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Volem-viure--nacionalismo-occitano-en-el-Sur-de-Francia

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1
 
 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO 
 
 
 
FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS 
 
MAESTRIA EN HISTORIA 
 
 
 
 
VOLEM VIURE: NACIONALISMO OCCITANO EN 
EL SUR DE FRANCIA 
 
 
 
 
 
 T E S I S 
 
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE: 
 
 MAESTRO EN HISTORIA 
 
 
 P R E S E N T A: 
 
VALENTE ALBERTO CONTRERAS ROMERO 
 
ASESOR: DR. ENRIQUE PLASENCIA DE LA PARRA 
 
 
 
MARZO 2006 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 2
 
 
 
 
 
 
 
 
 
PARA MAREN Y ASCEN 
 
 QUIENES HAN DADO UN NUEVO SENTIDO A MI VIDA 
 
 
 
 
 
 
 
 
A OCCITANIA Y FRANCIA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTO ESPECIAL AL CIRDOC POR TODAS LAS FACILIDADES OTORGADAS 
DURANTE MI ESTANCIA EN BEZIER. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 3
 
INDICE 
 
 
INTRODUCCION 
 
CAPITULO I 
EL ORIGEN DE OC 
I.I.- Antecedentes 
I.II.- El idioma 
I.III.- Las cruzadas contra los Albigenses 
I.IV.- Revueltas populares durante los siglos XII al XVII 
 
CAPITULO II 
OCCITANIA ENTRE LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y EL NACIONALISMO 
II.I.- La historiografía de la Revolución y los Occitanos 
II.II.- La Revolución Francesa, tres etapas 
II.III.- Midi Rouge 
II.IV.- Surgimiento Nacionalista 
 
CAPITULO III 
EL NACIMIENTO DE LA IDENTIDAD OCCITANA 
III.I.- La revuelta Vitícola de Midi en 1907 
III.II.- La Francia entre-guerras 
III.III.- La Segunda Guerra Mundial 
III.IV.- El I.E.O. 
 
CAPITULO IV 
EL MOVIMIENTO POLÍTICO OCCITANO 
IV.I.- La huelga de Decazeville 
IV.II.- El C.O.E.A 
IV.III.- Gardem lo Larzac 
IV.IV.- Le Vin Encore 
 
CAPITULO V 
VOLEM VIURE 
V.I.- Del colonialismo interno al derecho de las minorías 
V.II.- El occitanismo actual 
 
CONCLUSIONES 
 
BIBLIOGRAFIA 
 
 4
 
 
 
Índice de siglas 
 
 
C.G.T. Confederación General de Trabajadores 
 
C.G.T.U. Confederación General de Trabajadores Unitarios 
 
CELIB Comité de Estudios y de Liason de Intereses Bretones 
 
CIRDOC Centre Inter-Régional de Développement de l´Occitan 
 
CGVM Confederación General de Viticultores del Midi 
 
COEA Comité Occitano de Estudios y de Acción 
 
F.T.A.M. Federación de Trabajadores Agrícolas de Midi 
 
FLN Frente de Liberación Nacional 
 
FN Frente Nacional 
 
IEO Instituto de Estudios Occitanos 
 
MPO Movimiento Popular Occitano 
 
PCF Partido Comunista Francés 
 
PNO Partido Nacionalista Occitano 
 
PO Partido Occitano 
 
SEO Sociedad de Estudios Occitanos 
 
SFIO Sección Francesa de la Internacional Obrera 
 
VVAP Volém Viure Al Pais 
 
 
 
 
 
 
 
 
 5
 
 
INTRODUCCION 
 
 
El presente trabajo intenta mostrar la particularidad del movimiento nacionalista occitano 
que surgió en el sur de Francia en el siglo XX durante los años setenta. 
El interés principal por el que se realiza esta investigación es observar a través de la historia 
de este pueblo cómo se fue construyendo su identidad nacional y cuáles fueron las causas 
que no permitieron que cuajara como un movimiento nacionalista fuerte. 
La importancia de presentar este tipo de trabajos para nuestro país, es identificar a estos 
nacionalismos considerados como subdesarrollados y analizar que elementos pueden 
aportar al naciente debate sobre la autonomía de los pueblos indígenas; además, el caso 
occitano nos presenta un aspecto común con México: el fuerte centralismo que adoptaron 
después de sus revoluciones ambos países. Aunque, a pesar del hecho comparativo 
expresado anteriormente entre nacionalismo occitano y minorías indígenas, es importante 
resaltar que esta comparación debe de ser observada con mucho cuidado teniendo en cuenta 
las características propias de cada país, ya que los procesos de incorporación de estos 
pueblos a un estado-nación fueron muy diferentes. 
El resurgimiento de las minorías nacionales en Europa nos puede servir como un 
laboratorio experimental para poder enriquecer el debate surgido no sólo en México sino en 
toda Latinoamérica, sobre la incorporación de los movimientos indígenas a una nueva 
cultura de inclusión y multiculturalismo. 
El movimiento nacionalista occitano surgió, como otros muchos, producto de los conflictos 
entre un norte más industrializado frente a un sur agrícola con atraso económico, de un 
centralismo asfixiante frente a una periferia sin oportunidades y explotada. 
Conceptos que manejamos en este trabajo como: minoría nacional, nacionalismo y 
movimiento social, se enmarcan dentro de las teorías desarrolladas por autores como: 
Benedict Anderson, Eric Hobsawm, Anthony Smith, Michael Keating y Sydney Tarrow. 
En lo que respecta a la producción bibliográfica sobre el movimiento político occitano de 
los años sesenta es muy reducida en comparación con otros movimientos nacionalistas en 
Francia como el bretón, vasco y alsaciano. 
Actualmente, existe un centro importante de investigación y búsqueda occitana con sede en 
Bezier, conocido como el Centre Inter-Régional de Développement de l´Occitan 
(CIRDOC). La mayor parte de los trabajos realizados sobre el movimiento político occitano 
están vinculados con esta u otras organizaciones culturales occitanas como el Instituto de 
Estudios Occitanos (IEO) y los felibrige (grupo cultural occitano), quienes, en su afán de 
resaltar la importancia del occitanismo en Francia presentan cierta subjetividad y carencias 
en sus investigaciones; trabajos como los de Jean Larzac: Descolonisar l´historia occitana, 
Ives Rouquette: Made in France, Louis Bayle: Procés a l´occitanisme, Rene Nelly: Mais 
enfin qu´est-ce que l´occitanie?, Espieux: Histoire de L´occitanie, entre otros, 1 nos brindan 
aportaciones interesantes al estudio del movimiento occitano, pero no dejan de estar 
impregnados por un sentimiento nacionalista muy fuerte. Ante esta literatura considero 
 
1 Estos autores gozan de mucha respetabilidad dentro del medio cultural occitano; muchos de ellos se 
desenvuelven más dentro de las artes haciendo poesía, novelas o estudios lingüísticos; no obstante algunos 
trabajos dejan mucho que desear como la visión religiosa de Jean Larzac “Per una lectura politica de la 
Biblia”. 
 6
importante analizar este movimiento minoritario nacionalista desde una óptica exterior. En 
este sentido. encontramos el valioso trabajo de carácter más sociológico realizado por 
Alain Touraine: El país contra el Estado: luchas occitanas. Aunque su investigación es muy 
interesante en lo que respecta al estudio de las mentalidades y la sociedad occitana, sus 
conclusiones son un poco limitadas tanto por el tiempo en que se escribió dicho trabajo 
(1981) como en la ausencia de variables importantes tales como: la ambigüedad tanto del 
territorio como del dialecto occitano. 
Algunos otros autores presentan al movimiento occitano como un fenómeno natural que 
respondía a una época propicia para reivindicaciones nacionalistas. Estos trabajos 
encuadran al movimiento dentro de la corriente ideológica del “colonialismo interno” 
Robert Lafont (1974) La révindication occitane, y Michel Le Bris (1974) Occitanie: Volem 
Viure. Estas dos obras, aunque importantes,pueden ser enriquecidas con los recientes 
debates que se han abierto sobre multiculturalismo y los nuevos movimientos sociales 
(Tarrow, Kymlicka o Smith). 
El movimiento político occitano de los años sesenta fue seguido por la prensa francesa 
bajo dos perspectivas diferentes. Por una parte, se informaba sobre las huelgas y protestas 
sociales como fenómenos aislados (sin mención de reivindicaciones occitanas). A este 
grupo pertenecen periódicos de tiraje nacional como Le monde y Le figaro, mientras que 
por otra parte, se presentaban estos conflictos como parte de una reivindicación Occitana 
con una mayor cobertura en la prensa regionalista y periódicos nacionales de tendencia 
socialista como Liberation. 
Las revistas occitanas son variadas y entre las más consultadas estarían: Etudis Occitans del 
Instituto de Estudios Occitanos (IEO), Oc revista de literatura occitana y Occitania organo 
de difusión del Partido Occitano (PO). 
 
En los años sesenta, el abandono de las provincias a favor de las grandes ciudades sesenta 
se debió en parte a las políticas voraces de los mercados internacionales; el movimiento 
político occitano pertenece a una serie de reivindicaciones nacionalistas que se dieron 
durante esta época. 
Iniciaremos el trabajo con una primera parte donde explicaremos el origen de este pueblo, 
así como su primer conflicto con el norte francés y su anexión al reino franco bajo el 
pretexto de las cruzadas religiosas contra los herejes albigenses del siglo XIII. 
Explicaremos también la singularidad de su idioma y los diferentes dialectos que de él se 
desprenden. Haremos un breve análisis de las diferentes revueltas populares que se dieron 
en esta región en el periodo comprendido entre los siglos XII al XVII poniendo especial 
atención en la revuelta Tuchin durante las guerras contra Inglaterra y el movimiento 
protestante de los Camisards. Movimientos de protesta principalmente contra los altos 
impuestos de la época y contra la miseria. 
 
