostro signore gesù cristo... (A, p. 109). Por último, el léxico que se usa en el relato vigésimo primero es el de un registro formal. El protagonista de este relato es, al mismo tiempo, el narrador testigo de los relatos anteriores presentes en Ambarabà. La estructura sintáctica en el habla del narrador omnisciente resulta canónica, es decir, las oraciones están conformadas por la estructura sujeto, verbo y complemento. En este relato, el autor echa mano de oraciones canónicas y esto hace también que el léxico empleado corresponda a un registro formal: Il ventunesimo è lui. Nella stazione è sceso per ultimo, pochi secondi dopo gli altri. Ora se ne sta all‟ingresso del marciapiede, alle spalle di tutti. Oggi è particolarmente di buon umore: sotto la doccia, questa mattina, si è persino messo a fischiettare una canzone che odia... Così, eccovi qua. Vediamo un po‟ quanti siete: uno, due, tre, quattro, cinque, sei, sette, otto, nove, dieci, undici, dodici, tredici, quattordici, quindici sedici, diciassette, diciotto, diciannove, venti. Con me, ventuno. Ma io non conto. È come se non ci fossi. Quanto manca? Meno di dieci minuti. Giusto il tempo di scoprire a chi tocca. Non sarà facile. Come scegliere? Che fare? Ambarabà ciccì coccò venti civette sul comò, che facevano l‟amore con la figlia del dottore... Sempre che non arrivi qualcun altro, naturalmente. Scommetto che vi sembra tutto normale, qua sotto: niente che vi aspettaste di trovare, non è vero? Le luci aritificiali che piovono dall‟alto. (A, p. 133). 2.2.3. Grados de oralidad Mediante el análisis del léxico empleado, resulta interesante notar la abundancia de oralidad en la narrativa de nuestro autor. En la mayoría de los casos se trata de soliloquios o diálogos imaginarios que generalmente ocurren en la mente o en el recuerdo de los personajes, lo que constituye un rasgo más en el carácter introspectivo de los mismos, incapaces de cualquier comunicación con terceros: 28 Vediamo un po‟. Qua nel borsone porto tutta la mia casa. Per prima, la cucina: sotto forma di una mezza bottiglietta d‟acqua di plastica, una scatoletta di tonno, mezza mela, un coltello multiuso. Tranne la mela, rubata, tutta roba proveniente dai migliori cestini dei rifiuti della città. Dopo la cucina, il bagno: minimalista ed ecologico, tre fogli di giornale. Quindi la camera da letto: di un lusso sfrenato, e consistente in una stuoia da spiaggia e due coperte in mistolana. Poi il salotto, ovvero un pacchetto di sigarette con dentro ben quattro mozziconi, e la stanza degli armadi, pur se ridotta all‟essenziale. Cioè, a un paio di calze e a uno di mutande. Ripostiglio, giardino, soffitta e garage mancano, peccato. (A, p. 26). Lo mismo ocurre en el último relato, donde el protagonista, aunque se encuentra rodeado de una multitud, no logra una comunicación directa con nadie, por lo que tiene un diálogo imaginario: E mentre cerco di disincagliarmi dall‟incredibile intreccio di corpi sudati che intasa l‟asfalto senza interruzioni centimetro quadrato dopo centimetro quadrato, un ragazzo dagli occhi di fuori e con adosso soltanto un tanga di leopardo sintetico e un paio d‟ali in polistirolo tipo angelo mi fa EHI, QUESTO SÌ CHE È UN NUOVO MILLENNIO, NIENTE PIÙ MURI, NESSUNA BARRIERA, HAI MICA UNA PASTIGLIA, AMICO, e io scuoto il capo e cerco di proseguire oltre, verso la colonna in mezzo al parco dove ho appuntamento con lei... (A, p. 79). 29 CAPÍTULO III Literalidad y problemas de traducción, soluciones 3.1. Concepto de traducción Amparo Hurtado define la traducción como “un proceso interpretativo y comunicativo consistente en la reformulación de un texto con los medios de otra lengua que se desarrolla en un contexto social y con una finalidad determinada”. 