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84 Experimentos de Química Cotidiana en Secundaria - González

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84 experimentos de química cotidiana en
secundaria
M.ª Elvira González Aguado (coord.)
Begoña Artigue Alonso, M.ª Teresa Lozano Martínez,
M.ª Carmen Markina Galíndez, Ana Mendizábal Uliarte
Biblioteca de Alambique | 302
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Biblioteca de Alambique
Serie Didáctica de las ciencias experimentales
Directores de la colección: Aureli Caamaño, Pedro Cañal, Ana Oñorbe, Emilio Pedrinaci, Antonio de Pro
© M.ª Elvira González Aguado (coord.), Begoña Artigue Alonso, M.ª Teresa Lozano Martínez, M.ª Carmen
Markina Galíndez, Ana Mendizábal Uliarte
© de esta edición: Editorial GRAÓ, de IRIF, SL
C/ Hurtado, 29. 08022 Barcelona
www.grao.com
1.a edición: diciembre 2013
ISBN: 978-84-9980-695-2
D.L.: B. 19306-2013
Diseño de cubierta: Xavier Aguiló
Impresión: Imprimeix
Impreso en España
Quedan rigurosamente prohibidas, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción o almacenamiento
total o parcial de la presente publicación, incluyendo el diseño de la portada, así como la transmisión de ésta por
cualquier medio, tanto si es eléctrico como químico, mecánico, óptico, de grabación o bien de fotocopia, sin la
autorización escrita de los titulares del copyright. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos)
si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com, 917 021 970 / 932 720
447).
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Índice
Introducción
El desafío de enseñar química
El trabajo experimental y desarrollo de competencias básicas
Dimensión contextual y aplicada de la química
¿Qué ofrece este libro?
Recursos necesarios
Bloque I. Química en el hogar
Presentación
Situaciones problemáticas
Experimentos
Huellas dactilares
Un hilo resistente
Sorprendente harina de maíz
¿Qué forma tienen los líquidos?
¿Flotará o no flotará?
Moneda flotante
El vaso extintor
Competición: beber más rápido con dos pajitas
Fideos de chocolate embrujados
La botella tragahuevos
Huevos sin cáscara
El huevo llorón
Trucos para identificar huevos frescos
Inflar un globo con la ayuda de un huevo
Heladera tradicional
Agua que no moja
Deformar una lata sin esfuerzo
Un gas apagallamas
Granizado casero
Gas lanzacohetes
Lápices conductores
Zanahorias glotonas
Abrillantando la plata
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Monedas oxidadas
Pilas originales
1 + 1 ≠ 2 ¿Fallan las matemáticas?
¿Se puede hervir agua enfriando?
Aquí está el fantasma
Botella con hipo
Bloque II. Química y color
Presentación
Situaciones problemáticas
Experimentos
Diferenciando colores
La humedad tiene color
Revelando mensajes
¿Jugamos a espías?
Y el tio... se ve (al pulverizar)
Aparece al calentar
Los pigmentos de los vegetales
Los colores del cobre
¿Somos alquimistas?
Surtidor de agua mágico
Indicadores caseros
Utilizando indicadores caseros
Reloj químico
Botellas camaleónicas
Transformando el vino
Jardín sin semillas
Fuegos artificiales
La magia del fuego
Destruyendo pistas
Decorando con líquidos
Arcoíris
Formación de cristales metálicos
¿De qué color es?
Corazón de mercurio
Azúcar negrito negrito
Bloque III. Química y luz
Presentación
Situaciones problemáticas
Experimentos
Produciendo luz
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Luz por frotamiento
Impresión fotográfica
Alumbrado prehistórico
Volcanes en el laboratorio 1: vapores violetas
Volcanes en el laboratorio 2: cono verde
Volcanes en el laboratorio 3: erupción blanca
El ladrón de llamas
¡Vaya luz más intensa!
Bloque IV. Química y calor
Presentación
Situaciones problemáticas
Experimentos
¿De dónde viene este calor?
¿De dónde viene este frío?
¿Por qué un tornillo no se enciende y el estropajo, sí?
La pasta de dientes de los elefantes
Cenizas voladoras
¿Se puede dar fuego a un billete y no quemarlo?
Serpiente de faraón
Bloque V. Química y polímeros
Presentación
Situaciones problemáticas
Experimentos
¿Dónde está el agua?
Huevos fritos sin aceite
Hacemos desaparecer el plástico
Polímero casero
Materiales con memoria
Pegamento casero
¿Es PVC?
Bloque VI. Química y salud
Presentación
Situaciones problemáticas
Experimentos
Fumador de laboratorio
Desayuno rico en hierro
Almidón en alimentos
Fruta lentamente oxidada
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Un géiser de caramelo
Dientes sanos
¡Una de vampiros!
Referencias bibliográficas
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Introducción
El desafío de enseñar química
La química está presente en casi todo lo que vemos y en todas las actividades
humanas. Sin embargo, para muchos estudiantes de secundaria la química es una materia
árida e inútil y la palabra «química» suele resultar ajena e incomprensible. Por otra parte,
parece estar extendiéndose en amplios sectores de la sociedad lo que podríamos llamar la
quimiofobia, que lleva a relacionar esta ciencia con los aspectos y las emociones más
negativas, con frecuencia a causa de la ignorancia y la incomprensión.
Por este motivo es muy necesario explicar al alumnado que la química forma parte
de nuestro entorno y de nuestra vida y también es preciso que el acercamiento a esta
ciencia se haga de forma clara y accesible.
Nosotras compartimos la idea de que el primer enfrentamiento de los alumnos y
alumnas con la química debe ser una química que les seduzca a través de los fenómenos;
más adelante, en cursos superiores, podrán entender modelos que le expliquen la realidad
antes observada. En un primer contacto se observará el comportamiento de la materia y
surgirán interrogantes a los que se responderá en niveles superiores.
Teniendo como premisa la importancia de desarrollar el interés por la química en la
comunidad de jóvenes, la enseñanza de las ciencias en la actualidad plantea la urgente
necesidad de relacionar conceptos básicos, generalmente abstractos, con situaciones de la
vida cotidiana y, de este modo, motivar a los estudiantes hacia esta área del
conocimiento. El objetivo es que el alumnado tenga un espacio de reflexión en el que
pueda cuestionar, analizar, resolver, proponer alternativas e identificar nuevos problemas,
que sean aplicables al aula, a la vida cotidiana o tal vez a su futuro profesional.
Este libro tiene como propósito despertar el interés y el gusto hacia la química en los
alumnos y alumnas que están en la etapa adolescente, mediante ejemplos y experiencias
divertidas, que se puedan ilustrar y relacionar con la vida cotidiana a partir de algunos
principios básicos como: materia, cambios físicos (de forma, de estado...) y químicos
(combustión, ácido-base, oxidación-reducción, polimerización...) y energía de los
cambios químicos (reacciones endotérmicas y exotérmicas).
El currículo del área de ciencias de la naturaleza en la ESO plantea la necesidad de
trabajar por una alfabetización científica que permita desarrollar una comprensión de la
naturaleza de la ciencia y de la práctica científica y una conciencia de sus complejas
relaciones con la tecnología y la sociedad. Todo esto permitirá la participación crítica y
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responsable en la toma de decisiones personales en torno a problemas locales y globales.
Esta alfabetización se conseguirá si se pone al alcance de todo el alumnado una ciencia
(en nuestro caso la química) que incluya conocimientos que le ayuden a tomar decisiones
en su vida diaria, por ejemplo, cómo limpiar unos pendientes de plata, cómo hacer
desaparecer plástico o qué champú es el más adecuado.
Por otro lado, la enseñanza de la química durante los primeros cursos de la ESO
tiene una carga horaria muy escasa, ya que se imparte como parte de ciencias de la
naturaleza en el primer y segundo curso de esta etapa y como física y química, junto con
biología y geología en el tercer curso, pasando además a ser optativa en el cuarto curso.
Todo ello, unido a programas sobrecargados, hace que el profesorado rehúya a
menudo los experimentos de laboratorio aduciendo la falta de tiempo; en consecuencia,
una materia como la química, que es una ciencia eminentemente experimental, se va
haciendo cada vez más teórica y menos experimental.
La investigación en didáctica de las ciencias ha demostrado la importancia de las
actividades experimentales para el aprendizaje de la ciencia (Reigosa y Jiménez, 2000;
Reigosa, 2010; Seré, 2002) y para la promoción de actitudes positivas hacia laciencia
(Vázquez-Alonso y Manassero, 1997). Así lo recoge también el informe de la Comisión
Europea (Rocard y otros, 2007), que propone la enseñanza de las ciencias a través de la
indagación como una de las medidas que permiten aumentar el interés del alumnado por
la ciencia.
Ahora bien, los datos de la realidad escolar muestran que las actividades
experimentales son infrecuentes y que una gran parte del profesorado argumenta que
éstas son «una pérdida de tiempo» o a lo sumo «un complemento» que sólo apoya la
parte teórica del curso, al permitir «ilustrar» o aplicar los conceptos y teorías estudiados.
Sin embargo, nuestra propia experiencia en el aula, así como las aportaciones
realizadas por los profesores en los cursos que hemos impartido, nos demuestran que
cuando se trabaja a partir de actividades experimentales el alumnado participa más,
recuerda mejor y está más motivado.
Esa misma experiencia nos indica que cuando nos encontramos con un problema
como la desmotivación del alumnado respecto a la ciencia (Vázquez-Alonso y
Manassero, 2008), no existe momento de mayor expectación en clase que el que precede
a un experimento, ni mayor sorpresa que la producida ante la aparición de colores,
vapores y luces tras dicho experimento. Como señala Cañal (2012), se trata de
aprovechar la «curiosidad como mecanismo mental al servicio del aprendizaje». De ahí
la importancia que tienen las experiencias de laboratorio que estimulan el deseo de
conocer.
Para concluir, creemos que los profesores de química debemos aplicar los mejores
métodos de enseñanza-aprendizaje y construir las mejores estrategias para enseñar una
química que debe: ser también experimental, seducir al alumnado, mostrar su utilidad
para la vida cotidiana y promover el desarrollo de todas las competencias básicas.
