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Entrenamiento-en-deteccion-temprana-de-TEPT-y-canalizacion-oportuna-para-trabajadores-de-la-S S

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Universidad Nacional Autónoma de México 
 Facultad de Estudios Superiores Iztacala 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 UNAM IZTACALA 
 
 
 
 
“Entrenamiento en detección temprana de TEPT y 
canalización oportuna para trabajadores de la S.S., 
Hospital de las Emociones y Organizaciones 
Civiles en la CDMX” 
 
 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
L I C EN C I AD A E N P S IC O L O GÍ A 
P R E S E N T A N 
C e c i l i a V e l á z q u e z D e L e ó n 
Diana Karina Martinez Zamudio 
 
 
 
 
 Directora: Dra. Dra. Carolina Santillán Torres Torija 
Dictaminadores: Dra. Anabel De La Rosa Gómez 
 Mtra. Violeta Espinosa Sierra 
 
 
 
 Los Reyes Iztacala, Edo. de México, 2019 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
Agradecimientos Cecilia 
 
A mamá y papá… 
Por ser un soporte enorme que me permitió llegar hasta este punto de mi formación, por 
creer en mi y demostrarme que cada día nos podemos superar más, por acompañarme en 
las altas y bajas de todo este proceso, por madrugar conmigo, por develarse conmigo, por 
verme llorar en los momentos mas críticos y siempre tener una palabra de aliento para seguir 
en pie. 
 
A Lau… 
Por ser mi eterna compañera, consejera, mi guía de vida, por permitirme abrir los ojos e 
introducirme a una perspectiva de la realidad que sin quererlo se convirtió en una forma de 
vivir y que guían muchos de mis pensamientos, acciones e intereses, sin ella, no habría 
llegado uno de los temas desarrollados en este trabajo, por las enseñanzas, por confiar en 
mi y por siempre estar presente. Y claro, por ayudarme a elegir mi entrada a la mejor 
universidad que pude escoger hace 8 años, cuando no tenía ni idea de que me deparaba la 
vida. 
 
A Moy y Edith… 
Por demostrarme que las diferencias en los pensamientos de las personas nunca serán una 
eterna limitante para convivir entre ellas, que las diferentes perspectivas de la vida siempre 
se conjuntan en algún punto y que de ellas se aprende mucho, por retomar nuestra cercanía 
y permitirme compartir una de las etapas más importantes de mi vida con ustedes. 
 
A Mónica y Evelyn… 
Por acompañarme desde el inicio de este largo camino y seguir aquí a pesar de las 
adversidades de la vida misma, por demostrarme que la distancia no es impedimento para 
el cariño y que siempre hay tiempo para todo. 
 
A mis compañeras de batalla… 
Mis amigas, Mimi, Maricela y Michelle por vivenciar conmigo el paso por la universidad y 
crecer con cada una de diferentes maneras. Mimi, por crear conmigo un ideal de vida, por 
crecer en los mismos intereses y buscar nuestra inserción en aquello que nos une a futuro 
como psicólogas y claro al destino por hacernos coincidir en situaciones tan peculiares de 
la vida que nos permitieron ser lo que hoy somos en conjunto. Maricela porque las amigas 
no tienen que ser totalmente iguales, de la diversidad de pensamientos se nutren las mejores 
amistades, por estar desde el inicio, por las altas y bajas que nos han cambiado como 
personas pero que nos mantienen unidas. Michelle, porque en un inicio no habría imaginado 
que en ti encontraría una persona con quien crecer en muchos aspectos, por motivarme a no 
dejar los temas que me gustan, por permitirme crear un futuro trabajando juntas en aquello 
que tanto nos mueve y conjuntarlo con una amistad tan padre. 
 
A Kary… 
Colega, amiga y coautora, por permitirme ir de la mano con ella en todo el mar de 
situaciones que vivimos en la elaboración de este trabajo, porque rompimos con la regla de 
terminar odiándonos al finalizar la tesis, ¡lo logramos!, por crear conmigo un proyecto con 
mucho futuro, ¿Quién iba a decir que dos personas tan diferentes terminarían juntas en algo 
tan valioso e importante? No sé, pero henos aquí, mas segura que nunca de que fue la mejor 
elección. 
 
A la Dra. Carolina… 
Por confiar en mi para este proyecto y por creer en mi potencial, por abrirme las puertas a 
nuevas experiencias que sin duda me han formado de manera exitosa, por tenerme paciencia 
y motivarme día con día cuando parecía que me daba por vencida, gracias a eso, se que todo 
es un proceso y que esperar vale la pena, que la formación y la vivencia son parte 
fundamental de la vida. 
 
A la UNAM… 
Por abrirme las puertas, los ojos y ayudarme a crecer como persona, como profesional, por 
arrojarme al mundo con ganas de aportar mucho de lo que me dio como la máxima casa de 
estudios que es y por permitirme recolectar muchos de los mejores recuerdos de mi vida 
pasando por sus aulas, jardines y pasillos. 
 Finalmente al Consejo Económico y Social de la Ciudad de México, por financiar un 
proyecto que fue tan importante para mi, sin duda hará un cambio no sólo en la Ciudad de 
México, sino en todo el país. A la Secretaria de Salud, por permitirnos llevar a cabo nuestras 
capacitaciones en los diferentes Centros de Salud de la Ciudad de México y ayudarnos en la 
búsqueda de la vinculación entre la poblacion y la salud mental. 
 
A todos ustedes desde lo más profundo de mi ser, ¡muchas gracias! 
 
 
 
 
 
 
Agradecimientos Karina 
A mi papá y mamá 
Primero por darme la vida, después por apoyar mis decisiones académicas, por preocuparse 
por mí, por motivarme cada mañana a salir adelante, por su escucha, por su compañía en 
todo este proceso, por inculcarme valores como la perseverancia, compromiso, honestidad, 
amor. Gracias por todo lo que han hecho por mí hasta el día de hoy. Sin duda, son mi ejemplo 
y mi inspiración por todo el trabajo que han realizado por mis hermanos y por mí, sé que 
esto es el comienzo de un largo camino a nivel profesional y personal, pero también sé que 
ustedes estarán ahí para guiarme siempre. Esto también es de ustedes. Los amo. 
A mis hermanos 
Por apoyarme en cada decisión que tomo, por sus consejos, por darme sus puntos de vista 
ante las diferentes situaciones, por todo lo que han hecho por mí a lo largo de mi formación 
académica, especialmente Andrés, por permitir entrar en sus vidas una perspectiva 
psicológica desde el cariño que les tengo, por estar conmigo en las buenas y en las malas. 
Los amo. 
A mis compañeras en ésta aventura 
Nohemí y Maricela por formar parte de mi vida desde la Universidad, por convertirse en 
personas fundamentales en mi vida, por su apoyo incondicional, por su escucha, su opinión, 
por su cariño, por motivarme a realizar un buen trabajo como psicóloga. 
A Cecilia 
Por ir de la mano conmigo en todo este proceso, por intercambiar puntos de vista conmigo, 
por equilibrar la balanza cuando se estaba cayendo, por contestar las llamadas más allá de 
lo profesional, por estar, gracias. 
A todos los que han tenido un espacio en mi vida 
Viri y Héctor. Por ampliar mi panorama acerca de la labor de un Psicólogo y enseñarme a 
hacer las cosas con amor, pasión y compromiso. Miguel, por ser un amigo incondicional, 
por tu escucha, tus palabras de aliento y motivación. Adrián, por alentarme y motivarme a 
creer y confiar en mí para lograr todo lo que me propongo, aún en la distancia. Gracias. 
 
 
 
A la Dra. Carolina Santillán 
Por todos sus consejos a nivel profesional, por abrirnos las puertasen proyectos 
importantes, por confiar en nuestro trabajo, por su escucha, por su tiempo. 
 
A la UNAM 
Por abrirme las puertas hace años, por cada aprendizaje obtenido. Estoy orgullosa de 
pertenecer a la máxima casa de estudios. A partir de ahora, el compromiso para contigo y 
la sociedad es muy grande, y daré todo de mí por no fallar. 
Finalmente al Consejo Económico y Social de la Ciudad de México, por financiar un 
proyecto tan importante que sin duda hará un cambio no sólo en la ciudad sino en todo el 
país. A la Secretaria de Salud, por permitirnos llevar a cabo nuestras capacitaciones en los 
diferentes Centros de Salud de la Ciudad de México. Gracias. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
6 
 
 
ÍNDICE 
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………...1 
 
 
1. TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO (TEPT)……………..11 
 
 1.1 Historia………………………………………………………………............11 
 
 1.2 Epidemiología……………………………………………………………….15 
 
 1.3 Criterios diagnósticos………………………………………………………..16 
 
 1.4 Trauma…………………………………………………………………….....22 
 
 1.5 Variables asociadas al Trauma (Problemas con el uso del Alcohol, Depresión, 
Suicidio)………………………………………………………………………….….25 
 
 
 1.6 Escalas de evaluación ……………………………………………………....26 
 
 1.7 Tratamiento………………………………………………………………....32 
 
 
 2. ESTRÉS POSTRAUMÁTICO Y DESASTRES NATURALES………….38 
 
 2.1 Definición de desastres naturales …………………………………………...38 
 
 2.2 Estadísticas de desastres naturales en México………………………………43 
 
 2.3 Estrés Postraumático y desastres naturales …………………………………46 
 
 
 3. ESTRÉS POSTRAUMÁTICO Y DESAPARICIÓN FORZADA DE 
PERSONAS………………………………………………………………………....50 
 
 
 3.1 Definición de desaparición forzada……………………………………….…53 
 
 3.2 Estadísticas…………………………………………………………………..57 
 
 
 
4. CAPACITACIÓN A GUARDIANES NO PROFESIONALES 
(IDENTIFICACIÓN Y CANALIZACIÓN)……………………………………...63 
 
 
 4.1 Justificación……………………………………………………………….....69 
 
7 
 
 
 
