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La-participacion-politica-de-los-mexicanonorteamericanos-en-Chicago-19942004

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA 
 DE MEXICO 
 
 
 FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 LA PARTICPACIÓN POLÍTICA DE LOS MEXICANO- 
 NORTEAMERICANOS EN CHICAGO, 1994 - 2004. 
 
 
 
 
 
 
 
 T E S I S 
 Q U E P A R A O B T E N E R E L T I T U L O D E 
 LICENCIADO EN RELACIONES INTERNACIONALES 
P R E S E N T A 
 C A R L O S H E R N Á N D E Z C A L Z A D A 
 
 
 ASESORA: ANA CRISTINA CASTILLO PETERSEN 
 
 
 CIUDAD UNIVERSITARIA, 2006. 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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NNoo eess uunn ssuueeññoo,, nnoo mmee lleevvaannttoo ddeell ssuueeññoo aaddoorrmmiillaaddoo,, 
 nnoo lloo vveeoo eenn ssuueeññooss,, nnoo eessttooyy 
ssooññaannddoo…… EEss qquuee yyaa ttee hhee vviissttoo,, eess qquuee yyaa hhee ppuueessttoo mmiiss oojjooss eenn ttuuss 
oojjooss…… 
 
MMoocctteezzuummaa 
 
 
 
 
 
 Tus palabras son las mías. 
 Tu pasado juega en mi. 
 Por ello, sabemos que este campo es nuestro. 
 
 Gracias por caminar a mi lado y nunca desistir. 
 Gracias por ser Padres, Amigos y Hermanos. 
 
Introducción 
 
1 Los mexicano-norteamericanos en Estados Unidos 
1.1 ¿Por qué hablar de la participación política de los mexicano-
norteamericanos? 
1.2 ¿Mexicano-americano vs Chicano? 
1.2.1 Según diversos autores. 
1.3 La importancia dentro del espacio norteamericano. 
1.3.1 Desarrollo. 
1.3.2 Crecimiento. 
1.3.3 Ubicación y distribución en los Estados Unidos. 
1.3.4 La educación y su relación política. 
1.3.5 Importancia económica. 
1.3.6 Las organizaciones políticas en la década de los noventa. 
1.3.7 La representación política en las instituciones norteamericanas. 
1.3.8 La ciudad de Chicago. 
 
2 Los partidos políticos en Chicago 
2.1 La participación mexicano-americana. 
2.2 En el Partido Demócrata. 
2.3. En el Partido Republicano. 
2.4 En los partidos independientes o terceros partidos. 
2.5 Las organizaciones comunitarias. 
 
3 La participación en el gobierno 
3.1 El electorado Latino. 
3.2 Participación en el Congreso estatal. 
3.3 Los Oficiales Latinos Electos. 
3.4 Participación en cargos públicos del gobierno estatal. 
 
4 La etnicidad. ¿El futuro? 
4.1 Escenarios futuros. 
4.1.1 La Experiencia. 
4.1.2 Un Poder político naciente. 
4.1.3 El poder político hispano y Mexicano-Americano. 
4.2 Alternativas de organización política. 
4.2.1 Formas de interés político hacía los latinos. 
4.2.2 El futuro del trabajo político. 
 
Conclusiones 
 
Anexos 
 
Bibliografía 
Hemerografía 
Medios electrónicos 
 I 
 
 
 
I 
 
 
 
1 
4 
 
 
 11 
15 
19 
24 
32 
33 
37 
42 
 
47 
53 
54 
59 
62 
63 
 
70 
71 
75 
77 
79 
 
85 
 
 91 
94 
98 
101 
102 
104 
 
106 
118 
156 
158 
160
 2
 
INTRODUCCIÓN 
 
 El estudio de los mexicano-norteamericanos en la ciudad de Chicago y 
en Estados Unidos no es un proceso sencillo como pudiera parecer, así como hablar 
de mexicanos tampoco lo es, hay que enfrentarse a la escasez de información, a la 
negación de un hecho hoy más que nunca evidente en la sociedad estadounidense: 
la presencia de los mexicano-norteamericanos como principal componente de la 
minoría conocida como hispana. Factores que se unen a la falta de estudios sobre la 
presencia histórica de los mexicanos y de sus descendientes en el este de la Unión 
Americana, y su consecuente crecimiento e inserción en la vida social y política del 
país al que han llegado. 
Los mexicano-americanos en Estados Unidos no son nuevos, no son 
únicamente los descendientes de la gente que emigro en la Segunda Guerra Mundial 
como trabajadores temporales, su presencia se remonta a mucho tiempo atrás, y su 
inclusión en la vida norteamericana es parte del mismo proceso. 
De este crecimiento y dispersión resulta que cada región guarda 
especiales características y hacía el interior del mismo grupo hay marcadas y 
determinantes diferencias como puede ser el estatus socioeconómico o la 
procedencia de un medio rural o urbano. Por lo cual, hay que luchar desde el 
principio del contacto y la investigación contra verdades preconcebidas, prejuicios y a 
veces hasta contra concepciones idealistas. 
 Adentrarse a la realidad de este grupo es una gran experiencia, conocer 
su desarrollo y sus problemáticas, descubren a un grupo totalmente complejo, 
heterogéneo y rico culturalmente pues conservan muchas de sus costumbres. 
 II
 Desde su establecimiento en Chicago, la comunidad mexicana ha sido 
permeada por el intenso activismo social de esta región. Ello les ha permitido 
desarrollar una variedad importante de organizaciones y de esta manera representar 
sus propios intereses que les permitan mejorar sus condiciones de vida y lograr la 
proyección de sus movimientos e inquietudes. 
 Los mexicano-estadounidenses de esta ciudad provienen del sector 
rural, aunque en años recientes ha crecido la proporción originaria de centros 
urbanos. Por lo general, los mexicano-norteamericanos en Chicago trabajan como 
obreros o prestadores de servicios que requieren una preparación elemental. Una 
cantidad considerable de ellos ha desarrollado extraordinariamente sus habilidades 
para el comercio y la empresa. Y otro sector más reducido se ha insertado en la 
vida, según el estereotipo norteamericano al haber obtenido los medios económicos 
y una consecuente educación que les ha ayudado a forjar un futuro distinto al de la 
mayoría. 
Indudablemente es un grupo al cual se le debe prestar atención, pues su 
presencia numérica y su actuación tendrán repercusiones tarde o temprano en la 
relación con México. 
El mexicano-norteamericano es alguien que ha convertido a esta ciudad 
en una ciudad bilingüe o donde no se necesita mucho saber hablar en inglés. Sin 
embargo, el ser un ciudadano que rescatasu origen no lo hace olvidar el lugar en 
que se encuentra parado y dónde ejerce sus derechos. 
Estudiar su evolución política en Estados Unidos desde la década de los 
noventa es uno de los fines primarios en esta investigación, así como observar las 
posibles tendencias de su participación en el siglo XXI. Dando especial énfasis a los 
 III
partidos, los personajes influyentes y el grado de incidencia en la conformación del 
gobierno estadounidense. 
 Resaltan también lo económico y lo social, temas que destacan por la 
importancia de esta minoría hacia el interior del país. Asimismo, se evidencian los 
principales problemas que impiden a los mexico-americanos poseer una 
representación política importante y unida. 
Todo lo anterior, enmarcado en un contexto de apertura política y de 
importancia numérica, aunadas a la trascendencia regional que ya poseen. Pero que 
en este caso, se mueve en un ámbito nuevo o distinto al que comunmente se ha 
estudiado o prestado atención (sur-oeste), como podría ser la región centro-norte del 
país, lo que otorga una característica especial en su desarrollo. 
Es el mexico-norteamericano de Chicago, un grupo que busca 
alternativas de organización a su presente situación política y ante los problemas 
estructurales que enfrentan en Chicago. Su aparición en los escenarios nacionales 
los hace objeto de múltiples cortejos y acercamientos políticos, y ahí reside la 
importancia actual para los anglosajones en la Unión Americana, en su número 
poblacional. 
Los mexicano-americanos representan un número muy importante de la 
población en Estados Unidos; la primera minoría étnica del país. La población 
mexicana y de origen mexicano que vive en la Unión Americana se calcula hoy día 
en cerca de 29 millones, de los cuales 24 millones son mexicano-estadounidenses, 
es decir, ciudadanos norteamericanos que poseen un amplio poder como 
consumidores además de representar una fuerza electoral importante, aunado esto 
 IV
último al número de funcionarios electos y de empresas propiedad de personas de 
origen mexicano. 
En este sentido, los mexico-americanos han ido cosechando escaños 
políticos en Estados Unidos, en el gobierno federal y en el de las distintas ciudades, 
como en la ciudad de Chicago, sin embargo en lo federal es donde menos presentes 
están, pues tienen una participación mínima dentro de las instituciones 
norteamericanas a escala federal; destacan como grupos que defienden intereses 
muy particulares o que funcionan como centros de organización regional y social, 
mas no política. Con algunas excepciones, como en California, Chicago o Texas, 
donde el arraigo y/o la antigüedad del mexicano, posibilita una actitud asimilatoria a 
la conducta política estadounidense. 
A lo largo de éstas últimas décadas, los mexico-americanos han tratado 
de organizarse políticamente, intentando con ello conseguir mayores prerrogativas y 
respeto a las mismas de parte de los demás grupos étnicos y principalmente de los 
blancos, y justo aquí nace la idea de organizarse como un frente étnico alrededor de 
un partido político tradicional o jugar con la ambivalencia política a partir de la 
satisfacción de sus intereses, llegando para ello a organizar las diferencias entre los 
distintos grupos de mexicano-americanos y de latinos y aprovechar al fin los números 
que tanta importancia les otorgan como grupo en el presente. 
De esta manera si los mexicano-norteamericanos participan activamente 
en la política de la ciudad podrían determinar su rumbo político y atender sus 
principales demandas y necesidades. A tal grado que podrían convertirse en la 
principal fuerza política de Chicago. 
 
