Logo Studenta

Correlacion-del-mecanismo-de-trauma-en-fracturas-maxilofaciales-y-lesiones-asociadas-evaluadas-por-tomografa-computada

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

1 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE MEDICINA, DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO 
HOSPITAL JUÁREZ DE MÉXICO 
 
 
CORRELACIÓN DEL MECANISMO DE TRAUMA EN FRACTURAS MAXILOFACIALES Y 
LESIONES ASOCIADAS EVALUADAS POR TOMOGRAFÍA COMPUTADA. 
 
Tesis, para obtener el título de la especialidad en IMAGENOLOGÍA DIAGNÓSTICA Y TERAPÉUTICA. 
Presentado por: M.C. GABRIELA VILLANUEVA HURTADO. No. De cuenta: 301837154 
DR. RAÚL MAURICIO SÁNCHEZ CONDE. Asesor de tesis. 
DR. GUSTAVO ADOLFO CASIAN CASTELLANOS. Titular del curso y Jefe del Servicio de 
Radiología e Imagen del Hospital Juárez de México. 
México, Distrito Federal, Julio 2014. 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
2 
 
 
______________________________________ 
Gabriela Villanueva Hurtado 
Médico Tesista 
Radiología e Imagen 
Hospital Juárez de México 
 
 
 
_______________________________________ 
Dr. Raúl Mauricio Sánchez Conde 
Asesor de tesis 
Médico Adscrito en Radiología e Imagen 
Hospital Juárez de México 
 
 
 
________________________________________ 
Dr. Gustavo Adolfo Casian Castellanos 
Profesor Titular 
Jefe del Servicio de Radiología e Imagen 
Hospital Juárez de México 
 
 
 
_________________________________________ 
Dr. Carlos Viveros Contreras 
Jefe de la División de Enseñanza 
Hospital Juárez de México 
 
 
 
_________________________________________ 
Dr. Pelayo Vilar Puig 
Jefe de la División de Estudios de Posgrado 
Facultad de Medicina 
Universidad Nacional Autónoma de México 
 
 
3 
 
A G R A D E C I M I E N T O S 
A mis padres, Francisco y Leticia, por su apoyo, consejos, sabiduría y amor incondicional. Son mi 
fuerza, los amo profundamente. 
A mis hermanas, Sandra y Brenda, por ser motores de felicidad en mi vida. Son mis tesoros. 
A mis profesores, porque con sus conocimientos y dedicación, han ido alimentado mi amor por la 
Radiología, Drs. Gustavo Casian, Raúl Sánchez, José Rocha, Ricardo Balcazar, Enrique Granados, 
Beatriz Álvarez, Ada Flores, María Elena Chávez, Marco Yañez, Agustín Rodríguez, todos y cada uno 
de ustedes me forjaron como especialista. 
A mis compañeros, por su hermosa compañía, amistad y apoyo en momentos difíciles; quienes 
terminan conmigo, Drs. Hilda Hernández, Guillermo Cruz, Jorge Aguilar; los que ya se fueron y me 
dejaron sus enseñanzas, Ignacio Adame, Selene Mares, Augusto Bravo, Estrella Álvarez; y los que 
siguen en el camino a cumplir su sueño como yo el día de hoy, Luis Riascos, Selene García, Roberto 
Pérez, Ismael Rodríguez, Karina Montes, Gloria Salinas, Hugo Vacca, Susana Nápoles, Laura Rosas, 
Pedro Ramos, Luis Velasco, Bruno Sariñana, Fabián Mancera, Alejandro Toro, Eduardo Martínez, 
Alejandra Miranda, y a David Galeana, quien a pesar de las dificultades, sé que saldrá adelante. Todos 
son mis hermanitos del hospital. 
A mis profesores de rotación, quienes aún sin conocerme, amablemente aceptaron ser parte de mi 
formación, con paciencia y capacidad. Me llevo cada una de sus enseñanzas, Drs. Raymundo Guzmán, 
Sergio Fernández Tapia, Julio Nisttahuz Serrate, Victoria Rebollo Hurtado, Alejandra Ocejo Martínez, 
María de Guadalupe Gómez Pérez. 
… a mí misma, por no darme por vencida. 
 
A Dios, por cuidar siempre de mí y mi familia, y permitirme disfrutar de este momento. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4 
 
Í N D I C E 
 Página 
Portada 1 
Agradecimientos 3 
Índice 4 
Resumen 5 
Título 6 
Marco Teórico 7 
Planteamiento del Problema 31 
Justificación de la Investigación 32 
Objetivos de la Investigación 33 
Tipo de Estudio y Diseño de la Investigación 34 
Material y Métodos 35 
Definición de Variables 36 
Recolección de Datos 37 
Análisis de Datos 42 
Conclusiones 51 
Bibliografía 52 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5 
 
R E S U M E N 
Antecedentes. Los traumatismos maxilofaciales representan una causa común de consulta en los 
servicios de Urgencia, y su incidencia va en aumento debido a diferentes cuestiones culturales y 
sociales, tales como violencia urbana, aumento en el número de los accidentes viales, e incluso 
actividades deportivas de alto riesgo. También es un motivo de interconsulta en pacientes 
hospitalizados, que por diversas situaciones, principalmente caídas, presentan trauma durante su 
estancia intrahospitalaria. La evaluación por imagen y el conocimiento de los mecanismos de 
producción del trauma, son elementos fundamentales para el diagnóstico e incluso para descartar 
lesiones asociadas con los diferentes mecanismos y poder establecer la mejor alternativa terapéutica 
para éstos pacientes. Material y Métodos. La presenta investigación fue realizada en el Servicio de 
Imagenología Diagnóstica y Terapéutica del Hospital Juárez de México, en el área de Tomografia 
Computada, en el período comprendido entre el 01 de mayo del 2013 al 30 de abril del 2014, utilizando 
los registros del área de Tomografía y haciendo revisión del expediente clínico para documentar edad, 
mecanismo del trauma, diagnóstico y tratamiento de los pacientes. Para la obtención y procesamiento 
de imágenes tipo DICOM se realizaron reconstrucciones multiplanares y en 3D, así como servidor 
PACS para su almacenamiento. Resultados. Se realizaron 141 tomografías computadas en pacientes 
adultos con el diagnóstico de traumatismo maxilofacial y 112 presentaron fracturas, siendo el servicio 
de Urgencias Adultos el que refierió al mayor número de pacientes. Del total, se identificaron 84 
hombres y 28 mujeres, los rangos de edad variaron desde los 18 hasta los 93 años, el 33.92% se 
encontraron en el intervalo de los 18-25 años, 21.42% de 26-35, 19.64% de 36-45, 12.5% de 46-55, 
7.14% de 56-65, 1.78% de 65-75 y 3.57% fueron mayores de 75 años de edad. Los tipos de fractura 
predominantes fueron las de complejo nasal, en forma aislada o acompañante con otras fracturas, con 
78 pacientes (69.64%). La etiología más común fueron las agresiones, con hasta 84 pacientes, que 
representa un 75% de toda la muestra.Las agresiones se consideraron como contusiones con objetos 
o por contacto (puñetazos, patadas, codazos), con objetos representaron el 51.2% y las segundas el 
48.80%.Los tipos de fractura predominantes fueron las de complejo nasal, en forma aislada o 
acompañante con otras fracturas, con 78 pacientes (69.64%). En cuanto a la etiología del trauma, las 
causas más comunes fueron las agresiones con 84 pacientes (75%), las caídas en 9 (8.03%) y las 
precipitaciones en 4 (3.57%). Las lesiones más frecuentemente asociadas al trauma maxilofacial 
fueron hemoseno (25.97%), enfisema y edema de tejidos blandos (17.53%), contusiones hemorrágicas 
(7.79%) y el edema cerebral (7.79%) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
6 
 
T Í T U L O 
“CORRELACIÓN DEL MECANISMO DE TRAUMA EN FRACTURAS MAXILOFACIALES Y LESIONES 
ASOCIADAS EVALUADAS POR TOMOGRAFÍA COMPUTADA.” (PACIENTES ADULTOS DEL 
HOSPITAL JUÁREZ DE MÉXICO, PERIODO COMPRENDIDO DEL 01 DE MAYO DEL 2013 AL 30 
DE ABRIL DEL 2014). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
7 
 
M A R C O T E Ó R I C O 
En México existen escasos informes epidemiológicossobre fracturas faciales, como el de Castillo y 
Rodríguez (24), y pocas publicaciones internacionales sobre la relación de las características del trauma 
como valor predictivo de trauma mayor y evolución de los pacientes, como el de Boyle (25) o Lerner (26) 
y múltiples referencias bibliográficas, pero igualmente pocas publicaciones con enfoque de las lesiones 
asociadas o secundarias, al mecanismo de trauma maxilofacial. 
El Hospital Juárez de México, a pesar de no ser una institución dedicada al trauma, tiene un elevado 
número de consultas por traumatismos diversos, donde cerca del 75% son craneoencefálicos y 
maxilofaciales, documentando en el período que comprende este trabajo 512 casos de traumatismo 
craneofacial, de los cuales se hizo la selección de 141 pacientes que presentaron fractura maxilofacial. 
A) Características generales 
Definimos como trauma al daño que sufren los tejidos y órganos por acción de una energía que puede 
actuar en forma aguda o crónica y que se puede clasificar en mecánico, eléctrico, térmico, químico o 
resultante de la falta de calor u oxígeno, siendo el mecánico el objeto del presente estudio (1, 3, 14). 
Con excepción de los ocasionados por desaceleración, en todos los casos de trauma mecánico, el 
traumatismo es causado por la transferencia de energía de un objeto en movimiento hacia los tejidos 
en estado de reposo. El cuerpo humano absorbe usualmente esta energía, ya sea por elasticidad de 
los tejidos blandos o por la rigidez de su estructura ósea, así, cuando la intensidad de la fuerza 
aplicada excede la capacidad de los tejidos para adaptarse o resistir, se produce el traumatismo. En 
este tipo de trauma, la intensidad de la energía aplicada sigue la ley física de la energía cinética, según 
ella, la energía es directamente proporcional a la masa del agente o arma, directamente proporcional 
al cuadrado de la velocidad del impacto e inversamente proporcional al doble de la aceleración de la 
gravedad. Esto se expresa en la fórmula siguiente: 
 
Fórmula de energía cinética. 
donde m es la masa del agente, v su velocidad y g la aceleración de la gravedad. Por estar al 
cuadrado, el factor velocidad es el más importante en la producción de lesiones por agentes que 
actúan mediante energía mecánica. El ejemplo más sencillo acerca de la velocidad como factor de 
daño mayor es el efecto del proyectil de arma de fuego, que lanzado con la mano contra la cabeza de 
otra persona, a lo sumo causará una contusión, sin embargo, ese mismo proyectil colocado en un 
arma respectiva y disparado contra la misma región, podrá causar una lesión mortal (14). 
Clasificación 
El trauma puede ser clasificado de múltiples maneras, según las diferentes bibliografías y su enfoque, 
unas pueden dividirlo en abierto o cerrado, otras en contundente o penetrante, etc., sin embargo, son 
los mecanismos de producción del trauma los que nos darán información sobre las posibles lesiones 
directas e indirectas que se han producido. El mecanismo de producción del trauma hace referencia a 
la forma en que se infringe el daño en un tejido, siendo las más comunes por: 
8 
 
a) Cavitación: cuando un objeto golpea un cuerpo, las partículas de tejido son desalojadas de 
su posición y chocan con otras partículas de tejido, formando una cavidad, la cual puede 
ser temporal (trauma cerrado) o permanente. En el trauma penetrante existen ambos. 
b) Sobrepresión: cuando una cavidad es comprimida de manera más rápida que el tejido que 
la rodea, entonces las paredes de la cavidad estallan, por ejemplo, en los accidentes 
frontales de vehículos automotores con ruptura secundaria del diafragma. 
c) Desgarro: ocurre cuando una parte del cuerpo continúa moviéndose luego de que una 
estructura a la cual está atado, para de moverse. 
d) Compresión: existe aplastamiento de los tejidos, por ejemplo al golpearlos con un martillo. 
e) Explosión: tiene tres componentes, lesión primaria, secundaria y terciaria, la primaria se 
debe a las quemaduras por la explosión y su onda expansiva, la secundaria se debe a los 
objetos que vuelan durante la explosión (esquirlas) y la terciaria, la que sufre la víctima al 
ser golpeada contra otra superficie durante la explosión, todo lo anterior, puede verse en el 
trauma penetrante por arma de fuego (3). 
 