 4.2 Método…………………………………………………………………… ....71 
 
 4.3 Entrenamiento……………………………………………………………….73 
 
 4.4 Resultados …………………………………………………………………...74 
 
 
 5. DISCUSIÓN…………………………………………………………………77 
 
 
CONCLUSIONES………………………………………………………………….84 
 
 REFERENCIAS…………………………………………………………………...88 
 
 ANEXOS 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1 
 
 
 INTRODUCCIÓN 
México ha pasado por diferentes contextos que han devenido en grandes cambios para el país 
(para bien o para mal) algunos de estos, derivados de diferentes sucesos, por ejemplo, 
desastres naturales tales como terremotos o huracanes, o bien, un aumento desmedido de la 
violencia derivada del crimen organizado y la guerra contra éste mismo generada por el 
gobierno federal. Podríamos pensar que estos dos sucesos no tienen nada en común y que 
probablemente no afectan de la misma manera a la población, sin embargo hay un factor 
clave que puede unirlos respecto a las consecuencias a nivel psicológico, pero primero 
exploremos un poco del contexto de ambos escenarios. 
Respecto a los desastres naturales, en México se encuentran dos presentes 
principalmente, por un lado tenemos los huracanes y las tormentas tropicales, que si bien 
pueden ser previstas con tiempo suficiente para actuar, generan daños y pérdidas importantes, 
por otro lado, tenemos los sismos que se presentan principalmente de la zona sur al centro 
del país, siendo estos eventos naturales imposibles de predecir. Tenemos un contexto de 
incertidumbre de su aparición, además de deficientes protocolos de acción y como 
consecuencia una gran cantidad de pérdidas humanas y materiales. Los ejemplos más grandes 
que tenemos respecto a este tipo de movimientos telúricos de gran impacto para México son, 
los terremotos del 19 y 20 de septiembre de 1985 y más recientemente el del 19 de septiembre 
de 2017, siendo de los más devastadores en la historia del país. 
Un terremoto es el resultado de la liberación súbita de energía en las placas tectónicas 
que conforman la superficie del planeta, generalmente se trata de rupturas en estas placas que 
colisionan, pero también pueden ser efecto de otros eventos tales como la actividad volcánica 
o las pruebas nucleares. Para las personas que vivimos en la tierra, un terremoto es un trauma. 
 
2 
 
 
La palabra “trauma” tiene tanto un significado médico como una definición psiquiátrica. 
Medicamente un “trauma” se refiere a una lesión corporal, una herida, una fractura ósea o un 
shock. En psiquiatría, por el otro lado, se asume que “trauma” se refiere a una experiencia 
que resulta emocionalmente dolorosa, molesta o impactante, la que generalmente produce 
efectos físicos y mentales duraderos (Mendoza, 2017). 
Como se mencionó anteriormente, podría parecer que ambos contextos no afectan de 
manera similar a la población ante su aparición, pero nosotros buscamos llevarlos a un punto 
en común que nos puede demostrar en qué contextos actuales, en México un trastorno 
psicológico puede desarrollarse en la población, específicamente hablamos del Trastorno de 
Estrés Postraumático (TEPT) en situaciones de violencia y desastres. 
Por otra parte, en la actualidad, los índices de violencia en México son un tema 
bastante común al cual nos encontramos expuestos constantemente, las noticias sobre 
asesinatos y desapariciones son encabezados constantes de los medios de comunicación. Sin 
embargo, está información sólo nos da a conocer el lado de “acción” de los sucesos, es decir, 
cuándo se dio, dónde y quiénes fueron las víctimas, solo en algunos casos hay un seguimiento 
y casi ninguno se presenta al otro lado de la situación, la familia de las víctimas, “los que se 
quedan”. 
Nos hemos encontrado con infinidad de casos de familias que han perdido familiares 
asesinados o desaparecidos a raíz de la llamada “guerra contra el Narcotráfico” iniciada por 
Felipe Calderón Hinojosa en 2006 (aunque hay muchos más antecedentes) y sin duda es una 
situación que causa preocupación en una gran parte de la población. Nos cuestionamos si 
habrá justicia para las víctimas, si se está haciendo algo para resolver el problema que se 
presenta, etc. Pero poco nos cuestionamos qué es lo que está pasando con las familias de las 
 
3 
 
 
víctimas, ya que sin duda el perder un miembro de la familia es un gran impacto e implica 
un gran proceso a nivel psicológico. En especial si hablamos de desapariciones forzadas, 
donde la incertidumbre no permite saber a ciencia cierta, ¿qué es lo que sucedió con la 
persona?, ¿dónde está?, ¿está viva?, etc. 
Para entender a qué nos referimos cuando hablamos de una desaparición forzada, es 
importante conocer las características de dicha definición. De acuerdo con la Convención 
Internacional para la Protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas 
(2017) se entiende por desaparición forzada “el arresto, la detención, el secuestro o cualquier 
otra forma de privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o 
grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, 
seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte 
o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley.” (ONU-
DH, 2017). 
Hablar de una problemática como lo es la desaparición forzada nos lleva sin lugar a 
dudas a dirigir nuestra mirada a América Latina. Aunque no es un problema específico de 
una región sino a un sin número de países en que está situación está siendo reproducida, 
nuestro mayor y más directo ejemplo es México. 
Justificación y antecedentes 
Sobre los desastres naturales, específicamente los terremotos, sabemos que desde 
hace varios años se han estudiado los efectos psicológicos que traen consigo este tipo de 
fenómenos naturalesimposibles de predecir, sin embargo en México, los protocolos de 
actuación a nivel salud mental aún no son claros y los antecedentes también son pocos, de 
manera comparativa, hablamos de un primer sismo de gran magnitud de hace más de 30 años, 
http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/ConventionCED.aspx
http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/ConventionCED.aspx
 
4 
 
 
en un contexto en que no se tenía la infraestructura, la organización, ni los medios de 
actuación e información eficientes para enfrentarse a un evento telúrico tan grande. 
El terremoto del 19 de septiembre de 1985 tuvo una magnitud de 7.8 (de ondas cortas, 
MS) y 8.1 (en ondas largas, MW) en la escala de Richter. El total de la población que percibió́ 
los movimientos telúricos sobrepasó a los 20 millones de personas (al efecto, la población 
del área metropolitana de la Ciudad de México, se situaba en los 17 millones de habitantes). 
Aunque no se ha podido establecer con precisión el número de víctimas fatales, estimaciones 
oficiales, aparentemente conservadoras, lo colocan en cerca de 6,000 en la zona conurbada 
del Distrito Federal donde se estima se localizó́ el 95% de los fallecidos. Unas 36 mil 
viviendas resultaron destruidas y más de 65 mil experimentaron daños de consideración. Las 
instalaciones del sector salud sufrieron un brutal impacto: muchos hospitales y clínicas 
resultaron totalmente destruidos o con daños irreparables (Bitrán, 2001). 
Fue un contexto de total desolación, incertidumbre y miedo, pues nadie podía haber 
estado preparado para un acontecimiento de tal magnitud, claramente estas consecuencias 
son a nivel estructural y económico, pero poco se hablaba en el momento de las 
consecuencias psicológicas que esté panorama dejaría a la población en aquel lejano 1985. 
 “El terremoto nos tomó a los psicólogos mexicanos totalmente 
desprevenidos. No había referencia inmediata acerca de qué estaba 
sucediendo ante nuestros ojos, y la necesidad de actuar inmediatamente 
nos empujó́ a hacer lo que parecía más urgente en el momento. Ha 
pasado un cuarto de siglo. Ahora sabemos, mucho más que en 1985, qué 
es una catástrofe, sus efectos y las posibilidades de actuar en todos los 
niveles, incluyendo la salud mental, antes, durante y después de 
 
5 
 
 
ocurrida. Baste recordar, a manera de ejemplo, que en 1985 no se había 
extendido aún el uso del concepto “trastorno por estrés postraumático 
(TEPT)” tal como lo conocemos ahora en los libros de psicología y 
psiquiatría.” (Galindo, 2009, pág 5) 
Sin embargo se esperaría que todo esto cambiase a la actualidad y nos encontramos 
con un nuevo terremoto el día 19 de septiembre de 2017 y con un mismo protocolo deficiente 
de atención por parte de las instituciones de salud, si bien los daños registrados no fueron de 
la misma magnitud que en 1985, los daños y las pérdidas también fueron significativas, pero, 
¿qué avances hubo en cuanto a la atención psicológica? 
Como sucedió en 1985, la reacción inmediata de la sociedad civil para brindar apoyo 
solidario y espontáneo a los damnificados se manifestó. Las dimensiones del desastre 
ocasionaron que la capacidad de respuesta de auxilio de las autoridades gubernamentales 
quedará sobrepasada. El apoyo organizado desde diferentes disciplinas no se hizo esperar y 
se observó la oportunidad de brindar apoyo psicológico de emergencia. El desastre natural 
ocurrió en un momento social y político de alta tensión e inestabilidad entre los mexicanos. 
Un país inmerso en una ola de violencia multidimensional, falta de credibilidad en las 
instituciones, en particular en las gubernamentales, grandes brechas sociales y un tejido 
social fragmentado por el alto nivel de pobreza (43.6% de la población mexicana de acuerdo 
a los índices de 2016 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), 
violencia y corrupción que se experimenta cotidianamente. Ante este escenario, se sabía que 
los damnificados no se encontraban en las condiciones óptimas para responder de forma 
sólida y saludable ante un desastre de semejantes dimensiones y la realidad de una condición 
previa de fragilidad cognitiva y emocional producto de la situación social. Se sospechaba, 
 
6 
 
 
como en muchas otras poblaciones vulnerables, que el desastre natural iba a potenciar el 
desastre social ya percibido, incrementado el riesgo de desajuste individual y colectivo 
(Hernández y Téllez, 2017). 
Lamentablemente, la atención psicológica solo se puso en marcha durante los 
primeros momentos, atención en crisis, pero llevar un seguimiento demanda mucho tiempo 
más y un trabajo más profundo, pues ya es bien sabido que en casos como este pueden 
aparecer ciertos trastornos con el TEPT, y aún no se tienen los modelos de identificación, 
canalización y seguimiento bien establecidos entre los profesionales de la salud, es por eso 
que es importante recibir la suficiente información de, ¿qué es? ¿cómo identificarlo?, y ¿a 
dónde se debe canalizar a una persona que muestra síntomas asociados al TEPT? 
Por otro lado, en años anteriores, la incidencia de Desaparición Forzada no había 
tenido cifras tan alarmantes como las que se presentan hoy en día. Aunque no se tienen cifras 
exactas de las desapariciones forzadas en México, la CNDH habla de alrededor de 30 mil 
942 desapariciones hasta marzo de 2017. Dichas desapariciones forzadas han sido a causa 
de diversos factores, uno de ellos es el crimen organizado que engloba al país. El número de 
víctimas debido al crimen organizado ha ido en aumento desde el 2015. La CNDH reveló 
cifras alarmantes por estado de la república mexicana. El 82.71% de las personas reportadas 
como desaparecidas del fuero común que corresponde a 23,934 casos, se concentra en 11 
estados del país: Tamaulipas 19.22%, 5,563 casos; México, 10.31%, 2,984; Jalisco, 8.71%, 
2,523; Sinaloa 8.24%, 2,385; Nuevo León 8.20%, 2,374; Chihuahua 6.68%, 1,933; Coahuila, 
5.59%, 1,620; Sonora 4.45%, 1,288; Guerrero, 3.99%, 1,155; Puebla 3.73%, 1,080 y 
Michoacán 3.55%, 1,029 casos (CNDH, 2017). 
 
