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DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN FACULTAD DE MEDICINA SOCIEDAD DE BENEFICIENCIA ESPAÑOLA, I.A.P. HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO DEPARTAMENTO DE ANESTESIOLOGÍA IMPORTANCIA DEL BALANCE HÍDRICO Y SUS IMPLICACIONES DURANTE LA ANESTESIA TESIS DE POSTGRADO QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: ESPECIALIDAD EN ANESTESIOLOGIA PRESENTA: DRA. JOCELYN SUE ALONSO BELTRÁN ASESOR: DR. JOSE LUIS REYES CEDEÑO MÉXICO, D.F. AGOSTO 2012 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 1 FIRMAS DE VALIDACIÓN Y RECONOCIMIENTO DEL DOCUMENTO DR. MANUEL ALVAREZ NAVARRO JEFE DE ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO DR. JOAQUIN OTHON SANCHEZ SANCHEZ JEFE DEL SERVICIO DE ANESTESIOLOGÍA HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO DR. JOSE LUIS REYES CEDEÑO ASESOR DE TESIS ANESTESIOLOGO ADSCRITO HOSPITAL ESPAÑOL DE MÉXICO DRA. JOCELYN SUE ALONSO BELTRÁN AUTOR 2 IMPORTANCIA DEL BALANCE HÍDRICO Y SUS IMPLICACIONES DURANTE LA ANESTESIA. ÍNDICE DEL CONTENIDO 1. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………….3 2. JUSTIFICACIÓN……………………………………………………………………..4 3. MARCO TERÓRICO……….………………………………………………………5 4. DISCUSION Y ANALISIS……………………………………………….…..….25 5. CONCLUSIONES……………………………………………………………….…31 6. BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………….….34 3 IMPORTANCIA DEL BALANCE HÍDRICO Y SUS IMPLICACIONES DURANTE LA ANESTESIA. INTRODUCCIÓN La administración de líquidos para una adecuada reposición hídrica, es parte integral del manejo de todo paciente quirúrgico, así como la elección del líquido en cualquier situación es motivo de debate. El entender la distribución corporal de los líquidos por compartimientos nos permite evaluar los déficits individuales en el paciente quirúrgico y así lograr reemplazar las pérdidas con el líquido adecuado para mantener un balance hidroelectrolítico óptimo. Una de las definiciones que presenta el Diccionario de la Real Academia Española expresa que: “Balance es el estudio comparativo de las circunstancias de una situación o de los factores que intervienen en un proceso, para tratar de prever su evolución”. En un ser humano , se puede aceptar que el “Balance” es el resultado de la comparación entre lo que ingresa al organismo o ganancia y lo que egresa o se pierde , en un periodo fijo de tiempo en el que se han efectuado los ajustes necesarios para mantener una relativa constancia del medio donde ocurren dichos cambios. La reposición de líquidos se inicia en los años 50 con los conceptos de Moore y Ball, además de otros conceptos como LeQuesne y Lewis, quienes demostraron que existía un período de oliguria postoperatoria, junto con retención de sodio y agua, para lo cual recomendaron de primera instancia la restricción de sodio y agua en el postoperatorio inmediato, en 1961 Shires y cols., señalaron la restricción del líquido extracelular durante y después de la cirugía y se habló por primera vez de la formación de un tercer espacio, el cual requería una reposición de líquidos para ese, conceptos completamente opuestos que generaron en aquella época gran polémica, sin embargo faltarían años de investigaciones para reconocer los volúmenes de los espacios involucrados. El manejo de líquidos en niños y adultos es muy diferente. Existen algunas guías aceptadas que han prevalecido aún con el paso del tiempo, otras deben ser cuestionadas por su veracidad y reevaluadas por su utilidad. Por lo anterior el conocimiento del manejo de los líquidos requeridos por el paciente que va a ser intervenido quirúrgicamente es de vital importancia para el anestesiólogo, ya que este aspecto tiene incidencia sobre la estabilidad hemodinámica durante el periodo preoperatorio, transoperatorio y en el posoperatorio. Además es necesario entender la fisiología y aplicar las bases que nos explican como se comporta el organismo tanto en condiciones normales como en el caso de las alteraciones producidas por la cirugía. El paciente que va a ser intervenido quirúrgicamente tiene altas probabilidades de sufrir trastornos en el equilibrio hidroelectrolítico , las causas pueden ser la cirugía misma, los déficits previos al procedimiento, el ayuno, o las enfermedades que impliquen pérdida anormal de agua. Por lo que se considera de vital importancia antes de cualquier procedimiento planear el manejo de líquidos intravenosos, teniendo en cuenta los siguientes aspectos : mantenimiento, ayuno , pérdidas patológicas, pérdidas por tercer espacio y sangrado. 4 JUSTIFICACIÓN Considerando que es imprescindible el buen manejo de líquidos en los periodos preoperatorio, transoperatorio y posoperatorio, es indispensable la planeación de la restitución hídrica, reconociendo las bases teóricas de la homeostasis y del equilibrio hidroelectrolítico, en condiciones normales y patológicas. Ésta decisión se tomará para contrarrestar los factores locales y sistémicos relacionados con la formación de un tercer espacio, con secuestro de líquidos fuera del intravascular e intersticial en un espacio que no participa en la homeostasis y que genera en el tejido atrapado en él, un cúmulo de sustancias tóxicas producto del metabolismo anaeróbico celular con depleción tisular de oxígeno, por otro lado la sustracción del territorio sistémico genera una restricción al volumen circulante, el cual puede estar disminuido por una pérdida real y que se debe reponer al momento oportuno. De ahí la importancia de aplicar los elementos prácticos para mantener un balance hidroelectrolítico normal. La administración de líquidos en el transoperatorio tiene como objetivo reponer el ayuno , aportar líquidos de mantenimiento y cubrir las pérdidas por tercer espacio. De tal forma que cuando se considere la reposición hídrica se cubran estos 3 aspectos, de igual importancia es anotarlo en el registro transanestésico para poder considerar la corrección de alteraciones que se puedan presentar de manera inesperada. Para esto se han descrito varios esquemas para calcular la reposición hídrica tanto en niños como en adultos. El objetivo principal es unificar los criterios que se describen en cada uno de los esquemas, y así proponer un solo registro que represente un balance completo el cual cuente con todas o la mayoría de las variables de vital importancia para poder tener un adecuado control de la resposición hídrica en todo momento de la cirugía. Para lo anterior la elección de la solución con la que debemos manejar al paciente se deberá basar principalmente en el tipo de cirugía a la cual será sometido (abierta o laparoscópica, electiva o de urgencia, neurocirugía, cirugía abdominal, cirugía ortopédica, etc.) verificar que contemos con las soluciones necesarias (cristaloides: isotónicos o hipertónicos, coloides: naturales o sintéticos, etc.) para así planear el ritmo de perfusión de acuerdo al esquema de balance hídrico a utilizar. De tal manera que se establezca una reposición hídrica adecuada, además de tener una monitorización del balancehídrico cada 30 minutos como mínimo, y dejar en claro cuales son los objetivos de nuestra reposición hídrica, que principalmente podríamos basar en la eficacia (medida por algunas variables que serían: presión arterial media >70 mmHg, frecuencia cardiaca <100 latidos por minuto, diuresis y signos clínicos normales, gases arteriales, ecografía, lactacidemia) y la seguridad (cuyas variables serían: presión venosa central, presión de la arteria pulmonar, edemas) de tal manera que dichos parámetros se adapten a cada paciente. 5 MARCO TEÓRICO La elección de un método racional para la reposición hídrica en los pacientes implica la comprensión de los cambios fisiológicos que se presentan durante el desarrollo. Tras una revisión de los cambios importantes que conlleva la maduración y que afectan al equilibrio hídrico se propondrán lineamientos para el control y restitución de líquidos. ASPECTOS RELACIONADOS CON EL DESARROLLO -Composición corporal La composición de la masa corporal total se modifica en un grado espectacular durante la gestación y durante toda la lactancia. La proporción de agua en el organismo guarda relación con la masa corporal magra , el contenido de agua es mayor en individuos delgados que en obesos. El agua constituye casi el 94% del peso del feto de 10 semanas de edad, 75% en el recién nacido de término , 65% en el niño de 12 meses y 55 a 60% en el adulto. FIG. 1 COMPOSICIÓN DE LA MASA CORPORAL TOTAL SEGÚN LA REPRESENTAN EL AGUA Y LOS SÓLIDOS CORPORALES. Volumen plasmático M em br an a ca pi la r Líquido intersticial M em br an a ce lu la r Líquido intracelular Sólidos Líquido extracelular Agua Masa corporal total El cambio en el contenido de agua del cuerpo que conlleva a la maduración se acompaña de una modificación en la distribución del agua corporal. El agua corporal total está dividida por una membrana capilar en dos compartimientos: el del líquido extracelular y el del líquido intracelular. En el neonato , el líquido extracelular representa 53% del agua corporal y casi 40% del peso corporal, en tanto que en el adulto representa un tercio del agua corporal y sólo cerca del 20% del peso corporal. En el neonato , el líquido intracelular constituye el 47% del agua corporal y representa 35% del peso corporal; en el adulto explica dos tercios del agua corporal y 40% del peso corporal. TABLA 1. COMPARTIMIENTOS LÍQUIDOS (% PESO CORPORAL) Y CAMBIOS