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LÍBANO: UN FUTURO INCIERTO
TESIS
MAESTRÍA EN PROSPECTIVA ESTRATÉGICA
TECNOLÓGICO
DE MONTERREY
INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES
DE MONTERREY
POR
MIGUEL ELIAS LASES
MAYO DEL 2003
LÍBANO: UN FUTURO INCIERTO
POR
MIGUEL ELIAS LASES
TESIS
Presentada al Programa de Graduados de la División
en Humanidades y Ciencias Sociales
Este Trabajo es Requisito Parcial
Para Obtener el Título de
Maestro en Prospectiva Estratégica
INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES
DE MONTERREY
MAYO DEL 2003
AGRADECIMIENTOS
A mi esposa, Alicia Harb, por su apoyo y comprensión, pero sobre todo por
su entrega y su amor incondicional.
A mis padres, Miguel y Zaynita, por sus consejos, su cariño y su amor, que
durante toda la vida me han entregado.
A mi hermana, Mary Zayne, por su amor, cariño y amistad.
INTRODUCCIÓN
La finalidad de este trabajo es realizar una prospectiva de la República del Líbano,
presentando de esta manera dos supuestos escenarios por los que la nación
podría encaminarse. Para comprender mejor este trabajo he definido lo que es
prospectiva y lo que es un escenario.
"La prospectiva es la ciencia que estudia el futuro para comprenderlo y poder
influir sobre él. Un escenario es la descripción del futuro que debe ser
internamente coherente, consistente y plausible"1.
Creo que la prospectiva es más que una ciencia o técnica; es una actitud ante el
futuro, capaz de transformar en el presente las relaciones de las personas y de las
instituciones hacia sí mismas, hacia la sociedad y hacia el mundo.
La prospectiva no es una bola de cristal para adivinar el futuro, ni un mecanismo
automático para adueñarse del porvenir. Es un instrumento que ayuda a clarificar
las finalidades por las que se actúa, el para qué de la existencia y las posibilidades
reales de modelar las circunstancias presentes trayendo hacia ellas las
intenciones del futuro.
Contar con una visión prospectiva auxilia en la toma de decisiones y en los
procesos de evaluación permanente, ya que en ambos ejercicios el futuro deseado
y posible, se hacen presentes como motor de la acción.
Ahora bien, se ha definido a los escenarios como aquella parte de la planificación
estratégica que se relaciona a las herramientas y tecnologías para enfrentar las
¡ncertidumbres del futuro. Son precisamente las condiciones de ¡ncertidumbre y
turbulencia c reciente, las q ue j ustifican el u so d e e scenarios p respectivos c orno
metodología para hacerles frente.
1 http://www.ciencia.vanguardia.es/ciencia/portada/p372.html
2
La planificación de escenarios implica hacer elecciones hoy, con total comprensión
de sus resultados, pudiéndosele definir como una herramienta para ordenar las
distintas percepciones de futuro en el cual tendrán efecto esas elecciones.
Para demostrar estas definiciones, se aplicaron dos escenarios que permitirán
determinar el camino que tomará el estado Libanes en un mediano plazo
considerando además las variables actuales del Medio Oriente.
En el escenario uno se presenta un futuro pesimista para Líbano donde la
hegemonía Siria permanece definitiva en este país convirtiendo a Líbano en una
provincia más de Siria. Siria aprovechándose de su permanencia en Líbano y su
apoyo al gobierno libanes en el conflicto contra Israel, logrará crear una adhesión
más a su territorio, logrando de esta manera reunificar nuevamente la Gran Siria.
Dentro de este escenario se explica la situación actual de Siria con respecto a
Líbano y como ésta irá cambiando por factores que serán determinantes para el
futuro de ambas naciones. Es importante señalar que la comunidad internacional,
en su gran mayoría, no exige un desalojo de tropas sirias en Líbano, como lo han
hecho en otros países, porque lo han creído benéfico para la sobrevivencia de
este país. La prospectiva realizada en este escenario abarcó cinco factores,
definidos de la siguiente manera:
1) Economía y Comercio
2) Cultura y Educación
3) Política Libanesa
4) Partido Islámico del Hezbollah
5) Valle de la Bekaa
Estos factores darán un escenario muy negativo y a la vez realista de lo que podrá
pasar con Líbano, pero sin lugar a duda será un escenario que no debemos de
desechar por el solo hecho de que estos países se encuentren en una región muy
inestable, como lo es el Medio Oriente.
3
En el segundo escenario se visualiza de manera optimista, donde Líbano se libera
de I a h egemonía q ue d urante mas d e 1 O años S iría c ontrolaba, p revocando d e
esta manera acciones que se creían inexistentes. Este escenario esta marcado
principalmente por los recientes ataques al régimen iraquí de Saddam Hussein, el
cual de una manera casi indirecta patrocinaba al partido islámico del Hezbollah,
pero sobre todo se vio determinado por las advertencias que sufrió Siria por parte
de los Estados Unidos e Inglaterra para que acepte las condiciones que estos le
impongan. Debido a este suceso se pudo hacer una prospectiva optimista del
futuro de Líbano y desarrollando seis factores que determinarían la autonomía de
este país. La prospectiva se basó en los siguientes factores:
1) Retiro militar sirio
2) Disminución de políticos pro-sirios en el gabinete libanes
3) Desaparición del partido islámico Hezbollah
4) Creación de empleos
5) Desarrollo turístico
6) Relaciones entre los diferentes grupos confesionales
Todos estos factores determinan el nuevo futuro de Líbano, que en años
anteriores se aspiraba a un futuro imposible ahora puede ser realidad y más aún
con la caída del régimen de Saddam Hussein especialmente y la eventual
cooperación que otorgue Siria a las exigencias y condiciones de los Estados
Unidos y sus aliados.
Para llegar a estos dos escenarios fue necesario tomar como referencia algunos
temas que han sido cruciales para el Líbano de hoy; a continuación se desglosan
los puntos que se abordaron en este trabajo.
En el capítulo uno mi enfoque principal esta dirigido a la emergencia de la nación
libanesa iniciando con el establecimiento del pueblo Fenicio, los cuales abarcaron
gran parte del Medio Oriente e islas del mar Mediterráneo forjándose como un
pueblo marinero. Posteriormente con el inicio de las conquistas en la región y por
su p osición e stratégica e 11 erritorio fue o cupado d espués d e I os fenicios por I os
4
asirios, egipcios, griegos, romanos, árabes y turcos, para después quedar en
manos del imperio Otomano quien gobernó por 400 años esa región. Seguido a
esto y derrocando al imperio Otomano inició la creación y desarrollo del estado
libanes el cual fue controlado en su mayor tiempo por países europeos
principalmente por Francia e Inglaterra, quedándose finalmente como colonia
Francesa quien abandonó el país después de ciertas inconformidades del pueblo
libanes, debido a esta situación y a la diversidad de religiones tuvo que
establecerse una Constitución que delegara puestos importantes a las diferentes
facciones del país (maronitas, chiítas, sunítas y drusos). A mediados del siglo
pasado, la intervención de palestinos en el país provocó la ruptura de las
relaciones entre las diversas confesiones, llevando a este país a una determinante
Guerra Civil.
El estudio del segundo capítulo se adentra a los factores que provocaron que se
suscitara la Guerra Civil en Líbano. En primer lugar esta el crecimiento
demográfico de musulmanes en la región, lo que ocasionó que los maronitas
perdieran casi el control del país, ya que los musulmanes querían modificar el
reparto de poderes que se había establecido. La emergencia de nuevos grupos
políticos y grupos de p roletariado u rbano, como segundo lugar, ocasionaron un
disturbio en el país provocando alianzas entre las diversas confesiones. Por
último y el más importante, la presencia de una numerosa comunidad Palestina en
Líbano provocando así una gran tensión; por una parte porque que esta
comunidad quería tener una representación dentro del gobierno libanes y por otro
lado porque utilizaban parte del territorio libanescomo bases de operaciones
armadas contra Israel.
Estos tres factores determinaron que la Guerra Civil libanesa estallara en 1975, sin
dejar de mencionar que Siria e Israel fueron factores externos para que este
conflicto interno se llevara a cabo. Siria apoyando a los musulmanes e Israel a los
maronitas, situación que después dejó de existir. El partido islámico del Hezbollah
tomó partida de esta situación ya que con el apoyo de sus principales
5
patrocinadores Irán e Irak, tenía todo para poder atacar a las tropas israelíes;
provocando de esta manera que una Guerra Civil fuera más allá de las fronteras.
La Reconstrucción del Distrito Central de Beirut fue el tercer capítulo que incluí en
este trabajo. Después de la destrucción material que sufrió este país, un grupo de
inversionistas extranjeros y algunos nacionales, decidieron invertir para reconstruir
este sector, que a final de cuenta fue el más desvastado por la Guerra Civil.
SOLIDERE, empresa libanesa, inició sus trabajos de reconstrucción en 1994. Uno
de los objetivos de este proyecto es rescatar los monumentos históricos de éste
país y permitir que este sector este integrado no solo por facciones musulmanas si
no por cristianos, conviviendo mutuamente.
Espero que este trabajo de prospectiva ayude a visualizar la situación por la que
Líbano y su población están pasando y que permita determinar claramente los
factores que se están considerando para elegir el mejor escenario del país.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 1
1. LA EMERGENCIA DE LA NACIÓN LIBANESA 7
1.1 Historia Antigua del Líbano 7
1.2 Las Conquistas 9
1.3 La Creación y Desarrollo del Estado Libanes 10
1.4 Veinte años de Progreso Político y Social 17
2. LA GUERRA CIVIL 22
2.1 Siria como arbitro de Líbano 32
2.2 Siria como tutor de Líbano 37
3. RECONSTRUCCIÓN DEL DISTRITO CENTRAL DE BEIRUT 47
3.1 Solidere 48
3.2 Inscripción y Comercio 49
3.3 Mercado Secundario 50
3.4 Distrito Central de Beirut: El Proyecto 52
3.5 El Plan Maestro 53
3.6 El Programa 56
3.7 Desarrollo Actual 58
3.8 Evaluación de demanda para espacio urbanizado 61
3.9 Arqueología 62
3.10 LosSouks 63
4. EL FUTURO DE LÍBANO 65
4.1 Escenario Pesimista 65
4.2 Escenario Optimista 76
CONCLUSIONES 85
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 90
VITA 92
1. LA EMERGENCIA DE LA NACIÓN LIBANESA
1.1 Historia Antigua del Líbano
No hay duda de que el Medio Oriente es una de las más convulsionadas áreas de
la tierra. El estudio de las ideologías, tanto políticas como económicas,
imperantes en el Medio Oriente, pueden darnos luz y explicarnos en parte las
razones de las luchas y de los enfrentamientos armados de esa zona.
