Logo Studenta

Tecnicas-reportadas-como-efectivas-en-la-intervencion-terapeutica-del-abuso-sexual-infantil

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Estudios Superiores Iztacala
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE
P R E S E N T A (N)
Dictaminadores:
Los Reyes Iztacala, Edo de México,
"Técnicas reportadas como efectivas en la intervención 
terapéutica del abuso sexual infantil"
T E S I S
L I C E N C I A D A EN P S I C O L O G I A
Estivalis Valencia León 
Oscar Javier Ruíz Jerónimo 
Director: Samuel Bautista PeñaMtro.
Mtra. María de los Ángeles Herrera Romero
Gerardo Abel Chaparro AguileraLic.
2014
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
Restricciones de uso 
 
DERECHOS RESERVADOS © 
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL 
 
Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal 
del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). 
El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea 
objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para 
fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo 
mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
Oscar Javier Ruiz Jerónimo: 
 El primer agradecimiento a la presente tesis se dirige a mis padres que son 
personas fundamentales para este logro, uno de los muchos que vienen y que 
compartiré en su momento con mis seres queridos. 
 La constancia y esfuerzo de mi mare que me enseñaron a nunca claudicar, 
a la paciencia de mi padre y sus deseos de lo mejor para mí. A mi hermana que ha 
sido un ejemplo a seguir como ser humano y como profesionista; inspiración y 
prueba fehaciente de que el logro y éxito están bajo un candado que solo se abre 
con una llave llamada perseverancia. 
 A toda mi familia que me ve como ejemplo y deposita en mí su confianza y 
admiración. Mis niños, que siempre están a mi lado y manifiestan un amor 
incondicional a mi persona, parte del motor de mí día a día. 
 También, este logro está dedicado a las personas que intentaron truncar mi 
camino y desearon lo peor para mí, pues solo me hicieron más fuerte y me dieron 
herramientas para vencer adversidades. 
 Un agradecimiento especial a el amor de mi vida que está siempre en mi 
mente y me apoya en cualquier decisión y proceso, como en el presente escrito, 
mismo que fue formulado por días y noches sumamente esforzadas para su 
conclusión. Te amo Estivalis. 
 Gracias también a todos y cada uno de los docentes que enseñaron y 
dejaron huella en mi camino académico. Sus conocimientos y dedicación hacen 
que yo me convierta en uno más de los frutos de su ilustre paciencia educativa. 
Gracias a todos y cada uno de los mencionados, este logro se los agradeceré de 
por vida. 
 
 
 
Estivalis Valencia León: 
Agradezco principalmente a mis padres que gracias a la dedicación y 
empeño que me forjaron pude concluir un episodio más, gracias a estas dos 
personas que me dieron y me guían en el arduo camino de la vida, que me 
inculcaron la responsabilidad y disciplina, porque sin estos dos factores hubiera 
truncado mis metas. Gracias por convertirse en mis amigos y aún en esas 
desveladas me acompañaron y aconsejaron para tomar las mejores decisiones. 
Gracias ma y pa por siempre estar a mi lado y cuando es necesario jalarme las 
orejas. 
Al tener un gran compromiso de ser el ejemplo de una persona tan especial 
como lo es mi hermano, de ahora también guíate y darte los consejos necesarios 
para que el día de mañana tu estés escribiendo esta dedicatoria, te agradezco por 
tolerar ese distanciamiento entre nosotros por la carrera, agradezco que a pesar 
de ello, los pocos momentos juntos los disfrutábamos y nos disfrutábamos. 
 Dedico este trabajo a esa personita que me alienta y me ha enseñado a 
caminar por la vida con alegría, creatividad y principalmente la ayuda a los demás 
sin mirar a quién, gracias a mi abuelita por estar ahí cuando la necesité que sin 
darse cuenta me ayudó a tomar la decisión de dedicarme a la psicología. 
 A mi pareja que literalmente sin él no se hubiera logrado esta satisfacción, 
que gracias a la carrera (donde te conocí) y esta tesis nos unió más, de la misma 
manera nos hizo madurar como personas y como pareja. A pesar de las 
diferencias y enojos, te agradezco la paciencia que has tenido conmigo para 
juntos vivir grandes experiencias como estas en toda nuestra vida. TE AMO. 
En especial, agradezco al profesor Samuel, desde el inicio me acompañó y 
estuvo conmigo en el proceso de ser profesional, cuando lo necesité para 
situaciones académicas y personales estuvo conmigo. Finalmente agradezco a 
cada uno de los profesores, que tuve el honor de conocer gracias a ellos aprendí 
mucho no solo de la psicología en conceptos, sino en la práctica y cuestiones 
personales que me ayudaron a quitarme el miedo de salir del cobijo de Iztacala. 
 
ÍNDICE 
 
Introducción 8 
Capítulo 1.- Abuso sexual infantil (ASI) 13 
 1.1.- Tipos de ASI 17 
 1.2.-Causas del ASI 19 
 1.2.1.- Características del Abusador Sexual Infantil 20 
 1.2.2.- Características del Infante Abusado Sexualmente 25 
 1.3.-Consecuencias del ASI 27 
 1.3.1.- Consecuencias inmediatas del ASI 28 
 1.3.2.-Consecuencias a largo plazo del ASI 30 
 1.4.- Prevención 32 
 
Capítulo 2.- Técnicas reportadas como efectivas en la intervención Psicoanalítica 
en Abuso Sexual Infantil. 
 2.1.- Intervención desde el psicoanálisis de la familia 38 
 2.1.1.- Objetivo de intervención 40 
 2.1.2.- Punto de efectividad 40 
 2.1.3.- Casos de aplicación 41 
 2.2.- Asociación libre (Interpretación de los sueños) 43 
 2.2.1.- Objetivo de intervención 45 
 
 2.2.2.- Punto de efectividad 46 
 2.2.3.- Casos de aplicación 48 
 2.3.- Hipnosis 50 
 2.3.1.- Objetivo de intervención 52 
 2.3.2.- Punto de efectividad 53 
 2.3.3.- Casos de aplicación 55 
 
Capítulo 3.- Técnicas reportadas como efectivas en la intervención Conductual en 
Abuso Sexual Infantil. 
 3.1.-Autoinstrucciones 58 
 3.1.1.- Objetivo de intervención 60 
 3.1.2.- Punto de efectividad 62 
 3.1.3.- Casos de aplicación 63 
 3.2.-Reestructuracion cognitiva 68 
 3.2.1.- Objetivo de intervención 72 
 3.2.2.- Punto de efectividad 74 
 3.2.3.- Casos de aplicación 76 
 3.3.- Entrenamiento en habilidades sociales 79 
 3.3.1.- Objetivo de intervención 81 
 3.3.2.- Punto de efectividad 82 
 3.3.3.- Casos de aplicación 84 
 
 3.4.- Estrategias de relajación. (Relajación progresiva de Jacobson y 
respiración) 86 
 3.4.1.- Objetivo de intervención 90 
 3.4.2.- Punto de efectividad 91 
 3.4.3.- Casos de aplicación 92 
 3.5.- Desensibilización sistemática 94 
 3.5.1.- Objetivo de intervención 96 
 3.5.2.- Punto de efectividad 97 
 3.5.3.- Casos de aplicación 99 
 
Capítulo 4.- Técnicas reportadas como efectivas en la intervención Humanista en 
Abuso Sexual Infantil. 
 4.1.-Terapia de grupo (corte humanista) 102 
 4.1.1.- Objetivo de intervención 103 
 4.1.2.- Punto de efectividad 105 
 4.1.3.- Casos de aplicación 106 
 4.2.-Terapia centrada en la persona 109 
 4.2.1.- Objetivo de intervención 112 
 4.2.2.- Punto de efectividad 113 
 4.2.3.- Casos de aplicación 114 
 4.3.- Terapia Gestalt 118 
 4.3.1.- Objetivo de intervención 120 
 
 4.3.2.- Punto de efectividad 121 
 4.3.3.- Casos de aplicación 122 
 
Capítulo 5.- Otras técnicas reportadascomo efectivas en la intervención 
terapéutica en Abuso Sexual Infantil. 
 5.1.-Aplicación de pruebas proyectivas 124 
 5.1.1.- Objetivo de intervención 126 
 5.1.2.- Punto de efectividad 127 
 5.1.3.- Casos de aplicación 130 
 5.2.-Ruptura del ciclo del abuso 133 
 5.2.1.- Objetivo de intervención 139 
 5.2.2.- Punto de efectividad 140 
 5.2.3.- Casos de aplicación 141 
 5.3.- Terapia familiar (enfoque sistémico) 145 
 5.3.1.- Objetivo de intervención 148 
 5.3.2.- Punto de efectividad 149 
 5.3.3.- Casos de aplicación 151 
 
