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Av. Hidalgo 935, Colonia Centro, C.P. 44100, Guadalajara, Jalisco, México bibliotecadigital@redudg.udg.mx - Tel. 31 34 22 77 ext. 11959 UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA COORDINACIÓN GENERAL ACADÉMICA Coordinación de Bibliotecas Biblioteca Digital La presente tesis es publicada a texto completo en virtud de que el autor ha dado su autorización por escrito para la incorporación del documento a la Biblioteca Digital y al Repositorio Institucional de la Universidad de Guadalajara, esto sin sufrir menoscabo sobre sus derechos como autor de la obra y los usos que posteriormente quiera darle a la misma. UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES Maestría en Ciencia Política Orientación en Política Internacional LA IDENTIDAD NACIONAL FRANCESA Y LA RECONSTRUCION IDEOLOGICA EUROPEA Tesis presentada por Lic. Iván Coss y León Patiño para la obtención del grado de Maestría en Ciencia Política. Directores de Tesis: Laura Ibarra Garcia y Alberto Rocha Valencia Zapopan, Jalisco Enero 2021 2 UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES Maestría en Ciencia Política Orientación en Política Internacional LA IDENTIDAD NACIONAL FRANCESA Y LA RECONSTRUCION IDEOLOGICA EUROPEA Tesis presentada por Lic. Iván Coss y León Patiño para la obtención del grado de Maestría en Ciencia Política. Directores de Tesis: Laura Ibarra Garcia y Alberto Rocha Valencia Lectores de Tesis: Miguel Alejandro Hijar Chiapa y Jorge Quevedo Flores Zapopan, Jalisco Enero 2021 3 COMITÉ DE TITULACIÓN MAESTRIA EN CIENCIA POLITICA CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA PRESENTE Por medio de la presente me permito comunicarles que la tesis de Ivan Coss y León Patiño, candidato obtener el título de Maestro en Ciencia Política por la Universidad de Guadalajara y que se titula "La Identidad nacional francesa y la reconstrucción ideológica europea", reúne los requisitos académicos para ser presentada en examen de grado de la Maestria. Tanto de forma como contenido la tesis está muy bien elaborada. En la forma, la tesis contiene introducción general, cuatro capítulos, conclusiones generales y una bibliografía. Además de muchos cuadros y mapas. En el contenido, se explora e investiga una problemática: la identidad francesa y su relación con la identidad europea. Los cuatro capítulos presentan desarrollos suficientes para abordar dicha problemática. Queda muy claro que las múltiples identidades europeas son únicas y diversas; y que la identidad francesa es una de ellas, con sus múltiples valores y rasgos distintivos. También queda muy bien expuesta la cuestión de que la identidad europea no será una fusión de ellas y que más bien se trata de un proceso histórico inédito, que implica que una identidad europea solamente será posible si avanza el proceso de integración regional y el proceso de consolidación de la UE, como transnacional, comunitaria regional y supranacional. Entonces, el proceso de una Europa de naciones soberanas, es la otra cara de la integración regional solamente comercial; es decir donde seguirán imperando las identidades nacionales. Muy buena tesis. Adelante con el proceso para la sustentación y titulación. Sin más por el momento, me despido enviándoles un cordial saludo. A T E N T A M E N T E "PIENSA Y TRABAJA" Guadalajara, Jal. 15 enero de 2021 ________________________________________ DR. ALBERTO ROCHA VALENCIA Profesor Investigador 4 Comité de Titulación Maestría en Ciencia Política Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades Universidad de Guadalajara Presente Apreciable Comité de Titulación: Sirva la presente para hacer de su conocimiento que luego de hacer una revisión exhaustiva de la tesis titulada “La Identidad Nacional Francesa y la Reconstrucción Ideológica Europea” del alumno Iván Coss y León Patiño, candidato a obtener el título de Maestro en Ciencia Política, considero que la misma reúne todos los requisitos para ser presentada y defendida en examen de grado. Sin otro particular, agradezco su atención a esta misiva y quedo a su disposición. Atentamente “PIENSA Y TRABAJA” “Año del legado de Fray Antonio Alcalde en Guadalajara” Guadalajara, Jalisco, a 15 de enero de 2021 Mtro. Miguel Alejandro Híjar Chiapa Profesor Investigador Asociado B 5 COMITÉ DE TITULACIÓN MAESTRIA EN CIENCIA POLITICA CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA PRESENTE Por medio de la presente me permito comunicarles que la tesis de Ivan Coss y León Patiño, candidato obtener el título de Maestro en Ciencia Política por la Universidad de Guadalajara y que se titula "La Identidad nacional francesa y la reconstrucción ideológica europea", reúne los requisitos mínimos académicos para ser presentada en examen de grado de la Maestría. Sin más por el momento, me despido enviándoles un cordial saludo. A T E N T A M E N T E "PIENSA Y TRABAJA" Guadalajara, Jal. 15 enero de 2021 _________________________________ DR. JORGE ALBERTO QUEVEDO FLORES Profesor Investigador 6 AGRADECIMIENTOS Antes que nada quiero agradecer a la Universidad de Guadalajara Por ofrecerme la oportunidad de entrar en ese templo del conocimiento Otro enorme agradecimiento a mis profesores en la Maestría, De los cuales estaré agradecido por sus atenciones y conocimientos adquiridos Una especial mención para el Colegio de Jalisco Por haber sido mi segunda casa en este trayecto de dos años Donde adquirí experiencia y habilidades Donde pude conocer algunas de las personas más extraordinarias Y ante todo, un reconocimiento al doctor Javier Hurtado González Por permitirme esa experiencia y guiarme en este tramo A mi familia y mis amigos por estar en las buenas y las malas Tanto cerca como lejos Un agradecimiento al Doctor Alberto Rocha Valencia Por la paciencia y comprensión en este último proceso En la elaboración de este trabajo y fungir como capitán Y finalmente una dedicatoria especial de este trabajo Para la persona que fue la directora de esta tesis Una mujer amable, brillante y sobresaliente La cual tuve la suerte de haber conocido desde hace 10 años Y a quien en una grande estima le agradezco por todo Doctora Laura Ibarra García 7 INDICE GENERAL Introducción………………………………………………………………………………..9 1. Capítulo. Identidad Nacional………………………………………………………..16 1.1. Concepto de Identidad Nacional………………………………………………18 1.2. Concepto de nación y nacionalismo…………………………………………..21 1.3. Principales visiones de nacionalismo…………………………………….……24 1.4. El interés nacional……………………………………………………………….26 1.5. El institucionalismo……………………………………………………………...27 1.6. Síntesis del capítulo……………………………………………………………..30 2. Capítulo. Historia e Identidad francesa…………………………………………….31 2.1. La geografía francesa como característica histórico-cultural………………32 2.2. El desarrollo de elementos identitarios franceses………………..…………36 2.3. El rol del Estado en la identidad nacional francesa…………………………39 2.4. La historia francesa antes de 1789…………………………………………...40 2.5. La Revolución de 1789…………………………………………………………48 2.6. La era napoleónica……………………………………………………………..52 2.7. La Tercera República…………………………………………………………..53 2.8. Francia de Vichy contra la Francia Libre……………………………………..57 2.9. La Quinta República…………………………………………………………….59 2.10. Síntesis del capítulo……………………………………………………...62 3. Capítulo. Realidad Política y Social contemporánea francesa…………………63 3.1. La elección presidencial de 2002……………………………………………..64 3.2. La elección presidencial de 2017……………………………………………..69 3.3. Las elecciones europeasde 2019……………………………………………72 3.4. Las vertientes políticas –izquierda y derecha- franceses actuales………………………………………………………………………….76 3.5. La población contemporánea francesa………………………………………79 8 3.6. La integración social. El caso de los banlieues……………………………..83 3.7. Síntesis del capítulo…………………………………………………………….95 4. Capítulo. El Proyecto Europeo……………………………………………………..96 4.1. Las instituciones europeas……………………………………………………..98 4.2. Enfoques teóricos de la identidad europea………………………………....109 4.3. La identidad europea y diversidad…………………………………………...112 4.4. La creación de la identidad europea………………………………………...117 4.5. La perspectiva política y social del proyecto europeo……………………..123 4.6. El Euroescepticismo…………………………………………………………..136 4.7. Síntesis del capítulo…………………………………………………………...140 Conclusiones…………………………………………………………………………...141 Referencias principales…………………………………………………………….....149 9 10 INTRODUCCION En los últimos 15 años se han registrado cambios considerables de carácter político, económico, tecnológico, cultural y social; los cuales comenzaron a partir de la crisis financiera internacional de 2007-2008, y logrando un quiebre de las fuerzas clásicas de los partidos políticos, tanto de centro-derecha como de centro izquierda. A su vez, en medio de este caos, el avance de los gobiernos ultra nacionalistas y los movimientos anti sistema de carácter populista se han expandido en el llamado “mundo occidental”. Sus representantes pregonan las amenazas a partir de las nuevas oleadas de violencia civil, la radicalización de los musulmanes –rememorando las épocas medievales en “defensa de la civilización europea y occidental”-, el acrecentamiento de la brecha social-económica, y la crisis migratoria –causando miedos y odios hacia nuevos “invasores”- Estas problemáticas han sido utilizadas como argumentos de crítica ante los procesos de globalización. Ahora en 2020, considerado como un año nefasto por parte de las redes, han existido voces pregonando una nueva y potencial crisis financiera –la cual ha sido teorizada por ciertos especialistas, temiendo que sea la más severa en el orden internacional desde los días de la “Gran Depresión” de 1929-, aunado a la situación sanitaria por el COVID-19-, causando estragos alrededor del mundo. En conjunción, estos eventos han dado más impulsos a estas facciones políticas nacionalistas, las cuales han enarbolado un discurso de “defensa a la identidad nacional” como modo de cohesión y acción sociopolítica. Estas facciones políticas han ganado terreno en diversos países en años recientes, donde figuras carismáticas pero volátiles se han convertido en mandatarios. Entre los casos más representativos se encuentran Donald Trump en Estados Unidos, Rodrigo Duterte en Filipinas y Jair Bolsonaro en Brasil. En el caso europeo, han surgido regímenes más autoritarios en los países del ex bloque comunista, quienes han visto un fuerte retroceso en materia de derechos civiles y humanos. Ejemplos claros se pueden ubicar en Hungría o Polonia donde gobiernan Viktor Orban o Jaroslaw Kaczynski. 