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^ í í V v r l ^ \ ; L ^ > • • > J ^ ^ ^ v ^ V ^ l ' • ^ • ' í l • • ' • • . l • . • • - " í ^ - i ' g ¿ ' ' ••'••'• . > . ' •" ' • . : r . í l ".• r , 1 ; • • • S- La libertad do Impronta no tlens mía limites qus «1 respeto 4 la vida privada, la moral y á la paz piibllca.—Art. 7 o do la Constitución. Periódico Independiente de combate. Direotor: RICARDO FLORES MAGON Cuando la República pronuncie su voz soborann, jori tonoso somotorso (, ditnltlr.-GAMBETTA. f© do Redacción: Oficinas! 505 W. Nueva Street.—-JP. O.'Box:, II33.-OW PJione. 384-3 R., ,„„„„ AÑO L-fl* ÉPOCA. '"'"" * Administra Enrique Flor¿& Magon SAN ANTONIO, TBX. E. U. A.—Enero 7 de 1905. TOMO I I I . - N o 10. Enteced as secón d-class uiatter Novciiiber 5,1904, office at San Antonio, Xexas, under tUe Act oí CouirreBB of Mareta s, I87O. La herencia la Dictadura. Inevitable caos. los Estados Unidos no es de temer- se. Los Estados Unidos no están ya para aventuras. La política im- perialista extremada por Teodoro Roosevelt tiene irritado al pueblo americano, que ve pasar sus econo- mías al tonel sin fondo de un enor- me y costoso Ejército. El pueblo americano no es amigo de la guerra; es un pueblo esencialmente trabaja- dor. " E n este mismo número inserta- mos un hermoso artículo de nuestro querido colega El Colmillo, Publico, titulado: «¿La muerte del Gral. Díaz traerá una revolución?» En dicho artículo nuestro colega andina la actual situación política del país, situación anormal que no ofrece garantía alguna de paz para cuando la Naturaleza se apiade del pueblo mexicano cortando la estéril vida del Dictador. . , s Nosotros, como el colega,, nos he- kmos preguntado más de una vez: ¿será inevitable el caos? Para contestarnos procuramos que nuestro ánimo esté trasquilo; examinamos nuestra conciencia, y convencidos de su serenidad, anali- zamos la situación política del país. No vemos partidos políticos organi- zados, ni hombres de! Gobierno'que descuellen por sus virtudes cívicas, • ni por su honradez, ni vislumbra- mos un^resquicio de libertad para poder organizar u'n'"partui6,' "que pa- ra nosotros no podría ser otro que _el liberal, y después de haber he-- _ cho el análisis de nuestra situación política, viene á nuestra^-me¥te la respuesta en sentido afirmativo; res- puestajunargay-pero faíal. Ninguno que dirija la mirada ha- da el porvenir de^5a-Patria, á no ser que trate de engañarse á sí miS' mo, podrá encontrar otra cosa que la revolución después de la muerte del Dictador. ' Ante la proximidad de la catás- trofe nuestro querido colega excla- ma: «Hay todavía una esperanza de salvación: la ley. Hay todavía un baluarte contra la revuelta: él su- fragio.» En efecto; la ley podría salvarnos de la catástrofe, j)ero veintiocho años de tiranía nos han convencido de que la ley no será respetada por el Dictador mientras viva. La ley continuará siendo burlada por el Gobierno, por necesidad para soste- nerse contra la voluntad del pueblo. El sufragio sería otra salvación, pe- ro á las bolecas de los ciudadanos libres las reciben las balas de la Dictadura. No quiere decir esto que conside- mos 'estéril la lucha cívica, por el contrario la creemos importantísima para despertar el espíritu público, para despertar interés por los asun- tos políticos y para que los ciudada- nos vuelvan á tener conciencia de su valer, de su dignidad y de su fuerza. , La inminencia de la catástrofe que tardará en llegar solamente el tiempo que le quede de vida al Dic tador, nos ha hecho redoblar nues- tros esfuerzos para que el pueblo se decida á ejercitar sus derechos elec- torales y todos los demás que la Constitución nos otorga. Qtiere=. mos que el pueblo tenga siquiera conciencia de su soberanía en el momento del conflicto, y que el es- píritu publico esté despitrto á la ho- ra de la conflagración para que el caos no encuentre dormidos á los ciudadanos, ni fe declare el incen- dio sobre multitudes siu voluntad, sin ideales y tal vez sin patriotis- mo. Es urgente, pues, que los buenos ciudadanos ejerciten «us derechos, para que á stí ejemplo los remisos, los indiferentes, Los escépticos, sa- cudan sü indiferencia, su pereza ó su prevención, contagiados por el entusiasmo cívico de los que consi- deran como una obligación intere- sarse en los asuntos políticos de la Patria. Ya que la catástrofe es inevitable, porque así io ha querido el Dicta- dor que en su criminal egoísmo no ha preparado al país para, que efec- túe una evolución pacífica, sin convulsiones que lo desangren, sin revueltas que detengan por un momento su marcha, hagamos cuan- to esté de nuestra parte por desper- tar el espíritu público, cuya robus- tez impedirá que un nuevo tirano recoja el ensangrentado sable de Porfirio Día¿. Por eso es por lo que encontra- mos importancia suma á la lucha cí- vica. Ella es eficaz para despertar en los¡ciudadanos la conciencia de su dignidad. Es triste nuestro porvenir, pero ya que-es inevitable, veámoslo de •frente, no-nos-engañemos solos con esperanzas vanas que "provocarán tristezas más acerbas cuando sean desvanecidas. " Solo sí. es bueno que no olvidemos la dura lección que hemos recibido, para que en el futuro no entreguemos nuestro po- der al primer ambicioso que nos sal- ga al paso prometiéndonos los es- plendores de un porvenir glorioso, para que confiados é inermes nos en- treguemos á la abyección y á la des- honra. Porfirio Díaz nos ha engañado. Hace veintiocho años que nos pro- metió la felicidad de la Patria. En- sangrentó el país para llegar al Po- der, y cuando se derrumbe la exis- tencia de ese hombre funesto nos dejará un legado de incendio y de matanza. Perp de ese caos saldrá nuestra li- bertad si para entonces estamos pre- parados los liberales, los que tent- ¡ mos fe en los principios redentores ' que guardamos con cariño. Pense- mos, pues, seriamente en el porve- nir, y reorganicémonos con la tran- quilidad que la gravedad del caso requiere. De ese modo, cuando nuestros enemigos jurados inicien la disolución, los liberales forma- remos un cuerpo compacto que la evitará por la sola virtud de una cohesión hecha efectiva por el sen- timiento patriótico de nuestros co- rreligionarios y por el solo prestigio de nuestra solidaridad. Se derramará sangre, eso es in- dudable; pero si somos tuertes se derramará menos porque sabremos restablecer el orden constitucional. Se ha heeho vulgar la creencia de 3que los Estados Unidos ó cualquie- ra otra Potencia, ó varias Potencias unidas, intervendrían en los nego- cios de nuestro país en caso de gue rra intestina. Las Potencias sólo intervendrán cuando la Deuda enormemente au- mentada por el Dictador nos sea exigida y no podamos pagarla, pero ese peligro lo corremos aun en vida del tirano. En cuanto á la intervención de s e r i o leí Presi- dente Díaz en lüiico. De «The Dallas Morning News,» oo- r-espondiente al 9 de Dbre. de 1904, temamos el siguiente artículo. «La reelección del Presidente Díaz do México para el T? periodo ha moti- vndo de parte de la prensa y del pue- blo de nuestro propio país muchas ex- presiones de felicitación. Se oree ge- neralmente que es un bien para Méxl- co.que Díaz continúe á BU cabeza. Ha llamado la atención que algunos de loa más entusiastas mensajes [de feli< citación al pueblo de la «República hermana* fueron inviados por algu- nos da nuestros más ardientes parti- darios de la política de un solo perio- do presidencial, ahora generalmente profesada en nuestro propio país. /Ror supuesto, que los que aparecen inconsecuentes con sus propias ideas, E'íh capaces, á su modo, de explicar su' inconsecuencia. Están listos para decir que noso- tras, 'siendo un'pueblo totalmente dis- tinto de les mexicanos ó de cua'quier otro pueblo, la scu fflet azúcar de la tie- 7 ra, como somos, estamos en condi- ciones de pasarla mejor con frecuen t..s cambios de hombres, mientras que r;ingúa otro pueblo de la tierra puede c'-iperar recibir tales bendiciones, i Habiendo á"n lado nuestras incon- sscuencias, (y ellas forman una mon- taña capaz de asustará un automó- vil) la reelección del Presidente Díaz sa presenta como habiendo sido la co- sa, más sabia que el pueblo mexicano pudo aceptar. La Constitución mexicana prescri- b a originariamente que el Presídante dos periodos cons£e»fcrTOS-, 1887 por una La guerra contra España, la ofen- sa inferida á la soberanía de Colom- bia arrancándole una parte de su territorio, el sostenimiento del cos- toso Ejército, la* pacificación nunca efectuada en Filipinas y la abruma- dora tiranía de los trusts, tienen in- dignado al pueblo americano contra la política imperialista. • Por lfl';deníá'su;><e'í:'¿bl6só está por desmoronarse. Su aparente fuerza está profundamente minada por in- finidad de problemas interiores su- mamente graves, y por la oposición dé irreconciliables intereses y el fer- mento de odios añejos que corroen al gigante. Una guerra prolongada, costosa, formidable, como la que tendría que entablarse entre el México del si- glo XX y los" Estados Uuidos, pre- cipitaría la disolución que se anun- cia para dentro de pocos años de es- ta gran nación. Los Estados del Norte y del Sur no han olvidado sus querellas y no está lejano otro rompimiento. Los Estados del Occidente hace tiempoJTwttera conservar el poder por solo que desean formar nación aparte. Los intereses más encontrados pro- vocan un "estado de hostilidad sorda de unos Estadps~p"ará"Ios otros se- gún las regiones en que se encuen- tran en tarrgasto país. Los once mi- llones dejiegros millones dg^ unidades^frisolventés que debilitan la cohesión del vasto edificio próximo á derrumbarse. Y la antipatía general por el imperia- lismo, el mortecino amor que el ame- ricano tiene per la patria, la existen- cia de más de diez millones de seres humanos que viven en la más abso- luta miseria, debilitan sin cesar las fuerzas de la nación como. Potencia conquistadora, encaminándose