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Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Psicología División de Estudios Profesionales Modelamiento de procesos de construcción de conocimientos de aprendizaje en tareas de recuerdo y reconocimiento. Tesis Que para obtener el grado de licenciada en psicología Presenta: Berenice Dafne Ortiz Saavedra Directora: Dra. Sandra Castañeda Figueiras México, D.F., Mayo 15, 2013. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 ÍNDICE. Resumen. ....................................................................................................................................................... 6 Introducción. ................................................................................................................................................ 7 Marco Teórico. 1. El Aprendizaje como construcción del conocimiento. .......................................................................... 11 Aproximaciones al aprendizaje. .................................................................................................................. 14 Aprendizaje autorregulado.......................................................................................................................... 17 2.Variables del estudiante. ......................................................................................................................... 28 Creencias Epistemológicas. .................................................................................................................. 29 Estrategias Cognoscitivas. ..................................................................................................................... 37 Estrategias autorregulatorias. ............................................................................................................... 39 3.Contextos instruccionales: aprendizaje presencial versus aprendizaje virtual. ..................................... 46 4.Contextos de medición del aprendizaje. .................................................................................................. 50 Mapas conceptuales como herramienta de representación y estructuración del conocimiento. ........... 52 Planteamiento del problema....................................................................................................................... 57 Justificación. ............................................................................................................................................... 58 Objetivo General. ........................................................................................................................................ 63 Método. Preguntas de investigación. ........................................................................................................................ 64 Variables. .................................................................................................................................................... 65 Variables independientes. ...................................................................................................................... 65 Variables dependientes. .......................................................................................................................... 65 Hipótesis. ..................................................................................................................................................... 66 Modelos teóricos. ................................................................................................................................... 66 Participantes. .............................................................................................................................................. 69 Instrumentos. ............................................................................................................................................... 70 Diseño de Investigación. ............................................................................................................................. 72 3 Procedimiento. ............................................................................................................................................ 72 Resultados. Modelo de Ecuaciones Estructurales (MEE) de Bajo desempeño en contexto presencial. ........................ 74 MEE de alto desempeño en contexto presencial. ........................................................................................ 76 MEE de Bajo desempeño en contexto virtual. ............................................................................................. 79 MEE de alto desempeño en contexto virtual. .............................................................................................. 81 Conclusiones. .............................................................................................................................................. 83 Discusión. ................................................................................................................................................... 85 Anexos. ........................................................................................................................................................ 91 Anexo 1. Reactivos del Inventario de Estrategias de estudio y autorregulación. ...................................................... 91 Anexo 2. Reactivos del Inventario de Epistemología Personal. ................................................................................. 92 Anexo 3. Mapas conceptuales de la Unidad instruccional de Aprendizaje ............................................................... 93 Referencias. ................................................................................................................................................ 96 4 A mi familia, Por el inevitable apoyo y paciencia durante los tiempos de tesis... A mis amigos, …por compartir tantas tardes de juego y conocimiento. Mis agradecimientos a: Dra. Sandra Castañeda Figueiras, Dra. María Elena Ortiz Salinas, Lic. Fernando Austria Corrales: …por las oportunidades, el apoyo y la confianza. 5 “I believe that education, therefore, is a process of living and not a preparation for future living…” John Dewey 6 Resumen. El Aprendizaje autorregulado es un proceso activo y constructivo por el cual los aprendices establecen metas para su aprendizaje y son capaces de monitorear, regular y controlar su cognición, motivación, y conducta. Depende de varios componentes, entre los cuales se encuentran las creencias epistemológicas, heurísticas cognoscitivas y meta-cognoscitivas, y las estrategias autorregulatorias que permiten codificar, categorizar, recordar, razonar, evaluar y regular el conocimiento que se está aprendiendo, y de esta manera integrarlo a los conocimientos que el individuoya posee. En este sentido, conocer los mecanismos que median el aprendizaje en alumnos con características diferentes, como el contexto instruccional y su nivel de desempeño es importante para la generación de marcos de referencia que permitan hacer frente a las exigencias que plantea la enseñanza de contenido teórico en la psicología. La presente investigación tuvo por objetivo principal identificar efectos de procesos de construcción de conocimiento en contenidos de aprendizaje en tareas de recuerdo y reconocimiento, en estudiantes universitarios. Se utilizaron dos inventarios de auto-reporte para medir estrategias cognoscitivas y autorregulatorias (IEEA) y creencias epistemológicas (IEP) de los estudiantes, así como pruebas de ejecución previas y posteriores a una unidad instruccional sobre “aprendizaje”. Se tomaron como mediciones intermedias tres tareas de recuerdo. Se realizaron cuatro modelos teóricos que muestran los efectos de las variables del estudiante sobre su desempeño y se probaron mediante análisis de ecuaciones estructurales. Los resultados muestran que la construcción de conocimiento de aprendizaje en dos tipos de tareas presenta efectos diferenciales de variables del estudiante, a partir de distintos niveles de desempeño en conocimientos previos a la instrucción; así como a través de dos contextos instruccionales. 