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Experiencia-quirurgica-durante-la-residencia-de-ciruga-plastica-y-reconstructiva-en-el-Hospital-General-de-Mexico-O D

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
 
 
 
FACULTAD DE MEDICINA 
DIVISION DE ESTUDIOS DE POSGRADO 
HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO, O.D. 
 
 
 
 
 
 
 
Experiencia quirúrgica durante la residencia 
de cirugia plastica y reconstructiva en el 
hospital general de mexico o.d. 
 
 
 
 
TESIS DE POSGRADO 
PARA OBTENER EL TÍTULO DE LA ESPECIALIDAD EN : 
CIRUGíA PLÁSTICA Y RECONSTRUCTIVA 
 
 
 
PRESENTA: 
DR. Juan gordillo hernández 
 
 
 
 
TUTOR DE TESIS 
DR. Juan antonio Domínguez zambrano 
HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO 
 
 
JEFE DE SERVICIO 
DRA. SILVIA Del carmen ESPINOSA MACEDA 
HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO 
 
 
 
 
 
 
 MÉXICO, DF Julio 2011 
 
 
 
 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
DR. JOSE FRANCISCO GONZALEZ MARTINEZ 
Director de Enseñanza Médica e Investigación 
Hospital General de México 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DR. NICOLÁS SASTRE ORTÍZ 
Profesor Titular del Curso de la Especialización 
Cirugía Plástica y Reconstructiva 
Hospital General de México 
UNAM 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DRA. SILviA del carmen ESPINOSA MACEDA 
Jefe de Servicio 
Cirugía Plástica y Reconstructiva 
Hospital General de México 
 
 
 
 
 
 
 
 
DR. JUAN antonio Domínguez zambrano 
Tutor de Tésis 
Hospital General de México 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DR. Juan gordillo hernández 
Autor de Tésis 
Hospital General de México 
 
 
Dedicatoria 
 
 
 
Quiero agradecer a mi familia, por ser el soporte contínuo de todos mis 
proyectos. 
 
A mis padres, porque creyeron en mi y porque me sacaron adelante, 
dándome ejemplos dignos de superación y entrega, porque en gran parte 
gracias a ustedes, hoy puedo ver alcanzada mi meta, ya que siempre 
estuvieron impulsándome en los momentos más difíciles de mi carrera, y 
porque el orgullo que sienten por mi, fue lo que me hizo ir hasta el final. Va 
por ustedes, por lo que valen, porque admiro su fortaleza y por lo que han 
hecho de mí. Gracias por haber fomentado en mí el deseo de superación y el 
anhelo de triunfo en la vida, me han hecho realmente feliz. 
 
Mil palabras no bastarían para agradecerles su apoyo, su comprensión y sus 
consejos en los momentos difíciles. Gracias por darme inmejorable herencia. 
 
A mis queridos hermanos, Sam y Fito, y a mis queridos sobrinos Luisa y 
Pachis, porque han sido la mayor inspiración en mi vida, gracias por coincidir. 
 
Mi triunfo es el de ustedes, ¡los amo! 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Agradecimientos 
 
 
 
Agradezco en especial a Ale, por ser mi motivo de cada día, por ser mi 
compañera y cómplice y apoyarme a lo largo de este camino. Lo hemos 
logrado!! Vamos por más!! 
 
A mis compañeros a quienes respeto y aprecio, gracias a todos, los que se 
han ido, los que se quedan y los que nos vamos, me he divertido mucho. 
 
Al Dr. Nicolás Sastre, toda mi admiración y respeto, gracias por darme las 
herramientas, le estaré eternamente agradecido. 
 
Al Dr. Antonio Domínguez por motivarme a escribir, al Dr. Carlos Merino por 
su gran ejemplo de vida, al Dr. Armando Martínez por su paciencia y al resto 
de profesores por compartir sus conocimientos y experiencias. 
 
A Paco y Meche, muchas gracias, por ser pilar fundamental en nuestro 
desarrollo, por ese apoyo incondicional, e impulsarnos a seguir adelante pese 
a las adversidades, todo mi respeto y cariño hacia ustedes. 
 
A todos los pacientes, me han dado una lección de vida, gracias por 
permitirme estar siempre cerca de ustedes y aprender día a día. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Indice 
 
 Página 
 
I. Portada 1 
II. Dedicatoria 3 
III. Agradecimientos 4 
IV. Indice 5 
V. Resumen 7 
VI. Antecedentes 11 
a. Historia de la Cirugía Plástica 
b. Cirugía Plástica en el Hospital General de México 
VII. Marco teórico 20 
a. El Método Científico 
b. Cirugía Plástica e Investigación 
c. La Cirugía Estética 
d. El Resultado de la Cirugía 
e. Complicaciones 
f. Secuelas 
g. Cirugía Secundaria 
h. Anestesia en Cirugía Plástica 
i. Historia de la Anestesia 
j. El Cuerpo Belleza y Salud 
k. La Divina Proporción 
l. Biología de la Belleza 
m. Belleza como signo de Salud 
 
 
 
VIII. Planteamiento del problema 32 
IX. Justificación 32 
X. Hipótesis 34 
XI. Objetivos 34 
a. Objetivo General 
b. Objetivos Específicos 
XII. Metodología 35 
a. Tipo y diseño del estudio 
b. Población y muestra 
c. Criterios de Inclusión 
d. Criterios de Exclusión 
 
XIII. Definición de Variable 36 
a. Paramétricas 
b. No Paramétricas 
 
XIV. Procedimiento 37 
XV. Cronograma de Actividades 37 
XVI. Análisis Estadísticos 38 
XVII. Aspectos Eticos y de Bioseguridad 38 
XVIII. Relevancia y Expectativas 38 
XIX. Resultados 39 
XX. Discusión 41 
XXI. Conclusiones 48 
XXII. Anexos 50 
XXIII. Bibliografía 64 
Resumen 
 La cirugía plástica es una de las más antiguas prácticas de la cirugía. El papiro de Ebers 
(1500 a.c.) muestra que el trasplante de tejidos era practicado por los egipcios en el año 
3500 a.c. En el siglo VII a.c. Susruta describe unas técnicas para la reconstrucción de la 
nariz, oreja y labios. Los orígenes de la cirugía estética no son más recientes. En el siglo 
I, Celso escribe sobre el transplante de tejidos. Galeno daba instrucciones precisas de 
como curar los defectos de la cara. Sus escritos unían la magia a los conocimientos 
científicos. Durante la Edad Media el Papa Inocencio III prohibió a los eclesiásticos la 
práctica de las operaciones quirúrgicas y más tarde, fue considerada indigna para los 
médicos, y su práctica relegada a los cirujanos inferiores. Abulcasis revive y enriquece el 
arte de la cirugía enseñado por los antiguos maestros, desde Paulos Aegineta a 
Hipócrates.
En 1492, Branca reintroduce la reparación de los defectos en la cara. Pero fue Gasparo 
Tagliacozzi, el primero en describir, científica y fisiológicamente, la realización de un 
colgajo del brazo para la reconstrucción de la nariz. Atacado por los teólogos de su 
tiempo, acusado de interponerse a la obra de Dios y atribuyendo sus éxitos a la gracia del 
diablo, esta cirugía fue abandonada hasta el siglo XVIII. Desde ese momento el antiguo 
método indio de los colgajos fue utilizado en Europa y América. Durante la Primera Guerra 
Mundial estos conocimientos evolucionan, se sistematizan y se abren nuevas 
perspectivas para el desarrollo de las técnicas reparadoras y de la incipiente cirugía 
estética.
La cirugía estética nace como tal en las manos de un cirujano alemán, Jacob Joseph, 
realiza la primera intervención para corregir las orejas separadas de un niño. Después de 
un tiempo de estudios, Joseph aceptó realizar la primera cirugía estética nasal en un 
hombre; en esta ocasión la cicatriz fue realizada en el dorso de la nariz, el resultado 
satisfactorio y asombrosa la transformación del paciente.
Las mayores aportaciones para cimentar a la moderna Cirugía Plástica llegaron hasta el 
siglo XIX, gracias a Johann Friedrich Dieffenbach, Bernhard Rudolf Konrad von 
Langenbeck quien estableció las bases de las cirugías de mandíbula y de paladar 
hendido. Karl Ferdinand von Graefe utilizó por primera vez el término “plástica” parareferirse a operaciones de moldeamiento de una parte del cuerpo. Jacques Louis 
Reverdin introdujo numerosas técnicas operatorias para lograr trasplantes cutáneos y de 
injertos. Finalmente, Edmund Zeis, escribe el Manual de Cirugía de Mano.
 
