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Logos-Aletheia-ser--una-interpretacion-del-pensamiento-de-Martn-Heidegger

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UNIVERSIDAD NACIONAL 
AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES 
ACATLÁN 
 
 
 
 
LOGOS, ALETHEIA, SER. 
UNA INTERPRETACIÓN DEL PENSAMIENTO 
DE MARTIN HEIDEGGER. 
 
 
 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
LICENCIADO EN FILOSOFÍA 
 
P R E S E N T A 
LOME HURTADO LUIS ANGEL 
 
 
 
ASESOR: DR. GONZÁLEZ RIVERA GUILLERMO 
 
 
 
NOVIEMBRE, 2009. 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
 
 
 
Agradezco a todos aquellos que me han impulsado para la elaboración de ésta tesis: Familia; Académicos: a 
todos mis maestros, a mi asesor el Dr. Guillermo González Rivera por arrojar luz sobre lo incomprensible, al 
Dr. Roberto Estrada Olguín por el seminario en donde descubrimos el pensar de Heidegger; a mis Amigos y 
mi hermano Alex. 
 
 
 
 
Dedicado a: 
Arcadia Hurtado Ríos y Alejandro Lome Reyes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Índice 
 
 
 
 
 
Introducción 1 
 
 
 
1. El Logos en Heidegger 
1.1. Rede 3 
1.2. Conjunción 11 
1.3. Colocación 19 
 
 
 
 
2. La Aletheia en Heidegger 
2.1. Descubrir 26 
2.2. Desocultamiento 34 
2.3. Desocultación 46 
 
 
 
 
3. El Ser en Heidegger. 
3.1. Zeitlichkeit 52 
3.2. Physis 62 
3.3. Presencia 70 
 
 
Conclusiones 82 
Esquema 89 
Bibliografía 90 
 
 
 
 
 
 
 
1 
 
LOGOS, ALETHEIA, SER. 
UNA INTERPRETACIÓN DEL PENSAMIENTO 
DE 
MARTIN HEIDEGGER 
 
 
 
Introducción 
 
La presente interpretación muestra la unidad que existe entre Logos, Aletheia y Ser en el 
pensamiento de Martin Heidegger, desde la época de Ser y tiempo de 1927 hasta Tiempo y 
ser de 1962. Una unidad que contiene los elementos fundamentales por los cuales se 
articula íntegramente el pensar de Heidegger. 
 El objetivo principal es el siguiente: mostrar que el Logos es la casa donde acontece el 
ser, que la Aletheia es la iluminación en la que el ser se presenta y que el ser encuentra su 
horizonte a partir del tiempo. La interpretación propone una manera nueva de comprender 
cada elemento que compone la unidad. De acuerdo a la exposición bajo la cual se presenta 
el pensar de Heidegger, la meditación sobre la esencia del Logos se encuentra articulada en 
tres momentos esenciales: 1. Rede, 2. Conjunción; 3. Colocación. Lo mismo ocurre con la 
esencia de la Aletheia: 1. Descubrir, 2. Desocultamiento, 3. Desocultación. Y con la 
comprensión del sentido del ser hay un paralelismo: 1. Zeitlichkeit, 2. Physis, 3. Presencia. 
Cada momento de cada elemento que configura la unidad, que articula el pensar de 
Heidegger, se corresponde respectivamente de acuerdo a la época en que fue pensado. El 
siguiente esquema ilustra estas relaciones: 
 
 
Logos Aletheia Ser 
1. Rede 1. Descubrir 1. Zeitlichkeit 
2. Conjunción 2. Desocultamiento 2. Physis 
3. Colocación 3. Desocultación 3. Presencia 
 
 
 En este sentido, acontece un primer momento en el pensamiento de Heidegger que está 
marcado por el período que constituyen las obras que giran alrededor de Ser y tiempo de 
1927, que desarrollan una primera unidad de Logos, Aletheia, Ser, bajo las palabras 
fundamentales de Rede, Descubrir, Zeitlichkeit. Que se caracterizan por la constante 
relevancia que Heidegger le otorga al análisis de las estructuras que conforman el ser del 
2 
 
Dasein como el camino previo para la comprensión del sentido del ser. Heidegger 
considera prioritario el ente llamado Dasein, en ésta época de su pensamiento, pero aquí 
sigue pensando en el ente y no en el ser. 
 El segundo momento en el cual la unidad de Logos, Aletheia, Ser, aparece en el 
pensamiento de Heidegger, con el regreso hacia el pensar inicial de los griegos, es la época 
de Introducción a la metafísica de 1935 y de sus escritos contemporáneos. Las palabras 
directrices son: Conjunción, Desocultamiento, Physis. Ésta última palabra es la que guía 
toda la meditación de la unidad, ya que ella es comprendida como: el emerger del ente en 
su totalidad. El Logos como Conjunción es el ente en su totalidad y la Aletheia como 
Desocultamiento es el estado interior, el espacio constitutivo en el cual se lleva a cabo la 
relación de Logos y Aletheia. En este momento, Heidegger ya no piensa más en el Dasein 
como la condición previa para el ser, sino que él ha cambiado su mirada en dirección al 
horizonte del ser mismo como Physis. Pero ésta, todavía se encuentra comprendida a partir 
de la caracterización del ente, al ser la totalidad del ente en su emerger por sí mismo. 
 El tercer momento de la unidad aparece con la acuñación de nuevas palabras 
fundamentales: Colocación para designar la esencia del Logos, Desocultación que revive la 
esencia olvidada de la Aletheia y Presencia como la experiencia más radical bajo la cual el 
ser es comprendido. Esto constituye la última configuración del pensar de Heidegger desde 
el escrito de 1939 llamado Sobre la esencia y el concepto de ϕúσις. Aristóteles, Física B1, 
en donde el ser deja de ser nombrado como la conjunción del ente en su totalidad y pasa a 
ser comprendido como la presencia de lo que se hace presente. Este tercer momento, se 
caracteriza por la importancia de ciertas obras relevantes de Heidegger como ¿Qué 
significa pensar? de 1951-1952, Conferencias y Artículos de 1954, Tiempo y ser de 1962, 
por mencionar algunas. El Logos como Colocación realiza la acción de colocar el ente en 
su presencia y la Aletheia como la Desocultación marca el juego entre ocultación y 
desocultación, en donde el ser se repliega en su esencia en el ocultarse, para poder 
desocultar al mismo tiempo al ente en su manifestarse. En esta unidad de Logos, Aletheia, 
Ser, el pensar de Heidegger se ha desprendido del ente, sea el Dasein o la conjunción de la 
totalidad, y con ello alcanza su más alto nivel de discurso. 
 
 
 
 3
1. EL LOGOS EN HEIDEGGER 
 
 
 
El problema del Logos es uno de los más complejos en el pensamiento de Heidegger. En el 
presente capítulo se habla del Logos, con la intención de conservar su origen y significación 
griega, para acceder a la comprensión de su esencia. Heidegger interpreta el Logos a lo 
largo de su pensamiento, a partir de tres fases fundamentales, de las cuales se desprende el 
programa a seguir. Estas son: 
 
1.1. Rede. 
1.2. Conjunción. 
1.3. Colocación. 
 
 
 
 1.1. Rede 
 
El significado de la palabra griega Logos encuentra un primer momento de comprensión en 
el pensar de Heidegger a partir de su obra capital Ser y tiempo de 1927 y de algunas obras 
contemporáneas a ésta como las Interpretaciones fenomenológicas sobre Aristóteles de 
1922 y el seminario Lógica. La pregunta por la verdad de 1925. Estas tres obras 
constituyen la primera señal para el pensar de la esencia del Logos, en donde la palabra 
clave para la interpretación del Logos es la Rede, que significa decir o discurso. 
 Al comprender el significado del Logos como un decir, discurso [Rede], Heidegger se va 
alejando del concepto tradicional del Logos que ha sido entendido como razón, lenguaje, 
enunciado, juicio, concepto, etc.; así toda esta pluralidad de sentidos hablade una historia 
en la que acontece el Logos. En las Interpretaciones fenomenológicas sobre Aristóteles, se 
encuentra una primera aproximación al significado del Logos como Rede, decir o discurso. 
Heidegger señala: 
 El λóγος mismo debe aprehenderse en su propio carácter intencional: el λóγος 
es αποϕανσις, un modo de mentar el objeto, un modo de nombrar y abordar 
discursivamente el objeto partiendo de (απο) sus determinaciones. De la misma 
manera, αποϕαινεσθαι debe comprenderse como: dejar que el objeto mismo 
se <muestre> (a sí mismo) a partir de sí mismo en cuanto tal.1 
 
1 Heidegger Martin, Interpretaciones fenomenológicas sobre Aristóteles, Editorial Trotta, Madrid, 2002, p. 
64. 
 4
 El discurso, el decir, como una forma en la cual se aborda al ente, es en cierta medida 
para Heidegger apóphansis (αποϕανσις) y no enunciado, razón, juicio, lenguaje. La 
apóphansis es el dejar que el ente se manifieste como lo que es en sí mismo. Con ello, 
Heidegger coloca el decir apophantico –que es el fenómeno originario del Logos griego-, 
en un momento más auténtico que la representación tradicional del Logos ha llevado a cabo 
al entenderlo como enunciado. 
 Pero la estructura del decir [Rede] vista desde el fenómeno de la apóphansis es analizada 
en la obra capital de Heidegger, llamada Ser y tiempo. Pero antes de señalar esa referencia, 
es preciso mencionar otra palabra bajo la cual Heidegger también comprende el decir, 
discurso [Rede], ya que la apóphansis es la palabra con la que Aristóteles2 concibe la 
función del Logos; en Platón el Logos se entiende como δηλουν3, que al igual que la 
palabra apóphansis, ella posee la característica de hacer ver, hacer manifiesto al ente. En 
Ser y tiempo, se menciona: “En cuanto decir, λóγος, significa tanto como δηλουν, hacer 
patente aquello de lo que se habla en el decir.”4. En la relación de estas dos palabras: 
αποϕανσις y δηλουν, -que marcan el momento fundamental de la mostración-, 
Heidegger comprende el decir, el discurso [Rede] como la esencia del Logos, en este primer 
momento determinado por la época de Ser y tiempo y sus escritos contemporáneos. 
 La meditación del Logos como decir, discurso [Rede] impregna en buena parte toda la 
argumentación de la primera sección de Ser y tiempo, que tiene por objeto el análisis de la 
constitución fundamental del Dasein5, del existir humano. Bajo esta mirada, el Logos como 
Rede es visto desde la constitución del Dasein. El decir mostrativo no es un sistema de 
signos, ni un instrumento de comunicación disponible para el uso del Dasein. Al contrario, 
el Logos como decir mostrativo [Rede] es una estructura que determina la esencia del 
Dasein y la esencia del Logos se encuentra anclada en la constitución fundamental del 
 
