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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO. FACULTAD DE MEDICINA DIVISION DE POSTGRADO E INVESTIGACIÓN SECRETARIA DE SALUD. HOSPITAL JUAREZ DE MÉXICO. HALLAZGOS HISTOLOGICOS ENCONTRADOS EN PACIENTES SOMETIDAS A HISTERECTOMIA. Y CORRELACION CON EL DIAGNÓSTICO PREQUIRURGICO. TESIS QUE PARA OBTENER LA ESPECIALIDAD EN: GINECOLOGIA Y OBSTETRICIA. P R E S E N T A DR. ANTONIO SOTELO RAMIREZ. ASESOR: DR. FRANCISCO JAVIER HERNANDEZ ALDANA. MÉXICO, D.F. ABRIL, 2013 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO. FACULTAD DE MEDICINA. DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO E INVESTIGACIÓN. SECRETARIA DE SALUD. HOSPITAL JUÁREZ DE MÉXICO. HALLAZGOS HISTOLOGICOS ENCONTRADOS EN PACIENTES SOMETIDAS A HISTERECTOMIA. Y CORRELACION CON EL DIAGNÓSTICO PREQUIRURGICO. TESIS DE POSTGRADO PARA OBTENER EL TITULO DE ESPECIALIDAD DE: GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA. PRESENTA DR. ANTONIO SOTELO RAMÍREZ MÉXICO, D. F. ABRIL, 2013. DR. CARLOS VIVEROS CONTRERAS JEFE DE ENSEÑANZA E INVESTIGACION HOSPITAL JUÁREZ DE MÉXICO DR. JUAN JIMENEZ HUERTA TITULAR DEL CURSO DE GINECOLOGIA Y OBSTETRCIA HOSPITAL JUÁREZ DE MÉXICO DR. FRANCISCO JAVIER HERNANDEZ ALDANA JEFE DE LA DIVISION DE GINECOLOGIA Y OBSTETRICA HOSPITAL JUÁREZ DE MÉXICO TUTOR. INDICE Página Índice……………………………………………………………………………………….1 Introducción………………………………………………………………………………..2 Indicaciones…………………………………………………………………………….. 6 Hallazgos histológicos…………………………………………………………………….9 Planteamiento del problema……………………………………………………………13 Objetivos………………………………………………………………………………….14 Material y métodos………………………………………………………………………15 Descripción de variables………………………………………………………………. 15 Hipótesis…………………………………………………………………………………..15 Definición de la población objetivos………………………………………………….. 15 Características generales……………………………………………………………… 16 Diseño estadístico ……………………………………………………………………. 17 Resultados …………………………………………………………………………….. 17 Anexos…………………………………………………………………………………….19 Discusión………………………………………………………………………………… 30 Conclusiones…………………………………………………………………………… 31 Bibliografía…………………………………………………………………………….... 33 INTRODUCCIÓN A) Aspectos Históricos. Junto con la cesárea y la colecistectomía, la histerectomía es actualmente la intervención más practicada en los países desarrollados. (1) James Johnson, director del London Médico-Chirurgical Review, señalo en 1825: “Nosotros consideramos que la extirpación del útero no asociado con protusión o inversión previa representa una de las operaciones más crueles concebidas o ejecutadas por el hombre. No es nuestra intención desalentar intervenciones quirúrgicas audaces y novedosas, pero existe un límite que sería imprudente sobrepasar.” (2) Apenas 150 años después, la histerectomía se convirtió en la operación más común realizada en los Estados Unidos. (2) La historia de la histerectomía ha sido reseñada por diversos autores, entre ellos Leonardo Mathieu, Henrotin, Noble, y Cianfrani. (2) Se dice que Sorano de Efeso amputó un útero gangrenoso por vía vaginal en el siglo II d. C. Sin embargo la histerectomía vaginal fue realizada muchos siglos antes de intentar la histerectomía abdominal. En el siglo V a. C. época de Hipócrates ya es posible encontrar algunas referencias relacionadas con la histerectomía. Estas operaciones también fueron realizadas por parteras. Todas estas histerectomías tempranas fueron vaginales y en general indicadas por prolapso o inversión del útero. Según Mathieu “los médicos observaban un útero invertido y prolapsado que protruía a través de la vagina y, sin saber que se trataba realmente, lo extirpaban sin miramientos. Es un milagro que algunas pacientes hayan sobrevivido a estos episodios.” Los primeros intentos con histerectomía abdominal por lo general se relacionaron con casos en los cuales leiomiomas uterinos fueron erróneamente diagnosticados como quistes ováricos voluminosos. A principio del siglo XIX, la laparotomía por quistes de ovario aún era considerada una operación peligrosa a pesar de los primeros resultados exitosos obtenidos por McDowell en Norteamérica en 1809 y por Emiliami en Europa en 1815. Por supuesto, la extirpación de los leiomiomas pediculados presentaba menos dificultades. Muchas de las primeras Miomectomías consistieron en la resección de tumores pediculados. La primera miomectomía vaginal fue realizada por Amussat en Francia, en 1840. Washintong L. Atlee, de Lancaster, Pennsylvania, llevó a cabo la primera miomectomía abdominal exitosa el 28 de agosto de 1844. Este cirujano adquirió fama por su audacia y sus resultados exitosos en la extirpación de tumores uterinos. Sin embargo entre sus primeras 125 operaciones abdominales no se registró ningún intento de extirpar en su totalidad el útero. La primera histerectomía abdominal planificada para la extirpación de leiomiomas uterinos fue realizada en 1846 por John Bellinger, de Charleston Carolina del Sur. La paciente falleció 5 días después de la operación. En 1848 en Boston Massachussets, la paciente de Samuel Parkman murió como consecuencia de una hemorragia 12 horas después de la histerectomía abdominal. Se atribuye a Walker Burhan, de Lowell, Massachussets, la primera histerectomía abdominal exitosa, aunque no programada, para la extirpación de leiomiomas uterinos el 26 de junio de 1853. El diagnóstico preoperatorio fue de un tumor de ovario esta paciente sobrevivió. El 1° de septiembre de 1853 G. Kimball, de Lowell, Massachussets, fue el primero en llevar a cabo con éxito una histerectomía abdominal planificada por un diagnóstico preoperatorio correcto de leiomiomas uterinos. En un artículo formal este cirujano propuso la operación, aunque sólo había registrado un resultado exitoso en sus primeras cuatro intervenciones. Según Storer, sólo sobrevivieron 6 de las primeras 24 pacientes sometidas a una histerectomía abdominal. De las 18 pacientes fallecidas 11 murieron como consecuencia de la hemorragia y el choque hipovolémico. Con el transcurso del tiempo la técnica de la histerectomía abdominal fue mejorando. La hemorragia sólo pudo comenzar a controlarse en 1864, cuando Koeberle, de Francia, publicó un artículo histórico sobre la histerectomía e indujo un método para ligar el pedículo vascular mayor de la