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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 
 
 FACULTAD DE QUÍMICA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 MÉXICO, D.F. 2011 
TRABAJO ESCRITO VÍA CURSOS DE 
EDUCACIÓN CONTÍNUA 
Q U E P A R A O B T E N E R E L T Í T U L O D E : 
QUÍMIC A F AR MACE ÚT IC A BIÓLOGA 
 P R E S E N T A : 
MARÍA GUADALUPE FUENTES ESCAMILLA 
“IMPACTO DEL REQUISITO DE RECETA PARA LA 
VENTA DE ANTIBIÓTICOS EN MÉXICO” 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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JURADO ASIGNADO: 
PRESIDENTE: GEORGINA MARGARITA MAYA RUIZ 
VOCAL: MARÍA DEL SOCORRO ALPÍZAR RAMOS 
SECRETARIO: RAÚL LUGO VILLEGAS 
1er. SUPLENTE: MARÍA EUGENIA IVETTE GÓMEZ SÁNCHEZ 
2° SUPLENTE: JORGE RAFAEL MARTÍNEZ PENICHE 
 
SITIO DONDE SE DESARROLLÓ EL TEMA: SISTEMA 
BIBLIOHEMEROGRÁFICO UNAM 
 
ASESOR DEL TEMA: 
MARÍA DEL SOCORRO ALPÍZAR RAMOS 
 
 
 
FIRMA 
 
SUSTENTANTE: 
MARÍA GUADALUPE FUENTES ESCAMILLA 
 
 
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IMPACTO DEL REQUISITO DE RECETA PARA 
LA VENTA DE ANTIBIÓTICOS EN MÉXICO 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DEDICATORIAS Y AGRADECIMIENTOS 
 
GRACIAS A DIOS Y TODOS LOS ÁNGELES QUE DÍA A DÍA 
BENDICEN E ILUMINAN MI CAMINO. 
 
A mis padres 
Licenciado Antonio Fuentes Ramos (q.e.p.d.) y Profesora Estela 
Escamilla Villarruel, por darme la vida, por ser el mejor ejemplo de 
superación y por su amor incondicional. 
 
A mis abuelos paternos 
Licenciado José Fuentes (q.e.p.d.) y Teresa Ramos (q.e.p.d.), por su 
fortaleza. 
 
A mis abuelos maternos 
Santiago Escamilla (q.e.p.d.) y Consuelo Villarruel (q.e.p.d.) por todos 
sus cuidados, su alegría, su apoyo, su cariño y comprensión. 
 
A mi hermana 
Licenciada Estela Arminda Fuentes Escamilla (q.e.p.d.) por ser la 
fortaleza de mi hogar, te extraño. 
 
A mis hermanos 
Licenciada Blanca Elizabeth Fuentes Escamilla, Doctora Jéssica Selene 
Fuentes Escamilla y José Antonio Fuentes Escamilla, porque nunca dejen 
de luchar para alcanzar sus metas. 
 
 
A mis sobrinos 
Ilse, Mariana, Patricio y Santiago por ser la alegría de mi hogar, 
esperando que sean personas de provecho, que estudien y salgan 
adelante, los quiero mucho. 
 
A mis cuñados 
 Aída Silva, Humberto Uriel y Juan José Alonso por su amor a mi familia. 
 
A mis padrinos 
Ingeniero Ernesto Miranda López y Eva López Urrutia, por su apoyo, por 
transmitirme su sabiduría y todos sus consejos. 
 
A mis tíos 
Silvia Escamilla, Yolanda Argumedo, Carmen Medina, Salvador 
Escamilla, Ricardo Escamilla, Francisco Escamilla, Mario Rosete, 
Alejandro Méndez y Jorge Manuel Hernández Pérez por todas sus 
atenciones y apoyo moral. 
 
A mis primos 
Doctores Heidy Fuentes, Verónica Villarruel, Gildardo Villarruel, Ignacio 
Villarruel, Jaime Villarruel, Gerardo Martínez e Hiram Escamilla, por todo 
el respaldo y la fortaleza que me han brindado. 
 
A todos mis profesores de la Facultad de Química de la 
Universidad Nacional Autónoma de México 
Con mi profundo cariño y respeto por todas sus enseñanzas. 
 
 
A mi asesora 
M. en F. María del Socorro Alpízar Ramos, por toda su paciencia, 
motivación y sabiduría. 
 
A mis sinodales y jurado 
Que sin saber cumplen un sueño muy anhelado. 
 
A mis amigos 
Lilia Vargas, Mayra Argumedo y Alejandro Ramírez por estar conmigo en 
todo momento con su cálida energía y por sus palabras de aliento. 
 
A mi amiga 
 M. en I. Marisol Membrillo, por ser el principal apoyo para terminar mi 
carrera, alentarme para obtener mi título profesional y por su paciencia. 
 
A mi amiga 
Damaris García (q.e.p.d.) porque fuiste una gran guerrera ante la vida, 
extraño nuestras charlas. 
 
A mis amigos 
Lupita, Dalia, Ana, Elia, Roberta, Virginia, Josefina, Lidia, Bety, Rocío, 
Silvia, Chepis, Emilia, Paty, Gaby, Sandy, Maru, Liliana, Gonzalo, Ale, 
Víctor, David, y Carlos por todas las experiencias compartidas y los 
momentos inolvidables juntos. 
 
A mis amigos 
Jesús y Julio por ser ellos mismos, unos verdaderos artistas, por brindarme 
su amistad y apoyo. 
A mi amiga 
Claudia Uriel, por sus desvelos, su paciencia para ayudarme a terminar 
y darle forma a éste sueño. 
 
A todos los doctores que me han brindado su atención y su 
tiempo. 
Por alentarme a cumplir mis metas y por su apoyo invaluable. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Índice. 
 Página 
CAPÍTULO 1 Introducción. 1 
 Objetivos. 3 
 
CAPÍTULO 2 
 2 Bacteriología. 4 
 2.1 Bacterias. 4 
 2.2 Morfología bacteriana. 4 
 2.3 Estructura bacteriana. 5 
 2.4 Pared celular de las bacterias. 7 
 
CAPÍTULO 3 
 3 Antibióticos. 9 
 3.1 Definición de antibiótico. 9 
 3.2 Clasificación de antibióticos. 9 
 3.3 Factores que establecen la sensibilidad y resistencia 
 de microorganismos a antimicrobianos. 
11 
 3.4 Resistencia bacteriana. 12 
 3.5 Selección de antibióticos. 14 
 3.5.1 Métodos para evaluar la sensibilidad de un 
 microorganismo a los antimicrobianos. 
16 
 3.5.2 Factores Farmacocinéticos. 17 
 3.5.3 Vías de administración. 19 
 3.5.4 Uso actual de los antimicrobianos en la 
 terapéutica de infecciones. 
20 
 3.6 Factores del huésped. 29 
 3.6.1 Mecanismos de defensa del huésped. 29 
 3.6.2 Factores locales. 29 
 3.6.3 Edad. 30 
 3.6.4 Factores genéticos. 31 
 3.6.5 Embarazo. 32 
 3.6.6 Alergia a fármacos. 32 
 3.6.7 Trastornos del sistema nervioso. 33 
 3.7 Principales clases de antibióticos. 33 
 3.7.1 Sulfonamidas, trimetoprima-sulfametoxazol, 
 quinolonas y fármacos contra infecciones 
 de vías urinarias. 
33 
 3.7.2 Penicilinas, cefalosporinas y otros 
 antibióticos ß-lactámicos. 
363.7.3 Aminoglucósidos. 39 
 3.7.4 Inhibidores de la síntesis de proteína y otros 
 antibacterianos. 
41 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 4 
 4 Información general sobre el tema. 43 
 4.1 El Instituto Nacional de Salud Pública crea un 
 documento de regulación y promoción para el 
 uso adecuado de antibióticos en México. 
43 
 4.2 La estrategia mundial de la OMS para contener 
 la resistencia a los antibióticos publicada en 
 2001. 
43 
 4.3 En qué consiste la Resistencia a antibióticos. 44 
 4.3.1 Costo de la Resistencia. 46 
 4.4 Regulación en México Ley General de Salud 
 artículos 226 y 227. 
47 
 4.4.1 Artículo 226 de la LGS. 47 
 4.4.2 Artículo 227 LGS. 48 
 4.5 Legislación sobre antibióticos en América latina 
 Oficina Sanitaria Panamericana. 
49 
 
CAPÍTULO 5 
 
 
 5 Industria Farmacéutica. 52 
 5.1 Mercado global de antibióticos. 52 
 5.2 Enfermedades más frecuentes en México y 
 porque utilizan antibióticos en enfermedades 
 virales. 
53 
 5.3 Venta y automedicación con antibióticos. 54 
 5.4 Calidad y seguridad de los antibióticos. 54 
 5.5 Consecuencias del uso inadecuado de 
 antibióticos. 
55 
 5.6 Ventas de antibióticos en México. 56 
 5.6.1 Antibacterianos sistémicos. 56 
 5.6.2 Penicilinas de amplio espectro. 56 
 5.6.3 Penicilinas de amplio espectro inyectables. 56 
 5.6.4 Cefalosporinas. 57 
 5.6.5 Trimetoprima y agentes similares. 57 
 5.6.6 Macrólidos y similares. 57 
 5.6.7 Fluoroquinolonas. 57 
 5.6.8 Penicilinas de medio y bajo espectro. 57 
 5.7 Venta de antibióticos en América Latina. 58 
 5.8 Tipos de antibióticos que existen medicina de 
 patente, y genéricos intercambiables. 
59 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAPÍTULO 6 
 6 Regulación de antibióticos en México por receta. 60 
 6.1 Acuerdo por el que se determinan los 
 lineamientos a los que estará sujeta la venta y 
 dispensación de antibióticos. 
60 
 6.2 Relación de antibióticos; considerados dentro de 
 la fracción IV del Artículo 226 de la Ley General 
 de Salud. 
62 
 
CAPÍTULO 7. 
 7 Implementación de la norma para la venta de 
 antibióticos con receta médica en México. 
64 
 
CAPÍTULO 8. 
 8 Seguimiento de la norma para el uso de 
 antibióticos en México. 
 