A continuación, analizáremos la Revolución Francesa para intentar encontrar dentro de su 
historiografía la participación de grupos occitanos, y también realizaremos un análisis sobre 
la utilización que se dio de la lengua occitana durante el conflicto. Dentro del fenómeno 
revolucionario expondremos la importante participación de las regiones occitanas en los 
movimientos sociales de la Vendée, el “terror blanco” y el movimiento federalista. A partir 
de este análisis podremos presentar una de las primeras y principales características de estas 
zonas: sus diferencias ideológicas. 
 7
Más adelante, estudiaremos el desarrollo meridional occitano durante el siglo XIX así como 
el surgimiento del primer grupo cultural occitano, los felibrige. 
Desarrollaremos y analizaremos el nacimiento del movimiento político occitano tomando 
como punto de partida la revuelta vitícola de 1907 momento en el que ya empezamos a ver 
manifestaciones regionalistas aunque todavía muy débiles. No será hasta después de la 
Primera Guerra Mundial que empezaremos a vislumbrar el surgimiento de grupos pro 
nacionalistas que se distanciarán de los históricos felibrige. Pero este proceso de 
renacimiento occitano se verá truncado por la Segunda Guerra Mundial ya que ante su 
indefinida participación política, estos grupos fueron tachados de colaboracionistas y 
marginados durante muchos años. 
Con la creación de Instituto de Estudios Occitanos IEO se inició una nueva etapa de 
surgimiento de grupos occitanistas y con ello de movimientos políticos importantes, como 
la creación del Partido Nacionalista Occitano PNO de tendencia radical y el COEA de 
tendencia socialista. 
Dos acontecimientos de orden económico que incidieron en el fortalecimiento del 
movimiento nacionalista occitano fueron, primero, la huelga de mineros en Decazeville y, 
después, la implantación de campos militares en Larzac que afectaban toda la bio-
diversidad de la zona así como la actividad ganadera. 
Junto a estos acontecimientos llegaron las manifestaciones juveniles de 1968, que serían 
bien aprovechadas por el occitanismo para crecer aun más e incluir en sus demandas 
problemas de orden ecológico acorde a la floreciente industria del turismo que tanto 
afectaba a la región. 
 
Finalizaremos con el análisis del movimiento político occitano desde las diferentes teorías 
nacionalistas que existen y trataremos de explicar las diferentes razones por las que el 
occitanismo actual no consiguió fortalecerse y sí perder su fuerza a partir de los años 
noventa. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 8
CAPITULO I 
 
EL ORIGEN DE OC 
 
¿Qué es Occitania? 
 
Antes de comenzar el presente trabajo es conveniente ubicar el espacio geográfico que 
ocupa Occitania dentro de Francia, así como sus características generales. 
Occitania es una región del sur de Francia que ocupa un espacio territorial de 190 000 Km2 
con cerca de 14 millones de habitantes. Occitania está compuesta por 32 departamentos que 
pertenecen al estado francés, 12 al estado Italiano en las regiones alpinas (Valadas) y, uno 
al estado español en el Val d´Aran. 
La extensión Occitana comprende las regiones de: Aquitania, Languedoc-Rousillon, 
Limousin, Midi-Pyrénées, Provence-Côte D´Azur, Auvergne y Rône-Alpes. 
Es la minoría nacional más amplia de toda Europa; su lengua está compuesta por varios 
dialectos y su símbolo es la “Cruz Occitana”. 
 
 
 
I.I Antecedentes. 
Lucien Febvre decía “Francia se llama diversidad” y Braudel completaba “Francia es 
diversidad”. Estas afirmaciones no se enmarcan solamente en aspectos culturales, sino 
económicos y geográficos, inclusive el sur francés (Occitania) tiene una variedad de 
paisajes donde quizá lo más común es su clima cálido con respecto al norte. 
Esta diversidad de elementos (económicos, geográficos, culturales, climáticos) se originó 
ya en los asentamientos de las primeras civilizaciones; en el neolítico se pudieron observar 
dos oleadas distintas: la primera, fue por el Mediterráneo alrededor del 5000ac y la 
segunda, un milenio después vía danubiana. Los primeros desarrollaron una fuerte 
actividad de cría de ganado y pastoreo, mientras que los segundos traían la tradición 
agricultora del valle del Danubio. 2 
 
Lo que ahora conocemos como Occitania se originó con la llegada de los romanos hacia el 
120 A.C. Los romanos habían sido llamados por los marselleses solicitando su ayuda 
 
2 Fernand Braudel, La identidad de Francia, Barcelona, Gedisa, 1993; vol.II, p.36 
 9
puesto que estaban siendo amenazados por tribus galas de las proximidades. A partir de su 
llegada el Mediterráneo pasó a estar bajo el dominio romano, en consecuencia, estas 
regiones se adaptaron más rápidamente a las tradiciones de la civilización latina que el resto 
de Francia. Los romanos introdujeron técnicas de cultivo y ganadería. Entre ellas, la vid 
que sería una actividad fundamental en la Aquitania 3 
 
Con las llegadas masivas de pueblos bárbaros del norte de Europa cambió el panorama de 
esta zona del sur francés ya que, bajo una política de “Hospitalidad”, permitió a los 
bárbaros convivir pacíficamente con él. 
Los francos instalados desde hacia tiempo en el norte de la Galia (nombre con el que se 
conocía todo el territorio francés), avanzaron hacia el sur e instauraron un reino franco 
unificado. Clodoveo, convertido al cristianismo romano y utilizando pretextos religiosos, a 
manera de cruzada atacó a los Visigodos y Burgundis (cristianos heréticos, arrianos) 
establecidos en el sur. Su reinado abarcó hasta el 507 D.C. 
Bajo los reinados Godos, la región de Aquitania y Septemania (como se conoció el 
corredor que partía la Provenza), experimentó un gran avance en todos los sentidos. Los 
reyes visigodos fueron respetuosos con las instituciones y tradiciones anteriores lo cual 
permitió que siguieran desarrollándose. 
 
En el 536D.C. son derrotados los ostrogodos de Italia que dominaban la Provenza 
obteniendo así la ansiada salida al mar Mediterráneo. Aunque parte de Languedoc y 
Rosellon permanecieron en manos de los visigodos españoles. 
En el año 732, ante las invasiones musulmanas en el sur de Francia, sobre todo Aquitania y 
parte de la Provenza, se pide ayuda a la corona franca para liberarlos; situación que 
aprovecha Carlos Martel para poner bajo el dominio merovingio a estas regiones y quitarles 
parte de la autonomía de la cual siempre habían gozado. 
Carlomagno implantó en Occitania la administración franca. Ricardo Corazón de León 
reconoce a la cultura occitana como amiga de los trovadores. Con las abstractas fronteras 
carolingias se crean tres grandes casas: Aquitania, Barcelona y Toulouse. Esta última, bajo 
la protección del rey inglés y el de Aragón, experimentó un periodo de desarrollo cultural y 
político muy importante, consiguiendo que la cultura y lengua occitana fuesen reconocidas 
en toda Europa. 
 
Así tenemos un reino con dos zonas muy diferentes entre sí: por un lado, está el norte con 
marcados elementos germánicos más un dialecto Oïl y por el otro, un sur de herencia 
galorromana y un idioma diferente, el Oc. 
 
 
 
 
 
 
 
 
3 Nombre con el que se conoció durante mucho tiempo el sur francés, aunque después fue solo para denominar el 
sudoeste. 
 10
 
 La Cruz Occitana 
 
La Bandera. 
El origen de la bandera occitana, una cruz con doce “pommettes” (arreglos circulares) sobre 
un fondo rojo, es incierto. Este símbolo nace bajo el reinado del conde de Toulouse 
Raymond V (1165) quien la adopta como símbolo distintivo de su familia. Aunque este 
tipo de cruz no es exclusiva de esta región, podemos apreciar cruces parecidas en oriente; 
inclusive, el significado de la misma no es totalmente claro; para algunos se trata de un 
símbolo solar donde esas doce ruedas representan o bien los meses del año o los símbolos 
zodiacales; otra interpretación la presenta de origen Bizantino donde el factor religioso 
juega un papel importante. Actualmente, domina la idea de la representación de los 
símbolos del zodiaco ( en la plaza de Toulouse, esta cruz está fijada en el suelo con los 
símbolos del zodiaco en cada bola). 
 
 
I.II El Idioma. 
En el siglo XIII los oficiales de la corona francesa dieron el nombre de Occitania a los 
territorios anexados del sur en especial, Languedoc (tierra de habla Oc). Esta denominación 
abarcaba al idioma que se hablaba en el territorio del Midi (medio día, o el sur). 
“Desde hace siglos por lo menos dos grandes civilizaciones subyacentes, cada una de ellas 
con su reino lingüístico: la civilización de oïl que resultó victoriosa y la civilización de Oc 
a la que el destino reservó la situación en general de casi una colonia.” 4 
 
 Dialectos en Europa central 
 
 
 Fuentes: http:www.occitane.fr 
 
 
4 Ibid. ,Vol. I, p. 81 
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.,. CAT"""" 
 11
 
Esta lengua es de origen latino: el significado de la palabra Oc quiere decir “sí” (Oc, del 
latín hoc). 
La lengua de Oc presenta caracteres sintácticos, léxicos y fonéticos cercanos al italiano, 
español y portugués; más de 1,500 palabras francesas son de origen occitano. 
Los lingüistas distinguen cuatro grandes ramas (algunos incluyen el catalán como una 
quinta rama) del occitano contemporáneo: 
 
1) El occitano central (languedocin) que es el más próximo del occitano clásico. El más 
utilizado por los movimientos renacentistas culturales contemporáneos. 
2) El provenzal con un número importante de hablantes. 
3) El occitano del norte (limousin, auvergnat y alpino) que forma la base de la lengua de 
los trovadores 
4) El gascón que es quizá, el más hablado y gramaticalmente original. 
 
