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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN PSICOLOGÍA PSICOLOGÍA EDUCATIVA Y DEL DESARROLLO VARIABLES ASOCIADAS AL RENDIMIENTO ACADÉMICO DE ADOLESCENTES MEXICANOS T E S I S QUE PARA OBTENER EL GRADO DE: DOCTOR EN PSICOLOGÍA P R E S E N T A JOAQUÍN CASO NIEBLA JURADO DE EXAMEN DE GRADO: DIRECTORA: DRA. LAURA HERNÁNDEZ GUZMÁN COMITÉ: DR. JAVIER NIETO GUTIÉRREZ DR. IGNACIO MÉNDEZ RAMÍREZ DR. EDUARDO BACKHOFF ESCUDERO DRA. ROCÍO QUESADA CASTILLO DR. JOSE I. MARTÍNEZ GUERRERO DRA. GRACIELA CORDERO ARROYO MARZO DE 2007 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Agradecimientos A la doctora Laura Hernández Guzmán por creer en este proyecto, por hacerlo suyo, por hacerme sentir siempre apoyado y escuchado, y por permitirme crecer a su lado. A los doctores Javier Nieto, Ignacio Méndez, Eduardo Backhoff, Rocío Quesada, José Martínez Guerrero y Graciela Cordero, integrantes de mi comité tutorial, por compartir y poner a disposición de este proyecto su interés, conocimientos y experiencia. A la titular de la DGOSE-UNAM, la doctora María Elisa Celis, por su apoyo incondicional en la configuración inicial de este proyecto, así como por su eficiente gestión con autoridades universitarias y áreas estratégicas de la UNAM que hicieron posible su realización. A todos los que me acompañaron, apoyaron y alentaron en este proceso; a todos los que participaron voluntaria o involuntariamente en la realización de este documento; a aquéllos que siempre estuvieron pendientes de mis avances y de los “no avances”; a todos los que con su trabajo inspiraron el mío; a esta maravillosa Universidad que le ha dado tanto sentido y alegría a mi vida; a mis amigos de aquí, de allá, de antes, de hoy, de siempre; a mi querida familia; a Nereyda por su eterna complicidad, a Regina por ser mucho mejor de lo que un día soñé; a la vida por regalarme a diario buenos motivos y nuevas causas para seguir adelante. Indice Índice de tablas ………..………………………………………………………………………………… v Índice de figuras…………………………………………………………………………………………. vi RESUMEN………………………………………………………………………………………………… 1 Abstract……………………………………………………………………………………………………. 2 INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………… 3 ANTECEDENTES……………………………………………………………………………………….. 8 Capítulo 1. Problemática asociada al estudio del bajo rendimiento escolar ..…………………… 8 1.1 Panorama actual del rezago educativo en México…………………………………….. 8 1.2 Conceptuación del bajo rendimiento escolar …………………………………………… 15 Capítulo 2. Modelos explicativos del bajo rendimiento escolar……………………………………. 24 2.1 Modelos explicativos de las causas del bajo rendimiento escolar…………………… 24 2.2 Aproximaciones teóricas en torno al desempeño académico……………………..….. 38 2.2.1 Teorías centradas en la expectativa……………………………………………………. 38 2.2.2 Teorías centradas en el valor de la tarea…………………………………………….... 42 2.2.3 Teorías integradoras de la expectativa y el valor de la tarea……………………..…. 46 2.2.4 Teorías integradoras de la motivación y la cognición………………………………… 48 2.3 Variables asociadas al bajo rendimiento escolar……….…………………………….… 52 2.3.1 Autoestima……………………………………...……..………………………………..… 54 2.3.2 Asertividad……………………………………………………………………………….... 58 2.3.3 Consumo de sustancias………………………………………………………………..… 60 2.3.4 Habilidades de estudio………………………………………………………………….. 61 2.3.5 Establecimiento de metas……………………………………………………………..… 63 2.3.6 Adaptación escolar……………………………………………………………………..… 66 2.3.7 Diferencias de género……………………………..………………………….……..…… 68 2.3.8 Variables contextuales………………………………………………………………….... 72 Capítulo 3. Prevención del bajo rendimiento escolar………………………………………………… 76 3.1 El enfoque preventivo………………………………………………………………..…….. 76 Capítulo 4. MÉTODO……………………………………………………………………………………. 89 4.1 Participantes…………………..……………………………………………………..……… 89 4.2 Instrumentos……………….……………………………………………………………....... 91 4.3 Procedimiento…………….……………………………………………………………..…... 96 4.4 Análisis de datos………….…………………………………………………………..….…. 96 4.5 Tipo de estudio……………………………………………………………………………… 97 Capítulo 5. RESULTADOS……………………………………………………………………………… 99 Capítulo 6. DISCUSIÓN……………………………………………………………………………..….. 140 Capítulo 7. CONCLUSIONES GENERALES................................................................................ 165 Capítulo 8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS............................................................................ 164 ANEXOS Anexo A. Instrumentos de medición.............................................................................................. 192 Anexo B. Instructivo para la aplicación de instrumentos………………………….…………….…… 214 Anexo C. Propiedades psicométricas de la Escala Integración y Adaptación Escolar…………... 217 Anexo D. Propiedades psicométricas del Inventario de Autoconocimiento y Establecimiento de metas……………………………………………………………………………….……………………… 219 Anexo E. Propiedades psicométricas de la Prueba de Autoestima para Adolescentes…………. 222 Anexo F. Propiedades psicométricas del Inventario de Asertividad……………….………………. 225 Anexo G. Propiedades psicométricas del Cuestionario de Actividades de Estudio……………… 228 Anexo H. Propiedades psicométricas de la Escala Frecuencia de Consumo del Cuestionario de Consumo de Sustancias…………………………………………………………………………….. 236 Anexo I. Estadísticos de apoyo al análisis de Regresión Múltiple………………..…..……………. 237 Indice de Tablas Página Tabla 1. Indicadores de cobertura educativa en países pertenecientes a la OCDE 10 Tabla 2. Integración de los modelos explicativos en torno al bajo rendimiento escolar 35 Tabla 3. Clasificación de los modelos de investigación que estudian el rendimiento académico 53 Tabla 4. Distribución de los participantes por grado y turno escolar 90 Tabla 5. Características de la muestra 91 Tabla 6. Resumen de las propiedades psicométricas de los instrumentos utilizados en el presente estudio 106 Tabla 7. Matriz de correlación considerando puntajes totales en variables independientes 107 Tabla 8. Matriz de correlación considerando puntajes por factor 110 Tabla 9. Matriz de correlaciones parciales para control de efectos de variables adicionales 111 Tabla 10. Análisis de regresión múltiple. Puntajes totales versus calificaciones escolares 111 Tabla 11. Análisis de regresión múltiple. Factores versus calificaciones escolares 112 Tabla 12. Regresión logística utilizando el método Enter y considerando como variables predictoras a los puntajes totales 115 Tabla 13. Regresión logística utilizando el método Forward Stepwise Likelihood-Radio y considerando como variables predictoras a los puntajes totales 116 Tabla 14. Regresión logística utilizando el método Enter considerando como variables predictoras a los factores considerados en el estudio 116 Tabla 15. Regresión logística utilizando el método Forward Stepwise Likelihood-Radio y considerando como variables predictoras a la totalidad de factores 118 Tabla 16. Efectos directos, indirectos y totales de las variablesconsideradas en el modelo en el rendimiento académico 121 Tabla 17. Estadísticos básicos de las variables consideradas en el estudio 122 Tabla 18. Estadísticos básicos de los factores que conforman las variables consideradas en el estudio 122 Tabla 19. Comparación de puntajes totales por género 124 Tabla 20. Comparación de factores por género 125 Tabla 21. Comparación de puntajes totales por edad 126 Tabla 22. Comparación de factores por edad 126 Tabla 23. Comparación de puntajes totales por grado escolar 127 Tabla 24. Comparación de puntajes totales por grado escolar. Resultados del análisis Post hoc 128 Tabla 25. Comparación de factores por grado escolar 130 Tabla 26. Comparación de factores por grado escolar. Resultados en análisis Post hoc 131 Tabla 27. Comparación de puntajes totales por turno escolar 134 Tabla 28. Comparación de factores por turno escolar 134 Tabla 29. Comparación entre puntajes totales en grupos con alto y bajo promedio escolar 136 Tabla 30. Comparación entre puntajes por factor en grupos con alto y bajo promedio escolar 137 Tabla 31. Comparación entre puntajes totales en estudiantes que suspendieron sus estudios en el bachillerato y estudiantes que continuaban inscritos en 2005. 