Logo Studenta

Regeneración N 15 [2 Epoca Año I -11 Febrero 1905-Mexico] - Nora Salinas Sandoval

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

^ j^~P^,
' , . / • , . . " . . - ':•
La lltxrtad, do Imprenta no liona mis llmltos quo 01 roapoto 4 la vida privada,
la moral y ¿ la par pública.—Art. 7 o de la Conítttuct¿n.
Periódico Independiente de combate.
Director: RICARDO FLORES MAGON.
CuqndO la República pronuncio su vor uoborana. aorá lorioao somutsrso ¿
dlmitir.-GAMBETTiV.
" ",- Jefe dé Redacción:
Juan Sarabia.
AÑO I.—sa ÉPOCA.
Oflciimat 505 W. Nueva Street.—JE». O. Box, U33.-OKI pumic. 38a—3 R.
SAN ANTONIO, T£BX. E. U. A.—Febrero u de 1905.
Administrador:
Eurique Flores Hf agón
TOMO III.-N(? 15.
Eutcrcd as secottcUcItias inatter, Novembers 1904, a* tlie poat
office nt San Antonio, Xexne, umlf r tlic Act of COIIJJ«-esa of tllurcli
3,1870.
La inmoralidad
de la Dictadura.
En México no hay. Justicia.
El Procurador General de Justi-
cia de 1̂ Nación acusó á los Magis-
trados que formaban la 5a Sala
del Tribunal Superior, por mala
aplicación de la ley en un juicio
criminal.
El hecho—úaico de ese género
que se registra en los largos años de
la Dictadura—catisó sensación in-
mensa, no porque provocara extra-
Seza que los Magistrados delinquie-
ran, sino porque pareció inaudito
que se tuviera la honradez de acu-
sarlos.
En México estamos acostumbra-
dos á que las leyes todas sean befa-
das por cuantos ejercen autoridad,
desde el Presidente de la RepúblU
ca hasta el último Juez de aldea.
La Judicatura de todo el país se ca-
ractiza por su venalidad, por su des-
precio á la razón y á la justicia, por
su servil complacencia para con los
ricos, por su desvergonzada sumi-
, sión á la consigna délos Gobiernos.
La corrupción de la justicia, la in-
moralidad asquerosa que reina en
los Tribunales de nuestra infortu-
nada Patria, no es misterio para
nadie; es cosa vulgar que se ve to-
dos los días, en todas partes.
Lo que nunca se ha visto es que
se "hayan hecho efectivas á un fun-
cionario las responsabilidades en
que hubiere incurrido. La Dicta-
dura ha proclamado la irresponsable
lidad y la inviolabilidad de sus ser-
vidores y ha dejado siempre impu-
nes la infinidad de delitos oficiales
que diariamente se registran. Por
eso causó profunda impresión el ac-
ceso de inte-ripestiva ,honradeztqué
acometió al Procurador de Justicia,-
haciéndolo acusar a la 5a Sala; y
la impresión subió de punto cuan-
do el Tribunal Pleno pronunció
sentencia, condenando ádosde los
Magistrados á pagar una multa, y
consignando al Presidente de la Sa-
la, Lie. Emilio Alvarez, á un Juez
de Instrucción.
Ahora bien; la acusación contra
la 5a Sala, la multa á los Magistra-
dos Zubiaga y Mayora, y especial -
mente el proceso de Emilio Alvarez,
¿significa un principio de regenera-
ción en nuestra putrefacta judicatu-
ra, es un dique á la corrupción de
los funcionarios, es un freno para
los conculcadores de la ley, es un
hastaaquí al tráfico descarado que
hoy se hace con la Justicia?
Seguramente que no. Si una es-
tricta equidad, si una verdadera
honradez, inspirara al Procurador
que tan escrupuloso se ha mostrado
con Emilio Alvarez, no sería éste el
único que estuviera hoy sometido á
un proceso: lo estarían casi todos
los Magistrados y los Jueces, que
diariamente tuercen la ley y la bur-
lan y la aplican mal á sabiendas,
para obedecer una consigna bochor-
nosa, para favorecer á un recomen-'
dado, para no disgustar á un mag-
nate, paro doblegarse, en suma, an-
te los que ordenan y ante los que
pagan. Si las responsabilidades de
todos los que pisotean las leyes se
hicieran efectivas con inexorable
igualdad, la espada de la justicia
comenzaría por caer sobre Porfirio
Díaz, que para entronizar BU despo-
tismo ha asesinado á la República,
ka desgarrado todas las le yes* y co-
metido todos los crímenes de lesa
Patria.
El proceso del ex-Procurador Al-
varez, no es un principio de mora-
lidad, sino el máximum de la inmo-
ralidad. Emilio Alvarez no es cas-
tigado por su poco apego á la ley,
—todos los actuales funcionarios
están en el mismo caso, y lejos de
castigárseles, se les premia,—sino
sencillamente porque ha caído de la
gracia de sus antiguos protectores*
Emilio Alvarez era un favorito del
Ministro de Justicia, al que presta
ba servicios íntimos nada envidia-
bles, yhalagaba'al Dictador empren-
diendo cruzadas ieroces contra los
periodistas independientes' por eso
ocupaba puestos públicos á pesar
de su notoria incompetencia. Pero
Alvarez abusó ¿e su posición y con
frecuencia, para favorecer sus per-
Lsonales intereses, dio á sus colegas
consignas que no había recibido de
sus superiores y que los otros obe-
cecían, no suponiendo que el ex-
Procurador tuviera la audacia de
suplantar la autoridad dictatorial.
Estos abusos y probablemente
otras circunstancias que han queda- j
do en el misterio y que bien pudie-
ran relacionarse con los conocidos
servicios íntimos, determinaron la
desgracia del favorito. . La Dicta-
dura, ofendida con el que audazmen-
te tomaba su nombre para obtener
provechos personales, no tuvo el
pudor de guardar, silencio, y desti-
tituir á Alvarez sin escándalo, para
no dar lugar á que se removiera la
hedionda letrina de sus inmoralida-
des y sus vicios. La Dictadura n©
pesó sus actos; trató sólo de satisfa-
cer sus odios y espió la oportunidad
para nulificar á Emilio Alvarez con
ruidosa y sensacional caída.
Ha conseguido su objetó, pero
también ha dado lugar á que la cu-
riosidad pública, no satisfecha con
las exterioridades, busque y en-
cuentre en el fondo de este asunto,
bajezas, mezquinidades y corrupcio-
nes que dan asco.
¿Quién podrá creer que sin la
consigna superior, el Procurador de
Justicia hubiera acusado á la 5a Sa-
la y el Tribunal Pleno hubiera sen-
tenciado, como lo hizo, á Ztibiaga,
á Mayora y á AlvarezE ¿Quién po-
drá ver en estos procedimientos
otra cosa que el resultado de la con-
signa? ¿Donde está aquí la justicia?
Lo que se exhibe en este turbio
asuuto es la inmoralidad escandalo-
ca de la Dictadura, que es feroz
hasta con sus cómplices, á los que
acusa con desvergüenza inaudita.
Si Emilio Alvarez no fuera un eu-
nuco, levantaría la vbz para pre-
guntar á sus jueces como lo acusan
de no cumplir con la ley, ellos, que
continuamente la pisotean; ellos,
que también tienen manchada la
conciencia; ellos, que cien veces
probaron su degradación, obede-
ciendo la consigna que del mismo
Alvarez recibieron.
Probablemente Alvarez no habla-
rá; pero probablemente la Dictadu-
ra no llevará hasta el fin esta farsa
de justicia y no arrojará al ex-Pro-
curador culpable á las galeras de la
Cárcel de Belén. Y con esto ce
probará también que la Dictadura
no buscaba el castigo de uu delin-
cuente, siuo sólo el desprestigio, |
la nulificación, la caida de un anti-
guo favorito que uo supo servirla. •
Si acaso Rrailio Alvarez entra á'¡
la cárcel como lo merece y como
tendría que suceder si su proceso
siguiera un curso natural, sólo la-
mentaremos que no corran igual
suerte muchos funcionarios, tan de-
lincuentes como el Magistrado eu
desgracia, pero no tan torpes como
éste para incurrir en el disgusto de
ta Dictadura.
De todos modos, siempre veremos
con repugnancia este asunto, en el
que no hay un ápice de honradez
ni de justicia, y sí mucho de tenebro
so y de hediondo, que mal se disi-
mula con ese alaT'ie de respeto á la
ley, hecho por un Gobierno y tirá-
nico y corrompido.
MUY IMPORTANTE
Suplicamos á nuestros amables subs-
criptores se sitvan enviarnos sus pa-
gos tan pronto como les llegue nuestro
A las pajonas que nciban nues-
tro aviso y ya hayan enviado sus pa
gos, les agradeceremos nos dispensen,
pues es fácil que se nos haya escapa-
do algún aviso por ser crecido ti nú-
mero de nombres que tenemos en lista-
Es preciso no olvidar que todos los
envíos deben hacerse precisamente d
Ricardo Flores Magbn. 503 W,
Nueva St., y no 4.05 corno equívoca-
pamenie aparece en algunas de nues-
tras circulares.
DISOLUCIÓN
ORIENTAL
Las orgias de
un Gobernador-
La administración de Porfirio
Díaz no ha podido ocultar, á pesar
del incienso y, á gesar del. terror,, la
corrupción que la mina y que, sien-
do hoy su único apoyo, tendrá alfin que acabar con un estado de co -
sas fecundo para todas las perversi-
dades, fértil para todas las infamias,
ubérrimo para todos los crímenes.
Las conciencias honradas tiem-
blan de indignación al ver en los
puestos públicos á individuos que
deshonran á la- Patria.
En Campeche pesa desde hace
tiempo una tiranía oriental por el
lujo de disipación y de crápula que
la caracteriza.
Ni en los nefastos tiempos del ba-
randismo disoluto se registraron en
Campeche los hechos que hoy son
el escándalo y la consternación de
la sociedad ofendida.
Al frente del Estado se encuen-
tra un individuo llamado Luis Gar
cía M., impuesto por el fatídico par-
tido científico, á quien sirve de ins-
trumento en sus infamias. ^
Luis García M. se entrega dia-
riamente á la crápula más abyecta.
Bebe como un faquín y se enfanga
eu bacanales porcinas. Las orgías
de este disoluto singular se suceden
dia á dia, ya en la quinta de un Dr.
Calixto Peña, ya en el Hatelllama-
do «El número 7,» situado trente al
Palacio del Gobierno. Eu este Ho-
tel tiene Luis García M. un repug-
nante harem que hace sus delicias
y las de los altos funcionarios de
Campeche.
Indudablemente que Luis García
M. tiene que recurrir á infinidad
de ardides para arbitrarse recursos
que dilapidar. Comenzó por au-
mentarse el sueldo de $333.33 men-
suales, á $500.00 que hoy gana.
Pero como ese sueldo y aun uno del
doble no bastarían para cubrir los
gastos que originan las francache-
las, el juego y las dispendiosas sa-
turnales del sátrapa y de sus pará-
sitos, ha aumentado los impuestos
en más de cien mil pesos, cuando
el Estado se debate en la miseria.
El 19 de Diciembre del año ante-
lior, Luis García M. celehió con
una kermesse el entronizamiento del
Oictador. García be'bió hasta ro-
iar por tierra. Sus couipnñtros de
,uerga ucs. Muñecas y Zimavillay
Martínez Alntnia, este últiinoSecre-
tario de Gobierno, lo cargaron, y en
íliedio de la general rechifla lo lle-
varon á domir su extraordinaria
embriaguez al buftte de Martínez
Momia.
