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EL ARTE ROMANO 
 
CONTEXTO HISTÓRICO Y CULTURAL 
 
Tradicionalmente, la historia del mundo romano se divide en tres grandes periodos: monarquía, 
república e imperio. 
 En el siglo VIII a. C. distintos pueblos ocupaban la actual Italia: los etruscos, al norte, 
los griegos, al sur y en Sicilia, y los latinos, de origen indoeuropeo, en el centro. Según 
la leyenda, Rómulo fundó Roma en el 753 a. C. sobre el Palatino y fue el primer rey de 
Roma. La tradición habla de otros seis reyes, los tres últimos etruscos, testimonio del 
dominio que esta cultura tuvo sobre Roma en el siglo VI a. C. 
 El año 509 a. C. los patricios destronaron al último rey y establecieron la república, que 
se prolongó hasta el año 27 a. C. La institución más importante era el Senado, formado 
por los patricios, los descendientes de los fundadores de la ciudad; el Senado dictaba 
las leyes, dirigía la política exterior y controlaba a los magistrados. Los patricios 
poseían la mayoría de las tierras y ocupaban las magistraturas, mientras que los 
plebeyos (pequeños propietarios, campesinos, artesanos) carecían en principio de 
derechos políticos. Tras varios enfrentamientos, los plebeyos consiguieron tener un 
representante en el Senado y que uno de lo cónsules fuese elegido entre ellos. Los 
valores patricios marcaron la cultura republicana: tradicional, agraria, austera 
(rechazaba por principio cualquier forma de arte y las costumbres orientales), familiar 
y muy religiosa. La vida civilizada era, por definición urbana, y los romanos diseñaron 
muchos edificios adecuados a las muchas funciones que cumplía la ciudad. 
 Durante la República, Roma comenzó a conquistar el Mediterráneo. Entre los siglos VI 
y III a. C. ocupó Italia. Más tarde, durante las guerras púnicas, se enfrentó a Cartago 
y tras derrotarla ocupó Sicilia, Córcega, Cerdeña, el norte de África y el sur de 
Hispania. Entre los siglos II y I a. C. Roma conquistó los reinos helenísticos: Macedonia, 
Grecia, Asia Menor, Siria y Egipto. De esta forma, los romanos conocieron y asimilaron 
el arte y la cultura de tradición helénica y oriental. Por otro lado, tan rápida expansión 
acentuó las diferencias sociales y favoreció el ascenso de generales como Julio César, 
que sacaron provecho de 
la inestabilidad para 
imponer su autoridad 
sobre las instituciones y 
el Senado. 
 Octavio Augusto sucedió 
a Julio César y consiguió 
que el Senado le 
otorgara plenos poderes 
(27 a. C.). Apareció así el 
imperio, basado en el 
poder personal, cada vez 
más autoritario, del 
emperador, que presidía 
el Senado, dirigía el 
ejército y ejercía como sumo sacerdote. Roma alcanzó en este periodo los límites de su 
expansión con la conquista de Britania y las regiones del Rin y el Danubio. Los 
emperadores adoptaron la estética helenística y oriental para obras cada vez más 
grandiosas y espectaculares. 
 En todo su imperio, Roma extendió el modelo cívico romano (romanización), que 
requería edificios públicos dignos y a la vez funcionales. 
 En el siglo III se inició una crisis económica y de autoridad que las reformas de 
algunos emperadores (Diocleciano, Constantino) no pudieron frenar. El año 395 
Teodosio dividió el imperio: la zona occidental con capital en Roma y la oriental con 
capital en Constantinopla. A lo largo del siglo V los pueblos bárbaros atravesaron las 
fronteras del imperio y ocuparon las provincias occidentales. 
 