138 Tabla 32. Comparación entre puntajes por factor en estudiantes que suspendieron sus estudios en el bachillerato y estudiantes que continuaban inscritos en 2005 139 Tabla C1. Análisis de reactivos de la Escala Integración y Adaptación Escolar utilizando la prueba t de Student para grupos extremos 217 Tabla C2. Análisis de discriminación de reactivos de la Escala Integración y Adaptación Escolar utilizando la correlación punto biserial 217 Tabla C3.Estructura factorial de la Escala Integración y Adaptación Escolar 218 Tabla C4. Indices de confiabilidad de la Escala Integración y Adaptación Escolar 218 Tabla D1. Análisis de reactivos del Inventario de Autoconocimiento y Establecimiento de metas utilizando la prueba t de Student para grupos extremos 219 Tabla D2. Análisis de discriminación de reactivos del Inventario de Autoconocimiento y Establecimiento de metas utilizando la correlación punto biserial 220 Tabla D3. Estructura factorial del Inventario de Autoconocimiento y Establecimiento de metas 221 Tabla D4. Indices de confiabilidad del Inventario de Autoconocimiento y Establecimiento de metas 221 Tabla E1. Análisis de reactivos de la Prueba de Autoestima para Adolescentes utilizando la prueba t de Student para grupos extremos 222 Tabla E2. Análisis de reactivos de la Prueba de Autoestima para Adolescentes utilizando la correlación punto biserial 223 Tabla E3. Estructura factorial de la Prueba de Autoestima para Adolescentes 224 Tabla E4. Indices de confiabilidad de la Prueba Autoestima para Adolescentes 224 Tabla F1. Análisis de reactivos de la Adaptación al Inventario de Asertividad de Gabrill y Richey utilizando la prueba t de Student para grupos extremos 225 Tabla F2. Análisis de reactivos de la de la Adaptación al Inventario de Asertividad de Gambrill y Richey utilizando la correlación punto biserial 226 Tabla F3. Estructura factorial de la Adaptación al Inventario de Asertividad de Gambrill y Richey 227 Tabla F4. Indices de confiabilidad de la Adaptación al Inventario de Asertividad de Gambrill y Richey 227 Tabla G1. Análisis de reactivos del Cuestionario de Actividades de Estudio utilizando la prueba t de Student para grupos extremos 228 Tabla G2. Análisis de reactivos del Cuestionario de Actividades de Estudio utilizando la correlación punto biserial 231 Tabla G3. Estructura factorial del Cuestionario de Actividades de Estudio 234 Tabla G4. Indices de confiabilidad del Cuestionario de Actividades de Estudio 235 Tabla H1. Análisis de reactivos de la Escala Frecuencia de Consumo del Cuestionario de Abuso de Sustancias utilizando la prueba t de Student para grupos extremos 236 Tabla H2. Análisis de reactivos de la Escala Frecuencia de Consumo del Cuestionario de Abuso de Sustancias utilizando la correlación punto biserial 237 Indice de Figuras Página Figura 1. Expresiones del bajo rendimiento escolar 16 Figura 2. Modelo de abandono escolar de Vincent Tinto 19 Figura 3. Integración de grupos de variables y contextos asociados al rendimiento académico 37 Figura 4. Elementos de la teoría de la autoeficacia de Bandura 40 Introducción Las actividades evaluativas asociadas al proceso educativo asumen expresiones que involucran al logro académico de los estudiantes, a los programas educativos, a la práctica docente y al sistema educativo en su conjunto. Sin duda, la evaluación del logro académico ha emergido como la estrategia evaluativa de mayor importancia, a la que se canalizan mayor cantidad de recursos y la que experimenta mayor atención entre los principales actores del sistema educativo nacional. El creciente interés observado en nuestro país en las últimas décadas por la evaluación del aprendizaje a gran escala ha contribuido al desarrollo de acciones que permiten la descripción, caracterización y explicación de los niveles de logro educativo de estudiantes del nivel básico, medio superior y superior, así como de variables de naturaleza contextual que permiten sumar elementos cualitativos adicionales al análisis de los resultados. Producto de dichas acciones, hoy sabemos con niveles aceptables de certeza cual es el nivel de dominio que poseen los estudiantes mexicanos en diversas áreas del conocimiento y en determinado nivel y grado escolar, los avances o retrocesos de los niveles de aprovechamiento escolar en determinado grupo poblacional, y el efecto diferenciado de las variables contextuales en el rendimiento escolar. Con todo y lo alentador de este panorama, se ha subestimado el papel de las variables personales y escolares en el desempeño escolar de los estudiantes. Si bien existe un avance considerable al conocer los efectos que sobre el rendimiento académico ejercen el ingreso familiar, los niveles de escolaridad de los padres, las expectativas familiares, el capital cultural, las características de la escuela y la influencia del profesor, se sigue soslayando el papel de variables asociadas al funcionamiento psicológico de los individuos, determinadas como resultado de su interacción con el entorno escolar, familiar y social. La relación del rendimiento académico con variables de esta naturaleza, entre las que se encuentran la autoestima, la asertividad, el establecimiento de metas, el consumo de sustancias, las actividades de estudio y la adaptación escolar, no se ha estudiado a cabalidad en este país. A pesar de que es común observar acciones de naturaleza preventiva hacia el interior de las instituciones educativas, éstas difícilmente se respaldan y fundamentan en los hallazgos de la investigación realizada en contextos educativos y en marcos conceptuales que emergen de ésta. En este marco es que se sustenta la realización del presente estudio, mismo que se justifica por alcances de diverso orden. En primera instancia, la contribución que este estudio pueda realizar a la identificación de variables psicológicas que sean consideradas en los modelos explicativos del bajo rendimiento escolar, susceptibles de comprobarse empíricamente, puede constituirse en una aportación valiosa a esta línea de investigación educativa. Por otro lado, el involucrar a un grupo poblacional específico, en este caso a una muestra de adolescentes mexicanos, profundiza la comprensión de este fenómeno bajo una perspectiva de desarrollo en la que se contrasten los hallazgos de la investigación internacional con los resultados que deriven de esta investigación, lo que permite la caracterización del rendimiento académico en esta población, la identificación de variables personales y escolares que contribuyen a explicarlo, y sus diversas expresiones en función de laedad, el sexo, el nivel de estudios, el turno escolar y la condición académica de los participantes. Lo anterior, además de contribuir de manera importante a la construcción y/o confirmación de cuerpos teóricos y modelos explicativos, permitirá aportar elementos a considerar en la fundamentación de programas preventivos en contextos educativos y en la instrumentación de acciones específicas que pudieran requerirse para la atención de determinada problemática. En síntesis, con el desarrollo del presente estudio se pretende responder a las siguientes interrogantes: ¿se relacionan la autoestima, la asertividad, el consumo de sustancias, el establecimiento de metas, las habilidades de estudio y la adaptación escolar con el rendimiento académico?; ¿en qué medida contribuyen a explicarlo?; ¿se cuenta con datos que confirmen los supuestos que emanen de la revisión de la literatura en torno a las relaciones entre dichas variables y el rendimiento escolar?; y finalmente, ¿difiere el comportamiento del rendimiento académico y del resto de las variables mencionadas en función del sexo, grado escolar, turno y condición académica de los estudiantes?. Para intentar dar respuesta a dichos cuestionamientos, se ha integrado la presente tesis conformada por ocho apartados. En el capítulo I se describe la problemática y particularidades asociadas al estudio del bajo rendimiento académico, describiendo la situación que guarda actualmente el fenómeno del rezago educativo en nuestro país y realizando una revisión a profundidad sobre los conceptos de abandono, rezago y bajo rendimiento escolar. En el Capítulo II se describen, caracterizan y discuten los modelos explicativos así como las principales aproximaciones teóricas en torno al rendimiento académico. Asimismo se revisan los hallazgos de la literatura especializada en los que se documenta la relación entre el rendimiento académico variables del ámbito personal y escolar, particularmente con la autoestima, asertividad, establecimiento de metas, adaptación escolar, actividades de estudio y consumo de sustancias. En el tercer capítulo se describe el enfoque preventivo y lo extrapola al ámbito del bajo rendimiento escolar, vinculándolo con acciones preventivas específicas realizadas en contextos educativos. Finalmente, en los capítulos cuatro, quinto, sexto, séptimo y octavo se abordan las etapas asociadas con la estructura del proyecto de investigación, y los elementos asociados con el método, resultados, discusión, conclusiones y referencias bibliográficas. Se finaliza con el apartado de anexos en el que se incluyen los instrumentos de medición utilizados en el presente estudio, el instructivo para la aplicación de dichos instrumentos y la descripción de estadísticos asociados con los diversos análisis realizados. Resumen El creciente interés observado en este país por la evaluación del aprendizaje a gran escala ha contribuido al desarrollo de acciones que permiten la descripción, caracterización y explicación de los niveles de logro educativo de estudiantes del nivel básico, medio superior y superior, así como de variables de naturaleza contextual que permiten sumar elementos cualitativos adicionales al análisis de los resultados. Este interés contrasta de manera importante con la limitada investigación existente en torno a variables de tipo personal y su relación con el rendimiento académico, misma que requiere ampliarse y documentarse. Con base en ello, se establecieron para el presente estudio los siguientes propósitos: a) conocer la contribución de las variables autoestima, establecimiento de metas, habilidades de estudio, adaptación escolar, asertividad y consumo de sustancias, en el rendimiento académico de estudiantes de bachillerato; y b) caracterizar el comportamiento de dichas variables en función del sexo, nivel de estudios, turno escolar y condición académica de los participantes. Participaron 1581 estudiantes de una institución de educación media superior pública de la Ciudad de México, 850 mujeres (53%) y 731 hombres (47%), con una edad promedio de 17.4 años. De éstos, 634 (40.1%) estudiaban el primer año escolar, 334 (21.1%) el segundo y 613 (38.8%) el tercero. El tipo de muestreo utilizado fue el método aleatorio simple y se consideró como unidad de muestreo al grupo escolar de adscripción. Los participantes respondieron a instrumentos