EN EL VOLUMEN CON LA EDAD. Componente Prematuro Neonato Niño Adulto LEC 50 35 30 20 LIC 30 40 40 40 Plasma 5 5 5 5 Total 85 80 75 65 Donde podemos observar que el volumen plasmático permanece constante 6 en proporción al peso corporal. El líquido extracelular está dividido por una membrana capilar en dos compartimientos: el volumen plasmático y el volumen del líquido intersticial. En condiciones normales , esta membrana impide que las proteínas plasmáticas entren al líquido intersticial. El daño de la membrana capilar altera su permeabilidad y permite que las proteínas plasmáticas pasen hacia el líquido intersticial. Por lo general , las alteraciones en la composición de los diferentes compartimientos en el cuerpo se reflejan en un cambio plasmático , ya que el equilibrio de agua y de electrolitos implica el movimiento de diversos componentes entre los compartimientos. TABLA 2. COMPOSICIÓN DE LOS COMPARTIMIENTOS DEL LÍQUIDO CORPORAL Líquido extracelular Líquido intracelular Osmolaridad (mOsm) 290 -310 290 -310 Cationes (mEq/L) 155 155 Na+ 138 -142 10 K+ 4.0 – 4.5 110 Ca++ 4.5 -5.0 Mg++ 3 40 Aniones (mEq/L) 155 155 Cl- 103 HCO3- 10 HPO4-- SO4-- 3 110 PO4--- 6 Ácidos orgánicos 16 Proteínas 40 El sodio es el principal catión del líquido extracelular, en tanto que el potasio es el principal en el intracelular. El gradiente electrolítico entre los compartimientos se mantienen gracias a la bomba de sodio – potasio. Aunque difieren las composiciones hidroelectrolíticas del líquido extracelular y del intracelular , la osmolaridad es similar (290 a 310 mOsm/L). Un cambio en la osmolaridad de un compartimiento produce un desplazamiento del agua a través de la pared celular hasta que se igualan las osmolaridades de los compartimientos. La grasa corporal también afecta al equilibrio hídrico, con la maduración , aumenta el porcentaje de grasa corporal. La grasa representa cerca del 16% del peso corporal del recién nacido de término y casi el 23% del lactante de 12 meses. Por tanto la cantidad de aislamiento térmico en el niño varía según la edad. La cantidad limitada de grasa que proporciona aislamiento en el neonato de término, así como la gran área de superficie corporal en relación con el peso , los vuelve particularmente suceptibles a la pérdida de calor en un ambiente frío. El estrés por el frío normalmente produce un incremento en la tasa metabólica, tendiente a elevar la temperatura corporal. Esta respuesta metabólica intensificada da lugar a un aumento en las necesidades de líquido. 7 -Función renal En el recién nacido de término , la función renal todavía no madura. Ocurre una maduración rápida durante el periodo neonatal. Hacia las 44 semanas postconcepción la madurez renal es de una proporción de 89 a 90% .Después disminuye el ritmo de maduración , hasta cerca del primer año de edad, momento en que la función renal ya está madura. La tasa de filtración glomerular en el neonato corresponde sólo a entre 25 y 30% de la del adulto, y la función de los túbulos renales no es tan eficiente como en éste. Sin embargo , cuando se estimula a los neonatos con una carga moderada de líquidos durante periodos breves , puede aumentar el volumen urinario. La capacidad de los recién nacidos para concentrar la orina es incluso menos eficiente que su capacidad para disminuirla. Por consiguiente , la depleción de volumen puede dar lugar a problemas más graves que la carga de volumen. La excreción de sodio en presencia de una carga de este elemento y la conservación del mismo en situaciones de depleción, no son tan eficientes en los neonatos como en los adultos. En los primeros el equilibrio de este elemento guarda relación directa con su ingestión. La cantidad de sodio que se requiere para mantener su equilibrio guarda relación inversa con la edad gestacional. Por lo consiguiente , la administración de líquidos que no contienen sodio da lugar a hiponatremia con mayor facilidad en los pacientes pequeños que en los de mayor edad. -Función cardiovascular Los niños con una función cardiovascular normal por lo general tienen la capacidad de tolerar cargas de líquido moderadas por periodos breves. Los neonatos no toleran bien la administración de exceso de líquidos; la sobrecarga hídrica da lugar a insuficiencia cardiaca congestiva. El cierre tardío del conducto arterioso , en especial en los lactantes de pretérmino, puede atribuirse a una administración excesiva de líquido. Por lo general , la restricción de líquidos durante periodos breves también es bien tolerada por la mayoría de los niños sanos; sin embargo, la restricción prolongada de líquidos produce una depleción del volumen intravascular. La mayor tasa metabólica de los pacientes de menor edad , sobre todo lactantes, conlleva un mayor recambio de agua. Por consiguiente , los niños más pequeños son más suceptibles a la deshidratación. La restricción excesiva de líquidos no es bien tolerada por lactantes y niños pequeños. La deshidratación puede aumentar la posibilidad de hipotensión y colapso cardiovascular durante la inducción anestésica. Por tanto, tiene particular importancia reducir al mínimo el periodo de ayudo en lactantes y neonatos, mediante indicaciones de restricción en el momento apropiado. El mantenimiento del equilibrio hídrico es complejo en los niñoscon función cardiovascular anormal. Si se encuentran anomalías cardiacas congénitas, o si ocurre transición de la circulación intrauterina a la extrauterina, es necesario un ajuste preciso en el volumen y en la composición del líquido que se administra, para evitar insuficiencia cardiaca. 8 -Necesidades de líquidos de mantenimiento Se han utilizado muchas fórmulas para calcular la cantidad necesaria de líquidos de mantenimiento en los niños y adultos. Algunas se basan en el peso corporal, otras en el área de superficie corporal o en la tasa metabólica. Puesto que la cantidad necesaria de líquidos se modifica según la actividad (demanda metabólica) los cálculos de la cantidad necesaria que se basan en la tasa metabólica suelen ser mas exactos que los que se basan en el peso o en la superficie corporal. Un recién nacido de término en un ambiente térmico neutral tiene un gasto calórico basal de unas 32 kcal/kg/día durante el primer día de vida. A medida que aumenta la actividad del lactante , se incrementan los gastos calóricos. En los primeros tres a cinco días después del nacimiento ocurre una pérdida de peso, debido a que la ingestión calórica del recién nacido suele ser baja en comparación con el gasto calórico, y se excreta un exceso de agua libre. A medida que aumenta la ingestión , los balances de calorías, líquidos y electrolitos se vuelven positivos y aumenta el peso corporal. Con la maduración , los gastos basales de calorías aumentan a cerca de 100 kcal/kg/día. Holliday y Segar calcularon el gasto calórico en niños hospitalizados de diferentes pesos y estados de actividad. Los lactantes que pesan hasta 10 kg gastan 100 kcal/kg/día , los niños que pesan entre 10 y 20 kg utilizan 1000 calorías, más 50 kcal/kg/día por cada kilogramo mayor de 10 kg de peso, y los pacientes que pesan más de 20 kg queman 1500 kcal más 20 kcal/kg/día por cada kilogramo arriba de 20 kg de peso. La temperatura es un factor importante que afecta a la tasa metabólica y . por tanto al gasto calórico. Si la temperatura al aire ambiente es baja, la respuesta normal de los lactantes de término y pretérmino consiste en aumentar la producción de calor para mantener la temperatura corporal. Esta respuesta es proporcional al grado de estrés por frío; en ciertas condiciones, el metabolismo puede aumentar hasta dos o tres veces más que la tasa metabólica basal. Si no se puede mantener la temperatura corporal normal y sobreviene hipotermia, es de esperar que los gastos calóricos se reduzcan entre un 10 y 12% por cada grado centígrado inferior a la temperatura normal. En cambio en la hipertermia, incrementa en la misma cantidad el gasto calórico , por cada grado centígrado de elevación por arriba de la temperatura normal. También estados hiper o hipometabólicos afectan la cantidad calórica necesaria. Por ejemplo , el gasto calórico puede aumentar 25 a 75% por arriba de lo normal en pacientes hipertiroideos. La anestesia también disminuye el gasto energético. La ración hídrica diaria se puede estimar combinando los datos de los gastos calóricos con los del agua que se pierde por calorías quemadas. La pérdida total de agua normalmente es de 100 ml por cada 100 kcal gastadas o de 1 ml por cada caloría quemada. Por cada 100 kcal consumidas , aproximadamente 70 ml de agua se pierden en forma de orina, 30 ml a través de la piel, 15 ml por la respiración, y 15 ml a través del metabolismo. La pérdida gastrointestinal es mínima, excepto cuando resulta afectada por factores como vómito, diarrea, obstrucción intestinal o enemas (incluso los estudios radiográficos del intestino con medio de contraste) o la manipulación quirúrgica del intestino. 