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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA Facultad de Psicología LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA Directora de proyecto: Dra. María Dolores Rodríguez Ortiz México D. F. 2008 DE MÉXICO PARA OBTENER EL TITULO DE: ELIZABETH MANDUJANO BAEZA P R E S E N T A ASIMETRÍA DE LA EXPRESIÓN FACIAL: DIFERENCIAS ENTRE EL MOVIMIENTO FACIAL EMOCIONAL Y NO EMOCIONAL Neevia docConverter 5.1 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 1 Agradecimientos A mi directora de tesis, DRA. MA. DOLORES RODRIGUEZ ORTIZ Por su gran dedicación, interés y ejemplo A mis sinodales, MTRO. ALFONSO SALGADO BENITEZ MTRA. VERONICA MA. DEL C. ALCALA HERRERA LIC. IRMA ZALDIVAR MARTINEZ LIC. MAURA JAZMIN RAMIREZ FLORES Por sus valiosas aportaciones, tiempo y esfuerzo A la LIC. LOURDES LIZARRAGA MOCTEZUMA Por todo el apoyo técnico, académico y personal A mis seres queridos A quienes debo todos mis logros Neevia docConverter 5.1 2 ÍNDICE DE CONTENIDOS Capítulo I: Introducción………………………………………………………………...7 Resumen…………………………………………………………………………………...8 Introducción……………………………………………………………………………......8 Marco teórico……………………………………………………………………………..10 Expresión facial emocional…………………………………………………….......15 Filogenia y ontogenia de la expresión facial emocional………………………...20 Metodología para el estudio de la expresión facial emocional…………….......24 Tipos de expresión facial emocional: voluntaria y espontánea………………...25 Las emociones básicas……………………………………………………………..28 Lateralización Cerebral……………………………………………………………..33 Lateralización y asimetría de la expresión facial………………………………...34 Lateralización y asimetría de la expresión emocional facial……………….......35 Lateralización y asimetría de la expresión facial no emocional………….…….38 Variables que influyen en la asimetría de la expresión facial…………….........39 Objetivos de la investigación actual sobre asimetría de la expresión facial ….40 Conclusiones………………………………………………………………………...43 Justificación………………………………………………………………………………45 Capítulo II: Método……………………………………………………………………..48 Objetivos………………………………………………………………………………….49 Hipótesis………………………………………………………………………………….49 Diseño experimental………………………………………………………………….....50 Tipo de estudio…………………………………………………………………………...50 Participantes……………………………………………………………………………...50 Escenario………………………………………………………………………………....51 Instrumentos………………………………………………………………………….…..51 Aparatos…………………………………………………………………………………..51 Materiales…………………………………………………………………………………53 Procedimiento…………………………………………………………………………….53 Capítulo III: Resultados………………………………………………………………..59 Índice de asimetría facial………………………………………………………………..63 Análisis realizados con los grupos de asimetría izquierda y asimetría derecha.....67 Análisis dividiendo la cara en cuadrantes……………………………………………..72 Capítulo IV: Discusión…………………………………………………………………77 Implicaciones teóricas…………………………………………………………………...78 Diferencia entre el movimiento facial emocional y no emocional………......78 Asimetría del movimiento facial………………………………………………...79 Diferencias entre el movimiento facial voluntario y espontáneo…………....80 Neevia docConverter 5.1 3 Teorías sobre lateralización de la expresión facial emocional……………...82 Diferencias encontradas para la expresión de enojo………………………...85 Variables que influyen en la asimetría de la expresión facial emocional…..86 Implicaciones metodológicas…………………………………………………………...87 Implicaciones clínicas……………………………………………………………………89 Conclusiones generales…………………………………………………………………92 Referencias………………………………………………………………………………97 Neevia docConverter 5.1 4 LISTA DE TABLAS Y FIGURAS Figura 1: Lóbulo límbico…………………………………………………………………12 Figura 2: Estructuras subcorticales del sistema límbico…………………………….14 Figura 3: Inervación del nervio trigémino……………………………………………...17 Figura 4: Divisiones del nervio facial…………………………………………………..18 Figura 5: Músculos de la expresión facial……………………………………………..20 Figura 6: Disección de los músculos de la expresión facial………………………...20 Figura 7: Expresión facial de sorpresa………………………………………………...29 Figura 8: Expresión facial de alegría…………………………………………………..29 Figura 9: Expresión facial de miedo……………………………………………………30 Figura 10: Expresión facial de enojo…………………………………………………..31 Figura 11: Expresión facial de disgusto……………………………………………….32 Figura 12: Expresión facial de tristeza………………………………………………...33 Figura 13: Ejemplo de trazo EMG osciloscópico……………………………………..52 Figura 14: Ejemplo de trazo EMG procesado………………………………………...52 Figura 15: Colocación de electrodos…………………………………………………..54 Figura 16: Ejemplos de registros EMG……………………………………………......57 Figura 17: Tipos de actividad EMG…………………………………………………….58 Tabla 1: Registros seleccionados para la realización de las bases tipo 2………...60 Tabla 2: Influencia del tipo de estimulación y de la hemicara sobre la actividad EMG……………………………………………………………………………………….61 Tabla 3: Estadísticos descriptivos de la actividad EMG para cada subgrupo………………………………………………………………………………….61 Tabla 4: Comparación entre la actividad EMG promedio de ambas hemicaras para cada una de las láminas………………………………………………………………...62 Neevia docConverter 5.1 5 Tabla 5: Comparación entre la actividad EMG máxima de ambas hemicaras para cada una de las láminas………………………………………………………………...63 Tabla 6: Comparación entre la actividad EMG mínima de ambas hemicaras para cada una de las láminas………………………………………………………………...63 Tabla 7: Diferencias significativas en el IAF en relación al tipo de estimulación utilizado……………………………………………………………………………………64 Tabla 8: Diferencias significativas en el IAF en relación al tipo de estimulación y el movimiento realizado……………………………………………………...…………….65 Tabla 9: Coeficientes de correlación entre la DEH, el IAF y la actividad EMG……………………………………………………………….................................67 Tabla 10: Correlación entre la DEH, el IAF y la actividad EMG para los movimientos evocados con estimulación emocional y no emocional…………….67 Tabla 11: Número de lecturas incluidas en los grupos de asimetría izquierda y asimetría derecha………………………………………………………………………..68 Tabla 12: Influencia del tipo de estimulación y de la hemicara sobre la actividad EMG para cada grupo de asimetría……………………………………………...........69 Tabla 13: Estadísticos descriptivos de la actividad EMG para cada subgrupo de asimetría derecha………………………………………………………………………..69 Tabla 14: Estadísticos descriptivos de la actividad EMG para cada subgrupo de asimetría izquierda……..………………………………………………………………..70 Tabla 15: Comparación entre la actividad EMG promedio de ambas hemicaras en cada una de las láminas para los grupos de asimetría izquierda y derecha……...71 Tabla 16: Comparación entre la actividad EMG máxima de ambas hemicaras en cada una de las láminas para los grupos de asimetría izquierda y derecha……...71 Tabla 17: Comparación entre la actividad EMG mínima de ambas hemicaras en cada una de las láminas para los grupos de asimetría izquierda y derecha……...72 Tabla 18: Influencia del tipo de estimulación y del cuadrante de la cara sobre la actividad EMG……………………………………………………………………...........73Tabla 19: Estadísticos descriptivos de la actividad EMG para cada subgrupo…………………………………………………………………………………73 Tabla 20: Comparación de la actividad EMG promedio de cada cuadrante para todas las subfases…..…………………………………………………………………...75 Neevia docConverter 5.1 6 Tabla 21: Comparación de la actividad EMG máxima de cada cuadrante para todas las subfases…...…………………………………………………………………..75 Tabla 22: Comparación de la actividad EMG mínima de cada cuadrante para todas las subfases…...…………………………………………..……………………………..76 Tabla 23: Movimientos y variables recomendadas para la rehabilitación de cada cuadrante de la cara……………………………………………………………………..92 Neevia docConverter 5.1 7 CAPÍTULO I INTRODUCCIÓN Neevia docConverter 5.1 8 ASIMETRÍA de la EXPRESIÓN FACIAL: Diferencias Entre el Movimiento Facial Emocional y No Emocional Elizabeth Mandujano Baeza Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México RESUMEN Diversos autores han encontrado una asimetría en la expresión facial tanto de tipo emocional como no emocional. El electromiograma (EMG) resulta ser un método no invasivo, válido, viable y con alta resolución temporal para el estudio de la asimetría de la expresión facial. El presente estudio tuvo como objetivo observar si la actividad electromiográfica de los músculos de las hemicaras izquierda y derecha difiere significativamente, tanto cuando los movimientos son evocados mediante estimulación con una connotación emocional como cuando se evocan por medio de instrucciones emocionalmente neutrales. Participaron 30 hombres mexicanos, adultos, diestros, sanos y con una escolaridad mínima de secundaria. Se registró la actividad electromiográfica promedio, máxima y mínima de cuatro grupos musculares para ambos lados de la cara (cigomáticos, palpebrales, superciliares-frontales, Orbicular-Triangular de los labios) mientras los participantes posaron cuatro expresiones faciales emocionales (alegría, tristeza, enojo, miedo) y seis expresiones faciales sin connotación emocional (elevar las comisuras de la boca, elevar las cejas, fruncir el ceño, bajar las comisuras de la boca, apretar los labios y apretar los ojos sin cerrarlos). Se realizaron diferentes análisis estadísticos para determinar la existencia de diferencias significativas entre ambas hemicaras para cada uno de los movimientos faciales realizados, tanto en su actividad EMG como en su índice de asimetría facial (IAF). Los análisis revelaron una asimetría no significativa izquierda independiente al tipo de estimulación utilizado para evocar el movimiento facial. La