Adentrándome más a la historia antigua del Líbano, relataré un poco sobre los
Fenicios, pueblo antecesor de lo que hoy es conocido como Líbano. Los Fenicios
durante mucho tiempo fueron un pueblo muy desconocido. En el actual Líbano y la
costa de Siria, una serie de tribus que hablaban lenguas semíticas se
establecieron en pequeñas aldeas de pescadores en la costa. Los asentamientos
fueron creciendo hasta convertirse en ciudades como Ugarit, Biblos y Sidón. La
geografía resultaba demasiado accidentada para comunicarse fácilmente por tierra
entre ellas. Cada una de ellas fue constituyéndose en un estado autónomo
centrado en la buena marcha de los negocios. Un monarca al frente de cada
ciudad defendía sus intereses frente a otros estados y potencias de la época
(Egipto, Babilonia y Asiría). Los hábiles pactos con los vecinos, especialmente
filisteos y judíos, resultaron efectivos. Cuando las circunstancias lo requerían
rendían vasallaje y pagaban tributos a las grandes potencias. La tolerancia a los
extranjeros, autorizados a asentarse en la ciudad y montar sus propios negocios,
resultó conveniente; por su mediación se evitaron presiones excesivas de las
grandes potencias. Su verdadero origen se ignora, se mezclaron con los
autóctonos (habitantes paleolíticos y neolíticos, de los que existen vestigios en
Ra's-Samra) y se establecieron en la costa del monte Carmelo hasta Ugarit.
Fundaron numeroso puertos (Arados, Smyrna, Trípoli, Yubayl-Biblos, Beritos,
Sidón, Tiro y 'Akka), en los que escogían islas próximas a la costa, que los
protegían de los vientos y les servían de refugio en caso de invasión; se orientaron
deliberadamente hacia el mar, que, por medio de la navegación de cabotaje, les
permitía establecer relaciones más fácilmente que en tierra. Desde el tercer
milenio entraron en contacto con Egipto, país al que suministraban madera (cedro,
8
abeto) para sus barcos, aromas, aceites y resina, y por el que estuvieron muy
influidos. Sobre todo Biblos y Sidón desde el s.XVIll, mantenían relaciones con los
egeos, dueños del mar, que frecuentaban sus puertos. De este modo, cuando la
invasión de los pueblos del mar los liberó de la tutela egipcia, pudieron reemplazar
el poder egeo micénico, arruinado por los dorios. A partir de entonces conservaron
su independencia bajo la tutela de Tiro, alcanzaron una era de gran prosperidad.
Su área de influencia se extendió progresivamente; por una parte, desempeñaron
el papel de agentes e intermediarios entre occidente y oriente, controlando, por
tierra, los puntos a donde iban a parar las caravanas del desierto y en donde
adquirían las mercancías orientales, y, por otra, fundando, alrededor del
Mediterráneo, numerosas factorías y colonias comerciales. En el siglo X se
instalaron en Chipre y, en las costas de Asia Menor, donde chocaron con los
griegos, que los desbancaron de Rodas, de las Esperadas y de las Doradas,
donde habían permanecido durante algún tiempo. Buscaron entonces nuevos
mercados en el Mediterráneo occidental: prudentemente, dejaron Tirrenia a los
etruscos y a los griegos, y establecieron en Sicilia occidental, en las islas de
"Malta, Gozo y Pantelleria", bases propicias para el comercio con África; a través
de Cerdeña e Ibiza habían llegado a la Península ibérica, donde sus barcos
recogían estaño y plata procedentes de la península. A su regreso, aprovechando
las corrientes de las costas africanas y por mediación de sus antiguas colonias de
"Hippo Diarrhytus y Utica", llegaban a Cartago y al golfo de la pequeña Sirte. Al
compás del desarrollo de los mercados comerciales, los artesanos prosperaban en
las ciudades, abasteciendo a los barcos con telas, bordados, cueros, púrpura,
perfumes, etc. Los restos arqueológicos de la región del Líbano indican una
ocupación a lo largo de la costa libanesa del mar Mediterráneo en el periodo
paleolítico, y "hacia el 4000 a.C. la región había desarrollado tanto la metalurgia
como la cerámica. Hacía el 2500 a.C., la costa fue colonizada por los fenicios, un
pueblo marinero relacionado con los cananeos"2.
; http://www.misionlibanesa.com.ar/libano-historia.html
9
1.2 Las Conquistas
Las ciudades-estado del pueblo fenicio, que controlaban la mayor parte del
territorio de lo que hoy es Líbano, comerciaban con el antiguo Egipto y se
convirtieron en florecientes centros culturales bajo la influencia de Babilonia,
adorando al dios Baal. "Alrededor del 2000 a.C. Fenicia fue invadida por los
amorreos, luego en el 1800 a.C. por los egipcios y poco después por los hicsos,
quienes lo unieron a sus dominios egipcios. Reconquistada por los egipcios,
permaneció como provincia dependiente hasta el 1400 a.C. aproximadamente,
cuando las incursiones hititas debilitaron la autoridad egipcia, y hacia el 1100 a.C.
era de nuevo un territorio independiente"3.
Tiro se convirtió en el principal estado de la Fenicia independiente y fue pionera en
el comercio marítimo de larga distancia. El matrimonio de Acab, rey de Israel y
Jezabel, una princesa de Tiro, muestra la fuerza de los lazos políticos entre
Fenicia y el antiguo Israel. La exploración fenicia permitió el establecimiento de
colonias a lo largo de todo el Mediterráneo, desde Útica y Cartago en el norte de
África, hasta Córcega y el sur de la península Ibérica, diseminando el alfabeto
semítico, que fue posteriormente adoptadopor los griegos; los fenicios
circunnavegaron África e incluso comerciantes de Cartago llegaron a las islas
británicas. A pesar de todo, "en el 867 a.C. Assurnasirpal II, rey de Asiría, forzó a
las ciudades-estado a pagar tributo y fueron dominadas por tropas asirías. Se
rebelaron varias veces y tras el fin del poder asirio en el 612 a.C., consiguieron
salir airosos de los intentos egipcios por reconquistar el área. Nabucodonosor II de
Babilonia había subyugado toda Fenicia excepto Tiro, lo que dio como resultado la
bienvenida a Persia cuando conquistó Babilonia en el 539 A.C"4. Fenicia pasó a
ser una de las provincias más importantes y ricas del Imperio persa. Alejandro
Magno conquistó Fenicia junto con el resto de Asia Menor; Tiro finalmente cayó
tras un largo asedio en el 332 a.C. El auge marítimo de la recién fundada
Alejandría obstaculizó el comercio fenicio y tras la muerte de Alejandro la dinastía
3Ibid
4Ibid
10
Tolemaica de Egipto conquistó las ciudades fenicias, que en el siglo II a.C.
pasaron a manos de los Seléucidas. La identidad fenicia fue arrollada por
influencias helenísticas. Mientras el Imperio Seléucida se desintegraba, el poder
creciente de Roma pasó a ser el más importante en la región.
Por su posición estratégica este territorio fue ocupado sucesivamente por fenicios,
asirios, egipcios, griegos, romanos, árabes y turcos. Los cruzados se apoderaron
de la región entre 1098 y 1291, pero fue recuperada por los musulmanes, y en
1521 pasó a formar parte del imperio otomano hasta 1918.
1.3 La Creación y Desarrollo del Estado Libanes
La historia antigua del Líbano se
confunde con la de Siria, de la que
siempre formó parte. La presencia en
esta provincia Siria de un importante
porcentaje de árabes cristianos, fue
aprovechada por los europeos para
llevar adelante sus designios coloniales
sobre el este del Mediterráneo. Hacia
1831, el pujante Egipto de Mohamed
Alí extendía su influencia hacia el
norte, debilitando al decadente imperio
otomano. Los europeos no querían que
los otomanos se desmoronaran antes
de estar ellos en condiciones de quedarse con los despojos. Establecieron
entonces el principio de que los cristianos, en cualquier parte del mundo, podían
ser equiparados a los europeos y eventualmente ser "protegidos" por éstos y
pasaron a apoyar a los cristianos maronitas contra Egipto.
De las cinco potencias que intervinieron entre 1831 y 1834 en la cuestión Siria,
Rusia y Austria se dedicaron con exclusividad a la parte europea de la herencia
turca: los Balcanes; Prusia (luego Alemania) fue trabajosamente puesta a un lado
10
11
y restaron dos finalistas para disputar la dominación de los países árabes: Francia
e Inglaterra, que sólo en 1916 se pusieron de acuerdo: Siria y Líbano para
Francia; E gipto, J ordania e I rak para I os b ritánícos. D urante prácticamente I os
dos milenios anteriores, este territorio había sido siempre parte de imperios
continentales en expansión. Aunque Líbano muy raras veces ha formado una
entidad política independiente, los maronitas habían desarrollado la opinión de que
la Montaña era un país con una historia y carácter propios. Los franceses habían
apoyado esta creencia, por lo que los maronitas recibieron muy bien su mandato,
con el que además obtenían beneficios económicos y políticos.
