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Estudio-diacronico-de-los-verbos-seudoimpersonales-del-espanol--estativos-de-existencia

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 
 
 
 
 
ESTUDIO DIACRÓNICO DE LOS VERBOS 
SEUDO-IMPERSONALES DEL ESPAÑOL 
(ESTATIVOS DE EXISTENCIA) 
 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
MAESTRA EN LINGÜÍSTICA HISPÁNICA 
PRESENTA 
ANA PAULA HERNÁNDEZ CARO 
 
 
DIRECCIÓN DE TESIS: 
 DRA. CHANTAL MELIS VAN EEDEWEGH 
 
 
MÉXICO, 2007 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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A mi Fabien, por su gran amor. 
A Zoé, por su compañía. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A Chantal, por su tiempo, dedicación y ejemplo. 
 
ÍNDICE 
 
Capítulo I. Introducción 
 
4 
Capítulo II. Caracterización semántica 
 
11 
Capítulo III. Verbos que expresan demasía con respecto a la norma 
 
 
3.1 El verbo sobrar 
 
24 
Capítulo IV. Verbos que expresan adecuación con respecto a la norma 
4.1 El verbo bastar 
 
35 
4.2 El verbo alcanzar 
 
44 
4.3 El verbo caber 
 
56 
Capítulo V. Verbos que expresan carencia con respecto a la norma 
5.1 El verbo faltar 
 
69 
5.2 El verbo quedar 
 
81 
Capítulo VI. El argumento “tema” 
 
92 
Capítulo VII. El segundo argumento 
 
105 
Capítulo VIII. Conclusiones 
 
120 
Referencias bibliográficas 
 
124 
 
 4 
INTRODUCCIÓN 
En español, existe un grupo de verbos que ha sido objeto de acercamiento por parte de 
los gramáticos debido a que muestra un comportamiento peculiar, en el ámbito 
sintáctico y semántico, con respecto a los verbos transitivos canónicos
1
. Se trata de 
verbos de dos argumentos que seleccionan, en la mayoría de sus usos, sujetos que 
reciben el papel temático de tema y que nombran entidades inanimadas o situaciones, 
razón por la cual han sido catalogados como impersonales (Nebrija, [1492] 1989)
2
 o 
seudo-impersonales (Alcina y Blecua, 1975)
3
. Además, están posibilitados para 
combinarse con un objeto preferentemente de referencia humana que se codifica como 
indirecto, lo que sugiere que son verbos biactanciales de naturaleza intransitiva 
(Vázquez Rozas 1995; Gutiérrez Ordóñez 1999). Finalmente, con regularidad, forman 
construcciones sintácticas siguiendo un patrón OI-V-S, de forma tal que es el dativo y 
no el sujeto quien ocupa la posición inicial en la oración. 
 En un trabajo reciente (Melis y Flores, en prensa), se propone la descripción y 
delimitación de la clase de estos verbos y se identifica los miembros, así como tres 
rasgos definitorios del conjunto: 1) poseen una semántica especializada para expresar 
significados modales y existenciales, 2) seleccionan con facilidad un sujeto oracional y 
3) toman como complemento un dativo. Las autoras reivindican el nombre de seudo-
impersonales asignado por Alcina y Blecua (1975) y proponen una división en tres 
subclases. La primera subclase corresponde a los verbos modales con sentido 
 
1
 Consideramos los verbos transitivos canónicos como aquellos que forman construcciones sintácticas 
siguiendo el patrón S-V-O y que semánticamente expresan la acción de un agente sobre un paciente, el 
cual resulta fuertemente afectado. 
2
 Ejemplos de las construcciones que Nebrija registra son pláceme leer; pésame escribir; acontéceme oír; 
conviéneme dormir; agrádame enseñar; embástiame comer; desagrádame vivir; desplázeme beber; 
pertenéceme correr; conténtame pasear; cáleme huir. 
3
 Alcina y Blecua (1975: § 7.4.2) adviertieron la exitencia de una clase de verbos cuya característica 
común en el plano sintáctico reside en que “toman como sujeto un nombre inanimado que 
semánticamente puede ser complemento directo”, a la cual pertenecen, entre otras, las unidades bastar, 
caber, convenir, disgustar, divertir, encontrar, faltar, gustar, importar, impresionar, interesar, ocurrir, 
ofender, pasar, sobrar. 
 5 
epistémico y deóntico. La segunda subclase está conformada por verbos pertenecientes 
al campo de la “afectación psíquica” o “actitud afectiva”. La tercera subclase 
comprende verbos cuyo significado remite a una noción de existencia, los cuales se 
dividen en verbos dinámicos o de suceso, es decir, verbos que denotan un evento que 
cobra existencia, y verbos estativos, esto es, verbos que presentan un estado de cosas 
existente e indican permanencia en un estado o en una situación
4
. La subclase de los 
verbos estativos de existencia, integrada por las formas faltar, quedar, alcanzar, bastar, 
caber y sobrar, constituye el objeto de análisis del presente estudio. A continuación 
ilustramos el uso seudo-impersonal de los seis verbos con ejemplos tomados del español 
actual: 
(1) a. Traté de sobornarlos, por poco lo consigo: me faltaron dos pesos con 
cincuenta centavos para llegarles al precio (Eutanasia, apud M. Davies) 
 
b. Por eso, mañana clausuraré todas las ventanas que me quedan por tapiar aquí 
en la casa. Ahora es imposible abrir ninguna. Las he ido tapiando con tanto 
cuidado que ni siquiera se nota que alguna vez existieron (El obsceno pájaro 
de la noche, apud CORDE) 
 
c. Según sus cálculos, ese fondo le alcanzaba para los estudios, así que sólo 
quedaba pendiente el valor del pasaje de regreso (Cien años de soledad, 
apud M. Davies) 
 
d. Mis ganas de retratar a Emilia no se agotaron. Basta mirarla para desechar el 
temor de repeticiones. Porque Emilia es un modelo infinito, siempre estoy 
descubriendo en su fisonomía o en su cuerpo (El lado de la sombra, apud M. 
Davies) 
 
 
4
 Los verbos estativos, en contraste con los dinámicos, expresan un evento que no ocurre si no que se da 
de forma homogénea, es decir, que no manifiestan un cambio o progreso en el tiempo (Miguel, 1999: § 
46.3.2). 
 6 
e. A ratos me lanzaba una rápida ojeada, como para verificar si yo estaba 
realmente ahí, y en sus ojos se podía leer clarísimo que todavía no le cabía 
en la cabeza que la hubiera besado (La tía Julia y el escribidor, apud M. 
Davies) 
 
f. Era de piel muy blanca y le sobraba carne para esta época donde la ley era 
ser flaca y había que conseguir el color de bronce para ser bella (Con el alma 
en la piel, apud, M. Davies) 
 
 
Desde el punto de vista de su significado, los seis verbos estativos de existencia 
poseen, como el resto de los seudo-impersonales, una semántica especializada que les 
permite expresar significados existenciales y modales
5
. Estos dos valores ya han sido 
identificados por estudiosos de nuestra lengua. Mendikoetxea (1999: § 25.3.1.1), 
Soriano y Táboas (1999: § 27.3.5) y Fernández Soriano (1998) llaman la atención sobre 
el valor existencial de verbos como faltar o sobrar al advertir que denotan un “estado de 
las cosas”. Por su parte, Delbeque y Lamiroy (1999: § 32.2.1.2) y Gutiérrez Ordóñez 
(1999: § 30.5.2.2.), reconocen que algunos verbos incluidos en la subclase estativa de 
existencia contienen un cierto valor modal: para Delbeque y Lamiroy, los verbos como 
caber, bastar, faltar (además de otros existenciales como constar, convenir o importar) 
no sólo introducen un evento o estado de cosas “sino que lo categorizan como entidad 
de tercer orden, por lo cual se asemejan semánticamente a los verbos de actitud 
proposicional”; para Gutiérrez Ordóñez, los verbos bastar y sobrar tienen unsentido de 
adecuación, en virtud de que muestran un ajuste entre las necesidades de la entidad 
 
5
 Melis y Flores (en prensa) sostienen que los verbos seudo-impersonales son una herramienta que la 
lengua ofrece para enunciar significados altamente especializados, pues a diferencia de los verbos 
“comunes” que tienden a expresar acciones o cambios de estado, éstos presentan eventos o indican 
actitudes subjetivas. Es en este sentido que poseen una semántica especializada para denotar significados 
existenciales y modales. 
 7 
inanimada expresada por el sujeto y un ser animado representado por el dativo que se 
agrega a la construcción. 
Tomando como base los valores existencial y modal que se asignan a los verbos que 
nos interesan, hemos establecido, como mostraremos en el desarrollo de este estudio, 
que la especialización de los verbos estativos de existencia involucra tres rasgos de 
significado definitorios: un rasgo de existencia, un rasgo de juicio modal y un rasgo de 
escala cuantitativa vinculado con el juicio modal. Así pues, este subgrupo de verbos 
seudo-impersonales, además de emplearse en la presentación de entidades y 
situaciones
6
, como se hace con los verbos existenciales, contiene en su base semántica 
una evaluación de tipo cuantitativo, la cual consiste en un juicio que hace el hablante 
sobre la cantidad “suficiente” o “adecuada” de la entidad o situación en relación con una 
medida que tiene en mente. 
Ahora bien, desde el punto de vista diacrónico, resulta que los seis verbos tienen 
orígenes distintos. Como se verá, faltar desciende de fallere “engañar, equivocarse”, 
quedar lo hace de “aquietar, apaciguar o hace callar”, alcanzar proviene de *incalciare 
“pisar los talones”, bastar de *bastare “abastecer”, caber de capěre “coger, asir’”, en 
tanto que sobrar deriva de superare “poner encima”. La pregunta que debe plantearse, 
entonces, es cómo estos verbos desarrollaron los tres rasgos de significado que les 
permitieron integrarse en una misma subclase léxica. El objetivo central de este trabajo 
es intentar dar respuesta a esta interrogante. 
Con este fin, proponemos una caracterización, en el eje del tiempo, del 
comportamiento de los verbos que componen esta subclase, con especial interés en el 
desarrollo del significado seudo-impersonal y en el valor semántico de los argumentos 
 
