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APUNTES sobre la prehistoria de la RE VOL oa o» ,...... CX) o I ••••• MEXICO 1958 ARMANDO LIST ARZUBIDE APUNTES sobre la prehistoria de la REVOLUCION _/ ---------------------------- - -----~ INTRODUCCION Estos apuntes intentan ser una contribución, aunque modesta, al estudio de la situación de los trabajadores mexicanos durante la etapa que precedió a la Revolución de 1910, originada por un profundo des- equilibrio social, económico y político que parecía detener la trayecto- ria de las aspiraciones fundamentales de libertad y de justicia de nuestro pueblo a través de toda su Historia, como país libre y dueño de su destino. Los datos que contiene este ensayo, a partir del momento en que los trabajadores del campo y de la ciudad empiezan a ma- nifestar sus inquietudes, en la segunda mitad del siglo pasado, han sido tomados de los periódicos obreros de la época. En el presente trabaio, sólo se consigna la mínima parte de estos datos, y con ellos se traza este bosquejo histórico sobre un período del cual poco se sabe. Tal vez una investigación más rigurosa y detenida, realizada más tarde en las mismas fuentes de información, podría proporcionar material suficiente para integrar una monografía (que ya se hace positiva- mente necesaria), de los episodios populares que precedieron a la Re- volución. Con sólo dar a conocer íntegros los documentos a que aquí se alude habría para formar un volumen con información más amplia y completa. Por otra parte, para eniuicior determinados acontecimientos histó- ricos, sobre todo de la era porfiriana, nos hemos concretado a transcri- bir conceptos de personas de probada solvencia intelectual, contempo- ráneas de esa época y que, por lo mismo, estuvieron en condiciones de opinar con mayor conocimiento de causa. De todas maneras, a pesar de las limitaciones impuestas por las circunstancias, han sido ordenados estos apuntes con la esperanza de que sean útiles a la juventud de mi patria, apartándola del confusionis- mú creado desde años atrás por una propaganda tenaz e insidiosa, empeñada en desvirtuar la Historia, tratando de hacer aparecer ante las nuevas generaciones, que la marcha del progreso de México se detuvo con el advenimiento de la Revolución, cuando los hechos de- muestran todo lo contrario. EL AUTOR 5 GENESIS DE LA ESCLAVITUD EN MEXICO 1524 La tierra ha sido siempre para el indio la donadora de todos los bienes, la madre generosa de la cual proceden las vitales savias que han dado forma y esplendor a sus culturas, y los mitos innumerables que le han consagrado, así lo atestiguan. El ilustre historiador D. Luis González Obregón decía que "Mé- xico, en el transcurso de poco más de un siglo ha tenido tres grandes revoluciones que lo han conmovido hondamente. La primera fue pro- vocada por la iniciación de la Independencia; la segunda originada por la proclamación del Plan de Ayutla y la tercera tuvo sus raíces en la proclamación del Plan de San Luis. En las tres, sin embargo, el factor económico influyó poderosamente. Este factor forma la vértebra de nuestras diferentes etapas históricas". Cuando los españoles llegaron a nuestro territorio encontraron una sociedad basada en una profunda desigualdad económica: la casta de la nobleza y los siervos a su servicio. Conquistada la gran Tenochtitlán por Hemán Cortés en 1524, da a conocer sus ordenanzas que establecían las bases para la explotación de los nativos: la encomienda: A cada uno de los conquistadores pe- ninsulares se le concedía una extensión de tierra con los indios que la trabajaban, en calidad de encomendados, para que le sirvieran, a cam- bio de que les enseñara la religión católica. El dueño de la encomien- da o repartimiento explotaba sin misericordia a los naturales, no les pagaba su trabajo, les arrebataba sus mujeres y sus hijas y los sometía a las mas crueles tareas en los campos y en las minas. De la encomienda parte la historia de la esclavitud del trabajo de los mexicanos que, lo mismo los que servían en los talleres de artesariía que en los obrajes -primera expresión capitalista-, se hallaban some- 7 tídos a la más despiadada explotación, a pesar de las bien intencionadas Leyes de Indias que en la práctica carecían de toda vigencia, expedidas por Carlos V en 1542,para evitar los abusos de las encomiendas. El Obispo de Míchoacán, D. Manuel Abad y Queipo, manifestaba en 1560: "Los españoles compondrán un décimo del total de la pobla- ción y sin embargo, son dueños de toda la propiedad y la riqueza del Reino. En América no hay graduaciones o medianías, son todos ricos o miserables, nobles o infames". Fray Jerónimo de Mendieta escribía en 1562 al Comisario Busta- mante: "Siendo yo guardián de la ciudad de Tepeaca vino a mí un indio y díjome: Padre yo he servido de gañán a fulano, español, y aho- ra vendió a otro su estancia y labor y al que salió de ella yo no le quedé a deber nada, y al que entra de nuevo tampoco le debo, no le quiero servir, sino estarme en mi casa con mi mujer y mis hijos y labrar mis terrezuelas. Un su criado me hace fuerzas que tome dinero para obligarme que vuelva a servir en aquella labranza. Ayúdame que yo no quiero quedar allí cautivo. Supe que el criado de aquel labrador era mozo portugués y enviéle a rogar que se llegase al Monasterio, y ve- nido, preguntéle si el indio le debía algún dinero a él o a su amo. Res- pondióme que no debía dinero, mas que debía servicio, porque era gañán de la hacienda de su amo y que había de trabajar en ella, a lo cual le repliqué yo que ¿cómo era gañán de la hacienda de su amo, qué título u obligación tenía? A esto respondió: Que el título era, que el DUEI'l"ODE AQUELLA HACIENDA LA HABlA VENDIDO A SU AMO CON TANTOS GAI'l"ANESDE SERVICIO, Y el uno de ellos era aquel indio. Entonces le preguntp- y dije: Pues los que tienen haciendas de labor, cuando las venden a otros, ¿también venden los gañanes con ellas? Si señor dijo él, y los obrajeros y estancieros y ganaderos, y todos los que tienen semejantes haciendas las venden con los indios que les sirven en ellas. ¿Cómo es eso, dije yo? esos indios gañanes o mozos que sirven son esclavos o libres? Sean esclavos o libres, respondió él, ellos son de la hacienda, y en ella han de servir y este indio es de la de mí amo ... " Ya durante la Colonia surgieron los primeros brotes de rebeldía contra la despiadada servidumbre a que estaban sometidos los nativos. Las crónicas recogen la rebelión de los negros en Veracruz, acaudilla- dos por Yanga en 1609, descendientes de los que habían sido importa- dos como esclavos a la llegada de los conquistadores; y la sublevación 8 de los indios en Yucatán, capitaneados por Canek, que recogía el dolor ancestral de los mayas. En su Ensayo Político decía Humboldt, después de que recorrió nuestro país en viaje detenido de estudio y observación en 1792: "Mé- xico es el país de la desigualdad. En ninguna parte hay una distribu- ción más triste de la fortuna, de la cultura, del terreno y de la pobla- ción". Del seno mismo de los conquistadores surgieron los primeros após- toles de la redención del indio, como el Padre Las Casas, el Padre Motolinia, Fray Jerónimo de Mendieta, el Obispo Abad y Queipo, que con un gran ademán de misericordia trataron de detener las inmensas injusticias que se cometían con los naturales, obligados a trabajar jor- nadas inhumanas, sometidos a los más crueles castigos y privados de todo lo.que había dado origen a su extraordinaria cultura y sus peculia- res formas de vida. 9 HIDALGO Y MORELOS ANTIESCLAVISTAS 1810 La Guerra de Independencia fue un imperativo de esta situaci6n y los edictos de Hidalgo no son otra cosa que la expresi6n incontenible de las ansias populares de libertad. El 6 de diciembre de 1810 procla- maba Hidalgo que "La esclavitud ha sido abolida so pena de muerte para los dueños de esclavos, que no les dieren libertad dentro del tér- mino de diez días ... " y poco después, desde Cuadalajara, da a conocer uno de sus edictos en estos términos: "Miguel Hidalgo y Costilla, Gene- ralísimode América: Por el presente mando a los jueces y justicias del Distrito de esta Capital que inmediatamente procedan a la recau- daci6n de las rentas vencidas hasta el día, por los arrendatarios de las tierras pertenecientes a los naturales, para que enterándolas a la Caja Nacional, se entreguen a los referidos naturales las de cultivo, sin que para lo sucesivo puedan arrendarse; pues es mi voluntad que su goce sea únicamente de los naturales de sus respectivos pueblos ... " Morelos, la espada fulgurante de la Independencia, a su vez decía en una de sus proclamas: "José María Morelos, Siervo de la Nación y Generalísimo de las Armas de esta América Septentrional: Deben con- siderarse como enemigos de la Naci6n y adictos al partido de la tiranía a todos los ricos, nobles y empleados de primer orden, criollos o ga- chupines, porque todos estos tienen autorizados sus vicios y pasiones en el sistema y legislaci6n europea, cuyo plan se reduce en sustancia a castigar severamente la pobreza y la tontera, es decir, la falta de ta- lento y de dinero, únicos delitos que conocen los magistrados y jueces de estos corrompidos tribunales ... " "Deben inutilizarse todas las ha- ciendas grandes cuyos terrenos laboríos pasen de dos leguas cuando mucho, porque el beneficio de la agricultura consiste en que muchos se dediquen a beneficiar con separación un corto terreno que puedan 11 a~tir con su trabajo e industria. Esta es una de las medidas más impor- tantes, y por tanto deben destruirse todas las obras de presas, acueduc- tos, caseríos y demás oficinas de los hacendados pudientes, criollos o gachupines". De esta manera los paladines de la Independencia encarnaban en 12 ... los edictos de Hidalgo no son otra cosa que la expresión incontenible de las ansias populares de libertad ..