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^ j^~P^, ' , . / • , . . " . . - ':• La lltxrtad, do Imprenta no liona mis llmltos quo 01 roapoto 4 la vida privada, la moral y ¿ la par pública.—Art. 7 o de la Conítttuct¿n. Periódico Independiente de combate. Director: RICARDO FLORES MAGON. CuqndO la República pronuncio su vor uoborana. aorá lorioao somutsrso ¿ dlmitir.-GAMBETTiV. " ",- Jefe dé Redacción: Juan Sarabia. AÑO I.—sa ÉPOCA. Oflciimat 505 W. Nueva Street.—JE». O. Box, U33.-OKI pumic. 38a—3 R. SAN ANTONIO, T£BX. E. U. A.—Febrero u de 1905. Administrador: Eurique Flores Hf agón TOMO III.-N(? 15. Eutcrcd as secottcUcItias inatter, Novembers 1904, a* tlie poat office nt San Antonio, Xexne, umlf r tlic Act of COIIJJ«-esa of tllurcli 3,1870. La inmoralidad de la Dictadura. En México no hay. Justicia. El Procurador General de Justi- cia de 1̂ Nación acusó á los Magis- trados que formaban la 5a Sala del Tribunal Superior, por mala aplicación de la ley en un juicio criminal. El hecho—úaico de ese género que se registra en los largos años de la Dictadura—catisó sensación in- mensa, no porque provocara extra- Seza que los Magistrados delinquie- ran, sino porque pareció inaudito que se tuviera la honradez de acu- sarlos. En México estamos acostumbra- dos á que las leyes todas sean befa- das por cuantos ejercen autoridad, desde el Presidente de la RepúblU ca hasta el último Juez de aldea. La Judicatura de todo el país se ca- ractiza por su venalidad, por su des- precio á la razón y á la justicia, por su servil complacencia para con los ricos, por su desvergonzada sumi- , sión á la consigna délos Gobiernos. La corrupción de la justicia, la in- moralidad asquerosa que reina en los Tribunales de nuestra infortu- nada Patria, no es misterio para nadie; es cosa vulgar que se ve to- dos los días, en todas partes. Lo que nunca se ha visto es que se "hayan hecho efectivas á un fun- cionario las responsabilidades en que hubiere incurrido. La Dicta- dura ha proclamado la irresponsable lidad y la inviolabilidad de sus ser- vidores y ha dejado siempre impu- nes la infinidad de delitos oficiales que diariamente se registran. Por eso causó profunda impresión el ac- ceso de inte-ripestiva ,honradeztqué acometió al Procurador de Justicia,- haciéndolo acusar a la 5a Sala; y la impresión subió de punto cuan- do el Tribunal Pleno pronunció sentencia, condenando ádosde los Magistrados á pagar una multa, y consignando al Presidente de la Sa- la, Lie. Emilio Alvarez, á un Juez de Instrucción. Ahora bien; la acusación contra la 5a Sala, la multa á los Magistra- dos Zubiaga y Mayora, y especial - mente el proceso de Emilio Alvarez, ¿significa un principio de regenera- ción en nuestra putrefacta judicatu- ra, es un dique á la corrupción de los funcionarios, es un freno para los conculcadores de la ley, es un hastaaquí al tráfico descarado que hoy se hace con la Justicia? Seguramente que no. Si una es- tricta equidad, si una verdadera honradez, inspirara al Procurador que tan escrupuloso se ha mostrado con Emilio Alvarez, no sería éste el único que estuviera hoy sometido á un proceso: lo estarían casi todos los Magistrados y los Jueces, que diariamente tuercen la ley y la bur- lan y la aplican mal á sabiendas, para obedecer una consigna bochor- nosa, para favorecer á un recomen-' dado, para no disgustar á un mag- nate, paro doblegarse, en suma, an- te los que ordenan y ante los que pagan. Si las responsabilidades de todos los que pisotean las leyes se hicieran efectivas con inexorable igualdad, la espada de la justicia comenzaría por caer sobre Porfirio Díaz, que para entronizar BU despo- tismo ha asesinado á la República, ka desgarrado todas las le yes* y co- metido todos los crímenes de lesa Patria. El proceso del ex-Procurador Al- varez, no es un principio de mora- lidad, sino el máximum de la inmo- ralidad. Emilio Alvarez no es cas- tigado por su poco apego á la ley, —todos los actuales funcionarios están en el mismo caso, y lejos de castigárseles, se les premia,—sino sencillamente porque ha caído de la gracia de sus antiguos protectores* Emilio Alvarez era un favorito del Ministro de Justicia, al que presta ba servicios íntimos nada envidia- bles, yhalagaba'al Dictador empren- diendo cruzadas ieroces contra los periodistas independientes' por eso ocupaba puestos públicos á pesar de su notoria incompetencia. Pero Alvarez abusó ¿e su posición y con frecuencia, para favorecer sus per- Lsonales intereses, dio á sus colegas consignas que no había recibido de sus superiores y que los otros obe- cecían, no suponiendo que el ex- Procurador tuviera la audacia de suplantar la autoridad dictatorial. Estos abusos y probablemente otras circunstancias que han queda- j do en el misterio y que bien pudie- ran relacionarse con los conocidos servicios íntimos, determinaron la desgracia del favorito. . La Dicta- dura, ofendida con el que audazmen- te tomaba su nombre para obtener provechos personales, no tuvo el pudor de guardar, silencio, y desti- tituir á Alvarez sin escándalo, para no dar lugar á que se removiera la hedionda letrina de sus inmoralida- des y sus vicios. La Dictadura n© pesó sus actos; trató sólo de satisfa- cer sus odios y espió la oportunidad para nulificar á Emilio Alvarez con ruidosa y sensacional caída. Ha conseguido su objetó, pero también ha dado lugar á que la cu- riosidad pública, no satisfecha con las exterioridades, busque y en- cuentre en el fondo de este asunto, bajezas, mezquinidades y corrupcio- nes que dan asco. ¿Quién podrá creer que sin la consigna superior, el Procurador de Justicia hubiera acusado á la 5a Sa- la y el Tribunal Pleno hubiera sen- tenciado, como lo hizo, á Ztibiaga, á Mayora y á AlvarezE ¿Quién po- drá ver en estos procedimientos otra cosa que el resultado de la con- signa? ¿Donde está aquí la justicia? Lo que se exhibe en este turbio asuuto es la inmoralidad escandalo- ca de la Dictadura, que es feroz hasta con sus cómplices, á los que acusa con desvergüenza inaudita. Si Emilio Alvarez no fuera un eu- nuco, levantaría la vbz para pre- guntar á sus jueces como lo acusan de no cumplir con la ley, ellos, que continuamente la pisotean; ellos, que también tienen manchada la conciencia; ellos, que cien veces probaron su degradación, obede- ciendo la consigna que del mismo Alvarez recibieron. Probablemente Alvarez no habla- rá; pero probablemente la Dictadu- ra no llevará hasta el fin esta farsa de justicia y no arrojará al ex-Pro- curador culpable á las galeras de la Cárcel de Belén. Y con esto ce probará también que la Dictadura no buscaba el castigo de uu delin- cuente, siuo sólo el desprestigio, | la nulificación, la caida de un anti- guo favorito que uo supo servirla. • Si acaso Rrailio Alvarez entra á'¡ la cárcel como lo merece y como tendría que suceder si su proceso siguiera un curso natural, sólo la- mentaremos que no corran igual suerte muchos funcionarios, tan de- lincuentes como el Magistrado eu desgracia, pero no tan torpes como éste para incurrir en el disgusto de ta Dictadura. De todos modos, siempre veremos con repugnancia este asunto, en el que no hay un ápice de honradez ni de justicia, y sí mucho de tenebro so y de hediondo, que mal se disi- mula con ese alaT'ie de respeto á la ley, hecho por un Gobierno y tirá- nico y corrompido. MUY IMPORTANTE Suplicamos á nuestros amables subs- criptores se sitvan enviarnos sus pa- gos tan pronto como les llegue nuestro A las pajonas que nciban nues- tro aviso y ya hayan enviado sus pa gos, les agradeceremos nos dispensen, pues es fácil que se nos haya escapa- do algún aviso por ser crecido ti nú- mero de nombres que tenemos en lista- Es preciso no olvidar que todos los envíos deben hacerse precisamente d Ricardo Flores Magbn. 503 W, Nueva St., y no 4.05 corno equívoca- pamenie aparece en algunas de nues- tras circulares. DISOLUCIÓN ORIENTAL Las orgias de un Gobernador- La administración de Porfirio Díaz no ha podido ocultar, á pesar del incienso y, á gesar del. terror,, la corrupción que la mina y que, sien- do hoy su único apoyo, tendrá alfin que acabar con un estado de co - sas fecundo para todas las perversi- dades, fértil para todas las infamias, ubérrimo para todos los crímenes. Las conciencias honradas tiem- blan de indignación al ver en los puestos públicos á individuos que deshonran á la- Patria. En Campeche pesa desde hace tiempo una tiranía oriental por el lujo de disipación y de crápula que la caracteriza. Ni en los nefastos tiempos del ba- randismo disoluto se registraron en Campeche los hechos que hoy son el escándalo y la consternación de la sociedad ofendida. Al frente del Estado se encuen- tra un individuo llamado Luis Gar cía M., impuesto por el fatídico par- tido científico, á quien sirve de ins- trumento en sus infamias. ^ Luis García M. se entrega dia- riamente á la crápula más abyecta. Bebe como un faquín y se enfanga eu bacanales porcinas. Las orgías de este disoluto singular se suceden dia á dia, ya en la quinta de un Dr. Calixto Peña, ya en el Hatelllama- do «El número 7,» situado trente al Palacio del Gobierno. Eu este Ho- tel tiene Luis García M. un repug- nante harem que hace sus delicias y las de los altos funcionarios de Campeche. Indudablemente que Luis García M. tiene que recurrir á infinidad de ardides para arbitrarse recursos que dilapidar. Comenzó por au- mentarse el sueldo de $333.33 men- suales, á $500.00 que hoy gana. Pero como ese sueldo y aun uno del doble no bastarían para cubrir los gastos que originan las francache- las, el juego y las dispendiosas sa- turnales del sátrapa y de sus pará- sitos, ha aumentado los impuestos en más de cien mil pesos, cuando el Estado se debate en la miseria. El 19 de Diciembre del año ante- lior, Luis García M. celehió con una kermesse el entronizamiento del Oictador. García be'bió hasta ro- iar por tierra. Sus couipnñtros de ,uerga ucs. Muñecas y Zimavillay Martínez Alntnia, este últiinoSecre- tario de Gobierno, lo cargaron, y en íliedio de la general rechifla lo lle- varon á domir su extraordinaria embriaguez al buftte de Martínez Momia. Hay presupuestados cincuenta mil pesos anuales para instrucción pública y no se gasta ni la mitad de ella. El resto, ó sea la otra mitad, t,irve para alimentar el fuego or- giástico que consume á García M. y su pandilla. Los demás ramos de la administración están igualmente- desatendidos y los fondos corren la misma suerte que los de la instruc- ción pública. Hace más de un mes .