6
 A partir de aquí, usaremos “entidad” para referirnos frases nominales que nombran entidades concretas 
como personas, animales y cosas, entidades abstractas como suerte, vida, fuerza y acontecimientos 
codificados como nominales como batalla, concierto, conferencia. Por su parte, “situación” se empleará 
para designar el contenido de un enunciado verbal que denote situaciones, eventos o procesos. 
 8 
que seleccionan los verbos. Así, trazaremos la evolución de los seis verbos para 
determinar si desde las primeras documentaciones del español contienen los tres rasgos 
de significado y, en consecuencia, funcionan como seudo-impersonales, o bien, si 
manifiestan valores y comportamientos diversos. 
Para explicar la extensión semántica y el cambio en la distribución de los seis 
verbos, partimos del análisis de un corpus diacrónico que contempla dos momentos de 
la historia del español: el periodo medieval y el periodo clásico. El corpus está 
compuesto por 2640 contextos de documentos pertenecientes a distintos géneros 
textuales que se registraron de manera electrónica en el corpus histórico de la Real 
Academia Española y en el corpus del español de Mark Davies. De este total, 1770 
ejemplos conforman el corpus del la Edad Media que agrupa los siglos XII, XIII y XIV, 
puesto que en estos siglos los verbos no exhiben alteraciones notorias en su significado 
ni en su distribución. Los restantes 870 ejemplos integran el corpus del siglo XVII 
(aproximadamente 150 por cada verbo), con los cuales se pudo hacer un contraste con 
los datos del español medieval. 
Para el análisis semántico, se tomó como punto de partida el origen latino de cada 
verbo y se trató de ver, en los contextos del español, qué significados se conservan y 
qué nuevas acepciones se desarrollan en el camino. Nuestra atención estuvo centrada en 
deslindar el uso seudo-impersonal de otros significados. De esta forma, fue posible 
advertir cómo los cambios que se registran con respecto al sentido primitivo facilitan la 
incorporación, en cada uno de los verbos, de los rasgos necesarios en la formación del 
valor seudo-impersonal. 
Como señalaremos, en los periodos que comprende el análisis, los verbos exponen 
estados distintos en su desarrollo semántico. Veremos que desde las primeras 
documentaciones, los verbos bastar, faltar y caber están especializados en el valor 
 9 
seudo-impersonal. Para ellos, la forma en que adquieren este significado se hace por 
inferencias comparando la etimología con el significado seudo-impersonal y buscando 
en otros pocos usos con acepciones distintas pistas para reconstruir el camino que 
pudieron seguir. Los otros tres verbos, esto es, sobrar, quedar y alcanzar, registran en 
la Edad Media numerosas acepciones, entre las cuales se documenta el significado 
seudo-impersonal, aunque apenas de manera emergente. En estos casos, se comparan 
varios contextos de uso y los rasgos específicos que muestran los verbos en dichos 
contextos, lo cual manifiesta el desarrollo paulatino del significado seudo-impersonal. 
Además de la caracterización semántica que presentaremos, llamaremos la atención 
sobre el comportamiento sintáctico que se correlaciona con el valor seudo-impersonal. 
Así, veremos que los verbos estativos de existencia se combinan con sujetos de 
referente inanimado que designan entidades físicas y concretas, a la vez que ofrecen la 
posibilidad de seleccionar sujetos oracionales que denotan situaciones. En este sentido, 
observaremos que los verbos más avanzados, es decir, los que desde un principio están 
especializados para denotar un significado seudo-impersonal, toman con mayor 
frecuencia temas inusuales, esto es, codificados como oraciones o como frases 
prepositivas, lo cual pone de manifiesto su carácter seudo-impersonal. Explicaremos, 
asimismo, de dónde viene el dativo y cómo se fue relacionando con el argumento 
espacio-temporal que estos verbos de existencia encierran en su valencia. Propondremos 
que, en algunos casos, el dativo aparece como el sustituto metafórico de un dominio 
locativo implícito en el significado existencial, mientras que en otros, constituye la 
situación hacia la cual se dirige el juicio valorativo incluido en los verbos. Como 
veremos, este doble origen se debe a que, en su uso seudo-impersonal, los verbos 
designan eventos relacionados con la existencia y la modalidad. 
 10 
El trabajo está conformado por ocho capítulos. El primer capítulo corresponde a esta 
introducción. El segundo capítulo está destinado a definir los rasgos que caracterizan a 
los verbos seudo-impersonales de la subclase estativa de existencia, en términos 
generales, las propiedades de los verbos como predicados existenciales y como verbos 
modales. Se discute, también, el tipo de modalidad que encierran en su significado. Los 
capítulos tres, cuatro y cinco están dedicados a mostrar los cambios semánticos que 
registra cada uno de los verbos a partir del análisis del corpus diacrónico, con particular 
interés en la extensión del significado básico hacia el uso seudo-impersonal. En el 
capítulo seis, nos ocuparemos de analizar las propiedades del argumento-tema, punto 
importante de este trabajo pues los verbos seudo-impersonales se distinguen por 
seleccionar con facilidad sujetos oracionales. Por esta razón, veremos qué tipo de 
sujetos rigen y si la distribución de éstos hace que algunos verbos sean representantes 
más prototípicos de la subclase. En el capítulosiete, nos dedicaremos a analizar el 
dativo que aparece en las construcciones formadas por los seudo-impersonales estativos 
de existencia, para lo cual mostraremos si se trata de un argumento regido y la función 
que desempeña en el enunciado. Finalmente, en el capítulo ocho se encuentran las 
conclusiones de esta investigación. 
 
 11 
CAPÍTULO II 
CARACTERIZACIÓN SEMÁNTICA 
 
Los verbos alcanzar, bastar, caber, faltar, sobrar, quedar en su uso seudo-impersonal 
forman una subclase léxica que por sus propiedades semánticas se ha nombrado estativa 
de existencia (Melis y Flores, en prensa). Como señalamos en la introducción, desde el 
punto de vista de su significado, lo que tienen en común estos seis verbos es que 
integran en su base tres rasgos semánticos: un rasgo de existencia, un rasgo de juicio 
modal y un rasgo de escala cuantitativa. 
En los estudios dedicados a estos verbos, se ha hecho énfasis en su carácter 
existencial y se ha llamado la atención sobre el valor modal que expresan. Así pues, se 
ha dicho que los seis verbos están integrados en la clase de los predicados existenciales 
por las propiedades semánticas que encierran y por el comportamiento sintáctico que 
exhiben. En efecto, en el ámbito semántico los seis verbos objeto de este análisis se 
emplean en la presentación de entidades o situaciones como lo hacen otros verbos que 
denotan existencia y en el ámbito sintáctico muestran un comportamiento similar a 
verbos existenciales. En este sentido, para Fernández Soriano y Táboas (1999: §27.3.5) 
los verbos plenos sobrar y faltar, al igual que los auxiliares ser y estar seguidos de los 
adjetivos bastante o suficiente
1
 (además de verbos como ocurrir, suceder y pasar) 
muestran una construcción similar a la del verbo haber existencial: al igual que éste, 
requieren la presencia implícita o explícita de un argumento espacio-temporal (debido a 
que su significación está ligada a una localización), por ejemplo aquí sobra/falta 
dinero
2
; y en cuanto a la concordancia, también presentan alternancia entre sintagmas 
 
1
 Estas construcciones tienen un significado análogo a los verbos que aquí tratamos puesto que también 
comunican una evaluación cuantitativa. 
2
 Este ejemplo y los dos siguientes son de Fernández Soriano y Táboas (1999: §27.3.5) 
 12 
con preposición, como sobra con tres pesetas, y sintagmas nominales que determinan el 
número del verbo, como sobran tres pesetas. 
Además de la similitud en la construcción, los seis verbos estativos de existencia 
seleccionan sujetos con propiedades especiales, como hacen otros verbos existenciales. 
Esto es, admiten con frecuencia sintagmas nominales no específicos
3
, es decir, con 
artículo indeterminado o bien sin determinante (sobró tiempo); sintagmas nominales 
precedidos de numerales y cuantificadores indefinidos (falta mucho); así como 
sintagmas con interpretación partitiva (quedó del pastel). Esta naturaleza no específica 
de los sintagmas nominales que funcionan como sujeto permite que los verbos sean el 
antecedente de una construcción de relativo con infinitivo (véase infra, ejemplo 1c), 
construcción que en español está sujeta a una serie de condiciones para su buena 
formación (Hernanz, 1999: § 36.3.3.1)
4
. 
Por último, contrariamente al orden que toman otros intransitivos en español (cf. 
Bentivoglio, 1985), los verbos objeto de nuestro estudio, así como los otros predicados 
existenciales, tienden a colocar el sujeto en posición posverbal como orden no marcado, 
como aquí parece sobrar algo frente a #algo parece sobrar aquí
5
. 
Los enunciados que se presentan a continuación ilustran algunas de las propiedades 
sintácticas que hemos enunciado: en (1a) y (1b) se enseña, respectivamente, que el 
sujeto puede aparecer expresado en una frase nominal sin determinante y como una 
frase cuantificada; en tanto que en (1c) se advierte que el sujeto puede funcionar como 
 
