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BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA Facultad de Filosofía y Letras Colegio de Historia RELIGIOSIDAD, TEOLOGIA Y POLITICA. CATALOGO COMENTADO DE SERMONES POBLANOS, 1650-1750. Tesis para obtener el Grado de Licenciado en Historia Presenta: Adrián Hernández González Directora: Dra. Lidia Ernestina Gómez García Noviembre 2018 Puebla,Pue. RELIGIOSIDAD, TEOLOGIA Y POLITICA. CATALOGO COMENTADO DE SERMONES POBLANOS, 1650-1750 A mis padres, mi hermana, mi familia y amigos Indice AGRADECIMIENTOS ............................................................................................................. 5 1.- Capítulo Introductorio ........................................................................................................ 2 Distintas miradas al sermón. La retórica, discurso, literatura y mentalidad .......... 4 Las redes de poder ................................................................................................ 13 Puebla de los Ángeles entre 1650 y 1750. Temporalidad y espacio de estudio 18 Justificación ........................................................................................................... 21 Análisis de las licencias y aprobaciones del sermón impreso ............................. 22 Criterios de catalogación de los sermones impresos ........................................... 29 Metodología ........................................................................................................... 32 2.- Fichas Catalográficas de los Sermones Impresos y Manuscritos ........................ 53 3.- Inventario General de Sermones Impresos .............................................................. 591 Biblioteca Palafoxiana ......................................................................................... 591 Biblioteca Franciscana ........................................................................................ 599 Biblioteca Histórica “José María Lafragua” ......................................................... 613 4.- Criterios de Catalogación de los Sermones Impresos ........................................... 621 5.- Referencias ...................................................................................................................... 626 AGRADECIMIENTOS En primer lugar, quiero agradecer profundamente a mi familia, en especial a mis padres Félix Adrián y María Luisa, y a mi hermana Fátima por su apoyo incondicional durante estos cinco años que cursé la Licenciatura en Historia, ustedes son y serán mi principal referente durante toda mi vida y me siento muy orgulloso de contar con ustedes, puesto que sin su apoyo mis estudios profesionales en el Colegio de Historia no hubieran sido posibles. Por otra parte, quiero agradecer a todos mis profesores por sus enseñanzas teóricas, metodológicas y prácticas en cuanto a la profesión del historiador se refiere. De cada uno de ustedes me llevo mucho, les aprecio, estimo y les respeto infinitamente. Al mismo tiempo, quiero agradecerles su paciencia y dedicación con que ejercen la docencia y la investigación histórica con el objetivo de formar historiadores capaces de responder críticamente y brindar propuestas de solución a las dificultades que enfrenta el mundo actual, además de contribuir a la creación del conocimiento histórico y su divulgación en los distintos medios donde nos desarrollaremos profesionalmente, como también conducirnos bajo la ética profesional. A su vez quiero agradecer a todos mis amigos y compañeros por su incondicional apoyo, su amistad, compañerismo y confianza. Créanme que les estimaré, admiraré y respetaré siempre. Me siento orgulloso y contento de contar con colegas profesionales como ustedes, ojalá en un futuro próximo podamos colaborar juntos en proyectos, publicaciones, seminarios y congresos que enriquezcan a nuestra ciencia. En cuanto a la realización de la presente tesis quiero agradecer el apoyo y dirección de la Dra. Lidia Ernestina Gómez García, a la vez quiero agradecerle por sus enseñanzas, su confianza, su paciencia y por inculcarnos en sus tesistas y estudiantes la rigurosidad metodológica y la calidad académica, así también el contactarnos con investigadores nacionales e internacionales de renombre, quienes contribuyeron en nuestra formación académica mediante el diálogo, la colaboración en proyectos, la publicación de un artículo o capítulo de libro, entre otras formas que nos permitieron conocer a profundidad la profesión del historiador. Quiero agradecer a los profesores e investigadores Mtro. Emmanuel Rodríguez López, Dr. Werner Thomas, Dr. César Manrique Figueroa, Dra. Elva Rivera Gómez por haber leído y comentado mi tesis. Un especial agradecimiento al Dr. Francisco Iván Escamilla González, por darme sus valiosas y concretas observaciones y también por ayudarme a comprender la comlejidad que envuelve al universo de los sermones. A todos ustedes les reitero mi profunda admiración y respeto por sus sobresalientes trayectorias académicas y por la contribución que han hecho al conocimiento histórico. Ustedes han sido y serán mi ejemplo a seguir y, a su vez, quiero agradecerles por todo el apoyo que me han brindado. Quisiera agradecer al personal de la Biblioteca Histórica “José María Lafragua” por la atención y el excelente servicio que me prestó cuando consulté su acervo homilético, el cual incluí en la presente tesis, en especial a los bibliotecarios y encargados de la atención al investigador, Marcos Erasto Cruz Pérez y Fermín Campos Pérez, así también a la jefa administrativa Dra. Lourdes González Balderas, quien me autorizó la digitalización de los sermones. Al jefe de catalogación, Dr. Jonathan Moncayo Ramírez, por su apoyo en la localización de los materiales que necesité y al Mtro. Manuel de Santiago Hernández, anterior director y a la actual directora, Mtra. Mercedes Isabel Salomón Salazar por concederme el acceso a la Biblioteca a su digno cargo. Sin el apoyo de todos ustedes esta investigación no hubiese sido posible. Por otra parte, también quiero agradecer al personal de la Biblioteca Palafoxiana por el excelente servicio y atención que me prestó cuando consulté su acervo homilético, especialmente al bibliotecario y catalogador, Mtro. Juan Fernández del Campo Espinosa, por su amistad, su apoyo para localizar mis materiales y digitalizarlos, además de compartirme sus conocimientos referentes a la Historia de Puebla virreinal y su producción bibliográfica. A su vez, a la encargada de atención al investigador, Carmen Martínez Zanella, por su apoyo incondicional para el préstamo de mis materiales y a la directora, Mtra. Diana Isabel Jaramillo Juárez, por concederme el acceso a la Biblioteca a su digno cargo. Sin el apoyo de todos ustedes esta investigación no hubiese sido posible. Quiero agradecer al personal de la Biblioteca Franciscana por el excelente servicio y atención que me prestó cuando consulté su acervo homilético. En especial, quiero agradecer a la Coordinadora de la Biblioteca, Dra. Circe Hernández Sautto, por su amistad, su apoyo para localizar mis materiales y digitalizarlos, así también a los bibliotecarios, Lic. Adrián Mendoza Leal y al Mtro. Israel López Luna, les agradezco infinitamente su apoyo y guía para prestarme los materiales que siempre requerí, además de su amistad y compartirme sus conocimientos referentes a los impresos, no únicamente de Puebla, sino del mundo hispánico. También, quiero agradecer al director del Centro de EstudiosHumanísticos “fray Bernardino de Sahagún”, Dr. fray Francisco Morales Valerio, O.F.M, por concederme el acceso a la Biblioteca a su digno cargo. Sin apoyo de todos ustedes esta investigación no hubiese sido posible. Agradezco a la Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado, a cargo del Dr. Ygnacio Martínez Laguna, por haberme aceptado dentro de los programas de investigación para estudiantes adscritos a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Agradezco que me hayan permitido participar en programas como: “La Ciencia en tus Manos XVI”, “Jóvenes Investigadores, primavera XII”, “Proyectos VIEP” y “Haciendo Ciencia en la BUAP, primavera XIII”, donde tuve la oportunidad de recibir becas que me ayudaron a la realización de la presente tesis. Como producto de la participación dentro de estos cuatro programas, obtuve el reconocimiento al mejor trabajo en el área de Educación y Humanidades presentando un avance de mi tesis. Finalmente agradezco a la Dra. Gisela von Wobeser Hoepfner, investigadora emérita del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México, por haberme otorgado una beca de titulación por parte del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación (PAPIIT), además de invitarme a ser miembro de su seminario “Creencias y Prácticas Religosas en Nueva España, siglos XVI-XVIII”. De igual forma agradezco al Dr. Gibrán Irving Israel Bautista y Lugo, también investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México, por haberme invitado a formar parte de su seminario, “Sociabilidades y Mediación Política en las Monarquías ibércias, a ambos les reitero mi produnfa admiración y respeto por su gran trayectoria académica y sus contribuciones al conocimiento histórico. Portada de la Oración fúnebre en las honras de la muy noble y virtuosa señora doña Aldonza de Ormachea, predicada por fray Juan Tomás Menéndez el 5 de noviembre de 1709 en el Convento de Santa Catarina de La Habana, Cuba. Biblioteca Franciscana, Dirección de Bibliotecas. Universidad de las Américas Puebla y Provincia Franciscana del Santo Evangelio de México. http://catarina.udlap.mx/xmLibris/projects/biblioteca_franciscana/page?key=book_1d2044.xml 2 1.