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Tese de Mestrado em Ciência Política sobre Identidade Nacional Francesa e Reconstrução Ideológica Europeia

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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA 
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La presente tesis es publicada a texto completo en virtud de que el autor 
ha dado su autorización por escrito para la incorporación del documento a la 
Biblioteca Digital y al Repositorio Institucional de la Universidad de Guadalajara, 
esto sin sufrir menoscabo sobre sus derechos como autor de la obra y los usos 
que posteriormente quiera darle a la misma. 
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA 
CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES 
Maestría en Ciencia Política 
Orientación en Política Internacional 
 
 
 
 
 
LA IDENTIDAD NACIONAL FRANCESA Y LA RECONSTRUCION 
IDEOLOGICA EUROPEA 
 
 
Tesis presentada por Lic. Iván Coss y León Patiño 
para la obtención del grado de Maestría en Ciencia Política. 
 
Directores de Tesis: 
Laura Ibarra Garcia y Alberto Rocha Valencia 
 
Zapopan, Jalisco 
Enero 2021 
2 
 
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA 
CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES 
Maestría en Ciencia Política 
Orientación en Política Internacional 
 
 
 
LA IDENTIDAD NACIONAL FRANCESA Y LA RECONSTRUCION 
IDEOLOGICA EUROPEA 
 
Tesis presentada por Lic. Iván Coss y León Patiño 
para la obtención del grado de Maestría en Ciencia Política. 
 
Directores de Tesis: 
Laura Ibarra Garcia y Alberto Rocha Valencia 
 
Lectores de Tesis: 
Miguel Alejandro Hijar Chiapa y Jorge Quevedo Flores 
 
Zapopan, Jalisco 
Enero 2021 
 
 
3 
 
COMITÉ DE TITULACIÓN 
MAESTRIA EN CIENCIA POLITICA 
CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES 
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA 
PRESENTE 
Por medio de la presente me permito comunicarles que la tesis de Ivan Coss y León Patiño, candidato 
obtener el título de Maestro en Ciencia Política por la Universidad de Guadalajara y que se titula "La 
Identidad nacional francesa y la reconstrucción ideológica europea", reúne los requisitos 
académicos para ser presentada en examen de grado de la Maestria. 
Tanto de forma como contenido la tesis está muy bien elaborada. En la forma, la tesis contiene 
introducción general, cuatro capítulos, conclusiones generales y una bibliografía. Además de 
muchos cuadros y mapas. En el contenido, se explora e investiga una problemática: la identidad 
francesa y su relación con la identidad europea. Los cuatro capítulos presentan desarrollos 
suficientes para abordar dicha problemática. Queda muy claro que las múltiples identidades 
europeas son únicas y diversas; y que la identidad francesa es una de ellas, con sus múltiples valores 
y rasgos distintivos. También queda muy bien expuesta la cuestión de que la identidad europea no 
será una fusión de ellas y que más bien se trata de un proceso histórico inédito, que implica que una 
identidad europea solamente será posible si avanza el proceso de integración regional y el proceso 
de consolidación de la UE, como transnacional, comunitaria regional y supranacional. Entonces, el 
proceso de una Europa de naciones soberanas, es la otra cara de la integración regional solamente 
comercial; es decir donde seguirán imperando las identidades nacionales. Muy buena tesis. 
Adelante con el proceso para la sustentación y titulación. 
Sin más por el momento, me despido enviándoles un cordial saludo. 
A T E N T A M E N T E 
"PIENSA Y TRABAJA" 
Guadalajara, Jal. 15 enero de 2021 
 
________________________________________ 
DR. ALBERTO ROCHA VALENCIA 
Profesor Investigador 
 
 
4 
 
 
 
Comité de Titulación 
Maestría en Ciencia 
Política 
Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades 
Universidad de Guadalajara 
Presente 
 
 
Apreciable Comité de Titulación: 
 
Sirva la presente para hacer de su conocimiento que luego de hacer una revisión 
exhaustiva de la tesis titulada “La Identidad Nacional Francesa y la 
Reconstrucción Ideológica Europea” del alumno Iván Coss y León Patiño, 
candidato a obtener el título de Maestro en Ciencia Política, considero que la 
misma reúne todos los requisitos para ser presentada y defendida en examen 
de grado. 
 
Sin otro particular, agradezco su atención a esta misiva y quedo a su disposición. 
 
 
Atentamente 
“PIENSA Y TRABAJA” 
“Año del legado de Fray Antonio Alcalde en Guadalajara” 
Guadalajara, Jalisco, a 15 de enero de 2021 
 
 
 
Mtro. Miguel Alejandro Híjar Chiapa 
Profesor Investigador Asociado B 
 
 
 
 
 
5 
 
COMITÉ DE TITULACIÓN 
MAESTRIA EN CIENCIA 
POLITICA 
CENTRO UNIVERSITARIO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES 
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA 
PRESENTE 
 
Por medio de la presente me permito comunicarles que la tesis de Ivan Coss y 
León Patiño, candidato obtener el título de Maestro en Ciencia Política por la 
Universidad de Guadalajara y que se titula "La Identidad nacional francesa y la 
reconstrucción ideológica europea", reúne los requisitos mínimos académicos 
para ser presentada en examen de grado de la Maestría. 
 
 
 
Sin más por el momento, me despido enviándoles un cordial saludo. 
A T E N T A M E N 
T E "PIENSA Y 
TRABAJA" 
Guadalajara, Jal. 15 enero de 2021 
 
_________________________________
DR. JORGE ALBERTO QUEVEDO FLORES 
Profesor Investigador 
 
6 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
Antes que nada quiero agradecer a la Universidad de Guadalajara 
Por ofrecerme la oportunidad de entrar en ese templo del conocimiento 
 
Otro enorme agradecimiento a mis profesores en la Maestría, 
De los cuales estaré agradecido por sus atenciones y conocimientos adquiridos 
 
Una especial mención para el Colegio de Jalisco 
Por haber sido mi segunda casa en este trayecto de dos años 
Donde adquirí experiencia y habilidades 
Donde pude conocer algunas de las personas más extraordinarias 
Y ante todo, un reconocimiento al doctor Javier Hurtado González 
Por permitirme esa experiencia y guiarme en este tramo 
 
A mi familia y mis amigos por estar en las buenas y las malas 
Tanto cerca como lejos 
 
Un agradecimiento al Doctor Alberto Rocha Valencia 
Por la paciencia y comprensión en este último proceso 
En la elaboración de este trabajo y fungir como capitán 
 
Y finalmente una dedicatoria especial de este trabajo 
Para la persona que fue la directora de esta tesis 
Una mujer amable, brillante y sobresaliente 
La cual tuve la suerte de haber conocido desde hace 10 años 
Y a quien en una grande estima le agradezco por todo 
Doctora Laura Ibarra García 
 
 
 
7 
 
INDICE GENERAL 
 
 
Introducción………………………………………………………………………………..9 
 
1. Capítulo. Identidad Nacional………………………………………………………..16 
1.1. Concepto de Identidad Nacional………………………………………………18 
1.2. Concepto de nación y nacionalismo…………………………………………..21 
1.3. Principales visiones de nacionalismo…………………………………….……24 
1.4. El interés nacional……………………………………………………………….26 
1.5. El institucionalismo……………………………………………………………...27 
1.6. Síntesis del capítulo……………………………………………………………..30 
 
2. Capítulo. Historia e Identidad francesa…………………………………………….31 
2.1. La geografía francesa como característica histórico-cultural………………32 
2.2. El desarrollo de elementos identitarios franceses………………..…………36 
2.3. El rol del Estado en la identidad nacional francesa…………………………39 
2.4. La historia francesa antes de 1789…………………………………………...40 
2.5. La Revolución de 1789…………………………………………………………48 
2.6. La era napoleónica……………………………………………………………..52 
2.7. La Tercera República…………………………………………………………..53 
2.8. Francia de Vichy contra la Francia Libre……………………………………..57 
2.9. La Quinta República…………………………………………………………….59 
2.10. Síntesis del capítulo……………………………………………………...62 
 
3. Capítulo. Realidad Política y Social contemporánea francesa…………………63 
3.1. La elección presidencial de 2002……………………………………………..64 
3.2. La elección presidencial de 2017……………………………………………..69 
3.3. Las elecciones europeasde 2019……………………………………………72 
3.4. Las vertientes políticas –izquierda y derecha- franceses 
actuales………………………………………………………………………….76 
3.5. La población contemporánea francesa………………………………………79 
8 
 
3.6. La integración social. El caso de los banlieues……………………………..83 
3.7. Síntesis del capítulo…………………………………………………………….95 
 
4. Capítulo. El Proyecto Europeo……………………………………………………..96 
4.1. Las instituciones europeas……………………………………………………..98 
4.2. Enfoques teóricos de la identidad europea………………………………....109 
4.3. La identidad europea y diversidad…………………………………………...112 
4.4. La creación de la identidad europea………………………………………...117 
4.5. La perspectiva política y social del proyecto europeo……………………..123 
4.6. El Euroescepticismo…………………………………………………………..136 
4.7. Síntesis del capítulo…………………………………………………………...140 
 
Conclusiones…………………………………………………………………………...141 
 
Referencias principales…………………………………………………………….....149 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
9 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
10 
 