(lie Campeche debería tener un alumbrado conveniente, pero el des •)ilfarro no ha permitido que haya fondos feara ello. La condición del infortunado Es- tado de Campeche uo,puede ser más lamentable. Mientras García M. se .entrega al viejo en compañía de sñ Secretario Martínez Alimia y de otros funcionarías gastando en lns prostíbulos el dinero arrancado al pueblo por los recaudadores feroces, i'i instrucción pública ha llagado á parar en manos de cretinos y de pedantea Hay un Inspector General de Instrucción, Luis A Beanregard, que gana un sueldo enorme en rela- ción á su supina ignorancia. Como Director de la Escuela Modelo no 1 figura un Clemente Beltián inepto y .zafio. - Como Presidente de la Legislatu- ra del Estado aparecece un tal An- tonio Ramírez, individuo burdo que no sabe más que acatar consignas con sumisión canina. Para colmo de-males pronto lle- gará á Campeche un Obispo llama- do Francisco Mendoza^ célebre por viajar en compañía de u~h serrallo de beatas inmundas. Los liberales campechanos están justamente in- dignados con tal motivo, porque Mendoza se propone abrir un cole- gio embrutecedor. Los liberales se proponen hacerle un recibimiento igual al que en Guadalajara y en Mérida hicieron á Serafini. Luis García M., por su parte, co- mo clerical que es, ha arreglado ya una casa, contigua al «Casino Cam- pechano,» paTa que en ella habite» el ensotanado Mendoza y sus bea- tas viciosas. No es lo anterior sino una ínfima parte de lo que hay que decir sobre la administración campechana, que como la general de la República hiede y asfixia. Los esclavistas ensoberbecidos. Un caso monstruoso. La tiranía, en el apogeo de su so- berbia, parece empeñarse en poner á prueba la resignación de los opri ruidos, provocándolos con sus de- senfrenados alardes. Ya no se guar- dan fórmulas; ya uo se cubren los actos despóticos con un barniz de legalidad; ya no se disimula la opre- sión Se tiraniza abiertamente y de dia en dia se descubren infamias cada vez más cínicas, arbitrarieda- des cada vez más impúdicas; actos de despotismo realizados cada vez con más descaro. En Yucatán se acaba de regis- trar uno de estos actos. El enri- quecido esclavista Audomaro Mo- lina Solis, hemano del Gobernador, ha hecho encarcelar al honrado ciu- dadano D. Tomás Pérez Ponce, só- lo porque este Señor protegió y dio asilo á un sirviente, ó sea esclavo de Audomaro Molina, que logró fugarse de la finca de este hacenda- do, donde se le explotaba y se le trataba inicuamente, lo mismo que á MI familia. Esie sirviente prófugo, que se lla- ma Antonio Canché, publicó una hoja suelta con el título de «Carta abierta al poderoso hacendado D. Audomaro Molina y Solis.» En ew hoja, de la que habíamos oportunas mente, refería Canché lostna los ti atamientos que reciben los peone- de Molina, el excesivo trabajo que tienen, las chicanas con que se les roba su trabajo, disminuyéndoles «11 jornal; el trabajo forzoso y grn - tuno que s>e impone, tanto á los trabajadores como á sus mujeres, la condición de prisioneros que guar- dan todos en la finca, etc. etc. y tei minaba diciendo á Molina que se había escapado, porque no po- día tolerar tantas infamias; que ha- bía estado eu su perfecto derecho para fugarse <le un lugar en que se le retenía por fuerza; que estaba en Mérida en la casa del Sr. Tomás Pérez Porice y que alli podía pasar Molina á cobrarle la insignificante suma de un peso y centavos que le había quedado debiendo. En un principio, el rico esclavis- ta ti ató de recobrar á su siervo por diferentes medios, pero compren diendo luego que el Sr. Pérez Pon- ce era quien guiaba á Canché para que no se dejara atropellar por el hacendado, todas sus iras cayeron sobre el Sr. Pérez Ponce. Y ha pasado precisamente lo con- trario de 16 justo y lo legal. Des- pués de la carta abierta de Canóhé lo que procedía era que las autori- dades visitaran la finca de Molina comprobaran lo denunciado por e! siervo prófugo, y al comprobarlo - cosa indudable,-pusieran en líber tad á los esclavos del hacendado v sometieran á éste á uu proceso por los delitos que comete al someterá multitud de seres á forzada servi durabre, darles tratamientos ini- cuos y aprovecharse de su trabajo, explotándolos villanamente. Pero no se hizo esto, y fue natu- ral, puesto que el esclavista es her- mano del Gobernador Olegario Mo- lina, que á su vez tiene siervos á quienes explota. No se persiguió al culpable, y éste ni siquiera tuvo el pudor de guardar silencio, para no remover más ese asunto que de- fuera capaz. Por el contrario, el infame se ha erguido; el esclavista, el explotador, el que debiera bajar la frente, se ha ensoberbecido y ha tenido la audacia de acusar al Sr. Pérez Ponce, al hombre honrado, al filántropo que dio protección al débil. Audomaro Molina Solis acu só de difamación al Sr. Pérez Pon- ce, y un Juez venal, uno de esos la cayos que hoy deshonran la majes tad de la Justicia, no vaciló en or- denar la aprehensión del inocente para halagar los odios del poderoso culpable. El representante de Mo- lina es el Lie Elias Amábilis, Di- putado, que se distingue por su ser- vilismo para con los Molina y que en diversas ocasiones ha hecho la defensa del personero ó capataz, fla- gelador de los peones del Goberna- dor. Lo que referirnos es monstruoso. Es verdaderamente inaudito que el esclavista y explotador Molina, cu- yos delitos estáti comprobados, per- sica á un hombre que, como el Sr. Pérez Ponce practica el bien y no puede ser acreedor sino al aplauso déla torre anticua y de la fachu- da La infracción .i las Leyes de Keluima, fue clarísima; pero la autoridad política se negó acan- tilar ó amonestar siquiera al atrevido obispo, dizque porque no provocó escándalo con sus actos. Pankburst hace que el Estado mantenga á sus parientes. Un sobrino suyo, Alfonso Linares Serna, percibe un sueld'j de $80 6 $100 mensuales como Secreta- rio Particular del Gobernador, sin desempeñar ese cargo. Quien lo desempeña es José Manuel Vi- lla, periodista de alquiler que del Gobierno de García recibía una subvención de $250 00 mensuales, la cual fue aumentada á $300 00 para que, además de adular, se encargara de la Secretarfa Parti- de Pankhurst. Como se ve, Li- nares Serna, es un afortunado vag"O que vive del Erario sólo por ser pariente del Gobernador. Los caciques que ha colocado Pankhurst al frente de algunos Partidos, contribuyen admira- blemente á hacer odioso su Go- bierno. El Jefe Político de Pinos, José S. Capetillo, es un individuo com- pletamente ordinario, mezquino y déspota, que carece <íe todo sen- timiento alto, de toda cualidad noble. Arrastrado por sus bajos intintos, por su no domada bes- tialidad, abusa del poder, buscan- do solo la satisfacción de sus pa- siones, de sus odios ó de su ava- ricia. No hace muv.hu que Capelilio iriandó aprehender á un honrado Ciudadano de "La Estrella," Ha- cienda que dista de Pinos unas quince leguas. Dicho ciudadano estaba dormido cuando llegaron los esbirros pretendiendo sacar- biera ruborizarle), si de ruborizarse|-k) de su casa. Preg-nntó la vícti- i de cuantos guarden un resto de sen- timientos humanitarios en el alma. Pero no hay que extrañarlo; es la ma el por qué de aquel atentado, y se le contestó á tiros, que le causaron algunas heridas, lo que no fue obstáculo para que los de- salmados esbirros sacaran á aquel infeliz de su casa y lo con- dujeran á pié y maltratándolo hasta la cárcel de Pinos, donde murió en pocos días, tanto por las heridas, como por hambre, pues Capetillo ha introducido la costumbre de no proporcionar alimentosa los presos. Aunque algunas familias de Pinos preten- dieron proporcionar asistencia médica á aquel pobre hombre, el Jefe Político no lo consintió. Después de suprimir el alimen- to á los presos, Capetillo supri- mió el alumbrado público, v sus- pendióarbitrariamente los traba- jos del Panteón que estaban ya por concluirse. En cambio ha reunido gruesas sumas de dine- ro, dizque para la fundación y sostenimiento de un Hospital, que llevará el nombre de su amo Pankhurst y para la construc- ción de un Mercado. Pero como semejantes mejoras no han pasa- do de proyectos y hay serios te- . . mores de que en pren ecto sigan, tiranía en el apogeo de su soberbia; j i o s contribuyentes quieren saber es la infamia que se juzga invenci- ¡ q u c a a hecho el Jefe Político delble; es el crimen lleno de vanidad; es el despotismo, que ha visto la re- signación de los oprimidos, y se dinero que se obras. destinaba á tales , Capetillo es mocho, como co- burla de ellos y los provoca con sus, r r e s p F o n d e .; u n d ¡ f , n odesenfrenados alardes. £1 Clericalismo En Zacatecas I.os Fa»oritos de Pankhur»! El Dictador quitó del Gobier- de Zacatecas al mocho intorela- ble Genaro García; pero puso en cambio á Eduardo G. Pankhurst más mocho y más insoportable que su antecesor. En la bendición de la nueva to- rre de Catedral, el Obispo Al va salió á la calle en traje de prelado y predicó al rebaño católico que un digno servidor de Pankhurst. Repudiado de la buena sociedad de Pinos, el odio- so cacique ha buscado refugio en las sacristías, donde la clerigalla, que todo lo acepta, le ha dado magnífica acogida. El día H> de Enero, Capetillo mandó decir una Misa Solemne, á la qne asis- tió pomposamente, haciendo alar- de de clericalismo. Los zacatecanos se habrán con- vencido de lo inútiles que son los cambios de Gobernadores, cuando esos cambios no son he- chos por el pueblo, sino por el Gral. Díaz, que siempre procura poner al frente de los Estados á lacayos que sostengan la tira- nía y no á Gobernantes que pro- i invadíala acera de frente á