7 Introducción. La educación es un proceso complejo que supone múltiples interacciones entre el alumno, el profesor y el contexto en el que se da la instrucción, lo que se espera que resulte en la formación de ciudadanos aptos para resolver las demandas de la sociedad, así como en la generación de nuevo conocimiento para la misma. Este proceso dinámico engloba, en cada uno de sus componentes, una gran cantidad de variables complejas que permiten, facilitan y afectan el aprendizaje del individuo. Desarrollar las habilidades para construir, validar e integrar el conocimiento para tomar decisiones en un mundo cambiante representa, hoy día, uno de los retos más importantes de nuestro sistema universitario (Castañeda, Peñalosa y Austria, en prensa); y no basta con proporcionar bloques de información de manera abstracta y estática en los estudiantes, es necesario fomentar la construcción de conocimiento significativo a partir de toda esa información, mediante el desarrollo de habilidades y estrategias que permitan utilizarlo de manera eficiente para resolver diferentes situaciones, no sólo en el ámbito profesional, sino también en el personal y el social. Si bien en la actualidad el enfoque constructivista del conocimiento es ampliamente compartido por las instituciones escolares, hace falta un conocimiento más detallado de lo que implica para el estudiante y el docente, y de los procesos finos que le subyacen (Acuña, 2011) ya que la comprensión de estos procesos y sus efectos sobre el proceso de aprendizaje, se han mostrado de suma importancia, y han destacado que ya no es suficiente conocer las formas en las que interactúan el ambiente y los materiales en el proceso de aprendizaje; sino que es necesario estudiar aspectos que median y determinan los resultados de este proceso como la selección y uso de estrategias de estudio, las percepciones de los estudiantes sobre sus capacidades y sobre 8 las tareas a las que se enfrentan, la motivación para llevarlas a cabo, las creencias que tienen sobre el conocimiento, su capacidad de autorregulación, entre otras. A este respecto, Castañeda, Peñalosa y Austria (2012) señalan que desafortunadamente, el pobre entendimiento de los mecanismos que controlan los aprendizajes complejos, que subyacen al éxito académico en las universidades, han propiciado ambientes de formación profesional poco favorecedores a su fomento. Desde una perspectiva cognoscitiva, el aprendizaje es concebido como un proceso de construcción activo, acumulativo, autorregulado, orientado a metas, situado, colaborativo e individualmente diferente sobre la construcción del conocimiento y el significado (De Corte, 1999). Esta construcción depende de varios componentes: las creencias (epistemológicas, atribucionales y motivacionales, entre otras) y heurísticas cognoscitivas y meta-cognoscitivas que permiten codificar, categorizar, reconocer, recordar, razonar, planear, evaluar y regular el conocimiento que se está aprendiendo (Castañeda, Peñalosa y Austria, en prensa). Esta concepción del aprendizaje, sin embargo, es en buena medida opuesta a las evidencias de la literatura internacional en el campo, ya que no reflejan que esto sea la realidad de alumnos y profesores en la mayoría de los niveles educativos en diferentes partes del mundo (Castañeda, 1998). Conocer el tipo de aproximaciones que los alumnos tienen al procesamiento de la información a ser aprendida, ha revelado los mecanismos que influyen en la construcción del conocimiento durante el proceso de aprendizaje. De la misma manera, las creencias sobre el conocimiento y el proceso de conocer se han situado como variables que afectan la aproximación y el aprendizaje de los estudiantes, así como su desempeño académico (Schunk & Ertmer, 2000). La investigación relativamente reciente ha mostrado la importancia de elementos motivacionales en el proceso de aprendizaje, así como elementos cognoscitivos y conductuales; y 9 en las últimas dos décadas se ha mostrado que las creencias epistemológicas y competencias autorregulatorias afectan el proceso de aprendizaje (Aksan, 2009). En este sentido, es muy importante explorar el tipo de creencias referentes a qué es el conocimiento y cómo es que se aprende, variables que median el proceso de aprendizaje. En términos generales, investigar la mediación del aprendizaje a partir de las diferencias individuales en creencias epistemológicas y variaciones en la ejecución de procesos y estructuras cognoscitivas y de control ejecutivo, es un campo reciente de investigación (Castañeda et al. 2012). El conocimiento sobre qué es lo que los individuos aprenden, qué mecanismos intervienen en dicho proceso y cómo influyen en el aprendizaje, nos permitirá entender cómo hacer frente a las demandas del entorno, que se torna cada vez más exigente en términos de competencias requeridas en el ámbito profesional. En conjunto, todas estas variables mediadoras, entre muchas otras, van moldeando la construcción de estructuras significativas para un aprendizaje complejo; de aquí que los efectos y variaciones que estas tengan sobre el aprendizaje en los estudiantes, tanto positivos como negativos, deben ser entendidos, para poder hacer frente en el ámbito educativo. Es importante mencionar que el aprendizaje no siempre supone la misma dinámica, ya que los contextos en los que uno aprende a diario, nunca son iguales. Esto es cierto también en el caso del aprendizaje académico, donde en los últimos años, las universidades han ido incorporando instrucción virtual para sus programas de estudios. Con el creciente uso de tecnologías de la información y comunicación en el campo de la educación, es posible crear ambientes de aprendizaje flexibles sin barreras de tiempo o distancia en internet (Wei et al.2012). Sin embargo, y a pesar de que la educación en línea ha sido aclamada como la revolución en el acceso a la educación superior (Castañeda et al.2012), muchos estudiantes no están preparados para satisfacer las demandas del aprendizaje en entornos virtuales. Los estudios universitarios representan episodios de aprendizaje en los que por primera vez, generalmente, los 10 estudiantes deben asumir una mayor responsabilidad sobre su aprendizaje académico (Perry, 2001; Thompson & Geren, 2002). En este sentido, es importante generar conocimiento sobre las variables que afectan al aprendizaje, tanto del estudiante, como del entorno, y del tipo de tareas,así como de contenidos específicos, en vías de poder hacer frente a las carencias en el fomento y evaluación del aprendizaje complejo. 11 Marco Teórico. 1. El Aprendizaje como construcción del conocimiento. “El estudio del aprendizaje humano continúa su desarrollo y expansión. A medida que los investigadores de diversas tradiciones teóricas ponen a prueba sus ideas e hipótesis en escenarios básicos y aplicados, sus hallazgos originan mejoras en la enseñanza y el aprendizaje de estudiantes de todas las edades. En especial, es digna de mención la forma en que los investigadores y los profesionales están trabajando, cada vez con mayor ahínco, en el estudio de temas que alguna vez se pensó que no tenían una conexión estrecha con el aprendizaje, como la motivación, la tecnología y la autorregulación” (Schunk, 2012). Hoy en día, existen distintas posiciones sobre el aprendizaje, un proceso complejo que ha generado numerosas interpretaciones y teorías de cómo se determina realmente. Actualmente no existe una definición de aprendizaje aceptada por todos los teóricos; sin embargo, hay nociones básicas que desde el enfoque cognoscitivista, comparten todas; y definen al aprendizaje como “un cambio perdurable en la conducta o en la capacidad de comportarse de manera dada como resultado de la práctica o de otras formas de experiencia” (Shuell, 1986). Ausubel (1973) definió el aprendizaje significativo como “un proceso por medio del que se relaciona la nueva información con algún aspecto ya existente en la estructura cognoscitiva de un individuo y que es relevante para el material que se intenta aprender”. La presencia de ideas y conceptos claros y disponibles en la mente del aprendiz, es lo que dota de significado a ese nuevo contenido. Pero no se trata de una simple unión, sino que en este proceso los nuevos contenidos adquieren significado para el sujeto produciéndose una transformación en su estructura cognoscitiva. Para que se produzca aprendizaje significativo se requieren (1) conocimientos previos relevantes, (2) un material significativo, es decir, que los conocimientos que hay que aprender 12 sean relevantes para otros conocimientos y contengan conceptos y proposiciones importantes; y (3) que el aprendiz establezca una relación no trivial entre los nuevos conocimientos y los que ya conoce (Novak, 1998). Es importante destacar que el aprendizaje significativo implica una estructura de conocimientos bien organizada y está relacionado con la comprensión de la estructura del conocimiento que el aprendiz adquirirá, es decir, con las ideas principales y sus relaciones. La teoría del aprendizaje significativo ha recibido múltiples aportaciones, lo que ha enriquecido el constructo a lo largo de los años; además ha fortalecido la generación de teoría en el campo de la investigación sobre aprendizaje. Si bien el aprendizaje significativo depende de las motivaciones y predisposición para aprender por parte del aprendiz, el proceso de aprendizaje es mediado por otras variables, que dependen del bagaje de experiencias y habilidades que el individuo ha desarrollado a lo largo de su vida. Posteriormente, Bandura (1977) establece que las creencias de los individuos sobre sus capacidades y resultados influyen tanto en la manera en cómo se comportan como en los procesos cognoscitivos y afectivos que acompañan su funcionamiento. En psicología cognoscitiva, se define el conocimiento como „una construcción activa de significados‟ en donde los alumnos generan estructuras cognoscitivas (modelos mentales) con la información proporcionada con base en su experiencia previa. Desde este enfoque, el aprendizaje implica que el ser humano procesa información y que puede manipular la forma en la que realiza este procesamiento. El aprendizaje es un proceso de desarrollo de estructuras significativas, las cuales se van formando e integrando a partir de las experiencias de cada individuo. Esta construcción no sólo obedece al sentido que le vamos dando a nuestras experiencias y a los hechos; sino también a la manera en la que nos aproximamos al nuevo conocimiento. Abarca un continuo de adquisición de conocimientos y procesamiento de la información que va del superficial y memorístico, al 13 profundo y significativo, y que está permeado por el uso de estrategias y heurísticas que los individuos emplean para entender, codificar, procesar y recuperar la información que van adquiriendo y al mismo tiempo guían la construcción del conocimiento y su significado. Por un