INTRODUCCION 
 
 
En los últimos 15 años se han registrado cambios considerables de carácter político, 
económico, tecnológico, cultural y social; los cuales comenzaron a partir de la crisis 
financiera internacional de 2007-2008, y logrando un quiebre de las fuerzas clásicas 
de los partidos políticos, tanto de centro-derecha como de centro izquierda. 
A su vez, en medio de este caos, el avance de los gobiernos ultra 
nacionalistas y los movimientos anti sistema de carácter populista se han expandido 
en el llamado “mundo occidental”. Sus representantes pregonan las amenazas a 
partir de las nuevas oleadas de violencia civil, la radicalización de los musulmanes 
–rememorando las épocas medievales en “defensa de la civilización europea y 
occidental”-, el acrecentamiento de la brecha social-económica, y la crisis migratoria 
–causando miedos y odios hacia nuevos “invasores”- Estas problemáticas han sido 
utilizadas como argumentos de crítica ante los procesos de globalización. 
Ahora en 2020, considerado como un año nefasto por parte de las redes, han 
existido voces pregonando una nueva y potencial crisis financiera –la cual ha sido 
teorizada por ciertos especialistas, temiendo que sea la más severa en el orden 
internacional desde los días de la “Gran Depresión” de 1929-, aunado a la situación 
sanitaria por el COVID-19-, causando estragos alrededor del mundo. 
En conjunción, estos eventos han dado más impulsos a estas facciones 
políticas nacionalistas, las cuales han enarbolado un discurso de “defensa a la 
identidad nacional” como modo de cohesión y acción sociopolítica. Estas facciones 
políticas han ganado terreno en diversos países en años recientes, donde figuras 
carismáticas pero volátiles se han convertido en mandatarios. 
Entre los casos más representativos se encuentran Donald Trump en 
Estados Unidos, Rodrigo Duterte en Filipinas y Jair Bolsonaro en Brasil. En el caso 
europeo, han surgido regímenes más autoritarios en los países del ex bloque 
comunista, quienes han visto un fuerte retroceso en materia de derechos civiles y 
humanos. Ejemplos claros se pueden ubicar en Hungría o Polonia donde gobiernan 
Viktor Orban o Jaroslaw Kaczynski. 
11 
 
Dentro de la Unión Europea existe la locomotora franco-alemana, la cual ha 
fungido como la fuerza nuclear de la misma unión desde la década de 1950. Sin 
embargo, ambas naciones han enfrentado problemáticas internas asi como 
amenazas externas. El proceso de salida del Brexit se ha mostrado como un fuerte 
obstáculo para el proceso de integración, mientras fuerzas opositoras surgen al 
oriente de la Unión. En ambas naciones –Francia y Alemania-, existe un degaste de 
las elites políticas, lo cual ha llevado la consolidación de los partidos políticos de 
ultraderecha. 
La realidad contemporánea de la locomotora de la Unión Europea parecería 
pesimista, y en consecuencia, el futuro del proyecto europeísta podría suponer que 
está en un proceso de decadencia o inclusive destrucción. Empero, han surgido 
nuevas fuerzas de carácter político y sociocultural que han podido dar un nuevo 
impulso al proyecto europeísta, por lo cual, se ha observado que ese ideal de una 
nueva identidad europea de carácter cosmopolita y universalista sigue latente. 
Tal como se suscitaron durante las revoluciones liberales del siglo XIX, la 
identidad vuelve a estar en el centro de la discusión y lucha sociales, ahora ante la 
dicotomía entre el nacionalismo excluyente contra el universalismo incluyente; entre 
una sociedad homogénea en valores culturales contra otra que es delineada por 
una visión heterogénea y cosmopolita. Ante esto ¿a qué se le llama identidad? 
La identidad nacional se define como una configuración de principios y 
conceptos referentes a la semejanza o la diferencia entre los miembros de un grupo 
social. La cohesión puede ser adquirida a partir de componentes sociales, 
culturales, históricos e ideológicos (Guilbernau, 2009). En consecuencia, la 
identidad nacional permea un sentimiento de pertenencia hacia un ente o grupo –
nación en particular-. 
La nación puede ser concebida como un subconjunto social, basada en las 
interacciones humanas. Estas interacciones están demarcadas por ciertos 
elementos identitarios –lengua, cultura, pasado, religion, etnia, historia-. Estas 
interacciones, si bien son maleables en relación al paso sucesivo de generaciones, 
los individuos conservan elementos primarios de pertenencia e identificación 
(Guilbernau, 2009). 
12 
 
En la realidad contemporánea, el proyecto europeísta nació a partir de la 
necesidad de supervivencia y reconstrucción tras una confrontación destructiva; 
además de buscar un proceso de reconciliación y cooperación. Bajo la visión del 
burócrata francés Robert Schuman se sentaron las primeras bases por una 
unificación europea bajo intereses comunes. En la declaración de 1950, Schuman 
no solo defendió la reunificación alemana, sino que además instó a las naciones 
europeas a trabajar en conjunto para el desarrollo y crecimiento continentales así 
como la paz internacional. 
Este proyecto europeísta se expandió con el desarrollo de una “tercera vía” 
política entre el federalismo supranacional europeo y el soberanismo nacional, 
gracias a la investidura del presidente francés Valery Giscard d’Estaign en 1974 en 
el proyecto llamado los “Estados Unidos de Europa”. Para la década de 1980, este 
proyecto se consolidaría cuando esta “tercera vía” tendría mayor impulso en las 
administraciones del presidente galo François Mitterrand y el canciller teutón Helmut 
Köhl, dando inicio a la Unión Europea contemporánea. 
¿Será exitosa esta nueva etapa de integración europea? Esto dependería de 
la voluntad de las elites políticas tanto de los Estados miembros como de Bruselas. 
También entra en consideración la paciencia y esperanza que puedan ofrecen los 
ciudadanos, en especial las nuevas generaciones que se puedan sentir 
menospreciadas y decepcionadas; en particular de las que puedan ser radicalizadas 
por el terrorismo radical o las facciones nacionalistas. El sueño europeo podrá estar 
debilitado, pero no muerto, tal como ha pasado en Francia. 
A lo largo de 230 años1, el idealismo ciudadano francés sigue presente 
además de expandirse y reconfigurar los estamentos sociopolíticos de la civilización 
occidental contemporánea. Es considerable además que, al revisar la historia, la 
integración europea ha tenido en consideración el eje francés como agente activo 
de la unión, la cual conlleva desde los días de Carlomagno. 
Ahora si la integración europea es factible ¿Por qué revisar el caso francés? 
Como se mencionó anteriormente, junto a Alemania, Francia es el motor impulsor 
 
1 Tomando en consideración el 14 de Julio de 1789 como referencia de iniciodel Estado francés 
contemporáneo 
13 
 
de la integración europea. En principio la comunidad económica europea fue 
motivada, adaptada y creada por mentes francesas, tales como Robert Schuman, 
Jean Monnet. Jacques Delors, Simone Veil y François-Xavier Ortoli. Como una 
última cuestión existe la crítica y mofa de los miembros del grupo Visegrad –Polonia 
y Hungría especialmente- han mencionado que la Unión Europea es una extensión 
del sueño napoleónico. 
Bajo esta premisa, la pregunta principal de esta investigación que motivó este 
trabajo: “¿Cuáles son los puntos principales de transformación de la identidad 
nacional francesa en la era contemporánea?”; mientras que la pregunta 
complementaria es: “¿Cómo estas transformaciones chocan o se adaptan al 
desarrollo europeo?” 
De aquí, la hipótesis que se desprende será que el avance de la ola 
nacionalista, así como la crisis financiera y la decepción hacia la elite política en 
Francia ha reconfigurado su principio de identidad nacional y en consecuencia ha 
afectado intrínsecamente la construcción y reafirmación del proyecto de la Unión 
Europea”. Se utilizarán dos variables para delimitar este estudio: la identidad 
nacional francesa –como la variable dependiente- y la identidad europea –como la 
variable independiente-. 
De tal manera, el objetivo principal de este proyecto será “identificar los 
elementos comunes entre la identidad nacional francesa y el desarrollo del proyecto 
europeo, a partir de una comparación de eventualidades internas y externas del 
Estado galo en años recientes”. 
En el aspecto metodológico, el trabajo consiguiente tendrá enfoque analítico, 
ya que si bien se consideran aspectos descriptivos como la historia y elementos 
socioculturales, el principal objeto de estudio será analizar e interpretar las políticas 
y acciones que ha implementado el Estado francés en relación a la identidad 
nacional. 
En segunda instancia, posee un análisis sobre perspectiva politica, ya que se 
revisan y estudian elementos politicos en la construcción de la identidad nacional 
así como la creación del proyecto europeo. 
14 
 
Como tercer elemento, este es un trabajo de carácter cualitativo, ya que a 
pesar de utilizar estadísticas y elementos numéricos, se hace fundamentalmente 
una interpretación de los resultados finales. 
En el marco teórico, la principal teoría de las Relaciones Internacionales que 
se utilizará en este trabajo es el Constructivismo. Bajo las Relaciones 
Internacionales, la teoría constructivista está definida a través de cuatro elementos 
principales: a) Identidad, en donde los Estados poseen una propia identidad 
marcada por sus interacciones externas y las acciones internas, b) Interés, por el 
cual los Estados tienen ideas y sus intereses están constituidos por ideas, forjadas 
por las ideas compartidas o la cultura del sistema internacional, c) Cambio 
estructural, que en principio los actores actúan sobre la base de creencias que 
tienen sobre el ambiente y sobre otros, lo cual tiende a reproducir esas creencias, y 
d) Actores, que si bien los Estados constituyen los elementos principales de juego 
en el orden internacional, estos determinan sus acciones a partir de las decisiones 
y acciones de los principales agentes, es decir, la elite gobernante. 
Además, en el análisis de la fundación y construcción de la Unión Europea 
se utilizará elementos de una teoría considerada recientemente en las Relaciones 
Internacionales: el institucionalismo. Como menciona José Guadalupe Vargas, la 
cooperación se sostiene a través de mecanismos iterativos en los que la amenaza 
de replicación junto con la facilitación de flujos de información y mecanismos de 
monitoreo detienen los peligros. Las instituciones son puntos focales para la 
cooperación, proveen tareas de monitoreo e información, que entregan ganancias 
distribucionales. 
Bajo esta teoría hay un análisis del conflicto, del poder y de la política en el 
cambio institucional. A su vez, en el institucionalismo existe una separación entre 
las esferas pública y privada, entre lo administrativo y lo político. Los 
institucionalistas sociológicos definen a las instituciones de forma más general que 
los politólogos, e incluyen en esa noción un conjunto de elementos como los 
sistemas de simbología, las pautas cognoscitivas y los patrones morales 
(Observatorio Geográfico de América Latina, 2020). 
15 
 