Experiencia	 Quirúrgica	 durante	 la	 Residencia	 de	 Cirugía	 Plástica	 y	 Reconstructiva	 	 	 	 	 	 	 	 	 
	 	 	 	 	 	 Hospital	 General	 de	 México
	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 7	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 Dr.	 Juan	 Gordillo	 Hernández
Actualmente se considera patrimonio de la Especialidad el tratamiento quirúrgico de las 
quemaduras, úlceras, cicatrices y tumores cutáneos, deformidades congénitas 
craneofaciales, genitales y algunas de las extremidades, así como la cirugía 
reconstructiva de las mutilaciones faciales y la cirugía puramente estética.
La creciente complejidad de la Especialidad ha inducido a que ésta se ramifique en varias 
subespecialidades. Incorporadas o en colaboración con otros especialistas, trabajan en 
equipos multidisciplinarios, fundamentales para el tratamiento de ciertas patologías. La 
suma y combinación de los conocimientos de cada especialidad y el adiestramiento 
técnico específico, son la clave para la obtención de resultados satisfactorios.
Debido a esto, hoy podemos considerar como verdaderas especialidades dentro de la 
cirugía plástica, la cirugía de los fisurados, la microcirugía, la cirugía periorbitaria, la 
cirugía reconstructiva de los tumores, la cirugía de la mano, la cirugía de los genitales, la 
cirugía plástica pediátrica y la cirugía estética. 
En los inicios de la década de los cincuenta, la cirugía plástica en nuestro país era ante 
todo una práctica de cirujanos generales que no trataban a sus pacientes con los 
conceptos y recursos que la especialidad ofrece. En aquellos años no había residencias o 
cursos de especialización. 
La división de la medicina en sus especialidades principales ya estaba bien establecida 
en México desde aquella década. El primer programa de residencia hospitalaria 
organizado por don Aquilino Villanueva en el Hospital General de México, se diseño para 
complementar los conocimientos de los médicos jóvenes y como una base de aprendizaje 
especializado.
En 1950, los doctores Alfonso Serrano Rebeil y Fernando Ortiz Monasterio trabajaban en 
el Pabellón 2 del Hospital General de México, donde se localizaba el Servicio de Cirugía 
General del doctor Mario Vergara Soto, quien les permitió desarrollar la cirugía 
reconstructiva. 
En ese entonces no existía un Servicio de Cirugía Plástica establecido como tal. Los 
doctores Ortiz Monasterio y Serrano aplicaron el modelo de las residencias 
estadounidenses que había sido el camino de su aprendizaje, adaptado –desde luego- a 
las condiciones de México. Convocaron a una residencia de tres años en cirugía general. 
El programa sustento la primera residencia de especialidad en cirugía plástica, afiliada a 
la Universidad, de la ciudad de México, y seria adoptado mas tarde en otros servicios 
quirúrgicos del Hospital General de México.
Experiencia	 Quirúrgica	 durante	 la	 Residencia	 de	 Cirugía	 Plástica	 y	 Reconstructiva	 	 	 	 	 	 	 	 	 
	 	 	 	 	 	 Hospital	 General	 de	 México
	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 8	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 Dr.	 Juan	 Gordillo	 Hernández
Gustavo Barrera fue el primer alumno del curso de especialización en cirugía plástica y, 
además, paso de alumno a instructor en el lapso de un año. Le siguieron, entre otros, 
Joaquín Araico, quien sería profesor del curso.
El doctor Margarit inicio en 1978 un nuevo Servicio y, en la UNAM, un nuevo curso de 
posgrado; en 1991 asumió la categoría de consultor técnico. El doctor Sergio Zenteno, 
por su parte, es un cirujano ingenioso, tenaz, perseverante. Comenzó trabajando con la 
doctora Irene Talamas en el Hospital General y cubrió una estancia de varios años en 
Estados Unidos, entrenándose en cirugía general. En 1961, de regreso en México, 
ingreso al curso de Posgrado del doctor Ortiz Monasterio, de reciente creación. Se integro 
al grupo de instructores y después de una carrera de éxitos profesionales se convirtió en 
jefe del Servicio y profesor del curso de posgrado de 1992 a 1996.
Gracias al esfuerzo de médicos, enfermeras, secretarias, intendencia, pero sobre todo a 
la compresión de nuestros pacientes, se sigue brindado una atención de calidad. Se 
conserva el reconocimiento nacional como curso de Posgrado y se mantiene vigente la 
investigación y su difusión.
El propósito fundamental es sostener y desarrollar el prestigio del Servicio de Cirugía 
Plástica.
De tal manera, que en el presente estudio; se tomó la estadística comprendida en el 
periodo de Marzo 2008 a Junio 2011 para establecer la cantidad de procedimientos 
quirúrgicos realizados durante el periodo por los 6 residentes de la generación 2008-2012, 
por supuesto en conjunto con el resto de residentes con quien se comparte una 
generación así como los profesores del curso, para así analizar su correspondencia con el 
programa único de especialidades médicas de la UNAM.
Se realizaron 7328 procedimientos en 6787 pacientes, de los cuales el 25% fueron 
estéticos y 75% reconstructivos, los cuales se realizaron bajo anestesia local, local-
sedación, regional o general, del total de procedimientos la participación fue de la 
siguiente manera: Ernesto Estrada 1006, Juan Gordillo 1228, Mauricio Mendieta 1010, 
Rubén Nieto 1214, Francisco Pérez 1172 y Héctor Sastré 1103, todos ellos divididos como 
Cirujano, Primer y Segundo ayudante de acuerdo al año de residencia, durante 39 meses 
de los 48 meses del total de residencia.
Experiencia	 Quirúrgica	 durante	 la	 Residencia	 de	 Cirugía	 Plástica	 y	 Reconstructiva	 	 	 	 	 	 	 	 	 
	 	 	 	 	 	 Hospital	 General	 de	 México
	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 9	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 Dr.	 Juan	 Gordillo	 Hernández
Como antecedentes, en 1973, el Dr. Antonio Fuente del Campo y cols. en la Revista del 
Hospital General de México, titulado, “Valoración Estadística de la unidad de Cirugía 
Plástica y Reconstructiva”, en donde presentan la estadística del ciclo de Noviembre de 
1971-72, de los cuales presentan un total de 1243 procedimientos quirúrgicos, un total de 
21.2% del total de pacientes valorados en el servicio, con un total de 1562 diagnósticos. 
En un artículo publicado en el Plastic and Reconstructive Surgery en marzo de 2011, por 
parte del Instituto Jalisciense de Cirugía Reconstructiva en Guadalajara Jalisco, mostró 
resultados de Cirugía realizada por los residentes de la institución, supervisados por los 
instructores; realizando un total de 508 procedimientos durante su entrenamiento 309 
(61%) procedimientos estéticos y 199 (39%) procedimientos reconstructivos durante un 
periodo de 36 meses, de los procedimiento estéticos 167 (54%) como cirujano y 142 
(46%) como primer ayudante, divididos en 3 categorías: cirugía facial 78 como cirujano y 
74 como primer ayudante, cirugía de mama 34 como cirujano y 31 como primer ayudante 
y contorno corporal 55 como cirujano y 37 como primer ayudante. Por otro lado realizaron 
199 (39%) procedimientos reconstructivos de los cuales 114 (57%) como cirujanos y 85 
(43%) como primer ayudante. 
Comparando sus resultados con 4 programas del extranjero quienes realizan como 
cirujanos el siguiente total: Universidad del Sur de California 144, Universidad Católica 
Pontífica de Río de Janeiro 117, Universidad de Kentucky 104 y Universidad de Harvard 
75. En el servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva del Hospital General de México 
O.D. los 6 residentes de la generación 2008-2012, durante un periodo de 39 meses de los 
48 totales realizaron un total de 7368 procedimientos en 6787 pacientes con un promedio 
individualtotal de 1131 pacientes en los que se participa en el procedimiento o 
procedimientos del total de pacientes: como cirujano 507 en promedio, como primer 
ayudante 426 y como segundo ayudante 218. 
Por último se realiza el comparativo entre el Instituto Jalisciense y el Hospital General de 
México, en donde se encuentra lo siguiente: procedimientos reconstructivos totales 199
(39%) y estéticos 309(61%) en el Instituto de Jalisco siendo un total de 508 
procedimientos y en el Hospital General de México procedimientos reconstructivos 510
(50.5%) y procedimientos estéticos 499(49.5%) un total de 1009, sin contar 
procedimientos en los que se participa como segundo ayudante en ninguno de los 
programas. 
Palabras clave: 
 Historia, Residencia, Cirugía Reconstructiva, Cirugía Estética, Programa Único.
Experiencia	 Quirúrgica	 durante	 la	 Residencia	 de	 Cirugía	 Plástica	 y	 Reconstructiva	 	 	 	 	 	 	 	 	 
	 	 	 	 	 	 Hospital	 General	 de	 México
	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 10	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 Dr.	 Juan	 Gordillo	 Hernández
Antecedentes
Historia de la Cirugía Plástica
Los Orígenes
La cirugía plástica es una de las más antiguas prácticas de la cirugía. El papiro de Ebers 
(1500 a.c.) muestra que el trasplante de tejidos era practicado por los egipcios en el año 
3500 a.c. Los Vedas, libros sagrados de la misma antigüedad, cuentan que tanto los 
colgajos como los injertos eran conocidos en la India. En el siglo VII a.c. Susruta describe 
unas técnicas para la reconstrucción de la nariz, oreja y labios que se realizaban en la 
India 2500 años a.c. Era costumbre castigar a los prisioneros de guerra, adúlteros y 
delincuentes con la mutilación de la nariz. La frecuencia del procedimiento hizo que se 
desarrollase un ingenioso método de reparar tal pérdida, que con algunas modificaciones, 
continúa utilizándose en nuestros días.
En aquel tiempo, los dedicados a tan habilidosa actividad eran los koomas o alfareros, 
que poseían el secreto de la manipulación de los tejidos vivos. Con la piel de la frente 
