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Universidad Nacional Autónoma de México. RECOMPAS, RECONTRAS, REVUELTOS Y REARMADOS. LOS DESMOVILIZADOS DE NICARAGUA: UNA HISTORIA VIVA. Tesis Que para optar por el grado de Doctora en Estudios Latinoamericanos Presenta: VERóNICA RUEDA ESTRADA COMITÉ TUTORAL: DRA. DIANA GUILLÉN RODRÍGUEZ. MTRO. MARIO VÁZQUEZ OLIVERA. DR. SERGIO RAMÍREZ MERCADO. TUTOR DE ESTANCIA DE INVESTIGACION: DR. LUIS ALFREDO LOBATO BLANCO. Ciudad Universitaria 2009. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Dedicatoria A María Estelí y sus hermanos en Rosita. Para que el futuro sea menos duro que su infancia. A mis pacientes padres: Consuelo y Fernando. A mis queridos hermanos: Carlos y Jairo. A la memoria de Gerardo L. Gonsen. A la Coordinación del Posgrado en Estudios Latinoamericanos por incentivar este recorrido. A la UNAM por hacerlo posible. A todos los excombatientes que tuvieron el valor de hablar, que me permitieron contar sus experiencias y reconstruir un pedazo de su historia. Esto es un homenaje a sus hazañas, a sus esfuerzos y sobretodo a sus vidas. ¡Ustedes son verdaderos héroes! Esta investigación fue posible gracias al: Programa de Becas de Estudios de Posgrado, Programa de Movilidad Internacional de Estudios de Posgrado y Programa de Becas de Fomento a la Graduación. de la Dirección General de Estudios de Posgrado de la UNAM. Agradecimientos A Genaro Pérez Merlo con admiración por su maravilloso trabajo, por sacarme de tantas dudas y por esas largas jornadas en las carreteras del Norte de Nicaragua. Por supuesto, también a Katty Cortez, doña Conchita, Javier Chavarría -la retaguardia de la expedición- y toda la gente de la ADRN. A Raúl Áreas, Elías Noguera -lugarteniente de mi héroe El Zorro-, y a mi nuevo héroe Pedro Huerta. Su trabajo y compromiso son un ejemplo a seguir. A Yelba Arguello, Luis Castillo y toda la gente de la Cooperativa 3 de Marzo que me aceptaron como una más y me hicieron una verdadera 4x4. A Estanislao Bravo por la experiencia en la Cooperativa María Auxiliadora en El Timal. A Elida Galeano “Comandante Chaparra”, quien a pesar de sus múltiples ocupaciones hizo espacios para atenderme. A Enrique Flores y todo el personal de la ARNIG. Al querido Luis Zapata y Eduardo Vanegas de AVEMISE. Espero que este trabajo refleje un poco del gran esfuerzo que hacen por los excombatientes. Al adorable “Pingüino” y todos los que me dieron su amistad en Rosita. A David, en deuda por una reunión desastrosa que espero se repita en mejores condiciones. Al ángel de las segovias, Lourdes Figueroa quien fue contacto, guía y amiga en Ocotal. Al Doctor Luis Alfredo Lobato Blanco, quien ha sido una persona central para esta tesis, me es difícil expresar lo agradecida que estoy por sus orientaciones y enseñanzas ¡Gracias! A Don Sergio Ramírez Mercado por ayudarme a abrir puertas que parecían selladas. Me siento una privilegiada por haber podido contar con su apoyo. Al Doctor Roberto Cajina por su tiempo y por todo lo que me enseñó. A la Doctora Jilma Romero por una deuda pendiente. A Don Alejandro Serrano Caldera por sus valiosos comentarios. A Don Héctor Lerín Rueda -ex Segundo Secretario de la Embajada de México- y a Doña Martha Eliuth Contreras quienes fueron un sol entre nubarrones, jamás olvidare su solidaridad -incluido el rescate de Bilwi-, su apoyo y dedicación al cuidarme durante los tiempos duros en Managua ¡GRACIAS! Al querido Ilde Herrera, Ana Marina y Mercedes Escorcia por los buenos recuerdos. A Lisette Robelo y familia por el cariño y la paciencia. A Mari Carmen Martínez y Julio Escobedo por la amistad constante en todas mis rondas recientes por Nicaragua. A mi familia tica: Elisa Prendas, Lucy Garro y Manuel Sequeira -que además cumplió dos veces con su palabra de visitarme en Nicaragua-, por supuesto a Jérico Camino y Luli Borbón. A la Doctora Diana Guillen por su paciencia, solidaridad y dedicación en el largo proceso de esta tesis. Al Maestro Mario Vázquez por que siempre ha estado presente. A los Doctores Enrique Camacho y Juan Monroy por los valiosos comentarios al trabajo. Al Doctor Guillermo Guajardo, por el ánimo y la solidaridad. A la Maestra Fracoise Perus por la confianza durante todos estos años de investigación. Al Doctor Adalberto Santana por el apoyo. Al Doctor Guillermo Fernández Ampié por su amistad y sus comentarios al trabajo. A la Doctora Esther Iglesias que me hizo ver las fallas en el trabajo de campo y aportó algunas soluciones, le estoy agradecida, aunque dudo que apruebe el resultado final. Al Doctor Adolfo Becerril Valencia por su amistad. A mi paisana Violeta Domínguez por alegrarme la vida, por su solidaridad y amistad a través de tantas fronteras y tantos años. También a Mathias por mil 570 kilómetros recorridos y por la inolvidable estancia en el laboratorio del Doctor Mehl en la Universidad de Arizona. A los Rueda, los Estrada, los Martínez y los Lerín, saben como los quiero a todos y a cada uno. A la tía Angelina con los Hernández Barajas que sin ser, son mis orígenes. A Jose, Doña Josefina, Hermila, Patty y Ross. A Miriam Mabel Martínez y Rivelino Rueda por su paciencia al ayudarme a hacer legible esto. A Paula Del Cioppo por recibirme y solidarizarse cuando más lo necesite ¡Gracias! A Alejandra Corona por ser tan buena amiga. A Daniel Velhinno Silva y al descubrimiento de la década: Marisol Sánchez. A Lourdes Fernández de Cordova, Azul Núñez y Michelle Estrada por su apoyo en la transcripción y aunque me hicieron sufrir las quiero. A Rebeca Pierre, Laura Vilches y Eva Alva Bucio que hicieron hasta lo imposible por ayudarme a reestablecer el equilibrio perdido. A Manuel Amil y Héctor Espinoza, por estar ahí, a pesar de los años y la distancia. A María Fernanda Rueda que es como mi hermana. A las chicas UNAM: Jimena Mateos y Anel Punzo, como es costumbre. A Silvia Medina, Juan Ortega, Tona Cisneros, Cinthya y Miguel Estrada, Tere Hurtado, Alán Pérez, Elena Garcés, Joselo, José Miguel y Ale por su apoyo, paciencia y solidaridad. Índice Introducción o (Re)presentación. 1 I. De la fiesta sandinista a la contrarrevolución (1979-1990). 13 1. La década sandinista. 14 a) Las políticas revolucionarias. 15 b) Los cambios de la revolución. 20 2. La defensa de la revolución. 26 a) El EPS. 27 b) El MINT. 39 c) La economía de defensa y la guerra contra Nicaragua. 43 3. La Contra. 59 a) Las motivaciones de los comandos. 73 b) La guerra y los comandos. 80 II. De la desmovilización a los intentos de inserción (1990-1994). 83 1. Las elecciones y la derrota electoral del FSLN. 85 a) El nuevo gobierno. 91 b) Las políticas económicas. 94 c) La propiedad. 99 2. La desmovilización de La Contra. 103 a) Los acuerdos y la desmovilización de la Resistencia Nicaragüense. 105 b) Los acuerdos y la desmovilización del Frente Sur y de YATAMA. 128 3. La organización de la desmovilización.133 a) La entrega del fusil: “veníamos de la montaña a caer en la montaña”. 139 b) Los programas de inserción: “Como quien echa sal al mar”. 145 c) Los repatriados, las víctimas de guerra y los discapacitados. 152 4. La reducción del EPS y la reestructuración del MINT. 157 a) Los planes de licenciamiento. 169 b) Dejar la institución: “Sálvese quien pueda”. 179 5. Entre la inserción, la recampesinización y la democratización 186 a) Recampesinado. 189 b) Los Polos de Desarrollo y la tierra. 191 c) El discurso de la democratización. 199 III. Re…..o la atomización de las fuerzas (1991-1993). 203 1. Las primeras acciones del Rearme. 210 2.- Acciones de Resistencia de la ex Resistencia (Recontra). 223 -El Secuestro de la embajada nicaragüense en Costa Rica. 230 -El Secuestro de Quilalí y el contra-secuestro en Managua. 232 3.- La contraparte de origen Sandinista (Recompas). 246 -La toma de Estelí por el FROC. 253 4.- Reivindicaciones comunes (Revueltos). 260 5.- Frente Norte Nora Astorga “Las Noras” (Remujeres). 267 6.- Espiral del Reame (Rearmados). 279 IV. Segunda fase de rearme y desmovilización (1994-1999). 287 1.- Nuevas desmovilizaciones. 295 2.- YATAMArmas. 298 3.- Las acciones de los cesanteados del MINT. 305 4.- La Brigada Especial de Desarme (BED). 311 5.- El Frente Unido Andrés Castro (FUAC). 337 6.- El Partido de la Resistencia Nicaragüense (PRN). 348 V. La reconciliación y la reorganización (1999-2008). 359 1.- Las organizaciones de desmovilizados. 359 a) Asociación de Discapacitados de la Resistencia Nicaragüense (ADRN). 362 b) Asociación Resistencia Nicaragüense Israel Galeano (ARNIG). 369 c) Coordinadora Nacional de Oficiales en Retiro (CNOR). 373 d) Asociación de Veteranos de Guerra del Ministerio del Interior. La Segovia (AVEMISE). 379 e) Asociación de Mujeres Nicaragüenses Luisa Amanda Espinosa (AMNLAE). 382 f) Yapti Tasba Masraka Nanih Aslatanka (YATAMA). 385 2.- Las expectativas de la desmovilización y el rearme. 389 3.- La reconciliación. 400 4.- El futuro de los ex combatientes y su percepción de la inserción. 412 5.- El Timal y la Comisión de Reconciliación de 2007. 415 Conclusiones. 439 Bibliografía. 451 Fuentes Orales (ex combatientes y protagonistas que dan su testimonio). 461 Anexos 1.- Mapa de las zonas de entrevistas. 473 2.- Mapa de las zonas de seguridad para la desmovilización y acto de prensa. 474 3.- Mapa del rearme. 475 4.- Las Siglas del Rearme. 476 5.- Cuadro de acuerdos regionales y nacionales de pacificación 480 6.- Protocolo de Managua sobre el Desarme y Acuerdo para el establecimiento 484 de los Polos de Desarrollo. 7.- Glosario. 487 8.- Regiones de Nicaragua. 