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Importancia-del-balance-hdrico-y-sus-implicaciones-durante-la-anestesia

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DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN 
 
FACULTAD DE MEDICINA 
 
 
 
SOCIEDAD DE BENEFICIENCIA ESPAÑOLA, I.A.P. 
HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO 
DEPARTAMENTO DE ANESTESIOLOGÍA 
 
 
 
 
IMPORTANCIA DEL BALANCE HÍDRICO Y SUS IMPLICACIONES 
DURANTE LA ANESTESIA 
 
 
 
 
TESIS DE POSTGRADO 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: 
ESPECIALIDAD EN ANESTESIOLOGIA 
PRESENTA: 
 
 
 
 
DRA. JOCELYN SUE ALONSO BELTRÁN 
 
 
 
 
 
 
 
ASESOR: 
DR. JOSE LUIS REYES CEDEÑO 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
MÉXICO, D.F. AGOSTO 2012 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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DERECHOS RESERVADOS © 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
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FIRMAS DE VALIDACIÓN Y RECONOCIMIENTO DEL DOCUMENTO 
 
 
 
 
DR. MANUEL ALVAREZ NAVARRO 
JEFE DE ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN 
HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO 
 
 
 
 
 
 
DR. JOAQUIN OTHON SANCHEZ SANCHEZ 
JEFE DEL SERVICIO DE ANESTESIOLOGÍA 
HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO 
 
 
 
 
 
 
DR. JOSE LUIS REYES CEDEÑO 
ASESOR DE TESIS 
ANESTESIOLOGO ADSCRITO 
HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO 
 
 
 
 
 
 
DRA. JOCELYN SUE ALONSO BELTRÁN 
AUTOR 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
2 
 
IMPORTANCIA DEL BALANCE HÍDRICO Y SUS IMPLICACIONES 
DURANTE LA ANESTESIA. 
 
ÍNDICE DEL CONTENIDO 
 
 
 
 
 
 
 
1. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………….3 
 
 
 
2. JUSTIFICACIÓN……………………………………………………………………..4 
 
 
 
3. MARCO TERÓRICO……….………………………………………………………5 
 
 
 
4. DISCUSION Y ANALISIS……………………………………………….…..….25 
 
 
 
5. CONCLUSIONES……………………………………………………………….…31 
 
 
 
6. BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………….….34 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 
 
IMPORTANCIA DEL BALANCE HÍDRICO Y SUS IMPLICACIONES 
DURANTE LA ANESTESIA. 
 
INTRODUCCIÓN 
 
La administración de líquidos para una adecuada reposición hídrica, es 
parte integral del manejo de todo paciente quirúrgico, así como la elección del 
líquido en cualquier situación es motivo de debate. El entender la distribución 
corporal de los líquidos por compartimientos nos permite evaluar los déficits 
individuales en el paciente quirúrgico y así lograr reemplazar las pérdidas con el 
líquido adecuado para mantener un balance hidroelectrolítico óptimo. 
Una de las definiciones que presenta el Diccionario de la Real Academia 
Española expresa que: “Balance es el estudio comparativo de las circunstancias de 
una situación o de los factores que intervienen en un proceso, para tratar de 
prever su evolución”. En un ser humano , se puede aceptar que el “Balance” es el 
resultado de la comparación entre lo que ingresa al organismo o ganancia y lo que 
egresa o se pierde , en un periodo fijo de tiempo en el que se han efectuado los 
ajustes necesarios para mantener una relativa constancia del medio donde ocurren 
dichos cambios. 
La reposición de líquidos se inicia en los años 50 con los conceptos de 
Moore y Ball, además de otros conceptos como LeQuesne y Lewis, quienes 
demostraron que existía un período de oliguria postoperatoria, junto con 
retención de sodio y agua, para lo cual recomendaron de primera instancia la 
restricción de sodio y agua en el postoperatorio inmediato, en 1961 Shires y cols., 
señalaron la restricción del líquido extracelular durante y después de la cirugía y 
se habló por primera vez de la formación de un tercer espacio, el cual requería una 
reposición de líquidos para ese, conceptos completamente opuestos que generaron 
en aquella época gran polémica, sin embargo faltarían años de investigaciones para 
reconocer los volúmenes de los espacios involucrados. El manejo de líquidos en 
niños y adultos es muy diferente. Existen algunas guías aceptadas que han 
prevalecido aún con el paso del tiempo, otras deben ser cuestionadas por su 
veracidad y reevaluadas por su utilidad. 
Por lo anterior el conocimiento del manejo de los líquidos requeridos por el 
paciente que va a ser intervenido quirúrgicamente es de vital importancia para el 
anestesiólogo, ya que este aspecto tiene incidencia sobre la estabilidad 
hemodinámica durante el periodo preoperatorio, transoperatorio y en el 
posoperatorio. Además es necesario entender la fisiología y aplicar las bases que 
nos explican como se comporta el organismo tanto en condiciones normales como 
en el caso de las alteraciones producidas por la cirugía. 
El paciente que va a ser intervenido quirúrgicamente tiene altas 
probabilidades de sufrir trastornos en el equilibrio hidroelectrolítico , las causas 
pueden ser la cirugía misma, los déficits previos al procedimiento, el ayuno, o las 
enfermedades que impliquen pérdida anormal de agua. Por lo que se considera de 
vital importancia antes de cualquier procedimiento planear el manejo de líquidos 
intravenosos, teniendo en cuenta los siguientes aspectos : mantenimiento, ayuno , 
pérdidas patológicas, pérdidas por tercer espacio y sangrado. 
 
 
4 
 
JUSTIFICACIÓN 
 
 
Considerando que es imprescindible el buen manejo de líquidos en los 
periodos preoperatorio, transoperatorio y posoperatorio, es indispensable la 
planeación de la restitución hídrica, reconociendo las bases teóricas de la 
homeostasis y del equilibrio hidroelectrolítico, en condiciones normales y 
patológicas. Ésta decisión se tomará para contrarrestar los factores locales y 
sistémicos relacionados con la formación de un tercer espacio, con secuestro de 
líquidos fuera del intravascular e intersticial en un espacio que no participa en la 
homeostasis y que genera en el tejido atrapado en él, un cúmulo de sustancias 
tóxicas producto del metabolismo anaeróbico celular con depleción tisular de 
oxígeno, por otro lado la sustracción del territorio sistémico genera una restricción 
al volumen circulante, el cual puede estar disminuido por una pérdida real y que se 
debe reponer al momento oportuno. De ahí la importancia de aplicar los elementos 
prácticos para mantener un balance hidroelectrolítico normal. 
 
La administración de líquidos en el transoperatorio tiene como objetivo 
reponer el ayuno , aportar líquidos de mantenimiento y cubrir las pérdidas por 
tercer espacio. De tal forma que cuando se considere la reposición hídrica se 
cubran estos 3 aspectos, de igual importancia es anotarlo en el registro 
transanestésico para poder considerar la corrección de alteraciones que se puedan 
presentar de manera inesperada. Para esto se han descrito varios esquemas para 
calcular la reposición hídrica tanto en niños como en adultos. El objetivo principal 
es unificar los criterios que se describen en cada uno de los esquemas, y así 
proponer un solo registro que represente un balance completo el cual cuente con 
todas o la mayoría de las variables de vital importancia para poder tener un 
adecuado control de la resposición hídrica en todo momento de la cirugía. 
 
Para lo anterior la elección de la solución con la que debemos manejar al 
paciente se deberá basar principalmente en el tipo de cirugía a la cual será 
sometido (abierta o laparoscópica, electiva o de urgencia, neurocirugía, cirugía 
abdominal, cirugía ortopédica, etc.) verificar que contemos con las soluciones 
necesarias (cristaloides: isotónicos o hipertónicos, coloides: naturales o sintéticos, 
etc.) para así planear el ritmo de perfusión de acuerdo al esquema de balance 
hídrico a utilizar. De tal manera que se establezca una reposición hídrica adecuada, 
además de tener una monitorización del balancehídrico cada 30 minutos como 
mínimo, y dejar en claro cuales son los objetivos de nuestra reposición hídrica, que 
principalmente podríamos basar en la eficacia (medida por algunas variables que 
serían: presión arterial media >70 mmHg, frecuencia cardiaca <100 latidos por 
minuto, diuresis y signos clínicos normales, gases arteriales, ecografía, 
lactacidemia) y la seguridad (cuyas variables serían: presión venosa central, 
presión de la arteria pulmonar, edemas) de tal manera que dichos parámetros se 
adapten a cada paciente. 
 
 
 
 
 
5 
 
 
MARCO TEÓRICO 
 
 
La elección de un método racional para la reposición hídrica en los 
pacientes implica la comprensión de los cambios fisiológicos que se presentan 
durante el desarrollo. 
Tras una revisión de los cambios importantes que conlleva la maduración y 
que afectan al equilibrio hídrico se propondrán lineamientos para el control y 
restitución de líquidos. 
 
ASPECTOS RELACIONADOS CON EL DESARROLLO 
 
-Composición corporal 
La composición de la masa corporal total se modifica en un grado 
espectacular durante la gestación y durante toda la lactancia. La proporción de 
agua en el organismo guarda relación con la masa corporal magra , el contenido de 
agua es mayor en individuos delgados que en obesos. El agua constituye casi el 
94% del peso del feto de 10 semanas de edad, 75% en el recién nacido de término , 
65% en el niño de 12 meses y 55 a 60% en el adulto. 
 
FIG. 1 COMPOSICIÓN DE LA MASA CORPORAL TOTAL SEGÚN LA 
REPRESENTAN EL AGUA Y LOS SÓLIDOS CORPORALES. 
 
 
Volumen 
plasmático 
M
em
br
an
a 
ca
pi
la
r 
 
 
Líquido intersticial 
M
em
br
an
a 
ce
lu
la
r 
 
 
Líquido 
intracelular 
 
 
Sólidos 
Líquido extracelular 
 Agua 
Masa corporal total 
 
El cambio en el contenido de agua del cuerpo que conlleva a la maduración 
se acompaña de una modificación en la distribución del agua corporal. El agua 
corporal total está dividida por una membrana capilar en dos compartimientos: el 
del líquido extracelular y el del líquido intracelular. En el neonato , el líquido 
extracelular representa 53% del agua corporal y casi 40% del peso corporal, en 
tanto que en el adulto representa un tercio del agua corporal y sólo cerca del 20% 
del peso corporal. En el neonato , el líquido intracelular constituye el 47% del agua 
corporal y representa 35% del peso corporal; en el adulto explica dos tercios del 
agua corporal y 40% del peso corporal. 
 