utilización del IAF como variable independiente permitió el análisis comparativo de la estimulación emocional y no emocional, revelando diferencias significativas entre ambos tipos de estimulación. En general, se observó un mayor IAF promedio para los movimientos no emocionales. Asimismo, se observó una correlación positiva significativa entre la actividad EMG y el IAF, lo que querría decir que a mayor magnitud del movimiento facial, mayor es la asimetría facial. El estudio propone la división de la cara en cuadrantes en lugar de hemicaras debido a las diferencias en la innervación de las porciones inferiores y superiores del rostro. Las comparaciones entre los cuatro cuadrantes revelaron diferencias significativas en la actividad EMG, siendo el cuadrante inferior-izquierdo el que mostró mayor actividad EMG. Se observaron resultados distintos dependiendo del tipo de actividad EMG que fue analizada, planteándose la posibilidad de que las diferencias observadas en la literatura científica se deban en parte a diferencias en las definiciones operacionales de las variables experimentales. Los resultados obtenidos nos llevan a plantear la posibilidad de que la asimetría facial dependa del tipo de movimiento que se realice, siendo diferentes los movimientos posados y espontáneos. PALABRAS CLAVE Asimetría, Expresión Facial Emocional, Expresión Facial no Emocional, Electromiograma. INTRODUCCIÓN El presente estudio se refiere al tema de la asimetría del movimiento facial, definida como el grado de compromiso muscular presente en una hemicara Neevia docConverter 5.1 9 respecto a la otra; esta asimetría ha sido encontrada tanto en acciones faciales emocionales como en acciones faciales no emocionales. La investigación sobre asimetría facial de la expresión emocional ha permitido inferir acciones de control diferencial de los hemisferios izquierdo y derecho sobre el fenómeno emocional, proponiéndose de esta forma diferentes modelos sobre lateralización cerebral del control emocional. El interés principal de este estudio fue investigar la asimetría del movimiento facial, tanto emocional como no emocional. Otros de los intereses para realizar esta investigación son: hacer inferencias sobre la forma en que el sistema nervioso controla el movimiento facial, así como observar las diferencias existentes entre el movimiento facial emocional y no emocional; utilizar una técnica electrofisiológica en el estudio del movimiento facial con el objetivo de obtener datos válidos y replicables; a partir de los resultados del estudio, elegir la estimulación más adecuada para evocar el movimiento facial dentro de los programas de rehabilitación de pacientes con parálisis facial. Esta investigación, realizada dentro del marco de la psicología fisiológica, es de tipo experimental de un solo grupo, con un diseño factorial 2x2. Se utilizó el electromiograma para obtener un registro electrofisiológico del movimiento facial, el cual fue evocado con estímulos con y sin connotación emocional. El estudio se realizó con hombres mexicanos diestros, entre 18 y 60 años de edad, sanos y con una escolaridad mínima de secundaria, seleccionados mediante muestreo incidental. El objetivo general de esta investigación fue observar si los movimientos de los músculos faciales del lado izquierdo diferían significativamente de los del derecho Neevia docConverter 5.1 10 cuando éstos fueron evocados por estimulación con una connotación emocional o por instrucciones emocionalmente neutrales. En el presente capítulo, se incluye el marco teórico y las justificaciones de esta investigación. En el capítulo II, se presenta el método utilizado en este estudio, incluyendo las hipótesis y los objetivos de la investigación, el diseño experimental, los participantes, el escenario en donde fue realizado el experimento, los instrumentos, aparatos y materiales utilizados y el procedimiento que se llevó a cabo. En el capítulo III se exponen los análisis estadísticos realizados y los resultados obtenidos a partir de ellos. Por último, en el capítulo IV, se discuten las implicaciones teóricas, metodológicas y clínicas de estos resultados, así como las conclusiones generales del experimento. MARCO TEÓRICO La emoción es un “estado interno que no es posible observar o medir de manera directa. El complejo de las emociones incluye varios componentes: subjetivos, fisiológicos y conductuales objetivos. Los primeros se refieren a los sentimientos afectivos y al pensamiento; los conductuales, por otra parte, se manifiestan por expresiones faciales, gestos y acciones corporales, congénitas y aprendidas; mientras que los fisiológicos aluden a los cambios somáticos, viscerales y endócrinos. Cada uno de estos componentes, que ocurre de manera simultánea y concomitante con los otros, varía en intensidad de acuerdo con las diferentes Neevia docConverter 5.1 11 emociones y se halla fuertemente influido por la experiencia (factor cognoscitivo) y el medio social” (Escobar y Silva, 2002; en Escobar y Aguilar, 2002). Diversas estructuras cerebrales, tanto subcorticales como corticales, participan indiscutiblemente en la génesisde las emociones; en diversas investigaciones, incluyéndose varios estudios de neuroimagen, se han relacionado diferentes componentes de las conductas emocionales con estructuras límbicas y paralímbicas, regiones subcorticales, así como regiones mediales, dorsolaterales y orbitofrontales (Fossati et al, 2003). El término de “lóbulo límbico” fue acuñado por Paul Broca para designar una parte de las regiones medial y basal de los hemisferios cerebrales, las cuales forman un anillo de corteza cerebral que rodea a las estructuras diencefálicas. En la descripción de Broca, el lóbulo límbico incluía la circunvolución del cíngulo, la circunvolución del hipocampo y la corteza retroesplenial. Posteriormente, el concepto de lóbulo límbico se amplió, denominándose sistema límbico, al incluir también el tubérculo olfatorio, rudimento hipocámpico, formación hipocámpica, corteza prepiriforme, uncus, giro subcalloso, circunvolución del cíngulo, corteza retroesplenial, el complejo amigdalino, los núcleos septales, el núcleo caudado, ciertas áreas y núcleos del hipotálamo, del tálamo y la formación reticular mesencefálica. Constituyendo áreas heteromodales de recepción de información sensorial, las áreas asociativas del lóbulo temporal forman parte de los circuitos que permiten integrar las funciones sensoriales y generar los estados emocionales correspondientes. Neevia docConverter 5.1 12 Figura 1: Lóbulo límbico Figura 1: vista medial que muestra la corteza prefrontal límbica y el lóbulo límbico. (Adaptación de Kandel et al, 1991) Los estudios clínicos y experimentales relacionan a la formación hipocámpica con el aprendizaje y la memoria. Estas observaciones no dejan lugar a duda de que la formación hipocámpica, como receptora de la convergencia sensorial de áreas asociativas heteromodales, constituye el vínculo para el desencadenamiento de emociones relacionadas con componentes somáticos, viscerales y endocrinos, gracias a sus conexiones con otras estructuras límbicas que incluyen al hipotálamo, tálamo, corteza prefrontal, circunvolución del cíngulo, corteza retroesplenial y sus vías descendentes al tallo cerebral. La estimulación experimental de la región del cíngulo, por su parte, produce respuestas somáticas motoras y autónomas. Recientemente, por medio de los estudios de neuroimagen, específicamente las imágenes por resonancia magnética funcional (fRMI), se ha demostrado que la parte denominada corteza retroesplenial de la circunvolución del cíngulo se activa con intensidad cuando los sujetos recuerdan emociones pasadas o se les presentan estímulos emocionales relevantes. Neevia docConverter 5.1 13 La amígdala, o complejo amigdalino, tiene un papel fundamental en el procesamiento emocional. Evidencia considerable tanto en humanos como en animales indica que la amígdala interviene entre las regiones implicadas con la expresión somática de la emoción y las áreas neocorticales involucradas con el sentimiento consciente, especialmente para el miedo. Muchas de las expresiones autonómicas de los estados emocionales son controladas por la amígdala a través de sus conexiones al hipotálamo y al sistema nervioso autónomo. La influencia de la amígdala sobre el sentimiento consciente está mediada por sus proyecciones al giro cingulado y a la corteza prefrontal. El hipotálamo participa en la regulación de la expresión fisiológica de la emoción mediante su acción sobre el sistema nervioso autónomo, modulando los circuitos reflejos viscerales que están básicamente organizados a nivel del tallo cerebral. Tomando en cuenta su papel integrador de diversos estímulos para asegurar respuestas autónomas y somáticas coherentes y apropiadas, puede sugerirse que el hipotálamo coordina la expresión periférica de los estados emocionales. Las áreas 9 a 15 de Brodmann se consideran áreas prefrontales, las cuales se pueden subdividir en subregiones funcionales múltiples. Se considera que están compuestas por dos regiones principales: 1) la corteza pre-frontal, propiamente dicha, localizada sobre la superficie dorsolateral del lóbulo frontal; y 2) la corteza orbitofrontal localizada sobre la superficie medial y ventral del cerebro. Los mecanismos corticales proveen formas para explicar cómo es que la memoria y la imaginación pueden evocar sentimientos emocionales y permitir el uso de información emocional en el procesamiento cognitivo general. Asimismo, explican cómo el pensamiento consciente puede suprimir respuestas emocionales reflejas Neevia