de autoinforme sobre autoestima, asertividad, adaptación escolar, establecimiento de metas, actividades de estudio y consumo de sustancias. El rendimiento académico se determinó mediante el promedio de calificaciones escolares. Se realizaron análisis pertinentes para la obtención de las propiedades psicométricas de los instrumentos utilizados y para la constrastación del modelo propuesto, además de los análisis descriptivos, comparativos y predictivos correspondientes. Los resultados revelaron la contribución relativa de la autoestima, las habilidades de estudio, el establecimiento de metas y el consumo de sustancias sobre el rendimiento académico, sugiriendo que los sentimientos de valía personal y la percepción de eficacia personal, componentes centrales de la autoestima, contribuyen al desarrollo de habilidades autorregulatorias asociadas con la conducta académica tales como la organización de las actividades de estudio y el empleo de estrategias de aprendizaje, así como en la formulación de metas dirigidas a la realización de tareas. También se observan diferencias en el rendimiento académico por sexo, edad y turno escolar, registrando mejores promedios las mujeres, los estudiantes con edad normativa y los inscritos en el turno matutino. Se discuten los alcances y limitaciones de este estudio así como su utilidad para la fundamentación y diseño de intervenciones preventivas en contextos educativos. Abstract The growing interest observed in this country on large scale evaluation of learning has contributed to the development of actions that allow the description, characterization and explanation of levels of achievement of students in basic, middle and higher education settings. Contextual variables allow adding qualitative elements to the analysis of results. This interest contrasts in an important way with the limited research on variables related to the personal environment of students and on their relations to academic achievement. These relations require further documenting and study. On these basis, this study has the following purposes: a) to provide information about the contribution of variables such as self-esteem, goal setting, study skills, adaptation to the school setting, assertiveness and substance usage on the academic achievement of preparatory students (high school), and b) to characterize the behavior of these variables as a function of gender, grade and academic condition of the participants. 1581 students from a public high school in Mexico City participated. Of these 850 (53%) were women and 731 (47%) men. Mean age was 17.4 years. 634 (401%) were in the first grade of high school (10th grade US), 334 (21.1%) were in the second grade (11th US) and 613 (38.8%) were in the grade (12th US). The sampling method employed was simple random sampling and the sampling unit was the classroom. The participants answered self report instruments about self-esteem, assertiveness, adaptation to school, goal setting, study activities and substance usage. Academic achievement was determined by the grade average of students. Analyses were performed to determine the psychometric properties of the instruments employed to contrast the proposed model of relationships. Also, the corresponding descriptive, comparative and predictive analyses were performed. Results reveal a relative contribution of self-esteem, study skills, goalsetting and substance usage over academic achievement. The findings suggest that feelings about personal worth and the perception of self-efficacy which are central components of self esteem, contribute to the development of self-regulatory activities associated with the organization of study tasks, in the employment of learning strategies as well as in the formulation of task-oriented goals. Differences in academic achievement were observed by gender, age, grade and school shift scheduling. Higher averages were observed for women, students on the normative age and students scheduled on the morning school shift. The main extent and limitations of the study are discussed as well as the usefulness of the findings as a basis for the design of prevention interventions in education contexts. Capítulo 1. Problemática asociada al estudio del bajo rendimiento escolar 1.1 Panorama actual del rezago educativo en México A lo largo de los años el Sistema Educativo Nacional ha generado un número considerable de esfuerzos en sus niveles básico, medio-superior y superior, que han permitido apoyar a las instituciones educativas mediante mecanismos orientados a la evaluación del logro académico de sus estudiantes, al fortalecimiento y mejoramiento de la enseñanza y al establecimiento de indicadores que den cuenta del avance registrado en materia educativa. Hasta hace algunos años, las acciones que daban cuenta del nivel de logro académico registrado por estudiantes mexicanos se centraban en conocer el nivel de dominio del currículo escolar y de las habilidades, conocimientos y competencias que en éste se plasman, menospreciando la medición de variables personales y contextuales que subyacen al desempeño académico de todo estudiante. Aunado a ello, los diagnósticos nacionales, estatales y locales poco han contribuido al desarrollo e instrumentación de programas preventivos y correctivos dirigidos a estudiantes con dificultades en el aprendizaje desdeñando las actividades de evaluación y seguimiento que de éstos se habrían de derivar. No obstante que exista cada vez un mayor número de experiencias locales con resultados exitosos en la detección y atención de población en riesgo escolar, se sigue careciendo de una adecuada divulgación de dichos programas que permita estimular a otras instituciones para su réplica y su cabal aprovechamiento. Lo anterior ha impedido profundizar en el diagnóstico de la problemática asociada con el rezago educativo y contrarrestar las dificultades que presentan las instituciones de educación media superior, donde se observan grandes limitaciones para retener a los estudiantes con aspiraciones de formación superior, ya que abandonan prematuramente sus estudios por motivos económicos o académicos para incorporarse al mercado de trabajo sin haber adquirido las competencias necesarias (SEP, 2001). Las estadísticas nacionales agudizan lo descrito con anterioridad. Para el ciclo escolar 2005-2006, la matrícula total del sistema educativo nacional se conformó por 32.4 millones de alumnos equivalente a poco más del 30% de la población total del país (SEP, 2005). De éstos, el 11.4% se ubicó en el nivel de educación media superior y 7.5% en el de educación superior, lo que equivale a una matrícula de 3,711,200 y 2,445,600 estudiantes, respectivamente. Para el ciclo escolar 2005-2006 la deserción escolar en el nivel de educación media superior se estimó en 17.0% y la eficiencia terminal en 59.6%. (SEP, 2005). A pesar de que el 78.9% de los egresados del bachillerato continúa sus estudios superiores, es decir, son absorbidos por dicho nivel, la deserción ocurrida en niveles anteriores hace que la proporción de los jóvenes del grupo de edad respectivo que llega a la educación superior siga siendo reducida en comparación con el comportamiento presentado en países de alto grado de desarrollo y en otras naciones latinoamericanas. Por lo que no es de extrañar que los índices de cobertura nacional a nivel bachillerato se estimen del orden del 53.5% (SEP, 2004), mientras que la estimación para el grupo poblacional de 24 a 64 años con estudios concluidos de bachillerato es de 13.0% y, con estudios terminados en el nivel de educación superior, del orden del 5.0%, índices muy por debajo de los estándares internacionales sugeridos por la OCDE (OCDE, 2004). Tabla 1. Indicadores de cobertura educativa en países pertenecientes a la OCDE INDICADOR México Máximo OCDE Mínimo OCDE Media OCDE USA España Portugal Turquía Corea Escolaridad promedio, años Grupo de edad 25-64 7.4 13.8 7.4 11.8 12.7 10.3 8.0 9.6 11.7 Perfil demográfico de la población del país, % Población 5-14 22 22 10 12 15 10 10 --- 14 Población 15-19 10 10 5 6 7 6 6 --- 7 Población 20-29 19 19 12 14 13 16 16 --- 17 Máximo nivel de estudios terminados, 25-64 años,% Hasta secundaria 87 17 82.1 33 13 58 80 75 29 Educación media superior 7 40 7 44 49 17 11 16 45 Educación superior 6 43 6 23 38 24 9 9 26 Máximo nivel de estudios terminados, 25-34 años, % Hasta secundaria 79 11 79 22 13 41 65 69 5 Educación media superior 10 38 10 49 48 22 20 20 54 Educación superior 11 51 11 28 39 37 15 11 41 Población con educación media superior o más, % Población de 25 a 64 13 88 13 65 87 41 20 25 71 Población de 25 a 34 21 94 21 75 87 58 35 31 95 Población de 45 a 54 9 85 9 61 89 31 14 20 51 Población con educación superior o más, % Población de 25 a 64 5 43 5 24 38 24 9 9 26 Población de 25 a 34 11 (18) 51 11 28 40 37 15 11 41 Población de 45 a 54 3 (12) 41 3 21 40 17 7 9 13 La tabla 1 ilustra el rezago observado en nuestro país en materia educativa, concretamente en lo relacionado con el nivel de escolaridad y cobertura educativa registrados en México y el contraste observado en los niveles registrados por otros países de la OCDE. En lo que respecta a la UNAM, la Institución de Educación Superior más importante del país, ésta no se encuentra muy alejada a lo observado en el escenario nacional. Si bien el porcentaje de eficiencia terminal de los estudiantes que realizaron su bachillerato en la UNAM fue de 67.0% en 2004, porcentaje superior a la media nacional y que refleja una mejora considerable al compararla con el 45.0% de eficiencia