Este trabajo está compuesto en cuatro capítulos. El primer capítulo es un 
marco teórico más detallado acerca de elementos esenciales como identidad 
nacional, interés y nación. El segundo capítulo se introduce a una revisión 
historiográfica sobre los más importantes eventos y símbolos que han configurado 
la nación gala, con énfasis en la era contemporánea desde la revolución de 1789. 
En el tercer capítulo se adentra a detalle la realidad política actual francesa 
marcando énfasis a las elecciones entre 2002 y 2019. En el capítulo cuatro se 
observará a detalle la construcción de la identidad europea, desde una perspectiva 
histórica hasta proyectiva. 
Ante esto, se puede concluir parafraseando al sociólogo Jeremy Rifkin en su 
trabajo referente a la Unión Europea: “La visión transatlántica de Europa es una 
nueva lección en el Viejo Continente. Un nuevo proyecto donde la nacionalidad 
adquiere un valor moral bajo un lineamiento universalista, respeto a derechos 
humanos y la resolución de necesidades comunes a partir de la búsqueda de 
soluciones y estrategias ante las problemáticas particulares”. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
16 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
17 
 
CAPITULO 1. IDENTIDAD NACIONAL 
 
 
En el diccionario de la Real Academia Española, la palabra identidad es definida 
como un “conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los 
caracterizan frente a los demás” (RAE, 2019). Las personas, a partir de sus 
interacciones sociales, los seres humanos crean rasgos distintivos que pueden, 
tanto unificar, como diferenciar en relación a los demás. Estas interacciones pueden 
observarse en la vida cotidiana cuando los hijos rebeldes crean identidades 
antagónicas respecto a sus padres, pero afines a sus amigos más cercanos. De la 
misma forma, ciertas asociaciones deportivas o culturales buscan personas afines 
con gustos y características similares. 
 La identidad también puede mostrarse en esferas políticas más complejas, 
tales como ciudades, regiones y entidades, provincias o departamentos 
(dependiendo la división administrativa de las naciones). Caso concreto sucede 
entre las ciudades más grandes de un país, las cuales remarcan los defectos y 
diferencias entre “ellos” y “nosotros” mientras enaltecen las “virtudes” propias. 
Ejemplos claros podemos observarlo en las urbes estadounidenses de Nueva York 
y Los Angeles; las brasileñas de Sao Paulo y Rio de Janeiro; las canadienses de 
Toronto, Montreal y Vancouver; las australianas de Sydney y Melbourne; o incluso 
en México entre la trifecta de Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Estas 
divisiones pueden formarse por aspectos politicos, económicos, culturales, 
históricos, lingüísticos o incluso deportivos. 
 Finalmente, aquel proceso de formación y consolidación de una identidad 
existe entre las naciones, los Estados e inclusive, en años recientes, en entes 
supraestatales como la Unión Europea (aunque ésta última sigue en proceso de 
construcción). Actualmente ha existido un auge discursivo y político en la 
reivindicación de la “identidad nacional” alrededor del mundo, lo cual ha logrado ser 
reivindicado en victorias políticas y electorales. Sin embargo, cabe preguntarse en 
este punto ¿A qué se le llama identidad nacional? ¿Cómo surge? 
 
18 
 
 
1.1 Concepto de identidad nacional 
 
A partir del establecimiento de las sociedades modernas, surge la identidadnacional 
como elemento esencial de cohesión. Montserrat Guibernau establece que todas 
las identidades surgen dentro de un sistema de representaciones y relaciones 
sociales (2009, 26). Al extrapolar la identidad personal hacia un nuevo nivel social, 
esta adquiere reglas así como nuevos valores. Por consiguiente, la identidad 
nacional surge como un sentimiento colectivo asentado en la creencia de pertenecer 
a la misma nación única y distinguible de otras (Guibernau, 2009, 26). 
Luis Villolo menciona que la identidad es definida a través de dos objetivos: 
a) Reflejar y remarcar lo que nos distingue de los demás; o b) Determinar elementos 
que nos permiten aseverar que es el mismo objeto en distintos momentos del tiempo 
(1998, 53). En consecuencia, se podría decir que “identificar” se relaciona con 
“singularizar”. Bajo este término “singularizar” significaría con compartir y valorizar 
atributos particulares entre la población de una nación. 
Siguiendo la línea teórica de Guibernau, si se define la nación como “un grupo 
humano consciente de formar una comunidad con una cultura e historia en común, 
un proyecto futuro compartido y un territorio delimitado”, la identidad nacional posee 
cinco dimensiones (2009, 27). Estas dimensiones poseen características 
particulares, las cuales son explicadas a continuación (Guilbernau, 2009, 27-48): 
a. Dimensión psicológica: Emana de la conciencia de formar un grupo 
basado en la cercanía “percibida” entre los miembros de la nación, lo cual 
permite su unión. Los atributos, reales e inventados, sostienen de una 
ascendencia común son esenciales para la identidad nacional. 
b. Dimensión cultural: Los valores, las creencias, las costumbres, la 
lengua y las prácticas son transmitidos dentro de la sociedad a partir de 
generaciones. La cultura constituye un elemento infalible en el proceso de 
identificación e inclusive un factor emocional para los individuos. Permite 
que los individuos socializados en una cultura interiorizan los símbolos, 
creencias y costumbres. 
19 
 
c. Dimensión histórica: Los miembros de una nación se sienten orgullosos 
de su pasado y normalmente pueden reinterpretar la historia para mostrar 
cualidades de su nación dentro de situaciones específicas o evocar 
sentimientos sobre experiencias de humillación y sufrimiento. 
d. Dimensión territorial: Originalmente, los individuos vivían con sus 
semejantes en territorios delimitados. A través de una organización 
política y social se estableció una relación al suelo, lo cual se vio 
fortalecido a través de los mismos lazos culturales. Pese a los fenómenos 
eminentes de la globalización, los vínculos locales y nacionales siguen 
siendo fuertes. 
e. Dimensión política: La identidad nacional se remite a una propiedad que 
comparten los ciudadanos de un Estado-nación. Esta identidad nacional 
se encuentra definida como los atributos que pertenecen a la nación, y 
ante esa situación los Estados-nación modernos dependen claramente de 
la identidad nacional. 
 
Ante ello, Guilbernau (2009, 45) establece que la conjunción de estas cinco 
dimensiones conlleva a un ciclo continuo de cinco procesos que logran consolidar 
la identidad nacional entre semejantes: 
a. Construcción y difusión de la imagen de nación: La imagen debe ser 
generalmente aceptada por los entes sociales. 
b. Aceptación de símbolos y rituales comunitarios: Se incluyen 
elementos distintivos de la nación tales como las tradiciones, fiestas 
nacionales, el idioma o la historia. Inclusive la aceptación comunitaria 
puede expandirse a otras áreas como el arte y el deporte, los cuales se 
exportan en otras naciones. 
c. Desarrollo de una ciudadanía: Puede ser definido como el 
establecimiento de una relación política entre el individuo y la nación, 
creando una diferencia más clara entre “ellos” y “nosotros”, así como un 
sentimiento de “pertenencia” a la nación. 
20 
 
d. Creación de un “otro”: Normalmente el “otro” imaginario tiende a 
expresar características negativas y antagónicas en comparación a la 
imagen de la nación. Este “otro” puede ser otra nación, un enemigo 
potencial o incluso una ideología opositora. 
e. Consolidación de los canales de comunicación: Exclusivamente en 
referencia a los canales mediáticos. 
 
Figura 1.1 Construcción de la identidad nacional. 
 
Elaboración propia con datos de Las Identidades de las Naciones de Montserrat Guilbernau (2009, 
45). 
 
Las identidades colectivas pueden ser forjadas en diversos niveles, utilizando 
elementos dispares, pero logrando una aceptación por las mismas comunidades. 
Según Sven Vitse (2005, 3), estas identidades colectivas “pueden ser definidas 
como un sentimiento compartido de pertenencia. En consecuencia, la membresía 
del grupo se convierte en su sentido de ser para el mismo grupo”. Las identidades 
colectivas tienden a variar en aspectos como temporalidad, objetivos y principios de 
carácter geopolítico o estratégico. 
 Ante ello, Martínez & López (1997, p. 162) establecen en relación a la 
identidad nacional, la cual se basa en siete elementos organizados en orden 
descendente: 
Construcción y 
difusión de la 
imagen 
nacional
Aceptación de 
simbolos y 
rituales
Desarrollo de 
la Ciudadanía
Creación de un 
"otro"
Consolidación 
de canales de 
comunicación
21 
 
1. Las identidades no son naturalmente generadas sino socialmente 
construidas, ya sea intencionalmente o no. 
2. La identidad es fruto de la construcción social de las fronteras mediante 
mecanismos de exclusión de naturaleza variable –étnico, histórico, cultural o 
geográfico-. 
3. La elaboración de códigos simbólicos de distinción que permiten diferenciar 
entre “nosotros” y “ellos”. 
4. Estos códigos están relacionados con la división del trabajo, el control sobre 
los recursos y la diferenciación social 
5. Reforzamiento entre lo interno y externo de una sociedad a través de valores 
o principios de identidad. 
6. El desarrollo del código cívico. Funge como principio de comportamiento 
colectivo que se establece dentro de iguales. 
7. El desarrollo de la religión como principio de moralidad, o en su defecto la 
moralidad reside principalmente en las normas de la ética. 
 