Ca- tedral, interceptando el paso á¡ los transenntee. La peroración tuvo por objeto alentar d los fie- les a que siguieran contrubuyen- do para los gastos de reparación i — curen el bien de los ciudadanos Léase "Regeneración." , . , . ( , , , . " • ' , ' • • • ¡ " ¡ ' '' • La despoblación de léxico Ofrecimos, eu uno de nuestros números anteriores, tocar el serio problema de la despoblación de Mé- xico, de esa emigración alarmante que busca refugio en Estados Uni- dos huyendo del maltrato dei capa- taz, de la rapiña de la tienda de ra- ya, del despotismo y el libertinaje del amo, del jornal irrisorio, de la tarea gratuita, del cepo, de la cár- cel, de la multa, de la consigna- ción al servicio militar, de la negra esclavitud en toda su ignominia, con toda su deshonra. Nuestras autoridades ignorantes siempre, creen que los .problemas sociales SP resuelven coa disposicio- nes y órdenes despóticas, con de- cretos y circulares sin valor. El Cónsul de San Diego, Cal., propone que se impida atentatoria- mente la salida de mexicanos; que se les niegue el derecho de abaudo- nar el territorio, que se les estorbe la posibilidad de escapar de la mi- seria y de la muerte. Ese Cónsul que sabe que la arbi - trariedad es la regla de nuestro Go- bierno, propone la más monstruosa de las arbitrariedades: la de que el trabajador sufra encadenado todas las desgracias que sobre él caigan, que sea un prisionero dentro de las fronteras de su Patria convertida en galera, sin esperanza alguna de re- dención, i El Cónsul nada djce contra el oue roba, embrutece y deshonra al tra- bajador, á sus hijos, á su raza, re- duciéndola con la fatiga, el fa- natismo y el vicio, á una masa in- conciente, estúpida, desvalida, de- generada, que palpita y se mueve automática, sin ideales, sin deseos, sin darse cuenta siquiera de su des> tino ó del por qué de su dolor; sin alectos, sin ligas con la vida, sin los goces que alcanza todavía el anima' mismo, libre y dueño de sí, en los bosques ó en las cavernas. El Cónsul no se duele del peón, más infeliz que el esclavo; su simpa- tía es para el amo que azota ó viola, para el verdugo que tortura y des- pedaza; para él todas las simpatías y toáas las conmiseraciones porque la bestia batida y apaleada y ham - breada, lejos de volverse feroz á acometer á quien la acosa, huye presa del terror hasta poner una frontera infranqueable entre ella y sus perseguidores. Corral, fingiendo más pudor que el Cónsul, se conforma infantilmen- te con aconsejar que se publiquen . de vez. en cuando circulares que ha- gan saber al mexicano los peligros y sufrimientos que le esperan en el extranjero, circulares que no produ cen efecto alguno, desde luego por- que el obrero peón del campo que ni lee ni sabe que exista Corral, es con- ducido, como el ganado, por el con- tratista implacable, por el negrero que lo vende ó traspasa á tanto por cabeza; y, después, porque esa's cir- culares entrañan una mentira 3 una inmoralidad pues el peón gana aquí mejor jornal, difruta de liber- tades, tiene techo y pan y vestido, y si su condición es aún precaria debido á la inferioridad á que en nuestro país lo redujeron la servi- dumbre, la miseria y la ignorancia, y debido á la lalta de amparo y de ÍVnsa de parte de los Cónsules me- xicanos, esa condición es infinita - " mente mejor qué la de paria, que la de esquilmo, que la de cosa que guarda éntrelas garras de ese triun- virato formado por el propietario agrícola y la autoridad y el fraile, bertad. La bubdivisióu de la gran propie- dad territomal, la repartición de esa propiedad; he allí el único Te medio. Todo lo demás es paliati- vo, y como todos los paliativos so- lución ineficaz. Se aconseja el alza del salario Pero, ¿quien lo procurará? ^lil ha- cendado q:ie exprime la sangre del trabajador? ¿El contratista, el ne- grero que se enriquece con el corre- taje eu el trato de carne humana? ¿El peón aislado, analfabeta, misé- rrimo, que sólo puede sufrir ó huir? ¿Las sociedades y congresos católi- ca is con sus teóricas resoluciones y laúnica mira de que al Clero no se le escape la presa? Se aconseja el establecimiento y la multiplicación de escuelas rura les. Pero, al amo no le conviene la instrucción de sus siervos, y en consecuencia, se les enseñará reli- gión, la escuela se convertirá en un nuevo foco corruptor, en una nueva cadena que ate y debilite al infeliz peón. Se aconseja que se cuide de la higiene de las habitaciones, que se les den comodidades á seres que vegetan en estado primitivo, que no tienen siquiera pan, ni con qué cubrir su desnudez. Y se desea que el alivio venga como una concesión, como un fa- vor del verdugo, del amo, del que está interesado en la explotación. Se aconseja que haya un médico en cada hacienda y que gratuita- mente se atienda á los desgracia- dos víctimas de las pestes, sia su- primir sus causas: la pobre alimen- tación, el desaseo, la carencia de abrigo y el exceso de trabajo debili- tante. Esos paliativos son inútiles; el remedio es la libertad; que el hom- bre labre su propia tierra, ó al me- nos, que no se le explote, que cons tituya su hogar independiente, que satisfechas sus necesidades materia- les pueda atender á su cultura, á la educación de sus hijos, y pueda, en sus condiciones de hombre libre, buscar la fuerza de la asocia- ción, tener individualidad, ser ciu- dadano y constituir entonces en unión de otros hombres libres, una el imperio tenebroso de Porfirio Díaz. Eu otros artículos estudiaremos estas grandes cuestiones, débilmen- te esbozadas por hoy. ' ' ' AUTORIDADES SALVAJES. El triunfo de INUTILIDAD DE LAS QUEJAS. • verdadera república. Para subdvidir la propiedad, se necesitarían entonces, ó medidas fiscales nada prácticas, porque irían á ofender intereses poderosí- simos, que las impedirían, ó traba- jos- de colonización, que permitie- ran, fraccionando la propiedad, traspasarlo por venta á compra- dores que, con corto «apital, adqui- rieran el terreno suficiente para el desabogado sostenimiento de sus fa millas. Hombres cou corto capital, aho- rrado en una vida de método y eco- nomía, deseosos de invertirlo*u una propiedad que pueda ser el pie de -su fortuna y su prosperidad futura, Las Autoridades de Minas Nuevas [Villa EscobedoJ Chih, se conducen como salvajes, y realmente están en su papel. La civilización huyó de nuestra Pa- tria para dejar su asiento á la barbarie, desde que sobre los es- combros de la República se le- vantó el enrojecido despotismo de Porfirio Díaz. El Presidente Municipal Igna- cio Sandoval, aparte de ser des- pótico y arbitrario, tiene la mala costumbre de quedarse con las* multas que impone. Esto ha mo- tivado que los vecinos hayan ele- vado frecuentes quejas aí Gober- nador, justificándolas con certifi- cados del Tesorero Municipal que hacía constar que no ingresa- ron á la Tesorería varias multas de $10.00 y* $5.00 que el Presi- dente había impuesto á multitud de individuos. El Gobernador no ha hecho caso. Sabido es que la mala conducta de un funciona- rio es hoy motivo de aprecio para sus superiores. El Comandante de Policía Sil- vano Bañuelos, favorito del Pre- sidente, es la personificación de la brutalidad, de la maldad, del crimen. El y su hermano José Ma Bañuelos, cabo de la policía, son el terror de la población, pues, seguros de la impunidad, se dedican á ejercer el vandalis- mo más descarado. Cometen to- da clase de atropellos, no respe- tan ni los hogares,' ni elpudor fe- menino; pur la noche asaltan á los ciudadanos, despojándolos de lo que lleven, armas ó dinero; al que resiste lo llevan á la cár-¿ cel á cintarazos. Siempre que conducen presos, les echan enci- ma el caballo para obligarlos á andar aprisa. En la cárcel, por gusto, dan tormento á los deteni- dos. Hace poco tuvo lugar un hecho que horrorizó á la población. Es- taban algunos presos haciendo la limpieza de una calle, .cuando un eu nuestro país. No nos ocupare- mos en combatir la infame teoría del Cónsul de San Diego, ni la ne- cedad de Corral. No hay criterio sano que no las rechace con indignación y despre- cio. Nuestro propósito es abordar el problema mismo entre todos sus es- collos, entre todas sus tinieblas, y buscar un sendeio que nos conduz- ca á uua solución humana y prácti- ca, que salve al trabajador y salve la producción, herida de muerte bajo el tégimen actual de privile gios para el amo, de hambre y des- pojo para el verdadero productor. E-5 preciso que caiga et monopo- lio, que desaparezca el sórdido aca- parador de la ti^rrra, con su poder y privilegios; es necesario que una racional división territorial substi- tuya á la que ahora pone en manos de uuos cuantos señores feudales to- da la extensión de la República y deja Mn un palmo ala mayoría de la población mexicana reducida á la esclavitud. Una nueva Reforma se impon- dría si el pueblo pudiera tener ron- cieucia de su obra. Si antes fueron desamor'izados los bienes del Clero (aunque después nial repartidos, de modo que el pneblo no aprovechó de ellos), llt-gará el día en que se- rán desamortizados de nuevo, pues el cirro los ha recuperado y los tie ne ahora en manos de testaferros, y será desamortizada también la pro- piedad que inmoralmente detentan aventureros enriquecidos i-n los puestos públicos.Esa propiedad se- rá entonces subdividida y distribui- da para que la trabaje y disfrute el mayor numero á la sombra de la li- no dejarían de acudir á una oferta generosa y beneficiosa de terrenos siempre que en el país encontraran seguridad y garantías. Entonces la gleba no estará bajo el látigo de un poderoso dueño de ilimitados dominios, encontraría acomodo con los pequeños propie- tarios, con los nuevos colonus me- xicanos, ó, extranjeros, que en sana competencia, solicitarían el trabajo del peón mejorando su jornal y las condiciones de su existencia. El peón escojeria entre varios ó numerosos propietarios, y alquilaría su fuerza y su trabajo al que supie- ra remunerarlos con más largueza. El alza del jornal le permitiría ma- yores satisfacciones y comodidades, le dejaría tiempo y ánimo para