• aquella hora el pensamiento liberal de nuestro pueblo y levantaban su encendida demanda por la abolición de los tributos; el derecho a que el indio trabajara las tierras incultas de los señores; el derecho también de avecina miento en sus pueblos, y sobre todo, la restitución de sus tierras para que tuviera una casa y con que alimentarse y dejara de ser un paria en su propia tierra. "~ la historia política de México, Hidalgo y Morelos son cum- bres precursoras; el gobierno insurgente de Guadalajara y los 23 puntos de Chilpancingo fueron normas del genio de Hidalgo y de Morelos para cimentar la primera ley fundamental del México in- dependiente. Más que los influjos de la Constitución de Cádiz, el liberalismo enciclopedista francés, y la cercanía de la guerra de independencia de las 13 colonias inglesas de Norteamérica, los constituyentes de Chilpancingo-Apatzingán tuvieron presente la imagen de un México postrado por mil taras. Al ser proclamada en Apatzingán, en octubre de 1814, nues- tra primera Constitución política, su artículo 39 consignó la preo- cupación insigne de Morelos contenida en el punto 12 de su mensaje genial: el fomento social de la educación. Legislador y estadista, Morelos es, con Hidalgo, profeta que atisba por encima del tiempo y uno de los guías permanentes de México". Las ideas liberales procedían fundamentalmente de aquel gran mo- vimiento que se gestara en la Edad Media, sobre la libertad política de los pueblos, y que en el Siglo XVIII fueran plasmadas por los encíclope- distas: Voltaire, que demandaba la confiscación de las tierras en manos de la Iglesia; Montesquieu, que en 1748, en su obra El Espíritu de las Leyes, limita la autoridad de la Monarquía para que participen de ella los tres poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial; Juan Jacobo Rous- seau, que en su obra, Discurso sobre el Origen de la Desigualdad entre los Hombres, afirma que la propiedad privada es la fuente de todos los trastornos sociales; Locke y Smith, que con sus ideas políticas y econó- micas, proscribían privilegios que no se fundaran en la razón y en la justicia. La traducción de estas obras fue conocida en la Nueva España, proyectando su influencia decisiva, al mismo tiempo que las colonias inglesas se rebelaban contra la metrópoli, proclamando su Indepen- dencia el 4 de julio de 1776, adoptando la forma republicana y demo- crática de los Estados Unidos de América, consagrada en su Constitu- ción, y con la toma de la Bastilla, el 14 de julio de 1789, la Revolución Francesa proclamaba el régimen republicano, los derechos del hombre y la soberanía del pueblo. Estos hechos influyeron profundamente en el ánimo de los caudillos insurgentes. 13 LA INDEPENDENCIA Y LA LIBERTAD POLITICA 1821 Consumada la Independencia, el 27 de septiembre de 1821, des- pués de que el genio de Morelos la había plasmado en el Primer Con- greso Mexicano en noviembre de 1813, que expidió la Constitución de Apatzingán en octubre de 1814, nuestro país asiste por varias décadas de 1821 a 1855 al enconado duelo entre las ideas progresistas de los caudillos insurgentes y las ideas conservadoras, que en su tiempo re- presentó lturbide que con el nombre de Agustín 1, soñó en erigir un ... Morelos, la espada fulgurante de la Independencia ... 15 Imperio, y más tarde Antonio López de Santa Anna que también con sueños imperiales se hacía llamar "Su Alteza Serenísima". ''Zozobras y vacilaciones hacían claudicar a la naciente repú- blica; la reacción colonialista esforzábase en frustrar el progreso del país; oropelesco derrumbábase el imperio de Iturbide, y libe- rales y yorquinos pugnan por realizar el ideario de Hidalgo y Mo- relos. El Acta Constitutiva de la Nación Mexicana anticipa los cimientos de la Constitución Pl'omulgada el 4 de octubre de 1824. Contendientes beneméritos, Ramos Arizpe y Fray Servando fun- dirían sus grandezas en el joven profeta liberal Valentín Gómez Farías, patriarca en la gesta de 1857 y en el Dr. Mora, ideólogo de la transformación integral de la nación y filósofo del reformismo liberal ... " La Constitución de Apatzingán representaba la consolidación de la libertad política ya que su objeto era, "substraernos para siempre de la dominación extranjera y sustituir el despotismo de la monarquía española, por un sistema que reintegrando a la nación el goce de sus derechos, la condujera a la gloria de su independencia y a la prospe- ridad de sus ciudadanos"; pero esta libertad política no traía consigo la libertad de trabajo, ya que quedaba en pie la esclavitud de los asalaria- dos y la cruel situación de los trabajadores, que Hidalgo y Morelos habían soñado en abatir. 16 DON VALENTIN GOMEZ FARIAS Y EL DR. MORA r PRECURSORES DE LA REFORMA 1833 Ya en 1833, el Dr. José María Luis Mora y D. Valentín Gómez Farías ponen los cimientos de lo que andando el tiempo, habría de cul- minar en el gran movimiento de la Reforma. En agosto de 1833, D. Valentín Gómez Farías, como Jefe de la Na- ción, expedía decretos inspirados en un profundo patriotismo y en una certera visión de los problemas nacionales de su tiempo, entre ellos suprimía la coacción de la Iglesia para exigir el pago de diezmos (por bula de Alejandro VI de 16 de noviembre de 1501 fue concedida a los reyes la merced de percibir los diezmos de todas las tierras descubier- tas), dejando a la conciencia de cada quien cubrir su importe; redimía del enclaustramiento forzoso a monjas y sacerdotes; separaba la Igle- sia del Estado, fraccionaba los latifundios en beneficio de los indígenas desposeídos, creaba Institutos de Educación Profesional y, sobre todo, por Ley del 19 de octubre fundaba la Dirección de Instrucción Pública por medio de la cual, la Iglesia dejaba de tener el monopolio absoluto de la enseñanza popular en las escuelas confesionales, consagrando la libertad de enseñanza para todos a la vez que establecía la Dirección de Educación Primaria y la Escuela Normal. Lo avanzado de esta doc- trina postulada por el Partido Liberal, encontró una cerrada oposición entre las castas privilegiadas, y nuestro país atravesó por diversas etapas sombrías, sobre todo, la última dictadura santanista, a partir de 1853. D. Ignacio M. Altamirano describió así esta etapa: "Jamáslas castas oli- gárquicas que habían luchado desde 1821 para conquistar la supremacía en el país, habían logrado un triunfo más completo sobre el elemento 17 A.R.~ 18 ... don Valentín Gómez Farías expedía decretos ins- pirados en un profundo patriotismo y una certera visión de los problemas nacionales de su tiempo ... popular, que jamás se había encontrado tan disperso, tan desarmado, tan abatido por el desaliento. Sus prohombres de la Capital o de los Estados habían muerto o se hallaban en las prisiones o en el destierro, la prensa estaba amordazada y no quedaban más que órganos que que- maban incienso al Dictador. Las poblaciones, desde las más grandes hasta las más pequeñas estaban bajo la opresión de un militar. Fue esta una dictadura grosera y salvaje, sin una sola tendencia generosa, sin un fin elevado, sin un motivo patriótico. Habría sido tan larga y tan sangrienta como la atroz dictadura de Rosas en la Argentina, si no le hubiera puesto coto la revolución popular de Ayutla. Así se hallaba la Naciór; Mexicana cuando interrumpió este silencio de muerte el grito redentor de Ayutla, grito que fue una nueva esperanza para el pueblo". 19 AYUTLA, CONTINUIDAD DE LOS POSTULADOS DE LA INDEPENDENCIA 1854 En marzo de 1854principia el segundo gran sacudimiento popular, la Revolución de Ayutla, que representa la profesión de fe del pueblo mexicano en sus tradiciones liberales; pero antes tuvo que sufrir en 1847,.la agresión del naciente imperialismo yanqui, y llorar la mutilación de Texas por la perfidia y la incapacidad de sus gobernantes conserva- dores, y poco después le fue arrebatada la mitad de su territorio por una clase social expansionista, aliada a los renegados mexicanos y rene- gada asímismo de los principios proclamados por Jefferson. "La Historia de México desde la Independencia hasta nuestros días -dice Don Jesús Silva Herzog-, puede dividirse en cuatro par- tes: la primera, de 1821 a 1855, dolorosa etapa de anarquía, cuartela- zos, rebeliones y desmembramientos territoriales; la segunda, abarca de 1856 a 1875, el período trágico y heroico de la Reforma; la tercera comprende el establecimiento de la paz, todo el gobierno del general Porfirio Díaz, incluyendo los cuatro años de la presidencia de Manuel González; y, la última, desde fines de 1910. La guerra libertaria iniciada por Hidalgo en 1810 y que concluyó once años más tarde, trajo al pueblo mexicano la independencia polí- tica de España; las luchas que ensangrentaron el territorio nacional de 1856 a 1867, lo independizaron de la tiranía de la Iglesia Católica, y la Revolución de 1910 lo emancipó del dominio económico de los gran- des propietarios territoriales. Por otra parte, tal vez también puede decirse que la revolución de Independencia significó la base de la libertad de la alta burguesía; la revolución de Reforma, la de la clase media y la revolución de 1910, la del proletariado de las ciudades y de los campos". 