parte inferior del útero con un “serreneud”. Esta ligature en masse alrededor del segmento inferior del útero con el cuerpo uterino amputado en la parte superior representó la técnica para el control de la hemorragia asociada con la histerectomía durante los primeros años. El muñón así creado era una masa tisular voluminosa que no siempre podía ser respuesta sin riesgos en la cavidad abdominal, debido al peligro de hemorragia intraperitoneal, y con frecuencia se lo fijaba extraperitonealmente en la incisión, de modo que pudiera ser clampeado en caso de necesidad. En 1889Stimon describió una técnica para la ligadura individual de las arterias uterinas y ováricas; esta técnica logró reducir la incidencia de hemorragia postoperatoria. Kelly publicó una técnica similar con ilustraciones en 1891. En Estados Unidos Mary Amanda Dixon Jones, en 1888, registró la primera histerectomía abdominal exitosa. Según Cullen, entre 1889 y 1906 se llevaron a cabo 969 histerectomías abdominales en el Hospital John Hopkins, con una mortalidad de 5.9%. Entre 1906 y 1909 la tasa de mortalidad disminuyó a menos del 1%. Durante las primeras décadas del siglo XX, la histerectomía comenzó a ser utilizada con mayor frecuencia en el tratamiento de las enfermedades y los síntomas ginecológicos. Durante este período la ginecología comenzó a adquirir mayor importancia como especialidad médica. El tratamiento quirúrgico de la enfermedad ginecológica recibió más atención por razones obvias. Los ginecólogos contaban con escasos recursos para ayudar a sus pacientes. Por ejemplo los estrógenos y la progesterona no habían sido descubiertos. Cuando el riesgo quirúrgico disminuyó muchos ginecólogos se dedicaron a desarrollar nuevos procedimientos operatorios para tratar a sus pacientes. Sims, Wertheim, Schauta; Kelly, Bonney, Clarke, Mayo, Meigs, y muchos otros contribuyeron de manera significativa a mejorar la técnica quirúrgica en ginecología. Durante el resto del siglo XX, a medida que la ginecología maduraba como una especialidad médica, se acumularon nuevos conocimientos acerca de la fisiología y la patología de los órganos reproductores; se desarrollaron técnicas diagnósticas especiales y más certeras y surgieron modalidades terapéuticas no quirúrgicas efectivas. En la práctica actual de la ginecología la aplicación correcta de estos conocimientos de las técnicas diagnósticas modernas permite una selección más racional del tratamiento y la implementación de una terapéutica quirúrgica con indicaciones mas precisas. Con los adelantos científicos, el mejoramiento de la técnica quirúrgica, y la implementación de antibióticos; la mortalidad en este procedimiento se ha reducido significativamente, en algunas series estudiadas se puede encontrar mortalidad de 1 a 2 por 1,000 pacientes. Sin embargo la incidencia de complicaciones puede ser en histerectomía vaginal de un 25% y en histerectomías abdominales de un 50%. Algunas de estas complicaciones pueden ser graves (v. gr. Infecciones, hemorragia, lesiones de las vías urinarias e intestinales o embolia pulmonar). La importancia de establecer las “indicaciones adecuadas para la histerectomía” requiere principalmente un conocimiento cabal de la fisiopatología de los órganos reproductores femeninos, de las manifestaciones clínicas de la enfermedad pélvica y del desarrollo psicosexual normal y anormal. Estos conocimientos fundamentalmente representan la base sobre la cual se construye la “pirámide de la práctica idónea de la cirugía ginecológica” El Dr. Richard W. Te Linde profesor de Ginecología de la Universidad John Hopkins observó: “la facilidad con la cual puede realizarse una histerectomía de rutina representa al mismo tiempo una bendición y una maldición para la mujer. Es indudable que una histerectomía efectuada con las indicaciones adecuadas puede restaurar la salud e incluso salvar la vida de una paciente. Sin embargo, en la práctica de la ginecología es frecuente observar innumerables mujeres en quienes se ha recomendado la histerectomía sin indicaciones apropiadas. Principalmente pienso que el principal factor asilado responsablemente de las histerectomías innecesarias consiste en la falta de comprensión cabal de la patología ginecológica. Por lo tanto, la necesidad primordial para realizar intervenciones quirúrgicas pélvicas en la actualidad es un mayor conocimiento de la patología ginecológica.” Durante los años ochenta, la tasa anual de histerectomía en los Estados Unidos fue de 7 por cada 1,000 mujeres mayores de 15 años (2). Se estima que la frecuencia de la histerectomía independientemente de la vía de acceso, oscila entre 30,000 y 40,000 operaciones por año en Francia. En los Estados Unidos, la tasa ha pasado de 800,000 al año en 1980. 670,000 en 1985 y a 590,000 en 1992 (3). El porcentaje de pacientes histerectomizadas es del 12% en Suecia, del 5.8% en Francia, del 15% en Italia, del 20% en Inglaterra, y del 37% en los Estados Unidos. Las tasas varían en función de la región geográfica, de la raza (raza negra) y para algunos autores, en función de la categoría social (población desfavorecida) y del sexo del cirujano (3). Con el incremento en la frecuencia de la histerectomía en los últimos 50 años, la técnica ha sido criticada. La necesidad y la indicación de la histerectomía son cuestionadas por pacientes y han sido discutidas duramente en la literatura médica general. La histerectomía conlleva un grado de morbilidad y, aunque con los adelantos médicos actuales la mortalidad haya disminuido significativamente, en un gran estudio del American CDC, Wingo y colaboradores (1985) mostraron una mortalidad de 8.6 por cada 10,000 histerectomías abdominales y del 2.7 por cada 10,000 histerectomías vaginales en pacientes sin aumento de riesgo. Indudablemente la histerectomía, posee un efecto positivo en el bienestar de la paciente, debido a la desaparición de los síntomas, sin embargo, muchas mujeres consideran la extirpación del útero como una pérdida de su integridad física. También debemos considerar el coste de la intervención (incluyendo la estancia del hospital y la pérdida subsiguiente de tiempo y trabajo). Debido a estas preocupaciones, en los últimos años se ha prestado mayor atención a procedimientos alternativos tales como la ablación