Conclusiones 155 
 
Bibliografía 164 
 
 
INTRODUCCIÓN 
El abuso sexual en infantes es un tema digno de atención para la 
comunidad psicológica, ya que forma parte importante de los motivos de consulta 
presentados en sesión, siendo a la vez un tema poco abordado por los clínicos en 
la materia, pues son pocos los psicólogos clínicos que intervienen tomando 
efectivos métodos de acción, ya que la mayoría de los terapeutas canaliza los 
casos con otros colegas especializados, familiarizados o sin temor hacia el tema 
(Canton, 2000). 
La intervención terapéutica, es un tratamiento para problemas de naturaleza 
emocional, en el que una persona entrenada, establece deliberadamente una 
relación profesional con un paciente, con el objeto de eliminar, modificar o retardar 
síntomas existentes, cambiar patrones alterados de conducta y promover el 
crecimiento y desarrollo positivo de la personalidad (Pelechano, 1976). Es por ello 
que muchos psicólogos canalizan a los abusados o abusadores sexuales con 
colegas, puesto que no están entrenadas o no tienen las herramientas suficientes 
para este motivo de consulta. 
 Nos es necesario brindar el apoyo a los psicólogos clínicos para que el 
trabajo terapéutico se facilite, no importando el motivo de consulta a abordar, por 
lo que debe de existir material que respalde y oriente en consulta, motivo por el 
cual se busca aportar con los resultados obtenidos en la bibliografía del abuso 
sexual infantil, compilando varios modelos, técnicas y recursos dentro de la 
psicología, que se reportan como efectivos en la sintomatología derivada del 
abuso. 
 Se presenta en un primer apartado una introducción al abuso sexual infantil, 
en donde se exponen sus tipos o categorías, características, derivaciones, índices 
y ocurrencias en los tiempos actuales, con el fin de dar una idea al lector de lo 
considerado como abuso sexual en infantes, tratando de conscientizar y 
sensibilizar en el tema para que conozcan las consecuencias a corto y largo plazo 
derivadas del abuso sexual infantil. 
9 
 Sumando a las características del abuso sexual infantil se busca hacer 
consciencia no solo al concepto general del abuso sexual, sino a los efectos que 
conlleva la trata de infantes, los alcances de la comercialización, de la misma 
forma la realización de la pornografía infantil, así como a la esclavitud de mujeres, 
que en su gran mayoría han sido abusadas desde la infancia, trasladadas y 
comercializadas con fines de explotación sexual. 
 Posterior a la exposición de las características del abuso se realizará el 
desarrollo del reporte teórico pretendiendo mostrar las técnicas reportadas como 
efectivas divididas en cuatro apartados: las tres principales escuelas del área 
psicología clínica, como lo son, el psicoanálisis, el cognitivo conductual y el 
humanista y el cuarto apartado, se incluyen técnicas que por su naturaleza no 
entran en estas tres escuelas, y que a su vez han mostrado su efectividad, 
aceptación y aplicación. Pensando el plasmar en la presente tesis teórica solo 
aquellas técnicas que resultan efectivas en la intervención terapéutica del abuso 
sexual infantil, dejando de lado las formas de intervención que no validan su 
efectividad. 
 Entendiendo por técnicas solo aquellas que por su definición, son todas las 
pruebas o procedimientos utilizados en el laboratorio, como en el mundo social 
para la realización de un diagnóstico psicológico (Pelechano, 1976), es decir, son 
todas las herramientas que se utilizan en un proceso terapéutico para establecer 
un equilibrio emocional y/o mental en la vida diaria del abusado o el abusador en 
este caso. 
 Se encuentra que la perspectiva psicoanalítica pone énfasis en las 
modificaciones que se producen en el aparato psíquico, causando un desequilibrio 
en las funciones del yo, por lo que se busca encontrar el reordenamiento en dicho 
aparato, ya sea a un nivel consciente o inconsciente. 
 Por su parte la perspectiva cognitivo conductual realiza modificaciones 
directas en la conducta en base a las percepciones e ideas que son modificadas 
después de experimentar un abuso sexual. En este aspecto, cabe mencionar que 
10 
esta escuela es la que manifiesta más métodos reportados como efectivos 
dirigidos hacia la intervención. Los diversos autores en esta corriente unifican la 
modificación de la conducta con la modificación de las cogniciones del entorno y 
del propio individuo, obteniendo resultados productivos. 
 En lo que respecta a la corriente humanista se encuentran resultados tanto 
integradores en grupo como de forma individual, en donde el imperativo principal 
es la integridad y el desarrollo humano, el cual es perpetrado también con el 
abuso sexual, pues no solo se abusa del cuerpo; aunado a estos resultados, 
también se incorpora la intervención gestáltica que suma también su efectividad 
en la corriente humanista. 
 En última instancia se conjunta un listado de intervenciones que, como se 
menciona anteriormente, por naturaleza no se pueden incluir en las tres escuelas 
antes mencionadas, pero que a su vez muestran un grado de efectividad en la 
sintomatología derivada del abuso, motivo por el cual son incluidas en un último 
apartado. 
 Haciendo mención sobre la definición de efectividad, es conocer el 
resultado alcanzado en la intervención en condiciones habituales de uso. Los 
estudios de efectividad por su propia naturaleza están relacionados con el método 
inductivo u observacional, en este aspecto, el terapeuta no selecciona 
estrictamente a sus pacientes, es decir es el usuario o paciente quien elige al 
terapeuta, quien ofrece una imagen del resultado en la realidad (Conde, 2002). 
 Por otra parte la efectividad se centra en el análisis de funcionamiento y 
resultados en práctica clínica habitual en donde la observación deberá incluir 
pacientes no tratados o tratados con la intervención alternativa (Ferro, 2004). Es 
entonces donde mencionamos que el efecto observado nos muestra la medida del 
efecto en la vida real, aquí buscamos que el resultado a largo plazo sea 
particularmente relevante. 
11 
 Por nuestra parte, la efectividad de las intervenciones incluidas, son 
avaladas por el reporte que manifiesta la bibliografía, de los usuarios al término de 
la intervención, en donde se manifiesta por su misma voz, la disminución de la 
sintomatología provocada por la perpetración del abuso sexual, aquí se tiene que 
tener confianza en el reporte del usuario pues es en él en quien se deposita la 
confiabilidad de la efectividad. 
Principalmente el grado de satisfacción del cliente o paciente con la 
intervención es lo que medirá la efectividad, puesto que no contempla la 
comparación de los efectos de la intervención con nada, es decir, se basa en 
diseños de sujeto único (usuario o paciente). 
 En un segundo plano, se encontrará el criterio de efectividad en los reportes 
de los autores de la bibliografía, que manifiestan mejoría después de la 
intervención, haciendo un contraste en el antes y el después de la intervención 
terapéutica que se emplea con el usuario. 
 Nuestro último criterio de efectividad es aquel que reporta el terapeuta 
comoevolución y registro de su propia intervención, en donde varios autores 
concuerden con los mismos reportes y con el mismo método empleado, cuidando 
no solo en colocar resultados de reportes aislados, sino reportes que concuerden 
con la teoría expuesta y que manifiesten aceptación para el trato de la 
sintomatología del abuso sexual infantil. 
 Al final de éste trabajo se espera como resultado, el dar opciones al 
terapeuta para tener la oportunidad de escoger entre la variedad de técnicas 
reportadas como efectivas para intervenir el abuso, ofreciendo la que más se 
ajuste a sus necesidades en consulta y a la demanda del usuario o padres de 
familia, pues como se desglosará más adelante, las consecuencias de un abuso 
sexual infantil necesitan métodos de intervención exclusivos e individualizados a 
cada caso, pues ningún abuso repercute en la sintomatología del abusado para 
formar casos de intervención idénticos entre sí. 
12 
 Es importante mencionar que la intervención adecuada en el tratamiento del 
abuso sexual se puede realizar en un corto y largo plazo. Cuando la intervención 
fluctúa a un corto plazo, la ayuda es buscada por los padres o tutores, por lo que 
muchas veces el infante no tiene una noción concreta de lo que sucede, posterior 
al abuso, por lo que se debe de hacer una intervención conjunta con los padres 
como se expondrá más adelante, la intervención en un corto plazo al abuso, 
aborda síntomas como lo son, el estrés post trauma, depresión, ansiedad, 
incluyendo las repercusiones somáticas que la perpetración genera. 
 Por otro lado la intervención de largo plazo posterior al abuso es buscada 
de una forma independiente, siendo en la mayoría de los casos el propio abusado 
el que busca la ayuda terapéutica, acercándose a ella en la adolescencia, juventud 
o en la edad adulta, por lo que la temática a abordar se centra en la funcionalidad 
de la personalidad, en las habilidades sociales y de pareja, así como una 
identificación introspectiva en el individuo desde el antes y el después del abuso 
sexual. 
 Es importante recalcar que nuestra revisión bibliográfica no busca 
confrontar las bases teóricas de intervención psicológica, ni mucho menos buscar 
un ganador, sino concretar una posible opción que ofrezca un catálogo en donde 
se encuentren diversos métodos y/o técnicas para abordar los diferentes síntomas 
consecuentes a corto y mediano plazo por un abuso sexual, expresando la 
posibilidad de tener poder de elección entre diversas técnicas, ya que existe un 
sustento en todas y cada una de ellas a base del reporte de efectividad. 
 Se espera que al mismo tiempo, el presente trabajo teórico motive a realizar 
futuros manuales o prontuarios que aborden la exposición de distintos motivos de 
consulta a cerca del abuso sexual, e incluso de otros motivos de consulta distintos 
al abuso infantil, ya que existe una gran demanda y variedad en la intervención 
psicológica al tiempo de una amplia forma de intervención para cada detonante de 
solicitud de consulta. 
 