7 
 
 
Las desapariciones forzadas en México han sido un tema muy constante y no 
necesariamente actual. Los intentos por combatir dicha práctica así como la problemática en 
sí, han dejado huella en muchas familias, a nivel individual y colectivo. 
Centrándonos en nuestro tema de interés, estamos hablando de 30 mil 942 familias 
que han tenido que pasar por el proceso de asimilar (o no) una desaparición forzada de uno 
o más miembros de su familia y todo lo que conlleva un suceso de dicha índole. 
 Al respecto (Álvarez, 1980 cómo se citó en Giraldo, Gómez y Maestre, 2008) 
menciona que la desaparición forzada es un acto que presenta secuestro, tortura y negación 
de información con respecto al paradero de la persona, está última genera un gran 
desconcierto que es imposible manejar por ejemplo para los familiares de las víctimas. 
La desaparición forzada desde la perspectiva de los familiares de desaparecidos, 
como ya se había mencionado, deja una huella en la vida de las mismas, ya que no solo es 
haber vivido la desaparición de su familiar, sino que aún después de tiempo transcurrido 
desde el acontecimiento, siguen viviendo con diversas interrogantes con respecto a su 
paradero, lo cual les genera múltiples estados anímicos que afectan a su salud emocional. 
Lo anterior podemos encontrarlo directamente relacionado al TEPT y el Duelo 
traumático o no consumado, aunado a la desesperanza con respecto a los bajos niveles de 
justicia que existen en nuestro país, la espera por parte de las autoridades acerca del paradero 
de sus familiares, así como la lucha que conlleva no dejar en el olvido una situación tan 
determinante en su vida. Ahora bien, es importante entender que el Estrés Postraumático, 
según el Manual Estadístico de Trastornos Mentales V (DSM-V)(APA,2013) es aquel que se 
presentapor una exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o 
amenazas en una (o más) de las siguientes formas: experiencia directa del suceso (s) 
 
8 
 
 
traumático, presencia directa del suceso (s) ocurrido a otros, conocimiento de que el suceso 
traumático ha ocurrido a un familiar próximo o un amigo íntimo, exposición repetida o 
extrema a detalles repulsivos del suceso (s) traumático (s). Como se puede notar, el aspecto 
más importante dentro de la presente investigación es el Estrés Postraumático generado en 
los familiares de personas desaparecidas, quienes pueden ser de su familia, amigo o 
conocidos cercanos, así como también víctimas de un evento altamente estresante como lo 
es un sismo. 
Por otro lado, el duelo es sin duda una de las experiencias más dolorosas que un ser 
humano puede experimentar. Cuando alguien cercano a nosotros fallece, aparecen algunas 
reacciones tanto físicas como emocionales. Si el fallecimiento o muerte de la persona ha sido 
de manera espontánea, es decir, por un accidente, suicidio, homicidio, etc., el malestar que 
se produce a nivel anímico es aún mayor que el de una muerte esperada. En el caso en el que 
una persona desaparece y su cuerpo no se encuentra, se presentan mayores dificultades para 
que los familiares vivan un proceso de duelo. Al respecto, ya Freud (1917) mencionaba que 
el duelo es la reacción ante la pérdida de un ser amado o de una abstracción equivalente como 
la patria, la libertad, un ideal, etc. Lo caracteriza por un "doloroso estado de ánimo, la 
cesación del interés por el mundo exterior —en cuanto no recuerda a la persona fallecida—, 
la pérdida de la capacidad para elegir un nuevo objeto de amor —lo que equivaldría a sustituir 
al desaparecido—, y el apartamiento de toda actividad no conectada con la memoria del ser 
querido” pág. 241. Hay en el doliente una inhibición del yo que lo deja entregado por entero 
al trabajo del duelo y que le cierra el interés para cualquier otro vínculo con la vida (Freud 
1981 cómo se citó en Díaz, 2010). 
 
9 
 
 
Es importante hacer mención de que el duelo tiene ciertas características que lo llevan 
a ser un proceso “similar” en la mayoría de las personas, pero nos encontramos con la 
incógnita de, ¿qué pasa cuando el proceso de pérdida no tiene las mismas características? Por 
ejemplo en el caso de la desaparición forzada, cuando no hay la presencia de un cuerpo, o un 
mero conocimiento de si la persona está o no está muerta, ¿qué sucede con el duelo y cómo 
se lleva ese proceso? 
Un aspecto importante que distingue a los familiares de las personas que han 
desaparecido es la perseverancia en cuanto a la búsqueda de su familiar. La elaboración del 
duelo tarda más en iniciarse. Se producen más reacciones en relación a la posible aparición 
de la persona que la asimilación de la ausencia de la misma. Por lo tanto, en los familiares de 
desaparecidos es más probable que se posponga un duelo hasta que no existe constancia real 
de que su familiar ya no tiene vida. 
Sin lugar a dudas, este tipo de actos de violencia dejan una marca en la salud 
psicológica de las personas que están expuestas de manera tan directa a ella, como menciona 
Flores, Reyes y Reidl (2012) desde la Asamblea de 1996, Organización Mundial de la Salud 
(OMS) ya había aprobado una resolución de que, en efecto, identificaba a la violencia como 
uno de los principales problemas de salud pública en todo el mundo. En ella exhortó a los 
estados miembros a que evaluaran esta problemática en sus propios territorios, e 
implementarán medidas para mitigar sus efectos. Dicho compromiso fue ratificado seis años 
después en el Informe mundial sobre la violencia y la salud (OMS, 2002 cómo se citó en 
Flores, Reyes y Reidl 2012). Esta es una problemática que sin duda se ha salido de control y 
sus efectos cada vez son más notorios en la sociedad, pero, ¿cómo se genera una base de 
apoyo para los afectados si no tenemos en claro qué proceso es el que se lleva y cuáles son 
 
10 
 
 
exactamente las áreas de afectación en cada sector de la población expuesto? Para poder 
generar programas de atención psicológica es necesario tener claros los factores detonantes, 
las diversas situaciones y posibles consecuencias que una desaparición forzada trae consigo 
para las familias de las víctimas, que en muchas ocasiones suelen dejar de lado su bienestar 
en busca del bienestar del familiar desaparecido o con la esperanza de encontrar justicia a un 
nivel equiparable al tamaño de su problemática. 
11 
 
1. TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO 
El TEPT se caracteriza por una serie de síntomas característicos que siguen a la experiencia 
directa, observación o conocimiento de un suceso o sucesos extremadamente traumáticos 
(ocurrencia o amenaza de muerte o lesiones graves o amenaza a la integridad física de uno 
mismo o de otras personas) a los que la persona respondió con miedo, impotencia u horror 
intensos (se requiere, pues, no sólo cierto tipo de sucesos, sino también cierto tipo de 
respuestas) (American Psychiatric Association, 1994 cómo se citó en Bados, 2005 ). 
 1.1 Historia 
A lo largo de la vida, el ser humano se encuentra inmerso en diversos acontecimientos que 
marcan su vida. En la actualidad, las civilizaciones han ido desarrollando aceptación a dichos 
eventos traumáticos, sin embargo, la presencia de los mismos es cada vez frecuente. Estos 
eventos se presentan de diferentes formas, desde un asalto a mano armada, secuestros, 
asesinatos, violencia intrafamiliar, desaparición forzada, presencia de desastres naturales, 
cambio de casa, cambio de trabajo o cualquier otro evento que a la persona le genere altos 
niveles de estrés. 
Es muchos años atrás cuando se realiza el primer acercamiento a la sintomatología 
del estrés postraumático. Fue en la Grecia antigua, cuando se comenzó a hablar de síntomas 
en la guerra, los principales personajes que abordaron el tema fueron Hipócrates y Heródoto. 
Años más tarde, (Crocq y Crocq, 2000 cómo se citó en Carvajal, 2002) hacen mención de 
que en diversos textos aparece sintomatología del TEPT, haciendo referencia a los griegos, 
la Biblia, la Guerra de los cien años y algunas obras de Shakespeare; en dichos relatos, la 
sintomatología aparece principalmente en los soldados y aparecen como síntomas invasores. 
 