endometrial, miomectomía, técnicas para la incontinencia de estrés sin histerectomía y medidas conservadoras de cirugía cervical. Todos estos factores nos llevan a considerar las indicaciones de histerectomía muy críticamente, lo que esta permitiendo en la actualidad reducir el número de intervenciones realizadas. Diferentes estudios retrospectivos basados en el resultado anatomopatológico de la pieza operatoria demuestran un exceso de indicaciones operatorias; el 50% de la pieza no representarían lesión histológica (4) y el 6% de las indicaciones serían inapropiadas (5). Existen varios mecanismos de control. La “Peer Rewiew”, es decir, el examen periódico de las indicaciones en función del resultado anatomopatológico. Esta actuación de control permitiría una disminución del 24% de las indicaciones. (6) La solicitud de una segunda opinión haría descender en un 7 a un 40% la tasa de intervenciones (7). Las campañas de los medios de comunicación permitirían igualmente reducir de forma no selectiva la tasa de histerectomías en un 25%, sobre todo en las mujeres de 35 a 49 años (8). Actualmente, hay que subrayar las numerosas alternativas ofrecidas a los tratamientos quirúrgicos clásicos (tratamientos médicos, tratamientos endoscópicos) que deberían comprobar una disminución del número de histerectomías (del 33% según Meeus) (9). La cirugía endoscópica es el progreso más importante de los últimos decenios en materia de cirugía. Preconizada desde 1940 por el ginecólogo Raoul Plamer, con fines exclusivamente diagnósticos en el marco de la exploración de la esterilidad femenina, la endoscopia se ha convertido en medio siglo en una disciplina quirúrgica con entidad propia, tanto en ginecología como en otras numerosas especialidades. El desarrollo de una instrumentación específica, el perfeccionamiento de las técnicas endoscópicas y una evaluación rigurosa de los resultados ha permitido proponer nuevas estrategias terapéuticas para numerosas patologías ginecológicas (10, 11, 12) INDICACIONES. Las indicaciones para la realización de una histerectomía las podemos dividir en: A) Obstétricas.B) Ginecológicas. C) Infecciosas. D) Oncológicas. INDICACIONES OBSTETRICAS. La histerectomía se indica en pacientes que tienen un sangrado incontrolable, tras un aborto o cesárea, (atonia uterina) o por una infección severa. Las causas de sangrado son, por lo general, una ruptura o perforación uterina, embarazo ectópico, intersticial o cervical. Mola hidatiforme invasora o coriocarcinoma. Miomatosis uterina de grandes elementos que impiden la contractilidad adecuada del útero pos evento obstétrico. Complicaciones infecciosas. En la infección uterina severa post parto (generalmente tras cesárea), con peritonitis y curso séptico, la histerectomía, puede salvar la vida, al eliminar el foco de infección; aborto séptico. (1,2) INDICACIONES GINECOLOGICAS. LEIOMIOMAS UTERINOS. Los miomas uterinos son la indicación mas frecuente de la histerectomía. Estos tumores son benignos y el peligro de malignización es menor del 1%. Si debe realizarse cirugía en todos los casos y si debe ser una histerectomía o una miomectomía, depende del tamaño, número y localización de los miomas, de la edad de la paciente y del deseo de conservar la fertilidad, así como los síntomas que puedan producir. Generalmente, un tamaño uterino de 12-14 cm o superior es indicativo de intervención quirúrgica. Un rápido aumento del tamaño del tumor es otra indicación, una vez que se haya excluido el embarazo en la mujer premenopáusica y el sarcoma en la mujer postmenopáusica. Los síntomas que justifican la cirugía incluyen la metrorragia severa productora de anemias, dolor debido a la torsión de un mioma con pobre aporte sanguíneo y la presión de la pelvis, particularmente si se asocia a infertilidad. La miomectomía esta indicada si, además de estos síntomas, la paciente quiere conservar su fertilidad. Es series recogidas por Buttram (1987) se mostraba que la tasa de recurrencia posterior era del 10-15%; este factor debe ser tenido en cuenta cuando se elige entre una miomectomía y la histerectomía. Cuando los tumores uterinos son grandes y, sobre todo, son irregulares, siempre es necesario averiguar si se trata de un posible tumor ovárico y no de un mioma. Aunque los miomas, generalmente, no continuan creciendo tras la menopausia (al menos en pacientes que no reciben terapia estrogénica), la evaluación de los órganos pélvicos, sobre toso los ovarios, se hace mas difícil en presencia de un útero grande e irregular. La identificación de un tumor maligno se hace, por tanto, más difícil, siendo preferible la extirpación del útero. PROLAPSO GENITAL TOTAL. El prolapso del útero, a menudo combinado con cistocele y rectocele, se convierte en una indicación de histerectomía cuando el prolapso causa síntomas o cuando las estructuras prolapsadas se ulceran (1,2). Por otra parte, la histerectomía no es un componente esencial de la operación para la incontinencia de estrés, sin que haya otras indicaciones. Un cistocele o enterocele importantes es a menudo reparado más efectivamente cuando se realiza una histerectomía en el curso de la cirugía vaginal (1,2) En mujeres jóvenes que desean tener más hijos, una cirugía del prolapso puede, siempre que sea posible, retrasarse hasta que termine el último embarazo. Si esto no es posible por la presencia de síntomas importantes, se considerarán las técnicas abdominales. CÁNCER, CERVICAL, UTERINO DE ENDOMETRIO U OVARICO. El cáncer de endometrio es una indicación definitiva de histerectomía; si existe afectación del cérvix uterino, debe realizarse una histerectomía radical, como en el cáncer cervical. Alternativamente, la extirpación de todo el útero, puede no ser necesaria en el carcinoma in situ del cérvix, siempre que el tejido afectado haya sido extirpado satisfactoriamente mediante conización, vaporización con láser o criocirugía. La hiperplasia endometrial con atipias es un precursor del carcinoma endometrial, siendo también una indicación de histerectomía. La hiperplasia sin atipias es generalmente reversible y puede ser tratada con terapia hormonal. Otra indicación de histerectomía es el carcinoma ovárico mas avanzado a un estadio I (1,2). Los adenocarcinomas endometriales y los sarcomas del