3
 Las oraciones con predicados existenciales están sometidas a un “efecto de definitud” que limita en 
ciertos contextos la presencia de una frase nominal definida (Fernández Soriano y Táboas, 1999 27.3.4). 
Este efecto es claro con verbos como existir (*existe la duda) pero no es así con los verbos que estamos 
estudiando pues permiten sintagmas nominales con artículo definido (no bastan las crónicas, le sobra el 
sufrimiento) A pesar de que los verbos ofrecen esta posibilidad, en el corpus de análisis aparecen con más 
frecuencia sintagmas nominales indefinidos que definidos. 
4
 Como explica Hernanz (1999: § 36.3.3.1) las subordinadas de infinitivo muestran más restricciones que 
las relativas con verbo finito. Una de estas restricciones está relacionada con la naturaleza no específica 
del antecedente del relativo que se vincula directamente con las características del verbo de la oración 
principal: éste debe pertenecer a una clase semántica restringida de predicados, entre los cuales están los 
existenciales. 
5
 Este ejemplo también es de Fernández Soriano y Táboas (1999: §27.3.5) 
 13 
antecedente de infinitivo. Asimismo, los tres enunciados demuestran que el sujeto ocupa 
la posición posverbal como orden no marcado. 
(1) a. con que no bastó remedio humano, ni le tuvo la medicina para volverle en 
su acuerdo para que siquiera se confesara (La niña de los embustes, Teresa 
de Manzanares, 1692, apud CORDE) 
 
b. E en algunos lugares de aquellos nudos fincaua algun vacuo. E en otros 
lugares sobraua algund poco que non se pudo labrar por la dureza suya 
(Visión delectable, XV, apud M.Davies) 
 
c. Ahorro de prosa, porque me falta mucho que examinar y digo que según 
leo en la Cronología reformada del padre Ricciolo no tengo aquí a la mano 
otro libro con qué acotar (Libra astronómica y filosófica, 1690, apud 
CORDE) 
 
Además del rasgo de existencia que, como hemos visto, determina el significado y 
el comportamiento sintáctico de los verbos alcanzar, bastar, caber, faltar, sobrar, 
quedar, estos verbos incluyen un rasgo de modalidad que ha sido destacado en Melis y 
Flores (en prensa). De acuerdo con las autoras, los verbos de la subclase estativa de 
existencia se acercan a los verbos modales, en particular a los deónticos, porque 
manifiestan un juicio subjetivo que se hace con respecto a un sistema de normas. En los 
verbos que expresan un evaluación deóntica, estas normas son de tipo moral, legal o 
social (Dik, 1989); en el caso de los verbos estativos de existencia, en cambio, la 
valoración está vinculada con una norma de carácter cuantitativo que involucra una 
noción de “suficiencia”. En este sentido, Melis y Flores (en prensa) explican que los 
verbos estativos de existencia expresan un juicio sobre la cantidad suficiente de una 
entidad o una situación en relación con una norma cuantitativa que el hablante tiene en 
mente. Esto es, el hablante toma una medida (establece una norma cuantitativa) que 
 14 
corresponde con una cantidad esperada, hace una comparación entre la norma y la 
entidad o situación existente y finalmente emite un juicio sobre la insuficiencia, 
suficiencia o demasía de dicha entidad o situación. 
Así pues, cuando el hablante emplea el verbo sobrar expresa la existencia de una 
entidad o una situación y al mismo tiempo señala que, con respecto a la norma 
cuantitativa, la entidad o la situación excede el valor justo o esperado como se expone 
en (2): 
(2) y tal galan abia que se estaua sin ninguna y alguno abia que le sobrauan tres o 
quatro (mujeres) pues que fortuna seria de aquel triste a quyen ninguna 
requestase estauase corrido con las razones de los otros (Triunfo de amor, XV, 
apud M. DAVIES) 
 
Por otra parte, cuando emplea los verbos bastar y alcanzar expresa que la entidad o 
la situación es suficiente o adecuada para llegar a la norma, como se enseña en (3) y (4): 
(3) que los dos muchachosmis camaradas y compañeros bastaban para hacerme 
compañía (El cautiverio feliz, 1673, apud CORDE) 
 
(4) e la gente de la tierra de poca moneda, que no alcanza para comprar una vara de 
paño (Derrotero de del viaje y navegación, S. XVII, apud M. Davies) 
 
Finalmente, cuando el hablante usa los verbos faltar y quedar señala la insuficiencia 
o carencia del tema
6
 de su predicación, es decir, que la entidad o el evento no llega a la 
norma cuantitativa, como se exhibe en (5) y (6)
7
: 
 
6
 A partir de aquí, usaremos el término “tema” para referirnos al papel temático, es decir, a la entidad que 
se sitúa o cambia de lugar. 
7
 El verbo quedar puede predicar la existencia de cierta porción con respecto a una dimensión entera, 
como quedó una rebanada de pastel, por lo cual se acerca al significado del verbos sobrar. En su 
acepción seudo-impersonal, no obstante, se asemeja al valor del verbo faltar pues indica que no se ha 
llegado a la norma de suficiencia, como en el siguiente ejemplo: “Por eso, mañana clausuraré todas las 
ventanas que me quedan por tapiar aquí en la Casa”. (El obsceno pájaro de la noche, 1970, apud CORDE) 
 15 
(5) Y de estos dos navíos que faltan para ser seis, es menester sean de çiento e 
veinte toneles cada uno (Textos y documentos completos de Cristóbal Colón, S. 
XV, apud M. Davies) 
 
(6) sabien ellos muy bien en como el ynfante don Felipe yva alli, e quedauan avn 
quatro dias del plazo que non avian de acoger a ningund ome por rrico que fuese 
ni poderoso ninguno (Gran crónica de Alfonso XI, 1348-1379, apud CORDE) 
 
El verbo caber, por su parte, manifiesta un sentido de adecuación cuantitativa tal 
como lo hacen bastar y alcanzar; con este verbo, sin embargo, la evaluación no se 
establece en virtud de una norma subjetiva
8
 sino por razón de la dimensión de una 
entidad, el contenedor, para que otra, el contenido, sea incluida adecuadamente en ella, 
como vemos en este ejemplo: 
(7) Et quier tanto dezir commo fforado rredondo, ffecho por manera por do quepa 
el dedo, e éste ha de sser de metal del meior que puedan auer, assí commo oro, e 
rredondo en derredor (Setenario, 1252-1270, apud CORDE) 
 
Es importante señalar que el concepto de modalidad que se está tomando en cuenta 
para el análisis de los verbos estativos de existencia no se refiere a una categoría 
lingüística, ni al significado de verbos modales como deber, poder o tener mediante los 
cuales el hablante expresa que la acción es vista como posible, necesaria, deseada, 
permitida, obligatoria, etc. (Palmer, 1979). La modalidad es vista aquí en sentido amplio 
como un dominio semántico que cubre un amplio rango de matices de significado cuyo 
común denominador es aportar un suplemento al valor semántico neutro de una 
proposición (Bybee y Fleishman 1995: 2). En otras palabras, la modalidad que nos 
interesa tiene que ver con la expresión de los juicios valorativos del hablante que se 
agregan al significado básico de los verbos y que proporcionan un matiz semántico. 
 
8
 Es decir, una norma que el hablante establece de acuerdo con su criterio sobre lo que es la cantidad 
suficiente o adecuada de una entidad, como vemos en los otros verbos. 
 16 
Entendida en este sentido, gran parte de los trabajos sobre modalidad (véase Bybee, 
J. & Fleischman 1995, entre otros) se han centrado en analizar la expresión gramatical 
de los juicios modales, en especial los vinculados con el compromiso del hablante con 
respecto a la verdad de la proposición (modalidad epistémica), así como los que 
pertenecen a un sistema de reglas relacionadas con lo obligatorio, lo prohibido o lo 
permitido (modalidad deóntica). Reconocemos en este trabajo otra categoría modal que, 
como ejemplificamos en (5), (6) y (7), consiste en la expresión de un juicio cuantitativo 
que está contenido en el significado léxico de los verbos y que específicamente 
comunica la carencia, adecuación o demasía de una entidad o una situación en relación 
con una norma o una dimensión (en el caso del verbo caber) que el hablante tiene en 
mente. 
Así pues, en la definición de modalidad que estamos considerando subyace el 
concepto de subjetividad entendido en términos de Traugott (1989) puesto que hace 
referencia a la introducción de las valoraciones del hablante en una proposición. Así, 
como señala Palmer (1979), las modalidades epistémica y deóntica son subjetivas, pues 
la primera se relaciona con una inferencia del hablante a la luz de lo que él sabe, 
mientras que la segunda lo es en cuanto a que el hablante es quien obliga, permite o 
prohíbe. De igual forma, la modalidad a la cual aluden los seis verbos objeto de este 
análisis es subjetiva por el hecho de que en ellos se observa la valoración que realiza un 
hablante, concretamente, sobre el estado de una entidad o una situación existente en 
relación con una norma cuantitativa de suficiencia. 
Ahora bien, en los seis verbos que aquí tratamos, el concepto de subjetividad 
también puede ser entendido desde la perspectiva cognoscitiva, puesto que en ellos es 
posible reconocer el papel del conceptualizador en la escena que él describe (Langacker, 
1991). De acuerdo con Langacker, el significado de una expresión no puede reducirse a 
 17 
la caracterización objetiva de una situación descrita, ya que en la construcción del 
significado intervienen los propósitos expresivos del conceptualizador
9
. De este modo, 
en los seis verbos que analizamos, la subjetividad consiste en el reconocimiento de la 
evaluación cuantitativa que hace el hablante-conceptualizador en la construcción de una 
“situación particular” y que está formulada en función de los criterios de suficiencia que 
él tiene en mente. 
Asimismo, en los enunciados que forman los seis verbos, se identifica paralelamente 
al reconocimiento del hablante-conceptualizador el punto de referencia que éste toma en 
cuenta para evaluar la situación particular. El concepto de punto de referencia explicado 
desde la perspectiva cognoscitiva es una habilidad esquemática básica en la experiencia 
mental de los seres humanos. Esta habilidad consiste en invocar la concepción de una 
entidad con el propósito de establecer contacto mental con otra (Langacker, 1993). En 
los verbos de la subclase estativa de existencia, el punto de referencia es crucial pues 
constituye la norma cuantitativa que el hablante-conceptualizador invoca con el fin de 
evaluar el estado de las entidades o situaciones de los cuales va a expresar su existencia. 
Así por ejemplo, en la oración de (8), el punto de referencia está constituido por el plazo 
en el que el rey y la reina debían mantener la castidad, puesto que éste constituye la 
norma que el hablante toma en cuenta para señalar que aún faltan por cumplirse ocho 
días. 
(8) Y el Rey estando en una noble cibdad que se dezía Corimbia, & la Reina, su 
muger, con él, & veyendo que no quedava del plazo de que él & la Reina avían 
de tener castidad más de ocho días (Libro del cavallero Cifar, 1300-1305, apud 
CORDE) 
 
