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I DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN FACULTAD DE MEDICINA SOCIEDAD DE BENEFICENCIA ESPAÑOLA, I.A.P. HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO CONSIDERACIONES FISIOPATOLÓGICAS Y CORRECCIÓN DE LAS ALTERACIONES SECUNDARIAS A LA VENTILACIÓN UNIPULMONAR TESIS DE POSGRADO PARA OBTENER EL TÍTULO DE: ESPECIALISTA EN ANESTESIOLOGÍA PRESENTA: DR. ARMANDO VALLE SALGADO ASESOR: DR. WALTER FUGAROLAS GARZA JPROFESOR TITULAR DEL CURSO DE ANESTESIOLOGÍA HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO MÉXICO, D. F. FEBRERO 2012 S E HOSPITAL ESPAÑOL B UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. II FIRMAS DE VALIDACIÓN Y RECONOCIMIENTO DEL DOCUMENTO __________________________________________________________________________ DR. MANUEL ALVAREZ NAVARRO JEFE DE ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO __________________________________________________________________________ DR. RUBÉN VELÁZQUEZ SUÁREZ PROFESOR TITULAR DEL CURSO JEFE DEL SERVICIO DE ANESTESIOLOGÍA HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO __________________________________________________________________________ DR. WALTER FUGAROLAS GARZA ASESOR DE TESIS PROFESOR TITULAR DEL CURSO SERVICIO DE ANESTESIOLOGIA HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO __________________________________________________________________________ DR. ARMANDO VALLE SALGADO. AUTOR III AGRADECIMIENTOS A mis padres Armando Valle Flores y Patricia Salgado de Valle y a mi hermana Pamela Valle Salgado a quienes amo, respeto y admiro, por su apoyo incondicional que siempre me brindaron en mis buenos y malos momentos y que sin ellos nunca habría llegado a donde me encuentro actualmente. A todos mis maestros del curso de especialización por el tiempo dedicado a mi enseñanza. Al Dr. Rubén Velázquez Suárez por su dedicación y consejos. Al Dr. José Luis Reyes Cedeño por el interés demostrado en nuestro aprendizaje y el apoyo brindado en la realización de esta tesis. Al Dr. Conrado Huerta Millán por haberme mostrado el arte del manejo de la vía aérea y la intubación selectiva. IV A mi asesor de tesis por la ayuda y coordinación en el desarrollo de este texto. Dr. Walter Fugarolas Garza. A mis compañeros de especialidad por compartirme su sabiduría y experiencia todos los días. Al Hospital Español de México por permitirme desarrollar el curso de especialización en sus instalaciones. A todos los pacientes que con su bondad y nobleza han permitido aprender de ellos y desarrollarme en este arte cada día más. V INDICE I. Introducción. 1 II. Justificación. 2 III. Marco Teórico. 4 1. Valoración Preanestésica. 4 1.1 Valoración clásica. 7 1.2 Pruebas específicas. 10 2. Preparación preoperatoria. 17 3. Fisiopatología de la ventilación unipulmonar (OLV). 17 3.1 Factores que afectan a la ventilación. 18 3.2 Factores que afectan a la perfusión. 19 3.3 Cambios fisiopatológicos de la relación V/Q. 22 4. Corrección de las alteraciones secundarias a la ventilación unipulmonar. 24 4.1 Indicaciones absolutas y relativas de ventilación diferencial. 25 4.1.1 Absolutas. 25 4.1.2 Relativas 26 5. Técnica de intubación endotraqueal con necesidad de ventilación unipulmonar. 27 5.1 Tubos de doble luz. 27 VI 5.1.1 Colocación. 29 5.1.2 Complicaciones. 31 5.2 Bloqueadores bronquiales. 31 5.2.1 Bloqueador de ARNDT. 32 5.2.2 Bloqueador simple FUJI Uniblocker. 34 5.2.3 Bloqueador bronquial simple Cohen. 36 5.2.4 Bloqueador bronquial doble EZ bloquer. 36 5.2.5 Catéter de Fogarty. 37 5.2.6 Características generales de los bloqueadores bronquiales. 38 5.2.7 Univent o bloqueador con control de giro. 39 6. Manejo clínico de la cirugía torácica. 42 6.1 Técnica anestésica. 42 6.2 Monitorización. 43 6.3 Manejo con intubación bronquial selectiva. 44 6.3.1 Complicaciones de la intubación selectiva. 46 6.4 Colocación del paciente. 46 6.5 Periodo postoperatorio. 47 6.5.1 Drenajes. 47 6.5.2 Monitorización. 48 6.5.3. Analgesia. 48 VII 6.5.4 Ventilación artificial. 50 6.5.5 Fisioterapia respiratoria. 51 6.6 Complicaciones cardiovasculares. 51 6.7 Complicaciones respiratorias 52 7. Problemas y procedimientos específicos. 54 7.1 Fístula broncopleural. 54 7.2 Tumores mediastínicos. 55 7.3 Esófago. 55 7.4 Bullectomía. 58 7.5 Cirugía de las vías aéreas. 58 7.6 Broncoscopía fibróptica. 59 7.7 Broncoscopía rígida. 60 7.8 Mediastinoscopía. 60 7.9 Toracoscopía. 61 7.10 Broncografía. 61 IV. Conclusiones. 67 V. Apéndice. 65 VI. Bibliografía. 68 1 I. INTRODUCCIÓN La incorporación de procedimientos quirúrgicos nuevos tanto diagnósticos como resolutivos, la aplicación de técnicas muy depuradas en el tratamiento del dolor postoperatorio y el desarrollo de los sistemas de ventilación unipulmonar, son a grandes rasgos, los responsables de los cambios que se han producido en la anestesia para la cirugía torácica durante los últimos años. Sin embargo, solo el perfecto conocimiento de las técnicas básicas, de la fisiología y la fisiopatología pulmonar permitirá al anestesiólogo desenvolverse con seguridad ante las situaciones críticas que se producen con frecuencia en esta especialidad. Tomando como modelo la resección pulmonar, nos introducimos en todos aquellos aspectos específicos que caracterizan a la anestesia en cirugía torácica, hablando desde la fisiología, la fisiopatología, los cambios esperados en la ventilación del paciente y sus distintos manejos con ventilación mecánica unipulmonar y cuyo conocimiento nos permite afrontar el resto de procedimientos con tan solo pequeñas modificaciones en la conducta anestésica. 2 II. JUSTIFICACIÓN El advenimiento de mejores técnicas quirúrgicas apoyadas en la nueva tecnología médica, como la cirugía mínima invasiva o la cirugía video asistida, ha permitido al cirujano realizar procedimientos que en el pasado eran complejos o que eran simplemente impensables por la alta incidencia de mortalidad y complicaciones en el trans y postoperatorio. La estrategia anestésica en la cirugía pulmonar se ha modificado considerablemente en los últimos años como consecuencia de la tendencia actual a limitar la extensión de la exéresis y el acceso quirúrgico. Esta tendencia (segmentectomía o resecciones limitadas según los casos, lobectomías en lugar de neumonectomías) se justifica por varios argumentos: la función respiratoria postoperatoriadepende de la extensión de la resección (disminución del 15% de la capacidad vital después de una lobectomía, del 35% al 40% después de una neumonectomía); no existen pruebas claras a favor de la neumonectomía cuando es posible una exéresis mas limitada desde un punto de vista oncológico; la mortalidad hospitalaria es tres veces mayor después de una neumonectomía que después de una lobectomía. La toracotomía posterolateral tradicional tiene indicaciones más restringidas y tiende a ser remplazada por vías de acceso más limitadas como minitoracotomías con reducción del traumatismo muscular realizadas en el hueco axilar, y videocirugía. 3 Así mismo el avance en la medicina oncológica a permitido en nuestro país incrementar el número de procedimientos quirúrgicos de resección pulmonar tanto curativa como paliativa, aumentando de manera importante el manejo de la ventilación unipulmonar selectiva y supraselectiva tanto en el medio institucional como en el privado. Por lo anterior las técnicas anestésicas también han tenido que cambiar para adaptarse de manera inmediata a los avances en cirugía, y así permitir la realización de procedimientos quirúrgicos que involucran la vía aérea de una manera rápida y eficaz, garantizando la seguridad de nuestro paciente y mejorando tanto su sobrevida como su recuperación postoperatoria. Por consiguiente pienso que es de vital importancia que el anestesiólogo tenga dentro de sus conocimientos básicos la fisiología pulmonar, la fisiología ventilatoria, y que sepa verificar el riesgo de complicaciones respiratorias estimando en la evaluación preoperatoria, sin omitir los riesgos relacionados con las patologías asociadas, conocer las diversas modalidades técnicas de la intubación selectiva, saber realizar una ventilación unipulmonar, elegir y poner en práctica una técnica de analgesia que debe ser eficaz desde el despertar del paciente y prolongarse 3 a 5 días siguientes a una toracotomía, reconocer rápidamente las complicaciones postoperatorias, que puedan aparecer tanto en las primeras horas como en los primeros días postoperatorios. 4 III. MARCO TEÓRICO 1. VALORACIÓN PREANESTÉSICA: La valoración de los pacientes que van a ser intervenidos no puede realizarse sin el conocimiento del riesgo específico que este tipo de cirugía conlleva. Actualmente el porcentaje de complicaciones respiratorias asociadas al periodo perioperatorio oscila entre un 15- 20% y mortalidad entre un 3- 4%; la posibilidad de complicaciones cardíacas que son las segundas en frecuencia se sitúa entre un 10- 15%. Para que un paciente diagnosticado de cáncer de pulmón pueda ser tratado quirúrgicamente, deben cumplirse dos requisitos en la valoración preoperatoria; el primero, que la cirugía pueda ser oncológicamente satisfactoria (criterios de resecabilidad) y el segundo, que la calidad de vida tras el tratamiento pueda ser aceptable (criterios de operabilidad). Forman parte de criterios de resecabilidad, todas aquellas pruebas (TAC, broncoscopía, mediastinoscopÍa, citología de esputo, etc...) que tratan de determinar la extensión de la tumoración, la presencia de adenopatías y/o metástasis y el diagnóstico histológico. Su resultado permite el estadiaje de la lesión y la indicación o no del tratamiento quirúrgico. Tras este proceso, solo el 35% de los pacientes diagnosticados podrán ser candidatos a cirugía de resección pulmonar. 