12 La autora nos dice que el traductor necesita contar con la competencia traductora, la cual consiste en que el traductor conozca el texto, el contexto del mismo y que también debe tomar en cuenta las características culturales de su público meta, la importancia y finalidad de la traducción; para ello es necesaria la intervención tanto de procesos semióticos, es decir cómo funciona el sistema comunicativo dentro de una sociedad, como de interpretativos, los cuales se reflejan por medio de la intuición del traductor. 3.2. Literalidad. El concepto y nuestro concepto Uno de los problemas más frecuentes en la historia de la traducción es el de la literalidad. Según el DRAE, el término “literal” es: “Dicho de una traducción: En que se vierten todas y por su orden, en cuanto es posible, las palabras del original” 13 . Sin embargo, María Moliner nos dice sobre el término lo siguiente: “Aplicado a las traducciones, hecho conservando la construcción y el estilo propios del original y no interpretando libremente el sentido en estilo más propio del idioma a que se traduce” 14 . Para Octavio Paz una traducción literal es “un dispositivo, generalmente compuesto por una hilera de palabras, para ayudarnos a leer el texto en su lenguaoriginal. Algo más cerca del diccionario que de la traducción, que es siempre una operación literaria” 15 . Tomás Serrano comenta: Un apego excesivo a la forma del texto original se sanciona tanto como el apartarse demasiado de éste. La mayoría de las traducciones (del francés e italiano) al español son un reflejo de esta preocupación por parte del traductor […] muchas de estas traducciones resultan en extremo literales con tal de ser 12 Amparo Hurtado, Traducción y traductología. Introducción a la traductología, p. 41. 13 Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española 6, p. 940. 14 María Moliner, Diccionario de Uso del Español. 15 Octavio Paz, Traducción: literatura y literalidad, p. 13. 30 lo más fieles posibles, como si la fidelidad no pudiese pensarse sin la literalidad (entendida como la inclinación a respetar la forma del texto de partida o TP). Otras más evitan la literalidad de tal modo que acaban por crear un texto que en nada refleja el estilo del original. Estas posiciones extremas […] reflejan una falta de juicio, por parte del traductor, para darse cuenta de cuándo se puede ser literal y de cuándo es necesario apartarse de la forma para seguir siendo fiel. Un análisis minucioso de las dos lenguas en cuestión le enseñará al traductor que la traducción no es otra cosa que un continuo oscilar entre literalidad y traducción libre. 16 Entendida ésta como la comprensión del sentido del texto de partida (TP) y su reelaboración sin apego a la forma en la lengua meta (LM). En la nota que hace Jeanne Dancette en “Érudit” a Amparo Hurtado de Traducción y traductología. Introducción a la traductología, nos dice: La noción de fidelidad en traducción es una especie de poner límites a la espinosa cuestión de la expresión del pensamiento humano por el lenguaje a causa del doble circuito de la traducción que va del emisor al destinatario pasando por el traductor mismo. […] los pedagogos y los examinadores de traducción toman generalmente la fidelidad como el primer criterio de la calidad de la traducción y la definen […] como la adaptación al sentido. […] Amparo Hurtado Albir define la fidelidad como fidelidad al sentido y no a la forma, […] el término ha sido frecuentemente comprendido como sinónimo de literalidad por oposición a traducción libre. Ni la traducción literal ni la traducción libre pueden expresar la fidelidad que no se logrará bien, sino sólo a través del método llamado INTERPRETATIVO, […] la traducción literal puede ser fiel al sentido o en otros momentos que la traducción libre puede ser una buena solución, según las circunstancias y las intenciones del autor. 17 Jean Darbelnet nos dice que la traducción literal es una propuesta para pasar de una lengua a otra. Para él, quienes no se atreven a traducir literalmente tienen la sensación de apartarse del sentido pero: 16 Fulvia Colombo et al., Normatividad y uso lingüístico, p. 121. 