docConverter 5.1 14 (Kandel et al, 1991). Algunos investigadores han reportado que la corteza medial prefrontal y el cíngulo anterior tienen un papel específico en el procesamiento cognitivo de los estímulos emocionales (Fossati et al, 2003). La corteza orbitofrontal es parte de la corteza de asociación límbica, se conecta de manera directa con la amígdala y por ende se halla principalmente relacionada con la conducta emocional. Se cree que la corteza frontal ventromedial provee la fuente de control cognitivo de las respuestas emocionales, sin embargo, todavía se entiende relativamente poco sobre el rol del cerebro anterior en los estados emocionales complejos (Kandel et al, 1991). Figura 2: Estructuras subcorticales del sistema límbico Figura 2: Interconexiones de estructuras subcorticales del sistema límbico (Adaptado de Kandel et al, 1991). Otras estructuras subcorticales también han sido relacionadas con la producción de la expresión emocional. Por ejemplo, Davidson y Kelman (1939; en Wild et al, 2003) sugirieron que el estriado y el globo pálido estaban involucrados en la Neevia docConverter 5.1 15 producción de reacciones afectivas. Brown (1967; en Wild et al, 2003) postuló que la sustancia gris central mesencefálica ejerce un efecto modulador de todas las expresiones (respiración, expresión facial y vocalización) vía el tracto anulo-olivar hacia el cerebelo. Es importante entender que cada una de las estructuras descritas anteriormente funciona de manera integrada con todos los demás componentes estructurales del sistema límbico, siendo el resultado de estas interconexiones la expresión emocional. Es posible, por tanto, suponer que las manifestaciones conductuales y emocionales anómalas puedan desarrollarse como resultado de la interrupción de estos circuitos neuronales, o bien en la alteración funcional aunque exista buena preservación de la integridad estructural (Para más información acerca de la neuroanatomía de la emoción, consultar Kandel et al, 1991; para una revisión breve, consultar Escobar y Silva, 2002). Expresión Facial Emocional Podemos definir a la expresión facial emocional como aquél componente conductual de la emoción que consiste en el conjunto de movimientos de la musculatura facial, modificación de la temperatura de la cara y cambios en la actividad de las glándulas de la piel del rostro, cuyas funciones incluyen la facilitación de la comunicación de los estados afectivos, la regulación de la conducta de otros hacia el que expresa, la promoción de las interacciones sociales y el favorecimiento de la conducta prosocial. Las expresiones faciales emocionales son, por tanto, mensajes no verbales de comunicación, que también pueden ser motivadas socialmente, y no forzosamente por la experiencia emocional. Neevia docConverter 5.1 16 La expresión facial puede indicar fina y específicamente estados emocionales internos (Padberg et al, 2001; Sackeim et al, 1978). La importancia de la expresión facial en la investigación sobre la teoría emocional es que, más que otra modalidad de respuesta, los patrones musculares en la expresión facial pueden ser mapeados con mucho cuidado y objetividad (Lazarus, 1991). La evidencia sólida en este tema se desprende de los trabajos de Ekman e Izard, quienes han registrado el movimiento de la caradurante acciones y desarrollado varios métodos para codificar la acción facial. Al inferir que la cara retrata la emoción humana, es posible utilizar estos patrones de expresión como una fuerte clave de la presencia de estados emocionales y examinar con fidelidad los cambios de momento a momento (Lazarus, 1991). Mediante sus aferencias provenientes del sistema límbico, el tallo cerebral es el encargado del control facial de la expresión emocional ya que en él se encuentran los núcleos de los nervios periféricos encargados de la sensibilidad y la motricidad de la cara. La formación reticular del tallo cerebral contiene redes neuronales que coordinan reflejos y patrones motores estereotipados simples mediados por los nervios craneales (Kandel et al, 1991). Estas respuestas motoras simples pueden ser contenidas dentro de conductas más complejas bajo el control voluntario del cerebro anterior (Kandel et al, 1991). En particular, dos pares craneales están involucrados en el control de la expresión facial emocional: el nervio trigémino (par craneal V), cuya función es la sensación cutánea y propioceptiva de la piel y los músculos de la cara; y el nervio facial (VII), el cual inerva los músculos de la expresión facial. Neevia docConverter 5.1 17 El nervio trigémino (V) es un nervio mixto. Su rama motora inerva los músculos de la masticación y algunos músculos del paladar (Kandel et al, 1991). Su rama sensorial pasa por el ganglio trigeminal, localizado en la base del cráneo a la mitad de la fosa craneal media, adyacente a la silla turca. Tres ramas emergen del ganglio trigeminal (Kandel et al, 1991). La división oftálmica (V1) inerva las estructuras de la órbita, la nariz, la frente, las meninges y los vasos sanguíneos de las fosas intracraneales anterior y media. La división maxilar (V2) provee sensación a la piel de las mejillas y a la porción superior de la cavidad oral. La división mandibular (V3) suple sensación a la piel de la mandíbula, el área superior a la oreja y la parte baja de la cavidad oral, incluyendo a la lengua. El nervio trigémino comunica los movimientos precisos de la musculatura facial al cerebro (Reeve, 1994), proveyendo así retroalimentación a la corteza cerebral sobre los movimientos voluntarios de la cara. Figura 3: Inervación del Nervio trigémino Figura 3: Esquema que muestra las regiones inervadas por las ramas oftálmica (en naranja), maxilar (en rosa) y mandibular (en morado) del trigémino (Adaptado de Kandel et al, 1991). Neevia docConverter 5.1 18 Figura 4: Divisiones del nervio facial Figura 4: Divisiones del nervio facial. En la imagen se muestra la rama superior con sus divisiones temporal (A) y cigomática (B), así como las divisiones bucal (C), mandibular (D) y cervical (E) de la rama inferior del facial. (Adaptado de Platzer y Kahle, 2003). El nervio facial (VII) también es un nervio mixto. Éste nervio abandona el tallo cerebral en el ángulo cerebelopontino. Su ganglio sensorial, el geniculado, está localizado cerca del oído medio, después del cual las prolongaciones sensoriales se separan de las motoras para inervar la piel del meato auditivo, el tímpano y los dos tercios anteriores de la lengua (Kandel et al, 1991). El núcleo motor facial se sitúa caudalmente del núcleo motor del trigémino, a nivel del puente caudal, y contiene las neuronas motoras de los músculos de la expresión facial (Kandel et al, 1991). El nervio facial se ramifica en dos divisiones principales (Reeve, 1994). La división superior del nervio facial se proyecta en la cara superior (temporal) y central (cigomática). La parte inferior se proyecta en la parte superior de la boca (bucal), la barbilla y la parte inferior de la boca (mandibular) y la mandíbula Neevia docConverter 5.1 19 (cervical). La información descendente a la formación reticular que medía la expresión facial emocional es bilateral, por lo que las expresiones faciales pueden ser controladas por cualquier hemisferio cerebral (Kandel et al, 1991). “Las descripciones de las expresiones faciales dependen de los músculos que las producen” (Ekman y Friesen, 1978; en Reeve, 1994). Bastan ocho músculos faciales para diferenciar las emociones fundamentales. En la sección superior de la cara (los ojos y la frente) hay tres músculos principales: el frontal (frontalis), el superciliar (corrugator supercili), y el palpebral (orbicularis oculi o palpebrarum) (Reeve, 1994). El frontal es el músculo que permite arrugar la frente y elevar las cejas; cubre la frente y tiene fibras que van desde la parte superior de la frente hasta el hueso nasal. Los superciliares están debajo de la ceja y su contracción permite fruncir el ceño. El palpebral es el músculo circular que rodea cada ojo, permitiendo tensar los ojos y parpadear. La sección central de la cara tiene dos músculos principales: el cigomático (zygomaticus major) y el nasalis (Reeve, 1994). El cigomático es el músculo que se extiende desde las esquinas de la boca hasta el pómulo el cual estira las esquinas de la boca hacia arriba. El nasalis arruga la nariz haciendo que aparezcan pliegues horizontales sobre ella. Finalmente la sección inferior de la cara tiene tres músculos principales: el triangular de los labios (depresor anguli oris o triangularis menti), el orbicular de la boca (orbicularis ori) y el quadratus labii inferioris (Reeve, 1994). El triangular de los labios hace que las esquinas de la boca vayan hacia abajo. El orbicular de la boca es el músculo circular y complejo que rodea los labios. El músculo quadratus labii inferioris estira las esquinas de la boca hacia afuera, es decir, lateralmente. Neevia docConverter 5.1 20 Figura 5: Músculos de la expresión facial Figura 5: músculos de la expresión facial. En la figura se ilustran seis de los ocho músculos necesarios para diferenciar las emociones fundamentales: el frontalis, el corrugator supercili y el ocularis oculi en la sección superior de la cara, el nasalis en la sección central y el triangularis menti en la sección inferior (Adaptado de www.calentamientoglobal- siloblogspot.com). Figura 6: Disección de los músculos de la expresión facial Figura 6: Disección de cuatro de los ocho músculos necesarios para diferenciar las emociones fundamentales; se pueden apreciar el músculo frontalis, el orbicularis oculi, el zigomaticus