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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE MEDICINA DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL DELEGACIÓN SUR DEL DISTRITO FEDERAL UMAE HOSPITAL DE ESPECIALIDADES CMN SIGLO XXI EXTRACCIÓN QUIRÚRGICA DE CATÉTER PERIDURAL RETENIDO. REPORTE DE CASO Y REVISIÓN DE LA LITERATURA TESIS QUE PRESENTA: DRA. MARÍA ALEJANDRA ESQUEDA ARRIAGA PARA OBTENER EL DIPLOMA DE LA ESPECIALIDAD EN ANESTESIOLOGÍA ASESOR: DR. JOAQUÍN ANTONIO GUZMÁN SÁNCHEZ MEXICO, DF. AGOSTO 2009. UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. DRA. DIANA G. MENEZ DIAZ JEFE DE LA DIVISIÓN DE EDUCACIÓN EN SALUD UMAE HOSPITAL DE ESPECIALIDADES CMN SIGLO XXI DR. ANTONIO CASTELLANOS OLIVARES JEFE DEL SERVICIO DE ANESTESIOLOGÍA UMAE HOSPITAL DE ESPECIALIDADES “DR. BERNARDO SEPÚLVEDA GUTIÉRREZ CMN XXI” PROFESOR TITULAR DEL CURSO UNIVERSITARIO DE ESPECIALIZACIÓN EN ANESTESIOLOGÍA DR. JOAQUÍN ANTONIO GUZMÁN SÁNCHEZ ASESOR DE TESIS MÉDICO ANESTESIÓLOGO DEL HOSPITAL DE ESPECIALIDADES CMN SIGLO XXI INDICE RESUMEN 1 INTRODUCCIÓN 2 JUSTIFICACIÓN 5 DEFINICIÓN DEL PROBLEMA 6 OBJETIVOS 7 METODOLOGÍA 8 RESULTADOS 10 DISCUSIÓN 16 CONCLUSIONES 20 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 21 RESUMEN Antecedentes y objetivos: La anestesia peridural se utiliza desde 1885, sin embargo no es sino hasta 1949 cuando se utiliza la técnica para bloqueo continuo introduciendo catéteres al espacio epidural. Las complicaciones relacionadas con el uso de catéteres peridurales incluyendo el anudamiento del mismo son raras, con una incidencia estimada de 0.0015%, siendo en nuestro medio este tipo de reportes por demás raros. La relevancia del presente estudio consistió en describir un caso de atrapamiento de catéter peridural cuando se intentó su retiro e ilustrar el manejo que recibió en un hospital de segundo nivel, además de revisar casos semejantes reportados en la literatura, así como las decisiones terapeúticas más adecuadas en estos casos de acuerdo a la experiencia internacional. Métodos: estudio observacional, retrospectivo, longitudinal y descriptivo: revisión de casos; se incluyeron pacientes que fueron sometidos para cirugía y colocado bloqueo peridural además de haber tenido retención de catéter peridural, en el período del 1 de febrero al 31 de mayo 2009 en el Hospital Rural de Oportunidades en Tuxpan, Mich. Se utilizaron medidas de resumen además de porcentajes, para describir características de los casos de la literatura. Resultados: se describe un caso de paciente masculino de 19 años, diagnóstico criptorquidia postraumática, ASA 1, programado electivamente para orquiectomía izquierda. Al término de la cirugía presenta retención de catéter peridural, después de varios intentos para su extracción. No presentó déficit neurológico, sin embargo por la continuidad del catéter peridural desde el espacio epidural hasta la piel se decide laminectomía para su retiro. Conclusiones: Aún y cuando se trate de extraer un catéter epidural retenido bajo los estándares establecidos y sin ejercer demasiada fuerza de tracción, la posibilidad de ruptura, desgarro o retención de un fragmento son potencialmente posibles. Ocasionalmente como el caso descrito puede estar indicada su extracción a través de una laminectomía. Palabras clave: técnicas anestésicas, complicaciones, catéter peridural anudado, laminectomía. 2 INTRODUCCIÓN La analgesia epidural fue utilizada por Corning en 1885, Sicard y Cathelin la dieron a conocer mediante el abordaje caudal en 1901. Las amplias perspectivas actuales de la analgesia epidural no existirían sin la técnica del catéter para bloqueo continuo que inició el Dr. Martínez Curbelo, quien en 1949 introduce la anestesia epidural lumbar contínua con un catéter ureteral por la aguja de Touhy. En la actualidad, la inserción de catéteres plásticos dentro del espacio epidural cobra gran importancia para el manejo anestésico y control del dolor postoperatorio. A principios de 1940 aparecieron una gran variedad de materiales que incluía polietileno, cloruro de polivinilo, nylon y politetrafluoroetileno (teflón). El catéter ideal debe tener un diámetro extremo que permita su paso