Características esenciales del arte romano. 
El arte romano no tiene unas características inmutables a lo largo de toda su historia, sino que 
estas cambian con el paso de los siglos. 
 Durante la República el arte romano era esencialmente cívico y práctico. Cívico porque 
desarrolló un urbanismo adecuado a la vida ciudadana tal y como la entendían los 
romanos, con lugares donde se celebraran los sacrificios (templos) y se hiciera justicia 
(basílicas), espacios donde se reunieran los ciudadanos (foro), otros donde se 
celebraran espectáculos y juegos (teatros, anfiteatros) y otros para se reuniera el 
Senado (curia). 
 Así mismo, el arte romano era eminentemente práctico: así, mejoró la construcción de 
obras de ingeniería que hacían al vida de la ciudad más cómoda, como las cloacas y los 
acueductos, ideó tipos de edificios innovadores, como los anfiteatros, adecuados para 
la función a que estaban destinados e inventó y desarrolló materiales y técnicas de 
construcción (hormigón, arcos de medio punto) muy eficaces y baratos. 
 En esta etapa, las artes figurativas (la escultura, la pintura, el mosaico) se 
caracterizaban por su sobriedad y sencillez. Los patricios, que marcaron el estilo de 
vida de esta época, eran personas tradicionales que en cierto modo rechazaban el lujo 
y la sofisticación del arte griego y oriental. Las esculturas eran sobre todo figuras de 
dioses, relieves históricos que narraban las grandes hazañas de los romanos y retratos 
funerarios austeros y muy realistas. Los mosaicos eran geométricos y con pocos 
colores y las pinturas solo servían simular paneles y molduras. 
 A finales de la república llegaron las influencias griegas y orientales y el arte romano 
puede considerarse como un heredero o derivado del arte helenístico, con las 
características que ya hemos estudiado. En esta época y durante el imperio, los 
patricios y los hombres libres recién enriquecidos encargaban obras de arte de 
carácter privado para adornar sus viviendas con todo tipo de temas y las esculturas, la 
pintura y el mosaico adquirieron gran complejidad, capacidad de impresionar al 
espectador y virtuosismo. 
 A la vez, la arquitectura se hizo más grandiosa y ostentosa. Con la capacidad de 
innovación que ya tenían los romanos, desarrollaron sistemas constructivos cada vez 
más complejos, combinando distintos materiales y sacando partido al hormigón, en 
edificios amplios y cubiertos con grandes bóvedas y cúpulas que, para que tuvieran el 
mejor aspecto, cubrían de mármol. 
 El culto al emperador dio lugar a distintos tipos de retratos donde este aparecía en sus 
distintas funciones. Con el tiempo, lo emperadores fueron considerándose como 
personas casi divinas ya en este mundo y su imagen fue apareciendo cada vez más 
distante y hierática. Así mismo las basílicas tardo romanas, que era donde los 
emperadores se presentaban en todo su poder, se convirtieron en grandes espacios 
abovedados que anuncian las iglesias cristianas. 
 
 La arquitectura romana. 
 
El urbanismo. 
 
En el mundo romano, la ciudad era el espacio en el se ejercía la justicia, imperaba el derecho, 
tenían lugar las transacciones comerciales y se disfrutaba de las comodidades y distracciones 
de la vida civilizada. La vida civilizada era impensable fuera de la ciudad. Las ciudades romanas 
de nueva planta tenían un plano ortogonal, con calles en ángulo recto y las calles principales, el 
cardo y el decumanus, se orientaban según los puntos cardinales, de norte a sur y de este a 
oeste respectivamente. Además, por influencia etrusca, la planta tenía un trazado 
prácticamente rectangular 
 
Las ciudades se fundaban a través de un rito en 
el que el augur o sacerdote, tras realizar 
sacrificios a los dioses, trazaba con su vara dos 
líneas perpendiculares: el punto de intersección 
marcaba el futuro templum o centro de la 
ciudad. Después trazaba los límites de la ciudad 
(el pomerium) con un arado, que levantaba donde 
se abrirían las cuatro puertas de acceso. Luego 
se trazaba las dos grandes avenidas, (cardo y 
decumanus); en la confluencia de ambas se abría 
el foro, espacio abierto donde se concentraban 
los espacios públicos (los templos, las basílicas y 
la curia) y estaba el mercado. Las demás calles 
se trazaban paralelas a estas dos arterias 
principales formando un plano en damero, con 
grandes manzanas en las que se levantaban las viviendas. Termas, teatros, anfiteatros, circos 
y otros grandes edificios se alzaban alejados delcentro. 
 
Características generales de la arquitectura romana. 
 
La arquitectura romana obedece a dos grandes principios: la utilidad y la belleza, es decir, que 
la forma de los edificios cumpliese perfectamente su función, por lo general asociada a la vida 
cívica, y que presentasen una bella apariencia. En función de estos objetivos, los romanos 
utilizaron distintos materiales y desarrollaron sistemas constructivos y decorativos nuevos. 
 Utilizaban distintos materiales constructivos, como el aparejo de mampostería (opus 
incertum), de sillar (opus quadratum) o de ladrillo (opus latericium) y sobre todo el 
hormigón (opus caementicium), formado por una 
mezcla de cal, arena, guijarros (caementa) y, si 
tenía que estar en contacto con el agua, ceniza 
volcánica (puzolana). El hormigón romano 
fraguaba entre paredes de ladrillo o piedra o en 
un encofrado de madera y permitía crear 
superficies curvas y formas plásticas. 
 Con frecuencia, los arquitectos e ingenieros 
romanos combinaban estos materiales para 
lograr estructuras más resistentes, sobre todo 
piedra y ladrillo (opus mixtum). 
 Cuando la fábrica era de materiales baratos, 
como el hormigón o el ladrillo, recibía un 
revestimiento de planchas de mármol de 
diferentes colores o, en las paredes interiores, 
una capa de yeso y pintura que camuflaba su 
estructura. 
 El sistema arquitectónico tradicional de los 
romanos era el arquitrabado, con columnas, 
pilares, dinteles y techos planos; este se 
mantuvo en las construcciones más 
pequeñas y tradicionales, como los templos 
dedicados al culto imperial y en viviendas 
privadas, pero el sistema constructivo que 
más desarrollaron fue el abovedado; 
gracias al hormigón, los romanos alcanzaron 
una gran maestría en la construcción de 
bóvedas de cañón, cúpulas semiesféricas y 
exedras de una altura y tamaño impensable 
hasta entonces. Primero se construía un 
armazón o cimbra de madera que tenía la 
forma de la cubierta y que servía de molde al 
hormigón, que por otra parte podía estar 
formado por capas de distinta densidad y 
resistencia. El peso de estas estructuras caía 
sobre gruesos pilares y muros y dejaba 
diáfano el espacio interior. Para soportar este 
peso, los muros estaban construidos con 
distintas combinaciones de piedra y ladrillo especialmente resistentes. 
 Los romanos combinaron con frecuencia los dos sistemas constructivos. Levantaron 
muchos edificios con una estructura abovedada, la más eficaz desde el punto de vista 
técnico y luego cubrían sus 
muros con elementos tomados de 
la construcción arquitrabada. De 
esta forma crearon un modelo de 
fachada con arcos de medio 
punto enmarcados con columnas, 
pilastras y dinteles, que quedaba 
así más articulada e integraba el 
edificio en el espacio urbano. 
 En el mismo sentido, colocaban 
frontoncillos, ménsulas y 
ventanas ciegas en los muros, sin 
ninguna función estructural, sino 
como mera decoración y 
utilizaban los elementos arquitectónicos 
(columnas, arcos) como motivos aislados 
para hacer monumentos conmemorativos 
o funerarios. 
 Los romanos utilizaban con gran libertad 
todos los órdenes arquitectónicos 
griegos, en los que introdujeron 
variaciones, creando así el orden 
compuesto, cuyo capitel tiene volutas 
jónicas y hojas de acanto corintias. 
También utilizaron un orden autóctono, 
el orden toscano, que tiene un capitel sencillo y fuste liso. 
 
