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TRABAJO PRACTICO 4: INMUNOPATOLOGIA NEUMONÍA POR CITOMEGALOVIRUS (164): Diagnóstico de órgano: el preparado corresponde a un órgano macizo, que presenta claramente una lesión difusa en todo su parénquima, detectándose escasas características conservadas que nos permitan hacer diagnóstico de órgano. Sin embargo, pueden identificarse en la vista panorámica múltiples cavidades o espacios ópticamente negativos irregulares (tapizados por epitelio plano a mayor aumento), separados por tabiques o septos, y esto nos permitiría inferir diagnóstico de pulmón. Otros datos que apoyan al diagnóstico, es la presencia de algunas estructuras vasculares (luces circunscriptas, revestidas por una monocapa de células planas, tejido conectivo y tejido muscular). Diagnóstico de patología: A un mayor aumento, podemos observar que el tejido pulmonar de este preparado muestra un marcado ensanchamiento de los tabiques alveolares, con presencia de capilares congestivos y áreas de hemorragia (glóbulos rojos dispersos en el intersticio). Algunos septos muestran zonas de ruptura (enfisema). A mayor aumento, se identifican áreas de edema y hemorragia, junto con vasos intensamente congestivos (ya que están repletos de hematíes). También puede observarse un infiltrado celular mononuclear en algunos sectores. Estos elementos apoyan el diagnóstico de inflamación parenquimatosa. En cuanto a los espacios alveolares, los mismos se muestran ocupados parcialmente por detritus celulares (que podrían corresponder a desprendimiento del epitelio neumonocitos), material inflamatorio (células mononucleares y exudado fibrinoso material amorfo acidófilo), y es llamativa la presencia de células gigantes con varias alteraciones morfológicas. Algunas presentan un pigmento granular negruzco (que podría corresponder a pigmento antracótico), otras se disponen formando sincicios multinucleados, y por último, de forma aislada e inconstante, pueden observarse algunas con una inclusión fuertemente basófila intranuclear, rodeada por un halo más claro. Este último dato, es patognomónico de la infección citomegálica (células en “ojo de búho”). La neumonitis aparentaba ser viral de todos modos, ya que no se observa el abundante infiltrado PMN y el exudado purulento típico de las neumonías bacterianas piógenas. TIROIDITIS DE HASHIMOTO (140): Diagnóstico de órgano: El preparado corresponde a un órgano parenquimatoso macizo, cuyas estructuras se encuentran difusamente afectadas. No obstante, a mayor aumento se pueden distinguir estructuras similares a acinos o folículos, revestidos por una monocapa de células cuboideas que encierran una pequeña luz central, circunscrita, que en algunas áreas contienen un material fuertemente acidófilo homogéneo (coloide). Atravesando el parénquima, también se pueden observar grandes tabiques de tejido conectivo con elementos vasculares y algunas células musculares lisas. En base a estos datos, podemos suponer que el preparado corresponde a glándula tiroides. Diagnóstico de lesión: Con mayor aumento (40X), confirmamos que el tejido tiroideo presenta una marcada alteración histoarquitectural. Se observa disminución en el tamaño y número de folículos; algunos remanentes presentan aplanamiento epitelial (atrofia), y otros presentan escaso material coloide. En los más conservados, podemos destacar la forma cúbica y la eosinofilia de las células epiteliales foliculares, y el coloide hialino homogéneo intraluminal. Más llamativo aún, es la presencia de un denso infiltrado inflamatorio difuso a predominio mononuclear, ocupando el intersticio y rodeando a los folículos. En algunos sectores, dicho infiltrado se agrupa formando estructuras ovoideas, con un área periférica extensamente basófila (debido al denso infiltrado) y un centro más claro, constituido por células de citoplasma más abundante y pálido (centroblastos y macrófagos). Estás estructuras nos recuerdan a los folículos linfoideos con centro germinal observados en los tejidos linfoides (ganglios, bazo, placas de Peyer). De hecho, toda la glándula tiene la apariencia de un órgano linfoide. Las células del infiltrado son pequeñas, con escaso citoplasma y un gran núcleo oval central basófilo, por lo que presumimos es a predominio linfocitario. Por último, en el parénquima se pueden observan elementos vasculares congestivos. Todos estos datos nos permiten inferir que estamos frente a un proceso inflamatorio de la glándula, y que por la morfología y tipo de infiltrado, correspondería a una tiroiditis autoinmune linfocitaria de Hashimoto. [Lo siguiente no se ve en preparado o es muy difícil de observar, pero por las dudas…] Eventualmente pueden observarse unas pocas células aisladas, intercaladas entre las células foliculares, que destacan por su citoplasma más abundante, intensamente acidófilo y granular, con núcleo central oval. Por su morfología, y sabiendo que corresponde a una tiroiditis de Hashimoto, inferimos se trata de células de Hürthle. RECHAZO DE TRASPLANTE RENAL (129): Diagnóstico de órgano: el preparado corresponde a un órgano sólido que muestra compromiso difuso de todos sus compartimentos, pero el escaso tejido remanente nos permite identificar elementos vasculares dispuestos en ovillos (glomérulos), rodeados por un espacio ópticamente negativo (espacio urinífero) revestido por un epitelio plano simple (hoja parietal de la cápsula de Bowman), y múltiples estructuras tubulares, con una luz central, y revestidas por epitelio cúbico simple (túbulos), por lo que se infiere se trata de tejido renal. Diagnóstico de lesión: Analicemos por partes: 1) Los glomérulos se encuentran comprometidos de forma difusa, con la arquitectura completamente distorsionada, pudiendo identificarse grados variables de lesión. La mayoría muestra un aumento homogéneo de la eosinofilia, como un aspecto hialino difuso, que podría deberse a la presencia un material fibrinoide. La pared de los capilares glomerulares se encuentra reemplazada por este material amorfo acidófilo, que nos recuerda a la imagen de la necrosis fibrinoide. Hay pérdida del espacio de Bowman en la mayoría de los glomérulos, que también fue reemplazado por este material fibrinoide. Otros glomérulos además presentan aumento de la celularidad, aparentemente debido a un infiltrado inflamatorio a predominio mononuclear (glomerulitis). Otros cambios que se observan son edema y congestión. 