5 Los criterios de operabilidad, valoran no solo la cantidad de parénquima que queda tras la intervención propuesta y su eficacia en la realización del intercambio gaseoso, sino también si el corazón es capaz de tolerar dicho esfuerzo. La valoración se obtiene a través de la información que proporciona la anamnesis, la exploración física, la analítica, las pruebas de función pulmonar y actualmente también, las pruebas de esfuerzo. Cuando se aplica este segundo criterio, solo el 20% de los pacientes diagnosticados de carcinoma broncopulmonar (CBP), podrán recibir tratamiento quirúrgico y por tanto, solo ese pequeño porcentaje de pacientes van a tener posibilidades de curación. (Fig 1). Cuando nos encontramos ante un paciente que va a ser intervenido de cirugía de resección pulmonar, debe tenerse en cuenta que: - La extirpación de una cantidad de parénquima pulmonar más o menos amplia, afecta al intercambio gaseoso, alterando la función pulmonar con carácter irreversible y teniendo que asumir el pulmón restante la eficacia de esta función. - La mayoría de estos pacientes presentan además, algún tipo de enfermedad pulmonar subyacente ( EPOC en el 90% de los casos ), por lo que la eficacia de la función respiratoria tras la cirugía va a depender de un parénquima alterado o enfermo. - El acto quirúrgico va a provocar una agudización de su patología pulmonar. 6 Intraoperatoriamente, el decúbito lateral, la anestesia, la cirugía y la necesidad de colapso pulmonar, producen una alteración en la relación ventilación perfusión (V/Q), con tendencia a la hipoxemia, retención de CO2, disminución de la capacidad residual funcional (CRF) y edema intersticial difuso. Durante el postoperatorio, la disminución de la CRF estará incrementada por el dolor y la aparición de posibles atelectasias, habiéndose demostrado que la disminución de los volúmenes pulmonares, se sitúa alrededor de un 50% durante las primeras 24h, manteniéndose alterados entre una o dos semanas. De todo ello se deduce que la atención del anestesiólogo durante la valoración preoperatoria, se centra en la evaluación global del estado cardiorespiratorio, intentando predecir su respuesta frente a la resección y la tolerancia a la misma. La identificación de los pacientes con riesgo elevado y la previsión de posibles complicaciones, permitirán la instauración de un tratamiento preoperatorio que optimice el estado físico del paciente ante la cirugía y la planificación tanto de la anestesia, como de las necesidades durante el postoperatorio inmediato. La información necesaria para la evaluación de los pacientes, se extrae de los datos que proporciona la valoración clásica y de los que proporcionan las pruebas específicas de función cardiopulmonar. 7 1.1 Valoración Clásica. Se basa en la anamnesis, el examen físico, la analítica y las pruebas complementarias de rutina, constituyendo siempre la 1ª etapa en toda evaluación preanestésica. Anamnesis. A grandes rasgos tendremos en cuenta: ¡ La edad y los hábitos tóxicos, fundamentalmente tabaquismo y alcoholismo, ya que son datos que nos orientarán sobre la coexistencia de otras enfermedades; así mismo, la edad avanzada, se asocia a un mayor porcentaje de complicaciones. ¡ La patología asociada, principalmente pulmonar y cardiovascular. Se ha observado que la EPOC está presente en un 70-90% de estos pacientes y que alrededor de un 20% asocian además patología cardiovascular (HTA, cardiopatías y/o arteriopatía vascular periférica). ¡ En relación a la enfermedad actual: el diagnóstico histopatológico y las características anatómicas de la tumoración nos permitirán conocer el tipo de cirugía y dificultades que pueden plantearse para su realización; en cuanto a las manifestaciones clínicas, es importante conocer como ha debutado la enfermedad y que signos respiratorios produce (presencia de disnea y como limitación de su actividad física), si se acompaña de síndrome tóxico y si se asocia a un síndrome paraneoplásico (síndrome miasteniforme, carcinoides etc...). 8 Examen físico: desde un enfoque absolutamente personal, quiero destacar su importancia en la valoración preoperatoria de los pacientes programados para este tipo de cirugía, ya que la información que se extrae del aspecto general del paciente y de la constatación de signos físicos secundarios asu enfermedad neoplásica, resulta extremadamente útil en la predicción de la tolerancia a la cirugía. Además, la observación del paciente mientras conversamos con él, permite obtener una valoración subjetiva que será de gran ayuda, cuando el riesgo quirúrgico esté incrementado. ¡ La presencia de obesidad o caquexia, traducen dificultades en la extubación por déficit muscular respiratorio. ¡ La cianosis y la acropaquia o dedos en palillo de tambor, indican el grado de afectación del parénquima pulmonar subyacente. ¡ El tiraje y las dificultades en el habla por disnea, denotan dificultad a la ventilación severa. ¡ La ingurgitación yugular y/o la presencia de edema, son signos de insuficiencia cardiaca, o de compresión de la vena cava superior. ¡ Las características del cuello y la voz, aportarán información sobre posibles dificultades para la intubación y sobre la posible afectación tumoral a nivel de la laringe. 9 ¡ En la auscultación, la presencia de roncus y sibilantes de carácter inspiratorio pueden indicar crecimiento endoluminal de la tumoración; las zonas de hipofonesis, traducirán atelectasias y derrames pleurales generalmente secundarios a la neoplasia y un ritmo de galope o crepitantes finos, indicarán descompensación cardíaca. En la analítica, destacaremos el hallazgo de leucocitósis (indicará la coexistencia de un proceso infeccioso); un hematocrito elevado (traduce la presencia de insuficiencia respiratoria); la hipoproteinemia (desnutrición), y alteraciones de la coagulación. Entre las exploraciones complementarias, destacan por la relación simplicidad/cantidad de información, la radiografía simple de tórax y el electrocardiograma: ¡ La Radiografía de tórax anteroposterior y lateral, es la exploración radiológica que va a proporcionar mayor información desde el punto de vista anestésico, ya que nos permitirá observar: - Estenosis y desviaciones de la tráquea, indicando posibles dificultades con la intubación y ventilación. - Derrames pleurales, que producirán una disminución de los volúmenes pulmonares. 10 Horizontalización de la parrilla costal y bullas, en pacientes con EPOC por enfisema. - Atelectasias, neumonías y patrones reticulares, que alterarán la relación ventilación/perfusión con aumento del shunt e hipoxemia - Cardiomegalia y edema intersticial difuso que indicarán posible fallo cardíaco. ¡ En la interpretación del ECG, debemos valorar principalmente, los signos de sobrecarga, hipertensión pulmonar (HTP), e insuficiencia cardíaca especialmente derecha, ya que su presencia podría contraindicar la resección; los trastornos del ritmo pueden ser secundarios a la invasión neoplásica, en pacientes anteriormente asintomáticos. 1.2 Pruebas específicas. Constituyen la 2ª etapa de la valoración preoperatoria y amplían la información aportada por la valoración clásica que pese a ser muy útil, resulta insuficiente dadas las características de la cirugía y de los pacientes. Dichas pruebas, estudian la función cardiorespiratoria, determinando el intercambio gaseoso, los volúmenes pulmonares, el estado del parénquima y la adaptación del corazón y los pulmones a la cirugía. Su objetivo será la identificación de aquellos pacientes con un riesgo de morbilidad elevado, intentando predecir en qué casos, la cirugía puede resultar prohibitiva. 11 Las pruebas de función cardiopulmonar pueden agruparse en tres estadíos, siendo inicialmente sencillas y baratas y adquiriendo complejidad en relación a los resultados obtenidos. La obtención de buenos resultados en el primer estadío, evita tener que realizar las pruebas que incluyen los siguientes. El 1er escalón lo constituyen las pruebas funcionales respiratorias de rutina y deben realizarse sistemáticamente a todos los pacientes programados para cirugía de resección pulmonar. Dichas pruebas de las que forman parte, los gases sanguíneos, la espirometría, los volúmenes pulmonares y la capacidad de difusión pulmonar del monóxido de carbono (DLCO), proporcionan información sobre la funcionalidad cardiopulmonar en reposo, utilizada como predictiva del riesgo de morbimortalidad. ¡ En la interpretación de los gases sanguíneos, una PaO2 > a 60mmhg y una PaCO2 < a 45mmhg son indicativos de morbimortalidad aumentada. La PaO2 sin embargo se considera un parámetro poco predictivo en reposo, aunque resulta muy útil en el postoperatorio inmediato, para determinar el grado de hipoxemia tolerable. La PaCO2 por el contrario, si que tiene valor predictivo ya que mantiene una buena correlación entre las cifras pre y postoperatórias; en este sentido, la constatación de una hipercapnia que no se corrige pese a la hiperventilación, traduce el fallo de los mecanismos de compensación por disfunción pulmonar y por tanto la posible necesidad de ventilación mecánica tras la cirugía. 