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El trabajo experimental y desarrollo de
competencias básicas
En muchas ocasiones nos encontramos que el alumnado sabe decir los
conocimientos científicos pero no los sabe aplicar. Al respecto, Cortel (1999) indica que
«saber y no saber aplicar es no saber». Así se va abriendo paso la idea de competencia
como la capacidad de ejecutar una tarea en diferentes contextos. La Organización para la
Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) define, en el documento DeSeCo
(Definition and Selection of Competencies [OCDE, 2002]), la competencia como: «La
capacidad de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma
adecuada. Supone una combinación de habilidades prácticas, conocimientos, motivación,
valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales y de comportamiento
que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz».
Como destaca Pedrinaci (2012), «el concepto de competencia conecta claramente
con el aprendizaje significativo». Ahora bien, es la perspectiva del desarrollo de las
competencias básicas la que sitúa la funcionalidad del aprendizaje como objetivo central
del proceso de enseñanza-aprendizaje.
En la enseñanza-aprendizaje de la química, el trabajo experimental juega un papel
fundamental en el desarrollo de competencias y en el aprendizaje de la ciencia. Propicia
el aprendizaje de los métodos y procedimientos científicos para resolver situaciones
problemáticas, trabajando en grupo o de forma individual, ya que brinda al alumnado la
oportunidad de que:
Reflexione.
Busque información.
Elabore explicaciones.
Explore.
Estime y mida.
Piense en función de modelos.
Compare sus ideas con las aportadas por las experiencias.
Trabaje en equipo.
Elabore conclusiones.
Comunique resultados.
Tome decisiones, etc.
La actividad experimental involucra el trabajo sobre conceptos, procedimientos,
valores, actitudes y aptitudes. Desarrolla los componentes de las competencias básicas,
que se movilizan y se evidencian dentro de un contexto.
La actividad experimental contribuye de manera significativa al logro de las
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competencias básicas tal y como se concreta en el cuadro 1.
Cuadro 1. Actividad experimental y competencias básicas
Competencia en cultura científica, tecnológica y de
la salud
La actividad experimental contribuye al desarrollo de las cuatro dimensiones en las
que se puede estructurar la competencia en cultura científica, tecnológica y de la salud:
Comprensión del conocimiento científico
Contribuye de manera significativa ya que permite:
Relacionar conceptos científicos con los comportamientos y propiedades de los
sistemas materiales.
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Clasificar y ordenar la diversidad de la materia y sus cambios a partir de sus
características y propiedades.
Identificar hechos, datos y procedimientos científicos.
Reconocer y utilizar términos científicos, símbolos, unidades de magnitudes,
escalas.
Explicación de la realidad natural
Ayuda a:
Explicar procesos, identificando las relaciones de causa-efecto.
Predecir el comportamiento de un sistema a partir de un modelo.
Obtener conclusiones de forma razonada a partir de un modelo o teoría.
Reconocimiento de los rasgos claves de la investigación científica
Desarrolla los rasgos claves de la investigación científica al:
Conocer, valorar y mostrar conductas relacionadas con la actividad científica
(actitud reflexiva ante los fenómenos científicos y los productos tecnológicos,
orden, rigor y cuidado en el trabajo...) que orientan el trabajo de la comunidad
científica (cooperación en las actividades científicas que desarrolla con las
demás compañeras y compañeros).
Resolver problemas tanto cualitativos como cuantitativos, utilizando las
habilidades propias del razonamiento científico.
Realizar pequeñas investigaciones de documentación y experimentales,
respetando las normas de seguridad habituales en los laboratorios.
Utilización de los conocimientos científicos en la toma de decisiones
Ayuda en la toma de decisiones al:
Analizar los desarrollos y aplicaciones tecnológicas más relevantes de nuestra
sociedad.
Valorar críticamente las aportaciones de la ciencia y la tecnología al desarrollo
humano y al desarrollo sostenible.
Competencia matemática
La resolución de problemas científicos necesita utilizar estrategias matemáticas y
lenguaje matemático en:
Cuantificar los fenómenos naturales.
Establecer correlaciones.
Analizar causas y consecuencias.
Expresar datos e ideas.
Competencia en el tratamiento de la información y
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competencia digital
Cuando se realiza un trabajo experimental existen formas específicas para:
Buscar.
Recoger.
Seleccionar.
Procesar.
Presentar la información en diferentes contextos: verbal, numérico, simbólico,
gráfico.
En este proceso las TIC tienen un papel fundamental y deben utilizarse.
Competencia social y ciudadana
Se agrupan aquí aquellos aspectos referidos al desempeño social del alumno o
alumna, vinculados con su actitud asociada al trabajo científico, así como aquellas que
tienen que ver con su forma de actuar en un grupo de trabajo.
Con la actividad experimental se promueve:
El tratamiento de problemas de interés.
La puesta en relación de las cuestiones tratadas con situaciones cotidianas
personales, sociales o globales.
El trabajo cooperativo.
La toma de decisiones colectivas, de manera fundamentada.
La integración social.
Competencia en comunicación lingüística
La comunicación, tanto oral como escrita, es una parte muy importante de la
actividad experimental. El lenguaje es fundamental como instrumento para construir las
ideas científicas. La adquisición de la terminología científica nos permite:
Comprender las experiencias realizadas por otros.
Describir e interpretar fenómenos naturales.
Formular hipótesis.
Comunicar nuestras ideas y experiencias.
Construir una argumentación.
Competencia para aprender a aprender
La actividad experimental contribuye al desarrollo de esta competencia por su
método de exploración y tratamiento de situaciones problemáticas, ya que se trabajan:
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Los procedimientos ligados al trabajocientífico.
Las actitudes científicas.
La integración de los conocimientos de forma coherente.
La regulación de los procesos mentales.
La toma de decisiones personales razonadas.
Competencia de autonomía e iniciativa personal
El trabajo experimental favorece la reflexión crítica sobre la realidad puesto que el
alumnado:
Se enfrenta a problemas.
Participa en la elaboración de soluciones.
Desarrolla la capacidad de análisis.
Adquiere actitudes relacionadas con el desarrollo de la iniciativa personal:
responsabilidad, perseverancia, autocrítica...
Competencia en cultura humanística y artística
En la actividad experimental se ponen en juego:
Un modo de pensar, reflexionar, etc.
Un conjunto de valores y actitudes.
Un modo de acercarse a los problemas.
La imaginación y la creatividad.
Las competencias básicas no son independientes unas de otras, sino que están
entrelazadas. Algunos elementos de ellas se complementan y se entrecruzan, y el
desarrollo y utilización de cada una de ellas requiere a su vez de las demás.
No hay competencia sin un contexto, lo que nos lleva a hablar de la dimensión
contextual y aplicada de la química.
Dimensión contextual y aplicada de la química
Las competencias no pueden entenderse al margen del contexto particular donde se
ponen en juego.
Pensamos que la dimensión contextual y aplicada de la enseñanza de la química, en
consonancia con los enfoques ciencia, tecnología, sociedad y ambiente (CTSA), es
quizás la que mejor nos permite conectar con los intereses y expectativas de las alumnas
y alumnos de la enseñanza obligatoria.
Cuando enseñamos ciencia en un contexto alejado de nuestra realidad cotidiana,
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muchos estudiantes pierden interés. Y si no contamos con esa motivación, todo el
esfuerzo y la preparación del profesor serán en vano. Es crucial, por tanto, destacar la
importancia de la química y su papel en la vida de los estudiantes. Nuestros estudiantes
también necesitan evidencias que muestren el alcance real y las limitaciones de la ciencia
y de los científicos. Sin motivación no hay aprendizaje.
Es fundamental explicarles que la química forma parte de nuestro entorno, de
nuestra vida cotidiana, de nuestro cuerpo; nos explica los fenómenos que ocurren a
nuestro alrededor y nos ayuda a aprovecharlos en nuestro beneficio. La química está
presente en todas partes y en todas las actividades humanas, y precisamente por ese
motivo hay muchos temas de interés para la vida cotidiana que pueden ser utilizados en
el proceso de enseñanza-aprendizaje de esta materia. Por eso el conjunto de prácticas
que se presentan en este trabajo se han contextualizando relacionándose con situaciones
de la vida real. Ejemplos muy sencillos de esto son algunas de las prácticas que aquí
presentamos: limpieza de la plata, fabricación de pasta de dientes y de pegamento casero,
heladera tradicional, iluminación prehistórica, antiácidos, procesos de ósmosis naturales,
etc.
Se trata, por tanto, de potenciar el carácter funcional de lo que enseñamos para
despertar el interés del alumnado.
¿Qué ofrece este libro?
En este libro aportamos un conjunto de experimentos de química básica para su uso
en la enseñanza secundaria, la mayoría relacionados con el entorno cotidiano del
alumnado.
Son experimentos que a lo largo de estos años hemos recopilado, adecuado y puesto
en práctica con nuestras alumnas y alumnos, así como compartido con diferentes
profesores en distintos cursos de formación en nuestra comunidad. Todas las
experiencias incluidas funcionan.
Aprovechando la presencia de la química en nuestras vidas, los trabajos
experimentales que se presentan en este libro se agrupan en los siguientes bloques de
contenidos:
Química en el hogar.
Química y color.
Química y luz.
Química y calor.
Química y polímeros.
Química y salud.
Cada trabajo experimental se rige por la misma estructura, que contiene los
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siguientes apartados:
«Te proponemos».
«Usaremos».
«Experimentemos».
«Intentemos explicarlo».
En cada bloque se presenta una colección de situaciones problemáticas de la vida
real o preguntas relacionadas con la vida diaria para afianzar en el alumnado el vínculo
del conocimiento cotidiano con el conocimiento científico.
Todas las actividades prácticas que se presentan son susceptibles, introduciendo
unas pequeñas modificaciones, de transformarse en pequeñas investigaciones. Se trata de
transformar el trabajo en el laboratorio en minisecuencias o en trabajos más complejos de
investigación por parte del alumnado.
Por ejemplo, la actividad titulada Tinta de limón fácilmente se convertiría en un
pequeño trabajo de investigación planteando una pregunta abierta tal como la siguiente:
«¿Cómo podrías leer un mensaje secreto?».