terminal observada hace cinco años, no son resultados que impliquen la desatención de dicha problemática (DGP, 2005). Por el contrario, existen indicadores observados en los estudiantes que aspiran a ingresar al bachillerato de la UNAM y de aquéllos que logran incorporarse, que alertan sobre la problemática que aqueja a dicho grupo poblacional. En cuanto a los estudiantes que ingresaron al bachillerato de la UNAM en el periodo 2002-2003, se observó que el 39.9% de los estudiantes registraron un promedio inferior al 8.0 en su tránsito por la secundaria, el 5.6% no concluyó la secundaria en el tiempo estipulado y el 14.9% presentó al menos un examen extraordinario durante sus estudios. Estos indicadores tienden a empeorar durante el bachillerato, situación representada por el caso de los más de 112 mil estudiantes que aspiraban a ingresar por concurso de selección al nivel licenciatura en la UNAM en el ciclo escolar 2004- 2005, donde el 30.0% registró un promedio de calificaciones inferior a 7.5 durante el bachillerato, el 23.9% concluyó sus estudios en cuatro años o más, el 55.5% presentó al menos un examen extraordinario y el 19.7% cursó al menos una materia por segunda ocasión (DGP, 2005). En este mismo orden de ideas, y en lo referente a los poco más de 24 mil estudiantes que lograron ingresar a la UNAM en ese mismo periodo, se observa una problemática similar en quienes cursaron su bachillerato en alguno de los catorce planteles de la UNAM e ingresaron por pase reglamentado (33.0% concluyeron en cuatro años o más, 47.0% recursó al menos una materia, 17.4%registró un promedio de calificaciones inferior a 7.5 y 64.0% presentó al menos un examen extraordinario) y en quienes lo hicieron vía concurso de selección (22.0% concluyeron en cuatro años o más, 17.0% recursó al menos una materia, 23.0% registró un promedio de calificaciones inferior a 7.5 y 45.0% presentó al menos un examen extraordinario). Lo anterior ilustra parte de la problemática y de los retos que las instituciones mexicanas de educación media superior y superior comparten. Recientemente, con el propósito de cuantificar el costo económico que representa para el Estado y para las propias Instituciones de Educación Superior el presentar índices de rezago, abandono y reprobación escolar, se realizaron cálculos de lo que representa formar un estudiante en los distintos niveles educativos. En el caso del nivel medio superior, se tasaron costos por alumno equivalentes a los 20 mil pesos en 2005 (según datos de la OCDE el gasto en 2005 por estudiante en el nivel medio superior fue de 2,378 dólares, equivalente a poco más de 26,000 pesos), lo que representó más de 35 mil millones de pesos equivalentes al 6.1% del gasto nacional en educación (SEP, 2005). Por lo que si se considera que casi 2 de cada 10 estudiantes en el país no concluyen los estudios en este nivel, y que 4 de cada 10 no terminan en el tiempo establecido, las estimaciones del gasto ocasionado por los altos índices de reprobación y deserción registrados es por demás considerable. En resumen, son muchas las implicaciones que traen consigo los problemas vinculados con el fracaso escolar. Las consecuencias económicas y sociales asociadas con la reprobación, el rezago y del abandono escolar, son diversas y complejas. Expresiones como las emitidas por Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) en las que se recomienda que cada institución debe diseñar estrategias e instrumentar acciones que tengan como propósito incrementar la calidad del proceso formativo integral de los estudiantes, aumentar su rendimiento académico, reducir la reprobación y la deserción escolar y lograr índices de aprovechamiento y eficiencia terminal satisfactorios (ANUIES, 2001), deben ser atendidas por instituciones educativas de todos los niveles, pero sobre todo en aquéllas donde estos índices tienden a ser más dramáticos. Los indicadores de rezago, deserción escolar y eficiencia terminal en nuestro país dan cuenta de un panorama que acusa niveles de rendimiento académico deficientes como una de sus principales variables explicativas, lo que conduce a la reflexión profunda acerca de la necesidad imperante de la transformación en el liderazgo educativo de México y de sus políticas de administración, planeación, diseño, implementación e investigación en el ámbito educativo (Edel, 2003a). 1.2 Conceptuación del bajo rendimiento escolar Como se ha sugerido previamente, el bajo rendimiento académico mantiene fuertes vínculos con otras problemáticas escolares tales como la reprobación, el rezago y el abandono escolar. De hecho, son términos utilizados para matizar y apreciar la dimensión de la problemática asociada con el desempeño escolar. El rendimiento académico se ha definido tradicionalmente como el grado de aprovechamiento que logra un alumno en una determinada tarea obtenido mediante la aplicación de una evaluación estandarizada. Constituye la determinación de éxito o fracaso escolar fijado en función del logro de las metas académicas establecidas por la institución educativa (Ponce & Trejo, 2002). Cuando estas calificaciones son satisfactorias se considera que un estudiante tiene éxito escolar, si dichas calificaciones no resultan satisfactorias el rendimiento académico obtenido supone fracaso escolar pudiendo anteceder a procesos de reprobación y rezago y, en el peor de los casos, al abandono de sus estudios. El ausentismo, la reprobación, las acreditaciones extemporáneas, la repetición, el abandono temporal y la suspensión definitiva de los estudios han sido manifestaciones identificadas como parte de un “circuito problemático” asociadas al abandono escolar (Gómez-Villanueva, 1990). La problemática asociada al bajo rendimiento académico de un estudiante presenta diversos niveles y pudiera adoptar distintas facetas conduciéndolo al abandono definitivo de los estudios como consecuencia final de la desatención gradual y sistemática de las exigencias académicas que, en la mayoría de los casos, se expresa mediante historiales de ausentismo y reprobación escolar (Figura 1). Figura 1. Expresiones del bajo rendimiento escolar El rendimiento académico es un constructo susceptible de adoptar valores cuantitativos y cualitativos, mediante los cuales existe una aproximación a la evidencia y dimensión del perfil de habilidades, conocimientos, actitudes y valores desarrollados por el alumno en el proceso enseñanza aprendizaje. Es definido como una intrincada red de articulaciones cognitivas que, contrariamente a reducirlo como un indicador del desempeño escolar, se considera una constelación dinámica de atributos, cuyos rasgos característicos distinguen los resultados de cualquier proceso de enseñanza- aprendizaje (Edel, 2003a). El contenido esencial del rendimiento académico es el logro del producto escolar esperado, es decir, la consecución de los objetivos educativos. Tradicionalmente, éstos se han centrado en la adquisición de conocimientos y en los procedimientos, habilidades y actitudes. En su acepción original, tomada directamente del ámbito de la economía, el rendimiento representa una valoración de los logros obtenidos relacionándolos con lo invertido en dinero, tiempo y esfuerzo. Desde este planteamiento, el rendimiento es una definición del producto educativo en términos del balance de resultados (De la Orden, 2001). Cuando el resultado de la experiencia educativa registra niveles inferiores a los deseados, o cuando los estudiantes no han adquirido los resultados que se espera de ellos en el tiempo previsto y de acuerdo con los programas establecidos y sus capacidad intelectuales, se habla de bajo rendimiento académico (Ruiz, 2001). El bajo rendimiento escolar puede traer consigo el atraso del egreso de un estudiante en el tiempo estipulado en determinado plan o programa de estudios. Si bien el rezago escolar tiene una implicación directa con los antecedentes escolares, no es un problema que se explique solamente mediante los historiales académicos de los estudiantes. La influencia de factores personales, socioeconómicos y normativos deben considerarse, para evitar correr el riesgo de perder de vista la complejidad misma del fenómeno y realizar un diagnóstico alejado de la realidad (Gómez-Villanueva, 1990). Éstos y otros factores asociados con el bajo rendimiento escolar y documentados ampliamente por la literatura especializada se expondrán con detenimiento en el siguiente apartado. La problemática escolar asociada al bajo rendimiento académico puede derivar también en suspensión temporal o abandono definitivo de los estudios. El abandono escolar es un término frecuentemente utilizado como sinónimo de deserción escolar y definido como la suspensión definitiva o temporal, voluntaria o forzada, de los estudios. Se pueden distinguir diferentes modalidades de abandono: a) abandono de la carrera, b) abandono de la institución y c) abandono del sistema de educación superior (Tinto, 1987). Tinto (1987) considera que el abandono escolar es la suspensión definitiva de estudios en determinada institución, como resultado de un proceso longitudinal de interacciones entre el individuo y los sistemas académico y social de la institución educativa, duranteel cual las experiencias del estudiante en ambos entornos modifican continuamente sus metas personales y compromisos institucionales pudiendo conducirle a abandonar sus estudios (Figura 2). La forma habitual de evaluar los índices de abandono escolar descansa en la determinación de valores que se calculan con base en la proporción de estudiantes pertenecientes