TABLA 1. COMPARTIMIENTOS LÍQUIDOS (% PESO CORPORAL) Y CAMBIOS EN EL 
VOLUMEN CON LA EDAD. 
Componente Prematuro Neonato Niño Adulto 
LEC 50 35 30 20 
LIC 30 40 40 40 
Plasma 5 5 5 5 
Total 85 80 75 65 
Donde podemos observar que el volumen plasmático permanece constante 
6 
 
en proporción al peso corporal. 
El líquido extracelular está dividido por una membrana capilar en dos 
compartimientos: el volumen plasmático y el volumen del líquido intersticial. En 
condiciones normales , esta membrana impide que las proteínas plasmáticas 
entren al líquido intersticial. El daño de la membrana capilar altera su 
permeabilidad y permite que las proteínas plasmáticas pasen hacia el líquido 
intersticial. Por lo general , las alteraciones en la composición de los diferentes 
compartimientos en el cuerpo se reflejan en un cambio plasmático , ya que el 
equilibrio de agua y de electrolitos implica el movimiento de diversos 
componentes entre los compartimientos. 
 
 
TABLA 2. COMPOSICIÓN DE LOS COMPARTIMIENTOS DEL LÍQUIDO CORPORAL 
 Líquido extracelular Líquido intracelular 
Osmolaridad (mOsm) 290 -310 290 -310 
Cationes (mEq/L) 155 155 
Na+ 138 -142 10 
K+ 4.0 – 4.5 110 
Ca++ 4.5 -5.0 
Mg++ 3 40 
Aniones (mEq/L) 155 155 
Cl- 103 
HCO3- 10 
HPO4-- 
SO4-- 3 110 
PO4--- 6 
Ácidos orgánicos 16 
Proteínas 40 
 
 
 
El sodio es el principal catión del líquido extracelular, en tanto que el 
potasio es el principal en el intracelular. El gradiente electrolítico entre los 
compartimientos se mantienen gracias a la bomba de sodio – potasio. Aunque 
difieren las composiciones hidroelectrolíticas del líquido extracelular y del 
intracelular , la osmolaridad es similar (290 a 310 mOsm/L). Un cambio en la 
osmolaridad de un compartimiento produce un desplazamiento del agua a través 
de la pared celular hasta que se igualan las osmolaridades de los compartimientos. 
La grasa corporal también afecta al equilibrio hídrico, con la maduración , 
aumenta el porcentaje de grasa corporal. La grasa representa cerca del 16% del 
peso corporal del recién nacido de término y casi el 23% del lactante de 12 meses. 
Por tanto la cantidad de aislamiento térmico en el niño varía según la edad. La 
cantidad limitada de grasa que proporciona aislamiento en el neonato de término, 
así como la gran área de superficie corporal en relación con el peso , los vuelve 
particularmente suceptibles a la pérdida de calor en un ambiente frío. El estrés por 
el frío normalmente produce un incremento en la tasa metabólica, tendiente a 
elevar la temperatura corporal. Esta respuesta metabólica intensificada da lugar a 
un aumento en las necesidades de líquido. 
 
7 
 
 
-Función renal 
En el recién nacido de término , la función renal todavía no madura. Ocurre 
una maduración rápida durante el periodo neonatal. Hacia las 44 semanas 
postconcepción la madurez renal es de una proporción de 89 a 90% .Después 
disminuye el ritmo de maduración , hasta cerca del primer año de edad, momento 
en que la función renal ya está madura. 
La tasa de filtración glomerular en el neonato corresponde sólo a entre 25 y 
30% de la del adulto, y la función de los túbulos renales no es tan eficiente como en 
éste. Sin embargo , cuando se estimula a los neonatos con una carga moderada de 
líquidos durante periodos breves , puede aumentar el volumen urinario. La 
capacidad de los recién nacidos para concentrar la orina es incluso menos eficiente 
que su capacidad para disminuirla. Por consiguiente , la depleción de volumen 
puede dar lugar a problemas más graves que la carga de volumen. 
La excreción de sodio en presencia de una carga de este elemento y la 
conservación del mismo en situaciones de depleción, no son tan eficientes en los 
neonatos como en los adultos. En los primeros el equilibrio de este elemento 
guarda relación directa con su ingestión. La cantidad de sodio que se requiere para 
mantener su equilibrio guarda relación inversa con la edad gestacional. Por lo 
consiguiente , la administración de líquidos que no contienen sodio da lugar a 
hiponatremia con mayor facilidad en los pacientes pequeños que en los de mayor 
edad. 
 
-Función cardiovascular 
Los niños con una función cardiovascular normal por lo general tienen la 
capacidad de tolerar cargas de líquido moderadas por periodos breves. Los 
neonatos no toleran bien la administración de exceso de líquidos; la sobrecarga 
hídrica da lugar a insuficiencia cardiaca congestiva. El cierre tardío del conducto 
arterioso , en especial en los lactantes de pretérmino, puede atribuirse a una 
administración excesiva de líquido. 
Por lo general , la restricción de líquidos durante periodos breves también 
es bien tolerada por la mayoría de los niños sanos; sin embargo, la restricción 
prolongada de líquidos produce una depleción del volumen intravascular. La 
mayor tasa metabólica de los pacientes de menor edad , sobre todo lactantes, 
conlleva un mayor recambio de agua. Por consiguiente , los niños más pequeños 
son más suceptibles a la deshidratación. La restricción excesiva de líquidos no es 
bien tolerada por lactantes y niños pequeños. La deshidratación puede aumentar la 
posibilidad de hipotensión y colapso cardiovascular durante la inducción 
anestésica. Por tanto, tiene particular importancia reducir al mínimo el periodo de 
ayudo en lactantes y neonatos, mediante indicaciones de restricción en el 
momento apropiado. 
El mantenimiento del equilibrio hídrico es complejo en los niñoscon 
función cardiovascular anormal. Si se encuentran anomalías cardiacas congénitas, 
o si ocurre transición de la circulación intrauterina a la extrauterina, es necesario 
un ajuste preciso en el volumen y en la composición del líquido que se administra, 
para evitar insuficiencia cardiaca. 
 
 
 
8 
 
 
-Necesidades de líquidos de mantenimiento 
Se han utilizado muchas fórmulas para calcular la cantidad necesaria de 
líquidos de mantenimiento en los niños y adultos. Algunas se basan en el peso 
corporal, otras en el área de superficie corporal o en la tasa metabólica. Puesto que 
la cantidad necesaria de líquidos se modifica según la actividad (demanda 
metabólica) los cálculos de la cantidad necesaria que se basan en la tasa 
metabólica suelen ser mas exactos que los que se basan en el peso o en la 
superficie corporal. 
Un recién nacido de término en un ambiente térmico neutral tiene un gasto 
calórico basal de unas 32 kcal/kg/día durante el primer día de vida. A medida que 
aumenta la actividad del lactante , se incrementan los gastos calóricos. En los 
primeros tres a cinco días después del nacimiento ocurre una pérdida de peso, 
debido a que la ingestión calórica del recién nacido suele ser baja en comparación 
con el gasto calórico, y se excreta un exceso de agua libre. A medida que aumenta la 
ingestión , los balances de calorías, líquidos y electrolitos se vuelven positivos y 
aumenta el peso corporal. Con la maduración , los gastos basales de calorías 
aumentan a cerca de 100 kcal/kg/día. 
Holliday y Segar calcularon el gasto calórico en niños hospitalizados de 
diferentes pesos y estados de actividad. Los lactantes que pesan hasta 10 kg gastan 
100 kcal/kg/día , los niños que pesan entre 10 y 20 kg utilizan 1000 calorías, más 
50 kcal/kg/día por cada kilogramo mayor de 10 kg de peso, y los pacientes que 
pesan más de 20 kg queman 1500 kcal más 20 kcal/kg/día por cada kilogramo 
arriba de 20 kg de peso. 
La temperatura es un factor importante que afecta a la tasa metabólica y . 
por tanto al gasto calórico. Si la temperatura al aire ambiente es baja, la respuesta 
normal de los lactantes de término y pretérmino consiste en aumentar la 
producción de calor para mantener la temperatura corporal. Esta respuesta es 
proporcional al grado de estrés por frío; en ciertas condiciones, el metabolismo 
puede aumentar hasta dos o tres veces más que la tasa metabólica basal. Si no se 
puede mantener la temperatura corporal normal y sobreviene hipotermia, es de 
esperar que los gastos calóricos se reduzcan entre un 10 y 12% por cada grado 
centígrado inferior a la temperatura normal. En cambio en la hipertermia, 
incrementa en la misma cantidad el gasto calórico , por cada grado centígrado de 
elevación por arriba de la temperatura normal. 
También estados hiper o hipometabólicos afectan la cantidad calórica 
necesaria. Por ejemplo , el gasto calórico puede aumentar 25 a 75% por arriba de 
lo normal en pacientes hipertiroideos. La anestesia también disminuye el gasto 
energético. 
La ración hídrica diaria se puede estimar combinando los datos de los 
gastos calóricos con los del agua que se pierde por calorías quemadas. La pérdida 
total de agua normalmente es de 100 ml por cada 100 kcal gastadas o de 1 ml por 
cada caloría quemada. Por cada 100 kcal consumidas , aproximadamente 70 ml de 
agua se pierden en forma de orina, 30 ml a través de la piel, 15 ml por la 
respiración, y 15 ml a través del metabolismo. La pérdida gastrointestinal es 
mínima, excepto cuando resulta afectada por factores como vómito, diarrea, 
obstrucción intestinal o enemas (incluso los estudios radiográficos del intestino 
con medio de contraste) o la manipulación quirúrgica del intestino. 
9 
 
En los neonatos se pierde una cantidad significativa de agua a través de la 
piel , por su escaso espesor y la alta razón matemática entre el área de superficie y 
el peso corporal. La pérdida insensible de agua a través de la piel es inversamente 
proporcional a la edad gestacional. Si se requiere una temperatura alta de aire 
amiente para mantener el equilibrio térmico , aumenta la pérdida de agua a través 
de la piel. Sin embargo la cantidad de agua que se pierde depende de la humedad 
del aire ambiente , la saturación de éste disminuye la pérdida de líquidos. 
La combinación de datos sobre la pérdida normal de agua por calorías 
quemadas con los del gasto calórico de pacientes con diferentes pesos, determina 
la siguiente estimación respecto de la administración diaria de líquidos de 
mantenimiento: 
 
 
<10 kg 100 ml/kg/día 
10 – 20 kg 1000 ml/kg/día más 50 ml/kg/día por cada kg arriba de los 10kg 
>20 kg 1500 ml/kg/día más 20 ml/kg/día por cada kg arriba de los 20kg 
 
 
Aunque los gastos de energía disminuyen en los pacientes bajo anestesia, la 
mayoría de los pacientes toleran el recibir líquidos de mantenimiento a una tasa 
calculada para pacientes despiertos no antesiados. El control del equilibrio hídrico 
suele facilitarse cuando se calcula la cantidad de líquidos por hora , ya que las 
condiciones que afectan el equilibrio hídrico se modifican constantemente durante 
el periodo perianestésico. La cantidad necesaria por hora de líquidos de 
mantenimiento puede calcularse dividiendo la administración diaria entre 24. 
 