Los tipos de edificios romanos. 
 
Los romanos diseñaron distintos tipos de construcciones y edificios, con formas 
completamente adaptadas a las 
funciones que debían cumplir, que son 
las que requería la vida cívica. 
 
Las construcciones de ingeniería y de 
servicios. 
 
La administración y la vida cívica 
requerían construcciones, que no son 
estrictamente arquitectónicas o 
artísticas, pero que hacían posible la 
vida en la ciudad, asegurando su 
abastecimiento y servicios. 
 Calzadas. Fueron destinadas en 
principio al desplazamiento de las 
legiones y más tarde fueron 
fundamentales para mantener la 
comunicación y administración de 
las ciudades. Estaban formadas 
con varias capas de grava de 
distintos grosor y una cubierta de 
losas planas. La superficie combada 
facilitaba el desalojo lateral del 
agua de lluvia. Dos de las más 
famosas calzadas que conducían a 
Roma fueron la vía Appia y la vía 
Flaminia. 
 Para superar grandes desniveles y cruzar los ríos, elevaban las calzadas sobre 
puentes. Uno de los ejemplos más importantes es el Puente de Alcántara, sobre el 
Tajo. 
 Los acueductos eran conducciones de agua que mantenían una pendiente suave y 
constante para llevar agua limpia a las ciudades; una gran parte de su trazado era 
subterráneo y en las vaguadas se alzaban sobre sucesiones de arcos. Los ejemplos 
más importantes son el acueducto de Segovia y el acueducto de los Milagros 
(Mérida) 
 Las cloacas eran conducciones subterráneas de aguas residuales, generalmente 
construidas con hormigón impermeable y, como los acueductos, con sistemas de 
registro y drenaje muy eficaces. 
 Entre los edificios y construcciones de carácter práctico destacan las termas, que, 
además de cumplir una función práctica, estaban construidos y embellecidos como 
los más importantes edificios cívicos; eran baños públicos con salas con distintas 
temperaturas, una con pilas de agua caliente (caldarium), otra templada (tepidarium) 
y otra fría (frigidarium); en 
ocasiones había incluso una 
piscina (natatio). El agua se 
calentaba en el hipocaustum, una 
estructura que dejaba un 
espacio bajo el suelo por el que 
circulaba el aire calentada en 
hornos subterráneos. Las más 
conocidas son las monumentales 
termas de Caracalla en Roma. 
 
Los edificios y construcciones del foro. 
 
