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Conocimiento divino y conocimiento humano Diplomado en Teología Dificultad • Para el teólogo, explorar la psicología de Cristo es una de las tareas más difíciles y misteriosas. • La dificultad del tema deriva, en primer lugar, del hecho de que Jesús es Dios y hombre. Conocimiento divino El Verbo eterno tiene un conocimiento divino, absolutamente infinito, simple e intuitivo, en el que no hay ningún espacio para la limitación o para la restricción. Conoce perfectamente y absolutamente todo en su mismo acto de subsistencia. Encarnación La encarnación conlleva que Jesús tenga un intelecto humano y que conozca la realidad de modo humano, es decir a través de las ideas, las imágenes, los juicios, la reflexión, etcétera: los elementos normales en los que nos basamos los hombres para entender la realidad. Intelecto humano Limitación Jesús predica, obra, dialoga con las personas, u otras actividades semejantes, debemos tener en cuenta que todo eso es posible porque Él tiene un saber humano: las ideas, los razonamientos y los proyectos que le permiten hablar y obrar están presentes en su mente, en su intelecto humano. Razonamiento • Lo que el Evangelio nos cuenta que Jesús dijo e hizo no es fruto inmediato de su conocimiento divino, sino de su ciencia humana. • En el caso hipotético de que Jesús no hubiese tenido ciencia humana alguna (si en su mente no hubiera existido idea alguna), no habría podido llevar a cabo nada de lo que sabemos que hizo. El Evangelio muestra también que Jesús no siempre conoce todo humanamente: a veces tiene que preguntar alguna información, o se sorprende ante ciertos hechos. A modo de ejemplo, en el milagro de la multiplicación de los panes y de los peces, Jesús pregunta a los discípulos cuántos panes y peces tienen los presentes. Es frecuente que Jesús, que conoce todo como Hijo eterno de Dios, tenga necesidad de informarse para conocer humanamente la realidad. Verbo hecho hombre • Jesús está en una situación particular, inédita, porque su mente humana, como su naturaleza humana, está asumida en la persona del Verbo. • Es natural, que pueda percibir humanamente esta realidad, es decir, el hecho de que Él mismo no es un hombre cualquiera sino el Verbo hecho hombre. Jesús debe poder captar con su mente humana su propia condición de Hijo eterno del Padre. Comunicación • Aunque el conocimiento divino de Cristo y su conocimiento humano sean distintos, no están separados y se “comunican” en la unidad de la Persona. • El Concilio de Calcedonia, afirma que entre las dos naturalezas de Cristo no hay confusión, pero tampoco separación. La luz eterna del conocimiento divino envuelve en cierto modo el intelecto humano de Cristo, y le permite dar testimonio, humanamente, de su contemplación eterna del Padre en la Trinidad. Misterio • Existe en el intelecto humano de Cristo como una traza del conocimiento que Dios tiene de Sí mismo, una experiencia de Dios y de Sí mismo como Hijo de Dios, que trasciende toda idea o categoría humana de pensamiento. Es algo inefable, inexpresable. • Y si no fuera por el hecho de que Jesús conoce humanamente otras realidades, ni siquiera sería capaz de articular en conceptos y en ideas esta experiencia indescriptible. Ciencia de visión • Jesús es el que ha visto y ve al Padre. • Cuando habla del misterio de Dios, habla de cosas que conoce porque las ha visto. Jesús es “el vidente”, “el testigo” de Dios. • En la mente humana de Cristo existe un tipo de ciencia, única y singular, que se refiere a Dios y al misterio de Dios: es la ciencia de visión. Visión beatífica • La tradición teológica ha identificado a menudo este conocimiento de Jesús con la ciencia -visión beatífica- que poseen los santos en el cielo, por la que contemplan a Dios cara a cara. • Diferenciar bien las dos cosas: el testimonio que Jesús posee en la tierra del misterio de Dios, y la visión beatífica de los santos. Visión beatífica La percepción interior que Jesús tiene del misterio trinitario es, sobre todo, una consecuencia de la unión hipostática, que existe solo en el caso de Cristo y no en el de los santos. Conocimiento único • La visión que Jesús tiene del misterio de Dios es algo único y exclusivo de él, que no existe en los demás hombres. • Jesús comparte con los hombres otros tipos de conocimiento. • Los Evangelios muestran con claridad que Jesús ha conocido algunas cosas de modo sobrenatural. Ciencia infusa Es lo que se llama un tipo de ciencia que, aunque se expresa en conceptos e imágenes, no proviene de la experiencia normal de la vida, sino del Espíritu Santo, que la inspira directamente en la mente. Por ejemplo • Jesús ha podido prever la traición de Pedro, ha sabido indicar cosas que no se pueden conocer de forma natural, como el punto del lago donde estaba el banco de peces que pescaron los discípulos, o que en el interior de un determinado pez había algunas monedas. • También otros hombres han recibido dones de Dios semejantes a lo largo de la historia. Ciencia adquirida • Jesús también ha conocido la realidad como todos los hombres, con la experiencia humana normal, por medio de la enseñanza de sus padres y maestros, de su propia observación de la realidad, de la Sagrada Escritura, etc. Es lo que se llama la ciencia adquirida. • Jesús no ha dejado nunca de aprender, y eso forma parte de su abajamiento a nuestra condición humana, porque Él, siendo Dios y conociendo todo, ha querido someterse al proceso del aprendizaje humano. Conocer La ciencia infusa y la ciencia adquirida, se desarrollan por medio de ideas, imágenes, juicios y de los demás elementos que están presentes en el proceso normal de conocimiento humano. Inteligencia La mente humana de Cristo es extraordinariamente rica desde el punto de vista religioso, y la vida entre nosotros le sirve para articular esta experiencia religiosa y conseguir comunicarla con palabras, metáforas y acciones. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 474. El conocimiento humano de Cristo gozaba en plenitud de la ciencia de los designios eternos que había venido a revelar
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