17 Consultado en http://id.erudit.org/iderudit/002451ar y traducido, para fines de este proyecto, por Tomás Serrano. http://id.erudit.org/iderudit/002451ar 31 este temor es injustificado y […] la traducción literal expone a contrasentidos, sin contar las deformaciones que hace sufrir a la lengua de llegada […] El traductor debe darse cuenta y nunca perder de vista que no tiene derecho a sacrificar el pensamiento a la estructura y que nunca debe dudar en sacrificar la estructura para salvaguardar el pensamiento […] No es al texto en cuanto forma material a lo que hay que <<apegarse>>, sino al sentido que se deriva de la elección y de la disposición de las palabras. La persistencia de las traducciones literales, a menudo poco idiomáticas, constituye, en ocasiones, un contrasentido. La traducción literal no es necesariamente exacta, ocurre que en ocasiones hay que llevar la materia del enunciado a un molde que no está hecho para eso. […] es demasiado rígida para tomar en cuenta lo que se esconde detrás de las palabras. Algunos, obsesionados por el demonio de la literalidad, dudarán en reemplazar lo abstracto por lo concreto o viceversa. […]No se trata nunca de traducir literalmente o libremente, la única cosa que cuenta es traducir con exactitud, es decir, respetando por una parte el sentido y la tonalidad del original y, por otra parte, la integridad de la lengua de llegada a partir de la relación de la estructura, del genio, de las imágenes y de los hechos culturales. 18 Como puede verse, la concepción de este principio dista mucho de ser homogénea. Para los efectos de esta tesis, nos hemos basado en una concepción particular de literalidad, que trataremos de definir a continuación. Es necesario aclarar que, para llevar a cabo la traducción objeto de esta tesis, se partió de algunos de los conceptos ya expuestos arriba. En cuanto al principio de fidelidad, se consideró que, de entre las múltiples posibilidades discutidas, antepondríamos la fidelidad al texto de partida. Parafraseando a Umberto Eco, en Dire quasi la stessa cosa, diríamos que un texto adquiere vida propia, es autónomo, su autor ya no tiene control de él. En el proceso de escribir, hay algo inconsciente: la atracción entre las palabras se impone a la voluntad del autor. Esto hace que, en no pocas ocasiones, el autor acabe por decir lo que no quería decir o que no diga lo 18 Tomado de http://id.erudit.org/iderudit/002478ar y traducido por Tomás Serrano y Arturo Garza para efectos de este proyecto. http://id.erudit.org/iderudit/002478ar 32 que pretendía decir. Por ello, Eco recomienda recurrir al autor al que traducimos –siempre naturalmente que esto sea posible– pero, sobre todo, tomar distancia de lo que según él quiso decir y lo que en efecto dice el texto. A lo largo de este proyecto el método traductológico al que decidimos recurrir fue a la traducción literal, esto siempre que el texto nos lo permitió, cuando no fue posible recurrimos a la reelaboración sintáctica. La literalidad se da gracias a la gran aproximación y, por lo tanto, semejanza que hay entre la lengua de partida, es decir la lengua del texto original, y la lengua de llegada, la lengua a la que se traduce el texto. Consideramos que la literalidad es posible debido a que el español y el italiano comparten muchas reglas sintácticas dado su parentesco lingüístico, lo cual hace que la literalidad esté presente, en buena medida, en esta traducción. Antes de continuar, nos parece oportuno definir nuestro concepto de “literalidad”, así como lo entendemos para efectos de este trabajo. Cabe aclarar que se tiende a pensar que la literalidad no es otra cosa que la traducción palabra por palabra. Sin embargo, esta concepción ha sido desechada desde hace mucho tiempo por lo burda que en sí misma resulta. Para nosotros, la literalidad en traducción es la mejor muestra de fidelidad al texto de partida, y consiste en la traducción de estructuras sintácticas de la lengua de partida a estructuras sintácticas de la lengua de llegada de igual naturaleza formal y semánticamente equivalentes. Evidentemente, esta equivalencia