En el espacio público del foro, el 
más importante era la basílica, un edificio destinado a las transacciones comerciales y la 
administración de justicia. En origen era una construcción arquitrabada, con una cubierta de 
madera que tenía casetones. Su planta 
era rectangular y tenía un ábside en la 
cabecera; en el interior había tres 
naves (excepcionalmente cinco) 
separadas por columnas, la central con 
el doble de altura que las laterales y 
ventanas altas que iluminaban el 
interior. A partir del siglo III d. C. las 
basílicas se convirtieron en edificios 
destinados a ceremonias en las que el 
emperador se presentaba a la corte de 
forma solemne, como la basílica de 
Majencio, en el foro romano, y se 
cubrían con grandes bóvedas y exedras 
de hormigón. 
También en el foro estaban los principales templos, sobre todo el dedicado al culto 
imperial. Los primeros templos de Roma se levantaron según el modelo etrusco. Son templos 
de reducidas dimensiones, de planta rectangular y una sola nave, con un profundo pórtico; se 
elevan sobre un podio o zócalo que los eleva entre las demás construcciones y al que se accede 
por un tramo de escaleras; en el frontón hubo esculturas alusivas al dios a que estaba 
consagrado o inscripciones que conmemoran su fundación. Por influencia griega estos templos 
adoptaron los órdenes clásicos, en especial el jónico 
y, sobre todo, el corintio, más decorativo, con las 
columnas adosadas al muro o formando un peristilo, 
pero continuaron teniendo dimensiones reducidas. 
Entre los ejemplos más antiguos está el templo de 
Portuno, en Roma. Este mismo modelo fue el más 
empleado para los templos dedicados al culto 
imperial, como el que mandó levantar Augusto en 
Nimes (Francia) conocido como Maison Carrée. 
Junto a este tipo de templo hubo 
otro de planta circular; algunos derivan de 
las antiguas cabañas latinas y estaban 
consagrados a la diosa del hogar y la patria, 
Vesta, o bien procedían de los tholos 
griegos, como es el caso de los templos 
dedicados a Hércules (como el que se 
conserva en el foro Boario). 
En el siglo II d. C. el emperadorAdriano mandó levantar un templo singular, 
el Panteón, el primer edificio concebido 
para lograr un espacio amplio y sobrecogedor, pensado más como espacio interior que como 
monumento integrado en la ciudad, y que obedece a un concepto nuevo de la arquitectura que 
se desarrollará a partir de esa fecha y heredará la primera arquitectura cristiana. 
 
ANÁLISIS DE UNA OBRA: EL PANTEÓN. 
 
Identificación de la obra: 
 
El Panteón es un templo dedicado a todos los 
dioses que se encuentra en Roma, en el Campo de 
Marte. Agripa, yerno de Augusto, mandó edificar 
un primer Panteón de planta rectangular, 
característica de la tradición romana y la 
influencia etrusca y griega. El emperador Adriano 
lo reedificó entre los años 118 y 125 d. C con una 
disposición completamente diferente, pero 
conservó el friso en el que se hace mención de la 
fundación del templo de Agripa. El año 602 fue convertido en iglesia bajo la advocación de Santa María 
de los Mártires. 
 
Análisis: 
 
La planta del Panteón está formada por un profundo pórtico rectangular con 
ocho columnas corintias en el frente que comunica con una enorme sala 
circular de 43,5 metro de diámetro; en esta rotonda se abren siete capillas 
que alternan la planta rectangular y semicircular. El edificio ofrece una 
imagen insólita: el pórtico arquitrabado de aspecto completamente clásico, en 
cuyo frontón hubo en origen un águila de bronce, sugiere un edificio 
longitudinal, pero la gran nave circular forma un espacio centralizado, un 
efecto que subraya la gran cúpula semiesférica que la cubre y cuya altura 
coincide con el diámetro de la nave. 
El Panteón es una de las obras más complejas de la arquitectura romana. La 
nave circular está formada por grandes pilares de piedra caliza entre los que se abren las capillas, y por 
muros en los que la piedra se va alternando, en mayor proporción según aumenta la altura, con ladrillo y 
piedra volcánica, materiales más ligeros. La cúpula semiesférica se fabricó con hormigón, cuya 
composición también se aligera progresivamente gracias a la inclusión de piedras volcánicas; el óculo 
abierto en la clave libera de peso la parte más frágil de la cúpula y entre los casetones (rehundidos 
cuadrangulares) hay nervios de refuerzo. Como se aprecia al exterior, la cúpula tiene una base muy 
gruesa formada por varios anillos que impiden que se abra. 
El interior conserva casi intacto el 
revestimiento de mármol. Para articular la 
fachada y evitar la monotonía y pesadez que 
supondría la superficie cerrada y 
completamente lisa del muro, el arquitecto ha 
utilizado distintos elementos arquitectónicos: 
en el nivel inferior hay columnas que separan las 
capillas del espacio central, pilastras acanaladas 
y nichos coronados con frontoncillos rectos y 
curvos; en el superior hay ventanas ciegas, 
también rematadas con frontoncillos y paneles de mármol rodeados de molduras decorativas. La 
sobriedad de los elementos contrasta con la riqueza cromática del mármol. 
 
Significado. 
 
El Panteón de Adriano es el primer edificio en el que es más importante el espacio interior que el 
exterior; el pórtico sigue el modelo de los templos tradicionales y relaciona el edificio con el espacio 
urbano, mientras que la planta circular y la gran cúpula que la cubre lo convierten en un auténtico 
símbolo de la religión de la época en que fue construido, el siglo II, distante ya de los dioses 
tradicionales, y atravesada por inquietudes filosóficas. En su construcción culmina la evolución técnica 
de la arquitectura romana. Sus soluciones estéticas, sobre todo el uso plástico de los elementos 
constructivos, tuvieron una gran influencia en la arquitectura del renacimiento y el barroco, 
 