12 ¡ La espirometría simple, es la prueba funcional que proporciona mayor información con un mínimo costo. Entre los parámetros que pueden obtenerse de la misma, los mas empleados son: la capacidad vital forzada o volumen total de aire espirado (FVC) y el volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEVI); para que su interpretación sea más exacta, los resultados se corrigen según la estatura, el peso y la edad del individuo, hablando en ese caso de valores predichos o corregidos. Los valores normales de la FVC, son de 6.5L para el hombre y 5L para la mujer, reflejando su disminución una enfermedad pulmonar restrictiva. Los valores teóricos para el FEV1, son unos 5.5L (85%.) en personas jóvenes y 4.2L (65%) en ancianos y tanto su disminución como la del índiceFEV1/FVC, indican una enfermedad pulmonar obstructiva. Se considera que el riesgo quirúrgico está aumentado, cuando el valor del FEV1 predicho es inferior al 50% (2L) y lo mismo para el índice. ¡ La determinación de los volúmenes pulmonares y de la DLCO, requiere una tecnología más compleja. Entre los primeros, la capacidad respiratoria máxima en un minuto (MVV), refleja alteraciones obstructivas, restrictivas, cardíacas y también del diafragma y la pared torácica, mientras que el índice volumen residual/capacidad pulmonar total (VR/TLC), refleja el grado de atrapamiento e hiperinsuflación en los procesos obstructivos. Para este índice, se ha demostrado que los pacientes con cifras superiores al 50%, tienen un mayor porcentaje de mortalidad. 13 La DLCO, refleja la superficie alveolar disponible y la integridad de la membrana alveolo-capilar, siendo considerado por algunos autores como el parámetro aislado más predictivo de morbimortalidad. La obtención de resultados insatisfactorios;(Fig 2), nos obligará a proseguir la investigación pasando al segundo estadio de pruebas funcionales. (Fig 3). El 2º escalón, lo constituyen las pruebas funcionales unilaterales, que tratan dedeterminar la cantidad de parénquima funcionante tras la cirugía, simulando de forma estática una neumonectomía. Forman parte de estas pruebas: La gammagrafía de perfusión cuantificada con tecnecio99, que informa sobre la cantidad de flujo sanguíneo que recibe cada pulmón, permitiendo calcular el FEV1 predicho post-neumonectomía (FEV1ppn), que traduce con bastante aproximación la función ventilatoria tras la resección. Se considera que el límite de la tolerancia para resección pulmonar es un FEV1ppn = a 800ml, o al 40% del predicho. Esta conclusión, se basa en la experiencia clínica y en la observación de que los pacientes con EPOC y un FEV1 < a 800ml, retienen CO2 y presentan una supervivencia media de solo tres años en la evolución natural de su enfermedad. Sin embargo y desde hace unos años estos límites están en continua revisión para poder incrementar el número de pacientes que acceden a la cirugía y los últimoscriterios consideran que estas cifras no significan un límite de tolerancia y por tanto la imposibilidad de tratamiento quirúrgico, sino un aumento del riesgo de 14 morbimortalidad y que además deben aplicarse a la intervención quirúrgica prevista y no solo a la neumonectomía por lo que se expresa en términos de FEV1ppo. A continuación se exponen las formulas que permiten calcular el FEV1ppn y FEV1ppo: Según esta última fórmula que aplican Nakahara y cols. el lóbulo superior derecho tiene 6 subsegmentos, el medio 4 y el inferior 12; en el izquierdo. El lóbulo superior está compuesto por 10 y el inferior igual. ¡ La determinación de la presión de la arteria pulmonar (PAP) mediante su oclusión a través de cateterismo, predice la posible aparición de insuficiencia o fallo cardíaco derecho en caso de neumonectomía, estimando que una PAP> a 35mmHg, o la aparición de una hipoxemia < a 45mmhg son de mal pronóstico. Actualmente, se considera un método agresivo, con una capacidad de predicción incierta, prefiriéndose recurrir a pruebas no invasivas para su determinación, ante la sospecha de hipertensión pulmonar. 15 El 3er escalón, lo constituyen las pruebas de esfuerzo. La filosofía de su utilización en la valoración preoperatoria, traduce la idea de que la respuesta del sistema cardiopulmonar y el consumo de oxígeno (VO2), durante el ejercicio, pueden proporcionar información sobre la capacidad de reserva, reproduciendo de alguna forma, la situación aguda que el intra y postoperatorio significan para aquellos pacientes con pruebas funcionales límite, que serían rechazados para la cirugía, si aplicamos los criterios clásicos: FEV1>60%, o FEV1-ppo>40% y DLCOppo<40%. No existe consenso hasta el momento, sobre cuál de las diferentes pruebas de esfuerzo y los distintos parámetros medidos, tienen mayor capacidad predictiva, al correlacionarse con las complicaciones detectadas durante el postoperatorio. ¡ Se considera que la medición del consumo de oxígeno durante el esfuerzo (VO2max) es uno de los parámetros con mejor correlación. Actualmente, el límite para la resección es un VO2max=10ml/kg/min.; el riesgo de complicaciones cardiorespiratorias durante el postoperatorio está aumentado para un VO2max 12 -15ml/kg/min y es considerado de buen pronóstico un VO2max > 20ml/kg/min. ¡ Una prueba de esfuerzo más fácil y no invasiva, es el test de subir escaleras, habiendo demostrado una buena capacidad de predicción. Se relaciona con un buen pronóstico, la capacidad de subir un equivalente a tres pisos de escaleras. ¡ Más recientemente los test de marcha, determinando el grado de desaturación que aparece durante los mismos y/o la necesidad de aporte de oxígeno, han demostrado también una buena correlación con la morbimortalidad perioperatoria. 16 Como conclusión acerca de la valoración preanestésica del paciente candidato a cirugía torácica o de resección pulmonar: Que la información que aporta la valoración clásica, sigue siendo fundamental en la evaluación de los pacientes candidatos a cirugía de resección pulmonar. Que las pruebas específicas de función cardiopulmonar, no deben realizarse indiscriminadamente, sino que se amplían dependiendo de los resultados obtenidos en cada paciente, considerándose actualmente que el hallazgo de un FEV1 < 2l o al 60% del predicho durante la espirometría, obliga a realizar una gammagrafía de perfusión. Si el cálculo del FEV1 y/o la DLCO predichos para la resección quirúrgica indicada (FEV1ppo y/o DLCOppo) es > al 40%, deberán realizarse pruebas de esfuerzo, considerándose aceptable para la cirugía un consumo de oxígeno (VO2max) durante el esfuerzo > 12ml/kg/min., o bien la capacidad de subir el equivalente a tres pisos de escaleras, o la ausencia de desaturación durante el esfuerzo; en todos estos casos sin embargo, se recomienda limitar la resección al máximo. A continuación expongo un diagrama que resume de manera adecuada la valoración necesaria para un paciente candidato a resección pulmonar: Diagrama de la valoración completa de los pacientes candidatos a resección pulmonar. (Fig 4). 17 2. PREPARACIÓN PREOPERATORIA Dejar de fumar; ejercicios físicos dirigidos sobre todo a rehabilitar la musculatura respiratoria, la administración de broncodilatadores y mucolíticos, el tratamiento de las infecciones respiratorias asociadas, la mejoría del estado nutricional y la administración de O2 en pacientes con hipertensión pulmonar, son medidas que pueden incluso modificar el riesgo de complicaciones al optimizar el estado físico del paciente. Este tipo de preparación "ideal", ha demostrado su utilidad en los pacientes sometidos a trasplante pulmonar, de donde se han extrapolado conductas y tratamientos a la cirugía convencional de resección pulmonar. 3. FISIOPATOLOGIA DE LA VENTILACIÓN UNIPULMONAR (OLV). Si algo caracteriza a la cirugía torácica en general, es que en la mayoría de los procedimientos, para que la intervención pueda realizarse, debe mantenerse el pulmón del hemitórax quirúrgico colapsado. Sin embargo, dicho colapso, no es el único responsable de los cambios en la fisiología respiratoria durante la cirugía, sino que las alteraciones de la relación ventilación perfusión serán consecuencia de un conjunto de factores entre los que se encuentran el decúbito lateral, la anestesia, la toracotomía y por supuesto el colapso pulmonar y la necesidad de ventilar un solo pulmón (OLV), para obtenerlo. 