2) Las estructuras vasculares también se encuentran con variado grado de lesión en su totalidad, no existiendo prácticamente vasos conservados. No puede distinguirse la pared de los mismos, ya que se halla reemplazada por el mismo material fibrinoide o acidófilo amorfo que se ve en los glomérulos, y que nos recuerda al aspecto de la necrosis fibrinoide. Otros vasos se muestran intensamente congestivos, con marginación leucocitaria, rodeados de edema, infiltrado mononuclear y hemorragia perivascular. La mayoría de los vasos muestran su luz ocupada por masas acidófilas irregulares, junto con elementos leucocitarios y algunos hematíes, que corresponderían a trombosis. Otros aparentan contener un material acidófilo formando un entramado o red, que podría corresponder a fibrina. Todos estos datos indicarían que los vasos están sufriendo un proceso inflamatorio, y la misma vasculitis llevaría a la lesión y activación del endotelio. 3) Los túbulos también muestran distintos grados de lesión. Además de una marcada pérdida de los mismos, los remanentes se muestran atróficos, con aplanamiento o bien desprendimiento del epitelio, y extensas áreas de necrosis e inflamación (el epitelio normal fue reemplazado por masas amorfas acidófilas anucleadas y se ve infiltrado mononuclear tubulitis). La luz de la mayoría se encuentra ocupada por un material fibrinoide y elementos hemáticos (cilindros proteicos-hemáticos) Otros cambios observables son hemorragia, edema peritubular y depósitos fibrinoides. 4) En el intersticio puedenapreciarse distintas lesiones. En algunos sectores se observan finas bandas colágenas que corresponderían a fibrosis, por lo que podemos suponer que se trata de un proceso ya subagudo. En otras áreas, se observa intenso edema (zonas ópticamente negativas difusas) e infiltrado mononuclear con focos de hemorragia. La ausencia de estructuras conservadas, junto a las extensas áreas de necrosis fibrinoide, hemorragia e inflamación, nos hacen pensar en un proceso de rechazo renal. NEFROPATÍA LÚPICA (80): Diagnóstico de órgano: el preparado corresponde a un órgano sólido que muestra compromiso difuso de todos sus compartimentos, pero el tejido remanente nos permite identificar estructuras vasculares en ovillos y estructuras tubulares (ya vimos como hacer diagnóstico de riñón), por lo que se infiere se trata de tejido renal. Llamativamente, por el aspecto violáceo del tejido y por visualizarse las membranas basales, deducimos está teñido con técnica de PAS. Diagnóstico de lesión: Analicemos por partes: 1) Los glomérulos se encuentran comprometidos de forma difusa y global, ya que pueden identificarse variables grados de lesión en la mayoría de los glomérulos, y en todo el glomérulo. La mayoría muestra un aumento de la celularidad (hipercelulares) y múltiples lobulaciones. Además, a gran aumento, puede identificarse un engrosamiento difuso y PAS+ de las paredes capilares, que en algunos sectores forma siluetas similares a “asas de alambre”, que pueden verse como anillos PAS+ si el capilar está seccionado transversalmente, o como “vías de tren” si están seccionados longitudinalmente. También son frecuentes los trombos hialinos intracapilares, que se ven como masas acidófilas irregulares ocupando la luz capilar; y las áreas de edema. El mesangio también aparenta mostrar un aumento o proliferación (fuerte tinción PAS+ dentro del glomérulo). Por último, en sólo algunos pocos glomérulos, puede distinguirse una lesión constituida por proliferación celular extracapilar, ocupando el espacio urinario de Bowman, que nos recuerda a la imagen de las “semilunas” que se observan en algunas nefropatías subagudas rápidamente progresivas como el lupus (entre otras), y que justamente su presencia indica actividad de la patología. 2) Las paredes de las arteriolas y arterias de pequeño calibre se encuentran engrosadas aparentemente a expensas de una hiperplasia de la media, ya que puede observarse multiplicación de las capas musculares lisas. Este proceso conlleva a una moderada disminución de la luz vascular. La esclerosis observada podría deberse al proceso inflamatorio subagudo que se observa. 3) Los túbulos también muestran distintos grados de lesión. En primer lugar, son abundantes los cilindros proteicos y hemáticos ocupando la luz tubular, que se ven como masas amorfas hialinas o eritrocitarias, respectivamente. Algunos túbulos se muestran atróficos, con aplanamiento o bien desprendimiento del epitelio. Otros muestran áreas de necrosis tubular, ya que el epitelio ha sido reemplazado por una masa amorfa acidófila anucleada. 4) En el intersticio pueden apreciarse distintas lesiones, desde edema y focos aislados de infiltrado inflamatorio a predominio mononuclear, hasta finas bandas acidófilas que corresponderían a depósitos de colágeno probablemente a un proceso reparativo. En base a estos datos, inferimos que el preparado corresponde a una nefropatía lúpica en actividad, que por la marcada inflamación, proliferación celular y la presencia de semilunas, correspondería a una lesión tipo IV o proliferativa difusa. Estadio grave y rápidamente progresivo, que puede conducir a la insuficiencia renal aguda si no se instaura tratamiento. AMILOIDOSIS ESPLÉNICA (9): En la vista panorámica, se reconoce el corte de un órgano macizo, con tinción extensamente basófila que corresponde a elementos mononucleares como constituyentes de su parénquima, por lo que presumimos se trata de in órgano linfoide. En la región superficial podemos observar que el mismo se encuentra revestido por una cápsula de tejido conectivo fibroso intensamente eosinófila, de la cual parten tabiques hacia la profundidad, que además de tener tejido conectivo, aparentan tener algunas fibras musculares lisas y elementos vasculares. Todo el parénquima comprendido entre la cápsula y los tabiques, está constituido por tejido linfoide, ya que se aprecian; y la pulpa roja, formada por cordones o trabéculas de células linfoides (cordones de Billroth), que revisten senos venosos. En un sector del parénquima, se observa la presencia de un depósito extenso de material amorfo, eosinófilo, homogéneo, aparentemente proteináceo, y extracelular, que se dispone comprimiendo al parénquima adyacente, y en algunos sectores rodea a arteriolas de Malpighi. Por sus características, inferimos que dicha sustancia corresponde a proteína amiloide, seguramente debido a una amiloidosis secundaria. Para confirmar la existencia de dicha sustancia, sólo basta utilizar técnicas especiales, como tinción de Rojo Congo, que al microscopio de luz corriente, tiñe a la lesión de