realizaban un colgajo, que giraban e incorporaban al resto de la nariz existente. Cuando el 
extremo distal había "pegado" al lecho receptor, seccionaban el pedículo y se devolvía el 
excedente a su lugar de origen. De la India estos conocimientos se transmitieron a Persia 
y Arabia y más tarde, a Grecia e Italia.
Los orígenes de la cirugía estética no son más recientes. Todavía es posible encontrar 
civilizaciones que sobreviven en la prehistoria y en las que descubrimos prácticas 
quirúrgicas primitivas cuya finalidad es el embellecimiento. En ciertas tribus del Brasil 
consiguen la expansión del labio inferior mediante la colocación de discos de diámetro 
creciente aplicados a una incisión realizada en el límite del vermellón del labio. En África y 
Oceanía es frecuente la expansión del lóbulo de la oreja. Otras tribus africanas realizaban 
cortes superficiales en la piel, que combinados, resultan en artificiosos decorados gracias 
a la enorme tendencia que tienen las personas de piel oscura a la cicatrización queloide. 
La perforación de la nariz y de la oreja, no han dejado de tener un cierto contenido 
estético aún en nuestros días.
En el siglo I, Celso, en su libro "De Medicina" escribe sobre el transplante de tejidos. 
Galeno (S.I-II), médico griego emigrado a Roma daba instrucciones precisas de como 
curar los defectos de la cara. Sus escritos unían la magia a los conocimientos científicos. 
Con la caída del Imperio Romano Occidente perdía estas prácticas quirúrgicas.
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	 	 	 	 	 	 Hospital	 General	 de	 México
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Edad Media
Durante la Edad Media no se hizo el menor adelanto en cirugía. Incluso, en el siglo XIII, el 
Papa Inocencio III prohibió a los eclesiásticos la práctica de las operaciones quirúrgicas y 
más tarde, fue considerada indigna para los médicos, y su práctica relegada a los 
cirujanos inferiores. En esta época es la cultura árabe quien mantiene la Medicina en su 
más elevado nivel. Abulcasis al Zahrawi debe su nombre a la ciudad de Medinat al-
Zaharawi, próxima a Cordoba, y vivió en el siglo XI. Su obra al-Tasrif revive y enriquece el 
arte de la cirugía enseñado por los antiguos maestros, desde Paulos Aegineta a 
Hipócrates.
En 1492, Branca reintroduce en Catania el antiguo método indio para la reparación de los 
defectos en la cara. Pero fue Gasparo Tagliacozzi, (S. XVI) profesor de anatomía en la 
Universidad de Bolonia, el primero en describir, científica y fisiológicamente, la realización 
de un colgajo del brazo para la reconstrucción de la nariz. Atacado por los teólogos de su 
tiempo, acusado de interponerse a la obra de Dios y atribuyendo sus éxitos a la gracia del 
diablo, esta cirugía fue abandonada hasta el siglo XVIII. En este tiempo, la Compañía 
Inglesa de las Indias Orientales transmitió la noticia de la reconstrucción de nariz 
realizada en un soldado indio que servia en el ejército inglés. Desde ese momento el 
antiguo método indio de los colgajos fue utilizado en Europa y América.
Durante la Primera Guerra Mundial estos conocimientos evolucionan, se sistematizan y se 
abren nuevas perspectivas para el desarrollo de las técnicas reparadoras y de la 
incipiente cirugía estética.
La cirugía estética nace como tal en las manos de un cirujano alemán, Jacob Joseph, 
quien en 1896 realiza la primera intervención para corregir las orejas separadas de un 
niño. En 1899, "un hombre con nariz como un pico de águila" se le presenta en el 
consultorio buscando remedio para su pena. Después de un tiempo de estudios, Joseph 
aceptó realizar la operación. En esta ocasión la cicatriz fue realizada en el dorso de la 
nariz, el resultado satisfactorio y asombrosa la transformación del paciente.
Las mayores aportaciones para cimentar a la moderna Cirugía Plástica llegaron hasta el 
siglo XIX, gracias a diversos acontecimientos:
* La publicación del tratado Die operative chirurgie (La cirugía operacional), por parte del 
médico alemán Johann Friedrich Dieffenbach (1792-1847).
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	 	 	 	 	 	 Hospital	 General	 de	 México
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* Los trabajos del también alemán Bernhard Rudolf Konrad von Langenbeck (1810-1887), 
quien fue alumno de Dieffenbach y estableció las bases de las cirugías de mandíbula y de 
paladar hendido (labio leporino).
* Las aportaciones del anatomista francés Guillaume Dupuytren (1777-1835), útiles en el 
tratamiento de quemaduras y ciertas lesiones (contracturas) de la mano.
* La edición, en 1818, del libro Rhinoplastik (Plástica de la nariz), por parte del alemán 
Karl Ferdinand von Graefe (1787-1840), pues entonces se utilizó por primera vez el 
término “plástica” para referirse a operaciones de moldeamiento de una parte del 
cuerpo.
* Las investigaciones del cirujano suizo Jacques Louis Reverdin (1842-1928), que 
introdujeron numerosas técnicas operatorias para lograr trasplantes cutáneos y de 
injertos.
* Finalmente, la aparición en 1838 del Handbuch der plastischen Chirurgie (Manual de 
Cirugía Plástica) por parte del especialista alemán Edmund Zeis, ya que este texto fue el 
responsable de la popularización del término.
Siglo XX
En el año 1904 Joseph relata 43 casos de rinoplastías, 30 en hombres y 13 en mujeres, 
describiendo su nuevo método, realizado a través de incisiones internas, y el instrumental 
quirúrgico diseñado para ello. Paradógicamente, es dedestacar que los pacientes 
pioneros de la cirugía estética en su mayoría fueron los hombres.
La primer cirugía para corregir las arrugas de la cara realizada por Lexer fue en el año 
1906. Morestín, Joseph, Passot, Duformentel, contribuyen con aportaciones propias y son 
los padres de la actual cirugía estética.
La primera generación corresponde a la época de entreguerras y Segunda Guerra 
Mundial, siendo los hombres más importantes: Guillies y McIndoe en Inglaterra, Aufrich y 
Safian en Estados Unidos, y Caloé y Suzanne Noel en Francia. Esta última, ardiente 
feminista, practicó la cirugía estética desde finales de la guerra hasta 1954.
A la segunda generación corresponden nombres como Converse, Thomas Rees, Ralph 
Millar, Ivo Pitanguy, Fernando Ortiz Monasterio, etc.
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Las siguientes generaciones, formadas sobre la experiencia de estos maestros, son las 
que hoy día realizan sus actividades en el extenso campo de la cirugía plástica.
Actualmente se considera patrimonio de la Especialidad el tratamiento quirúrgico de las 
quemaduras, úlceras, cicatrices y tumores cutáneos, deformidades congénitas 
craneofaciales, genitales y algunas de las extremidades, así como la cirugía 
reconstructiva de las mutilaciones faciales y la cirugía puramente estética. La creciente 
complejidad de la Especialidad ha inducido a que ésta se ramifique en varias 
subespecialidades.
Incorporadas o en colaboración con otros especialistas, trabajan en equipos 
multidisciplinarios, fundamentales para el tratamiento de ciertas patologías. La suma y 
combinación de los conocimientos de cada especialidad y el adiestramiento técnico 
específico, son la clave para la obtención de resultados. Debido a esto, hoy podemos 
considerar como verdaderas especialidades dentro de la cirugía plástica, la cirugía de los 
defectos congénitos, la microcirugía, la cirugía periorbitaria, la cirugía reconstructiva de 
los tumores, la cirugía de la mano, la cirugía de los genitales, la cirugía plástica pediátrica 
y la cirugía estética. 
La cirugía plástica en el Hospital General de México 
En los inicios de la década de los cincuenta, la cirugía plástica en nuestro país era ante 
todo una práctica de cirujanos generales que no trataban a sus pacientes con los 
conceptos y recursos que la especialidad ofrece. La cirugía estética había conseguido 
una mayor difusión; por su parte, los procedimientos reconstructivos se relegaban a un 
segundo plano.
 En aquellos años no había residencias o cursos de especialización. Sencillamente, el 
médico interesado en esta rama de la cirugía solicitaba la ayuda del médico que la 
realizaba; con el paso del tiempo, como consecuencia de esta preparación, el médico 
interesado llegaba a ejercer la especialidad.
La década de los cincuenta: El origen 
La división de la medicina en sus especialidades principales ya estaba bien establecida 
en México desde aquella década. En ese camino, abierto por don Ignacio Chávez en 
cardiología, y por Ismael Cossío Villegas en neumología, desarrolló una escuela mexicana 
de alto nivel en muchas ramas del conocimiento médico.
Experiencia	 Quirúrgica	 durante	 la	 Residencia	 de	 Cirugía	 Plástica	 y	 Reconstructiva	 	 	 	 	 	 	 	 	 
	 	 	 	 	 	 Hospital	 General	 de	 México
	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 14	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 Dr.	 Juan	 Gordillo	 Hernández
El primer programa de residencia hospitalaria organizado por don Aquilino Villanueva en 
el Hospital General de México, se diseño para complementar los conocimientos de los 
médicos jóvenes y como una base de aprendizaje especializado; no obstante, la 
enseñanza seguía siendo tutelar. El aspirante a médico especialista emprendía de esta 
manera un largo proceso que implica o daba por hecho su trabajo gratuito como “externo”. 
De ahí que no existían programas bien establecidos.
En 1950, los doctores Alfonso Serrano Rebeil y Fernando Ortiz Monasterio trabajaban en 
el Pabellón 2 del Hospital General de México, donde se localizaba el Servicio de Cirugía 
General del doctor Mario Vergara Soto, quien les permitió desarrollar la cirugía 
reconstructiva. El maestro de terapéutica quirúrgica era el doctor Vergara Soto y su 