9 En los neonatos se pierde una cantidad significativa de agua a través de la piel , por su escaso espesor y la alta razón matemática entre el área de superficie y el peso corporal. La pérdida insensible de agua a través de la piel es inversamente proporcional a la edad gestacional. Si se requiere una temperatura alta de aire amiente para mantener el equilibrio térmico , aumenta la pérdida de agua a través de la piel. Sin embargo la cantidad de agua que se pierde depende de la humedad del aire ambiente , la saturación de éste disminuye la pérdida de líquidos. La combinación de datos sobre la pérdida normal de agua por calorías quemadas con los del gasto calórico de pacientes con diferentes pesos, determina la siguiente estimación respecto de la administración diaria de líquidos de mantenimiento: <10 kg 100 ml/kg/día 10 – 20 kg 1000 ml/kg/día más 50 ml/kg/día por cada kg arriba de los 10kg >20 kg 1500 ml/kg/día más 20 ml/kg/día por cada kg arriba de los 20kg Aunque los gastos de energía disminuyen en los pacientes bajo anestesia, la mayoría de los pacientes toleran el recibir líquidos de mantenimiento a una tasa calculada para pacientes despiertos no antesiados. El control del equilibrio hídrico suele facilitarse cuando se calcula la cantidad de líquidos por hora , ya que las condiciones que afectan el equilibrio hídrico se modifican constantemente durante el periodo perianestésico. La cantidad necesaria por hora de líquidos de mantenimiento puede calcularse dividiendo la administración diaria entre 24. TABLA 3. RELACIÓN ENTRE EL PESO Y LA CANTIDAD NECESARIA DE LÍQUIDOS DE MANTENIMIENTO POR HORA O POR DÍA NECESIDADES DE LÍQUIDOS DE MANTENIMIENTO PESO (kg) HORA DÍA Menos de 10 4 ml/kg 100 ml/kg 10 a 20 40 ml + 2ml/kg por cada kg por arriba de 10kg 1000 ml + 50 ml/kg por cada kg arriba de los 10 kg Más de 20 60 ml + 1 ml/kg por cada kg arriba de los 20 kg 1500 ml + 20 ml/kg por cada kg arriba de los 20 kg LIQUIDOS PARA RESTITUCIÓN INTRAVENOSA Además de calcular la tasa de administración de líquidos el anestesiólogo debe seleccionar el líquido adecuado. La selección respecto a la composición de la solución debe individualizarse según la cantidad necesaria de hidroelectrólitos (déficit, mantenimiento, y restitución de pérdidas) -Electrolitos Aunque para la administración de líquidos se dispone de soluciones que no contienen sal como Glucosa en agua al 5%, estas soluciones no deben utilizarse 10 indiscriminadamente, ya que pueden producir intoxicación hídrica e hiponatremia. Las pérdidas de líquidos por lo general se acompañan de pérdida de electrolitos; por tanto , el tratamiento con líquidos intravenosos debe incluir la reposición de electrolitos. Se deben administrar suficientes electrolitos para evitar que los riñones tengan que excretar o conservar grandes cantidades de electrolitos , a fin de mantener el equilibrio electrolítico. En la gran mayoría de los pacientes , se requieren aproximadamente 2.5 mEq de sodio , 2.5 mEq de potasio y 5.0 mEq de cloro por cada 100 ml de agua. Los neonatos tienen particular vulnerabilidad al desequilibrio electrolítico, requieren de sodio en su líquido intravenoso, debido a que la función renal inmadura limita su capacidad para retener sodio aun cuando se tenga hiponatremia, con la maduración , disminuye la cantidad necesaria de sodio. Los neonatos nacidos antes de las 36 semanas de gestación requieren 40 mEq/L de sodio para mantener el balance normal de sodio en tanto que los neonatos de término requieren 20 mEq/L. A pesar de la menor cantidad necesaria de sodio en pacientes de mayor edad , no deben recibir exclusivamente líquidos que no contengan este elemento . Los niños también requieren sodio y potasio , para compensar las pérdidas hidroelectrolíticas normales. El líquido de mantenimiento preoperatorio y las pérdidas de electrolitos deben compensarse mediante la administración con un cuarto de solución salina normal. Si el gasto urinario es adecuado ( ± 0.5 ml/kg/hr), se puede añadir potasio (16 a 20 mEq/L) a la solución intravenosa. Durante la anestesia o durante una intervención quirúrgica , por lo general se utiliza solución de Ringer con lactato para compensar laspérdidas hidroelectrolíticas , dado que contiene electrolitos con una concentración similar a la de los líquidos (sangre/edema) que se pierden de la circulación efectiva durante la intervención quirúrgica. TABLA 4. COMPOSICIÓN DEL LÍQUIDO EXTRACELULAR Y DE LAS SOLUCIONES INTRAVENOSAS COMUNES CONTENIDO ELECTROLÍTICO (mEq/L) CATIONES ANIONES Sodio + Potasio+ Calcio++ Magnesio++ NH4+ Cl- HCO3- HPO4- Líquido extracelular 142 4 5 3 0.3 103 27 3 Solución Ringer Lactato 130 4 3 109 28 NaCl 0.9% 154 154 NaCl 0.3% 590 590 NaCl 0.45% 77 -- -Calorías En condiciones ideales se debe proporcionar una kilicaloria por cada caloría que se gaste, aunque este objetivo se logra con solución glucosada , la concentración de glucosa tendría que ser del 25% para no sobrepasar la cantidad necesaria de líquidos de mantenimiento. Una solución con esta concentración es muy hipertónica, y puede esclerosar las venas periféricas. Afortunadamente la mayoría de los pacientes sometidos a tratamiento intravenoso breve no requiere compensación completa de sus gastos calóricos , debido a que por lo general las reservas corporales de grasa son suficientes para satisfacer las necesidades calóricas. Estos pacientes sólo requieren calorías suficientes para que no ocurra catabolismo de proteínas e impedir la cetosis. Esta cantidad es de 20 a 25 kcal por 11 cada 100 kcal gastadas. Puesto que cada gramo de glucosa proporciona aproximadamente 4 kcal , una solución de glucosa al 5% satisface ésta necesidad. Algunos pacientes pueden requerir más calorías que las que proporciona la solución de glucosa al 5% . Por ejemplo los recién nacidos suelen recibir una solución de azúcar más concentrada (glucosa al 10%) en virtud de que tienen bajas reservas de glucógeno y una alteración en la gluconeogénesis, y dependen de los carbohidratos y de los ácidos grasos libres para disponer de combustible. Los pacientes en estado critico por ejemplo niños con quemaduras graves o los que tienen mínima reserva de grasa (por ejemplo, prematuros) requieren compensación completa de los gastos calóricos . También se puede requerir una solución de glucosa en alta concentración en niños sometidos a tratamiento intravenoso a largo plazo. A menudo se usan soluciones que contienen grasas, aminoácidos , además de glucosa y electrolitos, para satisfacer las demandas nutricionales de estos pacientes. La composición de la solución para hiperalimentación que se seleccione depende del estado de cada paciente. Durante la anestesia disminuye la tasa metabólica y en consecuencia también se reducen los gastos calóricos y es necesario modificar los regímenes de líquidos parenterales. Este aspecto tiene particular importancia en los líquidos para hiperalimentación. En general , es conveniente reducir la tasa de administración a la mitad o a dos tercios de la tasa de administración basáltica durante la anestesia, a fin de evitar hiperglucemia. No deben suspenderás súbitamente los líquidos de hiperalimentación. Los paciente pueden caer en hipoglicemia cuando tienen un exceso de insulina en relación con la glucemia. Antes los anestesiólogos solían administrar sistemáticamente soluciones de glucosa durante la anestesia a los pacientes que estaban en hiperalimentación, con el objeto de evitar la hipoglicemia , conservar las proteínas, y evitar la cetosis. Sin embargo esta practica se ha modificado ya que la administración sistemática de glucosa cuando se realiza de manera indiscriminada también puede producir hiperglucemia , la cual puede desencadenar una diuresis osmótica que da lugar a deshidratación. La hiperglucemia también intensifica el daño neurológico consecutivo a episodios de isquemia o hipotermia grave. Si bien la mayoría de los niños no requieren glucosa suplementaria durante la intervención quirúrgica , los pacientes con riesgo de hipoglucemia deben recibir glucosa durante la anestesia y vigilarse de forma seria sus glucemias. Los que tienen riesgo son los pacientes adinámicos, los que presentan periodos de ayuno prolongado y los neonatos sobre todo los prematuros. Los niños sometidos a procedimientos prolongados y los que reciben una combinación de anestesia general y regional, también corren el riesgo de desarrollar hipoglucemia. Con el tiempo la respuesta al estrés en estos pacientes se reduce y puede no presentarse la elevación en los valores de glucemia que normalmente se observan durante la anestesia general y la intervención quirúrgica. Por tanto seria razonable vigilar los valores de glucemia y ajustar correspondientemente las soluciones que contengan glucosa. Diversos autores han comunicado casos de hipoglucemia en pacientes pediátricos sobre todo después de ayuno prolongado. En cada estudio se define en forma diferente la hipoglucemia, el umbral hipoglucémico varia según cada investigador. A pesar de las múltiples definiciones dela hipoglucemia su frecuencia en pacientes pediátricos incluso después del ayuno, parece ser más baja que lo que solía pensarse. La verdadera frecuencia es controversial ya que la hipoglucemia sin 12 duda no es un valor específico sino una escala de estados que producen disfunción neurológica. El umbral para los síntomas varia según el paciente, la causa o las circunstancias clínicas. Se requieren estudios de población grande para establecer si las concentraciones plasmáticas de glucosa pueden o no correlacionarse con anormalidades neurológicas o del desarrollo. No obstante hasta que se disponga de mayor información probablemente los valores de glucemia deben mantenerse entre 45 y 200 mg/100ml . Por lo general la solución de Ringer lactato restituye adecuadamente los déficits hidroelectrolíticos que se producen durante el ayuno así como el líquido que se pierde durante la anestesia y la cirugía. Cuando