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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS COLEGIO DE PEDAGOGÍA “UNA PROPUESTA DE MNEMOTÉCNICA COMO HERRAMIENTA BÁSICA DEL APRENDIZAJE” T E S I N A QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADO EN PEDAGOGÍA P R E S E N T A GIL VELÁZQUEZ GALICIA ASESORA: MTRA. BEATRIZ GARZA GONZÁLEZ CIUDAD UNIVERSITARIA, MÉXICO, D.F. 2006 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. A mis padres; por la ilusión del hijo profesionista. A mis hermanos; en honor a Chema. A Licha y Krishna; por el sacrificio familiar. A mis profesores y compañeros; por su apoyo y tolerancia. ÍNDICE. Introducción……………………………………………………………………………......….4 Capítulo 1. 1. Memoria.............................................................................................................................6 1.1 Preludio histórico-conceptual…………….................................................................6 1.1.1 La aportación fisiológica.................................................................................9 1.1.2 La contribución psicológica...........................................................................12 1.1.3 Epílogo conceptual........................................................................................16 1.2 Elementos de la memoria..........................................................................................17 1.2.1 El modelo modal............................................................................................17 1.2.2 La memoria sensorial.....................................................................................18 1.2.3 La memoria a corto plazo (MCP)..................................................................19 1.2.4 La memoria a largo plazo (MLP)...................................................................21 1.3 Aspectos diversos de la memoria..............................................................................23 1.3.1 Las claves.......................................................................................................24 1.3.2 Los esquemas mentales..................................................................................25 1.4 Aprendizaje y memoria.............................................................................................26 Capítulo 2. 2. Mnemotécnica..................................................................................................................32 2.1 Concepto...................................................................................................................32 2.2 Actividades de la mnemotécnica.............................................................................. 35 2.2.1 La organización..............................................................................................36 2.2.2 La asociación..................................................................................................38 2.2.3 El código verbal..............................................................................................38 2.2.4 La repetición...................................................................................................39 Capítulo 3. 3. La propuesta.....................................................................................................................41 3.1 Introducción..............................................................................................................41 3.2 Objetivo general………………………....................................................................43 3.3 Contenidos de la mnemotécnica (pasos)..................................................................43 3.3.1 La información...............................................................................................43 3.3.2 Registro.........................................................................................................44 3.3.3 La repetición..................................................................................................45 3.3.4 La libre asociación.........................................................................................46 3.3.5 Esquematización............................................................................................47 3.3.6 El refuerzo.....................................................................................................48 3.3.7 Asociación a una red más amplia..................................................................49 3.3.8 Repaso elaborado..........................................................................................50 Aplicación de la propuesta (ejemplos)..................................................................................52 Ejemplo 1. ¿En qué se parecen un toro y un cable de elevador?...........................................52 Ejemplo 2. URANIO 325......................................................................................................55 Conclusiones..........................................................................................................................59 Bibliografía.............................................................................................................................61 INTRODUCCIÓN. Esta investigación es el esfuerzo por traducir el trabajo teórico y científico sobre la memoria, y aportar los resultados de una investigación bibliográfica, integrados en una propuesta, que intenta dar un aliento de ayuda a los pedagogos interesados en aplicar una estrategia de memoria que facilite el aprendizaje. Nuestra formación como pedagogos adolece de un verdadero carácter científico de la enseñanza y la docencia, siendo ampliamente criticadas y restándoles importancia. En el pedagogo se introyecta una idea vacía de su campo laboral y profesional, y digo vacía porque el área de ejercicio profesional, que muchas veces elegimos, no se sustenta, o muy pobremente en el marco del plan de estudios. Estos espacios como la capacitación, la educación especial y la orientación, principalmente, están dominados por el campo de los psicólogos, que evidentemente apoyan su ventaja en su plan de estudios. Por ello mi interés en aportar un discurso legítimo sobre la memoria que impacte en el aprendizaje de los sujetos. Como una bendición, todavía es honorable que cuando se requieren profesores, se soliciten pedagogos. Como una penitencia, es momento de abandonar los ideales que nos han extraviado y dar la cara a nuestro compromiso con la educación: la formación de los individuos. La moda del cognoscitivismo ha inundado los discursos actuales de los procesos psicológicos básicos y ha generado toda una ola de opiniones centradas en la fuerza que ejercen sobre la conducta de los sujetos. Se cree que dichos procesos son el resultado del camino evolutivo que ha ido adaptando las estructuras físicas e intelectuales a las exigencias que le ha impuesto el medio al hombre. De esta forma, hoy la necesidad de almacenar datos especializados y altamente complejos que apoyan la operación profesional de los individuos,ha dado como resultado una incertidumbre de cómo lograrlo, por un lado. Por otro, las exigencias de una instrucción a temprana edad, necesarias por la especialización de las profesiones, están esperanzadas en las posibilidades individuales de los sujetos, es decir, si son o no inteligentes, si tienen buena o mala memoria. También, como un ideal pedagógico, se pretenden alcanzar logros derivados de la “construcción del conocimiento”, lo cual fisiológicamente encuentra limitantes: las funciones corticales aún no se sustentan en una sólida interconexión de las redes neuronales y las áreas de asociación son pobres, en ese aspecto. Sólo existe una solución para ambos tipos de aprendizaje: el ejercicio de la memoria. Por ella, los eventos van creando un estímulo que se configura en la creación de redes neuronales o en el refuerzo de ellas. Convertido en señales eléctricas, químicas y neuroanatómicas, el estímulo mantiene la misma “huella” en caso de repetirse, de esta forma es incipiente el ejercicio y con ello la memoria. De todo ello se deriva nuestra inquietud por proponer una técnica que apoye al almacenamiento de datos y que mejore los resultados del aprendizaje. El trabajo en sí, está compuesto por tres capítulos. En el primer apartado se realiza un estudio histórico sobre el concepto de la memoria y se discuten las aportaciones tanto fisiológicas como psicológicas. Enseguida, se describe el modelo multialmacén que ha dominado el trabajo teórico y científico en las últimas décadas de la investigación sobre el recuerdo. Además, se explica la importancia de dos aspectos centrales en la retención de la información: las claves y los esquemas, como elementos básicos en los procesos de asociación y evocación. Para concluir el capítulo uno, se analiza la relación de la memoria con el aprendizaje, donde se pretende destacar la importancia del primer proceso sobre el segundo, discutiendo las posibilidades teóricas y asumiendo una postura respecto a la memoria: sin retención de datos no hay posibilidad de aprendizaje. El capítulo dos, da cuenta de la mnemotécnica, de su concepto, y de las actividades que se desarrollan bajo su categoría. En la descripción del concepto, se ha intentado integrar, comparativamente, teorías que, por un lado, postulan la mejoría del aprendizaje mediante una técnica memorística, aludiendo a sus límites sólo por cuestiones de sobrecarga de información o por el desvanecimiento de los datos. También se mencionan las teorías de la neointerferencia, y cómo ellas postulan una debilidad de las estrategias en el almacenamiento