18 3.1 Factores que afectan a la ventilación. Mientras que la presión alveolar (PA) se mantiene constante en todo el pulmón, la presión negativa interpleural (Ppl) que es la responsable de su expansión, está sometida a la acción de la fuerza de gravedad que actúa creando un gradiente de presión en sentido vertical de modo que la negatividad disminuye 0.25 cmH2O/cm desde el ápex a las bases. Este hecho provoca que los alveolos de los vértices estén más expandidos que los de las bases, los cuales presentan un volumen al final de la espiración que corresponde aproximadamente a 1/4 de los primeros. Sin embargo, como la PA es constante, se genera una presión transpulmonar (PA-Ppl) que es superior en las bases, por lo que los alveolos declives tienen una mayor distensibilidad o compliance. De lo expuesto hasta ahora se concluye que en un paciente despierto, en bipedestación y ventilando espontáneamente, los alveolos apicales están más insuflados pero son poco distensibles mientras que los de las bases están más comprimidos pero son muy distensibles; por ello, el mayor volumen corriente corresponde a las zonas declives que son las que mantienen la mayor eficacia en la ventilación alveolar, para una misma presión. Cuando esto se traslada a una curva cuyos ejes son la presión transpulmonar y el volumen alveolar, la zona de máxima pendiente corresponde a la mitad inferior del pulmón; pero además esta curva representa la compliance regional alveolar. (Fig 5). 19 3.2 Factores que afectan a la perfusión. La perfusión pulmonar responde por completo a las leyes de la gravedad, pero también y en segundo lugar al fenómeno de vasoconstricción pulmonar hipóxica. ¡ Cambios en la perfusión según la gravedad: El ventrículo derecho bombea sangre a las arterias pulmonares (Ppa), con una energía cinética que es capaz de vencer el gradiente hidrostático vertical. Sin embargo y debido a la acción de la gravedad, la presión disminuye 1.25mmhg por cada cm de altura. Si añadimos que la circulación pulmonar es un sistema de baja presión, la perfusión (Q) dependerá de los gradientes de presión generados entre la presión alveolar (PA), la presión arterial pulmonar (Ppa) y la presión venosa pulmonar (Ppv). Este hecho, origina grandes diferencias en la perfusión del pulmón permitiendodistinguir tres zonas, que en el paciente en bipedestación corresponden al ápex, la parte media y las bases respectivamente. 20 En los vértices o zona 1, la PA > Ppa; por lo tanto no hay perfusión, pero si ventilación. En estas situaciones, hablamos de "espacio muerto" (VD) que en condiciones normales es mínimo, sin embargo cuando disminuye la Ppa (ejem: hipovolemia), o aumenta la PA (ejem: PEEP) se produce un aumento del mismo. En la zona 2, la Ppa > PA > Ppv, por lo que la perfusión dependerá de la diferencia entre la (Ppa - PA), pero como esta última es constante, la Q es mayor en dirección basal. En la zona 3, la Ppa > Ppv> PA, esto significa que la Q es función de la diferencia (Ppa - Ppv), pero como ambas presiones sufren la misma variación en relación a la gravedad la presión de perfusión será K. Sin embargo como la presión transmural de los vasos (Ppa-Ppl) y (Ppv-Ppl) aumenta hacia las zonas basales, el flujo también aumenta. En resumen y en relación a la gravedad, la perfusión es mínima o nula en los vértices y máxima en las bases, si bien, cualquier alteración en las presiones (PA, Ppa y Ppv) que la determinan, podrán modificarlo. ¡ La vasoconstricción pulmonar hipóxica (VPH), es después de la gravedad el fenómeno que más modifica la perfusión. 21 Se trata de un mecanismo de autorregulación cuyo detonante es la hipoxia alveolar y cuya respuesta es una vasoconstricción de la zona afectada que permite el desvió del flujo hacia zonas bien ventiladas disminuyendo el shunt y mejorando la oxigenación arterial. La VPH solo es efectiva para determinados porcentajes de hipoxia pulmonar (30- 70%), y si la musculatura lisa de los vasos pulmonares es capaz de responder ante la disminución de O2. Entre las causas de hipoxemia encontramos: la disminución de la FIO2, hipoventilación y las atelectasias. En relación a la respuesta vascular, su anulación puede ser debida a fármacos vasoactivos, algunos agentes anestésicos (halogenados) y las alteraciones en la hemodinámica pulmonar (PAP, RVP, PvO2). La importancia de la VPH para corregir la hipoxemia, se pone de manifiesto durante la ventilación selectiva, ya que es capaz de reducir el flujo que se dirige al pulmón superior hasta en un 50%. (Fig 6). 22 3.3 Cambios fisiopatológicos de la relación V/Q. Cuando relacionamos lo descrito hasta ahora y lo adaptamos a las modificaciones que se producen durante la cirugía (decúbito lateral, anestesia, toracotomía y colpaso pulmonar), observamos como: ¡ El decúbito lateral no afecta la relación V/Q que se rige por las leyes de la gravedad, de modo que tanto la ventilación alveolar como la perfusión son máximas en el pulmón declive. Al igual que en bipedestación las zonas superiores tendrán cocientes V/Q> 1 (espacio muerto), las zonas medias y bajas guardan la mejor relación y las muy inferiores tendrán cocientes V/Q< 1o 0 (shunt). ¡ Cuando dormimos y relajamos al paciente, la anestesia, unida al decúbito lateral da lugar a las primeras alteraciones en la relación V/Q, ya que la perfusión será mayor en el pulmón declive (60%), mientras que la ventilación alveolar será superior en el proclive. Su traducción será una disminución en el índice, que se restaura con la aplicación de una PEEP que al aumentar la CRF trasladaría a los pulmones a su posición natural en la curva de P/V al producir un aumento la presión transpulmonar. ¡ La toracotomía, no hará más que exagerar este fenómeno, ya que la apertura del tórax facilita la expansión o distensión del pulmón superior. ¡ El colapso pulmonar que se consigue al dejar de ventilar el pulmón proclive para obtener así un buen campo quirúrgico, llevará las desigualdades en la relación V/Q a su máximo exponente: - La perfusión es superior en el pulmón declive o inferior, sin embargo el proclive o superior, está atelactasiado por el colapso pero sigue perfundido. 23 - La ventilación realizada solo por el pulmón declive, está dificultada por el peso del pulmón superior colapsado, el peso del mediastino y la curva poco favorable del diafragma secundaria a la relajación. Todo ello nos conduce a una disminución de la compliance y de la CRF y a un aumento de la presión de la vía aérea y los vasos pulmonares en el pulmón ventilado, que provoca la aparición de atelectasias y la desviación del flujo hacia pulmón colapsado. (Fig 7). Esta situación caótica conduce a un incremento del shunt que puede poner en peligro la oxigenación, siendo en este momento cuando se pone de manifiesto la importancia de la VPH, al desviar hasta un 50% del flujo del pulmón colapsado al ventilado y llevando los valores de la PaO2 hacia cifras más aceptables. Sin embargo y como es lógico hay otros factores que también afectan a la perfusión cuando el pulmón está colapsado. 24 4. CORRECCIÓN DE LAS ALTERACIONES SECUNDARIAS A LA VENTILACIÓN UNIPULMONAR. Todas las medidas van dirigidas a optimizar la ventilación de forma que el aumento del shunt, la hipoxemia secundaria al mismo, la hipercapnia y el aumento de presión de la vía aérea no pongan en peligro al paciente durante la cirugía. Como siempre empezamos por los procedimientos más sencillos y si la respuesta a los mismos es insuficiente, se instauran otros más complicados de forma paulatina. Las medidas según lo descrito serán: 1º) Comprobar que la posición del tubo de doble luz es correcta. 2º) Mantener ambos pulmones ventilados durante el máximo tiempo posible (apertura de la pleura). 3º) Modificar los parámetros ventilatorios del pulmón ventilado selectivamente: FiO2 al 100% Mantener un volumen corriente (tidal) si es posible entre 6-8 ml/kg. Conseguir una frecuencia respiratoria que mantenga una PaCO2 aceptable (30 a 35 mmh2O). Ventilación mecánica controlada por presión o volumen dependiendo de las presiones de la vía aérea. 4º) Si la hipoxemia se mantiene o incrementa: - Comprobar con el fibrobroncoscopio que la posición del tubo de doble luz, o del sistema que hayamos elegido para realizar la OLV es correcta. - Comprobar que hemodinamicamente no exista ningún problema. 25 - Administrar una presión positiva continua (CPAP) de O2 al pulmón no ventilado. De esta forma se consigue que parte de la sangre en ese pulmón pueda oxigenarse. - Añadir PEEP al pulmón ventilado. En este caso aunque el aumento de la presión de las vías aéreas pueda desviar el flujo hacia el pulmón colapsado, como este recibe un aporte de O2 continuo por la CPAP la sangre se oxigenará igualmente. - Ventilar ambos pulmones (reclutamiento) hasta recuperar la PaO2. - En los casos de neumonectomía, realizar lo antes posible el clampaje de la arteria pulmonar. Esta medida es la que elimina el shunt, pero en pacientes críticos, puede ser mal tolerada por la sobrecarga que para el corazón derecho significa. 4.1 Indicaciones absolutas y relativas de ventilación diferencial. 4.1.1 Absolutas: ¡ El aislamiento entre ambos pulmones para evitar la contaminación (infecciones o hemorragias masivas). ¡ Fístula broncopleural. ¡ Soluciones de continuidad en la vía aérea principal. (Ruptura del árbol traqueo bronquial). ¡ Existencia de una bulla gigante que puede romperse o cirugía de la misma. ¡ Proteinosis alveolar que requiere lavados. 26 ¡ Videotoracoscopia. Esta indicación se ha añadido recientemente, ya que la imposibilidad de obtener un colapso pulmonar absoluto obliga a la reconversión de la técnica, pasando a cirugía abierta, lo cual lo hemos podido ver con frecuencia en el Hospital español de la ciudad de México. 