489 Introducción __________________________________________________________________________________________________ 1 Introducción o (Re)presentación. Re es la segunda nota de un trabajo planeado a largo plazo. También es la segunda nota de la escala musical, que cobra presencia sustancial en mi vida académica al convertirse en la melódica nota de largo aliento que nos acompañó, a mí y a mis fuentes, orales y escritas, en las largas sesiones de trabajo que constituyeron el proceso de investigación y Redacción. Sin duda, Re tiene relación sonora y gramatical, con un prefijo que significa “hacer otra vez” (reaparecer, reconstruir, reabrir), intensificar (recargar, renovar, reactivar); de igual manera, significa negación (rechazar) o inversión del significado simple (reprobar, rebatir). Para los efectos de esta investigación, el prefijo Re adquiere un significado determinante, porque representó una idea-fuerza que se sobreponía a una denominación despectiva, la identidad colectiva y combativa de un importante sector de la sociedad nicaragüense que fue protagonista de los sucesos bélicos que ensangrentaron y dividieron a la nación centroamericana a lo largo de casi dos décadas, entre los bandos que “volaron tiros” apoyando al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y los que lucharon en su contra, y que después lucharían hombro a hombro para reivindicarse como gremio de excombatientes. Re también tiene una reiterada presencia en el marco conceptual que empleo en esta investigación: Recompas (excombatientes sandinistas en armas), Recontras (ex contras en armas), Revueltos (ex sandinistas y ex contras unidos en las armas) y Rearmados (genérico para designar a los grupos en armas con reivindicaciones como excombatientes), así como por su importancia en la denominación de los procesos de Reconciliación y Reorganización de los excombatientes y sus acciones para Reivindicarse. Todos ellos, procesos fundamentales en la historia contemporánea nicaragüense. Todo ello adquiere particular relevancia, ya que precisamente el objetivo que guió esta investigación fue el de historizar el conflictivo periodo de la posguerra en Nicaragua, un recorrido que en esta investigación empieza en los años finales de la década de los ochenta, continúa con el proceso de desmovilización, cesantía y retiro al que fueron sometidos los excombatientes y termina con las primeras acciones de la Comisión de Reconciliación instaurada por Daniel Ortega en 2007. La hipótesis es que los excombatientes así como hicieron la guerra, fueron los constructores de la paz, a pesar de que el desarme les fue impuesto. También me interesó rescatar sus luchas y reivindicaciones, la historia de las organizaciones que crearon durante la época del rearme y como éstas se han transformado hasta convertirse en verdaderos baluartes organizativos, y un ejemplo a seguir para la sociedad nicaragüense. Asimismo, me propuse entender la conformación de los movimientos conocidos como Recompas, Recontras, Revueltos y lo que masivamente se conoce como los Rearmados. Introducción __________________________________________________________________________________________________ 2 Además, conocer el proceso por medio del cual los combatientes pasaron de agrupaciones castrenses; como la Resistencia Nicaragüense (RN), el Ministerio del Interior (MINT) o el Ejército Popular Sandinista (EPS); a otras estructuras de mando con características militares durante el rearme, y posteriormente, su paso a organizaciones gremiales mucho más democráticas. También busqué un acercamiento a los tres grupos de excombatientes; los desmovilizados de La Contra, los cesanteados1 del ex MINT y los retirados del EPS; y su proceso de inserción social, económica y política. Otros de mis objetivos fueron: considerar a los excombatientes como sujetos activos de los procesos históricos de Nicaragua; hacer un balance desde su perspectiva sobre sus luchas por lograr el cumplimiento de las promesas emitidas durante el proceso de desmovilización, cesantía y retiro; comprender la manera en que rescatan no sólo sus años como efectivos durante el decenio sandinista, sino los de las batallas reivindicativas que siguieron, y analizar la manera en que los desmovilizados argumentaron y construyeron sus ideologías, demandas, movilizaciones e intereses. Los excombatientes se enfrentaron a múltiples retos, los cuales inspiraron las preguntas que guiaron esta investigación: ¿Cómo regresar a la vida civil después de una década de guerra? ¿Cómo integrarse laboralmente sin capacitación previa? ¿Cómo conformarse en una nueva asociación política en época de paz? ¿Cómo aglutinarse en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) como partido de oposición? ¿Cómo reivindicarse en una sociedad cansada de la guerra y la violencia? ¿Cómo reconciliarse con el bando opuesto? Cada excombatiente buscó respuestas de diferente manera, algunoscomo incondicionales de sus antiguos líderes, otros como disidentes, varios rearmándose y otros aglutinándose en asociaciones de excombatientes. Cada excombatiente tiene una respuesta a estas interrogantes, lo que hizo necesario buscar su testimonio, pues sus historias son significativas en cuanto a lo que nos dicen de su vida, de sus compañeros, de sus familias, de un pasado cercano bastante problemático y que ha sido poco estudiado desde la perspectiva de éstos sujetos históricos. Me pareció, entonces, prudente reconstruir sus luchas sociales desde la perspectiva de los actores inmediatos; es decir, de la base social de las mismas y de sus combatientes, hombres y mujeres campesinas, más que de las élites e ideologías oficiales que los conducían, aunque estas también fueron incluidas. Los objetivos mencionados, así como buscar la respuesta a dichas preguntas fue fundamental para conocer de mejor manera la historia contemporánea de Nicaragua, ya que hasta hoy los procesos de desmovilización y rearme, resultantes del largo conflicto de los años ochenta y noventa del Siglo XX, han sido poco estudiados. Después de 1990, los investigadores sobre la región 1 Cesanteados es el término que se usa en Nicaragua para designar a los excombatientes del MINT que fueron dejados cesantes de sus actividades laborales pues la institución los considero únicamente como empleados a los que despidió. Introducción __________________________________________________________________________________________________ 3 centroamericana se abocaron, sobre todo, a los procesos de paz en Guatemala y El Salvador, y más recientemente a los temas de seguridad y narcotráfico. Los años finales del Siglo XX y principios del XXI centroamericano se convirtieron en temas prácticamente olvidados, excepción hecha de los estudios relacionados con las migraciones y la violencia de jóvenes pandilleros, mejor conocidos como Maras. En este trabajo, me he propuesto revalorar el rearme de los excombatientes de Nicaragua reconociendo las verdaderas dimensiones que alcanzó mientras estuvo vigente, ya que en su momento -y aún ahora- ha sido minimizado, soslayado o, de plano, ignorado por aquellos que, desde los respectivos gobiernos, la academia, la investigación social o el periodismo, debieron dedicarle la atención que merece. Es significativo que la ex presidenta Violeta Barrios dedique en su libro Memorias de mi gobierno 1990-1996 (1997) sólo tres cuartillas al que considero, fue el problema social más grande de su régimen. En el mismo orden se advierte que, Antonio Lacayo Oyanguren, quien fuera su ministro de la presidencia, sólo incluya un capítulo de ocho cuartillas en su trabajo sobre el mismo periodo La difícil transición nicaragüense en el gobierno con Doña Violeta (2005). La campaña emprendida por el gobierno en los medios de comunicación fue exitosa. Durante 1990 los negó; en 1991 los llamó “bandas delictivas”, con el incremento de la violencia los reconoció y creó la Brigada Especial de Desarme (BED) y posteriormente los nombró rearmados, desconociendo sus reivindicaciones como sector de excombatientes y los criminalizó. Entre la población sedienta de paz que en un principio apoyó las luchas de los excombatientes, la campaña mediática fue exitosa, al grado que varios de los rearmados actualmente niegan o minimizan su participación en el último capítulo bélico de la historia de Nicaragua. En lo que respecta a la prensa escrita, el rearme de ex combatientes llenó los titulares, básicamente los de la nota roja: “Tropelías y reguero de sangre en la zona norte” (END, 10-04- 1994); “Irregulares atacan poblados en todo el país” (END, 23-04-1993) y “Orgía de sangre en el Norte” (END, 7-07-1994).2 Por ello, la reconstrucción del periodo del rearme significó el seguimiento de las acciones de los principales protagonistas, con el fin de sacarlos del estrato delincuencial y “guerrerista” que socialmente se les ha asignado, para ubicarlo en el terreno de los principales problemas históricos y sociales del país, y trasladar su estudio a un plano académico, serio y bien fundamentado en términos de las fuentes documentales, escritas y verbales, que dan aquí soporte a la construcción y tratamiento de éstos como objeto de estudio. Efectivamente, muchos grupos de rearmados realizaban actividades meramente delictivas o buscaban su beneficio económico, pero me pareció que el considerar sólo estos elementos era tan 2 El Nuevo Diario (END) periódico de circulación nacional en Nicaragua. Introducción __________________________________________________________________________________________________ 4 grave como seguir creyendo que los comandos contrarrevolucionarios del periodo sandinista eran meros mercenarios al servicio del