rápi- damente al socialismo que no admi- ta ejércitos ni conquistas. Como se ve, el peligro del Norte es menos serio de lo que general- mente se cree El Gobierno ameri- cano pesaría bien las circunstancias antes de emprender la guerra, y aun cuando se decidiese, el pueblo no se lo permitiría. Hay que saber que en los Estados Unidos-el pueblo no le guarda al Gobierno las mismas consideraciones pue nosotros tene- mos para el tirano. En los Estados Unidos el pueblo se hace respetar. El peligro del Norte es más apa' rente que real. Lo que en realidad tenemos que considerar es nuestro peligro interior. Para salvarlo hay que ser fuertes ción. por la reorganiza- reproducirlos todos, pero el inserto, como otro cualquira que hubiéramos tomado alazar, demuestra que el odia- do Dictador de Méxioo no tiene en el extrangero el prestigio que él se pro- oura en vano gastando los fondos de la Nación en anunciarse como un gran gobernante. El pueblo america- no no se deja engaQar: juzga de los hechos y les da más valor que á las alabanzas pagadas; y comparando las inmensas libertades que en una Repú- blica deben disfrutarse con la incon- mensurable opresión que ya exaspera al pueblo mexicano, aoaba por com- prender, y declara por su voz, la prensa, que Díaz es un monarca y cen- sura acremente su conducta. A NUESTROS SUBSCRIPTORES. Suplicamos á las personas que re- ciban REGENERACIÓN, se sir- va?i enviar desde luego el precio que ppt sus subs- cripciones, teniendo en cuenta qíi£ si no mandan pagar, les haremos el re- cargo de un ts&s* veinte por ciento como gastos de cobranza y giraremos contra ellas con el recargo indicado. A las personas que reciban RE- GENERACIÓN y no deseen subs- cribitse, les agradeceremos que nosde vuelvan los ejemplares que hayan re- cibido, para evitamos el que les gire- mos por el valor de ellos. pero en ¡y funda7' tino a ser elegiblepor .reelección, umiámer© indefinido de-pe- riodos consecutivos^ La ocupación del puesto fue así asegurada para él y por tanto tiempo como quisiese ó pu- desempeñar sus La Constitución anjig.ua no" decía nada respecto á un Viceppesidente, pe- ro por una reforma hedía el aSo pa- sado, el puesto se creó, y Ramón Co- rral fue electo por Díaz como un su c»sor en quien poder confiar, para continuar su política. Aií es que encontramos al curio- so Presidente de la curiosa Repúbli- ca, capaz no sólo de hacerse reelegir sin oposición, sino investido de un po- der absoluto para elegir su propio sucesor. Por supuesto que un hombre eon tal poder es algo más que un Presi- dente de una República libre. Es esen- cialmente un monarca, de cualquier modo que sea denominado por el pue- blo ¡ Y sin embargo, esta monarquía mexicana ésta modelada en sus bases fundamentales según' nuestro mismo sistema de gobierno! En Julio último los colegios electo- rales eligieron á Díaz y á Corral, co- mo Presidente y Vice Presidente, sin oposición. Esta ea un mal si gao en ua país que se supone libre y aun la popularidad y el poder de un nombra no alteran este hecho. Aun cuando fuera Díaz el hombre más bueno y más apti es claro suponer que debido á su extraordinaria influencia sobre su pueblo, tanto sus virtudes como su poder se exagerarían: y no es ua Jor- g» Washington,ó hubiera rehusádose á ^amblar la Constitución con el objeto de asegurarse sin límites la Presiden- cia. Es más generoso en otorgar con- cesiones á corporaciones y capitalis- tas, de lo que se lo podría permitir á cualquier Presidente de los Estados Unidos. Ha cometido algunos graves errores; sin embargo, es tal su poder, que sus críticos han sido suprimidos y aplastados. Este hecho es sin du- da contra él, demostrando qué no to- lera siquiera las críticas usuales y prueb»B._ expuestas para exhibir'" su maldad y la injusticia de ía-que ha si- do acusado. El Presidente Díaz se oresenta como un hombre bueno y apto, pero queda p~r ver si su ambi- ción no se ha erguido como un serio obstáculo en el desarrollo de las ideas republicanas y de una concepción pro- pia de La libertad humana en México. * * * Artículos semejantes al anterior aparecen con frecuencia en los p»rio dicos americanos; nos sería imposible LA MUERTE DEL ALEMÁN BEHN. ENÉRGICA ACTITUD DEL CÓNSUL ALEMÁN. En una corrida de toros efectuada el dom'ngo pasado en Monterrey Be suscitó un eseándalo por el disimulo de la autoridad para todo aquello que lastime los intereses del público en be- neficio de empresa? bribonas. Es el caso que los toros destinados para esa corrida no dieron juego, y el público protestó contra la burla de que se le hizo objeto, pidiendo alJuez de plaza que obligase á la Empresa á devolver la tercera parte del precio de entrada al espectáculo. El Juez, por .todo castigo, impuso 6, la Empresa u na multa úe $200, con lo que aumentó el escándalo por creer~ fundadamente el público que la autoridad que presi- día la lidia se habí» dejado comprar porjla Empresa ladrona. El Juez se marchó, dejaedo en su lu- gar á Ignacio Mprejos Zaragoza, Coj: mandante do Policía odiado -por el pueblo por habef azuzado á los ¥sf>i- rros á acuchillar á los ciudadanos el \£~áe Abril de 1903, por orden de Ber- nardo Reyes;—Morelos Zarag' za fuó befado por el pueblo con una lluvia de naranjazos, y su presencia causó un escándalo todavía, mayor, perqué ni se dio paso á devolver las- entra- das, y sí se avivaron los recuerdos de la hecatombe en la que desempeñó Mo- relos Zaragoza el papel de verdugo asalariado por Reyes. De millares de pechos se escaparon robustos gritos de mueras contra el Dictador Porfirio Díaz, .contra . Ber- nardo Reyes y el Presidente Municipal Pedro Martínez. Una de las personas que con más energía reclamaban sus derechos, fue el Sr. Benjamín Burchard. hermano del Cónsul Alemán Don Pablo Bur- chard. Rafael Dávila, yerao del sanguina- rio Gobernador y Diputado á la Le- gislatura del Estado, conocido en to do Monterrey como camorrista de ofi- cio, quiso imponer silencio al Sr. Burchard empleando su acostumbra- da altanería. El Sr. Burehard contes- tó con caballerosidad á la grasera exigencia de Dávila, y éste, furioso, trató de golpearlo, cosa que le valió un soberbiu bofetón en la boca que lo hizo roáarpor tierra desangrándose. Ante la actitud enérgica del Sr. Bur- chard, Dávila no quiso recibir otro bofetón y optó por qucja.rse á la poli- cía á la que ordenó, como yerno d« Bernardo Reyes, que condujese á la cárcel á, su viril contriccante. Dávila inició la riña y también fue el primero en quejarse. Si el Sr. Bur- chard hubiera^ resultado golpeado, á Dávila nada se le hubiera hecho. El Cónsul Alemán, Don Pablo Bur- chard, se dirigió á la Comandancia, doDde reclamó la libertad de su her- mano, alegando justamente que Dávi- la prevocó la riña por su insolencia, y que, por lo mismo, si no se encarce- laba á Dávi'a, debía de ponerse en li bertad á Don Beoiamíu. La*indígnación del Cónsul fue cre- ciendó'onte"el cinismjde las autorida des y declaró al fin, que se estaba co metiendo uno de tantos abusos & que se entregan las autoridades. Dijo que si por orden de Reyes se había asesi- nado cobardemente al súbaito alemán Befan porel solo hecho de haber to- mado dicho sellar algunas fotografías de la hecatombe del 2 d*> A bril de 1U03 y no 6e había hecho justicí», ahora está decidido á que se haga justicia en si asunto del señor su hermano. Don Pablo es hijo político del Sr. Gral Trevlflo. Al Sr. Benjamín Burchard lo pasa- ron ala. Penitenciaria ocasionando el atropello gran escándalo entre el pue- blo honrado. La codicia de Molina. En uno de los últimos números de nuestro estimado colaga El Com- bate, que ve la luz pública en Mé- rida, vemos que Olegario Molina desde que se presentó al Congreso de la Unión el proyecto para la erección del Territorio Quitana Roo, estaba dispuesto á apoyar el proyec- to. Sabía, además, que ese hecho iba á causar una pena general á los yucatecos, según se desprende de las siguientes palabras vertidas en el Mensaje que leyó ante la Legisla- tura del Estado: «Por dolorosaque pueda ser para los corazones yuca- tecos la idea de estrechar los anti- guos límites del Estado;» pero no lo detuvo ninguna consideración. Olegario Molina iba á su negocio. No paró mientes en las protestas que la prensa honrada de Yucatán formulaba contra el atentado de le- sa soberanía cometido por el Dicta- dor; no se detuyo ante la indigna- ción que el proyecto de la erección del Territorio produjo en todo yu- cateco patriota; el lucro sin freno, sin límite, lo arrastraron hasta ha- cer traición al sentimiento sano y sagrado y noble que los hombres tienen por su tierra'Üatajj, *^^.Z~- -En-su.~Mensaje~ aseguró Molina que no=podía «desconocerse la con- veniencia y clarísima ventaja del proyecto,» y, en efecto, hoy nadie desconoce- que á Molina le corivino el pjcSgfecto por las clarísimas venta- jas pecuniarias que ha obtenido con suTealización, Olegario Molina puso cuanto es- tuvo de su parte porque la Sobera- nía de Yucatán resultase ultrajada. Cuando leyó su Mensaje fungía de Presidente de la Legislatura el Lie. Agustín Vadillo Cicero, y este fun- cionario, al contestar al Gobernador lo hizo en términos que no dieron lugar á duda sobre la oposición que el Sr. Vadillo Cicero haría al pro- yecto cuando se presentase á la Le- gislatura. El gobernante científico, para evitar esa oposición honrada y pa- triótica, removió de su puesto al Sr. Cicero. Solo así pudo consumarse el atentado, según el sentir de yu- catecos honrados. El Estado de Yucatán está pro- fundamente indignado contra Ole- gario Molina y principalmente con- tra el Dictador, que por su prurito de elevar nulidades codiciosas que le sean fieles, ha causado la ruina de Yucatán y la evidente desventura de la Patria. Como el Gobernador de Yucatán son los Gobernadores de los demás Estados. Todo lo sacrifican en aras de su egoísmo y de su sed de rique- zas. Los intereses de los ciudada- nos, la vida y la segundad de los mismos, son vistos con desprecio por los sátrapas que, en su megalo- manía, no conciben que la oveja puede tornarse en leóu. Matrimonio. 