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BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA 
DE PUEBLA 
 
 
 
 
 
Facultad de Filosofía y Letras 
Colegio de Historia 
 
 
RELIGIOSIDAD, TEOLOGIA Y 
POLITICA. CATALOGO COMENTADO DE 
SERMONES POBLANOS, 1650-1750. 
 
 
Tesis para obtener el 
Grado de Licenciado en Historia 
 
 
Presenta: 
Adrián Hernández González 
 
Directora: 
Dra. Lidia Ernestina Gómez García 
 
 
 
 
 Noviembre 2018 Puebla,Pue. 
 
 
 
 
 
 
 
RELIGIOSIDAD, TEOLOGIA Y POLITICA. 
CATALOGO COMENTADO DE SERMONES 
POBLANOS, 1650-1750 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
A mis padres, mi hermana, mi familia y amigos 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Indice 
 
 
AGRADECIMIENTOS ............................................................................................................. 5 
1.- Capítulo Introductorio ........................................................................................................ 2 
Distintas miradas al sermón. La retórica, discurso, literatura y mentalidad .......... 4 
Las redes de poder ................................................................................................ 13 
Puebla de los Ángeles entre 1650 y 1750. Temporalidad y espacio de estudio 18 
Justificación ........................................................................................................... 21 
Análisis de las licencias y aprobaciones del sermón impreso ............................. 22 
Criterios de catalogación de los sermones impresos ........................................... 29 
Metodología ........................................................................................................... 32 
2.- Fichas Catalográficas de los Sermones Impresos y Manuscritos ........................ 53 
3.- Inventario General de Sermones Impresos .............................................................. 591 
Biblioteca Palafoxiana ......................................................................................... 591 
Biblioteca Franciscana ........................................................................................ 599 
Biblioteca Histórica “José María Lafragua” ......................................................... 613 
4.- Criterios de Catalogación de los Sermones Impresos ........................................... 621 
5.- Referencias ...................................................................................................................... 626 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
En primer lugar, quiero agradecer profundamente a mi familia, en especial a mis 
padres Félix Adrián y María Luisa, y a mi hermana Fátima por su apoyo 
incondicional durante estos cinco años que cursé la Licenciatura en Historia, 
ustedes son y serán mi principal referente durante toda mi vida y me siento muy 
orgulloso de contar con ustedes, puesto que sin su apoyo mis estudios 
profesionales en el Colegio de Historia no hubieran sido posibles. 
 Por otra parte, quiero agradecer a todos mis profesores por sus enseñanzas 
teóricas, metodológicas y prácticas en cuanto a la profesión del historiador se 
refiere. De cada uno de ustedes me llevo mucho, les aprecio, estimo y les respeto 
infinitamente. Al mismo tiempo, quiero agradecerles su paciencia y dedicación con 
que ejercen la docencia y la investigación histórica con el objetivo de formar 
historiadores capaces de responder críticamente y brindar propuestas de solución 
a las dificultades que enfrenta el mundo actual, además de contribuir a la creación 
del conocimiento histórico y su divulgación en los distintos medios donde nos 
desarrollaremos profesionalmente, como también conducirnos bajo la ética 
profesional. 
 A su vez quiero agradecer a todos mis amigos y compañeros por su 
incondicional apoyo, su amistad, compañerismo y confianza. Créanme que les 
estimaré, admiraré y respetaré siempre. Me siento orgulloso y contento de contar 
con colegas profesionales como ustedes, ojalá en un futuro próximo podamos 
colaborar juntos en proyectos, publicaciones, seminarios y congresos que 
enriquezcan a nuestra ciencia. 
 En cuanto a la realización de la presente tesis quiero agradecer el apoyo y 
dirección de la Dra. Lidia Ernestina Gómez García, a la vez quiero agradecerle por 
sus enseñanzas, su confianza, su paciencia y por inculcarnos en sus tesistas y 
estudiantes la rigurosidad metodológica y la calidad académica, así también el 
contactarnos con investigadores nacionales e internacionales de renombre, 
quienes contribuyeron en nuestra formación académica mediante el diálogo, la 
colaboración en proyectos, la publicación de un artículo o capítulo de libro, entre 
 
 
otras formas que nos permitieron conocer a profundidad la profesión del 
historiador. 
 Quiero agradecer a los profesores e investigadores Mtro. Emmanuel 
Rodríguez López, Dr. Werner Thomas, Dr. César Manrique Figueroa, Dra. Elva 
Rivera Gómez por haber leído y comentado mi tesis. Un especial agradecimiento 
al Dr. Francisco Iván Escamilla González, por darme sus valiosas y concretas 
observaciones y también por ayudarme a comprender la comlejidad que envuelve 
al universo de los sermones. A todos ustedes les reitero mi profunda admiración y 
respeto por sus sobresalientes trayectorias académicas y por la contribución que 
han hecho al conocimiento histórico. Ustedes han sido y serán mi ejemplo a seguir 
y, a su vez, quiero agradecerles por todo el apoyo que me han brindado. 
Quisiera agradecer al personal de la Biblioteca Histórica “José María 
Lafragua” por la atención y el excelente servicio que me prestó cuando consulté su 
acervo homilético, el cual incluí en la presente tesis, en especial a los 
bibliotecarios y encargados de la atención al investigador, Marcos Erasto Cruz 
Pérez y Fermín Campos Pérez, así también a la jefa administrativa Dra. Lourdes 
González Balderas, quien me autorizó la digitalización de los sermones. Al jefe de 
catalogación, Dr. Jonathan Moncayo Ramírez, por su apoyo en la localización de 
los materiales que necesité y al Mtro. Manuel de Santiago Hernández, anterior 
director y a la actual directora, Mtra. Mercedes Isabel Salomón Salazar por 
concederme el acceso a la Biblioteca a su digno cargo. Sin el apoyo de todos 
ustedes esta investigación no hubiese sido posible. 
Por otra parte, también quiero agradecer al personal de la Biblioteca 
Palafoxiana por el excelente servicio y atención que me prestó cuando consulté su 
acervo homilético, especialmente al bibliotecario y catalogador, Mtro. Juan 
Fernández del Campo Espinosa, por su amistad, su apoyo para localizar mis 
materiales y digitalizarlos, además de compartirme sus conocimientos referentes a 
la Historia de Puebla virreinal y su producción bibliográfica. A su vez, a la 
encargada de atención al investigador, Carmen Martínez Zanella, por su apoyo 
incondicional para el préstamo de mis materiales y a la directora, Mtra. Diana 
 
 
Isabel Jaramillo Juárez, por concederme el acceso a la Biblioteca a su digno 
cargo. Sin el apoyo de todos ustedes esta investigación no hubiese sido posible. 
Quiero agradecer al personal de la Biblioteca Franciscana por el excelente 
servicio y atención que me prestó cuando consulté su acervo homilético. En 
especial, quiero agradecer a la Coordinadora de la Biblioteca, Dra. Circe 
Hernández Sautto, por su amistad, su apoyo para localizar mis materiales y 
digitalizarlos, así también a los bibliotecarios, Lic. Adrián Mendoza Leal y al Mtro. 
Israel López Luna, les agradezco infinitamente su apoyo y guía para prestarme los 
materiales que siempre requerí, además de su amistad y compartirme sus 
conocimientos referentes a los impresos, no únicamente de Puebla, sino del 
mundo hispánico. También, quiero agradecer al director del Centro de EstudiosHumanísticos “fray Bernardino de Sahagún”, Dr. fray Francisco Morales Valerio, 
O.F.M, por concederme el acceso a la Biblioteca a su digno cargo. Sin apoyo de 
todos ustedes esta investigación no hubiese sido posible. 
Agradezco a la Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado, a 
cargo del Dr. Ygnacio Martínez Laguna, por haberme aceptado dentro de los 
programas de investigación para estudiantes adscritos a la Benemérita 
Universidad Autónoma de Puebla. Agradezco que me hayan permitido participar 
en programas como: “La Ciencia en tus Manos XVI”, “Jóvenes Investigadores, 
primavera XII”, “Proyectos VIEP” y “Haciendo Ciencia en la BUAP, primavera XIII”, 
donde tuve la oportunidad de recibir becas que me ayudaron a la realización de la 
presente tesis. Como producto de la participación dentro de estos cuatro 
programas, obtuve el reconocimiento al mejor trabajo en el área de Educación y 
Humanidades presentando un avance de mi tesis. 
Finalmente agradezco a la Dra. Gisela von Wobeser Hoepfner, 
investigadora emérita del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad 
Nacional Autónoma de México, por haberme otorgado una beca de titulación por 
parte del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación (PAPIIT), además de 
invitarme a ser miembro de su seminario “Creencias y Prácticas Religosas en 
Nueva España, siglos XVI-XVIII”. De igual forma agradezco al Dr. Gibrán Irving 
Israel Bautista y Lugo, también investigador del Instituto de Investigaciones 
 
 
Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México, por haberme invitado 
a formar parte de su seminario, “Sociabilidades y Mediación Política en las 
Monarquías ibércias, a ambos les reitero mi produnfa admiración y respeto por su 
gran trayectoria académica y sus contribuciones al conocimiento histórico.
 
