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Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Iztacala QUE PARA OBTENER EL TITULO DE P R E S E N T A (N) Dictaminadores: Los Reyes Iztacala, Edo de México, "Técnicas reportadas como efectivas en la intervención terapéutica del abuso sexual infantil" T E S I S L I C E N C I A D A EN P S I C O L O G I A Estivalis Valencia León Oscar Javier Ruíz Jerónimo Director: Samuel Bautista PeñaMtro. Mtra. María de los Ángeles Herrera Romero Gerardo Abel Chaparro AguileraLic. 2014 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADECIMIENTOS Oscar Javier Ruiz Jerónimo: El primer agradecimiento a la presente tesis se dirige a mis padres que son personas fundamentales para este logro, uno de los muchos que vienen y que compartiré en su momento con mis seres queridos. La constancia y esfuerzo de mi mare que me enseñaron a nunca claudicar, a la paciencia de mi padre y sus deseos de lo mejor para mí. A mi hermana que ha sido un ejemplo a seguir como ser humano y como profesionista; inspiración y prueba fehaciente de que el logro y éxito están bajo un candado que solo se abre con una llave llamada perseverancia. A toda mi familia que me ve como ejemplo y deposita en mí su confianza y admiración. Mis niños, que siempre están a mi lado y manifiestan un amor incondicional a mi persona, parte del motor de mí día a día. También, este logro está dedicado a las personas que intentaron truncar mi camino y desearon lo peor para mí, pues solo me hicieron más fuerte y me dieron herramientas para vencer adversidades. Un agradecimiento especial a el amor de mi vida que está siempre en mi mente y me apoya en cualquier decisión y proceso, como en el presente escrito, mismo que fue formulado por días y noches sumamente esforzadas para su conclusión. Te amo Estivalis. Gracias también a todos y cada uno de los docentes que enseñaron y dejaron huella en mi camino académico. Sus conocimientos y dedicación hacen que yo me convierta en uno más de los frutos de su ilustre paciencia educativa. Gracias a todos y cada uno de los mencionados, este logro se los agradeceré de por vida. Estivalis Valencia León: Agradezco principalmente a mis padres que gracias a la dedicación y empeño que me forjaron pude concluir un episodio más, gracias a estas dos personas que me dieron y me guían en el arduo camino de la vida, que me inculcaron la responsabilidad y disciplina, porque sin estos dos factores hubiera truncado mis metas. Gracias por convertirse en mis amigos y aún en esas desveladas me acompañaron y aconsejaron para tomar las mejores decisiones. Gracias ma y pa por siempre estar a mi lado y cuando es necesario jalarme las orejas. Al tener un gran compromiso de ser el ejemplo de una persona tan especial como lo es mi hermano, de ahora también guíate y darte los consejos necesarios para que el día de mañana tu estés escribiendo esta dedicatoria, te agradezco por tolerar ese distanciamiento entre nosotros por la carrera, agradezco que a pesar de ello, los pocos momentos juntos los disfrutábamos y nos disfrutábamos. Dedico este trabajo a esa personita que me alienta y me ha enseñado a caminar por la vida con alegría, creatividad y principalmente la ayuda a los demás sin mirar a quién, gracias a mi abuelita por estar ahí cuando la necesité que sin darse cuenta me ayudó a tomar la decisión de dedicarme a la psicología. A mi pareja que literalmente sin él no se hubiera logrado esta satisfacción, que gracias a la carrera (donde te conocí) y esta tesis nos unió más, de la misma manera nos hizo madurar como personas y como pareja. A pesar de las diferencias y enojos, te agradezco la paciencia que has tenido conmigo para juntos vivir grandes experiencias como estas en toda nuestra vida. TE AMO. En especial, agradezco al profesor Samuel, desde el inicio me acompañó y estuvo conmigo en el proceso de ser profesional, cuando lo necesité para situaciones académicas y personales estuvo conmigo. Finalmente agradezco a cada uno de los profesores, que tuve el honor de conocer gracias a ellos aprendí mucho no solo de la psicología en conceptos, sino en la práctica y cuestiones personales que me ayudaron a quitarme el miedo de salir del cobijo de Iztacala. ÍNDICE Introducción 8 Capítulo 1.- Abuso sexual infantil (ASI) 13 1.1.- Tipos de ASI 17 1.2.-Causas del ASI 19 1.2.1.- Características del Abusador Sexual Infantil 20 1.2.2.- Características del Infante Abusado Sexualmente 25 1.3.-Consecuencias del ASI 27 1.3.1.- Consecuencias inmediatas del ASI 28 1.3.2.-Consecuencias a largo plazo del ASI 30 1.4.- Prevención 32 Capítulo 2.- Técnicas reportadas como efectivas en la intervención Psicoanalítica en Abuso Sexual Infantil. 2.1.- Intervención desde el psicoanálisis de la familia 38 2.1.1.- Objetivo de intervención 40 2.1.2.- Punto de efectividad 40 2.1.3.- Casos de aplicación 41 2.2.- Asociación libre (Interpretación de los sueños) 43 2.2.1.- Objetivo de intervención 45 2.2.2.- Punto de efectividad 46 2.2.3.- Casos de aplicación 48 2.3.- Hipnosis 50 2.3.1.- Objetivo de intervención 52 2.3.2.- Punto de efectividad 53 2.3.3.- Casos de aplicación 55 Capítulo 3.- Técnicas reportadas como efectivas en la intervención Conductual en Abuso Sexual Infantil. 3.1.-Autoinstrucciones 58 3.1.1.- Objetivo de intervención 60 3.1.2.- Punto de efectividad 62 3.1.3.- Casos de aplicación 63 3.2.-Reestructuracion cognitiva 68 3.2.1.- Objetivo de intervención 72 3.2.2.- Punto de efectividad 74 3.2.3.- Casos de aplicación 76 3.3.- Entrenamiento en habilidades sociales 79 3.3.1.- Objetivo de intervención 81 3.3.2.- Punto de efectividad 82 3.3.3.- Casos de aplicación 84 3.4.- Estrategias de relajación. (Relajación progresiva de Jacobson y respiración) 86 3.4.1.- Objetivo de intervención 90 3.4.2.- Punto de efectividad 91 3.4.3.- Casos de aplicación 92 3.5.- Desensibilización sistemática 94 3.5.1.- Objetivo de intervención 96 3.5.2.- Punto de efectividad 97 3.5.3.- Casos de aplicación 99 Capítulo 4.- Técnicas reportadas como efectivas en la intervención Humanista en Abuso Sexual Infantil. 4.1.-Terapia de grupo (corte humanista) 102 4.1.1.- Objetivo de intervención 103 4.1.2.- Punto de efectividad 105 4.1.3.- Casos de aplicación 106 4.2.-Terapia centrada en la persona 109 4.2.1.- Objetivo de intervención 112 4.2.2.- Punto de efectividad 113 4.2.3.- Casos de aplicación 114 4.3.- Terapia Gestalt 118 4.3.1.- Objetivo de intervención 120 4.3.2.- Punto de efectividad 121 4.3.3.- Casos de aplicación 122 Capítulo 5.- Otras técnicas reportadascomo efectivas en la intervención terapéutica en Abuso Sexual Infantil. 5.1.-Aplicación de pruebas proyectivas 124 5.1.1.- Objetivo de intervención 126 5.1.2.- Punto de efectividad 127 5.1.3.- Casos de aplicación 130 5.2.-Ruptura del ciclo del abuso 133 5.2.1.- Objetivo de intervención 139 5.2.2.- Punto de efectividad 140 5.2.3.- Casos de aplicación 141 5.3.- Terapia familiar (enfoque sistémico) 145 5.3.1.- Objetivo de intervención 148 5.3.2.- Punto de efectividad 149 5.3.3.- Casos de aplicación 151 Conclusiones 155 Bibliografía 164 INTRODUCCIÓN El abuso sexual en infantes es un tema digno de atención para la comunidad psicológica, ya que forma parte importante de los motivos de consulta presentados en sesión, siendo a la vez un tema poco abordado por los clínicos en la materia, pues son pocos los psicólogos clínicos que intervienen tomando efectivos métodos de acción, ya que la mayoría de los terapeutas canaliza los casos con otros colegas especializados, familiarizados o sin temor hacia el tema (Canton, 2000). La intervención terapéutica, es un tratamiento para problemas de naturaleza emocional, en el que una persona entrenada, establece deliberadamente una relación profesional con un paciente, con el objeto de eliminar, modificar o retardar síntomas existentes, cambiar patrones alterados de conducta y promover el crecimiento y desarrollo positivo de la personalidad (Pelechano, 1976). Es por ello que muchos psicólogos canalizan a los abusados o abusadores sexuales con colegas, puesto que no están entrenadas o no tienen las herramientas suficientes para este motivo de consulta. Nos es necesario brindar el apoyo a los psicólogos clínicos para que el trabajo terapéutico se facilite, no importando el motivo de consulta a abordar, por lo que debe de existir material que respalde y oriente en consulta, motivo por el cual se busca aportar con los resultados obtenidos en la bibliografía del abuso sexual infantil, compilando varios modelos, técnicas y recursos dentro de la psicología, que se reportan como efectivos en la sintomatología derivada del abuso. Se presenta en un primer apartado una introducción al abuso sexual infantil, en donde se exponen sus tipos o categorías, características, derivaciones, índices y ocurrencias en los tiempos actuales, con el fin de dar una idea al lector de lo considerado como abuso sexual en infantes, tratando de conscientizar y sensibilizar en el tema para que conozcan las consecuencias a corto y largo plazo derivadas del abuso sexual infantil. 