 
1.- ABUSO SEXUAL INFANTIL (ASI) 
 El abuso sexual infantil, es un problema actual, latente y digno de atención 
para la comunidad psicológica, en donde el abuso se presenta en ocasiones como 
eventos focalizados o mostrando a su vez una amplia red en donde los abusados 
son expuestos, comercializados y marcados para toda la vida. Es pues necesaria 
la profundización del psicólogo clínico en estas problemáticas sociales, para una 
intervención satisfactoria al tratar un Abuso Sexual Infantil (ASI). 
 Para empezar a hablar de ésta problemática, se necesita definir las 
palabras de abuso sexual, ya que en muchas ocasiones por falta de información, 
no se conocen las acciones que delimitan un abuso sexual en menores. Por ello la 
definición del abuso sexual infantil, que presenta la Organización Mundial de la 
Salud, consiste en: 
“La participación de un niño en una actividad sexual que no comprende 
plenamente, a la que no es capaz de dar un consentimiento, o para la que, por su 
desarrollo no está preparado y no puede expresar su consentimiento, o bien que 
infringe las leyes o los tabúes sociales. El abuso sexual de menores se produce 
cuando esta actividad tiene lugar entre un niño y un adulto, o bien entre un niño y 
otro niño o adolescente que por su edad o desarrollo tiene con él una relación de 
responsabilidad, confianza o poder. La actividad tiene como finalidad la 
satisfacción de las necesidades sexuales de la persona mayor.” 
Hay información donde se menciona que los abusados sexualmente 
resultan afectados en gran medida en salud física, en desarrollo cognitivo y 
emocional, por lo que la misma Organización Mundial de la Salud, hace énfasis en 
la detección inmediata, dando menor importancia a la prevención e intervención, 
reconociendo posteriormente la importancia del conocimiento del problema y 
métodos de información e investigación. 
Sin embargo, nosotros consideramos primordial la intervención inicial con 
difusión y acción en prevención, posteriormente, si la prevención no llegó a tener 
14 
efecto, se realiza la detección de abusados infantiles, llevando en última instancia 
la intervención, ya teniendo un conocimiento de magnitud del problema y una 
investigación de la metodología que se llevará a cabo para dicha intervención, 
lamentablemente en los tiempos actuales, la demanda más urgente es la 
intervención de los infantes abusados, para que estos tengan un desarrollo digno y 
mejores perspectivas de vida. 
En México se tiene un frágil sistema legal de protección a la integridad física 
y sexual de los niños y niñas, en la ley para la protección de los derechos de 
niñas, niños y adolescentes, en el Título Segundo, capítulo quinto del derecho a 
ser protegido en su integridad, en su libertad, contra el maltrato y abuso sexual. Y 
en su art. 21, donde menciona que las niñas, niños y adolescentes tienen el 
derecho a ser protegidos contra actos u omisiones que puedan afectar su salud 
física o mental, su normal desarrollo o su derecho a la educación. Teniendo 
también términos semejantes establecidos en el art. 3° constitucional, siendo 
lamentablemente insuficiente la cobertura de dichas normas, ya que en muchos 
casos se desconoce estos postulados a favor de la víctima, aunando la gran 
impunidad que se le da a los casos de ASI. 
Los artículos mencionados anteriormente engloban la protección infantil 
cuando el infante se vea afectado por: 
A) El descuido, la negligencia, el abandono, el abuso emocional, físico y 
sexual. 
B) La explotación, el uso de drogas y enervantes, el secuestro y la trata. 
C) Conflictos armados, desastres naturales, situaciones de refugio o 
desplazamiento y acciones de reclutamiento para que participen en 
conflictos armados. 
El ASI se puede definir como los «contactos e interacciones sexuales entre 
un menor de edad y un adulto o entre menores de edad si existe una diferencia de 
cinco años entre ellos, o si el niño o adolescente agresor se encuentra en una 
15 
posición de poder o control sobre la víctima, aunque no haya diferencia marcada 
de edad (Hartman y Burgess, 1989). 
García-Piña (2009), menciona que los factores que se deben considerar 
para la dinámica del ASI son: 
A) La coerción: El agresor incluye las amenazas, el engaño, la seducción, 
la fuerza física o ambas. En éste caso, el agresor muestra el abuso de 
poder que tiene sobre la víctima. 
B) La diferencia de edad y el nivel de desarrollo. Ésta diferencia entre el 
agresor y la víctima, permite que exista libertad de decisión o 
consentimiento de ésta última. 
C) El tipo de conducta sexual. Es necesario diferenciar las prácticas 
normales o juegos sexuales, que se dan entre niños con edad similar y 
las conductas abusivas en donde la diferencia de edad o del desarrollo y 
la coerción suelen marcar la diferencia. 
Por otra parte, es difícil tener una prevalencia exacta sobreel ASI, puesto que 
no todos los casos son denunciados por diferentes factores, entre los que 
destacan, que el agresor está dentro del vínculo familiar y la víctima o los padres 
de la víctima, no proceden de forma legal, por vergüenza o pudor que se genera 
entre ellos (Cacho, 2010). 
En los momentos en que se llegue a dar un abuso sexual por parte del padre 
de la víctima, se habla de un caso de abuso incestuoso, por lo que la denuncia o 
la exposición del abuso resulta bastante vergonzoso para toda la familia, 
provocando una ruptura en los lazos familiares más prominente a la que se mostró 
con el simple abuso (Krugman, 1987). 
 Otra razón para no dar aviso del ASI, es no exponer la imagen del infante 
como un ser perpetrado, por la vergüenza de este y por no ser señalado por la 
sociedad, independientemente de quien haya sido el abusador. 
16 
En la actualidad el abuso sexual puede presentarse como un evento 
focalizado y en diferentes contextos sociales culturales o religiosos, ya que no 
existe una correlación marcada en el abuso sexual cuando este es cometido por 
una sola persona, pero, por otra parte, se tienen registros de abusos sexuales en 
masa, por una o varias personas, como lo fue revelado por varios medios de 
comunicación en Cancún por el pederasta Jean Succar Kuri, quien por varios años 
abusaba sexualmente de infantes, grababa sus abusos con él y otros “clientes” a 
los cuales les conseguía infantes para abusar también de ellos, comercializando 
posteriormente los videos y fotografías en la red, fundando la más importante red 
de pornografía infantil en México, seguida de la red de tratantes y de pornografía 
infantil centrada en Tijuana, en donde se comercializa con infantes y mujeres para 
llevarlas a Estados Unidos de América, según Cacho en su publicación Demonios 
del Edén en el 2005. 
El abuso sexual se muestra como un problema social, en donde los 
principales afectados son los infantes, mientras que para otros origina lucro, un 
gran negocio y placer, ya que la paga para abusar sexualmente de un infante 
constituye el segundo negocio ilícito que más ganancias deja a las organizaciones 
criminales, originando solo en el país aproximadamente diez mil millones de 
dólares anuales, después del narcotráfico que anualmente suma una cifra oficial 
de veinticinco mil millones de dólares (Cacho, 2005). 
Entre los registros de la Organización Mundial de la Salud, se estima que 
en el mundo, aproximadamente 150 millones de niñas y 73 millones de niños han 
sido víctimas de abuso sexual antes de tener los 18 años de edad. En México, no 
existe un sistema coordinado entre instituciones públicas o procuradurías y 
organizaciones no gubernamentales, para tener cifras confiables sobre ASI 
(García-Piña, 2009). 
Para la aparición del ASI, se deben de tener en cuenta tres factores que 
son fundamentales, definiéndolas y enlistándolas de la siguiente manera: 
17 
A) Víctima.- Supone registrar la situación de desigualdad jerárquica y abuso de 
poder a la que estuvo sometido el infante en relación con el abusador 
(Llanos, 2001). Los índices de edad de abuso sexual son más marcados en 
niñas que niños, teniendo un 86% las primeras y un 14% los segundos, 
mostrando una edad de entre 6 a 14 años, mostrando en alguno de los 
casos dificultad en su desarrollo, no poder hablar sobre su situación o tener 
algún tipo de discapacidad. 
B) Abusador.- Persona que ejerce sobre un infante besos, caricias, manoseo o 
penetración oral, vaginal o anal, dependiendo del caso. Esta persona en 
algunos casos ha sido abusada sexualmente, se excita sexualmente ante 
los niños y desea actuar impulsado por esa excitación. 
C) El proceso de victimización.- Es el proceso en el cual se va desenvolviendo 
el abuso sexual, puede tardar varias semanas o ser cometido en unos 
cuantos minutos de conocer al infante, puede ocasionarse con seducción o 
con violencia y también existir o no presión para el silencio del abuso. 
1.1.- Tipos de ASI 
 Los autores de ASI, mencionan diferentes clasificaciones de éste, algunas 
de las encontradas se engloban de la siguiente manera (Paradise, 1990): 
A) Abuso sexual familiar o incestuoso.- Es la forma más común se presenta 
65% de los casos. El agresor más frecuente es el padre o padrastro, 
hermano (s), tíos, abuelos o primos, por mencionar algunos. 
B) Abuso sexual extra familiar.- Es cuando el ASI es causado por conocidos de 
la víctima en el 25% de los casos, ya sea por un empleado de la casa, una 
amistad de los padres o una persona de supuesta confianza como un 
sacerdote, un maestro o vecino, en un 10% es un desconocido, una 
persona que nunca se ha visto en ningún circulo del infante o de la familia 