un color pardo rojizo, pero más característica es la coloración si utilizamos microscopio de luz polarizada, donde se observa birrefringencia verde manzana. La tioflavina T muestra fluorescencia característica. Y por último, la microscopía electrónica nos permite apreciar que el amiloide está constituido por múltiples proteínas fibrilares, sin ramificaciones, en hoja plegada-β, de alrededor de 8nm de espesor. TRABAJO PRACTICO 5: PATOLOGIAS INFECCIOSAS PIELONEFRITIS TUBERCULOSA (28): Diagnóstico de órgano: el preparado corresponde a un órgano macizo, con variables grados de lesión que comprometen a todos sus compartimientos de forma difusa. Los escasos elementos conservados nos permiten visualizar, a poco aumento, estructuras tubulares múltiples, seccionadas oblicua y trans-versalmente, y elementos capilares dispuestos en ovillo, rodeados por un espacio ópticamente negativo (glomérulos). En base a estos datos, hacemos diagnóstico de riñón. Diagnóstico de lesión: A gran aumento, y en primer lugar, se puede observar que la mayoría de los glomérulos se encuentran conservados (no hay glomerulitis). Por otro lado, si bien algunos pocos túbulos se encuentran preservados, la mayoría muestra diversos grados de lesión. Además de una extensa pérdida de los mismos, los remanentes se encuentran atróficos, debido a que se distingue disminución del tamaño, con aplanamiento del epitelio cúbico normal y aumento de la luz. En algunos también podemos encontrar cilindros hialinos constituidos probablemente por material proteináceo. El intersticio muestra diversos cambios. Lo que se observa predominantemente, es un extenso infiltrado inflamatorio intersticial a predominio mononuclear; y en otros sectores se aprecian formaciones redondeadas u ovoides, donde pueden distinguirse un centro y una periferia. El centro está constituido elementos celulares de variada morfología y por escaso material amorfo acidófilo en algunos sectores, que podría corresponder a necrosis. En cuanto a las células, se distinguen numerosas de aspecto epitelioide, entremezcladas con elementos linfocitarios y células gigantes multinucleadas de citoplasma abundante y acidófilo. Es llamativa la disposición periférica o “en herradura” de los núcleos en la mayoría de las células gigantes, lo que nos recuerda al aspecto de la célula gigante tipo Langhans. Todo este conjunto de elementos, se encuentra finalmente rodeado por una corona de elementos mononucleares, que podría tratarse de un infiltrado linfoplasmocitario, junto con algunos fibroblastos. Esta última estructura, junto con la abundancia de células gigantes tipo Langhans, es compatible con un granuloma inmunitario. En algunos sectores del intersticio, se observa la presencia de depósitos acidófilos fibrilares, compatibles con fibrosis. Por último, losvasos se muestran congestivos, y con engrosamiento parietal a expensas de un incremento de la túnica muscular, lo que podría deberse a arterioesclerosis. Claramente, este conjunto de lesiones nos están hablando de un proceso inflamatorio subagudo o crónico del parénquima renal, el cual es a predominio tubulointersticial, con severa afectación, por lo que deducimos se trata de una pielonefritis subaguda o crónica (pero no “tan crónica”, ya que no abunda la fibrosis). La presencia de granulomas inmunitarios con necrosis, detritus, epitelioides y células gigantes de Langhans, nos hace pensar en una inflamación de origen infeccioso. Sin embargo, faltan datos para poder confirmar el diagnóstico… La biopsia sola, teñida con H&E, únicamente sirve para tener una sospecha, ya que este patrón puede estar dado varios agentes (como M. tuberculosis, Histoplasma capsulatum, Paracoccidioides brasiliensis, etc.). ¿Cómo confirmo? Utilizando técnicas especiales Ziehl-Neelsen (vería BAAR dentro de los macrófagos), Grocott o PAS (vería levaduras), etc. TUBERCULOSIS MILIAR EXUDATIVA EN PULMÓN (29): Diagnóstico de órgano: en el preparado se observan escasas áreas conservadas, que nos permiten reconocer el tejido de un órgano parenquimatoso, constituido por múltiples espacios irregulares ópticamente negativos y separados por septos o tabiques de tejido conectivo, tapizados por epitelio plano simple. Gracias a estas características, es que podemos hacer diagnóstico de tejido pulmonar, y dichos espacios corresponden a cavidades alveolares. En algunos sectores se observan estructuras tubulares de diámetro variable, cuya luz se encuentra tapizada por una mucosa de epitelio seudoestratificado, seguida de una delgada túnica de fibras musculares lisas, y nódulos asilados constituidos por células cúbicas o poliédricas agrupadas en pilas de monedas, de citoplasma claro (condrocitos), inmersas en una sustancia hialina homogénea (nódulo cartilaginoso). Estas estructuras corresponden a bronquios, y certifican el diagnóstico de pulmón [no se ven en la imagen]. Diagnóstico de lesión: el parénquima se encuentra ocupado difusamente por múltiples lesiones, aisladas o más a menudo confluentes, constituidas por un material amorfo heterogéneo y eosinófilo, pero con una marcada tinción basófila irregular y difusa sobre el fondo eosinófilo. Este patrón nos recuerda a la apariencia de la necrosis caseosa, ya que tiene el típico aspecto de “necrosis sucia”, donde la eosinofilia correspondería a la masa necrótica, debida a la gran pérdida de los límites celulares, detritus celulares y pérdida de la estructura normal; y donde la basofilia estaría dada por restos nucleares dispersos, a modo de “polvillo nuclear”. Tanto en las áreas de necrosis como en su periferia inmediata, se detectan numerosos histiocitos, leucocitos mononucleares y edema. Acompañando a la lesión, se observan áreas dilatadas con septos destruidos (enfisema), numerosos elementos leucocitarios (infiltrado inflamatorio), histiocitos (algunos con pigmento antracótico y depósitos irregulares de material proteináceo, que podría corresponder a exudados fibrinosos. Asimismo, se observa que este material caseoso se extiende hacia el interior de alvéolos vecinos más preservados. Por otro lado, en algunos sectores se ve de forma inconstante y menos frecuente, áreas ocupadas por finas bandas acidófilas, que podrían corresponder a fibrosis, quizás debido a un proceso reparativo (tendencia a la organización). Algunas de estas zonas de fibrosis se disponen alrededor de acúmulos de elementos leucocitarios, histiocitos y células epitelioides, con escasa necrosis caseosa central. También se observan ocasionales células gigantes multinucleadas