12 
 
 
Posteriormente, en el siglo XIX algunos personajes como Charcot, Pierre Janet y 
Sigmund Freud, hablaron de síntomas que se acercaban al TEPT. P. Janet describió los 
cuadros clínicos de 591 pacientes y en casi la mitad de ellos los fenómenos psicopatológicos 
eran explicables por un origen traumático, haciendo referencia a "emociones vehementes" 
que ocurrían en los pacientes durante un acontecimiento traumático, las cuales impedían 
integrar esa experiencia agobiadora; de ese modo se constituía una memoria traumática, la 
cual estaba disociada de la conciencia y sin control de la voluntad. 
Sigmund Freud por su parte jugó un papel fundamental en el desarrollo de la 
sintomatología de lo que hoy sería el TEPT, fue en la teoría de la seducción en donde estudió 
los sucesos traumáticos en la infancia de las personas, descubrió que se producía una neurosis 
haciendo referencia a un paradigma del trauma emocional, además de que éstos se 
presentaban en la fantasía o en la realidad. 
“Con la teoría de la seducción, puede decirse que todo el traumatismo 
viene al mismo tiempo del exterior y del interior. Del exterior porque es desde 
el otro de donde llega la sexualidad al sujeto, del interior porque brota de ese 
externo interiorizado, de esa reminiscencia de la que, según una hermosa 
fórmula, sufren los histéricos, y en la cual reconocemos ya a la fantasía” 
(Laplanche, 1964 pág. 113 cómo se citó en Praderio, 2008) 
 Freud, en 1919, en su libro Introducción al psicoanálisis y la neurosis en la guerra, 
habló de la neurosis traumáticaque producía la guerra, los estímulos que producían este tipo 
de neurosis eran de naturaleza aguda y transitoria, la reacción traumática solía ser de corta 
duración. Posteriormente describió lo que tiempo después sería sintomatología del TEPT en 
el DSM-III-R, recuerdos vívidos, recurrentes e intrusivos, hiperactividad y 
 
13 
 
 
reexperimentación dramática del hecho, o algún otro suceso violento que la persona, dejando 
secuelas en ellos que no eran del todo transitorias. 
En 1920, con la publicación de Más allá del Principio del Placer, Freud habló de lo 
traumático como una excitación del exterior que fuera lo suficientemente protectora como 
para romper la barrera psíquica protectora, es decir, un evento externo sobrepasaba la barrera 
protectora del Yo para elaborarla y producir un cambio de estado en el aparato mental. 
Fue en la I Guerra Mundial cuando se utilizó por primera vez el término "shell shock" 
que hacía referencia a las reacciones que desarrollaban los soldados cuando se enfrentaban a 
una batalla, específicamente a la explosión de armamento como granadas o minas, o bien, a 
ser testigos de la muerte de sus contrincantes o de sus mismos compañeros, lo cual provocó 
algunos síntomas como temblor, dificultad para caminar, pérdida de conciencia. En 1915 en 
un artículo de The Lancet apareció el término "shell shock" que correspondía a la descripción 
de la pérdida de memoria, visión, gusto y olfato que presentaron tres soldados (Myers 1915 
citado en Carvajal, 2001). 
Posteriormente, algunos psiquiatras norteamericanos desarrollaron algunos aportes a 
la psiquiatría militar, la cual consistía en implementar sistemas de detección de posibles 
patologías en los soldados antes de enviarlos a una batalla, apoyados de especialistas en 
combate para evitar enviar a los soldados a hospitales alejados de la zona de guerra. 
Aunque fueron muchos los esfuerzos de los norteamericanos por implementar 
medidas de prevención en salud mental, se estima que la Guerra de Vietnam (1964-1973) 
dejó aproximadamente 700,000 veteranos que han requerido de algún tipo de ayuda 
psicológica. El denominado síndrome post Vietnam se diagnosticó con una alta incidencia 
en la década de 1970 y este hecho constituyó uno de los factores importantes para que la 
 
14 
 
 
Asociación Psiquiátrica Americana incluyera al TEPT como una de las patologías en el 
DSM-III de 1980. 
Fue entonces en el DSM-III-R en donde se describió que el TEPT, no era una 
respuesta normal ante un evento anormal, pues no todas las personas desarrollan la 
enfermedad. Se consideró que el evento traumático estaba fuera de los estresores cotidianos, 
predominando características evitativas expresadas mediante sentimientos o pensamientos 
de evitación relacionados con la situación. También se hizo mención del apagamiento 
afectivo, en referencia al aislamiento, pérdida de intereses, dificultades sexuales, etc. 
Años más tarde, el caso de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 a las 
torres gemelas, dio lugar a la identificación de síntomas de estrés postraumático, los estudios 
de prevalencia del TEPT en Estados Unidos indican que aproximadamente el 10.4% de las 
mujeres y cerca del 5.0% de los hombres había presentado un TEPT en algún momento de 
su vida (Kessler, Sonnega, Bromet, Highes y Nelson, 1995 citado en Cárcamo, Sánchez-
Lacay y Lewis-Fernández, 2002). Cinco a ocho semanas después de los ataques terroristas 
del 11 de septiembre, la prevalencia del TEPT se ha estimado en 20% para la población adulta 
residente en el área de las Torres Gemelas y en 7,5% para los habitantes del centro y sur de 
Manhattan en una entrevista telefónica realizada con una muestra aleatoria. 
Posteriormente en el DSM-IV, se hizo énfasis en la naturaleza del evento, se agregó 
la noción de estrés agudo y se remarcó que la experiencia psicopatológica debía causar 
alteraciones en la vida del paciente. 
Finalmente, el DSM-V habla del TEPT de forma independiente y no como parte de 
los trastornos de Ansiedad, por lo tanto, los criterios son más específicos y claros en cuanto 
a un evento traumático. 
 
15 
 
 
1.2 Epidemiología. 
La prevalencia de TEPT ha sido estudiada en diversos grupos de víctimas de sucesos 
traumáticos. Existen diversas metodologías para identificar a sujetos que cumplan con los 
criterios diagnósticos, las cifras generales permiten tener una aproximación a la magnitud de 
dicha problemática de salud mental en México. 
La prevalencia en la población general es de 1 a 14%, y entre la población que ha 
sufrido algún trauma es del 3 al 58%. Es más probable que los hombre están expuestos a 
eventos traumáticos y las mujeres son las que tienen alta probabilidad de recibir un 
diagnóstico. 
Por otro lado, se estima que una de cuatro personas manifiesta un TEPT después de 
un suceso traumático. La prevalencia anual de estrés postraumático en la población general 
de Estados Unidos de América alcanza 7.8%, y en el ámbito mundial se ha estimado que 8% 
de los habitantes desarrollará este trastorno en algún momento de sus vidas. 
Por otro lado, Medina-Mora, Borges, Lara, Benjet, Blanco, Fleiz et al (2003) mencionan que 
la prevalencia de estrés postraumático, según criterios de la Clasificación Estadística 
Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud, 10a Revisión (CIE 
10); 1.9% de los hombres y 3.3% de las mujeres presentaron el diagnóstico alguna vez en su 
vida y 0.9% lo tenían presente en los doce meses previos al estudio. La edad promedio cuando 
se manifiesta el síndrome es de 19.7 años y el análisis de los hazards identificó como los 
momentos de mayor actividad en el reporte de las edades de inicio después de los 60 años, 
entre los 25 y los 35, alrededor de los 20 años y en la infancia. 
También se ha encontrado que existe una relación entre el TEPT y el consumo de 
sustancias principalmente del alcohol, ya que es una manera que utilizan las personas para 
 
16 
 
 
mediar los síntomas que se presentan principalmente de ansiedad. Algunas investigaciones 
muestran que hay una alta prevalencia de consumo de alcohol en hombres y mujeres. Cáceres 
en 2011 menciona que los hombres presentan consumo de alcohol en un 52% y las mujeres 
en un 28%, pero no sólo es el alcohol la sustancia que se consume, también existe presencia 
de otras drogas en el cual el consumo se da en un 35% en hombres y 27% en mujeres. 
1.3 Criterios diagnósticos 
Según el DSM-V (2014) después de la exposición a eventos traumáticos tales como 
la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza, en una (o más) de las formas 
siguientes: 
 
17 
 
 
Tabla 1 
Criterios Diagnósticos para TEPT Según el DSM-V 
A B C D E 
 
Exposición a la 
muerte, lesión 
grave o 
violencia 
sexual, ya sea 
real o amenaza, 
en una o más 
de las formas 
siguientes: 
Presencia de uno 
o más de los 
síntomas de 
intrusión 
asociados al 
suceso 
traumático tales 
como: 
Evitación 
persistente de 
estímulos 
asociados al 
suceso 
traumático 
manifestadas en 
una o dos 
características: 
Presencia de 
dos o más 
alteraciones 
negativas 
cognitivas y 
del estado de 
ánimo 
asociadas al 
suceso 
traumático 
tales como: 
Presencia de 
dos o más 
alteraciones 
importante en 
la alerta y 
reactividad 
asociada al 
suceso 
traumático tales 
como: 
La duración 
de la 
alteración 
(criterios 
B,C,D y E) 
es superior a 
un mes. 
 
 
 
 
 
Las 
alteraciones 
causan 
malestar 
clínicamente 
significativo 
o deterioro 
en lo social, 
laboral u en 
otras áreas 
importantes 
Experiencia 
directa del 
suceso 
traumático. 
Recuerdos 
angustiosos 
recurrentes e 
involuntarios del 
evento 
traumático. 
Evitación o 
esfuerzos para 
evitar 
recuerdos, 
pensamientos o 
sentimientos 
angustiosos 
acerca o 
estrechamente 
asociados al 
suceso 
traumático.Incapacidad 
de recordar 
un aspecto 
importante 
del suceso 
traumático 
(debido a 
amnesia 
disociativa y 
no a otros 
factores como 
lesión 
Irritabilidad y 
arrebatos de 
furia (con poca 
o ninguna 
provocación) 
que se expresan 
típicamente 
como agresión 
verbal o física 
contra objetos 
o personas. 
 
18 
 
 
cerebral, 
sustancias, 
etc.). 
de la vida de 
la persona. 
 
