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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA SUBDIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO DEPARTAMENTO DE MEDICINA FAMILIAR INSTITUTO DE SEGURIDAD SOCIAL DEL ESTADO DE MEXICO Y MUNICIPIOS HOSPITAL REGIONAL NEZAHUALCÓYOTL, ESTADO DE MEXICO. FACTORES DE RIESGO DE MALTRATO FAMILIAR EN EL ADULTO MAYOR DE LA CLÍNICA DE CONSULTA EXTERNA ECATEPEC SUR ISSEMYM TRABAJO QUE PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALISTA EN MEDICINA FAMILIAR PRESENTA: DRA. VIANEY VELASCO RAMÍREZ NEZAHUALCÓYOTL, ESTADO DE MÉXICO. 2013 LOGO ISSEMYM UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. FACTORES DE RIESGO DE MALTRATO FAMILIAR EN EL ADULTO MAYOR DE LA CLÍNICA DE CONSULTA EXTERNA ECATEPEC SUR ISSEMYM. TRABAJO QUE PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALISTA EN MEDICINA FAMILIAR PRESENTA: DRA. VIANEY VELASCO RAMÍREZ AUTORIZACIONES DR. FRANCISCO JAVIER FULVIO GÓMEZ CLAVELINA JEFE DEL DEPARTAMENTO DE MEDICINA FAMILIAR SUBDIVISION DE ESTUDIOS DE POSGRADO FACULTAD DE MEDICINA, U.N.A.M. DR. FELIPE DE JESÚS GARCÍA PEDROZA COORDINADOR DE INVESTIGACIÓN DEL DEPARTAMENTO DE MEDICINA FAMILIAR SUBDIVISION DE ESTUDIOS DE POSGRADO FACULTAD DE MEDICINA, U.N.A.M. DR. ISAÍAS HERNÁNDEZ TORRES COORDINADOR DE DOCENCIA DEL DEPERTAMENTO DE MEDICINA FAMILIAR SUBDIVISION DE ESTUDIOS DE POSGRADO FACULTAD DE MEDICINA, U.N.A.M. FACTORES DE RIESGO DE MALTRATO FAMILIAR EN EL ADULTO MAYOR DE LA CLÍNICA DE CONSULTA EXTERNA ECATEPEC SUR ISSEMYM TRABAJO QUE PARA OBTENER EL DIPLOMA DE ESPECIALISTA EN MEDICINA FAMILIAR PRESENTA: DRA. VIANEY VELASCO RAMÍREZ AUTORIZACIONES DR. BARNAD ROMERO LIBRADO CARLOS PROFESOR TITULAR DE LA ESPECIALIDAD DE MEDICINA FAMILIAR ADSCRITO AL HOSPITAL REGIONAL NEZAHUALCÓYOTL ISSEMYM, ESTADO DE MEXICO. DR. BARRERA TENAHUA OSCAR ASESOR DE TEMA DE TESIS DRA. MARÍA BEATRIZ FLORES ORTEGA COORDINADOR DE TEMA DE TESIS LIC. SERVIN CARDENAS ANA LUISA DIRECTORA DE EDUCACIÓN E INVESTIGACIÓN EN SALUD ING. JOANNA PATRICIA GALINDO MONTEAGUDO JEFA DEL DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIÓN E INOVACION EDUCATIVA EN SALUD. “FACTORES DE RIESGO DE MALTRATO FAMILIAR EN EL ADULTO MAYOR DE LA CLÍNICA DE CONSULTA EXTERNA ECATEPEC SUR ISSEMYM” ÍNDICE. 1. MARCO TEÓRICO………………………………………………………………….…..1 1.1 Adulto mayor…………………………………….……………………………….….4 1.1.1 Adulto mayor en México……………………….…………………………....6 1.2 Maltrato en el adulto mayor……………………………………….…………….…9 1.3 Formas de maltrato…………………………………………………………….…16 1.4 Factores de riesgo…………………………………………………………….…..16 1.5 Teorías del origen del maltrato………………………………………….……….19 1.6 Complicaciones del maltrato………………………………………….………….22 1.7 Familia……………………………...……………………………………………....22 1.7.1 Definiciones de familia……………………………………...…………….23 1.7.2 Tipología de familia……………………….………………………….……24 1.7.3 Funciones de la familia…………………….………………….………….25 1.8 Violencia intrafamiliar…………………………………….………………….……25 1.8.1 Ciclo de la violencia……………….………………………………….……28 1.9 Funcionalidad en el adulto mayor………...…………………………………….29 1.10 Dependencia en el adulto mayor …...………………………………………..31 1.11 Enfermedad en el adulto mayor………………...…………………………….32 1.11.1 Control metabólico……...……………………………………………….…33 1.12 Polifarmacia………………………..………………………………….………...34 1.13 Redes de apoyo………………………...……….….……………………….....35 1.13.1 Redes sociales de apoyo del adulto mayor……………….…….………37 1.13.2 Red social primaria: familia, amigos, vecinos………………………..….37 1.13.3 Red comunitaria de apoyo del adulto mayor…………………………...38 1.13.4 Redes institucionales o formales…………………………………..…....39 1.13.5 ISSEMyM y prevención……………………………………………………42 1.14 Alcoholismo……………………...…………………………………………...…44 1.14.1 Alcoholismo familiar…………………………………………….………....44 1.15 Detección oportuna del maltrato. Instrumentos para la detección………..45 2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA……………………………………………....48 3. JUSTIFICACION……………………………………………….…………………..…..49 4. OBJETIVOS…………………………………………………………………………....50 4.1 General……………………………………………………………………..………50 4.2 Específicos………………………………………………………………..........….50 5. MÉTODOLOGÍA……………………………………………………………....…..…...51 5.1 Tipo de estudio…………………………………...…………………………..…...51 5.2 Diseño de la Investigación……………………………………………………….51 5.3 Población, lugar y tiempo de estudio…………..……………….........……..…..51 5.4 Tipo y tamaño de la muestra……………………………………………………..51 5.5 Criterios de inclusión, exclusión y eliminación………….................................53 5.6 Variables e información a recolectar ………………………..…………..…….53 5.7 Instrumento para la recolección de datos………………………………………57 5.8 Método para la recolección de datos…………………..……..………………..57 5.9 Recursos……………………………………………………………………………57 5.9.1 Recursos humanos………………………………………………………...57 5.9.2 Recursos materiales……………………….………………………………58 5.9.3 Recursos físicos……………………………………………………………58 5.9.4 Financiamiento…………………………………………………………….58 5.10 Consideraciones éticas………………………………………….……..……...58 6. RESULTADOS…………………………………………………………………………65 6.1 Descripción de los resultados…………...……………………………………….65 6.2 Tablas cuadros y graficas………………………………………………...………65 7. ANALISIS DE LOS RESULTADOS OBTENIDOS …..……………………….…..68 8. CONCLUSIONES…………………………………………………...………….….....70 9. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ….……………………………………...........72 10. ANEXOS………………………………………………………………………………...75 1 “FACTORES DE RIESGO DE MALTRATO FAMILIAR EN EL ADULTO MAYOR DE LA CLÍNICA DE CONSULTA EXTERNA ECATEPEC SUR ISSEMYM” 1. MARCO TEÓRICO Desde tiempos remotos ha sido una preocupación del hombre el envejecimiento y sus consecuencias y para entenderlo se ha buscado respuesta desde los tiempos bíblicos. La historia de la civilización está repleta de filósofos, escritores, pintores, poetas y músicos que dedicaron parte de su obra al inquietante y misterioso mundo de la vejez, unas veces de manera optimista, entusiasta y feliz y otras con una manifiesta visión negativa, pesimista y decadente. A través de la historia, en dependencia de la cultura que se analice, se evidencia que los ancianos han sido tratados de manera muy distinta: prácticamente en la totalidad de los pueblos primitivos fueron el centro de la vida social; los egipcios y los asirios los veían con cierta antipatía; los israelitas los veneraban; los griegos exaltaban la vejez, pero existen testimonios en su contra. Por su parte, en el Imperio Romano tuvieron una importante autoridad, tanto en la vida privada como en la pública. Con el Renacimiento, la veneración y el respeto que habían disfrutado inician un proceso de deterioro, pues el poder va progresivamente desplazándose de ellos hacia los hombres maduros, hasta que con la aparición del Industrialismo lo pierden definitivamente, ya que el comercio a gran escala hace que el hombre valga por lo que produce y lo que tiene y no por lo que es en sí1. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa la edad de 60 años para delimitar la vejez; sin embargo, se torna en extremo difícildefinir a qué se le llama viejo, ya que no hay una relación entre la edad biológica y la cronológica1, este vocablo, duro y poco cortés para muchos, encuentra su equivalencia en el de anciano, senil, geronte y más recientemente en el de adulto mayor o de la tercera edad, mucho más cariñosos y mejor tolerados. Gracias a la acción conjunta de varios factores, se produjo un aumento espectacular en la esperanza de vida al nacer en el siglo pasado, permitiendo que pasara de cerca de 35 años al iniciarse el mismo a casi 80 años en el 2000, lo que ha traído aparejada una 2 explosión demográfica sin precedentes, que representa un gran reto para todas las esferas de la sociedad y ocasionando un envejecimiento en la población. Se entiende por envejecimiento de la población a: el aumento de la población de personas mayores con respecto al total de los individuos, otra forma de definirlo sería como: el aumento de la edad media de la población2. Como resultado del alargamiento de la esperanza de vida al nacer, un considerable número de personas sobrepasan los 60 años. Sin embargo, vivir más no siempre es sinónimo de vivir mejor. Dos tercios de estos ancianos viven en países pobres o en vías de desarrollo donde las condiciones distan mucho de ser las ideales para una vejez feliz; sin embargo, los maltratos, necesidades, discriminaciones y marginación de que son víctimas no siempre son valoradas con toda la profundidad que merecen, siendo motivo de interés y preocupación sólo para grupos sensibilizados con este problema. Según el Fondo de Población de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la población mundial continúa incrementándose a razón de 76 millones de personas por año, por lo que la cifra actual, que es de 6400 millones pudiera llegar para el 2050 a convertirse en 9200 millones de personas. Los habitantes del planeta al comienzo de la era cristiana eran 250 millones de personas y en 1650 unos 500 millones3, la población mayor de 65 años en el mundo de hoy alcanza los 600 millones, de los cuales 200 viven en países desarrollados y el resto en países pobres o en vías de desarrollo4. Para el 2025 en cinco países latinoamericanos Argentina, Uruguay, Brasil, Chile y Cuba más del 20 % de su población estará por encima de los 60 años, mientras que el porcentaje para el resto de los países del continente oscilará entre 12% y 19%5. Se estima que para mediados de esta centuria, este grupo poblacional alcance los 2000 millones6, ocurriendo que por primera vez en la historia de la humanidad habrá en el mundo más personas de