66 
 8.1 Comité Consultivo multidisciplinario. 66 
 8.2 Estrategias dirigidas al cumplimiento de la 
 legislación. 
66 
 8.3 Procedimientos de aprobación de medicamentos 
 según la Comisión Federal de Protección Contra 
 Riesgos Sanitarios. (COFEPRIS) 
67 
 8.4 Revisar el contenido y el funcionamiento del 
 Cuadro Básico con el objetivo de promover el uso 
 racional de los medicamentos. 
68 
 8.5 Implementar sistemas eficientes de vigilancia 
 epidemiológica del uso de antibióticos y de 
 resistencia bacteriana. 
68 
 8.5.1 Desarrollar sistemas de vigilancia sobre 
 el uso de antibióticos en los ámbitos médico 
 y veterinario. 
68 
 8.5.2 Desarrollar sistemas de vigilancia sobre 
 la resistencia bacteriana en el sector 
 médico (hospitalario y extra-hospitalario) 
 y en el sector veterinario. 
68 
 
CAPÍTULO 9 CONCLUSIONES. 70 
 
BIBLIOGRAFÍA. 72 
 
ANEXOS. 73 
 Anexo 1 Relación de antibióticos; considerados dentro 
 de la fracción IV del Artículo 226 de la Ley General de 
 Salud. 
73 
 
 
 
 
Capítulo 1 
Introducción. 
El 27 de mayo de 2010, La Secretaría de Salud publicó en el Diario Oficial de la 
Federación un acuerdo por el que se determinan los lineamientos a los que estará 
sujeta la venta y dispensación de antibióticos. 
Esta nueva disposición definitivamente creará un gran impacto en la industria 
farmacéutica, especialmente en las farmacias ubicadas en el territorio nacional. 
Desafortunadamente, la sociedad mexicana se ha acostumbrado a que en las 
farmacias le vendan medicamentos sin receta, fomentándose así la 
automedicación y la prescripción por parte de despachadores de farmacias. 
En el caso de los antibióticos esto impacta a la población desde el punto de vista 
de salud pública, debido a que se crea resistencia bacteriana. 
Según datos de la industria farmacéutica, los mexicanos consumimos antibióticos 
indiscriminadamente (cerca 960 millones de dólares anuales). Adicionalmente, 
diversas investigaciones concluyeron que más del 50% de los antibióticos se 
vendían sin receta médica y representaba el segundo lugar en ventas anuales de 
las farmacias privadas del país, lo que se consideraba un 14.3 % 1. 
La racionalización en la venta de antibióticos significará una prueba para las 
farmacias, pues aquellas que no reaccionen de manera eficiente a la medida 
corren el riesgo de perder competitividad e incluso podrían extinguirse. Los 
establecimientos farmacéuticos deberán implantar una nueva logística con 
herramientas ideales que les permitan la ejecución del nuevo reordenamiento del 
manejo de antibióticos en México, lo cual incluirá tener un registro de entradas y 
bajo éste nuevo contexto el médico de la comunidad podría recobrar importancia 
pues generará una relación de confianza con los pacientes de áreas ó regiones 
 
1 Dreser A, Wirtz V J, Corbett KK, Echániz G. Uso de antibióticos en México: revisión de problemas y políticas. 
SaludPública Mex 2008;50 supl 4:S481-S482 
1 
2 
 
específicas lo que beneficiará a las farmacias que se alíen con ellos para el surtido 
de recetas. 
En las Farmacias de Similares, la consulta cuesta $20.00 cantidad que no es 
demasiado representativa para el paciente y en el mismo lugar se compra la 
medicina a un costo menor que en cualquier consultorio particular pues ahí deben 
pagar una consulta de aproximadamente $250.00 más el costo del medicamento. 
El artículo 226 dela Ley General de Salud (LGS) señala la regulación de la venta 
de medicamentos clasificados como grupo IV (donde se incluyen los antibióticos) 
con prescripción médica. Sin embargo, en la práctica esta regulación no se hace 
cumplir. La principal razón que se ha argumentado para permitir la venta de 
medicamentos del grupo IV sin receta es asegurar el acceso a los medicamentos 
en los sectores más pobres de la población, los cuales no tienen acceso a 
servicios médicos2. 
También habrá un impacto en los bolsillos de los consumidores ya que, quienes 
no tengan seguridad social, deberán acudir a consulta médica y en caso 
necesario, se les receten antibióticos y de esa forma poder comprarlos en las 
farmacias. 
Esta disposición que exige una receta médica para el surtido de antibióticos, 
conducirá en el corto plazo a una reducción en la venta de antibióticos en las 
farmacias ubicadas en la República Mexicana, así como en la automedicación lo 
que redundará en minimizar la resistencia bacteriana. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
2
 Ley General de Salud México, D.F. 1989 p.114-115 
3 
 
 
1.1 OBJETIVOS 
 
 
 
 
1. Analizar aspectos básicos del acuerdo por el que se determinan los 
lineamientos a los que estará sujeta la venta y dispensación de antibióticos en 
México. 
2. Demostrar el impacto del requisito de receta para la venta de antibióticos, en la 
industria farmacéutica, la población, los dispensadores de farmacias y para 
profesionales del área médica. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
 
Capítulo 2 
Bacteriología 
 
2.1 Bacterias. 
Los seres vivos estamos clasificados en dos grandes reinos: animal y vegetal; 
existe otro subgrupo llamado protista en el cual se incluyen a los hongos, bacterias 
y algas. 
Los virus son un grupo aparte, debido a que no son seres vivos, son un cúmulo de 
material genético, ya sea ADN ó ARN, que sólo se vuelven activos una vez dentro 
de la célula de un ser vivo. 
Se denomina microorganismo a todo ser vivo imperceptible a simple vista y para 
su estudio se requiere de equipos que magnifican la imagen, llamados 
microscopios. Por lo tanto la microbiología es la rama de la biología (bios=vida, 
micros=pequeño, logos=estudio ó tratado) que estudia a los microorganismos. 
Cuando hablamos de bacteriología nos referimos a la rama de la biología que se 
dedica al estudio, comportamiento y existencia de las bacterias. 
 
2.2 Morfología bacteriana. 
Las bacterias son organismos unicelulares, que varían ampliamente de forma, de 
acuerdo con las especies. Las células redondas ó esféricas de cualquier especie 
son llamadas cocos. Las células alargadas de cualquier especie se denominan 
bacilos. Las células ovoides de forma intermedia entre cocos y bacilos, se llaman 
cocobacilos. Hay también dos tipos de células espirales: unas que son mas ó 
menos rígidas (espirilos), y otros que son más flexibles (espiroquetas). Existen las 
llamadas ―bacterias cuadradas‖ (bacterias cuadradas y planas) y ―bacterias tipo 
caja‖ (bacterias angulares de formas variadas). Finalmente están los 
5 
 
actinomicetos, la mayoría de cuyas especies crecen como filamentos finos 
parecidos a hongos llamados hifas; un agrupamiento ó masa de hifas se denomina 
micelio. Se ha propuesto que las morfologías persistentes que se encuentran 
entre las bacterias actuales reflejan las propiedades bioquímicas y biofísicas del 
polímero de la pared celular denominado peptidoglicano al igual que el control 
genético implicado en la biosíntesis de éste polímero. 
Las células bacterianas se miden habitualmente en micrómetros, m (1 m=0.001 
mm). 
Según las especies, las células pueden estar en parejas, en grupos irregulares, en 
cadenas ó filamentos, también se encuentran en paquetes regulares de cuatro, 
ocho ó más células, ó en forma empalizada, un cierto número de células alargadas 
dispuestas adyacentemente en hilera lateral. En algunas especies las células 
forman tricomas. En la naturaleza, ciertas bacterias forman agregados celulares 
estables de especies mixtas llamados consorcios. 
 
 
Formas y disposiciones de bacterias. 
 
2.3 Estructura bacteriana. 
Las bacterias no son similares en su estructura, las células de diferentes especies 
pueden diferir tanto en su estructura fina (ultraestructura) como en su composición 
química; por ésta razón no hay una bacteria típica. 
6 
 
Las bacterias por lo general poseen el cromosoma celular (proyecto genético) una 
estructura de ADN normalmente en forma de lazo, que está extensamente 
plegada formando un cuerpo llamado nucleoide. Bañando el nucleoide existe un 
fluido complejo, el citoplasma, que llena el interior celular. El citoplasma contiene 
ribosomas; cuerpos diminutos implicados en la síntesis de proteínas; a veces 
también hay gránulos de reserva de nutrientes. 
El nucleoide, el citoplasma, los ribosomas y los gránulos de reserva se encuentran 
rodeados por un saco membranoso, la membrana citoplásmica (también llamada 
membrana celular ó membrana plasmática). La capa rígida (mecánicamente 
resistente más exterior es la pared celular. La membrana citoplásmica y la pared 
celular se conocen conjuntamente como envuelta celular. Entre la membrana 
citoplásmica y la pared celular está la llamada región periplásmica. El flagelo es un 
apéndice proteico fino parecido a un pelo, implicado en la movilidad celular y está 
anclado por estructuras especializadas a la envuelta celular. A nivel molecular las 
bacterias utilizan estrategias sutiles y sofisticadas que implican un alto grado de 
organización estructural y funcional. 
 
 
 
Esquema de una bacteria. 
 
7 
 
2.4 Pared celular de las bacterias. 
En la mayoría de las bacterias existe una capa externa dura: la pared celular que 
protege el delicado protoplasto del daño mecánico y de la lisis osmótica, la pared 
también determina la forma celular. Un protoplasto aislado es esférico, 
independientemente de la forma que tuviera su célula original. Adicionalmente, la 
pared celular actúa como ―filtro molecular‖, una barrera de permeabilidad que 
excluye diversas moléculas (incluyendo algunos antibióticos). La pared celular 
juega un papel activo en la regulación del transporte de iones y moléculas. 
Las paredes celulares de distintas especies pueden diferir ampliamente en grosor, 
estructura y composición. Sin embargo, únicamente existen dos tipos principales 
de pared celular; el tipo de pared de una célula dada puede determinarse 
generalmente mediante la reacción frente a ciertos colorantes. Así cuando se tiñe 
con cristal violeta y yodo, las células con un tipo de pared retienen el colorante 
mientras que, en las mismas condiciones, las del otro tipo no lo retienen, 
quedando decoloradas. Este importante procedimiento de tinción fue descubierto 
empíricamente en 1880 por el científico danés Christian Gram. 
Las bacterias que retienen el colorante (debido a que poseen el primer tipo de 
pared) se llaman bacterias Gram-positivas; las que pueden ser decoloradas (por 
tener el otro tipo de pared) se denominan bacterias Gram-negativas. 
 
Tinción de Gram. 
8 
 
En la tabla se muestran algunos ejemplos de nombres de bacterias Gram-
negativas y Gram-positivas3. 
 
