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Regeneración N 11 [2 Epoca Año I -14 Enero 1905-Mexico] - Nora Salinas Sandoval

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La libertad do Imprerto no lleno más limites que ol respeto 4 la vida prWado,
la moral y á la paz públIca.-Art. 7 ° de la Constitución.
Periódico Independiente de combate,
Director: RICARDO FLORES MAGON.
Cuando la República tronuncle su voz soberana aer¿ forróse aomoUrso r̂
dimitir -GAMBETTA.
Jefe de Redacción: ' ,'
- - JuanSarabia.
AÑO I.—«a ÉPOCA.
5O5 W. Nuevu Street. 1». O. Box, Ilj3.-Ol«l Plfitue, 38»-» K.
SAN ANTONIO, TEX. E. U. A.—Enero 14 de 1905
Administrador:
Enrique Flores Magon
T O M O I I I - N < > 1 1 .
¡"'I
Eutercd a» second-cluss matter Novcmbcr 5,1904, a« the post
office nt Sin» Antonio, Beatas, uuder «lie Act of coutrress ol Murcli
3,1870.
La conflagración
del porvenir.
Responsabilidades de! Gral. Díaz.
I-I
A El'Gral, Díaz, en su egoismo in-
menso, en su maldad insondable de
tirano, no se ha conformado con
adueñarse del poder á perpetuidad
y con causar á la Patria, durante
su vida, todos los niales que van
aparejados al despotismo. El Dic-
tador ha querido que después de su
muerte, la Patria sufra todavía; ha
stñado con pro>ectarsu despotismo
más allá déla tumba, y con su sis-
:ema de opresión implacable, lejos
de preparar al país para la tranqui-
lidad y el bienestar, lo ha prepara-
do para los trastornos, para las con-
vulsiones y las catástrofes.
El problema de la sucesión del
ral. Díaz es pavoroso, y ni los an-
tecedentes ni las circunstancias, en
que quedará el país á la desapari^
ción del Autócrata, autorizan á su-
poner que pueda resolverse pacífica-
mente.
A su muerte, el Gral. Díaz deja
'lía pueblo enterara ente desorgani-
zado, sin Partidos Políticos, sin Je-
fes, sin hombres que culminen en
el Gobierno ni fuera de él, sin pren--
sa, sin opinión pública, sin uno ¿6-
lo.de los elementos que serían pre-
cisos para que en medio del orden
se verificara el cambio radical de
Gobierno que es inevitable en el
porvenir.
L,a nación, tanto tiempo y tan
férreamente encadenada, al verse
libre del déspota, no se encontrará
en disposición de tolerar más tira-
nías; por el contrario, reaccionará
en contra de ellas de un modo na-
tural, irremediable, y sentirá impe-
riosa, dominante, avasalladora, la
aspiración-suprema de la libertad:
Esa aspiración se siente ya, se
formula y se expresa por todas par-
tes; pero los actos que deben reali-
lizarla se aplazan para cuando el
Gral. Díaz haya dejado de existir.
Unos no se lanzan desde luego á la
lucha, porque son creyentes más ó
menos convencidos de esa leyerida
,e omnipotencia y de terror con que
a envuelto el Autócrata su nombre,
falta de un derecho divino que
ducir en prestigio de su tiranía;
"otros, los más, se han detenido al
observar la senectud extremada del
déspota, esperando ver cubiertos
muy pronto su cuerpo, de tierra, y
su nombre, de maldiciones.
Cuando el Dictador caiga para no
levantarse más; cuando la Natura-
leza compasiva nos salve, ya que
nosotros no supimos salvarnos, del
impl'*cab'e opresor; cuando desapa-
rezca el único que por diversas ra-
zones ha sido obstáculo para toda
actividad política, ¿quién podrá de-
tener los desbordados anhelos de li-
bertad que estallarán entonces en el
corazón del pueblo con el ímpetu
de las lavas en el seno del volcán?
¿quién podrá siquiera encauzar ha-
cia la serenidad y el raposo esos an-
helos ardientes y locos que no po-
drán reconocer freno ni dique?
La libertad regularizada y hecha
costumbre, es tranquila y solemne;
la libertad que se obtiene con la
niuerte de úa déspota y se practica
á rafz de una tiranía, es obligada-
mente desenfrenada, fogosa, pudie-
ra decirse orgiástica. El hecho no
tiene nada de extraño para quién
conozca la ley vulgar de las accio-
nes y reacciones,
Cuando la bala de Czolgoz hizo
un cadáver del' Presidente McKin-
ley, Roosevelt ascendió al Capitolio,
sin que la tranquilidad pública se
alterara en los Estados Unidos y sin
que la desaparición del Presidente
provocara trastornos en la vida del
pueblo americano. Es que Roose-
velt era el elegido del pueblo y na-
die pensó en disputarle -el puesto
para el que lo había destinado la
voluntad popular.
¿Estamos en México en el mismo
caso? No.
En México, el pueblo no ha ele-
gido al que deba suceder al Gral.
Díaz, como no ha elegido tampoco
al Dictador. I> institución de la
Vicepresidencia sólo se estableció
para ser burlada por el capricho del
Autócrata, como todas las demás
instituciones republicanas sólo se
conservan en nuestra patria para
ser ultrajadas por las practicas de
la monarquía
El Gral. Díaz, no satisfecho de
oprimirnos durante su vida, quiere
que, después de su muerte, siga pe-
sando sobre nosotros su fatídica ti-
ranía, y ha nombrado por bando so-
lemne y previa farsa electoral, al
que debe ser nuestro opresor en el
futuro. Er.Gral. Díaz, ciego de
soberbia, ha creído que él tiene
más derecho que el pueblo mismo
para elegir al Gobernante que lo ha
de suceder; ha hecho á 1©6 mexica-
nos el ultraje de considerarlos un
rebaño sin discernimiento y sin vo-
luntad, y ha legado el Poder al más
inservible dé sus fávoritósV *'
¿Olvidará el pueblo el ultraje?
¿Respetará la voluntad testamenta-
ria del Dictador?
¿Quién es R^món Corral para que
la Nación se someta á su dominio
humildemente, sin oposición y sin
protesta? ¿Qué merecimientos pue-
de aducir este pobre hombre para
ocupar el primer puesto de la Re-
pública?
, Hace veinticinco años, fue perio-
dista en una aldea de Sonora. «El
Fantasma,» que no pudo ser enton-
ces más insignificante, ha venido á
alcanzar celebridad en los albores
del siglo XX y de él han tomado
los periódicos actuales fragmentos
que ruborizan al idioma y que Co-
rral ve reproducidos con infantil sa
tisfacción. Hay un lapso de som-
bra, que otros se encargarán de
alumbrar, tras del cual surge á la
vida pública el foliculario alamense.
El escritorzuelo ha llegado á capi-
talista. Ocupa el Gobierno 'y re-
produce en Sonora los hechos con
que Bernardo Reyes ha enlutado á
Nuevo León. Sostiene la campaña
del Yaqui, formando parte de un
triunvirato tenebroso, y de impro-
viso, es llevado á la Capital de la
República, donde pasa desapercibi-
do para el pueblo, distinguiéndose
apenas por la brutal deportación á
Yucatán de dos jóvenes liberales.
Cuando la mano del Gral. Díaz
lo levantó bástala Vicepresidencia,
el país se preguntó quien era aque-
lla nulidad afortunada, y ebta pre-
gunta se repetirá cuando Ramón
Corral pretenda sentarse en la Silla
que deje vacante el Dictador.
El pueblo no podrá deslumhrarse
con el decantado mérito que en-
cuentran los lacayos en una juven-
tud de medio siglo.
La nación no podrá encontrar
gloria, como la prensa asalariada,
en que Corral haya sido el favorito
del tirano.
Corral es un cero. No se le res-
peta ni se le teme, ni se le conceden
siquiera los honores del odio. Se
le desconoce, se le desprecia quizá,
y el pueblo mexicano, al sentirse li-
bre del Gral. Díaz, obrará para afir-
mar su libertad como ti Ramón Co-
rral no existiera.
Y si el pigmeo quiere oponerse á
que la Patria rompa sus cadenas; si
toma á lo serio su carácter de lega-
tario, si pretende hacer efectiva la
herencia de despotismo que en mala
hora pensó dejarle el ensoberbecido
Dictador, ¡ay del pigmeo!
Su ambición tropezará con un
pueb'o sediento de libertad y harto
de yugos; con un pueblo más anhe-
lante de represalias que dispuesto á
nuevas esclavitudes.
Pero Corrql uo lo comprende. Ha
caido en la necedad jde creerse
grande y se empeña en desconocer
que debe su encumbramiento á la
degeneración senil del Autócrata y
su improvisado renombre al di cero
de la nación derrochado entre im-
púdicos lacayos.
El conflicto es inevitable. Corral
sueña con el poder y acaricia amo-
rosamente la idea de obtenerlo
cuando muera el Dictador; el pue-
blo sueña, con la libertad y acaricia
férvidamente la esperanza de con-
quistarla cuando el Dictador desa-
parezca. Corral ha anunciado que
imitará al Gral. Díaz: será un tira-
no. El pueblo no quiere tolerar
más yugos: será un rebelde.
Vendrá el choque, la cruenta lu-
cha, la tremenda conflagración, que
solo terminará con laderrota defi-
nitiva de alguno de los contendien-
tes. El pueblo triunfará al fin; del
caos tendrá que surgir esplendorosa-
mente la libertad, pero no por eso
serán menos lamentables las con-
vulsiones y las catástrofes que agi-
tarán al país por un tiempo más ó
menos prolongado.
No constituye Corral la causa ú-
nica de los trastornos futuros, pues
aj amparo del Gral Dú<z y por su
culpa, se han formado otros elemen-
tos de disolución de que próxima-
mente nos ocuparemos, y que con-
tribuyen á agravar los peligros del
porvenir.
El caos y la revuelta; las lágrimas
y la sangre derramadas en abun-
dancia sobre los campos nacionales:
eso deberemos al Gral Díaz después
de su muerte.
Nuestro porvenir está preñado de
sombras. Es siniestro, pero inevita-
ble, y debemos acostumbrarnos á
recibirlo tal como se presenta. Si
,conocemos los peligros, mejor sa-
bremos defendernos de ellos.
Ya que el Gral. Díaz con su e-
gpismo inmenso, nos arroja sin re-
medio á la revolución, nosotros los
liberales, debemos prepararnos, de-
bemos organizamos para tomar ma'
ñaña la defensa de la Patria contra
todos los que pretendan subyugarla.
A
Un fraude escandaloso. y para, satisfacer esa pasión, empleala i lolencia y llega hasta, el «'rimen. 1 fael Herrera Vaca,Lo que Agutí el o debería hacer, si QO
Mí.
Damos las gracias á nuestros co-
rreligionarios que se han servido
enviarnos tarjetas de felicitación de
año nuevo.
Igualmente nosotros deseamos á
nuestros correligionarios un feliz
año, que lo será indudablemente sí
en él logramos ver libre y dichosa
á nuestra Patria,
PntilihurHt lo tole-
ra a lo aprbveclm.
Con los débiles el Gobierno se
mues>tra arrogante, impetuoso, colé-
rico, no admite que se le contradiga
y todo lo arrolla y todo lo aplasta
Con los fuertes el Gobierno es
sumiso hasta la cobardía, respetuo-
so hasta la humillación, obsequioso
hasta el servilismo.