1 En atenta esquela que tenemos á la i vista, se DOS participa que el día ¡(del 'corriente contraerán matrimonio ci- vilmente en Santa Bárbara, Chin, nuestro apreciable &migo, el intacha- ble liberal Sr Miguel Borrego, hijo, y la distieguida Señorita María Gua- dalupe GúLzález. Deseamos ardientemente que la feli- cidad no se aparte nunca de) nuevo bogar. " / • • Nuestro puejblo es apto parala Democracia. Los hechos son irrefutables: no admiten réplicas, no toleran dudas, y se imponen despiadadamente so- bre todos los razonamientos y sobre todas las negaciones. La Dictadura del Gral Díaz es un hecho generalmente reconocido y negado sólo por algunos aduladores cretinos que con un émpeehiamieiito tan grande como su imbecilidad, se empeñan en sostener el constitucio- nalismo del actual Gobierno. Para ta- les cretinos el público tiene u»a son risa de lástima 6 de desprecio. Las afirmaciones rotundas de que eu Mé- xico reina la democracia, solo pue- den considerarse como el producto de una lamentable ceguedad ó de una desvergüenza inaudita. De to- dos modos, están muy lejos deapro1 vechar al Gobierno que las inspira y que las paga. Los menos torpes de los que por salario defienden al Dictador, han comprendido que ya no pueden elo- giarlo, presentándolo como gober- nante demócrata, y han resuelto no negar el hecho patente de la Dicta- dura, sino confesarlo y justificarlo. La tarea es ardua, y superior á las fuerzas de los lacayos intelectuales del Autócrata; pero es la que esoh lacayos necesitan hacer si no quie- ren que la Dictadura sucumba sin defensa ante las acusaciones de la opinión pública. Cuando la Dictadura se inició, fue fácil desmentir á los que co- menzaron á señalarla. Los pri- meros actos tiránicos no afecta- ron ante todas las conciencias la fama del Gobierno, y los adu- ladores pudieron, con cierta na- turalidad, preconizar por algún tiempo el republicanismo de la ad- ministración porfirista. Pero tras- currieron los años, sin que la situa- ción política se modificara; las ree- lecciones se sucedieron hasta llegar á un número alarmante; el sufragio llegó á no ser practicado por un solo ciudadano; los actos electorales de§_' cendieron á la categoría de recuerdo histórico; el pueblo fue alejado por la fuerza de la palestra cívica, y en la conciencia nacional, que 'contem- plaba eî SÜsastre de la democracia, se levantó una interrogación ._±re menda que difícilmente contestar laTDictadura. habría * de Ya entonces no fue posible, ó cuando menos prudente, sostener el constitucionalismo del Gobierno. Los intelectuales puestos al servicio de la tiranía, no recayeron ya en el absurdo de negarla: buscaron par; ella justificaciones y disculpas. Só- lo algunos idiotas de solemnidad continuaran proclamando que vivía- mos en plena democracia, y hoy si- guen sosteniendo su aberración con la terquedad estúpida de los ebrios El hecho se había impuesto, y'los menos torpes de los aduladores tu vieron que aceptarlo. Confesaron paladinamente que la Dictadura e xistía, pero agregaron que la Dicta dura era benéfica; convinieron en que el Gral. Díaz era un tirano; pe ro juraron que era nu tirano bueno, Dijeron que nuestro pueblo no er; apto para, la democracia y que nece sitaba ser educado para que supiera hacer uso de sus libertades y atri buyeron al Gral. Díaz el papel de educador de los mexicanos. Examinados esos razonamiento: á la luz del sentido común, ¿qu queda de ellos? No abundan en estos tiempos lo imbéciles que creen en la bondad d de los tiranos. La civilización y la ' enseñanzas de la historia han este reotipado en todos los cerebros hu manos el axioma de que todas la tiranías son malas, y tal axioma no había de ser destruido por la sola a- firrnación de un eunuco. Decir, además, que la Dictadura del Gral descamisados, derrotaba á las hues- tes de los monarcas Ext ran je ros , y la Francia de Napoleón el Pequeño, con sus Ejércitos, sucumbía vergon- zosamente ante las bayonetas pru- sianas Es que la Francia de los descamisados era libre, mientras que la Francia de loa Ejércitos napoleó™ nipos estaba encadetiada¿ •••'' * '••*• Si en México ''para algo nos hapreparado el Gral Díaz, ha sido pa- a un desastre. ¡Ment i raque el Dic ador eduque! Los pueblos no se ducan con tiranos, como las escue- as no se dirigen con eapitacees. as hecatombes y las cárceles, las íordazas y las bayonetas, los crí menes y las brutalidades, no edu- :an sino aterrorizan; no forman ciu- adanos, sino eunucos, y lejos de ortalecer á los pueblos, los dcbil i - an y los corrompen. va ineptitud de los mexicanos iara !a democracia,—dicen los ser- iles,—justifica y hace necesaria la Dictadura del Gral Díaz. E l argu- mento es menguado. Si nuestra pueblo no es apto pa- a IR democracia, ¿como la practica- a bajo los honrados Gobiernos de uárez 'y Lerdo de Tfjada? Prec i - ;axnente el Gral . Díaz se sublevó ontra Lerdo, porque consideró que ste ilustre c iudadano no era bas- ante demócrata para ser digno de istar al frente de nuestra nación. El (ral, Diaz quería más democracia f consideraba excepcionales las ap- itudes cívicas del pueblo, que hoy niega para disculpar su despotismo. Es extraño que el Autócrata no ubiera reconocido nuestra decan- :ada ineptitud, sino hasta que se hubo encaramado á la Silla Presi- dencial. Este reconocimiento de úl- tima hora, es casi chusco, y sirve uando menos para desmentir la sa- gacidad que se le atribuye al Dicta- dor, ya que al hacer su revolución no se había dado cuenta de la famo' ;a ineptitud. Si la conocía, y á pe- sar de ello obró como todos sabe- mos, fue un falsario digno de los mayores anatemas. _ . •* Por lo demás, poca fuerza puede ener la afirmación de que somos ueptos para la libertad, lanzada en las actuales circunstancias. Llegar, al Poder pasando sobre los cadáve- res de los compatriotas; imponerse por la fuerza sobre un pueblo; en- gañarlo, diezmarlo, encadenarlo, y proclamar en seguida que ese pue- blo no es apto para la democracia, es un sarcasmo horrible que hace más ©diosa á la tiranía, lejos de dis- culparla. El asesino que después de sacrificar á un ser inerme, lo de- clarara inepto para la vida, no se- ría visto con menos repugnancia que los miserables que calumnian al pueblo para defender el despotis- cayos en defensa, de la Dictadura, no resisten el más ligero análisis, y una vez destruidos, solo quedan de la argumentación de los serviles, dos aürmacione» que despojabas de todo ^adorno retórico, vienen á sig- nifienrestos dos'hechos innegable*: que en México existe una Dictadu- ra y que Porfirio Díaz es un tirano. LO QUE DICE . "THE GAZETTE." De un artículo de «The San An- tonio Gazette»,i tr£|/d,ncinios Jos si- guientes párrafos "nlB ya co'mp","ü'ria de tantas muestras de la opinión de la prensa extranjera respecto al ti- rano Díaz, bino para dar las gracias por los favorables conceptos con que se juzga nuestra publicación. Dice el articulo; «REGENERACIÓN es un periódico sostenida por el part do liberal y las clases más inteligen- tes del pueblo mexicano, y su mi- sión es combatir al actual gobierno tiránico de nuestra República her- mana. El periódico fue antes pu- blicado en la ciudad de México, pe- ro se suprimió más tarde y los edí' tores fueron encarcelados y sus pro- piedades confiscadas por orden del gobierno. Los editores una vez h< bres, vinieron á Texas,' y aquí, la lucha por la noble causa ha conti nuado con nuevo vigor. «Como es perfectamente sabido, el Presidente Díaz y el Gobernador Reyes de Nuevo León tienen mi bien organizado sistema de espías $ de asesinos alquilados, no solo en México sino también en Texas, y los movimientos de los liberales me- xicanos aquí, han sido vigilados muy de cérea poniéndoseles en su camino todo obstáculo posible. «REGENERACIÓN tiene una circulación de 10.000 ejemplares en México y ha venido á ser una espi- na para el déspota que impera eii aquella infortunada, tierra. Días está, por consiguiente, empleando todo los medios posibles, legítimos ó infames, pero lamayor parte infa- mes, para suprimir REGENERA- CIÓN aun en este país.» Utr pueblo liberal. mo. También es curioso que el Gral. Díaz, y no otro, haya sido quien calificara nuestra cacareada inepti- tud, ciudadana. ¿Quién es Porfirio Díaz para calificarnos, y lo que es peor, para aplicarnos su odiosa Dic- tadura como salvación de no sabe- mos qué males? No es un infali- ble, ni muchos menos es nuestro dueño. Es sencillamente un tira1 Serafini silbado estrepitosamente. — El famoso Inspector Apostólico Do mingo Serafina, que fue á México á. hurgar en les aTconesdel clero calóli co y á arrancar á la frailería sórdida el óbolo que voluntariamente no en- viaba al Papv, el Inspector Apostóli co, al que los curas y los beatos han agasajado, recibió en Guadalajara una buena lección del pueblo. El pueblo mexicano, no obstante que por veintiocho aBos ha estado á merced del clero y de la tirada, ama y recuerda siempre la gloriosa Refor- ma, y á veces tiene debbordannVntos que hacen sospechar el poca airoso que desempeñarán las sotana.!, cuan do la Dictadura clerical imperante ce da su puesto á, un régimen áe libertad y democraeia. Con gran anticipación se anunció la llegada de Dondomitg-o Serañni á Guadalajara para el día 20 de tjiciem- bre próximo pasado. Loa mochos ira taron de preparar una entrada triun fal al enviado de Pió X, y anduvieron haciendo invitaciones á las familia: que viven en la Avenida Colón para que alumbraran y adornaran la facha- da de sus casas. Desde BUS prim-ras gestiones hubie-an podido prever su no que pretende el imposiblede jus- tificar su opresión. Contra los que vociferan que el pueblo mexicano es inepto para las prácticas democráticas, tenemos al- go más convincente que todas las argumentaciones: los hechos. En Coahuila y en Oaxaca estamos pre- senciando