21 La Revolución de Ayutla se propuso de inmediato proscribir el santanismo restableciendo las libertades democráticas que constituían ya la suprema aspiración de nuestro pueblo, respondiendo así a la invo- cación de sus mejores hombres: el General D. Juan Alvarez, figura impoluta de este movimiento y que había sido compañero de armas de Guerrero y que al d~r su aceptación para acaudillar el "Ejército Restau- rador de la Libertad" exclamó: "Mi edad bastante avanzada y mis no- torias enfermedades me exigían el descanso de la vida privada; mas al llamado de mis conciudadanos he alejado de mí el bienestar particular y vengo a sacrificarlo todo a la causa sagrada que desde tiempos muy atrás sirvo con lealtad, porque ella es la de mi patria; ella es la que nos mandaron defender los nobles mexicanos que nos antecedieron en la memorable Guerra de Independencia. Me adhiero solemnemente al movimiento iniciado en Ayutla protestando acatar las reformas que la Nación estime conveniente hacerle y no dejar las armas de la mano hasta que, consumado aquel, ya no sea necesaria mi persona y se hallen al frente del poder público los dignos mandatarios que sean llamados a ejercerlo por la libre y espontánea voluntad de los mexicanos ... "; D. Benito Juárez, el esforzado paladín de la Reforma, D. Melchor Ocam- po, D. Guillermo Prieto, D. Ignacio Altamirano, D. Ponciano Arriaga, D. Miguel Lerdo de Tejada. Correspondió a estos hombres la tarea de consignar en la Constitución de 1857 las bases de un nuevo orden so- cial, la Reforma, que en lo económico, en lo político y en lo jurídico, recogía los ideales de la Independencia, de acuerdo con la vieja trayec- toria democrática que en el transcurso de los años ha conformado el pensamiento y el espíritu de nuestra nación. "La Constitución de 1857 realizó ideales de la insurgencia de 1810, frustrados en 1821 al advenir en la tricentenaria colonia la independencia política con exigua reforma social y nula transfor- mación económica. La Revolución de Ayutla abanderó con hondo afán renovador, la solución de estos problemas insolutos y al triun- far convocó el Congreso Constituyente inaugurado el 18 de febrero de 1856, mismo que, pese al designio de facciones de moderados y reaccionarios coludidos de adoptar la misma constitución de 1824, logró redactar la que sin duda fue la más progresista de su época. Al incorporar a su texto los Derechos Individuales ímprescríp- tibles, fortalecer el Estado y negar personalidad jurídica a toda clase de iglesia, sentó las bases del Estado laico y le situó en la ruta del progreso moderno. El artículo 30. brillantemente exaltado por el diputado don Manuel Fernando Soto, al declarar libre la 22 enseñanza, aniquiló el anacromco monopolio docente e hízola patrimonio de toda la sociedad, lo que en tal época constituía me- dida avanzada". Pero habrían de venir nuevas penalidades para nuestra Patria, esta vez por cuenta del ataque de Francia a pretexto de cobrar deudas absurdas que reclamaban sus nacionales y, mientras tanto, los conser- vadores mendigaban en las Cortes Europeas, un Príncipe que fuera el soberano de México. Juárez (que asumió la Presidencia en 1858), con su fe inconmovible, pudo dar la batalla a unós y a otros después de in- contables penalidades, sellando para siempre, con el fusilamiento del Archiduque Maximiliano el 19 de julio de 1867, el destino de nuestra soberanía. "México guerreó contra la intervención francesa y el imperio de Maximiliano no sólo por su independencia, sino por la de Amé- rica y el triunfo mundial del sistema republicano y democrático, Juárez fue el paradigma de esa lucha preñada de heroísmo. En la guerra de 1862-1867,México detiene los siniestros designios de Napoleón III de sojuzgar América destruyendo la institución re- publicana. En el cerro de Las Campanas, en Querétaro, queda rubricada una lección eterna de probidad cívica y decoro patriótico. Mien- tras el imperio de Maximiliano, de falso esplendor de zarzuela, oropel y derroche, despreció la instrucción pública popular, la República restaurada encuentra en Juárez un propulsor vigoroso que hace derivar de la Constitución de 1857,una radical reforma y sólida edificación del sistema educativo, al fundar la Escuela Na- cional Preparatoria, la secundaria de señoritas, la Biblioteca Nacio- nal y atender con solicitud el Conservatorio de Música. La ley de instrucción pública de 2 de diciembre de 1867, es monumen- to de legislación educativa y consagra a Juárez y a Cabíno Barreda como geniales políticos de la educación". "Nadie, como Juárez, amó tanto a Méxicoy difícilmente habrá otro de sus hijos que le tenga tal devoción a su patria; que se en- cumbre por sus propios méritos y sus enérgicos esfuerzos y que en idénticas circunstancias a las que Juárez se encontró, luche sin temor contra un pasado que parecía eternizarse en el porvenir, porque el Clero lo había querido así, contra una nación tan pode- rosa como la Francia y aun contra aquellos hombres a quienes 23 elevó a los más altos puestos para que correspondieran a sus bene- ficios con la mayorgratitud". Juárez murió 5 años después, en 1872, cuando había visto nueva- mente consolidadas las Instituciones Republicanas y después de haber sido reelecto a la Primera Magistratura en 1871, dando oportunidad su muerte a que el General Díaz cumpliera sus ambiciones presiden- ciales, a partir de 1876, con un solo paréntesis, que correspondió al General Manuel González. 24 LA REFORMA Y LA LIBERTAD DE TRABAJO 1857 La Reforma representaba una reacción necesaria, de contenido li- beral, que fue plasmada en la Constitución de 1857, con la declaración de que los derechos del hombre son la base y objeto de las instituciones sociales; y al consignar la libertad de trabajo, como una propiedad del trabajador, que es el antecedente de la huelga, intentaba liquidar los abusos que venían desde la Colonia con las encomiendas y repartimíen- tos, los servicios forzosos en obrajes y haciendas en provecho de indi- viduos o castas. A pesar de estos postulados generosos, la esclavitud del trabajo continuó, así como la explotación despiadada del hombre por el hombre. La Reforma, en la práctica, se convirtió fundamentalmente en la disputa por el predominio económico y político que entonces el Clero detentaba. La Ley de Desamortización de los Bienes de las Comuni- dades Religiosas expedida en junio de 1856 con el propósito de poner nuevamente en circulación cuantiosas riquezas acaparadas por la Igle- sia, que asfixiaban el progreso económico, trajo como resultado la pre- ponderancia del régimen semifeudal de la producción, que venía desde la Colonia y que con la Reforma, se apropió de los latifundios y de las propiedades urbanas que estaban en manos de la Iglesia, así como de los bienes comunales de los pueblos. De esta manera la preeminencia política y económica, ya en las últimas décadas del siglo pasado, al iniciarse la dictadura porfiriana, pasó de las manos del Clero a las de los señores semifeudale~ de las haciendas. La acumulación de sus grandes capitales como resultado de estas circunstancias, coincidía con las incipientes manifestaciones ímperíalís- tas del capitalismo europeo y norteamericano, al cual el porfíríato abrió de par en par las puertas del país propiciando también el desarrollo de 25 26. ... "Nadie como Juárez amó tanto a México y difícilmente habrá otro de sus hijos que tenga tal devoción a su patria; ... " los inversionistas nacionales, iniciándose el florecimiento de la produc- ción industrial en las fábricas de hilados y tejidos, en los ferrocarriles, en las minas, en la energía eléctrica, como tremenda amenaza a nuestro artesanado que hasta entonces, y viniendo de épocas lejanas, había prosperado sin competencia y que, con el fenómeno de la naciente in- dustrialización, iba a convertirse en asalariado del capitalismo por su incapacidad de competir a la maquinaria con sus rudimentarias he- rramientas. VICISITUDES DEL ARTESANADO. LAS ASOCIACIONES MUTUALISTAS A medida que con la Reforma se consolidaba la industrialización, el artesano, por instinto de conservación busca en el proletariado el apoyo que necesita para oponer un dique a los avances de la industria capitalista, operándose entonces el fenómeno de la solidaridad del artesano con el asalariado para defenderse del enemigo común, dando origen a lo que fue el embrión del sindicato: las organizaciones mutua- listas que por primera vez recogían elementales demandas de los tra- bajadores: reglamentación de la jornada de labores, escala de salarios y el derecho de huelga. En el número correspondiente al 31 de agosto de 1874,el periódico "El Obrero Internacional" que se editaba en esta capital, hace refe- rencia al más lejano antecedente de las sociedades mutualistas, la "So- ciedad Particular de Socorros Mutuos", que se fundó en México el5 de julio de 1853, teniendo su primera reunión en los "Baños del Sol" con- tando con 12 artesanos. Al cabo de 21 años agrupaba 80 socios con un capital de $12,000.00. A partir de la sexta década, se extendieron estas asociaciones mu- tualistas por toda la República, principalmente entre los obreros del Valle de México, en Puebla, Querétaro, Zacatecas, Oaxaca, Cuadalaja- ra, Colima, Monterrey, Tepic, Orizaba, [alapa, Montemorelos, etc. En el periódico Correo de las Doce (agosto de 1872) se da a cono- cer una iniciativa de un grupo de maestros para constituir su escalafón, agrupándose como sociedad mutualista y poder ascender, "en vista de que tienen asignados sueldos de $8.00 y $10.00 mensuales". Y entre la nutrida información de los periódicos obreros sobre la formación de nuevas sociedades, hay notas curiosas, como esta que apareció en El Cronista de lalapa del 6 de junio de 1873, por la que se ve que tam- 27 bién el mutualismo era tomado a guasa: "En la ciudad de jalapa, a los veinte días del mes de junio de 1873, reunidas las ciudadanas tortillera s de esta población con fines mutualistas reasumen su sobera- nía y decretan: Io.-Desde el 22 del actual nos sujetamos a dar en bene- ficio público, seis tortillas por medio real, abonando una gordita en cada peso, propia para enchilar ... Art. 30.-Las personas que quieran vender nuestras tortillas no podrán dar más de lo estipulado y si para acreditar sus tranquicholes, dieren de "algo" una bolita de masa para los pájaros, se les hará volver al orden a golpe de metlapile ... Art. 40.- Queda prohibido echar tortillas después de las 12 del día y como no las llevaremos a las casas particulares, las señoritas catrinas al ocurrir al tortíllaje, se empolvarán convenientemente y nos proponemos elevar las puertas de nuestros expendios para que no se les atoren los [opos". 