4.1.2 Relativas: ¡ Necesidad casi absoluta de un buen campo quirúrgico para que la intervención pueda efectuarse: ¡ Aneurisma de aorta torácica; neumonectomía; resección pulmonar por esternotomía media; lobectomíasuperior; buena exposición mediastínica. ¡ Necesidad relativa de un buen campo. ¡ Lobectomía media o inferior y segmentectomías; resección esofágica; cirugía de la columna con abordaje anterior. Sin embargo y en relación a las indicaciones de la ventilación selectiva, debe tenerse en cuenta que la facilitar la exposición del campo quirúrgico, facilita la cirugía, acorta el tiempo de la misma, evita complicaciones iatrogénicas y por lo tanto, beneficia al paciente. 27 5. TECNICA DE INTUBACION ENDOTRAQUEAL CON NECECIDAD DE VENTILACION UNIPULMONAR Tubos de doble luz: Existen tubos selectivos Derechos e Izquierdos de Robertshaw, Carlens y Withe. (fig8, 9, 10) Bloqueadores bronquiales: Fogarty, Univent, Arndt, Cohen, Fuji uniblocker, EZ bloquer. 5.1 Tubos de doble luz. 28 Ventajas del uso de tubo de doble luz: ¡ Fácil colocación (especialmente tubo izquierdo), laringoscopia o fibroscopía convencional. ¡ Permite aspirar ambos pulmones de secreciones u otro material alojado en ellos. ¡ Consiguen un colapso pulmonar rápido y total tras el clampaje y la apertura de la rama espiratoria correspondiente. ¡ Permite la aplicación de CPAP o de ventilación diferencial. ¡ Sin ningún tipo de manipulación posterior de la vía aérea, permiten colapsar indistintamente un campo pulmonar u otro, según clampemos el extremo traqueal o el extremo bronquial. Inconvenientes: ¡Necesidad de un cambio de tubo al final de la intervención si se necesita ventilación mecánica en el postoperatorio. ¡ La dificultad en su inserción cuando el paciente presenta una intubación difícil y en pacientes con dientes prominentes, es fácil la rotura del balón traqueal durante la intubación. 29 5.1.1 Colocación. Por medio de laringoscopía el TDL se introduce a través de las cuerdas vocales con la curvatura distal cóncava dirigida hacia arriba, tras pasar las cuerdas del TDL se gira a 45° hacia el lado a bloquear. (Fig 11). El TDL se avanza suavemente hasta notar una resistencia a su progresión cuando el tubo bronquial entra en el bronquio. Se inflan los dos manguitos: traqueal y bronquial, se conecta la ventilación y se pinza por turno las dos luces, traqueal y bronquial y se comprueba mediante auscultación y/o fibrobroncoscopía. (Fig 12.) 30 Cuando se usa fibroscopia, se debe meter el TDL y cuando este se encuentra en tráquea se introduce el fibroscopio, con visión directa se avanza el TDL hasta identificar carina y bronquios; se avanza el fibroscopio hasta el interior del bronquio a bloquear y se avanza el TDL utilizando el fibroscopio como guía. Se comprueba la correcta colocación del manguito bronquial en posición subcarinal para que no obstruya la entrada al bronquio contrario. (Fig 13.) Los TDL derechos tienen el manguito bronquial modificado con un orificio lateral que debe hacerse coincidir con el orificio de entrada del LSD. (Fig 14.) 31 5.1.2 Complicaciones. Traumatismo de la vía aérea.- Desgarros traqueales, los cuales se pueden evitar colocando un tubo de tamaño adecuado y obteniendo una lubricación adecuada. Rotura bronquial por un insuflado excesivo del manguito. Inadecuada ventilación por malposición.- Obstrucción del LSD en TDL derecho. Herniación del manguito bronquial. Fuga aérea por manguitos insuficientemente insuflados. Grapado de la luz bronquial durante la neumonectomía. 5.2 Bloqueadores bronquiales. Independientes.- bloqueador bronquial con guía y lazo ARNDT, bloqueador bronquial FUJI Uniblocker, bloqueador bronquial Cohen, bloqueador doble EZ Blocker, catéter de Fogarty. Incluidos en el tubo orotraqueal.- Univent o bloqueador con control de giro. El bloqueador se sitúa lateralmente al tubo endotraqueal. El balón inflado impide el paso de gas hacia el pulmón. El campo pulmonar contralateral se ventila desde la tráquea. 32 5.2.1 Bloqueador ARNDT. La principal ventaja es la incorporación de una guía interna con un lazo de nylon que facilita su colocación. (Fig 15). El lazo sobresale distalmente, abraza el fibrobroscopio y permite dirigirlo hacia el bronquio que se desea bloquear. (Fig 16). Posee distalmente un neumotaponamiento de baja presión. Tiene un canal interno de 1.4mm que permite la aspiración y la administración de CPAP en el pulmón colapsado. Está indicado en casos de intubación difícil. Se puede usar en intubación nasal y con mascarilla laríngea. Pacientes previamente intubados y nos permite un bloqueo lobar selectivo. 33 Va provisto de un adaptador con tres entradas que debe colocarse entre el TOT y el circuito anestésico para el paso del Bloqueador, del fibroscopio y del flujo de gas al pulmón colapsado. (fig 17, 18 y 19). 34 5.2.2 Bloqueador simple FUJI Uniblocker. Tiene las mismas características que el bloqueador ARNDT, pero posee una guía metálica y carece de lazo. (Fig 20, 21 y 22). • Swivel connector Vlntiltlion Por! Pon: A lFiWopIio; Bronc;~ Entt_l EndoIrar:hNITut>.PQfI, ,~<1"U~ ~ • • UNIBlOCKER [Adlllt and Pediatric) • Swivel connector VwnIllllion Pon Pon A(f~a.OIoc;'-""'P1 ~_I ~ , • UNIBlOCKER [Adult and Pediatric) Luer Loci Comector 35 D( D( 36 5.2.3 Bloqueador bronquial simple Cohen. Es un sistema que comparte las mismas características que el bloqueador Fuji Uniblocker, también comparte un sistema de adaptador para el circuito anestésico por donde se puede pasar el bloqueador, el fibroscopio y permite el paso de gases anestésicos. (Fig 23). 5.2.4 Bloqueador bronquial doble EZ Bloquer. Este sistema al igual que los anteriores comparte características similares, sin embargo este cuenta con dos manguitos lo que nos permite bloquear dos áreas selectivas de manera simultánea. (Fig 24). 37 5.2.5 Catéter de Fogarty. Este catéter se introduce a través del TOT. Posee una guía de alambre que se puede curvar en su extremo distal. Se pueden utilizar todos los tamaños de TOT, ya sean de adulto o pediátricos. (Fig 25). Del catéter de Fogarty es importante mencionar que no son huecos por lo cuál no podemos oxigenar a nuestro paciente ni mantener succión. Tiene un balón de bajo volumen y alta presión por lo que podemos tener fuga de aire y una lesión bronquial por un hiperinsuflado. Su colocación debe ser comprobada con fibroscopía. (Fig 26). 38 5.2.6 Características generales de los bloqueadores bronquiales. Ventajas sobre los tubos de doble luz.- Colocación a través de u TOT normal. Útiles en intubaciones difíciles. Se pueden utilizar en intubación nasal. Pacientes de talla pequeña. Permiten asegurar la ventilación desde el momento de la intubación y durante la colocación del bloqueador. Útiles en pacientes con insuficiencia respiratoria o traumatismo torácico. Bloqueos lobares segmentarios. Inconvenientes.- Retardo en el colapso pulmonar. Necesidad de fibroscopio para su colocación. Inclusión del bloqueador en la línea de sutura. 39 5.2.7 Univent o bloqueador con control de giro. Es un tubo de una sola luz que tiene incorporado un canal para un bloqueador bronquial deslizable. Tiene una forma y una colocación similar a la de un TOT convencional. (Fig 27). La correcta colocación del bloqueador precisa de fibroscopía. Si lo colocamos por comisura derecha tiende a irse al BPD. (Fig 28). 40 Si lo colocamos por comisura izquierda tiende a irse al BPI. (Fig 29). Ventajas.- facilidad de colocación en vía aérea difícil. Se puede utilizar en intubación con paciente despierto. Puede ser utilizado como bloqueador bronquial selectivo. No precisa ser cambiado en caso de ventilación mecánica postoperatoria.Se puede aplicar CPAP al pulmón no ventilado. Se puede aplicar en pacientes de talla baja. 41 Desventajas.- grapado del bloqueador en neumonectomías. Insuflado del balón en la tráquea. Lesión bronquial. Lentitud del vaciamiento pulmonar. Calibre interno del tubo pequeño. (Fig 30). 42 6. MANEJO CLÍNICO EN CIRUGÍA TORÁCICA 6.1 Técnica Anestésica. La premedicación no es aconsejable en pacientes hipoxémicos o hipercápnicos. No hay acuerdo en las ventajas de la heparinización profiláctica. La monitorización depende del estado preoperatorio del paciente, de la agresividad y duración prevista de la operación, y de los posibles incidentes o accidentes que pueden producirse intraoperatoriamente. En cuanto a la elección de la técnica anestésica no existen dogmas, y en el Hospital Español de la ciudad de México no se tiene un protocolo como tal, pero conviene tener en cuenta que: - Los halogenados permiten administrar Fi02 altas, mitigan la hiperreactividad bronquial y la recuperación postanestésica es rápida. - El debate sobre la abolición de la vasoconstricción hipóxica (VPH) producida por los halogenados podemos resumirla en: 1. la atelectasia del pulmón operado, cuando solo se ventila el otro pulmón mediante un tubo de doble luz, produce un aumento neto del shunt. Este efecto se mitiga por el reflejo fisiológico de la VPH, que aumenta las RVP del pulmón no ventilado desviando el flujo hacia el ventilado. Este reflejo es máximo cuando la proporción de pulmón hipóxico oscila entre el 30 y el 70 % (como ocurre en la ventilación a un solo pulmón) y su efectividad puede mantener la PaO2 aceptablemente durante momentos críticos de la intervención. 