edad avanzada que jóvenes. Los cambios que se han operado en la pirámide poblacional en las últimas décadas han hecho que aparezca el término “cuarta edad” para hacer referencia a las personas que sobrepasan los 80 años. Nunca antes la tierra había tenido tantos ancianos, pero vivir más no significa que se viva mejor en un mundo unipolar, donde el hambre, la falta de asistencia médica, las guerras, los desastres naturales, las desigualdades sociales y el enriquecimiento de una minoría forman parte de los hechos cotidianos. Los mayores constituyen uno de los sectores más vulnerables de la sociedad, 3 víctimas de penurias, maltratos, discriminaciones, incomprensiones, abandono y marginación. Estos hechos, merecedores del mayor interés por la repercusión que de una u otra forma tienen y tendrán en la totalidad de los seres humanos, deben ser valorados cuidadosa y seriamente tomándolos en consideración para las proyecciones futuras; sin embargo, la mayor parte de las veces son juzgados con frialdad y desinterés, por lo que generan poca preocupación en la mayoría, siendo motivo de desvelo sólo para sociólogo, psicólogos, investigadores, médicos y otros profesionales motivados con el tema del envejecimiento. El adulto mayor posee ciertas características epidemiológicas que los puede hacer susceptibles de maltrato definido como: “ infligimiento de dolor físico, daño o angustia mental debilitante, confinamiento sin razón o de privación salvaje por un cuidador, cuyos cuidados son necesarios para mantener la salud física y mental de un adulto mayor”. Los adultos mayores son susceptibles de abuso y ocurre en todas las clases sociales, raza, religiones y poseen algunas características socioeconómicas, algunas variaciones funcionales, del área cognitiva y de sus niveles de dependencia que los hace susceptibles para el maltrato considerados como factores de riesgo7. Para el caso de México, puede afirmarse que la proporción de ancianos es la que crece más rápidamente desde hace 15años. En números absolutos, las estimaciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO) señalan que en 2007 residían en México 8.5 millones de personas de 60 años o más, para 2030 se espera que sean 20.7 millones, en tanto que para la mitad del siglo alcanzarán, según lo previsto, 33.8 millones (CONAPO, 2007). Esto se reflejará en el aumento de las proporciones de adultos mayores en las próximas décadas; en 2007 la proporción fue de 8.0%; se incrementará a 17.1% en 2030 y a 27.7% en 20508. 4 1.1 Adulto mayor No hay unidad de criterios en torno al envejecimiento entre las Naciones Unidas, que considera los 60 años de edad como el inicio de la ancianidad y otras organizaciones como la OMS (Organización Mundial de la Salud) o su paralela OPS (Organización Panamericana de la Salud) que la establece a partir de los 65 años. Este último límite, tan arbitrario como otros, es el que ha sido comúnmente aceptado en las sociedades occidentales y tiene profundo impacto en toda la ideología o enfoque relativo a planes y programas estatales de pensiones, retiro laboral, servicios para las personas mayores y demás9. Según la OMS, la vejez podría definirse a partir de la edad en la que la esperanza de vida libre de discapacidades alcance un determinado número de años. Este concepto de vejez corre paralelo a lo que se entiende por "edad funcional" determinada por la capacidad de adaptación del individuo a los requerimientos necesarios para desenvolverse de manera autónoma en la vida. Una de las palabras más conocidas es viejo que se define de la siguiente manera de acuerdo con el diccionario terminológico de ciencias médicas: edad senil, senectud, periodo de la vida humana, cuyo comienzo se fija comúnmente a los sesenta años, caracterizado por la declinación de todas las facultades9. Asimismo Séneca (1990), tenía una opinión más equilibrada de la vejez, describiéndola como la edad avanzada llena de satisfacciones, señalando que la verdadera vejez no se relaciona con los años y sí con la sabiduría. Ortiz (2003) menciona que la vejez es un concepto ambiguo, que es el último estadio en el proceso vital de un individuo, este concepto define a un grupo de edad o generación que comprende a un segmento de los individuos más viejos de una población. Para los siguientes autores el concepto de vejez se define de la siguiente manera: para Galeno, la vejez era de naturaleza intrínseca y se encontraba en el mismo proceso generativo, vinculando así el desarrollo y la decadencia de la persona humana. Erasmo, en el siglo XVI, concebía la vejez como una carga, considerando que la locura era el único remedio contra la vejez9. Otra denominación que en la actualidad es utilizada para dirigirnos a este sector de la población es el de tercera edad el cual surgió en Francia en 1950, designado por el Dr. J. 5 A. Huet, uno de los iniciadores de la gerontología en dicho país, al principio esta expresión abarcó a personas de cualquier edad, jubiladas, pensionadas, consideradas como de baja productividad, posteriormente se precisó, caracterizando a jubilados y pensionados de más de 60 años de edad10. En abril de 1994 la Organización Panamericana de la Salud, filialde la Organización Mundial de la Salud, decidió emplear el término adulto mayor para las personas mayores de 65 o más años de edad, esta edad ha sido tradicionalmente usada para definir el comienzo de la vejez en estudios demográficos y gerontológicos, principalmente porque en muchos países es utilizada por los sistemas de pensiones para empezar a otorgar beneficios. No obstante, si destacamos que el “envejecimiento” es un proyecto de autorrealización que se va desarrollando a lo largo de la vida, entonces la “vejez” es la última etapa de la vida que nos otorga la obligación necesaria para concluir satisfactoriamente nuestro proyecto de vida2. Antiguamente los criterios y opiniones de las personas de la tercera edad se tomaban más en cuenta. Los hijos, al casarse, asumían una vida independiente, se valían por sí solos y trataban por todos los medios de no recargar a sus padres de tareas, al tiempo que respetaban su espacio. Hoy no ocurre lo mismo. La vida se vuelve cada vez más agitada y el peso del hogar, en gran medida, descansa sobre las espaldas de los adultos mayores, en algunos casos porque así lo prefieren y en otros porque el resto de la familia se lo impone. Los abuelos son seres comprensivos, dotados de un caudal de experiencia adquirida con los años, llenos de amor para dar y de ganas de trabajar, aunque muchos tienen limitaciones que no les permiten hacer las cosas que hacían 20 años atrás11. Envejecer es un proceso natural, donde se producen transformaciones biológicas y psíquicas, con amplia repercusión en la esfera de las relaciones del individuo, hasta el momento es irreversible y se comporta de manera distinta en cada ser humano. No obstante, una porción significativa de la humanidad necesita tener conciencia clara de que los seres humanos envejecen y ello no significa que con la acumulación de los años sean esclavos y pierdan todos los derechos y ni mucho menos que sean considerados 6 ciudadanos de segunda categoría. Si bien es cierto que los ancianos siempre tienen una solución para todo, un consejo, no es menos cierto que necesitan de comprensión, ayuda y cuidados por parte de quienes los rodean11. 1.1.1 Adulto mayor en México La Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa la edad de 60 años para delimitar la vejez. En el programa implementado por la SSA “línea de vida” se designa al adulto mayor a pacientes de 60 años en adelante, es con estos estándares que se rige el ISSEMYM De acuerdo a la norma oficial mexicana nom-167-ssa1-1997, para la prestación de servicios de asistencia social para menores y adultos mayores en nuestro país la Asistencia Social es una expresión de solidaridad humana que se manifiesta en la familia, en la sociedad y en el ámbito del Estado, cuyas acciones se han caracterizado por la operación de programas circunstanciales que limitan el desarrollo de la asistencia social, amén que el retardo en la solución a los problemas más urgentes y el surgimiento de nuevas necesidades incrementan los rezagos, principalmente en los sectores más pobres de la sociedad, en los grupos más vulnerables como son los menores y adultos mayores en condición de orfandad, abandono, rechazo social y maltrato físico y mental. En respuesta a lo anterior, es necesario estimular y fortalecer las acciones de asistencia social que realizan los integrantes del Sistema Nacional de Salud de conformidad con lo que disponen las leyes respectivas, no sólo en el control y supervisión del uso de los recursos y aspectos administrativos, sino principalmente en la calidad de la atención, a fin de asegurar mayor coherencia entre instrumentos y objetivos, para alcanzar una operación integral más eficaz, una gestión más eficiente y la contribución hacia una sociedad más justa y democrática. De acuerdo con estimaciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO), actualmente residen en México 8.2 millones de personas de 60 años o más, en 2030 se espera que sean 22.2 millones y para la mitad del siglo alcanzarán, según lo previsto, 36.2 millones. Esto se reflejara en el aumento de las proporciones de adultos mayores en las próximas décadas: En 2005 la proporción de adultos mayores es de 7.7 por ciento; se incrementará a 17.5% en 2030 y a 28.0% en 20508. 