Cuando el Gobierno ó sus cues-
tores tienen que habérselas cou un
contribuyente pobre, las malas pa-
labras, las amenazas brutales y aun
la violencia acompañan á siis peti-
ciones de pago.
En cambio, cuando se trata de al-
gún poderoso, el Gobierno y sus
cuestores emplean zalamarías feli-
nas para: no atraerse las cóleras de
los plutócratas soberbios.
La Compañía Miuera de Mazapil
tenía que haber comenzado á pagar
sus contribuciones por valor de cin-
co uril y tantos pesos mensuales,
pero el Gerente de la Compañía a-
menazó á Pankhurst con acusarlo
con Díaz si no lo eximía del pago
de esa contribución. Pankhurst, te-
meroso, ha librado del pago á la
poderosa empresa, á la que suplicó
que, en cambio de los cinco mil y
tantos pesos mensuales, pu&íera
quince tocos de luz incandescente
de treinta y dos bugías en las calles
de Concepción del Oro.
Como se ve, el Tesoro del Estado
pierde una buena suma mensual-
mente, pues quince focos no pueden
valer cinco mil pesos al mes.
La complacencia .del Gobernador
Eduardo G. Pankhurst suscita con-
jeturas que no libran á Pankhurst
del anatema de las personas hon-
radas.
/ Pankhurst es débil y por eso ce-
dió á las exigencias de la poderosa
Compañía,y entonces no merece más
que el calificativo de cobarde, ó
bien se mostró complaciente con la
Compañía porque puede porcibir
parte de los cinco mil y tantos pesos
qué deberían ingresar mensúalmen-
te al Tesoro de Zacatecas, y en este
caso Pankhurst resulta ser un aven-
tajado émulo de Miguel Cárdenas
¿Cree Porfirio Díaz que actos co-
mo el que dejamos apuntado pueden
dar algún prestigio á su corrompida
administración?
El pobre pueblo paga sus contri-
buciones y perece de hambre, mien-
tras las poderosas compañías y los
funcionarios sobornables continúan
una orgía de cerca de treinta años,
que se prolonga indefinidamente si
no aos decidimos á ser viriles.
La Cempañía de Mazapil comete
un fraude indigno del que pasticipa,
ó cuando menos, consiente, el mo-
cho Gobernador de Zacatecas.
He a q u í un c a s o que se nos comunico, h u b i e r a pe rd ido por i'i mpleto la \ 1 r-
de Zamora.
Al fallecimiento del Sr. Li<?. DOD
kruerua., sería retirarse do uu puesto
que solo debiera sf r ocupado por per-
Nicolás Dávalos, quedó á la sucesión sonus honradas
de dicho seflor una gran paito <lo
HacieLda de San Simón. Katro los
herederos quedaron di)s hijos varo-
nes menores de edad.
El abuelo materno de fotos, qiiB lle-
va el nombre de Rafael Márquez. Mo-
ra, y es el padre de la viuda que dejó
á su muerte el Sr. Davalo", se apro-
vechó del ascendiente que sobre su hl I Parece que Pedro Arguelles, el
ja t")LÍa para que se le antojara la I Gobernador de Tamaulipas, ha de-
Mleotras Porfirio Dm/. estóenel Po-
der, sneo lograra que haya justicia
El cinismo
de Arguelles.
Hacienda.
Márquez Mora estuvo durante va-
rios míos disponiendo del producto
de la Hacienda sin dar cuenta á nadie
de sus operaciones y aprovechándose
do todos los rendimientos, y por i'ilti-
mo pretendió hacer un ruinoso contrato
que acarrearía la ruina de los jóve-
nes herederos
Uno de los heredetos, el joven Es-
tanislao DiWalos, previendo la ruina,
se dec.dió á administrar por sí mismo
sus intereses, y al tfecto, se presentó
en Septiembre anterior manifestando
a su abuelo que en virtud de haber
llegado á la mayor edad, se disponía
á tomar posesión de su propiedad.
Márquez Mora se negó á,entregar al
joven Dávalos lo que Je pertenecía, y
aun pretendió expulsarlo de la linca:
peí o" viendo que su nieto insistía, en
reclamar sus derechos, ofreció entre-
gar la Hacienda siempre que se le re-
galasen cincuenta mil pesos que dijo
le correspondían por haber adminis-
trado la finca.
Hay que tener en cuenta que Mora
no tenía derecho á reclamar, porque
duraite varios años él se apropió to-
dos los rendimier,to<! i\c la Hacienda
Merecía, más bien jr á la cárcel por su
latrocinio en lugar de recibir un rega-
lo de cincuenta mil pesos.
El joven Dávalos se negó & obse-
quiar las inicuas pretensiones del
abuelo. Este, furioso porque se le es-
capaba, de una fortuna, corrió á ver á
Francisco de P. Aguado, Jefe Político
de Zamora, á quien ofreció una parte
de los cincuenta mil pesos si obliga-
ba á su nieto á entregar el dinero.
Aguado, que sueña con ser capita-
lista, aceptó el sucio negocio, y arbi-
trariamente ordenó al Presidente Mu-
nicipal del pueblo de IxteáD, inmedia-
to á la Hacienda, la aprehensión del
joven Dávalos y de su servidumbre.
El joven Davalas legró escapar de las
garras del tiranuelo, pero poco des-
pués cayó en poder de Rafael L. Huer-
ta, uno de los bandoleros que están al
servicio de Aguado, y tuvo'que com-
parecer ante éste, siendo entf tees víc-
tima de los mas crueles ultrajes.
Aguado es un rufián, y como rufián,
injurió al indefenso joven y lo amena-
zó con enviarlo á la cárcel si no da-
ba á su rapaz abuelo los cincueLta
mil pesos El joven Dávalos se negó
con energía á dejirse robar de un mo-
do tan cobarde, con lo que se exaspe-
ró el inverecundo Aguado hasta tra-
tar de golpear á su víctima.
El joven Dávalos fue consignado á
UDO de los jueces letrados del lugar,
quien lo puso inmediatarrente en li-
bertad por no haber delito alguno que
perseguir.
La víctima elevó un escrito de queja
á Aristeo Mercado y ni siquiera reci-
cidido exhibirse cínicamente como
protector de los asesinos del perio-
dista Vicente Rivero Kcheagaray.
A su instrumento Longona lo
puso en el Congreso de Tamauli-
pas provocando el escándalo de to-
da la nación.
A los polkías cómplices de Lon-
gona los puso eu libertad á pesar
de haber sido condenados á diez
años de prisión. Hizo más Argue-
lles, envió á Tatnpieo á esos bandi-
dos; pero un escrito enérgico del
Sr Emilio Rivero Echeagaray ma-
nifestando que se haría justicia por
su propia mano si esos bandidos
osaban presentársele, y las protestas
justísimas de la sociedad indignada,
decidieron á Pedro Arguelles á re-
tirar á sus bandoleros de ese Puer-
to.
A Francisco Viñas y Dr. Maria-
no Treviño que figuraron como
cómplices del asesinato del Sr. Ri-
vero Echeagaray y de los crímenes
á sangre fría perpetrados en el Hos-
pital y el Panteón para borrar las
huellasde sus depravaciones y de
las de L,ongoria y los policías ban-
doleros acaban de ser agraciados,
Viñas con la Presidencia Municipal^
de Tarnpico, y Treviño con gajes
de toda clase.
Ha Puesto de Visitador Político
en Tarnpico á un tal Antonio C.
Guzmáu, para que proteja á sus
apreciables facinerosos. Este Guz-
nián se ha dado á conocer muy pron-
to como amigo de enriquecerse coa
los caudales públicos y sus latroci-
nios se distinguen por lo descarados
y.audaces, pues en los. garitos y
prostíbulos donde dilapida lo que
distrae de los fondos públicos, hace
alarde de sus fechorías.
Siguen ocupando sus puestos los
demás bandoleros cómpheesde Lon-
goria, de Treviño y de Viñas. En el
Hospital, Nicasio Valdés y Gonzalo
Palomera; en sus empleos déla Cár-
cel, Valentín Ortega y sus hijos; en
los juzgados, Antonio Clkirinos y la
cáfila de huizacheros que; ayudaron
en los crímenes; en el Ban'o Merca-
do, el nauseabundo Agustín Vio-
lante y su hampa, y en la Tesore-
ría para sostener á la citada chusma
de holgazanes bandoleros, Santiago
L, Zubieta, que á su vez es sosteni-
do por esa mafjia hedionda que tie-
MO CÍNICO.
LAS AUTORIDADES PATIBULARIAS.
Más de una ve2 hemos dicho que en-
tre las autoridades que pesan sobre
nuestra desventurada Patria, hay in-
dividuos que debet ían arrastrar la ca-
dena cuando por la enormidad de sus
crímenes no se hubiesen hecho acree-
dores á la guillotina ó á la horca.
El Gral. Díaz ha tenido que rodear-
se de esa clase de individuos, porque
son aptos para desempefiar cierta cla-
se de comisiones que los hombres non
rados se reusarían & cumplir.
En Zamora, Mica., es Jefe Político
un tal Francisco de P, Aguado, per
6OQ8J0 de patíbulo que cuenta con el
decidido apoyo de Arlíteo Mercado,
Gobernador de Mlchoacán.
Aguado tiene la pasión del dinero,
bió contestación, "HÍZO después un 1 n e P e d r o Arguelles á su servicio
viaje á Morelia para poner su queja I A e s t a t u r b a pertenecen los hijos
personalmente, pero el estúpido g-0-1 del Coronel Agapito Villegas. Juan
bernante no hizo aprecio de ella. Des ¡ Villegas es Juez del Registro Civil.
ilusionado volvió el joven Davales ] Ha matado cobardemente á muchas
j Creyó que había justicia y se conven- j personas y á otras les ha arrebata-
ció de que nuestra Patria está á mer-j do sus bienes. A Don Alfredo
ced de todos los malhechores. Raynaud lo asesinó del modo más
F r a n c i s c o de P A g u a d o ge z a d e SÍE- , •, . , 1
, , & . , , . cobarde para robarle sus propieda-
, guiar estimación por parte de Aristeo , . , ,. . . . „
Mercado, * ha prometido seguir las I d e s >' e l d e h t O r l U e d ü l m P u n c S e
j rojas huellas de Bernardo Re: es. Xo
 ! h a T o b a d o l o S t e r r e n o í l d e Andonae-
¡ asombrará, pues, que dentro de algu- ¡ £ u i H a convertido en hipódromo
¡nosdiasse haya comenzado á derra- 1 el Panteón Gonzalo Villeg-s fue-
mar sangre en el Distrito de Zamora < hasta hace poco comandante de po-
hci'4, ,y como policía mató, robo,
violó.
En cambio á los dos jueces co-
rrectos, los Sres Lies. Porfirio Flo-
. , , ,. , , res y Teófilo Z Garza, que fueron
vte salvado del patíbulo por el Jefe r . , , • - - , T
Político, su cómplice. fieles a la justicia en el asunto Lon-
Luque atrepella, viola, roba, asesi- gona-Rivero hcheagaray, se en-
na bajo el amparo de Francisco de P. cuentran postergados eo C \ ícto-
Aguado. , ria bajo la mirada inquisitorial de-
Aguado ejerce en estos momentos Pedro Arguelles.
una persecución feroz contra vario» Esta podredumbre forma el arma-
veolnos de Cbllchota á quienes ere* , ó s o s t ¡ e D e d a f d a
responsable» de habernos enviado lo» , . ;, . „ . . ,,
i t o relativos al atontado de que . á l a üistnonesca Dictadura de Por-
por orden del bandolero Aguado.