9 Sumando a las características del abuso sexual infantil se busca hacer consciencia no solo al concepto general del abuso sexual, sino a los efectos que conlleva la trata de infantes, los alcances de la comercialización, de la misma forma la realización de la pornografía infantil, así como a la esclavitud de mujeres, que en su gran mayoría han sido abusadas desde la infancia, trasladadas y comercializadas con fines de explotación sexual. Posterior a la exposición de las características del abuso se realizará el desarrollo del reporte teórico pretendiendo mostrar las técnicas reportadas como efectivas divididas en cuatro apartados: las tres principales escuelas del área psicología clínica, como lo son, el psicoanálisis, el cognitivo conductual y el humanista y el cuarto apartado, se incluyen técnicas que por su naturaleza no entran en estas tres escuelas, y que a su vez han mostrado su efectividad, aceptación y aplicación. Pensando el plasmar en la presente tesis teórica solo aquellas técnicas que resultan efectivas en la intervención terapéutica del abuso sexual infantil, dejando de lado las formas de intervención que no validan su efectividad. Entendiendo por técnicas solo aquellas que por su definición, son todas las pruebas o procedimientos utilizados en el laboratorio, como en el mundo social para la realización de un diagnóstico psicológico (Pelechano, 1976), es decir, son todas las herramientas que se utilizan en un proceso terapéutico para establecer un equilibrio emocional y/o mental en la vida diaria del abusado o el abusador en este caso. Se encuentra que la perspectiva psicoanalítica pone énfasis en las modificaciones que se producen en el aparato psíquico, causando un desequilibrio en las funciones del yo, por lo que se busca encontrar el reordenamiento en dicho aparato, ya sea a un nivel consciente o inconsciente. Por su parte la perspectiva cognitivo conductual realiza modificaciones directas en la conducta en base a las percepciones e ideas que son modificadas después de experimentar un abuso sexual. En este aspecto, cabe mencionar que 10 esta escuela es la que manifiesta más métodos reportados como efectivos dirigidos hacia la intervención. Los diversos autores en esta corriente unifican la modificación de la conducta con la modificación de las cogniciones del entorno y del propio individuo, obteniendo resultados productivos. En lo que respecta a la corriente humanista se encuentran resultados tanto integradores en grupo como de forma individual, en donde el imperativo principal es la integridad y el desarrollo humano, el cual es perpetrado también con el abuso sexual, pues no solo se abusa del cuerpo; aunado a estos resultados, también se incorpora la intervención gestáltica que suma también su efectividad en la corriente humanista. En última instancia se conjunta un listado de intervenciones que, como se menciona anteriormente, por naturaleza no se pueden incluir en las tres escuelas antes mencionadas, pero que a su vez muestran un grado de efectividad en la sintomatología derivada del abuso, motivo por el cual son incluidas en un último apartado. Haciendo mención sobre la definición de efectividad, es conocer el resultado alcanzado en la intervención en condiciones habituales de uso. Los estudios de efectividad por su propia naturaleza están relacionados con el método inductivo u observacional, en este aspecto, el terapeuta no selecciona estrictamente a sus pacientes, es decir es el usuario o paciente quien elige al terapeuta, quien ofrece una imagen del resultado en la realidad (Conde, 2002). Por otra parte la efectividad se centra en el análisis de funcionamiento y resultados en práctica clínica habitual en donde la observación deberá incluir pacientes no tratados o tratados con la intervención alternativa (Ferro, 2004). Es entonces donde mencionamos que el efecto observado nos muestra la medida del efecto en la vida real, aquí buscamos que el resultado a largo plazo sea particularmente relevante. 11 Por nuestra parte, la efectividad de las intervenciones incluidas, son avaladas por el reporte que manifiesta la bibliografía, de los usuarios al término de la intervención, en donde se manifiesta por su misma voz, la disminución de la sintomatología provocada por la perpetración del abuso sexual, aquí se tiene que tener confianza en el reporte del usuario pues es en él en quien se deposita la confiabilidad de la efectividad. Principalmente el grado de satisfacción del cliente o paciente con la intervención es lo que medirá la efectividad, puesto que no contempla la comparación de los efectos de la intervención con nada, es decir, se basa en diseños de sujeto único (usuario o paciente). En un segundo plano, se encontrará el criterio de efectividad en los reportes de los autores de la bibliografía, que manifiestan mejoría después de la intervención, haciendo un contraste en el antes y el después de la intervención terapéutica que se emplea con el usuario. Nuestro último criterio de efectividad es aquel que reporta el terapeuta comoevolución y registro de su propia intervención, en donde varios autores concuerden con los mismos reportes y con el mismo método empleado, cuidando no solo en colocar resultados de reportes aislados, sino reportes que concuerden con la teoría expuesta y que manifiesten aceptación para el trato de la sintomatología del abuso sexual infantil. Al final de éste trabajo se espera como resultado, el dar opciones al terapeuta para tener la oportunidad de escoger entre la variedad de técnicas reportadas como efectivas para intervenir el abuso, ofreciendo la que más se ajuste a sus necesidades en consulta y a la demanda del usuario o padres de familia, pues como se desglosará más adelante, las consecuencias de un abuso sexual infantil necesitan métodos de intervención exclusivos e individualizados a cada caso, pues ningún abuso repercute en la sintomatología del abusado para formar casos de intervención idénticos entre sí. 12 Es importante mencionar que la intervención adecuada en el tratamiento del abuso sexual se puede realizar en un corto y largo plazo. Cuando la intervención fluctúa a un corto plazo, la ayuda es buscada por los padres o tutores, por lo que muchas veces el infante no tiene una noción concreta de lo que sucede, posterior al abuso, por lo que se debe de hacer una intervención conjunta con los padres como se expondrá más adelante, la intervención en un corto plazo al abuso, aborda síntomas como lo son, el estrés post trauma, depresión, ansiedad, incluyendo las repercusiones somáticas que la perpetración genera. Por otro lado la intervención de largo plazo posterior al abuso es buscada de una forma independiente, siendo en la mayoría de los casos el propio abusado el que busca la ayuda terapéutica, acercándose a ella en la adolescencia, juventud o en la edad adulta, por lo que la temática a abordar se centra en la funcionalidad de la personalidad, en las habilidades sociales y de pareja, así como una identificación introspectiva en el individuo desde el antes y el después del abuso sexual. Es importante recalcar que nuestra revisión bibliográfica no busca confrontar las bases teóricas de intervención psicológica, ni mucho menos buscar un ganador, sino concretar una posible opción que ofrezca un catálogo en donde se encuentren diversos métodos y/o técnicas para abordar los diferentes síntomas consecuentes a corto y mediano plazo por un abuso sexual, expresando la posibilidad de tener poder de elección entre diversas técnicas, ya que existe un sustento en todas y cada una de ellas a base del reporte de efectividad. Se espera que al mismo tiempo, el presente trabajo teórico motive a realizar futuros manuales o prontuarios que aborden la exposición de distintos motivos de consulta a cerca del abuso sexual, e incluso de otros motivos de consulta distintos al abuso infantil, ya que existe una gran demanda y variedad en la intervención psicológica al tiempo de una amplia forma de intervención para cada detonante de solicitud de consulta. 1.- ABUSO SEXUAL INFANTIL (ASI) El abuso sexual infantil, es un problema actual, latente y digno de atención para la comunidad psicológica, en donde el abuso se presenta en ocasiones como eventos focalizados o mostrando a su vez una amplia red en donde los abusados son expuestos, comercializados y marcados para toda la vida. Es pues necesaria la profundización del psicólogo clínico en estas problemáticas sociales, para una intervención satisfactoria al tratar un Abuso Sexual Infantil (ASI). Para empezar a hablar de ésta problemática, se necesita definir las palabras de abuso sexual, ya que en muchas ocasiones por falta de información, no se conocen las acciones que delimitan un abuso sexual en menores. Por ello la definición del abuso sexual infantil, que presenta la Organización Mundial de la Salud, consiste en: “La participación de un niño en una actividad sexual que no comprende plenamente, a la que no es capaz de dar un consentimiento, o para la que, por su desarrollo no está preparado y no puede expresar su consentimiento, o bien que infringe las leyes o los tabúes sociales. El abuso sexual de menores se produce cuando esta actividad tiene lugar entre un niño y un adulto, o bien entre un niño y otro niño o adolescente que por su edad o desarrollo tiene con él una relación de responsabilidad, confianza o poder. La actividad tiene como finalidad la satisfacción de las necesidades sexuales de la persona mayor.” Hay información donde se menciona que los abusados sexualmente resultan afectados en gran medida en salud física, en desarrollo cognitivo y emocional, por lo que la misma Organización Mundial de la Salud, hace énfasis en la detección inmediata, dando menor importancia a la prevención e intervención, reconociendo posteriormente la importancia del conocimiento del problema y métodos de información e investigación. Sin embargo, nosotros consideramos primordial la intervención inicial con difusión y acción en prevención, posteriormente, si la prevención no llegó a tener 14 efecto, se realiza la