- Capítulo Introductorio Introducción La presente tesis constituye un catálogo de sermones pronunciados en, o relativos a, la ciudad de Puebla de los Ángeles, que fueron impresos entre los años de 1650-1750. El título, Religiosidad, Teología y Política. Catálogo Comentado de Sermones Poblanos, 1650-1750, puntualiza las tres temáticas abordadas en los sermones registrados en el catálogo de este periodo, que se caracterizó por ser un momento de cambio dinástico– de la Casa de Habsburgo a la Borbón–, lo cual significó una restructuración política, social, económica y cultural a nivel imperial que este catálogo logra evidenciar. Además, los predicadores formaron parte de una élite intelectual y fungieron como actores políticos en un momento en que las artes plásticas, las letras y la cultura impresa alcanzaron su máximo esplendor en la Nueva España. El objetivo de este catálogo es recuperar y sistematizar información específica relativa a los sermones impresos y manuscritos que no está detallada en los inventarios de las bibliotecas de fondo antiguo.1 La información albergada en este catálogo se organizó en una sola base de datos con nueve campos catalográficos específicos que corresponden a las referencias que, en el texto del sermón, hacen los predicadores: el primero sobre personajes grecorromanos, el segundo relativo a personajes históricos, y el tercero a los bíblicos; el cuarto se refiere a las redes relacionadas con la impresión del sermón: las autoridades que concedieron a los predicadores la licencia para poder imprimirlo, así como también otros personajes que aparecen a lo largo del impreso. En el quinto campo 1Véase el Catálogo de la Colección Lafragua realizado por Rocío Meza Olivier y Luis Olivera López, quienes organizaron cronológicamente la colección completa de todos los documentos y libros que donó el escritor, bibliófilo y político liberal poblano, José María Lafragua, a la Biblioteca Nacional. La colección se periodiza en los siguientes años: 1800-1810, 1811-1821, 1821-1853 y 1854-1875, que en conjunto suman un total de 11, 997 registros de obras, folletos, documentos y libros. Meza Olivier, Rocío y Olivera López, Luis, Catálogo de la Colección Lafragua de la Biblioteca Nacional de México, 1800-1875, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Bibliográficas, México, 1993. Además dicho catálogo se encuentra disponible en línea para su consulta en: http://hndm.iib.unam.mx/lafragua/ 3 catalográfico se registran los cargos políticos o eclesiásticos que detentaron los censores de la prédica. El sexto registra el tipo de relación entre los diversos actores del sermón, sea de amistad, familiar o de compadrazgo. En el séptimo campo se capturan los datos fedatarios de las licencias: lugar y fecha de la autorización para imprimir la prédica (aprobación de licencias). El octavo campo catalográfico registra las referencias a las autoridades intelectuales que citan los predicadores con el objetivo de sustentar su discurso homilético. En el noveno campo se capturan las obras citadas por los clérigos en la marginalia o apartado crítico, en el cual aparecen los títulos de las obras, así como los capítulos o tomos referidos. Además del texto religioso propio de la homilía, los sermones brindan distintos tipos de información susceptible de ser analizada. Son discursos escritos que fueron creados por clérigos (regulares y seculares) para realizar su prédica en el púlpito y cuya función era, por tanto, catequética y moral porque buscaba lograr la persuasión en la feligresía y que la misma rechazara el vicio. Sin embargo, dentro de los sermones se encuentran los “paratextos o licencias”, las cuales servían para aprobar su impresión y que la prédica no atentase contra los usos y costumbres cristianos. Por tales motivos debían ser evaluados rigurosamente por autoridades competentes en el arte de la oratoria sacra, de la teología o la exégesis.2 A pesar de ser abundante la producción sermonaria, la historiografía ha prestado poca atención a esta singularidad del sermón impreso, ya que la licencia no únicamente autorizaba su impresión, sino que explícitamente registraba los complejos entramados de redes de poder que se ponían en marcha cada vez que un sermón salía a la luz. En los sermones existen dos tipos de licencias: “del ordinario y del superior gobierno”. Dentro de las dos licencias, aparecen los nombres de los censores, en ocasiones sus grados académicos, los cargos que desempeñaron y el tipo de relación que existió entre los diversos actores registrados en el sermón. 2Urrejola Dávanzo, Bernarda, ““Este Sermón es moneda de todo Valor.” La circulación de un saber de buena ley en la oratoria sagrada novohispana de principios del siglo XVIII”, en Acta Literaria, Nº. 43, II Sem (61-77), 2011, p. 70. Consultado el 13.09.18 de: https://scielo.conicyt.cl/pdf/actalit/n43/art05.pdf 4 Las investigaciones existentes sobre este tema han sido realizadas por historiadores y especialistas de otras disciplinas quienes han investigado al sermón desde distintas perspectivas, ya sea desde la historia de las mentalidades, la retórica, la construcción del discurso nacional o bien, como género literario. A continuación presento un balance historiográfico sobre los distintos estudios y miradas al impreso. Distintas miradas al sermón. La retórica, discurso, literatura y mentalidad El sermón impreso se ha estudiado desde distintas perspectivas, sin embargo, la historiografía no ha profundizado demasiado en él. En México, Carlos Herrejón Peredo, esuno de los principales especialistas que analiza la historia del discurso novohispano y su transición al discurso cívico y patriótico durante las primeras décadas de vida independiente.3 También, realizó un catálogo general del total de sermones impresos en los tres siglos del virreinato, sumando un total de 1,812 piezas, más las compilaciones, siendo alrededor de 2,000 sermones.4 Debido a su formación teológica, Herrejón ahonda en la preparación retórica que los predicadores debían cumplir para lograr la persuasión en su feligresía y en la función pedagógica del sermón, puesto que fue un “medio de comunicación privilegiado, frecuentísimo, autorizado y obligado”.5 También Herrejón se enfocó en los pasajes bíblicos retomados por los clérigos, la comparación de algunos actores sociales de la época respecto a los personajes bíblicos, entre otros aspectos. Lo anterior da cuenta de la función social que desempeñaba el sermón y el clérigo como autoridad eclesiástica, autoridad intelectual y mediador social.6 Herrejón se basó en los estudios y revisiones de los historiadores del siglo XIX y XX. Entre los pocos autores que se dedicaron a estudiar la 3Herrejón Peredo, Carlos. Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824. El Colegio de Michoacán/El Colegio de México, México, 2003, p. 9. 4Herrejón Peredo, Carlos. “La oratoria en Nueva España” en Memorias de la Academia Mexicana de la Historia, Academia Mexicana de la Historia, relaciones 57, México, 1993, p. 59. Consultado el 11.05.18 de: http://www.colmich.edu.mx/relaciones25/files/revistas/057/CarlosHerrejonPeredo.pdf 5Herrejón Peredo, Carlos, Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824, 2003, p. 60. 6Herrejón Peredo, Carlos, Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824, 2003, p. 60. 5 producción homilética virreinal, destacan principalmente Agustín Rivera (1824-1916) y Francisco Pimentel (1832-1893). El primero realizó una fuerte crítica contra los intelectuales del periodo novohispano descalificando su producción bibliográfica. El segundo, redactó una breve historia de la retórica en México, que en vez de despertar el interés por el impreso, lo descalificó al compararlo con la oratoria francesa, llegando a la conclusión de que los sermones novohispanos eran ineficientes, salvo algunas excepciones.7 En general Rivera y Pimentel coinciden en sus posturas debido al contexto en que realizaron sus interpretaciones donde el sermón era considerado como de nula utilidad pública, acorde a las ideas liberales de la época.8 En el siglo XIX tras la construcción del Estado-Nacional, se descalificó la producción anterior a 1821 y, por consiguiente, no se tomó en cuenta la relevancia del sermón. En el siglo XX los historiadores de la posrevolución encontraron en los sermones las raíces del discurso nacional. La historiografía en general interpretó al sermón novohispano como precursor del nacionalismo a través del criollismo, al considerarse que Hidalgo y sus contemporáneos hablaron de la nación mexicana, además de vincular la constante pugna entre liberales y conservadores, quienes emplearon el discurso nacionalista para deslegitimar al bando contrario.9 En el mismo siglo, algunos historiadores se dedicaron a realizar rescates, introducciones, traducciones y prólogos de sermones. Uno de los pioneros en adentrarse al estudio de los sermones fue Francisco de la Maza (1913-1972), con el objetivo de “iluminar otro sendero de la tradición guadalupanista”, tema al que dedicó parte de sus estudios debido al impacto de la Virgen de Guadalupe.10 José Gaos (1900-1969) realizó una traducción sobre una obra maestra dentro de la historiografía europea, La 7Herrejón Peredo, Carlos, Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824, 2003, p. 59. 8Herrejón Peredo, Carlos. “La oratoria en Nueva España” en Memorias de la Academia Mexicana de la Historia, Academia Mexicana de la Historia, 1993, p. 60. http://www.colmich.edu.mx/relaciones25/files/revistas/057/CarlosHerrejonPeredo.pdf 9Rubial García, Antonio. El paraíso de los elegidos. Una lectura de la historia cultural de Nueva España (1521-1804), Universidad Nacional Autónoma de México/Fondo de Cultura Económica, México, 2010, p. 13. 