una resurrección grandio- sa del civismo Allí los ciudadanos han probado tener conciencia de sus derechos y han verificado eleccio- nes con envidiable corrección. No han sido ellos, sino las autoridades, las que han cometido infracciones,' las que han desconocido la ley y las A tus Kioto de la nooho entró Soraíl- il on UQ lujoso otimiujo, BO^uldo de itros ouuronta ó euuroota y oiaoo c«- hes oa loa quo lbudlzquo lu. mtgor So os doolr, Iti urletooruola Lnsor- lu burguesía oropelada que iompvo bukctv la alianza dol trullo pura ullruiiir , bu <luinialo.8obre los puoblos embrutecidos por el fanatis- mo. Lu multitud oi'u louiecBay el ospeutor Apostó!lob la. mir&bu coa ruloi<5n y esperaba oooontrar en ellu un humilde rebano ontólioo quo pos- rndo y desoüb'erto veneraría ni en- riado del Pontííloo. Poro Serafltii BU No hubo quton pensara en arrudlllars»; rió que todos los capeo- adores permanecieron oon el sombre- 'o calado, y ouál no sería «1 asombro del ínfel'lz' Italiano aj, osouohnr qüo por'dónde quiera' vibraban atronado- ros, Imponentes, los gritos de [Viva Juározl |Vivala Constltucióni |Mue- a el Papal ¡Muera ol Clerol ¡Muera Serulinl! í'arii salvarse de tan inesperadas manifostaeiocps, el desdichado Ins ppetor Apostólico ordeDÓ a 9u coche* ro quoee lanzara á toda velocidad, lo que fue obedecido. Cuando pasaba ol arruaje por frente de la Ferretería «La Palma» se esouohó entre la multl- expectante un Bordo murmullo que Serafial, en su titurdlruiento, tomó por halngudora BcUmaoIóu, Agra- decido el Inspector deoidió obsequiar al pueb'o con una geni-rusa bendición, puso rostro beatifico, levantó lama- no derecha, comenzó & masoullar )a- ln».jos y tuvo que detenerse aso- lado, porque déla musa del pueblo á cuyo freate marchaban nlgui-os estu- diantes, surgieron poderosos y distln tos nuevos gritos de ¡Muera ol Papal la Reforma! ¡No necesitamos bendiciones! y otros por el estilo. Decepcionado i;orapl«-tameate Sera- flni y rabioso y dtíspeohado por e) r« :ibimiento que merecidumente le hlz« el pueblo, no pa ó hasta el Palacio Arsobispal, donde lo esperaba una bien preparada, mesa. Ya se disponía Serafiui & buscar consuelo en laa su- ulentas viandas y en el chanpagrte, cuando el Arzobispo y otros cretino» e regaron que, antes de comeazar el banquete, saliera al balcón á dar su bendición al pueblo. Elinfeliz que, al parecer, estaba famélido, j que no olvidaba lo que le había pasado, 86 rehusaba á salir; pero tanto le rogn- ron sus compinches y tales segurida- des le dieron de que los ¡ mueras.! no se repetirían, qua al fin. ee presentó en el balcón. El últirro chasco tuvo lu- gar. Una rechifla formidable saludó l i presentación de Seriflni, que, más furioso y corrido que nunca, be metió á toda prisa, jurando no volver á aparecer ante el pueblo. •- Así lo hizo. Los demás festejos quej recibió Serafiai, fueron enterameate privados y a ellos no concurrieron si-. no los- mochos. El puebloy-después de la silba que propia ó al Inspector, no se ha vuelto á ocupar de él. Felicitamos al pueblo ja.lisciense-1 que no tiene señalada ninguna re- tribución / El principal garito de Hickinaa está instalado, en el, Hotel .de ,.Arse- nio Cubil fas Gutiérrez, á dónde to- dOsv los gobiernistas .concurren, '4 desplumarse mutuamente. ' > Desde que en las elecciones ̂ mu- nicipales se vio la popularidad del partido independiente y el absoluto desprestigio de los gobiernistas, es- tos están furipsos y tratan de mo- lestar á los miembros de la oposi- ción encarcelando á algunosé insul- tando á todos desde las columnas del papasal veiftlido «Las Noticias.? • Han puesto como,, dir|g<SJjfj(r del. pa- pel uchp á José M. MendíyiL qu$'«s uu insignificante firmón, inepto hasta para escribir sandeces. Quién las escribe es Hickman. Este es el autor de las pedestres chocarrerías con que se engalanan «Las Noti- cias, » y si no da su nombre, es por cobardía. Mendívil es insignificante como firmón, pero no como rapaz. Al empezar la campaña política en S. Pedro, Mendívil se presentó ante varios de los oposicionistas, fingién- dose honrado é independiente y so- licitando dinero para el fomento de su periódico. Consiguió una.buena suma, que se embolsó tranquila- mente,, yendo después a venderse con los gobiernistas." • Recordamos estos hechos, , porque Mendívil anuncia en su papasal que tiene una agencia de cobros y no nos parece muy de confiar un individuo que ha cometido estafas á sangre "fría. Cierto que dá la referencia de Ar- Senio Cubillas Gutiérrez, pero eso no eatisface; hubiera podido dar la de Rouviar 6 el Mallorquino. An- tes, de meterse á cobrador, debía Mendívil pagar lo que adeuda á los oposicionistas. Una prueba del descaro con que los gobiernistas persiguen^ los ciu- dadanos dignos, lo encontramos en el mismo papelucho de que Mendí- vel es firmón, en un suelto que di- <.e: «El Sr x Melquíades Contreras, Lerma, escribiente del Juzgado 20 Menor y Manuel Z. Salazar, con- serje de la Presidencia, fueron des- tituidos de sus empleos, por haber abrazado la carrera política, lo que' es incompatible.con los empleos....» En ningún-país civilizado se pre- tendería como en México, que los empleados del Gobierno, por solo el hecho de serlo, perdieran sus dere- por su liberalismo^ Io_~pres6i.tamo8:j~chos de ciudadanos -y- no pudieran ocuparse en política. Esto solo sé ve en las satrapías que se han for- neta ción _ Jamtary 7th 1905. '• Subscription ratea: ) Per nnnvtrh.. . : . .* 2. 00 gold. Per 6 montas. . . 1, 10 ,, Director y Propietario Ricardo Flores Magón. B K Ó B N E R A C I O N " S« publica loa q El númsro suftlto vals cinco centavos oro »n los Estados Unidos dol Norte y dloi centavos pla- ta on 1» Roplibllca Mexicana. Loa prados do subscripción u n corno situó!« ' En jos Estado* Unidos del Norte por un sernos- tro, pafco adelantado $ I. 10 oro. Por Wi'iuto, pago adelantado v 2., 00 oro. En la Rípübitcs Mexicana por un Semestre ' pago adelantado • $ 2. 40 plata. Porun aflo, pago adelantado 4. 50 ,, Loa onvlos de dinero puoden hacerse por Giro Postal Internacional, por Express, en Billetes de Banco á en Tlmbroa Postales. NOTA, fistos precios se aplican á las personas que mandan pagar directamen- te sus subscripciones sm necesidad de co- brarles. A Uw personas áquienes enviemos nues- tro periódico y no manden pagar, se lea cargará un vpmte por cütúú sobre los pre- cios arriba expresudos y se les girará con el recargo indicado. A los Agentes fie ¿es abona el veinte por ciento. Pava todo asunto dirijirsc al Director. Ei/ SE . FRANCISCO FINNEY BS NUESTRO AGENTB BN MÉXICO cxmo ejemplo S otros pueblos que aun no se atreven á. sacudirte el yugo cle- rical. CORTE DE LOS MILñGROS. El Presidente Municipal de San Pedro. Coah., y sus hambrientos paniaguados,' constituyen'una ver- dadera Corte de los Milagros, que con sus procederes truhanescos tie- ne escandalizada á la sociedad. El más distinguido bribón de es- ta hampa pestilente es un tal Ricar- do Hickman, politicastro, tahúr 'y foliculario de último orden que, sin piedad para el idioma, garrapatea sandeces contra la oposición en el papasalillo asalariado «Las Noti- cias. » Los antecedentes de Hickman son nauseabundos. Aparte de ser un vago que siempre ha vivido en can- ciendo á los trabajadores grandes ventajas y magníficos sueldos, que' á ultima hora se convierten en la- bores pesadísimas y ti atamientos inquisitoriales. Ett Noviembre del'año pasado es- tuvieron en esta ciudad unos engan- chadores, que cou sus patrañas lo- graron llevar uu buen número de trabajadores mexicanos á las 'labo- res algodoneras de MississlpJ^ Los enganchadores aseguraban que el trabajador percibiría un buen suel- do; que sé le prestarían toda clase de garantías; que se les pagarían sus pasajes y al concluir el término del contrato se les volvería á su ca- sa; que se les darían utensilios para sus habitaciones y que disfrutarían de una envidiable posición. Con tales promesas se entusiasmaron al- gunos mexicanos pobres, que care- cían de trabajo, y se engancha- ron, saliendo para Hollywood el día 15 de Noviembre próximo pasa- do.' " No necesitaron más que lle- gar á ese punto, para convencerse de-qúe habían.sidQ_yjctHna!r_derun: engaño. Allí los enganchadores jjps entregan, vendiéndolos _ como carneros, con el- Patrón con quién van á trabajar. Todas" las prome- sas-resultan mentira. No sólo no -se les dan utensilios para que ins- fracaso los clericales, si no fueran tan j tinas y garitos, este degenerado lle- eretinos. Al invitar á un joven á que , 6 , g u n a v e z s u maldad hasta el extremo de dirigir á las familias más respetables de San Pedro anó- nimos ultrajantes y calumniosos que justamente alarmaron á las víc- timas de tan cobarde procedimien- to. El imbécil anonimista fue des- cubierto al fin, y la sociedad indig- nada trató de expulsarlo de su seno, pero el Presidente Municipal Viez- ca, por razones de parentesco y de complicidad, protegió abiertamente al bellaco y lo sigue protegiendo Díaz educa y prepara al pueblo pa- i qu e n 0 h a n estado á la altura de la ra la democracia, es el mayor de los j democracia. absurdos ¿Quién puede admitir que una tiranía eduque al pueblo para la libertad? ¿Quién puede creeT que los buenos ciudadanos se forman en la escuela de la abyección.' ¿Donde está el ejemplo del pueblo que se haya salvado por la opresión en vez de salvarse por la libertad? La Fran- cia de la Gran Revolución, con BUS Y M bajo la misma tiranía, que to- do lo atropella y todo lo ultraja, ha sido apto el pueblo para obrar de- mocráticamente, ¿como no lo será cuando viva al amparo de un Go bierno honrado que respete al ciu- dadano y le garantice el ejercicio de sus inviolables prerrogativas? Los sofismas que esgrimen los la- adornara su casa, éste les contestó que con mueno gusto lo haría; que alumbraría con profusión la fachada, formando con los focos un letrero que dijera «Remember,» colocando debajo un retrató de D. Fenito Juárep, y más abajo esta inscripción: «Artículo 33 de la Constitución » Por supuesto qup los infelices beatos acabaron por ro- gar al joven que no adornara su casa. Con bastantes trabajos logró la comi sión que algunos adornaran las fa- chadas de sus habitacionps, y por esto no dejó de estar iluminada la Aveni- da Colón ni dejó de ostentar colgajes de mal gusto y cursis ornamentacio- nes de sacristía La multitud hacía oleaje delPalacio Arzobispal á la Es taclóa, y los clericales se frotaban las manos, creyendo que aquella multitud se indiciaría reverente al paso de Se rafini y lo aclamaría pidiendo su ben dición como si ella constituyera la ga pan tía más segura para obtener la Gloria Eterna. Los desventurados mochos no sospechaban que el pueblo jaüsciense iba & dar una prue.ba so- lemne de su liberalismo y una sobar- la lección á loa imbéciles que espera- ban que e»e digno pueblo recibiría con aplauso al representante de la fao clon retrograde.. mado á la sombra derlaZCíctadurai porfirista. Los Sres. Lerma y Sa- lazar fueron destituidos de sus em- pleos sencillamente porque son hon- rados, porque son dignos, porque en las elecciones sostuvieron la can- didatura popular y no la oficial. Si se hubieran portado como los pa- niaguados de Viezca, no se les hu- biera tenido á irial que hicieran pó-' lítica.