 
9
 Nivel de especificidad de la situación, presupuestos y expectativas, prominencia de las entidades, 
perspectiva frente a la escena. (Langacker, 1991) 
 18 
En el ejemplo se enseña que el punto de referencia aparece expresado en la oración. 
No obstante, según se sugiere en la gramática cognoscitiva, éste no requiere 
codificación morfológica o léxica explícita para ser incorporado como parte del valor 
semántico de una construcción (Langacker, 1993). En efecto, en algunas de las 
predicaciones formadas por los verbos estativos de existencia, el punto de referencia no 
se hace manifiesto pues consiste en una norma completamente subjetiva
10
 que el 
hablante establece según su razonamiento sobre lo que él considera que es una cantidad 
suficiente o adecuadade una entidad o una situación Veamos el contraste que se 
presenta en las oraciones (9a) y (9b): 
(9) a. Diezisiete capítulos faltan aqui en esta Coronica. Son añadidos los que andan 
Impresos (Crónica de Alfonso X, 1340-1350, apud CORDE) 
 
b. El Principe mas augusto le sirve solo de susto si la prudencia le falta (Teatro 
de las virtudes políticas que constituyen a un príncipe, 1680, apud CORDE) 
 
Los dos ejemplos muestran que el punto de referencia puede ser una entidad 
total que el hablante tiene en mente (9a) o una norma subjetiva (9b). En el ejemplo (9a), 
el punto de referencia que toma el hablante es una entidad concebida en su totalidad, 
esto es, una crónica con cada uno de los capítulos que la componen. Como tal, el punto 
de referencia no está presente en el momento de la enunciación pues el hablante no lo 
percibe en esa condición, sin embargo lo evoca para comparar y evaluar el estado de las 
cosas (la cantidad de capítulos que hay en la crónica). Hablamos de subjetividad en este 
tipo de contextos porque es posible reconocer el papel del conceptualizador en la 
construcción del evento: él trae algo a su memoria, realiza una verificación del objeto 
evocado con la realidad existente y después expresa la insuficiencia de la entidad tema. 
 
10
 Como señalamos, una norma cuantitativa establecida subjetivamente no depende de una realidad 
existente, como por ejemplo la dimensión de una entidad (un contenedor), sino del criterio del hablante. 
 19 
El ejemplo (9b), por su parte, enseña que el punto de referencia del cual parte el 
hablante para establecer “contacto mental” con otra entidad, es una norma subjetiva que 
no tiene que ver con la realidad existente, como en el ejemplo (9a), sino con la cantidad 
de prudencia que, según él, es adecuada en un príncipe. La subjetivización se ve aquí no 
en el proceso evocativo que realiza el hablante y que le permite hacer una comparación 
con una entidad imaginada y una percibida, sino como el movimiento construido 
subjetivamente
11
 que el hablante efectúa a través de una escala cuantitativa en cuyos 
extremos inferior y superior se ubican, respectivamente, una cantidad nula o escasa y 
una cantidad excesiva (en el ejemplo, la escala iría de una cantidad minúscula de 
prudencia hasta una cantidad exagerada). En esta dimensión escalar o métrica (Poteets, 
1987), el hablante localiza cierto punto donde establece la norma cuantitativa de 
suficiencia, es decir, lo que para él es adecuado o suficiente, y realiza un recorrido 
mental a través de la escala hasta llegar a la medida o cantidad que representa el estado 
actual de las cosas. El área de la escala cuantitativa donde se ubica la entidad evaluada 
(el sujeto de su predicación) representa el término del recorrido mental. De este modo, 
si “los ojos” del hablante se detienen antes de llegar a la norma de suficiencia, el estado 
en el que se encuentra la entidad se expresa con los verbo faltar y quedar, si la mirada 
coincide con la norma, se emplean los verbos alcanzar y bastar y si la rebasa, entonces 
se usa sobrar. 
Lo que interesa resaltar de todo lo hasta aquí expuesto es que los seis verbos 
seudo-impersonales estativos de existencia integran en su base semántica tres 
componentes de significado que los hacen confluir en una misma subclase léxica. Como 
mencionamos al principio y como hemos venido enseñando, estos tres componentes son 
 
11
 En la gramática cognoscitiva el movimiento subjetivo se define como la habilidad del hablante para 
escanear mentalmente desde un punto a otro en cualquier tipo de representación espacial (Langacker, 
1990). 
 20 
un rasgo de existencia, un rasgo de escala cuantitativa y un rasgo de juicio modal. Por el 
primer rasgo, los verbos expresan la existencia o el estado de una entidad o una 
situación; por el segundo, hacen referencia a la cantidad de dicha entidad o una 
situación localizada en cierto punto de la dimensión escalar. Por último, en virtud del 
tercer rasgo, los verbos denotan la participación del hablante-conceptualizador en la 
construcción del evento y la evaluación que éste emite: él es quien establece en la escala 
cuantitativa un punto de referencia, es decir la entidad total que evoca o la norma que 
tiene en mente, efectúa el movimiento subjetivo y finalmente evalúa, según su punto de 
referencia, si la entidad o la situación existe en cantidad excedente, adecuada o 
insuficiente. 
Ahora bien, estos componentes, o al menos alguno de ellos, no formaban parte 
del significado primitivo de los verbos, sino que paulatinamente se fueron incorporando 
a la base semántica. Como advertiremos en el siguiente capítulo, los verbos tienen 
orígenes diversos y evolucionan de forma distinta y por procesos semánticos diferentes. 
El rumbo evolutivo que van trazando, sin embargo, posibilita que los verbos confluyan 
hacia la creación de una subclase verbal al desarrollar los rasgos necesarios en el 
significado seudo-impersonal de existencia. Veremos en el siguiente capítulo, por 
ejemplo, que la raíz del verbo alcanzar está vinculada con el campo de la locación, la 
existencia y la posesión, puesto que designa un evento de movimiento de un tema hacia 
el dominio locativo de otra entidad. En este mismo campo semántico se encuentran las 
raíces de los verbos caber y bastar, de forma tal que los tres verbos incluyen el rasgo de 
existencia en su sentido primitivo, pero no los de escala cuantitativa y juicio modal. En 
contraste, la raíz del verbo faltar hace referencia a la transgresión de un principio, una 
ley o un estatuto, por lo cual su significado original contiene una noción de juicio, 
aunque situado en el campo moral. Este verbo, por lo tanto, tuvo que incorporar a su 
 21 
base el rasgo de existencia y el rasgo de escala cuantitativa que, al combinarse con la 
idea de juicio que ya se hallaba en el significado, permitió el uso del verbo en contextos 
seudo-impersonales al expresar un juicio de tipo cuantitativo. 
De esta suerte, cada verbo tomó un rumbo distinto en la conformación del 
significado seudo-impersonal: unos agregaron el significado existencial, algunos la 
escala cuantitativa o el juicio y otros, los tres rasgos. Como también se discutirá en los 
siguientes tres capítulos, los verbos pudieron desarrollar los rasgos que no poseían en su 
sentido básico al experimentar transformaciones en su contenido en respuesta a 
procesos semánticos como la generalización de un significado, la metonimia o el 
cambio de perspectiva. Así, por ejemplo, el verbo caber añadió a su base la escala 
cuantitativa y el juicio modal que no se hallaban incorporados en el significado original 
del verbo a partir de un cambio de perspectiva en la construcción del evento. Esto es, en 
su sentido primitivo el verbo se empelaba como predicado biargumental para expresar 
“contener” o “dar cabida” de manera que el sujeto sintáctico codificaba una entidad 
contenedora y el objeto, una entidad contenida. En su uso seudo-impersonal, en 
contraste, el verbo expresa “estar contenido” por lo cual el verbo toma como sujeto la 
entidad contenida y la entidad contenedora aparece en el predicado como adjunto. 
Veremos en el capítulo IV que el cambio que experimentó el verbo caber se originó 
cuando la atención del hablante pasó de ver el evento desde el contenedor al contenido, 
con seguridad, por un cambio de enfoque hacia las propiedades cuantitativas del tema 
en relación con las propiedades dimensionales del contenedor. Esto implicó, a su vez, 
una evaluación de las dimensiones del contenido y su contenedor para que aquél sea 
incluido adecuadamente en éste. 
Ahora bien, aunque los seis verbos objeto de este análisis evolucionaron 
tomando caminos y procesos diversos, lo que sí se verá en los capítulos posteriores es 
 22 
que todos ellos muestran algunos patronesafines en la conformación del significado 
seudo-impersonal. En este sentido, los verbos que no tienen incorporada la noción de 
suficiencia en su significado original, la agregan en contextos con referencia 
cuantitativa explícita, como por ejemplo, contextos que designan una relación parte-
todo, en los cuales se aprecia que el todo constituye el punto de referencia que el 
hablante toma en cuenta para señalar una parte excedente o faltante. De igual forma, 
enseñaremos que el juicio modal que no se halla en el sentido primitivo de la mayoría 
de los verbos se desarrolla en contextos de referencia cuantitativa implícita, esto es, en 
predicaciones en las cuales no se externa el punto de referencia que se toma en 
consideración para evaluar la suficiencia del tema de la predicación. Como dijimos, en 
estos casos, el punto de referencia está construido como una norma completamente 
subjetiva que no es observable en la realidad objetiva, como por ejemplo el todo de una 
parte, sino que el hablante construye mentalmente según su criterio de lo que es una 
cantidad suficiente o adecuada de una entidad. Así pues, estas generalidades, al igual 
que el comportamiento particular que muestra cada verbo en el desarrollo de los rasgos 
necesarios para constituir el significado seudo-impersonal serán presentadas en los 
capítulos III, IV y V. 
 
