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“USO DE LOS POTENCIALES RELACIONADOS A EVENTOS 
EN LA ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA DE CAMBIOS 
MÍNIMOS” 
 
 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE 
 
LICENCIADA EN PSICOLOGÍA 
 
 
PRESENTA: 
ALEJANDRA JIMÉNEZ JIMÉNEZ 
 
 
DIRECTOR: DR. ÁNGEL DANIEL SANTANA VARGAS 
REVISORA: DRA. ITZEL GRACIELA GALÁN LÓPEZ 
 
 
SINODALES 
 
DRA. ALICIA ELVIRA VÉLEZ GARCÍA 
DRA. MAURA JAZMÍN RAMÍREZ FLORES 
LIC. GERARDO SÁNCHEZ DINORÍN 
 
 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
 
CIUDAD UNIVERSITARIA, CD. MX. 2019 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
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RECONOCIMIENTO 
 
 
La presente investigación se llevó a cabo con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y 
Tecnología (CONACYT 234269) por medio del Fondo Sectorial de Investigación en Salud 
y Seguridad Social. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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AGRADECIMIENTOS 
 
 
Este trabajo tiene especial dedicatoria a mi familia. 
En primer lugar gracias infinitas a mis padres. A mi mamá, gracias por tus consejos, tu 
creatividad, apoyo y amor por la vida, gracias a ello cuento con la fortaleza necesaria para 
nunca rendirme, dando siempre lo mejor de mí para alcanzar una meta. A mi papá, por confiar 
siempre en mí, por tu amor, comprensión y apoyo incondicional, gracias por enseñarme la 
importancia de la familia y el respeto, hacia uno mismo y los demás. Ambos son significado 
de fortaleza en mi vida, el logro de esta meta es tan mío como suyo. 
 
A mis hermanos Toño y Saúl, por ser mis mejores amigos en la vida, que este logro sea un 
recordatorio de que somos capaces de alcanzar cualquier meta que nos propongamos, ustedes 
saben lo mucho que los quiero. 
 
Moy la vida cruzó nuestros caminos, gracias por motivarme para llegar hasta el final y no 
rendirme, gracias por siempre sacarme una sonrisa, principalmente cuando mi cabeza parecía 
no poder más. 
 
A mi casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Facultad de 
Psicología, por brindarme la oportunidad de recibir una educación de calidad y por sentar las 
bases de mi formación profesional. 
 
A mi director de tesis el Dr. Daniel Santana, por darme la oportunidad de incorporarme a 
tu equipo de trabajo, por todo el apoyo y conocimiento transmitido sin los cuales no hubiera 
sido posible realizar esta investigación y alcanzar esta meta. Gracias por ser una excelente 
persona, por la música y las charlas compartidas, por contribuir a mi crecimiento profesional 
y personal. 
 
A mi revisora la Dra. Itzel Galán, aunque fue un proceso bastante largo le agradezco el 
tiempo invertido en leer, re-leer y analizar mi trabajo, agradezco sus consejos y aportaciones 
que mejoraron la calidad de mi tesis. 
 
A mis sinodales, Dra. Maura, Dra. Alicia y Lic. Gerardo, por sus observaciones, 
aportaciones y cuestionamientos que enriquecieron de manera considerable la redacción de 
este trabajo. 
 
A los pacientes, por su tiempo e interés, que hicieron posible la realización de esta 
investigación. 
 
Gracias vida, por rodearme de personas y momentos grandiosos y llenos de aprendizaje. 
 
 
 
 
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Contenido 
Resumen ............................................................................................................................ 6 
Introducción ....................................................................................................................... 7 
1. Alteración cerebral inducida por cirrosis ..................................................................... 9 
1.1 Encefalopatía Hepática ............................................................................................. 9 
1.1.1 Definición y sintomatología. .............................................................................. 9 
1.1.2 Clasificación de la Encefalopatía Hepática ......................................................... 9 
1.2 Encefalopatía Hepática de Cambios Mínimos ......................................................... 11 
1.2.1 Antecedentes .................................................................................................... 11 
1.2.2 Definición ........................................................................................................ 12 
1.2.3 Fisiopatología................................................................................................... 12 
1.2.4 Manifestaciones clínicas ................................................................................... 17 
1.2.5 Prevalencia ....................................................................................................... 20 
1.2.6 Datos epidemiológicos ..................................................................................... 21 
1.3 Diagnóstico ............................................................................................................ 22 
1.3.1 Evaluación Neuropsicológica ........................................................................... 22 
1.3.2 Evaluación neurofisiológica ............................................................................. 25 
1.3.4 Evaluación electrofisiológica ............................................................................ 27 
2. Planteamiento y Justificación del problema ................................................................. 32 
3. Método........................................................................................................................ 33 
3.1 Objetivo general ..................................................................................................... 33 
3.1.1 Objetivos específicos ........................................................................................ 33 
3.2 Hipótesis ................................................................................................................ 33 
3.4 Diseño del estudio .................................................................................................. 34 
3.3 Variables ................................................................................................................ 34 
3.5 Participantes ........................................................................................................... 36 
3.7 Procedimiento......................................................................................................... 39 
3.8 Análisis estadístico ................................................................................................. 42 
3.8.1 Análisis del registro electrofisiológico .............................................................. 43 
4. Resultados .................................................................................................................. 44 
4.1 Características demográficas de la Muestra ............................................................. 44 
5 
 
4.1.1 Frecuencia de Encefalopatía Hepática de Cambios Mínimos ................................ 46 
4.1.2 Análisis de los Potenciales Relacionados a Eventos ............................................. 47 
4.1.3 Análisis de funcionamiento cognitivo PHES ........................................................54 
4.1.4 Correlación entre el componente P300 y el funcionamiento cognitivo .................. 59 
5. Discusión ................................................................................................................... 61 
6. Conclusiones .............................................................................................................. 71 
7. Limitaciones y Sugerencias ........................................................................................ 72 
8. Referencias ................................................................................................................ 73 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
6 
 
Resumen 
 
La Encefalopatía Hepática de Cambios Mínimos (ECM) es considerada la primera 
manifestación clínica del espectro de la encefalopatía hepática, se desarrolla en 
aproximadamente el 50% de los pacientes con cirrosis y se expresa como una serie de 
alteraciones neuropsicológicas y neurofisiológicas no evidentes a la exploración clínica, que 
tienden a progresar y pueden llegar a estado comatoso y/o muerte. El objetivo del presente 
estudio, fue identificar si los parámetros latencia y amplitud del componente P300 permiten 
caracterizar la ECM positiva y si se relacionan con la batería PHES para la detección de sus 
alteraciones cognitivas. Método: Se seleccionaron pacientes con cirrosis y participantes 
control. Toda la muestra fue evaluada mediante las pruebas de referencia (PHES-CFF por 
sus siglas en inglés) y el componente P300 (PRE). Para el grupo de cirrosis, las pruebas de 
referencia permitieron sub-clasificar al grupo en las categorías 1) ECM negativa y 2) ECM 
positiva. Por otra parte, el componente P300 se obtuvo al parear el registro 
electroencefalográfico de los electrodos de la línea media (Fz, Cz, Pz) con un paradigma 
“oddball” de estímulos auditivos. Para el análisis de los resultados, se compararon los grupos 
ECM positiva, ECM negativa y control. Resultados: Participaron 24 pacientes con cirrosis 
hepática (edad 51.3±5.6; 8.6±3.9 años de escolaridad) y 21 controles (edad 40.1±7.2; 
13.6±2.1 años de escolaridad). Se detectó ECM en el 20% (n=9) de los pacientes con cirrosis. 
Los pacientes con ECM positiva mostraron latencias más prolongadas en comparación con 
los pacientes sin ECM y el grupo control. Únicamente el electrodo Fz permitió diferenciar 
entre los tres grupos de la muestra. Se observó una correlación positiva entre el componente 
P300 y el funcionamiento cognitivo con la batería PHES. Conclusiones: La latencia del 
componente P300 proporciona evidencia neurofisiológica acerca del enlentecimiento en los 
procesos cognitivos debidos a la presencia de ECM diagnosticada a partir de la evaluación 
neuropsicológica. 
 
Palabras clave: Componente P300, encefalopatía hepática de cambios mínimos, batería 
neuropsicológica. 
 
7 
 
Introducción 
 
La encefalopatía hepática es un síndrome neuropsiquiátrico potencialmente reversible 
que se presenta como resultado de la disfunción aguda o crónica del tejido hepático derivado 
de la cirrosis (Atluri, Prakash & Mullen, 2011; Ferenci, et al., 2002). Sus principales 
características clínicas van desde alteración leve en las funciones mentales superiores, 
denominada como Encefalopatía Hepática de Cambios Mínimos (ECM), hasta estado 
comatoso y muerte. 
La ECM ha sido asociada a alteraciones sutiles en las funciones cognitivas, 
neuroquímica y flujo sanguíneo cerebral, así como disminución en la calidad de vida del 
individuo (Amodio, Montagnese, Gatta & Morgan, 2004). Se ha observado que los pacientes 
diagnosticados con ECM se encuentran mayormente involucrados en accidentes vehiculares 
y violación de reglas de tránsito comparados con aquellos pacientes cirróticos sin ECM, así 
mismo se reporta, que sufren mayor número de accidentes al manipular maquinaria pesada 
(Amodio, et al., 2008; Atluri, Prakash & Mullen, 2011; Bajaj, Wade & Sanyal, 2009). 
Se estima que entre el 50-80% de los pacientes cirróticos desarrollan ECM y aunque 
es un cuadro clínico potencialmente reversible, el pronóstico de detección es tardío debido 
los cambios aparentemente insignificantes ocurridos en el funcionamiento cognitivo del 
individuo, favoreciendo así, el avance progresivo de los síntomas. Por lo anterior, en las 
últimas décadas se han ampliado las investigaciones para conocer cómo se comporta la ECM 
y resaltar la importancia de que su detección temprana impacta de manera favorable en la 
calidad de vida y sobrevida del paciente (Atluri, Prakash & Mullen, 2011; Ferenci, et al., 
2002). 
Por lo tanto, el objetivo principal del presente estudio, fue identificar si los parámetros 
latencia y amplitud del componente P300 permiten caracterizar la ECM positiva y si se 
relacionan con la batería PHES para la detección de las alteraciones cognitivas de la 
enfermedad. Para ello se evaluaron y compraron grupos de pacientes cirróticos con ECM 
positiva, ECM negativa y un grupo control. Lo anterior permitió identificar qué electrodo de 
8 
 