 V
Surge así la primera pregunta acerca del ser mexicano-americano. El 
término es por sí mismo controvertido y puede no ser aceptado a la hora de 
someterlo al juicio de estudiosos del tema migratorio y cultural de los Estados 
Unidos, toda vez que el sujeto de estudio, el mexico-americano no es un chicano. 
Implica la conciencia de una ciudadanía y de su papel en la sociedad 
norteamericana, rescatando su origen nacional con orgullo. 
El ser mexicano-norteamericano refleja el hecho de una ciudadanía; son 
aquellos ciudadanos norteamericanos que poseen un origen mexicano, ya sea 
porque fueron parte de los mexicanos que se quedaron en el territorio perdido por 
México en la guerra de 1847 con los Estados Unidos o que a causa de la emigración 
han decidido naturalizarse o que han nacido en ese país. 
En este proyecto mexico-americanos, mexico-estadounidenses, 
mexicano-norteamericanos y sus variaciones serán utilizados indistintamente ya que 
un elemento esencial de la investigación es el origen nacional, que a su vez permitirá 
estudiar los fundamentos para participar políticamente como ciudadano e incidir en 
las decisiones públicas, políticas y tener la posibilidad de ser elegible como 
funcionario o para algún puesto público, para lo cual es necesario contar con el 
requisito de la ciudadanía norteamericana y el hecho del origen nacional. 
Por otra parte, cuando se habla de latinos o hispanos se hace referencia 
y con el claro objetivo de tratar al grupo en general, sin particularidades nacionales o 
étnicas. Cuando se habla de “anglos” se hace retomando los términos sociológicos 
que designan a la población mayoritariamente norteamericana que no es parte de los 
grupos étnicos minoritarios. 
 
 VI
 Así pues, los objetivos que se persiguen en esta investigación son: 
• Estudiar la estructura política de los Estados Unidos y su composición racial, lo 
que permitirá tener presentes los espacios políticos con que cuentan los 
mexicano-americanos y su relación respecto a las otras minorías; mismo proceso 
que se hará en el caso de Chicago. 
• Destacar las luchas que han librado, y libran hasta hoy día los norteamericanos 
de origen mexicano por defender sus derechos, es especial el derecho a ser 
representados, estudiando este hecho y su desarrollo en la ciudad de Chicago. 
• Conocer los distintos tipos de organizaciones sociales y políticas en las que se 
agrupan los mexicanos, teniendo en cuenta la diversidad de ambientes, 
comunidades y su desarrollo histórico. 
• Trabajar en el estudio de las políticas que promueven una inserción de las 
minorías en la vida política. 
• Destacar la importancia numérica y económica de los mexico-norteamericanos, 
junto al aspecto político. 
• Investigar las bases estructurales que permiten la participación política de los 
grupos en la política de Estados Unidos. 
• Plantear alternativas a los mexico-americanos para la estructuración de una 
organización política que pueda aglutinar a todo el conjunto de intereses o al 
menos a la mayoría. 
• Proponer un replanteamiento de la política partidista entre los norteamericanos de 
origen mexicano. 
 VII
 De esta manera, en el primer capítulo se estudia la estructuración del 
término mexicano-norteamericano a la par del desarrollo histórico de la presencia 
mexicana en Estados Unidos y luego en la ciudad de Chicago 
En el primer apartado se pretende demostrar la relación directa entre 
ciudadanía y origen nacional, tratando de encontrar los argumentos teóricos que 
sustenten esta concepción. 
Los siguientes apartados describen el desarrollo histórico desde el siglo 
XIX del grupo mexicano-norteamericano en los Estados Unidos, para después hablar 
del impacto en otras regiones y sectores productivos, una vez conseguida su 
permanencia en la sociedad norteamericana. Para finalizar en el desarrollo de este 
grupo en la Ciudad de Chicago, sentando de esta manera las bases del análisis 
posterior. 
En el segundo capítulo se busca detallar la actividad de los partidos y 
organizaciones políticas en Chicago, así como estudiar la incidencia mexico-
americana en cada uno de estos sujetos. 
En el tercer capítulo, se hace un estudio de la participación en el 
gobierno federal paraluego entrar al sistema estatal, buscando caracterizar la 
situación política actual del mexico-americano y cuáles han sido los logros que ha 
obtenido. 
En el cuarto y último capítulo, se incluye la especificación de las 
relaciones entre la sociedad mexicano-estadounidense y el aparato político 
norteamericano, entendido esto último como los resultados de la búsqueda del poder 
político. 
 VIII
El periodo histórico al que se hace referencia parte de 1990, año en que 
la población Hispana comienza a ser representativa en los censos y votaciones de 
los Estados Unidos, producto de los diferentes procesos de amnistía para los 
indocumentados y que alcanzo su mayor nivel de crecimiento en ese año. Después 
se traslada a 2003, haciendo constantes referencias al 2000 por los resultados 
arrojados por el censo de ese año y concluye con los resultados calculados por la 
oficina del censo para el año 2003. 
En cuanto a datos de elecciones, el estudió llega en ocasiones hasta 
2005, al referirse a elecciones municipales en Illinois, pero en elecciones nacionales 
sólo hay datos sobre la última elección presidencial que se registro, es decir, la del 
año 2004. 
En cuanto a la búsqueda de información, es claro que resultó ser más 
que un arduo proceso, fue algo que satisface a la hora de ver finalizada esta 
investigación, ya que debido a su aparente vastedad el hecho contrasta al momento 
de la realización, pues la escasez de información en el tema, la falta de actualidad, o 
la carencia de fuentes en el país y de estudios sobre esa ciudad dificultan el proceso. 
Aquella muy básica que se consiguió en la Ciudad de México se 
complemento con la obtenida por medios electrónicos como fueron noticias de 
periódicos locales de Chicago y documentos de universidades de la Unión 
Americana, Concejales de la Ciudad de Chicago, estudiosos del tema en California 
(Luis De Sippio); del Instituto para Estudios Latinos de la Universidad de Notre Dame 
en Chicago (Sylvia Puente), sobre la presencia mexicana en Estados Unidos. Sin 
embargo, es un estudio que aún está comenzando, falta mucha información y la 
mayoría de ésta, son datos que se van obteniendo día con día, y conforme el 
 IX
mexico-americano se hace más presente en la sociedad y la política de los Estados 
Unidos. 
Es indudable la experiencia obtenida en las dos visitas realizadas a la 
ciudad de Chicago en enero de 2003; y con los concejales de los distritos 01, 12 y 
22, en el verano de 2004, así como a los distintos barrios hispanos o que a mí me 
gusta llamar por lo que son: barrios mexicano-norteamericanos, La Villita y la 47 (por 
el nombre de la calle), donde pude observar las condiciones de vida, la preservación 
y las distintas muestras de la cultura nacional en aquel país. 
El acercamiento a la situación mexicano-estadounidense en Chicago es 
un quehacer de mutuo reconocimiento y reencuentro constantes, producto de ese 
acercamiento es el trabajo que ahora se presenta. El firme deseo de cooperar en el 
desarrollo de las comunidades de origen mexicano en Estados Unidos queda 
demostrado en el interés de que esta investigación quede como una contribución al 
avance de la situación social, política y económica de los mexicano-americanos. Es 
sólo bajo esta condición que adquirirá la presencia y respeto que merecen. 
Un acercamiento que no debe olvidar nunca que el mexico-americano es 
el principal grupo poblacional y su crecimiento es el mayor también, que poseen los 
más altos niveles de juventud entre la población; que ha aprendido a ser activo y a 
tener posiciones claras, madurando en liderazgos y en el reclamo a temas que los 
tocan. 
Asuntos que en el futuro serán no sólo números, sino que están 
influyendo a forjar sus conciencias y a enseñarlos a trabajar la política al estilo 
estadounidense, y tarde o temprano las nuevas generaciones de mexicanos nacidos 
en el país del norte irán ocupando puestos de mayor importancia tanto en la política 
 X
como en la economía y la sociedad. Y ahí es cuando tendremos que volver a 
aprender a tratarlos, a acercarnos a ellos porque será tal vez con ellos con quienes 
habremos de negociar los acuerdos migratorios, el agua, el comercio o cualquier otra 
controversia. 
 