ayudante el doctor Ortiz Monasterio. Muchos de los temas que trataban se referían a las 
quemaduras. Los electrolitos y la cirugía reconstructiva.
El doctor Alfonso Serrano tenía poco tiempo de haber regresado de su entrenamiento en 
los Estados Unidos de Ameriza, específicamente en el Hospital Naval de San Diego, 
California. De esta manera. En 1950se inicio en realidad el ciclo de cirugía plástica y 
reconstructiva en el Hospital General de México.
El doctor Ortiz Monasterio participaba en las operaciones que estaban a cargo del doctor 
Serrano y así comenzó su entrenamiento en México. Serrano, amigo de Ortiz Monasterio 
desde muchos años antes, le propuso que se entrenara en la cirugía plástica y 
reconstructiva que aseguraba era la cirugía del futuro. El doctor Ortiz Monasterio acepto el 
reto, partió a la Universidad de Texas, en Galveston, y se entreno durante dos años. De 
vuelta en Hospital General, en 1953, Ortiz Monasterio hizo mancuerna con el doctor 
Serrano y su trabajo conjunto fue decisivo para la especialidad. Por este tiempo, Gustavo 
Barrera comenzó a asistir al Pabellón 2 y el interés que demostró fue la pauta para 
integrarse al equipo.
Más tarde, en 1954, Gustavo Barrera empezó su entrenamiento en cirugía general. Entre 
otros pabellones del Hospital General, paso por Otorrinolaringología con los doctores 
Andrade Pradillo y Tapia Acuña, por Oncología con el doctor Guillermo Montaño y 
diversos pabellones de cirugía general.
En ese entonces no existía un Servicio de Cirugía Plástica establecido como tal. Sin 
embargo en diferentes pabellones se internaban y atendían pacientes con los recursos de 
esta especialidad. Al “equipo móvil” de Fernando Ortiz Monasterio, Alfonso Serrano y 
Gustavo Barrera se le veía operar como un grupo itinerante. 
Experiencia	 Quirúrgica	 durante	 la	 Residencia	 de	 Cirugía	 Plástica	 y	 Reconstructiva	 	 	 	 	 	 	 	 	 
	 	 	 	 	 	 Hospital	 General	 de	 México
	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 15	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 Dr.	 Juan	 Gordillo	 Hernández
En el Pabellón de Oftalmología realizaban la cirugía reconstructiva de los párpados. En el 
Pabellón de Ortopedia, los cirujanos plásticos eran quienes sabían hacer colgados 
cruzados de piernas para cubrirlas. Lo mismo sucedía con las lesiones de la mano que se 
complicaban y requerían de la magia del cirujano plástico para restituirlas y volverlas 
útiles de nuevo. 
En el Pabellón 11, pilar de la dermatología mexicana, trabajaron con los doctores 
Fernando Latapi, Guillermo Escalona y Arturo Peniche; ahí, atendían los carcinomas 
basocelulares tan frecuentes en la patología.
En el Pabellón 13, de Oncología, los doctores Guillermo Montaño, Manuel Velasco Arce y 
Horacio Zalce Torres inauguraron en enfoque reconstructivo posterior a resecciones 
tumorales. Día tras día, como consecuencia de los buenos resultados obtenidos por 
Serrano, Ortiz Monasterio y Barrera, la cirugía plástica empezó a ganar reconocimiento en 
nuestro hospital, ya que solucionaba problemas de otras especialidades que no eran 
resueltos convenientemente por la falta de recursos quirúrgicos.
El aumento constante de pacientes que requerían los servicios de la cirugía propicio que 
estos se dispersaran por todo el Hospital General o, mejor dicho, en donde les daban 
cabida (Dermatología, Oncología, Cirugía General).Las autoridades del Hospital 
entendieron la necesidad de contar con un Servicio de Cirugía Plástica y, por lo mismo, 
convocaron a un concurso que ganó el doctor Fernando Ortiz Monasterio.
Los sesenta: programa y residencia
A su vez, la División de Estados Superiores de la Facultad de Medicina de la Universidad 
Nacional Autónoma de México, bajo la dirección de don Bernardo Sepúlveda, organizó los 
cursos de adiestramiento de especialidades. En el caso de la cirugía plástica, ya que en el 
Pabellón 7 se contaba con camas asignadas, Ortiz Monasterio y Serrano organizaron en 
1960 un curso de Posgrado que hizo posible, desde entonces y hasta nuestros días, la 
formación de cirujanos plásticos que trabajan en todos los rincones de la República y en 
otros países, para beneficio de innumerables pacientes.
Dicho curso fue registrado como “Adiestramiento clínico en cirugía plástica y 
reconstructiva”. Su profesor titular, el doctor Ortiz Monasterio, contó con la invaluable 
colaboración de los doctores Alfonso Serrano y Carlos Sánchez Mota. 
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	 	 	 	 	 	 Hospital	 General	 de	 México
	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 16	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 	 Dr.	 Juan	 Gordillo	 Hernández
El doctor Serrano fue muy generoso al compartir sus conocimientos en el curso. Más 
tarde se agregaron profesores instructores como Enrique Margarit, Sergio Zenteno y 
Nicolás Sastre, quienes se convirtieron, con el transcurso del tiempo, en jefes de Servicio 
y profesores del curso.
Los doctores Ortiz Monasterio y Serrano aplicaron el modelo de las residencias 
estadounidenses que había sido el camino de su aprendizaje, adaptado a las condiciones 
de México. Convocaron a una residencia de tres años en cirugía general. El programa 
sustento la primera residencia de especialidad en cirugía plástica, afiliada a la 
Universidad, de la ciudad de México, y seria adoptado mas tarde en otros servicios 
quirúrgicos del Hospital General de México.
Gustavo Barrera fue el primer alumno del curso de especialización en cirugía plástica y, 
además, paso de alumno a instructor en el lapso de un año. Le siguieron, entre otros, 
Joaquín Araico, quien sería profesor del curso de los Servicios Médicos del Departamento 
del Distrito Federal.
En 1961, la idea del Doctor Ortiz Monasterio de crear una clínica para la atención y 
estudio de pacientes con fisuras labio-palatinas integró la primera clínica multidisciplinaria 
de nuestra especialidad en México. Así logró conjuntar, entre otros, los esfuerzos de los 
doctores Severino Tarasco y Pedro Berruecos (foniatría), Julieta Heres (psicóloga), 
Manuel Yudovich (ortodoncia), Martha Reyes y Ernestina Ramírez (dental). El coordinador 
inicial de esta clínica fue el doctor Enrique Vinageras; la clínica sigue funcionando en la 
actualidad y es motivo de publicaciones y cursos nacionales e internacionales.
Bajo la dirección del doctor Clemente Robles, en 1969 y luego de una remodelación del 
Hospital General, el Servicio de Cirugía Plástica se mudo del Pabellón 7 se mudó al 
primer piso del Pabellón 25, que aumento a 48 y se dispusieron tres quirófanos para los 
turnos matutino y vespertino, terapia postoperatoria, cuartos de curaciones, biblioteca, 
aula, cubículos (dental, psicología, terapia de lenguaje, trabajo social), almacén, 
comedor, etc. Por fin contábamos con un Servicio con toda la extensión de la palabra, y la 
productividad no se hizo esperar.
Los setenta: Consolidación
En 1972 se fundó la Clínica de Craneofacial; en ella, el doctor Ortiz Monasterio reunió a 
varios especialistas para iniciar en México el tratamiento de las deformidades 
craneofaciales con ideas y enfoque revolucionarios. El doctor Antonio Fuente del Campo 
se encargo de coordinarla.
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	 	 	 	 	 	 Hospital	 General	 de	 México
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Para 1973, bajo los mismos principios, Nicolás Sastre organizo la Clínica de Mano, y en 
1975 la de Microcirugía. Por esas fechas comenzaron a funcionar también las clínicas de 
Maxilofacial y Estética –todas multidisciplinadas- que desde entonces han generado 
beneficios tangibles y siguen activas hasta el día de hoy.
El doctor Ortiz Monasterio también incursiono en la investigación. En 1962 había realizado 
un estudio estadístico que utilizo para desarrollar una tarjeta de investigación y –en ese 
mismo año- el análisis de 200 pacientes quemados. Asimismo, sobresalen sus 
publicaciones de labio y paladar hendidos, en particular su trabajo de investigación sobre 
el crecimiento facial por medidas cefalométricas en pacientes adultos con labio y paladar 
hendidos no operados –publicación de 1973- y otros estudios de 1966, 1970 y 1973 que 
confirmaron su reconocimiento internacional.
El doctor Enrique Margarit fue un cirujano singular. Alumno del doctor Valdez Villarreal, 
emprendió el camino de la cirugía general en 1952. En aquel entonces, la del Hospital 
General era una carrera sui generis, por ejemplo, se podía ser residente durante un año, 
luego esperar como medico externo (aspirante) sin plaza ni sueldo, tan solo adscrito a un 
sitio determinado; el aspirante podía pasar por otros servicios, como aprendizaje, hasta 
que ocurría algún deceso. La plaza del médico fallecido se sometía a un concurso de 
oposición, pero no había especialidades y, por lo tanto, no había concurso de oposición 
para especialidades.
Después de aprobar su examen de oposición, el doctor Enrique Margarit ingreso como 
medico adscrito al Pabellón 19 de Cirugía General. El jefe del Servicio era el doctor 
Valdez Villarreal y el subjefe el doctor Cancino, a quien más tarde suplico el doctor 
Roberto Haddad. El doctor Margarit se familiarizo con el trabajo quirúrgico de los doctores 
Ortiz Monasterio, Serrano y Barrera, quienes tenían entonces un pabellón compartido con 
el Servicio de Ortopedia. El jefe del Servicio era el doctor Pablo Mendizábal, quien tenía 
un concepto muy personal de la medicina. El doctor Margarit solicito pasar tres meses el 
Servicio de Cirugía Plástica, un lapso que al concluir se renovó y se prolongo 
indefinidamente.
En agosto de 1977, el doctor Fernando Ortiz Monasterio decidió cambiar el Servicio de 
Cirugía Plástica al Hospital Manuel Gea González, institución de la que él había sido 