43 2. Los halogenados inhiben la VPH "in vitro" pero no parece que esto tenga importancia "in vivo" a concentraciones clínicas. 3. La ketamina no inhibe la VPH. 4. Hay influencias nerviosas y maniobras quirúrgicas que tienen más importancia sobre la VPH que los anestésicos (por ejemplo, la falta de flujo sanguíneo a los bronquios). La Hemoglobina debe mantenerse a niveles más altos que en otro tipo de cirugía dada la frecuencia de episodios hipóxicos. Debe evitarse la sobrecarga con líquidos iso e hipotónicos. Esta cirugía es una buena indicación de técnicas de autotransfusión. 6.2 Monitorización. Pulsioximetria: es imprescindible, sustituye a las gasometrías repetidas. Debe tenerse en cuenta el flujo sanguíneo al lugar de medición que puede alterarse por la hipotermia o la posición. Capnografía: Es fundamental. Su interpretación debe ser tener en cuenta su significado hemodinámico y respiratorio, que en esta cirugía pueden estar muy alterados. Debe recordarse que en la neumopatía obstructiva, muy frecuente en estos pacientes, el gradiente entre PaCO2 y PTEC02 es de 10 mm Hg. La curva es fundamental. Cuando la PTEC02 es >40 mm Hg deben cambiarse los parámetros ventilatorios. 44 Catéter intrarterial (línea arterial): sólo en hipoxemias severas o con riesgo hemodinámico especial. Catéter en arteria pulmonar: en patología cardiovascular, especialmente en insuficiencia del ventrículo derecho, HTP, etc. La medida de la PCP debe tener en cuenta la modalidad de la ventilación. La medida del gasto cardiaco es idéntica sí el catéter está colocado en la arteria pulmonar del pulmón ventilado declive o del colapsado proclive. Cuidar la buena colocación de la cápsula en Decúbito Lateral y que no sea suturado el catéter. SvO2. Si la Hb, la hemodinámica y el consumo de 02 no cambian, la saturación venosa mixta se relaciona con la Saturación arterial de 02. Así, si se mide la SvO2 y la pulsioximetría simultáneamente se detectan las adaptaciones hemodinámicas. 6.3 Manejo con intubación bronquial selectiva. La cirugía pulmonar puede realizarse con un tubo traqueal convencional, uno de doble luz o un tubo provisto de bloqueador bronquial como mencionamos anteriormente. Los diferentes tubos de doble luz se diferencian por la existencia o no de espolón para la carina y su lateralidad. El de Carlens dispone de espolón y es izquierdo, el de White dispone de espolón y es derecho y el de Robertshaw no tiene espolón y se fabrica para ambos lados. 45 Actualmente los tubos son transparentes de PVC y de un sólo uso. Aunque los bloqueadores bronquiales están en desuso, recientemente se ha introducido un tubo endotraqueal a través del cual se desliza un pequeño tubo con balón que actúa de bloqueador bronquial (tubo Univent). La intubación con los tubos de doble luz suele ser fácil a no ser que existan distorsiones anatómicas, pero su correcta colocación es más difícil dadas las diferencias anatómicas entre los bronquios derechos e izquierdos en cada paciente y entre pacientes. Los tubos sin espolón son menos traumáticos pero más difíciles de colocar bien y de mantener en posición. Los factores críticos de mal posición son la situación del manguito bronquial entre la carina y el bronquio lobar superior y la localización del orificio del tubo bronquial para que ventile el bronquio lobar superior en la intubación selectiva derecha. En la intubación izquierda, el "margen de seguridad", es decir la longitud del bronquio principal en la cual puede estar colocado el balón y el orificio para el bronquio lobar superior es de 20 mm, mientras que en el derecho es de 11 mm. Por tanto, es más segura la intubación selectiva izquierda que debe preferirse cuando no va a haber sección de bronquio principal. 46 6.3.1 Complicaciones de la intubación selectiva. Traumatismos laríngeos; ruptura traqueobronquial, generalmente por insuflación excesiva del manguito bronquial (más de 3 cc). El diagnóstico se realiza por hipoxemia, taquicardia, hipotensión, aumento de la presión inspiratoria y bullas mediastínicas. Malposición que siempre produce hipoxemia por atelectasia; el tubo izquierdo puede quedar introducido en el bronquio inferior izquierdo y el tubo derecho tapar la salida del bronquio superior derecho. La comprobación de la intubación selectiva se realiza observando las presiones y las resistencias a la ventilación, la expansión pulmonar, la auscultación y con menos, frecuencia fibrobroncoscopia. 6.4 Colocación del paciente. El Decúbito Lateral y los cambios en el grado de flexión-extensión de la cabeza pueden desplazar el tubo hasta 30 mm y por tanto hay que volver a comprobar su posición tras colocar al paciente. Deben tomarse las debidas precauciones para evitar lesiones por la posición. Los cambios en la fisiopatología debidos a la posición y la ventilación selectiva así como su tratamiento ya han sido descritos ampliamente así que no los mencionaremos. 47 6.5 Periodo postoperatorio. 6.5.1 Drenajes. En las resecciones parciales se dejan, de forma empírica tubos rígidos con orificios laterales, uno anterior en el ápex para drenar el aire y otro posterior en la base para drenar el líquido. En la cirugía de esófago y mediastino se suele dejar un drenaje adicional a nivel de las suturas. Se drena bajo sello de agua con o sin aspiración conectada. Los drenajes no se deben pinzar ni siquiera durante los traslados, se retiran cuando no drenan nada durante una maniobra de Valsalva. En la neumonectomías se deja sólo un drenaje para permitir la salida del aire que ha entrado durante la apertura del tórax ya que no habrá fugas como en las resecciones. Debe estar permanentemente pinzado y sólo abrirlo 2-3 min cada 1/2 a 1 hora. En caso contrario o si erróneamente se conecta a la aspiración, se desplazará el mediastino y el pulmón hacia el lado de la neumonectomía, situación que puede ser mortal. 48 6.5.2 Monitorización. Debe ser estricta, especialmente en lo que se refiere a evitar lasobrecarga de volumen y a la gasometría. A pesar de la creencia general, no suele precisarse un nivel de Hb superior a 10 11 g/dl. 6.5.3 Analgesia. Es un aspecto fundamental de los cuidados de esta cirugía que influye mucho sobre la evolución y las complicaciones postoperatorias. La administración sistémica de opiáceos y la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea son poco adecuadas, la primera por causar depresión respiratoria y la tos, y la segunda por su escasa eficacia. La administración epidural torácica de anestésicos locales produce una buena analgesia pero también hipotensión (los pacientes deben estar bien incorporados en la cama). El bloqueo intercostal con anestésico local puede realizarse antes de cerrar la toracotomía bajo visión directa o postoperatoriamente. Es muy eficaz pero sus complicaciones por difusión paravertebral del anestésico local y el bloqueo simpático consecuente son serias; el neumotórax no tiene importancia cuando hay un drenaje torácico. 49 La duración de los bloqueos es variable pero suelen tener que repetirse cada 6 horas como promedio. Una solución a ello es la cateteterización de un espacio intercostal y la inyección de un gran volumen de anestésico local que puede repetirse sin necesidad de nuevas punciones. La crioanalgesia consiste en la crioneurolísis reversible de los nervios afectados por la incisión y de 2 por encima y 2 por debajo de la misma. Se realiza mediante la aplicación de una criosonda antes del cierre de la toracotomía. Es muy eficaz si está bien hecha, pero como produce lesión nerviosa sus efectos sobrepasan en mucho (4 - 5 semanas) al periodo de dolor. La administración de opiáceos por vía epidural presenta una relación eficacia/complicaciones muy ventajosa con respecto a las otras técnicas. La administración 3-5 mg/12-24 h. de morfina por vía epidural lumbar o torácica, por vía torácica son de gran eficacia, el único problema que encontramos es la posibilidad de retención urinaria, por lo que la colocación de una sonda de Foley sería una buena indicación. 50 Los analgésicos antiinflamatorios por vía sistémica y posteriormente oral son de gran utilidad como única analgesia a partir de las 48 h postoperatorias o como complemento de los opiáceos epidurales. Las medidas higiénicas y posturales influyen mucho en el grado de dolor; la colocación de los drenajes es importante y aquellos que salen muy posteriores o cuya punta se apoya en pleura son a veces la causa más importante de dolor, por lo que en el Hospital Español de la Ciudad de México se procura una buena comunicación entre el servicio de anestesiología y el de cirugía para comunicar de manera inmediata cualquiera de estas situaciones. 6.5.4 Ventilación artificial. Aunque desde el punto de vista teórico, y debido a las severas alteraciones de la mecánica respiratoria que produce, la cirugía pulmonar sería una de las indicaciones de IPPV durante unas horas, la mayoría de los anestesiólogos y cirujanos limitan su aplicación. Esta práctica se debe al temor de someter la sutura bronquial a presiones altas y a la invasión prolongada del árbol traqueobronquial. En los centros donde se realiza una adecuada analgesia disminuye mucho la necesidad de IPPV postoperatoria. Sin embargo, en los pacientes sometidos a operaciones largas, resecciones amplias, o cuya función respiratoria era limitada preoperatoriamente, no debe tenerse prisa en extubar y realizar un destete prudente en 2-3 horas. 