lado, el aprendizaje memorístico, se caracteriza por la adquisición de conocimientos mediante procedimientos repetitivos y poca o nula integración del nuevo conocimiento con los conocimientos previos, así como el uso de estrategias cognoscitivas meramente superficiales. En cambio, en el aprendizaje significativo, la nueva información se incorpora de forma sustantiva, no arbitraria, la estructura cognoscitiva del estudiante (Ontoria, et al., 2006), y hay una participación activa en la integración del nuevo conocimiento a la estructura cognoscitiva. Este proceso es el resultado de uso de estrategias y heurísticas profundas que permiten la comprensión y consolidación de la información de manera significativa. Qué tan bien los estudiantes aprenden y se desempeñan en la escuela depende de diversos factores: personales, sociales, instruccionales y ambientales. Incluidos en esta lista también están los procesos autorregulatorios; aquellos que permiten al individuo establecer objetivos, monitorear su progreso de aprendizaje, y superar diversas exigencias satisfactoriamente. En la literatura sobre aprendizaje de la segunda mitad del siglo XX se ubican las primeras investigaciones sobre estos mecanismos mediadores involucrados en el proceso de aprendizaje, los cuales se comenzaron a investigar en la forma de hábitos de estudio, y el campo se ha ido desarrollando de manera integradora hasta proporcionar un marco de referencia que sitúa al aprendizaje como un proceso holístico, dependiente no sólo del contexto, sino también de la manera en que cada individuo concibe, procesa y construye la información. 14 Aproximaciones al aprendizaje. En un escrito reciente de Castañeda (2012), sobre el desarrollo histórico del estudio de mecanismos mediadores del aprendizaje se resalta el origen los primeros trabajos realizados al respecto, éste fue realizado en el dominio de los llamados "hábitos de estudio". Fueron Brown y Holtzman (1966), los que destacaron que los hábitos de estudio tienen efectos sobre la motivación del estudiante y el rendimiento académico. Algún tiempo después, Perry da una aportación esencial: sus estudios sobre los modos en los que los estudiantes describen sus experiencias y cambios a lo largo de su vida académica. Perry (1970) refleja una estrecha relación entre perspectivas cognoscitivas y afectivas en la base de la educación, lo cual lleva a un cambio en la forma de concebir el pensamiento de los alumnos a la hora de enfrentarse a situaciones académicas. Establece además la noción de que el aprendizaje más poderos y apto busca el logro del estudiante como el resultado de sus experiencias en clase, involucrando cambios significativos en la manera en que el aprendiz aborda los temas y su propio aprendizaje. Perry encontró que inicialmente, los estudiantes veían al aprendizaje como una cuestión de memorizar y reproducir el conocimiento de manera satisfactoria para la autoridad; pero durante su tiempo en la universidad, los estudiantes comenzaron a reconocer que el aprendizaje era más provechoso cuando buscaban un significadomás personal, transformando la información y las ideas que se generaban a términos propios y de mayor entendimiento para ellos. De esta manera, el nivel epistemológico o concepción de aprendizaje que los estudiantes han alcanzado afecta sustancialmente las formas en que abordan las tareas académicas cotidianas, que han sido descritas en términos de aproximaciones al aprendizaje (Entwistle, 2000). Castañeda (op. cit.) también describe la importancia de un enfoque surgido en Suecia a finales de los 70‟s cuyos principales representantes han sido Marton y Saljo (1976). Sus estudios se fundamentan en una perspectiva denominada “Enfoques de aprendizaje”. 15 En su investigación, exploraron cómo es que los estudiantes abordaban el estudio de textos largos, del cual se derivan dos formas de analizar la información: procesamiento profundo y procesamiento superficial. El primero se refiere a poner atención al significado y la importancia de los materiales a ser aprendidos; mientras que el segundo se concentra en la memorización. Estos enfoques de aprendizaje fueron validados con posteriores investigaciones en Europa. Posteriormente, Entwistle y Ramsden (1983) y Biggs (1979) fueron de los primeros investigadores en diseñar inventarios sobre aproximaciones al aprendizaje de estudiantes universitarios; dando pie al desarrollo de un gran número de escalas en diferentes inventarios. En general, estos inventarios diferenciaban una forma de aproximación superficial como una intención que es extrínseca al propósito real de la tarea, apuntando a invertir el menor tiempo y esfuerzo para cumplir con la tarea; en contraste con la aproximación profunda, vista como una intención por maximizar el entendimiento (Lonka et al., 2004). En esta misma línea, un gran número de investigadores han identificado una tercera aproximación, llamada de logro o estratégica, la cual difiere de las dos anteriores, ya que se refiere a las maneras en que los estudiantes organizan su estudio (Biggs, 1985; en Lonka et al., 2004). A este respecto, Biggs (1993) considera que tanto la aproximación superficial como la estratégica, son probablemente creadas por demandas institucionales, por ejemplo, las evaluaciones. Biggs (1987) encontró que los estudiantes que tienen una aproximación superficial al aprendizaje tienden a ser extrínsecamente motivados y recurren a estrategias repetitivas; aquellos con una aproximación profunda son intrínsecamente motivados y emplean estrategias significativas; y los estudiantes con una aproximación estratégica tienden a estar motivados por la necesidad de logro y usan estrategias organizacionales. Con base en esto, sugiere que el grado en que la selección de estrategias es compatible con el motivo dependerá de un meta-aprendizaje, 16 que se refiere a la conciencia y control de los estudiantes sobre su propio proceso de aprendizaje (Biggs, 1987; en Cano, 2005). En México, Castañeda y López (1989), identificaron en los alumnos diferencias en la forma de percibir el proceso de aprendizaje y cómo es que este afecta su propio proceso. Aquellos alumnos cuyo aprendizaje se basa en cumplir los requisitos de la tarea y que utilizan estrategias meramente repetitivas, no generan una estructura cognoscitiva del conocimiento; mientras que los alumnos que están interesados en tener una comprensión compleja de la información y que utilizan estrategias profundas, si logran generar estructuras cognoscitivas bien organizadas de conocimiento. En resumen, las aproximaciones al aprendizaje de los estudiantes están relacionadas con sus ideas más generales y sus modelos mentales de aprendizaje y conocimiento. Estas ideas proporcionan un marco de referencia de cómo los estudiantes monitorean y explican su propio aprendizaje y el de otros (Lonka, 1997; Vermunt y Vermetten; en Lonka et al., 2004). En esta misma línea, Pintrich (1994) comparó diversas taxonomías de los componentes del aprendizaje; contrastó la perspectiva del procesamiento de la información norteamericana, la cual aborda investigaciones sobre el uso de las estrategias de estudio y su relación con el proceso de aprendizaje y sus resultados (Lonka et al., 2004), con las aproximaciones al aprendizaje europeas, pero encontró que una caracterización más precisa de esta última perspectiva se lograría usando el término “aprendizaje autorregulado” (AAR o SRL por sus siglas en inglés) y concluyó que los elementos comunes eran la base de conocimientos del estudiante, sus competencias procedimentales, la autorregulación del aprendizaje y la motivación y el afecto (Vermunt y Vermetten, 2004). 17 Aprendizaje autorregulado. Qué tan bien los estudiantes aprenden y se desempeñan en la escuela depende de diversos factores: personales, sociales, instruccionales y ambientales. Incluidos en esta lista también están los procesos autorregulatorios. Los estudiantes no pueden autorregularse a menos que tengan opciones viables para aprender y puedan controlar dimensiones esenciales del aprendizaje. Zimmerman y Schunk (1989) definen al aprendizaje autorregulado como “todos aquellos pensamientos autorgenerados, sentimientos y acciones de los estudiantes que están sistemáticamente orientados hacia el logro de metas”. Esto implica que los aprendices puedan trabajar en un contexto en el que sean capaces crear sus propios episodios de aprendizaje de acuerdo a sus objetivos. Meece (1994) considera que el aprendizaje autorregulado hace referencia sobre todo al proceso mediante el cual los alumnos ejercen control sobre su propio pensamiento, el afecto y la conducta durante la adquisición de conocimientos o destrezas. Por otro lado, Winne (1995) considera que el aprendizaje autorregulado exige la toma de conciencia por parte del alumno sobre las dificultades que pueden impedir el aprendizaje, la utilización deliberada de estrategias encaminadas a alcanzar sus metas y el control detallado de las variables afectivas y cognoscitivas. Schunk y Ertmer, (2000) consideran que el aprendizaje autorregulado se refiere a los pensamientos, sentimientos y acciones autorgenerados que son planeados y sistemáticamente adaptados según sea necesario para afectar el aprendizaje y la motivación de uno. Para Pintrich (2000) es un proceso activo y constructivo por el cual los aprendices establecen metas para su aprendizaje y procuran monitorear, regular y controlar su cognición, motivación, y conducta, guiados y limitados por sus metas y las características contextuales en el ambiente. Este tipo de aprendizaje tiene un carácter intencional