2 Cfr. Aristóteles, Sobre la Interpretación 4 17 a, en Tratados de Lógica (Órganon) II, Editorial Gredos, 
Madrid, 1995, pp. 41-42: “Todo enunciado es significativo, […]; ahora bien, no todo enunciado es asertivo, 
sino <sólo> aquel en que se da la verdad o la falsedad”. Nótese la manera en la cual es traducida la palabra 
apophantikós como asertivo o aserción. Heidegger traduce la apóphansis como mostración. 
3 La palabra griega δηλουν es utilizada por Platón para designar lo que es evidente, es claro, se muestra. Cfr. 
Platón, Sofista, Editorial Gredos, Madrid, 2008, p. 350, en donde Teeteto le responde al Extranjero: “Me 
resulta evidente” (δηλουν δη). 
4 Heidegger Martin, Ser y tiempo, Editorial Trotta, Madrid, segunda reimpresión 2006, p. 55. 
5 He preferido no traducir la palabra alemana Dasein, debido a que ha sido vertida como “ser-ahí”, “estar-
aquí”, “existir”. Heidegger comprende en la palabra Dasein la existencia humana. En ella habla ya una 
relación entre la existencia humana y el sentido del ser, en el Da-sein. En el sentido en que el Dasein es el 
único ente que pregunta por el ser. 
 5
Dasein. Este es el momento relevante que caracteriza el período de Ser y tiempo, en lo que 
respecta al análisis del decir mostrativo [Rede], como la primera figura bajo la que aparece 
la esencia del Logos en el pensar heideggeriano. El decir mostrativo se encuentra en la 
correspondencia indisoluble con el Dasein, que es una determinación de su existencia. 
 La obra capital heideggeriana Ser y tiempo, gira alrededor del análisis del Dasein, los 
parágrafos 7, 33, 34 contienen las referencias para la elucidación de la Rede, el decir 
mostrativo. El parágrafo 7 de Ser y tiempo, habla sobre la estructura del decir [Rede] que 
se fundamenta a partir de la apóphansis y comprende ésta última, a partir de la palabra 
ϕαινεσθαι, como aquello que se muestra, como lo auto-mostrante que llega a la claridad y 
con ello, se manifiesta. La apóphansis es entendida como la mostración, la manifestación 
del ente. Con ello, el decir [Rede] al ser mostrativo –y esto quiere indicar: apophantikós- 
hace ver aquello de lo que se habla. Heidegger señala lo siguiente: 
 En el decir (αποϕανσις), en la medida en que el decir es auténtico, lo dicho 
debe extraerse de aquello de lo que se habla, de tal suerte que la comunicación 
hablante haga patente en lo dicho, y así accesible al otro, aquello de lo que se 
habla.6 
 
 La Rede, el decir mostrativo, permite ver, manifestarse el ente, pero no sólo para uno 
mismo, sino también para los otros y esto se debe a la estructura misma del Logos, la 
apóphansis; en este sentido, se debe de comprender que la Rede no tiene su origen en la 
mera expresión, en el sentido de la pronunciación o en el hablar vivo; sino que a ella le 
pertenece una estructura fundamental. Heidegger señala la estructura de la apóphansis a 
partir de tres momentos: la mostración, la determinación y la comunicación. Esta estructura 
aparece en el parágrafo 33 de Ser y tiempo, pero también en el parágrafo 12 de un escrito 
previo a esta obra capital de Heidegger que lleva por nombre: Lógica. La pregunta por la 
verdad, de 1925. La importancia de esta última obra, consiste en la puesta en escena de la 
relación que existe entre el fenómeno del significado y la comprensión -que también son 
dilucidados en los parágrafos 31 y 32 de Ser y tiempo-, como inherentes a la estructura del 
Logos apophantikós, la Rede, el decir o discurso. Por lo que me referiré en el transcurso de 
la exposición a las dos obras en su conjunto. 
 Para Heidegger el fenómeno del Logos se estructura a partir de la mostración, de la 
determinación y de la comunicación. En Ser y tiempo, se habla en el parágrafo 33 de esta 
 
6 Heidegger Martin, Ser y tiempo, op., cit., p. 55. 
 6
relación y se menciona que la mostración encierra el momento más principal de la 
apóphansis del Logos, ya que permite la manifestación del ente y en la mostración el ente 
comparece. A partir de este primer momento, en el cual la mostración se despliega y en ella 
el ente accede a su presentificación, es como se puede llevar a cabo la determinación de lo 
ente: es la realización del enunciado en donde a una cosa se le determina un predicado. La 
comunicación o el hablar como la expresión verbal, permite ver a los demás lo que ha sido 
mostrado bajo la figura de la determinación, en este sentido, se hace más accesible el ente 
en aquello que es. Heidegger señala la primacía que posee la mostración ya que ella hace 
posible la determinación y la comunicación. 
 En Lógica. La pregunta por la verdad, Heidegger señala que la estructura del Logos se 
mueve en el a priori del en-tanto-que hermenéutico, que es la comprensión primaria con la 
cual el Dasein se encuentra de entrada en el mundo. Heidegger señala el ejemplo de un 
utensilio, ya que es conocido a partir para lo que sirve, en tanto que está destinado para, y 
se encuentra disponible en el uso. En el uso las cosas son conocidas y comprensibles, ya 
queel utensilio existe para un determinado modo de empleabilidad. En este sentido, el uso 
en el cual el Dasein vive y se demora, se encuentra comprendido primariamente antes de 
cualquier intento de teorización. El ente que se manifiesta es comprendido ya de entrada 
debido al en-tanto-que hermenéutico; la existencia, por lo tanto, está ya abierta hacia el 
mundo; el mundo, para Heidegger, se encuentra ya abierto en esta comprensión que es 
inherente a la estructura del Logos apophantikós, la Rede, el decir. Heidegger señala en 
Lógica. La pregunta por la verdad, lo siguiente: 
 Todo hablar de algo, en tanto que conducta de ser de la existencia, se 
fundamenta ya en ésta en tanto que abierta al mundo, es decir, trata de algo que 
en cada caso está ya de algún modo abierto.7 
 
 Al mismo tiempo, el fenómeno de la comprensión perteneciente a la estructura del en-
tanto-que del Logos, lleva consigo el significar. En la medida en que el ente al mostrarse, 
en este caso el útil, está ya designado en un conjunto de referencias y con ello, tiene puesto 
ya un significado, el útil se encuentra en el uso a partir de una significación. Acontece con 
ello un estado de abierto, del Dasein, del mundo. Heidegger menciona que la estructura del 
en-tanto-que posee un carácter ante-predicativo y ella encierra los momentos del 
 
7 Heidegger Martin, Lógica. La pregunta por la verdad, Alianza Editorial, Madrid, 2004, p. 120. 
 7
comprender, interpretar y del significar, en los cuales lo que sale al encuentro es ya 
comprendido de entrada. Heidegger menciona sobre ello: “…lo he tratado ya de entrada, 
que lo entiendo a partir de aquello para lo que sirve.”8. Con ello, lo que intenta conseguir la 
exposición heideggeriana de la esencia del Logos como el decir mostrativo [Rede], es la 
mutua reciprocidad que encierra la comprensión, interpretación y la significación; ya que 
éstas constituyen parte fundamental de la mostración del Logos, en el sentido en que ella 
hace posible un mostrar a uno mismo y a los otros el ente del cual se discurre. 
 En Ser y tiempo, Heidegger también menciona la relación existente entre la comprensión 
y la interpretación en los parágrafos 31, 32 y habla de ellos como una unidad que se 
encuentra arraigada en la constitución de la esencia del Dasein. En este sentido, la 
comprensión fundamenta la interpretación, pero la interpretación es la única vía a partir de 
la cual se llega a una apropiación completa de lo comprendido. El comprender es, para 
Heidegger, una estructura fundamental del Dasein; muchas veces en el transcurso de Ser y 
tiempo, Heidegger hace referencias a la comprensión como la claridad, la aperturidad, la 
visión del Dasein, en la cual se abre la totalidad del estar-en-el-mundo. En esta obra 
fundamental de Heidegger se menciona: “El carácter proyectivo del comprender constituye 
la aperturidad del Ahí del estar-en-el-mundo como el Ahí de un poder-ser.”9. El 
comprender está lanzado hacia las posibilidades del mismo Dasein y en este sentido, se 
habla de un carácter proyectivo de las posibilidades bajo las cuales el Dasein comprende su 
existencia. 
 La interpretación es ese mismo camino de desarrollo, en la cual se abre la apropiación del 
proyectar las posibilidades del Dasein. La interpretación se articula en tres elementos: el 
haber previo, la manera previa de ver y la manera previa de entender. Estas tres fases de la 
interpretación señalan la característica de que, en lo que se interpreta de lo comprendido -en 
el mundo-, se encuentra ya de forma inherente un estado previo en la comprensión de los 
entes que se manifiestan en el mundo. 
 En el haber previo, se da a-temáticamente una comprensión y una significación de los 
útiles mediante los cuales la existencia se encuentra desarrollada en su cotidianidad. Al 
comprender que una cosa está destinada para un uso determinado, se entiende la cosa a 
 