 
 1
1. LOS MEXICANO-NORTEAMERICANOS EN ESTADOS UNIDOS 
 
 1.1 ¿Por qué hablar de la participación política de los mexicano-
norteamericanos? 
Los mexicano-norteamericanos tienen una larga trayectoria como 
integrantes de la sociedad estadounidense. En la guerra de 1847, México 
perdió más de la mitad de su territorio (California, Nevada, Arizona, Utah, 
Colorado y Nuevo México) y con él a un número considerable de su población, 
entre 75 a 84 mil mexicanos1 que de la noche a la mañana formaron parte de 
otro país. 
Esa misma población, acompañada por otro buen número de 
inmigrantes mexicanos que desde fines del siglo pasado han llegado a los 
Estados Unidos en busca de trabajo y por ende, un mejor nivel de vida; 
conforman en el presente la mayoría del grupo étnico conocido en Estados 
Unidos como Latino o Hispano. 
Hoy en día los términos chicano, mexico-americano, mexico-
norteamericano, mexicano-norteamericanos o mexico-estadounidense, son 
conceptos correctos para hablar de esos ciudadanos estadounidenses que 
tienen una raíz mexicana y que de alguna manera se identifican y/o comparten 
aspectos de nuestra cultura e identidad, que nacieron en Estados Unidos o que 
por decisión propia, han decidido naturalizarse como ciudadanos 
norteamericanos. 
Pero estos “norteamericanos de segunda” como se les llama y trata en 
ocasiones, tal vez por no poseer todos o los mismos rasgos de identidad de la 
 
1 Villanueva, Tino, (comp.), Chicanos, FCE, México, 1985, p. 104 y Díaz de Cossío, Roger, Los 
mexicanos en Estados Unidos, SITESA, 1997, p. 19. 
 2
sociedad anglosajona, no han sido integrados a la sociedad estadounidense 
sino sólo ocasionalmente, cuando se requiere de ellos ya sea en los procesos 
electorales o en los conflictos bélicos en que participa Estados Unidos. 
A más de un siglo de vida como ciudadanos de ese país o como nuevos 
ciudadanos, no se han asimilado totalmente, lo que es poco comprensible al 
saber que en la actualidad son la primera minoría nacional [numéricamente 
hablando]2, pero sus niveles de salud, educación y empleo son todavía los 
peores dentro de la sociedad estadounidense; factores que por si mismos 
podrían explicar de manera simple este fenómeno. 
La presente investigación no está elaborada a partir de lo que en la 
actualidad se ha dado en llamar como el “Poder Hispano”, lo cual se refiere 
únicamente a la importancia numérica y a la consecuente incidencia en las 
urnas que deberían de tener los hispanos. Lo que a mi parecer es un asunto 
más de emergencia que de atención al desarrollo social y político de este 
grupo. 
 Llegar más allá de los números y encontrar un planteamiento o generar 
una propuesta a su trabajo político es el fin óptimo. Hallar puntos de partida y 
de alcance también podría ser uno más de los objetivos, para eso habré de 
referirme a una ciudad que por sus características regionales y sociales es un 
caso sui géneris en Estados Unidos para nuestro objeto de estudio, me refiero 
a la ciudad de Chicago, donde habita un importante número de ciudadanos 
estadounidenses de origen mexicano fuera del sudoeste. Es decir, lejos de los 
estados comunmente concentradores de poblaciones con ascendencia 
mexicana (California, Arizona, Nuevo México y Texas) y donde un nuevo 
 
2 La población de Latinos llegó a los 41.3 millones el 1 de julio de 2004. Los afroamericanos son la 
segunda minoría con 39.2 millones. U.S. Census Bureau News, 28 de agosto de 2005. 
 3
laboratorio de participaciónpolítica podría gestarse por sus particularidades 
sociales, poblacionales, educativas y de organización. 
Mi experiencia personal me ha llevado a considerar a esta ciudad como 
un polo social y de atracción para los mexicanos nuevos, es decir, los recién 
llegados; pero también lo es para gente con un buen nivel de preparación 
profesional que busca un mejor futuro como parte de esa sociedad y que ven 
en ese destino geográfico una nueva oportunidad para volver a empezar. 
Esto es lo importante, toda vez que las poblaciones de inmigrantes 
mexicanos se mueven desde hace algún tiempo hacia el norte y este de la 
Unión Americana y esto conlleva nuevas formas de organización y de 
socialización dentro de cada estado y dentro de las mismas comunidades de 
origen mexicano. Y la ciudad de Chicago es el mejor caso ejemplo de esto, 
sobre todo por las distintas formas de asimilación que se han ido dando a lo 
largo de la historia, con gente nueva y vieja, y de las distintas regiones de 
México. 
 En este sentido, a lo largo de la historia se ha pretendido ver a los 
mexicanos de Estados Unidos como un todo similar y apegado a sus 
costumbres tradicionales e identitarias, esto es un error muy grave, los 
mexicanos de cada estado son tan distintos aquí como allá, y a ello hay que 
añadirle que ya no son mexicanos más que de origen. 
 Hablar de los mexicanos de Chicago, supone un trabajo muy prometedor 
sobre todo cuando en el presente y desde hace más de dos décadas han 
comenzado a ocupar puestos públicos en esa ciudad. Actividades que poco a 
poco van incidiendo en las condiciones de vida y conductas sociales de los 
mismos mexicanos de allá, y que despiertan el interés en esa gente, quienes 
 4
se han abierto camino en un medio muchas veces hostil y que si bien descubre 
un futuro incierto, a la larga parece ser muy promisorio para todos, pues se 
vislumbra la idea que ve en los lazos étnicos el punto de partida para la 
consolidación de su presencia política y la atención a sus necesidades vitales. 
 
1.2 ¿Mexico-americano vs Chicano? 
1.2.1 Según diversos autores. 
Para comenzar es preciso definir al mexico-americano. En este estudio 
el mexico-americano será entendido como un conjunto, teniendo para ello 
como punto de partida su origen. Es importante, pues esta definición será 
básica para poder entender la globalidad de adjetivos, como un solo elemento, 
minoría étnica o social y que algunos han dado en llamar o autonombrarse a sí 
mismos como chicanos, mexico-americanos, mexico-norteamericanos o 
simplemente mexicanos; lo que a la larga será el único vínculo de identidad. 
Son formas diferentes de llamarse, y que muchas veces tiene su raíz "… en las 
generaciones, lugar de residencia, niveles socioeconómicos y cultural y 
situación coyuntural."3 
La realidad es avasalladora, pues el grupo en si, se conforma por un 
sinnúmero de particularidades reflejadas en los apelativos que encuentran su 
punto de unión en el origen: México o lo mexicano. “O bien, todos pueden 
pertenecer a "la raza", un término que indica solidaridad étnica no así racial, y 
un sentido de destino común.”4 Y a este aspecto, se le agrega lo nacional, 
 
3 Cortazar Rodríguez, Francisco Javier, Chicanos y méxico-americanos en tres comunidades 
electrónicas, p. 2 http://www.cibersociedad.net/textos/articulo.php?art=15, 3 de Agosto de 2005. 
4 Meier, Matt S, y Feliciano Rivera, Los Chicanos, una historia de los mexico-americanos, DIANA, 1976, p. 15 
 
 5
donde el mexicano encuentra tal vez uno de los pocos, sino es que su único 
punto de unión siendo parte de la sociedad norteamericana. 
En este trabajo se utilizarán indistintamente los términos antes citados, 
pues lo importante aquí es la raíz originaria, lo que es “de este lado” y no 
precisamente los distintos aspectos sociológicos de los sobrenombres. A este 
respecto, se llega a un acercamiento con la definición de Meier y Rivera, 
quienes parten del hecho de que "Mexiconorteamericano no es de un modo 
claro la identificación usada y aceptada más ampliamente hoy en día."5 
O no lo era, si consideramos que los tiempos han cambiado mucho 
desde que esa opinión fue hecha. Pero tomándola desde el punto de vista 
histórico, es la designación que más se apega a nuestro fin, que es buscar el 
punto de encuentro entre todas las acepciones y posteriormente estudiar la 
participación política entre la gente de origen mexicano. 
La realidad nos dice que entre todos los grupos: mexico-americanos o 
mexicano-norteamericanos y demás conjuntos sociales, sólo existen diferentes 
posturas en cuanto a su orientación política y étnica hacia dentro del sistema; 
por un lado, el mexico-americano se asume como un ciudadano y pretende 
influir en el gobierno; por otra parte, el chicano de los Setentas, se asumía 
como un ente aparte dentro de un régimen político que según él lo limitaba y lo 
explotaba; sin embargo, ambos grupos tienen una idea muy clara, influir para 
su beneficio en el proceso político de los Estados Unidos. 
En este estudio no podría utilizarse el término chicano, pues tal vez éste 
haya sido ya superado por la heterogeneidad de los actores sociales y políticos 
que conforman esa mexicaneidad en los ciudadanos estadounidenses, o por 
 
5 Ibídem, p. 14 
 
 6
otra parte; tal vez sólo sea "... una reliquia que se guarda en los nombres de 
centros de investigación que se han vuelto más moderados al paso del tiempo, 
nunca fue el término preferido por más que una pequeña minoría de mexico-
norteamericanos."6; situados en los estados colindantes con México. 
 Tal vez en la actualidad este término haya adquirido otro énfasis o rol en 
la descripción de este grupo, ya que al estar ligados a aspectos más 
intelectuales se les identifica ya no por su trabajo político. 
 