 
TABLA 3. RELACIÓN ENTRE EL PESO Y LA CANTIDAD NECESARIA DE LÍQUIDOS 
DE MANTENIMIENTO POR HORA O POR DÍA 
 
 NECESIDADES DE LÍQUIDOS DE MANTENIMIENTO 
PESO (kg) HORA DÍA 
Menos de 10 4 ml/kg 100 ml/kg 
10 a 20 40 ml + 2ml/kg por cada kg por 
arriba de 10kg 
1000 ml + 50 ml/kg por cada 
kg arriba de los 10 kg 
Más de 20 60 ml + 1 ml/kg por cada kg 
arriba de los 20 kg 
1500 ml + 20 ml/kg por cada 
kg arriba de los 20 kg 
 
 
LIQUIDOS PARA RESTITUCIÓN INTRAVENOSA 
 
 Además de calcular la tasa de administración de líquidos el anestesiólogo 
debe seleccionar el líquido adecuado. La selección respecto a la composición de la 
solución debe individualizarse según la cantidad necesaria de hidroelectrólitos 
(déficit, mantenimiento, y restitución de pérdidas) 
 
-Electrolitos 
 Aunque para la administración de líquidos se dispone de soluciones que no 
contienen sal como Glucosa en agua al 5%, estas soluciones no deben utilizarse 
10 
 
indiscriminadamente, ya que pueden producir intoxicación hídrica e hiponatremia. 
Las pérdidas de líquidos por lo general se acompañan de pérdida de electrolitos; 
por tanto , el tratamiento con líquidos intravenosos debe incluir la reposición de 
electrolitos. Se deben administrar suficientes electrolitos para evitar que los 
riñones tengan que excretar o conservar grandes cantidades de electrolitos , a fin 
de mantener el equilibrio electrolítico. En la gran mayoría de los pacientes , se 
requieren aproximadamente 2.5 mEq de sodio , 2.5 mEq de potasio y 5.0 mEq de 
cloro por cada 100 ml de agua. 
 Los neonatos tienen particular vulnerabilidad al desequilibrio electrolítico, 
requieren de sodio en su líquido intravenoso, debido a que la función renal 
inmadura limita su capacidad para retener sodio aun cuando se tenga 
hiponatremia, con la maduración , disminuye la cantidad necesaria de sodio. Los 
neonatos nacidos antes de las 36 semanas de gestación requieren 40 mEq/L de 
sodio para mantener el balance normal de sodio en tanto que los neonatos de 
término requieren 20 mEq/L. A pesar de la menor cantidad necesaria de sodio en 
pacientes de mayor edad , no deben recibir exclusivamente líquidos que no 
contengan este elemento . Los niños también requieren sodio y potasio , para 
compensar las pérdidas hidroelectrolíticas normales. 
 El líquido de mantenimiento preoperatorio y las pérdidas de electrolitos 
deben compensarse mediante la administración con un cuarto de solución salina 
normal. Si el gasto urinario es adecuado ( ± 0.5 ml/kg/hr), se puede añadir potasio 
(16 a 20 mEq/L) a la solución intravenosa. Durante la anestesia o durante una 
intervención quirúrgica , por lo general se utiliza solución de Ringer con lactato 
para compensar laspérdidas hidroelectrolíticas , dado que contiene electrolitos 
con una concentración similar a la de los líquidos (sangre/edema) que se pierden 
de la circulación efectiva durante la intervención quirúrgica. 
 
TABLA 4. COMPOSICIÓN DEL LÍQUIDO EXTRACELULAR Y DE LAS SOLUCIONES 
INTRAVENOSAS COMUNES 
 CONTENIDO ELECTROLÍTICO (mEq/L) 
 CATIONES ANIONES 
 Sodio + Potasio+ Calcio++ Magnesio++ NH4+ Cl- HCO3- HPO4- 
Líquido extracelular 142 4 5 3 0.3 103 27 3 
Solución Ringer Lactato 130 4 3 109 28 
NaCl 0.9% 154 154 
NaCl 0.3% 590 590 
NaCl 0.45% 77 -- 
 
-Calorías 
 En condiciones ideales se debe proporcionar una kilicaloria por cada caloría 
que se gaste, aunque este objetivo se logra con solución glucosada , la 
concentración de glucosa tendría que ser del 25% para no sobrepasar la cantidad 
necesaria de líquidos de mantenimiento. Una solución con esta concentración es 
muy hipertónica, y puede esclerosar las venas periféricas. Afortunadamente la 
mayoría de los pacientes sometidos a tratamiento intravenoso breve no requiere 
compensación completa de sus gastos calóricos , debido a que por lo general las 
reservas corporales de grasa son suficientes para satisfacer las necesidades 
calóricas. Estos pacientes sólo requieren calorías suficientes para que no ocurra 
catabolismo de proteínas e impedir la cetosis. Esta cantidad es de 20 a 25 kcal por 
11 
 
cada 100 kcal gastadas. Puesto que cada gramo de glucosa proporciona 
aproximadamente 4 kcal , una solución de glucosa al 5% satisface ésta necesidad. 
 Algunos pacientes pueden requerir más calorías que las que proporciona la 
solución de glucosa al 5% . Por ejemplo los recién nacidos suelen recibir una 
solución de azúcar más concentrada (glucosa al 10%) en virtud de que tienen 
bajas reservas de glucógeno y una alteración en la gluconeogénesis, y dependen de 
los carbohidratos y de los ácidos grasos libres para disponer de combustible. Los 
pacientes en estado critico por ejemplo niños con quemaduras graves o los que 
tienen mínima reserva de grasa (por ejemplo, prematuros) requieren 
compensación completa de los gastos calóricos . También se puede requerir una 
solución de glucosa en alta concentración en niños sometidos a tratamiento 
intravenoso a largo plazo. A menudo se usan soluciones que contienen grasas, 
aminoácidos , además de glucosa y electrolitos, para satisfacer las demandas 
nutricionales de estos pacientes. La composición de la solución para 
hiperalimentación que se seleccione depende del estado de cada paciente. 
Durante la anestesia disminuye la tasa metabólica y en consecuencia 
también se reducen los gastos calóricos y es necesario modificar los regímenes de 
líquidos parenterales. Este aspecto tiene particular importancia en los líquidos 
para hiperalimentación. En general , es conveniente reducir la tasa de 
administración a la mitad o a dos tercios de la tasa de administración basáltica 
durante la anestesia, a fin de evitar hiperglucemia. No deben suspenderás 
súbitamente los líquidos de hiperalimentación. Los paciente pueden caer en 
hipoglicemia cuando tienen un exceso de insulina en relación con la glucemia. 
Antes los anestesiólogos solían administrar sistemáticamente soluciones de 
glucosa durante la anestesia a los pacientes que estaban en hiperalimentación, con 
el objeto de evitar la hipoglicemia , conservar las proteínas, y evitar la cetosis. Sin 
embargo esta practica se ha modificado ya que la administración sistemática de 
glucosa cuando se realiza de manera indiscriminada también puede producir 
hiperglucemia , la cual puede desencadenar una diuresis osmótica que da lugar a 
deshidratación. La hiperglucemia también intensifica el daño neurológico 
consecutivo a episodios de isquemia o hipotermia grave. 
Si bien la mayoría de los niños no requieren glucosa suplementaria durante 
la intervención quirúrgica , los pacientes con riesgo de hipoglucemia deben recibir 
glucosa durante la anestesia y vigilarse de forma seria sus glucemias. Los que 
tienen riesgo son los pacientes adinámicos, los que presentan periodos de ayuno 
prolongado y los neonatos sobre todo los prematuros. Los niños sometidos a 
procedimientos prolongados y los que reciben una combinación de anestesia 
general y regional, también corren el riesgo de desarrollar hipoglucemia. Con el 
tiempo la respuesta al estrés en estos pacientes se reduce y puede no presentarse 
la elevación en los valores de glucemia que normalmente se observan durante la 
anestesia general y la intervención quirúrgica. 
Por tanto seria razonable vigilar los valores de glucemia y ajustar 
correspondientemente las soluciones que contengan glucosa. 
Diversos autores han comunicado casos de hipoglucemia en pacientes 
pediátricos sobre todo después de ayuno prolongado. En cada estudio se define en 
forma diferente la hipoglucemia, el umbral hipoglucémico varia según cada 
investigador. A pesar de las múltiples definiciones dela hipoglucemia su frecuencia 
en pacientes pediátricos incluso después del ayuno, parece ser más baja que lo que 
solía pensarse. La verdadera frecuencia es controversial ya que la hipoglucemia sin 
12 
 
