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MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 
 
 
 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
 
EL CONCEPTO DE SALUD EN LA ACTUALIDAD........................2 
LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD ...................................................4 
EL PAPEL DEL COMPORTAMIENTO EN LA SALUD ..................6 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1. Martínez-Donate (2000) El concepto de 
salud en la actualidad. Recuperado en: 
http:/www.uam.es/personal_pdi/psicolo
gía/victor/Salud/Bibliog/salud.doc el día 
15 de enero de 2007. 
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MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 
 
 
 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
 EELL CCOONNCCEEPPTTOO DDEE SSAALLUUDD EENN LLAA AACCTTUUAALLIIDDAADD 
 
 
Durante miles de años, la enfermedad se ha entendido como el 
resultado de la invasión del organismo humano por parte de agentes 
externos, bien fueran éstos la acción de los dioses, el resultado de la 
posesión del organismo por espíritus malignos o, más recientemente, la 
invasión de microorganismos. Esta visión “ambientalista” de la 
enfermedad cobró fuerza especialmente gracias a la aparición del 
microscopio y a los avances en la ciencia médica durante los siglos XVIII 
y XIX, con el descubrimiento de los microorganismos como causantes de 
ciertos trastornos, el desarrollo de la cirugía y la construcción y mejora 
de la reputación de los hospitales. 
 
De este modo, hasta hace pocas décadas se ha mantenido la 
concepción de que mente y cuerpo constituyen entes separados, bajo el 
prisma del llamado modelo biomédico de la salud y la enfermedad, 
según el cual “todas las enfermedades pueden explicarse a partir de 
problemas en procesos fisiológicos, resultado de heridas, desequilibrios 
químicos e infecciones bacterianas o víricas” (Engel, 1977), negándose 
de este modo cualquier influencia sobre la salud de procesos de índole 
psicológica o social. 
 
Sin embargo, desde mediados de este siglo se comenzaron a plantear 
alternativas a este modelo, dada la pobreza explicativa del mismo para 
dar cuenta de los cambios en el panorama epidemiológico de los países 
industrializados. Así, mientras que hasta la primera mitad del siglo XX, la 
sociedad norteamericana y europea sufría y moría principalmente a 
causa de enfermedades infecciosas, producto de la acción de agentes 
patógenos bacterianos o víricos, y trastornos derivados de la 
malnutrición, a partir del siglo XIX, por el contrario, y especialmente a lo 
largo del siglo XX, este tipo de enfermedades comienzan a descender, 
gracias al desarrollo de tratamientos progresivamente más eficaces, de 
índole tanto farmacológica como quirúrgica y al avance de medidas 
preventivas como la promoción de la higiene personal, la mejora de la 
nutrición, la cloración de las aguas públicas, el tratamiento de las aguas 
residuales, etc. (Sarafino, 1990). 
 
Como consecuencia de ello, la esperanza de vida ha experimentado un 
aumento notable, especialmente en las últimas décadas de este siglo. 
Por ejemplo, en EE.UU., desde 1900 hasta la década de los 80, la 
esperanza de vida de la población blanca aumentó en un 56% (de 47,6 
hasta 74,4 años) y en un 119% para la población perteneciente a 
distintas razas (de 33 hasta 70 años) (Matarazzo, 1984). 
 
De este modo, la población vive ahora hasta edades muy avanzadas y 
las causas de su muerte son bien distintas a las que se daban en épocas 
anteriores. Es decir, mientras los avances en los terrenos de la química, 
la fisiología, la biología, etc., han producido el descenso de 
enfermedades infecciosas (tuberculosis, sarampión, poliomelitis, etc.), en 
la actualidad el aumento del cáncer, las enfermedades coronarias, el 
abuso de drogas y alcohol, o los accidentes de tráfico, se han convertido 
en el principal azote de la población (Matarazzo, 1994). Si se analizan 
desde el punto de vista etiológico y evolutivo, estos factores están en 
gran medida relacionados con el comportamiento y los estilos de vida de 
los individuos que conforman las sociedades modernas. 
 
Por otra parte, los avances de la medicina han conllevado una serie de 
repercusiones en la práctica médica. Con anterioridad al desarrollo de 
fármacos eficaces, la figura del médico, y anteriormente la del 
curandero, ejercía en muchos casos atendiendo a la importancia de la 
psicología como parte integral de sus prácticas con el enfermo. Así, 
como expresa Matarazzo (1994), en ausencia de fármacos, la empatía, 
la compasión y la transmisión de sentimientos de esperanza hacia los 
individuos enfermos constituían, con pocas excepciones, la única terapia 
que los cuidadores de la salud pudieron ofrecer durante cientos de años 
a los enfermos. Sin embargo, los avances farmacológicos y quirúrgicos 
en los siglos XIX y XX permitieron que se olvidaran estos importantes 
aspectos de la relación médico-paciente, y que ésta, junto con los 
aspectos psicológicos de la enfermedad, se desatendiera enormemente. 
 
Todavía mayor fue la pérdida de esta perspectiva cuando a principios del 
siglo XX se inició lo que se denomina “medicina especializada”, que 
provocó que los estudiantes de medicina fueran instruidos en el 
tratamiento de enfermedades concernientes a determinados sistemas u 
órganos corporales, con poca o ninguna integración de dichos 
conocimientos que facilitase la observación del “paciente completo”. 
 
En otras palabras, esta especialización, junto con la posibilidad de 
mejores y más completos diagnósticos y tratamientos, fue acompañada 
de una pérdida en la utilización de aquellos elementos terapéuticos 
asociados con el conocimiento y la compresión del paciente como ser 
humano complejo. De este modo, factores familiares, económicos, 
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MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 
 
 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
 
ocupacionales y de personalidad, fueron completamente ignorados 
durante la mayor parte de este siglo (Matarazzo, 1994), dominado por 
una visión unicausalista de la enfermedad, a la que se dio en llamar 
“teoría del germen infeccioso”, según la cual, la condición necesaria y 
suficiente para el desarrollo de una enfermedad era la presencia de 
dicho agente patógeno. 
 
Sin embargo, el nuevo panorama epidemiológico ha traído consigo la 
reconsideración de esos otros factores implicados en la salud humana, 
propiciando así la aparición de una nueva concepción de la enfermedad 
como fenómeno plurideterminado en el que los factores biológicos, 
conductuales y ambientales (físicos y sociales) cobran una gran 
importancia (Mechanic, 1982). 
 
Ello no se debe únicamente a la comprensión de los factores asociados 
al desarrollo de las principales enfermedades del mundo moderno, sino 
también al cambio en los objetivos que la práctica médica se plantea con 
respecto al tratamiento de dichos trastornos. El objetivo, en la mayoría 
de las ocasiones, ya no es la curación, sino que, por el contrario, en gran 
parte de los trastornos crónicos (asma, hipertensión, diabetes, etc.) lo 
que se persigue es el aumento en la calidad de vida del paciente, y este 
nuevo objetivo requiere del aporte de profesionales pertenecientes a 
diferentes disciplinas, que contemplen al paciente ensu totalidad y 
atiendan las repercusiones que la enfermedad puede suponer para éste 
en diferentes contextos. 
 
Así, conceptos como calidad de vida, estrategias de afrontamiento de la 
enfermedad o adhesión terapéutica han ido cobrando cada vez más 
relevancia. 
 
Este cambio en la concepción de la salud y la enfermedad queda 
recogido en la definición que la Organización Mundial de la Salud acuñó 
en el año 1948 para el término “salud”, que se expresó como “el estado 
de completo bienestar físico, mental y social y no la mera ausencia de 
enfermedad”, definición que si bien puede ser criticada por su falta de 
operacionalidad, como señala Rodríguez Marín (1995), pretendía reflejar 
un cambio importante en la perspectiva que debía adoptarse en las 
políticas sanitarias futuras. 
 
Los antiguos términos de salud y enfermedad, entendidos como 
dicotómicos, fueron dejando así de ser satisfactorios, dando paso a la 
concepción de éstos como polos de un continuo (Antonovsky, 1979, 
1987), a lo largo del cual se situarían las personas desde su nacimiento 
hasta su muerte. 
 
Como consecuencia, se ha ido produciendo un cambio cualitativo en los 
criterios que se utilizaban para definir la salud y/o la enfermedad, 
basados hasta no hace mucho en términos biológicos, y se fue 
desarrollando una propuesta de salud como concepto integral, formado 
por aspectos tanto biológicos, como psicológicos y sociales, propuesta 
que progresivamente ha ido dando lugar a la aparición del “modelo bio-
psico-social de la salud”. Este modelo insiste en que los factores 
biológicos son condiciones necesarias pero no suficientes en el inicio de 
una enfermedad. Cualquier enfermedad, desde este modelo, es el 
resultado de complejas interacciones entre variables biológicas, 
psicológicas y sociales, las cuales, conjuntamente explican las 
variaciones que se producen en el inicio, la severidad y el curso de la 
misma (Engel, 1977). 
 
De este modo, la mera exposición al agente patógeno, por ejemplo un 
virus o bacteria, no tiene necesariamente que desembocar en la 
infección y desarrollo de enfermedad por parte del individuo expuesto, 
sino que dependerá del grado de vulnerabilidad inmunológica que éste 
presente, y a su vez, esa mayor o menor vulnerabilidad estará en 
relación con los hábitos de salud (dieta, tabaco, alcohol, práctica 
deportiva, horas de sueño, etc.), el ajuste psicológico (por ejemplo, los 
niveles de estrés) y social (disponibilidad de apoyo social, entre otros) de 
cada individuo. 
 