dentro de una aguja epidural, con paredes suficientemente gruesas para que no se doble durante la colocación del apósito o con los movimientos del paciente, ser biológicamente inertes, con marcas que indiquen la longitud que se introduce a través de la aguja y radiopaco, con el fin de poder comprobar su posición y el manejo a seguir dependiendo de su localización del fragmento distal del catéter (1). La anestesia peridural o epidural es una técnica anestésica ampliamente utilizada, la cual consiste en el bloqueo neural de segmentos torácicos, lumbares y/o sacros. Según la indicación, se administran anestésicos locales en el espacio epidural en inyección única o preferentemente mediante la colocación de un catéter. Sin embargo la inserción de catéteres plásticos dentro del espacio epidural implica el riesgo potencial de producir trauma directo (perforaciones subdurales, durales, hematomas epidurales, neumoencéfalo, canulación intravascular), infecciones como meningitis, abscesos extradurales o bien la malposición del catéter incluyendo el anudamiento del mismo, que puede ser responsable de complicaciones neurológicas ya sean inmediatas, mediatas o 3 tardías (2). El anudamiento de los catéteres peridurales ha sido reportado como una complicación muy rara, siendo simple o doble nudo, con una incidencia estimada de 0.0015 % (3). Se han descrito en pacientes postparto sin referir consecuencias neurológicas (déficit motor o sensorial), sin embargo en nuestro medio estos reportes han sido por demás escasos. La formación de nudos parece estar relacionado con la longitud de catéter que se introduce al espacio peridural, a una longitud mayor de 4cm aparecerán con facilidad lazos que resultarán en la formación de nudos durante las maniobras de extracción (3). Varias técnicas o recomendaciones se han descrito para facilitar la remoción de un catéter peridural atrapado para prevenir desgarros o rupturas: 1) la fuerza de tracción que se requiere para remover un catéter debe ser mínima, gentil, firme y sostenida para disminuir el tamaño del nudo y facilitar su liberación sin que se rompa 2) revisar el bisel de la aguja y el catéter antes de su inserción, 3) no avanzar el catéter más de 5 cm dentro del espacio epidural, 4) retirar aguja de Tuohy y catéter epidural al mismo tiempo(1,4-13). Cuando el catéter no se puede remover después de usar una mínima tracción, existen ciertas maniobras para facilitar su extracción como son: 1) máxima flexión de la espalda, 2) rotación de la columna, 3) colocar en la posición en la que se insertó el catéter, posición que proporciona menor tensión para su retiro, 4) posición de sentado con las piernas extendidas o arrodillarse con las manos abajo y la espalda flexionada. Boey y Carrie determinaron que la fuerza requerida para remover los catéteres periduraleses 2.5 veces más en la posición de sentado que en la de decúbito lateral, 5) llenar el catéter con inyección rápida de solución salina, 6) anestesia general con relajación muscular y sí las sugerencias anteriores son fallidas, se recomienda 7) remoción quirúrgica (1,6,8). Blackshear RH (1) y colaboradores probaron la resistencia a la tracción y elongación de catéteres epidurales de diversos calibres (19G y 20G) y materiales (nylon, teflón y poliuretano) y determinaron la fuerza necesaria para su fragmentación. Concluyeron que al 4 aumentar el calibre, la fragilidad para el rompimiento disminuye. La elongación fue mínima para los catéteres de teflón y de calibre 20G, la resistencia a la tracción está en rango de 2.72 a 3.62 kg, estos catéteres resisten más la tracción (1.7kg) que los microcatéteres espinales (0.46-0.52kg) (1). Si aún con mínima tracción hay resistencia y se presenta elongación del catéter y/o dolor o parestesias, los esfuerzos para su retiro deben de ser suspendidos y consultar al servicio de neurocirugía, previa evaluación radiológica incluyendo tomografía computarizada y/o resonancia magnética contrastada, las cuales pueden ser muy útiles para determinar la posición del catéter (8-10). Si se demuestra el anudamiento del catéter debe ser explicado al paciente y ante la imposibilidad de retirarlo decidir la extracción quirúrgica (4,11), ya que al existir continuidad del catéter desde el espacio peridural hasta la piel hay riesgo potencial de infección hacia el espacio epidural (3). 