del abusado (Paradise, 1990). 
18 
C) ASI con violencia física.- Este tipo de ASI suele ser el más traumático de 
todos los tipos, pues el perpetrador lastima con fuerza al infante forzándolo 
a la actividad sexual, este caso es agravado cuando el perpetrador usa 
algún tipo de arma sobre el infante, causándole un importante daño físico, 
requiriendo intervención médica no solo en la zona genital. 
D) ASI sin violencia física.- Aquí el perpetrador no ejerce fuerza física adicional 
a la penetración pero, si ejerce intimidación al infante con algo que este 
desee, como amenazar con agredir a un ser querido, usando palabras 
altisonantes o amenazar con golpes, llevando una clara repercusión en el 
estado psico-emocional. 
Por otro lado las parafilias, siguiendo a Flores Colombino (1999), el término 
“Parafilia” carece de connotaciones peyorativas o morales, por lo cual se 
adoptan nuevas clasificaciones de los trastornos psicosexuales a fines del siglo 
XX. Este autor hace un recorrido histórico de los diferentes términos utilizados 
como sinónimos; menciona las perversiones sexuales, desviaciones sexuales, 
anomalías sexuales, alteraciones sexuales, conductas excepcionales, 
preferencias sexuales, variantes sexuales. 
 Comúnmente se entiende por pedofilia el acto o la fantasía de establecer 
relaciones sexuales con niños menores de edad, como método repetidamente 
preferido o exclusivo, para lograr la excitación sexual, obteniendo: 
Pedofilia: Cuando se trata de relaciones sexuales de un hombre con jóvenes 
menores de 18 años o niñas. 
Pederastía: Cuando las relaciones sexuales son de un hombre con jóvenes 
menores de 14 años. 
Efebofilia: Cuando las relaciones sexuales son con adolescentes, según Stoller 
en el año 1997. 
19 
Sin embargo la clasificación del DSMIV caracteriza a las parafilias “por 
impulsos sexuales intensos y recurrentes, fantasías o comportamientos que 
implican objetos, actividades o situaciones poco habituales. Estos trastornos 
producen malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de 
otras áreas importantes de la actividad del individuo. Las parafilias incluyen el 
exhibicionismo, el fetichismo, el frotteurismo, la pedofilia, el masoquismo 
sexual, el sadismo sexual, el fetichismo transvestista, el voyeurismo, y la 
parafilia no especificada”. 
1.2.-Causas del ASI 
 La Escuela Sexoanalítica Canadiense afirma que la mitad de los pedófilos 
que son tratados allí en terapia, han tenido ataques sexuales cuando eran niños 
(Bouchard, 2001), por lo que se infiere que cierto porcentaje de ASI tienen sus 
cimientos cuando el victimario sufrió un abuso anterior. 
 Sigmund Freud consideraba la pedofilia claramente como una parafilia o 
desviación sexual en donde el pedófilo no ha resuelto su complejo de Edipo y de 
esa manera es un pervertido del amor padres e hijos, que asegura su energía 
sexual para su propio placer. Incapaz de relacionarse sexualmente con un adulto, 
su sexualidad permanece polimorfa como la de un niño. El niño es la salida a sus 
impulsos descontrolados. Todo acto de abuso sexual con menores es edipiano, no 
sólo por su naturaleza arcaica, sino por la desproporción entre los dos 
protagonistas(Stoller, 1977). 
 Por otro lado los estudiosos que algunos autores realizan de la conducta, 
como con sus contingencias, señalan que el desarrollo de conductas sexuales con 
infantes se debe al condicionamiento aprendido que se da cuando un adulto solo 
ha podido conseguir la excitación sexual con niños, persiguiendo la ocurrencia de 
este evento con cada vez más fuerza, duración, frecuencia e intensidad, 
fomentando cíclicamente el deseo de intimidar con infantes. El contexto juega un 
papel importante en esta perspectiva, ya que la historia de vida y la historia de 
reforzamiento sexual determinarán las preferencias del victimario. 
20 
 Para los cognitivistas la sexualidad es uno de los sistemas motivacionales 
interpersonales (SMI). La pedofilia, como toda parafilia, sería el resultado de estos 
sistemas inadecuados producidos en la relación con las figuras familiares 
importantes (Veglia, 1999). Basados en la “teoría del apego” de John Bowlby, 
aceptada por los psicólogos cognitivistas, el pedófilo podría ser fruto de una 
relación con la “figura materna” de tipo inseguro-resistente. Dicha figura a veces 
ha respondido con cariño, amor aunque algunas veces no sea así. De esa 
manera, se ha creado un niño que no ha aprendido a controlar sus exigencias, que 
busca de manera compulsiva y obsesiva afectividad y sexo, que no sabe poner 
límites a su deseo de posesión (Prada, 2004). 
 Por otra parte se considera que las parafilias, como la pedofilia, se obtienen 
como el desenvolvimiento de actitudes negativas hacia el sexo, experiencias de 
abusos sexuales durante la niñez, exposición a modelos de aprendizaje sexual 
deseado, sentimientos de inseguridad y autoestima baja, así como dificultad en las 
relaciones interpersonales, lo que facilita una relación sexual adulto-niño (Tollinson 
y Adams, 1979). 
 Un factor de importancia para que suceda el ASI, es la comercialización y 
explotación infantil con fines sexuales, así como la venta de pornografía infantil, 
que fomenta y difunde entre sus consumidores el deseo de tener algún tipo de 
actividad sexual con el infante, a tal grado de contactar a los distribuidores de 
pornografía infantil para incorporarse a esta cadena delictiva “consumiendo” 
directamente lo que para ellos es llamado como producto, siendo en este caso 
niños, jóvenes o mujeres en otros casos (Cacho, 2005). 
1.2.1.- Características del Abusador Sexual Infantil 
 Antes de hablar a cerca de las características personales del abusador 
sexual, es necesario mencionar las características geográficas donde se localiza, 
que son en tres esferas que conforman el círculo de desarrollo del infante. 
21 
 La primera esfera es el círculo familiar, en donde el abusador comete un 
acto incestuoso, que es desestabilizador del orden afectivo y sexual tanto para la 
víctima como para el victimario. A esto hay que añadir el silencio forzoso que se 
impone. Se calcula que el 65% de las mujeres en general han presentado dentro 
de su familia alguna característica relacionada con el incesto, aunque sin llegar a 
cometer el abuso sexual como tal, pero si teniendo algún tipo de manoseo, 
miramiento o intento de seducción por algún familiar (Watson, 2007). 
 El incesto, de mayor a menor número, se calcula padre-hija, entre 
hermanos, abuelo-nieta, entre primos y de madre-hijo. Desde este punto de vista, 
el mayor número de casos de abuso sexual se realiza dentro de los muros de la 
casa paterna (Gonzales, 2001). 
 La segunda esfera, no tan centralizado para el infante se presenta el 
abusador ejerciendo el rol de ser la persona en quien el niño confía naturalmente, 
como un trabajador de casa, un amigo de familia, un profesor, un clérigo, un 
maestro, un policía. El escándalo y el interrogatorio que se hace ante las 
autoridades pertinentes al presentarse una situación de esta índole, pueden ser 
tan perjudiciales como el mismo abuso sexual, por la dramaticidad, la obsesión de 
detalles, la ira explosiva de los padres y la curiosidad malsana de los 
espectadores (Freire, 2007). 
 Por último la tercera esfera, el agresor opera en la calle o en otros 
ambientes fuera del hogar, es traumático pero ocasional y por lo general no se 
encuentra en los círculos sociales de los infantes, anteriormente ya mencionados. 
La mayor parte de los casos acontecen en los parques, a la salida de las escuelas, 
o en los predios en ruinas o deshabitados. 
 Habrá que añadir a estas tres esferas del desarrollo del infante el peligro 
latente de caer en una red criminal de explotación sexual, ya que se manifiesta en 
gran parte de la república los raptos de infantes con miras sexuales, 
presentándose en el Estado de México, particularmente reportándose en el 
municipio de Santo Tomas Chiconautla, en rapto de varios menores de los cuales 
22 
se desconoce su paradero, a excepción de una infante que días después fue 
encontrada en Panamá, arrojando las investigaciones posteriores que su rapto fue 
hecho por una red de tratantes de infantes que opera en el país, sugiriendo 
corrupción en altos mandos políticos, teniendo así la facilidad de sacar en pocos 
días a un infante del país sin tener mayor problema legal. 
 El tratante de infantes, que muchas veces también es abusador sexual, por 
lo general se presenta fuera de las escuelas, en parques o plazas comerciales en 
donde incita a los niños o adolescentes a seguir dándoles premios o regalos para 
después convencer o pedir la devolución de los “regalos” en forma de favores 
sexuales (Cacho, 2010). 
 Los rasgos característicos del tratante son los de un empresario exitoso, 
bien vestido y con una actitud de “persona buena”, generosa, amable y cortés, 
incluso según Cacho (2010), seductora. En cuanto a los tratantes que a su vez 
abusan sexualmente de infantes, gustan de sostener relaciones sexuales con 
ellos, así como ver y exhibir el acto sexual con ellos. Son personas que requieren 
sentir tener el poder sobre la otra persona y que gustan del poder, sin descartar el 
dinero que se gana comercializando el sexo con infantes. 
 Cantón (1997), al hablar sobre la personalidad, reporta que no se encuentra 
un perfil característico del agresor sexual de infantes, lo concluyeron después de 
haber usado test psicométricos, principalmente el Minnesota Multiphasetic 
Personality Inventory (MMPI). Los únicos hallazgos muestran que los agresores 
