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UNIDAD 1 ARCHIVOS, CENTROS DE DOCUMENTACION Y BASES DE DATOS Alfons González Quesada 1.1. Evolución de los servicios de documentación de prensa 1.1.1. Antecedentes En el origen de la actividad documental de ámbito periodístico confluyen tres hechos de fundamental significación: la utilización de otros periódicos para elaborar nuevas informaciones, la recopilación y archivo de los ejemplares del propio medio y el interés por las informaciones necrológicas. Hoy en día, la principal fuente de información retrospectiva de la prensa escrita es, al margen de la consulta de obras de referencia, la utilización del resto de diarios ya publicados. La practica de entresacar noticias procedentes de otros diarios fue algo habitual hasta bien entrado el siglo XIX. La extensión de tal actividad obligó a las mas importantes empresas editoras a establecer oficinas de intercambio que facilitasen tanto la cooperación con los rotativos nacionales, como la subscripción a los periódicos extranjeros. La conservación de los ejemplares constituye otro antecedente de la tarea documental. Desde su inicio estas colecciones fueron de gran utilidad para la referencia informativa, así como para la elaboración de los índices del propio periódico. En la actualidad, la mayoría de empresas editoras conservan una colección completa de sus publicaciones como parte del archivo patrimonial. Como anteriormente se ha señalado, el origen de los servicios de documentación está estrechamente relacionado con la preparación de semblanzas necrológicas y, en especial, con el momento en el que este tipo de informaciones se comienza a acompañar con material gráfico debido al elevado coste de estas ilustraciones, resultaba imprescindible conservarlas para una posible reutilizacion. Posteriormente se vio la necesidad de tener también un breve esbozo biográfico, fruto de la indagación y la recurrencia a fuentes directas, que acompañase al retrato del fallecido. De ahí que los primeros servicios de documentación norteamericanos recibieran el significativo nombre de morgues. Las semblanzas necrológicas fueron uno de los contenidos habituales de los periódicos de calidad, y se convirtieron en parte integrante de su actividad informativa. Esa es la razón que explica que su elaboración por adelantado fuese una práctica usual. La introducción de la documentación en el periodismo anglosajón a partir de 1850 coincidió con diversos factores: por un lado, con el impulso económico dado a la empresa periodística en Inglaterra y Estados Unidos, por otro, con el afán por ofrecer información de mayor calidad y, finalmente, con el dinamismo provocado en el sector de la comunicación a raíz de la difusión del telégrafo. Pero el interés documental surgió también de la voluntad por autorizar la información, verificarla y, a la vez, dar prestigio y credibilidad al medio. Para conseguirlo, era prioritario seleccionar las fuentes informativas y, aun mas, dotarse de los instrumentos para tenerlas al alcance. Esta nueva manera de entender el proceso informativo se manifestó en la actitud de algunos de los pioneros en la documentación periodística, de entre los que destacan Nathan Hale en el Daily Advertiser de Boston y Thomas Barnes en The Times, y cristalizó en la creación de las primeras bibliotecas de referencia. 1.1.2. Elaboración de índices La siguiente etapa en el desarrollo de los servicios de referencia correspondió a la elaboración de índices temáticos y de autores, destinados a multiplicar las posibilidades de recuperación de la información. Paulatinamente la metodología en su confección se fue depurando: se pasó de indizar únicamente el autor de los artículos firmados, a la elaboración de índices temáticos muy detallados. La utilización de ambos estuvo estrechamente ligada al nuevo enfoque que adoptó el periodismo en el ultimo tercio del siglo XIX y, sin duda, contribuyeron al impulso de la actividad documental ya que el objetivo de la prensa era informar sobre todos los ámbitos de la realidad humana y satisfacer las demandas de una información documentada y veraz. La mejora en las técnicas de análisis del contenido de los diarios transformó los índices en obras de referencia independientes de la consulta del propio diario, ya que, en muchos casos, permitía obtener la información sin necesidad de recurrir a la fuente original. El antecedente mas remoto corresponde a la publicación del londinense Palmer´s index to The Times, iniciada en 1790, aunque el mas significativo haya sido The New York Times Index, que data de 1862, y cuya publicación sólo se ha visto interrumpida entre los años 1905 y 1912. Primero se editó anualmente y a partir de 1948 su aparición fue quinquenal, completada con la edición de un numero acumulativo anual. 1.1.3. Los primeros servicios de documentación La necesidad de contar con documentación fiable no se limitó únicamente a la redacción de notas necrológicas, sino que se trasladó a otros contenidos informativos del diario. Ello fue posible gracias a la existencia de archivos de recortes, que recopilaban y seleccionaban informaciones sobre todo tipo de sucesos y temas. El desarrollo de los servicios de documentación se había iniciado en los Estados Unidos en el momento en el que se percibió la enorme importancia de disponer de departamentos dedicados a la compilación de noticias a través de recortes de prensa que, una vez indizados, se archivaban ordenadamente para ponerlos a disposición del equipo de editorialistas. La diferencia entre los rotativos ingleses y norteamericanos en las postrimerías del siglo XIX se fundamentaba en la ausencia, entre los primeros, de una verdadera institucionalización del servicio de documentación. Aunque ello fuese cierto de forma general, The Trimes dispuso de este servicio desde que Donald M. Wallace se hizo cargo de la sección de extranjero del diario. Su deseo de informar sobre las relaciones existentes entre hechos e ideas, y de aportar un componente didáctico a la información suministrada, llevaba implícita la necesidad de contar con datos exactos y fiables, y para ello organizó una completísima biblioteca de referencia. Muy pocos fueron los periodistas europeos que antes de acabar el siglo contaban con un servicio de documentación como tan, sólo se puede citar el alemán Neue Zurcher Zeitung y los ingleses Times y Daily Mail. En España, el retraso con respecto a Europa era considerable. Baste el ejemplo de La Vanguardia, que o dispuso de servicio de documentación hasta la década de los 20. El desarrollo informativo emprendido durante los primeros años del siglo XX se puede explicar, en buena medida, como una consecuencia del crecimiento de los servicios documentales y de su perfeccionamiento tanto metodológico como organizativo. Con la extensión de la práctica documental, cuyo objetivo era ofrecer instrumentos útiles para profundizar en el análisis de los acontecimientos y, en definitiva, enriquecer la noticia, se consiguió también dotar a las empresas periodísticas de un sistema que permitiese un acceso mas rápido a la información almacenada en sus archivos. 1.1.4. Centralización de los servicios de documentación. El establecimiento de los principios teórico-practicos en la documentación periodística La primera Guerra Mundial repercutió decisivamente en la ampliación de las funciones informativas de la actividad documental y en el desarrollo de la organización de los servicios de documentación. The Times representó un buen ejemplo de esta nueva filosofía de trabajo. Su departamento de internacional había acumulado durante treinta años tal cantidad deinformación fidedigna y cribada acerca de la política, el armamento y los planes de guerra alemanes que, desde el comienzo del conflicto, no dudó en denunciarlo como un intento de dominación del mundo por parte de la Alemania de Bismarck. Las consecuencias de la guerra y el seguimiento de la Conferencia de Versalles implicaron un acercamiento al periodismo interpretativo. Pero la interpretación no podía llevarse a cabo desde la nada, requería datos verificados, hechos que habían de ser explicados recurriendo a los antecedentes, permitiendo que el lector reflexionase sobre el conjunto de la información suministrada. El conflicto sirvió para que se profundizara y extendiera esta práctica; pero para poder ser realmente efectiva debía ir acompañada de un cambio de mentalidad y actitud. De ahí que en ese momento el servicio de documentación fuera contemplado y organizado como fuente de ideas para el análisis y la interpretación editorial. Hacia los años 30 se inicio en los periódicos norteamericanos un proceso de centralización de los servicios de documentación. Se intentaba evitar la duplicidad en mantener, por un lado, la biblioteca de referencia y, por otro, el archivo de recortes. Este proceso de centralización revirtió en un considerable ahorro, proporcionando rapidez y flexibilidad a la estructura del diario. Las bibliotecas de referencia estaban clasificadas por materias de forma exhaustiva y completa, incluían también colecciones de periódicos y revistas. Diversos rotativos habían confeccionado un índice de los contenidos del propio diario: así, el londinense The Times incorporaba en su Times Index el Sunday Times y los suplementos de The Times. El New York Times, que venia elaborándolo desde 1862, dejó de concebirlo como un instrumento de uso interno para comercializarlo hacia 1930. Esto permitió que otros diarios desarrollaran índices específicos sobre asuntos y personalidades de ámbito local y cubriesen el resto de la información