8 Ibíd., p. 122. 
9 Heidegger Martin, Ser y tiempo, op., cit., p. 169. 
 8
partir de una totalidad respeccional de significaciones, es el haber previo, como la guía en 
donde se efectúa una apropiación de lo que es comprendido, ya que la comprensión es la 
misma apertura del mundo y el mundo es la totalidad de las significaciones en las que el 
Dasein se despliega. 
 La manera previa de ver, elabora una reapropiación de lo comprendido en el mundo y con 
ello, se realiza una interpretación. En este sentido, Heidegger menciona que cada vez que 
nos encontramos con un ente y con ello lo analizamos, siempre ya hay algo comprendido de 
entrada. La manera previa de entender, es que ya llevamos una determinada forma de 
acceder a los entes por medio de un concepto. 
 En este sentido, al señalar esta unidad estructural de comprensión e interpretación, en la 
que el Dasein se constituye en su esencia propia, lo que Heidegger intenta señalarnos es, 
que cuando hay un encuentro fáctico con el ente que se despliega en el mundo -en este caso 
un útil-, acontece un comprender interpretante del ente hacia la totalidad de significaciones 
del estar-en-el-mundo que se encuentra arraigado en el ser del Dasein. 
 En Ser y tiempo, Heidegger señala que el comprender e interpretar son un fenómeno 
unitario que se configura en el ser del Dasein. En el escrito previo a éste, me refiero a 
Lógica. La pregunta por la verdad, se lleva a cabo esta misma relación de comprender e 
interpretar bajo el nombre de una estructura del en-tanto-que hermenéutico, que visto 
desde su origen, corresponde al fenómeno mismo de la apóphansis del Logos, al decir 
mostrativo bajo el cual Heidegger efectúa el rasgo distintivo de la esencia del Logos en este 
período de pensamiento. 
 Si llevamos la exposición de lo dicho a una esfera más concreta, podemos argumentar que 
la estructura de la comprensión e interpretación constituye un momento esencial para la 
dilucidación de la Rede, el decir mostrativo; en cuanto que, la comprensión e interpretación 
proporcionan la mostración misma de los fenómenos, para que después se despliegue una 
determinación y comunicación de ellos. Pero al mismo tiempo y de manera paralela a lo 
expuesto, la unidad de comprensión e interpretación constituye una esfera esencial de la 
constitución del Dasein. Visto lo cual, el horizonte en el que Heidegger está meditando la 
esencia del Logos griego, se encuentra arraigado a través de la exposición sobre la 
constitución del Dasein. 
 9
 Es fundamental entender que para Heidegger el Logos es Rede: decir, discurso; pero aún 
más importante, es indicar lo que se entiende en el decir y el discurso. La exposición que 
hemos hecho posee la intención de mostrar la estructura del decir [Rede], en el sentido de 
que no debemos de comprenderla como un discurso expresado, como la enunciación o 
como la proposición de un enunciado: el cielo es azul. Precisamente, en esto consiste el 
distanciamiento que realiza Heidegger de la tradición filosófica, el significado propio del 
Logos no se reduce a su representación a partir del enunciado o lo expresado. 
 El decir [Rede], al cual se refiere Heidegger, es un decir que se encuentra antes de toda 
determinación y comunicación, el decir inaugura una comprensión interpretante previa a 
toda tematización o teorización de los entes, el decir es la apertura del Dasein en el estar-
en-el-mundo, es la propia iluminación bajo la cual el Dasein configura su ser: 
 Que el Dasein está “iluminado” [“erleuchtet”] significa que, en cuanto estar-
en-el-mundo, él está aclarado en sí mismo, y lo está no en virtud de otro ente, 
sino porque él mismo es la claridad [Lichtung].10 
 
 En este período de pensamiento de Heidegger se debe de comprender que la iluminación, 
la claridad, despejamiento [Lichtung] pertenecen a la misma constitución del Dasein; en 
cuanto que, en la estructura del decir [Rede]se encuentra ya contenida la unidad de 
comprensión-interpretación por la que el mundo se articula, en tanto que es provisto de una 
significatividad, en el trato diario con los entes del mundo. En este sentido, cualquier 
intento de comprensión hacia el significado de la Rede heideggeriana, debe de pasar por la 
aclaración del Dasein y más precisamente, quiero señalar que la propia Rede es la claridad 
y la iluminación del Dasein, ella es el eje central para que el Dasein pueda configurar un 
mundo, estar-en-el-mundo. 
 La Rede, el decir o discurso -en tanto que es la iluminación, despejamiento o claridad 
[Lichtung]-, es la estructura ontológica fundamental del Dasein y esto quiere indicar: el 
decir es la determinación más fundamental del Dasein en la que él encuentra su seña 
distintiva frente a los demás entes del mundo. El Dasein es el ser vivo con capacidad de 
Logos. La importancia radica en no intentar confundir el Logos con la palabra lenguaje de 
la tradición, que lo comprende como expresión e instrumento de comunicación. En este 
punto, el lenguaje –como instrumento-, no es el nombre más apropiado para traducir la 
 
10 Ibíd., p. 157. 
 10
esencia del Logos. Pero a partir de la esencia del Logos podemos comprender mejor el 
sentido fundamental del lenguaje. 
 Cuando el Logos se entiende como Rede: decir o discurso, en todo su sentido que hemos 
venido señalando, él se convierte en el punto más fundamental para acceder a la 
comprensión del Logos griego. La Rede es, para Heidegger, el fundamento del lenguaje. El 
parágrafo 34 de Ser y tiempo, elabora la relación entre Dasein, Rede y lenguaje, y se 
menciona lo siguiente: “El fundamento ontológico-existencial del lenguaje es el discurso 
[Rede]”11. La Rede es inherente a la esencia del Dasein y por esta razón, es la Rede, el 
decir o discurso, el fundamento del lenguaje, en la medida en que el decir [Rede] es la 
articulación de lo que se extiende en la unidad de la comprensión e interpretación. 
 Toda esta exposición, aclara que el camino por el cual debe de comprenderse la esencia 
del Logos griego, pasa a través de la interpretación del Dasein, como el camino 
preparatorio en el cual se intenta desplegar la dilucidación de la comprensión del sentido 
del ser y con ello, al mismo tiempo, de la esencia de la verdad. 
 El salto cualitativo que observo en el pensar sobre la esencia de Logos como Rede: decir, 
discurso, acontece cuando se produce un cambio en el pensar de Heidegger. Me refiero a la 
exposición de ciertas ideas relevantes sobre la esencia del Logos que se encuentran 
contenidas en el seminario realizado en los años de 1929-1930 titulado Los conceptos 
fundamentales de la Metafísica. Mundo, finitud y soledad, en donde se desarrolla un 
camino distinto al recorrido en la época que marca las consideraciones de Ser y tiempo, 
debido a la inmersión en un nuevo modo de pensar. El nuevo viraje hacia la esencia del 
Logos se configura en la siguiente frase de Heidegger: 
 Yo mismo –al menos en el desarrollo de la interpretación del λóγος- fui 
víctima de esta confusión en Ser y tiempo. En la interpretación que hay que dar 
ahora, que ciertamente no conculca en realidad lo expuesto antes en Ser y 
tiempo, me apartaré esencial y decisivamente de ello.12 
 
 Heidegger encuentra un nuevo punto de partida en sus interpretaciones de la esencia del 
Logos griego. En este sentido, acontece una toma de distancia frente a la constitución 
estructural de la Rede, decir o discurso, elaborada en la época de Ser y tiempo. A partir de 
las consideraciones expuestas en Los conceptos fundamentales de la metafísica. Mundo, 
 
11 Ibíd., p. 184. 
12 Heidegger Martin, Los conceptos fundamentales de la metafísica. Mundo, finitud y soledad, Alianza 
Editorial, Madrid, 2007, p. 400. 
 11
finitud y soledad, Heidegger deja de hablar de la Rede como la apertura, iluminación del 
Dasein hacia el ser del ente, desplegado en el uso realizado en el estar-en-el-mundo. 
Heidegger comienza a entender la esencia del Logos griego a partir de la intima conexión 
que posee con la ϕúσις, que es el nombre para el ser. 
 El Logos será considerado como el desvelar el ser de lo ente que se encuentra en la 
ϕúσις, el Logos es el robo, el arrancar del ocultamiento a la ϕúσις: el conjunto de lo ente 
en su imperar. Heidegger menciona lo siguiente, en donde se abre una nueva comprensión 
del Logos: “Este λóγος pertenece a la ϕúσις, al imperar de lo ente en su conjunto”13. El 
viraje se vuelve hacia otra dirección, la meditación del Logos comienza con un nuevo punto 
de partida, Heidegger ya no habla más sobre la relevancia que posee el Dasein para poder 
llevar a cabo la comprensión del Logos como Rede; sino que se va alejando cada vez más 
del ente, en este caso del ente llamado Dasein. El segundo momento de la interpretación de 
la esencia de Logos en el pensar de Heidegger, se articula a partir de la comprensión del 
Logos como Conjunción [Lesen]. 
 