tipo Langhans. Estas estructuras claramente son granulomas, pero su escasa presencia en comparación con la abundancia de focos necróticos, nos hace inferir que se trata de un cuadro predominantemente EXUDATIVO (no productivo). El diagnóstico sólo es presuntivo (al igual que el preparado anterior, para confirmar hace falta usar tinciones especiales), pero la morfología de múltiples lesiones focales exudativas en pulmón, es muy indicativo de un cuadro de TBC miliar exudativa pulmonar. BLASTOMICOSIS PULMONAR (PARACOCCIDIOIDOMICOSIS) (116): Diagnóstico de órgano: el preparado corresponde a un órgano macizo, que presenta claramente una lesión difusa en todo su parénquima, detectándose escasas características conservadas que nos permitan hacer diagnóstico de órgano. Sin embargo, pueden identificarse en la vista panorámica múltiples cavidades o espacios ópticamente negativos irregulares (tapizados por epitelio plano a mayor aumento), separados por tabiques o septos, y esto nos permitiría inferir diagnóstico de pulmón. Otros datos que apoyan al diagnóstico, es la presencia de algunas estructuras vasculares (luces circunscriptas, revestidas por una monocapa de células planas, tejido conectivo y tejido muscular). Diagnóstico de patología: A simple vista podemos observar que el tejido pulmonar muestra un marcado ensanchamiento de los tabiques alveolares, con presencia de capilares congestivos. Algunos sectores muestran amplias áreas de ruptura septal con dilatación alveolar (enfisema). A mayor aumento, se identifican áreas de edema junto con vasos intensamente congestivos (ya que están repletos de hematíes). También puede observarse focos dispersos de infiltrado celular mononuclear en algunos sectores y células gigantes. Estos elementos apoyan el diagnóstico de inflamación parenquimatosa. En cuanto a los espacios alveolares, los mismos se ven ocupados parcial o totalmente por detritus celulares (que podrían corresponder a desprendimiento del epitelio neumonocitos), material inflamatorio (células mononucleares y exudado fibrinoso material amorfo acidófilo), y gran cantidad de macrófagos, algunos gigantes y otros con pigmento antracótico. Pero más llamativa es la presencia de múltiples elementos esféricos, levaduriformes, pequeños, ópticamente negativos, dispersos dentro de las luces alveolares, o dentro de los macrófagos. Estos elementos también se ven en algunos sectores del parénquima, pero dentro de células gigantes. Estos datos apoyan el diagnóstico de una neumonía infecciosa producida por un agente fúngico. Si observamos con gran detenimiento, algunas levaduras pueden mostrar gemación múltiple externa, lo que nos haría pensar en Paracoccidioides brasiliensis. Para orientar la presencia del hongo, se utilizan tinciones especiales (como PAS o Grocott), pero para confirmar es fundamental el cultivo. TRIQUINOSIS EN LENGUA DE RATA (98): Diagnóstico de órgano: el preparado corresponde a un órgano macizo cuyo parénquima está constituido por numerosas células de citoplasma acidófilo claro, con pequeños núcleos periféricos. Dichas células se disponen en una serie de fascículos rodeados por tejido conectivo y algunos elementos vasculares. Por la morfología, inferimos que el tejido corresponde a músculo estriado o esquelético, cuyas células y fascículos fueron seccionados transversalmente. No obstante, únicamente con estos datos, no podemos saber de qué músculo en particular se trata (no decir lengua de una, faltan elementos para decir que eso es lengua). Diagnóstico de lesión: El tejido se encuentra afectado por múltiples lesiones focales, de morfología particular… En primer lugar, se trata de estructuras ovoideas o elípticas, circunscritas, que exceden el diámetro de las células musculares, y tienen aspecto quístico. Desde afuera hacia adentro, observamos primero una vaina o cápsula, homogénea, lisa y PAS +. Luego un material proteináceo amorfo en cuyo interior se observan elementos de variable morfología, pero que podemos inferir se trata de un único elemento cilíndrico que fue seccionado de varias formas (transversales, longitudinales y oblicuas). Rodeando a algunas de estas lesiones, observamos áreas de edema, infiltradoinflamatorio a predominio mononuclear, y atrofia muscular (células más adelgazadas en las adyacencias del quiste). Este aspecto, y apoyándonos en el diagnóstico de músculo estriado, nos hace pensar que estamos frente a quistes de Trichinella spiralis. La larva cilíndrica del nematodo fue seccionada como mencionamos anteriormente. PIEL CON LEPRA (26): Diagnóstico de órgano: se ve un órgano macizo, conformado por diversos tejidos, dispuestos en tres capas principales. La capa más superficial (epidermis), que tapiza al órgano, está compuesta por epitelio pavimentoso estratificado y cornificado (queratinizado), ya que se aprecia una delgada banda acidófila cubriendo la túnica más superficial (córnea). El epitelio se presenta interrumpido por múltiples invaginaciones con luz central, revestidas también por epitelio estratificado, y que además aparecen seccionadas transversalmente en los tejidos más profundos (raíz de pelos y folículos pilosos). La capa intermedia (dermis), es la más afectada, pudiendo identificarse escasas estructuras conservadas. Entre estas últimas podemos destacar lo que aparenta ser tejido conectivo con bandas de colágeno y elementos vasculares. Ocasionalmente se observan unas estructuras a modo de conglomerados saculares formados por células claras y poligonales con núcleo central (glándulas sebáceas); y otras ovoideas de constitución laminar o en catáfilas de cebolla, de aspecto rosado pálido y múltiples núcleos concéntricos (filetes nerviosos). Por último, la capa más profunda (hipodermis) está constituida principalmente por tejido adiposo, ya que se observan múltiples lobulillos de células en anillo de sello (adipocitos). En base a estos datos, el órgano descrito es compatible con un corte de piel. Diagnóstico de lesión: la piel de este preparado muestra claramente una lesión difusa, pero que afecta predominantemente a la dermis. Veamos por partes: 1) La epidermis presenta un aspecto atrófico, ya que se ve extensamente adelgazada, y hay pérdida de las papilas dérmicas. Esto podría deberse a la alteración que se observa en la dermis, la cual podría haber afectado la irrigación e inervación de la epidermis. Inmediatamente por debajo de la capa basal del epitelio, llama la atención la presencia de una fina banda acidófila homogénea que la separa de la dermis subyacente (banda de “contención” o zona de Grenz). 