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Consideraciones-fisiopatologicas-y-correccion-de-las-alteraciones-secundarias-a-la-ventilacion-unipulmonar

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I 
 
 
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN 
FACULTAD DE MEDICINA 
SOCIEDAD DE BENEFICENCIA ESPAÑOLA, I.A.P. 
HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO 
CONSIDERACIONES FISIOPATOLÓGICAS Y 
CORRECCIÓN DE LAS ALTERACIONES 
SECUNDARIAS A LA VENTILACIÓN 
UNIPULMONAR 
 
TESIS DE POSGRADO 
PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
ESPECIALISTA EN ANESTESIOLOGÍA 
PRESENTA: 
DR. ARMANDO VALLE SALGADO 
 
ASESOR: 
 
DR. WALTER FUGAROLAS GARZA 
JPROFESOR TITULAR DEL CURSO DE ANESTESIOLOGÍA 
HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
MÉXICO, D. F. FEBRERO 2012 
 
S
E
HOSPITAL ESPAÑOL
B
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
II 
 
FIRMAS DE VALIDACIÓN Y RECONOCIMIENTO DEL DOCUMENTO 
 
 
 
__________________________________________________________________________ 
 DR. MANUEL ALVAREZ NAVARRO 
JEFE DE ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN 
HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO 
 
 
__________________________________________________________________________ 
DR. RUBÉN VELÁZQUEZ SUÁREZ 
PROFESOR TITULAR DEL CURSO 
JEFE DEL SERVICIO DE ANESTESIOLOGÍA 
HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO 
 
 
__________________________________________________________________________ 
DR. WALTER FUGAROLAS GARZA 
ASESOR DE TESIS 
PROFESOR TITULAR DEL CURSO 
SERVICIO DE ANESTESIOLOGIA 
HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO 
 
 
__________________________________________________________________________ 
DR. ARMANDO VALLE SALGADO. 
 AUTOR 
 
 
III 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
A mis padres Armando Valle Flores y Patricia Salgado de Valle y a mi hermana 
Pamela Valle Salgado a quienes amo, respeto y admiro, por su apoyo 
incondicional que siempre me brindaron en mis buenos y malos momentos y que 
sin ellos nunca habría llegado a donde me encuentro actualmente. 
 
A todos mis maestros del curso de especialización por el tiempo dedicado a mi 
enseñanza. 
 
Al Dr. Rubén Velázquez Suárez por su dedicación y consejos. 
 
Al Dr. José Luis Reyes Cedeño por el interés demostrado en nuestro aprendizaje 
y el apoyo brindado en la realización de esta tesis. 
 
Al Dr. Conrado Huerta Millán por haberme mostrado el arte del manejo de la vía 
aérea y la intubación selectiva. 
 
 
IV 
 
A mi asesor de tesis por la ayuda y coordinación en el desarrollo de este texto. Dr. 
Walter Fugarolas Garza. 
 
A mis compañeros de especialidad por compartirme su sabiduría y experiencia 
todos los días. 
 
Al Hospital Español de México por permitirme desarrollar el curso de 
especialización en sus instalaciones. 
 
A todos los pacientes que con su bondad y nobleza han permitido aprender de 
ellos y desarrollarme en este arte cada día más. 
 
 
 
V 
 
INDICE 
 
 
I. Introducción. 1 
 
II. Justificación. 2 
 
III. Marco Teórico. 4 
 1. Valoración Preanestésica. 4 
 1.1 Valoración clásica. 7 
 1.2 Pruebas específicas. 10 
 
 2. Preparación preoperatoria. 17 
 
 3. Fisiopatología de la ventilación unipulmonar (OLV). 17 
 3.1 Factores que afectan a la ventilación. 18 
 3.2 Factores que afectan a la perfusión. 19 
 3.3 Cambios fisiopatológicos de la relación V/Q. 22 
 
4. Corrección de las alteraciones secundarias a la ventilación unipulmonar. 24 
 4.1 Indicaciones absolutas y relativas de ventilación diferencial. 25 
 4.1.1 Absolutas. 25 
 4.1.2 Relativas 26 
 
5. Técnica de intubación endotraqueal con necesidad de ventilación 
 unipulmonar. 27 
 5.1 Tubos de doble luz. 27 
 
VI 
 
 5.1.1 Colocación. 29 
 5.1.2 Complicaciones. 31 
 
 5.2 Bloqueadores bronquiales. 31 
 5.2.1 Bloqueador de ARNDT. 32 
 5.2.2 Bloqueador simple FUJI Uniblocker. 34 
 5.2.3 Bloqueador bronquial simple Cohen. 36 
 5.2.4 Bloqueador bronquial doble EZ bloquer. 36 
 5.2.5 Catéter de Fogarty. 37 
 5.2.6 Características generales de los bloqueadores bronquiales. 38 
 5.2.7 Univent o bloqueador con control de giro. 39 
 
 6. Manejo clínico de la cirugía torácica. 42 
 6.1 Técnica anestésica. 42 
 6.2 Monitorización. 43 
 6.3 Manejo con intubación bronquial selectiva. 44 
 6.3.1 Complicaciones de la intubación selectiva. 46 
 6.4 Colocación del paciente. 46 
 6.5 Periodo postoperatorio. 47 
 6.5.1 Drenajes. 47 
 6.5.2 Monitorización. 48 
 6.5.3. Analgesia. 48 
 
VII 
 
 6.5.4 Ventilación artificial. 50 
 6.5.5 Fisioterapia respiratoria. 51 
 6.6 Complicaciones cardiovasculares. 51 
 6.7 Complicaciones respiratorias 52 
 
 7. Problemas y procedimientos específicos. 54
 7.1 Fístula broncopleural. 54 
 7.2 Tumores mediastínicos. 55 
 7.3 Esófago. 55 
 7.4 Bullectomía. 58 
 7.5 Cirugía de las vías aéreas. 58 
 7.6 Broncoscopía fibróptica. 59 
 7.7 Broncoscopía rígida. 60 
 7.8 Mediastinoscopía. 60 
 7.9 Toracoscopía. 61 
 7.10 Broncografía. 61 
 
IV. Conclusiones. 67 
 
V. Apéndice. 65 
 
VI. Bibliografía. 68
 
1 
 
I. INTRODUCCIÓN 
 
 
La incorporación de procedimientos quirúrgicos nuevos tanto diagnósticos como 
resolutivos, la aplicación de técnicas muy depuradas en el tratamiento del dolor 
postoperatorio y el desarrollo de los sistemas de ventilación unipulmonar, son a 
grandes rasgos, los responsables de los cambios que se han producido en la 
anestesia para la cirugía torácica durante los últimos años. 
 
Sin embargo, solo el perfecto conocimiento de las técnicas básicas, de la 
fisiología y la fisiopatología pulmonar permitirá al anestesiólogo desenvolverse 
con seguridad ante las situaciones críticas que se producen con frecuencia en 
esta especialidad. 
 
Tomando como modelo la resección pulmonar, nos introducimos en todos aquellos 
aspectos específicos que caracterizan a la anestesia en cirugía torácica, hablando 
desde la fisiología, la fisiopatología, los cambios esperados en la ventilación del 
paciente y sus distintos manejos con ventilación mecánica unipulmonar y cuyo 
conocimiento nos permite afrontar el resto de procedimientos con tan solo 
pequeñas modificaciones en la conducta anestésica. 
 
 
 
 
 
 
2 
 
II. JUSTIFICACIÓN 
 
El advenimiento de mejores técnicas quirúrgicas apoyadas en la nueva tecnología 
médica, como la cirugía mínima invasiva o la cirugía video asistida, ha permitido al 
cirujano realizar procedimientos que en el pasado eran complejos o que eran 
simplemente impensables por la alta incidencia de mortalidad y complicaciones en 
el trans y postoperatorio. 
La estrategia anestésica en la cirugía pulmonar se ha modificado 
considerablemente en los últimos años como consecuencia de la tendencia actual 
a limitar la extensión de la exéresis y el acceso quirúrgico. Esta tendencia 
(segmentectomía o resecciones limitadas según los casos, lobectomías en lugar 
de neumonectomías) se justifica por varios argumentos: la función respiratoria 
postoperatoriadepende de la extensión de la resección (disminución del 15% de la 
capacidad vital después de una lobectomía, del 35% al 40% después de una 
neumonectomía); no existen pruebas claras a favor de la neumonectomía cuando 
es posible una exéresis mas limitada desde un punto de vista oncológico; la 
mortalidad hospitalaria es tres veces mayor después de una neumonectomía que 
después de una lobectomía. 
La toracotomía posterolateral tradicional tiene indicaciones más restringidas y 
tiende a ser remplazada por vías de acceso más limitadas como minitoracotomías 
con reducción del traumatismo muscular realizadas en el hueco axilar, y 
videocirugía. 
 
3 
 
Así mismo el avance en la medicina oncológica a permitido en nuestro país 
incrementar el número de procedimientos quirúrgicos de resección pulmonar tanto 
curativa como paliativa, aumentando de manera importante el manejo de la 
ventilación unipulmonar selectiva y supraselectiva tanto en el medio institucional 
como en el privado. 
Por lo anterior las técnicas anestésicas también han tenido que cambiar para 
adaptarse de manera inmediata a los avances en cirugía, y así permitir la 
realización de procedimientos quirúrgicos que involucran la vía aérea de una 
manera rápida y eficaz, garantizando la seguridad de nuestro paciente y 
mejorando tanto su sobrevida como su recuperación postoperatoria. 
Por consiguiente pienso que es de vital importancia que el anestesiólogo tenga 
dentro de sus conocimientos básicos la fisiología pulmonar, la fisiología 
ventilatoria, y que sepa verificar el riesgo de complicaciones respiratorias 
estimando en la evaluación preoperatoria, sin omitir los riesgos relacionados con 
las patologías asociadas, conocer las diversas modalidades técnicas de la 
intubación selectiva, saber realizar una ventilación unipulmonar, elegir y poner en 
práctica una técnica de analgesia que debe ser eficaz desde el despertar del 
paciente y prolongarse 3 a 5 días siguientes a una toracotomía, reconocer 
rápidamente las complicaciones postoperatorias, que puedan aparecer tanto en 
las primeras horas como en los primeros días postoperatorios. 
 