se teme una probable hipoglucemia se puede añadir glucosa al 5% en solución Ringer lactato al régimen hídrico como una administración suplementaria. Esta última combinación se utiliza para mantener los valores de glucemia normal y no se debe administrar como una única solución para restituir los líquidos perdidos durante la anestesia porque puede sobrevenir hiperglucemia. Los valores de glucemia se han correlacionado con la tasa de administración de glucosa. En los adultos normoglucémicos la administración transoperatoria de glucosa a una tasa de 180 mg/kg/hr o mas (por ejemplo 250 ml de glucosa al 5% en agua, administrándose en 1 hr o menos) aumenta la glucemia a mas de 200 mg/100ml aún cuando la tasa de administración de glucosa disminuya a 90 mg/kg/hr la glucemia puede aumentar 100 a 200% después de 5hr de operación. Cuando sólo se utiliza una solución para el tratamiento hídrico en pacientes pediátricos que son sometidos a procedimientos quirúrgicos ambulatorios , una solución de glucosa al 2.5% en una de Ringer con lactato mantiene una glucemia dentro de valores normales. También se puede administrar glucosa a los niños que serán sometidos a anestesia , añdiendo a este régimen hídrico glucosa al 5% en solución Ringer lactato. La administración de esta última combinación a una tasa similar a la de los líquidos de mantenimiento aumenta los valores de glucemia a las de 200 mg/100 ml en algunos niños. Su administración a la mitad de la tasa de los líquidos de mantenimiento en pacientes normoglucémicos aumentará la glucemia por arriba de los valores preoperatorios , pero no por arriba de los límites de lo normal. En general , todos los déficits , pérdidas hacia el tercer espacio y pérdidas de sangre deben restituirse con solución Ringer lactato , y se añaden a la venoclisis soluciones que contengan glucosa para administrar la cantidad de glucosa de mantenimiento. Este método mantendrá la normoglucemia y evitará la hiperglucemia potencial. -Cristaloides en contraposición a coloides Todavía existe controversia respecto a si los cristaloides (soluciones que contienen electrolitos)son mejores, equivalentes o peores que los coloides (albúmina y sintéticos como el dextrán y el almidón) para corregir los déficits de volumen en pacientes quirúrgicos. Los cristaloides no son costosos en comparación con los coloides. Se pueden utilizar para compensar las pérdidas de líquido de mantenimiento, las pérdidas hacia el tercer espacio y la pérdida de sangre. Se distribuyen en todo el organismo según su composición química, por consiguiente , la glucosa al 5% en agua se distribuye de manera uniforme, en tanto que las soluciones salinas se distribuyen más que nada en el espacio extracelular, porque la bomba de sodio – potasio tiende a excluir al sodio del líquido intracelular. Un litro de solución de Ringer lactato 13 normal aumenta el volumen plasmático alrededor de 200 a 300 ml y el volumen del líquido intersticial en una proporción aproximada de 700 ml. Cuando se utilizan cristaloides para restituir la sangre, es necesario administrar alrededor de 3 a 4 ml de una solución cristaloide , como la de Ringer lactato , por cada mililitro de sangre que se pierde, a fin de mantener el volumen plasmático y la estabilidad hemodinámica. Los coloides son moléculas grandes que afectan la distribución de agua por sus propiedades oncóticas, amplian el volumen plasmático por un periodo más prolongado que las soluciones cristaloides y producen menos edema periférico. Por ejemplo, un litro de albúmina al 5% amplia el volumen plasmático en 1 L. El prototipo de estas soluciones es la albúmina humana y podría decirse que en cierta forma los coloides sintéticos tratan de imitar su acción fisiológica sobre la dinámica del agua, es decir, ejercer una presión oncótica en el espacio vascular para retener agua y, si es posible, atraerla del espacio intersticial. Además de la albúmina los coloides más utilizados para el reemplazo de líquidos son los dextranes, los almidones y las gelatinas. La albúmina exógena es un coloide que se obtiene de la donación humana y se comercializa en concentraciones del 5% y el 25% en solución salina isotónica. Su peso molecular aproximado es de 69.000 daltons. La presentación al 25% es capaz de arrastrar del intersticio al espacio intravascular hasta cinco veces el volumen infundido, siempre y cuando este volumen se encuentre disponible en el espacio intersticial; de lo contrario, como en las situaciones de deshidratación crónica, dicho volumen debe reponerse con solución salina en forma concomitante con la albúmina. La presentación de albúmina al 5% viene ya preparada con la solución salina necesaria. Una vez administrada permanece hasta 16 horas en el espacio intravascular y gradualmente se distribuye también en el intersticial A pesar de sus ventajas, la albúmina no se utiliza en la actualidad como expansor de volumen de primera línea, se reserva para el manejo de otros trastornos como desnutrición crónica, cirrosis, quemaduras, etc. Una de sus limitantes es su elevado costo de producción, por lo que es preferible el reemplazo de volumen con otros coloides o con cristaloides. Los almidones son soluciones coloides sintéticas que están constituidas por partículas similares al glucógeno, con un peso molecular promedio de 69.000 daltons, en un rango que oscila entre 1.000 y 1.000.000 de daltons. Se comercializa en solución al 6% en suero salino, con una osmolaridad de 310 mEq/l que ejerce una presión oncótica de 30 mmHg. La gran variedad de tamaño de sus partículas dificulta predecir su dinámica intravascular, así como su metabolismo y eliminación. En general, los almidones pueden aumentar hasta una vez el volumen infundido, a expensas del espacio intersticial y por un mecanismo similar al de la albúmina; permanecen en el espacio vascular entre 3 y 24 horas. Las partículas de menos de 50.000 daltons se eliminan por la vía renal y las más grandes a través del sistema retículo endotelial. La recomendación en cuanto a la dosis es no sobrepasar los 20 ml/kg de peso en 24 horas, para evitar que se altere la función plaquetaria y de otros factores de la coagulación, lo cual representa su mayor efecto secundario. Otros efectos indeseables, pero con una mínima incidencia, son las reacciones anafilácticas y la alteración renal. Los dextranes son coloides que consisten en la mezcla de polímeros de glucosa de diversos pesos moleculares. Comercialmente se presentan como dextrán 70 y dextrán 40. El dextrán 70 tiene un peso molecular promedio de 14 70.000 daltons, que oscila entre 25.000 y 125.000, y se presenta en solución al 6% en solución salina. El dextrán 40 tiene un peso molecular promedio de 40.000 daltons, que fluctúa entre 10.000 y 80.000, y se comercializa en solución al 10% de solución salina o en dextrosa al 5%. Una vez infundidos en el torrente sanguíneo, los dextranes tienen la propiedad de mantenerse allí por un mínimo de 3 horas y en un alto porcentaje hasta por 24 horas. Pueden recuperar líquido del espacio intersticial, promoviendo el aumento del volumen intravascular entre 1 y 1.5 veces lo infundido. El metabolismo de los dextranes depende también del tamaño de sus moléculas; las pequeñas se eliminan por el riñón y las grandes por el sistema retículo endotelial. Los dextranes pueden producir como efectos secundarios insuficiencia renal aguda, reacciones anafilácticas y trastornos de la coagulación tanto plaquetarios como del factor VIII. Por estos efectos, que se presentan con mayor frecuencia que con los almidones, tienen hoy poca utilidad clínica. Las gelatinas son coloides sintéticos que se obtienen a partir del colágeno bovino, el cual una vez procesado da como resultado grandes polímeros con un peso molecular homogéneo entre 30.000 y 35.000 daltons. Una vez en el torrente sanguíneo, las gelatinas permanecen por espacio aproximado de 3 horas. Su ventaja en la reanimación radica en que, por lo homogéneo del tamaño de sus partículas, su dinámica y eliminación son bastante predecibles. La principal vía de eliminación es renal. Existe la posibilidad de que se presenten reacciones anfilácticas, pero su incidencia es menor del 0.15%. No ocurren falla renal ni trastornos de la coagulación aún cuando se utilicen en grandes volúmenes. En general, las gelatinas son los coloides de elección por su fácil manejo, sus mínimos efectos secundarios y lo predecible de sus beneficios fisiológicos. Se recomienda usarlas en dosis de 1 a 1.5 veces el volumen del sangrado que se va a reponer. En conclusión, los coloides son una buena alternativa a los cristaloides en el manejo de las pérdidas agudas de sangre, a pesar de que, en general, son más costosos y tienen mayor posibilidad de dar efectos indeseables y a veces fatales, principalmente con los dextranes y en menor proporción con los almidones. La albúmina, así como el plasma, se reservan para objetivos terapéuticos muy específicos, no relacionados con la reposición de volumen. Pero ¿Qué buscamos lograr en la práctica clínica? Los objetivos concretos respecto a las soluciones son: -Brindar requerimientos basales de líquidos óptimos (cristaloides y electrolitos). -Mantener la normovolemia y estabilidad hemodinámica (coloides). -Compensación para el flujo de líquidos desde el intersticio y espacios intracelulares (cristaloides). -Mejorar el flujo sanguíneo en la microcirculación (coloides). -Mantener adecuada presión coloidosmótica (coloides). -Prevenir/moderar la activación de los sistemas de cascada y aumento de la coagulación inducida por trauma (coloides). -Garantizar adecuado transporte de oxígeno hacia las células tisulares (coloides y glóbulos rojos). -Promover la diuresis(cristaloides). 