la línea media destaca como el más sensible a las alteraciones debidas a la ECM, así como 
los procesos cognitivos mayormente afectados por la enfermedad. 
En el capítulo uno se aborda como primer punto la definición, síntomas y clasificación 
de la encefalopatía hepática en general. Posteriormente, se presenta de manera específica y 
extensa lo relacionado con la encefalopatía Hepática de Cambios Mínimos. Se exponen la 
definición de la enfermedad, así como las principales teorías que han dado explicación a la 
etiología y progreso de la ECM. Una vez descrita la etiología de la enfermedad, exponen las 
manifestaciones clínicas observadas en el paciente. Subsecuentemente se describen las 
pruebas neuropsicológicas, fisiológicas consideradas actualmente como “pruebas de 
referencia” para el diagnóstico de la enfermedad. De igual forma, se presentan datos acerca 
de la prevalencia de las enfermedades hepáticas en México y su impacto en el sector saludad 
del país. Posteriormente, se habla sobre el electroencefalograma, los potenciales relacionados 
a eventos y el componente P300, así como de su implicación en la detección objetiva de 
alteraciones cerebrales, entre las que se encuentran la ECM. 
En el capítulo dos se desarrollan la justificación y planteamiento del problema. 
El capítulo tres contiene información referente al método, y en él se exponen los 
objetivos, hipótesis y variables que dieron lugar a este estudio. De igual forma, se describen 
las características de la muestra, los instrumentos utilizados, el procedimiento y los análisis 
estadísticos que se llevaron a cabo. A continuación se presentan los resultados obtenidos, la 
discusión y conclusiones que se desprenden del estudio. Finalmente, se desglosan las 
limitaciones y sugerencias para futuras investigaciones. 
 
 
 
 
 
 
9 
 
1. Alteración cerebral inducida por cirrosis 
 
1.1 Encefalopatía Hepática 
1.1.1 Definición y sintomatología. 
 
La Encefalopatía Hepática (EH) se describe como una alteración cerebral causada por 
insuficiencia aguda o crónica del hígado (Amodio, 2018); se manifiesta como un espectro de 
alteraciones neuropsicológicas o neuropsiquiátricas con grados de severidad que van desde 
subclínicos hasta severos, capaces de progresar a estado comatoso o muerte (Atluri, Prakash 
& Mullen, 2011; Ferenci, et al., 2002; Ferenci, 2017; Torre-Delgadillo, 2011). 
La sintomatología de la EH abierta es principalmente neuropsiquiátrica. Ocasiona 
alteraciones del ciclo sueño-vigilia, modifica la personalidad y el estado de ánimo del 
paciente; de igual forma, es característico observar temblor, asterixis (movimiento 
involuntario de los músculos de la mano que asemejan el aleteo de un ave), hiperreflexia 
(reacción anormal y exagerada ante estímulos poco novedosos), letargo, estupor y en etapas 
finales, muerte. En la EH abierta, también esposible observar alteraciones cognitivas, sin 
embargo, no son las principales características clínicas que se toman en cuenta para 
determinar la presencia de la enfermedad (Bajaj, Wade & Sanyal, 2009; Ferenci, 2017). 
 
1.1.2 Clasificación de la Encefalopatía Hepática 
 
De acuerdo con el “11° Congreso Mundial de Gastroenterología”, la clasificación de 
la EH está basada en cuatro ejes, que son: tipo de daño en el tejido hepático, grado o 
intensidad de los síntomas, curso de la sintomatología y presencia o ausencia de factores 
precipitantes. En la Tabla 1 se presenta la clasificación de la EH y hace referencia a sus 
distintos estadios. 
 
10 
 
Tabla 1 
Clasificación de la Encefalopatía Hepática 
 
TIPO GRADO CURSO 
ESPONTÁNEA O 
PRECIPITADA 
A 
ECM 
Encubierta 
Episódica 
Espontánea 
I 
B Recurrente II 
Abierta Precipitada (especificar) 
III 
C Persistente 
IV 
Nota. ECM=Encefalopatía Hepática de Cambios Mínimos. 
Recuperado de “Hepatic encephalopathy in adults: Clinical manifestations and diagnosis” de Ferenci, (2018). 
UpDate. https://www.uptodate.com. 
 
 
Como muestra la Tabla 1, la alteración cerebral inducida por cirrosis tiene sus inicios 
en la encefalopatía de cambios mínimos (ECM), considerando así a la ECM como una etapa 
previa a la sintomatología neuropsiquiátrica observada en la encefalopatía hepática abierta. 
Al ser la etapa inicial de todo el espectro que engloba a la encefalopatía hepática, se ha 
considerado de suma importancia contar con herramientas diagnósticas sensibles a la 
detección de las alteraciones cognitivas sutiles que la caracterizan. 
 
 
11 
 
1.2 Encefalopatía Hepática de Cambios Mínimos 
 
 
1.2.1 Antecedentes 
 
Parsons-Smith et al. (1957) identificaron por primera vez, la presencia de 
anormalidades en el registro electroencefalográfico (EEG) de pacientes con cirrosis que no 
mostraban evidencia clínica de encefalopatía (Amodio, Montagnese, Gatta, & Morgan, 
2004). 
Posteriormente, Zeggen et al. (1970) mediante la prueba psicométrica Reitan Trail 
Making Test, evaluaron a un grupo de pacientes con cirrosis después de haber sido sometidos 
a una cirugía de descompresión portal que se mostraban clínicamente normales y encontraron 
que al menos el 38% de ellos presentó un desempeño deficiente en la prueba (Grover, et al., 
2015). Con este estudio Zeggen et al. (1970), se convirtieron en los primeros en confirmar la 
existencia de alteraciones neuropsicológicas sutiles en pacientes con cirrosis que durante la 
práctica clínica habitual no mostraban signos clínicos de EH (Schomerus & Hamster, 1998). 
A partir de ese momento, aumentó el interés por identificar los síntomas y signos que 
permitieran caracterizar la patología del paciente con cirrosis previamente considerado como 
clínicamente normal, dando lugar al establecimiento de una nueva entidad patológica, que en 
un inicio se denominó como “Encefalopatía Hepática Subclínica o Latente” (Schomerus & 
Hamster, 1998) término que buscaba hacer referencia a la ausencia de signos clínicamente 
evidentes en los pacientes (Grover, et al., 2015). Sin embargo, posteriormente se consideró 
que el término “Subclínica” podría ser atribuido a una patología de poca importancia y con 
nulas consecuencias en el paciente o bien, hacer referencia a una patogénesis separada de la 
encefalopatía hepática (Ferenci, et al., 2002) por lo cual, el Congreso Mundial de 
Gastroenterología decidió sustituir el término por lo que actualmente se conoce como 
“Encefalopatía Hepática de Cambios Mínimos o Encefalopatía Hepática Mínima” (Ferenci, 
et al., 2002; Schomerus & Hamster, 1998; Weissenborn, Ennen, Schomerus, Rückert, & 
Hecker, 2001). 
12 
 
1.2.2 Definición 
 
La Encefalopatía Hepática de Cambios Mínimos (ECM), se define como una 
condición asociada a la insuficiencia hepática aguda, en la que el paciente sufre una serie de 
alteraciones neurocognitivas y neurofisiológicas que suelen pasar desapercibidas durante la 
evaluación clínica habitual (Ferenci, et al., 2002; Jover, Grande, & Romero-Gómez, 2009) y 
que afectan la calidad de vida de quien la padece, aumentando el riesgo de sufrir accidentes 
al realizar tareas que requieren de destreza y precisión motriz, como conducir automóviles o 
maquinaria pesada (Bajaj, et al., 2009; Ferenci, et al., 2002). 
 
1.2.3 Fisiopatología 
 
Debido a la imposibilidad de llevar a cabo estudios neuroquímicos y 
neurofisiológicos in-vivo en el cerebro de los pacientes con EH, las investigaciones que han 
permitido identificar la patogénesis de esta enfermedad, en su mayoría han derivado de 
estudios en animales (Ferenci, 2018). 
En la ECM, se considera que sus alteraciones son el resultado de procesos 
neuroinflamatorios debidos al aumento de amonio en la circulación sistémica y cerebral. La 
neuroinflamación genera a su vez déficits en la funcionalidad de redes neuronales y en la 
neurotransmisión cerebral, todo ello se presume, en ausencia de alteraciones estructurales 
(Llansola, et al., 2015). 
El amonio es considerado una neurotoxina, razón por la cual, se llevan a cabo distintos 
procesos que permiten eliminarlo para mantener el equilibro del organismo. Las tres 
reacciones metabólicas básicas para la detoxificación de amonio son: 1) el ciclo de la urea, 
que desecha el amonio en forma de orina; 2) la síntesis de glutamina, a través de la enzima 
glutamina sintetasa, para la conversión de amonio en los neurotransmisores glutamina y 
glutamato; y 3) la desaminación de la glutamina, que consiste en la eliminación de su grupo 
amino (Jover, Grande, & Romero-Gómez, 2009). 
13 
 