Aguado tiene k su servicio á un tal
Pedro Luque, individuo que por sus
en.presas de bandolerismo fui- varías
veces sentenciado, siendo la última
i D r m s re tntado e que .
ei víctima el honorable Sr. Don Ka,., fino Díaz.
Hay mucho de charlatanismo eu
el reclamo que por todas partes se
hace de los supuestos méritos que
se atribuyen al Dictador.
Las frnses laudatorias para el
Dictador, como estereotipadas, apa-
recen exactamente iguales en los
periódicos de Francia, en los de In-
glaterra, en los de listados Unidos
ó en los de las otras naciones donde
como en México, lia y periodistas
sin dignidad que deshonran sus plu-
mas con la más abyecta adulación.
Porfirio Díaz paga sus reclamos,
como los fabricantes de potingues,
de pildoras ó de emplastos más 6
menos maravillosos pagan los suyos.
No hay difeiencia entre el merolico
que se hace anunciar como profesio-
nista sobrenatural y el tirano que
se lince pasar como demócrata aus
tero.
Como lu.s fabricantes, el Dictador
padece la fiebre del anuncio. Se
anuncia en los periódicos, se anun-
cia en los ferrocarriles, eu lo.s mu-
ros, eu los almanaques, en las caje-
tillas de citanos, eu los palillos de
dientes, y el anuncio múltiple y
monstruoso consume gruesas sumas
que salen de las arcas del Erario
de antemano repletadas con el J i ñe-
ro ávidamente extraído de los bol-
sillos del pueblo. I
Ningún tirano había caído en la
manía del anuncio como el Dicta-
dor. Lanza folletos, libros, hojas
sueltas. Como los empresarios de
circo organiza desfiles de anuncio,
convites grotescos de comparsas de
alquiler que públicamente hacen la
apología del Autócrata.
La Prensa nos ha dado á conocer
un nuevo sistema empleado por
Díaz para anunciarse. Con motivo
de la última reelección y toma de
posesión del Gobierno, los Cónsu-
les mexicanos en el extrajere han
derrochado el dinero á manos lle-
nas en recepciones-anuncios, en
banquetes-reclamos donde el dinero
del pueblo se lia convertido eu
champagne, en música, en flores,
en orgía, en embriaguez sin consi-
deración a que la Patria se hunde
al peso de la Deuda.
Un gobernante probo no necesita
recurrir al escándalo pagado para
darse á conocer de un modo que so-
lo á los saca-muelas se les perdona.
La sencillez republicana resulta se-
riamente lastimada con el bombo de
circo arrabalero con que á diario
ofende á los mexicanos el Dictador.
Un buen gobernante no cecesita
derrochar el dinero del pueblo para
. crearse un prestigio artificial que
solo puede impresionar á los imbé-
ciles.
Porfirio Díaz en cerca de treinta
años de gobernar no ha podido
crearse una reputación sólida, y se
ha visto obligado á recurrir al en-
gaño profusamente publicado y
espléndidamente retribuido.
Para el Dictador el anuncio ha si-
do una necesidad, y es un hecho
comprobado que á mayor anuncio
ha correspondido mayor opresión
en nuestra Patria.
A medida que los años pasan, la
tiranía se acentúa y se hace más
dolorosa y es imposible impedir que
de los pechos torturados se escapen
los ayes. Con el transcurso del
tiempo las cadenas se multiplican y
es imposible impedir que choquen
unas con otras provocando sordos
rumores. El látigo al caer sobre
las espaldas; los cerrojos de las pri-
siones corriendo continuamente pa-
la policía al chocar contra los crá-
neos de los ciudadanos y el chas-
quido de las armas de fuego funeio-
uaudo sin cesar en obsequio de la
Ley Fuga, producen un estrépito
que la tiranía se ve en la necesidad
de apagar con la música de sus fes-
tines, con los ditirambos de los es-
critorzuelos y los himnos ensordece-
dores de los lacayos cínicos.
A medida que la tiranía se ha ido
extremando, la adulación ha ido en
aumento. lia sido preciso ensor-
decer con kossanas venales para que
no se perciban los gritos de cólera
de lo.s oprimidos; ha sido menester
el estridor de homéricas carcajadas
para no oir las imprecaciones de
los vejados, ha sido forzoso para la
tiranía aplaudir delante del estertoi,
reír cuando los lastimados gimen,
derrochar, embriagarse, enloquecer-
se cuando todo es tristeza y cuando
la miseria cercena la vitalidad de la
raza.
Si Porfirio Díaz fuera un buen
gobernante no habría tenido nece-
sidad de gastar las reutas públicas
para pagar los vicios de burgueses
porcinos como Rafael Reyes Spín-
dola, dedicados á embrutecerá las
masas.
Si Porfirio Díaz fuera uu buen
de las calles descompuestas
Llovía d, torrentes y\esa miseria
se arrastraba dolorósa sobré "el lodo
porln
Compañía de Tranvías, arrancan-
do gritos de compasión á los espec-
tadores condolidos.
Cuando la fatigada comitiva IJe-
gó al Palacio del Gobierno, Piuien-
tel que hacía horas se quebraba la
cabeza aprendiendo de memoria Un
speach alusivo, quedó profundamen-
te deseó asolado al ver que el ptLe-
blo no se había uuido á los pobres
forzados que pisaban con rabia el
lodo de la calle maldiciendo in pe-
to d los tiranos, que obligan á los
desheredados, á las víctimas de to-
das las explotaciones y de todas las
infamias, á, servir de comparsas eu
los actos carnavalescos con que'
pretenden ¡necios! crearse uu pres-
tigio enlodado de tiempo atrás.
Ante una docena de rostros soño-
lientos comenzó á hablar Pimeutel
y hubiera durado horas su mal a-
prendida peroración, si los conti-
nuados bostezos y las marcadas se-
ñales de impaciencia, de fatiga y de
cólera por parte de los inanifestrn-
tes forzados, no le hubieran indica-
do que era necesario dar pronto fin
á la tarsa.
Descorazonado quedó el tiranue-
lo. ¡Creía el bueu hombre que una
manifestación de protesta contra
REGENERACIÓN haría que los
oaxaqiKtios en masa se asociaran á
sus policías! ¿Ignora el desventurado
gobernante no se "habría minchado ¡ f e m a n t e que al pueblo oaxaque-
en nuestros Consulados la bandera | ñ o !e r e p U g D a e l "« V l l l ^o? ~
, , , , , i recuerda qup ese pueblo viril 1
nacional con el champagne de las I ^ '
. , i i ' i ! alguna vez al Autócrata Díaz?
bacanales con que se celebro la ree-: "
lección.
Si Porfirio Díaz fuera un buen
gobernante no se anunciaría, como
un compone-Jntesos, en los almana-
ques de los fabricantes extranjeros
de medicinas de patente.
Si Porfirio Díaz fuera un buen
gobernante no tendría necesidad de
mover con oro las plumas deshon-
radas de los escritorzuelos extran-
jeros.
Si Porfirio Díaz fuera un buen
gobernante, no habría ofendido el
sentimiento nacional ordenando á
Bulnes que injuriara la memoria de
Juárez, con el perverso fin de apa-
recer más grande que el Benemé-
rito.
El buen gobernante por la sola
virtud de sus acciones se justifica.
Benito Juárez uo necesitó del recla-
mo dispendioso para ser honrado
on el título de Benemérito de Amé-
rica ni gastó el dinero del pueblo
en anuncios charlatanescos.
Pero Porfirio Díaz necesita atur-
dir á todo el mundo y aturdirse él
misino. Aturdir á todo el mundo
para que no pare mientes en la ca-
rroña que se encumbre cou la púr-
pura del César. Aturdirse él mis-
mo para no escuchar las tremendas
acusaciones de su conciencia.
En su intimidad ese hombre de-
be sentirse agobiado por mil remor-
dimientos enormes. Sus faltas gi-
gantescas deben roerle sin cesar, y
por eso hace que se le inciense, y
por eso hace que se le cante, por
eso procura distraerse con las li-
breas de sus lacayos, con los arras-
tramientos de sus funcionarios rep-
tiles, con las hipérboles hediondas
de sus intelectuales como Díaz Mi-
rón, como Manuel Flores, como
Francisco Bulnes, y cuenta de an-
temano como todos los culpables
con la absolución del clero traidor,
aliado incondicional de todos lo¡
déspotas.
El Dictador, mientras viva, con
tinuaiá gastando el dinero del pue-
blo en oropelarse. Tiene razón: si
se exhibiese como es, los hombres
engañados tiempo ha que hubierar
ra cerrar las puertas detrás de las. visto el índice severo con que lo se-
víctimas que entran; los garrotes de ñala la Justicia indignada.
n a comedí a odiosa! pimentel no se ««formó con ia
rechifla con que fue recibida esa
Cualquiera diría que Emilio Pi-
mentel es más cuerdo que Bernardo
Reyes y aun que el misino Gral.
Díaz, pero los hechos lian venido á
demostrar que el clerical Goberna-
dor saborea con deleite c imítalas!
«Protesta.» Había avanzado hacia
el ridículo y acabó por hundirse en
él.
El día 2 del corriente se improvi-
só Pimentel una manifestación po
Inurreta no quiso, quedarse sin
que á él,—el odiado Jefe Político,—
se le presentasen los manifestantes.
Ordenó á sus subalternos que obli-
gasen á los pobres hombres que
componían la calenda á que fue-
sen á saludar lo. Y así se verificó.
Los rezagados en el pago de la ca-
pitación tuvieron que estrechar la
mano del lobo que los acorrala, lo.s
acosa y los mete á la cárcel.
La infame comedia ha despresti-
giado todavía más al clerical Pi-
nentel, al bandido Tirso Inurreta
y Í|1 hipócrita Jo<-é Inés Dávila.
Los tiranos no pueden inventar
algo que no sea la vulgar y trillada
manera de incensarse, tan dê ptíVs-
ígiada, que los hace más odiosos.
Un lacaya
indignado.
En el papasalillo Las Noticias que
subvencionan las autoridades de
San Pedro, Coah., á las que ataca-
mos con toda justicia, aunque con
menor duieza de la que merecieran,
encontramos un pretensioso cuanto
mal hilvanado artículejo en que un
badulaque llamado Andrés L. Vies-
ca ataca destempladamente á RE-
GENERACIÓN.
El mísero foliculario, á falta de
buenas razones qué esgrimir contra
nosotros, amontona en su articulejo
todos los baboseados estribillos con
que los escritores de alquiler han
pretendido pulverizar, sin ' conse-
guirlo, los efectos de nuestra' labor
democrática y justiciera. Se nos lla-
ma ambiciosos, despechados, cobar-
des y hasta enemigos de la Patria,
y no se nos lanza á la faz una prue-
ba—una sola- de nuestra ambición,
ni se exhibe la causa de nuestro
despecho, ni se da la razón de nues-
tra cobardía, ni se demuestra con
fundamentos que nos confundan
nuestra carencia absoluta de patrio-
tismo.