7 Este proceso de envejecimiento demográfico ocurrirá en nuestro país en un lapso bastante menor al observado en países más desarrollados y en un contexto socioeconómico menos favorable. De acuerdo con la revisión de 2002 de las estimaciones y proyecciones de la División de Población de las Naciones Unidas, la proporción de población envejecida para las regiones más desarrolladas del mundo aumentará de 11.7% en 1950 a 32.4% en 20508. Así, el proceso que a los países más desarrollados les ha tomado un siglo (incrementar la proporción de personas de la tercera edad en 20.6 puntos porcentuales), a México le tomará la mitad del tiempo (la adición de 21.1 puntos). De esa manera, México se transformará paulatinamente en un país con más viejos que niños. Actualmente, por cada 25 personas de la tercera edad hay 100 menores de 15 años, en menos de 30 años (2034) habrá la misma cantidad de niños y de viejos, mientras que en 2050 el país tendrá 166.5 adultos mayores por cada 100 niños8. Es importante destacar que la vejez tiene un rostro predominantemente femenino. A pesar de que nacen más hombres que mujeres, la relación tiende a igualarse a determinada edad (entre 20 y 24 años en México) debido a que en todos los grupos de edad los hombres mueren más que las mujeres, lo que incide en una mayor proporción de ellas en las edades adultas y sobre todo, en las avanzadas. Entre las personas de 60 a 64 años hay 110 mujeres por cada 100 hombres, y llega a alrededor de 120 por cada 100 entre 75 y 79 años. La educación impacta directamente en la calidad de vida de la población y los adultos mayores no son la excepción. Quienes enfrentan la vejez con un nivel de instrucción adecuado poseen más herramientas para responder activamente y adaptarse a los retos y oportunidades de esta etapa del curso de la vida. Si bien en México se han logrado incrementos sustantivos en el nivel educativo de la población, los adultos mayores son depositarios de los rezagos acumulados por décadas, lo que los ubica en una situación de desventaja con respecto a otros grupos. Así, por ejemplo, las personas entre 15 y 19 años tienen una tasa de analfabetismo de apenas 3.0%; mientras que casi una tercera parte de los adultos mayores (30.1%) es analfabeta8. 8 Una alta proporción de adultos mayores permanece en actividad económica después de cumplir la edad de retiro: 29.1% de los adultos mayores trabaja, alrededor de 65% de los hombres de 60 a 64 está ocupado, e incluso uno de cada cuatro hombres de 80 años sigue trabajando. Además, a pesar de que las tasas de participación femenina son inferiores a las de los varones, casi 12% de las mujeres de más de 60 años permanece en actividad. El envejecimiento de la población implica una mayor demanda de servicios de salud, pues en este grupo de edad se presentan mayores tasas de morbilidad y necesidades de atención médica que en el resto de la población. Las enfermedades crónico-degenerativas son de más larga duración, implican terapias y medicamentos más costosos y se asocian a periodos de hospitalización más prolongados7. El cuidado a la vejez en México recae principalmente en la familia, por lo que la composición del hogar en el que residen los adultos mayores puede incidir en forma importante en su bienestar físico y emocional. En 2005 hay 26.1 millones de hogares en México y casi uno de cada cinco tiene como jefe de hogar una persona con 60 años o más. El porcentaje de hogares donde sólo residen adultos mayores es bastante menor (alrededor de uno de cada veinte), lo que indica que la mayoría de losadultos mayores en México residen con otros familiares de menor edad8. El incremento de la población en edades avanzadas se traducirá en presiones hacia las instituciones públicas de seguridad social, tanto en el ámbito de las pensiones como en el de la atención a la salud. Esta transformación también comprometerá la viabilidad de las distintas formas de apoyo familiar a la vejez, en las que ha descansado principalmente el sostenimiento de la población en edades avanzadas en México. El envejecimiento de la población también obligará a profundos cambios culturales, que necesariamente pasarán por una redefinición del significado social de la vejez y de las formas de integración social y cultural de los adultos mayores8. 9 En la clínica de consulta externa Ecatepec Sur tenemos la siguiente población de adultos mayores: EDAD HOMBRES MUJERES TOTAL 60-64 95 I57 252 65-69 115 66 181 70 y mas 198 101 299 TOTAL 408 324 732 1.2 Maltrato en el adulto mayor El reconocimiento del maltrato en el ambiente doméstico por parte de la medicina es ya antiguo. Se inició con el llamado "niño apaleado" (maltrato infantil), siguió con la "mujer maltratada", incluyendo la embarazada, y por último, se ha identificado el llamado "anciano maltratado"12. Está claro que este fenómeno ocurre en todas las etapas del ciclo de la vida. Con los avances médicos y los estilos de vida saludables la gente está viviendo más. De los grupos sociales definidos por la edad y/o el sexo que sufren diferentes formas de maltrato en la sociedad, es el de las personas mayores el que ha recibido, hasta el momento, menor atención, tanto por parte de los diversos profesionales que les atienden de forma directa, como por parte del resto de actores sociales (medios de comunicación, legisladores, educadores, policía, administradores, jueces...) cuya implicación resulta fundamental en la prevención y actuación. Y ello, a pesar de que posiblemente sea el colectivo en el que la prevalencia de las diferentes formas de maltrato es mayor12. Esta situación y la expectativa de un mayor incremento en los próximos años ha hecho sonar las alarmas y son meritorios los recientes esfuerzos de organismos internacionales como la OMS, para alertar a los países de la importancia del problema e impulsar la puesta en marcha de estudios a nivel nacional, que permitan desarrollar programas eficaces de prevención y respuesta. El envejecimiento de la población es un hecho manifiesto que se inicia a mediados del siglo pasado, y que ha aumentado de modo paralelo a los cambios sociales asociados al progreso experimentado en los países desarrollados. El maltrato a las personas mayores ha emergido como problema social hace pocos años, aunque probablemente ya existiera y 10 en estas últimas décadas ha alcanzado dimensiones que ensombrecen los niveles de bienestar y de confort que el desarrollo debería haber garantizado a las sociedades más avanzadas. Con frecuencia, la víctima y el agresor comparten vínculos familiares, lo cual dificulta la denuncia de los malos tratos por parte de la primera. A veces las personas mayores no quieren reconocerlo por temor a sufrir represalias o a ser confinados en instituciones, o simplemente porque prefieren negar la realidad, ya que el maltratador es casi siempre una persona de la familia o del entorno próximo; por otra parte, los familiares o los cuidadores no van a dar facilidades para la detección por razones obvias. El desconocimiento y la falta de sensibilidad por parte de los profesionales sanitarios y de la sociedad hacia este tipo de maltrato han constituido quizá la barrera más importante para su reconocimiento como problema socio sanitario hasta no hace muchos años a pesar de afectar a un grupo de población que crece exponencialmente13. La sensibilización multidisciplinar hacia este fenómeno iniciada, sobretodo, en los Estados Unidos de Norteamérica ha sido decisiva para su conocimiento. El interés sobre el abuso al anciano como problema público en USA comienza en 1978 cuando se convoca una comisión gubernamental para la investigación de la violencia familiar y en 1986, se crea el Comité Nacional para la Prevención del Abuso al Anciano, formado por investigadores, médicos, juristas, trabajadores sociales, educadores, etc., al objeto de fomentar la investigación, promover trabajos y servicios, desarrollar información y la enseñanza y abogar por programas para dar respuesta a las necesidades de las víctimas, perpetradores y sus familias13. En 1988 la Sociedad Británica de Geriatría organiza la primera conferencia multidisciplinar sobre abuso al anciano, describiéndolo como un innecesario y previsible problema. Un año más tarde edita un documento guía con una serie de propuestas y recomendaciones. También ese año la Asociación Médica Mundial, reunida en Hong Kong, emite una importante declaración sobre el maltrato a los ancianos. En 1989 aparece, incluso, la primera publicación periódica especializada sobre el particular, Journal of Elder Abuse and Neglect13, en Francia se edita y difunde la Carta de derechos y libertades de la persona de edad dependiente, elaborada por la Fundación Nacional de Gerontología al objeto de sensibilizar a la opinión pública y prevenir los casos de abuso y maltrato, tanto en el hogar familiar como en las instituciones. 