Sin embargo, la población árabe defendía la creación de un Gran Reino Árabe con
su sede en Damasco, que recogía sus aspiraciones nacionalistas. Su corta
duración (1918-1920) provocó que no recibieran con agrado la creación del Gran
Líbano, con lo que llegaron a la revuelta armada. Los franceses favorecieron la
redacción de ¡a Constitución de 1926, que serviría de base para un futuro Estado
independiente. La administración francesa estableció un Estado económicamente
viable, pero con conflictos religiosos políticamente amenazadores además de
haber establecido unas fronteras poco claras, en especial con Siria, al norte. En
1943 los representantes maronitas llegaron a un acuerdo para compartir el poder
(el Pacto Nacional) con los musulmanes suníes y otros grupos menores. Sin
embargo, el poder real no lo tenían los dirigentes elegidos, sino una élite comercial
cada vez más próspera y una clase casi de señores feudales, defendidos por sus
propios ejércitos. Sin embargo, el gobierno francés empezó a dar gradualmente al
Líbano una serie de prerrogativas en asuntos de administración, tal es el caso de
las aduanas, la censura de la prensa, la seguridad pública, etc., hasta que en 1945
el Líbano poseía todos los poderes de un gobierno y un Estado soberano.
Francia, sin embargo seguía pensando en reemplazar el perdido mandato con un
tratado especial con el Líbano. Por ello, el 12 de mayo de 1945, envió un
contingente de tropas para reforzar su ejército en Siria y Líbano. El pueblo libanes
pensó que Francia intentaba forzar a su nación a ese tratado especial, por el cual
perdería su soberanía, así que la opinión pública libanesa fue muy fuerte y
también fue apoyada por un gran número de Estados árabes que obligaron a
11
12
Francia a salir del Líbano. La independencia total no se obtuvo hasta el año 1946,
cuando las últimas tropas francesas fueron evacuadas. Francia separó
administrativamente el Líbano de Siria y cuando sus últimos soldados se retiraron,
en 1947, dejaron atrás dos estados.
El Líbano fue uno de los Estados signatarios del Protocolo de Alejandría en
septiembre de 1944 y también fue uno de los miembros fundadores de la
Organización de las Naciones Unidas (1945). Ese primer paso que dio el país fue
muy importante y le dio a Líbano dimensiones más amplias, todo esto fue
realizado por su presidente al-Khoury quien siempre luchó con éxito en pro de la
unidad nacional. No obstante los problemas que afrontaba esta nación en los
comienzos de su vida independiente eran muchos y la labor ardua de al-Khoury
fue fundamental para evitar la desintegración y asegurar la supervivencia del
Líbano como Estado independiente. "En 1952 la coalición de Kamal Jumblat
(líder socialista druzo y líder de la comunidad druza) y Camille Chamoun, cristiano
maronita, llevó a cabo una intensa oposición contra el Presidente, al que se le
obligó a renunciar dos años antes de terminar su período. Pocos días después la
Cámara de Diputados eligió a Camille Chamoun como Presidente del Líbano para
el período 1952 - 1958"5. En el periodo del presidente al-Khoury se puede notar
el intento de mantener la unidad nacional cediendo cada vez más a las facciones
musulmanas y a la de los druzos. Las causas de las fricciones entre los grupos en
el gobierno de este presidente se debieron principalmente a lo que establece la
Constitución del Líbano de que el Presidente de la República debe ser cristiano
maronita, así como limita a determinados grupos religiosos a ciertos cargos
públicos. Por otra parte del gobierno de Chamoun se esperaba una profunda
reforma y se creía que iba a ser progresista. No hay duda de que el sectarismo
empezó en este período a cobrar importancia y a tomar fuerzas, cuando se
' http://www.eurosur.org/guiadelmnndo/paises/libano/historia.htm
12
13
radicalizaron los intereses de los distintos grupos involucrados, y demandaron
mayor representación en los cargos gubernamentales y mayor participación en el
poder político.
Hubo disturbios y agitaciones en las elecciones parlamentarias de 1957, debido a
la aspiración de los musulmanes de concretar un alineamiento del Líbano con
Egipto y Siria y su oposición a las pretensiones del presidente maronita de hacer
renovar su mandato. Al año siguiente los disturbios habían tomado las
proporciones de una verdadera insurrección. Musulmanes y cristianos se
enfrentaron en una fuerte guerra civil. En julio de 1958 el presidente Chamoun
autorizó el desembarco de 10,000 marinos norteamericanos en el Líbano,
ofrecidos para pacificar el país. Las fuerzas interventoras permanecieron hasta
octubre en Beirut y en los demás puntos estratégicamenteimportantes del
territorio.
Muy a menudo los presidentes han estado a merced de fuerzas y grupos más allá
de su control, aunque tanto Camille Chamoun como Fuad Chihab, establecieron
un rígido control del país, lo que permitió, bajo el control cristiano de los puestos
clave del estado, el florecimiento económico a partir de especulaciones
financieras, que animaron los negocios y las inversiones extranjeras, al tiempo que
se producía un destacado desarrollo turístico. Sin embargo, muy poco de esta
prosperidad llegó a la población, en la que cada vez el número de shiitas era
mayor, y su descontento explotó en manifestaciones y tumultos y después de
1975, en una guerra civil.
La hostilidad latente entre los cristianos y las distintas comunidades musulmanas
se intentó controlar mediante el establecimiento de una fórmula de poder
compartido, en la que la presidencia era desempeñada por un cristiano y la
jefatura de gobierno, por un musulmán sunnita. La guerra palestino-israelí de 1967
aumentó las divergencias existentes entre los grupos palestinos instalados en la
región tras el conflicto, y la presencia activa de fuerzas de ocupación sirias e
13
14
israelíes al norte y sur del país, respectivamente, que convirtieron al Líbano en un
sangriento y permanente campo de batalla.
Líbano ha seguido una política muy delicada y equilibrada con sus vecinos y las
grandes potencias. Los maronitas optaron por unas relaciones más cercanas con
Occidente y distanciarse del mundo árabe; por el contrario, muchos musulmanes
defendían la unidad árabe y una política neutral respecto a las dos
superpotencias. Líbano se mantuvo prácticamente al margen de los conflictos
árabe-israelíes, pero la llegada de refugiados palestinos procedentes de los
territorios ocupados por Israel, involucraron poco a poco al Líbano en el conflicto
árabe-israelí, a partir de la década de 1970.
"En noviembre de 1969, el general libanes Emile Bustami y el líder de la
Organización para la Liberación de Palestina (OLP), acordaron en el Cairo permitir
la libertad de acción de los palestinos en el territorio del Líbano, pudiendo hacer
incursiones contra Israel desde bases libanesas"6. Hacia 1973 alrededor del 10%
de la población estaba formada por palestinos. Este acuerdo, que se mantuvo en
secreto hasta 1976 para no levantar la protesta de sectores cristianos, seguía la
política favorable a la unidad con Siria lo que provocó varios disturbios en el país.
En 1949 y 1961 se emprendieron varios golpes para promover la unión con Siria y
en 1958, un grupo de árabes dirigieron una insurrección que culminó con la
intervención estadounidense y la retirada del presidente Chamoun. Los siguientes
gobiernos trataron de conseguir la unidad árabe. Esta actitud generó recelo en
Israel, que además de actuar contra las bases palestinas del sur del Líbano, buscó
otros apoyos políticos.
En los primeros años de la década de 1970, los musulmanes pasaron a constituir
la mayoría de la población y comenzaron a cuestionar el sistema político
tradicional, que reservaba el cargo de presidente a un cristiano y el de primer
ministro a un musulmán sunnita para garantizar el equilibrio de estas
6 Marín Guzmán, Roberto. "La Guerra Civil en el Líbano" Editorial Texto Ltda.
14
15
comunidades. Los chutas no tenían un lugar asegurado. Las diferencias entre las
distintas comunidades se superpusieron a una estructura económico-social
eminentemente injusta. La depredadora explotación colonial había provocado,
además de la desaparición de los tradicionales cedros libaneses, el
empobrecimiento de la tierra y de los campesinos. La distribución del trabajo y la
riqueza reservó a los maronitas el control del gobierno y del ejército, en tanto que
los sunnitas mantuvieron la hegemonía en el comercio, los drusos en los servicios,
y los chutas se dedicaban a tareas artesanales o se ganaban la vida como obreros
o labradores.
Los cristianos maronitas contaron con todo el apoyo de Francia durante la época
colonial y lograron, después de la independencia, seguir controlando la economía
del país. Estos problemas y diferencias económicas que generaban una injusta
distribución de las riquezas, fueron también causa de la guerra civil. Debido a que
en el Líbano no ha habido una reforma agraria ni una legislación social, la
distribución de la riqueza y de las propiedades ha sido muy desigual.
Líbano fue uno de los más prósperos países del Medio Oriente y uno de los de
más rápido crecimiento económico. "La creación del Estado de Israel y la guerra
árabe-israelí de 1948, hicieron de Beirut el principal centro bancario para Medio
Oriente"7. A pesar de las diferencias sociales y económicas entre los distintos
sectores económicos de la comunidad, Líbano seguía manteniendo un sistema de
empresa privada que favorecía básicamente a los cristianos maronitas y al grupo
de los griegos católicos.
La guerra civil, alimentada por estos antagonismos y tensiones, estalló
nuevamente en 1975, cuando la derecha cristiana usó como excusa "el problema
palestino". "El Líbano, que no había intervenido en la guerra árabe-israelí de 1973,
concedió refugio a 300,000 palestinos en sus territorios australes, lo que sirvió a
Israel como pretexto para justificar sus frecuentes incursiones a través de la
7 Ajami, F. "The Vanished Imam". Ithaca: Cornell University Press. 1986
15
16
frontera y sus bombardeos a la población civil"8. Las "falanges" cristianas
libanesas, por su parte, fueron lanzadas contra los campamentos de refugiados.
En 1976 tropas sirias, luego incorporadas a una fuerza de paz de la Liga Árabe,
pusieron fin al conflicto y garantizaron la unidad del país. No obstante, las causas
profundas de la guerra civil subsistieron, así como las incesantes agresiones de
Israel. En 1981 la artillería de Israel, en coordinación con la del ex comandante
libanes Saad Haddad, bombardeó las ciudades de Tiro y Sidón, en tanto que
fuerzas sirias instalaban misiles antiaéreos en el valle de Bekaa. En julio de ese
año la aviación israelí desencadenó una serie de ataques contra las posiciones
palestinas, culminados con incursiones aéreas contra Beirut oeste que dejaron un
saldo de 166 muertos y cerca de 600 heridos.