Las 
alteraciones 
no se 
pueden 
atribuir a los 
efectos 
fisiológicos 
de una 
sustancia 
(farmacos, 
alcohol o 
drogas.) u a 
otra 
afección 
médica. 
Presencia 
directa del 
suceso 
traumático 
ocurrido a 
otros. 
Sueños 
angustiosos 
recurrentes en 
los que el 
contenido y/o el 
efecto del sueño 
este relacionado 
con el (los) 
suceso(s) 
traumático(s). 
Evitación o 
esfuerzos para 
evitar 
recordatorios 
externos 
(personas, 
lugares, 
actividades, 
etc.) que 
despiertan 
recuerdos, 
pensamientos o 
sentimientos 
angustiosos 
asociados al 
suceso 
traumático. 
Creencias o 
expectativas 
negativas 
persistentes 
(estoy mal, no 
puedo confiar 
en nadie, el 
mundo es 
muy 
peligroso, 
etc.) 
Imprudencia. 
Conocimiento 
de que el 
suceso 
traumático ha 
ocurrido a un 
familiar 
Reacciones 
disociativas (se 
repite el suceso 
traumático) 
inclusive 
llegando a una 
 Percepción 
distorsionada 
persistente de 
la causa o las 
consecuencias 
del suceso 
Hipervigilancia 
o alerta. 
Continua tabla 
Continúa tabla 
 
19 
 
 
próximo o a un 
amigo íntimo. 
En los casos de 
amenaza o 
realidad de 
muerte de un 
familiar o 
amigo, el 
suceso ha de 
haber sido 
violento o 
accidental. 
pérdida total de 
la conciencia del 
entorno presente. 
traumático 
que hacen que 
el individuo 
se acuse a sí 
mismo o a los 
demás. 
Exposición 
repetida o 
extrema a 
detalles 
repulsivos del 
suceso 
traumático (no 
aplica a la 
exposición a 
través de 
medios 
electrónicos, 
televisión, 
películas o 
fotografías.). 
Malestar 
psicológico 
intenso o 
prolongado al 
exponerse a 
factores internos 
y externos que 
simbolizan o se 
parecen a un 
aspecto del 
suceso 
traumático. 
 Estado 
emocional 
negativo 
persistente 
(terror, 
miedo, 
enfado, culpa, 
etc.). 
Respuesta de 
sobresalto o 
exagerada. 
Continúa tabla 
20 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Reacciones 
fisiológicas 
intensas a 
factores internos 
o externos que 
simbolizan o se 
parecen a un 
aspecto del 
suceso 
traumático. 
 Disminución 
importante 
del interés o 
la 
participación 
en actividades 
significativas. 
 
 Sentimiento 
de desapego o 
extrañamiento 
de los demás. 
 
 Incapacidad 
persistente de 
experimentar 
emociones 
positivas 
(felicidad, 
satisfacción, 
amor, etc.). 
 
Continúa tabla 
21 
 
Especificar si: 
Con síntomas disociativos: Los síntomas cumplen los criterios para el trastorno de estrés 
postraumático y, además, en respuesta al factor de estrés, el individuo experimenta 
síntomas persistentes o recurrentes de una de las características siguientes: 
1. Despersonalización: Experiencia persistente o recurrente de un sentimiento de 
desapego y como si uno mismo fuera un observador externo del propio proceso 
mental o corporal (p. ej., como si se soñara, sentido de irrealidad de uno mismo o 
del propio cuerpo, o de que el tiempo pasa despacio). 
2. Desrealización: Experiencia persistente o recurrente de irrealidad del entorno (p. 
ej., el mundo alrededor del individuo se experimenta como irreal, como en un 
sueño, distante o distorsionado). 
Especificar si: 
Con expresión retardada: Si la totalidad de los criterios diagnósticos no se cumplen 
hasta al menos seis meses después del acontecimiento (aunque el inicio y la 
expresión de algunos síntomas puedan ser inmediatos). 
Con los los criterios anteriormente mencionados y en conjunto con algunas escalas 
que serán mencionadas más adelante, se puede generar un diagnóstico certero de la 
presencia del TEPT. 
Es importante también hacer mención que también hemos encontrado 
investigaciones donde se resalta que de acuerdo a muestras de población, las mujeres 
suelen ser quienes presentan una mayor prevalencia de TEPT, por ejemplo, un estudio 
realizado en algunas UMF del norte de México en 2009 menciona que las mujeres tenían 
un porcentaje más alto de prevalencia del trastorno a comparación de los hombres (Leal, 
Vázquez y Cantú, 2013). 
 
22 
 
1.4 Trauma 
Stricto sensu, el vocablo proviene del griego trayma (τραυμα) que significa “herida”. En 
la ciencia médica, el término de trauma se enfoca en lesiones físicas que sufre el cuerpo, 
en el campo de la psicología, el término hace referencia a cuestiones subjetivas, 
emocionales, cognoscitivas y conductuales específicas, que se presenten posteriores a la 
presencia de un acontecimiento que pone en riesgo a un individuo. 
Diversos autores coinciden en la idea de que el estrés postraumático es el resultado 
de la vivencia de algún suceso o acontecimiento traumático, por ello, Briere y Scott, 2006 
cómo se citó Flores 2012; mencionan que un acontecimiento traumático hace referencia 
a un hecho o evento objetivo, y “experiencia traumática” a una reacción de malestar 
derivado de él, en la que media una interpretación cognoscitiva del evento de tipo 
negativo. 
Un acontecimiento traumático remite a un evento estresante que puede provocar 
un desequilibrio en la vida de la persona. En el DSM-V (2014) se especifica que un 
acontecimiento traumático es aquel en el que: 
1. Experiencia directa del suceso(s) traumático(s). 
2. Presencia directa del suceso(s) ocurrido(s) a otros. 
3. Conocimiento de que el suceso(s) traumático(s) ha ocurrido a un familiar 
próximo o a un amigo 
Íntimo. En los casos de amenaza o realidad de muerte de un familiar o amigo, el suceso 
(s) ha de haber sido violento o accidental. 
4. Exposición repetida o extrema a detalles repulsivos del suceso(s) traumático(s) 
(p. ej., socorristas que recogen restos humanos; policías repetidamente expuestos a 
detalles del maltrato infantil). 
 
23 
 
Briere y Scott (2006) mencionan que los acontecimientos traumáticos, se pueden 
presentar a consecuencia de diversos factores como: 
● Desastres naturales. 
● Violencia masiva. 
● Accidentes de transporte de gran envergadura. 
● Incendios domésticos o de gran escala. 
● Accidentes vehiculares. 
● Violaciones y ataque sexual. 
● Asalto físico de un extraño. 
● Violencia o ataques de pareja. 
● Tortura. 
● Guerra. 
● Abuso infantil. 
● Trabajos de emergencia (paramédicos, bomberos, policías, etc.) 
 Posterior al suceso traumático, las personas suelen experimentar emociones intensas 
y perturbadoras, episodios de insomnio, labilidad emocional, evitación a claves que 
recuerden el suceso traumático, etc. 
Existen cuatro trayectorias de evolución del evento traumático de acuerdo a Bonanno 
(2004): 
a) Resiliente: observada en personas que son capaces de continuar sus rutinas 
familiares, laborales y sociales con un mínimo nivel de perturbación (35-65%) 
b) De recuperación: en personas que luego de un período de fuerte perturbación 
inicial se recuperan al cabo de algunos meses (15-25%) 
 
24 
 
c) Retardada: cuando luego de varios meses de mantener un funcionamiento 
relativamente normal la persona enferma (0-15%) 
d) Crónica: cuando rápidamente se produce un deterioro del funcionamiento y el 
paciente no se vuelve a recuperar (5-30%). 
 Finalmente, es importante hacer mención, de que un evento traumático puede llegar 
a ser agudo y presentar diferentes características tanto físicas, psicológicas, 
interpersonales. Dicho evento, puede ser identificado semanas después de haber sucedido 
el evento traumático. 
Algunas de las características comunes que se presentanposteriores a un evento 
traumático son: 
 
 Figura 1. Reacciones de una persona posteriores a un evento traumático. 
 
 
 
25 
 
1.5 Variables asociadas al Trauma (Alcoholismo, Duelo, Depresión, Suicidio) 
Cuando una persona experimenta un evento traumático y presenta sintomatología de 
TEPT, algunas veces no se presenta como un trastorno sólo, sino que existe presencia de 
consumo de sustancias, se asocia con la presencia de duelo, de depresión o bien de 
ideación suicida. 
Cáceres en 2011 reporta estudios sobre TEPT en los cuales menciona que la forma 
de reaccionar ante los diferentes eventos traumáticos ya sea un asalto, violación, desastre 
natural, cambio de casa, es importante en el desarrollo del TEPT. Se ha identificado que 
la ansiedad se manifiesta de diferentes formas si se es mujer u hombre, en cuanto a las 
mujeres se presenta de una forma internalizada con presencia de ansiedad y depresión y 
en los hombres, se presenta de forma externalizada con consumo de sustancias y conducta 
violenta (Silvestre, 2013). 
En cuanto a la Depresión, en diversos estudios se ha encontrado comorbilidad 
entre depresión y TEPT. Briére, 2004 citado en Silvestre, 2013 menciona que aunque 
ningún estudio reporta presencia de depresión postraumática, si se puede decir que los 
acontecimientos que generan TEPT tienen la capacidad de producir síntomas depresivos 
asociados al trauma. 
Las teorías cognitivas de la depresión, mencionan que una persona es incapaz de 
controlar los reforzadores externos, y que se relaciona con la desesperanza aprendida en 
el que la persona se siente incapaz de influir o cambiar la situación y se desemboca un 
estado de inseguridad, descontrol, pasividad, desesperanza, y frustración (Chinchilla, 
2008 citado en Silvestre, 2013). 
Por otro lado, el consumo de sustancias está asociado a la presencia de 
sintomatología de TEPT, ya que el consumo de las mismas disminuye los síntomas del 
 
26 
 
TEPT provocando que la persona “se sienta mejor”. Sin embargo, cuando una persona 
intenta reducir el consumo de las mismas, provoca sintomatología de abstinencia, lo cual 
se suma a la reactivación de los síntomas de TEPT lo cual desemboca en un alto factor de 
riesgo para la persona. 
Es por ello que Echeburúa en 2004, menciona que existe comportamiento suicida 
después de un trauma severo, pues el TEPT por sí mismo constituye alto riesgo en un 
intento suicida. Además, existen factores de riesgo importantes en relación a la conducta 
suicida como son la edad, sexo, consumo de sustancias, presencia de otro trastorno. 
Dichos factores deben ser evaluados para ver si existe un nivel significativo de ideación 
suicida y es importante iniciar el tratamiento con base en lo anterior de manera prioritaria 
(Cáceres, 2004 citado en Silvestre, 2013). 
1.6 Escalas de evaluación 
El Trastorno de Estrés postraumático, como todos los trastornos debe comenzarse 
a evaluar desde el punto más básico, es decir, desde la entrevista, esto para permitirnos 
hacer un contexto más amplio sobre en qué situación se encuentra el paciente, posibles 
detonantes e información esencial para poder generar un buen programa de tratamiento 
eficaz adaptado al caso de los pacientes que presentan este tipo de trastornos asociados a 
diferentes hechos traumáticos y que deben ser dirigidos con diferencias específicas. 
También la identificación de los síntomas explicados en el DSM-V que nos permiten 
cotejar las características presentadas por el paciente y las señaladas ahí. Ahora bien, esto 
también implica la utilización de diversas escalas que pueden ayudar a identificar niveles 
de prevalencia del trastorno, por ejemplo: 
 
27 
 
 
Tabla 2 
Escalas de evaluación de prevalencia de TEPT 
Nombre de la Escala No. De Ítems 
 
 
¿Qué evalúa? 
Escala de Síntomas del TEPT 
Entrevista para el DSM-5 . 
PTSD Symptom Scale 
Interview for DSM-5 de Foa, 
McLean, Zang, Zhong, Rauch 
(2016) 
24 Síntomas del TEPT durante el último mes de acuerdo 
con el DSM-5 con criterios de intrusión, evitación, 
cambios de estado de ánimo, cognición y activación y 
reactividad. Evaluados por frecuencia e intensidad en 
escala de 0 a 4 con puntuación máxima de 23. 
 