En su resolución el alumnado tendría que abordar los siguientes apartados:
Definición del problema. Tratará de acotar el problema, identificar el marco
teórico que le corresponde, formular hipótesis, ver cuáles son las variables que
intervienen, etc.
Diseño de la investigación. Es el momento de que se plantee preguntas del tipo:
¿Se debe controlar alguna variable? ¿Qué necesito? ¿Cómo lo haré?
Realización. En este paso llevará a cabo el montaje del dispositivo previsto, la
toma y recogida de datos, el tratamiento de datos.
Análisis de resultados. Debe interpretar el resultado obtenido y compararlo con
la o las hipótesis iniciales.
Comunicación. Para concluir presentará sus resultados mediante un informe o
una comunicación oral utilizando los recursos de las TIC.
Se trata de investigaciones para resolver problemas prácticos. Como indica
Caamaño (2012) «son investigaciones que plantean problemas de interés en el contexto
de la vida cotidiana. Estas investigaciones no van dirigidas especialmente a la obtención
de conocimiento teórico y pueden relacionarse más fácilmente con aspectos de ciencia,
tecnología y sociedad (CTS) del currículo». Otros ejemplos de investigaciones para
resolver problemas de este tipo serían:
En la experiencia ¿Dónde está el agua? se puede investigar: «¿Qué pañal
absorbe más?» o también «¿Cuál sería la máxima absorción de un determinado
pañal?».
En la experiencia El fumador de laboratorio puede plantearse como
investigación: «¿Qué cigarrillos contienen más nicotina, los rubios o los
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negros?».
En la experiencia Desayuno rico en hierro se puede investigar: «Dados unos
cereales de diferentes marcas comerciales, ¿cuál de ellos contiene mayor
contenido de hierro?».
Y así sucesivamente con las diferentes experiencias que se recogen en este libro.
Recursos necesarios
La realización de las actividades que se presentan en este libro, requiere la
utilización de materiales y recursos diversos ligados con su entorno cotidiano, pero
siempre muy sencillos y comunes. En la medida de lo posible se ha intentado utilizar en
el laboratorio sustancias habituales como sal común, azúcar, vinagre, jamón york, harina,
leche, productos de limpieza, desinfectantes, etc. En otras ocasiones son necesarios
productos químicos y materiales más específicos, pero en la mayoría de los casos están
al alcance de un centro de enseñanza secundaria mínimamente dotado.
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Bloque I
Química en el hogar
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Presentación
El hogar es uno de los lugares en donde más se manifiesta la presencia de la química
en nuestra vida, pues en él se hallan una gran cantidad de elementos y compuestos
químicos que son resultado de la investigación y el desarrollo de esta ciencia.
Desde el momento en que nos levantamos, la química forma parte de nuestra rutina
diaria. Por la mañana nos despierta un reloj encerrado en una caja de plástico o de metal
y nos vestimos con fibras sintéticas. A continuación entramos en el baño, donde también
encontramos sustancias químicas en el jabón, la pasta de dientes, el champú, etc.
Cuando entramos en la cocina, nos encontramos con más química todavía: preparamos
un batido de chocolate, ponemos las legumbres a remojo, preparamos un granizado,
freímos un huevo, limpiamoslos objetos, utilizamos detergentes y descalcificadores del
agua, etc. No podemos olvidar que los recipientes y utensilios no existirían sin
«química»: sartenes de teflón, tupperware de plástico, papel de aluminio… En cualquier
rincón de nuestro hogar la química nos rodea.
En este capítulo se proponen una serie de experiencias que ponen de manifiesto la
implicación de la química en el hogar y a través de las cuales se trabajan los siguientes
contenidos científicos: estados de agregación, cambios de estado, estructura atómica,
enlace químico, tensión superficial, densidad, membrana celular, permeabilidad, ósmosis,
presión, concentración, disoluciones y reacciones químicas (combustión, ácidobase y
redox).
La química nos proporciona cocimientos y estrategias que resultan muy útiles para
resolver numerosas cuestiones que se nos plantean a diario. Además, el planteamiento de
situaciones problemáticas experimentales pone a prueba nuestra imaginación y
creatividad, a la vez que ayuda a la reflexión crítica.
Situaciones problemáticas
Algunas de las situaciones problemáticas que podemos plantear relacionadas con las
actividades experimentales de este capítulo son las siguientes:
Cuando regamos una planta sabemos que no debemos hacerlo con agua salada. ¿Por qué?
Cuando ponemos anchoas frescas en salmuera, disolución concentrada de cloruro de sodio en agua, y
las dejamos varios días, ¿qué le pasa a su tamaño, aumenta o disminuye? ¿A qué es debido?
Los náufragos, a pesar de estar rodeados de agua de mar no deben beberla para paliar la sed. ¿Por qué?
¿Qué les ocurrirá?
Observa los charcos de agua de lluvia que se forman en calles por las que pasan muchos coches, seguro
que verás en ellos finas capas de aceite flotando. ¿Cómo lo explicas?
¿Cómo se puede saber si un huevo es fresco o no?
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¿Cómo detectar si hemos dejado nuestras huellas dactilares en algún objeto?
¿Cómo podríamos inflar un globo sin soplar?
¿Cómo podríamos hacer una pila eléctrica en casa?
En el pueblo de mis tíos había un pescadero un poco «listillo» que metía las ostras a remojo en agua
potable antes de ponerlas a la venta. ¿Por qué crees que lo hacía? ¿Cuál era el resultado de tal
«jugarreta»?
El abuelo de mi amiga cosecha cerezas y todos los años, cuando los árboles ya tienen fruto, empieza a
preocuparse y mirar constantemente al cielo esperando que no llueva demasiado para que no se le
estropeen. Hace dos años llovió de manera intermitente durante varios días y se agrietaron la mayoría de
las cerezas. ¿Qué crees que ocurrió?
Una vez agrietadas las cerezas hay que cogerlas y comerlas al momento porque si no se estropean.
¿Cómo podríamos retardar un poco la oxidación de las cerezas agrietadas?
¿Por qué los peces de agua salada no sobreviven en agua dulce?
¿Qué ocurriría si por un error una inyección intravenosa no fuera isotónica con el suero sanguíneo?
Cuando vuestras madres ponen los garbanzos a remojo, ¿qué se observa pasadas unas horas? ¿Y qué les
pasa a los pepinillos al meterlos en vinagre? ¿Cómo puedes explicarlo?
¿Qué le ocurre a un ambientador en forma de pastilla cuando lo dejamos, por ejemplo, en el coche? ¿Qué
proceso tiene lugar?
Todos recordaréis diversas catástrofes que han tenido lugar en nuestros mares cuando un barco que
transportaba crudo ha sufrido un accidente y ha vertido petróleo al mar. ¿Qué es lo que ocurre con las
manchas de petróleo que aparecen en el mar?
¿Las personas flotamos en todos los mares por igual? ¿Por qué?
Cuentan los alpinistas que el té que se preparan cuando hacen cumbre no sabe tan bien. ¿A qué crees que
puede ser debido?
El azúcar es un conservante natural porque en las conservas con azúcar los microorganismos no se
reproducen o lo hacen a una velocidad muy baja. ¿A qué crees que se debe este hecho?
¿Sería fácil cocer un huevo en la cima del Everest? ¿Por qué?
¿Cómo crees que funcionan los extintores de anhídrido carbónico?
A veces en los armarios de nuestras abuelas encontramos bolitas de naftalina con el fin de proteger la
ropa de las polillas. ¿Qué proceso sufre la naftalina para cumplir su cometido?
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Huellas dactilares
 Te proponemos…
Visualizar fácilmente nuestras huellas digitales impresas en papel o dejadas en una
superficie plástica.
 Usaremos…
Materiales
Un mechero Bunsen, cerillas y butano o placa calefactora.
Una cápsula de porcelana.
Un papel de filtro.
Una hoja de plástico fuerte.
Reactivos
Yodo sólido.
Polvo de grafito o carbón activo.
 Experimentemos…
Huellas en papel
Después de aplicarnos un poco de crema hidratante en las manos, marcamos la
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huella de uno de nuestros dedos en el papel de filtro.
Echamos una pequeña cantidad de yodo sólido en la cápsula y calentamos hasta
la sublimación. Cuando observemos que del yodo emanan unos vapores violetas
la retiramos de la fuente de calor.
Seguidamente colocamos el papel –por el lado de la huella– sobre esos vapores.
Entonces… poco a poco… Describe lo que ves.
Huellas en plástico
Nos aplicamos un poco de crema en las manos y a continuación imprimimos
nuestra huella sobre la superficie de plástico.
Para visualizarlas, si la superficie es clara espolvorearemos con un poco de
polvo de grafito o carbón activo. Si la superficie es oscura utilizaremos polvos
de talco.
Damos vuelta a la hoja y con suavidad le damos unos pequeños golpes para que
caiga el polvo sobrante.
 Intentemos explicarlo…
El yodo es un elemento químico que sublima fácilmente al ser calentado y origina
vapores de color violeta muy característicos. Estos vapores, al ponerse en contacto con
el papel en el que están los restos dejados por nuestro dedo, sufren el proceso de
sublimación inversa y el yodo queda «atrapado», haciendo visible nuestra huella dactilar.
Los vapores de yodo son irritantes, así que conviene realizar la experiencia
manteniendo el laboratorio bien ventilado para evitar una inhalación excesiva. Además,
no conviene tocarlo puesto que deja manchas amarillas en la piel.
Para la experiencia de las huellas en el plástico el polvo de grafito lo podemos
conseguir frotando una mina de lápiz sobre la cara interna de unas tijeras, hasta conseguir
una pequeña cantidad de polvo negro.
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Un hilo resistente
 Te proponemos…
Observar cómo pueden alterarse las fuerzas de unión entre las partículas.
 Usaremos…
Materiales
Un vaso de precipitados.
Dos (o un) trozos de hilo.
Dos (o un) soportes metálicos.
Dos (o una) pinzas metálicas para soporte.
Dos (o una) nueces dobles.
Dos o más clips.
Cerillas.
Baldosas.
Reactivos
Cloruro de sodio.
Agua.