En junio de 1982 el ejército de Israel invadió el Líbano en una operación
combinada de sus fuerzas de tierra, aire y mar. Las ciudades de Tiro y Sidón
fueron ocupadas rápidamente y Nabatié y Trípoli devastadas por bombardeos,
como primera etapa del operativo que Israel denominó "Paz para Galilea". Beirut
fue prácticamente destruida. Hubo millares de bajas en la población civil; fueron
destrozados puentes, oleoductos y aeropuertos, hospitales y escuelas, grandes
edificios y viviendas humildes, fábricas y museos. Otro saldo de la agresión fue la
captura de 8.000 palestinos y libaneses, mantenidos en deplorables condiciones
en campos de prisioneros, bajo sospecha de pertenecer a movimientos de
resistencia.
No menos doloroso fue el saqueo total, por parte de militares y agentes de la
Mossad (servicio secreto de Israel) del Centro de Estudios Palestinos, cuyos
materiales, fruto de 17 años de trabajo de ochenta investigadores de la historia y
la cultura palestinas, fueron cargados en camiones rumbo a un destino
desconocido. Finalmente la OLP estuvo de acuerdo en retirarse de Beirut,
'Ibid
16
17
siempre que la evacuación de los guerrilleros se hiciera bajo supervisión
internacional. Soldados norteamericanos, franceses e italianos dieron la protección
necesaria al efecto y la población de Beirut oeste tributó a los combatientes
palestinos, q ue s e d ¡rigieron h acia o tros s iete p aíses á rabes, una d espedida de
héroes. El Congreso designó el 23 de agosto al sucesor del presidente Sarkis, el
candidato único Bashir Gemayel, indicado por Israel. El líder maronita no llegó a
ocupar el cargo: murió el 14 de setiembre en un atentado dinamitero contra el
comando de la Falange en Beirut oriental. Nadie se hizo autor del hecho.Al día
siguiente la ciudad de Beirut fue ocupada totalmente por fuerzas militares de
Israel. El 16 de setiembre de 1982, las llamadas Fuerzas Libanesas, lideradas por
Elie Hbaiqa, entraron en los campamentos palestinos de Sabrá y Chatila y
asesinaron a centenares de civiles desarmados, sin exceptuar a ancianos,
mujeres y niños. Una investigación posterior determinó sin lugar a dudas la
responsabilidad de los comandantes israelíes en la matanza, al haber incitado la
acción a las milicias derechistas que estaban bajo su control. Mientras el ejército
de Israel continuaba ocupando la mitad del territorio del Líbano, un nuevo
presidente -Amin Gemayel, hermano mayor de Bashir y elegido en las mismas
condiciones que éste- asumió la dirección del gobierno.
La elección del nuevo presidente no eliminó los resentimientos de las distintas
comunidades que convivían en el Líbano. La tendencia predominante en la
Falange, intentó sustituir la Alianza Nacional de 1943 por una nueva fórmula
constitucional, que se basaría en la división del Estado en distritos y un gobierno
federal central. Ello alentó el peligro de la atomización política del Líbano y de su
partición en mini estados religiosos. La descentralización administrativa, no
política, fue vista con interés por los líderes sunnitas y chiítas, en tanto que la
comunidad drusa abogaba por una autonomía mayor.
1.4 Veinte años de Progreso Político y Social
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En junio de 1983 se firmó un acuerdo entre Israel y Líbano, por el cual se decretó
la finalización del estado de guerra entre ambos países. Israel se comprometió a
abandonar el territorio libanes, en el marco de una retirada de todas las fuerzas
extranjeras; y el Líbano, a su vez, se comprometió a no albergar en su territorio a
grupos armados de organizaciones cuyos objetivos fueran realizar ataques contra
los territorios de la otra parte. En julio de 1984 la moneda, contenida en valores
relativamente estables desde el comienzo de la guerra en 1975, cayó
abruptamente. Sed esató un p receso i nflacionario s in p recedentes. L a c risis s e
agravó por la recesión en el Golfo, lo que significó el golpe de gracia a la plaza de
Beirut, y ya sin fuerzas por la hemorragia en divisas que supuso un déficit en la
balanza de pagos, superior a 1.500 millones de dólares en 1984.
El ejército israelí se retiró formalmente del Líbano en 1985, no sin antes
asegurarse de que las milicias cristianas desalojaran a la población musulmana
del sur libanes, a fin de tener un marco civil amigo, en la franja de seguridad de 10
Km. que pretendía imponer. En septiembre de 1988 el general maronita Michel
Aoun, pro israelí, ocupó la presidencia, cargo vacante desde que cesó el mandato
constitucional de Amín Gemayel a través de un golpe de estado. Desde entonces
la nación fue conducida por dos gobiernos rivales, el de Aoun y el musulmán del
primer ministro Selim AI-Hoss.
En octubre de 1989, por primera vez desde la independencia del Líbano, el
Parlamento unicameral se reunió fuera del país, por iniciativa de la Comisión de la
Liga Árabe -Arabia Saudita, Argelia y Marruecos-, intermediaria en el diálogo entre
las fracciones en lucha. En la reunión de Taif se trató la paz definitiva en el Líbano,
una alternativa al sistema de poder político vigente desde 1943 y la elección del
próximo presidente de la República. La Constitución libanesa establecía la
elección presidencial indirecta, a través del Parlamento. El 12 de octubre, los
legisladores libaneses, cristianos y musulmanes, anunciaron la concreción de un
acuerdo para la reconciliación nacional, que estableció una mayor cuota de poder
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a los musulmanes y el retiro parcial de las tropas sirias del Líbano. El general
Aoun rechazó el acuerdo por considerarlo una "trampa Siria".
El 5 de noviembre de 1989 Rene Moawad, cristiano maronita y proclive a la
apertura hacia el mundo árabe, fue elegido presidente por unanimidad. Pero a 17
días de su designación un coche-bomba acabó con su vida. El 24 de noviembre
de 1 989, Elias Hraoui, también cristiano maronita, fue elegido presidente por e I
Parlamento libanes reunido en Zahle, territorio controlado por Siria. El general
Aoun expresó su rechazo a la elección de un presidente en una zona ajena al
enclave cristiano controlado por su autoridad. En octubre de 1990, aprovechando
la nueva situación creada por la invasión iraquí a Kuwait, las fuerzas respaldadas
por Siria iniciaron una ofensiva contra Aoun. Carente de respaldo internacional
(pues Siria era parte de la coalición anti-iraquí), Aoun fue derrotado tras breves
combates y solicitó asilo en Francia.
En diciembre de 1990 se formó un gobierno de unidad nacional, por primera vez
desde el inicio de la guerra civil, incorporando a las Fuerzas Libanesas (milicias
cristianas), Amal (chutas), PSP (drusos) y los partidos pro-sirios. A comienzos de
1991 el gobierno pidió a la ONU que prorrogara el mandato de sus fuerzas de paz
en el Sur y exigió el retiro israelí de los territorios fronterizos que ocupaba. El 22
de mayo en Damasco, capital de Siria, los presidentes del Líbano y Siria firmaron
un Acuerdo de Hermandad, Cooperación y Coordinación. Siria reconoció al Líbano
como un estado separado e independiente. El acuerdo, que estipulaba una
coordinación sirio-libanesa en materia militar, de seguridad, cultural y económica,
fue ratificado por mayoría en el Parlamento libanes. El gobierno de Israel, al igual
que el partido Falange y la milicia Fuerzas Libanesas (ambos cristianos y
tradicionales enemigos de Siria), se opusieron al tratado por entender que
brindaba a Siria control sobre sus asuntos internos.
En los primeros días de julio, seis mil soldados del ejército libanes tomaron los
territorios controlados por la OLP en la ciudad portuaria de Sidón, al sur del
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Líbano. La ofensiva hizo que la OLP se retirara de su principal base de
operaciones contra Israel. El 7 de ese mes, a pesar de la aparente derrota de la
OLP, Israel afirmó que no retiraría sus tropas de la zona de seguridad. "La guerra
externa e interna de 1975 a 1990 tuvo corno resultado 94,000 civiles muertos,
115,000 heridos, 10,000 inválidos y 20,000 desaparecidos. Fueron desplazadas
800 mil personas. El salario mínimo se redujo de 187 a 27 dólares, y el desempleo
trepó de 5.4 a 22%"9. La deforestación aceleró la erosión de los suelos, y el daño
al patrimonio arqueológico y cultural fue considerable. El 16 de febrero de 1992 -
ocho días antes de reiniciarse las negociaciones de paz entre árabes e ¡sraelíes—
murió en un ataque aéreo israelí el jeque Abbas Mussawi, jefe de Hezbollah. Seis
días después la guerrilla chiíta suspendió sus ataques contra Israel, en virtud de
un acuerdo entre Hezbollah, Amal, y los representantes de las fuerzas sirias y
libanesas. El ministro de Defensa de Israel declaró que su país devolvería
cualquier ataque de esa organización. El Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas condenó la violencia en la región a pedido del embajador libanes.
En marzo una intensa movilización israelí en la frontera provocó combates con las
guerrillas musulmanas proiraníes. En abril Israel bombardeó varias aldeas
musulmanas chutas en el valle de Bekaa. Una huelga general contra la política
económica oficial y violentas manifestaciones callejeras hicieron caer el gobierno
pro sirio de Ornar Karame. El presidente Elias Hrawi designó como nuevo jefe de
gobierno a Rashid Al Sohl, sunnita moderado, que integró su gabinete con igual
número de cristianos y musulmanes. Las elecciones parlamentarias de agosto
fueron boicoteadas por los cristianos. El nuevo Parlamento incluyó nuevos
representantes de Hezbollah y Amal. En octubre fue nombrado primer ministro
Rafiq al-Hariri, millonario nacionalizado Saudita. En 1993 el Banco Mundial otorgó
un préstamo al país para reconstrucción y educación. La moneda se recuperó
10% y el país comenzó a captar más inversión extranjera. El abismo entre ricos y
pobres se agudizó. Israel volvióa bombardear campos de refugiados palestinos y
' Marín Guzmán, Roberto. "La Guerra Civil en el Líbano" Editorial Texto Ltda.