de datos, que pobremente sustentan el óptimo aprendizaje. En relación con las actividades, se han seleccionado algunas técnicas que cumplan con el perfil de la propuesta. De esta manera, se da cuenta de la organización, de la asociación, del código verbal y de la repetición, principalmente. El último rubro, según mi visión, es el elemento rector de cualquier mnemotécnica. El capítulo tres, está avocado a mostrar la propuesta, la cual se compone de ocho pasos, a saber, información, registro, repetición, libre asociación, esquematización, refuerzo, asociación a una red más amplia, y repaso elaborado. Menesteroso es aclarar que cada paso se acompaña de su objetivo, le sigue una breve explicación teórica, y se plantea el qué de la regla mnemotécnica. Este trabajo incluye, además, dos ejemplos de cómo aplicar la propuesta, para ello se han seleccionado dos fragmentos de información totalmente antagónicas. El primer fragmento es un acertijo coloquial, pero que ayuda a ilustrar la técnica y el grado de profundidad necesario para retener los datos. El segundo fragmento es científico, y con ello postulamos lo elaborada que en ocasiones puede llegar a ser una información para poder almacenarla. Finalmente, se anotan las conclusiones que prácticamente no sobrepasan el terreno de la especulación bibliográfica y teórica, asumiendo que nuestros argumentos pueden versar en una flagrante incongruencia entre la propuesta y su aplicación real. Del todo satisfecho, agradezco a todo aquél que se interese por leer las pocas, y fáciles, páginas de la propuesta que no son más que una transducción del conocimiento teórico y científico de la memoria, diseñadas para la lectura de los pedagogos. Capítulo 1 MEMORIA. 1.1 PRELUDIO HISTÓRICO-CONCEPTUAL . El ser humano a lo largo de la historia ha reflejado un interés especial por la memoria, en tanto facultad que favorece el recuerdo de sucesos pasados. La leyenda de Simónides, narrada por Quintiliano ofrece una perspectiva histórica sobre el significado e importancia de la memoria. Cuenta la leyenda que Simónides se encontraba en una fiesta cuando fue interrumpido por un par de jóvenes que le solicitaron abandonara el lugar unos minutos para discutir cierto asunto. Ese tiempo fue vital para Simónides, pues la casa donde se ofrecía la fiesta se derrumbo sobre los invitados. Este hombre fue comisionado para identificar a las personas que habían asistido al evento. Simónides pudo hacerlo, relacionando los lugares que recordaba con las personas que allí había mirado, asimismo identificándolos por la ropa que portaban1. Con sus límites, la memoria se tornaba en una facultad importante a la altura de la inteligencia como capacidad independiente. Desde Aristóteles, el interés por conceptualizar a la memoria ha sido marcado por la idea del recuerdo. Filosóficamente, esta facultad fue envuelta en el misticismo, limitándola a una capacidad de la “mente”. Aunque el sentido común consideraba a la memoria como una simple capacidad del recuerdo, innata, que operaba en menor o mayor grado, dependiendo del sujeto. Aristóteles desarrolló los fundamentos básicos de la memoria. Él conjeturó que la memoria resulta de tres procesos asociativos: similitud, contraste y contigüidad; a la vez que estos “deberían ser completados por una influencia particular de frecuencia o facilidad2. En el caso de la frecuencia, aludía a la repetición como un elemento para el aprendizaje; en el segundo caso, de la facilidad, enfatizaba que algunas asociaciones se forman más fácilmente que otras. Aristóteles consideró “que los recuerdos reflejan nuestras experiencias del mundo y éstas son responsables de los contenidos de la mente”3. El llamado período del Oscurantismo reflejó la fuerza de las antiguas concepciones de la memoria, sobre todo en el modelo educativo de la época: la Escolástica. Dentro de este enfoque, la repetición estéril de los conocimientos obligó a los estudiantes al dominio de una memoria mecánica, con recitaciones lineales, de los documentos que se estudiaban, aunados al “magister dixit”. Sin embargo, el trabajo reminiscente del enfoque educativo, mantuvo viva la importancia de la memoria como facultad básica del aprendizaje, su concepción implicaba un recuerdo repetido, ajustado al conocimiento exacto de las materias estudiadas. Con el Renacimiento el mundo del conocimiento y las artes operó un cambio trascendental, del cual somos herederos. La visión del mundo fue filtrada por otros conceptos y por nuevas ideas en todos los campos del saber y la expresión. La Física abrió un camino hacia un enfoque natural del ser humano, y los artistas expresaron el deseo de renovación, del encuentro del hombre consigo mismo. En esta cultura, la memoria sufre un colapso en manos 1 LIEURY, Alain. Memoria y éxito escolar, p.60. Apud QUINTILLIANO. “Institution oratoire”, libro XI. 2 HOTHERSALL, David. Historia de la psicología, p. 26. 3 Ibidem, p. 27. de la máxima influencia filosófica de la época: Descartes. Con toda la contundencia que brinda la fama de autoridad célebre, dijo que lo importante no era tener una memoria extraordinaria para aprehender el conocimiento y los saberes del mundo y de los libros. Afirmaba que lo esencial era lacomprensión. Enfatizaba que el comprender obliga al sujeto a reconocer a los objetos por sus causas o efectos. Una vez realizada la operación anterior, no hacía falta memorizar porque “quien comprenda las causas, volverá a formar fácilmente en su cerebro, por la impresión de la causa fantasmas completamente borrados”4. La memoria perdió su definición de recuerdo básico para el aprendizaje y fue relegada por debajo de la comprensión. Aún cuando Wilhem Wundt había fundado en 1879 el primer laboratorio de psicología experimental, él se negó a investigar la memoria por considerarla un proceso inabordable científicamente. No obstante, por el clamor del Zeitgeist (espíritu de la época), hubo alguien que desafió el reto, e inició un estudio científico que fundamentaría la parte básica de la memoria: Hermann Ebbinghaus. Sorprendido y motivado por el ínclito texto “Elementos de psicofísica” del psicólogo alemán Gustavo T. Fechner, diseñó un estudio sobre la memoria, que se basaba en el aprendizaje de “sílabas sin sentido”, en el cual él mismo fue el sujeto investigado. Con la grandeza de su intento, y con las críticas que acarreó ser él parte del trabajo, Ebbinghaus perfiló una definición científica de la memoria y demostró que los procesos mentales superiores se pueden estudiar. ¡Esto revolucionó el estudio de la psicología cognitiva, ni más ni menos! Con sus investigaciones, Ebbinghaus describió “las teorías del olvido, de la interferencia y del deterioro de la huella”5. También investigó el aprendizaje repetitivo y la retención de material muy simple, encontrando que olvidamos primero los materiales que memorizamos rápidamente. Después el olvido procede con mayor lentitud. También concluyó que “el aprendizaje activo y espaciado del material como un todo es más efectivo”6, que el material significativo es mucho más fácil de aprender y recordar que el material sin significado. Como puede verse, un mar de conceptos y conjeturas afloraron de las investigaciones de Ebbinghaus, pero aún la claridad para elaborar una construcción sintáctica que describiera y conceptualizara a la memoria era tan vacilante y muy criticable, en razón de las condiciones del estudio. Hasta los años 50’s, los enfoques funcionalistas y asociacionistas estímulo-respuesta, representados por la tradición de Ebbinghaus, “guiaron e imperaron sobre las investigaciones directamente”7 de la memoria e influyeron de manera determinante en su definición como tal. Para ellos, la memoria era un proceso mental superior que aprendía y olvidaba dependiendo de la repetición y familiaridad del material empleado. En 1908, el psicólogo alemán Hugo Münsterberg publicó su libro “En la posición del testigo”, un texto que abordaba temas sobre psicología forense, principalmente, pero que implícitamente cuestionaba asuntos importantes sobre la memoria. El autor describía las ilusiones para demostrar que “nuestros sentidos pueden ser engañados y mostró como las sugestiones afectan a las percepciones”8. Apuntó que los recuerdos son poco seguros cuando intentamos traer a la memoria sucesos de algún tiempo pasado, incluso “después de un corto 4 LIEURY, Alain. Op cit, p. 26. Apud DESCARTES, René. Cogitationes privatae. 5 BADDELEY, Alan. La psicología de la memoria, p. 20. 6 HOTHERSALL, David. Historia de la psicología, p. 188. 7 BADDELEY, Op. cit., p. 435. 