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Regeneración N 14 [2 Epoca Año I -04 Febrero 1905-Mexico] - Nora Salinas Sandoval

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U libertad d» impronta no tlqn» mi» limito» qun «1 reípoto i la vida privada,
moral / 4 la tai piSblIca.-Att. 7 ° d» la Conatltucl¿n.'"la moral y
Periódico líulependlente de Gombate.
Director: BICAKDÓ FLORES MAGON
\
Cuando la República pronuncia tu voz soberana, sera forzoso someterse
dlmUlr.—GAMBETTA.
., Jefe de Redaoolon:
tínam Sarat>ia.
AÑO I.—aa ÉPOCA.
Oficinas» 505 "W. Síqeva Slrcct,—p, o . Ilox, 1133.—O1<1 piinne. 38a—3 K.
SAN'ANTONIO, TEX. E. U. A.—Febrero 4 de 1905
Administrador:
Enrique Flores Magon
TOMO I I I . - N o 14.
EutCred as seconrt-cluss matter, I>fovetubcr 51904, n« thc post
office at San Antonio, Texas, ander ttae Ac* ot CoiiRreas o< Marcli
3,187»- ' .. . -
Nuestra generación, ayuna del
calor vivificante de la Libertad, ,di-
rije ansiosas miradas bacia el hori -
. zonté donde nuestros padres vieron
hace cuarenta y ocho años levan-
tarse magnífico un sol, cuyos rayos
generosos acariciaban por igual al
pobre como al rico: la Constitución
de 1857..
Nacía la Libertad; despuutaba
como una aurora espléndida que te-
'- fila de rosa,las lobregueces déla
víspera. ¡Cuántas negruras se en-
fc noblecieron con los suaves matices
. del nuevo clia, y cuántas otras se
sintieron ofendidas!
El clero, como ave nocturna sor-
prendida en pleno campo por la
sonrisa del dia naciente, volaba
crascitando en busca de la sacris-
~ t ía . El militarismo, fatuo y arro-
.'- gante y soberbio, vio con rabia que
las del Derecho eran armas más
brillantes y más nobles y más fuer-
tes que su espada enrojecida. La
•- aristocracia rugió, -úe furor cuando
comprendió que el lastre de los De-
rechos del Hombre hacia más nota-
ble la amarillenta - palidez • de sus
apelillados pergaminos, y el clero^bradbs á la: abyecciónr- porque ao
el militarismo y la aristocracia for-
maron una liga de odio y de ven-
ganza. ^ ;. • ' i'
La siniestra liga intrigó, pero era
demasiado bella la aurora para (jue
dejara de tener creyentes1 sinceros.
Ls siniestra liga se rebeló, y el po-
der del pueblo la aplasió.
El retroceso tiene armas tan po-
derosas Como los cañones, tan mor-
tíferos como los sables; una de ellas:
la corrupción. Lo que las armas
no pudieron hacer, lo logró la co-
rrupción. La corrupción mina tro-
nos, disuelve sociedades, rinde las
fortalezas niejor artilladas.
El retroceso buscó al más co-
rrompible' de los enamorados de la
Libertad. , Lo buscó entre los esta-
distas y no lo encontró. Lo buscó
entre los pensadores y no lo encon-
tró. Lo buscó entre los militares,
y allí lo encontró.
No era el más ilustrado de los mi-
litares, ni el más inteligente, niel
más honrado, ni el más patriota.
Era el más ambicioso de los milita-
res: Porfirio Díaz.
Para este soldado, la altura era
todo; pero en una democracia sólo
al mérito le es permitido ascendej.
Entonces traicionó para elevarse.
La corrupción triunfó, y aquel
sol que nuestros padres vieron le-
vantarse magnífico hace cuarenta y
ocho años, fue brutalmente apaga?
do por la mano encallecida del sol-
dado ambicioso.
Desde entonces se obscureció el
porvenir de la Patria. Vientos de
tiranía soplaron sobre la República,
y una ciudadanía estéril, penosa y
doliente, ha sustituido á aquella ro-
busta y hermosa generación que
pado de su charca, y desde enton-
ces, no se escucha más que el him-
no servil y el ditirambo' hediondo
de los lacayos.
La Libertad había muerto al na -
cer. Manos groseras hedentes á
sudor y á pólvora desgar-raron su
veste y la mancillaron. Y el pue-
blo que con orgullo la había saluda'
do, porque con heroísmo la había
conquistado, sintió caer sobre su
cuello noblemente erguido el acica-
te del soldado tránsfuga.
Así perdimos la Constitución de
1857. Nuestros padres, generosos,
la conquistaron para nosotros. ¡ No
se imaginaron los patriotas que sus
hijos habíamos de permitir que se
nos arrebatará la herencia dé liber-
tad y de honor que nos legaron!
Es preciso que los ciudadanos
volvamos por nuestros fueros. Es
preciso que abandonemos nuestra
indiferencia ó nuestra cobardía si
es que queremospjnservar nuestra
nacionalidad. • La tiranía que pesa
sobre nosotros nos conduce irremi-r
siblemente á soportar un yugo ex-
tranjero porque estamos acostum-
tendremos fuerzas para movernos.
Hagamosr un esfuerzo para librar-
nos de la tiranía.' • •' . ' ¿ '
En el brumoso porvenir de nues-
tra Patria se formula un dilema que
es-de vida ó de muerte para núes
tra nacionalidad, y todos los que
consideremos una honra el llamar-
nos mexicanos debemos decidirnos
á ser viriles. Ese dilema es toda-
vía una salvación, porque decidién-
donos por el término á donde nos
empuja nuestro honor, habremos
salvado nuestra nacionalidad. Sólo
en caso de que nos dicidamos á
continuar soportando nuestra abr
yección pararemos del despotismo
de Porfirio Díaz al despotismo de
algán tirano extranjero.
La salvación está en la reconquis
ta de ía Libertad; pero para recon-
quistar la Libertad tenemos que ser
tan valerosos y tan dignos como
nuestros padres. Tenemos que des-
pojarnos de esa indiferencia ó de
esa cobardía que nos humilla y nos
cubre de vergüenza. Tenemos^que
encararnos al Autócrata, y con nues-
tro verbo indignado obligarlo á que
afloje la garra, y con nuestra frase
noblemente colérica decidirlo á que
devuelva nuestros derechos, y con
nuestra actitud digna y resuelta
obligarlo á que se aleje de un pues-
to que né ha sabido honrar. "
Cuando tengamos alguna acusa-
ción que formular, formulémosla
virilmente, sin hipocresías indignas
de un buen ciudadano. Al que ro-
ba, llamémosle ladrón; al que mata,
llamémosle asesino; al que tiraniza,
llamémosle tirano.
No tengamos piedad para los dés-
potas; denunciémoslos, quitémosles
produjo los gigantes de Ayutla yj Ja máscara odiosa con que engañan
los colosos de 57. Desde entonces
las cárceles se multiplicaron; cada
recodo de camino se convirtió en
patíbulo; el bastón del gendarme
rué convertido en fetiche; el espio-
naje se aguzó los oídos; jueces y
magistrados de almas latuadas se
dedicaron á lucrar*concieuzudamen-
te con la Justicia; la autoridad hen-
dió con la fusta las carnes del pue-
blo; el fraile volvióá Imperaren los
bogares y i caer sobre U honra de
las familias como un escuerzo eeca-
á las personas sencillas. Al vicio
hay que descubrirlo para su_ver-
güenza; al crimen hay que exhibirlo
para prevenir á los hombres honra-
dos. Si la frase es punzante como
la hoja de un puñal ó amarga como
la quina, hundámosla ó hagámosla
tragar á los dé.spotas con la convic-
ción de que habremos obrado con
honradez.
Es inmoralidad supina nitdir la
frase cuando se pasa á cuchillo á
á nuestros ^hermanos, cuando se les
Explota, cuando se hace caer el fla-
gelo sobre sus espaldas doloridas,
cuando se les veja, cuando se tes
tiene en la miseria, jruando para
ofenderlos en la persona de sus es-
posas ó de sus hijas ó de sus herma-
nas se les confina al Ejército.
El despotismo es verdugo, y á los
verdugos.se les aborrece y se les in-
juria. Noincurramos en el crimen
de perdonarlos.
Vargas Vila ha dicho:
«Se critica á los gobiernos, pero i
media voz; se les insulta pero muy
poco, y con esta debilidad imbécil
se hace sagrado el despotismo; y
con esta complicidad del miedo, tra-
ducida en falso pudor, se silencian
las liviandades de los déspotas, tor-
nando en mudo respeto al vicio lo
que debiera ser protesta atronadora
contra él.
«Esta hoja de parra, puesta por la
hipocresía social sóbrelas desnude-
ces de los tiranos, ha sido en nues-
tros pueblos'la gran falta de los hi-
pócritas y la gran fuerza de los ti-
ranos.
«Si así hubieran procedido Tácito
y Suetonio, ¿quién sabría los vicios
de los Césares?
«Plinio, Cornelio Nepote, Aurelio
Víctor y Salustio, tuvieron, por
ventura, ese pueril temor al descri-
bir la abominación de las costum-
bres romanas?. . _ .
«Lo tuvo Demóstenes en sus Fi-
lípicas?
«¿Lo tuvo Cicerón en sus catili-
narias?
ja^Embotó la sátira acerada de Ju-
venal?
«¿Apagó la carcajada serai-gro-
tesca de Rabelais?
«¿Lo tuvo él Dante en su Divina
Comedia? -
«¿Siulió ese vergonzoso desmayo
Víctor Hugo escribiendo sus Casti-
gos?
«¿Lo sintió en su pluma vigorosa
Juan Montalvo?
«No.
«¿Es que la pluma de los hombres
bolo debe ocuparse en escribir apo-
logías?
"¿Qué sería entonces de la severa
historia?
«¿O aquéllos grandes escritores
sólo eran grandes libelistas?
«Responda ese criterio histérico
que se ha formado contra la verdad
histórica.
«La libertad se pierde, no por
falta de talentos, sino por falta de
paracteres.
«Hay en la mayoría de los escri-
tores un amor ilimitado á no sé que
falsa reputación, que contiene el
anatema en sus plumas, ó los^desa-
ta en hipérboles fumivoras, por el
temor pueril de verse criticados por
las imaginaciones asustadizas, re-
chazados de nuestras sociedades
neuróticas y pueriles que tienen
siempre un santo oficio para escrito-
res que no leen siquiera, ó ajados
por el insulto de escritorzuelos asa-
lariados del poder.»
, Denunciemos el mal donde quie-
ra que esté; persigámoslo hasta su
guarida y allí ataquémosle.
Nuestra Patria puede llegar á ser
muy grande y muy fuerte y muy
respetada si sus hijos sacudimos esa
bochornosa indolencia que nos ha
caracterizado en más de un cuarto
de siglo, y tomamos parte activa en
los asuntos públicos de la nación,
esto es, si cumplimos exactamente
nuestro deber de ciudadanos.