duda no es un valor específico sino una escala de estados que producen disfunción 
neurológica. El umbral para los síntomas varia según el paciente, la causa o las 
circunstancias clínicas. Se requieren estudios de población grande para establecer 
si las concentraciones plasmáticas de glucosa pueden o no correlacionarse con 
anormalidades neurológicas o del desarrollo. No obstante hasta que se disponga de 
mayor información probablemente los valores de glucemia deben mantenerse 
entre 45 y 200 mg/100ml . 
Por lo general la solución de Ringer lactato restituye adecuadamente los 
déficits hidroelectrolíticos que se producen durante el ayuno así como el líquido 
que se pierde durante la anestesia y la cirugía. Cuando se teme una probable 
hipoglucemia se puede añadir glucosa al 5% en solución Ringer lactato al régimen 
hídrico como una administración suplementaria. Esta última combinación se 
utiliza para mantener los valores de glucemia normal y no se debe administrar 
como una única solución para restituir los líquidos perdidos durante la anestesia 
porque puede sobrevenir hiperglucemia. 
Los valores de glucemia se han correlacionado con la tasa de administración 
de glucosa. En los adultos normoglucémicos la administración transoperatoria de 
glucosa a una tasa de 180 mg/kg/hr o mas (por ejemplo 250 ml de glucosa al 5% 
en agua, administrándose en 1 hr o menos) aumenta la glucemia a mas de 200 
mg/100ml aún cuando la tasa de administración de glucosa disminuya a 90 
mg/kg/hr la glucemia puede aumentar 100 a 200% después de 5hr de operación. 
Cuando sólo se utiliza una solución para el tratamiento hídrico en pacientes 
pediátricos que son sometidos a procedimientos quirúrgicos ambulatorios , una 
solución de glucosa al 2.5% en una de Ringer con lactato mantiene una glucemia 
dentro de valores normales. También se puede administrar glucosa a los niños que 
serán sometidos a anestesia , añdiendo a este régimen hídrico glucosa al 5% en 
solución Ringer lactato. La administración de esta última combinación a una tasa 
similar a la de los líquidos de mantenimiento aumenta los valores de glucemia a las 
de 200 mg/100 ml en algunos niños. Su administración a la mitad de la tasa de los 
líquidos de mantenimiento en pacientes normoglucémicos aumentará la glucemia 
por arriba de los valores preoperatorios , pero no por arriba de los límites de lo 
normal. En general , todos los déficits , pérdidas hacia el tercer espacio y pérdidas 
de sangre deben restituirse con solución Ringer lactato , y se añaden a la venoclisis 
soluciones que contengan glucosa para administrar la cantidad de glucosa de 
mantenimiento. Este método mantendrá la normoglucemia y evitará la 
hiperglucemia potencial. 
 
-Cristaloides en contraposición a coloides 
 Todavía existe controversia respecto a si los cristaloides (soluciones que 
contienen electrolitos)son mejores, equivalentes o peores que los coloides 
(albúmina y sintéticos como el dextrán y el almidón) para corregir los déficits de 
volumen en pacientes quirúrgicos. 
 Los cristaloides no son costosos en comparación con los coloides. Se pueden 
utilizar para compensar las pérdidas de líquido de mantenimiento, las pérdidas 
hacia el tercer espacio y la pérdida de sangre. Se distribuyen en todo el organismo 
según su composición química, por consiguiente , la glucosa al 5% en agua se 
distribuye de manera uniforme, en tanto que las soluciones salinas se distribuyen 
más que nada en el espacio extracelular, porque la bomba de sodio – potasio tiende 
a excluir al sodio del líquido intracelular. Un litro de solución de Ringer lactato 
13 
 
normal aumenta el volumen plasmático alrededor de 200 a 300 ml y el volumen 
del líquido intersticial en una proporción aproximada de 700 ml. Cuando se 
utilizan cristaloides para restituir la sangre, es necesario administrar alrededor de 
3 a 4 ml de una solución cristaloide , como la de Ringer lactato , por cada mililitro 
de sangre que se pierde, a fin de mantener el volumen plasmático y la estabilidad 
hemodinámica. 
 Los coloides son moléculas grandes que afectan la distribución de agua por 
sus propiedades oncóticas, amplian el volumen plasmático por un periodo más 
prolongado que las soluciones cristaloides y producen menos edema periférico. 
Por ejemplo, un litro de albúmina al 5% amplia el volumen plasmático en 1 L. El 
prototipo de estas soluciones es la albúmina humana y podría decirse que en cierta 
forma los coloides sintéticos tratan de imitar su acción fisiológica sobre la 
dinámica del agua, es decir, ejercer una presión oncótica en el espacio vascular 
para retener agua y, si es posible, atraerla del espacio intersticial. Además de la 
albúmina los coloides más utilizados para el reemplazo de líquidos son los 
dextranes, los almidones y las gelatinas. 
La albúmina exógena es un coloide que se obtiene de la donación humana y 
se comercializa en concentraciones del 5% y el 25% en solución salina isotónica. 
Su peso molecular aproximado es de 69.000 daltons. La presentación al 25% es 
capaz de arrastrar del intersticio al espacio intravascular hasta cinco veces el 
volumen infundido, siempre y cuando este volumen se encuentre disponible en el 
espacio intersticial; de lo contrario, como en las situaciones de deshidratación 
crónica, dicho volumen debe reponerse con solución salina en forma concomitante 
con la albúmina. La presentación de albúmina al 5% viene ya preparada con la 
solución salina necesaria. Una vez administrada permanece hasta 16 horas en el 
espacio intravascular y gradualmente se distribuye también en el intersticial A 
pesar de sus ventajas, la albúmina no se utiliza en la actualidad como expansor de 
volumen de primera línea, se reserva para el manejo de otros trastornos como 
desnutrición crónica, cirrosis, quemaduras, etc. Una de sus limitantes es su elevado 
costo de producción, por lo que es preferible el reemplazo de volumen con otros 
coloides o con cristaloides. 
Los almidones son soluciones coloides sintéticas que están constituidas por 
partículas similares al glucógeno, con un peso molecular promedio de 69.000 
daltons, en un rango que oscila entre 1.000 y 1.000.000 de daltons. Se comercializa 
en solución al 6% en suero salino, con una osmolaridad de 310 mEq/l que ejerce 
una presión oncótica de 30 mmHg. La gran variedad de tamaño de sus partículas 
dificulta predecir su dinámica intravascular, así como su metabolismo y 
eliminación. En general, los almidones pueden aumentar hasta una vez el volumen 
infundido, a expensas del espacio intersticial y por un mecanismo similar al de la 
albúmina; permanecen en el espacio vascular entre 3 y 24 horas. Las partículas de 
menos de 50.000 daltons se eliminan por la vía renal y las más grandes a través del 
sistema retículo endotelial. La recomendación en cuanto a la dosis es no 
sobrepasar los 20 ml/kg de peso en 24 horas, para evitar que se altere la función 
plaquetaria y de otros factores de la coagulación, lo cual representa su mayor 
efecto secundario. Otros efectos indeseables, pero con una mínima incidencia, son 
las reacciones anafilácticas y la alteración renal. 
Los dextranes son coloides que consisten en la mezcla de polímeros de 
glucosa de diversos pesos moleculares. Comercialmente se presentan como 
dextrán 70 y dextrán 40. El dextrán 70 tiene un peso molecular promedio de 
14 
 
70.000 daltons, que oscila entre 25.000 y 125.000, y se presenta en solución al 6% 
en solución salina. El dextrán 40 tiene un peso molecular promedio de 40.000 
daltons, que fluctúa entre 10.000 y 80.000, y se comercializa en solución al 10% de 
solución salina o en dextrosa al 5%. Una vez infundidos en el torrente sanguíneo, 
los dextranes tienen la propiedad de mantenerse allí por un mínimo de 3 horas y 
en un alto porcentaje hasta por 24 horas. Pueden recuperar líquido del espacio 
intersticial, promoviendo el aumento del volumen intravascular entre 1 y 1.5 veces 
lo infundido. El metabolismo de los dextranes depende también del tamaño de sus 
moléculas; las pequeñas se eliminan por el riñón y las grandes por el sistema 
retículo endotelial. Los dextranes pueden producir como efectos secundarios 
insuficiencia renal aguda, reacciones anafilácticas y trastornos de la coagulación 
tanto plaquetarios como del factor VIII. Por estos efectos, que se presentan con 
mayor frecuencia que con los almidones, tienen hoy poca utilidad clínica. 
Las gelatinas son coloides sintéticos que se obtienen a partir del colágeno 
bovino, el cual una vez procesado da como resultado grandes polímeros con un 
peso molecular homogéneo entre 30.000 y 35.000 daltons. Una vez en el torrente 
sanguíneo, las gelatinas permanecen por espacio aproximado de 3 horas. Su 
ventaja en la reanimación radica en que, por lo homogéneo del tamaño de sus 
partículas, su dinámica y eliminación son bastante predecibles. La principal vía de 
eliminación es renal. Existe la posibilidad de que se presenten reacciones 
anfilácticas, pero su incidencia es menor del 0.15%. No ocurren falla renal ni 
trastornos de la coagulación aún cuando se utilicen en grandes volúmenes. En 
general, las gelatinas son los coloides de elección por su fácil manejo, sus mínimos 
efectos secundarios y lo predecible de sus beneficios fisiológicos. Se recomienda 
usarlas en dosis de 1 a 1.5 veces el volumen del sangrado que se va a reponer. En 
conclusión, los coloides son una buena alternativa a los cristaloides en el manejo 
de las pérdidas agudas de sangre, a pesar de que, en general, son más costosos y 
tienen mayor posibilidad de dar efectos indeseables y a veces fatales, 
principalmente con los dextranes y en menor proporción con los almidones. La 
albúmina, así como el plasma, se reservan para objetivos terapéuticos muy 
específicos, no relacionados con la reposición de volumen. 
 
Pero ¿Qué buscamos lograr en la práctica clínica? Los objetivos concretos 
respecto a las soluciones son: 
-Brindar requerimientos basales de líquidos óptimos (cristaloides y electrolitos). 
-Mantener la normovolemia y estabilidad hemodinámica (coloides). 
-Compensación para el flujo de líquidos desde el intersticio y espacios 
intracelulares (cristaloides). 
-Mejorar el flujo sanguíneo en la microcirculación (coloides). 
-Mantener adecuada presión coloidosmótica (coloides). 
-Prevenir/moderar la activación de los sistemas de cascada y aumento de la 
coagulación inducida por trauma (coloides). 
-Garantizar adecuado transporte de oxígeno hacia las células tisulares (coloides y 
glóbulos rojos). 
-Promover la diuresis(cristaloides). 
 
 
 
 
15 
 
 
 
CONTROL Y ADMINISTRACIÓN DE LÍQUIDOS EN EL PERIODO PREOPERATORIO 
 
-Ayuno 
Los anestesiólogos tenemos mucho cuidado en asegurarnos de que los 
pacientes tengan un riesgo mínimo de aspiración del contenido gástrico durante la 
inducción de la anestesia. En los procedimientos electivos , tradicionalmente, se 
han suspendido los alimentos y los líquidos la noche previa a la operación. Puesto 
que el recambio de agua es mayor en los niños que en los adultos , el periodo de 
ayuno en los lactantes y en los niños pequeños se reduce según la edad. Además 
los pacientes pediátricos por lo general están despiertos y se les ofrece líquidos 
claros antes de ayunar, actualmente la práctica del ayuno estricto se ha 
modificado. No se ha observado diferencia en el volumen residual gástrico ni en la 
acidez en los niños en quienes se ha indicado el ayuno estándar en comparación 
con los que reciben líquidos claros 2 – 3hrs antes de la inducción. 
 