2) La dermis aparece con una severa afectación difusa, en forma de densos infiltrados mononucleares que aparentemente produjeron un engrosamiento de la misma. La infiltración celular llamativamente se da en forma de estructuras similares a granulomas, pero que carecen de la morfología concéntrica típica, sino que son de bordes más imprecisos, confluyentes, y sin necrosis central. Los mismos se extienden hasta el tejido adiposo de la hipodermis, y están constituidos por abundantes linfocitos, y células más grandes con el citoplasma vacuolado, dándoles el aspecto de células espumosas (células de Virchow). Ocasionalmente, se observan células redondeadas, de un tamaño aún mayor, núcleo oval central o periférico, y citoplasma claro, probablemente debido a la confluencia de múltiples vacuolas (son los Globi en los macrófagos cargados de bacilos). El tejido conectivo remanente de la dermis, que separa estos infiltrados inflamatorios, muestra bandas acidófilas densas (colágeno) compatibles con fibrosis. El infiltrado inflamatorio además rodea vasos congestivos en algunos sectores (perivascular), y también filetes nerviosos (perineural) y glándulas sebáceas. 3) La hipodermis, como dijimos, aparece infiltrada por células inflamatorias y presenta vasos congestivos. Estas lesiones, por la morfología y la ubicación, nos hacen sospechar un caso de lepra de larga evolución. El diagnóstico inequívoco de lepra se sustenta en la presencia de las mencionadas células aumentadas de tamaño y citoplasma claro, que serían macrófagos cargados de bacilos, formando así los llamados Globi. Para confirmar deberíamos recurrir a técnicas de tinción especiales, como Ziehl-Neelsen, que delatarían los BAAR dispuestos aisladamente o en conglomerados (Globi) dentro de las células. Por último, la presencia de estas células, y los densos infiltrados que no forman granulomas verdaderos, nos permiten sospechar un cuadro de lepra lepromatosa, anérgica o multibacilar, o un cuadro limítrofe cercano a este polo. TRABAJO PRACTICO 6: PATOLOGIA GENETICA Y DEL DESARROLLO - PATOLOGIA AMBIENTAL - ENVEJECIMIENTO Y GRUPOS ETAREOS PULMÓN CON SILICOSIS (189/211): Diagnóstico de órgano: en la vista panorámica, se reconoce el corte de un tejido macizo cuyo parénquima está constituido por tabiques o septos de tejido conectivo, de disposición poligonal, que encierran espacios ópticamente negativos de tamaño variable (espacios alveolares). En base a estos datos afirmamos que el tejido corresponde a pulmón. Diagnóstico de lesión: los tabiques alveolares se muestran adelgazados, y con extensas áreas de ruptura que llevan a la dilatación de los espacios aéreos, lo que es compatible con áreas de severo enfisema. Otros cambios apreciables, son vasos congestivos, repletos de hematíes, y numerosas células agrupadas con pigmento granular negruzco, compatibles con áreas de antracosis. En algunos sectores del preparado, podemos observar que el parénquima normal fue reemplazado por lesiones nodulares, bien circunscriptas, pero confluyentes, y de tamaños variables. Dichas lesiones presentan una coloración acidófila pero heterogénea. A poco aumento, podemos observar que las regiones más periféricas son intensamente acidófilas, mientras que los centros son más claros. A mayor aumento, la periferia muestra bandas acidófilas compactas, que podrían corresponder a una cápsula o envoltura de fibrosis con colágeno denso, y depósitos de pigmento antracótico. Los centros son acidófilos más pálidos y homogéneos, con bandas colágenas concéntricas, y ocasionalmente se ven focos de reblandecimiento central, probablemente debidos a necrosis. Estos cambios son compatibles con nódulos silicóticos, pero para confirmar deberíamos utilizar técnicas como microscopía de luz polarizada, que delataría la birrefringencia de los cristales de sílice en el interior de los nódulos. RETINOBLASTOMA (210): Diagnóstico de órgano: [la siguiente descripción corresponde al preparado real, no al de la foto del CD] En la vista panorámica se aprecia el corte anteroposterior de un órgano globular, con una pared constituida por tres túnicas principales. De afuera hacia adentro, la primera es una túnica amplia, acidófila, laminar (esclerótica). A continuación, una túnica más delgada (coroides), pigmentada, con estructuras vasculares (espacios negativos). Por último, la túnica más interna está compuesta por múltiples capas, algunas nucleadas y otras de aspecto fibrilar desprovistas de núcleos, que le dan un aspecto llamativo (retina). Esta última capa, presenta amplias zonas de desprendimiento, que puede deberse a la lesión o a un artificio de técnica. Por la morfología, podemos afirmar que el preparado corresponde a globo ocular, y que la pared está constituida de afuera hacia adentro por la esclerótica, la coroides y la retina. Hacia adelante, la esclerótica se continúa con la córnea, que se muestra como una capa convexa que cubre la cámara anterior. Por detrás, el iris que se continúa desde la coroides, y separa la cámara anterior de la posterior. Entre la cámara posterior y la cámara del vítreo, se aprecia el cristalino, que se ve como una estructura elipsoide finamente acidófila. Diagnóstico de lesión: en la vista panorámica, la lesión se presenta como una masa amorfa anormal ocupando la cámara del vítreo, y parece continuarse con la retina (deriva de ésta). La misma es de tinción intensamente basófila y puntiforme (las células del tumor), presenta áreas irregulares acidófilas (es la necrosis), y espacios ópticamente negativosamplios e irregulares, que aparentan ser áreas de ruptura, probablemente por la técnica. A mayor aumento, observamos que la esclerótica y la coroides se encuentran conservadas. La primera constituida por bandas colágenas onduladas con núcleos fusados dispersos (fibroblastos), y la última por tejido conectivo colágeno laxo, en el cual se hallan múltiples estructuras vasculares de luz amplia y pared fina (venas coroideas), y células hiperpigmentadas (cromatóforos). La retina se encuentra parcialmente conservada: en primer lugar, existen grandes áreas de desprendimiento entre la primera capa (capa de células pigmentadas) que permanece adherida a la coroides; y la segunda (capa de conos y bastones). En contigüidad a la capa de conos y bastones y sucesivamente, se observan la limitante externa (fina banda acidófila), la nuclear externa (núcleos de conos y bastones), la plexiforme externa (malla fibrilar acidófila, sinapsis entre fotorreceptores