Hay presupuestados cincuenta
mil pesos anuales para instrucción
pública y no se gasta ni la mitad de
ella. El resto, ó sea la otra mitad,
t,irve para alimentar el fuego or-
giástico que consume á García M. y
su pandilla. Los demás ramos de
la administración están igualmente-
desatendidos y los fondos corren la
misma suerte que los de la instruc-
ción pública. Hace más de un mes
.(lie Campeche debería tener un
alumbrado conveniente, pero el des
•)ilfarro no ha permitido que haya
fondos feara ello.
La condición del infortunado Es-
tado de Campeche uo,puede ser más
lamentable. Mientras García M.
se .entrega al viejo en compañía de
sñ Secretario Martínez Alimia y de
otros funcionarías gastando en lns
prostíbulos el dinero arrancado al
pueblo por los recaudadores feroces,
i'i instrucción pública ha llagado á
parar en manos de cretinos y de
pedantea
Hay un Inspector General de
Instrucción, Luis A Beanregard,
que gana un sueldo enorme en rela-
ción á su supina ignorancia. Como
Director de la Escuela Modelo no 1
figura un Clemente Beltián inepto
y .zafio.
- Como Presidente de la Legislatu-
ra del Estado aparecece un tal An-
tonio Ramírez, individuo burdo que
no sabe más que acatar consignas
con sumisión canina.
Para colmo de-males pronto lle-
gará á Campeche un Obispo llama-
do Francisco Mendoza^ célebre por
viajar en compañía de u~h serrallo
de beatas inmundas. Los liberales
campechanos están justamente in-
dignados con tal motivo, porque
Mendoza se propone abrir un cole-
gio embrutecedor. Los liberales se
proponen hacerle un recibimiento
igual al que en Guadalajara y en
Mérida hicieron á Serafini.
Luis García M., por su parte, co-
mo clerical que es, ha arreglado ya
una casa, contigua al «Casino Cam-
pechano,» paTa que en ella habite»
el ensotanado Mendoza y sus bea-
tas viciosas.
No es lo anterior sino una ínfima
parte de lo que hay que decir sobre
la administración campechana, que
como la general de la República
hiede y asfixia.
Los esclavistas
ensoberbecidos.
Un caso monstruoso.
La tiranía, en el apogeo de su so-
berbia, parece empeñarse en poner
á prueba la resignación de los opri
ruidos, provocándolos con sus de-
senfrenados alardes. Ya no se guar-
dan fórmulas; ya uo se cubren los
actos despóticos con un barniz de
legalidad; ya no se disimula la opre-
sión Se tiraniza abiertamente y
de dia en dia se descubren infamias
cada vez más cínicas, arbitrarieda-
des cada vez más impúdicas; actos
de despotismo realizados cada vez
con más descaro.
En Yucatán se acaba de regis-
trar uno de estos actos. El enri-
quecido esclavista Audomaro Mo-
lina Solis, hemano del Gobernador,
ha hecho encarcelar al honrado ciu-
dadano D. Tomás Pérez Ponce, só-
lo porque este Señor protegió y dio
asilo á un sirviente, ó sea esclavo
de Audomaro Molina, que logró
fugarse de la finca de este hacenda-
do, donde se le explotaba y se le
trataba inicuamente, lo mismo que
á MI familia.
Esie sirviente prófugo, que se lla-
ma Antonio Canché, publicó una
hoja suelta con el título de «Carta
abierta al poderoso hacendado D.
Audomaro Molina y Solis.» En ew
hoja, de la que habíamos oportunas
mente, refería Canché lostna los
ti atamientos que reciben los peone-
de Molina, el excesivo trabajo que
tienen, las chicanas con que se les
roba su trabajo, disminuyéndoles
«11 jornal; el trabajo forzoso y grn -
tuno que s>e impone, tanto á los
trabajadores como á sus mujeres, la
condición de prisioneros que guar-
dan todos en la finca, etc. etc. y
tei minaba diciendo á Molina que
se había escapado, porque no po-
día tolerar tantas infamias; que ha-
bía estado eu su perfecto derecho
para fugarse <le un lugar en que se
le retenía por fuerza; que estaba en
Mérida en la casa del Sr. Tomás
Pérez Porice y que alli podía pasar
Molina á cobrarle la insignificante
suma de un peso y centavos que le
había quedado debiendo.
En un principio, el rico esclavis-
ta ti ató de recobrar á su siervo por
diferentes medios, pero compren
diendo luego que el Sr. Pérez Pon-
ce era quien guiaba á Canché para
que no se dejara atropellar por el
hacendado, todas sus iras cayeron
sobre el Sr. Pérez Ponce.
Y ha pasado precisamente lo con-
trario de 16 justo y lo legal. Des-
pués de la carta abierta de Canóhé
lo que procedía era que las autori-
dades visitaran la finca de Molina
comprobaran lo denunciado por e!
siervo prófugo, y al comprobarlo -
cosa indudable,-pusieran en líber
tad á los esclavos del hacendado v
sometieran á éste á uu proceso por
los delitos que comete al someterá
multitud de seres á forzada servi
durabre, darles tratamientos ini-
cuos y aprovecharse de su trabajo,
explotándolos villanamente.
Pero no se hizo esto, y fue natu-
ral, puesto que el esclavista es her-
mano del Gobernador Olegario Mo-
lina, que á su vez tiene siervos á
quienes explota. No se persiguió
al culpable, y éste ni siquiera tuvo
el pudor de guardar silencio, para
no remover más ese asunto que de-
fuera capaz. Por el contrario, el
infame se ha erguido; el esclavista,
el explotador, el que debiera bajar
la frente, se ha ensoberbecido y ha
tenido la audacia de acusar al Sr.
Pérez Ponce, al hombre honrado,
al filántropo que dio protección al
débil. Audomaro Molina Solis acu
só de difamación al Sr. Pérez Pon-
ce, y un Juez venal, uno de esos la
cayos que hoy deshonran la majes
tad de la Justicia, no vaciló en or-
denar la aprehensión del inocente
para halagar los odios del poderoso
culpable. El representante de Mo-
lina es el Lie Elias Amábilis, Di-
putado, que se distingue por su ser-
vilismo para con los Molina y que
en diversas ocasiones ha hecho la
defensa del personero ó capataz, fla-
gelador de los peones del Goberna-
dor.
Lo que referirnos es monstruoso.
Es verdaderamente inaudito que el
esclavista y explotador Molina, cu-
yos delitos estáti comprobados, per-
sica á un hombre que, como el Sr.
Pérez Ponce practica el bien y no
puede ser acreedor sino al aplauso
déla torre anticua y de la fachu-
da
La infracción .i las Leyes de
Keluima, fue clarísima; pero la
autoridad política se negó acan-
tilar ó amonestar siquiera al
atrevido obispo, dizque porque
no provocó escándalo con sus
actos.
Pankburst hace que el Estado
mantenga á sus parientes. Un
sobrino suyo, Alfonso Linares
Serna, percibe un sueld'j de $80
6 $100 mensuales como Secreta-
rio Particular del Gobernador,
sin desempeñar ese cargo. Quien
lo desempeña es José Manuel Vi-
lla, periodista de alquiler que del
Gobierno de García recibía una
subvención de $250 00 mensuales,
la cual fue aumentada á $300 00
para que, además de adular, se
encargara de la Secretarfa Parti-
de Pankhurst. Como se ve, Li-
nares Serna, es un afortunado
vag"O que vive del Erario sólo por
ser pariente del Gobernador.
Los caciques que ha colocado
Pankhurst al frente de algunos
Partidos, contribuyen admira-
blemente á hacer odioso su Go-
bierno.
El Jefe Político de Pinos, José
S. Capetillo, es un individuo com-
pletamente ordinario, mezquino y
déspota, que carece <íe todo sen-
timiento alto, de toda cualidad
noble. Arrastrado por sus bajos
intintos, por su no domada bes-
tialidad, abusa del poder, buscan-
do solo la satisfacción de sus pa-
siones, de sus odios ó de su ava-
ricia.
No hace muv.hu que Capelilio
iriandó aprehender á un honrado
Ciudadano de "La Estrella," Ha-
cienda que dista de Pinos unas
quince leguas. Dicho ciudadano
estaba dormido cuando llegaron
los esbirros pretendiendo sacar-
biera ruborizarle), si de ruborizarse|-k) de su casa. Preg-nntó la vícti-
i de cuantos guarden un resto de sen-
timientos humanitarios en el alma.
Pero no hay que extrañarlo; es la
ma el por qué de aquel atentado,
y se le contestó á tiros, que le
causaron algunas heridas, lo que
no fue obstáculo para que los de-
salmados esbirros sacaran á
aquel infeliz de su casa y lo con-
dujeran á pié y maltratándolo
hasta la cárcel de Pinos, donde
murió en pocos días, tanto por
las heridas, como por hambre,
pues Capetillo ha introducido la
costumbre de no proporcionar
alimentosa los presos. Aunque
algunas familias de Pinos preten-
dieron proporcionar asistencia
médica á aquel pobre hombre,
el Jefe Político no lo consintió.
Después de suprimir el alimen-
to á los presos, Capetillo supri-
mió el alumbrado público, v sus-
pendióarbitrariamente los traba-
jos del Panteón que estaban ya
por concluirse. En cambio ha
reunido gruesas sumas de dine-
ro, dizque para la fundación y
sostenimiento de un Hospital,
que llevará el nombre de su amo
Pankhurst y para la construc-
ción de un Mercado. Pero como
semejantes mejoras no han pasa-
do de proyectos y hay serios te-
. . mores de que en pren ecto sigan,
tiranía en el apogeo de su soberbia; j i o s contribuyentes quieren saber
es la infamia que se juzga invenci- ¡ q u c a a hecho el Jefe Político delble; es el crimen lleno de vanidad;
es el despotismo, que ha visto la re-
signación de los oprimidos, y se
dinero que se
obras.
destinaba á tales
, Capetillo es mocho, como co-
burla de ellos y los provoca con sus, r r e s p
F
o n d e .; u n d ¡ f , n odesenfrenados alardes.
£1 Clericalismo
En Zacatecas
I.os Fa»oritos de Pankhur»!
El Dictador quitó del Gobier-
de Zacatecas al mocho intorela-
ble Genaro García; pero puso en
cambio á Eduardo G. Pankhurst
más mocho y más insoportable
que su antecesor.
En la bendición de la nueva to-
rre de Catedral, el Obispo Al va
salió á la calle en traje de prelado
y predicó al rebaño católico que
un digno servidor
de Pankhurst. Repudiado de la
buena sociedad de Pinos, el odio-
so cacique ha buscado refugio en
las sacristías, donde la clerigalla,
que todo lo acepta, le ha dado
magnífica acogida. El día H> de
Enero, Capetillo mandó decir
una Misa Solemne, á la qne asis-
tió pomposamente, haciendo alar-
de de clericalismo.
Los zacatecanos se habrán con-
vencido de lo inútiles que son
los cambios de Gobernadores,
cuando esos cambios no son he-
chos por el pueblo, sino por el
Gral. Díaz, que siempre procura
poner al frente de los Estados
á lacayos que sostengan la tira-
nía y no á Gobernantes que pro-
i
invadíala acera de frente á Ca-
tedral, interceptando el paso á¡
los transenntee. La peroración
tuvo por objeto alentar d los fie-
les a que siguieran contrubuyen-
do para los gastos de reparación i —
curen el bien de los ciudadanos
Léase "Regeneración."