TABLA 5. LINEAMIENTOS PARA EL AYUNO EN NIÑOS Y ADULTOS. 
 TIEMPO DE AYUNO (hrs) 
EDAD SÓLIDOS LÍQUIDOS CLAROS 
Menos de 6 meses 4 2 
6 a 36 meses 6 3 
Más de 36 meses 8 3 
 
 
Aunque la necesidad del ayuno suele poder explicarse a la mayoría de los 
niños mayores y adultos, los lactantes y los niños pequeños tienen dificultad para 
entender éste requisito. El empleo más liberal de líquidos claros en el periodo 
preoperatorio inmediato reduce la frecuencia de deshidratación preoperatoria y 
posible hipotensión durante la inducción de la anestesia. Un posible beneficio 
adicional de los lineamientos de ayuno es que se compensan las dificultades que se 
originan en los niños estresados, irritables y en ayuno, además ofrecen una 
experiencia anestésica más humana tanto para los niños como para las familias. 
El déficit acumulado de líquidos como consecuencia del ayuno previo al acto 
quirúrgico, se calcula simplemente multiplicando las horas de ayuno por el valor 
del mantenimiento por hora del paciente y se repone también con soluciones 
cristaloides isotónicas. Salvo situaciones especiales en las que el ayuno ha sido tan 
prolongado que ha llevado al paciente a una deshidratación, el tiempo máximo de 
ayuno para calcular la reposición de líquidos se hace con base en 6 horas. 
 
Dado que el ayuno es una pérdida acumulada en varias horas, su reposición 
se hace de la siguiente manera: 
 
 
Primera hora de cirugía 50% de los líquidos calculados por ayuno 
Segunda hora de cirugía 25% de los líquidos calculados por ayuno 
Tercera hora de cirugía 25% de los líquidos calculados por ayuno 
 
 
16 
 
 
Si se calcula que la cirugía durará menos de tres horas, la reposición del 
ayuno se hará durante todo el transcurso de ésta y en forma proporcional. 
 
-Hidratación 
 El estado de hidratación del paciente , debe evaluarse durante en periodo 
preanestésico. Por lo cual es importante conocer su peso ya que si el paciente 
presenta una enfermedad la hidratación durante el transoperatorio puede 
estimarse calculando sus requerimientos hídricos en base a su peso ideal y real. Si 
se desconoce su peso, la hidratación se estima mediante lo siguiente: 
 
TABLA 6. RELACIÓN DE LOS DATOS FÍSICOS CON LA GRAVEDAD DE LA 
DESHIDRATACIÓN 
 
 
DATOS FÍSICOS PORCENTAJE DE DESHIDRATACIÓN 
Disminución en la turgencia de los tejidos 
(p. Ej., boca seca) 
5 
Taquicardia, oliguria 
(en neonatos Fontanelas hundidas) 
10 
Globos oculares hundidos, hipotensión 15 
Coma 20 
 
 
En condiciones ideales, a los pacientes deshidratados se les debe rehidratar 
antes de la inducción anestésica. La tasa de restitución de líquidos y electrólitos 
depende de la gravedad de la deshidratación y del desequilibrio electrolítico. Se 
requieren aproximadamente 10 ml de líquido por kilogramo de peso corporal para 
compensar casa 1% de deshidratación. El tipo de líquido para la restitución 
depende de la necesidad de electrolitos del paciente. 
 
-Desequilibrios electrolíticos 
 Además de reponer los líquidos de mantenimiento y compensar las 
pérdidas electrolíticas , es necesario corregir las deficiencias hidrometabólicas 
anormales. Se utiliza la siguiente fórmula para corregir parcialmente las 
deficiencia electrolíticas: 
 
(CD – CA) x (peso en kilogramos) x 0.3 = mEq requeridos 
 
En la que CD es igual a la concentración deseada y CA es igual a la concentración 
real ( en miliequivalentes por litro) 
 Por ejemplo , si los valores de potasio son de 2.5 mEq/l y la concentración 
deseada es de 4.0 mEq/l los miliequivalentes que se requieren se calcularían de la 
siguiente manera: 
 
(4.0 mEq/l – 2.5 mEq/l) x 10 kg x 0.3 = 4.5 mEq 
 
 
 
17 
 
 
-Acidosis metabólica 
La acidosis metabólica se caracteriza por un aumento en el ácido o una 
perdida de bicarbonato en el líquido extracelular. Entre sus causas se encuentran 
diarrea, vómito prolongado con deshidratación grave, cetoacidosis diabética, 
insuficiencia renal, hipoxemia y ayuno. Un déficit de base mayor de 10 mEq/L 
necesita corrección tanto de la acidosis como de la causa subyacente. El 
tratamiento se inicia administrando bicarbonato de sodio (1-2 mEq/kg) el 
tratamiento con bicarbonato adicional se ajusta de acuerdo con los valores del 
bicarbonato sérico del paciente. es necesario volver a evaluar el estado ácido 
básico después del tratamiento inicial, y ajustar el tratamiento adicional con el 
bicarbonato para evitar una sobredosificación. 
 
-Alcalosis metabólica 
La alcalosis metabólica se caracteriza por la perdida del ácido en el líquidos 
extracelular, o por un aumento de la base (p. Ej bicarbonato). Entre las causas de la 
alcalosis metabólica esta vomito de contenido gastrointestinal, perdida de ácido 
gástrico por aspiración, o administración de un exceso de bicarbonato, lactato , 
citrato o acetato, y aldosteronismo primario. La evolución clínica usual en los 
pacientes con estenosis política hipertrófica consiste en vomito en proyectil poco 
después de recibir alimento, el resultado es la pérdida de agua e hidrógeno, cloruro 
de sodio y potasio del estomago.Para mantener el equilibrio ácido básico cuando la 
alcalosis se vuelve grave los riñones secretan potasio en intercambio por 
hidrógeno. A medida que ocurre depleción de las reservas de sodio, se 
intercambian potasio e hidrógeno por sodio, sobreviene una alcalosis metabólica 
hiperclorémica e hipocalémica. La acidosis metabólica es consecuencia de la 
deshidratación y la hipoperfusión en los casos graves. la deshidratación y los 
desequilibrios electrolitos deben corregirse antes de la intervención quirúrgica. 
 
-Hiponatremia 
Se presenta hiponatremia (sodio sérico menor de 130 mEq/L) cuando se 
administra líquido libre de electrolitos para compensar la perdida de líquidos 
contienen sodio o cuando la cantidad de agua que se administra sobrepasa a la 
pérdida de la misma. 
Algunas causas de hiponatremia son vómito, oliguria, síndrome nefrótico, 
secreción inadecuada de hormona antidiurética, ascitis, administración excesiva de 
líquidos libres de sodio (soluciones glucosadas) disminución de las pérdidas 
insensibles, desplazamiento del sodio del líquido extracelular (p.ej en septicemia) 
y liberación de un exceso de agua del líquido extracelular (p.ej desplazamiento de 
líquido después de una cirugía). En general no se deben administrar soluciones de 
glucosa al 5% en pacientes pediátricos a menos que se vigilen estrechamente las 
concentraciones serias de sodio. Los lactantes tienen particular propensión a la 
hiponatremia por que sus riñones tienen menor capacidad para conservar sodio. 
Aunque una natremia mayor a 120 mEq/l raras veces produce síntomas 
neurológicos , una inferior a éste valor puede dar lugar a convulsiones o coma, a 
consecuencia del edema cerebral ocasionado por un gradiente osmótico entre el 
tejido cerebral y la sangre (es decir una concentración intracelular de sodio 
normal, pero una extracelular baja). Cuando es necesario volver a evaluar el estado 
ácido básico después del tratamiento inicial y ajustar el tratamiento adicional con 
18 
 
bicarbonato para evitar una sobredosificación. 
El tratamiento farmacológico de las convulsiones no suele dar resultados en 
esta circunstancia. Si el paciente se encuentra hiponatrémico por exceso de agua 
libre de sodio, la corrección implica administrar un diurético (para aumentaren 
forma de agua la concentración seria de sodio, y detener las convulsiones). Cuando 
un paciente está hipovolémico no se administran diuréticos. La corrección rápida 
de la hiponatremia se ha asociado a lesión neurológica grave , específicamente a la 
mielinólisis pontina central. Sin embargo , en la actualidad hay datos que sugieren 
que las lesiones observadas de hecho guardan relación con la hipoxemia 
concomitante y no con la rapidez con la que se corrige la hiponatremia. Se debe 
administrar solución salina hipertónica (3%) con lentitud a razón de 1-2 ml/kg 
durante 20 a 30 min; esto suele bastar para suprimir las convulsiones. Una vez que 
ceden éstas, se reduce la rapidez de la administración de la solución salina 
hipertónica de manera que las concentraciones séricas de sodio aumenten a cerca 
de 125 mEq/L durante las siguientes 6 a 8 hrs. A partir de entonces se suspende la 
solución salina hipertónica y se administra solución salina normal (0.9%) durante 
las siguientes 24 a 48 hrs hasta que se normalice la concentración sérica de sodio. 
Se puede estimar el déficit de sodio según la siguiente fórmula: 
 
(Sodio ideal – Sodio sérico) x 0.6 por peso (kg) 
 
Y un método más rápido para calcular el déficit de sodio sería el siguiente: 
(Sodio ideal – Sodio sérico x pedo (kg) = mililitros de solución salina al 3% 
 
Con las dos fórmulas el tratamiento inicial consistiría en administrar 1-2 ml de 
solución salina al 3% por kg de peso , en un lapso de 20 a 30 min , para controlar 
las convulsiones, la solución restante se administra en las siguientes 6 a 8 hrs para 
aumentar la concentración sérica de sodio cerca de 125 mEq/L , un valor que 
difícilmente se asocia a síntomas que pongan en peligro la vida. 
 