 
1.2 Concepto de nación y nacionalismo 
 
Un concepto recurrente en los estudios académicos de identidad nacional, así como 
referencia clave tanto en los discursos políticos, así como las noticias y artículos de 
la “mass media” es la “nación”. Volviendo al Diccionario de la Real Academia de la 
Lengua Española, la “nación” es definida como un “conjunto de personas de un 
mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición 
común” (RAE, 2019). 
Si bien hay antecedentes históricos de sistemas sociales y políticos, se 
establece que la concepción de nación es un producto de la Edad Moderna. Es 
importante mencionar que la nación sigue considerándose como el primer elemento 
de reconocimiento político contemporáneo, ya que las sociedades contemporáneas 
siguen relacionadas con este vínculo comunitario. 
22 
 
Anthony Smith establece que en el proceso de estudio de la nación así como 
del nacionalismo existen ciertas advertencias para elegir una definición que preceda 
a la explicación y clasificación ontológica. Existen cuatro dimensiones las cuales se 
mencionan a continuación (Smith, 1971, 12). 
 
a) Definir “nación”, como unidad política y cultural reconocida para la defensa y 
mantenimiento de la identidad amenazada (según Smith, por dominio extranjero); 
b) Definir “nacionalismo” como movimiento ideológico; 
c) Explicar la formación de “naciones”; 
d) Explicar la aparición de movimientos nacionalistas. 
 
Por otro lado, bajo un principio de Homi K. Bhabha, Louise Strode establece que la 
nación siempre está fundamentada bajo la construcción de una narrativa. Esta 
narración tiene un trasfondo político así como una idealización positiva –e incluso 
heroica- ante los“otros” (2009, 6). 
 
Las naciones, como las narrativas, pierden su origen en los mitos del tiempo y solo se dan 
cuenta plenamente de sus horizontes en el ojo de la mente. Tal imagen de la nación, o 
narración, puede parecer imposiblemente romántica y excesivamente metafórica, pero es a 
partir de esas tradiciones de pensamiento político y lenguaje literario que la nación emerge 
como una poderosa idea histórica en Occidente. Una idea cuya compulsión cultural radica 
en la imposible unidad de la nación como fuerza simbólica. 
 
En su ensayo sobre el nacionalismo peruano, el sociólogo Hector Bejar establece 
el nacionalismo a partir de dos palabras claves: “principio político” y “proceso”. El 
nacionalismo está compuesto a partir de estos elementos necesarios para su 
formación: “unidad política”, “cultura” y “secuencia histórica”, ante lo cual se 
establece de la siguiente manera (Bejar Rivera, 2019): 
 
El nacionalismo es un principio político que sostiene que debe haber congruencia entre la 
unidad nacional y la política… Surge antes que la nación pero necesita de la cultura. Debe 
inventar mitos estandarizados, abarcadores a toda la población. Así como el nacionalismo 
forma parte de una secuencia histórica que va desde el clan hasta el estado moderno, así 
23 
 
también es la culminación de un proceso que puede ir desde el provincialismo, el 
regionalismo y que culmina en el nacionalismo… Surge en la práctica de situaciones en las 
que comunidades o pueblos distintos reclaman igualdad y justicia a partir de situaciones 
asimétricas o también a partir de intereses expansionistas en que unos pueblos o unos 
grupos pretenden dominar a otros pueblos y otros grupos humanos a partir de reclamaciones 
históricas, reivindicaciones territoriales o argumentos de raza y de sangre. 
 
En otro aspecto, Gil Delanoi establece que la identidad nacional posee diversas 
ambivalencias en el desarrollo de la misma. No existe un proceso único de 
formación debido a las externalidades –guerras, anexiones por parte de potencias- 
o confrontaciones internas –revoluciones, crisis internas, unificaciones- (1993, 11-
19). Ante esto se establecen las principales divergencias: 
 Teoría y estética. La nación existe a partir de una distinción geográfica e 
histórica, lo cual la permite ser “única” en un espacio temporal. Por otro lado 
la estética se refiere a arquetipos netamente sociales de la población que 
forma la nación. Si bien estos dos elementos pueden coexistir no son 
exclusivos entre sí. 
 Orgánico y Artificial. En el aspecto orgánico la nación es vista como un 
organismo viviente, que posee un desarrollo, así como un nacimiento. 
También esto significa que, las generaciones que conformar la población 
constituyen las células de estas naciones. En relación a un aspecto artificial, 
esta nación se forja de una manera diferente: a través de una construcción 
política o militar, basada en una élite dominante o por estatutos legales e 
ideológicos. 
 Universal y Particular. Quizá la confrontación que se verá más a detalle en 
los siguientes capítulos a partir de una de las grandes interrogantes que 
surgen actualmente ¿Se puede una integración de “todos” o algunos somos 
más “similares” que otros? El principio universalista establece que la relación 
hacia la nación solo es establecida a partir de principios básicos y 
universales. En el caso particular, siempre existe un elemento de exclusión, 
el cual puede tener diversos elementos de diferencia –etnia, religión, lengua, 
cultura-, pero el resultado es el mismo: “no todos somos iguales” 
24 
 
 Étnico y Cívico. Frente a este precepto encontramos la dicotomía europea 
de la nacionalidad: Alemana (Étnico-cultural) y francesa (Cívico-Ciudadano). 
En la dicotomía alemana, la sangre impera como factor relevante, ya que la 
nacionalidad surge como una identidad hereditaria –“Si mis padres fueron 
alemanes, aunque haya nacido en Rumania, soy alemán”-. La dicotomía 
francesa ve a la nacionalidad como una relación política y de voluntad a partir 
de la ciudadanía –“Si respeto los principios de la República puedo ser 
francés”-. Esto en la práctica, sin embargo, ha tenido modificaciones 
considerables para ambos países. 
 Trascendente y Funcional. En el primer caso, la nación es vista como una 
figura romántica y mítica, cuya permanencia quedará presente más allá de la 
“vida mortal” de la población. Por otro lado, el aspecto funcional establece a 
la nación como una “herramienta” al servicio del propio Estado. 
 Continuo y Discontinuo. Esta ambivalencia proviene de la temporalidad. La 
continuidad establece estabilidad en las identificaciones histórico-sociales; 
mientras que la discontinuidad son los movimientos de la conciencia 
nacional. 
 Independencia y Dependencia. Las naciones pueden ser una cristalización 
de determinismos políticos y accidentes históricos. 
 Ideología y Apoliticismo. La ideología y la política se dedican a demarcar 
el carácter colectivo y social de la nación. 
 
 
1.3 Principales visiones del nacionalismo 
 
Tal como se mencionó en el apartado anterior, la principal dualidad de los 
nacionalismos existe a partir de dos vertientes clásicas: el universalista contra el 
étnico. Ante esto, ¿a qué se le llama etnia? Al revisar el diccionario de la Academia 
de la Lengua Española etnia es definida como “Comunidad humana definida por 
afinidades raciales, lingüísticas, culturales, etc.”. 
25 
 
 Guilbernau remite que la pertenencia étnica es “una identidad supuesta en el 
imaginario colectivo y que la distingue de otras uniones como el parentesco o la 
sangre” (2003, 97). La pertenencia étnica permite un proceso de redes comunitarias 
más cohesionadas. En consecuencia se establece que la identificación étnica sea 
bajo un precepto “único”. 
A partir de estudios franceses, esta dicotomía establece la siguiente división: 
a. El nacionalismos de los nacionalistas; y b. El nacionalismo de los 
antinacionalistas, cuyas características son observadas en la siguiente tabla 
(Delanoi & Tanguieff, 1993, 98-106): 
 
Tabla 1.1 Comparativa de nacionalismos 
 Nacionalismo de los nacionalistas 
Nacionalismo de los 
antinacionalistas 
Figura clave Charles Maurras Henri Berr 
Precepto básico 
La nación posee un orden 
social preestablecido en la 
historia y jerarquía 
La nación existe por la 
consolidación del Estado y la 
aceptación de sus 
ciudadanos. 
Ideas 
principales 
-La decadencia comenzó a 
partir de la Revolución de 
1789 y las posteriores 
revueltas liberales. 
-Principio “nacionalitario” 
opuesto al liberalismo 
clásico. Según el cual las 
etnias comunes se unen en 
un cuerpo político. 
-La nación debe fungir como 
un proyecto integral, basado 
en un orden “natural” en los 
valores sociales y culturales 
-Institucionalización en las 
élites de prestigio. 
-Liberalismo social moderno 
(ciudadanía) lo. 
-Existe un libre 
consentimiento proveniente 
directamente de la voluntad 
de los ciudadanos. 
-El nacionalismo a través de 
la raza conlleva a divisiones 
artificiales y dominio 
supremasista o colonial. 
-Existe un fortalecimiento de 
un sentimiento democrático y 
liberal 
-Aceptación de un consenso 
social basados en principios. 
Integración 
social 
Orden natural basado en la 
cultura exclusoria. 
Orden político basado en una 
asimilación consensada. 
Sucesores y/o 
(potenciales) 
seguidores 
René Johannet, José Antonio 
Primo de Rivera, Jesús Guiza 
y Acevedo, Steve Bannon, 
Marion Marechal 
Jurgen Habermas, George 
Wells, Karl Deutsch, Simone 
Veil 
Elaboración propia con datos de Teorias del Nacionalismo de Gil Delannoi y Pierre-André Tanguieff 
(1993, 98-106). 
 