- v Da asco hablar del círculo oficial de San Pedro; es tanto como remo- ver un estercolero, pero es preciso hacerlo para que todos conozcan esa hampa nauseabunda que se atreve á levantar la voz ante los oposicionis- tas que con toda honradez y justi- cia atacan la corrompida .Adminis- tración cardeoista. Malos trata- mientos á los mexicanos. pueden hacer algo nuestros Consales? aun. Viezca ha concedido á Hickman la exclusiva del juego, recibiendo en cambio $200 mensuales, que no ingresan, por cierto, á la Tesorería Municipal. En cambio salen de di- cha Tesorería $&o 00 mensuales que Viezca se ha asignado como sueldo, ya que la Ley nada le asig- na, y que sumados con los $200. y con otras buscas á que da lugar la elasticidad del Presupuesto, hacen una renta nada despreciable para quien desenipefia un cargo concejil Son ya proverbiales los malos tra- tamientos que se dan á los mexica- nos en este país. Como nuestro Gobierno para nada se preocupa de nuestros compatriotas que viven en los Estados Unidos y aun ha dado consigna á les Cónsules para que no presenten ninguna reclamación ante el Gobierno americano, resul- ta que los meiicariojs están entera méate desamparados en este país, y precisamente por eso son buscados con prefefencia por algunos contra- tistas rapaces que los explotan im- punemente, como no explotarían á individuos de otras nacionalidades. cuyos Gobiernos son honrados y cuyos Cónsules velan por ios inte- reses de sus compatriotas. Con frecuencia llegan á San An- tonio y á otras poblaciones donde bey bastantes mexicanos, Indivi- duos que organizan enganches, ofre- talen su casa, sino que ni_ siquiera se les proporcionan sacos para ha- cer la pizca del algodón. Esos sa- cos los tienefn-que comprar los tra- bajadores de su propio peculio. Apenas se les paga á $0.60 cts. el quintal de algodón pizcado, y como el algodón pesa tan poco, se necesi- ta todo un día de ímprobo trabajo para-reunir siquiera ese quintal.- A esto se agrega que el tiempo es muy malo; hace un frío excesivo y casi continuamente está lloviendo, por lo.cual sólo se puede trabajar dos ó tres días de cada semana. Las pro- visiones se venden á precios muy elevados en la tienda de raya, y las exiguas ganancias del trabajador, que no le alcanzan ni para .vivir él mismo, menos le permiten enviar lendos á su familia, que sufre en otra parte las consecuencias de la miseria. Si alguno, desesperado de tan horrible situación, se atreve A huir en busca de mejores condi- ciones, es perseguido, se le trae amarrado y se le impone una multa de $25.00, y si no puede pagarla, la desquita en los trabajos del Con- dado. ¿No habrá en Mississipi un Cón- sul de México que toma nota de es- tos hechos y procure que los con- tratistas cumplan á los trabajadores las promesas que les hacen al en- gancharlos? ¿Nuestro Gobierno se ha desligado por completo de todo vínculo con los mexicanos que vi- ven fuera de la patria? ¿No hay una.voz que se levante en.- defensa de los derechos de esos pobres tra- bajadores inicuamente explotados? Cuando la Dictadura de Porfirio Díaz sea sustituida por un Gobier- no honrado, nuestra nacionalidad, en los Estados Unidos y en cual- quier parte del mundo, tendrá que ser respetada y no vista, como boy, con menosprecio y con desdén. LÉASE. REGENERACIÓN. REGENERACIÓN ¿La muerte de) Oral, Díaz Un<$ dolo1» problemas qu<> mia hon« damento preocupa»,,,»n 1¿¿, aofciV&los circunstancias, a todos los que so in- teresan por el porvenir <lo ,1a, purria, os ol enunciado en la pregunta que sir- ve da título á estas líneas, Políticos 6 iüdifewmtes¡ patriotas y serviles, retrógrados y'jacobinos, to- do8 so ocupan de ¿1. Es que de Ja ro soluolóii que' tenga en lo futuro, de- pende y coa mucho, nuestra vida na- oioaal, < • ' Una, convulsión inteBíinifc .próxima, " dados nuestros millones do deuda, esdados nuestros millo , la ptt'grti¿'̂ r*n<itt IS'itt inlterveriol&o ex tranjera. £1 aserto brota do oaBi to- dos los 1 tibios. *" Un soolólogo ha dicho ion verdud, que la historia se reproduce: Jilcer puede reencarnar en Spyet* y en oh si- tial ae la «Whlte House> pueden r-esu- oitar laí ambiciones de Napoleón III, De aquí que la Interrogación dol futu- ro do la patria sea un problema inte- resantísimo para los mexicanos. Tra- temos de finalizarlo siquiera sea so- meramente. 221 Gra.1. Díaz con su refinado eguíí- mo de Caudillo vencedor, ha suprimi- do de su. testamento político todo el legado da pt>z y de tranquilidad. Sus manos, m¿s diestras en el manejo de la tizona que en el de los códigos, -vi- gorizadas con el hierro de • las motrar lias.y caldeadas, en el luego de los cotnbftteB, han convertida la d'caata-, da oliva en cadeca para el" civismo y ariete para la ciudadanía, oreando de e9te JBOÓO un medio estéril y árido pa- Va todo lo que s'gnifique Ubertad y democracia. , , «No tenemos partidos políticos» cla- man con gozosa désvergü-nsu, los ab- yeotos; y por desdicha de la patria., es cierta, tal afirmación, repugnante en una República y fuente de venide- ros disturbios. Desde que las balas de Tecoac hirieron de muerte las li- bertades nacionales, basta \hoy qu& la sexta reelección ha conmovido & la ciudad con el estrépito de su champa- fia, en México no ha podido hombre alguno descollar en política,-captán- dosele!'afectó de las más as; pues siem- pre el Gral. Presidente lo impidió, •con no desmentidas energías y prodi- giosa, sagacidad. Después de nuestro legendario Cau- dillo, sólo un hombre popular entra- ría i>n el caso, pero ese h mbre no existe por ahora. En valde se pretende por algunos «rear prestigio á determinadas perso ntüitiaáoa-- cuyos nombres circulan vergonzantemente. v •* El vOto^de4os que quieren apagar su .sed de lucro en el rio de plata de la tesorería, no es el voto del pueblo. El voto de los que anhelan amaman- tar la truhanería en los sen' s exúberos del Poder, no es el voto del.pueblo: ' El voto de los^qúe-sutñan trocar la ^Constitución por la=BiWsTy disfrazar al empecinado. Juan Diego con las pa- tillas rubiaB de Maximilia.L>o, no es el voto-del pueblo. El pueblo, el verdadererpuebíp, hoy por hoy, no tiene un hombre. Limantpur vio fracasar su prestigio, ante la traidora, indiscreción de una partida de nacimiento. Baranda pugna en vano por disipar la espasa sombra de olvido que lo ro- dea. La pólvora sin humo de los Reser- vistas, fué.'ima mina de "ridiculo" que dio al traste con la ambición', tanto tiempo elaborada, del Sral. Beyes. Los héroes soportan su senectud en el indiferentismo de la vida privada. Quadó eolo Corrtl con notoriedad repantina de BU juventud relativa. ¿Será esto una garantía de la paz? no tal; el noTel "Viceprecidente no sa- tisface lae aspiraciones del pueblo. El pueblo quiere libertad; exige li- bertad; espera libertad; y Corral tiene actos de tirano y ha prometido en SO' lemne ocasión continuarla actual po- lítica de centralismo Entretanto, los militares ávidos de poder y de gloria, se ejercitan afa nosot, pensando en el motín y en el cuartelazo; y - en la tenebrosi- dad de las sacristías, los frailes, trá- gicamente meditabundos, aliaban el momsHto de^profanar nuevamentela beatitud del divino Jesucristo, coló candólo sobre el sillón guerrero del corcel de un Miramón ódeua Zuloa ¿Será inevitable el caos? ¿Tendrá que ser fatalmente una reyuelta? Comprenda el pueblo su peligro y reaccione. H .y todavía una esperan- za de salvación: la ley. Hay todavía un baluarte contra la revuelta: el su- fragio. Despierten los ciudadanos á las prácticas demócratas. Que se.forme un partido sostenedor de un hombre que nos garantice libertades y ese partido eerá sin duda el de 'a NaciÓD, pudien- do evitarla sangre y la contienda. ENJOLRAS. «El Colmillo Público.»