nombrado director. Durante una junta celebrada el 19 de noviembre de 1977, en su oficina 
del Servicio de Cirugía General de México, cada uno de los médicos del Servicio 
manifestó su decisión personal. Al doctor Ortiz Monasterio lo acompañaron en el cambio 
los doctores Gustavo Barrera, Ignacio Trigos, Nicolás Sastre y Antonio Fuente del Campo. 
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En el Hospital General permanecieron los doctores Enrique Margarit y Sergio Zenteno, y 
acompañados por tres cirujanos plásticos recién egresados –que serian la última 
generación de residentes del doctor Ortiz Monasterio en el Hospital General: los doctores 
Carlos Del Vecchyo, Pedro Jaidar y Ramón Trejo- enfrentaron la responsabilidad de 
continuar con la cirugía plástica en nuestro Hospital General. Años más tarde, luego de 
concluir una exitosa labor en el Hospital Gea González y en la Universidad Nacional 
Autónoma de México, el doctor Sastré regresó a este Hospital, donde sigue ejerciendo 
hasta la fecha y es titular del curso universitario.
Eldoctor Margarit inicio en 1978 un nuevo Servicio y, en la UNAM, un nuevo curso de 
posgrado; en 1991 asumió la categoría de consultor técnico. El doctor Sergio Zenteno, 
por su parte, es un cirujano ingenioso, tenaz, perseverante. Comenzó trabajando con la 
doctora Irene Talamas en el Hospital General y cubrió una estancia de varios años en 
Estados Unidos, enfrentándose en cirugía general. En 1961, de regreso en México, 
ingreso al curso de Posgrado del doctor Ortiz Monasterio, de reciente creación. Se integró 
al grupo de instructores y después de una carrera de éxitos profesionales se convirtió en 
jefe del Servicio y profesor del curso de posgrado de 1992 a 1996.
En el Pabellón 501 laboramos intensamente hasta octubre de 1995, cuando fuimos 
desalojados como consecuencia de un sismo; nos ubicamos durante dos años en el 
Pabellón 307 de Cirugía General, y luego nos instalamos en una parte del Pabellón 109 
de Dermatología, donde permanecemos hasta la fecha.
Gracias al esfuerzo de médicos, enfermeras, secretarias, intendencia, pero sobre todo a 
la compresión de nuestros pacientes, se sigue brindado una atención de calidad. Se 
conserva el reconocimiento nacional como curso de Posgrado y se mantienen vigente la 
investigación y su difusión.
El propósito fundamental es sostener y desarrollar el prestigio del Servicio de Cirugía 
Plástica.
Y concluyó con palabras del doctor Ortiz Monasterio: “un lugar donde hay tanta 
creatividad e ideas como en el Hospital General de México tiene que producir lo que 
actualmente produce y mucho más”. FOM
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	 	 	 	 	 	 Hospital	 General	 de	 México
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Marco Teórico
El Método Científico
Es el grado de interés por la investigación quien define el nivel de desarrollo de un país o 
de una civilización: quien tiene una estructura de investigación tiene el tesoro de la 
creación, tiene la independencia científica, tecnológica y de pensamiento que esta aporta.
No hay avances en la Ciencia sin Investigación. La historia de la humanidad es la suma 
de conocimientos adquiridos a través de los tiempos, y el conocimiento, la interpretación 
racional de la realidad. Pero la realidad, no obstante, no es perceptible como tal sino que 
es representada bajo concepciones antropomórficas, en las que el modelo y la medida es 
el propio ser humano, el interpretador. Es, mediante la evolución del concepto, es decir, 
del propio lenguaje, como se va desarrollando la capacidad de interpretación, asimilando 
la verdad a la que somos capaces de acceder. Debido a esto, en la historia, la adquisición 
de conocimientos no se hace de una forma gradual, sino que se van preparando con 
anticipación variable los diversos grados de saber: Existen en la historia idas y venidas, 
oscilaciones entre el saber y la ignorancia, entre el pensamiento mágico y el pensamiento 
científico. La consecuencia de esto es que las verdades de la ciencia van siendo 
revisadas paulatinamente conforme nuevos conocimientos niegan o modifican 
concepciones anteriores.
Atributo esencial del ser humano, el pensamiento, la razón, ha recorrido infinidad de 
caminos en la búsqueda constante del saber. En nuestra civilización fue Rene Descartes 
quien colocó las claves para hacer sensato el camino de la razón: El Método Científico. 
En el Discurso del Método (1637) Descartes enumera y explica las principales reglas que 
han de seguirse en la búsqueda de la Verdad en las Ciencias. Comienza así su ensayo: 
"El buen sentido o sentido común es la cosa mejor repartida del mundo, pues cada cual 
piensa estar tan bien provisto de él, que, hasta los más difíciles de contentar en cualquier 
otra cosa, no acostumbran desear más buen sentido del que ya tienen...". De esa manera, 
y para no caer en la autocomplacencia, ni en la aceptación ciega de los conocimientos de 
otros, llega a establecer cuatro simples principios, tan vigentes hoy como entonces:
1º. No aceptar nada como cierto, es decir, no aceptar sino aquello incapaz de hacer dudar 
a nuestro espíritu: (La duda).
2º. Dividir todo problema examinado en tantas parcelas como fuese posible y necesario 
para mejor entender la cuestión: (Análisis).
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	 	 	 	 	 	 Hospital	 General	 de	 México
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3º. Ordenar todo pensamiento comenzando por lo más sencillo hasta lo más complejo: 
(Ordenar).
4º. Hacer siempre enumeraciones tan complejas y revisiones tan generales hasta estar 
seguro de no omitir nada: (Enumerar).
Con estas reglas del arte del raciocinio el individuo se enfrenta con la realidad de un 
problema, (observación), establece juicios entre causa y efecto y emite hipótesis que han 
de ser corroboradas o verificadas.
Cirugía Plástica e Investigación
La Cirugía Plástica, como todas las ramas de la Medicina, está en continuo avance, 
depende de la Investigación y sigue paralela al desarrollo Tecnológico.
La investigación dentro de la cirugía plástica se ha encaminado especialmente a resolver 
las incógnitas que existían y los diferentes problemas que han ido surgiendo. Es 
necesario destacar que los avances cada día se hacen, cada vez más, gracias a los 
avances de la técnica y a la colaboración de las diferentes especialidades. La mejora de 
los aparatos ópticos unida a la posibilidad de fabricar hilos de grosor finísimo permitió 
desarrollar una técnica que abrió una especialidad quirúrgica, la microcirugía. La 
farmacología participa con drogas que aumentan la resistencia de los tejidos a las 
deficiencias de riego sanguíneo, que controlan el flujo a nivel de la microcirculación, que 
evitan la obstrucción de las anastomosis vasculares y, sobre todo controlan la infección.
Cirugías de alto riesgo y larga duración, como la craneofacial, hoy pueden ser realizadas 
con seguridad debido al perfeccionamiento de las técnicas anestésicas y al imprescindible 
apoyo de los centros de tratamiento intensivo. La utilización de materiales como la 
silicona, la hidroxiapatita o el titanio son fruto de las múltiples investigaciones en 
diferentes centros cuyos resultados positivos corroboran la utilidad de dichos 
descubrimientos.
Los Avances más recientes se basan, tanto en la aplicación de la tecnología a nuestra 
especialidad: Endoscopía, Láser, Colgajos Microquirúrgicos e Implantes, como en los 
trabajos de investigación científica: Efectos perjudiciales del tabaco en los colgajos 
cutáneos, aplicaciones estéticas de la Toxina Botulínica.
La Anestesia es, también, uno de los campos en los que ha sido más patente este 
desarrollo gracias a la combinación de la tecnología e investigación farmacológica. 
Gracias a su refinamiento y seguridad podemos permitirnos la Cirugía Ambulatoria y de 
corta estancia.
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	 	 	 	 	 	 Hospital	 General	 de	 México
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Por último, la Lipoescultura refleja como una técnica, la liposucción, puede superarse para 
obtener mejores y más seguros resultados: supone la evolución del concepto inicial 
consistente en eliminar grasa hasta alcanzar el refinamiento del modelado corporal.
La Cirugía Estética
A diferencia de la gran mayoría de las especialidades médicas, la cirugía estética no esta 
dirigida al enfermo, sino a individuos sanos que se someten a ella por su propia voluntad.
La Cirugía Estéticao Cirugía Cosmética es la que embellece las formas del cuerpo y del 
rostro, recupera la belleza de la juventud o modifica rasgos físicos o étnicos considerados 
como insatisfactorios por el paciente. ¡Haz de tus defectos tus mayores virtudes!
Con esta máxima queremos exponer lo que consideramos como el ideal de la vivencia de 
nuestro propio cuerpo, es decir, de la relación con nosotros mismos. Cuando esto nos es 
imposible, lo cual es bastante normal, y una alteración o característica física condiciona 
en mayor o menor grado nuestra existencia, podemos recurrir y encontrar la solución en la 
cirugía plástica. Es importante señalar que la intensidad del defecto no suele ser 
proporcional a la gravedad del problema que representa, por lo que es justo aceptar la 
subjetividad de las valoraciones que realizamos sobre nosotros mismos.
Es bastante frecuente en la consulta encontrarnos con un paciente que le parece de lo 
más natural e incluso estética una nariz y que, sin embargo, le preocupa sobremanera un 
pequeño y sutil despegamiento de una parte de una oreja... Pues bien, creemos que la 
posición más adecuada es respetar aquellas formas que no causan problemas al paciente 
y tratar de remediar las que si le ocasionan trastornos. Es más, pensamos que nuestra 