10Herrejón Peredo, Carlos, Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824, 2003, p. 60. 6 formación de la conciencia burguesa en Francia durante el siglo XVIII de Bernhard Groethuysen (1880-1946), donde también ocupó sermones para su investigación. Por otro lado, Roberto Moreno de los Arcos (1943-1996) reeditó y realizó un estudio introductorio a un sermón de Díaz de Gámara. En la misma línea, Ernesto de la Torre Villar (1917-2009), se enfocó en el estudio de las obras de Eguiara y Eguren, quien incluyó en su catálogo de impresos a los sermones.11 Por su parte Manuel Ponce (1913-1994) en su obra La Elocuencia Sagrada en México, analizó a tres figuras importantes del periodo novohispano: fray Diego Valadés, Clemente de Jesús Munguía y Luis María Martínez.12 Jorge Alberto Manrique (1936-2016) en la Historia General de México, “subrayó la importancia histórica y social de los sermones novohispanos”.13 Por consiguiente los autores referidos en este párrafo, difieren totalmente de las posturas decimonónicas en cuanto a que se debe revalorar al sermón y mirarlo en conjunto para entender su complejidad. Desde la portada hasta el cierre de la prédica, “el sermón es un fenómeno histórico y un género literario peculiar. Puede interpretarse con categorías ajenas, puede aprovecharse para otras historias y otras disciplinas. Pero antes de todo esto amerita que se le analice con sus propias categorías y que se vaya tejiendo la propia historia de todos ellos: la historia del sermón novohispano”.14 Por otro lado, David Brading, realizó una investigación similar a la de Francisco de la Maza, puesto que también ocupó sermones guadalupanos, los cuales fueron predicados durante los siglos XVII y XVIII con el objetivo de ilustrar cómo la imagen guadalupana contribuyó en la construcción ideológica del nacionalismo mexicano, el cual fue impulsado por los criollos 11Véase Eguiara y Eguren, Juan José de, Bibliotheca Mexicana, edición preparada por Ernesto de la Torre Villar y colaboración de Ramiro Navarro de Anda, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1986. Véase también Torre Villar, Ernesto de la, Juan José de Eguiara y Eguren y la cultura mexicana, coordinación y presentación de Ernesto de la Torre Villar, Universidad Nacional Autónoma de México/Coordinación de Humanidades, México, 1993. 12Véase Ponce, Manuel, La elocuencia sagrada en México: Discurso leído ante la Academia Mexicana de la Historia Correspondiente a la Real de Madrid el día 14 de octubre de 1977, Académica Mexicana de la Historia, México, 1977. 13Herrejón Peredo, Carlos, Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824, 2003, p. 60. 14Herrejón Peredo, Carlos, La Oratoria en Nueva España. Discurso de Recepción de Carlos Herrejón Peredo en la Academia Mexicana de la Historia Correspondiente a la Real de Madrid el día 7 de septiembre de 1993, Academia Mexicana de la Historia, México, 1977, p. 5. 7 y predicadores al reclamar como su patria a la Nueva España frente a los españoles peninsulares.15 Trece años después, Brian Connaughton analizó, mediante los sermones, el discurso del alto clero en Guadalajara durante las primeras décadas del México independiente. El objetivo de su investigación es estudiar desde una perspectiva local la construcción del conservadurismo mexicano por la Iglesia, siendo la principal corporación encargada del bienestar social y conocida tradicionalmente por ser la principal reaccionaria al liberalismo.16 Herrejón, además de retomar a los sermones y hacer una revisión historiográfica, concuerda en cierta forma con sus pares, especialmente con Jorge Alberto Manrique por centrarse en la cuestiónsocial, pero también con Francisco de la Maza y José Gaos por estudiar propiamente al discurso homilético. La mayoría de los académicos mencionados con anterioridad, pertenecieron a una generación que consideró al sermón como un género literario sacro debido a la formación eclesiástica y teológica de algunos de ellos, especialmente Manuel Ponce y Carlos Herrejón. José Gaos y Francisco de la Maza optaron por estudiar al sermón desde la perspectiva de una conciencia nacional. Jorge Alberto Manrique difiere un poco con Ernesto de la Torre Villar, Manuel Ponce y José Gaos, porque sus investigaciones se enfocaron en la importancia social e histórica del sermón. David Brading comentó nueve sermones guadalupanos enfocándose únicamente en la imagen de la guadalupana como forma de construcción nacional, siguiendo un poco con la línea de Francisco de la Maza sobre la tradición guadalupanista. Brian Connaughton difiere de las posturas nacionalistas al estudiar, desde una perspectiva local, la construcción de una ideología contraria a la liberal por una corporación de suma importancia que era responsable de regir la cotidianeidad, la Iglesia. Herrejón también afirma que los predicadores debían tener una sólida preparación retórica para elaborar sus sermones. Uno de los pioneros en el 15Brading, David A, Nueve Sermones Guadalupanos, 1661-1758, Centro de Estudios de Historia de México CONDUMEX, México, 2005, p. 9. 16Connaughton, Brian, Iglesia y Sociedad en Guadalajara (1788-1853), Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México, 1992, p. 13. 8 estudio de la retórica novohispana es Arturo Ramírez Trejo, quien ha estudiado la oratoria novohispana tomando en cuenta sus orígenes, desarrollo y doctrina en los siglos XVI-XVIII.17 Ramírez Trejo consideró que la retórica clásica influyó fuertemente en la oratoria novohispana debido a la formación de los predicadores, quienes retomaron a los grandes retóricos y filósofos de la Antigüedad grecorromana: Platón, Aristóteles, Cicerón, Séneca, Quintiliano, Plutarco entre otros y de la Iglesia latina: San Agustín y San Juan Crisóstomo entre los principales.18 Durante el siglo XVI, se introdujeron a la Nueva España distintos tratados de retórica clásica, encontrándose entre los principales el De arte rethorica libri tres, ex Aristotele, Cicerone et Quintiliano… escrito por el jesuita portugués, Cipriano de Soárez (1524-1593), el cual fue publicado en Coimbra en 1562, además del tratado de fray Luis de Granada (1504-1588), titulado Eclesiasticae Rhetoricae, sive De ratione concionardi libri sex publicado en 1576. Según Ramírez Trejo, la obra de Soáres fue la mayor exponente dentro de la retórica novohispana por resumir a 16 los 28 tópicos de la retórica aristotélica, aunque su objetivo principal fue la evangelización, puesto que en la presentación de su obra se dirige al lector cristiano.19 Por otra parte, un sermón también puede reflejar la mentalidad de una época. Los estudios en España han tocado este aspecto pero analizando la construcción ideológica, a diferencia de Francia que, durante los años 30 y 40 del siglo XX, la Escuela de los Annales comenzó enfocándose en distintos ámbitos de la vida cotidiana, por ejemplo: la confesión, el matrimonio, la muerte, entre otros aspectos.20 Miguel Ángel Núñez Beltrán, observó en estos impresos la construcción ideológica en la mentalidad del siglo XVII, las cuales “corresponden con las explicaciones 17Ramírez Trejo, Arturo E, “La retórica novohispana: origen, desarrollo y doctrina (siglos XVI-XVIII)” en Nova Tellvs, Núm. 30*1, 2012, p. 149. Consultado el 11.05.18 de: https://revistas- filologicas.unam.mx/nouatellus/index.php/nt/article/viewFile/408/402 18Ramírez Trejo, Arturo E, “La retórica novohispana: origen, desarrollo y doctrina (siglos XVI-XVIII)”, 2012, p. 151. Consultado el 11.05.18 de: https://revistas- filologicas.unam.mx/nouatellus/index.php/nt/article/viewFile/408/402 19Ramírez Trejo, Arturo E, “La retórica novohispana: origen, desarrollo y doctrina (siglos XVI-XVIII)”, 2012, p. 154. Consultado el 11.05.18 de: https://revistas- filologicas.unam.mx/nouatellus/index.php/nt/article/viewFile/408/402 20Véase Delemeau, Jean, La confesión y el perdón: las dificultades de la confesión, siglos XIII-XVIII, traducción de Mauro Armiño, Alianza Editorial, España, 1992. 9 totalizadoras del mundo que los predicadores transmiten, y que, como es obvio, mantienen una relación directa con los comportamientos colectivos de la época”.21 Núñez Beltrán concuerda con Herrejón. Ambos observaron que el discurso era predicado a una audiencia donde la oralidad y la retención de la información eran importantes. También porque en algunos sermones se encuentran registrados acontecimientos históricos y biográficos como: la coronación del rey, la defunción de un miembro de la élite civil, eclesiástica o hasta del propio monarca, el nacimiento del príncipe heredero, las guerras, las pestes, la construcción de un templo, la entrada del virrey, entre otros datos que se relacionan con el devenir histórico.22 Además porque la metodología empleada por ambos consiste en acercarse directamente al texto de los sermones, recuperando datos esenciales, los cuales vendrían siendo las propias palabras del predicador a lo largo de su discurso. 