 
 
1.2. Conjunción 
 
El Logos, entendido al sentido de Aristóteles como αποϕανσις o comprendido como 
δηλουν por Platón, encuentra su sello característico a partir de la Rede (decir o discurso) 
que Heidegger desarrolló en la época de Ser y tiempo, un período marcado por el constante 
análisis de las estructuras que conforman el ser del Dasein. El enlace entre el Logos y el 
Dasein encontraban su lugar común en la unidad de comprensión e interpretación 
contenidas en el en-tanto-que hermenéutico. Esto es lo que constituye la aperturidad, 
luminidad [Lichtung] del Dasein. En este sentido, la estructura hermenéutica del en-tanto-
que refleja las notas esenciales de la función apophantika de la Rede, la posibilidad de la 
comprensión de un mundo en cuanto se encuentra provisto de significado. 
 En la medida en que el pensar de Heidegger comprende el concepto de mundo en Ser y 
tiempo, como un conjunto de significaciones ya abiertas en el ámbito de la ocupación, 
Heidegger después de Ser y tiempo, comienza a entender de manera diferente el concepto 
 
13 Ibíd., p. 52. 
 12
de mundo. En Los conceptos fundamentales de la metafísica. Mundo, finitud y soledad, hay 
referencias hacia el concepto de mundo, diferentes a Ser y tiempo, en la medida en que se 
pierde importancia en el análisis del Dasein y el mundo deja de ser, poco a poco, una 
estructura ontológica de la constitución del Dasein. El mundo es ahora considerado a partir 
de la palabra ϕúσις, y ésta es vista como la totalidad de lo ente que emerge. 
 Con ello, acontece el salto que lleva al pensar de Heidegger a una elaboración de la 
exégesis del Logos, a partir de la relación que establece con la ϕúσις griega en su sentido 
inicial, que no es otro sino, el nombre para el ser mismo. Para Heidegger, la ϕúσις es el 
nombre bajo el cual los pensadores iniciales griegos, Parménides y Heráclito, 
comprendieron el sentido del ser como el emerger de lo ente en su conjunto para 
manifestarse. 
 En la exposición que Heidegger da en Los conceptos fundamentales de la metafísica. 
Mundo, finitud y soledad, se elabora la relación de la esencia del Logos y la comprensión 
del sentido inicial de la ϕúσις. El fragmento 123 de Heráclito: ϕúσις κρυπτεσθαι ϕιλει14, 
es de una particular importancia para Heidegger, ya que revela el estado en que se 
encuentra el ser: κρυπτεσθαι, el ocultamiento; el ser gusta del ocultamiento, como una 
manera distintiva a través de la cual el ser aparece en su tendencia originaria. El Logos -
para el meditar de Heidegger- es en sí mismo, el concepto contrario a la κρυπτεσθαι, el 
ocultamiento. El Logos arranca del ocultamiento al ser, ϕúσις, ya que el Logos es un salir 
de lo oculto hacia lo desoculto y con ello, lleva hacia la manifestación el ser del ente en su 
totalidad. 
 Laesencia del Logos es realizar el robo del ser, del estado de ocultamiento, en el que se 
encontraba instalado. En este sentido, el ser necesita a la vez de lo desoculto, que el Logos 
cumple en su función más auténtica, pero al mismo tiempo, el ser ama el ocultarse. El 
Logos consuma la manifestación del ente en su conjunto. 
 Empero, la exposición de la esencia del Logos en este segundo momento llamado la 
Conjunción [lesen], arranca con las consideraciones desarrolladas en Los conceptos 
fundamentales de la metafísica. Mundo, finitud y soledad, en donde encontramos una 
ambivalencia en lo que respecta a la manera en que se comprende la relación de Logos y 
 
14 Cfr. El fragmento 123 de Heráclito en Los filósofos presocráticos, Editorial Gredos, Madrid, 1998, p. 394: 
“A la naturaleza le place ocultarse”. 
 13
ϕúσις, debido a que en esta obra aparece tal relación esbozada de la siguiente manera: 
“Este λóγος pertenece a la ϕúσις, al imperar de lo ente en su conjunto”15. La relación de 
Logos y ϕúσις queda justificada debido a la función bajo la cual se presenta el 
arrebatamiento del ser a su estado de ocultamiento. 
 Pero, en el desarrollo de la exposición de la esencia del Logos como la Conjunción, que 
alcanza su punto cumbre en el escrito Introducción a la metafísica de 1935, Heidegger 
traslada la relación de Logos y ϕúσις a un terreno completamente diferente, en la medida 
en que alcanzan una complicidad fundamental. Heidegger lo describe de la siguiente 
manera: “ϕúσις y λóγος son lo mismo”16. Para poder conseguir una interpretación 
adecuada de la relación de Logos y ϕúσις, en el contexto en el cual nos encontramos en el 
pensamiento heideggeriano, es preciso dejar de comprender la esencia del Logos a partir del 
decir o discurso [Rede] propio de la época de Ser y tiempo; mientras esto no suceda, 
difícilmente se podrá acceder a la intimidad que Heidegger se encuentra pensando con la 
relación que acontece entre Logos y ϕúσις, que es un rasgo propio de este período de su 
pensamiento. 
 En la Introducción a Ser y tiempo, parágrafo 6, Heidegger menciona la relevancia que 
posee la dilucidación de la hermenéutica del Logos, ya que ella abre la posibilidad de una 
comprensión del sentido del ser. Al mencionar esto, Heidegger se encontraba pensando en 
la posibilidad de una interpretación de la ontología antigua, presumiblemente en aquel 
momento, él se podría haber estado refiriendo al pensamiento de Heráclito y Parménides. 
Debido a que Ser y tiempo, constituye una obra incompleta, no se llevó a cabo una 
interpretación de la ontología antigua como se encontraba prefigurada en el plan original de 
la obra. Pero presumiblemente, tal retorno a Heráclito y Parménides, es el que Heidegger 
intenta llevar a partir de sus reflexiones contenidas en Introducción a la metafísica, en 
donde ya hay un salto y más que un salto, una identidad entre lo que puede considerarse el 
Logos como la esencia del hombre [Menschen] y ϕúσις como la palabra que designa la 
experiencia del ser. 
 En el primer momento que constituye nuestra interpretación del Logos, el Logos como 
Rede, decir o discurso, vimos como Heidegger retomó algunas partes esenciales de la 
 
15 Heidegger Martin, Los conceptos fundamentales de la metafísica. Mundo, finitud, soledad, op., cit., p. 52. 
16 Heidegger Martin, Introducción a la metafísica, Editorial Gedisa, Barcelona, 2003, p. 123. 
 14
manera en que Platón y Aristóteles comprendieron la estructura del Logos, en ella aparece 
el fenómeno de la mostración, del hacer manifiesto al ente, del cual se dice o se apela. 
Ahora, en este segundo momento, bajo el cual se subsume la esencia del Logos como 
Conjunción, la meditación de Heidegger se distingue por la tendencia hacia la 
interpretación del pensar de Heráclito y Parménides, en donde el Logos es ahora 
comprendido no a partir del Dasein, sino en su relación con el ser mismo. El hombre 
[Menschen] pasa a ser un receptor del ser17. 
 De la misma manera, Heidegger señala la osada tesis de que con el pensamiento de Platón 
y Aristóteles comienza propiamente el despliegue del pensar metafísico, que se caracteriza 
por su creciente olvido del ser y su consideración del Logos como una herramienta al 
servicio del hombre. En este sentido, la mirada de Heidegger se lanza sobre el horizonte 
que ofrece el pensar inicial, Heráclito y Parménides. El Logos entendido como Conjunción 
se encuentra dentro de las líneas que constituyen este retorno a los inicios por parte del 
pensar de Heidegger. 
 En Introducción a la metafísica, Heidegger menciona la manera bajo la cual el Logos 
debe de ser comprendido: “Λóγος es el conjunto constante, es la conjunción del ente que se 
sostiene en sí misma”18. Para comprender adecuadamente esta frase, que revela el sentido 
fundamental del Logos como conjunción del ente, es necesario mencionar la relación que 
Heidegger desarrolla a través del análisis de tres palabras, que en cierta manera, conservan 
aún la esencia originaria del Logos. Ellas son: la palabra griega legein, la palabra latina 
legere y la palabra alemana lesen. 
 Estas tres palabras tienen la peculiaridad de aún conservar la manera en como los griegos 
comprendieron el Logos, como un fenómeno que no tiene nada que ver con lo que 
comúnmente se entiende por lenguaje, habla, enunciado. Las palabras legein, legere, lesen 
significan el leer, reunir, lección. Al llevar a la realización el leer, Heidegger menciona que 
leer significa juntar una cosa al lado de otra. En este punto, la esencia del legein no posee 
 
17 Cuando pienso que el hombre es el receptor del ser, lo hago a partir de la idea de que el hombre no es el 
creador del ser, sino que el ser adviene al hombre. Para ilustrar esta idea Cfr., dos obras relevantes de 
Heidegger: la primera es, Introducción a la metafísica, op., cit., p. 150: “La fuerza sometedora, el ser, se 
confirma a modo de una obra, como acontecer histórico”; la segunda es, El recuerdo que se interna en la 
metafísica en Nietzsche II, Ediciones Destino, Barcelona, quinta edición 2002, p. 399: “A veces el ser tiene la 
necesidad del ser humano, y sin embargo nunca es dependiente de la humanidad existente”. 
18 Heidegger Martin, Introducción a la metafísica, op., cit., p. 122. 
 15
ningún vínculo con el significado del Logos como decir o discurso, o como expresión o 
enunciado, como se ha entendido en la tradición filosófica. 
 El significado originario del Logos, en su sentido inicial como leer o lección, tampoco 
posee al parecer algún sentido a la Rede heideggeriana de Ser y tiempo. Ésta es la razón por 
la cual, la frase citada anteriormente, lleva a la función del Logos hacia el ámbito de la 
conjunción o reunión del ente. Que las palabras legein, legere, lesen significan el leer, la 
lección, es sólo una aproximación hacia la esencia olvidada del Logos, ya que el leer es ya 
juntar palabras para unirlas entre sí. Pero el sentido del Logos, como Conjunción, se 
encuentra previamente a cualquier palabra o expresión. 
 Bajo esta nueva concepción del Logos, la Conjunción, es como sucede un alejamiento de 
la Rede, decir o discurso, ya que para esta última, se efectúa el evento de la mostración, 
determinación, comunicación; en contraste, la Conjunción del Logos no posee la 
característica del fenómeno hermenéutico del en-tanto-que de la Rede. Pero tal vez, se 
puede comprender la Conjunción a partir de la mostración, pero hay que recordar que a la 
mostración le pertenece el fenómeno unitario de la comprensión e interpretación que se 
encuentran arraigados en el Dasein. En este sentido, discrepan ambos momentos en los 
cuales Heidegger entiende la esencia del Logos. 
 En el desarrollo de la exposición del Logos como conjunción del ente, Heidegger no 
ejecutaun estudio preliminar de la constitución del Dasein, para elaborar acto seguido la 
interpretación del Logos. El pensar contenido en Introducción a la metafísica, ejecuta un 
salto cualitativo en el ser, como paralelamente el concepto de Dasein tiende a desaparecer, 
Heidegger en esta obra prefiere referirse al hombre en muy pocas ocasiones. A veces, 
cuando Heidegger señala que el Logos es el sello distintivo del hombre [Menschen], lo hace 
simplemente para indicar la relación que sucede entre el hombre y el ser, en donde el Logos 
es como la recepción del ser en el hombre. 
 El Logos al no ser entendido como discurso o decir [Rede], él es el estado conjuntado del 
ente mismo. Heidegger menciona que la conjunción o reunión del ente, no es un simple 
amontonar o acumular; sino que el estado de conjuntado del ente es el carácter del imperar, 
bajo el cual el ser se manifiesta. Heidegger en Introducción a la metafísica, señala lo 
siguiente: 
 16
 Λóγος no significa aquí ni sentido, ni palabra, ni doctrina, ni tampoco <el 
sentido de una doctrina>, sino la conjunción que impera constante y 
originariamente en sí misma como un reunirse.19 
 