major y el depresor anguli oris (Tomado de Root y Stephens, 2003). Filogenia y Ontogenia de la Expresión Facial Emocional En su libro “La Expresión de las Emociones en el Hombre y los Animales”, Charles Darwin (1872; en Wild et al, 2003) subraya la importancia evolutiva de la expresión facial emocional, abriendo las puertas a la posibilidad de que su base neurológica Neevia docConverter 5.1 21 tenga un origen antiguo, siendo común para especies muy antiguas así como a animales filogenéticamente recientes. Diversos investigadores argumentan que el patrón de especialización hemisférica para las conductas de aproximación y alejamiento puede ser encontrada en casi todos los vertebrados (Davidson, 1992), incluso en formas muy primitivas como los peces y los anfibios (Nicholls et al, 2004). Pese a no ser tan complejas y variadas como en los humanos, se han observado asimetrías tanto neuroanatómicas como conductuales en otros animales (Hauser, 1993; Gazzaniga, 2000). Se han detectado patrones de asimetría para la comunicación, así como una dominancia del hemisferio derecho en el control de la expresión emocional en ratas y pollos (Hauser, 1993). Estas similitudes con especies más avanzadas, incluyendo a los primates, cuestionan hasta dónde los patrones de asimetría se deben a una evolución convergente o si la diferenciación hemisférica del cerebro es evolutivamente antigua, común a casi todos los vertebrados (Hauser, 1993). Las zonas anteriores corticales sonregiones que han mostrado un dramático crecimiento en tamaño relativo a través de la filogenia en comparación con otras regiones del cerebro (Davidson, 1992). Su importancia en la producción del proceso emocional parece indiscutible cuando se toman en cuenta los descubrimientos de su participación en la capacidad de primates superiores de representar las acciones de otros. Estos circuitos cerebrales pudieran ser la semilla de la capacidad humana de la teoría de la mente (Gazzaniga, 2000). La evidencia en simios de un control del hemisferio derecho en la producción de la emoción facial, junto con las observaciones del control del hemisferio izquierdo Neevia docConverter 5.1 22 para la percepción de señales vocales típicas de una especie sugieren que los primates, tanto humanos como no humanos, muestran los mismos patrones de diferenciación hemisférica para la comunicación (Hauser, 1993). Existe evidencia considerable de que en monos y chimpancés (Indersmitten y Gur, 2003; Hauser, 1993) las emociones son expresadas más intensamente en la hemicara izquierda. La expresión de emociones con valencia positiva parece tener un origen filogenético reciente. Además de los humanos, solamente los chimpancés y bonobos parecen utilizar expresiones faciales que están asociadas claramente con emociones positivas y una tendencia a la aproximación (Hauser, 1993; Wild et al, 2003). Una diferencia fundamental entre el sistema visual de los monos y de los humanos es que la comisura anterior en los monos transfiere información visual de todo tipo, mientras que en humanos no parece transferir nada visual. Esto implicaría un control más bilateralizado del procesamiento emocional en primates no humanos. De todas formas, reportes experimentales han demostrado que no existen diferencias importantes inter-especies en estadios tempranos del sistema visual (Gazzaniga, 2000). Al igual que en la filogenia, el estudio ontogenético del fenómeno emocional, particularmente de la expresión facial emocional, muestra que la conducta emocional tiene un origen evolutivo remoto. El desarrollo del comportamiento emocional comienza en la etapa prenatal y culmina en la etapa adulta del ser humano. Durante la vida fetal temprana, se establecen las asimetrías faciales y cerebrales (Hennessy et al, 2006). Al momento del nacimiento, el tallo cerebral ya es capaz Neevia docConverter 5.1 23 de organizar virtualmente el repertorio conductual completo del recién nacido (Kandel et al, 1991). Fox y Davidson (1986; en Davidson, 1992), mediante un estudio realizado en neonatos, determinaron que la asimetría frontal emocional está presente desde el nacimiento. Aunque reducida, la investigación sobre el sustrato neuronal del desarrollo afectivo durante el primer año de vida ha arrojado evidencia del desarrollo de la expresión emocional durante este periodo (Davidson y Fox, 1982). En los humanos, la sonrisa responsiva generalmente se desarrolla en las primeras 5 semanas de vida extrauterina. La risa emerge después, alrededor del cuarto mes (Wild et al, 2003). A partir de los 5 meses de vida, es posible inducir la sonrisa social y las expresiones de gusto y sorpresa ante una variedad de situaciones y estímulos. Se sabe que entre los 7 y los 9 meses de edad, el bebé exhibe una variedad de afectos positivos y negativos en respuesta a muchas situaciones específicas. Alrededor de los 7 meses, los bebés pueden discriminar entre una amplia gama de expresiones faciales. A través de una variedad de culturas y condiciones educativas, las protestas del bebé ante la separación del cuidador primario se incrementan entre los 7 y los 9 meses de edad. A los 9 meses, los bebés muestran precaución y ansiedad ante el lado profundo de un barranco visual o al acercamiento de un extraño en ausencia del cuidador primario. A los 10 meses, los bebés son capaces tanto de discriminar como de expresar emociones negativas y positivas, por lo que suponen exhibir una asimetría frontal cerebral idéntica a la observada en adultos (Para más información, consultar Davidson y Fox, 1982). Neevia docConverter 5.1 24 Diversos estudios electroencefalográficos han encontrado una asimetría frontal para el procesamiento emocional a los diez meses (Pickens et al, 2001; Davidson y Fox, 1982), uno a dos años (Pickens et al, 2001), dos años y medio de edad (Davidson, 1992), edad preescolar y cuatro años de edad (Pickens et al, 2001). Metodología para el estudio de la Expresión Facial Emocional La expresión facial emocional ha sido investigada en una variedad de sujetos, incluyendo participantes sanos, pacientes neurológicos o con trastornos psiquiátricos, personas de diferentes etnias, niños, etc. Los métodos utilizados para obtener un registro de la expresión facial de la emoción son muy diversos. Algunos de estos, consisten en herramientas de alta tecnología cuya función es obtener medidas objetivas de la expresión facial emocional. Algunos ejemplos son el software de análisis de la expresión facial en tercera dimensión con alta resolución espacial y temporal (Padberg et al, 2001), el “Buscador de Rangos Fisionómicos en Tercera Dimensión (FIORE; Yoshino et al, 2000; en Nicholls et al, 2004)” y el “Escaneo láser de superficie tridimensional de asimetría y forma facial (Hennessy et al, 2006)”. Otros procedimientos para estudiar la expresión facial emocional incluyen la evaluación por parte de observadores calificados de videos o fotografías de los rostros de los sujetos mientras ellos expresan una emoción, el autorreporte de la intensidad con la que una expresión fue posada, el análisis cuadro por cuadro de videograbaciones de los sujetos mientras expresan espontáneamente una emoción y el registro electromiográfico (EMG) de los músculos de la expresión facial. Neevia docConverter 5.1 25 Un procedimiento comúnmente utilizado en el estudio de la expresión facial emocional es la evaluación de quimeras visuales de rostros humanos, realizadas mediante la unión de una fotografía de una hemicara con su inverso en el espejo por la línea media. Variantes de este procedimiento incluyen la calificación de retratos fotográficos de modelos cuya mejilla está ligeramente girada hacia un lado y fotografías tridimensionales rotadas 35º a partir de la línea media del rostro. Varias consideraciones importantes aplican en la elección de métodos para estudiar la actividad biológica que sustenta la emoción. Un método ideal debe tener una alta resolución temporal, contar con la posibilidad de registrar la actividad electrofisiológica de forma simultánea a las manifestaciones biológicas y conductuales de la emoción y registrarlos durante intervalos largos. Asimismo, debe guardar los datos obtenidos en una forma que permita extracciones posteriores de épocas de duración variable. Por último, el método seleccionado debe ser relativamente no invasivo. Otra consideración importante en la investigación en la emoción es que cuando dos o más emociones son comparadas en sus efectos, las intensidades de la emoción provocada deben ser comparables (Davidson, 1992). La evidencia de la lateralización de la expresión emocional proviene de diversas fuentes metodológicas, en lugar de la réplica de resultados, lo que lleva a la necesidad de procedimientos de inducción y técnicas de asesoramiento válidas y viables (Nicholls et al, 2004). Tipos de Expresión Facial Emocional: Voluntaria y Espontánea A través de la literatura, se ha hecho una distinción entre los estudios que examinan la expresión voluntaria o “pose” contra la expresión emocional Neevia docConverter 5.1 26 espontánea. Debido a la complejidad que implica evocar las expresiones espontáneamente en un contexto experimental, la expresión pose ha sido mayormente utilizada (Sackeim et al, 1978; Mandal et al, 2001). De hecho, dada cualquier situaciónsocial, las emociones puras y desinhibidas son rara vez expresadas facialmente (Mandal et al, 2001). Dentro de la investigación, se han observado diferencias entre estos dos tipos de expresión facial. Algunos estudios demuestran que la intensidad con la que una expresión es juzgada es significativamente mayor cuando es evocada, en