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21
bases del Frente Popular de Liberación de Palestina. En agosto las autoridades
libanesas rechazaron la propuesta israelí de retirada total, pues se exigía como
contrapartida el desarme completo de Hezbollah.
Aunque en 1994 la violencia política todavía desestabilizaba el consenso interno,
se avanzó hacia una paz definitiva. La economía continuó su repunte con un
crecimiento del 6%. Bancos de Holanda, el Reino Unido y Francia se establecieron
en Beirut al cabo de 20 años de ausencia. Una bomba que mató a uno de los
líderes máximos del Hezbollah, la muerte de 21 soldados israelíes y --a nivel
interno-, atentados con bombas contra iglesias cristianas con decenas de
muertos, fueron los principales incidentes terroristas. En marzo el gobierno
clausuró la radio y televisión privada hasta la promulgación de una nueva ley de
prensa y restableció la pena de muerte por asesinatos o crímenes políticos.
Durante 1995 la atención del gobierno se centró en la solución del conflicto
armado y la reconstrucción de Beirut. En enero el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas resolvió extender su intervención en el país. Al comienzo de las
negociaciones entre Israel y Palestina en Oslo, Noruega, Hezbollah y el Ejército
Libanes del Sur reanudaron sus ataques para desplazar las tropas israelíes y
postergar la negociación con Siria. La suerte de los palestinos en Líbano era
incierta. La ONU estimó que el gobierno negaba los derechos civiles a 338,000 de
ellos. El 24 de junio el ex líder maronita Samir Geagea fue sentenciado a cadena
perpetua por el asesinato de su rival Dany Chamoun y su familia. El balance
político se volcó hacia los musulmanes. El primer ministro al-Hariri impulsó el
proyecto "Horizonte 2000" para la renovación urbana de Beirut, así como una
reforma constitucional para extender el mandato presidencial de seis años por tres
años más para obtener la estabilidad necesaria para su proyecto. Su idea de
restablecer la condición del Líbano como mercado financiero central en Medio
Oriente avanzó. Un plan de reconstrucción de la zona comercial y residencial de
Beirut tropezó con el hallazgo de piezas arqueológicas, lo que motivó una
controversia acerca de la importancia de su rescate y su incidencia en los costos
de la renovación urbana.
21
22
En las elecciones parlamentarias realizadas en cinco vueltas entre junio y
septiembre de 1996 el abstencionismo fue importante y se reportaron miles de
irregularidades administrativas. La lista progubernamental encabezada por al-
Hariri, en cuya composición influyó la presencia de tropas sirias, obtuvo la
mayoría. A pesar de todo, Hezbollah perdió solo un escaño. Si bien para esa
fecha reinaba la paz, no se hablaba más de una buena frontera sino de una zona
de seguridad, y se aceptaba de hecho una ocupación disfrazada en el sur.
2. LA GUERRA CIVIL
El Estado libanes surgió a partir del Pacto Nacional de 1943, acuerdo no escrito
entre las diferentes comunidades del país que establecía la distribución de poder
entre los principales grupos confesionales en razón de su peso demográfico. "El
reparto de poder se realizó en base al censo de 1932 que arrojaba los siguientes
porcentajes: Por un lado, Cristianos (50.73%), divididos en maronitas (29.11),
griegos ortodoxos (9.88), griegos católicos (5.97) y otros (5.77) y, por otro,
Musulmanes (49.26 %), repartidos entre sunítas (22.63), shiitas (19.81) y drusos
(6.82)"10. Así, la presidencia del Estado recaía en la comunidad maronita, la
jefatura de Gobierno en manos de la suníta, al menos una cartera ministerial para
la drusa y la presidencia del Parlamento para la comunidad shiíta. Igualmente se
acordó respetar en el Parlamento una proporción 6 a 5, es decir, seis
representantes cristianos por cada cinco musulmanes.
Además, esta estructura quedaba completada por un segundo escrito, paralelo a
los órganos estatales y a los partidos políticos: la formada a partir de los líderes
sectarios (zuama), jefes tradicionales de familia de las distintas comunidades, que
proporcionaban protección y seguridad a su clientela política a cambio de
obediencia y lealtad.
10 Avi-Ran, "The Syrian involvement in Lebanon Since 1975" 1991
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En las elecciones parlamentarias realizadas en cinco vueltas entre junio y
septiembre de 1996 el abstencionismo fue importante y se reportaron miles de
irregularidades administrativas. La lista progubernamental encabezada por al-
Hariri, en cuya composición influyó la presencia de tropas sirias, obtuvo la
mayoría. A pesar de todo, Hezbollah perdió solo un escaño. Si bien para esa
fecha reinaba la paz, no se hablaba más de una buena frontera sino de una zona
de seguridad, y se aceptaba de hecho una ocupación disfrazada en el sur.
2. LA GUERRA CIVIL
El Estado libanes surgió a partir del Pacto Nacional de 1943, acuerdo no escrito
entre las diferentes comunidades del país que establecía la distribución de poder
entre los principales grupos confesionales en razón de su peso demográfico. "El
reparto de poder se realizó en base al censo de 1932 que arrojaba los siguientes
porcentajes: Por un lado, Cristianos (50.73%), divididos en maronitas (29.11),
griegos ortodoxos (9.88), griegos católicos (5.97) y otros (5.77) y, por otro,
Musulmanes (49.26 %), repartidos entre sunítas (22.63), shiitas (19.81) y drusos
(6.82)"10. Así, la presidencia del Estado recaía en la comunidad maronita, la
jefatura de Gobierno en manos de la suníta, al menos una cartera ministerial para
la drusa y la presidencia del Parlamento para la comunidad shiíta. Igualmente se
acordó respetar en el Parlamento una proporción 6 a 5, es decir, seis
representantes cristianos por cada cinco musulmanes.
Además, esta estructura quedaba completada por un segundo escrito, paralelo a
los órganos estatales y a los partidos políticos: la formada a partir de los líderes
sectarios (zuama), jefes tradicionales de familia de las distintas comunidades, que
proporcionaban protección y seguridad a su clientela política a cambio de
obediencia y lealtad.
10 Avi-Ran, "The Syrian involvement in Lebanon Since 1975" 1991
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23
Este diseño perduró hasta mediados de los años setenta, momento en que se
produce la ruptura del statu quo libanes y el inicio de la guerra civil como
consecuencia de tres procesos internos que se desarrollan simultáneamente y
afectan a varias de las comunidades del país.
En primer lugar, se había producido un cambio demográfico con respecto a la
situación de los años treinta. "A mediados de la década de los setenta los
musulmanes constituían el 62.6% de la población libanesa. El incremento
demográfico se generó a partir del notable aumento de la tasa de natalidad shiíta.
Así, los shiíes representarían el 30.2% del total. Las comunidades cristianas eran
sólo un 37.4%, de las que la maronita alcanzaba un 15.5% de la población"11. Las
comunidades musulmanas, protagonistas del cambio demográfico, intentaron
instrumentalizar la nueva situación con miras a provocar un cambio en el reparto
del poder político que las colocara en una posición preponderante. Para la
comunidad maronita esta nueva situación suponía un reto a su posición. Los
líderes de las Falanges Libanesas (Kataeb) y de su milicia, las Fuerzas Libanesas,
cuyo programa político exaltaba el pasado fenicio y la confesión cristiana como
rasgos diferenciadores del resto de comunidades (árabe-musulmanas),
reaccionaron políticamente afirmando el mantenimiento de la hegemonía maronita
en un país cuyas características demográficas habían evolucionado en perjuicio
de su posición de poder y les amenazaba, en el futuro, con convertirles en una
minoría.
En segundo lugar, las políticas de modernización aplicadas durante los años
sesenta generaron, particularmente entre la población shiíta, la emergencia de
nuevos partidos y profesionales liberales, por una partey, por otra, grupos de
proletariado urbano, en ambos casos desligados de los líderes tradicionales de su
comunidad. Estos sectores, apartados de la vida política y que no participaban del
reparto de poder sectario, empezaron, sobretodo a raíz de la crisis económica de
principios de los años setenta, a organizarse y a reivindicar una posición de poder
que les correspondía por demografía. Esta movilización política de los shiitas se
"ibid
23
24
definió en los primeros momentos como ínter confesional e incluso buscó una
alianza con la izquierda musulmana libanesa; más tarde, cuando a principios de
los a ños o chenta s e agudizaron I as c ontradicciones en L íbano, i nmerso e n u na
fuerte guerra civil, esa movilización política se dividió en varios grupos, algunos de
los cuales se identificarían únicamente con su comunidad, incorporando como
argumento central de sus programas políticos el discurso religioso.
En tercer lugar, la presencia de una numerosa comunidad Palestina en Líbano
colaboró decisivamente en la agudización de las tensiones por dos razones. Por
una parte, la población palestina era un grupo ajeno a las comunidades que
habían pactado el Estado libanes, pero su importancia demográfica y sus duras
condiciones de vida -malviviendo en campos de refugiados en las afueras de las
principales ciudades libanesas-, provocaron que comenzara a reivindicar una
posición de poder acorde con su existencia como otra comunidad añadida a las
del país, lo cual implicaba el rechazo del s tatú quo político. En este sentido, la
comunidad maronita mostró signos evidentes de hostilidad hacia los palestinos,
pues éstos representaban una amenaza adicional para el pacto libanes. Por otra
parte, la utilización del territorio libanes como base de operaciones armadas contra
Israel por parte de diferentes milicias palestinas, incrementada a partir de la
Guerra de Octubre, en 1973, convirtió a Líbano en una parte más del conflicto
árabe-palestino-israelí." Los g rupos a rmados p alestinos h abían v isto I egitímadas
sus acciones en los Acuerdos de El Cairo, firmados en 1969, y no cabe duda que
los mismos, rubricados por Egipto, la Organización para la Liberación de Palestina
(OLP) y las Fuerzas Armadas Libanesas, significaban una clara apuesta por parte
de los países árabes a favor del mantenimiento de la opción armada contra Israel
desde el territorio libanes"12. A cambio, sin embargo, se aseguró la futura
inestabilidad en Líbano. En efecto, las numerosas operaciones de represalia
efectuadas por Israel contra algunas ciudades libanesas, especialmente en el sur
del país, provocaron que la comunidad shiíta (que, habitando en el sur, se
12 Bastenier, Miguel Ángel. "La Guerra de Siempre" Editorial Península Atalaya. 1999
24
25
convertía en blanco civil israelí) generara sentimientos de odio contra Israel y, en
menor medida, contra los palestinos.