11 Dentro de la Unión Europea existe la locomotora franco-alemana, la cual ha fungido como la fuerza nuclear de la misma unión desde la década de 1950. Sin embargo, ambas naciones han enfrentado problemáticas internas asi como amenazas externas. El proceso de salida del Brexit se ha mostrado como un fuerte obstáculo para el proceso de integración, mientras fuerzas opositoras surgen al oriente de la Unión. En ambas naciones –Francia y Alemania-, existe un degaste de las elites políticas, lo cual ha llevado la consolidación de los partidos políticos de ultraderecha. La realidad contemporánea de la locomotora de la Unión Europea parecería pesimista, y en consecuencia, el futuro del proyecto europeísta podría suponer que está en un proceso de decadencia o inclusive destrucción. Empero, han surgido nuevas fuerzas de carácter político y sociocultural que han podido dar un nuevo impulso al proyecto europeísta, por lo cual, se ha observado que ese ideal de una nueva identidad europea de carácter cosmopolita y universalista sigue latente. Tal como se suscitaron durante las revoluciones liberales del siglo XIX, la identidad vuelve a estar en el centro de la discusión y lucha sociales, ahora ante la dicotomía entre el nacionalismo excluyente contra el universalismo incluyente; entre una sociedad homogénea en valores culturales contra otra que es delineada por una visión heterogénea y cosmopolita. Ante esto ¿a qué se le llama identidad? La identidad nacional se define como una configuración de principios y conceptos referentes a la semejanza o la diferencia entre los miembros de un grupo social. La cohesión puede ser adquirida a partir de componentes sociales, culturales, históricos e ideológicos (Guilbernau, 2009). En consecuencia, la identidad nacional permea un sentimiento de pertenencia hacia un ente o grupo – nación en particular-. La nación puede ser concebida como un subconjunto social, basada en las interacciones humanas. Estas interacciones están demarcadas por ciertos elementos identitarios –lengua, cultura, pasado, religion, etnia, historia-. Estas interacciones, si bien son maleables en relación al paso sucesivo de generaciones, los individuos conservan elementos primarios de pertenencia e identificación (Guilbernau, 2009). 12 En la realidad contemporánea, el proyecto europeísta nació a partir de la necesidad de supervivencia y reconstrucción tras una confrontación destructiva; además de buscar un proceso de reconciliación y cooperación. Bajo la visión del burócrata francés Robert Schuman se sentaron las primeras bases por una unificación europea bajo intereses comunes. En la declaración de 1950, Schuman no solo defendió la reunificación alemana, sino que además instó a las naciones europeas a trabajar en conjunto para el desarrollo y crecimiento continentales así como la paz internacional. Este proyecto europeísta se expandió con el desarrollo de una “tercera vía” política entre el federalismo supranacional europeo y el soberanismo nacional, gracias a la investidura del presidente francés Valery Giscard d’Estaign en 1974 en el proyecto llamado los “Estados Unidos de Europa”. Para la década de 1980, este proyecto se consolidaría cuando esta “tercera vía” tendría mayor impulso en las administraciones del presidente galo François Mitterrand y el canciller teutón Helmut Köhl, dando inicio a la Unión Europea contemporánea. ¿Será exitosa esta nueva etapa de integración europea? Esto dependería de la voluntad de las elites políticas tanto de los Estados miembros como de Bruselas. También entra en consideración la paciencia y esperanza que puedan ofrecen los ciudadanos, en especial las nuevas generaciones que se puedan sentir menospreciadas y decepcionadas; en particular de las que puedan ser radicalizadas por el terrorismo radical o las facciones nacionalistas. El sueño europeo podrá estar debilitado, pero no muerto, tal como ha pasado en Francia. A lo largo de 230 años1, el idealismo ciudadano francés sigue presente además de expandirse y reconfigurar los estamentos sociopolíticos de la civilización occidental contemporánea. Es considerable además que, al revisar la historia, la integración europea ha tenido en consideración el eje francés como agente activo de la unión, la cual conlleva desde los días de Carlomagno. Ahora si la integración europea es factible ¿Por qué revisar el caso francés? Como se mencionó anteriormente, junto a Alemania, Francia es el motor impulsor 1 Tomando en consideración el 14 de Julio de 1789 como referencia de iniciodel Estado francés contemporáneo 13 de la integración europea. En principio la comunidad económica europea fue motivada, adaptada y creada por mentes francesas, tales como Robert Schuman, Jean Monnet. Jacques Delors, Simone Veil y François-Xavier Ortoli. Como una última cuestión existe la crítica y mofa de los miembros del grupo Visegrad –Polonia y Hungría especialmente- han mencionado que la Unión Europea es una extensión del sueño napoleónico. Bajo esta premisa, la pregunta principal de esta investigación que motivó este trabajo: “¿Cuáles son los puntos principales de transformación de la identidad nacional francesa en la era contemporánea?”; mientras que la pregunta complementaria es: “¿Cómo estas transformaciones chocan o se adaptan al desarrollo europeo?” De aquí, la hipótesis que se desprende será que el avance de la ola nacionalista, así como la crisis financiera y la decepción hacia la elite política en Francia ha reconfigurado su principio de identidad nacional y en consecuencia ha afectado intrínsecamente la construcción y reafirmación del proyecto de la Unión Europea”. Se utilizarán dos variables para delimitar este estudio: la identidad nacional francesa –como la variable dependiente- y la identidad europea –como la variable independiente-. De tal manera, el objetivo principal de este proyecto será “identificar los elementos comunes entre la identidad nacional francesa y el desarrollo del proyecto europeo, a partir de una comparación de eventualidades internas y externas del Estado galo en años recientes”. En el aspecto metodológico, el trabajo consiguiente tendrá enfoque analítico, ya que si bien se consideran aspectos descriptivos como la historia y elementos socioculturales, el principal objeto de estudio será analizar e interpretar las políticas y acciones que ha implementado el Estado francés en relación a la identidad nacional. En segunda instancia, posee un análisis sobre perspectiva politica, ya que se revisan y estudian elementos politicos en la construcción de la identidad nacional así como la creación del proyecto europeo. 14 Como tercer elemento, este es un trabajo de carácter cualitativo, ya que a pesar de utilizar estadísticas y elementos numéricos, se hace fundamentalmente una interpretación de los resultados finales. En el marco teórico, la principal teoría de las Relaciones Internacionales que se utilizará en este trabajo es el Constructivismo. Bajo las Relaciones Internacionales, la teoría constructivista está definida a través de cuatro elementos principales: a) Identidad, en donde los Estados poseen una propia identidad marcada por sus interacciones externas y las acciones internas, b) Interés, por el cual los Estados tienen ideas y sus intereses están constituidos por ideas, forjadas por las ideas compartidas o la cultura del sistema internacional, c) Cambio estructural, que en principio los actores actúan sobre la base de creencias que tienen sobre el ambiente y sobre otros, lo cual tiende a reproducir esas creencias, y d) Actores, que si bien los Estados constituyen los elementos principales de juego en el orden internacional, estos determinan sus acciones a partir de las decisiones y acciones de los principales agentes, es decir, la elite gobernante. Además, en el análisis de la fundación y construcción de la Unión Europea se utilizará elementos de una teoría considerada recientemente en las Relaciones Internacionales: el institucionalismo. Como menciona José Guadalupe Vargas, la cooperación se sostiene a través de mecanismos iterativos en los que la amenaza de replicación junto con la facilitación de flujos de información y mecanismos de monitoreo detienen los peligros. Las instituciones son puntos focales para la cooperación, proveen tareas de monitoreo e información, que entregan ganancias distribucionales. Bajo esta teoría hay un análisis del conflicto, del poder y de la política en el cambio institucional. A su vez, en el institucionalismo existe una separación entre las esferas pública y privada, entre lo administrativo y lo político. Los institucionalistas sociológicos definen a las instituciones de forma más general que los politólogos, e incluyen en esa noción un conjunto de elementos como los sistemas de simbología, las pautas cognoscitivas y los patrones morales (Observatorio Geográfico de América Latina, 2020). 