23 Utilizando esta metodología, Núñez Beltrán estudió la construcción ideológica de los predicadores sobre el devenir histórico de España y del mundo occidental y, a su vez, Herrejón Peredo estudió el nacimiento del discurso nacional mexicano. Núñez Beltrán observó que en la Historia existen dos protagonistas: Dios y el hombre. El ser humano desarrolla su proyecto individual y colectivo, posteriormente Dios dirige al hombre tras involucrarse dentro del proyecto terrenal. En general, Dios y hombre se encuentran íntimamente 21Núñez Beltrán, Miguel Ángel, “Predicación e Historia. Los sermones como interpretación de los acontecimientos” en Criticón, Núm. 84-85, 2002, p. 278. Consultado el 11.05.18 de: https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084-085_279.pdf 22Núñez Beltrán, Miguel Ángel, 2002, p. 278. Consultado el 11.05.18 de: https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084-085_279.pdf y Herrejón Peredo, Carlos, “la oratoria en Nueva España”, 1993, p. 60-61. Consultado el 11.05.18 de: http://www.colmich.edu.mx/relaciones25/files/revistas/057/CarlosHerrejonPeredo.pdf Véase Urrejola Dávanzo, Bernarda, “Felipe Quinto, de austriaco a Borbón, según sermones de la época (Nueva España, 1701-1747)” en Colonial Latin American Review, Volumen 25, 2016, pp. 465- 491. Consultado el 25.04.18 de: https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/10609164.2016.1281008?journalCode=ccla20 23Núñez Beltrán, Miguel Ángel, “Predicación e Historia. Los sermones como interpretación de los acontecimientos” en Criticón, 2002, p. 278. Consultado el 11.05.18 de: https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084-085_279.pdf 10 relacionados.24 El pecado provoca la ira divina y castiga a la humanidad mediante distintas catástrofes: guerras, epidemias, sequías o crisis.25 En general, los clérigos se convirtieron en intermediarios sociales, puesto que compartieron con la feligresía, una visión en común del devenir histórico, en lo cual, comparte opinión con Herrejón. En palabras de Beltrán: El acercamiento a las predicaciones por parte del historiador favorece múltiples y estimulantes enfoques alusivos a mentalidades y cultura [...] La asunción de los acontecimientos por parte de las gentes del Siglo de Oro, no en sí mismos sino desde el significado más profundo que los predicadores conceden, se inserta en la aceptación de la naturalidad de lo sobrenatural. Natural y sobrenatural se comprenden como dos planos de una misma realidad, no como realidades superpuestas o paralelas. Dios, agente de lo sobrenatural,se mueve en el mismo plano que el hombre. Se confiere a la historia <<natural>> un halo de sobreanturalidad y a la historia de la humanidad un dirigismo no fatalista, en el que el intervencionismo divino se hace palmario.26 En cuanto hemos visto existen diversas posturas acerca de las investigaciones relativas al sermón. Por ejemplo Trejo y Herrejón concordaron en la importancia de la retórica clásica, aunque existe un punto de diferencia entre ambos. Herrejón se encaminó por la historia del discurso mexicano, mientras que Trejo dejó en claro su propuesta de “que algún día pueda ser un trabajo o historia de la retórica novohispana, escrito por plumas más diestras”;27 además, llegó a la conclusión de que la oratoria 24Núñez Beltrán, Miguel Ángel, “Predicación e Historia. Los sermones como interpretación de los acontecimientos” en Criticón, 2002, p. 279. Consultado el 11.05.18 de: https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084-085_279.pdf 25Núñez Beltrán, Miguel Ángel, “Predicación e Historia. Los sermones como interpretación de los acontecimientos” en Criticón, 2002, p. 280. Consultado el 11.05.18 de: https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084-085_279.pdf 26Núñez Beltrán, Miguel Ángel, “Predicación e Historia. Los sermones como interpretación de los acontecimientos” en Criticón, 2002, p. 290. Consultado el 11.05.18 de: https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084-085_279.pdf 27Ramírez Trejo, Arturo E, “La retórica novohispana: origen, desarrollo y doctrina (siglos XVI-XVIII)” en Nova Tellvs, 2012, p. 151. Consultado el 11.05.18 de: https://revistas- filologicas.unam.mx/nouatellus/index.php/nt/article/viewFile/408/402 11 virreinal se debió en gran medida a la circunstancias del contexto en que se elaboró. Por tales motivos, Trejo desarrolló una estructura y elementos definidos para el proceso de evangelización28, situación que para Herrejón fue más compleja debido a su formación teológica. De acuerdo a todo lo señalado, el presente catálogo se conforma de una base de datos que contempla nueve campos catalográficos específicos fundamentales en todo sermón impreso, a excepción de los manuscritos donde no existen los paratextos porque son versiones previas próximas a ser evaluadas por los censores: 1. En el primer campo se registraron los autores grecorromanos, quienes fueron los grandes maestros, filósofos y oradores de aquella época que todo predicador debía estudiar para lograr la persuasión en su feligresía. 2. El segundo campo contiene a los personajes históricos que eran los santos, padres y doctores de la Iglesia católica como maestros de la retórica sagrada, así también, se capturaron a los teólogos de la escolástica medieval y a los humanistas del Renacimiento europeo, siendo éstos últimos los contemporáneos a los autores de los sermones. 3. En el tercero se capturaron a los personajes bíblicos, quienes fueron los profetas del Antiguo Testamento, los evangelistas del Nuevo Testamento, los doce apóstoles, entre otros personajes que aparecen en los distintos pasajes de las sagradas escrituras que eran la base de toda predicación. 4. El cuarto registra las redes intelectuales poblanas que reflejan la realidad política como una reflexión colectiva. En dicho campo se capturaron los nombres de todas las autoridades competentes encargadas de evaluar al sermón, así también se registraron a otros actores que aparecen a lo largo del impreso, siendo todos ellos parte de las redes intelectuales. 28Núñez Beltrán, Miguel Ángel, “Predicación e Historia. Los sermones como interpretación de los acontecimientos” en Criticón, 2012, p. 163. Consultado el 11.05.18 de: https://revistas- filologicas.unam.mx/nouatellus/index.php/nt/article/viewFile/408/402 12 5. En el quinto se capturaron los cargos que ostentaron las distintas autoridades políticas y eclesiásticas encargadas de evaluar al sermón en aquella época, es decir si fueron priores provinciales, obispos o catedráticos de los principales colegios novohispanos, los virreyes, los abogados de la Real Audiencia, entre muchos otros cargos que conformaron a la política virreinal. 6. El sexto campo registra el tipo de relación que mantuvieron los distintos actores con algún miembro de la política, de la iglesia o de la sociedad novohispana; por ejemplo, si mantuvieron alguna relación de amistad, de compadrazgo o familiar. 7. El séptimo captura los datos fedatarios de las licencias: lugar y fecha de la autorización por parte de las autoridades competentes para imprimir la prédica, datos de mucha importancia por contener los nombres de los principales conventos e instituciones políticas virreinales. 8. En el octavo y penúltimo campo, se registraron las referencias a las autoridades intelectuales de los predicadores, a quienes recurrieron los clérigos con el objetivo de argumentar su discurso homilético, dichas referencias señalan los nombres de las distintas autoridades intelectuales y se relaciona con el primer campo. 9. El noveno y último campo, se capturaron las citas en “marginalia o en apartado crítico”. En este punto se identifican los títulos, los capítulos y los tomos de las obras referidas por los predicadores, punto que no únicamente nos permite conocer las lecturas de la época, sino también la procedencia de las ideas que nutrieron a la élite intelectual poblana. Sin embargo, ninguna de las investigaciones referidas a lo largo de los párrafos anteriores, ha considerado al sermón impreso como una fuente que permita reconstruir un sistema de relaciones que se echaban a andar 13 por distintos actores cuando un impreso se publicaba, siendo un asunto que este catálogo pretende evidenciar. Las redes de poder Una vez determinados estos nueve campos, es importante señalar las distintas posibilidades de investigación a partir del presente catálogo: la primera posibilidad sería la identificación de las redes de letrados poblanos, la segunda sería conocer las referencias de autoridades intelectuales hechas por los predicadores a lo largo de su discurso homilético, la tercera podría ser la identificación de las citas en la marginalia, donde se ubican los títulos, tomos o capítulos de las obras leídas por los predicadores, así también se puede conocer la procedencia de las ideas que nutrieron a las redes intelectuales poblanas en tiempos de cambio. La historiografía relativa a las ideas, ha planteado cómo éstas se mueven y llegan a nutrir a diversos grupos de poder que persiguen diversos objetivos, específicamente cuando se presentaba una coyuntura en donde se pueden identificar a los miembros que conformaban las redes de poder. Investigaciones recientes, principalmente las de Iván Escamilla, afirman que a mitad del siglo XVIII, existieron consolidadas y extensas redes de transmisión intelectual conformadas, no únicamente por individuos aislados, sino ligados a libreros, impresores, a los poderes políticos y eclesiásticos, mecenas y lectores. Las redes intelectuales poblanas, fueron una réplica similar de las comunidades de letrados europeos en la misma centuria, quienes sustentaron sus ideas provenientes de obras escritas por intelectuales, tanto del Viejo como del Nuevo Mundo, además los grupos de letrados manifestaron sus ideas en un momento de cambio dinástico.29 Retomando el tema del sermón, Perla Chinchilla afirma que la predicación es todavía más compleja de lo que parece. El sermón se 29Escamilla González, Iván, “La Iglesia y los Orígenes de la Ilustración Novohispana” en La Iglesia en Nueva España. Problemas y Perspectivas de Investigación, María del Pilar Martínez López-Cano (Coordinadora), Universidad Nacional Autónoma de México/Instituto de Investigaciones Históricas, 2010, p. 117. Consultado el 11.05.18 de: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/iglesiane/iglesia005.pdf14 predicó a lo largo de toda la cristiandad y el Concilio de Trento fomentó su difusión para combatir la expansión del protestantismo como nueva herejía. Sin