 Esto que impera en la conjunción por sí mismo, es el nombre mediante el cual Heidegger 
comprende el ser como ϕúσις, en este período de su pensamiento. Aquí el Logos y la 
ϕúσις logran una intimidad o mejor dicho, una sinonimia, son lo mismo. De las 
interpretaciones que Heidegger lleva a cabo sobre el pensar de Heráclito y Parménides, 
obtiene las vías exegéticas en las que él configura la esencia del Logos como la conjunción 
de lo ente en su totalidad. Así, para Heidegger el fragmento 50 de Heráclito dice lo 
siguiente: “Si no me habéis escuchado a mí sino al λóγος, entonces es sabio decir conforme 
a ello: uno es todo”20. En este fragmento, se encuentra implícito el Logos como la 
conjunción del ente en su totalidad, bajo la palabra: todo es uno. Pero, el fragmento habla 
sobre la relación de escuchar y Logos. 
 Para ser precisos, la relación entre el escuchar y el Logos se había ya presentado en el 
parágrafo 34 de Ser y tiempo, en donde el escuchar era una constitución esencial para la 
Rede, el decir o discurso. El escuchar era el elemento indispensable para que se articulara la 
comprensibilidad del mundo. En este sentido, el escuchar y el comprender son lo mismo, 
uno puede comprender en la medida en que se presta atención a algo de la manera correcta; 
por lo que Heidegger menciona que: sólo aquel que ya comprende puede escuchar y 
viceversa. El comprender escuchante forma parte de la estructura de la Rede en la época de 
Ser y tiempo, bajo esta mirada, pero de diferente forma, es como también Heidegger realiza 
una unidad entre el escuchar y el comprender, en este segundo momento del Logos. 
 En Introducción a la metafísica, Heidegger vuelve a mencionar la relación entre el 
escuchar con el Logos a partir de la exégesis elaborada al pensamiento de Heráclito. El 
fragmento 34 de Heráclito debe de leerse de la siguiente manera: “Aquellos que no pueden 
juntar lo que es constantemente conjunto, los que escuchan pero se asemejan a los 
sordos”21, y en conjunción se encuentra el fragmento 72 que dice: “Porque a eso con lo que 
 
19 Ibíd., p. 120. 
20 Ídem. Cfr. El fragmento 50 de Heráclito en Los filósofos presocráticos, op., cit., p. 386: “Cuando se 
escucha, no a mí, sino a la Razón, es sabio convenir en que todas las cosas son una”. 
21 Ibíd., p. 122. Cfr. El fragmento 34 de Heráclito en Los filósofos presocráticos, op., cit., p. 385: “Incapaces 
de comprender tras escuchar, se asemejan a sordos; de ellos da testimonio el proverbio: aunque estén 
presentes, están ausentes”. 
 17
más continuamente tratan, al λóγος, a él le vuelven la espalda y eso con lo que tropiezan 
todos los días, eso les parece extraño”22. En estos tres fragmentos de Heráclito (50, 34, 72), 
el pensar de Heidegger menciona que el escuchar es comprender al Logos, comprender el 
estado conjuntado del ente en su manifestarse, es decir, el ser; ya que no comprender el ser 
es, por lo tanto, asemejarse a los sordos. El Logos es con lo que constantemente se tropieza 
el hombre todos los días, pero no lo ve debido a que él se sustrae con la manifestación del 
ente, pero comprender el ser es moverse en esa relación del ente y su ser. 
 Con el pensar de Parménides23, Heidegger obtiene la unidad de Logos y nous (νους), 
como el sello característico bajo el cual acontece la percepción del ser. El nous es, para 
Heidegger, la percepción y no el pensar como una actividad del sujeto. El percibir es el 
admitir aquello que se muestra, lo que aparece; es el dejar, el recibir algo, percibir es la 
recepción misma del ser. Heidegger menciona sobre unidad de Logos y nous: “...el ser 
humano [des Menschen] sólo se determina a partir del evento de la esencial 
correspondencia entre el ser y la percepción”24. Al decir esto, hay una relación entre el ser y 
la percepción del hombre [Menschen] bajo la forma de una correspondencia, en la cual, el 
ser accede al hombre: es la recepción del ser mismo. 
 A decir verdad, la mismidad a través de la que Heidegger identifica el Logos y la ϕúσις, 
es sólo una manera para mostrar que el Logos posee una esencia allende a la expresión, 
enunciación, discurso, etc. El Logos como la Conjunción, debe de ser comprendido, como 
el dejar entrar en un estado de manifestación al ente que se encuentra en unión con su ser; 
el ente es lo que impera, en tanto se encuentra manifiesto; el juntar lo que impera –que es la 
acción misma del Logos- es que el ente que se muestra debe de ser juntado con su ser, para 
así entender que el ente pertenece al ser y el ser permite que el ente se encuentre presente 
para una percepción, que es la del hombre mismo. 
 
22 Ídem. Cfr. El fragmento 72 de Heráclito en Los filósofos presocráticos, op., cit., p. 389: “De aquello con lo 
cual más continuamente están juntos divergen”. 
23 El fr.5 de Parménides dice: τò γαρ αυτο νοειν εστιν τε και ειναι. Cfr. Los filósofos presocráticos, op., cit., p. 
477, en donde se traduce: “Pues <sólo> lo mismo puede ser y pensarse”. Para Heidegger la palabra griega 
νοειν no debe entenderse como pensar, ya que ella remite a una actividad subjetiva que determina lo que el ser 
es. Heidegger vierte el νοειν por el percibir y traduce el fr. 5 de la siguiente manera: “la percepción y el ser 
son recíprocamente correspondientes”. Cfr. Martin Heidegger, Introducción a la Metafísica, op., cit., pp. 127-
135. 
24 Ibíd., p. 131. 
 18
 El hombre, en esta época del pensamiento de Heidegger, no es el dueño del Logos, 
aunque éste lo esencia a él. El hombre tiene la peculiaridad de caracterizar su existencia a 
través de su pertenencia al Logos, Heidegger menciona: “El hombre, entendido como el que 
está y es activo en el Logos, en el conjunto, es el conjuntador.”25. El hombre [der Mensch] 
como el conjuntador [der Sammler], lleva a cabo la reunión del ente que se manifiesta a 
través del Logos, del sacar del ocultamiento al ser del ente para que salga a la luz. El Logos 
del hombre realiza el robo del ocultamiento y hace aparecer al ente en su ser. 
 Bajo estas directrices, es como se articula la meditación sobre la relación entre arte y 
poesía. Heidegger en Introducción a la metafísica, menciona lo siguiente: “...el lenguaje, en 
tanto conversión del ser en palabra, se hizo poesía”26. Es decir, el lenguaje comprendido 
como el Logos: el ponerse en camino hacia el ser, se hace poesía, que es la manifestación 
suprema del hombre en conjunción con el pensar. Bajo esta dirección, del Logos como 
palabra del pensador o como palabra del poeta, es como Heidegger comprende la 
meditación de dos obras relevantes que se encuentran en relación entre sí: El origen de la 
obra de arte y Hölderlin y la esencia de la poesía, que constituyensimplemente, en lo que 
se refiere a la esencia del Logos, la confirmación de lo que hemos mencionado 
anteriormente. 
 Así, ambas obras de Heidegger, El origen de la obra de arte y Hölderlin y la esencia de 
la poesía, revelan que el arte es poesía y que, la poesía en su característica más 
fundamental, es esa conjunción del ente y el ser. La poesía llevada a su máxima 
manifestación, es lo que alumbra al ser que se autooculta, que se retrae en la ocultación 
como su tendencia inicial. Heidegger menciona: “La poesía es la instauración del ser con la 
palabra.”27. En este sentido, el grado más elevado de la palabra, del lenguaje, del decir es: 
la poesía; pero, ésta debe de abarcarse con la mirada en el sentido de la comprensión del 
Logos como la conjunción de lo ente en su totalidad. En la siguiente frase contenida en El 
origen de la obra de arte, se revela esta mutua pertenencia: 
 
25 Ibíd., p. 157. Cfr. El texto original Einführung in die Metaphysik, Gesamtausgabe, Band 40, Vittorio 
Klostermann, Frankfurt am Main, 1983, p. 181, donde se menciona: “Der Mensch ist als der im Logos, inder 
Sammlung, Stehende und Tätige: der Sammler”. 
26 Ibíd., p. 156. 
27 Heidegger Martin, Hölderlin y la esencia de la poesía, en Arte y poesía, FCE, México, 2006, p. 102. 
 19
 Cuando el habla nombra por primera vez al ente, lo lleva a la palabra y a la 
manifestación. Este nombrar llama al ente a su ser, partiendo de él. Tal decir es 
un proyectar la luz en donde se dice lo que como ente llega a lo manifiesto.28 
 
 Esta frase se encuentra en el mismo terreno por el cual se ha comprendido la esencia del 
Logos como la Conjunción. Además, debemos de entender que cuando Heidegger 
menciona al Logos en El origen de la obra de arte, como el habla, el nombrar, el lenguaje o 
la poesía, no debemos de confundir a éste a partir del momento anterior, el de la época de 
Ser y tiempo, como el decir o discurso [Rede]. Ahora, Heidegger se refiere a un momento 
más fundamental de la esencia del Logos que no parte del Dasein, sino que el Logos 
envuelve y hace pertenecer al hombre [Menschen] en el ámbito del ser. 
 En este sentido, el pensar heideggeriano agota la significación del Logos al realizar una 
meditación del ser como ϕúσις, que desde 1929-1930 con el seminario de Los conceptos 
fundamentales de la metafísica. Mundo, finitud, soledad, había iniciado y que en 1939 con 
el escrito llamado Sobre la esencia y el concepto de la ϕúσις. Aristóteles, Física B1, 
llegará a su culminación, debido a una nueva comprensión de la ϕúσις, bajo el hilo 
conductor de la presencia. Es este sentido, también la perspectiva con la cual Heidegger 
llevará a cabo la exégesis de la esencia del Logos cambia, debido a que el Logos será la 
Colocación [legen] –y ya no la Conjunción [lesen], ni mucho menos la Rede-, de la 
presencia misma. 
 