 
 
4 
 
III. MARCO TEÓRICO 
 
1. VALORACIÓN PREANESTÉSICA: 
La valoración de los pacientes que van a ser intervenidos no puede realizarse sin 
el conocimiento del riesgo específico que este tipo de cirugía conlleva. 
Actualmente el porcentaje de complicaciones respiratorias asociadas al periodo 
perioperatorio oscila entre un 15- 20% y mortalidad entre un 3- 4%; la posibilidad 
de complicaciones cardíacas que son las segundas en frecuencia se sitúa entre un 
10- 15%. 
Para que un paciente diagnosticado de cáncer de pulmón pueda ser tratado 
quirúrgicamente, deben cumplirse dos requisitos en la valoración preoperatoria; el 
primero, que la cirugía pueda ser oncológicamente satisfactoria (criterios de 
resecabilidad) y el segundo, que la calidad de vida tras el tratamiento pueda ser 
aceptable (criterios de operabilidad). 
 
 Forman parte de criterios de resecabilidad, todas aquellas pruebas (TAC, 
broncoscopía, mediastinoscopÍa, citología de esputo, etc...) que tratan de 
determinar la extensión de la tumoración, la presencia de adenopatías y/o 
metástasis y el diagnóstico histológico. Su resultado permite el estadiaje de la 
lesión y la indicación o no del tratamiento quirúrgico. Tras este proceso, solo el 
35% de los pacientes diagnosticados podrán ser candidatos a cirugía de resección 
pulmonar. 
 
5 
 
 Los criterios de operabilidad, valoran no solo la cantidad de parénquima que 
queda tras la intervención propuesta y su eficacia en la realización del intercambio 
gaseoso, sino también si el corazón es capaz de tolerar dicho esfuerzo. La 
valoración se obtiene a través de la información que proporciona la anamnesis, la 
exploración física, la analítica, las pruebas de función pulmonar y actualmente 
también, las pruebas de esfuerzo. 
 
Cuando se aplica este segundo criterio, solo el 20% de los pacientes 
diagnosticados de carcinoma broncopulmonar (CBP), podrán recibir tratamiento 
quirúrgico y por tanto, solo ese pequeño porcentaje de pacientes van a tener 
posibilidades de curación. (Fig 1). 
 
Cuando nos encontramos ante un paciente que va a ser intervenido de cirugía de 
resección pulmonar, debe tenerse en cuenta que: 
 
- La extirpación de una cantidad de parénquima pulmonar más o menos amplia, 
afecta al intercambio gaseoso, alterando la función pulmonar con carácter 
irreversible y teniendo que asumir el pulmón restante la eficacia de esta función. 
- La mayoría de estos pacientes presentan además, algún tipo de enfermedad 
pulmonar subyacente ( EPOC en el 90% de los casos ), por lo que la eficacia de la 
función respiratoria tras la cirugía va a depender de un parénquima alterado o 
enfermo. 
- El acto quirúrgico va a provocar una agudización de su patología pulmonar. 
 
 
6 
 
Intraoperatoriamente, el decúbito lateral, la anestesia, la cirugía y la necesidad de 
colapso pulmonar, producen una alteración en la relación ventilación perfusión 
(V/Q), con tendencia a la hipoxemia, retención de CO2, disminución de la 
capacidad residual funcional (CRF) y edema intersticial difuso. Durante el 
postoperatorio, la disminución de la CRF estará incrementada por el dolor y la 
aparición de posibles atelectasias, habiéndose demostrado que la disminución de 
los volúmenes pulmonares, se sitúa alrededor de un 50% durante las primeras 
24h, manteniéndose alterados entre una o dos semanas. 
 
De todo ello se deduce que la atención del anestesiólogo durante la valoración 
preoperatoria, se centra en la evaluación global del estado cardiorespiratorio, 
intentando predecir su respuesta frente a la resección y la tolerancia a la misma. 
 
La identificación de los pacientes con riesgo elevado y la previsión de posibles 
complicaciones, permitirán la instauración de un tratamiento preoperatorio que 
optimice el estado físico del paciente ante la cirugía y la planificación tanto de la 
anestesia, como de las necesidades durante el postoperatorio inmediato. 
 
La información necesaria para la evaluación de los pacientes, se extrae de los 
datos que proporciona la valoración clásica y de los que proporcionan las pruebas 
específicas de función cardiopulmonar. 
 
 
 
7 
 
1.1 Valoración Clásica. 
 Se basa en la anamnesis, el examen físico, la analítica y las pruebas 
complementarias de rutina, constituyendo siempre la 1ª etapa en toda 
evaluación preanestésica. 
 
Anamnesis. A grandes rasgos tendremos en cuenta: 
¡ La edad y los hábitos tóxicos, fundamentalmente tabaquismo y alcoholismo, ya 
que son datos que nos orientarán sobre la coexistencia de otras enfermedades; 
así mismo, la edad avanzada, se asocia a un mayor porcentaje de 
complicaciones. 
¡ La patología asociada, principalmente pulmonar y cardiovascular. Se ha 
observado que la EPOC está presente en un 70-90% de estos pacientes y que 
alrededor de un 20% asocian además patología cardiovascular (HTA, cardiopatías 
y/o arteriopatía vascular periférica). 
¡ En relación a la enfermedad actual: el diagnóstico histopatológico y las 
características anatómicas de la tumoración nos permitirán conocer el tipo de 
cirugía y dificultades que pueden plantearse para su realización; en cuanto a las 
manifestaciones clínicas, es importante conocer como ha debutado la enfermedad 
y que signos respiratorios produce (presencia de disnea y como limitación de su 
actividad física), si se acompaña de síndrome tóxico y si se asocia a un síndrome 
paraneoplásico (síndrome miasteniforme, carcinoides etc...). 
 
 
 
8 
 
Examen físico: desde un enfoque absolutamente personal, quiero destacar su 
importancia en la valoración preoperatoria de los pacientes programados para este 
tipo de cirugía, ya que la información que se extrae del aspecto general del 
paciente y de la constatación de signos físicos secundarios asu enfermedad 
neoplásica, resulta extremadamente útil en la predicción de la tolerancia a la 
cirugía. 
 
Además, la observación del paciente mientras conversamos con él, permite 
obtener una valoración subjetiva que será de gran ayuda, cuando el riesgo 
quirúrgico esté incrementado. 
 
¡ La presencia de obesidad o caquexia, traducen dificultades en la extubación por 
déficit muscular respiratorio. 
¡ La cianosis y la acropaquia o dedos en palillo de tambor, indican el grado de 
afectación del parénquima pulmonar subyacente. 
¡ El tiraje y las dificultades en el habla por disnea, denotan dificultad a la 
ventilación severa. 
¡ La ingurgitación yugular y/o la presencia de edema, son signos de insuficiencia 
cardiaca, o de compresión de la vena cava superior. 
¡ Las características del cuello y la voz, aportarán información sobre posibles 
dificultades para la intubación y sobre la posible afectación tumoral a nivel de la 
laringe. 
 
9 
 
¡ En la auscultación, la presencia de roncus y sibilantes de carácter inspiratorio 
pueden indicar crecimiento endoluminal de la tumoración; las zonas de 
hipofonesis, traducirán atelectasias y derrames pleurales generalmente 
secundarios a la neoplasia y un ritmo de galope o crepitantes finos, indicarán 
descompensación cardíaca. 
 
En la analítica, destacaremos el hallazgo de leucocitósis (indicará la coexistencia 
de un proceso infeccioso); un hematocrito elevado (traduce la presencia de 
insuficiencia respiratoria); la hipoproteinemia (desnutrición), y alteraciones de la 
coagulación. 
 
Entre las exploraciones complementarias, destacan por la relación 
simplicidad/cantidad de información, la radiografía simple de tórax y el 
electrocardiograma: 
 
¡ La Radiografía de tórax anteroposterior y lateral, es la exploración radiológica 
que va a proporcionar mayor información desde el punto de vista anestésico, ya 
que nos permitirá observar: 
- Estenosis y desviaciones de la tráquea, indicando posibles dificultades con 
la intubación y ventilación. 
- Derrames pleurales, que producirán una disminución de los volúmenes 
pulmonares. 
 
10 
 
Horizontalización de la parrilla costal y bullas, en pacientes con EPOC por 
enfisema. 
- Atelectasias, neumonías y patrones reticulares, que alterarán la relación 
ventilación/perfusión con aumento del shunt e hipoxemia 
- Cardiomegalia y edema intersticial difuso que indicarán posible fallo 
cardíaco. 
 
¡ En la interpretación del ECG, debemos valorar principalmente, los signos de 
sobrecarga, hipertensión pulmonar (HTP), e insuficiencia cardíaca especialmente 
derecha, ya que su presencia podría contraindicar la resección; los trastornos del 
ritmo pueden ser secundarios a la invasión neoplásica, en pacientes anteriormente 
asintomáticos. 
 
1.2 Pruebas específicas. 
 Constituyen la 2ª etapa de la valoración preoperatoria y amplían la información 
aportada por la valoración clásica que pese a ser muy útil, resulta insuficiente 
dadas las características de la cirugía y de los pacientes. 
 
Dichas pruebas, estudian la función cardiorespiratoria, determinando el 
intercambio gaseoso, los volúmenes pulmonares, el estado del parénquima y la 
adaptación del corazón y los pulmones a la cirugía. Su objetivo será la 
identificación de aquellos pacientes con un riesgo de morbilidad elevado, 
intentando predecir en qué casos, la cirugía puede resultar prohibitiva. 
 
11 
 
Las pruebas de función cardiopulmonar pueden agruparse en tres estadíos, 
siendo inicialmente sencillas y baratas y adquiriendo complejidad en relación a los 
resultados obtenidos. La obtención de buenos resultados en el primer estadío, 
evita tener que realizar las pruebas que incluyen los siguientes. 
 
El 1er escalón lo constituyen las pruebas funcionales respiratorias de rutina y 
deben realizarse sistemáticamente a todos los pacientes programados para 
cirugía de resección pulmonar. 
 
Dichas pruebas de las que forman parte, los gases sanguíneos, la espirometría, 
los volúmenes pulmonares y la capacidad de difusión pulmonar del monóxido de 
carbono (DLCO), proporcionan información sobre la funcionalidad cardiopulmonar 
en reposo, utilizada como predictiva del riesgo de morbimortalidad. 
 