Sigamos el ejemplo de nuestros
padres. No nos conformemos con
dírijír nuestras miradas ansiosas ha-
cia el horizonte en espera de que la»
Ccmstimción reaparezca como una
estrella que hubiéramos perdido de
vista. Hay que reconquistarla si1
queremos llamarnos mexicanos y.
no subditos dtl extranjero.
MUY IMPORTANTE—•—
Suplicamos á miestros amables subs-
triptotes se sirvan enviarnos S7is pa-
gos tan pró7ito como les llegue ntusíiv
aviso.
A laspetsonás que reciban nues-
tro aviso y ya hayan enviado stis pa.
pos. les agradeceremos ?ios dispensen,
pues es fácil que se nos haya escapa-
do algún aviso por ser crecido e¿ nú
mero de nombres que tenemos en lista'
Es preciso no olvida* que todos los
envíos deben hacerse precisamente á
Ricardo Flores Magón. ¿05 ¡V,
Nueva St., y no 405 como equivoca-
pamente aparece en algunas de nues-
tras circulares.
Funcionarios tiranuelos.
Los comerciantes ai menu-
deo de Guaymas, se quejan,, y
con razón, del Tesorero Munici-
pal José Rodríguez,
Dicho individuo se distingue
por su lenguaje de taberna y sus
arbitrariedades. Trata con la
mayor altanería á los contribu-
yentes y se conduce en su oficinas-
como en un potrero.
Cuando algún contribuyente se
•jnferma ó por cualquiera otra
causa justificada no puede pagar1
á tiempo el impuesto, José Ro-
dríguez lo amenaza éinjuria.
El Critetio Público, de Guayma^
dijo hace poco qjue el tal Tesore-
ro tenía un carácter inadecuado
para el puesto que ocupaba. En
lugar de corregirse el altanero
personaje^acusó de injurias al
Director de dicho colega y el pe-
riodista fue encarcelado por un
Juez venal y complaciente.
.Los comerciantes al menudeo
son los que más sufren con las in-
jurias del energúmeno.
En Sonora, cada funcionaaio se
cree con derecho á ultrajar de
cualquier modo á lo ciudadanos.
Hay en Naco un Administra-
dor, de la Aduana que comete ar-
bitrariedades á cada paso. Cuan-
do algún carro no lleva algún pa-
saporte redactado á su gusto, lo
declara contrabando.
AISr. G. G. Lelevier le fue
quitado un carro fabricado en
Bacoachi y Cañan ea con materia-
les del país y otros importados,
porque el Contador de la referida
Aduana no quiso dar un papel
que amparara dicho carro. De
nada sirvieron en este caso los
certificados que el Sr. Lelevier
llevaba de Cananea, ni otros va-
rios documentos que comproba-
ban que el carro había sido fabri-
cado en territorio nacional; el ca-
rro fue declarado contrabando
por el cretino Administrador de
la Aduana y recogido á su dueño.
Atropellos de ese género suce-
día á día en Sonora.
Por los Suelos.
Siempre la Corrupción
La dinastía Terrazas, dueña
del Estado de Chihuahua, es la
personificación de todas las cala-
midades. En todos los Ramos
de la Administración Pública es-
tán colocados miembros de la nu-
merosa familia Terrazas, que na-
turalmente, más se preocupan
por los intereses de la Casta que
por los del pueblo.
El Inspector General de Ins-
trucción Pública del Estado, es
yerno del Gobernador Constitu-
cional, Concuño del interino En-
rique Creel, Director del Hospi-
tal "Porfirio Díaz," Director de
la Escuela Preparatoria, Kncar-
«ado «le la Vacuna. Médico de
una Compañía Ferrocarrilera,
etc., etc
Es fácil figurarse el la menta»
ble estado que guardará la Ins-
trucción con este doctorcito, que
por sus mil empleos, no puede
atender á ninguno, que por su
pareniesco con el Ejecutivo es
más déspota que un señor feudal
y que por naturaleza es tonto.
Todo el talento de este señor
consiste en hacer figurar en la
nómina del Hospital nombres de
personas que nunca han estado
en el establecimiento, y en la nó-
mina dé la Preparatoria, como
mozo, á ün individuo conocido
por loco c incapaz de hacer traba-
jo alguno.
El inspector de la la Zona es
un pobre hombre tan ignorante
en materia pedagógica, como pre-
suntuoso y envidioso. No puede
tolerar que haya Profesores que
sepan más que'él, y en conbe-
cutíncia sólo admite en las escue-
las á los que le igualan ó superan
en ignorancia, desechando á. per-
sonas útiles, como pasó con los
Profesores Halconedo, González
Llorca, Pérez y otros- Este in-
dividuo abusa de las niñas dé las
escuelas, y aun parece que ac-
tualmente está envuelto en un
proceso; pero como se trata de
una niña pobre y él es un favorito
del Gobierno, es seguro que no
se hará justicia.
En Ciudad Juárez se sigue tam-
bién el sistema de eliminar á los
buenos Profesores, en provecho
de los ineptos.
Se recordará que en esa pobla-
ción hubo una fiesta escolar de
cuyo programa suprimió el mo-
cho Jesús O. Nájera, Inspector
de Instrucción, un número que
consistía en la lectura de un bello
artículo de Vargas Vila acerca
del traidor Iturbide. La prensa
censuró con justicia la estupidez
de Nájera, y-este individuo, cre-
yendo que las censuras prove-
nían del Profesor Leopoldo Ro-
dríguez Calderón que se ha dis-
ting-nido por sus ideas progresis-
tas y liberales, ejerció con este
señor una venganza que, por lo
ruin, es muy digna de un cleri-
cal.
En*-efecto; el señor Prof Rodrí-
g-uez Calderón, que era Director
de la Escuela Oficial Superior
túm- 1 para niños, Director del
Observatorio Meteorológico y
Presidente de las Comferencias
Pedagógicas, recibió de improvi-
so la orden de entregar su Es-
cuela á otro Profesor y al mismo
tiempo el nombramiento como
Director de una Escuela de 2a.
clase del pueblo de Aldama.
El Inspector Nájera hizo este
cambio de acuerdo con el Gober-
nador Creel, y con el Inspector
General de Instrucción del Esta-
do; pero el Señor Prof. Rodríg-uez
Calderón no permitió que se le
humillara, rebajándolo en su ca-
tegoría, y renunció el empleo que
se le daba en Aldama, por consi-
derarlo incompatible con su dig-
nidad profesional.
El señor Profesor Rodríguez
Calderón, á instancias de los pa-
dres de familia, ha fundado en
C. Juárez una magnífica Escuela
Particular Mixta, con el concun-
so de distinguidas Profesoras.
El Señor Rodríguez ha probado
ser hombre dig-no.-í-cualidad ra-
ra en estos tiempos de abyección
—y por ello le enviamos nuestro
aplauso y recomendamos al pú-
blico la Escuela Particular Mixta
"Mariano Samaniego," que él di-
rige, teniendo las aptitudes nece-
sarias, pues es Profesor Nor-
malista de la Escuela de Ja-
lapa, y durante doce años ha
ejercido el Magisterio estando
siempre al frente de Escuelas de
importancia.
Silos Directores de la Insturc-
ciófl Pública en Chihuahua si-
guen como van, pronto llegarán
á ser las Escuelas Oficiales per-
fectamente inútiles, si no es que
perniciosas.
Clases de
La Piofesora JosefaGuevara en-
stíu Taquigrafía en dos meses.
Precios cómodos.
De 7.30 a. m á 8 3? p. m.
ií»del Bosque No 19. México, D. F.
Las coleras
Del reyismo
ER una oaraoterística del reyismo el
coraje en sus maniíestaciones grose-
ramente zoológicas. El coraje, que es
noble cnando as yergne en defensa dfi
un ideal sagrado de justicia y de li-
bertad, desciende hasta oscular el lo-
do cuando es el producto de la anima-
lidad irritada.
El reylsmo, cuyo programa encie-
rra la satisfacción de los máa vulga-
res apetitos, experimenta cóleras tre-
mendas contra toda nobleza que se le
enfrente, contra toda virtud que te-
salga al paso impidiéndole que alar-
gue el puño armado ó los dedos ra-
paces.
El reylsmo es atrabiliario. Bernar-
do Reyes como pudiera haberlo hecho
un sargento enfadado, golpeó alguna
vez en Monterrey á un pobre hombre
que le lanzó un ¡muera. 1 Reyes no fuá
castigado porque la moral dictatorial
prohibe reprimir los delitos de Ios-
funcionarios.
Reyes, lanzó después á sus esbirros
sobre el pueblo que fue pasado á co-
chillo en las calles de Monterrey el 3
de Abril de 1903. El gobernante sa-
tisfizo sus instintos y no fue castiga-
do.
Durante el largo tiempo que lleva
Reyes de desempeñar cargos oficiales,
mil veces ha humedecido sus pufio*
con la sangre caliente de mil víctimas,
que no han tenido otra culpa que las-
timar por medio de acciones dignas
loa vulgares instintos del sátrapa de
Nuevo León.
Naturalmente un jefa atrabiliario
debe tener secuaces atrabiliarios.
Rafael Dávila, reyista, Diputado j
yern© del Gobernador de Nuevo León,
provocó hace unas semanas un escán-
dalo en la Plaza de Toros de Monte-
rrey. SIL insolencia fue virilmente
castigada por un ciudadano que le hi-
zo rodar desangrándose. El promo-
tor del escándalo, Dávila, no fue mo-
lestado por la policía. El ciudadano
que lo castigó, Sr. Burchard, fue con-
ducido ante la autoridad con todo eí
lujo de brutalidad y de estupidez que
distingue á los esbirros de Reyes.
Aurelio Lartigue, reyista, Diputado
y redactor del Periódico Oficial de
Nuevo Leóo, golpeó A uno de sus
arrendatarios en el barrio de San Lui-
sito, Monterrey, pnrque no pado obte-
ner completa la renta. El pobre arren-
datario resultó gravemente herido por
el harpagón Lartigue que t i siquiera
fu* reprendido.
Víctor Garza, hijo de Matías Garza
Guerra,—contratista de la alimenta-
ción de los presos de la Penitencia-
Tía que hace negocio con Reyes,—es-
candalizó á principios de esta semana
en el pórtico del Teatro, amagó á 1-a
policía con una pistola, injuriándola
además con palabras propias del es-
tado alcohólico en que se encontraba.
Garza fue desarmado y conducido en
coche—atención que no se tuvo para
el Sr. Burcbard cuando escarmentó á
Dávila— al puesto de policía Come
es hijo del socio de Reyes no se le
castigó como merecía, como tampoco
se le castigó cuando en la casa públi-
ca de una María Luisa hirió á un des-
dichado turco que Be vio al borde del
sepulcro á consecuencias de la herida.
Esta vez, Garza no estuvo ni un día
completo en la cárcel.
No terminaríamos si enumerásemos
todos los atentados impunes de los re-
yistas.