a través del New York Times Index. El numero de diarios que comercializaron sus índices fue muy reducido porque representaba una operación técnica y económica muy costosa, sobre todo por lo limitado del mercado potencial al que iba dirigido. Pese a ello, The New York Times Index no fue sólo un importante material de consulta para los servicios de documentación de la época, sino que traspasó los límites del ámbito periodístico para ser una obra de consulta habitual en las bibliotecas y centros educativos norteamericanos. De este modo, es lícito afirmar que la significación de los índices fue múltiple. Si se tiene en cuenta en los recortes de prensa se contaban por millones, su ayuda permitió reducir el volumen de los archivos y economizar tiempo y espacio; pero, a la vez, contribuyeron a engrandecer la reputación de los diarios como fuente autorizada para suministrar todo tipo de información. R. W. Desmond, profesor de la Universidad de Minesota y autor de la primera síntesis histórica de los servicios de documentación periodística, consideraba que el valor de un archivo no estaba en el numero de recortes, es decir, en la cantidad de información almacenada, sino en la habilidad con la que éstos habían sido seleccionados y analizados. Era imprescindible disponer de una estricta política de selección, impulsada por la necesidad de ahorro de espacio, así como de agilidad en la consulta y recuperación de la información. En este sentido, cabe destacar que ciertos autores se hicieran eco de la idoneidad de contar con un índice diario de lo que se publicaba, con el fin de o depender en exceso del archivo de recortes. La clasificación, pese a ser la tarea principal de todo documentalista, no disponía de unos criterios estandarizados, aunque gozase de unas orientaciones básicas que establecían tres grandes apartados (temático, onomástico y geográfico) a la hora de llevarla a cabo, junto con encabezamientos y subdivisiones simples y fáciles de recordar que permitían su codificación por diversas entradas. La organización del servicio se orientaba hacia la consecución de un objetivo concreto: proporcionar la información solicitada de manera inmediata, satisfaciendo a la vez peticiones tanto internas como externas al diario. En los años 30, la finalidad esencial del servicio de documentación, en palabras de Desmond, era “servir a los redactores como una memoria infalible y una fuente de información”. De esta manera, el caudal informativo ayudaría a la producción de un diario mas completo y fidedigno. Esta finalidad se concretaba a través de un conjunto mucho mas especifico de funciones. En primer lugar, aquéllas con una proyección directa sobre los lectores como la verificación de los datos, el suministro de los antecedentes de la noticia para hacerla mas inteligible al lector dotándolo de recursos para interpretarla y ahondar en el conocimiento de su entorno , la anticipación al hecho noticiable mediante la sugerencia de temas de interés, o bien mediante la elaboración de dossieres temáticos, etc. En segundo lugar, funciones internas vinculadas a la economía de la empresa periodística, como la conservación de la documentación de interés, la mejora de la imagen del periódico al actuar como fuente de información que diera respuesta a las preguntas de los lectores, y el suministro de información que diera respuesta a las preguntas de los lectores, y el suministro de información al departamento de publicidad. 1.1.5 La incidencia del periodismo interpretativo en la tarea documental En los años 30, coincidiendo con la depresión económica de 1929 y las convulsiones sociales que la siguieron, se desarrolló paulatinamente un periodismo mas preocupado por el análisis de los hechos, superando así la simple descripción objetiva, aséptica y escueta de la noticia. Entrar de lleno en una sociedad compleja e interdependiente, obligó a buscar un nuevo modo de informar. Es necesario aportar mas documentación para capacitar al lector a la hora de comprender el significado de lo sucedido. De la misma manera, se hacia ineludible una información explicativa e interpretativa. A causa de todo ello surgieron nuevas formulas periodísticas como el newsmagazine y el dominical, y , por tanto, también nuevas necesidades documentales. Revistas como Time, Fortune o Newsweek nacieron con la pretensión de narrar un suceso contextualizándolo, profundizando en su análisis y dándole el sentido de continuidad que no podía ofrecer la prensa diaria. Para alcanzar estos objetivos resultaba indispensable aportar información documentada, y la principal fuente de suministro era el servicio de documentación de la propia revista. Estas publicaciones ampliaron el ámbito y el modo de aplicación de la documentación en la practica periodística, que encontró un marco idóneo para su desarrollo cuantitativo y cualitativo. Si el newsmagazine fue un producto independiente, el dominical estuvo ligado al periódico con la intención de suplir sus deficiencia y constituir su culminación informativa. Los dominicales de los años 20 introdujeron síntesis informativas que hacían asequibles las noticias de la semana y que evitaban la vaguedad y desconexión del fluir de noticias diarias. Para conseguir una información documentada, era necesaria una labor de investigación que ofreciese una visión global y totalizadora de los hechos a través de elementos que los dotasen de significado. La Segunda Guerra Mundial fue decisiva para el ulterior desarrollo metodológico y funcional de los servicios de documentación norteamericanos. Represento un factor esencial para que la documentación se convirtiera en un modo informativo del periodismo en ese país. Lo mismo sucedió en Gran Bretaña, donde la documentación continuaba valorándose como un instrumento indispensable paracumplir los fines de la propia información. En Alemania, toda la experiencia acumulada en la gestión documental en el ámbito estrictamente archivístico y biblioteconómico se trasladó al campo del periodismo escrito y radiofónico. En 1970 todos los periódicos con una tirada de mas de 100.000 ejemplares contaban con un servicio de documentación. Si la documentación alcanzó una autentica proyección tras la segunda Guerra Mundial, se debió a la consideración por la cual la información interpretativa satisfacía menor las necesidades de los lectores. Sin embargo, no hay que pasar por alto que la tendencia a explicar las noticias se había iniciado mucho antes; concretamente en el momento en el que se aunaron objetividad y afán investigador para permitir desentrañar el porqué de los hechos. En este contexto, se entiende que en 1940 el premio Pulitzer fuese otorgado a Otto D. Tolischus, corresponsal en Berlín del New York Times, por su labor explicativa de los antecedentes económicos e ideológicos de la expansión alemana que conduciría a la segunda Guerra Mundial. Años mas tarde se equipararía la función informativa a la educadora y, para hacer efectiva tal equiparación, s pusieron los medios que mejorasen los aspectos documentales y favoreciesen la consecución de una información mas documentada. Esta nueva orientación informativa incidió en la revisión de los conceptos de objetividad e interpretación. La objetividad de viejo cuño, entendida como el relato actual y escueto de la noticia, dejó paso a una objetividad fundamentada en la idea de que el periodista debía ser capaz de reflejar todas las implicaciones que rodean al hecho noticiable y enmarcarlas en su contexto, mostrando su pleno significado para hacerlas comprensibles al lector. La tarea periodística debía conjugar, a través de la documentación, la interpretación y la objetividad, y para ello se requerían medios y un profundo cambio de mentalidad. La interpretación se entendía como una consecuencia obligada por la practica documental puesto que implicaba investigar y verificar. Fue la irrupción de la televisión, con la posibilidad de informar de manera inmediata sobre lo acontecido, lo que incidió de manera definitiva en la extensión en la prensa escrita del periodismo interpretativo. Los medios impresos comenzaron a informar de lo que subyacía bajo los hechos; la documentación de la noticia se hizo imprescindible. En definitiva, puede afirmarse que la generalización de la interpretación trajo consigo la generalización de las prácticas documentales en la labor periodística. 1.1.6. La mecanización de los servicios de documentación A partir de 1950 la extensión de la practica documental y el desarrollo interno de los centros de documentación periodística tuvieron su reflejo en el crecimiento desmesurado de los archivos de prensa, lo que provocó problemas de gestión, relativos tanto a clasificación, ordenación y preservación, como a la recuperación del material almacenado. La pérdida de documentos o clasificaciones erróneas plantearon la necesidad de reorganizar los servicios de documentación e incorporar un sistema de archivo que redujera espacio, a la vez que facilitase una clasificación centralizada y una recuperación inmediata. Todo ello hizo ineludible incorporar la mecanización en la cadena documental. 