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 Experimentemos…
Ponemos agua en el vaso de precipitados, unos 50-100 ml, y añadimos cloruro
de sodio hasta comprobar que, a pesar de remover continuamente, éste
permanece en estado sólido sin disolver en el fondo del vaso.
Cortamos dos trozos de hilo de unos 12-15 cm de largo y sumergimos uno de
ellos en el vaso de precipitados donde hemos disuelto el cloruro de sodio.
Después de haberse empapado bien en la mezcla anterior lo ponemos a secar.
Una vez seco el hilo anterior realizamos el montaje de la figura, colocando en un
soporte el hilo normal y en el otro el impregnado de cloruro de sodio.
Suspendemos de cada uno de ellos uno o dos clips.
Prendemos fuego a ambos hilos por un punto próximo a los clips suspendidos.
¡Cuidado! Prended fuego primero a un hilo y, una vez apagado éste, al otro.
Observad lo que ocurre y describidlo.
Podéis probar preparando más hilos empapados en la mezcla de cloruro de
sodio y agua y colgando una cadena de clips cada vez más larga.
 Intentemos explicarlo…
Cuando un cuerpo se quema pierde las propiedades que inicialmente tenía y se
transforma en ceniza sin consistencia, de forma que la fuerza de cohesión que mantiene
unidas las partículas de ceniza es muy pequeña. En nuestra experiencia, al quemar el hilo
normal éste se transforma en polvo de ceniza sin capacidad para sostener ningúnpeso,
de ahí la caída del clip. En cambio, el hilo impregnado de cloruro de sodio se quema
realmente haciéndose ceniza, pero la cadena de cloruro de sodio (no combustible)
presente en el hilo es la que mantiene ligadas las partículas de ceniza, impidiendo la
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rotura y haciendo posible seguir soportando algún peso pequeño. Efectivamente, el
cloruro de sodio es un compuesto iónico y en estos compuestos la fuerza de atracción
entre los iones es tan fuerte que éstos siguen ocupando sus posiciones en la red cristalina
incluso a centenares de grados centígrados. Se necesitan temperaturas muy altas para
vencer esas fuerzas de atracción.
Aunque el fuego que se produce al arder el hilo es muy pequeño hay que actuar con
precaución:
Una vez caído el clip sobre la base metálica del soporte hay que soplar para
apagar rápidamente el fuego del hilo que queda colgado así como del trozo de
hilo que cae.
Si creemos que la base del soporte puede dar problemas al caer el hilo ardiendo
siempre podemos colocar encima de ella una baldosa.
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Sorprendente harina de maíz
 Te proponemos…
Estudiar las propiedades sorprendentes de algo tan corriente como una papilla hecha
con harina de maíz.
 Usaremos…
Materiales
Un vaso.
Una cuchara.
Un plato.
Reactivos
Agua.
Harina de maíz (maicena).
 Experimentemos…
En un vaso echamos 2 o 3 cucharadas de harina de maíz. Añadimos lentamente
un poco de agua, a la vez que removemos con la cuchara. Movemos la cuchara
muy despacio para conseguir que se mezclen y añadimos más agua hasta
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conseguir una papilla no demasiado espesa.
Intenta moverla despacio y deprisa, y anota lo que observas.
Pásala a otro vaso y describe cómo cae.
Volcamos un poco de la papilla en una mano, ¿qué ocurre?
Intenta amasarla sin que se te caiga, ¿puedes hacer una bola casi sólida?
Echamos la papilla en un plato y metemos una mano, movemos los dedos y
observamos su comportamiento. Descríbelo.
Trata de sacar ahora muy rápido la mano, ¿qué pasa?
Echa la papilla sobre la mesa. ¿Se ven charcos? Trata de unirla y remuévela
rápidamente. ¿Puedes llegar a cogerla como si se tratase de una pelota? ¿Qué
ocurre si dejas de moverla?
 Intentemos explicarlo…
Existen ciertos materiales que tienen comportamientos algo extraños debidos a la
composición química y estructura de las moléculas que los forman o al tipo de
interacción de éstas con el disolvente cuando se encuentran en disolución o suspensión.
Este comportamiento poco común hace que este tipo de líquidos se puedan incluir dentro
de los fluidos «no newtonianos» y dentro de éstos en los llamados fluidos dilatantes. Un
fluido no newtoniano es aquél cuya viscosidad varía en función de la tensión que se le
aplica, es decir, no tiene un valor de viscosidad definido y constante. Dentro de estos,
llamamos fluidos dilatantes a las suspensiones en las que se produce un aumento de la
viscosidad con la velocidad de deformación.
Obviamente este comportamiento tiene una explicación a nivel molecular: la
maicena, que produce geles con mucha facilidad, es una macromolécula con muchos
grupos hidroxilo y probablemente la aparición de una fuerza externa produzca un
ordenamiento con aumento de las fuerzas entre las moléculas (fuerzas intermoleculares),
lo que conlleve a un aumento de la viscosidad. De esta forma, estas moléculas se
«desenredan» a medida que fluyen, al disminuir las fuerzas de atracción entre ellas.
Un sistema con propiedades comparables son las llamadas «arenas movedizas»: Se
trata de una mezcla de arena y agua en la que pueden quedar atrapados animales o
personas desprevenidas. También en este caso un movimiento brusco hace que la mezcla
se vuelva más rígida, dificultando o imposibilitando los movimientos.
Otro fluido no newtoniano que encontramos en la cocina es el kétchup: es habitual
que al volcar el recipiente de kétchup el contenido no salga, no se vierta. Es necesario
agitar fuertemente para que el contenido se vierta con facilidad. Lo que ocurre es que la
viscosidad del fluido disminuye al agitarlo, promoviendo el movimiento de las moléculas
entre sí. Tras algunos minutos la viscosidad vuelve a aumentar. Ese comportamiento es
típico de los llamados fluidos tixotrópicos (con un patrón de comportamiento que no sólo
depende del esfuerzo o tasa de corte, sino también del tiempo) y tiene considerable
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importancia en algunos productos industriales como las pinturas. En efecto, al pintar con
pincel, por ejemplo, se promueve el movimiento de las moléculas entre sí, la viscosidad
disminuye y la pintura se extiende fácilmente. Pero la viscosidad debe aumentar
rápidamente después de pintar para evitar las «chorreaduras».
Con harina normal no se produce todo lo que hemos podido observar con la papilla
de harina de maíz:
Cuesta mucho remover la mezcla. Cuando se intenta mover la cuchara se pone
muy dura. Si se remueve despacio se comporta como un líquido cualquiera.
Pero si se remueve más deprisa cuesta mucho más, el líquido se hace más
viscoso y, según cómo se haya preparado la papilla, puede volverse casi sólido.
Al pasarse a otro vaso no se consigue un chorro uniforme y vertical.
Al echarla sobre la mano se comporta como cualquier líquido, se escapa y cae.
Pero si ahora se tiene cuidado para que no se escape y se intenta amasarla
deprisa entre las dos manos, se observa cómo se puede hacer una bola
prácticamente sólida. Pero, en cuanto se deja de mover, fluye otra vez como
cualquier líquido.
Al meter la mano en el plato ésta se moja y se comporta como un líquido. Al
intentar retirar la mano se queda pegada, y si se retira muy deprisa se puede
llegar a mover el plato, pudiendo incluso salir éste despedido y romperse.
Sobre una superficie muy lisa se forman charcos, que desaparecen cuando se
empuja con la mano y los dedos. Si se sigue moviendo todo con rapidez, al cabo
de un tiempo se puede llegar a cogerla con las manos y si se la sigue moviendo
deprisa se llega a obtener una sustancia casi sólida, que se escapará entre los
dedos al dejarla de nuevo en reposo.
Si se introduce la papilla un tiempo breve en el microondas a baja potencia, se
obtiene una «pelota» que bota con relativa elasticidad (aproximadamente en el
bote pierde un 60% de la energía potencial inicial).
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¿Qué forma tienen los líquidos?
 Te proponemos…
Demostrar que la forma natural de todo líquido es la de una esfera.
 Usaremos…
Materiales
Un vaso o recipiente grande.
Un vaso pequeño.
Una jeringa.
Reactivos
Aceite.
Alcohol.
Agua.
 Experimentemos…
Llenamos el vasito pequeño con aceite.
Metemos el vaso pequeño lleno de aceite en otro vaso más grande.
Echamos alcohol por las paredes del vaso grande ayudándonos de la jeringa. El
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alcohol deberá quedar unos centímetros por encima de la altura del vaso
pequeño.
A continuación añadimos agua por las paredes del vaso grande como lo hemos
hecho con el alcohol. Y… ¿qué ocurre?
 Intentemos explicarlo…
Estamos acostumbrados a pensar que los líquidos no tienen forma propia. Pero esto
no es así. La forma natural de todo líquido es la de una esfera. Generalmente la gravedad
impide que los líquidos tomen esta forma y por eso unas veces se extienden formando
una capa delgada, como ocurre cuando se vierten fuera de las vasijas, o toman la forma
de los recipientes que las contienen. Cuando se encuentran en el seno de otro líquido de
la misma densidad, los líquidos, por el principio de Arquímedes, «pierden» su peso y se
quedan como si no pesaran nada, es decir, como si la gravedad no influyera sobre ellos y
adoptan entonces su forma natural esférica.
El aceite es más denso que el alcohol y por lo tanto va al fondo. Al añadir agua al
alcohol la mezcla agua/alcohol va aumentando de densidad; la superficie de aceite del
vaso pequeño se irá haciendo cada vez más convexa y cuando la mezcla logra densidad
igual a la del aceite, el aceite se desprende del vaso y forma una gran gota esférica, que
no sube a la superficie ni bajaal fondo, sino que permanece inmóvil como si estuviera
suspendida.
El experimento debe hacerse con calma y precaución, porque de lo contrario puede
no obtenerse una gota grande, sino varias más pequeñas. Pero, incluso si ocurre así, el
experimento no deja de ser interesante.
Se puede hacer también usando un pulverizador en lugar de la jeringa para llenar el
vaso grande.
En lugar de vasos se pueden utilizar vasos de precipitados pero al tener la boca en
pico la esfera sale un poco deformada. Por otro lado, los vasos deben estar
perfectamente limpios y no conviene que entre agua ni alcohol en el aceite.