a una cohorte que interrumpieron y suspendieron en definitiva sus estudios. Figura 2. Modelo de abandono escolar de Vincent Tinto (1987) Por su parte, la medición del rendimiento académico resulta más compleja. Determinar el nivel de rendimiento alcanzado es un acto de medida generalmente expresado por la asignación de alguna categoría, valor o número. La dificultad del elemento medido se transfiere a la complejidad del proceso de educación, ya que en la medida que los objetivos educativos sean más complejos y ambiciosos, su medida se dificulta (De la Orden, 2001). Existe una larga tradición en el uso de las calificaciones escolares como el parámetro que determina en qué grado se cumplieron los objetivos de un curso, programa o plan de estudios. De hecho, las evaluaciones sumativas representadas por las calificaciones escolares atienden satisfactoriamente dos propósitos fundamentales: explican el nivel de conocimientos adquiridos en el aula escolar, y comunican al alumno, al padre de familia, a la institución y al sistema educativo en su conjunto sobre dichos resultados Diversos autores atribuyen a las calificaciones otorgadas por los profesores uno de los factores de mayor estabilidad que se conocen que permite predecir el rendimiento escolar de cursos o niveles superiores (Cano, 2001; Ruiz, 2001). Entre las experiencias nacionales que permiten ilustrar el poder predictivo de las calificaciones escolares se encuentra una investigación realizada con un muestra de estudiantes que ingresaron a la UNAM en el 2005 (Celis et al., 2005). En dicho estudio, en el que se analizó la trayectoria escolar de 15 856 estudiantes, se observó un patrón claramente definido que registra los promedios de calificaciones escolares más altos en secundaria y en bachillerato en los estudiantes que concluyen sus estudios de educación media superior en cuatro años o menos, y supera en todos los casos a los promedios escolares de los estudiantes que lo concluyen en cinco años o más. Por lo tanto, el promedio de secundaria permite predecir con un grado considerable de certeza el rendimiento académico para los niveles subsecuentes, incluyendo al desempeño en la licenciatura. No obstante, también existen detractores de esta forma de evaluación al atribuirle problemas de validez y confiabilidad debido a las siguientes limitaciones: a) se trata de una medida en la que influye la subjetividad del docente; b) tal subjetividad se encuentra sujeta a gran variabilidad producto de la formación y experiencia de los evaluadores; y c) el proceso evaluativo suele contaminarse por la inclusión de criterios no académicos tales como el esfuerzo, la actitud, la obediencia, la atención y otras variables no relacionadas con contenidos académicos (Allen, 2005; Lambating & Allen, 2002). Debido a ello, existen o se ha propuesto alternativas emergentes de reciente desarrollo, tales como la evaluación del logro educativo, que han permitido superar las limitaciones en materia de validez y confiabilidad asociadas con las calificaciones escolares. La evaluación del logro educativo se ha consolidado en la mejor forma de evaluar el aprendizaje de un estudiante. La utilización de exámenes “criteriales” que permiten conocer el nivel de domino de un estudiante con respecto a determinado contenido curricular, elaborados con apego a estándares psicométricos que pugnan por la definición clara de su uso y cobertura, por el uso de procedimientos rigurosos para su diseño y construcción, por el uso de procedimientos estandarizados para su administración, y por la exhibición de datos sobre su validez y confiabilidad, ha permitido interpretar y caracterizar con claridad el aprendizaje de estudiantes de todos los niveles educativos y en un número importante de naciones. Si bien estos exámenes gozan de reconocimiento generalizado en el ámbito evaluativo por superar las limitaciones asociadas a las evaluaciones de pequeña escala realizadas por el docente al interior del aula escolar expuestas con anterioridad, su utilización requiere un despliegue importante de recursos técnicos, humanos y financieros, sobre todo cuando estas evaluaciones involucran a poblaciones de tamaño considerable. Además, buena parte de las aplicaciones realizadas en nuestro país, sirven para propósitos institucionales específicos que implican un manejo responsable de la información, por lo que acceder a los resultados con propósitos distintos a los estipulados para su elaboración resulta una tarea por demás compleja. Por ello, no es de extrañar que las calificaciones escolares sigan siendo una de las medidas que comúnmente se emplean para medir el rendimiento académico de los estudiantes. A manera de conclusión, se destacan las siguientes consideraciones: • El rezago educativo observado en México adquiere su máxima expresión en el nivel medio superior, donde los indicadores de reprobación y deserción escolar alcanzan niveles superiores a los observados en la educación primaria y secundaria, y a los registrados por la mayoría de los países pertenecientes a la OCDE. • Una proporción considerable de los estudiantes que ingresan al bachillerato lo hacen con antecedentes de reprobación, ausentismo y bajo rendimiento escolar, lo que confiere un reto importante a las propias instituciones en la identificación oportuna de aquellas variables que pudieran encontrarse afectando su desempeño académico, y en la generación de condiciones y apoyos institucionales que contribuyan a garantizar su permanencia, tránsito y egreso escolar. • A pesar de las limitaciones y críticas asociadas con el uso de las calificaciones escolares, que se expresan desde la imposibilidad de valorar el desempeño de un estudiante en áreas que excluyan a dominios cognitivos o de corte academicista, hasta la tendencia a evaluar aspectos que no forman parte del currículum escolar, las calificaciones escolares representan un indicador confiable para estimar el rendimiento académico de un estudiante. De las consideraciones expuestas con anterioridad se derivan interrogantes adicionales en torno a la naturaleza del rendimiento académico en adolescentes. En el siguiente capítulo se presentarán y caracterizarán los diversos modelos explicativos así como las principales aproximaciones teóricas en torno al rendimiento académico. De manera complementaria, se revisarán los resultados de la investigación especializada vinculada con el estudio del rendimiento académico. Capítulo 2. Modelos explicativos del bajo rendimiento escolar 2.1 Modelos explicativos de las causas del bajo rendimiento escolar Ante la necesidad de contar con un marco referencial que identifique, integre y describa los diversos procesos asociados con el bajo rendimiento escolar, así como conocer las principales aproximaciones teóricas y empíricas que permitan aportar elementos que contribuyan a su entendimiento y comprensión, se propone el presente capítulo. Los marcos conceptuales que se presentarán, se han utilizado para explicar el bajo rendimiento escolar y sus posibles manifestaciones, por lo que en algunos casos la discusión versará en torno a los fenómenos del abandono y el rezago escolar. Entre las clasificaciones existentes que permiten ordenar las diversas aproximaciones documentadas en torno al estudio de las causas del bajo desempeño escolar destaca la de Vincent Tinto(1987). Tinto, cuyo modelo gira en torno al abandono institucional, utiliza cinco categorías para agrupar las aproximaciones teóricas existentes: teorías psicológicas, ambientales, económicas, organizacionales e interaccionales. De acuerdo con el autor, las teorías psicológicas se enfocan en explicar la conducta de abandono de los estudiantes como reflejo de atributos personales y específicos relacionados con las características psicológicas de cada individuo; las teorías ambientales explican el éxito o fracaso escolar como consecuencia del moldeamiento de fuerzas que configuran el éxito social en general y que definen el lugar que los individuos y las instituciones ocupan en la sociedad; las teorías económicas sugieren la presencia de fuerzas donde el estudiante contrasta los beneficios vinculados a la obtención de un determinado grado con los recursos financieros necesarios par hacer frente a la inversión que supone estudiar en determinada institución; las teorías organizacionales destacan el efecto del tamaño y la complejidad institucional, los recursos disponibles, el ambiente y la existencia de estímulos diversos para la socialización de los estudiantes; y las teorías interaccionales, donde se considera que la conducta de abandono es el resultado de la interacción dinámica recíproca entre los ambientes y los individuos (Tinto, 1987). Tinto identifica la existencia e interacción de diversas variables como parte de dichos marcos conceptuales. No obstante, en el marco de la teoría del abandono institucional que él desarrolló, se podrían extraer y proponer su reagrupación en tres dimensiones específicas: variables individuales, escolares y sociales. Las variables individuales se encuentran relacionadas con los antecedentes familiares (nivel educativo de los padres, intereses de los padres, expectativas de los padres, nivel socioeconómico y logros académicos familiares), con las características individuales (capacidad de desempeño, rasgos de personalidad y sexo), con los antecedentes educativos (promedios de calificaciones, características de las escuelas y características de los maestros) y con el compromiso con la meta de los estudiantes (expectativas, aspiraciones y grado de compromiso). Las