formal y semántica ocurre en varios grados, de allí que la literalidad también sea gradual. Para mejor ilustrar cuanto decimos, nos servimos de los siguientes esquemas: Fig. A Este esquema ejemplifica el caso de la frase scissa en italiano, como un recurso de focalización, cuya estructura sintáctica (preposición „a‟ + verbo en infinitivo + verbo essere + elemento focalizado; ej: A telefonarti è stata tua madre) tiene equivalente formal en español, pero no es idéntico porque no es posible mantener el infinitivo que emplea el sistema lingüístico italiano („Quien te llamó por teléfono fuetu madre‟). En consecuencia, 33 traducir literalmente la frase scissa es imposible: hay en este caso un grado cero de literalidad. En otras palabras, la traducción de este tipo de estructuras impone una reelaboración sintáctica obligada. Fig. B Esta figura ilustra el caso del gerundio, una estructura sintáctica que, como se ve, poseen ambas lenguas. Sin embargo, tanto la una como la otra, cuentan con usos propios (gerundio con valor temporal de posterioridad en italiano –ej: È fuggito lasciandosi dietro dei debiti impagabili– vs. gerundio perifrástico con auxiliar compuesto en español –ej: “En los últimos tiempos he venido notando ciertos comportamientos anormales en la bolsa de valores”) no compartidos y cuya traducción literal es de grado cero. En cambio, la intersección en la figura B muestra los usos compartidos, es decir aquellos valores del gerundio en italiano y en español: con valor condicional (Litigando non riuscirai a ottenere niente / „Peleando no vas a obtener nada‟). En estos casos, la traducción literal será total; no obstante, por múltiples razones –grado de legibilidad, frecuencia de uso, ambigüedad, estilo–, el traductor puede echar mano de una reelaboración sintáctica facultativa. El tratamiento del gerundio en nuestra traducción es un claro ejemplo de cuanto decimos. Fig. C Este tipo de relaciones ocurre cuando en la lengua de partida se tiene una estructura sintáctica con todos los valores de la lengua de llegada a más de otros propios. Es el caso del passato prossimo que, en italiano, posee todos los valores del antepresente del español, Italiano 34 además de los del pretérito. La traducción literal de esta estructura al español será también gradual. Los tres casos ejemplificados en estas figuras ilustran al italiano, como lengua de partida, y al español, como lengua de llegada, puesto que es ésta la dirección en la que traducimos. Sin embargo, este mismo tipo de relaciones se presenta a la inversa, pero, por la misma razón anterior, no son objeto de nuestro tratamiento. No es superfluo afirmar que, por un lado, traducir literalmente los usos no compartidos de ciertas estrucutas sintácticas atenta contra la naturaleza de la lengua de llegada y, en el caso que nos ocupa, constituye lo que se conoce como italianismos. De igual modo, evitar la literalidad allí donde existen estructuras sintácticas compartidas implica atentar contra el estilo del texto de partida y el mayor grado de fidelidad a éste. Ahora bien, en nuestra opinión, uno de los recursos de los que puede servirse el traductor, para ser fiel a un texto, es la literalidad. De allí entonces que ésta se busque aun en los casos en que resulta imposible. Sin embargo, es conveniente advertir que traducir literalmente no depende de la voluntad del traductor, no es él quien lo decide –aunque a menudo así lo haga –sino la estructura sintáctica de las lenguas de trabajo. ¿Puede acaso un traductor decidir ser literal en la misma medida cuando trabaja, por ejemplo, con dos lenguas pertenecientes a familias lingüísticas ajenas –como pueden serlo el náhuatl y el español–, que cuando trabaja con lenguas cercanas como el español y el italiano? Por supuesto que no. La razón de ello es que, en el primer caso, las formas del decir de las lenguas en juego difieren sustancialmente, mientras que, en el caso del italiano y el español, las formas del decir son muy semejantes. Buscar