imperio (aunque innegablemente éste los utilizó). De ahí surgió la necesidad de identificar las razones por las que tantos hombres decidieran tomar las armas una y otra vez. No era un problema menor, la RN había desmovilizado en 1990 a 22 mil 214 combatientes. El gobierno de Violeta Chamorro dejo cesantes entre cinco mil y 10 mil miembros del MINT que cambiaría su nombre a Ministerio de Gobernación (MIGOB) y el EPS se redujo entre julio de 1990 y agosto de 1992 de 80 mil a 16 mil efectivos. En términos reales, se trataba de tres ejércitos que dejaban las armas y buscaban un acomodo como civiles después de años de lucha interna. Eran los combatientes de la revolución y de la contrarrevolución, hombres y mujeres que participaron, muchos siendo niños y adolescentes, en las batallas de la guerra intestina que dejó en ruinas a la nación centroamericana. La desmovilización, cesantía y retiro significó no sólo dejar las armas, sino también regresar a la vida civil, volver a sus comunidades de origen, reencontrar a los miembros de la familia que eran sobrevivientes, establecer el duelo por los caídos, reconstruir el tejido social y participar en la vida social, económica y política. La desmilitarización en Nicaragua se convirtió -para muchos de los excombatientes- en un proceso mucho más difícil y complicado que la guerra en sí. Hombres y mujeres valientes que no encontraban fácilmente un lugar en la sociedad y mucho menos en una economía en crisis, eran expertos en el manejo de armas pero con poca o nula experiencia laboral. Regresaban a la vida civil y junto con ellos los desplazados internos; debían convivir con los huérfanos, las víctimas de guerra, los familiares de desaparecidos, las madres de caídos sandinistas y de La Contra. Un entramado social y familiar que debía ser reconstruido. La tierra constituye la reivindicación principal del campesinado, y los excombatientes son mayoritariamente trabajadores del campo. A su regreso se encontraban con los refugiados y exiliados de Miami y Honduras, que también encontraban que sus tierras -si las habían tenido- habían sido confiscadas o estaban tomadas por campesinos que permanecieron en Nicaragua, y además existían los demandantes históricos de tierras, el regreso a las comunidades fue un cóctel molotov social. No tardó mucho en que se dieran los primeros brotes de violencia, desde ajustes de cuentas hasta asesinatos selectivos por ambos bandos, para muchos excombatientes la solución fue el rearme para garantizar su seguridad, pero funcionó también como forma de presión política. El sencillo acceso a las armas y la búsqueda de las reivindicaciones como sector, en combinación con hostiles políticas neoliberales, fueron los elementos que provocaron el rearme como válvula de escape ante un gobierno que se negó a asumir sus compromisos morales con los excombatientes. Introducción __________________________________________________________________________________________________ 5 Las luchas popularesen Nicaragua tienen un intrincado nudo de conexiones, que es necesario intentar desentrañar para ofrecer una explicación del complejo proceso social nicaragüense, por eso para ésta investigación elegí sus últimas expresiones, las menos estudiadas desde la academia y que me parecieron las más impactantes por los pocos logros alcanzados. Con esta idea en mente, hago una historia de los campesinos que conocemos en la Historia sólo por los estallidos de violencia y no por sus reivindicaciones, aquéllos que en los círculos oficiales fueron catalogados como “los rearmados”, “los bandoleros sociales” o meros “criminales que no conocían otra forma de lucha que la violencia”. Pero, ¿cómo construyen sus experiencias combativas y organizativas éstos hombres? Para responder a ello, consideré imprescindible el uso de las fuentes orales como una herramienta para reconstruir el periodo y explorarlo. Para lograr un acercamiento a los excombatientes, a sus organizaciones, sus luchas, sentimientos, mentalidades y costumbres, era necesario navegar a través de sus recuerdos y recuperar esa parte de la memoria que puede servir para hacer la historia. Su historia que aún esta viva. Son las vivencias de los marginados que se resisten a ser marginados, de ahí la importancia de rescatar sus reivindicaciones por medio del uso de una de las herramientas menos utilizadas para elaborar y escribir la Historia: las fuentes orales. Esta recuperación de la memoria, así como su correlato: el rechazo, la negación y la oportunidad para el olvido, permite encontrar, analizar y documentar la manera en que los protagonistas recuerdan, perciben, organizan y dan sentido a los hechos y acontecimientos de los que fueron partícipes como testigos, cronistas verbales, cantores, poetas, memorialistas, testimoniantes o simples comunicadores. El utilizar las experiencias, recuerdos y reconstrucciones de los excombatientes como fuentes orales de esta investigación sirve para entender, analizar y profundizar en el complicado proceso por el que pasó un sector importante de la sociedad nicaragüense, y para conocer de primera mano a los protagonistas del proceso de inserción y reconciliación. Para este fin busqué rescatar del olvido esas fuentes tan ricas que permiten conocer de primera mano el proceso de desmovilización, cesantía y retiro. Por ellos, los excombatientes son Sujeto y Objeto de estudio que, por momentos, espero que se confundan, si bien también podrían verse como historias de vida parceladas, mi intención es comprender cómo sus vidas están unidos por la participación y ésta como un eje transversal de análisis y a la vez variable principal. A pesar de la magnitud e impacto social, económico y político de la desmovilización, cesantía y retiro de ex combatientes, la información sobre el tema es escasa y existe aún menos información sobre el rearme y el proceso de inserción a la vida civil. De los pocos trabajos encontrados están los de la Fundación Arias, básicamente sobre los procesos de paz que culminaron con la desmovilización de la Resistencia Nicaragüense. También se encuentran los trabajos de Alejandro Introducción __________________________________________________________________________________________________ 6 Bendaña Desmovilización y reintegración en Centroamérica (1994) y De la desmovilización a la colombianización (2001); el de Abelardo Morales Oficios de paz y posguerra en Centroamérica (1995), algunas notas periodísticas recopiladas por Internet y los imprescindibles libros de Orlando Núñez (et, al.,1992); La guerra y el campesinado en Nicaragua, y de Roberto Cajina (1996) Transición Política y reconversión militar en Nicaragua 1990-1995. Las características de estas obras es su intención de reconstruir el marco de la post guerra y los procesos de paz, pero sin poner énfasis en sus protagonistas. Existen algunos trabajos sobre la desmovilización de la RN en Nicaragua, pero el vacío sobre el retiro y cesantía del EPS y MINT es profundo. De igual modo, los trabajos existentes fueron elaborados desde la política, pero no desde una perspectiva de impacto social y menos utilizando a los protagonistas como fuentes orales. Este trabajo pretende llenar el vacío ofreciendo un panorama completo del complicado proceso de inserción de los excombatientes de Nicaragua empleando esas fuentes, a fin también de conocer las experiencias de estos hombres y mujeres, la manera en que les dan significado, y que nos brinda la oportunidad de comprender parte de la historia social reciente de Nicaragua Esta investigación fue posible gracias a las facilidades que tuve a archivos en cuatro países. En Nicaragua: el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica de la Universidad Centroamericana (IHNCA-UCA); la Biblioteca Salomón de la Selva de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua); la Biblioteca de la Asamblea Nacional (BAN), la Biblioteca del Banco Central de Nicaragua (BBC) y la Biblioteca del Ejército de Nicaragua3; en Costa Rica: la Biblioteca de la Universidad de Costa Rica y de la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano; en México: la Biblioteca Nacional; y en Estados Unidos: The University of Arizona at Tucson Library (LUT) y The Nettie Lee Benson Latin American Colection Library of The University of Texas, at Austin (LTA). La investigación bibliográfica puede dividirse en cuatro grupos: los trabajos de organizaciones internacionales como: CIAV-OEA, ONU, ACNUR y la Fundación Arias; los trabajos de organizaciones nicaragüenses como el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CNDH), Centro para la Investigación, la Promoción y el Desarrollo Rural y Social (CIPRES) y el Centro de Estudios Internacionales (CEI); y, por último, los trabajos académicos sobre Nicaragua y del periodo como los de Alejandro Bendaña (1994, 1999 y 2001), Juan Monroy (2001), Roberto Cajina (1996), Carlos Vilas (1994), Ángel Saldomando y Elvira Cuadra (2000), Abelardo Morales (1995) y Orlando Núñez, et al., (1992), entre otros. La búsqueda hemerográfica incluyó la revisión y seguimiento sobre la desmovilización y el 3 Aunque desafortunadamente los archivos sobre el retiro y rearme se encuentran clasificados. Introducción __________________________________________________________________________________________________ 7 rearme en los tres periódicos más importantes de Nicaragua: La Prensa, El Nuevo Diario y Barricada desde 1990 hasta 1997; las revistas: Envío, de Universidad Centroamericana y Barricada Internacional aproximadamente por el mismo periodo; los documentos de las organizaciones de excombatientes