y neuronas bipolares), la nuclear interna (núcleos de bipolares, amacrinas, y de Müller), la plexiforme interna (sinapsis entre bipolares, amacrinas, Müller y ganglionares) y la ganglionar. Las últimas capas no se reconocen (capa de fibras nerviosas y limitante interna), sino que desde la ganglionar parece surgir directamente la lesión de aspecto neoplásico. A gran aumento, podemos observar que dicha neoplasia está constituida por un parénquima compuesto por múltiples células monomorfas, de aspecto primitivo, pequeñas, redondeadas, con escaso citoplasma y gran núcleo central hiperbasófilo. Las mismas están dispuestas en capas o láminas, y algunas tienden a agruparse en hilera alrededor de espacios ópticamente negativos revestidos por endotelio (seudorrosetas vasculares). Otras tienden a agruparse alrededor de espacios acidófilos (rosetas de Homer-Wright), y ocasionalmente se disponen alrededor de espacios negativos revestidos por una fina banda acidófila (rosetas verdaderas de Flexner-Wintersteiner). Por último, pueden observarse extensas áreas irregulares, acidófilas, homogéneas y acelulares, que corresponderían a focos de necrosis. En base a estos datos, podemos concluir que el preparado corresponde a un retinoblastoma con tendencia a la diferenciación (debido a la existencia de rosetas verdaderas). CARCINOMA EPIDERMOIDE BRONCOGÉNICO (130): Diagnostico de órgano: el preparado corresponde a la sección de un órgano parenquimatoso, en el que se observa una severa alteración de la histoarquitectura, con muy escaso tejido remanente que nos permita hacer diagnostico de órgano. Sin embargo, en las áreas más conservadas pueden identificarse espacios ópticamente negativos rodeados por septos (alveolos y tabiques), que nos permitirían inferir se trata de tejido pulmonar. Otros datos que apoyan en diagnóstico, son la presencia de nódulos ovoides circunscriptos, constituidos por una matriz hialina clara y homogénea (sustancia fundamental cartilaginosa), en la cual se hallan células aisladas o en grupos, poligonales, de núcleo central y citoplasma abundante, dispuestas dentro de una pequeña cavidad (lagunas cartilaginosas o condroplastos). Dichas células nos recuerdan a condorcitos, por lo que inferimos se trata de tejido cartilaginoso. También se observan elementos vasculares, con hematíes en su interior (posible congestión). Diagnostico de lesión: por la morfología de la lesión, variedad de formas anormales y masas amorfas difusas, podemos intuir que se trata de una neoplasia maligna. En primer lugar, los nódulos cartilaginosos corresponderían a la pared de un bronquio, cuyo epitelio seudoestratificado normal aparenta estar reemplazado por epitelio pavimentoso estratificado, lo que nos hace pensar en un foco de metaplasia escamosa (probablemente debido al tabaco). Asimismo, el epitelio presenta variable grado de displasia, ya que se ve elevado número de mitosis, pérdida de la uniformidad celular y de la polaridad. En continuidad, el estroma de la submucosa muestra numerosos sectores de infiltración por células poliédricas, de citoplasma acidófilo, con variable grado de atipía, pleomorfismo celular y nuclear, y figuras mitóticas. Estos focos infiltrantes se extienden y ocupan el resto del parénquima adyacente, en forma de cordones irregulares y nidos celulares de tamaño variable, que distorsionan la histoarquitectura normal. Son frecuentes también los focos de necrosis (sectores acidófilos acelulares y amorfos) e infiltrados inflamatorios aislados. La sumatoria de estos datos es compatible con un carcinoma epidermoide invasor. Por último, cabe mencionar la presencia de unas lesiones a modo de depósitos o acúmulos nodulares y acidófilos, rodeados por células poliédricas, de disposición arremolinada, que corresponderían a perlas córneas. El centro es de queratina, y representan áreas de diferenciación. TRABAJO PRACTICO 7: NEOPLASIAS LEIOMIOMA UTERINO (36): Diagnóstico de órgano: el corte de este preparado corresponde a un órgano macizo, donde la mayor parte del parénquima está constituida por células fusiformes, de núcleo ahusado y citoplasma acidófilo, que se disponen en fascículos o haces dispuestos en distintas direcciones (porque se ven secciones transversales y longitudinales de los mismos), y separados por bandas de tejido conectivo con algunas estructuras vasculares. Por su aspecto podemos afirmar que se trata de músculo liso, y por la abundancia y disposición de los haces, inferimos que el preparado corresponde a pared de útero, ya que el miometrio es la única estructura de la economía que con tal densidad de haces musculares lisos. Diagnóstico de lesión: en la vista panorámica, el sector alterado del preparado aparece como una lesión circunscripta, nodular, bien delimitada, que presenta un plano de clivaje respecto al tejido normal circundante, determinando así un espacio ópticamente negativo en el corte (dicho plano puede ser por artificio de técnica). Si bien es algo homogénea, su tinción es levemente más basófila que el tejido normal. Esta masa anormal de tejido podría corresponder a una neoplasia, por sus características. A mayor aumento, podemos denotar que el parénquima de esta masa tumoral está compuesto por células de aspecto muscular liso, muy similares a las del tejido normal circundante. Es decir, son fusiformes, pero con mayor densidad citoplasmática y nuclear, lo que explicaría el aspecto más basófilo de la lesión en comparación con el resto del tejido. Es llamativa la disposición arremolinada y más caótica de los haces musculares, orientados en múltiples direcciones. Adicionalmente, entre las fibras se observan ocasionales leucocitos mononucleares. En base a estos datos, sumado a que la lesión presenta buena diferenciación celular y no se identifican abundantes mitosis, podemos inferir que se trata de un leiomioma uterino. El aspecto benigno se sustenta en los datos anteriores, y además en la ausencia de pleomorfismo celular y nuclear, y de infiltración. SARCOMA MIOBLÁSTICO DE ESTÓMAGO (146): Diagnóstico de órgano: en la vista panorámica se aprecia el corte de un órgano cuyo tejido se encuentra severamente afectado por una lesión parenquimatosa, difusa, amorfa y voluminosa, que no nos permite identificar sectores conservados para diagnosticar órgano. No se observa mucosa ni luz, por lo que no podemos aseverar se trate de un órgano hueco. Tampoco vemos tejidos que sean fielmente compatibles con algún órgano macizo de la economía. A mayor aumento, los únicos elementos conservados