Portada de la Oración fúnebre en las honras de la muy noble y virtuosa señora doña Aldonza de 
Ormachea, predicada por fray Juan Tomás Menéndez el 5 de noviembre de 1709 en el Convento de 
Santa Catarina de La Habana, Cuba. 
Biblioteca Franciscana, Dirección de Bibliotecas. Universidad de las Américas Puebla y Provincia 
Franciscana del Santo Evangelio de México. 
http://catarina.udlap.mx/xmLibris/projects/biblioteca_franciscana/page?key=book_1d2044.xml 
 
2 
1.- Capítulo Introductorio 
 
Introducción 
 
La presente tesis constituye un catálogo de sermones pronunciados en, o 
relativos a, la ciudad de Puebla de los Ángeles, que fueron impresos entre 
los años de 1650-1750. El título, Religiosidad, Teología y Política. Catálogo 
Comentado de Sermones Poblanos, 1650-1750, puntualiza las tres 
temáticas abordadas en los sermones registrados en el catálogo de este 
periodo, que se caracterizó por ser un momento de cambio dinástico– de la 
Casa de Habsburgo a la Borbón–, lo cual significó una restructuración 
política, social, económica y cultural a nivel imperial que este catálogo logra 
evidenciar. Además, los predicadores formaron parte de una élite intelectual 
y fungieron como actores políticos en un momento en que las artes 
plásticas, las letras y la cultura impresa alcanzaron su máximo esplendor en 
la Nueva España. 
El objetivo de este catálogo es recuperar y sistematizar información 
específica relativa a los sermones impresos y manuscritos que no está 
detallada en los inventarios de las bibliotecas de fondo antiguo.1 La 
información albergada en este catálogo se organizó en una sola base de 
datos con nueve campos catalográficos específicos que corresponden a las 
referencias que, en el texto del sermón, hacen los predicadores: el primero 
sobre personajes grecorromanos, el segundo relativo a personajes 
históricos, y el tercero a los bíblicos; el cuarto se refiere a las redes 
relacionadas con la impresión del sermón: las autoridades que concedieron 
a los predicadores la licencia para poder imprimirlo, así como también otros 
personajes que aparecen a lo largo del impreso. En el quinto campo 
 
1Véase el Catálogo de la Colección Lafragua realizado por Rocío Meza Olivier y Luis Olivera López, 
quienes organizaron cronológicamente la colección completa de todos los documentos y libros que 
donó el escritor, bibliófilo y político liberal poblano, José María Lafragua, a la Biblioteca Nacional. La 
colección se periodiza en los siguientes años: 1800-1810, 1811-1821, 1821-1853 y 1854-1875, que 
en conjunto suman un total de 11, 997 registros de obras, folletos, documentos y libros. Meza Olivier, 
Rocío y Olivera López, Luis, Catálogo de la Colección Lafragua de la Biblioteca Nacional de México, 
1800-1875, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Bibliográficas, 
México, 1993. Además dicho catálogo se encuentra disponible en línea para su consulta en: 
http://hndm.iib.unam.mx/lafragua/ 
 
3 
catalográfico se registran los cargos políticos o eclesiásticos que detentaron 
los censores de la prédica. El sexto registra el tipo de relación entre los 
diversos actores del sermón, sea de amistad, familiar o de compadrazgo. En 
el séptimo campo se capturan los datos fedatarios de las licencias: lugar y 
fecha de la autorización para imprimir la prédica (aprobación de licencias). 
El octavo campo catalográfico registra las referencias a las autoridades 
intelectuales que citan los predicadores con el objetivo de sustentar su 
discurso homilético. En el noveno campo se capturan las obras citadas por 
los clérigos en la marginalia o apartado crítico, en el cual aparecen los 
títulos de las obras, así como los capítulos o tomos referidos. 
Además del texto religioso propio de la homilía, los sermones brindan 
distintos tipos de información susceptible de ser analizada. Son discursos 
escritos que fueron creados por clérigos (regulares y seculares) para 
realizar su prédica en el púlpito y cuya función era, por tanto, catequética y 
moral porque buscaba lograr la persuasión en la feligresía y que la misma 
rechazara el vicio. Sin embargo, dentro de los sermones se encuentran los 
“paratextos o licencias”, las cuales servían para aprobar su impresión y que 
la prédica no atentase contra los usos y costumbres cristianos. Por tales 
motivos debían ser evaluados rigurosamente por autoridades competentes 
en el arte de la oratoria sacra, de la teología o la exégesis.2 
A pesar de ser abundante la producción sermonaria, la historiografía 
ha prestado poca atención a esta singularidad del sermón impreso, ya que 
la licencia no únicamente autorizaba su impresión, sino que explícitamente 
registraba los complejos entramados de redes de poder que se ponían en 
marcha cada vez que un sermón salía a la luz. En los sermones existen dos 
tipos de licencias: “del ordinario y del superior gobierno”. Dentro de las dos 
licencias, aparecen los nombres de los censores, en ocasiones sus grados 
académicos, los cargos que desempeñaron y el tipo de relación que existió 
entre los diversos actores registrados en el sermón. 
 
2Urrejola Dávanzo, Bernarda, ““Este Sermón es moneda de todo Valor.” La circulación de un saber de 
buena ley en la oratoria sagrada novohispana de principios del siglo XVIII”, en Acta Literaria, Nº. 43, II 
Sem (61-77), 2011, p. 70. Consultado el 13.09.18 de: https://scielo.conicyt.cl/pdf/actalit/n43/art05.pdf 
 
 
4 
Las investigaciones existentes sobre este tema han sido realizadas 
por historiadores y especialistas de otras disciplinas quienes han 
investigado al sermón desde distintas perspectivas, ya sea desde la historia 
de las mentalidades, la retórica, la construcción del discurso nacional o bien, 
como género literario. A continuación presento un balance historiográfico 
sobre los distintos estudios y miradas al impreso. 
 
Distintas miradas al sermón. La retórica, discurso, literatura y mentalidad 
 
El sermón impreso se ha estudiado desde distintas perspectivas, sin 
embargo, la historiografía no ha profundizado demasiado en él. En México, 
Carlos Herrejón Peredo, esuno de los principales especialistas que analiza 
la historia del discurso novohispano y su transición al discurso cívico y 
patriótico durante las primeras décadas de vida independiente.3 También, 
realizó un catálogo general del total de sermones impresos en los tres siglos 
del virreinato, sumando un total de 1,812 piezas, más las compilaciones, 
siendo alrededor de 2,000 sermones.4 
Debido a su formación teológica, Herrejón ahonda en la preparación 
retórica que los predicadores debían cumplir para lograr la persuasión en su 
feligresía y en la función pedagógica del sermón, puesto que fue un “medio 
de comunicación privilegiado, frecuentísimo, autorizado y obligado”.5 
También Herrejón se enfocó en los pasajes bíblicos retomados por los 
clérigos, la comparación de algunos actores sociales de la época respecto a 
los personajes bíblicos, entre otros aspectos. Lo anterior da cuenta de la 
función social que desempeñaba el sermón y el clérigo como autoridad 
eclesiástica, autoridad intelectual y mediador social.6 
Herrejón se basó en los estudios y revisiones de los historiadores del 
siglo XIX y XX. Entre los pocos autores que se dedicaron a estudiar la 
 
3Herrejón Peredo, Carlos. Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824. El Colegio de 
Michoacán/El Colegio de México, México, 2003, p. 9. 
4Herrejón Peredo, Carlos. “La oratoria en Nueva España” en Memorias de la Academia Mexicana de 
la Historia, Academia Mexicana de la Historia, relaciones 57, México, 1993, p. 59. Consultado el 
11.05.18 de: http://www.colmich.edu.mx/relaciones25/files/revistas/057/CarlosHerrejonPeredo.pdf 
5Herrejón Peredo, Carlos, Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824, 2003, p. 60. 
6Herrejón Peredo, Carlos, Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824, 2003, p. 60. 
 
5 
producción homilética virreinal, destacan principalmente Agustín Rivera 
(1824-1916) y Francisco Pimentel (1832-1893). El primero realizó una fuerte 
crítica contra los intelectuales del periodo novohispano descalificando su 
producción bibliográfica. El segundo, redactó una breve historia de la 
retórica en México, que en vez de despertar el interés por el impreso, lo 
descalificó al compararlo con la oratoria francesa, llegando a la conclusión 
de que los sermones novohispanos eran ineficientes, salvo algunas 
excepciones.7 En general Rivera y Pimentel coinciden en sus posturas 
debido al contexto en que realizaron sus interpretaciones donde el sermón 
era considerado como de nula utilidad pública, acorde a las ideas liberales 
de la época.8 
En el siglo XIX tras la construcción del Estado-Nacional, se 
descalificó la producción anterior a 1821 y, por consiguiente, no se tomó en 
cuenta la relevancia del sermón. En el siglo XX los historiadores de la 
posrevolución encontraron en los sermones las raíces del discurso nacional. 
La historiografía en general interpretó al sermón novohispano como 
precursor del nacionalismo a través del criollismo, al considerarse que 
Hidalgo y sus contemporáneos hablaron de la nación mexicana, además de 
vincular la constante pugna entre liberales y conservadores, quienes 
emplearon el discurso nacionalista para deslegitimar al bando contrario.9 
 En el mismo siglo, algunos historiadores se dedicaron a realizar 
rescates, introducciones, traducciones y prólogos de sermones. Uno de los 
pioneros en adentrarse al estudio de los sermones fue Francisco de la Maza 
(1913-1972), con el objetivo de “iluminar otro sendero de la tradición 
guadalupanista”, tema al que dedicó parte de sus estudios debido al 
impacto de la Virgen de Guadalupe.10 José Gaos (1900-1969) realizó una 
traducción sobre una obra maestra dentro de la historiografía europea, La 
 
7Herrejón Peredo, Carlos, Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824, 2003, p. 59. 
8Herrejón Peredo, Carlos. “La oratoria en Nueva España” en Memorias de la Academia Mexicana de 
la Historia, Academia Mexicana de la Historia, 1993, p. 60. 
http://www.colmich.edu.mx/relaciones25/files/revistas/057/CarlosHerrejonPeredo.pdf 
9Rubial García, Antonio. El paraíso de los elegidos. Una lectura de la historia cultural de Nueva 
España (1521-1804), Universidad Nacional Autónoma de México/Fondo de Cultura Económica, 
México, 2010, p. 13. 
10Herrejón Peredo, Carlos, Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824, 2003, p. 60. 
 