26 
 
 
1.4 El interés nacional 
 
Los actores que intervienen en el sistema internacional actúan de acuerdo a valores 
y preceptos establecidos interna y externamente. También estos actores poseen 
intereses, los cuales delinean esas acciones. Ante esto, el interésnacional está 
ligado a la misma identidad de las naciones. 
Jutta Wedes, principal precursora de esta base teórica, menciona que este 
interés nacional tiene relevancia a partir de dos aspectos fundamentales: a. La 
consolidación de una política exterior; y b. El establecimiento de una política 
internacional forja legitimidad (1996, 276). En consecuencia, estos intereses surgen 
debido a las consideraciones colectivas internas de una nación, así como la 
interacción de otros actores externos. Ante ello, se puede establecer la siguiente 
figura mostrando la formación del interés nacional (Wedes, 1996, 276-278): 
 
Figura 1.2 Construcción del interés nacional 
 
Elaboración propia con datos de Constructing National Interests de Jutta Weldes (1996, 276-278). 
 
¿Quién?
• Es construida a través de las instituciones 
del Estado 
¿Por qué?
• Para que se entiendan los alcances y 
consecuencias de las acciones de los Estados
¿Cómo?
• Funcionan a partir de seguimientos 
especificos y metas.
27 
 
Así también Weldes establece que deben existir representaciones de las 
identidades colectivas a partir de la construcción de las mismas, las cuales son 
creadas a partir de un proceso social de dos vías paralelas, las cuales están 
demarcadas en el siguiente cuadro (1996, 284-288): 
 
Tabla 1.2 Representaciones de las identidades colectivas 
Articulación Interpelación 
Proceso que relaciona el significado se 
produce a partir de materiales 
culturales o recursos lingüísticos 
existentes. 
Proceso en donde las identidades 
específicas se crean cuando las 
relaciones sociales están 
representadas. 
Elaboración propia con datos de Constructing National Interests de Jutta Weldes (1996, 284-288). 
 
 
1.5 El institucionalismo 
 
Nuevamente al retomar el diccionario de la Real Academia Española, la palabra 
“institución” es definida a partir de dos definiciones entrecruzadas. La primera la 
establece como “Organismo que desempeña una función de interés público”, 
mientras que la segunda la menciona como “Cada una de las organizaciones 
fundamentales de un Estado, nación o sociedad” (RAE, 2019). 
En el desarrollo histórico de las identidades colectivas, las instituciones han 
fungido como los actores primordiales en la expansión, cohesión social y defensa 
de valores culturales, lingüísticos, políticos y étnicos. Y tal como se detalló en el 
apartado anterior, las instituciones se convierten en los entes activos en la creación 
y los alcances del interés nacional. 
Jose Guadalupe Vargas considera a las instituciones como “reglas de 
funcionamiento de la sociedad… las cuales pueden ser descritas como acción del 
gobierno en los campos organizacionales” (2008, 47). En consecuencia, las 
instituciones se convierten en el ente mediador de los diversos grupos sociales a 
partir de la cooperación por el “interés nacional” y la regulación de la conducta 
individual así como grupal. 
28 
 
Si bien, tal como establece Vargas, la teoría institucional se encarga de 
“analizar la divergencia de las capacidades de poder de los Estados sobre las 
instituciones” (2008, 48), existen dos importantes enfoques de consideración en 
relación al actor y la estructura, los cuales quedarán demarcados en el siguiente 
cuadro (Zurbriggen, 2006). 
 
Tabla 1.3 Variantes del estructuralismo actor-estructura 
Elementos Institucionalismo racionalista Institucionalismo cultural 
Concepción 
Instituciones son 
restricciones o productos de 
las actuaciones necesarias 
hacia los intereses 
Instituciones son productos 
del contexto político, social e 
histórico 
Objetivo Satisfacción de los intereses Satisfacción de normas y valores 
Elemento 
principal Agentes Estrategias y objetivos 
Reacción al 
exterior 
Cambiar estrategias o 
transformar de acuerdo a los 
resultados políticos 
Reconfigurar las 
convenciones institucionales 
de acuerdo a los actores 
sociales 
Elaboración propia con datos de El Institucionalismo centrado en los actores: Una Perspectiva 
analítica en el estudio de las políticas públicas de Christina Zurbiggen (2006). 
 
Para el institucionalismo racionalista las instituciones son el contexto estratégico 
dentro del cual los actores diseñan los mecanismos óptimos y los medios para 
conseguir sus fines (Zurbriggen, 2008). Esto trae en consecuencia que las 
instituciones sean las mismas que condicionan el comportamiento de los diversos 
agentes en juego –individuales o colectivos-. 
 Por otro lado, en el institucionalismo cultural se establece que el tiempo y las 
transformaciones de los actores sociales generan nuevas reglas y perspectivas 
dentro de las mismas. En consecuencia, el principio fundamental de cambio no es 
que las instituciones determinen sus principios en tiempo, sino que otorguen 
estructuras completas de significado para interpretar las acciones de los individuos 
en cada contexto (Zurbriggen, 2008). 
 Ante esto, Zurbriggen retoma los principios de Fritz Scharpf, donde, se 
destaca “la incidencia que tienen las instituciones, por un lado, sobre las 
29 
 
percepciones, las preferencias y las capacidades de actores individuales o 
colectivos y, por otro, sobre las formas en que estos actores interactúan” (2006). En 
consecuencia, las instituciones son las fuentes de información de los actores, así 
como el factor de consideración para sus decisiones. Esto no significa que las 
instituciones tengan una naturaleza determinista sobre las decisiones de los 
actores, sino que incentivan y priorizan las mismas. 
 Este enfoque institucional relacional entre actor y estructuras institucionales 
quedaría establecido de la siguiente manera (Zurbiggen, 2006): 
a. Cada actor está institucionalmente constituido, pues emerge basado 
en reglas preexistentes. 
b. Las reglas no solo habitan en su constitución, sino también aseguran 
su actuación y permanencia. 
c. Las instituciones no solo operan como facilitadores de elecciones 
posibles sino también delimitan las elecciones y preferencias de los 
actores respecto a las alternativas posibles. 
 
Figura 1.3 Marco de enfoque institucional relacional de Scharpf 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Elaboración propia con datos de El Institucionalismo centrado en los actores: Una Perspectiva 
analítica en el estudio de las políticas públicas de Christina Zurbiggen (2006). 
Arreglo institucional 
En
to
rn
o 
de
 la
s 
po
lít
ic
as
 
Problemas 
Políticas 
Modos de interacción 
Constelaciones 
Actores 
30 
 
 
 
1.6 Síntesis final 
 
Las peleas antagónicas sobre la concepción de identidad nacional siguen presentes 
en la actualidad, e incluso se han acrecentado a partir de conflictos ideológicos entre 
elites o por crisis internas. Lo que podría parecer discusiones risibles o hasta 
“ridículas” para personas ajenas, siguen acelerando ciertos debates acerca de la 
identificación entre “nosotros” y “ellos”. 
La identidad define a los entes acerca de su propia esencia y características. 
En consecuencia también deciden acerca de sus propios intereses en su propio 
entorno. Las personas tienden a juntarse con personas similares, y de la misma 
forma los entes regionales, locales e incluso nacionales. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
31 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
32 
 
CAPITULO 2. HISTORIA E IDENTIDAD FRANCESA 
 
 
Para poder entender las bases de la identidad nacional francesa hay que establecer 
dos etapas clave que redefinen las instituciones y establecen nuevos 
delineamientos sociopolíticos en el Estado-nación galo. La actual identidad francesa 
está sustentada en principios intangibles y de construcción político-social que en un 
principio constituyeron una nueva visión ideológica. 
 Desde el debate realizado el 2 de noviembre de 2009 bajo la gestión del 
presidente Nicolas Sarkozy, así como el avance de la fuerza política del Frente 
Nacional trasel liderazgo de Marine Le Pen en esta última década, han suscitado 
diversas discusiones acerca del significado de “ser francés”, así como el rol de los 
franceses en la construcción de una nueva identidad europea. Por otro lado, la 
migración transcontinental ha reconfigurado la población gala actual, forjando 
nuevas generaciones multiculturales. 
Ante esto, quedaría como pregunta principal ¿Cómo se forjó la identidad 
francesa contemporánea? Es por esto que este capítulo tratará de recapitular 
aspectos relevantes de la historia contemporánea francesa, asi como un análisis 
primario acerca de la geografía, la cual contribuyó en la cohesión nacional así como 
su relación tanto con sus vecinos como con sus históricos antagónicos. 
 
 
2.1 La geografía francesa como característica histórico-cultural 
 
Al observar un mapa o por Google Maps, se puede afirmar que Francia es una 
nación afortunada al poseer una geografía privilegiada y única. Estando en contacto 
tanto en la Gran llanura europea, así como la costa mediterránea, la nación gala ha 
estado presente tanto en las esferas latina como germánica; las cuales configuraron 
la historia y cultura europeas. A su vez, se puede considerar que la nación gala es 
un puente natural entre Europa del norte y del Sur. 
33 
 
 Verificando con mayor detalle la geografía gala se pueden distinguir una serie 
de ríos navegables y extensos que se extienden a lo largo de una planicie poco 
accidentada (RealLifeLore, 2019). Las principales fuentes fluviales son el Sena, el 
Marne, el Loira, el Ródano, el Garona y el Rin. Estos ríos no solo permitieron la 
existencia de territorios aptos y arables a la agricultura –De hecho, Francia es 
considerada como uno de los importantes graneros de Europa-, sino también como 
una red de comunicación y transporte entre comunidades internas. Gracias a esta 
geografía, ha permitido que la cohesión identitaria nacional y la centralización 
política desde París hayan sido efectivas (RealLifeLore, 2019). 
 
Mapa 2.1. Mapa general de la Francia metropolitana 
 
Mapa obtenido por Europa Planet (2017). 
 