La radicalización de las diferentes comunidades libanesas cobró la forma de dos
grandes coaliciones enfrentadas: el Frente Libanes, con el partido Kataeb y su
milicia como eje central, por la defensa del statu quo; y el Movimiento Nacional,
revisionista, muy heterogénea, que encontró en Kamal Jumblatt, el jefe comunal
druso, el elemento aglutinador. La crisis que precipitó la guerra civil se produjo en
la primavera de 1975 y las autoridades libanesas se manifestaron incapaces de
frenar su agudización.
Esta lucha entre los musulmanes libaneses y la facción dominada por los
maronitas, conocida como Falange Libanesa, fue incontrolable. El gobierno central
dejó de funcionar mientras unas facciones de milicias fuertemente armadas
redujeron Líbano a la anarquía. La Organización para la Liberación de Palestina
(OLP) se unió a la parte musulmana a comienzos de 1976 y Siria (preocupada por
la reacción israelí) intervino apoyando a los cristianos y en contra de la OLP que
contaba con el apoyo de los grupos más progresistas.
"Beirut se dividió con una "Línea Verde" de este a oeste, que separaba el norte
cristiano del sur musulmán. En junio la Liga Árabe impuso una tregua, confiando a
los sirios el mantenimiento de la paz. A pesar de todo continuó la violencia y en
1978 Israel invadió el sur del Líbano en un intento de eliminar las bases
palestinas"13. Una fuerza de la ONU reemplazó a las tropas israelíes, pero
continuó prestando ayuda a los maronitas y atacando las bases de la OLP.
"La guerra civil tuvo una primera fase que se extendió de abril de 1975 a mayo de
1976. El conflicto se gestó a partir de enero de 1975, cuando P. Gemayel, jefe de
las Falanges, dirigió un informe al presidente de la República acusando a los
palestinos de no respetar la soberanía del Estado y pidiendo que la cuestión de su
presencia en Líbano fuera debidamente tratada"14. En Líbano estaba ocurriendo lo
mismo que en Jordania unos años antes. Los palestinos, numerosos y bien
13 Abul-Husn, Latif. "The Lebanese Conflict" Editorial Lynne Riener. 1998
14 Ibid.
25
26
armados, comenzaban a dominar las calles, las comunicaciones y las zonas más
estratégicas del norte de Líbano, suplantando en sus funciones a las autoridades
libanesas. En febrero se reclamó la celebración de un referéndum sobre este
asunto.
Dos meses más tarde se registraron los incidentes que son considerados como el
comienzo de la guerra. A mediados de abril, tras uno de los múltiples bombardeos
de represalia por parte de la aviación judía por los ataques de palestinos llegados
de Líbano se produjo un motín, en el que comenzó a gritarse: ¡Palestinos fuera!
Se enfrentaron a tiros en Beirut los palestinos, por un lado, y los cristianos
maronitas y las Falanges libanesas por otro, ocasionando muertos y heridos. Una
verdadera guerra había comenzando, generalizándose los combates entre los dos
bandos por todo el país. El ejército libanes, en general, se abstuvo de participar
activamente en la guerra. Durante el verano y el otoño de 1975 se desarrollaron
fuertes combates en Beirut, capital que comenzó a ser destruida, en la Bekaa, en
Trípoli y en el Akkar. Desde finales de 1975 Siria intervenía cada vez más
activamente para mediar en el conflicto y buscar una solución pacífica; esfuerzos
que desembocaron en enero de 1976 en el establecimiento de una tregua. Pero
en marzo del mismo año los palestinos y la izquierda libanesa reemprendieron los
combates en todos los frentes, al tiempo que se producía la disgregación del
ejército, reanudándose la guerra civil. La OLP se comprometió abiertamente en la
lucha a 1 1 ado d e I os musulmanes. L a d ¡visión d el p ais q uedó c onsumada, y I os
cristianos c ercados y próximos a s u d errota. Ese ntonces c uando s e p rodujo e I
cambio de actitud y ante la situación creada en Líbano de una posible derrota
cristiana, Siria experimentó un cambio de alianzas. En mayo de 1976 las tropas
sirias invadieron este país, combatiendo contra la OLP y apareciendo como
aliados de los cristianos. Esta actitud, no suponía un gran cambio en la política
Siria en esta región de Medio Oriente, que estaba basada sobre tres principios:
mantenimiento de Líbano en la órbita de influencia Siria, control de los palestinos,
y oposición a la división del país. La posible derrota de los cristianos y la victoria
de los musulmanes podrían alterar los objetivos sirios, y por ello Damasco se
decidió a intervenir. En etapas sucesivas, el ejército sirio ocupó la mayor parte de
26
27
Líbano, con excepción del extremo sur del país y la zona controlada por los
cristianos.
La intervención Siria fue condenada por Irak y Libia, desaprobada por Estados
Unidos y la Unión Soviética, y tolerada por Israel, país con el que Siria había
negociado su neutralidad ante la invasión, lo que provocaría el debilitamiento de
los palestinos, con la condición de que los sirios no sobrepasaran una zona mal
definida, en torno al río Litani, fijada como línea roja.
La situación existente en Líbano se modificó después del viaje de Sadat
(presidente de Egipto) aJerusalén en noviembre de 1977, que provocó la
hostilidad del resto de los países árabes. Siria se adhirió al "Frente de rechazo"
contra las negociaciones egipcio-israelíes y se aproximó de nuevo a los países
árabes radicales opuestos a la política del presidente egipcio. Este cambio de
actitud por parte de Siria se hizo evidente en febrero de 1978, cuando se
registraron los primeros enfrentamientos graves en Beirut entre el ejército sirio y
las milicias cristianas del Frente libanes, que se prolongaron periódicamente hasta
marzo de 1979, a pesar de que en el anterior mes de octubre el Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas había logrado un alto al fuego que se mantuvo
durante escaso tiempo. La nueva actitud Siria tuvo serias consecuencias, entre las
que destacaron, por un lado, la ruptura en el seno de la comunidad maronita
produciéndose enfrentamientos internos, con lo que una guerra tribal se
entremezclaba con la guerra general; y por otro, el establecimiento de lazos entre
el Frente nacional libanes e Israel, que desde agosto de 1978 ayudaba
militarmente a los cristianos libaneses. En otra parte, en el sur, donde se
superponían dos guerras, las que oponían a palestinos contra israelíes, y a
musulmanes contra cristianos, el comandante Haddad, a la cabeza de una
fracción cristiana disidente del ejército, estableció estrechos lazos con Israel, que
había comenzado a intervenir directamente en la situación de Líbano.
En ese contexto, y teniendo en cuenta el alejamiento egipcio de la causa común
árabe, Siria aspiraba a emerger como un actor regional poderoso, el principal
antagonista de Israel, que ejerciera el control, directo o indirecto, del Líbano o sub-
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estados (los palestinos) de la zona para alcanzar una posición hegemónica en la
región tanto en relación con el mundo árabe como con Israel. En este sentido, el
estallido de la guerra civil en Líbano era percibido por Siria como una posible
alteración de sus aspiraciones en la región, ya que lo último que sus dirigentes
deseaban era un Líbano desestabilizado por la lucha ¡ntercomunitaria y unas
milicias palestinas que actuaran libremente en el sur del país, con el subsiguiente
riesgo de provocar una reacción israelí que eliminara la zona-tapón libanesa que
separaba Siria de Israel. En efecto, "la situación de Líbano implicaba la existencia
de dos guerras simultáneas: la civil libanesa y la lucha armada de los palestinos
contra Israel. Desde esa perspectiva se ha de entender la masiva intervención
militar Siria en la primavera de 1976, legitimada por la Liga Árabe, en apoyo de los
maronitas, el grupo que Siria identificaba, entonces, como garante de la
pervivencia de Líbano"15. El detonante fue el rechazo del Movimiento Nacional a la
propuesta de Documento Constitucional, realizada en febrero de ese mismo año,
que proponía una representación paritaria en el Parlamento y recortaba los
poderes presidenciales, pero no alteraba la distribución sectaria. Sin embargo, no
se ha de entender la postura Siria como un compromiso permanente con una de
las facciones en la guerra libanesa. De hecho, tras el Acuerdo de Shturah de
1977, patrocinado por Siria y aceptado por el gobierno libanes y por la OLP,
finalizó su apoyo a los maronitas en beneficio de los grupos que integraban el
Movimiento Nacional.
Ante el creciente papel de Siria en Líbano, no obstante, Israel señaló que había
límites que no debían sobrepasarse. Esos límites, y la negociación que condujo a
los mismos, en abril de 1976, son conocidos como el acuerdo de líneas rojas en
Líbano que determinaba las causas bélicas y fue diseñándose mediante
declaraciones públicas, movimientos en el campo militar y utilizando los canales
diplomáticos de Estados Unidos. Este mecanismo de líneas rojas fue
generalmente aceptado por ambas partes hasta 1981. Siria era militarmente
inferior a Israel, quien, pese a su poderío militar, no deseaba arriesgarse a una
15 Marín Guzmán, Roberto. "La Guerra Civil en el Líbano" Editorial Texto Ltda. 1985
28
29
escalada militar en Líbano que pudiera expandirse hacia el Golán, donde se podía
iniciar una larga y costosa guerra de desgaste.