¡ En la interpretación de los gases sanguíneos, una PaO2 > a 60mmhg y una 
PaCO2 < a 45mmhg son indicativos de morbimortalidad aumentada. 
La PaO2 sin embargo se considera un parámetro poco predictivo en reposo, 
aunque resulta muy útil en el postoperatorio inmediato, para determinar el grado 
de hipoxemia tolerable. 
 
La PaCO2 por el contrario, si que tiene valor predictivo ya que mantiene una 
buena correlación entre las cifras pre y postoperatórias; en este sentido, la 
constatación de una hipercapnia que no se corrige pese a la hiperventilación, 
traduce el fallo de los mecanismos de compensación por disfunción pulmonar y 
por tanto la posible necesidad de ventilación mecánica tras la cirugía. 
 
12 
 
¡ La espirometría simple, es la prueba funcional que proporciona mayor 
información con un mínimo costo. Entre los parámetros que pueden obtenerse de 
la misma, los mas empleados son: la capacidad vital forzada o volumen total de 
aire espirado (FVC) y el volumen espiratorio forzado en el primer segundo (FEVI); 
para que su interpretación sea más exacta, los resultados se corrigen según la 
estatura, el peso y la edad del individuo, hablando en ese caso de valores 
predichos o corregidos. 
 
Los valores normales de la FVC, son de 6.5L para el hombre y 5L para la mujer, 
reflejando su disminución una enfermedad pulmonar restrictiva. 
 
Los valores teóricos para el FEV1, son unos 5.5L (85%.) en personas jóvenes y 
4.2L (65%) en ancianos y tanto su disminución como la del índiceFEV1/FVC, 
indican una enfermedad pulmonar obstructiva. Se considera que el riesgo 
quirúrgico está aumentado, cuando el valor del FEV1 predicho es inferior al 50% 
(2L) y lo mismo para el índice. 
 
¡ La determinación de los volúmenes pulmonares y de la DLCO, requiere una 
tecnología más compleja. Entre los primeros, la capacidad respiratoria máxima en 
un minuto (MVV), refleja alteraciones obstructivas, restrictivas, cardíacas y 
también del diafragma y la pared torácica, mientras que el índice volumen 
residual/capacidad pulmonar total (VR/TLC), refleja el grado de atrapamiento e 
hiperinsuflación en los procesos obstructivos. Para este índice, se ha demostrado 
que los pacientes con cifras superiores al 50%, tienen un mayor porcentaje de 
mortalidad. 
 
13 
 
La DLCO, refleja la superficie alveolar disponible y la integridad de la membrana 
alveolo-capilar, siendo considerado por algunos autores como el parámetro 
aislado más predictivo de morbimortalidad. 
 
La obtención de resultados insatisfactorios;(Fig 2), nos obligará a proseguir la 
investigación pasando al segundo estadio de pruebas funcionales. (Fig 3). 
 
El 2º escalón, lo constituyen las pruebas funcionales unilaterales, que tratan 
dedeterminar la cantidad de parénquima funcionante tras la cirugía, simulando de 
forma estática una neumonectomía. Forman parte de estas pruebas: 
 
La gammagrafía de perfusión cuantificada con tecnecio99, que informa sobre la 
cantidad de flujo sanguíneo que recibe cada pulmón, permitiendo calcular el FEV1 
predicho post-neumonectomía (FEV1ppn), que traduce con bastante aproximación 
la función ventilatoria tras la resección. Se considera que el límite de la tolerancia 
para resección pulmonar es un FEV1ppn = a 800ml, o al 40% del predicho. 
 
Esta conclusión, se basa en la experiencia clínica y en la observación de que los 
pacientes con EPOC y un FEV1 < a 800ml, retienen CO2 y presentan una 
supervivencia media de solo tres años en la evolución natural de su enfermedad. 
 
Sin embargo y desde hace unos años estos límites están en continua revisión para 
poder incrementar el número de pacientes que acceden a la cirugía y los últimoscriterios consideran que estas cifras no significan un límite de tolerancia y por 
tanto la imposibilidad de tratamiento quirúrgico, sino un aumento del riesgo de 
 
14 
 
morbimortalidad y que además deben aplicarse a la intervención quirúrgica 
prevista y no solo a la neumonectomía por lo que se expresa en términos de 
FEV1ppo. 
 
A continuación se exponen las formulas que permiten calcular el FEV1ppn y 
FEV1ppo: 
 
Según esta última fórmula que aplican Nakahara y cols. el lóbulo superior derecho 
tiene 6 subsegmentos, el medio 4 y el inferior 12; en el izquierdo. 
El lóbulo superior está compuesto por 10 y el inferior igual. 
¡ La determinación de la presión de la arteria pulmonar (PAP) mediante su 
oclusión a través de cateterismo, predice la posible aparición de insuficiencia o 
fallo cardíaco derecho en caso de neumonectomía, estimando que una PAP> a 
35mmHg, o la aparición de una hipoxemia < a 45mmhg son de mal pronóstico. 
Actualmente, se considera un método agresivo, con una capacidad de predicción 
incierta, prefiriéndose recurrir a pruebas no invasivas para su determinación, ante 
la sospecha de hipertensión pulmonar. 
 
15 
 
El 3er escalón, lo constituyen las pruebas de esfuerzo. La filosofía de su utilización 
en la valoración preoperatoria, traduce la idea de que la respuesta del sistema 
cardiopulmonar y el consumo de oxígeno (VO2), durante el ejercicio, pueden 
proporcionar información sobre la capacidad de reserva, reproduciendo de alguna 
forma, la situación aguda que el intra y postoperatorio significan para aquellos 
pacientes con pruebas funcionales límite, que serían rechazados para la cirugía, si 
aplicamos los criterios clásicos: FEV1>60%, o FEV1-ppo>40% y DLCOppo<40%. 
 
No existe consenso hasta el momento, sobre cuál de las diferentes pruebas de 
esfuerzo y los distintos parámetros medidos, tienen mayor capacidad predictiva, al 
correlacionarse con las complicaciones detectadas durante el postoperatorio. 
 
¡ Se considera que la medición del consumo de oxígeno durante el esfuerzo 
(VO2max) es uno de los parámetros con mejor correlación. Actualmente, el límite 
para la resección es un VO2max=10ml/kg/min.; el riesgo de complicaciones 
cardiorespiratorias durante el postoperatorio está aumentado para un VO2max 12 
-15ml/kg/min y es considerado de buen pronóstico un VO2max > 20ml/kg/min. 
¡ Una prueba de esfuerzo más fácil y no invasiva, es el test de subir escaleras, 
habiendo demostrado una buena capacidad de predicción. Se relaciona con un 
buen pronóstico, la capacidad de subir un equivalente a tres pisos de escaleras. 
¡ Más recientemente los test de marcha, determinando el grado de desaturación 
que aparece durante los mismos y/o la necesidad de aporte de oxígeno, han 
demostrado también una buena correlación con la morbimortalidad perioperatoria. 
 
16 
 
Como conclusión acerca de la valoración preanestésica del paciente candidato a 
cirugía torácica o de resección pulmonar: 
Que la información que aporta la valoración clásica, sigue siendo fundamental en 
la evaluación de los pacientes candidatos a cirugía de resección pulmonar. 
 
Que las pruebas específicas de función cardiopulmonar, no deben realizarse 
indiscriminadamente, sino que se amplían dependiendo de los resultados 
obtenidos en cada paciente, considerándose actualmente que el hallazgo de un 
FEV1 < 2l o al 60% del predicho durante la espirometría, obliga a realizar una 
gammagrafía de perfusión. 
 
Si el cálculo del FEV1 y/o la DLCO predichos para la resección quirúrgica indicada 
(FEV1ppo y/o DLCOppo) es > al 40%, deberán realizarse pruebas de esfuerzo, 
considerándose aceptable para la cirugía un consumo de oxígeno (VO2max) 
durante el esfuerzo > 12ml/kg/min., o bien la capacidad de subir el equivalente a 
tres pisos de escaleras, o la ausencia de desaturación durante el esfuerzo; en 
todos estos casos sin embargo, se recomienda limitar la resección al máximo. 
 
A continuación expongo un diagrama que resume de manera adecuada la 
valoración necesaria para un paciente candidato a resección pulmonar: 
 
Diagrama de la valoración completa de los pacientes candidatos a resección 
pulmonar. (Fig 4). 
 
 
17 
 
2. PREPARACIÓN PREOPERATORIA 
 
Dejar de fumar; ejercicios físicos dirigidos sobre todo a rehabilitar la musculatura 
respiratoria, la administración de broncodilatadores y mucolíticos, el tratamiento de 
las infecciones respiratorias asociadas, la mejoría del estado nutricional y la 
administración de O2 en pacientes con hipertensión pulmonar, son medidas que 
pueden incluso modificar el riesgo de complicaciones al optimizar el estado físico 
del paciente. 
Este tipo de preparación "ideal", ha demostrado su utilidad en los pacientes 
sometidos a trasplante pulmonar, de donde se han extrapolado conductas y 
tratamientos a la cirugía convencional de resección pulmonar. 
 
 
3. FISIOPATOLOGIA DE LA VENTILACIÓN UNIPULMONAR 
(OLV). 
 
Si algo caracteriza a la cirugía torácica en general, es que en la mayoría de los 
procedimientos, para que la intervención pueda realizarse, debe mantenerse el 
pulmón del hemitórax quirúrgico colapsado. Sin embargo, dicho colapso, no es el 
único responsable de los cambios en la fisiología respiratoria durante la cirugía, 
sino que las alteraciones de la relación ventilación perfusión serán consecuencia 
de un conjunto de factores entre los que se encuentran el decúbito lateral, la 
anestesia, la toracotomía y por supuesto el colapso pulmonar y la necesidad de 
ventilar un solo pulmón (OLV), para obtenerlo. 
 
 
18 
 
3.1 Factores que afectan a la ventilación. 
Mientras que la presión alveolar (PA) se mantiene constante en todo el pulmón, la 
presión negativa interpleural (Ppl) que es la responsable de su expansión, está 
sometida a la acción de la fuerza de gravedad que actúa creando un gradiente de 
presión en sentido vertical de modo que la negatividad disminuye 0.25 cmH2O/cm 
desde el ápex a las bases. Este hecho provoca que los alveolos de los vértices 
estén más expandidos que los de las bases, los cuales presentan un volumen al 
final de la espiración que corresponde aproximadamente a 1/4 de los primeros. Sin 
embargo, como la PA es constante, se genera una presión transpulmonar (PA-Ppl) 
que es superior en las bases, por lo que los alveolos declives tienen una mayor 
distensibilidad o compliance. 
 