sexuales no violentos, suelen ser más tímidos, pasivos y faltos de asertividad, en 
cambio, los incestuosos generalmente son dominantes y controladores, al menos 
en su familia. 
 En cuanto a la evaluación bioquímica, los resultados muestran que los 
niveles de testosterona en sangre de los agresores sexuales están dentro de los 
límites normales. Aunque se encontró que los agresores sexuales más violentos 
pueden presentar unos niveles más elevados de testosterona, pero no se logró 
23 
aclarar si este aumento se relaciona con la agresión sexual específicamente o con 
la conducta agresiva en general (Challahan, 2004). 
 También se recurrió a la evaluación fisiológica para clasificar a los 
agresores sexuales infantiles. El índice más objetivo de activación sexual del 
pedófilo es la medida de erección del pene ante estímulos eróticos infantiles, como 
videos o fotografías (Hall, 1990). Pero esta postura es criticada por muchos 
autores, ya que muchos de los agresores no logran la activación física y muchos 
sin historial de conductas pedofílicas pueden llegar a experimentar activación 
sexual frente a estos estímulos. 
 La edad de los agresores, es una característica primordial, varía desde los 
adolescentes hasta los ancianos, aunque es más común que sean hombres de 
mediana edad. Desde el punto de vista jurídico, la edad media de los agresores 
sexuales es superior a la de otros delincuentes, en promedio superior a los 35 
años. A su vez se produce una inversión, ya que los mayores (de 50 años o más) 
eligen niños menoresde 10 años mientras que los más jóvenes los prefieren de 12 
a 15 años (Cantón, 2004), de hecho se registra con los reportes de Cacho (2005), 
que el pederasta Succar Kuri, de más de 70 años, tenía a su vez clientes con más 
de 80 años de edad a los que les conseguía infantes para abusar sexualmente de 
ellos; niñas incluso de 4 años de edad. 
 Groth por su parte en 1982, realiza dos distinciones en los abusadores 
sexuales dependiendo de sus características, como “los pedófilos fijados” 
descritos como personas que nunca maduraron psicosexualmente y no se 
relacionan con compañeros sexuales adultos. En cambio prefieren sexualmente a 
los niños, generalmente de forma exclusiva, y tienen necesidades emocionales 
pueriles, es decir, que desean relacionarse con “otros niños”. 
 Teniendo por otra parte los “pedófilos regresivos”, que son personas que 
alcanzaron un desarrollo adulto normal de preferencia sexual por otros adultos, 
incluso teniendo esposa e hijos. Pero, que en determinados momentos de estrés 
son incapaces de adaptarse, lo que los lleva a implicarse en conductas sexuales 
24 
con niños. Estos comportamientos les suele provocar sentimientos de culpa y 
remordimientos. Estas conductas se dan de manera impulsiva, episódica y 
normalmente sus víctimas son niñas (Bouchard, 2001). 
 Howells (1981), menciona que los abusadores sexuales infantiles en 
ocasiones permanecen solteros y en los casos en que tienen pareja es para que 
les permita tener acceso a los niños. Sus víctimas generalmente son varones, los 
que representan el papel de su compañera adulta. No ven su comportamiento 
como inadecuado y piensan que la sociedad debería dejar que satisfagan sus 
necesidades de este modo. Planifican los abusos, los cuales ocupan una parte 
importante de las vidas de estos individuos, por lo que su deseo es primario hacia 
los niños, no sintiendo interés sexual o emocional por los adultos. 
 Canton (2004), manifiesta que existen dos características típicas en los 
perpetradores sexuales, que son autoritarios o no violentos y los violentos. 
 Los no violentos son motivados por una tensión sexual y emplean el engaño 
o la presión para someter a la víctima, basándose en su relación de poder y 
autoridad sobre el niño (por ser adulto, padre o maestro). Éstos se subdividen en 
dos grupos en función de su preferencia sexual: los abusadores exclusivos y los 
no exclusivos. Los primeros se sienten atraídos sexualmente hacia niños en forma 
exclusiva; encuentran insatisfactorias o rechazan las relaciones sexuales con 
adultos. Si bien se los describe como personas inmaduras, éstos pueden adoptar 
pautas de comportamiento adulto perfectamente adaptadas. Los segundos, que 
llevan una vida sexual aparentemente satisfactoria con adultos y en determinadas 
circunstancias abusan sexualmente de los niños. Racionalizan los abusos 
atribuyéndolos a las circunstancias en que se produjeron, estos interactúan con 
los niños como si fueran adultos. En este subgrupo se encuentran la mayoría de 
los agresores sexuales. 
 Los violentos son aquellos que emplean el asalto o la violencia para 
someter a las víctimas, causándoles lesiones o incluso la muerte. Presentan 
graves características de personalidad psicopática, con antecedentes de conducta 
25 
antisocial. La motivación para el abuso es sexual y violenta al mismo tiempo. Su 
patrón de conducta obedece a la búsqueda de sensaciones y de su propia 
satisfacción. Este grupo es mucho menos numeroso y más peligroso que el 
anterior (Cantón, 2004). Algunos de los practicantes de la pedofilia afirman que 
ellos, y en general los que practican las llamadas “desviaciones sexuales” 
(parafilias), son seres muy evolucionados que forman ya el verdadero hombre del 
futuro, realizado en todas sus potencialidades y sin ninguna represión sexual o 
social (Cooper, 1997). 
 Algunas de las circunstancias que favorecen también el abuso sexual 
infantil, es la baja autoestima en la esfera sexual del abusador, uso o dependencia 
del alcohol y las drogas, los conflictos conyugales, el hacinamiento y la vida 
desordenada. 
1.2.2.- Características del Infante Abusado Sexualmente 
 Los infantes por lo general, manejan un perfil vulnerable, inocente, 
indefenso, que tiene pocas posibilidades de defenderse y que generalmente no 
puede solicitar ayuda, pues su baja autoestima no le permite defender su 
integridad o comunicar de forma verbal si se encuentra en una situación incómoda 
para él. La edad de las víctimas en donde se muestra mayor vulnerabilidad es 
entre los 6 a los 14 años, existiendo la mayoría de los abusados en una edad de 
entre 7 a 9 años (Horno, 2001). 
 Los infantes abusados por lo general son niñas, repitiendo el dato, en un 
86% en niñas y un 14% en niños, esto ocasionado, porque los abusadores 
pertenecen al sexo masculino en su mayoría, y estos tienden a preferir a las niñas 
para abusar de ellas, aunque en momentos prefieren a niños también. En una 
menor medida se reporta el abuso sexual por parte de mujeres a niños, solo en un 
3% en comparación con los casos registrados de hombres a infantes (Cantón, 
2004). 
26 
 La característica básica para que un infante sea abusado sexualmente es 
su ingenuidad sobre el tema, ya que el agresor actuará fuera de los ojos de los 
tutores, en caso de no ser un hecho incestuoso o pornográfico, para perpetrar al 
infante, lo hará generalmente obligándolo a base de amenazas hacia su propio ser 
o de personas que interesen al menor, también usará violencia física, verbal o 
posiblemente fármacos (Horno, 2001). 
 Se considera que gran parte de los abusados sexuales presentan algún tipo 
de déficit en el desarrollo, pues como se mencionó anteriormente, se tiene 
dificultad en el lenguaje, en el oído o en la vista. En lo que respecta a déficits 
cognitivos, se encuentra que los infantes abusados suelen tener parálisis cerebral, 
autismo y síndrome de Down, por mencionar algunos. 
 Cuando exista una deficiencia, el infante no comprenderá que es víctima de 
un abuso sexual porque no conoce a cerca del tema y porque su percepción ante 
el evento es bastante limitada dando como resultado una mala interpretación de lo 
que es objeto, sumando otros factores, como la edad biológica y la edad mental, el 
desarrollo social y económico. 
 Los índices de ocurrencia se incrementan considerablemente en niños 
golpeados o maltratados hasta en un 300%, ya sea viviendo violencia domestica, 
con falta de afecto, en búsqueda del contacto y aprecios humanos, sin tener la 
connotación sexual, característica distintiva en una familia fracturada y confusa ya 
que estos infantes tienden a ser mas herméticos, introvertidos, solitarios, con nula 
comunicación de sus problemas y por ende con una autoestima baja (Echeburúa, 
2002). 
 Es fácil cruzar la línea de abuso en un infante que ha sido maltratado ya 
anteriormente de forma física o emocional, incluyendo también el abandono físico, 
desnutrición, bajo rendimiento académico, falta del manejo del lenguaje, resultado 
de la falta de atención de los padres. 
27 
 Aunque se explica que hay mayor probabilidad de abuso sexual en un 
infante carente de afecto y de factores para un sano desarrollo, se ha encontrado 
registro de abusos sexuales dentro del ceno de una familia con alto poder 
adquisitivo, alto nivel educativo y cultural. 
 No es una norma pues el hecho de la presencia de abusos sexuales en 
infantes en esferas carentes y en bajo desarrollo, aunque los datos de incidencia 
colocan a esta población más vulnerable y propensa al abuso, sin embargo hay 
que tener presente que el abuso sexual en infantes puede presentarse en 
cualquier lugar, en cualquier nivel socioeconómico, religioso, geográfico etc. por lo 
que no habrá una predominancia total y de un cien por ciento definida para que un 
infante sea blanco de un abuso sexual, demandando la atención permanente de 
los padres o tutorespara evitar y en el peor de los casos detectar la ocurrencia del 
ASI (Echeburúa 2002). 