 Lengua Occitana 
 
 Fuente: http:www.occitane.fr 
 
El occitano fue la primera lengua latina en acceder en el siglo XI a condición de lengua 
literaria; el francés (lengua) se fue imponiendo lentamente en el siglo XV sobre todo como 
la lengua de las elites, símbolo de progreso y bienestar. 5 
Las familias burguesas occitanas dejaron de hablar sus dialectos limitándose sólo a 
conversaciones familiares, discusiones de mercado y entre campesinos; en este sentido, el 
cambio de lengua fue más o menos pacífico puesto que éste, era visto como una forma de 
ascenso social. “Las lenguas locales de la época no ofrecieron ningún soporte o causa 
política para reivindicaciones. Los reclamos de hoy de las lenguas locales son parte 
importante de reivindicaciones que no sucedieron en aquella época. ” 6 
 
5 El edicto de Villers Cotterets (1539) exigió la redacción de actos públicos exclusivamente en lengua 
francesa. 
6 Yves Marie Berce, “La province obstacle ou relais du centralisme” en, Centralización y descentralización, 
Madrid, Comité español de ciencias históricas, 1985. 
Mar Mediterranea 
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 12
No podemos hablar de una lengua única; existen por lo menos cuatro dialectos con sus 
respectivas variaciones. 
Actualmente, algunos autores ven la reivindicación de lenguas como un instrumento 
meramente propagandístico de los historiadores para justificar movimientos políticos pues 
aseguran que no existió una represión del uso de las lenguas minoritarias como se dice, en 
consecuencia es falso ese resentimiento heredado. 7 
 
I.III Las Cruzadas contra los Albigenses. 
Durante los siglos X y XI encontramos una región occitana dividida y en vías de 
reconstrucción por las constantes guerras y luchas dinásticas entre Toulouse y Barcelona. 
No obstante, logró conservar ciertos grados de autonomía con respecto a occidente, que le 
permitieron seguir desarrollando su propia cultura. 
Durante este periodo Francia estaba constituida por una gran cantidad de duques, condes y 
señores feudales que no dudaban en sublevarse en contra de su rey en caso de ver 
perjudicado sus intereses; fue un periodo realmente complicado durante el cual, el poder de 
los nobles minaba el dominio del soberano en muchos territorios. 
La condición de los campesinos en el norte era de miseria absoluta; su vida dependía de las 
condiciones climáticas y la producción de la tierra; la esclavitud era muy practicada entre 
algunos feudos en donde las limitaciones eran terribles. En cambio, en el Midi 
sobrevivieron durante mucho tiempo grupos de campesinos más o menos libres, que 
trabajaban tierras de las que eran verdaderamente propietarios, y donde no se encontraban 
bajo la autoridad de ningún señor. 8 
Occitania mantuvo una cultura tolerante que albergaba en su seno a varios grupos étnicos y 
religiosos. Mientras que el norte de Francia fue dominado por una herencia de valores 
feudales donde la iglesia católica dominaba completamente. La riqueza económica e 
intelectual del Midi marcó una vida urbana muy intensa debido a las actividades 
mercantiles con el mediterráneo, además de una herencia jurídica romana. 
La autonomía que guardaban las regiones del sur con respecto al reinado occidental franco 
fue siempre incómoda. En 1209, durante el reinado de Felipe Augusto, el Papa Inocencio 
III decidió emprender una cruzada contra los cátaros que habitaban en las regiones de la 
Aquitania. 
La complejidad del conflicto y su actual vinculación por parte de los nacionalistas 
occitanos como el hecho histórico más representativo de las luchas culturales entre el 
centro parisino y el sur occitano, nos hace tomar esta fecha como el inicio de este recorrido 
por las reivindicacionesoccitanas. 
 
El hecho Histórico. 
La aparición del catarismo se fecha aproximadamente a inicios del siglo XI. En 1163 en el 
concilio de Tours, se condenó la herejía y dos años después, el obispo de Albi reunió a los 
“bons homes” (como se hacían llamar los cátaros) con los católicos para llegar a un 
acuerdo de paz, pero falló. 
 
7 La cuestión puede llevarnos a un debate que nos desviaría del tema por lo que creo necesario precisar que si 
bien es cierto que la asimilación de la nueva lengua no fue tan brutal, como podría ser incluso en nuestro 
siglo, la incorporación al reinado francés fue muy lenta y este dominio del centro parisino creó una situación 
de depreciación cultural que bien puede interpretarse como una imposición tácita por parte del centro a las 
regiones. 
8 Pierre Goubert, Historia de Francia, Barcelona, Critica, 1987, p.15 
 13
En 1179 en el concilio de Letrán, se hizo una condena directa a los cátaros y en 1208 el 
Papa Inocencio III convocó a los cruzados a luchar contra estos herejes. El asesinato de un 
misionero de la iglesia (1208) fue el detonante para que el Papa iniciara las cruzadas en 
esta región pidiéndole a Felipe II Rey de Francia su participación en ellas. El rey mostró 
una cierta precaución dejando en manos de los cruzados dependientes de la iglesia la 
conquista de Toulouse. Arnaud Amalric fue nombrado “generalísimo” del ejército cruzado 
y en Lyon se congregó un gran ejército atraído por las promesas de salvación eterna y la 
codicia del saqueo; de las batallas más crueles, destacó la de Béziers: la masacre de ese 
pueblo pasó a ser parte de la leyenda catara y occitana de resistencia. 9 
Después, Amalric cedió el mando a Simón de Montfort quien conquistó finalmente 
Toulouse expulsando a Raymond VI y se hizo coronar conde de Toulouse con la pasividad 
del rey francés.10 
El dominio de Montfort despertó mucha inconformidad entre los seguidores del joven 
Raymond VII (Hijo de Raymond VI) quien se levantó en armas contra el gobierno de 
Monfort derrotándolo en 1218. El rey Luis VIII conocedor de la riqueza del sur 
emprendió la conquista formal de toda Occitania, la ofensiva del monarca logró debilitar la 
región mediante lo que llamaban “la guerra singular” que consistía en sabotajes masivos, 
cosechas y aldeas quemadas, puentes destruidos y ganado envenenado. Esto provocó un 
resentimiento aún mayor por parte de los pobladores occitanos hacia la corona francesa. 
Con el Tratado de París en 1229 se repartió el Languedoc en tres partes: una para la Santa 
Sede, la gran mayoría para el rey de Francia y el resto para Raymond VII quien 
posteriormente, a falta de descendencia, perdería el territorio ganado que fue incorporado al 
reino francés en 1271. 
 
El movimiento Albigense. 
El movimiento cátaro o albigense se inició en un mundo rural en condiciones de pobreza e 
ignorancia donde la iglesia católica se mostraba ostentosa y muy alejada de la realidad 
campesina. 11 El movimiento cátaro se dio no sólo en Occitania sino también en Italia y 
Alemania, la imagen autoritaria de la iglesia católica fue un factor que propició el 
surgimiento y auge de este tipo de herejías. Los profetas se internaban en los bosques y 
montañas para practicar y atraer simpatizantes, utilizando un lenguaje más acorde con las 
realidades de la época. Encontramos muchos predicadores ermitaños que desarrollaron una 
ideología anti-urbana en las masas de campesinos. “El catarismo parece dar respuesta a las 
cuestiones dejadas pendientes por la iglesia católica.” 12 
Los monasterios se multiplicaron en el territorio francés como consecuencia de las reformas 
gregorianas (Papa Gregorio VII, monje benedictino formado en Cluny). Las órdenes 
monásticas fueron un refugio para aquellos que estaban en contra de la sociedad feudal, al 
 
9 Cuando los cruzados tomaron la ciudad, los soldados le preguntaron a Amalric cómo distinguir a los 
católicos de los herejes, este contesto: “Matadlos a todos, y Dios ya reconocerá a los suyos”. Esto es un 
ejemplo de la violencia con la que se llevó acabo esta conquista. 
10 Incluso durante la toma de Toulouse el monarca de Aragón, Pedro II, alarmado al ver al ejército francés 
tan cerca de sus dominios, decidió ayudar a Raymond VI pero en el comienzo de la resistencia el rey de 
Aragón es asesinado salvándose solamente el conde de Toulouse. 
11 Una de las zonas de mayor influencia fue el poblado de Albi que da nombre al movimiento cátaro de 
Albegois en la zona occitana y era aplicable sólo a estos y no a los italianos o aragoneses. 
12 Paul Labal, Los cátaros, Barcelona, Critica, 1984, p.74 
 14
mismo tiempo que fueron una solución real para los pobres quienes recibían alimentos 
gratuitos. 
La célula social base de los cátaros era la casa-taller: centro de la actividad comunitaria. La 
máxima figura de la iglesia cátara era el obispo, elegido por la comunidad mientras que los 
ministros cátaros solían ser hombres del pueblo, artesanos y campesinos y las “prefectas” 
solían ser aristócratas. 13 Así, encontramos una sociedad en donde la labor comunitaria era 
esencial y la tolerancia religiosa era evidente; en una familia podía haber diferencias 
religiosas (muchos cátaros eran parte de familias de católicos) que no alteraban la 
convivencia. Los cátaros eran vistos como gente normal.14 
Fue en este terreno donde se desenvolvieron los heréticos que darían forma a los cátaros: 
“La búsqueda de la perfección evangélica en la pobreza integral inspiró, a principios del 
siglo XII una nueva fórmula de vida religiosa; casi al mismo tiempo (1210-1215), el 
italiano Francisco de Asís y el español Domingo de Guzmán, llegaron al Languedoc para 
combatir a los herejes albigenses promoviendo las ordenes mendicantes (franciscanos y 
dominicos) que, al igual que los cátaros, promovían la austeridad, pero deseaban mezclarse 
con el pueblo y las ciudades para obtener un mayor control de la iglesia y la monarquía.” 15 
 