 De lo expuesto hasta ahora se concluye que en un paciente despierto, en 
bipedestación y ventilando espontáneamente, los alveolos apicales están más 
insuflados pero son poco distensibles mientras que los de las bases están más 
comprimidos pero son muy distensibles; por ello, el mayor volumen corriente 
corresponde a las zonas declives que son las que mantienen la mayor eficacia en 
la ventilación alveolar, para una misma presión. 
 
Cuando esto se traslada a una curva cuyos ejes son la presión transpulmonar y el 
volumen alveolar, la zona de máxima pendiente corresponde a la mitad inferior del 
pulmón; pero además esta curva representa la compliance regional alveolar. (Fig 
5). 
 
19 
 
 
 
3.2 Factores que afectan a la perfusión. 
La perfusión pulmonar responde por completo a las leyes de la gravedad, pero 
también y en segundo lugar al fenómeno de vasoconstricción pulmonar hipóxica. 
 
¡ Cambios en la perfusión según la gravedad: El ventrículo derecho bombea 
sangre a las arterias pulmonares (Ppa), con una energía cinética que es capaz de 
vencer el gradiente hidrostático vertical. Sin embargo y debido a la acción de la 
gravedad, la presión disminuye 1.25mmhg por cada cm de altura. 
 
Si añadimos que la circulación pulmonar es un sistema de baja presión, la 
perfusión (Q) dependerá de los gradientes de presión generados entre la presión 
alveolar (PA), la presión arterial pulmonar (Ppa) y la presión venosa pulmonar 
(Ppv). 
 
Este hecho, origina grandes diferencias en la perfusión del pulmón permitiendodistinguir tres zonas, que en el paciente en bipedestación corresponden al ápex, la 
parte media y las bases respectivamente. 
 
20 
 
En los vértices o zona 1, la PA > Ppa; por lo tanto no hay perfusión, pero si 
ventilación. 
 
En estas situaciones, hablamos de "espacio muerto" (VD) que en condiciones 
normales es mínimo, sin embargo cuando disminuye la Ppa (ejem: hipovolemia), o 
aumenta la PA (ejem: PEEP) se produce un aumento del mismo. 
 
En la zona 2, la Ppa > PA > Ppv, por lo que la perfusión dependerá de la 
diferencia entre la (Ppa - PA), pero como esta última es constante, la Q es mayor 
en dirección basal. 
 
En la zona 3, la Ppa > Ppv> PA, esto significa que la Q es función de la diferencia 
(Ppa - Ppv), pero como ambas presiones sufren la misma variación en relación a 
la gravedad la presión de perfusión será K. Sin embargo como la presión 
transmural de los vasos (Ppa-Ppl) y (Ppv-Ppl) aumenta hacia las zonas basales, el 
flujo también aumenta. 
 
En resumen y en relación a la gravedad, la perfusión es mínima o nula en los 
vértices y máxima en las bases, si bien, cualquier alteración en las presiones (PA, 
Ppa y Ppv) que la determinan, podrán modificarlo. 
 
¡ La vasoconstricción pulmonar hipóxica (VPH), es después de la gravedad el 
fenómeno que más modifica la perfusión. 
 
21 
 
Se trata de un mecanismo de autorregulación cuyo detonante es la hipoxia 
alveolar y cuya respuesta es una vasoconstricción de la zona afectada que 
permite el desvió del flujo hacia zonas bien ventiladas disminuyendo el shunt y 
mejorando la oxigenación arterial. 
 
La VPH solo es efectiva para determinados porcentajes de hipoxia pulmonar (30-
70%), y si la musculatura lisa de los vasos pulmonares es capaz de responder 
ante la disminución de O2. Entre las causas de hipoxemia encontramos: la 
disminución de la FIO2, hipoventilación y las atelectasias. 
 
En relación a la respuesta vascular, su anulación puede ser debida a fármacos 
vasoactivos, algunos agentes anestésicos (halogenados) y las alteraciones en la 
hemodinámica pulmonar (PAP, RVP, PvO2). 
 
La importancia de la VPH para corregir la hipoxemia, se pone de manifiesto 
durante la ventilación selectiva, ya que es capaz de reducir el flujo que se dirige al 
pulmón superior hasta en un 50%. (Fig 6). 
 
 
 
22 
 
3.3 Cambios fisiopatológicos de la relación V/Q. 
Cuando relacionamos lo descrito hasta ahora y lo adaptamos a las modificaciones 
que se producen durante la cirugía (decúbito lateral, anestesia, toracotomía y 
colpaso pulmonar), observamos como: 
 
¡ El decúbito lateral no afecta la relación V/Q que se rige por las leyes de la 
gravedad, de modo que tanto la ventilación alveolar como la perfusión son 
máximas en el pulmón declive. Al igual que en bipedestación las zonas superiores 
tendrán cocientes V/Q> 1 (espacio muerto), las zonas medias y bajas guardan la 
mejor relación y las muy inferiores tendrán cocientes V/Q< 1o 0 (shunt). 
¡ Cuando dormimos y relajamos al paciente, la anestesia, unida al decúbito lateral 
da lugar a las primeras alteraciones en la relación V/Q, ya que la perfusión será 
mayor en el pulmón declive (60%), mientras que la ventilación alveolar será 
superior en el proclive. Su traducción será una disminución en el índice, que se 
restaura con la aplicación de una PEEP que al aumentar la CRF trasladaría a los 
pulmones a su posición natural en la curva de P/V al producir un aumento la 
presión transpulmonar. 
¡ La toracotomía, no hará más que exagerar este fenómeno, ya que la apertura del 
tórax facilita la expansión o distensión del pulmón superior. 
¡ El colapso pulmonar que se consigue al dejar de ventilar el pulmón proclive para 
obtener así un buen campo quirúrgico, llevará las desigualdades en la relación 
V/Q a su máximo exponente: 
- La perfusión es superior en el pulmón declive o inferior, sin embargo el proclive o 
superior, está atelactasiado por el colapso pero sigue perfundido. 
 
23 
 
- La ventilación realizada solo por el pulmón declive, está dificultada por el peso 
del pulmón superior colapsado, el peso del mediastino y la curva poco favorable 
del diafragma secundaria a la relajación. 
 
Todo ello nos conduce a una disminución de la compliance y de la CRF y a un 
aumento de la presión de la vía aérea y los vasos pulmonares en el pulmón 
ventilado, que provoca la aparición de atelectasias y la desviación del flujo hacia 
pulmón colapsado. (Fig 7). 
 
Esta situación caótica conduce a un incremento del shunt que puede poner en 
peligro la oxigenación, siendo en este momento cuando se pone de manifiesto la 
importancia de la VPH, al desviar hasta un 50% del flujo del pulmón colapsado al 
ventilado y llevando los valores de la PaO2 hacia cifras más aceptables. 
 
Sin embargo y como es lógico hay otros factores que también afectan a la 
perfusión cuando el pulmón está colapsado. 
 
 
 
24 
 
4. CORRECCIÓN DE LAS ALTERACIONES SECUNDARIAS A LA 
VENTILACIÓN UNIPULMONAR. 
Todas las medidas van dirigidas a optimizar la ventilación de forma que el 
aumento del shunt, la hipoxemia secundaria al mismo, la hipercapnia y el aumento 
de presión de la vía aérea no pongan en peligro al paciente durante la cirugía. 
 
Como siempre empezamos por los procedimientos más sencillos y si la respuesta 
a los mismos es insuficiente, se instauran otros más complicados de forma 
paulatina. Las medidas según lo descrito serán: 
1º) Comprobar que la posición del tubo de doble luz es correcta. 
2º) Mantener ambos pulmones ventilados durante el máximo tiempo posible 
(apertura de la pleura). 
3º) Modificar los parámetros ventilatorios del pulmón ventilado selectivamente: 
FiO2 al 100% 
Mantener un volumen corriente (tidal) si es posible entre 6-8 ml/kg. 
Conseguir una frecuencia respiratoria que mantenga una PaCO2 aceptable (30 a 
35 mmh2O). 
Ventilación mecánica controlada por presión o volumen dependiendo de las 
presiones de la vía aérea. 
4º) Si la hipoxemia se mantiene o incrementa: 
- Comprobar con el fibrobroncoscopio que la posición del tubo de doble luz, o del 
sistema que hayamos elegido para realizar la OLV es correcta. 
- Comprobar que hemodinamicamente no exista ningún problema. 
 
25 
 
- Administrar una presión positiva continua (CPAP) de O2 al pulmón no ventilado. 
De esta forma se consigue que parte de la sangre en ese pulmón pueda 
oxigenarse. 
- Añadir PEEP al pulmón ventilado. En este caso aunque el aumento de la presión 
de las vías aéreas pueda desviar el flujo hacia el pulmón colapsado, como este 
recibe un aporte de O2 continuo por la CPAP la sangre se oxigenará igualmente. 
- Ventilar ambos pulmones (reclutamiento) hasta recuperar la PaO2. 
- En los casos de neumonectomía, realizar lo antes posible el clampaje de la 
arteria pulmonar. Esta medida es la que elimina el shunt, pero en pacientes 
críticos, puede ser mal tolerada por la sobrecarga que para el corazón derecho 
significa. 
 
 
 
4.1 Indicaciones absolutas y relativas de ventilación diferencial. 
 
 
4.1.1 Absolutas: 
 
¡ El aislamiento entre ambos pulmones para evitar la contaminación (infecciones o 
hemorragias masivas). 
¡ Fístula broncopleural. 
¡ Soluciones de continuidad en la vía aérea principal. (Ruptura del árbol traqueo 
bronquial). 
¡ Existencia de una bulla gigante que puede romperse o cirugía de la misma. 
¡ Proteinosis alveolar que requiere lavados. 
 
26 
 
¡ Videotoracoscopia. Esta indicación se ha añadido recientemente, ya que la 
imposibilidad de obtener un colapso pulmonar absoluto obliga a la reconversión de 
la técnica, pasando a cirugía abierta, lo cual lo hemos podido ver con frecuencia 
en el Hospital español de la ciudad de México. 
 