 35 
CAPÍTULO III 
VERBOS QUE EXPRESAN DEMASÍA CON RESPECTO A LA NORMA 
 
El verbo sobrar 
Como todos los verbos seudo-impersonales estativos de existencia, el verbo sobrar se 
emplea para predicar la existencia de una porción de una entidad entera o un evento en 
relación con una escala cuantitativa que el hablante tiene en mente. Concretamente, a 
través de este verbo, el hablante no sólo expresa que la entidad sujeto se ubica encima 
de la norma de suficiencia situada en la escala cuantitativa, sino que también juzga que 
ésta excede el valor justo o necesario esperado, como se hace evidente en el ejemplo 
(1): 
(1) aquestos conseioron a los suyos qui eran enla cerca que no huuissen sperançade 
tomar breuemente los Romanos por fambre a los quales sobraua muy grant 
copia de viandas (Strategematon, XV, apud M. Davies) 
 
En este enunciado se ilustra con claridad que sobrar expone el significado seudo-
impersonal “haber más de lo que se necesita” pues predica la existencia de un tema, las 
viandas, a la vez que emite un juicio sobre su cantidad excesiva, juicio que se ve 
reforzado con la expresión muy grant copia que indica la abundancia del tema. Vemos 
también en este ejemplo que, tal como lo hacen los otros verbos de la subclase de 
existencia, con este valor sobrar está posibilitado para combinarse con un dativo 
formalizado con el pronombre le y que ocupa la posición prominente, de modo que la 
construcción adopta el esquema (OI)-V-STEMA. 
De los tres rasgos semánticos que incluyen los seis verbos seudo-impersonales 
estativos de existencia, es decir la existencia, la escala cuantitativa y el juicio modal, 
sobrar heredó los dos primeros del verbo latino superare. El verbo superare, que a su 
 36 
vez deriva de la preposición super “sobre”, en su sentido más básico comunica que una 
entidad ocupa, en un eje vertical, una posición física encima o arriba de otra. Como 
extensión de este significado, el verbo también se empleó en latín en predicaciones 
transitivas e intransitivas para denotar respectivamente “franquear, dominar, sobrepujar” 
y “abundar, restar” (Gaffiot, 1934 s.v. supero). Como podemos notar, desde la 
expresión del significado básico está incluido en el verbo el rasgo de existencia, pues al 
enunciar la localización de una entidad, el tema, en un espacio arriba de otra, también 
hace referencia a su existencia. El rasgo de la escala cuantitativa, por su parte, aparece 
en el significado “abundar” en el cual “estar arriba” no corresponde a la ubicación 
dominante de un tema en un dominio físico, sino en un punto alto de un eje conceptual, 
expresando de esta manera una idea de superioridad cuantitativa. En otras palabras, si 
en una escala vertical una entidad está encima de otra, implica que ocupa un lugar 
superior o dominante en un eje espacial; en el nivel conceptual, en cambio, esta misma 
relación significa que la entidad ubicada en el lugar prominente es mayor en cantidad a 
la otra
1
. 
Como hemos dicho, la noción básica de superare se extendió en latín para denotar 
los sentidos “franquear, dominar, sobrepujar” así como “abundar, restar”. Con el 
significado “franquear” el verbo se emplea en predicaciones transitivas para enunciar un 
evento de movimiento dirigido. En este evento se describe el desplazamiento de una 
entidad hacia una meta que se localiza más allá del sitio donde está emplazada otra 
entidad, por ejemplo un monte o una ribera. Este significado incluye principalmente el 
rasgo de existencia, como lo hace superare en su sentido básico, pues también denota 
una relación locativa entre dos entidades. En la expresión de este significado, sin 
embargo, la relación no se establece en un eje vertical como en el sentido original, sino 
 
1
 Recordemos la metáfora more is up que discuten Lackoff & Johnson (1980: 15) en relación con la 
organización de los conceptos en función de metáforas espaciales. 
 37 
que se traslada a un eje horizontal de manera que superare, en lugar de designar la 
posición de una entidad “encima” de otra, denota la localización de ésta enfrente de 
otra. 
Igualmente, en su uso como predicado transitivo, cuando superare es empleado en 
un contexto de dinámica de fuerzas, adopta el sentido de “dominar”, pues expresa que la 
entidad tema, el sujeto sintáctico, se localiza encima de otra, codificada como objeto 
directo, no en una relación espacial sino en una relación de fuerza física (superare 
maximas nationes “vencer a las naciones más poderosas”) 
Por otra parte, en contextos donde el verbo se construye con ablativo, el enunciado 
no supone un evento en el cual la idea de supremacía de una entidad sobre otra tiene 
como trasfondo una dinámica de fuerzas, sino un evento en el cual una entidad excede a 
otra en lo que el ablativo designa, por ejemplo, en una cualidad o una condición como 
valor, virtud o belleza (virtute nostri milites superabant “nuestros soldados 
sobrepujaban/eran superiores por su valentía/valor”). En este caso, el verbo significa 
“sobrepujar”. Así, al estar contextos que expresan la supremacía física (dominar) o 
cuantitativa (sobrepujar) de una entidad sobre otra, en el significado del verbo latino 
superare el rasgo de existencia pasa a segundo plano mientras que el rasgo de 
cuantificación se vuelve más prominente. 
En su uso como predicado intransitivo, en tanto, superare es usado para denotar que 
el participante tema “abunda” (alicui divitiae superant “alguien nada en riquezas/ 
rebosa de riquezas”), es decir, que existe en gran número o cantidad, o bien que “resta” 
cuando la construcción incluye un genitivo que designa el todo del cual se menciona 
una parte (si quod superaret pecuniae rettulisses “si hubieras traído lo que sobraba del 
dinero”). De acuerdo con Corominas y Pascual (1980, s.v. sobre), este último 
significado surgió en el latín tardío. 
 38 
En el paso del latín al romance, el verbo sobrar conservó algunas acepciones del 
verbo latino superare, pero dejó codificar otras como “abundar”; asimismo, como 
mostraremos más adelante, se empezó a usar para designar el valor seudo-impersonal 
“haber más de lo que se necesita”, noción que no se registraba en la forma latina. 
En efecto, en el corpus de análisis, advertimos que todavía es posible encontrar 
contextos donde sobrar remite a los significados “franquear, dominar y sobrepujar”, 
codificados en las construcciones transitivas, como se ilustra respectivamente en los 
ejemplos (2), (3) y (4): 
(2) a. Et veyendo los sus atreujmjentos peligrososcommo gelos adonauan los 
dioses & le sallien todos a bien ouo esperança de sobrar con pequenno naujo 
& pasar las ondas dela mar (General estoria V, XIII, apud M. DAVIES) 
 
b. nos puso espanto con los temores del mal passado. empero la noche que se 
allegaua nuestro viento se con firmo / sobramos aquella punta muy 
furiosa con tanta priessa que dentro vna hora fuemos adelante.xviij. millas 
(Viaje siquier peregrinación de la tierra, 1498, apud M. Davies) 
 
(3) a. Dario regno.xi. anyos. Alexandre sobro e ujncio los illirios e los de tracia e 
apres priso iherusalem e entrando enel templo de dios e sacrifico hostias 
(Crónica, XIV, apud M. Davies) 
 
b. ahi fue la pelea mas dura: que los reyes con sus presencias animauan mucho 
mas alos suyos. mas todo lo sobrauan el rey grande y el buen çyd (Crónica 
de Aragón, XV, apud M. Davies) 
 
(4) a. Avía entonce un Emperador llamado Titos que a todos los reyes del mundo 
en linaje e cortesía sobrava en tal manera que su fama en todo el mundo 
volava (Los siete sabios de Roma, XIII, apud M. Davies) 
 
 39 
b. Del qual porque assi enel arte como enla costa: sobro todos los edificios: & 
fue mucho tiempo nombrado entre las siete marauillosas obras del mundo 
(De las mujeres ilustres, XV, apud Mark Davies) 
 
En los ejemplos se muestra que tal como en latín, sobrar se usó en el español 
antiguo en construcciones transitivas siguiendo el esquema S-V-O, estructura que según 
Corominas y Pascula (s.v. sobre) desapareció después de la Edad Media, aunque se 
conservó en poesía en el Siglo de Oro. Así pues, en los ejemplos en (2), el verbo sobrar 
es usado para expresar que la entidad sujeto, por ejemplo, los navegantes en (2b), 
franquea o rebasa a la entidad objeto, la punta muy furiosa, del mismo ejemplo. En los 
ejemplos de (3) se exponen oraciones que denotan el significado “dominar”, las cuales, 
al igual que el verbo latino superare en contextos de supremacía física, describen una 
acción que implica una dinámica de fuerzas entre dos entidades, una formalizada como 
sujeto, como Alexandre en (3a), y otra como objeto, como los illirios e los de tracia en 
este mismo ejemplo. Los enunciados en (4) exhiben que sobrar, como lo hacía superare 
en construcciones con ablativo, se usa para comunicar que la entidad formalizada como 
sujeto, como Titos en (4a), sobrepuja o aventaja a otra, todos los reyes, con función 
sintáctica de objeto, en el dominio especificado en la frase prepositiva, como en linaje y 
cortesía en este mismo ejemplo. 
Los datos del corpus también revelan que el español heredó del latín el significado 
“restar”, codificado cuando superare aparecía acompañado de un genitivo que designa 
un todo a partir del cual se menciona una parte. Los ejemplos en (5) manifiestan el uso 
de sobrar con el significado “restar” expresado en las construcciones intransitivas: 
(5) a. mesqujna mente murieron E lo que sobro de sus cuerpos las bestias brauas lo 
comieron (Caída de príncipes, XV, apud M. Davies) 
 