5 JUSTIFICACIÓN La inserción del catéter en el espacio peridural es ampliamente utilizado en anestesiología tanto para anestesia quirúrgica como para el control del dolor postoperatorio, debido a que ofrece múltiples ventajas para los pacientes como disminución en la tasa de complicaciones y costos cuando se le compara con la anestesia general. Sin embargo no está exento de complicaciones de diferente etiopatogenia y diferentes grados de afección al paciente. La relevancia del presente estudio consistió en describir un caso de una complicación muy poco frecuente como lo es el anudamiento y atrapamiento de catéter peridural cuando se intentó su retiro, en un paciente de 19 años de edad, sano, el cual se le programó de forma electiva para orquiectomía izquierda por diagnóstico de criptorquidia postraumática, así como la revisión de casos similares reportados en la literatura describiendo la conducta terapeútica que se siguió en este caso y la recomendada en la literatura. Los comentarios podrán enriquecer la toma de decisiones en casos como el presente. Después de investigar la literatura nacional con las palabras clave: técnicas anestésicas, anestesia regional, catéter peridural, complicaciones, únicamente se reportó un caso similar. 7 6 DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA Las complicaciones anestésicas por bloqueo peridural pueden clasificarse de acuerdo al orígen en: infecciosas, vasculares, nerviosas y traumáticas. El espectro sindromático es muy variable desde zonas localizadas de hipoestesia hasta grandes lesiones neurológicas como la paraplegia. Pueden ser reversibles si se realiza el diagnóstico temprano y se tratan oportunamente. Las lesiones desencadenadas por el catéter peridural son de muy baja frecuencia, el anudamiento ha sido reportado como una complicación muy rara teniendo una incidencia estimada de 0.0015%; existe la problemática de cómo manejar adecuada y exitosamente la retención, rasgadura o ruptura de un catéter peridural o intratecal, además de ser poco común sigue siendo, hoy en día, en extremo preocupante para el anestesiólogo. En el presente proyecto se describirá un caso de anudamiento y atrapamiento de catéter peridural aunque sin manifestaciones neurológicas, fue necesario retirarlo a través de una laminectomía lumbar a nivel de L2-L3 ya que por la continuidad del catéter del espacio peridural a la piel existe el riesgo potencial de infección. 6 OBJETIVOS 1.-Describir un caso de atrapamiento del catéter peridural en un paciente masculino, sano de 19 años. 2.-Describir e ilustrar el manejo que recibió en un hospital de 2º nivel, 3.-Revisar casos semejantes reportados en la literatura. 4.-Discutir el diagnóstico y las decisiones terapeúticas más adecuadas en estos casos de acuerdo a la experiencia internacional. 8 METODOLOGÍA 1.-Diseño del estudio: observacional, retrospectivo, longitudinal y descriptivo: revisión de casos. 2.-Universo de trabajo: pacientes sometidos a diversos tipos de cirugía, con bloqueo peridural del 1 de febrero al 31 de mayo 2009 en el Hospital Rural de Oportunidades en Tuxpan, Mich. 3.- Variables Edad Sexo Bloqueo peridural continuo Catéter peridural retenido Alteraciones neurológicas en extremidades inferiores Laminectomía 4.-Selección de la muestra 4.1 Tamaño de la muestra. De los pacientes manejados con bloqueo peridural continuo para diferentes tipos de cirugía se identificaron los casos clínicos. Por el tipo de diseño, no fue necesario el cálculo del tamaño de muestra. Se incluyeron aquellos pacientes que fueron sometidos para cirugía con bloqueo peridural continuo, con retención de catéter peridural. Se excluyeron pacientes embarazadas, y los no sometidos a retiro quirúrgico del catéter peridural. Se eliminaron aquellos pacientes con expedientes incompletos. 9 5.-Procedimientos 5.1 Revisión de expedientes de los pacientes sometidos a diferentes tipos de cirugía con bloqueo peridural continuo del 1 de febrero al 31 de mayo 2009 en el Hospital Rural de Oportunidades en Tuxpan, Mich., para identificar complicaciones. 