 Otro dato a considerar es el índice de credibilidad que se le da a los 
infantes abusados, pues solo 1 de 4 niños son tomados en cuanta dando fe en su 
palabra, mientras que el resto de los abusados que manifiestan los hechos son 
tachados de mentirosos, provocadores y responsables del delito sexual del que 
fueron víctima, por lo cual la víctima nuevamente es victimizada a causa de que 
sus palabras son puestas en tela de juicio otorgando poca o nula credibilidad de 
su testimonio (Echeburúa 2002). 
1.3.-Consecuencias del ASI 
 La experiencia de abuso sexual infantil puede considerarse una situación 
extrema que, suele resultar en un elevado nivel de estrés y malestar en la gran 
mayoría de individuos abusados (Lazarus, 1984). 
 El ASI no se trata de un problema reciente. Las consecuencias psicológicas 
que suelen acompañar a la vivencia del abuso sexual infantil son frecuentes y 
diversas, tanto aquellas que se producen en la infancia como las que, en muchas 
ocasiones, perduran hasta la edad adulta. Ya que las consecuencias afectan a 
28 
todas las áreas de la vida de la víctima e impiden hablar de un cuadro exacto en 
las consecuencias del abuso sexual infantil (Runtz, 1997). 
 Como resultado de un abuso sexual, no existe un patrón de síntomas único, 
pues la presencia de una extensa variedad de síntomas la ausencia de algunos de 
ellos, impiden establecer una sintomatología que defina y englobe los problemas 
emocionales, cognitivos y sociales. (Kendall-Tackett, 1993). 
 En las dos últimas décadas los abusos sexuales a menores han suscitado 
un gran interés, tanto entre la comunidad científica, como en la sociedad en 
general, debido a su prevalencia y las consecuencias a corto como a largo plazo 
(Cantón, 2006). Por lo cual se expondrán las consecuencias a corto y a largo 
plazo del abuso sexual infantil. 
1.3.1.- Consecuencias inmediatas del ASI 
 Algunas situaciones inmediatas a causa del abuso sexual oscilan desde 
problemas en la alimentación, sueño, aprendizaje, psicomotricidad, lenguaje y 
hasta las alteraciones en el comportamiento, muy graves perturbaciones 
emocionales, así como la probabilidad de enfermedades de transmisión vía 
sexual. Las consecuencias para el sexo femenino mayores de 10 años pueden ser 
el embarazo no deseado, el aborto, y la marginación social (Pickering, 2000). 
 Consecuencias a corto plazo (en los dos primeros años, posterior al abuso): 
miedo, cefalea, trastornos del sueño, trastornos de la alimentación, depresión, 
culpa, vergüenza, enojo, problemas escolares, delincuencia, agresión, hostilidad, 
comportamiento antisocial, tartamudeo, introversión, apatía, comportamiento 
sexual inadecuado, tendencias suicidas, huida del hogar (Paradise, 1990). 
 En forma inmediata al abuso, en los casos donde se comete incesto, el niño 
se encuentra completamente solo y aislado, puesto que de las personas que se 
espera la protección son de las que proviene el ASI. Existe una coerción del 
familiar que abusa por la presión a mantener en secreto el abuso, bajo la amenaza 
de terribles consecuencias para el niño si decidiera hablar, estas consecuencias 
29 
pueden ser psicológicas tales como “no te van a creer”, “mamá se va a enojar”, “yo 
me voy a morir de tristeza si le dices a alguien”, y a veces existe la presión física, 
maltratando al infante con golpes, pellizcos o empujones, incluso llegando a la 
amenaza de muerte para el niño (Liotti, 1999). 
 En los niños de preescolar, uno de los síntomas primordiales a corto plazo 
es la expresión de algún tipo de conducta sexual considerada como anormal, pues 
por naturaleza de desarrollo no pertenece al repertorio conductual. Otros síntomas 
frecuentes son la ansiedad, las pesadillas, el desorden de estrés postraumático, 
así como los problemas internos, como la falta de concentración, problemas para 
expresar lo que siente o piensa, alta frecuencia en enfermedades, (sistema 
inmune bajo) y falta de apetito. Los problemas externos son de conducta como la 
falta de socialización o introversión, falta de juego, bajo rendimiento académico, 
agresiones a terceros o a uno mismo sin una causa aparente (Tufts, 1984). 
 Algunas manifestaciones que podrían inferir un abuso en el infante serían el 
insinuar movimientos pélvicos, semejantes al acto sexual, la masturbación 
manifiesta, excesiva curiosidad sexual y el mostrar con frecuencia los genitales. 
En el Estudio de Mian (1986), se vio que la conducta sexual anormal incluía el 
juego con juguetes, meterse objetos en la vagina o en el ano, la masturbación, 
pedir estimulación sexual y un conocimiento sexual precoz o inadecuado para su 
edad. 
 Los infantes que se encuentran en edad académica manifiestan en el corto 
plazo dos tipos de consecuencias, de forma interna se repercute en la autoestima 
o depresión, mientras que de forma externa se manifiesta la agresión y 
desórdenes del comportamiento con conductas disruptivas, detonándolas en otros 
compañeros de aula (Echeburúa, 2006). 
 Los escolares, como se ha mencionado, presentan conductas sexuales 
inapropiadas, como tocar a iguales en sus partes privadas o incitar a otros para 
ser tocado por los demás, mostrar o pedir que se le muestren las partes genitales, 
incluso la imitación al coito y el sexo oral, un respaldo de ello es el reporte de 
30 
Adams (1995), donde encontró que el historial de abuso sexual era un predictor 
altamente significativo de tres subtipos de conductas sexuales inapropiadas; 
comportamiento hipersexualizado, exhibicionismo y conducta sexual agresiva. Los 
sujetos que presentaban conductas sexualmente inapropiadas tenían más 
probabilidad de haber sufrido un abuso sexual, con un 82% de la aparición del 
ASI. 
 Cuando las víctimas de abuso sexual se encuentran entrando la 
adolescencia los síntomas se manifiestan de forma similar como lo son la 
depresión, el retraimiento social, una baja autoestima, las ideas y conductas 
suicidas o auto agresivas, los trastornos somáticos, las conductas antisociales 
como huídas del hogar, vaguear, el consumo de drogas o alcohol, ser blanco para 
el crimen o incorporarse a este, así como ser propensos a volver a ser víctimas de 
nuevos abusos sexuales o incluso convertirse en un abusador (McClellan, 1995). 
 El sexo del abusado también modifica la forma de manifestación de los 
efectos a corto plazo, según Kiser (1991), los varones abusados presentan un 
peor nivel de adaptación que las niñas, presentándose en estas últimas una 
mejora considerable después del abuso. Merry (1994), realizó una evaluación de 
víctimas de abuso sexual infantil doce meses después de la revelación del 
incidente y hallaron que los niños tenían más problemas psiquiátricos que las 
niñas en un 3 a 1. 
1.3.2.-Consecuencias a largo plazo del ASI 
 El abuso sexual en niños trae consecuencias también a largo plazo, como 
son en los casos más graves, intentos de suicidio y homicidio. 
 Aunque la mayoría de los estudios que han examinado las secuelas a largo 
plazo del ASI enumeran numerosas dificultades psicológicas, conductuales y 
sociales en la edad adulta, que varían desde la depresión y baja autoestima hasta 
el abuso de sustancias causantes de adicción y trastornos de personalidad 
(Godbout, 2006) no se tiene evidencia de la existencia de un grupo de síntomas 
31 
que se puedan considerar como un síndrome post abuso, y no todas las víctimas 
de abuso infantil muestran un daño significativo posterior (Rind, 1998). 
 Los efectos a largo plazo se observan en síntomas como ansiedad, 
depresión, baja autoestima, inclusión delictiva, desorden de estrés postraumático, 
problemas en las relaciones interpersonales, vulnerabilidad a una nueva 
victimización, trastornos en el funcionamiento sexual, consumo de drogas y/o 
alcohol y trastornos físicos (Gross, 1996), también se consideran quelos efectos a 
largo plazo, comparativamente, son menos frecuentes y claros que los efectos a 
corto plazo, es decir, los manifestados en la infancia. 
 En cuanto a las reacciones emocionales y las auto percepciones, se ha 
encontrado que es más probable que las mujeres que sufrieron abuso sexual 
durante su infancia presenten niveles significativamente superiores de depresión, 
también trastornos del sueño, ansiedad, sentimientos de vergüenza y culpa, miedo 
a las personas del sexo masculino, problemas sexuales e ideas suicidas 
(Bendixen, 1994). De igual forma las víctimas presentan un desajuste psicológico 
a largo plazo, evaluado en términos de percepción del yo, de ideas futuras, 
pesimismo y falta de motivación para realizar las expectativas propias. 
 El haber sufrido abuso sexual durante la infancia supone un incremento del 
10.8 y 21.6% en la probabilidad de sufrir problemas de depresión y autoestima, 
respectivamente, en adultos jóvenes (Levitan, 2003). Asimismo el abuso sexual 
puede suponer un impacto duradero y devastador no solo para el desarrollo del 
niño sino el de su familia (Briere, 1991). Sobre todo, cuando hubo penetración, el 
abuso fue duradero y realizado por un familiar cercano. 
 Los varones que sufrieron abuso sexual en su infancia corren el riesgo de 
ser en un futuro abusadores sexuales, de personas adultas o de infantes. Y 
aunque no se muestra un número exacto de la incorporación delictiva, existe la 
posibilidad de pertenecer al sistema de explotación en la mujer o infantil con fines 
sexuales (Cacho, 2010). 
32 
1.4.- Prevención 
 Es difícil realizar una prevención en la etapa infantil, puesto que los niños 
no pueden diferenciar con exactitud las conductas negativas o peligrosas para un 