Accidente frontal de vehículo automotor con mecanismos de cavitación, sobrepresión y compresión. 
Según su energía, los traumatismos también pueden ser clasificados como de baja y alta energía, los 
primeros determinan fracturas simples, menor desplazamiento, disyunciones y escaso compromiso de 
las partes blandas, y los segundos, fracturas complejas, con mayor desplazamiento, conminución, 
extensión y en ocasiones importante compromiso de partes blandas. Las fracturas son el resultado de 
una sobrecarga mecánica, que en una fracción de segundo supera la resistencia ósea y determina su 
disrupción (1). 
Gurdjia distingue las fracturas craneoencefálicas y maxilofaciales, desde un punto de vista morfológico 
y en relación al mecanismo de trauma en (14): 
a) Lineal de la bóveda o base, la cual constituye hasta el 70% de las fracturas del cráneo, y 
consiste en una línea recta o curva de fractura en la convexidad o en la base. 
b) Basilar, con frecuentes complicaciones tales como apertura de senos paranasales, salida de 
LCR, fractura de oído interno, estallido del contenido orbitario y contusiones 
intraparenquimatosas. 
9 
 
c) Deprimida, se produce por alta energía cinética pero baja velocidad sobre el cráneo o la cara, 
esto puede originar un fragmento óseo que se hunde, dándole un aspecto estrellado. Los 
instrumentos que la producen son pesados, como un bate de beisbol, un ladrillo, un martillo, etc. 
d) Conminuta y múltiple, aquella en que el hueso o parte del mismo, es reducido a fragmentos o 
esquirlas. También es producida por un impacto de alta energía a baja velocidad y lo distintivo 
en ella es que generalmente, se debe a repetidos golpes con un mismo instrumento y es 
frecuente el daño al parénquima cerebral. 
e) Diastásica, la línea de fractura condiciona separación de una o más suturas craneales. Se 
produce especialmente en niños. 
f) Exprimida, es poco frecuente, se caracteriza por ser masiva, con fragmentación del cráneo y 
deformación del contorno de la bóveda, órbitas y senos paranasales. Es producida por 
proyectiles y explosiones. En ocasiones, si la energía cinética se disipa externamente, el 
encéfalo no sufre daño. 
g) De contragolpe, se observa comúnmente en la porción orbitaria del hueso frontal. 
Contusiones 
Las contusiones son traumatismos producidos por cuerpos romos, y son habituales en el trauma 
craneofacial. Hay contusiones simples, las más comunes asociadas al trauma maxilofacial sin fractura; 
y las complejas por mordedura, aplastamiento, caída, precipitación, por objetos en el cráneo y por 
desprendimiento. Todas éstas, con excepción de la mordedura, se asocian a fracturas. 
Caídas y precipitaciones 
Las caídas y precipitaciones, tienen una importante incidencia en el traumatismo craneofacial. En 
ambos casos, se trata de contusiones ocasionadas por el desplome de una persona, que se denomina 
caída cuando ocurre en el mismo plano de sustentación, y precipitación si se produce en uno que se 
encuentre por debajo del plano de sustentación. En la primera, las lesiones son esencialmente focales, 
y en la precipitación, la energía se transmite a todo el cuerpo (2,3, 14). 
Atropellamiento 
En el caso del atropellamiento por vehículo automotor, se presentan diversas fases: la de choque, la 
de caída, la de arrastre y la de aplastamiento. Las lesiones craneoencefálicas y maxilofaciales 
moderadas se producen comúnmente en las fases de choque y caída, y las lesiones más severas, 
pero menos comunes, en la fase de aplastamiento (14). 
 
Fase de choque en atropellamiento. 
10 
 
 
Fase de caída en atropellamiento. 
Heridas por arma defuego 
Las características de las heridas producidas por armas de fuego, están condicionadas a la distancia y 
velocidad del disparo, el calibre del proyectil y el tejido donde impacte. La balística ha establecido que 
al atravesar el cuerpo, el proyectil imparte la energía cinética en dirección radiada y produce una 
cavidad temporal (como fue explicado en los mecanismos del trauma), considerablemente más grande 
que su propio diámetro. Este fenómeno es importante para determinar las dimensiones de la herida, 
por ejemplo, en el caso de las balas de pistola comunes, la cavidad suele ser demasiado pequeña 
para que se convierta en un factor lesivo importante, sin embargo, en las de pistolas de gran calibre, 
se pueden originar cavidades de hasta 15 a 25 cm de diámetro. El potencial lesivo de una bala en 
movimiento depende de la masa y la velocidad, así una bala más lenta y pesada, comprime más tejido, 
pero genera menos cavitación temporal, en cambio una bala liviana y con mayor velocidad consumirá 
gran parte de su potencial lesivo en producir cavitación temporal, y causará una herida más grave. Los 
tejidos menos elásticos, como el encéfalo, hígado o bazo, con agua como el corazón, vejiga y tracto 
digestivo y densos como el hueso, pueden sufrir graves daños; por el contrario, tejidos de menor 
densidad o con aire, como el pulmón o los senos paranasales y más elásticos como el músculo, 
sufrirán menos daño, e incluso pueden llegar a amortiguar el impacto (14). 
Heridas por arma blanca 
Las heridas ocasionadas por arma blanca, se pueden dividir en incisas, contusocortantes, 
punzocortantes y punzantes, siendo las más comunes a nivel craneoencefálico y maxilofacial las 
contusocortantes y menos comunes las punzocortantes. Las heridas contusocortantes, constan de 
bordes, que se continúan por paredes, las cuales se unen en un fondo, los bordes son lineales y a 
menudo equimóticos por el golpe del arma, cuyo peso es descargado sobre la piel y puede seguir 
hacia el hueso, ocasionando fracturas y daño a órganos. Las armas que originan estas heridas actúan 
por el impacto de su peso y el deslizamiento de su filo, como los machetes con su hoja metálica larga 
o las hachas con su mango largo de madera, que confieren a quien las blande, la ventaja de la 
distancia, convirtiéndolas en armas de agresión. 
B) Trauma maxilofacial 
El trauma maxilofacial es aquél que compromete tanto partes blandas como óseas y órganos de la 
región facial y que, en el caso de los pacientes politraumatizados, ocurre hasta en un 10% (1). 
11 
 
El macizo facial 
El cráneo puede ser dividido en tres principales estructuras óseas: la bóveda craneana, la base del 
cráneo y el esqueleto facial. El encéfalo se encuentra protegido por la bóveda y descansa sobre la 
base del cráneo, que a su vez, constituye el paso de múltiples estructuras vasculares y nerviosas a 
través de sus forámenes, todo lo anterior constituyendo el llamado “neurocráneo”; por otra parte, el 
esqueleto facial que está conectado con los anteriores, es también dividido en tercios: superior, medio 
e inferior, constituyendo el “viscerocráneo” (2). 
Desde el punto de vista anatómico, se determinan 5 regiones en el macizo facial (7): 
a) Región nasal, que comprende los huesos nasales y lacrimales, apófisis frontal del maxilar 
superior, tabique nasal y celdillas etmoidales. 
b) Región orbitaria, formada por el maxilar superior, hueso zigomático y frontal, que forman la 
parte externa; el lacrimal, palatino, etmoides y esfenoides que forman la parte interna. 
c) Región zigomática, compuesta por la apófisis zigomática del frontal, el hueso zigomático y 
la apófisis zigomátiza del maxilar superior. 
d) Región maxilar, formada por la arcada dentaria superior y el paladar duro. 
e) Región mandibular, que comprende el maxilar inferior y la articulación temporomandibular, 
constituyendo la única porción móvil del esqueleto facial. 
El esqueleto facial puede ser conceptualizado en el marco del trauma como una estructura con “vigas” 
y “pilares”: cuatro transversos y cuatro pares verticales. Éstos representan áreas donde el hueso tiene 
mayor grosor para el soporte de las unidades funcionales de la cara (músculos, ojos, oclusión dentaria 
y vía aérea), mantenerlas en óptima relación y definir junto con los tejidos blandos, la forma de la cara 
(4). 
 
Sistema de pilares y vigas del esqueleto facial. 
12 
 
Se ha descrito que éstos soportes absorben y distribuyen una considerable cantidad de energía al 
recibir el impacto del trauma, sin embargo, los mismos huesos pueden ser fácilmente fracturables por 
fuerzas triviales dirigidas en otras direcciones, asimismo, de manera individual, cada hueso tiene una 
tolerancia al trauma (2). 
 
Resistencia de los huesos faciales al trauma. 
Las vigas y pilares son elementos que permitirán la reconstrucción del esqueleto y fijar las 
osteosíntesis. La reducción y estabilización de éstos, son la garantía de una mejor recuperación de los 
volúmenes de la cara (1). 
El abordaje 
Los puntos más importantes relacionados con el trauma maxilofacial son: 
a) El manejo de la vía aérea: pacientes con trauma severo tienen riesgo de obstrucción de la vía 
aérea superior, si hay coágulos, dientes, fragmentos óseos, edema o aspiración de fluidos. 
b) Control de la hemorragia: en el traumatismo maxilofacial es poco frecuente, cuando se 
presenta generalmente es por lesiones masivas en el cuero cabelludo o heridas penetrantes, o 
en fracturas del tercio medio, que producen sangrados desde fuentes menos accesibles 
(arterias oftálmicas, maxilar, faríngea ascendente). 
c) Lesiones traumáticas asociadas: como lesión de columna cervical (4%), traumatismo 
craneoencefálico (50%), lesión ocular (29%) e incluso ceguera (6%). Por lo anterior, en la 
anamnesis se deberá incluir, de ser posible, el mecanismo lesional y tiempo de evolución. 
Tipos de fracturas maxilofaciales 
a) Fracturas del seno frontal: Este tipo requieren de 2 a 3 veces más energía para producirse que 
en los senos maxilares, se asocian con frecuencia a otras lesiones craneomaxilofaciales e 
incluso, corporales. Pueden encontrarse fracturas de la pared anterior, que requieren 
tratamiento quirúrgico si están desplazadas en 2-3 cm porque producirán defecto estético; 
fracturas de pared posterior, que siempre requieren cirugía para tratar la lesión intracraneana y 
fracturas de pared inferior, en las que si el drenaje es inadecuado, se asocia con múltiples 
complicaciones. 
b) Fractura nasal y nasoseptal: Las más frecuentes, y según sea la magnitud, dirección y 
ubicación de las fuerzas, se afectan los huesos propios nasales, apófisis ascendente del 
maxilar y el septum. Sólo el 50% de estas fracturas requerirán tratamiento y un 15% tiene 
lesión septal, siendo ésta la indicación principal de TC en caso de trauma nasoseptal. 
13 
 