comparación a cuando es posada, aunque siempre es mayor en la hemicara izquierda, salvo para la expresión de ira, la cual muestra mayor intensidad en la hemicara derecha (Indersmitten y Gur, 2003). Por su parte, utilizando electromiografía, Schwartz y sus colaboradores (1979; en Demaree et al, 2005) encontraron que las expresiones pose, contrarias a las espontáneas, mostraron contracciones más fuertes del lado izquierdo sin importar el tipo de afecto. A pesar de estas discrepancias, en una revisión de 49 experimentos realizada por Borod y sus colegas (1997; en Demaree et al, 2005) no se encontraron diferencias significativas entre la distribución asimétrica de la cara para las condiciones espontánea y pose. Se ha propuesto que las expresiones voluntarias y espontáneas reflejan orígenes y vías neuroanatómicas diferentes (Borod et al, 1986). Se presume que la expresión emocional voluntaria está controlada por estructuras corticales anteriores (Demaree et al, 2005; Yecker et al, 1999), particularmente la corteza prefrontal (Padberg et al, 2001), mientras que la expresión facial espontánea parece estar controlada por múltiples estructuras subcorticales (Demaree et al, Neevia docConverter 5.1 27 2005), aunque algunos investigadores han implicado a la corteza en la expresión facial espontánea, por ejemplo, Damasio y Maurer (1978; en Demaree et al, 2005). Wild y sus colegas (2003) postulan que la expresión genuina, emocionalmente motivada, no está normalmente generada en la corteza motora, pero sí es controlada por la inhibición cortical frontal. La parálisis de las expresiones faciales voluntarias puede presentarse mientras que las expresiones faciales motivadas emocionalmente permanecen intactas. Esta condición ha sido llamada el “síndrome Foix-Chavany-Marie”, “síndrome opercular anterior” o “parálisis facial volitiva”. La situación contraria también es posible: una parálisis de los músculos faciales controlados emocionalmente puede ocurrir mientras que la expresión facial controlada voluntariamente permanece intacta, como en la parálisis emocional facial y en la amimia. Las lesiones típicas que producen la parálisis facial volitiva están localizadas en áreas premotoras o a lo largo de los tractos motores corticobulbares. Por su parte, los pacientes con amimia tienen lesiones en la porción reticular del puente, justo abajo del núcleo facial, mientras que los pacientes con parálisis emocional tienen lesiones más profundas, localizadas generalmente en el tálamo y las estructuras estriadas (Para más información consultar Wild et al, 2003). La diferencia elemental entre los métodos de estudio para ambos tipos de expresión facial emocional consiste en el tipo de estimulación empleada para generarlas. Mientras la expresión emocional pose puede evocarse mediante una instrucción verbal o la imitación de un rostro expresivo, la expresión facial espontánea es conseguida solamente mediante estímulos que provocan una respuesta emocional en los sujetos, o la medición de la expresión facial en Neevia docConverter 5.1 28 intervalos de tiempo en donde el sujeto está experimentando una emoción determinada, como el humor, la depresión, la ansiedad, el enojo, etc. Las Emociones Básicas La visión de que las expresiones faciales emocionales de todas las culturas son reconocidas internacionalmente, a pesar de que la asociación entre la emoción facial y el nombre de la emoción puede variar con la cultura, ha sido muy aceptada (Mandal et al, 2001). La teoría neurocultural de la emoción de Ekman (1972; en Mandal et al, 2001) postula que las expresiones faciales son desempeñadas por un “programa innato de afecto facial”, pero pueden estar enmascaradas, intensificadas o neutralizadas para acoplarse a las normas compartidas en determinada cultura. Datos trans-culturales (Sackeim et al, 1978) indican que por lo menos 6 emociones distintas pueden ser fácilmente reconocidas en el rostro humano: alegría, sorpresa, miedo, tristeza, enojo y disgusto. La sorpresa es la más breve de las emociones, probablemente porque suele ser seguida por otra emoción. Su significado funcional es el de preparar al organismo para afrontar de forma selectiva los acontecimientos repentinos e inesperados y sus consecuencias (Reeve, 1994). Los movimientos faciales asociados con la expresión de sorpresa incluyen la frente arrugada, los ojos muy abiertos y la mandíbula caída (Reeve, 1994), por lo que los músculos implicados son el frontalis, el orbicularis oculi y la relajación de los maseteros. Neevia docConverter 5.1 29 Figura 7: Expresión facial de sorpresa Figura 7: Expresión facial de sorpresa; la frente está arrugada, los ojos muy abiertos y la mandíbula caída (Tomado de www.visionholistica.com). La alegría es una emoción positiva derivada de una sensación de satisfacción, triunfo (Reeve, 1994) o humor. Pese a que la alegría es notoria por devenir de diferentes situaciones en diferentes individuos, parece tener solamente una simple y común motivación de origen, que es la obtención de lo que se desea. La tendencia de acción de la felicidad es de aproximación (Lazarus, 1991). Duchenne (1962; en Davidson, 1992) sugirió que la emoción de felicidad franca está acompañada por actividad simultánea de los zigomáticos mayores y los músculos palpebrales, mientras que las sonrisas no asociadas a un sentimiento de felicidad son acompañadas solamente con la actividad en zigomáticos. Figura 8: Expresión facial de alegría Figura 8: Expresión facial de alegría; existe actividad simultánea de los zigomáticos mayores y los palpebrales (Tomada de Morris et al, 1998). Neevia docConverter 5.1 30 El miedo se activa por la percepción de una amenaza de daño o peligro (Reeve, 1994; Lazarus, 1991). Es una emoción cuya tendencia de acción es el escape o la evitación (Lazarus, 1991). De acuerdo a los estudios de Darwin, los movimientos faciales que componen la expresión de miedo son: la elevación y contracción de las cejas, los párpados superior e inferior elevados, los labios en tensión y, en ocasiones, la boca abierta (Chóliz, 1995), por lo que los músculos implicados en esta expresión son el frontal, el superciliar, el palpebral, el orbicular de la boca y, a veces, la relajación de los maceteros. Figura 9: Expresión facial de miedo Figura 9: Expresión facial de miedo; las cejas están elevadas y contraídas, los párpados superior e inferior elevados y la boca abierta con los labios en tensión (Tomada de Morris et al, 1998). A pesar de que el enojo es frecuentemente inhibido por razones personales y sociales, parece indiscutible que la tendencia de acción innata del enojo es el ataque al agente que puede ser culpado por la ofensa (Lazarus, 1991). Lazarus (1991) propone que los componentes esenciales del patrón de activación del enojo son: relevancia e incongruencia con la meta, el involucramiento del sí mismo para preservar o reforzar la estima e identidad propia o social, la posibilidad de culpar a alguien o algo por acciones dañinas que pudieron ser controladas, la Neevia docConverter 5.1 31 facilitación de situaciones que favorezcan el ataque y la expectativa futura positiva sobre la respuesta medioambiental al ataque. Los movimientos de la cara relacionados al enojo incluyen la ceja bajada, la puesta en tensión de los párpados, tensión en las mejillas y el cierre firme de los labios, por lo que los movimientos subyacentes de la musculatura facial son la depresión de los superciliares,la constricción de los palpebrales y constricción del orbicular de la boca (Reeve, 1994). Figura 10: Expresión facial de enojo Figura 10: expresión facial de enojo; las cejas están hacia abajo, los párpados y las mejillas en tensión y los labios firmemente cerrados (Imagen tomada de Kornreich et al, 2002). El disgusto es una emoción que, desde una perspectiva evolucionista, está basada en el asco, el cual surge cuando el organismo ha sido confrontado con aquello que es repulsivo, pero que no puede ser evitado como un resultado de una estrategia anticipatoria (Lazarus, 1991). La tendencia de acción del disgusto es la nausea y el fuerte impulso de rechazar o evitar la sustancia o idea ofensiva (Lazarus, 1991). Los movimientos que componen la expresión de disgusto son: la elevación, generalmente asimétrica del labio superior, arrugar la nariz y las áreas cercanas al labio superior, arrugar la frente y la elevación de las mejillas arrugando los párpados inferiores (Chóliz, 1995), por lo que los músculos implicados en la expresión facial del disgusto son el palpebral, el nasalis y el frontal. Neevia docConverter 5.1 32 Figura 11: Expresión facial de disgusto Figura 11: Expresión facial de disgusto; el labio superior se encuentra asimétricamente elevado, la nariz está arrugada, la frente ligeramente arrugada y las mejillas elevadas (Imagen adaptada de Kohler et al, 2003). El principal motivador de la tristeza es el sentido de indefensión ante la restauración de una pérdida irrevocable. Los principales componentes del patrón de apreciación de la tristeza incluyen la relevancia e incongruencia con la meta, la pérdida de cualquier tipo de involucramiento del sí mismo (como estima, valor moral, ideal del yo, creencias, ideas, personas, metas de vida, etc.) y la falta de culpa de uno mismo o de otros. No parece existir una tendencia de acción clara para la tristeza, excepto por la inactividad, el alejamiento y el retraimiento (Lazarus, 1991). Los movimientos implicados en la expresión facial de la tristeza son: la depresión de los ángulos inferiores de los ojos, la elevación de la parte interior y depresión de la esquina exterior de las cejas (cejas