"Los chicanos, por tratarse de un grupo social con una fuerte herencia cultural anclada en 
México, suelen preocuparse por los acontecimientos y eventos relacionados con su país de 
origen, o bien discuten las interrelaciones entre la cultura mexicana y americana o las 
vicisitudes de los chicanos en los Estados Unidos. Por otra parte, por tratarse de grupos 
intelectualizados, muchos de ellos investigadores universitarios, los chicanos […] no sólo 
discuten y cuestionan las versiones oficiales de las historias chicana, mexicana y americana, 
también la investigan: solicitan información sobre la participación de los chicanos en la I y la II 
Guerra Mundial junto al ejército americano, el significado del 5 de Mayo en Estados Unidos, 
comparan el Día de Muertos y Halloween, discuten sobre la mitología azteca, analizan las 
exposiciones sobre carteles históricos del Movimiento chicano de los años setenta, debaten 
alguna nueva biografía publicada en Estados Unidos sobre la vida de Sor Juana Inés de la 
Cruz, avisan de la emisión de timbres postales con el rostro de Frida Kalho por parte de la 
oficina postal americana, hablan de la restauración de los murales chicanos en Los Angeles o 
San Diego, hacen circular información sobre los desfiles de Low Riders, etc. Es decir, 
mantienen un diálogo permanente sobre las fuentes que conforman el conjunto de su identidad 
y su memoria colectiva como chicanos."7 
 
 Es decir, son los grupos intelectualizados, informados y estudiosos 
dentro del crisol étnico de ascendencia mexicana. En este sentido, no se 
puede considerar que éste término ya no siga siendo usado en la parte 
sudoeste de los Estados Unidos, donde es parte de una identidad, por ello no 
 
6 Hurtado, A. y C. Arce, "Mexicans, Chicanos, Mexican Americans, or Pochos,… ¿Qué somos? The impact of 
Language and Nativity on Ethnic Labeling", Aztlán, Vol. 17, number 1, Spring 1986, p. 123 
 
7 Cortazar Rodríguez, Op. Cit. p. 117
se puede pensar que ya no existan personas que se autonombren a sí mismas 
de tal manera: chicanos(as). 
Para llegar a una especificidad y claridad en el asunto sobre cómo definir 
a este grupo, acudimos a Ana Castillo Petersen, quién escribe: "... mexico-
americano es un término preferido en general por las clases medias y aquellos 
que no están involucrados en el proceso político; es una voz que dentro de sí 
recoge un pasado histórico concreto, lo mexicano."8 
De esta manera, para la ciudad de Chicago y noreste de los Estados 
Unidos, no relacionados con el movimiento Chicano, es un término que aporta 
lo específico de la búsqueda, lo mexicano. Ya que en la actualidad esta idea 
tiene un uso más amplio y no sólo tiene que ver con un estrato social y 
económico que lo usa, sino un conjunto de personas que desean rescatar una 
parte de su origen. Sobre todo, cuando vemos que numerosos actores 
políticos de varios estados de la Unión Americana se autonombran a si mismos 
como mexico-americanos o mexicano-norteamericanos (Ken Salazar), estando 
muy cercanos a lo político, a la participación política y al desarrollo de la misma 
en sus comunidades. 
El ejemplo específico de este uso y desuso existe en Chicago, en donde 
a lo largo de la estancia de investigación no se halló el apelativo, centros o 
grupos que se autonombrasen a sí mismos “chicanos”. Por otra parte, el mayor 
acercamiento con este concepto, estando en Chicago, es el que tuve al 
preguntar a los concejales de la ciudad o en el Centro de Estudios Hispanos de 
la Universidad de Notre Dame, donde ninguno se sintió o se identificó con el 
primer término, sucediendo lo contrario con el de "Mexico-americano". 
 
8 Castillo Petersen, Ana Cristina, Tesis de Licenciatura, Los Chicanos: Vínculos de acción con México, 
1989, UNAM, p. 3 
 8
La principal razón es que se ve a los chicanos como un grupo que se 
quedó apartado, rezagado, y que no ha propuesto alternativas de trabajo 
conjunto o que superen planteamientos originales de su grupo, y que cierran la 
puerta a otras alternativas y grupos. “...el problema que existe con eso, es que 
los que están atascados en el Movimiento Chicano no han crecido para 
desarrollar un plan, porque aparte de ser chicanos. ¿Cómo nos aliamos con los 
puertorriqueños, con los cubanos, ahora los dominicanos de Nueva York, para 
hacer un esfuerzo más grande, más efectivo? Hablamos del principio de lo 
etnocéntrico, de que aunque exista el nivel local, la gente queriendo ser 
mexicana, queriendo ser dominicana, queriendo ser puertorriqueños a nivel 
estatal y federal, tenemos que vernos como uno, como la comunidad latina que 
no sea del movimiento chicano.”9 
También, porque el término es visto como algo meramente de la 
frontera, de los trabajadores agrícolas que arribaron a esa región, y que dieron 
origen a un tipo de sociedad y/o “mexicano” muy especial, y que a partir de 
todas las dificultades que han tenido que sortear, han generado una actitud 
política y cultural muy definida (contestataria), hacia la sociedad 
estadounidense. Esta actitud no coincide en nada con las conductas y formas 
de asimilación de los mexicano-americanos de Chicago. 
Los mexicanos de Chicago, son gente que asimilada de una manera 
muy concreta. Se han insertado a trabajar en el área de los servicios de la 
ciudad, hablando ambos idiomas y buscando una integración a la vida de la 
misma. Tal vez esta integración no es del todo completa, porque aún existe 
segregación por parte de los anglosajones y los negros, los primeros los 
 
9 Para leer más sobre el tema, consultar las entrevistas a los consejales de la ciudad de Chicago realizadas 
por Hernández Calzada, Carlos, el 19 de julio de 2004, en el Anexo 1 de esta investigación. 
 9
relegan a los puestos operativos y a actividades técnicas y los segundos los 
desprecian por ser sus principales competidores, sin embargo el grado de 
tolerancia social y racial es más amplio si se compara con otras ciudades de la 
Unión Americana. 
En un principio, fueron personas que llegaron con los trenes y con las 
líneas férreas que iban abriéndose desde la frontera mexicana hacía el norte y 
occidente del país en los principios del siglo XX. No fueron nada iguales a los 
otros mexicanos que por su situación social y originaria no pudieron moverse 
de la frontera. Estos mexicanos se han asimilado más prontamente, y han 
podido mantener parte de su identidad gracias a la continua llegada de 
mexicanos y a la preparación que han tenido, es decir, que eran mexicanos 
más preparados,10 y listos a insertarse en la vida estadounidense. 
En cualquier caso, el origen de todos los términos como hemos visto 
antes es el que se antepone fuertemente, haciendo que la raíz de todo se 
concrete en un punto de encuentro y desencuentro, dentro de un sistema que 
para subsistir, exalta las diferencias de la misma manera, haciendo de las 
semejanzas una diferencia y vice versa. Ambas posturas son radicales, por un 
lado se busca entrar al sistema y por el otro se busca un espacio aparte, 
mientras que el sistema quiere la asimilación, al mismo tiempo separa y 
encasilla a los seres a partir del origen étnico. 
No obstante, este último elemento es el que tal vez sea más valido 
recoger, pues otorga a este estudio el alcance óptimo, ya que engloba al 
conjunto de personas que bajo distintos nombres participan en la vida social, 
cultural y política de los Estados Unidos, toda vez que no tenemos noticias de 
 
10 Entrevista realizada por Hernández Calzada, Carlos, Op. Cit.. Anexo 1. 
 
 10
candidatos que bajo el apelativo de chicano o mexico-americano se lancen a la 
búsqueda de una candidatura. Pero conviene tomar como base de nuestra 
categorización y objeto de estudio, su raíz étnica y ciudadana actual. 
En ese sentido, el mexicano de allá no siempre se reconoce como 
mexico-norteamericano o mexico-estadounidense, muchas veces sólo se 
identifica como “americano”, “mexicano de acá” o “americano con origen 
mexicano”. Esas son sus palabras para referirse a su identidad, a la propia 
concepción de sí mismos que está muy apegada a su ciudadanía y su lugar de 
residencia.11 
En este estado de las cosas en Chicago y para finalizar, se debe advertir 
que bien pueden existir asociaciones y/o grupos que en la actualidad tratan de 
englobar a las distintas nacionalidades partiendo de adjetivos como el de 
Hispano o Latino; en este trabajo lo que se pretende destacar es lo mexico-
americano, por su importancia y por los lazos históricos que tienen con México. 
Pero ante todo por su trascendencia futura en los Estados Unidos, es decir, esa 
raíz étnica a la que tal vez haya que poner mucha atención desde ahora. 
Ahora bien, para empezar a ver el caso concreto de los mexicanos en 
Chicago, es preciso dar un repaso general por las condiciones y aspectos 
centrales de la vida de los mexicano–estadounidenses en la Unión Americana, 
todo esto con el único fin de comprender un poco más a este grupo en su 
desarrollo social y las condiciones a que se han venido enfrentando y 
 
 
11 El mexicano-americano ha aprendido a ver su lugar en la sociedad estadounidense, si bien les gusta 
rescatar su origen étnico y cultural, este sólo les significa eso, un origen por el que no se apegan 
demasiado a posturas radicales o ideológicas, han aprendido a ser pragmáticos, y a ver al final del día, 
como diría el consejal del distrito 22 en Chicago, Ricardo Muñoz, a ver por si mismos, sin importar que el 
que gobierna es anglosajón o afroamericano, el chiste es que haya beneficios.11
enfrentan, para después pasar a las particularidades de la ciudad de Chicago y 
sus principales características como objeto de estudio. 
 
1.3 La Importancia dentro del espacio norteamericano. 
1.3.1 Desarrollo. 
La importancia de los mexico-americanos en los Estados Unidos radica 
en su número de población y las actividades que realizan en este país, entre 
las más comunes (fuera de la agricultura) está el ser empleado en el área de 
servicios, manufacturas, ensamblaje, reparaciones y transportación.12 
 Otros factores de importancia son que en el 2000 había en los Estados 
Unidos 20,640,711 millones de personas de origen mexicano,13 que 
conformaban una comunidad de gran importancia porque representaban el 
7.3% de la población total de los Estados Unidos, y junto con los latinos 
formaban el 12.5% de la población; agrupados como latinos eran el segundo 
grupo minoritario más numeroso de la Unión Americana. 
En el 2004 aumentaron una vez más su población, reafirmando la 
condición de primera minoría por encima de los negros (39.2 millones), con 
41.3 millones al primero de julio de 2004. Hoy en día, la población de origen 
mexicano que vive en los Estados Unidos se calcula en más de 29.1 millones 
de mexico-americanos14 (de nacionalidad estadounidense por nacimiento o por 
decisión), y que ejercen allá sus derechos de ciudadanía. 
 