detección de abusados infantiles, llevando en última instancia la intervención, ya teniendo un conocimiento de magnitud del problema y una investigación de la metodología que se llevará a cabo para dicha intervención, lamentablemente en los tiempos actuales, la demanda más urgente es la intervención de los infantes abusados, para que estos tengan un desarrollo digno y mejores perspectivas de vida. En México se tiene un frágil sistema legal de protección a la integridad física y sexual de los niños y niñas, en la ley para la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, en el Título Segundo, capítulo quinto del derecho a ser protegido en su integridad, en su libertad, contra el maltrato y abuso sexual. Y en su art. 21, donde menciona que las niñas, niños y adolescentes tienen el derecho a ser protegidos contra actos u omisiones que puedan afectar su salud física o mental, su normal desarrollo o su derecho a la educación. Teniendo también términos semejantes establecidos en el art. 3° constitucional, siendo lamentablemente insuficiente la cobertura de dichas normas, ya que en muchos casos se desconoce estos postulados a favor de la víctima, aunando la gran impunidad que se le da a los casos de ASI. Los artículos mencionados anteriormente engloban la protección infantil cuando el infante se vea afectado por: A) El descuido, la negligencia, el abandono, el abuso emocional, físico y sexual. B) La explotación, el uso de drogas y enervantes, el secuestro y la trata. C) Conflictos armados, desastres naturales, situaciones de refugio o desplazamiento y acciones de reclutamiento para que participen en conflictos armados. El ASI se puede definir como los «contactos e interacciones sexuales entre un menor de edad y un adulto o entre menores de edad si existe una diferencia de cinco años entre ellos, o si el niño o adolescente agresor se encuentra en una 15 posición de poder o control sobre la víctima, aunque no haya diferencia marcada de edad (Hartman y Burgess, 1989). García-Piña (2009), menciona que los factores que se deben considerar para la dinámica del ASI son: A) La coerción: El agresor incluye las amenazas, el engaño, la seducción, la fuerza física o ambas. En éste caso, el agresor muestra el abuso de poder que tiene sobre la víctima. B) La diferencia de edad y el nivel de desarrollo. Ésta diferencia entre el agresor y la víctima, permite que exista libertad de decisión o consentimiento de ésta última. C) El tipo de conducta sexual. Es necesario diferenciar las prácticas normales o juegos sexuales, que se dan entre niños con edad similar y las conductas abusivas en donde la diferencia de edad o del desarrollo y la coerción suelen marcar la diferencia. Por otra parte, es difícil tener una prevalencia exacta sobreel ASI, puesto que no todos los casos son denunciados por diferentes factores, entre los que destacan, que el agresor está dentro del vínculo familiar y la víctima o los padres de la víctima, no proceden de forma legal, por vergüenza o pudor que se genera entre ellos (Cacho, 2010). En los momentos en que se llegue a dar un abuso sexual por parte del padre de la víctima, se habla de un caso de abuso incestuoso, por lo que la denuncia o la exposición del abuso resulta bastante vergonzoso para toda la familia, provocando una ruptura en los lazos familiares más prominente a la que se mostró con el simple abuso (Krugman, 1987). Otra razón para no dar aviso del ASI, es no exponer la imagen del infante como un ser perpetrado, por la vergüenza de este y por no ser señalado por la sociedad, independientemente de quien haya sido el abusador. 16 En la actualidad el abuso sexual puede presentarse como un evento focalizado y en diferentes contextos sociales culturales o religiosos, ya que no existe una correlación marcada en el abuso sexual cuando este es cometido por una sola persona, pero, por otra parte, se tienen registros de abusos sexuales en masa, por una o varias personas, como lo fue revelado por varios medios de comunicación en Cancún por el pederasta Jean Succar Kuri, quien por varios años abusaba sexualmente de infantes, grababa sus abusos con él y otros “clientes” a los cuales les conseguía infantes para abusar también de ellos, comercializando posteriormente los videos y fotografías en la red, fundando la más importante red de pornografía infantil en México, seguida de la red de tratantes y de pornografía infantil centrada en Tijuana, en donde se comercializa con infantes y mujeres para llevarlas a Estados Unidos de América, según Cacho en su publicación Demonios del Edén en el 2005. El abuso sexual se muestra como un problema social, en donde los principales afectados son los infantes, mientras que para otros origina lucro, un gran negocio y placer, ya que la paga para abusar sexualmente de un infante constituye el segundo negocio ilícito que más ganancias deja a las organizaciones criminales, originando solo en el país aproximadamente diez mil millones de dólares anuales, después del narcotráfico que anualmente suma una cifra oficial de veinticinco mil millones de dólares (Cacho, 2005). Entre los registros de la Organización Mundial de la Salud, se estima que en el mundo, aproximadamente 150 millones de niñas y 73 millones de niños han sido víctimas de abuso sexual antes de tener los 18 años de edad. En México, no existe un sistema coordinado entre instituciones públicas o procuradurías y organizaciones no gubernamentales, para tener cifras confiables sobre ASI (García-Piña, 2009). Para la aparición del ASI, se deben de tener en cuenta tres factores que son fundamentales, definiéndolas y enlistándolas de la siguiente manera: 17 A) Víctima.- Supone registrar la situación de desigualdad jerárquica y abuso de poder a la que estuvo sometido el infante en relación con el abusador (Llanos, 2001). Los índices de edad de abuso sexual son más marcados en niñas que niños, teniendo un 86% las primeras y un 14% los segundos, mostrando una edad de entre 6 a 14 años, mostrando en alguno de los casos dificultad en su desarrollo, no poder hablar sobre su situación o tener algún tipo de discapacidad. B) Abusador.- Persona que ejerce sobre un infante besos, caricias, manoseo o penetración oral, vaginal o anal, dependiendo del caso. Esta persona en algunos casos ha sido abusada sexualmente, se excita sexualmente ante los niños y desea actuar impulsado por esa excitación. C) El proceso de victimización.- Es el proceso en el cual se va desenvolviendo el abuso sexual, puede tardar varias semanas o ser cometido en unos cuantos minutos de conocer al infante, puede ocasionarse con seducción o con violencia y también existir o no presión para el silencio del abuso. 1.1.- Tipos de ASI Los autores de ASI, mencionan diferentes clasificaciones de éste, algunas de las encontradas se engloban de la siguiente manera (Paradise, 1990): A) Abuso sexual familiar o incestuoso.- Es la forma más común se presenta 65% de los casos. El agresor más frecuente es el padre o padrastro, hermano (s), tíos, abuelos o primos, por mencionar algunos. B) Abuso sexual extra familiar.- Es cuando el ASI es causado por conocidos de la víctima en el 25% de los casos, ya sea por un empleado de la casa, una amistad de los padres o una persona de supuesta confianza como un sacerdote, un maestro o vecino, en un 10% es un desconocido, una persona que nunca se ha visto en ningún circulo del infante o de la familia del abusado (Paradise, 1990). 18 C) ASI con violencia física.- Este tipo de ASI suele ser el más traumático de todos los tipos, pues el perpetrador lastima con fuerza al infante forzándolo a la actividad sexual, este caso es agravado cuando el perpetrador usa algún tipo de arma sobre el infante, causándole un importante daño físico, requiriendo intervención médica no solo en la zona genital. D) ASI sin violencia física.- Aquí el perpetrador no ejerce fuerza física adicional a la penetración pero, si ejerce intimidación al infante con algo que este desee, como amenazar con agredir a un ser querido, usando palabras altisonantes o amenazar con golpes, llevando una clara repercusión en el estado psico-emocional. Por otro lado las parafilias, siguiendo a Flores Colombino (1999), el término “Parafilia” carece de connotaciones peyorativas o morales, por lo cual se adoptan nuevas clasificaciones de los trastornos psicosexuales a fines del siglo XX. Este autor hace un recorrido histórico de los diferentes términos utilizados como sinónimos; menciona las perversiones sexuales, desviaciones sexuales, anomalías sexuales, alteraciones sexuales, conductas excepcionales, preferencias sexuales, variantes sexuales. Comúnmente se entiende por pedofilia el acto o la fantasía de establecer relaciones sexuales con niños menores de edad, como método repetidamente preferido o exclusivo, para lograr la excitación sexual, obteniendo: Pedofilia: Cuando se trata de relaciones sexuales de un hombre con jóvenes menores de 18 años o niñas. Pederastía: Cuando las relaciones sexuales son de un hombre con jóvenes menores de 14 años. Efebofilia: Cuando las relaciones sexuales son con adolescentes, según Stoller en el año 1997. 19 Sin embargo la clasificación del DSMIV caracteriza a las parafilias “por impulsos sexuales intensos y recurrentes, fantasías o comportamientos que implican objetos, actividades o situaciones poco habituales. Estos trastornos producen malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Las parafilias incluyen el exhibicionismo, el fetichismo, el frotteurismo, la pedofilia, el masoquismo sexual, el sadismo sexual, el fetichismo transvestista, el voyeurismo, y la parafilia no especificada”. 