5.2 De los expedientes de pacientes que presentaron como complicación de la anestesia peridural, retención de catéter peridural, se realizó resumen clínico. 5.3 Se realizó seguimiento del paciente e interconsulta a neurocirugía. 5.4 Se valoró su evolución clínica desde que se detectó la complicación, durante la laminectomía y hasta su egreso hospitalario. 10 RESULTADOS Se presenta un caso clínico de paciente masculino sano de 19 años de edad al cual se le programa de forma electiva para orquiectomía izquierda por diagnóstico de criptorquidia postraumática. Ocupación jornalero, sin antecedentes patológicos de importancia, este caso se presentó en un Hospital Rural de Oportunidades, Tuxpan, Mich. A la exploración física se le encontró en buenas condiciones generales con signos vitales TA 120/80, FC 80x´, FR 18x´, Temp 36oC, Talla 1.60 mts, peso 52kg (IMC=20). Presentó exámenes preoperatorios dentro de parámetros normales. Se clasifica como ASA 1 y se decide bloqueo peridural lumbar a nivel del espacio intervertebral 2 y 3 (L2-L3). Previa asepsia y antisepsia e infiltración local con lidocaína al 1%, se introduce aguja de Tuohy No. 17 hasta ligamento amarillo identificando espacio peridural con técnica de pérdida de la resistencia (Pitking 14) y a través de la aguja de Tuohy previa dosis de prueba con lidocaína 2% con epinefrina 60mg, se introduce catéter peridural en dirección cefálica 10 cm sin encontrar resistencia a su paso dejando 4 cm dentro del espacio peridural, procediéndose a completar la dosis a través del mismo con Lidocaína 2% con epinefrina 110 mg más lidocaína 2% 110 mg, alcalinizadas con bicarbonato de sodio 1mEq. Posterior a latencia de 10 minutos, se verifica difusión del anestésico hasta T7 brindándose una analgesia satisfactoria con un bloqueo motor Bromage ++. Se realizó la cirugía programada la cual duró aproximadamente una hora sin eventualidades, al término se decide extracción del catéter y envío del paciente a la sala de recuperación. Se posiciona al paciente en decúbitolateral izquierdo y al traccionar el catéter después de haber sido retirado 4cm se nota firme resistencia a su salida. Se recoloca al paciente en decúbito lateral izquierda con hiperflexión de la columna lumbar (misma posición adoptada durante la introducción) y se intenta nuevamente su extracción, 11 encontrando mayor resistencia a su salida. Al presentarse ligero estiramiento y deformidad del mismo, se decide suspender las maniobras de tracción por el momento. Treinta minutos después y permaneciendo en la misma posición se aplica tensión continua con peso de un kilogramo sin lograr la extracción. Es de mencionar que durante las maniobras descritas el paciente nunca refirió ni parestesias, dolor o déficit motor en miembros inferiores. Después de haber realizado las maniobras habituales para su extracción sin conseguirlo, se decide su traslado a una unidad de segundo nivel de atención médica. No obstante el paciente no fue admitido en otro centro hospitalario, permaneciendo en nuestra unidad por tres días más hasta que se planea su retiro mediante cirugía. Mientras tanto se procede a la administración de antibiótico sistémico (cefotaxima 1gr c/12hrs por tres días), hospitalización, cuidados generales y vigilancia estrecha. No se pudieron tomar placas radiológicas de apoyo ya que no se contaba con el recurso en nuestra unidad. Setenta y dos horas después se lleva a cabo procedimiento quirúrgico para retiro de catéter peridural en el Hospital Rural de Oportunidades. No se evidenció déficit neurológico a nivel de extremidades inferiores y sólo refería dolor en sitio de herida quirúrgica el cual fue mitigado con analgésicos comunes. Se realiza laminectomía a nivel lumbar 2 y 3 para extracción del catéter. El manejo anestésico en esta ocasión se lleva a cabo mediante anestesia general balanceada a base de isofluorano (0.5-2.0 vol%), fentanil 200mcg dosis total con una tasa de infusión de fentanil de 2 mcg/kg/hr y 02 al 100%. Con monitoreo no invasivo y con ventilación manual controlada en circuito circular semicerrado, se llevó a cabo la cirugía proyectada sin complicaciones. 