—México, D. F. BUSQUESE El próximo Humara de "Re generación." El XSnctEr Francia. .1,03 Jesuítas fueron sus maestros • y sus admiradores;,bajó sus negra? alas emplumó aquel buitre, llama do José Gaspar Rodríguez de Fran- cia, que tanto tiempo había de te- ner trajo sus férreas garras la noble libertad de Paraguay. Había en su temperamento algo del cenobita y del César, del asceta y del filósofo. Era una conciencia inmensa, pero oscura. Aquella &lma'"eT& levautada, pero tenebrosa, como el firmamento en las noches del polo, que no tiene as- tros. Ilustrado, pensativo, dominante, frugal,, era un déspota cuyo perfil tenía algo de la horrible austeridad de Robespierre: era como éste, se- vero y feroz, implacable y duro. Estos déspotas así, tienen la casta ferocidad de la Diana Mitológica. Son como las nieves de las altu- ias, inmaculadas, pero inclementes. Había estudiado para cura, siu llegar á ser,ío; pero llevó siempre en su alma ese tinte sombrío de todo el que ha meditado largo tiempo á la Sombra de los claustros. Esa tendencia monacal se exten- dió á su política, haciendo del Ptf raguay' un inmenso monasterio. Su siniestra aspiración fue el des- potismo; su único ideal él silencio. Tirano marmóreo, rígido,sin com-, pasión y sin entrañas, puede decir- se de él lo que Paul d.e Saint Víctor decía de Carlos XII de Suecia; «Examinadle bien, y no encontra- réis ni una sola vena de carne en aquel hombre de bronce: para él no existía ni la mesa, ni el lecho, ni los placeres.» Para este otro no había más que el poder. Detener el progreso: hé ahí su aspiración. Tuvo la manía del obstruccionismo. Jerjes azotaba el océano; él quería abofetear la civi- lización. Igualdad de locuras; re- producción de neurosis á través de los siglos. x Era sin embargo, puro y honra- do. ' "¿Las altas móntalas tienen^esa virginidad siniestra.» Blancura sombría como la de un cadáver, palidez de espectro, pureza de sudario." . " • No tuvo más amor que el de la autoridad y se abrazó á ella con fre- nesí. Se desposó con la tiranía y le fue ferozmentéTfiel. Era el bus*-o de Marat hecho aus- tero.— _ Inaccesible á la corrupción como á la piedad, era estoicamente impla- cable. Odiaba á la civilización como el buho á la claridad. Cual un aguilucho salvaje en la grieta-de'una-roca; inmóvil' la roja pupila, crispadas las garras, y eri- zado el plumaje; así, hosco irritado, vivió veinticinco años aquel dicta- dor sombrío en el fondo de su casa en la Asunción, lleno de sueños, desconfianzas y temores, desespera- do al ver corno á su despecho se aclaraba lentamente el horizonte. Cuando, sin avanzar todavía bien su espantosa figura en el escena- rio político, se hizo nombrar cónsul, con et inmaculado ^patriota Yeros, estableció dos curules, llamadas de «César» y de «Pompeyo,» y él ocu- pó la de «César.» Yeros que ocupaba la de Pompe- yo, no tardó eu desaparecer, no co- mo aquel otro vencido en Farsalia, siendo fusilado con cuarenta com- pañeros por aquel «César» asustadi- zo y deforme. Los jesuitas fueron su gran fuer- za. ^ Su despotismo místico los tuvo por columnas y sostén. Ellos hacían la noche en la con- ciencia del pueblo para que aquel vampiro, harto de sangre, pudiera vivir y revolotear á su antojo sobre aquel pueblo asustado. • Su aislamiento lo condujo á la misantropía, su misticismo al deli- rio, su temor á la alucinación. Sólo pensaba en la muerte y veía por todas partes conjurados y puña- les. Había llegado al último grado del despotismo: la locura. Aquel elefanciaco del poder huía del contacio humano: él mismo se bacía justicia. Así transcurrieron los últimos años de su gobierno para aquel mi- sántropo horrible. Un día hubo más silencio que de costumbre en las habitaciones del sombrío alucinado. . . . • ' No se vio salir á nadie; pero na die se atrevió a entrar tampoco. Los guardias se relevaron en si- lencio. Al mediar el día siguiente se no< taba un mal olor en las habitacio- nes presidenciales. Al fin fue preciso entrar. El déspota hacía muerto. Al pié de su lecho, rígido, frío, cotí ademán sontbríoy yacía el octo- genario dictador. Había* muerto como había vivido: sólo en su celda, como un escita, pobre como un filósofo. Para Francia no quedó tumba donde ponerle un epitafio. Los tiranos osan soñar con la glo- ria y piensan en la inmortalidad de su miseria. Mas pasa la justicia de los siglos y la tempestad de la historia, y de- rribándolo tedo, sólo dejan en des- cubierto sobre la piedra desnuda: TIRANO. Para todas las tumbas tiene la humanidad una lágrima; para éstas no tienen más que un anatema. Sería un sacrilegio llorar á un muerto, que ha hecho tanto llorar vivo. La tiranía es un delito que no prescribe ni con la muerte. LOB tiranos son -desertores de la humanidad, que ni muertos tienen derecho á refugiarse bajo el perdón de la clemencia humana. • J. M. VARGAS VILA. • » I ^ » t • ; .̂ Keyes no uniere marcharse. Pasó ya el mes de Diciembre y Nuevo León continúa bajo la garra crispada de Bernardo Reyes. Se tenía la esperanza de que el fatídico impulsivo se marcharía á Europa con un cargo diplomático, pero tan bella esperanza se ha frus- trado : Bernardo Reyes no se mar- cha. * El Dictador nombró á Bernardo Reyes Ministro de México en Ber- lín, pero como Reyes no tiene de- seos de dejar el puesto que actual- mente ocupa, se negó—á~ aceptar—el cargo. _ .__ Lo que desea Bernardo Reyes es escalar la Presidencia de la Repú- blica-y por esa razón no aceptó el nombramiento. Comprendéosle Porfirio Díaz quiere alejarlo del país para evitar sus intrigas y nu- lificarlo quitándole el poder que hoy tiene, y por eso se rehusa á marchar. Reyes es un enemigo hipócrita de Porfirio Díaz. Es hipócrita porque ostentosamente declara en toda oca- sión qué es incondicional servidor del Autócrata, y recomienda, como lo hizo en la circular que mandó á diferentes personas de Coahuila y que reprodujimos en el número an- terior, que se siga la política de Díaz. Se ve que, por jiña parte, Reyes finge adhesión al Presidente, y por otra, sosteniendo periódicos venales como El Occidente, El Demócrata Fronterizo y otros igualmente he- diondos y cobardes que se arrastran y muerden al mismo tiempo al Dic- tador, hace una labor oposicionista que repugna por su tartufería. El hecho de haberse negado Re- yes á aceptar el cargo que le enco- mendó el Autócrata, es grave, por- que significa que el héroe del 2 de Abril en Monterrey conserva intac- tas sus odiosas ambiciones de man- do. Reyes solo escarmentará cuando el pueblo lo haga sentir su poder. El Sr. Juan de la Rosa, que está ra- dicado en Zaratoga, Tex, iba á con- traer matrimonio con la Srita. Eulo- gia Rodríguez, de New Berlin, y de acuerdo con dicha Stílorita y con sus padres Don Francisco Rodríguez y Dona Lazara Sánchez de Rodríguez, baMa hecho les preparativos y gastos necesarios para que el enlace tuviera lugar. A ultima ñora, y cuando todo esta- ba arreglado, la Srita. Rodríguez rompió su compromiso DO decidiendo- se al fin á casarse. Lamentamos lo que ba pasado al Sr de la Rosa, del Dr. P. E. Rodríguez L. para enfermedades de las Señoras, cura mejor que ningún otro remedio el Infarto, la Hipertrofia, Ulcerado- ues. Flujo blanco, Cáncer, «los trastornos de la Menopausia 6 edad crítica y en general todas las afecciones de la cintura. ¡Nn hay que d.Bjarse recazLDCBr ni aperar! Tómese antes «LA SALVADORA.,» con la seguridad de encontrar la salud.—En Drogueríasy Boticas, á un peso el pomo. —Los pedidos al por mayor, diríjanse al Consultorio del Dr. P . E Rodríguez L., 2<> de Santa Catarina número g.•+•Dirección por Correo, Apartado "1187.—México—.El Dr Rodríguez no atenderá pedidos menores de una docena. Depósitos* Ea Guadalajara, Droguería Continental de Silva Be- rrueco y Co— En Puebla, Droguería de Mercaderes, de A. Roig Sucs.— En Orizaba, ia de la Reforma No. 36. J. Cootel.—En Veracruz, Droguería Veracruzana, de Muller Sucs. —En Mérida, Droguería Pe- uinsular de J. D. Díaz y Díaz. Uáa comunicación del Gobierno. Amenazas embozadas Las elecciones Municipales reciente nnnte verificadas en Coahuila, han dLdo lugar para que las autoridades, comenzando por el- Gobernador, ha- gan alarde de despreciar la ley. Nuestoos lectores recordarán que en Sjn Pedro, Coah, el Presidente Mu- nicipal y sus paniaguados cometieron infinidad de infracciones: triplicaron la- fuerza pública, contraviniendo lo que previene el Artículo 28 de la Ley Electoral: instalaron casillas en ca- sias de empleados del G obierno, violan- do el Artículo 30; no abrieron el re- gistro que manda el Art. 20, para los que han de formar la Junta de Escru- tinio", el Presidente Municipal no con- currió á presidir dicha Junta, como lo preceptúa el Art 21, ni avisó donSS iba U-eelebrartía, sino que d8 un modo misterioso, la verificó con algunos de sus manequíes, en UE despepitador si- tuado en los suburbios de la pobla- ción. . Ea vista de todas estas circunstan- cias, los independientes celebraron su Junta de Escrutinio en la Plaza de San Pedro, siendo hostilizados por la policía, y una vez terminados sus tra- bajos, enviaron á la Secretaría del Gobierno del Estado los expedientes respectivos, denunciando los abusos de las autoridades locales y justifi- cando enteramente su conducta. La Secretaría del Gobierno de Coa- huila contestó á los electores de San Pedro con la siguiente comunicación, «Dada cuenta al Superior Gobierno del Estado con la ÜBta y nota '.oficial suscrita por Ud. y demás firmantes, cuyas piezas se recibieron en esta Se- cretaría bajo cubierta certificada el 23 del eorríente ó sea el día de ayer, en respuesta ha tenido S, bien disponer se diga á Uds. que dadas las prescrip- ciones del Art 30 de la Ley Electora] reformada por el decreto K"? 