11 Los estudios recientes indican que la prevalencia de los distintos tipos de maltrato de personas mayores puede ser superior a la que se produce sobre otros colectivos, al menos en los países desarrollados. Ello es debido al progresivo envejecimiento de la población y a otras causas más profundas a nivel social, cultural, político y económico. La falta de consenso en las definiciones, la escasa investigación desarrollada hasta el momento y la variedad de formas de maltrato de personas mayores y ámbitos donde se produce, dificulta encontrar cifras de prevalencia e incidencia mayoritariamente aceptadas. Sí se acepta que al menos cinco de cada seis casos no serán reconocidos (fenómeno del iceberg) 13. La falta de conciencia y de sensibilización respecto al maltrato hacia las personas mayores ha dificultado la detección de casos de maltrato. Sin embargo, a pesar de las dificultades la detección del mismo es decisiva para poder llevar a cabo o proponer algún tipo de intervención. Los profesionales de atención directa a personas mayores, principalmente los profesionales de la salud, resultan ser claves en esta detección. Los profesionales sanitarios se encuentran en una posición única desde la que identificar e intervenir en estas situaciones es posible. La tarea de detección del maltrato por parte de atención primaria puede ser facilitada si se dispone de un instrumento adecuado con el que los profesionales puedan evaluar rápidamente la existencia de sospecha de maltrato14. Las cifras más aceptadas de la bibliografía mundial indican una prevalencia global entre el 3% y el 12% de la población mayor de sesenta años, correspondiendo las cifras más altas a las personas más ancianas y que sufren mayores grados de dependencia. En nuestro país, no existen en la actualidad cifras fiables de prevalencia. Según datos publicados por el Nacional Center on Elder Abuse (NCEA), la Internacional Network for the Prevention of Elder Abuse (INPEA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) un 5-6% de ancianos vive situaciones de violencia doméstica y un 10%, violencia institucional, de los cuales sólo uno de cada cinco es conocido14. Respecto a los diferentes tipos de maltrato, en general se consideran más frecuentes la negligencia, el abandono y el abuso psicológico, que suponen en diversos estudios más 12 del 70% de los casos. Hay que destacar que en más de un 30% de los casos un mismo paciente sufre dos o más tipos diferentes de maltrato.En cuanto al responsable del maltrato en el entorno, son los hijos en un 55% y el cónyuge en aproximadamente el 10%. También es relativamente frecuente que los responsables del maltrato sean dos o más personas del entorno. Al igual que sucede con el maltrato al niño y a la mujer, el maltrato de personas mayores es un fenómeno que ocurre en todas las culturas y clases sociales; sin embargo, es más frecuente en los estratos sociales más desfavorecidos13. Los médicos deben estar preparados para preguntar a sus pacientes geriátricos acerca de abuso aun si los signos están ausentes, interrogándoles de una manera no judicial ni amenazadora14, lo cual incrementara la probabilidad de obtener una historia adecuada así como la identificación de los factores de riesgo que favorecen el maltrato para educar a la población e incidir sobre la prevención. En un artículo de revisión12 acerca del maltrato menciona que la sensibilización multidisciplinar hacia este fenómeno iniciada, sobretodo, en los Estados Unidos de Norteamérica ha sido decisiva para su conocimiento. El interés sobre el abuso al anciano como problema público en USA comienza en 1978 cuando se convoca una comisión gubernamental para la investigación de la violencia familiar y en 1986, se crea el Comité Nacional para la Prevención del Abuso al Anciano, formado por investigadores, médicos, juristas, trabajadores sociales, educadores, etc., al objeto de fomentar la investigación, promover trabajos y servicios, desarrollar información y la enseñanza y abogar por programas para dar respuesta a las necesidades de las víctimas, perpetradores y sus familias. Estudios realizados en EEUU, Canadá y Reino Unido, llevados a cabo mediante encuestas, encontraron que entre el 3-6 % de las personas mayores de 65 años son víctimas de maltrato físico, psíquico o abandono de forma continuada. Es muy difícil hacer estimaciones pero se cree que menos de uno de cada cinco casos se denuncian, debido a la ocultación o minimización del problema por la víctima, por el agresor o por los profesionales de la salud. No se conoce la incidencia de los malos tratos de los ancianos en instituciones13. Un informe14 sobre las enfermeras de asistencia a domicilio mostró que 13 más del 36% de ellas habían sido testigos de abusos físicos y el 81% de maltrato psicológico. De los causantes de malos tratos, el 66% eran los propios cónyuges y el resto los hijos mayores. En otro estudio15, el 45 % de los cuidadores domésticos admitía haber tenido conductas consideradas como maltrato. Sin embargo muchas de las víctimas no las consideraban como abuso o maltrato. En México en la década de los 90s’ se realizó un estudio exploratorio en los municipios de Cuernavaca, Hermosillo y Villahermosa, con una muestra de 3600 hogares los datos mostraron que el 8.2% de los adultos mayores habían sufrido maltrato, siendo el más frecuente el de tipo psicológico (Fernández AM. 2002). En 1996 el Heraldo de México publicó los resultados de una encuesta que realizo con el fin de identificar violencia intrafamiliar, reportó que 568 madres de familia vivían permanentemente con agresiones, entre las cuales se encontraban adultas mayores. 326 dijeron que nunca habían solicitado ayuda, 166 respondieron que solicitaron ayuda a instituciones públicas y 76 a instituciones privadas. De las personas que no solicitaron ayuda, 147 no quisieron dar a conocer su motivo, 81 dijeron no saber a dónde o a quién acudir, 58 explicaron que no tenían dinero para pagar, 30 que tienen miedo a represalias contra ellas por parte de su marido o hijos y 4 no denunciaron por vergüenza. (Caritas bienestar del adulto mayor IAP) En el año 2006 se realizó una encuesta a personas adultas mayores de la Ciudad de México, que incluyo 618 adultos mayores, la cual reporto una prevalencia de algún tipo maltrato en este grupo de edad del 16.2%, maltrato psicológico 12.7%, abuso sexual 0.9%, maltrato económico 3.9%, maltrato físico 3.7%, negligencia y abandono 3.5%. (EMPAM-DF, 2006). Se ha planteado que el maltrato hacia las personas mayores lo ejerce la propia sociedad, en la que prevalece una imagen negativa y estereotipada de la vejez y que por tanto las discrimina. Por otra parte, se ha señalado que generalmente el maltrato ocurre cuando las 14 personas mayores dependen del cuidado de otros, tanto en la familia como en una institución. El maltrato a las personas mayores en la familia es perpetrado por uno de sus miembros que suele ser el principal cuidador. Se reconoce en muchos estudios que los malos tratos domésticos se suelen ocultar, no son fáciles de detectar, no se denuncian en la gran mayoría de los casos y que ocurren como resultado de tensiones sociales y económicas, la mayor fragilidad y dependencia de las personas mayores, los cambios en el rol de la familia y las diferencias intergeneracionales. Los tipos más frecuentes de maltrato en el ámbito familiar se refieren a maltrato psicológico, negligencia, abandono y abuso patrimonial. Inicialmente el maltrato a personas mayores se consideró como un problema privado y las investigaciones se centraron en las características de víctimas y maltratados como unidades dinámicas dentro de las familias, poniendo énfasis en la patología, enfermedad mental o discapacidad cognitiva como factores determinantes e influyentes del maltrato. Últimamente se le ha identificado como un problema social ligado al envejecimiento de la población. Se plantea así que factores estructurales y sociales inciden en la ocurrencia del maltrato a las personas mayores, por tanto no se reduce sólo al ámbito familiar. Maltrato a Personas Mayores en Instituciones se refiere a cualquier forma de abuso que ocurre en los servicios dirigidos a las personas mayores (oficinas públicas, municipios, establecimientos de larga estadía, centros de atención primaria de salud, hospitales). Quienes cometen el maltrato son generalmente personas que tienen una obligación legal o contractual de proveer servicios, cuidado y/o protección a las personas mayores que acuden a estos servicios. Este tipo de maltrato se relaciona con las deficiencias en los diversos sistemas de atención, incluidos los servicios insuficientes, la falta de capacitación del personal, la sobrecarga del trabajo, la mala atención o atención discriminatoria sustentada en prejuicios y estereotipos negativos sobre la vejez. 15 El Estudio Voces Ausentes señala que el maltrato que sufren las personas mayores por parte del personal de asistencia sanitaria se relaciona con las malas condiciones de trabajo. Esto plantea cuestiones interesantes respecto a la capacidad de los trabajadores sanitarios para reaccionar ante el maltrato, si ellos mismos se sienten maltratados. Respecto al maltrato en establecimientos de larga estadía, deben distinguirse los actos aislados de maltrato dentro de una institución, del maltrato institucionalizado, en que el entorno, las prácticas y reglas suelen ser en sí mismas abusivas o negligentes. En estos casos puede suceder que el maltrato no sea extraordinario, sino lo cotidiano en instituciones, donde se vulneran los derechos de las personas mayores9. En la Primera Conferencia de Consenso sobre el anciano maltratado, celebrada en España en 1995, se acuerda definir maltrato al anciano como: “Cualquier acto u omisión que produzca daño, intencionado o no, practicado sobre personas de 65 y más años, que ocurra en el medio familiar, comunitario o institucional, que vulnere o ponga en peligro la integridad física, psíquica, así como el principio de autonomía o el resto de los derechos fundamentales del individuo, constatable objetivamente o percibido subjetivamente" El Centro Nacional Americano de Maltrato al Anciano considera al maltrato como: "cualquier acto u omisión queproduzca daño, intencionado o no, practicado sobre personas de 65 años o más, que ocurra en el medio familiar, comunitario o institucional, que vulnere o ponga en peligro su integridad física o psíquica, así como el principio de autonomía o el resto de derechos fundamentales del individuo, constatable objetivamente o percibido subjetivamente". Red Internacional para la Prevención del Abuso contra los Ancianos (INPEA, 1995): "acto único o repetido, o la falta de medidas apropiadas que se produce dentro de cualquier relación donde hay una expectativa de confianza que causa daño o angustia a una persona mayor". Han sido descritas 7 categorías de abuso en el adulto mayor por el National Aging Resourse Center, y ellas son las siguientes: físico, emocional, financiero, negligencia, sexual, negación a brindarle ayuda y otras formas más7. 