, . , . ( , , , .
" • ' , ' • • •
¡
"
¡ ' '' •
La despoblación de léxico
Ofrecimos, eu uno de nuestros
números anteriores, tocar el serio
problema de la despoblación de Mé-
xico, de esa emigración alarmante
que busca refugio en Estados Uni-
dos huyendo del maltrato dei capa-
taz, de la rapiña de la tienda de ra-
ya, del despotismo y el libertinaje
del amo, del jornal irrisorio, de la
tarea gratuita, del cepo, de la cár-
cel, de la multa, de la consigna-
ción al servicio militar, de la negra
esclavitud en toda su ignominia,
con toda su deshonra.
Nuestras autoridades ignorantes
siempre, creen que los .problemas
sociales SP resuelven coa disposicio-
nes y órdenes despóticas, con de-
cretos y circulares sin valor.
El Cónsul de San Diego, Cal.,
propone que se impida atentatoria-
mente la salida de mexicanos; que
se les niegue el derecho de abaudo-
nar el territorio, que se les estorbe
la posibilidad de escapar de la mi-
seria y de la muerte.
Ese Cónsul que sabe que la arbi -
trariedad es la regla de nuestro Go-
bierno, propone la más monstruosa
de las arbitrariedades: la de que el
trabajador sufra encadenado todas
las desgracias que sobre él caigan,
que sea un prisionero dentro de las
fronteras de su Patria convertida en
galera, sin esperanza alguna de re-
dención, i
El Cónsul nada djce contra el oue
roba, embrutece y deshonra al tra-
bajador, á sus hijos, á su raza, re-
duciéndola con la fatiga, el fa-
natismo y el vicio, á una masa in-
conciente, estúpida, desvalida, de-
generada, que palpita y se mueve
automática, sin ideales, sin deseos,
sin darse cuenta siquiera de su des>
tino ó del por qué de su dolor; sin
alectos, sin ligas con la vida, sin los
goces que alcanza todavía el anima'
mismo, libre y dueño de sí, en los
bosques ó en las cavernas.
El Cónsul no se duele del peón,
más infeliz que el esclavo; su simpa-
tía es para el amo que azota ó viola,
para el verdugo que tortura y des-
pedaza; para él todas las simpatías
y toáas las conmiseraciones porque
la bestia batida y apaleada y ham -
breada, lejos de volverse feroz á
acometer á quien la acosa, huye
presa del terror hasta poner una
frontera infranqueable entre ella y
sus perseguidores.
Corral, fingiendo más pudor que
el Cónsul, se conforma infantilmen-
te con aconsejar que se publiquen
. de vez. en cuando circulares que ha-
gan saber al mexicano los peligros
y sufrimientos que le esperan en el
extranjero, circulares que no produ
cen efecto alguno, desde luego por-
que el obrero peón del campo que ni
lee ni sabe que exista Corral, es con-
ducido, como el ganado, por el con-
tratista implacable, por el negrero
que lo vende ó traspasa á tanto por
cabeza; y, después, porque esa's cir-
culares entrañan una mentira 3
una inmoralidad pues el peón gana
aquí mejor jornal, difruta de liber-
tades, tiene techo y pan y vestido,
y si su condición es aún precaria
debido á la inferioridad á que en
nuestro país lo redujeron la servi-
dumbre, la miseria y la ignorancia,
y debido á la lalta de amparo y de
ÍVnsa de parte de los Cónsules me-
xicanos, esa condición es infinita -
" mente mejor qué la de paria, que
la de esquilmo, que la de cosa que
guarda éntrelas garras de ese triun-
virato formado por el propietario
agrícola y la autoridad y el fraile,
bertad.
La bubdivisióu de la gran propie-
dad territomal, la repartición de
esa propiedad; he allí el único Te
medio. Todo lo demás es paliati-
vo, y como todos los paliativos so-
lución ineficaz.
Se aconseja el alza del salario
Pero, ¿quien lo procurará? ^lil ha-
cendado q:ie exprime la sangre del
trabajador? ¿El contratista, el ne-
grero que se enriquece con el corre-
taje eu el trato de carne humana?
¿El peón aislado, analfabeta, misé-
rrimo, que sólo puede sufrir ó huir?
¿Las sociedades y congresos católi-
ca is con sus teóricas resoluciones y
laúnica mira de que al Clero no se
le escape la presa?
Se aconseja el establecimiento y
la multiplicación de escuelas rura
les. Pero, al amo no le conviene
la instrucción de sus siervos, y en
consecuencia, se les enseñará reli-
gión, la escuela se convertirá en un
nuevo foco corruptor, en una nueva
cadena que ate y debilite al infeliz
peón.
Se aconseja que se cuide de la
higiene de las habitaciones, que se
les den comodidades á seres que
vegetan en estado primitivo, que no
tienen siquiera pan, ni con qué
cubrir su desnudez.
Y se desea que el alivio venga
como una concesión, como un fa-
vor del verdugo, del amo, del que
está interesado en la explotación.
Se aconseja que haya un médico
en cada hacienda y que gratuita-
mente se atienda á los desgracia-
dos víctimas de las pestes, sia su-
primir sus causas: la pobre alimen-
tación, el desaseo, la carencia de
abrigo y el exceso de trabajo debili-
tante.
Esos paliativos son inútiles; el
remedio es la libertad; que el hom-
bre labre su propia tierra, ó al me-
nos, que no se le explote, que cons
tituya su hogar independiente, que
satisfechas sus necesidades materia-
les pueda atender á su cultura, á
la educación de sus hijos, y pueda,
en sus condiciones de hombre
libre, buscar la fuerza de la asocia-
ción, tener individualidad, ser ciu-
dadano y constituir entonces en
unión de otros hombres libres, una
el imperio tenebroso de Porfirio
Díaz.
Eu otros artículos estudiaremos
estas grandes cuestiones, débilmen-
te esbozadas por hoy. ' ' '
AUTORIDADES
SALVAJES.
El triunfo
de
INUTILIDAD DE LAS QUEJAS. •
verdadera república.
Para subdvidir la propiedad, se
necesitarían entonces, ó medidas
fiscales nada prácticas, porque
irían á ofender intereses poderosí-
simos, que las impedirían, ó traba-
jos- de colonización, que permitie-
ran, fraccionando la propiedad,
traspasarlo por venta á compra-
dores que, con corto «apital, adqui-
rieran el terreno suficiente para el
desabogado sostenimiento de sus fa
millas.
Hombres cou corto capital, aho-
rrado en una vida de método y eco-
nomía, deseosos de invertirlo*u una
propiedad que pueda ser el pie de
-su fortuna y su prosperidad futura,
Las Autoridades de Minas
Nuevas [Villa EscobedoJ Chih,
se conducen como salvajes, y
realmente están en su papel. La
civilización huyó de nuestra Pa-
tria para dejar su asiento á la
barbarie, desde que sobre los es-
combros de la República se le-
vantó el enrojecido despotismo
de Porfirio Díaz.
El Presidente Municipal Igna-
cio Sandoval, aparte de ser des-
pótico y arbitrario, tiene la mala
costumbre de quedarse con las*
multas que impone. Esto ha mo-
tivado que los vecinos hayan ele-
vado frecuentes quejas aí Gober-
nador, justificándolas con certifi-
cados del Tesorero Municipal
que hacía constar que no ingresa-
ron á la Tesorería varias multas
de $10.00 y* $5.00 que el Presi-
dente había impuesto á multitud
de individuos. El Gobernador
no ha hecho caso. Sabido es que
la mala conducta de un funciona-
rio es hoy motivo de aprecio para
sus superiores.
El Comandante de Policía Sil-
vano Bañuelos, favorito del Pre-
sidente, es la personificación de
la brutalidad, de la maldad, del
crimen. El y su hermano José
Ma Bañuelos, cabo de la policía,
son el terror de la población,
pues, seguros de la impunidad,
se dedican á ejercer el vandalis-
mo más descarado. Cometen to-
da clase de atropellos, no respe-
tan ni los hogares,' ni elpudor fe-
menino; pur la noche asaltan á
los ciudadanos, despojándolos de
lo que lleven, armas ó dinero; al
que resiste lo llevan á la cár-¿
cel á cintarazos. Siempre que
conducen presos, les echan enci-
ma el caballo para obligarlos á
andar aprisa. En la cárcel, por
gusto, dan tormento á los deteni-
dos.
Hace poco tuvo lugar un hecho
que horrorizó á la población. Es-
taban algunos presos haciendo la
limpieza de una calle, .cuando un
eu nuestro país. No nos ocupare-
mos en combatir la infame teoría
del Cónsul de San Diego, ni la ne-
cedad de Corral.
No hay criterio sano que no las
rechace con indignación y despre-
cio.
Nuestro propósito es abordar el
problema mismo entre todos sus es-
collos, entre todas sus tinieblas, y
buscar un sendeio que nos conduz-
ca á uua solución humana y prácti-
ca, que salve al trabajador y salve
la producción, herida de muerte
bajo el tégimen actual de privile
gios para el amo, de hambre y des-
pojo para el verdadero productor.
E-5 preciso que caiga et monopo-
lio, que desaparezca el sórdido aca-
parador de la ti^rrra, con su poder
y privilegios; es necesario que una
racional división territorial substi-
tuya á la que ahora pone en manos
de uuos cuantos señores feudales to-
da la extensión de la República y
deja Mn un palmo ala mayoría de la
población mexicana reducida á la
esclavitud.
Una nueva Reforma se impon-
dría si el pueblo pudiera tener ron-
cieucia de su obra. Si antes fueron
desamor'izados los bienes del Clero
(aunque después nial repartidos, de
modo que el pneblo no aprovechó
de ellos), llt-gará el día en que se-
rán desamortizados de nuevo, pues
el cirro los ha recuperado y los tie
ne ahora en manos de testaferros, y
será desamortizada también la pro-
piedad que inmoralmente detentan
aventureros enriquecidos i-n los
puestos públicos.Esa propiedad se-
rá entonces subdividida y distribui-
da para que la trabaje y disfrute el
mayor numero á la sombra de la li-
no dejarían de acudir á una oferta
generosa y beneficiosa de terrenos
siempre que en el país encontraran
seguridad y garantías.
Entonces la gleba no estará bajo
el látigo de un poderoso dueño de
ilimitados dominios, encontraría
acomodo con los pequeños propie-
tarios, con los nuevos colonus me-
xicanos, ó, extranjeros, que en sana
competencia, solicitarían el trabajo
del peón mejorando su jornal y las
condiciones de su existencia.
El peón escojeria entre varios ó
numerosos propietarios, y alquilaría
su fuerza y su trabajo al que supie-
ra remunerarlos con más largueza.
El alza del jornal le permitiría ma-
yores satisfacciones y comodidades,
le dejaría tiempo y ánimo para ins-
truirse, le llevaría á la unión, á la
liga con los individuos de su clase
para la defensa y mejoría de los in-
tereses de clase, y más tarde po-
dtía llegar á ser—ó lo serían sus hi-
jos educados en un régimen de me-
nor opresión—propietario á su vez,
para atender y desarrollar su pro-
pio capital.
En esas condiciones el peón no
huiría al extranjero acometido de
pánico, buscando la salvación.
Tampoco abandonaría el campo,
empobreciéndolo con la falta de
brazos para pedir á la industria
mayor remuneración, produciendo
plétora de trabajadores y baja por
consiguiente de salarios, y necesi-
tando á la postre emigrar.