endometrio y el miometrio deben ser tratados con una histerectomía abdominal y salpingooforectomía bilateral. Aunque también es posible administrar diversas combinaciones de radioterapia y quimioterapia coadyuvantes, el componente más importante del tratamiento es la histerectomía (1). Cuando se decide operar un cáncer en algún órgano vecino puede realizarse una histerectomía para que la operación sea técnicamente correcta. Esto a menudo es válido en caso de carcinoma de recto, pero también puede serlo para carcinomas de ciego, sigmoides, o vejiga; cuando estos órganos se adhieren al útero. La histerectomía puede ser necesaria en ciertas operaciones por tumores retroperitoneales (1). ADENOMIOSIS. La adenomiosis es a menudo clínicamente indistinguible de los miomas uterinos y se trata de la misma manera (2). Debe recalcarse que la adenomiosis no es una indicación habitual para histerectomía. El compromiso miometrial profundo y la hipertrofia miometrial asociada son hallazgos infrecuentes. El diagnóstico preoperatorio de adenomiosis puede no ser confirmado por el examen anatomopatológico, y una adenomiosis mínima detectada mediante estudio anatomopatológico detallado puede no revestir importancia clínica (1). SANGRADO UTERINO DISFUNCIONAL. La metrorragia disfuncional uterina se trata primariamente con terapia hormonal. En casos dudosos, el legrado uterino esta indicado para hacer el diagnóstico y para descartar el cáncer o extirpar pólipos que puedan ser la causa del sangrado. Actualmente se utiliza cada vez con más frecuencia la histeroscopia, en este sentido. Otra alternativa para tratar la metrorragia disfuncional es la ablación endometrial por histeroscopia. En pacientes en las que falla la terapia hormonal, se puede considerar la histerectomía. (2) Por lo general coexiste con Anovulación o desprendimiento o maduración irregulares del endometrio. En algunas pacientes se observará hiperplasia endometrial en una de sus diversas formas (2). INFECCIONES PÉLVICAS. Las infecciones pélvicas se tratan, de entrada, con antibiótico de amplio espectro. Los abscesos pueden ser drenados mediante colpotomía posterior, laparoscopia o mediante punción con aguja guiada. Si la cirugía esta todavía indicada, generalmente es posible conservar algunos de los órganos pélvicos. La salpingooforectomía bilateral con histerectomía raramente se indica actualmente; solo se realiza cuando no hay deseo de embarazo o en una infección puerperal uterina que no se puede controlar mediante medidas conservadoras. AUSENCIA DE AMBOS OVARIOS. Si es necesario extirpar ambos ovarios en una mujer mayor, la extracción del útero es razonable, porque no tiene otra función y es un foco de posible patología. Las mujeres jóvenes sin ovarios pueden quedar embarazadas mediante donación de ovocitos y técnicas de reproducción asistida; esto debe ser tenido en cuenta en los países donde estas técnicas pueden estar disponibles. HALLAZGOS HISTOLÒGICOS. CÉRVIX. LESIONES DE BAJO Y ALTO GRADO. Ninguna otra forma de cáncer ilustra los notables efectos que un diagnóstico precoz y un tratamiento curativo tiene sobre el índice de mortalidad de lo que hace el cérvix. Entre los factores de riesgo más importantes para la génesis del carcinoma cervical están los antecedentes de exposición al virus del papiloma humano (VPH). Los coilocitos son la manifestación del efecto citopatógeno del virus. Estas modificaciones celulares obedecen a la presencia de cierta cantidad de DNA viral, y a veces de cápsides (viriones maduros) no integrados en el genoma. Los coilocitos muestran modificaciones citoplasmáticas ynucleares. Alrededor del núcleo existe un halo claro (vacuolización, cavitación). El citoplasma periférico está más denso, y los límites celulares son particularmente nítidos. A nivel ultraestructural, el halo claro corresponde a una zona de necrosis citoplasmática desprovista de glucógeno (3). El carcinoma in situ no puede reconocerse a simple vista. El diagnóstico sólo puede sospecharse si se practica una colposcopia (13). Histológicamente, las células displásicas y las mitosis pueden encontrarse en toda la altura del epitelio. Las células pueden ser pequeñas, grandes y queratinizadas o grandes sin queratinizar. A veces las alteraciones anaplásicas se extienden por toda la superficie hacia las glándulas endocervicales subyacentes, si bien esta extensión no debe ser considerada como inflamación, ya que no existe penetración a través de la membrana basal glandular (13). El carcinoma cervical infiltrante adopta tres patrones peculiares; excrecente (o exofítico), ulcerante e infiltrante. La variedad más frecuente es la excrecente, que se manifiesta como un tumor evidente que se proyecta por encima de la mucosa que lo rodea (13, 14). El carcinoma cervical avanzado da lugar a metástasis primeramente a los órganos pélvicos adyacentes y posteriormente a distancia. Histológicamente un 65% de estos tumores son de células grandes no queratinizantes y moderadamente diferenciadas; alrededor de un 25% son de células grandes queratinizantes que producen gránulos de querato hialina, globos córneos y células disqueratósicas; el resto están formados por células epidermoides pequeñas indiferenciadas (13,14) ÚTERO. ADENOMIOSIS. La adenomiosis consiste en la presencia de nidos de endometrio en el seno del miometrio de la pared uterina. Se encuentra en el estudio de alrededor 20% de los úteros de autopsias, dependiendo de los criterios que se utilicen para su diagnóstico y el celo con que se busque. El diagnóstico histológico descansa en la identificación de estroma y glándulas endometriales entre los haces musculares del miometrio. En la mayoría de los casos, los nidos están formados por glándulas típicas, rodeadas por un estroma constituido por células fusiformes. En ocasiones, estos nidos están formados sólo por estroma y reciben el nombre de nódulos estromales benignos. Para que pueda diagnosticarse razonablemente una adenomiosis, los nidos endometriales deben estar situados al menos a un campo a bajo aumento (2 a 3 mm) por debajo de la unión endomiometrial. ENDOMETRIOSIS. Es él término utilizado para describir glándulas o estroma endometrial en localizaciones anómalas. Aparece por orden de frecuencia en las siguientes localizaciones: ovarios, ligamentos