16 1.3 Formas de maltrato. Las más frecuentes en el anciano son: Negligencia Física: No satisfacer las necesidades básicas (negación de alimentos, cuidados higiénicos, vivienda, seguridad y tratamientos médicos). Emocional: Consiste en la negación de afecto, desprecio, aislamiento, incomunicación Maltrato físico: golpes, quemaduras, fracturas, administración abusiva de fármacos o tóxicos. Maltrato psicológico: manipulación, intimidación, amenazas, humillaciones, chantajes, desprecio, violación de sus derechos impidiéndole tomar decisiones. Uso de la coacción, insultos, menosprecio, infravaloración, descalificación, conductas de dominio e imposición. Abuso económico: impedir el uso y control de su dinero, chantaje económico. Abuso sexual: cualquier tipo de relación sexual no consentida o cuando la persona no es capaz de dar su consentimiento. Abuso por negación: que es una conducta del anciano que compromete su salud y seguridad; puede ser ejemplificado por un adulto viejo que rehúsa la necesidad de ayuda en varias actividades diarias Misceláneos: se incluyen otros tipos de abuso como la violación de los derechos de la persona en cuanto a su dignidad y autonomía, el abuso médico y el abandono que es desamparo de un anciano por una persona que había asumido la responsabilidad de proporcionarle cuidados, o bien por la persona a cargo de su custodia. Incluye el abandono en instituciones asistenciales tales como hospitales, residencias y clínicas; también en centros comerciales o locales públicos y en la vía pública. 1.4 Factores de riesgo Se ha observado en distintos estudios 15 una asociación estadística entre maltrato y algunos factores de riesgo y situaciones de mayor vulnerabilidad y se han clasificado en tres categorías: los que se refieren al anciano como víctima, los que afectan al agresor (cuidador) y los factores situacionales o del entorno que confieren una mayor 17 vulnerabilidad.. Es importante identificarlos para poder hacer prevención primaria y secundaria. La investigación actual sobre maltrato a personas mayores señala que existen ciertos factores que predisponen a una situación de maltrato y que son relevantes a la hora de definir estrategias para su prevención. Conviene no confundir factor de riesgo con causa de malos tratos. Un factor de riesgo como el estrés contribuye a la ocurrencia del maltrato, pero por sí solo no lo determina. Las causas del maltrato a personas mayores, que se revisarán más adelante, se relacionan con un conjunto de factores de riesgos, que asociados, pueden determinar la ocurrencia de este7. La literatura médica mundial nos menciona que los adultos mayores poseen ciertas características epidemiológicas que los pueden hacer susceptibles de maltrato o abuso en cualquiera de sus categorías y algunas de ellas son: La dependencia física o económica, la edad avanzada, alteraciones en la dinámica familiar que favorezcan el estrés del cuidador principal de un adulto mayor, trastornos en el área cognitiva, dependencia de familiares con enfermedades mentales, los antecedentes de violencia transgeneracional y doméstica, el alcoholismo en el adulto mayor o en la familia y la drogadicción entre otros7. En una publicación16 se expone una valoración de instrumentos de cribado para la detección del riesgo de abuso mediante la identificación de factores de riesgo y se valoran los instrumentos para la detección. Analizan 90 artículos en lengua inglesa que tratan sobre factores de riesgo de abuso en ancianos, de los que 18 utilizan herramientas de cribado. Uno de ellos es el H-S/EAST (Hwalek-Sengstock Elder Abuse Screening Test) (Neale 1991)26 con 15 items. Recientemente han propuesto una modificación de este test. Este instrumento tiene limitaciones en su validez y tiene una alta tasa de falsos negativos. Otro instrumento en el Indicators of Abuse Screen (Reis et Nahmiash, 1998), que consta de 29 items agrupados en tres categorías; debe de ser administrado por profesionales y se invierten unos 20 minutos en su realización17. Este instrumento ha demostrado su validez, aunque tiene limitaciones para su uso rutinario por su extensión. 18 Otro instrumento de valoración de riesgo se utilizó en el programa APS (Goodrich 1997) consta de 33 ítems y les agrupa en 5 categorías (referidas al anciano, al entorno, servicios de soporte, antecedentes familiares de abuso y al agresor) y a su vez clasifica la situación del anciano como de riesgo bajo, moderado o alto18. Tras el análisis de distintos instrumentos de cribado, se considera que aún no se dispone de uno capaz de cuantificar y estandarizar la valoración del riesgo y que debe seguir la investigación en este campo. Factores de riesgo y vulnerabilidad de ser víctima de malos tratos19 Para el anciano: Edad avanzada mayor a 75 años Deterioro reciente de la salud Incontinencia Deterioro cognitivo y alteraciones de conducta Dependencia física y emocional del cuidador Aislamiento social Antecedentes de maltrato domestico Deterioro físico Dependencia financiera Pobreza Sexo femenino Viudez Depresión Demencia Baja autoestima Para el agresor (cuando es el cuidador): Sobrecarga física o emocional (situaciones de estrés, crisis vitales) Abuso de alcohol u otras toxicomanía Experiencia familiar de maltrato a ancianos o violencia familiar previa. Incapacidad del cuidador para soportar emocionalmente los cuidados Depresión Enfermedad mental Trastornos de la personalidad 19 Enfermedad física crónica Dependencia de la víctima: económica de vivienda. Aislamiento social Pobreza Situaciones de especial vulnerabilidad Vivienda compartida Malas relaciones entre la víctima y el agresor Falta de apoyo familiar, social y financiero Dependencia económica o de vivienda del anciano La intervención de los profesionales sanitarios en la práctica en prevención primaria sería mediante las siguientes acciones: • Detectar los factores de riesgo del anciano y del cuidador y las situaciones de mayor vulnerabilidad para que el maltrato se produzca. • Canalizar las intervenciones para modificar los factores de riesgo • Apoyar a los cuidadores: vigilar y actuar ante situaciones de estrés y sobrecarga emocional, que pueden constituir el desencadenante de la violencia 1.5 Teorías del origen del maltrato Se han citado: el cambio de valores en nuestra sociedad actual en la que la juventud, la productividad, la salud son valores en alza, el anciano, enfermo con frecuencia dependiente e improductivo, es infravalorado y a veces resulta una “molestia” para familias nucleares con dificultades para cuidar al anciano. Sin duda los factores sociales y culturales están implicados, pero también otros, familiares e individuales. Se han identificado factores asociados a maltrato, como el estrésdel cuidador, problemas socioeconómicos, antecedentes de violencia familiar etc., pero se consideran factores de riesgo más que propiamente causales, ya que no siempre su existencia condiciona la aparición del problema, sino solo aumenta la probabilidad de que este aparezca. En términos amplios la violencia se entiende como un acto agresivo que propicia un individuo más poderoso, un grupo o una institución sobre sujetos más débiles. El abuso entre dos personas surge cuando existe un desequilibrio de poderes entre ellos: una persona se cree y es percibida como más poderosa y el otro sujeto se cree y es percibido 20 como débil (Hughes, 1995). En las situaciones de abuso, la persona mayor es un ser vulnerable que ocupa un espacio de subordinación ante la sociedad, la institución o el familiar. De tal manera, el maltrato a personas mayores es un problema complejo que no puede atribuirse a una causa única, sino que corresponde a una interacción de factores. A continuación se describen los modelos teóricos que explican las causas del maltrato a personas mayores19. Teoría del estrés del cuidador Establece que el maltrato y la negligencia hacia la persona mayor aparecen cuando factores estresantes externos, como los relacionados directamente con el cuidado, superan un determinado umbral en el cuidador. El rol de cuidador puede ser una experiencia extrema de estrés y frustración. Generalmente el cuidador no tiene apoyo de otros, no tiene acceso a información de programas sociales y no está preparado para desempeñar adecuadamente la tarea del cuidado. Por otra parte, el estrés provocado por la desventaja social: desempleo, problemas económicos, hacinamiento, además de otros factores, se asocia frecuentemente al abuso de personas mayores. Teoría de la dependencia o discapacidad de la persona mayor: el cuidado de una persona mayor dependiente incrementa la carga y estrés del cuidador. Diversos estudios han encontrado que individuos con deterioro de la salud son más propensos a ser abusados que aquellos con mejor salud. Por otra parte, los cuidadores que dependen financieramente de la persona mayor tienen más riesgo de perpetuar abuso. Los casos de maltrato pueden aumentar en la medida que la persona aumenta en edad y tiene mala salud física y mental. Asimismo la propia conducta de la persona mayor puede provocar o mantener situaciones de abuso. Cuando éste presenta algún trastorno neurológico o de conducta, estas características se tornan aversivas para el cuidador y en consecuencia lo coloca en una situación de riesgo de abuso y abandono. 