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FARMACOLOGÍA II QUINOLONAS M. V. Ventriglia, E. A. Vives, D. Medvedovsky, M. Poggi y R. Rothlin 2014 2 QUINOLONAS Introducción Las quinolonas pertenecen a los antimicrobianos que alteran la síntesis de ADN bacteriano. El desarrollo de esta clase de fármacos comenzó en el año 1962 con la identificación del ácido nalidíxico. Esta droga, junto con el ácido oxolínico y la cinoxacina constituyen el grupo de las quinolonas no fluoradas, de escasa utilidad clínica en la actualidad debido a su actividad limitada a bacterias Gram negativas aerobias, a las bajas concentraciones plasmáticas (solo alcanzan concentraciones útiles en orina) y al rápido desarrollo de resistencia, por lo que han caído en desuso. La producción de derivados fluorados, comenzando con la Norfloxacina y la Ciprofloxacina, llevó al desarrollo de una gran cantidad de fármacos caracterizados por ser de mayor espectro, tener elevada biodisponibilidad oral, amplia distribución tisular, relativamente pocos efectos adversos y presentar menor desarrollo de resistencia. Sin embargo, con algunos de estos agentes más nuevos se han asociado toxicidades. A este grupo de drogas, llamadas Fluoroquinolonas es al que está dedicado este capítulo. A modo de ejemplo, y para ilustrar la gran cantidad de drogas desarrolladas hasta el momento se enumeran las quinolonas fluoradas que actualmente se encuentran en uso. Norfloxacina Ciprofloxacina Levofloxacina Ofloxacina Pefloxacina Moxifloxacina Enoxacina Gracias a la farmacovigilancia que se realiza tras la comercialización de las distintas quinolonas, se detectaron efectos adversos raros y potencialmente fatales con algunas de ellas, por lo que fueron retiradas del mercado: Lomefloxacina y esparfloxacina, debido a fototoxicidad y prolongación del QTc. Gatifloxacina, debido a un aumento en la frecuencia de hipoglucemia e hiperglucemia. Temafloxacina, debido a anemia hemolítica autoinmune. Trovafloxacina, debido a reportes de insuficiencia hepática. Grepafloxacina, debido a eventos cardiovasculares fatales y casos de torsade des pointes. Clinafloxacina, debido a fototoxicidad. Gemifloxacina, debido a la aparición de erupciones cutáneas. Mecanismo de acción 3 Las quinolonas son la única clase de agentes antimicrobianos de uso clínico que son inhibidores directos de la síntesis del ADN bacteriano. Para llegar al sitio blanco las quinolonas deben atravesar la membrana externa de las bacterias Gram negativas a través de canales en la membrana externa llamados Porina F (Figura 1). Una vez dentro de la bacteria las quinolonas ejercen su efecto bactericida impidiendo la síntesis de ADN al inhibir la acción de las enzimas ADN girasa y Topoisomerasa IV. Figura 1: Ingreso a la bacteria y sitio de unión de las quinolonas Las moléculas de ADN están formadas por una doble cadena de nucleótidos, enrolladas una alrededor de la otra en forma helicoidal. En la naturaleza las moléculas de ADN son circulares y para formar estos círculos la doble hélice tiene que enrollarse en una nueva espiral (superhélice), de sentido contrario a las hélices primarias. Las cadenas de las moléculas de ADN deben separarse para poder replicarse o transcribirse. Para que las dos cadenas se puedan separar, deben desenrollarse y la superhélice debe enrollarse en sentido contrario. Para efectuar estos cambios es necesario efectuar cortes en las cadenas de nucleótidos y luego unirlas nuevamente. La ADN girasa es una enzima bacteriana dependiente de ATP, que cataliza la fractura y sellado de las cadenas de ADN (Figura 2). La Topoisomerasa IV es la enzima encargada de separar las moléculas de ADN hijas que se producen como resultado de la replicación del ADN (Figura 3). Para la mayoría de las bacterias Gram negativas, como E. coli, la ADN girasa es el principal sitio de acción. Consta de 4 subunidades, dos A (que catalizan las reacciones de fractura y sellado) y dos B con actividad de ATPasa. Las quinolonas se unen a la subunidad A inhibiéndola y, por lo tanto, inhiben la síntesis de ADN de plásmidos y cromosomas. Para la mayoría de las bacterias Gram positivas, como el S. aureus, la Topoisomerasa IV es el principal sitio blanco de las quinolonas. Porina 4 Figura 