15 CONTROL Y ADMINISTRACIÓN DE LÍQUIDOS EN EL PERIODO PREOPERATORIO -Ayuno Los anestesiólogos tenemos mucho cuidado en asegurarnos de que los pacientes tengan un riesgo mínimo de aspiración del contenido gástrico durante la inducción de la anestesia. En los procedimientos electivos , tradicionalmente, se han suspendido los alimentos y los líquidos la noche previa a la operación. Puesto que el recambio de agua es mayor en los niños que en los adultos , el periodo de ayuno en los lactantes y en los niños pequeños se reduce según la edad. Además los pacientes pediátricos por lo general están despiertos y se les ofrece líquidos claros antes de ayunar, actualmente la práctica del ayuno estricto se ha modificado. No se ha observado diferencia en el volumen residual gástrico ni en la acidez en los niños en quienes se ha indicado el ayuno estándar en comparación con los que reciben líquidos claros 2 – 3hrs antes de la inducción. TABLA 5. LINEAMIENTOS PARA EL AYUNO EN NIÑOS Y ADULTOS. TIEMPO DE AYUNO (hrs) EDAD SÓLIDOS LÍQUIDOS CLAROS Menos de 6 meses 4 2 6 a 36 meses 6 3 Más de 36 meses 8 3 Aunque la necesidad del ayuno suele poder explicarse a la mayoría de los niños mayores y adultos, los lactantes y los niños pequeños tienen dificultad para entender éste requisito. El empleo más liberal de líquidos claros en el periodo preoperatorio inmediato reduce la frecuencia de deshidratación preoperatoria y posible hipotensión durante la inducción de la anestesia. Un posible beneficio adicional de los lineamientos de ayuno es que se compensan las dificultades que se originan en los niños estresados, irritables y en ayuno, además ofrecen una experiencia anestésica más humana tanto para los niños como para las familias. El déficit acumulado de líquidos como consecuencia del ayuno previo al acto quirúrgico, se calcula simplemente multiplicando las horas de ayuno por el valor del mantenimiento por hora del paciente y se repone también con soluciones cristaloides isotónicas. Salvo situaciones especiales en las que el ayuno ha sido tan prolongado que ha llevado al paciente a una deshidratación, el tiempo máximo de ayuno para calcular la reposición de líquidos se hace con base en 6 horas. Dado que el ayuno es una pérdida acumulada en varias horas, su reposición se hace de la siguiente manera: Primera hora de cirugía 50% de los líquidos calculados por ayuno Segunda hora de cirugía 25% de los líquidos calculados por ayuno Tercera hora de cirugía 25% de los líquidos calculados por ayuno 16 Si se calcula que la cirugía durará menos de tres horas, la reposición del ayuno se hará durante todo el transcurso de ésta y en forma proporcional. -Hidratación El estado de hidratación del paciente , debe evaluarse durante en periodo preanestésico. Por lo cual es importante conocer su peso ya que si el paciente presenta una enfermedad la hidratación durante el transoperatorio puede estimarse calculando sus requerimientos hídricos en base a su peso ideal y real. Si se desconoce su peso, la hidratación se estima mediante lo siguiente: TABLA 6. RELACIÓN DE LOS DATOS FÍSICOS CON LA GRAVEDAD DE LA DESHIDRATACIÓN DATOS FÍSICOS PORCENTAJE DE DESHIDRATACIÓN Disminución en la turgencia de los tejidos (p. Ej., boca seca) 5 Taquicardia, oliguria (en neonatos Fontanelas hundidas) 10 Globos oculares hundidos, hipotensión 15 Coma 20 En condiciones ideales, a los pacientes deshidratados se les debe rehidratar antes de la inducción anestésica. La tasa de restitución de líquidos y electrólitos depende de la gravedad de la deshidratación y del desequilibrio electrolítico. Se requieren aproximadamente 10 ml de líquido por kilogramo de peso corporal para compensar casa 1% de deshidratación. El tipo de líquido para la restitución depende de la necesidad de electrolitos del paciente. -Desequilibrios electrolíticos Además de reponer los líquidos de mantenimiento y compensar las pérdidas electrolíticas , es necesario corregir las deficiencias hidrometabólicas anormales. Se utiliza la siguiente fórmula para corregir parcialmente las deficiencia electrolíticas: (CD – CA) x (peso en kilogramos) x 0.3 = mEq requeridos En la que CD es igual a la concentración deseada y CA es igual a la concentración real ( en miliequivalentes por litro) Por ejemplo , si los valores de potasio son de 2.5 mEq/l y la concentración deseada es de 4.0 mEq/l los miliequivalentes que se requieren se calcularían de la siguiente manera: (4.0 mEq/l – 2.5 mEq/l) x 10 kg x 0.3 = 4.5 mEq 17 -Acidosis metabólica La acidosis metabólica se caracteriza por un aumento en el ácido o una perdida de bicarbonato en el líquido extracelular. Entre sus causas se encuentran diarrea, vómito prolongado con deshidratación grave, cetoacidosis diabética, insuficiencia renal, hipoxemia y ayuno. Un déficit de base mayor de 10 mEq/L necesita corrección tanto de la acidosis como de la causa subyacente. El tratamiento se inicia administrando bicarbonato de sodio (1-2 mEq/kg) el tratamiento con bicarbonato adicional se ajusta de acuerdo con los valores del bicarbonato sérico del paciente. es necesario volver a evaluar el estado ácido básico después del tratamiento inicial, y ajustar el tratamiento adicional con el bicarbonato para evitar una sobredosificación. -Alcalosis metabólica La alcalosis metabólica se caracteriza por la perdida del ácido en el líquidos extracelular, o por un aumento de la base (p. Ej bicarbonato). Entre las causas de la alcalosis metabólica esta vomito de contenido gastrointestinal, perdida de ácido gástrico por aspiración, o administración de un exceso de bicarbonato, lactato , citrato o acetato, y aldosteronismo primario. La evolución clínica usual en los pacientes con estenosis política hipertrófica consiste en vomito en proyectil poco después de recibir alimento, el resultado es la pérdida de agua e hidrógeno, cloruro de sodio y potasio del estomago.Para mantener el equilibrio ácido básico cuando la alcalosis se vuelve grave los riñones secretan potasio en intercambio por hidrógeno. A medida que ocurre depleción de las reservas de sodio, se intercambian potasio e hidrógeno por sodio, sobreviene una alcalosis metabólica hiperclorémica e hipocalémica. La acidosis metabólica es consecuencia de la deshidratación y la hipoperfusión en los casos graves. la deshidratación y los desequilibrios electrolitos deben corregirse antes de la intervención quirúrgica. -Hiponatremia Se presenta hiponatremia (sodio sérico menor de 130 mEq/L) cuando se administra líquido libre de electrolitos para compensar la perdida de líquidos contienen sodio o cuando la cantidad de agua que se administra sobrepasa a la pérdida de la misma. Algunas causas de hiponatremia son vómito, oliguria, síndrome nefrótico, secreción inadecuada de hormona antidiurética, ascitis, administración excesiva de líquidos libres de sodio (soluciones glucosadas) disminución de las pérdidas insensibles, desplazamiento del sodio del líquido extracelular (p.ej en septicemia) y liberación de un exceso de agua del líquido extracelular (p.ej desplazamiento de líquido después de una cirugía). En general no se deben administrar soluciones de glucosa al 5% en pacientes pediátricos a menos que se vigilen estrechamente las concentraciones serias de sodio. Los lactantes tienen particular propensión a la hiponatremia por que sus riñones tienen menor capacidad para conservar sodio. Aunque una natremia mayor a 120 mEq/l raras veces produce síntomas neurológicos , una inferior a éste valor puede dar lugar a convulsiones o coma, a consecuencia del edema cerebral ocasionado por un gradiente osmótico entre el tejido cerebral y la sangre (es decir una concentración intracelular de sodio normal, pero una extracelular baja). Cuando es necesario volver a evaluar el estado ácido básico después del tratamiento inicial y ajustar el tratamiento adicional con 18 bicarbonato para evitar una sobredosificación. El tratamiento farmacológico de las convulsiones no suele dar resultados en esta circunstancia. Si el paciente se encuentra hiponatrémico por exceso de agua libre de sodio, la corrección implica administrar un diurético (para aumentaren forma de agua la concentración seria de sodio, y detener las convulsiones). Cuando un paciente está hipovolémico no se administran diuréticos. La corrección rápida de la hiponatremia se ha asociado a lesión neurológica grave , específicamente a la mielinólisis pontina central. Sin embargo , en la actualidad hay datos que sugieren que las lesiones observadas de hecho guardan relación con la hipoxemia concomitante y no con la rapidez con la que se corrige la hiponatremia. Se debe administrar solución salina hipertónica (3%) con lentitud a razón de 1-2 ml/kg durante 20 a 30 min; esto suele bastar para suprimir las convulsiones. Una vez que ceden éstas, se reduce la rapidez de la administración de la solución salina hipertónica de manera que las concentraciones séricas de sodio aumenten a cerca de 125 mEq/L durante las siguientes 6 a 8 hrs. A partir de entonces se suspende la solución salina hipertónica y se administra solución salina normal (0.9%) durante las siguientes 24 a 48 hrs hasta que se normalice la concentración sérica de sodio. Se puede estimar el déficit de