escasos, corresponden a bandas fasciculadas, interconectadas, aparentemente compuestas por músculo liso porque se ven células ahusadas de citoplasma acidófilo y núcleos centrales de bordes romos, dispuestas en haces. También se observa tejido adiposo (no se ve en esta foto, está en el preparado real) y algunos elementos vasculares rellenos de hematíes. Con estos datos podemos sospechar que se trata de la pared de una víscerahueca, y estaríamos observando la muscular propia. Diagnóstico de lesión: como dijimos antes, el parénquima normal del tejido se encuentra reemplazado por una masa anormal y voluminosa de tejido, que parece infiltrarlo y está rodeada por algunos haces musculares lisos conservados. De hecho, la mayor parte del preparado corresponde a esta masa, que por la apariencia podemos inferir se trata de una neoplasia. A poco aumento notamos que la apariencia es heterogénea y sus límites imprecisos. A mayor aumento, observamos un parénquima constituido por múltiples células, con signos de atipicidad (malignidad). Principalmente, es claro el pleomorfismo celular y nuclear: algunos sectores del parénquima están constituidos por células ahusadas o fusiformes de distintos tamaños, con citoplasma acidófilo y núcleo en forma de cigarro con la cromatina marginal (borde nuclear hipercromático y centro pálido); algo similar al músculo liso normal, pero disponiéndose en haces irregulares que llevan distintas direcciones. La anisocitosis y anisocariosis son evidentes, ya que también se observan células de distinto tamaño, algunas gigantes, redondeadas, con núcleos prominentes hipercromáticos (macrocariosis), otras de aspecto primitivo o epitelioide, con escaso citoplasma y núcleo oval central. Por otro lado, es llamativo el número elevado de mitosis, que se ven como figuras nucleares hiperbasófilas; y no es infrecuente la presencia de figuras mitóticas atípicas, sobre todo las multipolares con el característico núcleo “en estallido”. En base a esta información podemos inferir que se trata de un tumor maligno de origen mesenquimal, es decir, un sarcoma. Por el aspecto citológico, correspondería a un leiomiosarcoma pobremente diferenciado, también llamado sarcoma mioblástico (blasto, por el aspecto primitivo de algunas células), aunque sólo es un diagnóstico de sospecha, y es necesario confirmarlo con inmunomarcación (INMUNOHISTOQUÍMICA, marcadores tumorales). A menudo resulta muy difícil saber cuál es el origen de este tumor (a veces sólo con la morfología no alcanza), debido al aspecto primitivo del mismo. Los tumores más frecuentes del mesénquima gastrointestinal se denominan GIST (tumor del estroma gastrointestinal) tumores mesenquimáticos malignos (sarcomas) del tubo digestivo, desde el esófago hasta el recto, que tienen su origen en las células intersticiales de Cajal (marcapasos para el peristaltismo). Son células muy similares al músculo liso, aunque levemente más pálidas, y los GIST suelen ser muy similares a los leiomiosarcomas pobremente diferenciados (conjunto de células fusiformes y epitelioides en haces desorganizados). ¿Cómo hago para diferenciarlos entonces si son tan similares morfológicamente? Para conocer el origen de este tumor (porque lo único que sabemos en un principio es que pertenece al tubo digestivo) es necesario utilizar marcadores (inmunohistoquímica): Por ejemplo: s100: origen ectodérmico Vimentina: marcador de todas las células mesenquimáticas (da positivo tanto en GIST como leiomiosarcoma). Desmina: Marca las fibras musculares (lisas y estriadas). Da positivo en miosarcomas. Actinas músculo-específicas: para diferenciar leiomiosarcomas de rabdomiosarcomas. Todos los GIST son CD34 positivo (marca las células intersticiales de Cajal) y CD117 (c-KIT) positivo. PÓLIPO ADENOMATOSO RECTAL (133/135): Diagnóstico de órgano: el preparado corresponde a la sección transversal de un órgano hueco, que en la vista panorámica muestra una luz y una pared constituida por múltiples capas. La mucosa llamativamente se dispone formando múltiples estructuras glandulares tubulares, que remedan vellosidades y nos recuerdan a los componentes del intestino delgado. Sin embargo, la arquitectura de dichas estructuras tiene un aspecto anormal, con múltiples ramificaciones y aspecto arborescente, por lo que inferimos no se tratan de vellosidades verdaderas. En la profundidad se destacan secciones transversales de lo que aparentan ser criptas (glándulas de Lieberkühn). A mayor aumento, podemos identificar en la superficie una mucosa de tipo intestinal, que en los sectores más conservados está constituida por un epitelio columnar simple con múltiples células caliciformes intercaladas (se las distingue por su región apical ópticamente negativa mucoscretora, y su núcleo basal). Entre las estructuras glandulares y por debajo de las mismas, se observa el corion de la mucosa, formado por tejido conectivo y estructuras vasculares. Subyaciendo a la mucosa, se observa una submucosa, más clara, con múltiples estructuras vasculares, fibroblastos (células ahusadas) y tejido conectivo colágeno. Entre mucosa y submucosa, se observa una fina banda acidófila formada por células musculares lisas, que correspondería a la muscularis mucosae. Claramente se trata de un corte de tubo digestivo, y debido a la ausencia de vellosidades y de glándulas de Brunner, podemos descartar duodeno y yeyuno-íleon, infiriendo entonces intestino grueso. La ausencia de acúmulos linfoides prominentes y de una muscular propia dispuesta en cintillas, nos hace pensar en recto. Diagnóstico de lesión: en la vista panorámica, la lesión se muestra como una masa que crece sobre la mucosa y protruye hacia la luz, de una forma arborescente. La misma está constituida por múltiples estructuras de apariencia glandular, ya que se ven túbulos irregulares con luz central y revestimiento mucoso. Por existir un crecimiento exagerado de las glándulas mucosas del recto, con el aspecto mencionado anteriormente, podemos comenzar a intuir que se trata de una neoplasia polipoide. A mayor aumento, apreciamos que el revestimiento de estas estructuras túbulo-vellosas remeda al epitelio colónico normal. En algunos sectores, como dijimos antes, se encuentra conservado, pero en la mayoría existe pérdida de la uniformidad celular, con múltiples núcleos que conservan la posición basal, pero adquieren aspecto seudoestratificado. La mucosecreción está preservada, ya que la región apical de estas células se ve ópticamente negativa. Estos cambios epiteliales nos estarían