-Hipernatremia 
 La pérdida desproporcionada de agua en comparación con la de sodio da 
lugar a deshidratación hipernatrémica. Las causas de éste problema son fiebre, 
diarrea, exceso de administración de sodio, diabetes insípida, sudoración excesiva, 
diuréticos osmóticos y vómito persistente. Los síntomas neurológicos por lo 
general no se presentan hasta que la concentración sérica de sodio llega a 165 
mEq/L . La hipernatremia (valor sérico de sodio mayo a 150 mEq/L) se corrige con 
lentitud para evitar edema cerebral, ya que a diferencia de otros tejidos corporales 
en los cuales el equilibrio de agua y electrolitos es casi instantáneo , en el cerebro 
se requieren 6 a 8 hrs para que se equilibre el sodio. El resultado es la extracción 
de agua del compartimiento intersticial del cerebro y una disminución en la 
presión del líquido cefalorraquídeo. Por lo tanto , la hipernatremia debe corregirse 
en el curso de algunas horas. No obstante , si el paciente tiene deshidratación grave 
o se encuentra en estado de choque , será indispensable la corrección más rápida 
del volumen con solución de Ringer lactato o albúmina al 5% . Una vez que se 
restablece el volumen sanguíneo circulante y la perfusión renal comienza a 
producir orina , se administran glucosa al 5% en un cuarto de solución salina 
normal durante las siguientes 24hr. Hay que evitar la corrección rápida con 
soluciones libres de electrolitos , por el riesgo de edema cerebral y convulsiones. 
19 
 
 
-Hipocaliemia 
 La hipocaliemia puede deberse a trastornos diferentes como vómito 
persistente, diarrea y tratamiento crónico con diuréticos. Una concentración sérica 
de potasio de menos de 2.5 mEq/L probablemente debe corregirse antes de la 
anestesia para reducir la posibilidad de arritmias cardiacas. Puesto que la 
concentración sérica de potasio refleja sólo una pequeña porción del potasio total 
del organismo ( y hay mas potasio intracelular que extracelular), un déficit de 
potasio por lo general se corrige en un lapso de 8 a 12 hr, a menos que se requiera 
una corrección urgente. Cuando es necesario esto último, se pueden administrar 
potasio a una velocidad no mayor de 1 mEq/kg/hr. En esta situación , se vigila 
estrechamente el electrocardiograma y el gasto urinario. Una disminución en el 
gasto urinario a enos de 0.5 ml/kg/hr o un cambio en electrocardiograma (ondas T 
acuminadas) pueden requerir que se suspenda la administración de potasio. La 
medición frecuente de las concentraciones séricas de potasio y el ajuste 
correspondiente en el tratamiento , evitaran la sobredosis de éste catión. 
 Cuando existe hipocloremia junto con hipocaliemia (p. Ej., Estenosis 
pilórica) es posible que el déficit de cloruro tenga que resolverse antes de que se 
corrija el de potasio. Esto se lleva a cabo administrando solución salina normal 
(cloruro de sodio al 0.9% mientras se reemplaza el potasio). 
 
-Hipercaliemia 
 La administración excesiva de potasio , la acidosis grave, la insuficiencia 
renal , el hiperaldosteronismo y la necrosis tumoral dan lugar a la hipercaliemia. El 
tratamiento se instaura sin demora cuando la caliemia aumenta a más de 6 mEq/L. 
Se debe suspender de inmediato el tratamiento de la administración de potasio, 
vigilando continuamente el electrocardiograma, y el tratamiento inicial se dirige a 
la revisión de las manifestaciones cardiacas de la hipercaliemia. El bicarbonato 
sódico (1 a 2 mEq/kg) y la hiperventilación favorecen la alcalosis , de manera que 
ocurren desplazamientos agudos del potasio hacie el espacio intracelular; el 
cloruro de calcio (5 mg/kg) o el gluconato de calcio (15 mg/kg) compensan 
agudamente los efectos cardiacos de la hipercaliemia. Adviertase que si el paciente 
no responde a esta dosis inicial de calcio(es decir , si continúan las mismas 
arritmias potencialmente mortales) habrá que administrar mayores dosis de éste 
elemento. Al parecer las dosis equielementales de cloruro de calcio y de gluconato 
de calcio son eficaces. Algunos pacientes requieren más de 50mg/kg de cloruro de 
calcio para corregir el episodio de taquicardia ventricular consecutiva a 
hipercaliemia. Después de este tratamiento inicial , la insulina ( 1U/ kg) y la 
glucosa (1gr/kg) aumentan mas el desplazamiento intracelular de potasio. 
Después de estas medidas iniciales hay que reducir los valores totales de potasio. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
20 
 
 
CONTROL Y RESTITUCIÓN DE LÍQUIDOS EN EL TRANSOPERATORIO 
 
 El objetivo del tratamiento con líquidos en el periodo transoperatorio 
consiste en corregir cualquier déficit preoperatorio , pérdida de líquido de 
mantenimiento, pérdidas electrolíticas transoperatorias y pérdida de sangre. 
 Durante los procedimientos quirúrgicos en los que hay una mínima pérdida 
de sangre en la mayor parte de los pacientes el equilibrio hidroelectrolítico se 
mantiene con Ringer lactato, en los procedimientos más prolongados , puede ser 
necesaria la administración de glucosa al régimen de líquidos. Se deben medir las 
concentraciones séricas de glucosa y electrolitos en todos los procedimientos 
quirúrgicos y revisar correspondientemente el tratamiento con líquidos. 
 
CORRECCIÓN DEL DÉFICIT Y RESPOSICIÓN DE LÍQUIDOS DE MANTENIMIENTO 
 
-REPOSICIÓN DE VOLUMEN PARENTERAL POR PROGRAMA 
 
Este controvertido tema ha tenido aceptación universal a partir de los 
conceptos tanto de programa para reposición promovido por el Hospital de 
Massachusetts, conocido el esquema de Holliday- Segar aplicado en México desde 
1987, como por las técnicas de hemodilución intencionada normovolémica. 
 
A) Programa de reposición de líquidos metabólicos horarios. 
Cálculo de requerimientos de líquidos basales por hora: 
Primeros 10 kg de peso- 4 mL/kg. 
Segundos 10 kg de peso- 2 mL/kg del kg 
21 en adelante- 60 mL más 1 mL por cada kg que pase de 20 kg. 
Otros esquemas propuestos para la reposición hídrica: 
 
CUADRO 1. GUÍA PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LÍQUIDOS SEGÚN LAS 
NECESIDADES CALÓRICAS PROMEDIO EN PACIENTES HOSPITALIZADOS 
(HOLLIDAY, SEGAR) 
 
 
Peso corporal (kg) Gasto calórico expresado en mL/kg/día 
3-10 100 
10-20 1000 + 50 por casa kg arriba de los primeros 10 kg 
>20 1500 + 20 por cada kg arriba de los 20 kg 
 
 
CUADRO 2. GUÍA PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LÍQUIDOS EN PROCEDIMIENTOSQUIRÚRGICOS NO COMPLICADOS 
 
Peso corporal 
(kg) 
Líquidos de mantenimiento (mL/hr) Para reposición de ayuno 
(mL) 
0-10 4 mL/kg/hr 4 mL x hrs de ayuno* 
10 -20 40 mL + 2 mL/kg/hr arriba de los 
primeros 10 kg 
2 mL x hrs de ayuno* 
>20 60 mL + 1 mL/kg/hr arriba de los 20 kg 1 mL x hrs de ayuno* 
 
21 
 
La cantidad total se divide entre las horar de cirugía , habitualmente la ½ se 
administra en la primera hora, y ¼ , ¼ en las horas siguientes. 
 
CUADRO 3. GUÍA PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LÍQUIDOS TRANSOPERATORIOS 
(FREDERIC BERRY) 
1. Primera hora** 25 mL/kg en niños <3 años 
15 mL/kg en niños >4 años 
2. A partir de la 2ª 
hora 
Mantenimiento ** Trauma Total 
4 mL/kg +2 mL/kg leve 6 mL/kg/hr 
4 mL/kg +4 mL/kg 
moderado 
8 mL/kg/hr 
4 mL/kg +6 mL/kg severo 10 mL/kg/hr 
3. Reemplazo de 
sangre 
1:1 Con soluciones 
cristaloides 3:1 
 
 ** Solución de Dextrosa o Ringer lactato 
 
 
B) Cálculo del déficit de líquidos. 
 
A partir de la hora de ayuno y del trauma. Sólo se calculará el déficit de las 
últimas 4 h de ayuno, según sus requerimientos metabólicos basales ya que son las 
que pueden influir sobre el espacio intravascular, de tal manera que se determina 
el déficit por hora, multiplicando por el número de horas de ayuno no más de 
cuatro durante las cuales no haya habido reposición de líquidos, si hubo reposición 
se deberán restar. Para completar este déficit deberá sumarse a partir de la hora 
en que se estableció el trauma, el tercer espacio abierto por él desde 5 mL/kg/ 
hora, hasta 10 mL/kg/hora dependiendo de la magnitud y extensión por daños 
intracavitarios, con cavidad abierta o lesiones con tejido expuesto no 
necesariamente en alguna cavidad, no tomando en cuenta el inicio de la cirugía, 
pensando que el tercer espacio está dado a partir del inicio del trauma hasta el 
momento en que se inicia el procedimiento anestésico-quirúrgico. Se deberá 
sumar el gasto urinario horario. Finalmente las pérdidas visibles tal como 
sangrado y sondas (pleurostomía, nasogástrica, etc.) corrigiendo en todo momento 
de acuerdo al volumen de aporte por restitución de acuerdo a su terapéutica de 
soluciones establecida por su servicio tratante previamente. Todo este cálculo 
suma una sola variable en su programa, denominándose déficit de líquidos. 
 
C) Cobertura del tercer espacio 
 
A partir de la primera hora de cirugía deberá establecerse además de las 
pérdidas dadas previamente e incluidas en el déficit el cálculo de un tercer espacio 
agregando al del trauma, el quirúrgico por hora de cavidad abierta y por extensión. 
El tipo y localización de la cirugía determinarán la magnitud de estas 
pérdidas, las cuales en general oscilan entre 0 y 10 ml por kilogramo de peso y por 
22 
 
hora de cirugía. Aunque el cálculo de estas pérdidas también es subjetivo, se tiene 
una referencia sobre su reposición de acuerdo con el tipo de cirugía, así: 
 
Laparotomía 10 ml por kg de peso por hora de cirugía 
Toracotomía 5 a 10 ml por kg de peso por hora de cirugía 
Esternotomía 10 ml por kg de peso por hora de cirugía 
Cirugía abdominal baja 3 a 5 ml por kg de peso por hora de cirugía 
 
Las cirugías oftalmológica, otorrinolaringológica, ortopédica menor y otras 
no requieren reposición de pérdidas por tercer espacio. 
En general, el médico encargado hará un análisis objetivo previo al 
procedimiento quirúrgico y durante él dictaminará el valor asignado a esta 
pérdida, la cual se puede reponer con soluciones cristaloides isotónicas. 
 