El peón se arraigaría á la tierra,
á la tierra siempre amada por él.
El fraccionamiento de la propie-
dad podría hacerla el gobierno ad-
quiriéndola si era necesaiio por
compra, perfeccionando su título y
ofreciéndolo á compradores, rolo-
nos, y trabajadores de buena fé.
Pero el Cónsul de San Diego,
Cal., cree que se debe hacer rodeo
con los peones, impedirles la salida,
obligarlos á que entreguen sus car-
nes al látigo ó al potro, sin poder
escapar á los mil tormentos á que
se les scmete; y Corral, adortne< ido
por los vapores del festín continua-
do con que lo arrullan sus adulado-
res, cree que basta con aconsejar
la resignación y la obediencia á
los infortunados esclavos, que por
sarcasmo se llaman ciudadanos en
viejecito intentó pasar por ella
Uno de los gendarmes que custo-
diaban álos presos pretendió gol-
pear al anciano, lo que fue impe-
dido por algunas personas que
estaban presentes y á las cuales
el impulsivo policía trataba con"
insolencia, A tiempo que esto
pasaba, llegó el Comandante Ba-
ñuelos que, enterado de los he-
chos, lejos de corregir á su su-
balterno, di jo-á los que habían
defendido al anciano de la bru a-
lidad del gendarme, que no te-
nían que meterse con la policía.
Uno de los presentes, el Sr. Je-
sús Vara, preguntó á Bañuelos
que si asi era como se debía tra-
tar á los ciudadanos, y entonces
el furioso polizonte, por toda res
puesta, se desatóen injurias con«
tra todos los que estaban en su
presencia.
No quedó satisfecho Bañuelos
con sus tabernarios desahogo», y
se propuso vengarse del Sr. Va-
Busco en mi alma'cuerdas g
vibren sacudidas por el heroís-
mo guerrero'dé'Stoessél," y noíás
hallo. Stoessel iguala á los ma-
yores héroes militares; pero mi
alma, educada en otros sentimien-
tos y dirigida hacia otros ideales,
no puede, no sabe estremecerse
con las bravuras de un soldado,
El Emperador japonés felicita
al defensor' dé ; Port Aíth'ur; el
Czar le llamará su hijo predilec-
to, le pondrá una cruz más sobre
el uniforme, mientras el Santo Sí-
nodo le pone otra bendición más
sobre la cabeza, y el guerrero
slavo saldrá por las rotas defen-
sas al frente de sus tropas con
todos los honores militares, á
tambor batiente.
El nombre de Stoessel pasará
á la historia, Stoessel volverá á
Rusia para gozarlos triunfos ma-
teriales y morales á que lo hace
acreedor su heroísmo. Los áo\>
dados qjue pelearon como él y fue-
ron mas héroes que él. porque
fueron héroes sin esperanzas de
de recompensas, esos se podri-
rán de incógnito bajo los escom-
bros de la rendida fortaleza, abo-
narán pon sus restos en descom-
posición los campos manchuria-
nos, ó volverán á Rusia," los inú-
tiles á mendigar, los sanos á ca-
var la tierra y á pagar las contri-
buciones.
Para esos soldados defensores
de Port Arthur no habrá más
cruces efectivas que la amarga
cruz de su vivir, ni más bendi-
ción que la de sus padres, ni más
historia quela referida en voz
baja por cuatro viejos junto á ho-
gares escasos de alimento y de
leña. El Czar les llamará hijos
cuando desfilen por delante de él,
y les tratará como siervos cuan-
do se desperdiguen sobre la es-
tepa.
Cuando pienso en esto se me
llenan los ojos de lágrimas; y. si
no encuentro en mi alma palpita-
ciones de entusiasmo para el bár-
baro heroísmo de Stoessel las ha-
llo de ternura y de compasión pa-
ra los infelices soldados que le
ayudadaron á hacerse héroe.
Por lo demás, la rendición de
Port Arthur me ha causado pro-
funda alegría. No ciertamente
por el triunfo de Mutsu-Hito y de
su Japón oficial. ¿Eso qué? En
tal sentido significan lo propio á
mis ojos el Czar qué el Mikado.
Mi alegría es porque lá caída
de Port Arthur prolonga el prin-
cipio de otra caída:7la caida de-la
Rusia oficial; de—la Rusia que re-
presenta para la civilización una
amenaza, y para la humanidad
una deshonra.
Si Port Arthur no hubiese cai-
do; si la escuadra rusa no se hu-
biese deshecho á golpe de cañón
japonés; si Kuropatkin no hubie-
se ido de retirada en retirada y
de derrota en derrota; si todos
esos batallones y barcos, si todos
esos jefes con uniformes festo-
neados de pieles y bordados de
oro hubiesen impuesto al Japón,
por decretos de la victoria, lasvo
luntades. del,autócrata.ruso, ¿qué
hubiera hecho el autócrata ruso.el
festoneados1 despides y bordados
de oro, las armas relucientes, los
barcos podridos de cañones, la
vistosa iquinc,áUería, coní;;:\qü"e . el
d-espoitisíno, ¿e! íuf ánaba/>7 p&t*&'; 1 ¿i-
ír'ar en.''ella'su,'rázdn de .existir^
pjé^e'au1' prestigio/ ' ••'Si. ¡«ií'Mfo';
para máíat1,b'i<?n ,y,'',¡éencelébien':
servís, ¿a títtjló de qué* tratáis dé!
Imponeros ,,y, de escla-Vizarnos?'
f r i t a rá el pueblo'ruad. Perdida
vuestra bárbara y sangrienta au-
reola, ¿que¡derechoos asiste pa-
ra seguir vivieñd,ó?>Mo;rji'd'. Ente-
rrad lo que ha dejado vivo de vos-
otros el peleador japonés; ente-
rrad con vosotros la Rusia de la
fuerza y. de la matanza, de la con-
quista y de la servidumbre y ce-
ded él paso á otra Rusia; á la
nuestra, á la Rusiaque quiere in-
corporarse á la humanidad/'
Realmente la derrota del Czar
es el triunfo de Rusia, Más que
los japoneses^ deben celebrar los
rusos el rendimiento de Pori Ar-
thur.
Port Arthur rendido es para
los japoneses una victoria mili-
tar; para el pueblo ruso, una vic-
Febtuáry n tfi 1905.
Substíritióá r a t e /
2. 00 gold. '
1. 10 ,,
: amliVv!
Per omonths. . „•
,.,, Director í y , Propietario Ricardo
Plores .:M"á¿'on;" '"'•-'•"
toria humana.
JOAO.ÜIN DlCENTA.
U INTERVENCIÓN
. Responsabilidades del Ge-
neral Díaz.
En THK SAN ANTONIO GAzaTTE,
uno de los periódicos más impor-
tantes del Sur de los Estados Uni-
dos, aparece un artículo alar-
mante, relacionado con la difícil
situación por la que atraviesa nues-
tro fronterizo Estado de Sonora.
El artículo que traducimos dice
así: ' :
"Informes llegados de la Ciudad
de México, procedentes de las re-
giones ocupadas por los indios ya-
quis, dan nueves detalles, relativos
á las terribles condiciones en que
se encuentra esa parte de la Repú-
blica.
"Los indios yaquis han empren-
dido una campaña de exterminio
en contra de los mineros mexicanos
q
" B B G £ N E R A C I O N » SB publica loi
sábados. El número auaito vale cinco centavos oro
en los Estados Unidos del Norte y dloi centavos pla-
ta en la República Mexicana,
Los precios de subscripción1 ion como aíguá:
En los Estados Unidos do! Norte por un tamei-.
tie, pjgo adelantado «—r$ 1. 10 oro.
Po,r,iírt a&o, pago adelantado ' 2. 00 oro.
En la' República Mexicana por Un teraostr»
pago adelantado, ' ' $ 2. 4 0 plata.
Pomñ-anó.Dagoadelantado 4. 50 ,,
El ciento de ejemplares Talo para los Agentes;
En la República Mexicana. í 7. 00 plata..
vEn los Eataíos Unldos.del Norte— 3. OO.oro.
Los envíos de dinero pueden hacerse por Giro
Postal Internacional, por Express, en Billetes i e
Banco 6 an Timbres Postales.
JVOÍlá. Mstoa presos se aplican á Ice
personas que maman pagar directamen-
te sus subscripciones sin «ecestáad d$ co-
brarles.
A Cas personas á quienes enviemos núes'
tro periódico y no manden pagar, se les
cargará un veinte por ciento sobre los pr$-
ciov airiba expresados.
Para todo asunto dirijirse al Dinctw •
lo que
están
es más, los
exentos de
y residentes, y
americanos no
los ataques de la desesperada ban-
da de salvajes que merodean en el
Estado de Sonora.
' Antes los yaquis habían sido
enemigos únicamente de los mexi-
canos, pero parece ser que como
consecuencia1 • de la' desesperación
que les causa el Gobierno Federal,
ya no distinguen y tratan por igual
á mexicanos*y americanos. El nú-
se final del artículo que nos ocupa,
cuando seanunciaqueSonoraacep-
taría hasta la iniervencióii de los
Estados Unidosti '
" ¿Seta posible que por el enrique-
cimiento de individuos como Co-
rral, Torres é Izábal, este coloso
del Norte, que no conoce pudores
diplomáticos, vaya á inyadir esa
rica porción de nuestra tan desven-
turada Patria so pretexto de inter-
venir en una lucha de la que resul-
ta responsable Pprfirio Díaz, y la
que no pueden dominar soldadi-
llos pletóricos de pretensiones y
vanidades, ávidos de riquezas y
paupérrimos de aptitudes? ;
. Cese ya esa lucha cruel é inhu-
mana; déjense á los pocos infeli-
ces yaquis qae no han sido ase-
sinados ó arrancados de su terruño
el goce y disfrute de sus tierras,'
y se verá que nuevamente trocan
sus justas represalias en conducta
pacífica y tranquila.
••«»
La tiranía
deHehesa,
mero de americanos matados por
ra, ejercitando en
rística ferocidad.
él su carac te-
Poco después
de los sucesos referidos estaba á
caballo el Sr. Jesús Vara, con-
versando tranquilamente con el
Sr. Ignacio Oviedo, cuando lle-
garon los hermanos ^Bañuelos y,
sin darle tiempo ni para defen-
derse, lo asaltaron, golpeándolo
brutalmente. No quedó al Sr
Vara más recurso que buscar re-
fugio en su casa, y asi lo hizo, pe-
ro los bandidos lo persiguieron
hasta su hogar, penetrando en él
y golpeándolo nuevamente. Una
señora de la casal que trataba de
detener á los energúmenos, re-
sultó herida, y el Sr: Vara, des-
pués de haber sido agredido en
su propia casa, fue conducido á
la cárcel é incomunicado riguro-
samente.
Los hermanos Bañuelos pasean
su impunidad y su desvergüenza
ante la indignación de los habi-
tantes de Villa Escobedo y las
demás autoridades se burlan de
esa justa indignación protegien-
do abiertamente á los culpables.
Será inútil elevar nuevas que-
jas ante el Gobernador. Mien-
tras los ciudadanos no ejerciten
sus derechosy se libren ellos
mismos de sus tiranos, su situa-
ción será miserable, por más que
pontífice de la Rusia oficial, con
la otra Rusia, con la Rusia huma-
na, que gime de hambre en las
estepas y agoniza de miseria en
los talleres y tiembla de espanto
en los gabinetes de estudio? ¿Qué
hubiera sido de los ganados de
humanas criaturas, que los ca-
prichos del autócrata llevan de un
lado á otro cuando bajan humil-
demente la cabeza, que las fero-
cidades det autócrata entierran
en las minas siberianas y cuelgan
de las horcas cuando quieren al-
zar la cabeza en son de protesta
ó rebeldía?