15 Este trabajo está compuesto en cuatro capítulos. El primer capítulo es un marco teórico más detallado acerca de elementos esenciales como identidad nacional, interés y nación. El segundo capítulo se introduce a una revisión historiográfica sobre los más importantes eventos y símbolos que han configurado la nación gala, con énfasis en la era contemporánea desde la revolución de 1789. En el tercer capítulo se adentra a detalle la realidad política actual francesa marcando énfasis a las elecciones entre 2002 y 2019. En el capítulo cuatro se observará a detalle la construcción de la identidad europea, desde una perspectiva histórica hasta proyectiva. Ante esto, se puede concluir parafraseando al sociólogo Jeremy Rifkin en su trabajo referente a la Unión Europea: “La visión transatlántica de Europa es una nueva lección en el Viejo Continente. Un nuevo proyecto donde la nacionalidad adquiere un valor moral bajo un lineamiento universalista, respeto a derechos humanos y la resolución de necesidades comunes a partir de la búsqueda de soluciones y estrategias ante las problemáticas particulares”. 16 17 CAPITULO 1. IDENTIDAD NACIONAL En el diccionario de la Real Academia Española, la palabra identidad es definida como un “conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás” (RAE, 2019). Las personas, a partir de sus interacciones sociales, los seres humanos crean rasgos distintivos que pueden, tanto unificar, como diferenciar en relación a los demás. Estas interacciones pueden observarse en la vida cotidiana cuando los hijos rebeldes crean identidades antagónicas respecto a sus padres, pero afines a sus amigos más cercanos. De la misma forma, ciertas asociaciones deportivas o culturales buscan personas afines con gustos y características similares. La identidad también puede mostrarse en esferas políticas más complejas, tales como ciudades, regiones y entidades, provincias o departamentos (dependiendo la división administrativa de las naciones). Caso concreto sucede entre las ciudades más grandes de un país, las cuales remarcan los defectos y diferencias entre “ellos” y “nosotros” mientras enaltecen las “virtudes” propias. Ejemplos claros podemos observarlo en las urbes estadounidenses de Nueva York y Los Angeles; las brasileñas de Sao Paulo y Rio de Janeiro; las canadienses de Toronto, Montreal y Vancouver; las australianas de Sydney y Melbourne; o incluso en México entre la trifecta de Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Estas divisiones pueden formarse por aspectos politicos, económicos, culturales, históricos, lingüísticos o incluso deportivos. Finalmente, aquel proceso de formación y consolidación de una identidad existe entre las naciones, los Estados e inclusive, en años recientes, en entes supraestatales como la Unión Europea (aunque ésta última sigue en proceso de construcción). Actualmente ha existido un auge discursivo y político en la reivindicación de la “identidad nacional” alrededor del mundo, lo cual ha logrado ser reivindicado en victorias políticas y electorales. Sin embargo, cabe preguntarse en este punto ¿A qué se le llama identidad nacional? ¿Cómo surge? 18 1.1 Concepto de identidad nacional A partir del establecimiento de las sociedades modernas, surge la identidadnacional como elemento esencial de cohesión. Montserrat Guibernau establece que todas las identidades surgen dentro de un sistema de representaciones y relaciones sociales (2009, 26). Al extrapolar la identidad personal hacia un nuevo nivel social, esta adquiere reglas así como nuevos valores. Por consiguiente, la identidad nacional surge como un sentimiento colectivo asentado en la creencia de pertenecer a la misma nación única y distinguible de otras (Guibernau, 2009, 26). Luis Villolo menciona que la identidad es definida a través de dos objetivos: a) Reflejar y remarcar lo que nos distingue de los demás; o b) Determinar elementos que nos permiten aseverar que es el mismo objeto en distintos momentos del tiempo (1998, 53). En consecuencia, se podría decir que “identificar” se relaciona con “singularizar”. Bajo este término “singularizar” significaría con compartir y valorizar atributos particulares entre la población de una nación. Siguiendo la línea teórica de Guibernau, si se define la nación como “un grupo humano consciente de formar una comunidad con una cultura e historia en común, un proyecto futuro compartido y un territorio delimitado”, la identidad nacional posee cinco dimensiones (2009, 27). Estas dimensiones poseen características particulares, las cuales son explicadas a continuación (Guilbernau, 2009, 27-48): a. Dimensión psicológica: Emana de la conciencia de formar un grupo basado en la cercanía “percibida” entre los miembros de la nación, lo cual permite su unión. Los atributos, reales e inventados, sostienen de una ascendencia común son esenciales para la identidad nacional. b. Dimensión cultural: Los valores, las creencias, las costumbres, la lengua y las prácticas son transmitidos dentro de la sociedad a partir de generaciones. La cultura constituye un elemento infalible en el proceso de identificación e inclusive un factor emocional para los individuos. Permite que los individuos socializados en una cultura interiorizan los símbolos, creencias y costumbres. 19 c. Dimensión histórica: Los miembros de una nación se sienten orgullosos de su pasado y normalmente pueden reinterpretar la historia para mostrar cualidades de su nación dentro de situaciones específicas o evocar sentimientos sobre experiencias de humillación y sufrimiento. d. Dimensión territorial: Originalmente, los individuos vivían con sus semejantes en territorios delimitados. A través de una organización política y social se estableció una relación al suelo, lo cual se vio fortalecido a través de los mismos lazos culturales. Pese a los fenómenos eminentes de la globalización, los vínculos locales y nacionales siguen siendo fuertes. e. Dimensión política: La identidad nacional se remite a una propiedad que comparten los ciudadanos de un Estado-nación. Esta identidad nacional se encuentra definida como los atributos que pertenecen a la nación, y ante esa situación los Estados-nación modernos dependen claramente de la identidad nacional. Ante ello, Guilbernau (2009, 45) establece que la conjunción de estas cinco dimensiones conlleva a un ciclo continuo de cinco procesos que logran consolidar la identidad nacional entre semejantes: a. Construcción y difusión de la imagen de nación: La imagen debe ser generalmente aceptada por los entes sociales. b. Aceptación de símbolos y rituales comunitarios: Se incluyen elementos distintivos de la nación tales como las tradiciones, fiestas nacionales, el idioma o la historia. Inclusive la aceptación comunitaria puede expandirse a otras áreas como el arte y el deporte, los cuales se exportan en otras naciones. c. Desarrollo de una ciudadanía: Puede ser definido como el establecimiento de una relación política entre el individuo y la nación, creando una diferencia más clara entre “ellos” y “nosotros”, así como un sentimiento de “pertenencia” a la nación. 20 d. Creación de un “otro”: Normalmente el “otro” imaginario tiende a expresar características negativas y antagónicas en comparación a la imagen de la nación. Este “otro” puede ser otra nación, un enemigo potencial o incluso una ideología opositora. e. Consolidación de los canales de comunicación: Exclusivamente en referencia a los canales mediáticos. Figura 1.1 Construcción de la identidad nacional. Elaboración propia con datos de Las Identidades de las Naciones de Montserrat Guilbernau (2009, 45). Las identidades colectivas pueden ser forjadas en diversos niveles, utilizando elementos dispares, pero logrando una aceptación por las mismas comunidades. Según Sven Vitse (2005, 3), estas identidades colectivas “pueden ser definidas como un sentimiento compartido de pertenencia. En consecuencia, la membresía del grupo se convierte en su sentido de ser para el mismo grupo”. Las identidades colectivas tienden a variar en aspectos como temporalidad, objetivos y principios de carácter geopolítico o estratégico. Ante ello, Martínez & López (1997, p. 162) establecen en relación a la identidad nacional, la cual se basa en siete elementos organizados en orden descendente: Construcción y difusión de la imagen nacional Aceptación de simbolos y rituales Desarrollo de la Ciudadanía Creación de un "otro" Consolidación de canales de comunicación 21 1. Las identidades no son naturalmente generadas sino socialmente construidas, ya sea intencionalmente o no. 2. La identidad es fruto de la construcción social de las fronteras mediante mecanismos de exclusión de naturaleza variable –étnico, histórico, cultural o geográfico-. 3. La elaboración de códigos simbólicos de distinción que permiten diferenciar entre “nosotros” y “ellos”. 4. Estos códigos están relacionados con la división del trabajo, el control sobre los recursos y la diferenciación social 5. Reforzamiento entre lo interno y externo de una sociedad a través de valores o principios de identidad. 6. El desarrollo del código cívico. Funge como principio de comportamiento colectivo que se establece dentro de iguales. 7. El desarrollo de la religión como principio de moralidad, o en su defecto la moralidad reside principalmente en las normas de la ética. 