Al observar sus fronteras naturales externas, se pueden observar ventajas 
geopolíticas, las cuales fungen como una armadura geográfica (RealLifeLore, 
2019). En primera instancia, Francia posee costas tanto en el océano Atlántico –
Siendo dividida con la isla de Gran Bretaña por el canal de la Mancha- como en el 
mar Mediterráneo. Tanto en el sur como en el este se encuentran dos cadenas 
34 
 
montañosas –los Pirineos y los Alpes respectivamente-. Y finalmente, Francia se 
encuentra separada de Alemania de forma natural por el río Rin. 
Empero, al observar la frontera norte se encuentra el punto más débil 
geográfico, la cual se convertiría en su principal obsesión política y militar por siglos, 
siendo una idea generalmente compartida por varios líderes franceses a lo largo de 
la historia. La Gran llanura europea se extiende a lo largo de la región del Benelux2, 
adentrándose por la región septentrional gala. Al no poseer una frontera natural, 
tropas invasoras han podido adentrarse e invadir Francia tras tomar Bélgica. 
Desde la consolidación de una monarquía medieval centralizada francesa en 
985, existió una tendencia expansionista y de protección nacional impuesta hacia el 
oriente. Este objetivo geoestratégico constituyó uno de los más grandes objetivos 
de política exterior de diversos gobiernos monárquicos (RealLifeLore, 2019). Para 
conseguirlo se requirieron dos vías: a. Campañas militares o b. Diplomacia y control 
de amenazas externas. Las fronteras orientales quedaron confirmadas hasta 1947. 
 
Mapa 2.2. Reino francés durante el reinado de Hugo Capeto y durante el siglo 
XV (tras la Guerra de los Cien Años). 
 
Mapa obtenido por Rois, États, Féodarité (2020). 
 
2 Es decir Países Bajos (Nederland), Bélgica y Luxemburgo. 
35 
 
Los mapas anteriores muestran a detalle la reconfiguración histórica del territorio 
francés a lo largo de la historia no revolucionaria francesa; desde el ascenso del rey 
Hugo Capeto en 987, pasando por las reconquistas tras la guerra de los Cien Años 
con Inglaterra hasta el reinado de Luis XVI en 1789. 
En el primer mapa se puede observar el reino de Hugo Capeto, con sus 
límites marcados desde el condado de Flandes hasta Barcelona. No obstante el 
reino de Normandía fue fiel al reino de Inglaterra. Esto traería que durante la crisis 
de sucesión de la corona francesa se suscitara el conflicto entre Inglaterra y Francia 
conocido como la Guerra de los Cien Años. 
Si bien al inicio el dominio inglés era notorio, en especial por la costa atlántica, 
para el siglo XV la monarquía francesa había revertido la situación. Había surgido 
la figura de una heroína francesa en Juana de Arco, una doncella que bajo el 
llamado divino, se alistó al ejército francés. Tras ser quemada en la hoguera sería 
santificada en 1927 y convertida en la patrona defensora de la nación gala. Para 
1460, los ejércitos invasores fueron expulsados. 
Sin embargo, la frontera norte siguió porosa y débil, convirtiéndose en una 
necesidad imperante la defensa de este frente. Ante esta debilidad se planteó la 
posibilidad de que las fronteras naturales septentrionales se expandieran por toda 
el área cubierta por el río Rin, cubriendo Renania, Bélgica y parte de los Países 
Bajos (RealLifeLore, 2019). En consecuencia, esta anexión territorial permitiría que 
el territorio galo tendría protección natural en 360 grados. Ahora este plan 
consecuente trajo consigo a lo largo de la historia durante los siglos XVIII, XIX y XX 
una serie de guerras, expansión cultural como lingüística y una fuerte 
reconfiguración demográfica. 
Otro aspecto a considerar de la geografía francesa es que incluso con fuertes 
minorías nacionalistas, la asimilación cultural y lingüística proveniente de París se 
concretó de manera exitosa. De estos grupos –alsacianos, bretones, vascos, 
flamencos-, solo los corsos se encuentran aislados de la metrópoli europea gracias 
al mar Mediterráneo. 
 
 
36 
 
Mapa 2.3. Expansiones territoriales entre 1460 y 1560 
 
Mapa obtenido por The Map Archive (2020). 
 
 
2.2 El desarrollo de elementos identitarios franceses 
 
Como se ha visto en el capítulo 1, la identidad nacional se forja a partir de la 
aceptación de elementos compartidos por un grupo social en particular. Estos 
elementos normalmente son moldeados a partir de las eventualidades histórico-
políticas que transforman y configuran los Estados-nación. 
En el caso particular galo, el año 1789 determina un antes y un después para 
la nación y sus habitantes; lo cual se reflejaría en una lucha política y social 
“marcada por una batalla de ideas y visiones sobre las mentes de los habitantes 
37 
 
dentro de los limites nacionales” (Baker, 2012, 22). Para la Francia contemporánea, 
el establecimiento de estos elementos identitarios tuvo un efecto de aceptación y 
cohesión psicológica y física a partir de una política centralizada proveniente de 
París (a partir del gobierno nacional, escuelas, instituciones públicas y medios de 
comunicación). 
El primer elemento identitario es el paisaje. Al ser un elemento físico, 
perceptible ante los sentidos y delimitado por las fronteras naturales o artificiales, 
los paisajes se convierten en signos nacionales forjando vínculos sociales de 
pertenencia. En consecuencia, las ideologías permiten que estos paisajes se 
vuelvan “sistemas de significación”, ya sean de manera casual o deliberada (Baker, 
2012, 22). A su vez, en aspecto ideológico, el nacionalismo forja nuevos paisajes a 
partir del desarrollo de nuevos elementos distintivos. 
Desde el triunfo de 1789, el Estado francés moderno aceptó como proyecto 
nacional la creación de una nueva identidad nacional entre la población (Barker, 
2012, 22). Visto anteriormente, lageografía de la Francia metropolitana pudo 
concretar la centralización política así como una efectiva cohesión cultural y social. 
Este principio de indivisibilidad a la nueva nación –bajo el principio de “Francia es 
una sola patria”- se pudo lograr con la expansión y control burocrático de la lengua 
–La Academia francesa- la aceptación de un sistema legal único –a través del 
código napoleónico- y el defendido así como politizado “secularismo republicano”. 
Pero ¿qué pasó con los regionalismos y las identidades locales? Tal como establece 
Barker (2012, 22): 
 
En orden de superar la diversidad de localismos históricos (tales como las localidades de 
Brie y Perche) y muchos regionalismos tradicionales (como las provincias de Bretaña y 
Alsacia), una gran variedad de medidas políticas y culturales fueron usadas para construir la 
nación francesa. 
 
Con ejemplos tales como la expansión de la educación universal, el prestigio de la 
conscripción militar –tanto para nacionales galos como a extranjeros que buscaban 
nacionalizarse- y la interconectividad de las vías férreas desde y hacia la capital 
parisina pudieron facilitar esta cohesión social. A su vez, el control y centralización 
38 
 
de los sistemas educativos y culturales a los estatutos burocráticos parisinos ha sido 
constante y efectivo para las futuras generaciones. No obstante, esto trajo consigo 
choques contra la Iglesia católica debido al desplazamiento de los espacios de 
poder en las comunas (Barker, 2012, 28); aunado a la defensa de la Ley de la 
Laicidad de 1905. 
Esto no significó que las luchas antagónicas hayan desaparecido en su 
totalidad, ya que ciertos regionalismos continuaron presentes incluso en la 
actualidad –como los corsos, neocaledonios, bretones o vascos- mientras luchan 
por su reconocimiento y autonomía cultural y sociopolítica, cuya critica ha llegado 
hasta reclamos de un “genocidio cultural” (Barker, 2012, 28). Si bien han logrado 
ciertas victorias en reivindicaciones culturales –lengua o historia-, su presencia 
sigue estando limitada ante la imposición de “ser francés”. 
 El desarrollo de símbolos es relevante en la consolidación de una identidad 
nacional. En el caso francés, se mencionan los siguientes elementos: 
 Bandera tricolor: Surgida en la Revolución de 1789, la nueva bandera 
buscaría expresar una nueva era tras la caída de la monarquía absoluta. El 
15 de febrero de 1794 fue decretado que la “bandera nacional debía estar 
compuesta de tres colores nacionales en tres bandas verticales iguales, bajo 
el siguiente order: azul, blanco y rojo” (Barker, 2012, 23). Se mencionan 
razones históricas sobre la elección de estos colores, siendo el blanco el 
blanco el color de la Guardia Nacional, mientras el azul y rojo representaban 
la autoridad parisina. Sin contar los primeros años post-napoleónicos, la 
“drapeau tricolore” se convirtió en el símbolo incuestionable de la nueva 
nación francesa y la continuación de la modernidad sin importar las 
rebeliones políticas y el cambio de regímenes –monarquía, imperio o 
república-. A su vez, los colores se les adjudica el significado de la frase 
revolucionaria de “libertad, igualdad y fraternidad”. 
 El gallo galo: Símbolo asociado por el Cristianismo, el gallo galo es el animal 
que, con su canto al amanecer, indica la llegada de la luz entre la oscuridad. 
Además el gallo posee los colores tricolores. 
39 
 
 Monumentos y desfiles de guerra: Si bien la existencia de monumentos y 
desfiles para eventos y héroes históricos está presente en todas las naciones 
modernas –ya sea en mayor o menor medida-; en el caso francés estos 
símbolos sirvieron como una catarsis de alta estima en la identidad nacional. 
Los monumentos erigidos por las guerras fungieron como una visión física 
de la memoria colectiva, ya sea por su resilencia ante la derrota, así como el 
orgullo de la victoria. Por otro lado, como se mencionó anteriormente, la 
institución militar posee una legitimidad dentro de los diversos grupos 
sociales e incluso constituye como un medio de integración republicana. No 
por nada, los desfiles del 14 de Julio son majestuosos. 
 La Marianne: Representada como una mujer revolucionaria con el gorro 
frigio, la Marianne representa a la república y funge como una madre 
protectora y guerrera. 
 