uterinos, tabique rectovaginal, peritoneo pelviano, cicatrices de laparotomía, y raramente en el ombligo, en la vagina, la vulva y el apéndice. Los focos endometriósicos están sometidos de forma casi invariable, a la influencia de las hormonas ováricas y por tanto, siguen las variaciones menstruales y presentan hemorragias periódicas. En consecuencia, aparecen como nódulos rojo-azulados o pardo- amarillentos implantados sobre las superficies serosas o situados aparentemente por debajo de las mismas. Cuando existe una importante acumulación de sangre y ésta se organiza, se producen adherencias entre las distintas estructuras. Obliterando el saco de Douglas y distorsión con fibrosis total en y alrededor de las trompas y ovarios. Estos últimos pueden estar muy alterados a causa de la existencia de grandes quistes llenos de restos sanguíneos pardos que forman los llamados “quistes de chocolate”. El diagnóstico histológico es a menudo sencillo en casos avanzados, floridos y de larga evolución porque, a medida que la enfermedad progresa, la respuesta fibroproliferativa va borrando las características reconocibles. Un diagnóstico histológico definitivo requiere dos de los tres hallazgos siguientes: glándulas, estroma y pigmento hemosiderínico. ENDOMETRIO ATRÓFICO QUISTICO SENIL. En la mujer postmenopáusica, el endometrio suele atrofiarse y se transforma en una mucosa rudimentaria compuesta sólo por glándulas basales. Por razones desconocidas, en algunas mujeres estas glándulas en lugar de comprimirse, se dilatan de forma quística y sus células se aplanan o se atrofian por completo. No hay que confundir esa transformación quística con la hiperplasia quística, en la que las glándulas están revestidas por células proliferativas, además de las aplanadas, y el estroma es hiperplásico. HIPERPLASIA ENDOMETRIAL. La hiperplasia endometrial es otra causa de hemorragias anormales que difiere de los trastornos funcionales del endometrio en que el origen de las hemorragias consiste en distintos patrones de crecimiento anormal de las glándulas y del estroma. La hiperplasia endometrial es importante debido a sus especiales relaciones con el carcinoma endometrial. Hiperplasia simple sin atipia. (También llamada quística o ligera) por la presencia de glándulas de distintos tamaños, de las cuales muchas son quísticas. El revestimiento epitelial puede ser cilíndrico alto o cúbico y a veces es poliestratificado. Las mitosis son escasas, pero pueden verse zonas de endometrio proliferativo típico mezclado con las glándulas dilatadas. El estroma existente entre las glándulas también esta aumentado. Este tipo de lesiones rara vez progresa hacia el carcinoma. Hiperplasia compleja. (También conocida como moderada o adenomatosa sin atipia) presenta un aumento del número y tamaño de las glándulas endometriales de tamaños dispares y de forma irregular. Las glándulas están próximas entre sí. Se forman yemas papilares, a modo de proyecciones en dedo de guante hacia el estroma endometrial adyacente. El epitelio es hiperplásico y a menudo se observan estratificación de las células que rodean las luces. Si no existe atipia celular, el porcentaje de casos que evolucionan hacia un carcinoma es inferior al 5%. Hiperplasia atípica. También llamada hiperplasia compleja o adenomatosa con atipia, presenta, además de la proximidad y complejidad de las glándulas, la característica distintiva de la atipia celular en el epitelio hiperplásico. Esta atipia consiste en células grandes, pérdida de la polaridad, hipercromatismo, nucléolos prominentes y alteración de la relación núcleo-citoplasma. La atipia puede ser ligera, moderada o intensa. Es frecuente encontrar mitosis. En las formas más graves, la atipia celular y arquitectural puede ser semejante a las de un Adenocarcinoma, si bien el término de carcinoma in situ, que fue sugerido por algunos autores para estos cuadros, no goza en la actualidad de favor. LEIOMIOMAS. Los leiomiomas están claramente delimitados y son redondeados, firmes blanco- grisáceos con u tamaño que oscila entre pequeños nódulos apenas visibles a tumores enormes que llenan por completo la pelvis. Salvo en raros casos, se encuentran en el interior del miometrio uterino. Sólo en ocasiones afectan a los ligamentos uterinos, al segmento uterino inferior o al cérvix. El leiomioma esta formado por haces arremolinados de fibras musculares lisas que simulan la arquitectura del miometrio no afectado. En general las células musculares son de tamaño y forma regulares y poseen un característico núcleo oval con citoplasma largo, delgado, y bipolar. Las mitosis son escasas y no existen células gigantes o anaplasia. CARCINOMA DE ENDOMETRIO. Macroscópicamente, los carcinomas de endometrio, forman tumores polipoides localizados o neoplasias difusas que abarcan, a la totalidad de la superficie endometrial. La extensión miometrial produce nódulos subserosos y serosos y el tumor acaba por extenderse a las estructuras peritoneales por continuidad directa. La afectación del ligamento ancho puede dar lugar a una masa palpable. Por último, se producen metástasis ganglionares y, en sus últimos estadios, el tumor puedealcanzar vía hematógena los pulmones, los huesos y otros órganos. Histológicamente, la mayoría de los carcinomas endometriales (alrededor del 85%) son adenocarcinomas que se caracterizan por un patrón glandular más o menos definido, formado por células epiteliales cilíndricas estratificadas y malignas. Puede estar bien diferenciado (grado I) y mostrar un patrón glandular fácilmente reconocible, ser de diferenciación moderada (grado II) con glándulas bien formadas mezcladas con nidos sólidos de células malignas, o mal diferenciado (grado III), constituido por nidos sólidos de células con glándulas apenas reconocibles y un elevado grado de atipia nuclear y de actividad mitótica. De un 10 a 20% de los carcinomas de endometrio contiene focos de diferenciación epidermoide. Estos elementos escamosos son, en la mayoría de los casos, de aspecto benigno (adenocarcinomas con metaplasia epidermoide o adenoacantomas) pero a veces son francamente malignos (carcinomas adenoescamosos) Otros raros tipos de Adenocarcinoma endometrial son el carcinoma de células claras, el adenocarcinoma mucinoso, el carcinoma