y propositivo. El alumno es consciente de que la información a la que está expuesto debe de ser procesada de tal forma que sea 18 asimilada; la manipula y regula por medio de heurísticas cognoscitivas y meta-cognoscitivas. El conocimiento es construido por el individuo, por medio de una manipulación activa y propositiva de la información. La autorregulación tiene una naturaleza cíclica, en donde interactúan factores personales, conductuales y ambientales (Zimmerman, 2000). Estos factores suelen cambiar durante el aprendizaje y deben ser supervisados, lo cual da lugar a cambios en las estrategias, las cogniciones, los afectos y las conductas del aprendiz. Además, el aprendizaje autorregulado abarca procesos antes y después del proceso de aprendizaje, como la planeación y la evaluación de resultados, respectivamente. En este sentido, la naturaleza cíclica y los cambios que se dan, van modificando la consecución del aprendizaje desde la presentación de la tarea o situación de aprendizaje, hasta la evaluación del mismo. Existen distintos modelos de aprendizaje autorregulado que proponen diferentes constructos y mecanismos; sin embargo, todos comparten características y supuestos generales sobre el aprendizaje y la regulación (Pintrich, 2000). Elprimero, es llamado activo, ya que se ve al aprendiz como participante activo y constructivo de su propio aprendizaje; construye sus propios significados, metas y estrategias de la información disponible en el ambiente, así como de la que ya posee. El segundo supuesto es la potencia para el control, donde el aprendiz puede monitorear, controlar y regular ciertos aspectos de su propia cognición, motivación y comportamiento, así como algunas características de su entorno. Todos los modelos reconocen que existen diferencias biológicas, de desarrollo, contextuales, así como limitaciones individuales que pueden interferir con la regulación. El tercero, meta, criterio o estándar; el cual supone que hay algún tipo de modelo contra el cual se hacen comparaciones para medir si el proceso de aprendizaje debe continuar o necesita un cambio. El individuo puede establecerse metas para su aprendizaje, monitorear su progreso con base en esas metas y con esto, regular y 19 adaptar su cognición, motivación y comportamiento para alcanzar sus objetivos. Finalmente, el cuarto supuesto es que las actividades autorregulatorias son mediadoras entre características personales y contextuales, así como del actual logro y rendimiento; de esta manera el desempeño y al aprendizaje no sólo se ven influidos por las características individuales y del contexto de aprendizaje, sino que la propia capacidad de autorregulación del individuo media estos factores, situándolo como el motor de su proceso de aprendizaje. Existen numerosas razones por las cuales la autorregulación puede ser más difícil de llevar a cabo en un contexto académico que en un contexto natural. Primero, muchos estudiantes consideran que el maestro tiene el rol de proporcionar los recursos relevantes y motivarlos a comprometerse en la actividad de aprendizaje; también esperan que supervise su desempeño cuidadosamente y les proporcione retroalimentación relevante. Este tipo de creencias son difíciles de cambiar e inhiben el proceso de autorregulación (Boekaerts y Niemivirta, 2000). De acuerdo con Zimmerman (1994), los aspectos más importantes de la autorregulación son el cambio y el control: los estudiantes no se pueden autorregular a menos que tengan opciones disponibles para aprender y puedan controlar las dimensiones esenciales del aprendizaje. Además, una autorregulación efectiva depende de un sentimiento de autoeficacia para usar competencias que logren el dominio sobre el conocimiento. Los aprendices obtienen información sobre la eficacia de su desempeño, así como de experiencias vicarias y reacciones fisiológicas (Schunk y Ertmer, 2000), en tanto sus éxitos aumentan la autoeficacia, los fracasos la disminuyen. La autoevaluación de las capacidades y el propio progreso en la adquisición de habilidades es muy importante, ya que en este ejercicio, el aprendiz juzga su desempeño comparándolo con la meta que estableció y reacciona ante esos juicios considerando que su desempeño es notable, suficiente, inaceptable, empobrecido, etc. 20 Otro proceso importante es el monitoreo del progreso, el cual proporciona una percepción sobre que tan bien el aprendiz está aprendiendo. En este sentido, es importante destacar que todos los procesos relacionados con la autorregulación del individuo en su proceso de aprendizaje están mediados por variables como: creencias sobre su proceso de aprendizaje y sobre el conocimiento, percepciones sobre su propia capacidad para aprender, sus procesos predecisionales para llevar a cabo una tarea, y las estrategias que implementan al aprender y construir su conocimiento. Así es como el término “autorregulado” está asociado con formas de aprendizaje meta- cognoscitivamente guiadas, intrínsecamente motivadas (creencias y metas) y estratégicas (Winne y Perry, 2000). El hecho de aprender implica construir y modificar nuestro conocimiento, así como nuestras habilidades, estrategias, creencias, actitudes y conductas, a partir de conocimientos nuevos en vinculación con los que contamos en nuestra experiencia. El aprendizaje autorregulado (AAR) tiene tres componentes principales: Metacognición, donde el aprendiz reconoce sus fortalezas y debilidades académicas generales, los recursos cognoscitivos que puede utilizar y su conocimiento sobre cómo regular su compromiso y atención en la tarea para optimizar su aprendizaje y resultados. La metacognición hace referencia al conocimiento y regulación de nuestra actividad cognoscitiva. John Flavell es quien introdujo el término, y lo define como “el conocimiento que uno tiene acerca de los propios procesos y productos cognoscitivos o cualquier otro asunto relacionado con ellos, por ejemplo, las propiedades de la información relevante para el aprendizaje” (Flavell, 1976). Brown (1978) define la metacognición como el control deliberado y consciente de la propia actividad cognoscitiva. Les permite a los estudiantes coordinar el uso de conocimientos actuales y una serie de estrategias reflexivas para lograr sus objetivos y sirve 21 como función ejecutiva esencial para un aprendizaje eficaz, ya que permite a los alumnos regular numerosas habilidades cognoscitivas (Castañeda et al., 2013). El conocimiento complejo es construido por el individuo, por medio de una manipulación activa y propositiva de la información. El planteamiento teórico de un ámbito meta-cognoscitivo es muy importante en tanto que define las características de la intencionalidad del alumno, la cual surge a nivel del pensamiento y por ende a nivel del manejo de la información disponible. El ámbito meta-cognoscitivo abre la posibilidad a explicar cómo es que el sujeto puede reflexionar sobre las estrategias que elige y utiliza, y cómo es que las puede modificar a su favor. Los procesos meta-cognoscitivos, definidos básicamente como el conocimiento y el control del propio conocimiento (Villalón, 2004) han representado un campo de investigación muy provechoso para la comprensión del funcionamiento cognoscitivo y su desarrollo en contexto instruccional. El conocimiento (o monitoreo) y el control operativo del funcionamiento cognoscitivo han sido identificados como los componentes fundamentales de la metacognición. El primero se subdivide en tres categorías relacionadas con (1) la persona, referente al conocimiento individual y universal del funcionamiento cognoscitivo; (2) la tarea, en específico a sus características y (3) las estrategias, el conocimiento sobre las formas en las que se puede abordar un problema para resolverlo. Estas características están interrelacionadas dinámicamente, de manera que cambios en alguna afectan a las otras dos. Esta interrelación dinámica, es una característica general de los procesos de regulación y autorregulación. En cuanto al control operativo, este abarca actividades de regulación y control sobre el funcionamiento cognoscitivo: planificación, control operativo durante la ejecución y la evaluación del resultado obtenido. Este control es relativamente inestable y no está determinado por la edad; depende de la tarea y el contexto en el que se está inmerso. 