1.2.-Causas del ASI La Escuela Sexoanalítica Canadiense afirma que la mitad de los pedófilos que son tratados allí en terapia, han tenido ataques sexuales cuando eran niños (Bouchard, 2001), por lo que se infiere que cierto porcentaje de ASI tienen sus cimientos cuando el victimario sufrió un abuso anterior. Sigmund Freud consideraba la pedofilia claramente como una parafilia o desviación sexual en donde el pedófilo no ha resuelto su complejo de Edipo y de esa manera es un pervertido del amor padres e hijos, que asegura su energía sexual para su propio placer. Incapaz de relacionarse sexualmente con un adulto, su sexualidad permanece polimorfa como la de un niño. El niño es la salida a sus impulsos descontrolados. Todo acto de abuso sexual con menores es edipiano, no sólo por su naturaleza arcaica, sino por la desproporción entre los dos protagonistas(Stoller, 1977). Por otro lado los estudiosos que algunos autores realizan de la conducta, como con sus contingencias, señalan que el desarrollo de conductas sexuales con infantes se debe al condicionamiento aprendido que se da cuando un adulto solo ha podido conseguir la excitación sexual con niños, persiguiendo la ocurrencia de este evento con cada vez más fuerza, duración, frecuencia e intensidad, fomentando cíclicamente el deseo de intimidar con infantes. El contexto juega un papel importante en esta perspectiva, ya que la historia de vida y la historia de reforzamiento sexual determinarán las preferencias del victimario. 20 Para los cognitivistas la sexualidad es uno de los sistemas motivacionales interpersonales (SMI). La pedofilia, como toda parafilia, sería el resultado de estos sistemas inadecuados producidos en la relación con las figuras familiares importantes (Veglia, 1999). Basados en la “teoría del apego” de John Bowlby, aceptada por los psicólogos cognitivistas, el pedófilo podría ser fruto de una relación con la “figura materna” de tipo inseguro-resistente. Dicha figura a veces ha respondido con cariño, amor aunque algunas veces no sea así. De esa manera, se ha creado un niño que no ha aprendido a controlar sus exigencias, que busca de manera compulsiva y obsesiva afectividad y sexo, que no sabe poner límites a su deseo de posesión (Prada, 2004). Por otra parte se considera que las parafilias, como la pedofilia, se obtienen como el desenvolvimiento de actitudes negativas hacia el sexo, experiencias de abusos sexuales durante la niñez, exposición a modelos de aprendizaje sexual deseado, sentimientos de inseguridad y autoestima baja, así como dificultad en las relaciones interpersonales, lo que facilita una relación sexual adulto-niño (Tollinson y Adams, 1979). Un factor de importancia para que suceda el ASI, es la comercialización y explotación infantil con fines sexuales, así como la venta de pornografía infantil, que fomenta y difunde entre sus consumidores el deseo de tener algún tipo de actividad sexual con el infante, a tal grado de contactar a los distribuidores de pornografía infantil para incorporarse a esta cadena delictiva “consumiendo” directamente lo que para ellos es llamado como producto, siendo en este caso niños, jóvenes o mujeres en otros casos (Cacho, 2005). 1.2.1.- Características del Abusador Sexual Infantil Antes de hablar a cerca de las características personales del abusador sexual, es necesario mencionar las características geográficas donde se localiza, que son en tres esferas que conforman el círculo de desarrollo del infante. 21 La primera esfera es el círculo familiar, en donde el abusador comete un acto incestuoso, que es desestabilizador del orden afectivo y sexual tanto para la víctima como para el victimario. A esto hay que añadir el silencio forzoso que se impone. Se calcula que el 65% de las mujeres en general han presentado dentro de su familia alguna característica relacionada con el incesto, aunque sin llegar a cometer el abuso sexual como tal, pero si teniendo algún tipo de manoseo, miramiento o intento de seducción por algún familiar (Watson, 2007). El incesto, de mayor a menor número, se calcula padre-hija, entre hermanos, abuelo-nieta, entre primos y de madre-hijo. Desde este punto de vista, el mayor número de casos de abuso sexual se realiza dentro de los muros de la casa paterna (Gonzales, 2001). La segunda esfera, no tan centralizado para el infante se presenta el abusador ejerciendo el rol de ser la persona en quien el niño confía naturalmente, como un trabajador de casa, un amigo de familia, un profesor, un clérigo, un maestro, un policía. El escándalo y el interrogatorio que se hace ante las autoridades pertinentes al presentarse una situación de esta índole, pueden ser tan perjudiciales como el mismo abuso sexual, por la dramaticidad, la obsesión de detalles, la ira explosiva de los padres y la curiosidad malsana de los espectadores (Freire, 2007). Por último la tercera esfera, el agresor opera en la calle o en otros ambientes fuera del hogar, es traumático pero ocasional y por lo general no se encuentra en los círculos sociales de los infantes, anteriormente ya mencionados. La mayor parte de los casos acontecen en los parques, a la salida de las escuelas, o en los predios en ruinas o deshabitados. Habrá que añadir a estas tres esferas del desarrollo del infante el peligro latente de caer en una red criminal de explotación sexual, ya que se manifiesta en gran parte de la república los raptos de infantes con miras sexuales, presentándose en el Estado de México, particularmente reportándose en el municipio de Santo Tomas Chiconautla, en rapto de varios menores de los cuales 22 se desconoce su paradero, a excepción de una infante que días después fue encontrada en Panamá, arrojando las investigaciones posteriores que su rapto fue hecho por una red de tratantes de infantes que opera en el país, sugiriendo corrupción en altos mandos políticos, teniendo así la facilidad de sacar en pocos días a un infante del país sin tener mayor problema legal. El tratante de infantes, que muchas veces también es abusador sexual, por lo general se presenta fuera de las escuelas, en parques o plazas comerciales en donde incita a los niños o adolescentes a seguir dándoles premios o regalos para después convencer o pedir la devolución de los “regalos” en forma de favores sexuales (Cacho, 2010). Los rasgos característicos del tratante son los de un empresario exitoso, bien vestido y con una actitud de “persona buena”, generosa, amable y cortés, incluso según Cacho (2010), seductora. En cuanto a los tratantes que a su vez abusan sexualmente de infantes, gustan de sostener relaciones sexuales con ellos, así como ver y exhibir el acto sexual con ellos. Son personas que requieren sentir tener el poder sobre la otra persona y que gustan del poder, sin descartar el dinero que se gana comercializando el sexo con infantes. Cantón (1997), al hablar sobre la personalidad, reporta que no se encuentra un perfil característico del agresor sexual de infantes, lo concluyeron después de haber usado test psicométricos, principalmente el Minnesota Multiphasetic Personality Inventory (MMPI). Los únicos hallazgos muestran que los agresores sexuales no violentos, suelen ser más tímidos, pasivos y faltos de asertividad, en cambio, los incestuosos generalmente son dominantes y controladores, al menos en su familia. En cuanto a la evaluación bioquímica, los resultados muestran que los niveles de testosterona en sangre de los agresores sexuales están dentro de los límites normales. Aunque se encontró que los agresores sexuales más violentos pueden presentar unos niveles más elevados de testosterona, pero no se logró 23 aclarar si este aumento se relaciona con la agresión sexual específicamente o con la conducta agresiva en general (Challahan, 2004). También se recurrió a la evaluación fisiológica para clasificar a los agresores sexuales infantiles. El índice más objetivo de activación sexual del pedófilo es la medida de erección del pene ante estímulos eróticos infantiles, como videos o fotografías (Hall, 1990). Pero esta postura es criticada por muchos autores, ya que muchos de los agresores no logran la activación física y muchos sin historial de conductas pedofílicas pueden llegar a experimentar activación sexual frente a estos estímulos. La edad de los agresores, es una característica primordial, varía desde los adolescentes hasta los ancianos, aunque es más común que sean hombres de mediana edad. Desde el punto de vista jurídico, la edad media de los agresores sexuales es superior a la de otros delincuentes, en promedio superior a los 35 años. A su vez se produce una inversión, ya que los mayores (de 50 años o más) eligen niños menoresde 10 años mientras que los más jóvenes los prefieren de 12 a 15 años (Cantón, 2004), de hecho se registra con los reportes de Cacho (2005), que el pederasta Succar Kuri, de más de 70 años, tenía a su vez clientes con más de 80 años de edad a los que les conseguía infantes para abusar sexualmente de ellos; niñas incluso de 4 años de edad. Groth por su parte en 1982, realiza dos distinciones en los abusadores sexuales dependiendo de sus características, como “los pedófilos fijados” descritos como personas que nunca maduraron psicosexualmente y no se relacionan con compañeros sexuales adultos. En cambio prefieren sexualmente a los niños, generalmente de forma exclusiva, y tienen necesidades emocionales pueriles, es decir, que desean relacionarse con “otros niños”. Teniendo por otra parte los “pedófilos regresivos”, que