8 HOTHERSALL, Op. cit., p. 165. período entre un evento y su recuerdo la memoria es poco confiable”9. Münsterberg apoyó sus ideas realizando “experimentos de realidad”, que consistían en representaciones en vivo de alguna historia o suceso. Una de ellas, realizada originalmente en la Universidad de Berlín, relataba un suceso acaecido en un seminario, en el cual un profesor había discutido sobre un libro, causando un desacuerdo entre dos estudiantes, que discutieron hasta el límite en que uno de ellos sacó un revolver, precipitándose sobre el otro. Mientras el profesor se opuso entre ellos, sujetando el brazo del joven armado, el revolver se disparó. Después del suceso se les solicitaba a los estudiantes que anotaran una descripción de lo que había pasado. Münsterberg encontró que sus descripciones eran marcadamente diferentes, y con esto demostró que nuestros recuerdos no siempre son de fiar. Aquí se podía apreciar un enfoque distinto de estudiar el recuerdo, alternativo al método de Ebbinghaus, pero que contribuía a ampliar el campo conceptual de la memoria: la interferencia y el desvanecimiento de la huella como fuente del olvido de la memoria en general y de la memoria episódica en particular. Con todo, la aproximación cognitiva alemana de los estudios sobre la memoria comenzó a abrir camino en el estudio y concepto del recuerdo. No obstante, en 1932, con la aparición del texto “Remembering”, el anterior modelo estímulo-respuesta propuesto por Ebbinghaus, encontraría una fuerte crítica. El autor F. C. Bartlett, inició su diatriba arguyendo que los estudios de la simple repetición tenían muy poco que ver con la vida diaria. “Criticó la tradición de Ebbinghaus por limitarse demasiado al estímulo, por ignorar las actitudes del sujeto y su experiencia previa y por suponer que un estímulo pobre podía producir una situación de aprendizaje sencilla”10. Para Bartlett la clave para el aprendizaje humano consistía en aquel esfuerzo o necesidad por encontrar un sentido al material en cuestión. El autor utilizó un método que llamó “la reproducción serial”, que en gran medida era análogo a los “experimentos de realidad” de Münsterberg, Bartlett utilizó el popular cuento indio- americano “La guerra de los fantasmas” para este fin. En la aplicación de la técnica se le pedía a un sujeto que leyera la historia y luego la contara a un segundo y éste lo transmitiera a un tercero, etc., o se leía el cuento a uno o varios sujetos. Después eran sometidos a pruebas de recuerdo cuando habían transcurrido 15 minutos, después hasta los 4 meses y finalmente hasta los 6 meses. Bartlett concluyó que con el paso del tiempo “la idea original sufre una modificación importante en la reducción progresiva de la historia”11 . Así podemos inferir que el recuerdo se transforma por el paso del tiempo y se le atribuyen modificaciones para llenar espacios de eventos poco claros u olvidados. Hasta aquí, se han revisado los tropiezos filosóficos y las hazañas experimentales y teóricas que han influido en la definición de la memoria como una capacidad intelectual apoyada en el recuerdo, con algunas especulaciones sobre su funcionamiento, ventajas y desventajas de los materiales utilizados, así como de los métodos que integran su estudio y aplicación. Sin embargo, lo que sigue ofrece una orientación particular sobre los enfoques fisiológico y psicológico que han estudiado la memoria, tratando de definirla, en un afán por limitar su campo de acción en relación con otros procesos cognoscitivos. 9 Idem. 10 BADDELEY, Op cit., p. 26. 11 Ibidem, p. 29. 1.1.1 La aportación fisiológica. En este campo la memoria se ubica en dos áreas compatibles del recuerdo en el ser humano. Por un lado, se habla de la memoria filogenética designada a aquella que es el resultado de la evolución o desarrollo de la especie. Por el otro, se plantea la memoria individual o aprendida. En el primer sentido, “la memoria de la especie está en los códigos de los genes y regula la construcción de la estructura del sistema nervioso y el uso de parte de esta estructura”12. El corolario de este sistema es regulado por la memoria individual que organiza la experiencia para sus fines adaptativos o de supervivencia. Quizá no sea prudente realizar una inspección como la que a continuación se presenta, pero tampoco consideramos que figure como un conjunto de argumentos estériles por el contexto en que la vamos a exponer. A nivel biológico, el estudiode la memoria puede rastrearse hasta ubicarla en la noción innata que se tiene de ella. La primera gran aportación que se sustenta en argumentaciones claras proviene del texto “El origen de las especies” del ínclito biólogo Charles Darwin. El autor sostiene que no ve “dificultad alguna en que la selección natural conservase y acumulase variaciones del instinto hasta cualquier grado que fuera provechoso”13. Darwin apuntaba que las modificaciones del instinto eran equiparables a los cambios en la estructura material de las especies: “se originan y aumentan por el uso y la costumbre y disminuyen o se pierden por el desuso”14. La conclusión estriba en que las especies sufren variaciones tanto en el material genético como en la ‘mente’ de los diferentes individuos. Estas diferencias suponen distintos niveles de capacidad para abstraer conclusiones correctas del mundo en que sobreviven las especies. Los más adaptados y capaces tendrán más posibilidades de sobrevivir y reproducirse, de tal suerte que su esquema mental y conductual se impondrá sobre los demás. De esta forma podemos inferir que la noción darwiniana de instinto se corresponde con la de memoria filogenética. Richard Semon, en su libro “Die Mneme”, sostenía que la herencia y la reproducción “podían considerarse como un recuerdo que preserva los efectos de la experiencia a través de las generaciones”15. El autor concebía al recuerdo como una elasticidad elemental del tejido biológico que permite que los resultados de la experiencia sobrevivan al paso del tiempo. Semon acuñó dos términos propios para el trabajo teórico de la memoria: Mneme, en alusión a la diosa griega de la memoria, Mnemosina, y “engrama” o huella mnésica que “hace referencia al cambio duradero del sistema nervioso que conserva los efectos de la experiencia a través del tiempo”16. En el proceso celular, cada célula dispone de ciertos datos o información que garantizan un curso funcional automático, a lo cual se le denomina memoria genética. A través del ácido desoxirribonucleíco, “las informaciones genéticas quedan fijadas en los cromosomas”17. De esta manera, se cree que una facultad intelectual desarrollada en el curso de la vida de un sujeto puede ser transmitida a sus descendientes, como una unidad constante que tenderá a aparecer cuando el sujeto acreedor alcance la edad correspondiente a la edad que poseía su progenitor en los momentos de la transmisión. 12 AUPING, Juan. Una revisión de la teoría psicoanalítica a la luz de la ciencia moderna, p. 176. 13 DARWIN, Charles. El origen de las especies, p. 9, t. 2. 14 Idem. 15 SCHATER, Daniel. En busca de la memoria, p. 85. 16 Ibidem, p. 86. 17 HAUSS, Kurt. Fundamentos de psicología médica, p. 305. Hasta aquí, hemos revisado sucintamente la configuración de memoria filogenética, atribuida en gran medida al material genético fruto del desarrollo evolutivo de la especie que, se considera, está almacenado en el sistema límbico y en el cerebelo. No así la memoria individual, que se sustenta en las áreas de la corteza y neocorteza. En este sentido, la memoria neural es “la capacidad de un organismo para retener información sobre sí mismo y el ambiente en que vive y de utilizarlo para fines adaptativos18. Concebida así, la memoria deja de mostrarse como una conducta refleja propia del organismo o de la especie, y logra evolucionar como una ventaja biológica que al mismo tiempo adquiere un importante valor de supervivencia. Una vez modificado el sistema neuronal de la corteza, el organismo abandona las respuestas estereotipadas y añade nuevos estímulos controlados, soportados en la maleabilidad neuronal como por sus múltiples conexiones entre neuronas. En fisiología, cuando se habla de memoria implica los fundamentos neurofisiológicos, neuroquímicos y neuroanatómicos, de la organización estructural del recuerdo y de los “mecanismos neurobiológicos asociados a las alteraciones de la memoria (plasticidad) como función de la experiencia”19. Todo esto supone, básicamente, aprendizaje e implica, en general, la distribución de las redes neuronales y de sus conexiones sinápticas, las cuales logran su unión funcional mediante las vías químicas secretadas por las neuronas, mejor conocidos como neurotransmisores. De su conjunto, el neurotransmisor GABA, se cree que sus vías crecen por aprendizaje. Así mismo, se considera que el impulso nervioso, en su vertiente electroquímica, como un factor decisivo en la memoria ya que el umbral y la cronaxia pueden ser modificados por aprendizaje. Los cambios en el tejido nervioso que subyacen en la memoria son atribuidos a la constitución de sinapsis nuevas o en el reforzamiento de sinapsis ya existentes. Cabe agregar que “hay sinapsis modificables que podrían ser responsables de la memoria, ya que se encuentran considerablemente reforzadas por la actividad y agotadas por el desuso”20. Así, las modificaciones en la memoria sólo son posibles por los cambios efectuados en la microestructura de las sinapsis. Se dice que pueden formarse sinapsis adicionales, o que las ya existentes aseguran un aumento equivalente en la emisión de los neurotransmisores, de lo que se espera una creciente eficacia, bajo una estimulación repetida. Así la memoria es considerada como una cadena de procesos fisicoquímicos, “que participan en la elaboración de ciertos estímulos sensoriales hasta su almacenamiento persistente”21. Esta conjetura sustenta que los estímulos exteriores son, en mayor o menor capacidad, asimilados, dependiendo de las vías nerviosas, del número de estas vías, y de la capacidad de conducción de cada una de ellas. Su almacenamiento se verá correspondido por la excitación sináptica que acompañe al estímulo original y a su capacidad para mantener ese estado excitatorio que repercuta en la retención de la información. En otro sentido, se considera que la información que circula en el sistema nervioso puede ser codificada “bajo la forma de una sucesión de señales eléctricas”22. Expliquemos brevemente esto. A nivel eléctrico, se sabe que existe un potencial de reposo de 70 milivoltios, el cual, al ser alterado por un estímulo da lugar al potencial de acción o umbral, que es el mínimo de intensidad que necesita un estímulo, para producir una repuesta, sin olvidar el reobase, que es el mínimo de 18 AUPING, Op. cit. p. 176. 