1.2 Concepto de nación y nacionalismo Un concepto recurrente en los estudios académicos de identidad nacional, así como referencia clave tanto en los discursos políticos, así como las noticias y artículos de la “mass media” es la “nación”. Volviendo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la “nación” es definida como un “conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común” (RAE, 2019). Si bien hay antecedentes históricos de sistemas sociales y políticos, se establece que la concepción de nación es un producto de la Edad Moderna. Es importante mencionar que la nación sigue considerándose como el primer elemento de reconocimiento político contemporáneo, ya que las sociedades contemporáneas siguen relacionadas con este vínculo comunitario. 22 Anthony Smith establece que en el proceso de estudio de la nación así como del nacionalismo existen ciertas advertencias para elegir una definición que preceda a la explicación y clasificación ontológica. Existen cuatro dimensiones las cuales se mencionan a continuación (Smith, 1971, 12). a) Definir “nación”, como unidad política y cultural reconocida para la defensa y mantenimiento de la identidad amenazada (según Smith, por dominio extranjero); b) Definir “nacionalismo” como movimiento ideológico; c) Explicar la formación de “naciones”; d) Explicar la aparición de movimientos nacionalistas. Por otro lado, bajo un principio de Homi K. Bhabha, Louise Strode establece que la nación siempre está fundamentada bajo la construcción de una narrativa. Esta narración tiene un trasfondo político así como una idealización positiva –e incluso heroica- ante los“otros” (2009, 6). Las naciones, como las narrativas, pierden su origen en los mitos del tiempo y solo se dan cuenta plenamente de sus horizontes en el ojo de la mente. Tal imagen de la nación, o narración, puede parecer imposiblemente romántica y excesivamente metafórica, pero es a partir de esas tradiciones de pensamiento político y lenguaje literario que la nación emerge como una poderosa idea histórica en Occidente. Una idea cuya compulsión cultural radica en la imposible unidad de la nación como fuerza simbólica. En su ensayo sobre el nacionalismo peruano, el sociólogo Hector Bejar establece el nacionalismo a partir de dos palabras claves: “principio político” y “proceso”. El nacionalismo está compuesto a partir de estos elementos necesarios para su formación: “unidad política”, “cultura” y “secuencia histórica”, ante lo cual se establece de la siguiente manera (Bejar Rivera, 2019): El nacionalismo es un principio político que sostiene que debe haber congruencia entre la unidad nacional y la política… Surge antes que la nación pero necesita de la cultura. Debe inventar mitos estandarizados, abarcadores a toda la población. Así como el nacionalismo forma parte de una secuencia histórica que va desde el clan hasta el estado moderno, así 23 también es la culminación de un proceso que puede ir desde el provincialismo, el regionalismo y que culmina en el nacionalismo… Surge en la práctica de situaciones en las que comunidades o pueblos distintos reclaman igualdad y justicia a partir de situaciones asimétricas o también a partir de intereses expansionistas en que unos pueblos o unos grupos pretenden dominar a otros pueblos y otros grupos humanos a partir de reclamaciones históricas, reivindicaciones territoriales o argumentos de raza y de sangre. En otro aspecto, Gil Delanoi establece que la identidad nacional posee diversas ambivalencias en el desarrollo de la misma. No existe un proceso único de formación debido a las externalidades –guerras, anexiones por parte de potencias- o confrontaciones internas –revoluciones, crisis internas, unificaciones- (1993, 11- 19). Ante esto se establecen las principales divergencias: Teoría y estética. La nación existe a partir de una distinción geográfica e histórica, lo cual la permite ser “única” en un espacio temporal. Por otro lado la estética se refiere a arquetipos netamente sociales de la población que forma la nación. Si bien estos dos elementos pueden coexistir no son exclusivos entre sí. Orgánico y Artificial. En el aspecto orgánico la nación es vista como un organismo viviente, que posee un desarrollo, así como un nacimiento. También esto significa que, las generaciones que conformar la población constituyen las células de estas naciones. En relación a un aspecto artificial, esta nación se forja de una manera diferente: a través de una construcción política o militar, basada en una élite dominante o por estatutos legales e ideológicos. Universal y Particular. Quizá la confrontación que se verá más a detalle en los siguientes capítulos a partir de una de las grandes interrogantes que surgen actualmente ¿Se puede una integración de “todos” o algunos somos más “similares” que otros? El principio universalista establece que la relación hacia la nación solo es establecida a partir de principios básicos y universales. En el caso particular, siempre existe un elemento de exclusión, el cual puede tener diversos elementos de diferencia –etnia, religión, lengua, cultura-, pero el resultado es el mismo: “no todos somos iguales” 24 Étnico y Cívico. Frente a este precepto encontramos la dicotomía europea de la nacionalidad: Alemana (Étnico-cultural) y francesa (Cívico-Ciudadano). En la dicotomía alemana, la sangre impera como factor relevante, ya que la nacionalidad surge como una identidad hereditaria –“Si mis padres fueron alemanes, aunque haya nacido en Rumania, soy alemán”-. La dicotomía francesa ve a la nacionalidad como una relación política y de voluntad a partir de la ciudadanía –“Si respeto los principios de la República puedo ser francés”-. Esto en la práctica, sin embargo, ha tenido modificaciones considerables para ambos países. Trascendente y Funcional. En el primer caso, la nación es vista como una figura romántica y mítica, cuya permanencia quedará presente más allá de la “vida mortal” de la población. Por otro lado, el aspecto funcional establece a la nación como una “herramienta” al servicio del propio Estado. Continuo y Discontinuo. Esta ambivalencia proviene de la temporalidad. La continuidad establece estabilidad en las identificaciones histórico-sociales; mientras que la discontinuidad son los movimientos de la conciencia nacional. Independencia y Dependencia. Las naciones pueden ser una cristalización de determinismos políticos y accidentes históricos. Ideología y Apoliticismo. La ideología y la política se dedican a demarcar el carácter colectivo y social de la nación. 1.3 Principales visiones del nacionalismo Tal como se mencionó en el apartado anterior, la principal dualidad de los nacionalismos existe a partir de dos vertientes clásicas: el universalista contra el étnico. Ante esto, ¿a qué se le llama etnia? Al revisar el diccionario de la Academia de la Lengua Española etnia es definida como “Comunidad humana definida por afinidades raciales, lingüísticas, culturales, etc.”. 25 Guilbernau remite que la pertenencia étnica es “una identidad supuesta en el imaginario colectivo y que la distingue de otras uniones como el parentesco o la sangre” (2003, 97). La pertenencia étnica permite un proceso de redes comunitarias más cohesionadas. En consecuencia se establece que la identificación étnica sea bajo un precepto “único”. A partir de estudios franceses, esta dicotomía establece la siguiente división: a. El nacionalismos de los nacionalistas; y b. El nacionalismo de los antinacionalistas, cuyas características son observadas en la siguiente tabla (Delanoi & Tanguieff, 1993, 98-106): Tabla 1.1 Comparativa de nacionalismos Nacionalismo de los nacionalistas Nacionalismo de los antinacionalistas Figura clave Charles Maurras Henri Berr Precepto básico La nación posee un orden social preestablecido en la historia y jerarquía La nación existe por la consolidación del Estado y la aceptación de sus ciudadanos. Ideas principales -La decadencia comenzó a partir de la Revolución de 1789 y las posteriores revueltas liberales. -Principio “nacionalitario” opuesto al liberalismo clásico. Según el cual las etnias comunes se unen en un cuerpo político. -La nación debe fungir como un proyecto integral, basado en un orden “natural” en los valores sociales y culturales -Institucionalización en las élites de prestigio. -Liberalismo social moderno (ciudadanía) lo. -Existe un libre consentimiento proveniente directamente de la voluntad de los ciudadanos. -El nacionalismo a través de la raza conlleva a divisiones artificiales y dominio supremasista o colonial. -Existe un fortalecimiento de un sentimiento democrático y liberal -Aceptación de un consenso social basados en principios. Integración social Orden natural basado en la cultura exclusoria. Orden político basado en una asimilación consensada. Sucesores y/o (potenciales) seguidores René Johannet, José Antonio Primo de Rivera, Jesús Guiza y Acevedo, Steve Bannon, Marion Marechal Jurgen Habermas, George Wells, Karl Deutsch, Simone Veil Elaboración propia con datos de Teorias del Nacionalismo de Gil Delannoi y Pierre-André Tanguieff (1993, 98-106). 