abuso sexual, mientras que en los adultos ya existen los conocimientos básicos 
del tema sexual, por lo que podrán tomar mejores medidas de cuidado en su 
sexualidad. Redondo en 2005, menciona que hay escasos estudios que 
demuestren efectos positivos en la prevención en la infancia, lamentablemente 
estos muestran disparidades pues algunos autores dicen que no hay un efecto 
claro de los programas de prevención dirigido a los infantes. Otros meta-análisis 
demuestran que los programas educativos mejoran el conocimiento de los niños 
sobre el ataque sexual, pero no demuestran que se reduzca en número de 
ataques. 
 Generalmente los programas de prevención que existen, se imparten en las 
escuelas, sin embargo esa información solo queda en el colegio y se distorsiona 
cuando el alumnado lo comunica a los padres, puesto que la percepción o la 
atención en algunos no fue la indicada, o la madurez requerida para la recepción 
del mensaje no es la ideal o no es retroalimentada en casa; hasta el momento en 
la bibliografía encontrada, no hay algún registro de que exista algún programa de 
prevención del ASI con los padres y alumnos presentes (Canton, 2008). 
 Por otro lado, la distorsión de la información se da porque aún en la etapa 
en la que se encuentran los infantes, éstos no pueden imaginar o asimilar qué es 
un abuso sexual y no es fácil abordar el tema con ellos, por lo que es 
indispensable la participación de los padres en estos eventos. Lamentablemente 
para algunos padres les es difícil expresar qué entienden o qué pueden llegar a 
saber sobre el abuso sexual, puesto que el tema es incómodo y considerado como 
tabú, aunando el desagrado de tocar este tipo de temas frente a los infantes, 
considerándolo como no apto aún para su desarrollo sexual. 
 Es importante ayudarles a protegerse, sin darles el sentimiento de que el 
mundo es peligroso. La educación sexual de los niños se hace principalmente en 
33 
la familia, posterior en el colegio, con sus profesores, compañeros y amigos, con 
motivo de los acontecimientos de la vida diaria. En este lugar de intercambio de 
ideas, como debería de ser el aula, se pretenderá que desarrollarán la capacidad 
de asumir su sexualidad y de esa forma poder protegerse ante un ASI (Quezada, 
2006). 
Para prevenir el abuso sexual infantil según el Comité de Apoyo del 
Ministerio Infantil Nacional, es recomendable: 
• Crear un clima de confianza en la familia donde se pueda hablar de 
sexualidad. 
• Enseñarlos a rechazar el contacto físico de personas que los hagan sentirse 
incómodos. 
• Advertirles que no confíen en personas que les pidan guardar secretos a 
sus padres. 
• Señalarles que no deben recibir dinero, dulces, ni regalos de otras personas 
(conocidas o no) sin avisar a sus padres o en la ausencia de ellos. 
• Pedirles que no abran la puerta sin saber quién es, y asegurarse de que 
puedan llamar a un adulto en caso necesario. 
• Enseñarles a recurrir a personas en quienes confíen cuando se sientan 
incómodos o amenazados por alguien. 
• Procurar que estén acompañados para evitar cualquier tipo de abuso, y 
tener quién los auxilie en caso de algún problema. 
 Del Campo (2006), menciona que muchos alumnos carecen de información 
sobre los derechos de la infancia, especialmente respecto al derecho de los 
menores a decir no a las peticiones de los adultos, uno de los contenidos 
esenciales para la prevención del riesgo del ASI. El desconocimiento que 
presentan los menores sobre la realidad de abuso sexual y las características de 
34 
los agresores, unido al convencimiento de aceptación incuestionable de todas las 
demandas provenientes de los adultos. 
 La OMS, nos menciona que existen algunos comportamientos positivos que 
los padres deben adoptar para prevenir el maltrato (Canton, 2008): 
• Reconocer que los niños son personas con derechos como los adultos y 
dichos derechos deben ser respetados. Los niños no son propiedad de los padres. 
• La base de una buena relación con los niños es la expresión permanente de 
afecto y amor. Se debe aprovechar el mayor tiempo posible para conversar con 
ellos, desarrollar actividades y conocer los sentimientos, ideas y aspiraciones de 
los niños. 
• Los niños aprenden la mayoría de sus comportamientos observando a los 
adultos que tienen a su alrededor, por lo que no es sano que se expongan 
conductas sexuales frente a un infante, sin explicar el porqué de la naturaleza de 
dichas conductas, concretizando en las más permitidas, como tomarse de la 
mano, abrazos, caricias y besos. 
• Educar o reprender a los niños por sus faltas no implica que sea con 
agresión física o verbal. El uso del castigo físico y del maltrato causan mucho 
daño en ellos. 
• Establecer reglas claras para la crianza del niño. Es mucho mejor si son 
pocas y básicas. 
• Aplicar siempre las mismas reglas. Cuando al niño se le permite un día una 
cosa y otro día no, puede llegar a confundirse. Cuando tenga que hacer una 
excepción de la regla, hay que explicar la razón del cambio. Las reglas no se 
pueden estar cambiando ni aplicarse de acuerdo a la conveniencia de los padres. 
• Establecer un acuerdo sobre la aplicación de las reglas de modo que todos 
los adultos de la casa que conviven o están al cuidado del niño las cumplan. 
35 
• Explicar siempre al niño las razones por las cuales una conducta o 
comportamiento es negativo. Cuando un niño comete una falta, explicar por qué lo 
que hizo estuvo mal. No importa si aún no habla porque desde muy temprana 
edad entienden las razones e interpretan las expresiones corporales de los 
padres. 
• Escuchar lo que el niño tenga que decir sobre una acción o comportamiento 
antes de reprenderlo por haberlos realizado. 
• Contar hasta diez antes de reprender al niño por algo que hizo y pensar un 
momento cual será la forma más adecuada de corregir la conducta o 
comportamiento incorrecto. No reprender al niño con rabia, porque puede 
generarle daño físico y psicológico. 
• No reprender al niño por algo que pasó mucho tiempo antes, especialmente 
si es muy pequeño. Él no sabrá porqué lo están reprendiendo. 
• No reprender al niño dos veces por un mismo hecho.Si el niño tuvo una 
conducta o comportamiento inadecuado y un padre ya lo reprendió por ese hecho, 
el otro no necesita reprenderlo nuevamente por el mismo hecho. Asimismo, si fue 
reprendido en la escuela no debe volverse a reprender en la casa. Los padres o 
uno de ellos pueden optar por reflexionar con el niño sobre la falta cometida, los 
acontecimientos que la rodearon, las razones que el niño pueda explicar, los 
motivos por los que ese comportamiento no es adecuado y cómo prevenir otros 
hechos similares. 
• Jamás tratar despectivamente a un niño. Los niños, como todos los adultos, 
pueden equivocarse y cometer faltas. Cuando así sucede, estas faltas deben 
corregirse pero no de manera violenta. Todas las personas cometen errores y no 
por eso deben ser tratadas despectivamente. 
• Nunca amenazar a los niños. Las amenazas no son formas efectivas de 
promover una conducta positiva y de lograr una adecuada disciplina. Por ejemplo, 
36 
nunca amenazar a un niño diciéndole que se va a abandonar o regalar. Ellos 
creen eso y les puede producir un gran daño psicológico. 
• No emplear el castigo físico, los gritos o los insultos como una forma de 
generar respeto y corregir un comportamiento inapropiado de un niño. Este tipo de 
acciones sólo infunden miedo, no fomentan la autoconfianza del niño y no 
promueven habilidades constructivas y conductas positivas. La mejor manera de 
infundir respeto es mantener las reglas muy claras, escuchar y explicar las 
razones y tratar de ser justo en el momento de corregir una conducta o reprender 
a un niño. 
• Conversar con los niños sobre la prevención del abuso sexual. Explicarles 
la diferencia entre caricias, expresiones de afecto y comportamientos de personas 
que lo hacen con el propósito de abusarlos, aun cuando sean conocidos, 
familiares o amigos. Y si el niño reporta que está siendo víctima de alguna de las 
características del abuso o de un abuso total, creer en su palabra e indagar en lo 
sucedido. 
 Estas son algunas indicaciones que hay que seguir para evitar el ASI e 
incluso reglas básicas para la convivencia con los infantes, es importante intentar 
seguirlas, así como tener comunicación constante con ellos, ya que si el padre no 
puede apoyar a sus hijos en algún aspecto, estos tenderán a buscar algún tipo de 
ayuda con sus semejantes, lo que podrá llevar a un desacierto y a una adquisición 
de nuevos problemas. 
 Es pues, recapitulando la información de este capítulo, que el ASI debe de 
ser tratado con urgencia en los infantes que ya han sido perpetrados así como 
difundir los lazos humanos para la prevención de este evento. No solo se puede 
hablar de eventos focalizados, existen organizaciones dedicadas al tratamiento del 
ASI, en donde algunas víctimas tienen una edad de hasta 4 años de edad. 
 Es necesario implementar y profundizar en los servicios para la intervención 
y sanación posterior al ASI, como en el ámbito psicológico y médico. En lo que 
37 
respecta a la esfera psicológica, el psicólogo clínico debe de profundizar en los 
métodos de intervención teniendo, no solo la demanda del ASI, sino una vasta 
gama de métodos con diferentes fines, por lo que se expondrán en las siguientes 
páginas algunos de los métodos empleados en consulta con reporte de 
efectividad, que sostengan la funcionalidad y demuestren su utilidad, iniciando en 
primera instancia con la perspectiva psicoanalítica. 
 