 
 
1.3. Colocación 
 
En el año de 1939 con el escrito Sobre la esencia y el concepto de ϕúσις. Aristóteles, 
Física B1, Heidegger da un nuevo paso en la meditación de la esencia del Logos. Al 
preguntar por lo que significa el Logos, Heidegger dice que es el lesen: leer, recolectar; en 
donde hay ya implícito un reunir, conjuntar, de varias cosas dispersas en una. Aquí nos 
encontramos en el discurso de la comprensión del Logos como Conjunción, desarrollado en 
la época de Introducción a la metafísica. Las cosas cambian cuando Heidegger en ese 
mismo escrito de 1939 pregunta: ¿A dónde se lleva el lesen, la conjunción o reunión de los 
 
28 Heidegger Martin, El origen de la obra de arte en Arte y poesía, op., cit., p. 84. 
 20
entes?, y él responde: los entes que se encontraban dispersos y que en su reunión o 
conjunción son llevados a una totalidad, son colocados por medio del Logos en lo no-
oculto, en la venida a la presencia de lo presente. 
 A partir de este momento, el pensar de Heidegger se encuentra en una nueva formulación 
para la comprensión del ser, ya que en este mismo año, Heidegger también acuña otro 
sentido para la interpretación de la ϕúσις griega. Ésta ahora es entendida como la presencia 
de lo presente y ya no como el emerger del ente en su totalidad. De la misma manera, la 
exégesis de la esencia del Logos se encuentra, en un sentido, dependiendo de la 
interpretación del ser y al cambiar éste, el Logos también lo hace. Ambos serán 
comprendidos a través de la presencia. 
 La esencia del Logos encuentra un nuevo horizonte. A partir del escrito de 1939 Sobre la 
esencia y el concepto de ϕúσις. Aristóteles, Física B1, Heidegger entenderá el Logos como 
la Colocación [legen] o el poner al ente en la presencia, como el acto mismo en el cual, se 
trae a una aparición, como lo que llega para yacer delante. En este sentido, Heidegger ha 
condensado algunas de las referencias más importantes bajo las cuales comprendió el Logos 
en los momentos anteriores. 
 Del primer momento, la Rede, él ha conservado el acto del Logos como el manifestarse, 
el mostrarse, el aparecer. Del segundo momento, la Conjunción, la palabra reunir [lesen] es 
retomada y es de particular importancia, en cuanto los entes son conjuntados unos a otros. 
En este tercer momento, de la esencia del Logos como Colocación, aparecen los elementos 
anteriormente mencionados, del mostrar y conjuntar, pero ahora privados de un discurso 
relacionado con el Dasein y de una totalidad del ente, que hablan metafísicamente al seguir 
pensado el ente y no el ser. El Logos como el colocar, lleva a cabo una reunión del ente 
hacia el ser, en el sentido de que hay una manifestación del ente presente en la presencia. 
Lo importante no es el ente, sino colocar lo presente, el ente, en la presencia. 
 Visto lo cual, presenciamos cómo Heidegger se va alejando poco a poco de cualquier 
referencia fáctica y del lenguaje de la metafísica; la meditación que se desarrolla sobre la 
esencia del Logos como la Colocación, en este tercer momento, no es la excepción, sino su 
confirmación. 
 
 21
 En Sobre la esencia y el concepto de ϕúσις. Aristóteles, Física B1, Heidegger se 
encuentra ya pensando en la manera en como el Logos es entendido en su referencia a la 
presencia, el ser. En 1941 en La metafísica como historia del ser, hay referencias muy 
relevantes hacia el comprender de una manera más penetrante tal relación de ser y Logos, 
que constituye un momento imprescindible para poder acceder a lo que los griegos 
comprendieron realmente sobre el Logos. En los años de 1942-1943 Heidegger menciona 
en el Parménides, que el Logos deja aparecer la ocultación y la desocultación, que son la 
manifestación a través de la cual el ser se hace patente. En este sentido, Heidegger 
menciona ya una característica imprescindible para la esencia del Logos en este período de 
su pensamiento, que consiste en que el Logos al dejar aparecer el ente en la presencia, 
efectúa una preservación del ente que es colocado o dispuesto hacia la venida a la 
presencia. 
 En el Parménides, Heidegger nombra al Logos como la palabra inicial, como la leyenda, 
el decir originario; en el cual, el ente llega a desocultarse y con ello, accede a la presencia. 
Y en 1946 en Carta sobre el humanismo, Heidegger llega a la máxima denominación del 
Logos al remitirlo a la correspondencia con el ser. Heidegger señala en esta carta: “El 
lenguaje es la casa del ser”29. En esta frase aparece la esencia del Logos vertida como el 
lenguaje [Sprachen], pero Heidegger no se encuentra pensando en el lenguaje al sentido de 
la expresión, comunicación o como un conjunto de significaciones; sino que en la frase, la 
palabra lenguaje se encuentra en correspondencia con toda la meditación que se ha 
recorrido desde las tempranas formulaciones contenidas en Ser y tiempo, donde se 
encuentra ya prefigurado la ruptura hacia la forma tradicional de entender el lenguaje. 
 Es así,como bajo esta línea podemos observar, que frecuentemente Heidegger utiliza 
varios vocablos para nombrar la esencia del Logos: palabra inicial, decir originario, 
lenguaje –en un sentido propio-, la leyenda, por mencionar algunos. Pero cuando Heidegger 
menciona en Carta sobre el humanismo, que el lenguaje es la casa del ser, no debemos de 
interpretar el lenguaje a partir de la Rede, un existencial del Dasein, ya que el lenguaje –
como Logos- no acontece debido a la aperturidad del Dasein, como resulta en Ser y tiempo; 
 
29 Heidegger Martin, Carta sobre el humanismo, en Hitos, Alianza Editorial, Madrid, primera reedición 2007, 
p. 259. En el texto original, Brief über den Humanismus, en Wegmarken, Gesamtausgabe, Band 9, Vittorio 
Klostermann, Frankfurt am Main, 1976, p. 313, se dice: “Die Sprachen ist das Haus des Seins”. 
 22
sino que en esta época, el Logos acontece de tal manera que apropia al hombre [Menschen] 
y lo dispensa en su esencia, como aquel ser vivo al que le es otorgado el Logos. 
 Heidegger menciona que el Logos es la casa, la posada, la morada del ser, y continua 
señalando en Carta sobre el humanismo: “En su morada habita el hombre”30. El lenguaje 
como la morada del ser, al no ser la Rede, tampoco es la totalidad de lo ente, la Conjunción; 
ya que el Logos no es el ensamble [sammlung] por el que los entes se subsumen para 
conformar entre ellos un albergue o casa. Entender que el lenguaje es la casa del ser, al 
sentido de una totalidad de entes que se acumulan, es para Heidegger el continuar hablando 
el lenguaje de la metafísica; es seguir confundiendo el ente por el ser, ya que el ser 
adquiriría la distinción de una totalidad de entes. 
 Para comprender la famosa frase: el lenguaje es la casa del ser, es necesario 
contextualizar la palabra lenguaje a partir de la esencia del Logos como la Colocación. La 
Colocación lleva a lo presente –el ente-, a la presencia para que éste se manifieste. En este 
sentido, la región de la presencia, en donde lo presente es posible, es la amplitud misma en 
la cual se puede comprender el sentido de una casa o morada, bajo la cual llega a 
manifestarse lo que el Logos dispensa en su Colocación, en su poner. 
 Y Heidegger en Carta sobre el humanismo, vuelve a señalar una directriz indispensable 
para la relación de ser y Logos: 
 De acuerdo con esta esencia, el lenguaje es la casa del ser, que ha acontecido 
y ha sido establecida por el ser mismo. Por eso se debe pensar la esencia del 
lenguaje a partir de la correspondencia con el ser, concretamente como tal 
correspondencia misma, esto es, como morada del ser humano.31 
 
 El hombre no establece la morada del ser, sino que él entra en ella, en el sentido de que 
también se encuentra dentro de la morada; pero, el hombre establece una recepción del ser 
en la medida en que el lenguaje, como el Logos que coloca lo presente, hace posible que el 
hombre more en la casa del ser. El ser proyecta su sede en el lenguaje para establecer su 
relación con el hombre. 
 En 1951 Heidegger en la conferencia Logos (Heráclito, fragmento 50), realiza la 
meditación más penetrante sobre la esencia del Logos, en donde articula de una manera más 
clara la Colocación o el poner en la presencia que lleva a cabo el Logos. Aquí, Heidegger 
 