Gram-negativa Gram-positiva 
Aeromonas Bacillus 
Bacteroides Clostridium 
Bordetella Lactobacillus 
Brucella Listeria 
Escherichia Propionibacterium 
Haemophilus Staphylococcus 
Pseudomonas Streptococcus 
Salmonella Streptomyces 
Thiobacillus Streptoverticillium 
 
 
3
 Singleton Paul, ―Bacterias en Biología, Bacteriología y Medicina‖; editorial Acribia, S.A. Zaragoza 
España, 2004, pp. 7-10 y 20,21. 
9 
 
Capítulo 3 
Antibióticos 
 
3.1 Definición de antibiótico. 
En el sentido más estricto, los antibióticos son sustancias producidas por diversas 
especies de microorganismos (bacterias,hongos, actinomicetos) que suprimen el 
crecimiento de otros microorganismos. El uso común a menudo extiende el 
término antibiótico para incluir antimicrobianos sintéticos, como sulfonamidas y 
quinolonas. 
Se han identificado cientos de antibióticos y han sido llevados a la etapa en que 
tienen utilidad en la terapéutica de enfermedades infecciosas. Los antibióticos 
muestran diferencias notables en sus propiedades físicas, químicas y 
farmacológicas, así como en sus espectros antibacterianos y en sus mecanismos 
de acción. Los conocimientos de los mecanismos moleculares de la réplica 
bacteriana, de hongos y virus han facilitado la obtención racional de compuestos 
que interfieren en los ciclos vitales de microorganismos. 
 
3.2 Clasificación de antibióticos. 
Clasificación y mecanismo de acción. Se han propuesto algunos esquemas para 
clasificar y agrupar a los antimicrobianos, y en todos ha habido excepciones y 
superposiciones. 
Desde el punto de vista histórico, la clasificación más común se ha basado en la 
estructura química y mecanismo de acción propuesto, y así se consideran: 
1) Compuestos que inhiben la síntesis de la pared bacteriana; entre ellos 
están penicilinas y cefalosporinas, que guardan semejanza estructural, y 
también medicamentos disímbolos como cicloserina, vancomicina, 
10 
 
bacitracina y los antimicóticos del tipo azol (p. ej., clotrimazol, fluconazol e 
itraconazol) 
2) Compuestos que actúan de modo directo en la membrana celular del 
microorganismo y que afectan su permeabilidad y permiten la fuga de 
compuestos intracelulares; entre ellos están los detergentes, como 
polimixina y los antimicóticos poliénicos nistatina y anfotericina B, que se 
ligan a esteroles de la pared del germen. 
3) Medicamentos que afectan la función de las sub-unidades 
ribosómicas 30S y 50S y causan inhibición reversible de la síntesis 
proteínica; estos productos bacteriostáticos incluyen cloranfenicol, 
tetraciclinas, eritromicina, clindamicina y pristinamicinas. 
4) Compuestos que se unen a la sub-unidad ribosómica 30-S y alteran 
las síntesis de proteínas, todo lo cual culmina en la muerte del 
microorganismo; incluyen los aminoglucósidos. 
5) Medicamentos que afectan el metabolismo del ácido nucleico; como 
las rifamicinas (p.ej., rifampicina) que bloquean a la polimerasa de RNA, y 
las quinolonas, que inhiben a las topoisomerasas. 
6) Antimetabolitos; como el trimetoprim y las sulfonamidas, que bloquean 
enzimas esenciales del metabolismo del folato. 
7) Antivirales de varias clases, entre ellas: a) análogos de ácido nucleico, 
como aciclovir o ganciclovir, que inhiben de manera selectiva a la 
polimerasa de DNA viral, y zidovudina o lamiduvina, que inhiben a la 
inversotranscriptasa; b) inhibidores de la inversotranscriptasa no 
nucleósidos, como nevirapina o efavirenz, y c) inhibidores de otras enzimas 
virales esenciales, por ejemplo, inhibidores de la proteasa de VIH o de la 
neuraminidasa del virus de la influenza. Es probable que surjan categorías 
adicionales conforme se eluciden más mecanismos complejos. El 
mecanismo preciso de acción de algunos antimicrobianos se desconoce. 
 
11 
 
3.3 Factores que establecen la sensibilidad y resistencia de 
microorganismos a antimicrobianos. 
El tratamiento antimicrobiano exitoso de una infección depende de varios factores. 
En los términos más simples, la concentración de antibióticos en el sitio de 
infección debe bastar para inhibir el crecimiento del microorganismo lesivo, si las 
defensas del huésped están intactas y son activas, quizá sea suficiente un efecto 
inhibidor mínimo, como el que proporcionan los bacteriostáticos (esto es, fármacos 
que interfieren con el crecimiento del microorganismo ó con la replicación de éste 
último, pero que no lo matan). Por otro lado, si las defensas del huésped quedan 
alteradas, es posible que se requiera destrucción mediada por antibióticos (o sea 
un efecto bactericida) para erradicar la infección. La concentración del 
medicamento en el sitio de infección no sólo debe inhibir al microorganismo, sino 
también permanecer por debajo de la concentración tóxica para células de seres 
humanos. Si puede lograrse esto, el microorganismo se considera sensible al 
antibiótico. Cuando es imposible alcanzar sin riesgos una concentración inhibidora 
o bactericida, el microorganismo se considera resistente a ese fármaco. 
La concentración alcanzable para un antibiótico en el suero típicamente guía la 
selección de límite para designar a un microorganismo como sensible ó resistente 
por medio de pruebas de sensibilidad in vitro. Sin embargo la concentración en el 
sitio de infección puede ser mucho más baja que las cifras séricas alcanzables (p. 
ej., líquido vítreo del ojo o líquido cefalorraquídeo). Los factores locales (pH bajo, 
concentración alta de proteínas) también logran alterar la actividad farmacológica. 
Por tal razón, el medicamento puede tener eficacia apenas satisfactoria o ser 
ineficaz a pesar de que en las pruebas estandarizadas in vitro muy probablemente 
se indique que el microorganismo es ―sensible‖. Por el contrario, las 
concentraciones del fármaco en la orina suelen ser mucho mayores de las 
observadas en plasma, así los microorganismos señalados como ―resistentes‖ 
pueden ―reaccionar‖ a la terapeútica si las infecciones se limitan a las vías 
urinarias. 
 
 
12 
 
3.4 Resistencia bacteriana. 
Para que un antibiótico sea eficaz, debe llegar a su blanco, unirse al mismo e 
interferir con su función. 
La resistencia bacteriana a un antimicrobiano cae dentro de tres categorías 
generales: 
1) El fármaco no llega a su blanco. 
2) El medicamento es inactivo. 
3) El blanco está alterado. 
La membrana externa de las bacterias gramnegativas es una barrera de 
permeabilidad que impide la entrada de moléculas polares grandes a la célula. Las 
moléculas polares pequeñas incluso muchos antibióticos, entran a la célula por 
medio de canales hechos de proteínas llamadas porinas. La falta de canales de 
porina apropiado, ó la mutación ó la pérdida del mismo, puede lentificar la entrada 
del medicamento a la célula ó evitarla, lo que reduce la concentración eficaz del 
fármaco en el sitio blanco. Si el blanco es intracelular y el medicamento requiere 
transporte activo a través de la membrana celular, una mutación ó un estado 
ambiental que suprime éste mecanismo de transporte puede conferir resistencia. 
Por ejemplo, la gentamicina se transporta de manera activa a través de la 
membrana celular, la energía para éste proceso es proporcionada por el gradiente 
electroquímico a través de la membrana celular. Este gradiente es generado por 
las enzimas respiratorias que acoplan el transporte de electrones y la fosforilación 
oxidativa. Una mutación de una enzima de esta vía o las condiciones anaerobias 
(el oxígeno es el aceptor de electrón terminal de esta vía, y su falta reduce la 
energía potencial a través de la membrana) disminuye la cantidad de gentamicina 
que entra a la célula, lo cual origina resistencia. 
Las bacterias también tienen bombas de flujo de salida que pueden transportar 
fármacos hacia fuera de la célula. La resistencia a la tetraciclina y a antibióticos β-
lactámicos es un ejemplo de un mecanismo de bomba de flujo de salida. 
13 
 
La inactivación del fármaco es el segundo mecanismo general de resistencia a 
medicamentos. La resistencia bacteriana a aminoglucósidos y a antibióticos β-
lactámicos a menudo se debe a producción de enzimas modificadoras del 
aminoglucósido, y de β-lactamasa, respectivamente. Una variación de éste 
mecanismo es el fracaso de la célula bacteriana para convertir un fármaco inactivo 
en su metabolito activo. Esta es la base del tipo más frecuente de resistencia a la 
isoniazida en Mycobacterium tuberculosis. 
La alteración del órgano blanco puede deberse a una mutación de blanco natural 
(resistencia a fluoroquinolona), modificacióndel órgano blanco (tipo de resistencia 
de protección ribosómica a macrólidos y tetraciclinas), o sustitución con una 
alternativa resistente para el órgano blanco natural, susceptible (resistencia a la 
metilcilina para el estafilococos). Este mecanismo de resistencia se debe a 
reducción de la unión del medicamento por el blanco crítico ó sustitución de un 
nuevo blanco que no se une al fármaco, por el blanco natural. 
La resistencia puede adquirirse por mutación y selección, con un paso vertical del 
rasgo hacia las células hijas. Para que la mutación y la selección sean exitosas en 
la generación de resistencia, la mutación no puede ser letal, ni debe alterar de 
manera apreciable la virulencia. Asimismo, para que el rasgo se difunda, el 
mutante original ó su descendencia tiene que transmitirse de manera directa; de 
otro modo, la mutación debe ser ―redescubierta‖ por un mutante no relacionado 
dentro de una cepa sensible. 
Más a menudo, la resistencia se adquiere por medio de transferencia horizontal de 
determinantes de resistencia desde una célula donadora, con frecuencia de otra 
especie bacteriana, por medio de transducción, transformación ó conjugación. La 
resistencia que se adquiere por medio de transferencia horizontal puede 
diseminarse de manera rápida y amplia sea por medio de diseminación clonal de 
la cepa resistente en sí, o mediante transferencias genéticas adicionales desde la 
cepa resistente hacia otras cepas sensibles. El gen que codifica para la β-
lactamasa estafilocócica, codificado por plásmido, tal vez se ha transferido en 
muchas ocasiones, porque se encuentra ampliamente distribuido entre gran 
número de cepas no relacionadas, y se ha identificado también en enterococos. 
Las β-lactamasas clase A, codificadas por plásmido, de bacterias gramnegativas 
14 
 
también se han difundido ampliamente hacia Escherichia coli, Neisseria 
gonorrhoeae y especies Haemophilus. 
 