28 PRIMER GRAN CIRCULO DE OBREROS LIBRES 1872 El 16 de septiembre de 1872 se constituye el Primer Gran Círcu- 10 de Obreros de México, para unificar las asociaciones mutualistas, celebrándose sus primeras sesiones en el Círculo de Sombrereros, más carde en un salón alquilado en las calles de Zaragoza y por último en el edificio del Círculo Industrial. El licenciado don Sebastián Lerdo de Tejada, que a la muerte de Juárez había asumido la Presidencia, dis- -pusoque de sus propios fondos se comprara el mobiliario del Salón de Sesiones. Antes de dos años, el Círculo de Obreros contaba con 37 sucursales en los principales centros fabriles y ascendían a 8,000 sus asociados, dando a conocer, el 20 de noviembre de 1874, el Re- glamento de Trabajo para las fábricas del Valle, que habrían de aplicarse después en los principales centros fabriles. Este Reglamento es reproducido en el número del 13 de diciembre del mismo año, del periódico La Comuna y dice así: "Artículo 10.-Los trabajos deben comenzar desde el momento en que el día nos proteja con la luz natural, y para cuando el sol cumpla su carrera y las tinieblas se apoderen de su luz; tiempo seña- lado en que el obrero debe ir a nutrir su entendimiento con los conocimientos que deben elevar su situación, en el intervalo que deja de velar. Artículo 20.-Es obligación de los obreros de cada fábrica, poner un establecimiento de enseñanza en distintos ramos, según lo requie- ran las circunstancias, para que los trabajadores ocurran con puntua- lidad a recibir las clases nocturnas que nos exige el descubrimiento de las luces, y el deber que tiene cada uno de educar a su familia, para el porvenir y buen éxito de nuestra amada patria. 29 Artículo 30.-Es deber forzoso de la junta directiva de cada su- cursal, estimular a todos los trabajadores, primero a que ocurran al establecimiento de instrucción, todos los que necesiten de ella; se- gundo, exigir a todos los que tengan más conocimientos, a que ayu- den al maestro, en sus trabajos para el adelanto y cultivo de los mismos trabajadores; tercero, prohibir toda alternativa política o reli- giosa, para evitar el desorden o tal vez una desgracia en el estableci- miento; cuarto, procurar que exista un fondo para cubrir los gastos que se originen en su instrucción; quinto, exigir a los trabajadores, el cumplimiento de las obligaciones que se han impuesto en el tra- bajo, según la justicia,para que se hagan acreedores a buen trato. Artículo 40.-Al dirigirse un trabajador a cualquiera de las fábri- cas en solicitud de trabajo, tiene la forzosa obligación de presentarse al C. Presidente de la Sociedad, para que en junta general, se haga una calificación de las cualidades de su persona, según las fracciones siguientes: la., por medio de un informe que dé la sociedad a que haya pertenecido, con la nota de buen o mal comportamiento, para evitar las desgracias que continuamente acontecen; 2a., que se vea que es útil, para desempeñar el trabajo que solicita; 3a., que desde el momento en que reciba el trabajo, quede inscrito en el registro de la sociedad, con la obligación de ser útil a ella; 4a., si el informe que diere fuera falso, será aprehendido y entregado a las autoridades más inmediatas, quedando responsable la persona que falsamente ha- ya acreditado su conducta; si su conducta fuera buena, la mesa direc- tiva interpondrá su influencia a quien corresponda, para que llegue a obtener el trabajo". 30 PRIMERAS ASOCIACIONES DE EMPLEADOS DEL GOBIERNO 1875 La Asociación Mutualista de Escritores se forma en marzo de 1875, siendo su Presidente D. Ignado M. Altamirano y D. Francisco Sosa, como Secretario. El mismo mes se constituye la Primera Asocia- ción Mutualista de Empleados Públicos. En el periódico El Socialista del domingo 14 de marzo de 1875, se inserta una nota al respecto que comienza diciendo: "Al fin se ha despertado entre esta clase de la sociedad, el deseo de unirse, para formar un cuerpo fuerte que ponga a estos ciudadanos al abrigo de la miseria. Pero como todo lo que se proyecta en gran escala, no es posible proponer una idea que satisfaga todas las aspiraciones, estando muy dividida la opinión en- tre este numeroso gremio". A continuación la nota hace referencia a cada uno de los proyectos formulados por los empleados de las diver- sas dependencias del Ejecutivo. Así por ejemplo, dice que los pro- yectos de Relaciones, Hacienda y Poder Legislativo coinciden en gran parte de su articulado y, sobre todo, en que la cuota será con arreglo al sueldo que disfruta cada empleado. El proyecto de los empleados de Hacienda es objetado en la parte en que establece que todos los fondos que se recauden, se pondrán a disposición del Gobierno como una medida patriótica. La nota del periódico hace un análisis riguroso de los diversos proyectos de los empleados de las diversas Secretarías de Estado, todos formulados sobre la base del mutualismo y la ayuda recíproca, que ponga a sus familias al amparo de la miseria en el caso de muerte del soda, o que les permita un ahorro para trabajar por su cuenta, cuando así lo deter- mine. Termina la nota haciendo un llamado a todas las sociedades de empleados públicos, "para que constituyan una organización muy poderosa". 31 Ya se ve como, desde los días en que los trabajadores mexicanos hacían sus primeras armas para conseguir su emancipación econó- mica y política, los empleados públicos no se sentían ajenos a este fenómeno; por el contrario, comprendiendo que su posición de clase los identificaba con los intereses de los trabajadores, se aprestaron a sumarse a los contingentes que en aquellos días erguían la bandera de las reivindicaciones populares. 32 PRIMER CONGRESO GENERAL DE OBREROS SU MANIFIESTO 1876 Ante el florecimiento insospechado del Gran Círculo de Obreros, se resuelve convocar a un Congreso General, para estudiar los pro- blemas de los artesanos y de los trabajadores de todo el país. Este Congreso se instala el 5 de marzo de 1876 y el 17 de abril del mismo año lanza un manifiesto a las clases trabajadoras donde expo- ne que: "Fue convocado el Congreso para alcanzar la autonomía, la exaltación y el progreso de la gran familia obrera". "El medio principal es la organización federal de las asociacio- nes de trabajadores, que siendo libres y soberanas para su régimen interior, tengan una ley común que las ligue a un centro, en todo. lo relativo a los intereses generales de la gran Confederación". El manifiesto sigue diciendo: "la emancipación del trabajador es imposible si consiente en ser siervo de sí mismo por la ignórancia y por el vicio; si es esclavo del rico por la tasa arbitraria del salario, por la miseria y por la deuda; si, por último, renuncia con punible indiferencia a ejercer por la vía legal, ante las autoridades públicas debidamente constituídas, las facultades constitucionales de imprenta libre, de asociación y de petición". "El Congreso se propone romper estas cadenas por los medios prácticos siguientes: "Primero, la instrucción de los obreros adultos y la enseñanza y educación obligatoria de los hijos de éstos". "Segundo, el establecimiento de talleres en los que se proporcío- ne trabajo al artesano, con independencia del particular y del ca- pitalista, para ponerlo a cubierto de la miseria, auxiliarlo en sus enfermedades, ampararlo en todas sus desgracias y alejarlo de la 33 A.R.3 posibilidad de que sea deudor, porque el hambre avasalla muchas veces el decoro personal". "Tercero, el empeño eficaz de conseguir que sean en todo tiem- po, una verdad para el obrero las garantías políticas y sociales, y que el servicio militar no recaiga exclusivamente en ellos, sino que se distribuya 'de manera equitativa por medio de una ley especial entre todos los hijos de la República, ya sean sabios o ignorantes, ya fueren pobres o ricos". "Cuarto, el aseguramiento de la más plena libertad en la elec- ción de los funcionarios públicos; la absoluta autonomía de su con- ciencia y en su culto; y un sistema de protección ilustrada para la Industria y para las Artes". Los capítulos siguientes se refieren a la fijación del tipo del salario mínimo en todos los Estados de la República; a la creación de exposiciones industriales de los artesanos donde puedan vender sus mercancías; a la variación del tipo del jornal, cuando las necesi- dades del obrero así lo exijan; que el Congreso dedicará atención preferente al importante asunto de las huelgas, de mejorar las condi- ciones de la mujer-obrero y "procurará que su programa sea bien desarrollado y explicado en la Constitución". El manifiesto del Congreso termina así: "Siguiendo el consejo de un escritor contemporáneo, el Congreso proclama la felicidad por la limpieza del corazón y la poesía del sentimiento; predica el amor a las cosas serias y prácticas; la cultura intelectual y moral, y no juguemos la suerte del país en discursos y proclamas, de los que únicamente buscan la habilidad y la elocuencia". .Hemos querido transcribir la parte medular de este manifiesto del Primer Congreso General de Obreros, para que se vea con qué procedimientos tan ingenuos los artesanos y los trabajadores inten- taban defenderse del desplazamiento para unos y la absorción para otros, de la industria capitalista que se se hallaba en pleno período de .consolidación. Con estas medidas proteccionistas "en las que se proporciona el trabajo al artesano con independencia del capitalista", demandando "garantías políticas y sociales", "con la limpieza del corazón y la poesía del sentimiento", nuestros antecesores preten- dían evadirse de los determinismos históricos que entonces se singu- Iarízaban por la concentración de los capitales como consecuencia del acrecentamiento de los latifundios y las primeras manifestaciones del 34 capital imperialista que elegía nuestro suelo para trasplantar su ya floreciente industria. Al mediar la séptima década del siglo pasado, la clase trabaja- dora organizada y el artesanado principian a darse cuenta de la inutilidad de sus esfuerzos en su lucha contra la industria capita- lista, y tratan entonces de acogerse a las sociedades cooperativas como una evolución de las mutualistas, con la esperanza de que con este sistema consiga quebrantar el poderío del capitalismo. Aparecen entonces en los periódicos proletarios los primeros artículos que in- tentan demostrar que las sociedades cooperativas, como sistema de organización, son más avanzadas