son personas que alcanzaron un desarrollo adulto normal de preferencia sexual por otros adultos, incluso teniendo esposa e hijos. Pero, que en determinados momentos de estrés son incapaces de adaptarse, lo que los lleva a implicarse en conductas sexuales 24 con niños. Estos comportamientos les suele provocar sentimientos de culpa y remordimientos. Estas conductas se dan de manera impulsiva, episódica y normalmente sus víctimas son niñas (Bouchard, 2001). Howells (1981), menciona que los abusadores sexuales infantiles en ocasiones permanecen solteros y en los casos en que tienen pareja es para que les permita tener acceso a los niños. Sus víctimas generalmente son varones, los que representan el papel de su compañera adulta. No ven su comportamiento como inadecuado y piensan que la sociedad debería dejar que satisfagan sus necesidades de este modo. Planifican los abusos, los cuales ocupan una parte importante de las vidas de estos individuos, por lo que su deseo es primario hacia los niños, no sintiendo interés sexual o emocional por los adultos. Canton (2004), manifiesta que existen dos características típicas en los perpetradores sexuales, que son autoritarios o no violentos y los violentos. Los no violentos son motivados por una tensión sexual y emplean el engaño o la presión para someter a la víctima, basándose en su relación de poder y autoridad sobre el niño (por ser adulto, padre o maestro). Éstos se subdividen en dos grupos en función de su preferencia sexual: los abusadores exclusivos y los no exclusivos. Los primeros se sienten atraídos sexualmente hacia niños en forma exclusiva; encuentran insatisfactorias o rechazan las relaciones sexuales con adultos. Si bien se los describe como personas inmaduras, éstos pueden adoptar pautas de comportamiento adulto perfectamente adaptadas. Los segundos, que llevan una vida sexual aparentemente satisfactoria con adultos y en determinadas circunstancias abusan sexualmente de los niños. Racionalizan los abusos atribuyéndolos a las circunstancias en que se produjeron, estos interactúan con los niños como si fueran adultos. En este subgrupo se encuentran la mayoría de los agresores sexuales. Los violentos son aquellos que emplean el asalto o la violencia para someter a las víctimas, causándoles lesiones o incluso la muerte. Presentan graves características de personalidad psicopática, con antecedentes de conducta 25 antisocial. La motivación para el abuso es sexual y violenta al mismo tiempo. Su patrón de conducta obedece a la búsqueda de sensaciones y de su propia satisfacción. Este grupo es mucho menos numeroso y más peligroso que el anterior (Cantón, 2004). Algunos de los practicantes de la pedofilia afirman que ellos, y en general los que practican las llamadas “desviaciones sexuales” (parafilias), son seres muy evolucionados que forman ya el verdadero hombre del futuro, realizado en todas sus potencialidades y sin ninguna represión sexual o social (Cooper, 1997). Algunas de las circunstancias que favorecen también el abuso sexual infantil, es la baja autoestima en la esfera sexual del abusador, uso o dependencia del alcohol y las drogas, los conflictos conyugales, el hacinamiento y la vida desordenada. 1.2.2.- Características del Infante Abusado Sexualmente Los infantes por lo general, manejan un perfil vulnerable, inocente, indefenso, que tiene pocas posibilidades de defenderse y que generalmente no puede solicitar ayuda, pues su baja autoestima no le permite defender su integridad o comunicar de forma verbal si se encuentra en una situación incómoda para él. La edad de las víctimas en donde se muestra mayor vulnerabilidad es entre los 6 a los 14 años, existiendo la mayoría de los abusados en una edad de entre 7 a 9 años (Horno, 2001). Los infantes abusados por lo general son niñas, repitiendo el dato, en un 86% en niñas y un 14% en niños, esto ocasionado, porque los abusadores pertenecen al sexo masculino en su mayoría, y estos tienden a preferir a las niñas para abusar de ellas, aunque en momentos prefieren a niños también. En una menor medida se reporta el abuso sexual por parte de mujeres a niños, solo en un 3% en comparación con los casos registrados de hombres a infantes (Cantón, 2004). 26 La característica básica para que un infante sea abusado sexualmente es su ingenuidad sobre el tema, ya que el agresor actuará fuera de los ojos de los tutores, en caso de no ser un hecho incestuoso o pornográfico, para perpetrar al infante, lo hará generalmente obligándolo a base de amenazas hacia su propio ser o de personas que interesen al menor, también usará violencia física, verbal o posiblemente fármacos (Horno, 2001). Se considera que gran parte de los abusados sexuales presentan algún tipo de déficit en el desarrollo, pues como se mencionó anteriormente, se tiene dificultad en el lenguaje, en el oído o en la vista. En lo que respecta a déficits cognitivos, se encuentra que los infantes abusados suelen tener parálisis cerebral, autismo y síndrome de Down, por mencionar algunos. Cuando exista una deficiencia, el infante no comprenderá que es víctima de un abuso sexual porque no conoce a cerca del tema y porque su percepción ante el evento es bastante limitada dando como resultado una mala interpretación de lo que es objeto, sumando otros factores, como la edad biológica y la edad mental, el desarrollo social y económico. Los índices de ocurrencia se incrementan considerablemente en niños golpeados o maltratados hasta en un 300%, ya sea viviendo violencia domestica, con falta de afecto, en búsqueda del contacto y aprecios humanos, sin tener la connotación sexual, característica distintiva en una familia fracturada y confusa ya que estos infantes tienden a ser mas herméticos, introvertidos, solitarios, con nula comunicación de sus problemas y por ende con una autoestima baja (Echeburúa, 2002). Es fácil cruzar la línea de abuso en un infante que ha sido maltratado ya anteriormente de forma física o emocional, incluyendo también el abandono físico, desnutrición, bajo rendimiento académico, falta del manejo del lenguaje, resultado de la falta de atención de los padres. 27 Aunque se explica que hay mayor probabilidad de abuso sexual en un infante carente de afecto y de factores para un sano desarrollo, se ha encontrado registro de abusos sexuales dentro del ceno de una familia con alto poder adquisitivo, alto nivel educativo y cultural. No es una norma pues el hecho de la presencia de abusos sexuales en infantes en esferas carentes y en bajo desarrollo, aunque los datos de incidencia colocan a esta población más vulnerable y propensa al abuso, sin embargo hay que tener presente que el abuso sexual en infantes puede presentarse en cualquier lugar, en cualquier nivel socioeconómico, religioso, geográfico etc. por lo que no habrá una predominancia total y de un cien por ciento definida para que un infante sea blanco de un abuso sexual, demandando la atención permanente de los padres o tutorespara evitar y en el peor de los casos detectar la ocurrencia del ASI (Echeburúa 2002). Otro dato a considerar es el índice de credibilidad que se le da a los infantes abusados, pues solo 1 de 4 niños son tomados en cuanta dando fe en su palabra, mientras que el resto de los abusados que manifiestan los hechos son tachados de mentirosos, provocadores y responsables del delito sexual del que fueron víctima, por lo cual la víctima nuevamente es victimizada a causa de que sus palabras son puestas en tela de juicio otorgando poca o nula credibilidad de su testimonio (Echeburúa 2002). 1.3.-Consecuencias del ASI La experiencia de abuso sexual infantil puede considerarse una situación extrema que, suele resultar en un elevado nivel de estrés y malestar en la gran mayoría de individuos abusados (Lazarus, 1984). El ASI no se trata de un problema reciente. Las consecuencias psicológicas que suelen acompañar a la vivencia del abuso sexual infantil son frecuentes y diversas, tanto aquellas que se producen en la infancia como las que, en muchas ocasiones, perduran hasta la edad adulta. Ya que las consecuencias afectan a 28 todas las áreas de la vida de la víctima e impiden hablar de un cuadro exacto en las consecuencias del abuso sexual infantil (Runtz, 1997). Como resultado de un abuso sexual, no existe un patrón de síntomas único, pues la presencia de una extensa variedad de síntomas la ausencia de algunos de ellos, impiden establecer una sintomatología que defina y englobe los problemas emocionales, cognitivos y sociales. (Kendall-Tackett, 1993). En las dos últimas décadas los abusos sexuales a menores han suscitado un gran interés, tanto entre la comunidad científica, como en la sociedad en general, debido a su prevalencia y las consecuencias a corto como a largo plazo (Cantón, 2006). Por lo cual se expondrán las consecuencias a corto y a largo plazo del abuso sexual infantil. 1.3.1.