26 1.4 El interés nacional Los actores que intervienen en el sistema internacional actúan de acuerdo a valores y preceptos establecidos interna y externamente. También estos actores poseen intereses, los cuales delinean esas acciones. Ante esto, el interésnacional está ligado a la misma identidad de las naciones. Jutta Wedes, principal precursora de esta base teórica, menciona que este interés nacional tiene relevancia a partir de dos aspectos fundamentales: a. La consolidación de una política exterior; y b. El establecimiento de una política internacional forja legitimidad (1996, 276). En consecuencia, estos intereses surgen debido a las consideraciones colectivas internas de una nación, así como la interacción de otros actores externos. Ante ello, se puede establecer la siguiente figura mostrando la formación del interés nacional (Wedes, 1996, 276-278): Figura 1.2 Construcción del interés nacional Elaboración propia con datos de Constructing National Interests de Jutta Weldes (1996, 276-278). ¿Quién? • Es construida a través de las instituciones del Estado ¿Por qué? • Para que se entiendan los alcances y consecuencias de las acciones de los Estados ¿Cómo? • Funcionan a partir de seguimientos especificos y metas. 27 Así también Weldes establece que deben existir representaciones de las identidades colectivas a partir de la construcción de las mismas, las cuales son creadas a partir de un proceso social de dos vías paralelas, las cuales están demarcadas en el siguiente cuadro (1996, 284-288): Tabla 1.2 Representaciones de las identidades colectivas Articulación Interpelación Proceso que relaciona el significado se produce a partir de materiales culturales o recursos lingüísticos existentes. Proceso en donde las identidades específicas se crean cuando las relaciones sociales están representadas. Elaboración propia con datos de Constructing National Interests de Jutta Weldes (1996, 284-288). 1.5 El institucionalismo Nuevamente al retomar el diccionario de la Real Academia Española, la palabra “institución” es definida a partir de dos definiciones entrecruzadas. La primera la establece como “Organismo que desempeña una función de interés público”, mientras que la segunda la menciona como “Cada una de las organizaciones fundamentales de un Estado, nación o sociedad” (RAE, 2019). En el desarrollo histórico de las identidades colectivas, las instituciones han fungido como los actores primordiales en la expansión, cohesión social y defensa de valores culturales, lingüísticos, políticos y étnicos. Y tal como se detalló en el apartado anterior, las instituciones se convierten en los entes activos en la creación y los alcances del interés nacional. Jose Guadalupe Vargas considera a las instituciones como “reglas de funcionamiento de la sociedad… las cuales pueden ser descritas como acción del gobierno en los campos organizacionales” (2008, 47). En consecuencia, las instituciones se convierten en el ente mediador de los diversos grupos sociales a partir de la cooperación por el “interés nacional” y la regulación de la conducta individual así como grupal. 28 Si bien, tal como establece Vargas, la teoría institucional se encarga de “analizar la divergencia de las capacidades de poder de los Estados sobre las instituciones” (2008, 48), existen dos importantes enfoques de consideración en relación al actor y la estructura, los cuales quedarán demarcados en el siguiente cuadro (Zurbriggen, 2006). Tabla 1.3 Variantes del estructuralismo actor-estructura Elementos Institucionalismo racionalista Institucionalismo cultural Concepción Instituciones son restricciones o productos de las actuaciones necesarias hacia los intereses Instituciones son productos del contexto político, social e histórico Objetivo Satisfacción de los intereses Satisfacción de normas y valores Elemento principal Agentes Estrategias y objetivos Reacción al exterior Cambiar estrategias o transformar de acuerdo a los resultados políticos Reconfigurar las convenciones institucionales de acuerdo a los actores sociales Elaboración propia con datos de El Institucionalismo centrado en los actores: Una Perspectiva analítica en el estudio de las políticas públicas de Christina Zurbiggen (2006). Para el institucionalismo racionalista las instituciones son el contexto estratégico dentro del cual los actores diseñan los mecanismos óptimos y los medios para conseguir sus fines (Zurbriggen, 2008). Esto trae en consecuencia que las instituciones sean las mismas que condicionan el comportamiento de los diversos agentes en juego –individuales o colectivos-. Por otro lado, en el institucionalismo cultural se establece que el tiempo y las transformaciones de los actores sociales generan nuevas reglas y perspectivas dentro de las mismas. En consecuencia, el principio fundamental de cambio no es que las instituciones determinen sus principios en tiempo, sino que otorguen estructuras completas de significado para interpretar las acciones de los individuos en cada contexto (Zurbriggen, 2008). Ante esto, Zurbriggen retoma los principios de Fritz Scharpf, donde, se destaca “la incidencia que tienen las instituciones, por un lado, sobre las 29 percepciones, las preferencias y las capacidades de actores individuales o colectivos y, por otro, sobre las formas en que estos actores interactúan” (2006). En consecuencia, las instituciones son las fuentes de información de los actores, así como el factor de consideración para sus decisiones. Esto no significa que las instituciones tengan una naturaleza determinista sobre las decisiones de los actores, sino que incentivan y priorizan las mismas. Este enfoque institucional relacional entre actor y estructuras institucionales quedaría establecido de la siguiente manera (Zurbiggen, 2006): a. Cada actor está institucionalmente constituido, pues emerge basado en reglas preexistentes. b. Las reglas no solo habitan en su constitución, sino también aseguran su actuación y permanencia. c. Las instituciones no solo operan como facilitadores de elecciones posibles sino también delimitan las elecciones y preferencias de los actores respecto a las alternativas posibles. Figura 1.3 Marco de enfoque institucional relacional de Scharpf Elaboración propia con datos de El Institucionalismo centrado en los actores: Una Perspectiva analítica en el estudio de las políticas públicas de Christina Zurbiggen (2006). Arreglo institucional En to rn o de la s po lít ic as Problemas Políticas Modos de interacción Constelaciones Actores 30 1.6 Síntesis final Las peleas antagónicas sobre la concepción de identidad nacional siguen presentes en la actualidad, e incluso se han acrecentado a partir de conflictos ideológicos entre elites o por crisis internas. Lo que podría parecer discusiones risibles o hasta “ridículas” para personas ajenas, siguen acelerando ciertos debates acerca de la identificación entre “nosotros” y “ellos”. La identidad define a los entes acerca de su propia esencia y características. En consecuencia también deciden acerca de sus propios intereses en su propio entorno. Las personas tienden a juntarse con personas similares, y de la misma forma los entes regionales, locales e incluso nacionales. 31 32 CAPITULO 2. HISTORIA E IDENTIDAD FRANCESA Para poder entender las bases de la identidad nacional francesa hay que establecer dos etapas clave que redefinen las instituciones y establecen nuevos delineamientos sociopolíticos en el Estado-nación galo. La actual identidad francesa está sustentada en principios intangibles y de construcción político-social que en un principio constituyeron una nueva visión ideológica. Desde el debate realizado el 2 de noviembre de 2009 bajo la gestión del presidente Nicolas Sarkozy, así como el avance de la fuerza política del Frente Nacional trasel liderazgo de Marine Le Pen en esta última década, han suscitado diversas discusiones acerca del significado de “ser francés”, así como el rol de los franceses en la construcción de una nueva identidad europea. Por otro lado, la migración transcontinental ha reconfigurado la población gala actual, forjando nuevas generaciones multiculturales. Ante esto, quedaría como pregunta principal ¿Cómo se forjó la identidad francesa contemporánea? Es por esto que este capítulo tratará de recapitular aspectos relevantes de la historia contemporánea francesa, asi como un análisis primario acerca de la geografía, la cual contribuyó en la cohesión nacional así como su relación tanto con sus vecinos como con sus históricos antagónicos. 2.1 La geografía francesa como característica histórico-cultural Al observar un mapa o por Google Maps, se puede afirmar que Francia es una nación afortunada al poseer una geografía privilegiada y única. Estando en contacto tanto en la Gran llanura europea, así como la costa mediterránea, la nación gala ha estado presente tanto en las esferas latina como germánica; las cuales configuraron la historia y cultura europeas. A su vez, se puede considerar que la nación gala es un puente natural entre Europa del norte y del Sur. 33 Verificando con mayor detalle la geografía gala se pueden distinguir una serie de ríos navegables y extensos que se extienden a lo largo de una planicie poco accidentada (RealLifeLore, 2019). Las principales fuentes fluviales son el Sena, el Marne, el Loira, el Ródano, el Garona y el Rin. Estos ríos no solo permitieron la existencia de territorios aptos y arables a la agricultura –De hecho, Francia es considerada como uno de los importantes graneros de Europa-, sino también como una red de comunicación y transporte entre comunidades internas. Gracias a esta geografía, ha permitido que la cohesión identitaria nacional y la centralización política desde París hayan sido efectivas (RealLifeLore, 2019). Mapa 2.1. Mapa general de la Francia metropolitana Mapa obtenido por Europa Planet (2017). Al observar sus fronteras naturales externas, se pueden observar ventajas geopolíticas, las cuales fungen como una armadura geográfica (RealLifeLore, 2019). En primera instancia, Francia