La principal fuente de amonio en el organismo, es el metabolismo de las proteínas, 
proceso que tiene lugar en el tracto gastrointestinal (Aldridge, Tranah, & Shawcross, 2015; 
Ferenci, 2018). A través de este sistema, las proteínas son transformadas mediante un proceso 
de catabolismo en aminoácidos, principalmente glutamina; los aminoácidos son moléculas 
más sencillas, y su grupo amino está compuesto por amonio (NH3+). 
El amonio que resulta de los procesos metabólicos llevados a cabo en el sistema 
gastrointestinal, es absorbido y transportado en forma de glutamina por la sangre hasta el 
hígado, órgano clave en el control homeostático de los niveles de amonio en la sangre 
(Aldridge, Tranah, & Shawcross, 2015; Arias, et al., 2009). En condiciones fisiológicas 
normales, el tejido hepático lleva a cabo un proceso de transaminación, por medio del cual a 
través de la enzima glutaminasa, la glutamina es convertida en glutamato. Este proceso 
permite liberar a la glutamina de su grupo amino, (molécula de amonio, NH3+) para que esta 
sea integrada al ciclo de la urea y finalmente se excrete en forma de orina (Aldridge, Tranah, 
& Shawcross, 2015; Ferenci, 2011; Idrovo, 2003). 
Por el contrario, en condiciones en las que el hígado sufre alteraciones irreversibles a 
nivel funcional y estructural, como ocurre en la cirrosis, en donde la sustitución de los 
hepatocitos por tejido fibroso es abundante, la capacidad del hígado para llevar a cabo el 
proceso de detoxificación de amonio se ve altamente comprometida (Ferenci, 2011; García-
Martínez & Córdoba-Cardona, 2008); la metabolización del amonio a traves del cliclo de la 
urea se vuelve deficiente y esto a su vez lleva a un incremento de los niveles de la toxina en 
sangre (Idrovo, 2003). 
Otra de las manifestaciones clínicas de la cirrosis, que facilita la acumulación de 
amonio de origen intestinal en el torrente sanguíneo, es el desarrollo de hipertensión portal y 
de varices esofágicas, ambas complicaciones secundarias a la cirrosis tienden a derivar en 
hemorragias gastrointestinales, dando como resultado la liberación de grandes cantidades de 
sangre contaminada de amonio en la circulación sistémica (Anthony, et al., 1978; García, 
González, & Moreno-Otero, 2012; Schuppan & Afdhal, 2008). 
Si bien el hígado es lavía principal de detoxificación de amonio en el organismo, 
cuando el tejido hepático sufre fallas importantes, otros organos como los riñones, el músculo 
14 
 
y el cerebro también juegan un papel importante en la metabolización de esta toxina (Ferenci, 
2018). 
En el cerebro, los astrocitos son las celulas más abundantes y de suma importancia 
para la homeostasis del Sistema Nervioso Central (SNC). Entre sus multiples funciones, se 
caracterizan por ser un elemento importante en la permeabilidad de la barrera 
hematoncefálica, y por fungir en pacientes con enfermedad hepática crónica como una via 
metabólica alternativa de amonio (Aldridge, Tranah, & Shawcross, 2015). 
En la barrera hematoencefálica, los astrocitos se desempeñan como un agente 
neuroprotector, ya que captan y metabolizan las moléculas de amonio que llegan a ella en 
forma de glutamina, previniendo así la entrada de toxinas al cerebro (Aldridge, Tranah, & 
Shawcross, 2015). 
En el caso de la encefalopatía hepática, se ha observado que la hiperamonemia 
ocasiona edema cerebral, proceso que ha sido asociado a la incapacidad de los astrocitos para 
metabolizar el exceso de glutamina, derivada del aumento de los niveles de amonio en la 
circulación sistémica. Esta incapacidad de las celulas astrogliales para metabolizar el amonio, 
modifica a su vez la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, facilitando el ingreso y 
presencia de NH3+ en el espacio intersticial de las neuronas. El aumento de la neurotoxina 
en el espacio extraceluar desencadena cambios en el gradiente electroquímico de la 
membrana celular, lo que da como resultado alteración en el potencial de membrana y de 
acción. En el registro elecctroencefalográfico los cambios en el gradiente electroquimico 
cerebral debidos a la presencia de amonio se traducen como un enlentecimiento de las ondas 
cerebrales (Aldridge, Tranah, & Shawcross, 2015; Ferenci, 2018). 
Los procesos de inflamación observados en los astrocitos debidos a hiperamonemia, 
también han sido explicados por medio de la hipótesis denominada “Caballo de Troya”. Esta 
hipótesis explica que, el exceso de glutamina que debe ser sintetizada dentro de los astrocitos 
es transportada al interior de la mitocondría. Dentro de la mitocondria, por medio de la 
enzima glutaminasa fosfato-activada (PAG), la glutamina es metabolizada en glutamato (la 
glutamina pierde su grupo amino), lo que promueve el aumento desmedido de la producción 
de amonio dentro de la mitocondria. De este modo, se dice que la glutamina actua como 
15 
 
“Caballo de Troya”, facilitando la entrada de amonio a la mitrocondria. La posterior 
acumulación de amonio generado en la mitocondria, tiene como resultado el desarrollo de 
estrés oxidativo, inflamación y alteración en la permeabilidad de los astrocitos y se ha 
propuesto que de igual forma, interfiere con el metabolismo de ATP (energia celular) que se 
realiza en las mitocondrias (Aldridge, Tranah, & Shawcross, 2015; Ferenci, 2018). Tomando 
en cuenta el impacto que tiene el amonio en el metabolismo de ATP, Aldridge, Tranah, & 
Shawcross, (2015), han sugerido la hipótesis de que la disminución en la producción de ATP 
podría ser uno de los elementos explicativos de la lentitud cognitiva y motora características 
del paciente con encefalopatía hepática 
Otra de las hipótesis que explica la modificación en la permeabilidad de la barrera 
hematoencefálica, es la activación exacerbada del transportador L-aminoacidos, principal 
fuente de transporte de nutrientes (aminoacidos esenciales) al cerebro. Un aumento en la 
actividad de este transportador significa por lo tanto, un incremento de la entrada de amonio 
en forma de glutamina al cerebro y por ende, déficits en la neurotransmisión y mal 
funcionamiento de distintas áreas del cerebro, que se verán reflejados en cambios cognitivos 
y conductuales del paciente (Ferenci, 2018). 
 
 Neurotransmisión 
 
En lo que respecta a neurotransmisión, el glutamato y el acido gamma-aminobutírico 
(GABA), son los principales neurotrasnmisores que se sabe, juegan un papel importante en 
las alteraciones observadas en ECM (Cauli, et al., 2009; Ferenci, 2018; Llansola, et al., 2015). 
 GABA, es el principal neurotransmisor inhibitorio del SNC, por lo tanto, a nivel 
funcional el GABA se relaciona con depresión de la actividad cerebral y motora, así 
como con la regulación de circuitos neuronales en diferentes regiones del SNC. Se 
genera a partir de la modificación molecular del glutamato (Petroff, 2002). 
 El glutamato por su parte, es considerado como el principal neurotransmisor 
excitador del SNC, se caracteriza por ser un aminoacido no esencial, incapaz de 
16 
 
cruzar la barrera hematoencefálica, razón por la cual, debe ser sintetizado en las 
neuronas del propio cerebro a partir de su precursor la glutamina (Meldrum, 2000). 
En comparación con otros neurotransmisores, las neuronas GABAérgicas y 
glutamatérgicas muestran una distribución difusa, es decir, que funcionan como 
interneuronas (Petroff, 2002). 
El circuito neuronal conformado por: los ganglios basales, el tálamo y la corteza, es 
considerado como el principal modulador de la actividad motora. Zhang et al. (2012) 
utilizaron la resonancia magnetica funcional (fRM), para evaluar la activación del circuito 
motor glanglios basales-tálamo-corteza, en pacientes con ECM y encontraron que los 
pacientes con ECM, presentaban una menor activación y por ende una conectividad 
disfuncional del circuito (Llansola, et al., 2015). 
Cauli, et al., (2009) realizaron estudios en modelos animales de ECM, con el objetivo de 
explicar el papel que desempeñaban los neurotransmisores GABA y glutamato en la 
enfermedad. Utilizaron ratas con y sin ECM inducida y por medio de la técnica “microdiálisis 
cerebral”, insertaron en el cerebro de las ratas dispositivos situados a lo largo del circuito: 
nucleo accumbens (NAc), globo pálido ventral (GPv), sustancia nigra pars reticulada (SNpr), 
tálamo (Tm) y corteza prefrontal (CPF). Midieron los niveles extracelulares de glutamato y 
GABA mientras las ratas se movian libremente, primero en condiciones basales y una 
segunda ocasión después de inyectar un agonista de los receptores metabotrópicos de 
glutamato (mGluRs) en el núcleo accumbens (intervención que induce actividad motora en 
las ratas). Los resultados mostraron una activación de circuitos neuronales distintos para ratas 
sanas y ratas con ECM, como consecuencia de una interacción alterada ente las neuronas 
GABAérgicas y glutamatérgicas. 
 En ratas normales, la activación del mGluRs en el NAc indujo actividad motriz al 
estimular un circuito compuesto por el núcleo accumbens → el globo palido ventral 
→ el tálamo medio-dorsal → la corteza prefrontal. 
 En los modelos de ECM se activó un circuito “alternativo”, conformado por NAc → 
sustancia nigra pars reticulada (SNpr) → tálamo ventro-medial → corteza prefrontal. 
17 
 
En las ratas con ECM, la activación del mGluRs en el NAc, produjo un aumento excesivo 
de glutamato en el espacio extracelular de la SNpr (que no ocurre en ratas normales), así 
como un incremento en la activación de receptores mGluRs en la misma área; lo que condujo 
a un aumento en la liberación de GABA extracelular en el tálamo ventro-medial (TVM) (que 
no ocurre en ratas normales). El aumento de los receptores GABA en el TVM, redujo la 
liberación de glutamato en la corteza prefrontal, dando como resultado menor actividad 
motora e hipocinesia (Cauli, et al., 2009). 
De igual forma se reporta que el aumento de glutamato extracelular en la SNpr presente 
en ratas con ECM, se ve influenciado por la disminución de transportadores de glutamato en 
la SNpr, así como por procesos neuroinflamatorios (Llansola, et al., 2015). La implicación 
de la neuroinflamación se comprobó al administrar tratamiento antiinflamatorio (ibuprofeno) 
a ratas con ECM, el cual derivó enla normalización de la cantidad de transportadores de 
glutamato, disminución de glutamato extracelular en la SNpr y desaparición de hipocinesia 
(Cauli et al., 2009). 
En conclusión, los estudios anteriores muestran que la alteración de la neurotransmisión 
glutamatérgica y GABAérgica en diferentes áreas del circuito ganglios basales-tálamo-
corteza, contribuyen de manera importante al desarrollo de disfunciones psicomotoras, como 
la hipocinesia y disminución en la velocidad de procesamiento, aspectos que se han 
identificado en la ECM (Cauli, et al., 2009; Llansola, et al., 2015). 
 