El día 30 del pasado Enero, en la
cantina de Rafael Campa, situada en
la esquina sudoeste de la Plazade Hi-
dalgo, el lugar más céntrico de Mon-
terrey, Carlos Berardi ex-Diputado y
ex-Gobernador suplente de Reyes y
reyista recalcitrante, hirió alevosa-
mente á otro reyista, el Lie. Ignacio
Sepúlveda, Oficial Mayor de 1» Secre-
taría del Congreso del Estado. Se
embriagaban alegremente ruando
surgió una disputa,—cosa común entre
los serviles,—y Bfrsrdi alevosamente
dio alguaos pistoletazos en la cabeaa
de su alcoholizado contrincante que
cayó bañado en sangre Ya caído
Sepúlveda, Berardi le disparó tres
balazos y algunos más á la policía
que le aprehendió Sepúlveda está
gravemente herido en la cabeza y Be-
rardl debe estar ya en libertad.
M reyismo es rufianesco. Su id°al~-
«i aií se quiere llamar á la torpe sed
da goces brutales—es llegar al Poder
Supremo paraentrpgarfe á todas las
depravaciones. De ahí que los uortt-
jet del reyismo revistan una uaracte-
ríitlca de animalidad que los hace re-
pugn&Dtei
REGENERACIÓN".
%
Humanitarismo
del Gobierno.
«••«•
Una visita a la Cárcel de Belén.
No hace mucho habló "El Po- Parece que también dictó al-
pular" diario subvencionado, de g-unas medidas, para que á la ma-
»na visita que hizo Kamón Corral yor brevedad se reformen esas
á la cárcel de Belcn. Según el pe-
riódico de alquiler, Corral quiso
vej" cual era la situación de los
presos en esa cárcel inmunda, pa-
ra mejorarla hasta donde fuera
posible.
E9a intempestiva filantropía de
'la Dictadura no puede menos que
causar estrañeza, La Dictadura
ha probado ser cruel y sanguina-
ria. En estos tiempos llamados
de paz y de progreso han alcanza-
do auge, como nunca, ciertas cos-
tumbres inquisitoriales que se-
rían considerados como una des-
honra por cualquier Gobierno
que no fuera el de Porfirio Díaz.
Están á la orden del día las con-
signaciones al Ejército, que son
siempre resultado del odio de los
caciques hacia á los ciudadanos
honrados. En muchos puntos de
la Repúbicla existe la esclavitud,
no perseguida, sino abiertamente
«.poyada por la autoridad, como
en Yucatán, donde el Goberna-
dor Molina y los de su familia
»on esclavistas. Esos infelices
siervos, generalmente reclutados
por medio de enganches, reciben
un tratamiento infame, que no se
da ni á las bestias. En las comi-
sarías, en las cárceles, en las ciu-
áades y en los campos, es cosa
tulgar que se dé tormento á los
desdichados que incurren en el
odio, ya de las autoridades, ya de
los amos, modernos señores feu-
dales, para con los que la autori-
dad es siempre complaciente. Se
han gastado millones de pesos y
ae han derramado torrentes de
sangre para que el "vastoTerrito-
rio Quintana Roo pasara á ser
propiedad de cuatro favoritos del
Autócrata.
Los yaquis fueron despojados
de sus termos y ahora son perse-
guidos como fieras; se les hace
una guerra de exterminio; se les
asesina sin formación de causa,
j para beneficio de tres explota-
dores sin conciencia, se arroja so-
bre la Patria el baldón de la bar-
barie que se ejercita con una ra-
za noble y viril. ~
tes la autoridad
inauditas infamias: es 'homicida,
es rapaz, es depravada Y
de todo eso, especialmente de la
jjuerra del.Yaqui, no se horrori-
za Ramón Corral, que reserva su
.humanitarismo para hacer una
risita á la cárcel de Belén, dando
lugar á los comentarios bombás-
ticos de la prensa asalariada.
Lo que "El Popular" ha publi-
cado acerca de esta risita, nos da
una magní6ca oportunidad para
demostrar la barbarie con que
sos ha tratado la Dictadura, y es-
ta demostración de la brutalidad
del Gobierno, apoyada en un tes-
timonio oficial, es la mejor con-
testación que podemos dar á al-
gunos canallas que nos ban acu-
sado de cobardía, asegurando que
nuestra política es una política
sin peligros
' Dice "El Popular:"
LAS BARTOLINAS.
"En primer lugar, el Sr. Corral
tuvo deseos de conocer los depar-
tamentos de bartolinas, y para
ellas se dirigieron, empezando
por las de la parte baja que se-
guramente son las peor acondi-
cionadas, principalmente en hi-
giene.
Una por una fueron, abiertas en
presencia de los visitantes, que
demostraron muy á las claras el
disgusto que su vista les causa-
ba.
En seguida pasaron á los de-
partamentos de la parte alta, don-
de se hallan otras que si no son
propias para el uso á que se l.es
destina, en cambio resultan mag-
níficas, comparadas con las de la
parte baja.
El señor Vicepresidente mani-
festó su disgusto, principalmente
por la falta de limpieza que acn-
san los calabozos mencionados.
bartolinas, que son una amenaza
de muerte contra los infelices
que tienen la desgracia de perma-
necer en ellas."
Ahora bien; nosotros estuvi-
mos en esas bartolinas y sufri-
mos esa amenaza de muerte de que
habla el subvencionado. Para
nosotros no hubo humanitarismo,
y no porque el Gobierno descono-
ciera nuestra situación en esas
bartolinas infectas, pues se la hi-
cieron conocer nuestrosdefenso-
res y casi todos los periódicos de
la Capital, aun los clericales, ha-
blaron del asunto, declarando que
era indigno de un país civilizado
el trato refinadamente infame
que se nos estaba dando en la pri-
sión. De sobra supo el Gobierno
como estaban las bartolinas de aba-
jo, pero nos tuvo en ellas lo más
que putlo, quizá con la caritativa
intención de aligerárnosla pesada
carga de la existencia.
Dice también "El Popular:"
LAS GALERAS.
"Saben mi estros lector es que los
departamentos de este nombre
son destinados á dormitorio de
los reos.
pri-
dos
Por todas par-
se mancha con
Hay cuatro ó cinco en la
sión de Belén, y entre ellos
jastante grandes, pero insufi-
cientes para contener el crecido
número de individuos que por las
noches duermen allí.
Esto da lugar á grandes aglo-
meraciones que redundan en per-
juicio de la salud, y hacen aquel
lugar de descanso uno de los más
peligrosos y fáciles de propagar
cualquier mal.
EISr. Vicepresidente hizo no-
tar la conveniencia de establecer
otra galera de grandes dimen-
sipnes donde cómodamente cu-
pieran los presos."
Alguno de nosotros fue obliga-
do á vivir por meses en estas ga-
leras, que son de lo más fétido
que existe, en ese lugar peligroso,
como las llama el periódico vendi-
do.
En todo país culto el periodista
á quien se atribuye un delito de
prensa, goza de ciertas conside-
raciones y no se le confunde
con l o s criminales vulga-
res. Solo en México los peno
distas independientes, como nos-
otros, son encarcelados aunque
no cometan ningún delito y son
tratados en la prisión peor que
los asesinos y los incendiarios.
Estos hechos no hablan en fa-
vor de la civilización mexicana, y
hacen irrisorios esos alardes de
filantropía con que la Dictadura
pretende ahora deslumhrar á los
candidos. Por otra parte, lo que
copiamos del mercenario "Po-
pular" es un testimonio de que
en nuestra labor de periodistas
honrados hemos tenido que afron
tar algunos peligros.
íío somos afectos á hablar ái
nosotros mismos, pero tampoco
podemos tolerar que la canalla
nos calumnie y nos denigre im
punemente; y ya que la oportu
ni dad se nos presenta, la apro-
vechamos para exhibirla bruta-
lidod con que el Gobierno nos he
tratado. Así juzgará el públio
si en nuestra lucha contra la
opresión, la cobardía ha estad
de nuestra parte 6 de parte de 1
Dictadura.
Consideramos que la visita d
Corral á la cárcel de Belén no e
más que una farsa, un pretexte
para el bombo, un timo de hu
manitarismo, que probablemente
no tendrá ningún resultado bené-
fico para los desdichados que per-
maneen en esa inmunda prisión
Sin embargo, si acaso se realiza
algunas mejoras, lo celebrare1
mos y aun lo admiraremos, pue
siempre nos causará profund
extrañeza que la Dictadura, ta
ensangrentada, tan cubierta d
infamias, se preocupe alguna ve
por la suerte de los desgraciados
ü
Impopularidad
de lo» cientlBcoi*
No solo hay corrupción en las al-
tas esferas de la administración de
Emilio Pimentel. En las bajas ca-
pas deesa funesta administración
hierve el mismo vicio que corroe al
Gobierno de la Nación, como una
llaga que hiede á pesar de la púr-
pura y del oropel de los déspotas,
Hay en Oaxaca uii Tesorero
Municipal, hechura de Pimentel,
llamado Luis Benavides. Este in-
dividuo se distingue por su inutlli»
eja saquear! En la Tesorería,—
uando tiene que ocurrir á elln,—
omprende que es necesario dejar-
e explotar por esos parásitos para
vitar recargos injustos, órdenes
rbitrarias de embargo y otras mil
nolestias,
Es natural que á ejemplo de las
rimeras autoridades los empleados
uferiores quieran medrar en sus
¡mpleos. Habiéndose enriquecido
n sus puestos el Dictador, los Go-
ern adores y todos los funcionarios
de elevada categoría, es claro que
os subalternos deseen tener parte
n el botín que ofrece la República
saqueada.
Además, en Oaxaca, le cientifitis-
no lia dado el ejemplo de cómo se
ie explotan los puestos públicos.
A esa conducta inmoral debe el
ienlijirismo su desprestigio. Por
eso es repudiado Pimentel y antipa-
iza Ramón Corral.
En uno de nuestros números an-
teriores exhibimos á la vergüeuzm
pública una explotación repugnan-
te que se ebtaba haciendo con los
retratos del foiiculario Ramón Co-
ral. Esa explotación consistía en
vender esos retratos á las autorida-
des de todos los pueblos de la Re
pública, haciendo uso de cierta pre-
sión para obligarlas á comprar.
En el Estado de Oaxaca es odia-
do el cientificismo y por eso la
venta de retratos del insignificante
Corral ha sido exigua. En Silaca-
yoapam y otros muchos Distritos
no se puda vender ni un solo retra-
to.
Eso significa que es inútil querer
prestigiar y popularizar de un mo-
do que resulta ridículo, á indivi-
duos que están á inmensa distan-
cia de vivir en el corazón del, .pue-
blo.
Por falta de espacio nq entramos
eu otros detalles de la adtninibtra-
ción pimentelista. En el próximo
número ID haremos.
A los presos se les trata con
crueldad. No se les permite fu-
mar ni hablar, y el que es sor-
prendido haciendo alguna <le es-
tas dos cosas es flagelado sin pie-
dad, despojado completamente
de sus ropas y encerrado, eü un
separo rigurosamente incomuni»
cado por dos, tres 6 más meses.