principal función es colaborar al bienestar del ser humano (operamos para el paciente). 
No obstante, corresponde al cirujano plástico estudiar el grado de realidad de las quejas 
aplicando su capacidad de análisis y sopesando el factor riesgo-beneficio (no operamos 
todo lo que el paciente quiere sino lo que creemos que le será benéfico).
Si algo no admite la cirugía estética es la mediocridad. Lo más apasionante de la Cirugía 
Estética es la búsqueda de la perfección. Miguel Ángel decía que las cosas pequeñas 
hacen la perfección, pero la perfección no es una cosa pequeña. Dos características 
definen a la cirugía estética: la importancia de los mínimos detalles y la necesidad de 
cierto sentido estético. Dominada la técnica, es este último quien diferencia a dos 
cirujanos, y además, el sentido estético no se estudia.
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	 	 	 	 	 	 Hospital	 General	 de	 México
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La Cirugía Estética es uno de los muchos caminos hacia la belleza, una de las diferentes 
vías a través de la cual podemos mejorar nuestro aspecto y nuestra calidad de vida. No 
obstante, podemos observar algo así como dos tipos de cirugía estética que defino como 
Cirugía Estética Apolínea y Cirugía Estética Dionisíaca: Apolo es el Dios de la armonía 
mientras que Dionisio, como Baco, el de la ebriedad.
El resultado de Cirugía Estética Apolínea tiene por principal característica el equilibrio y la 
elegancia, sin exageraciones ni estridencias, su observación produce placer y lo 
consideramos bello. Contribuye a la salud. Exige, de quien la practica, un gran sentido 
ético y estético y, lo que es más importante, mucho sentido común.
Por el contrario, los resultados de Cirugía Estética Dionisíaca, son artificiales, tienden a la 
exageración y a la estridencia, nos produce sensación de desagrado, sorpresa, 
escándalo, repulsión y lo consideramos feo.
Sabemos, por oficio, que lo normal no llama la atención del observador, mientras que lo 
anormal es un estímulo irresistible para que la vista se dirija hacia ello.
Por otra parte, la cirugía estética, a nuestro entender, exige una certidumbre razonable de 
un resultado satisfactorio y duradero, de la inocuidad de la operación y de la existencia de 
mínimos riesgos. Para nosotros lo más importante es la seguridad, la satisfacción del 
paciente y la naturalidad de los resultados, es decir, que no sea posible reconocer el paso 
por el quirófano: una cirugía estética que se note operada está mal operada.
Respecto a la seguridad me gustaría apuntar dos cuestiones: En primer lugar, la 
importancia de la elección de un verdadero especialista en Cirugía Plástica (no existe la 
especialidad de cirujano estético) y en segundo lugar, el riesgo que entraña el hábito 
tabáquico en algunas de nuestras cirugías.
Finalmente,en el momento actual se hace fundamental un planteamiento multidisciplinario 
del trabajo para la obtención de unos resultados más completos: fisioterapeuta, 
odontólogo, endocrinólogo, dermatólogo, geriatra, cirujano plástico, etc, participan 
aportando sus conocimientos respectivos para la mayor satisfacción y felicidad de quienes 
acuden a nosotros en busca de ayuda.
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El paciente
La decisión operatoria es voluntaria y ha de ser plenamente consciente. Exige una 
certidumbre razonable de un resultado satisfactorio y duradero, de la inocuidad de la 
operación y de la existencia de mínimos riesgos. En el candidato a Cirugía Estética se 
enfrentan el deseo de mejorar con el miedo al cambio. Las razones que le llevan a la 
decisión operatoria pueden ser personales, de autoimagen, sentimentales, profesionales 
(financieras) y sociales (contagio, modas). Al tiempo, existen motivaciones contrapuestas, 
provenientes del medio familiar, de tabúes morales o religiosos, o simplemente, del “que 
dirán”.
El cirujano 
Dos características definen a la cirugía estética: la importancia de los mínimos detalles y 
la necesidad de cierto sentido estético. Dominada la técnica, es este último quien 
diferencia a dos cirujanos, y además, el sentido estético no se estudia.
El resultado de la cirugía
Creo interesante explicar las diferencias existentes entre un buen resultado, un resultado 
insatisfactorio, el mal resultado, las complicaciones y las secuelas.
El buen resultado llena de satisfacción tanto al paciente como al cirujano. No importa que 
pueda ser necesario más tarde realizar algún pequeño retoque para mejorar una cicatriz, 
o algún otro detalle menor, lo fundamental, es que los dos son felices. No cabe duda de 
que los resultados dependerán, en gran medida, de las condiciones iniciales existentes, 
es decir, no se puede esperar lo mismo de un estiramiento facial en un hombre de 40 
años que en uno de 70, ni en la abdominoplastia de una mujer obesa o de una delgada. 
Cuando se han establecido claramente las perspectivas de la cirugía, tanto unos como 
otros quedarán satisfechos.
Un resultado insatisfactorio
Como resultado insatisfactorio podemos considerar aquel que, si bien, técnicamente es 
correcto, no ha conseguido ofrecer lo esperado. Normalmente se debe a una deficiente 
comunicación entre el paciente y el cirujano, a que los criterios estéticos de ambos no 
coinciden, o bien, a que el paciente no reunía las condiciones psíquicas o emocionales 
adecuadas para la cirugía.
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Un mal resultado
Un mal resultado es aquel que presenta evidentes defectos, fruto de deficiencias 
conceptuales o técnicas. Lo primero, y quizá lo más difícil, como en todo acto médico, es 
el diagnóstico: es fundamental un análisis acertado del problema para poder corregirlo. 
Una vez decidido cómo se va a proceder, es necesario que la realización sea llevada a 
cabo de forma adecuada.
Complicaciones
Son complicaciones de una cirugía, la aparición de un hematoma, seroma, la infección, 
dehiscencia de unaherida, la formación de una cicatriz patológica o la necrosis de un 
área de piel, así como la asimetría.
En realidad, las complicaciones son raras y sólo se dan en casos en los que coinciden 
una serie de factores. Aunque son imprevisibles, el porcentaje es muy bajo debido a los 
márgenes de seguridad en los que la cirugía estética se mueve. No es comparable con la 
frecuencia con la que pueden aparecer en la cirugía de carácter reconstructivo en los que 
existen problemas de base que dificultan los procedimientos. La mayoría de las veces, 
las complicaciones pueden ser resueltas sin mayores problemas, quedando como 
recuerdo las molestias que suponen o, a veces, algunos defectos, a los que 
denominamos secuelas.
Secuelas
Consideramos secuelas a los problemas que resultan de la cirugía y que permanecen 
después de esta. 
Cirugía Secundaria
La cirugía estética es la cirugía de la perfección, a la que aspiramos, pero que nunca 
alcanzaremos. Aún en el fracaso, la gran mayoría de los desperfectos pueden ser 
corregidos posteriormente. La cirugía estética, si bien se caracteriza por la seguridad de 
sus técnicas no deja, como cualquier otra actividad quirúrgica, de tener resultados menos 
favorables e, incluso, complicaciones.
Con respecto a las complicaciones, se dice entre los cirujanos que: sólo quien no opera 
no las tiene. Aún en las manos más expertas existe un índice, que, aunque mínimo, ha de 
tenerse en cuenta.
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Cuando un paciente se acerca a nosotros para consultar sobre un problema de 
características estéticas, a la hora de hablar sobre la cirugía es imprescindible aclarar 
estos aspectos, así como informar de la posibilidad de realizar ciertos retoques, un tiempo 
después de la cirugía, para perfeccionar algún detalle mejorable.
Lo más importante es que exista un nivel de comunicación y confianza que ofrezca al 
paciente la seguridad necesaria para que, en el caso de que apareciese algún problema, 
éste haya sido previsto y puedan ser ofrecidas soluciones plausibles para que el paciente 
nunca se sienta, ni defraudado, ni abandonado. La pérdida de confianza por parte del 
paciente hace que este recurra a otro cirujano o, incluso, que rechace la posibilidad de 
corregirlo.
En principio, siempre el mismo cirujano que realizó la primera intervención pues él, mejor 
que nadie, sabe lo que hizo y también debe saber cómo corregir los posibles problemas. 
Es frecuente, lamentablemente, que la cirugía estética sea realizada de manera 
aventurera por cirujanos o simplemente médicos que no tienen ni preparación ni 
conocimientos suficientes como para afrontar, no sólo la realización de una técnica 
quirúrgica, sino, lo que es más peligroso, resolver las posibles complicaciones. A este 
fenómeno que acusamos se le denomina intrusismo, y es, sin duda uno de los mayores 
problemas de la especialidad. En este caso es mejor que el paciente que ha sufrido las 
consecuencias de semejante atrevimiento no se ponga de nuevo en las manos del intruso 
profesional y busque un cirujano plástico que le ofrezca seguridad. Incluso, hasta los 
propios cirujanos plásticos pueden tener sus limitaciones con determinadas cirugías, y, 
sabiéndolo, enviarán al paciente a ser intervenido por otro especialista de su confianza.
Cuando un cirujano plástico enfrenta un problema causado por otro cirujano, siempre 
aclarará de manera exhaustiva las limitaciones que conlleva la situación actual y lo que se 
puede esperar de la o las siguientes intervenciones. 
La Anestesia en Cirugía Plástica
La anestesia es una de las grandes preocupaciones a la hora de tomar la decisión de 
someterse a una intervención. Pues bien, el miedo es libre, y quizás sean de utilidad las 