22 La meta-cognición se desarrolla mediante la experiencia y a través de la práctica; se fomenta en ambientes enriquecidos, en el mejor de los casos, que permitan la participación en actividades compartidas, y que posteriormente establecerán una responsabilidad individual, ser el propio director de su conocimiento. Una vez abordado este primer constructo, se puede reconocer un monitoreo constante de las acciones por parte del sujeto sobre su propio aprendizaje, lo que a su vez permite al individuo reconocer qué es lo que lo guía en su aprendizaje, qué lo motiva. Motivación intrínseca, se refiere a la asignación de un alto valor depositado en el progreso personal y a un entendimiento profundo del conocimiento,alta eficacia para el aprendizaje, y atribuciones que vinculan resultados a factores bajo el control del individuo.. La motivación es un proceso que nos dirige hacia el objetivo o la meta de una actividad, que la instiga y la mantiene. (Pintrich y Schunk, 2006). Este término sugiere una serie de procesos predecisionales que guían la elección de metas u objetivos del individuo. El papel percibido de las recompensas o motivación intrínseca, es un constructo importante en el aprendizaje autorregulado. Está asociada con el interés del individuo y la satisfacción inherente en una tarea. Las metas a futuro, como por ejemplo, el desarrollo personal, son motivadores intrínsecos; mientras que otro tipo de metas enfocadas a obtener fama o riqueza, cumplen con el rol de motivadores extrínsecos. Desde un punto de vista cognoscitivo, los factores que más influyen en la motivación de un individuo son los pensamientos, las creencias y las emociones. La motivación, como proceso, no se puede observar directamente; sin embargo, se puede inferir de ciertas conductas como el esfuerzo, la elección entre distintas tareas, la 23 persistencia, la satisfacción que se obtiene de las acciones, e incluso mediante la conducta verbal del individuo. Un aspecto interesante dentro del tema es el porqué de la importancia de la motivación durante los esfuerzos del alumno por autorregular su aprendizaje, y qué aspectos del aprendizaje están fuertemente mediados por aspectos motivacionales. A este respecto, diversas investigaciones destacan conclusiones que responden estas cuestiones. En primer lugar, estudiantes altamente motivados, son más atentos a sus procesos de aprendizaje y a sus resultados que aquellos poco motivados. El estudiante suele auto-monitorearse constantemente y busca recibir retroalimentación. En segundo lugar, alumnos motivados a elegir una tarea, cuando pueden elegir de entre otras, muestran un mejor progreso que aquellos no motivados. Por ejemplo, aprender nuevas palabras de un idioma extranjero que se esté estudiando, durante el tiempo libre, ayudará al alumno a dominar dicho idioma más que aquellos no motivados a hacerlo. En tercer lugar, estudiantes que están dispuestos a hacer un esfuerzo mayor por aprender tareas difíciles, muestran altos niveles de dominio de la tarea. En cuarto lugar, aquellos estudiantes más persistentes, tienden a aprender más por ellos mismos que los menos persistentes (Zimmerman y Schunk, 2008). Por ejemplo, aquel estudiante que practica diario, obtendrá más habilidades que aquellos que practican sólo una vez a la semana. De acuerdo a esto, es claro que los procesos motivacionales juegan un rol vital en la iniciación, guía, y el mantenimiento del esfuerzo del estudiante para autorregular su aprendizaje; son procesos interactivos. Existe una amplia variedad de constructos motivacionales íntimamente ligados a la autorregulación del aprendizaje, sirviendo de precursores, mediadores, y resultados exclusivos. Tal es el caso del establecimiento y orientación de metas, el interés, la autoeficacia, el valor de la tarea, la volición, la motivación intrínseca, atribuciones causales; entre otras. 24 Pioneros de la educación como Herbart y Dewey, enfatizaron la importancia del interés como un precursor de la motivación y el aprendizaje. De acuerdo a análisis contemporáneos, hay dos formas de interés: individual y situacional (Zimmerman y Schunk, 2008). El interés situacional tiene que ver con aspectos específicos de la actividad o tarea, como por ejemplo las características de la información, aspectos que harán más o menos interesante la tarea. El interés individual, tiene que ver con características personales del alumno y su predisposición a atender a las tareas. En este sentido, la voluntad de los estudiantes a estudiar enérgicamente para una prueba, depende significativamente de sus creencias sobre su capacidad de aprendizaje autorregulado y los resultados de estas capacidades, traducidos a éxitos o fracasos. Otro factor motivacional importante a lo largo de todo el proceso autorregulatorio del aprendizaje es el valor de la tarea, el cual puede ser fragmentado en cuatro componentes: (1) la importancia del logro, que es la importancia percibida de hacer bien cierta tarea y está ligada a la identidad del alumno; (2) valor intrínseco, el cual refleja el gozo inmediato al hacer alguna tarea; (3) utilidad, el por qué una tarea es importante para un estudiante en términos de sus planes a futuro; y (4) el costo, que se refiere a las consecuencias de perseguir una tarea valiosa, el esfuerzo empleado, el tiempo, etc. Sin embargo, además de los valores, es necesario tomar en cuentas las expectativas, la habilidad percibida de realizar una actividad. Pintrich et al., (1991) y Wolters y Pintrich (1998) plantean que una valoración positiva de las tareas podría conducir al estudiante a involucrarse más con el propio aprendizaje y a utilizar estrategias cognoscitivas más frecuentemente. En este sentido, Mc Robbie y Tobin (1997; en Rojas, 2008) argumentan también que cuando las tareas académicas son percibidas como interesantes, importantes y útiles, los estudiantes pueden estar más dispuestos a aprender con comprensión. 25 Otro constructo motivacional relacionado con el aprendizaje autorregulado son las atribuciones, las cuales son definidas como percepciones sobre las causas de los resultados académicos. Para Weiner (1992), la clave de la motivación radica en el deseo de recabar información válida para una buena autoevaluación. Las atribuciones se refieren al tipo de causas que los estudiantes atribuyen a los resultados de su aprendizaje, ya sea de éxito o fracaso. Dan cuenta de las representaciones que se hacen los sujetos respecto al esfuerzo emprendido y el resultado alcanzado en una tarea, estableciendo una relación causal entre ambas (Lanz, 2006). De esta manera atribuimos nuestros éxitos o fracasos a causas internas o externas a nosotros mismos. De acuerdo al modelo de atribuciones de Weiner (1992) éstas se pueden clasificar de acuerdo a tres dimensiones, (1) si la causa del resultado personal se percibe como interna o externa; (2) a la probabilidad de que un resultado cambie, es decir, la estabilidad y (3) la probabilidad de que la causa sea personalmente controlable. Así, si el resultado del estudiante (un fracaso) se atribuye a la falta de habilidad en la tarea (estable y no modificable) esto resultará más devastador que atribuir el resultado a la falta de esfuerzo (inestable, y por tanto, modificable). También el establecimiento de metas es crítico para la motivación en el aprendizaje autorregulado, ya que proporciona un estándar con el cual comparar el progreso y motivar al individuo a incrementar su esfuerzo, persistencia y atender a aspectos relevantes de la tarea, y usar estrategias efectivas. Estrategias, implican las formas en las que el alumno se aproxima a tareas difíciles y problemas, escogiendo de un repertorio de tácticas las que cree son más apropiadas en función a la situación y a las características de la tarea; aplicándolas apropiadamente. 26 En general, el aprendizaje estratégico de los estudiantes incluye todos aquellos pensamientos, conductas, creencias, y emociones que puedan facilitar la adquisición, entendimiento o la posterior transferencia de nuevo conocimiento y competencias. Incluyen pensamientos y comportamientos en los que los estudiantes se involucran durante el aprendizaje; los procesos cognoscitivos relacionados con la codificación de la información en la memoria y con el resultado del aprendizaje (Weinstein, at al., 1998). La conceptualización de las estrategias cognoscitivas es vista como un desarrollo fundamental en la investigación y la instrucción en el campo de la psicología educativa, ya queconocer y usar estrategias de aprendizaje es un factor importante para discriminar entre los estudiantes de bajo rendimiento y los que experimentan éxito (Weinstein et al., 2000). El desarrollo de las estrategias depende de la exposición que tenga el estudiante a modelos efectivos de uso de estrategias específicas, así como a ambientes que le proporcionen oportunidades para practicar. El tipo de metas que los estudiantes tienen, también tiene impacto sobre la elección de estrategias. El uso de estrategias debe ser auto-dirigido; involucra una manipulación intencional de la información por parte del estudiante mediante procesos como repetición, elaboración o reorganización del material, de modo que la nueva información pueda ser almacenada en una red asociativa que permita manejarla y recuperarla. El aprendizaje autorregulado y estratégico involucra la integración de distintos procesos. La apelación y uso de estrategias cognoscitivas de aprendizaje están conectados con aspectos de la autorregulación como la motivación y la meta-cognición. Saber qué estrategia usar y cómo hacerlo no es suficiente, el estudiante debe querer usarla y mantener esa motivación durante el aprendizaje. Para usar estrategias de aprendizaje efectivamente, el estudiante debe ser capaz de manejar la cantidad y dirección de su esfuerzo y estar motivado a involucrarse en la tarea (Corno, 1994; en Boaekerts, 2000). 