ins- truirse, le llevaría á la unión, á la liga con los individuos de su clase para la defensa y mejoría de los in- tereses de clase, y más tarde po- dtía llegar á ser—ó lo serían sus hi- jos educados en un régimen de me- nor opresión—propietario á su vez, para atender y desarrollar su pro- pio capital. En esas condiciones el peón no huiría al extranjero acometido de pánico, buscando la salvación. Tampoco abandonaría el campo, empobreciéndolo con la falta de brazos para pedir á la industria mayor remuneración, produciendo plétora de trabajadores y baja por consiguiente de salarios, y necesi- tando á la postre emigrar. El peón se arraigaría á la tierra, á la tierra siempre amada por él. El fraccionamiento de la propie- dad podría hacerla el gobierno ad- quiriéndola si era necesaiio por compra, perfeccionando su título y ofreciéndolo á compradores, rolo- nos, y trabajadores de buena fé. Pero el Cónsul de San Diego, Cal., cree que se debe hacer rodeo con los peones, impedirles la salida, obligarlos á que entreguen sus car- nes al látigo ó al potro, sin poder escapar á los mil tormentos á que se les scmete; y Corral, adortne< ido por los vapores del festín continua- do con que lo arrullan sus adulado- res, cree que basta con aconsejar la resignación y la obediencia á los infortunados esclavos, que por sarcasmo se llaman ciudadanos en viejecito intentó pasar por ella Uno de los gendarmes que custo- diaban álos presos pretendió gol- pear al anciano, lo que fue impe- dido por algunas personas que estaban presentes y á las cuales el impulsivo policía trataba con" insolencia, A tiempo que esto pasaba, llegó el Comandante Ba- ñuelos que, enterado de los he- chos, lejos de corregir á su su- balterno, di jo-á los que habían defendido al anciano de la bru a- lidad del gendarme, que no te- nían que meterse con la policía. Uno de los presentes, el Sr. Je- sús Vara, preguntó á Bañuelos que si asi era como se debía tra- tar á los ciudadanos, y entonces el furioso polizonte, por toda res puesta, se desatóen injurias con« tra todos los que estaban en su presencia. No quedó satisfecho Bañuelos con sus tabernarios desahogo», y se propuso vengarse del Sr. Va- Busco en mi alma'cuerdas g vibren sacudidas por el heroís- mo guerrero'dé'Stoessél," y noíás hallo. Stoessel iguala á los ma- yores héroes militares; pero mi alma, educada en otros sentimien- tos y dirigida hacia otros ideales, no puede, no sabe estremecerse con las bravuras de un soldado, El Emperador japonés felicita al defensor' dé ; Port Aíth'ur; el Czar le llamará su hijo predilec- to, le pondrá una cruz más sobre el uniforme, mientras el Santo Sí- nodo le pone otra bendición más sobre la cabeza, y el guerrero slavo saldrá por las rotas defen- sas al frente de sus tropas con todos los honores militares, á tambor batiente. El nombre de Stoessel pasará á la historia, Stoessel volverá á Rusia para gozarlos triunfos ma- teriales y morales á que lo hace acreedor su heroísmo. Los áo\> dados qjue pelearon como él y fue- ron mas héroes que él. porque fueron héroes sin esperanzas de de recompensas, esos se podri- rán de incógnito bajo los escom- bros de la rendida fortaleza, abo- narán pon sus restos en descom- posición los campos manchuria- nos, ó volverán á Rusia," los inú- tiles á mendigar, los sanos á ca- var la tierra y á pagar las contri- buciones. Para esos soldados defensores de Port Arthur no habrá más cruces efectivas que la amarga cruz de su vivir, ni más bendi- ción que la de sus padres, ni más historia quela referida en voz baja por cuatro viejos junto á ho- gares escasos de alimento y de leña. El Czar les llamará hijos cuando desfilen por delante de él, y les tratará como siervos cuan- do se desperdiguen sobre la es- tepa. Cuando pienso en esto se me llenan los ojos de lágrimas; y. si no encuentro en mi alma palpita- ciones de entusiasmo para el bár- baro heroísmo de Stoessel las ha- llo de ternura y de compasión pa- ra los infelices soldados que le ayudadaron á hacerse héroe. Por lo demás, la rendición de Port Arthur me ha causado pro- funda alegría. No ciertamente por el triunfo de Mutsu-Hito y de su Japón oficial. ¿Eso qué? En tal sentido significan lo propio á mis ojos el Czar qué el Mikado. Mi alegría es porque lá caída de Port Arthur prolonga el prin- cipio de otra caída:7la caida de-la Rusia oficial; de—la Rusia que re- presenta para la civilización una amenaza, y para la humanidad una deshonra. Si Port Arthur no hubiese cai- do; si la escuadra rusa no se hu- biese deshecho á golpe de cañón japonés; si Kuropatkin no hubie- se ido de retirada en retirada y de derrota en derrota; si todos esos batallones y barcos, si todos esos jefes con uniformes festo- neados de pieles y bordados de oro hubiesen impuesto al Japón, por decretos de la victoria, lasvo luntades. del,autócrata.ruso, ¿qué hubiera hecho el autócrata ruso.el festoneados1 despides y bordados de oro, las armas relucientes, los barcos podridos de cañones, la vistosa iquinc,áUería, coní;;:\qü"e . el d-espoitisíno, ¿e! íuf ánaba/>7 p&t*&'; 1 ¿i- ír'ar en.''ella'su,'rázdn de .existir^ pjé^e'au1' prestigio/ ' ••'Si. ¡«ií'Mfo'; para máíat1,b'i<?n ,y,'',¡éencelébien': servís, ¿a títtjló de qué* tratáis dé! Imponeros ,,y, de escla-Vizarnos?' f r i t a rá el pueblo'ruad. Perdida vuestra bárbara y sangrienta au- reola, ¿que¡derechoos asiste pa- ra seguir vivieñd,ó?>Mo;rji'd'. Ente- rrad lo que ha dejado vivo de vos- otros el peleador japonés; ente- rrad con vosotros la Rusia de la fuerza y. de la matanza, de la con- quista y de la servidumbre y ce- ded él paso á otra Rusia; á la nuestra, á la Rusiaque quiere in- corporarse á la humanidad/' Realmente la derrota del Czar es el triunfo de Rusia, Más que los japoneses^ deben celebrar los rusos el rendimiento de Pori Ar- thur. Port Arthur rendido es para los japoneses una victoria mili- tar; para el pueblo ruso, una vic- Febtuáry n tfi 1905. Substíritióá r a t e / 2. 00 gold. ' 1. 10 ,, : amliVv! Per omonths. . „• ,.,, Director í y , Propietario Ricardo Plores .:M"á¿'on;" '"'•-'•" toria humana. JOAO.ÜIN DlCENTA. U INTERVENCIÓN . Responsabilidades del Ge- neral Díaz. En THK SAN ANTONIO GAzaTTE, uno de los periódicos más impor- tantes del Sur de los Estados Uni- dos, aparece un artículo alar- mante, relacionado con la difícil situación por la que atraviesa nues- tro fronterizo Estado de Sonora. El artículo que traducimos dice así: ' : "Informes llegados de la Ciudad de México, procedentes de las re- giones ocupadas por los indios ya- quis, dan nueves detalles, relativos á las terribles condiciones en que se encuentra esa parte de la Repú- blica. "Los indios yaquis han empren- dido una campaña de exterminio en contra de los mineros mexicanos q " B B G £ N E R A C I O N » SB publica loi sábados. El número auaito vale cinco centavos oro en los Estados Unidos del Norte y dloi centavos pla- ta en la República Mexicana, Los precios de subscripción1 ion como aíguá: En los Estados Unidos do! Norte por un tamei-. tie, pjgo adelantado «—r$ 1. 10 oro. Po,r,iírt a&o, pago adelantado ' 2. 00 oro. En la' República Mexicana por Un teraostr» pago adelantado, ' ' $ 2. 4 0 plata. Pomñ-anó.Dagoadelantado 4. 50 ,, El ciento de ejemplares Talo para los Agentes; En la República Mexicana. í 7. 00 plata.. vEn los Eataíos Unldos.del Norte— 3. OO.oro. Los envíos de dinero pueden hacerse por Giro Postal Internacional, por Express, en Billetes i e Banco 6 an Timbres Postales. JVOÍlá. Mstoa presos se aplican á Ice personas que maman pagar directamen- te sus subscripciones sin «ecestáad d$ co- brarles. A Cas personas á quienes enviemos núes' tro periódico y no manden pagar, se les cargará un veinte por ciento sobre los pr$- ciov airiba expresados. Para todo asunto dirijirse al Dinctw • lo que están es más, los exentos de y residentes, y americanos no los ataques de la desesperada ban- da de salvajes que merodean en el Estado de Sonora. ' Antes los yaquis habían sido enemigos únicamente de los mexi- canos, pero parece ser que como consecuencia1 • de la' desesperación que les causa el Gobierno Federal, ya no distinguen y tratan por igual á mexicanos*y americanos. El nú- se final del artículo que nos ocupa, cuando seanunciaqueSonoraacep- taría hasta la iniervencióii de los Estados Unidosti ' " ¿Seta posible que por el enrique- cimiento de individuos como Co- rral, Torres é Izábal, este coloso del Norte, que no conoce pudores diplomáticos, vaya á inyadir esa rica porción de nuestra tan desven- turada Patria so pretexto de inter- venir en una lucha de la que resul- ta responsable Pprfirio Díaz, y la que no pueden dominar soldadi- llos pletóricos de pretensiones y vanidades, ávidos de riquezas y paupérrimos de aptitudes? ; . Cese ya esa lucha cruel é inhu- mana; déjense á los pocos infeli- ces yaquis qae no han sido ase- sinados ó arrancados de su terruño el goce y disfrute de sus tierras,' y se verá que nuevamente trocan sus justas represalias en conducta pacífica y tranquila. ••«» La tiranía deHehesa, mero de americanos matados por ra, ejercitando en rística ferocidad. él su carac te- Poco después de los sucesos referidos estaba á caballo el Sr. Jesús Vara, con- versando tranquilamente con el Sr. Ignacio Oviedo, cuando lle- garon los hermanos ^Bañuelos y, sin darle tiempo ni para defen- derse, lo asaltaron, golpeándolo brutalmente. No quedó al Sr Vara más recurso que buscar re- fugio en su casa, y asi lo hizo, pe- ro los bandidos lo persiguieron hasta su hogar, penetrando en él y golpeándolo nuevamente. Una señora de la casal que trataba de detener á los energúmenos, re- sultó herida, y el Sr: Vara, des- pués de haber sido agredido en su propia casa, fue conducido á la cárcel é incomunicado riguro- samente. Los hermanos Bañuelos pasean su impunidad y su desvergüenza ante la indignación de los habi- tantes de Villa Escobedo y las demás autoridades se burlan de esa justa indignación protegien- do abiertamente á los culpables. Será inútil elevar nuevas que- jas ante el Gobernador. Mien- tras los ciudadanos no ejerciten sus derechosy se libren ellos mismos de sus tiranos, su situa- ción será miserable, por más que pontífice de la Rusia oficial, con la otra Rusia, con la Rusia huma- na, que gime de hambre en las estepas y agoniza de miseria en los talleres y tiembla de espanto en los gabinetes de estudio? ¿Qué hubiera sido de los ganados de humanas criaturas, que los ca- prichos del autócrata llevan de un lado á otro cuando bajan humil- demente la cabeza, que las fero- cidades det autócrata entierran en las minas siberianas y cuelgan de las horcas cuando quieren al- zar la cabeza en son de protesta ó rebeldía? ¿Que hubiera sido de toda Rusia si la victoria se inclina. lado de Nicolés II? jQue hubiera sidol esa del . El Jos yaquis, durante, los dos últimos mesesj_no -puede precisarse, pero se cree que no sea menor de cin- cuenta, entre mineros y gambusi- nos. "El número de residentes mexica- nos, contando con mujeres y niños," es muchísimo mayor. En muchos casos multitud de familias, en el in- terior del Estado han sido arroja- das de sus hogares á golpes y sus casas robadas é incendiadas. "El Gobierno de Díaz es, por su- puesto, directamente responsable de esta completa destrucción de vi - das y propiedades; que no es más que consecuencia y, resultado, ,de las injustas." y opresivas medidas* dictadas por el Gobierno en contra de estos indios, que siempre habían figurado entre los más pacíficos ha- bitantes de México. 