Un imbécil, herido con el flagelo
que dejamos caer sóbrelas espaldas
de su pariente, busca hospitalidad
en las columnas de un pasquín en-
vilecido, y desde allí nos injuria
con ese odio mezquino que sienten
litcia los espíritus libres, las natu-
ralezas irredimiblemente esclavas
con esa rabia venenosa que lo viri
y lo digno provoca en los emascula
dos y en los abyectos; con ese furor
<jüé acusan., sin. pruebas> y culpan
sin justificación!
Hace cuatro nfios que nuestra
asendereada ambición pone hiato ri-
cos alaridos eu la garganta enlodada
de los eunucos; lince . cuatro años
que la estulticia de los serviles nos
imputa despechos y traiciones; y en
todo ese tiempo no han podido exhi-
bir los adi ladores una comproba-
ción siquiera de las miserias que
nos atribuyen.. SI somos ambicio-
sos ¿por qué no se nos arrojan al
rostro las pruebas de nuestra ambi-
ción? Si somos despechados ¿por
qué no se publica la causa engen'
dradora de nuestro despecho?
¿Cuando hemos solicitado un pues-
to, uua concesión, un favor, de la
corrompida Dictadura que fustiga-
mos? Precisamente «os enorgulle-
cemos de lo contrario. Heaios su
frido vejaciones y despojos porque
jamás nos hemos humillado, porque
nunca hemos querido vendernos.
La falta de garantías para el ejer
cicio de nuestros derechos, nos obli-
gó á buscar libertad en este país,
y desde aquí atacamos, no á la Pa-
tria, como declaman los asalariados,
sino á sus opresores, á sus verdu-
gos. ¡Miserablecosa sería la Patria,
si ella estuviera personificada eu la
patibularia falange de los que la o-
primen y la deshonran! No; atacar
á los déspotas no es atacar á la Pa-
tria; desenmascarar á los tiranos no
es perjudicar aja Patria. Semejan-
te aberración solo puede ser procla-
mada por escritorzuelos bellacos
que llevan su impudicia ultrajante
hasta euearnar la augusta grande-
za de la Patria en la despreciable
pequenez de los que la profanan y
la venden.
El pariente de Adalberto Viesca
que sin duda por recomendación de
este cacique, nos insulta, declara
exagerados é injustos nuestros car-
gos al Gobierno, que según él, de-
bieran rechazarse a prioti. El des-
venturado defensor de la Dictadura
debería tener eu cuenta que noso-
tros no atacamos sin prueba, como
los que á nosotros nos insultan.
Cuando fustigamos al criminal, pre-
sentamos el crimen; cuando flagela-
mos al opresor, exhibirnos la infa-
mia. En este mismo número damos
á conocer algunas fechorías de Adal-
berto Viescay de sus paniaguados,
que sou la mejor justificación de
nuestros ataques y que entrañan la
negación rotunda de esa impecabi-
idad gubernamental—que con tan
poca fortuna preconiza el grafóma-
no Andrés Viesca.
Ya que este individuo es un vago
de profesióu que solo puede vivir á
a sombra de sus parientes acomo-
dados, podía confeccionar en sus
largos ocios algo que no fuera sola-
mente, como lo que ha publicado,
una exhibición de su servilismo y
una patente de su intelectualidad de
topo.
Los gobiernistas de San Pedro
El Sr. BivÁIHo llega.
Nuestro inteligente correligiona-
rio, el Sr. Dr. Alfredo Ortega, se ha
servido obsequiamos un ejemplar
de la Tesis que presentó al Jufado
Calificador en su examen profesto-
ual de MetHcioü, HonieQpAtica.
Dicha Tesis es interesaute por-
que refuta con singular tino y ta-
lento los errores eu que incurrió el
Maestro Gabino Barreda acerca de
la homeopatía.
La Tesis consta de más de seten-
ta páginas nutridas de observacio-
nes fecundas.
Agradecemos á nuestro correli
gtonnrio el valioso obsequio que nos
bizo así como lü amable dedicatoria
con que lo acompañó.
Por nuestra parte felicitamos cor-
dialmente al estudioso Doctor, tan-
to por su meritorio trabajo cuanto
por haber conquistado á fuerza de
laboriosidad y de paciencia el me-
recido título profesional,
LÉASE REGENERACIÓN.
Regéúé'jtacíÓ'ü'
Jamtary i4th 1905,
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personas que mandan paga ihrertunu >¡
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brarles.
jL las personas, d quienes uniue>'!< < '>' " e s"
tro perioiUco y no manden puyn , «v ítís
cargará un vcvnte por ciento ao6ic'»« pre-
cios arriba expresados.
Para lodo asunto dirijirm, al Jiifector.
La situación en Coahuî a.
Atroeidades del Gobierno Cardenista.
debían convencerse de que solo ridí-
culo y desprestigio les acarrea la
subvención que dan á Las Noticias.
El taliur Ricardo Hickman, soñan1
do en combinaciones para desplu-
mar á sus compinches, no atina á
redondear un periodo y escribe es-
tupideces que dan lástima. El dipsó-
mano Mendívil con su solo nombre
desacredita al papasal y no cesa de
conquistarse el desprecio del pueblo,
que lo ve eternamente peregrinando
de cantina en cantina, con la espe-
ranza de ser obsequiado por los que
adula con una copa de alcohol . . .
putar. Hizo que los músicos de la | '"enguado que levantan los fulgores
banda dtl Estado se disfrazaran de de la verdad en el alma tenebrosa de
md.-nas firsasá que recurren aque- d e s a r r 3 p a d o s m u r g u ¡ s t a s . Vistió «le |
l o s b a r i o s viles. El imbécil instl-
llos gobernantes, que gustan de po- p a i s a n o s á los desdichados gendar- !
t a- >' Pretende que se dé crédito á
' ' " ' ' Recogió de los barrios á po- ¡ l o 1 u e b r o t a d e s u P l u u i a deshonra-ner ellos mismos el turíbulo en ma
nos de sus lacayos
En nuestro mi mero anterior di-
mos cuenta de cierta «Protesta» re-
mes-
bre.s personas que adeudan varios
nie&es de capitación, y previa ame-
naza de conducir á la cárcel á esos
dactada por orden de Phnentel, for- , l n d i g e n t e s ciudadanos sí no se pres-
niulada contra REOENRRACIÓN u b a n ¿ ] a f a r > a i l o s b i z 0 m a r char
y firmada por unos degenerados c o n ios gendarmes disfrazados y la
c(ue deshonrau á Oaxaea. banda á la cabeza.
da; el lacayo anatematiza y quiere
que sus rastreras maldiciones en.
cuentren eco en la conciencia públi-
ca; pero no aduce un motivo para
sus insultos ni un fundamento para
sus anatemas. ¡Y nada más indigno
que la conducta de esos miserables
Este es el título de un interesante
libro escrito por el conocido escritor
Sr. Adolfo Duclós-Salinas-
El autor expone en la obra de
que se trata la maquiavélica labor
de Porfirio Díaz, y delinea acerta-
damente la fatídica figura de Ber-
nardo Reyes.
Cuantos deseen conocer las ma-
las artes de que se valió Porfirio
Díaz para imponerse y tiranizar,
así como ver en sus detalles la obra
de sangre de Bernardo Reyes, pue-
den conseguir su objeto leyendo el
libro «MÉXICO PACIFICADO »
La obra cuesta en la República
Mexicana:
Por Express, C. O. D. . . -gó.oo
moneda mexicana.
Por Correo, pago adelantado,
$5 00 moneda mexicana.
Para los pedidos dirí jírse precisa-
mente al SR. ADOU'O DUCXÓO SA-
LINAS, 418 N. THIBD ST. , SAINT
Lot'ts, Mo., E. U. de A.
San Pedro
Los funcionarios municipales que
por sí y ante sí se declararon
triunfantes en las últimas eleccio-
nes, han tomado posesión de los
cargos eu que se reeligieron. Des-
pués de haber cometido en las elec-
ciones toda clase de fraudes y chi-
canas, han prestado sarcásticameute
la protesta te guardar'y hacer guar-
dar laConstituci6n General, la del
Estado y demás leyes que de ellas e-
manan. La desfachatez de esos
funcionarios no tiene nombre.
Con motivo de la denuncia que
presentaron algunos miembros del
partido independiente, puntualizan-
do las infraciones á la Ley Electo
ral cometidas por las autoridades de
San Pedro y justificando el proceder
de los oposicionistas, la Secretaría
del Gobierno ordenó que el Juez de
Letras del Distrito, Lie. Jacobo Vé-
lez, pasara á San Pedro á ¿acer una
"averiguación sobre el asunto. El
mismo día que, llegó el Juez, tuvo
una conferencia reservada con el
Presidente Municipal Adalberto
Viesca, y en esto se vio un mal au-
gurftTpara los independientes. En e-
fecto, pronto se comprobó que el Juez
estaba obrando por consigna: las au-
toridades responsables de notorios a-
busos y fraudes electorales, no fue-
ron molestadas ni con un interroga-
torio; en cambio los cinco miembros
del club «Benito Juárez» que eleva-
ron la queja que motivó la averi-
guación fueron multados con $2
cada uno.- Esa*es la- justicia' del
gobierno cardenista. Después de
que los ciudadanos son atropellados
en sus derechos; después de que se
les burla y se les veja, todavía se
les castiga por el delito de no ha-
berse sometido humildemante á las
arbitrariedades de los mandones.
Las persecuciones contra los opo-
sicionistas no se calman aún. No
hace mucho que el brutal Inspector
de Policía ordenó la aprehensión del
ciudadano independiente Antonio
Medina, achacándole el delito de
ebtio sedicioso, delito que ha inven-
tado el estúpido Inspector exclusi-
vamente para los oposicionistas. E
Sr. Medina fue sentenciado á un
mes de arresto por el arbitrario ca
cique Andrés Medellín. Este Me
dellín es Regidor 19, pero Viesca
para evitarse responsabilidades, lo
cu-esta ocupa y que es propiedad
Municipio. La cuenta se consigno
antes de seí cobrada al ,Sr. Duran,
on el objeto de recargarle el iop § ,
r auuque el Sr. Doctor manifestó lo
njusto de tal recaigo, pue&to que
1 Tesorero no le había cobrado con
nterioridad para quê se le conside-
ara moroso en el pago y puesto que
a renta de la casa no era contribu-
ción para que pudiera sufrir recargo
ninguno, sus razones no le valieron
el analfabeta y servil Juez Serra-
:o, obedeciendo la consigua de Vies-
ca, hizo efectiva la cuenta con los
arbitrarios recargos.
Un grafómano imbécil se permite
negar las infamias y los crímenes
que cometen las autoridades de Coa-
huila y que hemos estado dando á
conocer en REGENERACIÓN.
ha dejado en la Presidencia y se
sirve de él como instrumento. E
Sr. Medina tu estadorigurosamen
te incomuuicado todo el tiempo d
su arresto.
El Sr. Dr. Candelario Duran
miembro del Club Democrático «Be
nito Juárez» continúa siendo vícti
ma de mezquinas venganzas. Pri-
mero se le encarceló caprichosamen-
te y se le calumnió en el inmundo
pasquín que escribe Hickman y
subvenciona Viesca; hoy se le ha
obligado á hacer injustamente un
desembolso. El Tesorero Municipal
consignó al Juez 29 Local, Tomás
Serrato, una cuenta contra el Sr.