1.1.6.1. Microfilmación La introducción de los soportes micrográficos, tecnología desarrollada durante los años 20 en Estados Unidos, palió los problemas de espacio y conservación provocados por la superabundancia de documentación almacenada en los archivos de prensa. En los grandes servicios documentales, el numero de recortes llegó a crecer diariamente entre 1.500 y 2.000. después de la segunda Guerra Mundial, el New York Times microfilmó su colección retrospectiva. The Times hizo lo mismo durante los 50. A partir de la década siguiente esta practica se fue generalizando. En 1970, el 90% de la prensa diaria norteamericana tenía microfilmados sus propios ejemplares. El catalogo Newspapers on microform de 1973 contenía mas de 34.000 títulos de publicaciones periódicas en microfilm almacenadas en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. En Europa, en cambio, sólo se había llevado a cabo este proceso en los periódicos mas significativos. (En la actualidad es posible adquirir los diarios mas importantes en microforma, e incluso se ha llegado a aplicar esta técnica a los dossieres de prensa con información semiobsoleta u obsoleta. El Daily Mirror y la BBC, por ejemplo, mantienen archivos los dossieres en papel para la información mas reciente y de forma periódica microfilman aquellos que han perdido actualidad). 1.1.6.2. La creación de las primeras bases de datos La microfilmación no aportó mejoras significativas desde el punto de vista del acceso a la información. No representaba una idea integradora que facilitara la clasificación, búsqueda y recuperación documental, de ahí que se optara por cambiar los índices de las publicaciones con la microfilmacion de la colección del diario. El índice, como guía de los contenidos de la publicación, agilizaba la localización de la información, a la vez que evitaba tener que recortar y archivar los artículos. Alrededor de 1970, cuarenta diarios norteamericanos y una docena de europeos, entre los que se hallaban los británicos The Times y The Guardian, el francés Le Monde, el italiano Corriere de la Sera y el alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, combinaban ambas técnicas. Pero, incluso, la interacción de microfilmacion y elaboración de índices se reveló insuficiente para resolver parte de los problemas relativos a la gestión de la documentación en los archivos periodísticos. Continuaba siendo imprescindible una tecnología integradora capaz de abarcar toda la cadena documental. A finales de los sesenta las experiencias en este terreno se orientaron hacia la creación de las primeras bases de datos en una doble dirección: - El sistema empleado por el Information Bank del New York Times se basó en el almacenamiento en la memoria de un gran ordenador de los resúmenes de todo el material publicado por el rotativo y de una selección de artículos procedentes de mas de 60 publicaciones norteamericanas. Esta enorme cantidad de información recuperable de forma instantánea a través de un terminal informático se constituyó en la primera base de datos periodísticos teledocumental al servicio de la propia redacción, a la que también se suscribieron organismos oficiales, bibliotecas universitarias y empresas de todo tipo, incluidas las periodísticas. En los años siguientes, la disyuntiva se centraría en escoger entre cada una de ambas opciones. A inicios de los 70, tanto en Alemania y Dinamarca como en Estados Unidos, se estaba imponiendo la tendencia a utilizar sistemas semiautomatizados de acceso a los documentos primarios microfilmados. Pese a ello, hubo quien confió en sistemas basados por completo en los ordenadores. Lo cierto era que las formulas tradicionales de almacenamiento y recuperación de la documentación se estaban transformando a causa de la introducción de la informática. La aparición en 1972 del Information Bank del New York Times coincidió con el desarrollo de las bases de datos bibliográficas de ámbito científico. Era el momento en el que se iniciaba la explotación comercial del acceso a grandes volúmenes de información. El Infobank, creado con la misma finalidad, ofrecía la consulta en línea del índice informatizado del periódico. A partir de aquí los principales diarios y agencias de prensa crearon sus propias bases de datos, primero como instrumentos de uso exclusivo, posteriormente como un producto que comercializarían a través de empresas distribuidoras. 1.1.6.3. Las bases de datos atexto completo Las primeras bases de datos de prensa se limitaron a contener la información de los índices manuales, pero el aumento en la capacidad de memoria y de gestión de la tecnología informática comportó la aparición de las bases de datos de texto completo. Su extensión también se vio favorecida por la información de las redacciones, lo que permitió incorporar automáticamente en la base de datos el formato informático del periódico. (Las bases de datos de texto completo se han adaptado mejor a las características de inmediatez de la labor periodística. En los Estados Unidos, la dinámica actual es a sustitución de los archivos de prensa manuales por este nuevo tipo de bases de datos). El desarrollo del sector de la información electrónica y la fragmentación del mercado de la prensa norteamericana han influido decisivamente en la necesidad de mutua colaboración entre las empresas periodísticas y, en buena medida también, en el desarrollo de otras que agrupan y distribuyen de manera conjunta las bases de datos de los diarios de todo el país. La empresa mas importantes este sector es Nexis, que reúne alrededor de un centenar de diarios y revistas. Junto a Nexis cabe señalar Profile, Dow Jones y Dialog. La presencia de estos distribuidores evita a las empresas periodísticas soportar los costes que implica el diseño, creación y mantenimiento de su propia base de datos, a la vez que se benefician del hecho de disponer de una enorme cantidad de información centralizada. En 1984, por ejemplo, el 75 % de los principales diarios norteamericanos estaban suscritos a Nexis. Europa carece de distribuidores de tal envergadura y, concretamente, en el sector de la información de actualidad no existe ninguno que comercialice este tipo de bases de datos. 1.1.6.4. La incorporación de las memorias ópticas La práctica documental nunca se ha mantenido al margen de las innovaciones tecnológicas. Desde el momento en el que los sistemas tradicionales de archivo y recuperación se demostraron inoperantes a la hora de gestionar enormes cantidades de información, el interés suscitado por las tecnologías aplicables a la gestión de información periodística se centró en su capacidad por dar respuesta a una serie de necesidades perentorias de los archivos de prensa: agilizar la localización de los documentos, evitar su dispersión y garantizar su conversación. La incorporación de los soportes ópticos se enmarca en este contexto y su incidencia en la documentación periodística ha sido múltiple. Gracias a su enorme capacidad de almacenamiento, las memorias ópticas permiten la reproducción facsímil de todo tipo de material. Es lo que se ha dado en llamar la gestión electrónica de documentos (GED), con la que se consigue simplificar la incorporación de fotografías, artículos o gráficos en cualquier base de datos solucionando así los problemas de espacio, conservación y recuperación del material. De acuerdo con las características de estos soportes, su utilidad en el ámbito periodístico se ha orientado hacia la edición tanto de obras de referencia de consulta habitual en una servicio de documentación de prensa – enciclopedias, directorios, diccionarios, base de datos de diversa tipología y temática, etc – como de colecciones retrospectivas de publicaciones periódicas. 1.2. Evolución de los estudios sobre documentación periodística Al inicio del presente siglo, los estudios sobre archivos de prensa dieron sus primeros pasos. En esas primeras aproximaciones hubo quien identificó funcionalmente los servicios de documentación periodística con las bibliotecas especializadas y señaló que la practica de recortar y clasificar artículos bien podía aplicarse también en las bibliotecas publicas para optimizar su gestión. Otros destacaron s valor como fuente complementaria a la hora de describir la evolución histórica del periodismo. Pero a nadie escapaba el enorme valor que representaba una nueva disciplina como la documentación. Los primeros manuales de documentación periodística reunían tan sólo experiencias y orientaciones extrapolares a la práctica diaria. Fue gracias a su generalización durante las dos primeras décadas del siglo XX, lo que hizo imprescindible la coordinación y el establecimiento de un corpus teórico que diese respuesta a los problemas metodológicos que acarreaba el crecimiento de los servicios de documentación. En 1923 se constituyó un grupo de trabajo dentro de la Special Libraris Association dedicado a analizar y sistematizar el funcionamiento de los servicios de documentación en las empresas periodísticas. Surgió como un foro de discusión que fuera capaz de superar el aislamiento de la labor del documentalista y, a la vez, capaz de favorecer el intercambio de experiencias y el enriquecimiento profesional. La revista Special Libraries, en el marco de la Special Libraries Association, permitió hacer públicos los estudios iniciales sobre los servicios de documentación periodística y contribuyó decisivamente a dar a conocer los métodos empleados en la labor de clasificación y archivo de diferentes rotativos norteamericanos y a desvelar la importancia de estos servicios para la labor informativa de los periódicos. Este cúmulo de iniciativas repercutió también en el ámbito académico. En las escuelas de biblioteconomía norteamericanas, conscientes del valor de los servicios de documentación periodística, se comenzó a impartir sus métodos de trabajo. También los departamentos de periodismo de diversas universidades percibieron la necesidad de enseñar a los futuros informadores el uso de las técnicas documentales. De esta forma, la documentación como disciplina instrumental al servicio