Además, la consideración de todos estos factores ha ido ligada al 
traslado del énfasis desde la rehabilitación y el tratamiento de la 
enfermedad, a la prevención y la promoción de la salud y la atención a 
factores que van más allá de lo puramente biológico (Rodríguez-Marín, 
1995). En este giro de planteamientos tienen su base la posterior 
creación de programas dirigidos a promover cambios en los estilos de 
vida, a fomentar la utilización de recursos sociales, al afrontamiento del 
estrés, etc., para conseguir la instauración de comportamientos más 
saludables y disminuir la vulnerabilidad a la enfermedad en la población. 
 
Como complemento de los factores anteriormente mencionados, otros 
hechos que propiciaron el cambio conceptual de la salud y enfatizaron el 
papel que la psicología podía jugar en la prevención y el tratamiento de 
un gran número de problemas de salud, vinieron a sumarse al panorama 
de las últimas décadas. Entre éstos, Botella (1996) menciona: 
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MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 
 
 
 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
 
 El incremento en los gastos de salud, sin que se ello llevase 
asociado un aumento paralelo en los beneficios obtenidos. 
 El creciente reconocimiento, entre los profesionales de la medicina, 
de la utilidad de las técnicas comportamentales. 
 El apoyo institucional y las consideraciones pragmáticas respecto a 
más puestos de trabajo y más recursos. 
 
Por último, este enfoque ha puesto el acento en el traslado de una parte 
importante de la responsabilidad sobre la salud hasta los propios 
ciudadanos, invitando así a cada individuo a ejercer un rol activo en el 
mantenimiento de su salud y en la prevención de la enfermedad, 
enfatizando la importancia de los hábitos de salud o de riesgo llevados a 
cabo. 
 
En este contexto el comportamiento ha emergido como área de 
intersección de los aspecto biológicos, psicológicos y sociales que 
conforman al ser humano, y en consecuencia, ha comenzado a 
aceptarse que es a través de este comportamiento que tienen reflejo 
cualquiera de las acciones preventivas o de tratamiento de un trastorno. 
De hecho, en el comportamiento se expresan el reconocimiento de 
síntomas, la búsqueda de ayuda, el uso de servicios médicos, el 
cumplimiento de las prescripciones médicas, las conductas de 
rehabilitación y de afrontamiento de una enfermedad. Por todo ello, la 
psicología se erige en una herramienta imprescindible para tratar los 
problemas relacionados con la salud. 
 
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El cambio conceptual sobre la salud y la enfermedad acaecido en la 
segunda mitad del siglo XX, cuyos principales factores han sido 
comentados en el anterior apartado, dio paso a un visión más holística 
del continuo salud-enfermedad y evidenció la importante contribución 
que la psicología podía suponer respecto del cuidado de la salud. 
Actualmente, como señala Ribes (1990, pág. 21), se acepta que “el 
conocimiento del proceso biológico de una enfermedad y las condiciones 
sociales de su epidemiología no son suficientes. Se requiere de un 
modelo de cómo aplicar este conocimiento en la forma de medidas 
efectivas que afecten la práctica cotidiana de individuos reales, 
dimensión que trasciende a los procesos moleculares del organismo y a 
las cifras poblacionales de la epidemiología”, y para ello ninguna 
herramienta mejor que la psicología, ciencia experta en explicar, predecir 
y modificar el comportamiento humano. 
 
Prueba de la importancia que la psicología ha ido cobrando 
progresivamente, como ciencia capaz de promover los cambios en el 
comportamiento individual dirigidos al mantenimiento de la salud y a la 
prevención de la enfermedad, ha sido la aparición paulatina, a partir de 
los década de los 70, de diferentes disciplinas como la Medicina 
Comportamental, la Salud Comportamental y, finalmente, la Psicología 
de la Salud, centradas en la aplicación de los conocimientos de la 
psicología sobre el comportamiento humano a los contextos sanitarios, 
haciendo énfasis en distintos aspectos, pero con un espíritu integrador y 
con un afán por cooperar en el cuidado de la salud, como elementos 
comunes. 
 
La Psicología de la Salud, área en la que se inserta el trabajo que aquí 
se presenta, fue definida originalmente como “el conjunto de 
contribuciones científicas, educativas y profesionales que las diferentes 
disciplinas psicológicas hacen a la promoción y mantenimiento de la 
salud, a la prevención y tratamiento de la enfermedad y las disfunciones 
relacionadas, a la mejora del sistema sanitario y a la formación de una 
política sanitaria (Matarazzo, 1980, pág. 815). 
 
Esta área de estudio surge en el marco del modelo bio-psico-social, 
cuyos supuestos básicos, propuestos por diferentes autores (Engel, 
1977; Schwartz, 1982; Santacreu, Márquez y Zaccagnini, 1989), podrían 
resumirse a partir de la compilación realizada por Santacreu (1991): 
 
1. La Psicología se plantea como objeto de estudio el comportamiento 
humano, que incluye las llamadas cogniciones, respuestas 
fisiológicas o biológicas noobservables en sí mismas y las 
conductas manifiestas u observables. 
2. Las leyes, modelos o teorías que describen, explican o predicen el 
comportamiento humano son las mismas para el comportamiento 
normal y anormal, para la salud y la enfermedad. 
3. El comportamiento humano anormal está constituido por formas de 
adaptación al ecosistema que finalmente resultan inadecuadas a 
corto o largo plazo. 
4. Los psicólogos clínicos intentan aliviar a los individuos que 
demandan su ayuda a través de los conocimientos psicológicos. En 
general, no se plantean el cambio del ecosistema, entre otras cosas 
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MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 
 
 
 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
porque no está a su alcance, salvo que se trate de niños o de 
adultos con actividad restringida. 
5. Los ecosistemas en los que el organismo está inmerso, el ambiente 
físico y social en el que el individuo se mueve determina en gran 
parte, no sólo los comportamientos adaptativos concretos sino los 
sistemas generales de adaptación. Además, y ésta es la cuestión 
importante, determinados ecosistemas producen/inducen sistemas 
de adaptación específicos, inadecuados en otros ecosistemas o en 
un sistema más amplio. 
6. La capacidad de adaptación de un individuo a su ecosistema es 
función de los recursos biológicos y psicológicos que posea y de las 
exigencias del propio ecosistema. (...). De tal manera que podemos 
estudiar y comparar los distintos ecosistemas por su capacidad para 
provocar personas desadaptadas. 
7. Un individuo (organismo) se comporta respondiendo al medio o 
ecosistema, manipulando o modificando este medio, intentando 
adaptarse teniendo en cuenta que la máxima prioridad son, para un 
mismo valor de refuerzo, los efectos a corto plazo. El grado de 
autocontrol que posea el individuo determinará la posibilidad de que 
considere los refuerzos a largo plazo. Todo ello significa que el 
individuo reacciona ante el medio, y por tanto, su conducta es 
función del ecosistema en el que está inmerso, pero también este 
ecosistema se modifica en la medida en que los individuos actúan o 
se comportan en él. 
8. El comportamiento no es más que el conjunto total de actuaciones 
de un individuo en un medio o ecosistema y, acotado dicho 
ecosistema en cuanto a sus dimensiones (familia cercana, barrio, 
ciudad o país) puede ser valorado en cuanto a la dimensión de 
saludable. 
9. Los comportamientos saludables en un determinado medio a corto 
plazo no lo son siempre a largo plazo. Por el contrario, los 
comportamiento no saludables (enfermos) a corto plazo son 
prácticamente improbables en el repertorio de respuestas del 
individuo y su probabilidad es función del tiempo entre respuesta y 
daño. 
10. El comportamiento de un individuo no es uniformemente saludable o 
enfermo, ni siquiera a corto plazo. 
11. La salud es el resultado del proceso de adaptación general de un 
individuo. Cuando la evaluamos en un determinado individuo 
siempre lo hacemos con referencia a un ecosistema con 
independencia de que lo explicitemos o no. Tomada como variable 
dependiente del proceso de adaptación de un organismo, la salud 
oscila a través del tiempo, con valores máximos y mínimos y 
depende de las variaciones del ecosistema y del grado y rapidez de 
adaptación del individuo. 
 
El modelo bio-psico-social, por tanto, ensalza la idea de la salud como 
resultado del grado de adaptación del organismo a su ecosistema, a 
corto, medio y largo plazo (Santacreu, Márquez y Zaccagnini, 1989). 
 
Y la Psicología de la Salud vendría a explicar las variables del individuo 
y del ecosistema que inciden en el comportamiento y en la salud. 
Utilizando las palabras de Rodríguez Marín (1995, pág. 23), la Psicología 
de la Salud representa, “un área de aplicación de la psicología al marco 
de la salud, que estudia los factores emocionales, cognitivos y 
comportamentales asociados a la salud y enfermedad físicas de los 
individuos, integrando las aportaciones individuales, grupales y 
comunitarios, para la promoción de la salud, la prevención, tratamiento y 
rehabilitación de la enfermedad y para conseguir una buena calidad de 
vida del enfermo”. 
 