con las que se hizo el trabajo de campo, y por último, el seguimiento vía internet, de las acciones de los excombatientes de 2006 a 2008. La investigación de gabinete fue de vital importancia, ya que dio pauta a la construcción de un marco general de la posguerra, además de que metodológicamente sirvió de gran apoyo, porque además de ofrecer un contraste de la información obtenida de las fuentes orales, ayudó a clarificar los recuerdos de los excombatientes, una vez que al paso de los años y de las reinterpretaciones se tienden a confundir algunos nombres y fechas, por lo que se pudo confirmar y/o precisar cierta información. El trabajo de campo se dividió en tres fases. En un primer momento viajé a finales de 2005 a Nicaragua y pude establecer relaciones con algunas de las organizaciones de excombatientes con las que trabajaría. En una segunda fase se realizó el grueso de las entrevistas paralelamente a la investigación de gabinete durante una estancia de investigación de seis meses (julio a diciembre de 2006), y la tercera fase se realizó a mediados de 2008, para hacer un seguimiento de las organizaciones y los beneficios a los excombatientes con el gobierno encabezado por Daniel Ortega.Las razones para hacer el trabajo de campo entre las organizaciones de excombatientes se fundamenta, en primer lugar, en el alto porcentaje de la población que participó en la guerra en alguno de los bandos; sin embargo oficialmente sólo una parte de esta gente fue desmovilizada, cesanteada o retirada de sus puestos militares entre 1990 y 1993 y un número menos significativo se rearmó. Con base en ello, la selección de las personas a entrevistar debía ser cuidadosa, ya que cubrir el espectro de los tres grupos de excombatientes también era una prioridad en la investigación. En segundo lugar, las asociaciones de excombatientes tienen generalmente bases de datos y a través del conocimiento de sus miembros se podía tener mayor certeza respecto a su participación en el conflicto armado, así como confirmar datos como fecha de desmovilización, lugar, situación de salud, origen, etc. En tercer lugar, es evidente la importancia que tienen las organizaciones de excombatientes, mismas que siguen luchando por su inserción social, económica, política y atención médica especializada para sus miembros con discapacidad o secuelas de guerra, lo cual se demostró en el transcurso de la investigación. El riesgo que corría era basar mi investigación sólo en excombatientes organizados, quienes evidentemente no son mayoría, aunque sí son numéricamente significativos. Finalmente decidí Introducción __________________________________________________________________________________________________ 8 correr ese riesgo, pues resultaba más conveniente manejar esa variable. En el camino tuve la suerte de encontrarme a excombatientes sin organización a quienes pude entrevistar. Se contactó con al menos 10 organizaciones de excombatientes y se decidió trabajar con las siguientes: 1.- Asociación de Discapacitados de la Resistencia Nicaragüense (ADRN), que aglutina a uno de los sectores más marginados de la sociedad nicaragüense y es, al mismo tiempo, uno de los más propositivos. 2.- Asociación Resistencia Nicaragüense Israel Galeano “Comandante Franklin” (ARNIG), que reúne a ex contras y ex sandinistas, y que además es de amplia incidencia en los círculos oficiales. 3.- Coordinadora Nacional de Oficiales en Retiro (CNOR), que representa los intereses de un sector considerable de militares retirados, cachorros del Servicio Militar Patriótico y de Reserva y con excelentes conexiones políticas con el FSLN. 4.- Asociación de Veteranos de Guerra del Ministerio del Interior. La Segovia (AVEMISE), una organización pequeña, que representa a un sector incluso marginal, pero representativo entre el gremio de excombatientes, los cesanteados del ex MINT. 5.- YATAMA, la organización indígena de los excombatientes, un referente imprescindible para entender y conocer a los desmovilizados de las Regiones Atlánticas. 6.- Asociación de Mujeres Nicaragüenses Luisa Amanda Espinosa (AMNLAE), que si bien no es una organización de excombatientes sí incluye a varias y, sobre todo, me dio la oportunidad de contactar al único grupo de mujeres en armas el Frente Norte Nora Astorga. Se trató de crear un espectro amplio de excombatientes y no sólo los establecidos en Managua, por lo que comencé una serie de viajes al interior de Nicaragua, para conocer y entrevistar a estas personas en algunas de las regiones de desarme y rearme: Jinotega (San Sebastián de Yalí); Matagalpa, Estelí (La Trinidad), Nueva Segovia (Ocotal y Wiwilí); Madriz (Totogalpa), Chontales (Cuapa), la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN) (Rosita y Bilwi); y en el asentamiento irregular de El Timal, un referente entre los excombatientes y pobres de Nicaragua. Un total de 57 entrevistas fueron grabadas, la mayoría se realizaron en las oficinas locales o regionales de las asociaciones, otras en sus viviendas, esto a pesar de que algunos de los excombatientes se mostraban renuentes a mostrar su precarias condiciones de vida o “como viven los pobres de Nicaragua”, algunas más fueron en sus centros de trabajo. Una forma de control de las entrevistas y de los datos que me proporcionaban fue lo que nombré “bitácora de excombatientes”, en ella registraba el nombre, lugar de origen, de residencia, actividad económica, asociación en la que esta organizado, bando de lucha en la década de los años ochenta, razón de ingreso a La Contra, al EPS o al MINT y grupo al que perteneció en el rearme. También me permitió resaltar la individualidad de los desmovilizados. Esta bitácora, que más bien era un Introducción __________________________________________________________________________________________________ 9 cuadro sinóptico, me permitió cruzar información con el objetivo de confirmar ciertos datos de participación de acciones y opiniones sobre sucesos específicos. También me ayudó a descartar ciertas entrevistas cuando había inconsistencias entre la información que daban y la que proporcionaban las asociaciones u otras fuentes. Todas las entrevistas resultaron muy interesantes y podrían conformarse en un trabajo de historia de vida de los excombatientes, pero ese no era el objetivo de mi investigación, por ello partí de un cuestionario-base dividido en dos grupos: 1) para excombatientes de la RN. 2) para excombatientes del EPS y MINT. A pesar de la riqueza de sus experiencias combativas y la cantidad de información que proporcionaban, me limité a los siguientes temas: sus razones de ingreso a los grupos armados, los acuerdos de desmovilización, licenciamiento y retiro, el proceso de desarme, las complicaciones de la inserción a la vida civil con sus implicaciones económicas, sociales, políticas, médicas y religiosas, el periodo de rearme, las razones personales y grupales para estar organizados, las desventajas y beneficios de las organizaciones y sus perspectivas sobre su futuro. Por lo general, las entrevistas tuvieron una duración mínima de unos 90 minutos y algunas se realizaron en varias de sesiones. Una constante fue que a mis fuentes les costaba mucho trabajo hablar sobre cómo fue entregar el arma, la cesantía, el retiro, el volver a la comunidad y reencontrarse con la familia, esta última, una situación particularmente difícil para los discapacitados. Al mismo tiempo pude comprobar, la gran necesidad que tienen de hablar y que mientras más humilde es su condición social más abiertos y dispuestos estaban a hacerlo, particularmente difícil fueron algunas entrevistas en las que los excombatientes lloraron al recordar la pérdida del esposo, del hijo, las vejaciones sufridas y el momento del “accidente” en que recibieron impactos de bala o cuando les fue amputada alguna parte del cuerpo. Todas las fuentes tienen nombre y apellido, y sólo en algunos casos no los incluí por razones de seguridad, pues proporcionan información delicada y nunca pretendí poner en riesgo a mis informantes. Uno de los objetivos fueron las entrevistas con reamados, en el terreno se hizo evidente la imagen negativa que se tiene de ellos y que hace que lo nieguen, escondan o minimicen, pues muchos de los excombatientes entrevistados que participaron en tomas de tierras, combates con otros grupos, cierres de carreteras, o secuestros, no se consideran a sí mismos como rearmados. Conforme avanzaba la investigación fui viendo que las luchas reivindicativas de los excombatientes iban más allá del rearme, por lo que tal vez debería agregar al título de esta investigación el término reorganizados. Introducción __________________________________________________________________________________________________ 10 Se incluyó a excombatientes de YATAMA, aunque sólo se pudieron realizar seis entrevistas, debido principalmente al hecho de que desafortunadamente no hablo miskito y no pude localizar más miembros que quisieran o pudieran hablar español. Durante el trabajo de campo en la RAAN tuve algunos problemas por el manejodel lenguaje, pero las entrevistas fueron lo suficientemente ricas como para dar una perspectiva general de lo que sucedió con los indígenas durante la desmovilización y el rearme. La inserción social y económica es todavía un proceso inconcluso en Nicaragua, por lo tanto este estudio debe ser considerado como un aporte que ofrece algunas luces sobre el periodo. La desmovilización, cesantía y retiro de excombatientes impactó y seguirá impactando la sociedad nicaragüense y la de toda la región, por lo que los hechos deberán ser