4.1.2 Relativas: 
¡ Necesidad casi absoluta de un buen campo quirúrgico para que la intervención 
pueda efectuarse: 
¡ Aneurisma de aorta torácica; neumonectomía; resección pulmonar por 
esternotomía media; lobectomíasuperior; buena exposición mediastínica. 
¡ Necesidad relativa de un buen campo. 
¡ Lobectomía media o inferior y segmentectomías; resección esofágica; cirugía 
de la columna con abordaje anterior. 
 
Sin embargo y en relación a las indicaciones de la ventilación selectiva, debe 
tenerse en cuenta que la facilitar la exposición del campo quirúrgico, facilita la 
cirugía, acorta el tiempo de la misma, evita complicaciones iatrogénicas y por lo 
tanto, beneficia al paciente. 
 
 
 
 
 
 
27 
 
5. TECNICA DE INTUBACION ENDOTRAQUEAL CON 
NECECIDAD DE VENTILACION UNIPULMONAR 
 
Tubos de doble luz: Existen tubos selectivos Derechos e Izquierdos de 
Robertshaw, Carlens y Withe. (fig8, 9, 10) 
Bloqueadores bronquiales: Fogarty, Univent, Arndt, Cohen, Fuji uniblocker, EZ 
bloquer. 
 
5.1 Tubos de doble luz. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
28 
 
Ventajas del uso de tubo de doble luz: 
¡ Fácil colocación (especialmente tubo izquierdo), laringoscopia o fibroscopía 
convencional. 
¡ Permite aspirar ambos pulmones de secreciones u otro material alojado en ellos. 
¡ Consiguen un colapso pulmonar rápido y total tras el clampaje y la apertura de la 
rama espiratoria correspondiente. 
¡ Permite la aplicación de CPAP o de ventilación diferencial. 
¡ Sin ningún tipo de manipulación posterior de la vía aérea, permiten colapsar 
indistintamente un campo pulmonar u otro, según clampemos el extremo traqueal 
o el extremo bronquial. 
Inconvenientes: 
¡Necesidad de un cambio de tubo al final de la intervención si se necesita 
ventilación mecánica en el postoperatorio. 
¡ La dificultad en su inserción cuando el paciente presenta una intubación difícil y 
en pacientes con dientes prominentes, es fácil la rotura del balón traqueal durante 
la intubación. 
 
 
 
 
29 
 
5.1.1 Colocación. 
Por medio de laringoscopía el TDL se introduce a través de las cuerdas vocales 
con la curvatura distal cóncava dirigida hacia arriba, tras pasar las cuerdas del 
TDL se gira a 45° hacia el lado a bloquear. (Fig 11). 
 
 
El TDL se avanza suavemente hasta notar una resistencia a su progresión cuando 
el tubo bronquial entra en el bronquio. Se inflan los dos manguitos: traqueal y 
bronquial, se conecta la ventilación y se pinza por turno las dos luces, traqueal y 
bronquial y se comprueba mediante auscultación y/o fibrobroncoscopía. (Fig 12.) 
 
 
 
30 
 
Cuando se usa fibroscopia, se debe meter el TDL y cuando este se encuentra en 
tráquea se introduce el fibroscopio, con visión directa se avanza el TDL hasta 
identificar carina y bronquios; se avanza el fibroscopio hasta el interior del 
bronquio a bloquear y se avanza el TDL utilizando el fibroscopio como guía. 
 
Se comprueba la correcta colocación del manguito bronquial en posición 
subcarinal para que no obstruya la entrada al bronquio contrario. (Fig 13.) 
 
 
Los TDL derechos tienen el manguito bronquial modificado con un orificio lateral 
que debe hacerse coincidir con el orificio de entrada del LSD. (Fig 14.) 
 
 
31 
 
5.1.2 Complicaciones. 
Traumatismo de la vía aérea.- Desgarros traqueales, los cuales se pueden 
evitar colocando un tubo de tamaño adecuado y obteniendo una lubricación 
adecuada. 
Rotura bronquial por un insuflado excesivo del manguito. 
Inadecuada ventilación por malposición.- Obstrucción del LSD en TDL derecho. 
Herniación del manguito bronquial. Fuga aérea por manguitos insuficientemente 
insuflados. 
Grapado de la luz bronquial durante la neumonectomía. 
 
5.2 Bloqueadores bronquiales. 
Independientes.- bloqueador bronquial con guía y lazo ARNDT, bloqueador 
bronquial FUJI Uniblocker, bloqueador bronquial Cohen, bloqueador doble EZ 
Blocker, catéter de Fogarty. 
Incluidos en el tubo orotraqueal.- Univent o bloqueador con control de giro. 
El bloqueador se sitúa lateralmente al tubo endotraqueal. El balón inflado impide el 
paso de gas hacia el pulmón. El campo pulmonar contralateral se ventila desde la 
tráquea. 
 
 
32 
 
5.2.1 Bloqueador ARNDT. 
La principal ventaja es la incorporación de una guía interna con un lazo de nylon 
que facilita su colocación. (Fig 15). 
 
El lazo sobresale distalmente, abraza el fibrobroscopio y permite dirigirlo hacia el 
bronquio que se desea bloquear. (Fig 16). 
 
Posee distalmente un neumotaponamiento de baja presión. Tiene un canal interno 
de 1.4mm que permite la aspiración y la administración de CPAP en el pulmón 
colapsado. 
Está indicado en casos de intubación difícil. Se puede usar en intubación nasal y 
con mascarilla laríngea. 
Pacientes previamente intubados y nos permite un bloqueo lobar selectivo. 
 
33 
 
Va provisto de un adaptador con tres entradas que debe colocarse entre el TOT y 
el circuito anestésico para el paso del Bloqueador, del fibroscopio y del flujo de 
gas al pulmón colapsado. (fig 17, 18 y 19). 
 
 
 
 
 
 
 
 
34 
 
5.2.2 Bloqueador simple FUJI Uniblocker. 
Tiene las mismas características que el bloqueador ARNDT, pero posee una guía 
metálica y carece de lazo. (Fig 20, 21 y 22). 
 
 
• Swivel connector Vlntiltlion Por! 
Pon: A lFiWopIio; Bronc;~ Entt_l 
EndoIrar:hNITut>.PQfI, ,~<1"U~ ~ • 
• UNIBlOCKER [Adlllt and Pediatric) 
• Swivel connector VwnIllllion Pon 
Pon A(f~a.OIoc;'-""'P1 ~_I 
~ , 
• UNIBlOCKER [Adult and Pediatric) 
Luer Loci Comector 
 
35 
 
 
 
 
 
 
 
D( D( 
 
36 
 
5.2.3 Bloqueador bronquial simple Cohen. 
Es un sistema que comparte las mismas características que el bloqueador Fuji 
Uniblocker, también comparte un sistema de adaptador para el circuito anestésico 
por donde se puede pasar el bloqueador, el fibroscopio y permite el paso de gases 
anestésicos. (Fig 23). 
 
 
5.2.4 Bloqueador bronquial doble EZ Bloquer. 
Este sistema al igual que los anteriores comparte características similares, sin 
embargo este cuenta con dos manguitos lo que nos permite bloquear dos áreas 
selectivas de manera simultánea. (Fig 24). 
 
 
37 
 
5.2.5 Catéter de Fogarty. 
Este catéter se introduce a través del TOT. 
Posee una guía de alambre que se puede curvar en su extremo distal. 
Se pueden utilizar todos los tamaños de TOT, ya sean de adulto o pediátricos. (Fig 
25). 
 
Del catéter de Fogarty es importante mencionar que no son huecos por lo cuál no 
podemos oxigenar a nuestro paciente ni mantener succión. 
Tiene un balón de bajo volumen y alta presión por lo que podemos tener fuga de 
aire y una lesión bronquial por un hiperinsuflado. Su colocación debe ser 
comprobada con fibroscopía. (Fig 26). 
 
 
38 
 
5.2.6 Características generales de los bloqueadores bronquiales. 
Ventajas sobre los tubos de doble luz.- Colocación a través de u TOT normal. 
Útiles en intubaciones difíciles. 
Se pueden utilizar en intubación nasal. 
Pacientes de talla pequeña. 
Permiten asegurar la ventilación desde el momento de la intubación y durante la 
colocación del bloqueador. 
Útiles en pacientes con insuficiencia respiratoria o traumatismo torácico. 
Bloqueos lobares segmentarios. 
Inconvenientes.- Retardo en el colapso pulmonar. 
Necesidad de fibroscopio para su colocación. 
Inclusión del bloqueador en la línea de sutura. 
 
 
 
 
 
 
 
39 
 
5.2.7 Univent o bloqueador con control de giro. 
Es un tubo de una sola luz que tiene incorporado un canal para un bloqueador 
bronquial deslizable. 
Tiene una forma y una colocación similar a la de un TOT convencional. (Fig 27). 
 
La correcta colocación del bloqueador precisa de fibroscopía. 
Si lo colocamos por comisura derecha tiende a irse al BPD. (Fig 28). 
 
 
 
40 
 
Si lo colocamos por comisura izquierda tiende a irse al BPI. (Fig 29). 
 
Ventajas.- facilidad de colocación en vía aérea difícil. 
Se puede utilizar en intubación con paciente despierto. 
Puede ser utilizado como bloqueador bronquial selectivo. 
No precisa ser cambiado en caso de ventilación mecánica postoperatoria.Se puede aplicar CPAP al pulmón no ventilado. 
Se puede aplicar en pacientes de talla baja. 
 
 
 
 
41 
 
Desventajas.- grapado del bloqueador en neumonectomías. 
Insuflado del balón en la tráquea. 
Lesión bronquial. 
Lentitud del vaciamiento pulmonar. 
Calibre interno del tubo pequeño. (Fig 30). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
42 
 
6. MANEJO CLÍNICO EN CIRUGÍA TORÁCICA 
6.1 Técnica Anestésica. 
La premedicación no es aconsejable en pacientes hipoxémicos o hipercápnicos. 
No hay acuerdo en las ventajas de la heparinización profiláctica. La monitorización 
depende del estado preoperatorio del paciente, de la agresividad y duración 
prevista de la operación, y de los posibles incidentes o accidentes que pueden 
producirse intraoperatoriamente. 
 