1.2.4 Manifestaciones clínicas 
 
A diferencia de la sintomatología observada en la EH, en la ECM el paciente se 
muestra clínicamente asintomático, por lo que el principal requisito para su diagnóstico es la 
exclusión cuidadosa de síntomas clínicos (Ferenci, et al., 2002). 
Durante la historia clínica, es importante que el examinador preste atención al reporte 
de cambios sutiles en la vida diaria del paciente que se definen principalmente por 
disminución en los niveles de energía, alteración del ciclo sueño-vigilia, deterioro de la 
18 
 
cognición, alteración de la conciencia y fallas en la función motora. Otro aspecto importante 
y que es usual observar durante el proceso de evaluación es la alteración del estado emocional 
del paciente y que se traduce clínicamente como un paciente apático (Ferenci, et al., 2002; 
Groeneweg, et al., 1998). 
 
 
Alteraciones neurofisiológicas 
 
Es probable observar hipomanía o disartria, mientras que durante la valoración motriz 
se hacen evidentes anomalías sutiles como aumento del tono muscular, reducción en la 
velocidad y torpeza para alternar movimientos, ataxia e hiperreflexia. Debido a que estas 
alteraciones también pueden ser observadas en otras enfermedades neurológicas, metabólicas 
desencadenadas por intoxicación por drogas, es importante llevar a cabo un diagnóstico 
diferencial adecuado. En lo que respecta a modalidades sensoriales primarias, usualmente se 
muestran sin alteración (Amodio, Montagnese, Gatta, & Morgan, 2004; Ferenci, et al., 2002). 
 
Alteraciones neuropsicológicas 
 
Se propone que los pacientes con ECM, desarrollan deficiencias selectivas en la 
conectividad funcional de algunas redes neuronales del estado de reposo, incluida la 
conectividad reducida entre los ganglios basales, el tálamo y la corteza prefrontal (Llansola, 
et al., 2015) lo que deriva en alteraciones de la funcionalidad del sistema anterior de atención 
y la velocidad de procesamiento psicomotor (Amodio, et al., 2008); mientras que en menor 
medida se han observado alteraciones en memoria a largo plazo y en habilidades del lenguaje 
(Amodio, Montagnese, Gatta, & Morgan, 2004; Bajaj, et al., 2009; Weissenborn, Ennen, 
Schomerus, Rückert, & Hecker, 2001). 
19 
 
Como resultado de lo anterior, el paciente con ECM muestra alteraciones 
significativas en procesos cognitivos de atención sostenida, flexibilidad cognitiva, velocidad 
de procesamiento, memoria de trabajo, velocidad y precisión motora, coordinación viso-
espacial, percepción visual, concentración, orientación e inhibición de respuesta. 
Conductualmente se presenta como una persona con niveles atencionales reducidos, 
lenta de pensamiento, con lentificación e inexactitud del movimiento y con dificultad para 
adaptar su conducta de acuerdo a las exigencias del medio (Amodio, Montagnese, Gatta, & 
Morgan, 2004; Groeneweg, et al., 1998; Weissenborn, Ennen, Schomerus, Rückert, & 
Hecker, 2001). 
 
Calidad de vida 
 
La ECM es calificada como clínicamente relevante por dos razones (Groeneweg, et 
al., 1998): 
En primer lugar, la ECM es considerada la primera alteración dentro del espectro de 
las manifestaciones clínicas de la Encefalopatía Hepática Abierta (Groeneweg, et al., 1998), 
por lo que se sugiere que llevar a cabo el reconocimiento precoz de sus síntomas, permitirá 
prevenir su progresión y mejorar el manejo del paciente con cirrosis (Jover, Grande, & 
Romero-Gómez, 2009). 
En segundo lugar, se ha observado que los déficits psicomotores y cognitivos que 
desarrolla el paciente con ECM, repercuten de manera negativa en su calidad de vida. 
Groeneweg, et al. (1998) evaluaron, mediante el cuestionario para el impacto de la 
enfermedad (SIP, por sus siglas en inglés) la influencia de la cirrosis y la ECM en el 
funcionamiento diario de los pacientes y hallaron que los pacientes con ECM reportaban un 
funcionamiento diario deteriorado en comparación con los pacientes con cirrosis sin ECM. 
Dichas alteraciones se traducían principalmente en disminución del estado de atención, 
alteración de los patrones de sueño, baja funcionalidad laboral y del hogar. En este orden de 
ideas de igual forma se ha reportado que estos pacientes se ven mayormente involucrados en 
20 
 
el incumplimiento de reglas viales y en accidentes vehiculares, así como su capacidad para 
manipular maquinaria pesada y objetos que requieran de precisión motora se encuentra 
disminuía (Amodio, et al., 2008; Atluri, Prakash & Mullen, 2011; Bajaj, Wade & Sanyal, 
2009). Bajaj, et al. (2009) encontraron que existe una asociación positiva entre el padecer 
ECM y el verse comprometido en accidentes vehiculares y cometer un mayor número de 
violaciones a las reglas de tránsito comparados con aquellos pacientes cirróticos sin ECM. 
 
1.2.5 Prevalencia 
 
En general se ha observado que el establecimiento de los parámetros de prevalencia 
de la ECM en la población de pacientes con cirrosis varía dependiendo de un gran número 
de factores entre los que se encuentran el estadio de la cirrosis, el tipo de estudio, los 
instrumentos empleados para llevar a cabo su diagnóstico, así como el uso de tablas de 
normalidad para la clasificación de los pacientes (Jover, Grande, & Romero-Gómez, 2009). 
Tomando en cuenta lo anterior, en lo que respecta al estadio de la cirrosis se propone 
que en aquellos pacientes con cirrosis compensada, la prevalencia de la ECM será baja 
(<15%), mientras que por el contrario en sujetos con cirrosis avanzada se pueden ver 
afectados entre un 50-80% de ellos (Ortiz, Jacas, & Córdoba, 2005). 
En cuanto al tipo de instrumentos elegidos para el diagnóstico de ECM, el uso de 
pruebas psicométricas evidencia una prevalencia que oscila entre 30 y 70% (Amodio, et al., 
1999; Amodio, et al., 2008; Bajaj,et al., 2009; Maldonado-Garza, et al., 2011). Por otra parte, 
cuando el diagnóstico se lleva acabo mediante pruebas electrofisiológicas, como el 
electroencefalograma (EEG) y los potenciales evocados, se reporta una prevalencia de 24 a 
40% (Amodio, et al., 2005; Groeneweg, et al., 1998; Quero, Hartmann, Meulstee, Hop, & 
Schalm, 1996; Saxena, Bathia, Joshi, Garg, & Tandon, 2001). Finalmente, cuando se emplea 
de manera conjunta más de un método diagnóstico, como son pruebas psicométricas, 
fisiológicas y neurofisiológicas en cualquiera de sus combinaciones, el reporte de 
prevalencias varía; algunos refieren una prevalencia de 11.5% (Maldonado-Garza, et al., 
21 
 
2011) mientras que otros reportan prevalencias de hasta 53% (Sharma, Sharma, Puri, & Sarin, 
2007). 
Con base en lo anterior, se recomienda que para llevar a cabo un diagnóstico objetivo 
de la ECM lo ideal es emplear de manera conjunta más de un instrumento de evaluación 
(Ferenci, et al., 2002). 
 
1.2.6 Datos epidemiológicos 
 
De acuerdo al boletín emitido por la Secretaria de Salud Pública y la Dirección de 
Información Epidemiológica (2011), en México durante el periodo de 1998 a 2011 la 
mortalidad por enfermedad del hígado presentó una tasa de 30.4/100,000 habitantes, siendo 
la enfermedad alcohólica la más frecuente con una tasa de 11.3 por 100,000 habitantes. La 
enfermedad hepática durante ese mismo año ocupó el quinto lugar como causa de mortalidad 
general, teniendo un mayor porcentaje en hombres que en mujeres. 
En un estudio llevado a cabo porMéndez-Sánchez et al. (2005), en el que se analizó 
la tendencia de las enfermedades hepáticas en México, se reportó que para el año 2020 se 
espera la existencia de aproximadamente 2 millones de casos de enfermedad hepática, los 
cuales se volverán sin duda alguna, un problema importante de salud pública. 
En el país no existen datos epidemiológicos relacionados con la ECM, sin embargo, 
tomando en cuenta las cifras relacionadas con el número de casos de cirrosis en la población 
y que de acuerdo a la literatura se reporta que durante el curso de la cirrosis entre el 20-80% 
de los pacientes cirróticos tienden a desarrollar ECM (Atluri, Prakash & Mullen, 2011; 
Ferenci, et al., 2002) es posible inferir que el aumento de casos de cirrosis estará acompañado 
de un mayor número casos de ECM que requeriran ser diagnósticados y tratados de manera 
oportuna. 
 