del periodismo entró en las aulas universitarias de los Estados Unidos con mas de cuarenta años de ventaja con respecto a Europa. Fue R. W. Desmond quien en 1933 publicó Newspaper Reference Methods, la primera síntesis de la historia de los servicios de documentación periodística. En ella se analizan y valoran los aspectos de estructura y método, a la vez que se hace hincapié en el tratamiento de los problemas derivados de la clasificación. Tras la obra de Desmond se inicio una etapa divulgativa en la que se exponían públicamente las propias experiencias, dando a conocer el desarrollo practico de los archivos. La experiencia personal fue el vehículo que canalizó este tipo de estudios, siempre encaminados a conseguir una gestión mas racional de los servicios. Paralelamente, la actividad documental se había ido afianzando como área de estudio e investigación en las escuelas de biblioteconomía y periodismo. En 1954 se llevaron a cabo las primeras investigaciones universitarias sobre el proceso documental en los periódicos, y en los años 70 la documentación ocupaba ya un lugar en las facultades de Ciencias de la Información de buena parte de las universidades europeas. En España, fue en 1975 cuando se introdujo la asignatura de Documentación en los planes de estudio de la licenciatura de Ciencias de la Información en sus tres secciones: Periodismo, Publicidad e Imagen. En los años 60 se había abordado la idoneidad de incorporar criterios históricos en las políticas de selección de los archivos de prensa. La información recopilada en los servicios documentales de los periódicos no tenía sólo una dimensión informativa, sino también histórica, y se pretendía dirimir hasta qué punto la práctica documental debía atender las necesidades del análisis histórico de la información publicada y almacenada. La preocupación por resolver este problema, como otros que se iban planteando, motivó que el ANPA (American Newspaper Publisher Association) convocan en 1965 un congreso para analizar y discutir estos temas. Fue el primero de una serie de congresos de documentación periodísticacelebrado en un foro exclusivamente periodístico; de este modo se reconocía institucionalmente que la documentación formaba parte esencial del proceso informativo y era inseparable de él. En 1970 se propuso el primer sistema de acceso y recuperación de la documentación microfilmada. La informática se comenzaba a entrever como una tecnología útil en el ámbito de la documentación periodística. Por las mismas fechas se hizo evidente la necesidad de iniciar una revisión, tanto de cada una de las fases del proceso documental, como de la organización de los servicios ofrecidos desde los centros de documentación periodística. En este sentido desde el ANPA se trabajó en una doble dirección: elaboración de una marco global y, a la vez, prospección de la situación real. En 1974 se publicaron las Guidelines for Newspaper Libraries a través de las que se proporcionaban modelos asequibles a tener en cuenta al determinar los objetivos y actuaciones de los servicio de documentación periodística. Dos años mas tarde, se llevó a cabo un estudio sobre la estructura y desarrollo de la práctica documental en los centros de documentación de los periódicos norteamericanos, que permitió afirmar que cumplían su principal finalidad: suministrar información documentada. En Alemania, donde había existido una larga tradición archivística y biblioteconómica, los directores de publicaciones como Neuen Zeitung o Der Spiegel expusieron la estructura y funcionamiento de los archivos de prensa en revistas especializadas en la materia. Analizaron, desde la propia experiencia, la organización y métodos del proceso documental puestos en marcha. Una aportación significativa fue la de Roman Muziol, quien en 1971 publicó su obra Pressedokumentation, en donde señala la selección como el proceso básico en la cadena documental periodística, puesto que es el proceso que determina el perfil del servicio. Pero la obra mas destacable a nivel teórico en el ámbito europeo es la de Geoffrey Whatmore, quien en 1964 publicó News informattion: the organization of press cuttings in the libraries of newspaper and broadcasting services.. fue el primer libro sobre documentación periodística en Europa. Describe y analiza todos los pasos de la cadena documental, centrando su atención en la selección del material y en la necesidad de incluir la microfilmacion en el proceso documental. En 1978 escribiría The Modern News Library, donde aporta una serie de pautas a seguir en las tareas de selección y clasificación del material. Durante la década de los 70 se analizó la problemática en torno a cuestiones como la clasificación, el almacenamiento y la obsolescencia de la documentación. Se advirtió que la incipiente automatización nunca implicará la desaparición de la selección del material, puesto que siempre venía determinada por las necesidades reales del medio. Al margen de las elaboraciones teóricas desarrolladas en Gran Bretaña y Alemania, la realidad en el resto de Europa a inicios de los 80 demuestra que la tendencia a la automatización y el desarrollo de los servicios documentales es lenta, y que muchos periodistas todavía recurren a sus archivos personales. Pese a ello, el documentalista ha ido adquiriendo protagonismo y prestigio dentro de los periódicos. Hoy, la introducción de las tecnologías de la información en la practica documental, supone un nuevo reto para estos profesionales. Los documentalistas se han de convertir en verdadero gestores de la información, en especialistas en el tratamiento de una multiplicidad de soportes documentales, o en el diseño de la estrategia documental idónea para consultar una base de datos en el menor tiempo posible obteniendo una respuesta exhaustiva y precisa. Pero, para que esta transformación sea efectiva, debe ir acompañada de una reflexión sobre su relación con la empresa periodística. Las claves que garantizarán el éxito del trabajo del documentalista pasan por evitar su aislamiento y favorecer la coordinación con la labor del periodista a través del reconocimiento mutuo. El nivel de desarrollo de la documentación como disciplina científica no se mide sólo por su reconocimiento en el terreno universitario o por su implementación en el mundo empresarial. Un buen indicador de su crecimiento y extensión lo constituye la existencia de asociaciones profesionales cuyos objetivos se concretan en la investigación y divulgación de los aspectos teóricos y técnicos de esta disciplina, tendentes a facilitar el uso de la fuentes de información en los distintos campos de la actividad humana. En este sentido es interesante comprobar cómo buena parte de estas asociaciones han prestado también su atención a l a labor documental en todo tipo de empresas periodísticas. De entre estas organizaciones profesionales destacan algunas de carácter internacional como la Special Libraries Association, fundada en Estados Unidos en 1909 y ASLIB (Association of Special Libraries and Information Bureaux) que nació en Gran Bretaña el año 1924. Con un radio de acción mas reducido conviene señalar la francesa ADBS (Association Francaise des Documentalistes et Bibliothécaires Specialisés), aparecida en 1963, y en el caso concreto de España cabe citar a ANABAD (Asociacion Española de Archiveros, Bibliotecarios, Museólogos y Documentalistas), creada en 1949 y SOCADI (Societat Catalana de Documentacio i Informació) fundada el año 1984. 1.3. Evolución histórica de los archivos de documentación sonora y audiovisual 1.3.1. Introducción Si la importancia de un servicio documental es indiscutible en los medios de comunicación impresa, no lo es menos en las empresas de radio y televisión, donde su contribución a la practica periodística y empresarial es esencial. A pesar de esta evidencia, desde los inicios de la producción radiofónica y televisiva, los archivos sonoros y audiovisuales fueron objeto de una desatención en cuanto a su importancia como fuente, no sólo documental, sino incluso de conocimiento. Tal desatención ha tenido su reflejo en la falta de una tradición en la constitución de archivos históricos dedicados a preservar este patrimonio, lo que ha provocado, en muchos casos, la perdida irreparable de material de incalculable valor. Diversas han sido las causas que han influido en el deficiente tratamiento documental de este tipo de materiales. Por un lado, las características intrínsecas de los documentos: elevados costes de mantenimiento y almacenaje, fragilidad de sus soportes y de la perdurabilidad de la información contenida, etc. Por otro, la visión utilitarista y parcial que de la documentación audiovisual se ha tenido, ha favorecido que se la haya considerado como un instrumento mas al servicio de la producción y por ello sus archivos han quedado relegados a la función de meros almacenes. En la actualidad, son pocos los países que han desarrollado mecanismos de protección y conservación del material radiofónico y audiovisual a través de la implantación del deposito legal. Pese a ello, el divorcio entre el mundo de la producción y el de la documentación se ha superado. El desarrollo cultural y tecnológico ha facilitado que este tipo de material no sea contemplado como algo perecedero y su utilidad tan sólo inmediata, sino que se perciba en él tanto su valor histórico-patrimonial como económico. 