revisados una y otra vez, sumado a diferentes estudios para agregar conceptos más válidos que permitan entender de mejor manera el proceso de reconciliación entre los nicaragüenses. Esta investigación pretende ser un aporte del proceso que incluye a los tres sectores de excombatientes en la historia reciente de Nicaragua, es significativamente una parte del capítulo de la posguerra que permanece abierto. Los excombatientes de Nicaragua son damnificados de la pobreza, equiparables a los refugiados y desplazados que retornaron después de la guerra. Es grande la riqueza de sus experiencias y penoso el grado de olvido al que están expuestos. Sus largos plantones en la Plaza de la República o en el Parque Guatemala son vistos por un amplio sector de la sociedad más como parte del panorama diario que como una lucha reivindicativa justa. Sus historias, en gran medida inéditas, nos dan la oportunidad de acceder a un importante episodio de la historia reciente de Nicaragua: la forma en que la vida de éstos individuos fue impactada por 10 años de guerra; la lucha que han emprendido y que continúan para poder recuperar sus derechos básicos, así como adquirir también los derechos como desmovilizados, la manera en que viven una democracia que aún no los ha cobijado del todo, su papel como sujetos sociales vigentes y sus perspectivas. Más allá de la veracidad o no de los hechos narrados y recordados por mis fuentes, sus impresiones nos acercan a la manera en que los protagonistas se perciben a sí mismos, a las instituciones, a la política, a la democracia, a los derechos humanos y a su papel en los procesos en los que participaron. Esto último de vital importancia pues como lo manifestó David,4 una de mis fuentes miskitas en Bilwi: A través de los años estas cosas se nos van olvidando [la desmovilización y el rearme] y no nos hemos sentado a escribir un libro, a escribir nuestras memorias, con detalles y entrevistas a personas que están vivas, yo creo que sería muy interesante y a lo mejor usted 4 Entrevista realizada el 30 de octubre de 2006 en la ciudad de Bilwi (Puerto Cabezas en español) en la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN) por Verónica Rueda Estrada. La primer vez que se cita una fuente oral se pondrá a pie de página la fecha y el lugar de su realización, posteriormente sólo se pondrá el pseudónimo o apellido de la fuente y el año de su realización, por ejemplo (Entrev. David, 2006). Introducción __________________________________________________________________________________________________ 11 inicia […], porque esto no se debe de perder. Que le sirva en su monografía [tesis] y para que otras personas conozcan nuestra realidad y vean que a pesar de una guerra, los excombatientes no estamos bien y seguimos en la lucha. (Entrev. David, 2006) Para transmitir la memoria viva de los excombatientes y reconstruir el periodo de posguerra y rearme, ésta investigación se encuentra dividida en cinco capítulos: En el primero se desarrolla el gobierno revolucionario y sus políticas, el nacimiento de las fuerzas contrarrevolucionarias y la escalada bélica, el papel de las dos súper potencias de la Guerra Fría en el desarrollo de la contienda en nicaragüense y su impacto en la sociedad, todo ello como antecedente para entender a los hombres y mujeres que tomaron las armas en el conflicto bélico de los años ochenta. En el segundo capítulo se estudian las elecciones del 25 de febrero de 1990, las políticas neoliberales impulsadas por el gobierno de la señora Barrios, los acuerdos nacionales y regionales para la desmovilización de La Contra, la cesantía de los excombatientes del ex MINT y el retiro de los oficiales del EPS, así como el proceso de entrega de las armas de los tres grupos, los planes para su inserción civil y las irregularidades en su cumplimiento. En el tercer capítulo se analizan las condiciones que propiciaron el rearme, los grupos de Recontras que inauguran el periodo, los Recompas más importantes y sus acciones, las características de los Revueltos y Rearmados, los grupos más significativos y finalmente la escalada del conflicto en el Norte de Nicaragua. En el cuarto capítulo se trata lo referente al rearme de YATAMA, las acciones de los cesanteados del ex MINT, las respuestas gubernamentales para lograr el desarme de los excombatientes en armas, el origen y desarrollo del Frente Unido Andrés Castro (FUAC), las Remujeres del Frente Norte Nora Astorga y la organización de La Contra como partido político. En el apartado final se hace un breve resumen del origen y desarrollo de las organizaciones de excombatientes con las que se hizo el trabajo de campo y su futuro como sector. Se analizan y desarrollan las expectativas durante la desmovilización y el rearme, sus demandas más urgentes y los retos a los que se enfrentan los excombatientes. También se narra la historia del asentamiento irregular de El Timal y los trabajos de la Comisión de Reconciliación del gobierno de Daniel Ortega para mejorar las condiciones de vida de los excombatientes y se dan las conclusiones de la investigación. Finalmente, se da la bibliografía y hemerografía utilizadas, se incluye la relación de los excombatientes que se constituyeron en fuentes para éste trabajo, así como una breve biografía de cada uno. Como anexos, se ha incluido un mapa de las zonas de seguridad para la desmovilización, un mapa de las zonas de rearme y otro de las zonas de entrevistas. Además, una lista de las principales agrupaciones de rearmados, un cuadro con los principales acuerdos de desmovilización, Introducción __________________________________________________________________________________________________ 12 el texto integro que propició el desarme de la RN y su principal beneficio; los Polos de Desarrollo. Finalmente un glosario de siglas usadas. Si ésta tesis provoca un debate serio entre los participantes del proceso de pacificación en Nicaragua, en la academia y la sociedad nicaragüense consideraré que uno de los objetivos de esta investigación se ha cumplido cabalmente. I. De la fiesta sandinista a la contrarrevolución __________________________________________________________________________________________________ 13 Los sandinistas ganaron la guerra con balas tanto como con palabras. Tomás Borge, comandante sandinista. I. De la fiesta sandinista a la contrarrevolución (1979-1990). Para entender la desmovilización de la Resistencia Nicaragüense (RN) ocurrida en 1990, es imprescindible comprender los procesos al interior y al exterior de Nicaragua que le dieron origen y desarrollo durante la década revolucionaria, así como la organización que los unió. La reducción del Ejército Popular Sandinista (EPS) y el cesanteo de los combatientes del ex Ministerio del Interior (MINT) sólo es comprensible a la luz de su origen: el levantamiento armado anti somocista, la posterior lucha en contra de las fuerzas contrarrevolucionarias y, finalmente, la derrota electoral del sandinismo. Por este motivo, el primer capítulo será la reconstrucción del periodo revolucionario. El objetivo es conocer los grupos armados que protagonizaron la guerra y que fueron desmovilizados durante la alternancia política de 1990. El ejército contrarrevolucionario tiene, en buena medida, susantecedentes en la Guardia Nacional (GN), una fuerza armada de manufactura norteamericana, cuyos orígenes se remontan a la intervención imperialista de 1926-1933, basada en el modelo de las Guardias creadas por los Estados Unidos en República Dominicana y Filipinas (Véase Millet, 1977). La institución armada quedó bajo el mando del fundador de la dinastía Anastasio Somoza García, quien la heredó a sus hijos Luis y Anastasio Somoza Debayle. Durante la larga dictadura hubo una oposición aglutinada en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), la cual en 1977-1978 sostuvo una verdadera guerra en contra del sistema somocista.1 La lucha anti dinástica tenía una oposición cívica, cuyo máximo líder fue el periodista, dueño y director de La Prensa, Pedro Joaquín Chamorro, quien desde su periódico había hecho severas criticas a la dinastía de los Somoza. El 10 de enero de 1978 fue asesinado y aunque la autoría jamás fue reivindicada por el régimen,2 no hubo dudas de su participación. El entierro de Chamorro se convirtió en un mitin político masivo y en una manifestación contra el sistema somocista. Mientras tanto, el dictador fundaba un cuerpo especial dentro de la GN para imponer mayor represión, su intención era equilibrar la balanza a su favor. Por ello, en diciembre de 1978 anunció un proyecto de fincas que serían asignadas a 32 oficiales de la GN en el departamento de Zelaya, cada una tenía una extensión aproximada de 450 hectáreas, estas vastas áreas formaban parte de una repartición caprichosa entre militares bajo el disfraz de reforma agraria, que evidentemente beneficiaba a muy pocos. 1 El régimen tuvo que ceder en dos ocasiones a las acciones de los guerrilleros. La primera, en diciembre de 1974 un comando secuestró la casa de José María Castillo Quant, un importante funcionario somocista. En 1978 otro comando tomó la Asamblea Nacional con resultados semejantes (véase Ramírez, 1999). 