22 
 
1.3 Diagnóstico 
 
Si bien las concentraciones elevadas de amonio en la circulación sistémica y en el 
cerebro son el principal factor explicativo de las alteciones en la EH, actualmente la medición 
de los niveles de amonio no se considera una prueba confiable ni específica para el 
diagnóstico de ECM, lo anterior debido a que existen pacientes con niveles altos de amonio 
y que por el contrario no presentan alteraciones relacionadas a la enfermedad (Atluri, 
Prakash, & Mullen, 2011; Ferenci, 2018). 
Para los estadios más avanzados de la EH (grados II, III y IV) en donde las 
manifestaciones clínicas son mayormente evidentes, se sugiere emplear pruebas como “La 
escala de coma de Glasgow” que permitan valorar los niveles de conciencia de la persona 
(Ferenci, 2018). 
Por el contrario, el enfoque diagnóstico para la ECM, en donde las alteraciones del 
paciente son de difícil detección, se basa en la evaluación por medio de pruebas 
neuropsicológicas y neurofisiológicas (Atluri, Prakash, & Mullen, 2011). Por lo tanto, a 
continuación se describirán los principales instrumentos de evaluación empleados para la 
detección de la ECM. 
 
1.3.1 Evaluación Neuropsicológica 
 
De acuerdo con lo establecido en el 11° Congreso Mundial de Gastroenterología, la 
prueba neuropsicológica Puntaje Psicométrico para Encefalopatía Hepática (PHES por sus 
siglas en inglés) en conjunto con el test Frecuencia Crítica de Parpadeo (CFF por sus siglas 
en inglés) se consideran las principales pruebas psicométricas sugeridas para el diagnóstico 
de ECM (Ferenci, et al., 2002). 
 
 
23 
 
 
Puntaje Psicométrico de la Encefalopatía Hepática 
 
Shomerous y Hamster (1998), con el fin de identificar qué pruebas psicométricas eran 
sensibles a las distintas alteraciones reportadas en los pacientes con encefalopatía hepática, 
diseñaron y sometieron a un análisis comparativo un extenso programa de pruebas 
psicométricas denominado “Test para Encefalopatía Porto-Sistémica” (PSE por sus siglas en 
inglés). El PSE, estaba conformado por aproximadamente 30 pruebas neuropsicológicas, 
agrupadas en cinco dominios cognitivos: función intelectual, memoria, atención, función 
psicomotora, velocidad y precisión de respuesta. Los resultados obtenidos por los autores 
mostraron que el Test de Trazado de Línea, el Test de Símbolos y Dígitos, el Test Pegboard 
y la escala de estabilidad y rendimiento motor diferenciaban mejor a personas sanas de 
pacientes con cirrosis. Mientras que la prueba Trail Making Test en sus versiones A y B 
diferenciaban mejor a los pacientes cirróticos con ECM de aquellos que tenían cirrosis sin 
ECM. 
Con base en dichos resultados, se diseñó la batería PHES conformada por cinco sub-
pruebas (Schomerus & Hamster, 1998): 
 Test de Dígitos y Símbolos (SDT por sus siglas en inglés). 
El Test de Símbolos y Dígitos, se clasifica como una prueba compleja de atención, 
altamente dependiente de la velocidad (Lezak, Howieson, Bigler, & Tranel, 2012) y que 
además para su correcta ejecución involucra procesos de velocidad de procesamiento, 
escaneo y coordinación visomotora (Lezak, Howieson, Bigler, & Tranel, 2012; Usui, et al., 
2009). 
Es una prueba sensible a alteraciones cerebrales mínimas (Portellano, 2005), y durante su 
ejecución se reporta una mayor activación de una red cortical fronto-parietal, que incluye los 
surcos frontales inferiores bilaterales, la circunvolución frontal media izquierda (cerca del 
campo ocular frontal) y la corteza parietal posterior izquierda, activaciones que se interpretan 
como un reflejo del proceso de búsqueda visual y/o de actualización de la información a nivel 
24 
 
mental llevada a cabo por la memoria de trabajo durante la ejecución de la tarea (Usui, et al., 
2009). El puntaje final de la prueba deriva del total de respuestas correctas (símbolos 
correctamente trazados y ubicados) realizadas por la persona. 
 Test de Conexión de Números A-B (TMT por sus siglas en inglés). 
El Test de Conexión de Números, mejor conocido como Trail Making Test (TMT) se 
clasifica como una prueba de atención divida (Lezak, Howieson, Bigler, & Tranel, 2012). 
Durante su ejecución la velocidad de procesamiento, el rastreo viso-motor, la memoria de 
trabajo y la flexibilidad cognitiva, son procesos indispensables para realizar la tarea de 
manera exitosa. Está compuesta por dos sub-test (el TMT-A y TMT-B) y ambas subpruebas 
son empleadas como medidas de escaneo visual y velocidad psicomotora, sin embargo, 
debido a su complejidad, la versión B se asocia mayormente con flexibilidad cognitiva, 
control ejecutivo y memoria de trabajo (Hagen, et al., 2014; Lezak, Howieson, Bigler, & 
Tranel, 2012). 
Por medio de estudios de resonancia magnética funcional (fRM) y espectroscopia 
funcional de infrarrojo cercano (fNIRS) se reporta que durante la ejecución de ambas 
versiones del TMT se presenta una mayor activación de la porción frontal y prefrontal del 
cerebro entre las que se encuentran la corteza prefrontal-dorsolateral (CPFdl), corteza 
prefrontral-ventrolateral (CPFvl), corteza frontal inferior y media, el cíngulo, el área motora 
suplementaria y el surco intraparietal. Con base en lo anterior, las áreas antes mencionadas 
se han asociado con procesos cognitivos complejos como son la flexibilidad cognitiva, la 
memoria de trabajo y el cambio del conjunto cognitivo (Hagen, et al., 2014; Müller, et al., 
2014). En general para ambas versiones el puntaje final se determina mediante el tiempo total 
en segundos que emplea la persona para realizar la tarea. 
 Test de marcar el centro al círculo (SDT por sus siglas en inglés). 
El Test de marcar el centro al círculo, fue elegido por Schomerus & Hamster (1998) 
como la versión de lápiz y papel para sustituir a las pruebas Test Pegboard y la Escala de 
Estabilidad y Rendimiento Motor. Es considerada como una medición de la velocidad y la 
coordinación visomotora. Para el puntaje final se contabiliza únicamente el tiempo total en 
segundos empleado en la realización de la tarea. 
25 
 
 Test de seguimiento de líneas (LDT por sus siglas en inglés). 
El test de seguimiento de líneas es una prueba utilizada principalmente para la evaluación 
de velocidad y coordinación visomotora (Schomerus & Hamster, 1998), por lo que se sugiere 
da información acerca del fallas en el funcionamiento de los ganglios basales y sus 
conexiones corticales (Goldsmith, et al., 2016). Para su calificación en la batería PHES se 
toman en cuenta tanto el tiempo en segundos invertido en la culminación de la tarea, como 
la cantidad de errores cometidos. Por lo tanto, para establecer el puntaje final de esta sub-
prueba se suma al tiempo en segundos la cantidad de errores. 
 
Calificación de la batería PHES 
 
Weissenborn, Ennen, Schomerus, Rückert & Hecker, (2001) propusieron que la 
obtención del puntaje final de la barería PHES se llevaría a cabo mediante la calificación 
individual de las sub-pruebas para generar el puntaje bruto de cada test; posteriormente el 
puntaje bruto es transformadoa desviaciones estándar y finalmente la suma de las 
desviaciones estandar de cada sub-prueba da como resultado el puntaje final de la batería. 
Duarte-Rojo, et al., (2011), validaron la batería PHES en población mexicana, y 
determinaron al igual que en otros paises, que el punto de corte para establecer el diagnóstico 
de ECM es que la suma de las desviaciones estándar individuales de las sub-pruebas sea 
menor o igual a -4 desviaciones estandar. 
 
1.3.2 Evaluación neurofisiológica 
Test de Frecuencia Crítica de Parpadeo 
 
El test de Frecuencia Critica de Parpadeo (CFF por sus siglas en inglés), ha sido 
utilizado ampliamente desde hace aproximadamente 40 años en la evaluación de diversos 
síndromes cerebro-orgánicos como la anoxia, la esclerosis múltiple, la enfermedad de 
26 
 
Alzheimer así como en alteraciones inducidas por consumo de drogas entre otros y, se ha 
observado que muestra una correlación negativa con el daño cerebral (Rozánowski, 
Lewandowski, & Sondej, 2015; Weissenborn, 2013). 
El CFF consiste en presentar al sujeto pulsos de luz, que pueden ir de frecuencias altas 
(luz estática) a bajas (luz parpadeante) o viceversa; la tarea del sujeto es presionar un botón 
en cuanto detecte que la luz comienza a parpadear (frecuencias altas a bajas) o bien, cuando 
se percibe como estática (frecuencias bajas a altas). Se sabe que en sujetos sanos, la luz es 
percibida como estática (no parpadeante) a una frecuencia de 60 Hz, mientras que a partir de 
los 43 Hz es posible percibirla como parpadeante. 
El sistema visual, específicamente la retina, contiene células astrogliales mejor 
conocidas como células de Müller; en estas células al igual que en los astrocitos cerebrales, 
está presente la enzima glutamina sintetasa (GS), encargada de la conversión de glutamina a 
glutamato y por ende, sensible a las moléculas de amonio. En pacientes con insuficiencia 
hepática se ha observado, que las células de Müller desarrollan “Retinopatía Hepática”, 
patología que se describe como el desarrollo de procesos inflamatorios en los astrocitos de la 
retina; parecidos a los que se presentan en el tejido cerebral, y que dan lugar a la ECM 
(Eckstein, et al., 1997). 
Basados en la hipótesis de que las modificaciones morfológicas de las células de 
Müller en los pacientes con cirrosis podrían servir como un marcador de las alteraciones a 
nivel cerebral Kircheis, et al. (2002) se dieron a la tarea de investigar la capacidad de la 
Frecuencia Crítica de Parpadeo para diferenciar a pacientes cirróticos con y sin ECM. 
Presentaron a los sujetos pulsos de luz que iban de frecuencias altas (60 Hz) a bajas (25 Hz) 
y midieron la frecuencia a la cual la luz era percibía como parpadeante. Realizaron 10 ensayos 
de la tarea y posteriormente obtuvieron el puntaje promedio de los ensayos; con ello 
establecieron que, un puntaje promedio <39 Hz es el punto de corte mediante el cual el test 
CFF es sensible para detectar a aquellos sujetos con ECM, de igual forma identificaron que 
a un aumento del grado de encefalopatía hepática le corresponde un puntaje promedio menor 
en el test de Frecuencia Critica de Parpadeo (Kircheis, Wettstein, Timmermann, Schnitzler, 
& Häussinger, 2002). 
27 
 
Actualmente, el CFF se describe como una técnica neurofisiológica bien establecida 
que mide la capacidad del sistema visual para detectar una luz parpadeante, proceso que está 
directamente influenciado por la actividad cortical; y permite evaluar un amplio espectro de 
anormalidades neuropsicológicas y fisiológicas que van desde el procesamiento de estímulos 
visuales hasta anormalidades en los estados de alerta y atención (Rozánowski, Lewandowski, 
& Sondej, 2015). 
 