en forma de triángulo), y el descenso de las comisuras de los labios (Chóliz, 1995; Ekman y Yamey, 2004). Los músculos implicados en estos movimientos son el palpebral, el superciliar, el frontal y el triangular de los labios. Neevia docConverter 5.1 33 Figura 12: Expresión facial de tristeza Figura 12: Expresión facial de tristeza; puede observarse depresión de los ángulos inferiores de los ojos, elevación de la parte interior y depresión de la esquina exterior de las cejas y descenso de las comisuras de los labios (Adaptado de Kohler et al, 2003). Lateralización Cerebral La lateralización cerebral consiste en el desarrollo diferencial entre ambos lados del encéfalo, que permite una especialización funcional de cada uno de los hemisferios cerebrales. Los métodos que se han utilizado para estudiar la lateralización cerebral también son diversos, y consisten en la comparación de la ejecución de los hemisferios cerebrales para una tarea determinada. Esto es posible mediante diferentes procedimientos, como la estimulación a un solo campo visual o auditivo, la evaluación de pacientes con daño cerebral unilateral o callosotomizados, la anestesia a un hemisferio cerebral, la estimulación eléctrica de una región cortical determinada, la extracción quirúrgica de una zona localizada de la corteza, la estimulación magnética transcranial (rTMS) y las técnicas de electrofisiología o neuroimagen, como son el electroencefalograma (EEG), los potenciales relacionados a eventos, la fRMI y la tomografía de emisión de positrones (PET). Neevia docConverter 5.1 34 Las diferencias neuroanatómicas entre los hemisferios cerebrales han sido asociadas con diferencias en la producción y la percepción del comportamiento (Hauser, 1993). Mientras el hemisferio izquierdo ha sido relacionado con el lenguaje, el pensamiento analítico y el procesamiento de detalles locales de un estímulo (Gazzaniga, 2000; Indersmiten y Gur, 2003), el hemisferio derecho ha sido postulado como el encargado del razonamiento visuo-espacial (Gazzaniga, 2000; Hauser, 1993), el procesamiento global, sintético u holístico (Indersmiten y Gur, 2003), la percepción emocional, el reconocimiento de caras (Hauser, 1993) y la orientación atencional (Gazzaniga, 2000). La investigación en pacientes con cerebro dividido ha demostrado una limitación marcada del hemisferio izquierdo en funciones perceptivas y una limitación más prominente del hemisferio derecho para las funciones cognitivas (Gazzaniga, 2000), aunque existen excepciones como el proceso atencional. El hemisferio izquierdo es deficiente en la habilidad de procesar información emocional (Pickens et al, 2001). Lateralización y asimetría de la expresión facial La asimetría facial se ha definido como el grado de compromiso muscular presente en una hemicara respecto a la otra (Borod y Koff, 1990; en Rodríguez et al, 2002). Esta asimetría se ha encontrado tanto en acciones faciales emocionales como en acciones faciales no emocionales (Rodríguez et al, 2002). Evidencia anecdótica y experimental ha sugerido que los lados izquierdo y derecho de la cara son fisonómicamente asimétricos (Mandal et al, 2001). Wolff (1943; en Indersmitten y Gur, 2003) propuso que el lado izquierdo de la cara es percibido como más parecido a la cara completa que el lado derecho, lo cual ha sido comprobado en estudios con caras quimeras (Sackeim et al, 1978). Este Neevia docConverter 5.1 35 autor (1993; en Mandal et al, 2001) también propuso que el lado derecho de la cara humana ofrece señales socialmente apropiadas, mientras que el lado izquierdo muestra sentimientos personalizados ocultos. Lateralización y asimetría de la expresión emocional facial Se han propuesto distintos modelos acerca de la lateralización cerebral en el control emocional, como son el modelo del hemisferio derecho (Borod, 1992; en Yecker et al, 1999), el modelo de valencia (Davidson, 1984; en Yecker et al, 1999), el modelo de acercamiento-alejamiento o dirección motórica (Schnierla, 1959; en Yecker et al, 1999) y el modelo del sistema de inhibición-activación de la conducta. La hipótesis del hemisferio derecho postula que éste hemisferio está especializado para la percepción, expresión y experiencia emocional, sin importar su valencia (Borod et al, 1986; Davidson, 1992; Demaree et al, 2005; Mandal et al, 2001; Indersmitten y Gur, 2003; Nicholls et al, 2004; Yecker et al, 1999). Numerosa evidencia experimental sustenta la hipótesis de que el hemisferio derecho es el encargado de la expresión facial emocional y que la hemicara izquierda tiende a ser más expresiva que la derecha (Asthana y Mandal, 1998; Borod et al, 1986; Demaree et al, 2005; Hauser, 1993; Indersmitten y Gur, 2003; Mandal et al, 2001; Nicholls et al, 2004; Sackeim et al, 1978; Skinner y Mullen, 1991; Yecker et al, 1999). Por su parte, la hipótesis de valencia postula que el hemisferio derecho está especializado en emociones negativas, mientras que el hemisferio izquierdo en emociones positivas (Asthana y Mandal, 1998; Borod et al, 1986; Demaree et al, 2005; Nicholls et al, 2004; Padberg et al, 2001; Yecker et al, 1999). Una variante de la hipótesis de valencia afirma que existe una especialización diferencial para la Neevia docConverter 5.1 36 experiencia de la emoción como función de la valencia, mientras que el procesamiento perceptual es una función cerebral derecha. En relación, esta variante indica que las regiones anteriores izquierda y derecha están especializadas para la expresión y experiencia de las valencias positiva y negativa respectivamente, mientras las zonas posteriores derechas parietal,temporal y occipital son dominantes para la percepción de la emoción (Demaree et al, 2005). Evidencia experimental sustancial apoya la hipótesis de valencia, encontrando que las expresiones tienden a ser más fuertes del lado izquierdo de la cara para las emociones negativas (Borod et al, 1986; Demaree et al, 2005; Mandal et al, 2001; Nicholls et al, 2004; Skinner y Mullen, 1991) y más fuertes en la hemicara derecha para las emociones positivas (Indersmitten y Gur, 2003; Mandal et al, 2001), afirmando el control hemisférico izquierdo para emociones con valencia positiva (Borod et al, 1986; Padberg et al, 2001). La hipótesis de valencia, ha sido contenida dentro del modelo de aproximación- alejamiento del procesamiento emocional (también llamada “modelo de dirección motórica”), que postula que las emociones asociadas a conductas de aproximación y de alejamiento son procesadas por las regiones cerebrales anteriores izquierda y derecha respectivamente (Davidson, 1992; Davidson y Fox, 1982; Demaree et al, 2005; Nicholls et al, 2004; Yecker et al, 1999). Pese a los datos recolectados durante momentos de dirección motivacional (el deseo de acercarse a una recompensa y de escapar a un castigo) que apoyan la hipótesis de aproximación-alejamiento, la distinción entre los dos modelos parece ser teórica en su naturaleza (Davidson, 1995; en Demaree et al, 2005). Neevia docConverter 5.1 37 Diferentes investigadores han encontrado una mayor expresividad de la hemicara izquierda para las emociones relacionadas al alejamiento y de la hemicara derecha para las emociones relacionadas a la aproximación (Davidson, 1992; Demaree et al, 2005; Yecker et al, 1999). Datos más recientes sugieren que la actividad frontal izquierda y derecha puede reflejar la fuerza de los sistemas de activación (BAS) e inhibición (BIS) comportamental (Gray, 1981, 1982, 1987, 1990, 1994; Gray et al, 1997; citados en Demaree et al, 2005). En parte, los datos obtenidos con EEG frontal han sido comparados a autorreportes de BIS y BAS porque a) la propensión a tener emociones de aproximación está asociada con una alta activación BAS y b) los desórdenes afectivos asociados con asimetría frontal han sido asociados de muy diferentes formas a los sistemas BIS y BAS. Se han determinado dos vías anatómicas sustentando los sistemas motivacionales/emocionales BIS y BAS. El BAS parece activar la conducta en respuesta a estímulos condicionados reforzantes y en situaciones de evasión al castigo. La investigación en animales sugiere que el BAS está mediado mayoritariamente por vías dopaminérgicas que emanan del área tegmental ventral hasta el núcleo accumbens y el estriado ventral. El BIS, por el contrario, inhibe la conducta en respuesta a estímulos novedosos, innatamente temidos o condicionados aversivamente. El BIS parece estar controlado por vías serotoninérgicas, desde los núcleos del rafe hasta los sistemas septo- hipocampales. En individuos sanos, se ha cuantificado la fuerza de lateralización BAS y BIS mediante el EEG. Específicamente, las personas con puntajes altos en BAS tienen Neevia docConverter 5.1 38 una activación izquierda frontal incrementada, mientras que los individuos con puntajes altos en BIS tienen una mayor activación frontal derecha. Es importante notar que el modelo BIS/BAS es esencialmente idéntico al de aproximación- alejamiento, pero que se enfoca en rasgos emocionales relativamente estables, en lugar de estados de ánimo variables (Para más información sobre los modelos teóricos sobre asimetría facial, se recomienda la revisión de Demaree et al, 2005). Lateralización y Asimetría de la Expresión Facial No Emocional La mayoría de las investigaciones sobre asimetría facial y lateralización cerebral se han enfocado principalmente en la expresión facial emocional con objeto de estudiar el papel del hemisferio derecho en la emoción. Sin embargo, existe muy poca información sobre la asimetría facial en acciones faciales deliberadas no emocionales (Rodríguez et al, 2002). Hager