La mejor prueba de esta aceptación la constituye la tímida reacción Siria a la
limitada invasión israelí del sur de Líbano en 1978. La acción de Israel respondía a
dos intereses: por una parte, frenar los ataques palestinos mediante el control
directo de una porción en el sur del territorio libanes; por otra, mostrar su apoyo
militar y político a una de las facciones cristianas, el Ejército del Sur de Líbano,
dirigida por el comandante Haddad, ex miembro de las Fuerzas Armadas
Libanesas. "Una parte de la zona invadida, de una anchura de unos 10 kilómetros,
constituiría a partir de entonces (y con algunas modificaciones) el llamado cinturón
de seguridad israelí en Líbano"16.
Sin embargo, los a taques palestinos contrae! norte de Israel prosiguieron y se
incrementaron entre 1979 y 1981, al tiempo que se hacía evidente la dificultad en
mantener los límites fijados en el acuerdo de las líneas rojas. En la percepción de
los dirigentes israelíes (ahora del grupo Likud) se hacía necesaria la eliminación
de las actividades guerrilleras desde Líbano. Es más, Israel mostró una actitud
cada vez más intransigente respecto al control sirio de Líbano y sus intenciones en
la región, dándose cuenta del constante incremento de sus capacidades militares.
El efecto más significativo de esta nueva postura israelí fue la Ley del Golán,
aprobada por el Parlamento israelí en diciembre de 1981, que implicó la anexión
del territorio sirio ocupado por Israel en 1967.
En consecuencia, la nueva política del Likud mostraba la determinación a actuar
con d ureza c ontra I os m ayores i mpedimentos p ara h aliar u na s alida a I c onflicto
árabe-palestino-israelí que asegurara una posición hegemónica a Israel en la
región; si se realizaba una acción militar de envergadura en Líbano y se conseguía
derrotar a Siria y a la OLP, Israel podría acomodar en el poder sin demasiados
problemas a los sectores más anti-palestinos y anti-sirios -sus nuevos aliados de
las Fuerzas Libanesas, maronitas- y éste renacido Líbano, junto con Egipto, podía
ayudar a construir un nuevo equilibrio de poder en la región más favorable a Israel.
1 http://www.us-israel.org/jsource/History/Lebanon War.html
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La aplastante superioridad militar israelí barrió literalmente a sirios y palestinos,
expulsándoles hacia el norte y el este del país. Sin embargo, la situación comenzó
a complicarse cuando se inició la lucha por el control de la capital, Beirut, una
operación que probó ser demasiado costosa para los israelíes.
De hecho, lo ensangrentado de los combates en Beirut y las críticas
internacionales a una situación que amenazaba con eliminar físicamente a los
palestinos d e Líbano y p revocar u na n ueva g uerra g eneralizada e ntre á rabes e
israelíes, condujeron a otra fase, que se caracterizó por el enmarañamiento del
problema libanes. Estados Unidos, mediador tradicional entre Siria e Israel,
decidió asumir un papel más activo en una posible solución de los aspectos
regionales de la guerra libanesa, personificados en la presencia Palestina en
Líbano. No podía asistir impasible a una masacre de palestinos, pero la
desaparición política y militar del principal grupo, la OLP, del territorio libanes
podía facilitar una cierta relajación de las tensiones sirio-israelíes y colaborar
activamente en el éxito del proyecto estadounidense de solución al conflicto árabe-
palestino-israelí, siguiendo el esquema de Camp David. Así, Estados Unidos
elaboró un plan de evacuación de las milicias de la OLP de Beirut que fue, tras
múltiples resistencias, aceptado por todas las partes.
A partir de este momento, los acontecimientos se precipitaron. El plan de
evacuación debía ser supervisado por una Fuerza Multinacional, compuesta por
efectivos estadounidenses, franceses e italianos, encargada a la vezde vigilar la
retirada israelí de Beirut. El precipitado repliegue de esa Fuerza Multinacional
antes de complementarse la segunda fase del plan provocó, muy d ¡rectamente,
que los civiles palestinos asentados en las afueras de Beirut quedaran indefensos
ante las tropas israelíes y las milicias cristianas libanesas. Las dramáticas
consecuencias de esa decisión se evidenciaron en las matanzas de palestinos
realizadas en los campos de refugiados de Sabrá y Shatila, ejecutadas por las
Fuerzas Libanesas con la complicidad de los mandos ¡sraelíes. De hecho,
mientras se procedía a la evacuación de las milicias palestinas, Israel había
aprovechado su dominio militar para forzar una salida política a la guerra libanesa
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que fuera favorable a su diseño estratégico. Bashir Gemayel, líder de las Fuerzas
Libanesas, fue nombrado presidente libanes en sustitución de Sarkis (que, a su
vez, fue elegido gracias a los sirios en 1976). "El 14 de septiembre, nueve días
después de tomar posesión de su cargo, Gemayel fue asesinado. Apenas tres
días más tarde y como represalia, las fuerzas israelíes no sólo no se retiraron de
Beirut, sino que ocuparon la zona occidental (el sector musulmán), permitiendo
que las Fuerzas Libanesas penetraran en los campos de refugiados"17.
Otro error siguió al precedente. En un intento de controlar la situación, la Fuerza
Multinacional se desplegó en Líbano, con el objetivo de colaborar en la
restauración de la autoridad del estado, evitar los enfrentamientos entre las
diferentes milicias libanesas y favorecer la retirada israelí. Sin embargo, su
actuación la convertiría en una de las partes de lucha en la guerra y complicaría
adicionalmente la situación, ya que tanto la nueva presidencia libanesa (Amin
Gemayel, hermano del presidente asesinado) como el gobierno no eran fruto de
un nuevo consenso político sino producto de la hegemonía israelí en Líbano, que
protegía a sus aliados maronitas.
En efecto, Israel prosiguió con su diseño estratégico con el apoyo de las tropas
multinacionales. En diciembre de 1982, los gobiernos de Israel y Líbano, con la
bendición de Estados Unidos, iniciaron conversaciones para la conclusión de un
acuerdo de paz entre los dos países. Pero esta iniciativa generó la frontal
oposición de Siria y de los grupos de oposición a Gemayel, integrados en el Frente
de Salvación Nacional. Es más, los grupos shiítas empezaron a actuar
militarmente en varias zonas del país: en la primavera de 1983, coincidiendo con
las etapas finales de la negociación entre Israel y el presidente Gemayel,
empezaron los ataques ocasionales de las milicias musulmanas shiítas en Beirut
contra la Fuerza Multinacional y las tropas israelíes; paralelamente, la lucha entre
las Fuerzas Libanesas y las milicias drusas en la región del Shuf, puso en
17 Marín Guzmán, Roberto. "La Guerra Civil en Líbano" Editorial Texto Ltda. 1985
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evidencia el empeoramiento de la lucha ínter comunal y el rechazo tanto a la
presencia israelí como estadounidense y francesa en el país.
Así las cosas, el gobierno israelí empezó a constatar las dificultades inherentes a
su intento de controlar los acontecimientos en Líbano: "por una parte, sus fuerzas
militares estaban atrapadas en medio de la lucha intercomunítaria y eran objetivo
militar de las milicias musulmanas; por otra, aumentaba la contestación interna
israelí a la presencia militar en Líbano"18. Para desbloquear la situación, las
autoridades ¡sraelíes anunciaron en el verano de 1983 la retirada parcial de sus
tropas hasta el río Awali, en un intento de alejarse de Beirut y del Shuf, si bien el
plan de repliegue militar no se cumplió total y rápidamente debido, entre otras
razones, a la implicación militar israelí en la lucha.
Mientras continuaba la escalada de sirios, drusos y shiítas contra la Fuerza
Multinacional, la lucha ínter comunal continuó expandiéndose: estallido de
hostilidades entre diferentes facciones palestinas en Trípoli, en el otoño de 1983,
que concluyó con la retirada de los milicianos de la OLP en diciembre del mismo
año, y lucha entre milicias shiítas y maronitas en Beirut occidental, que se saldó
con I a v ictoria m ¡litar s hiíta e n febrero de 1 984. Es en e se momento c uando I a
Fuerza Multinacional decide abandonar Líbano, en un momento en que se abría el
camino hacia una nueva fase en el conflicto libanes.
2.1 Siria como arbitro de Líbano
La intervención militar israelí en la lucha entre sirios, drusos y maronitas en el Shuf
provocó el definitivo estancamiento de sus tropas y generó la pérdida de
credibilidad israelí ante su principal aliado en Líbano, la comunidad maronita. En
definitiva, Israel demostró ser incapaz de rediseñar la política libanesa a pesar de
su superioridad militar. A finales de 1983, la lucha ínter comunal provocó que
todas las facciones libanesas, incluyendo a los maronitas, volvieran a dirigirse a
18ibid
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Siria como arbitro equilibrador. "Israel seguía ocupando parcialmente el país, pero
ya no era la fuerza hegemónica"19.
La pérdida del poder a favor de Siria al año y medio de iniciarse la invasión israelí
le permitió reducir el aislamiento regional en que se hallaba inmersa desde 1974,
impedir un segundo tratado de paz entre Israel y un país árabe, y alzarse como
arbitro de Líbano, posición que se vio reforzada tras la decisión israelí de retirarse
del país en 1985 (a excepción del cinturón de seguridad en el sur). El presidente
libanes Gemayel, forzado por los acontecimientos, hubo de aceptar la hegemonía
Siria y la formación de un gabinete que integraba a distintas facciones libanesas.
Las bases para el nuevo Gobierno fueron acordadas en la Segunda Conferencia
de Reconciliación Nacional Libanesa, celebrada en Lausana en marzo de 1984.
"Dicho Gobierno integraba a R. Karami como primer ministro y otorgaba
responsabilidades a C. Chamoun y P. Gemayel -cristiano-maronitas-, a W.