12 US Census Bureau, U.S. Hispanic Population, Current Population Survey, marzo de 2000-2002, p. 17. 
13 Hernández, Jesús, “Racismo, factor de unidad política del mexicano en EU”, en El Financiero, 
miércoles 17 de mayo de 2000, p. 45 
 
14 http://www.census.gov/Press-Release/www/releases/archives/population/005169.html, 28 de agosto de 
2005. 
 12
A principios de los noventa su capacidad de consumo, junto con otros 
grupos latinos, era de entre 350 y 375 mil millones de dólares anuales,15 por lo 
que representa un importante mercado, y no sólo un importante sector de mano 
de obra. En el 2000 alcanzaron una capacidad de consumo de 452.4 mil 
millones de dólares16, en la actualidad dicha capacidad se estima en alrededor 
de los 653 mil millones de dólares17, casi el doble que a principios de los 
noventa. 
Por si fuera poco, conforman más de 3,000 organizaciones comunitarias 
no lucrativas, dedicadas a actividades comerciales, políticas y de servicio social 
y hay más de 4000 funcionarios electos de origen mexicano e hispano en todos 
los niveles de gobierno y en el ámbito legislativo.”18 
Como se ha visto previamente, la formación de esta comunidad es 
producto de un proceso que comenzó hace más de 150 años, que continúa 
hasta la fecha y que no va a detenerse. Posiblemente, podría formalizarse con 
el establecimiento de un mecanismo de integración o de libre paso entre los 
ciudadanos de Estados Unidos y México, porque la realidad es que este es un 
proceso que no tendrá fin. 
Esta comunidad seguirá creciendo, debido principalmente a la alta tasa 
de natalidad de esa población, pero también porque los flujos migratorios al 
vecino país son difíciles de frenar, por una razón principal, un amplio grupo de 
 
15 http://www.census.gov, 28 de enero de 2005. 
16 González, Erika & Esther González. “The Hispanic Market in the western United States”, en Voices of 
Mexico, Num. 60, Jul-Sept., 2002, p. 61 
17 Humphreys, Jeffrey M., “The multicultural economy 2003 (America’s minority buying power.)”, en 
Georgia Business and Economic Conditions, Center for Economic Growth, Terry College of Business, 
Vol. 63, Num. 2, Second Quarter 2003, p. 6. 
 
18 Orozco, Graciela, Importancia de la comunidad mexicana en Estados Unidos, 
www.fsma.com.mx/296.htm, 24 de enero de 2002. 
 13
gente con raíces mexicanas que están en el otro país en forma de cadenas 
familiares que alientan la migración. 
Sumado a lo anterior, existe la asimetría entre las economías de México 
y de Estados Unidos; la enorme frontera que comparten ambos países; los 
patrones de conducta arraigados en ciertas localidades y, naturalmente, la 
incapacidad del gobierno mexicano para ofrecer trabajo a la población de su 
país. Y de esta manera, al mantener abierta “la puerta trasera”, sirve de válvula 
de escape a la inestabilidad social que podría generarse por la falta de empleo 
y bienestar en el propio país. 
La participación y protagonismo de esta minoría no son nuevos, su 
desarrollo comienza desde finales de los sesenta y principios de los setenta. 
“Durante el Movimiento Chicano de los años sesenta, en el entorno de la lucha 
en pro de los derechos civiles iniciada por los negros, los mexico-americanos 
se unieron para exigir la igualdad de oportunidades a que tienen derecho. 
Lograron mayor acceso a las universidades, se desarrollaron en forma 
dinámica en todos lo campos y cuentan actualmente con múltiples 
organizaciones.“ 
“Se han educado en inglés, han luchado en varias guerras defendiendo 
los ideales de su nación, pero la identidad cultural mexicana es tan fuerte, que 
así sean de séptima u octava generación en aquel país, una gran mayoría se 
identifican con sus raíces y conservan el orgullo por sus orígenes”.19 Ejemplo 
de esto podría ser Sylvia Puente, directora de The Metropolitan Chicago 
Initiative, de la Universidad de Notre Dame. Al hablar de su abuelo, se refirió a 
él como un mexicano que fundó un pueblo en Texas; historia y lenguaje que 
 
19 Ibídem, p. 2 
 
 14
son parte de su identidad, la cual para nada identifica con lo chicano, tal vez se 
sienta más texana pero valora mucho lo mexicano y el español como su 
segunda lengua. 
Por otra parte, la expansión por Estados Unidos, radica en el modo por 
el que han podido distribuirse, proceso que nace de las redes familiares y de 
los lugares de origen. Anteriormente su principal destino era California, 
después Texas y el resto de los estados del sudoeste, aunque en la actualidad 
han formado concentraciones importantes en Illinois y Nueva York por nombrar 
algunos estados del norte de la Unión Americana. “En 1990 California 
concentraba al 57.9% de la población migrante, el año 2000 tan sólo al 42.81% 
y en el 2004 al 43%”20. [El nivel de concentración en los estados del sudoeste 
y principalmente en California ha disminuido en casi 15 puntos porcentuales]. 
“Los factores que explican este cambio en la distribución geográfica de 
la migración mexicana son: Los procesos de legalización, saturación de 
mercado de trabajo angelino, apertura de nuevos mercados de trabajo, mejores 
oportunidades salariales, mejor oferta educativa, menores gastos de vivienda y 
mayor seguridad. (Lo que los hizo moverse a otras ciudades como) Atlanta, Las 
Vegas, Salt Lake City, Denver y Miami (o a explorar oportunidades en otros 
estados) Arkansas, Oklahoma, Nueva Jersey, Carolina del Norte y Virginia.”21 
 
1.3.2 Crecimiento. 
La importancia que tienen hoy en día los mexicano-norteamericanos en 
Estados Unidos puede estudiarse desde diversas perspectivas en las cuales es 
 
20 García Castillo, Karyna y Armando Robinson, “Mexicanos en USA”, en Voz y Voto, Núm., 142, 
diciembre de 2004, México, p. 19. 
21 Durand, Jorge, Adiós, California, farewell, www.jornada.unam.mx, 22 de diciembre de 2002. 
 
 15
evidente que se han convertido en verdaderos influyentes; como en lo 
económico, político y cultural, pero sobre todo en lo numérico. En un principio 
los mexicano-norteamericanos eran aquellos mexicanos que se habían 
quedado en los territorios arrebatados a México por Estados Unidos y cuyo 
número no era mayor a cien mil personas. Este número originario de personas 
no ha dado muestras de disminuir sino que ha crecido. 
En un principio, la población de mexicanos en Estados Unidos, sin 
contar aún con losinmigrantes, crecía relativamente a pesar de que hubo unos 
miles que decidieron venir a suelo mexicano una vez que se sintieron 
extranjeros en su propia tierra. Sólo en Nuevo México, la población originaria 
pudo cimentarse y conservar sus tierras y privilegios gracias a las alianzas que 
hicieron con los nuevos colonizadores. 
Así, de 1850 a 1900 la población de origen mexicano en Estados Unidos 
apenas había aumentado un 0.4%, es decir, que de ser 100 mil personas 
crecieron a un número aproximado de 500 mil, que seguían dedicándose 
principalmente a la cría de ganado. 
En un principio las leyes también fueron una motivación para el 
estancamiento del número de ciudadanos de origen mexicano, ya que después 
de la ley de 1851, “... que exigía que todos los concesionarios comparecieran 
ante una Junta de Comisiones Rurales dentro de un periodo fijo y que 
aprobarán sus títulos...”,22 muchos perdieron sus tierras y los campos en que 
pastaba su ganado. 
Estados como California y Nuevo México, y sobre todo los mexicanos, 
se vieron dañados por las legislaciones que discriminaban y abrían paso al 
 
22 Meier, Matt y Feliciano Rivera. Op. Cit., p. 89 
 
 16
robo, orillándolos a la venta de sus tierras o de plano a la confiscación de las 
mismas, empujándolos también a laborar en tareas agrícolas pues la cría de 
ganado sin grandes extensiones de tierra era imposible. 
Los mexicanos comunes se quedaron solos en su propia tierra, pues con 
la llegada de los nuevos dueños del territorio “la mayor parte del anterior 
liderazgo político y civil huyó a México [y] gran parte del personal religioso 
también se fue”,23 dejando a merced de los nuevos colonos la vida de la región. 
En los años posteriores y cerca del final del siglo XIX, la industrialización 
del suroeste atrajo trabajadores, así como campesinos que fueron requeridos 
desde entonces para la siembra y cosecha de los campos. “El crecimiento 
decenal de los inmigrantes en la década de 1880 -1900 fue todavía de dos 
dígitos, 16 mil, mientras que en la década siguiente fue de tres, 119, siete 
veces más”.24 
Las siguientes dos décadas son importantes para comprender el 
desarrollo de los mexicano-americanos en Estados Unidos, por un lado, los 
ferrocarriles atrajeron y llevaron a los trabajadores más allá del antiguo territorio 
mexicano y “empezaron a desplazarse hacia Illinois y otros estados”.25 Por otro 
lado, la Revolución Mexicana expulsó a grupos importantes de mexicanos 
hacia el norte, en busca de mayor seguridad; estas personas eran “...de clase 
media y alta, ambos factores empujaron a casi medio millón...”26 de mexicanos 
a emigrar a la Unión Americana. 
Al finalizar la primera mitad del siglo XX, y con la Segunda Guerra 
Mundial en pleno apogeo, se inicia un segundo proceso de reafirmación de la 
 
23 Arias, David, Las raíces hispanas de los Estados Unidos, MAPFRE, España, 1992, p. 88 
24 Díaz de Cossío, Roger, Op. Cit., p. 20 
25 Ibíd. 
26 Ibíd. 
 17
presencia de los mexicano-americanos en el territorio estadounidense, pues la 
escasez de mano de obra obligó al gobierno norteamericano a buscarla en los 
inmigrantes y sobre todo en los mexicanos; comienza así otra vez el flujo hacia 
el norte, originando “el movimiento bracero”. David Arias escribe que en ese 
entonces “Se pensaba que este programa sería algo temporal y que, una vez 
terminada la guerra, los jóvenes regresarían a continuar sus labores antiguas”; 
pero no fue así, porque muchos prefirieron otro tipo de trabajo. “Entonces, los 
empleadores, ante esta perspectiva y motivados por la mano de obra barata 
que estos braceros les proporcionaban, continuaron contando con ellos.”27 
El Programa Bracero entre los gobiernos norteamericano y mexicano 
consistió en “...contratar trabajadores del campo para laborar en Estados 
Unidos [y] duró 22 años, de 1942 a 1964, estimuló en gran medida la partida de 
mexicanos al otro lado de la frontera norte.”28 Los datos muestran que tan sólo 
“...en 1950, la cifra de mexicanos aumentó en 600 mil, lo que colocó el total de 
personas de origen mexicano en 2 millones 573 mil; en 1970 el número llega a 
5 millones 422 mil personas.”29 
Como ya se dijo anteriormente, la mayoría de los mexicanos que 
partieron en los años del Programa Bracero, no volvieron a México sino, que se 
establecieron y formaron familias, consolidándose así la presencia de los 
mexicanos al otro lado de la frontera en una de las migraciones más 
importantes de la historia entre ambos países. La duplicación del número de 
personas de origen mexicano en sólo 10 años apoya esta idea. 
 