19 DICCIONARIO DE PSICOFISIOLOGÍA, p. 167. 20 POPPER, Karl,. El yo y su cerebro, p. 424. 21 HAUSS, Op. cit., p.305. 22 REUCHLIN, Maurice. Psicología, p. 235. duración que debe tener el estímulo para producir dicha respuesta. Después de que se presenta el potencial de acción, decae en potencial de acción negativo. Así, se cree que los estímulos similares generan situaciones semejantes eléctricamente, lo que supone aprendizaje y memoria. Desde nuestra opinión, esto describe la suposición del engrama. Aquí, el mensaje bioquímico o actividad eléctrica de la neurona explican la memoria como un sistema de relectura y activación de los mensajes eléctricos o bioquímicos. Cuando se alude al “engrama” para referirse a la memoria, se plantea la hipótesis de la distribución de los influjos nerviosos en el cerebro, de tal suerte que su representación “actual” se corresponda con la activación original de la distribución eléctrica. Así, se hablaría de memoria cuando el “reconocimiento de un suceso, el desencadenamiento de una respuesta aprendida se producirían cuando una configuración actual se superpusiese exactamente a la huella de una de estas configuraciones anteriores”23. El engrama ha prevalecido como una hipótesis de la codificación neuroanatómica, que los teóricos han adaptado a la memoria a corto y largo plazo, haciendo énfasis en la distribución de los fenómenos electroquímicos en determinadas áreas del cerebro, que subyacen a un hecho, de tal suerte que una configuración puede generalizarsea otros sucesos. Esto tiene sus límites porque, las conclusiones mencionadas han sido el resultado de observaciones experimentales realizadas en tomografías por emisión de positrones, de esto se especula que los resultados obtenidos puedan ser uniformes en los sujetos observados, pero nada califica que cierta configuración especifique un hecho en particular. No obstante, el engrama es la modificación pasajera o perdurable que se efectúa en el cerebro como “resultado de una experiencia de codificación”24. El cerebro lleva a cabo registros de acontecimientos a través del juego de conexiones entre los grupos de neuronas que participan en la codificación de la experiencia. Un incidente, cualquiera, de la vida diaria, opera en función de estímulos sensoriales, acciones y palabras, por su naturaleza, distintas áreas del cerebro filtran estos datos y así, las neuronas de diversas regiones refuerzan sus conexiones recíprocas. De esta manera, Daniel Schacter considera que los estímulos exteriores son asimilados en datos convergentes que de manera sincrónica se codifican mediante respuestas químicas y eléctricas de las neuronas, originando nuevas conexiones, así “La nueva pauta de conexiones neuronales constituye el modo en que el cerebro registra el acontecimiento: el engrama”25. Otro enfoque considera la memoria como una constelación del recuerdo distribuida en determinadas estructuras cerebrales. Aunque en la actualidad las distintas regiones cerebrales son concebidas como ejerciendo de un modo dinámico funciones complementarias en perpetua interacción. Sin embargo, dentro de las estructuras más importantes se señalan al hipocampo, los lóbulos frontales, el lóbulo temporal medio, la amígdala, el cerebelo, y otras partes que aunque no son centrales en la evocación del recuerdo si confieren funcionalidad al sistema mnémico. En conclusión, la memoria, desde la perspectiva fisiológica, es la creación o el refuerzo de sinapsis sustentadas bajo el intercambio bioquímico entre neuronas, llevadas a cabo en determinadas áreas o estructuras cerebrales. 23 Ibidem, p. 237. 24 SCHACTER, Op. cit., p. 87. 25 Ibidem, p. 88. 1.1.2 La contribución psicológica. Bajo la perspectiva psicológica y desde el puro sentido teórico, la definición de memoria ha sido de mayor conflicto entre sus defensores por sencillas razones del lenguaje utilizado y la acción a que se corresponde. Vimos anteriormente la noción fisiológica estrictamente, en donde revisamos desde como un organismo reacciona por una memoria instintiva y cómo éste desarrolla redes neuronales como consecuencia de la experiencia. Psicológicamente, la memoria se concibe como un fenómeno cognoscitivo, amplio y heterogéneo; “una destreza mental que nos permite recordar sucesos o informaciones pasadas”26. Cabe mencionar que aquí la posibilidad de la idea cartesiana de la comprensión renace, pero encaminada a favorecer el almacenamiento de la información y no como el ilustre filósofo postulaba: la comprensión como clave de respuesta. No obstante, la memoria no sólo alude al recuerdo sino también a la comprensión y expresión verbal, las habilidades motrices y en general a aquellos procesos en los cuales utilizamos información de nuestra experiencia pasada. De manera reducida, la memoria “es la retención del aprendizaje y la experiencia”27. Esta definición como tal es confusa en parte, puesto que para su autor “aprender” connota adquirir conocimientos o informaciones, en tanto, experiencia se avoca a la retención de historias episódicas, ricas en actividades. La dicotomía aprendizaje-memoria será discutida en un apartado posterior. No obstante, podemos adelantar que la bibliografía contemporánea, de perfil cognoscitivista, discute vehementemente por la unificación de dichos procesos psicológicos. Se aclama por una postura conceptual en la cual el aprendizaje corresponda a almacenar información y memoria a la recuperación de dicha información. Se cree que la unificación es una solución viable y que sólo será cuestión de tiempo y de algunos arreglos conceptuales que den cierta uniformidad a las proposiciones que describan el proceso como un sistema único. La diversidad en las definiciones muestran carencias que se intentan pulir, casi siempre, en una nueva conceptualización, sin embargo, sólo agregan una función que se cree compite en el sistema del recuerdo, por ejemplo, en un sentido formal la memoria se puede definir como “el sistema que nos permite retener información a lo largo del tiempo”28. En las anteriores definiciones la memoria se vinculaba al aprendizaje, a la experiencia; en el último concepto se menciona “información” que perdura en el tiempo. En cualquier situación es necesaria la información pasada para reconocer un fenómeno o actividad, desde una situación de peligro hasta un hábito higiénico. La fortalecida idea de la memoria como un sistema que mantiene información aún con el paso del tiempo se debe, en gran parte, a la similitud, en operaciones, con el complejo aparto cibernético actual: la computadora. La captura, el control y la ejecución de los datos con que trabaja este artilugio han determinado la manera de conceptuar la memoria. Así se sostiene que los datos que alcanzan el almacén memorístico persisten por un tiempo largo e indefinido. Cierto es que se consideran, en el hombre, los errores de evocación, pero estos son atribuidos al desvanecimiento de la huella o a la interferencia con información semejante. Estos aspectos son vistos no como desventajas sino como tenues defectos del sistema mnémico. Aún con sus imperfecciones la memoria es “nuestro sistema cognoscitivo para almacenar y recuperar información”29. Esta definición 26 VEGA, Manuel. Introducción a la psicología cognitiva, p. 59. 27 GROSS, Richard D. Psicología: la ciencia de la mente y la conducta, p. 317. 28 WORCHEL, Stephen. Psicología. Fundamentos y aplicaciones, p. 214. 29 BARON, Robert A. Psicología, p. 227. aporta un elemento más a la construcción del concepto “memoria”: “recuperar”. De esta forma podemos considerar a la memoria como el proceso mental que retiene y revive impresiones, que reconoce experiencias previas. Podemos decir que la experiencia es el periodo latente de un suceso que pertenece a un tipo de memoria. En dichos eventos, el sujeto recuerda los hechos asociados a un nivel de excitación o de atención que repercutirán en su posterior evocación o manifestación. Ya hemos mencionado la precipitada unificación que plantean los modelos actuales del aprendizaje y la memoria, por lo tanto, sólo manifestaremos nuestra convicción en cuestiones de recuperación vinculadas a la memoria. Es flagrante que cuando decimos “almacenar” hablamos de un aspecto abstracto de la memoria, no de un rasgo empírico del proceso, así, asentimos que un sujeto “guarda” alguna información porque es capaz de recuperarla, de evocarla. Entonces, sí la noción de almacenamiento va ligada a la idea de aprendizaje, la información será recuperada según se trabajen dichos datos, y así “almacenar” dejaría de ser un sin sentido abstracto y pasaría a ser un sistema o método de memorizar. De esta manera, conocer qué actividades realiza un sujeto para retener información tiene mayor relevancia que saber sí el mismo sujeto tiene buena o mala memoria. Sea en el laboratorio o en la vida común, la experiencia implica que un sujeto perciba un estímulo mediante algún sentido, lo retenga y “finalmente ha de ser capaz de encontrarlo para que pueda utilizarlo”30. Papalia sugiere que el recuerdo no sólo es espontáneo, sino que existen procesos reminiscentes en los cuales entra en juego cierta actividad mental que, según su capacidad, puede recuperar o encontrar el recuerdo. Dicha “actividad mental”, consideramos, es un término conceptual que alude a la atención selectiva de los recuerdos,en los cuales se ve implicada una estimulación de las regiones cerebrales asociadas al estímulo, es decir, sí lo que se intenta recordar proviene del lenguaje, de una imagen, de un momento histórico, se corresponderán con el área de Wernicke, con el área occipital y con el área frontal, respectivamente. Aunque se conocen procesos tales como la