6 
formación de la conciencia burguesa en Francia durante el siglo XVIII de 
Bernhard Groethuysen (1880-1946), donde también ocupó sermones para 
su investigación. Por otro lado, Roberto Moreno de los Arcos (1943-1996) 
reeditó y realizó un estudio introductorio a un sermón de Díaz de Gámara. 
En la misma línea, Ernesto de la Torre Villar (1917-2009), se enfocó en el 
estudio de las obras de Eguiara y Eguren, quien incluyó en su catálogo de 
impresos a los sermones.11 Por su parte Manuel Ponce (1913-1994) en su 
obra La Elocuencia Sagrada en México, analizó a tres figuras importantes 
del periodo novohispano: fray Diego Valadés, Clemente de Jesús Munguía y 
Luis María Martínez.12 Jorge Alberto Manrique (1936-2016) en la Historia 
General de México, “subrayó la importancia histórica y social de los 
sermones novohispanos”.13 Por consiguiente los autores referidos en este 
párrafo, difieren totalmente de las posturas decimonónicas en cuanto a que 
se debe revalorar al sermón y mirarlo en conjunto para entender su 
complejidad. Desde la portada hasta el cierre de la prédica, “el sermón es 
un fenómeno histórico y un género literario peculiar. Puede interpretarse con 
categorías ajenas, puede aprovecharse para otras historias y otras 
disciplinas. Pero antes de todo esto amerita que se le analice con sus 
propias categorías y que se vaya tejiendo la propia historia de todos ellos: la 
historia del sermón novohispano”.14 
Por otro lado, David Brading, realizó una investigación similar a la de 
Francisco de la Maza, puesto que también ocupó sermones guadalupanos, 
los cuales fueron predicados durante los siglos XVII y XVIII con el objetivo 
de ilustrar cómo la imagen guadalupana contribuyó en la construcción 
ideológica del nacionalismo mexicano, el cual fue impulsado por los criollos 
 
11Véase Eguiara y Eguren, Juan José de, Bibliotheca Mexicana, edición preparada por Ernesto de la 
Torre Villar y colaboración de Ramiro Navarro de Anda, Universidad Nacional Autónoma de México, 
México, 1986. Véase también Torre Villar, Ernesto de la, Juan José de Eguiara y Eguren y la cultura 
mexicana, coordinación y presentación de Ernesto de la Torre Villar, Universidad Nacional Autónoma 
de México/Coordinación de Humanidades, México, 1993. 
12Véase Ponce, Manuel, La elocuencia sagrada en México: Discurso leído ante la Academia 
Mexicana de la Historia Correspondiente a la Real de Madrid el día 14 de octubre de 1977, 
Académica Mexicana de la Historia, México, 1977. 
13Herrejón Peredo, Carlos, Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824, 2003, p. 60. 
14Herrejón Peredo, Carlos, La Oratoria en Nueva España. Discurso de Recepción de Carlos Herrejón 
Peredo en la Academia Mexicana de la Historia Correspondiente a la Real de Madrid el día 7 de 
septiembre de 1993, Academia Mexicana de la Historia, México, 1977, p. 5. 
 
7 
y predicadores al reclamar como su patria a la Nueva España frente a los 
españoles peninsulares.15 Trece años después, Brian Connaughton analizó, 
mediante los sermones, el discurso del alto clero en Guadalajara durante las 
primeras décadas del México independiente. El objetivo de su investigación 
es estudiar desde una perspectiva local la construcción del 
conservadurismo mexicano por la Iglesia, siendo la principal corporación 
encargada del bienestar social y conocida tradicionalmente por ser la 
principal reaccionaria al liberalismo.16 
Herrejón, además de retomar a los sermones y hacer una revisión 
historiográfica, concuerda en cierta forma con sus pares, especialmente con 
Jorge Alberto Manrique por centrarse en la cuestiónsocial, pero también 
con Francisco de la Maza y José Gaos por estudiar propiamente al discurso 
homilético. La mayoría de los académicos mencionados con anterioridad, 
pertenecieron a una generación que consideró al sermón como un género 
literario sacro debido a la formación eclesiástica y teológica de algunos de 
ellos, especialmente Manuel Ponce y Carlos Herrejón. José Gaos y 
Francisco de la Maza optaron por estudiar al sermón desde la perspectiva 
de una conciencia nacional. Jorge Alberto Manrique difiere un poco con 
Ernesto de la Torre Villar, Manuel Ponce y José Gaos, porque sus 
investigaciones se enfocaron en la importancia social e histórica del sermón. 
David Brading comentó nueve sermones guadalupanos enfocándose 
únicamente en la imagen de la guadalupana como forma de construcción 
nacional, siguiendo un poco con la línea de Francisco de la Maza sobre la 
tradición guadalupanista. Brian Connaughton difiere de las posturas 
nacionalistas al estudiar, desde una perspectiva local, la construcción de 
una ideología contraria a la liberal por una corporación de suma importancia 
que era responsable de regir la cotidianeidad, la Iglesia. 
Herrejón también afirma que los predicadores debían tener una sólida 
preparación retórica para elaborar sus sermones. Uno de los pioneros en el 
 
15Brading, David A, Nueve Sermones Guadalupanos, 1661-1758, Centro de Estudios de Historia de 
México CONDUMEX, México, 2005, p. 9. 
16Connaughton, Brian, Iglesia y Sociedad en Guadalajara (1788-1853), Consejo Nacional para la 
Cultura y las Artes, México, 1992, p. 13. 
 
8 
estudio de la retórica novohispana es Arturo Ramírez Trejo, quien ha 
estudiado la oratoria novohispana tomando en cuenta sus orígenes, 
desarrollo y doctrina en los siglos XVI-XVIII.17 Ramírez Trejo consideró que 
la retórica clásica influyó fuertemente en la oratoria novohispana debido a la 
formación de los predicadores, quienes retomaron a los grandes retóricos y 
filósofos de la Antigüedad grecorromana: Platón, Aristóteles, Cicerón, 
Séneca, Quintiliano, Plutarco entre otros y de la Iglesia latina: San Agustín y 
San Juan Crisóstomo entre los principales.18 Durante el siglo XVI, se 
introdujeron a la Nueva España distintos tratados de retórica clásica, 
encontrándose entre los principales el De arte rethorica libri tres, ex 
Aristotele, Cicerone et Quintiliano… escrito por el jesuita portugués, 
Cipriano de Soárez (1524-1593), el cual fue publicado en Coimbra en 1562, 
además del tratado de fray Luis de Granada (1504-1588), titulado 
Eclesiasticae Rhetoricae, sive De ratione concionardi libri sex publicado en 
1576. Según Ramírez Trejo, la obra de Soáres fue la mayor exponente 
dentro de la retórica novohispana por resumir a 16 los 28 tópicos de la 
retórica aristotélica, aunque su objetivo principal fue la evangelización, 
puesto que en la presentación de su obra se dirige al lector cristiano.19 
Por otra parte, un sermón también puede reflejar la mentalidad de 
una época. Los estudios en España han tocado este aspecto pero 
analizando la construcción ideológica, a diferencia de Francia que, durante 
los años 30 y 40 del siglo XX, la Escuela de los Annales comenzó 
enfocándose en distintos ámbitos de la vida cotidiana, por ejemplo: la 
confesión, el matrimonio, la muerte, entre otros aspectos.20 Miguel Ángel 
Núñez Beltrán, observó en estos impresos la construcción ideológica en la 
mentalidad del siglo XVII, las cuales “corresponden con las explicaciones 
 
17Ramírez Trejo, Arturo E, “La retórica novohispana: origen, desarrollo y doctrina (siglos XVI-XVIII)” 
en Nova Tellvs, Núm. 30*1, 2012, p. 149. Consultado el 11.05.18 de: https://revistas-
filologicas.unam.mx/nouatellus/index.php/nt/article/viewFile/408/402 
18Ramírez Trejo, Arturo E, “La retórica novohispana: origen, desarrollo y doctrina (siglos XVI-XVIII)”, 
2012, p. 151. Consultado el 11.05.18 de: https://revistas-
filologicas.unam.mx/nouatellus/index.php/nt/article/viewFile/408/402 
19Ramírez Trejo, Arturo E, “La retórica novohispana: origen, desarrollo y doctrina (siglos XVI-XVIII)”, 
2012, p. 154. Consultado el 11.05.18 de: https://revistas-
filologicas.unam.mx/nouatellus/index.php/nt/article/viewFile/408/402 
20Véase Delemeau, Jean, La confesión y el perdón: las dificultades de la confesión, siglos XIII-XVIII, 
traducción de Mauro Armiño, Alianza Editorial, España, 1992. 
 
9 
totalizadoras del mundo que los predicadores transmiten, y que, como es 
obvio, mantienen una relación directa con los comportamientos colectivos 
de la época”.21 
Núñez Beltrán concuerda con Herrejón. Ambos observaron que el 
discurso era predicado a una audiencia donde la oralidad y la retención de 
la información eran importantes. También porque en algunos sermones se 
encuentran registrados acontecimientos históricos y biográficos como: la 
coronación del rey, la defunción de un miembro de la élite civil, eclesiástica 
o hasta del propio monarca, el nacimiento del príncipe heredero, las 
guerras, las pestes, la construcción de un templo, la entrada del virrey, entre 
otros datos que se relacionan con el devenir histórico.22 Además porque la 
metodología empleada por ambos consiste en acercarse directamente al 
texto de los sermones, recuperando datos esenciales, los cuales vendrían 
siendo las propias palabras del predicador a lo largo de su discurso. 23 
Utilizando esta metodología, Núñez Beltrán estudió la construcción 
ideológica de los predicadores sobre el devenir histórico de España y del 
mundo occidental y, a su vez, Herrejón Peredo estudió el nacimiento del 
discurso nacional mexicano. 
Núñez Beltrán observó que en la Historia existen dos protagonistas: 
Dios y el hombre. El ser humano desarrolla su proyecto individual y 
colectivo, posteriormente Dios dirige al hombre tras involucrarse dentro del 
proyecto terrenal. En general, Dios y hombre se encuentran íntimamente 
 
21Núñez Beltrán, Miguel Ángel, “Predicación e Historia. Los sermones como interpretación de los 
acontecimientos” en Criticón, Núm. 84-85, 2002, p. 278. Consultado el 11.05.18 de: 
https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084-085_279.pdf 
22Núñez Beltrán, Miguel Ángel, 2002, p. 278. Consultado el 11.05.18 de: 
https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084-085_279.pdf y Herrejón Peredo, Carlos, 
“la oratoria en Nueva España”, 1993, p. 60-61. Consultado el 11.05.18 de: 
http://www.colmich.edu.mx/relaciones25/files/revistas/057/CarlosHerrejonPeredo.pdf 
Véase Urrejola Dávanzo, Bernarda, “Felipe Quinto, de austriaco a Borbón, según sermones de la 
época (Nueva España, 1701-1747)” en Colonial Latin American Review, Volumen 25, 2016, pp. 465-
491. Consultado el 25.04.18 de: 
https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/10609164.2016.1281008?journalCode=ccla20 
23Núñez Beltrán, Miguel Ángel, “Predicación e Historia. Los sermones como interpretación de los 
acontecimientos” en Criticón, 2002, p. 278. Consultado el 11.05.18 de: 
https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084-085_279.pdf 
 