 
2.- TÉCNICAS REPORTADAS COMO EFECTIVAS EN LA 
INTERVENCIÓN PSICOANALÍTICA DEL ABUSO SEXUAL 
INFANTIL 
2.1.- Intervención desde el psicoanálisis de la familia 
 La familia es el núcleo social primordial y la referencia para cualquier tipo de 
agrupamiento posterior, como círculos de amistad, círculos empresariales, 
comerciales, políticos, deportivos, así como, inculcar las bases primordiales para 
una futura familia. Su estructura básica está conformada por el padre, la madre e 
hijo o hijos, cada uno de los cuales ocupa un “lugar”, según Berenstein en 1997. 
 En la mayoría de las ocasiones la estructura familiar es fácilmente 
distinguible, aunque en momentos actuales, las familias se presentan como 
familias compuestas, dando pie a una reestructuración, en donde el padre y la 
madre tienen ya un antecedente de conformación de familia, que posterior puede 
acompañarse de un divorcio, viudez o infidelidad, reacomodando con otra familia 
descompuesta una nueva familia, por las demandas afectivas sin importar la 
existencia de hijos en la primera relación. 
 En el circulo familiar se presenta una convivencia diaria, lazos afectivos, 
intereses en común e ideologías afines que conforman un universo psíquico 
inconsciente, el cual se denomina “estructura familiar inconsciente”, según la 
percepción de Freud, en donde el inconsciente individual aporta al inconsciente 
familiar, Berenstein en el 2007, quien también cita a la intervención del 
inconsciente familiar con el psicoanálisis de la familia. 
 Las situaciones en donde la disfunción familiar y la mala afluencia afectiva, 
son derivadas de enfermedades del inconsciente familiar, por lo que se 
demuestran deseos impropios así como el buscar saciar estos, causando una 
transgresión de un integrante de la familia a otro, siendo en estos casos donde el 
psicoanálisis de la familia entra en acción, buscando reorganizar el inconsciente 
en la familia. 
39 
 Un ejemplo de la falta de sanidad en el inconsciente de la familia, donde las 
pulsiones se tornan anormales, móviles e intercambiables, puede ser el maltrato a 
los niños o el abuso sexual infantil, según explicado en un inicio por la 
terminología de Freud por la seducción infantil. 
 La seducción infantil, es un concepto que Freud acuña en su inicio con su 
trato con neuróticas, quienes derivaban su sintomatología en un abuso sexual, 
originado según él, por la seducción infantil, entendiendo simplemente el término 
como por las pulsiones que despiertan en un individuo por la fijación sexual hacia 
un infante, sin que este último tenga en su mira despertar dichas pulsiones. El 
concepto fue bastante cuestionado, incluso por el propio Freud por lo que es 
citado por él mismo de forma casi inexistente en sus posteriores obras, según nos 
menciona Green (1998). 
 El psicoanálisis de la familia no es un término acuñado por Freud, pero 
cabe resaltar que él cimienta las bases para este término, ya que en los escritos 
de tótem y tabú, marca una basta explicación para la existencia del inconsciente 
familiar, así como de su herencia de generación en generación, provocando una 
cultura especializada en trato, costumbres, ideología y creencias, las cuales deben 
de ser respetadas honradas y mantenidas, dando aparición a una consciencia e 
inconsciencia familiar y de clan. 
 Según, el psicoanálisis de la familia, el maltrato o abuso sexual infantil no 
se explica solamente por la psicopatología individual del perpetrador y menos aún 
por una supuesta actitud seductora de la víctima, sino que es consecuencia de 
una estructura familiar inconsciente enferma, esto claro en las situaciones en 
donde el perpetrador es el padre de la víctima, en donde se habla de un caso de 
abuso sexual incestuoso (Green, 1998). 
 El psicoanálisis de la familia asegura que sus fundamentaciones son la 
forma más fácil de entender la ocurrencia de un abuso sexual infantil, así como la 
mejor forma de proporcionar una explicación robusta para la sintomatología 
derivada del abuso sexual. Nuestra tarea como autores del presente material, no 
40 
consistirá pues en aceptar o refutar dichas afirmaciones, sino exponer los puntos 
encontrados en la bibliografía que aborden la forma de intervención del 
psicoanálisis de la familia, dejando la elección antes mencionada al lector. 
2.1.1.- Objetivo de intervención 
 Desde el punto de vista del psicoanálisis familiar, el abuso sexual se 
presenta por la falla del inconsciente de la familia causando una desviaciónde la 
protección familiar, derivada del trato y cuidado entre clanes, según Freud en 
Tótem y Tabú (Freud, 1913), encontrado también en Bleger (1995), por lo que el 
objetivo del psicoanálisis de la familia es encontrar la falla del inconsciente y 
modificarla para volver a la familia plena. 
 En la intervención psicoanalítica de la familia se pretenderá encontrar el 
origen de las pulsiones que dieron origen al abuso por parte del padre a alguno de 
sus hijos y canalizarlas por medio del desplazamiento hacia una actividad 
permitida y valorada, así como evaluar también el papel que han jugado los demás 
integrantes de la familia que propiciarán a que el abuso se llevara a cabo, 
manejando en este sentido la culpabilidad de todos los integrantes de la familia 
(Vega, 1993). 
 En esta terapia, no se tiene como objetivo la intervención legal al abuso 
cometido, tampoco la atención médica en caso de existir violencia física, 
excluyendo también la intervención individual con la víctima o victimario, sino el 
objetivo primordial de la terapia es comprender la dinámica familiar inconsciente. 
 La justificación de no contemplar al abuso sexual como tal, o la 
sintomatología que presenta en un largo o corto plazo el infante abusado, es que 
no puede comprenderse al abuso sin la participación de toda la familia. 
2.1.2.- Punto de efectividad 
 La efectividad del psicoanálisis de familia se manifiesta por boca de los 
terapeutas que manejan este enfoque, citando líneas expuestas con anterioridad, 
en donde “el éxito consiste en investigar y tratar en forma directa las 
41 
consecuencias del abuso sexual, así como de comprender mejor la dinámica 
familiar que hace posible que éste ocurra”, demuestran que la intervención rinde 
grandes frutos (Andolfi, 1990). 
 Al considerarse como objeto de intervención a la totalidad de la familia, la 
justificación de la efectividad y funcionalidad solo se centran en la familia, por lo 
cual vuelve de forma automática como funcional a la intervención, esto es 
cuestionado incluso por el mismo enfoque psicoanalista, que contempla otras 
variables dentro de la complejidad del abuso sexual. 
 Haciendo válidas las argumentaciones de efectividad del psicoanálisis de la 
familia es de considerarse no solo las posturas de los analistas que defienden 
como productiva esta intervención, pues hay que sumar la perspectiva de los 
usuarios que manifiestan la utilidad al reestructurar el inconsciente familiar, ya que 
no solo se obtiene una intervención que atienda la problemática del abuso sexual 
infantil, sino también de problemáticas distintas a un abuso sexual. (Yalom, 2000). 
 Se encuentra que en los casos analizados, los padres son quienes reportan 
como efectivo el psicoanálisis de la familia, seguida de los infantes que han sido 
partícipes de las sesiones familiares. 
 Entonces desde el punto de vista psicoanalítico familiar, la resolución de los 
casos de abusos son logrados no por un análisis individual, ni en la indagación en 
el aparato psíquico del infante, sino de la totalidad del núcleo familiar (Bernstein, 
1997). 
2.1.3.- Casos de aplicación 
 El caso ideal en donde se reporta la aplicación del psicoanálisis de la familia 
se centra en los casos de incesto, donde la pulsión sexual de los padres es 
despertada por alguno de los hijos de este, haciendo un desplazamiento de la 
figura de pareja en la familia. 
 El incesto es la forma ideal para ejercer el psicoanálisis de la familia, ya que 
es en este caso donde se muestra una ruptura del inconsciente familiar de forma 
42 
más evidenciada, provocando la atención del analista en las relaciones existentes 
para la protección del niño, así como la falta de acción de los integrantes 
familiares que en cierta medida manejan culpabilidad de lo sucedido (Yalom, 
2000). 
 Esta forma de intervención es aplicable no cuando existe una irrupción 
violenta sobre el abusado, sino cuando el abuso se manifiesta por medio de la 
seducción, causado en la mayoría de los casos por el padre, o alguien que ocupa 
su lugar en virtud de un compromiso emocional por el hecho de ejercer un rol o 
papel integrante de la familia, pues manipula sexualmente a uno (o varios) de los 
hijos, menores de edad, interfiriendo de esta manera con su desarrollo normal. 
(Porter, 1994). 
 Es entendible entonces que la aplicación del psicoanálisis de la familia no 
solo se centra cuando un padre ha abusado sexualmente de uno de sus hijos, sino 
cuando alguna figura paterna que ocupa ese mismo rol comete la perpetración, 
como el caso de un padrastro o un educador o cuidador, en especial cuando la 
madre es soltera. 
 La presentación a consulta por parte de los padres, quienes contactan al 
analista se da no por la detección del abuso sexual, sino por el bajo rendimiento 
escolar, otros trastornos de la conducta o de salud física y mental del niño, por lo 
que desde un inicio hay que prestar atención a los cambios relevantes y negativos 
del niño, antes de catalogar el evento como incestuoso o no (Yalom, 2000). 
 Los casos similares a los de perpetración por seducción producen por lo 
general, consecuencias en su vida sexual y su capacidad para criar a sus propios 
hijos, ya que la asimilación de abuso por parte de un mismo integrante de la 
familia genera un incremento en el trauma y en los síntomas, por lo que es 
necesario una intervención psicológica familiar para también incluir en el 
tratamiento al abusador (Porter, 1994). 
 Es importante aclarar que la aplicación del psicoanálisis de la familia y la 
intervención sistémica se dirigen hacia casos completamente distintos, 
43 
diferenciados por las posturas ideológicas y fundamentaciones teóricas de cada 
una, pues mientras que la primera se centre en el concepto de inconsciente 
familiar la segunda centra su atención en el desenvolvimiento positivo de los lazos 
familiares (la intervención sistémica se abordará en capítulos siguientes). 
 Del mismo modo, es necesario apuntar que el terapeuta que desee hacer 
uso de esta forma de intervención se deberá de enfocar, no en un abuso sexual 
infantil, sino en una enfermedad del inconsciente familiar, de lo contrario los 
resultados serán nulos, por lo que se recomienda aplicar esta técnica con alguna 
forma de intervención que se centre posteriormente en la sintomatología del 
abusado sexual, ya que también existe desde la perspectiva psicoanalítica 
algunas formas de intervención individual reportadas como efectivas para el abuso 
sexual infantil. 
2.2.- Asociación libre (interpretación de los sueños) 
 La técnica de la asociación libre está fundada en la corriente psicoanalítica 
en donde se alienta al analizado a hablar sin inhibición a cerca de cualquier 
pensamiento o fantasía que le vengan a la mente (Morris, 2005). 
 Los orígenes de la asociación libre tienen sus cimientos con Freud, cuando 
comienza a tratar, mediante el método de la concentración, a la baronesa Fany 
Moser, quien muy pronto deserta por este método, argumentándole a Freud que 
deje de interrogarla, ya que no visualizaba cambios ni resultados, por lo que 
solicita le permita hablar con libertad; Freud accede y comprueba la efectividad de 
este procedimiento al tener información de sobra en un ligero periodo de tiempo, 
por lo que denomina a este procedimiento como la asociación libre que es la 
técnica fundamental del psicoanálisis desde esos momentos (Fiorini, 1987). 
 Este fue el primer paso del método de asociación libre típicamente 
freudiano. Mediante el método, se situaba al sujeto en unas circunstancias en las 
que se permitía a su mente discurrir y expresarse libremente, diciendo todo lo que 
está sucediendo en su interior, por incómodo, poco importante e incluso ridículo 
que pudiera parecer (Bleger, 1995). 
44 
 En sus inicios la facilidad para expresar ideas libres por parte de los 
usuarios no resultaba fácil de conseguir; el paciente debía de luchar

Otros materiales