1' Los yaquis tienen la seguridad de que el Gobierno ha decretado el exterminio de ellos, lo cual es solo cuestión de tiempo. "Mientras tanto, las vidas de to- dos los americanos en la tierra del Yaqui está en el mayor peligro, y las deficientes tropas que mandan el General Torres é Izabal son im - potentes para dominar la titulada insurrección y para protejer las vi - das de los ciudadanos americanos y mexicanos. "Estos jefes son favoritos del Presidente Díaz, por lo cual son incapaces, presuntuosos é incom- rueguen y se déspotas. arrodillen ante los BUSQUESE El próximo numero de "Re generación." Czar triunfante, sus Generales vencedores, las tropas volviendo á la patria para imponer el despo- tismo á balazos y la servidumbre á crujidos de látigo; los que du- rante la guerra maldijeron de ella por inicua y de sus iniciadores por insensatos y crueles, sacarían de su ocio á los instrumentos de tortura; repoblarían los inpace de nieve, que la muerte, con ser tan ligera en vaciarlos, nunca deja vacíos; los pensadores tendrían que echar llave á sus cerebros;los trabajadores que poner morda- zas á su hambre y puntales á su resignación;"las esperanzas de li-' bertades y progreso que detener su viaje á la realidad; Furopa, in- clinada ante los vencedores, que sufrir sin protesta el encastilla- ra iento de la barbarie en plena civilización. Todo enmudecería ante la voluntad del autócrata y la dinamita sería la única voz re- dentora que se alzase en el impe- rio ruso. Ahora, no. La derrota de la Rusia oficial es el triunfo de la Rusta humana. Los uniformes peten tes y el pueblo de Sonora su- fre las consecuencias, y la agricultura están La minería paralizadas y todos los negocios de importan- cía sufren grandemente; y Sonora aceptaría hasta la intervención de os Estados Unidos." * * * Nuestros compatriotas juzgarán de los tristres»y dolorosos lesulta- dos de la absurda Dictadura que nos gobierna, defendemos la NonosotTOs los que causa de la Liber- tad de nuestra Patria, sino el perio- dismo americano, clama en contra de las infames y tiránicas medidas dictadas para sofocar la titulada rebelión del Yaqui, y pregona eme Torres é Izábal, los socios de Ra món C«TTal en este sucio neeocio del despojo á los indios, son IMPO- TENTES para dominar la situación; y fundan esta imcompetencia en el hecho de ser favoritos de Porfirio Díaz, por cuyo motivo les califican de TNCAPACHS, PRESUNTUOSOS E INCOMPKTENTES Pero la nota triste y dolorosa, la página sangrienta de estes mereci- das censuras yankees, está en la fía UNA. SATRAPÍA ODIOSA. Teodero Dehesa, el tartufo Go- bernador de Veracruz, ha soñado voluptuosaméntie en llegar á ocupar el Ministerio dé Hacienda. Su eter- no deseo ha sido substituir á Li- mantour. Sus asalariados folicula- rips han repetido hasta la saciedad que Dehesa es un gran -hacendista, un notable financiero, único capaz dé suceder ventajosamente al) ex- tranjero que ha sumido en la más espantosa miseria á la Nación. Y Dehesa, mareado con los hala- gadores epítetos que él mismo se hace dar, pierde la cabeza, y con sus mismos hechos demuestra al país que él nunca podría dirigir con acertada mano los asuntos financie- ros de la nación."*' •';" ""= "'• '.v",í""'" El encino no puede producir más que bellotas. Insensatez sería asen- tar que Dehesa fuese un hábil finan- ciero. Detrás del mostrador de un tendajón adquirió las nociones fi- nancieras que conoce todo el mun- do. Allí cursó prácticamente el arte del regateo con los marchantes hu- mildes y de ese modo fue como lo- gró aumentar el capital de sus ava- ros patrones, y así fue como consi- guió una canongía en la productiva Aduana del Puerto de Veracruz. Más tarde, cuando el heroico pueblo veracruzano lloraba la muer- te del patriota y liberal Gral. En- ríquez, el Dictador, aconsejado por el clero, colocó en la vacante silla al funesto Dehesa. Los electores habían cumplido con la teiebrosa consigna, y el Es- tado, atónito aún por la muerte del patriota gobernante, no se dio cuen* ta del Gobernador impuesto por la omnímoda voluntad del rebelde de TV coac. El gobierno veracruzano quedaba en manos de un hombre obscuro que al tomar posesión de su cargo carecía de todo mérito, y sólo pudo ascender apoyado por las bayone- tas de la Dictadura y por las sota- nas del corrompido clero católico. El pueblo, vuelto en sí de su na- tural sorpresa, vio hollados sus de- rechos, coartadas sus' libertades públicas y ultrajada su soberanía. Dehesa había revelado cual había de ser su conducta posterior. El juego amparado por la camarilla dehesista se extendió con escanda- losa desvergüenza en todo el terri- torio veraouzano. Al rededor del nuevo tiranuelo se agruparon pron- tamente los serviles. Ins aduladores, los lacayos que sacrifican su honor por un mendrugo, y desde entonces comenzó para Veracruz el reinado del terror que ba conducido á ese noble pueblo á la ruina, á la desoía- ción y á la miseria. ,;..•.'," i ' " ' .',1 \ ., &q 'exageramos. ';'"• ConsÜlteúe -la íiistoria df' aquel áé^dich'atíti pueblo, culos últimos dócéláfibs y eü cád,á página se verá.la obra.de la.th;ónía.¡ ]|í cotaércio agobiado era él enor- me' peso de las innuíqerables con- tribuciones que lo gravan, está ané- mico y próxíníb á desaparecer; los ciudadanos, vejados impunemente; • la ley arbitraria dé sorteos en todo su vigor; y sobre ese cuadro de ig- nominia, Dehesa con su círculo de tahúres1 que inciensan' al pr^cet; Las arcas del Estado están reple- tas de dinero arrancadó-el pueblo, y, sio embargo, el noiai/e hacendis- ta no disminuye un solo^ centavo los impuestos odiosos que. vacían los bolsillos de los contribuyentes. . 1 El estúpido" impuesto, /personal aumenta sus cuotas hasta una can- tidad exorbitante que difícilmente pueden pagar los pobres jornaleros, que son las víctimas de la inmodera- da codicia de Dehesa. Y no contento con eso, dirige sus pasos de avaro contra los emplados de instrucción—jcuántos de ellos verdaderos apóstoles del saber !-r-y les descuenta con sordidez de era* peñero ua tanto por ciento que in- gresa á sus desbordantes aroones. Dehesa tiene sed de dinero, como Pitnentel, como Cárdenas, como Olegario Molina, como todos los funcionarios públicos, y arranca á los profesores una cantidad que sig- nifica la privación y el hambre de familias. Bu cambio él, sin contar lo que se distrae ilegalmente, se aplica un sueldo de do.ee,mil. pesos anuales por causar la ruina y la des-, honra del Estado. A los municipios los tiene arrui - nados. §óbre ellos pesa su insacia- ble codicia. , , , Los empleados' inferiores de la administración veractuzanapade- cen mortales miserias, mientras De- hesa .en orgías y fiestas con sus fa voritos derrocha el dinero del pue- blo. Están sujetos á un sinnúme- ro de iniquidades. No reciben ni un solo centavo para los gastos in- dispensables de su oficina.1 La ren- ta de ia casa donde está la oficina; compra de papel, tirita, etc.; fran- queo de correspondencia; situación de fondos: todo lo pagan del mez- quino sueldo que reciben. Y si á esto se agrega el injusto descuen- to, el miserable jornal de barrende- ros de que disfrutan los ' infelices empleados inferiores resulta verda- deramente injurioso. Así es como Dehesa lleva á cabo* sus asomhosas operaciones financie- ras. A costa dé la miseria pública Tive con insultante lujo el que ayer- regateaba con los marchantes del tendaión. , ^ Deuesa es un tirano que procura al pueblo todo el mal posible. Los Jefes Políticos son en Vercruz indi- viduos que merecen Tá horca. En Tuxpam hay un Jefe Político llama- do Arturo V. Núñez que consigna al servicio de las armas á personas que gozan de la exención del ser- vicio, de acuerdo con el inciso B del articulo 89 del Decreto de 2 de Ju- HÍO dé 1900. Núñez viola la ley en obsequio de sus pasiones. Infinidad de ciudadanos han sido consignados ilegalmente al servicio de las armas por Núñez. Los ciu- dadanos Juan Cirilo Santiago y Marcos E. Santiago, fueron consig- nados al servicio de las armas, por- que en representación de los veci- nos de Temapache •• habían' ocurrí do á todas las autoridades en demanda de justicia cqritra los incalificables atropellos de que es víctima el ve- eindarío por parte del Presidente Municipal deesa población, un ban- dido que responde al nombre de Ju- lio González, Los Santiago pidie- ron amparo y lo obtuvieron, por casualidad, de la Suprema Corte de Justicia déla Nación; pero Dehesa ordenó á Juan Santiago que no re- sidieTa en el Cantón de Tuxpam. diciéndole que el Jefe Político te- nía orden de fusilarlo si desobedecía su mandato. Joaquín Juárez fue consignado al servicio de las armas, también ile- galmente, porqne habiéndose fuga- do de la cárcel su hijo, no pudo presentarlo al Jefe Político para que éste le impusiera un castigo. Nú ñez se quejó con Dehesa, y este ti- rano envió al cuartel al desventura- do padre. Innumerables abusos como los in- dicados se cometen en el Estado de Veracruz, que gime azotado por las manos vulgares de tiranuelos im- provisados. Veracruz, el viril Estado que en época de prueba supo conquistar 1a gloria, tiene hoy que sufrir la afren- ta, como sus demás hermanos de la Federación, de vivir encorvado ba- jo el peso de tiranos sin lustre. El, TER6ER IMPERIO. Of-ece enviar como prima la obra «JUÁREZ como lo describe la Historia y como lo pinta el Diputado Bulnes» por el Va R. Prida, á toda persona que se subscriba al periódico. Esta obra vale en las librerías $1.75. £1 preoio da la subscripción á <E1 Tercer Imp«rio> es $1 75 por semestre y todo pedido deba hacerse al An. 2176. ó al Chapitel de Monwrrate, N ' 4, y precisamaote ¿ I. Arrióla.