que las sociedadesmutualistas. DECLINACION DEL MUTUALISMO y SU TRANSFORMACION EN COOPERATIVISMO El zapatero Fortino Diosdado, en el número del 13 de agosto de 1876, publica en El Hi;o del Trabaia, un artículo en el que ex- presa que la vida de los trabajadores es cruel y amarga, pues son sometidos a jornadas abrumadoras, sin esperanza. Entonces aparece el principio de asociación como un refugio salvador, .haciéndoles comprender que sólo unidos y con sentimientos fraternales podrán ser útiles los unos a los otros, los trabajadores que con desinterés de apóstoles han divulgado el mutualismo, han derramado incalcula- bles bienes de los que carecían. Pero el mutualismo ha caminado entre balbuceos y tropiezos, por ígnorarse su aplicación en el terreno práctico del socialismo, que asegurará la igualdad de distribución de los beneficios. Por esto considera más ventajoso el cooperativismo, cimentado en una distribución equitativa de sus beneficios, que los redima de la usura y la explotación. Termina su artículo diciendo: "las asociaciones mutualistas, tarde o temprano tendrán que conver- tirse en cooperativas". En octubre de 1876, el sastre J. M. González, expone en El Hi;o del Trabaio, su criterio de que las Sociedades Mutualistas son imperfectas porque los capitales que representan se encuentran. es- tancados, insistiendo en la necesidad de transformarlas hacia el cooperativismo. El Obrero Juan Laguna atribuye la anemia del movi- miento obrero en general a que las Sociedades Mutualistas, son impotentes para cumplir las demandas que se han propuesto, y hace hincapié en la necesidad de transformarlas hacia el cooperativismo. 35 Los más caracterizados escritores de las ideas sociales de en- tonces se aplicaron a divulgar el cooperativismo como una nueva esperanza redentora. En una gacetilla que aparece el 6 de agosto de 1876, informa El Hito del Trabaio que los colonos de Buena Vista han inaugurado la primera Sociedad Cooperativa, bajo las mismas bases que sirvieron a los tejedores de Rochdale en Inglaterra en 1844. (La Asociación Amistosa de los Equitativos Trabajadores de Rochdale). "Ojalá que siempre podamos anunciar progresos como éste que libren de la mi- seria a muchas familias, encontrando en los efectos de la cooperativa, más bien pesados que los que venden los invasores y especuladores, una real defensa del poder de compra de su dinero ... " Ricardo Velati agrega: "Nuestras justas aspiraciones para lo fu- turo, deben impulsar a todos los que hoy están asociados, para que el sistema cooperativo llegue cuanto antes a ser una verdad en nues- tra patria, con tanta más razón, cuanto que el capital extorsiona ca- si ya por completo al trabajo, sin que por nuestra parte, tengamos con qué hacer frente al capitalista, lo cual traerá funestos resultados para toda la clase trabajadora, no tan sólo de la capital, sino de toda la nación en general. Esto, por un lado; por el otro, tal vez una guerra social, pues obligados a trabajar por un mezquino salario, no podre- mos subvenir a las necesidades del hogar. Indispensable es que pro- curemos no llegar a tal extremo, cuando nosotros mismos podemos creamos fondos cuantiosos que nos presenten un capital propio, por medio de las grandes colectividades, pues según nosotros, el sistema cooperativo es la tabla de salvación del proletario". DECLINACION DEL COOPERATIVISMO FRENTE AL CAPITALISMO QUE SURGE Se advierte, desde luego, la inquietud y el confusionismo mental de nuestros artesanos por encontrar un recurso eficaz que oponer al enemigo común: el capital y la máquina. Pronto la misma desilusión que tuvieron con el mutualismo, habrían de confrontarla con el coope- rativismo, en el cual habían puesto sus esperanzas, a través de una política proteccionista y de concesiones de crédito, para coexistir qui- méricamente en armonía con el capital y conjurar así los conflictos con el proletariado que surgía, cada vez más pujante, y al cual no se aliaba abiertamente por supervivencias ideológicas pequeño burgue- 36 sas. La consolidación de capitalismo, cuando se iniciaba la integración definitiva de la dictadura porfiriana en 1884, puso fin a las amargas experiencias del artesanado para dar paso a la lucha abierta y defi- nida de los capitalistas contra los asalariados. En teoría, el derecho de huelga aparece consignado por primera vez, en la Constitución de 1857, al incorporar en su artículo 90. el derecho de asociación para protegerse de los abusos del capital; y la lucha es el recurso más eficaz para mejorar las condiciones de trabajo. "La huelga es el uso del derecho de propiedad protegido por el de- recho de asociación para evitar la tiranía del capital ... ", escribía don Guillermo Prieto en agosto de 1875. La libertad de trabajo dio origen a las primeras huelgas a partir de 1865, intensificándose 10 años después, cuando en la medida que avanzaba la industrialización y la proletarización de las masas, se acentuaba la crueldad para los obreros, que tenían que laborar de 12 a 14 horas diarias, sin descanso dominical, sin asistencia médica, sin apropiadas condiciones de higiene, para ellos, las mujeres y los niños, sin pago de salario en efectivo, todo lo cual había creado una situación peor aún que la que intentaban remediar las Leyes de Indias de los conquistadores, trescientos años atrás. LAS PRIMERAS HUELGAS Las huelgas que tuvieron mayor resonancia en aquella época, fue- ron la de los mineros de Pachuca, en 1874,que dio por resultado que se les aumentara a $0.50 diarios el jornal, "con deducción de pólvora, ea- ñuelas y velas... ", la de "La Fama Montañesa" en Tlalpan, en 1877, pidiendo que se redujera la jornada a 12 horas diarias, la supresión de pagos en vales y mercancía, así como servicio médico y medicinas para enfermedades contraídas en el trabajo; la de los mineros de Pinos Altos, Chihuahua, en enero de 1881, donde todavía se empleaba el cepo, los grillos con cadenas en los pies y los azotes, para castigar a los trabaja- dores. En esta huelga, fueron fusilados los promotores, Juan Valen- zuela, Ramón Mena, BIas Venegas y Cruz Vaca. En los periódicos obreros de aquella época, aparecen consignados multitud de movimientos de protesta de los trabajadores de Puebla, Querétaro, Sinaloa, Jalisco, en el Valle de México, Oaxaca y otros Esta- dos, siempre motivados por la inaudita crueldad con que se les trataba, negándoseles hasta los más rudimentarios derechos humanos. -37 En los meses de mayo y septiembre de 1884, el periódico El Hifo del Trabaio se refiere a huelgas habidas en las fábricas de Puebla, El Mayorazgo, La Economía y La Trinidad, con motivo de que los obre- ros son expulsados para ser sustituídos por muchachos "a quienes res- paldan las mantas a real. .. "; así como porque se intenta rebajarles el importe de su jornal, en seis centavos en el precio de cada pieza de manta. Aparece una nota que textualmente dice: "Las fábricas de Pue- bla continúan en huelga y los trabajadores sufren grandes privaciones. En la fábrica La Tlaxcalteca, sólo porque treinta obreros se presentaron a pedir que se les cubrieran salarios ya devengado s, fueron tratados co- mo bandoleros por los rurales y se los llevaron entre filas de Panzacola a Zacatelco, por órdenes del jefe político, donde fueron encerrados en un calabozo". Los trabajadores de Puebla, que en su generalidad se ha- bían lanzado a la huelga por solidaridad, reciben auxilio económico de sus hermanos del Valle de México y por fin, en octubre, reanudan sus labores, después de firmar un pacto con los industriales, que comienza diciendo: "Las horas de trabajo en el verano serán de 5 de la mañana a 9 de la noche, contando con media hora para el desayuno y media hora para la comida. Todos los pagos o anticipas se harán en moneda, con exclusión de vales o boletos que no tengan valor legal. . . Los se- ñores propietarios se servirán certificar, cuál ha sido la conducta de sus obreros durante la huelga ... ". A los trabajadores de La Tlaxcalteca se les aumenta un centavo por pieza de telares polkos y un centavo tam-bién por pieza de telares ingleses... ". Como estos casos, hubo multitud en toda la República, que defi- nían ya con claridad la lucha de clases entre el proletariado y el capita- lismo en pleno desarrollo. AUGE DE LAS IDEAS FEMINISTAS Y SOCIALISTAS Paralelamente con estos movimientos, se intensificaba la difusión de las ideas socialistas que reflejaban la doctrina y las inquietudes de los trabajadores europeos y norteamericanos, ejerciendo una poderosa influencia a través de los periódicos escritos por artesanos. Las obras de Proudhom, Kropotkín, Máximo Gorki, Bakunine, Juan Graue, Enrico Malatesta, incluyendo el Manifiesto Comunista de Marx y Engels, convulsionaban el mundo de fines del siglo pasado. Las ideas feministas y sufragistas, entonces de moda en Europa, campeaban en la pluma de Julia Montero, Concepción Jüneno deFla- 38 quer y otras. Juana la Progresista en el número del 22 de mayo de 1876, de El Hito del Trabaja defiende denodadamente la igualdad de la rnu- [er, frente a la supuesta superioridad del hombre, que no tiene base científica, puesto que ambos, fisio16gicamente contienen los mismos factores, sobre todo de inteligencia. Arremete contra el injusto trato que se da a las mujeres, por lo cual el hombre tiene siempre preeminencia en todo: en educaci6n, en oportunidades de trabajo y en trato social, lo cual las convierte en esclavas. Concluye demandando un lugar para la mujer en la lucha por el progreso y por la subsistencia "devolvíéndole con ello la felicidad perdida ... ". El sastre José María González decía en el peri6dico La Internacio- nal de julio de 1878: "Vosotros, los que coméis y sois ricos por lo que robáis al trabajador, pronto estaréis de rodillas implorando misericordia de los que hoy son vuestras víctimas. Verdugos implacables: pensad bien lo que hacéis. Estáis coaligados para atormentar y humillar a los obreros, creyendo que s6is fuertes, y no sabéis que vuestra fuerza es ilusoria. Miserables: especuláis con el trabajador; el