3.5 Selección de antibióticos. 
La selección óptima de antimicrobianos para combatir enfermedades infecciosas 
exige estudios clínicos y un conocimiento detallado de los factores farmacológicos 
y microbiológicos. A menudo la decisión de utilizar antibióticos se hace a la ligera, 
sin considerar la identidad del posible microorganismo infectante ó de las 
características farmacológicas del medicamento. Los antibióticos se utilizan en 
tres formas generales, como terapeútica empírica, como terapia definitiva y como 
tratamiento profiláctico ó preventivo. Si se usan de manera empírica o como 
terapéutica inicial, el antibiótico debe atacar a todos los microorganismos 
patógenos posibles, porque no se ha identificado al microorganismo o 
microorganismos infectantes. A menudo se utilizan combinaciones de fármacos ó 
de un solo compuesto de amplio espectro. Sin embargo, una vez identificado el 
agente infectante habrá que emprender la antibioticoterapia definitiva, es decir, un 
régimen de baja toxicidad y con espectro preciso para completar el ciclo 
terapéutico. Cuando está indicado un antimicrobiano, la meta es seleccionar un 
producto que sea activo de manera selectiva contra los microorganismos 
infectantes más frecuentes y que tenga la mínima capacidad de ocasionar 
toxicidad o reacciones alérgicas al individuo que lo recibe. 
La primera decisión del médico es saber si realmente está indicada o no la 
administración del antimicrobiano. Muchos facultativos de manera casi automática 
relacionan la fiebre y las infecciones tratables y recetan antimicrobianos sin hacer 
mayores valoraciones; la práctica anterior es irracional y potencialmente peligrosa. 
El diagnóstico puede ser ―disimulado‖ si no se obtienen muestras adecuadas para 
cultivo antes del tratamiento. Los antibióticos pueden causar toxicidad grave, y en 
el uso no juicioso de antimicrobianos favorece la selección de microorganismos 
resistentes. Por supuesto, a menudo es imposible la identificación definitiva de una 
infección bacteriana antes de iniciar tratamiento. Si no existe una indicación clara, 
con frecuencia se utilizan los antibióticos si el cuadro es grave y es muy problable 
15 
 
que el hecho de no usarlos culmine en la imposibilidad de dominar una infección 
que puede causar la muerte. 
El comienzo de la antibioticoterapia empírica óptima exige conocer los 
microorganismos infectantes más frecuentes y su sensibilidad a los 
antimicrobianos. Diversas técnicas son útiles en la selección de un régimen 
antibiótico. El cuadro clínico puede sugerir la identidad del microorganismo 
específico, es esencial conocer los microorganismos que tienen más 
probabilidades de causar infecciones específicas en un huésped dado. Además, 
se cuenta con métodos de laboratorio sencillos y rápidos para estudiar los tejidos 
infectados. El más útil y antiguo en la identificación inmediata de bacterias es la 
coloración de Gram realizada en las secreciones de líquidos corporales infectados. 
Los métodos como el mencionado permiten ―reducir‖ la lista de posibles 
microorganismos patógenos y así lograr una selección más racional en la 
antibioticoterapia inicial. 
Sin embargo, en muchas situaciones la identificación inadecuada de la morfología 
del microorganismo infectante no permite elaborar un diagnóstico bacteriológico 
específico y tal vez sea inapropiada la selección de un antibiótico de ―espectro 
reducido‖, sobre todo si la infección puede ser letal. En tales casos, está indicado 
un antimicrobiano de amplio espectro mientras se aísla e identifica el 
microorganismo. Siempre que el clínico afronte el dilema de emprender un 
tratamiento y sólo posea un diagnóstico bacteriológico presuncional, es necesario 
obtener muestras para cultivos del sitio probable de infección, y de sangre, si la 
bacteremia es una posibilidad, o antes de instituir farmacoterapia. Para un 
tratamiento definitivo, el régimen debe cambiarse a un antimicrobiano más 
específico (de espectro estrecho) una vez que se ha aislado un microorganismo y 
se conocen los resultados de las pruebas de sensibilidad. 
 
 
 
 
16 
 
3.5.1 Métodos para evaluar la sensibilidad de un microorganismo a los 
antimicrobianos. 
Pueden observarse amplias variaciones en la sensibilidad de diferentes cepas de 
la misma especie bacteriana a los antibióticos. La información acerca del tipo de 
sensibilidad del microorganismo infectante tiene importancia para la selección 
apropiada del fármaco. Se cuenta con diversas pruebas para determinar la 
sensibilidad de una bacteria a los antimicrobianos. Las más utilizadas son las de 
difusión en disco, los métodos de dilución en agar o en caldo y sistemas de 
pruebas automatizados. 
La técnica de difusión en disco aporta datos cualitativos ó semicuantitativos 
solamente acerca de la sensibilidad de un microorganismo particular a un 
antibiótico preciso. El método se realiza al aplicar discos de papel filtro, 
impregnados con cantidades específicas del fármaco en la superficie de placas de 
agar, en las que se ha hecho un cultivo (en estrías). 
Después de 18 a 24 horas de incubación se mide el diámetro de una zona clara de 
inhibición alrededor del disco.Dicho diámetro depende de la actividad del fármaco 
contra la cepa de la prueba. Los valores estandarizados para tamaños de zona 
para cada especie bacteriana y cada antibiótico permiten clasificar el aislado 
clínico como resistente, intermedio ó sensible. 
Los métodos de dilución utilizan antibióticos en concentraciones diluidas de modo 
seriado, en agar sólido o caldo que contiene un cultivo del microorganismo que se 
busca identificar. La concentración mínima del medicamento que evita la 
proliferación visible después de 18 a 24 horas de incubación se conoce como la 
concentración inhibidora mínima (MIC), y se llama concentración bactericida 
mínima (MBC) la cifra más pequeña que genera una disminución de 99.9 % en el 
número de bacterias. No se ha definido la utilidad de la MBC comométodo clínico. 
En los sistemas automatizados también se cultiva un método de dilución en caldo. 
La densidad óptica de un cultivo en caldo del aislado clínico incubado en 
presencia de fármaco se mide por medio de densitometría de absorbancia. Si la 
densidad del cultivo excede una densidad óptica umbral, ha ocurrido un 
17 
 
crecimiento a esa concentración de fármaco. El MIC es la concentración a la cual 
la densidad óptica permanece por debajo del umbral. 
3.5.2 Factores Farmacocinéticos. 
La actividad in vitro, aunque crítica, es sólo una guía respecto a si un antibiótico 
tiene probabilidades o no de ser eficaz en una infección. El tratamiento exitoso 
también depende de alcanzar una concentración del fármaco que baste para 
inhibir una bacteria ó para matarla en el sitio de la infección. El tratamiento exitoso 
también depende de alcanzar una concentración del fármaco que baste para 
inhibir una bacteria o para matarla en el sitio de la infección, sin dañar al huésped. 
Para alcanzar esta meta, hay que valorar algunos factores farmacocinéticos y del 
huésped. 
El sitio en que está la infección en gran medida puede ser el elemento que rija al 
fármaco y a la vía de administración que se escojan. La concentración mínima del 
medicamento que se alcanza en el sitio infectado debe ser casi igual a la 
concentración inhibidora mínima (MIC) del microorganismo infectante, aunque en 
muchos casos es conveniente obtener ―múltiples‖ de dicha concentración, en la 
medida de lo posible. No obstante, hay datos que sugieren que incluso cifras 
subinhibidoras de antibióticos pueden estimular la fagocitosis y ser eficaces. Las 
observaciones mencionadas y otras similares pueden explicar el porqué algunas 
infecciones curan incluso cuando no se obtienen concentraciones inhibidoras 
mínimas, pero con la terapéutica antimicrobiana debe buscarse la obtención de 
cifras antibacterianas del fármaco en el sitio de infección durante el intervalo que 
media entre la administración de una y otra dosis; ello se logra sólo si se 
comprenden y utilizan los principios farmacocinéticos y farmacodinámicos. 
El acceso de los antibióticos a los sitios de infección depende de múltiples 
factores. Si la infección se localiza en el líquido cefalorraquídeo (LCR), el fármaco 
debe penetrar la barrera hematoencefálica y muchos de los antimicrobianos 
polares no poseen dicha capacidad a pH fisiológicos; algunos como la penicilina 
G, son transportados activamente al líquido cefalorraquídeo (LCR) por un 
mecanismo de transporte aniónico en plexo coroideo. Las concentraciones de 
penicilinas y cefalosporinas en LCR suelen ser sólo de 0.5 a 5 % de los valores en 
equilibrio estable valoradas de manera simultánea en plasma. No obstante, la 
18 
 
integridad de la barrera hematoencefálica disminuye durante la infección 
bacteriana activa; las uniones ocluyentes en los capilares cerebrales se abren, con 
lo cual hay un incremento extraordinario en la penetración, incluso de fármacos 
polares. Conforme se erradica la infección y desaparece la reacción inflamatoria, 
la penetración se revierte a lo normal. Lo anterior puede surgir en tanto persisten 
microorganismos viables en LCR, razón por la que no se debe disminuir la dosis 
del fármaco conforme mejora el enfermo, hasta que se suponga ó corrobore que el 
LCR se encuentre estéril. 
La penetración de medicamentos en sitios infectados casi siempre depende de 
difusión pasiva. De éste modo, la velocidad ó ritmo de penetración son 
directamente proporcionales a la concentración de compuesto libre en plasma ó 
en líquido extracelular. Por tal motivo, los medicamentos ligados extensamente a 
proteínas no penetran en la misma magnitud en que lo hacen los que están 
ligados en menor grado. Los fármacos que se unen ávidamente a proteínas 
poseen menor actividad porque sólo la fracción libre del medicamento puede 
interactuar con su objetivo. 
Tradicionalmente, la dosis de antibióticos y la frecuencia de dosificación de los 
mismos se han seleccionado para alcanzar actividad antibacteriana en el sitio de 
la infección durante la mayor parte del intervalo de dosificación. Sin embargo, 
existe controversia en cuanto a si el efecto terapéutico logrado por actividad 
antibacteriana relativamente constante es superior al alcanzado por medio de 
concentraciones máximas altas seguidas de periodos de actividad subinhibidora. 
En cierta medida, ello depende de si un compuesto inhibe a la proliferación 
bacteriana, que depende de la concentración ó del tiempo. Por ejemplo, la 
actividad de los antibióticos β-lactámicos depende sobre todo del tiempo, en tanto 
que los aminoglucósidos depende de la concentración. La actividad también 
puede estar determinada por el microorganismo específico y el sitio de infección. 
Los estudios en los animales con meningitis sugieren que la administración 
intermitente de antibióticos β-lactámicos tal vez sea más eficaz (eficacia 
equivalente, originada de una menor cantidad de fármaco) al parecer, la actividad 
constante es mejor en otras infecciones experimentales. Los datos de estudios 
sugieren que los aminoglucósidos, en una sola dosis grande al día, son tan 
eficaces como cuando se les administra con mayor frecuencia y son menos 
19 
 