—Mé- xteo—D. F. ASTADO DE MÉXICO. •. ,.','! Mala Interpretación a rtUestra Circular. Como recordarán los amables suba* criptorea de B,kGEMERA.GION, solí citamos el, r^gistn de nuestro perió- dico en la Oflqlná. do Corvóos de la olu dad de -México, hbciendo, ufa ó de un derecho qué nos concede la ley, perú Porfirio Díaz nrdenió que se impidiera 1 registro ooa pretextos injustifica dos Entonces, en la imposibllidad.cle.de- positar nuestros giros para cobrarlas subscripciones,-repartimos una oirou- lar suplicando á laa personas & quie- nes enviábamos el periódico que, en oa'so de aceptarlo, EOS situaran direo lamentó ei importe"do la' subscripción. Wl hoy Gobernador del Estado de México, el Sr, Gis.1. D. Fernando González, es una de las personas que recibía nuestro periódico y & quien por ésta causa, le enviamos nuestra circular. El Sr. González dló á esa circular que en seguida publicamos, una inter- pretación errónea, considerando qui- zá qua el cobra que le hacíamos era una solicitud de protección y & eso se debe el tono déla carta que inserta- moa ooa la contestación respectiva. ' He aquí nuestra Circular; Estimado Scílór: Deseosos de ex- tender ampliamente) la propaganda, de, las1 ideas que sostsnemos, hemos esta do <»nvlando, & V., nuestro periódico REGENERACIÓN. Nuestro afán es llevar á la concien- cia de1 nuestros compatriotas el con- vencimiento de que el gobierno dicta- torial de Porlirio Díaz está cauBando la ruina, de }p>Patria y,nos está preoi pitando á una catástrofe. ' Anhelamos que las inmensas des- venturadas del presente y los graves problemas del porvenir nacional se impongan á la consideración de nues- tros conciudadanos y los, obliguen á r'oacc'onár virilmente, á despójale del indiferentismo—que equivale á complicidad con la tiranía—y á lu char contra la Dictadura, ó á prepa- rarse, cuando menos, para afrontar las contingencias del fnturu. Ya que se ha servido V. conservar los ejemplares de nuestro periódico que le hemos remitido, no dudamos que simpatice con nuestras ideas re etmociendd él espíritu de justicia que informa nuestros trabajos y espeta- mos que con gusto favorecerá V. el sostenimiento oe nuestra publicación -)1 es que considera que su existencia es útij p'aralacáusá, dé'la libertad y (jara la defensa de las instituciones li- berales qne serán mañana, como 1<> fueron ayer, las que salvarán á nues- tro pueblo del caos en que lo dejarán sumergido les egoísmos y l<*s traicio- nes de la. Dictadura actual V Hay 00 podemos girar contra núes tros subscriptores, com« otras veces lo hemos hecho, porque el gobierno del Gral Díaz, con fútiles pretextos, se ntg-6 á aceptar nuestras libranzas. Por eso nos dirigimos á nuestros subs- criptores para suplicarles, cónio 16 hacemos con V., por la presente, que se sirvan, remitirnos el p&go de la subscripción que les servimos. Para el fomento y propaganda de nuestro periódico, 110 hemos omitido hasta la fecha esfuerzos ni sacrificios, empleando en (é:lb todos nuestros re cursos,- seguros de que nuestros' co- rreligionarios, en cuya honorabilidad y Datriotismo confiamos plenamente, no dejarán de impartirnos su ayaáa cuando ella nos.sea neeeaaria. Siéndonos ya precisa esa ayuda, por los gastos qne hasta la fer-ha hemos erogado y los que necesitamos hacer aún, aáí lo hacemos __á̂ V-K presente, manifMatándole que no espere ya núes tro giro y suplicándole encarecida mente, se sirva remitirnos lo más nronto posible *1 importe de su subs- cripción, dirigiéndolo por giro postal, billetes de bauco, Express 6 en ú tim" caso timbres dé correo, precitamente á Kicar^o Piores Magín, 605 W Nue va St., San Antonio, Texas, B ü A Si per (malquiera cirrunstancia, no ptíedé' V. Verificar el págW, le'eátima-" remos nos lo avise , Si «n un mes no recibimos contestación á ja presente nos veremos en el penoso caso" de bo- rrar su nombre de nuestras listas. ' Esperamos que tomará' én cuenta y atenderá nuestra súplica, y anticipán- dole las debidas gracias, nos suhscrl bimos de V. afmos, attos.SS.—R P. MAGO N.- -rúbrica. El Sr. Fernando González, Gober- dador del Estado de México, contestó á nuestra Circular con la carta si- guiente: Secretaría Particular del Goberna- dor del Estado de México. Toluoa, Febrero 2 de Í9C5. Señor Don Ricardo Flores Magón San Antonio Texas.—B. ü. A. P. O. Box 1133. Muy Seüor inio:— En contestación 4 su estimada carta circular del 23 del pasado Enero, ma- nifiesto á Ud. y ello no le causará sor- presa alguna, que identificado á la causa Porfirista desde los años de mi primera infancia y habiendo teñirlo el honor más tarde de servir once aflos á las órdenes inmediatas del Señor General Díaz, como BU Ayudante d? Campo y Jefe de su Estado Mayor, y debiéndole en mi vida privada y en mi existencia como Bervidor de la Na- ción-, c narraciones de toda especi", personales favores y los adelantos de mi carrera, no me es dado honrada mente, coadyuvará la labor de Usted, ni pecuniariamente ni de otra manera. Ulberal de corazón y respetando lasconvicciones de t dos, nn me permito exoresar un juicio acerca de la con ducta de TJ-1, de BUS tendencias y de su labor, juzgada por muchos como po co patriótica Ni• comparto sus oi>i- ni« nes. p<-ro IaB respeto, juzgándolas bijas de la mayor buena fó á la vt-z que como fruto de legítimo derecho iue á Ud asiste de opiniar en las uo sas públicas de «u país. O'denoque sus periódicos Je sean d«vuH]toB. si acaso se han recibido, y . op*ndo á Ud excuse la franqueza di mi bnguaje, le aseguro que no tener personulmeote hac'a Ud. ningún pre- juicio y que le de>eo todo biec Soy de U<1 muy atonto S. S. FERNANDO GONZALVZ. La reipuetta é> eaa, que ]vzgim»r conveniente publicar, íué como »fgue: Bt. QttA. D. Pernacdo Gonzalo?, Gobernador de] Estado do Méxloo. Toluoa, Mex. Muy Señor mío; He recibido la-atta. carta de Y. fe- cha 2 del actual, en respuesta á mi «ir oular dirigida á las diez mil porní na» que están recibiendo REGENERA- CIÓN, eütre las quo V. se contaba y á las cuales atentamente hacia le. súpli- ca dé que me enviaran directamente' él impone de la subsoripoión que se sir- vieran tomar, por sernos imposible depositar nuestros giroa en el Conreo en México, debido a denegación »rbi .traria por el goblorno'de) Gral Día'z, de un derecho que nos da la ley Habría acusado á Y. simple recibo de su carta en la que me manifiesta que devuelvo los periódicos que se lo ha- bían mandado y no toma la subscrip- ción, en lo aue está V. en su derecho, si no fuera porque en vez de conore tarse Y., áesa simple contestación co- mercial en .un asueto comercial como es el vago de uuas.ubsorlpoión, se per- mite Y. entrar en su carta en conside- raciones y deslizar nalabras que no mees posible dejar pasar desapercibí das. Dice V. que no puede coadyuvar á mi labor ni pecmiariameiüe ni de otra manera. Me permitirá Cu. que le diga qua jamás he solicitado deUd. ni de gobernante alguno, -y de su ca- rácter de gobernante se Inviste Ud para contentarme—ayuda pecuniaria ni otra^cualquiera. ' ' , Tac presuntuosa y pérfida Insinua- ción sólo piído escapársele á V,— con- cediéndole la buena té que V. me con- ceo'e,—por lacostumbr'e y erróneo cri lerio de los gobernantes mexicanos que creen ,qu« en todos sus actos y palabras dispensan una merctd, que QO ven de su parte obligaciones que cumplir sino graciosas concesiones que otorgar, ni de parte de los ciudada- nos, para ellos sus subditos, derechos que reclamar y que exljir s'n<> favo- res y concesiones que suplicar y pe- dir. ' ' EÜ Me dice U^. que hay mudtos qu eca- l'.ficanini labor de poco patriótica, á la vez que asienta que no se permit*- f-x^reBar un juicio acercada ella y de mt conducía y tendencias. ' Su padrt de Ud. habría hablado con sencilla franqueza haciéndose responsable' de BUS palabras, pero Ud achaca ¿ esob muchos una acusac óa que no se deci de alanzarme .d1 reci&ineiite por ese tacto que admirara en su discípulo avmtajado el Gral. Día^, hábil como un Jesuíta para decir y no d te r á la vrz, en el arte de la mistificación de los actos y d# las palabras. A esos muelw8-c\>ya opinión Ud. ve- ladamente prohija, ya lea hemos con- testado que la Patria no es el Gral. Díaz, que el Gral. Díaz es precisa mente lo opuesto á la. Patria, es su ene- migo, su tirano, el destructor- de la Patria, á la que «ha empobrecido, á laque ha dejado, en la ignorancia, á la que ha entregado al clericalismo, á la que le ha de*garra.do sus institu- ciones y á la que vende y compromete con el extranjero, en- los empréstitos ruinosos y con las concesiones escan- dalosas. Dice Ud. que está identificado & la causa porüriata desde su primera in- fancia (sic) y que le debe Ud. al Gra,l. Díaz en su vida privada y pública per sonales favores y los adelantos en su carrera. No me corresponde- saber las consi- deraciones que el Grsri. Díaz haya te nido para Ud. en su vida privada, en sus afectos, en sus ilusiones de la j>ri mera infancia ó la primera juventud. Pero eo la vida publica dicen mu chos y con ellos yo, que le debe Ud. al Gral. Díaz una gratitud infinita por su^lealtad y adhesión al padre de Ud., por la acusación ante la Cámara, por la ruidosa oposición y ia intriga que le impidió reconocer la deuda in- glesa negocio que consumó en seguida sin obstáculos el Gral. Díaz, por ia aso nuda del nickel en la capital, promo- vida por Romero" Rubio y Díaz; por ni alejamiento en que tuvo al padre de Ud. y la nulificación de sus partida ríos después de haberse afianzado en el poder ei Gral. Dixz en sus ya no interrumpidas reelecciones y pnr las dolorosos reformas constitucionales hechas en el periodo presidencia.), del padre de Ud. como la reforma al artí- culo 7^ con la que acarrearon al Gral González condenaciones que en reali dad le corresponden ai Gral. Díaz. Es cierto qu» le debe Ud. los a»le lantos de su carrera, haber llegado á General en la serenidad y el repuso da cementerio de us a paz octaviana Pero tales ventajas pers nale.s. por estaren un platillo de labaJanza,dicen muchos, como yo, que es increíble que peseo mí s que las desgracias que el Gral. Díaz ha Infligido á la patria y que las infidelidades y traicione» oon que amargó IaB horas del padre deUd Usando con sinceridad las propias palabras de Ud para mí, diré que «rogando á Ud que excuse la fran qutza de mi lenguaje, le aseguro que no t^ngo personalmente hacia Ud niogún prejuicio y que le deseo todo bien > DeUd. atto. S. S.