51 6.5.5 Fisioterapia respiratoria. El drenaje postural, las percusiones y sobre todo la espirometría incentivada con inspiraciones forzadas deben comenzar preoperatoriamente y realizarse muy precozmente en el postoperatorio coincidiendo con los momentos de máxima analgesia. 6.6 Complicaciones cardiovasculares. Hemorragia: Debe alarmar cuando tenemos >100 ml/h o más de 600 ml posteriores a la colocación de la sonda pleural, aunque en los primeros momentos puede ser mayor por la sangre acumulada. Debe descartase el secuestro de sangre mediante Rx de tórax frecuentes. Cuando se decide reintervenir por hemotórax postoperatorio debe tenerse en cuenta la hipotensión brusca que aparece al colocar al paciente en Decúbito Lateral y no hacerlo hasta que los cirujanos estén lavados. Hipotensión. Puede ser por hemorragia o por vasodilatación durante el calentamiento postoperatorio. Debe ser tratada según las circunstancias ya sea con volumen o con vasoactivos. Herniación del pericardio: tras neumonectomías con abordaje intrapericárdico. En las neumonectomías derechas, el defecto pericárdico permite la rotación cardíaca con eje en cava, lo cual provoca obstrucción aguda y completa de cava y muerte. 52 Arritmias: la fibrilación auricular es frecuente a los 2-3 días de la neumonectomía, especialmente izquierda, por tracción de la aurícula. La herniación pericárdica puede debutar con arritmias ventrículares. Insuficiencia cardíaca derecha: puede aparecer en pacientes con amplias resecciones de territorio vascular pulmonar. Aunque se valora preoperatoriamente esta posibilidad, algunos pacientes en estado límite se descompensan por infecciones o sobrecarga hídrica. 6.7 Complicaciones respiratorias. Hipoxemia e hipercapnia: son constantes en el postoperatorio inmediato de cualquier toracotomía. Se mitigan con aporte de 02 suplementario, analgesia y estimulando la ventilación. La hipoxemia persistente puede deberse a múltiples causas pero la hipercapnia debe hacer sospechar una atelectasia. Fugas: es inevitable que se produzcan en las resecciones pulmonares pero debe vigilarse su magnitud. En las neumonectomías no puede haber ninguna fuga y si se produce debe sospecharse rotura del muñón bronquial que producirá una fístula broncopleural. 53 Esta es una complicación que suele acompañar a la IPPV con presiones altas. Si no hay un drenaje torácico abierto aparecerá neumotórax a tensión, desplazamiento mediastínico y graves alteraciones hemodinámicas. El tratamiento debe ser el drenaje inmediato y la intubación y ventilación selectiva. Retención de esputo: es el principal factor que debe gobernar los cuidados postoperatorios. Depende en gran manera del estado respiratorio preoperatorio, de la calidad de la fisioterapia y de la analgesia. Las atelectasias son frecuentes y obligan a la extracción de tapones de mocos por fibrobroncoscopio. Esta complicación puede desembocar en una infección respiratoria que descompensa a muchos de estos pacientes. Cuando se prevea dificultad postoperatoria para eliminar el esputo debe realizarse una minitraqueostomia cricotiroidea, introduciendo por técnica de Seldinger un fino tubo traqueal que permite la aspiración de secreciones. 54 7. PROBLEMAS Y PROCEDIMIENTOS ESPECÍFICOS. 7.1 Fistula broncopleural. En el pasado solía estar causada por la trombo embolia pulmonar pero actualmente es consecuencia del fallo de la sutura bronquial tras neumonectomía especialmente derecha; también a causa de una bulla, absceso o PEEP. El líquido que hay en la cavidad pleural se aspira hacia el bronquio infectando o encharcando el pulmón; parte del volumen corriente (V,) sale hacia pleura disminuyendo la ventilación y entreteniendo la cicatrización. La variedad broncopleurocutánea es especialmente difícil de controlar. El diagnóstico de sospecha lo da la clínica, lo reafirma la Rx y lo confirma la broncoscopía. Sí la fístula es grande el tratamiento es la resección quirúrgica que se suele hacer inmediatamente después de una broncoscopía. Hasta ese momento se debe evitar la IPPV y colocar un drenaje basal (especialmente si hay empiema) manteniendo al paciente incorporado sobre el lado de la fístula.Deben evitarse las premedicaciones sedantes; el paciente debe transportarse al quirófano sentado con el drenaje abierto que debe conectarse Inmediatamente al sello de agua. 55 Toda manipulación de la vía aérea debe hacerse con el paciente sentado; se procede primero a la broncoscopía rígida con el paciente sentado y ventilación jet por el brazo lateral del broncoscopio y posteriormente se coloca un tubo de doble luz. Postoperatoriamente, debe conseguirse la ventilación espontánea cuanto antes para evitar la IPPV. Las fístulas grandes, especialmente las cutáneas, se solucionan mal y tienen una alta mortalidad. En casos rebeldes se utiliza la ventilación diferenciar con tubo de doble luz, que permite menores presiones en el lado de la fístula. Aun así la hipoxemia obliga muchas veces a utilizar PEEP que agrava la fuga de V por la fístula; una solución a ello es colocar una válvula unidireccional en el drenaje que se cierra en la fase inspiratoria del ventilador. La ventilación a alta frecuencia (HFV) tiene en este campo una de sus indicaciones más claras y ha permitido mantener la ventilación y la curación en casos complicados. 7.2 Tumores mediastínicos. Se trata de tumoraciones grandes y es frecuente la compresión de la vía aérea dependiente de la postura, que se agrava con el Decúbito Supino y la relajación. La obstrucción de la vena cava superior es origen de hemorragias masivas, enlentece la acción de fármacos i.v. y provoca edema e ingurgitación de la vía aérea. Es frecuente que exista lesión nerviosa o que se produzca con la mediastinoscopía. 56 Los efectos de la quimioterapia pueden ser importantes, como en el caso de la bleomicina que produce fibrosis pulmonar en el 10 % de los casos dependiendo de la dosis que se agrava considerablemente con las FiO2, altas. 7.3 Esófago. La principal causa de mortalidad postoperatoria son las complicaciones respiratorias. La toracotomía disminuye la CRF hasta en un 60 y la laparotomía alta hasta en un 35%, lo que se suma en las técnicas de abordaje combinado abdominal y torácico. Así pues es esencial valorar la reserva respiratoria. La patología esofágica obstructiva causa episodios repetidos de broncoaspiración por regurgitación con neumonías recurrentes; esto disminuye la CRF y el volumen pulmonar total y provoca bronconstricción. Las anomalías nutricionales van desde la obesidad en la hernia diafragmática a la caquexia en la neoplasia (deshidratación, hipopotasemia, hipomagnesemia, anemia, hipoproteinemia). En ambos casos disminuye la fuerza muscular respiratoria. Si la CV<70%, FEV1<2 1, y VMM<50% la tolerancia a la toracotomía será mala. Si el PEFR<70% el paciente no toserá en el postoperatorio. Debe considerarse la nutrición parenteral preoperatoria en las resecciones. Hay un alto riesgo de regurgitación durante la inducción y la hipoproteinemia puede exagerar la respuesta a fármacos como el tiopental. La disección del 57 esófago se facilita colapsando el pulmón del lado de la toracotomía, que puede ser el derecho o el Izquierdo. Se coloca un tubo selectivo izquierdo con independencia del lado de la toracotomía. Durante la ventilación a un sólo pulmón en esta cirugía, la hipoxemia puede ser más severa que durante la cirugía pulmonar porque: 1) El pulmón colapsado no es patológico y participa eficazmente en la ventilación. 2) No se ha desarrollado desviación crónica de flujo hacia el pulmón ventilado. 3) No se liga la circulación pulmonar del pulmón colapsado. Al final de la intervención debe expandirse bien el pulmón colapsado. Las complicaciones intraoperatorias más graves son: lesión traqueal durante la disección, apertura de la pleura declive con paso de sangre y líquido alrededor del pulmón ventilado, hipotensión y arritmias por tracción de grandes vasos y bradicardia en las anastomosis cervicales. Las anastomosis intratorácicas deben controlarse estrictamente para lo cual se suele dejar un drenaje próximo y sobre todo una SNG, que el cirujano guía hasta que queda a nivel de la sutura. La retirada accidental de la SNG puede lesionar el sitio de sutura. En intervenciones agresivas, especialmente las que se hacen con toracotomía y laparotomía combinadas, conviene mantener la IPPV 24-48 hay una analgesia intensa (opiáceos epidurales). 58 7.4 Bullectomía. Se suele tratar de dos tipos de pacientes, los enfisematosos con una bulla gigante que produce insuficiencia respiratoria en un terreno de EPOC o el paciente joven con múltiples bullas constitucionales que presenta neumotórax espontáneos. Si hay un drenaje torácico los riesgos durante la anestesia son escasos pero en caso contrario debe tenerse en cuenta que: 1) La IPPV puede aumentar rápidamente de tamaño una bulla que este en comunicación con un bronquio. 2) El N2O debe evitarse; puede producirse atrapamiento si existe un mecanismo valvular en la comunicación bronquial. 