El desarrollo de esta disciplina ha ido dando lugar a múltiples trabajos de 
investigación sobre la influencia de diversas variables psicológicas sobre 
la salud, al tiempo que ha ido generando multitud de aplicaciones 
prácticas dirigidas a complementar el tratamiento o la prevención de 
problemas de salud concretos o a la promoción de la salud en general. 
Así, factores como el estrés, las habilidades de afrontamiento, la 
ansiedad rasgo o la percepción de control, así como el apoyo social de 
que disponen los individuos, han sido objeto de numerosos estudios en 
relación con su influencia sobre la salud, y programas para la reducción 
del estrés y la ansiedad, para hacer más efectivo el patrón de 
afrontamiento o para aumentar el aprovechamiento de los recursos 
sociales, se han implementado con el objetivo de generar un impacto 
positivo sobre la salud de los individuos. 
 
Todo ello ha contribuido a aumentar la comprensión del papel jugado por 
diversas variables comportamentales sobre la etiología y la progresión 
de la enfermedad, por una lado, de forma directa, a través de la 
influencia de variables como el estrés sobre el sistema nervioso, 
inmunitario, endocrino, etc., y del efecto de técnicas como el 
biofeedback, la relajación, etc., sobre los mismos. Por otro, de forma 
indirecta, a través de su influencia sobre los hábitos de vida (tabaco, 
alcohol, dieta, ejercicio, etc.) (Matarazzo, 1991), la percepción de los 
síntomas o la búsqueda de ayuda médica (Mechanic, 1972; Miller y 
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 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
 
cols., 1988)o la ejecución de conductas de autocuidado (entre ellas la 
adhesión terapéutica) (Caldwell y cols., 1983; Hanson y cols., 1989) y el 
diseño de programas dirigidos a su modificación. 
 
Además, la relación entre factores psicológicos y el estado de salud de 
los individuos se caracterizaría por su bidireccionalidad, dado que un 
deterioro en este último puede generar toda una serie de consecuencias 
emocionales, cognitivas y conductuales que repercutan nuevamente 
sobre la salud del individuo, a través de las dos anteriores vías, 
dándonos esto una idea de la continua regulación que ambos tipos de 
factores ejercen entre sí. 
 
Con respecto al primer punto, esto es, la influencia directa de las 
variables psicológicas sobre la vulnerabilidad de los individuos a la 
enfermedad, hay que destacar el desarrollo de una nueva y prometedora 
área de investigación de carácter eminentemente interdisciplinar 
denominada Psiconeuroinmunología (Ader, 1981). Ésta se centra 
específicamente en el estudio de la relación entre eventos psicológicos y 
alteraciones en parámetros endocrinos e inmunitarios, mediante el 
descubrimiento de puntos de conexión entre los sistemas nervioso, 
endocrino e inmunitario, y del análisis de su influencia sobre la salud, 
especialmente en trastornos como cáncer, SIDA, artritis reumatoide, 
alergias, etc., estrechamente relacionados con la eficacia del 
funcionamiento inmunológico (Ader, Felten y Cohen, 1991). 
 
Por lo que respecta a la aplicación de los resultados epidemiológicos 
sobre el papel del comportamiento en la salud, la psicología y, en 
concreto, las técnicas de modificación de conducta se han aplicado al 
campo de la salud, especialmente en torno a tres grandes áreas 
(Buceta, 1990):1. El control del estrés, como factor de riesgo para el desarrollo o la 
evolución de un trastorno. 
2. La instauración o eliminación de conductas específicas relacionadas 
con determinadas enfermedades. 
3. Modificación o alivio de las consecuencias de carácter biopsicosocial 
de la enfermedad. 
 
Por último, la Psicología de la Salud se ha ocupado de desarrollar 
modelos explicativos que “consideren al ser humano como el punto de 
corte entre sistemas sociales y microsistemas orgánicos” (Rodríguez-
Marín, 1995, pág. 34) y al comportamiento humano como área de 
integración entre factores sociales y biológicos. Aunque con importantes 
divergencias entre sí, en lo que a actualidad, apoyo empírico o utilidad 
práctica se refiere, los modelos de psicología de la salud han pretendido 
dar respuesta a cuestiones como qué es lo que hace que una persona 
ponga o no en marcha distintos comportamientos preventivos, qué 
factores motivacionales entran en juego, de qué depende la percepción 
de amenaza respecto de una enfermedad, etc. 
 
Por otra parte, bajo la premisa de que las conductas de salud, como 
cualquier otro tipo de comportamiento, son susceptibles de ser 
aprendidas o modificadas, bien por vía directa, bien por la influencia de 
modelos sociales relevantes, los modelos teóricos ofrecen las claves 
para establecer dichos cambios conductuales, mostrando los factores 
determinantes de dichas conductas, incluyendo, no sólo las condiciones 
individuales, sino también las de carácter social, que son necesarias 
para ese cambio. Dentro de estos modelos, y sin detenernos en su 
descripción, cabría destacar el Modelo de Creencias sobre la Salud 
(Rosenstock, 1974; Maiman y Becker, 1974; Becker y Maiman, 1982), la 
Teoría de la Acción Razonada (Fishbein y Ajzen, 1975; Ajzen y Fishbein, 
1980), la Teoría de la Acción Social (Ewart, 1991; Leventhal, 1970; 
Leventhal y cols., 1980) y el Modelo Psicológico de la Salud de Ribes 
(1990). 
 
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Como se ha venido diciendo, es un hecho aceptado desde hace varias 
décadas que los hábitos de salud practicados por los individuos van a 
determinar en gran medida el grado de salud que éstos exhiban, estando 
dichos comportamientos en la base etiológica de las enfermedades con 
mayor prevalencia en nuestros días. 
 
Pero estas prácticas de salud han de entenderse en el sentido amplio 
del término y por tanto teniendo en cuenta que no incluyen únicamente 
aquellas acciones dirigidas a la prevención primaria, sino también a la 
prevención secundaria y terciaria. Así, cuando una patología ya ha 
“debutado”, las pautas de autocuidado que el individuo ponga en marcha 
van a ser importantes determinantes de la evolución del trastorno. En el 
caso del asma bronquial, por ejemplo, la adhesión terapéutica que 
presente el asmático, la desalergenización del hogar o la evitación del 
contacto con desencadenantes de síntomas, entre otros, constituyen 
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 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
medidas indispensables para asegurar el control del trastorno y la 
calidad de vida del individuo. 
 
Sin duda, las demandas psicosociales a las que se enfrentan las 
personas, en interacción con los recursos de que disponen para 
acometer las mismas, incluyendo dentro de éstos tanto las estrategias 
de afrontamiento, como factores de personalidad o el apoyo social con 
que cuentan, pueden asimismo originar una serie de consecuencias 
fisiológicas, cognitivas y motoras que afecten a su estado de salud. 
 
En cuanto al primer tipo de factores, y a partir de los resultados 
procedentes del área de la Psiconeuroinmunología, éstos pueden 
producir alteraciones directas en el equilibrio de los sistemas nervioso, 
endocrino e inmunitario, aumentando la vulnerabilidad del individuo a 
enfermar o exacerbando la intensidad de las patologías ya existentes. 
 
En este sentido, los hallazgos sobre los puntos de conexión entre 
sistema nervioso e inmunitario quedan lejos de la especulación, 
constituyendo la comunicación entre ellos un hecho probado, aunque 
todavía quede por resolver la cuestión de la magnitud de la influencia 
ejercida por cada uno de ellos sobre el otro (Kemeny y cols., 1992; Maier 
y cols., 1994). En concreto, las evidencias sobre la existencia de puntos 
de contacto entre S.N. y S.I. se derivan de tres tipos de observación: 
 
 la aparición de alteraciones inmunitarias como resultado de lesiones 
o estimulación de algunas estructuras cerebrales, tales como ciertas 
áreas del hipotálamo (Macris y cols., 1970; Roszman y cols., 1985) y 
del hipocampo (Brooks y cols., 1982), o la destrucción química del 
sistema nervioso autónomo (Livnat y cols., 1985). 
 
 la inervación autonómica de ciertos órganos y células del sistema 
inmunitario, hecho demostrado a partir de la observación de fibras 
nerviosas noradrenérgicas en los órganos linfoides, capaces de 
sintetizar norepinefrina; la liberación de norepinefrina en estos 
órganos, la presencia de adrenorreceptores en linfocitos y neutrófilos 
y el rol desempeñado por la norepinefrina en la regulación de la 
respuesta inmune (Felten y cols., 1987). 
 
 el efecto que distintas hormonas y neuropéptidos parecen ejercer en 
los procesos inmunológicos (Ahlqvist, 1981). Así, in vivo e in vitro, se 
han estudiado el papel de los corticoesteroides, la hormona del 
crecimiento, los opioides, la hormona adrenocorticotrópica o el 
péptido vasoactivo intestinal, sobre la funcionalidad de un gran 
número de componentes del sistema inmunitario. 
 
 la influencia de las alteraciones inmunológicas (vacunas, adición de 
interleuquinas, etc.) en la actividad hipotalámica (Besedovsky y cols., 
1977; Korneva y Shkinek, 1988) o en la producción de hormona 
adrenocorticotrópica o betaendorfinas (Blalock y cols., 1982; Bernton 
y cols., 1987; Sapolsky y cols., 1987). 
 
En definitiva, estos hallazgos han roto con la vieja visión del sistema 
inmunitario como órgano cerrado y autorregulado, activado únicamente 
por agentes externos, y sugiere, en cambio, la existencia de procesos de 
regulación recíproca entre los sistemas nervioso, endocrino e 
inmunitario, abriendo así una vía de influencia directa desde los 
fenómenos psicológicos y sus correlatos fisiológicos hasta la salud de 
los individuos. 
 