Por la más leve falta y las más
de las veces sin causa, se apalea
cruelmente á los presos. El Direc-
tor de la prisión, un tal León Bo-
lado Garza, goza apaleando per-
sonalmente.
Olegario Molina ha dispuesto
que se maltrate á los presos,
pues cree que mienttaa más se
les maltrate se conducirán me-
jor. Molina atropella la Consti-
tución que prohibe los malos tra-
tamientos en el interior de las
prisiones.
Cuando un sentenciado pide la
reducción de sti pena por haber
observado buena conducta, su so-
licitud es rechazada rotundamen-
te por Molina, y desde ese mo-
mento el preso es objeto de toda
suerte de maltratos.
Cuando un procesado obtiene
•»»»
su libertad por considerárseleinocente, Moliua ordena que se
retenga al preso por todo el tiem-
po que se le antoja, burlándose
de ese modo la resolución judi-
cial.
A los presos, aun á los proce
sados, no se les permite que sus
familias ó amigos les hagan algún
obsequio, ya sea de ropa, de di-
nero ó de comida, y la correspon-
dencia es violada
Director Bolado.
por el imbécil
Al preso que se queja del mal-
trato sufrido, se le agobia á palos.
Sería largo referir todas las in-
famias á que están sujetos los
desdichados presos en Mérida,
infamias que Olegario Molina or-
dena que se cometan y que son
fielmente llevadas á efecto por el
rufián Bolado.
La administración de Molina
se distingue por su inmoralidad
y barbarie.
sidente Municipal del pueblltMnan-,
dóála Cátcel d un individuo que
había cometido algunas faltas; sú-
polo el Secretario de Iraljrá, y (Júe
rleado hacer alarde de poder, orde-
nó que se pusiera.en libertad al fal-
tlsta, a lo, que uó accedió el Presi-
dente, diciendo al 'Secretjarfó'tjue'¿i
mandaría en su oficina de 'fehua*
can, pero que en Coápárá, ^tras
eran las autoridades,y no tenía qué
meterse con ellas:., Esta conducta
enérgica y muy puesta en razón,
encolerizó al Secretario y 6 sus cotn-
parleros los empleados de Iralda,
quienes ordenaron á la policía que
aprehendiera al Presidente Munici-
pal. Este, viendo la actitud agre-
siva de. los del Secretario, mandó
tocarla campana,del pueblo, reu-
niéndose mucha, gente con actitud
hostil hacia ,1a policía. Se dio avi-
so de esta desavenencia á Iralda, y
el terrible Jefe Político á la cabeza
de un piquete del 99 de Rurales, y
perfectamente ebrio, llegó al lugarde
los acontecimiento, aprehendiendo
á multitudes de personas á quienes
condujo á cintarazos, poniéndolas
rigurosamente incomunicadas en
Tehuacap.
Al día siguiente. Iralda hizo sa-
ber al Presidente Municipal de Coa-
pam que solo mediante una multa
de más de cien.pesos, podrían que-
dar libres todos los aprehendidos la
víspera. Naturalmente, la inulta
se pagó, ingresando desde luego á
los bolsillos del enérgico Iralda.. ,
En Ahuacatláa, el Secretario del
Ayuntamiento, un Don Gonzalo
González, es un insoportable tira-
nuelo, que hace y deshacelas cosas
á su antojo, sin tomar en cuenta ni
á las autoridades superiores á él.
Hace poco tiempo que el Presidente
Municipal mandó encarcelar á un
individuo que habia hecho gran es
cándalo en la via pública, y el Se-
cretario, sin hacer caso de lo dis-
puesto £or su superior, puso en li -
bertad a aquel individuo.
Este Secretario González había
desempeñado igual empleo en Olín-
l dd b ó éi
La Inmoralidad en Puebla
La presencia de Mo-
Poder es un ultraje
dad y ia complacencia que tiene pa
ra consentir las faltas de sus em
pleados.
A las órdenes de Benavides están
dos covachuelos llamados Miguel
Cil y Adalberto Avendafio. Estos
individuos son para el comercio de
Oaxaca una verdadera pesadilla.
Abusando del poder que tienen para
mortificar de algún modo á los co-
merciantes con motivo de las con-
tribuciones, entran á los estableci-
mientos de comercio como á país
conquistado y toman de ellos lo que
apeteceu, aguardiente, comida, ro-
pa, etcétera.
I Infeliz del comerciante que no se
La "barbarie
en Yucatán
Olegario Molina sabe bien que
los- puestos públicos son en las
actuales circunstancias un filón
inagotable, y por esa razón está
poniendo en juego toda su activi-
dad para lograr que la Legislatu-
ra de Yucatán reforme la ConsT-
titución del Estado en el sentido
de instituir la reelección del Eje-
cutivo.
El lo del pasado Enero se veri-
ficó la apertura del nuevo período
de sesiones de la Legislatura
Molina leyó su mensaje, bacina-
miento de embustes hi] ócríta
mente disfrazados, y cuando ter-
minó la fastidiosa lectura, hizo
uso de la palabra el Presidente
del Congreso, Arturo Castillo
Rivas,—abogadillo que Molina sa-
có de la obscuridad haciéndolo
ocupar distintos y cada vez más
elevados' puestos,—en contesta-
ción al- mensaje. El abogadillo
halagó la vanidad de Molina con
frases empalagosas que envolvían
la más servil adulación y termi-
nó su discurso ofreciendo la ree-
lección al tirano
Entendemos que el pueblo yu-
cateco no permitirá que Molina
se reelija,
lina en el
que los yucatecos no deben per-
mitir
Molina no ha hecho ningún
bien-al Estado. Bajo su admi-
nistración se mutiló al Ertado
arrancándole las dos terceras
partes de su territorio. Bajo su
gobierno la esclavitud ha llegado
hasta el escándalo en las fincas
henequeneras. Bajo su Gobier-
no se ha acrecentado la miseria
del pueblo.
Todos los ramos de la admi-
nistración están desatendidos
porque los funcionarios, á ejem-
plo de Molina, solo buscan la ri-
queza.
Tenemos en cartera datos que
demuestran nuestro aserto, pero
por hoy solo daremos á conocer
el lamentable régimen que se ob-
serva en la Penitenciaría "Juá-
rez."
Contra todo derecho, los proce-
sados dependen del Ejecutivo;
son encerrados en calabozos hú-
me'ios y obscuros; se les obliga
á dormir en el suelo; son obliga-
dos á trabajos forzados que des-
empeñan durante doce horas dia-
rias;en los talleres se Ie3 obliga
á estaren continuo silencio y ate
nerbaja la vista.
La alimentación de los presos
se compone de garbanzos y frijo-
les podridos, porque lop encarga-
do de procurar la alimentación,
se embolsan una parte de lo que
corresponde á los prisioneros.
Do» veces al día se reparte esa
ezquina ración.
Autoridades sin pudor.
El susceptible Mucio Martínez
que manda á la cárcel á un perio-
dista, simplemente porque el perio-
dista es honrado, reserva los pues-
tos públicos para quienes más se
distingan por la falta de esa cuali-
dad. Bajo la Dictaduia de Porfi-
rio Díaz, la honradez estorba.
Parece que por recomendación
de Martín Caclito, Mucio Martínez
hizo Jefe Político de Tehuacán,
Pue,, á uu tal Maurilio Iralda,
oriundo de Tlaxiaco, Oax, donde
tío hace todavía muchos años que
ejercía el modesto pero honrado dfi-
cio de mozo de cordel. Hoy qbe
la fortuna lo ha elevado un poco,
'e ha entrado á Iralda el mareo, y
Febriiwy 4 th 1995.
Subscripción ratea;
,« Periannúmu ¡• '. $
Perómonths. . .;
C1OÍ2
00 gold;
10 „
• VDÍtedtór '#' Propietario Ricardo
flores Magón.
p g p
tla, donde observó tan pésima
ducta que el pueblo en masa le hi-
zo una guerra tenaz, le probó todos
sus malos actos y lo hubiera condu-
cido hasta la Cárcel, si González
no hubiera opiado porhuir, , POT
dos años no se supo de, él, pero con
el cambio de Jefe Político de Zaca-
tlán, volvió González al Distrito,
obteniendo la Secretaría Municipal
de Ahuacatlán, donde se ha hecho
» Se publica loi
«Abados, El número »uelto vale cinco centavos oro
en los Estados Unidos del Norte y dloz centavos pla-
ta ontoKspAbllc* Mexicana. . . . •
Los precios d« subscripción »on como «Iguo: •
En tos Estados Unidos dol Norte por fin Mines-
tro, pago «délanudo—*—- $• V, 10 «ró. '
' Por un «lio, pago adelantado • 2. 00 oro.
j En la República Mexicana por un somestre
MBOadeWitado—h $ 2. tOplsta.
.fot un a5o, cajo adelantado 4. SO „
El clonto da olomplsros valo para los Atentos:
En la República Moxlcana. $ 7..00 plato.
' En los Eslárfbs Unidos dol No'rte-^' 3l ÓQ oró.
Los onvtoá de dlhard puedan bacana por Ciro
Postal Internacional, por Express, err Billetes da
Banco 6 en Timbres Postales. .
NOTA. Estos precios se aplican d lo<
pefsonoa qy& mandan pagar directumm-
te sus subscripciones s»n necesidad de co-
brarles. ' '
A las personas á quienes ¿nviemos núes
tro periódico y no manden pagar, se ke
cargará un vevnte por ciento sohre ¿os prt¿
rio» arriba expresados.
Para iodo asunto dirijirse ai Director.
odioso por
abusos.
sus graves y continuos
Succeptible habia de ser Mucio
"Martínez para quitar á los picaros
de los puestos públicos y no para
perseguirá la prensa honrada.
•+»•»
La Eiajtieiáail B Presupuesto.
MEJORAS MATERIALES HlPOTÉTICAé.
ya se sabe lo que es un ser mezqui-
no acometido por el delirio de gran-
deza.
Desde que Iralda ocupa la Jefa-
tura se ha dedicado á abusar. Co-
menzó por remover á cuanto em-
pleado digno había en las oficinas,
y los substituyó con gentes de su
confianza, ó sean instrumentos de
sus explotaciones. Iralda hace ne-
gocio con las multas y se ' reserva
para su bolsillo lo que paga men-
Mialmente ui Sr. Prada poi tener el
juego de albures en una cantina
céntrica de la ciudad, asi como tam-
bién lo que pagan las pulquerías y
las casas de asignación, aparte de
fuertes sumas que exige á algunos,
amenazándolos con enviarlos al
Ejército. Por $ioo, - ó $200. -da per-
miso á los enganchadores para que
saquen gente con destino á las fin-
cas henequeneras de Yucatán y á la
Costa de Veracruz donde los en-
ganchados, como es bien sabido,
son tratados peor que bestias. Nin-
guno, antes de Iralda, había bus-
cado rendimientos de ,ese, inicuo
tráfico de carne humana. "
El Jefe Político se rodea de gente
digna de él. En los Ayuntamien-
tos del Distrito ha colocado á indi-
viduos déla peor ralea. Un tal
Goizueta que está procesado por
robo, alcanzó el favor del Cacique,
y está empleado en los teléfonos co
mo celador de la linea, que nunca
revisa y que está en pésimo estado.