c) Fractura orbitaria: El mecanismo es el de una fuerza que produce aumento brusco de la presión 
infraorbitaria, esto afecta las paredes más débiles, que son el piso y la pared medial. Las de la 
porción anterior pueden ser palpables, las de la porción media pueden asociarse con 
alteraciones en la posición del globo ocular y las de la porción posterior, con déficit de la 
agudeza visual, reflejo pupilar y movilidad oculopalpebral. Se pueden clasificar en blow-out, 
blow-in y blow-up. 
d) Fractura naso-órbito-etmoidal: Fractura centrofacial que involucra hueso etmoides (lámina 
perpendicular, papirácea y cribiforme), nasales propios y apófisis ascendentes de maxilares. Es 
la zona de la cara con menor resistencia a fuerzas de fractura. 
e) Fractura cigomática: Las más frecuentes después de las nasales. El complejo cigomático-
maxilar tiene funciones tanto estéticas como funcionales. En este tipo de fracturas, las 
radiografías aún son de utilidad, siendo las de Waters, Hirtz y malar oblicua las que permiten 
diagnóstico e incluso control del tratamiento.f) Fractura maxilar: Es donde se identifican las fracturas de Le Fort, las cuales es raro verlas en 
forma aislada. Se distinguen Le Fort I, II y III. El tratamiento en la tipo I se enfoca a lograr una 
reducción adecuada, en las tipo II y III se agrega la reconstrucción del marco facial. 
g) Fractura dentoalveolar: Pueden clasificarse en dislocación dentaria, fractura de corona y 
fractura radicular (raíz), su diagnóstico se basa en la clínica y la imagen. El tratamiento de las 
fracturas de corona con exposición de pulpa requieren tratamiento urgente; las extrusiones, 
luxaciones y subluxaciones requieren reposicionar el diente, las intrusiones sólo requieren 
observación. 
h) Fractura mandibular: La mandíbula se comporta como un hueso largo, corticoesponjoso, donde 
se insertan músculos fuertes con elevada carga funcional. Al producirse una fractura, los 
mismos músculos movilizan los fragmentos, determinando una zona de tensión, una neutra y 
una de presión. 
i) Fractura panfacial: Aquellas que comprometen dos o los tres tercios faciales, según las 
diferentes bibliografías. Se generan por grandes energías y son conminutas. El manejo de 
estos pacientes tendrá múltiples abordajes, reducciones de los fragmentos, estabilización con 
fijación interna, así como reconstrucción con injertos en las áreas multifragmentadas. Estas 
fracturas por lo general, se acompañan de otras lesiones y se observan en pacientes graves. 
La biomecánica del trauma 
La naturaleza precisa del daño en la región maxilofacial está determinada por el grado de fuerza del 
impacto y la resistencia que ofrecen los huesos craneofaciales. Las fuerzas aplicadas al esqueleto 
facial pueden tiene dirección anteroposterior, superior, inferior y lateral (2). 
Las fracturas del cráneo raramente se extienden hacia la cara, pero en viceversa es frecuente. Los 
hueso nasales son los más frágiles del macizo facial, con niveles de tolerancia para fractura en el 
rango de 25-75 lbs, la maxilar de 140-445 lbs, arco zigomático de 208-475 lbs, el cuerpo zigomático de 
200-450 lbs y el hueso frontal de 800-1600 lbs. La mandíbula es mucho más sensible a impactos 
laterales que frontales, debido a su configuración anatómica semicircular, y es precisamente por esta 
compleja geometría que tiene diferentes niveles de tolerancia para cada una de sus áreas, y se eleva 
en proporción al tamaño y área mandibular, por ejemplo, fracturas que involucran un solo cóndilo, se 
asocian con niveles de 425 lbs, en ambos cóndilos de 535-550 lbs y de la sínfisis de hasta 850-925 lbs. 
(2,3,9). 
Las lesiones faciales frecuentemente van acompañadas de lesión del parénquima cerebral, por lo que 
el impacto por aceleración es particularmente riesgoso. Nahum refiere que las lesiones pueden ser 
14 
 
completamente predecibles, en relación con algunas variables: 1) Fuerza y dirección de la colisión, 2) 
geometría de interfase del impacto (forma y textura de las superficies opuestas), 3) características de 
absorción de energía de las superficies opuestas y 4) uso de atenuantes, por ejemplo, los cinturones 
de seguridad (9,14). 
En un ejemplo, si recordamos que la fuerza del impacto puede derivarse de la ecuación F = ma 
(Fuerza = masa x aceleración), en el que la masa del cráneo es de 15 libras y la aceleración es de 80 
gramos (fácilmente obtenidos en una colisión a 30 metros por hora), entonces la fuerza que recibirá la 
cara será de 1200 libras, lo que excede el límite en la mayoría de los huesos faciales; ahora, de 
acuerdo a la geometría de la cara, las áreas que protruyen serán las más susceptibles, tales son los 
huesos nasales, los rebordes orbitarios, los huesos malares y la sínfisis mandibular; mientras la 
fractura ocurre, hay absorción de energía por éstas áreas, con lo cual se intentará proteger el encéfalo 
de una desaceleración violenta, además de que el área frontal es de las más resistentes al trauma 
(2,9,14). 
La tolerancia de los componentes del macizo facial, al ser establecidas, permiten predecir la 
probabilidad de lesión directa o asociada, si se conoce la fuerza y el mecanismo del impacto, así como 
los probables factores atenuantes, todo ello conocido como variables de colisión (2). 
 
Ejemplo de variables de colisión en un accidente automovilístico, con y sin cinturón de seguridad como atenuante del 
impacto. 
15 
 
Lesiones asociadas al trauma maxilofacial 
Las lesiones resultantes en el trauma maxilofacial, dependiendo el mecanismo y la severidad del 
mismo, generalmente no se limitan al macizo facial, sino que pueden extenderse a otras regiones, de 
las cuales, el encéfalo es la más vulnerable. 
Los impactos en la región maxilofacial pueden derivar en lesiones craneoencefálicas, pudiendo 
dividirse primordialmente en 4 grupos: 
a) Fracturas frontales abiertas con heridas penetrantes y grados variables de lesión cerebral. 
b) Fracturas complejas internas, a nivel de la fosa craneal anterior. 
c) Lesiones cerebrales cerradas, resultantes del impacto por aceleración-desaceleración. 
d) Complicaciones secundarias: 
1. Hemorragia intracraneal (Contusiones hemorrágicas, subaracnoidea). 
2. Edema cerebral y herniaciones. 
3. Hipoxia e isquemia cerebral. 
4. Fístulas de líquido cefalorraquídeo. 
5. Infecciones intracraneales. 
6. Fístula carótido cavernosa. 
7. Epilepsia postraumática. 
Gennarelli y Thibault identificaron que la gran mayoría de las lesiones craneoencefálicas y del macizo 
facial se producen básicamente por dos mecanismos: contacto y aceleración. Las lesiones de contacto 
requieren que la cabeza o la cara golpeen o sean golpeadas sin que haya desplazamiento de la 
cabeza por el impacto, en cambio, las lesiones por aceleración resultan de un movimiento brusco de la 
cabeza (27). 
Como consecuencia, los hematomas epidurales o subdurales, se relacionan con lesiones por impacto 
con fractura craneal y deformación del mismo; las hemorragias intraparenquimatosas se asocian con 
extensas contusiones corticales, el hematoma subdural puede ocurrir tanto en lesiones de contacto 
como de aceleración y la lesión axonal difusa se relaciona directamente con lesiones por aceleración 
(2). 
En el caso particular del trauma facial, Lee et al., determinaron que, cuando las fracturas ocurren, el 
esqueleto facial absorbe parte del impacto y funciona como amortiguador contra los efectos hacia el 
cerebro, esto por la disposición triplanar de los huesos faciales en los planos horizontal, sagital y 
coronal (28). 
Según el área facial afectada, Banks determinó la probabilidad de lesión cerebral asociada, así un 
impacto directo en el área frontal, podrá derivar en contusiones hemorrágicas cerebrales, un impacto a 
nivel centrofacial absorberá gran parte del impacto, condicionando importante lesión de los huesos y 
las partes blandas, incluso con importante hemorragia, pero con menores probabilidades de daño 
cerebral, y en el tercio inferior, si la mandíbula recibe todo el impacto, se reduce el efecto amortiguador 
y el impacto podría propagarse a la base del cráneo, esto explica el porqué algunas lesiones 
mandibulares menores, se asocian con daño cerebral sorpresivamente alto (29). 
16 
 
 
Dirección de las fuerzas en la lesión por aceleración, que resultan en desplazamiento posterior y anterior de los hemisferios. 
En la segunda, con daño al cuerpo calloso, en el caso del daño axonal difuso. 
C) Diagnóstico por imagen 
 
Los tercios faciales (superior, medio e inferior) vistos en una reconstrucción tomográfica en 3D. 
La evaluación por imagen debe ser completa y bien dirigida, puesto que permitirá confirmar el 
diagnóstico, buscar lesiones asociadas que se sospechen, planificar el tratamiento y posteriormente 
evaluar los resultados del mismo, sin olvidar todas las implicancias médico-legales. 
La Tomografía Computada (TAC) es la modalidad de elección para la evaluación del trauma 
maxilofacial, porque ayuda a identificar y a caracterizar acertadamentelas fracturas y complicaciones 
asociadas, contribuyendo a disminuir los tiempos de manejo y favorecer la planeación quirúrgica. La 
TAC evalúa claramente el sistema de vigas y pilares, lo que dará valiosa información al cirujano, sobre 
todo en las fracturas complejas (23). 
17 
 
El protocolo establecido de TAC para los pacientes con diagnóstico de traumatismo maxilofacial 
incluye cortes axiales finos (de entre 1-2 mm, en el caso de las órbitas 8) con ventana ósea, 
reconstrucciones multiplanares en planos sagital y coronal, así como en tercera dimensión; además, 
de ser necesario, se deben realizar cortes con ventana de parénquima cerebral y aplicación de medio 
de contraste. La resonancia magnética es poco útil en este tipo de traumas como primer método de 
imagen, estando su aplicación más enfocada en el estudio de la articulación temporo-mandibular, 
órbitas y encéfalo (1, 16, 13). 
 
Imágenes del protocolo en TAC para pacientes con trauma facial. En este caso, las diferentes proyecciones revelaron fractura 
de la pared y piso orbitarios, sutura zigomáticofrontal y del arco zigomático. 
Existen centros hospitalarios que carecen de TAC, por lo que en estos lugares, la radiografía simple 
aún tiene una gran relevancia como herramienta de valoración inicial o en pacientes candidatos a ser 
trasladados a otra institución. Sin embargo, se ha demostrado que la radiografía simple es limitada en 
el diagnóstico del trauma facial, además de que el posicionamiento para las diferentes proyecciones es 
difícil e incluso peligroso, sobre todo en el paciente politraumatizado (22). 
18 
 
 
Fractura del piso orbitario diagnosticada en una radiografía simple en proyección Waters. 
 