embargo, “la oratoria sagrada fue cultivada por una élite de predicadores, por lo general en las grandes ciudades en las que se desarrollaba la vida intelectual y cortesana de entonces”.30 Chinchilla difiere con Carlos Herrejón y Arturo Ramírez Trejo porque el asunto de la predicación, no era únicamente la preparación retórica de los predicadores, sino también que lograran la persuasión en la feligresía y la referencia de autoridades intelectuales que hacían para elaborar tan magnas prédicas. Su propuesta se centra en que la oratoria sacra se transformó de catequética a estética durante el siglo XVII, de cultura oral a impresa, y por ello fue desarrollada por un grupo selecto de intelectuales, para llegar a tal conclusión, Chinchilla fue de los pocos especialistas en estudiar los paratextos de los impresos.31 Dentro de sus investigaciones, Escamilla también ha aportado nuevas perspectivas sobre el proceso de la Ilustración, gestado por esa élite intelectual de las grandes ciudades del virreinato novohispano, afirma que ahora se sabe que un sector de las letras y de la incipiente opinión pública española participó, incluso desde los últimos años del “tenebroso” reinado de Carlos II, en muchas de las discusiones y debates que guiaron el curso de la cultura europea hasta la víspera del ciclo revolucionario iniciado en 1789 [...] En las historias de la cultura mexicana, el siglo conocido como de las Luces se divide en una primera parte que parece iniciar promisoriamente con los últimos destellos de Carlos de Sigüenza y Góngora y Sor Juana Inés de la Cruz, para luego sumergirse en la penumbra. A partir de 1750, volvemos a deslumbrarnos con los célebres jesuitas “renovadores” (Abad, Clavijero, Alegre), para continuar con la pléyade de grandes 30Chinchilla Pawling, Perla, “Sobre la Retórica Sacra en la Era Barroca” en Estudios de Historia Novohispana, Núm. 29, julio-diciembre 2003, p. 97. Consultado el 11.05.18 de: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/novohispana/pdf/novo29/0405.pdf 31Chinchilla Pawling, Perla, “Sobre la Retórica Sacra en la Era Barroca” en Estudios de Historia Novohispana, 2003, p. 97. Consultado el 11.05.18 de: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/novohispana/pdf/novo29/0405.pdf 15 nombres criollos del último tercio del siglo, como Antonio de León y Gama, José Ignacio Bartoloache y José Antonio Álzate, y peninsulares, como Fausto de Elhúyar en el Seminario de Minería y Manuel Tolsá en la Academia de San Carlos. Todo concluye en una suerte de gran final ilustrado, que prepara la Independencia con el paso de Hidalgo por el Colegio de San Nicolás de Valladolid y de Humboldt por las cordilleras mexicanas.32 Escamilla cuestiona la cronología tradicional sobre la llegada de las Luces a Nueva España propuesta por Jean Sarrailh,33 la cual se centró principalmente en los reinados de Carlos III y Carlos IV, principales monarcas que impulsaron las Reformas Ilustradas. Al contrario de la postura de Sarrailh, Escamilla afirma que la élite intelectual existía desde antes del siglo XVIII, situándola desde 1630 hasta 1750, incluso retrocede hasta el siglo XVI donde ubicó a los primeros letrados novohispanos, desde 1590 a 1600. Acorde a las nuevas investigaciones que se han venido realizando sobre la Ilustración Americana, los especialistas concluyen que no únicamente fue receptora del conocimiento europeo, pues también contribuyó ésta, a la construcción del pensamiento occidental, sólo que se había ignorado hasta el momento.34 Para el caso novohispano no fue la burguesía la encargada de llevar a cabo el movimiento cultural, filosófico y artístico a diferencia de Francia, Inglaterra o Prusia. Al contrario, fue la Iglesia quien fomentó la cultura impresa, que a pesar de contar con particularidades, los especialistas aún continúan debatiendo si realmente tuvo un carácter ilustrado.35 32Escamilla González, Iván, “La Iglesia y los Orígenes de la Ilustración Novohispana” en La Iglesia en Nueva España. Problemas y Perspectivas de Investigación, 2010, p. 107. Consultado el 11.05.18 de: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/iglesiane/iglesia005.pdf 33Sarrailh, Jean, La España Ilustrada de la segunda mitad del siglo XVIII, Traducción de Antonio Alatorre, Fondo de Cultura Económica, México, 1957. 34Escamilla González, Iván, “La Iglesia y los Orígenes de la Ilustración Novohispana” en La Iglesia en Nueva España. Problemas y perspectivas de investigación, 2010, p. 107. Consultado el 10.09.18 de http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/iglesiane/iglesia005.pdf 35Escamilla González, Iván, “La Iglesia y los Orígenes de la Ilustración Novohispana” en La Iglesia en Nueva España. Problemas y perspectivas de investigación, 2010, p. 110. Consultado el 11.05.18 de: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/iglesiane/iglesia005.pdf 16 La teoría de las redes sociales se emplea en la historiografía para explicar diversos temas. Entre los principales figuran: la capacidad de agencia entre los distintos grupos y actores adscritos, directa o indirectamente, a la esfera política,36 además de la constante negociación del poder.37 Por otra parte, también explica la construcción de redes de parentesco y de alianzas entre los distintos grupos de poder. Por ejemplo, los caciques indios, los caciques españoles o familias de prestigio social durante la época moderna y contemporánea en Occidente, actores que buscaron preservar o adquirir intereses y/o privilegios que les pudiese beneficiar.38 Finalmente, la teoría de redes sirve para explicar la capacidad e iniciativa política de un grupo respecto a otro. Por ejemplo, los indios frente a los peninsulares u otros pueblos indios, y la identidad que forjan entre ellos para enfrentar un determinado conflicto, ya sean de propiedad, de jurisdicción, de tributo, entre otros.39 Pero si de reconstruir redes de poder se trata, hay que mirar las investigaciones que emplean la metodología de la escuela inglesa, retomada de la sociología, teniendo como principales exponentes dentro de la línea, a Michael Forsé y Alain Degenne. Los autores galos afirman que generalmente se han estudiado las estructuras sociales como conceptos dentro de la sociología; no obstante, recientes investigaciones abordan la otra parte referente a las redes y así se obtiene un estudio profundo de las 36Ema López, José Enrique, “Del sujeto a la agencia (a través de lo político)” en Athenea digital, Núm. 5, primavera 2004, pp. 1-24. Consultado el 25.05.18 de: https://www.ssoar.info/ssoar/bitstream/handle/document/6492/ssoar-athenea-2004-5-ema_lopez- del_sujeto_a_la_agencia.pdf?sequence=1 37Sánchez, Evelyne, “Estudio Introductorio” en Actores de la nación en América Latina. Estudios estratégicos, Evelyne Sánchez (Coordinadora), Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México, 2011, p. 12. 38 Vezub, Julio Esteban; Mazzalay, Víctor Hugo, “Análisis de redes de parentesco y alianzas entre caciques mapuches y tehuelches en la Patagonia septentrional (Siglo XIX)” en Redes. Revista Hispana para el Análisis de Redes Sociales, vol. 27, Núm. 1, 2016, pp. 81-99. Consultado el 25.05.18 de: http://www.redalyc.org/pdf/931/93144430006.pdf 39 Vega Bendezú, Mauro, “Agencias indígenas: identidad y conflicto rural en los Andes (comunidades indígenas en la región de Huamanga en el siglo XVIII)” en Revista Historia y Espacio, Nº 18, 2002, pp. 70-98. Consultado el 25.08.18 de: http://bibliotecadigital.univalle.edu.co/bitstream/10893/7393/1/3.%20Agencias%20indigenas%20- %20Vega%20Mauro.pdf 17 estructuras sociales.40 En primera instancia, Degenne y Forsé analizaronla diferencia entre categorías y relaciones: las categorías, -afirman ellos-, las construyen muchos investigadores tomando en cuentas aspectos individuales: edad, sexo, estatus socioeconómico, entre otros;41 en cambio las estructuras son vistas como un compartimento de atributos individuales que comparten con otros individuos dentro de una estructura cerrada.42 Por otra parte, un análisis estructural es distinto porque se opone a las categorías y estructuras. Degenne y Forsé subrayan que “las normas surgen de una posición estructural de individuos o grupos, porque esta posición es suficiente para determinar las oportunidades y contrastes que influyen en la asignación de recursos y explican los comportamientos regulares observados”.43 A la par, también se encuentra el análisis de la red. Este se centra en que no existe forma alguna en cómo los grupos y posiciones sociales ocurren, por ejemplo, cómo las combinaciones de las relaciones se encuentran formadas;44 por lo tanto, el análisis de red, se enfoca en una relación global, en un intento de identificar patrones de comportamiento y los grupos o estratos sociales que se relacionan con dichos patrones.45 Las investigaciones referidas en los dos párrafos anteriores, surgen en la década de 1990, momento en que el mundo bipolar ha caído, dando paso a la “globalización” proceso que vivimos actualmente. La historiografía, también ha tenido que amoldarse ante este movimiento político y económico, porque brinda una explicación amplia y profunda sobre un acontecimiento que se vincula mediante ejes al contexto hegemónico. Esto no quiere decir que sea una “Historia Universal o Mundial”, sino una Historia que supera los nacionalismos y rompe con las fronteras para ligarlo a un todo, ahora ya no se habla de diferentes historias, sino de ese conjunto que 40Degenne, Alain y Forsé, Michael, Introducing Social Networks, Sage Publications, Gran Bretaña, 1999, p. 1. 41Degenne, Alain y Forsé Michael, Introducing Social Networks, 1999, p. 2. 42Degenne, Alain y Forsé, Michael, Introducing Social Networks, 1999, p. 2. 