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Subsucesiones Sea (an) una sucesión, y sean n1 < n2 < n3 < . . . números naturales. Decimos que la sucesión (bk) donde bk = ank es una subsucesión de (an). El estudio de las subsucesiones de una sucesión nos puede ayudar a entender el comportamiento de la sucesión original. El siguiente teorema nos indica algunas de las propiedades relacionadas con subsucesiones. Propiedades de las subsucesiones Teorema Si (an) es una sucesión cualquiera, entonces: I Si lim n→∞ an = L, entonces lim n→∞ bn = L para toda subsucesión (bn) de (an). I Si (an) es una sucesión acotada, entonces (an) tiene una subsucesión convergente. I Si (an) es una sucesión acotada pero no convergente, entonces (an) tiene al menos dos subsucesiones que convergen a distintos límites. Ejemplos de aplicación de subsucesiones Queremos estudiar la convergencia de la sucesión an = ( 1 + 12n )n. No podemos calcular su límite directamente, pero sabemos que la sucesión bn = ( 1 + 12n )2n es una subsucesión de la sucesión ya estudiada tn = ( 1 + 1n )n, que converge a e. Se puede demostrar (ejercicio) que si bn = a2n, y an ≥ 0 para todo n ∈ N y limn→∞ bn = L, entonces limn→∞ an = √ L. Como bn = a2n, e = limn→∞ bn = ( limn→∞ an) 2, de donde lim n→∞ an = √ e. Otro ejemplo Estudiemos ahora la convergencia de la sucesión an = ( 1 + 13n+2 )n . La sucesión bn = ( 1 + 13n+2 )3n+2 es una subsucesión de la sucesión tn = ( 1 + 1n )n, por lo que lim n→∞ bn = e. Como bn = a3n ( 1 + 13n+2 )2 , ( lim n→∞ an)3 = lim n→∞ bn( 1 + 13n+2 )2 = limn→∞ bn lim n→∞ ( 1 + 13n+2 )2 = e1 = e, de donde lim n→∞ an = 3 √ e. Otro ejemplo Estudiemos ahora la convergencia de la sucesión an = ( 1 + 23n+1 ) 3n+1 2 . A primera vista, estamos tentados de decir que tiende a e. Sin embargo, el método usado en el ejemplo anterior no sirve, porque la sucesión bn = ( 1 + 23n+1 ) 3n+1 2 NO ES una subsucesión de la sucesión tn = ( 1 + 1n )n (¿por qué?). Una forma correcta (no la única) de demostrar que lim n→∞ an = e es la siguiente: Primero, escribimos ( 1 + 2 3n + 1 ) 3n+1 2 como ( 1 + 1 3n+1 2 ) 3n+1 2 . Es posible encontrar sucesiones que convergen a e, y que acotan superior e inferiormente a an, de modo de aplicar el teorema del sandwich. Otra aplicación de subsucesiones Veremos otra forma de demostrar que, si c > 1, lim n→∞ n √ c = 1. Para esto utilizaremos subsucesiones. En primer lugar, n+1 √ c n √ c = c 1 n+1 c 1 c = c 1 n+1− 1 n = c− 1 n(n+1) < 1, por lo que la sucesión n √ c es decreciente. Como n √ c ≥ 1, es acotada inferiormente, por lo que existe el límite L = lim n→∞ n √ c. Cálculo de lim n→∞ n √ c Por ser n √ c convergente a L, la subsucesión 2n √ c también debe converger a L, o sea, lim n→∞ 2n √ c = L. Pero 2n √ c = √ n √ c, de donde L = lim n→∞ 2n √ c = lim n→∞ √ n √ c = √ lim n→∞ n √ c = √ L. Así, L = √ L, de donde L = 0 o L = 1. Como n √ c ≥ 1, no hay elementos de la sucesión en el intervalo (−1/2, 1/2), de donde L 6= 0. Finalmente, lim n→∞ n √ c = 1. Otro ejemplo de uso de subsucesiones Sea (an) la sucesión dada por an = {√ 2 si n = 1, √ 2 + an−1 si n > 1. Así, los primeros términos de esta sucesión son √ 2, √ 2 + √ 2, √ 2 + √ 2 + √ 2, √ 2 + √ 2 + √ 2 + √ 2, etc. Se puede demostrar (¡ejercicio!) que esta sucesión es creciente. También se puede demostrar (por inducción) que an < 2 para todo n. Así, debe existir L = lim n→∞ an. Pero entonces la subsucesión an+1 también debe converger a L. Como an+1 = √ 2 + an, debe tenerse L = √ 2 + L, de donde L2 − L− 2 = 0, o sea, L = 2 o L = −1. Como este último caso puede descartarse (¿por qué?), debe tenerse L = 2. Límites de funciones Hemos estudiado