Escala para el TEPT según el 
DSM-5 administrada por el 
clínico. 
The Clinician administered 
PTDS scale (for DSM-5) 
Weathers, Blake. (2013) 
 
 
30 
Evalúa síntomas del TEPT de la última semana, en el 
último mes o en algún momento de la vida desde 
frecuencia e intensidad, malestar subjetivo, impacto de 
los síntomas en el funcionamiento social y laboral, 
gravedad global, y especificaciones para el tipo 
disociativo (despersonalizacion y desrealizacion). 
Calificada en una escala del 0 al 4. 
 
Entrevista clínica estructurada 
para el Espectro del Trauma y 
Pérdida. 
Structured Clinical Interview 
for Trauma and LossDell’Osso 
(2008) 
 
 
116 
 
Explora los síndromes de respuesta al estrés a través de 
tres diferentes dimensiones: Eventos potencialmente 
traumáticos, las reacciones peritraumáticas y agudas y 
la dimensión de los síntomas del espectro 
postraumático. También divide sus reactivos en: 
eventos de pérdida, reacciones al duelo, eventos 
potencialmente traumáticos, reacciones frente a 
 
28 
 
 
pérdidas o eventos perturbadores, reexperimentación, 
evitación y embotamiento, afrontamiento desadaptativo, 
activación y características personales/ factores de 
riesgo. 
 
Entrevista para el TEPT. 
PTSD Interview; Watson. 
(1991) 
 
S/n 
 
Permite establecer por una parte si la persona cumple o 
no cada uno de los criterios del trastorno y la intensidad 
y/o frecuencia de cada uno de los síntomas y la 
gravedad del trastorno, evaluadas en una escala del 1 al 
7. 
 
Escala de Gravedad de Síntomas 
del Trastorno de Estrés 
Postraumático. Echeburúa 
(1995) 
 
17 
 
Contiene preguntas sobre los criterios diagnósticos del 
TEPT según el dsm-IV y revisa los 13 principales 
síntomas propios de los ataques de pánico y su 
gravedad con una escala del 0 al 3. Puede calcularse 
para el TEPT una puntuación total y tres parciales 
(reexperimentación del trauma, evitación y activación) 
 
Escala de Gravedad de la 
Despersonalización. 
Depersonalization Severity 
Scale, DSS; Simeon, Guralnik y 
Schmeidler, (2001) 
 
6 
 
Evalúa la intensidad y la gravedad de los síntomas de 
despersonalización en las últimas dos semanas 
anteriores a la evaluación en una escala del 0 al 3 
haciendo combinaciones de frecuencia e intensidad 
juntas. 
 
Cuestionario de Acontecimientos 
Dolorosos. Distressing Event 
 
46 
 
Evalúa todos los criterios diagnósticos según el DSM-
IV para el TEPT comenzando por el qué se considera el 
Continúa tabla 
 
29 
 
 
Questionnaire, DEQ; Ku- bany, 
Leysen. (2000) 
evento traumático más relevante o bien enumerando los 
eventos qué recuerde y eligiendo el más doloroso según 
su perspectiva. Se evalúan las reacciones al contestar, y 
la frecuencia del 0 al 4 donde se han presentado en un 
mes. También se evalúa culpa, ira y duelo no resuelto 
en relación al trauma. 
 
Escala de Trauma de Davidson. 
Davidson Trauma Scale, DTS; 
Davidson (1997) 
 
17 
 
Evalúa frecuencia e intensidad de la aparición de 
síntomas en la semana previa a la aplicación, se enfoca 
en criterios como: evitación, embotamiento emocional e 
hiperactivación 
 
Escala Global de Estrés 
Postraumático EGEP; Crespo y 
Gómez, (2012) 
 
 
 
62 
 
Evalúa los acontecimientos traumáticos experimentados 
desde los criterios de desvalorización, culpa e 
inseguridad además de la interferencia qué ocasionan 
los síntomas de de TEPT en distintas áreas de 
desarrollo. 
Escala de Impacto de 
Acontecimientos. 
Impact of Events Scale, IES; 
Horowitz (1979) 
 
15 
 
Mide el impacto de los sucesos traumáticos, en una 
escala del 0 al 5 según la frecuencia durante la última 
semana.Escala Misisipí Civil Revisada 
para el Trastorno por Estrés 
Postraumático. 
 
30 
 
Es la adaptación de la escala Misisipí para civiles, 
relaciona los síntomas presentados con el suceso 
traumático y las reacciones presentadas. 
Continúa tabla 
 
30 
 
 
Revised Civilian Mississipi 
Scale for Posttraumatic Stress 
Disorder, RCMS-PTSD; Norris 
y Perilla, (1996) 
 
Autoinforme del Espectro de 
Trauma y Pérdida. 
Trauma and Loss Spectrum—
Self- Report, TLS-SR; 
Dell’Osso et al., (2009) 
 
S/n 
 
Corresponde al autoinforme derivado de la entrevista 
clínica estructurada para el espectro de trauma y 
pérdida y los datos entre ambos. 
 
Cuestionario de Eventos 
Traumáticos. 
Traumatic Events 
Questionnaire, TEQ; Vrana y 
Lauterbach, (1994) 
 
 
 
S/n 
 
Evalúa 11 tipos de traumas específicos, para cada 
trauma se evalúa frecuencia e intensidad en escala del 1 
al 7 y el tipo de experimentación frente al evento 
traumático (también se toman en cuenta experiencias 
atemorizantes y no necesariamente traumáticas) 
Entrevista Internacional 
Compuesta de Diagnóstico 
(CIDI-15 version 12 meses). 
Composite International 
Diagnostic Interview (CIDI) 
(1993) 
 
15 
subdivididos 
en más de 
150 
reactivos. 
Incorpora plenamente la entrevista DIS 8 que evalúa los 
distintos trastornos existentes(incluyendo TEPT), y 
mejora la exploración del consumo de sustancias y 
trastornos debidos a éste. No incluye ningún módulo 
para trastornos de personalidad ni trastornos de la 
infancia. 
Continúa tabla 
 
31 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Escala del Procesamiento 
Cognitivo del Trauma. 
Cognitive Processing of 
Trauma Scale,CPOTS; 
Williams, Davis y Millsap, 
(2002) 
 
17 
Evalúa 5 aspectos del procesamiento cognitivo del 
trauma: reestructuración cognitiva positiva, 
comparación con otros menos afortunados, 
resolución/aceptación, negación y pesar. 
 
Cuestionario de Conducta de 
Evitación Postraumática. 
Posttraumatic Avoidance 
Behaviour Questionnaire, 
PABQ; van Minnen y 
Hagenaars, (2010) 
 
25 
 
Evalúa la evitación de pensamientos, sensaciones, 
actividades, lugares y personas asociadas al evento 
traumático con escala de frecuencia del 1 al 4. 
 
32 
 
 
La entrevista inicial, junto con una o más de las escalas anteriormente mencionadas, 
pueden hacer un conjunto perfecto para la evaluación del TEPT y a partir de aquí, generar un 
programa de tratamiento adecuado para el caso que se presente, ya que hay consideraciones 
a tomar en cuenta con cada paciente. 
1.7 Tratamiento 
Hablando de tratamiento, algunos profesionales, le dan importancia a los primeros auxilios 
psicológicos después de un evento traumático, con la finalidad de dar apoyo a otro ser 
humano que está sufriendo y que puede necesitar ayuda. Los Primeros Auxilios Psicológicos 
(PAP) nos hablan de una estrategia que puede ser aplicada por no profesionales de la salud 
mental con la finalidad de favorecer la resiliencia en una persona. Es una técnica que se 
adapta al paciente y se puede resumir en cinco pasos de acuerdo a Figueroa, Cortés, 
Accatiano, y Sorensen, (2016), ellos mencionan que es importante a) ofrecer un tiempo 
razonable de escucha activa (10-20 min), que puede ser definida como “poner toda la 
atención de uno en la otra persona y comunicarle que estamos interesados y preocupados” a 
través de un lenguaje corporal atento, un seguimiento adecuado de lo que el paciente dice y 
conductas reflejo, como copiar o repetir las posturas, gestos o palabras que la persona utiliza; 
b) ofrecer ayuda concreta para lograr la calma, lo que puede efectuarse con técnicas de 
reentrenamiento de la respiración apoyadas incluso por aplicaciones móviles, contracturas 
musculares progresivas de Jacobson u otras técnicas de relajación; c) ofrecer apoyo en 
sistematización y priorización de necesidades inmediatas como contacto con familiares, 
información, protección financiera, asistencia legal, abrigo, etc.; d) ofrecer apoyo para 
satisfacer las necesidades prioritarias, activando las redes de apoyo y de seguridad social 
 
33 
 
 
disponibles; y e) ofrecer psicoeducación respecto a las reacciones normales frente al trauma, 
cómo ayudarse y ayudar a otros, cuáles son los signos de alarma y dónde buscar ayuda. 
Posterior a la presentación del evento traumático, es importante hacer una evaluación 
Pos trauma, que ayude a determinar el grado de TEPT con el que cuenta el sujeto. 
Existen múltiples acercamientos al tratamiento del TEPT, algunos de ellos son 
Terapia de Exposición Prolongada (TEP), Desensibilización y Reprocesamiento del 
Movimiento Ocular (DRMO), la Terapia Cognitivo Conductual Centrada en el Trauma 
(TCCCT) y la Terapia de Procesamiento Cognitivo (TPC), mismos que se describen a 
continuación: 
La Terapia de exposición Prolongada (TEP), la TEP fue desarrollada por Foa y Kozak 
(1985), como un tratamiento que se basaba principalmente en la exposición a estímulos en 
vivo, mismos que estaban asociados al evento traumático que la persona había 
experimentado. La exposición a los estímulos, reduce en la aparición de síntomas de 
evitación y reexperimentación, y se ha demostrado en diversos estudios que es el tratamiento 
con mayor eficacia en la disminución de los síntomas de TEPT. Dicho tratamiento se basa 
en la teoría del aprendizaje, en la que el sujeto realiza un aprendizaje en el cual asocia 
estímulos a un evento traumático, lo cual provocará que en un futuro, el sujeto al exponerse 
a dichos estímulos, reexperimente el evento, y de ésta manera el sujeto buscará alejarse 
totalmente de los estímulos que evoquen un recuerdo del evento traumático. Es por eso, que 
es importante llevar a cabo un nuevo aprendizaje mediante la TEP, ya que se busca que el 
sujeto al exponerse al evento traumático en una situación controlada, y con una baja presencia 
de niveles de ansiedad, el sujeto pueda realizar una nueva asociación de ese evento 
traumático, es decir, un nuevo aprendizaje. 
 