286 de 17 de Agosto de 18«9 cuya parte final preceptúa, que las Juntas de Escruti- nio se reunirán en el local que desig- ne la primera autoridad política lo- cal; y en vista además de lo dispuesto por el Art. 33 de la citada Ley Electo ral de 17. de Mayo de 1884", ya se con- signa el hecho á la autoridad judicial respectiva para los efectos á que hu- biere lugar » Nada tenemos que observar en cuan- to al final de esta comunicación: es procedente qu*e se consigue el asunto á un Juez para que se abra la averi- guacióa respectiva; paraquelos Inde- pendientes puedan exhibir los abusos é infraccioces cometidos por las au- toridades, y para que estas sean cas- tigadas conforme al Art 33 de la Ley Electora], citado en el oficio Lo que si nos llama, la atención es la cita que se hace también del Art. 30, cita inmo- tivada, que parece envolver una ame- naza. Se dice allí que ese artículo preceptúa que la Junta de Escrutinio se reunirá en un local designado por la au;oridad, y eso no es exacto. Lo que dice á la letra el Art. 30 es lo si- guiente cNinguna asamblea electoral podrá abrirse en un edificio público, ni en las casas de los empleados en cual- quier ramo de administración. Las juntas de escrutíoío' se reunirán don- de fuera posible, ea uo local indepen- diente á toda autoridad.» Los oposicionistas DO infringieron este artículo, como pretende darlo á entender la comunicación del Gobier- no, y este artículo tiene un espíritu muy distinto al que parece atribuirle dicha comunicación. Bie precepto no manda que los dudados se sometan á la autoridad, sino precisamente que trabajen con independencia de toda autoridad. Los oposicionistas no in- fringieron el Art. 30 de la Ley Electo- ral, porque se reunieron donde les fue •posible,-ye. que el Presidente Municipal no les indicó el loca.1 de la junta, á. pesar de las múltiples y tenaces inte- rrogaciones que SB 16 hicieron. Se ve COD claridad que los dudada nos independientes de San Pedro lian marchado siempre apegados á la Ley, siendo las autoridades las que han a- tropellado descaradamente los precep- tos legales. Hoy Be ha abierto una a veriguación, y es tan patente la razón que asiste á los oposicionistas, que, -aunque nos es conocido el cinismo de-| los funcionarios coahuilenses, no nos atrevernos á creer que lleguen al exce- so de liaoer responsables á los inde- pendientes de las faltas que han come- tido precisamente las autoridades. E- sas autoridades deben ser castigadas; pero si no lo son, si se dejan impunes sus atentados, si se legalizan sus cbi canas, sfcse declara triunfante la can- didatura oficia], que fue derrotada por el pueblo, si se persigue á los ciuda danoe después de,haber ultrajado sus derechos,podremos, con más razón que nunca, proclamar que el Gobierno de Miguel Cárdenas 6s un Gobierno li- berticida que solo se sostiene sobre los fraudes más burdos y los más es candaloros atropellos, Gran oportunidad, Minas de carbón. Recientemente se ha abierto una mi- na nueva en Cannel, Tasas, 24 millas al N O. de Laredo, que ofrece más ventajas que ninguna otra de las co- nocidas. £1 carbón es sumamente grueso. Cualssquiara hombre traba- j ador puede ganarse de í l 50 á $2 00 oro por dia pues se paga la Tonelada á $1.00 oro. La maquinaria es la más moderna que se ha conocido, puede sacar 300 6 400 Toneladas por día. Al contratista que saque más de 65 Toneladas por mes sa le paga á 75 cts. yarda de cuele y alguna.» otras garan- tías. La tiranía es la muerte, Los oropeles déla Dictadura Míeutras el pueblo perece de hambre, los gobernantes procuran atesorar millones, -y-o-féírden la mi- sena y la desnudez del ."pueblo con los esplendores de un lujoescanda- loso, y los derroches criminales del dinero arrancado á la fatiga de nuestros compatriotas. Cada moneda que cae á los sórdi- dos arcoues de los gobernantes tiene una historia de lágrimas, perqué á cada moneda corresponde una mul- ta injusta que ha tenido que pagar- se con el mezquino haber de una familia desvalida, ó bien correspon- de á la contribución personal hecha efectiva por medio de amenazas de cárcel, de persecuciones y de otros atropellos. Cada moneda con que se enriquecen los gobernantes sig- nifica: la venta que hace un hombre de su trabajo por un año, para pa- gar su rescate en el Ejército; el ra- quitismo en las familias privadas de buena alimentación porque las con- tribuciones son enermes y los jor- nales son misérrimos y los alimentos carísimos; la desnudez y el desam- paro de pobres personas desalojadas de sus propiedades, como en el Ya- qui, como en el Fuerte, como en Pa- pantla, como en toda la Regública, por aventureros de corazón encalle- cido y autoridades dignas de la hor- ca; 4a prostitución de jóvenes muje-,. res que venden sus gracias, que ofrecen sus pudores, para llevar á sus familias paupérrimas un pan a- margado por_el vicio y condenado por los criminales tartufos que con sus rapiñas, que con sus exacciones, que con su explotación inmodorada, procuran la miseria, el hambre, el raquitismo, la degeneración de la raza, el vicio, la prostitución. Todo esto acontece, mientras en las arcas nacionales hay un super- ávit, según el último Informe, de veinticuatro millones y medio de pe- sos, superávit que representa la sa- lud del pueblo quebrantada por la exacción, por la contribución exor- bitante, y que pasará á los bolsillos de los gobernantes y de la turba de parásitos que se redondean de grasa mientras el pueblo suda y se agota en el trabajo y las mujeres sin pan se prostituyen.' Este infortunio y esta miseria u- nidos á la absoluta carencia de jus- ticia, forman el bagajeque como he- rencia maldita pasará á las futuras generaciones de ilotas si no hace- mos un esfuerzo por ser viriles, si hemosperdido por completo el amor por la Patria* La tiranía nos desTSmt5ra con su- perávits que significan la extorsión, y los gobernantes se oropelan con el dinero arrancado por medio de la amenaza, de la explotación y de la infamia, mientras quedan para < 1 pueblo el pndrajo, la cárcel, el garrote, el prostíbulo y el cuartel. En Zacatecas se ha aumentado el impuesto sobre propiedad raiz á la exorbitante taxa del veinticinco al millar. Los agricultores tratan de vender sus propiedades, y una miseria tadavía más tn.ste y un des- amparo todavía más ctuel se espera en ese desventurado Estado. Si Genaro García fue un mal go- bernante, Eduardo G. Paukhur?t es un gobernante pésimo García gastaba su tiempo entre beatos y frailes Pankhurst gasta su tiempo y el dinero del pueblo entre beatos, frailes, periodistas alquila- dosy una legión de truhanes que pasan la vida en el ocio y tn las prácticas úe la adulación más ab- yecta. Paukliurst Leeebita dinero para 61 y para sus lacayos y de ahí pro- vleneel impuesto brutal del' Veinti- cinco al millar. Pankhurst se ha hecho aumentar el sueldo de $4.000 anuales que ganaba á $8.000, Gas- tó $4.000 en adular á Porfirio Díaz con motivo de la nueva toma de pp- sesión del Gobierno. La Legislatu- ra del Estado .obsequió á Pank- hurst coa la suma de $1^500. Por el estilo, se ha derrochado el dinero en banquetes, én subvenciones á Jo- sé Manuel Villa y otros folicularios de alquiler, y en favorecer á indivi- duos que chupan la savia del pue- blo prendidos á los empleos públi- cos, de los que se sirven para envi- lecer al ciudadano, azotarlo y des- pojarlo. Lo gue ocurre en Zacatecas pasa en <l6s° demás Estados de nuestra infortunada Patria. Eí ambiente de vandalismo y de truhanería que ha creado la funesta Dictadura de Por- firio Díaz, necesita la sangre del pueblo para poder existir, y la so- ciedad mexicana pierde su fuerza y su energía estrangulada por la tira- nía, que, como los tentáculos visco- sos de uu pulpo ó los belfos insacia- bles de un vampiro, agota y mata traidora y cobardemente. La tiranía es la muerte y hará que perdamos hasta nuestra nacio- nalidad si no nos hacemos el propó- sito viril de exigir á nuestros gober- nantes estrec&a cuenta de sus actos. Ridiculeces de TPimentel Los tiranos siempre encuentran á la mano rufianes que les sirvan de instrumentos, siendo reclutados és- tos entre los vagos y los perdularios de la peor ralea. Famoso es ya, Bernardo Reyes por el tino que tiene para escoger entre la escoria y entre la canalla lo que más se distingue por su bella- quería, haciendo que esa podredum- bre humana formule protestas, es- criba periódicos, maneje el puñal, mande en jefe Acordadas, sirva de juez 6 de esbirro. Emilio Pimentel, de quien por su calidad de intelectual podría espe- rarse más cordura, ó al menos, más talento, que del impulsivo Go- bernador de Nuevo León, comienza á seguir los pasos del desprestigia- do JR,eyes, y lo que es peor, lo imi- ta'servilmente. Bernardo Reyes ordenó á varioá badulaques de Doctor Arroyo que protestaran coutra los justificados ataques que le dirijimos y lo mismo acaba de hacer Emilio Pimentel en Oaxaca. Tenemos á la vista una Protesta firmada por varios infelices por me- dio de la cual se trata de defender á Porfirio Díaz, á Emilio Pimentel y á Tirso Inurreta, el bandolero que desempeña el cargo de Jefe Político del Centro en Oaxaca. Firman la Protesta, Manuel R. Canseco, José Quiroz, Sebastián López, "Fidel Canseco y Manuel Martínez Mont, individuos profun- damente despreciados "en Oaxaca por su mala fe como comerciantes los tres primeros; los dos últimos son acreedores á la conmiseración por su extravío mental. Luis y Manuel Bustamante son los indivi- duos que con su sistema de tranvías han destruido el pavimento de la ciudad. A. Rueda Camacho es un eunuco, empleado de la administra- ción de Pimentel, bastante,conocido por su repugnante servilismo. Jo- sé S. González es Diputado al Con- greso de la Unión, y por lo mismo, no hay que esforzarse para compren- der su abyección. Tomás Heredia, es uno de los más adictos á Pimen- tel, de quien recibe constantemente muestras de afecto, es conocido en Oaxaca por los vicios repugnantes á que se entrega en la Alameda de ¿León, dende ha sido varias veces sorprendido por la policía. Fran- cisco Murguía es un ebrio consue- tudinario que aspira á la Presiden- cia Municipal. Wenceslao García, Guillermo A. Esteva y Guillermo Trinker son tres enriquecidos con la miseria del pueblo; el último es extranjero. Anselmo Cortés, con el apoyo de las autoridades explota á la gente pobre á la que engaña prometiendo librar del servicio de las armas mediante cierta cantidad de dinero á los infelices que salen sorteados. Muchas familias de Te- huantepec se han quedado sin pan por entregar á Anselmo las cantida- des que ese pillo les pide para res- catar á los sorteados, sin obtener un resultado satisfactorio. G. L- Dar- tnelí, Adrián Spitalier, Federico Holtz y otros, son extranjeros en- trometídqs c^e, buscar» Mapoy^idM Gobernador científico, como habrían buscado el de Martín tíuaVachiío, El resto de firmantes lo componen individuos bastante conocidos en las antesalas del Gobierno 6 en las sacristías, ó como empleados inúti- les que tratan de afianzar,el puesr, to, \ •"' i > y ' v ! ' « - Los oaxaquefios honrados, los que hacen, honor al Estado que tu- vo la gloria de haber sido la cuta del Benemérito de América, no fir- maron la Protesta. Cincuenta fir- mas solamente pudieron reunir los serviles. En los talleres, los obre- ros, indignados por la abyección de los que deshonran al Estado con ac- tos de adulación, se rehusaron á fir- mar. Las personas independientes y de elevada posición sodátno qui- sieron unir sus nombres á las firmas deshonradas de los serviles. La Protesta fue impresa por or- den de Pimentel y costeada por la Tesorería del Estado. \ Tirso Inurreta mandó colocar e» los aparadores de las casas de co- mercio ejemplares de la Protesta, amenazando á los comerciantes que se resistieron á dar su consenti- miento. Damos las gracias al insigne ban- dolero por el reclamo. Pimentel se ha puesto en ridículo. U n libro imbécil. Un tal Bernardo M alien, perfecta- mente desconooido en el mundo de las letras, está regalando á todo mundo un papasal, ouya impresión en varias lenguas pagó el Gobierno, de' que es autor. El mamarracho se titula «Mé xico ayer y hoy» y está inspirado por ei más repugnante servilismo, pues se propone presentar como ineptos y re- trógrados los gobiernos habidos has- ta antes de 1876 y como único pr»*re sista y benéfico, el del Gral. Díaz. El sistema empleado para deturpar á los honrados Gobiernos que preee* dieron á la Dictadura actual, es dig- no de los rufianes de pluma. Se to man las cifras que corresponden ¿Fe- rrocarriles, Comercio, Industrias y hasta población en 1876 y junto á ellos sé ponen los que corresponden á lo mismo en 1904, y como la diferencia á favor de esta última fecha es grande, de allí deduce el estulto Mellen que Díaa ha sido nuestro mejor gobernaré te. Con ese sistema los más grandes hombres de la Historia pueden empe- queñecerse fácilmente. Tomando por : u l , ; t . | . l . . . w ; i •';,""^ f!'1"':'" ! lV'¡"-'"^"•"i'T ! ' '?"••'•"!%'! • Í . ' * . ' 1 ' * ' * < ' M '[•••""'"•''"^''''^í' >'•*'}} y h*i<"'' . • ' • ' , " * ' " ' ' Í , •", >< " ¡ " . , \ • • } ' " ' ! ' f dft eompB*6fli6B los kilómetro! d», fía férrea habidos bajo el, Gobier. no'áe'W&Bhington^ pot1 ejemplo, y lo» que hay bajo el Gobioreo de Roos- volt, Washington resalta una nulidad nato el actual Presidente de los Esta- do» Unidos, como resuUai* insignifi- cantes ante Díaz, Juárez y Lerdo, oom. parando la población que México to- qíti,antes de 76 con la quohoy tiene. Dentro de' treinta áflós que habrá máa exportación y más Ferrocarriles y más Comeroio,' Díaz podrá ser con- siderado una nulidad en oomparaoión con el que entonces, gobierne, aunque Bea—cosa.difícil—peor que Díaz; El ílbraoo de MaIlé¡vBolo podrá im- presionar á los necios. Todossabemos que la acción del Progreso se cumple á pesar de los malos gobernantes, y comprendemos qué nuestro relativo adelanto es obra del tiempo avanzado en que vivimos, y no dal Dictador, co- mo lo pretenden loa serviles. ' - • Por lo demás, en la conciencia de todos los mexicanos está la convicción de que el Autócrata, con todos sus oro- pelea y sus alardes de progreso, nun- oa' podráy compararse con los buenos honrados gobernantes, con los ilus- tres, cuanto modestos demócratas Be- nito Juárez y Sebastián Lerdo de Te- jada. Lo pe É6 la Prensa tarta. REGENERACtCXH. Ha visitado nuestra'mesa de redac- ción, el poderoso paladín con cuyo nombre epigrañamos estas líneas. Lo redactan los hermanos Flores Magón, periodistas templados en la liza y el no menos apto y valiente Don Juan Sarabla. Es Bemanario de combate; su mate- rial se conoreta á exhibir vicios dé administración; promete ser el más leído de los periódicos escritos por mexicanos.' Agradecemos la visita, establecemos el canje, y le deseamos ielioidád en su ardua, empresa. , ' El Cañón —C. Lerdo, Dgo, R1G1NERACION. . Tenemos el gusto de haber recibido por primera vez en nuestra redacción, esto ilustrado Bemanario que se ha co- menzado á publicar en San' Antonio, Texas, siendo sus editores los valien- tes y sufridos seflores Ricardo Flores Magón, Juan Sarabia y Enrique Fio res Magón, Dicho periódico está muy bien escrito,,con abundante, y esoogido material y muy buena tipografía. Con sumo gusto mandamos nuestro humilde cange al ilustrado colega, de- seándole buen éxito en suaobleempre sa y muchos pagadores subscriptores. M Apathito.— St. Johns, Ariz. REGENERACIÓN. Eate es el título de un valiente sema- nario que publican en Sau Antonio", Texas, l^s ilustrados periodistas D. Ricardo Flores Magón y D. Juan Sa- rab! a, ^•Paladines del honor y de lajiígpi- dad nacional, se ostentan honradez defensores, del dorooho y la jÜStlc'iil'í' -\ ; ; ' • •j S t l c i i l í ,, \ ,;, . ;•;,.,,., ,, -,,.v, ; . , - Agradecemos •' el o&bja q'iie se Han servido enviarnos, deseando sincera- mente que su labor, por todos concep- tos beüefloloBa para la^sooledad me- xioana» sea coronada por el mejor , é x ) t o X®1 triunfo máa.hermoso. : Los defensores déla» libertades pú- blicas, han sido siempre loa verdade- ros mártiresde la, Idea ¿Pero, qué im- portal1 Los hombres honrados que-» dan suficientemente satisfechos onn la condenóla del deber cumplido. Reoibaa los campeones de tan va- liente colega un fraternal y estrecho apretón de manos, deseándole todo género de prosperidades en su nbble tarea. „' . , , • , • , . ' -.. ' • El Combaú.—SJérida, Yuc. ^ ', *** Damos las gradas á nuestros ama- bles oolfgas por BU atenoión. El Tercer Imperio. Ofrece enviaiycxWo prima la'obrá «JUÁREZ como lo descrlbe.la Historia y como lo pinta el Diputado BulneB» por el Lio R. Prlda, & toda persona que se suscriba al periódico, Esta obra vale en las librerías $1 76. El Precio de la suscripción & cEl Tercer Imperio» es $1.76 por, semestre y todo pedido, debe hacerse" al Api 2176 ó al Chapitel de Monserrate, n<? 4, y precisamentaá I. Arriola.—Méxi- co,—D. F. Testimonio Con sumo placer daré testimonio a como puedo decir,'milagroso'poder para sacar, que la doctora Alressa Mattfeews posee.' Fui' afligida de en- fermedad femanina desde hace, tres años. Tomé varias medicinas sin re- sultado ninguno, pues mi enfermedad se iba naciendo más grave hasta que la vida era intolerable. Entonces- me dirigí á asta señora de la cual yo ha- bía oido hablar antes. Ella,me curó en 15 dias enteramente por medio de «tratamiento ausente.» Nunca roa dio medicine, alguna ni me tocó, Esto fue hace cuatro meses y degde entonces no me he sentido nial y 'añora puedo trabajar como en los aBos pasados- Contestaré con gusto cualquiera pregunta acerca de mi enfermedad y cura, porque sé que debo mi vida á la doctora. Floreace Douglass, 214 Arsenal St. San Antonio, Texas. A nuestros colegas liemos visto que á. fresar de enviar nuestro periódico á todos nuestros colegas, algunos de ellos no se kan dignado visitarnos. En tal virtud, con pena'anuncia' mos que si no recibimos su visita, nos veremos en el caso de no continuar enviáñioles nuestro periódico.' i\r*,,-*¡ii(^t'* v *'• •M ^i I M . ^<'' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' 'l ' l( > * I . ,' ''." V V,1'' V J > ''"'••' ' ' , ,> . . ' 'VA. I V . I1 I ' ' Cuya reputación es"bien conocida en todo este país, acaba de establecerse ' permanentemente en San Antonio; Te- •> \ xas. Sana todas Jas enfermedades, sin aplicar drogas, taméién cura & cualquiera, dístanqia. por- medio del | maravilloso poder del 'Espíritu coa el úual fue naolda. Ella es la mejor adivinadora en el Sur, siendo la séptima hija de la sép- tima hija. ,. ,' . i Nunoa hierra en oamblarla suerte > Doctora ALVESSA- MATTHEW§. * palle S. Laredo 708.—Antiguo telé- I fono 808—1 R¡ La Piofesora Josefa Guevara en- seña Taquigrafía,, en dos^ meses. Precios cómodos. De 7.30 a. m. á 8.30 p. m. ia del Bosque No, 19, México, D. F . IMpORTflNTE. Sv/plicamos'á "las personas que por no aceptar la subscripción é • REGJüflB' BAOION «e sirven devolverlo, pongan con claridaüad sus nombres y sus direc- ciones.para horrarlos de nwatraslistas. Para la devolución no hay necesidad de gastar en timbres. * Agradeceremos á nuestros nuevos subs- criptores se sirvan, perdonar el qw'no les enviemoslimpios "los ejemplares délos nú- meros ly 2, pues en virtud de haberse agotado las ediciones de dichos números, solo podemos servir ejemplares ya usa- dos. En virtud de la carencia de los nú' meros ly-2, algunas personas no recibi- rán dichos númeto» inm&diatawi?iysl&p.qwt~ hagan sus pedidos;'pero pueden"estar sé- • guras de que se los enviaremos . La persona que nos envíe él importe de diez subscripciones por un afEo, recibirá una subscripción gratü. ANUNCÍESE Yd. «H? «H» •»«»• Circula en la República Mexicana y en el sur de los ESTADOSIUNIDOS. Testimonio. - Hoy testifico que estoy perfecta- mente sana, después de haber sido curada por los doctores y tomado medicinas sin resultado. Tengo 49 años de edad. Mi mal fue «cambio de vida.» Mis.cabellos -•Se volvieron blancos durante los últimos 4 años. Mi esposo supo de la gran docto- ra Alvessa Matthews hace cosa de 6 semanas, tenía mucha fé en ella al principio, pero fue persuadido á ponerme bajo su cura. Los dolo- res en mi cabeza eran terribles. Le he hecho 24 consultas y hoy me en- cuentro enteramente sana sin tomar medicinas. En efecto, mi curación fue hecha absolutamente por consultas, sin que jamás estuviera yo en su pre- ¡¡encia. TOMASA GUBRRHE,O DS LÓPEZ. Arroyo de León, Condado de Me- dina. fl QUIEN INTERESÉ- Con sumo placer daré testimonio al gran poder para sanar enfermeda. des, que posee la Drá. Alvessa Matthews. Ella curó á mi esposa milagrosamente después de que yo había gastado centenares de pesos sin resultado. Había tenido varias operaciones en San AntqniOj, pero súJ enfermedad creció hasta que su peso llegó á ser de 115 libras cuan- do la traje á la Dra. Alvessa Maf thews. Ahora pesa 170 libras. La gran Doctora nunca la dio alguna 'medicina. 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