posee costas tanto en el océano Atlántico – Siendo dividida con la isla de Gran Bretaña por el canal de la Mancha- como en el mar Mediterráneo. Tanto en el sur como en el este se encuentran dos cadenas 34 montañosas –los Pirineos y los Alpes respectivamente-. Y finalmente, Francia se encuentra separada de Alemania de forma natural por el río Rin. Empero, al observar la frontera norte se encuentra el punto más débil geográfico, la cual se convertiría en su principal obsesión política y militar por siglos, siendo una idea generalmente compartida por varios líderes franceses a lo largo de la historia. La Gran llanura europea se extiende a lo largo de la región del Benelux2, adentrándose por la región septentrional gala. Al no poseer una frontera natural, tropas invasoras han podido adentrarse e invadir Francia tras tomar Bélgica. Desde la consolidación de una monarquía medieval centralizada francesa en 985, existió una tendencia expansionista y de protección nacional impuesta hacia el oriente. Este objetivo geoestratégico constituyó uno de los más grandes objetivos de política exterior de diversos gobiernos monárquicos (RealLifeLore, 2019). Para conseguirlo se requirieron dos vías: a. Campañas militares o b. Diplomacia y control de amenazas externas. Las fronteras orientales quedaron confirmadas hasta 1947. Mapa 2.2. Reino francés durante el reinado de Hugo Capeto y durante el siglo XV (tras la Guerra de los Cien Años). Mapa obtenido por Rois, États, Féodarité (2020). 2 Es decir Países Bajos (Nederland), Bélgica y Luxemburgo. 35 Los mapas anteriores muestran a detalle la reconfiguración histórica del territorio francés a lo largo de la historia no revolucionaria francesa; desde el ascenso del rey Hugo Capeto en 987, pasando por las reconquistas tras la guerra de los Cien Años con Inglaterra hasta el reinado de Luis XVI en 1789. En el primer mapa se puede observar el reino de Hugo Capeto, con sus límites marcados desde el condado de Flandes hasta Barcelona. No obstante el reino de Normandía fue fiel al reino de Inglaterra. Esto traería que durante la crisis de sucesión de la corona francesa se suscitara el conflicto entre Inglaterra y Francia conocido como la Guerra de los Cien Años. Si bien al inicio el dominio inglés era notorio, en especial por la costa atlántica, para el siglo XV la monarquía francesa había revertido la situación. Había surgido la figura de una heroína francesa en Juana de Arco, una doncella que bajo el llamado divino, se alistó al ejército francés. Tras ser quemada en la hoguera sería santificada en 1927 y convertida en la patrona defensora de la nación gala. Para 1460, los ejércitos invasores fueron expulsados. Sin embargo, la frontera norte siguió porosa y débil, convirtiéndose en una necesidad imperante la defensa de este frente. Ante esta debilidad se planteó la posibilidad de que las fronteras naturales septentrionales se expandieran por toda el área cubierta por el río Rin, cubriendo Renania, Bélgica y parte de los Países Bajos (RealLifeLore, 2019). En consecuencia, esta anexión territorial permitiría que el territorio galo tendría protección natural en 360 grados. Ahora este plan consecuente trajo consigo a lo largo de la historia durante los siglos XVIII, XIX y XX una serie de guerras, expansión cultural como lingüística y una fuerte reconfiguración demográfica. Otro aspecto a considerar de la geografía francesa es que incluso con fuertes minorías nacionalistas, la asimilación cultural y lingüística proveniente de París se concretó de manera exitosa. De estos grupos –alsacianos, bretones, vascos, flamencos-, solo los corsos se encuentran aislados de la metrópoli europea gracias al mar Mediterráneo. 36 Mapa 2.3. Expansiones territoriales entre 1460 y 1560 Mapa obtenido por The Map Archive (2020). 2.2 El desarrollo de elementos identitarios franceses Como se ha visto en el capítulo 1, la identidad nacional se forja a partir de la aceptación de elementos compartidos por un grupo social en particular. Estos elementos normalmente son moldeados a partir de las eventualidades histórico- políticas que transforman y configuran los Estados-nación. En el caso particular galo, el año 1789 determina un antes y un después para la nación y sus habitantes; lo cual se reflejaría en una lucha política y social “marcada por una batalla de ideas y visiones sobre las mentes de los habitantes 37 dentro de los limites nacionales” (Baker, 2012, 22). Para la Francia contemporánea, el establecimiento de estos elementos identitarios tuvo un efecto de aceptación y cohesión psicológica y física a partir de una política centralizada proveniente de París (a partir del gobierno nacional, escuelas, instituciones públicas y medios de comunicación). El primer elemento identitario es el paisaje. Al ser un elemento físico, perceptible ante los sentidos y delimitado por las fronteras naturales o artificiales, los paisajes se convierten en signos nacionales forjando vínculos sociales de pertenencia. En consecuencia, las ideologías permiten que estos paisajes se vuelvan “sistemas de significación”, ya sean de manera casual o deliberada (Baker, 2012, 22). A su vez, en aspecto ideológico, el nacionalismo forja nuevos paisajes a partir del desarrollo de nuevos elementos distintivos. Desde el triunfo de 1789, el Estado francés moderno aceptó como proyecto nacional la creación de una nueva identidad nacional entre la población (Barker, 2012, 22). Visto anteriormente, lageografía de la Francia metropolitana pudo concretar la centralización política así como una efectiva cohesión cultural y social. Este principio de indivisibilidad a la nueva nación –bajo el principio de “Francia es una sola patria”- se pudo lograr con la expansión y control burocrático de la lengua –La Academia francesa- la aceptación de un sistema legal único –a través del código napoleónico- y el defendido así como politizado “secularismo republicano”. Pero ¿qué pasó con los regionalismos y las identidades locales? Tal como establece Barker (2012, 22): En orden de superar la diversidad de localismos históricos (tales como las localidades de Brie y Perche) y muchos regionalismos tradicionales (como las provincias de Bretaña y Alsacia), una gran variedad de medidas políticas y culturales fueron usadas para construir la nación francesa. Con ejemplos tales como la expansión de la educación universal, el prestigio de la conscripción militar –tanto para nacionales galos como a extranjeros que buscaban nacionalizarse- y la interconectividad de las vías férreas desde y hacia la capital parisina pudieron facilitar esta cohesión social. A su vez, el control y centralización 38 de los sistemas educativos y culturales a los estatutos burocráticos parisinos ha sido constante y efectivo para las futuras generaciones. No obstante, esto trajo consigo choques contra la Iglesia católica debido al desplazamiento de los espacios de poder en las comunas (Barker, 2012, 28); aunado a la defensa de la Ley de la Laicidad de 1905. Esto no significó que las luchas antagónicas hayan desaparecido en su totalidad, ya que ciertos regionalismos continuaron presentes incluso en la actualidad –como los corsos, neocaledonios, bretones o vascos- mientras luchan por su reconocimiento y autonomía cultural y sociopolítica, cuya critica ha llegado hasta reclamos de un “genocidio cultural” (Barker, 2012, 28). Si bien han logrado ciertas victorias en reivindicaciones culturales –lengua o historia-, su presencia sigue estando limitada ante la imposición de “ser francés”. El desarrollo de símbolos es relevante en la consolidación de una identidad nacional. En el caso francés, se mencionan los siguientes elementos: Bandera tricolor: Surgida en la Revolución de 1789, la nueva bandera buscaría expresar una nueva era tras la caída de la monarquía absoluta. El 15 de febrero de 1794 fue decretado que la “bandera nacional debía estar compuesta de tres colores nacionales en tres bandas verticales iguales, bajo el siguiente order: azul, blanco y rojo” (Barker, 2012, 23). Se mencionan razones históricas sobre la elección de estos colores, siendo el blanco el blanco el color de la Guardia Nacional, mientras el azul y rojo representaban la autoridad parisina. Sin contar los primeros años post-napoleónicos, la “drapeau tricolore” se convirtió en el símbolo incuestionable de la nueva nación francesa y la continuación de la modernidad sin importar las rebeliones políticas y el cambio de regímenes –monarquía, imperio o república-. A su vez, los colores se les adjudica el significado de la frase revolucionaria de “libertad, igualdad y fraternidad”. El gallo galo: Símbolo asociado por el Cristianismo, el gallo galo es el animal que, con su canto al amanecer, indica la llegada de la luz entre la oscuridad. Además el gallo posee los colores tricolores. 39 Monumentos y desfiles de guerra: Si bien la existencia de monumentos y desfiles para eventos y héroes históricos está presente en todas las naciones modernas –ya sea en mayor o menor medida-; en el caso francés estos símbolos sirvieron como una catarsis de alta estima en la identidad nacional. Los monumentos erigidos por las guerras fungieron como una visión física de la memoria colectiva, ya sea por su resilencia ante la derrota, así como el orgullo de la victoria. Por otro lado, como se mencionó anteriormente, la institución militar posee una legitimidad dentro de los diversos grupos sociales e incluso constituye como un medio de integración republicana. No por nada, los desfiles del 14 de Julio son majestuosos. La Marianne: Representada como una mujer revolucionaria con el gorro frigio, la Marianne representa a la república y funge como una madre protectora y guerrera. En la actualidad Francia posee una sociedad multicultural, marcada por una minoría considerable de población musulmana –sean estos inmigrantes que arribaron entre la década de 1950 y 1970 provenientes del Magreb o sus descendientes de segunda o tercera generación-; lo cual ha traído nuevas controversias e interrogantes, que van desde la creación de mezquitas, pasando por la prohibición del velo musulmán en espacios públicos y finalizando con el debate acerca de la preparación de puerco en las cafeterías escolares. Esto sigue acrecentándose en la última década. 