Pocas veces se encuentra Jralda en
su oficina pues por lo regular anda
ea giras campestres ó está en una
oonocida casa de asignación, donde
casi vive, sin el menor respecto á la
sociedad. La depravación y la in-
moralidad de este mal funcionario
son inauditas: en pleno Casino ha
hecbo víctimas de sus arrebatos eró-
ticos á damas repetables, y es pú-
r lwo y notorio que valido de su po-
sición oficial pretende obtener los
favores de las Sritas. Prolesoras del
Dis'ríto.
El dÍH 8 de Enero tuvo lugar en
el pueblo de Coapani, cercano á
Tehuarán. la fit staque anualmente
se celebra allí, y a la que concurren
muchas familias de Tehuacán, En-
tre los que tueron á Cnapan), esta,
bao los empleados de Iralda, que,
á ejemplo de BU amo. pe embriaga •
ron botante. Sucedió oue el Pre-
En el periódico oficial del Estado
de Morelos, de fecha 17 de Diciem-
bre de 1904, se publico un decreto
que en lo esencial dice:
Artículo único,—Se amplían las
Partidas números 30, 112, 202, 490,
49i» 533. 534, 535. 536, 537- 555.
del Presupuesto út Gastos vigente,
en las cantidades que á continua-
ción se expresan.
Y entre esas partidas,se hacen
notar la 534, que, ,se .amplía .en.
$16,40Ó; 37, y la 536, que se am-
plía eu $12,900.00.
La elasticidad del Presupuesto,
de que se aprovechan con exceso
todos los actuales Gobernantes, es
con frecuencia utilizada por el tin-
terillo Cañas, consejero y favorito
del Gobernador Alarcón; pero su-
cede á veces, como en este caso, que
no pasa la pildora, por demasiado
gorda.
Se aumentan $29-300.46 en dos
partidas, dizque paia mejoras mate-
riales, pero todo mundo se pregun-
ta donde están esas misteriosas
obras que se han construido en Mo-
relos, y nadie da con la clave del
enigma, que está en los bolsillos de
Alarcóuy Cenas.
Se afirma que en Cuernavaca se
hacen unos túntles para extraer
agua para surtir la población. El
que conozca esa Capital, incluso el
Dictador Porfirio Díaz, sabe perfec-
tamente que de un lugar llamado
«ojos de Gualupita,» hoy Paique
«Carmen Romero Rubio dé Díaz,»
nacen abundantes fuentes de agua,
que entubada y bien repartida, po-
dría satisfacer el consumo de Cuer-
navaca, aunque esa población tu
viera seis veces más habitantes de
los que ahora tiene; pero Cañas ro-
bó al pueblo de San Antonio, inme-
diato á Cuernavaca, el caudal de
agua que tenían aquellos habitan-
tes para su uso doméstico y rega-
dío de sus huertas, á fin de servirse
de esa agua como fuerza motriz pa-
ra su Empresa Eléctrica; y esto es
la causa de la invención y cons-
trucción de los referidos túneles.
En las principales poblaciones del
Estado de Morelos se rematan casas
que se encuentran embargadas por
contribuciones, y paran en podeT de
lo» hijos del tinterillo Cañas y de
los hermanos del Gobernador Alar-
cón.
Gentes de esta clase necesita Por-
firio Diez & su servicio para soste-
ner BU Dictadura.
II Timo de las Cantinas.
Gobierno de un tuocbo.
La inmoralidad administrativa es
característica de los Gobiernos tirá-
nicos, Ddnde la ley no existe, doá-
de la Voluntad del pueblo es ún mi-
to, dpndeno hay respeto ni temor á
la opinión pública, es natural que
los,fuucionarios abusen y las auto»
ridades sé extralimiten en el ejerci-
cio del poder.
Porfirio Díaz colocó en el Gobier-
no de Aguascalientes. á Alejandro
Vázquez del Mercado," que ño tiene
más méritos que ser mocho y adic-
to al Autócrata. Vázquez deTIMer-
cado ha colocado á su vez en los
puestos públicos á individuos qué le
son adictos y loayudan á sostener la
tiranía ,pero que carecen por comple-
to ,de las aptitudes y moralidad que
en un Gobierno honrado serían in-
dispensables en los empleados pú-
blicos. ' 'v
La nota sensacional de Aguasca,-
lientes, ea estos últimos días, ha si-
do la prisión de varios caballeros,
nacionales y extranjeros, de lá bue- -
na sociedad, que fueron víctimas
del timo de las cantinas, invención
reciente enque la Jefatura: Política
ha encontrado una mina para arbi-
trarse recursos.
El timo es sencillo. Se manda
que las cantinas se cierren á las
nueve de la noche, y si no se cie-
rran precisamente á esa hora, si du-
ran abiertas un minuto más por
despachar á los últimos marchantes,
porque no se oyó la campana del re-
lox,-6 porque algunos amigos se
quedaron conversando adentro, lle-
ga la policía, que está en contúma
observación, y se lleva á cuantos
encuentra. De aqui provienen las
multas.
Las disposiciones vigentes de po-
licía sólo penan al propietario de la
cantina que las contraviene; pero
seguramente paia.-hacermás fruc-;
tuoso el timo, forja el Inspector de
Policía un parte falso, que el Jefe
Político sostiene á capa y espada, y
los amigos ó parroquianos del can-
tinero van á la cárcel por ebrios y
escandalosos, por injurias á la poli-,
cía ó por tahúres de profesión.
Se siente en la sociedad bastante
malestar, que aumenta de día en
día con las arbitriariedades que co-
meten varios personajes, pequeños
algunos como los comisarios y el Al-
caide de la Cárcel* que tiene instin-
tos neronianas; mayores otros como
el Inspector de Policía, que se rige
por los reglamentos dé la ciudad de
México, en desacuerdo completo
con los de Aguascalientes y otros
más altos aun como el Jefe. Político,
que ha tenido la habilidad de ha -
cerse odioso en el cortísimo tiempo
que lleva de desempeñar su encar-
go, y como el Gobernador Vázquez
del Mercado que tolera y sostiene á
todos esos malos servidores del pue-
blo.
La Jefatura Política es un puesto
delicado, qne solo debía confiarse á
personas honorables, de ilustración
y criterio, educadas y apreciabies;
y no á hombres como el actual Jefe
Político, que no teniendo en su
abono más que una carta de reco-
mendación y un -carácter altanero
y despótico, ha caído muy pronto
en el más absoluto desprestigio.
El timo de las cantinas no lo bon-
r^ por cierto ni honra tampoco á la
yá bastante mala Administración de
Vázquez del Mercado.
Hogar feliz—» ,
El hogar de nuestro amigo D. Jaco-
bo Ayala Vlllarreul y eu npreclable
esposa la Sra. Juana de Ayala Villa-
r-real, de Laredo, Texas, e»t& do pís-
ceme» por el nacimiento, aoaeoldo el
16 de Enero anterior, de una nlnita &
la que se pu«o el nombre de Jacob»,
Felfelterooí ¿lcidlcboios pidrcí.
REGENERACIÓN
DILEMA.
, La (uarza os «1 derecho de
las boetias. . ' . ' ¡
Y ese derecho de las bestias es el
hoy priva sobre el mundo;
Bu este momento de estupor y
de desolación universales, en que
..¿óu sus manos negras las tinieblas
«ierran el horizonte ante uuestros
ojos hambrientos de esperanza, no
•e ye por todo el haz de la tierra
•ltío'ldsfuerzas tumultuosas del, pi-
llaje preparándose át cbi¿l>ate 6
marchando á la conquista. \ " '
Gbiño inmensas aves 'de, presa»
ellas caen sobre los pueblos iner-
mes 6 desprevenidos y' los devo-
ran; impasibles ante esos vencidos
que piden ¡gracia 1, cerrados los oí-
dos al clamor ,det todas las miseri-
oordias
v Con las águilas y los vientos des-
cienden en tromba impetuosa la
muerte y la desolación sobre la tie -
rrá, , ,,' ,
¿ e ellas es el dotolriio amplio del
inundo, que tiembla bajo este deseo
inhumano.de rapiña y de extermi-
nio,
Las turbas carniceras pasan sem-
brando la muerte, y Su espada se
retuerce, asesinando la libertad en
las profundas fuentes de la vida.
Y ya.feliz ,1a .conquista, hermana
sitibunda de la muerte por entre el
polvo de los pueblos que su arado
iebibró de infames ruidas,1 extin-
guiendo en ellos "todo germen ya-
lioso de vidas futuras . , - . , ,
En Filipinas, la taza vencida es
exterminada por el agua,
hierro y por ei fuego
por el
.Na-
iie, ni los niños de pecho, obtienen
gracia ante los conquistadores aira-
los, bajo cuyos pies de bárbaros
«eptentrionales perece una civiliza -
cion de biglos, , . . . Entre la gíe-
)}Á'ensangrentada yace el corazón
Ae\o$ héroes,' exterminados por la
conquistad Los herederos de Wash-
ington eclipsan el horror de los
conquistadores asidos. Y allí don-
de'no llega la pica de Atila, ascitn-
éé 'lentamente la muía de Filipo.
Vencen por el oro los corazones que
no fueron dignos de ser traspasados
por el hierro, y deshonran las almas
que tío fueron dignasde morir. . .
Comprar la victoria al precio del
crimen no es comprar la gloria, es
deshonrarla.
alemanes en África, aun cas-
tigados por la derrota, marchan á
exterminar las razas inferiores¿ que
no son capaces de civilizar y tienen
tiempo de deshonrarse por mano de
sus príncipes, entregados al heroico
tport de hacer blanco de sus tiros el
cráneo de los vencidos indefensos.
Y así deshonrania civilización; en
w&epopeya que no puede ni siquie-
ra apellidarse barbarie, porque le
falta el hferoismo, que ha sido siem
pre la virtud de la barbarie.
, Bn el Transvaa!, la raza vencida
perece ó se dispersa, recofdando
No hay más salud para el venado que
• , (una
y es no esperar del wncedor ninguna
Xa China siente él esfuerzo de la
conquista desesperada, ensangren-
tar sus campos y profanar sus tem -
píos, Y espera el fin- del duelo
formidable para saber quién ha de
áevorarla, ,qué,,.fa.uces mutilarán Ja
" coíá'dérdragóni
I,os valles silenciosos y monaca-
les del Thibet ¿no han sentido bajar
hasta ellos y caer sobre el palacio
de los Lamas las águilas de la con-
quista, descendiendode sus altos
cerros, furiosas como si las crestas
de las montañas sagradas hubieran
aido piedras para afilar sus garras?
El espíritu de los conquistadores
•parece presa de una embriaguez de
»agre . . . . y como leones en la
«elva entran en el pillaje.