comparaciones a la hora de juzgar el nivel de riesgos. Por otra parte, la anestesia es una 
de las ramas de la medicina que más ha evolucionado en los últimos 40 años. La 
aparición de nuevos medicamentos, equipos y técnicas de anestesia, han reducido la 
mortalidad quirúrgica de otros tiempos a unos niveles mínimos. 
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Los laboratorios se empeñan en buscar nuevos fármacos que superen a los anteriores y 
que presenten menos efectos colaterales. La monitorización del paciente nos permite un 
completo control durante el acto quirúrgico, y aunque nuestros pacientes son en principio 
sanos, el trabajo conjunto y multidisciplinario con otros especialistas hace que podamos 
intervenir sobre pacientes debidamente preparados que presentan alguna patología, 
como es el caso de diabéticos, hipertensos, cardiopatías o con enfermedades crónico 
degenerativas. 
Historia de la Anestesia
Desde los tiempos más remotos el hombre ha buscado mitigar el dolor. La utilización de 
sustancias vegetales con propiedades anestésicas era de uso corriente en las 
civilizaciones más antiguas. Para la supresión del dolor eran usadas la raíz de 
mandrágora o de belladona, las hojas del cannabis, del opio o de coca y el alcohol, 
dependiendo de las diversas culturas. 
Sin embargo, la primera anestesia quirúrgica fue descubierta por un dentista, Horacio 
Wells, en Hartford, Connecticut, en 1844. La sustancia utilizada fue el protóxido de azoe. 
Morton y J. Jakson utilizan el éter sulfúrico en 1846, y en la misma época, un estudiante 
de medicina, M. Furnell, descubre, accidentalmente, las propiedades anestésicas del 
cloroformo. Con respecto a la anestesia local, es decir, la anestesia que se limita a sólo 
una zona determinada del cuerpo, los primeros datos de que disponemos nos refieren al 
2000 a.de C. cuando asirios y egipcios utilizaban la compresión para disminuir localmente 
la sensibilidad al dolor. La misma técnica fue empleada por Ambrosio Paré a comienzos 
del siglo XVIII y por James Moore en 1748, con su célebre torniquete compresivo. Otro 
método para provocar anestesia en una zona fue el frío: Hielo y nieve fueron utilizados 
por Bartholinus el siglo XVII, mientras que Richarson en 1886 lo conseguía con el éter y 
Rottenstein lo hacía, en la misma época, con el cloruro de etilo. Otros productos utilizados 
con el mismo fin fueron el yoduro, cloruro, u oxido de metilo, el alcohol o la nieve 
carbónica. Por otra parte, en 1818, Francis, dentista de Filadelfia, hace uso de las 
corrientes galvánicas para conseguir los mismos efectos anestésicos, denominándolo 
narcotismo galvánico.
Con la invención de las jeringuillas hipodérmicas por el cirujano irlandés F. Rynd, en 1845 
se abre otro camino a la anestesia, al poder introducir en el organismo drogas capaces de 
eliminar el dolor. Desde entonces, la complejidad de la ciencia anestésica ha superado 
con creces cualquier sueño de los cirujanos de la época y ha permitido intervenciones 
largas y complejas cada vez con más seguridad y control.
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El cuerpo Belleza y Salud
Los estudiosos de la estética y los filósofos aún no se han puesto de acuerdo en la 
definición de la belleza. La belleza no se define, se reconoce. Es una cualidad, un 
concepto, un sentimiento, que se caracteriza por su relatividad: no hay un criterio 
universal apesar de que existen aproximaciones a lo absoluto, acercamientos a la 
perfección que no existe más que como ideal.
Lo que no presenta dudas es que para cada individuo, para cada grupo social, para cada 
raza, para cada época, existe un modo particular y diferente de percepción estética. Las 
exuberantes masas glúteas de las mujeres hotentotes, las mujeres con cuellos de jirafa, 
los pequeños pies atrofiados de las chinas, las mutilaciones nasales, auriculares, y 
labiales de algunas tribus africanas o americanas, las cabezas en forma cuadrada que 
nos muestran ciertas esculturas de Etiopía y que eran provocadas intencionadamente 
desde la infancia son considerados modelos de belleza para ciertas razas o lo fueron en 
determinada época.
Entre las razas civilizadas, el canon de belleza gira en torno del clásico canon de 
Policleto, el más popular patrón de belleza griega, que a través de generaciones llegó 
hasta nosotros y en el que la altura del ser humano es igual a 8 veces la altura de la 
cabeza. El Apolo de Belvedere y la Venus de Milo son ejemplos del ideal artístico y de la 
concepción de lo bello. La Venus de Willendorf, Rubens, Manet; exponen la belleza 
femenina robusta y adiposa en contraposición a la manifiesta en los cuadros de Boticcelli 
y Modigliani.
En la actualidad vivimos una época en que los atributos tanto femeninos como masculinos 
tienen diferente significación. La búsqueda de la belleza se realiza en los gimnasios. La 
obesidad es considerada como un signo patológico. Se aceptan todo tipo de patrones de 
belleza, siempre y cuando se adapten a un contexto determinado, y quizá se le dé más 
importancia a la belleza dinámica que a la estática. El dinamismo de la imagen televisiva y 
cinematográfica ha ganado a la pose de la fotografía, de la pintura y de la escultura como 
medios de comunicación de masas. La belleza dinámica es trascendente y acepta tanto la 
asimetría como la irregularidad siempre y cuando guarde una armonía de conjunto. La 
perfección externa y la perfección interna constituyen la belleza física y la belleza 
psíquica. La armonía entre ambas es uno de los mayores espectáculos que podemos 
disfrutar y ante el cual todo ser humano sucumbe.
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La Divina Proporción
Fray Paciolo di Borgo, monje italiano, enuncia en el 1509 una fórmula matemática cuya 
aplicación da una constante a la que denominó número de oro, sección áurea, o divina 
proporción. Ya utilizada de forma empírica en la antigüedad, ésta Divina Relación se 
encuentra cuando, realizando el ejercicio anterior, el segmento menor está en la misma 
proporción con respecto al mayor que éste con respecto a la suma de ambos, es decir, 
con respecto al total. Este número equivale al 62% y es exactamente 0.618.
Curiosamente, esta proporción, considerada como la más armoniosa para la sensibilidad 
humana, se corresponde con las proporciones que nos presenta la naturaleza. La misma 
relación la encontramos entre las diferentes medidas de la cara, en las ramas de los 
árboles, en los cristales minerales, en las conchas marinas, en la relación entre los ejes 
mayor y menor de un huevo de gallina, etc. Es sencillo comprobarlo, entre la anchura de 
la nariz y de la boca, o entre las distancias comprendidas desde el pelo de la frente hasta 
la base de la nariz y entre ésta y la barbilla, etc.
Deducimos de estas sorprendentes "coincidencias" que nuestra sensibilidad está 
condicionada ancestralmente por unas proporciones presentes en la naturaleza. Fruto de 
la observación humana a través de los tiempos, estas relaciones se han transformado en 
arquetipos, se han estereotipado. Por lo tanto, dada esta proporción, podemos entender 
que nuestra percepción de lo bello está supeditada a la armonía de las medidas, y explica 
que, a pesar de lo relativo del concepto de belleza, podamos considerar la existencia de 
algo próximo a la belleza absoluta. 
Simetría
El cuerpo humano, como el de todos los vertebrados, posee una simetría bilateral 
característica (simetría axial o vertical), que consiste en que una parte del cuerpo se 
corresponde con la contralateral, es decir, que la parte izquierda del cuerpo es semejante 
a la derecha. Pero esta simetría no es completa puesto que presenta órganos asimétricos, 
como el corazón o el hígado e, incluso entre las partes correspondientes, como las manos 
o los dos lados del rostro, no existe una simetría perfecta. Esto es particularmente 
evidente si dividimos una fotografía de un rostro en dos mitades con una línea vertical. Al 
repetir cada una de las mitades de manera especular y juntarlas podremos comprobar 
que el nuevo rostro formado por la unión de las mitades del lado izquierdo se parece poco 
o muy poco al formado por la repetición de los dos lados derechos.
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De la misma manera existe un lado predominante, normalmente el derecho (el izquierdo 
en zurdos), que es de mayor tamaño que el no dominante, detalle fácilmente comprobable 
si ponemos juntas nuestras propias manos y comparamos sus tamaños.
Biología de la belleza
La simetría y las proporciones nos trasmiten los ritmos del crecimiento y desarrollo de la 
naturaleza. En la naturaleza los animales escogen a su pareja por las características 
físicas, que van unidas a la habilidad de engendrar o de cuidar a las crías, y en el ser 
humano - indudablemente más complejo - a estos signos se añaden otros factores 
biopsicosociales. No obstante, entre los rasgos físicos que determinan la elección y una 
característica que todos los humanos - independientemente del sexo o la edad - valoran a 
la hora de juzgar el atractivo de una persona es la simetría. Esta tiene relación con la 
belleza física y, según estudios recientes, con el atractivo físico y con la salud.
Nuestro cerebro está capacitado para detectar y considerar sexualmente atractivos 
aquellos estímulos corporales que son indicadores de un mayor potencial reproductor. 
Nuestros circuitos neuronales son el resultado de un proceso evolutivo, han sido 
diseñados por la selección natural para resolver los problemas a los que los humanos se 
han enfrentado a lo largo de su historia: encontrar pareja, conseguir alimento (cazando y 
recolectando), buscar aliados, defenderse de los enemigos, criar a los hijos, etc.
 