D) Diuresis horaria 
 
Ya sea que se cuantifique directamente por una sonda vesical instalada o se 
realice un cálculo por gasto urinario horario, cuyo valor en los niños sería de 0.5 – 
1 mL/kg/hr y en un adulto sano pudiera ser de 0.8-1 mL/kg/hora. 
 
E) Sangrado 
 
En general todo procedimiento quirúrgico implica la pérdida de sangre, 
generalmente secundaria a la disección de tejidos que hace el cirujano o al 
sangrado anormal como consecuencia de accidentes vasculares transoperatorios o 
por un estado anormal de la coagulación. La reposición de estas pérdidas con 
líquidos debe hacerse de acuerdo con las consecuencias hemodinámicas y de 
oxigenación que tenga el sangrado; si es necesario se corrigen con transfusiones de 
productos sanguíneos específicos. 
Las pérdidas sanguíneas transoperatorias se pueden reponer con 
soluciones cristaloides o coloides. Las soluciones cristaloides isotónicas como la 
solución salina normal o Ringer lactato se distribuyen proporcionalmente en el 
compartimiento extracelular; al cabo de 20 a 30 minutos solamente permanece en 
el espacio intravascular entre el 25 y el 30 % de la cantidad infundida, lo cual 
implica que para compensar en forma adecuada una pérdida sanguínea se debe 
reponer con tres a cuatro veces su volumen en soluciones cristaloides isotónicas. 
Las soluciones hipotónicas tales como las compuestas por agua y dextrosa 
tienen poca utilidad para este fin, ya que aproximadamente un 66% de ellas se 
distribuyen en el espacio intracelular ; en el espacio intravascular y queda, luego 
del equilibrio, menos del 10% de la cantidad infundida. Las soluciones salinas 
hipertónicas tienen utilidad en el manejo agudo del choque hipovolémico, pero no 
en el caso de reposición del sangrado normal transoperatorio. Los coloides como 
las gelatinas, los dextranes y los almidones pueden utilizarse también para reponer 
pérdidas sanguíneas del acto quirúrgico, pero en volumen igual al de la sangre 
perdida, ya que por su tamaño molecular permanecen en una alta proporción en el 
espacio intravascular. Comparativamente, las soluciones cristaloides y coloides 
ofrecen iguales beneficios en el momento de reponer las pérdidas de volumen 
secundarias al sangrado quirúrgico. 
23 
 
El cálculo del sangrado transoperatorio es una de las metas del 
anestesiólogo ; es una tarea difícil en vista de que el juicio clínico puede ser muy 
inexacto en esta situación. En cirugía se han utilizado métodos subjetivos de 
evaluación, tales como el número y peso de las gasas empapadas de sangre, la 
cuantificación de la sangre del aspirador del campo quirúrgico y el cálculo 
subjetivo por parte del cirujano. 
En general la vigilancia hemodinámica estricta del paciente mediante la 
clínica es más importante que una cifra dada de volumen de sangrado, a pesar de 
que existen directrices sobre el nivel mínimo de hemoglobina y hematocrito que 
tolera un paciente en un procedimiento quirúrgico específico. De todas maneras, si 
el sangrado ha afectado la oxigenación de los tejidos y la estabilidad 
hemodinámica, se debe plantear rápidamente la necesidad de una transfusión 
sanguínea, para complementar el manejo inicial realizado con soluciones 
cristaloides o coloides. 
 
F) Otras pérdidas visibles 
 
Éste concepto alude a las pérdidas que ocurren como consecuencia de una 
alteración de las condiciones fisiológicas tales como el vómito, la diarrea, las 
fístulas de intestino a piel, las colostomías, las sondas a tórax, etc. La reposición de 
estos líquidos se hace preferiblemente antes de comenzar el acto anestésico o 
durante la primera hora de éste, con soluciones cristaloides de acuerdo con la 
tonicidad del líquido perdido, teniendo en cuenta que hay líquidos corporales 
como la saliva que son hipotónicos y que la cuantificación de estas pérdidas se 
hace en forma subjetiva pero lo más aproximada posible con el fin de compensar 
adecuadamente al paciente antes del acto operatorio. 
 
G) Otras pérdidas no visibles 
 
El síndrome febril asociado puede incrementar en forma aparatosa las 
pérdidas, hasta 5 mL por cada grado centígrado, el circuito de ventilación, si es 
circular semicerrado, podría incrementar 2 mL/kg/ hora, si es semiabierto de 3 
mL/kg/hora, dependiendo del flujo de gases frescos hasta 5 mL/kg/hora, que 
deberá sumarse a sus requerimientos horarios, en resumen: Esta designación de 
variables deberá ser registrada en la hoja de transanestésico.24 
 
CONTROL Y RESTITUCIÓN DE LÍQUIDOS EN EL PERIODO POSOPERATORIO 
 
 Durante el periodo posoperatorio inmediato , se administran líquidos 
intravenosos para poder reponer liquido de mantenimiento, y compensar la 
pérdida hacia el tercer espacio, y las pérdidas de sangre menores. La pérdida de 
líquido al tercer espacio durante el periodo de recuperación depende de la 
magnitud del procedimiento quirúrgico. En los procedimientos con mínimas 
pérdidas al tercer espacio , la glucosa al 5% en solución salina al 0.2% con 20 
mEq/L de potasio, suele satisfacer la cantidad necesaria de líquidos y electrolitos 
en la mayoría de los pacientes. Determinados procedimientos quirúrgicos (p. Ej., 
reparación de gastrosquisis u onfalocele) puede dar lugar a secuestro de un gran 
volumen de líquido hacia el tercer espacio durante varios días. En estos casos se 
requieren considerables líquidos y electrolitos (p. Ej., solución de Ringer lactato) 
para compensar la pérdida hacia el tercer espacio. Los aumentos significativos en 
la cantidad requerida de líquidos en el posoperatorio se presentan en casos en que 
implican drenaje gástrico posoperatorio , fístulas con gasto, derrames pleurales, 
drenajes peritoneales, sondas torácicas, hemorragia posoperatoria o fiebre. 
Después de procedimientos cardiacos o neuroquirúrgicos puede estar indicada la 
restricción de líquidos y sal. La composición del líquido intravenoso y la tasa de 
administración , deben ajustarse a las necesidades de cada paciente. 
 
DISPOSITIVOS PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LÍQUIDOS 
 
 Para evitar la sobrecarga accidental de volumen , la cantidad de líquido 
intravenosos disponible para el paciente en cualquier momento no debe 
sobrepasar la cantidad horaria necesaria, calculada para el mismo. Una bomba 
volumétrica limita la cantidad de líquido disponible para su administración; un 
equipo de administración de microgoteo limita la tasa de administración de 
líquido, mientras que una bomba de venoclisis proporciona el método más preciso 
para regular la tasa de administración. Si bien dichas bombas son muy útiles, 
pueden obstaculizar la capacidad para administrar medicamentos con rapidez. A 
veces es más fácil ajustar la tasa de administración de líquido con el regulador de 
un equipo de venoclisis , que utilizar una bomba. Otra opción que permite emplear 
una bomba es adaptar otra infusión en el equipo de venoclisis conectado a la 
bomba. Si el límite superior de una bomba de venoclisis es menor que la tasa que 
se requiere para compensar las pérdidas de líquido , la bomba no se debe utilizar. 
 
VIGILANCIA 
 
 Si bien los lineamientos propuestos para la administración de líquidos por 
lo general son aplicables a muchos pacientes cada paciente debe atenderse de 
forma individual. El equilibrio de líquidos puede vigilarse y el tratamiento debe 
ajustarse mediante la vigilancia sistemática de las siguientes constantes durante 
todos los procedimientos anestésicos: ritmo y frecuencia cardiaca, ruidos 
respiratorios, presión arterial, electrocardiograma, saturación de oxígeno, dióxido 
de carbono al final de la espiración , temperatura corporal y coloración de la piel. 
 
 
 
25 
 
ANALISIS Y DISCUSIÓN 
 
Para integrar un registro del balance transoperatorio que pudiera incluir 
todos los aspectos mencionados anteriormente, se revisaron 717 expedientes, de 
pacientes intervenidos quirúrgicamente, en el periodo correspondiente a los 
meses de marzo a junio del 2012, donde se aplicó el formato de recolección de 
datos a continuación se anexa. 
 
TABLA 7. FORMATO ÚNICO DE RECOLECCIÓN DE DATOS 
 
 
SOCIEDAD DE BENEFICENCIA ESPAÑOLA I.A.P. 
TESIS: 
 
IMPORTANCIA DEL BALANCE HÍDRICO Y SUS IMPLICACIONES 
DURANTE LA ANESTESIA 
LLENAR EL ESPACIO SEGÚN CORRESPONDA. 
 
SIGLAS 
EDAD 
GÉNERO FEMENINO MASCULINO 
TIPO DE CIRUGÍA URGENCIA ELECTIVA 
 ABIERTA LAPAROSCÓPICA 
ASA 
ANESTESIA: GENERAL 
 REGIONAL 
 LOCAL/SEDACION 
CUENTA CON BALANCE HÍDRICO SI NO 
TIPO DE BALANCE HOLLIDAY - SEGAR 
 
 
 BERRY 
 
 
NO ESPECIFICADO 
 
 
NO CUENTA 
 
 
DURACIÓN DE LA CIRUGÍA 
 
26 
 
 
En el Presente trabajo, se realizo la recolección de datos referentes al 
balance hídrico transoperatorio, tratando de investigar si existe un balance 
estándar que se realice por la mayoría de los anestesiólogos, revisando del 
expediente los siguientes datos: 
 
Se revisaron 717 expedientes de pacientes adultos, en donde encontramos 
que la distribución por edad fue de 20-30 años: 10%, 30-40 años: 15%, 40-50 
años: 14%, 50-60 años: 26%, 60-70 años:20%, 70-80 años:15%, 80 o mas:10%. 
 