sudor que cae de su frente amenaza al pan que coméis; y a pesar de eso no lo consideráis como hermano; ostentáis ricas alhajas, paseáis en elegante carruaje, tenéis una numerosa servidumbre, os divertís, os reís estrepitosamente, apuráis el placer, y no os acordáis que una muchedumbre de deshere- dados se cansa, se fatiga, se muere por proporcionaros todas esas co- modidades ... Que ¿no oís el eco aterrador de millones de voces de obreros norteamericanos, que ya no piden pan, sino sangre? que, ¿no comprendéis que La Internacional ha tenido mejor acogida en América que en Europa? Sí, La Internacional (no cambiéis de color, ni frunzáis el ceño), La Internacional que es vuestro juez y que os pide cuentas del trabajo de los pobres ... Que no te culpen mañana, -exclama, dirigién- dose al trabajador-, que no te culpen si haciendo a un lado a ese fan- tasma que se llama gobierno, te gobiernas por tí mismo; que no te cul- pen mañana si, despreciando a esa meretriz que se llama Justicia, te haces justicia por tu mano... Si algún día, en vez de fábricas contem- pláis ruinas, en vez de telares véís cenizas, en vez de riquezas tenéis miseria, en vez de pisar alfombras, pisáis sangre, no preguntéis por qué". Al mismo tiempo que las Sociedades Mutualistas de Artesanos se iban debilitando porque sus postulados eran ya inoperantes ante la transformaci6n que se iba efectuando en nuestra sociedad con el cre- cimiento de la industria, las ideas políticas y sociales que tenían como 39 escenario Europa, llegan hasta nosotros con una resonancia inmediata, simultáneamente en México y en Estados Unidos. Surgen periódicos proletarios como La Internacional, La Comuna, El Obrero Internacio- nal, La Revolución Social y otros, que en su declaración de principios se orienten ya de manera firme hacia la concepción de las doctrinas de los ideólogos más relevantes de la Europa de entonces. El manifiesto del VII Congreso Universal de la Asociación Interna- cíonal de los Trabajadores, celebrado en Bruselas y dirigido a todas las Sociedades Obreras, reproducido en los periódicos proletarios de en- tonces, comienza diciendo: "Compañeros: En todos los países donde ha estallado la lucha so- cial entre el capital y el trabajo, el mundo burgués ataca con encarniza- miento todas las manifestaciones de las clases obreras: la Asociación Internacional de los Trabajadores es el objeto preferente del odio im- placable de los hombres de orden; los gobiernos, fieles representantes y guardianes de los intereses burgueses, han inaugurado contra los obre- ros socialistas un sistema de persecución digno de los más bárbaros tiempos. La inmolación del proletariado parisiense en mayo de 1871 y la deportación en masa de los que sobrevivieron, fueron las señas de una reacción general en toda Europa. Las leyes de excepción contra las asociaciones obreras y .La Internacional, el encarcelamiento de los miembros más activos de estas corporaciones, están a la orden del día en todos los principales Estados. En España se asesina secretamente a los obreros miembros de La Internacional". A continuación hace una amplia exposición de las bases filosóficas que dier<¡morigen a La Internacional; fundada en septiembre de 1864 en un mitin celebrado en Saint-Martín Hall, al cual asistieron repre- sentantes de las clases obreras de los países más industriales de Europa. Da a conocer los estatutos que sirven de norma a la marcha del movi- miento obrero, enumerándolos así: "Que la emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mismos; Que los esfuerzos de los trabajadores para conquistar su emancipa- ción no han de tender a constituir nuevos privilegios, sino a establecer para todos los mismos derechos y los mismos deberes; "Que la sujeción del trabajador al capital es la fuente de toda es- clavitud política, moral y material; : "Que por lo mismo, la emancipación económica de los trabajado- res es el gran objeto a que debe subordinarse todo movimiento político; 40 "Que los esfuerzos hechos hasta ahora han fracasado por falta de solidaridad entre los obreros de las diferentes profesiones en cada país y la unión fraternal entre los trabajadores de las diversas regiones; "Que la emancipación de los trabajadores no es un problema úni- camente local o nacional; sino que, al contrario, este problema interesa a todas las naciones civilizadas; estando necesariamente subordinada su solución al concurso teórico y práctico de las mismas; que el movi- miento que se está efectuando entre los obreros de los países más in- dustriales de Europa, al engendrar nuevas esperanzas, da un solemne aviso para no incurrir en antiguos errores, y aconseja combinar todos los esfuerzos hasta ahora aislados". y termina después de hacer la historia de las vicisitudes del movi- miento obrero en el mundo con este llamado: "Si creéis como nosotros en la necesidad de una' gran transformación social, no permanezcáis por más tiempo en una culpable indiferencia; unid vuestros esfuerzos a los nuestros para generalizar y consolidar las asociaciones y las federacio- nes obreras; estableced relaciones de solidaridad práctica entre sí, estu- diar todas las cuestiones sociales y propagar los principios socialistas, de manera que el pueblo alcance la conciencia de la obra que ha de realizar; separemos las seducciones burguesas, los consejos del egoísmo, de la ambición, de la indecisión, de la cobardía; organicémonos para la acción, según las situaciones especiales de cada nación". "Por todas partes se acusa a los internacionales de ser perturbado- res por naturaleza; en todos los países la conducta de la burguesía prue- ba que no quiere hacer ninguna concesión a los trabajadores; los go- biernos de todos los grandes Estados organizan implacablemente las persecuciones contra los socialistas, y crean una situación de donde se deducirán inevitablemente soluciones violentas. La reacción burguesa marcha a pasos agigantados y nos aplastará bien pronto, completamente, si no sabemos servirnos de la sola arma que nos queda:LA REVOLUCION SOCIAL". El6 de septiembre de 1884,el periódico El Socialista da a conocer el manifiesto del Partido Socialista Español a los obreros mexicanos, en estos términos: "Camaradas: la prueba más concluyente de la perfecta unidad de miras entre los obreros de ambos mundos, es la solidaridad que existe en las aspiraciones de los partidos socialistas obreros de Francia, Alemania, Suiza, Dinamarca, Polonia, Inglaterra, Escocia, Por- tugal, Bélgica, España y demás países europeos, como los de Argenti- na, Estados Unidos y México y otros países americanos. 41 l _ 42 Vosotros como nosotros, afirmáis que la base sobre que está orga- nizada la actual sociedad es injusta; vosotros como nosotros, habéis comprendido que la posesión del poder político en manos de la clase media y de la burguesía, es el arma más poderosa de que se vale para impedir el triunfo del proletariado. Habéis comprendido, hermanos de lucha, cuál es el camino que conduce a la emancipación de los traba- jadores. Todos nuestros esfuerzos debemos dirigirlos a arrebatar el poder de manos de la burguesía, para reunidos bajo la misma bandera, orga- nicemos la sociedad científicamente, haciendo que cada uno sea dueño del producto de su trabajo. Obreros mexicanos: los socialistas españoles tendrán sumo orgullo de pelear a vuestro lado por el triunfo de la emancipación social. .. ¡Viva la República Obrera Internacional!. .. ¡Vivan los Socialistas de ambos mundos .. .1". En el periódico La Internacional aparece una serie de artículos para demostrar las falacias de la democracia frente a la realidad obje- tiva de la sociedad burguesa y expone la situación económica y política de los trabajadores. En el mismo periódico, Rafael de Zayas Enríquez surge como un campeón de los ideales socialistas. Al instalarse el Congreso Obrero Nacional ya mencionado, en ma- yo de 1876, Rodacanati pronuncia un discurso que es un índice de la evolución que se había venido operando en la mentalidad del prole- tariado, por la influencia de los teorizantes socialistas de Europa, en el que hay pasajes como éste: "Hoy el socialismo es el único capaz de obrar en sentido favorable y benéfico para obtener la regeneración del pueblo, asegurándole su porvenir a través de las inmensas vicisitudes que agitan a la sociedad, cuyo principio está vinculado en esta fórmula de Saint Simon: A cada quien según su capacidad; a cada capacidad según sus obras; y de aquí tiene que desprenderse lógicamente esta otra fórmula complementaria de todo derecho: A cada uno según sus necesidades y a cada uno según sus fuerzas ... Cosmopolitas de cora- zón, somos ciudadanos de todos los países; nuestra patria es el mundo y todos los hombres son nuestros hermanos ... ". LAS ORGANIZACIONES INDUSTRIALES. IMPRACTICABILIDAD DEL DERECHO DE HUELGA La siembra de esta semilla ideológica, las noticias de las activida- des de los socialistas europeos y de los movimientos huelguísticos de los ferrocarrileros norteamericanos por mejores salarios, descanso do- minical, atención médica y menos de 14 horas de trabajo, propiciaron diez años más tarde, el advenimiento de organismos industriales en 1890 como la Unión de Mecánicos Mexicanos, la Sociedad de Herma- nos Caldereros, la Orden Suprema de Empleados Ferrocarrileros Me- xicanos y otras también relacionadas con la industrialización. Pero las asociaciones obreras y la huelga, durante el largo período del porfiriato a partir de 1876, resultaban impracticables, como lo ex- presa el licenciado Lombardo Toledano en estos términos: "Tanto en el Virreinato como en la vida del México Independiente hasta 1910, el derecho de asociación, la libertad sindical no existían; por imposibili- dad histórica primero; por desconocimiento de ella después y, en los últimos 30 años del régimen de Díaz, por prohibición legal, si no ex- presa, sí claramente implícita en la legislación basada en la teoría de la no intervención del Estado en las relaciones humanas, y en el prin- cipio individualista como objeto de las instituciones sociales.. ". La abstención del gobierno para intervenir en los conflictos eco- nómicos traía consigo que en las pugnas de intereses entre los factores de la producción, se impusiera la autoridad el más poderoso: el índus- trialo capitalista, soberano en las relaciones de trabajo. "Los movimientos huelguísticos en el naciente régimen porfirista no impidieron la industrialización del país que se fomentó con la in- versión de capitales extranjeros con aparente beneficio de la economía nacional y sin ningún provecho para la clase trabajadora que no con- quistó ninguna ventaja durante la dictadura, sino por el contrario, sólo alcanzó amargura, miseria y dolor... " dice el licenciado Trueba Urbina en su libro "La Evolución de la Huelga". 