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¿Flotará o no flotará?
 Te proponemos…
Observar la flotación del hielo en agua y aceite.
 Usaremos…
Materiales
Vasos altos.
Una cubitera.
Tapones de corcho.
Reactivos
Agua.
Aceite.
Colorante.
 Experimentemos…
Sacamos del congelador la cubitera de hielo en la que previamente hemos puesto
un poco de agua con colorante y en la mitad de los compartimentos de la
cubitera hemos colocado tapones de corcho.
Llenamos dos vasos con aceite y dos con agua. Tratamos de predecir lo que
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ocurrirá en cada uno de los líquidos al añadirles cubitos de hielo o cubitos de
hielo-corcho.
Añádelos y observa lo que ocurre transcurridos unos minutos.
Descríbelo y trata de dar una explicación a lo que ocurre.
 Intentemos explicarlo…
El hielo flota en el agua, ya que tiene menor densidad que ésta, pero no en el aceite.
La presencia del tapón de corcho en el interior del cubito de hielo hace disminuir la
densidad y garantiza que el cubito hielo-corcho flote también en el aceite.
Pasados unos minutos el hielo de los cubitos empieza a fundirse y el agua líquida
coloreada provoca la coloración de toda el agua del vaso. En el caso del aceite, al ser el
agua más densa que el aceite, cae al fondo del vaso en forma de bolitas de colores.
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Moneda flotante
 Te proponemos…
Estudiar una de las propiedades menos conocidas del agua: la tensión superficial.
 Usaremos…
Materiales
Un cristalizador.
Diversos objetos (monedas de aluminio, clips, agujas y alfileres).
Trocitos de papel.
Unas pinzas metálicas.
Reactivos
Agua.
Un tensoactivo (detergente o alcohol).
 Experimentemos…
Llenamos el cristalizador hasta la mitad con agua.
Cortamos pequeños trozos de papel y depositamos sobre ellos la moneda o el
clip.
Colocamos el papel con el objeto con mucho cuidado sobre la superficie del
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agua.
Observamos cómo el papel se empapa a la vez que lo vamos retirando con
mucho cuidado ayudándonos de las pinzas metálicas. ¿Qué le ocurre a la
moneda de aluminio o a la aguja?
Repetimos ahora colocando dos objetos. ¿Qué ocurre?
Si añadimos unas gotas de un tensoactivo (etanol o detergente), ¿qué ocurre?
 Intentemos explicarlo…
El experimento pone de manifiesto una propiedad característica de los líquidos que
en el agua es especialmente interesante: la tensión superficial.
Físicamente, la tensión superficial se debe a que, en general, en los líquidos cada
molécula es atraída por todas las moléculas próximas en todas direcciones y con la
misma intensidad. Sin embargo, en las moléculas de la superficie, al no tener otras por
encima que las atraigan, aparece una resultante dirigida hacia abajo que tiende a llevar la
molécula hacia el interior del líquido, reduciendo al mínimo esta superficie. El resultado
es que el líquido aparece como si estuviera envuelto en una membrana elástica, la tensión
superficial. Consecuencia de ella es la resistencia de los líquidos a la rotura de la
superficie. Así las monedas y agujas se depositan sobre la superficie.
Se debe destacar que el objeto (moneda, clip, aguja, etc.) no flota, sino que está
sobre la superficie, sin mojarse, igual que si se encontrara sobre una membrana. Si se
ponen dos objetos estos tienden a juntarse. Si añadimos unas gotas de tensoactivo (etanol
o detergente) observaremos cómo la moneda se hunde, ya que disminuye la tensión
superficial.
Esta explicación nos sirve también para explicar el hecho de que los pequeños
insectos pueden caminar sobre el agua, porque su peso no es suficiente para penetrar en
la superficie.
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El vaso extintor
 Te proponemos…
Profundizar en cuestiones como la importancia del oxígeno en la combustión, la
presión atmosférica y en general la presión de los gases.
 Usaremos…
Materiales
Un plato hondo o un cristalizador.
Tres matraces Erlenmeyer: uno de 500 ml, otro de 750 ml y otro de 1.000 ml.
Cerillas.
Reactivos
Una vela.
Agua.
Un colorante (tinta…).
 Experimentemos…
Llenamos el plato o el cristalizador con agua (unos 2 cm de profundidad).
Añadimos al agua un colorante.
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Encendemos la vela y la colocamos dentro del plato o cristalizador de manera
que el agua no toque la llama.
Colocamos el Erlenmeyer encima de la vela. ¿Qué ocurre? Descríbelo.
Repite la experiencia con los otros dos matraces Erlenmeyer. ¿Qué observas?
¿Qué puntos en común y qué diferencias hay entre los tres casos? Razónalo.
 Intentemos explicarlo…
Al encender la vela y colocar el Erlenmeyer encima, llega un momento en el que la
vela se apaga por falta de oxígeno, el aire de dentro del recipiente empieza a enfriarse, el
vapor de agua se condensa en las paredes del recipiente y disminuye la presión en el
interior. Como la presión exterior (atmosférica) es mayor que la de dentro del recipiente,
el aire exterior empuja al agua. El agua entra en el Erlenmeyer y asciende comprimiendo
el aire del interior, reduciendo su volumen y aumentando la presión hasta que la presión
del gas dentro del Erlenmeyer iguala la presión atmosférica.
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Competición: beber más rápido con dos
pajitas
 Te proponemos…
Observar los efectos de la diferencia de presión.
 Usaremos…
Materiales
Un vaso.
Varias pajitas.
Reactivos
Agua.
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 Experimentemos…
¡Vamos a hacer una competición!
Coge dos (o tres) pajitas para beber, introduce una dentro del agua en el vaso y
mantén la otra (u otras dos) fuera del vaso. Intenta sorber el agua teniendo ambas pajitas
introducidas en la boca. Ganará quién lo logré primero.
 Intentemos explicarlo…
La justificación se basa en la diferencia de presión. Cuando se sorbe con una única
pajita se produce una fuerte disminución de presión en el interior de la boca, por lo que la
diferencia de presión entre el exterior (presión atmosférica) y la de la cavidad bucal
impulsa el líquido hacia dentro. Cuando además hay una segunda pajita fuera del vaso no
se produce disminución de presión en el interior de la boca porque ésta y la del exterior
están igualadas. Al no existir diferencia de presión, el líquido no se impulsa hacia dentro.
Es una práctica que sorprende a pesar de su sencillez.
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Fideos de chocolate embrujados
 Te proponemos…
Observar la capacidad de empuje que puede generar la liberación del gas disuelto en
una bebida.
 Usaremos…
Materiales
Una probeta.
Reactivos
Una bebida con gas y transparente (gaseosa, tónica…).
Fideos de chocolate.
 Experimentemos…
Llenamos los dos tercios de una probeta con una bebida con gas y transparente
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como, por ejemplo, la tónica o la gaseosa.
Añadimos una cantidad de fideos de chocolate en la bebida y observamos qué
ocurre al pasar unos segundos. Podemos ayudar a la realización del experimento
moviendo suavemente la probeta. ¿Qué ocurre?
Repite los pasos anteriores utilizando agua del grifo y observa la diferencia. ¿A
qué crees que se debe?
 Intentemos explicarlo…
Como el chocolate es más denso que la gaseosa, los trocitos se hunden. A medida
que descienden los trocitos de chocolate se van rodeando por burbujas del gas disuelto en
la gaseosa, de forma que llega un momento en el que la fuerza que ejercen las moléculas
del gas en su movimiento hacia la superficie compensa el peso de los trocitos de
chocolate y éstos ascienden a la superficie del líquido. Al llegar a la superficie se liberan
las burbujas de gasy los trocitos vuelven a sumergirse, repitiéndose el proceso una y otra
vez.
Tal y como hemos indicado en el procedimiento, podemos ayudar a la realización de
la experiencia agitando suavemente la probeta, ya que con dicho movimiento se favorece
la liberación del gas y se observa el proceso de «bajada» y «subida» de los fideos de
chocolate con más frecuencia y rapidez.
La propuesta de realizar la experiencia con agua sirve a los alumnos y alumnas para
observar que el chocolate es más denso que el agua, por lo que el motivo de ver a los
fideos en la superficie del líquido no es debido a una «menor densidad del chocolate».
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La botella tragahuevos
 Te proponemos…
Observar los efectos de la diferencia de presión entre el interior y el exterior de un
recipiente.
 Usaremos…
Materiales
Un matraz de fondo redondo o Erlenmeyer de 100 ml.
Un papel o algodón.
Cerillas.
Reactivos
Un huevo cocido.
Alcohol.
 Experimentemos…
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Quitamos la cáscara a un huevo duro y lo ponemos en el cuello de un matraz de
fondo redondo o Erlenmeyer de manera que el huevo no entre del todo.
Quitamos el huevo y echamos una bolita de papel de periódico ardiendo o
introducimos un algodón empapado en alcohol que encendemos introduciendo
una cerilla ardiendo.
Rápidamente ponemos el huevo duro sobre la boca del matraz para taparlo.
Esperamos unos segundos y observamos lo que ocurre.
 Intentemos explicarlo…
Al introducir el papel o el trocito de algodón ardiendo, el aire que estaba dentro de la
botella, al no estar encerrado, se escapa al exterior, para mantener así la presión
constante en el interior. Cuando la boca del Erlenmeyer se tapa con el huevo, que posee
una gran flexibilidad por estar cocido, la pequeña llama se apaga al disminuir la cantidad
de oxígeno en el interior, con lo que la temperatura comienza a descender y disminuye la
presión del aire (porque está contenido en un volumen constante). Como ahora la presión
en el interior es menor que en el exterior, el aire empuja al huevo hacia dentro.
Podríamos plantear si conseguiríamos introducir el huevo en el matraz calentando o
enfriando el matraz. Sería interesante que los alumnos y alumnas propusieran cómo
hacerlo y realizasen el experimento.
Una vez el huevo está en el interior ¿cómo lo sacamos?
Simplemente invirtiendo la situación: aumentamos la presión en el interior del
Erlenmeyer para obligarlo a salir. Por supuesto, el huevo debe estar colocado en la boca
del Erlenmeyer cuando aumente la presión en el interior, para ello podemos invertir el
Erlenmeyer y sosteniéndolo así para que el huevo cubra toda la parte de la salida
podemos recurrir a calentarlo con ayuda de un secador de pelo.