21 Teoría del aislamiento social El aislamiento social es un elemento clave en la aparición del maltrato. El estrés producido por el bajo contacto social puede aumentar la predisposición del cuidador a la violencia. Por el contrario, el apoyo social incide en el bienestar físico y psicológico de la familia y reduce el impacto del estrés. El apoyo social cumple tres objetivos en la prevención de malos tratos: prestación de ayuda para el cuidado de la persona mayor, acceso a los recursos en momentos de crisis y control de la familia efectuado por observadores externos. Las personas mayores víctimas de abuso tienen menos contactos sociales que las que no sufren malos tratos, además sus relaciones sociales son menos satisfactorias. Teoría del aprendizaje social o de la violencia transgeneracional Al igual que en la violencia de género y el maltrato infantil, la teoría del aprendizaje social enfatiza el rol de la familia en el aprendizaje de modos de conducta que se perpetúan y que el individuo desempeñará a lo largo de su vida. Se postula que los individuos que fueron objeto de abuso cuando niños probablemente se convertirán en personas abusivas en su vida adulta. La violencia por tanto se aprende como respuesta al conflicto o tensión. De este modo, es probable que si el niño ha sido maltratado en la infancia, cuando llegue a ser adulto se convierta en maltratador de sus padres y en la relación de cuidado simplemente repetirá y retornará el abuso que sufrió. Personalidad del cuidador y abuso de sustancias Según esta teoría, el maltrato se produce como consecuencia de problemas del cuidador, tales como alcoholismo, adicción a drogas, desórdenes psicológicos y trastornos de personalidad. Los estudios plantean que la depresión y la ansiedad en el cuidador frecuentemente están relacionadas a malos tratos y negligencia. Por otra parte, se considera que ciertas características personales como baja autoestima, falta de empatía, afectividad negativa hacia la persona mayor y el estilo atribucional, también pueden contribuir a la presentación del maltrato. Asimismo, los cuidadores que consumen algún tipo de sustancias tóxicas tienen más probabilidades de maltratar a las personas que tienen a su cargo. Se ha demostrado que el consumo habitual de alcohol en el cuidador correlaciona positivamente con maltrato y negligencia. 22 1.6. Complicaciones del maltrato Lesiones físicas: lesiones por traumatismos, desnutrición, deshidratación, fracturas por caídas, úlceras por decúbito por negligencia, abandono o falta de cuidados, heridas por ataduras, abrasiones, quemaduras e intoxicaciones Consecuencias psicológicas: Tristeza, trastornos emocionales, sufrimiento, depresión, ansiedad, ideación suicida, inhibición, somatizaciones y pseudodemencias. Sociales: aislamiento físico, psicológico o social. Se estima que los malos tratos tienen una importante repercusión en la utilización de servicios sanitarios; el aumento de la frecuentación, y de las hospitalizaciones condicionada por la morbilidad asociada a síntomas de la negligencia, el abandono o la violencia física. 1.7 Familia Se ha postulado a la familia como una de las categorías básicas de análisis de los estudios históricos, demográficos y socieconomicos20. La palabra familia deriva de la palabra latina famulus: siervo, y del primitivo famul de la voz osca famel, esclavo doméstico. En roma antigua se definía familia como el conjunto formado por esposa, hijos, esclavos y sirvientes propiedad del pater que poseía la patria potestad y ejercía el derecho sobre la vida y muerte de todos ellos. “La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado”, (artículo 16.3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, diciembre de 1948). “La familia es la célula fundamental de la sociedad”, (artículo 16 de la Carta Social Europea, 1961). “La familia permanece como célula fundamental de nuestra sociedad y tiene derecho, por este título, a una protección general y a un amplio apoyo”, (Conferencia de El Cairo, 1994) ”Familia es una entidad viva entre miembros de diferentes edades y generaciones, en donde se establecen relaciones dinámicas” (ONU, redefinición 2007. BEIGJIN) En todas las épocas y lugares del mundo, familia se puede definir como un hombre y una mujer unidos mediante un pacto matrimonial socialmente aprobado para regular la sexualidad, engendrar, criar y proteger niños, proporcionar cuidado y protección mutua, crear una pequeña economía doméstica y mantener la continuidad entre las generaciones, las que vinieron antes y las que vendrán después. Otras comunidades más grandes como 23 las tribus, las aldeas, los pueblos y las naciones crecen a partir de las relaciones recíprocas y naturalmente reproducidas por la familia. 1.7.1 Definiciones de familia21 Organización de Naciones Unidas (ONU): Grupo de personas del hogar que tienen cierto grado de parentesco por sangre, adopción o matrimonio, limitado por lo general al jefe de familia, su esposa y los hijos solteros que conviven con ellos. Organización Mundial de la Salud (OMS): A los miembros del hogar emparentados entre sí, hastaun grado determinado por sangre, adopción y matrimonio. El grado de parentesco utilizado para determinar los límites de la familia dependerá de los usos a los que se destinen los datos y, por lo tanto, no puede definirse con precisión en escala mundial. Salvador Minuchin (Escuela estructural sistémica): Es un grupo natural que en el curso del tiempo ha elaborado pautas de interacción; estas constituyen la estructura familiar, que a su vez rige el funcionamiento de los miembros de la familia, define su gama de conductas y facilita su interacción recíproca. Gabriel Smilkstein (Creador del APGAR Familiar): Grupo psicosocial conformado por el paciente y una o más personas, niños y adultos, en los cuales hay un compromiso entre los miembros de cuidarse unos a otros y nutrirse emocional y físicamente compartiendo recursos como tiempo, espacio y dinero. Consenso Norteamericano: La familia es un grupo de dos o más personas que viven juntas y están relacionadas unas con otras, por lazos consanguíneos de matrimonio o adopción. Consenso canadiense: La familia es el grupo compuesto por un marido, una esposa, con o sin hijos, o un padre o madre con uno o más hijos no casados, que viven bajo el mismo techo21. 24 1.7.2 Tipología familiar. Las familias pueden clasificarse de diferente manera dependiendo del aspecto que se esté estudiando, por tal motivo existe un sin número de tipos de familias por lo que es importante tener claro los conceptos que definen a esta familia. Observando la tipología familiar de Irigoyen20 encontramos las siguientes definiciones: Según el desarrollo Moderna: se refiere a la familia en la que la madre trabaja en iguales condiciones que el padre o aquella sin figura paterna donde la madre trabaja para sostener la familia. Tradicional: es aquella en la que el padre en el único proveedor de sustento para la familia y la madre se dedica al hogar y a los hijos. Arcaica: su prototipo es la familia campesina que se sostiene con los productos de la tierra que trabajan. Según su demografía Rural: habita en el campo y no cuenta con todos los servicios intradomiciliarios (agua potable, luz eléctrica, drenaje, etc.) Suburbana: tiene las características del medio rural pero está ubicada dentro de medio urbano. Urbana: se encuentra en una población grande y cuenta con todos los servicios. Según su integración: Integrada: ambos conyugues viven en la misma casa y cumplen con sus funciones respectivas. Semi integrada: ambos conyugues viven en la misma casa pero no cumplen adecuadamente sus funciones. Desintegrada: los conyugues se encuentran separados. Por su composición: Nuclear: cuenta con esposo, esposa con o sin hijos. Extensa: conyugues e hijos que viven junto a otros familiares consanguíneos, por adopción o afinidad. Extensa compuesta: los anteriores que además conviven con otros sin nexo legal (amigos, compadres, etc.). 25 Por su ocupación: Este tipo de familia se refiere a la ocupación del padre o del jefe de familia, puede definirse como campesina, obrera, comerciante, empleada, etc. Por sus complicaciones Interrumpida: aquella en la que la unión conyugal se disuelve ya sea por separación o divorcio. Contraída: cuando fallece uno de los padres. Reconstruida: se aplica a la familia en la que uno o ambos conyugues tuvo una pareja previa. 1.7.3 Funciones de la familia De socialización, entendiendo por ello a las relaciones interpersonales que se suscitan tanto entre los miembros de la familia, como las que estos mantienen en el exterior. De cuidado, entendido como la protección que los miembros de la familia se brindan unos a otros. De afecto, es decir, las emociones y sentimientos que se generan por la relación y convivencia diaria de los miembros de la familia. De reproducción, referida a la capacidad de procreación que los padres de familia realizan para la formación y expansión de la misma. De estatus económico, concebida como el establecimiento del patrimonio o de la economía que da el sustento financiero a la familia22. 