34 
 
 
De acuerdo a Foa, Hembree, Cahill, Rauch, Riggs, Feeny, y Yadin, 2005 citados en 
Guzmán, Pádros, Lacan, y García, 2015, mencionan que existen cuatro importantes pasos 
para trabajar con un paciente la TEP: 
1. Psicoeducación de las características de TEPT y beneficios que se pueden obtener en 
terapia. 
 2. Control de la respiración mediante diferentes técnicas que el terapeuta empleará con 
su paciente. 
3. La exposición en vivo a los estímulos, misma que deberá tener una jerarquización de 
personas, lugares y situaciones en donde el sujeto experimente niveles considerables de 
ansiedad (sin que exista un peligro real). Posteriormente se acuerda la exposición a los 
estímulos, asi como la aproximación gradual a los mismos hasta que los síntomas de 
ansiedad disminuyan. 
4. La exposición prolongada, la cual hace referencia a que el sujeto debe exponerse de 
manera mental al evento traumático a través de la imaginación, y de ésta manera pueda 
identificar todos los estímulos posibles en su memoria y con esto, el sujeto pueda 
disminuir los niveles de ansiedad. 
Es importante mencionar, que la exposición en la memoria se lleva a cabo en una sesión 
y se graba, para que posteriormente el paciente pueda llevar a cabo la misma tarea entre 
sesiones. 
 La Desensibilización y Reprocesamiento del Movimiento Ocular (DRMO). Shapiro, 
(1989) y Coetzee y Regel, (2005) citados en Guzmán, Pádros, Lacan, y García, 2015, 
mencionan que en dicho tratamiento el terapeuta deberá buscar en la narración del evento 
traumático, una cognición positiva, declaración positiva autorreferente, autovalidante que 
 
35 
 
 
refleje autoestima y auto confianza en la persona, misma que promueva el cambio y pueda 
ser generalizable a otras situaciones. Dicha cognición deberá ser utilizada cuando la memoria 
traumática se dispare. 
En las sesiones se realizan ejerciciosrepetitivos de atención dual de 30 segundos de los 
recuerdos traumáticos presentando atención a aquellas cogniciones negativas que se 
presenten, así como a las respuestas físicas que se asocien a ésta. Es en esta parte en donde 
se lleva a cabo una tarea motora, en éste caso movimientos oculares de lado a lado siguiendo 
el dedo del terapeuta. Dicho ejercicio deberá repetirse hasta que el paciente se habitúe y no 
reporte malestar ante los recuerdos del evento traumático. Posteriormente se solicita al 
paciente que utilice las cogniciones positivas mientras se continúa realizando el ejercicio. Es 
importante que el paciente identifique otras situaciones que le recuerden al evento traumático 
y pueda llevar a cabo en ese momento el ejercicio de las cogniciones positivas. Lo anterior 
tiene un sustento en el procesamiento adaptativo de la información, en el cual una persona 
se habitúa a los recuerdos traumáticos a través de ejercicios de atención y tiene la posibilidad 
de adaptar nuevas cogniciones positivas a su recuerdo traumático. 
 En cuanto a la Terapia Cognitivo Conductual Centrada en el Trauma (TCCCT), esta 
intervención se basa en la exposición a través de la imaginación al evento traumático, así 
como exposición en vivo a situaciones evitadas pero que no tenían un riesgo real para la 
persona. Se llevan a cabo sesiones de psicoeducación de los síntomas que presenta el 
paciente, técnicas de relajación basadas en la respiración, identificación y modificación de 
creencias irracionales a través del modelo A-B-C de Ellis y el aumento de actividades que le 
causen satisfacción a la persona y que quizá habían dejado de realizar hasta antes del evento 
traumático. 
 
36 
 
 
Por otro lado la Terapia de Procesamiento Cognitivo (TPC), ésta intervención fue 
desarollada por Resick y Schnicke, 1992 citados en Guzmán, Pádros, Lacan, y García, 2015, 
ellos hablan de el efecto que tiene la restructuración cognitiva y el diálogo socrático como 
técnica de exposición, el cual consiste en escribir los recuerdos del evento traumático y 
posteriormente leérselos al terapeuta.ésta terapia pude llevarse a cabo de manera individual 
o grupal, y también cuenta con 4 fases importantes de acuerdo a Resick, Nishith, Weaver, 
Astin, y Feuer, 2002 citados en Guzmán et al 2015: 
1. Psicoeducación desde el modelo Cognitivo Conductual, en el cual se hace énfasis en 
las creencias y la percepción que se tiene del evento traumático. 
2. El procesamiento del trauma se lleva a cabo mediante la escritura o narración del 
evento traumático al terapeuta, posteriormente se lleva a cabo un diálogo sobre lo sucedido 
en el evento traumático y la percepción del paciente (se hace una devolución de información), 
con la finalidad de que se genere una nueva interpretación del evento y que sea más saludable 
para el paciente. 
3. Detención del pensamiento, en el cual se le enseña al paciente a detener y modificar 
sus pensamientos con respecto al evento traumático, lo cual permitirá que el paciente sea 
proactivo sobre su calidad de vida y su bienestar. 
4. Finalmente, se busca mediante la Restructuración Cognitiva que el paciente haga uso 
de las herramientas cognitivas para que pueda modificar su interpretación del evento 
traumático, y también de los eventos del presente. El objetivo principal es modificar el 
esquema cognitivo activado a partir del evento traumático. 
 Reestructuración cognitiva, ya sea por sí sola o combinada con exposición. (Resick y 
Schnicke, 1993 citado en Bados, 2005) han propuesto la terapia de procesamiento cognitivo 
 
37 
 
 
(una combinación de exposición y reestructuración cognitiva, con énfasis en esta última) para 
víctimas de violación con TEPT, aunque esta terapia ha sido adaptada a personas con TEPT. 
También Ehlers y cols, (2005 citado en Bados, 2005) presentan una terapia cognitiva con 
menos énfasis en revivir imaginariamente el trauma. 
38 
 
2. ESTRÉS POSTRAUMÁTICO Y DESASTRES NATURALES 
Los desastres naturales han aumentado mucho durante los últimos años, éstos se presentan 
desde una marea alta en las playas de nuestro territorio, hasta un fuerte sismo de magnitud 
intensa, mismas que ocasionan pérdidas económicas, pérdidas materiales y en algunos casos 
hasta vidas humanas. 
 El territorio mexicano por su ubicación, es un lugar que con frecuencia da lugar a 
desastres naturales como terremotos o huracanes, cada evento natural deja tras su paso graves 
consecuencias para la población no solo a nivel infraestructura, a nivel alimentación, 
desarrollo de las comunidades que en muchas ocasiones son comunidades de escasos 
recursos. Otro aspecto importante que afecta un desastre natural, es el daño a nivel 
psicológico que deja presenciar un desastre natural, ya que ninguna persona tiene las 
habilidades de afrontamiento necesarias para presenciar un evento inesperado, es por eso, 
que pasado un tiempo, se comienzan a presentar síntomas de estrés postraumático, pues la 
persona que presenció el evento estresante no contaba con las herramientas necesarias para 
significar un evento de esa magnitud. Por ello, en el siguiente apartado hablaremos de los 
desastres naturales que han ocurrido a lo largo de los años, haciendo especial énfasis en los 
que han ocurrido en el territorio mexicano en los últimos años y posteriormente abordar la 
relación que existe entre un desastre natural y el TEPT. 
2.1 Definición de desastres naturales 
 A lo largo de los años, múltiples disciplinas han realizado un acercamiento a la 
definición de un desastre natural. La palabra desastre proviene de la raíz latina astronómico 
o astrológico dis y astro, cuyo significado es “separado de las estrellas”. El origen de esta 
palabra, sugiere entenderlo como un evento que ocurre por una configuración astrológica 
 