2: Acción de la ADN girasa sobre el ADN Figura 3: Acción de la Topoisomerasa IV sobre el ADN 1 2 3 4 1 2 3 4 5 5 Está compuesta por 4 subunidades: 2 subunidades C y 2 subunidades E. Las quinolonas aumentarían la actividad de escisión e inhibirían la actividad de religadura del ADN catalizadas por la Topoisomerasa IV. Estas acciones estarían mediadas por la inhibición de la actividad de ATPasa de la enzima. En definitiva, las quinolonas se unen al complejo que forman cada una de estas enzimas con el ADN, bloqueando el progreso de la replicación. Esta acción da lugar a daños en el ADN bacteriano y muerte de las células bacterianas. Por lo tanto, las fluoroquinolonas son agentes bactericidas. Además, las quinolonas tienen un efecto post antibiótico (como los aminoglucósidos) que parece ser relevante. Mecanismos de resistencia: Dada su potente actividad contra especies Gram negativas, la buena actividad de algunas de las fluoroquinolonas contra Gram positivas, el desarrollo de nuevos compuestos con actividad antianaerobios y su disponibilidad tanto por vía oral como parenteral, las quinolonas son en la actualidad ampliamente utilizadas en la práctica médica, situación que ha hecho emerger un número importante de especies resistentes. Se cree que la probabilidad de desarrollar resistencia a las quinolonas está relacionada con la intensidad y la duración de la terapia. La resistencia puede ocurrir por distintos mecanismos, a través de mutaciones en cromosomas o plásmidos (Figura 4). Las mutaciones cromosómicas generan: Alteración en el sitio blanco: por mutaciones en la subunidades A y B de la ADN girasa, así como en las subunidades E y C de la topoisomerasa IV. Alteración de los mecanismos de permeabilidad: a través de la regulación de la expresión de bombas de eflujo en la membrana citoplasmática o de proteínas que constituyen los canales de difusión a través de la membrana externa. Ambos mecanismos están involucrados en la resistencia a las quinolonas. La disminución de la entrada del antibiótico a la célula ha sido observada en Gram negativos, los que presentan mutaciones en las porinas de membranas. En las bacterias Gram positivas, en cambio, se ha observado aumento del flujo hacia el exterior. Las mutaciones en genes que codifican para determinadas proteínas de transporte aumentarían la salida del antibiótico de la bacteria a través del estímulo de su síntesis o mutaciones en los genes represores de su expresión. La resistencia mediada por plásmidos a las fluoroquinolonas ha sido reportada en algunas cepas de Klebsiella pneumoniae, Escherichia coli, Enterobacter y otras bacterias entéricas debido a la expresión de una de varias proteínas Qnr codificadas por plásmidos, que aparecen para proteger la ADN girasa de la acción de las quinolonas. Los plásmidos que codifican proteínas Qnr producen bajo nivel de resistencia a las quinolonas, pero también suelen causar resistencia a otras clases de antibióticos y se han encontrado mutaciones cromosómicas adicionales, las que resultan en resistencia de alto nivel a las quinolonas junto con multirresistencia. La acumulación de mutaciones puede resultar en cepas altamente resistentes. Otros dos mecanismos de resistencia mediada por plásmidos se han descrito más 6 recientemente y, como la resistencia mediada por Qnr, están ligados a otros genes de resistencia a antibióticos en el mismo plásmido. Por ejemplo, la mutación de un gen codificado por plásmidos, modificó una acetiltransferasa de aminoglucósidos, esto generó un bajonivel de resistencia a la ciprofloxacina y un alto nivel de resistencia a tobramicina y amikacina. Esta variante de la enzima está presente en bacterias Gram negativas entéricas tales como E. coli, Klebsiella spp, y Enterobacter spp. En otro ejemplo, la expresión de bombas de eflujo codificadas por plásmidos, (QepA y OqxAB) genera la expulsión de fluoroquinolonas tales como norfloxacina y ciprofloxacina fuera de la célula. Este mecanismo confiere resistencia de bajo nivel. Figura 4: Mecanismos de resistencia a las quinolonas Actividad antibacteriana: Las fluoroquinolonas son potentes agentes bactericidas contra E. coli y varias especies de Salmonella, Shigella, Enterobacter, Campylobacter y Neisseria. La