1.8 Violencia Intrafamiliar. A partir de los años setenta crece de modo sistemático la violencia entre familiares, este incremento es en todas las edades y estratos socioeconómicos. Asombra y preocupa no solo porque se da entre seres queridos que conviven o han dejado de convivir, sino porque una de sus características principales es el contraste entre la intensidad de la agresión y la escasa relevancia del hecho que motiva y desencadena23. Es definida como: “Acción u omisión, directa o indirecta, ejercida contra un pariente por consanguinidad, afinidad o adopción hasta tercer grado inclusive, por vínculo jurídico o de hecho o por una relación de guarda, tutela o curatela y que produzca como consecuencia, 26 el menoscabo de su integridad física, sexual psicológica o patrimonial. El vínculo por afinidad subsistirá aun cuando haya finalizado la relación que lo originó”. De una manera más sencilla es posible indicar que la violencia Intrafamiliar es aquella que acontece dentro del grupo familiar (sanguíneo, jurídico o por afinidad). Con el término “violencia doméstica”, puede hacerse referencia a todos los aspectos relacionados con la violencia familiar. El 95% de estos casos consisten en malos tratos del varón hacia la mujer. Aunque varios estudios han señalado una igualdad en el número de episodios violentos perpetrados por varones y por mujeres, el contexto, la intención y las consecuencias de estas agresiones tienen como resultado lesiones y miedo en la mujer23. Existe poca información publicada sobre el 5% de los incidentes restantes, la mayoría de los cuales ocurren entre parejas homosexuales (masculinas o femeninas), además, quizás este tipo de malos tratos sea incluso más frecuente que lo observado en parejas heterosexuales, que las víctimas no los informen y que los médicos no los identifiquen. Es importante hacer notar que en el ser humano existen dos tipos de violencia, mismos muy bien definidos por el psicoanalista Alemán Erick Fromm, en su libro “Anatomía de la destructividad Humana”: Agresión defensiva: La comparte con todos los animales, es un tipo de impulso genéticamente definido para luchar o huir cuando están amenazados intereses que le son vitales. Está al servicio de la sobrevivencia, es biológicamente adaptativa y cesa cuando concluye la amenaza. Agresión maligna: La crueldad y la destructividad son exclusivas de la especie humana. No están programadas genéticamente, ni son biológicamente adaptativas. Al buscarle una explicación al fenómeno de la violencia, en la mayoría de las ocasiones se forman dos grandes grupos explicativos: La violencia es parte constitutiva de las personas, parte de la “naturaleza humana”. La violencia es vista como producto del aprendizaje social. Siendo que la persona es producto de su medio, brindándole un papel activo, más aún si tomamos en 27 consideración que las personas crean y viven en una cultura que se va construyendo, que lo va formando. La cultura en que vivimos se identifica por ser un sistema de poderes de uno sobre otros, y no es que exista sólo un poder como tal, lo que existen son diferentes maneras de ejecutarlo sobre otros más débiles y dóciles. Ejercer el poder es tener la posibilidad de decidir e intervenir en la vida de los otros con hechos que obliguen, prohíban o impidan que otras personas hagan uso de sus libertades, derechos y poderes. La Asociación Americana de Psicología en el año 1996 expone que se ha comprobado que la violencia tiene mecanismos y efectos similares cuando acontece en cualquiera de las siguientes relaciones familiares: Familias tradicionales Familias extensas Familias conformadas por parejas que tienen hijos de una relación anterior y conviven todos en una sola casa Parejas en unión libre Familias por elección, (individuos que no se relacionan por vínculos sanguíneos pero han asumido un rol de familiares) Familias sin hijos Familias gay o lesbianas Familias sin padres formadas sólo por hermanos. Familias conformadas solamente por uno de los padres. Familias con hijos de madres solteras. La violencia Intrafamiliar vendría a constituirse como un conjunto de conductas aprendidas, que en la mayoría de los casos desencadenan en agresiones de tipo verbal, físicas, o bien la amenaza de éstas, de igual manera puede contener agresión psicológica reiterada, abuso sexual, aislamiento, castigo, amenazas y hasta limitaciones económicas22. 28 Las personas que tienen una asignación menor de poder con respecto a los otros son las más vulnerables a ser afectadas por este tipo de violencia. La desigualdad de poder dentro del grupo, está determinado por la edad y el género; de ésta manera se precisan tres grupos primordialmente sensibles que son los más afectados por la violencia doméstica: personas menores de edad, mujeres y adultos mayores. El objetivo de los malos tratos es el poder y el control por parte de la persona que los inflige, se muestran en general 8 tácticas utilizadas por los agresores. Uso de la intimidación Uso de malos tratos emocionales. Uso del Aislamiento. Negación, minimización, culpa. Uso de los niños. Uso de privilegios masculinos. Uso de malos tratos económicos. Uso de la coacción y amenazas. En última instancia la agresión constante al ego de la víctima erosiona su propia imagen y la mujer termina creyendo que es culpable de la violencia que padece y que es una persona inútil, sin esperanza e incapaz de sobrevivir sin su agresor. En general, la violencia ha sido definida nominalmente como “un acto llevado a cabo con la intención de, o percibido como teniendo la intención de, dañar físicamente a otra persona”. 1.8.1 Ciclo de la violencia Walker23 propuso la teoría del ciclo de violencia conyugal. Tras un episodio violento sobreviene la llamada fase de luna de miel. El agresor se disculpa, corteja a menudo a la víctima con regalos, prestándole gran atención y prometiéndole que nunca volverá a agredirla. Esta fase evoluciona invariablemente a la fase de escalada de tensión, en la que la mujer vive una atmósfera de tensión extrema y miedo, a menudo porque su pareja la amenaza y aísla. Se ve despojada sistemáticamente de todos los recursos que le permitirían abandonarlo: el respeto de sí misma, el orgullo, la carrera, el dinero, sus amigos y la familia. Esta fase culmina finalmente en la fase violenta de agresión y malos 29 tratos. Con cada repetición del ciclo, las consecuencias son cada vez más violentas y graves. Las parejas que se estructuran según un modo violento tienen un modelo relacional específico, con una pauta repetitiva que abarca a ambos miembros, que son transmitidas por generaciones y avaladas por el entorno. Quien ejerce la violencia la considera una respuesta adecuada a una situación originada exteriormente y quien la recibe la percibe como una acción injusta, inesperada y proveniente de las circunstancias del agresor. Un rasgo principal de la violencia es su repetición. La violencia se establece como una forma habitual de comunicación, debido a la intolerancia frente a una forma diferente de relación que no sea complementaria y la no aceptación de la genuina paridad; es decir, los episodios de violencia se desencadenarán cuando esta relación complementaria se vea amenazada, el equilibrio estable se rompe y el poder se impone por la utilización de la fuerza. Podemos señalar que “en las situaciones de violencia se produce un juego de roles complementarios, en donde una mujer socializada para la obediencia y la sumisión es la pieza complementaria del engranaje que conforma junto con un hombre socializado para ser ganador, controlar situaciones y asumir liderazgo”23. 1.9 Funcionalidad en el adulto mayor El envejecimiento del ser humano es un proceso fisiológico presente durante toda la vida adulta y que se acentúa progresivamente con la edad. La principal característica de este proceso es la limitación progresiva en las capacidades y competencias funcionales de adaptación y de interacción del ser humano con su medio ambiente biológico, físico, psicológico y social. La funcionalidad forma parte de un proceso estructurado por cuatro esferas que involucran además la esfera clínica, social y mental, hoy en día es considerada la piedra angular de la asistencia geriátrica, y nos permite evaluar la independencia para la realización de actividades básicas de la vida diaria: actividades de relajación y utilización del medio que le rodea, actividades de ocio y entretenimiento. Así mismo debemos evaluar su capacidad de independencia y niveles de movilidad, con o sin eventuales necesidad de ayudas técnicas24. 