El contagio bélico gana toaos los
corazones, i,os grandes gestos de
la violencia y la conquista llenan el
horizonte. No se ven sino manos
tendidas hacia la rapiña y hacia la
muerte. La crispatura de "la codi-
cia y del coraje descompone los ros-
tros/sobre los cuales la muerte de
Caín recuerda el horror del hombre
primitivo. Las palabras han per-
dido su significación augusta. No
se habla si ao de héroes, es decir, de
kombres de violencia y de matanza'
Los más sangrientos gestos del fu
ror humano se consideran bellos.
Y la barbarie hace recular, asom-
brada, la pobre piedad humana á
los límites del olvido.
¿Qué podrán contra estos hechos
abrumadores y tangibles las sonori-
dades oratorias de los apóstoles de
la piedad y de la paz?
Nada.
I$s la hora del furor en los fuer-
tes.
¡ La hora del temor para los débi-
les!
Ellos son los acechados.
¡Y serán los devorados!
{.Qué piensan ante este movimien-
to de regresión á los instintos pri-
mitivos los pueblos de la América
latina, tan débiles y codiciados, ya
mutilados y vencidos?
Marchando de espalda por un lla-
no eín senderos, acorralados entre
(a selva y la conquista ¿qué piensan?
Ante esta condensación de peli-
gros que desciende sobre ellos, ¿bao
de permanecer inmóviles, aguar-
dando la ola negra que ha de devo-
rarlos? v
¿Permanecerán inertes ante este
huracán de catástrofes que^Uena el
mundo y conmueve las más hondas
frpfundidades?
¿Volverán los o jes hacia el peligro
y mirándolo de frente sabrán esqui-
varlo ó vencerlo? ' " i
¿Cuál es el peligro de la América
latina? , El, PSUGRO
Alguien, desde lo alto de sus so-
berbias' demencias» 'denunció al
mundo occidental el peligro amari-
llo.
Y la Europa se prepara contra él.
Esas olas de tártaros feroces que
caen, con el rostro contra el suelo,
en los fangosos llanos de Mandchu -
ria, son algo más que las vanguar-
dias del pillaje. Esos esclavos ar-
mados, bestias de pasividad, que
caen así en montón anónimo é m-
forme, los puños alzados contra la
suerte adversa, al pie de los muros
negros y las fachadas de oro áe los
lós'grándes templos mongólicos so»,
)a muralla que levanta el miedo de
una raza amenazada y decrépita,
frente al empuje, de, otra raza que
avanza con el esplendor de un sol
levante, • ' ' • ' '
En ese mar de sangre se ahoga la
rebelióu de un crepúsculo contra un
cielo oriental resplandeciente de au-
roras.
• Y he aquí que hace cerca de tres
lustros yo vengo anunciando á los
pueblos latinos de América el peli-
gro yankee.
Y con sus ojos turbios por bru -
mas de esclavitud ellos no lo vie -
ron.
Desde la soledad de mis dolores y
mi ostracismo, sobre las playas del
infortunio y del destierro, por todos
los climas donde la tempestad em-
pujó mi barca, mi grito anunciador
y denunciador no se ha callado . .
. . . Donde quiera que he puesto el
pie he hecho tribuna de las tablas
de mi barca rota por los naufra-
gios, y desde ella he anunciado á la
A marica hispana la llegada de los
bárbaros. . *. . .
Ella no me oyó,
Y los bárbaros llegaron.
Ellos han quitado los más bellos
florones á la Corona secular de la la-
tinidad, vencida y dispersa en las
selvas del trópico.
Ellos hatr mutilado á México,
aprisionado á Cuba, conquistado á
Puerto Rico y despedazado ~á Co-
lombia con el Tobo audaz de Pana-
má.- -• ' . ' . - • .
El águila azteca tiene ya una ala
rota y aprisionada eu el pico del
águila sajona.—
La estrella solitaria cautiva, cayó,
como un pez dormido, en la red de
uro de aquellos pescadores de pue-
blos.
Las turbas hambreadas y esque-
léticas .que en diaria dolorosa emi-
gración dejan las costas de Puerto
Rico, anuncian al mundo cómo la
raza invasora y rapaz persigue, ani
quila y destruye la pobre raza ven -
cida, que se'les entregó allí como
un rebaño.
. La irouía cruel del. insulto.res-
ponde al gemido de los que, deba -
dándose en una tenaza de Hércules,
osan reclamar el derecho sagrado
de la vida al derecho brutal de la
conquista.
Eu Panamá no es la raza latina
la vencida y humillada: e\la no ha-
bía echado allí raíces. Pero mueve
á piedad esa triste raza negra creci-
da allí en aluvión cosmopolita, sor-
prendida y vendida al yankee por
las manos delictuosas de un ,cucio
aventuiero.
Aquellos tristes siervos del Océa-
no que Buneau Varilla vendió en
Washington á tanto por cabeza co -
mienzan ya á temblar bajo el látigo
del amo La raza conquista-
dora romperá pronto bajo sus pies
ese triste girón de razas africanas
abrumándolas con la misma ley del
desprecio, que hace de^negro ame-
ricano el más doloroso de los pa-
rias
¡Pobre pueblo vencido! ¡Triste
fragmento de Colombia despedaza-
da!
Mutiladores de México, expolia-
dores del Istmo, ellos tienen el cue-
llo de la América prisionero con esa
tenaza formidable.
Y continúan apretando y estran-
gulando á esos pueblos que se deba-
ten prisioneros en ese círculo de
hierro, amenazando su exigencia
efímera que, despojada de la fuerza
parece no tener una sombra de de-
recho para cubrirse.
¿Cómo alzarnos cómo organizar-
nos, cómo defendernos ante esta.-
avanzadas de hoy. débil anuncio de
las que vendrán mañana paTa des-
pojar, anonadar y extirpar nuestra
raza vencida sin fuerza y sin cohe-
sión?
¿Cómo prepararnos para residir y
para vencer ame esta alba profunda.
«Iba át sangre, ame este enigma de
fuego que no» cerca, poniéndonos
el pavoroso dilema de luchat 6 abdí-
carf Vencer ó dtsapatecer.
No es posible otra solución.
¡Vencer! ¿Y nuestra debilidad?
Pero ¿por qué somos débiles?
Porque estamos aislados, oisjun-
tos y dispersos,
Y así, extraviados, divididos, di-
seminados:, como tribus aventadas
por el huracán de una maldición
bíblica, somos un campo abierto á
la conquista, y con los ojos cerrados
ante el abismo, nada pensamos, na-
da hacemos párá organizar tíos an-
te la invasión de los bárbaros, para
repeler á ,Atila y á Agárico, para es-
cribir con nuestra prudencia pági-
nas de previsión antes de desapare-
cer, escribiendo un poema rojo de
heroísmo estéril ante la obra inexo-
rable de devastación que viene so-
bre nosotros.
El dolor tiene admoniciones trá-
gicas.
Inclinados sobre el abismo, como
siutiendo el eucanto del vértigo, los
pueblos de América parecen uo es-
cuchar la advertencia que el destino
les hizo cuando con la mutilación
de Colombia la lanza'de los barba -
ros se clavó en sus entrañas.
¿Cómo no oír este toque de clarín
que compendia toda nuestra vida
en su siniestra vibración?
Prever 6 desaparecer.
¿Y cuál es la palabra de previ -'
sión? L A UNION. 1
Unión de esos pueblos todos bajo!
el estandarte glorioso de la raza.
Unión estrecha y fraternal de los |
pueblos de la América latina, basta
hoy ferozmente encelados y disper-
sos. Unión de esos países con la
madre patria, unión estrecha y fi-
lial ante el espanto y el peligro,
frente al furor y al odio del contra -
rio.
Aproximación á la Italia y á la
Francia, las dos hijas mayores de
sú raza. •
Como una continuación del Con-
greso Hispano-Americano, reunido
en 1900 en Madrid, convocar un
Congreso Ibero-Americano para
reunirlo en Caracas. Santiago ó
Buenos Aires, con diputados de Es-
paña y k América latina, exclusiva-
mente, sin mezcla exótica' con la
raza invasora y voraz, como ha su-
cedido en todos los Congresos' del
pérfido pan-americanismo, ideado
por el yankee y secundados por
nuestros políticos intonsos y pueri-
les. . . .
Invitar á ese Congreso de pensa-
dores, publicistas y periodistas que
en Francia y eu Italia secundan es-
te pensamiento déTa unión.
Promover de una manera cons -
tante y pertinaz el movimiento de
una grande emigración española é
italiana hacia nuestros bosques ubé-
rrimos y nuestros llanos desiertos,
Y para ello dar nuevas y generosas
leyes de emigración que no con-
viertan en parias desventurados á
aquellos que van hacia nosotros en
busca de trabajo y de fraternidad.A la diplomacia protocolaria, apo-
Hilada y vacua, suplirla con una
mejor organización consular, activa,
ilustrada, conocedora de las necesi-
dades comerciales, industriales y
agrícolas, de esos países, y los de
aquende el mar.
Dar, por.medio de tratados espe-
ciales y de nuevas leyes aduaneras,
las mayores franquicias posibles al
comercio de España y los otros paí-
ses de la Unión, hasta boicotear y
colocar en una inferioridad marcada
el comercio yankee y germánico,
que tiene acaparadas las mejores
plazas de nuestra América.
'Promover con el intercambio de
productos el intercambio de ideas, y
unirnos por los intereses, por el ce-
rebro y por el corazón.
Aliarnos, es decir, amarnos y
ayudarnos.
Unirnos, es decir, salvarnos.
He ahí la obra.
Trabajar por ella es la única obra
digna de los hombres de Estado, los
pensadores, los conductores de con-
ciencias, «n esta época menguada,
en que todo se empequeñece, hasta
los más altos ideales, y en que entre
la polvareda de una ruina total,
nuestros pueblos parecen haber per-
dido todo: hasta la conciencia de la
vida.
En necesario no coasentir en esta
muerte social, en este desapareci-
miento lento de la raza, en esta to-
tal abdicación de los corazones, este
envilecimiento de las almas, que no
muestran ante el peligro sino el ine-
luctable horror de una absoluta in-
diferencia.
Es necesario reaccionar contra la
inercia de esos pueblos que, renun-
ciando á las justicias humanas, pa-
recen esperarlo todo del milagro, y
sólo traen con su marasmo un acre-
centamiento mayor de sus calami-
dades.
Es necesario arrojar al abismo el
hacha mellada de las ideologías, é
ir directamente á la acción.
Nuestros invasores son los zorros
escapados de los arenales de Carta-
go. nosotros somos loba iones de los
del Lacio y cachorros de los leones
de Castilla. Sepámoslo probar.
Frente á los mercenarios de Atníl-
car aléenos la sombra de Rscipión.
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AARON JOHNSON.
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AARON JOHNSON, GERENTE.
Es necesario combatir al yankee
ó declararnos francamente sus escla-
vos,
To be or not to be.
Pero en caso de decidirnos por la
esclavitud, tener siquiera el yalor
de proclamar altamente nuestra in -
famia.