27 Un alumno autorregulado se caracteriza por el uso de estrategias cognoscitivas coordinadas entre sí como parte de un pensamiento complejo; la aplicación adecuada de dichas estrategias gracias a las capacidades meta-cognoscitivas; la coordinación entre el conocimiento de estrategias y otros tipos de conocimientos que posee; además de disponer de condiciones motivacionales y afectivas que, de hecho, son la base para la coordinación de las estrategias, el conocimiento meta-cognoscitivo y el resto del conocimiento (Rojas, 2008). En este sentido, y como parte de la naturaleza cíclica del aprendizaje autorregulado, se ven vinculados estos componentes de manera tal, que cambios en cualquiera de ellos produce cambios en los demás componentes. Sin embargo, parece que no es suficiente con disponer de las estrategias de aprendizaje adecuadas; es necesario también saber cómo y cuándo utilizarlas; pero además, es preciso que los estudiantes tengan una disposición favorable y estén motivados, tanto para ponerlas en marcha como para regular, controlar y reflexionar sobre las diferentes decisiones que deben tomar en el momento de enfrentarse a la resolución de una tarea. El uso de estrategias, está mediado por la disposición del estudiante a invertir esfuerzo en su aprendizaje, su motivación para aprender y su capacidad para implementar estrategias adecuadas para la consecución de la tarea, mismas que han funcionado en situaciones anteriores similares, o que puede transpolar a contextos nuevos. Que el alumno sea capaz de monitorear su propia cognición, que esté motivado intrínsecamente y que sea estratégico no garantiza que éste autorregule su aprendizaje, y esto se debe a que el aprendizaje como proceso involucra muchas más variables del mismo alumno, además de las de su entorno. Esto implica que para lograr un aprendizaje autorregulado se requieren condiciones necesarias y suficientes de habilidades y capacidades del individuo, que le permitan ser consecuente con sus metas de aprendizaje, haciendo uso de todas las herramientas de las que dispone para lograrlo. 28 2. Variables del estudiante. “La mayor parte de la investigación psicológica sobre el aprendizaje y la enseñanza se han centrado tradicionalmente en los procesos cognitivos relacionados con el aprendizaje, olvidando a veces que en el contexto real de la educación, estos procesos no actúan de manera aislada; factores motivacionales, afectivos, meta-cognitivos, evolutivos y sociales se combinan dentro de un estudiante que funciona como una totalidad, y cuando se enfrenta a las actividades de aprendizaje trae consigo algo más que conocimientos previos, capacidades y estrategias de aprendizaje…” (Schuell, 1993) Si bien es importante hablar de la adquisición, uso y manejo de estrategias para lograr un aprendizaje autorregulado, es pertinente tomar en cuenta que, como proceso dinámico, la autorregulación está influenciada por componentes de la persona, como sus creencias y experiencias. Mucha investigación destaca relaciones entre las creencias de los estudiantes sobre sus propias capacidades y su motivación. También se ha destacado el papel de las creencias que las personas sostienen sobre el conocimiento, así como de la naturaleza, adquisición y justificación del mismo (epistemología personal), en el aprendizaje y el desempeño académico. La investigación sobre el aprendizaje, centrada en el estudiante, representa actualmente un área de interés creciente tanto para los psicólogos como para los educadores por su utilidad para la práctica educativa y por sus avances en la explicación de mecanismos responsables del aprendizaje complejo (Paulsen y Feldman, 2005). En este contexto, algunos componentes que han mostrado interactuar con el logro académico son: a) La epistemología personal de estudiante (Hofer, 2006), entendida como las creencias que los individuos tienen acerca del conocimiento y del conocer, donde se toma en cuenta la evidencia de que su estructura difiere en dominios específicos (Shommer-Aikins, Duell y Barrer, 2002); 29 b) Las estrategias cognoscitivas y de autorregulación del aprendizaje, potentes mecanismos cognoscitivo– afectivo – motivacionales que disparan, mantienen y regulan la construcción del conocimiento (Castañeda, 2006); y c) La diversidad de contextos y contenidos en los que se da la enseñanza (Castañeda et al., 2011). Además, como se apuntó anteriormente, uno de los elementos esenciales para lograr un aprendizaje significativo es la base de conocimientos que el individuo posee, y en este sentido es importante destacar la importancia que tienen los conocimientos previos del estudiante en su proceso de aprendizaje. Creencias Epistemológicas. El término epistemología personal, se refiere a las creencias que las personas tienen sobre el conocimiento, así como de la naturaleza, adquisición y justificación del mismo (Hofer, 2002). En 1878, Charles Pierce sostuvo que la única función del pensamiento humano es producir las creencias que las personas llegan a tener sobre ellos mismos y el mundo; y que estas creencias se convierten en reglas de acción que determinan tanto lo que la gente hará, como los pensamientos que generarán posteriores creencias (Pajares, 2008). En psicología, el interés en el estudio de las creencias epistemológicas y su desarrollo, se remonta al trabajo de Piaget (1950) quien refirió su investigación sobre desarrollo intelectual como un estudio en epistemología genética. Sin embargo, el estudio sobre creencias epistemológicas fue dominado en sus inicios por el trabajo de Perry (1970), quien buscó entender cómo las personas le dan sentido a su experiencia, específicamente respecto a la educación formal. 30 Básicamente, las creencias epistemológicas, también denominadas epistemología personal, se han concebido como un constructo cognoscitivo, cualitativamente cambiante a lo largo de un continuo de desarrollo, generalmente sostenido y guiado por procesos de desequilibrio cognoscitivo. El ejemplo más notable, es el “Esquema de desarrollo intelectual y ético” de Perry (1970), un pionero en el campo. Este esquema surge de un minucioso análisis cualitativo sobre los modos en que los estudiantes describen sus experiencias y cambios a lo largo de sus años universitarios. Así mismo, refleja un estrecho entrelazamiento de perspectivas cognoscitivas y afectivas enla base de la educación universitaria, un camino difícil hacia formas de pensamiento del estudiante más complejas sobre el mundo, su disciplina de estudio y su propio ser. Además, pone de relieve la noción de que el aprendizaje más poderoso y apto, busca el logro del estudiante como resultado de sus experiencias en clase, involucrando cambios significativos en la manera en que el aprendiz aborda los temas y su propio aprendizaje. (Moore, 2004). El modelo comprende nueve estadios o posiciones, que pueden ser sintetizados en cuatro niveles de desarrollo. En el primer nivel, denominado Dualismo, el individuo sostiene una postura polarizada del mundo y un nivel de conocimiento correcto-erróneo. Este nivel abarca las posiciones 1, en la que hay una concepción de la realidad completamente incuestionable y absoluta; y 2, en donde se reconocen diferentes creencias y perspectivas, pero son simplemente erróneas. En el segundo nivel, de Multiplicidad, se abarcan las creencias de que los individuos pueden tener diferentes tipos de conocimiento, y su naturaleza se percibe como incierta. En la posición 3, denominada Relativismo, se presenta el primer reconocimiento de incertidumbre legítimo, y además de las dos categorías verdadero-falso, se agrega “aún no conocido”; mientras que en la posición 4, de compromiso en el relativismo, y último nivel de desarrollo, describe la identificación de individuos que están seguros de la verdad contextualizada del conocimiento, 31 pero que está sujeto a un proceso continuo de duda o incertidumbre y refinamiento (Bendixen y Feucht, 2010). Años más tarde, Albert Bandura (1977) teorizó que las creencias de los individuos sobre sus capacidades y resultados de su esfuerzo, influyen tanto en la manera en que se comportan, como en los procesos cognoscitivos y afectivos que acompañan su funcionamiento. Bandura establece que las creencias de los individuos sobre sus capacidades y resultados influyen tanto en la manera en que se comportan como en los procesos cognoscitivos y afectivos que acompañan su funcionamiento. A este respecto, las primeras creencias las situó como autoeficacia, refiriéndose a los juicios sobre las capacidades personales de organizar y llevar a cabo una línea de acción para lograr ciertos tipos de metas; y las segundas como resultados esperados, juicios sobre los resultados finales de las acciones del individuo. Las creencias de autoeficacia, se derivan de experiencias pasadas, la observación de los logros o fracasos de modelos, así como resultados positivos o negativos de normas personales (Zimmerman y Schunk, 2008). Estas creencias son contextuales, ya que corresponden a situaciones específicas. Este conocimiento nos permite visualizar al alumno como un organismo dotado de un sistema en el cual el comportamiento se ve influenciado por sus creencias. El comportamiento puede vincularse con las creencias dado que existe un mecanismo meta-cognoscitivo que establece que tenemos la capacidad de vigilar nuestra actividad de tal forma que podamos tener creencias con respecto a nuestras habilidades, capacidades, conocimiento, etcétera. A partir de estos primeros trabajos, otros investigadores han generado modelos con respecto a las creencias. Kitchener y King, por ejemplo, desarrollaron el “Modelo de la opinión deliberativa” (1981, en Duell y Schommer-Aikins, 2001), el cual describe aspectos sobre lo que es posible conocer, la forma de conocer algo y la certeza de la posición del ser conocedor. Estos autores se centran en la manera en que la gente intenta resolver situaciones de prueba incompletas o mal estructuradas, y 32 pretender trazar el desarrollo cognoscitivo del adolescente tardío y el adulto. Este modelo describe 7 fases por las cuales se transita: (1) se aprende por observación directa, (2) los conocimientos se toman como absolutamente ciertos, (3) no existe la necesidad de justificar dichos conocimientos. Más adelante, (4) el individuo reconoce la relatividad del conocimiento, y (5) surge la necesidad de justificarlo mediante la evaluación personal. Así mismo (6) considera la posibilidad de que la realidad nunca pueda ser conocida, y por último (7) toma la postura de situar algunos