conexión y transmisión sináptica, y estos suelen asociarse con los procesos reminiscentes, se desconoce cual es el factor último que proporciona la respuesta. Y decir que con el paso del tiempo y con los avances pertinentes quizá se conozcan los correspondientes engramas para cada recuerdo, es tan sólo abonar un sentimiento de certeza. Sin embargo, creemos que la psicofisología aporta datos más amplios para conceptuar a la memoria. La psicología se encuentra en desventaja porque apoya sus conjeturas sobre aspectos “clínicos” –llamémoslos así-, que llanamente describen el fenómeno mnémico. La psicofisiología puede mostrar la desventaja de considerar al hombre como un organismo altamente evolucionado, pero organismo al fin y al cabo. No así la psicología que considera al hombre como un ser racional capaz de dirigir sus acciones intelectuales para resolver problemas. De cualquier forma, cuando pretendemos conservar determinada información para emplearla en el futuro, “seleccionamos cierta información y procesamos esas señales posteriormente, en un esfuerzo por reconocerlas y comprenderlas”31. Sin embargo, Morris comenta que la información debe ser comprendida para poder ser recuperada. Claramente este es un desliz cartesiano que concuerda, en parte, con la teoría de la Neointerferencia. Actualmente muchas personas creen que si determinada información no la comprenden no pueden memorizarla, es decir, recuperarla. Los alumnos guiados por la ley del menor esfuerzo, argumentan que ellos no tienen que estar repitiendo 30 PAPALIA, Diane. Psicología, p. 205. 31 MORRIS, Charles G. Introducción a la psicología, p. 232. infinidad de veces la misma información, simplemente la comprenden y ya. Lo que no entienden es que cuando ellos creen haber “comprendido” los datos, simplemente han memorizado la información para emplearla a corto plazo, es decir por un periodo de entre 15 o 20 segundos, con un máximo de 6 a 9 bloques de información (esto lo aclararemos más adelante). Así, cuando se le pide evocar los datos y se equivoca, afirma que se confundió, que pensaba que era “esto” y no “aquello”. Nosotros sabemos que el almacenamiento –el método o actividad que utilizó-, no correspondía al tipo de prueba que le esperaba, simplemente. No obstante, la conducta de este tipo de alumnos es el resultado de los modelos educativos actuales que les solicitan “comprender” en lugar de “memorizar”, lo paradójico de esto es que predominan los exámenes de memoria. Las distintas versiones del concepto concentran su afinidad en procesos identificables del recuerdo o la experiencia, veamos la siguiente: “la memoria es un proceso psicológico que sirve para almacenar información, codificarla y registrarla de alguna manera”32. Esta autora no incluye, en su concepto, un mecanismo de recuperación o evocación de la información, aunque si centra su atención en el almacenamiento. No hace falta decir que la recuperación es el meollo de la memoria, y un concepto privado de esta categoría es incompleto. A su vez el almacenamiento es importante porque soporta el pequeño o gran peso de la recuperación, de ahí nuestra propuesta. Quizá pueda pensarse que nuestra posición teórica de la memoria como un sistema de adquisición y recuperación de la información, sea un tanto circular, pero no es así. Es evidente que manejamos la noción de que sabemos que un sujeto retiene información porque es capaz de evocarla, y ¿cuando no la recupera es porque no la ha retenido? Nosotros decimos que no. Nótese que este “no” es una engañosa guillotina en nuestro cuello, por lo que argumentamos sobre el “comprender” de los alumnos flojos. Cuando esta clase de alumnos se equivocan suelen decir que estaban seguros de sus respuestas, y sólo son capaces de corregir su error cuando se les muestra ampliamente el resultado afirmativo. En cambio, las personas que utilizan la memoria como recurso para mantener la información por tiempo relativamente mayor, saben, en caso de error, que están equivocados, que no “suena” o no se “ve” o no se “parece” o no logran “relacionar” lo que evocan con lo que han relacionado, esa es la gran diferencia. Así, existe mayor probabilidad de comprender algo que se ha memorizado, que memorizar algo que se ha comprendido. Baddeley, una autoridad en el tema, considera que la memoria debe tener por lo menos tres facetas: aprendizaje o adquisición, almacenamiento y recuperación33. Cualquier texto sobre memoria cita los trabajos de Baddeley asumiendo, implícitamente, que es una autoridad en el campo del recuerdo. No obstante, él, para definir la memoria ha encontrado decenas de racionalizaciones para negarse a hacerlo. Sin embargo, al incluir el aprendizaje y el almacenamiento como niveles de memoria, realiza una abreviación confusa. Según su visión, el aprendizaje se refiere a la forma de aprehender o asimilar un conjunto de datos o una información en concreto. Cuando menciona el almacenamiento describe en mayor medida los conceptos teóricos que apoyan la idea de retención: a largo plazo, semántica, episódica, etc., apoyadas en pruebas de evocación. En otras palabras, la retención de datos existe siempre y cuando se muestren evocaciones del material aprendido, lo cual no deja claro que es la recuperación, porque entonces ¿cómo medimos la recuperación?, sin duda por la evocación adecuada de las respuestas. Pero así, el almacenamiento ¿a qué corresponde? 32 BALLESTEROS, Soledad. Psicología general: un enfoque cognitivo, p. 393. 33 Cfr. BADDELEY, Alan. La psicología de la memoria, p. 33. Puede objetarse que a nuestra conformación básica, a la genética, e implica el dominio de una conducta heredada, útil para la adaptación y supervivencia del ser. Denominado instinto, este patrón conductual constituye el reflejo memorístico de la información genética, por la sencilla razón de que a determinada estructura física, le corresponde determinada constitución instintiva. Por lo cual, sin evadir la memoria, podemos decir que el instinto es la experiencia latente; el efecto acumulado y continuo de una conducta apoyada en la constitución biológica de las especies. El instinto es la acción mecánica y efectiva que organiza la funcionalidad del sujeto en su medio, y eso también es memoria. Fisiológicamente, la memoria es el reforzamiento de sinapsis entre neuronas que compiten en la transmisión bioquímica de la información, sustentada por áreas específicas del cerebro. En segundo lugar, la memoria es un proceso cognoscitivo que registra, codifica, almacena y recupera información. En este enfoque la memoria es la capacidad de dominio sobre experiencias pasadas. El recuerdo es el medio que permite al sujeto entablar relación entre información pasada y actual. La memoria es un conjunto de informaciones y recuerdos potenciales a los que el sujeto puede acceder de manera natural. Aunque parezca filosófico, el potencial cambia con el contexto, por las informaciones ambientales, por los estados afectivos y anímicos, y por las condiciones físicas de las personas. Cabe mencionar que sin registro no puede existir codificación, y así no puede haber memoria, pero el simple registro no es memoria, es necesario seleccionar y almacenar para poder recuperar la información. En tercer lugar, toda forma de vida es un dominio de ciertas conductas almacenadas en la memoria explícita o implícitamente, consciente o inconscientemente, dando cuenta de un pasado ancestral que ha sido configurado por la cultura. 1.2 ELEMENTOSDE LA MEMORIA. 1.2.1 El modelo modal. Una vez en la historia de la Física se pensó que los protones y los neutrones eran las partículas elementales y más pequeñas de la materia. Entonces en 1969 se llevaron a cabo experimentos en los que se colisionaban protones con otros protones o con electrones a alta velocidad indicando que, en realidad estos estaban formados por partículas más pequeñas, a las que el físico Murray Gell-Mann llamó “quarks”. Para diferenciar a dichas partículas se utilizaron de manera metafórica seis “colores” y seis posibles “sabores”, para identificarlas y facilitar el trabajo teórico sobre ellas. En realidad muchas de las partículas mencionadas, y otras, no es posible mirarlas, son virtuales, pero sus efectos se pueden sentir y son medibles. Aunque la extrapolación es temeraria, con la memoria se ha trabajado y experimentado en forma similar. Las definiciones han sido el resultado de observaciones de laboratorio, aunadas al estudio de sujetos con alguna deficiencia o patología, lo cual, en algún aspecto, ha aportado resultados que en la interpretación teórica ha provocado más incertidumbre sobre sus límites y definición. En el histórico desarrollo de la Tecnología, por sus creaciones, ésta ha influido notablemente sobre las conjeturas teóricas de las ciencias en particular, construyendo nociones teóricas que se corresponden o suelen ser un reflejo de un objeto complejo, producto de la tecnología. En los albores de la informática se realizó un parangón de la memoria con un artilugio cibernético: la computadora. El reflejo, como tal, pretende dar cuenta de un sistema de operación básico de memoria en las computadoras, que evidentemente envuelve mecanismos equiparables a los desarrollados en la memoria humana. El modelo que, por sus características, parece describir de manera uniforme y congruente dichos procesos es el propuesto por Atkinson y Shiffrin en 1960. Esta visión plantea que la memoria tiene tres sistemas distintos para almacenar información, los cuales realizan funciones que dan continuidad a los datos registrados: memoria sensorial, memoria a corto plazo (MCP) y memoria a largo plazo (MLP), que para fines de este estudio utilizaremos sus famosas abreviaturas citadas. El modelo, como tal, es una aproximación teórica para ilustrar y facilitar la expresión de los procesos mnémicos. Como se apuntaba al inicio, en la metáfora de los “quarks”, es un intento por describir las principales características de los sistemas de la memoria, delineando sus campos de acción y favoreciendo la expresión de los mecanismos básicos de operación. El modelo de Atkinson y Shiffrin, es el sistema teórico al que la psicología cognoscitiva contemporánea generalmente recurre para dar cuenta de cómo los registros sensoriales son seleccionados para poder dividirlos en elementos codificables, de tal forma que, por la discriminación de sus características, faciliten su almacenamiento. 