12 Técnica quirúrgica Colocando al paciente en decúbito ventral y posterior a incisión quirúrgica de 8 centímetros a nivel lumbar 2 y 3 (Fig. 1), se diseca por planos y se identifica musculatura paravertebral derecha. Se incide hasta las apófisis transversas visualizando el trayecto del catéter y se procede a hacer foramen en ligamento amarillo resecando una porción pequeña de lámina extrayendo satisfactoriamente el catéter epidural (Fig.2). Cabe mencionar que encontramos el catéter fuertemente anudado en su extremo proximal a 3.5 cm de la punta; se verifica la integridad del mismo y se procede a suturar por planos hasta piel, dando por finalizada la cirugía (Fig.3). El paciente egresa al día siguiente de su última operación en buenas condiciones generales, deambulando, sin alteraciones neurológicas ni déficit motor a nivel de extremidades inferiores. Seis meses después de la cirugía el paciente se encuentra asintomático y en buenas condiciones generales. 13 14 15 16 DISCUSIÓN La anestesia epidural es hoy en día la de mayor aplicación cuando se realiza cirugía de extremidades inferiores, genitales, periné y abdomen bajo. El gran éxito de esta técnica se debe sin duda, a la introducción de catéteres epidurales e intratecales que permiten administrar con seguridad anestésicos locales y opioides controlando adecuadamente la calidad, difusión y duración de la anestesia. No obstante y a pesar de que éstas técnicas son ampliamente socorridas, pocos son los reportes en la literatura médica que nos indiquen complicaciones relacionadas con la extracción o retención de fragmentos de catéteres a esos niveles (12,13). La problemática de cómo manejar adecuada y exitosamente la retención, rasgadura o ruptura de un catéter epidural o intratecal, además de ser poco común, sigue siendo en extremo preocupante para el anestesiólogo hoy en día. Se han descrito muchas causas por las cuales un catéter epidural se puede rasgar, romper o anudar en el proceso de su colocación o retiro, estas son: 1) el uso excesivo en la fuerza ejercida para retirar un catéter atrapado o hecho nudo entre las apófisis espinosas de las vértebras, 2) el corte o sección del mismo por la punta de la aguja al intentar retirarlo a través de la aguja de Tuohy, 3) desgarros del catéter por lengüetas en el bisel de la aguja, 4) corte o sección total del catéter al avanzar la aguja sobre éste ya colocado, 5) debilidad del catéter por imperfecciones en la manufactura, 6) introducción exagerada del catéter en los espacios epidural o espinal (> 5 o 7 cm) daño directo sobre el catéter (anudamiento o sección, al lesionar el catéter contra los cuerpos vertebrales) entre otros (1,10,11,12). 17 Algunos autores entre ellos Gough y Jongleux han reportado anudamientos, dobladuras y atrapamiento de catéteres, los cuales subsecuentemente han dificultado su extracción (12,13). La mayoría de ellos recomiendan manejo conservador e incluso la no extracción del fragmento retenido en su situación epidural o intratecal, a menos que se presente sintomatología o signología que sugiera radiculopatía, situación manifiesta de dolor o molestia lumbar y riesgo potencial de infección. Otros autores recomiendan extracción quirúrgica del fragmento mediante incisiones pequeñas, cuando existe evidencia de retención del mismo muy cercano a la piel o superficialmente en tejido subcutáneo. Este no fue el caso en nuestro paciente, ya que si bien nunca nos refirió dolor importante o incluso neuropatía, la problemática permanecía debido a la existencia de continuidad directa hacia el exterior por el extremo proximal de dicho catéter, ya que aunque deformado y elongado por la presión ejercida al tratar de retirarlo, se mantenía fuera de la piel constituyendo sin duda, una vía de contaminación para el sistema nervioso central. Otra medida recomendada para facilitar la extracción de catéteres retenidos es la introducción de solución salina a través del mismo con el fin de mantener un diámetro interno constante, turgente y lubricado que permita deslizarse con mayor facilidad. Esta maniobra en nuestro caso, fue imposible de implementar, ya que el catéter sufría una deformidad lo suficientemente extrema para impedir inyectar solución salina en