2 En el libro de Somoza y Jack Cox, Nicaragua Betrayed (1980:113), el ex dictador culpa del asesinato del periodista a Pedro Ramos, compañero de habitación de Carlos Andrés Pérez en Cuba, sin mencionar que Ramos era su socio en la exportadora de sangre Plasmafénesis. I. De la fiesta sandinista a la contrarrevolución __________________________________________________________________________________________________ 14 Uno de los beneficiarios fue el Teniente Coronel Enrique Bermúdez, conocido como 3-80 por su número dentro de la Academia Militar y quien después sería el máximo jefe militar de La Contra (véase Herrera, 1980). Estas asignaciones de propiedades tenían como finalidad mantener la alianza entre los mandos de la GN y el presidente Somoza. Con este tipo de componendas era difícil pensar en la traición de los jefes a su líder; además, el sistema somocista los había hecho beneficiarios, por lo que la lucha contra los sandinistas también implicaba su subsistencia como grupo de poder. No somos aves para vivir del aire No somos peces para vivir del mar Somos hombres para vivir de la tierra. Bernardino Díaz Ochoa (1929-1971).3 1.- La década sandinista. El 17 de julio de 1979 el dictador Anastasio Somoza Debayle abandonó Nicaragua,4 dejó como presidente a Francisco Urcuyo Maliaños, quien se negó a dejar el poder y afirmó que debía cumplir su periodo presidencial hasta 1980. Las fuerzas políticas y militares de oposición rechazaron la propuesta, mientras el gobierno norteamericano se mostró cauteloso, los guerrilleros sandinistas tenían el control de varias zonas del país y a nivel internacional la figura de Urcuyo no fue reconocida. Finalmente renunció ante la inminente victoria militar del FSLN. Previamente, en Costa Rica, se había creado la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN) que representaba a varios sectores de la oposición somocistas, no forzosamente sandinistas, integrada por cinco personalidades: Violeta Barrios, la viuda de periodista opositor Pedro Joaquín Chamorro; el empresario Alfonso Robelo quien después formaría parte del directorio contrarrevolucionario; el escritor Sergio Ramírez Mercado, a la postre vicepresidente del país; Moisés Hassan, representante del ala izquierdista y Daniel Ortega por parte del FSLN. La última ofensiva militar sandinista llevaba 44 días, en los cuales las ciudades de León, Chinandega, Estelí y Masaya habían sido liberadas. El 19 de julio de 1979, la JGRN y las tropas vencedoras, provenientes de todos los frentes guerrilleros llegaron a la capital Managua. El FSLN y la JGRN iniciaron un Gobierno de Reconstrucción que tenía como uno de sus objetivos incorporar a diversos sectores de la sociedad nicaragüense que habían sido históricamente segregados. A nivel económico incluyó: la instalación de un sistema mixto con una amplia reforma agraria, la nacionalización de la banca, del sistema financiero, del comercio exterior y de las minas. A nivel 3 Bernardino Díaz Ochoa fue un dirigente campesino asesinado por la GN en 1971. Su viuda Benigna Mendiola, es colaboradora histórica del FSLN pues logró aglutinar a los campesinos en la lucha contra Somoza y es miembro de AVEMISE. La frase de Bernardino se convirtió en una consigna, después en el lema de la Reforma Agraria y de la UNAG. En 1987 el gobierno sandinista creó la Orden Bernardino Díaz Ochoa para homenajear a los campesinos o ciudadanos que aportaran beneficios al agro. 4 Somoza muere en su exilio en Asunción, Paraguay, el 17 de septiembre de 1980, cuando un comando del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) de Argentina, lo emboscó en su auto y le disparó con una bazuca. Sobre el tema véase Alegría y Flakoll (1993) y Alejandro Mella (1990). I. De la fiesta sandinista a la contrarrevolución __________________________________________________________________________________________________ 15 político, la destrucción de los antiguos aparatos represivos del Estado y su sustitución por un nuevo ejército y una nueva policía. Las políticas económicas del gobierno sandinista también trataban de revertir el proceso somocista, así como el impacto negativo que había tenido la lucha anti dictatorial en el sistema productivo. Para 1983, la economía nicaragüense tuvo el mayor crecimiento de América Latina según la CEPAL, con un cinco por ciento (Núñez, et al.,1992:272),5 debido a que el proyecto revolucionario, entre 1979 y 1982, tuvo la oportunidad de emprender un modelo de crecimiento con el apoyo de países y organismos internacionales, lo que resultó en cierta estabilidad política y económica. Paralelamente, las fuerzas contrarrevolucionarias también crecieron. A partir de 1983 y hasta el final del periodo revolucionario, la guerra fue el acompañante permanente del sandinismo. ¡Dirección Nacional ordene! Consigna revolucionaria. a) Las políticas revolucionarias. La revolución sandinista se había propuesto desmantelar la estructura de la dinastía, por lo que empezó a reorganizar la sociedad, la economía y la política bajo nuevos estándares. Estos cambios fueron vistos popularmente provechosos y necesarios, pero trajeron consigo la desaprobación de algunos sectores que veían como sus anteriores prerrogativas eran eliminadas, o por grupos campesinos que no estaban de acuerdo con el rumbo que la revolución tomaba. En un país eminentemente agrícola como Nicaragua, era evidente que las primeras medidas revolucionarias estarían orientadas hacia el campo. El problema no era la falta de tierras -es el segundo país más grande de la región: mide 127,644 kilómetros cuadrados- sino el acomodo de sus habitantes. En 1985 tenía una población de tres millones concentrada en un 65 por ciento en la estrecha zona plana y fértil del Pacifico (14 por ciento del territorio), el 30 por ciento en las montañas y llanuras de la zona Norte central(26.5 por ciento del país) y el cinco por ciento restante habita la zona baja y húmeda del Caribe (el 59.3 por ciento del territorio). Después de la victoria revolucionaria las propiedades de la familia Somoza y sus allegados fueron confiscadas,6 cuando abandonaron Nicaragua, dejaron tras de sí una quinta parte de las tierras cultivables sin dueño (Close,2005:44 y Castañeda,1980:41). Para Orlando Núñez, especialista en el agro nicaragüense, la reforma agraria empezó “el día de la victoria, los campesinos precaristas pasaron a ser dueños de hecho -aunque sin títulos- de las parcelas que ocupaban anteriormente, siendo quizás el primer y mayor acto de cesión de tierras durante el gobierno revolucionario” (END, 08 -11-2005). 5 Un cinco por ciento de crecimiento que contrasta con el 2.5 de Guatemala, el 1.5 de El Salvador, 0.5 de Honduras y Costa Rica (Véase Núñez, et al,1992:272). 6 Tan sólo en Managua los Somoza poseían 68 fincas rústicas y 139 en la región IV (Wheelock, 1991:10). I. De la fiesta sandinista a la contrarrevolución __________________________________________________________________________________________________ 16 La expropiación de las propiedades somocistas le permitió al gobierno, en un primer momento, disponer de tierras sin afectar a otros ciudadanos. En total fueron confiscadas 1,132,553 manzanas (Envío #31, 01-1984),7 que sirvieron para organizar mil 200 Unidades de Producción Estatal (UPES) y las primera cooperativas (Barricada Internacional (BI), 07-1991:8).8 En noviembre de 1979 -en el aniversario de la caída de Carlos Fonseca Amador, máximo ideólogo del FSLN- Tomás Borge, uno de los fundadores del Frente, anunció que más del 50 por ciento de la tierra cultivable de Nicaragua ya pertenecía al Estado y que sería administrada por el Instituto Nicaragüense de la Reforma Agraria (INRA) (Castañeda, 1980:36). El gobierno realizó una serie de decretos que fueron asumidos como una victoria campesina. En los seis meses posteriores, se organizaron tres mil cooperativas (Envío # 26, 08-1983) a través de la Asociación de Trabajadores del Campo (ATC), el sindicato agrícola sandinista. En el segundo aniversario de la revolución se anunció el plan de la Reforma Agraria basada en un modelo mixto que combinaba un sistema empresarial estatal con cooperativas agrarias, bajo la denominación de Área de Propiedad del Pueblo (APP).9 Para Jaime Wheelock, Ministro de la Reforma Agraria, “Se trata[ba] de una ley anti oligárquica cuyo objetivo primordial es continuar la democratización de la propiedad afectando el latifundio ocioso y mal explotado […] ordena la expropiación de fincas ociosas” (1991:10). Esta Ley fue más radical que la anterior y por medio de ella, el estado sandinista se convirtió en el mayor empresario agrícola, por otro lado afectaba a grandes propietarios, pero también a los medieros10 y generó una enorme contradicción en las comunidades campesinas, pues partía de la premisa de que en el campo había dos clases sociales antagónicas en pugna: los campesinos explotados y una burguesía explotadora, sin considerar que en el área rural existe un entramado de relaciones sociales, económicas y familiares de gran complejidad. En muchos casos, el propietario no era terrateniente, sino un mediero (no forzosamente explotador). Es importante señalar las relaciones entretejidas de padrinazgo, de amistad y de parentesco. Así lo explicó Genaro Pérez Merlo,11 ex campesino de San Juan de Río Coco -frontera 7 Los datos no coinciden pues, el ministro de la Reforma Agraria contabilizó un millón 600 mil manzanas (Wheelock,1991:10), 467,445 más que las registradas por la Revista Envío, publicación surgida en la década de los años ochenta de la Universidad Centroamericana (UCA), que continúa realizando un importante trabajo periodístico y de investigación. 8 Barricada Internacional (en adelante BI) fue un semanario afín al sandinismo que dejo de circular después de 1993. 9 El APP articuló el conjunto de medios de producción colectivo por medio de la nacionalización de tierras y propiedades de Somoza y sus allegados, junto con la grande y pequeña explotación agrícola no ligada a los intereses de Somoza. 