¿Que hubiera sido de toda
Rusia si la victoria se inclina.
lado de Nicolés II?
jQue hubiera sidol
esa
del
. El
Jos yaquis, durante, los dos últimos
mesesj_no -puede precisarse, pero
se cree que no sea menor de cin-
cuenta, entre mineros y gambusi-
nos.
"El número de residentes mexica-
nos, contando con mujeres y niños,"
es muchísimo mayor. En muchos
casos multitud de familias, en el in-
terior del Estado han sido arroja-
das de sus hogares á golpes y sus
casas robadas é incendiadas.
"El Gobierno de Díaz es, por su-
puesto, directamente responsable
de esta completa destrucción de vi -
das y propiedades; que no es más
que consecuencia y, resultado, ,de
las injustas." y opresivas medidas*
dictadas por el Gobierno en contra
de estos indios, que siempre habían
figurado entre los más pacíficos ha-
bitantes de México.
1' Los yaquis tienen la seguridad
de que el Gobierno ha decretado el
exterminio de ellos, lo cual es solo
cuestión de tiempo.
"Mientras tanto, las vidas de to-
dos los americanos en la tierra del
Yaqui está en el mayor peligro, y
las deficientes tropas que mandan
el General Torres é Izabal son im -
potentes para dominar la titulada
insurrección y para protejer las vi -
das de los ciudadanos americanos
y mexicanos.
"Estos jefes son favoritos del
Presidente Díaz, por lo cual son
incapaces, presuntuosos é incom-
rueguen y se
déspotas.
arrodillen ante los
BUSQUESE
El próximo numero de "Re
generación."
Czar triunfante, sus Generales
vencedores, las tropas volviendo
á la patria para imponer el despo-
tismo á balazos y la servidumbre
á crujidos de látigo; los que du-
rante la guerra maldijeron de ella
por inicua y de sus iniciadores
por insensatos y crueles, sacarían
de su ocio á los instrumentos de
tortura; repoblarían los inpace de
nieve, que la muerte, con ser tan
ligera en vaciarlos, nunca deja
vacíos; los pensadores tendrían
que echar llave á sus cerebros;los
trabajadores que poner morda-
zas á su hambre y puntales á su
resignación;"las esperanzas de li-'
bertades y progreso que detener
su viaje á la realidad; Furopa, in-
clinada ante los vencedores, que
sufrir sin protesta el encastilla-
ra iento de la barbarie en plena
civilización. Todo enmudecería
ante la voluntad del autócrata y
la dinamita sería la única voz re-
dentora que se alzase en el impe-
rio ruso.
Ahora, no. La derrota de la
Rusia oficial es el triunfo de la
Rusta humana. Los uniformes
peten tes y el pueblo de Sonora su-
fre las consecuencias,
y la agricultura están
La minería
paralizadas
y todos los negocios de importan-
cía sufren grandemente; y Sonora
aceptaría hasta la intervención de
os Estados Unidos."
* * *
Nuestros compatriotas juzgarán
de los tristres»y dolorosos lesulta-
dos de la absurda Dictadura que
nos gobierna,
defendemos la
NonosotTOs los que
causa de la Liber-
tad de nuestra Patria, sino el perio-
dismo americano, clama en contra
de las infames y tiránicas medidas
dictadas para sofocar la titulada
rebelión del Yaqui, y pregona eme
Torres é Izábal, los socios de Ra
món C«TTal en este sucio neeocio
del despojo á los indios, son IMPO-
TENTES para dominar la situación;
y fundan esta imcompetencia en el
hecho de ser favoritos de Porfirio
Díaz, por cuyo motivo les califican
de TNCAPACHS, PRESUNTUOSOS E
INCOMPKTENTES
Pero la nota triste y dolorosa, la
página sangrienta de estes mereci-
das censuras yankees, está en la fía
UNA. SATRAPÍA ODIOSA.
Teodero Dehesa, el tartufo Go-
bernador de Veracruz, ha soñado
voluptuosaméntie en llegar á ocupar
el Ministerio dé Hacienda. Su eter-
no deseo ha sido substituir á Li-
mantour. Sus asalariados folicula-
rips han repetido hasta la saciedad
que Dehesa es un gran -hacendista,
un notable financiero, único capaz
dé suceder ventajosamente al) ex-
tranjero que ha sumido en la más
espantosa miseria á la Nación.
Y Dehesa, mareado con los hala-
gadores epítetos que él mismo se
hace dar, pierde la cabeza, y con
sus mismos hechos demuestra al
país que él nunca podría dirigir con
acertada mano los asuntos financie-
ros de la nación."*' •';" ""= "'• '.v",í""'"
El encino no puede producir más
que bellotas. Insensatez sería asen-
tar que Dehesa fuese un hábil finan-
ciero. Detrás del mostrador de un
tendajón adquirió las nociones fi-
nancieras que conoce todo el mun-
do. Allí cursó prácticamente el arte
del regateo con los marchantes hu-
mildes y de ese modo fue como lo-
gró aumentar el capital de sus ava-
ros patrones, y así fue como consi-
guió una canongía en la productiva
Aduana del Puerto de Veracruz.
Más tarde, cuando el heroico
pueblo veracruzano lloraba la muer-
te del patriota y liberal Gral. En-
ríquez, el Dictador, aconsejado por
el clero, colocó en la vacante silla
al funesto Dehesa.
Los electores habían cumplido
con la teiebrosa consigna, y el Es-
tado, atónito aún por la muerte del
patriota gobernante, no se dio cuen*
ta del Gobernador impuesto por la
omnímoda voluntad del rebelde de
TV coac.
El gobierno veracruzano quedaba
en manos de un hombre obscuro
que al tomar posesión de su cargo
carecía de todo mérito, y sólo pudo
ascender apoyado por las bayone-
tas de la Dictadura y por las sota-
nas del corrompido clero católico.
El pueblo, vuelto en sí de su na-
tural sorpresa, vio hollados sus de-
rechos, coartadas sus' libertades
públicas y ultrajada su soberanía.
Dehesa había revelado cual había
de ser su conducta posterior. El
juego amparado por la camarilla
dehesista se extendió con escanda-
losa desvergüenza en todo el terri-
torio veraouzano. Al rededor del
nuevo tiranuelo se agruparon pron-
tamente los serviles. Ins aduladores,
los lacayos que sacrifican su honor
por un mendrugo, y desde entonces
comenzó para Veracruz el reinado
del terror que ba conducido á ese
noble pueblo á la ruina, á la desoía-
ción y á la miseria.
,;..•.'," i ' " ' .',1 \
., &q 'exageramos. ';'"• ConsÜlteúe -la
íiistoria df' aquel áé^dich'atíti pueblo,
culos últimos dócéláfibs y eü cád,á
página se verá.la obra.de la.th;ónía.¡
]|í cotaércio agobiado era él enor-
me' peso de las innuíqerables con-
tribuciones que lo gravan, está ané-
mico y próxíníb á desaparecer; los
ciudadanos, vejados impunemente;
• la ley arbitraria dé sorteos en todo
su vigor; y sobre ese cuadro de ig-
nominia, Dehesa con su círculo de
tahúres1 que inciensan' al pr^cet;
Las arcas del Estado están reple-
tas de dinero arrancadó-el pueblo,
y, sio embargo, el noiai/e hacendis-
ta no disminuye un solo^ centavo los
impuestos odiosos que. vacían los
bolsillos de los contribuyentes. .
1 El estúpido" impuesto, /personal
aumenta sus cuotas hasta una can-
tidad exorbitante que difícilmente
pueden pagar los pobres jornaleros,
que son las víctimas de la inmodera-
da codicia de Dehesa.
Y no contento con eso, dirige sus
pasos de avaro contra los emplados
de instrucción—jcuántos de ellos
verdaderos apóstoles del saber !-r-y
les descuenta con sordidez de era*
peñero ua tanto por ciento que in-
gresa á sus desbordantes aroones.
Dehesa tiene sed de dinero, como
Pitnentel, como Cárdenas, como
Olegario Molina, como todos los
funcionarios públicos, y arranca á
los profesores una cantidad que sig-
nifica la privación y el hambre de
familias. Bu cambio él, sin contar
lo que se distrae ilegalmente, se
aplica un sueldo de do.ee,mil. pesos
anuales por causar la ruina y la des-,
honra del Estado.
A los municipios los tiene arrui -
nados. §óbre ellos pesa su insacia-
ble codicia. , , ,
Los empleados' inferiores de la
administración veractuzanapade-
cen mortales miserias, mientras De-
hesa .en orgías y fiestas con sus fa
voritos derrocha el dinero del pue-
blo. Están sujetos á un sinnúme-
ro de iniquidades. No reciben ni
un solo centavo para los gastos in-
dispensables de su oficina.1 La ren-
ta de ia casa donde está la oficina;
compra de papel, tirita, etc.; fran-
queo de correspondencia; situación
de fondos: todo lo pagan del mez-
quino sueldo que reciben. Y si á
esto se agrega el injusto descuen-
to, el miserable jornal de barrende-
ros de que disfrutan los ' infelices
empleados inferiores resulta verda-
deramente injurioso.
Así es como Dehesa lleva á cabo*
sus asomhosas operaciones financie-
ras. A costa dé la miseria pública
Tive con insultante lujo el que ayer-
regateaba con los marchantes del
tendaión. , ^
Deuesa es un tirano que procura
al pueblo todo el mal posible. Los
Jefes Políticos son en Vercruz indi-
viduos que merecen Tá horca. En
Tuxpam hay un Jefe Político llama-
do Arturo V. Núñez que consigna
al servicio de las armas á personas
que gozan de la exención del ser-
vicio, de acuerdo con el inciso B del
articulo 89 del Decreto de 2 de Ju-
HÍO dé 1900. Núñez viola la ley
en obsequio de sus pasiones.
Infinidad de ciudadanos han sido
consignados ilegalmente al servicio
de las armas por Núñez. Los ciu-
dadanos Juan Cirilo Santiago y
Marcos E. Santiago, fueron consig-
nados al servicio de las armas, por-
que en representación de los veci-
nos de Temapache •• habían' ocurrí do
á todas las autoridades en demanda
de justicia cqritra los incalificables
atropellos de que es víctima el ve-
eindarío por parte del Presidente
Municipal deesa población, un ban-
dido que responde al nombre de Ju-
lio González, Los Santiago pidie-
ron amparo y lo obtuvieron, por
casualidad, de la Suprema Corte de
Justicia déla Nación; pero Dehesa
ordenó á Juan Santiago que no re-
sidieTa en el Cantón de Tuxpam.
diciéndole que el Jefe Político te-
nía orden de fusilarlo si desobedecía
su mandato.
Joaquín Juárez fue consignado al
servicio de las armas, también ile-
galmente, porqne habiéndose fuga-
do de la cárcel su hijo, no pudo
presentarlo al Jefe Político para que
éste le impusiera un castigo. Nú
ñez se quejó con Dehesa, y este ti-
rano envió al cuartel al desventura-
do padre.
Innumerables abusos como los in-
dicados se cometen en el Estado de
Veracruz, que gime azotado por las
manos vulgares de tiranuelos im-
provisados.