la literalidad, en aras de la fidelidad, al traducir del náhuatl al español, y viceversa, será una empresa fallida; de igual modo que lo será rehuir la traducción literal entre el italiano y el español. La literalidad a ultranza – conviene no olvidarlo– atenta contra la lengua de llegada y, no menos grave, traiciona el estilo del texto de partida. Pero si bien la búsqueda de la literalidad marca una tendencia particular entre traductores y críticos de la traducción, no menos marcada resulta la tendencia opuesta: evitar a toda costa la traducción literal. Cómo preservarse de caer en estas polarizaciones extremas es un propósito que todo buen traductor debería pretender. La mejor vía para conseguirlo es el análisis profundo de las estructuras morfosintácticas de las lenguas de 35 trabajo. En el caso que nos ocupa, las dos lenguas en juego pertenecen a una misma familia lingüística; provienen de una misma lengua madre: el latín. Este solo hecho nos permite prever ya que toda traducción entre estas dos lenguas –independientemente del sentido en que ocurra– será en buena medida una traducción literal. Por lo demás, si se les juzga desde una perspectiva sintáctica, ambas pertenecen a una categoría pro-drop, es decir, son lenguas que omiten el pronombre personal de sujeto ya que éste va implícito en el verbo. Habiendo aclarado qué es la literalidad y nuestro propio concepto, procedemos ahora a llevar a cabo un análisis contrastivo de aquellas estructuras sintácticas que aparecieron en el corpus de los textos objetos de traducción. 3.3. Algunas estructuras sintácticas en contraste entre el italiano y el español Hemos decidido hacer un cuadro comparativo de los usos gramaticales de las lenguas en juego. Primeramente nos referiremos a la estructura sintáctica del italiano, luego a la del español y, por último, citaremos, en una columna izquierda, las oraciones del texto de partida y las de nuestra propuesta de traducción, en una derecha. La explicación de los usos gramaticales dependerá del orden en que se vayan presentando en el texto de partida. 3.3.1. El imperativo Este primer caso que nos presenta el texto de partida es un verbo en modo infinitivo, abbassare, antecedido por un adverbio de tiempo con valor negativo, mai. La lengua italiana nos indica que el modo imperativo negativo para la segunda persona de singular, informal, debe emplearse con la siguiente estructura: negación + verbo en infinitivo. En cambio, el español nos dice que el verbo, en su modo imperativo de negación, cuenta con una desinencia específica para los verbos de la primera conjugación en segunda persona de singular del modo informal: raíz verbal + desinencia -es. Podemos notar que mientras en la lengua italiana se usa un verbo en infinitivo acompañado de una negación para indicar la forma del imperativo negativo de la segunda persona del modo informal, en español contamos con una conjugación específica para esta forma y persona del verbo cuando se trata de una negación. Texto de partida Propuesta de traducción mai abbassare la guardia nunca bajes la guardia 36 non ti preocchiupàre, stupido nou ti priocupeis, estíupidou 19 non ti preoccupare, mi ha detto, ai clienti ci penso io. no te preocupes, me dijo, de los clientes yo me encargo. non fiatare o t‟ammazzo no respires o te mato La forma del imperativo empleado en la segunda persona de singular en la forma de cortesía, Lei, coincide en la conjugación del modo de subjuntivo en presente, el cual se conjuga de la misma manera en las tres primeras personas de singular. En este caso, los verbos utilizados pertenecen a la conjugación del primer tipo y, por lo tanto, la desinencia que se agrega a la raíz verbal en la segunda persona en el modo de cortesía es –i. En el caso del sistema lingüístico del español, sucede lo mismo que en el italiano: la conjugación de la segunda persona de singular del modo subjuntivo de presente resulta igual que el modo imperativo formal. Ya que se trata de verbos regulares pertenecientes