10 Se le llama popularmente medieros a los propietarios de tierras cuya extensión no se puede considerar un latifundio, pero que sobrepasa la pequeña propiedad. 11 Entrevista realizada el 22 de septiembre de 2006 en Managua por Verónica Rueda Estrada. I. De la fiesta sandinista a la contrarrevolución __________________________________________________________________________________________________ 17 agrícola de los años setenta,- quien se unió a La Contra en los años ochenta y fue entrevistado para esta investigación: Mira, hubo el caso […] que llegaba la consigna del Frente de confiscar la propiedad de fulano de tal y resulta que era el cuñado del militante del FSLN que tiene que llevar a cabo la confiscación ¿Qué hacía? ¿Quitarle la tierra a sus sobrinos por seguir la consigna?….unos sí lo hacían, otros renunciaban, pero luego los acusaban de ser un pequeño burgués o de contrarrevolucionarios y los perseguían. (Entrev. Pérez, 2006). Esta fue una de las razones de descontento entre las comunidades campesinas de la región VI (departamentos de Matagalpa y Jinotega), que participaron activamente en la lucha sandinista12 y que, al triunfo de ésta, se fueron sintiendo incomprendidos y agredidos pues “fueron enviados allí muchos cuadros del Pacífico que no supieron entender a este campesinado […] se les comenzó a fustigar y se llegó a extremos, como en Pantasma, Yalí, Río Blanco. Por eso la contrarrevolución pudo desarrollar su trabajo allí” (Vilas,1994:231). Por otra parte, la nueva ley no otorgaba la propiedad de la tierra en forma individual, sino colectivamente. Las cooperativas, así como los equipos de trabajo al interior de las empresas estatales, funcionaron como formas organizadas de defensa ante los ataques de los grupos contrarrevolucionarios que iban cobrando fuerza. Otra respuesta del campesinado y del gobierno a las agresiones fueron las Cooperativas de Autodefensa o Cooperativas de Defensa y Producción, en las cuales sus miembros estaban armados y organizados de manera que pudieran contener y defenderse de los ataques bélicos; la mayoría se establecieron en zonas de difícil acceso, eso facilitó la actividad armada de La Contra y las hizo blanco de incursiones. Gran parte de la defensa del campo recayó sobre las Cooperativas de Autodefensa (CAD) y las Milicias Populares. En 1984 en las zonas de guerra se registraban cerca de 300 CAD que integraban más de ocho mil campesinos organizados (Núñez, et al., 1992:334). Otra forma de colectivización, pero indirecta, fueron los Asentamientos Campesinos, agrupaciones poblacionales de trabajadores del campo que habían sido reubicados para alejarlos de las zonas de guerra, abandono que causó un fuerte impacto en la política de desarrollo agropecuario y en la fisonomía del escenario rural, que aunado al colapso del ancestral funcionamiento económico y social de las comunidades, terminó por desgastar la base social de la revolución en el campo.13 Así lo vivió don Cándido,14 un simpatizante sandinista nacido en Boaco, residente de una comunidad alejada en El Rama, miembro de las Milicias Populares Sandinistas y combatiente en el Batallón de Reserva 90-14: 12 En esta región se encuentran algunos de los sitios más emblemáticos de la lucha antidictatorial del FSLN como son: Pancasan y Bocay, en donde se llevaron a cabo las primeras experiencias guerrilleras y Zinica, donde murió en combate el máximo ideólogo del FSLN: Carlos Fonseca Amador. 13 En 1982, 42 comunidades indígenas fueron evacuadas hacía el interior del país, a 60 kilómetrosde la frontera con Honduras, para ser instaladas en seis nuevos poblados conocidos como Tasba Pri. 14 Entrevista realizada el 23 de noviembre de 2006 en El Timal por Verónica Rueda Estrada. I. De la fiesta sandinista a la contrarrevolución __________________________________________________________________________________________________ 18 [Yo llego a El Rama porque] mi papá era muy pobre, era posante15 y veníamos rodando hasta que llegamos ahí como carpinteros, compramos un poco de tierra y lo perdí […] a nosotros nos sacaron por la guerra, nos sacaron porque estaba dura la guerra y corrían peligro mis hijos chicos, hasta entraron al servicio militar y pues la finca quedaba solita […] nosotros operábamos en la zona del Rama y La Contra operaban en esa zona donde estaba mi tierra, era la zona dura y ya cuando nos desarmamos, pues ya estaba tomada por esa gente ahí y ya no pude reclamar nada y no pude recuperarla cuando el gobierno de doña Violeta. (Entrev. Zeledón, 2006). Los nuevos asentamientos rompían con las tradicionales estructuras del campo, que impactaban también entre los simpatizantes del sandinismo. Para el gobierno se trataba de una respuesta militar, económica y social de los campesinos residentes en las zonas de guerra, por ello, las autoridades hicieron grandes esfuerzos para convertirlos en unidades de producción. Se entregaron tierras y se proporcionaron servicios, pero desde el primer momento fueron objeto de hostigamiento por parte de las fuerzas contrarrevolucionarias, de esta manera, la defensa territorial se convirtió en una de las fuerzas centrales de sus pobladores (Núñez, et al.,1992:333). Para finales de 1984 la población desplazada por efecto de la guerra superaba las 150 mil personas, se logró reinstalar al 55 por ciento en 159 nuevos asentamientos (Ídem:329).16 Las políticas de reasentamiento agrario provocaron otro foco de conflicto en amplias zonas del país, pues las llamadas popularmente relocalizaciones, así como los desplazados de guerra tenían necesidades de tierras para sobrevivir, esta situación afectó a pequeños y medianos productores, debido a que se les reasignaron tierras en otros lugares o fueron compradas sus propiedad (Núñez, et al.,1992:366). Los problemas en el campo se intensificaban conforme se implementaban las políticas agrarias. En un primer momento hubo una mínima oposición a las políticas de distribución de tierras del gobierno porque sólo afectaban a los exiliados (Ley de los Ausentes) o por sus vínculos con la dictadura, pero cuando los sandinistas iniciaron las confiscaciones de varios de los grandes y medianos propietarios por medio de la Ley de Reforma Agraria, surge una contradicción con la oligarquía. Cabe destacar que muchas de estas confiscaciones fueron hechas más por razones políticas que como parte de una política agraria; pues se basaban, en muchos casos, en lealtades o simpatías a la revolución. Un ejemplo es el Ingenio San Antonio, el más grande del país, y propiedad de la prominente familia Pellas (dueños del internacionalmente conocido Ron Flor de Caña y distribuidores de vehículos japoneses), Alfredo Pellas, cabeza visible de la familia mantuvo un bajo perfil en los primeros años del gobierno revolucionario por lo que pudieron mantener prácticamente intacta su propiedad, controlando el 66 por ciento de la producción de azúcar 15 Posante, es la expresión popular que se usa para los campesinos que no poseen tierras de cultivo y las alquilan. El pago es usualmente con dinero, aunque se puede pagar con una porción de la cosecha. El término también se aplica a los que no tienen una vivienda y que por medio de favores, rentas simbólicas u otros acuerdos pueden tener un lugar para vivir. 16 James Wootten, especialista en defensa del Congreso de Estados Unidos maneja la cifra de 100 mil campesinos trasladados de las zonas de guerra a otros asentamientos en 1987 (1996:67). I. De la fiesta sandinista a la contrarrevolución __________________________________________________________________________________________________ 19 (Castañeda, 1980:38). El ingenio fue confiscado a finales de la década de los ochenta, nuevamente por razones políticas. Este ingenio también fue una bandera revolucionaria, ya que era una demostración de su economía mixta. Por otro lado, los beneficiarios de la reforma agraria sandinista tenían títulos que habían sido entregados colectivamente. Esta distribución de tierras no iba de acuerdo a la mentalidad de los campesinos, ni de los posantes (los más pobres en la estructura social) quienes aspiraban a que la política agraria revolucionaria se aplicara por medio de la división de las grandes propiedades y la entrega de parcelas individuales. Estas políticas atentaron contra las aspiraciones de posesión de los campesinos. Hasta finales de 1989 la tierra distribuida en la reforma agraria no podía ser dividida, vendida o transmitida, hecho que cambio durante la campaña electoral cuando el gobierno sandinista decidió hacer reformas a esta Ley (artículo 11, capítulo 3), con la finalidad de permitir la venta que había sido uno de los reclamos más sentidos del campesinado que deseaban heredar a sus hijos y parientes. En muchos sentidos, esta reforma llegaba demasiado tarde.17 Durante el periodo 1983-1986 se otorgó una titulación masiva a través del Plan Extraordinario de Titulación. El investigador mexicano Juan Monroy, experto en Nicaragua, divide en cuatro etapas la Reforma Agraria Sandinista: En la primera etapa se dieron las confiscaciones de las propiedades personales de Anastasio Somoza y familiares, así como funcionarios de su gobierno, concluyó la misma al implementarse la Ley de Reforma Agraria en 1981, el Estado es el dueño de la tierra y se convierte en empresario. En el segundo periodo se colectiviza la tierra y culmina con la segunda Ley de la Reforma Agraria de 1986. Para la tercera etapa la entrega de tierras se hace en forma individualizada en algunas regiones, ante la exigencia de los campesinos de tener su parcela, y ante el fracaso