Veracruz, el viril Estado que en
época de prueba supo conquistar 1a
gloria, tiene hoy que sufrir la afren-
ta, como sus demás hermanos de la
Federación, de vivir encorvado ba-
jo el peso de tiranos sin lustre.
El, TER6ER IMPERIO.
Of-ece enviar como prima la obra
«JUÁREZ como lo describe la Historia
y como lo pinta el Diputado Bulnes»
por el Va R. Prida, á toda persona
que se subscriba al periódico. Esta
obra vale en las librerías $1.75.
£1 preoio da la subscripción á <E1
Tercer Imp«rio> es $1 75 por semestre
y todo pedido deba hacerse al An.
2176. ó al Chapitel de Monwrrate, N '
4, y precisamaote ¿ I. Arrióla.—Mé-
xteo—D. F.
ASTADO DE MÉXICO.
•. ,.','!
Mala Interpretación a rtUestra Circular.
Como recordarán los amables suba*
criptorea de B,kGEMERA.GION, solí
citamos el, r^gistn de nuestro perió-
dico en la Oflqlná. do Corvóos de la olu
dad de -México, hbciendo, ufa ó de un
derecho qué nos concede la ley, perú
Porfirio Díaz nrdenió que se impidiera
1 registro ooa pretextos injustifica
dos
Entonces, en la imposibllidad.cle.de-
positar nuestros giros para cobrarlas
subscripciones,-repartimos una oirou-
lar suplicando á laa personas & quie-
nes enviábamos el periódico que, en
oa'so de aceptarlo, EOS situaran direo
lamentó ei importe"do la' subscripción.
Wl hoy Gobernador del Estado de
México, el Sr, Gis.1. D. Fernando
González, es una de las personas que
recibía nuestro periódico y & quien
por ésta causa, le enviamos nuestra
circular.
El Sr. González dló á esa circular
que en seguida publicamos, una inter-
pretación errónea, considerando qui-
zá qua el cobra que le hacíamos era
una solicitud de protección y & eso se
debe el tono déla carta que inserta-
moa ooa la contestación respectiva. '
He aquí nuestra Circular;
Estimado Scílór: Deseosos de ex-
tender ampliamente) la propaganda, de,
las1 ideas que sostsnemos, hemos esta
do <»nvlando, & V., nuestro periódico
REGENERACIÓN.
Nuestro afán es llevar á la concien-
cia de1 nuestros compatriotas el con-
vencimiento de que el gobierno dicta-
torial de Porlirio Díaz está cauBando
la ruina, de }p>Patria y,nos está preoi
pitando á una catástrofe. '
Anhelamos que las inmensas des-
venturadas del presente y los graves
problemas del porvenir nacional se
impongan á la consideración de nues-
tros conciudadanos y los, obliguen á
r'oacc'onár virilmente, á despójale
del indiferentismo—que equivale á
complicidad con la tiranía—y á lu
char contra la Dictadura, ó á prepa-
rarse, cuando menos, para afrontar
las contingencias del fnturu.
Ya que se ha servido V. conservar
los ejemplares de nuestro periódico
que le hemos remitido, no dudamos
que simpatice con nuestras ideas re
etmociendd él espíritu de justicia que
informa nuestros trabajos y espeta-
mos que con gusto favorecerá V. el
sostenimiento oe nuestra publicación
-)1 es que considera que su existencia
es útij p'aralacáusá, dé'la libertad y
(jara la defensa de las instituciones li-
berales qne serán mañana, como 1<>
fueron ayer, las que salvarán á nues-
tro pueblo del caos en que lo dejarán
sumergido les egoísmos y l<*s traicio-
nes de la. Dictadura actual V
Hay 00 podemos girar contra núes
tros subscriptores, com« otras veces
lo hemos hecho, porque el gobierno
del Gral Díaz, con fútiles pretextos,
se ntg-6 á aceptar nuestras libranzas.
Por eso nos dirigimos á nuestros subs-
criptores para suplicarles, cónio 16
hacemos con V., por la presente, que
se sirvan, remitirnos el p&go de la
subscripción que les servimos.
Para el fomento y propaganda de
nuestro periódico, 110 hemos omitido
hasta la fecha esfuerzos ni sacrificios,
empleando en (é:lb todos nuestros re
cursos,- seguros de que nuestros' co-
rreligionarios, en cuya honorabilidad
y Datriotismo confiamos plenamente,
no dejarán de impartirnos su ayaáa
cuando ella nos.sea neeeaaria.
Siéndonos ya precisa esa ayuda, por
los gastos qne hasta la fer-ha hemos
erogado y los que necesitamos hacer
aún, aáí lo hacemos __á̂ V-K presente,
manifMatándole que no espere ya núes
tro giro y suplicándole encarecida
mente, se sirva remitirnos lo más
nronto posible *1 importe de su subs-
cripción, dirigiéndolo por giro postal,
billetes de bauco, Express 6 en ú tim"
caso timbres dé correo, precitamente
á Kicar^o Piores Magín, 605 W Nue
va St., San Antonio, Texas, B ü A
Si per (malquiera cirrunstancia, no
ptíedé' V. Verificar el págW, le'eátima-"
remos nos lo avise , Si «n un mes no
recibimos contestación á ja presente
nos veremos en el penoso caso" de bo-
rrar su nombre de nuestras listas.
' Esperamos que tomará' én cuenta y
atenderá nuestra súplica, y anticipán-
dole las debidas gracias, nos suhscrl
bimos de V. afmos, attos.SS.—R P.
MAGO N.- -rúbrica.
El Sr. Fernando González, Gober-
dador del Estado de México, contestó
á nuestra Circular con la carta si-
guiente:
Secretaría Particular del Goberna-
dor del Estado de México.
Toluoa, Febrero 2 de Í9C5.
Señor Don Ricardo Flores Magón
San Antonio Texas.—B. ü. A.
P. O. Box 1133.
Muy Seüor inio:—
En contestación 4 su estimada carta
circular del 23 del pasado Enero, ma-
nifiesto á Ud. y ello no le causará sor-
presa alguna, que identificado á la
causa Porfirista desde los años de mi
primera infancia y habiendo teñirlo el
honor más tarde de servir once aflos
á las órdenes inmediatas del Señor
General Díaz, como BU Ayudante d?
Campo y Jefe de su Estado Mayor, y
debiéndole en mi vida privada y en mi
existencia como Bervidor de la Na-
ción-, c narraciones de toda especi",
personales favores y los adelantos de
mi carrera, no me es dado honrada
mente, coadyuvará la labor de Usted,
ni pecuniariamente ni de otra manera.
Ulberal de corazón y respetando lasconvicciones de t dos, nn me permito
exoresar un juicio acerca de la con
ducta de TJ-1, de BUS tendencias y de su
labor, juzgada por muchos como po
co patriótica Ni• comparto sus oi>i-
ni« nes. p<-ro IaB respeto, juzgándolas
bijas de la mayor buena fó á la vt-z
que como fruto de legítimo derecho
iue á Ud asiste de opiniar en las uo
sas públicas de «u país.
O'denoque sus periódicos Je sean
d«vuH]toB. si acaso se han recibido, y
. op*ndo á Ud excuse la franqueza di
mi bnguaje, le aseguro que no tener
personulmeote hac'a Ud. ningún pre-
juicio y que le de>eo todo biec
Soy de U<1 muy atonto S. S.
FERNANDO GONZALVZ.
La reipuetta é> eaa, que ]vzgim»r
conveniente publicar, íué como »fgue:
Bt. QttA. D. Pernacdo Gonzalo?,
Gobernador de] Estado do Méxloo.
Toluoa, Mex.
Muy Señor mío;
He recibido la-atta. carta de Y. fe-
cha 2 del actual, en respuesta á mi «ir
oular dirigida á las diez mil porní na»
que están recibiendo REGENERA-
CIÓN, eütre las quo V. se contaba y á
las cuales atentamente hacia le. súpli-
ca dé que me enviaran directamente' él
impone de la subsoripoión que se sir-
vieran tomar, por sernos imposible
depositar nuestros giroa en el Conreo
en México, debido a denegación »rbi
.traria por el goblorno'de) Gral Día'z,
de un derecho que nos da la ley
Habría acusado á Y. simple recibo
de su carta en la que me manifiesta que
devuelvo los periódicos que se lo ha-
bían mandado y no toma la subscrip-
ción, en lo aue está V. en su derecho,
si no fuera porque en vez de conore
tarse Y., áesa simple contestación co-
mercial en .un asueto comercial como
es el vago de uuas.ubsorlpoión, se per-
mite Y. entrar en su carta en conside-
raciones y deslizar nalabras que no
mees posible dejar pasar desapercibí
das.
Dice V. que no puede coadyuvar á
mi labor ni pecmiariameiüe ni de
otra manera. Me permitirá Cu. que
le diga qua jamás he solicitado deUd.
ni de gobernante alguno, -y de su ca-
rácter de gobernante se Inviste Ud
para contentarme—ayuda pecuniaria
ni otra^cualquiera. ' '
, Tac presuntuosa y pérfida Insinua-
ción sólo piído escapársele á V,— con-
cediéndole la buena té que V. me con-
ceo'e,—por lacostumbr'e y erróneo cri
lerio de los gobernantes mexicanos
que creen ,qu« en todos sus actos y
palabras dispensan una merctd, que
QO ven de su parte obligaciones que
cumplir sino graciosas concesiones que
otorgar, ni de parte de los ciudada-
nos, para ellos sus subditos, derechos
que reclamar y que exljir s'n<> favo-
res y concesiones que suplicar y pe-
dir. ' ' EÜ
Me dice U^. que hay mudtos qu eca-
l'.ficanini labor de poco patriótica, á
la vez que asienta que no se permit*-
f-x^reBar un juicio acercada ella y de
mt conducía y tendencias. ' Su padrt
de Ud. habría hablado con sencilla
franqueza haciéndose responsable' de
BUS palabras, pero Ud achaca ¿ esob
muchos una acusac óa que no se deci
de alanzarme .d1 reci&ineiite por ese
tacto que admirara en su discípulo
avmtajado el Gral. Día^, hábil como
un Jesuíta para decir y no d te r á la
vrz, en el arte de la mistificación de
los actos y d# las palabras.
A esos muelw8-c\>ya opinión Ud. ve-
ladamente prohija, ya lea hemos con-
testado que la Patria no es el Gral.
Díaz, que el Gral. Díaz es precisa
mente lo opuesto á la. Patria, es su ene-
migo, su tirano, el destructor- de la
Patria, á la que «ha empobrecido, á
laque ha dejado, en la ignorancia, á
la que ha entregado al clericalismo, á
la que le ha de*garra.do sus institu-
ciones y á la que vende y compromete
con el extranjero, en- los empréstitos
ruinosos y con las concesiones escan-
dalosas.
Dice Ud. que está identificado & la
causa porüriata desde su primera in-
fancia (sic) y que le debe Ud. al Gra,l.
Díaz en su vida privada y pública per
sonales favores y los adelantos en su
carrera.
No me corresponde- saber las consi-
deraciones que el Grsri. Díaz haya te
nido para Ud. en su vida privada, en
sus afectos, en sus ilusiones de la j>ri
mera infancia ó la primera juventud.