43Degenne, Alain y Forsé Michael, Introducing Social Networks, 1999, p. 2. Traducción mía. 44Degenne, Alain y Forsé, Michael, Introducing Social Networks, 1999, p. 2. 45Degenne, Alain y Forsé, Michael, Introducing Social Networks, 1999, p. 2. 18 se convierte en una misma Historia.46 La globalización implicó una transformación no únicamente de los modelos económicos y políticos, sino en la forma de entender las relaciones sociales y, a su vez, la historiografía sufrió un cambio en la manera de investigar al hombre. Si durante la mayor parte del siglo XX los investigadores estudiaron al “hombre en conjunto”, la nueva historiografía del siglo XXI demanda que también se investigue al hombre en colectivo pero sin descuidar la subjetividad, a los individuos y a la narrativa.47 A todo lo señalado anteriormente, me pregunto ¿cómo funcionaban las redes de poder dentro de la élite intelectual poblana y en qué momentos se empleaban? Mi inquietud planteada surge a partir de las afirmaciones de Alain Degenne y Michael Forsé, quienes sostienen que un individuo comparte sus mismas atribuciones con un grupo. Este caso, considero que puede aplicarse a la élite intelectual de Puebla durante la segunda mitad del siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII. Puebla de los Ángeles entre 1650 y 1750. Temporalidad y espacio de estudio La temporalidad tampoco ha sido bien estudiada. El siglo en que la Nueva España consiguió por única ocasión su autonomía, es considerado peyorativamente como un “siglo olvidado o de crisis”, al ser una etapa intermedia localizada entre la Conquista del siglo XVI y las Reformas Ilustradas del siglo XVIII.48 Sin embargo, es un periodo donde las artes plásticas y la cultura impresa alcanzaron su mayor esplendor. El sermón se convirtió en un arma disuasiva, y “consagró su celebridad y creció en belleza y elaboración. Era clave de exhortación moral pero también de buen uso de la lengua. Una predicación rica en conceptos buscó estimular la 46Fazio, Hugo, “La Historia Global: ¿Encrucijada de la Contemporaneidad?” En Revista de Estudios Sociales, Nº. 23, abril de 2006, p. 59. Consultado el 11.05.18 de: https://revistas.uniandes.edu.co/doi/pdf/10.7440/res23.2006.05 47Regalado de Hurtado, Liliana, “La historiografía en la “era de la globalización”: una contextualización necesaria” en Histórica, Núm. XXVI.1-2, 2002, p. 670. Consultado el 10.09.18 de: http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/historica/article/viewFile/10470/10937 48Mazín, Oscar y Hausberger, Bernd, “Nueva España: los años de autonomía” en Nueva Historia General de México, El Colegio de México, México, 2011, p. 263. 19 sensibilidad e imaginación de los oyentes, tanto de la gente sencilla como de letrados”.49 Las investigaciones relativas al florecimiento de la cultura y las artes en Puebla de los Ángeles, han sido varias. Una de tantas es la de Leonardo Lomelí Vanegas, quien afirma que Puebla, al ser la segunda ciudad más importante del virreinato de la Nueva España, se encontró en su época de esplendor porque fue una ciudad con una actividad económica fuerte, debido a su ubicación geográfica estratégica al emplazarse en las inmediaciones del camino México-Veracruz, lo que facilitó la circulación del comercio entre la capital del virreinato, Puebla y el puerto de Veracruz, propiciando el desarrollo de las artes y de la cultura durante los siglos XVII y XVIII.50 A la par, se encuentran las investigaciones de Miguel Ángel Cuenya Mateos y Carlos Contreras Cruz relativas a las letras y a la cultura impresa en Puebla durante los siglos XVII y XVIII. En ellas, ambos investigadores afirman que, para dicha época, “las letras poblanas adquirieron una gran significación en el mundo novohispano y su esplendor fue definitivo”.51En aquellas dos centurias, sobresalieron en Puebla diversos hombres de letras que elaboraron magnas obras en el arte de la homilética, hagiografía, Historia, geografía, entre otras ciencias. Entre los principales letrados se encontraron, el jesuita Alonso Ramos, autor de la hagiografía de Catarina de San Juan (mejor conocida como la china poblana) que fue publicada en tres tomos entre 1689 y 1692.52 Otro letrado fue el fraile dominico y rector del Colegio de San Luis de Puebla, Juan de Villa Sánchez (1683-1760), que redactó un informe para el ayuntamiento de dicha ciudad titulado, Puebla 49Mazín, Oscar y Hausberger, Bernd, “Nueva España: los años de autonomía” en Nueva Historia General de México, 2011, p. 297. 50Lomelí Venegas, Leonardo, Historia breve de Puebla, FCE/El Colegio de México/Fidecomiso Historia de las Américas, México, 2001, pp. 77-93. 51Cuenya Mateos, Miguel Ángel y Contreras Cruz, Carlos, Puebla de los Ángeles, historia de una ciudad novohispana. Aspectos sociales, económicos y demográficos, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla-Gobierno del Estado de Puebla, 2007, p. 239. 52Véase la transcripción realizada por Gisela von Wobeser y de los integrantes del seminario “Historia de las Creencias y Prácticas Religiosas, Siglos XVI-XVIII”, de la obra de Ramos, Alonso, Los prodigios de la omnipotencia en la vida de la venerable sierva de Dios Catarina de San Juan, Gisela von Wobeser (coordinadora de la edición y estudio introductorio), tomos 1-3, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Históricas, 2017. 20 Sagrada y Profana, que fue impreso en 1746. En dicho informe, Villa Sánchez, además de narrar la fundación de la ciudad, describe los recursos agrícolas y comerciales con los que cuenta Puebla y sus alrededores, convirtiéndola en una de las regiones más prósperas y ricas de la Nueva España. Otro ilustre poblano fue el abogado de la Real Audiencia de México, Mariano Fernández de Eheverría y Veytia (1718-1780),que escribió la Historia de la Fundación de la Ciudad de la Puebla de los Ángeles . Echeverría narra los orígenes de la ciudad en el siglo XVI hasta el siglo XVIII, convirtiéndose en la primera historia formalmente escrita sobre la fundación de la Angelópolis. Debido al fallecimiento de su autor en 1780, la primera edición de la obra se imprimió hasta 1830. Por último, sobresalió el escribano e historiador, Diego Antonio Bermúdez de Castro (1695-1744), que elaboró el Catálogo de los Escritores Angelopolitanos, donde registró a los principales letrados poblanos de fines del siglo XVII y principios del XVIII, del cual se desconoce su fecha de publicación por encontrarse perdido en la actualidad.53 Cuenya Mateos y Contreras Cruz llegaron a la conclusión de que el siglo XVIII “fue un momento de diversos contrastes para la ciudad de Puebla”.54 Esto se debió a que, durante el siglo XVI y buena parte del XVII, prosiguió un camino largo y lleno de dificultades económicas y demográficas, situaciones que llevaron a la ciudad a la decadencia urbana, a la pobreza y a la insalubridad de sus habitantes, afectando principalmente a los estratos sociales más desprotegidos. Por consiguiente, las luces de la Ilustración dieciochesca, generaron ideas y propuestas para el fortalecimiento del poder monárquico a través de la razón, la moral y el pragmatismo urbano que estuvieron encaminados a la formación del buen ciudadano y en la obtención del bienestar común.55 53Cuenya Mateos, Miguel Ángel y Contreras Cruz, Carlos, Puebla de los Ángeles, historia de una ciudad novohispana. Aspectos sociales, económicos y demográficos, 2007, pp. 240-242. 54Cuenya Mateos, Miguel Ángel y Contreras Cruz, Carlos, Puebla de los Ángeles, historia de una ciudad novohispana. Aspectos sociales, económicos y demográficos, 2007, p. 246. 55Cuenya Mateos, Miguel Ángel y Contreras Cruz, Carlos, Puebla de los Ángeles, historia de una ciudad novohispana. Aspectos sociales, económicos y demográficos, 2007, pp. 246. 21 Por otro lado, ambos investigadores también concluyen que la prolongada tradición de las letras y de la cultura impresa en Puebla, continuó floreciendo entre los sectores dominantes, que fueron los encargados de brindarle a la ciudad, su carácter de metrópoli regional de la cultura.56 La postura de Cuenya y Contreras Cruz, no conjuga con las nuevas investigaciones porque sostienen que la cultura impresa fue generada por miembros de la élite social poblana, en cambio, Escamilla demuestra lo contrario, es decir, las letras y la cultura impresa fueron elaboradas por redes de transmisión intelectual donde estaban involucrados distintos actores, no exclusivamente en el siglo XVIII sino incluso antes. Sin embargo, debo puntualizar que, aunque existen investigaciones sobre individuos políticos poblanos, éstas no se han adentrado de forma completa al estudio de los actores intelectuales que también eran políticos. Además, éstas tampoco han analizado cómo funcionaban las redes de poder de la élite intelectual angelopolitana, a pesar de la abundante producción bibliográfica y sermonaria con la que cuenta la ciudad de los Ángeles. Por tal motivo, considero que este aspecto no ha sido debidamente estudiado y que los derroteros de análisis de redes dan para una mayor profundización. Justificación En resumen, la historiografía sobre las redes de poder dentro de la élite intelectual poblana, durante 1650-1750, no ha sido suficientemente abordada. Han sido muy pocos los investigadores en intentar aproximarse. En general, las investigaciones analizan al sermón como un medio para comunicar la construcción ideológica del Siglo de Oro,57 la historia del discurso mexicano,58 un género literario que tiene como base principal la 56Cuenya Mateos, Miguel Ángel y Contreras Cruz, Carlos, Puebla de los Ángeles, historia de una ciudad novohispana. Aspectos sociales, económicos y demográficos, 2007, pp. 246-247. 