1.2.2 La memoria sensorial. A todo suceso le corresponde una situación empírica que normalmente puede ser desechado de nuestro bagaje acumulable de experiencia o, por el contrario, se decide mantenerlo en nuestro recuerdo de la manera más fiel. Sin embargo, el primer paso es mantener “vivo” el “suceso” para poder adueñarse de un factor clave para su representación; ese “mantener vivo el suceso” es lo que en el argot del modelo modal se conoce como “memoria sensorial”: el tiempo necesario para registrar datos e identificarlos. La memoria sensorial almacena temporalmente la información proporcionada por nuestros sentidos, con un intervalo de tiempo de no menos de un segundo para la memoria visual y de dos a tres segundos para la memoria ecoica, que son las modalidades de las cuales existe prueba empírica que las evidencían. La memoria sensorial “retiene por períodos muy breves representaciones de la información proveniente de nuestros sentidos”34, antes de desvanecerse totalmente. Aunque la memoria sensorial preserva datos de la experiencia por períodos efímeros, se caracteriza por poseer una capacidad elevada para almacenar información. “Esta información está constituida por la pura realidad de la vida, frente a la cual –un sujeto-, puede reaccionar introduciéndola en la memoria o ignorándola y olvidándola”35. La memoria sensorial nos permite realizar un registro de los datos sólo por el tiempo justo para que podamos decidir cuáles aspectos de esta información merece mayor atención. De esta manera, los estímulos que reciben atención son transferidos a lo que en el sistema multialmacén se denomina memoria a corto plazo (MCP). Los registros sensoriales que no son atendidos se desvanecen y desaparecen con rapidez, en contraste, la atención selecciona y atiende algunos estímulos del mundo que nos rodea ignorando los demás, “la información 34 BARON, Op. cit., p. 233. 35 PAPALIA, Op. cit, p. 206. de la memoria sensorial entra a la memoria a corto plazo cuando se convierte en el foco de atención”36. En conclusión, la memoria sensorial es un proceso de percepción y selección crítica de los elementos de un estímulo exterior. Es un registro fugaz de los acontecimientos, vía los sentidos, que incorpora fracciones de información de relevancia relativa para cada individuo. La memoria sensorial es el almacenamiento, de gran capacidad, pero por un período corto de tiempo, de la mezcla de nuestra experiencia y el mundo. 1.2.3 La memoria a corto plazo (MCP). Cuando se alude a la MCP y a la MLP, se puede creer que son dos “módulos mentales” independientes, que existen fronteras claras entre uno y otro sistema, que sus características de almacenamiento y retención son muy distintas, creemos que no es así pero, por el enfoque de nuestro trabajo, son asuntos que no se pueden discutir en este espacio. Sin embargo, sustentados en el apartado de “La aportación fisiológica” somos fieles al desarrollo de la memoria como una capacidad que potencialmente crece en tanto las experiencias promueven la creación o el reforzamiento de las sinapsis correspondientes. Así, consideramos que el modelo es un sostén adecuado para interpretar la evolución de los datos sensoriales, desde su registro hasta su recuperación, sin olvidar su almacenamiento. La memoria a corto plazo (MCP) es un sistema intermedio de operación entre el registro sensorial y la memoria a largo plazo (MLP), por ello la retención de la información se incrementa en tiempo y disminuye en capacidad, comparándola con la memoria sensorial. La efectividad de la información depende de un efímero repaso o codificación de los datos para darle utilidad de inmediato, porque tan pronto “como la mente autoconsciente se enfrasca en otra tarea (…), el patrón específico de actividades neuronales se agota y la memoria a corto plazo se pierde”37. En su crudeza, la biopsicología postula que la MCP depende de un mecanismo de interpretación continua del estímulo, cuando este es interferido por otro en un intervalo de tiempo breve, decae la huella del primero. En las investigaciones psicológicas se considera a la MCP como el lugar donde se procesa, codifica y etiqueta al recuerdo por tiempo relativamente corto, el tiempo suficiente como para utilizarla y después desecharla. Los límites que caracterizan a la MCP de la MLP radican principalmente en la capacidad para almacenar y retener la información; sin embargo, en la MCP se le suele atribuir un promedio de 15 segundos de duración, para siete o nueve piezas separadas de información. Cada una de estas piezas “puede contener varios trozos separados de información, trozos que de alguna manera están relacionados y que pueden agruparse en unidades significativas”38. En el argot de la psicología de la memoria, a esta unidad de información se le denomina “chunk”. No obstante, los desacuerdos persisten sobre la certeza en la capacidad de los chunksy en su efectividad por el solapamiento de tareas, donde se cree que una tarea interfiere sobre otra debilitando la información, “el aprendizaje del material nuevo causa el desaprendizaje de los primeros elementos”39. La teoría de la interferencia predice que no hay olvido que la información se puede recuperar 36 BARON, Op. cit. p. 230. 37 POPPER, Op. cit, p. 438 38 BARON, Op. cit., p. 236. 39 BADDELEY, Op, cit., p. 156 espontáneamente aunque con “menos probabilidad de recordar los elementos correctos”40. Esta teoría contempla la interferencia proactiva en donde “normalmente existe una mayor cantidad de información más antigua que interfiere con el nuevo aprendizaje”41, por ejemplo, cuando usted utiliza un aparato de audio que opera en formato MP3, y usted estaba habituado a emplear un artilugio con pasos en formato CD, la información adquirida interfiere con la nueva que debe utilizar. Por otro lado, considera la interferencia retroactiva, ahí “la información disponible interfiere con el aprendizaje antiguo”42, por ejemplo, si usted estudia la Segunda Guerra Mundial, y en el pasado había leído la historia de la Primera Guerra Mundial lo más probable es que confunda los datos que leyó anteriormente. Existe, sin embargo, una teoría alternativa a la teoría clásica de la interferencia, la teoría del desvanecimiento de la huella. Aquí se “afirma que los elementos anteriores forman un fondo de ‘ruido’ que aumenta el debilitamiento espontáneo de la huella con el paso del tiempo”43. Este enfoque sostiene que cuando una información reciente es ensayada por intervalos de tiempo suficiente para propiciar su almacenamiento, las huellas de los elementos anteriores se desvanecen. Considera, también, el simple paso del tiempo como un elemento en el desvanecimiento de los recuerdos y sus interpretaciones cada vez más erróneos. La teoría del desvanecimiento interpreta el olvido como el debilitamiento de los elementos de la información durante el lapso de retención. El modelo de Atkinson y Shiffrin propone que la MCP es básica porque permite mantener información durante el tiempo necesario para resolver problemas que involucran, en ocasiones, a la MLP. Como se aclaró anteriormente, la MCP se utiliza para retener datos por tiempo limitado, en este sentido se le considera una memoria de funcionamiento temporal. Cuando aludimos a su intervención en la MLP nos referimos en especial a las situaciones en que una información determinada es retenida en la MCP, para producir una respuesta proveniente de la MLP. En la MCP se regula el flujo de información a través de los procesos de control que incluyen el repaso, que es el ejercicio abierto de la información; la codificación, o asignación de “claves” o “señales” a la información; los esquemas de organización, simplificación de la información; las estrategias de recuperación, promoviendo caminos lógicos a la información exacta44. De esta forma se establece que la MCP, es una “aduana” de la información, donde solicita datos a la MLP para responder a las incógnitas exteriores o donde una nueva información es procesada para su almacenamiento. La MCP decae en MLP cuando el repaso y la codificación han sido efectivos para estructurar a la red general de conocimientos o experiencias del sujeto. En su sentido metafórico o virtual, como se quiera, la MCP es un concepto que fluctúa como proceso psicológico, por lo tanto invisible. No obstante, cuando se solicita su evidencia, generalmente se recurre a un experimento clásico: la curva de posición serial. Si a una persona se le pide que lea una lista de palabras sin conexión y después esta persona intenta recordar la lista de palabras neutras, comúnmente recuerda mejor las palabras ubicadas al inicio y al final de la lista que aquellas localizadas a la mitad de la serie. La flagrante curva favorece la existencia de dos sistemas distintos de memoria, en primer lugar, 40 Idem. 41 DEMPSTER, Frank y Alice Corkill. Investigación de la neointerferencia y el desarrollo de la inteligencia,p.250. En ANDERSON, Mike. Desarrollo de la inteligencia, pp. 249-283. 