En aquella época, Toulouse era una de las ciudades más importantes de Europa. Los 
Condes que la gobernaban llevaban también el titulo de Duques de Narbona y tenían como 
vasallos a los vizcondes de Carcassone, Béziers y Albi, ciudades prósperas a las que no 
llegaba el poder del rey de Francia. Sus nobles intentarían mantener así la situación y por 
ello, en determinados momentos, secundaron la causa cátara. 
El inicio de estas cruzadas contra los albigenses por iniciativa del Papa Inocencio III en 
todo el Midi fue aprovechado por los francos para ejercer un mayor dominio sobre una 
región en donde las instituciones feudales habían sido modificadas y poco aceptadas. El 
sistema feudal de “homenaje” era mal visto pues en estas regiones se buscaban más pactos 
de igualdad entre las dos clases sociales: nobles y campesinos. 
Este sentimiento de autonomía e identidad propiciaron una guerra mas allá del simple 
conflicto religioso. En muchas ciudades, la defensa de los cátaros se transformó en una 
defensa de la región ante invasiones extranjeras acrecentando el nivel de conflicto y la 
represión por parte de los cruzados. 16 
Después de la conquista por parte de los cruzados en Occitania se instauró la Inquisición 
como un órgano represivo permanente, el cual funcionaba como una especie de policía y 
observador-espía de la corona. 
El movimiento cátaro fue adoptado por el nacionalismo occitano moderno como suyo; para 
los occitanistas modernos, las cruzadas albigenses fueron el inicio de la expansión colonial 
 
13 Las “prefectas” eran las responsables de casas, centro de reclutamiento y adiestramiento cátaro; muchas 
eran viudas o mujeres que perdían a sus esposos en las inmigraciones a las ciudades del norte. 
14 El “amor cortés” cantado por los poetas provenzales estuvo muy ligado al catarismo. Los trovadores, con 
frecuencia creyentes cátaros,encontraron acogida en los castillos y casa de nobles y burgueses. 
15 Bertier de Sauvigny , Historia de Francia, Madrid, Rialp, 1986, p.97 
16 Inclusive la participación de los caballeros en Occitania permitió contar con un ejercito para enfrentar la 
guerra; estos caballeros vivían un periodo económico difícil sumado a la ostentosidad de los clérigos, lo que 
provocó un recelo de los primeros, quienes aceptaron préstamos de los cátaros a cambio de ayudarles en su 
defensa; a pesar de que los cátaros llevaban una vida pobre no renunciaban a la posesión. Además, las 
divisiones sociales entre el pueblo y nobleza no eran tan marcadas como en el sur. El fenómeno de la 
participación de la mujer es debido a este abandono de los pueblos a favor de las ciudades generalmente 
producida por la población masculina, y que dejaba una sobrepoblación femenina en los pueblos. 
 15
franca y la imposición de una cultura ajena a la occitana. Aunque es cierto que estas 
cruzadas marcaron el inicio de un dominio franco en el sur, también hay que reconocer que 
esta resistencia regionalista no incluía los elementos que van a caracterizar los 
nacionalismos del siglo XX (no hay demandas de respeto de la lengua o de valores 
culturales mas allá del hecho religioso, ni se consideraban una nación en términos 
modernos). 17 
 
I.IV Revueltas Populares durante los siglos XII al XVII. 
Las insurrecciones rurales, dirigidas en su mayoría contra injusticias locales como altos 
impuestos, problemas religiosos o imposiciones reales que perjudicaban a la comunidad, 
buscaban casi siempre restablecer normas y valores que en el pasado habían sido 
violentados. 
Los movimientos campesinos que se dieron en Europa, sobre todo, durante los siglos XVI y 
XVII, fueron el resultado del abandono del antiguo régimen feudal con todo lo que esto 
implicaba; como por ejemplo, un cambio en las relaciones sociales entre señores feudales y 
campesinos (el ausentismo fue un signo distintivo de la época donde el señor se distancia 
rompiendo muchos vínculos verticales que habían sido la esencia del régimen señorial) y 
sobre todo, ante las demandas económicas centralizantes (impuestos, tributos de guerra, 
etc.) de las cada vez más fuertes monarquías europeas. 18 
En estas revueltas campesinas no encontramos un sentimiento de conquista o de imposición 
de valores o tradiciones por parte de los occitanos como el caso albigense. Por lo tanto, en 
este sentido, es difícil vincular estos movimientos con un sentimiento occitanista (aunque 
quizá sí regional). Pero sí es importante señalarlos como un antecedente de esta diferencia 
de intereses y de desarrollo social entre el centro y el sur francés ya que en un futuro 
servirían para la creación de una identidad occitana. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
17 Las tradiciones y lenguas occitanas no fueron prohibidas ni perseguidas con excepción de las prácticas 
cátaras, entrando en un periodo de asimilación de la cultura franca muy lento. 
 
18 En Inglaterra encontramos la rebelión Occidental entre 1626 y 1632 cuando Carlos I Estuardo, bloqueado 
por el parlamento en su intento de establecer un impuesto real, emprendió una política sistemática de 
concesiones y venta de patrimonio forestal, amenazando la supervivencia de campesinos que vivían en estas 
zonas (bosques reales de Gloucestershire y Wiltshire) y generando revueltas llamadas de los Skimmington 
(hombres disfrazados de mujeres que se unían para golpear a sus enemigos). 
 16
 Revueltas Populares en Francia 
 
Fuentes: Oscar di Simplicio, Las Revueltas Campesinas en Europa, Critica, Barcelona, 1989, p.70 
 
 
Los Tuchins. 
En 1381, un habitante de Rabastens, en la región de Albegeois, fue condenado a muerte por 
gritarle al hermano de Carlos V en la plaza pública y en lengua occitana “Rei de Fransa, 
rei de figas, rei de merda” (Rey de Francia, rey de risa, rey de mierda). Esta anécdota nos 
permite ver el conflicto que existía todavía en una región que se negaba a reconocer 
plenamente al rey franco; y es precisamente en esta zona en donde se inició un 
levantamiento popular conocido como los Tuchins. 19 
Según las crónicas de Saint-Denis, monje de la época: “son una multitud de hombres 
abyectos llamados Tuchins en razón de sus practicas secretas; surgen improvisadamente, no 
se someten a nadie y están al servicio de una antigua libertad de su patria.” 20 
Este movimiento no fue aislado en el reino franco, pues dos años antes habían surgido 
revueltas populares en París llamadas “jacqueries”; estas sublevaciones se llevaron a 
cabo contra una burguesía parisina encerrada en sus exagerados lujos y que aprovechaba a 
la ausencia de poder monárquico tras el encarcelamiento del rey Juan. 
Las malas cosechas y excesivos impuestos de los militares fomentaron el surgimiento del 
movimiento Tuchin; fue un movimiento que despertó un odio acérrimo entre la nobleza y 
los Tuchin; incluso fue una de las razones por las que el regente, Etienne Marcel, que había 
negociado con los jacqueries, fuera mal visto y asesinado después.21 
 
El movimiento Tuchin se inició, según algunos cronistas, en 1360, en plena guerra de los 
100 años cuando el rey francés Carlos V y el rey de Inglaterra Eduardo III firmaron el 
 
19 El origen del nombre responde a dos teorías:, la primera alude a un origen francés y viene de una antigua 
palabra (Touche) que quiere decir (taillis) monte o bosquecillo. Pero la revuelta no se sitúa en territorio 
francófono, así que es una teoría poco creíble; la otra alude a una palabra de origen occitano que es (tua- chin) 
en francés tue chien o mata perro. quizá porque esta gente tenía que comer perros para sobrevivir por la crisis 
económica de la guerra con los ingleses. 
20 Gerard de Sede, 700 ans de revoltes occitanes, París, Plan, 1982, p.53 
21 Algunos cronistas cuentan que en una ocasión estos jacques asaron a un caballero y obligaron a su esposa 
(violada repetidamente) a comer un trozo del cuerpo de su marido. 
o~ 
 17
tratado de Brétigny que restituía a los ingleses una basta zona de la Aquitania, provocando 
un gran descontento entre los campesinos, agobiados por los constantes impuestos de 
guerra y los saqueos de los diferentes ejércitos. 
La guerra generó grandes hambrunas que diezmaron la población campesina y pobre. El 
movimiento Tuchin nació como un grupo de autodefensa contra los saqueos ingleses. A 
este grupo se fueron incorporando no sólo campesinos sino obreros, artesanos y otros 
rangos; eran pequeñas sociedades de veinte personas aproximadamente que se fueron 
extendiendo por todo el Midi. 
Conforme fue avanzando la crisis económica, para poder sobrevivir, este grupo fue 
cambiando de la auto-defensa al pillaje, llegando a ser una molestia para los nobles; incluso 
se acusaba de ser un movimiento anti-clerical por su carácter sectario y también de 
venganza por las cruzadas albigenses.22 
La región más influenciada por estos grupos fueron las históricas ciudades símbolo de la 
resistencia occitana: Carcassone, Toulouse y Albi. Para 1380, el movimiento Tuchin fue 
considerado como una insurrección de importantes dimensiones en el Languedoc; dejaron 
de ser pequeños grupos de hombres, convirtiéndose en una guerrilla contra la autoridad 
francesa. 
A la muerte de Carlos V, el reinado se dividió entre Luis de Anjou que se dedicó, junto con 
Juan de Berry, a pacificar el sur y Felipe de Borgoña, que se ocupó de regir la zona norte. 
Las condiciones en las que se desarrolla este movimiento fueron muy duras, pues fue una 
etapa de guerra, de constantes saqueos y miseria extrema, que alentaron la creación de 
grupos de autodefensa que conforme fue pasando el tiempo y, ante el abandono de la 
corona francesa, permitió que se fuera impregnando de un regionalismo queno 
manifestaron abiertamente en su inicios; incluso la iglesia intentó renacer las cruzadas al 
acusar el movimiento de anticlerical. 
Así vemos cómo al igual que los albigenses, los Tuchin fueron un movimiento que en su 
origen no tenía mucho que ver con reivindicaciones regionalistas o en defensa de la cultura 
e idioma occitano, pero que conforme fue avanzando, despertó un sentimiento de 
pertenencia que fue creciendo. 
 