variables escolares se conforman por características institucionales tales como recursos, instalaciones, disposiciones estructurales, composición de sus miembros, tipo de institución, calidad de la universidad, plan de estudios, programas, métodos de enseñanza, normas disciplinarias, calificaciones, desarrollo intelectual y atmósfera intelectual de la institución. En tanto, las variables sociales se caracterizan por factores externos tales como los cambios en la oferta y la demanda del mercado laboral, restricciones tales como la discriminación y otras relacionadas con la percepción individual de la integración social, el ajuste social, los grupos de apoyo, el compromiso con la institución, las relaciones interpersonales y el clima social de la institución. A pesar de la vigencia y del carácter integrador que supone el modelo interaccional desarrollado hace casi veinte años por Tinto, soslaya el papel y el comportamiento de otras variables psicológicas, en la que se ponen en juego componentes cognitivos, afectivos y ambientales, cuyo papel ha sido determinante para explicar el abandono escolar y las implicaciones asociadas con el bajo rendimiento académico. La autoestima, el establecimiento de metas, la asertividad, las habilidades para el estudio, la adaptación escolar y las conductas de riesgo psicosocial, son sólo algunos ejemplos de este tipo de variables. Entre las aproximaciones documentadas en la última década, probablemente influenciadas por el marco proporcionado por Tinto, destacan la de De la Orden y colaboradores quienes identifican cinco modelos utilizados en el estudio de las causas del fracaso escolar: modelos centrados en el alumno, modelos centrados en el contexto, modelos pedagógico-didácticos, modelos psicosociales y modelos eclécticos en interacción (De la Orden et al., 2001). De acuerdo con los autores, los modelos centrados en el alumno intentan identificar la repercusión en el rendimiento escolar que tienen las variables de orden somático (vinculadas al embarazo y primeros sucesos perinatales) y fisiológico, así como las características individuales tanto estáticas (capacidades intelectuales y de personalidad) como dinámicas (motivación, actitud, intereses) vinculadas más estrechamente al contexto. Los modelos centrados en el contexto incorporan factores sociales, tanto de tipo estático (procedencia sociocultural y económica), como dinámico (fuerzas sociales, institucionales y culturales) que representan la red de fuerzas sociales ambientales. Los modelos pedagógico-didácticos intentan identificar las principales variables asociadas al rendimiento mediante opiniones y valoraciones de alumnos y profesores, las características del contexto institucional próximo (clima de aula e interacciones personales), así como analizar las variables metodológicas en su mutua interacción con las aptitudes de los estudiantes. En tanto, los modelos psicosociales tratan de analizar el efecto psicológico producido en el alumno por variables relacionadas con el ambiente familiar, por las relaciones dentro del aula, por el autoconcepto y la autoestima. Finalmente, los modelos eclécticos atienden diversas variables en interacción por considerar que los resultados escolares están determinados por amplias redes de relaciones entre variables de muy diversa índole. Entre los enfoques que concentran su atención en causas asociadas con el rendimiento escolar se encuentra el trabajo de López, Villatoro, Medina-Mora y Juárez (1996) quienes sostienen que el bajo rendimiento académico se debe a una multiplicidad de factores que al unirse producen el problema. Proponen cuatro categorías generales: factores fisiológicos, pedagógicos, psicológicos y sociológicos. En lo referente a los factores fisiológicos que pudieran encontrarse afectando al rendimiento escolar se encuentran las modificaciones endocrinológicas que afectan el desarrollo adolescente, deficiencias físicas en los órganos de los sentidos tales como la vista y la audición, la desnutrición, la salud y el peso de los estudiantes. La presencia de dichos factores pudiera disminuir la motivación la atención y la aplicación en las tareas, afectando la habilidad de aprendizaje en el salón de clases. A pesar de la importancia de los factores fisiológicos sobre el desempeño escolar, resulta complejo determinar el grado en que éstos lo determinan así como identificar a la totalidad de variables con los que interactúan. En cuanto a los factores pedagógicos, López y colaboradores los definen como aquéllos que tienen que ver directamente con la calidad de la enseñanza, con los maestros y con las instituciones educativas. Destacan al número de alumnos por maestro, el uso de métodos, materiales y currículo inapropiados, la motivación del maestro y el tiempo que dedica a preparar sus clases, y a diversos aspectos relacionados con la calidad de la instrucción. En lo que respecta a los factores psicológicos que pudieran afectar el aprendizaje y como consecuencia el rendimiento escolar de los adolescentes, se encuentran los rasgos de personalidad, el autoconcepto, variables motivacionales, actitudinales y afectivas, desórdenes en funciones psicológicas básicas y las habilidades pare el estudio. Concluyendo con la clasificación de López y colaboradores, los factores sociológicos incluyen a variables tales como el sexo y el nivel socioeconómico, éste último representado por la escolaridad, la ocupación e ingreso de los padres, factores que influyen de manera importante sobre el rendimientoescolar de los adolescentes. Otras aproximaciones intentan explicar las causas del bajo rendimiento académico mediante la caracterización de variables que inciden en la reprobación escolar. A este respecto, Abud (1994) agrupa a la totalidad de variables que inciden en la reprobación en función de sus causas, mismas que pudieran encontrarse en: a) los alumnos, a través de su actitud hacia el trabajo escolar, de la falta de habilidades de comunicación y hábitos de estudio, baja motivación, pobre autoconcepto e inadecuado ambiente familiar, b) en los docentes, debido al uso de métodos inapropiados para la evaluación del aprendizaje, la falta de planificación y de técnicas de motivación en la clase y de actualización docente, c) en las instituciones, debido a su filosofía institucional, a la desarticulación de sus planes y programas de estudio, a la carencia de programas institucionales de atención diferenciada a estudiantes y a las limitaciones presupuestales, d) y en las condiciones grupales, al tamaño del grupo y a las características de las instalaciones y de la infraestructura (Abud, 1994). Dado el carácter integrador de las clasificaciones descritas, caracterizaciones como las de Ruiz (2001) y Cano (2001) en las que incluyen factores individuales, educativos y familiares, y factores psicológicos, sociológicos y pedagógicos, respectivamente, se consideran representadas por las que se incluyen en el presente apartado. Existen registros de experiencias institucionales que han plasmado su posición con respecto a la problemática asociada al bajo rendimiento académico, mediante documentos estratégicos que orientan su actividad. Tal es el caso de las propuestas de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) y del Instituto para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC/UNESCO) quienes han emitido pronunciamientos que caracterizan variables que inciden el rezago escolar en México y países latinoamericanos. A este respecto, la ANUIES integró un documento con diversas aportaciones de estudiosos del rezago escolar en el nivel superior en México (Legorreta, 2001; Pérez, 2001; Romo & Fresán, 2001), caracterización también útil para los estudiantes del nivel medio superior. A este respecto, identificaron tres tipos de factores que inciden en el rezago escolar: curriculares-académicos, socioeconómicos y normativos. Proponen la caracterización de factores curriculares y académicos relacionados con el abandono y el rezago en tres momentos clave en la trayectoria académica de un estudiante: aquéllos observables antes de su ingreso a la institución, los que se presentan en el transcurso de los estudios regulares, es decir, durante su permanencia escolar, y los que se expresan en el proceso de egreso (Romo & Fresán, 2001). Entre los factores curriculares y académicos asociados con el rezago escolar se encuentran: a) las características personales, entre los que se destacan el historial académico del estudiante y los promedios obtenidos en la educación secundaria, la insuficiencia de los conocimientos y habilidades con que egresan los estudiantes de este nivel, la deficiente orientación vocacional recibida, la valoración familiar, las condiciones, hábitos y prácticas de estudio; b) la integración al medio escolar, condición para que un estudiante aumente considerablemente las posibilidades de que continúe y culmine sus estudios; c) las características de los planes de estudio, de la normatividad institucional y de los programas, servicios y apoyos que la institución proporciona a los estudiantes, tales como la organización del currículo, el reglamento de inscripciones y exámenes, los servicios de biblioteca, hemeroteca, talleres, laboratorios, cómputo, orientación, tutorías, atención médica y los espacios para la práctica del deporte y la recreación; d) la falta de seguimiento a lo largo del proceso de enseñanza aprendizaje que permita contar con información utilizable en la planeación y en la organización académica; y e) la ausencia de programas integrales en instituciones que