También podemos aumentar la presión en el interior soplando hacia el interior del
Erlenmeyer. Cuando dejamos de soplar, el aire tratará de salir nuevamente, pero como el
huevo obstruye la salida, el aire expulsará el huevo.
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Huevos sin cáscara
 Te proponemos…
Quitar la cáscara a dos huevos, uno cocido y otro crudo mediante un proceso
químico.
Observar dos procesos de ósmosis a través de la membrana semipermeable que
envuelve al huevo y se encuentra debajo de la cáscara.
 Usaremos…
Materiales
Dos vasos de precipitados.
Reactivos
Un huevo crudo.
Un huevo cocido de tamaño parecido al anterior.
Vinagre (disolución de ácido acético).
Miel líquida.
Alcohol.
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 Experimentemos…
Colocamos el huevo crudo en un vaso de precipitados y lo cubrimos con
vinagre. Hacemos lo mismo con el huevo cocido en otro vaso de precipitados.
¿Qué se observa? Descríbelo.
Deberemos dejar los huevos sumergidos en vinagre durante un periodo de unos
dos días; es conveniente en ese tiempo renovar el vinagre, ya que se suele
observar una disminución en la aparición de burbujas, lo que indica que hace
falta más reactivo (vinagre) para completar la reacción química.
Pasado ese tiempo sacamos los huevos del vinagre y los lavamos, ¿qué les ha
ocurrido a ambos?
Comparamos ahora el tamaño actual de los huevos, ¿qué le ha ocurrido al huevo
crudo?
Observamos la consistencia gomosa que ha adquirido el huevo crudo y le damos
unos botes sobre la mesa.
Introducimos ahora el huevo crudo en un vaso de precipitados y lo cubrimos
con la miel líquida. Lo dejamos sumergido en la miel unos dos días.
Observamos qué le ha ocurrido a su tamaño. ¿Qué crees que ha pasado?
 Intentemos explicarlo…
La composición de la cáscara de los huevos contiene aproximadamente un 94% de
carbonato de calcio, por lo que al sumergir los huevos en vinagre (disolución de ácido
acético), éste reacciona con el carbonato produciendo acetato de calcio (soluble en agua),
agua y gas dióxido de carbono, lo que corresponde a la aparición de burbujas observadas.
El aumento de tamaño del huevo crudo es debido al proceso de ósmosis que tiene
lugar a través de su membrana semipermeable una vez ha desaparecido la cáscara.
Debido a la diferencia de concentración de las dos disoluciones –la del vinagre y la del
interior del huevo–, parte del agua del vinagre pasa al interior del huevo aumentando su
tamaño.
Después, al cubrirlo con la miel líquida (de concentración mayor que la del interior
del huevo) el proceso de ósmosis se invierte y el agua ahora pasa del interior al exterior
dando lugar a una disminución del volumen del huevo.
Como la realización de esta experiencia no requiere material específico de
laboratorio, es una práctica que también se puede realizar en casa.
Podríamos realizar una experiencia parecida sumergiendo huesos de pollo en vinagre
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durante un periodo de unos 20 días. La rigidez de los huesos se debe a una sal de calcio
(el fosfato cálcico) que es insoluble en agua pero es atacada por el ácido acético, por lo
que al sumergir los huesos en vinagre el ácido acético de éste reacciona con el fosfato de
calcio produciendo acetato de calcio (soluble en agua) y como resultado los huesos
pierden su rigidez y se vuelven flexibles. De forma simultánea a la inmersión de los
huesos en vinagre se pueden sumergir otros en agua y observar cómo pasados los 20 días
los huesos que han estado sumergidos en agua no han perdido su rigidez debido a la
insolubilidad del fosfato de calcio. Para mejorar los resultados de la experiencia es
conveniente elegir huesos alargados y renovar el vinagre aproximadamente cada dos días.
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El huevo llorón
 Te proponemos…
Hacer salir parte de la clara del huevo aplicando el fenómeno de ósmosis.
 Usaremos…
Materiales
Un vaso.
Una aguja de coser.
Reactivos
Un huevo crudo.
Agua.
 Experimentemos…
Ayudados por la aguja hacemos un orificio en la parte más «plana» del huevo,
con cuidado de romper sólo la cáscara, no la membrana interior. Luego, con las
manos ampliaremos un poco el agujero de manera que quede bien a la vista la
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membrana semipermeable que se encuentra debajo de la cáscara del huevo.
En la parte opuesta del huevo haremos otro agujero; esta vez romperemos
también la membrana.
Introducimos el huevo en el interior del vaso apoyándolo por la parte del agujero
que tiene sin perforar la membrana.
Añadimos agua al vaso sin cubrir el huevo, esperamos y escribimos lo que
observamos.
 Intentemos explicarlo…
El agua atraviesa la membrana de la parte más «plana» (e inferior) debido al
fenómeno de ósmosis. El agua entra en el interior del huevo porque su concentración es
menor que la del interior del huevo. Debido al empuje del agua que entra en el interior
del huevo la clara saldrá por el orificio superior dándonos la sensación de una lágrima que
resbala por la cáscara exterior del huevo.
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Trucos para identificar huevos frescos
Truco A. ¿Cuál es el huevo más fresco?
 Te proponemos…
Identificar de entre dos huevos, uno fresco y otro pasado, el más fresco utilizando
conceptos de densidad.
 Usaremos…
Materiales
Dos vasos de precipitados.
Reactivos
Dos huevos crudos, uno fresco y otro pasado.
Agua.
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2.
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 Experimentemos…Ponemos agua en los vasos de precipitados e introducimos los huevos en cada
uno de ellos.
¿Qué observas? Descríbelo.
 Intentemos explicarlo…
Cuanto más fresco sea el huevo más pequeña será la cámara de aire de su interior,
por lo que tendrá mayor densidad y se hundirá más fácilmente que el huevo pasado, el
cual tendrá una mayor cámara de aire y flotará.
Truco B. ¿Cuál es el huevo cocido?
 Te proponemos…
Distinguir el huevo crudo del cocido.
 Usaremos…
Reactivos
Un huevo crudo y un huevo cocido.
 Experimentemos…
Hacemos girar los huevos.
¿Qué observas? Descríbelo.
 Intentemos explicarlo…
El huevo cocido es el que consigue girar porque tiene una distribución uniforme de
la materia. El hueco crudo no puede girar uniformemente ya que las partículas tienen
diferentes velocidades.
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Inflar un globo con la ayuda de un huevo
 Te proponemos…
Observar uno de los productos de la reacción entre el carbonato cálcico y el
ácido clorhídrico.
Demostrar que los gases ocupan volumen.
 Usaremos…
Materiales
Un matraz Erlenmeyer.
Un globo.
Una probeta.
Reactivos
Una cáscara de huevo.
Ácido clorhídrico.
Vinagre.
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 Experimentemos…
Ponemos la cáscara de huevo, a la que previamente le hemos quitado la
membrana interna, en el interior del globo.
Añadimos vinagre o ácido clorhídrico en el Erlenmeyer y, sin demorarnos,
colocamos el globo en la boca de dicho Erlenmeyer, dejando caer las cáscaras
en el interior del mismo.
¿Qué observas? Descríbelo.
 Intentemos explicarlo…
El carbonato cálcico de la cáscara de huevo reacciona con el ácido acético del
vinagre o con el ácido clorhídrico según la siguiente reacción:
Aunque la presencia de dióxido de carbono se evidencia por la aparición de
burbujas, el hecho de que el globo se llene nos confirma la aparición del gas.
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Heladera tradicional
 Te proponemos…
Observar cómo varía la temperatura de fusión del agua al añadirle sal.
 Usaremos…
Materiales
Dos vasos de precipitados.
Una bandeja de corcho blanco.
Una espátula.
Reactivos
Cubos de hielo.
Sal común.
 Experimentemos…
Ponemos en la bandeja un poco de agua, de manera que se formen dos
pequeños charquitos separados, y sobre el agua los dos vasos.
Ponemos en los vasos la misma cantidad de cubitos de hielo y añadimos a uno
de los vasos un par de cucharadas de sal.
Deja transcurrir un tiempo y observa lo que ocurre.
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Espera una media hora y toca los dos vasos, ¿qué observas?
Trata de levantar ambos vasos, ¿qué ocurre?
 Intentemos explicarlo…
En la superficie de los cubitos hay una capa de agua líquida en equilibrio con el
hielo. Al añadir sal, parte de ésta se disuelve en el líquido que rodea los cubitos formando
una disolución saturada que rompe el equilibrio con el hielo. Para recuperar el equilibrio,
la disolución tiende a diluirse y el hielo a enfriarse, lo que se logra fundiendo parte del
hielo. Para ello extrae parte del calor necesario para fundirse de la disolución, que se
enfría por debajo de los 0ºC. La temperatura de la disolución puede llegar a los 9ºC bajo
cero. El agua que estaba debajo de dicho vaso se congela, la bandeja queda adherida al
vaso y puede levantarse tirando de éste.
Una importante aplicación práctica de este fenómeno es la adición de grandes
cantidades de sal a las carreteras heladas. La sal hace que el hielo y la nieve se fundan
aunque la temperatura sea menor de 0°C.
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Agua que no moja
 Te proponemos…
Observar los efectos de la tensión superficial del agua.
 Usaremos…
Materiales
Un cristalizador.
Reactivos
Agua.
Polvos de talco.
Jabón líquido de fregar.
 Experimentemos…
Vertemos agua en un cristalizador pero sin que llegue al borde.
Espolvoreamos polvos de talco por toda la superficie del agua.
Acercamos los dedos de una mano a la superficie y los introducimos
suavemente en el agua. ¿Qué ocurre? Descríbelo.
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4. Si ahora nos mojamos los dedos con jabón líquido del que usamos para fregar y
los introducimos en el agua, ¿qué ocurre? Descríbelo.