Los croquants. 
Los movimientos de insurrección que se sucedieron los siglos posteriores se caracterizaron 
en su mayoría por protestas contra cargas fiscales excesivas o pestes y hambrunas que 
asolaban los campos; no hay indicios de movimientos independentistas o de defensa de la 
cultura occitana e incluso el idioma empieza a dejar de ser hablado en las instituciones de 
gobierno, limitándose al plano familiar. 
“Entre el siglo XVI y XVIII se observaron la alternancia o encabalgamiento de tumultos de 
aspectos antinobiliarios, antifiscal y antiurbanos. En efecto, las rebeliones son un cocktail 
en el que lo único que cambia es la proporción de la bebida básica, pero que tiene 
exactamente los mismos ingredientes.” 23 
 
 
22 En 1379 bajo el pretexto de demanda de dinero para la guerra contra los ingleses, los Tuchin pidieron oro a 
los nobles de Montpellier quienes se negaron y, como consecuencia, los oficiales reales fueron masacrados; 
la represalia fue igual de cruel al decapitar a 600 habitantes de una villa acusada de proteger a un grupo 
Tuchin. 
23 Oscar di Simplicio, Las revueltas campesinas en Europa, Barcelona, Crítica, 1989, p.69 
 18
Entre 1643-1715, Francia estaba dividida administrativamente en Pays d´États y Pays 
d´Élections. En los primeros estaban en vigencia asambleas representativas autónomas que 
presidían la administración fiscal de dicha región (donde buena parte de la Occitania estaba 
incluida). En el segundo, en cambio, funcionaba una administración que dependía 
directamente del rey. 
 
 
Pays d´États y Pays d´Élections 
 
 Fuentes: Atlas Historique, París, Hachette, 2000, p.31 
 
 
Los impuestos eran de dos clases: uno directo y otro indirecto. El primero se llamó talla 
(taille) y recaía únicamente en personas de baja extracción social. El segundo recaía en los 
consumos, en la que destacaba el impuesto de la sal, llamado gabela (gabelle). La 
recaudación de impuestos se entregaba habitualmente a un notable de extracción urbana, 
generando así un desprecio por parte de las zonas rurales hacia estos funcionarios y la vida 
urbana. 
 
En los tiempos de Richelieu, entre las décadas de 1620 y 1640 conocido como el gran siglo, 
24se sucedieron las rebeliones de los croquants (o campesinos pobres) en el Midi y los pies 
desnudos (nu-pieds) en la Normandía; incluso en el mismo parlamento parisino hubo 
rebeliones del orden jurídico (La Fronde 1648)25 . 
 
24 Mucha de la historiografía del siglo XIX y XX intentó desacreditar o ignorar las revueltas campesinas 
durante este siglo considerado como el siglo del esplendor francés. 
25 Ésta fue una revuelta de nobles parlamentarios que buscaban tener un mayor control del absolutismo 
monárquico, así como una oportunidad de disminuir las cargas fiscales; muchos de estos sublevados fueron 
parte de un complot contra las políticas centralistas y absolutistas de Mazarino. Voltaire llegó a comparar este 
movimiento con la revolución inglesa, aunque Montesquieu por otra parte afirmaba que fue un movimiento 
Bres! 
Ocia" 
Allantiqu~ 
"" "' .. 
pays d'élection 
... pays d'état 
L A FRANCE DE LOUIS XIV, 1643-1715 
SA I N T EM PIRE 
M ldilerrallit 
limiles d' intendance ~ sieges d' intendance 
limites du territoire des cinq grosses fermes .. sieges de parlemen! 
 19
Las revueltas conocidas como los croquants fueron sublevaciones campesinas contra los 
excesivos impuestos del rey francés (taille); una de las principales características de este 
movimiento fueron las ejecuciones de todos los cobradores de impuestos parisinos, 
sinónimo de represión e intervención extranjera. 
La torpeza con la que manejó Richelieu el problema de los impuestos generó más 
desconfianza por parte del pueblo occitano aumentando la violencia, y al grito de “Vive le 
roi sans gabell” (viva el rey sin impuestos) comenzó la caza de agentes fiscales y de nobles 
parisinos en varias ciudades occitanas. 
Richelieu, preocupado por la situación, ordenó una represión absoluta amenazando a los 
nobles occitanos y demás gobernantes de acabar con la rebelión o se les expropiarían sus 
títulos y riquezas. Esta amenaza reflejaba nuevamente una cierta complicidad entre la 
nobleza y el pueblo; incluso el duque de Epernon mostraba cierta tolerancia y comprensión 
hacia estos croquants. 
Las comunidades reunidas aseguraban que seguían siendo humildes súbditos y obedientes 
servidores del rey, y que estaban dispuestos a dar sus bienes y sus vidas por el 
mantenimiento del Estado y su corona; explicaban que si habían tomado las armas era para 
salvaguardar su libertad y con el fin de liberarse de la opresión que les era impuesta cada 
día. 26 
Entre 1643 a 1645, el Languedoc fue escenario de importantes levantamientos campesinos; 
ello bajo una cierta complicidad del parlamento de Toulouse y el tribunal de cuentas de 
Montpellier. En 1643, el parlamento de Toulouse decretó la prorroga de varios impuestos 
extraordinarios, para así calmar los ánimos y evitar nuevos tumultos, pero la población 
entendió esta iniciativa como un estímulo para perseguir a los recaudadores de impuestos y 
otros agentes de finanzas; este distanciamiento entre la acción parlamentaria en pro de 
salvar situaciones extremas con el pueblo y el autoritarismo monárquico sería el inicio de la 
revuelta de la Fronda y posteriormente de la Revolución Francesa. 
 
La reacción del Rey no se hizo esperar, pero el verdadero motivo de esta represión fue un 
acto político de dominio, más que una batalla legal sobre las cargas fiscales que pasaron a 
un segundo término. 
Las consecuencias económicas del levantamiento fueron considerables al quedar 
prácticamente todo el sur sin recolectores de impuestos. Lógicamente, de esta manera, las 
entradas de dinero al reino se retrasaron provocando apuros económicos al rey; en el plano 
político las consecuencias a largo plazo fueron más duras para los occitanos. En muchas 
provincias occitanas cambiaron autoridades poniendo a personas ajenas a la comunidad y 
con lazos más directos con París, A pesar de ello, las revueltas continuaron. 27 
 
Estas revueltas de los croquants nos muestran una evolución en los conflictos entre el norte 
y sur franceses: podemos observar un rechazo al centro parisino y no a la monarquía; la 
expresión de “viva el rey” dista mucho de “rey de mierda” de los Tuchins. 
 
sin ninguna razón profunda, sólo provocada por la ambición de algunos señores. Pero la fronda no fue más 
que la última manifestación de la aristocracia feudal contra la autoridad real. Quizá podemos ver en la Fronda 
el inicio de una descomposición entre la nobleza y la monarquía que terminaría en 1789. 
26 Boris Porshnev, Los levantamientos populares en Francia en el siglo XVII, Madrid, Siglo XXI, 1978, p.70 
27 René Pillorget ha contado en Provenza hasta ciento cincuenta movimientos de protesta entre 1636-1660, y 
ciento diez de 1661-1705. Pillorget Pierre, Les mouvements insurrectionnels de Province entre 1596 et 1715, 
París, Pendone, 1975 
 20
Esto demuestra por un lado, cómo la asimilación a la corona franca estaba teniendo éxito y, 
por otro lado, que ahora el enemigo del pueblo occitano era el centralismo parisino. La 
característica de este movimiento de asesinar a los aduaneros (parisinosen su mayoría) nos 
permite notar esta nueva relación con la monarquía donde, el problema estaba muy claro: 
los impuestos. 
 
Los Camisards. 
En 1700 Luis XIV enfrentó la guerra de sucesión de España contra los Países Bajos e 
Inglaterra. El inicio de este conflicto trajo muchos reveses para el ejército francés que 
también enfrentaba rebeliones internas en la región occitana con los Camisard en donde 
combatía uno de los hombres más prestigiosos de la armada francesa, Villars. 
El origen del movimiento Camisard tuvo como punto de partida la revocación del edicto de 
Nantes en 1685. 28 Esto marcó el inicio de una serie de persecuciones contra los 
protestantes en toda Francia: los burgueses protestantes fueron presionados con excesivas 
cargas fiscales y la expropiación de sus tierras. Esta situación obligó a muchos protestantes 
a emigrar a tierras occitanas en donde la represión era menor. Además, en Occitania se 
empezaba a dar una industria floreciente. 29 
En el norte de Francia, los protestantes estaban muy diseminados y fuertemente 
urbanizados, mientras que en el Midi formaban grupos compactos y de base rural; la 
mayoría se encontraban en la región de Cévennes; cabe destacar que en las zonas 
montañosas de esta región, formaban el 90% de la población. 
La ausencia de pastores cristianos y las constantes desobediencias a las órdenes reales por 
parte de estos grupos protestantes del sur, provocaron desconfianza e inquietud en el seno 
de las autoridades monárquicas. 
 