1.3.2. Evolución histórica Los antecedentes de la documentación audiovisual se sitúan en el inicio de la primeras producciones cinematográficas. Fueron los propios cinematógrafos quienes comenzaron a tomar conciencia del valor histórico que suponía esta nueva tipología de documentos, siendo las filmotecas de las empresas productoras los primeros archivos audiovisuales. La conservación del material audiovisual nació del interés porreutilizar esta documentación con fines comerciales o de producción. En 1898, Bobeslav Matuzewski, cinematógrafo polaco al servicio del zar Nicolas II de Rusia, publico un manifiesto en el que proponía el establecimiento de una red mundial de archivos para adquirir y conservar el producto de esa incipiente tecnología como nueva fuente para el conocimiento de la historia. Era una actitud que revelaba tanto la importancia otorgada al material cinematográfico como la necesidad de una gestión que permitiese su intercambio reutilización. Paulatinamente se fue extendiendo la noción de patrimonio audiovisual, a la vez que se afirmaba la responsabilidad de los poderes públicos en relación a su custodia y conservación. La autentica toma de conciencia sobre el valor histórico y artístico de los documentos cinematográficos se produjo en el periodo de entreguerras, con la creación en 1938 de la FIAF (Federación Internacional de Archivos de Film). El pleno desarrollo de los archivos audiovisuales culmino en los años 70. Hasta entonces, las instituciones responsables se habían dedicado exclusivamente a la conservación de este tipo de documentos. En 1973, la Conferencia General de la UNESCO adopto una resolución por la que se instaba a examinar la situación en la que se hallaban los archivos audiovisuales. En 1977 diversos organismos nacionales, animados por las iniciativas de la UNESCO, fundaron la FIAT (Federación Internacional de Archivos de Televisión), entidad que, entre otros objetivos, contaba con el de establecer un marco internacional homogéneo para su tratamiento documental. Representaba el primer paso para llevar a cabo el antigua deseo de Matuzawski. En el ámbito radiofónico cabe destacar la creación en 1969 de la IASA (International Association of Sound Archives), organismo de carácter consultivo para la UNESCO, que actúa como intermediario entre los diferentes archivos sonoros en el mundo, y trabaja en los problemas derivados de su gestión, como la conservación y catalogación de lo material, o la formación de personal especializado en el análisis de ese tipo de documentos . Los archivos audiovisuales de televisión tuvieron que esperar casi diez años mas para despertar un interés similar al suscitado en los años se tenga por los archivos cinematográficos. La CEE ha contribuido, a través del programa MEDIA, al fomento de la industria audiovisual europea. Entre sus acciones destaca el fortalecimiento del MAP-TV (Memory archives Programmes) para el aprovechamiento de la memoria colectiva que reúne al archivo. Cabe señalar también su interese por la conservación, restauración y reedición del patrimonio cinematográfico y televisivo del viejo continente, y la promoción de sus archivos mediante la publicación de diversos catálogos. 1.3.3. Los archivos sonoros y audiovisuales en los Estados Unidos Existe un numero relativamente escaso de archivos de televisión en los Estados unidos y ello se explica por la complejidad de su industria televisiva, caracterizada por una enorme cantidad de ilustraciones audiovisual, lo que hace difícil establecer el panorama de la preservación de este tipo de documentos. Las grandes compañías privadas de televisión como CBS, NBC y ABC, con una larga tradición en la gestión del material audiovisual, disponen de archivos automatizados de los programas informativos. La cadena ABC, por ejemplo, cedió los derechos de explotación comercial de los suyos a la sociedad Sherman Grindberg Film Library, encargada de la gestión y catalogación de sus fondos. Por su parte, la CBS deposita sus documentos audiovisuales de información de actualidad en el NARS (National Archives and Record Services). Junto a estas compañías, la red publica PBS (public Broadcasting Service) disponía hasta hace varios años de un archivo que incluía solo programas informativos y aquellos otros susceptibles de ser remitidos o vendidos a otras cadenas de televisión. A causa de la gran descentralización de la televisión en los Estados Unidos, existe otro tipo de instituciones que poseen importantes colecciones de material audiovisual. La Biblioteca del Congreso, por el hecho de ser depositaria de las copias del registro de la propiedad intelectual y, a la vez, receptora de donaciones de múltiples empresas productoras, constituye una inestimable colección de material audiovisual. Conserva todo aquello referido a actualidad, así como documentales, telefilms, los soap operas de mayor impacto popular, y en menor medida, spots publicitarios. Son destacables también, los archivos de la UCLA ATAS (academia de Artes y Ciencias de la Televisión, de la Universidad de California, los Angeles) y los de la Universidad de Wisconsin. En un país como Estados Unidos, donde hay mas de 10.000 estaciones de radio que emiten diariamente, han sido fundaciones privadas, museos, universidades o bibliotecas, las que han tomado la iniciativa de la reconstrucción del patrimonio radiofónico. La pionera en este terreno fue también la Biblioteca del Congreso, quien inicio en 1923 su colección. Fuera del ámbito bibliotecario esta labor era inexistente hasta finales de la década de los 50. A partir de entonces, diversas universidades crearon departamentos encargados de la recuperación y conservación del material radiofónico. En 1972, y para paliar el vacío legal relativo a documentación sonora, se instituyó el deposito legal para este tipo de material. Los representantes de las mas de cuarenta entidades responsables de recopilar el patrimonio radiofónico del país se reúne anualmente bajo los auspicios de la ARSC (Asociation for Recorded Sound Collections). 1.3.4. los archivos sonoros y audiovisuales en Gran Bretaña En Gran Bretaña, la responsabilidad de la gestión de los archivos de televisión está compartida por la BBC y el NFA (National Film Archive). Probablemente la BBC posea la mayor colección de documentos audiovisuales del mundo. Los fondos de sus archivos, al margen de ser objeto de estudio por parte de infinidad de investigadores, se explotan comercialmente y se reutilizan en la producción de nuevos programas. El National Film Archive fue creado en 1935, un año despues del nacimiento del primer servicio de televisión inaugurado por la BBC, y forma parte del Britsh Film Institute. Nació con el objetivo de convertirse en un deposito nacional de películas cinematográficas, aunque poco después incorporase documentos procedentes de la producción televisiva. Eso hizo de este organismo uno de los pioneros en la conservación de documentos audiovisuales. En la actualidad gestiona material adquirido, tanto a la BBC, como a las compañías independientes, de las que desde 1985 graba directamente los programas que considera de interés de acuerdo con sus criterios de selección. Se ocupa también de su conservación a largo plazo, así como de facilitar el acceso de los investigadores a la consulta del material. Los archivos sonoros de la BBC, creados oficialmente en 1932, cuentan con mas de 250.000 grabaciones. El imperio Británico en las primeras décadas del presente siglo emitía para el Canadá, la India, Australia y el continente africano, por ello fue necesario disponer de un medio para preparar los programas y emitirlos de acuerdo al horario correspondiente de cada país. Con estos primeros materiales se fundo una fonoteca permanente que con posterioridad pasaría a ser el Sound Archives. En la actualidad, los archivos sonoros de la BBC trabajan estrechamente con el departamento de producción de programas, suministrando documentación a las estaciones regionales y a los servicios extranjeros y, a la vez, incorporando nuevos materiales a su colección a través de una estricta política de selección conforme a lafutura utilización de este material en la elaboración de nuevos programas radiofónicos. 1.3.5. Los archivos sonoros y audiovisuales en Francia El interés por la preservación de la documentación audiovisual en Francia se inicio con la creación en 1938 de la Fonoteca Nacional, dedicada con un afán enciclopédico a reunir el deposito legal de fonogramas. Tras la segunda Guerra Mundial se dio un nuevo impulso en la misma dirección cuando en 1946 se estableció el deposito obligatorio de las grabaciones radiofónicas. Francia es uno de los pocos países donde la tarea de la conservación de documentos sonoros y audiovisuales está regulada y centralizada en un organismo que comparte la misma filosofía que rige en el ámbito bibliotecario para el material bibliográfico. La legislación francesa ha confiado al INA (Institut National de la Communication Audiovisuelle) la administración y gestión directa de los archivos de todas las empresas publicas de radiotelevisión. Su misión no se limita sólo a la custodia del material que recibe en deposito, incluye también la recuperación y restauración de este patrimonio así como su gestión y explotación comercial. Los fondos del INA se encuentran entre lo mas importantes del mundo. Sus archivos de televisión contienen alrededor de un millón de documentos que abarcan la producción televisiva desde 1949. En 1974 los fondos de la Fonoteca Nacional pasaron a depender del INA, momento que se aprovechó para acometer la tarea de reagrupar y restaurar la producción radiofónica de los años anteriores a la segunda Guerra Mundial, de ahí que la colección incluya materiales dados a partir de 1936. En el ámbito privado cabe destacar la iniciativa que la FNRL (Fédération Nationale des Radios Libres) emprendió entre 1981 y 1985 con la constitución del Banque de Programmes, cuyos objetivos principales eran dinamizar y enriquecer la calidad de la producción de esas emisoras y, a la vez, reagrupar, archivar y preservar la creación radiofónica de las llamadas radios libres. 