El foro era también el lugar de las construcciones 
conmemorativas, cuya forma y estructura procede de 
algunos elementos de la arquitectura que, separados de 
su función y aislados, se convirtieron en soportes idóneos 
para tallar esculturas e inscripciones y recordar 
acontecimientos, es decir, auténticos monumentos, que 
tienen un carácter más escultórico que arquitectónico. 
 Arco conmemorativo: Era un arco monumental que 
celebraba el triunfo de un general. Muchas veces 
era la réplica en piedra del arco de madera que se 
había levantado con ocasión de una ceremonia de 
triunfo. Se levantaba sobre un podio y las paredes solían decorarse con relieves 
alusivos; sobre la parte superior, el ático, una inscripción recordaba el motivo del 
monumento. En las enjutas aparecen divinidades aladas, las victorias, extendiendo 
coronas de laurel. En la cima solía erigirse una estatua del conmemorado, a veces en un 
gran carro triunfal. Podían tener un solo vano, como 
el de Tito o estructuras más complejas, como el de 
Septimio Severo que está, como el anterior, en Roma. 
 La columna conmemorativa: se erigía para 
conmemorar una victoria militar. El tipo más antiguo 
fue la columna rostral, que estaba en el foro, y tenía 
adosados los rostros o espolones de las naves 
vencidas. Ya en el imperio adquirió mayores 
dimensiones y, por influencia helenística, se cubrió 
con un relieve corrido que asciende en espiral y 
describe el acontecimiento que conmemora (columnas 
Trajana y de Marco Aurelio). 
 
Los edificios de espectáculos. 
 
Estos edificios surgieron por la necesidad de celebrar 
espectáculos multitudinarios y complejos y motivaron el 
desarrollo de soluciones técnicas y estéticas muy logradas. 
 Teatro. Este edificio procedía del mundo griego, 
pero los romanos lo modificaron de manera que la 
cávea no se apoya sobre la ladera de un cerro, sino 
que se erige sobre una estructura de galerías 
(vomitoria), a su vez cerrada por una fachada de 
arcos enmarcados por columnas adosadas que 
integra el edificio en la ciudad. La orquestra tenía 
planta semicircular y aparecieron arquitecturas 
que cerraban la escena y servían de fondo 
escenográfico a obras de teatro en las que el 
movimiento de actores era mucho más complejo 
que en las obras griegas. Tras la escena, los 
teatros tenían amplios jardines rodeados de pórticos. Teatro de Mérida. 
 Anfiteatro. Surgió de la unión de dos teatros que dio lugar a una planta elíptica, con 
una cávea que, al igual que los teatros, se desarrolla en tres anillos (inma, media y 
summa cavea). En la arena tenían lugar los juegos, luchas de gladiadores o de fieras y 
bajo su superficie existían cámaras y pasillos (carceres). En los anfiteatros se 
representaban también batallas navales (naumaquias). El anfiteatro más importante, el 
Coliseo, se construyó en Roma en época de los 
Flavios. 
 Circo. Era un recinto alargado, según el modelo de 
estadio griego, pero en Roma se destinaba a las 
carreras de caballos o de cuadrigas y, al final del 
imperio, para celebrar luchas de gladiadores y 
juegos. En uno de los lados mayores se encontraba 
el palco de 
las 
autoridades y en el 
centro la spina o 
eje de la pista. El 
Circo Máximo de 
Roma fue modelo 
de los que se 
levantaron en provincias. 
 
Las construcciones funerarias. 
 
La tradición obligaba a realizar los enterramientos 
fuera del pomerium, el recinto de la ciudad, y las tumbas 
romanas se excavaban a ambos lados de las calzadas. 
Durante la República y los dos primeros siglos del imperio, 
casi todas las familias romanas practicaban la incineración. 
Sobre las urnas cinerarias se colocaba un ara, un pequeño 
altar con una inscripción conmemorativa y, en los mejores 
casos, columnas, monumentos en forma de torrecilla 
(llamados cipos) o paramentos decorados 
con arcos, estatuas y guirnaldas. Muchas 
familias reunían sus cenizas en 
construcciones modestas en cuyas paredes 
interiores había nichos para depositar las 
urnas (columbarios). 
A partir del siglo I a. C. los romanos 
más ilustres se hicieron enterrar en 
mausoleos, construcciones monumentales de influencia helenística que, en loscasos más 
frecuentes adoptaron forma cilíndrica, con uno o varios pisos. Uno de los primeros ejemplos es 
el de Cecilia Metela junto a la vía Apia, de finales del siglo I a. C. Los emperadores lograron 
hacerse enterrar dentro de las murallas y algunos, como Augusto y Adriano levantaron 
grandes mausoleos de varios pisos que estaban 
cubiertos de un montículo y árboles. 
 
La escultura romana. 
 
Los romanos realizaron esculturas de 
distintos materiales, sobre todo bronce y mármol, 
para representar a sus dioses, conmemorar a sus 
difuntos y gobernantes y celebrar sus hazañas. 
Durante la república predominó la influencia 
etrusca, pero a partir del siglo II a. C. Roma se 
dejó fascinar por la influencia griega, tanto clásica (en el reinado de Augusto) como, sobre 
todo, helenística. 
No obstante, la escultura romana tiene su propia personalidad, marcada por su sentido 
de la historia y la forma de percibir al individuo y su alma, lo que explica que creara un nuevo 
género (el relieve histórico) y desarrollase especialmente el retrato. En este sentido, la 
escultura adquirió pronto un carácter singular, más narrativo y descriptivo y, en el caso de los 
retratos, expresivo. Ya al final del imperio, a partir del siglo III, los escultores renunciaron 
incluso a la naturalidad e incluso proporciones del arte clásico, proporcionando a la imagen de 
emperadores y gobernantes un aspecto solemne y estático adecuado a 
la nueva noción del poder. 
 