Y probar claramente al mundo
que los leones de Castilla no deja-
ron descendientes en nuestras sal-
vas, donde manadas de orangutanes
bélicos se dejan domesticar, apre-
tando entre las manos las bellotas
de oro que los conquistadores les
arrojan, y alzando al viento sus co-
las como estandartes de victoria; la
triste victoria de la animalidad do-
mesticada por la fuerza
Anticiparse á la derrota es el tris-
te recurso de los pueblos que no me-
recen ni el honor áe ser vencidos.
Luchar 6 abdicar.
Vencer 6 peí ectr.
Uninios 4 morir.
La unión ó la Muerte.
¡He ahí el inexorable dilema!
Es necesario escoger.
Escojamos.
J. M. VARGAS V I I A .
Despiltarros Corraleseos.
Autoridad que se enriquece
Nos informan de la población
de Texcoco, (Estado de México,)
que Corral, ei impopular Vice-
Presidente de la República, ha
tomado en arrendamiento, para
asilar enfermos, la casa propie-
dad del tristemente célebre Vul-
frano Vázquez, pagando de renta
—coa dinero del Tesoro, se en-
tiende,—la enorme suma de cien-
to cincuenta pesos, cuando en todo
tiempo lo más que ha producido
esa casa ha sido la cantidad de
treinta pesos.
Pero Vázquez tiene 2a suerte
de todos los hombres que se con-
ducen mal: en vez de estar en un
presidio por haberse aprovecha-
do de una fuerte suma de dinero
—delito que se comprobó oficial-
mente—se le obsequian ciento
cincuento pesos mensuales por
Una casa que valdrá una fortuna,
pero que en el pueblo en que está
ubicada no puede producir la ca-
nongía que ¡e regala Corral.
El presuntuoso Vázquez, igno-
rante en grado sumo, tiene una
conciencia más negra que la con-
ducta de Bernardo Reyes; y si-
guiendo ese camino tortuoso é
inmundo de todos los que se
arrastran, ha llegado de humilde
peluquero y maestro de Escuela
de última categoría á Jefe Políti-
co; pero ha. carecido, como es de
comprenderse, de merecimien-
tos. Supo ser servil, abyecto y
degradado, y subió de condición
social, presentando esa faz truha-
nesca de quienes sin ser nadie y
sin valer nada se olvidan de su
pasado para tiranizar y hostigar
á los infelices.
S\i temperamento es despótico
y trata con altanería á cuantos
desgraciados tienen que acercár-
sele con motivo del inmerecido
puesto que ocupa; su condición
moral es de lacayo y se humilla y
se degrada ante los proceres; y
por último su ilustración esta en-
cerrada en los embrionarios co-
nocimientos que adquirió cuando
fue profesorcillo,
No está por demás precisar
que Ja adquisición hecha por
vásquez de la casa en cuestión,
se debe á las economías realizadas
con un presupuesto de egresos
muy superior al de sus ingre-
sos.
• • » *•
México Pacificado.
Este es el título de un interesinte
libro escrito por el conocido escritor
Sr. Adolfo Duelos-Salinas.
El autor expone en la obra de
que se trata la maquiavélica labor
de Porfirio Díaz, y delinea acerta-
damente la fatídica figura de Ber-
nardo Reyes.
Cuantos deseen conocer las ma-
laxarles de que se valió Porfirio
Díaz para imponerse y tiranizar,
así como ver en sus detalles la obra
de sangre de Bernardo Reyes, pue-
den conseguir su objeto leyendo el
libro «MÉXICO PACIFICADO »
La obra cuesta en la República
Mexicana:
Por Express, C. O. D. . . .$6.00
moneda mexicana.
Por Correo, pago adelantado,
$5 00 moneda mexicana.
Para los pedidos dirijirse precisa-
mente al SR. ADOLFO DUCLÓS SA-
LINAS, 418 N. THIRD S T , SAINT
LUISO, Mo., E. U. de A.
LA MAFFIA DE LAS AUTORIDADES.
———.,»> —_—
La tiranía no se modera,
Las autoridades de México han
constituido una especie de maffia te-
nebrosa, una liga compacta, íormida,
ble, que es como una férrea cadena
entre la que se ahogan los más nobles
impulsos del pueblo mexicano. Entre
todas las autoridades, desde el Dicta-
dor hasta el uitímo funcionario, hay
un lazo de uníóü que nadie rompe y
que todos, grandes y pequeños, tratan
de conservar siempre vigoroso, por-
que comprenden que ese lazo los for-
talece. El resultado de esta maffia
es que las autoridades quelacopstím-
yense sostengan, se elogien y se ayu-
den en admirable reciprocidad F4
Dictador sostiene á todo trance á los
individuos que tiene en los puestos pú-
blicos, aunque contra ellos se levan-
ten las más tremendas y justas acuaa-
ciones;y esos protegidos del Dictador
se desvelan, naturalmente, por la pros
peridad del despotismo.
El pueblo es la víctima de esta es-
pantos» solidaridad de los tiranos
Para los dolores del pueblo, no hay
piedad; para las quejas del pueblo,
DO hay justicia; los verdugos se han
confabulado: Ja autoridad es eómpH
ce de la autoridad, el funcionario es
encubridor de, funcionario.
En Coahuila lo remos. Miguel Cár-
denas, contra al que se han endereza-
do los ataques de la opinión pública
indigaada, es sostenido por el Gral
Díaz, que profesa Is doctrina de bur-
lar siempre la voluntad del pueblo.
Y Miguel Cárdenas sostiene á su vez
á loa caciques que en to^as las pobla-
ciones del Estado, tiranizan y abusan
y extorsionan,captándose el odio de
todos los ciudadanos.
Es inútil esperar que las primeras
autoridades castiguen á los fur.cioDa-
nos iiííeriorfs; es candor acusar á los
pequeños tiranuelos ante los altos des
poias
Hay que acusarlos á todos »Dte ei
pueblo, y esto es lo que hacemos nos-
otros, spgnros de que solo el pueblo
podrá castigar á los opresores La
Urania de Miguel Cárdena*,lejoa de
moderarse ante el disgusto creciente
do !os cofchuilensea, parece empeñar
se en hac«.r«e más odiosa, más desen
frenada, más Insoportable. Día por
día se descubren nuevos abisos, qot-
vaa agotando la ya bastante merma-
da paciencia del pueblo.
En SHD Pedro, Coah , los emplea-
du» públicos seli"D despujado de to
du respeto al purblo con cujo dinero
comen. HA Secretario ilel Ayunta
miento, Leoncio Alcalá, relabra por
sus hnzañaB en 1& Ciírcel de mujeres,
ha estado componiendo su casa con
trabajo de toi presos y materiales del,
'municipio. El Inspector de Policía
Isaac Valdés, también tiene presos i
su servicio en su casa y ea el campo:
impune multas que se apropia y asi
raísmo se queda con los depósitos de
dinero qoe la policía recoge á los
«brios. Se ha adjudicado una buena
vacaque se ie di6 en depósito, discul-
pándose con que 8e le perdió el ani-
mal, que era de un preso. Ei tenien-
te de la Policía, Francisco Sandoral,
tambiéa trae presos con sus carretas
y en otros servicios particulares. El
padre del teniente tiene un contrato
<jon"el municipio, que le paga mensuál-
mente una buena suma por hac?r la
limpieza d^ la ciudad, y este sea.>r en
Yezde poner mozos por sn cuenta., ee
a provecta de los prpsos que le f a.r¡ilíta
su Wjo, y á los que no les da ni un
centavo.
El Alcaide de la Cárcel, Ana&tasid
Borrego, que se pan?e« á UeadírU
por sus aficiones báquicas, nunca es-
tá en su puesto. Ei soberano de la pri-
sión es el Sub-Aíoaide Matilde Gómez
que, como todos, medra con o' cargo.
Gómez tiene en el interior de la Cár-
cel una tienda.en qns vende á ¡os pre-
sos diferentes artículos de necesidad á
precios exhorbitantes; tiene á su dis-
posición tres presos que semanaria-
mente manufacturan gran cantidad de
cigarro de boja, al que no pone Gó-
mez los timbres de ley, y en cambio
obliga á otros presos pobres que ha-
cen cigarro, á que le compren estam-
pillas y timbren debidamente sn pro-
ducto.
Gómez tiene empleado como cabo UP
guardia á un ct-inoiDal llamado Wau-
r.eio Sifuentes que violó á una niña,
y este individuo ha introducido en la
Cárcel barajas que alquila por (K>.2ñ
diarios, dundo lugar A qup, por cues
tiones del juego, se susciten frecn«n-
tes riñas, que el Sub-Alcaide procura
ocultar á las autoridades superlo-reb.
para evitar toda intervención en sn&
dominios.
Un pobre hombre llamado Atilano
Vázquez es deudor de una cueul» A
Salinas Hermanos, Lorenzo de \c-
[leyes y Juan Milán (éste .Iu>r Sj
píente del .1 IÍ?.«• ado '¿9 ) [>., aCre»áu
res, queriendo hacen fecti va lacufDta
de Vázquez fueron á solicitar <lni cu
cique Audrés Medellía una orden d<
aprebonhlrtn cintra el deudor: fl caci
que (KUioáió h orden y el .r.f-lir VA?<
qii"/. (u¿ encame!a . i l 11 <]-• )a mxaeru
mis Injusta.
No hsee mucho ttii«
íotda que T irlila
el centro d*»l Marcado
oándea puso el r»b 1 en ccocmtpn
da Moaellín, pfUieBíio la bu«f e, d» lo
fu>-
/ tiene e
U> 8<-a 13JI
1&
^̂
ladrones; poro ol OBolqno, con grosora
altanería, contestó 6 la potoo 'muJai-
que no lo molestara, que probablo-
monto no ftabtft tal robo y (j\ic ja po-
liciano so habla do ooupar do nquol
asunto.
Es naUu-a.1 que la policía, no porslga
i los malhoohoros. La policía, poror
lea del luspcoWr Vtvldóa, ao OQU»a oa
doBpojiu1 á lósobrlos do lo quo llevan
y on los oamlnosquó van A los ran-
ohos, registra (I cuantos pasan y reco-
ge las botellas do soto) quo oon fro
ouenolu. llevan los arriaros y los co-
merciantes ambulantes. Esas boto-
UQB de vino van & pararon manos del
inspector Valdést quo echa ol sotol en
garrafones y luego lo benofloia tran
quilamecte.
Miguel Cardonas, como lodos los
déspotas, quiere que se le ame; poro
nada hace per merecer el earlfío del
pueblo. Nunoa 86 ha visto qüo un
gobernante pueda Inspirar car)fio con
actoB da brutalidad; mucho menos lo
logrará Cárdenas, que en medio de
sus múltiples defectos, no tiene, como
algunos tiranos, una sola cualidad.
Para ser querido por sus conciudada-
nos y conquistar popularidad, Car
denas no ha encontrado otro recurso,
que perseguir implacablemente i
cuantos tienen la honradez de DO sor
sus part'darlos
El din 10 del pasado Enero laeron
expulsados del Ateneo Fuente, de Sal
tillo, más de cuarenta estudiantes,
sencillamente porque demostraron ser
desafectos al Gobernador.