En cuanto a la elección de la técnica anestésica no existen dogmas, y en el 
Hospital Español de la ciudad de México no se tiene un protocolo como tal, pero 
conviene tener en cuenta que: 
- Los halogenados permiten administrar Fi02 altas, mitigan la hiperreactividad 
bronquial y la recuperación postanestésica es rápida. 
- El debate sobre la abolición de la vasoconstricción hipóxica (VPH) producida por 
los halogenados podemos resumirla en: 
1. la atelectasia del pulmón operado, cuando solo se ventila el otro pulmón 
mediante un tubo de doble luz, produce un aumento neto del shunt. 
Este efecto se mitiga por el reflejo fisiológico de la VPH, que aumenta las RVP del 
pulmón no ventilado desviando el flujo hacia el ventilado. 
Este reflejo es máximo cuando la proporción de pulmón hipóxico oscila entre el 30 
y el 70 % (como ocurre en la ventilación a un solo pulmón) y su efectividad puede 
mantener la PaO2 aceptablemente durante momentos críticos de la intervención. 
 
43 
 
2. Los halogenados inhiben la VPH "in vitro" pero no parece que esto tenga 
importancia "in vivo" a concentraciones clínicas. 
3. La ketamina no inhibe la VPH. 
4. Hay influencias nerviosas y maniobras quirúrgicas que tienen más importancia 
sobre la VPH que los anestésicos (por ejemplo, la falta de flujo sanguíneo a los 
bronquios). 
 
La Hemoglobina debe mantenerse a niveles más altos que en otro tipo de cirugía 
dada la frecuencia de episodios hipóxicos. Debe evitarse la sobrecarga con 
líquidos iso e hipotónicos. 
 
Esta cirugía es una buena indicación de técnicas de autotransfusión. 
 
 
6.2 Monitorización. 
 
Pulsioximetria: es imprescindible, sustituye a las gasometrías repetidas. Debe 
tenerse en cuenta el flujo sanguíneo al lugar de medición que puede alterarse por 
la hipotermia o la posición. 
Capnografía: Es fundamental. Su interpretación debe ser tener en cuenta su 
significado hemodinámico y respiratorio, que en esta cirugía pueden estar muy 
alterados. Debe recordarse que en la neumopatía obstructiva, muy frecuente en 
estos pacientes, el gradiente entre PaCO2 y PTEC02 es de 10 mm Hg. La curva 
es fundamental. Cuando la PTEC02 es >40 mm Hg deben cambiarse los 
parámetros ventilatorios. 
 
44 
 
Catéter intrarterial (línea arterial): sólo en hipoxemias severas o con riesgo 
hemodinámico especial. 
 
Catéter en arteria pulmonar: en patología cardiovascular, especialmente en 
insuficiencia del ventrículo derecho, HTP, etc. La medida de la PCP debe tener en 
cuenta la modalidad de la ventilación. La medida del gasto cardiaco es idéntica sí 
el catéter está colocado en la arteria pulmonar del pulmón ventilado declive o del 
colapsado proclive. 
Cuidar la buena colocación de la cápsula en Decúbito Lateral y que no sea 
suturado el catéter. 
SvO2. Si la Hb, la hemodinámica y el consumo de 02 no cambian, la saturación 
venosa mixta se relaciona con la Saturación arterial de 02. Así, si se mide la SvO2 
y la pulsioximetría simultáneamente se detectan las adaptaciones hemodinámicas. 
 
6.3 Manejo con intubación bronquial selectiva. 
La cirugía pulmonar puede realizarse con un tubo traqueal convencional, uno de 
doble luz o un tubo provisto de bloqueador bronquial como mencionamos 
anteriormente. Los diferentes tubos de doble luz se diferencian por la existencia o 
no de espolón para la carina y su lateralidad. 
 
El de Carlens dispone de espolón y es izquierdo, el de White dispone de espolón y 
es derecho y el de Robertshaw no tiene espolón y se fabrica para ambos lados. 
 
 
45 
 
Actualmente los tubos son transparentes de PVC y de un sólo uso. 
 
Aunque los bloqueadores bronquiales están en desuso, recientemente se ha 
introducido un tubo endotraqueal a través del cual se desliza un pequeño tubo con 
balón que actúa de bloqueador bronquial (tubo Univent). 
 
La intubación con los tubos de doble luz suele ser fácil a no ser que existan 
distorsiones anatómicas, pero su correcta colocación es más difícil dadas las 
diferencias anatómicas entre los bronquios derechos e izquierdos en cada 
paciente y entre pacientes. 
 
Los tubos sin espolón son menos traumáticos pero más difíciles de colocar bien y 
de mantener en posición. Los factores críticos de mal posición son la situación del 
manguito bronquial entre la carina y el bronquio lobar superior y la localización del 
orificio del tubo bronquial para que ventile el bronquio lobar superior en la 
intubación selectiva derecha. 
 
En la intubación izquierda, el "margen de seguridad", es decir la longitud del 
bronquio principal en la cual puede estar colocado el balón y el orificio para el 
bronquio lobar superior es de 20 mm, mientras que en el derecho es de 11 mm. 
Por tanto, es más segura la intubación selectiva izquierda que debe preferirse 
cuando no va a haber sección de bronquio principal. 
 
 
46 
 
6.3.1 Complicaciones de la intubación selectiva. 
Traumatismos laríngeos; ruptura traqueobronquial, generalmente por insuflación 
excesiva del manguito bronquial (más de 3 cc). El diagnóstico se realiza por 
hipoxemia, taquicardia, hipotensión, aumento de la presión inspiratoria y bullas 
mediastínicas. 
 
Malposición que siempre produce hipoxemia por atelectasia; el tubo izquierdo 
puede quedar introducido en el bronquio inferior izquierdo y el tubo derecho tapar 
la salida del bronquio superior derecho. 
 
La comprobación de la intubación selectiva se realiza observando las presiones y 
las resistencias a la ventilación, la expansión pulmonar, la auscultación y con 
menos, frecuencia fibrobroncoscopia. 
 
6.4 Colocación del paciente. 
El Decúbito Lateral y los cambios en el grado de flexión-extensión de la cabeza 
pueden desplazar el tubo hasta 30 mm y por tanto hay que volver a comprobar su 
posición tras colocar al paciente. Deben tomarse las debidas precauciones para 
evitar lesiones por la posición. 
Los cambios en la fisiopatología debidos a la posición y la ventilación selectiva así 
como su tratamiento ya han sido descritos ampliamente así que no los 
mencionaremos. 
 
 
47 
 
6.5 Periodo postoperatorio. 
 
6.5.1 Drenajes. 
En las resecciones parciales se dejan, de forma empírica tubos rígidos con 
orificios laterales, uno anterior en el ápex para drenar el aire y otro posterior en la 
base para drenar el líquido. 
 
En la cirugía de esófago y mediastino se suele dejar un drenaje adicional a nivel 
de las suturas. Se drena bajo sello de agua con o sin aspiración conectada. 
 
Los drenajes no se deben pinzar ni siquiera durante los traslados, se retiran 
cuando no drenan nada durante una maniobra de Valsalva. 
 
En la neumonectomías se deja sólo un drenaje para permitir la salida del aire que 
ha entrado durante la apertura del tórax ya que no habrá fugas como en las 
resecciones. 
 
Debe estar permanentemente pinzado y sólo abrirlo 2-3 min cada 1/2 a 1 hora. 
En caso contrario o si erróneamente se conecta a la aspiración, se desplazará el 
mediastino y el pulmón hacia el lado de la neumonectomía, situación que puede 
ser mortal. 
 
 
 
48 
 
6.5.2 Monitorización. 
Debe ser estricta, especialmente en lo que se refiere a evitar lasobrecarga de 
volumen y a la gasometría. 
A pesar de la creencia general, no suele precisarse un nivel de Hb superior a 10 
11 g/dl. 
 
6.5.3 Analgesia. 
Es un aspecto fundamental de los cuidados de esta cirugía que influye mucho 
sobre la evolución y las complicaciones postoperatorias. 
 
La administración sistémica de opiáceos y la estimulación nerviosa eléctrica 
transcutánea son poco adecuadas, la primera por causar depresión respiratoria y 
la tos, y la segunda por su escasa eficacia. 
 
La administración epidural torácica de anestésicos locales produce una buena 
analgesia pero también hipotensión (los pacientes deben estar bien incorporados 
en la cama). 
 
El bloqueo intercostal con anestésico local puede realizarse antes de cerrar la 
toracotomía bajo visión directa o postoperatoriamente. Es muy eficaz pero sus 
complicaciones por difusión paravertebral del anestésico local y el bloqueo 
simpático consecuente son serias; el neumotórax no tiene importancia cuando hay 
un drenaje torácico. 
 
49 
 
La duración de los bloqueos es variable pero suelen tener que repetirse cada 6 
horas como promedio. 
 
Una solución a ello es la cateteterización de un espacio intercostal y la inyección 
de un gran volumen de anestésico local que puede repetirse sin necesidad de 
nuevas punciones. 
 
La crioanalgesia consiste en la crioneurolísis reversible de los nervios afectados 
por la incisión y de 2 por encima y 2 por debajo de la misma. Se realiza mediante 
la aplicación de una criosonda antes del cierre de la toracotomía. 
 
Es muy eficaz si está bien hecha, pero como produce lesión nerviosa sus efectos 
sobrepasan en mucho (4 - 5 semanas) al periodo de dolor. 
 
La administración de opiáceos por vía epidural presenta una relación 
eficacia/complicaciones muy ventajosa con respecto a las otras técnicas. 
 
La administración 3-5 mg/12-24 h. de morfina por vía epidural lumbar o torácica, 
por vía torácica son de gran eficacia, el único problema que encontramos es la 
posibilidad de retención urinaria, por lo que la colocación de una sonda de Foley 
sería una buena indicación. 
 
50 
 
Los analgésicos antiinflamatorios por vía sistémica y posteriormente oral son de 
gran utilidad como única analgesia a partir de las 48 h postoperatorias o como 
complemento de los opiáceos epidurales. 
 
Las medidas higiénicas y posturales influyen mucho en el grado de dolor; la 
colocación de los drenajes es importante y aquellos que salen muy posteriores o 
cuya punta se apoya en pleura son a veces la causa más importante de dolor, por 
lo que en el Hospital Español de la Ciudad de México se procura una buena 
comunicación entre el servicio de anestesiología y el de cirugía para comunicar de 
manera inmediata cualquiera de estas situaciones. 
 