sodio según la siguiente fórmula: (Sodio ideal – Sodio sérico) x 0.6 por peso (kg) Y un método más rápido para calcular el déficit de sodio sería el siguiente: (Sodio ideal – Sodio sérico x pedo (kg) = mililitros de solución salina al 3% Con las dos fórmulas el tratamiento inicial consistiría en administrar 1-2 ml de solución salina al 3% por kg de peso , en un lapso de 20 a 30 min , para controlar las convulsiones, la solución restante se administra en las siguientes 6 a 8 hrs para aumentar la concentración sérica de sodio cerca de 125 mEq/L , un valor que difícilmente se asocia a síntomas que pongan en peligro la vida. -Hipernatremia La pérdida desproporcionada de agua en comparación con la de sodio da lugar a deshidratación hipernatrémica. Las causas de éste problema son fiebre, diarrea, exceso de administración de sodio, diabetes insípida, sudoración excesiva, diuréticos osmóticos y vómito persistente. Los síntomas neurológicos por lo general no se presentan hasta que la concentración sérica de sodio llega a 165 mEq/L . La hipernatremia (valor sérico de sodio mayo a 150 mEq/L) se corrige con lentitud para evitar edema cerebral, ya que a diferencia de otros tejidos corporales en los cuales el equilibrio de agua y electrolitos es casi instantáneo , en el cerebro se requieren 6 a 8 hrs para que se equilibre el sodio. El resultado es la extracción de agua del compartimiento intersticial del cerebro y una disminución en la presión del líquido cefalorraquídeo. Por lo tanto , la hipernatremia debe corregirse en el curso de algunas horas. No obstante , si el paciente tiene deshidratación grave o se encuentra en estado de choque , será indispensable la corrección más rápida del volumen con solución de Ringer lactato o albúmina al 5% . Una vez que se restablece el volumen sanguíneo circulante y la perfusión renal comienza a producir orina , se administran glucosa al 5% en un cuarto de solución salina normal durante las siguientes 24hr. Hay que evitar la corrección rápida con soluciones libres de electrolitos , por el riesgo de edema cerebral y convulsiones. 19 -Hipocaliemia La hipocaliemia puede deberse a trastornos diferentes como vómito persistente, diarrea y tratamiento crónico con diuréticos. Una concentración sérica de potasio de menos de 2.5 mEq/L probablemente debe corregirse antes de la anestesia para reducir la posibilidad de arritmias cardiacas. Puesto que la concentración sérica de potasio refleja sólo una pequeña porción del potasio total del organismo ( y hay mas potasio intracelular que extracelular), un déficit de potasio por lo general se corrige en un lapso de 8 a 12 hr, a menos que se requiera una corrección urgente. Cuando es necesario esto último, se pueden administrar potasio a una velocidad no mayor de 1 mEq/kg/hr. En esta situación , se vigila estrechamente el electrocardiograma y el gasto urinario. Una disminución en el gasto urinario a enos de 0.5 ml/kg/hr o un cambio en electrocardiograma (ondas T acuminadas) pueden requerir que se suspenda la administración de potasio. La medición frecuente de las concentraciones séricas de potasio y el ajuste correspondiente en el tratamiento , evitaran la sobredosis de éste catión. Cuando existe hipocloremia junto con hipocaliemia (p. Ej., Estenosis pilórica) es posible que el déficit de cloruro tenga que resolverse antes de que se corrija el de potasio. Esto se lleva a cabo administrando solución salina normal (cloruro de sodio al 0.9% mientras se reemplaza el potasio). -Hipercaliemia La administración excesiva de potasio , la acidosis grave, la insuficiencia renal , el hiperaldosteronismo y la necrosis tumoral dan lugar a la hipercaliemia. El tratamiento se instaura sin demora cuando la caliemia aumenta a más de 6 mEq/L. Se debe suspender de inmediato el tratamiento de la administración de potasio, vigilando continuamente el electrocardiograma, y el tratamiento inicial se dirige a la revisión de las manifestaciones cardiacas de la hipercaliemia. El bicarbonato sódico (1 a 2 mEq/kg) y la hiperventilación favorecen la alcalosis , de manera que ocurren desplazamientos agudos del potasio hacie el espacio intracelular; el cloruro de calcio (5 mg/kg) o el gluconato de calcio (15 mg/kg) compensan agudamente los efectos cardiacos de la hipercaliemia. Adviertase que si el paciente no responde a esta dosis inicial de calcio(es decir , si continúan las mismas arritmias potencialmente mortales) habrá que administrar mayores dosis de éste elemento. Al parecer las dosis equielementales de cloruro de calcio y de gluconato de calcio son eficaces. Algunos pacientes requieren más de 50mg/kg de cloruro de calcio para corregir el episodio de taquicardia ventricular consecutiva a hipercaliemia. Después de este tratamiento inicial , la insulina ( 1U/ kg) y la glucosa (1gr/kg) aumentan mas el desplazamiento intracelular de potasio. Después de estas medidas iniciales hay que reducir los valores totales de potasio. 20 CONTROL Y RESTITUCIÓN DE LÍQUIDOS EN EL TRANSOPERATORIO El objetivo del tratamiento con líquidos en el periodo transoperatorio consiste en corregir cualquier déficit preoperatorio , pérdida de líquido de mantenimiento, pérdidas electrolíticas transoperatorias y pérdida de sangre. Durante los procedimientos quirúrgicos en los que hay una mínima pérdida de sangre en la mayor parte de los pacientes el equilibrio hidroelectrolítico se mantiene con Ringer lactato, en los procedimientos más prolongados , puede ser necesaria la administración de glucosa al régimen de líquidos. Se deben medir las concentraciones séricas de glucosa y electrolitos en todos los procedimientos quirúrgicos y revisar correspondientemente el tratamiento con líquidos. CORRECCIÓN DEL DÉFICIT Y RESPOSICIÓN DE LÍQUIDOS DE MANTENIMIENTO -REPOSICIÓN DE VOLUMEN PARENTERAL POR PROGRAMA Este controvertido tema ha tenido aceptación universal a partir de los conceptos tanto de programa para reposición promovido por el Hospital de Massachusetts, conocido el esquema de Holliday- Segar aplicado en México desde 1987, como por las técnicas de hemodilución intencionada normovolémica. A) Programa de reposición de líquidos metabólicos horarios. Cálculo de requerimientos de líquidos basales por hora: Primeros 10 kg de peso- 4 mL/kg. Segundos 10 kg de peso- 2 mL/kg del kg 21 en adelante- 60 mL más 1 mL por cada kg que pase de 20 kg. Otros esquemas propuestos para la reposición hídrica: CUADRO 1. GUÍA PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LÍQUIDOS SEGÚN LAS NECESIDADES CALÓRICAS PROMEDIO EN PACIENTES HOSPITALIZADOS (HOLLIDAY, SEGAR) Peso corporal (kg) Gasto calórico expresado en mL/kg/día 3-10 100 10-20 1000 + 50 por casa kg arriba de los primeros 10 kg >20 1500 + 20 por cada kg arriba de los 20 kg CUADRO 2. GUÍA PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LÍQUIDOS EN PROCEDIMIENTOSQUIRÚRGICOS NO COMPLICADOS Peso corporal (kg) Líquidos de mantenimiento (mL/hr) Para reposición de ayuno (mL) 0-10 4 mL/kg/hr 4 mL x hrs de ayuno* 10 -20 40 mL + 2 mL/kg/hr arriba de los primeros 10 kg 2 mL x hrs de ayuno* >20 60 mL + 1 mL/kg/hr arriba de los 20 kg 1 mL x hrs de ayuno* 21 La cantidad total se divide entre las horar de cirugía , habitualmente la ½ se administra en la primera hora, y ¼ , ¼ en las horas siguientes. CUADRO 3. GUÍA PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LÍQUIDOS TRANSOPERATORIOS (FREDERIC BERRY) 1. Primera hora** 25 mL/kg en niños <3 años 15 mL/kg en niños >4 años 2. A partir de la 2ª hora Mantenimiento ** Trauma Total 4 mL/kg +2 mL/kg leve 6 mL/kg/hr 4 mL/kg +4 mL/kg moderado 8 mL/kg/hr 4 mL/kg +6 mL/kg severo 10 mL/kg/hr 3. Reemplazo de sangre 1:1 Con soluciones cristaloides 3:1 ** Solución de Dextrosa o Ringer lactato B) Cálculo del déficit de líquidos. A partir de la hora de ayuno y del trauma. Sólo se calculará el déficit de las últimas 4 h de ayuno, según sus requerimientos metabólicos basales ya que son las que pueden influir sobre el espacio intravascular, de tal manera que se determina el déficit por hora, multiplicando por el número de horas de ayuno no más de cuatro durante las cuales no haya habido reposición de líquidos, si hubo reposición se deberán restar. Para completar este déficit deberá sumarse a partir de la hora en que se estableció el trauma, el tercer espacio abierto por él desde 5 mL/kg/ hora, hasta 10 mL/kg/hora dependiendo de la magnitud y extensión por daños intracavitarios, con cavidad abierta o lesiones con tejido expuesto no necesariamente en alguna cavidad, no tomando en cuenta el inicio de la cirugía, pensando que el tercer espacio está dado a partir del inicio del trauma hasta el momento en que se inicia el procedimiento anestésico-quirúrgico. Se deberá sumar el gasto urinario horario. Finalmente las pérdidas visibles tal como sangrado y sondas (pleurostomía, nasogástrica, etc.) corrigiendo en todo momento de acuerdo al volumen de aporte por restitución de acuerdo a su terapéutica de soluciones establecida por su servicio tratante previamente. Todo este cálculo suma una sola variable en su programa, denominándose déficit de líquidos. C) Cobertura del tercer espacio A partir de la primera hora de cirugía deberá establecerse además de las pérdidas dadas previamente e incluidas en el déficit el cálculo de un tercer espacio agregando al del trauma, el quirúrgico por hora de cavidad abierta y por extensión. El tipo y localización de la cirugía determinarán la magnitud de estas pérdidas, las cuales en general