ciprofloxacina es más activa que la norfloxacina frente a P. aeruginosa. Las fluoroquinolonas también tienen buena actividad contra estafilococos, pero no frente a cepas resistentes a la meticilina. La actividad contra los estreptococos se limita a levofloxacina y moxifloxacina. Varias bacterias intracelulares son inhibidas por las fluoroquinolonas en concentraciones que pueden alcanzarse en el plasma, incluyendo especies de Chlamydia, Mycoplasma, Legionella, Brucella, y Mycobacterium (incluyendo Mycobacterium tuberculosis). Ciprofloxacina, ofloxacina y pefloxacina tienen acción sobre M. fortuitum, M. kansasii y M. tuberculosis; En estudios con animales, ofloxacina y pefloxacina resultaron activas contra M. leprae, sin embargo la experiencia clínica contra estos patógenos sigue siendo limitada. Bomba de eflujo ↓ de la permeabilidad Mutación enzimática 7 Entre las fluoroquinolonas disponibles, moxifloxacina tienen actividad contra las bacterias anaerobias. Tras la introducción de las fluoroquinolonas, la resistencia fue aumentando especialmente en Pseudomonas y estafilococos. El aumento de la resistencia a fluoroquinolonas también está siendo observado en C. jejuni, Salmonella, N. gonorrhoeae y S. pneumoniae. Espectro: Por ser las fluroquinolonas más usadas se detalla a continuación el espectro de la ciprofloxacina y de la norfloxacina y su comparación con una quinolona de última generación: Tabla 1: Comparación del espectro entre distintas quinolonas Ciprofloxacina Norfloxacina Moxifloxacina Gram (-) Enterobacterias: E. Coli, Klebsiella, Enterobacter, Proteus mirabilis. Neisseria gonorrhoeae, Pseudomona aeruginosa, Serratia spp. Shigella spp. Salmonella spp. H. ducreyi Enterobacterias: E. Coli, Klebsiella, Enterobacter, Proteus mirabilis. Neisseria gonorrhoeae, Pseudomona aeruginosa, Morganella spp. Shigella spp. Salmonella spp. Vibrio cholerae Enterobacterias: E. Coli, Klebsiella, Enterobacter, Proteus mirabilis. Neisseria gonorrhoeae, Serratia spp. Shigella spp. Salmonella spp. H. ducreyi Gram (+) Staphylococcus aureus meticilino sensible Listeria monocytogenes No es activa Streptococcus pneumoniae, pyogenes y enterococo Staphylococcus aureus meticilino sensible Listeria monocytogenes Anaerobios No es activa No es activa Bacteroides fragilis Micobacterias Mycobacterium tuberculosis No es activa Mycobacterium tuberculosis Otros microorganismos Chlamydia trachomatis Mycoplasma No es activa Chlamydia trachomatis Mycoplasma Farmacocinética: Las quinolonas se absorben bien por vía oral y se distribuyen ampliamente en los tejidos corporales. Los niveles séricos máximos de las fluoroquinolonas se obtienen dentro de 1-3 horas de una dosis oral de 400 mg. Con norfloxacina se alcanzan 8 niveles séricos relativamente bajos y limitan su utilidad para el tratamiento de infecciones del tracto urinario. Los alimentos no alteran la absorción oral, pero pueden retrasar el tiempo para alcanzar las concentraciones séricas. La biodisponibilidad de las fluoroquinolonas es > 50 % para todos los agentes y > 95 % para algunos de ellos. La t ½ en suero es de 3-5 horas para la norfloxacina y la ciprofloxacina. El volumen de distribución de las quinolonas es alto, con concentraciones en orina, riñón, pulmón, tejido prostático, heces, bilis, macrófagos y neutrófilos más altas que los niveles en suero. Las concentraciones en el líquido cefalorraquídeo, los huesos y el líquido prostático son más bajas que en el suero. En el líquido ascítico, los niveles de pefloxacina y ofloxacina están cerca de los niveles séricos. Ciprofloxacina, ofloxacina y pefloxacina se han detectado en la leche materna humana. La mayoría de las quinolonas se eliminan principalmente por el riñón, y las dosis deben ajustarse en insuficiencia renal. Las excepciones son pefloxacina y moxifloxacina, que se metabolizan principalmente en el hígado y no debe utilizarse en pacientes con insuficiencia hepática. Ninguno de los agentes se elimina de manera eficiente por diálisis peritoneal o hemodiálisis. Tabla 2: Diferencias farmacocinéticas entre quinolonas Quinolona Vía de administración t ½ (h) BD (%) Excreción renal (%) Norfloxacina Oral 3.3 (50) 27 Ciprofloxacina Oral 4 70 40 IV 5-6 - - Ofloxacina Oral 4-5 >95 73 IV 6 - - Levofloxacina Oral 6-8 99 77 IV 6-8 - - Moxifloxacina Oral 11-12 88 22 IV 8-15 - - Efectos adversos: En general, las fluoroquinolonas son bien toleradas, la mayoría de los efectos secundarios son de leves a moderados. En ocasiones, se producen efectos adversos graves. Las reacciones adversas más comunes incluyen efectos gastrointestinales, tales como náuseas, vómitos y diarrea, y efectos neurológicos como dolor de cabeza e insomnio. La farmacovigilancia posterior a la comercialización ha puesto de manifiesto una serie de relativamente raros pero graves efectos adversos que se asocian con todos los miembros de la clase fluoroquinolonas. Sistema nervioso: La información de prescripción EE.UU. contiene una advertencia respecto a los casos poco comunes de neuropatía periférica, la cual puede ser permanente. Otros efectos del sistema nervioso son insomnio, inquietud, y raramente, convulsiones y psicosis. Las fluoroquinolonas tienen actividad bloqueante neuromuscular y pueden 9 agravar la debilidad muscular en personas con miastenia gravis, por lo que su uso se encuentra contraindicado en estos pacientes. Rash y otras manifestaciones alérgicas: Las reacciones alérgicas y cutáneas ocurren en el 0,4 a 2,2 % de los pacientes que toman fluoroquinolonas. Mayormente se producen erupciones no específicas. En algunos pacientes se han reportado casos de fototoxicidad después de la exposición a los rayos UVA. Como manifestaciones alérgicas se han reportado de manera poco frecuente: casos de fiebre secundaria a fármacos, urticaria, angioedema, vasculitis, síndromes similares a la enfermedad del suero y reacciones anafilácticas o anafilactoides. Ocasionalmente se han notificado reacciones de hipersensibilidad mortales. También se produce con poca frecuencia nefritis intersticial aguda, la cual se ha asociado con eosinofiluria, pero generalmente sin cristaluria. Artropatía: En estudios hechos con animales, la artropatía se manifiesta con erosiones del cartílago y derrames no inflamatorios que se producen en las articulaciones que soportan peso. La experiencia con el uso de quinolonas en los niños ha aumentado, sobre todo en niños con fibrosis quística. Estos niños y otras personas que recibieron ácido nalidíxico y norfloxacina sólo han tenido con poca frecuencia los síntomas articulares, que han sido reversibles. Los estudios para identificar daño subclínico del cartílago en las articulaciones de los niños tratados mediante resonancia magnética también han sido negativos. Tendinopatía y ruptura tendinosa: La forma más severa de tendinopatía asociada con la administración de fluoroquinolonas es la rotura tendinosa, que en la gran mayoría de los casos consiste en el tendón de Aquiles, aunque también se han reportado en el manguito rotador (hombro), mano, bíceps, pulgary otros sitios del tendón. Las personas más jóvenes suelen experimentar una buena recuperación, pero en los pacientes mayores es posible y más probable la incapacidad permanente. La frecuencia global de ruptura del tendón de Aquiles asociada al tratamiento con ciprofloxacina o levofloxacina se ha estimado en 17 por cada 100.000 tratamientos. El riesgo se eleva sustancialmente en los ancianos y en aquellos pacientes que han sido recientemente sometidos a la terapia con corticoides tópicos o sistémicos. Otros factores predisponentes notificados son el transplante renal, cardíaco y pulmonar. Los daños tendinosos pueden manifestarse durante, así como hasta un año después que la terapia con una fluoroquinolona ha concluido. Se recomienda que ante el primer signo de dolor, hinchazón o inflamación del tendón, suspender la quinolona y rotar el tratamiento por otro antibiótico. Prolongación del QT y arritmias: Las fluoroquinolonas prolongan el intervalo QT al bloquear los canales de potasio dependientes de voltaje La prolongación del intervalo QT puede causar taquiarritmias ventriculares, torsades de pointes y paro cardíaco, pero en la práctica esto parece relativamente poco común, en parte debido a que las fluoroquinolonas más recetadas (ciprofloxacina y levofloxacina) sólo prolongan mínimamente el intervalo QT. 10 Aumento de transaminasas e insuficiencia hepática: La frecuencia de aparición de hepatotoxicidad parece variar