abatan los índices de rezago observados mediante estrategias de intervención de carácter general orientadas al desarrollo de metodologías de estudio y de trabajo apropiadas a las exigencias del primer año de la carrera; a la gestión de apoyo y supervisión en temas de mayor dificultad en las diversas asignaturas; a la consolidación de sistemas de tutoría, y al estímulo de actividades extracurriculares que favorezcan un desarrollo profesional integral del estudiante. En síntesis, la visión de ANUIES, a través del trabajo de Romo y Fresán, ubica a los estudiantes como centro del proceso enseñanza aprendizaje destacando la responsabilidad que las instituciones educativas tienen en torno a las dificultades que éstos pudieran presentar durante su ingreso, tránsito y egreso. Siguiendo con la clasificación de ANUIES, también se señala a los factores socioeconómicos como elementos que inciden en el rezago escolar. Al respecto, Pérez-Franco señala que los factores socioeconómicos pueden agruparse en dos rubros: los relacionados con las condiciones de vida y los que se relacionan con condiciones culturales (Pérez-Franco, 2001). Las primeras tienen que ver con el ingreso, tipo de vivienda, composición familiar y categorías ocupacionales de los padres. Las segundas, incluyen al nivel de escolaridad de los padres, valoración de la educación, patrones lingüísticos, hábitos de estudio y esparcimiento y acceso a bienes culturales (libros, revistas, juegos). Todos estos factores, combinados con variables escolares, configuran buena parte del cuerpo explicativo en torno a la deserción. Finalmente, en lo referente a los aspectos normativos que inciden en el rezago y el abandono escolar, definidos como el conjunto de elementos de carácter reglamentario o normativo que son determinantes en los distintos escenarios que se pueden presentar en la decisión de un estudiante para no concluir sus estudios en el tiempo previsto o que, en el peor de los casos, provoquen su baja definitiva, Legorreta (2001) propone los siguientes factores: a) las políticas de admisión que determinan quienes ingresan y quienes requieren concursar por opciones distintas a las de su preferencia, b) la rigidez de los planes de estudio que impiden la movilidad de los alumnos, c) la seriación de la materias en los planes de estudio, en donde para cursar determinada asignatura se deben cubrir ciertos contenidos previos, d) el número de oportunidades para cursar una misma materia, de reprobaciones permitidas sobre un número determinado de materias y de ocasiones que se puede presentar un examen; e) la extensión de los plazos máximos para concluir los estudios, y f) el tipo de bajas reglamentarias aprobadas en la institución (bajas voluntarias temporales, definitivas, automáticas, forzosas). Para finalizar, la aportación que hace el Instituto para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC, 2005) como parte del Proyecto Regional sobre Deserción y Repitencia en la Educación Superior, mediante diversos estudios realizados con estudiantes que abandonaron sus estudios de licenciatura y en quienes lograron identificar diversas variables que inciden en la deserción agrupadas en cuatro dimensiones: económica-familiar, académica, laboral y vocacional o de integración a la vida institucional. La dimensión económica-familiar aglutina factores tales como el desarrollo de una actividad laboral durante sus estudios, la falta de recursos económicos, problemas familiares, problemas de tipo legal y responsabilidades de tipo familiar. La dimensión académica concentra situaciones asociadas con el bajo rendimiento académico, reprobación de materias, inexistenciade opciones flexibles de estudio, horarios escolares demandantes, y baja reglamentaria por pobre desempeño escolar. Por su parte, la dimensión laboral refiere a oportunidades que se les presentaron para mejorar su condición laboral, mientras que la dimensión vocacional incluye la elección inadecuada de carrera, necesidad de optar por cambio de carrera, relación deficiente con maestros y compañeros, padecimiento de algún tipo de discriminación y problemas en la relación de pareja. A manera de resumen, se presenta el siguiente cuadro comparativo que permite identificar los aspectos, dimensiones y factores que se señalan como causas del bajo rendimiento escolar (Tabla 2). Tabla 2. Integración de los modelos explicativos en torno al bajo rendimiento escolar Modelo Clasificación Variables Variables individuales Nivel educativo de los padres, intereses de los padres, expectativas de los padres, nivel socioeconómico, logros académicos familiares, capacidad de desempeño, rasgos de personalidad, sexo, promedios de calificaciones, características de las escuelas y características de los maestros, compromiso con la meta, expectativas, aspiraciones y grado de compromiso. Variables escolares Recursos, instalaciones, disposiciones estructurales, composición de sus miembros, tipo de institución, calidad de la universidad, plan de estudios, programas, métodos de enseñanza, normas disciplinarias, calificaciones, atmósfera intelectual de la institución. Modelo del abandono institucional (Vincent Tinto, 1987) Variables sociales Cambios en la oferta y la demanda del mercado laboral, discriminación, percepción individual de integración social, el ajuste social, los grupos de apoyo, el compromiso con la institución, las relaciones interpersonales y el clima social de la institución. Variables individuales Variables de orden somático y fisiológico (embarazo, primeros sucesos perinatales), fragilidad fisiológica, capacidad intelectual, personalidad, motivación, actitud e intereses. Variables contextuales Procedencia sociocultural y económica, fuerzas sociales, institucionales y culturales. V. pedagógico- didácticas Opiniones y valoraciones de alumnos y profesores, clima de aula, interacciones personales, variables metodológicas. Variables psicosociales Ambiente familiar, relaciones dentro del aula, autoconcepto y autoestima. Causas del fracaso escolar (De la Orden y colaboradores, 2001) Variables interaccionales Redes de relaciones entre variables de muy diversa índole Factores fisiológicos Modificaciones endocrinológicas que afectan el desarrollo adolescente, deficiencias físicas en los órganos de los sentidos tales como la vista y la audición, la desnutrición, la salud y el peso. Factores pedagógicos Calidad de la enseñanza, número de alumnos por maestro, el uso de métodos, materiales y curriculo inapropiados, la motivación del maestro, el tiempo que dedica a preparar sus clases. Factores psicológicos Rasgos de personalidad, autoconcepto, variables motivacionales, actitudinales y afectivas, desórdenes en funciones psicológicas básicas y habilidades para el estudio. Causas asociadas al rendimiento escolar (López, Villatoro, Medina-Mora y Juárez, 1996) Factores sociológicos Sexo, nivel socioeconómico, escolaridad, ocupación e ingreso de los padres. Origen en los alumnos Actitud hacia el trabajo escolar, falta de habilidades de comunicación y hábitos de estudio, baja motivación, pobre autoconcepto e inadecuado ambiente familiar. Origen en los docentes Uso de métodos inapropiados para la evaluación del aprendizaje, la falta de planificación y de técnicas de motivación en la clase y de actualización docente Origen en las instituciones Filosofía institucional, planes y programas de estudio, ausencia de programas institucionales de atención diferenciada a estudiantes y recursos presupuestales limitados. Causas de reprobación escolar (Abud, 1994) Origen en las condiciones grupales Tamaño del grupo, características de las instalaciones y de la infraestructura. Factores curriculares - académicos Historial académico, los promedios escolares anteriores, la insuficiencia de los conocimientos y habilidades con que egresan, la deficiente orientación vocacional recibida, la valoración familiar, las condiciones, hábitos y prácticas de estudio, la integración al medio escolar, las características de los planes de estudio, de la normatividad, programas, servicios y apoyos institucionales, la falta de seguimiento a lo largo del proceso de enseñanza aprendizaje, la ausencia de programas de atención diferenciada. Factores socioeconómicos Ingresos, tipo de vivienda, composición familiar, ocupación y escolaridad de los padres, valoración de la educación, patrones lingüísticos, hábitos de estudio y esparcimiento y acceso a bienes culturales. Factores que inciden en el rezago escolar (ANUIES, 2001) Factores normativos Políticas de admisión, rigidez de los planes de estudio, seriación de la materias en los planes de estudio, número de oportunidades para cursar una misma materia y de reprobaciones permitidas, extensión de los plazos máximos para concluir los estudios, tipo de bajas reglamentarias aprobadas en la institución. Dimensión econ-familiar Actividad laboral, falta de recursos económicos, problemas familiares, problemas de tipo legal y responsabilidades de tipo familiar. Dimensión académica Reprobación de materias, inexistencia de opciones flexibles de estudio, horarios escolares demandantes, y baja reglamentaria por pobre desempeño escolar. Dimensión laboral Oportunidades para mejorar su condición laboral Variables que inciden en el abandono escolar (IESALC, 2005) Dimensión vocacional Elección inadecuada de carrera, necesidad de optar por cambio de carrera, relación deficiente con maestros y compañeros, padecimiento de algún tipo de discriminación y problemas en la relación de pareja. A pesar de observarse coincidencias en el uso de la nomenclatura