a la primera conjugación, la desinencia que se agrega a la raíz verbal es –e. Texto de partida Propuesta de traducción non dimentichi mai di piantare i suoi occhi in quelli dei clienti nunca olvide clavar sus ojos en los de los clientes Arrivata alle ginocchia, cerchi di non distrarsi cuando llegue a las rodillas intente no distraersenon si preoccupi altrimenti domani è di nuovo qui no se preocupe si no mañana está otra vez aquí En el siguiente caso, tenemos una frase de imperativo referido o indirecto. Su estructura en italiano contrasta con la del español. En el original, se construye con el verbo regente seguido de la preposición di + verbo en infinitivo. En la lengua de llegada, es decir en español, en cambio, el verbo regente va seguido de la conjunción que + verbo subordinado en una forma personal o finita. De allí que nuestra traducción resulte de la siguiente manera: Texto de partida Propuesta de traducción ... urlo a tutti di andare a prenderselo nel culo. … les grito a todos que se vayan a la chingada. 19 Imitación del acento inglés. (N. del T.) 37 3.3.2. Los clíticos La estructura sintáctica del italiano nos indica que la posición de clíticos dependerá de la persona de quién se trate en el modo imperativo: enclíticos, cuando van unidos y pospuestos al verbo, esto sucede en la forma del imperativo informal (leggilo), de gerundio (leggendolo) y de infinitivo (leggerlo); y proclíticos, cuando van antepuestos y separados del verbo, esto sucede en los casos de imperativo de cortesía (Lo legga) y en el modo de indicativo (lo leggo / l’ho letto). En español, en cuanto lengua hermana del italiano, los clíticos deben emplearse del mismo modo que en italiano, pero existe una diferencia respecto a este empleo. En la lengua de llegada de nuestra traducción, cuando utilizamos el imperativo para la forma de cortesía, debemos usar los clíticos de manera enclítica, es decir unidos al verbo, formando así, fonéticamente hablando, palabras esdrújulas. Texto de partida Propuesta de traducción le carampane mi tiravano mozzarelle fradice sbraitando lo ammazzi lo ammazzi las arpías me aventaban mozzarellas podridas gritando mátelo mátelo Otro empleo de los clíticos en ambas lenguas es el clítico doble, pero hay una diferencia sintáctica entre ellas. En el sistema lingüístico del italiano es necesario emplear el clítico indirecto antes del reflexivo, mientras que el español nos indica que la estructura es contraria: primero se debe emplear el clítico reflexivo y posteriormente el indirecto. Texto de partida Propuesta de traducción A turni gli si posavano addosso Por turnos se posaban encima de él 20 Avrei voluto vederne almeno una posarglisi sulla lingua. Hubiera querido ver que al menos una se le parara en la lengua. Un uso más de los clíticos en la lengua de nuestro texto de partida es un clítico doble en el que están involucrados un clítico de objeto directo y un reflexivo. Como se puede ver en el siguiente ejemplo, el italiano nos indica, en su estructura del empleo de estos clíticos, que el directo debe ir antes del reflexivo, al igual que un clítico directo antes 20 Si atendemos a la naturaleza sintáctica del italiano, notaremos que el verbo posarsi se complementa con la locución prepositiva addosso a, seguida de un complemento de objeto indirecto que, en este caso concreto, se recoge con el clítico gli, lo que da como resultado el doble clítico conformado por éste (gli) más el reflexivo (si). En español, en cambio, el verbo posarse se complementa con la locución prepositiva encima de; es decir, estamos frente a un verbo reflexivo y prepositivo, muy distinto sintácticamente del italiano. De allí que no sea aconsejable el uso de un clítico de objeto indirecto, sino el de un complemento prepositivo (de él). 