Por otro lado, las consecuencias cognitivas y motoras derivadas de la 
interacción antes mencionada entre el individuo y su entorno, podrían 
conllevar la aparición de sesgos perceptivos, tales como la desatención 
de los síntomas somáticos o la interpretación errónea de los mismos, 
transformándose así en factores de riesgo para el adecuado 
afrontamiento de los problemas de salud u originando quejas somáticas 
desproporcionadas con respecto al estado de salud objetivo, del mismo 
modo que podrían revertir en las prácticas de salud o de autocuidado 
practicadas por éste, repercutiendo finalmente en el bienestar del 
individuo (Steptoe, 1991). 
 
Por último, los problemas de salud, especialmente los de tipo crónico, 
pueden constituir estresores en sí mismos que ocasionen, en interacción 
con los factores antes mencionados, es decir, las demandas percibidas 
por el individuo, y los recursos de que dispone, consecuencias 
emocionales, cognitivas y motoras que se sumen a las anteriores y que, 
a través de las vías comentadas, impacten sobre la evolución de la 
enfermedad. 
 
Lo expuesto a lo largo de este capítulo resume el marco teórico sobre el 
que se apoya el trabajo aquí presentado, basado en definitiva en la 
aceptación de un modelo bio-psico-social de la salud, en los términos 
antes mencionados, y en un concepto de salud íntimamente relacionado 
con la adaptaciónde los individuos a su entorno. 
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MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 
 
 
 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
DELIMITACIÓN CONCEPTUAL DE LA PSICOLOGÍA DE LA 
SALUD Y SU RELACIÓN CON OTRAS ÁREAS DE ESTUDIO ....2 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
L e c t u r a 2 
 
 
 
 
Ballester, A., R. (1997) Introducción a la 
psicología de la salud. Valencia: 
Promolibro. Cap. 3, pp. 131-203. 
 
1. EL CONCEPTO DE PSICOLOGÍA DE LA SALUD.................2 
2. DELIMITACIÓN DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD ...........4 
RESPECTO A OTRAS DISCIPLINAS O CIENCIAS SOCIALES
....................................................................................................4 
2.1. Definición y descripción del Sistema de Salud.................4 
2.2. La Sociología Médica: origen, características y ámbito de 
estudio.....................................................................................5 
2.3. Antropología Médica: Origen, características y ámbito de 
estudio.....................................................................................8 
2.4. Economía de la Salud: Origen, características y ámbito 
de estudio..............................................................................10 
2.5. Comparación entre las “ciencias sociales” de la salud ..12 
3. DELIMITACIÓN DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 
RESPECTO A OTROS TÉRMINOS AFINES...........................13 
3.1. Medicina Psicosomática: Definición, origen y 
características .......................................................................13 
3.2. Medicina Comportamental: Definición, origen y 
características .......................................................................16 
3.3. Relación entre la Medicina Comportamental y la Medicina 
Psicosomática .......................................................................23 
3.4. Relación entre la Psicología de la Salud y la Medicina 
Comportamental....................................................................24 
4. DELIMITACIÓN DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 
RESPECTO A OTRAS ÁREAS DE LA PSICOLOGÍA: 
PSICOLOGÍA DE LA SALUD Y PSICOLOGÍA CLÍNICA..........27 
 
 
 
 
DD EE FF II NN II CC II ÓÓ NN ,, CC OO NN CC EE PP TT OO SS ,, 
DD EE SS AA RR RR OO LL LL OO HH II SS TT ÓÓ RR II CC OO YY 
PP EE RR SS PP EE CC TT II VV AA SS DD EE LL AA 
PP SS II CC OO LL OO GG ÍÍ AA DD EE LL AA SS AA LL UU DD 
 
 
UU NN II DD AA DD II .. 
 
 
MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 
 
 
 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
 
DDEELLIIMMIITTAACCIIÓÓNN CCOONNCCEEPPTTUUAALL DDEE LLAA PPSSIICCOOLLOOGGÍÍAA DDEE LLAA 
SSAALLUUDD YY SSUU RREELLAACCIIÓÓNN CCOONN OOTTRRAASS ÁÁRREEAASS DDEE EESSTTUUDDIIOO 
 
Si los capítulos anteriores han estado dedicados a analizar la historia del 
concepto de salud y de la psicología de la salud con el objeto de conocer 
las raíces de su identidad, el presente capítulo tiene por objeto delimitar 
conceptualmente esta disciplina. Para cualquier disciplina, subdisciplina 
o campo de aplicación que acaba de nacer y desea hacerse un hueco en 
el saber científico, una de las primeras tareas a realizar es establecer 
claramente qué es lo específico que aporta tal disciplina respecto a otras 
ya conocidas con el fin de acotar su campo de conocimientos, de 
investigación y de práctica y con ello, justificar la necesidad de su 
existencia. En el caso de la Psicología de la Salud, como disciplina 
relativamente reciente, este trabajo está todavía en curso, por lo que 
todavía se pueden oír voces que no entienden por ejemplo, qué puede 
aportar la psicología de la salud que no aporte la psicología clínica. Por 
ello, en este capítulo, además de delimitar el concepto de la disciplina de 
Psicología de la Salud, se establece su relación, en primer lugar, con 
otras disciplinas o ciencias sociales como la Sociología o la Antropología 
de la Salud; en segundo lugar, con otros términos o campos afines como 
la Medicina Comportamental o la Medicina Psicosomática; y, en tercer 
lugar, con otras áreas de la Psicología y en especial con la Psicología 
Clínica. Para ello, previamente se expondrá, aunque sea sucintamente, 
el origen y las características básicas que delimitan tales disciplinas o 
áreas de estudio. De este modo, la delimitación conceptual de la 
Psicología de la Salud quedará bosquejada en un primer epígrafe, para 
después perfilarse totalmente a través del establecimiento de los límites 
con otras disciplinas en los epígrafes siguientes. 
 
1. EL CONCEPTO DE PSICOLOGÍA DE LA SALUD 
A la hora de establecer el concepto de la disciplina objeto de este libro 
quizás sea bueno comenzar por la definición oficial de la misma. En este 
sentido, como ya se dijo en el capitulo anterior, Matarazzo (1980) 
propuso la primera definición de la Psicología de la Salud como “el 
conjunto de aportaciones, tanto de tipo educativo corno científico y 
profesional, que proporcionan las diversas áreas psicológicas para la 
promoción y el mantenimiento de la salud, la prevención y el tratamiento 
de la enfermedad, la identificación de los correlatos etiológicos y 
diagnósticos de la salud, la enferme dad y sus consecuencias” (pág.8 
15). 
A esta definición, añadió poco después lo siguiente: 
“así como el análisis y la mejora de los sistemas sanitarios y de la 
política general de formación sanitaria” (1982, pág.4). 
Con esta última frase, Matarazzo (1982) intentaba reflejar la posición de 
un cierto número de profesionales de la psicología de la salud, que 
además de centrarse en la responsabilidad individual para el 
mantenimiento de la salud y el bienestar, enfatizaban la necesidad de 
prestar atención a tos contextos sociales, políticos y económicos de la 
salud y las conductas de salud (Winnett, 1983; Marston, 1983), 
especialmente con el fin de reducir los costes huma nos y económicos 
asociados a determinadas condiciones que se pueden prevenir. 
De algún modo, ya se ha plasmado en los capítulos anteriores cuál ha 
sido el decurso de los acontecimientos responsables del nacimiento de 
la Psicología de la Salud. Resumiendo se puede afirmar que, junto a la 
aparición del modelo biopsicosicial, los factores que mayormente han 
posibilitado el afianzamiento de la Psicología de la Salud son muy 
similares a los que posibilitaron el desarrollo de la medicina 
comportamental, si exceptuamos los avances en biofeedback. Entre 
otros son los siguientes (Matarazzo y Carmody, 1983; Krantz, Grunberg 
y Baum, 1985; Taylor, 1986; Reig, Rodríguez y Miro, 1987; Botella, 
Ibáñez y Martínez, 1987; Botella, 1996): 
a) Los cambios experimentados en las causas de mortalidad a lo largo 
de este siglo en los países occidentales. 
b) El reconocimiento de una etiología multifactorial de los diferentes 
problemas médicos. 
c) Incremento en los gastos de salud, sin que se observe un aumento 
paralelo en los beneficios obtenidos. 
d) Énfasis en la prevención y promoción de estilos de vida sanos 
e) Reconocimiento de la necesidad de una colaboración interdisciplinar 
f) Creciente reconocimiento entre los profesionales sanitarios de la 
utilidad de las técnicas comportamentales. 
g) Apoyo institucional y consideraciones pragmáticas respecto a más 
pues os de trabajo y más recursos. 
En cuanto a su objeto de estudio, diversos autores (Singer y Krantz, 
1982; y Van Veldhoven, 1990) consideran que, a grandes rasgos, la 
Psicología de la Salud debe estudiar los mecanismos de relación entre el 
“comportamiento” y la “salud” (Borda, 1996). De hecho, Krantz y cols. 
(1985) señalan es puntos de relación entre .ambos aspectos, todos los 
cuales caerían dentro del ámbito de interés dela Psicología de la Salud: 
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MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 
 