tóxicos. Los estudios en pacientes sugieren también que proporcionar de manera 
continua aminoglucósidos ocasiona toxicidad innecesaria. 
Es esencial conocer también el estado de los mecanismos de eliminación de 
fármacos que tiene un enfermo individual, sobre todo cuando las concentraciones 
plasmáticas ó tisulares excesivas de los medcamentos pueden ocasionar toxicidad 
grave. Casi todos los antimicrobianos y sus metabolitos son eliminados de modo 
fundamental por riñones. Se cuenta con nomogramas específicos para facilitar el 
ajuste de la dosis a muchos compuestos, en sujetos con insuficiencia renal. El 
terapeuta debe tener enorme cuidado cuando utilice aminoglucósidos, 
vancomicina ó flucitosina en sujetos con decremento de la función renal, porque 
todos los productos mencionados se eliminan de manera exclusiva por 
mecanismos renales y su toxicidad guarda relación con su concentración en 
plasma y tejidos. Si ocurre toxicidad renal por un fármaco que se depura mediante 
los riñones, y no se tiene cuidado, puede surgir un círculo vicioso. En el caso de 
fármacos que se metabolizan o excretan por el hígado (eritromicina, cloranfenicol, 
metronidazol, clindamicina), se necesita disminuir la dosis en sujetos con 
insuficiencia hepática. 
 
3.5.3 Vías de administración. 
Se prefiere en la medida de lo posible, la administración oral de los antibóticos 
pero suele recomendarse la parenteral en individuos muy graves, en quienes se 
necesita alcanzar concentraciones predecibles del fármaco. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
20 
 
3.5.4 Uso actual de los antimicrobianos en la terapéutica de infecciones. 
I. Cocos 
Grampositivos 
ENFERMEDADES 
SELECCIÓN DE ANTIMICROBIANOS 
Primera 
Elección 
Segunda 
Elección 
Tercera Elección 
Staphylococcus 
aureus 
Abscesos 
Bacteriemia 
Endocarditis 
Neumonía 
Osteomielitis 
Otras 
Sensibles a 
meticilina 
Nafcilina u 
oxacilina 
Una 
cefalosporina 
(G1) 
Vancomicina 
Clindamicina 
Un macrólido 
Trimetoprim- 
sulfametoxazol+ 
rifampicina 
FQ(GP)+rifampicina 
Resistentes a 
meticilina 
Vancomicina Quinupristina- 
dalfopristina 
Linezolid 
Con 
sensibilidad 
intermedia a 
vancomicina 
Quinupristina-
dalfopristina 
Linezolid 
Vancomicina+ 
nafcilina u 
oxacilina 
 
Streptococcus 
pyogenes 
(Grupo A) 
Faringitis 
Escarlatina 
Otitis media, sinusitis 
Celulitis 
Erisipelas 
Neumonía 
Bacteriemia 
Síndrome similar al choque 
tóxico 
Otras infecciones sistémicas 
Penicilina 
Amoxicilina 
 
Una 
cefalosporina 
(G1) 
Vancomicina 
Un macrolido 
Clindamicina 
Streptococcus 
(grupo viridians) 
Endocarditis 
Bacteriemia 
Penicilina G± 
Gentamicina 
Ceftriaxona Vancomicina 
Streptococcus 
agalactiae 
(grupo B) 
Bacteriemia 
Endocarditis 
Ampicilina o 
penicilina G± 
gentamicina 
Una 
cefalosporina 
(G1) 
Vancomicina 
Meningitis 
Ampicilina o 
penicilina G± 
gentamicina 
Ceftriaxona o 
cefotaxima 
- 
Streptococcus 
bovis 
Endocarditis 
Bacteriemia 
Penicilina G 
± 
Gentamicina 
- - 
 
21 
 
I. Cocos 
Grampositivos 
ENFERMEDADES 
SELECCIÓN DE ANTIMICROBIANOS 
Primera 
Elección 
Segunda 
Elección 
Tercera Elección 
Streptococcus 
(especies 
anaerobias) 
Bacteriemia 
Endocarditis 
Absceso cerebal y de otro 
tipo Sinusitis 
Penicilina G 
Una 
cefalosporina 
(G1) 
Clindamicina 
Vancomicina 
Streptococcus 
pneumoniae 
(neumococo) 
Neumonía 
Artritis 
Sinusitis 
Otitis 
Sensibles a 
penicilina 
(concentración 
inhibidora 
mínima [MIC] 
< 0.1 µg/ml) o 
con 
resistencia 
intermedia 
(MIC≥0.1 y 
<1.0) 
Penicilina 
Amoxicilina 
Una 
cefalosporina 
(G1) 
Un macrólido 
Clindamicina 
Trimetoprim- 
sulfametoxazol 
Resistentes a 
penicilina 
(MIC≥ 1.0) 
Ceftriaxona o 
cefotaxima 
Vancomicina 
Penicilina 
Clindamicina 
FQ (GP) 
Trimetoprim- 
sulfametoxazol 
Meningitis 
Endocarditis 
Otras 
infecciones 
graves 
Sensibles a 
penicilina 
(MIC < 0.1) 
Penicilina 
Ceftriaxona o 
cefotaxima 
Vancomicina 
Resistencia 
intermedia a la 
penicilina 
(MIC ≥ 0.1 y 
<1.0) 
Cefotaxima o 
ceftriaxona 
Vancomicina - 
Resistentes a 
penicilina G 
(MIC ≥ 1.0) 
Vancomicina + 
rifampicilina o 
ceftriaxona o 
cefotaxima 
Ceftriaxona o 
cefotaxima + 
rifampicina 
- 
II. Cocos 
Gramnegativos 
 
 
Moraxella 
catarrhalis 
 
 
 
 
Otitis 
Sinusitis 
Neumonía 
Amoxicilina+cla-
vulanato 
Ampicilina+sul-
bactam 
Trimetoprim-
sulfametoxazol 
Una 
cefalosporina 
(G2 o G3) 
Ciprofloxacina 
Tetraciclina 
Eritromicina 
22 
 
II. Cocos 
Gramnegativos ENFERMEDADES 
SELECCIÓN DE ANTIMICROBIANOS 
Primera Elección 
Segunda 
Elección 
Tercera 
Elección 
Neisseria 
gonorrhoeae 
(gonococos) 
Uretrtis o cervicitis no 
complicada 
Ceftriaxona 
Cefixima 
Ciprofloxacina o 
levofloxacina 
Cefoxitina 
Doxiciclina 
Especti-
nomicina 
Neisseria 
meningitidis 
(meningococos) 
Meningitis Penicilina G Ceftriaxona o 
cefotaxima 
Cloranfeni-
col 
Estado de portador 
(postramiento) 
Rifampicina Ciprofloxacina Ceftriaxona 
III. Bacilos 
Grampositivos 
 
Bacillus 
anthracis 
―Pústula maligna‖ 
Neumonía 
Penicilina G Eritromicina 
Doxiciclina 
Una 
cefalospori
na (G1) 
Cloranfeni-
col 
Corynebacterium 
diphtheriae 
Faringitis 
Laringotraqueítis 
Neumonía 
Otras lesiones locales 
Un macrólido Clindamicina 
Una 
cefalospori
na (G1) 
Rifampici-
na 
Estado de portador Un macrólido - - 
Especies de 
Corynebacterium 
aerobias y 
anaerobias 
(difteroides) 
Endocarditis 
Cuerpos extraños 
infectados 
Bacteriemia 
Penicilina G ± un 
aminoglucósido 
Vancomicina 
Rifampicina + 
penicilina G 
Ampicilina-sulbactam 
- 
Listeria 
monocytogenes 
Meningitis 
Ampicilina o penicilina G 
± gentamicina 
Trimetoprim-
sulfametoxazol 
- 
Bacteriemia 
Ampicilina o penicilina G 
± gentamicina 
Trimetoprim-
sulfametoxazol 
Eritromici-
na 
Cloranfeni-
col 
Erysipelothrix 
rhusiopathiae 
Erisipeloide Penicilina G 
Eritromicina 
Doxiciclina 
Cloranfeni-
col 
Clostridium 
perfringens y 
otras especies 
Gangrena gaseosa Penicilina G 
Cefoxitina, cefotetán, 
ceftizoxima 
Clindamicina 
Imipenem 
Cloranfeni-
col 
Doxiciclina 
 
Clostridium 
tetani 
Tétanos 
Penicilina G 
Vancomicina 
Clindamicina 
 
Doxiciclina 
 
 
23 
 
III. Bacilos 
Grampositivos 
ENFERMEDADES 
SELECCIÓN DE ANTIMICROBIANOS 
Primera Elección Segunda Elección 
Tercera 
Elección 
Clostridium 
difficile 
Colitis por antibióticos Metronidazol (oral) Vancomicina (oral) - 
IV. Bacilos 
Gramnegativos 
 
Escherichia coli 
Infección de vías 
urinarias 
Ciprofloxacina o 
levofloxacina 
Una cefalosporina (G1) 
Una penicilina + un 
inhibidor de 
penicilinasa 
Un aminoglucósido 
Aztreonam 
Nitrofuran-
toína 
Trimeto-
prim-
sulfameto-
xazol 
Otras infecciones 
Bacteriemia 
Ciprofloxacina o 
levofloxacina 
Una cefalosporina (G1) 
Un aminoglucósido 
Una penicilina + un 
inhibidor de 
penicilinasa 
Trimeto-
prim 
Sulfameto-
xazol 
Especies de 
Enterobacter 
Infecciones de vías 
urinarias y de otros 
órganos 
Timetoprim-
sulfametoxazol 
Ciprofloxacina 
Imipenem 
Cefepima 
Un aminoglucósido 
Una 
penicilina 
de amplio 
espectro 
Proteus mirabilis 
Infecciones de vías 
urinarias y de otros 
órganos 
Ampicilina o amoxicilina 
Una cefalosporina 
Ciprofloxacina 
Un 
aminoglu-
cósido 
Proteus, otras 
especies 
 