2.3 El rol del Estado en la identidad francesa En su trabajo doctoral, Louise Strode establece en principio que “la politica nacional en relación al idioma y la cultura ha sido desarrollada e institucionalizada desde el establecimiento de la Quinta República francesa” (2009, 1), siendo un proyecto primordial tanto para Charles De Gaulle como para el primer líder del creado Ministerio de Cultura André Malraux, quienes convirtieron la cultura francesa en una 40 política en base, ante la reconstrucción de una “Francia moderna tras los procesos de descolonización y europeización” (Strode, 2009, 2). Incluso en momentos convulsionados –Guerra de Argelia, las crisis por las revueltas urbanas, crisis económicas- y ante la llegada de nuevos gobiernos con diferentes enfoques ideológicos –el europeísmo de Valery Giscard d’Estaign y de Emmanuel Macron, el socialismo de Francois Mitterrand y Hollande o la derecha radical de Nicolas Sarkozy-, sigue el principio de una “política cultural”, aun ante un constante debate acerca del concepto de que significa “ser francés” y cuestionamientos sobre las instituciones republicanas (Strode, 4, 2001): En el pensamiento político francés, la relación entre pueblo, nación y cultura es central. La cultura es la fundación de la nación y en consecuencia, educar al pueblo es la clave para la democracia. Strode menciona dos casos interesantes el primer cuestionamiento surgió en las manifestaciones de mayo de 1968, cuyas figuras principales, que en principio cuestionaban las instituciones gaullistas, se convertirían en actores activos dentro de esas mismas instituciones con la llegada del gobierno socialista de Francois Mitterrand en 1981 (2009, 2). De la misma manera, los nuevos legisladores y burócratas de la década de 1990 surgieron a partir del planteamiento sobre las controversias surgidas ante los reclamos de una nueva identidad nacional más dinámica e híbrida basada en la integración europea (2009, 2). 2.4 La historia francesa antes de 1789 Considerando que la parte geográfica abarcó aspectos de la historia francesa pre 1789, y la historia en general del país galo es muy extensa y marcada por muchas épocas diversas, en este aspecto solo se consideraran detalles específicos que forjaron la consolidación del reino francés. En aspectos referentes a la historiografía, se tomará en referencia el material visual y de audio de la historiadora y socióloga colombiana Diana Uribe, de la Universidad de los Andes. 41 Los fundamentos de Francia En un inicio, grupos celtas se expandieron a lo largo de la gran planicie europea. Un pueblo se encontraba habitando los valles y las llanuras de la actual Francia, los cuales serían llamados “galos”. Aguerridos y respetados, los galos tuvieron que enfrentar las invasiones de los romanos, siendo las ultimas batallas las más sangrientas entre el capitán romano Julio Cesar y el líder de los galos Vercingetorix, este último sería capturado y asesinado. A lo largode cinco siglos se suscitó la “romanización” de la Galia. No obstante, los franceses conservaron su origen celta en la cultura popular, mientras que sus herederos directos pueden encontrarse en los bretones, quienes poseen una lengua y cultura cercana a sus primos galeses, irlandeses y escoceses de las islas británicas. Para el siglo V d. C. se comenzaron a desplazar pueblos germánicos provenientes de la Gran llanura europea, quienes traspasaron las fronteras del decadente imperio romano llegando a establecerse en las planicies galas. Estos pueblos serían llamados “francos”. Se puede decir que la actual nación francesa es una mezcla entre tres pueblos principales: celta en su origen primario; latino en su idioma y cultura; y germánica en su organización política, ya que “Francia sería uno de los principales epicentros de la era medieval” (Diana Uribe, 2012). Con el triunfo de Clodoveo I ante los alamanes –antecesores de los alemanes-, se consolidó el reino de los francos, así como la cristianización de esos dominios, lo cual consolidaría la herencia de la Iglesia Católica. En consecuencia, los francos se volverían en los “defensores de la cultura latina occidental” (Diana Uribe, 2012). Sin embargo, al no tener la capacidad de gobernar, los reyes de la dinastía merovingia –herederos de Clodoveo I- delegaron responsabilidades a mayordomos, los cuales adquirieron mucho poder. Ante la amenaza musulmana surge un mayordomo relevante: Carlos Martel, quien peleó de manera heroica la batalla de Tours en el 732. Posteriormente su hijo Pipino el Breve consiguió una importante alianza con el Vaticano –dando origen a 42 los Estados Papales o Pontificios- para después conseguir el trono en 751. Esto dio inicio a una futura dinastía que cambió la historia tanto de Francia como del resto de Europa: los carolingios. Con los reinados de Pipino el breve y de su hijo Carlomagno se logró expandir el reino de los francos a lo largo de Europa Occidental y Central, teniendo una expansión entre los mares Báltico y del Norte hasta el Mediterráneo. Estudiosos de la historia y política europea mencionan que el reinado de Carlomagno fue el primer prototipo de una Unión Europea, además de ser el principal artífice de la reunificación continental tras las invasiones bárbaras que destruyeron el Imperio Romano de Occidente (Diana Uribe, 2012). Esto podría considerarse como afirmativa debido a una serie de importantes reformas y transformaciones de carácter cultural y política –Fomento de las obras arquitectónicas y artísticas, creación de una burocracia laica, procesos relativos de pacificación y unificación- (Diana Uribe, 2012). Mapa 2.4. El Imperio Carolingio Mapa obtenido por BlinkLearning (2020). 43 Empero, tras la muerte de Carlomagno se suscitó la división del imperio tras ser heredado por sus herederos: Carlos el Calvo –quien se quedó con la parte occidental, centro de la actual Francia-, Luis el germánico –quien se quedó con la parte oriental, centro de la actual Alemania- y Lotario –la franja central entre Países Bajos y el norte de Italia, dando origen a las regiones de Alsacia y Lorena-. Esta división quedaría ratificada por el Tratado de Verdun en 847. Mapa 2.5. El Tratado de Verdun Mapa obtenido por BlinkLearning (2020). De los Reyes Malditos a Juana de Arco Tras la consolidación del dominio de Paris y de la lengua de oïl –dando origen al idioma francés contemporáneo- sobre la región occitana –el sur galo- a partir del siglo XIII se conseguiría la centralización del reino, aunque no evitó una serie de purgas políticas y religiosas para conseguirla (Diana Uribe, 2012). Este nuevo fortalecimiento trajo consigo un conflicto de poder entre la monarquía y el Papado – 44 comenzando el periodo de los Papas de Avignon y la persecución de fuerzas opositoras-. Tras ello, el reino galo se volvió en el poder continental por excelencia. Sin embargo, también vendrían días oscuros en el nuevo reino: la muerte de la descendencia masculina de las casas reales de los Capeto y los Valois, lo cual conllevó a la crisis con Inglaterra que sería llamada “la Guerra de los Cien Años”, así como los estragos humanos y materiales de la peste negra. La leyenda tradicional estriba en una maldición de un caballero templario llamado Jacques de Molay tras morir en la hoguera3 en 1314 (Diana Uribe, 2012) Con el conflicto de los Cien Años –aunque fueron realmente 112 años de guerra- trajo consigo sendas derrotas galas ante los ingleses, lo cual termino con el ascenso de un rey británico en la corona francesa, Enrique V, quien se casó con Catalina de Valois para consolidar la unión de ambos reinos –De ahí los monarcas seguían utilizando la frase de “Por la gracia de Dios, Rey/Reina de Inglaterra, Francia e Irlanda” hasta la Revolución de 1789-. Aunque parecía que la nación francesa había tocado fondo en humillaciones y derrotas, llegaría una figura que se convertiría en un icono de la resilencia y fortaleza gala además de ser la futura patrona de la nación: Juana de Arco. Siguiendo unas voces que adjudica como divinas, Juana de Arco utilizó una “catarsis mística”, que logra recuperar la esperanza a los franceses. Tras ganar importantes batallas –entre las principales en el sitio de Orleans-, esta restauración se percibe como una esperanza nacional, finalizada con la coronación de un rey francés, Carlos VII de Valois. No obstante, Juana de Arco sería traicionada y posteriormente ejecutada en Ruan por los ingleses ante los cargos de brujería y herejía en 1431. La leyenda de la llamada “doncella de Orleans” permeó en la mente de los franceses, traspasando futuras generaciones como mártir y convirtiéndose en un símbolo de la nación gala. Si las naciones son construcciones imaginarias, la muerte de Juana de Arco podría ser considerada como el momento cumbre para la 3 La leyenda menciona que Molay maldijo hasta la generación decimotercera de los conspiradores: el Papa Clemente V y