secretor y el carcinoma seroso papilar. Este último en especial es una forma muy maligna de cáncer uterino. TUMORES MESODÉRMICOS MIXTOS MALIGNOS (TUMORES MULLERIANOS MIXTOS) Estos tumores malignos relativamente raros del endometrio se consideran derivados de las células estromales primitivas que originariamente derivan del mesodermo mulleriano. Reciben el nombre de tumores mixtos porque están formados por elementos glandulares malignos y estromales sarcomatosos que tienden a diferenciarse a diversos componentes mesodérmicos malignos. Macroscópicamente, estos tumores forman masas polipoides que pueden protruir alcanzando la vagina. En el estudio histológico, la mayor parte del tumor está formada por un adenocarcinoma glandular que tiende a ser poco diferenciado, pero estos elementos glandulares se mezclan con células anaplásicas fusiformes del estroma con núcleos abigarrados y numerosas mitosis. Como ya se ha dicho, este componente sarcomatoso puede diferenciar células musculares lisas o estriadas, cartílago, tejido adiposo, y hueso (tumores mixtos heterólogos), cuando no existen estas estructuras heterotrópicas, el tumor consiste en glándulas y mesénquima maligno, (tumor mixto homólogo) se trata de lesiones muy malignas con una supervivencia media a los 5 años de 15-30%. OVARIOS. TUMORES ENDOMETROIDES. Estas neoplasias representan alrededor del 20% de los cánceres ováricos. La mayoría son carcinomas aunque también existen formas benignas. Macroscópicamente, los carcinomas endometroides muestran una combinación de áreas sólidas y quísticas. Estos tumores no alcanzan las monstruosas dimensiones de los mucinosos. Sus quistes están revestidos por una superficie aterciopelada de la que protruyen masas polipoides o papilas. El 40% de las enfermas con carcinoma endometroide presentan afectación bilateral, que suele implicar, aunque no siempre una extensión de la neoplasia más allá del aparato genital. Histológicamente, se observan patrones que tiene una semejanza con los endometriales. En algunos casos, existen focos de diferenciación epidermoide que recapitulan el patrón de los adenoacantomas del endometrio. De la misma forma, otros tumores tienen focos similares a los carcinomas serosos o mucinosos. ADENOCARCINOMA DE CÉLULAS CLARAS. Este raro patrón de tumor del epitelio de superficie del ovario se caracteriza por grandes células epiteliales con abundante citoplasma claro. Como estos tumores aparecen en ocasiones asociados a endometriosis o a carcinomas endometroides del ovario y, además, recuerdan a los adenocarcinomas de células claras del endometrio, se cree que tienen un origen mulleriano y que, de hecho, son variantes del adenocarcinoma endometrioide. Los tumores de células claras del ovario pueden predominantemente sólidos o quísticos. En los sólidos las células claras se disponen en sábanas o túbulos. En los quísticos, las células neoplásicas revisten los espacios quísticos. TUMOR DE BRENNER. Esta neoplasia, generalmente sólida, se caracteriza por un denso estroma fibroso en el que se encuentran nidos de células transicionales, que se parecen a las que revisten la vejiga urinaria. Estas neoplasias, suelen ser bilaterales (alrededor del 90%) y varían de tamaño desde pequeñas lesiones de menos de 1 cm a grandes tumores de hasta 20 o 30 cm. Aunque generalmente son sólidos, pueden ser también quísticos en ocasiones. El estroma fibroso, que recuerda al del ovario normal, está sembrado de grupos de células epiteliales claramente delimitados. Estas células forman nidos sólidos que remedan el epitelio de l avía urinaria, a menudo con glándulas mucinosas en el centro. En algunos casos, el estroma está formado de fibroblastos algo hinchados, similares a las células de la teca. Estas neoplasias pueden tener actividad hormonal, como sugieren los casos de aparición simultánea de tumores de Brenner y carcinomas de endometrio. La inmensa mayoría de los tumores de Brenner son benignos, si bien se han publicado algunos casos malignos. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. ¿Cuál es la frecuencia de histerectomías en el HJM? ¿Cuales son las causas más frecuentes por la que, a una paciente se le realiza una histerectomía, en el HJM? ¿Cual es la distribución por abordaje, en la histerectomías realizadas en el HJM? ¿Cuál es la frecuencia de patología maligna como causa de histerectomía en HJM? ¿Cuál es la distribución por grupo etáreo de las histerectomías realizadas en el Hospital Juárez? ¿Cuáles son los hallazgos mas frecuentemente encontrados en el reporte de patología? ¿En qué porcentaje se correlaciona el diagnóstico prequirúrgico con el resultado histológico? ¿Cuál es la frecuencia de biopsias previas al procedimiento quirúrgico? ¿Cuáles son las principales causas de histerectomía? ¿Determinar la incidencia de histerectomía subtotal? ¿Saber la incidencia en esta revisión de histerectomía radical? OBJETIVOS: 1. Dar a conocer la frecuencia de histerectomías en el Hospital Juárez de México. 2. Establecer la distribución por grupo etáreo. 3. Determinar las causas o indicaciones preoperatorias más frecuentes por las cuales es sometida una paciente a este procedimiento. 4. Determinar si existen biopsias preoperatorias y el porcentaje de las mismas 5. Establecer cuál es la correlación entre el diagnóstico prequirúrgico y el estudio histológico definitivo. 6. Dar a conocer los hallazgos histológicos más frecuentemente encontrados. 