En la actualidad Francia posee una sociedad multicultural, marcada por una minoría 
considerable de población musulmana –sean estos inmigrantes que arribaron entre 
la década de 1950 y 1970 provenientes del Magreb o sus descendientes de segunda 
o tercera generación-; lo cual ha traído nuevas controversias e interrogantes, que 
van desde la creación de mezquitas, pasando por la prohibición del velo musulmán 
en espacios públicos y finalizando con el debate acerca de la preparación de puerco 
en las cafeterías escolares. Esto sigue acrecentándose en la última década. 
 
 
2.3 El rol del Estado en la identidad francesa 
 
En su trabajo doctoral, Louise Strode establece en principio que “la politica nacional 
en relación al idioma y la cultura ha sido desarrollada e institucionalizada desde el 
establecimiento de la Quinta República francesa” (2009, 1), siendo un proyecto 
primordial tanto para Charles De Gaulle como para el primer líder del creado 
Ministerio de Cultura André Malraux, quienes convirtieron la cultura francesa en una 
40 
 
política en base, ante la reconstrucción de una “Francia moderna tras los procesos 
de descolonización y europeización” (Strode, 2009, 2). 
Incluso en momentos convulsionados –Guerra de Argelia, las crisis por las 
revueltas urbanas, crisis económicas- y ante la llegada de nuevos gobiernos con 
diferentes enfoques ideológicos –el europeísmo de Valery Giscard d’Estaign y de 
Emmanuel Macron, el socialismo de Francois Mitterrand y Hollande o la derecha 
radical de Nicolas Sarkozy-, sigue el principio de una “política cultural”, aun ante un 
constante debate acerca del concepto de que significa “ser francés” y 
cuestionamientos sobre las instituciones republicanas (Strode, 4, 2001): 
 
En el pensamiento político francés, la relación entre pueblo, nación y cultura es central. La 
cultura es la fundación de la nación y en consecuencia, educar al pueblo es la clave para la 
democracia. 
 
Strode menciona dos casos interesantes el primer cuestionamiento surgió en las 
manifestaciones de mayo de 1968, cuyas figuras principales, que en principio 
cuestionaban las instituciones gaullistas, se convertirían en actores activos dentro 
de esas mismas instituciones con la llegada del gobierno socialista de Francois 
Mitterrand en 1981 (2009, 2). De la misma manera, los nuevos legisladores y 
burócratas de la década de 1990 surgieron a partir del planteamiento sobre las 
controversias surgidas ante los reclamos de una nueva identidad nacional más 
dinámica e híbrida basada en la integración europea (2009, 2). 
 
 
2.4 La historia francesa antes de 1789 
 
Considerando que la parte geográfica abarcó aspectos de la historia francesa pre 
1789, y la historia en general del país galo es muy extensa y marcada por muchas 
épocas diversas, en este aspecto solo se consideraran detalles específicos que 
forjaron la consolidación del reino francés. En aspectos referentes a la historiografía, 
se tomará en referencia el material visual y de audio de la historiadora y socióloga 
colombiana Diana Uribe, de la Universidad de los Andes. 
41 
 
 
 
Los fundamentos de Francia 
 
En un inicio, grupos celtas se expandieron a lo largo de la gran planicie europea. Un 
pueblo se encontraba habitando los valles y las llanuras de la actual Francia, los 
cuales serían llamados “galos”. Aguerridos y respetados, los galos tuvieron que 
enfrentar las invasiones de los romanos, siendo las ultimas batallas las más 
sangrientas entre el capitán romano Julio Cesar y el líder de los galos Vercingetorix, 
este último sería capturado y asesinado. A lo largode cinco siglos se suscitó la 
“romanización” de la Galia. No obstante, los franceses conservaron su origen celta 
en la cultura popular, mientras que sus herederos directos pueden encontrarse en 
los bretones, quienes poseen una lengua y cultura cercana a sus primos galeses, 
irlandeses y escoceses de las islas británicas. 
 Para el siglo V d. C. se comenzaron a desplazar pueblos germánicos 
provenientes de la Gran llanura europea, quienes traspasaron las fronteras del 
decadente imperio romano llegando a establecerse en las planicies galas. Estos 
pueblos serían llamados “francos”. Se puede decir que la actual nación francesa es 
una mezcla entre tres pueblos principales: celta en su origen primario; latino en su 
idioma y cultura; y germánica en su organización política, ya que “Francia sería uno 
de los principales epicentros de la era medieval” (Diana Uribe, 2012). 
Con el triunfo de Clodoveo I ante los alamanes –antecesores de los alemanes-, se 
consolidó el reino de los francos, así como la cristianización de esos dominios, lo 
cual consolidaría la herencia de la Iglesia Católica. En consecuencia, los francos 
se volverían en los “defensores de la cultura latina occidental” (Diana Uribe, 2012). 
Sin embargo, al no tener la capacidad de gobernar, los reyes de la dinastía 
merovingia –herederos de Clodoveo I- delegaron responsabilidades a mayordomos, 
los cuales adquirieron mucho poder. 
Ante la amenaza musulmana surge un mayordomo relevante: Carlos Martel, 
quien peleó de manera heroica la batalla de Tours en el 732. Posteriormente su hijo 
Pipino el Breve consiguió una importante alianza con el Vaticano –dando origen a 
42 
 
los Estados Papales o Pontificios- para después conseguir el trono en 751. Esto dio 
inicio a una futura dinastía que cambió la historia tanto de Francia como del resto 
de Europa: los carolingios. 
Con los reinados de Pipino el breve y de su hijo Carlomagno se logró expandir 
el reino de los francos a lo largo de Europa Occidental y Central, teniendo una 
expansión entre los mares Báltico y del Norte hasta el Mediterráneo. Estudiosos de 
la historia y política europea mencionan que el reinado de Carlomagno fue el primer 
prototipo de una Unión Europea, además de ser el principal artífice de la 
reunificación continental tras las invasiones bárbaras que destruyeron el Imperio 
Romano de Occidente (Diana Uribe, 2012). Esto podría considerarse como 
afirmativa debido a una serie de importantes reformas y transformaciones de 
carácter cultural y política –Fomento de las obras arquitectónicas y artísticas, 
creación de una burocracia laica, procesos relativos de pacificación y unificación- 
(Diana Uribe, 2012). 
 
Mapa 2.4. El Imperio Carolingio 
 
Mapa obtenido por BlinkLearning (2020). 
 
43 
 
Empero, tras la muerte de Carlomagno se suscitó la división del imperio tras ser 
heredado por sus herederos: Carlos el Calvo –quien se quedó con la parte 
occidental, centro de la actual Francia-, Luis el germánico –quien se quedó con la 
parte oriental, centro de la actual Alemania- y Lotario –la franja central entre Países 
Bajos y el norte de Italia, dando origen a las regiones de Alsacia y Lorena-. Esta 
división quedaría ratificada por el Tratado de Verdun en 847. 
 
Mapa 2.5. El Tratado de Verdun 
 
Mapa obtenido por BlinkLearning (2020). 
 
De los Reyes Malditos a Juana de Arco 
 
Tras la consolidación del dominio de Paris y de la lengua de oïl –dando origen al 
idioma francés contemporáneo- sobre la región occitana –el sur galo- a partir del 
siglo XIII se conseguiría la centralización del reino, aunque no evitó una serie de 
purgas políticas y religiosas para conseguirla (Diana Uribe, 2012). Este nuevo 
fortalecimiento trajo consigo un conflicto de poder entre la monarquía y el Papado –
44 
 
comenzando el periodo de los Papas de Avignon y la persecución de fuerzas 
opositoras-. Tras ello, el reino galo se volvió en el poder continental por excelencia. 
 Sin embargo, también vendrían días oscuros en el nuevo reino: la muerte de 
la descendencia masculina de las casas reales de los Capeto y los Valois, lo cual 
conllevó a la crisis con Inglaterra que sería llamada “la Guerra de los Cien Años”, 
así como los estragos humanos y materiales de la peste negra. La leyenda 
tradicional estriba en una maldición de un caballero templario llamado Jacques de 
Molay tras morir en la hoguera3 en 1314 (Diana Uribe, 2012) 
 Con el conflicto de los Cien Años –aunque fueron realmente 112 años de 
guerra- trajo consigo sendas derrotas galas ante los ingleses, lo cual termino con el 
ascenso de un rey británico en la corona francesa, Enrique V, quien se casó con 
Catalina de Valois para consolidar la unión de ambos reinos –De ahí los monarcas 
seguían utilizando la frase de “Por la gracia de Dios, Rey/Reina de Inglaterra, 
Francia e Irlanda” hasta la Revolución de 1789-. Aunque parecía que la nación 
francesa había tocado fondo en humillaciones y derrotas, llegaría una figura que se 
convertiría en un icono de la resilencia y fortaleza gala además de ser la futura 
patrona de la nación: Juana de Arco. 
 Siguiendo unas voces que adjudica como divinas, Juana de Arco utilizó una 
“catarsis mística”, que logra recuperar la esperanza a los franceses. Tras ganar 
importantes batallas –entre las principales en el sitio de Orleans-, esta restauración 
se percibe como una esperanza nacional, finalizada con la coronación de un rey 
francés, Carlos VII de Valois. No obstante, Juana de Arco sería traicionada y 
posteriormente ejecutada en Ruan por los ingleses ante los cargos de brujería y 
herejía en 1431. 
La leyenda de la llamada “doncella de Orleans” permeó en la mente de los 
franceses, traspasando futuras generaciones como mártir y convirtiéndose en un 
símbolo de la nación gala. Si las naciones son construcciones imaginarias, la muerte 
de Juana de Arco podría ser considerada como el momento cumbre para la 
 
3 La leyenda menciona que Molay maldijo hasta la generación decimotercera de los conspiradores: 
el Papa Clemente V y el rey Felipe IV mientras los comparece en el tribunal de Dios en un año. Los 
dos murieron en menos de un año. 
45 
 
formación de la nación francesa (Diana Uribe, 2012), debido precisamente al 
misticismo religioso y romántico. 
Con el triunfo en la batalla de Castillón en 1453, trajo el final de la Guerra de 
los Cien Años, por consiguiente la expulsión de los británicos –quienes se 
considerarían en términos imaginarios como “la isla”- y la primera unificación de los 
territorios galos para formar la nación moderna. Con la derrota de Borgoña –otrora 
enemigo potencial y adversario de Francia- en una guerra abierta entre 1474 y 1477 
traería consigo la primera expansión oriental, tras la adición de los territorios 
borgoñeses a la autoridad parisina. 
 