Infecciones de vías 
urinarias y de otros 
órganos 
Una cefalosporina (G3) 
Ciprofloxacina 
Una penicilina + un 
unhibidor de ß-
lactamasa 
Aztreonam 
Imipenem 
Pseudomona 
aeruginosa 
Infecciones de vías 
urinarias 
Una penicilina de amplio 
espectro 
Ceftazidima o cefepima 
Ciprofloxacina 
Tobramicina 
Aztreonam 
Imipenem 
o merope-
nem 
Neumonía 
Bacteriemia 
Una penicilina de amplio 
espectro + tobramicina 
Ceftazidima o cefepima 
+ tobramicina 
Ciprofloxacina + una 
penicilina de amplio 
espectro 
Aztreonam 
+ 
tobramicina 
Imipenem 
+ 
tobramicina 
 
Klebsiella 
pneumoniae 
Infecciones de vías 
urinarias 
Una cefalosporina 
Un aminoglucósido 
Mezlocilina o 
piperacilina 
Trimeto-
prim 
sulfameto-
xazol 
Ciprofloxa-
cina u 
ofloxacina 
Neumonía 
Una cefalosporina 
 
Ciprofloxacina 
Aztreonam 
Una 
penicilina + 
un inhibidor 
de 
penicilina-
sa 
Imipenem 
 
24 
 
IV. Bacilos 
Gramnegativos 
ENFERMEDADES 
SELECCIÓN DE ANTIMICROBIANOS 
Primera Elección 
Segunda 
Elección 
Tercera 
Elección 
 
Salmonella 
Fiebre tifoidea 
Fiebre paratifoidea 
Bacteriemia 
Ciprofloxacina o 
levofloxacina 
Ceftriaxona 
Trimetoprim-
sulfametoxazol 
Ampicilina 
Cloranfenicol 
Gastroenteritis aguda 
Ningún 
tratamiento 
Ciprofloxacina 
Ningún 
tratamiento o 
trimetoprim-
sulfametoxazol 
Ningún 
tratamiento o 
ampicilina 
Shigella Gastroenteritis aguda Ciprofloxacina Trimetoprim-
sulfametoxazol 
Ampicilina 
Serratia 
Diversas infecciones 
nosocomiales y por 
oportunistas 
Imipenem 
Cefoxitina 
Una 
cefalosporina 
(G3) 
Una penicilina 
de amplio 
espectro 
Aztreonam 
Acinetobacter Diversas infecciones 
nosocomiales 
Imipenem 
Un 
aminoglucósido 
Una 
cefalosporina 
(G3) 
Trimetoprim-
sulfametoxazol 
 
Haemophilus 
influenzae 
Otitis media 
Sinusitis 
Neumonía 
Epiglotis 
Meningitis 
Trimetoprim-
sulfametoxazol 
Amoxicilina-
clavulanato 
Cefuroxima axetil 
Ceftriaxona o 
cefotaxima 
Cefuroxima 
axetil 
Amoxicilina o 
ampicilina 
Trimetoprim-
sulfametoxazol 
Ampicilina-
sulbactam 
Ciprofloxacina 
Azitromicina 
 
Haemophilus ducreyi Chancroide 
Ceftriaxona 
Trimetoprim-
sulfametoxazol 
Eritromicina 
Ciprofloxacina 
Una 
sulfonamida 
Doxiciclina 
Brucella Brucelosis 
Doxiciclina+ 
gentamicina 
Doxiciclina+ 
rifampicina 
Trimetoprim+ 
rifampicina 
Trimetoprim - 
sulfametoxazol 
± gentamicina 
Cloranfenicol 
Yersinia pestis 
 
Peste 
Estreptomicina ± 
una tetraciclina 
Doxiciclina 
Ciprofloxacina 
 
Cloranfenicol 
 
Yersinia 
enterocolitica 
Yersiniosis 
Trimetoprim-
sulfametoxazol Una 
cefalosporina 
(G3) 
Ciprofloxacina 
u ofloxacina 
Sepsis 
Un 
aminoglucósido 
Cloranfenicol 
Francisella tularensis Tularemia Estreptomicina Doxiciclina 
Cloranfenicol 
Ciprofloxacina 
 
25 
 
IV. Bacilos 
Gramnegativos 
ENFERMEDADES 
SELECCIÓN DE ANTIMICROBIANOS 
Primera Elección 
Segunda 
Elección 
Tercera 
Elección 
Pasteurella 
multocida 
 
 
Infección de heridas 
(mordeduras de animales) 
Abscesos 
Bacteriemia 
Meningitis 
Amoxicilina -
clavulanato 
Penicilina G 
Doxiciclina Ceftriaxona 
Vibrio cholerae Cólera 
Doxiciclina 
Ciprofloxacina 
Trimetoprim-sulfametoxazol 
Cloranfenicol 
Flavobacterium 
meningosepticum 
Meningitis Vancomicina Trimetoprim-
sulfametoxazol 
Rifampicina 
Pseudomonas mallei Muermo Estreptomicina + 
una tetraciclina 
Estreptomicna 
+ cloranfenicol 
- 
Pseudomonas 
pseudomallei 
Melioidosis 
Ceftazidima o 
ceftriaxona 
Trimetoprim -
sulfametoxazol 
Imipenem 
Cloranfenicol 
- 
Campylobacter jejuni 
 
Enteritis Ciprofloxacina Un macrólido Clindamicina 
Campylobacter fetus 
Bacteriemia 
Endocarditis 
Gentamicina 
Ampicilina 
Ceftriaxona 
Imipenem 
Ciprofloxacina 
u ofloxacina 
Meningitis Ampicilina Ceftriaxona Cloranfenicol 
Fusobacterium 
nucleatum 
Faringitis ulcerosa 
Absceso pulmonar, 
empiema 
Infecciones en genitales 
Gingivitis 
Penicilina G 
Clindamicina 
Metronidazol 
Una 
cefalosporina 
(G1) 
Eritromicina 
Doxiciclina 
Cloranfenicol 
Cefoxitina 
Calymmatobacterium 
granulomatis 
Granuloma inguinal Doxiciclina 
Trimetoprim-
sulfametoxazol 
- 
Streptobacillus 
moniliformis 
Bacteriemia 
Artritis 
Endocarditis 
Abscesos 
Penicilina G 
Estreptomicina 
Doxiciclina 
Eritromicina 
Cloranfenicol 
Legionella 
pneumophila 
Enfermedad de los 
legionarios 
Azitromicina 
Una 
fluoroquinolona 
Eritromicina o 
claritromicina 
Trimetoprim -
sulfametoxazol 
Doxicilina 
V. Bacilos ácido-
resistentes 
 
Mycobacterium 
aviumintracellulare 
Enfermedad diseminada en 
SIDA 
Claritromicina + 
etambutol 
Rifabutina + 
etambutol ± 
ciprofoxacina 
Amikacina 
Mycobacterium 
tuberculosis 
Infecciones pulmonares, 
miliares, renales, 
meníngeas y tuberculosas 
de otra índole 
Isonazida + 
rifampicina + 
pirazinamida + 
etambutol 
Isoniazida + 
rifampicina 
Rifampicina + 
etambutol + 
pirazinamida 
26 
 
VI. Espiroquetas ENFERMEDADES 
SELECCIÓN DE ANTIMICROBIANOS 
Primera Elección 
Segunda 
Elección 
Tercera 
Elección 
Mycobacterium 
leprae 
Lepra 
Dapsona + 
rifampicina 
Clofazimina 
Levofloxacina 
Amoxicilina-
clavulanato 
Claritromicina 
Treponema pallidum Sífilis Penicilina G Doxiciclina - 
Treponema pertenue 
 
Pian 
Frambesia 
Penicilina G 
Estreptomicina 
Doxiciclina - 
Borrelia burgdorferi 
(enfermedad de 
Lyme) 
Eritema crónico migratorio-
piel 
Doxiciclina Amoxicilina 
Ceftriaxona 
Azitromicina o 
claritromicina 
Etapa2: manifestaciones 
neurológicas cardiacas y 
artríticas 
Ceftriaxona Penicilina G Tetraciclina 
Borrelia recurrentis Fiebre recidivante Doxiciclina Eritromicina Penicilina G 
Leptospira 
Enfermedad de Weil 
Meningitis 
Penicilina G Doxiciclina - 
VII. Actinomicetos 
Actinomyces israelii 
Lesiones cervicofaciales, 
abdominales, torácicas y 
de otro tipo 
Penicilina G 
Ampicilina 
Doxiciclina Eritromicina 
Nocardia asteroides 
Lesiones pulmonares 
Abscesos cerebrales 
Lesiones de otros órganos 
Trimetoprim-
sulfametoxazol 
Minociclina ± 
una 
sulfonamida 
Imipenem 
Amikacina 
Amoxicilina-
clavulanato 
Ceftriaxona 
VIII. 
Microorganismos 
diversos 
 
Ureaplasma 
urealyticum 
Uretritis inespecífica Doxiciclina Un macrólido - 
Mycoplasma 
pneumoniae 
Neumonía atípica Doxiciclina Un macrólido - 
Rickettsia 
Tifo 
Tifo murino 
Enfermedad de Brill 
Fiebre manchada de las 
Montañas Rocosas 
Fiebre Q 
Ricketsiasis pustulosa 
Doxiciclina Cloranfenicol - 
Chlamydia psittaci 
 
Psitacosis (ornitosis) Doxiciclina Cloranfenicol - 
Chlamydia 
trachomatis 
Linfogranuloma venéreo Doxiciclina 
Azitromicina 
Trimetoprim-
sulfametoxazol 
- 
Tracoma Azitromicina Doxiciclina - 
Conjuntivitis por inclusión 
(blenorrea) 
Azitromicina Doxiciclina 
Una 
sulfonamida 
Uretritis inespecífica 
Cervicitis 
Azitromicina Doxiciclina 
Amoxicilina 
Levofloxacina 
 
27 
 
 
VIII. 
Microorganismos 
diversos 
ENFERMEDADES 
SELECCIÓN DE ANTIMICROBIANOS 
Primera 
Elección 
Segunda 
Elección 
Tercera 
Elección 
Chlamydia 
pneumoniae 
 
Neumonía 
 
Diclociclina 
Azitromicina o 
claritromicina 
Una 
fluoroquinola 
- 
Pneumocystis 
carinii 
Neumonía en 
huésped 
inmunodeficiente 
Enfermedad 
leve a 
moderada 
Trimetoprim-
sulfametaxazol 
Trimetoprim-
dapsona 
Clindamicina-
primaquina 
Atovacuona 
Enfermedad 
moderadamente 
grave o grave 
Trimetoprim-
sulfametaxazol 
Pentamidina 
Clindamicina 
-primaquina 
Trimetrexato 
IX. Hongos 
 