27 Arias, David, Op. Cit., p. 89 
28 Díaz de Cossío, Roger, Op. Cit., p. 23 
29 Ibidem, p. 25 
 
 18
Los aliados de esta presencia de los mexicano-norteamericanos en 
Estados Unidos han sido la emigración y las leyes de amnistía que han 
permitido que los mexicanos que se aventuran a irse puedan permanecer 
definitivamente allá. En 1986 se aprobó una ley conocida como Simpson-
Rodino (Immigration Reform and Control Act, IRCA), que regularizaba la 
situación migratoria de todos los que hubieran llegado antes de 1982. 
En 1990 se contabilizaron 17.4 millones de personas de origen 
mexicano, pero de esta cifra sólo 14.1 millones de personas eran ciudadanas. 
“En el 2000, la población de mexicano-norteamericanos es de 20 millones.”30 
En la actualidad el número es mayor en varios millones más. Estos datos nos 
muestran la importancia que tiene el mexicano-americano en la vida 
estadounidense, pues tanto numérica como económica, política y socialmente, 
su actuación va adquiriendo protagonismo en los Estados Unidos. 
La siguiente tabla muestra el desenvolvimiento numérico de la población 
en los últimos 14 años. Es interesante observar que los mexicanos duplican su 
cantidad cada diez años. Sin embargo, en los cuatro años anteriores su 
número ha crecido en 5 millones; si continúa su crecimiento exponencial, para 
el año 2010 podrían alcanzar los 40 millones, más de lo que actualmente son 
en conjunto los hispanos. 
 
 
 
 
 
 
30 Guzmán, Betsy, La Población Hispana, US Census Bureau, julio, 2001, p. 2 
 
 19
TABLA 1 
CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN HISPANA DE ORIGEN MEXICANO DE 1990 A 
2004 
Año Cantidad en millones Porcentaje entre los hispanos Crecimiento %
1990 13.5 61.2 54.4 
2000 20.6 58.5 52.9 
2004 29.1 72.57 41.3 
 
Fuentes: Elaboración propia a partir de datos de US Departament of Comerce. Bureau of the Census, Informe 
hispano. Census 2000 Paints Statisticals Portrait of the Nation’s Hispanic Population; We, the American 
Hispanics. US Departament of Comerce. Reporte Suplementario. La Población Hispana; US Departament of 
Comerce. 
 
1.3.3 Ubicación y distribución en los Estados Unidos 
La ubicación de los mexico-americanos en el territorio estadounidense 
es totalmente dispar, ya que en sólo seis estados (California, Texas, Illinois, 
Arizona, Nuevo México y Colorado), se concentra más de la mitad de la 
población total y hay otros lugares que apenas alojan unos miles. 
“Diez estados de los 52 albergan al 92 por ciento de la población y, más 
aún, tan sólo dos, California y Texas agrupaban en 1990 al 74 por ciento del 
total.”31 En el 2000 ambos estados poseían el 60.9 por ciento, lo que significa, 
junto con el crecimiento numérico de la población, que los mexico-americanos 
se están desplazando por otros estados y regiones de la unión americana, 
llegando al norte, por ejemplo Illinois donde según la oficina del Censo del 
Gobierno de Estados Unidos, en 2003 había 1,331,721 mexicano-americanos; 
o Nueva York, Nueva Jersey, Carolina de Norte o Washington, donde ya hay 
comunidades importantes de mexicano-americanos.Esto es de trascendencia para el futuro, porque en los estados de mayor 
congregación, la población de origen mexicano será decisiva para cualquier 
 
31 Díaz de Cossío, Roger, Op. Cit., p. 262 
 20
elección pues podrían llegar a agrupar la mitad del voto en los estados más 
importantes de los Estados Unidos. 
En 1990 existían poco más de 1.1 millones de mexico-americanos (el 
ocho por ciento del total) distribuidos en 42 estados. Para el 2000 la tendencia 
comienza a invertirse, el 39.1% de gente con origen mexicano de la población 
se divide en los estados clásicos (suroeste) y el resto se divide en los demás 
estados del país. 
Los mexicanos han extendido sus redes a otros lugares que antes eran 
impensables. “Existen asentamientos numerosos, de decenas de miles, en 
Alaska, Arkansas, Oklahoma, Ohio, Georgia, Oregón, Utah, Kansas, 
Pensilvania y Carolina de Sur, entre otros estados.”32 
En la actualidad, el mexico-americano se ha extendido todavía más a lo 
largo y ancho del territorio estadounidense, pues a la vez que ha aumentado su 
número en algunas ciudades, en otras ha hecho acto de presencia por primera 
vez y en grandes números, al tiempo que también ha llegado como migrante 
documentado con la idea de algún día ser ciudadano. Lo anterior o mejor 
dicho, esta distribución de la presencia con raíz mexicana se muestra en la 
siguiente tabla, sobre cómo a lo largo de las dos décadas pasadas, el aumento 
de la población ha sido una constante y sus números son muestra de ello: 
 
 
 
 
 
 
 
32 Ibidem, p. 263 
 21
TABLA 2 
DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN DE ORIGEN MEXICANO 1990, 2000 y 
2004. 
(porcentajes de 13.5, 20.6 y 41.3 millones de personas hispanas 
respectivamente) 
Estados 1990 
 
% 13.5 mill. Estados 2000 % 20.6 mill. Estados 2004 % 26.4 mill.
California 45 California 41 California 30.1 
Texas 29 Texas 24.2 Texas 18.8 
Illinois 5 Illinois 5.3 Nueva York 7.1 
Arizona 5 Nueva Jersey 4.9 Illinois 4.1 
Nueva Jersey 3.1 Arizona 4.8 Florida 3.7 
Nuevo México 2 Colorado 2.1 Arizona 3.7 
Colorado 2 Florida 1.7 Nueva Jersey 3.1 
Florida 1 Nuevo México 1.6 Colorado 2.1 
Washington 1 Washington 1.5 Nuevo México 1.9 
Michigan 1 Nueva York 1.2 Georgia 1.4 
Nueva York 1 Michigan 1 Nevada 1.2 
Resto de EEUU 4.9 Resto de EEUU 10.7 Washington 1.2 
 Carolina del Norte 1.2 
 Resto de EEUU 20.4 
 
Fuente: Elaboración propia con datos del U.S. Census Buro, Census 1990, 2000 y 2004. Hispanic or 
Latino Origin for the United States, Regions, Divisions, States, and for Puerto Rico. 
 
Este aumento y dispersión de la población estadounidense de origen 
mexicano en Estados Unidos, se puede apreciar mejor en los siguientes mapas 
y gráficas, que detallan de una manera clara el crecimiento y desconcentración 
en algunos estados y su expansión a lo largo de la geografía norteamericana. 
Es interesante destacar la dispersión que ha sufrido la presencia mexico-
americana hacía el este. Haciéndose presentes en lugares donde la población 
era típicamente anglosajona, como Georgia o Carolina del Norte. O 
reafirmando la presencia que de una manera incipiente comenzó hace más de 
diez años en estados como Nueva Jersey y Nevada. 
 
 
 
 22
MAPA 1 
MAPAS CON LA CONCENTRACIÓN PORCENTUAL DE LOS MEXICO-
AMERICANOS EN LOS ESTADOS UNIDOS. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Distribución en el año de 1990 de los mexico-americanos en territorio estadounidense. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Distribución en el año 2000 de los mexico-americanos en el territorio estadounidense. 
 
Fuente: U.S. Census Bureau, American FactFinder, Tematic Maps, Percent of Persons Who are 
Mexican: 1990 & 2000. http://factfinder.census.gov/servlet/ThematicMapFramesetServlet, 23 de Junio 
de 2003. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Porcentaje de 
Concentración de la 
Población Hispana
0.1 - 0.9 
1.0 - 2.0 
3.0 - 5.5 
7.1 - 8.6 
16.8 - 22.9 
 
Porcentaje de 
Concentración de la 
Población Hispana 
0.2 - 1.4 
1.6 - 3.4 
3.8 - 6.3 
9.2 - 14.3 
18.1 - 25.0 
 
 23
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Buró del Censo, años 1990, 2000 y 2004. 
 