10 
relacionados.24 El pecado provoca la ira divina y castiga a la humanidad 
mediante distintas catástrofes: guerras, epidemias, sequías o crisis.25 En 
general, los clérigos se convirtieron en intermediarios sociales, puesto que 
compartieron con la feligresía, una visión en común del devenir histórico, en 
lo cual, comparte opinión con Herrejón. En palabras de Beltrán: 
 
El acercamiento a las predicaciones por parte del historiador 
favorece múltiples y estimulantes enfoques alusivos a mentalidades 
y cultura [...] La asunción de los acontecimientos por parte de las 
gentes del Siglo de Oro, no en sí mismos sino desde el significado 
más profundo que los predicadores conceden, se inserta en la 
aceptación de la naturalidad de lo sobrenatural. Natural y 
sobrenatural se comprenden como dos planos de una misma 
realidad, no como realidades superpuestas o paralelas. Dios, agente 
de lo sobrenatural,se mueve en el mismo plano que el hombre. Se 
confiere a la historia <<natural>> un halo de sobreanturalidad y a la 
historia de la humanidad un dirigismo no fatalista, en el que el 
intervencionismo divino se hace palmario.26 
 
En cuanto hemos visto existen diversas posturas acerca de las 
investigaciones relativas al sermón. Por ejemplo Trejo y Herrejón 
concordaron en la importancia de la retórica clásica, aunque existe un punto 
de diferencia entre ambos. Herrejón se encaminó por la historia del discurso 
mexicano, mientras que Trejo dejó en claro su propuesta de “que algún día 
pueda ser un trabajo o historia de la retórica novohispana, escrito por 
plumas más diestras”;27 además, llegó a la conclusión de que la oratoria 
 
24Núñez Beltrán, Miguel Ángel, “Predicación e Historia. Los sermones como interpretación de los 
acontecimientos” en Criticón, 2002, p. 279. Consultado el 11.05.18 de: 
https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084-085_279.pdf 
25Núñez Beltrán, Miguel Ángel, “Predicación e Historia. Los sermones como interpretación de los 
acontecimientos” en Criticón, 2002, p. 280. Consultado el 11.05.18 de: 
https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084-085_279.pdf 
26Núñez Beltrán, Miguel Ángel, “Predicación e Historia. Los sermones como interpretación de los 
acontecimientos” en Criticón, 2002, p. 290. Consultado el 11.05.18 de: 
https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084-085_279.pdf 
27Ramírez Trejo, Arturo E, “La retórica novohispana: origen, desarrollo y doctrina (siglos XVI-XVIII)” 
en Nova Tellvs, 2012, p. 151. Consultado el 11.05.18 de: https://revistas-
filologicas.unam.mx/nouatellus/index.php/nt/article/viewFile/408/402 
 
11 
virreinal se debió en gran medida a la circunstancias del contexto en que se 
elaboró. Por tales motivos, Trejo desarrolló una estructura y elementos 
definidos para el proceso de evangelización28, situación que para Herrejón 
fue más compleja debido a su formación teológica. De acuerdo a todo lo 
señalado, el presente catálogo se conforma de una base de datos que 
contempla nueve campos catalográficos específicos fundamentales en todo 
sermón impreso, a excepción de los manuscritos donde no existen los 
paratextos porque son versiones previas próximas a ser evaluadas por los 
censores: 
1. En el primer campo se registraron los autores grecorromanos, 
quienes fueron los grandes maestros, filósofos y oradores de 
aquella época que todo predicador debía estudiar para lograr 
la persuasión en su feligresía. 
2. El segundo campo contiene a los personajes históricos que 
eran los santos, padres y doctores de la Iglesia católica como 
maestros de la retórica sagrada, así también, se capturaron a 
los teólogos de la escolástica medieval y a los humanistas del 
Renacimiento europeo, siendo éstos últimos los 
contemporáneos a los autores de los sermones. 
3. En el tercero se capturaron a los personajes bíblicos, quienes 
fueron los profetas del Antiguo Testamento, los evangelistas 
del Nuevo Testamento, los doce apóstoles, entre otros 
personajes que aparecen en los distintos pasajes de las 
sagradas escrituras que eran la base de toda predicación. 
4. El cuarto registra las redes intelectuales poblanas que reflejan 
la realidad política como una reflexión colectiva. En dicho 
campo se capturaron los nombres de todas las autoridades 
competentes encargadas de evaluar al sermón, así también se 
registraron a otros actores que aparecen a lo largo del 
impreso, siendo todos ellos parte de las redes intelectuales. 
 
28Núñez Beltrán, Miguel Ángel, “Predicación e Historia. Los sermones como interpretación de los 
acontecimientos” en Criticón, 2012, p. 163. Consultado el 11.05.18 de: https://revistas-
filologicas.unam.mx/nouatellus/index.php/nt/article/viewFile/408/402 
 
12 
5. En el quinto se capturaron los cargos que ostentaron las 
distintas autoridades políticas y eclesiásticas encargadas de 
evaluar al sermón en aquella época, es decir si fueron priores 
provinciales, obispos o catedráticos de los principales colegios 
novohispanos, los virreyes, los abogados de la Real Audiencia, 
entre muchos otros cargos que conformaron a la política 
virreinal. 
6. El sexto campo registra el tipo de relación que mantuvieron los 
distintos actores con algún miembro de la política, de la iglesia 
o de la sociedad novohispana; por ejemplo, si mantuvieron 
alguna relación de amistad, de compadrazgo o familiar. 
7. El séptimo captura los datos fedatarios de las licencias: lugar y 
fecha de la autorización por parte de las autoridades 
competentes para imprimir la prédica, datos de mucha 
importancia por contener los nombres de los principales 
conventos e instituciones políticas virreinales. 
8. En el octavo y penúltimo campo, se registraron las referencias 
a las autoridades intelectuales de los predicadores, a quienes 
recurrieron los clérigos con el objetivo de argumentar su 
discurso homilético, dichas referencias señalan los nombres 
de las distintas autoridades intelectuales y se relaciona con el 
primer campo. 
9. El noveno y último campo, se capturaron las citas en 
“marginalia o en apartado crítico”. En este punto se identifican 
los títulos, los capítulos y los tomos de las obras referidas por 
los predicadores, punto que no únicamente nos permite 
conocer las lecturas de la época, sino también la procedencia 
de las ideas que nutrieron a la élite intelectual poblana. 
 
Sin embargo, ninguna de las investigaciones referidas a lo largo de 
los párrafos anteriores, ha considerado al sermón impreso como una fuente 
que permita reconstruir un sistema de relaciones que se echaban a andar 
 
13 
por distintos actores cuando un impreso se publicaba, siendo un asunto que 
este catálogo pretende evidenciar. 
 
Las redes de poder 
 
Una vez determinados estos nueve campos, es importante señalar las 
distintas posibilidades de investigación a partir del presente catálogo: la 
primera posibilidad sería la identificación de las redes de letrados poblanos, 
la segunda sería conocer las referencias de autoridades intelectuales 
hechas por los predicadores a lo largo de su discurso homilético, la tercera 
podría ser la identificación de las citas en la marginalia, donde se ubican los 
títulos, tomos o capítulos de las obras leídas por los predicadores, así 
también se puede conocer la procedencia de las ideas que nutrieron a las 
redes intelectuales poblanas en tiempos de cambio. 
La historiografía relativa a las ideas, ha planteado cómo éstas se 
mueven y llegan a nutrir a diversos grupos de poder que persiguen diversos 
objetivos, específicamente cuando se presentaba una coyuntura en donde 
se pueden identificar a los miembros que conformaban las redes de poder. 
Investigaciones recientes, principalmente las de Iván Escamilla, afirman que 
a mitad del siglo XVIII, existieron consolidadas y extensas redes de 
transmisión intelectual conformadas, no únicamente por individuos aislados, 
sino ligados a libreros, impresores, a los poderes políticos y eclesiásticos, 
mecenas y lectores. Las redes intelectuales poblanas, fueron una réplica 
similar de las comunidades de letrados europeos en la misma centuria, 
quienes sustentaron sus ideas provenientes de obras escritas por 
intelectuales, tanto del Viejo como del Nuevo Mundo, además los grupos de 
letrados manifestaron sus ideas en un momento de cambio dinástico.29 
Retomando el tema del sermón, Perla Chinchilla afirma que la 
predicación es todavía más compleja de lo que parece. El sermón se 
 
29Escamilla González, Iván, “La Iglesia y los Orígenes de la Ilustración Novohispana” en La Iglesia en 
Nueva España. Problemas y Perspectivas de Investigación, María del Pilar Martínez López-Cano 
(Coordinadora), Universidad Nacional Autónoma de México/Instituto de Investigaciones Históricas, 
2010, p. 117. Consultado el 11.05.18 de: 
http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/iglesiane/iglesia005.pdf14 
predicó a lo largo de toda la cristiandad y el Concilio de Trento fomentó su 
difusión para combatir la expansión del protestantismo como nueva herejía. 
Sin embargo, “la oratoria sagrada fue cultivada por una élite de 
predicadores, por lo general en las grandes ciudades en las que se 
desarrollaba la vida intelectual y cortesana de entonces”.30 Chinchilla difiere 
con Carlos Herrejón y Arturo Ramírez Trejo porque el asunto de la 
predicación, no era únicamente la preparación retórica de los predicadores, 
sino también que lograran la persuasión en la feligresía y la referencia de 
autoridades intelectuales que hacían para elaborar tan magnas prédicas. Su 
propuesta se centra en que la oratoria sacra se transformó de catequética a 
estética durante el siglo XVII, de cultura oral a impresa, y por ello fue 
desarrollada por un grupo selecto de intelectuales, para llegar a tal 
conclusión, Chinchilla fue de los pocos especialistas en estudiar los 
paratextos de los impresos.31 
Dentro de sus investigaciones, Escamilla también ha aportado 
nuevas perspectivas sobre el proceso de la Ilustración, gestado por esa élite 
intelectual de las grandes ciudades del virreinato novohispano, afirma que 
 
ahora se sabe que un sector de las letras y de la incipiente opinión 
pública española participó, incluso desde los últimos años del 
“tenebroso” reinado de Carlos II, en muchas de las discusiones y 
debates que guiaron el curso de la cultura europea hasta la víspera 
del ciclo revolucionario iniciado en 1789 [...] En las historias de la 
cultura mexicana, el siglo conocido como de las Luces se divide en 
una primera parte que parece iniciar promisoriamente con los 
últimos destellos de Carlos de Sigüenza y Góngora y Sor Juana Inés 
de la Cruz, para luego sumergirse en la penumbra. A partir de 1750, 
volvemos a deslumbrarnos con los célebres jesuitas “renovadores” 
(Abad, Clavijero, Alegre), para continuar con la pléyade de grandes 
 