Pero eo la vida publica dicen mu
chos y con ellos yo, que le debe Ud.
al Gral. Díaz una gratitud infinita
por su^lealtad y adhesión al padre de
Ud., por la acusación ante la Cámara,
por la ruidosa oposición y ia intriga
que le impidió reconocer la deuda in-
glesa negocio que consumó en seguida
sin obstáculos el Gral. Díaz, por ia aso
nuda del nickel en la capital, promo-
vida por Romero" Rubio y Díaz; por
ni alejamiento en que tuvo al padre de
Ud. y la nulificación de sus partida
ríos después de haberse afianzado en
el poder ei Gral. Dixz en sus ya no
interrumpidas reelecciones y pnr las
dolorosos reformas constitucionales
hechas en el periodo presidencia.), del
padre de Ud. como la reforma al artí-
culo 7^ con la que acarrearon al Gral
González condenaciones que en reali
dad le corresponden ai Gral. Díaz.
Es cierto qu» le debe Ud. los a»le
lantos de su carrera, haber llegado á
General en la serenidad y el repuso da
cementerio de us a paz octaviana
Pero tales ventajas pers nale.s. por
estaren un platillo de labaJanza,dicen
muchos, como yo, que es increíble que
peseo mí s que las desgracias que el
Gral. Díaz ha Infligido á la patria
y que las infidelidades y traicione»
oon que amargó IaB horas del padre
deUd
Usando con sinceridad las propias
palabras de Ud para mí, diré que
«rogando á Ud que excuse la fran
qutza de mi lenguaje, le aseguro que
no t^ngo personalmente hacia Ud
niogún prejuicio y que le deseo todo
bien >
DeUd. atto. S. S.—R. FLORESMA
GÓW.—Kúbrica.
labor de
la tiranía.
Cananea se hunde.
Veintiocho años de tiranía porfi-
rista han puesto al país en tan la-
mentable condición, que los que nos
pr«-ocupamos por el porvenir de 1«
Patria no podemos menos que in-
dignarnos contra el hombre que ha-
biendo podido llevara á la altura
que merece, la ha puesto á merced
de la rapacidad de los yankees, a1
mismo tiempo que sobre ella coloc?
á personalidades dignas del presi -
dio.
Hay poblaciones de la República,
que por 6u especial situación topo-
gráfica ó por los naturales recursos
de que disponen, habrían podido
Mexican News and
jtdvBrtising Bureau.
415 M A I N AVHNUE.—P. O. Box 627.-
The papers wlsbing to obtain advertising of American bnsinesshouaes
should send their rates to us.
The advertisers inay direct theniselves to us for rátes in both Spanish
and, American ptiblications.
AARON JOHNSON.
MANAGKR
Mexican News and
Advertising Bureau.
415 MAIN AVENUE P. O. BOX, 627.
Los periódicos mexicanos que deseen buscar anuncios de casas ame-
ricanas, deben enviarnos sus tarifas y condiciones.
Los anunciantes diríjanse á nosotros en solicitud de precios de avisos
en periódicos tanto mexicanos como americanos.
JOHNSON, GERENTE.
Uer.ar á un alto grado de prosperi-
dad , t>i en lugar de pesar sobre la
nación el capricho del Autócrata,
fuera el pueblo el que gobernase-
por .medio de sus representantes.
Cananea, en el Estado de Sonora,
es una prueba de que todo lo aride-
ce la tiranía. Cananea es un rico
Mineral que hubiera hecho la feli-
cidad de muchos miles de personas,
si Porfirio Díaz no tuviera empeño en
poi ;r en los puestos públicos á in-
dividuos que, por su inmoralidad,
llevan á la ruina á las más flore-
cientes poblaciones.
En Cananea funge de Presidente
Municipal un tal Ignacio Macma-
nus, que ni siquiera es mexicano; es
yankee y tiene en el Banco de Ca -
nanea el puesto de Gerente.
Macmanus, su cochero Francisco
Feí sandez que .explota el puesto de
Regidor io, los jueces, la policía
los garitos y casas de prostitución,
los comerciantes chinos y la Com-
pañía Minera pesan sobre sobre la
desventurada población, agobiándo-
la y arruinándola.
Macmanus y su cocheroTernán-
dez se enriquecen en sus puestos
con los productos déla prostitución,
del iuego y de la más vergonzosa
explotación.
La Compañía Minera paga á los
trabajadores con unas fichas llama-
das bilimbique que los agiotistas y
el Banco de Cananea adquieren con
un descuento del quince al veinte
por cieuto.
Macmanus recibió como regalo
de la Compañía un jacalón que él
convirtió en mercado, y alquila las
casi'las chicas á sesenta pesos al
mes y las grandesá ciento cincuen-
ta y aun doscientos pesos. Todo
ese dinero pasa á los bolsillos del
Presidente Municipal.
En Cananta la justicia es un co-
mercio odioso. Los empleados del
Ju2gado 29 de ia Instancia, cuando
comprenden que algún preso tiene
dinero no permiten que nadie lo
defienda y ellos son los que litigan
y arreglan los expedientes á su an-
tojo, sin que el Juez los moleste.
El Juez poco se ocupa de su ofi-
cina, porque para él el juego es un
filón inagotable. Juega y gana de
seiscientos á setecientos pesos dia-
riamente en compañía de un imbé-
cil tinterillo que le sirve de rufián.
Lo nohpecho^o es que el tal Juez
nunca pierde, cosa que revela la
existencia de un acuerdo entre él y
los tahurea del Proctor.
Las ca'-as de prostitución, ubica-
das en el centro de la ciudad, son
semillt-ros de escándalos y de crí-
menes, pero como tanto Macmanus,
como su cochero el Regidor 19
Francisco Hernández y los Jueces j
20 de 1 a Instancia y Menor apoyan
la prostitución y la fomentan, no se
da paso á reprimir el desorden.
El Juez Menor, Buenaventura
Márqu z garrapatea sandeces en
El Heraldo 'de Ca?ianea Márquez,
servil y abyecto ante los poderosas,
ha iconsejado á la Compañía Mine-
ra qne explote todavía iná-i á los po-
bre;* trabaj idores que pierden su sa-
lud y su energía en un trabajo em-
brut- cerlnr y mal retribuido. El
mibé il Márquez dice que los traba-
jado-res ganan mucho en la actuali-
dad y que la Compañía haría bien
rn pagarle.* menos.
Ln condición de los hombres hon-
ra d'>s e= penosa en Cananea. L".*
comerciantes se arruinan porque la
prostitución, el juego y el vanda-
lismo de las autoridades acaparan
el dinero; los trabajadores apenas si
pueden subsistir pesando sobre ellos
la explotación de la Compañía, la
avaricia de los agiotistas y la arbi-
trariedad de los tiranuelos que im-
ponen mullas quese embolsan y di-
sipan tranquilamente.
El pueblo tiene que sufrir la in-
solencia de tres mil yankees que
hay en Cananea, y la suciedad re-
pugnante de dos mil chinos que tie-
nen acaparado el comercio de aba-
rrotes unos y oíros se dedican á lle-
var su vida parasitaria é innoble.
El Municipio extorsiona á los ha-
bitantes con contribuciones estúpi-
das y á pesar de eso, no hay servi-
cios públicos y la ciudad respira de-
saseo y reclama autoridades honra-
das.
No disponemos de espacio paia
enumerar uno por uno los vicios de
qne-adolece la administración pú-
blica en Cananea; pero por lo asen-
tado, comprenderán nuestros com-
patriotas que no es posible esperar
grandeza y progreso de un gobier-
no, como el de Porfirio Díaz, que
no tiene energías sino para procu^
rar el mal del pueblo y para embru-'
tecerlo imponiéndole autoridades
que deshonran á la Patria, pero que
le sirven al Dictador en su tarea de
envilecimiento.
Las autoridades de Cananea no
son más malas que las del Testo de
la República. Todas son tirááicas.
Tiranía de enfre-
nada en Yucatán.
Ha sido reducido á prisión, en Mé
rida, Yue, el honrado y valiente pe
riodista D. Carlos Eacoffié Z. Direc
tor del semanario independiente «El
Padre Clareado > El sátrapa Olega-
rio Molina, el esclavista enriquecido
con desvergoozadas rapacidades, el
explotador sin conciencia que ha
amasado un capital ignominioso con
el sudor y la sangre délos siervos in
felices que trabajan en sus Hacienda»
hasta perecer miserablemente; el mal
hijo de Yucatán que ha traficado con
el desmembramiento de su suelo pa
trio; el déspota ambicioso que preten-
de imponer"e sobre un pueblo que lo
detesta, no pudo refrenar sus odios
salvajes, y ha^comenzado á eiercitar
sus ruines venganzas en el periodista
Eseoffié que tuvo la honradez y la en-
terpza de acusarlo.
Por falta de espacio no tratamos
con amplitud este asunto; pero lo ha-
remos en el próximo nñmero. La ti-
ranía del científico Olegario Molina es-
tá llegando á UD desenfreno inaudito,
como se verá por los hechos que pron-
to daremos á, conocer.
EL
Los GALEOTES PUSCKITIHLKS
La suscpptibilidad rosulta ridicula
en los delincuentes, tí' espíritu man-
chado y deforme no tiene el derecha
de indignarse cuando lo acusa un es-
píritu hjnrado. Es cierto que el lobo
accedo enst Ha los dienten, que la
ser)ilí-Bta Irritada silba y ataca, qup
«I t< ro enb-avecido embiste y mugí-
de furor; pero en una sociedad res 111
ta escaDdaloBO qua los malhechores
se onderecfln exljloado reparación pa-
ra un honor que DO tienen-
¡Y si siquiera tuvieran la entereza
los malhechores de mostrar el 1 un mis-
mos los dientes cerno lo hace el lobo!
Menos nobles que el toro embrave-
cido que embiste hasta sentir hume-
decidos sus cuernos eon la sangre ca-
llente de su víctima, los malhechores
dirijen desde la sombra sus ataques,
Hin salir ellos virilmente al encentro
de sus francos enemigos.
Muelo Martínez, eotno otros muchos
malhechores, ha dado el ejem"lo en
estos idíaa de una susceptibilidad que
indígba.
El Sr. Alfredo Quesnel dirijía en
Puebla un periódico honrado, La Pun-
zada. Ese periédleo exhibía al Go-
bierno de Muelo Martínez sin los afei-
tes que la adulación emplea para cu-
brir las pústulas de la tiranía. Na-
turalmente, el periódico del Sr. Ques-
nel no era grato al Gobernador de
Puebla.
Muelo Martíness tuvo la oportunidad
de tener alguna vez un rasgo de hon-
radez sincerándose de los «argos jus-
tísimos que contra él se hacían, pero
prefirió como todos los tiranos bus-
car una curva para atacar cobarde-
mente.
, El Sr Quesnel faé acusado de difa-
mación, no por Muoio Martínez sino
por dos viles instrumentos suyos, un
Lie. José C Espíndote y nn cura bri-
bón Donaciano Gordillo.
He aquí lo que sucedió, spgáo nues-
tro querido colega £1 Qolmillo Público
que se edita en la ciudad de México.
Un Lie. José C- Espíndola compró un
cabriolet al cura Donaoiano Gordillo
en S480 80, cantidad que debería ser
pagada en abonos. El cura, cuando
Espíndola le quedaba á deber $200.00
endosó un pagaré por la misma oan-
tidsd al Sr. Alfredo Quesnel, ¡que lo
aceptó creyendo que trataba con per-
sonas honradas y no con pillos! El
Sr. Quesnel tuvo la deferencia de es-
cribir á, Espinada preguntándole
cuándo podría cubrirle el documento
que le había endosado el cura Gordi-
llo, á lo que Espíndola contebt-ó que
nada debía al referido cura. Enton-
ces notó*el Sr. Quesael que la firma
que cubría el pagaré no era en nada
parecida á, la que calzaba la carta
en que Espíndola negaba deberle alg©
al cura. Sospechando el Sr. Quesnel
que había sido vfelima de un timo vul-
gar por parte del cura, escribió una
segunda carta á Espindola preftim-
tándale si podría proceder contra e)
cura por haber resultado falso e4 pa-
garé, y como no tuviera respuesta,
publicó las cartas.