Correlación entre la radiografía simple y la reconstrucción tomográfica en 3D de un paciente sin evidencia de lesión. 
Evaluación de lesiones por TAC 
Siendo la nariz la proyección facial más prominente, es altamente vulnerable al trauma y en 
consecuencia, alrededor del 50% de todas las fracturas faciales, serán la de la nariz. Si bien un 
perfilograma puede ser de utilidad en el diagnóstico de las fracturas de la pirámide nasal, ante la 
sospecha de lesión del septum nasal, se deberá realizar estudio de TAC, la cual permitirá evaluar uni o 
bilateralidad, grado de desplazamiento, conminución, desviación septal y extensión del daño a los 
tejidos blandos. 
19 
 
 
Fractura nasal bilateral con desplazamiento. 
En el caso de las fracturas naso-orbito-etmoidales, representando por la confluencia de la nariz, órbita, 
maxila y cráneo, deberá realizarse TAC puesto que múltiples estructuras de gran importancia residen 
en esta región, incluyendo los nervios olfatorios, el complejo lacrimal y vasos etmoidales, entre otros 
(22). Estas lesiones en particular, deben ser atendidas de manera urgente, puesto que se asocian con 
marcada deformidad y limitación funcional. Asmismo, están comúnmente asociadas con las fracturas 
Le Fort II y III, demostrando en diversos estudios que hasta un 65% de los pacientes con fracturas de 
esta región, se asociaban con estos tipos de fracturas faciales complejas. 
 
Fracturas conminutas de la región naso-orbito-etmoidal. 
Los senos frontales tienen una gran variabilidad, tanto en anatomía como en volumen, 10% de las 
personas tienen seno unilateral, 5% un seno rudimentario y 4% no tienen. La pared anterior es gruesa 
y tolera altos impactos, en tanto que la posterior es delgada y relativamente frágil. Se afectan 
primordialmente por impacto directo y constituyen del 5-12% de todas las fracturas del macizo facial. 
Debido a la alta fuerza que se requiere para fracturarlos, 75% de los pacientes presentarán lesión 
significativa, incluyendo shock, daño cerebral, coma y otras fracturas faciales asociadas. 1/3 se limitan 
a la tabla anterior, mientras que 2/3 involucran la pared posterior. Las complicaciones pueden ir desde 
20 
 
mucoceles por el sistema de drenaje de los senos frontales, hasta abscesos cerebrales, meningitis y 
encefalitis (22). 
 
Fracturas de senos frontales en diferentes pacientes. En A) existe afección de ambas paredes con neumoencéfalo, en B) sólo 
hay afección de la pared anterior y C) muestra cranealización del seno frontal con fijación anterior. 
Otra de las ventajas de la TAC se aprecia en el trauma ocular, por la capacidad de la misma para 
valorar la órbita y su contenido, resaltando su utilidad para identificar cuerpos extraños intraoculares, y 
aunque el efecto Hounsfield generado por los cuerpos metálicos puede ser una limitante, diversas 
aplicaciones e incluso la Tomografía Espiral Multicorte, son alternativas que ayudan a disminuir este 
artefacto de imagen (21). 
21 
 
 
Corte axial de Tomografía Espiral Multicorte, donde se aprecia objeto extraño metálico, penetrante intraocular izquierdo. 
Las fracturas llamadas “blow-in” resultan de la aplicación de un impacto de alta energía hacia el hueso 
frontal y consiste en fractura y depresión del techo orbitario dentro de la órbita, son las que más 
freceuntemente se asocian con daño del globo ocular, las “blow-up” involucran desplazamiento del 
techo orbitario con aumento en el volumen orbitario y son altamente indicativas de daño intracraneal, y 
las “blow-out” ocurren típicamento cuando un objeto de mayor tamaño que la circunferencia de la 
órbita ejerce presión y fractura el piso orbitario, la pared medial o ambos. 
 
22 
 
 
Diferentes fracturas orbitarias, de izquierda a derecha, arriba hacia abajo, fractura “blow-out, fractura “blow-in” bilateral y 
fractura “blow-up” 
Las fracturas del complejo zigomático-malar o “trípode”, son las segundas fracturas aisladas más 
comunes del macizo facial y generalmente son resultado de un golpe directo en alguna de las 
hemicaras. Las principales líneas de fractura involucran a los tres procesos del hueso malas (orbitario, 
zigomático y maxilar). Los datos clínicos más frecuentes son depresión de la mejilla, parestesia del 
nervio infraorbital, atrapamiento del globo ocular (si hay afección del piso orbitario) y trismus, cuando la 
fractura comprime el tendón temporalis (19). 
La posición sobresaliente del zigomático, lo hace muy vulnerable al trauma, sin embargo no requieren 
cirugía a menos que el hundimiento condicione una importante deformidad facial o haya afección 
muscular severa que impida el cierre de la mandíbula. En esta situación, la TAC es determinante para 
el diagnóstico, ya que en esta zona el gran edema de los tejidos blandos puede impedir la valoración 
quirúrgica (22). 
 
Fractura deprimida del arco zigomático, que impacta el proceso coronoides de la mandíbula. 
23 
 
En las fracturas maxilares, hay tres patrones clásicos, ampliamenta conocidos como las fracturas del 
complejo Le Fort: I, II y III, que por definición son fracturas en las que la maxila se “desprende” del 
resto del cráneo vía fractura de las láminas pterigoideas (18, 22). 
 
Patrones de fracturas tipo Le Fort. I representada con línea recta, II con línea punteada y III el trazo transverso. Todas se 
extienden posterior a la fractura de la lámina pterigoidea (círculo). 
La fractura Le Fort I es resultante de un impacto horizontal directo en la maxila, que crea maloclusión 
con fragmento libre flotante, lo que provoca una fractura a través de la maxila, que pasa por arriba de 
las raíces dentarias, cruza el piso de los senos maxilares y el septum nasal inferior, con extensión a los 
platillos pterigoideos. 
 
Fractura Le Fort I. 
24 
 
La fractura Le Fort II es causada por un impacto centrofacial directo, que separa la región nasal del 
resto del cráneo, es una fractura piramidal que cruza las suturas zigomáticomaxilares en forma 
bilateral, fractura el piso orbitario medialmente y atraviesa el puente nasal. 
 
Fractura Le Fort II. 
La disyunción craneofacial completa representa el Le Fort III, que en muchas ocasiones, puede ir 
acompañada de otro tipo de fracturas tipo LeFort debido al gran impacto que se requiere para que se 
presenten. 
25 
 
 
Múltiples fracturas centrofaciales: Le Fort I bilateral (óvalos), Le Fort II izquierda (triángulo) y Le Fort III bilateral (rectángulo) 
La fracturas tipo Le Fort, generalmente condicionan importante daño a las vigas y pilares del macizo 
facial, con afección funcional y estética significativa, por lo que el tratamiento es quirúrgico. 
Finalmente, las fracturas mandibulares representan una larga proporción de fracturas, y son típicas en 
las lesiones por asalto. Se pueden clasificar de acuerdo a su localización (sínfisis, parasínfisis, cuerpo, 
ángulo, rama, coronoides, subcondílea y condílea) y al menos 50% de ellas están asociadas con una 
segunda fractura. La principal indicación de la TAC es la afección en el mecanismo de oclusión 
mandibular, donde el tratamiento es prioritario (22). 
 
Fractura mandibular en paciente masculino, tras un asalto. La flecha larga indica la fractura condílea y la corta la fractura 
parasinfisiaria. 
26 
 
D) Mecanismo de trauma y lesiones asociadas a las fracturas maxilofaciales 
El trauma maxilofacial es, claramente, común. El conocimiento de los tipos de fracturas faciales es 
crucial para hacer más efectiva y eficiente la comunicación entre el médico tratante y el radiólogo. 
Asimismo, el conocimiento del mecanismo del trauma, puede darnos un panorama de las posibles 
fracturas que el paciente puede tener y de ellas, conocer las lesiones que pueden estar asociadas, 
sobre todo aquellas que ponen en riesgo la vida del paciente. 
Fracturas nasales 
Los golpes frontales directos sobre el dorso nasal producen fracturas de la parte más delgada de los 
huesos nasales, y en los casos de mayor intensidad, causan fracturas nasoetmoidales. Por otra parte, 
los golpes laterales son los responsables de la mayor parte de las fracturas nasales que condicionan 
hundimiento de un solo hueso nasal con dislocación de fragmentos y fracturas conminutas. 
En la exploración, la ausencia de epistaxis nos debe hacer dudar el diagnóstico de fractura nasal, pues 
es un signo presente en casi todos los pacientes. El edema irá en progresión y puede dificultar la 
revisión, la cual deberá hacerse con rinoscopio en búsqueda de fractura o desviación septal, más 
común en los impactos laterales, de ellos, los más leves causarán fractura en la parte más caudal del 
septum, a lo largo de su unión con el vómer, generando fracturas-dislocaciones; los más intensos 
producen fractura del septo cartilaginoso en forma de U con el extremo abierto de la U hacia adelante 
(31). 
Se señala que la TAC no puede utilizarse como una modalidad de diagnóstico para confirmar fracturas 
nasales, por lo que seconsidera que las indicaciones de su realización incluyen sospecha de fractura 
del septum, salida de líquido cefalorraquídeo, fracturas nasales expuestas, movimientos oculares 
anormales y politraumatismo craneofacial. También se deberá considerar que al menos el 30% de los 
pacientes presentan desviación septal previa al trauma (30). 
Entre las lesiones asociadas, el paciente con lesión nasal aguda, principalmente causada por 
accidente automovilístico, pueden presentar otras fracturas faciales por la intensidad del impacto, así 
como lesiones cervicales. Las fracturas expuestas tienen una mayor incidencia de infección, por lo que 
los estudios de imagen podrán utilizarse para determinar el grado de lesión de los tejidos blandos y 
extensión del enfisema. 
Las causas más comunes de este tipo de fracturas son accidentes automovilísticos, agresiones (puño 
en las lesiones sobre el dorso y con objetos en lesiones laterales), y lesiones deportivas (balonazos, 
principalmente). 
27 
 
 
Esquema de las suturas nasales y su correlación en el perfilograma de un paciente con fractura nasal. Fractura desplazada 
de la pirámide nasal (flecha grande), sutura naso-frontal normal (punta de flecha grande), sutura nasomaxilar (flechas 
pequeñas) y ranuras del nervio nasociliar (puntas de flecha pequeñas). 
 