 
 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
 
a) La ocurrencia de comportamientos que pueden tener efectos 
fisiológicos directos que afectan al estado de salud. 
b) Los estilos de vida y hábitos diarios que pueden hacer peligrar la 
salud o potenciar la enfermedad a medio o a largo plazo, y 
c) La forma en que las personas perciben y se enfrentan a la 
enfermedad, que puede convertir en un factor de facilitación o 
empeoramiento del proceso. 
Por otra parte, si nos centramos en cuáles deberían ser las funciones del 
psicólogo de la salud, de la definición de Matarazzo (1982) se deriva que 
éste se debe ocupar de: 
a) La promoción y el mantenimiento de la salud 
b) La prevención y el tratamiento de la enfermedad 
c) La identificación de correlatos etiológicos y diagnósticos de la salud, la 
enfermedad y las disfunciones relacionadas, y 
d) La mejora de los sistemas de asistencia sanitaria y la configuración de 
políticas sanitarias. 
Concretando un poco más, la División de la Psicología de la Salud 
estableció como objetivos prioritarios de la disciplina los siguientes 
aspectos (Buela-Casal y Carrobles, 1996): 
a) Comprender y evaluar la interacción existente entre el estado de bien 
estar físico y los diferentes factores biológicos, psicológicos y sociales. 
b) Entender cómo las teorías, los principios y los métodos de 
investigación psicológica pueden aplicarse para potenciar los enfoques 
biomédicos en la promoción de la salud y el tratamiento de la 
enfermedad. 
c) Comprender la naturaleza de la respuesta de estrés y su importancia 
en la etiología y el proceso de adquisición de un gran número de 
problemas de salud. 
d) Entender cómo los métodos y las técnicas conductuales y cognitivas 
pueden ayudar a las personas a afrontar y controlar el estrés. 
e) Desarrollar las habilidades necesarias para diseñar y aplicar 
programas cuyo objetivo sea crear o aumentar hábitos y estilos de vida 
personales de salud. 
f) Comprender las dificultades que experimentan los pacientes al decidir 
buscar tratamiento para sus molestias y problemas 
g) Ser consciente del estado y de las condiciones experimentadas por 
los pacientes en el ámbito hospitalario, así como de los factores que 
afectan la adherencia a los tratamientos médicos y las fuentes de 
problemas en lo que a la relación médico-paciente se refiere. 
h) Entender las diferencias existentes entre los métodos psicológicos y 
médicos para reducir el dolor y cómo se combinan éstos para mejorar la 
eficacia del tratamiento. 
i) Ser conscientes del impacto que las enfermedades incapacitantes y 
terminales producen en los propios pacientes y sus familiares, y 
j) Descubrir y entender cómo las técnicas y los principios psicológicos 
pueden aplicarse para ayudar a los pacientes a afrontar y tratar de 
controlar las enfermedades crónicas. 
Tras la lectura de todos estos objetivos, uno podría preguntarse: “pero, 
¿cuál es exactamente la identidad de la Psicología de la Salud? ¿qué 
rasgos la caracterizan y la diferencian de otras áreas de estudio?. Estas 
preguntas no son fáciles de responder. Sin embargo, el presente 
capítulo supone un intento de hacerlo. En líneas generales, mi posición 
al respecto coincide bastante con la de Matarazzo. Este autor 
(Matarazzo, 1987) se preguntaba hace unos años cuál era la identidad 
real de la Psicología de la salud, afirmando que se trataba de un campo 
emergente y que continuaría como tal durante al menos una década 
más. Dado que ya ha transcurrido ese plazo, parece que tendremos que 
esperar todavía algo más para saber qué es exactamente lo que 
estamos haciendo. Como decía, coincido plenamente con Matarazzo 
(1987), en que los psicólogos de la salud son, primero, psicólogos, y 
después, especialistas en la salud. “Psicología” es el sustantivo que 
identifica el sujeto, y “salud”, el adjetivo que describe el cliente, el 
problema o el lugar en que la psicología es aplicada. Como todos los 
campos de la psicología, la Psicología de la salud aporta sus propios 
conocimientos al cuerpo general de la psicología y aplica los principios 
de la psicología general a un área particular. Por tanto, utilizando 
palabras del mismo Matarazzo (1987), en mi opinión, “la Psicología de la 
salud hoy no es más que la aplicación del conocimiento acumulado de la 
ciencia y profesión de toda la psicología al área de la salud” (pág. 55). 
En el mismo trabajo, este autor afirma que la Psicología de la Salud no 
emergerá como una profesión independiente en los Estados Unidos, 
cuna de esta disciplina, hasta que no haya pasado al menos por los 
siguientes ocho estadios, estadios que incluso la Psicología clínica 
todavía no ha pasado y de los cuales, la Psicología de la Salud sólo ha 
superado hasta el momento los tres primeros: 
1) Fundar sus propias asociaciones nacionales e internacionales 
2) Establecer revistas propias, además de la de Health Psychology 
3) Ser reconocida por profesionales de otros campos de la psicología, en 
lo que respecta a unos temas de estudio, métodos y aplicaciones 
distintos de aquéllos. 
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 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
 
4) Formación postdoctoral específica y distinta de otros campos como la 
psicología clínica. 
5) Reconocimiento de los Institutos Nacionales de Salud y otras 
agencias federales de su existencia separada de otras disciplinas 
6) Departamentos de psicología de la salud dentro de facultades de 
medicina, escuelas de salud pública, universidades y hospitales 
7) Aceptación por parte de otros psicólogos y por el colegio oficial de que 
los psicólogos de la salud son expertos que pueden ser diferenciados de 
los psicólogos clínicos y de otros psicólogos 
8) Declaración por parte de la American Borrad of Professional 
Psychology de que la psicología de la salud es una profesión 
independiente. 
Entretanto, parece que el concepto de la Psicología de la Salud 
actualmente no es algo tan consensuado como pudiera parecer. Para 
Echeburúa (1993), actualmente el término de psicología de la salud 
todavía se utiliza al menos en cuatro sentidos muy distintos: 
a) Como punto de referencia del papel de la Psicología como ciencia y 
como profesión en la Medicina 
b) como sinónimo de Medicina Comportamental (Bayés, 1985) 
c) como sustituto del término Psicología Clínica (Reig, 1989) o 
d) como un término que comprende y amplía el de Psicología Clínica 
(Macia y Méndez, 1988). 
Por mi parte, desearía cerrar este punto trayendo a colación unas 
palabras de Stone (1990, pág.4) que me parecen muy atingentes a los 
problemas de identidad de la psicología de la salud en la actualidad, 
según las cuales: 
“llevar a cabo una actividad, darse cuenta de que se está realizando tal 
actividad y dar nombre de acuerdo de tiempo en la vida de las personas 
y en la historia de la humanidad”. 
Durante ese tiempo, sólo cabe seguir trabajando y analizando lo que se 
hace, para lo cual puede ser útil cualquier punto de referencia. En este 
sentido, creo que el análisis y la delimitación de la Psicología de la Salud 
respecto a otras áreas de estudio puede arrojar mucha claridad acerca 
del concepto que buscamos, esto es, de la existencia o no de un campo 
de estudio propio de la Psicología de la Salud, así como de sus límites. 
2. DELIMITACIÓN DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 
RESPECTO A OTRAS DISCIPLINAS O CIENCIAS SOCIALES 
Antes de entrar a establecer la relación que guarda la psicología de la 
salud con otras disciplinas o ciencias sociales y de conocer cuál es la 
historia y cómo surgieron cada una de esas ciencias sociales, sería útil 
considerar ladefinición y elementos de lo que Stone (1979b) denominó 
“sistema de salud” (health system). 
2.1. Definición y descripción del Sistema de Salud 
Stone (1979b) define y describe el concepto de “sistema de salud” con el 
fin de estructurar el posible ámbito de actuación de los psicólogos en la 
salud. El objetivo principal es proporcionar un marco que permita 
delimitar qué han hecho hasta el momento los psicólogos en el campo 
de la salud, qué podrían hacer en el futuro, cómo debe ser su formación 
para llevar a cabo tales tareas, y de qué aspectos del sistema de salud 
se han ocupado ya otras disciplinas o ciencias sociales, esto es, cuál es 
el campo de estudio o trabajo de la psicología de la salud. Según este 
autor, difícilmente se puede encontrar un concepto cuyo valor positivo 
sea reconocido más universalmente que en el caso de la salud. Sin 
embargo, no existe tan gran acuerdo acerca de cuál es el contenido que 
debería ser incluido en este concepto, es decir, cuándo podemos decir 
que se tiene o no salud y en qué es posible hacer para mantener o 
restablecer la salud. Un modo efectivo de acercarse a estas cuestiones 
fundamentales para la Psicología de la Salud es enmarcar la salud 
dentro de un “sistema” de constructos y relaciones. “En su definición 
más amplia, el sistema de salud es el sistema de entidades que afectan 
a la salud de los seres humanos, entidades cuyo objetivo que las define 
es proteger, incrementar y restablecer la salud de los humanos” (Stone, 
1979b, pág.13). El sistema de salud es algo mucho más que el sistema 
sanitario, el cual constituye una parte del sistema que trata lo que 
implican a los agentes de salud y a las metas de salud. Las categorías 
que forman parte del sistema de salud son cuatro: 
 
a) Los agentes de salud 
Los agentes de salud constituyen entidades que participan en 
actividades cuyo propósito explícito es la protección, incremento o 
restablecimiento de la salud. Para Stone (1979b), existen tres clases de 
agentes de salud: las personas, las organizaciones y las máquinas. 
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 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
 