 
Especies de 
Candida 
Candidosis cutánea o vaginal 
Fluconazol 
Nistatina 
Itraconazol - 
Candidosis oral 
Fluconazol 
Clotrimazol 
Nistatina 
Itraconazol - 
Infección profunda Anfotericina B Fluconazol - 
 
Coccidioides 
immitis 
Diseminada (no meníngea) 
Anfotericina B 
Fluconazol 
Itraconazol - 
Meningitis 
Anfotericina B 
Fluconazol 
Itraconazol - 
 
Histoplasma 
capsulatum 
Enfermedad pulmonar crónica Itraconazol 
Anfotericina 
B 
Fluconazol 
Diseminada Anfotericina B Itraconazol - 
Blastomyces 
dermatitidis 
Todas Itraconazol 
Anfotericina 
B 
- 
Paracoccidioides 
brasiliensis 
 
Todas Itraconazol 
Anfotericina 
B seguida de 
una 
sulfonamida 
- 
Sporothrix 
schenckii 
Cutánea Yoduro Itraconazol - 
Extracutánea Anfotericina B Itraconazol - 
Especies de 
Aspergillus 
Invasivas 
Anfotericina B 
liposómica 
Itraconazol 
Anfotericina 
B 
Agentes causales 
de mucormicosis 
 
Todas Anfotericina B - - 
Cryptococcus 
neoformans 
No meníngea 
Ninguno o 
anfotericina B 
- - 
Meningitis 
Anfotericina B ± 
flucitosina 
Fluconazol 
X. Virus 
Citomegalovirus Retinitis en pacientes con SIDA Ganciclovir Foscarnet Cidofovir 
Virus de la 
hepatitis B 
Hepatitis crónica 
Interferón alfa 
Lamivudina 
- 
- 
 
 
28 
 
X. Virus ENFERMEDADES 
SELECCIÓN DE ANTIMICROBIANOS 
Primera 
Elección 
Segunda 
Elección 
Tercera 
Elección 
Virus de la 
hepatitis C 
Hepatitis crónica 
Interferón alfa + 
ribavirina 
Interferón 
alfa 
- 
Virus del herpes 
simple 
Enfermedades de genitales Aciclovir - - 
Queratoconjuntivitis Trifluridina Aciclovir Idoxuridina 
Encefalitis Aciclovir - - 
HVS neonatal Aciclovir - - 
HSV mucocutáneo en huésped 
inmunodeficiente 
Aciclovir Foscarnet - 
Virus de 
inmunodeficiencia 
humana 
SIDA 
Positividad de anticuerpos contra 
VIH y número de linfocitos CD4 
menor de 500 células/mm³ 
2 NRTI + PI 
2 NRTI + 
NNRTI 
NRTI + 
NNRTI + PI 
Virus del papiloma 
humano 
Papiloma genital Interferón α - - 
Influenza A Influenza Rimantidina Amantadina 
Zanamivir 
Oseltamivir 
Virus sincitial 
respiratorio 
 
Neumonía y bronquiolitis de la 
lactancia 
Ribavirina 
(aerosol) 
- - 
Virus de varicela-
zoster 
Herpes-zoster o varicela en 
huésped inmunodeficiente; en 
embarazo 
Aciclovir Foscarnet - 
Varicela o herpes-zoster en 
huésped normal 
Ningún 
tratamiento 
Aciclovir 
Famciclovir 
Valaciclovir 
- - 
 
La selección de compuestos específicos contra diversas infecciones desencadena 
de modo inevitable discusiones y desacuerdos por las diferencias en criterios o en 
experiencias clínicas personales; en ocasiones se cuenta con varios 
medicamentos de igual eficacia entre los que se debe escoger alguno, de manera 
que la elección de uno y no de otro podría ser arbitraria. Los tipos de sensibilidad 
de los microorganismos varían de manera amplia según el hospital o la clínica en 
la cual se prescriba el medicamento.4 
 
 
 
 
 
 
4
 Goodman & Gilman ―Las Bases Farmacológicas de la Terapéutica‖ 9º ed., editorial McGraw-Hill 
Interamericana S.A, 1996 pp. 1161-1176. 
29 
 
3.6 Factores del huésped. 
A menudo, factores innatos o propios del huésped pueden ser los determinantes 
no sólo del tipo de fármaco escogido, sino también de la dosis, vías de 
administración, riesgos y naturaleza de los efectos adversos y eficacia terapéutica. 
3.6.1 Mecanismos de defensa del huésped. 
Un aspecto fundamental de la eficacia terapéutica de los antimicrobianos es el 
estado funcional de los mecanismos de defensa del huésped. Los aspectos 
humoral y celular de la inmunidad son importantes. Factorescomo inadecuación 
de tipo, calidad y cantidad de las inmunoglobulinas; alteración del sistema 
inmunitario de tipo celular o algún defecto cualitativo o cuantitativo en los fagocitos 
pueden generar ineficacia terapéutica a pesar de utilizar compuestos por lo demás 
adecuados y útiles. En huéspedes inmunocompetentes, la infección a menudo 
puede curarse meramente al suspender la multiplicación de los microorganismos 
(un efecto bacteriostático). Si hay alteraciones de las defensas del huésped, la 
actividad bacteriostática puede ser inadecuada, y es posible que se requiera un 
fármaco bactericida para que haya curación. 
3.6.2 Factores locales. 
La curación de una infección con antibióticos depende del conocimiento de la 
forma en que los factores locales en el sitio de la infección modifican la actividad 
antimicrobiana del fármaco. La actividad antimicrobiana puede estar muy reducida 
en el pus, que contiene fagocitos, restos celulares y proteínas que se unen a los 
medicamentos o crean condiciones desfavorables para la acción de los mismos. 
Los cúmulos grandes de hemoglobina en hematomas infectados pueden ligar 
penicilinas y tetraciclinas y, de éste modo, aminorar su eficacia. El pH en 
cavidades abscedadas y otros sitios infectados cerrados (espacio pleural, LCR y 
orina) casi siempre es bajo o ácido, con lo cual hay pérdida extraordinaria de la 
actividad antimicrobiana de aminoglucósidos, eritromicina y clindamicina. Sin 
embargo, algunos fármacos como clortetraciclina, nitrofurantoína y metenamina 
son más activos en el medio ácido comentado. El medio anaerobio que priva en 
cavidades abscedadas también puede disminuir la actividad de los 
aminoglucósidos; disminuye la penetración de los antimicrobianos en áreas 
30 
 
infectadas como las cavidades de abcesos porque también es menor el riego 
sanguíneo. El tratamiento adecuado de los abscesos por lo común obliga a 
efectuar drenaje operatorio. 
La presencia de un cuerpo extraño en un sitio infectado aminora en grado sumo la 
posibilidad de obtener buenos resultados con los antimicrobianos. Las células 
fagocíticas perciben como extraño el material protético (p. ej., válvulas cardiacas 
protéticas, articulaciones protéticas, marcapasos, injertos vasculares, y diversos 
cortocircuitos vasculares y del sistema nervioso central [SCN]). En un intento por 
ejercer su acción fagocítica y destruirla, dichas células se desgranulan, por lo cual 
se agotan las sustancias bactericidas en su interior. De éste modo, los fagocitos 
en cuestión son relativamente ineficaces para destruir bacterias patógenas. Las 
bacterias también pueden residir dentro de los fagocitos, lo que evita que queden 
expuestas a casi todos los antimicrobianos. También hay pruebas de que las 
bacterias que se adhieren a material protético resisten a la destrucción por 
bactericidas. Las infecciones que surgen por cuerpos extraños se caracterizan por 
recaídas frecuentes e ineficacia de antibióticos incluso a altas dosis y por largo 
tiempo. Para que se obtengan buenos resultados con ellos, casi siempre se 
necesita extraer el material extraño. 
Los agentes infecciosos que residen dentro de los fagocitos (parásitos 
intracelulares) se protegen de la acción de los antimicrobianos que penetran 
escasamente en el interior de las células; ello puede constituir un problema en 
infecciones originadas por Salmonella, Brucella, Toxoplasma, Listeria y M. 
tuberculosis, y en algunos casos incluso en infecciones causadas por 
Staphylococcus aureus. Ciertos antibióticos, por ejemplo, fluoroquinolonas, 
isoniazida, trimetoprim-sulfametoxazol y rifampicina, penetran bien en las células y 
pueden alcanzar concentraciones intracelulares que inhiben a microorganismos 
patógenos que residen dentro de células, o que los matan. 
3.6.3 Edad. 
La edad del enfermo constituye un factor determinante en las propiedades 
farmacocinéticas de los antimicrobianos. En el neonato, están poco desarrollados 
los mecanismos de eliminación y en particular la excreción por riñones y la 
31 
 
biotransformación por hígado, y esta situación priva sobre todo en el prematuro. El 
hecho de no hacer ajustes, tomando en consideración las diferencias 
correspondientes a dichos grupos de edad, puede generar consecuencias 
desastrosas. Es posible que los ancianos depuren menos los medicamentos que 
se eliminan por vía renal, debido a reducción de la depuración de creatinina. 
Asimismo, quizá metabolicen fármacos con menor rapidez, lo que los predispone a 
concentraciones altas y en potencia tóxicas de medicamentos en comparación con 
las observadas en pacientes más jóvenes. Los ancianos a menudo tienen más 
probabilidades de sufrir toxicidad a concentraciones de fármacos por lo demás 
seguras, como sucede para la ototoxicidad por aminoglucósidos. 
Los factores propios del desarrollo también pueden regir el tipo de reacción 
adversa al medicamento. Las tetraciclinas se unen ávidamente a dientes y huesos 
en desarrollo, y su uso en niños de corta edad puede ocasionar retardo en el 
crecimiento óseo y manchas ó hipoplasia en el esmalte dental. Las 
fluoroquinolonas se acumulan en cartílago de huesos en desarrollo y afectan su 
crecimiento. Después de utilizar sulfonamidas en neonatos, puede surgir 
kernicterus (disfunción neurológica inducida por la bilirrubina) porque este tipo de 
fármacos establece competencia eficaz con la bilirrubina para ocupar los sitios de 
unión en la albúmina plasmática. La aclohidria en niños de corta edad y en 
pacientes geriátricos o la administración de antiácidos puede disminuir la 
absorción de antimicrobianos orales (p. ej., mayor absorción de penicilina G y 
disminución de la absorción del ketoconazol). 
3.6.4 Factores genéticos. 
Al recetar y administrar antibióticos es necesario considerar algunas 
anormalidades genéticas ó metabólicas. Diversos fármacos, como sulfonamidas, 
nitrofurantoína, cloranfenicol y ácido nalidíxico, pueden producir hemólisis aguda 
en individuos con deficiencia de deshidrogenasa de glucosa-6-fosfato. Las 
personas que presentan acetilación rápida de la isoniazida pueden tener 
concentraciones subterapéuticas de dicho fármaco en plasma. 
 