1.3.4 Evaluación electrofisiológica 
 
La actividad eléctrica neuronal eficiente se asocia a factores como el adecuado flujo 
sanguíneo y el equilibrio electrolítico y metabólico del SNC. Por lo tanto, la alteración en 
cualquiera de los factores antes mencionados, tiende a ocasionar fallas en la comunicación 
neuronal, las cuales pueden ser detectadas por medio de diversas técnicas como lo es el 
electroencefalograma (Núñez-Peña, Corral, & Escera, 2004). 
El electroencefalograma (EEG) es una técnica electrofisiológica que permite realizar 
el registro gráfico de la actividad eléctrica cerebral (Atluri, Prakash, & Mullen, 2011). Por 
medio de esta técnica, se obtiene información sobre el procesamiento de las características 
físicas de los estímulos. Parsons-Smith, et al. (1957), describieron la disminución de los 
ritmos de EEG en aproximadamente el 40% de los individuos con cirrosis sin EH evidente, 
y destacaron una relación entre los cambios de EEG y la gravedad de la EH (Marchietti, et 
al., 2011). Sin embargo, en la ECM se ha observado que las alteraciones sufridas están 
relacionadas con el procesamiento cognitivo de la información más que con el procesamiento 
sensorial de los estímulos. Por lo tanto, se ha propuesto que los potenciales relacionados a 
eventos son una técnica adecuada para obtener información sobre los cambios cognitivos que 
tienen lugar en la actividad eléctrica cerebral como resultado del procesamiento de los 
estímulos (Atluri, Prakash, & Mullen, 2011; Polich, 2007; Saxena, Bathia, Joshi, Garg, & 
Tandon, 2001). 
 
28 
 
Potenciales Relacionados a Eventos 
 
Los potenciales relacionados a eventos (PRE), son considerados un método 
informativo, dinámico y no invasivo orientado al estudio del flujo de información en el 
cerebro. Los PRE se caracterizan por ser fluctuaciones en el voltaje de la actividad eléctrica 
cerebral, provocadas por la exposición del individuo a estímulos externos, así como por la 
puesta en marcha de procesos cognitivos como lo son la atención selectiva, actualización de 
la información, entre otros (Duncan, et al., 2009). 
Los PRE se obtienen a partir de colocar electrodos sobre el cuero cabelludo con una 
distribución acorde a lo establecido por el sistema internacional 10-20, tal como se realiza en 
el EEG. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, este tipo de método de evaluación 
se vincula en el plano temporal con la ocurrencia de un evento físico o mental, por lo que a 
diferencia de un EEG espontáneo, los PRE se generan sólo a partir de la exposición a 
estímulos externos (ej. llevar a cabo una tarea). Metodológicamente para generar un PRE es 
necesario registrar varios fragmentos o épocas del EEG pareado con la presentación de un 
mismo estímulo o la realización de una tarea específica mejor conocido como paradigma 
“oddball” y posteriormente, la señal registrada se promedia para calcular un potencial 
promedio, es decir, para obtener sólo aquella onda cerebral provocada por el estímulo externo 
ajustada en tiempo y fase (Núñez-Peña, Corral, & Escera, 2004). Existen diferentes tipos de 
PRE y su categorización se establece a partir de la polaridad (negativa o positiva), latencia, 
distribución en el cuero cabelludo y el método experimental mediante el cual es provocado. 
El componente P300 es el PRE que se relaciona principalmente con procesos cognitivos 
complejos como la atención y la memoria de trabajo (Duncan, et al., 2009; Núñez-Peña, 
Corral, & Escera, 2004). 
 
Componente P300 
 
El componente P300 es un PRE de polaridad positiva, mantiene una distribución 
centroparietal, sin embargo se ha reportado que es un componente altamente sensible a 
aspectos como el nivel de dificultad de la tarea realizada, por lo que se ha observado que ante 
29 
 
tareas de discriminación complejas el componente P300 presenta su pico máximo en los 
electrodos frontales (Katayama & Polich, 999). Tomando en cuenta lo anterior diversos 
autores recomiendan (Duncan, et al., 2009; Picton, 1992; Polich, 2007) que el montaje 
mínimo indispensable para la adquisición del componente P300 debe estar conformado por 
al menos los tres electrodos de la línea media (Fz, Cz, Pz). El componente P300alcanza su 
pico máximo aproximadamente entre los 300 y 400 ms. posterior a la exposición a un evento 
desencadenante, resultando indispensable que la persona invierta recursos atencionales en el 
estímulo, ya que al ignorar o dejar de prestar atención a la tarea no se genera el componente 
P300. En este sentido, el método utilizado para provocar un componente P300 es partir de 
la exposición del sujeto a una tarea de discriminación denominada “paradigma oddball”. Este 
tipo de paradigma consiste en presentar dos estímulos (auditivos o visuales) de características 
físicas distintas y de forma aleatoria. Uno de los estímulos denominado como “estímulo 
objetivo” se presenta de manera infrecuente, mientras que el otro, mejor conocido como 
“estímulo estándar” se presenta de forma frecuente (Polich, et al., 1997). El objetivo de la 
tarea consiste en que el sujeto distinga entre ambos estímulos, respondiendo únicamente al 
“estímulo objetivo” (llevando un conteo mental o presionando un botón) e ignorando el 
“estímulo estándar” (Duncan, et al., 2009; Polich, et al., 1997). 
 
Los componentes latencia y amplitud del potencial P300 se ven influenciados por el 
nivel de demanda cognitiva requerida al momento de realizar la tarea. La latencia es sensible 
a la evaluación de los estímulos, por lo que tareas más complejas (de difícil categorización) 
provocan latencias más prolongadas (250 ms a 1000ms) es decir, se trata de la medición en 
milisegundos del procesamiento de la información que llevan a cabo las células del cerebro. 
Por esta razón, se asocia con eficiencia cognitiva (Duncan, et al., 2009). 
 
Por su parte, la amplitud es principalmente sensible a los rasgos sobresalientes del 
evento desencadenante (valor de recompensa o significado afectivo) y a la probabilidad 
subjetiva de aparición del estímulo objetivo, caracteristicas influenciadas por la cantidad de 
recursos atencionales asignados a la realización de la tarea. 
 
30 
 
Tomando en cuenta lo anterior, en el ámbito clínico existe evidencia a favor de que 
la amplitud del componente P300 se reduce, y su latencia aumenta, en presencia de deterioro 
cognitivo. Por lo tanto se sugiere que aun cuando el componente P300 no es un marcador 
específico para algún trastorno neuropsiquiátrico, el ser sensible a alteraciones en la atención 
y su facilidad de obtención, lo convierten en una herramienta de investigación clínica 
potencialmente útil para detectar deterioro cognitivo temprano independiente de su etiología 
(Duncan, et al., 2009; Picton, 1992). 
 
 
El componente P300 en la ECM 
 
En desordenes metabólicos como la EH, se ha observado que aun cuando los análisis 
de sangre evidencian la presencia de un trastorno metabólico, éstos normalmente no 
correlacionan de manera positiva con el grado de alteración cognitiva sufrida por el paciente 
(Picton, 1992) por lo que resulta necesario emplear otro tipo de técnicas de evaluación que 
permitan descartar o confirmar la presencia de alteraciones cognitivas en el paciente 
(Duncan, et al., 2009). 
 
En pacientes con cirrosis, el EEG provee información indispensable sobre el estado funcional 
del SNC (Atluri, Prakash, & Mullen, 2011) ya que se reporta que en pacientes con cirrosis 
que progresan de alteraciones mínimas a encefalopatía hepática clínica y estado comatoso, 
su registro electroencefalográfico está asociado con el incremento gradual de actividad 
cerebral lenta (ondas Theta) sobre rápida (Alpha y Beta) (Nabi & Bajaj, 2015). 
 
Aun cuando el EEG detecta cambios en la organización cerebral, no detectan cambios 
cognitivos relacionados con el procesamiento de la información, aspecto que como evidencia 
la evaluación a partir de las pruebas neuropsicológicas, es el área principalmente afectada en 
la ECM (Núñez-Peña, Corral, & Escera, 2004). Por esta razón, se comenzó a investigar la 
utilidad de los PRE en la ECM. 
 