- Consecuencias inmediatas del ASI Algunas situaciones inmediatas a causa del abuso sexual oscilan desde problemas en la alimentación, sueño, aprendizaje, psicomotricidad, lenguaje y hasta las alteraciones en el comportamiento, muy graves perturbaciones emocionales, así como la probabilidad de enfermedades de transmisión vía sexual. Las consecuencias para el sexo femenino mayores de 10 años pueden ser el embarazo no deseado, el aborto, y la marginación social (Pickering, 2000). Consecuencias a corto plazo (en los dos primeros años, posterior al abuso): miedo, cefalea, trastornos del sueño, trastornos de la alimentación, depresión, culpa, vergüenza, enojo, problemas escolares, delincuencia, agresión, hostilidad, comportamiento antisocial, tartamudeo, introversión, apatía, comportamiento sexual inadecuado, tendencias suicidas, huida del hogar (Paradise, 1990). En forma inmediata al abuso, en los casos donde se comete incesto, el niño se encuentra completamente solo y aislado, puesto que de las personas que se espera la protección son de las que proviene el ASI. Existe una coerción del familiar que abusa por la presión a mantener en secreto el abuso, bajo la amenaza de terribles consecuencias para el niño si decidiera hablar, estas consecuencias 29 pueden ser psicológicas tales como “no te van a creer”, “mamá se va a enojar”, “yo me voy a morir de tristeza si le dices a alguien”, y a veces existe la presión física, maltratando al infante con golpes, pellizcos o empujones, incluso llegando a la amenaza de muerte para el niño (Liotti, 1999). En los niños de preescolar, uno de los síntomas primordiales a corto plazo es la expresión de algún tipo de conducta sexual considerada como anormal, pues por naturaleza de desarrollo no pertenece al repertorio conductual. Otros síntomas frecuentes son la ansiedad, las pesadillas, el desorden de estrés postraumático, así como los problemas internos, como la falta de concentración, problemas para expresar lo que siente o piensa, alta frecuencia en enfermedades, (sistema inmune bajo) y falta de apetito. Los problemas externos son de conducta como la falta de socialización o introversión, falta de juego, bajo rendimiento académico, agresiones a terceros o a uno mismo sin una causa aparente (Tufts, 1984). Algunas manifestaciones que podrían inferir un abuso en el infante serían el insinuar movimientos pélvicos, semejantes al acto sexual, la masturbación manifiesta, excesiva curiosidad sexual y el mostrar con frecuencia los genitales. En el Estudio de Mian (1986), se vio que la conducta sexual anormal incluía el juego con juguetes, meterse objetos en la vagina o en el ano, la masturbación, pedir estimulación sexual y un conocimiento sexual precoz o inadecuado para su edad. Los infantes que se encuentran en edad académica manifiestan en el corto plazo dos tipos de consecuencias, de forma interna se repercute en la autoestima o depresión, mientras que de forma externa se manifiesta la agresión y desórdenes del comportamiento con conductas disruptivas, detonándolas en otros compañeros de aula (Echeburúa, 2006). Los escolares, como se ha mencionado, presentan conductas sexuales inapropiadas, como tocar a iguales en sus partes privadas o incitar a otros para ser tocado por los demás, mostrar o pedir que se le muestren las partes genitales, incluso la imitación al coito y el sexo oral, un respaldo de ello es el reporte de 30 Adams (1995), donde encontró que el historial de abuso sexual era un predictor altamente significativo de tres subtipos de conductas sexuales inapropiadas; comportamiento hipersexualizado, exhibicionismo y conducta sexual agresiva. Los sujetos que presentaban conductas sexualmente inapropiadas tenían más probabilidad de haber sufrido un abuso sexual, con un 82% de la aparición del ASI. Cuando las víctimas de abuso sexual se encuentran entrando la adolescencia los síntomas se manifiestan de forma similar como lo son la depresión, el retraimiento social, una baja autoestima, las ideas y conductas suicidas o auto agresivas, los trastornos somáticos, las conductas antisociales como huídas del hogar, vaguear, el consumo de drogas o alcohol, ser blanco para el crimen o incorporarse a este, así como ser propensos a volver a ser víctimas de nuevos abusos sexuales o incluso convertirse en un abusador (McClellan, 1995). El sexo del abusado también modifica la forma de manifestación de los efectos a corto plazo, según Kiser (1991), los varones abusados presentan un peor nivel de adaptación que las niñas, presentándose en estas últimas una mejora considerable después del abuso. Merry (1994), realizó una evaluación de víctimas de abuso sexual infantil doce meses después de la revelación del incidente y hallaron que los niños tenían más problemas psiquiátricos que las niñas en un 3 a 1. 1.3.2.-Consecuencias a largo plazo del ASI El abuso sexual en niños trae consecuencias también a largo plazo, como son en los casos más graves, intentos de suicidio y homicidio. Aunque la mayoría de los estudios que han examinado las secuelas a largo plazo del ASI enumeran numerosas dificultades psicológicas, conductuales y sociales en la edad adulta, que varían desde la depresión y baja autoestima hasta el abuso de sustancias causantes de adicción y trastornos de personalidad (Godbout, 2006) no se tiene evidencia de la existencia de un grupo de síntomas 31 que se puedan considerar como un síndrome post abuso, y no todas las víctimas de abuso infantil muestran un daño significativo posterior (Rind, 1998). Los efectos a largo plazo se observan en síntomas como ansiedad, depresión, baja autoestima, inclusión delictiva, desorden de estrés postraumático, problemas en las relaciones interpersonales, vulnerabilidad a una nueva victimización, trastornos en el funcionamiento sexual, consumo de drogas y/o alcohol y trastornos físicos (Gross, 1996), también se consideran quelos efectos a largo plazo, comparativamente, son menos frecuentes y claros que los efectos a corto plazo, es decir, los manifestados en la infancia. En cuanto a las reacciones emocionales y las auto percepciones, se ha encontrado que es más probable que las mujeres que sufrieron abuso sexual durante su infancia presenten niveles significativamente superiores de depresión, también trastornos del sueño, ansiedad, sentimientos de vergüenza y culpa, miedo a las personas del sexo masculino, problemas sexuales e ideas suicidas (Bendixen, 1994). De igual forma las víctimas presentan un desajuste psicológico a largo plazo, evaluado en términos de percepción del yo, de ideas futuras, pesimismo y falta de motivación para realizar las expectativas propias. El haber sufrido abuso sexual durante la infancia supone un incremento del 10.8 y 21.6% en la probabilidad de sufrir problemas de depresión y autoestima, respectivamente, en adultos jóvenes (Levitan, 2003). Asimismo el abuso sexual puede suponer un impacto duradero y devastador no solo para el desarrollo del niño sino el de su familia (Briere, 1991). Sobre todo, cuando hubo penetración, el abuso fue duradero y realizado por un familiar cercano. Los varones que sufrieron abuso sexual en su infancia corren el riesgo de ser en un futuro abusadores sexuales, de personas adultas o de infantes. Y aunque no se muestra un número exacto de la incorporación delictiva, existe la posibilidad de pertenecer al sistema de explotación en la mujer o infantil con fines sexuales (Cacho, 2010). 32 1.4.- Prevención Es difícil realizar una prevención en la etapa infantil, puesto que los niños no pueden diferenciar con exactitud las conductas negativas o peligrosas para un abuso sexual, mientras que en los adultos ya existen los conocimientos básicos del tema sexual, por lo que podrán tomar mejores medidas de cuidado en su sexualidad. Redondo en 2005, menciona que hay escasos estudios que demuestren efectos positivos en la prevención en la infancia, lamentablemente estos muestran disparidades pues algunos autores dicen que no hay un efecto claro de los programas de prevención dirigido a los infantes. Otros meta-análisis demuestran que los programas educativos mejoran el conocimiento de los niños sobre el ataque sexual, pero no demuestran que se reduzca en número de ataques. Generalmente los programas de prevención que existen, se imparten en las escuelas, sin embargo esa información solo queda en el colegio y se distorsiona cuando el alumnado lo comunica a los padres, puesto que la percepción o la atención en algunos no fue la indicada, o la madurez requerida para la recepción del mensaje no es la ideal o no es retroalimentada en casa; hasta el momento en la bibliografía encontrada, no hay algún registro de que exista algún programa de prevención del ASI con los padres y alumnos presentes (Canton, 2008). Por otro lado, la distorsión de la información se da porque aún en la etapa en la que se encuentran los infantes, éstos no pueden imaginar o asimilar qué es un abuso sexual y no es fácil abordar el tema con ellos, por lo que es indispensable la participación de los padres en estos eventos. Lamentablemente para algunos padres les es difícil expresar qué entienden o qué pueden llegar a saber sobre el abuso sexual, puesto que el tema es incómodo y considerado como tabú, aunando el desagrado de tocar este tipo de temas frente a los infantes, considerándolo como no apto aún para su desarrollo sexual. Es importante ayudarles a protegerse, sin darles el sentimiento de que el mundo es peligroso. La educación sexual de los niños se hace principalmente en 33 la familia, posterior en el colegio, con sus profesores, compañeros y amigos, con motivo de los acontecimientos de la vida diaria. En este lugar de intercambio de ideas, como debería de ser el aula, se pretenderá que desarrollarán la capacidad de asumir su sexualidad y de esa forma poder protegerse ante un ASI (Quezada, 2006). Para prevenir el abuso sexual infantil según el Comité de Apoyo del Ministerio Infantil Nacional, es recomendable: • Crear un clima de confianza en la familia donde se pueda hablar de sexualidad. • Enseñarlos a rechazar el contacto físico de personas que los hagan sentirse incómodos. • Advertirles que no confíen en personas que les pidan guardar secretos a sus padres. • Señalarles