 
32 
 
3.6.5 Embarazo. 
La gestación conlleva a un mayor peligro de reacción a antimicrobianos por parte 
de la madre y el feto. La administración de estreptomicina a la embarazada se ha 
relacionado con hipoacusia en el producto. Las tetraciclinas afectan huesos y 
dientes del feto. La embarazada que recibe dichos fármacos puede presentar 
necrosis adiposa aguda letal del hígado, pancreatitis y también lesión renal. El 
embarazo quizá también altere la farmacocinética de algunos antibióticos. 
La mujer que amamanta puede transmitir por la leche algunos antimicrobianos. El 
ácido nalidíxico y las sulfonamidas en la leche materna han ocasionado hemólisis 
en niños con deficiencia de deshidrogenasa de glucosa-6-fosfato. Además, las 
sulfonamidas, incluso en cantidades pequeñas, en la leche humana pueden 
predisponer al niño que las recibe a sufrir kernicterus (se trata de una afectación 
neurológica causada por el depósito a nivel cerebral de bilirrubina no conjugada). 
 
3.6.6 Alergia a fármacos. 
Los antibióticos, en particular los β-lactámicos, tiene la particularidad de provocar 
reacciones alérgicas. Los individuos con el antecedente de alergia tópica al 
parecer son sensibles sobre todo a la aparición de tales reacciones. También se 
ha vinculado a las sulfonamidas como el trimetoprim, la nitrofurantoína y la 
eritromicina con reacciones de hipersensibilidad y, en especial, erupciones. El 
antecedente de anafilaxia (reacción inmediata) o pápulas y edema laríngeo 
(reacción acelerada) impide su uso, salvo en situaciones extremas que amenazan 
la vida. Las cutirreacciones, en particular a la penicilina, pueden ser útiles para 
predecir si surgirán reacciones que llegan a ser letales. Sin embargo, la utilidadde 
los métodos mencionados es controvertida. Los antimicrobianos como otros 
fármacos, causan ―fiebre por medicamentos‖ que puede ser tomada erróneamente 
como signo de persistencia de la infección. 
 
 
 
33 
 
3.6.7 Trastornos del sistema nervioso. 
Los individuos con predisposición a convulsiones están en peligro de sufrir crisis 
motoras localizadas o mayores, cuando reciben dosis altas de penicilina G. La 
neurotoxicidad de la penicilina y otros antibióticos β-lactámicos guarda relación 
con concentraciones aumentadas de los fármacos en LCR (Líquido 
cefalorraquídeo). Casi siempre se observa en sujetos con insuficiencia renal que 
reciben dosis grandes de los compuestos mencionados. La disminución de la 
función renal incrementa las concentraciones de penicilina en LCR medio de dos 
mecanismos: una menor eliminación de la penicilina plasmática por riñones, con lo 
cual aumenta el gradiente de concentración para la difusión pasiva al interior de 
LCR, y acumulación de ácidos orgánicos (en la uremia), que inhiben de manera 
competitiva el mecanismo de transporte en el plexo coroideo que elimina penicilina 
y otros ácidos orgánicos del líquido cefalorraquídeo. Los individuos con miastenia 
grave u otros problemas neuromusculares son sensibles al efecto de bloqueo 
neuromuscular que poseen aminoglucósidos, polimixinas y colistina. Las personas 
a quienes se aplica anestesia general y que reciben un compuesto de bloqueo 
neuromuscular son particularmente sensibles a presentar los efectos tóxicos de 
dicho antibiótico. 
 
3.7 Principales clases de antibióticos. 
 
3.7.1 Sulfonamidas, trimetoprim-sulfametoxazol, quinolonas y 
fármacos contra infecciones de vías urinarias. 
 
Las sulfonamidas se utilizan básicamente en el tratamiento de infecciones de vías 
urinarias; en combinación con el trimetoprim, se usan para combatir otitis, 
bronquitis, sinusitis y neumonía causada por Pneumocystis carinii. La aparición de 
resistencia a estos medicamentos ha limitado su utilidad en otras situaciones. La 
vía de eliminación es mediante la orina y pequeñas cantidades se presentan 
también en las heces, bilis, leche materna y otras secreciones. 
Aproximadamente 60 % del trimetoprim y 25 a 50 % del sulfametoxazol 
administrados se excretan por orina en término de 24 horas. Se ha observado que 
66 % de la sulfonamida no está conjugada. También se excretan metabolitos del 
34 
 
trimetoprim. Las velocidades de excreción y las concentraciones de ambos 
compuestos en orina disminuyen de manera signficativa en personas con uremia. 
Las quinolonas tienen un amplio espectro de actividad antimicrobiana contra 
bacilos gramnegativos como los estafilococos y cocos gramnegativos aerobios 
por su biodisponibilidad después de ingerirlos, constituyen una clase 
importantísima de antibióticos. También se utilizan para el tratamiento de infección 
en vías urinarias, prostatitis, enfermedades venéreas de transmisión sexual, 
osteomielitis y diarrea bacteriana. No se recomienda en niños ni en mujeres 
embarazadas por la posibilidad de que induzcan alguna artropatía. Las vías de 
eliminación difieren entre las quinolonas. La excreción por riñones predomina en el 
caso de ofloxacina, lomefloxacina y cinoxacina; pefloxacina, ácido nalidíxico, 
esparfloxacina, grepafloxacina y trovafloxacina se eliminan por vías extrarrenales. 
Se necesitan ajustes de dosis en sujetos con insuficiencia renal en el caso de 
cinoxacina, norfloxacina, ciprofloxacina, ofloxacina, enoxacina y lomefloxacina, 
pero no para ácido nalidíxico, grepafloxacina, trovafloxacina y pefloxacina. 
Ninguno de estos medicamentos es eliminado eficazmente por diálisis peritoneal o 
hemodiálisis. En sujetos con insuficiencia hepática, debe utilizarse otra 
fluoroquinolona que no sea trovafloxacina, grepafloxacina o pefloxacina. 
 
 
35 
 
Estructura química de varias sulfonamidas y quinolonas5. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5
 http://pubchem.ncbi.nlm.nih.gov/summary/summary.cgi?cid=33613 03-agosto-2011 
http://pubchem.ncbi.nlm.nih.gov/summary/summary.cgi?cid=33613
36 
 
3.7.2 Penicilinas, cefalosporinas y otros antibióticos ß-lactámicos. 
Los antibióticos ß-lactámicos son productos útiles que se recetan frecuentemente 
y comparten una estructura y un mecanismo de acción común, es decir, la 
inhibición de la síntesis de la pared de peptidoglucano de la bacteria. Entre sus 
clases importantes cabe referir a las penicilinas G y V, muy activas contra cocos 
grampositivos sensibles; penicilinas resistentes a penicilinasa como la nafcilina, 
con efectos contra Staphylococcus aureus productores de penicilinasa; ampicilina 
y otros medicamentos con un espectro más amplio contra microorganismos 
gramnegativos, y penicilinas de espectro ―extendido‖ como ticarcilina y piperacilina 
que poseen acción contra Pseudomona aeruginosa. 
La penicilina G se excreta vía renal, aunque una pequeña parte lo hace por bilis y 
otras vías. 
Las cefalosporinas se clasifican por ―generaciones‖; la primera de ellas incluye 
compuestos con actividad contra microorganismos grampositivos, pero moderada 
contra gramnegativos; la segunda generación comprendió productos con 
actividad mayor contra gramnegativos y algunos medicamentos con efectos contra 
anaerobios; la tercera generación tiene compuestos con menor actividad contra 
grampositivos y posee acción más intensa contra Enterobacteriaceae, y un 
subgrupo activo contra P.aeruginosa; la cuarta generación cuenta con 
cefalosporinas con un espectro similar a las de tercera generación, pero presentan 
mayor estabilidad a la hidrólisis por ß-lactamasas. 
La cefalosporinas se excretan principalmente por el riñón; por lo que hay que 
modificar sus dosis en personas con insuficiencia renal. El probenecid hace lenta 
la secreción tubular de casi todas ellas. La cefpiramida y la cefoporazona se 
excretan por la bilis. Cefalotina, cefapirina y cefotaxima son desacetiladas in vivo 
y sus metabolitos poseen menor actividad antimicrobiana que los compuestos 
originales. Los metabolitos desacetilados también se excretan por los riñones. 
Los inibidores de ß-lactamasa como el clavulanato se utilizan para ampliar el 
espectro de las penicilinas contra microorganismos productores de dicha enzima. 
Los carbapenems poseen el espectro antimicrobiano más amplio entre todos estos 
37 
 
antibióticos, mientras los monobactams tienen un espectro contra gramnegativos 
que se asemejan al de los aminoglucósidos. 
La resistencia bacteriana a los ß-lactámicos sigue en aumento con un ritmo 
impresionante. Entre los mecanismos de resistencia están no solamente la 
produción de ß-lactamasa que destruyen los antibióticos, sino alteraciones en las 
proteínas que se ligan a la penicilina, lo mismo que disminuciones de a) la 
penetración activa del antibiótico a la célula, y b) la salida activa de la misma. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
38 
 
Estructura química de diversas penicilinas6. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
6
 http://pubchem.ncbi.nlm.nih.gov/summary/summary.cgi?cid=33613 03-agosto-2011. 
http://pubchem.ncbi.nlm.nih.gov/summary/summary.cgi?cid=33613
39 
 
3.7.3 Aminoglucósidos. 
Los aminoglucósidos son aminociclitoles con actividad inhibidora bactericida de la 
síntesis proteínica. Son relativamente tóxicos en comparación con otras clases de 
antibióticos pero siguen siendo útiles, para el tratamiento de infecciones causadas 
por bacterias gramnegativas aerobias. 
La estreptomicina es un medicamento importante para tratar la tuberculosis. 
Dentro de estos antibióticos encontramos la gentamicina, tobramicina, amikacina, 
netilmicina, kanamicina, estreptomicina y neomicina. 
Los aminoglucósidos

Otros materiales