31 
 
En este sentido, se ha reportado que la obtención del componente P300 a partir de los PRE, 
es un método confiable que proporciona información adicional para el diagnóstico de la ECM 
(Amodio, et al., 2005). De manera consistente se ha observado que los pacientes con ECM 
presentan latencias más prolongadas en comparación con sujetos con cirrosis sin ECM y 
sujetos sanos (Saxena, Bathia, Joshi, Garg, & Tandon, 2001; Sharma, Sharma, Puri, & Sarin, 
2007) lo que se ha traducido como un aumento en el tiempo de reacción debido a la ECM 
(Weissenborn, et al., 1990). En lo que se refiere a la descripción del papel que juega la 
amplitud del componente P300 en la ECM, Davies, et al., (1990) y Weissenborn, et al., 
(1990), reportaron que se observa un decremento en la onda, tanto de sujetos cirróticos con 
y sin ECM, sin embargo, dichas diferencias no son estadisticamente significativas. 
De igual forma, se ha reportado que el uso de los PRE para la obtención y analisis del 
componente P300 es un método confiable en la detección de ECM en pacientes con cirrosis 
(Saxena, Bathia, Joshi, Garg, & Tandon, 2001). Sin embargo, la falta de guías de sensibilidad 
y especificidad y de un punto de corte del componente P300 específico para la detección 
ECM, son los factores que actualmente continúan limitando su uso clínico en el ámbito de 
la EH (Nabi & Bajaj, 2015; Saxena, Bathia, Joshi, Garg, & Tandon, 2001). 
Con base en datos de la Dirección de Información Epidemiológica (2011), en nuestro 
país la cirrosis ocupa un lugar alarmante entre las causas de mortalidad en la población, lo 
que indicaría que probablemente los casos de ECM no detectada son altos y al mismo tiempo, 
que dichas cifras aumentarán con el paso de los años. 
Tomando en cuenta las consecuencias que esta condición derivada de la cirrosis tiene 
en la calidad de vida del paciente, resulta relevante contar con un mayor número de 
instrumentos que puedan ser aplicados y que apoyen el diagnóstico de las pruebas de 
referencia, que sean de fácil acceso en las instituciones de salud y que permitan a los 
especialistas realizar la búsqueda rutinaria de la ECM derivando en la detección y tratamiento 
oportuno de la enfermedad. 
 
 
 
32 
 
2. Planteamiento y Justificación del problema 
 
La principal característica del paciente cirrótico con ECM es que durante la exploración 
clínica habitual parece asintomático, es decir, no muestra alteraciones fisiológicas evidentes, 
sin embargo, se ha reportado que las fallas cognitivas leves, detectables únicamente mediante 
la evaluación con pruebas neuropsicológicas, son la principal complicación. Lo anterior, 
dificulta su diagnóstico y tratamiento oportuno. Actualmente las pruebas de referencia para 
llevar a cabo el diagnóstico de la ECM son la batería neuropsicológica Puntaje Psicométrico 
para la Encefalopatía Hepática (PHES) y el Test Frecuencia Crítica de Parpadeo (CFF). Sin 
embargo, debido a las características de la ECM, resulta importante contar con pruebas 
complementarias a los instrumentos de referencia que permitan aumentar la certeza en el 
diagnóstico de la ECM. Tomando en cuenta que el equipo para realizar un EEG se encuentra 
disponible en la mayoría de los centros en donde se realiza diagnóstico neurofisiológico, los 
PRE para la obtención del componente P300 pueden ser considerados como una prueba de 
tamizaje neurofisiológica de apoyo y de fácil acceso para el diagnóstico de la ECM. 
En este trabajo, se propone identificar si los parámetros latencia y amplitud del 
componente P300 permiten caracterizar la ECM positiva y si se relacionan con la batería 
PHES para la detección de sus alteraciones cognitivas. 
 
 
 
 
 
 
 
33 
 
3. Método 
 
3.1 Objetivo general 
 
Identificar si los parámetros latencia y amplitud del componente P300 permiten 
caracterizar la ECM positiva y si se relacionan con la batería PHES para la detección de sus 
alteraciones cognitivas. 
 
3.1.1 Objetivos específicos 
 
 Conocer siexisten diferencias significativas en la latencia del componente P300 
entre pacientes con cirrosis con ECM positiva, ECM negativa y el grupo control. 
 Identificar si existen diferencias significativas en amplitud del componente P300 
entre pacientes con cirrosis con ECM positiva, ECM negativa y el grupo control. 
 Identificar cuáles son las diferencias en el funcionamiento cognitivo de la ECM 
positiva en comparación con los grupos ECM negativa y control. 
 Explorar la relación entre latencia y amplitud del componente P300 y la batería 
PHES. 
 
3.2 Hipótesis 
 
 En los pacientes con ECM la latencia del componente P300 es significativamente 
mayor que en los pacientes con cirrosis sin ECM y los sujetos control. 
 Las diferencias en la amplitud del componente P300 entre los grupos de ECM 
positiva, ECM negativa y el grupo control no son estadísticamente significativas. 
 Los puntajes de cada una de las sub-pruebas de la batería PHES obtenidas por los 
pacientes con ECM positiva muestran diferencias significativas en comparación con 
el grupo ECM negativa y el grupo control. 
34 
 
 El componente P300 correlaciona de manera positiva con el puntaje total obtenido 
por los pacientes con ECM en la batería PHES. 
 
3.4 Diseño del estudio 
 
Se trata de un estudio descriptivo con muestreo por conveniencia en el que se 
compararon pacientes cirróticos con y sin encefalopatía hepática de cambios mínimos vs. 
sujetos control. 
Muestreo: no aleatorizado, por conveniencia y por cuota. 
Por tiempo: prospectivo 
Por diseño: casos y controles 
Por obtención de datos/ visión: prolectivo 
Por maniobra/ diseño experimental: Descriptivo 
 
3.3 Variables 
 
Variables independientes 
Condición 
 Cirrosis con Encefalopatía Hepática de Cambios Mínimos 
 
Definición conceptual: Condición asociada a la insuficiencia hepática aguda, que 
ocasiona alteraciones neurocognitivas y neurofisiológicas de difícil detección durante 
la práctica clínica habitual. Afecta la calidad de vida del individuo y se propone que 
puede ser un estadio previo a la encefalopatía hepática clínica (Ferenci, et al., 2002). 
 
35 
 
Definición operacional: se define a partir de la evaluación neuropsicológica, 
fisiológica y neuropsiquiatría del paciente. 
 
 Cirrosis sin Encefalopatía hepática de Cambios Mínimos 
Definición conceptual: alteración crónica difusa e irreversible del hígado, con 
presencia de fibrosis y nódulos de regeneración que dan lugar a insuficiencia 
hepatocelular e hipertensión portal, sin la presencia de alteraciones cognitivas (Arias, 
et al., 2009). 
Definición operacional: se define a través de pruebas de laboratorio y la exploración 
clínica de un especialista en gastroenterología. 
 
 Control 
Definición conceptual: persona con adecuado funcionamiento del tejido hepático, así 
como a nivel cognitivo y fisiológico de acuerdo a su edad y escolaridad. 
Definición operacional: se define a partir de entrevista clínica y evaluación 
neuropsicológica. 
 
Variables dependientes 
Potenciales Relacionados a Eventos P300 
Definición conceptual: son fluctuaciones en el voltaje de la actividad eléctrica 
cerebral, provocadas por la exposición del individuo a estímulos externos, así como 
por la puesta en marcha de procesos cognitivos como lo son la atención selectiva, la 
actualización de la información y la velocidad de respuesta (Duncan, et al., 2009). 
 
Definición operacional: el componente P300 se obtiene al registrar el EEG y presentar 
sonidos o imágenes frecuentes e infrecuentes en una secuencia semi-aleatoria. Sus 
parámetros son la amplitud y latencia. La amplitud se define como la diferencia de 
36 
 
voltaje entre la línea base previa a la presentación del estímulo y el pico máximo 
positivo entre 250 y 500 milisegundos. La latencia por su parte, se define como el 
tiempo en milisegundos que transcurre desde la presentación del estímulo hasta el 
punto máximo de amplitud. 
 Funcionamiento cognitivo PHES 
Definición conceptual: El funcionamiento cognitivo son todos aquellos procesos 
mentales que le permiten al individuo llevar a cabo una serie de tareas con diversos 
grados de dificultad. Las pruebas neuropsicológicas que forman parte de la batería 
PHES permiten evaluar dichos procesos (Weissenborn, 2013). 
Definición operacional: el puntaje de la batería PHES, se estíma a partir del 
desempeño mostrado en cada uno de los cinco subtest que la conforman. En el test 
Símbolos y Digitos se contabiliza el total de simbolos correctos realizados en 90 
segundos; en las pruebas Conexión de números y letras A y B, así como el test de 
marcar el centro al circulo se evalúan a partir del tiempo total en segundos requerido 
para culminar la tarea; finalmente el test trazado de línea se puntúa a partir del tiempo 
total en segundos más el número de errores cometidos. El puntaje total de cada sub-
prueba se ingresa a una formula matemática para calcular la desviación estándar de 
cada resultado, de forma que por cada desviación estándar (DE) se le aplica un punto, 
negativo o positivo según la desviación sea hacia una más correcta o incorrecta 
realización, tomando en cuenta los datos normativos. El punto de corte para establecer 
la presencia de ECM es que la suma de la DE de cada sub-prueba sea menor a -4. 
 
3.5 Participantes 
 
Participaron un total de 45 personas (hombres y mujeres) de entre 30 y 59 años de 
edad, de las cuales 21 fueron participantes control y 24 pacientes con cirrosis. El grupo de 
pacientes, estuvo conformado por personas a quienes, un médico especialista en 
gastroenterología del Servicio de Gastroenterología del Hospital General de México, Dr. 
37 
 
Eduardo Liceaga, previamente diagnosticó con cirrosis compensada. El grupo de pacientes 
con cirrosis posteriormente fue clasificado en dos grupos: 1) encefalopatía hepática de 
cambios mínimos positiva y 2) encefalopatía hepática de cambios mínimos negativa. 
El grupo control estuvo formado por hombres y mujeres que aceptaron la invitación 
para participar en el proyecto, en la mayoría de los casos fueron los acompañantes o 
familiares del paciente. Fueron personas de entre 30-59 años de edad que no reportaran 
antecedentes de enfermedad hepática o alguna otra enfermedad neurológica. 
 