Fracturas nasoetmoidales 
Generalmente, éstas requerirán un mayor impacto que las fracturas puras de la pirámide nasal. Las 
fracturas que acompañan de manera más frecuente a las nasoetmoidales son a nivel del piso orbitario, 
trípode zigomático y maxilar, en el caso de las primeras, pueden clasificarse como fracturas naso-
orbito-etmoidales (NOE). Los mecanismos de lesión más comunes por lo que se producen estas 
fracturas son asaltos, en primer lugar, seguido de accidentes automovilísticos, golpe directo no 
intencionado con algún objeto a alta velocidad, proyectil por arma de fuego y caídas en bicicleta (32). 
Cuando hay asociación con fracturas del trípode zigomático, es más común el daño severo a los 
tejidos blandos y complicaciones como infecciones post tratamiento (32, 22). Por otra parte, las lesiones 
asociadas a este tipo de fracturas y que pueden hacernos sospechar la extensión de la misma, son 
bloqueo del sistema lacrimal, enoftalmos, ptosis y telecanto traumático. 
En general, las fracturas naso-orbito-etmoidales, sobre todo si están asociadas a fracturas del trípode 
zigomático, son resultado de un impacto de gran energía (32), sin embargo el área de contención 
centrofacial, por ser altamente neumatizada, se asocia más con lesiones secundarias locales, que con 
aquellas que se extienden al parénquima cerebral. 
Fracturas de senos frontales 
Requieren alta energía y son comunes en los pacientes politraumatizados. La etiología más frecuente, 
son los accidentes automovilísticos por impacto directo, agresiones con arma blanca u objetos 
contundentes, precipitaciones, estallidos y caídas. Las fracturas con afección de la pared anterior 
únicamente, son las más comunes, seguido de fracturas que involucran ambas paredes unilateral y 
28 
 
finalmente, de ambos senos, en el mismo orden, será el grado de impacto que requieren para 
presentarse (22). 
Estas fracturas están fuertemente relacionadas con lesiones asociadas al parénquima cerebral, de las 
cuales las más comunes son el neumoencéfalo, contusiones hemorrágicas, hematomas y hemorragia 
subaracnoidea, por lo que tan solo con el conocimiento del mecanismo de trauma y a pesar de que el 
paciente no muestre alteraciones neurológicas, la principal indicación de la TAC será descartar 
lesiones cerebrales (22, 32). Al igual que los senos paranasales centrofaciales, la neumatización de los 
senos frontales amortiguarán parte del impacto, sin embargo, por las variaciones anatómicas descritas, 
éstos pueden estar escasamente neumatizados. 
Fracturas mandibulares 
La energía de impacto que se requiere para ocasionar fractura, dependerá del área mandibular donde 
éste sea recibido. Las etiologías más comunes son, en primer lugar agresiones con golpes directos por 
puños, seguido de objetos contundentes, accidentes automovilísticos, caídas, actividades deportivas y 
accidentes laborales (34). El agente puede ocasionar la fracturas por mecanismo directo (produciéndose 
la fractura en el sitio del traumatismo) o indirecto (muy frecuente la fractura condílea en traumatismos 
sinfisiarios) 35. Los cóndilos de la mandíbula son más susceptibles a lesiones por aplastamiento (34). 
La TAC es sensible para detectar estas fracturas en un porcentaje cercano al 100%, las radiografías 
en alrededor del 86%, sin embargo, la TAC frecuentemente es insuficiente para la evaluación de las 
estructuras dentales, por lo que otro estudio radiográfico, la ortopantografía, suele ser necesaria (22). 
En la anamnesis, es importante preguntar al paciente si tiene terceros molares o “muelas del juicio” ya 
que, es un factor de riesgo para el desarrollo de fracturas mandibulares después de un traumatismo 
directo, hasta en un 85% (34). Las indicaciones principales de la TAC en estas lesiones son la 
valoración de los cóndilos y daño en el mecanismo de oclusión, así como la planeación quirúrgica. 
Curiosamente,existen estudios en los que se demostró que hasta el 69% de las fracturas en la región 
maxilofacial en campesinos y trabajadores del medio rural, están asociadas con la interacción con 
animales, más específicamente por patadas de caballo (36). 
Sobre todo en el caso de las fracturas mandibulares, la información acerca del mecanismo de la lesión, 
puede sugerir un patrón específico de fractura y aportar al cirujano datos acerca de posibles lesiones 
concomitantes (37). 
Las lesiones asociadas con estas fracturas en forma aislada, tienden a ser más locales, como afección 
del mecanismo de oclusión y las fracturas alveolares, siendo ésta última un importante factor de riesgo 
para el desarrollo de infecciones o abscesos (22). Por las salientes óseas que presenta la región, es 
común la laceración de los tejidos blandos (34). 
29 
 
 
Sitios de presentación de fracturas mandibulares. 
Fracturas maxilares 
Es el grupo más heterogéneo de fracturas, además de que la gran mayoría son complejas y están 
asociadas con pacientes politraumatizados. La clasificación de Le Fort se basa en los puntos débiles 
del maxilar, esta clasificación sigue vigente en nuestros días por ser descriptiva, aunque muchas de 
las fracturas, por su complejidad, rebasan sus límites. La mayor parte de estas fracturas ocurren por 
traumatismo directo al esqueleto facial, a los largo de sus apoyos verticales (38). 
Dada su complejidad, el mecanismo más común es el accidente automovilístico, representando en 
estudios hasta el 50% de los casos, en la fase de caída en atropellamientos, precipitaciones y 
agresiones con múltiples impactos en último lugar, y las lesiones asociadas, dado el grado del impacto, 
pueden variar desde edema cerebral, contusiones hasta hemorragia subaracnoidea (22, 38). 
Estas fracturas están altamente asociadas con defectos de función, expresión y estética facial. La TAC 
es el método de elección ante la sospecha de una fractura de tipo Le Fort, puesto que son comunes 
las lesiones encefálicas asociadas y se requerirá para la planeación quirúrgica. 
Fracturas orbitarias 
Este grupo de fracturas en forma aislada, generalmente no ponen en riesgo la vida del paciente, sin 
embargo, el globo ocular es un órgano altamente susceptible a los cambios de presión intraorbitarios, 
además de que la pérdida de su función conlleva importantes repercusiones sociales, laborales y 
emocionales para el paciente. 
El mecanismo de lesión más común se produce cuando el reborde orbitario es golpeado por un objeto, 
de mayor circunferencia que las dimensiones óseas de la porción anterior de la órbita. El objeto 
traumatizante puede ser pasivo o activo, dependiendo si la persona al momento del impacto, estaba o 
no en movimiento, por ejemplo, un puñetazo, se considera activo. Generalmente los objetos activos 
tienen un mayor potencial de lesión. Los siete huesos que forman la órbita, pueden fracturarse como 
consecuencia de mecanismos de alta o baja velocidad, los de baja velocidad que se producen en 
peleas, asaltos o actividades deportivas producen fracturas más leves y poco compromiso de las 
estructuras intraorbitarias, a diferencia de los de alta velocidad, como los accidentes de tránsito o 
precipitaciones (40). 
 
30 
 
 
E) Secuelas del trauma facial 
Una importante causa de defectos funcionales y estéticos faciales es el trauma. Los huesos más 
afectados son los huesos propios de la nariz, seguido de los orbitarios, y el manejo rápido y apropiado 
de estos pacientes puede prevenir la pérdida de funciones, presencia de complicaciones y secuelas (20). 
Sin embargo, el trauma facial frecuentemente deriva en trauma craneoencefálico, por lo que la 
oportuna detección de lesiones asociadas es imperativa, ya que las secuelas neurológicas pueden ser 
muy superiores a las faciales. El clínico debe anticiparse, mediante la correcta exploración y 
anamnesis del paciente, a las probables secuelas que puedan presentarse tras el trauma, y con el 
apoyo del radiólogo, quien deberá realizar un adecuado estudio, confirmando o descartando 
diagnósticos. Asimismo la TAC será la herramienta diagnóstica de control para los pacientes con 
traumatismo maxilofacial posterior al tratamiento quirúrgico. 
 
Reconstrucción tomográfica en 3D, donde se observa megaórbita izquierda, ausencia de paredes anteriores de los senos 
frontales y maxilar izquierdo, como secuelas de trauma. En la exploración, el paciente presentaba deterioro de los 
movimientos faciales. 
 
 
 
 
 
31 
 
P L A N T E A M I E N T O D E L P R O B L E M A 
El trauma craneoencefálico (TCE) y maxilofacial (TMF), ya sea como entidades aisladas o simultáneas, 
son motivos de consulta cada vez más comunes en Centros de Salud, servicios de Urgencias e incluso 
en pacientes que, internados por otras patologías, sufren esta situación durante su estancia 
intrahospitalaria, por lo mismo, un correcto abordaje diagnóstico y medidas iniciales, deben ser 
llevadas a cabo tanto por médicos generales como especialistas. 
La información más importante y que debe registrarse en este tipo de eventos, debe incluir el estado 
general del paciente, el mecanismo de lesión, existencia de otras lesiones y el estado de la vía aérea, 
además de sus antecedentes personales patológicos, siempre que sea posible. El desconocimiento de 
alguno de estos datos puede conllevar a diversas dificultades, e incluso errores, en el manejo integral 
del paciente. 
El mecanismo del trauma se encuentra en relación directa con la gravedad y las lesiones producidas, 
por lo que si el paciente está en condiciones o tiene acompañantes que hayan presenciado el evento y 
pueden describirlo, éste debe ser registrado con detalle. Sin embargo, esta información generalmente 
es infravalorada o se encuentra incompleta. 
Asimismo, se debe tomar en cuenta que, aunque están en íntima relación, el TCE y el TMF son 
entidades diferentes y no deben ser englobadas en un solo diagnóstico, que erróneamente suele 
referirse únicamente como traumatismo craneoencefálico. Esto último adquiere especial importancia al 
momento de solicitar estudios de imagen, ya que tanto las proyecciones radiológicas, como los 
protocolos de Tomografía Computada (TC), son diferentes para cada patología. La TC es el método de 
imagen de elección para el paciente con trauma en general, por lo que al Médico Radiólogo se le debe 
proporcionar un adecuado resumen clínico e impresión diagnóstica, para así, junto con el médico 
tratante, determinar el estudio o serie de estudios más convenientes para el paciente, evitando así 
estudios incompletos o innecesarios. 
El mecanismo y cinemática del trauma son motivo de diversas investigaciones, tanto como un probable 
factor pronóstico para las lesiones observadas en los estudios de imagen, como para el desarrollo de 
nuevos métodos de seguridad, como es el caso de las bolsas de aire en los vehículos automotores. 
Se evaluaron los tipos de fracturas, estructuras óseas más comúnmente afectadas, mecanismo de 
lesión, hallazgos asociados al trauma, así como las edades y evolución de los pacientes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
32 
 
J U S T I F I C A C I Ó N D E L A I N V E S T I G A C I Ó N 
El conocimiento del mecanismo de trauma maxilofacial con fractura, es de vital importancia para 
determinar e incluso predecir las lesiones asociadas al mismo, primero, ya que generalmente las 
fracturas no se presentan de forma aislada, sino que frecuentemente van acompañadas de lesiones 
que pueden ser de mayor gravedad que la misma fractura, que incluso pueden poner en riesgo la vida 
del paciente, y segundo, por las complicaciones tanto funcionales como estéticas de una fractura mal 
evaluada. 
La Tomografía Computada (TC) es el estudio de imagen de elección para el trauma craneofacial, sin 
embargo éste deberá ser bien dirigido para obtener el máximo provecho del mismo. 
Tanto el clínico como el radiólogo deben trabajaren conjunto para realizar una adecuada valoración 
por imagen del paciente, ya que con los datos que proporcione el clínico, el radiólogo deberá enfocar 
el estudio, extenderlo cuanto sea posible, hacer las reconstrucciones necesarias e incluso, recomendar 
estudios de imagen adicionales. 
En el servicio de Radiodiagnóstico de nuestro hospital, se solicita, siempre que sea posible obtenerlo, 
el resumen clínico de los pacientes con trauma maxilofacial, que incluye mecanismo de trauma y 
escala de Glasgow, para determinar cómo se realizará el estudio de TC y las regiones que deberá 
abarcar (cráneo, macizo facial, columna cervical), así como la realización de otros estudios de imagen 
que se requiera, por ejemplo, Ultrasonido FAST o toma de proyecciones radiográficas simples, con el 
fin de evitar tiempo y costos en estudios de imagen innecesarios, así como la movilización constante 
de estos pacientes por tener que realizar estudios adicionales que no se efectuaron en su momento. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
33 
 
O B J E T I V O S D E L A I N V E S T I G A C I Ó N 
OBJETIVOS GENERALES 
 Corroborar, de acuerdo a lo descrito en la bibliografía, la relación entre el tipo y morfología de 
las fracturas maxilofaciales, así como las lesiones asociadas evaluadas en Tomografía 
Computada, con su mecanismo de trauma. 
OBJETIVOS PARTICULARES 
 Determinar si en las fracturas maxilofaciales, el conocimiento del mecanismo del trauma tiene 
valor pronóstico en las lesiones asociadas, halladas en el estudio de Tomografía Computada. 
 Determinar las causas más comunes del traumatismo maxilofacial con fractura en nuestro 
medio. 
 Determinar la incidencia por grupo de edad y sexo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
34 
 
T I P O D E E S T U D I O Y D I S E Ñ O D E L A I N V E S T I G A C I Ó N 
 
TIPO DE ESTUDIO 
Estudio no experimental, transversal, retrospectivo y descriptivo. 
 
DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN 
Universo poblacional: Se realizaron 141 tomografías a pacientes adultos con el diagnóstico de 
traumatismo maxilofacial, de las cuales 112 tuvieron fractura maxilofacial. 
 
CRITERIOS DE SELECCIÓN DE MUESTRA 
Criterios de Inclusión: Pacientes con traumatismo maxilofacial con presencia de fractura (s). 
Criterios de No Inclusión: Pacientes que por alta voluntaria o no autorización del estudio, no hayan 
acudido a la realización del mismo. 
Criterios de Exclusión: Pacientes pediátricos, con cambios postquirúrgicos maxilofaciales o 
craneoencefálicos previos al trauma. 
Criterios de Eliminación: Pacientes con estudio dentro de parámetros normales, con traumatismo 
craneoencefálico puro, traumatismo maxilofacial sin fractura y pacientes cuyo número de expediente 
no coincida con el registro o su nombre. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
35 
 
M A T E R I A L Y M É T O D O S 
La investigación fue realizada en el Servicio de Radiología e Imagen del Hospital Juárez de México, 
área de Tomografía Computada, en el período comprendido entre el 01 de mayo del 2013 al 15 de 
abril del 2014, utilizando los registros del área de Tomografía y haciendo revisión del expediente 
clínico para documentar edad, mecanismo del trauma y diagnóstico de los pacientes. En algunos 
casos, se solicitaron detalles del mecanismo al Servicio de Urgencias o al paciente al llegar a 
Tomografía para estudio de control posterior al tratamiento, en caso de no encontrar los datos en el 
expediente. 
El Tomógrafo del área es un modelo Light Speed TM de General Electric R, de 16 canales, con 
conexión a estación de trabajo con interfaz Advantage Workstation Volume Share 2 y Seno Advantage 
2.1 con monitor dual, ambos cuentan con sistema operativo NVIDIA, además del programa de 
visualización multiplanar y volumétrica Volume Viewer de General Electric para manejo de las 
imágenes y reconstrucciones. 
Se procesaron imágenes en formato DICOM (Digital Imaging and Communication in Medicine), 
utilizando la estación de trabajo en Tomografía para las reconstrucciones multiplanares y en 3D; 
servidor PACS (Picture Archiving and Communication System), dispositivos USB para su 
almacenamiento y el programa de diseño Adobe Photoshop para su edición (contraste, brillo y recorte 
de los nombres de los pacientes). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
36 
 
D E F I N I C I Ó N D E V A R I A B L E S 
 
VARIABLES DEPENDIENTES 
Fracturas maxilofaciales. 
Lesiones secundarias al trauma. 
 
VARIABLES INDEPENDIENTES 
Edad. 
Sexo. 
Mecanismo del trauma. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
37 
 
R E C O L E C C I Ó N D E D A T O S 
Se recopiló expediente (no mostrado), edad, sexo, mecanismo de lesión, tipo de fractura y otras 
lesiones encontradas. (Tabla 1). 
En el caso de las agresiones con objetos, se consideró “Objeto Contundente No Especificado” (OCNE) 
cuando el paciente refiere recordar el impacto directo, pero no recuerda exactamente el tipo de objeto 
con el que fue agredido y “Desconoce” cuando perdió el conocimiento antes lograr observar a su 
agresor, fue atacado por la espalda o no recuerda claramente el suceso. 
“Caída” se considera desde el propio plano de sustentación y “Precipitación” desde una altura mayor, 
especificando el sitio. 
El tipo de fractura se enfoca a las encontradas en el macizo facial, si hubo fracturas craneales, se 
registrarán en “Otras Lesiones”. 
Abreviaturas y Siglas 
CTS – Contusiones 
HSA – Hemorragia Subaracnoidea 
TB – Tejidos Blandos 
OCNE – Objeto Contundente no Especificado 
HPAF – Herida por Proyectil de Arma de Fuego 
HP – Herida Penetrante 
BIL – Bilateral 
FX – Fractura 
 
Tabla 1. Base de Datos 
 
NO. SEXO EDAD TIPO DE FRACTURA ETIOLOGÍA OTRAS LESIONES 
1 M 27 FRONTAL 
ORBITARIA 
AGRESIÓN 
IMPACTO: TUBO METALICO 
CTS. HEMORRAGICAS 
NEUMOENCÉFALO 
EDEMA CEREBRAL 
HSA FISHER IV 
HERNIA SUBFALCINA 
2 M 43 NASOETMOIDAL AGRESIÓN 
PUÑETAZO 
NEUMOENCÉFALO 
3 M 18 ORBITARIA 
MAXILAR 
AGRESIÓN 
IMPACTO: BATE DE BEISBOL 
HEMOSENO 
ENFISEMA DE TB 
4 M 23 NASAL AGRESIÓN 
PUÑETAZO 
 
5 M 42 NASAL 
CIGOMÁTICA 
AGRESIÓN 
PUÑETAZOS 
HEMATOMA DE TB 
6 F 47 NASOETMOIDAL 
CIGOMÁTICA 
AGRESIÓN 
IMPACTO: OCNE 
HEMOSENO 
7 M 24 NASAL GOLPE INCIDENTAL 
IMPACTO: OCNE 
 
8 M 21 MANDIBULAR BIL. 
FRONTAL IZQ. 
AGRESIÓN 
IMPACTO: OCNE 
HEMOSENO 
CTS. HEMORRÁGICA 
HEMATOMA SUBDURAL 
9 M 18 NASOSEPTAL 
MAXILAR IZQ. 
DENTOALVEOLAR 
AGRESIÓN 
PUÑETAZOS 
HEMOSENO 
 
10 M 24 ORBITARIA 
NASAL 
PRECIPITACION 
BICICLETA 
CTS. HEMORRÁGICA 
HEMATOMAS DE TB 
11 F 26 NASOSEPTAL 
MAXILAR IZQ. 
AGRESION 
PUÑETAZOS 
HEMOSENO 
12 F 22 MANDIBULAR 
DENTOALVEOLAR 
AGRESIÓN 
IMPACTO: OCNE 
 
38 
 
13 M 21 MAXILAR DER. 
CIGOMÁTICA 
AGRESIÓN 
DESCONOCE 
ENFISEMA DE TB. 
14 M 21 FRONTAL 
NASOETMOIDAL 
ORBITARIA 
AGRESION 
PUÑETAZOS 
 
15 M 53 NASOSEPTAL CAÍDA 
IMPACTO: BORDE DE UNA MESA 
EDEMA DE TB. 
16 M 28 NASOSEPTAL AGRESION 
PUÑETAZOS 
IMPACTO: BOTELLA 
EDEMA DE TB. 
FX HUESO TEMPORAL 
17 F 36 NASOETMOIDAL 
MAXILAR IZQ. 
AGRESIÓN 
HPAF 
HEMOSENO 
ENFISEMA DE TB. 
18 F 52 NASOETMOIDAL 
MAXILAR IZQ. 
PRECIPITACIÓN 
ESCALERAS 
HEMOSENO 
ENFISEMA DE TB. 
19 M 52 FRONTAL 
NASOSEPTAL 
AGRESIÓN 
PUÑETAZO 
ENFISEMA DE TB. 
20 F 78 CIGOMÁTICA 
NASOSEPTAL 
MAXILAR 
ORBITARIA 
MAXILAR BIL. 
AGRESIÓN 
IMPACTO: OCNE 
HP: NAVAJA 
HEMOSENO 
ENFISEMA DE TB. 
LACERACIÓN DE TB. 
21 M 22 NASAL AGRESIÓN 
IMPACTO: BOTELLA 
EDEMA TB. 
CELULITIS 
22 M 26 NASOSEPTAL AGRESION 
PUÑETAZOS 
EDEMA PALPEBRAL 
23 M PANFACIAL AGRESIÓN 
DESCONOCE 
FX BASE DE CRÁNEO 
NEUMOENCÉFALO 
HEMATOMAS DE TB. 
CTS. HEMORRÁGICAS 
HEMOSENO 
HEMOTÍMPANO 
EDEMA CEREBRAL 
HERNIA SUBFALCINA 
24 M 20 NASAL AGRESION 
PUÑETAZO 
 
25 M 25 FRONTAL 
ORBITARIA 
AGRESIÓN 
IMPACTO: OCNE 
HSA FISHER IV 
EDEMA CEREBRAL 
NEUMOENCÉFALO 
26 M 60 NASOSEPTAL AGRESION 
IMPACTO: TUBO METÁLICO 
HEMOSENO 
LACERACIÓNDE TB. 
27 M 60 NASOETMOIDAL ATROPELLAMIENTO FX MASTOIDEA 
CTS. HEMORRÁGICAS 
HEMOSENO 
HEMOTÍMPANO 
28 M 24 PANFACIAL AGRESIÓN 
DESCONOCE 
EDEMA CEREBRAL 
HSA FISHER IV 
CTS. HEMORRÁGICAS 
HERNIA SUBFALCINA 
29 M 18 NASAL AGRESION 
PUÑETAZO 
 
30 M 24 ORBITARIA 
NASOETMOIDAL 
PRECIPITACIÓN 
BICICLETA 
HEMOSENO 
HEMATOMA PALPEBRAL 
31 M 27 NASAL AGRESION 
PUÑETAZO 
EDEMA DE TB. 
32 M 18 NASAL AGRESIÓN 
IMPACTO: OBJETO DE CRISTAL 
 
33 F 24 NASAL AGRESION 
PUÑETAZOS 
PATADAS 
HEMATOMAS SUBGALEALES 
34 M 31 FRONTAL 
NASOETMOIDAL 
AGRESION 
IMPACTO: TUBO METÁLICO 
NEUMOENCÉFALO 
HEMOSENO 
HEMATOMA PALPEBRAL 
35 M 32 CIGOMÁTICA 
ORBITARIA 
MAXILAR DERECHA 
AGRESIÓN 
IMPACTO: BOTELLA 
HEMOSENO 
EDEMA DE TB. 
36 M 53 NASAL AGRESIÓN 
PATADAS 
IMPACTO: BATE DE BEISBOL 
FX PARIETOTEMPORAL 
FX MASTOIDEA 
HEMOSENO 
HSA FISHER IV 
39 
 