oscilan entre 0 y 10 ml por kilogramo de peso y por 22 hora de cirugía. Aunque el cálculo de estas pérdidas también es subjetivo, se tiene una referencia sobre su reposición de acuerdo con el tipo de cirugía, así: Laparotomía 10 ml por kg de peso por hora de cirugía Toracotomía 5 a 10 ml por kg de peso por hora de cirugía Esternotomía 10 ml por kg de peso por hora de cirugía Cirugía abdominal baja 3 a 5 ml por kg de peso por hora de cirugía Las cirugías oftalmológica, otorrinolaringológica, ortopédica menor y otras no requieren reposición de pérdidas por tercer espacio. En general, el médico encargado hará un análisis objetivo previo al procedimiento quirúrgico y durante él dictaminará el valor asignado a esta pérdida, la cual se puede reponer con soluciones cristaloides isotónicas. D) Diuresis horaria Ya sea que se cuantifique directamente por una sonda vesical instalada o se realice un cálculo por gasto urinario horario, cuyo valor en los niños sería de 0.5 – 1 mL/kg/hr y en un adulto sano pudiera ser de 0.8-1 mL/kg/hora. E) Sangrado En general todo procedimiento quirúrgico implica la pérdida de sangre, generalmente secundaria a la disección de tejidos que hace el cirujano o al sangrado anormal como consecuencia de accidentes vasculares transoperatorios o por un estado anormal de la coagulación. La reposición de estas pérdidas con líquidos debe hacerse de acuerdo con las consecuencias hemodinámicas y de oxigenación que tenga el sangrado; si es necesario se corrigen con transfusiones de productos sanguíneos específicos. Las pérdidas sanguíneas transoperatorias se pueden reponer con soluciones cristaloides o coloides. Las soluciones cristaloides isotónicas como la solución salina normal o Ringer lactato se distribuyen proporcionalmente en el compartimiento extracelular; al cabo de 20 a 30 minutos solamente permanece en el espacio intravascular entre el 25 y el 30 % de la cantidad infundida, lo cual implica que para compensar en forma adecuada una pérdida sanguínea se debe reponer con tres a cuatro veces su volumen en soluciones cristaloides isotónicas. Las soluciones hipotónicas tales como las compuestas por agua y dextrosa tienen poca utilidad para este fin, ya que aproximadamente un 66% de ellas se distribuyen en el espacio intracelular ; en el espacio intravascular y queda, luego del equilibrio, menos del 10% de la cantidad infundida. Las soluciones salinas hipertónicas tienen utilidad en el manejo agudo del choque hipovolémico, pero no en el caso de reposición del sangrado normal transoperatorio. Los coloides como las gelatinas, los dextranes y los almidones pueden utilizarse también para reponer pérdidas sanguíneas del acto quirúrgico, pero en volumen igual al de la sangre perdida, ya que por su tamaño molecular permanecen en una alta proporción en el espacio intravascular. Comparativamente, las soluciones cristaloides y coloides ofrecen iguales beneficios en el momento de reponer las pérdidas de volumen secundarias al sangrado quirúrgico. 23 El cálculo del sangrado transoperatorio es una de las metas del anestesiólogo ; es una tarea difícil en vista de que el juicio clínico puede ser muy inexacto en esta situación. En cirugía se han utilizado métodos subjetivos de evaluación, tales como el número y peso de las gasas empapadas de sangre, la cuantificación de la sangre del aspirador del campo quirúrgico y el cálculo subjetivo por parte del cirujano. En general la vigilancia hemodinámica estricta del paciente mediante la clínica es más importante que una cifra dada de volumen de sangrado, a pesar de que existen directrices sobre el nivel mínimo de hemoglobina y hematocrito que tolera un paciente en un procedimiento quirúrgico específico. De todas maneras, si el sangrado ha afectado la oxigenación de los tejidos y la estabilidad hemodinámica, se debe plantear rápidamente la necesidad de una transfusión sanguínea, para complementar el manejo inicial realizado con soluciones cristaloides o coloides. F) Otras pérdidas visibles Éste concepto alude a las pérdidas que ocurren como consecuencia de una alteración de las condiciones fisiológicas tales como el vómito, la diarrea, las fístulas de intestino a piel, las colostomías, las sondas a tórax, etc. La reposición de estos líquidos se hace preferiblemente antes de comenzar el acto anestésico o durante la primera hora de éste, con soluciones cristaloides de acuerdo con la tonicidad del líquido perdido, teniendo en cuenta que hay líquidos corporales como la saliva que son hipotónicos y que la cuantificación de estas pérdidas se hace en forma subjetiva pero lo más aproximada posible con el fin de compensar adecuadamente al paciente antes del acto operatorio. G) Otras pérdidas no visibles El síndrome febril asociado puede incrementar en forma aparatosa las pérdidas, hasta 5 mL por cada grado centígrado, el circuito de ventilación, si es circular semicerrado, podría incrementar 2 mL/kg/ hora, si es semiabierto de 3 mL/kg/hora, dependiendo del flujo de gases frescos hasta 5 mL/kg/hora, que deberá sumarse a sus requerimientos horarios, en resumen: Esta designación de variables deberá ser registrada en la hoja de transanestésico.24 CONTROL Y RESTITUCIÓN DE LÍQUIDOS EN EL PERIODO POSOPERATORIO Durante el periodo posoperatorio inmediato , se administran líquidos intravenosos para poder reponer liquido de mantenimiento, y compensar la pérdida hacia el tercer espacio, y las pérdidas de sangre menores. La pérdida de líquido al tercer espacio durante el periodo de recuperación depende de la magnitud del procedimiento quirúrgico. En los procedimientos con mínimas pérdidas al tercer espacio , la glucosa al 5% en solución salina al 0.2% con 20 mEq/L de potasio, suele satisfacer la cantidad necesaria de líquidos y electrolitos en la mayoría de los pacientes. Determinados procedimientos quirúrgicos (p. Ej., reparación de gastrosquisis u onfalocele) puede dar lugar a secuestro de un gran volumen de líquido hacia el tercer espacio durante varios días. En estos casos se requieren considerables líquidos y electrolitos (p. Ej., solución de Ringer lactato) para compensar la pérdida hacia el tercer espacio. Los aumentos significativos en la cantidad requerida de líquidos en el posoperatorio se presentan en casos en que implican drenaje gástrico posoperatorio , fístulas con gasto, derrames pleurales, drenajes peritoneales, sondas torácicas, hemorragia posoperatoria o fiebre. Después de procedimientos cardiacos o neuroquirúrgicos puede estar indicada la restricción de líquidos y sal. La composición del líquido intravenoso y la tasa de administración , deben ajustarse a las necesidades de cada paciente. DISPOSITIVOS PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LÍQUIDOS Para evitar la sobrecarga accidental de volumen , la cantidad de líquido intravenosos disponible para el paciente en cualquier momento no debe sobrepasar la cantidad horaria necesaria, calculada para el mismo. Una bomba volumétrica limita la cantidad de líquido disponible para su administración; un equipo de administración de microgoteo limita la tasa de administración de líquido, mientras que una bomba de venoclisis proporciona el método más preciso para regular la tasa de administración. Si bien dichas bombas son muy útiles, pueden obstaculizar la capacidad para administrar medicamentos con rapidez. A veces es más fácil ajustar la tasa de administración de líquido con el regulador de un equipo de venoclisis , que utilizar una bomba. Otra opción que permite emplear una bomba es adaptar otra infusión en el equipo de venoclisis conectado a la bomba. Si el límite superior de una bomba de venoclisis es menor que la tasa que se requiere para compensar las pérdidas de líquido , la bomba no se debe utilizar. VIGILANCIA Si bien los lineamientos propuestos para la administración de líquidos por lo general son aplicables a muchos pacientes cada paciente debe atenderse de forma individual. El equilibrio de líquidos puede vigilarse y el tratamiento debe ajustarse mediante la vigilancia sistemática de las siguientes constantes durante todos los procedimientos anestésicos: ritmo y frecuencia cardiaca, ruidos respiratorios, presión arterial, electrocardiograma, saturación de oxígeno, dióxido de carbono al final de la espiración , temperatura corporal y coloración de la piel. 25 ANALISIS Y DISCUSIÓN Para integrar un registro del balance transoperatorio que pudiera incluir todos los aspectos mencionados anteriormente, se revisaron 717 expedientes, de pacientes intervenidos quirúrgicamente, en el periodo correspondiente a los meses de marzo a junio del 2012, donde se aplicó el formato de recolección de datos a continuación se anexa. TABLA 7. FORMATO ÚNICO DE RECOLECCIÓN DE DATOS SOCIEDAD DE BENEFICENCIA ESPAÑOLA I.A.P. TESIS: IMPORTANCIA DEL BALANCE HÍDRICO Y SUS IMPLICACIONES DURANTE LA ANESTESIA LLENAR EL ESPACIO SEGÚN CORRESPONDA. SIGLAS EDAD GÉNERO FEMENINO MASCULINO TIPO DE CIRUGÍA URGENCIA ELECTIVA ABIERTA LAPAROSCÓPICA ASA ANESTESIA: GENERAL REGIONAL LOCAL/SEDACION CUENTA CON BALANCE HÍDRICO SI NO TIPO DE BALANCE HOLLIDAY - SEGAR BERRY NO ESPECIFICADO NO CUENTA DURACIÓN DE LA CIRUGÍA 26 En el Presente trabajo, se realizo la recolección de datos referentes al balance hídrico transoperatorio, tratando de investigar si existe un balance estándar que se realice por la mayoría de los anestesiólogos, revisando del expediente los siguientes datos: Se revisaron 717 expedientes de pacientes adultos, en donde encontramos que la distribución por edad fue de 20-30 años: 10%, 30-40 años: 15%, 40-50 años: 14%, 50-60 años: 26%, 60-70 años:20%, 70-80 años:15%, 80 o mas:10%. 