Las personas actúan como agentes en el sistema de salud cuando se 
comportan deliberadamente de un modo dirigido a servir algún propósito 
del sistema de salud, como por ejemplo, una persona que sigue una 
dieta para mantener bajos sus niveles de colesterol. Cuando lo hacen, 
se convierten en los agentes principales del sistema. Un tipo de agentes 
humanos lo constituyen quienes buscan la salud (health seekers), que 
incluyen, aunque no se limitan, a los usuarios de los servicios sanitarios. 
Otro tipo de agentes de salud son los profesionales de la salud, los 
familiares y otras personas que mantienen una relación significativa con 
“los que buscan la salud”, los educadores para la salud, administradores 
de organizaciones de salud, legisladores que promueven legislaciones 
relacionadas con la salud, e investigadores en el ámbito de la salud. 
Las organizaciones de salud incluyen grupos informales, colectivos, 
clínicos, hospitales, gobiernos y, en general, todos los colectivos de 
individuos que actúan juntos con el propósito de promover la buena 
salud. 
Las máquinas, tales como los ordenadores y las máquinas automáticas 
de pruebas médicas, funcionan como agentes y como recursos del 
sistema de salud. Se consideran agentes de salud cuando operan sin la 
supervisión de un humano. En tal caso, un error de la máquina podría 
ser difícil de localizar por un receptor de salud e incluso por un 
profesional. 
 
b) Las metas, receptores u objetivos de salud (health targets) 
Son las personas hacia las cuales dirigen los agentes de salud sus 
actividades con el fin de mejorar su estado de salud. Hay dos grandes 
tipos: los pacientes, que reciben un cierto cuidado para restablecer su 
salud; y las personas en riesgo. El mismo individuo puede ser, y suele 
serlo, al mismo tiempo,”buscador de salud” y receptor u objetivo de 
salud. El individuo siempre es la meta o el receptor de su propia 
conducta de búsqueda de salud, pero la misma persona puede ser la 
meta u objetivo de otros agentes de salud. Por otro lado, la persona que 
es inconsciente o incompetente a causa de la edad, discapacidad u otras 
razones para cuidar de su salud, puede ser meta, pero no agente. Aquí 
se crea la cuestión de hasta qué punto los profesionales de la salud 
deben presionar a los receptores de salud para que pasen a ser sus 
propios agentes o no, o la cuestión de si los agentes sociales deberían 
dirigirse a las personas como agentes o como receptores. El grado en 
que los agentes sociales reconocen la autonomía, competencia y 
responsabilidad del otro es el grado en que les reconocen como agentes 
de salud. 
 
c) Los riesgos para la salud (health hazards) 
Son aquellas cosas cuyo impacto sobre la capacidad de los receptores 
de salud para funcionar efectivamente intentan disminuir los agentes de 
salud. Los riesgos para la salud toman muchas formas: toxinas, 
estresores, defectos en herramientas de trabajo, actividades de otras 
personas u organizaciones... 
 
d) Los recursos de salud (health resources) 
Incluyen todas aquellas entidades que son utilizadas por los agentes de 
salud en el curso de sus actividades. Según Stone (1979b), conviene 
considerarlas aparte de los agentes de salud, ya que en muchas 
ocasiones el trabajo de los agentes está dirigido completamente a crear 
o mantener recursos de salud. En el capítulo de recursos de salud 
entrarían a formar parte aspectos tan variados como el conocimiento y 
las habilidades técnicas (y por tanto, formación de profesionales de la 
salud), herramientas y máquinas, sustancias terapéuticas, el tiempo no 
recompensado que emplean los agentes de salud sus actividades, las 
leyes o normativas, las organizaciones de salud... 
Según Adler y Stone (1979), el sistema de salud ha existido y funcionado 
desde mucho antes que los profesionales y científicos sociales 
intentaran describirlo y comprender su funcionamiento. Analizando el 
trabajo proveniente de distintas ciencias sociales en el análisis del 
sistema de salud, el investigador se encuentra con una constante: los 
científicos sociales de todas esas disciplinas se encontraban trabajando 
en el ámbito del sistema de salud mucho antes de que comenzaran a 
organizarse y tener conciencia como disciplina. Siguiendo el trabajo de 
Adler y Stone (1979), aquí se hará un análisis de tres disciplinas, la 
Sociología Médica, la Antropología Médica y la Economía de la Salud 
por tener una tradición académica similar a la de la psicología a pesar 
del reconocimiento de otras que también han realizado contribuciones 
significativas en el ámbito de la salud, como la política de la salud, 
epidemiología, la geografía médica o la ecología humana. En el capítulo 
de Adler y Stone (1979), estos autores también incluyen en su análisis a 
la Política de Salud, si bien al autor de este libro le parece algo forzada 
la justificación para incluirlo aquí. 
 
2.2. La Sociología Médica: origen, características y ámbito de estudio 
Se puede encontrar desde la antigüedad hechos que relacionan la salud 
con factores sociales y culturales, si bien, la Sociología Médica no 
MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 
 
 
 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
 
emergió como un campo organizado hasta la década de los 40 y de los 
50 (Olsen, 1975). Haciendo un breve repaso por los antecedentes de la 
disciplina (Rosen, 1972), podemos encontrar las siguientes 
aportaciones. En el año 1879, John Shaw Billings relacionó el estudio de 
la higiene con el de la sociología. En 1894, John Mclntire estableció la 
primera definición de la sociología médica en términos semejantes a loque hoy día constituye esta disciplina: “la ciencia del fenómeno social de 
los médicos en sí mismos como una clase aparte separada; y la ciencia 
que investiga las leyes que regulan la relación entre profesión médica y 
la sociedad humana en su conjunto; tratando la estructura de ambas, 
cómo se llegó a las condiciones actuales, cómo ha afectado progreso de 
la civilización y, en general, cualquier cosa relacionada con el tema” 
(pág.425-426). 
Una vez iniciado el siglo XX, los primeros antecedentes de la sociología 
médica los constituyeron trabajos que giraban en torno a la Medicina 
Social y al Bienestar Social. En 1910, James Warbasse publicó el libro 
Medical Sociology, que defendía una variedad de medidas de reforma en 
relación con la salud. En el mismo año, la American Public Health 
Association formó una sección en Sociología. Sin embargo, sus 
miembros no eran sociólogos sino médicos y trabajadores sociales 
preocupados por la salud y los problemas sociales. Hasta los años 40, 
fueron relativamente numerosos los trabajos sobre medicina y bienestar 
social, como reflejo del gran énfasis político en los programas dirigidos a 
combatir la pobreza y la enfermedad. 
En contraste con el interés aplicado de la Medicina Social, a finales de la 
década de los 40, la Sociología Médica se estableció como una 
disciplina académica, cuyo desarrollo se vio impulsado por el 
fortalecimiento y extensión de los National Institutes of Health y el 
establecimiento del National Institute of Mental Health (Hollingshead, 
1973). Los primeros sociólogos médicos destacables fueron académicos 
de la Sociología General, con intereses no restringidos al ámbito médico, 
siendo especialmente notables las figuras de Talcott Parsons, Everett 
Hugues, Robert Merton y August Hollmgshead. Así, la obra de Parsons 
sobre la medicina como una institución social y la consideración de la 
enfermedad como una desviación formaba parte y era una ilustración de 
una teoría sociológica más general. Merton habló de la medicina como 
un ejemplo de una profesión en una obra más general sobre las distintas 
profesiones. La obra de Hugues se enmarca en el ámbito de la 
sociología ocupacional. Y, por último, el mayor interés de Hollingshead 
se centraba en las clases sociales. 
En cualquier caso, y como es de suponer, los primeros centros de 
formación en sociología médica se crearon alrededor de estos autores y 
en las décadas de los 40 y 50, esta formación tenía lugar en cuatro 
grandes departamentos: en la Universidad de Columbia, Harvard, Yale y 
Chicago, cada uno con su propia orientación teórica. Así, Harvard donde 
trabajaba Parsons siguió una perspectiva estructuralista-funcionalista; 
Chicago, la orientación del interaccionismo simbólico. El primer 
programa de doctorado en Sociología Médica se impartió en Yale en 
1954, en 1965 había 15 programas y en 1972, 39 programas en Estados 
Unidos y Canadá. 
También el número de publicaciones se disparó en pocos años, a partir 
de los años 40 y 50. En la revisión realizada por McCartney (1970), en el 
período comprendido entre 1895 y 1904, la sociología de la medicina 
ocupaba el noveno lugar entre los tópico de las publicaciones de 
sociología, con un 3.1% de los artículos; en 1955, el cuarto lugar con un 
7.5% de los artículos. 
Según Bloom (1976) dos hechos motivaron la creciente 
profesionalización de la sociología médica en los años 50. Por un lado, 
la colaboración de los sociólogos médicos con investigadores médicos 
en investigaciones a gran escala. Por otro lado, la creación de puestos 
de trabajo a tiempo completo para sociólogos en instituciones médicas, 
además de en los departamentos universitarios. De este modo, el 
número de sociólogos médicos que trabajaban en facultades de 
medicina y de salud pública en los Estados Unidos pasó de 34 en 1957, 
a 96 en 1961 y 218 en 1965. 
A nivel institucional, en 1955 se creó una comisión informal dentro de la 
American Sociological Association y en 1959 se constituyó una Sección 
de Sociología Médica. En 1960 comenzó a publicarse la primera revista 
oficial de la Sección, el Journal ofHealth and Human Behavior que 
después cambió su nombre por el de Journal of Health and Social 
Behavior. En 1970, la Sección de Sociología Médica era ya una de las 
secciones más numerosas y activas de la American Sociological 
Ássociation y ha seguido creciendo hasta la actualidad, impulsada por la 
evidencia cada vez mayor de que las gran des mejoras en la salud 
pública no se derivan de los hallazgos en los laboratorios, sino de los 
cambios de comportamientos en la población. 
Una de las características de la Sociología Médica, al igual que su 
disciplina “madre”, es el amplio espectro de temas que trata, así como la 
diversidad de enfoques teóricos y metodológicos que hacen imposible 
hablar de una sola orientación o perspectiva integrada. Aún así, existen 
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 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
 
tres supuestos básicos sobre los que descansa la disciplina (Twaddle y 
Hessler, 1977): 
 