El retrato. 
 
El retrato fue uno de los géneros más destacados de la 
escultura griega. Los retratos servían para recordar la imagen de un 
difunto y celebrar a los hombres ilustres de Roma. Incluso, entre los 
patricios romanos existía la costumbre de conservar las máscaras de 
cera de sus antepasados para exhibirlas en las ceremonias funerarias. 
Durante la República fue característico un tipo de retrato realista y 
severo (Bruto Capitolino, siglo III a. C.). Con frecuencia se trata de 
retratos del rostro o de busto, y, desde el siglo II a. C., por influencia 
griega, también de cuerpo entero, como el Patricio Barberini (siglo I a. 
C.). Se conservan también imágenes de Julio César ennoblecido y con 
cierta sombra melancólica en los ojos, anuncio del idealismo de la etapa 
siguiente. 
Con la llegada de Augusto al poder (27 a. C.) se hizo necesario 
crear un tipo de retrato que expresara la autoridad y el aura divina que, 
desde el primer momento, rodeó a la persona del emperador. 
Aparecieron distintos modos de representar las facetas de la 
autoridad imperial: como cónsul cum imperium o comandante, 
dirigiéndose a las tropas, según un tipo de época etrusca (Augusto de 
Prima Porta), como Sumo Pontífice, con la 
toga cubriendo su cabeza y la patena en la 
mano, como pretor o juez, con los rollos de 
poder en la mano e incluso divinizado, bajo la 
imagen de Júpiter, desnudo o semidesnudo. 
Durante la época de Augusto y sus 
herederos, la dinastía Julia (27 a. C. 69 d. 
C.), se impuso el idealismo de influencia 
clásica o neoático, y el cuerpo de las 
imágenes se labraba aparte, con 
proporciones y anatomía clásicas, mientras que el rostro, sin dejar 
se ser un retrato, adquiere un aire ennoblecido e intemporal. 
Durante la dinastía Flavia (69- 96), convivieron dos tendencias, una 
helenizante, propia de ambientes cultos y oficiales y otra de 
carácter popular en el que se hicieron retratar los propios 
emperadores. 
La época de los Antoninos, a 
la que pertenecen Adriano o Marco 
Aurelio, se caracteriza por 
retratos impersonales, en los que el emperador asume la 
imagen de un filósofo, con barba y las pupilas marcadas que 
imprimen a su expresión un aire ausente y espiritual, muy 
adecuado al temperamento de su época. La obra más 
importante es el retrato de Marco Aurelio a caballo, en la que 
el emperador aparece dirigiéndose a las tropas y eleva un 
brazo con gesto retórico y 
conciliador; aparece sin armas 
pero el gesto del caballo, que 
levanta una pata bajo la que 
estuvo la imagen humillada de un vencido, expresa de forma eficaz 
su autoridad y proporciona a la escultura dimensiones 
monumentales. 
A partir del siglo III el retrato adquiere un carácter cada 
vez más impersonal, estático y esquemático, con ojos de gran 
tamaño de profundas pupilas (retrato colosal de Constantino). En 
algunas obras (los tetrarcas de Venecia, de época de Diocleciano), 
desaparecen incluso a las proporciones, naturalidad y movimiento de tradición clásica, y se 
convierten en imágenes simbólicas, en las que, antes que la imagen del individuo, importa 
representar la dignidad de su cargo. 
 
ANÁLISIS DE UNA OBRA: AUGUSTO DE PRIMA PORTA 
 
Identificación. 
 
Esta escultura se halló en la villa de Prima Porta, propiedad de 
Livia, esposa del emperador Augusto. Fue realizada hacia el año 
20 d. C. y es una copia en mármol de una obra de bronce destinada 
al culto de Augusto divinizado. 
 
Análisis: 
 
Augusto viste una túnica corta, coraza musculada y paludamentum, 
el manto que rodea su cintura, atributos característicos del poder 
imperial. En la mano izquierda sostiene el bastón consular, símbolo 
del poder militar, y levanta el brazo derecho en actitud de 
arengar a las legiones. La estatua resulta interesante desde el 
punto de vista iconográfico, debido a las alegorías de la coraza 
que, con toda probabilidad, debió lucir en vida; los relieves 
representan el firmamento, que extiende su manto protector 
hacia la Madre Tierra, que ocupa la parte inferior junto con 
Rómulo y Remo y el cuerno de la abundancia. En el centro, un legado de Roma, probablemente Tiberio, 
hijo de Livia y sucesor de Augusto aparece recuperando del rey de los partos, recién derrotado, las 
insignias que había arrebatado a los romanos. Junto a él aparecen la mítica loba capitolina y las 
personificaciones de dos provincias del imperio, quizás Galia e Hispania. 
El emperador, ya difunto y divinizado, aparece con los pies descalzos. La imagen del dios Cupido puede 
aludir a su madre, Venus, de la que decía descender la familia de Julio César con el que, a su vez, 
pretendía Augusto entroncar. 
Se advierten en esta obra influencias muy diferentes: la anatomía idealizada y atlética recuerda a las 
esculturas clásicas griegas, en especial a las de Policleto, así como el contrapposto en que se dispone la 
figura, en movimiento reposado y contenido. En cambio las facciones son realistas y corresponden a un 
auténtico retrato de Augusto que fue tallado en una pieza aparte y sin proporción con el resto del 
cuerpo, pero aparece ennoblecido y en la plenitud de su vida. Por otro lado, el gesto de arengar a las 
tropas procede de modelos etruscos y republicanos y simboliza la dimensión pública del emperador. 
 