30Chinchilla Pawling, Perla, “Sobre la Retórica Sacra en la Era Barroca” en Estudios de Historia 
Novohispana, Núm. 29, julio-diciembre 2003, p. 97. Consultado el 11.05.18 de: 
http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/novohispana/pdf/novo29/0405.pdf 
31Chinchilla Pawling, Perla, “Sobre la Retórica Sacra en la Era Barroca” en Estudios de Historia 
Novohispana, 2003, p. 97. Consultado el 11.05.18 de: 
http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/novohispana/pdf/novo29/0405.pdf 
 
15 
nombres criollos del último tercio del siglo, como Antonio de León y 
Gama, José Ignacio Bartoloache y José Antonio Álzate, y 
peninsulares, como Fausto de Elhúyar en el Seminario de Minería y 
Manuel Tolsá en la Academia de San Carlos. Todo concluye en una 
suerte de gran final ilustrado, que prepara la Independencia con el 
paso de Hidalgo por el Colegio de San Nicolás de Valladolid y de 
Humboldt por las cordilleras mexicanas.32 
 
 Escamilla cuestiona la cronología tradicional sobre la llegada de las 
Luces a Nueva España propuesta por Jean Sarrailh,33 la cual se centró 
principalmente en los reinados de Carlos III y Carlos IV, principales 
monarcas que impulsaron las Reformas Ilustradas. Al contrario de la postura 
de Sarrailh, Escamilla afirma que la élite intelectual existía desde antes del 
siglo XVIII, situándola desde 1630 hasta 1750, incluso retrocede hasta el 
siglo XVI donde ubicó a los primeros letrados novohispanos, desde 1590 a 
1600. Acorde a las nuevas investigaciones que se han venido realizando 
sobre la Ilustración Americana, los especialistas concluyen que no 
únicamente fue receptora del conocimiento europeo, pues también 
contribuyó ésta, a la construcción del pensamiento occidental, sólo que se 
había ignorado hasta el momento.34 Para el caso novohispano no fue la 
burguesía la encargada de llevar a cabo el movimiento cultural, filosófico y 
artístico a diferencia de Francia, Inglaterra o Prusia. Al contrario, fue la 
Iglesia quien fomentó la cultura impresa, que a pesar de contar con 
particularidades, los especialistas aún continúan debatiendo si realmente 
tuvo un carácter ilustrado.35 
 
32Escamilla González, Iván, “La Iglesia y los Orígenes de la Ilustración Novohispana” en La Iglesia en 
Nueva España. Problemas y Perspectivas de Investigación, 2010, p. 107. Consultado el 11.05.18 de: 
http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/iglesiane/iglesia005.pdf 
33Sarrailh, Jean, La España Ilustrada de la segunda mitad del siglo XVIII, Traducción de Antonio 
Alatorre, Fondo de Cultura Económica, México, 1957. 
34Escamilla González, Iván, “La Iglesia y los Orígenes de la Ilustración Novohispana” en La Iglesia en 
Nueva España. Problemas y perspectivas de investigación, 2010, p. 107. Consultado el 10.09.18 de 
http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/iglesiane/iglesia005.pdf 
35Escamilla González, Iván, “La Iglesia y los Orígenes de la Ilustración Novohispana” en La Iglesia en 
Nueva España. Problemas y perspectivas de investigación, 2010, p. 110. Consultado el 11.05.18 de: 
http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/iglesiane/iglesia005.pdf 
 
16 
La teoría de las redes sociales se emplea en la historiografía para 
explicar diversos temas. Entre los principales figuran: la capacidad de 
agencia entre los distintos grupos y actores adscritos, directa o 
indirectamente, a la esfera política,36 además de la constante negociación 
del poder.37 Por otra parte, también explica la construcción de redes de 
parentesco y de alianzas entre los distintos grupos de poder. Por ejemplo, 
los caciques indios, los caciques españoles o familias de prestigio social 
durante la época moderna y contemporánea en Occidente, actores que 
buscaron preservar o adquirir intereses y/o privilegios que les pudiese 
beneficiar.38 Finalmente, la teoría de redes sirve para explicar la capacidad 
e iniciativa política de un grupo respecto a otro. Por ejemplo, los indios 
frente a los peninsulares u otros pueblos indios, y la identidad que forjan 
entre ellos para enfrentar un determinado conflicto, ya sean de propiedad, 
de jurisdicción, de tributo, entre otros.39 
Pero si de reconstruir redes de poder se trata, hay que mirar las 
investigaciones que emplean la metodología de la escuela inglesa, 
retomada de la sociología, teniendo como principales exponentes dentro de 
la línea, a Michael Forsé y Alain Degenne. Los autores galos afirman que 
generalmente se han estudiado las estructuras sociales como conceptos 
dentro de la sociología; no obstante, recientes investigaciones abordan la 
otra parte referente a las redes y así se obtiene un estudio profundo de las 
 
36Ema López, José Enrique, “Del sujeto a la agencia (a través de lo político)” en Athenea digital, Núm. 
5, primavera 2004, pp. 1-24. Consultado el 25.05.18 de: 
https://www.ssoar.info/ssoar/bitstream/handle/document/6492/ssoar-athenea-2004-5-ema_lopez-
del_sujeto_a_la_agencia.pdf?sequence=1 
37Sánchez, Evelyne, “Estudio Introductorio” en Actores de la nación en América Latina. Estudios 
estratégicos, Evelyne Sánchez (Coordinadora), Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 
México, 2011, p. 12. 
38
Vezub, Julio Esteban; Mazzalay, Víctor Hugo, “Análisis de redes de parentesco y alianzas entre 
caciques mapuches y tehuelches en la Patagonia septentrional (Siglo XIX)” en Redes. Revista 
Hispana para el Análisis de Redes Sociales, vol. 27, Núm. 1, 2016, pp. 81-99. Consultado el 25.05.18 
de: http://www.redalyc.org/pdf/931/93144430006.pdf 
39
Vega Bendezú, Mauro, “Agencias indígenas: identidad y conflicto rural en los Andes (comunidades 
indígenas en la región de Huamanga en el siglo XVIII)” en Revista Historia y Espacio, Nº 18, 2002, 
pp. 70-98. Consultado el 25.08.18 de: 
http://bibliotecadigital.univalle.edu.co/bitstream/10893/7393/1/3.%20Agencias%20indigenas%20-
%20Vega%20Mauro.pdf 
 
17 
estructuras sociales.40 En primera instancia, Degenne y Forsé analizaronla 
diferencia entre categorías y relaciones: las categorías, -afirman ellos-, las 
construyen muchos investigadores tomando en cuentas aspectos 
individuales: edad, sexo, estatus socioeconómico, entre otros;41 en cambio 
las estructuras son vistas como un compartimento de atributos individuales 
que comparten con otros individuos dentro de una estructura cerrada.42 
 Por otra parte, un análisis estructural es distinto porque se opone a 
las categorías y estructuras. Degenne y Forsé subrayan que “las normas 
surgen de una posición estructural de individuos o grupos, porque esta 
posición es suficiente para determinar las oportunidades y contrastes que 
influyen en la asignación de recursos y explican los comportamientos 
regulares observados”.43 A la par, también se encuentra el análisis de la red. 
Este se centra en que no existe forma alguna en cómo los grupos y 
posiciones sociales ocurren, por ejemplo, cómo las combinaciones de las 
relaciones se encuentran formadas;44 por lo tanto, el análisis de red, se 
enfoca en una relación global, en un intento de identificar patrones de 
comportamiento y los grupos o estratos sociales que se relacionan con 
dichos patrones.45 
Las investigaciones referidas en los dos párrafos anteriores, surgen 
en la década de 1990, momento en que el mundo bipolar ha caído, dando 
paso a la “globalización” proceso que vivimos actualmente. La historiografía, 
también ha tenido que amoldarse ante este movimiento político y 
económico, porque brinda una explicación amplia y profunda sobre un 
acontecimiento que se vincula mediante ejes al contexto hegemónico. Esto 
no quiere decir que sea una “Historia Universal o Mundial”, sino una Historia 
que supera los nacionalismos y rompe con las fronteras para ligarlo a un 
todo, ahora ya no se habla de diferentes historias, sino de ese conjunto que 
 
40Degenne, Alain y Forsé, Michael, Introducing Social Networks, Sage Publications, Gran Bretaña, 
1999, p. 1. 
41Degenne, Alain y Forsé Michael, Introducing Social Networks, 1999, p. 2. 
42Degenne, Alain y Forsé, Michael, Introducing Social Networks, 1999, p. 2. 
43Degenne, Alain y Forsé Michael, Introducing Social Networks, 1999, p. 2. Traducción mía. 
44Degenne, Alain y Forsé, Michael, Introducing Social Networks, 1999, p. 2. 
45Degenne, Alain y Forsé, Michael, Introducing Social Networks, 1999, p. 2. 
 
18 
se convierte en una misma Historia.46 La globalización implicó una 
transformación no únicamente de los modelos económicos y políticos, sino 
en la forma de entender las relaciones sociales y, a su vez, la historiografía 
sufrió un cambio en la manera de investigar al hombre. Si durante la mayor 
parte del siglo XX los investigadores estudiaron al “hombre en conjunto”, la 
nueva historiografía del siglo XXI demanda que también se investigue al 
hombre en colectivo pero sin descuidar la subjetividad, a los individuos y a 
la narrativa.47 
 A todo lo señalado anteriormente, me pregunto ¿cómo funcionaban 
las redes de poder dentro de la élite intelectual poblana y en qué momentos 
se empleaban? Mi inquietud planteada surge a partir de las afirmaciones de 
Alain Degenne y Michael Forsé, quienes sostienen que un individuo 
comparte sus mismas atribuciones con un grupo. Este caso, considero que 
puede aplicarse a la élite intelectual de Puebla durante la segunda mitad del 
siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII. 
 