Duran por pago de contribuciones
de su Botica y renta de le casa que
Cuanto hemos .dicho -es, rigmosa--4,£
mente exacto, y á nuestras informa-
ciones anteriores, vamos á agregar
nuevos hechos, que harán enmude-
cer á los turiferarios.
Hace poco.tiempo que un pobre
hombre llamado Trinidad Salazar"
tuvo la desgracia de hacer un tra-
bajo para Andrés U. Medellín, hijo
del famoso cacique de San Pedro
Andrés Medellín. Cuando Salazar
cobró su trabajo, Medellín se negó
á pagarle y lo injarió, recibiendo
del otro contestaciones fuertes, aun-
que no tanto coma las merecía el
cínico explotador. Este no perdonó
á Salazar que reclamara el precio de
su trabajo, y poniéndose de acuerdo
con los principales mandarines y
con el bandido Juan Guajuardo, Je-
fe de Acordada, lo mandó á Saltillo
para que fuera consignado al Ejér-
cito. FáciJ es comprender como se-
ría tratado Salazar por la Acordada-.
Otro hecho. Gerónimo Hernán-
dez, radicado en Torreón, debía u-
na cuenta al cacique Adalberto
Viesca, de San Pedro. Este comi-
sionó al bandolero Guajardo par'
que trajera de Torreón á HernáJ
dez. y el bandido desempeño guste..
so la comisión, pues deseaba moles- I
tar á Hernández, porque éste, que
había sido policía, conocía los crí- y
menes de Guajardo y sus abusos de
menor cuantía, tales como apropiar-
se bestias agenas, cobrar sueldos de
gendarmes que no existían y iobar-
se fondos que le daban para ali-
mentación de presos. El Jefe de A-
cordada sacó á Hernández de su ca-
sa, y lo condujo de Torreón á San
Pedro, de noche, por entre el mon-
te, golpeándolo y obligándolo á ca-
minar al paso de los caballos. En
San Pedro lo entregó á Viesca quien,
con tan infames procedimienios, lo-
gró tener un arreglo con su infeliz
deudor.
Nos reservamos para otro núme- •
ro, por falta de espacio, la relación
de otros hechos que, como los ante-
rioies, no dejan muy bien parado
el prestigio de esas autoridades que
en vez de mandar al patíbulo á ban-
didos como Guajardo, los utilizan
para sus particulares venganzas.
Cuatro Ciénegas-
En este desdichado Municipio yaco
so soporta la tiranía, del arbitrarlo
REGENERACIÓN
local Narolso Ramo?
I ' luovftn
oaolquo Vcñuatlano Cnrranza. Este
1 Venuntlano GB ün. ̂ l'Oülittgttiuo Itis'orvl»
Wo, quo ftlnrdoa do tenorio, y quo só-
lo so proooupa por fn.vorooor BUB par-
tipulttros tatoroaoa y los do BUB uml-
i, arruinando til pueblo.
pretendió quo oj Juez
diora un fallo
d iímtlto
Salinas, Hit Keíuianor~político, unas
pertenonolas minera»; porool Juez Ra-
mos, con toda veotituú, no hizo la ad-
judicáosla. Vettuafclano, fuiioBOi se
presentó al Juzgado y oon su carácter
¿e • Presidente .Municipal ordenó Im-
poviosamonte al Juez quo obrara eorno
lo doota; una voz más el Juez, so mos-
tró digno, tiogandoso á obedocer, y al
poco tiempo ol Si1. Narciso Ramos tu-
' vd que dejare! Juagado.
Como Venustiano es SenaüoiS algu-
i nfts veoea va. á México, y deia la Pre-
sidenoia Municipal al Regidor V? Ga-
minan, Aímaguer, En una de laB au-
sencias del Cacique) se ¡.uscitó una
ouoitlón do aguas entre R Farrlgno y
M. Quintero, y dol asunto conoció Ca-
rranza Almaguer, qulon falló en deli-
nitiva & favor del último. P»só el
tiempo y Venust'ano regresó de la Ca-
pital. Comoes amigo de^Ferrígno, no
lo pareció tíien que este hubiera sa-
lido perdiendo en 1 a cnestl onde aguas.
y llamó á Quintproy leord«nó que pa-
gara 810 00 de multa por lo que habla
pasado con Ferrigoo. En vaco el muí»
tado protestó contra la Injusticia y
olfgó qae el negóclo estaba ya fallado
pot> autoridad cowpétente: Venustia-
no le contestó con Insolencia que no
necesitaba consejos y lo amona ¿ó con
mayores malea, si no desembolsaba
los $10.00
No obstaute que el Mtiuleiplo puede
sin perjuicio sosfcentr una Escuela de
líiBos de primer orden, Venustiano,
• por* dilapidar ellos fondos publico»,
solo ha puesto una mala Escuela, in-
ferior á l * de Oo&mpoquees un pueblo
•de menos habitantes y menos recursos
que Cuatro Ciénegas,
El calamitoso Venustiano y el Go-
• bernador Cárdenas han hecho que el
Munioipio de Ocampo pague la coro-
postura de un camino que conduce á,
sus ranchos y que solo sirve á dichos
íunoionarios. A última hora, el c.on-
•tratUta do esa compostura ha salido
• • perdiendo, pues solo se le ha pagado
parte de lo que importan sus trabajos.
• Venustiano aprovecha para sus pro
piedades y las de sus amigos toda el
agua del pueblo, con gran perjuicio
déla mayoría da los vecinos. EJ forma
> las candidaturas de los Munícipes, y
Tiaoe figurar en ellas á individuos de
• la pior ralea que más que desempeñar
íuncionas públicas, merecieran estar
en un pr«sidlo.
Para que nada falte al desprestigio
del ponderado Venustiano, hay que
Hay ua D, BoaltaolOi Secretorio
4ol Ayuutftttileuto; quo se adjudica y j
vendo por au ouonta animales mostren-
cos, y quo sólo concurro algunos mi-
nutos a BU Soorotnvía, porquo las
aventuras tumorosas absoi'von todo su
tiempo; y hay un policía, Ftllpo Mar-
tínez, que oon el sueldo inloliz do $20.
mensuales, ttório tros oiisus, algunos
buenos oaballoa, compra lincas • y
presta dinero & rédito. So dice quo
osto polloíft tionq tratos pooo limpios
oon ol TOBOVQVO Muniolpül, y do osto
modo so explican ios prodigio» do lo»
Torreón
Hace poco que el Sr. Dr. José
Mn Rodríguez, Presidente del Club'
Independiente do Torreón, estuvo á
punto de morir asesinado. Dicho fa-
cultativo fue llamado á atender á
un enfermo que estaba en un hotel;
acudió, y cuando aplicaba el termó-
metro al paciente, sonó una deto-
nación de arma de fuego, el provee
til atravesó la puerta que quedaba
á'la espalda del doctor y debido ¿
un utensilio de fierro que estaba
colgado de la Have de Ja puerta, la
bala ya no tuvo fuerza para herir
al Sr, Rodríguez.
Se lia querido hacer creer que es-
te atentado no fue masque un acci-
dente; pero es más creíble lo prime-
ro que lo segundo, dada la situa-
ción actual de la política en Coaliui-
la y lo poco escrupulosas que son
las autoridades dé ese Estado para
suprimir á sus enemigos.
Los atentados son la «ota eterna
del Gobierno cardenista, y en To-
rreón, no sería la primera vez que
el Presidente Municipal Lilis Nava-
las i
rro, mandara dar
hombre honrado.
la muerte á un
Explotación
de las vicias.
constar que es ULO de los más
distinguidos miembros de la pandilla
reyista. En tiempo de la 2? Reserva3
"Venustiano fue poo de los más fer-
vientes propagandistas de la ridicula
institucióTs; hizo reuniones, despotricó
{ sandeces, y aun- desPtuyó de sus em-
pleos á algunis personas que más se-
rias y menos imbéciles que él, se ne-
garon á figurar en el ignominioso re
bafio reservista.
Este tipo es uno de los principales
íavorifcos de Miguil Cárdenas, y aun
se dice que éste, en caso de separarse
del Gobierno, recomendará la candi
4atura de Venustiano. Con lo que
•bastará para que sobre Venustiano
caiga todo el odio del pueblo ooahut-
lense.
R a m o s Arlzpe.
El Presidente Municipal de ese lu-
gar, Francisco Morales Rodríguez y
el cura Félix Morales, se han conf &-
bulado para causar la desgracia del
pueblo. Esos dos personajes se han
hecho odiosos por sus continuos aten-
tados, de los que ligeramente nos va
mos á ocup~>\
Hace diez aSos que el Sr. Librado
Zertuche vendió al ensotan ado Mora-
les un terreno, con excepción de tres
álamos. Durante ese tiempo el Sr.
Zertuthe estuvo haciendo la poda de
los álamos sin inconveniente alguno,
pero á últimas fechas, el cura decidió
apropiárselos, y sin más trámite, de-
claró que eran suyos los álamos y
acusó al verdadero duefio, Sr. Zertu-
che, por destrucción da árboles. El
Juez I1? Local, por co asignadel Presi-
dente quienáisu vez la recibió del cu-
ra, que lo domina en absoluto, orde-
nó la aprehensión del Sr. Ze.tuche y
lo tuvo preso un mes, tratándolo co-
mo á un criminal. Cuando e! Juzga-
do de Letras, conoció el asunto, decla-
ró que no había delito que perseguir,
con lo que se comprobó la injusticia
da los mandarines de Hamos Arizpe.
Hace poro murió el Tesorero MUDÍ-
•eipal, y el cuerpo edilicio tuvo una-
Junta para nombrar al sucesor El
Presidente Morales Rodrigut z propu-
so para él puesto á Actonio Ramos,
un ebrio consuetudinario de costum-
bres inmorales á quien el cura reco-
mienda , solo porque ayuda misa y
acompaña en las parrandas á su pa-
ternidad. La mayoría de los muníci-
pes no aceptaron el nombramiento de
Ramos y fueron injuriados por Mora-
lea Rodríguez. Los únicos que lo apro-
baron fueron Jesús W> Morales, pri-
mo dol Presidente que desempaña la
Tesorería de obras materiales y no
pBga contribución por sus negocios,
y Bomán García, compinche y compa-
ñero de negocios turbios del omnipo-
tente Cura.
El bandolero inurreta.
Emilio Pimentel se quiere hacer
popular á toda costa y á la vez ga-
nar algunos pesos más. Aprove-
chando la ausencia de los únicos re-
gidores honorables con que contaba
el Ayuntamiento de Oaxaca el año
anterior, Sre's. Heliodoro Díaz Quin-
tas ,y. Dr- Gildardo Gómez, á. cuya
moción habían sido prohibidos los
garitos que anualmente se instalan
durante la segunda quincena de Di-
ciembre y parte del presente mes,
dio la consigna de que se revocara
la disposición, siendo obedecido por
sus lacayos,
Pimentel quiere hacerse popular
explotando las bajas pasiones, pues
es indudable que ahora gozará de
simpatías entre los tahúres. Ade-
más, y es lo que interesa al científi-
co sátrapa, aumentará su haber con
con los productos del vicio.
La administración pimentelista es
una de las más corrompidas de la
República. La tiranía de Porfirio
.Díaz solo puede. producir abortos
de esa naturaleza.