37 F 34 NASAL AGRESION 
PUÑETAZOS 
IMPACTO: CONTRA EL SUELO 
HEMATOMAS SUBGALEALES 
HEMOSENO 
38 M 39 NASOSEPTAL 
MAXILAR DER. 
AGRESION 
PATADAS 
IMPACTO: OCNE 
HEMATOMA SUBDURAL 
HERNIA SUBFALCINA Y UNCAL 
EDEMA CEREBRAL 
39 M 38 NASAL GOLPE INCIDENTAL 
IMPACTO: BARDA DE CONCRETO 
EDEMA DE TB. 
40 M 45 CIGOMÁTICA 
MAXILAR IZQ 
PRECIPITACIÓN 
ESCALERAS 
HEMOSENO 
41 M 36 NASAL 
DENTOALVEOLAR 
AGRESIÓN 
PATADAS 
PUÑETAZOS 
HEMOSENO 
HSA FISHER II 
42 M 18 CIGOMÁTICA 
MAXILAR 
AGRESIÓN 
IMPACTO: PALO DE MADERA 
HEMOSENO 
PROPTOSIS OCULAR 
ENFISEMA Y EDEMA DE TB. 
43 M 45 NASAL CAIDA 
IMPACTO: DIRECTO AL SUELO 
HSA FISHER I 
EDEMA CEREBRAL 
44 M 27 NASAL AGRESIÓN 
PUÑETAZO 
 
45 F 27 NASOETMOIDAL AGRESION: 
IMPACTO: OCNE 
HEMOSENO 
ENFISEMA DE TB. 
46 M 46 NASAL CHOQUE AUTOMOVILÍSTICO 
(COPILOTO) 
HEMATOMA PALPEBRAL 
LUXACIÓN ROTATORIA 
ATLANTOAXOIDEA 
47 M 26 NASAL AGRESIÓN 
PUÑETAZO 
 
48 M 46 COMPLEJO LE FORT II 
FRONTAL 
AGRESIÓN 
PATADAS 
IMPACTO: PIEDRA 
HEMATOMA EPIDURAL 
HSA FISHER III 
EDEMA CEREBRAL 
NEUMOENCÉFALO 
49 F 25 NASAL 
MAXILAR DER. 
AGRESIÓN 
PUÑETAZOS 
 
50 F 59 NASOSEPTAL AGRESION 
IMPACTO: BOTELLA 
HEMOSENO 
51 M 21 MAXILAR AGRESION 
PUÑETAZO 
HEMOSENO 
52 M 57 PANFACIAL AGRESION 
IMPACTO: MARTILLO 
CTS. HEMORRÁGICA 
HSA 
NEUMOENCÉFALO 
HEMOSENO 
EDEMA CEREBRAL 
53 M 58 PANFACIAL AGRESION 
PATADAS 
HEMATOMA SUBGALEAL 
HEMOSENO 
54 M 38 NASAL AGRESION 
PUÑETAZO 
 
55 F 51 MAXILAR 
CIGOMÁTICA 
CAIDA 
IMPACTO: BORDE DE ESCALON 
 
56 M 42 NASAL GOLPE INCIDENTAL 
IMPACTO: OCNE 
ACCIDENTE LABORAL 
 
57 M 33 MANDIBULAR PUÑETAZO 
PRÁCTICA DEPORTIVA 
LUXACION ARTICULACION 
TEMPOROMANDIBULAR IZQ. 
EDEMA CEREBRAL 
58 M 51 NASAL AGRESIÓN 
IMPACTO: OCNE 
 
59 M 25 ORBITARIA 
NASOETMOIDAL 
MAXILAR 
AGRESIÓN 
IMPACTO: OCNE 
PROPTOSIS OCULAR 
HEMOSENO 
60 M 27 FRONTAL 
NASOSEPTAL 
CHOQUE AUTOMOVILISTICO 
CONDUCTOR 
HSA 
HEMATOMA SUBGALEAL 
ESGUINCE CERVICAL 
61 M 30 NASAL AGRESION 
PUÑETAZO 
 
62 M 40 NASAL AGRESION 
IMPACTO: TUBO PVC 
EDEMA DE TB 
HEMATOMA DE TB 
63 M 19 ORBITARIA EXPLOSION 
FUEGO ARTIFICIAL (COHETE) 
HEMORRAGIA INTROCULAR 
HEMOSENO 
40 
 
64 M 19 NASAL 
MAXILAR 
AGRESION 
PUÑETAZOS 
CODAZO 
 
65 F 26 NASOETMOIDAL 
MAXILAR 
AGRESION 
IMPACTO: PIEDRA 
ENFISEMA SUBCUTÁNEO 
HEMOSENO 
66 F 44 NASAL AGRESION 
IMPACTO: TUBO METÁLICO 
CTS. HEMORRAGICA 
67 F 93 ORBITARIA CAIDA 
IMPACTO: BORDE DE SILLA 
EDEMA PALPEBRAL 
HEMOSENO 
68 F 27 NASAL AGRESIÓN 
PUÑETAZO 
HEMATOMA DE TB 
69 M 28 NASAL GOLPE INCIDENTAL 
IMPACTO: OCNE 
ACCIDENTE LABORAL 
 
70 F 90 NASAL CAIDA 
IMPACTO: DIRECTO AL SUELO 
 
71 M 22 NASAL AGRESION 
PUÑETAZO 
 
72 M 64 FRONTAL 
ORBITARIA 
MAXILAR 
AGRESION 
IMPACTO: BATE DE BEISBOL 
HEMATOMAS SUBGALEALES 
HEMATOMA EPIDURAL 
EDEMA PALPEBRAL 
HEMOSENO 
73 M 23 NASAL AGRESION 
PUÑETAZOS 
EDEMA PALPEBRAL 
74 M 41 MAXILAR 
NASAL 
CIGOMATICA 
AGRESION 
IMPACTO: TUBO METÁLICO 
HEMOSENO 
75 M 53 NASOETMOIDAL DESCONOCE HEMOSENO 
EDEMA PALPEBRAL 
76 F 31 CIGOMÁTICA 
MAXILAR 
GOLPE INCIDENTAL 
IMPACTO: OCNE 
ACCIDENTE LABORAL 
EDEMA Y ENFISEMA DE TB 
HEMOSENO 
77 M 32 NASAL 
FRONTAL 
CAIDA 
IMPACTO: BORDE DE MESA 
 
78 M 84 CIGOMÁTICA 
MAXILAR 
NASOETMOIDAL 
ORBITARIA 
CAIDA 
PISO HÚMEDO 
IMPACTO: DIRECTO AL SUELO 
EDEMA DE TB 
HSA 
CTS. HEMORRÁGICA 
79 F 37 CIGOMÁTICA 
NASAL 
AGRESION 
PUÑETAZOS 
EDEMA FACIAL 
HEMATOMA SUBGALEAL 
80 M 39 ORBITARIA GOLPE INCIDENTAL 
IMPACTO: TAPÓN DE OLLA 
EXPRESS 
HEMATOMA INTRAORBITARIO 
81 M 32 MAXILAR 
CIGOMÁTICA 
ORBITARIA 
NASOETMOIDAL 
AGRESIÓN 
IMPACTO: TUBO DE PVC 
HEMOSENO 
82 M 38 NASAL AGRESION 
PUÑETAZOS 
PATADAS 
HEMATOMA SUBGALEAL 
HEMATOMA DE TB 
83 M 40 ORBITARIA AGRESIÓN 
IMPACTO: OCNE 
 
84 M 44 NASOSEPTAL AGRESIÓN 
PUÑETAZOS 
 
85 M 55 NASOSEPTAL AGRESION 
PUÑETAZOS 
 
86 M 62 FRONTAL 
CIGOMÁTICA 
ORBITARIA 
MAXILAR 
CAIDA 
IMPACTO: DIRECTO AL SUELO 
HEMATOMA SUBDURAL 
HEMOSENO 
FX MASTOIDEA 
87 F 20 ORBITARIA 
CIGOMÁTICA 
MAXILAR 
AGRESION 
PATADAS 
IMPACTO: TUBO METÁLICO 
CTS. HEMORRÁGICA 
EDEMA CEREBRAL 
EDEMA DE TB 
ENFISEMA SUBCUTÁNEO 
NEUMOENCÉFALO 
TRAUMA OCULAR SEVERO 
88 M 41 NASOETMOIDAL 
MAXILAR 
GOLPE INCIDENTAL 
ACCIDENTE LABORAL 
IMPACTO: MATERIAL DE 
 
41 
 
CONSTRUCCION 
89 M 56 FRONTAL 
ORBITARIA 
MANDIBULAR 
NASAL 
ATROPELLAMIENTO CTS. HEMORRÁGICA 
90 M 49 NASAL AGRESION 
PUÑETAZOS 
 
91 M 21 NASOSEPTAL AGRESION 
PUÑETAZOS 
EDEMA DE TB 
92 M 18 MAXILAR 
MANDIBULAR 
CIGOMÁTICA 
AGRESIÓN 
IMPACTO: MÚLTIPLES IMPACTOS 
CONTRA BARRA METÁLICA 
FX TEMPOROPARIETAL 
CTS. HEMORRÁGICAS 
93 M 23 FRONTAL 
MAXILAR 
NASOETMOIDAL 
AGRESION 
IMPACTO: TUBO DE PVC 
HEMOSENO 
NEUMOENCEFALO 
94 M 38 ORBITARIA 
NASOETMOIDAL 
AGRESION 
IMPACTO: PALO DE MADERA 
NEUMOENCÉFALO 
EDEMA FACIAL 
HEMOSENO 
RUPTURA DEL MUSCULO RECTO 
MEDIAL 
95 M 18 MANDIBULAR 
MAXILAR 
DENTOALVEOLAR 
AGRESION 
HPAF 
EDEMA DE TB 
HEMOSENO 
96 M 36 NASAL AGRESION 
PUÑETAZOS 
 
97 M 23 NASAL 
ORBITARIA 
AGRESION 
PUÑETAZOS 
PATADAS 
HEMOSENO 
EDEMA DE TB 
98 F 21 ORBITARIA AGRESION 
IMPACTO: TUBO METÁLICO 
HEMOSENO 
99 M 18 CIGOMÁTICA AGRESION 
IMPACTO: PIEDRA 
EDEMA DE TB 
ENFISEMA Y EDEMA DE TB 
HEMATOMA SUBGALEAL 
100 F 21 FRONTAL 
ORBITARIA 
NASAL 
AGRESION 
IMPACTO: OCNE 
 
101 M 90 NASAL AGRESION 
PUÑETAZOS 
 
102 F 18 NASOETMOIDAL AGRESION 
PUÑETAZOS 
 
103 M 30 MAXILAR 
CIGOMÁTICA 
NASOETMOIDAL 
AGRESION 
PUÑETAZOS 
PATADAS 
HEMATOMA SUBDURAL 
104 F 35 ORBITARIA 
NASOETMOIDAL 
AGRESION 
PUÑETAZOS 
EDEMA DE TB 
HEMOSENO 
105 M 18 MANDIBULAR PUÑETAZO 
PRACTICA DEPORTIVA 
EDEMA CEREBRAL 
106 M 24 ORBITARIA AGRESION 
PUÑETAZO 
EDEMA DE TB 
 