Al parecer, la simetría corporal es un indicador de un buen sistema inmunológico, lo que 
reduce notablemente el riesgo de que el potencial padre caiga enfermo.
La asimetría
Si bien podemos considerar que cierto grado de asimetría es normal, tanto en el cuerpo 
como en el rostro- existen casos de verdaderas asimetrías las cuales, en determinadas 
ocasiones, son causa de importantes trastornos. La asimetría facial leve es 
absolutamente normal y es normal tener un lado de la cara mayor que el otro, tanto a lo 
ancho como en lo alto, tener una ceja más alta, un párpado más bajo, la nariz o los labios 
algo desviados, etc. Estas asimetrías se deben a diferencias en el crecimiento de las 
estructuras óseas de cada lado y, en ocasiones, a la mayor o menor expresividad de cada 
lado de la cara. Aunque pocas veces el grado de asimetría es tan importante que precise 
tratamiento, en raras ocasiones puede ser necesario recurrir a la cirugía cráneo-maxilo-
facial y, más frecuentemente, podemos obtener una simetría adecuada mediante la 
utilización de prótesis faciales. 
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Las asimetrías corporales de poca intensidad también son normales. Las diferencias de 
tamaño de las dos partes del cuerpo suelen ser leves y únicamente provocan alteraciones 
aquellas que tienen una importancia considerable. Una de las causas más serias de 
alteración del esquema corporal de las jóvenes es la asimetría de los senos (asimetría 
mamaria) que puede alcanzar grados tan severos como para que su corrección precise 
una reducción de una mama y la colocación de una prótesis en la otra. De la misma 
manera, la colocación de prótesis de diferente tamaño puede compensar las asimetrías 
de volumen de las mamas, glúteos o gemelos.
Finalmente, la lipoescultura y los injertos de grasa son muy útiles para igualar ambos 
lados del cuerpo.
La Belleza como signo de salud
Si la belleza verdadera consigue elevarnos hasta un nivel emocional del placer, es debido 
a que esta parte de la percepción se encuentra, no en la parte cognitiva del cerebro, sino 
en el subconsciente o porción más primitiva que contiene los instintos y denominamos 
sistema límbico. Sin embargo, aunque la mente humana se siente atraída, como decía, 
por aquellas proporciones en armonía con la sección áurea, para que se establezcan los 
adecuados reflejos condicionados y exista una elevada apreciación de la belleza y del 
arte, es necesario disponer de una cierta sensibilidad y de una acertada formación.
De todas formas, la palabra clave de la belleza es la normalidad: nos agrada lo semejante 
y rechazamos lo diferente. También influyen en la percepción de belleza, como signos que 
representan salud, la juventud; la postura corporal; el equilibrio de las formas; la simetría 
facial; la limpieza, claridad y color de la piel y cabello, etc.
Según el actual concepto de salud, si entendemos esta como el estado de bienestar 
físico, psíquico y social, a cada tipo de belleza le corresponde una forma de salud: La 
belleza física o de las formas, representa la salud corporal (ausencia de enfermedad). La 
belleza emocional, la salud psíquica o mental (equilibrio de las emociones y sentimientos). 
La belleza social, salud social (equilibrio con el medio en el que vive, con sus 
semejantes).
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Planteamiento del Problema
Conocer cual es la experiencia quirúrgica durante un periodo de residencia en el servicio 
de Cirugía Plástica y Reconstructiva en el Hospital General de México O.D. además de 
establecer su correspondencia con el Programa Único de Especialidades Médicas de la 
UNAM. Así como reconocer la evolución del servicio a través de los años.
Justificación
El servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva donde está instalado el curso, debe contar 
con el suficiente material clínico para que le permita al alumno adquirir experiencia en los 
diferentes contenidos temáticos del programa académico. Este material clínico debe ser 
tan variado y extenso como para poder proporcionar los conocimientos y las destrezas 
para cumplir con el mínimo del 75% del programa de posgrado.
En caso de que este servicio lo requiera, tendrá que proporcionar a sus alumnos las 
estancias (rotaciones) externas necesarias para cumplir con el porcentaje faltante de su 
programa, siempre y cuando no rebase del 25% estipulado.
Una consulta externa donde se atienda anualmente un mínimo de 100 pacientes de 
primera vez, por cada alumno en entrenamiento, además de los pacientes de consultas 
subsecuentes.
Las facilidades de quirófanos adecuadamente equipados en mobiliario e instrumental, 
para realizar la cantidad de cirugías requeridas por el servicio, así mismo deberán contar 
con el apoyo de un excelente grupo de anestesiólogos.
Deberán realizarse un mínimo de 150 cirugías anuales, por cada alumno en formación. 
Tener el personal de enfermería suficiente para la atención de los pacientes tanto en 
quirófanos, como en el piso de hospitalización. Contar con un archivo clínico 
adecuadamente organizado y codificado. Contar con o tener las facilidades para asistir a 
un laboratorio de microcirugía que cuente con su propio bioterio, dentro del hospital.
El servicio tendrá una organización que le permita al alumno la oportunidad de valorar y 
discutir los casos de pacientes que acuden a consulta externa, con los médicos 
especialistas encargados de su enseñanza.
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El servicio deberá tener un programa de cirugía, planeado de tal manera que el alumno 
no solo actúe como ayudante sino que participe activamente como cirujano, guiado por 
los médicos cirujanos plásticos del servicio que funjan como instructores, dentro de un 
método progresivo y escalonado de aprendizaje de acuerdo con su habilidad.
El servicio llevará en forma metódica y rigurosa una libreta de control de operaciones 
quirúrgicas, donde quede asentado: nombre del cirujano nombre de los ayudantes, 
nombre del instructor, si lo hubo, los datos generales del paciente y su número de registro 
hospitalario, el diagnóstico, el tipo de anestesia y la descripción del procedimiento 
quirúrgico realizado.
El servicio llevará en forma ordenada las libretas de citas de consulta externa, curaciones, 
programación de cirugías y egresos hospitalarios y mantendrá un orden estricto en cuanto 
al expediente clínico se refiere.
El servicio necesitará contar con un cuerpo de consultores en las ramas principales de la 
medicina, como son cirujanos generales, internistas, pediatras, otorrinolaringólogos, 
oftalmólogos, urólogos, dermatólogos, neurólogos y psiquiatras, todos ellos del hospital y 
que dediquen una parte de su tiempo a discutir con los alumnos de Cirugía plástica, los 
problemas que se plantean relacionados con cada especialidad, sugiriéndoles las fuentes 
bibliográficas pertinentes para la mejor comprensión del caso que se atiende.
El servicio deberá tener una programación de sesiones periódicas, que cumplan con cinco 
horas mínimo por semana, en donde se proporcione enseñanza activa a través de 
seminarios, sesiones bibliográficas, sesiones anatomoclínicas, revisión de protocolos de 
investigación, etc. Con esto se estimulará el interés de los alumnos y permitirá al profesor 
juzgar el tiempo que aquellos le dedican al estudio y los progresos que hacen en sus 
conocimientos. Este programa operativo deberá plasmarse en un documento con la 
debida anticipación al inicio del año lectivo y deberá darse a conocer a todos los alumnos 
y profesores involucrados en la enseñanza.
Este sistema deberá producir en el alumno, disciplina en el trabajo sistemático, apego al 
estudio cuidadoso de cada paciente, interés en la búsqueda de las fuentes bibliográficas, 
respeto en la discusión con sus colegas y una evaluación honesta de su autocrítica.
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Hipótesis de Trabajo
El servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva

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