 Fuentes: http://www.occitania.fr/hist/reform/camisar/index.ht 
 
 
28 En 1598 Enrique IV promulgó el edicto de Nantes, que proporcionaba a los protestantes una libertad 
religiosa casi completa. 
29 En el siglo XVII los protestantes franceses no rebasaban el millón. Esta cifra fue presentada por S. Mours 
en “Essai sommaire de géographie du protestantisme réformé francais au XVII siecle, París, 1966 
LA GUERRE DES CAMISARDS 
C=::J zones insurgées 
C=::J tentatives de soulévernent 
limites des départernents actuels 
(pour faciliter le repérage) 
 21
 
 
La multiplicación de algunos profetas protestantes aprovechando la geografía complicada 
de la región de Cévennes, fue agravando más la relación entre protestantes y católicos. Las 
agitaciones se empezaron a multiplicar a partir de 1701 cuando, un dirigente protestante, el 
barón de Saint Cosme, fue asesinado cerca de Cévennes. Poco a poco, los grupos se 
organizaron en coordinación; a veces, con algunos protestantes de los Países Bajos que 
vieron con interés el crecimiento de esta revuelta para distraer al reino francés de su guerra 
por España. 30 
El nombre de Camisard tiene su origen en la forma y vestimenta de batalla que presentaban 
estos rebeldes ya que comúnmente era por la noche cuando todos estaban en camisola 
(ropa para dormir) o incluso porque muchos de ellos vestían esta prenda en sus ataques. 
Esta guerra religiosa tuvo características muy particulares tanto en sus métodos de lucha 
(ataques nocturnos), como en el origen social de sus combatientes (en su mayoría artesanos 
que trabajaban la lana: 58% y el resto, campesinos) lo que nos sugiere un movimiento con 
una mezcla de intolerancia religiosa y problemas fiscales en el marco de un territorio con 
cierta autonomía y tolerancia religiosa. 
 
¿Guerra religiosa o fiscal? 
El número de nobles que participaron fue poco numeroso pero esto no indica que el 
seguimiento de los Camisard fuera llevado a cabo por población de campesinos o 
artesanos del mundo rural más pobre, sino que eran propietarios medios con algunos 
recursos. La participación de esta clase social muestra el carácter anti-fiscal que envolvía al 
movimiento Camisard; si bien es cierto que en su mayoría eran protestantes y que el inicio 
de la revuelta fue religioso, también podemos observar la situación fiscal de la época en la 
que nuevamente el tributo de guerra se incrementó ante el conflicto de la guerra de sucesión 
española. Esta situación se aunó a la carga excesiva que se aplicó en especial a los 
protestantes. Además, como hemos venido observando, las insurrecciones tienen casi todas 
el mismo motivo y consecuencia: impuestos altos y miseria.31 
 
Es importante recordar que el aumento del número de protestantes desde 1559 (Hugonotes), 
32 provocó alarma y recelo entre los católicos franceses y que su presencia, además fue 
motivo de luchas políticas entre la casa de Valois y la casa de Guisa. Las enormes 
ganancias comerciales que generó el puerto de la Rochelle, controlado en su mayoría por 
grupos protestantes, fue motivo de diversos enfrentamientos con la monarquía; el mismo 
Richelieu promovió este despojo, más desde un punto de vista económico ya que intentó 
frenar esta expansión económica y política que estaba empezando a crear una especie de 
pequeño monopolio dentro del Estado francés; en este sentido, la persecución religiosa 
sirvió como pretexto para frenar esta influencia económica y política de los protestantes en 
detrimento de la monarquía. 
 
30 La represión fue inmediata con la quema de algunas iglesias en las montañas. La violencia de estos 
primeros enfrentamientos se convirtió en 1702, en una revuelta general. 
31 Incluso se relaciona el origen de la palabra camisard con una lucha anti fiscal: en Cévennes fueron colgados 
algunos cobradores de impuestos y sus verdugos, para ocultar su rostro, se cubrieron con camisolas. 
32 Nombre que se les dio a los protestantes calvinistas de Francia desde mediados del siglo XVI. 
 22
También es importante señalar la influencia que tuvieron estos grupos protestantes en el 
impulso de las ideas de la Enciclopedia puesto que gracias a su origen contestatario con 
respecto al catolicismo y al orden de la época, llevaron a cabo una transformación 
importante no sólo en Francia sino en el resto de Europa. 33 
 
La revuelta de Cévennes no fue simplemente una guerra de religión dirigida por la nobleza; 
incluso, la prensa del tiempo hablaba de una nueva revuelta de croquants. 34 
La composición religiosa de este movimiento pasó a un segundo término cuando algunos 
grupos vieron en este movimiento una oportunidad de rebelarse contra las imposiciones 
económicas del monarca; tanto católicos como laicos se apropiaron de la gesta camisard. 
La revuelta de Cévennes no fue tanto una epopeya occitana; aquí cabe mencionar que el 
culto protestante jamás fue celebrado en occitano ni se tradujeron textos en este idioma; 
pero este movimiento sí se traduce en una oposición más en la historia provincial contra el 
reino francés del norte; “más acallada que una búsqueda de identidad regional se mantiene 
igualmente fuerte, mostrando una visión menos uniforme de la unidad nacional”. 35 
 
En conclusión, las revueltas populares en Occitania durante estos siglos fueron en su 
mayoría, resultado de excesivas cargas fiscales, guerras constantes que generaban pillaje, 
excesos de los gobernantes, incluida la iglesia, además de la miseria del campo con 
constantes pestes y cambios climáticos que perjudicaban las cosechas. La población 
occitana de la época se caracterizaba por una fuerte organización comunitaria en todos los 
planos tanto económicos como sociales. Esto permitió organizar defensas efectivas de 
grupo contra las agresiones fiscales de la corona. 
El sentimiento regionalista puede estar vinculado a la organización comunal de los pueblos 
occitanos y a una cierta autonomía política y administrativa que todavía guardaban las 
regiones del sur aunque es arriesgado hablar de un sentimiento de identidad occitano, más 
bien, es un sentimiento regional contra un norte asfixiante y diferente. 
En los diferentes movimientos analizados encontramos una lengua común y unas 
tradiciones, que se contraponen a la monarquía francesa, pero no encontramos un 
sentimientode pertenencia occitano (quizá con excepción de los albigenses) como hoy lo 
entendemos, o incluso un sentimiento secesionista o de autonomía. 
“Los enfrentamientos durante la edad media y el antiguo régimen existieron gracias a que 
en la masa popular permanecía un sentimiento de resignación hábilmente utilizado por la 
iglesia y el poder; muchas revueltas fueron efímeras y a pesar de su constancia nunca 
representaron una verdadera amenaza para la corona. (Entre 1590 y 1715 hubo alrededor 
de 450 - 500 revueltas en Aquitania). Todas las luchas populares de la edad media y el 
antiguo régimen no tuvieron nada que ver con una lucha de reivindicaciones occitana”. 36 
 
Por lo tanto, tenemos una región con características tanto culturales como institucionales 
diferentes al norte francés, en donde la organización comunal y la tolerancia religiosa así 
como el nivel de pobreza eran superiores al resto del reino; esta situación facilitó la 
 
33 Los protestantes franceses, a pesar de su escaso número, han tenido una gran influencia en la vida francesa, 
además de haber desempeñado un papel importante en la educación, las leyes y las finanzas y, en general, 
haber tomado una postura liberal en materia de reformas sociales. 
34 Philipe Joutard, Les camisards, Francia, Gallimard, 1994, p.153 
35 Ibid. p.253 
36 Daniel Borzeix, Révoltes populaires en occitanie, Toulouse, Les monedieres, 1982, p.321 
 23
creación de revueltas bien organizadas y constantes, pero por otra parte, nos encontramos 
también ante una región limitada militar y económicamente, y que tiene como única opción 
mantenerse unida a la monarquía francesa. 
 
Braudel consideró la incorporación de Occitania en el reino franco como una herida 
permanente en donde su proceso de integración nos recuerda constantemente una Francia 
diversa y negada durante mucho tiempo: “Al terminar esta guerra de civilización con 
civilización, la frontera de las tierras de oc, si bien es desbordada, no por eso deja de 
subsistir como una larga herida que no se curara, problema clave de nuestra historia que no 
encontró ni admitió una solución perfecta”. 37 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
37 Fernand Braudel, op. Cit. , Vol. I, p.309 
 24
 
CAPITULO II 
 
OCCITANIA ENTRE LA REVOLCIÓN FRANCESA Y EL NACIONALISMO 
 
II.I La Historiografía de la Revolución Francesa y los occitanos. 
Dentro de la historiografía de la Revolución Francesa de principios del siglo XX es poco 
común encontrar trabajos que aborden el conflicto desde una perspectiva regional. 
Alphonse Aulard, en Historia política de la Revolución Francesa de 1901, inició una visión 
de este movimiento desde la perspectiva burguesa, por la cual las masas tenían los mismos 
intereses que la burguesía; más tarde serían las cuestiones económicas el objeto de estudio 
de los investigadores; Jean Jaurés fue el primero que intentó ver en la Revolución Francesa 
un fenómeno social y por consiguiente de origen económico Historia socialista de la 
Revolución Francesa (1903). Georges Lefebvre cambió en sus perspectivas al hacer un 
estudio de la Revolución partiendo de las clases populares Les paysans du Nord pendant 
la Revolution Francaise. No obstante, seguimos observando una visión del proceso 
revolucionario muy centrada en el norte francés. 
Durante los años cincuenta, en plena guerra fría, hubo tentativas revisionistas de la 
revolución francesa. Robert Palmer y Alfred Cobban, historiador inglés y norteamericano, 
niegan el carácter anti-feudal y burgués de la revolución afirmando que fue una 
“Revolución atlántica” que comenzó con la independencia de las colonias inglesas en 
Norteamérica. 
A pesar de que algunos de los movimientos fundamentales de la historia revolucionaria 
procedían de diferentes regiones como los girondinos de la Gironde (Bordeaux), sur de 
Francia, los jacobinos de la Bretaña y la Vendée del oeste, muchos trabajos siguen 
enmarcados dentro de una misma historia nacional centralista donde parece que París fue el 
inicio y fin de todo. 
Por lo tanto, la búsqueda de una historiografía regionalista occitana con respecto al 
movimiento revolucionario no es tarea fácil, aunque las investigaciones que surgieron 
sobre todo a raíz de los movimientos minoritarios nacionales en Francia durante los años 
sesenta, nos permiten hacer aproximaciones sobre este tema. 
 