 Intentemos explicarlo…
Como en otras experiencias que llevamos a cabo, este experimento pone de
manifiesto una propiedad característica de los líquidos que en el agua es especialmente
interesante: la tensión superficial. En general, en los líquidos cada molécula es atraída por
las moléculas más próximas en todas direcciones y con la misma intensidad. Sin
embargo, en las moléculas de la superficie, al no tener otras por encima que las atraigan
aparece una resultante dirigida hacia abajo que tiende a llevar la molécula hacia el interior
del líquido reduciendo al mínimo esta superficie. El resultado es que el líquido aparece
como si estuviera envuelto en una membrana elástica, la tensión superficial, que es la
responsable de la resistencia que ofrecen las superficies libres de los líquidos a su rotura.
Cuando introducimos suavemente los dedos en el agua, su superficie funciona como
una membrana elástica y permite que no se perfore, de forma que al sacarlos la
superficie del agua no aparece perforada, los polvos de talco siguen recubriendo toda la
superficie y los dedos salen «secos, no se mojan». Sin embargo, el jabón tiene la
propiedad de romper la tensión superficial, por lo que cuando metemos los dedos
enjabonados (mojados con un agente tensoactivo), el jabón impide que las moléculas se
atraigan y recompongan la película de talco que cubre el agua y ésta aparece perforada.
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Deformar una lata sin esfuerzo
 Te proponemos…
Deformar una lata metálica vacía (de refrescos, aceite, gasolina…) pero sin ejercer
fuerza sobre ella.
 Usaremos…
Materiales
Latas de refrescos, aceite…
Pinzas metálicas grandes.
Una placa calefactora.
El fregadero del laboratorio.
Reactivos
Agua.
 Experimentemos…
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5.
Cogemos una lata de refresco vacía y vertemos dentro agua (llenamos menos de
su cuarta parte).
Encendemos la placa calefactora y ponemos a calentar la lata con el agua.
Esperamos a que hierva el agua y la mantenemos hirviendo durante 3 o 4
minutos. Mientras tanto tapamos el desagüe del fregadero y ponemos agua fría
en su interior, por lo menos hasta la mitad de su volumen.
Desconectamos la placa calefactora y con cuidado sujetamos la lata con las
pinzas metálicas (cuanto más abajo podamos colocar las pinzas mejor).
Levantamos la lata rápidamente y acercándola al fregadero le damos la vuelta a
la vez que la introducimos boca abajo en el agua fría. ¿Qué ocurre?
¿Por qué no se ha deformado la lata mientras la hemos mantenido en la placa
calefactora o cuando la hemos quitado de ella y sí cuando la hemos metido en el
agua fría?
¿A qué se debe la diferencia de presión generada?
 Intentemos explicarlo…
Cuando el agua líquida del interior de la lata hierve pasa a estado gaseoso y el vapor
de agua que se produce desplaza al aire que está en el interior de la lata, por eso es
importante mantener el hervor durante unos minutos. Al invertir la lata y sumergirla en el
agua fría, el agua en estado gaseoso se condensa y hace que disminuya la presión en el
interior de la lata y se deforme.
En lugar de una lata de refrescos se puede usar una lata de 5 l (de las de aceite o
gasolina), para lo cual previamente habría que limpiarla cuidadosamente. La ventaja de
estas latas es que tienen tapón y, por tanto, no habría que invertirlas para sumergirlas en
el agua, aunque también es cierto que al calentar este tipo de latas la unión de plástico del
tapón se suele despegar de la lata, con lo que no nos quedaría más opción que proceder
igual que con la lata de refrescos.
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Un gas apagallamas
 Te proponemos…
Apagar la llama de una vela utilizando el gas producido en una reacción química.
 Usaremos…
Materiales
Una botella de agua mineral pequeña vacía.
Una probeta.
Una espátula-cuchara.
Una vela.
Reactivos
Bicarbonato sódico.
Vinagre.
 Experimentemos…
Ponemos unos 20 ml de vinagre en una botella de agua mineral pequeña vacía.
A continuaciónechamos unas tres cucharadas de bicarbonato sódico y agitamos
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3.
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la mezcla. ¿Qué se observa?
Cuando observamos que ya no hay desprendimiento de gas, acercamos la boca
de la botella a la llama de la vela encendida, pero… ¡Cuidado! Procura que la
botella se encuentre en una posición lo más horizontal posible pero sin que se
derrame la mezcla de su interior. ¿Qué ocurre?
Repite el proceso de apagado de la vela. ¿Hasta cuándo crees que podrás
hacerlo? ¿Por qué? ¿Cuál es la reacción química que ha tenido lugar en el
interior de la botella?
 Intentemos explicarlo…
Cuando el bicarbonato sódico reacciona con el ácido acético contenido en el
vinagre, se produce la siguiente reacción química:
El anhídrido carbónico producido es el responsable de alejar el oxígeno del aire del
entorno de la llama y, por lo tanto, el causante de su apagado.
El hecho de tener que poner la botella en una posición prácticamente horizontal se
debe a que la densidad del gas CO2 es mayor que la del aire, por lo que queda
acumulado en el fondo de la botella y no tiende a salir al exterior. Al colocarla casi
horizontal conseguimos que el CO2 se mueva en el plano horizontal y salga de la botella
desplazando el aire de alrededor de la llama: sin oxígeno a su alrededor la llama se apaga.
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Granizado casero
 Te proponemos…
Preparar un granizado usando la técnica de la heladera tradicional.
 Usaremos…
Materiales
Un vaso o recipiente ancho.
Un vaso o recipiente pequeño.
Una espátula.
Una varilla de vidrio.
Reactivos
Hielo.
Sal común.
Zumo de naranja natural o bebidas de naranja, cola, limón…
 Experimentemos…
Ponemos en un vaso ancho hielo un poco picado con unas cuantas cucharadas
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2.
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de sal y lo removemos bien.
Hacemos un hueco dentro del hielo con sal y acoplamos el vaso pequeño bien
rodeado de hielo.
Añadimos el zumo o la bebida de cola o naranja en el vaso pequeño y lo
removemos de vez en cuando. ¿Qué se observa?
 Intentemos explicarlo…
Tal y como vimos al fabricar la heladera tradicional, la temperatura que se alcanza al
añadir sal al hielo es muy inferior a la temperatura de fusión del agua pura, así que
podemos aprovechar dicho descenso y preparar un rico granizado.
Es aconsejable repetir la experiencia poniendo en el vaso ancho solamente hielo,
para que así puedan observar que en este caso no se obtiene el granizado y podamos
aprovechar y deducir que para que congele la bebida utilizada (disolución) es necesario
una temperatura menor que 0ºC.
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Gas lanzacohetes
 Te proponemos…
Construir una especie de lanzacohetes con materiales fáciles de encontrar en casa.
 Usaremos…
Materiales
Una espátula-cuchara.
Un matraz Erlenmeyer pequeño.
Un tapón de corcho para el Erlenmeyer.
Una chincheta.
Lazos de regalos.
Papel absorbente o servilletas de papel.
Reactivos
Vinagre.
Bicarbonato sódico.
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 Experimentemos…
Ponemos dos cucharadas de bicarbonato sódico encima de un trozo de papel
absorbente o de papel de servilletas, envolviéndolo bien para que el bicarbonato
quede dentro.
Cortamos varios lazos de regalos en tiras no muy anchas y los clavamos con una
chincheta en el medio de la parte superior del corcho.
Añadimos vinagre en el Erlenmeyer hasta un tercio de su volumen
aproximadamente.
Buscamos un lugar donde el techo sea alto y ponemos el Erlenmeyer en el
suelo. A continuación introducimos el envoltorio que hemos preparado con el
bicarbonato, lo empujamos hacia dentro y muy rápidamente ponemos el corcho
tan fuerte como podamos y nos apartamos. Esperamos unos segundos. ¿Qué se
observa?
 Intentemos explicarlo…
Al introducir el envoltorio con el bicarbonato sódico en el Erlenmeyer donde hemos
añadido el vinagre, éste moja el papel adsorbente y comienza la reacción química entre el
bicarbonato y el vinagre. En esta reacción se libera gas CO2, que origina un aumento de
la presión en el interior del Erlenmeyer y hace que el tapón de corcho salga disparado, de
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ahí que haya que apartarse una vez comienza la reacción.
La reacción química que tiene lugar es la siguiente:
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Lápices conductores
 Te proponemos…
Realizar la electrólisis del agua usando unos lápices como electrodos, tal y como
aparece en el libro Harry Potter y la cámara secreta.
 Usaremos…
Materiales
Un vaso de precipitados o recipiente grande.
Dos cables conductores.
Dos pinzas de cocodrilo metálicas pequeñas.
Una pila de 9 V.
Dos lápices.
Un trozo de cartón.
Un cuentagotas.
Reactivos
Agua.
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. Ácido sulfúrico concentrado.
 Experimentemos…
Cogemos dos lápices bien afilados por ambos extremos y con ayuda de dos
pinzas de cocodrilo metálicas pequeñas conectamos los cables a uno de sus
extremos.
Llenamos un vaso con agua del grifo y añadimos unas gotas de ácido sulfúrico
concentrado con mucho cuidado.
Recortamos un cuadrado de cartón más grande que la boca del vaso y hacemos
dos agujeritos por los que introducimos los lápices por los extremos que no
tienen cables.
Ponemos el cartón con los lápices sobre la boca del vaso y conectamos los
extremos de los cables libres a los polos de la pila.
¡Fijaos! ¡Salen burbujas de los extremos de los lápices que están dentro del
agua! ¿Qué crees que está ocurriendo?
¿Qué tipo de reacción química (síntesis, descomposición, desplazamiento…) ha
tenido lugar? ¿Por qué?
 Intentemos explicarlo…
El agua (H2O) es una sustancia compuesta que, no espontáneamente pero sí por
medio de un proceso químico, se puede descomponer en sus elementos, es decir en
hidrógeno y oxígeno. Cuando la electricidad circula por el agua, las moléculas de H2O se
disocian produciendo oxígeno e hidrógeno gaseosos, de ahí que veamos burbujas en el
recipiente de la experiencia. Éste es el fenómeno que se conoce como electrólisis del
agua:
La electrólisis es el proceso de descomposición de una sustancia por medio de la
electricidad.