1.3.6. Los archivos sonoros y audiovisuales en España En España la conservación del patrimonio audiovisual está encomendada, tanto a la Filmoteca Nacional, integrada en el Instituto de Cinematografía Española y de las Artes Audiovisuales, como a las productoras de programas de radio y televisión. Pese a que la Filmoteca ostente la titularidad jurídica de sus archivos, desde 1982 es RTVE quien se encarga de la gestión y conservación de esos fondos. La política de archivos en RTVE se inicio en 1968 en los Servicios Informativos, aunque no fuese hasta finales de los 70 cuando el ente publico llevo a cabo un planeamiento global de su gestión. Mas tarde, en 1981, fue creado el Centro de Documentación y en 1983 se establecieron las competencias relativas a la ordenación, conservación y custodia de los fondos documentales. El desarrollo del Estado de las Autonomías ha propiciado la aparición de filmotecas en otras áreas del país y la creación de canales de televisión autonómicos como resultado de la aplicación de la Ley de los Terceros Canales. TV3 y Canal 33 – Televisión de Catalunya, Euskal Telebista – TV y la mayoría de las cadenas privadas han previsto en su organigrama unidades destinadas a la conservación y tratamiento del material audiovisual. En el ámbito de la documentación sonora, Radio Barcelona, como decano de las radios españolas, cuenta con el archivo mas amplio y completo. Desde sus inicios se planteó la necesidad de conservar su producción, pero la precariedad de medios técnicos de la época hizo que esta tentativa no llegase a cristalizar de manera efectiva. Hasta la década de los 60, coincidiendo con el desarrollo y extensión de nuevos soportes para la preservación del material radiofónico, no se puede hablar de la existencia de un verdadero archivo sonoro. En la actualidad se estudia la posibilidad de informatizar el archivo para que en un futuro todas las emisoras de l a Cadena SER estén en disposición de acceder a la documentación de Radio Barcelona. Los archivos de Radio Nacional de España tienen mas de 40 años de antigüedad y constituyen otro importante fondo sobre música y palabra. RNE dispone, tanto en sus estudios centrales, como en cada una de sus emisoras territoriales de un amplio archivo sonoro. En 1981 inauguró en Catalunya una división documental que atendiese la demanda de información de actualidad de sus diversas redacciones. Las emisoras dependientes de la Corporació Catalana de Radio i Televisió disponen de archivos que conservan sus emisiones y las tratan documentalmente, a la vez que tienen servicios de documentación para apoyar las tareas informativas y de producción de programas. Existe también el proyecto de crear una base de datos de información de actualidad al servicio tanto de TV3 como de Catalunya Radio. Por ultimo, son destacables las experiencias de colaboración emprendidas en Catalunya entre emisoras locales y archivos comarcales para preservar la información de actualidad, así como entrevistas y programas monograficos de interés cultural e histórico. 2.3. El periodismo de investigación Por periodismo de investigación se entiende aquí el que resulta de la iniciativa personal del periodista, en materias que afectan a amplios sectores sociales y que algunas personas o instituciones intentan mantener en secreto (Secanella, 1986:1). A diferencia de las otras modalidades del periodismo ya tratadas en este capitulo, en el periodismo de investigación la documentación ostenta el rol de prueba fehaciente y definitiva sobre la que el periodista debe apoyar todo su trabajo de denuncia. Disponer de una buena documentación, es decir, una documentación que no pueda ser refutada por las personas, las empresas o las instituciones involucradas en los hechos investigados por el periodista es, en todos los casos, la clave que legitimará la profesionalidad de su trabajo y también el elemento que evitará las disfunciones o consecuencias indeseables que con su publicación pudieran derivarse para el medio de comunicación o para la propia persona del periodista. La peculiaridad de los documentos que suele manejar un periodista investigador reside en que se trata de documentos originales que no suelen circular por los canales habituales de información (gabinetes de prensa, fuentes oficiales, etc) ni descansan dormidos o traspapelados sobre la mesa del periodista esperando a que éste los lea. Para conseguirlos es necesario que el periodista desarrolle inmejorables contactos entre sus fuentes que le permitan acceder a los mismos, siempre bajo la garantía de mantener en el anonimato sus identidades. Obtener las pruebas documentales que demuestran las actividades fraudulentas, delictivas o simplemente incorrectas, cometidas por un personaje publico, por ejemplo, no es tarea fácil y, desde luego, su obtención queda fuera de los servicios que en cualquier medio de comunicación pueden ser exigibles a un buen centro de documentación. A la dificultad de acceso a los documentos originales, hay que añadir en el periodismo de investigación la dificultad que comporta consultar una cantidad nada desdeñable de documentación contextual sobre el tema que en cada momento se esté investigando. El periodista Rossend Domenech Matillo, por citar sólo un ejemplo, publicó la lista de fuentes escritas que tuvo que consultar para elaborar su reportaje sobre “Marcinkus” y poner al descubierto las finanzas irregulares del Vaticano: nada menos que cuarenta y dos fuentes, de complejidad y tamaño diversos, lo cual puede dar una idea bastante exacta del volumen de documentación que habitualmente maneja un periodista investigador y que, desde luego, ha tenido que buscar, procesar, estudiary analizar él personalmente. La única excepción sería, en este caso, los dossieres de prensa que en momentos puntuales hayan podido prepararle los centros de documentación de los distintos medios de comunicación. A pesar de las limitaciones que las peculiaridades de esta modalidad del periodismo comporta para la colaboración profesional entre los centros de documentación de los medios y los periodistas investigadores, ha empezado ya a ser una reivindicación común la necesidad de integrar en los equipos de investigación la figura del documentalista, entendida aquí con un perfil muy particular. Se trataría de un profesional de la documentación que, además de catalogar, clasifica y gestionar el conjunto de la documentación que necesiten los periodistas para llevar a cabo su trabajo, fuese capaz de aplicar sobre los documentos originales técnicas mucho mas sofisticadas que pueden ir desde las conducentes a verificar la autenticidad de los mismos hasta la codificación en clave de los archivos con el fin de proteger los documentos obtenidos por los periodistas de manos o miradas ajenas al propio equipo de investigación. La documentación que normalmente se maneja a lo largo de un proceso de investigación es, en términos generales, de dos tipos: a) Documentación contextual del tema a investigar. b) Documentación especifica u original, que formará parte de la investigación profesional del periodista. La documentación contextual de un tema es imprescindible para conocer los antecedentes de las actividades que se pretenden investigar, así como los límites legales, políticos, históricos y sociales en los que se mueven. Es esta misma documentación contextual la que permite al periodista formarse una idea bastante exacta de las consecuencias que tales actividades comportan para la opinión publica y, por lo tanto, también de los efectos que presumiblemente se derivaran de la publicación de su investigación. En cuanto a la documentación especifica a la que debe acceder el periodista, constituye el objetivo fundamental de su trabajo porque sin pruebas escritas que respalden los hechos sobre los que vaya a informar nunca podrá tener la certeza absoluta de que tales hechos son ciertos y de que no está siendo utilizado por sus propias fuentes de información. Un periodista investigador afirma al respecto que concede mas prioridad e importancia al logro de buenas fuentes documentales que personales. El mejor confidente resulta inútil si no aporta documentación probatoria de lo que denuncia o no se le puede usar como testimonio nominal”. (Rodríguez, 1994:70). La investigación documental en su conjunto sirve para: 1) Conocer todos los textos que tratan del tema que se investiga. 2) Detectar con exactitud los vacíos documentales que presenta un tema; es decir, saber qué documentos faltan, dónde deberían estar, por qué no están en el lugar que les corresponde, etc. En definitiva, averiguar si es que nunca existieron o si es que alguien se ha ocupado de hacerlos desaparecer. 3) Eliminar la documentación que pueda desviar al periodista investigador de su objetivo periodístico. 