57Núñez Beltrán, Miguel Ángel, “Predicación e Historia. Los sermones como interpretación de los acontecimientos” en Criticón, 2002, p. 278. Consultado el 11.05.18 de: https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084-085_279.pdf 58Herrejón Peredo, Carlos, Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824, 2003, p. 9. 22 retórica clásica,59 la figura de los predicadores vista como mediador social,60 las citas como función estética, de referencia a sus autoridades intelectuales y como sistema de relaciones61, entre otras propuestas. No obstante, de lo planteado por los especialistas, surge la siguiente pregunta: ¿cómo funcionaban las redes de poder dentro de la élite intelectual poblana y en qué momento entraban en acción? Para responder a esta pregunta, a continuación, realizo un análisis de las fuentes primaria Análisis de las licencias y aprobaciones del sermón impreso Como señalé en la introducción, los paratextos son singularidades del sermón que no han merecido mucha atención por parte de la historiografía.62 En primer lugar, dentro de la portada, observé al autor de la prédica junto con sus cargos, fecha, lugar y tema de predicación. En ocasiones se suele incluir una dedicatoria -por lo general- a un miembro de la élite eclesiástica, política, de quien conocemos sus cargos y relación con algún actor registrado en el sermón. En algunos casos, la dedicatoria puede ser a una devoción o congregación religiosa porque representan a ciertos grupos de poder y puede unificar sus lazos e intereses.63 Antes de que un sermón se imprimiera, éste debía pasar a una rigurosa evaluación que era realizada por autoridades competentes en el arte de la oratoria sacra y de la exégesis, con el objetivo de certificar “que el texto no tuviese afirmaciones contrarias a la fe católica y buenas 59Ramírez Trejo, Arturo E, “La retórica novohispana: origen, desarrollo y doctrina (siglos XVI_XVIII)” en Nova Tellvs, 2012, p. 151. Consultado el 11.05.18 de: https://revistas- filologicas.unam.mx/nouatellus/index.php/nt/article/viewFile/408/402 60Castaño Navarro, Ana. “Sermón y literatura. La imagen del predicador en algunos sermones de la Nueva España” en Acta Poética, Núm. 29 (2), otoño 2008, pp. 193-206. Consultado el 11.05.18 de: https://revistas-filologicas.unam.mx/acta-poetica/index.php/ap/article/view/264 61Herrero Salgado, Félix, “Las citas en los sermones del Siglo de Oro” en Criticón, Núm. 84-85, 2002, pp. 64-73. Consultado el 11.05.18 de: https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084- 085_065.pdf 62Urrejola Dávanzo, Bernarda, ““Este Sermón es moneda de todo Valor.” La circulación de un saber de buena ley en la oratoria sagrada novohispana de principios del siglo XVIII”, 2011, pp. 61 -77. Consultado el 13.09.18 de: https://scielo.conicyt.cl/pdf/actalit/n43/art05.pdf 63Herrejón Peredo, Carlos Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824, 2003, p. 267. 23 costumbres”.64 Como autorizaciones previas, en primer lugar se encuentran las “opiniones o pareceres”, éstas eran emitidas por catedráticos de los principales colegios novohispanos, de la Real y Pontificia Universidad de México, o de un integrante de un cabildo catedralicio, entre muchos otras autoridades registradas en el impreso.65 En segundo lugar y, una vez obtenidas las opiniones y pareces previos, se procedía a conseguir las autorizaciones oficiales que eran llamadas “licencias”, las cuales se dividían en dos: “del ordinario y del superior gobierno”. En las licencias debían aparecer las firmas del “rey –o su representante, el virrey – y la del obispo – o su representante –, el provisor –, a las que debía sumarse la licencia del superior de la orden si se trataba de un predicador miembro del clero regular”.66 Continuando con los paratextos, existen actores que son más concurrentes al momento de autorizar a los predicadores dar a la estampa los sermones. Es el casodel dominico Juan de Villa Sánchez, que concedió su aprobación al mercedario, Juan de Salazar, que fue número de la provincia de la visitación de Nueva España, regente de estudios en el convento de Carmelitas Descalzas de Puebla y calificador del Santo Oficio, cuando predicó un panegírico de Santa Teresa de Jesús el 16 de octubre de 1737 en el convento de Carmelitas Descalzas de dicha ciudad.67 El panegírico está dedicado a Luis Antonio Armida de Noba, que fue vicario general de las provincias de México, Guatemala y en la isla de la Española (actual Santo Domingo), todas ellas pertenecientes a la Orden de la Merced, además existió un vínculo de amistad entre Salazar y Armida de Noba al momento de estar al frente de las provincias mercedarias. 64Urrejola Dávanzo, Bernarda, ““Este Sermón es moneda de todo Valor.” La circulación de un saber de buena ley en la oratoria sagrada novohispana de principios del siglo XVIII”, 2011, p. 70. Consultado el 13.09.18 de: https://scielo.conicyt.cl/pdf/actalit/n43/art05.pdf 65Urrejola Dávanzo, Bernarda, ““Este Sermón es moneda de todo Valor.” La circulación de un saber de buena ley en la oratoria sagrada novohispana de principios del siglo XVIII””, 2011, p. 70. el 13.09.18 de: https://scielo.conicyt.cl/pdf/actalit/n43/art05.pdf 66Urrejola Dávanzo, Bernarda, ““Este Sermón es moneda de todo Valor.” La circulación de un saber de buena ley en la oratoria sagrada novohispana de principios del siglo XVIII”, 2011, p. 70. el 13.09.18 de: https://scielo.conicyt.cl/pdf/actalit/n43/art05.pdf 67Salazar, Juan de, Vida de el amor de Christo estampada en el corazón de Theresa…, Puebla portal de la viuda de Ortega y Bonilla, 1737, licencia de fray Juan de Villa Sánchez. Localizado en Biblioteca Palafoxiana (en adelante BP), Fondo Homilética, Siglo XVIII. 24 El 27 de septiembre de 1744, Villa Sánchez vuelve a brindar su autorización al también mercedario, Nicolás de Jesús María, autor de un sermón cuyo tema principal, es la profesión del novicio a la Orden Carmelita, fray Antonio de los Dolores. En dicho sermón, Nicolás de Jesús María, también aborda el tema del linaje y el escudo de armas de la Casa de Toledo, una familia de hidalgos que habitó en Puebla durante el mismo año.68 En la predicación de Jesús María, se observa cómo se construye un vínculo entre Villa Sánchez y dicha familia, de la que emanaron tres miembros, los hermanos Francisco Javier, Miguel y José de Toledo que ingresaron a la Orden Carmelita. Dentro de la aprobación que Villa Sánchez concede a Jesús María, afirma que el fraile estuvo presente en las “Repúblicas literarias” más importantes de la Nueva España, tales como Guadalajara, Puebla, Ciudad de México, Oaxaca y Orizaba.69 Por consiguiente, llego a la conclusión de que Jesús María mantuvo contacto con otros miembros de la misma élite intelectual novohispana durante la primera mitad del siglo XVIII. En 1738, el mismo Juan de Villa Sánchez, que en los dos primeros casos fungió como censor, en este momento fue autor de una compilación de quince sermones dedicados a Juan Antonio Vizarrón y Eguiarrieta, arzobispo de México y virrey de la Nueva España. En la compilación aparece como censor un personaje importante en la historia de las letras novohispanas. Se trata de Juan José de Eguiara y Eguren, autor de la Bibliotheca Mexicana, catedrático de teología en la Real y Pontificia Universidad y hermano del rector de dicha institución, Manuel Joaquín de Eguiara, que concedió a Villa Sánchez su aprobación para imprimir su prédica.70 En este caso, Villa Sánchez aparece registrado como rector del 68Jesús María, Nicolás de, El escudo de armas del claro linaje de la Antigua Casa de los Toledos…, Puebla por la viuda de Miguel de Ortega, 1744, licencia de fray Juan de Villa Sánchez. BP, Fondo Homilética, Siglo XVIII. 69Jesús María, Nicolás de, El escudo de armas del claro linaje de la Antigua Casa de los Toledos…, 1744, licencia de fray Juan de Villa Sánchez. BP, Fondo Homilética, Siglo XVIII. 70Villa Sánchez, Juan de, Sermones varios del M.R.P. M. F. Juan de Villa Sánchez…, México en la imprenta Real del Superior Gobierno y del Nuevo Rezado de Doña María de Rivera en el Empedradillo, 1738, licencia de Juan José de Eguiara y Eguren y licencia del Superior Gobierno. Localizado en Biblioteca Histórica “José María Lafragua” (en adelante BHJML), Fondo Antiguo, Sermones Mexicanos, Siglo XVIII. 25 Colegio de San Luis de Puebla, cargo que le dotó de mucho prestigio académico, no únicamente en Puebla, también en la Ciudad de México puesto que mantuvo una estrecha amistad con el arzobispo Eguiarrieta. El hecho de que Eguiarrieta otorgara al fraile dominico la autorización oficial en calidad de Virrey, puedo o no como resultado que sus sermones se imprimieran con María de Rivera, quien trabajó para el gobierno virreinal en ese momento; aunque los predicadores generalmente buscaban una imprenta para imprimir sus sermones, en ocasiones excepcionales acudían con algún impresor en específico porque mantuvieron vínculo con ellos o porque las máximas autoridades eclesiásticas y políticas así lo solicitaban en sus licencias.71 En 1733 el fraile mercedario Miguel de Torres Pezellín, predicó un panegírico sobre la Inmaculada Concepción en la Catedral de Puebla a expensas de Ignacio Asenjo y Crespo, canónigo decano de la Catedral de la Angelópolis y devoto de la Inmaculada. Entre los censores se encontró Francisco Rodríguez Navarijo, que fue doctor en derecho, catedrático jubilado de vísperas de leyes en la Real y Pontificia Universidad de México y canónigo doctoral en la Catedral Metropolitana de la misma ciudad. Navarijo concedió su autorización en calidad de ordinario a Pezellín para publicar el panegírico, después de haber leído la aprobación que un principio le asignó, el jesuita Nicolás de Segura, al autor de la prédica.72 En las mismas licencias aparece un admirador de fray Miguel de Torres, se trata de José Nogales Dávila, maestro en teología y provincial de la provincia de la visitación de Nueva España perteneciente a los mercedarios.73 Fray José fue familiar del obispo, Pedro Nogales Dávila, que en 1744 aparece referido 71Ese fue el caso de las exequias fúnebres del arcediano de la Catedral de Oaxaca, Pedro de Otaloria Carvajal, las cuales fueron predicadas por Antonio de Saldaña y Ortega e impresas por Diego Fernández de León, a solicitud del también arcediano de la Catedral angelopolitana, Jerónimo de Luna. Véase a Saldaña y Ortega, Antonio de, Oración fúnebre en las exequias de el señor Doctor D. Pedro de Otaloria Carvajal…, en la Puebla por Diego Fernández de León, 1691, licencia del ordinario. Localizado en Biblioteca Franciscana (en adelante BF), Sermones Mexicanos, Siglo XVII. 72Torres, Miguel de, Sermón de los gozos de la Purísima Virgen María y Madre de Dios Inmaculada María Santísima…, México en la Imprenta del Superior Gobierno de Doña María de Rivera en el Empedradillo, 1733, licencia del ordinario. Localizado en BP, Fondo Homilética, Siglo XVIII. 