de las cooperativas en varias partes del país. La última fase se dio en 1990, justo en los meses de transición de poderes entre el gobierno sandinista y el de Violeta Barrios. (2001:52). La Reforma Agraria se transformó paralelamente al desarrollo de la guerra, con la intención de “apagar el fuego” que las primeras medidas habían prendido. A pesar de los múltiples problemas surgidos en su implementación, el acceso del campesino al crédito mejoró considerablemente. Según un estudio del Banco Mundial, “las políticas de reforma agraria iniciadas en 1980 han sido exitosas ya que lograron invertir el patrón de tenencia de la tierra de los años setenta, haciéndolo uno de los sistemas de tenencia de tierras más equitativos en toda América Latina, en el cual el 75 por ciento de la tierra de uso agrícola pertenecía a pequeños y medianos productores” (ACNUR,1993:17). La reorganización de la sociedad y de la economía fue más allá del problema de la tierra, pasó por la comercialización y distribución de los productos, principalmente agrícolas. Como parte de la 17 Para Juan Monroy esta reforma correspondió más a contrarrestar las promesas electorales de la UNO que a una nueva política agraria. Paradójicamente, posibilitó, en muchos sentidos, la contrarreforma agraria de la señora Barrios ya que los propietarios sucumbieron ante las ofertas de los terratenientes que recuperaron sus tierras mediante la compra (véase 2001:50-55). I. De la fiesta sandinista a la contrarrevolución __________________________________________________________________________________________________ 20 política de control y regulación del abasto, en 1979 se promulgó la “Ley de Defensa del Consumidor”, a través de la cual, el estado adquirióla capacidad legal de regular los precios de los granos, el control de ocho productos de consumo básico y podía castigar -incluso con cárcel- a los comerciantes que vendieran por encima de los topes establecidos por las autoridades. Posteriormente, se decretó la “Ley de emergencia” y comenzaron las multas y confiscaciones a los especuladores, también atacó a comerciantes e intermediarios acostumbrados a regirse por las leyes del mercado y no por un tope de precios impuesto por el gobierno. Los productores sentían que no tenían libertad de vender a quien ellos acostumbraban o deseaban. Con el objetivo de profundizar en estas políticas, entre los años 1979-1982 se creó y fortaleció la Empresa Nacional de Alimentos Básico (ENABAS) que pretendía regular la comercialización y distribución de los alimentos, actividad que pronto se convirtió en un monopolio del estado. ENABAS fue la encargada de fijar los precios, comprar los productos directamente y de distribuirlos por todo el país. Dicha empresa fue la respuesta lógica a la premisa de que una vez eliminados los intermediarios, los precios serían más accesibles y que al ser distribuidos por el gobierno se garantizaba el acceso equitativo de la población. “Para 1983 […] ENABAS llegó a captar casi 80 por ciento de la producción comercializable o 50 de la producción total” (Vilas, 1994:222). ENABAS tuvo varios aspectos positivos, como garantizar en tiempos de guerra el abasto de arroz, maíz, fríjol y otros productos de la canasta básica, además el pago de los créditos se flexibilizaba si la cosecha era vendida al gobierno (Vilas, et al., 1993:139). Los precios de garantía le daban una seguridad al productor en su ingreso, desgraciadamente muchas veces el control de precios respondía más a políticas económicas que a verdaderas razones de producción o de mercado. Por otra parte. el campesino sentía que estas políticas de control eran un esfuerzo de la autoridad sandinista de limitarlos y cambiar sus relaciones sociales, ya que estaban acostumbrados a escoger a sus clientes y fijar sus precios. La situación era que estábamos todos envalentonados. Ecosierra, excombatiente de YATAMA. b) Los cambios de la revolución. Durante la década revolucionaria se dio un gran crecimiento de la organización social a través de las instituciones gremiales y asociaciones dependientes del FSLN y del gobierno. Se promovió la Asociación de Mujeres Nicaragüenses Luisa Amanda Espinosa (AMNLAE), la Juventud Sandinista 19 de Julio (JS-19 de Julio), los niños con la organización de los Quinchos y los Comités de Defensa Sandinista (CDS). En su inició fue un complejo proceso en el que la sociedad organizada I. De la fiesta sandinista a la contrarrevolución __________________________________________________________________________________________________ 21 iba al encuentro del Estado, al mismo tiempo que éste buscaba acercarse y organizar a la sociedad.18 Uno de los gremio más importantes fue la Asociación de Trabajadores del Campo (ATC) que se convertiría en un sindicato con presencia nacional y de fuerte impacto. Entre 1982 y 1983 surgió la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG) representante de los pequeños y medianos productores y que sería de gran importancia entre los campesinos (actualmente aún mantienen su influencia). La UNAG llegó a tener más de 125 mil afiliados; por su parte los CDS llegaron a ser 15 mil con cerca de 600 mil miembros, de los cuales 300 mil estuvieron integrados y contabilizados en las tareas de Vigilancia Revolucionaria.19 Las cooperativas alcanzaron a tener cerca de 60 mil familias, de las cuales 100 mil estuvieron organizadas en cooperativas de defensa y producción (Núñez, et al.,1992:238). Por su parte la ATC, el sindicato agrícola sandinista, logró organizar en cuatro meses, desde su creación en agosto de 1979, a 22 mil 346 afiliados. La más entusiasta defensora de la revolución fue la JS-19 de Julio, que llegó a tener más de 30 mil militantes, y cerca de un 73 por ciento se integró a los batallones militares (Núñez, et al.,1992:238). A medida que la guerra se profundizaba, parte del trabajo más duro le correspondió a la JS-19 de Julio, pues era la encargada de informar al ejército sobre la disponibilidad de futuros combatientes y a las familias en caso de deceso. Las actividades de sus líderes fueron duramente criticadas pues eran los encargados de reclutar pero pocas veces se reclutaban ellos mismos (Véase Sobalvarro, 2005). La juventud sandinista también participó activamente en las Brigadas Populares de la Salud, en las jornadas anti-dengue y anti-malaria de 1983, en las cuales participaron alrededor de 73 mil brigadistas (Núñez, et al.,1992:238). Para David, indígena miskito, y miembro fundador de la organización MISURASATA, las propuestas organizativas del FSLN rompían en muchos sentidos con las tradiciones de su pueblo: Ellos trajeron importados líderes del Pacífico, trataron de convertirnos de la misma manera en que ellos pensaban y que nos organizáramos igual que ellos, eso fue un contraste porque nosotros tenemos un concepto de organización indígena milenaria y lo hemos mantenido porque estamos arraigados a nuestra tierra y no podíamos perderlo de la noche a la mañana porque un gobierno nos diga que tenemos que organizarnos en asociaciones de mujeres, de campesinos, en comités de defensa, se trastocaba nuestra cultura. (Entrev. David, 2006). Esta nueva forma de organización de los indígenas también tuvo costos negativos, así lo afirmó Centuriano Knight,20 líder de la comunidad miskita: 18 Sobre la participación popular en el FSLN, el Ministro del Interior Tomás Borge dijo “Un partido que reúna a los revolucionarios nicaragüenses voluntariamente […] con ese fin tenemos que crecer y madurar, realizar una actividad de reclutamiento que a la vez debe de ser activa y prudente para impedir que a nuestra organización lleguen los peores […] negativos o ligados al pasado tenebroso que acabamos de liquidar” (1981:45). 19 Entre las funciones de los CDS estaba organizar a la población en las labores partidistas y vigilar las actividades de los vecinos para prevenir acciones contrarrevolucionarias. Los excesos de los CDS fueron numerosos y crearon serios conflictos al interior de la población. 20 Entrevista realizada el 31 de octubre en Bilwi (RAAN) por Verónica Rueda Estrada. I. De la fiesta sandinista a la contrarrevolución __________________________________________________________________________________________________ 22 Es que antes no había una organización y fue la misma revolución que ayudó a organizar a la gente, el involucramiento de estudiantes, universitarios. Las organizaciones tradicionales era de ancianos [luego con la revolución] fue de mujeres, ancianos, estudiantes, de todo y fue lo culminante y fue efectivo para el movimiento indígena. (Entrev. Knight, 2006). Si nos atenemos a lo dicho por los entrevistados, parece que hubiera una contradicción, pues mientras que para David existía una organización indígena que chocaba con la propuesta sandinista, para Centuriano la organización fue promovida por el mismo FSLN. En ambas perspectivas hay una dosis de razón. Efectivamente existía una organización indígena, pero era de carácter comunitario, mientras que con los sandinistas, la organización se dio más a nivel político y en muchos sentidos, de mayor impacto en la vida diaria de los indígenas. En 1980 y como una de sus primeras actividades, la JS 19 de Julio participó activamente en el Ejército Popular de Alfabetización cuando ayudaron a la organización de La Cruzada Nacional de Alfabetización (CNA) junto con el Ministerio de Educación, en la que participaron 52 mil jóvenes. La CNA fue quizá la acción más ejemplar de la revolución, su meta: enseñar a leer y escribir a 600 mil nicaragüenses,
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