30 Ídem. En el texto original, Brief über den Humanismus, op., cit., p. 313: “In ihrer Behausung wohnt der 
Mensch”. 
31 Ibíd., p. 274. 
 23
vuelve a mencionar lo dicho en Introducción a la metafísica, sobre la referencia de las 
palabras legein, legere y lesen, pero ahora bajo una nueva luz. Las palabras legein, legere y 
lesen, que significaban antes el leer y el juntar, encuentran ahora su referencia más inicial a 
partir de la palabra alemana legen: el poner o colocar. De hecho, Heidegger menciona que 
todo lesen (leer y con ello juntar) es ya un legen (poner), pero éste último es la esencia en la 
que se produce la reunión, el leer. 
 Así, Heidegger señala que el lesen: leer, posee el sentido de ir a buscar y con ello juntar, 
recolectar; pero en la acción bajo la cual el lesen: leer, se realiza es en la perspectiva de que 
lo reunido será llevado o colocado delante o abajo. En este sentido, lo fundamental que 
subyace en lesen, legere y legein es que se articulan en el poner [legen], que es la seña con 
la que Heidegger comprende la función más específica de la esencia del Logos. 
 El reunir, recolectar, leer, la Conjunción, que constituían las palabras directrices con las 
que Heidegger interpretó la esencia del Logos en la época de Introducción a la metafísica, 
quedan relegadas a un segundo plano debido al estado previo que el colocar, poner [legen] 
efectúa en el reunir, leer [lesen]. El legen, poner o colocar, es aquello que hace posible que 
las cosas se presenten en su manifestación, es como la acción misma de sacar algo que se 
encontraba escondido, oculto, velado, olvidado y ponerlo ante la mirada en toda su 
extensión, en su estar enfrente. Heidegger en Logos (Heráclito, fragmento 50) menciona lo 
siguiente: 
 El legen (poner) es dejar que algo quede extendido, dejando que las cosas que 
quedan extendidas estén delante de y unas al lado de otras. Tendemos 
demasiado a tomar el <dejar> en el sentido de un dejar a un lado, dejar pasar. 
Legen (poner) hacer estar extendido, dejar estar extendido significaría entonces: 
no preocuparse más de lo que está puesto y puesto delante, pasarlo por alto.32 
 
 En este sentido, observamos el cambio que realiza Heidegger para la formulación del 
Logos, del legen: poner o colocar; una de ellas es la siguiente: dejar-que-algo-esté-puesto-
delante-de-y-junto-a, y la otra dice: el-coligar-dejar-estar-delante. Visto lo cual, ambas 
formulaciones en las que la esencia del Logos aparece, poseen la prioridad de expresar ese 
sentido de colocar o poner en el estar delante, en la manifestación. 
 
32 Heidegger Martin, Logos (Heráclito, fragmento 50), en Conferencias y Artículos, Ediciones del Serbal, 
Barcelona, segunda edición revisada, 2001, p. 156. 
 24
 Heidegger menciona algo peculiar de esta caracterización del Logos como el colocar, 
poner [legen] y lo expresa a partir del ejemplo de la recolección llevada a cabo por el 
campesino. En la recolección de espigas, sucede un recolectar y un reunir [lesen], en el 
recoger los frutos del suelo para acomodarlos unos y otros; hay con ello, una selección de 
los mejores frutos que son colocados [legen] bajo un sustento, para hacer que se conserven. 
Heidegger observa como en el mismo acto de la recolección del campesino sucede un 
momento determinante, que es el poner bajo techo los frutos para su conservación y 
mantenimiento: “El albergar es lo primero en la estructura esencial de la recolección”33, al 
decir esto, se está pensando en que el guardar y el preservar lo que ha sido colocado en el 
estar delante, pertenece a la esencia misma del reunir, del Logos. 
 El albergar [das Bergen] es una de las palabras claves en este período de pensamiento de 
Heidegger, es la esencia bajo la cual aparece la unidad del Logos, Aletheia y Ser como 
presencia. En la esencia del Logos como Colocación, poner [legen], el rasgo fundamental 
del albergue se hace presente, ya que paralelamente corresponde con la iluminación del ser 
que es la Aletheia, entendida en su sentido más profundo como Desocultación [Ent-
bergung], en donde acontece el albergue [bergung] como la guarda, conservación de la 
presencia misma. 
 En sí, el Logos como legen, posee varios significados, dos de ellos son el poner o colocar, 
pero también significa el meter, el fijar algo en algún lugar. Que el rasgo del albergue [das 
Bergen] se desenvuelva dentro del movimiento del Logos, indica una relación con la 
Aletheia, como el juego de desocultación y ocultacióny la presencia de lo presente: el ser. 
El Logos al arrancar el ente de su ocultamiento, lo lleva a que él se haga presente, como un 
dejar estar delante; pero el ente que es llevado a estar manifiesto, es con ello puesto en el 
ámbito mismo de la presencia que hace posible que los entes aparezcan, se manifiesten. 
 Heidegger se pregunta: ¿Qué es lo que se alberga [das Bergung], se guarda o preserva en 
la esencia del Logos como el poner [legen]?, y él responde lo siguiente: “El poner es un 
albergar. Alberga todo lo presente en su presencia,...”34. La esencia del Logos sería 
entonces, el llevar a la Colocación el ente en su ser, o en otras palabras, el poner lo presente 
en su presencia. Pero en la misma acción, la presencia queda con ello albergada, 
 
33 Ibíd., p. 155. 
34 Ibíd., p. 163. 
 25
conservada, preservada, o en cierta manera, ocultada en la medida en que el Logos, al llevar 
a la manifestación el ente, no puede desocultar al ser, sino que lo presupone como una 
región ya dada. 
 La famosa frase: el lenguaje es la casa del ser, aparecida en Carta sobre el humanismo, se 
vuelve a formular en la conferencia Logos (Heráclito, fragmento 50), en dos ocasiones. La 
primera de ellas dice: “´Ο λóγος es: la posada que recoge y liga y sólo eso”35, y la segunda 
menciona lo siguiente: “El λóγος, es la posada que recoge y liga, tienen en sí el carácter 
ocultante-desocultante.”36. Estas dos señas confirma parte de nuestra exposición sobre la 
investigación de la esencia del Logos en el pensamiento de Heidegger, ya que el Logos es la 
casa, la posada, la morada en donde acontece el ser. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
35 Ibíd., p. 159. 
36 Ibíd., p. 163. 
 26
2. LA ALETHEIA EN HEIDEGGER 
 
 
 
Una vez comprendido el despliegue de las fases que constituyen el Logos en el pensamiento 
de Heidegger, tenemos que avanzar y dedicarnos a la interpretación heideggeriana de la 
esencia de la verdad como desocultamiento, Aletheia, que también se estructura en tres 
fases: 
 
2.1. Descubrir. 
2.2. Desocultamiento. 
2.3. Desocultación. 
 
 
 