elegida para enunciar las dimensiones, factores o sistemas de clasificación propuestos, la caracterización correspondiente denota acentos y pesos distintos a las causas atribuibles al bajo rendimiento escolar. No obstante, se trata de clasificaciones conceptuales que permiten orientar el trabajo de los interesados en el estudio del bajo rendimiento escolar sin que estos marcos propuestos necesariamente cuenten con el respaldo de datos derivados de la investigación sistemática y de procesos objetivos de medición. La contribución empírica de estos factores al estudio del rendimiento académico, tal y como se encuentran definidos en este apartado, no se ha estudiado a cabalidad. No obstante, la relación entre variables e indicadores específicos que los conforman y las diversas expresiones del bajo rendimiento escolar, se ha documentado ampliamente. Dado que es del interés del presente estudio conocer la relación de variables personales sobre la conducta académica con base en la investigación básica existente, se realizará la revisión y disertación correspondiente en el apartado 2.3 . A manera de cierre para esta sección, es posible identificar dos ejes sobre los cuáles prácticamente todas las clasificaciones propuestas confluyen: a) el reagrupamiento de la totalidad de variables referidas en las dimensiones cognitiva, afectiva y conductual; y b) el reconocimiento a la influencia del contexto en la conducta académica del estudiante representado por los ámbitos personal, escolar, familiar, social y cultural (Figura 3). Figura 3. Integración de grupos de variables y contextos asociados al rendimiento académico Este esquema, en el que interactúan variables cognitivas, conductuales, afectivas y contextuales, representa los cimientos de las aproximaciones teóricas que habrán de revisarse en el apartado siguiente. Además, servirácomo punto de partida para la revisión de la investigación básica existente que vincula dichas variables con el rendimiento académico. 2.2 Aproximaciones teóricas en torno al desempeño académico Atendiendo la clasificación propuesta por Eccles y Wigfield (2002) en el marco de la psicología educativa y del desarrollo que explica la conducta académica de niños y adolescentes, se revisarán los preceptos generales de las siguientes teorías: teoría centradas en la expectativa, teorías centradas en el valor de la tarea, teorías que integran expectativas y valores, y teorías que integran la motivación y la cognición. 2.2.1 Teorías centradas en la expectativa Las teorías de la autoeficacia y del control se encuentran estrechamente vinculadas, ya que detrás de las creencias personales de competencia y eficacia y de las expectativas de éxito o fracaso, se encuentran procesos relacionados con la percepción de control en los resultados. Bandura (1991) define a la autoeficacia como el conjunto de creencias de las personas acerca de sus capacidades para ejercer control sobre los eventos que afectan sus vidas, así como sus creencias en sus capacidades para movilizar su motivación, recursos cognitivos y cursos de acción necesarios para resolver problemas o ejercer control ante las demandas de las tareas. La autoeficacia no tiene que ver con las destrezas o habilidades de una persona, sino con los juicios que tiene con respecto a las destrezas o habilidades que posee. Aunque el término autoeficacia se utiliza comúnmente para hacer referencia al sentido personal de competencia o de efectividad, es de mayor utilidad para definir, operacionalizar y medir conductas específicas o series de conductas en contextos específicos. La teoría de la autoeficacia de Bandura (1991) parte de la suposición de que la iniciación y persistencia en las conductas y cursos de acción de los individuos, incluyendo la conducta académica, se encuentran determinadas principalmente por juicios y expectativas concernientes a destrezas y capacidades conductuales y por la tendencia a afrontar exitosamente las demandas y cambios del medio ambiente. Su teoría deriva de otra de orden mayor denominada Teoría Social Cognitiva, aproximación que explica la cognición, acción, motivación y emoción humana, y que supone que los individuos son capaces de autorreflexionar y autorregularse siendo activos moduladores más que simples espectadores de sus ambientes (Maddux, 1995). Los principales postulados de la Teoría Social Cognitiva son: a) los individuos poseen capacidades simbólicas que les permiten crear modelos internos de experiencia, el desarrollo de cursos de acción innovadores y la prueba hipotética de dichos cursos de acción a través de la predicción de resultados y de la comunicación de ideas y experiencias complejas a otros; b) la conducta es intencionada o dirigida a metas y guiada por la premeditación; c) los individuos son autorreflexivos y capaces de analizar y evaluar sus propios pensamientos y experiencias; d) los individuos son capaces de autorregularse ejerciendo control directo sobre su propia conducta y seleccionando o alterando condiciones ambientales que, a su vez, influyen sobre su conducta; e) los individuos aprenden mediante aprendizaje vicario al observar las conductas de otra gente y sus consecuencias, y f) los eventos medioambientales, los factores personales internos (cognición, emoción y eventos biológicos) y la conducta son influencias que interactúan permanentemente. A este principio se le denomina principio de reciprocidad triádica. Es dentro de este marco que Bandura construye la teoría de la autoeficacia, interesándose principalmente en el rol de los factores cognitivos personales y su influencia en el afecto y en la conducta de los individuos, así como el efecto de la conducta, el afecto y los eventos ambientales sobre la cognición. En su teoría, distingue tres elementos: la expectativa de eficacia, la expectativa de resultado y el valor del resultado (Figura 4). Figura 4. Elementos de la teoría de la autoeficacia de Bandura La expectativa de eficacia deriva de las creencias y habilidades personales, producto de la interacción de la información proveniente del desempeño en experiencias pasadas, de experiencias vicarias, de la activación fisiológica y de los estados emocionales. Por otro lado, la expectativa de resultado, referente a la creencia de que una conducta producirá cierto resultado, se encuentra determinada principalmente por la expectativa de eficacia, ya que los resultados que una persona espera dependen de la forma en que éstas esperan conducirse. El tercer componente de la autoeficacia, el valor del resultado, es un predictor importante de la fuerza y probabilidad de la respuesta, requiriéndose una valencia alta (positiva o negativa) para la expectativa de eficacia y de resultado para influir sobre la conducta. Por lo tanto, al extender estos postulados al contexto educativo, un individuo que confía en su habilidad para organizar y ejecutar un determinado curso de acción para resolver un problema o realizar determinadas tareas académicas, es un individuo que seguramente registrará resultados exitosos, resultados que inciden en su rendimiento escolar y que retroalimentan con percepciones positivas su autoestima y sus creencias de eficacia personal. Por su parte, las teorías del control representan otro tipo de teoría basada en la expectativa. De acuerdo con estas teorías los individuos tienden a tener éxito en la medida que se perciben ejerciendo control sobre los resultados de éxito o fracaso. Algunos estudiosos de la teoría de control la han integrado en cuerpos explicativos más amplios en los que se proponen necesidades psicológicas tales como la competencia, la autonomía y la relación (Connell & Wellborn, 1991). Conell y Wellborn (1991) definen la necesidad de competencia como la necesidad de experimentarse uno mismo como capaz de producir resultados deseables y evitar resultados negativos, la necesidad de autonomía como la experiencia de elección en el inicio, mantenimiento y regulación de la actividad y la experiencia de relacionar las acciones con las metas y valores personales, y la necesidad de relacionarse con otros como la necesidad de sentir seguridad enlazando al ambiente social y la necesidad de verse a sí mismo como valioso. Un individuo ejerciendo control sobre las necesidades de competencia, autonomía y relación es un individuo que ejerce control sobre su conducta y que registra mejores resultados en su desempeño. En la medida en que estas necesidades sean cubiertas satisfactoriamente, los individuos tenderán a involucrarse y a comprometerse. Cuando estas necesidades no son cubiertas, los individuos muestran desinterés y poca motivación, impactando desfavorablemente su rendimiento académico. 2.2.2 Teorías centradas en el valor de la tarea A pesar de que las teorías que tratan con la expectativa y las creencias de control proveen explicaciones poderosas de la ejecución o desempeño de los individuos ante diferentes tipos de tareas, estas teorías no se ocupan de manera sistemática con las razones que los individuos tienen para involucrarse en éstas. Aún reconociendo que las personas tienen la creencia de que pueden realizar determinada tarea, puede no existir una razón para hacerlo. Las teorías de la autodeterminación, del interés y de la orientación a la meta, aportan explicaciones a este respecto. Dada la cantidad de datos que sostienen que los incentivos y presiones extrínsecas inhiben la motivación a pesar de que el individuo se encuentre involucrado en tareas que resulten de su interés, Deci y Ryan (1985) propusieron
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