que no deben recibir dinero, dulces, ni regalos de otras personas (conocidas o no) sin avisar a sus padres o en la ausencia de ellos. • Pedirles que no abran la puerta sin saber quién es, y asegurarse de que puedan llamar a un adulto en caso necesario. • Enseñarles a recurrir a personas en quienes confíen cuando se sientan incómodos o amenazados por alguien. • Procurar que estén acompañados para evitar cualquier tipo de abuso, y tener quién los auxilie en caso de algún problema. Del Campo (2006), menciona que muchos alumnos carecen de información sobre los derechos de la infancia, especialmente respecto al derecho de los menores a decir no a las peticiones de los adultos, uno de los contenidos esenciales para la prevención del riesgo del ASI. El desconocimiento que presentan los menores sobre la realidad de abuso sexual y las características de 34 los agresores, unido al convencimiento de aceptación incuestionable de todas las demandas provenientes de los adultos. La OMS, nos menciona que existen algunos comportamientos positivos que los padres deben adoptar para prevenir el maltrato (Canton, 2008): • Reconocer que los niños son personas con derechos como los adultos y dichos derechos deben ser respetados. Los niños no son propiedad de los padres. • La base de una buena relación con los niños es la expresión permanente de afecto y amor. Se debe aprovechar el mayor tiempo posible para conversar con ellos, desarrollar actividades y conocer los sentimientos, ideas y aspiraciones de los niños. • Los niños aprenden la mayoría de sus comportamientos observando a los adultos que tienen a su alrededor, por lo que no es sano que se expongan conductas sexuales frente a un infante, sin explicar el porqué de la naturaleza de dichas conductas, concretizando en las más permitidas, como tomarse de la mano, abrazos, caricias y besos. • Educar o reprender a los niños por sus faltas no implica que sea con agresión física o verbal. El uso del castigo físico y del maltrato causan mucho daño en ellos. • Establecer reglas claras para la crianza del niño. Es mucho mejor si son pocas y básicas. • Aplicar siempre las mismas reglas. Cuando al niño se le permite un día una cosa y otro día no, puede llegar a confundirse. Cuando tenga que hacer una excepción de la regla, hay que explicar la razón del cambio. Las reglas no se pueden estar cambiando ni aplicarse de acuerdo a la conveniencia de los padres. • Establecer un acuerdo sobre la aplicación de las reglas de modo que todos los adultos de la casa que conviven o están al cuidado del niño las cumplan. 35 • Explicar siempre al niño las razones por las cuales una conducta o comportamiento es negativo. Cuando un niño comete una falta, explicar por qué lo que hizo estuvo mal. No importa si aún no habla porque desde muy temprana edad entienden las razones e interpretan las expresiones corporales de los padres. • Escuchar lo que el niño tenga que decir sobre una acción o comportamiento antes de reprenderlo por haberlos realizado. • Contar hasta diez antes de reprender al niño por algo que hizo y pensar un momento cual será la forma más adecuada de corregir la conducta o comportamiento incorrecto. No reprender al niño con rabia, porque puede generarle daño físico y psicológico. • No reprender al niño por algo que pasó mucho tiempo antes, especialmente si es muy pequeño. Él no sabrá porqué lo están reprendiendo. • No reprender al niño dos veces por un mismo hecho.Si el niño tuvo una conducta o comportamiento inadecuado y un padre ya lo reprendió por ese hecho, el otro no necesita reprenderlo nuevamente por el mismo hecho. Asimismo, si fue reprendido en la escuela no debe volverse a reprender en la casa. Los padres o uno de ellos pueden optar por reflexionar con el niño sobre la falta cometida, los acontecimientos que la rodearon, las razones que el niño pueda explicar, los motivos por los que ese comportamiento no es adecuado y cómo prevenir otros hechos similares. • Jamás tratar despectivamente a un niño. Los niños, como todos los adultos, pueden equivocarse y cometer faltas. Cuando así sucede, estas faltas deben corregirse pero no de manera violenta. Todas las personas cometen errores y no por eso deben ser tratadas despectivamente. • Nunca amenazar a los niños. Las amenazas no son formas efectivas de promover una conducta positiva y de lograr una adecuada disciplina. Por ejemplo, 36 nunca amenazar a un niño diciéndole que se va a abandonar o regalar. Ellos creen eso y les puede producir un gran daño psicológico. • No emplear el castigo físico, los gritos o los insultos como una forma de generar respeto y corregir un comportamiento inapropiado de un niño. Este tipo de acciones sólo infunden miedo, no fomentan la autoconfianza del niño y no promueven habilidades constructivas y conductas positivas. La mejor manera de infundir respeto es mantener las reglas muy claras, escuchar y explicar las razones y tratar de ser justo en el momento de corregir una conducta o reprender a un niño. • Conversar con los niños sobre la prevención del abuso sexual. Explicarles la diferencia entre caricias, expresiones de afecto y comportamientos de personas que lo hacen con el propósito de abusarlos, aun cuando sean conocidos, familiares o amigos. Y si el niño reporta que está siendo víctima de alguna de las características del abuso o de un abuso total, creer en su palabra e indagar en lo sucedido. Estas son algunas indicaciones que hay que seguir para evitar el ASI e incluso reglas básicas para la convivencia con los infantes, es importante intentar seguirlas, así como tener comunicación constante con ellos, ya que si el padre no puede apoyar a sus hijos en algún aspecto, estos tenderán a buscar algún tipo de ayuda con sus semejantes, lo que podrá llevar a un desacierto y a una adquisición de nuevos problemas. Es pues, recapitulando la información de este capítulo, que el ASI debe de ser tratado con urgencia en los infantes que ya han sido perpetrados así como difundir los lazos humanos para la prevención de este evento. No solo se puede hablar de eventos focalizados, existen organizaciones dedicadas al tratamiento del ASI, en donde algunas víctimas tienen una edad de hasta 4 años de edad. Es necesario implementar y profundizar en los servicios para la intervención y sanación posterior al ASI, como en el ámbito psicológico y médico. En lo que 37 respecta a la esfera psicológica, el psicólogo clínico debe de profundizar en los métodos de intervención teniendo, no solo la demanda del ASI, sino una vasta gama de métodos con diferentes fines, por lo que se expondrán en las siguientes páginas algunos de los métodos empleados en consulta con reporte de efectividad, que sostengan la funcionalidad y demuestren su utilidad, iniciando en primera instancia con la perspectiva psicoanalítica. 2.- TÉCNICAS REPORTADAS COMO EFECTIVAS EN LA INTERVENCIÓN PSICOANALÍTICA DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL 2.1.- Intervención desde el psicoanálisis de la familia La familia es el núcleo social primordial y la referencia para cualquier tipo de agrupamiento posterior, como círculos de amistad, círculos empresariales, comerciales, políticos, deportivos, así como, inculcar las bases primordiales para una futura familia. Su estructura básica está conformada por el padre, la madre e hijo o hijos, cada uno de los cuales ocupa un “lugar”, según Berenstein en 1997. En la mayoría de las ocasiones la estructura familiar es fácilmente distinguible, aunque en momentos actuales, las familias se presentan como familias compuestas, dando pie a una reestructuración, en donde el padre y la madre tienen ya un antecedente de conformación de familia, que posterior puede acompañarse de un divorcio, viudez o infidelidad, reacomodando con otra familia descompuesta una nueva familia, por las demandas afectivas sin importar la existencia de hijos en la primera relación. En el circulo familiar se presenta una convivencia diaria, lazos afectivos, intereses en común e ideologías afines que conforman un universo psíquico inconsciente, el cual se denomina “estructura familiar inconsciente”, según la percepción de Freud, en donde el inconsciente individual aporta al inconsciente familiar, Berenstein en el 2007, quien también cita a la intervención del inconsciente familiar con el psicoanálisis de la familia. Las situaciones en donde la disfunción familiar y la mala afluencia afectiva, son derivadas de enfermedades del inconsciente familiar, por lo que se demuestran deseos impropios así como el buscar saciar estos, causando una transgresión de un integrante de la familia a otro, siendo en estos casos donde el psicoanálisis de la familia entra en acción, buscando reorganizar el inconsciente en la familia. 