2.1 Descubrir 
 
El descubrir [Entdecken] es la primera figura bajo la cual aparece la interpretación de la 
esencia de la verdad como Aletheia en el pensamiento de Martin Heidegger. La verdad en 
el pensar de los griegos es Aletheia, ésta es comprendida por Heidegger como 
desocultamiento [Unverborgenheit], que expresa la remoción o cancelación, “des”, del 
ocultamiento del ente. En la obra fundamental de Heidegger, Ser y tiempo, la esencia de la 
verdad como Aletheia es entendida a partir de la palabra descubrir o estar al descubierto 
[Entdecken]. El desocultamiento como la traducción literal de la esencia de la verdad como 
Aletheia, encuentra un horizonte de interpretación a partir de la palabra descubrir o estar al 
descubierto [Entdecken]; la razón la encontramos en el parágrafo 44 de Ser y tiempo, en 
donde se lleva a cabo la exposición de la relación que existe entre la aperturidad del Dasein 
y la esencia de la verdad como Aletheia. La palabra descubrir [Entdecken] le permite a 
Heidegger relacionar la esencia de la verdad como Aletheia dentro de la exposición de las 
estructuras fundamentales que componen al Dasein. Así, la esencia de la verdad está 
supeditada a la aperturidad del propio Dasein en su estar-en-el-mundo; quedando con ello, 
esta primera fase del pensar de Heidegger sobre la verdad, dentro del horizonte que 
conforma la relevancia del Dasein. 
 La esencia de la verdad como desocultamiento, Aletheia, le permite a Heidegger realizar 
una confrontación con el concepto tradicional de la verdad que se ha mantenido a lo largo 
 27
de la historia del pensamiento occidental. En el pensamiento de Platón observa Heidegger 
el tránsito de la esencia de la verdad como desocultamiento a la verdad como rectitud, ésta 
última sentará las bases para que después se despliegue el pensar la verdad como la rectitud 
o correspondencia entre el intelecto (intellectus) y la cosa (rem), quedando con ello, toda la 
tradición filosófica bajo este concepto de verdad. A decir verdad, Heidegger en todo su 
pensar sobre la Aletheia se encuentra en polémica contra la manera en que se ha 
comprendido la verdad, ya que ésta ha hablado metafísicamente, desde su alejamiento con 
el pensar sobre el ser y la constante permanencia en el pensar que el enunciado es el 
auténtico lugar donde radica la esencia de la verdad. 
 El concepto tradicional de la verdad como concordancia o adecuación se expresa 
mediante la siguiente definición: adaequatio intellectus ad rem: la adecuación del intelecto 
con la cosa. La verdad se presenta como la concordancia, como una relación de dos 
elementos; pero, para especificar mejor el concepto tradicional de la verdad es necesario 
mencionar que Heidegger en el escrito de 1940 De la esencia de la verdad, indica que en la 
Edad Media la verdad se entendió bajo una definición doble: la primera de ellas es: veritas 
est adaequatio rei et intellectus, que traducida significa: la verdad es la adecuación del 
conocimiento a la cosa; la segunda definición es: veritas est adaequatio intellectus ad rem, 
que significa: la verdad es la adecuación del enunciado a la cosa. Esta segunda definición 
del concepto de la verdad, es la que piensa la verdad del enunciado, la verdad 
proposicional. Y es a partir de la verdad de la proposición, bajo la cual, la verdad es 
entendida en toda la tradición filosófica como concordancia. 
 El concepto tradicional de la verdad como concordancia se desarrolla a partir de tres tesis 
básicas: 1. el auténtico lugar de la verdad es el juicio o la proposición; 2. la esencia de la 
verdad consiste en la concordancia del juicio con su objeto; 3. Aristóteles es el primero en 
poner en marcha las dos tesis anteriores. Estas tres tesis fundamentales para la tradición son 
tres prejuicios, ya que la esencia de la verdad no consiste en la concordancia entre el sujeto 
y el objeto, la verdad no encuentra su lugar auténtico en el juicio, ni mucho menos 
Aristóteles enseña tales tesis. Las tres tesis del concepto tradicional de la verdad son un 
producto de la representación tardía de Aristóteles, que se va configurando con la 
latinización de las palabras griegas fundamentales como οµοιωσις y ορθοτες, por 
 28
mencionar algunas. El traspaso del pensar griego al romano será aclarado en la siguiente 
sección del presente capítulo. 
 El pensar de Heidegger se desarrolla desde el comienzo de su pensamiento, en una nueva 
manera de experimentar la esencia de la verdad. La verdad para Heidegger no puede ser un 
concepto, porque ya lo hay y ese es la concordancia, sino que la verdad es un fenómeno 
originario que se encuentra arraigado sobre una base más firme al enunciado o la 
proposición y por lo tanto, al ser la verdad originaria algo previo a la verdad del enunciado, 
Heidegger comienza por alejarse del lenguaje de la metafísica que concibe la verdad como 
una relación que se fundamenta en la proposición o enunciado. La tradición metafísica 
olvida el ser al confundirlo con el ente, concibe la verdad como correspondencia del sujeto 
con el objeto y coloca la esencia de la verdad en el enunciado. 
 Heidegger comienza sus tempranas formulaciones de la esencia de la verdad en los años 
veinte, desde ahí hay un distanciamiento del pensar metafísico, que con en el escrito de 
1922 llamado Las interpretaciones fenomenológicas sobre Aristóteles, empieza por utilizar 
un lenguaje totalmente diferente al tradicional, al momento de concebir las palabras 
derivadas del concepto de Aletheia, αληθες y ψευδος, de una manera diferente al 
traducirlas por los términos estar-desocultado y estar–velado, y no por verdadero o falso. El 
término griego αληθες como un estar-desocultadoconstituye el ser verdadero del Logos, 
en el sentido en que para poder experimentar el ente en sí mismo, se da un giro al ψευδος, 
el estar-velado y con ello, el ente se manifiesta sin ningún tipo de velamiento o 
encubrimiento que lo distorsione. Cuando el Logos muestra al ente en sí mismo, el ente ha 
sido desvelado, sale con ello de su ocultamiento. 
 La relación existente entre αληθες και ψευδος y el Logos apophantikós es desarrollada 
por Heidegger en el escrito de 1925 llamado Lógica. La pregunta por la verdad, que 
contiene de una manera más detallada, en comparación al escrito Las interpretaciones 
fenomenológicas sobre Aristóteles, la manera en la cual el Logos se determina a partir de la 
relación entre estar-desocultado y estar-velado que son fenómenos iniciales de la Aletheia. 
Al decir esto, Heidegger rompe con la tesis bajo la cual la tradición filosófica había 
considerado la verdad que se fundamentaba en el enunciado, o lo que ellos decían, en el 
Logos. 
 29
 Heidegger menciona que el fenómeno originario de la mostración del Logos, es la 
apóphansis, en su doble posibilidad de sacar del ocultamiento o distorsionar el ente del cual 
se habla, que no puede ser considerado sin su unidad a la Aletheia. El Logos se mueve 
dentro de los terrenos marcados por la verdad como Aletheia, desocultamiento u 
ocultamiento del ente. El Logos se configura por medio de la relación mantenida por el 
αληθες και ψευδος, el estar-desoculto y el estar-oculto. Pero esta unidad no se encuentra 
anclada en las raíces del enunciado o la proposición; para Heidegger el estar-desoculto y 
estar-oculto, son la base en la que el ente aparece primariamente en el mundo, en el Dasein. 
 La forma en la cual Heidegger comprende el fenómeno de la esencia de la verdad como 
Aletheia, desocultamiento, en el período que constituye la obra Lógica. La pregunta por la 
verdad, la podemos encontrar en la siguiente frase: “La verdad es desencubrimiento del 
ente. […] Es un modo de ser de la existencia hacia el mundo y para consigo misma (para 
con la existencia).”37. En esta frase, nos encontramos con dos características esenciales para 
comprender lo que Heidegger entiende por la verdad; por un lado, la verdad es 
desencubrimiento del ente, ya que el ente inicialmente aparece en el estado de 
ocultamiento; por otro lado, la verdad se presenta como un modo de ser del Dasein. En la 
siguiente frase contenida en Lógica. La pregunta por la verdad, encontramos esa relación: 
 ...la verdad puede clasificarse respecto de su constitución como 
descubrimiento del ente; en tanto que descubrimiento, es por un lado un 
carácter del propio ente (en particular del mundo), pero en tanto que descubrir 
es al mismo tiempo un carácter de la conducta de la existencia.38 
 
 Que el descubrimiento o desencubrimiento del ente y el descubrir del Dasein acontezcan 
al mismo tiempo y su resultado sea el fenómeno de la verdad, nos indica una de las señas 
más relevantes que podemos encontrar en estos escritos previos a la obra capital 
heideggeriana Ser y tiempo; incluso, estos escritos previos, nos conducen por el camino 
para la comprensión de las claves para llevar a cabo una interpretación adecuada sobre la 
forma en que la Aletheia se presenta, en esta primera fase que hemos denominado el 
descubrir. Heidegger no realiza en Lógica. La pregunta por la verdad, una aproximación 
más sobre la esencia de la verdad que nos explique la manera en cómo se comprende el 
 
37 Heidegger Martin, Lógica. La pregunta por la verdad, op., cit., p. 139-140. 
38 Ídem. 
 30
descubrimiento del ente y el descubrir del Dasein. Es más bien en Ser y tiempo, en donde se 
profundiza más sobre esa relación. 
 En el parágrafo 44 de Ser y tiempo titulado Dasein, aperturidad y verdad, Heidegger 
despliega la relación entre la aperturidad del Dasein y el fenómeno originario de la verdad 
como desocultamiento del ente. Aquí, podemos mantener una relación con lo antes 
expuesto en Lógica. La pregunta por la verdad, cuando se mencionó que la verdad 
acontecía con el descubrimiento del ente, por un lado, y el descubrir del Dasein, que 
corresponde con la aperturidad, por el otro. Para poder comprender el acontecer de esa 
relación, se tiene que exponer lo que Heidegger entiende por la esencia de la verdad, ya que 
es a partir de ésta en como ambas se constituyen. 
 La primera aproximación de la esencia de la verdad como Aletheia la encontramos en la 
siguiente frase: “La αλητεια [...], significa las “cosas mismas”, aquello que se muestra, el 
ente en el cómo de su estar al descubierto.”39. Heidegger utiliza la palabra Entdecktheit 
para designar el estar al descubierto del ente, con ello, él designa a la esencia de la verdad 
como el estar sin ningún tipo de ocultamiento de las cosas mismas. 
 Si atendemos al significado literal de la palabra Aletheia, encontramos su esencia 
negativa, al componerse de las partículas α y ληθη, en donde esta última, marca el 
ocultamiento y distorsión de las cosas. La palabra ληθη, no debe ser traducida como 
olvido, ya que el olvido sólo recae sobre la actividad del sujeto; la ληθη como 
ocultamiento señala esa característica a través de la cual el ente aparece en una primera 
instancia, en donde después, el Dasein realiza la relación de sacar al descubierto las cosas 
mismas. Heidegger en Ser y tiempo, habla sobre esta relación: 
 El ser-verdadero del λóγος en cuanto αποϕανσις es el αληθευειν en el 
modo del αποϕαινεσθαι: un hacer ver al ente en su desocultación (en su estar 
al descubierto), sacándolo fuera del ocultamiento.40 
 
 La verdad como Aletheia tiene la posibilidad de mantener la relación mostrativa 
(apophantika) del Logos, dentro del terreno del descubrir o velar el ente; al ser el Logos un 
ser-desocultado (αληθευειν), el Logos hace ver o mostrar al ente en su desocultamiento 
 
39 Heidegger Martin., Ser y tiempo, op., cit., pp. 239-240. 
40 Ibíd., p. 239. 
 31
[Unverborgenheit]41. Observamos que en la frase anterior, Heidegger al referirse a la 
palabra desocultamiento –como la traducción más literal de la palabra Aletheia-, señala 
entre paréntesis la palabra estar al descubierto [Entdecktheit], precisamente para acentuar 
esa característica especial bajo la cual se centrará toda la meditación de la esencia de la 
verdad. 
 Es relevante mencionar que al interpretar la verdad como desocultamiento 
[Unverborgenheit], y ésta última comprenderla a partir de la especificación del estar al 
descubierto o descubrir, no caemos con ello en una contradicción; sino al contrario, lo que 
Heidegger quiere dar a entendernos, es que él utiliza estas dos palabras de manera 
simultánea, para acentuar precisamente la doble significación que en los escritos anteriores 
a Ser y tiempo le había otorgado a la verdad: el desocultamiento del ente y el descubrir del 
Dasein. Por lo que, al retrotraer la esencia de la verdad al descubrir [Entdecken], Heidegger 
le está otorgando mayor relevancia al descubrir del Dasein y con ello, se configura la 
primera fase del pensar sobre la Aletheia como la esencia de la verdad. 
 El descubrir [Entdecken] como la primera fase de la Aletheia, posee la característica 
distintiva de centrarse dentro de la exposición que compone el trabajo heideggeriano de la 
época de Ser y tiempo, debido al constante preguntar por las estructuras fundamentales que 
componen el ser del Dasein, como un camino preparatorio para acceder con ello, a la 
comprensión que tiene éste del ser en general. Por lo que el descubrir, se encuentra 
instalado dentro de la estructura fundamental que conforma al ser del Dasein y la verdad 
como descubrimiento recae sobre la manera en la cual, el Dasein se comporta respecto de 
los entes que le salen al encuentro en su estar-en-el-mundo. 
 El Dasein es el descubridor de los entes

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