En Oaxaca la Justicia es una
harpía gruñona que está al servicio
de los tiranuelos, complaciente con
éstos y feroz y huraña con los des-
validos.
El tipo de esa justicia es el de to-
da la República.
Tirso Inurreta fue acusado de
haber escalado á las doce de la no-
che el domicilio del Sr. Plácido Cas-
tro. Tirso Inurreta iba acompaña-
do de su esbirro Daniel Sontibáñez,
Inurreta se introdujo á la recá-
mara del Sr. Castro con el propósito
de cometer uno de esos actos de vio-
lencia que lo hicieron sombríamente
célebre en Tabasco, y que pronto
conocer án nuestros lectores para
que se convenzan de que el Jefe
Político del Centro es digno por mil
títulos de sentir las caricias del do-
gal.
Tirso fue acusado de allanamien-
to de morada, y el Juez lacayo ante
quien se interpuso la acusación fue
á consultar el caso con el jesuíta Pi-
meotel, quien le ordenó que ni' si-
quiera diera entrada á la querella,
¡No podía Pimentel castigar á sus
cómplices!
El pueblo oaxaqueno debe, sacu-
dirse en los próximos comicios esa
tiranía que lo deshonra.
Eu el Estado de Guerrero, como
en todos los que constituyen nues-
tra llamada República, sólo impera
el absolutismo, y si acaso llega ,á
luimifesitarse la voluntad popular,
pronto es aplastada por la presióu
brutal de lns autoridades.
Cam-tido el pueblo de Arcelin,
Gro/de sufrir por diez nños A Tri-
nidad Alberto Gama y sus pania-
guados, decidió arrojarlos del po-
der, obteniendo un triunfo comple-
to, Pero, los caciques derrotados
uo se cóniormarón, y de acuerdo
cou el Gobierno, que los proteje, se
pusieron á entablar acusaciones ea-
lumniohiis contra todos los nuevos
funcionarios, electos por el pueblo.
El Sr, Juan Albarrán, Presidente
Municipal, fue acusado por protec
ción de fuga; D. Cipriano ^Castillo,
Juez 19 Meuor y D. Eduardo Par-
cayo, Regidor 29, por extravío de
expedientes de km Juzgados; D. Mi-
guel Rodríguez, Secretario de estos,
por protección de fuga; D. Nicolás
Sama no, que presidió un Colegio
Electoral, por interceptación de una
linea telefónica y D. Adalberto Sal-
gado, ciudadano independiente y
popular, que contribuyó á la caída
de los Gamistas, por allanamiento
de morada.
Ninguno de estos delitos ha sido
probado. En 1111 careo que tuvo lu-
gar entre el Sr. Salgado y sus acu-
sadores, .se comprobó que estos ca-
lumniaban, y aun fue encarcelado
uno de ellos. Pero al poco tiempo
se inhibió el Juez que teDÍa la cau-
sa y esta pasó al Juez Felipe Gama
hermano de los enemigos 'del Sr
Salgado. Este Señor, como era
natural con tal Juez, ha continuado
preso, sin que tenga más delito que
el de haber sido digno, procurando
el bien de sus conciudadanos y el
castigo de los sultaucillos de Arce-
Ha.
A
Suplicamos á 11 ncsit os ama bles subs-
criptores se sü van enviarnos sus pa-
gos tan pronto como les llegue nuestto
aviso.
A las personas que reciban nues-
tro aviso y ya hayan enviado sus pa-
gos, les agradeceremos nos dispensen,
pues es fácil que se nos haya escapa-
do algún aviso por ser crecido ZI nú-
mero de nombres que leñemos en lisia-
Es preciso no olvida? que todos los
envíos deben hacerse pr¿cis 1' : á
Ricardo Flores Magón.
Express José G. Godoy.
,—9—»
Hemos recibido una artística tar-
jeta del Express' José G. Godoy, de
la ciudad de México," con" que dicha
casa obsequia á su escogida clien-
tela.
Damos las gracias por el obse-
quio.
El Tercer Imperio.
El próximo numero de "Re
generación."
Ofrece enviar como prima la obra
«JUÁREZ como lo describe la Histo-
ria y como lo pinta el Diputad/) Bul-
nes» por el Lie, R. Prida, á toda per-
sona que se subscriba al periódico.
Esta obra vale en laslibrerias $1.75.
El precio de la subscripción á «El
Tercer Imperio» es $1 75 por semes-
tre y todo pedido debe hacerse al
Ap. 2176 ó al Chapitel de Monse-
rrate, no 4, y precisamente á I. A-
rriola.—México,—D, F.
Gran oportunidad,
Minas úe carbón.
Recientemente se ha abierto una mi
na Diieva en Cannel, Texas, 21 millas
al N O. de Laredo, que ofrece más
ventajas que ninguna otra de las co-
nocidas. El carbón, es sumamente
grueso. Cualesquiera hombre traba-
jador puede ganarse de $1 50 á $2 00
oro por día pues se paga la Tonelada
á $L0ú oro. La maquinarla es la más
moderna que se hn conocido, puede
socar 300 ó 400 Toneladas por día.
Al contratista que saque más de (¡5
Toneladas por raes se le paga á 73 cts.
yarda, de cuele y aJ^unat otras garan-
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Mexican news and
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AAKONJOHNSON
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en periódicos tanto mexicanos como americanos.
AAKON JOHNSON, G H I U Í X T E
—«s»
Pasó el tiempo de los
mitos olímpicos.
En aquella edad de la Infancia de
raundo se creía qae los dioses reina-
ban.
La superstición luventó los dioses,
el antropomorfismo les dio ̂ ida y la
estupidez los fingió reyes.
El dio"* déla Biblia reinaba sobre
un pueblo escogido, hablaba á sus
caudillos, legislaba entre los truenos
del Sinaí, combatía 4 la cabeza de las
hordas errantas del desierta, hacía
llover pudras sobre los amaiecitas r a
vencidos, permitía que lo derrotaran
á la cabeza de seiscientos mil comba-
t;>-nt8s, detenía el sol y aparecía sin
quemarse, como una salamandra, en-
tre las zarzas encendidas del monte
Oreb.
Los dioses de Grecia combatieron
en Trnya.
En la India., Brahma se encarnó pa-
ra reinar.
El dios Sa.mona,odón reinó en Siam.
El dios Adad gobernó en Siria. La
diosa Cybeles fue soberana en Frigia,
Júpiter lo fue de Creta, y Saturno
de Grecia.
La humanidad se hizo adulta, \ )os
dioses abdicaron.
Entonces,1 los que entraron á reinar
y á combatir se llamaron sus hijos.
Para ser rey se necesitaba ser de la
estirpe agustade los dioses.
Así, Baco, Perseo, Hércules, fueron
hijos de dioses.
Bómulo era. hijo .de Dios, Alejan-
dro fue declarado hijo de Dios en
Egipto. Odín lo fue en el norte de
Europa. Abulgazi, historiador de los
Mogoles, dice que Gengis era nieto'de
Aladea, la cual había concebido de
un rayo celeste. César se decía des-
cendiente de dioses
Después, euando a la. luz de la razón
que alboreaba, perseguidos por el gri-
to de la filosofía y las carcajadas de
la humanidad, que salían con sonori-
dad abrumadora de la boca de Lu
ciano, esos dioses y semidiosas huye-
ron despavoridos, dei&ndo de proyec-
tar sus espantosas cabezas sobre la
tierra. Y el dios del monoteísmo cris-
tiano se aisló en su cielo, absorto en
su beatitud, y aún quedó flotando eo
la oscura conciencia humana, cnal un
girón de sombra, como la protección
de aquella dinastía de fantasmas, la
absurda teoría del derecho divino.
La raza de los reyes j emperadores
sucedió á la de los semidiosas, y el lá-
baro de Constantino, laoriliama traí
da por un ángel á San Denis, la am-
polleta bajada del cielo por un pi-
chón para consagrar á Clovís y los
lamparones curados por ios reyes
de Inglaterra, sucedieron á las anti-
guas fábulas homéricas j orientales
dignas de figurar unas y otras al la-
do del discurso de la burra de Ha,-
laam.
Pero un día, el derecho humano puso
la mano sobre el (Uredin (/u/no, derri
bándolo, como el fíigwite de la leyen-
da, a! golpe de honda del mancebo foí
j blíco, y después de desgarrar su púr-
pura y pisotear su corona, le arraocó
la cabe/.a, é vista de las multitudes
asembradas: el dcn.thu dinnu abdicó
en las manos del pueblo.
Entonces surgió una raza, do nuevo»
dominadores, degeneración raquítica
de los otros, pero representantes sii-m
pro de ese funesto atavismo social,
que atribuye á »tos iDroUcueocla di-
recta en el gobierno de las socieda-
des humanas.
Estos ya no se apellidaban dioses,
úi hijos de dioses, ni con derecho di
vino; pero hatíaa á su modestia, la
violencia de llamarse delegados de la
l'rovidencvt (¡y aquí está ya ei espan-
toso vocab'o!) para hacer felices á las
naciones, poner en ellas el orden—
porque los hombres puramente hutria'-
nos no pueden gobernar—y adminis-
trar en nombre de esa Providencia los
grandes rebaños de hombres que, se-
gún ellos, posee en este planeta. Esfcos
mayoidomos tuvieron su nombre. ¡Se
l lamaron. . ios providenciales'.
Algunos de elloB, como en la anti-
güedad Pepino, mayordomo de Hilde-
rico, se han hecho reyes; pero la ma-
yor parte se ha conformado con su
democrática divinidad.
La Europa, ya bastante civilizada,
ao sufrió el azote de la nueva plaga.
UQO sólo se presentó enjilla á los co
mienzos del siglo, cargado con los
1 laureles de las más épicas victorias!
pero á pesar de su genio fue á morir
¡ abatido y sólo en una isla remota . ..
La Providencia no se dignó libertar á
su delegado, ni intentó reclamo algu-
no contra la Gran Bre^aBa por el se-
í cuestro de aquel procidencia^ afortuna-
'do.
La América latina, tanto tiempo ig-
norada, sumida en la sombra intelec-
tual por luengos años, dominada por
el fanatismo, y por ende ignorante, te-
nía que ser, y ha sido, el teatro feliz
de estos aventureros políticos.
El providerwialümo ha hecho destro--
EOS en ella.
No ha habido sargentón insubordi-
nado que dé un golpe de cuartel feliz;
ni jesuíta que por la traición, el vene-
no ó el puñal llegue al poder; ó políti-
co ambicioso que quiera perpetuarse
en él, que DO se llame providencia'.
Los antiguos salteadores tenían su
dfos protector: Mercurio. Los asalta-
dores de pueblos han imaginado tam-
bién su divinidad protectora: la Pro-
cidencia.
Providencial fue la traición á la Re-
pública hacha'por Iturbide; providen-
cial el asesinato de Yegros y el se-
cuestro del Paraguay por el doctor
Francia; providenciales el pvsñal de la
mazorca y la dictadura de Rosas; pro-
videncial la aventura aleve de Maxi-
miliano; providenciales los crímenes
de Ga.rcía Moreno, ese tiij relñrc<in<i
del fanatismo: providenciales la trai-
ción de Kúñex, el veneno de Gaitán,
las horcas y su nduiterio, aquel famo-
so adulterio, bendito por el Papa j
ensalzado por el padre1 Hiflí", ante la
tumba recién abierta de i a esposa
abandoní da ..