GRÁFICA 2 
PORCENTAJE DE MEXICO-AMERICANOS EN 1990 
California
45%
Texas
29%
Nueva Jersey
3.1%
Colorado
2%Florida
1%
Washington
1%
Nuevo México
2%
Michigan
1%
Nueva York
1%
Arizona
5%
Iilinois
5%Resto de E.E.U.U
4.9%
PORCENTAJE DE MEXICO-AMERICANOS EN EL 2000
Resto de EEUU
11%
Texas
24.2%
Michigan
1%
California
41%
Nueva York
1.2%
Illinois
5.3%
Florida
1.7%
Washington
1.5%
Nuevo México
1.6%
Arizona
4.8%
Nueva Jersey
4.9%
Colorado
2.1%
GRÁFICA 1 
PORCENTAJE DE MEXICO-AMERICANOS EN EL 2004
Carolina del Norte
1.2%
Resto de EEUU
20.4%
Washington
1.2%
Texas
18.8%
Nevada
1.2%
California
30.1%
Georgia
1.4%
Nueva York
7.1%
Colorado
2.1%
Nuevo México
1.9%
Arizona
3.7%
Florida
3.7%
Illinois
4.1%
Nueva Jersey
3.1%
GRÁFICA 3 
 24
1.3.4 La educación y su relación política. 
Las sociedades modernas miden su nivel de desarrollo en función del 
nivel educativo de sus miembros, a esto se le añade su nivel de ingreso y su 
consecuente calidad de vida. La población de origen mexicano (aún dentro de 
los mismos latinos) es la que en suma posee los niveles más bajos en todas las 
anteriores categorías y por ende es la que tiene una menor incidencia en la 
vida política y social de los Estados Unidos. 
Los mexico-americanos, junto con el resto de los hispanos, constituyen 
el sector de la sociedad norteamericana con más bajo nivel educativo. Es 
ejemplificativo el hecho que la población de 25 años en adelante solamente 
haya terminado la secundaria.33 
Esto puede deberse a que las condiciones educativas que han 
enfrentado estos grupos en Estados Unidos han sido desventajosas a lo largo 
de la historia. En el espacio norteamericano existen factores ideológicos y 
políticos que han influido de manera determinante, como el rechazo al migrante 
y a su idioma; y a aspectos socioeconómicos aunados a cuestiones legales, así 
como problemas del propio sistema educativo, que se conjugan para formar 
una difícil situación educativa para este grupo. 
Los hispanos y por ende, los mexicanos, se caracterizan por su 
juventud: “24 años de edad promedio. En el 2000, 35.7 por ciento de la 
población hispana tiene menos de 18 años, pero los ciudadanos de origen 
mexicano son los que poseen el índice más alto de menores de 18 años con el 
38.4 de su población.” 34 
 
33 US Census Bureau. Ethnic and Hispanic Statistics Branch, Current Population Survey, March 2000, 
p. 14. 
34 Ibídem, p. 4, 6. 
 25
Teniendo en cuenta que la educación es el mecanismo de movilidad 
social por excelencia, es previsible que por el bajo nivel educativo de los 
Hispanos en general, se les condenara a realizar los trabajos peor 
remunerados, por tanto la pobreza es una determinante en la vida cotidiana de 
un hispano y sobre todo de un mexico-americano, siendo éstos los peor 
remunerados. “En 1999, 22.8 por ciento de los hispanos vivían en la pobreza, 
comparado con el 7.7 por ciento de los anglosajones. El 30.3 por ciento de los 
niños hispanos o menores de 18 años viven en el nivel de la pobreza, contra el 
9.4 por ciento del resto de la población.”35 Como lo muestra la siguiente tabla: 
TABLA 3 
PORCENTAJES DE POBREZA Y DE EDAD ENTRE LATINOS Y ANGLOSAJONES, 
1999. 
 
 
POBREZA 
 
% -18 AÑOS 
HISPANOS 22.8 30.3 
ANGLOSAJONES 7.7 9.4 
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Buró del Censo. 
 
Estos elementos al relacionarse entre sí, es decir, la amplia participación 
laboral de esta minoría y el más alto crecimiento poblacional del país, 
proyectan un grave futuro para este grupo. Se puedeprever que a la larga, la 
situación continuará siendo muy difícil para los Hispanos, pues de poco servirá 
tener una participación económica fuerte, si no se cuenta con un recurso 
humano, con gente capacitada para tomar decisiones y asumir el poder, y 
mucho menos con una mayoría que no tendrá los medios para llegar a 
posicionarse en otro estrato social. Y esto es, que los mexicanos llevan una 
 
35 Ibídem. 
 26
gran desventaja como Hispanos, al ser grupo más golpeado educativa y 
económicamente. 
Por otra parte, si analizamos el sistema educativo norteamericano, se 
descubrirá que es distinto al mexicano, porque la Constitución estadounidense 
no señala a la educación como una responsabilidad de los poderes federales. 
De acuerdo con lo anterior, y con la Décima Enmienda, cada estado tiene el 
derecho y la responsabilidad de organizar y dirigir su sistema educativo en 
forma autónoma, siempre dentro de las garantías constitucionales que 
amparan los derechos y las prerrogativas de los ciudadanos.36 
De este modo, el sistema educativo se halla descentralizado, y cada 
núcleo de poder, es decir, estado, condado, municipio y distrito poseen 
políticas y características diversas. Lo único que compete al poder público 
federal es determinar políticas educativas de interés general y salvaguardar el 
derecho a la educación pública gratuita. Por esto han tenido en muchas de las 
ocasiones la imposibilidad de educarse, porque en general los Latinos no 
hablan desde el inició el inglés y han tenido que promover la apertura de 
escuelas que enseñen en español y luego en inglés. 
El 8 de diciembre de 2002, el presidente de los Estados Unidos, George 
W. Bush, sancionó la ley "No Child Left Behind" ("Que ningún niño se quede 
atrás"). En síntesis, esta reforma permite a un niño ser evaluado en español 
durante 3 años, y si lo requiere por su deficiente conocimiento del inglés, puede 
ser evaluado 2 años más en español.37 
 
36 Amendment X. “The powers of the United States by the Constitution, nor prohibited by it to the States, 
are reserved to the States respectively, or to the people.”, en The Constitution of the United States, p. 
24 
37 Hernández Ferrier, María, La Enseñanza Bilingüe en EEUU Política y enseñanza bilingüe, Centro 
Virtual Cervantes, http://cvc.cervantes.es/obref/espanol_eeuu/bilingue/mhernandez.htm 3 de noviembre 
de 2005. 
 
 27
Este hecho, siempre había sido marcado como uno de los principales 
obstáculos para la educación de los mexico-americanos, es decir, la educación 
monolingüe o el English Only. El asunto aquí, es que los hispanos quieren 
participar activamente y gobernar en un país con una cantidad considerable de 
gente que sólo habla inglés, por ello han tenido que esforzarse y aprender el 
idioma. Pero dicha tendencia esta cambiando, y no sólo los latinos lo hacen, 
también los anglosajones quieren aprender español. 
En el presente, y gracias a los esfuerzos de los grupos hispanos, se 
facilita aprender a hablar y escribir en la lengua materna (español), y de esta 
manera los niños son introducidos más fácilmente en la comprensión de la 
gramática y la forma de pensar el idioma inglés. 
Conforme ha transcurrido el tiempo, la cantidad de hispanos es mayor, y 
con ello la educación bilingüe ya no es vista por el anglosajón como un 
problema de pérdida de la identidad, pero continúa ocurriendo. Sin embargo, lo 
más importante hoy en día es la riqueza cultural y la importancia que aporta el 
español a la vida política y social norteamericana, prueba de ello son el número 
de canales televisivos, emisoras de radio y campañas publicitarias que se 
transmiten y se hacen en español. 
Sin embargo, académicamente y en comparación a los otros grupos de 
latinos y con respecto de la población en general, los mexicanos de 25 años o 
más, sólo alcanzan a obtener un diploma de secundaria, siendo el nivel más 
bajo de la población en tanto que los cubanos de la misma edad tienen el más 
alto nivel de estudios, con licenciaturas o grados escolares mayores. 
 
 
 
 28
Por otro lado, pero en el mismo matiz, “...los mexicanos tienen el nivel 
más alto de gente con menos del 9º grado de educación básica completado, 
con el 32.3 por ciento; siguiéndoles los centro y sudamericanos con 22.3, los 
cubanos con 18.1, los puertorriqueños con 17.5, el resto de los hispanos con 
27.3 y por último los anglosajones con apenas el 4.2 por ciento del total. Los 
grados de licenciatura se hallan más entre la población anglosajona, con un 
28.1 por ciento; les siguen los cubanos con 23, los centro y sudamericanos con 
17.4, los puertorriqueños con 13, el resto de los hispanos con 10.6 y los 
mexicanos ocupan una vez más el último lugar, con 6.9 por ciento del total.”38 
 Las gráficas que a continuación se muestran pueden ilustratan este 
hecho, donde el mexico-americano se encuentra a la zaga en todos los niveles 
educativos de la población estadounidense. La primera gráfica muestra un 
comparativo entre la población anglosajona con respecto a los hispanos. 
GRÁFICA 4 
Fuente: US Census Bureau. Ethnic and Hispanic Statistics Branch, marzo 2000. 
 