3) Al abrir el tórax la mayor parte del VT puede irse hacia el pulmón operado. 4) El riesgo más importante es el de rotura con neumotórax a tensión que debe diagnosticarse y tratarse con suma rapidez. El curso postoperatorio dependerá del estado previo del paciente y de la agresividad de la operación. En los casos de múltiples bullas se suele hacer abrasión pleural que causa hemorragia considerable. 7.5 Cirugía de las vías aéreas. Supone una gran dificultad para cirujano y anestesiólogo. La espirometría preoperatoria es difícil de interpretar por la obstrucción. La ventilación puede pasar por momentos críticos y se precisa una monitorización estrecha. 59 En las estenosis traqueales altas el problema puede aparecer durante la inducción e intubación pero suele ser la interrupción de la integridad de la tráquea lo más difícil de manejar ya que precisa ventilar distalmente a la sección. Existen varias soluciones: la intubación de la vía aérea distal (puede ser un bronquio principal) por el cirujano a través del campo quirúrgico combinando la ventilación de la tráquea proximal con la endobronquial con dos circuitos anestésicos, e incluso en resecciones próximas a la carina que son especialmente difíciles puede recurrirse a la circulación extra corpórea (CEC). La ventilación de alta frecuencia (HFV) tiene muchas ventajas en esta cirugía: 1) No interfiere con las maniobras de resección y sutura. 2) No hay que interrumpir la ventilación en ningún momento. 3) El gran flujo de salida previene la entrada de sangre y restos a la vía aérea distal. 4) Produce mínimos movimientos de las estructuras torácicas. 5) La CPAP que provoca evita el colapso pulmonar. 7.6 Broncoscopia fibróptica. Puede realizarse sin intubación y es bien tolerada; produce ligera hipoxemia y aumento de las resistencias de las vías aéreas que debe prevenirse con atropina o glicopirrolato. 60 7.7 Broncoscopia rígida. Irrita mucho las vías respiratorias y su manejo es difícil porque causa interferencia entre cirujano y anestesiólogo, precisa un plano anestésico profundo pero rápidamente reversible con periodos alternativos de apnea y ventilación. Debe prevenirse la hipersecreción y la bradicardia (por estimulación o por dosis repetidas de succinilcolina) con atropina. Existen métodos de asegurar la oxigenación: ¡ Broncoscopio con brazo lateral que se conecta al circuito anestésico y se ventila intermitentemente ¡ Oxigenación apnéica mediante un catéter en carina que insufla 6 l/min de 02 oxigenando por difusión de masa pero aumenta la PaCO2 1-6 mm Hg/min. ¡ Inyectando 02 a través de una aguja en el broncoscopio de Sanders, que por efecto Venturi, arrastra un flujo de aire ambiente. Deben monitorizarse los trastornos del ritmo, y la pulsioximetria. 7.8 Mediastinoscopia. La patologíaque indica esta exploración ocasiona con frecuencia obstrucción mecánica respiratoria y de la vena cava superior, que no contraindican la mediastinoscopía pero que la hacen muy peligrosa. Debe tenerse en cuenta que: ¡ Puede producirse hemorragia masiva difícil de parar y debe haber reserva de sangre y una vía venosa de gran calibre (en miembro inferior si hay compresión de cava). 61 ¡ Debe evitarse la tos o los movimientos durante el procedimiento. ¡ La TA debe tomarse en el brazo izquierdo pero debe tomarse también el pulso radial de derecho para detectar una compresión de la arteria innominada. ¡ Hay riesgo de embolia aérea por desgarro venoso por ello es recomendable colocar al paciente incorporado y realizar IPPV. 7.9 Toracoscopía. Se realiza para exploración pleural o para pleurodesis. Es especialmente difícil cuando hay una fístula broncopleural. Se facilita mucho mediante intubación selectiva. 7.10 Broncografía. Se suele instilar contraste oleoso generalmente para el diagnóstico de bronquiectasias. Preoperatoriamente debe valorarse el volumen de esputo producido y la posición de drenaje, así como aplicar fisioterapia respiratoria enérgica. Durante la inyección debe haber apnea. Puede realizarse con IPPV e intubación traqueal o con ventilación espontánea y un catéter colocado a través de un broncoscopio. 62 IV. CONCLUSIONES. Antes de la descripción de la intubación endotraqueal y del tubo endotraqueal con manguito, sólo eran factibles los procedimientos intratorácicos cortos. El movimiento pulmonar y el desarrollo rápido de disnea causada por el neumotórax quirúrgico hacían que todas las intervenciones, salvo las mínimas, resultaran demasiado difíciles y arriesgadas. El manejo integral del paciente candidato a cirugía pulmonar exige el conocimiento pleno de la anatomía, fisiología, fisiopatología y los cambios ocasionados por nuestro manejo de la vía aérea. La valoración preanestésica en la cirugía de tórax juega un papel primordial en la planeación del abordaje quirúrgico y del comportamiento que observaremos en el trans y postoperatorio, por lo que seguir las guías recomendadas dependiendo de la patología de base y las concomitantes facilitan su manejo y nos brindan una mayor estabilidad en su manejo a corto y largo plazo. Por lo comentado anteriormente es de suma importancia conocer nuestros criterios de resecabilidad y de operabilidad guiándonos siempre en una buena anamnesis, exploración física y estudios especiales como nuestras funciones respiratorias o de esfuerzo con una evaluación global del estado cardiorespiratorio. 63 Debemos conocer nuestros indicadores de morbilidad aumentada como serían tener una PaO2 menor de 60mmhg o una PaCO2 mayor de 45mmhg, o una FEV1 menor de 2l o 60% del predicho, o simplemente contar con una DLCO menor del 50%. Dentro de las pruebas de valoración cardiovascular el test de subir escaleras es de los más aceptados junto con un electrocardiograma o un ecocardiograma en caso de ser necesario. Entender los cambios esperados por nuestro manejo es crucial para escoger de manera oportuna la o las técnicas anestésicas que emplearemos con el paciente, para tener un transoperatorio estable y asegurar un egreso del quirófano sin complicaciones. Es recomendable en cuanto al soporte ventilatorio durante la ventilación unipulmonar mantener FiO2 elevadas, un VT calculado entre 6 y 8 ml/kg, intentar a base de FR mantener normocapnia y brindar medidas que disminuyan el shunt como dar PEEP, CPAP o HFJV al pulmón declive, o insuflación intermitente al pulmón proclive con O2 al 100%, y en caso de ser necesario pinzar la arteria del territorio colapsado. En cuanto al manejo anestésico como tal se debe realizar un monitoreo cauteloso a base de SPO2, ECG, PANI, y en casos especiales colocar línea arterial o 64 pulmonar, el control de la analgesia trans y postoperatoria es importante por lo que un bloqueo peridural T4-T7 es un buen método, utilizando bupivacaina y fentanilo; durante la inducción anestésica no se tiene un protocolo en específico pero se recomienda el uso de perfusión de remifentanilo o el uso de fentanilo, como inductor se puede utilizar propofol o etomidato dependiendo de la estabilidad hemodinámica, la relajación neuromuscular se deja a elección del anestesiólogo, pero atracurio y cisatrascurio son una buena opción. El mantenimiento con halogenados no está contraindicado y el de elección será sevoflurano a 0.5 CAM con O2 mayor al 50%. Algo de vital importancia es mantener una buena analgesia en el postoperatorio, si nuestro paciente continúa con catéter peridural por ahí mismo se puede dar un buen manejo del dolor, si no se decidió este tipo de majo, por lo general con AINE con paracetamol se alcanza una buena analgesia. 65 V. APENDICE. FIGURA 1. FIGURA 2. *MVV = Máxima ventilación voluntaria en un minuto (± 168 l/min.). *TLC = Capacidad pulmonar total ( ± 5800 ml ) *VR = Volumen residual tras una expiración máxima (± 1200 ml). 66 FIGURA 3. FIGURA 4. 67 PRUEBAS FUNCIONALES DE RUTINA CRITERIOS DE RIESGO DE MORBIMORTALIDAD AUMENTADA GASQMETRIA Pa02 < 60 mmHg. ARTERIAL ( Fi02 0.21 ) PaC02 > 45 mmHg FEVI < 2L o 60% del predicho FF.VlIFVC < 50% del predicho MYV < 50% del predicho VR/CPT > 50 % del predicho DLCO <50 % PRUEBAS FUNCIONALES DE RUTINA CRITERIOS DE RIESGO DE MORBIMORTALIDAD AUMENTADA GASQMETRIA Pa02 < 60 mmHg. ARTERIAL ( Fi02 0 .21 ) PaC02 > 45 mmHg FEVI < 2L o 60% del predicho FEVIIFVC < 50% del predicho MVV < 50% del predicho VRlCPT > 50 % del predicho DLCO <50 % 68 VI. BIBLIOGRAFÍA. 1. Benumof JL, Alfery DD. Anestesia en cirugía torácica. En: Miller RD. Anesthesia. (Ed.): Doyma. Barcelona (2nd Ed), 1986: 1267-1358. 2. Benumof JL. Preoperative cardiopulmonary evaluation. En: Benumof JL. Anethesia for thoracic surgery. (Ed.): Saunders Company. Philadelphia (2nd Ed), 1999: 152-210. 3. Kinnard ThL, Kinnard WV. Pulmonary function testing and interpretation. En: Duke J, Rosenberg SG. Anesthesia Secrets. (Ed.):Hanley and Belfus. Philadelphia, 2005: 507-512. 4. Mikhail MS, Thangathurai D. Anesthesia for Thoracic Surgery. En: Morgan GE, Mikhail MS. Clinical Anesthesiology. (Ed.): Appleton and Lange. Stanford (2nd Ed), 2006: 453-476. 5. Bundy PJ. Pulmonary function test predictors for patients undergoing pneumonectomy. En: Faust RJ. Anesthesiology Review. (Ed.): Churchill Livingstone. 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