conocimientos mejores que otros. Royce (1983; en Acuña, 2011) señala que para lograr una adecuada comprensión de los temas epistemológicos es necesario comprender de manera empírica el proceso de conocer, puesto que desde la perspectiva de la psicología, el conocimiento corresponde a los elementos que constituyen la estructura cognoscitiva de la persona cuando son epistemológicamente justificables. En 1990, Schommer-Aikins propuso que para tener un mejor entendimiento de la epistemología personal, ésta se debe conceptualizar como un sistema de creencias más o menos independientes entre sí. Su “Sistema de creencias epistemológicas” comprende cinco dimensiones de creencias que van progresando de acuerdo al siguiente continuo: (1) estructura del conocimiento, que se extiende de conocimiento discreto a complejo; (2) estabilidad del conocimiento, de invariable a evolutivo; (3) fuente del conocimiento, de confianza en la autoridad a observación y razonamiento; (4) velocidad de aprendizaje, de aprendizaje rápido a gradual, y (5) habilidad para aprender, de habilidad innata a un aprendizaje mejorable. Schommer (1993) considera a la epistemología personal como un sistema de creencias, más o menos independientes e influenciadas por el ambiente familiar y los antecedentes educativos, los cuales ejercen una clara influencia sobre la comprensión y el aprendizaje. Jehng, Johnson y Anderson (1993), definen las creencias epistemológicas como “intuiciones 33 compartidas socialmente acerca de la naturaleza del conocimiento y del aprendizaje e incluye conocimiento acerca de los límites y certidumbre de conocer, así como los criterios asociados al conocimiento”. Este constructo puede ser ejemplificado con preguntas como: ¿qué es el conocimiento?, ¿cómo se adquiere? y ¿cuál es su grado de certeza?. Con base en estos cuestionamientos, podemos apuntar la importancia que tienen estas creencias sobre el proceso de aprendizaje. A pesar del desarrollo de múltiples marcos teóricos, se pueden identificar dos marcos generales (Muis y Franco, 2009): aquellos que estudian las creencias epistemológicas desde una perspectiva desarrollista (ejem. Belenky at al., 1986; Kitchener y King, 1981; Kuhn, 1991; y Perry, 1970) y aquellos que exploran las creencias epistemológicas desde una perspectiva multidimensional (ejem. Hammer y elby, 2002; Hofer y Pintrich, 1997; Schommer, 1990). Se ha desarrollado un amplio campo de investigación en torno a las creencias epistemológicas. En un intento por integrar este diverso bagaje de marcos conceptuales, Hofer y Pintrich (1997) definen la epistemología personal como “un conjunto de cuatro dimensiones claramente identificables e interrelacionadas; certeza del conocimiento, simpleza del conocimiento, justificación y fuerza del mismo”. Las primeras dos dimensiones describen la naturaleza del conocimiento, mientras que las dos restantes se refieren al proceso de saber. Sin embargo, es importante destacar que el término epistemología personal, denota solamente la idea de la existencia de un conjunto de creencias sobre el conocimiento y el proceso de conocer en el nivel personal, pero no establece si estas creencias son resultado del desarrollo individual o si son simplemente adquiridas (Acuña, 2011). La investigación al respecto, indica que las creencias están organizadas y constituyen una “teoría del conocimiento” personalizada, están conformadas por un conjunto de dimensiones 34 cuyo progreso es razonablemente predecible, son activadas en función del contexto y operan tanto de manera cognoscitiva como meta-cognoscitiva (Hofer & Pintrich,1997; Hofer, 2004) Estas creencias se distinguen del conocimiento por un mayor compromiso afectivo, falta de apego a la lógica, resistencia al cambio y fuerte influencia sobre la conducta (Schommer- Aikins, 2004). Además, no requieren un consenso grupal, ya que son certezas subjetivas (Acuña, 2011). Las creencias epistemológicas tienen una influencia fuerte sobre todas las decisiones que el individuo toma, así como elecciones y conductas. En este sentido, conocer cómo el alumno concibe lo que pasa en su ambiente y en su contexto educativo, así como las creencias que desarrolla para éste, nos proporciona información valiosa sobre el aprendizaje académico de los estudiantes. Hay evidencias que apoyan la noción de que el rendimiento académico está relacionado con ciertas creencias epistemológicas sobre el conocimiento y el aprendizaje (Hofer, 2002; Schommer, 1993; en Castañeda et al., 2012) y que los estudiantes que presentan creencias epistemológicas más reflexivas tienden a alcanzar una tasa estadísticamente superior a otros estudiantes (Castañeda et al., 2012). Las creencias epistemológicas están asociadas con la selección que el estudiante tiene de sus procesos autorregulatorios de aprendizaje y con la capacidad para administrar sus propios recursos cognoscitivos. Entre más elaboradas y complejas son las creencias epistemológicas del estudiante, éste seleccionará estrategias enfocadas al estudio autónomo (Paulsen y Feldman, 2005), y entre más sencillas y poco elaboradas sean, las estrategias serán más superficiales y dependientes de la regulación externa dada en función del profesor, los materiales y otros elementos que confluyen en la enseñanza (Acuña, 2011). 35 Dahl y cols., (2005) sugieren que las creencias sobre la certeza del conocimiento afectan el número de estrategias usadas por los estudiantes, así como la calidad de las mismas. En este sentido, Hofer y Pintrich (1997) propusieron que las creencias epistemológicas influencian los tipos de metas de logro que los estudiantes establecen para aprender. Estas metas a su vez, influyen en los tipos de estrategias de aprendizaje que los estudiantes usan para aprender, lo que se ve reflejado en el logro. Basada en una revisión de distintos marcos teóricos, modelos y trabajos empíricos, Muis (2007) identificó cuatro maneras generales en que las creencias epistemológicas juegan un rol en el aprendizaje autorregulado. Propone que las creencias epistemológicas son un componente de las condiciones cognoscitivas y afectivas de una tarea; influyen en los estándares que los estudiantes ponen cuando se establecen metas, traducen a estándares epistemológicos que sirven como inputs para la metacognición y que el aprendizaje autorregulado puede jugar un rol en el desarrollo de las creencias epistemológicas. La investigación acerca de la mediación del aprendizaje a partir de diferencias en la epistemología personal de los estudiantes plantea que éstas pueden explicar las variaciones en el uso y la autorregulación de los procesos cognoscitivos y afectivo-motivacionales, incluyendo las estrategias de aprendizaje (Castañeda et al., 2012). Estrategias de aprendizaje “Hay diferencias entre las estrategias cognoscitivas y estrategias meta-cognoscitivas; las primeras se utilizan para hacer progresar la actividad cognoscitiva hacia un propósito determinado conscientemente y las segundas, se usan para monitorear, supervisar la marcha y evaluar la eficacia del proceso” (Flavell, 1986). 36 Se trata de actividades u operaciones mentales que realiza el estudiante para mejorar el aprendizaje. Las estrategias tienen un carácter intencional o propositivo e implican, por tanto, un plan de acción. Las estrategias de aprendizaje son secuencias de procedimientos o planes orientados hacia la consecución de metas de aprendizaje (Schunk, 2012). Se pueden definir como un conjunto de procesos que facilitan la adquisición, almacenamiento y utilización de la información. En este sentido, no sólo es importante aprender contenidos conceptuales sino también contar con habilidades y procedimientos para manejar la información. Las estrategias de aprendizaje implican una secuencia de actividades, operaciones o planes dirigidos a la consecución de metas de aprendizaje; y tienen un carácter consciente e intencional en el que están implicados procesos de toma de decisiones por parte del alumno ajustados a sus metas (Valle et al., 1998). Estas estrategias están bajo el control del estudiante, son planificadas y conscientemente implementadas en ciertas actividades; además, implican un uso selectivo de las capacidades y recursos del individuo con base en las demandas de la situación de aprendizaje, utilizando aquellos que considera más adecuados para la consecución de la tarea. El uso de estrategias es una parte integral del aprendizaje autorregulado porque éstas dan a los aprendices mayor control sobre el procesamiento de la información (Winne, 2001; en Schunk, 2012). Los avances contemporáneos en el entendimiento sobre la naturaleza de la cognición humana han permitido abrir la caja negra del estudio y la de sus asociados autorregulatorios (Castañeda, 2010) fundamentando su valor en el aprendizaje. Mucha evidencia se ha producido sobre habilidades cognoscitivas y autorregulatorias que son determinantes del éxito académico o, al menos, son predictoras razonables del mismo, a partir de tratamientos específicos (Palincsar y 37 Brown, 1984; De Bono, 1985; Sternberg, 1988; Costa, 1991; Weinstein, Powdrill, Husman, Roska y Dierking, 1998; Pintrich, 1998 y Schunk, 1991, entre otros). A la fecha, es posible extender un buen número de conocimientos y habilidades para lograr niveles superiores de percepción; codificación, almacenamiento, recuperación y aplicación de información, al igual que para desarrollar el pensamiento, el razonamiento, la solución a problemas, la comprensión y producción del lenguaje, así como para poner en interacción variados componentes autorregulatorios, conductuales y