30 Los cambios que se producen en la vejez, no se deben exclusivamente al proceso biológico normal e irreversible del envejecimiento que afecta a distintos órganos y sistemas corporales, sino que, a la combinación de varios otros factores interrelacionados, tales como la pérdida prematura de aptitudes funcionales por desuso, las enfermedades agudas y crónicas, la marginación social, la desnutrición, la pobreza y otros. Según la OMS, los factores ambientales físicos, psicológicos, sociales y culturales, son determinantes de la capacidad funcional, del goce de un buen estado de salud o, a la inversa de la discapacidad y de enfermedad. La pérdida de autonomía provoca que el adulto mayor obtenga un papel secundario o nulo ante las exigencias de la vida en sociedad, ocupando roles pasivos que disminuyen sus oportunidades de participación y relación. Es por ello que la marginación, el aislamiento y la soledad son observados con frecuencia en estos grupos etarios24. Aun siendo difícil, es posible una vejez plena y productiva, dependiendo de virtudes como coraje para enfrentar limitaciones, simplicidad para “viajar ligero de equipaje” y fuerza de espíritu, entre otras ya descritas por Cicerón. Concordantemente la duración natural de la vida debería entenderse más biográfica que cronológicamente. La autonomía, como ejercicio de la plena voluntad requiere la plenitud de sus facultades y no puede entenderse como un todo o nada. Al igual que los niños y adolescentes se van haciendo más autónomos a medida en que crecen y maduran, los adultos mayores van perdiendo gradualmente su autonomía. No se trata de infantilizar al adulto mayor y remplazarlo de plano en sus decisiones, sino ayudarlo a decidir en la medida de su capacidad parcial. Por otra parte, aunque no conserve su poder de decisión, se respeta su autonomía en la medida en que su tratamiento respete sus valores y preferencias. Para este efecto se hace necesario conocer sus expresiones de voluntad y sus criterios a través de su familia, médicos tratantes o cuidadores20. Las decisiones compartidas, con la participación del adulto mayor y de todos quienes le conocen bien, permiten respetar la autonomía del adulto mayor. Lo que pueda decidir dependerá de su capacidad, en un concepto de capacidades parciales que permitan decisiones de complejidad también variables. Se concluye que los adultos mayores no son incapaces por definición y que generalmente es posible permitir y favorecer su participación, al menos parcial, en las decisiones. Así como se les ayuda en la vida diaria o caminan con un bastón, se propone el criterio de “autonomía con bastón”, es decir apoyada y guiada para respetar sus valores y http://www.monografias.com/trabajos35/sociedad/sociedad.shtmlhttp://www.monografias.com/trabajos11/grupo/grupo.shtml 31 preferencias. Finalmente se refiere, para disminuir su nivel de inseguridad o de estrés, la necesidad de ayudar y apoyar a los familiares que se ven en la necesidad de subrogar al adulto mayor en los procesos de decisión. 1.10 Dependencia en el adulto mayor En general, se entiende por dependencia a la dificultad o incapacidad que padece una persona y que la obliga a solicitar ayuda a un tercero, para poder realizar sus actividades cotidianas (Abellán, Puga, 2004). Casado por su parte, considera la dependencia como un atributo que poseen las personas que consiste en tener la necesidad de una asistencia o ayuda para la realización de las actividades de la vida diaria. Entre las razones por las cuales una persona puede poseer el atributo de dependencia se cuentan la falta o la pérdida de capacidad física, psíquica o intelectual. De todas maneras, existe consenso que este concepto se vincula más a la función social que a la función orgánica. En este sentido, no es un problema de salud sino más bien de la esfera social. Teniendo presente lo anterior, podemos decir que el atributo de dependencia se corresponde, en general, con un proceso temporal en el cual, los individuos van perdiendo sus capacidades físicas, sensoriales o intelectuales25. De este modo, el proceso hacia la dependencia se describe mediante un proceso gradual de pérdida de capacidades. Este proceso comienza con la aparición de patologías, de enfermedades tales como el Alzheimer, diabetes, entre otras. Le siguen la aparición de deficiencias que corresponden a alteraciones en el funcionamiento normal de uno o varios órganos, lo cual daría lugar a las limitaciones para realizar determinadas acciones físicas o mentales. Es esto lo que se denomina la senda principal del proceso de dependencia. Este proceso está dando cuenta de las distintas dimensiones del problema de la dependencia. En efecto, las primeras etapas tienen una dimensión fisiológica asociada a las enfermedades y limitaciones, mientras que la fase de dependencia propiamente posee una dimensión social por cuanto en mayor / menor medida el individuo que la padece requiere, para la reproducción de su vida, la ayuda de terceras personas. Lo anterior es 32 relevante, por cuanto define los distintos tipos de ofertas pertinentes para cada una de las fases. Hay por lo menos dos cuestiones metodológicas de importancia cuando se intenta medir y/o proyectar la dependencia. La primera se refiere a qué entendemos por una persona dependiente y segundo, a cuán dependiente es la persona. Respecto de la primera cuestión, en la literatura se encuentran dos ámbitos a partir de los cuales se define la dependencia. Una es lo que se llama las actividades básicas de la vida diaria (ABVD) tales como vestirse, comer o asearse y las que se engloban en el concepto de actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD), tales como comprar, preparar comida, utilizar medios de transporte, responsabilizarse por la tomar medicamentos. Las AIVD fueron en un principio propuestas con el objetivo de servir de predictores de la dependencia en las ABVD24. 1.11 Enfermedad en el adulto mayor El deterioro propio de la vejez está asociado a una mayor morbi-mortalidad, con ingresos hospitalarios frecuentes o traslado a una residencia geriátrica. La capacidad de llevar a cabo actividades tan simples para muchos como bañarse, vestirse, ir a comprar etc., se convierten con la vejez en un reto que determina si el anciano puede vivir de forma independiente o por el contrario tiene que solicitar ayuda. El estado físico es el que generalmente dificulta al anciano el día a día26. Los procesos biológicos involutivos son los que parecen determinar primariamente los déficits cognitivos, aunque existen coadyuvantes y/u otros determinantes de tales pérdidas. En términos generales, el primero de ellos es la de privación sensorial a la que con frecuencia es sometido el anciano, la cual puede provocar trastornos en las estructuras cerebrales y, por ende, en el comportamiento cognitivo. Por otro lado está la mayor incidencia de trastornos físicos en la edad avanzada (enfermedad aguda o crónica, deterioro sensorial), a los cuales hay que añadir los efectos secundarios de la medicación administrada para aliviarlos. Por último, las pérdidas en las relaciones interpersonales que sufre el anciano así como los cambios en su vida profesional y laboral determinan trastornos afectivos que, a su vez, cursan o se ven asociados con perturbaciones en el rendimiento intelectual. 33 A la hora de establecer el grado y la naturaleza exacta de la pérdida, será preciso estudiar cuales son las causas que pueden contribuir a su aceleración y reducción, así como los medios que hay que emplear para paliar los efectos negativos. Pero no debemos olvidar que el funcionamiento cognitivo va a interactuar con el funcionamiento social y afectivo, con lo cual será muy difícil establecer cuál es el problema primario. 1.11.1 Control metabólico Las enfermedades crónico-degenerativas imponen un reto al sector salud por las repercusiones socioeconómicas que conlleva en la población, la cual tiene un comportamiento epidémico y cuya presencia puede ser desconocida por el sujeto. Estas enfermedades se presentan porque la esperanza de vida aumenta y con ello hay mayor incidencia, sin un buen control metabólico las complicaciones que se presentan a lo largo de las mismas potencializan los riesgos a la salud y con ello la calidad de vida se ve afectada27. En el análisis de la enseñanza medica los hallazgos clínicos se relacionan con un único proceso patológico, cuyo estudio deriva de la presentación y evolución en el adulto; sin embargo, en ancianos esta práctica suele conllevar errores a la presencia de múltiples patologías en diferentes estadios evolutivos y cuya interacción genera síntomas asociados o dependientes o, por el contrario, pueden enmascararse otros debido al predominio de uno de los procesos patológicos sobre los demás. Por otra parte los efectos del envejecimiento del sujeto en cuanto a déficit de función y puesta en marcha de mecanismos compensadores, pueden aminorar o incrementar los síntomas atribuibles a los procesos patológicos. Además, las enfermedades en estos pacientes ancianos suelen tender a la cronicidad y a producir grandes e importantes secuelas que son responsables de un efecto tardío muy indeseable en cuanto a limitación de función, que condiciona un alto grado de dependencia y, por tanto, un gran deterioro en la calidad de vida, siendo necesario en numerosos ocasiones, un proceso rehabilitador encaminado a la recuperación funcional del sujeto que minimice estas consecuencias, ya que de no ser así se generaran nuevos y serios problemas28. 34 1.12 Polifarmacia Los avances terapéuticos han permitido que la esperanza de vida de la población aumente y que sea cada vez más elevado el porcentaje de personas mayores. De hecho, el 85% de los mayores de 60 años toman algún medicamento, como media 3 a 4. Este mayor consumo de medicamentos se debe a que el anciano tiene más enfermedades crónicas y por ello toma más fármacos, tanto por prescripción médica como por automedicación, realizando una combinación que puede tener importantes interferencias o interacciones con los fármacos recetados por el médico. Los ancianos forman el grupo etario más medicado en la sociedad y esto se debe principalmente al aumento de la prevalencia de enfermedades crónicas con la edad. El organismo senil presenta cambios fisiológicos que por sí mismo pueden alterar la farmacología de muchos fármacos; las características farmacodinamias también pueden interferir en el adulto joven, y la respuesta estar aumentada
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