1. Existe una estructura social y la conducta social se encuentra 
organiza da en mayor o menor grado. 
2. El nivel social, esto es, el estudio de los colectivos, es el más útil para 
el análisis de los fenómenos y el estudio de los individuos por separado 
no puede explicar estos fenómenos en su globalidad. 
3. La estructura social impone restricciones tanto a los individuos como a 
los grupos. 
Al igual que la sociología general, la sociología médica está interesada 
por las relaciones y los procesos sociales y su base teórica es 
necesariamente la que proviene de la sociología general. Las 
actividades de los sociólogos médicos cubren áreas diversas como la 
organización social, la conducta desviada, el control social, la 
socialización y otras. Su metodología también es variada, desde los 
estudios epidemiológicos a gran escala y los análisis cuantitativos, hasta 
la observación participante centrada en un único grupo de personas y 
acercamientos cualitativos. 
Aunque resulta difícil resumir los aspectos tratados desde la sociología 
medica por su diversidad, Kendall y Merton (1958) identificaron cuatro 
áreas. La primera es la etiología social y la ecología de la enfermedad, 
que mantiene puntos de contacto con la epidemiología, pero, considera 
variaciones en las definiciones de salud y enfermedad, así como la 
incidencia de la enfermedad entre distintos grupos sociales. La segunda 
área es el estudio sociológico del tratamiento y la recuperación, 
incluyendo la consideración del apoyo social en la enfermedad. La 
tercera área es el estudio de la organización institucional de la salud. Y, 
por último, el área más reciente que estaba surgiendo en el momento en 
que Kendall y Merton elaboraron su trabajo es la sociología de la 
educación médica. 
Veinte años después del trabajo de estos autores, Mechanic (1978) en 
su libro sobre Sociología Médica identificaba 22 áreas de estudio en la 
disciplina (excepto las tres últimas podrían incluirse en las categorías de 
Kendall y Morton): (1) la distribución y etiología de la enfermedad; (2) las 
influencias sociales en los patrones de mortalidad; (3) epidemiología 
social; (4) fuentes y efectos del estrés social en la enfermedad; (5) 
correlatos sociales de los problemas psiquiátricos (psiquiatría 
comunitaria); (6) respuestas sociales y culturales a la salud y la 
enfermedad; (7) utilización de los servicios sanitarios; (8) medidas de 
salud pública para cambiar la conducta y el entorno social de modo que 
mejore la salud; (9) nuevas tecnologías para modificar las conductas 
relacionadas con la salud; (10) problemas psicológicos en la búsqueda y 
respuesta a los cuidados médicos y respuestas de éstos a esos 
problemas; (11) aspectos socioculturales del cuidado médico, 
especialmente la organización de los sistemas sanitarios; (12) 
organizaciónde la práctica médica; (13) organización del hospital; (14) 
organización de las ocupaciones sanitarias; (15) organización de 
profesiones sanitarias no médicas como enfermería y farmacia; (16) 
organización de los servicios comunitarios de salud; (17) cambios en el 
cuidado sanitario en relación con los cambios en el contexto económico 
y sociocultural; (18) comparaciones internacionales de los sistemas de 
salud; (19) aspectos legales y éticos implicados en el cuidado sanitario, 
la introducción de nuevas tecnologías y la investigación médica; (20) el 
análisis de supuestos de los modelos económicos de cuidado sanitario; y 
(21) gestión y políticas de salud. 
Una de las primeras descripciones hechas de la sociología médica, con 
sus diferentes acercamientos, es todavía una de las más útiles a la hora 
de estudiar su campo de estudio. Se trata de la distinción realizada por 
Robert Strauss (1957) (y dentro de la cual podrían caber las áreas 
señaladas por Mechanic), entre la Sociología en Medicina y la Sociología 
de la Medicina. Según este autor, la Sociología en Medicina se ocuparía 
de estudiar las cuestiones en las que la profesión médica en sí misma 
está interesada, cuestiones relativas a la solución de problemas 
esencialmente médicos como por ejemplo, la distribución social de 
determinadas enfermedades. En contraste, la Sociología de la Medicina, 
desde una perspectiva más externa, examinaría factores tales como la 
estructura organizacional, las relaciones de rol, los sistemas de valores, 
rituales, y funciones de la medicina como un sistema. Según Strauss 
(1957) estos dos tipos de sociología médica serían incompatibles para 
un mismo investigador ya que requerirían una formación y perfil 
profesional distintos. Así, la sociología en medicina requiere buenas 
relaciones de colaboración con el personal sanitario, mientras que la 
sociología de la medicina se beneficia más de una perspectiva 
independiente. Como el mismo Strauss señaló “El sociólogo de la 
medicina puede perder objetividad si se identifica demasiado con la 
docencia médica o la investigación clínica, mientras que el sociólogo en 
medicina arriesga una buena relación si intenta estudiar a sus colegas” 
(Strauss, 1957, pág.203), consejo que podría considerarse también útil 
para los psicólogos de la salud. 
Hasta el momento y siguiendo la distinción de Strauss, la mayoría de 
investigación en sociología médica se ha realizado en la vertiente de 
pc
Resaltado
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 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
 
 
sociología en la medicina. Según Freidson (1970), la mayoría de 
estudios realizados versan sobre correlatos de enfermedad, utilización 
de los servicios sanitarios y aspectos de la conducta de los pacientes o 
de los futuros pacientes, considerando esto como una muestra de por 
dónde es probable que se decante la disciplina en un futuro. En una 
revisión de Gold (1977) respecto a los trabajos presentados en el 
Journal of Health and Social Behavior desde 1960 a 1976, este autor 
encontró que un 60% de los artículos se centraban en las características 
de los pacientes, lo que consideró un sesgo médico, defendiendo la 
necesidad de una mayor autonomía e independencia en el trabajo futuro 
de los sociólogos dentro de las instituciones sanitarias. Este aspecto 
parece ser una de las actuales preocupaciones de los sociólogos de la 
salud en su actividad profesional. 
2.3. Antropología Médica: Origen, características y ámbito de estudio 
Al igual que se comentaba en el caso de la sociología médica, los 
antropólogos comenzaron a trabajar en el ámbito de la salud mucho 
antes de que tuvieran conciencia de una nueva especialidad. La primera 
revisión realizada por un autor respecto a las contribuciones de la 
Antropología al campo de la salud, fue realizada por Caudhill en 1953. 
En su capítulo titulado “Applied Anthropology in Medicine “, Caudhill 
afirmaba “Casi todos los antropólogos desde el final del siglo XIX han 
incluido, demasiado a menudo de paso, alguna referencia a la medicina 
o la enfermedad en sus monografías” (Caudhill, 1953, pág.772). Con 
anterioridad a este autor, se habían realizado muy pocos trabajos 
transculturales significativos de datos etnográficos relacionados con la 
medicina. Especialmente importante fue una serie de siete artículos 
sobre “medicina primitiva” escritos por el historiador, médico y 
antropólogo Erwin Ackerknecht, y que aparecieron entre 1942 y 1947. 
Esta serie de trabajos tuvo una gran influencia y estimuló a muchos otros 
antropólogos a interesarse por el tema de la enfermedad y la curación 
como aspectos importantes de una cultura. Así, si en la revisión del 
capítulo de Caudhill se citaron 200 trabajos, en la revisión posterior de 
Polgar (1962) titulada “Health and human behavior: areas of interest 
common to the social and medical sciences” más de 500 trabajos fueron 
citados. Un año más tarde, en 1963, Scotch publicaba otra revisión de 
trabajos (añadiendo más de 100 estudios a la revisión de Polgar) en 
cuyo título se explicitaba por vez primera el nombre de “Medical 
Anthropology“. En 1968 comenzó a publicarse el Medical Anthropology 
Newsletter. En 1969, se constituyó la Society for Medical Anthropology. 
En 1970 Von Mehring y Kasdan editaron un libro en el que eran 
frecuentes las afirmaciones respecto a la relación entre la antropología y 
las ciencias de la salud. Y en 1977 el Social Science and Medicine creó 
una sección dedicada al ámbito de la Antropología Médica. 
Analizando la corta historia de la Antropología Médica podría decirse que 
en el tiempo que ha transcurrido desde 1953, con el trabajo de Caudhill 
hasta la década de los 70 se ha producido el proceso de independencia 
de su disciplina “madre”, la antropología, para constituirse en una 
especialidad parcialmente distinta. Según Weidman (1971), los estadios 
de su emergencia fueron los siguientes: 
 