73Torres, Miguel de, Sermón de los gozos de la Purísima Virgen María y Madre de Dios Inmaculada María Santísima…, México en la Imprenta del Superior Gobierno de Doña María de Rivera en el Empedradillo, 1733, licencia de fray José Nogales Dávila. BP, Fondo Homilética, Siglo XVIII. 26 por su también familiar, Lorenzo Fernández de Arévalo, prebendado de la Catedral angelopolitana, en un panegírico y moral sobre la visita de misericordia que realizó el nuevo obispo Domingo Pantaleón Álvarez de Abreu.74 Seis años atrás, el 15 de diciembre de 1727, Joaquín Antonio de Villalobos, profeso jesuita y prefecto de las congregaciones de Nuestra Señora y del Señor de la Buena Muerte en el Colegio del Espíritu Santo de Puebla, predicó un sermón a la profesión de las novicias, sor María Gregoria de San Javier y sor María Ana de San Ignacio,con motivo de su ingreso al Convento de la Santísima Trinidad de la ciudad de los Ángeles. Las novicias fueron nietas de Francisco Javier de Vasconcelos, marqués de Montserrate y canónigo de la Catedral de Puebla que les concedió la dote para ingresar a dicho convento. Villalobos obtuvo la licencia del superior gobierno de manos del virrey, marqués de Casafuerte y de Francisco Rodríguez de Navarijo como ordinario. Villalobos dedicó su sermón a la Compañía de Jesús por tratarse de una cuestión institucional, puesto que el convento de la Santísima Trinidad y el predicador provenían de la misma congregación, situación que pudo unificar los intereses de este grupo.75 El mismo Villalobos predicó unas exequias fúnebres en memoria de Antonio de Jáuregui Bárcena el 15 de marzo del mismo año. Jáuregui fue maestre escuela de la Catedral de la ciudad de los Ángeles, sus exequias fueron celebradas en el Colegio del Espíritu Santo y fueron dadas a la estampa gracias a su hermana, Agustina de Jáuregui Bárcena. Como censores oficiales aparecen, Andrés Nieto, provincial de la Compañía de Jesús en Nueva España y del Marqués de Casafuerte que otorgaron sus licencias de ordinario y de superior gobierno.76 El sermón fúnebre del doctor 74Fernández de Arévalo, Lorenzo, Visita de misericordia. Sermón Panegírico y moral que con término de cuatro días…, México en la imprenta de la viuda de Don José Bernardo de Hogal, 1745. BHJML, Fondo Antiguo, Impresos Mexicanos, Siglo XVIII. 75Villalobos, Joaquín Antonio de, Sermón que el día 15 de diciembre, de el año de 1727 de la Octava de la Concepción Purísima Nuestra Señora…, México por José Bernardo de Hogal en la calle de Nueva Montilla, 1728, licencia del superior gobierno y licencia del ordinario. BP, Fondo Homilética, Siglo XVIII. 76Villalobos, Joaquín Antonio de, Sermón que en las funerales exequias, que se celebraron el día quinze de marzo de este año…, Puebla en la imprenta de la viuda de Miguel de Ortega y Bonilla, 1727, licencia de la orden. BP, Fondo Homilética, Siglo XVIII. 27 Jáuregui, pudo o no haber forjado un vínculo entre la Compañía de Jesús y el cabildo de la catedral poblana porque las redes corporativas e institucionales nunca han sido homogéneas, sino heterogéneas, ya que algunos individuos adscritos a las mismas pueden tener sus propios intereses y no necesariamente concordar con ciertos actores. Sin embargo, hubieron puntos donde todos los grupos unificaban su interés, uno de ellos es una coyuntura, principalmente porque trataban de obtener beneficios de la misma que pudiesen ayudarles a lograr sus objetivos.77 Tal vez ese pudo haber sido el caso del doctor Jáuregui, hubo quien dentro del cabildo catedralicio pudo no concordar con él y quizás Villalobos lo manifestó en sus exequias fúnebres, reafirmando su papel como autoridad eclesiástica, además de buscar algún interés para su grupo. Retomando la afirmación del párrafo anterior, en 1705, ocurrió un caso similar al de los jesuitas, ahora con los franciscanos. Fray Blas del Pulgar, predicó un sermón relativo a la virgen del Pilar de Zaragoza en el sagrario de la catedral poblana. El hermano de Agustina y Antonio de Jáuregui Bárcena, Juan, siendo censor, le concedió al autor su aprobación para imprimir la prédica. Juan de Jáuregui, fue comisario subdelegado apostólico del tribunal de la Santa Cruzada y vicario general en el obispado de Puebla. Eso pudo significar que los franciscanos quisieran estrechar lazos con el cabildo catedral angelopolitano, o tal vez tuvieron roces con la diócesis, dando como resultado que la predicación de Blas del Pulgar, quisiera reivindicar ante el cambio de casa real, el papel de los franciscanos como primeros religiosos que ostentaron la potestad de la evangelización del Nuevo Mundo. Por otro lado, Juan de Jáuregui volvió aparecer como censor el 27 de febrero de 1699, cuando el capellán del convento de la Purísima 77Guillermina del Valle Pavón es una de las principales especialistas en redes de poder y sustenta mi afirmación al estudiar la diversidad de pensamiento entre los grupos de poder y su unión ante una coyuntura. Así fue el caso de Luis Sáenz de Tagle, líder del grupo montañés y Juan de Urrutia Retes, líder del grupo vizcaíno, quienes entraron en disputa por el control del comercio de plata la Ciudad de México a fines del siglo XVII. Véase del Valle Pavón, Guillermina, “Bases del poder de los mercaderes de plata de la ciudad de México. Redes, control del Consulado y la de Casa de Moneda a finales del siglo XVII” en Anuario de Estudios Americanos, 68,2, julio-diciembre 2011, pp. 568-595. Consultado el 21.09.18 de: http://estudiosamericanos.revistas.csic.es/index.php/estudiosamericanos 28 Concepción de Puebla, José Díaz Chamorro, predicó en el templo de la Santa Veracruz del Oratorio de San Felipe Neri, las exequias fúnebres del obispo Manuel Fernández de Santa Cruz.78 En dicho sermón, Díaz Chamorro admiró al obispo por su buena capacidad que desempeñó para gobernar y administrar la diócesis poblana, además de recalcar su pobreza espiritual comparándolo con el rey David. La prédica la dedicó al cabildo y deán en sede vacante, pues deseaba que el nuevo obispo conservase las mismas virtudes que su predecesor.79 Al día siguiente, el 28 de febrero de 1699, Francisco Antonio de la Cruz, cura del pueblo de San Francisco de Apango, predicó otras exequias fúnebres en memoria de Santa Cruz en el templo del Oratorio de San Felipe Neri. San Francisco de Apango (actual Estado de Guerrero) era un pueblo de jurisdicción india donde la administración de los sacramentos se daba en náhuatl, con el objetivo de beneficiar a los naturales de la comunidad. Por consiguiente, Antonio de la Cruz le agradeció a Cristóbal Galindo y Esquivel, tesorero de los Colegios de San Juan y San Pedro de Puebla, la manutención del inmueble, el pago de salarios a los catedráticos, las becas y pensión de los seminaristas, además de la constante instrucción de los clérigos en náhuatl para llevarles la religión católica a los indios. 80 José Gómez de la Parra, canónigo magistral de la Catedral de Valladolid de Michoacán y prepósito de la congregación de San Felipe Neri en la ciudad de los Ángeles, actuó como censor otorgándole la aprobación al cura de Apango para publicar las exequias fúnebres del prelado.81 78Díaz Chamorro, José, Sermón funeral en las hornas que celebró la muy venerable concordia eclesiástica de S. Phelipe Neri de la ciudad de la Puebla de los Ángeles…, Puebla por los herederos del capitán Juan de Villa Real, 1699, licencia del ordinario. BHJML, Fondo Antiguo, Sermones Mexicanos, Siglo XVII. 79Díaz Chamorro, José, Sermón funeral en las hornas que celebró la muy venerable concordia eclesiástica de S. Phelipe Neri de la ciudad de la Puebla de los Ángeles…, 1699, pp. 12-17. BHJML, Fondo Antiguo, Sermones Mexicanos, siglo XVII. 80Cruz, Francisco Antonio de la, Oración fúnebre que en las exequias a su amabilísimo pastor, ilustrísimo y excelentísimo señor doctor D. Manuel Fernández de Santa Cruz…, Puebla en la imprenta de los herederos del Capitán Juan de Villa Real en el Portal de las Flores, 1699, dedicatoria a Cristóbal Dávila Galindo y Esquivel. BHJML, Fondo Antiguo, Sermones Mexicanos, Siglo XVII. 81Cruz, Francisco Antonio de la, Oración fúnebre que en las exequias a su amabilísimo pastor, ilustrísimo y excelentísimo señor doctor D. Manuel Fernández de Santa Cruz…, Puebla en la imprenta del capitán Juan de Villa Real, 1699, licencia de José Gómez de la Parra y licencia del ordinario. BHJML, Fondo Antiguo, Sermones Mexicanos, Siglo XVII. 29 Finalmente, el 4 de mayo de 1693, José de Montoro, calificador del Santo Oficio y ex guardián del convento de San Francisco de Oaxaca, predicó un panegírico en el convento de agustinas recolectas de Santa Mónica de Puebla, relativo a la madre de