Debido al pequeño grado de ionización del agua, su conductividad eléctrica es mala,
así que añadimos un ácido fuerte, ácido sulfúrico concentrado, que al estar totalmente
ionizado logrará aumentar la conductividad y que se produzca la electrólisis del agua.
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Zanahorias glotonas
 Te proponemos…
Observar el aumento y disminución de tamaño de una zanahoria al ponerla a
«remojo» en dos líquidos distintos.
 Usaremos…
Materiales
Dos vasos.
Una espátula-cuchara.
Reactivos
Tres zanahorias.
Agua del grifo.
Sal común (NaCl).
 Experimentemos…
Cogemos tres zanahorias que tengan un tamaño igual o muy parecido. Una de
ellas la conservamos de muestra para que al final de la experiencia podamos
compararla con las otras dos.
Sumergimos la segunda zanahoria en un vaso con agua del grifo.
Sumergimos la tercera en un vaso en el que hemos añadido agua y muchas
cucharadas de sal (salmuera).
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4. Dejamos pasar un día. ¿Qué observamos?
 Intentemos explicarlo…
Las moléculas de agua, disolvente universal, pueden pasar a través de las
membranas semipermeables, en este caso las membranas de las células de la zanahoria,
mediante un proceso de ósmosis. El que las moléculas de agua circulen en un sentido u
otro depende de las concentraciones de las disoluciones puestas en contacto. En el caso
de la zanahoria sumergida en agua del grifo, el agua pasa al interior de la zanahoria por
ser la disolución exterior más diluida, mientras que en el caso de la zanahoria puesta en la
salmuera, al ser la disolución exterior más concentrada ocurre el proceso de ósmosis en
sentido contrario, las moléculas de agua pasan del interior de la zanahoria a la disolución
concentrada de sal común.
Los fenómenos de ósmosis son muy corrientes en la manipulación de alimentos.
Cuando cocinamos legumbres o arroz se observa claramente el aumento de tamaño de
los granos, mientras que cuando se somete a salazón el jamón, el bacalao o las anchoas
sucede justo lo contrario.
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Abrillantando la plata
 Te proponemos…
Utilizaruna reacción química para limpiar objetos de plata.
 Usaremos…
Materiales
Dos vasos de precipitados grandes.
Objetos de plata.
Una espátula-cuchara.
Un mechero Bunsen o una placa calefactora.
Reactivos
Papel de aluminio.
Bicarbonato sódico.
Agua.
 Experimentemos…
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4.
En el fondo de un vaso de precipitados (de tamaño adecuado para poder meter
el objeto de plata que queremos limpiar) ponemos un trozo de papel de
aluminio.
Colocamos el objeto que vamos a limpiar en contacto con el aluminio; cuanto
mayor sea el contacto mejor se limpiará el objeto.
Preparamos una disolución no muy concentrada de bicarbonato sódico en la
cantidad de agua suficiente como para cubrir el objeto.
Añadimos la disolución anterior al vaso de precipitados donde hemos colocado
el objeto a limpiar y una vez cubierto lo ponemos a calentar hasta que hierva.
Mantenemos el hervor hasta que veamos que va desapareciendo el
recubrimiento negruzco de la plata.
 Intentemos explicarlo…
Es de sobra conocido que los objetos de plata (adornos, cucharas, monedas,
anillos…) van oscureciéndose lentamente con el tiempo. Esto ocurre porque la plata
reacciona con las sustancias presentes en el aire y que contienen azufre y como resultado
se forma una capa negruzca de sulfuro de plata.
En nuestro experimento lo que hemos tratado de hacer es que ese recubrimiento
negruzco que se forma en los objetos de plata reaccione de la siguiente manera:
En esta reacción redox están pasando electrones del aluminio a la plata y por esa
razón es necesario que el objeto de plata esté en contacto con el papel de aluminio.
Como se ve en la estequiometría de la reacción, no se pierde nada de plata, hecho
que sí ocurre con otros métodos de limpieza abrasivos. Se nota la formación de sulfuro
de aluminio porque sobre el papel de aluminio aparecen manchas o restos de sólido
amarillento. También suele percibirse el desagradable olor del ácido sulfhídrico que se
forma en pequeñas cantidades.
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Monedas oxidadas
 Te proponemos…
Acelerar el proceso de oxidación de diferentes monedas.
 Usaremos…
Materiales
Un plato o un recipiente ancho.
Servilletas de papel o papel absorbente.
Monedas diferentes (1 euro, 20 céntimos, 5 céntimos, 50 céntimos, alguna de
plata, oro, antigua…).
Reactivos
Vinagre.
 Experimentemos…
Ponemos en un plato una servilleta de papel o un trozo de papel absorbente,
puede ser un trozo de papel de cocina, y le añadimos vinagre hasta que esté bien
empapado pero sin «charcos».
Colocamos encima del papel las monedas de forma que la cara superior esté en
99
3.
contacto con el aire y no esté sumergida en vinagre. ¿Qué se observa al cabo de
unas horas (4 o 5 horas)?
Coge las monedas, levántalas y mira su cara inferior, ¿qué observas?
 Intentemos explicarlo…
Las monedas que poseen cobre en su composición habrán sufrido la oxidación de
este metal por acción del oxígeno del aire y se observará en ellas una capa de color
verdoso, que comúnmente se denomina «cardenillo» o «verdín». A las monedas de oro
o plata no les habrá sucedido nada y veremos que en aquellas monedas con aluminio en
su composición el efecto de la oxidación no es tan llamativo. Se observa que la parte
inferior de las monedas aparece brillante, sin rastros verdosos: el ácido acético habrá
reaccionado con la fina capa de «suciedad» (productos de la oxidación de las monedas) y
habrá quedado el metal limpio y brillante al descubierto.
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Pilas originales
 Te proponemos…
Construir diferentes pilas utilizando materiales sencillos.
 Usaremos…
Materiales
Sacapuntas metálicos que tengan una base de magnesio (electrodos de
magnesio).
Tiras de cinc (electrodos de cinc).
Tiras, tubos de cobre (electrodos de cobre).
Diodos luminiscentes (LED) u otros dispositivos eléctricos que requieran baja
potencia eléctrica: relojes digitales, altavoces del taller de tecnología…
Cables conductores.
Varios vasos de precipitados.
Pequeñas pinzas metálicas de cocodrilo.
Corcho, bandejas o trozos de poliespán.
Un polímetro (opcional).
Reactivos
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Varios limones.
Varias patatas.
Vinagre.
Bebida de cola.
 Experimentemos…
Pila 1
Primero vamos a preparar dos electrodos:
Uno formado por una tira de cobre (electrodo de cobre).
Otro formado por un sacapuntas metálico (electrodo de magnesio).
Para ello unimos a dichos electrodos sendos cables conductores mediante pinzas
metálicas de cocodrilo.
Seguidamente ponemos en un vaso de precipitados suficiente cantidad de
vinagre como para poder introducir los electrodos preparados. ¿Qué se observa?
Para comprobar que el dispositivo construido produce corriente eléctrica
conectamos los dos extremos de los cables a un polímetro y medimos el voltaje
generado.
Si queremos generar suficiente voltaje como para encender un diodo
luminiscente o hacer funcionar un reloj digital o un altavoz, debemos construir
tres o cuatro pilas como las anteriores y conectarlas en serie. ¡Cuidado! Las
conexiones deben estar bien hechas para que las pilas funcionen. Clavamos los
polos del diodo en una bandeja o trozo de poliespán y con ayuda de pinzas
pequeñas de cocodrilo conectamos los extremos libres de los cables a los polos
del diodo o en su caso a los cables del reloj o altavoz. Describe lo ocurrido.
A continuación podemos construir otras pilas utilizando, por ejemplo, bebidas de
cola en lugar de vinagre.
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Pila 2
Para empezar prepararemos dos electrodos:
Uno formado por una tira de cobre (electrodo de cobre).
Otro formado por una tira de cinc (electrodo de cinc).
Para ello unimos a dichos electrodos sendos cables conductores mediante pinzas
metálicas de cocodrilo.
Seguidamente introducimos los anteriores electrodos en dos puntos separados de
un limón tal y como aparece en el dibujo.
Para comprobar que el dispositivo construido produce corriente eléctrica
conectamos los dos extremos de los cables a un polímetro y medimos el voltaje
generado.
Utilizando los mismos electrodos podemos construir otra pila cambiando los
limones por trozos de patata.
 Intentemos explicarlo…
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Una pila es un dispositivo que permite obtener una corriente eléctrica a partir de una
reacción química. Al conectar dos trozos de metales (de diferente capacidad para ganar o
ceder electrones) mediante dos hilos conductores e introducirlos en una disolución iónica
(electrolito), estamos construyendo un circuito cerrado en el que se produce una
corriente de electrones a través del hilo conductor (corriente eléctrica), y un movimiento
de iones (positivos y negativos) en el interior del electrolito. Toda pila consta de dos
electrodos (generalmente dos metales) y un electrolito (una sustancia que conduce la
corriente eléctrica). En nuestra práctica hemos utilizado como electrodos los metales
cobre, magnesio y cinc, aunque también se pueden construir otras pilas utilizando otros
metales (por ejemplo aluminio) y otros electrolitos (por ejemplo agua salada, vinagre,
zumo de naranja, zumo de limón).
El problema que se nos presenta es que debido a la alta resistencia interna de la pila,
la intensidad que obtenemos es muy baja y nos va a resultar difícil hacer funcionar los
aparatos, de ahí que si disponemos de un polímetro podemos saber el voltaje generado
en cada caso.
Es muy importante que las conexiones impliquen un buen contacto entre los
conductores, electrodos, pinzas… pues en caso contrario la pila no funcionará. Si en
algún momento vemos que el polímetro detecta paso de corriente pero el diodo no se
enciende, deberemos probar a añadir otra pila más en serie o bien a cambiar los
electrolitos, ya que éstos también se vuelven inservibles.
El número de limones, patatas o vasos con vinagre necesarios dependerá del diodo o
dispositivo eléctrico que queramos hacer funcionar.
En el caso del electrodo de magnesio, observamos el rápido y constante
desprendimiento de burbujas alrededor del electrodo. Dichas burbujas son de gas
hidrógeno, ya que los ácidos atacan

Otros materiales