Criterios de inclusión. 
Pacientes con cirrosis 
 Pacientes con cirrosis compensada. 
 Puntaje Child-Pug A o B. 
 Cualquier etiología. 
 Hombre / Mujer. 
 De 20-59 años de edad. 
 Con visión normal o corregida. 
 Ser paciente del Hospital General de México, Dr. Eduardo Liceaga. 
 Conocer el orden del abecedario, saber leer y escribir. 
 Haber firmado el consentimiento informado. 
 
 
Grupo Control 
 Persona sin antecedentes de enfermedad hepática. 
 Sin diagnóstico de ninguna enfermedad neurológica. 
 Hombre / Mujer. 
 De 20-59 años de edad. 
38 
 
 Con visión normal o corregida. 
 Conocer el orden del abecedario, saber leer y escribir. 
 Haber firmado consentimiento informado. 
 
 Criterios de exclusión. 
Pacientes con cirrosis y grupo control 
 Haber estado en tratamiento para encefalopatía hepática clínica en los 3 meses previos 
a la evaluación. No haber concluido todas las pruebas indispensables para la 
evaluación. 
 Que el exceso de artefactos en el registro electroencefalográfico impidiera el análisis 
del registro y la obtención del componente P300. 
 Para los participantes del grupo control, haber obtenido puntaje positivo en alguna de 
las pruebas diagnósticas para ECM. 
 Que decidan retirarse del estudio. 
 
3.6 Materiales 
 Computadora con el programa Stim2 (Compumedics International, El Paso, Texas, 
USA) para presentar el paradigma oddball. 
 Bocinas Sony para computadora. 
 Computadora con el programa Neuroscan versión 4.5 (Compumedics International, 
El Paso, Texas, USA) para adquirir y analizar el registro electroencefalográfico. 
 Amplificador digitalde EEG de 40 canales, NuAmps Compumedics Neuroscan. 
 Gorra Electro-Cap International, Inc. (Eaton, Ohio, USA) de 19 canales. 
 Gel preparador “Nuprep”, para eliminar sudoración y disminuir impedancias de la 
piel. 
 Gel conductor Electro-gel (Electro-Cap Iternational, Inc, Eaton, Ohio, USA). 
39 
 
 Pasta conductora Ten20, para reducir la impedancia de la piel en los electrodos de las 
referencias auriculares. Convertidor. 
 Electrodos de plata. 
 Jeringa comercial de punta Roma. 
 Lentes y control Hepatonorm Analyzer (R&R Medi-Business Freiburg GmbH, 
Freiburg, Germany) para la aplicación de la prueba Frecuencia Crítica de Parpadeo 
(por sus siglas en inglés, CFF). Sus parámetros de especificidad 100% y sensibilidad 
de 55%. 
 Batería neuropsicológica Puntaje Psicométrico de Encefalopatía Hepática (PHES, 
Hepa-Merz). Sus parámetros de sensibilidad son 39% y especificidad de 88% 
(Amodio, et al., 2008). 
 Paradigma oddball con estímulos auditivos frecuentes e infrecuentes con 
probabilidad de aparición de 80 y 20 respectivamente (Duncan, et al., 2009). 
 
3.7 Procedimiento 
 
La evaluación de los participantes se desarrolló en dos sesiones individuales para cada 
uno de ellos. 
Los pacientes con cirrosis, fueron personas provenientes del Servicio de 
Gastroenterología, del Hospital General de México, Dr. Eduardo Liceaga. Como primer 
nivel, el médico hepatólogo se encargó de valorar al paciente y determinar por medio de sus 
análisis clínicos el padecimiento de cirrosis en un estado compensado, sin la presencia de 
síntomas y signos de encefalopatía hepática clínica o alguna alteración neurológica. Una vez 
corroborado lo anterior, el hepatólogo canalizaba al paciente para realizar la evaluación en 
busca de la presencia de ECM. 
Antes de comenzar la evaluación, se corroboró que el paciente conociera el orden 
correcto del abecedario y que la presencia de alteración visual estuviera corregida. 
40 
 
En el caso de los participantes del grupo control, el modo de reclutamiento consistió 
en invitar personalmente al candidato a formar parte del estudio, brindando una breve 
explicación acerca de los objetivos de la investigación; una vez que aceptaban participar en 
el estudio, se hacía una breve entrevista que tenía como objetivo obtener información acerca 
de la presencia/ausencia de enfermedades neurológicas o hepáticas, alteración visual ausente 
o corregida y que supiera el abecedario. 
Posteriormente, se procedió a entregar al participante (tanto controles como pacientes 
con cirrosis) dos juegos del formato “Carta de Consentimiento Informado” la cual debía leer 
y en caso de estar de acuerdo en formar parte del protocolo firmar ambas copias (un juego de 
copias se entregó al paciente y el otro juego se archivó en el hospital). Una vez que el 
participante aceptaba se incluido en el protocolo se dio inicio a la evaluación. 
En la primera sesión sólo se aplicaron las pruebas de referencia para ECM, test de 
Frecuencia Critica de Parpadeo (CFF) y la batería Puntaje psicométrico de encefalopatía 
hepática (PHES). Al término de la sesión ambas pruebas fueron calificadas. En el caso de 
obtener puntajes confirmatorios para ECM en ambas pruebas, se clasificó a los pacientes en 
el grupo encefalopatía de cambios mínimos positiva (ECM +), mientras que si se obtenía un 
puntaje no confirmatorio para ECM en una o ambas pruebas se asignaron al grupo 
encefalopatía de cambios mínimos negativa (ECM -). De igual forma, mediante la 
calificación de las pruebas PHES y CFF se eliminó a los participantes control que obtuvieron 
puntajes confirmatorios para ECM en una o ambas pruebas y se prosiguió a reclutar nuevos 
participantes. 
En la segunda sesión se realizó la evaluación electrofisiológica mediante el registro 
del electroencefalograma (EEG) para posteriormente analizar el componente P300. Previo a 
esta sesión se encendían las computadoras de estimulación y registro; desde la obtención de 
la señal se establecieron para la computadora de registro del EEG filtros de 0.5-30 Hz, una 
frecuencia de muestreo de 200 Hz, ganancia de 500 y filtros notch para ruido de 60 Hz. Todos 
los electrodos se referenciaron a los lóbulos de las orejas promediadas y se empleó tierra 
cefálica en la línea media. Posteriormente se procedió a limpiar el cuero cabelludo y los 
lóbulos de las orejas del sujeto con gel NuPrep, después se colocaron los electrodos de 
referencia en los lóbulos de las orejas así como la gorra de 19 electrodos. En seguida, con 
41 
 
ayuda de la jeringa de punta roma se inyectó en los orificios de la gorra la cantidad necesaria 
de Electro-gel, el siguiente paso fue conectar la gorra y los electrodos al Amplificador digital 
NuAmps para verificar y controlar que las impedancias de cada electrodo fueran menores a 
5 kΩ. Una vez que los instrumentos para la adquisición del EEG estuvieron listos, el 
participante se mantuvo sentado en una silla cómoda frente a la computadora de adquisición 
equipada con bocinas, se prosiguió a explicar y presentar la tarea dando la indicación de 
evitar realizar movimientos oculares (manteniendo la mirada fija en el centro de la pantalla, 
indicado mediante un punto de fijación en forma de cruz) y corporales con el fin de disminuir 
la presencia de artefactos y épocas inservibles en el registro. 
El paradigma “oddball” estuvo conformado por dos estímulos auditivos (estímulo 
frecuente e infrecuente). El estímulo frecuente fue un tono de frecuencia de 1000 Hz, con 
una duración de 70 ms y una probabilidad de aparición del 80%. El estímulo infrecuente fue 
un tono de frecuencia de 2000 Hz, con una duración de 70ms y una probabilidad de aparición 
del 20%. La tarea consistió en una serie semi-aleatoria de 300 estímulos, cada una con 
intervalos variables inter-estímulo de 800-1200 ms. El objetivo de la tarea fue que el 
participante diera una respuesta motora (presionar el botón izquierdo del mouse) 
inmediatamente después de haber escuchado el sonido infrecuente. El registro tuvo una 
duración de 8 minutos. 
El electroencefalograma se analizó visualmente para eliminar los segmentos donde 
hubiera movimientos oculares o cualquier otro artefacto y de forma automática mediante un 
algoritmo se eliminaron los segmentos con actividad mayor a ±50 µV. Se empleó la técnica 
de promediación para obtener los PRE. El análisis de los datos se llevó a cabo mediante el 
programa Neuroscan. Del paradigma de estimulación se obtuvieron dos tipos de respuesta, 
las correspondientes a los estímulos frecuente y las correspondientes al estímulo infrecuente 
u “objetivo” que fue el estímulo de interés. El procedimiento llevado a cabo por una 
aplicación del programa Neuroscan consistió en tomar las épocas libres de artefactos de 
ambos tipos de estímulos y transformarlas a puntajes Z, posteriormente de acuerdo a la tasa 
de muestreo compara punto a punto cada tipo de estímulo y de igual forma genera la 
diferencia de las medias mediante una prueba Z-test, equivalente a la prueba t de Student. 
Esta prueba se aplicó porque, a diferencia de la prueba t de Student (en donde no se conoce 
42 
 
el valor de la desviación estándar poblacional), en este estudio se contó con todas la épocas 
del registro, lo que permitió conocer el valor de la desviación estándar poblacional. 
Finalmente, sólo las épocas donde hubo diferencia estadísticamente significativa (p<0.05) 
entre ambos tipos de estímulo, infrecuente-frecuente, se consideraron para el promedio. El 
componente P300 se identificó y cuantificó de los promedios de las épocas de los estímulos 
infrecuentes, libres de artefactos y que se diferenciaron de las épocas frecuentes. 
La latencia del componente P300 se definió como el punto de máxima amplitud 
positiva entre los 280 y 400 milisegundos (ms) en cada área después de los componentes 
exógenos N1-P2-N2, definidos como N1 el pico más negativo entre los 100 y 200 ms;