con las diferentes fluoroquinolonas, pudiendo producirse en cualquier momento del tratamiento, inclusive una vez finalizado el mismo. Se caracteriza por lesión hepatocelular, lesión colestásica o ambas. La mayoría de los pacientes desarrollan enfermedad leve, pero si se desarrollara una de insuficiencia hepática aguda podría llevar a la muerte del paciente. Diarrea asociada a antibióticos: La diarrea por Clostridium difficile puede ocurrir en conexión con el uso de cualquier fármaco antibacteriano, especialmente aquellos con un amplio espectro de actividad, tales como clindamicina, cefalosporinas y fluoroquinolonas. El tratamiento con una fluoroquinolona conlleva un riesgo similar a, o menos que, el asociado con las cefalosporinas de mayor espectro. La administración de una fluoroquinolona puede estar asociada con la adquisición y el crecimiento de una cepa de Clostridium particularmente virulenta. Hipoglucemia e hiperglucemia: El uso de fluoroquinolonas se ha asociado con la producción tanto de hipoglucemia como de hiperglucemia. Estos efectos se han asociado con los cambios inducidos por las drogas en la secreción de insulina. El riesgo de alteraciones en la glucemia debe considerarse al prescribir las fluoroquinolonas, especialmente en pacientes diabéticos. Hematológicas: Leucopenia y eosinofilia generalmente ocurren en menos del 1% de los pacientes, estas anomalías raras veces son de gravedad suficiente como para requerir la interrupción del tratamiento. Interacciones: Cuando las quinolonas se administran por vía oral con aluminio, magnesio o con antiácidos que contienen calcio, su biodisponibilidad oral se reduce notablemente, a causa de la formación de complejos catión-quinolona, que se absorben mal. El sucralfato, que contiene grandes cantidades de iones de aluminio, también reduce la absorción de las quinolonas. En general, los antagonistas de los receptores H2 e inhibidores de la bomba de protones no tienen efectos importantes en la absorción de las quinolonas. La administración concomitante de quinolonas con sulfato ferroso, los multivitaminicos y minerales que contienen zinc, y la formulación tamponada de didanosina también pueden reducir la absorción de las quinolonas. Los suplementos nutricionales administrados por sonda nasogástrica puede reducir la absorción de las quinolonas si se dan conjuntamente por la misma vía, probablemente porque estos suplementos también contienen cationes multivalentes como el hierro y el zinc. Las quinolonas varían en la medida en que afectan negativamente a la eliminación de las metilxantinas como teofilina y cafeína. Los efectos parecen ser el resultado de la inhibición del citocromo P4501A2. En los pacientes que reciben ciprofloxacina en combinación con teofilina, deben ser controlados los niveles séricos de teofilina y 11 debe ser considerada la reducción de la dosis de teofilina. Los fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINE) pueden afectar los efectos estimulantes sobre el sistema nervioso central de las quinolonas, como el riesgo de padecer convulsiones. Este efecto podría justificarse por estudios con cerebro de rata, donde las quinolonas desplazaron al neurotransmisor inhibitorio GABA de sus receptores, y este desplazamiento se vio reforzado por fenbufeno y teofilina. En conclusión, los pacientes que reciben ambas clases de fármacos deben ser advertidos acerca y monitoreados, ante la posible potenciación de toxicidad sobre el sistema nervioso central. Como se señaló anteriormente, las fluoroquinolonas pueden prolongar el intervalo QT al inhibir los canales de potasio implicados en la repolarización cardiaca. Este efecto puede aumentarse si fluoroquinolonas se dan junto con cualquiera de las múltiples otras drogas que causan prolongación del intervalo QT, como amiodarona. Tales reacciones pueden incrementar el riesgo de torsade de pointes y muerte súbita. Por lo tanto, las fluoroquinolonas por lo general no deben administrarse junto con otros fármacos que prolonguen el intervalo QT. Otros tipos de interacciones con fármacos han sido estudiadas con menos intensidad. La ciprofloxacina tiene efectos en la farmacocinética de la ciclosporina. Enoxacina y ciprofloxacina reducen el aclaramiento del