Jumblatt -druso- y a N. Berri -shiíta-"20. No obstante, no hubo avances en lo que
respecta a la redistribución de poder y al restablecimiento de la autoridad estatal
en todo el territorio libanes, debido en buena medida al nivel de milicia que se
había alcanzado y a la existencia de intereses irreconciliables entre buena parte
de la comunidad shiíta, agrupada en torno a Hezbollah, y al resto de grupos.
Sin embargo, la hegemonía Siria no significaba su control absoluto sobre Líbano ni
la capacidad de imponer un acuerdo político entre todas las partes. La autoridad
estatal, siguiendo el reparto tradicional de poder, seguía existiendo formalmente;
pero Líbano era realmente un país fracturado en múltiples facciones armadas
dotadas de una cierta legitimidad revolucionaria ajena a las familias políticas
tradicionales. Esta circunstancia prolongaría la guerra civil durante algunos años
más, con enfrentamientos periódicos entre las milicias musulmanas y cristianas,
entre las milicias sunítas y las shiítas y entre los dos principales grupos shiítas,
Amal y Hezbollah. "A este casi estado de naturaleza hay que añadir la lucha entre
Amal y las milicias palestinas, que habían regresado parcialmente a Líbano a
'9 http ://almashriq.hiof.no/lebanon/3 00/350/3 5 5/april-war/Limited-War-in-Lebanon. html
20http://www.coursework.info/i/10385.html
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partir de 1985, en la conocida como guerra de los campos, y que no finalizaría
hasta 1987, de forma paralela a la reconciliación entre diferentes grupos
integrados e n I a O LP"21. I gualmente s e m antendrían I os s ecuestres y t ornas d e
rehenes por parte de las milicias musulmanas más radicales, práctica iniciada a
partir de la intervención multinacional en 1982. De hecho, podríamos decir que
Siria no dominaba absolutamente el país pero era suficientemente hábil como para
practicar una política de alianzas cambiantes y puntuales con diferentes facciones
libanesas que, a la larga, propiciaba el debilitamiento de aquellas.
No obstante, esa hegemonía en Líbano no había significadopara Siria una mejora
en su posición regional e internacional. De hecho, la expulsión de Egipto de la Liga
Árabe a mediados de los años setenta y la gran desarticulación política regional en
Medio Oriente durante los años ochenta no había arrojado beneficios significativos
para Siria. Tampoco, pese a su enorme esfuerzo presupuestario, había podido
alcanzar la paridad estratégica (en el terreno militar) con Israel ni mejorar su
posición ante Estados Unidos.
El estallido de la guerra entre Irán e Irak en 1980 había complicado adicionalmente
la situación para Siria. Enemigo tradicional de Irak, al inicio de la guerra, Siria
había aceptado un cierto entendimiento con Irán cuando menos en dos temas:
primero, en obstaculizar la exportación del petróleo iraquí, cerrando los oleoductos
que cruzaban su territorio; segundo, en permitir el apoyo iraní a la milicia de
Hezbollah en Líbano, aceptando la entrada de dos m il guardias revolucionarios
iraníes en territorio libanes en 1982 (pese a la guerra con Irán, Irak también
permitió el paso por su territorio de esta fuerza de apoyo a la lucha contra Israel).
Sin embargo, ambas opciones no estaban exentas de riesgos. Siria se exponía a
distanciarse de los países árabes económicamente más poderosos (Arabia
Saudita y los Emiratos del Golfo), cada vez más enfrentados a Irán; también se
arriesgaba a q ue e I mantenimiento d e u na o pción a rmada d esde L íbano contra
Israel dependiera de fidelidades poco controlables. A medida que la guerra Irán-
Irak se regionalizó y empezó a afectara los países del Golfo, la presión árabe
21 http://www.dailystar.com.lb
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hacia Siria se incrementó. El punto culminante se produjo en el verano de 1987,
cuando tuvieron lugar la escalada militar iraní en el Golfo, afectando los intereses
kuwaitíes, y los incidentes de La Meca, de los cuales se responsabilizó a Irán. En
la cumbre de la Liga Árabe en Túnez, en agosto de ese año, Siria se vería forzada
a aceptar una condena parcial de Irán y la reapertura de los oleoductos iraquíes, a
cambio de importantes contraprestaciones económicas saudíes. La postura Siria
no debe sorprender, ya que en el contexto regional, y en vistas a una posible
reintegración de Egipto a la Liga Árabe, una actitud de fuerza hubiera aumentado
su relativo aislamiento político. La decisión Siria cobraba otras dimensiones en el
contexto libanes: en un momento de enfrentamiento armado entre las milicias de
Hezbollah y sus tropas, los dirigentes sirios señalizaron a Irán que no deseaban un
margen de autonomía tan amplio para las milicias shiítas patrocinadas por aquel
país.
En otoño de 1 987, pues, Siria, contando con el apoyo árabe, podía prepararse
para reorientar su política en Líbano. El argumento fue aportado por la nueva crisis
que se desarrollaría en el país a partir de junio de 1988, momento en que se
iniciaba el período para designar nuevo presidente en sustitución de Amin
Gemayel. Siria entendió que se hallaba en la coyuntura apropiada para colocar en
la presidencia libanesa a un cliente fiel. No obstante, pese a su hegemonía, los
candidatos propuestos por Siria, avalados incluso por Estados Unidos, no
alcanzaron el quorum necesario en el mermado Parlamento libanes, ya que los
diferentes grupos, incapaces de hallar un nombre de consenso, practicaban una
política de obstruccionismo, al tiempo que mantenían la presión militar por vía de
sus diferentes milicias. Ante esta situación, a finales de septiembre de 1988, Amin
Gemayel confió el mando del país a un gabinete militar provisional encabezado
por Michel Aoun, comandante en jefe del ejército, cristiano maronita y firme
opositor a la presencia militar Siria en el país.
De esta forma, a la crisis política se le unió una grave crisis institucional. El primer
ministro Selim el-Hoss no reconoció el Gobierno de Aoun, con lo cual se crearon
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de facto dos Gobiernos paralelos y contrapuestos: Beirut este y Beirut oeste; "el
primero, al mando de Aoun, cristiano maronita, que defendía la retirada de las
tropas sirias; el segundo, musulmán, que reivindicaba reformas institucionales y
consideraba ilegítimo al anterior"22. En un intento de desbloquear la situación
antes de que produjera una escalada aún más virulenta, ambos Gobiernos
decidieron a pelar a I a L iga Á rabe, I a c ual n ombró ene ñero d e 1 989 une omite
tripartito de buenos oficios para mediar en la crisis libanesa, formado por
Marruecos, Arabia Saudita y Argelia.
El Comité Tripartito de la Liga Árabe redactó finalmente una propuesta de
documento que es conocido como Acuerdo de Taif y que fue sancionada por la
cumbre de la Liga Árabe de Casablanca en junio de 1989. "Fue aprobado por los
casi vitalicios diputados libaneses (la última elección se había celebrado en 1972),
por 58 votos de los 62 posibles, en votación a mano alzada, y firmado el 24 de
octubre de 1989"23. Muy bien recibido en el ámbito internacional (cuando menos
por Estados Unidos, Francia y la Unión Soviética), el acuerdo constaba de cuatro
partes: las reformas institucionales, la extensión de la soberanía del estado libanes
a todo el territorio, la liberación de Líbano de la ocupación israelí y las relaciones
sirio-libanesas.
En lo que respecta a las reformas institucionales, los principales puntos del
acuerdo estipulaban la representación paritaria en el Parlamento, es decir, igual
número de puestos para cristianos y musulmanes, la pérdida de algunos poderes
presidenciales, como el poder efectivo sobre las fuerzas armadas, la elección de
un nuevo presidente y la formación de un nuevo Gobierno, cuyos poderes se
verían reforzados. Sin embargo, el reparto de poder siguiendo líneas
confesionales según el modelo de 1 943 permaneció inalterado. Mientras que el
consenso entre los grupos políticos -incluyendo al general Aoun- hubiera sido
posible en esta parte del documento, otras de sus partes, la extensión de la
soberanía del Estado a todo el territorio y las relaciones sirio-libanesas,
22 Khalaf, Samir. "Lebanon's Predicament" Editorial Columbia University Press. 1987
23 http://www.dailystar.com.lb/
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provocarían el rechazo explícito de Aoun. En efecto, el Acuerdo de Taif legitimaba
la presencia militar Siria en el país, ya que determinaba que las tropas de aquel
país colaborarían con las fuerzas armadas libanesas en afirmar la autoridad
estatal en un máximo de dos años. En lo que se refiere a las relaciones con Siria,
el acuerdo preveía un repliegue y no una retirada de las tropas. La reacción de
Aoun fue fulminante: la disolución del Parlamento, el rechazo a la elección de R.
Moawad como presidente -y a la de su sucesor, E. Hrawi, cuando Moawad fue
asesinado al cabo de pocas semanas- y a la de Selim el-Hoss como primer
ministro.
Así las cosas, a finales de 1989, Líbano seguía siendo un país con múltiples polos
de poder (las milicias armadas) y con dos Gobiernos. Sin embargo, la presidencia
y el Gobierno resultantes del Acuerdo de Taif, legitimadas interior e
internacionalmente, no se atrevieron a intervenir militarmente contra Aoun: los
nuevos dirigentes libaneses hubieran necesitado un monopolio de la violencia del
que no disponían, ya que el general Aoun controlaba a un sector importante de las
fuerzas armadas; ante esa eventualidad, las autoridades sólo disponían de dos
opciones: una solución militar consensuada entre las milicias más poderosas o
una solución militar por parte de Siria. Ninguna era factible. Por una parte, las
Fuerzas Libanesas se negaron a actuar contra Aoun; por otra, la comunidad
internacional ya había manifestado su rechazo a una eventual solución militar
impuesta por Siria.
2.2 Siria como tutor de Líbano
En febrero de 1990, Aoun, comportándose como el único jefe del campo maronita,
decidió disolver las Fuerzas Libanesas, la milicia del Kataeb. A partir de ese
momento, se inició una guerra entre los partidarios de Aoun y el exiguo ejército
libanes (guerra de liberación), apoyados por Irak,

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