El ]>roridtnriahht>to ha, rea rrido ec
América todas las escalas, y tenido
todos los matices.
Ha sido brillante L'in Iturbide: ilus-
trado con Francia y Nüue/. brutal rt,n
ltosa°. soldadesco con Melgareju. lie-
nóeo con Balmaseda,
( íu/mán: ridículo ci>n
ido ea ritíuruhft grtuiat'
ha*ta el abismo.
Ha revestido todas las furraai, d*>8
do el águila h&sta ul insecto.
L< 1 s menos oscuros de los ¡iimiihn
<K¡/<» setn lof> que eabo/o a<|iii
,\ los publico en época do som-
bra! .Viebto de tempestad enrre «leí
uno a.) otro extremo de la actlgua Co-
ampuloso i-nc
Vndue/a.
ión de la
Ha
i ' ia
lombia de los héroes. La sombra se
espesa' sobre su cielo, y en algunas
partes la tempestad es sorda y muda
corno en las borrascas polares, donde,
según la expresión del narrador fran-
cés, el trueno es silencioso.
¡Luz crepuscular alumbra ol hori-
üolte!
Aliento enervado y frío toca las al-
mas. Se siente la aproximación de
uo gran peligro: Iti «'M/UVIÓII.
Como los altos árboles de la selva
bajólas alas del viento, vense intli-
nnrse cabezas podeiosas. hay no se
evtrafta palidez en los caracteres1 qué
rebajamiento moral, qué súbito desfa-
llecimiento en las conciencias; qué es-
pantosos desmayos de valor...
La enfermedad del siglo, el sórdido
interés, ha invadido las sociedades.
Lo que nos mata, no son las doctri-
nas conservadoras, sino los intereses
conservadores.
La enfermedad reinante PS el miedo.
Nadie se atreve á decirla verJad.
Todos huyen de verla frente k fren-
te.
Su semblante augusto los acongoja;
su sonora voz los amedranta.
Sólo hay lugar para la mueca del
bufón y el canto del juglar.
Sólo puede escucharse el himno del
cortesano, la clásica frase venal, !a
apología comprada, el sáfico cantar
de los Horacios, y la armoniosa can
ción de Tíbulos y Propercios.
Sobre la onda de pavor que pasa,
sólo se dejan flotar hojas de académi-
cos laureles, y flores pálidas despren-
didas de las coronas de poetas bucó-
licos, marchitas en las orgías del po-
der.
La ola de la debilidad ahoga la so-
ciedad.
Se tiene tacto miedo a las grandes
acciones como á las grandes pala-
bras.
Si se ve llegar á un hombre que di-
ce la verdad y lanza al viento su fra-
se indignada, los miedosos tornan su
debilidad en indignación, y la inmen-
sa ola estúpida se permite irritarse y
ruge y murmura..
El soplo gélido del interés, la indi-
ferencia ó el miedo de las capas me-
dias de la sociedad, paralizan el es-
fuerzo de los pocos periodistas y
apostóles que combaten, impidiendo
que su verbo candente y el beso déla
idea toquen la frente de la pálida v
oscura multitud que vegeta en el fon-
do.
Y asi se vive, esperando iina revo-
¡ lución que no se impulsa, una 1 ibertad
I que no se engendra Y üDgíendo fe
! mesiánica, como un trapense ante su
í fosa abierta, «la sociedad vive tiritan-
ido de miedo,!» hambrienta de silencio.
í Escribir la \erdad es un criimu. To-
ldo lo viril, lo resistente, Jo franco, lo
! grandioso, se excusa ó se desaprutba.
I Se tiene miedo á la dignidad del
! que carece de miedo
1 Secriticaá los gobiernos, pero i\ me-
dia vo?; seles insulta, pero inu.i poi'o,
y con esta debilidad imbécil se hace
sagrado el despotismo, \ < 011 esta
complicidad del miedo, traiint ida en
falso puuor, sesllencían las livianda-
des de los déspotas, tnmanii i PH mu-
do respeto a' \icio lo que üYbicra ser
protesta atronadora, cwplra (•{
\'Ma hoja dfi parro, puesta p< 1 la
h 1 |>icre&ia 10 Mal sob^e las ('fámulo
tvs de los t i r anos , ha su io en mu ->-
ttiig |»u*-blos la {.Tac fal ta ilf 1< s '.
Su'ictitas y Ja <Í! do fuei»¡i df- ios 1 . .t
DOS
Si a>-i h u b i e r a n procf-(5ido 1 .i< i<> *
' S u e t o n i o , ;,<jU¡í'O s u b i í u . i o s «. • ¡"
los ', ¿sar^s?
¿e
Víctor > Haluttio, luwuou, \n>r ven-
REGENERACIÓN.
tura, oso pueril temor al describir la
abominacióndo las costumbres romtv,
loa, silencios definitivos do la muorto.
i hb
¿Lo tuvo Demóstonos onsus Fllípl-
oas?
¿L.0 tuvo Clcorón oo sus eutllína-
rlus?
¿Kfnbotó la sátira ncernda do Juvo-
uulV
¿Ap»<íó In oaroajada soml-jiro tosca
ilo UabuluisV
¿La tuvo ol Diintoon su Divina Co-
utodiuV , . i
¿Sintió oso vergonzoso dosranyo
Víctor ¿upo escribiendo Sus Ctistl-
¡ÍOSV i
¿Lo sintió oa su pluma vigorosa
Juan Montftlvo?
No.
¿Ks que la pluma de los hombrf a só
lo dfibo oouparso en escribir apolo-
gías?
¿<¿uó sería entóneos do la severu
lilsiot iaV
¿O aquéllos grandes escritoios sólo
oran graudes libolUtnsV
Hespouda ese orhorio luatñico que
se hn foitnudo contra la verdtya hielo-
rmt,
La libertad so pierde, no por íalta
do talentos, sino por falta, de carncte-
ro».
Uiiy en la mnyorüi de los escritores
un amor ilimitado It no tó que falsa
reputaciÍQ, quo contiene el anatema
en sus plumas, ó lo desata en hipéi-
bolos fumívoras, por el temor pueril
de verso criticados por lus imaginacio-
nes asustadizas, re el i ¡izados ue nues-
tras sociedades neuróticas \ pueriles
que tienen siempre un santo ojkw pura
escritores que DO leen siquiera, ó aja
dos por el insulto d« escritorzuelos
asalariados de1 poder.
Nuestras sociedades Incipientes, ía
natlcas, ¡lenas de preocupaciones,, tie-
nen un miedo horrible á !a verdad «b-
crita
Verla desnuda, ¡qué horror)
Esos púdicos criterios serían capa-
res da arrojar un manto sobre la Ve-
nus mutilada de Milo, para no ver su
seno desnudo, sus pechos voluptuosos
\ sus formas esculturales.
Yo üo pertenezco áe^a escuela. Amo
la verdad con un amor de artista.
Pinto los hombres y los aconteci-
mientos con Odelidad gráfica; pongo
un adjetivo crnio clavar un dardo,
siempre con justicia; y, como dijo el
otro, no acostumbro á hacer duhh garlas
palubias cni¡ue creo.
Las mías se levantan rectas, con to-
das sus asperezas. Yo no sey corte-
sano de nadie, ni de nada.
No habrá, acaso, otro escritor me
nos enamorado del favor público que
yo. Por eso, sin duda, mi reputación
se compone más de odios que de afec-
tos.
TeDgo un pedestal de enemigo1!. Mi
vida ha sido de luchas y de persecu
ciones, y ha habido veces de no tener
un rincón en que guarecerme, porque
no he_sabldo adular ni á los podero-
sos ni á las multitudes.
Mi carácter me mantiene lejos de los
unos y mi educación lejos de las otras.
¿Cortesano de la opinión? ;Bah! Fso
sería como cortesano de un hombre.
¿Siervo? ¡Jamás! Ni de uno ni de mu-
chos Yo no acepto el tirano todos, ni
el déspota uno.
Mirando á mi vida se ve que mi es-
píritu indomable no lleva la huella de
ningún yujro, como mirando á mi cue-
llo no se encuentra en él la traza de
ningún collar.
No nací para la domestieidad.
Yo no se mentir ante el Poder, ni ca-
llar ante el Deber.
Yo no sé de los silencios intencio
nales del momento. Sólo comprendo
, s
Loa acontecimientos y los
son impotentes pura huoermo onllar.
Sólo la muerto tendría f so poder.
No só viviré» los Bllonelosdol opro-
bio.
El silencio tiilpablo mo quema loa
labios ootno los carbonos encondidos
al Profeta.
Do abí que la divisa do mi vida do-
lorosa, y combatiente, haya sidn siem-
pre: luchar sin tregua contra ol mal. .
¿«ehaiyluehtn*, lubhaiv..
Interrumpir ol lüinto oou la caron>
jada, la hipérbole oon lu realidad,
hncer h « sobre los ídolos grotescos,
desgarrarles el Inmundo manto paro
que so vea la llaga do BUS cuerpos,
reir de los dioses en presoneia do los
oroyeniee, y hncor palidecer a los dés-
potas lanzándolos las verdades oon
rumor de tempestad sobre IB frente.
Que rujan en su guarida, quo aullan,
que insulten. Esta bieo, ¿quién pre-
gunta al lobo herido por qi'ó muestra
los dientes y gruíloon tu oavornaV
|Ir a etmi de tíranos; noble misión!
Perseguirlos en sus guaridas, ya sean
sepulcros 6 palnelos, poro uo darles
tregua.
Romper las momias y dosterrur los
dioses.
Ali( gar ol último fdoio en loa bra-
zos doi últimocroyenie.
Hacer hix, tnnta luz en la concien-
cia human», q\iamafian», cuando ama-
nezca, se haya visto desaparecer para
sii mpre en PI fúlgido horizonte, la
sombra del último providencial trus la
huella del último lacayo ..
/ . M. Vargas Vila.
£ protector
de 3/telina.
Olegario Molina, quo ha encontrado
en el Gobierno del Estado de Yucatán
un vico filón que explotra, quiere ree-
legirse á, imitación del Dictador Díaz
I a» Constitución del Estado de Yu-
catán todavía no sufre el ultraje que
recibió nuestra Curta Magna con la
reeleqclijn del Ejecutivo, pero ahora
trata Molina de reformar el artículo
09 de dich» Constitución, y para lle-
var & cabo su deseo na comepzado
por ordenar á los Diputados y otros
funcionarios, que arranquen degrado
ó por f aerza firmas para calzar un do-
cumento que se presentará á la'.Legis-
latura del .Estado en solicitud de la
reforma.
Indudablemente que la conducta de
Olegario Molina á ese respecto está
íuera del decoro, pero hay una cir
cunstancia que la hace todavía más
odiosa, y es, la de que el Gobernador
científico hace propalar la especia de
que el Autócrata apoya sus preteopio-
nes.
Es que Olegario Molina, aprove<
cháodose del terror que inspira el
Dictador, divulga el apoyo deque go-
za para desarmar á aquellos de sus
enemigos que sintiéndose cobardes an
te el autor de las desventuras de la
Patria, cesarán de luchar contra e
enriquecido gobernante cuando sepan
que tienen que luchar contraía volun
tad de Díaz
El ardid de Molina es él trillado ar
úid á que reourren. todos loa • sátrapas
quo peana sobro los Estados do la Ro-
públiou para soícoar laB protostaa do
la oposición, logrundo su objeto cuan-
do ésta no es viril.