7. Revisar la incidencia de histerectomía subtotal y radical en el HJM. MATERIAL, PACIENTES Y MÉTODO. DISEÑO DEL ESTUDIO. Revisión de casos. Observacional. Retrospectivo. Longitudinal. UNIVERSO DE TRABAJO. Es una revisión de casos de pacientes a las cuales se les realizó histerectomía, en el periodo de enero a diciembre del 2002, en el departamento de Ginecología, Oncología y Cirugía General del Hospital Juárez de México. Se revisaron 301 casos. DESCRIPCIÓN DE LAS VARIABLES. VARIABLES INDEPENDIENTES. Patología cervical, uterina u ovárica, la cual requiera para el restablecimiento de la salud de la paciente, la extirpación del útero, y/o anexos uní o bilateral. VARIABLES DEPENDIENTES. Todo paciente al cual se le realizo histerectomía total, subtotal, o radical, sin importar el abordaje quirúrgico. HIPÓTESIS. Existe una relación entre las causas que indican el procedimiento quirúrgico de histerectomía y los resultados histopatológicos. Se requiere de nuevos procedimientos diagnósticos previos al procedimiento quirúrgico. DEFINICIÓNDE LA POBLACIÓN OBJETIVO. Se trata de un estudio retrospectivo, longitudinal, descriptivo, observacional (revisión de casos) en el cual se analizaron los expedientes clínicos de todas aquellas pacientes que fueron sometidas a una histerectomía total abdominal y/o vaginal, sin importar la indicación de este procedimiento, durante el período comprendido de enero a diciembre del año 2002. Este estudio trata de correlacionar la indicación quirúrgica del procedimiento, así como protocolo de estudio completo y correlacionarlo con el resultado histopatológico; al mismo tiempo determinar la incidencia de este procedimiento quirúrgico dentro de nuestra Institución y establecer, si esta justificado el mismo. Dado que la literatura demuestra que se abusa de este procedimiento quirúrgico, sobre todo en hospitales escuela como este; la mayoría de las ocasiones por no integrar un expediente clínico completo, y por ende no se llegar a un diagnóstico preciso. Se recopiló la información proveniente de los expedientes clínicos no importando el servicio que realizó el procedimiento quirúrgico Cabe mencionar que en el departamento de ginecología se realiza revisión del expediente y se establece una segunda opinión antes de programar el procedimiento. No así en los casos en que se urgencia el procedimiento. Sólo se estudio aquella población en la cual se encontraba el expediente clínico completo previo estudio en cuestión, y aquellos expedientes en los cuales se encontraba resultado de estudio histopatológico definitivo. CARACTERÍSTICAS GENERALES A) CRITERIOS DE INCLUSIÓN: Sexo sólo se estudió pacientes de sexo femenino. Edad se incluyó pacientes de 15 a 90 años. Antecedente de histerectomía total vía abdominal y/o vaginal en el año 2002. Pacientes sometidas a una histerectomía total, subtotal o radical Pacientes con expediente clínico completo en el Hospital Juárez de México. Resultado histopatológico definitivo. B) CRITERIOS DE EXCLUSIÓN. Pacientes con expediente clínico incompleto. Sin resultado histopatológico definitivo. DISEÑO ESTADÍSTICO. Se realizara una estadística descriptiva y se expresara en porcentajes, el diagnóstico prequirúrgico, los hallazgos histológicos, la correlación de los mismos, la distribución del abordaje quirúrgico, la correlación de expediente clínico completo y asertividad en el diagnóstico prequirúrgico y la relación con el resultado. Y se construirá una tabla de distribución de frecuencia por grupo de edad. RESULTADOS. Se revisaron 301 expedientes, de pacientes que fueron sometidas a Histerectomía en el HJM, entre el 01 de enero y el 31 de diciembre del 2002. El procedimiento quirúrgico fue realizado por los servicios de: Ginecología, 245 casos (81.3%), Oncología 55 casos (18.2%), y Cirugía General 1 caso (0.33%). El promedio de edad fue 48.5 años, (rango de edad de 20 a 77 años). De estas: 78 (25.8%) pacientes fueron consideradas obesas (IMC mayor a 30). 46 pacientes (15.2%) eran portadoras de alguna enfermedad crónica degenerativa: Diabetes Mellitus (7.3%) Hipertensión Arterial Sistémica (7.9%). La sintomatología más frecuente fue dolor pélvico, sangrado vaginal, secreción vaginal fétida y sensación de cuerpo extraño. El tiempo de evolución fue: en los casos de histerectomía obstétrica; cuadros agudos, pero en el resto, el tiempo de evolución fue de 3 a 18 meses. La distribución por grupo etáreo fue: de 15 a 24 años, 1.32%, de 25 a 34 años 9.63%; de 35 a 44 años 35.88%; de 45 a 54 años 3.2%; de 55 a 64 años 7.64%; y de 65 y mas 8.3%. Tabla 4. Grafico 1. Las causas más frecuentes fueron: Grafico 2. a) Ginecológicas 78.4%. b) Oncológicas 18.2%. c) Obstétricas 2.6% d) Infecciosas 0.66%. Las causas ginecológicas se distribuyeron de la siguiente manera: Miomatosis uterina 208 casos (69.1%), prolapso genital 18 casos (5.98%), e hiperplasia endometrial 10 casos (3.32%). De las 208 pacientes con diagnóstico prequirúrgico de Miomatosis uterina, en 179 casos (86%) el diagnóstico histológico definitivo correspondió, en solo 28 de estas se realizó biopsia previa 13.4%. 4 pacientes que fueron sometidas a histerectomía con diagnóstico previo benigno el resultado histológico definitivo fue maligno (1.62%) en ninguna de ellas se realizó biopsia previa. En los 18 casos de prolapso genital, se tomó como acertado cuando el diagnóstico histológico reportaba endometrio atrófico o atrofia de los anexos. El 100% de los casos el diagnóstico previo y el definitivo correspondió. En ninguno de los casos se realizó biopsia previa ni de endometrio ni cervical. De los 10 casos de hiperplasia endometrial el 100% de asertividad, sin embargo solo en 6 casos (60%), se realizó biopsia previa Continuando con la patología benigna se realizaron dos histerectomías totales por causas infecciosas el reporte histológico corroboro el diagnóstico.100% de asertividad. Dentro de las causas obstétricas se realizaron 8 histerectomías en ninguna de ellas se realizó biopsia previa; según los expedientes 100% de asertividad, sin embargo en los casos de atonía uterina (4 casos), perforación uterina (2 casos) y embarazo ectópico cervical (1 caso) el diagnóstico es clínico. En cambio en el caso de malformación mülleriana (1 caso) en complicado realizar el diagnóstico previo sin algún auxiliar diagnóstico. En causas oncológicas. 