 40 
b. dio a comer a cinco mil hombres quanto quisieron de cinco panes de 
ceuada: & de dos peces assados & sobraron siete cestos grandes (Gran 
conquista de Ultramar, XIII, apud M. Davies) 
 
Al igual que la frase latina con genitivo, la construcción en español indica que el 
verbo comunica una relación parte-todo. Específicamente, estos enunciados predican la 
subsistencia una porción perteneciente a una entidad total después de que se concluyó 
una acción: en el ejemplo (5a) lo que resta es la parte de los cuerpos después de su 
descomposición, mientras que en el ejemplo (5b), son los cestos de comida después de 
que se consumió lo necesario en la repartición de los cinco panes y los dos peces. Este 
significado nos interesa en particular porque, según argumentaremos, es la fuente para 
el desarrollo del significado seudo-impersonal. 
Pues bien, en los datos del corpus advertimos que los significados expresados en la 
forma transitiva “franquear, dominar y sobrepujar” representan en conjunto el 55% 
(124/224) de los casos en los siglos que comprenden el periodo medieval. Esta 
construcción, con sus diferentes acepciones, desapareció en los datos del español 
clásico. Por su parte, el significado “restar”, heredado de la construcción intransitiva, 
muestra una frecuencia de aparición de 18% (41/224) en el español medieval y de 25% 
(30/148) en el clásico. Los casos restantes, el 27% (59/224) y el 75% (118/148) en el 
español medieval y clásico, respectivamente, corresponden al uso seudo-impersonal del 
verbo, es decir, al significado “haber más de lo que se necesita”. 
Estos datos hacen evidente que no existe en la Edad Media un significado 
generalizado, sino que hay variación entre los sentidos “franquear, dominar y 
sobrepujar”, “restar” y “haber más de lo que se necesita” que proyecta el verbo, con una 
tendencia favorable hacia el significado que expone la forma transitiva. En el español 
clásico, por el contrario, las estructuras transitivas dejan de estar en uso y el significado 
 41 
seudo-impersonal se acerca al uso generalizado. Como se recordará, el ejemplo (1) 
presentado al inicio de este apartado, y que aquí se repite, ilustra el uso de sobrar con el 
sentido seudo-impersonal: 
(1) aquestos conseioron a los suyos qui eran enla cerca que no huuissen sperançade 
tomar breuemente los Romanos por fambre a los quales sobraua muy grant 
copia de viandas (Strategematon, XV, apud M. Davies) 
 
Otros ejemplos que exhiben este mismo uso se muestran en (6): 
(6) a. Ca qual delos mortales que coraçon de hombre tiene: puede tolerar: que a 
aquellos sobren riquezas para echar las / ençegar la mar: & a llanar las 
montañas: & a nosotros lo bienes familiares para las cosas necessarias nos 
menguan (Conjuración de Catalina, XV, apud M. Davies) 
 
b. sin experimentar en la pobreza necesidad antes sí mucha abundancia, y quizá 
cuanta podían desear, pues deseando nada, les sobraba todo, y gobernando 
con imperio sus afectos (De la provincia de San Gregorio Magno en las 
Islas Filipinas, 1676, apud CORDE) 
 
Hemos afirmado que las acepciones derivadas directamente del latín, es decir, 
“franquear, dominar y sobrepujar”, por un lado, y “restar”, por el otro, contienen en su 
base semántica los rasgos de existencia y escala cuantitativa. Estos rasgos también están 
incluidos en el significado seudo-impersonal “haber más de lo que se necesita”. Un 
indicio de ello es que con este sentido el verbo selecciona frecuentemente sujetos en 
forma de frase nominal que expresan nociones cuantitativas, por ejemplo, frases 
nominales que incluyen numerales y que determinan cuántas de las entidades 
designadas por el sustantivo nombra el hablante, como en (7a), o frases en forma de 
cuantificadores indefinidos como mucho, poco, nada o todo, como en (7b): 
 42 
(7) a. deue haber en cadhun dinero de pan cozodo Vi onzas. E sobran al paniceo en 
todo el saquo III onzas (Ordinación dada a la ciudad de Zaagoza po el rey 
don Fenando, 1414, apud CORDE) 
 
b. sin experimentar en la pobreza necesidad antes sí mucha abundancia, y quizá 
cuanta podían desear, pues deseando nada, les sobraba todo, y gobernando 
con imperio sus afectos (Crónica de la provincia de San Gregorio Magno en 
las Islas Filipinas, 1676, apud CORDE ) 
 
A pesar de que los rasgos de escala cuantitativa y existencia se encuentran en 
todas las acepciones del verbo, sólo en el significado seudo-impersonal está incorporado 
el juicio modal que observamos en los ejemplos (6) y (7). En efecto, en el significado 
“restar” hay una clara referencia a un noción cuantitativa debido a que el verbo se 
emplea, con esta acepción, para predicar la existencia de una porción o cantidad 
sobrante después de haberse empleado lo necesario. En la expresión de este significado, 
sin embargo, el hablante emite una observación objetiva sobre el estado de las cosas 
pero no formula una valoración cuantitativamediante la cual manifiesta que existe más 
de lo necesario de una cantidad. 
Lo que nos interesa, entonces, es entender de qué manera sobrar agregó a su base el 
juicio modal que le permitió funcionar como verbo seudo-impersonal de existencia. 
Como mostraremos en seguida, el juicio se introduce en el verbo en contextos cercanos 
al significado “restar” pero en los cuales sobrar no predica la existencia de una cantidad 
residual después de haberse empleado lo necesario, sino de una porción excedente de la 
cantidad o el tamaño justo de un todo. Así, desde la época medieval sobrar muestra 
usos en los cuales el verbo es empleado en predicados que hacen referencia a un exceso, 
es decir, que manifiestan que una entidad sobrepasa el valor esperado, sea éste una 
cantidad o un tamaño. Ejemplos de estos enunciados se advierten en (8): 
 43 
(8) a. Fue un de los maestros la madera medir, Por veer que menguaba o que avie 
de complir: Vinoli bien complida, maes que solie venir: Sobraba bien un 
palmo por a vos non mentir (Milagros de Nuesta Sennora, S. XIII, apud M. 
Davies) 
 
b. & en los dos cabos de la linna dell yguador del dia lo que es en la red; ay 
unos annadimientos que sobran de mas (Libro del saber de astronomía, S. 
XIII, apud M. Davies) 
 
En los ejemplos del latín con genitivo así como en los mostrados en (5) se 
predica que después de un evento, una parte de un todo “resta”. En los ejemplos de (8) 
también se alude a una relación parte-todo, sin embargo, lo que expresan estos 
enunciados es que del todo existe una porción que sobrepasa una cantidad adecuada. Es 
en este sentido que los enunciados (8a) y (8b) incluyen un juicio, con ciertos elementos 
de subjetividad, puesto que el hablante expresa la existencia de un excedente a partir del 
tamaño o la cantidad que el considera necesaria, adecuada o justa del todo, como el 
tamaño del madero en (8a) o la cantidad total de nudos que debe tener una red en (8b). 
Nótese además que en los dos ejemplos aparecen reforzadores de la evaluación: en (8a) 
se emplea la palabra bien para expresar el cálculo que hace el hablante sobre la cantidad 
excedente, mientras que en (8b) aparece después del verbo la expresión de más que de 
manera enfática alude a la idea de demasía contenida el verbo. 
Ahora bien, en el corpus además encontramos contextos en los cuales la idea de 
exceso o superioridad se expresa sin el dominio explícito, esto es, sin relación con una 
entidad concebida en su totalidad como sucede en los ejemplos anteriores. Esto se 
ilustra en los ejemplos siguientes: 
(9) a. Porque do no ay salud: si todas las cosas aya en abundancia & los 
bienes sobren y las riquezas excedan todo es poco todo enoja y enfada: 
 44 
de arte que vale mas vn pobrezito con salud que el oro de Midas 
(Sevillana medicina XIV, apud M. DAVIES) 
 
b. Pero a quien tiene tu entendimiento, sobran las advertencias: que en los 
incendios de amor, las morenas tienen la complexion de las rubias 
(CORDE: 1676. Juan Manuel de León Merchante, La picaresca. Cartas 
de correspondencia que tuvo con una monja, Ed. de R. Foulché-Delbosc, 
París: Revue Hispanique, 1916) 
 
c. En medio de ella, un brasero de plata * sin lumbre, que entre sus flores y 
cuadros más parece fuente que brasero. Este estrado no sirve de más que 
de dar a entender que sobra (El día de fiesta por la tarde, 1660, apud, 
CORDE) 
 
Como los contextos presentados en (8), éstos también incluyen la evaluación del 
hablante sobre la adecuación o suficiencia de una entidad o situación. La diferencia 
entre los enunciados de (8) y de (9) es que en estos últimos se profundiza la 
subjetividad, en el sentido de que no remiten a un punto de referencia visible y 
“medible” que está en el texto, como el tamaño existente del madero o de la red, sino a 
una visión muy personal del hablante. En otras palabras, el exceso o la demasía se 
predica con respecto a un punto de referencia completamente implícito que corresponde 
a una norma cuantitativa de suficiencia que el hablante tiene en mente. Así, en el 
enunciado (9a), se predica que los bienes sobrepasan la cantidad que el hablante estima 
como suficiente, idea que se enfatiza en el enunciado con palabras como abundancia y 
exceso. Esta misma evaluación la observamos en los enunciados (9b) y (9c), pues en el 
primero se expresa que para una persona con entendimiento están de más las 
advertencias, en tanto que en el segundo se menciona que por la presencia de un estrado 
se excede la cantidad de muebles que el hablante considera suficiente en la decoración 
de una casa. 
 45 
Como hemos visto, el en verbo sobrar están incluidos los rasgos de existencia y 
escala cuantitativa desde las distintas acepciones que tomaba la raíz latina superare. 
Para funcionar como predicado seudo-impersonal el verbo tuvo que desarrollar el rasgo 
de juicio modal, el cual se incluyó en contextos que denotan un sentido parecido a 
“restar” pero que aluden a una cantidad excesiva de un todo, no a una cantidad sobrante 
después de haber sido empleado lo necesario. 
 