hablando de grados variables de displasia, pero no se observan caracteres de atipía (anaplasia). Ocasionalmente se observan figuras mitóticas típicas, y linfocitos intraepiteliales. El corion y la submucosa muestran hipercelularidad, a expensas de que lo que aparenta ser un infiltrado inflamatorio a predominio mononuclear, además de estructuras vasculares repletas de hematíes (congestión). En un sector definido, se aprecia como el tejido submucoso vascularizado se introduce como un tallo en la densidad de estructuras túbulo-vellosas (correspondería al pedículo del pólipo). Recorriendo toda la extensión de la neoplasia, no hay signos de atipía celular ni evidencia de infiltración tumoral del corion ni el pedículo. En base a estos datos, inferimos que el preparado corresponde a una neoplasia benigna, de origen glandular rectal, con focos de displasia e inflamación submucosa, y crecimiento exofítico pediculado, es decir, un adenoma túbulo-velloso polipoide de recto. ADENOCARCINOMA DE COLON (149): Diagnóstico de órgano: se aprecia la sección transversal de un órgano hueco tubular, que en la vista panorámica muestra una luz y una pared constituida por múltiples capas. Si bien presenta extensas áreas de lesión que distorsionan su arquitectura normal, a mayor aumento podemos identificar que la superficie de los sectores más conservados presenta una mucosa de tipo intestinal, tapizada por epitelio columnar simple interrumpido células caliciformes intercaladas. La mucosa se dispone sólo formando criptas (glándulas tubulares) y no vellosidades (por ende descartamos intestino delgado). Por debajo del epitelio, se observa el corion de la mucosa, seguido por una fina banda constituida por haces de fibras musculares lisas (muscularis mucosae), que la limita de la submucosa. Ésta también se encuentra conuna lesión difusa, pero en las áreas más conservadas podemos detectar el tejido conectivo y las estructuras vasculares que la componen. Posteriormente, una túnica amplia compuesta por fibras musculares lisas (muscular propia), con variable grado de lesión. En base a estos datos, podemos determinar que el corte corresponde a un sector de tubo digestivo, que por sus características es compatible con intestino grueso. Diagnóstico de lesión: en la mucosa colónica podemos identificar dos sectores bien delimitados: a) Uno correspondería a las regiones más preservadas, donde el epitelio de revestimiento de las criptas (que aparentan estar multiplicadas) es de apariencia normal, pero sin embargo se pueden ver áreas con pérdida de la uniformidad celular y multiplicación de los núcleos, aunque conservan su disposición basal. La mucosecresión se encuentra preservada (vacuolas apicales claras). También se aprecian ocasionales figuras mitóticas. Estos cambios son compatibles con focos de displasia. b) Un sector importante de la mucosa, bien definido, está reemplazado por una extensa proliferación celular, que crece desordenadamente remedando estructuras glandulares, pero anormales. A gran aumento podemos observar que las células se agrupan formando acúmulos o nidos irregulares, y presentan un alto grado de pleomorfismo, pérdida de la uniformidad y de la polaridad, y abundantes figuras mitóticas atípicas (por ejemplo, se ven núcleos “en estallido”). La mayoría de las estructuras que remedan glándulas, además de la anisocitosis, anisocariosis y mitosis atípicas, muestran pérdida de la mucosecreción y áreas centrales con necrosis (masas acidófilas amorfas). Estos signos son compatibles con malignidad y pobre diferenciación, y corresponderían a un adenocarcinoma de colon (cáncer epitelial con diferenciación glandular). El corion muestra un denso infiltrado celular a predominio mononuclear, ocasionales vasos congestivos y áreas de hemorragia. La submucosa también presenta infiltrado inflamatorio y áreas de congestión. Más llamativo aún, es la presencia de nidos irregulares infiltrando la túnica muscular propia. Los mismos están compuestos por un parénquima de células atípicas que se disponen remedando glándulas, como las observadas en la mucosa. También hay reacción inflamatoria circundante. Este cambio marca inequívocamente a la neoplasia como maligna, ya que la misma ya se encuentra invadiendo la pared del órgano (adenocarcinoma invasor). LINFANGITIS CARCINOMATOSA EN PULMÓN (50): Diagnóstico de órgano: en la vista panorámica, se reconoce el corte de un tejido macizo cuyo parénquima está constituido por tabiques o septos de tejido conectivo, de disposición poligonal, que encierran espacios ópticamente negativos de tamaño variable (espacios alveolares). En base a estos datos afirmamos que el tejido corresponde a pulmón. Diagnóstico de lesión: algunos sectores del parénquima muestran engrosamiento de septos con presencia de vasos congestivos repletos de hematíes. También se aprecian acúmulos hialinos homogéneos ocupando la luz alveolar de algunos sectores, compatibles con edema intraalveolar. No son infrecuentes los sectores de enfisema, que se ven como dilataciones del espacio aéreo con ruptura de septos. Llama la atención la presencia de un número de estructuras nodulares algo voluminosas, rodeadas de un espacio ópticamente negativo, que a gran aumento vemos están constituidas por células poliédricas, de citoplasma claro acidófilo, con núcleos grandes y vesiculosos. Estas células de aspecto epitelial, además manifiestan variable grado de pleomorfismo y atipía. Los centros presentan reblandecimiento y necrosis (focos centrales acidófilos irregulares). Claramente se trata de neoplasias malignas de origen epitelial (carcinoma). El espacio negativo que rodea a dichos nidos, esta tapizado células planas de aspecto endotelial. Estos datos, más la morfología de nódulos discontinuos circunscriptos, apoyan el diagnóstico de metástasis intrapulmonares de un carcinoma. Por inferir que se trata de un carcinoma, podemos intuir que los nidos se hallan alojados dentro de vasos linfáticos a modo de émbolos tumorales (los carcinomas utilizan más esta vía que la hematógena, además no se ven hematíes en la luz ni pared muscular rodeando al endotelio son linfáticos). Rodeando a estas lesiones, se aprecian focos aislados de infiltrado inflamatorio a predominio mononuclear, congestión y edema (linfangitis). ¿Cuál es el tumor primario? Sólo con la morfología no podemos saberlo, debemos recurrir a inmunohistoquímica y otros estudios complementarios, por ej. podría tratarse de un carcinoma de mama.
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