y Ekman (1985; en Rodríguez et al, 2002), al comparar expresiones emocionales voluntarias y acciones faciales básicas, encontraron más asimetría en estas últimas, presentándose mayor compromiso muscular de la hemicara izquierda para las acciones de fruncir el ceño y sonreír, y en la hemicara derecha para las acciones de elevar las cejas, fruncir la nariz y bajar la comisura de los labios. En las acciones faciales no emocionales se ha mostrado, tanto por medio de videos como por registros EMG, que en los sujetos normales, al hablar, existe una asimetría ocasionada por una mayor actividad en la zona de la boca en la hemicara derecha, interpretándose como un mayor control del hemisferio izquierdo en esta conducta. Además, existe evidencia clínica que muestra que la lesión del hemisferio izquierdo es responsable del síndrome de dispraxia bucofacial, en el Neevia docConverter 5.1 39 que los pacientes son incapaces de ejecutar movimientos faciales complejos o significativos, a pesar de que no presentan ninguna debilidad músculo-facial, lo cual demuestra la superioridad del hemisferio izquierdo en tareas que requieren una organización motora compleja (Rodríguez et al, 2002). Rodríguez y sus colegas (2002) encontraron que la actividad EMG durante las acciones faciales deliberadas no emocionales es más pronunciada en la hemicara derecha. Algunos autores consideran que, mientras ambos hemisferios pueden generar expresiones faciales espontáneas, solamente el hemisferio dominante izquierdo puede generar expresiones faciales voluntarias (Gazzaniga, 2000), lo cual implica que el movimiento deliberado no emocional es predominantemente una función del hemisferio izquierdo (Rodríguez et al, 2002). Variables que Influyen en la asimetría de la expresión facial A pesar de que el lado izquierdo de la cara parece más expresivo que el derecho, se ha observado que el tipo de emoción que es posada tiene un efecto significativo en la intensidad de la expresión facial (Mandal et al, 2001; Nicholls et al, 2004; Sackeim et al, 1978). Las diferencias en la anatomía externa de la cara, como las arrugas, influyen también en la percepción de la emocionalidad (Nicholls et al, 2004). Las diferencias de género parecen ser una variable importante en la expresión facial, ya que los sexos difieren en morfología cerebral, forma facial y habilidades cognitivas (Hennessy et al, 2006). Sin importar la valencia o el tipo de la emoción, el sexo de quien la expresa ha sido considerado como una variable importante que puede influir el patrón de la asimetría facial (Asthana y Mandal, 1998; Mandal et al, Neevia docConverter 5.1 40 2001; Rodríguez et al, 2002). De forma opuesta a esta evidencia, Sackeim y sus colegas (1978) no encontraron un efecto significativo del sexo sobre asimetría facial. Las diferencias interculturales parecen ser una variable influyente sobre la intensidad con la que una expresión facial es juzgada (Indersmitten y Gur, 2003; Mandal et al, 2001). Otra variable que parece influir en la asimetría facial es la edad (Yecker et al, 1999). Sin embargo, dado que la forma y el tamaño de la cara se estabiliza después de la adolescencia y los cambios posteriores en la adultez se deben a movimientos del tejido suave, la exclusión de sujetos mayores a los 60 años elimina la posibilidad de efectos relacionados a cualquier influencia involutiva o de la senectud (Hennessy et al, 2006). La forma de presentación del estímulo parece influenciar también en la intensidad con la que una expresión es posada. Yecker y sus colaboradores (1999) encontraron que las expresiones inducidas por imitación visual son producidas más intensamente que aquellas provocadas por orden verbal para las expresiones de alegría, sorpresa placentera, miedo, ira y disgusto, lo cual es consistente conhallazgos previos en la literatura clínica. Objetivos de la investigación actual sobre asimetría de la expresión facial El actual cuerpo de conocimiento acerca del fenómeno emocional desprende de un amplio número de experimentos científicos cuyos resultados han derivado en la creación de modelos explicativos de este fenómeno. La mayoría de estos estudios se han enfocado en el planteamiento y prueba de hipótesis, por lo que sus objetivos persiguen aportaciones de naturaleza teórica. Son muchos los Neevia docConverter 5.1 41 experimentos realizados con el objetivo de demostrar la existencia de asimetrías en la expresión (Borod et al, 1986; Hauser, 1993; Hennessy et al, 2006; Indersmitten y Gur, 2003; Nicholls et al, 2004; Sackheim et al, 1978; Skinner y Mullen, 1991; Yecker et al, 1999), percepción (Borod et al, 1986; Davidson y Fox, 1982; Indersmitten y Gur, 2003; Nicholls et al, 2004) y experiencia emocional (Jones y Fox, 1992), así como en el movimiento facial deliberado no emocional (Rodriguez et al, 2002). Otras investigaciones se enfocan en la búsqueda de las regiones y las vías anatómicas responsables del control de la expresión (Padberg et al, 2001; Root y Stephens, 2003; Wild et al, 2003), el procesamiento (Fossatti et al, 2003; Morris et al, 2001) y la experiencia emocional (Wild et al, 2003). Algunos estudios se enfocan en la investigación de la ontogenia (Davidson y Fox, 1982; Pickens et al, 2001) y filogenia (Hauser, 1993) del fenómeno emocional. Muchos otros se realizan para encontrar datos que sustenten los modelos del hemisferio derecho (Yecker et al, 1999), de valencia (Asthana y Mandal, 1998; Borod et al, 1986; Fossati et al, 2003; Nicholls et al, 2004) y de aproximación/alejamiento (Pickens et al, 2001) de lateralización y asimetría de la expresión facial emocional, tanto en participantes sanos como en pacientes psiquiátricos (Yecker et al, 1999). También, se han realizado experimentos para observar la influencia de múltiples variables sobre la asimetría facial, como el género (Asthana y Mandal, 1998; Mandal et al, 2001), las variaciones culturales (Mandal et al, 2001), la experiencia emocional y el tipo de emoción experimentada (Skinner y Mullen, 1991), el grado en que una expresión es espontánea o posada (Borod et al, 1986; Skinner y Mullen, 1991; Wild et al, 2003) o la forma de presentación del estímulo (por ejemplo, visual o verbal; Yecker et al, 1999). Otros estudios han investigado la Neevia docConverter 5.1 42 relación entre la lateralización hemisférica, la forma y la asimetría facial con diferentes fenómenos, como las habilidades cognitivas (Hennessy et al, 2006) o el estilo de personalidad (Jones y Fox, 1992). Una forma diferente de realizar investigación con un fin teórico, son las revisiones de la literatura experimental acerca de la asimetría cerebral del procesamiento emocional (Davidson, 1992; Demaree et al, 2005; Gazzaniga, 2000) y la expresión facial emocional (Skinner y Mullen, 1991). Un número menor de experimentos persigue un fin metodológico, proponiendo nuevas técnicas para el estudio de la asimetría facial (Hennessy et al, 2006; Indersmitten y Gur, 2003; Nicholls et al, 2004; Padberg et al, 2001), o bien, mejorando las técnicas y procedimientos antes utilizados (por ejemplo, Rodríguez et al, 2000). Pocos son los estudios realizados con una justificación clínica. La mayoría de estos experimentos, buscan investigar las discapacidades en la expresión y percepción emocional en pacientes psiquiátricos y neurológicos, o bien, la relación entre estas limitaciones y otros trastornos, como la depresión mayor, la manía, la agresión, el alcoholismo y la esquizofrenia (por ejemplo, Kolher et al, 2003; Korneich et al, 2002). Sin embargo, son muy pocos los estudios que se enfocan en la aplicación del conocimiento acerca fenómeno emocional en la búsqueda de nuevas técnicas de rehabilitación de pacientes con enfermedades de la expresión facial, por ejemplo, la parálisis facial de Bell. Neevia docConverter 5.1 43 Conclusiones La emoción es un estado interno complejo que incluye componentes subjetivos, fisiológicos y conductuales, los cuales pueden ser influidos por la experiencia y el medio social. Diversas estructuras cerebrales, tanto subcorticales como corticales, participan en la génisis de las emociones. Estas estructuras están interconectadas, por lo que su funcionamiento es integral. Mediante sus aferencias provenientes del sistema límbico, el tallo cerebral es el encargado del control facial de la expresión emocional. En particular, dos pares craneales están involucrados en el control de la expresión facial emocional: el nervio trigémino, cuya función es la sensación de los músculos de la cara, y el nervio facial, cuya rama motora inerva los músculos de la expresión facial. Las descripciones de las expresiones faciales dependen de los músculos que las producen. Bastan ocho músculos faciales para diferenciar las emociones fundamentales: frontal, superciliar, palpebral, cigomático, nasalis, triangular de los labios, orbicular de la boca y quadratus labii inferioris. Tanto el estudio filogenético como el ontogenético del fenómeno emocional, particularmente de la expresión facial emocional, muestra que la conducta emocional tiene un origen evolutivo remoto, siendo común para especies muy primitivas así como a animales filogenéticamente avanzados; el desarrollo del comportamiento emocional comienza en la etapa prenatal y culmina en la edad adulta del ser humano. Neevia docConverter 5.1 44 La evidencia de la lateralización de la expresión emocional proviene de diversas fuentes metodológicas en lugar de la réplica de resultados, lo que lleva a la necesidad de procedimientos de inducción y técnicas de asesoramiento válidas y viables. A través de la literatura, se ha hecho una