6.5.4 Ventilación artificial. 
Aunque desde el punto de vista teórico, y debido a las severas alteraciones de la 
mecánica respiratoria que produce, la cirugía pulmonar sería una de las 
indicaciones de IPPV durante unas horas, la mayoría de los anestesiólogos y 
cirujanos limitan su aplicación. Esta práctica se debe al temor de someter la 
sutura bronquial a presiones altas y a la invasión prolongada del árbol 
traqueobronquial. En los centros donde se realiza una adecuada analgesia 
disminuye mucho la necesidad de IPPV postoperatoria. 
 
Sin embargo, en los pacientes sometidos a operaciones largas, resecciones 
amplias, o cuya función respiratoria era limitada preoperatoriamente, no debe 
tenerse prisa en extubar y realizar un destete prudente en 2-3 horas. 
 
51 
 
6.5.5 Fisioterapia respiratoria. 
El drenaje postural, las percusiones y sobre todo la espirometría incentivada con 
inspiraciones forzadas deben comenzar preoperatoriamente y realizarse muy 
precozmente en el postoperatorio coincidiendo con los momentos de máxima 
analgesia. 
 
 
6.6 Complicaciones cardiovasculares. 
Hemorragia: Debe alarmar cuando tenemos >100 ml/h o más de 600 ml 
posteriores a la colocación de la sonda pleural, aunque en los primeros momentos 
puede ser mayor por la sangre acumulada. Debe descartase el secuestro de 
sangre mediante Rx de tórax frecuentes. 
 
Cuando se decide reintervenir por hemotórax postoperatorio debe tenerse en 
cuenta la hipotensión brusca que aparece al colocar al paciente en Decúbito 
Lateral y no hacerlo hasta que los cirujanos estén lavados. 
 
Hipotensión. Puede ser por hemorragia o por vasodilatación durante el 
calentamiento postoperatorio. Debe ser tratada según las circunstancias ya sea 
con volumen o con vasoactivos. 
 
Herniación del pericardio: tras neumonectomías con abordaje intrapericárdico. 
En las neumonectomías derechas, el defecto pericárdico permite la rotación 
cardíaca con eje en cava, lo cual provoca obstrucción aguda y completa de cava y 
muerte. 
 
52 
 
Arritmias: la fibrilación auricular es frecuente a los 2-3 días de la neumonectomía, 
especialmente izquierda, por tracción de la aurícula. La herniación pericárdica 
puede debutar con arritmias ventrículares. 
 
Insuficiencia cardíaca derecha: puede aparecer en pacientes con amplias 
resecciones de territorio vascular pulmonar. Aunque se valora preoperatoriamente 
esta posibilidad, algunos pacientes en estado límite se descompensan por 
infecciones o sobrecarga hídrica. 
 
 
6.7 Complicaciones respiratorias. 
Hipoxemia e hipercapnia: son constantes en el postoperatorio inmediato de 
cualquier toracotomía. Se mitigan con aporte de 02 suplementario, analgesia y 
estimulando la ventilación. 
 
La hipoxemia persistente puede deberse a múltiples causas pero la hipercapnia 
debe hacer sospechar una atelectasia. 
 
Fugas: es inevitable que se produzcan en las resecciones pulmonares pero debe 
vigilarse su magnitud. 
 
En las neumonectomías no puede haber ninguna fuga y si se produce debe 
sospecharse rotura del muñón bronquial que producirá una fístula broncopleural. 
 
53 
 
Esta es una complicación que suele acompañar a la IPPV con presiones altas. Si 
no hay un drenaje torácico abierto aparecerá neumotórax a tensión, 
desplazamiento mediastínico y graves alteraciones hemodinámicas. 
 
El tratamiento debe ser el drenaje inmediato y la intubación y ventilación selectiva. 
 
Retención de esputo: es el principal factor que debe gobernar los cuidados 
postoperatorios. Depende en gran manera del estado respiratorio preoperatorio, 
de la calidad de la fisioterapia y de la analgesia. Las atelectasias son frecuentes y 
obligan a la extracción de tapones de mocos por fibrobroncoscopio. 
 
Esta complicación puede desembocar en una infección respiratoria que 
descompensa a muchos de estos pacientes. Cuando se prevea dificultad 
postoperatoria para eliminar el esputo debe realizarse una minitraqueostomia 
 
cricotiroidea, introduciendo por técnica de Seldinger un fino tubo traqueal que 
permite la aspiración de secreciones. 
 
 
 
 
 
 
 
54 
 
 
7. PROBLEMAS Y PROCEDIMIENTOS ESPECÍFICOS. 
 
7.1 Fistula broncopleural. 
En el pasado solía estar causada por la trombo embolia pulmonar pero 
actualmente es consecuencia del fallo de la sutura bronquial tras neumonectomía 
especialmente derecha; también a causa de una bulla, absceso o PEEP. 
 
El líquido que hay en la cavidad pleural se aspira hacia el bronquio infectando o 
encharcando el pulmón; parte del volumen corriente (V,) sale hacia pleura 
disminuyendo la ventilación y entreteniendo la cicatrización. 
 
La variedad broncopleurocutánea es especialmente difícil de controlar. 
El diagnóstico de sospecha lo da la clínica, lo reafirma la Rx y lo confirma la 
broncoscopía. 
 
Sí la fístula es grande el tratamiento es la resección quirúrgica que se suele hacer 
inmediatamente después de una broncoscopía. Hasta ese momento se debe 
evitar la IPPV y colocar un drenaje basal (especialmente si hay empiema) 
manteniendo al paciente incorporado sobre el lado de la fístula.Deben evitarse las premedicaciones sedantes; el paciente debe transportarse al 
quirófano sentado con el drenaje abierto que debe conectarse Inmediatamente al 
sello de agua. 
 
 
 
55 
 
Toda manipulación de la vía aérea debe hacerse con el paciente sentado; se 
procede primero a la broncoscopía rígida con el paciente sentado y ventilación jet 
por el brazo lateral del broncoscopio y posteriormente se coloca un tubo de doble 
luz. Postoperatoriamente, debe conseguirse la ventilación espontánea cuanto 
antes para evitar la IPPV. 
 
Las fístulas grandes, especialmente las cutáneas, se solucionan mal y tienen una 
alta mortalidad. En casos rebeldes se utiliza la ventilación diferenciar con tubo de 
doble luz, que permite menores presiones en el lado de la fístula. Aun así la 
hipoxemia obliga muchas veces a utilizar PEEP que agrava la fuga de V por 
 
la fístula; una solución a ello es colocar una válvula unidireccional en el drenaje 
que se cierra en la fase inspiratoria del ventilador. La ventilación a alta frecuencia 
(HFV) tiene en este campo una de sus indicaciones más claras y ha permitido 
mantener la ventilación y la curación en casos complicados. 
 
7.2 Tumores mediastínicos. 
 Se trata de tumoraciones grandes y es frecuente la compresión de la vía aérea 
dependiente de la postura, que se agrava con el Decúbito Supino y la relajación. 
La obstrucción de la vena cava superior es origen de hemorragias masivas, 
enlentece la acción de fármacos i.v. y provoca edema e ingurgitación de la vía 
aérea. Es frecuente que exista lesión nerviosa o que se produzca con la 
mediastinoscopía. 
 
56 
 
Los efectos de la quimioterapia pueden ser importantes, como en el caso de la 
bleomicina que produce fibrosis pulmonar en el 10 % de los casos dependiendo de 
la dosis que se agrava considerablemente con las FiO2, altas. 
 
 
7.3 Esófago. 
 La principal causa de mortalidad postoperatoria son las complicaciones 
respiratorias. La toracotomía disminuye la CRF hasta en un 60 y la laparotomía 
alta hasta en un 35%, lo que se suma en las técnicas de abordaje combinado 
abdominal y torácico. Así pues es esencial valorar la reserva respiratoria. 
 
La patología esofágica obstructiva causa episodios repetidos de broncoaspiración 
por regurgitación con neumonías recurrentes; esto disminuye la CRF y el volumen 
pulmonar total y provoca bronconstricción. 
 
Las anomalías nutricionales van desde la obesidad en la hernia diafragmática a la 
caquexia en la neoplasia (deshidratación, hipopotasemia, hipomagnesemia, 
anemia, hipoproteinemia). En ambos casos disminuye la fuerza muscular 
respiratoria. Si la CV<70%, FEV1<2 1, y VMM<50% la tolerancia a la toracotomía 
será mala. 
 
Si el PEFR<70% el paciente no toserá en el postoperatorio. 
 
Debe considerarse la nutrición parenteral preoperatoria en las resecciones. 
 
Hay un alto riesgo de regurgitación durante la inducción y la hipoproteinemia 
puede exagerar la respuesta a fármacos como el tiopental. La disección del 
 
57 
 
esófago se facilita colapsando el pulmón del lado de la toracotomía, que puede ser 
el derecho o el Izquierdo. Se coloca un tubo selectivo izquierdo con independencia 
del lado de la toracotomía. 
 
Durante la ventilación a un sólo pulmón en esta cirugía, la hipoxemia puede ser 
más severa que durante la cirugía pulmonar porque: 
1) El pulmón colapsado no es patológico y participa eficazmente en la ventilación. 
2) No se ha desarrollado desviación crónica de flujo hacia el pulmón ventilado. 
3) No se liga la circulación pulmonar del pulmón colapsado. Al final de la 
intervención debe expandirse bien el pulmón colapsado. 
 
Las complicaciones intraoperatorias más graves son: lesión traqueal durante la 
disección, apertura de la pleura declive con paso de sangre y líquido alrededor del 
pulmón ventilado, hipotensión y arritmias por tracción de grandes vasos y 
bradicardia en las anastomosis cervicales. 
 
Las anastomosis intratorácicas deben controlarse estrictamente para lo cual se 
suele dejar un drenaje próximo y sobre todo una SNG, que el cirujano guía hasta 
que queda a nivel de la sutura. 
 
La retirada accidental de la SNG puede lesionar el sitio de sutura. 
 En intervenciones agresivas, especialmente las que se hacen con toracotomía y 
laparotomía combinadas, conviene mantener la IPPV 24-48 hay una analgesia 
intensa (opiáceos epidurales). 
 