0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 20 -30 años 30-40 años 40-50 años 50-60 años 60 - 70 años 70-80 años 80 años o más 10% 15% 14% 26% 20% 15% 10% P O R C E N T A J E EDAD EN AÑOS PORCENTAJE DE PACIENTES POR GRUPO DE EDAD En cuanto al Genero encontramos 57% Femenino y 43% al Masculino, a la valoración de ASA, 45% para ASAI, 48% ASA II, 8% ASA III, 1% ASA IV, y ASA V y VI no tuvimos. FEMENINO 57% MASCULINO 43% PORCENTAJE DE PACIENTES POR GÉNERO 27 V IV III II I 0% 1% 8% 48% 45% PORCENTAJE A S A PUNTUACIÓN DE ASA Referente al Tipo de Cirugia el 73% fue Electiva y 27% de Urgencia, teniendo un 81% de Cirugías Abiertas, por 19% Laparoscópicas. 73% 27% TIPO DE CIRUGÍA ELECTIVA URGENCIA 28 81% 19% TÉCNICA QUIRÚRGICA ABIERTA LAPAROSCÓPICA El tipo de Anestesia fue General en un 60%, Regional 27%, y Local/Sedación en un 13%. GENERAL 60% REGIONA L 27% LOCAL/ SEDACIÓN 13% TIPO DE ANESTESIA ADM INISTRADA Para Nuestro trabajo tomamos en cuenta con mayor relevancia los resultados siguientes: Se reviso en los expedientes, si se había realizado algún tipo de Balance Hídrico y de cual tipo, teniendo como resultado lo siguiente: En el 98% se realizo algún tipo de Balance hídrico, y solo en el 2% no se realizo algún tipo de registro al respecto. 29 El Esquema mas utilizado fue el de Holliday/Segar con un 68%, siendo para el esquema de Berry el 4%, el 2% No realizo ningún tipo de Esquema y el 26% realizo un balance hídrico que no se apegó a ningún esquema en especial. 0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% HOLLIDAY-SEGAR BERRY NO ESPECIFICADO NO REALIZÓ 68% 4% 26% 2% P O R C E N T A J E TIPO DE BALANCE TIPO DE BALANCE UTLIZAD O Se observo de manera muy clara que aunque se llego casi al 100% de balances reportados, no existe un estándar al que la mayoría de los anestesiólogos se refieran cuando realizan de rutina su Esquema de líquidos para utilizar de manera cotidiana, del día a día y en la mayoría de las cirugías. 30 La reposición de líquidos intravenosos durante la cirugía, mediante la infusión de cristaloides, coloides o ambos, tiene la finalidad de restaurar y mantener un volumen circulante, para evitar la aparición de hipotensión e hipoperfusión orgánica regional, más frecuente en pacientes deshidratados o hipovolémicos. La vasodilatación periférica durante la anestesia da lugar a un aumento de la capacitancia venosa, que atrapa gran cantidad de volumen circulante, y obliga a la administración de líquidos intravenosos. y, a veces, de fármacos vasoactivos, para evitar dicha hipoperfusión orgánica. Las fluctuaciones del volumen circulante durante el acto anestésico- quirúrgico, bien de forma absoluta o relativa, dan lugar a alteraciones de la presión arterial que precisan tratamiento. Mientras que la hemorragia es la causa más frecuente de pérdida absoluta de volumen, los factores implicados en la pérdida de volumen relativa habitualmente dependen: del tipo de cirugía, de la patología asociada, de la acción de los fármacos anestésicos, de la realización de anestesia regional, de una reposición de líquidos intravenososinadecuada, de una alteración de la permeabilidad vascular, de la alteración de la función cardíaca y de estímulos del sistema nervioso autónomo. 31 CONCLUSIONES ¿Cómo una sutil diferencia en el balance hídrico genera un cambio tan grande en la homeostasis? La asociación plantea por sí misma otras interrogantes sobre si esta asociación se debe al balance hídrico. Con lo cual podemos inferir que debemos adoptar una conducta proactiva sobre el manejo de la reposición hídrica para mantener una adecuada perfusión orgánica, un concepto básico en el manejo de todo paciente. La evidencia actual sugiere que hay dos factores que es probable que influyan en la asociación entre la administración de líquidos y sus resultados, siendo estos el volumen administrado y el tiempo en el que se administra. La restitución hídrica debe de ajustarse a las necesidades de cada paciente de manera individual, lo anterior podría resumirse en un esquema simple, pero completo, amplio pero concreto, básico y estandarizado pero a su vez manejable para todos los anestesiólogos por las variables propuestas a continuación. CUADRO 2. PROPUESTA DE BALANCE HÍDRICO PESO kg AYUNO hrs EXP. QUIRÚRGICA mL/hrs HTC % VSE ml PSP ml HORA 1 2 3 4 5 6 7 8 HORARIO EGRESOS Requerimientos básicos Ayuno Sangrado Pérdidas insensibles Exposición quirúrgica Diuresis Sistema TOTAL DE EGRESOS INGRESOS Sol. Hartmann Sol. fisiológica 0.9% Sol. Mixta Expansor Especificar: Concentrado eritrocitario Plasma fresco congelado Plaquetoféresis Sangre total Otros TOTAL INGRESOS BALANCE HÍDRICO TOTAL 32 Todo lo anterior es un resumen que engloba todo lo que está descrito en guías aceptadas de terapia de restitución hídrica. Sin embargo esto debe ser utilizado solo como guía pues no hay substitución alguna para el conocimiento de fisiología básica y para el criterio clínico. El manejo adecuado de los líquidos en pacientes quirúrgicos se basa fundamentalmente en conocer las implicaciones fisiológicas de la pérdida de agua, ya sea como producto del metabolismo normal, de la propia cirugía, de estados patológicos previos o de accidentes y situaciones de urgencia. Las soluciones cristaloides y coloides tratan en cierta forma de corregir estas situaciones, suministrando un volumen de líquidos de composición similar a la del plasma o al menos de acuerdo con el déficit específico presentado. La planificación de estas pérdidas con anticipación a cualquier procedimiento quirúrgico, evitará las complicaciones propias de la hipovolemia y la anemia. De manera puntualizada en este trabajo quiero concluir lo siguiente: 1. El uso racional de fluidos en cualquier tipo o clase de cirugía demanda un buen monitoreo y buena interpretación de la información dada por el mismo. 2. Evitar utilizar la restitución hídrica como algo rutinario, para lo cual requerimos una planeación de la misma de manera adecuada e individualizada. 3. El tratamiento preciso del estado ácido-básico y el equilibrio de líquidos y electrólitos puede limitar la morbilidad y mortalidad quirúrgicas. 4. Debemos monitorizar y estar preparados para los efectos de una restitución hídrica intensa o excesiva. 5. Corrección lenta, pero precisa de las alteraciones hidroelectrolíticas. 6. Los requerimientos de líquidos y energía así como la corrección de déficits de líquidos extracelular pueden ser logrados por los cristaloides. 7. Evitar las soluciones hipotónicas. 8. La infusión de grandes volúmenes de cristaloides para corregir déficits intravasculares pueden causar edema, trastornos en la coagulación, y disfunción orgánica. 9. Los déficits intravasculares deberían ser corregidos con coloides. 10. Las restitución hídrica con soluciones coloides de manera excesiva puede ser peligrosa. 11. Lo más razonable para procurar una estabilidad hemodinámica a lo largo de una anestesia es, en lo posible compartir soluciones (cristaloides y coloides), y así obtener las ventajas de ambas, evitando la infusión grandes cantidades, con conocimiento de sus posibles efectos deletéreos 12. Conocer la indicación precisa del uso de sangre y sus derivados. 13. Los problemas de coagulación usualmente ocurren cuando los factores de coagulación están diluidos por debajo del 30%. (tomando en cuenta que esto sucede antes en prematuros y neonatos). 14. Para la corrección de la coagulación es necesario utilizar plasma fresco congelado y plaquetas. 15. Los concentrados eritrocitarios deben ser utilizados por su capacidad para transportar oxígeno. 33 Estos fundamentos son parte del juicio clínico a la hora de decidir cualquier terapia con líquidos así como el momento de hacerle un seguimiento, siendo así la base del éxito del manejo de líquidos en el paciente quirúrgico. La Importancia del Balance de Hídrico en pacientes quirúrgicos se basa fundamentalmente en conocer las implicaciones fisiológicas, sus implicaciones anestésicas, propias de la cirugía, estados patológicos previos, trauma, y situaciones de Urgencia. Las soluciones perioperatorias, tratan de corregir estas situaciones, suministrando un volumen de líquidos de composición similar a la del plasma o al menos de acuerdo con el déficit específico presentado. La planificación de estas pérdidas con anticipación a cualquier procedimiento quirúrgico, evitará las complicaciones propias de la hipovolemia y la anemia. El juicio clínico a la hora de decidir cualquier terapia con líquidos así como en el momento de hacerle un seguimiento, es la base del éxito del manejo de líquidos en el paciente quirúrgico. Por Ultimo se considera de vital importancia el realizar una evaluación preanestesia y decidir de acuerdo al tipo de paciente, edad, patologías previas, estado hídrico, para decidir de acuerdo a las necesidades hídricas, el esquema de reposicion mas adecuado y que cubra de manera mas eficiente, los requerimientos individuales del paciente. 34 BIBLIOGRAFÍA 1. ASA Task Force on preoperative fasting. Practice guidelines for preoperative fasting and the use of pharmacologic agents to reduce the risk of pulmonary aspiration: application to healthy patients undergoing elective procedures. Anesthesiology 1999; 90: 896–905. 2. Bellomo R. 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