—R. FLORESMA GÓW.—Kúbrica. labor de la tiranía. Cananea se hunde. Veintiocho años de tiranía porfi- rista han puesto al país en tan la- mentable condición, que los que nos pr«-ocupamos por el porvenir de 1« Patria no podemos menos que in- dignarnos contra el hombre que ha- biendo podido llevara á la altura que merece, la ha puesto á merced de la rapacidad de los yankees, a1 mismo tiempo que sobre ella coloc? á personalidades dignas del presi - dio. Hay poblaciones de la República, que por 6u especial situación topo- gráfica ó por los naturales recursos de que disponen, habrían podido Mexican News and jtdvBrtising Bureau. 415 M A I N AVHNUE.—P. O. Box 627.- The papers wlsbing to obtain advertising of American bnsinesshouaes should send their rates to us. The advertisers inay direct theniselves to us for rátes in both Spanish and, American ptiblications. AARON JOHNSON. MANAGKR Mexican News and Advertising Bureau. 415 MAIN AVENUE P. O. BOX, 627. Los periódicos mexicanos que deseen buscar anuncios de casas ame- ricanas, deben enviarnos sus tarifas y condiciones. Los anunciantes diríjanse á nosotros en solicitud de precios de avisos en periódicos tanto mexicanos como americanos. JOHNSON, GERENTE. Uer.ar á un alto grado de prosperi- dad , t>i en lugar de pesar sobre la nación el capricho del Autócrata, fuera el pueblo el que gobernase- por .medio de sus representantes. Cananea, en el Estado de Sonora, es una prueba de que todo lo aride- ce la tiranía. Cananea es un rico Mineral que hubiera hecho la feli- cidad de muchos miles de personas, si Porfirio Díaz no tuviera empeño en poi ;r en los puestos públicos á in- dividuos que, por su inmoralidad, llevan á la ruina á las más flore- cientes poblaciones. En Cananea funge de Presidente Municipal un tal Ignacio Macma- nus, que ni siquiera es mexicano; es yankee y tiene en el Banco de Ca - nanea el puesto de Gerente. Macmanus, su cochero Francisco Feí sandez que .explota el puesto de Regidor io, los jueces, la policía los garitos y casas de prostitución, los comerciantes chinos y la Com- pañía Minera pesan sobre sobre la desventurada población, agobiándo- la y arruinándola. Macmanus y su cocheroTernán- dez se enriquecen en sus puestos con los productos déla prostitución, del iuego y de la más vergonzosa explotación. La Compañía Minera paga á los trabajadores con unas fichas llama- das bilimbique que los agiotistas y el Banco de Cananea adquieren con un descuento del quince al veinte por cieuto. Macmanus recibió como regalo de la Compañía un jacalón que él convirtió en mercado, y alquila las casi'las chicas á sesenta pesos al mes y las grandesá ciento cincuen- ta y aun doscientos pesos. Todo ese dinero pasa á los bolsillos del Presidente Municipal. En Cananta la justicia es un co- mercio odioso. Los empleados del Ju2gado 29 de ia Instancia, cuando comprenden que algún preso tiene dinero no permiten que nadie lo defienda y ellos son los que litigan y arreglan los expedientes á su an- tojo, sin que el Juez los moleste. El Juez poco se ocupa de su ofi- cina, porque para él el juego es un filón inagotable. Juega y gana de seiscientos á setecientos pesos dia- riamente en compañía de un imbé- cil tinterillo que le sirve de rufián. Lo nohpecho^o es que el tal Juez nunca pierde, cosa que revela la existencia de un acuerdo entre él y los tahurea del Proctor. Las ca'-as de prostitución, ubica- das en el centro de la ciudad, son semillt-ros de escándalos y de crí- menes, pero como tanto Macmanus, como su cochero el Regidor 19 Francisco Hernández y los Jueces j 20 de 1 a Instancia y Menor apoyan la prostitución y la fomentan, no se da paso á reprimir el desorden. El Juez Menor, Buenaventura Márqu z garrapatea sandeces en El Heraldo 'de Ca?ianea Márquez, servil y abyecto ante los poderosas, ha iconsejado á la Compañía Mine- ra qne explote todavía iná-i á los po- bre;* trabaj idores que pierden su sa- lud y su energía en un trabajo em- brut- cerlnr y mal retribuido. El mibé il Márquez dice que los traba- jado-res ganan mucho en la actuali- dad y que la Compañía haría bien rn pagarle.* menos. Ln condición de los hombres hon- ra d'>s e= penosa en Cananea. L".* comerciantes se arruinan porque la prostitución, el juego y el vanda- lismo de las autoridades acaparan el dinero; los trabajadores apenas si pueden subsistir pesando sobre ellos la explotación de la Compañía, la avaricia de los agiotistas y la arbi- trariedad de los tiranuelos que im- ponen mullas quese embolsan y di- sipan tranquilamente. El pueblo tiene que sufrir la in- solencia de tres mil yankees que hay en Cananea, y la suciedad re- pugnante de dos mil chinos que tie- nen acaparado el comercio de aba- rrotes unos y oíros se dedican á lle- var su vida parasitaria é innoble. El Municipio extorsiona á los ha- bitantes con contribuciones estúpi- das y á pesar de eso, no hay servi- cios públicos y la ciudad respira de- saseo y reclama autoridades honra- das. No disponemos de espacio paia enumerar uno por uno los vicios de qne-adolece la administración pú- blica en Cananea; pero por lo asen- tado, comprenderán nuestros com- patriotas que no es posible esperar grandeza y progreso de un gobier- no, como el de Porfirio Díaz, que no tiene energías sino para procu^ rar el mal del pueblo y para embru-' tecerlo imponiéndole autoridades que deshonran á la Patria, pero que le sirven al Dictador en su tarea de envilecimiento. Las autoridades de Cananea no son más malas que las del Testo de la República. Todas son tirááicas. Tiranía de enfre- nada en Yucatán. Ha sido reducido á prisión, en Mé rida, Yue, el honrado y valiente pe riodista D. Carlos Eacoffié Z. Direc tor del semanario independiente «El Padre Clareado > El sátrapa Olega- rio Molina, el esclavista enriquecido con desvergoozadas rapacidades, el explotador sin conciencia que ha amasado un capital ignominioso con el sudor y la sangre délos siervos in felices que trabajan en sus Hacienda» hasta perecer miserablemente; el mal hijo de Yucatán que ha traficado con el desmembramiento de su suelo pa trio; el déspota ambicioso que preten- de imponer"e sobre un pueblo que lo detesta, no pudo refrenar sus odios salvajes, y ha^comenzado á eiercitar sus ruines venganzas en el periodista Eseoffié que tuvo la honradez y la en- terpza de acusarlo. Por falta de espacio no tratamos con amplitud este asunto; pero lo ha- remos en el próximo nñmero. La ti- ranía del científico Olegario Molina es- tá llegando á UD desenfreno inaudito, como se verá por los hechos que pron- to daremos á, conocer. EL Los GALEOTES PUSCKITIHLKS La suscpptibilidad rosulta ridicula en los delincuentes, tí' espíritu man- chado y deforme no tiene el derecha de indignarse cuando lo acusa un es- píritu hjnrado. Es cierto que el lobo accedo enst Ha los dienten, que la ser)ilí-Bta Irritada silba y ataca, qup «I t< ro enb-avecido embiste y mugí- de furor; pero en una sociedad res 111 ta escaDdaloBO qua los malhechores se onderecfln exljloado reparación pa- ra un honor que DO tienen- ¡Y si siquiera tuvieran la entereza los malhechores de mostrar el 1 un mis- mos los dientes cerno lo hace el lobo! Menos nobles que el toro embrave- cido que embiste hasta sentir hume- decidos sus cuernos eon la sangre ca- llente de su víctima, los malhechores dirijen desde la sombra sus ataques, Hin salir ellos virilmente al encentro de sus francos enemigos. Muelo Martínez, eotno otros muchos malhechores, ha dado el ejem"lo en estos idíaa de una susceptibilidad que indígba. El Sr. Alfredo Quesnel dirijía en Puebla un periódico honrado, La Pun- zada. Ese periédleo exhibía al Go- bierno de Muelo Martínez sin los afei- tes que la adulación emplea para cu- brir las pústulas de la tiranía. Na- turalmente, el periódico del Sr. Ques- nel no era grato al Gobernador de Puebla. Muelo Martíness tuvo la oportunidad de tener alguna vez un rasgo de hon- radez sincerándose de los «argos jus- tísimos que contra él se hacían, pero prefirió como todos los tiranos bus- car una curva para atacar cobarde- mente. , El Sr Quesnel faé acusado de difa- mación, no por Muoio Martínez sino por dos viles instrumentos suyos, un Lie. José C Espíndote y nn cura bri- bón Donaciano Gordillo. He aquí lo que sucedió, spgáo nues- tro querido colega £1 Qolmillo Público que se edita en la ciudad de México. Un Lie. José C- Espíndola compró un cabriolet al cura Donaoiano Gordillo en S480 80, cantidad que debería ser pagada en abonos. El cura, cuando Espíndola le quedaba á deber $200.00 endosó un pagaré por la misma oan- tidsd al Sr. Alfredo Quesnel, ¡que lo aceptó creyendo que trataba con per- sonas honradas y no con pillos! El Sr. Quesnel tuvo la deferencia de es- cribir á, Espinada preguntándole cuándo