distinción entre los estudios que examinan la expresión voluntaria y la espontánea. Debido a la complejidad que implica evocar las expresiones espontáneamente en un contexto experimental, la expresión voluntaria ha sido mayormente utilizada. Se ha propuesto que ambos tipos de expresión reflejan orígenes y vías neuroanatómicas diferentes. La teoría neurocultural de la emoción de Ekman postula que las expresiones faciales son desempeñadas por un programa innato, pero que pueden ser influenciadas por aspectos culturales. Existen seis emociones básicas: alegría, sorpresa, miedo, tristeza, enojo y disgusto. Se han propuesto distintos modelos acerca de la lateralización cerebral en el control emocional, como son el modelo del hemisferio derecho, el modelo de valencia, el modelo de dirección motórica y el modelo BIS-BAS. Existe muy poca información acerca de la asimetría de la expresión facial no emocional. La investigación ha mostrado que la actividad electromiográfica durante las acciones faciales deliberadas no emocionales es más pronunciada en la hemicara derecha. Dentro de las variables que influyen en la asimetría de la expresión facial podemos distinguir las siguientes: el tipo de emoción, las diferencias en la Neevia docConverter 5.1 45 anatomía externa de la cara, el género, la edad, las diferencias interculturales y la forma de presentación del estímulo con que se evoca la emoción. La mayoría de las investigaciones sobre el fenómeno emocional persiguen un objetivo teórico o metodológico. Existe la necesidad de realizar experimentos que se enfoquen a la aplicación del conocimiento sobre este campo en la rehabilitación de pacientes con incapacidades en el movimiento facial, tanto emocional como no emocional. JUSTIFICACIÓN Debido a la diversidad de resultados observados en la literatura experimental sobre la asimetría facial, la necesidad de aportar datos objetivos que sustenten los modelos teóricos propuestos sobre el controlhemisférico de la expresión facial emocional y la relativa falta de información experimental sobre la asimetría del movimiento facial no emocional, es relevante la tarea de aportar datos objetivos que sustenten la hipótesis de que los movimientos faciales implicados en la expresión emocional son asimétricos e investigar objetivamente si los movimientos faciales difieren significativamente cuando son dirigidos hacia expresar una emoción que cuando no lo son, permitiendo complementar la información sobre la neuroanatomofisiología de la comunicación emocional y apoyar por medio de datos electrofisiológicos los modelos teóricos propuestos sobre la lateralización cerebral de la expresión emocional. Asimismo, resulta importante establecer el papel de la influencia cultural en la asimetría de la expresión facial emocional, ya que esto pone de manifiesto la capacidad de las personas de expresar mejor determinadas emociones. Neevia docConverter 5.1 46 Debido a la falta de consenso metodológico para determinar la presencia de asimetría en la expresión facial no emocional, los datos aportados por las diversas investigaciones no son plausibles de comparación, por lo tanto es necesario proponer diseños que permitan la obtención de resultados replicables mediante la utilización del electromiógrafo, técnica no invasiva, válida y viable, con alta resolución temporal, que permite el registro simultáneo de la actividad electrofisiológica y conductual y que abre la posibilidad de extraer registros de duración variable, desde intervalos muy breves, menores a segundos, hasta muy largos, como varios minutos. La implementación del primer diseño, permite la evaluación simultánea de dos variables (hemicara y tipo de estimulación) sobre la actividad EMG de los músculos faciales. Mientras en investigaciones previas se ha utilizado el electromiograma para evaluar la asimetría de movimientos faciales evocados tanto con estímulos emocionales como con estímulos emocionalmente neutrales, en ninguna de ellas, hasta el actual conocimiento de la autora, se ha comparado el efecto de ambos tipos de estimulación sobre la asimetría facial en los mismos participantes; posiblemente, esto se deba a que los investigadores se han interesado en los efectos de uno u otro tipo de estimulación sobre la asimetría facial, mas no en las diferencias existentes al utilizar ambos tipos de estimulación para evocar el movimiento facial. El segundo diseño permitiría realizar comparaciones entre ambos tipos de estimulación dividiendo la cara en cuadrantes, método que probablemente no se ha llevado a cabo en estudios previos porque se ha postulado que la asimetría facial depende de los músculos inferiores de la cara, los cuales están inervados contralateralmente, contrario a los músculos superiores que están inervados de Neevia docConverter 5.1 47 forma bilateral (Nicholls et al, 2004; Indersmitten y Gur, 2003; Yecker et al, 1999; Sackeim et al, 1978; Gazzaniga, 2000). Por último, los resultados del actual estudio permitirán aplicar el conocimiento teórico sobre la asimetría del movimiento facial en el campo clínico, principalmente en la intervención terapéutica en pacientes con parálisis facial, quienes se beneficiarán al incluir estímulos emocionales para evocar el movimiento de los músculos de la cara dentro de programas de rehabilitación. Neevia docConverter 5.1 48 CAPÍTULO II MÉTODO Neevia docConverter 5.1 49 MÉTODO Objetivos El objetivo general de esta investigación fue observar si los movimientos de los músculos faciales del lado izquierdo diferían significativamente de los del derecho cuando éstos fueron evocados por estimulación con una connotación emocional o por instrucciones emocionalmente neutrales. Los objetivos específicos fueron: 1. Observar las diferencias en la actividad electromiográfica de los músculos de la expresión facial en función del lado de la cara y del tipo de estimulación utilizada para evocarlo. 2. Comparar la actividad EMG de ambas hemicaras obtenida al realizar diversos movimientos a fin de observar si la asimetría del movimiento facial varía en función de la expresión que es posada. 3. Realizar comparaciones pertinentes a fin de observar si existen diferencias en la asimetría facial de los movimientos faciales emocionales y los no emocionales. 4. Observar la influencia del tipo de estimulación y del cuadrante de la cara sobre la actividad EMG de los músculos faciales. Hipótesis La metodología propuesta a continuación para la realización de este trabajo empírico está basada en las siguientes hipótesis: 1. La actividad EMG de la hemicara izquierda es mayor que la de la hemicara derecha sin importar si el movimiento facial realizado es de tipo emocional o no emocional. Neevia docConverter 5.1 50 2. Sin importar cuál sea la expresión específica que es posada, la actividad EMG es mayor para la hemicara izquierda que para la derecha; alternativamente, en caso de que exista una actividad EMG mayor para la hemicara derecha para algunas de estas expresiones, esto puede ser explicado a partir de sus características, como valencia, dirección motórica, etc. 3. El movimiento facial emocional es más asimétrico que el movimiento facial no emocional. 4. La actividad EMG de los cuadrantes izquierdos es mayor que la de los derechos, siendo mayor la diferencia para los cuadrantes inferiores que para los superiores. Diseño experimental La presente investigación es de tipo experimental de un solo grupo, con un diseño factorial 2x2. Tipo de estudio El presente estudio es de tipo experimental, no aleatorio. Participantes Debido a que el género ha sido considerado como una variable importante que puede influir en el patrón de la asimetría facial (Asthana y Mandal, 1998; Mandal et al, 2001; Rodríguez et al, 2002), participaron en el estudio 30 hombres diestros nacidos en México, entre los 18 y los 60 años de edad, con una escolaridad mínima de secundaria. El tipo de muestreo fue no aleatorio, incidental. Los criterios de exclusión fueron los siguientes: 1. Que el candidato escribiera con la mano izquierda o con ambas manos. Neevia docConverter 5.1 51 2. Que el voluntario presentara uno de los siguientes trastornos psiquiátricos: episodio depresivo mayor, trastorno distímico, riesgo de suicidio, episodio maníaco o hipomaníaco, trastorno de angustia, agorafobia, fobia social, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de estrés postraumático, dependencia de alcohol, dependencia o abuso de sustancias, trastornos psicóticos, trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos, anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno antisocial de la personalidad. 3. Que el participante tuviera antecedentes de epilepsia, daño cerebral o parálisis facial. 4. Que el participante estudiara o se dedicara a la actuación. Escenario El experimento se llevó a cabo en el Laboratorio de Parálisis Facial de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, en una habitación de 1.30 x 2.10m, ventilada, con buena iluminación, a temperatura ambiente y sin distractores, cuya puerta permaneció cerrada a fin de evitar distractores externos. Instrumentos Mini-International Neuropsychiatric Interview (M.I.N.I.) (Sheenan et al, 1998). Versión en español por Ferrando, L. y sus colaboradores (2000). No adaptado para población mexicana. Aparatos Electromiógrafo de 8 canales Physiotech 4000 System (Noromed, 1993: Seattle). El rango de sensibilidad del electromiógrafo es de 15 a 400 microvolts (μV) y filtra frecuencias menores a 15 Hertz y mayores a 400 Hertz. Software Physiotech 4000 Neevia docConverter 5.1 52 Diagnostic
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