sociales. Estrategias Cognoscitivas. Las estrategias cognoscitivas se refieren al proceso de integración de la información o material nuevo con el conocimiento previo. Son secuencias integradas de conocimientos o actividades mentales que se activan con el propósito de facilitar la adquisición, almacenamiento y/o utilización de información (Nisbett y Schucksmith, 1987). Implican siempre una manipulación directa de la información, la cual puede ser mental (representaciones mentales) o física (apuntes). Las estrategias incluidas dentro de esta categoría, como las estrategias de selección, organización y elaboración de la información, constituyen las condiciones cognoscitivas del aprendizaje significativo (Mayer, 2002). Este autor define al aprendizaje significativo como “un proceso en el que el aprendiz se implica en seleccionar información en un todo coherente, e integra dicha información en su estructura de conocimientos ya existente.” De acuerdo a Castañeda (2004), las estrategias cognoscitivas se pueden agrupar generalmente en tres tipos: 38 Estrategias de adquisición de la información, involucra el tipo procesamiento de la información revisada. Se distinguen dos niveles para adquirir la información: selectivas, a nivel superficial mediante la selección de información relevante; y generativas, mediante la construcción de significados con base en la generación de relaciones entre conceptos, representaciones etc. Se les asocia con procesos atencionales como seleccionar, transformar y transportar la información desde el registro sensorial (Masone y González, 2003). Estrategias de procesamiento de la información, implican el uso que hace el alumno de la información adquirida y/o disponible. Se pueden identificar dos tipos de procesamiento dela información: convergente, la reproducción de información; y divergente, la transformación de la información en un todo coherente y significativo, así como razonamiento crítico y resolución de problemas, creando producciones innovadoras y críticas sobre lo aprendido. La codificación de la información consiste en traducir la misma, y este proceso se sitúa en la base de los niveles de procesamiento, y se aproxima a la comprensión, al significado. Recuperación de la información, se refiere a estrategias que permiten al alumno activar y mantener el conocimiento relevante para poder operar sobre él. Hay dos situaciones que demandan al alumno la recuperación de la información: ante tareas y ante exámenes. Entonces, esta recuperación es dependiente de la situación en que la persona se encuentra y de la forma en la que el alumno reacciona y responde. Las habilidades cognoscitivas son susceptibles a los efectos del medio; sin embargo, la respuesta a la pregunta sobre la medida en que las habilidades cognoscitivas son maleables en los escenarios educativos, depende de múltiples factores (Castañeda, 2004), como por ejemplo el tipo de operaciones utilizadas para producir el éxito académico; la extensión del periodo en el que se intentan desarrollar las habilidades , el tipo de transferencia inducida por las prácticas educativas 39 y las asunciones diferenciales que fomentan identidades y participaciones que potencialmente afectan la ejecución. Las premisas teóricas, al igual que las prácticas utilizadas para fomentar y evaluar el aprendizaje y el desarrollo de las habilidades cognoscitivas tienen, de suyo, una muy larga historia, misma que ha variado conforme han cambiado los intentos por dar respuesta a preguntas fundamentales sobre qué significa aprender y cómo se adquiere o construye el conocimiento, y cuáles son los mecanismos que controlan al aprendizaje y el desarrollo cognoscitivo (Castañeda, 2004). La calidad de los resultados académicos puede ser sustancialmente mejorada si se utilizan en la práctica educativa avances sobre el entendimiento de los mecanismos responsables del aprendizaje eficiente. Así, la intervención educativa puede mejorar los resultados de aprendizaje si incorpora procedimientos de evaluación que permitan identificar riesgos y prescribir mejoras en mecanismos que fomentan el aprendizaje eficiente de los estudiantes e, indirectamente, en las prácticas docentes (Castañeda, 2004). Estrategias autorregulatorias. Al igual que las estrategias cognoscitivas de aprendizaje, se reconoce que gracias al conocimiento autorregulatorio y a la operación de habilidades de autorregulación, el estudiante puede establecer la modificación, selección y construcción de las estrategias necesarias para el logro de las metas deseadas (Castañeda, 2004). La investigación realizada en los últimos años concluye que hay una conexión entre las estrategias meta-cognoscitivas y el componente de regulación del comportamiento humano. Según Zimmerman (1994) son parte del constructo autorregulación y su uso implica distintos niveles de conciencia de un aprendiz a otro (Sierra, 2010). Se refieren al control, la planificación y evaluación por parte de los estudiantes de su propia cognición. El conocimiento meta- 40 cognoscitivo requiere conciencia y conocimiento de variables de la persona, de la tarea y de la estrategia (Flavell, 1987; Justicia, 1996). De acuerdo a Boekaerts y Niemivirta (2000), activar los procesos de autorregulación implica el uso de estrategias meta-cognoscitivas, además del esfuerzo y la motivación en los aprendices, todo ello en función de las condiciones de los contextos en que están situados los estudiantes. Para Kurtz (1990), la meta-cognición regula de dos formas el uso eficaz de estrategias; en primer lugar, para que un individuo pueda poner en práctica una estrategia, antes debe tener conocimiento de estrategias específicas y saber cómo, cuándo y por qué debe usarlas. En segundo lugar, mediante su función autorreguladora, la meta-cognición hace posible observar la eficacia de las estrategias elegidas y cambiarlas según las demandas de la tarea. Las estrategias meta-cognoscitivas incluyen la planificación, la supervisión y la regulación; y su función es apoyar un mejor rendimiento académico. Les permite a los estudiantes coordinar el uso de los conocimientos actuales y una serie de estrategias reflexivas para lograr sus objetivos. Este tipo de estrategias implican que el estudiante pueda evaluar, planear y regular si se han cumplido las metas del aprendizaje e incluyen aspectos del monitoreo de su motivación. Las estrategias autorregulatorias y meta-cognoscitivas son elementos clave para determinar no solamente la generación de episodios de aprendizaje y las decisiones tomadas por el estudiante sobre las metas que tendrá, sino también para las adaptaciones que éste realiza al encontrarse con problemas (Alcántara, 2009). Son muy amplias, y regulan todo el proceso de aprendizaje y solución de problemas desde el planteamiento hasta la evaluación, pasando por un monitoreo de todo el proceso. 41 De esta manera, los propios pensamientos de los estudiantes sobre su motivación y aprendizaje desempeñan un papel clave en el logro escolar (Pintrich, 2000). Las estrategias de autorregulación (meta-cognoscitiva y meta-motivacional) implican que el estudiante puede evaluar, planear y regular si se han cumplido las metas del aprendizaje. En esta área, se identifican tres dimensiones: De la persona: Eficacia percibida, se refiere a la percepción que tiene el alumno acerca de su capacidad y habilidad para estudiar. Estas estrategias dependen del bagaje de experiencias que el alumno ha acumulado a lo largo de su vida académica, y pueden ser traducidas a la predisposición del alumno frente a la situación de aprendizaje con base en su historial de éxitos y fracasos en situaciones anteriores similares. La autoeficacia se manifiesta como una forma de competencia; así, sentirse capaz da al individuo un sentido de confianza en la aplicación de sus habilidades y capacidades en la acción (Sierra, 2010). Contingencia interna, se refiere a la percepción que tiene el alumno respecto a su aprendizaje con base en sus resultados obtenidos. Es la relación que existe entre la conducta motivada y la causa que la refuerza o la mantiene cuando la fuente es interna, es decir, las ejecuciones se realizan independientemente de la naturaleza de la tarea o de su dificultad (Sierra, 2010). Tienen que ver con el monitoreo de progreso en el aprendizaje. Autonomía percibida, se refiere a la administración de recursos (internos y externos), adaptándolos a un contexto de aprendizaje particular. Es el control percibido por el sujeto sobre su autorregulación en las actividades que realiza sobre su comportamiento en un sentido amplio (Sierra, 2010). Este tipo de estrategias está ligado al uso pertinente de los recursos con los que 42 cuenta el estudiante, y a la adecuación de los mismos con base en las características de las demandas de aprendizaje. Orientación a la aprobación externa, se refiere a la fuente de motivación que guía el estudio, es decir la tendencia a buscar la acreditación por parte de otras personas. Implican cierto grado de motivación por parte del estudiante para ser reconocido como un aprendiz exitoso, ya sea por parte de una autoridad o maestro, o por parte de sus pares. De la Tarea: Orientación a la tarea, donde se busca completar o cumplir con las demandas, adaptando el esfuerzo a invertir en función de la exigencia de la tarea. Este tipo de orientación tiene que ver con la implementación de mecanismos que permitan cumplir con los requisitos de aprendizaje que implica la tarea. Orientación al logro de metas, se busca completar o cumplir con las demandas
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