4) Verificar documentalmente las informaciones que le faciliten las fuentes y los datos que vaya obteniendo como consecuencia de la observación directa de los hechos que investiga. El proceso de documentación en cualquier trabajo de periodismo de investigación suele ser habitualmente largo y penoso. Sin embargo, su ejecución es absolutamente obligada debido a las consecuencias que del trabajo del periodista pueden derivarse sobre terceras personas y también porque es la única manera objetiva que tiene el periodista para acceder a datos libres de interpretaciones equívocas o ambiguas. Además, es la mejor garantía para detectar cuándo las fuentes están mintiendo, cuando intentan manipular al periodista o intoxicar su trabajo y cuándo, por el contrario, le están diciendo la verdad. En otro sentido, puesto que la publicación de un reportaje de investigación implica, la mayoría de las veces, obviar la atribución de la información a las fuentes que le han ayudado en su trabajo, éste siempre ganará en credibilidad si está reforzado con la exhibición – o narración del contenido – de documentos originales y específicos, mas que si se limita simplemente a exponer versiones u opiniones de terceros o, lo que es aun peor, simples rumores malintencionados. 2.3.1. Dificultades de acceso a la documentación oficial Un tipo de documentación con la que frecuentemente trabajan los periodistas investigadores es la documentación oficial producida por los diferentes organismos de la Administración pública. A pesar de que en este país los textos legales que regulen los archivos administrativos aluden a ellos con la expresión genérica de archivos públicos, es preciso distinguir entre los archivos que son realmente públicos y los archivos que, aun siéndolo, no son de libre acceso. Los archivos públicos son aquellos que los ciudadanos pueden consultar libremente mediando la petición por escrito al funcionario encargado de su guarda y custodia. Los archivos oficiales, en cambio, permanecen cerrados a los ciudadanos y, por lo tanto, también son inaccesibles para los propios periodistas. Los únicos archivos que realmente son públicos y contienen documentación referida a la actividad y la vida de las personas, tanto publicas como privadas, son los Registros. Por ejemplo, los Registros de la Propiedad Inmobiliaria, los Registros Mercantiles, los Registros de la Propiedad Intelectual, los Registro de la Propiedad Industrial, los del Instituto nacional de Estadística, los Registros Civiles – con las excepciones señaladas en la propia Ley del Registro Civil -, etc. Sin embargo, todavía no son públicos en España los registros que guardan información sobre, por ejemplo, la filiación política o religiosa de las personas, las contribuciones económicas a las compañías electorales de los candidatos políticos, los impuestos sobre las propiedades, los registros de la Seguridad Social, los archivos escolares o académicos de los centros públicos de enseñanza, los archivos de votantes, una parte importante de los archivos municipales y, en general, todos los archivos que contienen información de índole privada o personal. En el tema de los documentos oficiales, hay que mencionar también la normativa que regula el acceso a los documentos gubernamentales, es decir, aquellos que genera la actividad política de los gobiernos y que suelen quedar bajo su propia custodia. Hablar de este tipo de documentación implica hablar de la política de secretos que, en mayor o menor medida, aplican todos los gobiernos del mundo. La guerra declarada entre las administraciones, que imponen limites al acceso a los documentos oficiales mediando el secreto, y la tendencia del profesional de los medios a desconfiar de la capacidad de clasificación documental de las administraciones viene de muy antiguo. En el caso español, esta guerra se refuerza por el hecho de que continua parcialmente en vigor la Ley de Secretos Oficiales, de octubre de 1978. En otros piases de nuestro entorno cultural y político, como Alemania, Francia, Irlanda, Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia, Holanda o Austria, y también Estados Unidos, ya hace tiempo que tienen en vigor legislaciones que se alejan de la llamada “norma del secreto” y se inclinan abiertamente por la apertura de los archivos administrativos, con resultados valorados como muy positivos por una gran mayoría de los organismos afectados. Pero no siempre ha sido así: Eisenhower, por ejemplo, fue el primer presidente que dijo públicamente que nunca intervendría en Asia al tiempo que estaba ayudando a los franceses, contécnico y material bélico, en la invasión de Indochina. De hecho, este fue el origen que mas tarde desencadenaría la guerra de Vietnam. Con el presidente Kennedy disminuyeron aparentemente los secretos de Estado; pero la realidad demostró que fue bajo su presidencia cuando la prensa denunció que estaba en marcha la invasión de Bahía Cochinos. Fue precisamente en la época de Kennedy cuando se empezó a utilizar, y todavía hoy se continua haciendo, el concepto de “seguridad nacional” como el argumento preferido para imponer el secreto sobre las acciones gubernamentales mas arriesgadas. FUENTES DE INFORMACION PARA LA ACTIVIDAD PERIODISTICA Amadeu Pons Serra 3.1. La necesidad de informarse En muchos momentos de nuestra vida necesitamos conocer un dato. Tanto en un contexto profesional, en los estudios, o bien en situaciones de ocio o para cuestiones prácticas de la vida cotidiana. Puede tratarse del teléfono de un restaurante, del nombre olvidado de un medicamento o de un proceso industrial para conseguir un producto determinado. En algunos ámbitos de la actividad humana, la información no es sólo un valor que venga a mejorar la calidad de vida, sino que se convierte en una necesidad imperiosa. En la investigación, en la industria, en la empresa, en la Administración y, naturalmente, en los medios de comunicación... La profesión de periodista es una de las que necesita, en mayor cantidad y variedad, informaciones rápidas y puntuales. Documentarse para completar y verificar las noticias frescas que se van a publicar e s la necesidad constante de un redactor de prensa escrita o audiovisual. ¿Cómo se llama el alcalde de Zaragoza? ¡Cuántos diputados tiene el PP en el gobierno de las Baleares? ¡Debe escribirse UNESCO o Unesco? ¡Cómo puedo localizar un intérprete de checo? ¿Cuál es la bibliografía completa de Rafael Alberti? ¿Dónde puedo encontrar información sobre el ejercito francés? ¿Qué teléfono tiene el museo del Hombre en París? ¿Qué características tienen los aviones Harrier? ¿Cuál es el teléfono de SOS Racismo? ¿Dónde se puede estudiar vasco y catalán en Madrid? ¿Qué se ha escrito últimamente sobre ingeniería genética? ¿Qué opinión tiene el papa sobre el aborto? ¿Qué legislación esta vigente en España en relación con los incendios forestales? ¿Y en Italia, Portugal y Francia? ¿Qué empresas españolas exportan zapatos a los Estados Unidos? ¿Cuál es la historia reciente de Haití? Necesito la biografía del ultimo premio Nobel de la Paz. Quisiera una fotografía de los hijos del presidente del gobierno. ¿cómo se tiene que pronunciar el nombre del nuevo futbolista rumano fichado por el Español? Estos ejemplos son una pequeña muestra de las dudas que tiene que resolver un redactor sea cual fuere el medio en que se encuentra. De la capacidad de encontrar una respuesta rápida y veraz a cada una de estas cuestiones, puede depender, no solamente la posibilidad de difundir con puntualidad algunas noticias o reportajes, sino, a más largo plazo, el prestigio del medio entero. Pero, además del dato concreto, de extensión más o menos corta, hay que saberse manejar entre la documentación para hallar información sobre temas de actualidad con la que elaborar un articulo de fondo, un reportaje, preparar una entrevista...Tendremos que acudir, muchas veces, a información aparecida en forma de articulo de revista, o saber qué libros hay sobre aquel tema o, muy frecuentemente, qué se ha publicado en otros medios de comunicación. En este contexto de acceso a la información irrumpen con fuerza las nuevas tecnologías, de las que estamos presenciando en estos últimos años una evolución muy rápida. Simultáneamente, se ha producido un abaratamiento de los costes, circunstancia que permite el acceso de amplias capas de la población a volúmenes de información de gran magnitud. Estas consideraciones nos llevan a señalar la necesidad de que en los planes de estudios de las enseñanzas que conduzcan al ejercicio de cualquier profesión (la de periodista especialmente, pero también la de abogado, economista, medico, etc) debe tener cabida el aprendizaje – aunque sea a un nivel básico – de las técnicas de documentación, con el conocimiento de los recursos informativos generales y específicos de cada sector, así como de la inquietud para ponerse al día continuamente sobre las nuevas ofertas informativas y tecnológicas que van apareciendo. 