38 US Census Bureau. Ethnic and Hispanic Statistics Branch, Current Population Survey, March 2000, 
PGP-4, p. 14 
27.3
4.2
15.7
7.3
27.9 34.1 29.1
54.4
0
10
20
30
40
50
60
Menos del noveno
grado
Del 9o al 12o (grado
sin diploma)
Graduado de
preparatoria
Más que preparatoria
Nivel educativo por origen racial: 2000
(Población de 25 años y más)
Hispanos Anglosajones
 29
En las dos siguientes gráficas se comparan los niveles educativos entre 
las comunidades hispanas, mismas que denotan una vez más el nivel bajo de 
educación que poseen los mexico-americanos con respecto a los otros grupos 
hispanos de los Estados Unidos. 
Las causas pueden ser muchas, la pobreza y el continuo arribo de 
inmigrantes con escaso nivel educativo y con todas las carencias imaginables 
no permiten tener una medida estable de la población con un nivel educativo 
aceptable para los requerimientos de esta sociedad. 
GRÁFICA 5 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fuente: Buró del Censo. Ethnic and Hispanic Statistics Branch, marzo 2000. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
27.3%
32.3%
17.5%
18.1%
22.3%
4.2%
0
5
10
15
20
25
30
35
Hspanos Mexicanos Puertorriqueños Cubanos Centro y
Sudamericanos
Anglosajones
Población de origen hispano con menos de secundaria completada: 2000. 
(Población de 25 años y más)
 30
GRÁFICA 6 
 
Fuente: Buró del Censo. Ethnic and Hispanic Statistics Branch, marzo 2000. 
 
Una vez vista y analizada la información anterior, podría pensarse que 
cualquier sentimiento optimista que pueda mostrarse respecto al futuro de los 
mexicano-norteamericanos, debe apoyarse en la transformación demográfica, 
tanto grupal como hispana, del fenómeno de la latinoamericanización de 
Estados Unidos. 
Por estás mismas cuestiones, si la situación de la gran mayoría de 
mexico-americanos quienes no logran alcanzar un nivel económico satisfactorio 
cambiase, podría impactar por su importancia en el resto del grupo. Las 
causas que lo impiden pueden ser: “la falta de educación y el abandono escolar 
que adquieren proporciones críticas.”39 
Al hablar del aspecto educativo en esta minoría, podemos darnos cuenta 
por qué este grupo está subrepresentado, ya que en menos del 10% de los 
niveles escolares hallamos a los mexicano-americanos, por no mencionar al 
subconjunto en general. 
 
39 Ibíd. 
10.6
6.9
13
23
17.4
28.10
5
10
15
20
25
30
Hispanos Mexicanos Puertorriqueños Cubanos Centro y
sudamericanos
Anglosajones
Población de origen hispano con Título de Licenciatura o mayor: 2000
 31
La Universidad debería ser la meta, el lugar para formar los líderes que 
se hagan cargo de los asuntos de la comunidad, pero “... el grupo hispano, con 
una tasa de crecimiento cuatro veces mayor al promedio nacional y una edad 
promedio de 24 años, está subrepresentado [en todo el país] en el nivel de la 
educación superior, con un 6.8 por ciento, de una matrícula de 14,700 
estudiantes, es decir, 955.5 individuos.”40 
A grandes rasgos, todos los datos anteriores dan una idea de las 
desventajas a las que se enfrentan los hispanos en conjunto y los mexicanos 
en especial, pero esto tendrá una mejor explicación al entrar a estudiar el 
aspecto económico de los mexico-americanos y su desarrollo. 
Para finalizar este apartado, podría decirse como advertencia que 
mientras los mexico-americanos no completen su total inserción al ámbito 
estadounidense, este rubro seguirá siendo su principal desventaja y la mayor 
generadora de diferencias con respecto de las demás minorías y subgrupos de 
hispanos. 
 
1.3.5 Importancia económica. 
Los mexicanos de Estados Unidos ya no son solamente la mano de obra 
o el sector social que se dedica a las labores más bajas o peor pagadas del 
país. Por su importancia numérica y su poder adquisitivo se han convertido en 
un mercado importantísimo no sólo para los anglosajones, sino para las 
mismas personas de la comunidad que ahora han volteado la mirada a ese 
importante número de consumidores que día a día hacen compras por millones 
de dólares. 
 
40 Hernández, Jesús, Op. Cit., p. 45 
 32
En otras palabras, la minoría hispana, y en especial los mexicanos, han 
adquirido un dinamismo comercial importante para el mercado interno de los 
Estados Unidos. “En un sentido figurado, han venido a ponerle la salsa al 
asunto, pues en conjunto constituyen un poderoso mercado consumidor con 
cerca de 653 mil millones de dólares en compras anualmente.”41 
Los agentes que han hecho posible este desarrollo son muy variados, 
pero en ellos podemos ver factores como el básico que es la necesidad del 
consumo para la subsistencia, hasta el hecho de que los mexicanos, como la 
mayoría del grupo Latino, han repetido los mismos patrones culturales y 
alimenticios casi en cada lugar en que se encuentran. 
El mexico-americano se integra, ha decidido permanecer en los Estados 
Unidos, con muchas de las condiciones que allá se le ofrecen y a las que ha 
tenido que adecuarse, pero también lo hace a su manera. “Han mantenido 
sus patrones culturales, costumbres, tradiciones y lenguaje. Todos estos son 
lo que ha permitido una continua migración a Estados Unidos y da a esta 
población características especificas, necesidades y hábitos de consumo.”42 
El número de hispanos, y en consecuencia de mexicano-americanos no 
son suficientes para explicar la importancia económica del mercado. “Ésta 
también radica en el ingreso, poder de compra y número de negocios, los 
cuales se han incrementado en los últimos diez años. Junto con los afro-
americanos ocupan los niveles de ingreso más bajos, casi similares en cuanto 
a ello, pero con respecto a los anglosajones y a las personas de origen 
asiático, su poder económico es mucho muy bajo.”43 
 
41 Humphreys, Jeffrey M, Op. Cit., p. 3. 
 
42 Ibíd. 
43 Ibíd. 
 33
1.3.6 Las organizaciones políticas en la década de los noventa. 
El principio básico de todo conjunto político son los grupos sociales; en 
este sentido, la tradición mexicana en Estados Unidos tiene su origen en las 
organizaciones mutualistas. Históricamente, las organizaciones mexicanas, y 
las latinas en general, se han formado con el objetivo de luchar y defender sus 
derechos entre otros fines, pero pocas han sido las que han mirado hacia 
delante y han visto el poder político como medio para hacerse oír. 
Básicamente se han conformado como asociaciones deportivas o 
clubes por estado o pueblo de origen, siendo semejantes en cuanto a objetivos 
a las organizaciones mutualistas de principios de siglo XX, pues su fin primario 
es el apoyo a personas con problemas económicos y asistenciales. 
No hay institución de este tipo en Estados Unidos que no sobreviva sin 
las aportaciones voluntarias de sus agremiados. Entre los mexicanos, las 
aportaciones son en un principio en especie, es decir, “...con trabajo; segundo, 
de donativos locales y específicos obtenidos por lo general de reuniones 
anuales, funciones, cenas; tercero, de fondos públicos municipales, estatales o 
federales, y cuarto, de donativos y apoyos específicos de fundaciones y 
empresas.”44 
Siempre estas aportaciones tienen un fin social, o un beneficio para la 
comunidad. No hay un fin mayor, que el de utilizar los recursos para una fiesta 
o celebración, ya sea como en el 16 de septiembre o el 5 de mayo, por 
ejemplo. En este tipo de agrupaciones no hay más allá, no se fija en sus fines 
agruparse políticamente, o aún no está contemplado en todas las 
organizaciones. 
 
44 Díaz de Cossío, Roger, Op. Cit., p. 80 
 34
Los mexico-americanos que quieren entrar a la vida política tienen que ir 
en busca de una agrupación de ese tipo, la cual desde su origen nace como 
promotora de los derechos civiles, o bien deben ir a agruparse entre los 
partidos tradicionales. 
La gran mayoría de las organizaciones Latinas son mexicano-
americanas, sobre todo porque éste es el origen de sus fundadores, o porque 
tratan comúnmente con gente de origen mexicano o porque son dirigidas por 
mexicano-americanos. 
En 1995 existían “...2500 diferentes organizaciones [en Estados Unidos], 
independientes unas de otras. Casi todas se dedicaban a resolver problemas 
locales, de su comunidad inmediata y generan recursos de esa misma 
comunidad.” En la actualidad, se estima que hay alrededor de “…3000 a 5000 
organizaciones Hispanas. Las cuales son del más diverso tipo, pero el objetivo 
común de la mayoría sigue siendo el desarrollo y mejoramiento de la calidad de 
vida para la población Latina.” 45 
En conjunto, “...los latinos representan el 0.5% de la participación política 
y filantrópica en instituciones.”46 Es importante observar que por lo mismo, los 
latinos continúan su histórica tendencia a construir sus propias instituciones 
para llegar a un control sobre sus vidas mismas, lo que implica la fundación de 
cada vez más organizaciones y de las diversas características, como ya se ha 
mencionado antes. Los números más importantes de organizaciones en 
algunos estados de la Unión Americana son los siguientes: “California posee 
226, Texas 130, Illinois 109, Nueva York 85, Washington 79 y Florida 46, 
 
45 Ibidem, p. 82 
46 Orozco, Graciela, Latino Organizations in the United States, p. 85 
 35
siendo estos los estados más importantes por el número de organizaciones y 
que en conjunto representan el 63.5 de las más importantes.”47 
En los Estados Unidos existe una característica más, propia de los 
norteamericanos y que afecta al mismo tiempo a la población e instituciones en 
general, y por ende a los mexicanos; ésta es la descentralización, trayendo 
como consecuencia que no exista un vínculo de unión o una organización que 
agrupe sus intereses, aunado a que éstos son muy distintos de una región a 
otra, y de un grupo social a otro. 
Los partidos políticos formados por mexicanos, sólo se hallan en la zona 
sur, en California y Texas principalmente. La Raza Unida fue en un principio 
ese esquema político que permitió de una u otra manera a los mexicano-
americanos, participar en la vida política

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