107 F 39 NASAL AGRESION 
PUÑETAZO 
 
108 M 29 ORBITARIA AGRESIÓN 
IMPACTO: OCNE 
EDEMA PALPEBRAL 
109 F 47 NASAL AGRESION 
PUÑETAZOS 
PATADAS 
EDEMA Y ENFISEMA DE TB 
110 F 21 MANDIBULAR AGRESIÓN 
IMPACTO: TUBO METÁLICO 
LACERACION DE TB 
EDEMA CEREBRAL 
111 F 31 NASOSEPTAL AGRESION 
PUÑETAZOS 
 
112 M 19 NASOETMOIDAL CAIDA 
IMPACTO: DIRECTO AL SUELO 
EDEMA DE TB 
HEMATOMA DE TB 
 
 
 
42 
 
A N Á L I S I S D E D A T O S 
En el periodo comprendido del 01 de mayo del 2013 al 15 de abril del 2014, se realizaron 534 
tomografías computadas en pacientes adultos con el diagnóstico de traumatismo cráneofacial de las 
cuales, 141 correspondieron con trauma maxilofacial y 112 presentaron fracturas, siendo el servicio de 
Urgencias Adultos el que refierió al mayor número de pacientes. Del total, se identificaron 84 hombres 
y 28 mujeres, los rangos de edad variaron desde los 18 hasta los 93 años, el 33.92% se encontraron 
en el intervalo de los 18-25 años, 21.42% de 26-35, 19.64% de 36-45, 12.5% de 46-55, 7.14% de 56-
65, 1.78% de 65-75 y 3.57% fueron mayores de 75 años de edad. (Tablas 2 y 3) 
Número de pacientes Sexo % 
84 Masculino 75 
28 Femenino 25 
Tabla 2. Número de pacientes por sexo. 
Intervalo (años) Número de pacientes % 
18-25 38 33.92 
26-35 24 21.42 
36-45 22 19.64 
46-55 14 12.5 
56-65 8 7.14 
66-75 2 1.78 
>75 4 3.57 
TOTAL 112 99.97% 
Tabla 3. Intervalos de edad. 
TIPOS DEFRACTURA 
Los tipos de fractura predominantes fueron las de complejo nasal, en forma aislada o acompañante 
con otras fracturas, con 78 pacientes (69.64%). En cuanto a la etiología del trauma, la causa más 
común fueron las agresiones con 84 pacientes (75%). (Tablas 4 y 5). 
Tipo de fractura Número de pacientes % 
Complejo nasal 
 Nasal 
 Nasoetmoidal 
 Nasoseptal 
78 
 43 
 21 
 14 
44.06 
 24.29 
 11.86 
 7.90 
Orbitaria 26 14.68 
Cigomática 18 10.16 
Maxilar 29 16.38 
Mandibular 8 4.51 
Frontal 14 7.90% 
Dentoalveolar 4 2.25 
Complejas o Panfaciales 4 - 
Tabla 4. Tipos de fracturas. 
Las fracturas panfaciales o complejas no se registraron en porcentaje, por tener más de 4 tipos de fracturas diferentes. 
 
 
 
 
 
 
43 
 
ETIOLOGÍA Y MECANISMO DEL TRAUMATISMO 
 
Se consideraron las caídas, agresiones, golpes incidentales, incluyendo accidente laboral (excepto uno, 
en que el objeto contundente precipitó sobre el paciente) y de práctica deportiva, como mecanismos de 
alta energía con baja velocidad y a las precipitaciones, heridas por arma de fuego, atropellamiento, 
choque automovilístico y explosión, como mecanismos de alta energía y alta velocidad. 
La etiología más común fueron las agresiones, con hasta 84 pacientes, que representa un 75% de 
toda la muestra. (Tabla 5). Uno de los pacientes no dio detalles del trauma, refiriendo que no 
recordaba con precisión lo sucedido, ya que padecía crisis convulsivas de larga evolución y había 
presentado un evento previo al trauma. 
 
Las agresiones se consideraron como contusiones con objetos o por contacto (puñetazos, patadas, 
codazos), con objetos representaron el 51.2% y las segundas el 48.80%, en 12 de los casos de 
contusión por objeto, el paciente no recordaba con claridad el objeto con el que había sido agredido. 
Los objetos mencionados fueron, tubo o barra metálica en 9 casos, bate de beisbol en 3, piedra en 3, 
botella en 4, tubo de plástico rígido o PVC en 3, martillo en 1, palo de madera en 1, objeto de cristal en 
1, e impacto contra el suelo en 1. 
 
En 6 de las caídas, el impacto fue directo contra el suelo, en las otras 3, hubo un objeto interpuesto 
con el que se dio el impacto; las precipitaciones fueron desde bicicleta en movimiento y escaleras. Los 
accidentes automovilísticos fueron eventos aislados, en uno el paciente era el conductor y en el otro, 
ocupaba el asiento del copiloto. Las heridas por arma de fuego, se acompañaron de contusiones 
toracoabdominales y en ambos casos, el sitio de impacto fue lateral, con depósitos de esquirlas a nivel 
de los senos maxilares y cavidad oral. El paciente con atropellamiento, presentaba contusiones 
abdominales, además de los hallazgos maxilofaciales. 
 
Etiología Número de pacientes % 
Agresiones 84 75.00 
Caídas 9 8.03 
Precipitaciones 4 3.57 
Accidente Automovilístico 2 1.78 
Herida por Arma de Fuego 2 1.78 
Golpes Incidentales 
 Accidente Laboral 
6 
 3 
5.35 
Práctica Deportiva 2 1.78 
Atropellamiento 1 0.89 
Explosión 1 0.89 
Desconoce 1 0.89 
TOTAL 112 99.96% 
Tabla 5. Etiología del trauma. 
EL MECANISMO, FRACTURAS Y LESIONES ASOCIADAS 
Haciendo el análisis de la bibliografía, se refiere que las fracturas nasales generalmente se producen 
por impactos directos en el dorso, y en los casos de mayor intensidad, pueden ser nasoetmoidales y 
los golpes laterales ocasionan dislocación y conminución. Y las lesiones asociadas, sobre todo en los 
accidentes automovilísticos, incluye otras fracturas faciales, extensión al hueso frontal o cervicales. En 
nuestra muestra, de todas las fracturas nasales y nasoseptales, 34 (59.64%) de ellas fueron 
44 
 
ocasionadas por agresiones por contacto (sin objetos) y 14 (66.66%) de las nasoetmoidales, fueron 
ocasionadas por impactos de mayor intensidad (objetos, caídas, precipitaciones, herida por arma de 
fuego). Los dos pacientes con trauma por choque automovilístico, presentaron, además de fractura del 
complejo nasal, lesiones cervicales. 
Se refiere que las fracturas nasoetmoidales se acompañan frecuentemente de fracturas orbitarias, del 
trípode cigomático y pared del seno maxilar; en la muestra, de todas las fracturas nasoetmoidales, se 
registraron 14 (66.66%) asociadas con orbitarias, cigomáticas y maxilares. 
Las fracturas del hueso y senos frontales, se menciona que requieren generalmente de un impacto de 
alta energía, ya sea con objetos, en precipitaciones, caídas y estallidos/explosiones, y que están 
fuertemente relacionadas con daño al parénquima cerebral. En nuestros pacientes, se registraron 14 
fracturas frontales, de las cuales 12 (85.71%) fueron ocasionadas por impactos de alta energía y 2 
(14.28%) por contusiones sin objetos (puñetazos); de las primeras, 9 (75%) condicionaron daño al 
parénquima cerebral y de las segundas, ninguna tuvo daño cerebral. 
Las fracturas mandibulares, al igual que las frontales, requieren alta energía para producirse. Su 
morfología semicircular y el área que abarca, condiciona que si la mandíbula recibe todo la energía de 
un impacto, éste se puede propagar a la base del cráneo y ocasionar fractura del mismo o daño 
cerebral. Nuestra muestra no tuvo un alto número de fracturas mandibulares, sin embargo, de las 
presentadas, 3 fueron aisladas y el 100% tuvo afección al parénquima cerebral (edema). 
El área centrofacial está altamente neumatizada, y esta condición ayuda a amortiguar los impactos y la 
complicación más común es el hemoseno, sin embargo, cuando están relacionados con contusiones 
múltiples, con objetos o trauma centrofacial complejo, el riesgo de daño al parénquima cerebral 
aumenta. De lo observado, las fracturas del seno maxilar, se asociaron a hemoseno y fracturas del 
complejo nasoetmoidal en un 62% y en fracturas del maxilar asociadas con cigomáticas, orbitarias en 
el caso de las fracturas centrofaciales complejas (panfaciales), a daño encefálico en un 24.13%. 
Finalmente, en el grupo de las fracturas orbitarias, se refiere que cuando ocurren de manera aislada, 
generalmente no hay lesiones que pongan en riesgo la vida del paciente, a menos que sean del 
componente frontal orbitario, en todos los casos de trauma orbitario aislado, el rescate del órgano de la 
visión, es prioritaria. De las fracturas orbitarias evaluadas, 7 (26.92%) se asociaron con daño cerebral 
por fractura del techo orbitario/hueso frontal, de todas 11 (42.30%) fueron ocasionadas con objetos 
contundentes y de los 4 traumas aislados en la región ocular, en 3 (75%) hubo lesión únicamente en el 
contenido orbitario y tejidos blandos palpebrales. 
De las lesiones que se asociaron a las diferentes fracturas, el hemoseno fue la más común, con 40 
pacientes (26.49%). (Tabla 6). 
Lesión Número de pacientes % 
Hematoma subgaleal 8 5.19 
Hematoma epidural/subdural 6 3.89 
Hemorragia Subaracnoidea 10 6.49 
Contusión(es) Hemorrágica(s) 12 7.79 
Neumoencéfalo 10 6.49 
Fractura craneal 7 4.54 
Edema Cerebral 12 7.79 
Herniación cerebral 4 2.59 
Hemoseno 40 25.97 
45 
 
Enfisema/Edema de Tejidos 
Blandos 
27 17.53 
Hematoma de Tejidos Blandos 9 5.84 
Hemotímpano 2 1.29 
Laceración de Tejidos Blandos 3 1.98 
Hematoma Intraorbitario 1 0.64 
Luxación Atlantoaxoidea 1 0.64 
Proptosis ocular 2 1.29 
Tabla 6. Lesiones asociadas al trauma. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
46 
 
IMÁGENES REPRESENTATIVAS 
 
 
Paciente No. 30 – Imágenes de Tomografía Computada en reconstrucción coronal y en 3D con filtro en 
plano axial, donde se aprecia fractura del piso orbitario derecho (blow-out). 
Etiología: Precipitación. Fracturas asociadas: Nasoetmoidal. No hubo fractura frontal ni daño al 
parénquima cerebral 
47 
 
 
 
Paciente No. 20 – Imágenes de Tomografía Computada en reconstrucción 3D y corte axial, donde se 
observan múltiples fracturas del macizo facial del lado derecho, las cuales se asocian con edema y 
enfisema de tejidos blandos, así

Continuar navegando