podría cubrirle el documento que le había endosado el cura Gordi- llo, á lo que Espíndola contebt-ó que nada debía al referido cura. Enton- ces notó*el Sr. Quesael que la firma que cubría el pagaré no era en nada parecida á, la que calzaba la carta en que Espíndola negaba deberle alg© al cura. Sospechando el Sr. Quesnel que había sido vfelima de un timo vul- gar por parte del cura, escribió una segunda carta á Espindola preftim- tándale si podría proceder contra e) cura por haber resultado falso e4 pa- garé, y como no tuviera respuesta, publicó las cartas. Como se vé el Sr. Quesnel no come- tió ningún delito; por el contrario, 61 hi resultado víctima del latrocinio de dos pillos que se confabularon pa- ra robarle doscientos pesos y arro- jarlo después á la cárcpl por orden de Mucio Martínez. Mucio Martínez se ha vengado. No ha permitido que al Sr Quesnel lo visiten sus amigos: no ha. permitido al Sr. Quesnel tomar los alim^mos que le llevan de su casa, sino quo lo obliga á tomar el infecto rancho de la prisión- no ba permitido que le lle- gue una canna.j lo oblipa A dormir sin abrigo sobre un petalo Mucio Martínez se ha vengado. Tie- ne al Sr Quesnel eD el romiío oe los presos, pero toda la cobarde rabia del tiranuelo será Impotente para, bo rrar de las conciencian honrad .tu la c .nvlcción de que él, Mucm Martí Dez, Llene una historia de sacare y de lo- do. Mucio Martínez es uno de tintos bounbres escapados providencialmente del patíbulo, y que ba)o la fuae«ts Dictadura de Porftri DÍSÜ han logra RKGBNBRAGJO1Í. do ocupar los puostos mfia oncutiibra- dos, Muolo Mmtíaoí,—dl(íiiinoah» ala ambsjoB oon oneq»ín y taonradev.—Mu- olo Murthicz fuá un bandido, El Es- tado do Nuovó Loón fu6 «1 oampo do las fanaaíUis do aso bandolero quo oa- pUancubn uua gavilla do plftginrlo.8 quo robubii, iiHOsliiaba, violaba. Mu cío Martínez oontimia atoado bandido porquo aproveuliándoao del alto |>uos to qne ooupn, bu doapojado de BUB proptedudos Ainfinidad de personas. ¡Muelo Martí ñor. so ha con vertido on hacendado por madio dol robo y del asesinato «a el Estado do Puebla! Muolo Martín»» mandó asesinar oo bartloiponto al periodista Olmos j Coa tr«ras, porque Olmos y Oontr«r»B no era Bervli. En osa otnpi'es» siniestra le sirvle- ros do verdugos ol cojo Josüs Garoín, Diputado y dueflo actual do los bur lotes do la «asado juego quo está en »1 «ontro do la Ciudad do Puebla; un tul Bovja, Diputado, y concesionario dol juogo on la ópooa dol asesinato; Carlos Gnrotn Toruol, Individuo quo por su rUjtiozft ninguna necesidad to nía do Borvlr do lntrumonto d Muolo Mnrtfuf •/.; ol jofo do la Policía y algu- nos gonúannos y ruünnoR m¿8, •' • Cuni-oatii. y ooho puñaladas reoibió ol Infortunado poriodlsta, y no confor moa los verdugos, llevaron su vileza liastil machacarlo el cráneo con un pisón, hasta formar do la cabo/.a un» masa informe. Nadlo puedo lanzar contra ol tirano el mas débil roprocho; nadlo puedo hacer la observación más Insignifican- te, sin merecer la porscouoion, ol dos- pojo, el asesinato 6 laoareol. ' Muolo Martines deshonra A la Pa- tria. Los delincuentes deberían estar eael presidio (5 oo la horca y no los puestos públicos. La Administración Cada día que pasa, amontona sobre Cárdenas y su administración nuevas infamias, quo solevantan como una barrera iafmoqueablo entre el pueblo y el tirano protegido de Eevnardo Re yes. Cada día qua pasa, también, aceros el momento solemne en que los oiudadaaos de Coahuila deeidirán la. suerte y el honor del Estado segúa la elección que hagan del hombro que ha de wglr sus destinos. El derrooamiento do Miguel Cárde- nas se impone como una necesidad. £1 pueblo ooahullensedebo ser Inflexi- ble con ese hombre que se ha enrique- cido & costa del Estado, al que ha sa- queado, expoliado y tiranizado sin pudor y sin consideración. Pocos meses faltan para que Cárde- nas baja del poder agobiado por to- dos los anatemas, y parece como que él y sus lacayos se están dando prisa por oprimir y por explotar. En San Pedro do las Colonias un Dr Adolfo Q. Meave, colega de Eüek- man, Mendfvll y Medellín en cuanto á fullerías é indignidades, eunuco que fue de Garza Galán y actualmente de Adalberto Viesca, «e dedica, a explo- tar á loa presos y á los heridos Mea- ve es Médico Municipal y goza de gran influencia cerca de Vieses, al grado de que se ha visto que hasta, á los sentenciados logra poner en liber- tad cuando le largan el dinero. Por demás es decir que un inocente pnede podrirse en la cárcel si DO tiene dine- ro que dar á Meave. Hace pocos dias Meave pidió á un herido cierta cantidad de dinero por darlo de alta antes de que sanara. El herido consintió y . Meave obtuvo de la autoridad Ja prden de libertad; pe- ro como no se lo pudiera entregar desde luego la suma codiciada, se guardó en el bolsillo la orden durante tros dias, hasta que la infeliz familia del herido pudo dar el dinero. Ha, ha- ~bido heridos dados de alta por Meav« mediante una cantidad de dinero, que fallecen al dia siguiente de salir del Hospital. En la cárcel de mujeres, Meave se dedica á conquistar reclusas y no atiende á las enfermas, En todo el Estado se observan Idén- ticos abusos, como que son el produc- to de una administración envenenada hasta 1 a médula. Las Acordadas continúan au obra de pillaje y da barbarie. Una de tan- tas Acordadas, la capitaneada, por el bandido Juan Guajardo debería com- ponerse de diez bandoleros; pero Juan tiene á, bien robarse lo que de sueldo corresponde á ocho de ellos y solo pa- jea dos. Guajardo roba al Gobierno de Cárdenas. Guajardo asesina á cuatro ó cinco ciudadanos por semana. Las vícti- mas son siempre personas que por su carácter enérgico y honrado no pue- i den doblegarse ante el bandidaje en- tronizado, ó ciudadanos que poseen esposa, hermana 6 hija que agrade á los sulta-Dcillos y el deudo sea un es- torbo para la satisfacción de los ape- titos brutales de los mismos, ó bien personas que no quieren regalar al | bandido Guajardu alguna cosa que éste desee Guajardo es un miserable que hace alarde de las muertes que ha hecho. Mata por sport, mata por robar y ma- ta por orden de Cárdenas, de los Pre- sidentes Municipales 6 de individuos que le pagan porque matea alg'&nene- migo. Guajardn es cobarde, porque no se atreve ni á ver 4 sus víctimas. Sus esbirros son los verdugos en todos los casos, y solo cuando se cerciora de que se ha cumplido su orden, se dirije rápidamente al lugar del esesinato pa- ra despojar á los muertos basta de los zapatos. Gu» jardo era cuidador de becarros, pero el bandidaje bajo el amparo de Cárdenas le ba sido benéfico porque hoy tiene ranchos, ganados y casas. Las Acordadas, dedicadas al pillaje, han enriquecido á sus siniestros jefes* Un Coronel Fluctuoso García ei je- fe de Acordada y Presidente Munici- pal de Ciudad Porfirio Díaz. Este Fructuoso Garcfa antes de sa empleo estaba ea la mUorla y acorralado de deudas, como Miguel Cárdenas. Boy tiene UD capital no meaor de ochocien- mil pesos, hecho en poco más ds dos lustros. García cometió un atentado haca po- cos días. En un mostrador del Mer- cado do Ciudad Porfirio Díaz apare- ció una mañana un letrero en que so insultaba al Administrador del Mor- cado, llamado Felipe, y que es mozo de Fructuoso García, quien se apode- ra del suoldo del fámulo Infeliz. El fámulo ee Indignó y se quejó con Gar- oí a. E*te mandó llamar á dos honra- dos ciudadanos qne se dedican al co meroio en el Mercado 3? se 11 atoan An drós Prieto y N. Barrera, y les pro guntó si ellos hablan escrito la frase injuriosa contra Felipe. Los ciuda- danos negaron ser los autores de la frase, y & pesar de no haber prueba alguna contra ellos, Fructuoso García los mandó encarcelar poniéndolos ri garosamente incomunicados. Fructuoso impaso al Sr. Prieto una multa de doce pesos, fundándose el imbécil funcionario en que dicho se- ñor debería saber quien escribió la frase. Además lo obligó á quitar el puesto áe vendimia que tenía en el Mercado. La misma pena fue impues- ta al Sr. Barrera y á otros dos co- merciantes más llamados Linares y Canales. Las multas ingresaron inmediata- mente á los bolsillos de Fructuoso García. En realidad los comerciantes, casti- gados no habían sido los aHtores de la frase que indignó al estúpido Feli- pe, fámulo de García; pero éste les ha- bía cobrado ojeriza por ser afectrs á leer la Prensa independiente. En Torreón el Presidente Munieim Luis M Navarro se da también prisa en oprimir antes que el pueblo arroje á Cárdenffs~del Gobierno del Estado En estos momentos tiene preso al Sr Lie. José I. Flores, á quien ha calum- niado diciendo que está preso por ebriedad simple. El Sr. Lie. Flores no h9 cometiáo otro delito que pedir hace cerno veinte dias un amparo en favor de un cliente y en contra de ac- tos arbitrarios del Presidente Munici- pal, que ahora se venga de U0 modo cobarde imputando al abogado una falta que no ha c metido. El infortu- nado abogado ha sido sentenciado á un mes de arresto y otro de retención ó sean dos meses que, aun en el falso supuesto de haber existido la ebriedad simple, son demasiada pesa. Navarro prr cura tener siempre cer- ca de doscientos hombres presos, aun' que no hayan cometido falta alguna para que le trabajen sus campos sin tener que pagar peones. En Saltillo, los jueces trafican con la. justicia, como otros muchos de la República, ó por su pereza ocasionan serios perjuicios á las personas que tienen la desgracia de litigar. Algu- nosotros jueces son groseros ó senci llámente idiotas El Juez 2'> Menor de Saltillo, Seve- riano G. León trata groseramente á los litigantes En los negocios civi- les se niega rotundamente á expedí citas é los demandados pretextando futilezas. En resumen, gana el sueldo por no hacer nada. El Ju< z de Letras del Ramo Civil Román Cabello, es un pobre hombr ignorante y falto de seso. Todos lo negocios son despachados por el So cretario, que se aprovecha de la eatu pidez del Juez para fallar seg-ún su¡ miras particulares y no según la ley El Juez 1"
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