39 Un ejemplo de la falta de sanidad en el inconsciente de la familia, donde las pulsiones se tornan anormales, móviles e intercambiables, puede ser el maltrato a los niños o el abuso sexual infantil, según explicado en un inicio por la terminología de Freud por la seducción infantil. La seducción infantil, es un concepto que Freud acuña en su inicio con su trato con neuróticas, quienes derivaban su sintomatología en un abuso sexual, originado según él, por la seducción infantil, entendiendo simplemente el término como por las pulsiones que despiertan en un individuo por la fijación sexual hacia un infante, sin que este último tenga en su mira despertar dichas pulsiones. El concepto fue bastante cuestionado, incluso por el propio Freud por lo que es citado por él mismo de forma casi inexistente en sus posteriores obras, según nos menciona Green (1998). El psicoanálisis de la familia no es un término acuñado por Freud, pero cabe resaltar que él cimienta las bases para este término, ya que en los escritos de tótem y tabú, marca una basta explicación para la existencia del inconsciente familiar, así como de su herencia de generación en generación, provocando una cultura especializada en trato, costumbres, ideología y creencias, las cuales deben de ser respetadas honradas y mantenidas, dando aparición a una consciencia e inconsciencia familiar y de clan. Según, el psicoanálisis de la familia, el maltrato o abuso sexual infantil no se explica solamente por la psicopatología individual del perpetrador y menos aún por una supuesta actitud seductora de la víctima, sino que es consecuencia de una estructura familiar inconsciente enferma, esto claro en las situaciones en donde el perpetrador es el padre de la víctima, en donde se habla de un caso de abuso sexual incestuoso (Green, 1998). El psicoanálisis de la familia asegura que sus fundamentaciones son la forma más fácil de entender la ocurrencia de un abuso sexual infantil, así como la mejor forma de proporcionar una explicación robusta para la sintomatología derivada del abuso sexual. Nuestra tarea como autores del presente material, no 40 consistirá pues en aceptar o refutar dichas afirmaciones, sino exponer los puntos encontrados en la bibliografía que aborden la forma de intervención del psicoanálisis de la familia, dejando la elección antes mencionada al lector. 2.1.1.- Objetivo de intervención Desde el punto de vista del psicoanálisis familiar, el abuso sexual se presenta por la falla del inconsciente de la familia causando una desviaciónde la protección familiar, derivada del trato y cuidado entre clanes, según Freud en Tótem y Tabú (Freud, 1913), encontrado también en Bleger (1995), por lo que el objetivo del psicoanálisis de la familia es encontrar la falla del inconsciente y modificarla para volver a la familia plena. En la intervención psicoanalítica de la familia se pretenderá encontrar el origen de las pulsiones que dieron origen al abuso por parte del padre a alguno de sus hijos y canalizarlas por medio del desplazamiento hacia una actividad permitida y valorada, así como evaluar también el papel que han jugado los demás integrantes de la familia que propiciarán a que el abuso se llevara a cabo, manejando en este sentido la culpabilidad de todos los integrantes de la familia (Vega, 1993). En esta terapia, no se tiene como objetivo la intervención legal al abuso cometido, tampoco la atención médica en caso de existir violencia física, excluyendo también la intervención individual con la víctima o victimario, sino el objetivo primordial de la terapia es comprender la dinámica familiar inconsciente. La justificación de no contemplar al abuso sexual como tal, o la sintomatología que presenta en un largo o corto plazo el infante abusado, es que no puede comprenderse al abuso sin la participación de toda la familia. 2.1.2.- Punto de efectividad La efectividad del psicoanálisis de familia se manifiesta por boca de los terapeutas que manejan este enfoque, citando líneas expuestas con anterioridad, en donde “el éxito consiste en investigar y tratar en forma directa las 41 consecuencias del abuso sexual, así como de comprender mejor la dinámica familiar que hace posible que éste ocurra”, demuestran que la intervención rinde grandes frutos (Andolfi, 1990). Al considerarse como objeto de intervención a la totalidad de la familia, la justificación de la efectividad y funcionalidad solo se centran en la familia, por lo cual vuelve de forma automática como funcional a la intervención, esto es cuestionado incluso por el mismo enfoque psicoanalista, que contempla otras variables dentro de la complejidad del abuso sexual. Haciendo válidas las argumentaciones de efectividad del psicoanálisis de la familia es de considerarse no solo las posturas de los analistas que defienden como productiva esta intervención, pues hay que sumar la perspectiva de los usuarios que manifiestan la utilidad al reestructurar el inconsciente familiar, ya que no solo se obtiene una intervención que atienda la problemática del abuso sexual infantil, sino también de problemáticas distintas a un abuso sexual. (Yalom, 2000). Se encuentra que en los casos analizados, los padres son quienes reportan como efectivo el psicoanálisis de la familia, seguida de los infantes que han sido partícipes de las sesiones familiares. Entonces desde el punto de vista psicoanalítico familiar, la resolución de los casos de abusos son logrados no por un análisis individual, ni en la indagación en el aparato psíquico del infante, sino de la totalidad del núcleo familiar (Bernstein, 1997). 2.1.3.- Casos de aplicación El caso ideal en donde se reporta la aplicación del psicoanálisis de la familia se centra en los casos de incesto, donde la pulsión sexual de los padres es despertada por alguno de los hijos de este, haciendo un desplazamiento de la figura de pareja en la familia. El incesto es la forma ideal para ejercer el psicoanálisis de la familia, ya que es en este caso donde se muestra una ruptura del inconsciente familiar de forma 42 más evidenciada, provocando la atención del analista en las relaciones existentes para la protección del niño, así como la falta de acción de los integrantes familiares que en cierta medida manejan culpabilidad de lo sucedido (Yalom, 2000). Esta forma de intervención es aplicable no cuando existe una irrupción violenta sobre el abusado, sino cuando el abuso se manifiesta por medio de la seducción, causado en la mayoría de los casos por el padre, o alguien que ocupa su lugar en virtud de un compromiso emocional por el hecho de ejercer un rol o papel integrante de la familia, pues manipula sexualmente a uno (o varios) de los hijos, menores de edad, interfiriendo de esta manera con su desarrollo normal. (Porter, 1994). Es entendible entonces que la aplicación del psicoanálisis de la familia no solo se centra cuando un padre ha abusado sexualmente de uno de sus hijos, sino cuando alguna figura paterna que ocupa ese mismo rol comete la perpetración, como el caso de un padrastro o un educador o cuidador, en especial cuando la madre es soltera. La presentación a consulta por parte de los padres, quienes contactan al analista se da no por la detección del abuso sexual, sino por el bajo rendimiento escolar, otros trastornos de la conducta o de salud física y mental del niño, por lo que desde un inicio hay que prestar atención a los cambios relevantes y negativos del niño, antes de catalogar el evento como incestuoso o no (Yalom, 2000). Los casos similares a los de perpetración por seducción producen por lo general, consecuencias en su vida sexual y su capacidad para criar a sus propios hijos, ya que la asimilación de abuso por parte de un mismo integrante de la familia genera un incremento en el trauma y en los síntomas, por lo que es necesario una intervención psicológica familiar para también incluir en el tratamiento al abusador (Porter, 1994). Es importante aclarar que la aplicación del psicoanálisis de la familia y la intervención sistémica se dirigen hacia casos completamente distintos, 43 diferenciados por las posturas ideológicas y fundamentaciones teóricas de cada una, pues mientras que la primera se centre en el concepto de inconsciente familiar la segunda centra su atención en el desenvolvimiento positivo de los lazos familiares (la intervención sistémica se abordará en capítulos siguientes). Del mismo modo, es necesario apuntar que el terapeuta que desee hacer uso de esta forma de intervención se deberá de enfocar, no en un abuso sexual infantil, sino en una enfermedad del inconsciente familiar, de lo contrario los resultados serán nulos, por lo que se recomienda aplicar esta técnica con alguna forma de intervención que se centre posteriormente en la sintomatología del abusado sexual, ya que también existe desde la perspectiva psicoanalítica algunas formas de intervención individual reportadas como efectivas para el abuso sexual infantil. 2.2.- Asociación libre (interpretación de los sueños) La técnica de la asociación libre está fundada en la corriente psicoanalítica en donde se alienta al analizado a hablar sin inhibición a cerca de cualquier pensamiento o fantasía que le vengan a la mente (Morris, 2005). Los orígenes de la asociación libre tienen sus cimientos con Freud, cuando comienza a tratar, mediante el método de la concentración, a la baronesa Fany Moser, quien muy pronto deserta por este método, argumentándole a Freud que deje de interrogarla, ya que no visualizaba cambios ni resultados, por lo que solicita le permita hablar con libertad; Freud accede y comprueba la efectividad de este procedimiento al tener información de sobra en un ligero periodo de tiempo, por lo que denomina a este procedimiento como la asociación libre que es la técnica fundamental del psicoanálisis desde esos momentos (Fiorini, 1987). Este fue el primer paso del método de asociación libre típicamente freudiano. Mediante el método, se situaba al sujeto en unas circunstancias en las que se permitía a su mente discurrir y expresarse libremente, diciendo todo lo que está sucediendo en su interior, por incómodo, poco importante e incluso ridículo que pudiera parecer (Bleger, 1995). 44 En sus inicios la facilidad para expresar ideas libres por parte de los usuarios no resultaba fácil de conseguir; el paciente debía de luchar
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