el rey Felipe IV mientras los comparece en el tribunal de Dios en un año. Los dos murieron en menos de un año. 45 formación de la nación francesa (Diana Uribe, 2012), debido precisamente al misticismo religioso y romántico. Con el triunfo en la batalla de Castillón en 1453, trajo el final de la Guerra de los Cien Años, por consiguiente la expulsión de los británicos –quienes se considerarían en términos imaginarios como “la isla”- y la primera unificación de los territorios galos para formar la nación moderna. Con la derrota de Borgoña –otrora enemigo potencial y adversario de Francia- en una guerra abierta entre 1474 y 1477 traería consigo la primera expansión oriental, tras la adición de los territorios borgoñeses a la autoridad parisina. La Masacre de San Bartolomé El Renacimiento trajo consigo la Reforma protestante. Surgida a partir de las 95 tesis publicadas por Martin Lutero y expandida por el desarrollo de la imprenta –lo cual permitió la publicación de la Biblia y la expansión de ideas a las masas-, esto traería una confrontación entre los cristianos: protestantes contra católicos. A su vez, esta división se extrapoló en el escenario político debido a la confrontación entre España e Inglaterra, así como las guerras religiosas. En el caso francés, se convertirá en un terreno antagónico entre ambas fuerzas. Por un lado, se consolidó un seguidor más fundamentalista de Lutero en Francia llamado Jean Calvin. Sus principios teológicos se expandieron causando una profunda división entre sus seguidores –los hugonotes- y los católicos –dirigidos por la monarquía-. Se forjó un fuerte antagonismo entre ambos frentes, los cuales culminaron en cumbre por una de las matanzas más recordadas: La masacre de San Bartolomé entre el 23 y 24 de agosto de 1572. Existentres eventos precedentes que se consideran relevantes (Historia Hoy, 2019): La paz de Saint-Germain-en-Laye en 1570, que permitió la readmisión de hugonotes en la vida pública El matrimonio de Marguerite de Valois –la famosa reina Margot- con el rey Henri IV de Navarra –este último protestante- El atentado contra el almirante Coligny, líder de los hugonotes. 46 Ante el rumor de una revancha hugonota, el rey Carlos IX y su madre, la regente Catalina de Medici autorizaron el exterminio de los protestantes y más considerando que París era anti hugonota. Esta masacre se expandió a otras ciudades como Orleans, Lyon y Burdeos. Según estimaciones, unos 2000 hugonotes murieron en París y unos 10000 en el resto del país (Historia Hoy, 2018). Solo la paz entre las guerras religiosas en Francia se pudo lograr con el edicto de Nantes en 1598, donde se garantizó la libertad de culto –aunque limitada- dentro del territorio galo. El Estado soy Yo Con el advenimiento del siglo XVII, la monarquía francesa se consolidó en el poder factico, logrando imperar un Estado absolutista. En la práctica, esto significa que los monarcas no tenían contrapesos de carácter político, ya que bajo la justificación de la “ley divina”, las decisiones del rey eran inapelables. El absolutismo significó que todo habitante de Francia era súbdito de la propia monarquía, sin importar su clase social –noble, burgués o campesino-. Durante esta época se forjaron instituciones claves, que continuarían hasta el siglo XXI como la armada y la hacienda (Diana Uribe, 2012). Esto permitía que Francia se volviera en la nación más poderosa del continente. E incluso, tras los resultados de las guerras religiosas nació una ideología y herramienta político- religiosa llamada “galicanismo”, la cual podría definirse de la siguiente manera (Laicismo.org, 2020): Es la teoría o pensamiento de gran parte de la Iglesia francesa durante la época moderna que defendía la independencia respecto a la jurisdicción y autoridad de Roma… Los galicanos sí reconocían la primacía del Papa pero solamente tendría la plenitud del poder apostólico conjuntamente con los obispos… El galicanismo defendía que la Iglesia nacional tuviera sus propias rentas y autonomía económica, así como en materia disciplinaria. Pero también, como apuntábamos más arriba, esa autonomía debía desarrollarse frente a la Monarquía, es decir el poder temporal. 47 Bajo el galicanismo, aun sin una efervescencia religiosa, autoridades nacionalistas buscarían los valores cristianos y la misma Iglesia para el orden y la cohesión nacional. También los representantes de la Iglesia respetarán la defensa de la nación. Esta entente de contrapeso seguiría defendida incluso durante la V República y en diversas ramas políticas francesas actuales. Por otro lado, el Estado comenzó a forjar un imperio de ultramar, el cual puede observarse en el siguiente mapa (Projet immersion Bordeaux XVIIIe siècle, 2020). En el primer imperio, Francia dominó la Luisiana, Ontario y Quebec en Norteamérica, la costa oriental de India, Senegal, Guinea y el Caribe. Empero, tras la guerra de los Siete Años, Francia perdería Canadá y la mayor parte de India contra Gran Bretaña. Mapa 2.6. El Primer Imperio francés Mapa obtenido por Projet immersion Bordeaux XVIIIe siècle (2020) 48 Con la llegada del siglo XVIII llegó la Ilustración. Considerada como una era de nuevas ideas de carácter político, económico y social, surgieron los principios que definirían nuestra era contemporánea, tales como la reconciliación hacia el individuo, un régimen republicano con equilibrio de poderes y la reconfiguración del poder hacia los representantes del pueblo. Tras una eventual “decadencia” del absolutismo francés haría que se germinara un descontento popular basado en los ideales de la Ilustración, estallando en una revolución de 1789. 2.5 La Revolución francesa de 1789 Considerada por historiadores, sociólogos y politólogos como uno de los eventos que marcaron la entrada de la era contemporánea mundial, la revolución francesa trajo consigo importantes reformas políticas, económicas y sociales alrededor del mundo. En relación a la Europa moderna trajo consigo el derrumbe de las monarquías absolutas y la conformación del Estado-nación moderno (Stevens, 2003, 7). El Antiguo Régimen francés estuvo cimentado en una monarquía absolutista cercada por la nobleza y el clero, los cuales poseían sus privilegios intactos; mientras el llamado “Tercer Estado” –compuesto por la burguesía, artesanos y campesinos- permanecían excluidos de la vida política nacional, más allá de la actividad política limitada en los Estados Generales, la tradicional asamblea popular surgida desde la Edad Media (Historia Hoy, 2018). Con el avance de las ideas de la Ilustración, así como las fallas estructurales en aspectos económico y social, trajeron consigo una crisis política interna así como críticas severas ante las clases privilegiadas y su opulencia severa. A su vez, el fracaso de la Guerra de los Siete Años contra Gran Bretaña y la campaña de apoyo ante la causa de Independencia de las Trece Colonias de Norteamérica resultaron en campañas costosas para el prestigio y la estabilidad del gobierno de Luis XVI. El 20 de junio de 1789, ante la agitación política, el rey convocó a los Estados Generales. Lo que parecía un inicio de cambio y esperanza, pronto se convirtió en 49 decepción y coraje, ya que las demandas de igualdad política con la nobleza y el clero y de reforma de las instituciones fueron ignoradas, mientras se le obligó a reunirse por separado y solo se admitiría un voto colectivo. Ante esta situación, el “Tercer Estado” tomó una acción de enfrentamiento (Historia Hoy, 2018). Los representantes del “Tercer Estado” se decidieron proclamarse como “Asamblea Nacional”, reuniéndose en la sala de juego de pelota, tomando un juramento de responsabilidad política y se comenzaron a discutir reformas. Para el 14 de julio de 1789 ante el descontento social, se suscitó una revuelta popular parisina que se expandió hasta la prisión de la Bastilla –símbolo del orden monárquico- tomándola como asedio. Este hecho se considera el inicio de la Revolución francesa. En el siguiente cuadro se muestra el desarrollo de los principales eventos de la revolución: Figura 2.1 Principales hechos de la Revolución Francesa Elaboración propia con datos de diversos libros de historia y fuentes electrónicas 1789 • Abolición del Antiguo Regimen • Declaración de Derechos del Hombre • Toma de la Bastilla • Separación Iglesia- Estado 1792 • I República Francesa • Convención Girondina • Rebelión campesina promonárquica en la Vendée. 1793 • Convención Jacobina • La Era del Terror de Robespierre • Constitución de 1793: • Soberania popular • Sufragio universal 1794 - 1795 • Convención termidoriana • Directorio • Constitución de 1795: • Sufragio censitario • Menores reformas sociales 1799 - 1804 • Golpe de Estado por Napoleón Bonaparte • Constitución de 1799 • Napoleón consul • Código Civil 1804 - 1815 • I Imperio Francés • Napoleón Bonaparte emperador • Política expansionista 50 Esta revolución trajo consigo tres hechos que son relevantes para la configuración del Estado moderno francés: a. La representación del Tercer Estado; b. El laicismo y la división entre Iglesia-Estado; y c. Un nacionalismo universalista. Estos elementos serán descritos a continuación. La representación del Tercer Estado: Basado en el principio del “contrato social” de Jean-Jacques Rousseau, se establece que los miembros de una sociedad son iguales y libres bajo un Estado creado a partir de los consensos entre ellos, dando las bases para la democracia liberal contemporánea. El Tercer Estado francés estaba compuesto por los estamentos sociales
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