Significado: 
 
Augusto inauguró una nueva etapa en la historia de Roma en la que el poder personal del emperador 
eclipsó a las viejas instituciones; se presentó como heredero de Julio César, promovió su divinización y 
culto, sentando un precedente que se hizo extensivo a él mismo y sus sucesores; en este contexto, 
necesitaba un nuevo modelo de retrato oficial que reuniese significados alegóricos y elevase su persona 
sobre otros grandes personajes de la república. Esta fue una de las primeras esculturas en las que se 
advierte la utilización del modelo griego clásico para conseguir una imagen más elevada y ajustada a la 
imagen divinizada del emperador, pero también es fiel a la tradición del retrato romano de origen 
funerario, en la que era esencial que cada individuo fuera recordado con sus rasgos individuales, que le 
hacen irrepetible, para perpetuar su memoria. 
 
El relieve histórico. 
 
El relieve histórico romano es la síntesis de distintas influencias. Desde sus orígenes, 
existía en Roma una tradición literaria ocupada en relatar los hechos y hazañas de la República, 
que quedaban registradas en los Annales y de los que los relieves históricosson un equivalente 
figurativo. A esta tradición se unió la influencia del relieve narrativo y alegórico de los reinos 
helenísticos; aunque los romanos prefirieron la narración sencilla de acontecimientos reales, 
no es raro encontrar en los relieves históricos representaciones de divinidades o 
personificaciones de conceptos abstractos o de naciones, ríos y accidentes geográficos. 
También influyeron en los relieves romanos los que realizaron los grandes imperios orientales, 
como los egipcios, asirios o persas, en los que se conmemoraban y ensalzaban las hazañas de 
los monarcas representando las ceremonias en las que los vencidos le rendían obediencia. 
Este género es la aportación más original del arte romano en el campo de la escultura. 
Destaca la concepción pictórica del relieve, que lleva a la ejecución con distintos volúmenes de 
talla para conseguir efectos de perspectiva y a la creación de contrastes de luces y sombras. 
Las escenas están concebidas de forma narrativa, incluyendo detalles descriptivos realistas, 
elementos de paisaje y de arquitecturas y caracterización detallada de los individuos. Cuando 
se trata de composiciones complejas, con varias escenas, aparecen concatenadas de forma 
coherente, como si se tratara de un relato. 
El relieve histórico romano 
experimentó una evolución en la que 
adquirieron cada vez más importancia los 
detalles descriptivos y la narración dinámica 
de los hechos. Al final del imperio, a partir del 
siglo II d. C., los relieves adquieren un 
carácter más conmemorativo y ceremonial y 
las composiciones se hicieron más rígidas. 
 
 Uno de los conjuntos de relieves más 
importantes se encuentra en el Ara 
Pacis Augutae. Conmemora una procesión que tuvo lugar el año 13 a. C. para celebrarla 
paz las fronteras del imperio. Las paredes interiores están decoradas con guirnaldas 
de flores y frutos entre bucráneos, símbolos del sacrificio, y las exteriores con dos 
niveles de relieve separados por un meandro; en el nivel inferior o zócalo, formando 
composiciones simétricas, hay 
decoración vegetal con hojas de 
acanto y pequeños animales. El nivel 
superior está ocupado por relieves 
figurados: escenas alegóricas en los 
lados cortos y, en los lados largos, una 
escena histórica, la procesión del año 
13 a. C., en la que aparecen 
representadas personas de la familia 
imperial. En la proporción de las 
figuras humanas y en el equilibrio que muestran entre naturalidad y dignidad se 
advierte la influencia de la escultura clásica griega, en especial del friso de las 
Panateneas de Fidias; pero representa un acontecimiento que tuvo lugar en un momento 
concreto, con personajes históricos 
que tienen rasgos individualizados 
(si bien idealizados). 
 El año 81 d. C se concluyó el arco de 
Tito, en cuyo intradós aparecen 
representadas dos escenas del 
desfile triunfal del año 70 d. C. en 
el que Tito, entonces príncipe del 
imperio, regresó con el botín 
saqueado en Jerusalén. En una 
escena aparece Tito en una cuadriga 
coronado por una victoria; en la otra, 
las legiones desfilan con los objetos 
sagrados del templo de Salomón en una composición dinámica en la que parecen salir 
por un extremo y se alejan del espectador por el otro, y donde aparece el arco que se 
utilizó en aquello ocasión penetrando de forma oblicua en la superficie tallada. 
 La columna de Trajano, en cuya base se depositaron las cenizas del emperador y que 
estaba coronada con su imagen, está cubierta con un 
largo friso continuo que se extiende en espiral hacia 
arriba. Imita los rollos de papiro extendidos y narra las 
campañas de Trajano contra los dacios del norte del 
Danubio (101- 107 d. C.) de forma realista, incluyendo 
detalles de armamento, fortalezas, uniformes y 
máquinas de guerra, sacrificando las proporciones 
entre las figuras humanas y el paisaje para lograr una 
descripción más detallada y con audaces efectos de 
perspectiva. La columna formaba parte del foro de 
Trajano y estuvo rodeada por un pórtico y dos 
bibliotecas desde las que se podían apreciar los 
relieves. 
 