39 
 
 
desafortunada. Por otro lado, el término “desastre” se refiere a los eventos traumáticos que 
Shalev (2000) clasifica por: 1. Su origen: causados por el hombre y naturales, en que los 
primeros implican que otros seres humanos infligen daño deliberadamente; 2. duración: De 
corta duración (accidentes de tránsito, violación, etc.) y prolongados (cautividad y tortura); 
y 3. El tipo de estresor: estresores primarios y secundarios. Los estresores primarios son los 
que ocurren durante la fase de impacto de un acontecimiento traumático (por ejemplo, lesión 
física en un accidente, pérdida de la propiedad en un desastre natural). A su vez, los estresores 
secundarios pueden ser los dolores físicos después de una lesión y la reubicación y el hambre 
después de un desastre natural. En el caso de las personas que padecen enfermedades 
crónicas, el acceso a medicamentos puede ser un importante factor productor de estrés. 
 Por otro lado, antropología define desastre como un proceso que involucra una 
combinación de agentes potencialmente destructivos mismos que pueden ser naturales o 
provenir del ambiente tecnológico y una población en una condición de vulnerabilidad 
producida social y tecnológicamente (Smith, 1996 citado en Razeto, 2013). La combinación 
de ambos componentes produce daño o pérdida de los principales elementos de la 
organización social y de las instalaciones físicas de una comunidad al grado que las funciones 
esenciales de la sociedad son interrumpidas o destruidas, lo que genera estrés individual y 
desorganización social de distinta gravedad. La Estrategia Internacional para la Reducción 
del Desastre de las Naciones Unidas (EIRDNU, 2009 citado en Razeto 2013), define un 
desastre como interrupción en el funcionamiento de una comunidad o sociedad que ocasiona 
una gran cantidad de muertes al igual que pérdidas e impactos materiales, económicos y 
ambientales que exceden la capacidad de la comunidad o la sociedad afectada para hacer 
frente a la situación mediante el uso de sus propios recursos. También incluye los desastres 
 
40 
 
 
tecnológicosy ambientales, sin embargo es solo cuando son por causas naturales. Por lo 
tanto, la expresión “peligros naturales y desastres tecnológicos y ambientales” describe 
situaciones en las que los desastres de origen natural se combinan con la ocurrencia de daños 
tecnológicos y ambientales. 
 Finalmente, la Organización de las Naciones Unidas menciona que un desastre es una 
disrupción seria del funcionamiento de una sociedad, causando perdidas humanas, materiales 
o medioambientales amplios que exceden la capacidad de una sociedad afectada reaccionar 
utilizando sus propios recursos. La ONU hace una clasificación de los desastres naturales de 
la siguiente manera: 
Tabla 3 
Tipos de Desastres Naturales 
Generados por procesos dinámicos en el 
interior de la tierra 
Sismos: Son los movimientos de la 
corteza terrestre que generan 
deformaciones intensas en las rocas del 
interior de la tierra, acumulando energía 
que súbitamente es liberada en forma de 
ondas que sacuden la superficie terrestre. 
Tsunamis: Movimiento de la corteza 
terrestre en el fondo del océano, 
formando y propagando olas de gran 
altura. 
Erupciones Volcánicas: Es el paso del 
material, cenizas y gases del interior de la 
tierra a la superficie. 
 
 
 
 
 
 
 
41 
 
 
Generados por procesos dinámicos en la 
superficie de la tierra 
Deslizamiento de Tierras: Que ocurren 
como resultado de cambios súbitos o 
graduales de la composición, estructura, 
hidrología o vegetación de un terreno en 
declive o pendiente. 
Derrumbes: Es la caída de una franja de 
terreno que pierde su estabilidad o la 
destrucción de una estructura construida 
por el hombre. 
Aludes: Masa de nieve que se desplaza 
pendiente abajo. 
Aluviones: Flujos de grandes volúmenes 
de lodo, agua, hielo, roces, originados por 
la ruptura de una laguna o deslizamiento 
de un nevado. 
Huaycos: Desprendimientos de lodo y 
rocas debido a precipitaciones pluviales, 
se presenta como un golpe de agua lodosa 
que se desliza a gran velocidad por 
quebradas secas y de poco caudal 
arrastrando piedras y troncos. 
 
Generados por fenómenos 
meteorológicos o hidrológicos 
Inundaciones: Invasión lenta o violenta 
de aguas de río, lagunas o lagos, debido a 
fuertes precipitaciones fluviales o 
rupturas de embalses, causando daños 
considerables. Se pueden presentar en 
forma lenta o gradual en llanuras y de 
forma violenta o súbita en regiones 
montañosas de alta pendiente. 
Continúa tabla 
 
42 
 
 
Sequías: Deficiencia de humedad en la 
atmósfera por precipitaciones pluviales 
 
irregulares o insuficientes, inadecuado 
uso de la aguas subterráneas, depósitos de 
agua o sistemas de irrigación. 
Heladas: Producidas por las bajas 
temperaturas, causando daño a las plantas 
y animales. 
Tormentas: Fenómenos atmosféricos 
producidos por descargas eléctricas en la 
atmósfera. 
Granizadas: Precipitación de agua en 
forma de gotas sólidas de hielo. 
Tornados: Vientos huracanados que se 
producen en forma giratoria a grandes 
velocidades. 
Huracanes: Son vientos que sobrepasan 
más 24 Km./h como consecuencia de la 
interacción del aire caliente y húmedo 
que viene del océano Pacífico con el aire 
frío. 
 
De origen biológico Plagas: Son calamidades producidas en 
las cosechas por ciertos animales. 
Epidemias: Son la generalización de 
enfermedades infecciosas a un gran 
número de personas y en un determinado 
lugar. 
 
Continúa tabla 
 
43 
 
 
Tecnológicos Incendios, explosiones 
Derrames de Sustancias Químicas. 
Contaminación Ambiental. 
Guerras, Terrorismo 
Subversión. 
 
2.2 Estadísticas de los desastres naturales en México. 
La información obtenida por diversas fuentes, arroja datos de los daños a nivel económico e 
infraestructura, es por eso que a continuación se dan algunas cifras de acuerdo a los dos 
fenómenos naturales más importantes en el país, terremotos y huracanes. 
 Terremotos. De acuerdo a datos del Servicio Sismológico Nacional, nos muestra que en los 
últimos años ha existido un incremento en el número de sismos por año:
Continúa tabla 
44 
 
Tabla 4 
Frecuencia de ocurrencia de terremotos y magnitud en México de 1990 a 2017 
 
 
Año 
Total de 
Sismos 
Magnitud 
 Sin 
cálculo 
0 - 2.9 3 - 3.9 4 - 4.9 5 - 5.9 6 - 6.9 7 - 7.9 8 - 8.9 
1990 796 1 12 247 510 24 2 0 0 
1991 728 4 2 183 509 29 1 0 0 
1992 614 1 4 184 398 27 0 0 0 
1993 916 1 47 274 548 40 5 1 0 
1994 622 0 20 192 383 24 3 0 0 
1995 678 0 17 188 438 26 6 2 1 
1996 789 0 8 203 543 32 2 1 0 
1997 1,019 13 44 388 533 34 6 1 0 
1998 1,024 2 11 453 532 21 5 0 0 
1999 1,099 1 12 542 527 11 4 2 0 
2000 1,052 9 28 463 531 18 2 1 0 
2001 1,344 9 8 704 585 32 6 0 0 
2002 1,688 0 4 880 760 40 4 0 0 
2003 1,323 0 5 728 568 18 3 1 0 
2004 1,346 0 2 669 639 33 3 0 0 
2005 1,210 0 1 678 514 17 0 0 0 
2006 1,355 0 0 792 544 19 0 0 0 
2007 1,528 0 1 728 764 33 2 0 0 
2008 1,955 0 4 1,154 780 15 2 0 0 
2009 2,301 0 5 1,648 610 37 1 0 0 
45 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
2010 3,462 0 23 2,454 954 27 3 1 0 
2011 4,272 0 44 3,357 839 27 5 0 0 
2012 5,244 1 21 4,106 1,054 50 10 2 0 
2013 5,360 0 56 4,221 1,046 33 4 0 0 
2014 7,607 1 237 6,365 954 42 7 1 0 
2015 10,946 1 251 9,056 1,605 30 3 0 0 
2016 15,547 0 557 13,501 1,453 29 7 0 0 
2017 26,364 0 505 21,619 4,156 80 2 1 1 
2018 30,196 0 1709 25,467 29,82 35 2 1 0 
Continúa tabla 
 
46 
 
 
En cuanto a huracanes y ciclones tropicales, el Servicio Meteorológico Nacional en 
conjunto con CONAGUA y SEMARNAT llevaron a cabo un análisis de las temporadas de 
huracanes comprendidas entre los años 2009, 2010 y 2011. Mencionan que se han registrado 
un total de 186 ciclones tropicales con impacto directo en México, de los cuales 50 fueron 
depresiones tropicales, 67 tormentas tropicales, 49 huracanes moderados (categorías I-II en 
la Escala Saffir-Simpson) y 20 huracanes intensos (categorías III-IV-V). 
Por estados, encontraron que los de mayor riesgo ciclónico son Baja California Sur 
con 39 ciclones, seguido por Sinaloa con 37, Quintana Roo con 36, Tamaulipas 30, Jalisco, 
Michoacán y Veracruz con 26, todo lo anterior en un periódo comprendido entre 1970 y 
2011. 
En años más recientes, se encontró que el año 2017 cerró con 20 ciclones en el 
Pacífico, de los cuales 18 tuvieron nombre, cifra mayor al promedio histórico que presenta 
este litoral de 15.2. De estos fenómenos meteorológicos, nueve alcanzaron la categoría de 
huracán, nueve fueron tormentas tropicales y dos permanecieron como depresiones 
tropicales. Del total de estos eventos, solo cuatro tocaron tierra en las costas mexicanas: 
Beatriz, Calvin, Lidia y Max. 
Para el año en curso, el mismo Servicio Meteorológico Nacional prevé para el 
Pacífico mexicano 15 ciclones tropicales y 8 huracanes. 
2.3 Estrés Postraumático y desastres naturales 
 A lo largo de la historia de los desastres naturales no sólo en México sino en todo el 
mundo, se han realizado diversas investigaciones en torno a las afectaciones o secuelas 
psicológicas que se generan después de presenciar un desastre natural. Los principales temas 
 
47 
 
 
que se han abordado desde entonces ha sido sintomatología ansiosa, depresiva, estrés. Hoy 
en día, con claridad podemos hablar de trastorno de estrés postraumático. 
Como ya hemos mencionado con anterioridad, existen una amplia clasificación de 
desastres naturales, sin embargo, en ésta ocasión haremos especial énfasis en las secuelas 
psicológicas que deja un terremoto. 
Según (Gaborit, 2001 como se citó en García y Mardones, 2010), a diferencia de otros 
desastres naturales, los terremotos tienen como característica la dificultad de su predicción. 
Siempre toma por sorpresa, su duración es breve, de gran intensidad y de un poder destructivo 
inigualable, generando un fuerte sentimiento de indefensión, ansiedad e incertidumbre 
cognitiva.

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