40 histerectomías se realizaron con diagnóstico de cáncer cervicouterino, en 34 de ellas (85%) el resultado histológico definitivo hubo concordancia, en 39 pacientes se efectuó biopsia previa (97.5%) las cuales reportaban un cierto grado de malignidad, aquí llama la atención la concordancia entre el diagnostico histológico previo y el definitivo (92.3%). Con diagnóstico de cáncer de ovario fueron sometidas 11 pacientes en 2 de ellas se realizó biopsia previa (18.1) y en el 27% hubo correlación con el diagnóstico definitivo. Con diagnóstico de cáncer de endometrio 4 pacientes, fueron sometidas a procedimiento quirúrgico; en 3 de ellas se realizó biopsia previa (75%) y coincidentemente el mismo número de pacientes (75%) de asertividad. De un total de 301 estudiadas en 249 casos, el diagnostico prequirúrgico y el resultado histológico definitivo fue el mismo. Esto corresponde a un 82.72%. Los hallazgos histológicos definitivos más frecuentemente encontrados fueron: En patología benigna. Tabla 1. Leiomiomatosis 68.2%; cervicitis crónica inespecífica 60.9%; endometrio atrófico 14.2%; adenomiosis 12.1%; endometrio proliferativo 7.3%; endometrio secretor 6.5% e hiperplasia endometrial 5.2%. En patología maligna. Tabla 2. Carcinoma epidermoide 43.6%, adenocarcinoma endometrial 10.9%, adenocarcinoma cervical 5.4%; Cistoadenocarcinoma papilar 3.6% y carcinoma adenoescamoso 1.8%. La distribución por abordaje fue la siguiente: Grafico 2. Total abdominal 253 casos (84%), total vaginal 18 (5.98%) radical 26 casos (8.63%) y subtotal 4 casos (1.32%). Anexos. Hallazgos histológicos definitivos en patología benigna. Tabla 1. DIAGNOSTICO HISTOLOGICO N° DE CASOS % LEIOMIOMATOSIS 168 68.2 CERVICITIS CRONICA INESPECIFICA 150 60.9 ENDOMETRIO ATROFICO 35 14.2 ADENOMIOSIS 30 12.1 ENDOMETRIO PROLIFERATIVO 18 7.3 ENDOMETRIO SECRETOR 16 6.5 HIPERPLASIA ENDOMETRIAL 13 5.2 Hallazgos histológicos definitivos en patología maligna. Tabla 2. DIAGNÓSTICO HISTOLÓGICO N° DE CASOS % CARCINOMA EPIDERMOIDE 24 43.6 ADENOCARNINOMA ENDOMETRIAL 6 10.9 ADENOCARCINOMA CERVICAL 3 5.4 CISTOADENOCARCINOMA PAPILAR 2 3.6 CARCINOMA ADENOESCAMOSO 1 1.8 Tabla 3. Porcentaje de biopsias previas al procedimiento DIAGNÓSTICO PREQUIRURGICO N° DE CASOS BIOPSIA PREVIA % MIOMATOSIS UTERINA 208 28 13.4 HIPERPLASIA ENDOMETRIAL 10 6 60 PROLAPSO GENITAL 18 0 0 CA CERVICOUTERINO 40 39 97.5 CA OVARIO 11 2 18.1 CA ENDOMETRIO 4 3 75 Tabla 4. Distribuciónpor grupo de edad. GRUPO DE EDAD CAUSAS Nª % 15-24 AÑOS OBSTETRICAS 2 0.66% GINECOLOGICAS 2 0.66% INFECCIOSAS 0 0 ONCOLOGICAS 0 0 25-34 AÑOS OBSTETRICAS 4 1.32% GINECOLOGICAS 23 7.64% INFECCIOSAS 0 0 ONCOLOGICAS 2 0.66% 35-44 AÑOS OBSTETRICAS 2 0.66% GINECOLOGICAS 94 31.22% INFECCIOSAS 0 0 ONCOLOGICAS 12 3.98% 45-54 AÑOS OBSTETRICAS 0 0 GINECOLOGICAS 93 30.89% INFECCIOSAS 1 0.33% ONCOLOGICAS 18 5.98% 55-64 AÑOS OBSTETRICAS 0 0 GINECOLOGICAS 13 4.31% INFECCIOSAS 0 0 ONCOLOGICAS 10 3.32% 65-+ AÑOS OBSTETRICAS 0 0 GINECOLOGICAS 11 3.65 INFECCIOSAS 1 0.33% ONCOLOGICAS 13 4.31% Grafico 1. Distribución de pacientes por grupo etáreo y patología. Grafico 2. Distribución por causas. Grafico 3. Tipos de abordaje. Grafico 4. Tipos de Histerectomía. RELACION DX PREQUIRURGICO E HISTOLOGICO. Gráfico 6. Asertividad por grupo de edad. Gráfico 7. Dx. Prequirurgico benigno/Dx. Histológico maligno. Gráfico 8. Causas Obstétricas. Gráfico 9. Causas Ginecológicas. Gráfico 10. Causas Infecciosas. Gráfico 11.Causas oncológicas. Gráfico 12. Diagnósticos Histológicos en patología Ginecológica. Gráfico 13. Diagnóstico Histológico en patología oncológica. Gráfico 14. Patología Oncológica. Gráfico 16. Patología ginecológica. Gráfico 17. Patología Obstétrica. Grafico 18. Patología Infecciosa. DISCUSION. En este estudio se determinó que las principales causas o indicaciones por las que se realiza histerectomía en cualquiera de sus variedades fueron principalmente por patología benigna. Las principales indicaciones por patología benigna, la mayor representatividad, Miomatosis uterina. El grupo etáreo en el cual se realizó con mayor frecuencia este procedimiento fue entre los 34 y 55 años de edad. Se encontró que la frecuencia de estudios histológicos previos a la realización del procedimiento fue significativamente menor a lo esperado, sobre todo en patología benigna. Aun a pesar de encontrar que no todos los pacientes fueron protocolizados en forma adecuada, el porcentaje de asertividad entre el diagnóstico prequirúrgico y el resultado patológico definitivo fue mayor al 80% en la mayoría de las indicaciones. CONCLUSIONES. Las principales indicaciones para la extirpación del útero y/o anexos en esta revisión fueron: Miomatosis uterina, cáncer cervicouterino, prolapso genital total o alteraciones de la estática pelviana, e hiperplasia endometrial. En el estudio histopatológico de esta serie estudiada, se encontró leiomiomatosis en 81% de las piezas estudiadas que es mayor al 77% reportado en la literatura, y en un 95% había más de un tumor comparado con el 84% reportado. Aun cuando en los cuadros de urgencia no se cuenta con los elementos necesarios para la integración del protocolo completo. Aquí es importante distinguir entre urgencia y emergencia. Y en las alternativas terapéuticas. Aun cuando no es el caso, si llama la atención que todas las pacientes eran multigestas y dos de los casos gran multíparas. La pregunta en este rubro sería, si realmente esta era su única opción o si efectivamente por tratarse de un hospital escuela estos casos sirvieron de enseñanza. Todos los casos de histerectomía subtotal se realizaron en patología obstétrica. No está de más mencionar que la conservación del cérvix disminuye el tiempo quirúrgico, y por ende el sangrado. No obstante no existe ningún otro beneficio en conservar el cérvix. Llama la atención en esta serie estudiada, que de 301 casos, solo 18 pacientes fueron sometidas a histerectomía total vaginal, cuando tradicionalmente el ginecólogo prefiere este tipo de abordaje en patología benigna. En cuanto a la patología oncológica. Es indiscutible que para someter a una paciente por patología oncológica, debe existir la certeza diagnóstica, por ello la mayoría de sus pacientes contaba con estudio histológico previo, solo una paciente con diagnóstico de cáncer cervicouterino no contaba con biopsia cervical. En cuanto a patología ovárica es de llamar la atención el gran margen porcentaje de error. Mención aparte merece el decir que no se contemplaron marcadores tumorales como parte del diagnóstico previo. Y notorio fue que la única paciente que no se le realizó biopsia previa con diagnóstico de cáncer de endometrio, fue la única que el diagnóstico definitivo no concordó. Aun cuando los resultados son alentadores y se concluyó que no por ser hospital escuela se abusó del procedimiento, es importante recalcar que existen terapéuticas que pudieron ser utilizadas sin exponer a las pacientes al riesgo quirúrgico. BIBLIOGRAFIA. 1. Benrubi GI. History of hysterectomy. J Fla Med Assoc 1988; 75:533-8 2. Thompson/Rock. 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