Puebla de los Ángeles entre 1650 y 1750. Temporalidad y espacio de 
estudio 
 
La temporalidad tampoco ha sido bien estudiada. El siglo en que la Nueva 
España consiguió por única ocasión su autonomía, es considerado 
peyorativamente como un “siglo olvidado o de crisis”, al ser una etapa 
intermedia localizada entre la Conquista del siglo XVI y las Reformas 
Ilustradas del siglo XVIII.48 Sin embargo, es un periodo donde las artes 
plásticas y la cultura impresa alcanzaron su mayor esplendor. El sermón se 
convirtió en un arma disuasiva, y “consagró su celebridad y creció en 
belleza y elaboración. Era clave de exhortación moral pero también de buen 
uso de la lengua. Una predicación rica en conceptos buscó estimular la 
 
46Fazio, Hugo, “La Historia Global: ¿Encrucijada de la Contemporaneidad?” En Revista de Estudios 
Sociales, Nº. 23, abril de 2006, p. 59. Consultado el 11.05.18 de: 
https://revistas.uniandes.edu.co/doi/pdf/10.7440/res23.2006.05 
47Regalado de Hurtado, Liliana, “La historiografía en la “era de la globalización”: una contextualización 
necesaria” en Histórica, Núm. XXVI.1-2, 2002, p. 670. Consultado el 10.09.18 de: 
http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/historica/article/viewFile/10470/10937 
48Mazín, Oscar y Hausberger, Bernd, “Nueva España: los años de autonomía” en Nueva Historia 
General de México, El Colegio de México, México, 2011, p. 263. 
 
19 
sensibilidad e imaginación de los oyentes, tanto de la gente sencilla como 
de letrados”.49 
Las investigaciones relativas al florecimiento de la cultura y las artes 
en Puebla de los Ángeles, han sido varias. Una de tantas es la de Leonardo 
Lomelí Vanegas, quien afirma que Puebla, al ser la segunda ciudad más 
importante del virreinato de la Nueva España, se encontró en su época de 
esplendor porque fue una ciudad con una actividad económica fuerte, 
debido a su ubicación geográfica estratégica al emplazarse en las 
inmediaciones del camino México-Veracruz, lo que facilitó la circulación del 
comercio entre la capital del virreinato, Puebla y el puerto de Veracruz, 
propiciando el desarrollo de las artes y de la cultura durante los siglos XVII y 
XVIII.50 
A la par, se encuentran las investigaciones de Miguel Ángel Cuenya 
Mateos y Carlos Contreras Cruz relativas a las letras y a la cultura impresa 
en Puebla durante los siglos XVII y XVIII. En ellas, ambos investigadores 
afirman que, para dicha época, “las letras poblanas adquirieron una gran 
significación en el mundo novohispano y su esplendor fue definitivo”.51En 
aquellas dos centurias, sobresalieron en Puebla diversos hombres de letras 
que elaboraron magnas obras en el arte de la homilética, hagiografía, 
Historia, geografía, entre otras ciencias. Entre los principales letrados se 
encontraron, el jesuita Alonso Ramos, autor de la hagiografía de Catarina 
de San Juan (mejor conocida como la china poblana) que fue publicada en 
tres tomos entre 1689 y 1692.52 Otro letrado fue el fraile dominico y rector 
del Colegio de San Luis de Puebla, Juan de Villa Sánchez (1683-1760), que 
redactó un informe para el ayuntamiento de dicha ciudad titulado, Puebla 
 
49Mazín, Oscar y Hausberger, Bernd, “Nueva España: los años de autonomía” en Nueva Historia 
General de México, 2011, p. 297. 
50Lomelí Venegas, Leonardo, Historia breve de Puebla, FCE/El Colegio de México/Fidecomiso 
Historia de las Américas, México, 2001, pp. 77-93. 
51Cuenya Mateos, Miguel Ángel y Contreras Cruz, Carlos, Puebla de los Ángeles, historia de una 
ciudad novohispana. Aspectos sociales, económicos y demográficos, Benemérita Universidad 
Autónoma de Puebla-Gobierno del Estado de Puebla, 2007, p. 239. 
52Véase la transcripción realizada por Gisela von Wobeser y de los integrantes del seminario “Historia 
de las Creencias y Prácticas Religiosas, Siglos XVI-XVIII”, de la obra de Ramos, Alonso, Los 
prodigios de la omnipotencia en la vida de la venerable sierva de Dios Catarina de San Juan, Gisela 
von Wobeser (coordinadora de la edición y estudio introductorio), tomos 1-3, Universidad Nacional 
Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Históricas, 2017. 
 
20 
Sagrada y Profana, que fue impreso en 1746. En dicho informe, Villa 
Sánchez, además de narrar la fundación de la ciudad, describe los recursos 
agrícolas y comerciales con los que cuenta Puebla y sus alrededores, 
convirtiéndola en una de las regiones más prósperas y ricas de la Nueva 
España. Otro ilustre poblano fue el abogado de la Real Audiencia de 
México, Mariano Fernández de Eheverría y Veytia (1718-1780),que escribió 
la Historia de la Fundación de la Ciudad de la Puebla de los Ángeles . 
Echeverría narra los orígenes de la ciudad en el siglo XVI hasta el siglo 
XVIII, convirtiéndose en la primera historia formalmente escrita sobre la 
fundación de la Angelópolis. Debido al fallecimiento de su autor en 1780, la 
primera edición de la obra se imprimió hasta 1830. Por último, sobresalió el 
escribano e historiador, Diego Antonio Bermúdez de Castro (1695-1744), 
que elaboró el Catálogo de los Escritores Angelopolitanos, donde registró a 
los principales letrados poblanos de fines del siglo XVII y principios del 
XVIII, del cual se desconoce su fecha de publicación por encontrarse 
perdido en la actualidad.53 
Cuenya Mateos y Contreras Cruz llegaron a la conclusión de que el 
siglo XVIII “fue un momento de diversos contrastes para la ciudad de 
Puebla”.54 Esto se debió a que, durante el siglo XVI y buena parte del XVII, 
prosiguió un camino largo y lleno de dificultades económicas y 
demográficas, situaciones que llevaron a la ciudad a la decadencia urbana, 
a la pobreza y a la insalubridad de sus habitantes, afectando principalmente 
a los estratos sociales más desprotegidos. Por consiguiente, las luces de la 
Ilustración dieciochesca, generaron ideas y propuestas para el 
fortalecimiento del poder monárquico a través de la razón, la moral y el 
pragmatismo urbano que estuvieron encaminados a la formación del buen 
ciudadano y en la obtención del bienestar común.55 
 
53Cuenya Mateos, Miguel Ángel y Contreras Cruz, Carlos, Puebla de los Ángeles, historia de una 
ciudad novohispana. Aspectos sociales, económicos y demográficos, 2007, pp. 240-242. 
54Cuenya Mateos, Miguel Ángel y Contreras Cruz, Carlos, Puebla de los Ángeles, historia de una 
ciudad novohispana. Aspectos sociales, económicos y demográficos, 2007, p. 246. 
55Cuenya Mateos, Miguel Ángel y Contreras Cruz, Carlos, Puebla de los Ángeles, historia de una 
ciudad novohispana. Aspectos sociales, económicos y demográficos, 2007, pp. 246. 
 
21 
Por otro lado, ambos investigadores también concluyen que la 
prolongada tradición de las letras y de la cultura impresa en Puebla, 
continuó floreciendo entre los sectores dominantes, que fueron los 
encargados de brindarle a la ciudad, su carácter de metrópoli regional de la 
cultura.56 La postura de Cuenya y Contreras Cruz, no conjuga con las 
nuevas investigaciones porque sostienen que la cultura impresa fue 
generada por miembros de la élite social poblana, en cambio, Escamilla 
demuestra lo contrario, es decir, las letras y la cultura impresa fueron 
elaboradas por redes de transmisión intelectual donde estaban involucrados 
distintos actores, no exclusivamente en el siglo XVIII sino incluso antes. 
Sin embargo, debo puntualizar que, aunque existen investigaciones 
sobre individuos políticos poblanos, éstas no se han adentrado de forma 
completa al estudio de los actores intelectuales que también eran políticos. 
Además, éstas tampoco han analizado cómo funcionaban las redes de 
poder de la élite intelectual angelopolitana, a pesar de la abundante 
producción bibliográfica y sermonaria con la que cuenta la ciudad de los 
Ángeles. Por tal motivo, considero que este aspecto no ha sido 
debidamente estudiado y que los derroteros de análisis de redes dan para 
una mayor profundización. 
 
Justificación 
 
En resumen, la historiografía sobre las redes de poder dentro de la élite 
intelectual poblana, durante 1650-1750, no ha sido suficientemente 
abordada. Han sido muy pocos los investigadores en intentar aproximarse. 
En general, las investigaciones analizan al sermón como un medio para 
comunicar la construcción ideológica del Siglo de Oro,57 la historia del 
discurso mexicano,58 un género literario que tiene como base principal la 
 
56Cuenya Mateos, Miguel Ángel y Contreras Cruz, Carlos, Puebla de los Ángeles, historia de una 
ciudad novohispana. Aspectos sociales, económicos y demográficos, 2007, pp. 246-247. 
57Núñez Beltrán, Miguel Ángel, “Predicación e Historia. Los sermones como interpretación de los 
acontecimientos” en Criticón, 2002, p. 278. Consultado el 11.05.18 de: 
https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084-085_279.pdf 
58Herrejón Peredo, Carlos, Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824, 2003, p. 9. 
 