 69 
CAPÍTULO IV 
VERBOS QUE EXPRESAN ADECUACIÓN CON RESPECTO A LA NORMA 
 
4.1 El verbo bastar 
El verbo bastar, como todos los verbos seudo-impersonales estativos de existencia, 
incluye en su base semántica los rasgos de existencia, escala cuantitativa y juicio modal. 
Concretamente, con este verbo el hablante comunica la existencia de un tema a la vez 
que externa un juicio por medio del cual manifiesta que el tema coincide o se adecua al 
valor esperado en una escala cuantitativa que tiene en mente. Las oraciones a 
continuación ilustran el uso seudo-impersonal de bastar: 
(1) a. E dexando a ora esta materia de mi os digo señor que esta mi enemiga y 
compañera no le basto la ruyn y engañosa compañia que fasta aqui me ha 
fecho (Claros varones de Castilla, XV, apud M. Davies) 
 
b. & si aveniese que el mi poderio me fuese quitado bastar me ya estar so 
gouernacion & so regimiento de otro capitan (Historia troyana, S XIV, 
apud M. Davies) 
 
c. a. Segun que hauemos ya del escripto: viendo que por fuerça no bastaua 
de ganar el reyno delos arabes (Peregrinatio in Terram Sanctam, S. XV, 
apud, M. Davies) 
 
d. ¿No tienen entendido como christianos el misterio de la Encarnación del 
Hijo de Dios y lo concerniente a él? Pues con reconocerlo para recibirle 
sacramentado les basta para disponerlos a comulgar (El Marañón y 
Amazonas. Historia de los descubrimientos, 1684, apud CORDE) 
 
Estos cuatro ejemplos del español medieval demuestran que, en efecto, bastar 
expresa un juicio cuantitativo de adecuación entre la entidad tema y una medida 
 70 
esperada. De igual forma, enseñan que el verbo exhibe el particular comportamiento de 
los verbos seudo-impersonales de existencia, esto es, puede regir un dativo en posición 
inicial, como en (1a), tiene la capacidad de tomar sujetos oracionales, como en (1b) e 
incluso en forma de frase prepositiva, como en (1c) y se construye con un complemento 
de finalidad como en (1d). 
Los datos del corpus revelan que desde el español más antiguo bastar se emplea 
fundamentalmente con el sentido seudo-impersonal “ser suficiente o proporcionado para 
algo” (DRAE 1992, s.v. bastar) expuesto en los ejemplos de (1), pues los índices de 
aparición en la expresión de este significado representan el 95% de los casos en la Edad 
Media y el 97% en el español clásico. Esto significa que desde el periodo medieval el 
valor seudo-impersonal constituía el sentido básico bastar y por lo tanto que el verbo ya 
estaba especializado para expresar un significado vinculado con la existencia, la 
modalidad y la cuantificación. En aquel periodo de la historia del español, sin embargo, 
se documentan diversos usos cercanos al origen del verbo entre los cuales destacan 
“llevar, sostener” y “abastecer, suministrar”, significados marginales en la Edad Media 
y que prácticamente quedaronen desuso en el español del siglo XVII. Aunque escasos 
en el corpus, estos usos nos permiten comprender los medios por los cuales bastar 
desarrolló los rasgos de significado que le permitieron funcionar como verbo seudo-
impersonal de existencia. 
Parece que la raíz de bastar es poco transparente, razón por la cual se han 
generado dos hipótesis sobre la etimología. Según Corominas y Pascual (1980, s.v. 
bastar), el verbo con su significado “ser bastante” proviene del latín vulgar *bastare y 
éste del griego bastizein “llevar, sostener (un peso)”. Estos mismos autores sugieren –
sin ahondar en el punto- que la conexión entre el sentido original del étimo griego y la 
acepción “ser bastante” del verbo castellano se da a través de la noción “abastecer”, que 
 71 
tuvo en algún tiempo el propio bastar y que está presente en sus derivados: bastar “ser 
bastante, abastecer”, basto “abastecido, provisto” (y luego “grosero” vía el sentido 
“grueso”) y bastir (derivado de basto) “abastecer”, “disponer, arreglar” (Corominas y 
Pascual, 1980, s.v. bastar y s.v. basto). 
 La etimología defendida, al parecer, por Meyer-Lübke (véase Corominas y 
Pascual, 1980, s.v. bastar), hace remontar el verbo bastar al adjetivo basto “abastecido, 
provisto” y “grueso, grosero”, el cual se habría derivado del verbo galicano bastir 
“construir” proveniente de la voz germánica 
*bastjan “tejer, trenzar”. Aquí se aclara que 
el significado romance “construir” se explica por el “primitivo procedimiento 
germánico de construir casas entretejiendo cortezas de árboles” (Corominas y Pascual, 
1980, s.v. bastir). 
 Si comparamos las dos hipótesis, podemos ver que ubican el origen del verbo 
bastar en dos significados muy distintos –el griego “llevar, sostener (un peso)”, por un 
lado, y el germánico “tejer, trenzar” y de ahí “construir”, por el otro. No obstante, existe 
un punto de contacto entre las dos teorías, pues ambas postulan que la mediación entre 
el valor originario y el sentido “ser bastante”, desarrollado por bastar, pasó por una 
noción de “abastecimiento”. Lo que no queda claro, ni en un caso ni en el otro, es el 
camino por el que los diversos significados llegan a conectarse entre sí 
(llevar/sostener>abastecer>ser bastante> o construir>abastecer>ser bastante). No 
obstante, se puede asegurar que si el significado “ser suficiente” emergió de 
“abastecer”, desde esta acepción bastar contenía el rasgo de existencia esencial en la 
formación del significado seudo-impersonal. Esto es, al denotar un evento en el cual una 
entidad hace que un tema pase a un dominio de otra entidad (X abastece (a) Y con/de 
algo), el verbo bastar con el significado “abastecer” alude a nociones relacionadas con 
el campo de la locación, la existencia y la posesión. En este sentido, bastar tuvo que 
 72 
desarrollar los rasgos de ‘escala cuantitativa’ y ‘juicio modal’ para funcionar como 
predicado seudo-impersonal de existencia. 
 Sin duda alguna, el panorama arrojado por las fuentes antiguas en lo que se 
refiere al uso y significado de todas esas palabras es muy complejo. Una evidencia a 
favor de la hipótesis de que bastar se hubiera derivado del latín vulgar *bastare 
proveniente del griego bastazein (llevar, sostener (un peso) emerge en contextos 
medievales y del español clásico que describen un evento de dos participantes en el cual 
una entidad soporta el peso de otra. Véase los ejemplos en (2): 
(2) a Considera quanto puedes bastar & falta donde y pon tal carga a tus cuestas 
que la puedas sostener (Visión delectable, S. XV, apud Mark Davies) 
 
b. seguridad para quitar la portada de piedra aziendo sus pilares cuando se 
labre al lado de las bentanas y ganbas [sic] de la portada y la portada de 
piedra la a de bastar el cantero que no quede por quenta de los maestros 
(Visita, memoria y condiciones para llevar a cabo la obra en unas casas 
propias del Cavildo, 1663, apud CORDE) 
 
Estos ejemplos podrían demostrar que, en efecto, el verbo bastar tiene como 
origen la voz griega bastizein y no el verbo germánico bastjan. Otro testimonio que 
podría comprobar la validez de esta hipótesis es el significado que tomó el verbo en 
algunas lenguas romances, como por ejemplo en catalán, lengua en la cual bastar 
significa únicamente ‘sostener’. 
Por otro lado, como vemos en los ejemplos siguientes, en español antiguo 
encontramos las palabras basto, bastir y batimento que giran en torno a una noción de 
“abastecer” o “suministrar”: 
(3) a. quando vino ala fin del sitio, que enla huest auie mil hombres a cauallo et 
bien .LX. mil hombres a piet, se trobaua todo quanto auie hombre menester, 
 73 
assi pora enfermos como pora los sanos, como si hombre fuesse enla mas 
basta ciudat del regno (Gestas del rey don Jayme de Aragon, 1396, apud 
CORDE) 
 
b. Esto ha de fazer el abbat de montaragon al Rey de Nauarra por fuero. Si por 
auentura fuesse en huest deuel bastir & aguisar su capeyllan con sus libros 
bonos pora dizir todas las sus horas que menester ha & de uestimenta & tres 
bestias bonas. (Fuero Navarra.1300 –1330, apud CORDE) 
 
c. E por esto quesieran se yr todos para sus tierras, ca veyen que cada dia 
cresçie ayuda los de la villa e tenian muy grant bastimento de vianda e de 
todas las otras cosas que les era menester (Historia troyana en prosa y verso, 
1270, apud CORDE) 
 