su interior. Si bien es cierto que se ha identificado claramente una relación estrecha de mayor incidencia de producir anudamientos o malrotaciones en la dirección del catéter cuando se introducen mayores longitudes en el espacio epidural o espinal (1), en nuestro caso, esto no sucedió ya que la colocación del catéter se estimó en 4 cm dentro del espacio epidural e incluso su adecuada permeabilidad se evidenció con la consecución de un nivel de difusión óptimo (T-7) del bloqueo sensitivo y una analgesia satisfactoria durante toda la 18 cirugía. La ausencia de incidente o accidente durante la instalación del bloqueo epidural, la introducción del catéter con absoluta atingencia así como el desarrollo de un período transanestésico estable y sin eventualidades, nunca nos hizo pensar en un desenlace adverso como el que se presenta. No obstante de que son mucho más fáciles de localizar radiológicamente los catéteres epidurales radio-opacos, paradójicamente tienen menor fuerza tensil que los catéteres estándares radio-lúcidos y son más propensos a fracturarse. No tenemos explicación de la preferencia para utilizar catéteres radio-opacos en la práctica diaria, quizá la única justificaciónsea la identificación fácil segmentos del catéter después de haberse roto. De hecho aún los fragmentos radio-opacos pueden ser imposibles de localizar radiológicamente por la superposición de estructuras vecinas radio-opacas. La localización ultrasonográfica de un catéter rasgado es poco relevante, sin embargo, la xeroradiografía, la tomografìa computarizada y la resonancia magnética son de valor incuestionable. Pero aún y cuando estos elementos se encuentran disponibles únicamente en los grandes hospitales, la realidad es que en la gran mayoría de los hospitales de nuestro país y mucho menos en el medio rural, contamos con ellos. Debemos aclarar que aunque se implementaron todas las medidas sugeridas en la literatura para retirar éxitosamente el catéter epidural, éstas fueron infructuosas y dado que el caso se presentó en un hospital rural, no se contaba ni con medios de diagnóstico complementarios ni con personal quirúrgico entrenado para realizar una laminectomía liberadora del catéter. Por ello y ante la negativa de ser aceptado en un centro hospitalario de segundo nivel de atención médica no fue posible trasladarlo, haciéndose necesario esperar 72 horas más hasta que acudiera un médico especializado que resolviera satisfactoriamente la situación. Mientras tanto fue menester iniciar antibioticoterapia 19 parenteral, vigilancia estrecha, reposo absoluto y cobertura estéril de la porción distal del catéter retenido y fuera de la piel. El haber decidido esperar y no intentar extraer con mayor fuerza el catéter con riesgo de ruptura al interior, tomó mayor crédito cuando se identificó quirúrgicamente un nudo verdadero, apretado y firmemente atrapado entre las láminas de los cuerpos vertebrales lumbares 2 y 3, a 3.5 cm de la punta del mismo que únicamente por este medio pudo ser liberado (Figs. 3 y 4). Las condiciones adversas en las que se suscitó el evento obligaron a tomar esta decisión extrema. Este caso sin duda refleja las condiciones de atención que prevalecen en la mayoría de los centros hospitalarios de salud rurales en nuestro país. Por ello consideramos importante su reporte, con las dificultades que se sortearon para poder resolverlo satisfactoriamente. 20 CONCLUSIONES Aún cuando se trate de extraer un catéter epidural retenido bajo los estándares establecidos y sin ejercer demasiada fuerza de tracción, la posibilidad de ruptura, desgarro o retención de un fragmento son potencialmente posibles. Únicamente en una pequeña incidencia de los casos y de acuerdo a los riesgos, es prudente intentar extraer la porción retenida por vía quirúrgica. 21 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1.- Castro-Rodríguez CA, López-Herranz P. Retención de fragmento de catéter dentro del espacio epidural. Reporte de un caso. Rev Med Hosp. Gen Mex 2002; 65:159- 63. 2.- Lenox WC, Kost-Byerly S, Shipley R, Yaster M. Pediatric caudal epidural catheter sequestration: an unusual complication. 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