Aforturadamonto la oposición yu-
oateoa so amostra viril y resuolta. A
Yucatán no ha llegada todavía la gtm-
greña, de la reelección y estamos st-
guvos que, los patriotas hijos de eso
Estado, so opondrán á .que m .Constl"
tuolúü su Ira la afrento quo, pbr Uo ha
ber sido ó tiempo valerosos sufr'itnbs
los hijos de los demás Estados de la
Federación.
Los yucatecos honrados no dobeo
desistir tío su empeño porque no de
mancille BU Constitución, aun cuando
Porürio DÍÜH proteja a Olegario Mo-
Jlna. JEs preoiso convencerse de' que
los tiranos son débiles ante las mani-
festaciones formidables de la voluntad
popular.
lis indudable quo, si Olegario Molí
na pretende que se reforme la Consti-
tución del Estado en el sentido de ins-
tituir la reelección, el desprestigiado
gobernante cuenta do antemano con el
apoyo de PoifMo DÍÜÜS, pues todos sa-
bemos que los Gobernadores y dentó»
funcionarlos son lisa y llanamente la-
cayos del Dictador, y que DOÍ lo tan-
to, nada, pueden hacer sin consultar
antes con el Tirano.
Tero no por eso deben dpsm«yar ios
yucatecos, por el contrario, hay que
redoblar los ethim KOS, que en la lu-
cha no ettán solos, y cuentan con las
simpatías de sus hermanos de 1<
otros Kstados qu« como ellos s,ueflap
con la libertad.
Olpgarlo Molina no debe permane
cer al fr<nte del Gobierno solo porque
el Dictador lo proteje, pues esa pro-
tección, esoemi-eilo por parte de Por
tirio Díaz de que Molina continúe en-
vileciendo al Estado, se defe á los
magoificos ntproetoa que nuestros go-
bernantes han logrado realizar con la
desmembración de Yucatán.
La protección de que goza Molina,
debe s<r considerada por los yucate-
cos como un ultraje que DO putde ser
perdonado.
JESUITISMO SE
UN GOBERNANTE
A fio por ánoj á'pesar de la. mise
in, la ¿egistatura del Estado pro-
:úra aumentar los impuestos en pro-
recho del Gobernador Cosío y de
la camarilla de explotadores que lo
adulan,
Para aumentar los impuestos acu-
le á su acreditado jesuitismo, Fin-
giendo moralidad desde lince varios
ños ha venido aumentando el im-
puesto sobre producción de alcoho-
es, aumento que-«n la actualidad es
casi del triple de lo que importaba
antes.
Esto lo lia hecho Cosío con el
pretexto de ertabatir la ebriedad,
pero en realidad el objeto ha sido
aniquilar la pequeña producción en
provecho de las grandes fábricas en
las que está interesado y pertenecen
á sus aduladores,
Los pequeños industriales se han
visto obligadosá abandonar1 sus in-
dustrias embeueficio, no de la mo-
ralidad y déla temperancia, sino de
os productores de alcoholes en
grande esca'a, porque la ebriedad
está en bonanza en Querétaro sobre
todo entre los empleados de Cosío.
Próximamente daretnosá conocer
otros detalles de 1a pésima admiuis-
traciónde Francisco G. de Cosío,
digno colaborador del Dictador
LO la'
REGENERACIÓN.
La Poderosa
Ya otras veces hemos dicho qu
nuestros gobernantes.se enriquecen
rápidamente, á tal grado, que lo:
individuos que la víspera de toma
posesión de un cargo carecían has-
ta de lumbre para calentarse, al día
siguiente pueden disponer con hol
gura de cantidades uo soñadas,
no solo se enriquecen le s funciona
ríos, sin* también su ejército d
aduladores.
El Gobernador de Querétaro,
Ing. Francisco G. de Cosío, conoci-
do en todo la República por-su cle-
ricalismo, y por lo mismo, por su hi-
pocresía, tiene sumido á aquel infe-
liz Estado en la más lamentable mi-
seria.
La miseria en Querétaro reviste
un carácter alarmante, porque ade-
más de tener un gobernante - cleri-
cal , pesa sobre la población la obra
de rapiña, de embrutecimiento y de
prostitución del clero. .
Testimonio
De gratitud.
Layra, Palo Pintó Co. Texas.
Enero g de 190-5. 1
En atención bajo á la honradez
de mis circunstantes, y de más atri-
butos que eu mí concurrieron acer-
ca de nji enfermedad. Habiendo
yo tenido una enfermedad que me
dominaba en mi trabajo y me pos-
traba encualqUjier sitio, y además
me estaba grabando y las medicinas
pasándome como por alimento, y ha-
biendo tenido noticia de la Sra doc-
tora quien Teside en San Antonio,
Tex, tuve que consultar á ella, don-
de me dijo que me garantizaba la
cura, y en efecto, he quedado tan
bueno y sano como si nada hubie-
se tenido.
Así pronostico dirigiéndome á to-
dos mis conciudadanos que aclame-
mos á nuestra sanadora con entera
satisfacción, probando que no nece-
sita medicinas para curar á cual-
quiera distancia que sea, por medio
de su virtud mental, y siempre
aclamaremos á nuestra sanadora en
lo sucesibo de todas las enfermeda-
des, declarando como testigos de mi
residencia á los Srs. que siguen. '
Sin más soy de Ud. su atento y
S. S. •
MIGUEL ESTRADA.
FLLIBERTO REYNA, FRANCISCO
MARTÍNEZ.
El valiente porlódloo independiente
de óombafco que ahora se pubiloa en
San Antonio, Tesa», E. TJ., ha honra-
do nuestra humilde fiaos», do redacción
oon su visita, qae, mucho aproolninos;
Loa Idf alos que en poHtioa persigue
nuestro distinguido colega, son ideo-
ticos á los nuestros en punto & la rali-
g'ón qu'e Impera en ol pueblo mt kioa-
no. Por eonsig-uiente nos es grato ex-
presarlo nuestras simpatías y desearle
íells». óxito. jv,..
El Católico Convertido.—Matehuala,
S. L P.
REGENERACIÓN.
Es el nombre, de un nuevo oolf ga
que hn. comenzado á puolioa-rse en
San Antonio, Texas, por los Sres.
Sarabla y Mogón. Es de advertir"
que este ookga se publioó en México,
y no pudlendo tolerar los abusos que
se cometían en contra de] pueblo me-
xicano por las autoridades, las com-
batía con persistente anhelo, hasta
que el Gobi.rno impidió el curso de
su publicación, y ahora de nuevo des-
de el suelo «.xtranjero extiende el lá-
tigo contra los abusos que en su país'
natal se cometen, viendo que allí eran
reprimidos i>us esfuerzos en cous'giiir
ua cambio en el sistema de gobierno
Bien veoid", colega, y oon gusto co-
rrespondemos el oainbio acostumbra-
do, deseándole buena ac< gida. en sue-
lo extraño.
El Republicano.—Tierra Amarilla
N. M,
REGENERACIÓN—LA PUNZADA.
Fatigado 6l país de no ver surgir en
todas partes sino publicaciones mer'
cenarlas'y serviles, ba de haber logra-
do un respiro de satisfacción viendo
en la lisa del periodismo nacional dos
nuevos semanarios de tendencias fuer-
temente nceotuadas hacia el jacobinis-
mo, de lectura confortable y de aesn
drado patriotismo.
Nos referimos á REGENERACIÓN'
de Saa Antonio, Texas y á LA PUN-
ZADA de Puebla.
Es el primero un campeó a esforzado
la democracia á que %&a adictos se
han mostrado sus redactores, los
Sres Ricnrdo Plores Magón y Juan
Sarabia; debido á la opresión en que
gime entre nosotros la libertad de im-
prmta, resolvieron éstos proseguir sa
campaña en territorio americano, pe-
ro haciendo la protesta de que llevan
rán por norma el' bien de la Patria y
respetarán su Ley Fundamental ;quie-
re'decir, emdretderán una campaña
contra el mal Gobierno sin traspasar
él artículo 19 Constitueior>a>,
El otro coleguita, como lo manifies
ta su lema, será guasón, pf-ro amigo
de la verdad, y "en los cuatro números
que lleva de vida ha cumplido como
bueno.
AlfredoSu director lo es el Sr.
Quesnel.
Saludamos eordialmente á nuestr
liberales colegas, deseándoles que
presten buenos y numerosos servicios
á la noble causa que taa maltrecha
han de jado,los mochos y- los tiranos
'El Ahuizoté Jacobino.—México, D. F
**#
Damos las gracias & nuestros ama
bks colegas por su atención,
Cuya reputación es bien conocida en
todo esto-país, acaba de establecerse
permanentemente en San Antonio, Te-
xas Sana todas las enfermedades,
sin aplicar drogas, tutnbién cura á
cualquiera distancia por medio del
maravilloso poder del Espíritu oon el
cual fue nacida.
Ella es la roej^r adivinadora en el
Sur, siendo la séptima hija de la sép-
t'ma hija.
Nuaca hierra t n o amblar la suerte
Doctora ALVESSA MATTHEWS'.
Calle 8- Laredo 708.—Antiguo telé-
fono 808-1 R
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Cura toda clase de enfermedades" y
trata con eopecl»lidad las enfermeda-
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Shakespeare dice: las Estrellas-
arriba de nos dominan nuestras-
condiciones. Envíe la fecha de su
nacimiento y 25 es. y ec'birá una
Leyenda General de su viia.
S. E. Va'demar,
San Antonio, Texas.
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Testimonio.
Hoy testifico que estoy perfecta-
mente sana, después de haber sido
curada por los doctores y tomado
medicinas sin resultado.
Tengo 49 años de edad. Mi mal
fue «cambio.de vida.» . Mis cabellos
se volvieron blancos durante los
últimos 4 años.
Mi esposo supo de la gran docto-
ra Alvessa Matthews hace cosa de
6 semanas, tenía mucha fé en ella
al principio, pero fue persuadido á
ponerme bajo su cura. Los dolo-
res en mi cabeza eran terribles. Le
he hecho 24 consultas y hoy me en-
cuentro enteramente sana sin tomar
medicinas.
En efecto, mi curación fue hecha
absolutamente por consultas, sin
que jamás estuviera yo en su pre-
sencia. <
TOMASA GUERRERO DE LÓPEZ.
Arroyo de León, Condado de Me-
dina.
ñ QUIEN INTERESE-
Con sumo placer daré testimonio
al gran poder para sanar enfermeda.
des, que posee la Dra; Alvessa
Matthews. Ella curó á mi esposa
milagrosamente después de que yo
había gastado centenares de pesos
sin resultado. Había tenido varias
operaciones en San "'Antonio'," pero
su enfermedad creció hasta que su
peso llegó á ser de 115 libras cuan-
do la traje á la' Dra. Alvessa Maf
thews. Ahora pesa 170 libras. La
gran Doctora nunca la dio alguna
medicina.
Yo soy un ranchero bi«n cono"
cido y con gusto contestaré cual-
quier pregunta á cualquier tiempo
acerca de la enfermedad de mi es"
posa.
Falls City, Tex.
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