Como se recordará, las posturas difieren en cuanto a cómo estos cognados se 
relacionan con bastar. Para Corominas y Pascual, basto “abastecido, provisto” se deriva 
de bastar, en el sentido de “abastecer”. Sin embargo, los autores nunca explican cómo 
el verbo que proviene de bastizein “llevar, sostener (un peso)”, vía el latín vulgar 
*bastare, adquiere la noción de “abastecer”, simplemente afirman que bastar también 
tenía este significado y que de bastar “abastecer” ser deriva basto “abastecido”, que a 
su vez da origen a bastir “abastecer” (así pues, bastar “abastecer”>basto 
“abastecido”>bastir “abastecer”). En cambio, para otros gramáticos, como Meyer-
Lübke, el camino de evolución parte de bastir “construir” del germánico *bastijan 
“tejer, trenzar”, que da origen a basto “abastecido”, del cual se deriva luego bastar “ser 
bastante” (así pues, bastir “construir”>basto “abastecido”>bastar “ser bastante”). En 
este recorrido, sin embargo, también falta la explicación de cómo se pasa del significado 
“construir” a la noción de abastecimiento. 
 74 
Ahora bien, al acercarnos a los textos castellanos, entendemos la base de la segunda 
propuesta, porque efectivamente bastir en ocasiones significa “construir”. Veamos los 
ejemplos en (4): 
(4) a. Avié aún Achiles en cabo a morir, ond' avién el cavallo los griegos a 
bastir, avién con grant engaño Troya a conquerir, oviéronla por suelo toda 
a destroïr (Libro de Alexandre, 1240 – 1250, apud CORDE) 
 
b. id regno anyos XL, el qual empero es dicho que biujo anyos CX. Aquest 
aiusto piedra, marmores, fierro, piedras preciosas, oro, argent e arambre de 
Corjntio, de las quales cosas fue en apres bastido el templo de dios (Obra 
sacada de las crónicas de San Isidoro, de Don Lucas, Obispo de Tuy, 
1385-1396, apud CORDE) 
 
 Así pues, de la hipótesis de Meyer-Lübke, entre otros, y de la hipótesis de 
Corominas y Pascual podemos destacar que ambas concuerdan en que ya sea de la raíz 
germánica bastjian “construir” o de la raíz griega bastizein “llevar, sostener”, en un 
momento dado el verbo bastar adquirió los sentidos “abastecer” y “ser suficiente” 
ambos semánticamente relacionados. Y aunque, como señalamos, ninguna de las dos 
propuestas establece el puente semántico entre “construir” o “sostener” con “abastecer”, 
ni mucho menos con “ser suficiente”, el sentido básico del verbo desde la Edad Media, 
lo que sí demuestran es que en el español medieval, por un lado, existía una familia de 
cognados para enunciar el significado “abastecer provisiones” integrada por los verbos 
bastar y bastiry bastecer1, los adjetivos basto, bastido y bastecido, así como el 
 
1
 Tal como lo demuestra este ejemplo del corpus: “E mientra que el yua a vngria los marineros 
bastecieron la flota de viandas & de otras cosas que eran menester: & despues que ouieron tiempo 
mouieron de jadres & fueron se para la isla” (Gran Conquista de Ultramar, apud M. Davies) 
 75 
sustantivo bastimento2. Por otro lado, nos demuestran que el verbo bastar era una forma 
polisémica que se empleaba para expresar los significados “sostener”, “suministrar” y 
“ser suficiente”, significado, éste último, que muestra una frecuencia de uso arriba del 
90% de los casos, como apuntamos anteriormente. 
A pesar de la falta de claridad sobre el origen del verbo, aquí nos inclinamos por la 
propuesta de Corominas y Pascual, es decir, que el verbo bastar proviene de la raíz 
bastizein ‘llevar, sostener’. Si reparamos en el significado que expresa el enunciado (5), 
notaremos que bastar aparece coordinado con el verbo sostener. Ambos verbos 
comparten un mismo referente y por tanto designan un solo evento: tanto bastar como 
sostener no expresan la situación de soportar o mantener un objeto físico firme, sino de 
proporcionar un sustento o apoyo no físico a una entidad mediante la prestación de 
protección o auxilio necesario para su manutención. Así pues, creemos que es más 
viable formular una hipótesis vía una metáfora sobre el paso de “sostener” (con el 
sentido metafórico de “sustentar”) a “suministrar” que de “construir” a “suministrar”. 
(5) en el fueren por su merçed colocados desto le basta voluntad suçitando & 
procurando la execuçion de bastar & sostener la escuela desta arte (Arte 
cisoria, 1423, apud M. Davies) 
 
Si el cambio semántico de bastar es de “sostener/sustentar” a “abastecer”, desde la 
expresión de este sentido el verbo contiene el rasgo de existencia necesario en la 
conformación del significado seudo-impersonal “ser suficiente”. Tal como hemos 
propuesto, el significado “abastecer” está relacionado con el campo de la locación, la 
existencia y la posesión al designar un evento en el cual una entidad hace pasar un tema 
 
2
 Recordemos que el adjetivo basto tenía también significaba ‘grueso’, ‘tosco’, ‘sin pulimento’ como en 
lanas bastas. Bastimento, en tanto, refería no sólo a ‘provisión’ sino también a ‘barco’ pero como 
derivado de bastir en el sentido de ‘construir’ 
 76 
a un dominio de otro. Pero ¿cómo se agregaron los otros dos rasgos necesarios para la 
conformación del significado seudo-impersonal? 
Como se sabe, los cambios semánticos pueden surgir de inferencias individuales de 
los hablantes que después se comparten y finalmente se convencionalizan (Traugott 
1982, 1989). Así, es posible que los hablantes hayan inferido un rasgo cuantitativo dado 
por el contexto y que no estaba en el significado original de bastar. Este rasgo está 
vinculado con la noción de adecuación, pues a diferencia de otros eventos de 
transferencia, expresados por verbos como dar o transferir, el evento denotado por 
‘abastecer’ implica que lo que se hace pasar es adecuado cuantitativamente para 
responder a las necesidades de la entidad receptora; en otras palabras, “abastecer” de 
manera implícita hace referencia al acto de hacer pasar a un dominio locativo una 
entidad cuya cantidad es necesaria o justa. De ser así, el verbo agregó a su base una 
noción de cantidad adecuada o suficiente para algo, facilitando, de esta manera, el paso 
al significado seudo-impersonal “ser suficiente”. 
En el corpus encontramos numeroso contextos de bastar con el sentido “ser 
suficiente” que demuestran que, en efecto, con este uso se predica la existencia de una 
entidad, pero además se les atribuyen propiedades que refieren a cantidades adecuadas. 
Esto se puede ver en los enunciados presentados a continuación: en ellos se predica la 
existencia de una entidad, la plaza en (6a) y la harina en (6b), al mismo tiempo que se 
hace alusión a las propiedades cuantitativas de éstas, como bien grande en (6a) y una 
poca en (6b). 
(6) a. Lo que le mandaua muy de grado delante la yglesia del sepulcro bien vn 
trecho de piedra hauia vna plaça bien grande que bastaua harto para los 
cristianos (Gran conquista de Ultramar, S. XIII, apud M. Davies) 
 
 77 
b. de manera que non tenian otra cosa de comer. saluo vna poca de farina 
que solamente bastaua para fazer della vn pequeño pan (Ysopete 
Ystoriado, S.XV, apud M.Davies) 
 
El rasgo de juicio, por su parte, se desarrolló en el verbo por la misma noción de 
adecuación inferida del significado “suministrar”. Como acabamos de señalar, con este 
significado el verbo enuncia el paso de una cantidad necesaria o justa a un dominio 
locativo, de manera tal que el verbo también manifiesta de forma implícita la 
adecuación de la entidad en el dominio una vez concluido el evento de suministro. Es 
así, entonces, que en el verbo se pudo desarrollar la idea de adecuación vinculada con 
una valoración subjetiva, es decir, lo que el hablante considera justo o necesario para la 
entidad receptora y que por lo tanto “suficiente” para ella. Vemos, por consiguiente, que 
tal como el rasgo de escala cuantitativa, el rasgo de juicio modal se agregó al verbo en 
la expresión de “suministrar” no por las propiedades semánticas que ofrece esta 
acepción, sino por inferencias de elementos implícitos en ella. 
En el significado seudo-impersonal, el juicio que hace el hablante tiene que ver 
con la adecuación del tema en relación con un valor esperado. De esta forma, por medio 
de la acepción “ser suficiente” se manifiesta la valoración de un hablante quien a partir 
de la observación y evaluación sobre la cantidad o dimensión del referente del tema de 
su predicación juzga que es adecuada o proporcionada para algo. Y precisamente 
porque el significado “suministrar” supone una norma subjetiva en virtud de la cual se 
evalúa lo justo o necesario para la entidad receptora, que el verbo, en su uso seudo-
impersonal, se construye con frecuencia con un complemento de finalidad. Como 
veremos en el último capítulo, este complemento, al igual que el dativo que se agrega a 
los predicados seudo-impersonales estativos de existencia, constituye la entidad o la 
situación hacia la cual se dirige el juicio de suficiencia que expresan los seis verbos de 
 78 
esta subclase. Así pues, en los ejemplos (6a) y (6b), citados arriba, se hace, 
respectivamente, una evaluación sobre la idoneidad del tamaño de la plaza (nótese que 
el enunciado incluye el intensificador enfático bien) en relación con el número de 
cristianos y sobre la cantidad de harina para la acción de hacer un pequeño pan. 
 Como mencionamos al principio, desde el español antiguo el verbo bastar está 
especializado para denotar el significado seudo-impersonal “ser suficiente”. A pesar de 
la dificultad que presenta reconstruir el origen de este verbo, sabemos que en su 
acepción “abastecer” incluye el rasgo de existencia, esencial en la formación del 
significado seudo-impersonal. Los rasgos de escala cuantitativa y juicio modal, en 
cambio, no forman parte de la base semántica del verbo; éstos se desarrollaron por la 
inferencia de que en una situación de abastecimiento está implicada una noción de 
adecuación sobre la cantidad que se suministra y sobre lo que se evalúa como justo o 
necesario para la entidad receptora. La formación de estos rasgos en la semántica del 
verbo facilitó, en consecuencia, el cambio semántico de “suministrar” a “ser suficiente” 
 
4.2 El verbo alcanzar 
Este verbo, a diferencia de los otros cinco verbos de la subclase estativa de existencia, 
desarrolla el significado seudo-impersonal tardíamente, pues como revela el análisis del 
corpus, alcanzar no era empleado con este valor en el español medieval y en el español 
clásico sólo aparecen cinco

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