3.2. Satisfacer la necesidad: las fuentes de información, las obras de referencia 3.2.1. Las obras de referencia Cuando la falta de información pasa de ser una simple curiosidad a convertirse en una necesidad entonces damos los pasos necesarios para conseguir la respuesta. La solución nos la puede hacer saber alguien, que la conoce personalmente o, en su defecto, una fuente de información adecuada a la que podamos tener acceso. Existe un tipo de obras específicamente preparadas para facilitar información de forma rápida, como lo hacen los diccionarios y los directorios, por ejemplo. Se denominan obras de referencia y están pensadas para ser consultadas puntualmente, no para ser leídas del principio al fin. Hay obras de referencia que se encuentran en todos los hogares, como la guía telefónica o el callejero de la localidad donde uno reside. También encontramos en casi todas las casas un diccionario de la lengua y, en muchas ocasiones, una enciclopedia – adquirida tal vez en cómodos plazos – que ocupa un lugar destacado en el estante del comedor o sala de estar. Hay una gran variedad de obras de referencia, tanto por las materias que tratan –ya que existen ejemplos que se refieren a todos los campos del conocimiento, mientras que otras tratan exclusivamente de un área muy concreta -, como por la profundidad con que se trata la información – desde los diccionarios escolares hasta una bibliografía de filósofos españoles -, como por la misma presentación física – la misma información podemos encontrar consultando la guía telefónica que a través del servicio telefónico de información, o por medio del videotex -. Todas ellas tienen en común el objetivo con que han sido elaboradas, la función que pretenden llevar a termino: facilitar con rapidez información al usuario, sea de la materia que sea, y del nivel que sea. Para poder ofrecer la respuesta con velocidad, todas las obras de referencia impresas tiene como característica formal la presentación de la información en segmentos de una extensión relativamente pequeña – por ejemplo, un articulo de diccionario, una referencia bibliográfica en una bibliografía, etc – y, en segundo lugar, dichos fragmentos se presentan ordenados de algún modo, lo que permite al usuario acceder velozmente al dato buscado. En las versiones informatizadas la recuperación aumenta en velocidad y posibilidades. Para su comprensión y estudio las obras de referencia se pueden clasificar a partir de cinco elementos: a) la materia que tratan (así, distinguimos una guía de mamíferos de otra guía de museos) b) el tipo de información que contienen (desde este punto de vista, separamos una guía de mamíferos de una bibliografía de mamíferos). c) El nivel intelectual con que están redactadas (no es lo mismo una guía de mamíferos Pensada para niños que para naturalistas). d) El alcance geográfico y cronológico de la información que contienen (mamíferos de Europa - mamíferos de Asturias; mamíferos actuales - mamíferos extinguidos) e) El soporte en que se presenten (hay enciclopedias de mamíferos impresas y también en CD-ROM). Como acabamos de ver, encontramos obras de referenciaque tratan de todas las materias en general, y otras que versan sobre temas muy específicos y concretos. A las primeras las llamaremos generales, mientras que las segundas reciben el calificativo de especializadas. Si nos basamos en la tipología de información que contienen, podremos hacer una lista que englobaría obras como: diccionarios, enciclopedias, directorios, guías, repertorios biográficos, fuentes estadísticas, repertorios bibliográficos ... Algunos autores también incluyen los manuales – que enseñan a hacer cosas o que proporcionan las bases de un conocimiento -, las historias de alguna materia determinada, los repertorios legislativos, etc. De cada uno de estos tipos de obras trataremos en el próximo capitulo. Desde el punto de vista del publico a quien van destinadas las obras de referencia, las hay dirigidas tanto al sector infantil, al escolar, como también al publico adulto. En cuanto al soporte en que se pueden presentar, caben todas las posibilidades. Pero, en especial hay que llamar la atención sobre el CD-ROM y las bases de datos accesibles en línea a distancia: por su gran capacidad de almacenamiento de datos y la rapidez y potencia de recuperación de la información, se han convertido en soportes excelentes para las obras de referencia de mas envergadura. 3.2.2 El proceso de referencia Si bien es cierto que la mayoría de las obras de referencia presentan la información de manera cómoda para la consulta, también lo es que el proceso de referencia, es decir, el conjunto de mecanismos que hay que utilizar hasta llegar a dar con la solución final, requieren un cierto aprendizaje. 6.1. Los lenguajes de clasificación 6.1.1. Definición Los lenguajes de clasificación se utilizan para definir el tema principal de los documentos. En palabras de Jacques Maniez “permiten representar de manera sintética el contenido de un documento” (Maniez, 1993,19) y reunirlos, ya sea física o intelectualmente, por la afinidad de sus contenidos. Como lenguajes documentales, los lenguajes de clasificación son sistemas de signos lingüísticos que jerarquizan en escalas conceptuales las áreas del saber. Dichos lenguajes se construyen a priori, es decir, son sistemas cerrados que n o admiten nuevas inclusiones, en consecuencia, todas las posibles materias a tratar por un sistema documental tienen que estar representadas. Su característica principal es que son lenguajes precoordinados: una noción tiene que estar representada por un solo signo lingüístico. La función de un lenguaje de clasificación en un sistema documental es la clasificación temática de los documentos y, básicamente, tiene dos aplicaciones: 1) La ordenación significativa de los documentos; a cada documento se le asigna un concepto, y sólo uno, que sintetice su contenido. Esto permite reunir físicamente todos los documentos que informan de un mismo tema. 2) La edición de repertorios bibliográficos cuyas referencias se encuentren organizadas por temas: a cada referencia bibliográfica se le asigna un concepto, y sólo uno, del conjunto de temas del repertorio. Esto permite reunir bajo una misma clase las referencias que hablan de un mismo tema. Con el desarrollo de los sistemas automatizados de recuperación de la información, se tiende a distinguir, lo que podríamos llamar la clasificación intelectual de la documentación de su función primitiva: la ordenación de los documentos. De este modo, las bases de datos referencias reproducen la clasificación de los documentos, pero físicamente estos pueden estar archivados en lugares distintos. Históricamente se han desarrollado lenguajes de clasificación universales que han permitido dotar de significado la colocación física de los documentos en muchas bibliotecas. En el caso de los Servicios de Documentación Periodística la clasificación se ha utilizado para archivar una de usos tipologías documentales mas características, los recortes de prensa. Si bien generalmente no se utiliza ninguno de los lenguajes de clasificación universales existentes, cada Servicio de Documentación periodística suele construir su propio pseudo lenguaje de clasificación, que permite dividir los temas tratados en el sistema documental en materias y submaterias, de manera que a cada articulo le pueda corresponder uno de los temas definidos en el lenguaje. Esto permite reunir todos los documentos de un mismo asunto en una “carpeta”; de modo que la recuperación de la información, si bien en algunos casos puede ser imprecisa, es mucho mas rápida, cualidad esencial en los Servicios de Documentación Periodística donde el tiempo es oro. 6.1.2. Características, tipología y estructura de los lenguajes de clasificación En este apartado vamos a analizar los tipos de lenguajes de clasificación universal existentes, sus características, funciones y estructuras. Hay dos tipos de lenguajes de clasificación: la clasificación monojerarquica y la clasificación facetada. Si bien la función que ejercen es la misma, la filosofía de construcción es radicalmente diferente. 6.1.2.1. Clasificación monojerárquica La clasificación monojerarquica es la mas conocida y utilizada. Divide las áreas del saber en clases y subclases conceptuales, desarrollando una estructura jerárquica arbórea. El numero de clases es limita y cada una de ellas se puede subdividir en subclases, las cuales a su vez pueden ser subdivididas y así sucesivamente. Los niveles de jerarquía varían según cada clasificación. 1) Estructura Los lenguajes de clasificación se componen de t res elementos: las clases y subclases, los auxiliares y la notación o código. a) Clases y subclases: corresponden a cada uno de los conceptos en que se pueden dividir las áreas del conocimiento. Su característica principal es que tiende a ser conceptos generales y no específicos puesto que de lo que se trata es de encontrar las características comunes de los diferentes documentos, y no sus especificidad. b) Auxiliares: grupos de conceptos que puedan estar relacionados con cualquiera de las clases o subclases. Por si mismos no tienen sentido y acompañan siempre a la clase o subclase para precisar su significado. Los auxiliares mas habituales son: idioma, el lugar, la forma, el tiempo y el punto de vista. c) Notación o código: es una sucesión de letras o números que nos indican cuál es la posición de una subclase en el conjunto del lenguaje: cuál es su nivel de jerarquía, y a qué subclases y clases pertenece. 2. Ejemplo de clasificación monojerarquica: La Clasificación Decimal Universal (CDU) La CDU se empezó a crear a finales del siglo XIX y principios del siglo XX por el Instituto Internacional de Bibliografía (de reciente creación entonces) a cargo de Paul Otlet y Henry La Fontaine. Desde entonces su desarrollo ha sido constante y actualización y edición de nuevas versiones van a cargo de la Federación Internacional de Documentación (organismo substitutivo del antiguo Instituto Internacional de Bibliografía). La CDU ha tenido mucho éxito y se aplica en muchos piases del mundo. Cabe destacar la excepción de EEUU, donde se usa mayoritariamente la Clasificación Dewey o la Clasificación del Congreso. La CDU deriva de la Clasificación Dewey, desarrollada por Melvil Dewey en EEUU y cuya primera versión es de 1876. A pesar de sus muchas diferencias y de las novedades introducidas por la CDU, la filosofía que las rige es la misma. La CDU divide las áreas del saber en 9 clases: CODIGO CLASE 0 Generalidades 1 Filosofía 2 Religión, Teología 3 Ciencias sociales. Estadísticas. Política. Económica. Derecho. Administración. Asistencia
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