Sucedió lo siguiente, Un joven ooa-
hullense salió para México a conti-
nuar sus estudios, y los que hablan
sido sus compaSeros en el Ateneo de
Saltillo, lo acompasaron en el tren
hasta un punto llamado La Angostu-
ra. La juventud es Blncera, estusias-
ta y valerosa, Éntrelas efusionSSTde
la despedida, se kabló de la situación
política, y aquellos jóvenes, dignos.y
patriotas, eaardeoldos por la justa có-
lera que el despotismo provoca en las
almas honradas, lanzaron por varias
vecos, el grito viril de [Muera Carde
nasl que sintetlr.a los anhelos de los
oprimidos.
Cuando el Gobernador tuvo conocí
miento del hecho, mandó expulsar ¡
los dignos estudiantes que, como deci
mos, eran más de cuarenta.,
Nuestros gobernantes solo toleran á
los abyectos.
Lapolitica de
conciliación.
Las esposas de los
hombres públicos
Nuestro programa de lucha 00
puede variar en nada: es el pro-
grama del ideal humano perse-
guido á través de los tiempos
de las edades; es el ansia
suprema é inacabable de liber.
ad, sin la cual no es posible la
existencia. .
Conculcada la libérrima Cons-
titución de 1857, pisoteadas y pro-
anadas las sabias Leyes de Ré-
íonna, violados todos loa dere-
chos ^prerrogativas, el México
de hoy presenta un muy triste
espectáculo de abyección,y vasa-
llaje. '
En el actual momento históri-
co se ejercita con el pueblo me-
xicano la más odiosa de las tira-
nías, la <jue gravita en torno <le
las conciencias.
No es posible creer en nada no
ble, ni alto, ni digno dentro de un
medio asfixiante en el cual yacen
por tierra todos los triunfos y Ia9
conquistas todas del partido libe-
ral.
Un orador del partido científico
tuvo la audacia de asaltar la tri-
buna del pueblo, en ocasión so-
lemnísima. Fue en un 18 de Ju-
lio; fue en la fecha memorable ea
que toda nuestra Patria Mebiera
pensar como un solo hombre, y
no tener otro objetivo que el de
imitarlas excelsas virtudes de]
egregio patricio que ños enseñó
con sus prédicas y con su ejem-
plo que la idea liberal—indepen-
dencia absoluta de todas las tute-
las—es la única que hace digno;
y fuertes álos pueblos.
Si los triunviros de Paso del
Norte no hubiesen sido liberales,
no habrían tenido, como tuvieron,
plena conciencia de su misión,
la Patria mexicana hubiera sido
maculada por la implantación de!
trono del aventurero de ojos azu-
les y de cabellos de oro.
El orador científico que no es tan
cretino para que dejara de com
prender la infamia de su papel
pretendiólo absurdo é imposible
lo que no se logra ni se obtiene
justificar la traidora política de
conciliación!
Porfirio Díaz autor solo y úni-
co del inmoral contubernio de 1
Iglesia y del Estado, ordenó á su
lacayo Pineda que hiciese el pa-
negírico de la tiranía, pues solo
la tiranía es capaz de concebir la
unión del Estado y de la Iglesia.
Kra natural entonces que Pi
neda, haciendo juegos malabares
con la razón y con la lógica, la
emprendiese en contra del senti-
do raro, y con lugares comunes y
frases de estampilla y conclusio-
nes obligadas, llegara á deducir
que la complacencia con el Clero
era Ja suprema felicidad para la
Patriat
Pero lo más doloroso de esta
situación no está en los procede-
res de la turba famélica de los po-
íticos sin pudor y sin conciencia
que rodean al Dictador; se en-
cuentra- en el hógar.clel ex'-prb-
nunciádoi en donde su esposa
que no ha comprendido su altísi-
ma misión, es la que mina y está
echando por tierra la titánica
obra de los cíclopes de la Refor-
ma.
Se dice—y este hecho ya pasó
ala categoría de autoridad de co-
sa juzgada—que la nueva Carlota
ha aristocratizado no solo la perso-
na sino los sentimientos del sol-
dado que cumplió en parte cuan-
do la época de la Intervención.
En esta arlstocrátización e9tá
la clave aparente del enigma, si
no hubiera otrascausales deter-
minantes del cambio de ideas.
Desde luego, y es necesario que
lo digamos de una vez, no admi-
timos tal aristocracia en México,
dentro de la verdadera y genui-
na acepción de la palabra, pues-
to que" n¡£> podemos aceptar como
aristócratas a algíTnos individuos
cuyas fortunas se deben á oríge-
nes vandálicos,
Los Escanden deben su holga-
da posición social á un ruidoso fa
lio de la Justicia [?] mexicana,
sin el cual fallo, dada la ineptitud
notoria y la crasa y supina igno-
rancia de todos ellos, estarían á
estas fechas olvidados ó sirvien-
do empleos mediocres para no
perecer. Recuérdese el ruidoso
pleito Amor-Escandón defendi-
do con tanta habilidad por un ho-
norable Abogado. Recuérdese
igualmente que el actual Gober-
nador del Distrito Federal, hace
pocos años se encontraba en situa-
ción tan aflictiva que su crédito
no valía ni diez pesos plata. En la
actualidad posee una gran fortu-
na siendo dueño de palacios y ha
ciendas.
Mas no seguiremos reseñando
la historia de los sujetos que
constituyen la élite de la sociedad
mexicana, Todas estas fortunas
que se pasean en magníficos ca-
rruajes salpicando con el lodo que
arrojan las pezuñas de los friso-
nes á la miseria pública, tienen
un origen bastardo.
Pues en garras de estos adve-
nedizos de las grandezas munda-
nas se encuentra la esposa del
Dictador, Y como los privilegia-
dos, los'capitalistas, son conser-
vadores por linstinto, con sus
ideas rancias y pervertidas han
llevado al reptil ensotanado la
Palacio del Déspota,,
En plena decadencia senil el
Dictador, acosado por los remordí'
mien'tos tic su conciencia, piensa,
que es ya tléñi po de arreglar su
alma para sq felizmente próxi-
mo viaje.
Ha buscado, solicitado y obte-
nido el concurso político del frai-
le, porque el fanatismo es el me-
dio más práctico y eficaz para em-
brutecer y dominar á las masas
analfabetas, Y en esta tarea es
activamente secundado por su es-
posa, decidida protectora de cle-
rigosyde monjas.
Nuestra soi-*di$sant aristocra-
cia ha sido siempre fanática y ab-
yecta; y como este es hoy el ele-
mento dominante en la cosa pú-
blica de nuestra Patria, lógica-
mente resuita que el Dictador
tiene que ser clerical,
Ahora bien, cualquier fanatis-
mo conduce siempre al error; pe-
ro el fanatismo religÍQs,Q,Jle.ya.. .al
mayor y más grave de los males
que afligen á la Humanidad: á la
pérdida de la libertad de concien-
cia, la que trae aparejada una de-
gradante abyección,
Sin el concurso del fraile, Por-
firio Díaz no habría llegado nun-
ca al summun de poder que aterro-
riza.
El Czar de todas las Rusias con
ser el representante de un poder
absoluto y tener en sus ma-
nos el poder temporal y espiri-.
tual, no domina lacosapública en
la forma y manera tan absolutas
como lo hace el dictador de Méxi-
co.
En estos momentos y bajo la
dirección de Gopón, los siervos
rusos se han erguido ante el tire-
no y le han pedido en un supra-
mo anhelo de vida social, algo de
libertad. Las calles de San Pe-
tersburgo han quedado cubiertas
de cadáveres el domingo 22 • del
•mes pasado, y confiamos en que
la sangre deramada no será esté-
ril en sus frutos, pues la voz del
pueblo, el único soberano posible
en la tierra, cuando se deja-oir, Se
impone y hay que obedecerlo de
grado ó por fuerza.
¿Entre nosotros,dominados por
la fuerza bruta de las bayonetas
y atemorizados por la voz de un
Clero corrompido, surgirá un
hombre que nuevo Juárez, nos
conduzca al augusto y .bendeci-
do templo de nuestra Libertad?
Creemos que sf sucederá.
La señora de Díaz que gusta
tanto de imitar lo qtie ae hace en
Europa, debe tomar ejemplo de
la esposa del Presidente ¿é la Re-
pública.ÍTrancesa; Citando la. la-
bor eminentemente patriótica de
Walde'ck Rousseau 'y de Combés
de arrojar del terntprio francés
á las Congregaciones religiosas,
comenzaba á producir sus frutos,
el Clero francés llego á la con-
ciencia de numerosas y distin-
guidas damas de la mejor socie-
dad parisiense, y estas señoras,
en aparatoso tropel de títulos y
dignidades, asaltaron el Palacio
del Elíseo, creyendo, dominar las
ep'ergías del Presidente de la
epiíblica, por "medio dé su es-
posa, pues supusieron que ésta
ejercería, suficiente influencia en
el espíritu del marido, para ha-
cerle olvidar sus deberes como
patriota y como Jefe de una na-
ción.
El mundo entero no habrá ol-
vidadola digna respuesta de Ma-
dame Loubet: "Señoras,— di-
jo—mi misión pertenece al ho-
gar; nada tengo, que ver y nada
puedo hacer en los asuntos polí-
ticos de nuestra Patria."
Bien podía la señora Díaz apro-
vechar las enseñanzas de este
saludable ejemplo, sin prestar
oídos á las perversas insinuacio-
nes del Clero Católico^
y Rodríguez.
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uua distancia, etc. Con respecto á vuestro patrocinio. * veniente para mí y se quería menos rebelarse contra la introducción de dió alguna medicina , che 24. consultas y hoy me encuentro
esta ultima diré que Marcoiii fue El trabajador es digno de su re- concentración que cualesquier otro ° . . , _,
uu ueijuauaiia en manos ue uu que lomara esca maiena en consme- uc ia IUCULC. UUUÍJÜ JI»U wuu, m u»f«wi«> o«<» •<«<»«•>*"" ^.w™. ™..w »*
. . . , , , . . ^ ., ^ ^ , . , „ „ , „ _ ,_ -„_,•„_ ___ nrno-UQ riasope-racitsnai en Son Antonio, pero la manas, tenía mucha, fe en ella als explicacio- buen hombre,» hasta que seáis cu- ración, por «Buera Suerte» trabaje nunca serán curadas por Drogas. e7ljeOTnet}ad cretttí Ziosta ?ue su vesollegó principio, pero fue persuadido á po-
IÍ método de rado. Yo soy mi propio banquero, .sobre el particular cuatro años y En efecto, las drogas debilitan el á*erdeU5 libran cuando la traje á la nerme bajo su ana. Los dolores en
, s . . . . . . . . . . . / . / . ctcfAma M<arTríncrt tr nanea al c i t toma TíTíít AtVeSSÜ. j}IattiWlD8 AjlOTa VeS& • / / ' *ÍJ' r . i., t .
boy un ranchero bien conocido y con enteramente sana sin tomar
llamado locu cuando dijo que ha- compensa,

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