38 de uno reflexivo. Pero el español no requiere de ningún clítico directo al momento de emplear un clítico reflexivo, entonces resulta la pérdida del clítico directo al momento de hacer la traducción al español. Texto de partida Propuesta de traducción I presenti non gradiscono: lo si intuisce da come evitano anche solo di guardarmi Los aquí presentes no se dignan: se intuye de cómo evitan hasta mirarme. Otro uso de los clíticos, en la sintaxis del italiano, se puede encontrar cuando utilizamos tiempos compuestos, es decir, un participio pasado de algún verbo transitivo antecedido por el auxiliar avere. En este caso específico, los clíticos se refieren a directos que deben hacer concordancia con el participio pasado del verbo que estamos usando, o sea si el clítico directo se refiere a un objeto directo masculino singular (lo) tendremos que dar cuenta de ello en el participio pasado (-o), pero si, en cambio, se emplea un clítico directo femenino plural (le) éste se verá reflejado en el participio pasado del verbo concordando con el objeto (-e). Dado que los clíticos se anteponen al verbo auxiliar resultan siempre proclíticos. Por lo demás, los clíticos de objeto directo en italiano suelen usarse en posición catafórica, es decir van antepuestos al referente. En cambio, el español carece de marcas de género y número que nos indiquen el objeto directo en el participio pasado de los verbos y tampoco tiene el recurso de la catáfora con los clíticos de objeto directo. Texto de partida Propuesta de traducción Una volta uno me li ha addirittura gettati addosso, i miei spiccioli. Incluso una vez uno de ellos me tiró encima mi morralla. Le ha appena acquistate. Las acaba de comprar. Le vetrine non le ho neppure guardate. Los aparadores ni siquiera los miré. a) La forma impersonal con el uso de clíticos Tanto en italiano como en español, la forma impersonal de los verbos se emplea cuando el hablante no desea nombrar el sujeto. Ahora bien, la forma impersonal de los verbos reflexivos en el sistema lingüístico del italiano se estructura tomando en cuenta la conjugación de la tercera persona de singular y anteponiendo a ésta el pronombre ci seguido del pronombre reflexivo si. En cambio, en español la forma impersonal cuenta con el pronombre se en la posición de sujeto, así como también con el pronombre uno, ambos acompañando al verbo en tercera persona de singular. 39 Texto de partida Propuesta de traducción Seguendo queste sino in fondo ci si inoltra nel buio. Siguiendo éstas hasta el final uno se interna en la oscuridad. Gli edicolanti sono gli unici a non fare tante storie, forse perché da loro non si entra, ci si ferma sulla strada e stop. Los vendedores de puestos de revistas son los únicos que no hacen tantos panchos, quizás porque uno no tiene que entrar en su negocio, uno se detiene en la calle y punto. En el siguiente ejemplo, continuamos con la forma impersonal, pero de un verbo activo, por lo tanto, sólo se emplea el pronombre se antes del verbo. Como lo señalamos en el párrafo anterior, también el español cuenta con este pronombre, pero para evitar ambigüedad con el pronombre reflexivo, decidimos usar el pronombre uno. Texto de partida Propuesta de traducción cuando con gli amici si andava a fare la spesa a modo nostro spazzolando cioccolata e patatine e cocacola cuando uno iba con los amigos a hacer la despensa a su modo arrasando con los chocolates y papitas y cocacola 3.3.3. Los artículos indefinidos Los artículos indefinidos en italiano son: un, éste se usa con sustantivos masculinos singulares que empiezan con consonante (un libro); uno, con sustantivos masculinos singulares que empiezan con las consonantes s + consonante, ps, gn, x, y, z (uno studente); una, es empleado en sustantivos femeninos singulares que comienzan con consonante (una casa); y un’, que se utiliza en sustantivos femeninos singulares que empiezan con vocal (un’idea). Los artículos indefinidos en plural son dei (plural de un), degli (de uno) y delle (de una y un’). El sistema lingüístico del español, sólo cuenta con cuatro artículos: un, una, unos, unas. Texto de partida Propuesta de traducción Ci facevamo delle grandi
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