el concepto de que una sucesión “converja a un cierto límite”. A continuación veremos un concepto similar, aplicado esta vez a funciones reales. Intuitivamente, nos interesa estudiar el comportamiento de una función f : D → R “cerca” de un punto dado a ∈ R. Ejemplo: Consideremos la función f (x) = 2x− 1. Cuando x está “cerca de 2”, f (x) toma valores “cerca de 3”. Más precisamente, es posible hacer que los valores de f (x) estén tan cerca como queramos de 3, simplemente asegurándonos de que x esté “suficientemente cerca” de 2. Idea intuitiva Siguiendo con el ejemplo: Supongamos que queremos hacer que los valores de f (x) no estén a más de 0.1 de distancia de 3. O sea, queremos que |f (x)− 3| < 0.1. ¿Cómo logramos esto? La condición pedida es equivalente a que |(2x− 1)− 3| < 0.1, o sea, a que 3.9 < 2x < 4.1. Pero esto es equivalente a 1.95 < x < 2.05. O sea: si x está a menos de 0.05 de distancia de 2, entonces f (x) estará a menos de 0.1 de distancia de 3. ¿Y qué tal si en lugar de querer que f (x) no estén a más de 0.1 de distancia de 3, quisiéramos que no esté a más de 0.01 de distancia? Es fácil ver (¡ejercicio!) que para esto basta que x no se desvíe más de 0.005 de 2. Estos ejemplos nos llevan a concluir (intuitivamente) que el “límite” de f (x), cuando x está “cerca de 2” es 3. Hacia una definición formal de límite Motivados por el ejemplo anterior, nos proponemos definir la idea de límite en una forma más precisa. La idea de fondo es que, dada f : D → R, f (x) tiene por límite L cuando x “se acerca a a” si, dada cualquier exigencia del tipo “f (x) no debe diferir de L en más de . . . ” puede ser satisfecha haciendo que x no se aparte de a en más de una cantidad dada. Tradicionalmente, el “margen de tolerancia” que tenemos para la función es llamado ε, mientras que la cantidad que permitimos a x desviarse de a es llamada δ. Hacia una definición formal de límite (cont.) Así, un primer intento de definición formal de límite de una función sería el siguiente: Dados f : D → R y a,L ∈ R, diremos que el límite de f (x) cuando x tiende a a es L si, para todo ε > 0 (nuestro “error máximo permitido”) existe un δ > 0 (nuestra “tolerancia”) tal que ∀x ∈ D(|x− a| < δ → |f (x)− L| < ε). Veremos a continuación por qué esta definición no nos satisface totalmente. Revisando la definición de límite Consideremos la función f : R→ R definida como f (x) = { |x| si x 6= 0, 1 si x = 0. ¿Cómo se comporta f (x) cuando x “se acerca a 0”? Continuación del ejemplo Usando la idea de definición presentada anteriormente, habría que concluir que f (x) no tiene un límite definido cuando x se acerca a 0, ya que los valores de f (x) para x muy cercanos a 0 se acercan más y más a 0, pero sin embargo no es posible, por ejemplo, hallar δ tal que para todo x tal que |x− 0| < δ, |f (x)− 0| < 1/2. ¿A qué se debe esto? Revisando la definición de límite (cont.) Esencialmente, en nuestro ejemplo nuestra idea de definición falla debido a que f (0) = 1 no está “cerca” del candidato a límite, 0. De aquí surge la idea de no tomar en cuenta el valor de la función en el punto a (si es que la función está definida en a). Otra razón para no considerar el valor de la función en a es que f podría no no estar definida en a. Así, una versión revisada de nuestra definición sería como sigue: Dados f : D → R y a,L ∈ R, diremos que el límite de f (x) cuando x tiende a a es L si, para todo ε > 0, existe un δ > 0 tal que ∀x ∈ D(0 < |x− a| < δ → |f (x)− L| < ε). En otras palabras, dado ε > 0, existe δ > 0 tal que, ∀x ∈ D, x ∈ (a− δ, a + δ)− {a} → |f (x)− L| < ε).
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