R-enantiómero (menos activo) de la warfarina, pero no tienen un efecto clínicamente importante sobre el S- enantiómero (más activo). Aplicaciones terapéuticas: Las fluoroquinolonas son antibióticos de amplio espectro (eficaces tanto para las bacterias Gram negativas como Gram positivas), que juegan un papel importante en el tratamiento de infecciones bacterianas graves, especialmente las infecciones nosocomiales y en los casos en que se sospecha resistencia bacteriana a las clases de antibacterianos de primera línea. Debido a que el uso de antibióticos de amplio espectro fomenta la propagación de cepas resistentes a múltiples fármacos y el desarrollo de infecciones por Clostridium difficile, las guías de tratamiento de Enfermedades Infecciosas generadas por las asociaciones profesionales en distintos países, recomiendan reducir al mínimo el uso de fluoroquinolonas y otros antibióticos de amplio espectro en infecciones menos graves y en aquellos casos en los que el riesgo de que aparezcan factores de resistencia a múltiples fármacos no están presentes. Infecciones respiratorias: Las fluoroquinolonas están indicadas en el tratamiento de la neumonía hospitalaria, pero no deberían utilizarse como fármaco de primera elección para la neumonía adquirida en la comunidad, excepto cuando otras clases de antibióticos se han probado y han fracasado, o en aquellos pacientes donde se sabe que la infección es provocada por cepas de Streptococcus pneumoniae resistente a otros fármacos. También se utilizan por vía oral en las exacerbaciones respiratorias leves a moderadas, debidas a P. aeruginosa en pacientes con Fibrosis Quística. 12 Infecciones genitourinarias: Las fluoroquinolonas se utilizan a menudo para las infecciones genitourinarias, y son ampliamente utilizadas en el tratamiento de infecciones hospitalarias asociadas con catéteres urinarios. Si bien no se recomiendan en las infecciones adquiridas en la comunidad, se utilizan para los casos en los que están presentes factores de riesgo para sospechar resistencia múltiple o han fallado otros regímenes terapéuticos o en aquellos casos agudos y graves de pielonefritis o prostatitis bacteriana donde puede ser necesario queel paciente sea hospitalizado. Infecciones gastrointestinales y abdominales: Las fluoroquinolonas están indicadas en casos de shigellosis, fiebre tifoidea y en infecciones bacteriémicas no tifoidea en pacientes con SIDA. También podrían utilizarse en el tratamiento de la peritonitis en pacientes sometidos a diálisis peritoneal crónica. Infecciones óseas: Debido a su capacidad para ingresar en el tejido óseo sin quelantes, las fluoroquinolonas también se utilizan para el tratamiento de la osteomielitis. Otras infecciones: Las fluoroquinolonas pueden ser utilizadas como parte de los esquemas con múltiples fármacos para el tratamiento de la tuberculosis multirresistente y para el tratamiento de las infecciones por micobacterias atípicas, como las infecciones complejas por Mycobacterium avium en pacientes con SIDA. Las quinolonas pueden utilizarse en pacientes neutropénicos, tras 48 horas de resolución de la fiebre y con resultados de cultivos negativos, que deban completar el tratamiento antibiótico de manera ambulatoria. Contraindicaciones: Las quinolonas están contraindicadas en pacientes con miastenia gravis, epilepsia, prolongación del intervalo QT, lesiones del sistema nervioso central preexistentes, inflamación del SNC, o derrame cerebral. Hay preocupaciones sobre la seguridad del uso de fluoroquinolonas durante el embarazo y, como resultado, están contraindicados excepto cuando no existe otra alternativa segura a los antibióticos. Sin embargo, en un meta-análisis de estudios observacionales no se detectó un aumento en el riesgo de malformaciones cuando se utilizaron quinolonas durante el primer trimestre del embarazo. Las quinolonas también estaban contraindicadas en niños debido al riesgo de daños en el sistema músculo-esquelético. Sin embargo, para ciertas infecciones severas donde otros antibióticos no son una opción, su uso puede estar justificado. Las quinolonas tampoco deben ser utilizadas en personas con hipersensibilidad conocida a la droga.
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