 
La pintura romana. 
 
Las paredes de las viviendas romanas estaban cubiertas de pinturas desde el suelo hasta el 
techo, y a veces también de estucos con relieves que podían estar a su vez pintados. Estas 
pinturas se ejecutaban con una técnica parecida a las pinturas al fresco, aplicando los colores 
sobre un revoque húmedo para que se fijaran en la pared; en algunas ocasiones diluían los 
colores en cera. 
Durante la república y el primer siglo del Imperio, la mayoría de las pinturas simulaban paneles 
y molduras de mármol, a veces incluso ventanas ciegas, pilastras y columnas que parecen 
adosadas a las paredes (primer estilo pompeyano). En los primeros años de nuestra era 
comenzaron a representarse arquitecturas más complejas que 
en ocasiones parecen prolongar el espacio de la habitación y 
crean la ilusión de espacios profundos (segundo y cuarto 
estilos pompeyanos). En la casa de Livia, la esposa de Augusto, 
las paredes están pintadas con la vista de un jardín. 
En algunas ocasiones, en las paredes se recortan auténticos 
cuadros donde se representan escenas literarios, mitológicas o, 
como sucede en la villa de los Misterios de Pompeya, los ritos 
que realizaban los iniciados en el culto a Dionisos. 
También apareció en esta época otro estilo de pintura que es 
muy frecuente en Pompeya (y que se denomina tercer estilo 
pompeyano), en el que aparecen diseños tomados de la 
orfebrería con pequeñas figuritas fantásticas (amorcillos, 
hermas…). 
Las pinturas murales romanas estaban ejecutadas con gran agilidad y rapidez, con pinceladas 
largas, y reproducen muy bien el efecto de profundidad y de atmósfera. 
 
El mosaico romano 
 
Los mosaicos cubrían los suelos y pavimentos de 
las casas privadas y de los edificios públicos 
romanos. Estaban realizados con mármol de 
distintos colores y, en ocasiones pasta vítrea y 
piedras duras. 
 El opus sectile es un tipo de mosaico en el 
que los diseños están realizados con placas 
de mármol recortadas y ensambladas 
haciendo diseños generalmente 
geométricos. 
 El opus teselatum u “fábrica con teselas” era el tipo más frecuente. El diseño está 
realizado con pequeños prismas de sección cuadrada de mármol que se van uniendo y 
combinando haciendo diseños geométricos y figurativos. En los mosaicos de más calidad, 
las teselas son muy pequeñas, de forma que se consiguen muchos matices de color y 
efectos de luces y sombras, similares a los de la pintura. 
 El opus signinum era el más 
modesto y consistía en una 
superficie lisa de arcilla en la que 
se incrustaban teselas de mármol 
haciendo algún dibujo. 
 
En cada mosaico, sobre todo si es de 
gran tamaño, los temas están 
organizados con un esquema geométrico: 
o bien el tema principal en el centro y los 
temas menores en cuadros o medallones 
alrededor, o bien como una sucesión de medallones o cuadros; entre los temas figurativos hay 
decoración geométrica y vegetal. En los mejores ejemplos, como los de la villa del Casale 
(Sicilia), hay enormes escenas que cubren de forma unitaria toda una superficie. 
Los temas del mosaico romano son variadísimos y muy imaginativos. Son frecuentes, sobre 
todo en las grandes villas rurales, las representaciones de las estaciones del año, de los 
trabajos de Hércules o de episodios de la guerra de Troya, pero no faltaban propietarios que 
solicitaran temas literarios, mitológicos y filosóficos muy precisos y complejos. También 
encontramos temas intrascendentes y simplemente decorativos. 
Los mosaicos romanos son de una calidad extraordinaria, con efectos muy conseguidos de 
claroscuro, profundidad y movimiento y, sobre todo en los que tienen carácter geométrico, 
gran efecto decorativo. Como también 
sucede en la escultura y la pintura, los 
mosaicos del final del Imperio son más 
esquemáticos y hieráticos,pero no 
pierden nada en la calidad de su 
ejecución. En Hispania destacan 
precisamente los mosaicos de las villas 
rurales del Bajo Imperio Romano, como la 
de La Olmeda (Palencia) o Carranque 
(Toledo).

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