22 
retórica clásica,59 la figura de los predicadores vista como mediador social,60 
las citas como función estética, de referencia a sus autoridades intelectuales 
y como sistema de relaciones61, entre otras propuestas. No obstante, de lo 
planteado por los especialistas, surge la siguiente pregunta: ¿cómo 
funcionaban las redes de poder dentro de la élite intelectual poblana y en 
qué momento entraban en acción? Para responder a esta pregunta, a 
continuación, realizo un análisis de las fuentes primaria 
 
Análisis de las licencias y aprobaciones del sermón impreso 
 
Como señalé en la introducción, los paratextos son singularidades del 
sermón que no han merecido mucha atención por parte de la 
historiografía.62 En primer lugar, dentro de la portada, observé al autor de la 
prédica junto con sus cargos, fecha, lugar y tema de predicación. En 
ocasiones se suele incluir una dedicatoria -por lo general- a un miembro de 
la élite eclesiástica, política, de quien conocemos sus cargos y relación con 
algún actor registrado en el sermón. En algunos casos, la dedicatoria puede 
ser a una devoción o congregación religiosa porque representan a ciertos 
grupos de poder y puede unificar sus lazos e intereses.63 
Antes de que un sermón se imprimiera, éste debía pasar a una 
rigurosa evaluación que era realizada por autoridades competentes en el 
arte de la oratoria sacra y de la exégesis, con el objetivo de certificar “que el 
texto no tuviese afirmaciones contrarias a la fe católica y buenas 
 
59Ramírez Trejo, Arturo E, “La retórica novohispana: origen, desarrollo y doctrina (siglos XVI_XVIII)” 
en Nova Tellvs, 2012, p. 151. Consultado el 11.05.18 de: https://revistas-
filologicas.unam.mx/nouatellus/index.php/nt/article/viewFile/408/402 
60Castaño Navarro, Ana. “Sermón y literatura. La imagen del predicador en algunos sermones de la 
Nueva España” en Acta Poética, Núm. 29 (2), otoño 2008, pp. 193-206. Consultado el 11.05.18 de: 
https://revistas-filologicas.unam.mx/acta-poetica/index.php/ap/article/view/264 
61Herrero Salgado, Félix, “Las citas en los sermones del Siglo de Oro” en Criticón, Núm. 84-85, 2002, 
pp. 64-73. Consultado el 11.05.18 de: https://cvc.cervantes.es/Literatura/criticon/PDF/084-085/084-
085_065.pdf 
62Urrejola Dávanzo, Bernarda, ““Este Sermón es moneda de todo Valor.” La circulación de un saber 
de buena ley en la oratoria sagrada novohispana de principios del siglo XVIII”, 2011, pp. 61 -77. 
Consultado el 13.09.18 de: https://scielo.conicyt.cl/pdf/actalit/n43/art05.pdf 
63Herrejón Peredo, Carlos Del sermón al discurso cívico. México, 1760-1824, 2003, p. 267. 
 
23 
costumbres”.64 Como autorizaciones previas, en primer lugar se encuentran 
las “opiniones o pareceres”, éstas eran emitidas por catedráticos de los 
principales colegios novohispanos, de la Real y Pontificia Universidad de 
México, o de un integrante de un cabildo catedralicio, entre muchos otras 
autoridades registradas en el impreso.65 En segundo lugar y, una vez 
obtenidas las opiniones y pareces previos, se procedía a conseguir las 
autorizaciones oficiales que eran llamadas “licencias”, las cuales se dividían 
en dos: “del ordinario y del superior gobierno”. En las licencias debían 
aparecer las firmas del “rey –o su representante, el virrey – y la del obispo –
o su representante –, el provisor –, a las que debía sumarse la licencia del 
superior de la orden si se trataba de un predicador miembro del clero 
regular”.66 
Continuando con los paratextos, existen actores que son más 
concurrentes al momento de autorizar a los predicadores dar a la estampa 
los sermones. Es el casodel dominico Juan de Villa Sánchez, que concedió 
su aprobación al mercedario, Juan de Salazar, que fue número de la 
provincia de la visitación de Nueva España, regente de estudios en el 
convento de Carmelitas Descalzas de Puebla y calificador del Santo Oficio, 
cuando predicó un panegírico de Santa Teresa de Jesús el 16 de octubre de 
1737 en el convento de Carmelitas Descalzas de dicha ciudad.67 El 
panegírico está dedicado a Luis Antonio Armida de Noba, que fue vicario 
general de las provincias de México, Guatemala y en la isla de la Española 
(actual Santo Domingo), todas ellas pertenecientes a la Orden de la Merced, 
además existió un vínculo de amistad entre Salazar y Armida de Noba al 
momento de estar al frente de las provincias mercedarias. 
 
64Urrejola Dávanzo, Bernarda, ““Este Sermón es moneda de todo Valor.” La circulación de un saber 
de buena ley en la oratoria sagrada novohispana de principios del siglo XVIII”, 2011, p. 70. 
Consultado el 13.09.18 de: https://scielo.conicyt.cl/pdf/actalit/n43/art05.pdf 
65Urrejola Dávanzo, Bernarda, ““Este Sermón es moneda de todo Valor.” La circulación de un saber 
de buena ley en la oratoria sagrada novohispana de principios del siglo XVIII””, 2011, p. 70. el 
13.09.18 de: https://scielo.conicyt.cl/pdf/actalit/n43/art05.pdf 
66Urrejola Dávanzo, Bernarda, ““Este Sermón es moneda de todo Valor.” La circulación de un saber 
de buena ley en la oratoria sagrada novohispana de principios del siglo XVIII”, 2011, p. 70. el 
13.09.18 de: https://scielo.conicyt.cl/pdf/actalit/n43/art05.pdf 
67Salazar, Juan de, Vida de el amor de Christo estampada en el corazón de Theresa…, Puebla portal 
de la viuda de Ortega y Bonilla, 1737, licencia de fray Juan de Villa Sánchez. Localizado en Biblioteca 
Palafoxiana (en adelante BP), Fondo Homilética, Siglo XVIII. 
 
24 
El 27 de septiembre de 1744, Villa Sánchez vuelve a brindar su 
autorización al también mercedario, Nicolás de Jesús María, autor de un 
sermón cuyo tema principal, es la profesión del novicio a la Orden 
Carmelita, fray Antonio de los Dolores. En dicho sermón, Nicolás de Jesús 
María, también aborda el tema del linaje y el escudo de armas de la Casa 
de Toledo, una familia de hidalgos que habitó en Puebla durante el mismo 
año.68 En la predicación de Jesús María, se observa cómo se construye un 
vínculo entre Villa Sánchez y dicha familia, de la que emanaron tres 
miembros, los hermanos Francisco Javier, Miguel y José de Toledo que 
ingresaron a la Orden Carmelita. Dentro de la aprobación que Villa Sánchez 
concede a Jesús María, afirma que el fraile estuvo presente en las 
“Repúblicas literarias” más importantes de la Nueva España, tales como 
Guadalajara, Puebla, Ciudad de México, Oaxaca y Orizaba.69 Por 
consiguiente, llego a la conclusión de que Jesús María mantuvo contacto 
con otros miembros de la misma élite intelectual novohispana durante la 
primera mitad del siglo XVIII. 
En 1738, el mismo Juan de Villa Sánchez, que en los dos primeros 
casos fungió como censor, en este momento fue autor de una compilación 
de quince sermones dedicados a Juan Antonio Vizarrón y Eguiarrieta, 
arzobispo de México y virrey de la Nueva España. En la compilación 
aparece como censor un personaje importante en la historia de las letras 
novohispanas. Se trata de Juan José de Eguiara y Eguren, autor de la 
Bibliotheca Mexicana, catedrático de teología en la Real y Pontificia 
Universidad y hermano del rector de dicha institución, Manuel Joaquín de 
Eguiara, que concedió a Villa Sánchez su aprobación para imprimir su 
prédica.70 En este caso, Villa Sánchez aparece registrado como rector del 
 
68Jesús María, Nicolás de, El escudo de armas del claro linaje de la Antigua Casa de los Toledos…, 
Puebla por la viuda de Miguel de Ortega, 1744, licencia de fray Juan de Villa Sánchez. BP, Fondo 
Homilética, Siglo XVIII. 
69Jesús María, Nicolás de, El escudo de armas del claro linaje de la Antigua Casa de los Toledos…, 
1744, licencia de fray Juan de Villa Sánchez. BP, Fondo Homilética, Siglo XVIII. 
70Villa Sánchez, Juan de, Sermones varios del M.R.P. M. F. Juan de Villa Sánchez…, México en la 
imprenta Real del Superior Gobierno y del Nuevo Rezado de Doña María de Rivera en el 
Empedradillo, 1738, licencia de Juan José de Eguiara y Eguren y licencia del Superior Gobierno. 
Localizado en Biblioteca Histórica “José María Lafragua” (en adelante BHJML), Fondo Antiguo, 
Sermones Mexicanos, Siglo XVIII. 
 
25 
Colegio de San Luis de Puebla, cargo que le dotó de mucho prestigio 
académico, no únicamente en Puebla, también en la Ciudad de México 
puesto que mantuvo una estrecha amistad con el arzobispo Eguiarrieta. El 
hecho de que Eguiarrieta otorgara al fraile dominico la autorización oficial en 
calidad de Virrey, puedo o no como resultado que sus sermones se 
imprimieran con María de Rivera, quien trabajó para el gobierno virreinal en 
ese momento; aunque los predicadores generalmente buscaban una 
imprenta para imprimir sus sermones, en ocasiones excepcionales acudían 
con algún impresor en específico porque mantuvieron vínculo con ellos o 
porque las máximas autoridades eclesiásticas y políticas así lo solicitaban 
en sus licencias.71 
En 1733 el fraile mercedario Miguel de Torres Pezellín, predicó un 
panegírico sobre la Inmaculada Concepción en la Catedral de Puebla a 
expensas de Ignacio Asenjo y Crespo, canónigo decano de la Catedral de la 
Angelópolis y devoto de la Inmaculada. Entre los censores se encontró 
Francisco Rodríguez Navarijo, que fue doctor en derecho, catedrático 
jubilado de vísperas de leyes en la Real y Pontificia Universidad de México y 
canónigo doctoral en la Catedral Metropolitana de la misma ciudad. Navarijo 
concedió su autorización en calidad de ordinario a Pezellín para publicar el 
panegírico, después de haber leído la aprobación que un principio le asignó, 
el jesuita Nicolás de Segura, al autor de la prédica.72 En las mismas 
licencias aparece un admirador de fray Miguel de Torres, se trata de José 
Nogales Dávila, maestro en teología y provincial de la provincia de la 
visitación de Nueva España perteneciente a los mercedarios.73 Fray José 
fue familiar del obispo, Pedro Nogales Dávila, que en 1744 aparece referido 
 
71Ese fue el caso de las exequias fúnebres del arcediano de la Catedral de Oaxaca, Pedro de Otaloria 
Carvajal, las cuales fueron predicadas por Antonio de Saldaña y Ortega e impresas por Diego 
Fernández de León, a solicitud del también arcediano de la Catedral angelopolitana, Jerónimo de 
Luna. Véase a Saldaña y Ortega, Antonio de, Oración fúnebre en las exequias de el señor Doctor D. 
Pedro de Otaloria Carvajal…, en la Puebla por Diego Fernández de León, 1691, licencia del ordinario. 
Localizado en Biblioteca Franciscana (en adelante BF), Sermones Mexicanos, Siglo XVII. 
72Torres, Miguel de, Sermón de los gozos de la Purísima Virgen María y Madre de Dios Inmaculada 
María Santísima…, México en la Imprenta del Superior Gobierno de Doña María de Rivera en el 
Empedradillo, 1733, licencia del ordinario. Localizado en BP, Fondo Homilética, Siglo XVIII. 
73Torres, Miguel de, Sermón de los gozos de la Purísima Virgen María y Madre de Dios Inmaculada 
María Santísima…, México en la Imprenta del Superior Gobierno de Doña María de Rivera en el 
Empedradillo, 1733, licencia de fray José Nogales Dávila. BP, Fondo Homilética, Siglo XVIII. 
 