58 
 
7.4 Bullectomía. 
Se suele tratar de dos tipos de pacientes, los enfisematosos con una bulla gigante 
que produce insuficiencia respiratoria en un terreno de EPOC o el paciente joven 
con múltiples bullas constitucionales que presenta neumotórax espontáneos. 
 
Si hay un drenaje torácico los riesgos durante la anestesia son escasos pero en 
caso contrario debe tenerse en cuenta que: 
1) La IPPV puede aumentar rápidamente de tamaño una bulla que este en 
comunicación con un bronquio. 
2) El N2O debe evitarse; puede producirse atrapamiento si existe un mecanismo 
valvular en la comunicación bronquial. 
3) Al abrir el tórax la mayor parte del VT puede irse hacia el pulmón operado. 
4) El riesgo más importante es el de rotura con neumotórax a tensión que debe 
diagnosticarse y tratarse con suma rapidez. 
El curso postoperatorio dependerá del estado previo del paciente y de la 
agresividad de la operación. En los casos de múltiples bullas se suele hacer 
abrasión pleural que causa hemorragia considerable. 
 
 
7.5 Cirugía de las vías aéreas. 
Supone una gran dificultad para cirujano y anestesiólogo. La espirometría 
preoperatoria es difícil de interpretar por la obstrucción. La ventilación puede pasar 
por momentos críticos y se precisa una monitorización estrecha. 
 
59 
 
En las estenosis traqueales altas el problema puede aparecer durante la inducción 
e intubación pero suele ser la interrupción de la integridad de la tráquea lo más 
difícil de manejar ya que precisa ventilar distalmente a la sección. Existen varias 
soluciones: la intubación de la vía aérea distal (puede ser un bronquio principal) 
por el cirujano a través del campo quirúrgico combinando la ventilación de la 
tráquea proximal con la endobronquial con dos circuitos anestésicos, e incluso en 
resecciones próximas a la carina que son especialmente difíciles puede recurrirse 
a la circulación extra corpórea (CEC). 
 
La ventilación de alta frecuencia (HFV) tiene muchas ventajas en esta cirugía: 
1) No interfiere con las maniobras de resección y sutura. 
2) No hay que interrumpir la ventilación en ningún momento. 
3) El gran flujo de salida previene la entrada de sangre y restos a la vía aérea 
 distal. 
4) Produce mínimos movimientos de las estructuras torácicas. 
 5) La CPAP que provoca evita el colapso pulmonar. 
 
 
7.6 Broncoscopia fibróptica. 
Puede realizarse sin intubación y es bien tolerada; produce ligera hipoxemia y 
aumento de las resistencias de las vías aéreas que debe prevenirse con atropina o 
glicopirrolato. 
 
 
60 
 
7.7 Broncoscopia rígida. 
Irrita mucho las vías respiratorias y su manejo es difícil porque causa interferencia 
entre cirujano y anestesiólogo, precisa un plano anestésico profundo pero 
rápidamente reversible con periodos alternativos de apnea y ventilación. 
 
Debe prevenirse la hipersecreción y la bradicardia (por estimulación o por dosis 
repetidas de succinilcolina) con atropina. 
 
Existen métodos de asegurar la oxigenación: 
¡ Broncoscopio con brazo lateral que se conecta al circuito anestésico y se ventila 
intermitentemente 
¡ Oxigenación apnéica mediante un catéter en carina que insufla 6 l/min de 02 
oxigenando por difusión de masa pero aumenta la PaCO2 1-6 mm Hg/min. 
¡ Inyectando 02 a través de una aguja en el broncoscopio de Sanders, que por 
efecto Venturi, arrastra un flujo de aire ambiente. 
Deben monitorizarse los trastornos del ritmo, y la pulsioximetria. 
 
7.8 Mediastinoscopia. 
La patologíaque indica esta exploración ocasiona con frecuencia obstrucción 
mecánica respiratoria y de la vena cava superior, que no contraindican la 
mediastinoscopía pero que la hacen muy peligrosa. 
 
Debe tenerse en cuenta que: 
¡ Puede producirse hemorragia masiva difícil de parar y debe haber reserva de 
sangre y una vía venosa de gran calibre (en miembro inferior si hay compresión de 
cava). 
 
61 
 
¡ Debe evitarse la tos o los movimientos durante el procedimiento. 
¡ La TA debe tomarse en el brazo izquierdo pero debe tomarse también el pulso 
radial de derecho para detectar una compresión de la arteria innominada. 
¡ Hay riesgo de embolia aérea por desgarro venoso por ello es recomendable 
colocar al paciente incorporado y realizar IPPV. 
 
7.9 Toracoscopía. 
Se realiza para exploración pleural o para pleurodesis. Es especialmente difícil 
cuando hay una fístula broncopleural. Se facilita mucho mediante intubación 
selectiva. 
 
7.10 Broncografía. 
Se suele instilar contraste oleoso generalmente para el diagnóstico de 
bronquiectasias. 
Preoperatoriamente debe valorarse el volumen de esputo producido y la posición 
de drenaje, así como aplicar fisioterapia respiratoria enérgica. 
Durante la inyección debe haber apnea. 
Puede realizarse con IPPV e intubación traqueal o con ventilación espontánea y 
un catéter colocado a través de un broncoscopio. 
 
 
 
 
 
62 
 
IV. CONCLUSIONES. 
 
Antes de la descripción de la intubación endotraqueal y del tubo endotraqueal con 
manguito, sólo eran factibles los procedimientos intratorácicos cortos. El 
movimiento pulmonar y el desarrollo rápido de disnea causada por el neumotórax 
quirúrgico hacían que todas las intervenciones, salvo las mínimas, resultaran 
demasiado difíciles y arriesgadas. 
 
El manejo integral del paciente candidato a cirugía pulmonar exige el conocimiento 
pleno de la anatomía, fisiología, fisiopatología y los cambios ocasionados por 
nuestro manejo de la vía aérea. 
 
La valoración preanestésica en la cirugía de tórax juega un papel primordial en la 
planeación del abordaje quirúrgico y del comportamiento que observaremos en el 
trans y postoperatorio, por lo que seguir las guías recomendadas dependiendo de 
la patología de base y las concomitantes facilitan su manejo y nos brindan una 
mayor estabilidad en su manejo a corto y largo plazo. 
 
Por lo comentado anteriormente es de suma importancia conocer nuestros 
criterios de resecabilidad y de operabilidad guiándonos siempre en una buena 
anamnesis, exploración física y estudios especiales como nuestras funciones 
respiratorias o de esfuerzo con una evaluación global del estado 
cardiorespiratorio. 
 
63 
 
Debemos conocer nuestros indicadores de morbilidad aumentada como serían 
tener una PaO2 menor de 60mmhg o una PaCO2 mayor de 45mmhg, o una FEV1 
 menor de 2l o 60% del predicho, o simplemente contar con una DLCO menor del 
50%. 
 
Dentro de las pruebas de valoración cardiovascular el test de subir escaleras es 
de los más aceptados junto con un electrocardiograma o un ecocardiograma en 
caso de ser necesario. 
 
Entender los cambios esperados por nuestro manejo es crucial para escoger de 
manera oportuna la o las técnicas anestésicas que emplearemos con el paciente, 
para tener un transoperatorio estable y asegurar un egreso del quirófano sin 
complicaciones. 
 
Es recomendable en cuanto al soporte ventilatorio durante la ventilación 
unipulmonar mantener FiO2 elevadas, un VT calculado entre 6 y 8 ml/kg, intentar 
a base de FR mantener normocapnia y brindar medidas que disminuyan el shunt 
como dar PEEP, CPAP o HFJV al pulmón declive, o insuflación intermitente al 
pulmón proclive con O2 al 100%, y en caso de ser necesario pinzar la arteria del 
territorio colapsado. 
 
En cuanto al manejo anestésico como tal se debe realizar un monitoreo cauteloso 
a base de SPO2, ECG, PANI, y en casos especiales colocar línea arterial o 
 
64 
 
pulmonar, el control de la analgesia trans y postoperatoria es importante por lo que 
un bloqueo peridural T4-T7 es un buen método, utilizando bupivacaina y fentanilo; 
durante la inducción anestésica no se tiene un protocolo en específico pero se 
recomienda el uso de perfusión de remifentanilo o el uso de fentanilo, como 
inductor se puede utilizar propofol o etomidato dependiendo de la estabilidad 
 
hemodinámica, la relajación neuromuscular se deja a elección del anestesiólogo, 
pero atracurio y cisatrascurio son una buena opción. 
 
El mantenimiento con halogenados no está contraindicado y el de elección será 
sevoflurano a 0.5 CAM con O2 mayor al 50%. 
 
Algo de vital importancia es mantener una buena analgesia en el postoperatorio, si 
nuestro paciente continúa con catéter peridural por ahí mismo se puede dar un 
buen manejo del dolor, si no se decidió este tipo de majo, por lo general con AINE 
con paracetamol se alcanza una buena analgesia. 
 
 
 
 
 
 
 
65 
 
V. APENDICE. 
FIGURA 1. 
 
FIGURA 2. 
 
*MVV = Máxima ventilación voluntaria en un minuto (± 168 l/min.). 
*TLC = Capacidad pulmonar total ( ± 5800 ml ) 
*VR = Volumen residual tras una expiración máxima (± 1200 ml). 
 
 
66 
 
FIGURA 3. 
 
 
FIGURA 4. 
 
 
 
 
 
67 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
PRUEBAS FUNCIONALES DE RUTINA 
CRITERIOS DE RIESGO DE MORBIMORTALIDAD AUMENTADA 
GASQMETRIA Pa02 < 60 mmHg. 
ARTERIAL ( Fi02 0.21 ) PaC02 > 45 mmHg 
FEVI < 2L o 60% del predicho 
FF.VlIFVC < 50% del predicho 
MYV < 50% del predicho 
VR/CPT > 50 % del predicho 
DLCO <50 % 
PRUEBAS FUNCIONALES DE RUTINA 
CRITERIOS DE RIESGO DE MORBIMORTALIDAD AUMENTADA 
GASQMETRIA Pa02 < 60 mmHg. 
ARTERIAL ( Fi02 0 .21 ) PaC02 > 45 mmHg 
FEVI < 2L o 60% del predicho 
FEVIIFVC < 50% del predicho 
MVV < 50% del predicho 
VRlCPT > 50 % del predicho 
DLCO <50 % 
 
68 
 
VI. BIBLIOGRAFÍA. 
 
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