La Masacre de San Bartolomé 
 
El Renacimiento trajo consigo la Reforma protestante. Surgida a partir de las 95 
tesis publicadas por Martin Lutero y expandida por el desarrollo de la imprenta –lo 
cual permitió la publicación de la Biblia y la expansión de ideas a las masas-, esto 
traería una confrontación entre los cristianos: protestantes contra católicos. A su 
vez, esta división se extrapoló en el escenario político debido a la confrontación 
entre España e Inglaterra, así como las guerras religiosas. En el caso francés, se 
convertirá en un terreno antagónico entre ambas fuerzas. 
 Por un lado, se consolidó un seguidor más fundamentalista de Lutero en 
Francia llamado Jean Calvin. Sus principios teológicos se expandieron causando 
una profunda división entre sus seguidores –los hugonotes- y los católicos –dirigidos 
por la monarquía-. Se forjó un fuerte antagonismo entre ambos frentes, los cuales 
culminaron en cumbre por una de las matanzas más recordadas: La masacre de 
San Bartolomé entre el 23 y 24 de agosto de 1572. Existentres eventos precedentes 
que se consideran relevantes (Historia Hoy, 2019): 
 La paz de Saint-Germain-en-Laye en 1570, que permitió la readmisión de 
hugonotes en la vida pública 
 El matrimonio de Marguerite de Valois –la famosa reina Margot- con el rey 
Henri IV de Navarra –este último protestante- 
 El atentado contra el almirante Coligny, líder de los hugonotes. 
46 
 
 
Ante el rumor de una revancha hugonota, el rey Carlos IX y su madre, la regente 
Catalina de Medici autorizaron el exterminio de los protestantes y más considerando 
que París era anti hugonota. Esta masacre se expandió a otras ciudades como 
Orleans, Lyon y Burdeos. Según estimaciones, unos 2000 hugonotes murieron en 
París y unos 10000 en el resto del país (Historia Hoy, 2018). Solo la paz entre las 
guerras religiosas en Francia se pudo lograr con el edicto de Nantes en 1598, donde 
se garantizó la libertad de culto –aunque limitada- dentro del territorio galo. 
 
 
El Estado soy Yo 
 
Con el advenimiento del siglo XVII, la monarquía francesa se consolidó en el poder 
factico, logrando imperar un Estado absolutista. En la práctica, esto significa que los 
monarcas no tenían contrapesos de carácter político, ya que bajo la justificación de 
la “ley divina”, las decisiones del rey eran inapelables. El absolutismo significó que 
todo habitante de Francia era súbdito de la propia monarquía, sin importar su clase 
social –noble, burgués o campesino-. 
Durante esta época se forjaron instituciones claves, que continuarían hasta 
el siglo XXI como la armada y la hacienda (Diana Uribe, 2012). Esto permitía que 
Francia se volviera en la nación más poderosa del continente. E incluso, tras los 
resultados de las guerras religiosas nació una ideología y herramienta político-
religiosa llamada “galicanismo”, la cual podría definirse de la siguiente manera 
(Laicismo.org, 2020): 
 
Es la teoría o pensamiento de gran parte de la Iglesia francesa durante la época moderna 
que defendía la independencia respecto a la jurisdicción y autoridad de Roma… Los 
galicanos sí reconocían la primacía del Papa pero solamente tendría la plenitud del poder 
apostólico conjuntamente con los obispos… El galicanismo defendía que la Iglesia nacional 
tuviera sus propias rentas y autonomía económica, así como en materia disciplinaria. Pero 
también, como apuntábamos más arriba, esa autonomía debía desarrollarse frente a la 
Monarquía, es decir el poder temporal. 
47 
 
 
Bajo el galicanismo, aun sin una efervescencia religiosa, autoridades nacionalistas 
buscarían los valores cristianos y la misma Iglesia para el orden y la cohesión 
nacional. También los representantes de la Iglesia respetarán la defensa de la 
nación. Esta entente de contrapeso seguiría defendida incluso durante la V 
República y en diversas ramas políticas francesas actuales. 
Por otro lado, el Estado comenzó a forjar un imperio de ultramar, el cual 
puede observarse en el siguiente mapa (Projet immersion Bordeaux XVIIIe siècle, 
2020). En el primer imperio, Francia dominó la Luisiana, Ontario y Quebec en 
Norteamérica, la costa oriental de India, Senegal, Guinea y el Caribe. Empero, tras 
la guerra de los Siete Años, Francia perdería Canadá y la mayor parte de India 
contra Gran Bretaña. 
 
Mapa 2.6. El Primer Imperio francés 
 
Mapa obtenido por Projet immersion Bordeaux XVIIIe siècle (2020) 
 
48 
 
Con la llegada del siglo XVIII llegó la Ilustración. Considerada como una era de 
nuevas ideas de carácter político, económico y social, surgieron los principios que 
definirían nuestra era contemporánea, tales como la reconciliación hacia el 
individuo, un régimen republicano con equilibrio de poderes y la reconfiguración del 
poder hacia los representantes del pueblo. Tras una eventual “decadencia” del 
absolutismo francés haría que se germinara un descontento popular basado en los 
ideales de la Ilustración, estallando en una revolución de 1789. 
 
 
2.5 La Revolución francesa de 1789 
 
Considerada por historiadores, sociólogos y politólogos como uno de los eventos 
que marcaron la entrada de la era contemporánea mundial, la revolución francesa 
trajo consigo importantes reformas políticas, económicas y sociales alrededor del 
mundo. En relación a la Europa moderna trajo consigo el derrumbe de las 
monarquías absolutas y la conformación del Estado-nación moderno (Stevens, 
2003, 7). 
 El Antiguo Régimen francés estuvo cimentado en una monarquía absolutista 
cercada por la nobleza y el clero, los cuales poseían sus privilegios intactos; 
mientras el llamado “Tercer Estado” –compuesto por la burguesía, artesanos y 
campesinos- permanecían excluidos de la vida política nacional, más allá de la 
actividad política limitada en los Estados Generales, la tradicional asamblea popular 
surgida desde la Edad Media (Historia Hoy, 2018). 
Con el avance de las ideas de la Ilustración, así como las fallas estructurales 
en aspectos económico y social, trajeron consigo una crisis política interna así como 
críticas severas ante las clases privilegiadas y su opulencia severa. A su vez, el 
fracaso de la Guerra de los Siete Años contra Gran Bretaña y la campaña de apoyo 
ante la causa de Independencia de las Trece Colonias de Norteamérica resultaron 
en campañas costosas para el prestigio y la estabilidad del gobierno de Luis XVI. 
El 20 de junio de 1789, ante la agitación política, el rey convocó a los Estados 
Generales. Lo que parecía un inicio de cambio y esperanza, pronto se convirtió en 
49 
 
decepción y coraje, ya que las demandas de igualdad política con la nobleza y el 
clero y de reforma de las instituciones fueron ignoradas, mientras se le obligó a 
reunirse por separado y solo se admitiría un voto colectivo. Ante esta situación, el 
“Tercer Estado” tomó una acción de enfrentamiento (Historia Hoy, 2018). 
Los representantes del “Tercer Estado” se decidieron proclamarse como 
“Asamblea Nacional”, reuniéndose en la sala de juego de pelota, tomando un 
juramento de responsabilidad política y se comenzaron a discutir reformas. Para el 
14 de julio de 1789 ante el descontento social, se suscitó una revuelta popular 
parisina que se expandió hasta la prisión de la Bastilla –símbolo del orden 
monárquico- tomándola como asedio. Este hecho se considera el inicio de la 
Revolución francesa. En el siguiente cuadro se muestra el desarrollo de los 
principales eventos de la revolución: 
 
Figura 2.1 Principales hechos de la Revolución Francesa 
 
 
Elaboración propia con datos de diversos libros de historia y fuentes electrónicas 
 
1789
• Abolición del Antiguo 
Regimen
• Declaración de 
Derechos del Hombre
• Toma de la Bastilla
• Separación Iglesia-
Estado
1792
• I República Francesa
• Convención 
Girondina
• Rebelión campesina 
promonárquica en la 
Vendée.
1793
• Convención Jacobina
• La Era del Terror de 
Robespierre
• Constitución de 1793:
• Soberania popular
• Sufragio universal
1794 - 1795
• Convención 
termidoriana
• Directorio
• Constitución de 1795:
• Sufragio censitario
• Menores reformas 
sociales
1799 - 1804
• Golpe de Estado por 
Napoleón Bonaparte
• Constitución de 1799
• Napoleón consul
• Código Civil
1804 - 1815
• I Imperio Francés
• Napoleón Bonaparte 
emperador
• Política expansionista
50 
 
Esta revolución trajo consigo tres hechos que son relevantes para la configuración 
del Estado moderno francés: a. La representación del Tercer Estado; b. El laicismo 
y la división entre Iglesia-Estado; y c. Un nacionalismo universalista. Estos 
elementos serán descritos a continuación. 
 
La representación del Tercer Estado: 
 
Basado en el principio del “contrato social” de Jean-Jacques Rousseau, se 
establece que los miembros de una sociedad son iguales y libres bajo un Estado 
creado a partir de los consensos entre ellos, dando las bases para la democracia 
liberal contemporánea. El Tercer Estado francés estaba compuesto por los 
estamentos sociales

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