 
0% 
5% 
10% 
15% 
20% 
25% 
30% 
20 -30 años 30-40 años 40-50 años 50-60 años 60 - 70 años 70-80 años 80 años o más 
10% 
15% 14% 
26% 
20% 
15% 
10% 
P
O
R
C
E
N
T
A
J
E 
 
EDAD EN AÑOS 
PORCENTAJE DE PACIENTES POR GRUPO DE EDAD 
 
 
 
En cuanto al Genero encontramos 57% Femenino y 43% al Masculino, a la 
valoración de ASA, 45% para ASAI, 48% ASA II, 8% ASA III, 1% ASA IV, y ASA V y 
VI no tuvimos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
FEMENINO
57%
MASCULINO
43%
PORCENTAJE DE PACIENTES POR GÉNERO
27 
 
 
V 
IV 
III 
II 
I 
0% 
1% 
8% 
48% 
45% 
PORCENTAJE 
A
S
A 
PUNTUACIÓN DE ASA 
 
 
 
 
 
Referente al Tipo de Cirugia el 73% fue Electiva y 27% de Urgencia, 
teniendo un 81% de Cirugías Abiertas, por 19% Laparoscópicas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
73%
27%
TIPO DE CIRUGÍA
ELECTIVA
URGENCIA
28 
 
 
 
81% 
19% 
TÉCNICA QUIRÚRGICA 
ABIERTA LAPAROSCÓPICA 
 
 
 
El tipo de Anestesia fue General en un 60%, Regional 27%, y Local/Sedación 
en un 13%. 
 
 
 
GENERAL 
60% 
REGIONA L 
27% 
LOCAL/ SEDACIÓN 
13% 
TIPO DE ANESTESIA ADM INISTRADA 
 
 
 
 
Para Nuestro trabajo tomamos en cuenta con mayor relevancia los 
resultados siguientes: 
 
Se reviso en los expedientes, si se había realizado algún tipo de Balance 
Hídrico y de cual tipo, teniendo como resultado lo siguiente: 
 
En el 98% se realizo algún tipo de Balance hídrico, y solo en el 2% no se 
realizo algún tipo de registro al respecto. 
 
 
 
29 
 
 
 
 
 
El Esquema mas utilizado fue el de Holliday/Segar con un 68%, siendo para 
el esquema de Berry el 4%, el 2% No realizo ningún tipo de Esquema y el 26% 
realizo un balance hídrico que no se apegó a ningún esquema en especial. 
 
 
 
0% 
10% 
20% 
30% 
40% 
50% 
60% 
70% 
HOLLIDAY-SEGAR BERRY NO ESPECIFICADO NO REALIZÓ 
68% 
4% 
26% 
2% 
P
O
R
C
E
N
T
A
J
E 
TIPO DE BALANCE 
TIPO DE BALANCE UTLIZAD O 
 
 
 
 
Se observo de manera muy clara que aunque se llego casi al 100% de 
balances reportados, no existe un estándar al que la mayoría de los anestesiólogos 
se refieran cuando realizan de rutina su Esquema de líquidos para utilizar de 
manera cotidiana, del día a día y en la mayoría de las cirugías. 
 
 
 
 
30 
 
La reposición de líquidos intravenosos durante la cirugía, mediante la 
infusión de cristaloides, coloides o ambos, tiene la finalidad de restaurar y 
mantener un volumen circulante, para evitar la aparición de hipotensión e 
hipoperfusión orgánica regional, más frecuente en pacientes deshidratados o 
hipovolémicos. La vasodilatación periférica durante la anestesia da lugar a un 
aumento de la capacitancia venosa, que atrapa gran cantidad de volumen 
circulante, y obliga a la administración de líquidos intravenosos. y, a veces, de 
fármacos vasoactivos, para evitar dicha hipoperfusión orgánica. 
 
Las fluctuaciones del volumen circulante durante el acto anestésico-
quirúrgico, bien de forma absoluta o relativa, dan lugar a alteraciones de la presión 
arterial que precisan tratamiento. Mientras que la hemorragia es la causa más 
frecuente de pérdida absoluta de volumen, los factores implicados en la pérdida de 
volumen relativa habitualmente dependen: del tipo de cirugía, de la patología 
asociada, de la acción de los fármacos anestésicos, de la realización de anestesia 
regional, de una reposición de líquidos intravenososinadecuada, de una alteración 
de la permeabilidad vascular, de la alteración de la función cardíaca y de estímulos 
del sistema nervioso autónomo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
31 
 
CONCLUSIONES 
 
¿Cómo una sutil diferencia en el balance hídrico genera un cambio tan 
grande en la homeostasis? La asociación plantea por sí misma otras interrogantes 
sobre si esta asociación se debe al balance hídrico. Con lo cual podemos inferir que 
debemos adoptar una conducta proactiva sobre el manejo de la reposición hídrica 
para mantener una adecuada perfusión orgánica, un concepto básico en el manejo 
de todo paciente. La evidencia actual sugiere que hay dos factores que es probable 
que influyan en la asociación entre la administración de líquidos y sus resultados, 
siendo estos el volumen administrado y el tiempo en el que se administra. 
La restitución hídrica debe de ajustarse a las necesidades de cada paciente 
de manera individual, lo anterior podría resumirse en un esquema simple, pero 
completo, amplio pero concreto, básico y estandarizado pero a su vez manejable 
para todos los anestesiólogos por las variables propuestas a continuación. 
 
 
 
 
CUADRO 2. PROPUESTA DE BALANCE HÍDRICO 
 
PESO kg AYUNO hrs EXP. QUIRÚRGICA mL/hrs HTC % VSE ml PSP ml 
 
HORA 1 2 3 4 5 6 7 8 
HORARIO 
EGRESOS 
Requerimientos 
básicos 
 
Ayuno 
Sangrado 
Pérdidas insensibles 
Exposición quirúrgica 
Diuresis 
Sistema 
TOTAL DE EGRESOS 
INGRESOS 
Sol. Hartmann 
Sol. fisiológica 0.9% 
Sol. Mixta 
Expansor 
Especificar: 
 
Concentrado 
eritrocitario 
 
Plasma fresco 
congelado 
 
Plaquetoféresis 
Sangre total 
Otros 
TOTAL INGRESOS 
BALANCE HÍDRICO 
TOTAL 
 
 
 
32 
 
Todo lo anterior es un resumen que engloba todo lo que está descrito en 
guías aceptadas de terapia de restitución hídrica. Sin embargo esto debe ser 
utilizado solo como guía pues no hay substitución alguna para el conocimiento de 
fisiología básica y para el criterio clínico. 
 
 El manejo adecuado de los líquidos en pacientes quirúrgicos se basa 
fundamentalmente en conocer las implicaciones fisiológicas de la pérdida de agua, 
ya sea como producto del metabolismo normal, de la propia cirugía, de estados 
patológicos previos o de accidentes y situaciones de urgencia. Las soluciones 
cristaloides y coloides tratan en cierta forma de corregir estas situaciones, 
suministrando un volumen de líquidos de composición similar a la del plasma o al 
menos de acuerdo con el déficit específico presentado. La planificación de estas 
pérdidas con anticipación a cualquier procedimiento quirúrgico, evitará las 
complicaciones propias de la hipovolemia y la anemia. 
 
De manera puntualizada en este trabajo quiero concluir lo siguiente: 
 
1. El uso racional de fluidos en cualquier tipo o clase de cirugía demanda un 
buen monitoreo y buena interpretación de la información dada por el 
mismo. 
2. Evitar utilizar la restitución hídrica como algo rutinario, para lo cual 
requerimos una planeación de la misma de manera adecuada e 
individualizada. 
3. El tratamiento preciso del estado ácido-básico y el equilibrio de líquidos y 
electrólitos puede limitar la morbilidad y mortalidad quirúrgicas. 
4. Debemos monitorizar y estar preparados para los efectos de una restitución 
hídrica intensa o excesiva. 
5. Corrección lenta, pero precisa de las alteraciones hidroelectrolíticas. 
6. Los requerimientos de líquidos y energía así como la corrección de déficits 
de líquidos extracelular pueden ser logrados por los cristaloides. 
7. Evitar las soluciones hipotónicas. 
8. La infusión de grandes volúmenes de cristaloides para corregir déficits 
intravasculares pueden causar edema, trastornos en la coagulación, y 
disfunción orgánica. 
9. Los déficits intravasculares deberían ser corregidos con coloides. 
10. Las restitución hídrica con soluciones coloides de manera excesiva puede 
ser peligrosa. 
11. Lo más razonable para procurar una estabilidad hemodinámica a lo largo de 
una anestesia es, en lo posible compartir soluciones (cristaloides y 
coloides), y así obtener las ventajas de ambas, evitando la infusión grandes 
cantidades, con conocimiento de sus posibles efectos deletéreos 
12. Conocer la indicación precisa del uso de sangre y sus derivados. 
13. Los problemas de coagulación usualmente ocurren cuando los factores de 
coagulación están diluidos por debajo del 30%. (tomando en cuenta que 
esto sucede antes en prematuros y neonatos). 
14. Para la corrección de la coagulación es necesario utilizar plasma fresco 
congelado y plaquetas. 
15. Los concentrados eritrocitarios deben ser utilizados por su capacidad para 
transportar oxígeno. 
33 
 
 
Estos fundamentos son parte del juicio clínico a la hora de decidir cualquier 
terapia con líquidos así como el momento de hacerle un seguimiento, siendo así la 
base del éxito del manejo de líquidos en el paciente quirúrgico. 
La Importancia del Balance de Hídrico en pacientes quirúrgicos se basa 
fundamentalmente en conocer las implicaciones fisiológicas, sus implicaciones 
anestésicas, propias de la cirugía, estados patológicos previos, trauma, y 
situaciones de Urgencia. Las soluciones perioperatorias, tratan de corregir estas 
situaciones, suministrando un volumen de líquidos de composición similar a la del 
plasma o al menos de acuerdo con el déficit específico presentado. 
La planificación de estas pérdidas con anticipación a cualquier procedimiento 
quirúrgico, evitará las complicaciones propias de la hipovolemia y la anemia. 
El juicio clínico a la hora de decidir cualquier terapia con líquidos así como en el 
momento de hacerle un seguimiento, es la base del éxito del manejo de líquidos en 
el paciente quirúrgico. 
Por Ultimo se considera de vital importancia el realizar una evaluación 
preanestesia y decidir de acuerdo al tipo de paciente, edad, patologías previas, 
estado hídrico, para decidir de acuerdo a las necesidades hídricas, el esquema de 
reposicion mas adecuado y que cubra de manera mas eficiente, los requerimientos 
individuales del paciente. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
34 
 
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