La historiografía Occitana. 
En la historiografía occitana del siglo XIX podemos remarcar el trabajo realizado durante el 
imperio napoleónico por Aubin-Louis Millin Voyage dans les départemens du midi de la 
France (1807-1811). Éste fue el reporte de un viaje de orden científico donde Millin nos 
mostró un sur lleno de folklore y naturaleza, en el que destacan los estudios geográficos, 
taxonómicos, etc. 
Millin presentó un Midi en desuso, con un dialecto debilitado por la impregnación del 
francés, además de un lugar ideal para conocer debido a su clima, paisajes y tradiciones. 
“Millin fabrica sobre el papel una Occitania a la vez seductora e inofensiva”. 38 
El trabajo de Millin intentó incrustar dentro de esa Francia centralista y fría un poco del 
calor provinciano; analizó la cultura occitana desde un punto de vista superficial y 
 
38 Philippe Gardy, L´ invention du Midi: representation du sud pendant la période révolutionnaire, 
Montpellier, Edisud, 1987, p.156 
 25
folklórico. No obstante fue un reporte muy completo del Midi que no se había realizado 
hasta la fecha y que sirvió de base para trabajos posteriores sobre la cultura occitana. 
En 1818, la publicación parisina Observations sur la langue et la littérature provencales 
de August-Whilhelm fortaleció el mito de los trovadores y de los cátaros; esta obra se 
produjo bajo la influencia romántica que empezaba a surgir en estos años. Dentro de este 
mismo círculo encontramos el trabajo de Sismonde de Sismondi en su Histoire des 
Franςais (1823) en donde analizó la agresión del norte durante las cruzadas y mostró una 
Occitania ilustrada. 
En un orden más étnico, el suizo Charles de Bonstetten escribió L´homme du midi et 
l´homme du nord ou l´influence du climat (1824) donde presentó al hombre del sur como 
instintivo, pasional, violento, vengativo, amante de la música y la danza, imaginativo y muy 
solidario, remarcando una vez más esta fama del hombre violento y apasionado del sur. 39 
Augustin Thierry escribió en 1827, Lettres sur l´histoire de France en donde remarcó que 
las cruzadas fueron una lucha entre dos razas distintas, además de la barbarie con la que se 
cometió esta conquista. Mucha de la historiografía occitana siguió esta misma línea con 
algunas excepciones. 
Otro provincialista activo fue Charles Nodier Comment les patois furent détruits en France 
(1835) que mostró un populismo más efervescente contra el norte y fue obra de referencia 
muchas veces para futuras reivindicaciones occitanas. 
Jules Michelet, historiador oficial de la república, escribió Histoire de France, en donde 
realiza una reivindicación más positiva del Midi sin connotaciones peyorativas o étnicas, 
reconociendo la injusticia con la que se conquistó el sur. 
Mary-Lafont publicó en 1844 la primera obra histórica occitana importante Histoire 
politique religieuse et littéraire du Midi de la France, depuis les temps les plus reculés 
jusqu´à nos jours. Entre sus singularidades está que no emplea el término “Occitania” y 
podríamos decir que es el primero en hablar de una identidad más política donde hace un 
llamado a la unidad e integración; otra obra suya a destacar sería la primera historia 
contemporánea de la literatura occitana. 40 
Entre 1846-1848 se escribió el Dicctionaire provencal-francais ou Dicctionaire de la 
langue d´oc ancienne et moderne por Simon-Jude Honnorat, hijo de campesinos pobres de 
losAlpes. Su diccionario fue utilizado como base por el mismo Mistral para la elaboración 
de su propio diccionario el cual sería uno de los más reconocidos durante muchos años. 41 
Napoleón Peyrat fue un opositor al provincialismo conservador de los “Felibrige”, (grupo 
cultural que reivindicaba la cultura occitana), era un pastor protestante y republicano de 
izquierdas. Su Histoire des Albigeois (1872) continúa la línea de Mary-Lafont y Thierry 
aunque remarca la heterodoxia religiosa como una expresión de patriotismo y considera a la 
República como la revancha del Midi sobre las cruzadas; fue un historiador del régimen 
opuesto a los conservadores que intentó mostrar a la izquierda como una característica 
nata de los occitanos y más aún, como el medio por el cual se recuperaría la grandeza del 
Midi. Este autor reveló la persecución de la que fue objeto el pueblo occitano (albigenses, 
hugonotes, Camisard) y llamó a continuar la lucha. Mostró una Occitania federal apoyada 
sobre la libertad municipal y la superioridad de la civilización occitana sobre la francesa, 
 
39 Pierre Lavelle, Occitanie, Histoire politique et culturelle, Francia, Institut d´études occitanes, 2004, p.388 
40 André Dupuy, Histoire chronologique de la civilisation occitane, Suiza, Slatkine, 1998; Vol.III, p.721 
41 Ibid., p. 390-391 
 26
donde los mártires de la cruzada son considerados patriotas occitanos. Peyrat sería el líder 
de una generación de occitanistas de izquierda como los Felibrige rouge. 42 
Durante la primera mitad del siglo XIX, la “Gazette du Midi” difundió muchos artículos 
donde enfrentaba a esta Francia del norte con la del sur. 
En 1889 se fundó “Les annales du Midi” revista de Toulouse basada en la historia y lengua 
occitanas, auspiciada por las universidades de Aix, Bordeaux y Toulouse. En esta última se 
fundó también la primera biblioteca Meridional. 43 
 
II.II La Revolución Francesa, Tres Etapas: 
Por su complejidad y para no caer en una reinterpretación de la Revolución Francesa, que 
no es el objetivo de este trabajo, presentaré las diversas manifestaciones regionalistas del 
sur occitano en tres etapas del proceso revolucionario francés. 
La primera tiene que ver con las condiciones anteriores a 1789 y la crisis vitícola. Como ya 
hemos visto, las revueltas son casi endémicas desde siglos atrás, así como las condiciones 
sociales previas al estallido revolucionario. 
 La segunda estará relacionada con las posiciones de los girondinos y jacobinos con 
respecto a la nueva situación de las provincias del sur, con referencia especial a la política 
lingüística de la revolución, así como el debate sobre un reconocimiento cultural y 
territorial del sur. 
 En la tercera analizaremos los movimientos contrarrevolucionarios como la vendeé, el 
federalismo y el terror blanco. 
 
La Primera etapa. 
En 1770 se iniciaron una serie de pequeñas crisis en el campo que culminaron en 1788-89: 
los precios del trigo ascendieron el 66% en las etapas de 1785-89 pero en el mes de julio de 
1789, subieron hasta el 150%. 
A esta crisis de precios habría que sumarle un aumento considerable de la población 
(Francia era el país mas poblado de Europa), la abierta competencia industrial inglesa (en 
1766 hubo un tratado por el cual los productos ingleses podían circular libremente por 
Francia perjudicando a la mercancía francesa), las sequías de 1785 y 1789, y una crisis 
vitícola. 
La superproducción vinícola originó el hundimiento de los precios, lo que provocó una 
tragedia para muchas economías familiares del sur francés que dependían del vino para 
obtener beneficios suficientes para hacer frente a los demás gastos. Estos gastos paralelos a 
la producción de vino habían subido de manera tan desproporcional que había llevado a la 
miseria a toda una región dependiente de la producción vitícola. 44 
 
42 Ibid., Vol II p.664 
43 Ibid., Vol. III, p. 723 
44 Barrington Moore hace una comparación de la importancia que tuvo en su desarrollo político y económico 
la dependencia vitícola francesa con respecto a la lana para los ingleses en los siglos XVI y XVII. Para 
Moore las consecuencias económicas de la viticultura y criar ovejas eran muy distintas aparte sumado al 
atraso industrial francés en donde la explotación de la viticultura no produjo cambios entre el campesinado (se 
requería mucha mano de obra campesino y cantidades pequeñas de capital, todo lo contrario al caso 
inglés).Las relaciones semi feudales seguían funcionando en Francia. La influencia comercial no destruyó 
esta organización feudal. Barrington Moore, Los orígenes sociales de la dictadura y la democracia, 
Barcelona, Peninsula, 1991 
 27
No es casualidad que estallara una revuelta agraria en la Provenza desde marzo de 1789. La 
carencia y la carestía arrojaban a los caminos o amontonaban en las ciudades a mendigos y 
vagabundos, multiplicando la inseguridad, y fue en esta atmósfera donde se fue precisando 
la mentalidad revolucionaria de los campesinos. 45 
Así, podemos decir que las movilizaciones de las masas populares comenzaron debido a la 
crisis de subsistencia, como antaño. 
La nobleza representaba el 1.5% de la población y poseía alrededor del 20% de las tierras 
que mayormente se encontraban en el norte 60%, y tan sólo el 15% en el sur. Dentro de esta 
misma clase había diferencias entre una nobleza cortesana que vivía en Versalles, una 
provinciana, que percibía los derechos feudales y que era odiada por los campesinos y la 
nobleza de toga que eran los parlamentarios. 46 
El clero tenía un papel importante en el Estado ya que garantizaba el orden social, político e 
intelectual. Existía un alto clero formado por obispos y altos cargos (en su mayoría 
nobleza) y un bajo clero: los curas y vicarios muchos de ellos, de origen campesino. 
Había dos minorías religiosas: los protestantes (700 000 aproximadamente) la mayoría en el 
Midi, que en 1787, obtuvieron un reconocimiento de hecho y, los judíos del norte, en 
Alsacia. 
Los campesinos sumaban cerca de 23 millones lo que equivalía al 84% de la población. 
Muchos de ellos eran propietarios aunque sus propiedades eran pequeñas. 
Las ciudades más industrializadas en Occitania eran Bordeaux, Nimes y Marseille, de las 
cuales surgieron los girondinos y los grupos más revolucionarios de los primeros años de 
guerra civil. 
 