42 Idem. 43 BADDELEY, Op. cit., p. 157. 44 Cfr., Baddeley. Psicología de la memoria, pp. 188, 189. las palabras recordadas al inicio manifiestan la MLP, en segundo lugar, las palabras rememoradas al final dan cuenta de la MCP, es decir, tomando en consideración el tiempo, que las palabras del inicio se recuerdan porque han entrado en el almacén a largo plazo y que las últimas se recuerdan porque fueron las últimas que leyó y por lo tanto aún están retenidas en la MCP. Al primer fenómeno se le llama “efecto de primacía” y al siguiente “efecto de recencia”45 . La MCP como proceso, registra, retiene y recupera información; es un sistema que retiene cantidades limitadas de información por períodos relativamente cortos; como mecanismo, retiene datos para transformarlos en informaciones operativas. La MCP, es la memoria activa que contiene información que se está usando o procesando en este momento. La MCP, trabaja con datos almacenados o con informaciones nuevas. 1.2.4 La memoria a largo plazo (MLP). Ahora bien, si la información es procesada por un tiempo crucial que posibilite una retención prolongada, estaremos hablando de la memoria a largo plazo (MLP). Ésta muestra un estado inactivo o latente de la información general y sólo se recuperan datos específicos, ocasionalmente, dadas las exigencias del ambiente. Al inicio del apartado “La aportación fisiológica”, relacionábamos la memoria con instinto, en un intento por enmarcar nuestro concepto bajo el influjo genético que supone una constante evolución de la capacidad intelectual. No obstante perseguimos un resultado tácito de ello, aunque resulte vacuo e indecoroso para este estudio. En bioquímica se ha confirmado que para la fijación de las informaciones en la MLP intervienen además de los procesos electroquímicos, procesos bioquímicos complejos, por ejemplo, la síntesis proteíca, ácido ribonucleico y ácido desoxiribonucleico. El bioquímico sueco Hyden “logró demostrar que los engramas están contenidos en el ácido ribonucleico de la neurona cerebral”46. Ahora bien, ya enfatizamos que la memoria está correlacionada con la creación o el reforzamiento de sinapsis, de esto se sigue que las modificaciones en los engramas pueden ser transmitidos a futuras generaciones, que el conjunto de experiencias reforzadas puede aparecer en descendientes con mayor probabilidad de operación en el desarrollo del individuo. Sin embargo, a corto plazo, la teoría de la descendencia con modificación mediante la variabilidad y selección natural no ha proporcionado casos para formular ley esta hipótesis. Esta intromisión, miope por cierto, apunta al tema de este trabajo: la mnemotécnica. Aunque mecánica, estéril y austera, la memoria es un proceso útil en el medio escolar, hoy sin proyecciones futuras. La sola exigencia académica requiere de una MLP que amplíe cada vez más el cúmulo de información correcta, eficaz para el desempeño profesional. Así, la mnemotécnica promueve un proceso a largo plazo, con límites impuestos por la estrategia misma o por la edad de los individuos, suponiendo, creemos, una modificación intelectual de la especie, directa o indirectamente. Por un lado, originando cambios en el nivel neuronal, por otro, configurando una dimensión mayor de potencial en el almacenamiento y efectividad del recuerdo. Sucintamente se hizo notar que la MCP es la antesala al almacén de la MLP, que para retener información en éste modulo, es necesario un proceso elaborado de los datos, un 45 Cfr. VEGA. Introducción a la psicología cognitiva, pp. 91, 92. 46 HAUSS, Op. cit., p. 310. almacenamiento ordenado, congruente ante las exigencias de la MCP. En cierta medida, la MCPes un “distribuidor” de la información, por lo tanto dentro del mecanismo de la MLP sus funciones son indisociables Una frontera de distinción entre una estructura y otra, exhibe que la MLP “es un depósito de mayor capacidad, conserva las informaciones durante mucho tiempo”47; considerando las complejas diferencias entre diversos sujetos, “por lo que se refiere a la capacidad y rapidez con la que se almacena evocan las informaciones”48, en la memoria a largo plazo. Es probable que la dicotomía entre las estructuras mencionadas provoque un poco de incertidumbre sobre la dimensión exacta en la que un tipo de memoria denota ciertas características y que en cierta medida comparta algunas de ellas con la otra estructura, es decir, algunos procesos se incluyen en la MCP pero cuando estos logran un nivel superior de elaboración decaen en MLP, y no hay certeza del momento en que sucede este fenómeno; la distinción alude a “situaciones en las que se presenta una cantidad grande de material en distintos ensayos y en los que la prueba de recuerdo tiene lugar después de un intervalo de tiempo considerable”49. La mayoría de los autores considera que un material aislado tiene pocas probabilidades de entrar en el almacén a largo plazo, por lo que siempre se busca una asociación con otros materiales para tener una referencia más amplia de su presencia y así poder retenerlo por un mayor tiempo. Volveremos sobre este asunto más adelante. Por ahora observemos el mismo “perfil” de operación desde otro punto de vista. Se ha aclarado que la información o registro sensorial se codifica y almacena temporalmente en la MCP, reteniendo sólo un número limitado de piezas de información por períodos de pocos segundos. Esta información puede proyectarse a una estructura superior en capacidad y persistencia: la memoria a largo plazo. “La información que alcanza dicho almacén permanece habitualmente en un estado ‘desactivado’, y sólo se ‘activa’ eventualmente en función de las demandas de una tarea o situación determinadas”50. La MLP depende de la MCP en dos sentidos: permite la recuperación de información para su uso inmediato y procesa los datos para un almacenamiento por más tiempo. La MLP “nos permite almacenar grandes cantidades de información de manera relativamente permanente”51, pero generalmente la MLP se subordina a los designios y necesidades de la MCP. Y decimos “designios” porque puede ocurrir que un estímulo sensorial imprevisto logre que la MCP desencadene un torrente incontrolable de recuerdos provenientes de la MLP. La “necesidad” alude a un proceso controlado de la selección y recuperación de los recuerdos almacenados en la MLP. Es en este mecanismo donde las mnemotécnicas realizan su labor de ordenamiento y perfeccionamiento del recuerdo. Lejos del mito de la “información permanente”, consideramos que la MLP se funda en el estudio perenne, en el repaso elaborado y en las diversas construcciones semánticas de la información. Las mnemotécnicas organizan, en un sistemático proceso, la información general, sintetizándola en puntos elementales, adicionando claves que faciliten la dirección hacia los datos particulares, permitiendo su recuperación, si tener que estudiar todo su conjunto en determinado momento, “la información de la MLP no necesita repetirse de manera continuada; cuando 47 HAUSS, Op. cit., p. 309. 48 Idem. 49 BADDELEY, Op. cit., p. 132. 50 VEGA, Op. cit., p. 61. 51 BARON, Op. cit., p. 237. hemos aprendido algo podemos dejar de pensar en ello hasta que necesitemos la información en un momento dado”52. La MLP se organiza almacenando nuestro conocimiento del mundo en tres formas distintas: 1) La memoria episódica o autobiográfica “remite a nuestros recuerdos sobre sucesos, incluidos tiempo y espacio en que ocurrieron”53, es una memoria para la información acerca de nuestras vidas, incluyendo datos acerca de quién, qué, cómo y dónde de los hechos que hemos experimentado. 2) La memoria de procedimiento “remite a nuestro conocimiento general básico de cómo hacer las cosas”54. Cuando ejecutamos una tarea, los procedimientos son el resultado de los procesos básicos del aprendizaje de la información que no podemos expresar verbalmente con facilidad. 3) La memoria semántica “adscrita al conocimiento general de base sobre palabras, conceptos y reglas”55 del lenguaje, supone la suma o contenido total del conocimiento general y abstracto que cada sujeto tiene acerca del mundo. La memoria semántica nos permite abstraer y operar mentalmente con objetos y situaciones que no aparecen ante nuestros sentidos. 1.3 ASPECTOS DIVERSOS DE LA MEMORIA. Aunque hemos considerado tres clases de almacenamiento en la MLP, discutiremos, sucintamente, una distinción crucial para nuestra propuesta de mnemotécnica, en relación con la memoria episódica y semántica. Por un lado, la primera se avoca a la organización espacial y temporal sobre referencias autobiográficas, con una alta probabilidad de interferencia y olvido; retiene eventos que incluyen, implícitamente, informaciones que pueden ser aprendidas, pero éstas, al rememorarse, no tienen capacidad inferencial o de generalización, “mientras que la memoria semántica puede crear información nueva que literalmente no ha sido almacenada, mediante procesos de reconocimiento”56. La memoria semántica organiza conceptos y retiene conocimientos con su respectiva referencia cognitiva, estimulando determinada capacidad inferencial. Se dice que la información de la memoria semántica tiene escasa interferencia pero, por ser un gran almacén de conocimientos, consideramos que bien esto pudiera ser motivo de interferencia, ya sea para continuar almacenando datos, ya sea por la similitud del gran bagaje. Sin embargo, las mnemotécnicas son una alternativa para vulnerar esos obstáculos, propiciando un acercamiento mayor en efectividad y rapidez de la información. Al principio de su bíblico libro “La psicología de la memoria”, Alan Baddeley arguye que no existe un enfoque teórico sobre memoria que se considere único y específico para abordar su estudio y generar resultados del todo compatibles con el fenómeno del recuerdo. Así, como una sugerencia tácita, incluiremos una lista de los métodos eficaces de codificación para la MLP, sin contemplar la moda y el perfil dominantes de la psicología. El orden no considera la importancia de la estrategia, tan sólo es un abanico de opciones: 52 CARLSON, Neil. Fisiología de la conducta, p. 545. 