1. Primero, la antropología médica era un área teórica desarrollada de 
una antropología general que analizaba la salud, la enfermedad y los 
sistemas médicos desde una perspectiva tanto evolucionista como 
transcultural. 
2. Después pasó a ser un campo aplicado que utilizaba los conceptos de 
la antropología general para el análisis de nuestro sistema médico 
occidental. 
3. En tercer lugar, un campo teórico muy especializado que integraba 
conceptos de algunas ramas de la antropología y una rama de la 
medicina. 
4. En cuarto lugar, un área teórica que llega a ser capaz de hacer 
contribuciones importantes a la teoría de la antropología general. 
5. Por último, un área que resulta de la integración y síntesis de 
conceptos oncológicos y médicos. 
Según Adler y Stone (1979), estos estadios no habría que verlos como 
sucesivos (como propuso Weidman) sino como nuevas etapas que se 
van incorporando en un cuerpo teórico cada vez más complejo. 
Por lo que respecta a las características definitorias del acercamiento 
antropológico, y en concreto de la antropología médica, se puede hablar 
de grandes ramas, correspondientes de alguna manera con la división 
existente en la disciplina “madre” entre antropología física y biológica por 
un lado y antropología social y cultural por otro. Los antropólogos que 
han abajado en el ámbito de la medicina, por lo general lo han hecho 
más desde el ámbito de la antropología social que desde la biológica. La 
diferencia estriba en el tipo de acercamiento. 
Los antropólogos biológicos estudian desde una perspectiva “etic” (como 
observadores externos) las actividades adaptativas de una cultura que 
moviliza sus recursos para hacer frente a sus necesidades. Los 
antropólogos sociales intentan desde una perspectiva “emic” 
comprender el significado de la interacción entre el agente de salud y el 
receptor o meta de salud. La distinción etic/emic hace referencia a lo 
pc
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 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
 
Comportamental frente a lo fenomenológico o a lo objetivo frente a lo 
subjetivo. A la antropología social le interesa en primer lugar la cultura y 
utiliza como método la etnografía que implica registrar y describir los 
conceptos clave de distintos aspectos de la cultura, intentar entender los 
pensamientos de las personas, documentarse en el legado de 
explicaciones míticas, literatura popular o transmitida oralmente, ritos en 
la religión y la medicina, ceremonias sociales y políticas... El resultado 
de tal análisis es una etnología o historia de un pueblo y sus costumbres. 
De este modo, los antropólogos buscan una comprensión holística de los 
patrones de conducta de una comunidad humana, desde una 
perspectiva normativa, atendiendo especialmente a los significados que 
las personas otorgan a sus conductas y a la relación entre distintas 
esferas de la vida de esas personas, como la religión, la salud, la 
procreación... Más que ningún otro científico social, los antropólogos han 
sentido siempre la profunda obligación ética de mantener en el mínimo el 
impacto de su presencia en una cultura dada. Aún así, se puede hablar 
de dos tendencias frecuentes: 
1. Por un lado, los antropólogos médicos tienden a ser personas que 
observan y describen más que personas que hacen, al menos hasta 
hace unos años cuando comienza a ser más frecuente la demanda de 
antropólogos que asesoran en otros países acerca de cómo adaptar los 
sistemas sanitarios que han funcionado bien en su país de origen a otros 
donde la realidad sociocultural es distinta. 
2. Por otro, tienden a identificarse con las personas que estudian. Foster 
(1976) ha identificado tres supuestos que han guiado secuencialmente la 
ayuda americana en los programas de salud para los países en vías de 
desarrollo. En un principio, con anterioridad a la colaboración de los 
antropólogos se partía de la idea de que los métodos curativos y de 
prevención americanos serían eficaces en cualquier lugar y que serian 
bien aceptados por cualquier persona. Cuando se evidenció que esto no 
era así, el movimiento internacional de salud pública adoptó la idea de 
que los programas tendrían más éxito si tenían en cuenta el contexto 
cultural de quienes iban a recibir el programa. Para ello se pidió la 
colaboración de los antropólogos quienes pronto percibieron que, aún 
con todo, se mantenía la idea de que los métodos occidentales eran 
superiores a los de otras culturas, una idea que por lo general solía 
provocar bastante rechazo entre los profesionales antropólogos. Stein 
(1977, pág.16) ha llegado a decir que “los antropólogos han sido 
absolutamente fóbicos respecto a la medicina occidental por su 
orientación curativa y deshumanizadora. Finalmente, la tercera premisa 
ya provino de los mismos antropólogos quienes defendieron que incluso 
los programas médicos y de salud pública con más éxito en los países 
en desarrollo requieren el conocimiento de los factores sociales, 
culturales y psicológicos inherentes en las nuevas organizaciones y sus 
profesionales. 
Como se ha dicho antes, los antropólogos médicos son principalmente 
antropólogos sociales y culturales que utilizan como método casi 
exclusivo la descripción etnográfica, al principio de los sistemas 
culturales tradicionales en lo que respecta al ámbito de la enfermedad y 
su curación y más recientemente en nuestra propia cultura occidental. A 
la hora de agrupar el tipo de trabajos o el ámbito de estudio de la 
antropología médica, no existe gran acuerdo en cuanto a la clasificación 
realizada por los grandes autores que han elaborado revisiones sobre el 
campo, como son Caudhill (1953), Polgar (1962), Scotch (1963), 
Fabrega (1972), Lieban (1973) y Colson y Selby (1974). Sin embargo, en 
general se puede hablar de tres grandes grupos o tipos de trabajos: la 
etnomedicina, la epidemiología y ecología médica y el cambio y contacto 
cultural (Adler y Stone, 1979): 
1. Por lo que respecta a la Etnomedicina, su interés principal se centra 
en la descripción de las concepciones que las personas tienen acerca de 
la salud y la enfermedad, así como de los comportamientos o medidas 
que llevan a cabo para curar sus enfermedades. También estudia la 
explicación que determinada cultura otorga a determinadas 
enfermedades (tanto las enfermedades que tienen un referente biológico 
objetivo, como las que sólo existen en esa cultura, como el “susto” 
(Fabrega, 1972)), especialmente la explicación en torno a la etiología de 
la enfermedad, como la teoría del “caliente-frío”, frecuente en gran parte 
de Latinoamérica. Otro aspecto que interesa a la etnomedicina es el 
comportamiento de los sanadores o curanderos en las culturas sin 
tradición escrita, su selección y formación y la eficacia de sus 
tratamientos. En este sentido, resultan frecuentes los estudios de caso 
sobre cuestiones que van desde el etiquetamiento de la enfermedad, 
pasando por la búsqueda de ayuda, hasta el tratamiento y la 
recuperación. Así, en la comunidad maya de Guatemala donde el 
sistema de creencias enfatiza la importancia del equilibrio entre lo 
caliente y lo frío, existe un gran interés por la prevención del enfriamiento 
(Lieban, 1973). Kleinman (1975) es uno de los autores más destacados 
en este campo, conocido también por la descripción de episodios de 
enfermedad en nuestra cultura, en los que se aprecia bien la relación 
entre creencias y comportamientos relacionados con la salud. Por último, 
algunos profesionales de la etnomedicina trabajan en torno a la matriz 
sociocultural dentro de la cual tienen lugar las prácticas de salud, las 
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MÓDULO 0503- PSICOLOGÍA TEÓRICA I EL CAMPO GENERAL TEÓRICO DE LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD 
 
 
 UNIDAD I. DEFINICIÓN, CONCEPTOS, DESARROLLO HISTÓRICO Y PERSPECTIVAS DE LA PSICOLOGÍA DE L A SALUD 
 
interrelaciones entre las conductas relacionadas con la salud y otras 
preocupaciones culturales, así como la coexistencia de sistemas 
alternativos de cuidado de la salud, en la mayoría de los casos, el 
tradicional y el occidental. Se han realizado algunos trabajos para 
intentar comprender la relación de nuestro propio sistema sanitario y 
nuestras creencias culturales, aunque la mayoría de trabajos con este 
enfoque han sido realizados por sociólogos más que por antropólogos. 
 
2. La Epidemiología y la Ecología Médica son otros temas relevantes 
que aparecen en todas las revisiones que se han hecho sobre 
antropología médica. Los trabajos en este terreno suelen estar 
encabezados no sólo por antropólogos sociales, sino también por 
antropólogos biológicos. Los primeros suelen ver la epidemiología sobre 
todo como un examen de la distribución geográfica y cultural de las 
enfermedades, con el fin de demostrar el impacto de los factores 
sociales en la salud o enfermedad de los pueblos, como por ejemplo, el 
impacto de determinadas prácticas culturales o del mismo estrés que 
resulta de la ruptura de las culturas tradicionales y de la urbanización, 
sobre las enfermedades crónicas, psicológicas, alcoholismo y suicidio. 
Por contra, los antropólogos que siguen una orientación más biologicista 
tienden a ver la epidemiología como la fuente de información sobre las 
perturbaciones ambientales y las amenazas a los sistemas adaptativos 
de la comunidad humana. También les interesa, por tanto, como a los 
antropólogos sociales, el impacto de los cambios en sistemas bien 
adaptados. Sin embargo, no se sienten tan interesados por el impacto de 
la conducta en la enfermedad y menos por la significación que se le da 
al estrés derivado de los cambios culturales, sino por la capacidad de 
adaptación de los humanos frente a los problemas provenientes del 
entorno. Una buena revisión de este enfoque se puede encontrar en 
Haas y Harrison (1977). Por su parte, la Ecología Médica

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