43 SEGUNDO CONGRESO Y DECADENCIA DEL MOVIMIENTO OBRERO 1879 El segundo Congreso Obrero, que se reunió el 20 de diciembre de 1879efectuando sus juntas en la calle de La Estampa de Jesús Ma- ría número 14, congregó a los obreros de las fábricas del Valle, de los pueblos de San Bartolo Naucalpan y Atizapán y las delegaciones del Gran Círculo de Obreros, con sus respectivos estandartes. El artesano Carmen Huerta, de los más esforzados paladines, dio la bienvenida a los delegados, haciendo una exposición del penoso desenvolvimiento de la clase obrera y su fe en el porvenir. Desde la estatua de Colón, efectuaron una manifestación que se disolvió frente al Palacio Nacio- nal, habiéndose evocado con cariño al coronel Santa Fe, entonces pri- sionero en Santiago Tlaltelolco, y prometiéndose los delegados apren- der de memoria la Ley del Pueblo (de la cual era autor Santa Fe), como el Código de las reivindicaciones de la tierra y del trabajo y a la que habremos de referimos más adelante. Pero este segundo Congreso Nacional Obrero señala la decadencia definitiva del movimiento de resistencia de los trabajadores y artesanos que habían tenido una penosa existencia primero, como ya hemos visto, en el seno del mutualismo, y después con el cooperativismo, ya que la política de abstención del general Díaz en los conflictos obreros, en el fondo no era sino complicidad con el capital que acababa siempre im- poniéndose su voluntad. • Con la convicción de su impotencia para enfrentarse con éxito a los intereses capitalistas, cundió el desaliento de las masas que veían ya proscritos en la práctica los principios liberales y democráticos de la Reforma, lo cual se refleja en este comentario que apareció en el Hijo del Trabajo en mayo de 1876: "Siempre los ricos y los aduladores 45 PROYECTO DE LEY DELPUEB1~ POR El C. CORONEL ALBERTO SANTA FE . ••••• ::M:EXICO. TIPOGRAFIA COOPERATIVA. 1883 ... se evocaba con cariño al coronel Santa Fe, preso en Santiago Tlaltelolco y se prometían los delegados aprender de memoria la LEY DEL PUEBLO, corno el código de las reivindicaciones de la tierra y del trabajo ..• 46 nos recuerdan que el Respeto al Derecho Ajeno es la Paz, y nosotros preguntamos, ¿quién respeta nuestros derechos? ¿dónde están nuestros derechos como ciudadanos? ¿dónde como hombres? pues hasta los de- rechos naturales nos han quitado ... ". ESPERANZAS EN LA POLITICA PROTECCIONISTA Como última esperanza creía el artesanado que iba a poder eludir esta amenaza por medio de una política proteccionista de crédito. Así por ejemplo El Socialista informaba en agosto de 1879 del proyecto para la creación del Banco Mexicano de la Clase Obrera y Jornalera "que los proteja desde la infancia hasta la decrepitud". Preconizaba también la concordia y la coexistencia pacífica entre el pobre y el rico, según se ve en El Hito del Trabaio del lo. de mayo de 1876; ín- vocaba la instrucción entre las masas "como fuente de su bienestar', según el mismo periódico del 29 de mayo de 1876 y confiaba en la ac- titud tutelar del gobierno, para poder subsistir, como lo proyectaba la Sociedad de Artesanos Sombrereros, según informaba El Hito del Tra- bato del mismo mes. NACIMIENTO DEL PROLETARIADO Mientras las sociedades cooperativasy mutualistas agonizaban pa- ralelamente con el acelerado desenvolvimiento del capitalismo, surgía la nueva clase social: el proletariado y se extendían las ideas que sobre sus derechos se habían popularizado en Europa y en los Estados Uni- dos. Por primera vez la burguesía de nuestro país se conmovía ante la aparición de las más avanzadas doctrinas económico sociales. LA IGLESIA Y LOS OBREROS La Iglesia, aliada del capital, contribuía a ahondar el desaliento del pueblo. Los periódicos de la época recogen múltiples quejas de la injusta intromisión política del Clero, siempre en contra de los traba- jadores. Así por ejemplo, en El Hito del Trabaio del 30 de mayo de 1880 aparece un artículo firmado por Salvador que es un amargo re- proche al Obispado de Puebla, donde hay párrafos como éstos: "Hace pocos días en las fábricas de Puebla sucedió algo que no fue del agrado 47 de determinados individuos y los Benítez, personas no muy queridas que digamos, anduvieron en las fábricas trabajando por conseguir de los operarios algo que no conviniera a éstos; nada obtuvieron pero no se dieron por vencidos y recurrieron al medio, nada prudente por cier- to, de pedir al señor Obispo de Puebla que visitase la fábrica; el señor Obispo al hacer su visita, ha predicado la desunión, ha anatematizado la asociación considerándola peligrosa para el individuo y la sociedad; ha pretendido convencer a los obreros de que la asociación es el comu- nismo, La Internacional, la destrucción, el incendio, el asesinato, ter- minando por decir que "el obrero debe ver a su patrón como a un dios." El alma se lastima de ver que una persona tan ilustrada y de reconoci- das virtudes como el señor Obispo confunda el respeto que se debe al que nos da trabajo, con la adoración a Dios, y creemos que no estuvo acertado cuando se aventuró a expresarse de un modo tan amargo al dirigirse a los obreros... Torturar la conciencia y el pensamiento de los trabajadores, nos parece que es una obra nada caritativa y muy con- traria a la misión de paz y amor que tienen los representantes de Je- sucristo en la tierra". y en el mismo periódico, poco tiempo después, escribía Tácito: "Sabrán los lectores de La Luz, que existe una especie de acuerdo entre los propietarios de molinos y fábricas para que cada hombre que se asome en busca de trabajo, se le responda que sí se le dará, si es un buen cristiano y que se le conservará ahí si sabe cumplir con los pre- ceptos de la religión. El infeliz que se encuentra lleno de familia y no tiene sustento, contesta que hará todo lo que se le mande en cambio del jornal. En seguida se le acepta como trabajador. En el próximo sábado se llama a los operarios para que rayen sus alcances y se les descuenten dos reales correspondientes a la "Sociedad Católica", un real para un tramo del enverjado de alguna iglesia, un real para el sostén de "Los Hermanos de la Vela Verde", real y medio para el Mes de María y real y medio para el Mes de José, medio para la misa que se reza en la capilla de la finca, medio y cuartilla para la li- mosna del Santo Sepulcro de Jerusalén, medio real para las necesidades de la Iglesia y ¡oh asombro! tres reales para estar suscritos a tres perió- dicos que defienden la religión en esta capital. .. El trabajador recibe una friolera para sostener a su familia y esa friolera de moneda macha- cada, lisa y de cobre, la envuelve en los periódicos religiosos y se mar- cha en pos de sus hijos, llevando el recuerdo amarguísimo de un robo y de mucha hambre que los feudales le regalan en nombre de la reli- 48 glOn, que se defiende en Puebla con injurias de taberna y frases de cuartel". En febrero de 1885, el periódico católico El Reino Guadalupano informa que el general Díaz se había comprometido con el Clero a pactar un concordato con el Papa en 1876para restaurar las prerrogati- Vasde la Iglesia, derogando las Leyes de Reforma a cambio de que lo ayudara a dar un golpe de Estado a don Sebastíán Lerdo de Tejada, doce años atrás, lo que no se llevó a efecto debido a la oposición del licenciado don Manuel Dublán. LOS POETAS POPULARES Al impulso de las doctrinas libertarias que se abrían paso en las mentes de los trabajadores, a fines del siglo pasado, surgía una pléyade de trovadores anónimos y otros cuyos nombres pueden considerarse como los precursores de la lírica popular. Reproducimos dos poemas de esa época: "EL OBRERO" Aparece como anónimo -1884-en "El Amigo de la Verdad" Vedle: camina con su lento paso de su pobreza y condición contento; lleva las herramientas en el brazo con que ha ganado el familiar sustento. ¿Quién es ese hombre de la faz tostada cubierto con la sucia vestidura, con camisa obscura y remangada, y el mandil arrollado a la cintura? Es el hijo de esa casta valerosa que, al escuchar de la miseria el grito, brotó del fondo de la humilde choza para formar palacios de granito. • Es el factor viril del adelanto que en medio del dolor fue alimentado; aquel que da con su trabajo santo vida a la industria y oro al potentado. 49 A.R. { Haciendo a 1,lO lado la virtud ficticia es, en los actos de su vida honrada, pigmeo cuando siente una caricia, titán si lucha por su patria amada. I ', , El que en afanes rudos y prolijos la sacra fuerza del dolor despliega en la morada de sus tiernos hijos y en el taller que con sudor se riega. Es el obrero; luchador que gime al soportar del despotismo el peso; [héroe ignoradol ¡paladín sublime de su honor, de su patria y del progresol Azote asolador de los tiranos, humilde, pero grande en la desgracia, lleva sobre sus hombros soberanos la urna de la santa democracia. Es .Ia furia feroz, cuando bravía siente en su pecho, desatarse enconos; para obtener la libertad que ansía mata tiranos y deshace tronos. Falange dócil, como el tierno niño, clase que tiene sangre enardecida: entrega el corazón cuando hay cariño y es el terror cuando se siente herido. Vedle ahí, temerario en los agravios que hace el vil mandarín en su derecho, la protesta saliendo de sus labios el valor palpitante dentro del pecho. ¡Oh crueldad!, sus acciones son extrañas, ni un laudatorio parabién recibe; se olvidan su heroísmo y sus hazañas y ese titán sin ree~mpensa vive. 50 Mas no las necesita. Al redoble de sus martillos, los veréis ufanos; templar, con el trabajo, su alma noble y hacer cadenas para atar tiranos. . ¡Jamás los despreciéis! que es el obrero el azote tenaz del retroceso que da fama a los émulos de Creso, el paladín más grande y más sincero que ostenta entre sus glorias el progreso. "NO LE HACE QUE EL BRONCE GIMA" Anónimo.