53 WORCHEL, Op. cit., p. 228. 54 Idem. 55 Idem. 56 VEGA, Op. cit., p. 200. 1) La asociación, que invita a relacionar un material con otro para mejorar su recuerdo. 2) La organización, que ofrece una distribución ordenada y congruente del material para un mejor recuerdo. Dentro de este rubro se agrupan tres elementos típicos que se incluyen en nuestra propuesta de mnemotécnica, y por tal motivo los citaremos. Cabe aclarar que uno de ellos es considerado de mayor peso en la organización, para nuestros fines, de esto se sigue una exégesis más amplia en aquel caso. - Seriación. Proporciona “una estrategia de recuperación sistemática que incorpora todos los elementos presentados”57. - Categorización. Promueve el agrupamiento del material para favorecer el recuerdo. - Semántica. Su función básica es “minimizar la carga de la memoria despojándola de los detalles no esenciales y codificando el nuevo material (…), guardando sólo lo suficiente para poder reconstruir el acontecimiento si es necesario”58. Como una objeción insolente y atrevida, aclararemos nuestra postura dentro de esta última categoría. Bien, y toda aquella información que permite “la reconstrucción” del acontecimiento, ¿dónde y cómo se almacena, pertenece o no a nuestra memoria, cuándo recordamos, elaboramos los recuerdos con elementos genuinos que se correspondencon lo solicitado, o atribuimos memorias y significados? En este estudio postulamos que la información, para almacenarla, es organizada en “claves” que contengan de manera comprimida parte de la información, de forma tal que permita integrarla en una red compacta de conceptos, especular a la noción principal, y ésta a su vez pueda ser ajustada a una estructura general de conocimientos. La estimulación de una clave decodifica gran parte de la información que ésta almacena potencialmente desencadenando la “excitación” de las claves asociadas a través del “umbral de similitud” que las une, permitiendo la reconstrucción gradual de la información o suceso requerido. 1.3.1 Las claves. Las claves o señales son fracciones semánticas que aglomeran atómicamente la información en la memoria para facilitar el recorrido hacia la idea general. En general, la literatura sobre la memoria concuerda en agregar un “algo más” a la información para su efectiva recuperación: una imagen, una palabra, un número, etc. Es probable que al recuperar información se pueda reconstruir con elementos ajenos a los datos almacenados en la MLP, pero, como ya se expuso, eso se denomina inferencia, y corresponde al resultado de equiparar diversos recuerdos semánticos para atribuirles un nuevo significado. Y esto, consideramos, es un fenómeno relativamente cercano a otra facultad intelectual. Agregaremos una impertinencia más: puede objetarse que las ideas generales no siempre se recuerdan con las mismas palabras, pero da la casualidad que aluden al mismo significado, por ello existe la memoria semántica, porque con “señales” específicas se almacenan conjuntos generales de conocimientos. En MLP, la forma micro contiene la forma macro de la información. Por eso mismo, Reuchlin enfatiza que “El contenido de la memoria semántica se halla en perpetua evolución, se enriquece con nuevos significados, con nuevas relaciones entre estructuras y en el seno de las estructuras, de denotaciones y connotaciones nuevas o modificadas”59. Una 57 BADDELEY, Op. cit., p. 234. 58 Ibidem, p. 376. 59 REUCHLIN, Op. cit., p. 225. vez que las claves ejercen control sobre la información que se pretende almacenar, comienzan a integrarse en las estructuras conceptuales, propias del sujeto, que determinan la forma operante de ellas en él. Las claves o señales son indicios que permiten acceder a la información almacenada, de manera eficaz. La recuperación óptima de los datos depende de cómo se establezcan las relaciones a través de “etiquetas” adecuadas que permitan un almacenamiento con mayores probabilidades de recuperación. Cuando la información es almacenada con claves que se adaptan en número y significado pertinentes, la tendencia a la facilidad del recuerdo es mayor. La memoria semántica extrae el significado de la información; las claves etiquetan adicionalmente la información para crear una fuente alternativa para localizar los datos; los “esquemas”, de los que hablaremos enseguida, articulan los conceptos de manera ordenada y congruente. En cierta medida, las claves son un punto de referencia paralelo a los datos almacenados y contribuyen en el recuerdo como un estímulo de respuesta extra. Las claves, como los esquemas, son factores de habilidad personal que facilitan la recuperación de la información de cada sujeto en particular. Así, la eficacia de las señales, en la mnemotécnica, no está determinada por la organización de la estrategia en sí, sino que “las diferencias individuales en las tareas de memoria y razonamiento se deben, sobre todo, a diferencias colaterales en los procesos básicos”60, del almacenamiento de la información. Cabe agregar que el fracaso en la recuperación también se ve afectado por utilizar claves ambiguas e incorrectas, o muy propensas a la similitud. Las claves tienen la función de asociarse con la información próxima a almacenarse en la memoria “y puede ayudarnos a traerla a la mente en los momentos en que no puede ser recordada espontáneamente”61. Números, letras, imágenes, sonidos, lugares, códigos subjetivos, y otros, pueden ser aspectos funcionales para una clave, la elección depende del material (información) y de la relativa facilidad para asociarlo a una situación específica. 1.3.2 Los esquemas mentales. De entre las influencias genéticas y ambientales, el individuo emerge como un híbrido biosocial, que la cultura moldea para su adaptación al medio social. Todo el bagaje de experiencias que un sujeto conserva le ayudan a filtrar las nuevas formas de enfrentar al ambiente y sus resultados están determinados por aquella filtración de la realidad. A ese conjunto de reacciones cognoscitivas se le denomina, en el sentido común, “manera de pensar”, “forma de ver el mundo”, en el argot del lenguaje cognoscitivista, le conocemos como “esquemas mentales”. Los esquemas mentales son factores que dentro de la MLP intervienen implícitamente en la organización y almacenamiento de la información. Los esquemas funcionan “como dispositivos de codificación de la información”62, donde es elaborada para adaptarla a los valores y conocimientos del sujeto. Por ejemplo, la prueba de Stroop, que consiste en presentar, a un sujeto, los nombres de cinco colores, cada uno en su color correspondiente, y después presentarle los mismos nombres pero con colores inversos para cada color, está 60 DEMPSTER, Op. cit., p. 256. 61 BARON, Op. cit., p. 241. 62 REUCHLIN, Op. cit., p. 228. dirigida a medir la memoria, entre otras cosas, apoya la idea de que un esquema se forma a partir de los conocimientos que van conformando nuestro aprendizaje. “Todas las palabras codificadas de modo idéntico mediante un esquema constituyen una clase, incluyendo estas clases intersecciones”63. En su sentido simple los esquemas imponen la manera en que los sujetos utilizan sus experiencias y conocimientos anteriores para organizar e interpretar sus suposiciones del mundo actual. Un esquema es un protocolo de calificación subjetivo de la realidad que se utiliza como sistema de referencia para el aprendizaje de nuevas experiencias. Los esquemas son la configuración mental de la experiencia individual almacenada en la memoria; los próximos enfrentamientos con el exterior y la asimilación de sus resultados sólo podrán organizarse de manera similar. Los esquemas adaptan gradualmente la información exterior a nuestra forma de ver el mundo; “proporcionan una estructura en que se ajusta la información de la entrada”64. Ellos funcionan como un mecanismo cognoscitivo que procesa la información nueva y la relaciona con el conocimiento existente. La literatura sobre la memoria avala que los esquemas, o estructuras mentales, cuando se desarrollan se moldean, una vez concretizados sus efectos repercuten en la codificación, almacenamiento y recuperación de la información. Una estructura mental es una suposición subjetiva del mundo fundada en los conocimientos particulares del sujeto, por lo tanto, en muchos casos “es probable que notemos y recordemos la información que apoya nuestras creencias acerca del mundo que la información que se opone a ellas”65. Lo aprendido condicionará lo nuevo por aprender, de esta manera los esquemas influyen en la discriminación de la atención sobre un evento determinado, influyen en lo que se recuerda, en la atribución de características o cualidades sobre las cosas, pueden llevar a formarse estereotipos de los individuos66, sin embargo, los esquemas “simplifican el proceso de recuperación de la información de la memoria, de manera que las personas tienden a recordar sólo lo que necesitan saber en una situación particular y filtrar recuerdos que no son pertinentes”67. Dentro de la mnemotécnica, los esquemas son conjuntos de información simplificada provistos de significación específica, remiten a elementos,
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