Como se vé el Sr. Quesnel no come-
tió ningún delito; por el contrario, 61
hi resultado víctima del latrocinio
de dos pillos que se confabularon pa-
ra robarle doscientos pesos y arro-
jarlo después á la cárcpl por orden
de Mucio Martínez.
Mucio Martínez se ha vengado. No
ha permitido que al Sr Quesnel lo
visiten sus amigos: no ha. permitido
al Sr. Quesnel tomar los alim^mos
que le llevan de su casa, sino quo lo
obliga á tomar el infecto rancho de
la prisión- no ba permitido que le lle-
gue una canna.j lo oblipa A dormir
sin abrigo sobre un petalo
Mucio Martínez se ha vengado. Tie-
ne al Sr Quesnel eD el romiío oe los
presos, pero toda la cobarde rabia
del tiranuelo será Impotente para, bo
rrar de las conciencian honrad .tu la
c .nvlcción de que él, Mucm Martí Dez,
Llene una historia de sacare y de lo-
do.
Mucio Martínez es uno de tintos
bounbres escapados providencialmente
del patíbulo, y que ba)o la fuae«ts
Dictadura de Porftri DÍSÜ han logra
RKGBNBRAGJO1Í.
do ocupar los puostos mfia oncutiibra-
dos,
Muolo Mmtíaoí,—dl(íiiinoah» ala
ambsjoB oon oneq»ín y taonradev.—Mu-
olo Murthicz fuá un bandido, El Es-
tado do Nuovó Loón fu6 «1 oampo do
las fanaaíUis do aso bandolero quo oa-
pUancubn uua gavilla do plftginrlo.8
quo robubii, iiHOsliiaba, violaba. Mu
cío Martínez oontimia atoado bandido
porquo aproveuliándoao del alto |>uos
to qne ooupn, bu doapojado de BUB
proptedudos Ainfinidad de personas.
¡Muelo Martí ñor. so ha con vertido on
hacendado por madio dol robo y del
asesinato «a el Estado do Puebla!
Muolo Martín»» mandó asesinar oo
bartloiponto al periodista Olmos j Coa
tr«ras, porque Olmos y Oontr«r»B no
era Bervli.
En osa otnpi'es» siniestra le sirvle-
ros do verdugos ol cojo Josüs Garoín,
Diputado y dueflo actual do los bur
lotes do la «asado juego quo está en
»1 «ontro do la Ciudad do Puebla; un
tul Bovja, Diputado, y concesionario
dol juogo on la ópooa dol asesinato;
Carlos Gnrotn Toruol, Individuo quo
por su rUjtiozft ninguna necesidad to
nía do Borvlr do lntrumonto d Muolo
Mnrtfuf •/.; ol jofo do la Policía y algu-
nos gonúannos y ruünnoR m¿8, •' •
Cuni-oatii. y ooho puñaladas reoibió
ol Infortunado poriodlsta, y no confor
moa los verdugos, llevaron su vileza
liastil machacarlo el cráneo con un
pisón, hasta formar do la cabo/.a un»
masa informe.
Nadlo puedo lanzar contra ol tirano
el mas débil roprocho; nadlo puedo
hacer la observación más Insignifican-
te, sin merecer la porscouoion, ol dos-
pojo, el asesinato 6 laoareol. '
Muolo Martines deshonra A la Pa-
tria. Los delincuentes deberían estar
eael presidio (5 oo la horca y no
los puestos públicos.
La Administración
Cada día que pasa, amontona sobre
Cárdenas y su administración nuevas
infamias, quo solevantan como una
barrera iafmoqueablo entre el pueblo
y el tirano protegido de Eevnardo Re
yes. Cada día qua pasa, también,
aceros el momento solemne en que los
oiudadaaos de Coahuila deeidirán la.
suerte y el honor del Estado segúa la
elección que hagan del hombro que ha
de wglr sus destinos.
El derrooamiento do Miguel Cárde-
nas se impone como una necesidad.
£1 pueblo ooahullensedebo ser Inflexi-
ble con ese hombre que se ha enrique-
cido & costa del Estado, al que ha sa-
queado, expoliado y tiranizado sin
pudor y sin consideración.
Pocos meses faltan para que Cárde-
nas baja del poder agobiado por to-
dos los anatemas, y parece como que
él y sus lacayos se están dando prisa
por oprimir y por explotar.
En San Pedro do las Colonias un
Dr Adolfo Q. Meave, colega de Eüek-
man, Mendfvll y Medellín en cuanto á
fullerías é indignidades, eunuco que
fue de Garza Galán y actualmente de
Adalberto Viesca, «e dedica, a explo-
tar á loa presos y á los heridos Mea-
ve es Médico Municipal y goza de
gran influencia cerca de Vieses, al
grado de que se ha visto que hasta, á
los sentenciados logra poner en liber-
tad cuando le largan el dinero. Por
demás es decir que un inocente pnede
podrirse en la cárcel si DO tiene dine-
ro que dar á Meave.
Hace pocos dias Meave pidió á un
herido cierta cantidad de dinero por
darlo de alta antes de que sanara. El
herido consintió y . Meave obtuvo de
la autoridad Ja prden de libertad; pe-
ro como no se lo pudiera entregar
desde luego la suma codiciada, se
guardó en el bolsillo la orden durante
tros dias, hasta que la infeliz familia
del herido pudo dar el dinero. Ha, ha-
~bido heridos dados de alta por Meav«
mediante una cantidad de dinero, que
fallecen al dia siguiente de salir del
Hospital.
En la cárcel de mujeres, Meave se
dedica á conquistar reclusas y no
atiende á las enfermas,
En todo el Estado se observan Idén-
ticos abusos, como que son el produc-
to de una administración envenenada
hasta 1 a médula.
Las Acordadas continúan au obra
de pillaje y da barbarie. Una de tan-
tas Acordadas, la capitaneada, por el
bandido Juan Guajardo debería com-
ponerse de diez bandoleros; pero Juan
tiene á, bien robarse lo que de sueldo
corresponde á ocho de ellos y solo pa-
jea dos. Guajardo roba al Gobierno
de Cárdenas.
Guajardo asesina á cuatro ó cinco
ciudadanos por semana. Las vícti-
mas son siempre personas que por su
carácter enérgico y honrado no pue- i
den doblegarse ante el bandidaje en-
tronizado, ó ciudadanos que poseen
esposa, hermana 6 hija que agrade á
los sulta-Dcillos y el deudo sea un es-
torbo para la satisfacción de los ape-
titos brutales de los mismos, ó bien
personas que no quieren regalar al |
bandido Guajardu alguna cosa que
éste desee
Guajardo es un miserable que hace
alarde de las muertes que ha hecho.
Mata por sport, mata por robar y ma-
ta por orden de Cárdenas, de los Pre-
sidentes Municipales 6 de individuos
que le pagan porque matea alg'&nene-
migo. Guajardn es cobarde, porque
no se atreve ni á ver 4 sus víctimas. Sus
esbirros son los verdugos en todos los
casos, y solo cuando se cerciora de
que se ha cumplido su orden, se dirije
rápidamente al lugar del esesinato pa-
ra despojar á los muertos basta de los
zapatos.
Gu» jardo era cuidador de becarros,
pero el bandidaje bajo el amparo de
Cárdenas le ba sido benéfico porque
hoy tiene ranchos, ganados y casas.
Las Acordadas, dedicadas al pillaje,
han enriquecido á sus siniestros jefes*
Un Coronel Fluctuoso García ei je-
fe de Acordada y Presidente Munici-
pal de Ciudad Porfirio Díaz. Este
Fructuoso Garcfa antes de sa empleo
estaba ea la mUorla y acorralado de
deudas, como Miguel Cárdenas. Boy
tiene UD capital no meaor de ochocien-
mil pesos, hecho en poco más ds
dos lustros.
García cometió un atentado haca po-
cos días. En un mostrador del Mer-
cado do Ciudad Porfirio Díaz apare-
ció una mañana un letrero en que so
insultaba al Administrador del Mor-
cado, llamado Felipe, y que es mozo
de Fructuoso García, quien se apode-
ra del suoldo del fámulo Infeliz. El
fámulo ee Indignó y se quejó con Gar-
oí a. E*te mandó llamar á dos honra-
dos ciudadanos qne se dedican al co
meroio en el Mercado 3? se 11 atoan An
drós Prieto y N. Barrera, y les pro
guntó si ellos hablan escrito la frase
injuriosa contra Felipe. Los ciuda-
danos negaron ser los autores de la
frase, y & pesar de no haber prueba
alguna contra ellos, Fructuoso García
los mandó encarcelar poniéndolos ri
garosamente incomunicados.
Fructuoso impaso al Sr. Prieto una
multa de doce pesos, fundándose el
imbécil funcionario en que dicho se-
ñor debería saber quien escribió la
frase. Además lo obligó á quitar el
puesto áe vendimia que tenía en el
Mercado. La misma pena fue impues-
ta al Sr. Barrera y á otros dos co-
merciantes más llamados Linares y
Canales.
Las multas ingresaron inmediata-
mente á los bolsillos de Fructuoso
García.
En realidad los comerciantes, casti-
gados no habían sido los aHtores de
la frase que indignó al estúpido Feli-
pe, fámulo de García; pero éste les ha-
bía cobrado ojeriza por ser afectrs á
leer la Prensa independiente.
En Torreón el Presidente Munieim
Luis M Navarro se da también prisa
en oprimir antes que el pueblo arroje
á Cárdenffs~del Gobierno del Estado
En estos momentos tiene preso al Sr
Lie. José I. Flores, á quien ha calum-
niado diciendo que está preso por
ebriedad simple. El Sr. Lie. Flores
no h9 cometiáo otro delito que pedir
hace cerno veinte dias un amparo en
favor de un cliente y en contra de ac-
tos arbitrarios del Presidente Munici-
pal, que ahora se venga de U0 modo
cobarde imputando al abogado una
falta que no ha c metido. El infortu-
nado abogado ha sido sentenciado á
un mes de arresto y otro de retención
ó sean dos meses que, aun en el falso
supuesto de haber existido la ebriedad
simple, son demasiada pesa.
Navarro prr cura tener siempre cer-
ca de doscientos hombres presos, aun'
que no hayan cometido falta alguna
para que le trabajen sus campos sin
tener que pagar peones.
En Saltillo, los jueces trafican con
la. justicia, como otros muchos de la
República, ó por su pereza ocasionan
serios perjuicios á las personas que
tienen la desgracia de litigar. Algu-
nosotros jueces son groseros ó senci
llámente idiotas
El Juez 2'> Menor de Saltillo, Seve-
riano G. León trata groseramente á
los litigantes En los negocios civi-
les se niega rotundamente á expedí
citas é los demandados pretextando
futilezas. En resumen, gana el sueldo
por no hacer nada.
El Ju< z de Letras del Ramo Civil
Román Cabello, es un pobre hombr
ignorante y falto de seso. Todos lo
negocios son despachados por el So
cretario, que se aprovecha de la eatu
pidez del Juez para fallar seg-ún su¡
miras particulares y no según la ley
El Juez 1"

Otros materiales