26 
por su también familiar, Lorenzo Fernández de Arévalo, prebendado de la 
Catedral angelopolitana, en un panegírico y moral sobre la visita de 
misericordia que realizó el nuevo obispo Domingo Pantaleón Álvarez de 
Abreu.74 
Seis años atrás, el 15 de diciembre de 1727, Joaquín Antonio de 
Villalobos, profeso jesuita y prefecto de las congregaciones de Nuestra 
Señora y del Señor de la Buena Muerte en el Colegio del Espíritu Santo de 
Puebla, predicó un sermón a la profesión de las novicias, sor María 
Gregoria de San Javier y sor María Ana de San Ignacio,con motivo de su 
ingreso al Convento de la Santísima Trinidad de la ciudad de los Ángeles. 
Las novicias fueron nietas de Francisco Javier de Vasconcelos, marqués de 
Montserrate y canónigo de la Catedral de Puebla que les concedió la dote 
para ingresar a dicho convento. Villalobos obtuvo la licencia del superior 
gobierno de manos del virrey, marqués de Casafuerte y de Francisco 
Rodríguez de Navarijo como ordinario. Villalobos dedicó su sermón a la 
Compañía de Jesús por tratarse de una cuestión institucional, puesto que el 
convento de la Santísima Trinidad y el predicador provenían de la misma 
congregación, situación que pudo unificar los intereses de este grupo.75 
El mismo Villalobos predicó unas exequias fúnebres en memoria de 
Antonio de Jáuregui Bárcena el 15 de marzo del mismo año. Jáuregui fue 
maestre escuela de la Catedral de la ciudad de los Ángeles, sus exequias 
fueron celebradas en el Colegio del Espíritu Santo y fueron dadas a la 
estampa gracias a su hermana, Agustina de Jáuregui Bárcena. Como 
censores oficiales aparecen, Andrés Nieto, provincial de la Compañía de 
Jesús en Nueva España y del Marqués de Casafuerte que otorgaron sus 
licencias de ordinario y de superior gobierno.76 El sermón fúnebre del doctor 
 
74Fernández de Arévalo, Lorenzo, Visita de misericordia. Sermón Panegírico y moral que con término 
de cuatro días…, México en la imprenta de la viuda de Don José Bernardo de Hogal, 1745. BHJML, 
Fondo Antiguo, Impresos Mexicanos, Siglo XVIII. 
75Villalobos, Joaquín Antonio de, Sermón que el día 15 de diciembre, de el año de 1727 de la Octava 
de la Concepción Purísima Nuestra Señora…, México por José Bernardo de Hogal en la calle de 
Nueva Montilla, 1728, licencia del superior gobierno y licencia del ordinario. BP, Fondo Homilética, 
Siglo XVIII. 
76Villalobos, Joaquín Antonio de, Sermón que en las funerales exequias, que se celebraron el día 
quinze de marzo de este año…, Puebla en la imprenta de la viuda de Miguel de Ortega y Bonilla, 
1727, licencia de la orden. BP, Fondo Homilética, Siglo XVIII. 
 
27 
Jáuregui, pudo o no haber forjado un vínculo entre la Compañía de Jesús y 
el cabildo de la catedral poblana porque las redes corporativas e 
institucionales nunca han sido homogéneas, sino heterogéneas, ya que 
algunos individuos adscritos a las mismas pueden tener sus propios 
intereses y no necesariamente concordar con ciertos actores. Sin embargo, 
hubieron puntos donde todos los grupos unificaban su interés, uno de ellos 
es una coyuntura, principalmente porque trataban de obtener beneficios de 
la misma que pudiesen ayudarles a lograr sus objetivos.77 Tal vez ese pudo 
haber sido el caso del doctor Jáuregui, hubo quien dentro del cabildo 
catedralicio pudo no concordar con él y quizás Villalobos lo manifestó en 
sus exequias fúnebres, reafirmando su papel como autoridad eclesiástica, 
además de buscar algún interés para su grupo. 
Retomando la afirmación del párrafo anterior, en 1705, ocurrió un 
caso similar al de los jesuitas, ahora con los franciscanos. Fray Blas del 
Pulgar, predicó un sermón relativo a la virgen del Pilar de Zaragoza en el 
sagrario de la catedral poblana. El hermano de Agustina y Antonio de 
Jáuregui Bárcena, Juan, siendo censor, le concedió al autor su aprobación 
para imprimir la prédica. Juan de Jáuregui, fue comisario subdelegado 
apostólico del tribunal de la Santa Cruzada y vicario general en el obispado 
de Puebla. Eso pudo significar que los franciscanos quisieran estrechar 
lazos con el cabildo catedral angelopolitano, o tal vez tuvieron roces con la 
diócesis, dando como resultado que la predicación de Blas del Pulgar, 
quisiera reivindicar ante el cambio de casa real, el papel de los franciscanos 
como primeros religiosos que ostentaron la potestad de la evangelización 
del Nuevo Mundo. 
Por otro lado, Juan de Jáuregui volvió aparecer como censor el 27 de 
febrero de 1699, cuando el capellán del convento de la Purísima 
 
77Guillermina del Valle Pavón es una de las principales especialistas en redes de poder y sustenta mi 
afirmación al estudiar la diversidad de pensamiento entre los grupos de poder y su unión ante una 
coyuntura. Así fue el caso de Luis Sáenz de Tagle, líder del grupo montañés y Juan de Urrutia Retes, 
líder del grupo vizcaíno, quienes entraron en disputa por el control del comercio de plata la Ciudad de 
México a fines del siglo XVII. Véase del Valle Pavón, Guillermina, “Bases del poder de los 
mercaderes de plata de la ciudad de México. Redes, control del Consulado y la de Casa de Moneda a 
finales del siglo XVII” en Anuario de Estudios Americanos, 68,2, julio-diciembre 2011, pp. 568-595. 
Consultado el 21.09.18 de: http://estudiosamericanos.revistas.csic.es/index.php/estudiosamericanos 
 
28 
Concepción de Puebla, José Díaz Chamorro, predicó en el templo de la 
Santa Veracruz del Oratorio de San Felipe Neri, las exequias fúnebres del 
obispo Manuel Fernández de Santa Cruz.78 En dicho sermón, Díaz 
Chamorro admiró al obispo por su buena capacidad que desempeñó para 
gobernar y administrar la diócesis poblana, además de recalcar su pobreza 
espiritual comparándolo con el rey David. La prédica la dedicó al cabildo y 
deán en sede vacante, pues deseaba que el nuevo obispo conservase las 
mismas virtudes que su predecesor.79 
Al día siguiente, el 28 de febrero de 1699, Francisco Antonio de la 
Cruz, cura del pueblo de San Francisco de Apango, predicó otras exequias 
fúnebres en memoria de Santa Cruz en el templo del Oratorio de San Felipe 
Neri. San Francisco de Apango (actual Estado de Guerrero) era un pueblo 
de jurisdicción india donde la administración de los sacramentos se daba en 
náhuatl, con el objetivo de beneficiar a los naturales de la comunidad. Por 
consiguiente, Antonio de la Cruz le agradeció a Cristóbal Galindo y 
Esquivel, tesorero de los Colegios de San Juan y San Pedro de Puebla, la 
manutención del inmueble, el pago de salarios a los catedráticos, las becas 
y pensión de los seminaristas, además de la constante instrucción de los 
clérigos en náhuatl para llevarles la religión católica a los indios. 80 José 
Gómez de la Parra, canónigo magistral de la Catedral de Valladolid de 
Michoacán y prepósito de la congregación de San Felipe Neri en la ciudad 
de los Ángeles, actuó como censor otorgándole la aprobación al cura de 
Apango para publicar las exequias fúnebres del prelado.81 
 
78Díaz Chamorro, José, Sermón funeral en las hornas que celebró la muy venerable concordia 
eclesiástica de S. Phelipe Neri de la ciudad de la Puebla de los Ángeles…, Puebla por los herederos 
del capitán Juan de Villa Real, 1699, licencia del ordinario. BHJML, Fondo Antiguo, Sermones 
Mexicanos, Siglo XVII. 
79Díaz Chamorro, José, Sermón funeral en las hornas que celebró la muy venerable concordia 
eclesiástica de S. Phelipe Neri de la ciudad de la Puebla de los Ángeles…, 1699, pp. 12-17. BHJML, 
Fondo Antiguo, Sermones Mexicanos, siglo XVII. 
80Cruz, Francisco Antonio de la, Oración fúnebre que en las exequias a su amabilísimo pastor, 
ilustrísimo y excelentísimo señor doctor D. Manuel Fernández de Santa Cruz…, Puebla en la 
imprenta de los herederos del Capitán Juan de Villa Real en el Portal de las Flores, 1699, dedicatoria 
a Cristóbal Dávila Galindo y Esquivel. BHJML, Fondo Antiguo, Sermones Mexicanos, Siglo XVII. 
81Cruz, Francisco Antonio de la, Oración fúnebre que en las exequias a su amabilísimo pastor, 
ilustrísimo y excelentísimo señor doctor D. Manuel Fernández de Santa Cruz…, Puebla en la 
imprenta del capitán Juan de Villa Real, 1699, licencia de José Gómez de la Parra y licencia del 
ordinario. BHJML, Fondo Antiguo, Sermones Mexicanos, Siglo XVII. 
 
29 
Finalmente, el 4 de mayo de 1693, José de Montoro, calificador del 
Santo Oficio y ex guardián del convento de San Francisco de Oaxaca, 
predicó un panegírico en el convento de agustinas recolectas de Santa 
Mónica de Puebla, relativo a la madre de

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