La Segunda etapa. 
Después del estallido revolucionario de 1789 se reconstruyó la geografía política francesa 
surgiendo los departamentos, que constituían 83 partes “iguales” y donde cambiaron los 
nombres de las antiguas regiones por nomenclaturas geográficas: nombres de ríos, (Loire, 
Hérault, Aude) montañas, (Pyrénées, Alpes) costas, (Côtes-du-Nord) etc. Este cambio 
intentaba borrar las antiguas divisiones monárquicas, pero en su empeño de destruir todo lo 
anterior, no consideraron la identidad de las diferentes regiones francesas tales como la 
Bretaña, País Vasco, Occitania y Alsacia, encerrándolas en un mismo proyecto nacional y 
centralista provocando reacciones de movimientos federalistas impulsados, sobre todo, por 
los nuevos departamentos del sur. 
Los cambios de nombre no fueron tan eficientes al inicio puesto que se continuó hablando y 
escribiendo de regiones; incluso se hablaba en el “Tables du Moniteur” en un reporte sobre 
la “armada de Midi”, en 1792. Un año después, en esa misma publicación se escribía sobre 
un Midi contrarrevolucionario pero sin embargo federalista, culpando de este hecho a los 
emigrantes monárquicos que fueron desposeídos de sus bienes en la primera fase 
revolucionaria y fueron bien acogidos en estas zonas, así como a los sacerdotes refractarios. 
47 
 
 
45 Albert Soboul, La Revolución Francesa: Principios ideológicos y protagonismo colectivo, Barcelona, 
Crítica, 1987, p.195 
46 Enrique Bienzobas Castaño, La RevoluciónFrancesa, Madrid, Akal, 1994, p.19 
47 Michel Péronnet, Vocabulario básico de la revolución francesa, Barcelona, Critica, 1987, p.75 
 28
Podemos distinguir tres periodos dentro del Midi revolucionario: una primera, federalista 
1791-92, otra discretamente republicana en 1793 y finalmente a partir de 1795, una 
claramente conflictiva entre realistas blancos (contrarrevolución) y republicanos rojos. 
Los departamentos occitanos se caracterizaron durante todos estos años por sus 
extremismos, ya que encontramos por un lado, una importantísima participación de los 
marselleses en la guerra contra la monarquía y por otro, una contrarrevolución blanca que 
sembró el terror entre los mismos jacobinos. “El Midi aparece como patriota, 
contrarrevolucionario, federalista, terrorista, realista. Tricolor: azul, rojo, blanco, este Midi 
ignora la moderación y el equilibrio a causa del carácter excesivo de sus habitantes”. 48 
 
El dominio de los girondinos en la Asamblea podría haber sido una oportunidad para 
reivindicar al Midi, pero no fue así. Aunque las referencias a los “Hombres de Midi” no 
fueron abandonadas por los escritos girondinos, está claro que no existía la intención de 
ningún separatismo o sentimiento autonómico. Incluso estas escasas menciones del Midi se 
fueron borrando ya que fueron el pretexto tomado por sus detractores para poder acusarlos 
de separatistas. 
Para analizar la participación occitana en la Revolución Francesa es conveniente tener 
presente que, como afirma Franςois Furet (1988), no hubo una revolución en verano de 
1789 sino tres que serian autónomas y simultaneas. Una fue la Asamblea, otra París y 
demás ciudades y finalmente, la de los campos. De las tres, tan sólo la primera tuvo clara 
conciencia política mientras que en las otras dos, de un carácter más popular, se cruzaron 
dos luchas: la destrucción de un pasado opresor anquilosado en una aristocracia rancia y 
caduca y por otro lado, la conservación de ciertos valores y respeto a las tradiciones 
(cambio sin ruptura). 49 Este conflicto fue la representación mas clara de la ruptura del 
antiguo régimen, provocado más por la coyuntura que por la filosofía. Es a partir de esta 
premisa que podemos entender la participación girondina sin mención alguna a autonomías 
regionales o a los grupos antagónicos y su fuerza en el Midi. 
 
La propaganda Occitana durante la Revolución Francesa. 
El inventario de textos políticos occitanos durante la revolución fue realizado por un grupo 
de investigadores integrados por: H. Boyer, G. Fournier, Ph. Gardy, Ph. Martel y F. Pic, en 
una obra titulada: Le texte occitan de la periode révolutionnaire (1788-1800) en la 
Asociación Internacional de Estudios Occitanos de Montpellier en 1989. Esta obra, junto 
con el trabajo de M° Carmen Alén Garabato: Quand le Patois était politiquement utile nos 
presenta una importante producción impresa occitana durante la revolución francesa, que es 
poco conocida y que nos permite comprender un poco más la importancia que tuvo la 
revolución en Occitania así como su desarrollo y resurgimiento lingüístico que sería 
después perseguido. 
En 1791, Francia tenía cerca de 27 millones de habitantes de los que menos de la mitad 
hablaban francés. Esto era posiblemente debido al aislamiento en el que vivían las 
provincias (inclusive el sistema de peso y medidas eran diferentes entre regiones), 
50aislamiento que convenía al antiguo régimen pues la barrera lingüística contribuía a 
 
48 Ibid., p. 81 
49 Francois Furet, La Revolución Francesa, Madrid, Rialp, 1988. 
50 M. Carmen Garabato Alén, Quand le “Patois” était politiquement utile: L´usage propagandiste de 
l´imprimé occitan á Toulouse durant la période révolutionnaire, Montpellier, L´Harmattan, 1999. 
 29
mantener a las masas en sumisión. Incluso la iglesia, que dominaba el ámbito educativo, 
predicaba en sus parroquias la fe cristiana utilizando el patois51 , creando así, un fuerte 
vínculo con estas poblaciones monolingües. 
 
 
Lenguas habladas en 1860 
 
 
Fuentes: Le Bras Hervé, Les trios france, 1995, p.97 
 
“El francés es considerado como una lengua extranjera, mal comprendida y mal hablada. 
Junto a esta minoría, encontramos una categoría de usuarios socialmente heterogénea que 
practica el bilingüismo; estos jugaron un papel importante en la comunicación política que 
comenzó con la revolución. Fueron intermediarios entre el poder revolucionario y el 
pueblo”. 52 
Con el estallido revolucionario y la idea de igualdad, se buscó hacer del francés una lengua 
común de libertad. A pesar del edicto de Viller-Cotterets (1539), la utilización del francés 
era todavía limitada en la forma escrita, y además en lengua hablada seguía utilizándose el 
occitano, sobre todo, en las regiones apartadas que, lejos de las posibilidades de una 
ascensión social, no tenían motivación alguna para aprender francés. 
 
Alain Alcouffe y Ulrike Brummert, en su trabajo Les politiques linguistiques des états 
généraux á thermidor distinguieron dos orientaciones durante la revolución francesa en lo 
que ellos llaman una política lingüística: la primera, de una fuerte difusión del francés 
como objetivo especifico de favorecer la propagación de las ideas revolucionarias 
(traducción de decretos, constitución, etc.) y otra, concerniente a erradicar las otras lenguas, 
el llamado terror lingüístico. La primera apunta a un bilingüismo y la segunda a la 
imposición de una sola lengua de Estado. 
Para M° Carmen Alen Garabato existen tres grupos: dos primeros impulsados por la 
necesidad de comunicación, lo que exige una lengua común. El primer grupo comprende 
la necesidad de difundir las ideas revolucionarias a través de propaganda, discursos, 
sermones y por razones prácticas, acepta las traducciones y el bilingüismo. El otro grupo 
 
51 Dialecto provincial o habla regional o popular. 
52 Boyer H., Clés sociolinguistiques pour le Francitan, Montpellier, 1990, p. 46-52 
a) Langue, parlée, 
vers 1860 
_ perSORne De parle fran~ais 
~ plus de la moitié Re 
~ parle pas fran~ais 
~ une Corte proportion 
~ De parle pas fran~ais 
des groupes entiers 
1::>:'><> :1 ~augt~e~e lc~r~~~e~aJc 
O tous parlent fram;ais 
 30
prefiere la difusión del francés en las escuelas e institutos para que se comprenda mejor la 
política, y el tercer grupo, que busca reprimir el patois, y considera los idiomas peligrosos 
para la revolución. 
La entrada del Occitano en el debate político se produjo en el verano de 1790 en Toulouse. 
Sermet, político asambleísta, invitó a los guardias nacionales a unirse a la revolución 
federalista; su discurso versaba temas como igualdad, crítica a la nobleza, despotismo, etc. 
Temas cotidianos, pero, su originalidad residió en el idioma en el que se expresaron: el 
occitano. 
La primera medida concerniente a la traducción fue el 14 de enero de 1790 cuando, en la 
Asamblea, se decidió traducir todos los decretos en todos los idiomas hablados en Francia. 
También existieron prácticas orales de traducción o comunicación bilingüe de documentos 
en clubes y sociedades populares. 
Pero esta política fue cediendo y dando paso a la política jacobina de la lengua nacional por 
la que se consideraba al Occitano como falto de modelo lingüístico y, falto de una literatura 
científica o política que le proporcionara los modelos necesarios para ser una lengua 
revolucionaria. 53 
La primera medida tomada para difundir el francés en la escuela nació del diputado 
Talleyrand frente a la Asamblea Nacional. Allí expuso su reporte sobre el problema 
lingüístico: “El francés, la lengua de la constitución y de las leyes será enseñado a todos; y 
esta gran cantidad de dialectos corrompidos, último residuo feudal, será condenada a 
desaparecer; la realidad de las cosas así lo exige.”54 
En 1793, se crearon las escuelas primarias