-"El Anarquista".-1890 Por fin he visto la luz en la independiente prensa, y nadita me avergüenza ir con mi pesada cruz; de Sonora a Veracruz, de Yucatán a Colima, al Gobernante que oprima he de lanzar la mirada: que al son de la campanada ¡No le hace que el bronce gima! No me asustan los mandones, menos el grupo vendido ... que por el pueblo oprimido ya me fajé los calzones. Yo no tendré pantalones ni tendré una buena rima, que ante esta materia prima que no admite una cuarteada ... al son de la campanada ¡No le hace que el bronce gima! -¿Que me habrán de perseguir?, ya por sabido lo callo, 51 yo por el pueblo batallo y por él, nada es sufrir. No crean que he de sucumbir en esta lid harto honrada; con mi bandera y mi espada he de trepar a la cima. ¿Qué importa que el bronce gima al son de la campanada? He de azotar al burgués que no paga y extorsiona; al señor de la matona y a todos en esta vez. ¡Oh pueblo!, como me ves he de darme una paseada, y extenderé la mirada por todo lo que haya encima... ¡No le hace que el bronce gima al son de la campana! Yo he de decir las verdades porque ante nada me arredro. Flotaré como San Pedro en el mar de Tiberiades, no importan las tempestades, que el que a buen palo se arrima, puede exclamar en la cima de su idea ya coronada: al son de la campanada ¡No le hace que el bronce gimal ¡ a a, lIa. , el 01 .e: na et .u Ya me lleva la . . . tristeza, con tanta gente inservible.Hasta parece increíble que dobleguen su cabeza, por una mezquina pieza del pan que a otro no le agrada . al \( .9 52 Gente risible y menguada que con su orgullo lastima por más que en los aires gima ¡Al son de la campanada! . Burgueses y señorones, ignorantes mandatarios. Científicos. .. (?), propietarios y deficientes mandones; ya me fajé los calzones, porque la hora se aproxima... con mi banda y con mi espada ... Que al son de la campanada ¡No le hace que el bronce gima! LA BURGUESIA EN EL PODER AFIRMA LA SERVIDUMBRE DEL TRABAJO Ya para la década de 1880-1890la política del Gral. Díaz reflejaba absolutamente el entronizamiento de la burguesía en el poder. Por un lado, ahogaba por la fuerza a los periódicos socialistas que se hacían eco de las inquietudes y la angustia de las masas, como "La Voz del Proletario, La Revolución Social, La Comuna, El Socialista, La Unión de los Obreros, La Educación Madema, todos los cuales tenían como denodados escritores como ya hemos visto al sastre José Ma. Gonzá- lez, al zapatero Fortino Diosdado, a "Andrés del Jornalero", a "Juana la Progresista" a Concepción Jimeno de Flaquer, a Julia Montero, al obrero Juan Villarreal, a Plotino Rodacanati, a don Rafael Zayas En- ríquez, a Jesús Laguna, al Gral. Tiburcio Montiel y a otros más. Por otra parte, la Dictadura se traducía en los tremendos abusos de los nuevos señores feudales de las fábricas y las haciendas. Resultaría in- acabable la reseña de los acontecimientos que consignan los periódi- cos obreros, de las huelgas y paros de protestas, en las fábricas, así como las fechas en que los trabajadores se revelaban contra las injus- ticias y los atropellos en los últimos veinte años del siglo pasado. El nacimiento del proletariado en nuestro país representa una etapa positivamente trágica y sombría. Sólo como un ejemplo de los innumerables casos que se registraron en pleno reinado del porfirismo, 53 54 incluímos la Información que reproduce El Hijo del Trabajo en sep- tiembre de 1877: "La fábrica Hércules, la han convertido los señores Rubio, en una especie de REPUBLICA, porque ellos, y no el gobierno, son los que allí dictan las leyes, las hacen obedecer, castigan a sus infractores, juzgan a los delincuentes y criminales, pues hay que advertir que en el punto donde está situada la fábrica, han mandado los señores Rubio edificar tantas fincas que ya éstas forman hoy un número de calles, en cuyas fincas habitan más de la mitad de los operarios de las fábricas, porque los dueños de ellas les han impuesto horas tan precisas para entrar a trabajar, que no tendrían tiempo para ir y volver a Queré- taro, si vivieran allí, no concediéndoseles ni un minuto más de la hora que se les fija, so pena de que, si no entran, por ejemplo, en punto de las cinco de la mañana, son despojados irremisiblemente del trabajo, validos los patrones de la escasez de recursos que Querétaro tiene, validos de la pobreza que lo oprime, de la miseria que lo desgarra; y como los operarios, no siendo del trabajo de las fábricas, no tienen otra industria o profesión de que vivir, porque todo el movimiento que el Estado tiene es el que aquellas le dan, tienen que resignarse con tan triste suerte; tienen que vivir, quieran o no, en las estrechas acceso- rias o casas que los dueños de Hércules han edificado en el mismo punto con objeto de especular con ellas el trabajo de sus operarios. "También hay, como es natural, en el mismo paraje en que están las referidas fábricas, todos cuantos elementos y víveres necesitan los que allí habitan para vivir. Hay, como si fuere una capital de primer orden, numerosas tiendas de ropa, infinitas tiendas de abarrotes y bas- tantes sastrerías, zapaterías, boticas, etc., etc., con el objeto de que·los trabajadores no vayan a Querétaro a comprar en sus mercados todos estos artículos; y para más obligárseles a hacerlo así, se les da un sin- número de vales, especie de papel moneda, sólo para el comercio de aquellas fábricas; en tal virtud, cuando estos desdichados operarios reciben su mezquina raya, casi entera vuelve a entrar a la caja de sus patrones, porque tienen que descontar de ella todos los vales que re- ciben para surtirse de víveres en las casas de comercio que les han puesto allí, tienen que descontar la renta de las casas en que viven, y, en fin, tienen que descontar semanariamente, todo cuanto necesitan para vivir, cuyo dinero, como ya se dijo, vuelve a la caja de los seño- res Rubio, pues ellos son los dueños, también, de todas las tiendas y mercados que existen en aquel punto; y por esta razón, esos operarios, siempre obligados, porque siempre están endrogados con sus patro- nes, a trabajarles donde ellos quieren, a la hora que quieren y como ellos quieren, y los susodichos patrones más y más se enriquecen cada día, y, en consecuencia, más injustos son, más exigentes y más infames con los desgraciados trabajadores. "Para probar hasta la evidencia, que la fábrica Hércules la han convertido los señores Rubio en una especie de República, como deci- mos más arriba, existen allí, para vergüenza de casi todos los gobernan- tes de Querétaro, una numerosa y disciplinada fuerza que sirve no sólo para el resguardo de la fábrica, sino para guardar el orden en aque- lla pequeña República; para castigar allí al que falta a su deber, y conducirlo a inmunda mazmorra, que también tienen a su disposición los señores Rubio, para encerrar en ella, después de juzgar y senten- ciar ellos mismos, al infeliz operario". LA SERVIDUMBRE DEL INDIO La situación de los campesinos no era mejor que la de los traba- jadores. Cuando Humboldt visitó México, en 1792, el salario del peón era de doce y dieciocho centavos diarios, y un siglo después, en 1886, el señor Bulnes dice al respecto lo siguiente en estudio presentado a la Secretaría de Agricultura y Fomento: "El jornal medio en México es de $0.25 por día; en los Estados Unidos es de $1.50.Para los economistas, el trabajo del jornalero ame- ricano, valuado en trigo, vale 15 veces más que el trabajo del jornalero mexicano; valuado en maíz, vale 12 veces más; valuado en mantas, vale 19 veces más. Tomemos por unidad el consumo del jornalero me- xicano, aplicando el 75%de su salario a la alimentación y el 25%al ves- tido, y entonces podremos afirmar que la potencia de adquisición, de nuestro jornalero, es 14 veces menor que la del jornalero americano, o lo que es lo mismo, 14 días de trabajo le recompensan a un rnexica- no con las mercancías que obtiene el americano en un día, pues. hay que observar que el americano sólo trabaja diez horas diarias; este cálculo ilumina hasta el fondo de nuestro tenebroso estado social". Un economista conservador, don Pablo Macedo en su tibia "La Evolución Mercantil", condena con energía las condiciones en que los latifundistas tenían sometidos a los indios a fines del siglo pasado. De- cía que el arraigo del peón en la hacienda se debía a la "Tienda de Haya", donde tenía que adquirir lo poco que consumía, a precíosque 55 lo condenaban a una deuda írredímíble que se transmitía de padres a hiíos en incontables generaciones. El Lic. Orozco en su obra "Legíslacíón y Jurisprudencia sobre Te- rrenos Baldíos" dice: "Para afrenta de la civilización en México casi no han cambiado un ápice las condiciones de la propiedad agraria y las relaciones entre hacendados y operarios en nuestro país. En ninguna parte como en las grandes posesiones territoriales, se conservan las ominosas tradiciones de abyecta servidumbre de abajo y la insolente tiranía.'de arriba. El peón de las haciendas es todavía hoy el continua- dor predestinado de la esclavitud del indio; es todavía algo como una pobre bestia de carga destituída de toda ilusión y de toda esperanza. El hijo recibe en edad temprana las cadenas que llevó su padre, para legarlas a la vez a sus hijos; La tienda de raya, paga siempre los sa- larios en despreciables mercancías; y los cuatro pesos y ración, salario mensual de los trabajadores, se convierten en una serie de apuntes que el peón no entiende,
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